Sesion 11
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Capacidades Comunicativas II
Tema 11
MOTIVACIÓN
Observa el video:
https://www.youtube.com/watch?v=sk7pP91KC4c
1) ¿Qué es un ensayo?
2) ¿Cuál es la parte más importante de un ensayo? ¿Por qué?
3) ¿Qué tipos de argumentos puedes utilizar al escribir un ensayo?
4) ¿Cómo puedes concluir un ensayo?
EXPLORACIÓN O INVESTIGACIÓN
EL ENSAYO CRÍTICO
Elabora una lista con los principios que debes comparar y contrastar.
Juzga las similitudes y las diferencias de cada uno.
Aporta detalles, ejemplos, etc. que apoyen y aclaren tus juicios.
Define la importancia de las similitudes y las diferencias en relación con
la finalidad de los principios que compartes.
Elabora una lista de las razones para tomar una posición en cuanto a un
tema de estudio.
Elabora una lista de razones contra la posición opuesta.
Refuta las objeciones contra tus razones y defiende tus razones contra
las objeciones.
Amplía tus razones, objeciones y respuestas con detalles, ejemplos,
consecuencias, etc.
La adopción de animales
(Fuente: https://comohacerunensayobien.com/ejemplo-de-ensayo-corto/)
REFLEXIÓN O APLICACIÓN
Job defiende su integridad
(Job 13 : 13-28)
Pones además mis pies en el cepo, y observas todos mis caminos, trazando un
límite para las plantas de mis pies. Y mi cuerpo se va gastando como de
carcoma, como vestido que roe la polilla.
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Capacidades Comunicativas II
CREACIÓN O ELABORACIÓN
Ensayo N° 01
La educación posmoderna: El fin de la escuela
mundo hacia una orientación cada vez más posmoderna. Son numerosos los indicios
que muestran un agotamiento del discurso filosófico de la modernidad (Habermas,
2008) y la conformación de un escenario macro cultural distinto. Los elementos
fundantes del proyecto moderno comienzan a padecer deterioro y se vuelven
incapaces para mantener vigente el horizonte de la modernidad. Así la razón es
desafiada por orientaciones de vida “irracionales”, la igualdad resulta cuestionada ante
la creciente idea de la diversidad, la diferencia y la equidad, el saber científico en
ocasiones aparece contradictorio en sí mismo, o bien, incompatible con nuevos
discursos con una orientación pragmática, fundamentalista, nihilista o desde las
“ciencias” orientales. En suma, las ideas modernas entran en un desgaste y no son
suficientes para “soportar” la pluralidad y diversidad del discurso posmoderno, la
homogeneidad da paso a la heterogeneidad. A partir de las contradicciones
enumeradas, entonces es posible decir que la educación escolarizada entra en un
proceso de crisis con relación a su permanencia. La orientación de vida posmoderna
es incompatible con el discurso moderno sobre el cual la escuela, en general, basa su
acción. La ausencia de una razón “fuerte”, la constante diferenciación de la realidad, y
el debilitamiento del discurso científico a favor de perspectivas holísticas,
fundamentalistas o relativas sobre el conocimiento occidental, son factores que
difícilmente pueden coexistir dentro del marco de la escuela moderna. Posmodernizar
la escuela implicaría prescindir del sustento conceptual de la modernidad, sin el cual la
cultura escolarizada sería insostenible; por tanto al situar la institución escolar en una
dimensión posmoderna es un atentado contra su misma esencia. En suma, la
permanencia de la escuela está condicionada a la vigencia del proyecto de la
modernidad. Esta relación de dependencia pone a la escolarización en una
encrucijada, porque si la educación escolarizada necesita del discurso moderno para
subsistir, que ya no resulta relevante para la condición posmoderna, entonces la
caducidad y el fin de la escuela es una realidad totalmente posible. A la luz de las
consideraciones expuestas aquí se hace necesario pensar en otra realidad educativa
que visualice la educación de manera distinta de lo que ha sido hasta hoy.
Habermas, J, (2008). El discurso filosófico de la modernidad . Madrid: Katz Editores. Jaeger, W. (1995).
Paideia. México, D.F.: FCE
Ensayo N° 02
La fenomenología de Berger y Luckman
Ensayo N° 03
La filosofía helenista
La llegada del helenismo inauguró una nueva manera de percibir la realidad dentro del
mundo en la Antigüedad. Los seres humanos del siglo IV a. C. tuvieron la oportunidad
de experimentar una forma de vida totalmente diferente a la de sus ancestros. Hubo
un cambio en todos los ámbitos de la cultura, la sociedad adquirió un carácter más
universal, la religión incorporó nuevas prácticas, la lengua griega fue el vehículo de
comunicación de la civilización. A la par de todo este escenario novedoso, también la
filosofía transitó por un sendero distinto al que tuvo en el periodo clásico.
Una parte más optó por la vía del cinismo. Los filósofos cínicos obtuvieron este
nombre debido a su forma irreverente de vivir respecto a las convenciones sociales de
aquella época. La palabra “cínico” proviene del griego “kyon” cuyo significado es perro.
Para ellos la verdadera felicidad se encontraba al asumir una forma de vida simple
apartada de lo que la gente consideraba “buenos modales”.
