Doctrina 09092019
Doctrina 09092019
Doctrina 09092019
I. INTRODUCCIÓN
Sin perjuicio de que no sean concebidos como sujetos de derechos, sin duda son sujetos
de protección. Protección que ha ido evolucionando de manera que su vida e integridad
tienen una respuesta cada vez más grande por parte del ordenamiento jurídico.
Una respuesta por parte del ordenamiento jurídico que, sin embargo, se queda corta ante
el debate ético que comprende para muchos filósofos y también juristas la significación
moral especial de los seres humanos en la concepción antropocéntrista, que se ha
sugerido reemplazar por una biocentrista, en que los animales puedan ser tenidos como
sujetos de derechos.
Más tarde, en la década de los 70s, Peter Singer, desde que publicara en 1975 4, la
1
Cfr. Bentham, J. Introduction to the Principles of Morals and Legislation. Traducción libre de: “Perhaps it
will some day be recognised that the number of legs, the hairiness of the skin, or the possession of a tail,
are equally insufficient reasons for abandoning to the same fate a creature that can feel? What else could be
used to draw the line? Is it the faculty of reason or the possession of language? But a full-grown horse or
dog is incomparably more rational and conversable than an infant of a day, or a week, or even a month old.
Even if that were not so, what difference would that make? The question is not Can they reason? or Can
they talk? but Can they suffer?
2
Cfr. Salt. “Now, with respect to this statement, I must say that the notion of the life of an animal having "
no moral purpose," belongs to a class of ideas which cannot possibly be accepted by the advanced
humanitarian thought of the present day — it is a purely arbitrary assumption, at variance with our best
instincts, at variance with our best science, and absolutely fatal (if the subject be clearly thought out) to any
full realization of animals' rights. If we are ever going to do justice to the lower races, we must get rid of
the antiquated notion of a "great gulf" fixed between them and mankind, and must recognize the common
bond of humanity that unites all living beings in one universal brotherhood”
3
Cfr. Salt. “I would state emphatically that this essay is not an appeal ad miscricordiam to those who
themselves practice, or who condone in others, the deed against which a protest is here raised. It is not a
plea for "mercy" (save the mark !) to the "brute beasts "whose sole criminality consists in not belonging to
the noble family of homo sapiens. It is addressed rather to those who see and feel that, as has been well
said, " the great advancement of the world, throughout all ages, is to be measured by the increase of
humanity and the decrease of cruelty "—that man, to be truly man, must cease to abnegate his common
fellowship with all living nature—and that the coming realization of human rights will inevitably bring
after it the tardier but not less certain realization of the rights of the lower races”
4
Cfr. Singer, P. (1977). Animal liberation. Towards an end to man's inhumanity to animals. Granada
Publishing Ltd.
liberación animal, ha señalado que “a pesar de las diferencias obvias entre los animales
humanos y los no humanos, compartimos con ellos la capacidad de sufrir, y que esto
significaba que ellos, como nosotros, tenemos intereses.”, lo que le permite concluir,
equiparando la liberación animal a la liberación femenina, negra o gay, “que los intereses
de todos los animales deben recibir una consideración similar, independientemente de la
especie”. Singer define el término especismo (Speciesism) referido a “la idea de que es
justificable dar preferencia a ciertos seres sobre el simple supuesto de que son miembros
de la especie Homo Sapiens”, a partir del cual bajo la concepción de sufrimiento –
capacidad de sentir-, explicada a través de ejemplos en granjas industriales, propone la
igualdad moral entre humanos y demás animales.
Singer, califica como esclavitud aquella que los seres humanos imponen a los animales,
así:
“Lo más notable es, quizá, el empleo de la palabra <<esclavitud>> en relación con
algo que está mal imponer a los animales, puesto que hasta ahora se ha asumido
que son justamente, nuestros esclavos, para utilizarlos como queramos; ya sea para
que tiren de nuestros carros, como prototipo para la investigación de nuestras
enfermedades o para que entreguen sus huevos, su leche, o su carne para nuestra
alimentación.” 5
Asimismo, Tom Regan, en 1983, en The Case for Animal Rights, incorpora a la defensa
de los animales que nos conciernen (los comidos y atrapados) además de la capacidad de
sentir la de ser sujetos que experimentan vida, lo que los hace conscientes de bienestar
individual, con un valor inherente propio6.
Regan, critica como incoherencia moral que unos animales sean mimados y otros
masacrados, por lo cual concluye que para la coherencia moral es necesario que se
elimine cualquier tipo de muerte y sufrimiento animal, así:
5
Singer, P. (2008). Nueva York. Prólogo a la nueva Edición de Liberación Animal. Taurus.
6
Cfr. Regan, T. (1983) Traducción libre de “we are each of us the experiencing subject of a life, a
conscious creature having an individual welfare that has importance to us whatever our usefulness to
others. We want and prefer things, believe and feel things, recall and expect things. And all these
dimensions of our life, including our pleasure and pain, our enjoyment and suffering, our satisfaction and
frustration, our continued existence or our untimely death-all make a difference to tr'1e quality of our life as
lived, as experienced, by us as individuals. As the same is true of those animals that concern us (the ones
that are eaten and trapped, for example), they too must be viewed as the experiencing subjects of a life,
with inherent value of their own.”
profundo que permite que estos animales sean vistos y tratados como carentes de
valor independiente, como recursos para nosotros, como un recurso renovable.
