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Teoria de La Oportunidad - Corrupción y Burocracia

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II Época, Número 8, 2020, pp. 30-50.

ISSN 2340-6046

LA RELACIÓN ENTRE CORRUPCIÓN Y BUROCRACIA:


ESTUDIO CRIMINOLÓGICO DESDE LA TEORÍA DE LA
OPORTUNIDAD
The relationship between corruption and bureaucracy:
criminological study from the theory of opportunity
Gustavo Di Angellis da Silva Alves*

Resumen Abstract
La presente investigación tiene como objeto la corrupción, The object of this investigation is corruption, a topic of
un tema de preocupación mundial. En Brasil, se nota que a global concern. In Brazil, it is noted that, despite the
pesar del crecimiento económico el país ocupa malas economic growth, the country occupies bad positions in
posiciones en los índices de corrupción y de burocracia. corruption and bureaucracy rates. Many authors point out
Muchos autores señalan que esos factores se relacionan. that these factors are related. In addition, the measures
Además, las medidas adoptadas en el país no se muestran taken in this country are not sufficient to prevent
suficientes para prevenir la corrupción. Así, la corruption. Thus, this investigation searched for the right
investigación buscó en la criminología las herramientas tools in criminology. Opportunity theory (CLARKE and
para el trabajo. La teoría de la oportunidad (CLARKE y FELSON, 1998) is the theoretical basis of this study. This
FELSON, 1998) es la base teórica del estudio. Esa teoría theory defends that opportunities cause crime and it is
defiende que las oportunidades causan el crimen y que es possible to find ways to prevent it by knowing the
posible encontrar soluciones preventivas desde el environment where the crime is practiced; so, we tried to
conocimiento del ambiente donde el delito se practica; know this environment. After studying the scenery around
entonces, se intentó conocer ese medio. Después del estudio bureaucracy, proposals were presented to prevent crimes
sobre el escenario alrededor de la burocracia, se like this.
presentaron propuestas para prevenir crímenes de esa
naturaleza.

Palabras clave Keywords


Corrupción, medidas preventivas, burocracia, Doing Corruption, preventive measures, bureaucracy, Doing
Business, criminología, teoría de la oportunidad, Brasil. Business, criminology, opportunity theory, Brazil.

Información del artículo: Cómo citar este artículo:


Fecha de recepción: 13/1/2020 Di Angellis da Silva Alves, G. (2020). La relación entre
Fecha de aceptación: 5/2/2020 corrupción y burocracia: estudio criminológico desde la
teoría de la oportunidad, El Criminalista Digital, 8, 30-50.
Recuperado de:
http://revistaseug.ugr.es/index.php/cridi/article/view/
20895 (fecha de consulta: 5 de febrero de 2020).

http://revistaseug.ugr.es/index.php/cridi/article/view/20895
31 G. Di Angelis da Silva Ares

I. Introducción. II. La contribución a la criminología. III. La burocracia. IV. Teoría de la oportunidad. 1. Origen y enfoques.
2. Primer enfoque: actividades rutinarias. 3. Segundo enfoque: patrón delictivo. 4. Tercer enfoque: elección racional. 5. Los diez
principios de la teoría de la oportunidad y la teoría de las ventanas rotas. 6. Posibilidad de aplicación práctica. V. Estructuras
organizativas del Estado. VI. Doing business. VIII. Propuestas. VIII. Conclusión.

I. INTRODUCCIÓN

El 2014, se empezó a escuchar sobre uno de los más grandes casos de corrupción en el mundo, la operación
“Lava-Jato”1, que ha revelado una serie de actos de corrupción a partir de una de las mayores empresas de
Brasil2: Petrobras (una empresa de economía mixta cuyo Gobierno de Brasil es su principal accionista). El asunto
llegó al conocimiento público desde acciones de la Policía Federal en el primer semestre de un año de elecciones
en el país. La prensa informaba sobre el caso con frecuencia diaria. Este escándalo llegó a ser nombrado como
el segundo caso de corrupción más grande en el mundo3. Se estima que más de R$ 20 mil millones4 fueron
desviados solo de la Petrobras5. Ya se condenaron más de 150 personas en primera instancia6.

Para NASCIMENTO (2016), el caso brasileño no es único, pues muchas sociedades, estados y sistemas
políticos contemporáneos luchan contra el problema de la corrupción. Por eso, es innegable que se trata de un
asunto que perjudica el desarrollo y afecta a todos. Incluso, de acuerdo con GONZALES (2018), la comunidad
internacional es unánime al señalar la corrupción como un fenómeno global. Este crimen tiene una conexión
mundial efectiva, ya sea en la operabilidad y en los resultados de sus agentes, o en su perspectiva social y política
de combatividad, pues las afirmaciones de la sociedad brasileña e internacional están correlacionadas y, de
alguna manera, conectadas. Es evidente, por lo tanto, que la corrupción es uno de los peores crímenes
practicados contra la sociedad, pues produce unos efectos que lesionan intensamente algunos de los principios
que sostienen el Estado Democrático y de Derecho y genera un clima de desconfianza en el sistema público
afectando a la conciencia de los ciudadanos y a su corresponsabilidad social (BLANCA, 2018).

En términos legales, abundan en Brasil herramientas para hacer frente a la corrupción. Hay una verdadera
guerra contra los delitos de alto escalón. Sin embargo, el país tiene una cultura muy concentrada a la adopción
de medidas que son, en su mayoría, de carácter represivo. Ese modelo actual, que está lleno de instrumentos
para castigar penalmente al criminal (e incluso políticamente a los agentes corruptos), tiene poco éxito para

* Doctorando en Criminología en la Universidad de Granada. Abogado.

1 Disponible en: http://www1.folha.uol.com.br/poder/2014/11/1548049-entenda-a-operacao-lava-jato-da-policia-federal.shtml,

acceso el 10/07/2015.
2 En 2019, Forbes enumeró a Petrobras como la 50ª compañía más grande del mundo. Disponible en:
https://www.forbes.com/companies/petrobras/#2a184da52dea, acceso el 22/08/2019.
3 Disponible en: https://oglobo.globo.com/brasil/escandalo-da-petrobras-eleito-2-maior-caso-de-corrupcao-no-mundo-1-18648504,

acceso el 12/08/2019.
4 Aproximadamente U$ 4,9 mil millones; o € 4,4 mil millones – cotización en 02/01/2020 (R$ 4,0207 = U$ 1,00; R$ 4,5028 = € 1,00).

Banco Central do Brasil. Disponible en: https://www.bcb.gov.br/estabilidadefinanceira/historicocotacoes, acceso el 17/01/2020.


5 Disponible en: https://www1.folha.uol.com.br/poder/2018/07/lava-jato-recupera-um-terco-do-rombo-maximo-estimado-na-

petrobras.shtml, acceso el 09/04/2019.


6 Disponible en: http://agenciabrasil.ebc.com.br/justica/noticia/2019-03/veja-lista-de-condenados-em-primeira-instancia-da-lava-

jato, acceso el 12/08/2019.

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prevenir el problema (VIEIRA, 2014); no ha resuelto la cuestión de las pérdidas amargadas por el Estado y por
la sociedad, tampoco se ha buscado las causas de ese delito.

Además, en España también se ve una gran preocupación con la adopción de medidas de naturaleza
represiva, como afirma RIVERO (2016):

Mucho se ha escrito acerca de las posibilidades y de la conveniencia misma de afrontar el fenómeno de la


corrupción de la mano de los instrumentos que ofrece el Derecho penal. Si bien puede predicarse un generalizado
consenso en torno al reconocimiento de que la eliminación del fenómeno pasa, antes que por el recurso a aquel
orden, por la adopción de una serie de medidas de transparencia y control en el ámbito administrativo, no por
ello deja de ser unánime el sentir doctrinal acerca de la necesidad de recurrir a la última instancia de control social
ante la importancia, en términos cuantitativos y cualitativos, de la desviación de poder. De hecho, tal sentir excede
con mucho el clima de opinión en la literatura especializada para encontrar inequívocas muestras en nuestra
legislación penal positiva, que en los últimos años y de la mano de las distintas leyes de reforma del Código penal,
ha evidenciado la preocupación no sólo por completar el catálogo de conductas punibles en el ámbito de la
corrupción pública y privada, sino también por endurecer el régimen punitivo de los clásicos delitos de
corrupción en el sector público.

Ya CORDERO (2016) dice que la corrupción rampante en España y la insuficiencia de los recursos penales
existentes para luchar eficazmente contra la misma han motivado la solicitud insistente desde determinadas
fuerzas políticas de incluir en el Código penal español el delito de enriquecimiento ilícito. El autor afirma
también que: “no siendo posible acreditar la corrupción, se ha de recurrir a otros mecanismos penales con el fin
de lograr su efectiva persecución”. Pero no se puede confundir medidas preventivas con lograr una efectiva
persecución. De acuerdo con WARDE (2018), la represión contra la corrupción no es la totalidad de su lucha,
principalmente porque no actúa sobre sus causas.

Para se tener una idea del tamaño del daño, WARDE (2018) señala que se estima que la operación “Lava
Jato” tenga un impacto de R$ 187,2 mil millones7, lo que es equivalente al 3,4% del producto interno bruto
brasileño, mientras que se espera que el valor recuperado sea solo de R$ 11,5 mil millones8, o sea, menos del 7%
de las pérdidas.

