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Introducción A La Fenomenología

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Introducción a la Fenomenología.

La fenomenología, considerada como el movimiento inaugurado por Edmund Husserl, tiene ahora
un siglo. Fue una de las más fuertes corrientes en filosofía desde principios del siglo XX.

De una forma u otra, la fenomenología está ligada a corrientes filosóficas.

La fenomenología fue anunciada por primera vez por Edmund Husserl en la introducción al
segundo de la primera edición de sus investigaciones lógicas, cuando, al discutir la necesidad de
una teoría del conocimiento de amplio rango, habla de la fenomenología de las experiencias del
pensar y el conocer. Después, de éstas palabras en la segunda edición añade:

Ésta, así como la fenomenología pura de las vivencias en general, que envuelve a aquélla, se
refiere exclusivamente a las vivencias aprehensibles y analizables en la intuición, con pura
universalidad de esencias, y no a las vivencias apercibidas empíricamente, como hechos reales,
como vivencias de hombres o animales vivientes en el mundo aparente y dad como hecho de
experiencia. La fenomenología expresa descriptivamente, con expresión pura, en conceptos de
esencia y enunciados regulares de esencia, la esencia aprendida directamente en la intuición
esencial y las conexiones fundadas puramente.

Se ha desarrollado a priori como una ciencia trascendental de la conciencia pura como tal. En la
medida en que la concepción de hurssel profundizó y se amplió, se llegó a ver a sí mismo como el
fundador de un nuevo movimiento.

La fenomenología evolucionó gradualmente para convertirse en la corriente más importante del


pensamiento europeo durante todo el siglo XX.

Husserl se vio a sí mismo como el fundador de una disciplina enteramente nueva, un “pionero
radical” de un estilo propio, comprometido con el acto recurrente de fundación radical.

Pero por encima de todo, Husserl pensó que la fenomenología requería de un giro radical en sus
perspectivas, una suspensión o puesta entre paréntesis de la actitud cotidiana natural y de todos
los actos intencionales de “posicionamiento de mundo” que asumen la existencia del mundo,
hasta que el practicante es retrotraído al dominio de la subjetividad trascendental pura. Sin
retrotraese, esta reducción, la intuición fenomenológica genuina sería imposible a los ojos de
hurssel.

Pocos alumnos de Él, estuvieron convencidos del valor de esta reducción.

En la medida en que sus primeros colegas arremetieron sus propios caminos de investigación,
Husserl, en los años posteriores, se vio mas y más como un líder negativo sin seguidores. Como
resultado, el movimiento fenomenológico incluye no sólo la obra de Husserl, sino también la obra
de muchos practicantes de la fenomenología originales.
La historia de lo que sigue de la fenomenología es la historia de las herejías husserlianas. Después
de la publicación de Ser y Tiempo de Heiddeger, la fenomenología llegó a ser entendida casi
exclusivamente en términos de la contribución combinada de ambos.

Los filósofos que algún sentido se identifican con la práctica fenomenológica son
extraordinariamente diversos en sus intereses, en su interpretación de los temas centrales de la
fenomenología, en su aplicación de lo que entienden sobre lo que ha de tomarse como el
programa fenomenológico para el futuro de la filosofía.

Heiddeger reconoció “No hay algo así como la única fenomenología”.

Quizá debido a esta misma diversidad la fenomenología ahora es muy poco comprendida fuera del
círuclo de especialistas.

Brentano se remarca en los comienzos de la fenomenología por buscar una fundamentación


filosófica para la ciencia de la psicología recientemente aparecida y por relacionarla con el
descubrimiento cartesiano de la conciencia como el dominio de la auto-evidencia apodítica. Su
redescubrimiento de la estructura intencional de la conciencia y de su proyecto de descripción
científica de la conciencia.

¿Qué es la fenomenología?

En general nunca desarrolló un conjunto de dogmas o sedimentó un sistema. En primer lugar y por
encima de todo, afirma ser un modo radical de hacer filosofía, un práctica más que un sistema. La
fenomenología es mejor entendida como un estilo radical, antitradicional, de filosofar, que
enfatiza el intento de llegar a la verdad de las cuestiones, de describir los fenómenos, en el más
amplio sentido, como todo lo que aparece en la manera en que aparece al que experimenta. Como
tal el primer paso de la fenomenología es buscar evitar todas las malas construcciones e
imposiciones puestas sobre la experiencia por adelantado, ya sean éstas derivadas de las
tradiciones religiosas o culturales, del sentido común cotidiano, o, de hecho, de la ciencia misma.
Las explicaciones no deben ser impuestas antes de que los fenómenos hayan sido comprendidos
desde adentro.

