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Contrato

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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION


BARQUISIMETO EDO. LARA

Barquisimeto Junio 2014


TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN DEL CONTRATO ACTUAL

1.-Definicion de la teoría del contrato

Derecho Romano: Históricamente nos remitimos al derecho romano ya que tiene gran
influencia en nuestro Código Civil. Pero en lo que al tema respecta, el derecho romano tenía
una concepción realista y mucho más objetiva del contrato que en la actualidad. Para Velez, lo
que caracteriza al contrato es el acuerdo, mientras en Roma, solo había contrato cuando se
cumplían ciertas exigencias o requisitos formales (por ej., la sponsio requería ciertas
formalidades sin las cuales no había contrato).

Derecho Francés: tenía una concepción voluntarista y subjetiva del contrato: basta el
mero acuerdo para que haya contrato. Esta concepción ha imperado en el derecho occidental
continental, en los países del“civil law” en contraposición a los países del “common law” .

Derecho Anglosajón actual: tiene una concepción realista y objetiva ya que


prevaleció el derecho romano como fuente. Se requiere que se cumplan ciertos requisitos y
que se produzcan en determinadas circunstancias. Además, en el derecho anglosajón existe
la consideración que exige que además del acuerdo haya una prestación en miras a satisfacer
una contraprestación, es decir que ambas partes realicen un sacrificio para que haya contrato.

Nuestro Derecho: se tomo la concepción del Derecho Francés (subjetivista y


voluntarista) pero morigerada en cierto modo. Por ej., en los contratos de consumo, en
nuestro derecho, interesa más el equilibrio de las prestaciones que el mero acuerdo, lo cual
supone objetivar la noción voluntarista y subjetiva del siglo XIX

2.- Diferencias entre el contrato actual y el contrato romano

Contrato actual

 El comodato es un contrato por el cual uno de los contratantes se obliga a conceder


gratuitamente el uso de una cosa no fungible, y el otro contrae la obligación de
restituirla individualmente.
 Cuando el préstamo tuviere por objeto cosas consumibles, sólo será comodato si ellas
fuesen prestadas como no fungibles, es decir, para ser restituidas idénticamente.
 Los tutores, curadores y en general todos los administradores de bienes ajenos, no
podrán dar en comodato, sin autorización especial, los bienes confiados a su guarda.
 Sin permiso del comodante no puede el comodatario conceder a un tercero el uso de la
cosa entregada en comodato.
 El comodatario adquiere el uso, pero no los frutos y accesiones de la cosa prestada.
 El comodatario está obligado a poner toda diligencia en la conservación de la cosa, y
es responsable de todo deterioro que ella sufra por su culpa.
 Si el deterioro es tal que la cosa no sea susceptible de emplearse en su uso ordinario,
podrá el comodante exigir el valor anterior de ella, abandonando su propiedad al
comodatario.
 El comodatario responde de la pérdida de la cosa si la emplea en uso diverso o por
más tiempo del convenido, aún cuando aquélla sobrevenga por caso fortuito.
 Si la cosa perece por caso fortuito, de que el comodatario haya podido garantirla
empleando la suya propia, o si no pudiendo conservar más que una de las dos, ha
preferido la suya, responde de la pérdida de la otra.
 El comodatario está obligado a poner toda diligencia en la conservación de la cosa, y
es responsable de todo deterioro que ella sufra por su culpa.
 El comodatario responde de la pérdida de la cosa si la emplea en uso diverso o por
más tiempo del convenido, aún cuando aquélla sobrevenga por caso fortuito.

Contrato Romano

 Contrato de comodato: Contrato por el cual una persona, el comodante entrega


gratuitamente una cosa a otra persona, el comodatario para servirse de ella, y
devolverla después de haber hecho el uso convenido.
 La entrega de la cosa prestada que es necesaria para la formación del comodato no es
más que una nuda traditio, el comodante entrega la cosa al que la pide para que la
utilice, y no para que se haga propietario.
 El comodato tiene por objeto generalmente un mueble, rara vez un inmueble.
Pero siempre es necesario que sea un cuerpo cierto, una cosa considerada en su
individualidad, así que las cosas que de ordinario no se utilizan más que consumiéndolas no
pueden ser dadas en comodato.

 Este contrato es esencialmente gratuito.