Así, entendemos que el modelo que prioriza las medidas represivas no es el ideal ya que no evita el daño
(REIS, 2013). Tampoco vemos como positiva la adopción de medidas burocráticas en exceso.

Se ve ese problema en otros países, como en Argentina, por ejemplo. Según RODRÍGUEZ (2013):

(…) existe una importante cantidad de normas y regulaciones que pretenden fungir como mecanismos tanto
de prevención como de sanción – ante el acontecimiento del acto de corrupción. Sin embargo, la notable cantidad
de casos de corrupción divulgados por la prensa en los 30 años de historia desde la recuperación de la democracia
en la República Argentina llevan a concluir razonablemente que los objetivos tenidos en mira por dicha regulación
no han sido ni siquiera medianamente alcanzados. Esta circunstancia, empíricamente verificable, nos obliga a
meditar y considerar alternativas de solución distintas a las pretendidas hasta aquí, tomando en cuenta a la
realidad de los hechos tal como son, y descartar el voluntarismo legal de regular para una sociedad tal cual debería
ser.

En México hay una percepción similar (VALDÉS, 2013):

La mayor parte de los artículos que se han escrito sobre la corrupción en México se concentran en desentrañar
las razones por las cuales este fenómeno se ha convertido en un ingrediente regular en la vida cotidiana de los
mexicanos, así como en explicar las consecuencias sociales que se derivan de la alta incidencia de actos de
corrupción que existe en nuestro país. En contraparte, muy pocos investigadores se han dado a la tarea de ofrecer
alternativas para reducir la corrupción en México.

7 Aproximadamente U$ 46,5 mil millones; o € 41,5 mil millones – cotización en 02/01/2020 (R$ 4,0207 = U$ 1,00; R$ 4,5028 = € 1,00).

Banco Central do Brasil. Disponible en: https://www.bcb.gov.br/estabilidadefinanceira/historicocotacoes, acceso el 17/01/2020.


8 Aproximadamente U$ 2,8 mil millones; o € 2,5 mil millones – cotización en 02/01/2020 (R$ 4,0207 = U$ 1,00; R$ 4,5028 = € 1,00).

Banco Central do Brasil. Disponible en: https://www.bcb.gov.br/estabilidadefinanceira/historicocotacoes, acceso el 17/01/2020.

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También de México, PAZOS (2015) defiende que el camino para reducir la corrupción no es crear más
leyes y burocracia:

Los proyectos de leyes para combatir la corrupción y crear un “Zar anticorrupción” puede convertirse en un
teatro mediático que solo busque contrarrestar el creciente enojo de los ciudadanos ante el descarado
enriquecimiento de funcionarios y contratistas de empresas estatales, líderes sindicales, gobernadores y alcaldes,
quienes en su mayoría no son llamados a rendir cuentas ni castigados por sus actos corruptos.

Desde Perú, TEULLET (2017) igualmente señala preocupación con el exceso de medidas burocráticas:

Trabas burocráticas, corrupción y falta de ética van de la mano y se retroalimentan: ante un hecho indeseable,
la reacción del Estado suele ser exigir nuevos permisos o aumentar hasta el absurdo, el nivel de exigencia de los
mismos, sin evaluar si estas medidas evitarán que se den este tipo de situaciones o si realmente se pueden cumplir.
Con cada norma, se genera una nueva traba burocrática y la oportunidad de crear una caseta de peaje que
incrementa el costo de hacer negocios y participar en la actividad económica. Golpe a la competitividad.

De esa forma, estamos de acuerdo con PÉREZ (2018) cuando dice que “la carencia de controles
preventivos en las administraciones públicas ha contribuido a generar un caldo de cultivo ideal para los agentes
corruptos”.

Con todo eso en mente, se nota que hay una necesidad de adopción de medidas preventivas a la
corrupción. Para contribuir en ese sentido, el presente estudio buscó en la criminología herramientas para
presentar una propuesta adecuada.

II. LA CONTRIBUCIÓN DE LA CRIMINOLOGÍA

Se encuentran en la criminología las respuestas para las medidas preventivas a la corrupción. Al ser una
ciencia criminal empírica, ella ofrece alternativas para trascender y transformar la realidad, teniendo como
objeto el estudio del delito, del criminal, de la víctima y/o del control social (SHECAIRA, 2013).

Por consiguiente, para encontrar propuestas adecuadas para transformar la realidad y así prevenir el
delito, hace falta entender un poco más lo que está por detrás del crimen.

MOLINA y GOMES (1997) enseñan que el concepto de prevención abarca tanto la disuasión inmediata
del potencial delincuente (con la amenaza de castigo o el encarcelamiento real del agente) como la disuasión
indirecta, lograda a través de instrumentos no penales que alteran el ambiente criminal, creándole obstáculos al
delincuente en el proceso de ejecución del delito, lo que neutraliza sus causas; y es eso lo que se investigó.

Entre las teorías criminológicas, se destacan las que tienen como objeto el estudio de la situación y del
entorno donde se comete el delito. Según CLARKE (apud VALENTE, 2015), la criminología convencional se
ocupa principalmente del estudio del delincuente y, más recientemente, de la víctima, lo que les atribuye poca
importancia a los factores situacionales inherentes al delito. WORTLEY y MAZEROLLE (2008) afirman que el
medio ambiente desempeña un papel de liderazgo en el evento criminal. De este modo, la investigación se
dedicó al estudio de la criminología ambiental, con énfasis en la teoría de la oportunidad, que es la base teórica del
presente estudio.

Esa teoría argumenta que la oportunidad es una causa básica del crimen, ya que el comportamiento del
individuo es el resultado de su interacción con el espacio (medio) donde está insertado. CLARKE y FELSON
(1998) desarrollaron esa teoría a partir de otras tres: el enfoque de actividad de rutina (COHEN y FELSON, 1979),
la teoría del patrón de crimen (CLARKE, 1997) y la perspectiva de la elección racional (CORNISH y CLARKE, 1986).

Con eso en mente, el estudio analizó la posibilidad de aplicación de esa teoría en el escenario brasileño,
con enfoque en cómo la burocracia crea oportunidades para la corrupción.

III. LA BUROCRACIA

A lo largo de ese estudio, se verificó que Brasil ha crecido económicamente desde el año 2005 a punto de
convertirse en una nueva potencia, pero presentó malos resultados en el índice de percepción de la corrupción

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(CPI) y también en el ranking Doing Business (DB), que mide la burocracia a partir de lo que dificulta las
actividades comerciales en cada país.

Para que se tenga una idea de su crecimiento económico, Brasil fue de la 11ª economía más grande en el
mundo en 2005 para la 7ª posición en 2011 (KNOEMA, 20159; THE WORLD BANK, 201910). Es una posición
notable porque su producto interno bruto fue muy similar al de Reino Unido (6ª posición) y al de Francia (5ª
posición).

Por otro lado, en 2011 Brasil ocupaba solo el puesto 73 en el ranking de la corrupción (TRANSPARENCY
INTERNATIONAL, 2011)11; y registraba la posición 127 en el ranking de burocracia (DOING BUSINESS,
2011)12. Incluso, es posible observar que otros países tienen un escenario similar a Brasil, como Indonesia, Rusia,
India y China, por nombrar solo algunos. Así vale la pena preguntarse: ¿la burocracia es un factor que
contribuye para la corrupción?

De los datos del proyecto Doing Business, Brasil siempre ocupó malas posiciones en el ranking de
burocracia. Tomando 2011 como referencia, se observa que Brasil ocupa la peor posición entre los 20 países con
mayor producto interno bruto en aquel año.

El informe del Doing Business13 revela que en Brasil: se gasta 2.600 horas por año para el pago de
impuestos; registrar una propiedad toma hasta 42 días, necesitando 14 procedimientos; iniciar un negocio puede
tardar hasta 120 días, necesitando 15 procedimientos; finalizar una empresa puede tardar hasta 4 años.

Eso es grave. La burocracia – aquí apuntada como “la administración ineficiente, la rigidez y las formalidades
superfluas”14 o “la ineficiencia e ineficacia del desempeño funcional referente a la lentitud, exceso de trámites y velación de
disposiciones, que traban las actividades y que en muchas de sus situaciones, son fácilmente vulnerables y corrompidas”
(ARÉVALO, 2009) – no solo afecta el crecimiento económico y fomenta la informalidad, pero también, si
excesiva, favorece la corrupción y desalienta nuevas inversiones (FREIRE JÚNIOR y OLIVEIRA, 2019).
RODRÍGUEZ (2013) también sostiene que “son esos altos niveles de burocracia los que incentivan actos de
corrupción”.

Más adelante, se verá como la burocracia contribuye a la corrupción, pero antes se examinará la teoría de
la oportunidad.

IV. TEORÍA DE LA OPORTUNIDAD

1. Origen y enfoques

La teoría de la oportunidad, que declara que “la oportunidad es la causa del crimen”, se presenta a partir
del trabajo Opportunity makes the thief – Practical theory for crime prevention 15 de CLARKE y FELSON (1998). Esos
autores buscaron alejar el entendimiento de que las causas más antiguas y remotas son las más significativas.
En cambio, argumentan que las causas más inmediatas son las más frecuentes y poderosas en la generación del
crimen. Sus conclusiones son de gran valor para la criminología, ya que ofrecen nuevas pautas para el estudio

9 Knoema. Disponible en: https://knoema.com/atlas/topics/Economy/National-Accounts-Gross-Domestic-Product/GDP, acceso el

06/08/2018.
10 The World Bank. Disponible en: https://data.worldbank.org/indicator/NY.GDP.MKTP.KD.ZG?end=2018&start=2000, acceso el

17/08/2019.
11 Transparency International. Disponible en: https://files.transparency.org/content/download/101/407/file/2011_CPI_EN.pdf,

acceso el 22/08/2019.
12 Doing Business. Disponible en: https://portugues.doingbusiness.org/pt/reports/global-reports/doing-business-2011, acceso el

22/07/2019.
13 Doing Business. Reports. Disponible en: https://www.doingbusiness.org/en/reports/global-reports/doing-business-2011, acceso

el 14/09/2019.
14 Real Academia Española. Diccionario de la lengua española. Disponible en: https://dle.rae.es/?id=6Jix9ml, acceso el 10/09/2019.