Darle a los animales de granja más espacio, más entornos naturales, más
compañeros no corrige el error fundamental, como tampoco dar a los animales de
laboratorio más anestesia o jaulas más grandes y más limpias corregirá el error
fundamental en su caso. Nada menos que la disolución total de la agricultura
comercial de animales hará esto, así como, por razones similares que no
desarrollaré aquí, la moralidad requiere nada menos que la eliminación total de la
caza y la captura con fines comerciales y deportivos. Las implicaciones de la visión
de los derechos, entonces, como he dicho, son claras e intransigentes.” 7
En 1995, Gary Francione critica el especismo, en su obra Animals, Property and the Law
y propone la abolición del tratamiento de los animales como bienes susceptibles de
propiedad, enfatizando en la necesidad del veganismo como un imperativo moral. Para
ello Francione analiza la historia del tratamiento de los animales, los estatutos que
protegen a los animales contra la crueldad y plantea la dicotomía entre las preocupación
por el trato humano de los animales y el abuso al que están sometidos lo que está
permitido por las leyes para beneficio social y económico de los seres humanos.8
Asimismo, Joan Dunayer, quien define nuevamente el término especismo como una falla,
en la actitud o en la práctica, “al no conceder a cualquier sintiente igual consideración y
respeto 9, y plantea la emancipación animal a partir del derecho a la libertad de los
animales, lo cual confirma como una necesidad, para que los animales no estén
confinados y estén libres de los seres humanos. En los términos de Dunayer, el
establecimiento de los derechos a los animales permitiría eliminar la muerte, tortura,
otorgaría libertad a los animales de la interferencia humana e incluso mejoraría la
preservación del medio ambiente, esto último a partir del derecho de propiedad para no
humanos. 10 En últimas, Dunayer propende por que se otorgue personalidad jurídica a los
animales de manera que todos sean no-domesticados, así:
La personalidad plena les daría a los no humanos todos los derechos legales
relevantes, como el derecho a la vida. Como todos los demás derechos no humanos,
un derecho no humano a la vida restringiría el comportamiento humano, no no
humano. Los humanos no interferirían con las relaciones depredador-presa entre los
no humanos de vida libre. A diferencia de los humanos, los depredadores deben
matar presas para sobrevivir. Según la ley no especista, sería ilegal que un humano
matara intencionalmente a un no humano, excepto en circunstancias
extraordinarias. (…) Por el contrario, sería ilegal matar ratones por datos
experimentales, ganado por su carne, peces por deporte, visones por sus pieles,
arañas por aversión o cualquier otro no humano por razones poco convincentes” 11
Estos argumentos en todo caso parecerían depender de la perspectiva del hombre porque
con independencia de que los animales tengan derechos o no el problema es uno moral de
si la consciencia humana permite hacer algo que tiene una valoración de correcto o no. 12
Desde esa perspectiva no es la violación de los derechos de la victima, en este caso los
animales, lo que estaría en juego sino la posición moral del ser humano que causa dolor o
sufrimiento.13 Aceptar que los animales son sujetos de derechos, lo cual es diferente a si
son sujetos de protección, es tanto como aceptar que llegaremos a hacer punible la caza
entre animales, pues no sólo se tendrían que cuidar de los humanos sino también de ellos
mismos. Entonces habría que preguntarse, ¿Si los animales se conciben como sujetos de
derechos podrían estos ser oponibles a otros animales?
Algunos magistrados salvaron su voto y afirmaron que las normas demandadas violan la
función social y ecológica de la propiedad privada y la dignidad humana, consagradas en
11
Ibídem. Página 37. Traducción libre.
12
Cfr. BBC. Consultado en http://www.bbc.co.uk/ethics/animals/rights/donotneed.shtml
13
Cfr. Leahy, M. P. (2005). Against liberation: Putting animals in perspective. Routledge..
la Constitución. Dicen: “La Corte Constitucional queda una vez más en deuda con los
animales, los grandes huérfanos de la justicia (…) es necesario que en el futuro la Corte
replantee su jurisprudencia (…) por amparar el ‘statu quo’ y, por contera, perpetuar las
condiciones de indignidad”.
Efectos de la Ley 1774 del 2016 que declara que los animales son seres sintientes.
SENTENCIA C-439/11
Normas demandadas
Artículo 87º de la Ley 769 de 2002, vulnera los artículos superiores 13 -derecho
a la igualdad-, 15-derecho a la intimidad personal y familiar-, 16 -derecho al libre
desarrollo de la personalidad-, 24 -la libertad de locomoción- y, 58 -propiedad
privada-.
La señora Martha Stella Coronell Herrera considera que las normas acusadas
generan una disriminacion negativa, ya que el hecho de prohibir llevar mascotas
en el servicio publico, como por ejemplo, un taxi discrimina directamente a las
personas que no poseen vehiculos particulares. Si el dueño de la mascota toma
las medidas necesarias para poder transortarlo se debiria permitir su libre
acceso al servicio público de transporte de pasajeros.
