A Solas Con Dios
A Solas Con Dios
A Solas Con Dios
¿Cuándo fue la última vez que estuvo a solas con Dios?, ¿Cuándo fue la última
vez que no solo fue a la presencia de Dios a pedir y entregar problemas sino a
conversar con El?
Hombres como Job (1:5), Elías (aparece a partir del cap. 17 de 1 Reyes), David,
Daniel oraban solos. Pasaban tiempo con Dios a solas en la oración. Mujeres
como Ana la madre de Samuel, se nos dice que se fue sola al templo a orar a
Dios 1Samuel 1:10-11.
Estos nos sirven como ejemplos de gran importancia los cuales debiéramos
tomar como patrón en nuestras vidas, pero lo más importante de la oración a
solas con Dios, no es solo el ejemplo de estos hombres y mujeres de Dios sino el
hecho de que Cristo nos anima a tener una comunión personal con El. Mateo 6:6
dice “Mas tú cuando ores entra en tu aposento, y cierra la puerta, y ora a tu
Padre que esta e secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en
público”. Claramente Jesús nos habla de estar a solas con Dios, más que una
simple recomendación ó consejo son un importante mandamiento.
Nuestras oraciones a solas son importantes a Dios, así como lo son acompañados
o públicas, pero cuando entramos en una relación íntima con El, no solamente
podemos explayarnos en nuestras peticiones sino que agradecemos de manera
diferente.
Podremos darnos cuenta de que tan comprometidos estamos con Dios, que
tiempo estamos invirtiendo en su búsqueda y consejo, no por que tengamos
necesidades o aflicciones, sino por que verdaderamente le buscamos por
deleitarnos en su presencia como nos lo dice Salmos 37:4 “Deléitate así mismo
en Jehová, y Él te concederá las peticiones de tu corazón”.
Cuando entramos en esa privacidad que nos da el estar a solas con Dios nos
resultara más fácil alabarle y exaltarle, abrirle nuestro corazón, volcar nuestros
sentimientos completamente a Él, demostrándole de esta manera nuestra
confianza absoluta solamente en El, no teniendo el pendiente o preocupación o
tal vez un poquito de pena el pensar que los demás se darán cuenta de lo que
tenemos, de nuestras debilidades o temores.
Leemos como el rey David clama a Jehová en Salmos 5:1-3 “escucha oh, Jehová,
mis palabras; considera mi gemir. Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y
Dios mío. Porque a ti oraré. Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana me
presentaré delante de ti, y esperaré”.
Cuando queramos tomar decisiones, que pudieran ser más allá de lo que
acostumbramos hacer, tomemos un tiempo con Dios, leamos como Jesús le
busco, Lucas 6:12 “En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche
orando a Dios. Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de
ellos, a los cuales también llamó apóstoles”. Esto resultaba verdaderamente
importante, y no porque lo demás no lo fuera, solo que estos doce hombres
tenían que ser preparados especialmente para que tomaran control de la
situación una vez que El ya no estuviera.
Sin embargo, sabemos que cualquiera que sea la situación, muy importante o
menos importante, es necesario que lo pongamos a consideración de nuestro
Creador y Dios.
Y tenemos más que sabido que él nos recompensara tarde que temprano, Las
grandes batallas y los grandes logros públicos se ganan en no a la vista de todos,
sino en lo secreto de nuestra relación con Dios. David, oraba en secreto y
confiaba en que Dios le daría una recompensa pública.
Salmos 55:16-18 “En cuanto a mí, a Dios clamaré; Y Jehová me salvará. Tarde y
mañana y a mediodía oraré y clamaré, Y él oirá mi voz. El redimirá en paz mi
alma de la guerra contra mí, Aunque contra mí haya muchos”.
Leemos en el libo de 1 Reyes 18:18-40 como es que Elías al hacer frente a los
profetas de Baal disfruta de una gran victoria publica que Dios le da, Dios
respondió su corta oración instantáneamente. Fuego bajo del cielo y consumió
el holocausto y el agua en presencia de todos. ELÍAS CONOCÍA A SU DIOS
PORQUE PASABA TIEMPO A SOLAS CON EL.
Y que tal Ana, la madre de Samuel quien fue recompensada en público por
haber buscado a Dios a solas! Dios le concedió el hijo que tanto deseaba, todos,
incluyendo a Elí quien la acusó de ebria pudo ver la recompensa de Ana.1
Samuel 1:10-14 y 20-21 no solamente siendo un hijo (Samuel) sino que la
escritura nos dice que hubo 5 más (3 hombres y 2 mujeres).
Dejemos que nuestro Señor y Dios nos consuele, enseñe y guíe, para que cuando
llegue el momento de descender de ese Santo monte estemos lo suficiente
mente fortalecidos para afrontar cualquier situación que se haya presentado en
nuestra vida. Dice en el libro de Hebreos 4:16 “Acerquémonos, pues,
confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia
para el oportuno Socorro”.
Y leemos la más maravillosa de las promesas, Amos 5:4 “Pero así dice Jehová a
la casa de Israel: BUSCADME Y VIVIREIS”.