La libertad respecto a los prejuicios significa superar las tradiciones rígidas o incrustadas.

La mayoría de las figuras fundadoras de la fenomenología defendieron un rechazo a todo


dogmatismo.

El programa de la fenomenología se vio revigorizando la filosofía al devolverla a la vida de los


sujetos humanos.

Fue de la mano con un reclamo de retorno a lo concreto, la experiencia humana vivida en toda su
riqueza. Sartre y Marleu-Ponty vieron a la fenomenología como un medio para ir mas allá del
empirismo estrecho, al capturar la vida como es vivida.
Sartre ve a la fenomenología como lo que le premite delinear cuidadosamente su propia vida
afectiva, emocional, imaginativa, no en colección de estudios objetivos estático tales como los que
se encuentran en la psicología, sino comprendida en el modo en que es significativamente vivida.

La fenomenología también afirma haber superado el impasse alcanzado en el tratamiento de


muchos problemas filosóficos tradicionales. De este modo ambos, Husserl y Heidegger, creyeron
que el asunto realmente filosófico en la preocupación escéptica tradicional acerca de la existencia
del mundo externo, no fue la necesidad de encontrar bases racionales para justificar nuestra
creencia natural en este mundo, sino más bien explicar cómo tipo de preocupación pudo haber
surgido en primer lugar.

El modo lockeano de las ideas, que explicó el conocimiento en términos de una representación
mental.

La fenomenología rechaza por entero esta explicación representacionalista del conocimiento


como un absurdo. Nuestra experiencia propiamente discrita debe reconocer que se presenta a sí
misma como la experiencia de ocuparse directamente del mundo. Cualquie explicación filosófica
del conocimiento ha de permanecer fiel a la evidencia experiencial más profunda. La
fenomenología debe poner estrecha atención en la naturaleza de la conciencia como de hecho es
experimentada.

La experiencia es la realización en la que para mí, el que experimenta, el ser experimentado, “está
ahí” y está ahí cómo el és, con todo el contenido y en el modo de ser de la experiencia misma, por
la realización efectuándose en su intencionalidad, atribuida a él.

La fenomenología debe describir cuidadosamente las cosas como ellas aparecen a la conciencia.
En otras palabras, el modo en que nos aproximamos a los problemas, las cosas y los eventos debe
suponer tomar en consideración su manera de aparecer a la conciencia.

Los orígenes del término fenomenología.

La fenomenología para Kant, pues, es la rama de la ciencia que se las ve con las cosas en su
manera de aparecer ante nosotros.

Fui criticada por G.W.F. Hegel, debido a que falla en desarrollar una concepción de la mente
distinta de la conciencia.

La inspiración inmediata para Husserl del término no fue ni Kant ni Hegel, sino Franz Brentano.

La fenomenología en Brentano.
La fenomenología como fue inicialmente comprendida por Edmund Husserl, significaba una
psicología descriptiva, y tuvo sus orígenes en el proyecto de Brentano. A partir de Brentano,
Husserl asumió la convicción de que la filosofía es una ciencia rigurosa.

La fenomenología de Husserl tiene su primera anticipación en el intento de Brentano por repensar


la naturaleza de la psicología como una ciencia. Brentano ha propuesto una forma de psicología
descriptiva que se concentraría en iluminar la naturaleza de los actos intentos autoconcientes de
cognición sin apelar a una explicación causal o genética.

Brentano estaba proponiendo un tipo de psicología filosófica, o filosofía de la mente. Él se


propone llevar a cabo una psicología empírica al identificar descriptivamente al campo mental en
términos de intencionalidad. Brentano contrasta la psicología empírica con la psicología genética.

Brentano empleó la frase psicología descriptiva o fenomenología descriptiva para diferenciar esta
ciencia de la genética o psicología fisiológica. La psicología descriptiva es concebida como una
ciencia a priori de las leyes de lo mental, que identifica leyes universales sobre la base de una
intuición en casos individuales.

Siguiendo a Descartes, Brentano creyó en la auto-evidencia de nuestra comprensión interna de la


vida mental como contrapropuesta a la naturaleza falible de nuestra percepción externa. Es muy
distinto a la instrospección.

No hay un acto sin objeto, un acto vacío no puede ser conciente de sí mismo.

La conciencia no es un acto del sentir mismo, cuyo objeto propio es siempre lo sensible en cuanto
tal; más bien existe un sentido común interno que es consciente de la operación del acto primario.
La apodicticidad de este acto reflexivo está severamente limitada al acto mismo y su memoria
inmediata.