Consideraciones de la Corte
Para resolver esta demanda, la Corte pretendió realizar casi que una
ponderacion de derechos entre las personas que toman un servicio publico, las
personas que desean acceder al mismo pero con sus animales domesticos y
que tipo de animales pueden hacer uso del transporte, es decir, debia ser muy
enfatica entre que se iba a permitir y que no, ya que se veria sujeta tambien a
tocar el tema de los animales silvestres y de mas es por eso que quiere hacer
enfasis especial en que el objetivo de la prohibición es ofrecer seguridad y
salubridad a los usuarios del transporte de pasajeros. Por eso el dueño de la
mascota debe contar con todos los requisitos de salubridad por lo que debe
acreditar que cumple con la medidas de salubridad e higiene que imponen tanto
la Ley 84 de 1989 como la Ley 9 de 1979 y su Decreto reglamentario 2257 de
1986, en virtud de las cuales es obligatoria la vacunación de los animales
domésticos teniendo en cuenta condiciones de edad, periodicidad y demás que
señalen los Ministerios de Salud y de Agricultura, según el caso. De esta forma
es obligatoria la vacunación de animales domésticos contra las zoonosis
inmunoprevenible y la rabia, de suerte que en la vías públicas y sitios de tránsito
o recreo se puede exigir a los dueños o responsables de animales que porten
los certificados de vacunación a que se refiere la ley y lo enseñen cuando así lo
indiquen las autoridades correspondientes, al punto que de no cumplir con tal
obligación las autoridades podrán capturar a los animales que no sean
conducidos en las condiciones anteriores, todo lo cual garantiza niveles de
seguridad en materia de salubridad.
Decision de la Corte
SENTENCIA T-146/16
Acción de tutela instaurada por los señores Lugo Ríos Rivera, Disney Alfonso
Cepeda, Lugo Ríos Alfonso, William Ríos Alfonso, David Ríos Alfonso, Daniel
Ríos Alfonso y Óscar Javier Ríos Alfonso contra el Ministerio de Educación
Nacional, el Ministerio de Salud y Protección Social, el Ministerio de Agricultura
y Desarrollo Rural y la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca
Magistrado Ponente: LUIS GUILLERMO GUERRERO PÉREZ
Hechos
El señor Lugo Ríos Rivera, en un viaje a la Guajira en el año 2008, regresó a su
hogar con un mono aullador por el cual pagó la suma de $ 50.000 pesos,
asumiendo desde esa fecha el cuidado y la protección del primate.
Luego de múltiples insistencias ante la CAR para que les devolvieran al mono
aullador, los funcionarios de esa Corporación les informaron que el animal
estaba “100% humanizado”, pues llevaba sin comer tres días por estrés, lo cual
hacía necesario que fuera remitido al Zoológico de Medellín, en donde iniciaría
un proceso de rehabilitación. Por lo demás, los accionantes alegan que fueron
objeto de malos tratos por parte de la administración, pues su situación motivó
diversas expresiones de burla, todo lo cual concluyó con la decisión de la citada
entidad de no devolver a “bebé” a su hogar.
En relación con lo expuesto, los accionantes sostienen que el señor Lugo Ríos
Rivera fue diagnosticado con cáncer de próstata en estado avanzado desde el
año 2013, por lo que se le realizó una cirugía cuyo proceso de recuperación
requería tener un estado emocional estable, es decir, sin angustias ni tristezas
que afectaran sus defensas. Pese a dicha recomendación médica, cuando
“bebé” desapareció, el señor Ríos Rivera dejó de comer y lloraba mucho, suceso
que ocasionó que su cáncer hiciera metástasis en la columna vertebral, siendo
necesario comenzar el proceso de quimioterapia y radioterapia.
Los accionantes afirman que toda la familia se ha sumido en una gran depresión
desde que “bebé” ya no está en la casa, lo que ha hecho necesario que acudan
a terapias grupales con una psicóloga.
Primera instancia
Segunda instancia
la Sección Primera del Consejo de Estado revocó parcialmente el fallo proferido
por el a-quo, en lo que respecta a la fecha de liberación en el hábitat natural. Y
con respecto de la familia dijo que el primate es una especie silvestre que
pertenece a la Nación y que su propiedad sólo puede predicarse de los
particulares cuando se haga por medio de zoocriaderos o de caza en las zonas
permitidas, previa expedición de un permiso, autorización o licencia.
Consideraciones de la Corte
Considera la Corte que el mono aullador hace parte de la fauna silvestre del país
no corresponde a una especie que deba vivir ordinariamente bajo la
dependencia del hombre, como ocurre con los animales domésticos, pero en
este caso el bienestar del primate está satisfecho, por cuanto después de un
largo proceso volvió a adquirir sus comportamientos y dieta natural para retornar
a la selva. Con respecto a los derechos presuntamente vulnerados y por los
cuales se instauro la accion de tutela, la Corte considera que no se encuentra
que se esté generando una afectación desproporcionada a la salud psíquica y
emocional de los miembros de la familia Ríos Lugo, pues desde un principio el
apego con el mono aullador tuvo origen en una conducta desconocedora de la
normativa que rige la protección de los animales silvestres y la CAR, no está
incurriendo en una actuación injustificada que vaya en contra del bienestar de la
familia, sino que, por el contrario, al decomisar o aprehender un animal silvestre,
busca asegurar su protección y conservación, en respuesta al mandato superior
de salvaguardar la diversidad e integridad del ambiente
Decisión de la corte
SENTENCIA C-059/18
Hechos
Mediante Auto del 18 de abril de 2017 se admitió la demanda por parte del
Despacho del Magistrado Sustanciador al concluir que las demandantes la
corrigieron adecuadamente al presentar cargos específicos, claros, ciertos,
pertinentes y suficientes de carácter constitucional susceptibles de control en
sede judicial.
