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El Selibato

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En nuestra entrega pasada analizamos el inicio y la condición obligada

del celibato entre los hombres y mujeres que sirven en el magisterio de


la religión católica romana, hoy nos proponemos dar un acercamiento
de lo que dicen las Sagradas Escrituras acerca de este tema.

De entrada, es bueno aclarar que gran parte del sistema eclesiástico romano
es una mala copia del sacerdocio veterotestamentario de Israel; decimos
mala, uno, porque estamos en el tiempo de la gracia del Señor, y dos, por la
gran cantidad de agregados paganos heredados de los anteriores imperios
(babilónico, medo/persa y griego).

Lo más cercano al celibato que encontramos a lo largo de toda la Biblia


es de aquellos que decidían no casarse para dedicarse íntegramente al
servicio del Señor, entre ellos los eunucos.

Pero no existe ninguna indicación expresa de Dios para que quienes


ejercían el sacerdocio o el servicio en el templo en general no se
casaran, no hay tal prohibición, salvo que fueran nazareos, que en su
mayoría era por voluntad propia o la de sus padres; sin embargo, no había
una prohibición divina expresa.

Dios es el Señor del matrimonio y de la familia, fue su idea, Él los


instituyó y lo ordenó en el mismo Génesis de todo, salvo casos muy
puntuales, no hay referencia al celibato obligatorio en las Escrituras.

En nuestra era, la del Nuevo Pacto establecido sobre el fundamento de los


apóstoles y profetas en Jesucristo como piedra angular (Efesios 2:20), del
que la religión romana se dice «heredera», en ninguna de las cartas y
evangelios existe una orden expresa para llevar una vida célibe, por el
contrario, la inmensa mayoría de los apóstoles y líderes de la Iglesia del
primer y sucesivos siglos eran casados, salvo Pablo que por voluntad
propia no lo era y aunque recomendaba «mejor no casarse» para poder
servir a Cristo de manera total, escribió: «lo mejor para hombres y mujeres
sería no tener relaciones sexuales, pero por causa de la inmoralidad
sexual, cada hombre debe tener su propia esposa y cada mujer su propio
esposo» (1ª Corintios 7:1-2).

¿Y no es acaso la inmoralidad sexual el principal problema del celibato


impuesto? Por esa razón las escandalosas cifras de abusos sexuales,
pederastia, homosexualidad intra y extra muro, entre otras inmoralidades
sexuales, son el pan de cada día entre los servidores religiosos del
catolicismo. Si Dios nos mandó a casarnos y nos hizo hombre y mujer con
ese fin, ¿con qué autoridad y basados en qué parte de la Biblia los jerarcas
romanos obligan a no casarse?

El apóstol Pablo en el capítulo 7 de su primera Carta a los Corintios con


respecto al tema del matrimonio y la vida sexual, señala: «esto lo digo más
como concesión que como mandamiento. En realidad, quisiera que todos
los hombres fueran como yo; pero Dios le ha dado a cada uno su propio
don, a algunos de alguna manera y a otros, de otra. A los solteros y a las
viudas les digo que sería bueno que se quedaran como yo; pero si no
pueden dominarse, que se casen; pues es mejor casarse que arder de
pasión» (vss. 6-9); y cometer actos de inmoralidad o abuso sexual
-agregamos nosotros.

Pablo tenía «don de continencia», que como todo don, es un regalo de


Dios, pero MUY POCOS LO TIENEN. Es obvio que quien no tenga el
don de continencia sea tentado y peque, y si viven en claustros solo para
hombres o solo para mujeres, pues fornicarán con gente del mismo sexo o
abusarán de otros, incluyendo indefensos niños.

Recientemente dos monjas católicas ventilaron su relación homosexual y la


justificaron con versículos dichos por Cristo, pero sacados de su contexto;
si esto fue grave, más grave fue la respuesta del papa Francisco al respecto:
«¿quién soy yo para juzgar(las)? Nadie debería juzgar. Esa frase (la
justificación de dichas monjas) nos ha abierto el corazón». Antes de abrirles
el corazón más bien esa frase les entenebreció el entendimiento.