El comienzo sin presupuestos.

Husserl dio gran importancia al principio de no tener presupuestos de la fenomenología, esto es, la
afirmación de haber descartado la teorización filosófica en favor de la descripción cuidadosa de los
fenómenos mismos, para estar atenta solamente a lo que está dado en la intuición.

Diez años mas tarde, la fenomenología es una clase de clarificación conceptual que ha de formar
parte de una más amplia crítica de la razón. Pero el rasgo clave de este análisis conceptual no
consistía en que estaba comprometido en un examen del papel de los conceptos en el lenguaje,
sino más bien que dependía en lo asumido de forma auto-evidente de las comprensiones en la
intuición. El grito de batalla de la fenomenología, “volver a las cosas mismas” de Husserl, resumía
esta dependencia de la intuición.

Por intuición se entiende una clase de simpatía intelectual por la cual uno se coloca a sí mismo
dentro del objeto, en función de coincidir con lo que es único en él y consiguientemente
inexpresable.
Ha llevado frecuentemente a la fenomenología a ser enormemente confundida con una forma de
misticismo irracionalista.

Las intuiciones son el más alto nivel del conocimiento y cómo tales son comprensiones ganadas
con mucho esfuerzo, parecidas a los descubrimientos matemáticos. Cuando constato que “2+2=4”,
tengo una intuición tan clara como puedo tenerla. Husserl pensó, sin embargo, que realizaciones
intuitivas similares ocurrían en muchos tipos de experiencia.

Existe una amplia variedad de diferentes clases de experiencia intuitiva. Husserl se dejó llevar
llevar por la reflexión de estas clases de experiencia para intentar desarrollar una clasificación de
todas las experiencias conscientes, con miras a considerar sus naturalezas esenciales y las clases
de realización intuitiva que le eran propias.

Que cada intuición presentante originaria es una fuente de cognición legítimamente, que todo lo
originalmente ofrecido a nosotros es una intuición, ha de ser aceptado simplemente como lo que
se ha presentado como ser, pero también sólo dentro de los límites en que es presentado ahí.

Cada acto del lenguaje ha de ser legitimado por una intuición originaria presentante.

Husserl crítica el empirismo tradicional por imponer ingenuamente que todos los juicios deban ser
legitimados por la experiencia.

¿Qué quiere decir aquí Husserl por “darse”?

“Darse, resume el punto de vida que de toda experiencia es experiencia para alguien, según una
manera peculiar de experimentar. Existe un elemento “dativo” en la experiencia, un “a quién” de
la experiencia. Las intuiciones, para Husserl, ocurren en todas las experiencias de comprensión;
pero en los casos de un conocimiento seguro, genuino, tenemos intuición con el más alto grado de
cumplimiento o evidencia.

La suspensión de la actitud natural.

Husserl llegó a creer que el examen de la estructura y los contenidos de nuestras experiencias
conscientes estaba inhibido y profundamente distorsionado por el género de compromiso con la
experiencia en la vida ordinaria.

Para protegerse de las posiciones teoréticas que recuperan lentamente el punto de vista
fenomenológico de los fenómenos, Husserl propuso varios pasos, de los cuales el mas notable es
la epojé fenomenológica y alteraciones del punto de vista, para aislar los rasgos centrales
esenciales de los fenómenos bajo investigación. Este poner entre paréntesis significaba que todo
lo científico, filosófico, cultural y los supuestos cotidianos debían de hacerse a un lado.
Así, al considerar la naturaleza de nuestros actos conscientes, debemos asumir no simplemente
que la mente es alguna suerte de contendor, que la memoria es como imágenes de imágenes, y así
por el estilo. No debemos asumir ninguna hipótesis científica o filosófica.

En la visión genuinamente fenomenológica, no nos está permitida ninguna hipótesis científica o


filosófica. Debemos atender solamente a los fenómenos en el modo de su ser dado a nosotros, en
sus modos de darse.

El modo de darse queda mejor enfocado cuando los supuestos acerca del mundo son omitidos de
la explicación.

Para Husserl la suspensión de la actitud natural, y el desarrollo de las maniobras teoréticas para
excluir la distorsión, para lograr la comprensión dentro de la naturaleza de los procesos
conscientes mismos, están en el centro de su entendimiento de la práctica fenomenológica.