 El comodato tiene por efecto engendrar, en el momento en que se forma, una
obligación a cargo del comodatario: la de devolver la cosa perdida.
Obligaciones del comodatario:
I.- Debe restituir la cosa al comodante después de hacer de ella el uso convenido.
II.- Queda obligado y debe pagar al comodante daños e intereses si la cosa ha
perecido por dolo o por falta suya.
III.- Puede también estar obligado a pagar daños e intereses al comodante, además de
la restitución de la cosa si ha sido deteriorada por falta suya. (Acción commodati
contraria).

3.- Clasificación de los Contratos en el Derecho Romano

Pueden ofrecerse varias clasificaciones de los contratos en el derecho romano, según


sea el aspecto bajo el cual se les contemple.
1º Contemplados en relación con su origen se distinguen los contratos iuris civilis (derecho
civil) de los iuris gentium (derecho de gentes), según que sólo puedan concluirse entre
ciudadanos o también entre ciudadanos y extranjeros o extranjeros entre sí. A los del último
grupo, que nacieron del desarrollo de las relaciones comerciales entre Roma y los otros
países del Mediterráneo y que se afirmaron a través de la jurisdicción del pretor peregrino,
pertenecen especialmente los cuatro contratos consensuales de venta, locación, sociedad y
mandato.
2º. Considerados desde el punto de vista del modo de formación, es decir, de la manera como
se perfeccionan, o, si se prefiere, de la causa civilis a que se reconocía la virtud de elevar la
convención al rango de contrato, se dividían en cuatro grupos: verbis, litteris, re y solo
consenso (verbales, literales, reales y consensuales).
Los verbis, se perfeccionaban mediante el empleo de palabras solemnes o
sacramentales, como ocurría con la estipulación.
Litteris eran aquellos que, sólo quedaban concluidos mediante inscripciones o asientos
labrados en los registros o codex que llevaban los ciudadanos.
Eran re los que se perfeccionaban por el consentimiento, seguido de la entrega de una
cosa, como el mutuo, el comodato, el depósito y la prenda.
Y por último, solo consenso eran los que quedaban concluidos por el mero cambio del
consentimiento de los contratantes, sin ninguna otra formalidad, como la venta, la locación, la
sociedad y el mandato.
Contemplados desde este mismo punto de vista se dividían también los contratos
en formales y no formales. Eran formales aquellos que requerían para su perfeccionamiento el
empleo de formas solemnes, y no formales los que no exigían formalidad alguna para su
conclusión. Eran formales el nexum, los verbis y los litteris; no formales los reales y los
consensuales.
3º Considerados desde el punto de vista de sus efectos, los contratos podían dividirse en
Roma, según la terminología impuesta por los interpretes modernos
en unilaterales y sinalagmáticos.
Eran unilaterales los que engendraban obligaciones a cargo de una sola de las partes
contratantes, como ocurría con la estipulación, en que solo se obligaba el promitente y con el
mutuo en que el único que quedaba obligado era el mutuario.
Sinalagmáticos, en cambio, eran los que engendraban obligaciones para todas las
partes contratantes, como ocurría con la venta, la locación, etc.
Entre los sinalagmáticos se distinguieron a su vez, los perfectos de los imperfectos. Se
les llamaba sinalagmático perfecto al contrato que, desde el momento mismo de su
conclusión, engendraba obligaciones para todas las partes, reservando la
calificación sinalagmático imperfecto para aquellos otros en que, al concluirse el contrato, sólo
nacían obligaciones para una de las partes contratantes, pero que luego, por circunstancias
posteriores y eventuales, podían engendrarlas también para la otra parte.
Tenemos un ejemplo en el comodato, el contrato al concluirse, no creaba obligaciones
sino para el comodatario: cuidar la cosa prestada y restituirla al vencimiento del término
señalado, pero si él realizaba gastos extraordinarios para su conservación, nacía a cargo del
comodante la obligación de reembolsárselos.
Los contratos sinalagmáticos imperfectos se reconocían fácilmente, porque daban lugar
a dos acciones del mismo nombre, a una de las cuales se le agregaba el aditamento directa y
a la otra el de contraria; ejemplo: actio comodati directa y actio comodati contraria, actio
mandati directa y actio comodati contraria.
Eran sinalagmáticos perfectos la venta, la locación y la sociedad; sinalagmáticos
imperfectos el comodato, la prenda y el mandato.
4º El dualismo entre ius civile y la equitas se manifiesta también en materia contractual con la
distinción entre los contratos de derecho estricto y los de buena fe, de donde resultaron las
acciones stricti iuris y bonae fidei respectivamente. Tratase de una clasificación en que se
considera a los contratos desde el punto de vista de los poderes de apreciación que con
relación a los mismos, se confieren al juez.
Eran contratos de derecho estricto aquellos para cuya interpretación el juez no debía
tomar en cuenta consideración alguna extraña a los términos mismos del contrato.
Los de buena fe, en cambio eran aquellos otros para cuya interpretación y ejecución el
juez gozaba de mayor amplitud de criterio. Debía estatuir ante todo, según la equidad, y
teniendo también en cuenta la buena fe e intención presunta de las partes.
Contratos de derecho estricto eran en Roma los verbales, los litteris y el mutuo. De
buena fe, el comodato, el depósito, la prenda y todos los consensuales.
En general todos los contratos unilaterales eran de derecho estricto; en cambio, todos
los sinalagmáticos, tanto perfectos como imperfectos, eran de buena fe. La razón de tal
diferencia radica en la circunstancia de que del contrato unilateral sólo nacía una sola
obligación, por lo cual el juez no tenía más que encerrarse en el examen riguroso de la
misma, mientras que en el contrato sinalagmático, en cambio, la obligación del demandado
era correlativa de la del actor, por cuyo motivo era lógico que el juez investigase de que
manera había procedido este ultimo en el cumplimiento de la que había quedado a su cargo.
Estaba pues obligado a enfocar el contrato bajo todos sus aspectos, tomando en
consideración cuanto pudiera sugerirle la equidad.
5º Considerados desde el punto de vista de su naturaleza, se dividían los contratos
en gratuitos, como el mutuo, comodato, depósito y onerosos, como la compraventa, locación,
etc. Eran gratuitos aquellos que proporcionaban a alguna de las partes, sea el acreedor, como
el depósito, sea el deudor, como en el comodato, una ventaja independiente de todo sacrificio
o desembolso de su parte, y onerosos aquellos que implicaban sacrificios o desembolsos
recíprocos.
6º Los contratos onerosos admitían una nueva división en conmutativos, cuando las
prestaciones a cargo de las partes eran ciertas, y aleatorios cuando estas dependían de un
acontecimiento incierto, es decir, del azar.
7º Según la relación de dependencia que entre ellos pudiera existir, los contratos se dividían
en principales cuando desempeñaban una función propia, existiendo por sí mismos, como la
venta, la locación o el préstamo, y accesorios cuando su existencia no se justificaba sino en
razón de otros contratos a los cuales iban unidos como la fianza.
8º Por último, atendiendo a su calificación, los contratos se dividían en nominados e
innominados. Eran nominados aquellos a que la ley había dado un nombre, como la venta, el
comodato, etc, e innominados los que carecían de una denominación especial.
4.-Clasificacion de los contratos en la actualidad

