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ENSAYO

Para entender lo que es la inclusión, podemos decir que es la actitud de un


conjunto de personas para el resto de la sociedad. Es decir, es algo que
puedes hacer o no, o quizás no te lo permiten.

Ahora bien, en estos tiempos nos hacemos la siguiente pregunta ¿A qué nos
referimos con “Desarrollo e inclusión social”?, Si bien es cierto en los últimos
años se ha escuchado mucho en nuestro entorno acerca de estos nuevos
términos, que no son más que evidencias de una realidad en la que el Perú no
se ve ajeno, es por ello que hoy en día existe un Ministerio de Desarrollo e
Inclusión social, organismo encargado del desarrollo social, superación de la
pobreza, promoción de la inclusión y equidad social, también podemos incluir la
protección que el estado brinda hacia las poblaciones en situación de riesgo,
vulnerabilidad y abandono.

Si bien es cierto en los últimos años se ha escuchado mucho en nuestro


entorno acerca de estos nuevos términos, que no son más que evidencias de
una realidad en la que el Perú no se ve ajeno, es por ello que hoy en día existe
un Ministerio de Desarrollo e Inclusión social, organismo encargado del
desarrollo social, superación de la pobreza, promoción de la inclusión y
equidad social, también podemos incluir la protección que el estado brinda
hacia las poblaciones en situación de riesgo, vulnerabilidad y abandono.

Si bien es cierto, hoy en día el poder ejecutivo junto con el poder legislativo y el
poder judicial, desean ampliar la plataforma de acciones a fin de fomentar la
inclusión social, y es por ello que le dan a la sociedad en general la
oportunidad de participar presentando candidatos a de forma individual o
grupal, de aquellos que se encuentran comprometidos en la noble batalla por
conseguir un país inclusivo, es decir: con ideas, iniciativas, propuestas,
estudios y proyectos que puedan ser asumidos por el Estado Peruano,
acciones y buenas prácticas que serán recibidas y analizadas, reconociendo y
premiando a sus autores para estimular la participación de la sociedad en todo
lo que respecta a la mejora del sistema y de una democracia justa para todos.

En el Perú este Ministerio tiene sus inicios en el año 2011, y ya hay programas
sociales que han beneficiado a más de 5 millones de peruanos en situación de
pobreza y pobreza extrema, también se han fortalecidos los programas de
alimentación infantil, y los programas en ayuda o apoyo al adulto mayor, que
antes no tenían acceso a un monto de jubilación digno generando esperanza a
este sector de la población que ya se encontraba casi en el olvido, a su vez les
ha facilitado a las madres trabajadoras la posibilidad de dejar a sus hijos bajo el
cuidado de expertos profesionales, se ha promovido, incentivado y financiado
proyectos de crecimiento y desarrollo generando capacidades y sostenibilidad
en poblaciones vulnerables y de escasos recursos.

Entonces nosotros podemos decir que el estado hace materializar su política


de Inclusión social a través de diversos procesos que conforman la estrategia
nacional de Desarrollo e Inclusión Social, la cual constituye un instrumento de
gestión de la política nacional de inclusión.

Antes de enfocarnos en el desarrollo más a fondo de este tema, habría que


aclarar o diferenciar la inclusión de la integración ¿por qué?, porque para lograr
una buena inclusión social, es necesario aplicar bien los mecanismos de
integración, es decir que estos son los medios para poder llegar a ella, y poder
hacernos parte de esta sociedad.

No debemos ser ajenos tampoco creyendo que lograr esto es sencillo, o es


fácil. El camino para lograr la inclusión tiene diferentes barreras, es decir, a
veces el mismo poder utiliza esto, desde la perspectiva del desarrollo humano,
la forma de hacerse incluir es agencia, y la agencia es el proceso individual de
autoconciencia de que uno puede pedir sus derechos, y además de una mejor
vida.

¿Cómo es que las personas pueden integrarse a una sociedad? Primero,


teniendo un DNI, una identidad. Luego viene la integración económica. ¿Cómo
te integras ahí? Trabajando. Para eso debe alguien contratarte: el mercado. Si
tú quieres comprar algo, tú lo puedes producir, pero ¿para qué si lo puedes
comprar en el mercado? Es decir, cuando compras, contratas, o vas al banco a
pedir un préstamo, estás haciendo relaciones sociales te estás integrando.

Por otro lado, el Perú es uno de los actores económicos más sólidos de
América Latina, pero tanto nuestra economía como otras a nivel global se
enfrentan a diversas problemáticas. El crecimiento de su PIB per cápita ha ido
avanzando a un ritmo casi constante a lo largo de la última década, ha ido
acompañado de un marcado descenso en los índices de pobreza. Al día de
hoy, el progreso económico de Perú se ha debido en gran parte a la
abundancia de recursos naturales y a los elevados precios de las materias
primas en el mercado mundial. Por ello, resulta fundamental para el Perú
garantizar una diversificación de la producción, aumentar la capacidad de
exportación e integrarse en las cadenas de valor mundiales con bienes y
servicios de mayor valor agregado. Fomentar el desarrollo, la activación y la
adecuada utilización de competencias será esencial para lograr estas metas.

La pobreza como principal problemática social se ha ido reduciendo con el


pasar del tiempo, veremos cómo eso poco a poco se ha ido llevando a cabo,
comparándola asimismo con otras economías a nivel mundial.

En 1993, según el censo, existió en el país más de 12 millones de habitantes


en condición de pobreza del total de 22'639 mil personas. En el país más de 6
millones de peruanos vivía en extrema pobreza, es decir, que poseen más de
dos carencias o bien que no satisfacen las necesidades de alimentación. Es
decir, que el ingreso familiar no alcanza para cubrir el gasto de la canasta
básica de alimentos. Según cuanto 1996, de cada cinco personas en el país,
una padece hambre. Los más pobres se ubican en el área rural.

En la década de los ochenta la región latinoamericana ha experimentado serios


problemas de deuda externa, altas inflaciones, fuga de capitales y crisis de
balanza de pagos. El Perú no ha sido ajeno a estos problemas, pues las
políticas durante dicha década ocasionaron que al iniciar la presente década se
tenga una inflación de 7,650%, el Producto Bruto interno de 1981 a 1990 haya
caído a una tasa promedio de 1.2% anual, la Inversión Extranjera sólo
representara en 1990 el 3.6% de nuestro PBI.