15 Traducción: La oportunidad hace el ladrón – Teoría práctica para la prevención del delito.

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de las medidas preventivas contra la delincuencia, especialmente en relación con el conocimiento del entorno,
del ambiente, del escenario donde se lo practica.

Incluso CLARKE (1998) señala que esta teoría define los eventos criminales como el resultado de una
suma de circunstancias que contribuyen a la aparición de un delito, como cuando alguien deja la llave del coche
en el encendido y las ventanas abiertas. Tal oportunidad anima a un posible delincuente cercano a subir al
vehículo y robarlo. Estas son situaciones que contribuyen a la fragilidad de la víctima y aumentan el éxito de
los delincuentes.

CLARKE y FELSON (1998) también sustentan que:

La teoría del crimen puede y debe ayudar a prevenir el crimen. Las recientes teorías de “oportunidad” del
crimen enfatizaron principios que se aproximan al mundo real, fáciles de explicar y enseñar, y listos para
colocarlos en práctica. Ellos incluyen el abordaje de la actividad rutinaria, la perspectiva de la elección racional y
la teoría del patrón delictivo. Esas teorías se basan en el viejo refrán de que “la oportunidad hace al ladrón”. Ellas
se describen en esta publicación, que argumenta que la oportunidad es una “causa básica” del crimen e ilustra
como las teorías ayudan a pensar sobre la criminalidad.

Se nota que la teoría de la oportunidad incluye tres enfoques (actividades rutinarias, patrón delictivo y
elección racional), tratados a la continuidad.

2. Primer enfoque: actividades rutinarias

Este primer enfoque se deriva de un estudio realizado por COHEN y FELSON (1979), que se basaron en
una amplia gama de datos para explicar las tendencias en las tasas de delincuencia de los Estados Unidos entre
1947 y 1974 como un subproducto de cambios en variables como el crecimiento de la fuerza laboral femenina y
una dispersión de trabajadores en entornos laborales cada vez más distantes. Señalaron que estos cambios
ayudaron a estructurar una mejor oportunidad al crimen, con impactos dramáticos en la sociedad. A medida
que las personas pasan más tiempo entre extraños y lejos de sus propios hogares, aumenta el riesgo de
victimización personal y de propiedad. También señalaron que incluso los avances tecnológicos que permitieron
la reducción de peso de los televisores podrían influir en el robo de estos aparatos, ya que, año tras año, se
hicieron más transportables.

Esta subteoría de la teoría de la oportunidad sostiene que al menos tres elementos deben converger en el
espacio y en el tiempo para que se ocurra un crimen: un delincuente, un objetivo y la ausencia de vigilancia.
PÉREZ (2018) explica que esta teoría podría sintetizarse en la existencia de un delincuente motivado, con un
objetivo apropiado para ser victimizado que, en ausencia de guardianes capaces (vigilantes) de prevenir una
transgresión, puede constituir una oportunidad para un delito.

El guardián o el vigilante no necesariamente tiene que ser un policía o un guardia de seguridad, sino
cualquier persona cuya presencia o proximidad desanime la comisión del crimen. Luego, una ama de casa, un
portero, un vecino, un compañero de trabajo o un testigo, simplemente por estar presente, podría servir como
tutor. Cuando no hay vigilancia, el objetivo está en riesgo de un ataque criminal. Esto explica el robo en las casas
cuando los propietarios viajan y no hay nadie que se haga cargo de la casa. También explica los robos en calles
oscuras y sin vigilancia, supervisión o control.

Según PENACHINO (2011):

Un guardián capaz tiene un “elemento humano”, este es usualmente una persona cuya mera presencia pueda
persuadir a los delincuentes potenciales de no cometer el delito. Un guardián capaz puede ser también un sistema
de Circuito Cerrado de TV (CCTV), ya que existe alguien que esta monitoreando al otro lado de la cámara.

(…)

Algunos de estos guardianes son formales y deliberados, como los elementos de seguridad privada, mientras
que otros son informales y, a menudo, pasan inadvertidos como suelen serlo los vecinos.

También es posible que un guardián esté presente pero que este no sea eficiente. Por ejemplo un CCTV puede
no ser un guardián capaz si esta mal ubicado o fuera de servicio. Los elementos de seguridad de una tienda
pueden estar mal entrenados o ser descuidados de tal forma que no sean disuasores efectivos.

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PÉREZ (2018) también sustenta que la vigilancia no tiene que centrarse en figuras de control formal para
provocar una disminución de las oportunidades delictivas:

En el supuesto de la corrupción pública, esta teoría debe ser matizada, al poseer ciertas singularidades que se
justifican por el tipo de ente público. El objetivo apropiado o la víctima en materia de corrupción en la
Administración pública es difusa. No existe una víctima directa e individual, contribuyendo a la existencia de
una cifra negra. La víctima no se personifica, sino que es un ente abstracto como es la Administración pública y
el interés general. En consecuencia, la capacidad para potenciar los sentimientos de culpabilidad asociados a la
realización del comportamiento criminal se advierten complejos. Asimismo, la ausencia de guardianes capaces
que indica la TAC no tiene por qué necesariamente centrarse en “figuras de policía”, de control formal, sino que
es la potencialidad de otros actores de denunciar irregularidades en la propia administración, el control informal,
lo que provoca un descenso de oportunidades delictivas y un aumento de la percepción a ser detectado.

COHEN y FELSON (1979) también señalan cuatro elementos que influyen en el riesgo de que un objetivo
sufra un ataque criminal: valor, inercia, visibilidad y acceso. El valor implica el interés del delincuente en el bien en
cuestión, es decir, cuánto valora ese artículo. La inercia se refiere a la transportabilidad del bien. La visibilidad se
refiere a la exposición del objetivo a los posibles delincuentes. Y el acceso es la facilidad para el infractor acercarse
al objetivo.

Se observa que el enfoque de las actividades rutinarias aborda tanto los elementos mínimos de la
delincuencia como los cambios tecnológicos y la organización de la sociedad. De esa manera, el crimen en un
cierto lugar puede aumentarse sin crecer el número de delincuentes e incluso sin aumentar la motivación
criminal (CLARKE y FELSON, 1998).

3. Segundo enfoque: patrón delictivo

El segundo enfoque se deriva del trabajo de CLARKE (1997), que define las prácticas delictivas como
acciones resultantes de un patrón, es decir, de un modelo de comportamiento, que generalmente está vinculado
a una determinada área geográfica, que tiene sus propias características y facilitadores para este fin, como por
ejemplo una región particular conocida por su falta de vigilancia, donde los vehículos y los transeúntes son
constantemente robados. También establece que a menudo los delincuentes actúan en el mismo modus operandi,
ya que esto les significa economía (menos cargas para la práctica criminal), lo que también implica la
reincidencia criminal.

La teoría del patrón delictivo es un componente central de la criminología ambiental, que, por su vez,
busca en el contexto la explicación a los actos criminales, teniendo la relación espacio-temporal de los delitos
como la principal fuente de información (SALDAÑA, 2014).

Sobre esta subteoría (de la teoría de la oportunidad), CLARKE y FELSON (1998) explican que:

Patrones de crimen local pueden decirnos mucho sobre como las personas interactúan con su ambiente físico,
lo que produce más oportunidades de crimen o menos. La teoría del patrón delictivo, un componente central de
la criminología ambiental, considera como las personas y las cosas involucradas en el crimen se mueven en el
espacio y en el tiempo. Al ajustarse bien al abordaje de actividad rutinaria, esa teoría tiene tres conceptos
principales: nodos, caminos y fronteras.

Nodos es un término usado para referirse al transporte de personas que se mueven de un lugar a otro.
Estos lugares pueden generar crimen dentro y alrededor de ellos. El delincuente busca objetivos cerca de los
nodos de sus actividades personales, como en áreas cercanas a su hogar, escuela, trabajo, lugares de recreación,
o en el camino entre ellos.

Además, los caminos que las personas toman en sus actividades diarias están estrechamente relacionados
con el lugar donde son víctimas de delitos. Esta es la razón por la que la aplicación del enfoque del patrón
delictivo presta mucha atención a la distribución geográfica del crimen y al ritmo diario de actividad, generando
mapas del crimen para diferentes momentos del día y diferentes días de la semana, vinculando el crimen con
los flujos y horarios de algunos establecimientos, como colegios, bares, centros comerciales, etc.

