Diacono
Diacono
Diacono
I. INTRODUCCION
II. PRESENTACION
A. Origen Hechos 6:1-4
B. Nombre
C. Requisitos
1. Espirituales. Hechos 6:3-5
a. Buen testimonio
b. Lleno del Espíritu Santo
c. De sabiduría
d. Lleno de fe
2. Personales
a. Honesto
b. Sin dobles
c. No dado al vino
d. No codicioso
3. Doctrinales
a. Debe conocer la doctrina
b. Debe practicar la doctrina
c. Debe tener una convicción personal
4. Experiencia profunda: 1ª Timoteo 3:16
5. En cuanto al hogar: 1ª Timoteo 3:12
a. Marido de una sola mujer
b. Que Gobierne Bien sus Hijos y Casa
E. Deberes
III. CONCLUSIÓN
I. INTRODUCCIÓN.
Él mas alto honor que puede recibir un hombre y una mujer es: el de ser elegido y ordenado
Diácono de su iglesia. Ser diácono es ser: “SERVIDOR DE CRISTO”, y su trabajo debe ser de Servicio
desinteresado al Señor.
El Diácono viene a ser “La Sal” de la Iglesia, porque así como este elemento concentrado trasforma
el sabor de los alimentos, el Diácono tiene la oportunidad de darle a su Iglesia un sabor espiritual.
La Iglesia por regla general refleja su crecimiento cuando hay una gama de Diáconos idóneos que
se encargan de estos trabajos menores para que el Ministerio de la Palabra, la Oración y el Ayuno,
sean más eficaces a través del Ministerio.
II. PRESENTACIÓN
“El Servidor de Cristo” surgió de una necesidad básica, o en un sentido, de una crisis en la Iglesia
Cristiana del primer siglo. La Iglesia había crecido rápidamente y para resolver las necesidades
materiales de los creyentes, cada miembro entregaba lo que tenía para el fondo general. (Hechos
4:34-35)
No había diferencia entre rico y pobre, por consiguiente, los apóstoles tenían una doble función; se
dedicaban a predicar, enseñar, orar y también a solucionar necesidades materiales, está
responsabilidades llegaron a ser agobiantes, además surgió un descontento cuando un grupo creyó
no estar recibiendo la parte correcta de la distribución diaria. Hechos 6:1, Satanás quería dividir la
iglesia naciente y levantó un foco divisorio, por cuestiones secundarias, quería que los apóstoles
perdieran la visión espiritual y eterna por cuestiones terrenales. Los apóstoles se dieron cuenta del
grave peligro que presentaba, por esa razón pidieron a la congregación que nombrara siete varones
con el propósito de que ayudaran a “Servir a las Mesas”. De esta manera estos servidores aliviaron
la carga de los Apóstoles y se hicieron cargo de atender las necesidades materiales de la
comunidad, así que, los apóstoles podían darse por entero al trabajo espiritual. Hechos 6:2-4.
Los siete hombres elegidos no se llamaron Diáconos, sin embargo, el trabajo para el cual fueron
escogidos era claramente el de los Diáconos. Se puede llamar Diáconos a estos hombres en el
sentido que brindan un servicio oficial en la Iglesia. La base de la institución de Diaconado se
encuentra en esta función. Este puesto es especial para atender las necesidades, fue el prototipo
de lo que sería la labor del Diácono.
La Iglesia guiada por el Espíritu Santo, buscó la manera de solucionar su problema y decidió
nombrar algunas personas que ayudaran a los Apóstoles en su Ministerio.
B. NOMBRE.
En los primeros días a los nuevos oficiales, no se les designó con un término específico, sino que se
les llamó “Los Siete Varones” Hechos 6:3. Pero el prestigio y los deberes de “los siete” fueron
aumentando, y más tarde se les confirió el título de Diáconos. Parece que el ejemplo dado por la
Iglesia Madre de Jerusalén, incitó a las congregaciones de Pablo a nombrar hombres con propósitos
similares y a llamarlos Diáconos.
Pablo introduce su carta a los Filipenses diciendo: Obispos y Diáconos (Filipenses 1:1. Es fácil
reconocer como el título lo evolucionó, el término Diácono proviene del griego Diakonos que
significa “Servir” de ahí que el Diácono es un servidor de Cristo, así que el término está en armonía
con la función que el Diácono desempeña.