En la presente década, la mayoría de los gobiernos latinoamericanos


reorientaron sus políticas hacia la economía de libre mercado. Los resultados
son evidentes: la región creció desde 1991 a una tasa promedio de 3.3%, la
inflación descendió de 199.6% en 1991 a 10.2% en 1998, el flujo de inversión
extranjera hacia la región prácticamente se quintuplicó.
Si observamos el comportamiento de las variables anteriores podemos afirmar
que la tendencia negativa de crecimiento de la región, generada por políticas
equivocadas, ha sido revertida. Pero se debe evidenciar que en estos dos
últimos años el crecimiento en la región se ha reducido debido a dos shocks de
origen externo. El primero, es el fenómeno de El Niño que afectó seriamente la
producción agrícola y la pesca, así como también ocasionó destrucción de
viviendas y obras de infraestructura. El segundo, las crisis financieras iniciadas
en el Asia que se trasmitieron hacia América Latina por la vía del comercio, las
finanzas y las políticas para hacer frente dicha crisis.

El comportamiento favorable de las principales variables que determinan el


crecimiento económico, el problema social expresado en la pobreza y extrema
pobreza disminuye a tasas muy lentas. Es decir, se podría estar dando una
falta de armonía entre el crecimiento económico y la reducción de la pobreza,
ya que dicho crecimiento no estaría generando las oportunidades laborales
necesarias para el creciente número de personas por lo que podemos afirmar
que el problema social está estrechamente relacionado con el desempleo y
subempleo.

En el lapso transcurrido de la década de los 90, la Deuda Externa Pública


representó en promedio aproximadamente el 78% de la deuda externa total,
mostrando en dicho período, una tendencia a descender ligeramente. En marzo
de 1997 se realizó el cierre del Acuerdo de Reestructuración de la Deuda
Externa Pública del Perú y sus acreedores comerciales, también conocido
como Plan Brady, que implicó una importante reducción de dicha deuda. En
términos monetarios la Deuda Externa Pública pasó de US$ 25,196 millones en
1996 a US$ 18,490 millones en 1998 y se estima para 1999 un monto de US$
18,184 millones

Las estadísticas revelan que a fines de 1990 la pobreza extrema representaba


el 26.8% de la población mientras que para 1997 se estima que dicho
porcentaje ha disminuido a 14.7% y se planteó como meta para el 2000 un
porcentaje de 11%.

La Pobreza Extrema, como se sabe, se consideran pobres extremos a quienes,


aún destinando todos sus ingresos a la compra de alimentos, no alcanzan a
comprar la canasta básica alimentaria. Un ejemplo pone de relieve lo absurdo
de esta propuesta: una persona que invierte todos sus ingresos en la compra
de alimentos, tendría que comerlos crudos. Generalmente, se sabe que incluso
los más pobres de los pobres, a nivel internacional, dedican un 30 por ciento de
sus ingresos para el consumo de otras cosas que no son alimentos. De hecho,
todos sabemos que para no ser pobre es necesario también tener recursos
para poder vestirse, lavarse, cocinar, tener un techo y una cama, educarse y
cuidar su salud.

Dicho concepto de pobreza extrema, se le suele dar validez en el sentido de


considerar a aquellos que están lejos de superar su condición de pobreza. El
problema es que la distancia entre la línea de pobreza extrema y la línea de
pobreza, como vimos, es variable, debido a que las necesidades y patrones de
consumo entre las regiones son distintas. En ese sentido, es una medida que
no mide a todos por igual.

El análisis de la extrema pobreza por sector económico ha sido realizado a


partir del comportamiento de la PEA ocupada. De él se deriva lo siguiente. Los
sectores en los que aumenta el empleo en condiciones de pobreza extrema
son hoteles y restaurantes, comercio al por menor, transportes y
comunicaciones, actividades inmobiliarias y el sector agrícola. De todos estos
sectores, el agrícola es el de mayor relevancia cuantitativa ya que contribuye
con ¾ partes de todo el empleo en situación de extrema pobreza, siguiéndole
el sector comercio al por menor que concentra el 9.8% de dicha categoría.

Por su parte los sectores en los cuales se reduce el empleo en dicha condición
son: el de reparación de vehículos automotores, la administración pública,
electricidad, agua, comercio al por mayor y la construcción. De todos estos
sectores, el rubro de la administración pública es quien ha concentrado
cuantitativamente la mayor reducción de trabajadores en esta condición.

Comparando Lima con el resto del país se aprecia que, para el primer caso,
han sido los sectores de transportes y comunicaciones junto con el de
restaurantes y hoteles quienes han concentrado el incremento del empleo en
condiciones de pobreza extrema mientras que para el resto del país los
sectores con tales características han sido los de comercio al por menor y
aquellos denominados de actividades inmobiliarias. Aunque habría que señalar
que, en el caso del departamento de Lima, las actividades que concentran el
83% del empleo en estas condiciones - pobreza extrema- son el comercio al
por menor, los servicios personales y el rubro de restaurantes y hoteles. Para el
resto del país, por su parte, el sector agrícola concentra por sí solo el 77.8% del
empleo en situación de pobreza extrema. Le sigue el comercio al por menor y
la manufactura.

De otro lado, en el caso del departamento de Lima, aparecen sectores como el


de reparación de vehículos automotores y el del comercio al por mayor como
aquellos en los que la disminución del empleo en condiciones de pobreza
extrema se habría reducido en su totalidad. Para el caso del resto del país no
se aprecia sector alguno en el cual se haya observado un comportamiento
similar.

En el ámbito urbano, la pobreza extrema representa 9.3% del total de la


población. En las zonas rurales, en cambio, este indicador se eleva a casi el
triple: 24.5%. Hay, sin embargo, una mejoría: en 1994 este indicador llegaba
12.9% en el ámbito urbano, y a 29.5% en el rural.

Aun así, la situación en las zonas rurales es dramática. Actualmente, casi uno
de cada tres habitantes en estas zonas es pobre extremo. Su pobreza está
relacionada con la falta de activos productivos, así como con los bajos niveles
educativos y con una familia numerosa.

Ahora bien, ser pobre extremo en el Perú significa subsistir con S/. 3.60 diarios
para comer, transportarse, vestirse, curarse etc. Esta desesperante situación
no es marginal: afecta a unos 3.7 millones de peruanos. Es decir, al 15% de la
población. El libre mercado, al menos en el corto plazo, no muestra resultados
alentadores.

