Ii Hora Santa Reparadora
Ii Hora Santa Reparadora
Ii Hora Santa Reparadora
Exposición / Canto.
Oraciones iniciales:
V. En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado.
R. El Corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
- Jesús amigo, queremos caminar contigo y seguirte a cada momento; aumenta
nuestra fe para ser cada día seamos más fieles a ti.
- Padre Nuestro, Ave María, gloria al Padre.
Canto.
Canto.
Animador: la enfermedad siempre tiene un rostro, incluso más de uno: tiene el rostro de cada
enfermo y enferma, también de quienes se sienten ignorados, excluidos, víctimas de
injusticias sociales que niegan sus derechos fundamentales (cf. Carta enc. Fratelli tutti, 22).
La pandemia actual ha sacado a la luz numerosas insuficiencias de los sistemas sanitarios y
carencias en la atención de las personas enfermas. Los ancianos, los más débiles y
vulnerables no siempre tienen garantizado el acceso a los tratamientos, y no siempre es de
manera equitativa. Esto depende de las decisiones políticas, del modo de administrar los
recursos y del compromiso de quienes ocupan cargos de responsabilidad. Invertir recursos
en el cuidado y la atención a las personas enfermas es una prioridad vinculada a un principio:
la salud es un bien común primario. Al mismo tiempo, la pandemia ha puesto también de
relieve la entrega y la generosidad de agentes sanitarios, voluntarios, trabajadores y
trabajadoras, sacerdotes, religiosos y religiosas que, con profesionalidad, abnegación,
sentido de responsabilidad y amor al prójimo han ayudado, cuidado, consolado y servido a
tantos enfermos y a sus familiares. Una multitud silenciosa de hombres y mujeres que han
decidido mirar esos rostros, haciéndose cargo de las heridas de los pacientes, que sentían
prójimos por el hecho de pertenecer a la misma familia humana.
La cercanía, de hecho, es un bálsamo muy valioso, que brinda apoyo y consuelo a quien sufre
en la enfermedad. Como cristianos, vivimos la projimidad como expresión del amor de
Jesucristo, el buen Samaritano, que con compasión se ha hecho cercano a todo ser humano,
herido por el pecado. Unidos a Él por la acción del Espíritu Santo, estamos llamados a ser
misericordiosos como el Padre y a amar, en particular, a los hermanos enfermos, débiles y
que sufren (cf. Jn 13,34-35). Y vivimos esta cercanía, no sólo de manera personal, sino
también de forma comunitaria: en efecto, el amor fraterno en Cristo genera una comunidad
capaz de sanar, que no abandona a nadie, que incluye y acoge sobre todo a los más frágiles.
A este respecto, deseo recordar la importancia de la solidaridad fraterna, que se expresa de
modo concreto en el servicio y que puede asumir formas muy diferentes, todas orientadas a
sostener al prójimo. «Servir significa cuidar a los frágiles de nuestras familias, de nuestra
sociedad, de nuestro pueblo» (Homilía en La Habana, 20 septiembre 2015). En este
compromiso cada uno es capaz de «dejar de lado sus búsquedas, afanes, deseos de
omnipotencia ante la mirada concreta de los más frágiles. […] El servicio siempre mira el
rostro del hermano, toca su carne, siente su projimidad y hasta en algunos casos la “padece”
y busca la promoción del hermano. Por eso nunca el servicio es ideológico, ya que no se sirve
a ideas, sino que se sirve a personas» (ibíd.).
Canto.
u otra contrariedad inevitable en la vida. Pero llevamos generosamente nuestra cruz, unidos
siempre a Cristo. Entonces la cruz de la vida se nos hace ligera, porque primero la llevó Jesús
y aún ahora la sigue llevando en nosotros y con nosotros.
Hablo al Señor.
Oración en silencio.
Canto.
la tuya tengo yo mi salvación. Enséñame, Jesús, a amar la cruz, regalo que me alarga tu mano
bondadosa.
Madre María, que seguiste a Jesús hasta la cruz en el Calvario. Tú eres el modelo de los que
siguen a Jesús adondequiera que Él va. Acompáñame en mi caminar, para que, con tu ayuda,
quiera llevar mi cruz con generosidad, sabiendo que la cruz es el camino de la Gloria.