Normas demandadas
Con relación el cargo de igualdad, indican que los artículos 126, 127, 128, 130,
131, 132 y 134 del Título XIII en su capítulo IV de la Ley 1801 de 2016, violan el
artículo 13 porque están dando un trato discriminatorio a las personas que son
dueños o tenedores de perros clasificados como potencialmente peligrosos, ya
que estos tienen que tener una serie de cargas como el registro, el seguro, la
adecuación de los albergues, la prohibición de crianza e importación y el uso de
determinados elementos como el bozal o la traílla, mientras que los demás
dueños de perros no tienen esta serie de obligaciones.
Con relación al artículo 127 exponen que ambos dueños de perros deben ser
responsables de obtener la póliza de responsabilidad civil extra contractual para
responder por los daños causados por sus mascotas. Subrayan que las medidas
resultan desproporcionadas para los dueños de perros comprendidos en esta
clasificación, frente a los requisitos que se exigen de cualquier otra raza de
perros, que también son susceptibles de ser peligrosos.
Consideraciones de la Corte
La Corte determinó en primer lugar que la demanda era apta, ya que se verificó
el cumplimiento de los requisitos. Igualmente comprobó que no existía cosa
juzgada material con relación a la sentencia C-692 de 2003, ya que el contenido
de las disposiciones demandadas habían sido estudiadas por otros cargos y que
las normas no tenían el mismo contenido. Con posterioridad se analizó la
legislación, jurisprudencia y derecho comparado atinente a las razas de perros
consideradas como potencialmente peligrosas, el principio de igualdad y debido
proceso y finalmente se realizó el control de constitucionalidad de los artículos
126, 127, 128, 130, 131, 132, 133 y 134 por el cargo de violación del derecho a
la igualdad, y el 129 por la posible vulneración del debido proceso.
Con relación a los artículos 126 consideró que eran exequible dado que existe
una finalidad constitucionalmente legítima de la protección de la vida e integridad
de las personas, animales y cosas y un medio idóneo a partir de la clasificación
de unas razas de perros que por sus condiciones morfológicas y
comportamentales pueden causar un daño potencial, y teniendo en
consideración que en el numeral 3º de este artículo se estableció la potestad del
Gobierno Nacional de determinar otras razas o mezclas de razas como
potencialmente peligrosas. Así mismo la Sala declaró exequible el
artículo 130 referente a las condiciones de los albergues, así como los artículos
128 y 131 sobre el “Registro de perros potencialmente peligrosos” y la “cesión
de la propiedad de caninos potencialmente peligrosos”, sobre la misma base la
finalidad legítima y el medio idóneo en atención a la protección de la vida,
integridad y seguridad de las personas, animales y cosas.
El artículo 129 se declaró la exequible, realizando una interpretación
constitucional que se refiere a la potestad que tienen las asambleas de
copropietarios y juntas directivas de prohibir la tenencia de caninos en
urbanizaciones, conjuntos cerrados, y propiedad horizontal en relación con su
“permanencia en las zonas comunes”. En este caso se hizo referencia a que la
norma se refiere en su título – a rubrica - “al control de los caninos
potencialmente peligrosos en zonas comunales” y en razón de su permanencia
en dichas zonas, pero no a la propiedad, posesión o tenencia del canino en
lugares privados, ni tampoco al transporte de este tipo de perros por dichas
zonas comunes. En todo caso, se explicó que en el caso de la prohibición se
tendrá que seguir los requisitos del debido proceso de establecer la sanción con
anterioridad a la conducta – principio de legalidad o tipicidad -, la posibilidad de
contradicción o defensa y utilizar la sanción de la expulsión siempre como
última ratio de acuerdo a la jurisprudencia constitucional.
Sobre el artículo 132, referente a la prohibición de importación y crianza de
determinado tipos de caninos, la Sala declaró la exequibilidad de la
norma teniendo en consideración que la norma tiene una finalidad constitucional
y es un medio idóneo para el cumplimiento del objetivo de reducir la población
de estas razas consideradas como peligrosas.
El artículo 133 sobre las tasas del registro de caninos potencialmente peligrosos
que pueden cobrar los municipios se declaró exequible como una carga que
debe tener en cuenta el propietario o tenedor de un canino de este tipo, cuando
decide en ejercicio del derecho al libre desarrollo de la personalidad adquirir un
perro de este tipo.
Finalmente con relación al artículo 134 referente a “los comportamientos en la
tenencia de caninos potencialmente peligrosos que afecten la seguridad de las
personas y la convivencia”, la Corte decidió declarar exequibles los numerales
2, 3, 4, 5 y 9, y los parágrafos 1º, 2º, 3º y 4º, pero se declaró la inexequibilidad
de la expresión “y privado” contenida en el numeral 1º de este artículo ya que
consideró que dejar deambular este tipo de caninos en sitios privados del
tenedor o propietario no tiene un fin constitucionalmente legítimo ni es una
medida adecuada para el objetivo de proteger la vida, seguridad e integridad de
las personas y otro tipo de animales, y en atención a que este tipo de perros
necesitan de lugares de esparcimiento y juego, para su mejor bienestar.