Debido al rápido crecimiento urbano y a la migración, actualmente hay también


más pobres en la ciudad. Sin embargo, es en el campo donde están los pobres
entre los pobres, especialmente en las provincias alto andinas de la sierra sur y
en las zonas rurales más alejadas de la Amazonía.
Un estudio del CIES, señala que son especialmente las poblaciones indígenas
y las de la sierra rural las que menos se han beneficiado del crecimiento del
PBI y la reactivación económica de 1993-1994. El gasto social per cápita,
asimismo, se ha elevado de US$ 12 per cápita en 1990 a US$ 214 en 1996.
¿Por qué, si estas cifras son ciertas, no se ha reducido la pobreza más
rápidamente?

Existen varias razones: El ritmo de crecimiento económico ha mostrado


muchos altibajos, así como también el marco institucional muestra aspectos
positivos, pero también negativos.

De superación de la pobreza, con una óptica de largo plazo y que involucran


inversión en capital humano y a ministerios como el de Salud y el de
Educación.

Debido a este esquema algunos programas se duplican y, en general, se


reduce la eficiencia. Prueba de lo anterior es la forma cómo se ha distribuido el
gasto social. En los rubros más importantes, como agua potable, electricidad,
atención en salud y educación, hay un sesgo pro urbano, a pesar de que la
mayoría de los más pobres son rurales.

En el sector Educación se aprecia la regresividad. Del total de gasto público


educativo en educación primaria, el 19.4% se ha dirigido al 20% más rico de la
población; en secundaria, el porcentaje sube a 36.9% y en educación superior
llega a 53.1%.

El 20% más pobre recibe sólo el 14.1% del gasto total en educación primaria, el
7.0% en educación secundaria y sólo el 2.5% en superior. Lo anterior no debe
llevar a pensar, ni remotamente, en un retorno al populismo. No hay que olvidar
que los gastos en Educación y Salud disminuyeron en más de 15%, en
términos reales, entre 1985 y 1990.

Estudios recientes del CIUP muestran una gran heterogeneidad entre los
pobres extremos, en cuanto a sus carencias y prioridades. Se necesitan
programas flexibles, que en su diseño, ejecución y evaluación incorporen a
estos ciudadanos siempre ninguneados.
Desde 2002, el Perú paso por un proceso de estabilidad macroeconómica, el
PBI se mantenía, lo que permitió al gobierno continuar trabajando políticas en
beneficio de los sectores más pobres del país. En 2007, según el INEI, de los
29 124 335 de peruanos, 39,3% era pobre, cantidad que se habría reducido en
cinco puntos con relación al año anterior. Sin embargo, a pesar de la
estabilidad macroeconómica y de la supuesta disminución del número de
pobres, la pobreza rural se ha mantenido por encima del 65%. Es necesario,
además, resaltar que los pobres y pobres no extremos se concentran, sobre
todo, en la sierra rural.

Actualmente Perú es el país que más ha reducido el índice de pobreza


multidimensional según la ONU. Junto a Camboya, ha sido destacado como
uno de los países que más ha reducido carencias desde el 2006 en los 10
indicadores que se miden a través del Índice de Pobreza multidimensional
(IPM) 2019.

Asimismo, hace un análisis específico a 10 países para ilustrar su IPM en el


tiempo: Perú, Bangladesh, Camboya, India, Nigeria, Pakistán, Vietnam,
República Democrática de Congo, Etiopia y Haití. De los seleccionados, Perú
es el que ha experimentado una reducción más significativa en su IPM, según
resaltó el estudio.

Desde el 2006, el Perú ha reducido su porcentaje de población en situación de


pobreza multidimensional de 20% a 12.7%.

Además, es uno de los países que presenta una tendencia positiva en cerrar la
brecha de pobreza multidimensional rural versus la urbana.

El IPM 2019 revela también que en el país la reducción de la pobreza


multidimensional en menores de edad ha sido más rápida comparada con los
adultos. Esto se contrasta con el contexto global, en el que más de la mitad de
personas en condición de pobreza multidimensional son menores, un tercio de
los cuales tiene menos de 10 años.

Perú ha logrado reducir carencia en todos los indicadores que mide el IPM, y
los aspectos en los que más ha avanzado son los relacionados a combustibles
para cocina que no afecten la salud de los usuarios, la calidad de las viviendas
y el acceso a bienes.

Una persona es multidimensionalmente pobre si sufre carencia en un 33% o


más de los indicadores ponderados de nutrición, mortalidad infantil, años de
escolaridad, asistencia escolar, combustible para cocinar, saneamiento, agua
potable, electricidad, vivienda y activos.

Asimismo, el Ministerio de desarrollo e inclusión social se enfrenta a las


siguientes problemáticas que afectan nuestra economía como: reducir la
pobreza y promover el desarrollo y la inclusión social interviniendo
simultáneamente en tres horizontes temporales complementarios.

En ese sentido, la intervención enfocada en el corto plazo es necesaria, pero


no suficiente. Para impactar en el mediano plazo, es fundamental intervenir
promoviendo oportunidades económicas y la inversión en infraestructura
básica. Además, para el largo plazo, es prioritario generar oportunidades para
la siguiente generación, con énfasis en la reducción de la desnutrición crónica
infantil (DCI), la promoción del desarrollo infantil temprano (DIT) y el desarrollo
integral de la niñez y la adolescencia. Todas estas intervenciones están
enfocadas principalmente en la población en proceso de desarrollo e inclusión
social, partiendo del principio orientador del MIDIS de articular una política de
desarrollo e inclusión social desde las personas y para las personas. El MIDIS
ejerce hoy la rectoría de la política de desarrollo e inclusión social del país. En
ese sentido, el Ministerio cuenta con diversos instrumentos que le permiten
ejercer esta hasta hace unas décadas, medir la pobreza era una tarea muy
complicada por la falta de estándares e índices que permitiesen hacerse una
idea aproximada y comparativa entre las economías de los distintos países y
regiones de nuestro planeta. Pero en las economías modernas, se emplea
cierta metodología según la lectura alcanzada, donde el ingreso es el principal
medio para acceder a los bienes y servicios esenciales para alcanzar bienestar
material. Por ello, el ingreso, es entendido como el flujo de recursos que recibe
un hogar durante un período determinado, la medida habitualmente utilizada
para expresar la capacidad de consumo de bienes y servicios de ese hogar.
Es por ello que también la inclusión social se encuentra hoy en el centro de la
política pública del Perú. Así, la creación del Ministerio de Desarrollo e
Inclusión Social (MIDIS) representa un hito fundamental en la
institucionalización de la inclusión social como política del Estado peruano. La
consolidación del MIDIS marca el inicio de la reforma de una política de
desarrollo e inclusión social basada en evidencias que enfatiza la focalización
de las intervenciones, articula procesos de manera intersectorial e
intergubernamental, y evalúa los resultados obtenidos.