Nadie está llamado a emitir juicio contra su prójimo, eso es cierto, pero sí a
confrontar sus actos con lo que dice la Biblia. Jesús afirma: «Por sus frutos
los conocerán…» (Mateo 7:15-23), eso significa que los frutos de cada
quien hablan por sí mismos de la calidad de persona y cristiano que es; se
nos permite juzgar los frutos, pero no al árbol (pecador), pues esa es tarea
del Señor. Como existe una larga tradición de celibato obligatorio y anti
bíblico, es natural que ahora la jerarquía católica busque justificar el
producto de tan errática práctica.

Cerramos con la pregunta que formula el apóstol Pablo en el capítulo


donde defiende su apostolado: «¿Y acaso no tenemos derecho a traer con
nosotros una esposa creyente, como lo hacen los otros apóstoles, y
Cefas (Pedro) y los hermanos del Señor?» (1ª Corintios 9:5). Todos tienen
derecho a tener esposa/so, si lo tenían los apóstoles de Jesús, ¿cómo no lo
van a tener los sacerdotes y monjas católicas?

Nuestra intención no es atacar a la institución religiosa romana, sino


honrar la verdad del Señor por sobre las erráticas interpretaciones de los
hombres y sus instituciones religiosas, y el celibato obligatorio es una de
ellas...
Y el SEÑOR Dios dijo: No es bueno que el hombre esté solo; le haré una
ayuda idónea" (Génesis 2:18)

¿Porqué no es bueno que el hombre esté solo en lo referente a la mujer?


La
Biblia lo responde:

"Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse
como yo; pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es
casarse que estarse quemando. Pero a los que están unidos en
matrimonio,
mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido" (1ª Cor.
7:8-10)
"...pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y
cada una tenga su propio marido..." (1ª Cor. 7:2)

Para evitar "quemarse", volverse locos (¿No fue el jesuita Díaz Alegría
quien dijo que el celibato obligatorio era "una fábrica de locos"), para
evitar entre otras cosas la extendida fornicación, la pedofilia, la
pederastia, etc. en el seno del clero. Deducimos también de este texto que
la continencia (el celibato) no es un mandamiento, sino un DON que Dios
da a
quien Él quiere.

¿Qué dice Dios del celibato obligatorio -prohibición de casarse-? La Biblia


lo responde:

"Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos


apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de
demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la
conciencia, prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos..." (1ª
Timoteo 4:1-3 Ver resto de contexto)

Dice, como acabamos de leer que el celibato obligatorio ("prohibirán


casarse") es una actitud propia de apóstatas, una doctrina de demonios, de
hipócritas y mentirosos, propia de personas con la conciencia cauterizada.

¿Qué dice Dios acerca de si sus siervos deben o no casarse? La Biblia lo


responde:

"Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola


mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar..." (1ª
Tim. 3:2)
"Los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien sus
hijos
y sus casas" (1ª Tim. 3:12)
"Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y
establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé; el que fuere
irreprensible, marido de una sola mujer, y tenga hijos creyentes que no
estén acusados de disolución ni de rebeldía. Porque es necesario que el
obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no
iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias
deshonestas..." (Tit.1:5-7)
El mismo Pedro (para los romanistas el primer papa, estuvo casado, así
como
muchos de sus seguidores "papas" en siglos posteriores, hasta que el
romanismo una vez más se saltó la Escritura a la torera (a la "apóstata"
como veninmos diciendo) y lo puso como obligatorio más de mil años
después
de estas cartas.

Tanto los obispos, pastores o diáconos pueden casarse, y como hemos


visto
arriba, deben hacerlo si no tienen el don del celibato (continencia). De
esta manera se evita que luego se pongan a violar niños masivamente
como
pasa en la ICAR, aunque revisionistas católicos como Irich digan lo
contrario (Navarro Valls, portavoz del vaticano reconoció en los 80' -antes
de los actuales escándalos- para el ABC -Puedo dar fecha del artículo en
incluso enviar un escaneo del mismo- que aproximadamente el 4% del clero
USA
estaba involucrado de algún modo en abusos a menores. Esto no es echar
mierda como dice CC (¿KK?), esto es la VERDAD.

Antes de la Edad Media los sacerdotes podían tener esposa, lo que


preocupaba
a los más altos dignatarios de la Iglesia en esa época, quienes buscaban
una
manera de proteger el patrimonio de la Iglesia contra reclamos de herencia
por parte de los hijos procreados bajo matrimonio. En el año 579 de la Era
Cristiana, esta preocupación llevó al Papa Pelagius II a concertar un
acuerdo con los sacerdotes para dejar claramente establecido que nadie
podía
heredar las propiedades de la Iglesia.