Entonces los contratos según lo establecido en normas del código civil se dividen en:

 Unilateral: los contratos unilaterales son aquellos en los cuales quien se obliga es una
parte, mientras que la otra no tiene obligación alguna, por ejemplo, el contrato de
préstamo de uso o comodato.

 Bilateral: en este tipo de contrato ambas partes se obligan, por ejemplo, en un contrato
de compraventa el vendedor se obliga a entregar la cosa y el comprador a pagar
el precio.

 Gratuito: cuando solo beneficia a una de las partes, por ejemplo el contrato de
donación.

 Oneroso: en este caso ambos contratantes obtienen un beneficio.

 Principal: un contrato es principal cuando no depende de otro para existir,  este es el


caso del contrato de arrendamiento.

 Accesorio. Depende de otro para poder existir, contrato de prenda que se da para


garantizar el pago de un préstamo.
 Real: el contrato es real cuando se necesita para su validez la tradición de la cosa.

 Solemne: cuando se requiere que se cumplan ciertas formalidades establecidas en la


ley.

 Consensual: cuando se perfecciona por el solo consentimiento de las partes.

 Conmutativo: cuando una de las partes se obliga a hacer algo equivalente a lo que la
otra parte va a hacer.

 Aleatorio: cuando se trata de algo incierto que depende del azar.

Esta clasificación se  encuentra desde el artículo 1496 del código civil hasta 1500 del
código civil, pero la doctrina establece otra clase de contratos como los de ejecución
instantánea, que son  aquellos que se ejecutan en solo momento, y los tracto sucesivo cuyos
efectos se prolongan en el tiempo como en el contrato de arrendamiento por ejemplo.

