Un Psicólogo en Un Campo de Concentración
Un Psicólogo en Un Campo de Concentración
Un Psicólogo en Un Campo de Concentración
El hombre en busca de sentido ve por primera vez la luz como un medio catártico que
Frankl elige para poder liberarse de las experiencias y emociones ligadas a su estancia
en los diferentes campos de concentración por los que circuló desde 1942 hasta su
liberación en 1945.
Narra, sin entrar en detalles escabrosos (y más que bien conocidos) cómo fue su
llegada en 1942 al Campo de Auschwitz, la primera reacción que tuvieron aun estando
dentro del tren, al ver el letrero de Auschwitz: se auguraban ya lo peor. Al bajar del tren,
en el campo, eran recibidos por otros prisioneros que “teniendo mejor pinta”,
proporcionaban un sentido de esperanza. Aquí Frankl, hace una alusión a algo llamado
“ilusión del indulto”, esta pequeña esperanza de que en el último minuto se les fuera
perdonada la vida y fueran liberados, de que no todo fuera a ir tan mal como lo habían
pensado.
Menciona al final, que la idea del suicidio estaba latente, lanzarse contra la alambrada
parecía la salida fácil, sin embargo, también menciona que, al ser tan persistente la
noción de la muerte, quizá no tenía del todo sentido suicidarse.
Frankl, V., 2015. El hombre en busca de sentido (3a. ed.). Barcelona: Herder Editorial,
pp.31-52.