El tercer concepto, fronteras, se refiere a los límites de las áreas donde las personas viven, trabajan,
compran o buscan entretenimiento. Es más probable que ocurran algunos delitos en el borde, como ataques
raciales, hurtos o robos, porque personas de diferentes vecindarios que no se conocen se encuentran en estos

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límites. Distinguir entre personas internas y externas ayuda a subrayar la importancia de las fronteras, ya que
las personas internas a menudo cometen delitos más cerca de sus vecinos, mientras que las personas externas
piensan que es más seguro practicar delitos en las fronteras y regresar a sus propias áreas. Es por eso que, según
esos autores, muchos teóricos y criminólogos sugieren que el diseño y la administración de las ciudades y de
sus áreas de negocios pueden producir grandes cambios en las tasas de criminalidad. Como ejemplo, dicen que
es posible reducir el delito calmando el tráfico y también posicionando las ventanas para que las personas
puedan controlar mejor sus propias calles.

4. Tercer enfoque: elección racional

El enfoque de la elección racional comenzó con el trabajo de CORNISH y CLARKE (1986). Trata sobre el
proceso de toma de decisiones del delincuente, que compara las cargas y las bonificaciones de su conducta para
definir si el acto que quiere practicar vale la pena o no. Los autores argumentan que durante ese proceso cada
delincuente realiza cálculos para convencerse a sí mismo de que no será perjudicado.

Este enfoque ha ganado relevancia incluso en otras áreas, como la ciencia política, por ejemplo. GREEN
y SHAPIRO (1994) encontraron que, a pesar de que la votación es la base de la política democrática, hay una
paradoja: la participación de los votantes como un problema de acción colectiva en el que se pide a los
individuos que sacrifiquen su tiempo y los costos del transporte en nombre de un bien público para la elección
de un candidato o partido en particular. Con este y otros puntos en mente, los autores concluyen que el
ciudadano pesa los lados opuestos y solo va a votar si la suma de los incentivos selectivos y los beneficios
colectivos esperados excede el costo de la votación.

Ya CLARKE y FELSON (1998), al explicar la teoría de la oportunidad y también argumentar que el


enfoque de la elección racional se centra en el proceso de toma de decisiones del delincuente, apuntan que el
supuesto principal es que cometer un delito es un comportamiento intencional que está diseñado para beneficiar
al delincuente de alguna manera. En este mismo orden de cosas, declaran que:

Los infractores tienen objetivos cuando cometen crímenes, incluso si estos objetivos son miopes y solo tienen
en cuenta algunos beneficios y riesgos a la vez. Estas restricciones en su pensamiento limitan la racionalidad, pues
el delincuente no suele tener mucha calidad de tiempo, esfuerzo y información disponible para dedicar a su
decisión. Así raramente tienen una imagen completa de todos los costos y beneficios del delito.

Los autores mencionados también afirman que, para comprender las elecciones del delincuente, es
necesario analizar las categorías específicas de delitos, ya que cada agente tiene diferentes propósitos y está
influenciado por diferentes situaciones. Hay quienes roban un coche para usarlo; otros para vender sus piezas;
también hay quienes roban lo que está dentro del vehículo. Cada uno de estos delincuentes hace un cálculo
diferente. Y el cálculo no solo se refiere a si se cometerá o no el delito, sino también a qué tipo de delito se hará
y qué objetivo se elegirá. Por ejemplo, robar un vehículo muy caro y llamativo puede aumentar las posibilidades
de que la policía lo detecte rápidamente.

Cuando los beneficios del crimen exceden los costos, es común que el agente repita su conducta
(GUZMÁN, 2017):

En otras palabras, en los actos de la gran corrupción, se observa que un pequeño número de actores poderosos
desvían grandes sumas de dinero (Rose-Ackerman & Palifka, 2016) a través de grandes contratos, concesiones o
pagos a legisladores para aprobar proyectos parlamentarios, por mencionar algunos ejemplos. En los actos de
esta naturaleza suelen estar involucrados burócratas de alta jerarquía y grupos de interés del sector privado. Los
actores de este nivel se caracterizan por repetir frecuentemente estas prácticas, pues los beneficios que obtienen
exceden los costos que afrontan (Mashali, 2012).

RODRÍGUEZ (2013) hace un interesante análisis sobre el proceso de toma de decisiones en la corrupción:

SCHENONE (2002) indica que el análisis económico estudia dos elementos: la eficiencia y la equidad. Por
eficiencia se entiende “el máximo nivel de logro de un determinado objetivo mediante el uso de una cantidad
dada de recursos, o, alternativamente, el logro de un determinado nivel de éxito de cierto objetivo mediante el
uso de una mínima cantidad de recursos”.

En el estudio de la corrupción, ello impone considerar que quien esté dispuesto a percibir un soborno realiza
previamente el cálculo del costo-beneficio de hacerlo o no. ¿Qué porcentaje de posibilidades de ser atrapado en

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La relación entre corrupción y burocracia: estudio criminológico desde… 38

el acto de corrupción hay para el agente corrupto? De serlo, ¿qué porcentaje de posibilidad de ser efectivamente
sancionado habría? De operar esa sanción, ¿cuál sería el costo de la misma (en términos materiales, de reputación,
de oportunidad)? Lógicamente que las respuestas a estas cuestiones dependerán siempre del valor relativo que
cada uno de estos elementos tengan para el agente corrupto, así como del valor del soborno ofrecido o solicitado.

Lo mismo ocurriría para el sujeto pagador del soborno. ¿Qué costo tendría el cumplimiento estricto de la
norma o regulación que motiva considerar un soborno? ¿Cuáles serían las eventuales consecuencias de (i)
ofrecerlo, (ii) eventualmente pagarlo y (iii) lograr el objetivo perseguido mediante el pago del mismo?

Los costos de oportunidad y de transacción para el cobro y el pago de sobornos son altos, en tanto su
ilegalidad los hace imposible de perseguir el cumplimiento de lo pactado.

Es por eso que la corrupción es “un crimen de cálculo, no un crimen pasional” (PÉREZ, 2018). Esta nota
característica nos conduce al terreno de la teoría de la elección racional – el delincuente evalúa los beneficios y
los costes percibidos y reflexiona si llevará a cabo el delito.

La teoría de la elección racional se plasma en la idea de que la conducta delictiva deriva de un proceso racional
de toma de decisiones en el que el sujeto actúa con una determinada finalidad eligiendo entre las opciones que
posee. Con este contexto de fondo, la estrategia anticorrupción se orientaría a la reducción de los incentivos que
se encuentran los sujetos que interactúan en las Administraciones públicas. En la teoría del agente-principal se
identifican dos situaciones en los que la actuación fraudulenta se instala en la estructura organizativa: la selección
adversa y el riesgo moral. En la primera situación se selecciona al agente que actuará en nombre del principal. Los
agentes seleccionados son inadecuados – de ahí que se denomine selección adversa – para que actúen en nombre
del principal. En la Administración pública, el paradigma de selección adversa lo constituye los cargos de libre
designación. En la segunda situación, la de riesgo moral, el agente actúa en nombre del principal sin que éste tenga
un conocimiento completo de todas las acciones de aquél. El agente, en este escenario, aprovecha esta situación
para realizar actividades que son contrarias a los intereses del principal. El riesgo moral en el caso español residiría
en los controles preventivos ineficientes. Esta teoría de la agencia trasladada al ámbito de la corrupción en la
Administración vendría a tratar de atajar procesos de selección, mayoritariamente de designación política, que
no responden a los intereses públicos de la propia Administración (principal).

Sin embargo, no se espera que la mayoría de los delincuentes tengan un proceso de elección largo y
complejo. Para CLARKE y FELSON (1998):

Con seguridad, el cálculo del ofensor se basa principalmente en lo que es más evidente e inmediato, mientras
descuida los costos y beneficios más remotos del crimen o como evitarlo. Es por eso que el infractor común se fija
menos en la eventual punición o en el impacto a largo plazo de las drogas que en los placeres inmediatos que la
infracción ofrece, o en los riesgos de que alguien impida el acto.

Esta perspectiva originó entrevistas en las que le preguntan a cada criminal cuestiones concretas sobre
crímenes específicos, qué él quería, pensaba y hacía. Por ejemplo, los investigadores llevaron a los ladrones en
coches y les preguntaron específicamente por qué habían escogido una calle y no otra, una casa y no otra, una vez
y no otra. Otros investigadores han circulado con ladrones de tiendas para ver qué artículos ellos seleccionarían,
cómo la colocación en las estanterías afecta eso y cómo ellos piensan sobre sus tareas ilegales específicas. De
hecho, el modus operandi es una preocupación central de la teoría de la elección racional en la criminología. Esa
teoría y pesquisa están íntimamente ligadas a la prevención situacional del crimen, que se proyecta explícitamente
para reducir las oportunidades de crímenes. De hecho, si la ausencia de oportunidad provoca que el crimen
disminuya, se vuelve imposible negar que ofrecer más oportunidades criminales conlleva a que el crimen
aumente.

De todo eso, tenga en cuenta que los tres enfoques discutidos anteriormente (actividades rutinarias,
patrón delictivo y elección racional) se superponen, ya que todos ellos se refieren a oportunidades como
potenciadores de delitos. La principal distinción entre ellos es el objeto y la amplitud. Las actividades rutinarias
se centran en la sociedad en general y en las características del objetivo. El patrón delictivo tiene un alcance más
local y se centra en el flujo de personas y cosas en el espacio y en el tiempo. Ya la elección racional prioriza al
individuo y su proceso de toma de decisiones. Resumiendo, CLARKE y FELSON (1998) sugieren que “la
sociedad y la localidad, juntos, pueden cambiar las oportunidades delictivas, mientras que el delincuente
individual toma decisiones en respuesta a estos cambios”. Es por esto que se argumenta que alterar las
situaciones que generan oportunidades produce cambios en los resultados criminales.

