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    Conf. 1. El Fuego Interno

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    Este documento habla sobre el tema del "fuego interno" y cómo la pasión por algo, como por ganar almas para Cristo, es como un fuego que quema por dentro y no nos deja descansar. Citando varios pasajes bíblicos, explica cómo el fuego interno rompe el silencio, se enciende cuando pensamos en los necesitados, y se mete hasta los huesos de manera que no podemos callar sobre lo que Dios ha puesto en nuestro corazón. El objetivo es que el fuego de Dios encienda nuestros cor

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    Este documento habla sobre el tema del "fuego interno" y cómo la pasión por algo, como por ganar almas para Cristo, es como un fuego que quema por dentro y no nos deja descansar. Citando varios pasajes bíblicos, explica cómo el fuego interno rompe el silencio, se enciende cuando pensamos en los necesitados, y se mete hasta los huesos de manera que no podemos callar sobre lo que Dios ha puesto en nuestro corazón. El objetivo es que el fuego de Dios encienda nuestros cor

    Descripción original:

    Crecimiento Espiritual

    Título original

    Conf. 1. El fuego Interno

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    Este documento habla sobre el tema del "fuego interno" y cómo la pasión por algo, como por ganar almas para Cristo, es como un fuego que quema por dentro y no nos deja descansar. Citando varios pasajes bíblicos, explica cómo el fuego interno rompe el silencio, se enciende cuando pensamos en los necesitados, y se mete hasta los huesos de manera que no podemos callar sobre lo que Dios ha puesto en nuestro corazón. El objetivo es que el fuego de Dios encienda nuestros cor

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    RETIRO MINISTERIAL DE PAREJAS

    DEL 2 AL 4 DE AGOSTO
    El Rodeo de Constanza

    TEMA: EL FUEGO INTERNO.

    La pasión interna por algo es como un fuego interno que nos quema. Es
    la pasión que nos desvela y no nos deja conciliar el sueño hasta ver lo
    que deseamos lograr.

    El profeta dijo: “No hablare mas a este pueblo; pero el fuego me


    quemaba y no pude callar”.
    Es el fuego del Espíritu que nos hará hablar. Sin la pasión interna del
    Espíritu por los perdidos la tarea de ganar solo será un deber más de los
    creyentes ante Dios.
    Tenemos la urgencia de ser abrazados por ese fuego, que abrazo al
    profeta y a aquellos hombres y mujeres que al paso de la historia del
    cristianismo ardieron como antorcha por todos los continentes de este
    mundo. Para ganar y sembrar el glorioso evangelio en millones de seres
    humanos.
    1. EL FUEGO ROMPE EL SILENCIO. Salmos 39.2 “Enmudecí con
    silencio, me callé aun respecto de lo bueno y se agravo mi dolor”.

    1.1. EL FUEGO SE ENCIENDE CUANDO REFLEXIONAMOS EN LOS


    NECESITADOS. Salmos 39.3 “Se enardeció mi corazón dentro de
    en mi meditación se encendió el fuego; y así proferí con mi
    lengua.
    1.2. DIOS AGRAVO MI DOLOR. Que el dolor en nuestro corazón sea
    real, cuando vemos los perdidos sintamos lo que hizo llorar a
    Jesús, cuando miró la ciudad desde la colina.
    1.3. Y ASÍ PROFERÍ CON MI LENGUA; de lo que hay en el corazón
    hablamos y este es el tiempo de llenar nuestro ser del fuego
    que nos hace gritar que Jesús es la única Esperanza para
    quienes están atrapados por el mal.

    2. EL FUEGO EN LOS HUESOS. Jeremías 20:9 Y dije: “No me acordaré


    más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi
    corazón, como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de
    sufrirlo, y no pude”.
    2.1 El profeta dijo: “Me voy a olvidar de Dios, nadie quiere escuchar
    de el. Yo me cayo y me olvido de el”. Vers. 9.

    2.2 El fuego en los huesos.


    No puedo callar me estoy quemando, me quemo, estoy encendido
    por dentro, el fuego sale por mi boca. Voy a hablar ahora.
    Eso es lo que tiene que ocurrir en ti, si el te llamó el fuego te quemará
    cuando duermes y te despertaras diciendo, no puedo callar, me estoy
    quemando. Dios quiere poner fuego en tus huesos. Ese fuego te
    quema y no podrás callar mientras vivas, gritaras por todos los
    lugares: “Me estoy quemando”, la gente vera el humo que sale por tu
    boca.
    Lucas 12:49 “Fuego vine a echar en la tierra; ¿y qué quiero, si ya se ha
    encendido?”.
     
    Lucas 24:32 “Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en
    nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las
    Escrituras?  “

    Conclusión:

    La presencia de Jesús hizo que los caminantes de Emaús ardieran en su


    interior, así como su presencia aquí va a hacer que arda nuestro corazón.
    El fuego quemo los huesos del profeta Jeremías y hoy el fuego de Dios
    quemara tus huesos.
    El salmista ardiendo por el fuego dijo: “Se agravó mi dolor, el fuego se
    encendió en mi corazón, no puedo callar, voy a proferir con mi lengua”
    HOY ESE FUEGO ESTA ENCENDIDO. JAMÁS PODRÁS CALLAR.

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