Posteriormente, once años después de ese acuerdo, el Papa Gregorio I


declaró
ilegítimos a todos los hijos de sacerdotes. En el año 1022 fue el Papa
Benedicto VIII, quien prohibió el matrimonio "y las amantes" para los
sacerdotes, mientras que el Papa Inocente II evitó todos los matrimonios de
este tipo y los nuevos sacerdotes ya casados tuvieron que divorciarse de
sus
esposas si deseaban continuar en el ministerio religioso católico.

En la Edad Media prevaleció la falsa creencia entre el clero de que el


cuerpo era sucio y la sexualidad debía ser eliminada para obtener mayor
espiritualidad. Como podemos ver a través de las páginas de la historia el
celibato ha sido orígen de grandes controversias y hoy la sexualidad, que
de acuerdo a investigaciones científicas es saludable y beneficiosa tanto
para la salud física como emocional, ha sido uno de los puntos más
vulnerables de la Iglesia Católica.
Versículos de la Biblia sobre Celibato
Versículos Más Relevantes
Mateo 19:10
Versículos Conceptos
Los discípulos le dijeron*: Si así es la relación del hombre con su mujer, no
conviene casarse.

1 Corintios 7:32
Versículos Conceptos
Mas quiero que estéis libres de preocupación. El soltero se preocupa por las
cosas del Señor, cómo puede agradar al Señor;

1 Corintios 7:1
Versículos Conceptos
En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno es para el hombre no
tocar mujer.

1 Corintios 7:7
Versículos Conceptos
Sin embargo, yo desearía que todos los hombres fueran como yo. No obstante,
cada cual ha recibido de Dios su propio don, uno de una manera y otro de otra.

1 Corintios 7:26
Versículos Conceptos
Creo, pues, que esto es bueno en vista de la presente aflicción; {es decir,} que
es bueno que el hombre se quede como está.

1 Timoteo 3:2
Versículos Conceptos
Un obispo debe ser, pues, irreprochable, marido de una sola mujer, sobrio,
prudente, de conducta decorosa, hospitalario, apto para enseñar,

1 Timoteo 4:1-3
Pero el Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos
apostatarán de la fe, prestando atención a espíritus engañadores y a doctrinas
de demonios, mediante la hipocresía de mentirosos que tienen cauterizada la
conciencia; prohibiendo casarse {y mandando} abstenerse de alimentos que
Dios ha creado para que con acción de gracias participen {de ellos} los que
creen y que han conocido la verdad.

Apocalipsis 14:4
Versículos Conceptos
Estos son los que no se han contaminado con mujeres, pues son castos. Estos
{son} los que siguen al Cordero adondequiera que va. Estos han sido
rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero.

Mateo 19:10-12
Los discípulos le dijeron*: Si así es la relación del hombre con su mujer, no
conviene casarse. Pero El les dijo: No todos pueden aceptar este precepto,
sino {sólo} aquellos a quienes les ha sido dado. Porque hay eunucos que así
nacieron desde el seno de su madre, y hay eunucos que fueron hechos
eunucos por los hombres, y {también} hay eunucos que a sí mismos se
hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que pueda aceptar {esto,}
que {lo} acepte.

Source: https://bible.knowing-jesus.com/Espa%C3%B1al/topics/Celib ato

Del celibato en el Antiguo


Testamento

 
            En nuestro primer artículo sobre el celibato, prometimos aportar los
argumentos utilizados a favor y en contra en los diversos textos sagrados.
De rigor es que empecemos la investigación por el más antiguo de todos
ellos, el Antiguo Testamento. Y la cuestión es: ¿es la hipótesis del celibato
aceptable según los cánones del Antiguo Testamento? Un vistazo a vuela
pluma del gran libro de los libros apunta en contra de ello. El gran
patriarca Jacob tiene doce hijos y de cuatro mujeres diferentes, dos de ellas
hermanas y las otras dos, esclavas de las hermanas. El amado
rey Salomón “tuvo setecientas mujeres con rango de princesas y
trescientas concubinas” (1Re. 11, 3). Muchos son los pasajes bien
conocidos del Antiguo Testamento en los que observamos
como Yahveh procede a una actuación bien personal para evitar que sus
hijos más queridos (Abraham, Elcaná), queden marcados con el estigma
de la falta de descendencia.
 