5. Los diez principios de la teoría de la oportunidad y la teoría de las ventanas rotas

Sin intención de negar que las variables personales o sociales son causas importantes del crimen, CLARKE
y FELSON (1998) señalaron que el propósito de su trabajo era proporcionar herramientas más tangibles y

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“corregir un desequilibrio en la teoría criminológica, que descuidó el importante papel de la oportunidad en


causar el crimen”.

Es por eso que ellos argumentan firmemente que el crimen es el producto de una interacción entre la
persona y el ambiente. El estudio de esta interacción proporciona más información sobre los patrones y
tendencias del crimen, lo que ayuda a diseñar medidas preventivas centradas en la reducción de oportunidades.

Así, esos autores sintetizaron diez principios sobre la relación del crimen con las oportunidades. A
continuación, se presentan estos principios con breves ejemplos y comentarios de VOZMEDIANO y GUILLÉN
(2010) y de PENACHINO (2011):

1. La oportunidad es una variable fundamental en la comisión de un delito.

Muchas tipologías delictivas podrían reducir su ocurrencia con modificaciones en el diseño de espacios
públicos. (VOZMEDIANO y SAN JUAN GUILLÉN, 2010).

Por ejemplo, al estudiar a los bares y centros nocturnos se demostró de que forma su diseño y tipo de
administración juegan un papel importante ya sea como generadores o como previsores de la violencia.
(PENACHINO, 2011).

2. Cada tipo de delito cuenta con oportunidades específicas.

Es decir, las oportunidades que deben darse para que ocurra un maltrato infantil no tienen nada que ver con
las que deben darse para el hurto de un móvil. (VOZMEDIANO y SAN JUAN GUILLÉN, 2010).

Por ejemplo, el robo de un auto para pasear y divertirse tiene un patrón distinto del robo de un auto para
vender las partes o para su venta con papeles remarcados. La teoría de la oportunidad del delito nos ayuda a
encontrar estas diferencias de tal manera que se puedan desarrollar e implementar intervenciones muy
específicas, diseñadas a propósito. (PENACHINO, 2011).

3. Las oportunidades para delinquir se centran en ciertos lugares y en momentos temporales concretos.

Es por este motivo que enfocar en las actividades rutinarias, conociendo el patrón delictivo, ayudará a la
prevención de la ocurrencia de delitos. (VOZMEDIANO y SAN JUAN GUILLÉN, 2010).

Se han encontrado diferencias dramáticas de un sitio a otro, incluso en áreas de alta delincuencia. Los delitos
se acentúan grandemente por el día de la semana, lo que refleja las oportunidades para su comisión (Teoría de la
Actividad Rutinaria). (PENACHINO, 2011).

4. El surgimiento de oportunidades de delito depende de las actividades diarias de la población.

Es decir, será más fácil robar en un domicilio de lunes a viernes en horario laboral (momento en el que los
integrantes de la casa estarán presumiblemente trabajando, en el colegio o instituto) que un día de fin de semana
en el que las probabilidades de que algún habitante de la casa esté en ella. (VOZMEDIANO y SAN JUAN
GUILLÉN, 2010).

Los delincuentes y los objetivos se acentúan de acuerdo con sus actividades rutinarias (trabajo, escuela,
diversión, etc.). Por ejemplo, los ladrones visitan a las casas en el día, cuando los ocupantes están fuera por
motivos de trabajo o escolares. (PENACHINO, 2011).

5. La comisión de un delito puede abrir puertas a la comisión de otros.

Por ejemplo, la compra ilegal de un arma de fuego puede facilitar la comisión de un delito con intimidación.
(VOZMEDIANO y SAN JUAN GUILLÉN, 2010).

Por ejemplo, un allanamiento exitoso puede motivar al delincuente para regresar en un futuro o un joven a
quien le han robado su bicicleta puede tomar eso como justificación para, a su vez, él robar una que reemplace a
la que le fue robada. (PENACHINO, 2011).

6. Algunos objetos (u objetivos criminales) tienen una condición intrínseca que les hace más atractivos
a la hora de ser elegidos para ser protagonistas de un delito.

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Por ejemplo, los artículos electrónicos fácilmente accesibles, como los reproductores portátiles de DVD y los
teléfonos celulares, son “productos calientes”, muy atractivos para los ladrones y asaltantes. (PENACHINO,
2011).

7. Los cambios sociales y la nueva tecnología ofrecen nuevas oportunidades de delincuencia.

Cuando un nuevo producto, normalmente de tecnología, aparece en el mercado pasa por cuatro fases:
innovación (el producto es muy caro y le interesa a poca gente), crecimiento (los precios bajan y más porcentaje
de población está interesado en adquirirlo – en esta fase los delitos de robo crecen), venta masiva (la curva de
delito comienza a bajar al ser más fácil para mayor porcentaje de gente adquirir el producto de forma lícita) y
saturación (la curva de delincuencia tiende a cero por falta de demanda). (VOZMEDIANO y SAN JUAN
GUILLÉN, 2010).

8. Se puede prevenir el delito en función de la disminución de la aparición de oportunidades.

Las estrategias de prevención situacional están orientadas hacia varios aspectos: incrementar el esfuerzo que
la persona que va a delinquir considera que tiene que realizar para cometer un delito; aumentar el riesgo percibido
por la persona que va a delinquir; reducir la posible recompensa que pueda obtener el delincuente por medio de
un acto delictivo y eliminar las excusas con las que el delincuente justifica su acción. (VOZMEDIANO y SAN
JUAN GUILLÉN, 2010).

9. Disminuir las oportunidades no suele producir el desplazamiento del delito.

Es decir, cuando se interviene efectivamente en la comisión de un delito, en un número reducido de veces el


delincuente cambia de delito o se desplaza geográficamente para cometerlo. Por lo tanto, la intervención es
efectiva en un alto porcentaje. (VOZMEDIANO y SAN JUAN GUILLÉN, 2010).

Un desplazamiento completo del delito es muy raro y muchas investigaciones han encontrado que dicho
desplazamiento es muy poco o casi nulo (vea la teoría del desplazamiento del delito). (PENACHINO, 2011).

10. Cuando se interviene en una zona para prevenir el delito los efectos positivos de la intervención
pueden extenderse a zonas adyacentes en las que no se ha aplicado dicha prevención.

Las medidas de prevención en un área pueden dar como resultado disminuciones del delito en otra área
cercana, debido a la “difusión de beneficios”. Esto se debe a que los delincuentes pueden sobrestimar el verdadero
alcance de las medidas implementadas. (PENACHINO, 2011).

Muchos de estos principios pueden verificarse fácilmente en un caso concreto narrado por WILSON y
KELLING (1982) en Broken Windows16, un estudio que dio origen a la teoría de las ventanas rotas, que, en resumen,
sostiene que el desorden genera desorden. En la práctica, se puede decir que si un edificio tiene algunas ventanas
rotas y si no se las reparan es probable que el edificio sufra más vandalismo.

Esos autores informan que Philip Zimbardo, un psicólogo de Stanford, presentó en 1969 un experimento
interesante:

Él consiguió un automóvil sin chapas, aparcado con el capó abierto, en una calle en el Bronx y un automóvil
comparable en una calle en el Palo Alto, California. “Vándalos” atacaron el coche en el Bronx diez minutos
después de su “abandono”. Los primeros que llegaron fueron los integrantes de una familia – padre, madre e hijo
– que sacaron el radiador y la batería. Tras veinticuatro horas, habían sacado prácticamente todo lo valioso.
Entonces la destrucción aleatoria empezó – destrozaron las ventanas, arrancaron partes, rasgaron los asientos.
Los niños empezaron a usar el coche como un playground. La mayoría de los “vándalos” adultos eran blancos
bastante presentables. El coche en el Palo Alto permaneció intocable por más de una semana. Entonces Zimbardo
rompió parte de él con un mazo. Luego, los peatones se estaban juntando. Dentro de algunas horas, habían
volcado y destruido el coche totalmente. Una vez más, los “vándalos” parecían ser principalmente blancos
respetables.

WILSON y KELLING (1982) explican lo que sucedió:

16 Traducción: Ventanas rotas.

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La propriedad descuidada se convierte en un juego para las personas que se divierten o que la saquean e
incluso para las personas que normalmente no sueñan con hacer dichas cosas y que probablemente se consideran
cumplidoras de la ley. En razón de la naturaleza de la vida comunitaria en el Bronx – su anonimato, la frecuencia
con la que se abandonan los coches y las cosas robadas o destruidas, la experiencia pasada de “a nadie le importa”
– el vandalismo comienza mucho más rápido que en el respetable Palo Alto, donde las personas pasaron a creer
que las posesiones particulares se cuidan, y que el comportamiento malicioso es costoso. Sin embargo, el
vandalismo puede ocurrir en cualquier sitio, una vez que las barreras colectivas – el censo de respeto mutuo y las
obligaciones de civilidad – se reducen por acciones que parecen indicar que “a nadie le importa”.

Según esa teoría, la supresión de los delitos menores limitaría la comisión de otros más graves, por lo que
se vuelve deseable reprimir fuertemente las primeras señales de desorden civil, que, si son detenidos a tiempo,
evitarían diversas manifestaciones delictuales de mayor intensidad (CABRALES y LÓPEZ, 2018).