“Los Siete Varones” nombrados para ayudar a los Apóstoles fueron los antecesores de los Diáconos
que ahora sirven a la Iglesia en compañía del Pastor.
C. REQUISITOS.
LA Biblia habla con claridad lo que debe ser un Diácono, en Hechos 6:1-7 leemos acerca de las
cualidades de los primeros Diáconos y en 1ª Timoteo 3:8-13, encontramos la lista de los siete
requisitos que los que desempeñan tal oficio deben llenar, Pablo y los otros apóstoles creyeron
profundamente que los Diáconos tenían que ser cristianos firmes, para nuestro estudio hemos
dividido los requisitos para el Diaconado en varias categorías, considerando las cualidades de “Los
Primeros Siete”
a. De buen testimonio.
El vocablo griego indica “de quien se piensa bien o de quien se tiene buena opinión”. La buena
opinión del Diácono para que tenga validez debe venir de los demás, un hombre que puede hablar
de sí mismo, pero es más importante lo que otros digan de él, se espera pues, que la gente hable
bien del Diácono. La conducta en la vida personal es una recomendación de por sí.
La Iglesia debe buscar hombres que estén poseídos por el Espíritu Santo. El Espíritu Santo es una
persona real, y el Diácono debe tener una relación íntima con él. Las capacidades intelectuales
pueden ayudar al hombre a ser un buen Diácono, pero los recursos espirituales ayudan a una
consagración completa en la obra del Señor. Esto nos da a entender que debe haber una
combinación de conocimiento de llenura, para recibir una obra eficaz. Cuando los apóstoles
demandaron que “Los Siete Varones” fueran hombres llenos del Espíritu Santo, todos
comprendieron a lo que ellos se referían. El Diácono pues debe tener un fundamento espiritual
sólido.
C. Y De Sabiduría.
1. Según el diccionario: Las cualidades de ser sabio; el poder de juzgar correctamente y seguir el
procedimiento más sano, basado en: Conocimiento – Experiencia – Entendimiento, una actitud
prudente y serena en la vida o en los negocios generales en la mente.
2. Según Su Uso En El Nuevo Testamento.
c. Como Don. Su base: Manifestación del Don a través del Espíritu Santo 1ª Corintios 12:8. El más
básico sentido de la palabra “Sabiduría” según su uso en esta escritura, es lo que se expresa
bajo Conocimiento – Experiencia – Entendimiento. El Diácono sabio debe estar en capacidad
para tratar asuntos de negocios y asuntos espirituales, debe usar en todo momento, su sentido
común; más aún, su mente debe estar dirigida completamente por el Espíritu Santo. La
sabiduría es necesaria para dirigir, Eclesiastés 10:10 para aconsejar, para discernir y para ser de
inspiración a la Iglesia. Dios promete “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a
Dios el cual da a todos abundantemente y sin reproche le será dada. (Santiago 1:5)
D. Llenos de Fe.
1. Otra condición esencial para ser elegido entre “Los Siete Varones” fue ser llenos de fe.
San Pablo menciona ese Don y se refiere aquí a esa seguridad de Dios, a ese atrevimiento
heroico que mueve montañas y es el producto de la presencia y del poder del Espíritu Santo
en el creyente.
2. PERSONALES.
En 1ª Timoteo 3:8-13, encontramos una serie de requisitos de carácter personal que debe llenar
el Diácono.
a. Honesto: Según el diccionario: decente, recatado, pudoroso, razonable. En el griego quiere decir
“Honorable, serio de peso” porque el Diácono tenía que tratar con personas de todas clases, edad y
tipo, por eso tenía que ser un hombre firme y constante en su relación con Dios y con los hombres.
No significa seriedad en contraposición con la alegría, ni con la felicidad, el buen humor no impide
que un hombre sea un buen Diácono. El consejo paulino es el siguiente: “GOZAOS EN EL SEÑOR”
(Filipenses 3:1) indica que el corazón alegre es de inapreciable valor en la vida cristiana. (El Diácono
debe inspirar confianza con su sonrisa).
