Santo Rosario Normal FSSPX
Santo Rosario Normal FSSPX
Santo Rosario Normal FSSPX
SANTO ROSARIO
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo.
Dios y Hombre verdadero, Creador y Redentor mío; por ser Vos quien
sois y porque Os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón
de haberos ofendido y propongo firmemente nunca más pecar,
confesarme, cumplir la penitencia que me fuera impuesta; Os ofrezco mi
vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, confío en
vuestra bondad y misericordia infinita, me los perdonaréis por los méritos
de vuestra preciosísima Sangre, pasión y muerte; me daréis gracia para
enmendarme y para perseverar en vuestro santo servicio hasta el fin de
mi vida. Amén.
“El ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de
Dios, vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás
por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo (...).
Dijo María: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tú palabra.”
“En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa,
a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió
que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno,
e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: bendita
tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre; y ¿de dónde a mí que
la madre de mi Señor venga a visitarme?”
“Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. (...)
Subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los
días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres (...).
Se volvieron a Jerusalén en su busca (...). Al cabo de tres días, le
encontraron en el templo sentado en medio de los maestros,
escuchándolos y preguntándoles; todos los que le oían, estaban
estupefactos por su inteligencia y sus respuestas.”
Va Jesús con ellos a una propiedad llamada Getsemaní, y dice a los discípulos:
Sentaos aquí voy allá a orar. Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de
Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia. Y adelantándose un poco, cayó
rostro en tierra y dijo, Padre si quieres aparta de mi esta copa, pero no se haga
mi voluntad sino la tuya. “Y sumido en agonía, insistía más en su oración. Su
sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en tierra.
Pilato “volvió a salir donde los judíos y les dijo”, Yo no encuentro ningún
delito en él(..) ¿Queréis, pues, que os ponga en libertad al Rey de los
judíos? Ellos volvieron a gritar diciendo ¡A ése, no; a Barrabas! (..) Pilato
entonces tomó a Jesús y mando azotarle”.
“El Ángel se dirigió a las mujeres y les dijo: Vosotras no temáis, pues sé
que buscáis a Jesús, el Crucificado; no está aquí, ha resucitado, como
lo había dicho. Venid, ved el lugar donde estaba. Y ahora id en seguida
a decir a sus discípulos: Ha resucitado de entre los muertos”
“Jesús “los sacó hasta cerca de Betania y, alzando sus manos, los
bendijo. Y sucedió que, mientras los bendecía se separó de ellos y
elevándose al cielo.”
Oremos:
T.- Te rogamos, Señor, que nos concedas a nosotros, tus
siervos, el gozar de perpetua salud el alma y cuerpo, y por
la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre
Virgen María; seamos librados de la tristeza presente y
disfrutemos eterna alegría. Por Jesucristo, Nuestro Señor.
Amén.
“ANGELUS”
Ánima Christi
Alma de Cristo
Santifícame
Cuerpo de Cristo
sálvame
Sangre de Cristo
embriágame
Agua de costado de Cristo
lávame
Pasión de Cristo
confórtame
Oh buen Jesús
óyeme
Dentro de tus llagas
escóndeme
No permitas
Que me separe de Ti
Del enemigo maligno
defiéndeme
En la hora de mi muerte
llámame
Y mándame ir a TI
Para que con tus Santos
te alabe.
Cuenta la tradición que, en la segunda mitad del siglo XV, la Virgen María se le
apareció al Beato dominico Alano de la Rupe, quien escribió el famoso libro De
Dignitate Psalterii (De la dignidad del Salterio de María), en el cual relata cómo
la Virgen pide a Santo Domingo de Guzmán que propague el rezo del Santo
Rosario.
1. Quien me sirviere rezando constantemente mi Rosario, recibirá
cualquier gracia que me pida.
2. Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que
devotamente rezaren mi Rosario.
3. Socorreré en todas sus necesidades a los que propagaren mi Rosario.
4. El que con devoción rezare mi Rosario, meditando en sus misterios, no
se verá oprimido por la desgracia; se convertirá, si es pecador,
perseverará en la gracia, si es justo, y en todo caso, será admitido en la
vida eterna.
5. Todo cuanto se pidiere por medio del Rosario, se alcanzará
prontamente.
6. El Rosario será un escudo fortísimo contra el infierno, destruirá los
vicios, librará de pecados y abatirá la herejía.
7. El Rosario hará germinar las virtudes y hará que las almas consigan
copiosamente la misericordia divina; sustituirá en el corazón de los
hombres el amor de Dios al amor del mundo y lo elevará a desear las
cosas celestiales y eternas.
8. El alma que se me encomienda por el Rosario, no perecerá.
9. Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin los auxilios de la
gracia.
10. Quiero que todos los que rezan mi Rosario tengan en vida y en muerte
la luz y la plenitud de la gracia y sean partícipes de los méritos de los
bienaventurados.
11. Yo libro muy pronto del purgatorio a las almas devotas de mi Rosario.
12. Los hijos verdaderos de mi Rosario gozarán en el cielo de una gloria
singular.
13. He impetrado de mi Hijo que todos los cofrades del Rosario tengan en
vida y en muerte, como hermanos, a todos los bienaventurados de la
corte celestial.
14. Los que rezan mi Rosario son todos mis hijos muy amados y hermanos
de mi unigénito Jesús.
15. La devoción del Santo Rosario es una señal manifiesta de
predestinación a la gloria.