Se identifican situaciones como esta hasta incluso en una escala menor. En muchas ciudades o vecindarios
alrededor del mundo es común ver que la basura se acumula en lugares donde ya no había una preocupación
por la limpieza urbana. Ese es un típico ejemplo de la teoría de las ventanas rotas. De acuerdo con SANZ (2018)
a medida que aumenta la suciedad y el abandono, es posible que disminuya la presencia de la “población
media”.

Si en un gran edificio se rompe (voluntaria o accidentalmente) una ventana, y nadie la repara durante un
tiempo, pronto estarán rotas todas las demás. Si una urbanización muestra signos de abandono (o deterioro, o
suciedad, o similar), y esto es algo que parece no importar porque nadie hace nada al respecto, entonces allí se
generará el delito. Un ejemplo aun más cercano… la clásica zona urbana con callejones descuidados o un parque
que no es cuidado por jardineros, lleno de suciedad… conforme aumenta la suciedad y el abandono, disminuye
la presencia de la “población media”, creándose así en estos lugares, con el tiempo, el sitio de reunión de grupos
de delincuentes (para realizar botellones, grafiti, actos delictivos, etc.). De hecho, al producirse esta situación, se
produce un aumento del miedo al delito. Este miedo al delito provoca menor actividad normal en la calle, lo que
implica menor vigilancia informal (vigilancia ciudadana), que a su vez implica mayores oportunidades de
delincuencia y por tanto mayor desorden y desorganización social. Por ello, no es una “simple teoría”, sino un
círculo vicioso que podría llegar a ser imparable.

Por lo tanto, entendemos que las lecciones de WILSON y KELLING (1982) son muy apropiadas: “el
requisito más importante es pensar que mantener el orden en situaciones precarias es un trabajo vital” y que se
debe reconocer “la importancia de mantener intactas a las comunidades sin ventanas rotas”.

6. Posibilidad de aplicación práctica

Como se observó el crimen es el producto de una interacción entre la persona y el ambiente (CLARKE y
FELSON, 1998). Por eso el trabajo priorizó conocer mejor el escenario brasileño, pues creemos que se puede
reducir las oportunidades de la corrupción a partir de cambios en el entorno donde se practica ese delito.

Se puede estudiar el ambiente brasileño desde varios ángulos. En este estudio, nuestro enfoque es en los
escenarios relacionados con la burocracia y con la percepción de corrupción, debido a que el país ocupa malas
posiciones en esos índices.

V. ESTRUCTURAS ORGANIZATIVAS DEL ESTADO

La corrupción no solo tiene que ver con las ansias de ganancia del burócrata o gobernantes; tiene que ver
con el diseño institucional (BORAGINA, 2018). Por eso, para NASCIMENTO (2016), es importante conocer las
instituciones donde se establece la corrupción.

Con eso en mente, imaginemos una hipotética estructura organizativa jerárquica clásica. De arriba abajo,
hay por ejemplo una presidencia, algunas directorias, las gerencias, las coordinaciones, las supervisiones y sus
respectivos equipos. En varios países las instituciones públicas suelen seguir ese modelo. En Brasil, hay varios
órganos con una estructura similar, a citar: del Poder Legislativo, el SENADO FEDERAL17; del Poder Ejecutivo,

17 Disponible en: <https://www12.senado.leg.br/institucional/estrutura/++resource++img/estrutura/organograma_v27.svg>,

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La relación entre corrupción y burocracia: estudio criminológico desde… 42

el MINISTERIO DE SALUD18; del Poder Judicial, el TRIBUNAL REGIONAL FEDERAL DE LA 1ª REGIÓN19.


Respetando las proporciones y complejidades de cada órgano, no hay mucha variación. Hay varias líneas
jerárquicas (verticales) cuyos sectores no se comunican entre sí (horizontalmente); dependen de los niveles más
altos incluso para tareas sencillas.

Eso nos parece problemático porque es lento, ineficiente y poco económico. Además, es frecuente que se
tarde días para que se responda a una simple solicitud. La situación se vuelve aún más compleja cuando existe
la necesidad de comunicación entre varias directorias o gerencias para satisfacer la misma demanda. En tales
casos, el número de “pasos” podría duplicarse o incluso triplicarse.

Un escenario con las estructuras sumamente jerárquicas o que tienen una gran distancia entre las
instancias más altas y las más bajas suele tener una alta vulnerabilidad a la corrupción (ESTÉVEZ, 2005). Es un
círculo vicioso que atrae a los agentes corruptos (AGUIRRE y FLORES, 2019).

SUTHERLAND (2014) critica los sistemas organizativos de varios niveles, ya que están llenos de barreras
que limitan la libertad, el trabajo en equipo, la autonomía y la colaboración. El autor del método Scrum20 aboga
por un sistema organizativo diferente del modelo de cascada tradicional, ya que este es lento y no les garantiza
a los administradores el control total de los procesos.

La mayor parte del desarrollo de software se hacía usando el método en cascada, en el cual un proyecto se
concluía en todos los niveles distintos y seguía, paso a paso, en dirección al lanzamiento para los consumidores,
o usuarios. El proceso era lento, imprevisible y, en general, nunca resultaba en un producto que las personas
querían o estaban dispuestas a pagar para obtener. Atrasos de meses o incluso de años eran endémicos al proceso.
Los planos iniciales de paso a paso, expuestos en detalles reconfortantes en diagramas de Gantt, les aseguraban
a los gestores que teníamos total control del proceso de desarrollo – sin embargo, casi siempre, nosotros
rápidamente nos quedábamos atrasados en relación al cronograma, y desastrosamente más allá del presupuesto.

Para superar esos problemas, en 1993, inventé una nueva forma de hacer las cosas: el Scrum. Se trata de un
cambio radical de las metodologías prescriptivas en sentido decreciente que se usaron en la gerencia de proyectos
en el pasado; ya el Scrum es semejante a los sistemas autocorrectivos, evolucionarios y adaptativos. Desde el
comienzo, la estructura del Scrum se volvió la forma como el sector tecnológico creaba nuevas aplicaciones de
software y productos.

El método de SUTHERLAND (2014) facilita los procesos para construir cualquier cosa, desde coches que
recorren 42 kilómetros por litro de combustible hasta llevar los sistemas de base de datos del FBI al siglo 21. En
2001, el autor y otros 16 líderes de desarrollo de software escribieron lo que se conoció como el “Manifiesto
Ágil”, donde establecieron los siguientes valores a considerar al ejecutar proyectos: personas en lugar de
procesos; productos que realmente funcionan en lugar de documentación que indica cómo debería funcionar el
producto; trabajar con los clientes en lugar de negociar con ellos; y responder a los cambios en lugar de seguir
un plan. “Scrum es la estructura que construí para poner estos valores en práctica”, dice.

Una de las concepciones del Scrum de mayor interés para el presente trabajo es el hecho de que la
estructura organizativa actualmente utilizada en casi todos los órganos públicos tiene defectos de transparencia.
SUTHERLAND (2014) explica que los gerentes generalmente no quieren que otros gerentes, sus propios equipos
u otros en la estructura de poder de la organización sepan exactamente qué están haciendo o qué pueden hacer
y durante cuánto tiempo.

acceso el 08/07/2019.
18 Disponible en: http://portalarquivos2.saude.gov.br/images/pdf/2019/junho/26/-A3--Organograma-B--sico-MS-Dec-9795-
alterado-9816.pdf, acceso el 08/07/2019.
19 Disponible en:
https://portal.trf1.jus.br/data/files/7C/47/37/36/34CB361017A2AB36052809C2/ORGANOGRAMA%20%20e%20
Regulamento%20de%20Servi_o%202018%20web%20t4.pdf, acceso el 08/07/2019.
20 Jeff Sutherland y Ken Schwaber inicialmente concebiron este método para gestionar proyectos de desarrollo de software. Debido a

sus cualidades y potencialidades, el método se ha aplicado en cualquier contexto en el que un grupo de personas necesite trabajar en
conjunto para lograr un objetivo común.

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Ese escenario se queda más preocupante cuando se nota que en Brasil muchos de esos cargos se ocupan
debido a indicaciones políticas. Informaciones del Portal de Transparencia21 revelan que, en algunas ocasiones,
los puestos comisionados corresponden al 70% del personal. Este es el caso del Ministerio de Desarrollo Social,
que, en 2011, tenía 586 puestos de confianza para un total de 839 empleados. En otros seis ministerios y en la
Presidencia de la República, el número de comisionados superaba el 50% del personal.

Además, Brasil no carece de ejemplos de casos de corrupción donde los gestores públicos en los niveles
más altos de la cadena jerárquica no tenían conocimiento de las prácticas criminales que ocurrían dentro del
órgano. Por lo tanto, más grave que la ineficiencia del sistema es la falta de transparencia lo que nos preocupa,
ya que favorece la corrupción, como lo señalan BARRETO y OLIVEIRA (2017):

Una de las maneras más eficientes de combatir la corrupción es la inversión en la transparencia de las
informaciones con relación al uso de los recursos públicos y en la educación consciente, basada en una moral ética
y correcta, capaz de orientar a las personas a que realicen elecciones libres de vicios inmorales y tendenciosos.

ESTÉVEZ (2005) también señala la importancia de la transparencia. Defiende que “las condiciones de
opacidad son favorables para el desarrollo de la corrupción, por ello todo sistema que pretenda controlarla,
debe incrementar las condiciones de transparencia”. Además, la transparencia es instrumento para el logro de
la efectividad del derecho a una buena administración (SOLÉ, 2018).