b. Sin dobles. El Diácono debe ser una persona de una sola palabra, debe mantener su posición
ante un asunto cualquiera delante de todas las personas, debe ser sincero, no puede decirle
una cosa a una persona y otra cosa distinta a otra. El hombre que no es consciente de lo que
dice no es digno de confianza. Tal actitud es engendrada por la intención de engañar, el engaño
a su vez trae división y sospechas. No debe caer en terreno demagogo de tener dos caras. “Un
oficial de la iglesia generalmente Conoce Muchos Asuntos Intimo de los Miembros, lo que Él
Sabe Debe Mantenerlo en Confidencia más Estricta.” El Diácono que visite a los miembros de la
Congregación, conocerá más a fondo los problemas y no hablará a la ligera sino con toda
verdad. Será pues hombre honrado y cuidadoso en el uso de sus palabras.
c. No dado a Mucho Vino. En aquellos tiempos el vino era una bebida tan sana como lo es hoy el
té o el café. Entonces, en relación con esta bebida que es tan común, el Diácono debía ser un
hombre cuidadoso en no beber mucho vino. En el idioma griego, la idea encerrada en esta
declaración corresponde a: “No tener la mente puesta en el exceso de vino” porque tal actitud
guiará al abuso. El Diácono de hoy está muy comprometido con Dios respecto a su posición
ante las bebidas alcohólicas. Tomando en consideración los grandes males y peligros que causa
el alcoholismo y el fracaso casi total de los esfuerzos por la moderación. Un estudio cuidadoso
de la Biblia, revela que la posición más segura del cristiano en cuanto a las bebidas
embriagantes debe ser de abstenerse completamente de ellas, más aún, el espíritu cristiano
demanda la abolición completa del tráfico de licores, ya que este ha destruido a tantas vidas, ha
causado indecible a un sinnúmero de familias y los daños materiales que ha originado no se
pueden calcular. Algunos creen que el espíritu de interpretación da a este punto libertad para el
uso de las bebidas embriagantes “No es un exceso”, la Biblia no da una doble norma, hay una
línea clara de enseñanza bíblica de que el uso y el abuso del licor van en contra del espíritu
cristiano. El Diácono no debe tomar licor.
Así como la obra y la fe son inseparables, el conocimiento y la práctica son dos cosas
indispensables en el Ministerio del Diácono para que sea eficaz.
Solo con convicciones basadas en las Escrituras, es que el Diácono puede ser leal a Dios en su vida
diaria. Alguien ha dicho que existe una diferencia entre las opiniones de un hombre y sus convicciones,
una opinión es una idea que un hombre sostiene, una convicción es una idea que lo sostiene a él. Si el
Diácono cumple su ministerio eficazmente es porque está bien seguro de lo que cree. Esteban “uno de
los siete”, es un verdadero ejemplo del Diácono que tiene profunda convicción de lo que creía, “pero
no podía resistir la sabiduría y el espíritu con que hablaba”. Hechos 6:10, ¿Por qué murió? Porque fue
un hombre con firmes convicciones: sostuvo lo que creía frente a sus adversarios.
“Sean sometidos a prueba primero” la idea central es dar demostración o prueba de la capacidad,
deben ser sometidos a prueba como los métales. El Diácono no debe ser nombrado a la ligera, debe
demostrar que es cristiano verdadero consagrado al Señor, no es correcto nombrar Diácono a un
individuo que no esté listo para ello, cuando esté listo para ser Diácono, la Iglesia debe descubrirlo,
por el tipo de vida que lleva.
La Biblia dice “No pongas con ligereza las manos a ninguno”. (1ª Timoteo 5:22), esta es una
amonestación en contra de las ordenanzas hechas a la ligera. El Diácono no es elegido por su
personalidad, por su aparente celo, por la Iglesia, ni por su popularidad. El Diácono es elegido por su
evidente demostración de ser servidor de Cristo, la Iglesia no debe ordenar hombres que son
descuidados en su vida cristiana, ni debe darle puestos con la esperanza que mejoren, el Diácono
debería ser un hombre de experiencia, sin embargo, no se debe pensar que sea perfecto, porque
ningún ser humano es perfecto.
