La reconciliación con Dios es posible gracias a Jesucristo, quien murió en la cruz para perdonar nuestros pecados. Jesús no sólo nos devuelve la amistad con Dios, sino que también nos muestra el misterio del hombre y nos llama a vivir de acuerdo con la justicia de Dios. Al recibir a Cristo en nuestros corazones, obtenemos la reconciliación con Dios y su amor eterno.
La reconciliación con Dios es posible gracias a Jesucristo, quien murió en la cruz para perdonar nuestros pecados. Jesús no sólo nos devuelve la amistad con Dios, sino que también nos muestra el misterio del hombre y nos llama a vivir de acuerdo con la justicia de Dios. Al recibir a Cristo en nuestros corazones, obtenemos la reconciliación con Dios y su amor eterno.
Título original
tema 11 JESUS NOS RECONCILIA CON SU PADRE, NUESTRO PADRE
La reconciliación con Dios es posible gracias a Jesucristo, quien murió en la cruz para perdonar nuestros pecados. Jesús no sólo nos devuelve la amistad con Dios, sino que también nos muestra el misterio del hombre y nos llama a vivir de acuerdo con la justicia de Dios. Al recibir a Cristo en nuestros corazones, obtenemos la reconciliación con Dios y su amor eterno.
La reconciliación con Dios es posible gracias a Jesucristo, quien murió en la cruz para perdonar nuestros pecados. Jesús no sólo nos devuelve la amistad con Dios, sino que también nos muestra el misterio del hombre y nos llama a vivir de acuerdo con la justicia de Dios. Al recibir a Cristo en nuestros corazones, obtenemos la reconciliación con Dios y su amor eterno.
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Jesus nos reconcilia
con su Padre, Nuestro Padre
Catequista: Ilde Masseroni
Oración Inicial Credo Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Acto de Contrición Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, Dios mío, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, me arrepiento de todo corazón nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio de todos mis pecados Pilato, fue crucificado, muerto, y sepultado, descendió a los y los aborrezco, infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los porque al pecar, no sólo merezco cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. las penas establecidas por ti Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y a muertos. Creo en el justamente, Espíritu Santo, en la santa Iglesia Católica, la comunión de los sino principalmente porque te ofendí, santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la a ti sumo Bien y digno de amor vida eterna. Amén. por encima de todas las cosas. Por eso propongo firmemente, con ayuda de tu gracia, no pecar más en adelante y huir de toda ocasión de pecado. Amén. Jesús nos reconcilia con nuestro Padre La reconciliación es don del Padre. Sólo él puede realizarla. Por eso, representa ante todo una llamada que viene de lo alto: "En nombre de Cristo, os suplicamos: reconciliaos con Dios" (2 Co 5, 20). Como Jesús nos explica en la parábola del Padre misericordioso (cf. Lc, 15, 11-32), para él perdonar y reconciliar es una fiesta. El Padre, en ese pasaje evangélico, como en otros muchos, no sólo ofrece perdón y reconciliación; también muestra que esos dones son fuente de alegría para todos.
En Cristo, Cordero sin mancha, entregado por nuestros pecados
(cf. 1 P 1, 19, Ap 5, 6 ; 12, 11) se concentra la reconciliación que procede del Padre. Jesucristo no sólo es el reconciliador, sino también la reconciliación. Como enseña san Pablo, el que hayamos llegado a ser criaturas nuevas, renovadas por el Espíritu, "proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por Cristo y nos confió el ministerio de la reconciliación. Porque en Cristo estaba Dios reconciliando al mundo consigo, no tomando en cuenta las transgresiones de los hombres, sino poniendo en nosotros la palabra de la reconciliación" (2 Co 5, 18-19). Jesús nos reconcilia con nuestro Padre Precisamente por el misterio de la cruz de nuestro Señor Jesucristo se supera el drama de la división que existía entre el hombre y Dios. En efecto, con la Pascua el misterio de la misericordia infinita del Padre penetra en las raíces más oscuras de la iniquidad del ser humano. Allí tiene lugar un movimiento de gracia que, si se acoge libremente, lleva a gustar la dulzura de una plena reconciliación.
El abismo del dolor y de la renuncia de Cristo se transforma así
en una fuente inagotable de amor compasivo y pacificador. El Redentor abre un camino de vuelta al Padre que permite experimentar de nuevo la relación filial perdida y confiere al ser humano las fuerzas necesarias para conservar esta comunión profunda con Dios. Jesús nos reconcilia con nuestro Padre El encuentro con Cristo que perdona desarrolla en nuestro La reconciliación que nos trae Cristo, corazón el dinamismo de la caridad trinitaria, "Por medio del es realizada en la Anunciación, sacramento de la penitencia el Padre acoge al hijo arrepentido Encarnación, Vida, Pasión, Muerte y que vuelve a él, Cristo toma en sus hombros a la oveja perdida Resurrección del Señor; por medio para llevarla al redil, y el Espíritu Santo santifica nuevamente su de esta dinámica reconciliadora, templo o intensifica en él su presencia. Jesús no sólo nos devuelve la amistad con Dios, sino, que nos Si Jesucristo no fuera Dios, sería un muestra claramente el misterio del hombre extraordinario que hombre (Salazar, 1989) obedeció a Dios: un Santo; pero de ninguna manera tendría el poder de reconciliar a toda la humanidad La dinámica reconciliadora con el Creador; además es justamente va por este camino, importante tener claro que es el puesto que en la medida que el ser mismo Dios quien busca que se humano tenga claro quién es y a qué restablezca esta amistad perdida está llamado, indefectiblemente entre Él y el hombre, porque ama volverá su mirada a Dios y alcanzará la tanto a su creación, que no quiere felicidad para la que fue creado que se pierda. Jesús nos reconcilia con nuestro Padre
PADRE:
Te exaltamos, te adoramos, y te damos inmensas
gracias, por habernos RECONCILIADO contigo, por medio de tu Amado Hijo Jesucristo, hoy hemos comprendido el inmenso AMOR que nos tienes, que a pesar de ser enemigos tuyos, a causa del pecado, Cristo murió por nosotros. Recibimos a tu amado Hijo en nuestros corazones, para así obtener la RECONCILIACION de nuestra amistad y Amor eterno., y no tener en cuenta nuestros pecados, Ayúdanos por favor, a ser la justicia que quieres en Cristo Jesús, Amén Oración Final Credo Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Acto de Contrición Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, Dios mío, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, me arrepiento de todo corazón nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio de todos mis pecados Pilato, fue crucificado, muerto, y sepultado, descendió a los y los aborrezco, infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los porque al pecar, no sólo merezco cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. las penas establecidas por ti Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y a muertos. Creo en el justamente, Espíritu Santo, en la santa Iglesia Católica, la comunión de los sino principalmente porque te ofendí, santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la a ti sumo Bien y digno de amor vida eterna. Amén. por encima de todas las cosas. Por eso propongo firmemente, con ayuda de tu gracia, no pecar más en adelante y huir de toda ocasión de pecado. Amén. Actividad de la Semana
Con ayuda de tus padres responde en tu cuaderno de
catequesis la siguiente pregunta: ¿Cómo te reconcilias tu con nuestro Padre Dios? Envia la actividad a mi correo la siguiente semana “Los que enseñan a otros son buenos, brillan como estrellas por toda la eternidad” Daniel, 12