En términos operativos, el trabajo de la política de desarrollo e inclusión social


debe orientarse a través de un modelo que abarca tres horizontes temporales
complementarios: corto, mediano y largo plazo. Para el corto plazo, el esfuerzo
está centrado en el alivio temporal de los hogares a través de programas de
asistencia directa; en el mediano plazo, el énfasis está colocado en el
desarrollo de capacidades orientadas a mejorar el acceso de los hogares a
servicios e infraestructura básica y a incrementar su autonomía en cuanto a la
generación de ingresos y procesos de inclusión financiera; y para el largo
plazo, las intervenciones están orientadas a la generación de oportunidades
para la siguiente generación con énfasis en la promoción de la protección y
mejora del capital humano, como la nutrición, salud y educación de calidad. El
seguimiento y evaluación por resultados de esta política de desarrollo e
inclusión social con intervenciones simultáneas en el corto, mediano y largo
plazo es crucial en el trabajo del MIDIS.

Sin embargo, el problema existente y que necesita solución es la exclusion


social, siendo éste un problema público que la política nacional busca
solucionar.

La exclusión social es un fenómeno multidimensional. Hay numerosos


indicadores e índices relevantes para medirlo parcialmente, pero en el Perú
aún no existe un índice oficial que resuma sus diferentes dimensiones. En este
sentido, en tanto no exista una medición multidimensional oficial de la
población excluida que debe ser priorizada por esta Política Nacional, se
plantea como aproximación considerar a aquella afectada por la pobreza
monetaria, sumada a aquella que no es actualmente pobre, pero se encuentra
en situación de especial riesgo de caer en la pobreza monetaria. De esta
manera, la población afectada por la exclusión social representa a más de la
mitad de la población peruana en la actualidad.

Mientras la discusión mundial sobre el concepto de exclusión social se remonta


a los años setenta en Europa, en nuestro país el debate académico y técnico al
respecto, cercano al de la pobreza y desigualdad, cobró fuerza en los años
noventa sobre la distribución del ingreso en el Perú. A partir de 2011, la
discusión sobre la exclusión e inclusión social pasó de manera definitiva del
ámbito académico al político y de la opinión pública con la creación del MIDIS,
la implementación de una Estrategia Nacional de Desarrollo e Inclusión Social,
y la definición de una población objetivo en proceso de inclusión social.

La exclusión social es un fenómeno dinámico y de múltiples que tiene, a su


vez, raíces estructurales y se manifiesta de distintas formas, incluyendo la
pobreza monetaria y la falta de empleo decente. Esto a su vez nos aparta de
una mirada estática de la pobreza o desigualdad, y lleva a enfatizar los
procesos en los que participan las personas y grupos; las relaciones sociales
entre estos actores; las causas de naturaleza relacional; y el dinamismo de los
procesos y relaciones.

En el Perú, las raíces históricas de la exclusión social han estado asociadas


con distintos momentos de ruptura social, y se remontan no solo a eventos de
décadas recientes, sino también a la experiencia colonial, que significó el
recorte de los derechos y la discriminación étnico-cultural de la población
indígena. Además de los pueblos originarios, la exclusión social también ha
afectado particularmente a los afroperuanos y a las distintas poblaciones
migrantes, tanto nacionales como internacionales, entre otros grupos. El
Estado, que debe cumplir un papel fundamental al asegurar la inclusión de
todos en los procesos de desarrollo y el ejercicio de sus derechos, ha sido
débil, excluyente y de limitada presencia en el territorio a lo largo de la historia
republicana.

No obstante, los informes nacionales de desarrollo humano del Programa de


Naciones Unidas para el Desarrollo han puesto números a estos aspectos, y a
través del Índice de Densidad del Estado confirmaron que los servicios
efectivamente brindados por el Estado siguen concentrados en la Costa y en
las capitales regionales, y son deficitarios justamente donde hay mayores
necesidades. Así, a pesar de diversas reformas en el siglo actual, y de algunos
avances sustantivos, todavía la acción del Estado está lejos de poder
garantizar la inclusión y ejercicio de derechos de todos y todas. En efecto, la
exclusión social no es una situación que solo afecta a los estratos de bajos
ingresos, sino que abarca a un grupo mayor de personas, de tal manera que
una parte importante de la sociedad ha sido excluida socialmente por contar
con características particulares respecto al resto de la sociedad. Además de los
ya mencionados, estos grupos incluyen a las mujeres; niños, niñas,
adolescentes, y adultos mayores; población LGTBIQ; y personas con
discapacidad, entre otros.

Es por ello, que por discriminación, falta de reconocimiento, inadecuación de


los servicios a los rasgos culturales específicos o localización marginal de las
zonas en las que viven, las poblaciones étnica o culturalmente diferentes del
componente blanco-mestizo del país sufren mayores condiciones de exclusión
respecto a las oportunidades del crecimiento económico y de ejercicio de
derechos; es por ello que vamos a establecer objetivos para actuar frente a
esta problemática.

Considerando el diagnóstico de la situación actual del Perú, así como los


factores identificados que inciden en que esta situación persista para gran parte
de la población, se propone los objetivos para el Ministerio de Desarrollo e
Inclusión Social. Estos objetivos abordan aspectos complementarios de la
política social y, más ampliamente, del desarrollo sostenible, y se encuentran
alineados con marcos internacionales vigentes para lograr el desarrollo
inclusivo, en los que participa el Perú. Además, podemos enfocar estos
objeticos en tres aspectos en corto, mediano y largo plazo para darnos cuenta
cómo debemos utilizar nuestros instrumentos de política para llegar a ellos.

Para el objetivo de corto plazo debemos enfocarnos en el alivio temporal de los


hogares a través de programas de asistencia directa; el cual está divida en tres
puntos: disminuir la pobreza extrema a través de programas de transferencias
monetarias condicionadas, mejorar las condiciones básicas de vida (vivienda,
abrigo, alimentación), mejorar la calidad de vida de la tercera edad; estos
objetivos a corto plazo nos van ayudar a actuar inmediatamente en la
problemática que más afecta en nuestro país, ya que se estaría disminuye do
la brecha de la pobreza, además sabemos que al reducir este aspecto va a
mejorar la calidad de vida de nuestra población y eso es lo que mayormente se
enfoca este ministerio en el beneficio de todos. Ahora para estos objetivos a
corto plazo vamos a necesitar los instrumentos adecuados para que se
cumplan eficazmente, como instrumentos directos de intervención, el MIDIS
propone dos programas sociales: Juntos y Pensión 65.