Las relaciones de los diáconos es sus hogares eran tan importantes, que el Apóstol Pablo se vio
obligado a hablar claramente sobre el particular; “Sean maridos de una sola mujer” En los tiempos
bíblicos era común que los hombres tuvieran más de una mujer, los paganos que se convertían al
cristianismo, no podían abandonar repentinamente a sus mujeres e hijos, sabían que tener más de
una mujer no estaba de acuerdo con las enseñanzas de Cristo, por eso Pablo, hablando del diácono
dijo: que debía ser marido de una sola mujer, algunas denominaciones como las Asambleas de Dios
interpretan este pasaje como que además no debe ser recasado y lo aplican tanto para el cuerpo
ministerial como para el diácono aunque no hay indicios claros para tal interpretación; lo que si
queda claro es que tanto el cuerpo ministerial como el diácono deben estar sanos en esta parte por
su posición de consejeros. Tiene que haber una moral alta. El Diácono y su esposa que tienen a Dios
como el centro de su hogar, notarán que hay recompensa por su dedicación y consagración este
requisito no impide que un soltero ejerza el diaconado.
“QUE GOBIERNE BIEN SUS HIJOS Y CASA”. El hombre al cual se el confía un cargo eclesiástico, debe
dirigir bien su casa. ¿Cómo puede un Diácono gobernar bien su casa y sus hijos? Lo hará mediante la
entrega de sí mismo en amor integro a su familia. Esto quiere decir que debe dedicarle tiempo a su
familia, amar el compañerismo con ella, disciplinar a sus hijos cuando sea necesario y prever tanto las
necesidades materiales como las espirituales. El Diácono debe dirigir a su familia de un modo
cristiano. Si le es difícil hacerlo con su familia, tanto más le será como líder de una Iglesia. Dios, por
medio de su Espíritu Santo, ofrece ayuda necesaria para que un hombre que evidencia amor
profundo por su familia. Este amor ha de ser como el amor que siente hacia Jesucristo. La capacidad
que Dios la ha concedido para cuidar la Congregación, aumentará su Sabiduría para gobernar bien su
propio hogar.
Hay quienes creen que existe un trabajo equivalente al de Diácono y que corresponde a la
Diaconisa. Quienes piensan de esta manera, fundamentan sus argumentos en Romanos 16:1,
haciendo referencia a Febe, cono Diaconisa de una Iglesia. En la antigua Versión de Cipriano Valera
y en la Versión de 1.960, se encuentra el término “Diaconisa” otras versiones incluyendo la versión
popular “Dios llega al hombre” usan la palabra “sierva”. En fin, el Ministerio de Diaconisa es
argumentado por las siguientes razones:
1. En la antigüedad se sintió la necesidad de contar con un grupo de mujeres- diáconos para que
realizaran una labor en el campo femenino, así como entre los hombre se necesitaba un varón
– diácono.
2. Es de suponer que el “Así Mismo” de 1ª Timoteo 3:11, se refiere tanto a la descripción de los
diáconos hechos antes y después como se requería igualmente que fueran mujeres.
3. Algunos Libros Post – Apostólicos de los siglos segundo y Tercero describen las fundaciones de
las Diaconisas:
La Biblia enseña claramente lo que el Diácono debe ser pero no lo que debe hacer; este hecho
debe impulsarnos a meditar sobre el propósito original de la lección de los “Servidores de
Cristo”, así podemos formarnos una mejor idea de su trabajo. La Iglesia primitiva nombró a
“Siete Varones” para servir las mesas, tal elección requería hombres que ejercieran un trabajo
netamente material. Según el Diccionario de la Biblia; este trabajo consistía en recoger las
ofrendas de la Iglesia, distribuirlas entre aquellos que tuvieran necesidades, visitar a los pobres,
los enfermos, las viudas y los huérfanos, a los que sufren persecución y dar consuelo y auxilio al
necesitado. Considerando las circunstancias y necesidades de la Iglesia actual, el Diácono tiene
responsabilidades y oportunidades que van más allá de lo meramente material.
“He aquí algunas carteras en que los Diáconos debieran incursionar para realizar un trabajo
mejor distribuido. El término “Carteras” en este estudio significa el puesto o ejercicio de las
funciones normales de un trabajo específico, que se le da a una persona.
a. La cartera de la Educación Cristiana.
El Diácono con esta Cartera, debe reunirse una vez al mes, con los líderes de la Educación
Cristiana de la Iglesia local para revisar sus planes “Campañas de Niños”, “Escuelas Bíblicas
de Venezuela”, “Cursos para Preparar Maestros” y todo lo que tenga que ver con la
Educación Cristiana, dialogar sobre los proyectos, el progreso logrado y cualquier problema
que surja. El Diácono que trabaja en esa Cartera debe llevar un informe Mensual a la
Directiva sobre esta Cartera de Trabajo.
b. La Cartera de Finanzas.
