Estadios de Kolberg
Estadios de Kolberg
Estadios de Kolberg
Es la etapa más temprana del desarrollo moral (alrededor de los nueve años), las normas
son externas impuestas por figuras de autoridad y pretenden evitar el castigo o recibir una
recompensa.
Los niños con una moralidad preconvencional aún no han adoptado o internalizado las
convenciones de la sociedad con respecto a lo que es correcto o incorrecto.
La norma está fuera del individuo y el razonamiento se basa en las consecuencias físicas
de las acciones, los niños sólo están interesados en obtener su propio beneficio o sea en
“salirse con la suya”, en aquello que es personalmente satisfactorio.
Esta fase tiene un paralelo con la etapa sensoriomotora de Piaget, donde el niño no tiene
un marco conceptual más allá de sus propios sentidos y movimientos. La fase uno tiene
dos etapas:
Es común en niños pequeños, pero existen adultos que también son capaces de expresar
este tipo de razonamiento.
En esta etapa las reglas son fijas y absolutas, obedecer es importante porque es la forma
de evitar el castigo.
En esa etapa son capaces de tener en cuenta los puntos de vista individuales de otras
personas y juzgar las acciones en función de cómo satisfacen sus propias necesidades.
Por ejemplo, en el dilema de Heinz, los niños argumentan que la mejor elección es aquella
que tiene en cuenta las necesidades de Heinz.
La reciprocidad es posible en este punto del desarrollo moral, pero sólo si sirven a los
propios intereses.
Los niños reconocen que no hay una sola opción correcta que sea transmitida por las
autoridades, diferentes individuos tendrán entonces diferentes puntos de vista.
Su razonamiento muestra interés limitado por las necesidades de los demás, las cuales
sólo interesan hasta el punto en que puedan promover los intereses propios.
Por ejemplo, cuando a un niño se le pide que realice una tarea, a este solo le interesa el
“¿qué hay para mí?” o sea la recompensa.
En esta segunda fase (la mayoría de los adolescentes y adultos) según la teoría de
Kohlberg, los individuos aprenden sobre las reglas y la autoridad, que existen ciertas
“convenciones” que gobiernan el cómo deben o no comportarse, además de aprender a
obedecerlas.
En esta fase no se realiza una distinción entre los principios morales y los legales, lo que es
moralmente correcto es aquello que es dictado por la autoridad y desobedecer las reglas
siempre es definido como malo.
En esta fase la conformidad con las reglas sociales sigue siendo importante para el
individuo, sin embargo, el énfasis cambia del interés propio a las relaciones con otras
personas o grupos sociales.
El individuo se esfuerza por respaldar las reglas establecidas por otros, como padres,
compañeros o el gobierno para obtener su aprobación o para mantener el orden social.
En otras palabras, los individuos creen que las reglas son necesarias para asegurar las
relaciones positivas y un orden social, la adherencia a las reglas convencionales es algo
rígida durante esta fase y rara vez se cuestiona la conveniencia o equidad de una norma.
Etapa tres: orientación del buen chico/buena chica o etapa de las buenas relaciones
interpersonales.
Es la etapa de las relaciones interpersonales del desarrollo moral, se enfoca cumplir con
las expectativas y roles sociales.
El individuo es bueno para que otros lo vean como una buena persona, por tanto, la ética
se basa en la aprobación de los otros.
Esta etapa se centra en mantener el orden social, el individuo toma consciencia de las
normas más universales de la sociedad, por lo cual sus juicios morales se refieren a
obedecer aquellas reglas para defender la ley y evitar la culpa.
Las reglas y normas sociales son las que determinan el comportamiento del individuo, el
cual tiene ahora una consideración desde una perspectiva más amplia, la de las leyes
sociales.
Ahora la toma decisiones morales se convierte en algo más que la simple sumisión de
lazos sociales estrechos de amistad, las leyes se consideran iguales para todos.
El individuo cree que las reglas y leyes mantienen un orden social que vale la pena
preservar.
Los individuos ahora pueden creer que algunas leyes y normas son injustas y deben ser
cambiadas o eliminadas.
En esta fase existe una mayor comprensión de que los individuos son entidades separadas
de la sociedad y que los individuos pueden desobedecer ciertas reglas inconsistentes con
sus propios principios éticos.
Aquellos individuos que alcanzan el nivel posconvencional tienen sus propios principios
éticos, que incluyen derechos humanos básicos tales como la vida, la libertad y la justicia;
ven la reglas como mecanismos útiles pero modificables, en lugar de normas absolutas
que deben ser obedecidas sin cuestionamientos.
Algunos teóricos especulan que la mayor a las personas nunca alcanzarán ese nivel de
razonamiento ético abstracto.
El individuo se da cuenta de que, si bien las reglas o leyes pueden existir para el bien de la
mayoría, hay ocasiones en que van en contra vía del interés de individuos particulares.
Por ejemplo, en el dilema de Heinz, la protección de la vida es más importante que violar
la ley contra el robo.
Cuando las leyes no son consistentes con los derechos individuales y los intereses de la
mayoría, no producen beneficios para las personas y se deben considerar otras
alternativas.
En esta etapa los individuos han desarrollado su propio conjunto de razonamiento ético
que puede o no ajustarse a la ley, dichos principios se aplican a todos.
Según Kohlberg, es la etapa más alta de funcionamiento, alcanzado sólo por unos pocos
individuos, en esta etapa, la acción apropiada está determinada por los principios éticos
de conciencia elegidos por uno mismo.
En general, los principios elegidos son más abstractos que concretos y se centran ideas
como, por ejemplo, los derechos humanos, la igualdad, la dignidad o el respeto.
Las leyes son válidas sólo en la medida en que se basan en la justicia y el compromiso
con la justicia conlleva la obligación de desobedecer las leyes injustas.
Las personas eligen los principios éticos que desean seguir y si infringen dichos principios
se sienten culpables.
El individuo por tanto actúa porque es éticamente correcto hacerlo y no por que quiera
evitar un castigo.
La persona estará preparada para actuar en defensa de dichos principios, incluso si implica
ir en contra del resto la sociedad en el proceso y tiene que pagar las consecuencias de la
desaprobación o inclusive el encarcelamiento.
Aunque Kohlberg insistió en que la etapa seis existe, le resultó difícil identificar aquellos
individuos que operaban sistemáticamente en este nivel.
Hola a todos/as!
Luego de ver el video y de leer las intervenciones de mis compañeros, opino que actuó de acuerdo
al nivel Posconvencional: Contrato social. Teniendo en cuenta que la rotura del parabrisas fue
consecuencia de un acto excepcional y trágico, en el que fueron perjudicados numerosos
habitantes y del cual participó como rescatista el policía que lo detiene, considero que el
conductor apuntaba a una comprensión por parte del policía, teniendo en cuenta que en dicha
situación podría haberse relativizado la ley para llegar a una simple advertencia, ya que era una
situación extraordinaria y permitía fuera del ámbito legal cambiar la ley en términos de
consideraciones sociales.
Por otro lado, el policía actúa de acuerdo al nivel Convencional: Sistema social y conciencia, ya que
cumple con los deberes con los que se ha comprometido, siguiendo las leyes al asumir el punto de
vista del sistema que define roles y reglas para así mantener su funcionamiento.