El programa Juntos entrega incentivos monetarios, dando ayuda y orientación


para mejorar la capacidad económica de los hogares con gestantes, niños,
adolescentes o jóvenes hasta de 19 años en situación de pobreza; asimismo,
colabora a disminuir las barreras que impiden la utilización de los servicios de
salud-nutrición y educación. Hogares en los que hay personas con
discapacidad reciben atención preferente en Juntos, es por ello que este
programa es muy importante y necesario para disminuir los niveles d pobreza,
si bien es cierto el dinero que se otorga no es alto, ya que solo se les brinda
200 soles mensuales, con ese dinero las personas van a poder obtener por lo
menos algo que les ayude a sustentar sus gastos principales para una mejora
en la calidad de vida.

Pensión 65 entrega una subvención económica a adultos mayores a partir de


los 65 años de edad que se encuentran en condición de extrema pobreza y no
reciben otros beneficios. La falta de acceso de los adultos mayores que viven
en situación de pobreza extrema a una seguridad económica que contribuya a
mejorar su bienestar ha llevado a que personas cuyas energías para el trabajo
empiezan a decaer tengan uno de los peores niveles de calidad de vida en el
país. Invisibles para el Estado, los adultos mayores extremadamente pobres se
hacían marginales para la sociedad. Es por ello que esta pensión que se les
brinda mensualmente por lo menos alivie sus principales necesidades, puesto
que sabemos que la mayoría de población adulta son personas que no
trabajaron formalmente y que no cuentan con una pensión de jubilación.

Ahora vemos los objetivos en mediano plazo, si lo enmarcamos en el ámbito


general diríamos que es el desarrollo de capacidades orientadas a mejorar el
acceso de los hogares a servicios e infraestructura básica; ésta se enfoca en
dos puntos: incrementar hogares con acceso a servicios básicos (electricidad,
agua, desagüe y telefonía) y mejorar el ingreso autónomo a través del
desarrollo de capacidades tanto en trabajo, investigación, gestión y
organización. Ampliar la estructura da oportunidades económicas para las
familias en territorios de alta pobreza, esto ayuda a mejorar la condición de vida
que tienen principalmente por que los niños crecen en un lugar con mejor
infraestructura y los adultos tienen mejores oportunidades para desarrollarse de
esta manera MIDES propone un instrumento para lograr este objetivo que es el
programa FONCODES.

El Fondo de Cooperación para el Desarrollo Social es el instrumento del MIDIS


para la promoción de la autonomía económica sostenible de los hogares en
situación de pobreza de las zonas rurales del país. Desarrolla capacidades y
genera oportunidades económicas y productivas articuladas territorialmente, en
alianza con los actores comprometidos con el desarrollo local; FONCODES
debe lograr que los hogares que hoy reciben transferencias monetarias
condicionadas empiecen a subir desde el nivel básico de sobrevivencia en
pobreza en el que se encuentran hacia una situación en la que logren acceder
a las actividades promocionales y los servicios que el Estado entrega a la
población. De esta manera, FONCODES es el factor clave en la estrategia de
egreso de los hogares que hoy reciben transferencias monetarias
condicionadas, y debe coordinar con los otros sectores y niveles de gobierno la
acción articulada que atienda la precaria dotación de activos colectivos.

El objetivo de la inclusión financiera es que mujeres rurales puedan gestionar


sus posibilidades de inclusión económica.

Bueno en ese sentido establecemos los objetivos a largo plazo, ellos se dirigen
a la generación de oportunidades para la siguiente generación con énfasis en
la promoción de la protección y mejora del capital humano; desarrollando tres
puntos importantes que son: disminuir la desnutrición crónica menores de 5
años (OMS), disminuir la inasistencia de niños de entre 3 a 5 años de edad a
Educación Básica Regular, y Promover el Desarrollo Infantil Temprano,
específicamente la atención a la madre gestante. Garantizar condiciones para
que la siguiente generación no herede la pobreza y la exclusión de sus padres.
Define intervenciones que aseguren nutrición, salud y educación de calidad
para los niños y niñas. Como instrumentos directos de intervención, el MIDIS
cuenta con dos programas sociales: Qali Warma y Cuna Más. Además, realiza
el seguimiento de las condicionalidades de educación y salud del programa
Juntos.

Qali Warma este programa tiene como objetivo garantizar un servicio


alimentario de calidad y diversificado para niñas y niños de instituciones
educativas públicas. Qali Warma no será un programa de compras estatales de
alimentos. Las compras, preparación y distribución de alimentos estarán a
cargo de los Comités de Alimentación Escolar, que recibirán recursos
económicos, asistencia técnica y supervisión del programa. Qali Warma viene
preparando recetas regionales, que reflejen el patrimonio alimentario regional y
que garanticen estándares adecuados de nutrición. Todos los niños y niñas de
inicial y primaria que asistan a instituciones educativas del Estado recibirán un
aporte nutricional. Las raciones de alimentos serán diferenciadas por el nivel de
vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria de los distritos en los que están
ubicadas las escuelas, este programa no solo va fortalecer la alimentación de
los niños sino que también va a lograr disminuir el grado de desnutrición y bajar
los índices de anemia; además de eso también va a fortalecer la cultura de
cada región ya que sus alimentos estarán preparados de acuerdo a sus
costumbres alimentarias sin descuidar su nutrición, sabiendo además que el
Perú es un país rico en diversidad de alimentos.

Cuna Más es un programa social focalizado que brinda atención integral,


servicios de salud, nutrición, aprendizaje infantil temprano y habitabilidad, a
niñas y niños menores de 36 meses de edad que viven en zonas de pobreza y
pobreza extrema. Su objetivo es mejorar el desarrollo infantil a través de sus
dos modalidades de intervención: el servicio de cuidado diurno, que se brinda
en los Centros Infantiles de Atención Integral Cuna Más; y el servicio de
acompañamiento a familias. El servicio de acompañamiento a familias busca
mejorar los conocimientos, prácticas y capacidades de las familias para el
cuidado y aprendizaje de sus niñas y niños menores de 36 meses. Se realiza
mediante visitas a hogares y sesiones grupales de socialización e inter-
aprendizaje con madres gestantes, niñas y niños menores de 36 meses de
edad y sus familias en los Centros de Acompañamiento a Familias
acondicionados por el Programa.
El MIDIS ha cambiado y busca que sus programas sociales y todos los actores
del Estado peruano que brindan servicios a personas de bajos ingresos
cambien también su concepción sobre los servicios prestados: no son servicios
para «pobres», esa es solo una clasificación socioeconómica sino servicios
para ciudadanos y ciudadanas que el Estado apoya con el fin de lograr un
objetivo nacional de inclusión social. Ellos y ellas no deben recibir cualquier
cosa; deben recibir lo que requieren para cubrir una o varias carencias y deben
recibir un servicio de calidad.