Por último, hubo una ruta más, la del escepticismo. Los filósofos escépticos tomaron
su nombre de la palabra griega skeptesthai, la cual significa “examinar”. Con este
término se designa la actitud de quienes consideran el investigar y dudar de todo como
el principio básico de la vida humana. Dudar de todo y no dar una verdad objetiva era
lo que conducía a la persona a la ausencia de turbación; pues al no haber verdades
absolutas, no tenían que defender ni discutir idea alguna.
A pesar de que estos cuatro grupos de filósofos aparentan seguir por un trayecto
distinto a los demás, lo cierto es que cada escuela de pensamiento es solo una parte
de un camino que lleva a una misma dirección. Cada perspectiva particular está
integrada dentro de la totalidad del nuevo rumbo que adquirió la filosofía helenista. El
rasgo filosófico esencial de esta época tiene como eje principal la dimensión ética. La
filosofía deja de ser especulativa y se vuelve práctica. Las discusiones metafísicas y
cosmológicas del periodo clásico ceden su lugar a la preocupación del bien vivir. De
manera que cada posicionamiento filosófico particular es parte en realidad de un
nuevo acercamiento para enfocar la experiencia humana, denominada helenismo.
Ensayo N° 04
El proceso de escritura: el modelo lineal y el modelo recursivo
Los modelos del proceso de escritura presentan varios aspectos en común. Ambos
ofrecen un método que auxilia en la elaboración de textos. Tienen las mismas fases:
preescritura, escritura y postescritura. Estas, a su vez, constan de búsqueda de
información, generación y organización de ideas, redacción y revisión del borrador
elaborado.
Sin embargo, aunque los dos están constituidos por las mismas etapas, la manera en
la que se lleva a cabo el proceso hace una diferencia. El modelo lineal del proceso se
trabaja de un modo unidireccional, es decir, se sigue la secuencia de búsqueda de
información, generación y organización de ideas, redacción y revisión del borrador
para hacer la versión final y así termina este procedimiento. Se puede observar que
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los pasos se desarrollan de manera lineal, en otras palabras, no hay interacción entre
las fases, una sigue a otra de manera consecutiva, con una relación lineal entre ellas.
Por otra parte, el modelo recursivo del proceso mantiene las mismas fases, pero a
diferencia del lineal, la ejecución se entiende de manera diferente. En este, la
interacción entre las etapas es fundamental. Con la recursividad como parte central de
este enfoque, es posible regresar en cualquier momento a cada una de las fases del
proceso. Entonces, esta forma puede generar nuevas ideas en cada revisión y, por lo
tanto, un nuevo borrador. La recursividad del proceso permite tener tantas revisiones y
modificaciones como sean necesarias para llegar al texto esperado.
Ensayo N° 05
Sobre la autenticidad de las obras de la antigüedad clásica
Dentro del mundo de la filosofía y la literatura resulta muy común hablar de las obras
de autores clásicos de la misma forma como se hace con los textos modernos. Dicho
con otras palabras, se presupone que las ediciones “originales” existen y están
disponibles para certificar la autenticidad de cualquier copia. Por consiguiente, los
escritos filosóficos de Platón y Aristóteles o las tragedias de Eurípides, Sófocles y
Esquilo son a menudo abordados desde una perspectiva práctica, sin considerar que
todas estas obras tienen más de 20 siglos de haber sido redactadas. Este gran lapso
plantea una seria interrogante sobre la autenticidad de tales escritos.
Numerosas son las cuestiones que ponen en entredicho la autenticidad de los textos
clásicos. Como punto de partida es preciso reconocer, que las obras de los antiguos
fueron escritas sobre papiro, un material sumamente frágil que no resiste el paso de
los años. Por tanto, los documentos originales de los escritores de la Antigüedad
clásica no existen, se han perdido para siempre y resulta imposible recuperar el
autógrafo. Para complicar más la situación, las copias más arcaicas de los supuestos
“originales” o autógrafos, también en papiro, se encuentran en un estado fragmentario
y proceden de varios siglos después de haber sido elaborados los escritos “iniciales”.
El asunto se torna aún más difícil al revisar las pocas copias sobrevivientes en papiro,
pues dentro de las partes que son legibles en los fragmentos de una misma obra
antigua, en ocasiones estas contienen variantes en una misma porción; es decir,
algunas veces los textos no coinciden entre sí. Incluso hay obras, como las de Platón,
que los textos completos, no en estado fragmentario, se remontan hasta los siglos XI y
XII, antes de esas fechas no se conservan manuscritos que documenten al autor en su
totalidad. Toda esta serie de consideraciones plantea dudas razonables sobre el
problema de la autenticidad, lo cual conduce a la siguiente interrogante ¿Qué certeza
se tiene de leer realmente a un autor clásico cuando se accede a sus supuestos
textos?
Cuando todos los testigos concuerdan en una frase o en una oración, se asume que
con toda probabilidad esas palabras eran parte del original y puede haber un alto
grado de certeza de haber sido escritas por el propio autógrafo. Si surgen
discrepancias entre los testigos, se dice entonces que existen diversas variantes sobre
una línea o frase. En esta situación hay criterios muy específicos, tanto internos como
externos, que permiten precisar cuál es la lectura o variante más probable del escrito
“original”. La aplicación de todo este procedimiento de la crítica textual permite tener
una gran certeza sobre la autenticidad de las obras clásicas.
Guía de observación
EVALUACIÓN Y METACOGNICIÓN