En mi vida. Autoexamen
El dolor, el vencimiento propio, la contradicción, son ley inevitable de la vida. Hablando
en cristiano, son la cruz nuestra de cada día. De mí depende el sobrellevarlo todo a
regañadientes, aguantando a más no poder, o el llevarlo como una cruz bendita que me une
ahora a los sufrimientos del Señor y después a su gloria. ¿Qué escojo?... Sobre todo, ¿soy
consciente de que esos pequeños o grandes sacrificios de la vida son el aporte que yo puedo
y debo llevar al Altar cuando acudo a la celebración de la Eucaristía? Que no vaya nunca a ella
con las manos vacías, cuando me es tan fácil el llevarlas llenas para gloria de Dios y mucho
mérito mío...
Canto.
PRECES: Mirando la Cruz, necedad para los sabios y escándalo para los ignorantes,
nosotros descubrimos la sabiduría, la fuerza y el amor de Dios. Por eso decimos:
Enséñanos, Dios nuestro, a bendecir la Cruz salvadora.
Haz, Señor Jesús, que no nos dejemos engañar por las apariencias del mundo que
pasa, sino que nos afirmemos fuertemente en la roca donde se levanta tu Cruz. Oremos.
Al amar tu Cruz y nuestra propia cruz que llevamos contigo y por ti, danos la
esperanza firme de que un día saldremos a su encuentro cuando vengas glorioso con ella a
juzgar al mundo. Oremos.
Acepta, Señor Jesús, esta Hora que pasamos contigo, y nos dé fuerza y alegría para
cumplir todos nuestros deberes cristianos. Oremos.
Acoge bondadoso a nuestros hermanos difuntos, y dales la paz y el descanso que les
mereciste con tu Cruz. Oremos.
Padre nuestro.
Señor Sacramentado, memorial de la Pasión y Cruz que sufriste por nosotros.
Pensando en ti, ofreciéndonos contigo en el Altar, recibiéndote en la Comunión y
acompañándote en tu Sagrario, sabremos llevar contigo la cruz que amorosamente nos
ofreces. Que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Recuerdo y testimonio... El Señor pidió a Santa Margarita María: "En adelante, todas
las semanas, la noche del jueves al viernes, practicarás la Hora Santa, para hacerme
compañía y participar en mi oración del Huerto".
El Padre Charles de Foucauld ha sido una figura grande en la espiritualidad moderna.
Internado voluntariamente en lo más pobre y abandonado del desierto del Sahara, su casa
no pasa de ser un tugurio. Tiene el permiso de guardar consigo el Santísimo Sacramento, y
dispone su pobrecita casa de manera que pueda reservar "con dignidad" la Eucaristía,
colocada sobre el humilde altar al final del estrecho pasillo. Una cortina sencilla separa el
Sagrario de la mesa en que trabaja y el catre en que duerme. Al caer bajo las balas asesinas
el "Marabú blanco" sobre la arena, la Santa Hostia fue encontrada junto al cadáver de su
amigo, como dando Jesucristo a entender que la amistad que los unía a los dos ante el
Sagrario se prolongaba mucho más allá de la muerte... San Pedro Julián Eymard compendia
todos sus amores en sólo estas palabras: "¡Un Sagrario..., y basta! ¡Jesús está allí..., luego
todos a Él!".
LA BENDICIÓN
V. Les diste pan del cielo.
R. Que contiene en sí todo deleite.
Oremos.
Oh Dios, que en este admirable sacramento nos dejaste el memorial de tú Pasión, te pedimos
nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que
experimentemos constantemente el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos
de los siglos.
R. Amen.
El sacerdote traza con el Sacramento la señal de la cruz sobre el pueblo.
ALABANZAS DE DESAGRAVIO
Bendito sea Dios.
Bendito sea su santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Fuentes:
- https://losmolinos.archimadrid.es/actividades/exposicion-del
santisimo/#:~:text=Junto%20a%20la%20celebraci%C3%B3n%20de%20la%20e
ucarist%C3%ADa%20en,darnos%20su%20protecci%C3%B3n,%20su%20consue
lo%20y%20su%20amor.
- http://www.vatican.va/content/francesco/es/messages/sick/documents/papa-
francesco_20201220_giornata-malato.html
- Pedro García, Mi Hora Santa EUCARÍSTICA