SUTHERLAND (2014) también relaciona la corrupción con la falta de transparencia:

La corrupción – sea en pequeña escala de burócratas que aceptan sobornos por servicios, o a gran escala de
grandes bancos acumulando riqueza al privatizar los lucros y dividir las pérdidas – es el resultado de la falta de
transparencia y de la centralización del poder en las manos de pocos.

En la mayoría de las capitales mundiales, se desarrolló una clase de cortesanos que constituye el gobierno
permanente. Se conceden contratos, se gana dinero, y se confiere poder con base en “quien indica” y no en “lo
que usted aporta”. En ningún lugar eso es más evidente que en el modo como políticos, generales y burócratas
poderosos alternan entre el gobierno y el sector privado repetidas veces. Es increíble el número de generales de
cuatro estrellas que se vuelven suministradores de servicios de defensa o senadores que se vuelven “lobistas”, o
exfuncionarios públicos de la administración que entran a grupos comerciales.

Scrum ha mostrado efectivos resultados. En PatientKeeper, por ejemplo, los desarrolladores de proyectos
temían inicialmente la transparencia, pero la aplicación del método fue positiva. SUTHERLAND (2014) cuenta
que:

Como todo el trabajo se quedó “abierto”, fuimos capaces de coordinar las tareas entre varios equipos. Todos
sabían exactamente en lo que cada uno estaba trabajando, todo el tiempo. Ellos podrían apoyar unos a los otros
si alguien se deparase con un obstáculo. Un desenvolvedor tal vez ya hubiese descubierto una solución para un
problema que otro estaba enfrentando. Aunque no estuviesen en el mismo equipo. La productividad en la
PatientKeeper más que cuadriplicó.

Este éxito no duró mucho, ya que después se abandonó el método, lo que les fue costoso:

Después que salí de la PatientKeeper, un nuevo equipo de gestores decidió que el Scrum no era más la mejor
forma de gerenciar las cosas. El resultado fue que el lanzamiento de productos cayó de 45 por año para dos; la
receta de US$ 50 millones para US$ 25 millones; el desgaste que había sido menos del 10% subió para más del
30%. Ellos dejaron de ser una gran empresa y volvieron a presentar un desempeño mediocre al regresar al
comportamiento corporativo tradicional.

Por ello, es evidente que hubo un aumento en la productividad con la aplicación del método Scrum y una
consiguiente caída poco después de abandonarlo.

21 O Globo. Governo Federal tem ministério com até 70% de cargos comissionados. Disponible en: https://oglobo.

globo.com/politica/governo-federal-tem-ministerio-com-ate-70-de-cargos-comissionados-2792971, acceso el 17/09/2019.

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La relación entre corrupción y burocracia: estudio criminológico desde… 44

Los temas de la eficiencia y de la productividad se resaltan cuando se tiene en cuenta que uno de los
principios más caros de la administración pública es la economía. Pero, como ya se dijo, para este trabajo,
nuestro enfoque es la falta de transparencia del modelo utilizado actualmente.

A pesar de que Brasil no carece de normativos y de herramientas para dar más visibilidad a las acciones
estatales, el modelo actual no ha podido prevenir los casos más diversos de corrupción que se han extendido
por todo el país en los últimos años. Luego, creemos que el entorno descrito anteriormente es un elemento que
aumenta las oportunidades de corrupción.

La estructura organizativa jerárquica clásica también genera otro tipo de problema: la falta de interés del
empleado de un sector con lo que sucede en el ámbito de otro sector (lo que resulta en una menor vigilancia –
actividades rutinarias). BARRANCO (2016) llama la atención para la paradoja: “quienes de verdad pueden
evitar la corrupción son quienes pueden cometerla”.

Escenarios como este crean oportunidades para una amplia gama de problemas, incluida la comisión de
delitos como la corrupción. Por lo tanto, de las lecciones de CLARKE y FELSON (1998) entendemos que es
posible reducir las oportunidades de este crimen al interferir en este entorno. Según ESTÉVEZ (2005), “las
estructuras jerárquicas medianas y con un carácter abierto y participativo suelen ser sus mejores antídotos”.
Antes de pasar a las posibles soluciones, hay otro núcleo a analizar: el índice Doing Business.

VI. DOING BUSINESS

El proyecto Doing Business (DB) analiza cada año lo que dificulta las actividades comerciales en cada país.
En el informe de 201122, el Banco Mundial y la Corporación Financiera Internacional publicaron algunas
explicaciones de este índice:

Doing Business ofrece una medida cuantitativa de las regulaciones sobre iniciar un negocio, obtención de
permisos de construcción, registro de la propiedad, obtención de crédito, protección a los inversores, pago de
impuestos, comercio internacional, cumplimiento de contratos, finalización de una empresa – según se aplique a
pequeñas y medianas empresas nacionales. También examina las regulaciones de empleo de los trabajadores y
obtención de electricidad.

Una premisa fundamental de Doing Business es que la actividad económica requiere buenas reglas. Estas
incluyen las que establecen y clarifican los derechos de propiedad y reducen los costos para resolver disputas, las
que aumentan la previsibilidad de las interacciones económicas y las que protegen a los socios contra abusos. El
objetivo: regulaciones con foco en la eficiencia, accesibles a todos los que las necesiten y sencillas de implementar.
Como resultado, algunos indicadores en el informe Doing Business se ubican en una posición más alta para una
mayor regulación, como requisitos de informes más estrictos para transacciones con terceros. Otros proporcionan
una calificación más alta para una forma más sencilla de implementar la regulación existente, como cumplir con
todos los trámites necesarios para iniciar un negocio a través de un servicio centralizado.

Sobre su importancia, el propio informe hace una interesante comparación:

Doing Business actúa como un tipo de examen de colesterol del ambiente regulatorio de las empresas
nacionales. Un examen de colesterol no dice todo acerca de nuestra condición de salud. Pero evalúa un aspecto
importante de ella. Y nos pone en alerta para cambiar los comportamientos de una manera que no solo mejora
nuestro colesterol, sino también nuestra salud en general.

Hasta el 2011, el proyecto había contado, a lo largo de ocho años, con más de 11 mil profesionales, en 183
economías, quienes ayudaron a proporcionar datos sobre los indicadores de Doing Business, que son los
siguientes: (01) iniciar un negocio, (02) obtención de permisos de construcción, (03) registro de la propiedad,
(04) obtención de crédito, (05) protección al inversor, (06) pago de impuestos, (07) comercio internacional, (08)

22 Doing Business. Disponible en: https://portugues.doingbusiness.org/pt/reports/global-reports/doing-business-2011, acceso el

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cumplimiento de contratos, (09) finalizar una empresa, (10) obtención de electricidad y (11) empleo de
trabajadores.

En ocho de esos indicadores, se analiza factores como el tiempo y el costo, mientras que los procedimientos
ganan atención en cinco de ellos. La relevancia de estos parámetros para la formación del índice DB es evidente.

Dificultades en factores de esa naturaleza suelen relacionarse con la burocracia y con la ineficiencia de la
administración pública, lo que, según HAYASHI (2012), refleja el bajo desempeño institucional del país y dan,
como resultado, índices de gobernanza bajos, consistentes con los niveles de corrupción percibidos.

En sentido similar, POZO (2014) señala que:

Sin embargo, se considera que la corrupción juega un papel positivo en la medida en que
contribuye a superar las barreras formales y rígidas de la burocracia propias a dichas sociedades. Así
mismo, se estima que facilita la integración de los distintos sectores de la sociedad en los periodos de
tránsito hacia la modernidad, de crisis económica o de inestabilidad política que viven esas sociedades.
Desde esta perspectiva, la corrupción sería sobre todo un fenómeno local condicionado por las
circunstancias económicas, políticas y culturales de cada sociedad y en una época determinada.

La gestión pública en Brasil todavía exige mucho de todos. Es necesario invertir en eficiencia, efectividad
y ética en la conducción de políticas públicas, pues aunque muchos desvíos de dinero público derivan de la
corrupción no se pueden ignorar las pérdidas que se deben a la ineficiencia y a la incompetencia de los gestores
(NASCIMENTO, 2016).

Una vez que el ambiente crea oportunidades para la corrupción, se puede prevenir ese tipo de delito
interfiriendo en su escenario (CLARKE y FELSON, 1998).

VII. PROPUESTAS

Las soluciones que se presentan derivan de las oportunidades reveladas en el estudio de las estructuras
organizativas del estado brasileño – desde donde se observa que la estructura organizativa de casi todos los
organismos públicos brasileños sigue el patrón jerárquico clásico (cascada), que, además de no ser efectivo y
económico, carece de transparencia, tiene gran burocracia y dificulta que los gestores tengan control total sobre
los procedimientos, ya que las comunicaciones entre los sectores requieren múltiples pasos – y también de lo
observado en el estudio del Doing Business, una vez que el tiempo, los costos y los procedimientos son factores
relevantes en la formación del índice que mide la burocracia.

Las dificultades de tal naturaleza se relacionan con la burocracia y la ineficiencia de la administración


pública, factores que significan índices de baja gobernabilidad, consistentes con los niveles percibidos de la
corrupción (HAYASHI, 2012). También se puede decir que los altos niveles de burocracia incentivan actos de
corrupción (FREIRE JÚNIOR y OLIVEIRA, 2019; RODRÍGUEZ, 2013).