Finalmente en relación con los numerales 6º, 7º y 8º de este artículo, la Sala
consideró que eran exequibles, dada la disminución o la propia incapacidad, de
control sobre dichos perros de razas potencialmente peligrosas.
SENTENCIA MENDOZA-ARGENTINA
Expediente: NRO. P-72.254/15
Tercer Juzgado de Garantías PODER JUDICIAL MENDOZA
Fecha: 03 de noviembre de 2.016.
Resolver la acción de habeas corpus en favor de la Chimpancé Cecilia, interpuesta por el
Dr. Pablo Buompadre, Presidente de A.F.A.D.A., con el patrocinio letrado del Dr.
Santiago Rauek.
HECHOS RELEVANTES
Pese al carácter brutal y cruel que pueden revestir ciertas formas de abandono, doctrina y
jurisprudencia se han mostrado contrarias a admitir un delito de maltrato a animal
doméstico por omisión, e incluso en algunas modalidades brutales de acción, basándose
en la falta del elemento subjetivo típico del ensañamiento8 , bien por ser consustancial al
modo de ejecución de la acción o por ser incompatible con la omisión, en el sentido de
que quien no alimenta a un animal no aumenta su dolor sino que no palía el dolor que se
produce como consecuencia de un proceso natural, la inanición, reconduciendo los casos
de abandono deliberado de animales enfermos, impedidos o indefensos a la falta de
abandono del art. 631, lo que no me parece tan claro cuando no se trata de desprenderse o
renunciar al animal sino de abandonos como incumplimientos deliberados del deber de
alimentación y cuidado que le causen sufrimiento llegándole a producir la muerte o
lesiones.
El delito de maltrato de animal doméstico del art. 337 CP es un delito de resultado
material que requiere de la muerte o una lesión que cause al animal un grave menoscabo
físico, esto es, que requiera una primera asistencia veterinaria y tratamiento facultativo o
quirúrgico, esto es lesiones del tipo de contusiones en formas de equimosis, hematomas,
magullamientos, conmociones del sistema nervioso central, o luxaciones, fracturas,
quemaduras, o casos más graves de mutilaciones o invalidez, quedando excluidas
situaciones de estrés o miedo del animal o estados de pánicos provocados por encierros,
que podrían quedar reconducidas a la falta de maltrato cruel del art. 632.2. Con la muerte
o las lesiones graves queda consumado el delito, permitiendo las formas imperfectas de
ejecución, cuál sería la acción de no llegar a causar la muerte o una lesión grave pese al
maltrato cruel infligido, causando sólo lesiones leves, siempre que se trate de un maltrato
de mayor gravedad que en el caso de la falta atendiendo a la intensidad y al número de
actos realizados que objetivamente hubiesen podido acabar con la vida del animal o
herirlo gravemente.
En los hechos probados conocidos por la sentencia 135/10 quedó constancia del resultado
de muerte y lesiones graves a consecuencia del grave abandono, al encontrarse en el 11
interior del pabellón un total de seis perros con vida en estado de total abandono y el
cadáver de otro momificado. Los que se encontraron con vida presentaban sarna,
agonizaban, estaban extremadamente delgados, sin pelo, sin poder mantenerse en pie, con
parásitos externos e intestinales, hasta el extremo de que uno tuvo que ser eutanasiado a
consecuencia de un estado caquéctico grave, dermatosis generalizada, y prurito continuo,
y otro tardó más de un mes en recuperarse de una dermatosis focal severa. Se trataba
además de un abandono de larga duración (“ausente unos dos o tres meses”) que le da al
delito un cierto carácter de permanencia en el sentido de que prolonga el resultado en el
tiempo (lesiones graves sin atención), existiendo un solo delito aun cuando fuese más de
uno el número de animales maltratados, dado que el art. 337 se refiere en plural al
maltrato con ensañamiento e injustificado de “animales domésticos”, lo que no impide
que cuando se trate de acciones distintas sobre varios animales quepa el concurso real de
varios delitos de maltrato o incluso la continuidad delictiva.
Las soluciones que han brindado la justicia en los distintos casos que hemos enumerado,
tienen, por supuesto, un alcance individual sobre los animales objeto del litigio. No sirven
ni alcanzan para resolver la situación de todos los demás, pero per se ya implican un
cambio de paradigma. Y no olvidemos que el cambio de paradigma jurídico más
importante del siglo pasado se estableció en un instrumento con escaso valor positivo en
su momento y con una fórmula aparentemente simple y elemental: “todo ser humano es
persona”. De ese modo, la comunidad internacional archivó el paradigma racista en el
artículo ISSN 2462-7518 derecho animal.info Julio 2017 17 primero de la Declaración
Universal de Derechos Humanos de 1948, pero lo expresó sólo en forma de declaración,
lo que no tiene mucho valor preceptivo en el derecho internacional público, alcanzado
sólo décadas después, al considerarla parte de la Carta de la ONU y al ratificarse los
Pactos Internacionales de Derechos Civiles y Políticos y Económicos, Sociales y
culturales. Por eso, es auspicioso que los nuevos conocimientos y valores de la sociedad
humana arriben a un estadio de la evolución en el que se considere el derecho de los
animales, del medio ambiente, de los recursos naturales a ser protegidos enfáticamente
por la jurisprudencia y por la normativa legal del mismo modo en que lo son los derechos
fundamentales del hombre. (BAGGIS, 2017).