5.-  Elementos de la formación de los contratos

En el terreno de los elementos del contrato, reina una gran anarquía, no solo en lo
relativo al alcance o significado de los vocablos sino también, lo cual es más importante, en lo
relativo a saber qué elementos integran el contrato concurriendo a su formación y validez.

•La Doctrina Clásica (Pothier) diferencia los elementos del contrato en

I. Elementos Esenciales. Son los fundamentales para que exista un contrato, sin estos no
hay contrato. El Código Civil no los menciona. El Código civil Francés, en su art.1108,
enumera cuatro “condiciones” para la validez del contrato: el consentimiento, el objeto, la
causa y la capacidad. El Código civil español dice que son el consentimiento, el objeto y la
causa.

Hay que distinguir a estos elementos en:

a) Elementos esenciales generales: están en todos los contratos, y son el consentimiento,


objeto y causa.
b) Elementos Esenciales particulares: tienen que estar para que existan determinados
contratos. Permite distinguir por ejemplo una compraventa de una locación.

II. Elementos Naturales: son aquellos que ordinariamente se encuentran en el contrato y


aquellos en que la ley actúa supletoriamente a la voluntad de las partes cuando éstas nada
dicen. Por ejemplo la garantía de evicción o responsabilidad por vicios redhibitorios.Juega un
papel importante la autonomía de la voluntad por que las partes pueden reglar sobre estos
elementos, y pueden por ejemplo aumentar la responsabilidad del enajenante o disminuirla.

III. Elementos Accidentales: Son aquellos que están presentes si las partes desean
incorporarlos al contrato. Son ciertas modalidades (condición, plazo y cargo). Aquí no hay
aplicación supletoria de la ley cuando las partes nada dicen y hay una mayor plenitud de la
autonomía de la voluntad de las partes.

• Otra clasificación, de Mosset Iturraspe, distingue entre:

I. Elementos esenciales o estructurales

II. Efectos naturales y accidentales.

En realidad toma las nociones de la Doctrina Clásica pero las encuadra de un modo
diferente

En una clasificación más moderna de López de Zavalía, seguida por Alterini divide los
elementos en:

I. Presupuestos: son todos los requisitos extrínsecos al contrato existen antes de que nazca el
contrato los deben tener los futuros contratantes (por ej.: la capacidad, la voluntad jurídica de
contratar, la aptitud del objeto). Estos presupuestos existen independientemente de que el
contrato se celebre o no.

II. Elementos: Son los requisitos intrínsecos y son constitutivos del contrato. Son las cláusulas
que constituyen el contrato, las cuales se dividen en:- Esenciales: sujeto, objeto, causa y
forma (en aquellos contratos en que se exige).- Naturales: son aquellas que se encuentran
ordinariamente en los contratos, como las referidas a la garantía de evicción, y que si las
partes nada dicen la ley actúa supletoriamente.- Accidentales: aparecen únicamente cuando
las partes deciden incorporarlas al contrato (modalidades).

III. Circunstancias: son aquellos elementos extrínsecos y tienen relevancia durante la


formación y la ejecución del contrato. Estas están referidas al tiempo, modo y al lugar, por ej.:
situación económica. De estos surge la Teoría de la Imprevisión.
Teoría del contrato en la actualidad

Es una corriente moderna de filosofía política y del derecho, que piensa el origen de la
sociedad y del Estado como un contrato original entre humanos, por el cual se acepta una
limitación de las libertades a cambio de leyes que garanticen la perpetuación y ciertas
ventajas del cuerpo social. No es una doctrina política única o uniforme, sino un conjunto de
ideas con un nexo común, si bien extremadamente adaptable a diferentes contextos, lo que
explica su vitalidad y su capacidad para ir evolucionando y redefiniéndose hasta la actualidad.
Como teoría política es posiblemente una de las más influyentes de los últimos trescientos
años, configurando, en mayor o menor grado, la estructura actual de los distintos estados y
naciones.

No debe confundirse el contractualismo con la democracia, pues no todas las teorías


contractualistas, como veremos, defienden modelos políticos democráticos. Tampoco debe
confundirse contractualismo con nacionalismo, pues, siendo ambos movimientos políticos
nucleares y casi simultáneos de los estados modernos, expresan concepciones distintas.

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