Así como también, la presente Estrategia Nacional para el Desarrollo y la


Inclusión Social “Incluir para Crecer” (ENDIS) constituye la materialización de la
política de inclusión social a través de procesos e instrumentos concretos y
efectivos para el logro de resultados sobre la población, en particular aquella
que aún no ha logrado beneficiarse del crecimiento que ha experimentado el
país en los últimos años.

Eje 1: nutrición infantil (0-3 años) Este eje se orienta a asegurar la adecuada
nutrición de las niñas y los niños, como una de las herramientas iniciales para
cortar el círculo vicioso de la transmisión intergeneracional de la pobreza. Las
intervenciones vinculadas a este eje se orientan a atacar los determinantes
sociales de la Desnutrición Crónica Infantil (DCI) y la inseguridad alimentaria,
incluyendo las condiciones físicas y sociales del ambiente, la incidencia de
conductas de riesgo en adolescentes, la educación, el acceso a la información,
el estado de salud de la madre, el ingreso familiar y las condiciones de trabajo.

En tal sentido, si bien la evidencia internacional señala que estos


determinantes involucran directamente la implementación de intervenciones
efectivas desde el sector Salud, también muestra que los resultados son más
efectivos y sostenibles cuando se articulan con las de otros sectores en temas
como saneamiento, educación, desarrollo social, etc.

Hay evidencia que la DCI, especialmente en aquellos menores de tres años, se


asocia a daños físicos y cognitivos de difícil reversión, lo que afecta la salud del
niño en el presente con efectos en su bienestar social y productividad
económica en el futuro, constituyendo una limitante para el desarrollo del país.
Las consecuencias de una nutrición deficiente afectan inclusive a la próxima
generación, debido a que las niñas y mujeres desnutridas tienen mayor riesgo
de tener hijos desnutridos.

La DCI es la consecuencia de aspectos directamente relacionados con la


ingesta de alimentos y la salud del niño, tanto en sus primeros años de vida
como antes de su nacimiento, durante la gestación. Por ello, como resultados
intermedios para este eje, la ENDIS propende a superar factores como:

 Incidencia de bajo peso al nacer, producto del estado nutricional y salud


de la madre durante el embarazo, por alimentación inadecuada o
insuficiente, embarazo adolescente, anemia durante el embarazo;
 Elevada morbilidad por enfermedades infecciosas: Infecciones
Respiratorias Agudas (IRA) y Enfermedades Diarreicas Agudas (EDA);
 Inadecuada alimentación del niño, por malas prácticas de alimentación y
nutrición en el hogar, escasa educación de la madre, inseguridad
alimentaria en el hogar manifiesta en la insuficiente ingesta de alimentos
debido a que el hogar no dispone de acceso físico, económico,
geográfico o cultural a alimentos inocuos y nutritivos, lo que está
asociado a la calidad de los alimentos, como a su producción y
disponibilidad en el hogar

Eje 2: desarrollo infantil temprano (0-5 años) Este eje se orienta a que las
niñas y niños estén físicamente saludables, mentalmente alertas,
emocionalmente seguros, sean socialmente competentes y capaces de
aprender.

Existen una serie de determinantes del Desarrollo Infantil Temprano (DIT):

 El estado de salud del infante, expresado en la ausencia de desnutrición


crónica generada a partir del acceso a servicios adecuados de salud que
permitan reducir la incidencia de IRA y EDA, y en la ingesta de una dieta
de calidad que cuente con nutrientes necesarios para mantener
condiciones de salud favorables en el menor.
 Acceso de las familias a servicios educativos de calidad, escolarizados
como no escolarizados.
 Calidad del cuidado familiar.
 Apoyo de la comunidad e instituciones a las familias, incluyendo
condiciones de orientación, asistencia y acompañamiento para la
generación de condiciones favorables al desarrollo de niñas, niños y sus
familias.
 Determinantes asociados al contexto, como el estado de salud y nivel
educativo de la madre, el ingreso familiar y las condiciones de trabajo,
entre otros.

El DIT se infiere a través del comportamiento de las niñas y los niños,


expresado en la motricidad, el lenguaje, la cognición y el ámbito socio-
emocional. De allí que, para asegurar el desarrollo infantil temprano, se
requiere el desarrollo de competencias: a) Motoras-funcionales; b) Lingüísticas-
comunicacionales en su lengua materna; c) Cognitivas; d) Socioemocionales e
interculturales.

Desarrollar dichas competencias en la primera infancia, requiere a su vez


desarrollar capacidades que resultan de la protección de la gestación, de
asegurar el nacimiento saludable, el adecuado estado nutricional, el desarrollo
motor grueso y fino, el apego seguro, el desarrollo verbal, la identificación y
regulación de emociones, las funciones simbólicas, entre otras.

Para el logro de resultados de DIT, son altamente relevantes las acciones de


los sectores de Salud, Educación, Mujer y Poblaciones Vulnerables y
Desarrollo e Inclusión Social. En el caso del sector Desarrollo e Inclusión
Social, los programas Juntos, Cuna Más y Qali Warma juegan un rol clave junto
a las iniciativas de los gobiernos regionales y locales en la promoción, apoyo y
asesoría para el adecuado cuidado infantil temprano, la entrega de incentivos
para la asistencia al nivel preescolar y el establecimiento de salud, y el
aseguramiento al acceso a una alimentación adecuada de los infantes que van
al preescolar.

Eje 3: desarrollo integral de la niñez y adolescencia (6-17 años) Este eje se


orienta a promover el desarrollo integral de niñas, niños y adolescentes entre 6
a 17 años de edad en situación de pobreza y vulnerabilidad, a través del
fortalecimiento de las capacidades desarrolladas en la primera infancia, para el
desempeño de nuevas competencias físicas, cognitivas, emocionales y
sociales que contribuyan a su plena integración social, política, económica y
cultural en el presente y en las etapas posteriores.