La Resolución acusada fue expedida por la Jefe de la División Administrativa del DAGMA
en uso de las facultades conferidas por los Acuerdos Municipales numerales 18 de 30 de
diciembre de 1994 y 1 de 9 de mayo de 1996, así como por la Ley 99 de 1993, siendo esta
última la que impone a los municipios con una población superior a 1’000.000 de habitantes
cumplir funciones dentro de su jurisdicción para vigilar, controlar, preservar y conservar el
medio ambiente; además, fue proferida con la sustentación suficiente, pues se indicaron los
motivos y causas que condujeron a tomar la medida enjuiciada.
El actor no aportó prueba alguna que desvirtuara los hechos y razones aducidos por la
Administración y, por lo tanto, se debe entender que al momento del decomiso preventivo la
División Administrativa del DAGMA se encontraba facultada para declararlo y ordenarlo y,
por ende, amparada en las normas legales pertinentes para adelantar la actuación que se
discute.
14
Consejo de Estado; Actor: Circo Mexicano de Fieras; Demandado: Departamento
Administrativo de Gestión del Medio Ambiente; Expediente: 76001-23-31-000-2000-
02792-01; Consejera Ponente: MARIA CLAUDIA ROJAS LASSO.
Consideraciones de la Sala.
La situación de hecho que sirvió de fundamento al acto administrativo acusado está prevista
en el literal h) del artículo 6º de la Ley 84 de 1989 que establece: “Artículo 6. El que cause
daño a un animal o realice cualquiera de las conductas consideradas como crueles para
con los mismos por esta Ley, será sancionado con la pena prevista para cada caso.”
“h) Utilizar para el servicio de carga, tracción, monta o espectáculo, animales ciegos,
heridos, deformes, o enfermos gravemente o desherrados en vía asfaltada, pavimentada o
empedrada o emplearlos para el trabajo cuando por cualquier otro motivo no se hallen en
estado físico adecuado.”
Además de ello, no se encontró en el expediente prueba que demostrara que el Circo tuviera
alguna intención de venderlos o dejarlos en algún sitio protegidos, ya que las enfermedades
de estos animales son irreversibles, en cuanto a los ojos, y, en relación con la herida del
elefante, tal y como se establece en las declaraciones, ésta se abrirá de nuevo si le siguen
colocando la cadena.
Decisión de la Sala.
Por lo anterior, la Sala revocó la sentencia del Tribunal, y se decretó la nulidad del acto
demandado, ordenando al DAGMA realizar los trámites a fin de devolver los animales
decomisados al Circo Mexicano de Fieras consistentes en un tigre de bengala (hembra) y
un elefante asiático (hembra).
Posteriormente, en sentencia15 proferida por la Sala de lo Contencioso Administrativo;
Sección Primera de fecha 29 de agosto de 2013, se tuvo conocimiento de la situación
sobre uso de animales silvestres, ya sean nativos o exóticos, en circos fijos e itinerantes,
en todo el territorio nacional.
La accionante adujo que la Organización Aceros S en C., desde el año 1993, realiza
espectáculos de circo en todo el país, en los cuales utiliza animales exóticos, que en
algunos casos nacen en cautiverio y otros han sido importados o entraron en forma
irregular al país.
Aseguró que según las investigaciones adelantadas por las fundaciones Amigos del
Planeta y FEDAMCO, la Organización Acero ha violado las normas de sanidad,
seguridad, salubridad y protección animal que se debe observar en el territorio
colombiano cuando se importen, manipulen o manejen animales o éstos se utilicen en
actividades circenses.
Manifestó que la falta de asistencia médica a los animales por parte de veterinarios
especializados en animales silvestres y las precarias condiciones de tenencia, han
provocado su muerte recurrente, lo que vulnera la normativa de protección animal, según
el artículo 1° de la Ley 99 de 2003 y la Ley 84 de 1989.
15
Consejo de Estado; Actor: María Constanza Moreno Acero; Demandado: Corponor y
otros; Expediente: 25000-23-24000-2011-00763-01; Consejera Ponente: María Elizabeth
García González.
En cuanto a la protección de la fauna, ambiente sano y conservación de especies
animales, advirtió que del material probatorio recaudado se evidencia una cantidad
considerable de sucesos irregulares como la muerte de animales, inadecuada
alimentación, falta de identificación, hacinamiento, estrés, espacios reducidos en las
jaulas, falta de procedimientos administrativos eficaces y otra series de inconsistencias en
el transporte, comercio y manejo de fauna silvestre, que representan posibles infracciones
a las normas que regulan la materia.
Consideraciones de la Sala.
Decisión de la Sala.
16
Consejo de Estado; Actor: Angela María Maldonado Rodríguez y otros; Demandado:
Ministerio de Medio Ambiente; Expediente: 25000-23-24000-2011-00227-01.
páramos, las fuentes y recursos hídricos) considerados como sujetos de derechos, en el
caso concreto, el derecho de los animales primates o micos de la especie Aotus
vociferans que se asientan en el territorio colombiano.