Ese modelo está lleno de barreras que limitan la libertad, el trabajo en equipo, la autonomía y la
colaboración; también perjudica un mejor conocimiento y supervisión de lo que se está sucediendo en cada
sector.

Por eso, se propone cambiar, siempre que sea posible, la estructura organizativa clásica (cascada) a
modelos más horizontales, con menos niveles.

El objetivo de la propuesta es reducir la burocracia y aumentar la transparencia interna del trabajo de la


agencia con una mayor integración entre los sectores. Simplificar la jerarquía significa también tener menos
cargos ocupados por indicaciones políticas, aún más cuando la transitoriedad en los cargos es un factor relevante
para la corrupción (BORAGINA, 2018):

En la esfera política pasa algo bastante similar que en la administrativa respecto de los funcionarios elegidos
popularmente mediante el voto. Su transitoriedad es mayor que la de los elencos estables burocráticos y, por
consiguiente, su tendencia a acumular durante tan breve periodo también será más grande. De allí, la importancia

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de establecer controles de todo tipo y de gran efectividad para evitar el enriquecimiento de funcionarios y demás
burócratas a costa del erario público.

MASEDO (2016) también demuestra preocupación con el acceso a puestos de trabajo en la


Administración por vías diferentes del habitual concurso:

En primer lugar, el sistema de empleo público no responde exactamente a un modelo de burocracia cerrada.
Hasta un 30% de los empleados públicos de la Administración Central del Estado no son funcionarios, luego
acceden directamente a un puesto de trabajo en la Administración por otras vías que no son los tradicionales
exámenes de ingreso en los Cuerpos de funcionarios. Este hecho, precisamente, abre una posibilidad cierta a la
utilización de criterios discrecionales en el acceso al empleo público. En este orden de cosas, y al menos para el
caso de España, hay que distinguir entre las modalidades de acceso y la provisión de puestos de trabajo. Siendo
el concurso la vía habitual para esta última, la libre designación se ha extendido como una mancha de aceite en
los últimos años, lo cual abre una segunda vía de politización en nuestras administraciones públicas. Es decir, allí
donde encontramos espacios político-administrativos que no son ocupados por funcionarios de carrera
atendiendo al criterio del mérito (concurso), las posibilidades de politización –y quizás de corrupción– son
mayores.

En segundo lugar, encontramos que las hipótesis de las que parten las investigaciones del QoG no son al
menos para España del todo excluyentes, puesto que la existencia de exámenes formales para el acceso a la
función pública no es incompatible con que sean los méritos los que cuenten para acceder a un puesto de trabajo
concreto. De esto se deduce que los indicadores que miden los supuestos de ambas hipótesis podrían medir la
misma.

En tercer lugar, una buena parte de los casos de corrupción en España se han producido en administraciones
regionales y locales, esto es, en aquellas en las que el sistema de empleo público es más laxo y en las que, desde
la transición política, ha habido menos tiempo para consolidar Cuerpos de funcionarios. En definitiva, al menos
para el caso de España, la existencia de funcionarios de carrera podría ser un factor disuasorio para la corrupción.

Ante eso, las siguientes medidas son factibles:

a) Simplificación de líneas jerárquicas, reduciendo el número de gerentes y acercar a los equipos


operativos a los niveles más altos, reduciendo los costos, el tiempo e la cantidad de procedimientos necesarios.

b) Desarrollo de plataforma, sistema o metodología que permita que cada sector tenga conocimiento de
los proyectos y trabajos de otros sectores.

c) Tener menos cargos ocupados por indicaciones políticas.

Todas estas propuestas se basan en las lecciones presentadas en este estudio. Conforme señalado
anteriormente, SUTHERLAND (2014) critica la estructura jerárquica clásica porque dificulta el control de los
gerentes sobre lo que está sucediendo.

En Brasil, hay muchos ejemplos de casos de corrupción donde los agentes públicos en los niveles más
altos de la cadena jerárquica no tenían conocimiento de las prácticas delictivas que ocurrieron dentro de la
organización. Según ESTÉVEZ (2005), “las estructuras jerárquicas medianas y con un carácter abierto y
participativo suelen ser sus mejores antídotos”. Además, disminuir las estructuras permite eliminar una serie
de burócratas susceptibles a percibir sobornos (RODRÍGUEZ, 2013). Y, como apuntado, tiempo, costo y
procedimientos afectan directamente la productividad y la economía de cualquier proyecto.

Las propuestas también encuentran apoyo en el enfoque de las actividades rutinarias, que defiende la
importancia de la vigilancia como una forma de reducir las oportunidades para el crimen. Vale la pena
mencionar el caso del incendio en el metro de Londres en 1987, donde la cadena jerárquica y la falta de
interacción entre los sectores contribuyeron a la tragedia (DUHIGG, 2012). Escenarios como este generan
oportunidades para una amplia gama de problemas, incluida la comisión de delitos como la corrupción. Así
que, siguiendo las pautas de CLARKE y FELSON (1998), es posible reducir las oportunidades de este crimen al
interferir en el medio ambiente a partir de las medidas propuestas anteriormente, ya que el surgimiento de
oportunidades de delito depende de las actividades diarias de las personas en el entorno.

Por fin, ambientes similares a los apuntados en la teoría de las ventanas rotas, de WILSON y KELLING
(1982), conducen a la corrupción, pues escenarios de desorden generan más oportunidades para el crimen; y se

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suma a eso algunos de los principios de la teoría de la oportunidad, como, por ejemplo, que se puede prevenir
el delito en función de la disminución de la aparición de oportunidades y que la comisión de un delito puede
abrir puertas a la comisión de otros.

VIII. CONCLUSIÓN

La investigación eligió la corrupción como objeto, pues es un tema de gran preocupación mundial
(GONZALES, 2018). La motivación para el trabajo se originó de la observación de que en 2011 Brasil se volvió
una gran potencia económica, pero tenía malas posiciones en los rankings de burocracia y de corrupción. Se
observó que otros países tenían un escenario similar. Sin embargo, las medidas adoptadas en el país no se
muestran suficientes para prevenirla.

Con eso en mente, se buscó en la criminología las herramientas para el trabajo. La teoría de la oportunidad
(CLARKE y FELSON, 1998) fue la base teórica del estudio. Ella defiende que la oportunidad es una causa básica
del crimen y que a partir del conocimiento del ambiente es posible encontrar medios para prevenir el delito.

Después de analizar los tres enfoques de la teoría de la oportunidad – actividades rutinarias, patrón
delictivo y elección racional – y sus diez principios, se concluye por aplicarlos en el estudio de la prevención de
la corrupción, con enfoque en la burocracia.

Del estudio de las estructuras organizativas del Estado se verificó que los órganos públicos brasileños se
utilizan, en su mayoría, de la estructura jerárquica clásica. SUTHERLAND (2014) apunta que ese modelo es
problemático porque es lento, ineficiente y poco económico. Pero, más importante, no es transparente, ya que
está lleno de barreras que limitan la libertad, el trabajo en equipo, la autonomía y la colaboración. Ese escenario
es muy grave, pues, según BARRETO y OLIVEIRA (2017), la falta de transparencia favorece la corrupción.
También la burocracia, cuando en altos niveles, incentiva actos de corrupción (FREIRE JÚNIOR y OLIVEIRA,
2019; RODRÍGUEZ, 2013). De ese modo, se concluye que la propia estructura organizativa de la mayoría de los
órganos públicos brasileños facilita la corrupción.

También se analizó el proyecto Doing Business (DB), que evalúa año a año lo que dificulta las actividades
empresariales en cada país. El índice DB parte de algunos indicadores, como: iniciar un negocio, obtener
permisos de construcción, registro de propiedades, obtener crédito, protección al inversionista, pago de
impuestos, comercio internacional, cumplimiento de contratos, cerrar un trato, obtener electricidad y contratar
trabajadores. Los factores tiempo, costo y procedimientos tienen gran importancia en esos indicadores, lo que es
relevante porque afectan directamente la eficiencia, la productividad y la economía de cualquier proyecto, pues
son obstáculos que perjudican la fluidez y la transparencia en los procesos. Y dificultades de esa naturaleza
suelen relacionarse con la burocracia, la ineficiencia de la administración pública y el bajo desempeño
institucional del país y dan, como resultado, índices de gobernabilidad bajos, consistentes con los niveles de
corrupción percibidos (HAYASHI, 2012).

De eso, se propone cambiar, siempre que sea posible, la estructura organizativa clásica (cascada) a
modelos más horizontales, con menos niveles, menos burocracia, aumentando la transparencia interna y
permitiendo al personal mayor conocimiento sobre los proyectos en curso, con una mayor integración entre los
sectores. El desarrollo de una plataforma, sistema o metodología que permita que cada sector tenga
conocimiento de los proyectos y trabajos de otros sectores también puede ayudar, así como tener menos cargos
ocupados por indicaciones políticas.

Es verdad que ese estudio indica grandes cicatrices dejadas por la corrupción, así como la ineficiencia en
prevenir ese tipo de delito. Por otro lado, del desarrollo de la investigación se logró encontrar caminos,
soluciones y alternativas para combatir ese problema, que es de gran relevancia mundial. Se espera que este
trabajo motive a las sociedades, estados, agencias e instituciones más diversas para confrontarlo a partir de
soluciones que interfieran directamente en el ambiente en el que se comete el delito, eliminando así algunas de
las causas de la criminalidad: las oportunidades. En el caso, se trató solo de la burocracia, pero hay muchas otras
para exploración.

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