Cuento Del Señor Doctor
Cuento Del Señor Doctor
Cuento Del Señor Doctor
El pobre medico pasaba días y noches buscando algún indicio, sirviéndose de sus
limitados recursos para obtener el mejor diagnóstico, los dividió por grupos y les
trató para diferentes padecimientos, sin embargo, no respondían a ninguno de
ellos. La escena le producía al joven tanta impotencia, no pudo contener las
lágrimas y salió del palacio municipal que utilizaba como hospital después de que
crecieran en número los aquejados.
De rodillas, tirado frente a la fuente, desahogaba su frustración con gritos y
golpes a la nada. Pensaba quedarse ahí por horas, pero el viento sopló con
violencia, abriendo puertas y ventanas hasta casi arrancarlas. Así que fue a
proteger a sus dolientes. Al llegar donde los enfermos, el polvo que entraba ,
evidenció la silueta de un ser invisible, posado en el centro del salón. Muy celoso
de su deber, el chico conservó la calma, fue a sentarse en su escritorio, fingiendo
leer como todas las noches, y apuntó su celular hacia la criatura. Ahí podía verse
claramente; era una masa inflada, llena de mangueras, las cuales utilizaba para
drenar a sus víctimas e hincharse aún más.
Utilizando aun sus dotes de actor, sacó a los niños de ahí, y volvió con un
machete, para arrancar todas las mangueras del ente en tres movimientos
rápidos, salieron de ellas borbotones de sangre, y cubrieron cada rincón de la
extraña criatura, haciéndola completamente visible, así pudo el muchacho soltar el
celular y atacarle con ambas manos hasta hacerlo cachitos.
Pero esta no fue la mejor opción, ya que cada uno de ellos conservaba vida propia
y le atacaron sin contemplación. Escuchando la escandalera, los niños se
acercaron curiosos, y le cayeron a palos para quitarle todas aquellas cosas de
encima, las cuales terminaron quemando con la ayuda de unas botellas de alcohol
y muchos cerillos.