Que desde 1984 se han proferido por parte del INDERENA y CORPOAMAZONÍA,
varios actos administrativos que se detallan a continuación, mediante los cuales se ha
otorgado permiso a la FIDIC para el desarrollo del proyecto investigativo denominado
“vacuna sintética para la malaria producida por el plasmodiumfalciparum en el
departamento del Amazonas”, para lo cual a lo largo de diversos períodos se ha
permitido la caza y captura de la especie de primates Aotus vociferans. Las resoluciones
son las siguientes: i) 1205 de 1984, ii) 0737 de 1994, iii) 0202 de 1999, iv) 1339 de 2002,
v) 00066 de 2006, vi) 00028 de 2010, y vii) 0632 de 2010, esta última por la que se
amplió el permiso por un término de 5 años y el número de especímenes a capturar a
4.000 Aotus vociferans.
Así mismo, indica que: “(…) igualmente, con fundamento en la ampliación del término
incrementa la cuota de animales a ser cazados de 1600 a 4000, sin ningún fundamento
técnico que soporta la cantidad de animales, que nuevamente lo aleja del deber de
protección concebido en la Constitución Política en los términos que atrás se reseñaron”.
Consideraciones de la Sala.
En la presente decisión, podemos observar que ha criterio del Consejo de Estado, en los
términos del literal c) del artículo 4 de la ley 472 de 1998, existe un reconocimiento
expreso por parte del legislador de derechos directos y autónomos a favor de los animales
y las especies vegetales en nuestro territorio nacional.
Indica además, que “ (…) no es necesario que los animales o las especies vegetales sean
consideradas personas jurídicas o morales para que puedan comparecer a la
administración de justicia en busca de que se protejan sus derechos reconocidos por la
propia comunidad, ya que existen los mecanismos procesales constitucionales idóneos
para garantizar el amparo de los respectivos derechos”.
En otras palabras, “ (…) los humanos pueden servirse de los animales para su
supervivencia, para su compañía, para investigación, en actividades laborales o
recreativas, pero sin vulnerar los derechos que les asisten, en especial de no ser tratados
simplemente como objetos o cosas, de no ser sometidos a tratos crueles, degradantes, a
ser mantenidos en malas condiciones de salud y libertad, a su sacrificio con el menor
dolor y sufrimiento posible, a jornadas laborales adecuadas con condiciones que respeten
su integridad y descanso, a no ser objeto de sufrimientos innecesarios cuando se
experimente con ellos en el campo científico, a garantizar un mínimo de libertad y
espacio, a garantizar su adecuada alimentación y cuidado”.
Decisión de la Sala.
17
Consejo de Estado; Actor: Rafael Patrón Martínez y otros; Demandado: Tribunal
Administrativo de Sucre; Expediente: 11001-03-15000-2013-00956-00; Consejero
Ponente: GUILLERMO VARGAS AYALA.
expedida la reglamentación legal que permitiera mitigar el maltrato a los animales
utilizados en dicho espectáculo.
La Ley 1272 de 2009 declaró las corralejas de Sincelejo patrimonio cultural de la Nación,
ergo están en una de las hipótesis o causales, en las cuales se permite el maltrato animal”.
Consideraciones de la Sala.
La decisión tomada por el Consejo de Estado, en primer lugar se basa en las excepciones
al deber de protección animal establecidas por el artículo 7 de la Ley 84 de 1989 fueron
declaradas exequibles por la Corte Constitucional en la sentencia C-666 de 2010. En esta
sentencia se determinó que estas excepciones perseguían un fin constitucionalmente
legítimo como es la defensa y protección del patrimonio cultural de la nación (artículo 7,
8, 70 y 71 de la Constitución Política).
La Sala considera imperativo precisar que aunque, tal como ha sido manifestado por la
Corte Constitucional, los principios de dignidad humana y solidaridad, al igual que las
cláusulas que integran la denominada Constitución Ecológica, imponen a las distintas
instancias del poder público que conforman el Estado social el deber de procurar el
bienestar animal, las especies animales en nuestro ordenamiento jurídico no son
personas ni sujetos titulares de derechos fundamentales, sino objetos de protección
jurídica y de especial miramiento en tanto parte esencial del ambiente natural cuya
conservación, defensa y restauración ordena la Constitución (artículos 8, 79, 80, 95.8 y
334). Por ende no podría admitirse el trámite de una solicitud de amparo de
derechos de los animales.
Decisión de la Sala.
Por último, un quinto precedente sobre el derecho de los animales conocido por el
Consejo de Estado es la sentencia 18 proferida por la Sala de lo Contencioso
Administrativo; Sección Primera de fecha 18 de junio de 2015, sobre la tenencia de
animales silvestres y en el caso concreto por la pérdida de una mascota (mico aullador)
del demandante, situación que ha empeorado la salud del actor.
A los actores les fue negada la tenencia del “mico aullador” porque la custodia animal no
se encuentra disponible para que personas naturales aspiren a ella, pues está configurada
para que puedan aplicar organizaciones ambientales sin ánimo de lucro y las redes de
reservas de la sociedad civil adscritas a la Unidad Administrativa Especial de Parques
Nacionales Naturales.