            Cuando el Levítico expone la regla de la pureza que debe observar
el sacerdote del Templo, no hace la menor referencia a ninguna continencia
de tipo sexual. Lo más parecido que dice al respecto es que los
sacerdotes “no tomarán por esposa a una mujer prostituta ni profanada, ni
tampoco una mujer repudiada por su marido” (Lv. 21, 7). Algo más estricto
se muestra con el sumo sacerdote, pero todo aquello a lo que le obliga es a
tomar “una virgen por esposa” (Lv. 21, 13).
 
            Buena prueba de que en el sacerdocio judío no se exige el celibato,
es la maldición que Yahveh emite a Aarón ante una falta cometida por éste:
 
            “Tú y tus hijos cargaréis con las faltas de vuestro sacerdocio” (Nu.
18, 1).
 
            Existe en el Libro de los Números un tipo de consagración especial
a Dios, el llamado nazireato (ver Nu. 6, 1), no necesariamente definitivo sino
que puede tener una duración determinada, el cual incluye una serie de ritos
purificadores tales como no beber vino ni bebidas embriagantes, ni pasar
navaja por la cabeza, ni acercarse a cadáver aunque fuera el del padre o la
madre... Pues bien, dicho rito no incluye ningún tipo de prescripción sexual.
 
            Saliendo del Antiguo Testamento pero sin irnos muy lejos, -nos
quedamos en la otra obra magna, junto con la Biblia, de la literatura clásica
judía, el Talmud- una sentencia del rabino Eliazar ben Hircano declara que
el que se niega a tener descendencia es comparable a un asesino (Talmud
de Babilonia, yebamot 63b).
 
            Dos son los pasajes más frecuentemente citados para argumentar a
favor del celibato en el Antiguo Testamento, pero ninguna de ellos hace
gran servicio a los que buscan valerse de ellos. El primero acontece
cuando Moisés, informado por Yahveh de que en tres días va a recibir las
tablas de la Ley, ordena a su pueblo de una manera que se antoja algo
caprichosa pues no conocemos otro episodio similar en el Antiguo
Testamento: “no os acerquéis a vuestra mujer” (Ex. 19, 15). Pero se trata
de una abstención temporal, con fecha de caducidad por cierto, muy
próxima, el día que recoja las tablas: tres días de abstinencia, pues, ni uno
más. El segundo es el episodio en el que el mismo Dios advierte a su
profeta Jeremías: “no tomes mujer, ni tengas hijos ni hijas” (Jr. 16, 2), si
bien el versículo finaliza diciendo “...en este lugar”, lo que lo convierte casi
en un contrargumento, al referir la inconveniencia de tomar mujer al lugar y
no al hecho en sí: es decir se trata más de una penitencia para el lugar que
para el receptor de la orden.
 
            De hecho, es preciso convenir que la exigencia de la pureza sexual
-que no de otro tipo- para llevar a cabo determinados actos rituales por una
casta especial llamada de sacerdotes o de cualquier otra manera, procede
en el cristianismo más bien del legado clásico del que también es tributario,
que de su herencia hebrea. A modo de ejemplo, el
griego Demóstenes señala que antes de tomar contacto con objetos
sagrados, el que lo hiciera había de observar continencia sexual durante un
número determinado de días. El culto de no pocas deidades clásicas se
encomendaba a vírgenes: así Artemisa, Atenea, Dionisos, Hércules,
Poseidón, Zeus, Apolo y otros. El grado extremo de esta conducta se
producía entre los sacerdotes de Cibeles que, como
informan Juvenal u Ovidio, procedían a la autocastración ritual. Imbuido de
ese ansia extremo de pureza sexual, uno de los grandes cristianos de la
Patrística, nada menos que Orígenes, también procederá a la
autocastración.
 
            Pero esto no ha terminado, amigo lector. Y aún es mucho lo que nos
queda por añadir a esta serie, por lo que una vez más, le invito a estar
atento, para obtener todas las claves de una cuestión que como la del
celibato sacerdotal, se halla siempre tan de rabiosa actualidad, y no sólo,
como pudiera pensar alguno, estos días. Que en esto como en tantas otras
cosas en la Historia, no hacemos más que dar siempre vueltas a las mismas
cosas.
 
 

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