Este eje es crucial para sostener los logros obtenidos en la primera infancia y
generar las bases para la inclusión económica en la juventud y adultez. La
inversión social en esta etapa de la vida resulta necesaria para evitar
situaciones de vulneración de derechos como la violencia y el abuso sexual, el
embarazo adolescente, las uniones tempranas, la deserción y acoso escolar, el
trabajo infantil, el consumo de drogas, la delincuencia juvenil, la trata, la
explotación sexual comercial, entre otras que afectan el desarrollo social de las
y los adolescentes en situación de pobreza o vulnerabilidad.

Para alcanzar el desarrollo integral de niñas, niños y adolescentes de 6 a 17


años de edad en situación de pobreza y vulnerabilidad, la Política promueve su
acceso equitativo y sostenible a una estructura de oportunidades, conformada
por medidas de protección social, así como el acceso a servicios públicos
universales adecuados y de calidad, e infraestructura básica en el hogar y en el
entorno. Para ello se requiere articular una respuesta interinstitucional
enfocada en estos aspectos clave:

 La calidad, equidad y oferta educativa que promuevan la retención en el


sistema escolar y activen el logro educativo;
 La reducción de conductas de riesgo de niñas, niños y adolescentes a
través de la promoción de esquemas de salud que permitan prevenir,
por un lado, los riesgos asociados a la exposición al VIH-SIDA,
infecciones de transmisión sexual y embarazo adolescente y, por otro
lado, el consumo de alcohol y drogas, y violencia expresada en
fenómenos como el “bullying” y la formación de pandillas juveniles;
 Disminución del trabajo infantil, en tanto la participación en actividades
económicas compite con las actividades educativas.
 Participación y protección social.

Ello permitirá el logro de las competencias de índole: a) Físico (crecimiento


físico y madurez sexual); b) Cognitivas (pensamiento abstracto-crítico); c)
Emocionales (refuerzo de la autoestima, autoeficacia, cognición social,
participación); d) Sociales e interculturales; necesarias para el desarrollo
integral de la niñez y adolescencia.

Eje 4: inclusión económica (18 – 64 años) Este eje se orienta a promover la


inclusión económica de jóvenes y adultos en situación de pobreza o
vulnerabilidad, mediante su acceso equitativo y sostenido a una estructura de
oportunidades orientadas a la generación de ingresos autónomos que permitan
su salida sostenible de la pobreza y su participación activa en la dinámica
económica, política y social del país.

La inclusión económica es una situación en la que todas las personas cuentan


con los servicios, bienes públicos y capacidades que les permiten aportar a y
beneficiarse del dinamismo económico, generando sosteniblemente los
ingresos que sus hogares necesitan sin necesidad de transferencias
monetarias directas del Estado.

La ENDIS propone una estrategia de inclusión económica que reduzca las


brechas en los siguientes aspectos:

 En la dotación de activos de los hogares, tratando de incrementar los


activos tangibles de los que disponen los hogares (físicos, capital
natural, financieros), como de los activos intangibles (capital humano,
capital social, capital cultural), entendidos como las capacidades para
incrementar la productividad del trabajo en emprendimientos propios, y
de aquellas necesarias para mejorar su acceso a los mercados laborales
mejor remunerados.
 En el acceso a los bienes y servicios que permiten elevar la rentabilidad
de los activos de los hogares, facilitando la conexión con los mercados y
la mejora de los emprendimientos rurales (caminos rurales, telefonía y
conectividad, electrificación); ampliando la disponibilidad de agua de
riego (reservorios) ´particularmente en la sierra, la implementación de
bañaderos y centros veterinarios en zonas ganaderas, el desarrollo de
infraestructura que mejora la comercialización (campos feriales, centros
de acopio, mercados de mayoristas o de productores). Asimismo,
intervenciones que permiten el acceso a servicios económicos públicos
como asesoría para la conexión con mercados y empresas, servicios de
información de mercados, certificación, sistemas de seguros agrarios, la
ampliación de servicios financieros formales y los servicios de
formalización de la propiedad individual y colectiva.
 De manera complementaria, existen otros determinantes de la inclusión
económica asociados a la base de recursos naturales disponibles y a la
institucionalidad de las organizaciones rurales, entre otros aspectos.

Como resultado final, este eje persigue la inclusión económica de jóvenes y


adultos, entendida como el proceso de participación, en igualdad de
condiciones, de las personas o grupos de personas en situación de pobreza o
vulnerabilidad, en la dinámica económica del país, como productores,
trabajadores y/o consumidores, a partir de la generación de ingresos
autónomos suficientes para la superación sostenible de la pobreza y la
vulnerabilidad.

Para ello, se requiere asegurar como resultados intermedios:

 Desarrollar competencias laborales y técnico-productivas para el acceso


y permanencia en el mercado de trabajo;
 Desarrollar competencias ciudadanas para asegurar la participación
activa en la sociedad;

Rentabilidad de los activos físicos, naturales y financieros

Eje 5: protección del adulto mayor (65 años a más) Este eje se orienta a
preservar el bienestar de las personas adultas mayores en situación de
pobreza o vulnerabilidad, mediante su acceso a oportunidades de protección
social que les aseguren redes de protección y cuidado, recursos monetarios o
en especie, y el fortalecimiento de capacidades para el mantenimiento de
competencias físicas, cognitivas, emocionales, laborales, productivas y
sociales, que aseguren su autonomía, independencia y calidad de vida.

En el Perú, este grupo poblacional se caracteriza por poseer un bajo nivel


educativo, tener una alta incidencia de pobreza, y no contar con seguro de
salud ni pensión contributiva.

En cuanto a los riesgos que enfrentan los adultos mayores de 65 años o más,
los principales están relacionados a su estado de salud, al tener una mayor
prevalencia de enfermedades y al ser inusual la búsqueda de atención ante
enfermedades.

Este eje estratégico considera los 65 años como la edad umbral para ser
considerado adulto mayor, dado que tanto el Sistema Nacional de Pensiones
(SNP), el Sistema Privado de Pensiones (SPP), así como el programa de
asistencia solidaria Pensión 65 otorga beneficios, vinculados a la condición
laboral y por tanto física de los trabajadores, a aquellas personas que igualan o
superan dicha edad.