El Diácono encargado de está tarea, debe reunirse cada mes con los Tesoreros de los
diferentes departamentos de la Iglesia. El propósito de está reunión es averiguar el Estado
de Cuenta de cada departamento, se debe indagar cómo se recogen los fondos, en qué se
gastan, y con qué fines. El Diácono dará un informe mensual a la Directiva.
El Diácono que trabaje en esta Cartera, revisará todos los bienes de la Iglesia para
cerciorarse de que se mantienen en buen estado. El Plantel o Templo de la Iglesia, necesita
una revisión, con frecuencia esta revisión incluirá el estado de la pintura del Templo, la
condición de los vidrios, ventanas, puertas, sillas, cielo raso, muebles, techo, plataforma,
etc. El dará un informe a la Directiva.
1. Una de las convicciones que debe tener un Diácono es que él está bajo autoridad, una autoridad
superior a la que él posee que es la autoridad del Pastor. (Romanos 13:1-5, Efesios 5:21)
San Pablo revela: Efesios 5:21-24 Someteos unos a otros en el temor de Dios. Las casadas estén
sujetas a sus propios maridos, como el Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, así como
Cristo es la cabeza de la Iglesia, la cual es en su cuerpo y él es su Salvador. Así como la Iglesia está
sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos.
En todo esto vemos el orden establecido por Dios, y las autoridades que rigieron desde el principio
y regirán en la Iglesia hasta que él venga.
4. Los Diáconos deben conocer sus límites dentro de la Iglesia del Señor. Ellos Tienen que ser muy
prudentes en cuanto a sus visitas, allí encontraran diferentes tipos de problemas que ellos solos no
podrán resolver. Hay problemas graves que deben ser notificados al Pastor o a la Directiva en
pleno, para que sean ellos quienes tomen las decisiones. Los Diáconos no deben estar invitando a
Predicadores sin consentimiento del Pastor, u ofrecer ayuda alguna persona sin previo
consentimiento con el Ministro.
5. EL DIÁCONO TESORERO.
No debe comprar, vender o dar ofrenda a cualquier persona porque él sea tesorero. Debe
entenderse que el tesorero no es el administrador; los que administran los bienes de la Iglesia
son los miembros de la Directiva, el tesorero no viene a hacer el Ejecutor de lo que la Directiva
aprobó. En los casos especiales, quienes tienen la autoridad y la investidura son los Pastores.
Efectuar reuniones clandestinas a espaldas del Pastor, ni cocinar ideas ni resolver problemas
con este tipo de procedimiento, recuérdese que todas las buenas ideas y problemas deben ser
tratados en plena reunión de Directiva.
Debe saberse por otra parte, que una Directiva sin cabeza no es Directiva, la cabeza es el Pastor,
la Directiva es un cuerpo vivo que debe estar unido, para ser instrumento en las manos de Dios.
III. CONCLUSIÓN.
Esto era de esperarse, puesto que los apóstoles dedicaban más tiempo a la oración y a la
predicación. Había Diáconos encargados de administrar a los pobres mientras ellos predicaban. Es
indiscutible que cuando una iglesia tiene Diáconos fieles y consagrados, el ministerio del púlpito
será beneficiado. Los Diáconos pueden lograr que su Pastor sea un predicador más capaz y
predique mayor poder espiritual.
Hubo un enorme avivamiento y la Iglesia creció. Dios se agradó de ese nombramiento y el servicio
que aquellos siervos prestaban, el resultado fue continuo crecimiento; hasta los sacerdotes
obedecían a la Fe. Este acontecimiento se puede repetir también en estos tiempos.
Se ha escrito mucho en torno a las responsabilidades del diácono para con la Iglesia y Directiva, pero
no se ha hablado de los deberes de la Iglesia para con el Diácono.
En el tiempo primitivo, fueron los Apóstoles, los que formaron un hermoso binomio, para que la
Iglesia de aquellos tiempos se desarrollara.
En este tiempo, el Pastor y los Diáconos forman un equipo espiritual, para trabajar juntos en
armonía y para proteger la obra de Cristo y ser instrumento para su desarrollo.
Permita el Pastor de los Pastores que este estudio sirva de orientación y estímulo a la Iglesia del
Señor