La reducción condujo a Husserl en dos direcciones simultáneamente. Por un lado, lo condujo en


una dirección neokantiana y cartesiana hacia el ego trascendental como la estructura formal de
toda experiencia propia, en tanto que por otro lado lo condujo hacia la manera en que la
consciencia está siempre envuelta por su correlato intencional, completamente atrapada en su
mundo.

Esta intuición de la mundanidad de la conciencia guió las investigaciones de Husserl sobre el


entorno y el mundo-de-la-vida.

El mundo-de-la-vida y el ser-en-el-mundo.

La experiencia pre-predicativa, la experiencia antes de haber sido formulada en juicios y expresada


en una forma lingüística externa, antes de que sea acondicionada para la conciencia explícita.
Como Husserl, lo dice, toda actividad cognitiva que presupone un campo que es pasivamente
dado, el mundo existente como yo lo encuentro. Regresar a examinar este mundo pre-dado es
retornar al mundo-de-la-vida.

Husserl afirma que el mundo de nuestra experiencia ordinaria es un mundo de objetos formados
que obedecen a leyes universales, como lo descubrió la ciencia, pero que las experiencias
fundacionales que nos dan tal mundo son del todo diferentes, “Esta experiencia en su inmediatez
no conoce ni el espacio exacto ni el tiempo y la causalidad objetiva”. Retornar al mundo-de-la-vida
es retornar a la experiencia antes de tales objetivaciones e idealizaciones.

En el intento de repensar al mundo-de-la-vida uno ha de comprender el impacto de la visión


científica del mundo sobre nuestra conciencia. La fenomenología ha de cuestionar la perspectiva
supuestamente objetiva de las ciencias.

Es el famosos “ojo de Dios”, “visión de ninguna parte”. La fenomenología Husserliana no discutió


la posibilidad de alcanzar la “visión desde ninguna parte”. Éste de hecho fue el ideal tradicional del
conocimiento. Husserl la interpretó como una idealización, como una construcción especial de la
actitud teorética, alejada de la experiencia cotidiana. Esta visión de ninguna parte es construida
sobre, y abstraída de, nuestras experiencias ordinarias que tienen lugar en el espacio y el tiempo.
Uno no debe pensar en los objetos como existiendo exactamente en el modo en que ellos son
dados en la visión de ninguna parte.

Todos los objetos son encontrados en perspectiva; toda experiencia consciente ocurre en un fluido
temporal, cuya naturaleza debe ser recordada en cualquier análisis de la percepción humana.

Los fenomenlógos en general fueron también críticos con los modelos estrechos, reduccionistas,
de la experiencia humana que se encuentran en los diversos empirismos, positivismos y
sensacionismos del siglo XIX.

La fenomenología afirmó haber superado los fundamentos de esta oposición entre racionalismo y
empirismo y de hecho hacer rechazado la distinción objeto-sujeto por completo.

La fenomenología afirmó ofrecer en su lugar un acercamiento Holístico a la relación entre


objetividad y conciencia, subrayando el papel mediador del cuerpo en la percepción.

La fenomenología como realización del conocer.

La fenomenología ha sido representada frecuentemente por sus críticos como una apelación a una
forma, largo tiempo refutada, de introspeccionismo, o de intuición mísitica e irracional, o como
promotora de una desordenada rapsodia sobre la naturaleza de la experiencia viva.

El problema de clarificar con precisión la naturaleza de la fenomenología ha sido exacerbado por la


aplicación del término a cualquier clase de vaga descripción del filosofar, o incluso para justificar el
proceder sobre la base de corazonadas o libres conjeturas.

También es utilizado para designar el modo de acceso a esta vida subjetiva, para la experiencia en
primera persona de los estados de conciencia.

Es muy cierto que es central en la fenomenología, y de hecho es parte de su reclamo continuo, el


intento de aportar una defensa rigurosa del papel inextricable y fundamental de la subjetividad y
la conciencia en todo conocimiento y en las descripciones del mundo. Pero los intentos de la
fenomenología por reconocer y describir el papel de la conciencia en el logro del conocimiento no
son un regodeo en el campo de la subjetividad sólo en su propio provecho. De hecho, todo el
interés de la fenomenología consiste en probar que no podemos escindir el campo subjetivo del
campo del mundo natural, como el naturalismo científico ha hecho. La subjetividad debe ser
entendida como inextricablemente comprometida en el proceso de constitución de la objetividad.
Así, para Husserl, el misterio central de toda filosofía, el “misterio de los misterios”, es la pregunta
¿Cómo logra constituirse la objetividad en y para la conciencia? Sólo existe objetividad para-la-
subjetividad.

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