Bajo este eje se prevé que, para asegurar el bienestar en la vejez, se requiere,
como resultado inmediato, mantener, fortalecer o adquirir en las personas
adultas mayores un conjunto de capacidades vinculadas a lo físico, estado
nutricional, rendimiento cognitivo, generación autónoma de ingresos, entre
otras. Así, en base a la revisión de la evidencia, en este eje se requiere trabajar
articuladamente para asegurar estos aspectos:

 El acceso a servicios de salud de calidad, en especial geriátricos, que


permita la atención de los adultos mayores que tienen una mayor
prevalencia de enfermedades.
 El otorgamiento de recursos económicos, como una pensión, que
permita a los adultos mayores disminuir la angustia respecto a la
generación de ingresos para cubrir sus necesidades.
 La promoción y fortalecimiento de redes locales de apoyo social,
emocional y afectivo al adulto mayor. Además, la creación de talleres
que promuevan la integración del adulto mayor a la comunidad y labores
productivas y artísticas, asegurando una mejora en la autoestima y
bienestar.

Anexo de cuadros estadísticos:


En cuanto
a lo
abordado con anterioridad podemos objetar que si no se llevan a cabo políticas
redistributivas difícilmente se podría reducir las elevadas tasas de pobreza,
Dada la extrema desigualdad existe un consenso, la desigualdad como un
grave problema que afecta el bienestar y la estabilidad de la sociedad y que
amenaza los derechos esenciales de las personas.

Los programas de reducción de la pobreza se plantean así mismos de manera


limitada, casi con la convicción de que no se va lograr abatir la pobreza. Así, el
objetivo de la política de lucha contra la pobreza busca su reducción gradual, y
dado el recorte o no recuperación del gasto público social corriente se
concentra el interés en focalizar a los más pobres. Siguiendo las agendas de
organismos financieros internacionales se apuesta a una combinación de
políticas de alivio temporal (distribución de alimentos) y de programas que
aumenten el acceso de la población pobre a los servicios de educación y salud,
a través de la construcción de infraestructura social (aulas, postas médicas). Al
no aumentar el gasto social corriente esta infraestructura no es plenamente
utilizada, sea porque no hay personal o porque se cobra por las atenciones. La
visión detrás de los programas de lucha contra la pobreza es que es necesario
esperar que en el largo plazo mejoren la inversión en educación. Esta visión
tiene varias fallas, una de ellas ignora las causas macroeconómicas del
empobrecimiento reciente y de la persistencia de una política macroeconómica
de contención del salario real y del gasto social. Al orientar los programas en
esta dirección está· creando las condiciones para que esta política continúe y
siga manteniendo a más del 50% de la población del país en condición de
pobreza.

Una estrategia nacional de desarrollo debe lograr una combinación adecuada


de políticas que, a la vez que promueve las exportaciones con mayor valor
agregado, contribuye a expandir el mercado interno. Si no de desarrolla el
mercado interno no se podrá· expandir el empleo ni reducir la pobreza. La
economía de exportación primaria y no primaria solo beneficia a una minoría y
su expansión no genera eslabonamientos con el resto de sectores. La
reducción de la pobreza pasa por modificar la política macroeconómica, o si se
quiere el denominado modelo económico. El objetivo debe ser contar con un
marco macroeconómico estable, pero, a la vez, con una estructura de
incentivos que promueva el crecimiento, con claros objetivos redistributivos de
carácter progresivo, Esto significa revisar la política monetaria, de tipo de
cambio, tributaria y fiscal, de gasto público social, de salarios y la de regulación
de precios y tarifas. No plantearse este cambio en las políticas significa seguir
consagrando la enorme pérdida de poder adquisitivo ocurrida y la pérdida de
bienestar de las familias, manteniéndolas en su condición de pobreza de
manera permanente. La reducción de la pobreza pasa por adoptar una política
social que respete los derechos sociales universales de las personas y familias,
a la salud, la educación, la seguridad social y al trabajo. En este marco los
programas de alivio a la pobreza y de aumento de oportunidades para las
familias pobres tendrían sentido, cuando no solo se busque actuar sobre la
calidad de la oferta de trabajo, sino que se amplíen las fuentes de demanda de
trabajo pero cabe recalcar que no solo es posible resolver los problemas de
pobreza, desigualdad y exclusión solamente a partir de las políticas sociales,
puesto que se trata de problemas muy serios y amplios cuya solución requiere
algo más que políticas compensatorias. En cierto modo es preciso aplicar
políticas sociales orientadas a mejorar el acceso a las prestaciones, garantizar
la solidez de las instituciones y asegurar el grado de solidaridad que estas
demandan. Por la otra, se aborda las causas de la inestabilidad del crecimiento
y de la heterogeneidad estructural e impulsa un desarrollo productivo que se
materializa en un crecimiento de buena calidad, que permite perfeccionar la
distribución primaria del ingreso mediante mejores empleos, más capacitación
y mejores condiciones para que los miembros de los hogares más vulnerables
puedan encontrar trabajo. Es de fundamental importancia propiciar un nivel de
desarrollo social digno, equitativo e inclusivo mediante la creación y aplicación
de políticas sociales más eficaces. Para esos efectos, es preciso revisar los
mecanismos de protección social en cada uno de los países a fin de potenciar,
por una parte, la calidad y el acceso a las prestaciones del sistema de
seguridad social, mediante esquemas de financiamiento novedosos que
abarquen los matices de solidaridad necesarios y, por la otra, los efectos y la
eficacia de las políticas sociales orientadas a los sectores más vulnerables de
la población.

Así como gustarles la idea de reducir la pobreza y la desigualdad, también se


desea que los ciudadanos se sientan parte de un proyecto común en que todos
son ganadores. Para romper la lógica del atraso, debemos construir nuestras
propias ecuaciones de Estado, mercado y familia que garanticen un bienestar
equitativo a toda la población. La gran disyuntiva de los países de América
Latina es si al construir redes más equitativas de protección social y de
bienestar seguirán el camino trazado por sus pares europeos o la lógica de
satisfacción de los intereses privados que se ha impuesto en otras latitudes.
Bibliografía:

https://www.ipae.pe/wp-content/uploads/2018/12/Informe-CPC.pdf.

https://www.bancomundial.org/es/topic/poverty/overview.

https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/publicaciones_digitales/Est/Lib1425/cap
04.pdf.

https://www.americaeconomia.com/economia-mercados/finanzas/pobreza-monetaria-
y-extrema-disminuyen-en-peru-durante-2018.

https://gestion.pe/blog/economiaparatodos/2012/01/la-pobreza-en-el-peru.html/

https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/publicaciones_digitales/Est/Lib0488/Libr
o.pdf.
https://www.gob.pe/busquedas?categoria[]=14-programas-y-organizaciones-
sociales&reason=sheet&sheet=1

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