Frente a la exigencia de restitución del espécimen a la familia accionante, hay que indicar
que es una pretensión que desconoce los lineamientos entregados por el Consejo de Estado
en la providencia de 26 de noviembre de 2013 donde se determinó la violación al derecho
colectivo concerniente a la conservación del equilibrio ecológico y manejo de los recursos
naturales, la conservación de especies animales y la protección a las áreas de importancia
ecológica y en general todos los derechos de la comunidad relacionados con la
conservación y restauración del medio ambiente.
Que si bien es cierto el actor padece una enfermedad grave y que el mico le podría generar
un alivio momentáneo, su recuperación debe ser de carácter médico y no obstante ello,
debe primar el interés general frente al particular.
Además de ello, la CAR actuó conforme a la reglamentación existente para tales asuntos
y que casi de manera inmediata lo entregó a un centro de rehabilitación de fauna silvestre.
18
Consejo de Estado; Actor: Lugo Ríos Rivera y otros; Demandado: CAR y otros;
Expediente: 25000-23-42000-2015-01496-01; Consejero Ponente: GUILLERMO VARGAS
AYALA.
Ordenó al parque Zoológico Santa Fé de Medellín que en el término de tres (3) meses
retorne al “mico aullador” a su habitad natural.
Consideraciones de la Sala.
La Sala indicó como argumentos que: “(…) debe valorarse la protección de los
animales dentro del ordenamiento jurídico nacional pues se encuentran dentro de la
esfera de protección de la naturaleza y el medio ambiente, deben ser entendidos como
otros seres vivos que interactúan dentro del desarrollo o preservación del medio ambiente.
Igualmente, se logró determinar que el actor no alegó, ni probaron que existió permiso
alguno de la propiedad del mico ni demostraron haber obtenido el animal de un
zoocriadero. Por lo tanto, se concluye que la propiedad del mico se encuentra en cabeza
del Nación al ser un animal de fauna silvestre.
Decisión de la Sala.
Conclusiones.
Son muchos los Estados que cuentan con una legislación protectora de los animales y
entre ellos destacamos a Polonia, Suiza, Austria, Filipinas, Estados Unidos, Argentina,
Perú, Puerto Rico, etc. En Colombia, la Ley 84 de 1989, contempla sanciones tan
burlescas como multas de cinco mil a cincuenta mil pesos, por conductas crueles contra
los animales y sanción de multa máxima de quinientos mil pesos por el daño a las
reservas naturales que afecte animales salvajes.
La Constitución de 1991 quitó a las autoridades administrativas la potestad de imponer
sanciones privativas de la libertad y desde entonces son muy pocos los casos de condenas
por maltrato animal sin que ello implique que se hayan disminuido las agresiones y esto
afecta sensiblemente a más de 20 especies en peligro de extinción.
CONCLUSIONES
En cada una de las sentencias y decisiones de la Corte Consitucional, queda claro que en
Colombia los animales no son sujeto de derecho, son las personas quienes los poseen y a
traves de las garantías que el Estado tiene para velar por estos, es que hacen que los
animales se vean de la alguna u otra manera cobijados. Son los dueños de las mscotas
quienes velan por estas y exigen la protección para ellos, cuando sienten que están siendo
vulnerados.
En los países latinoamericanos la regulación civil define a los animales dentro de los
bienes muebles semovientes, estableciendo responsabilidades para las personas que lo
tienen en propiedad. Esta calificación, no permite que la tentativa sea sancionable en los
casos de faltas contra la salud y bienestar de los animales o se extienda la responsabilidad
de terceros responsables en los actos de crueldad más allá del ejecutante. A nivel penal,
en la mayoría de países las sanciones son pequeñas y se pagan con multas o con trabajos
comunitarios
Los animales, además de sujetos de protección, deben ser sujetos de derechos, lo que
implica respeto a su vida, integridad, no maltrato, libertad, hábitat, bienestar, etc.
No puede haber protección sin derechos. La obligación del Estado y de los seres humanos
de respetar a los animales es correlativa a determinados derechos que estos tienen. Sin
embargo, nuestra legislación y jurisprudencia no alcanzan a desbordar la causa que
justifica el amparo de los animales, ligada solo al dolor y sufrimiento. No habrá
coexistencia del hombre con su entorno, si los Estados no abren los espacios del derecho
y la justicia.
Debe haber un reconocimiento? Los animales, además de sujetos de protección, deben ser
sujetos de derechos?
Cuáles son los derechos? ¿vida, integridad, libertad, hábitat, bienestar?
A quién le corresponde ¿Cortes o/y Congreso?
Quién ejercería esos derechos? Las organizaciones defensoras de animales sin ánimo de
lucro, el Ministerio Público o las autoridades ambientales y ecológicas?
Hay que sustraerlos del comercio jurídico? Está la raza humana destinada a ser vegana?
VI. REFERENCIAS
b) Dunayer, J. (2). The rights of sentient beings. The politics of species: Reshaping
our relationships with other animals, 27.
c) Francione, G. L. (1995). Animal rights and animal welfare. Rutgers L. Rev., 48,
397.
e) Regan, T. (2004). The case for animal rights. Univ of California Press.
h) http://www.bbc.co.uk/ethics/animals/rights/donotneed.shtml