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Ley 247

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UNIVERSIDAD DE AQUINO BOLIVIA FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y

HUMANÍSTICAS
CARRERA DE DERECHO

PERFIL DE EXAMEN DE GRADO PARA OPTAR AL TÍTULO DE LICENCIATURA


EN DERECHO

TÍTULO

MAXIMILIANO ENRIQUE CHACON RAMIREZ

2020
TABLA DE CONTENIDOS

CAPÍTULO 1 INTRODUCCIÓN E INFORMACIÓN GENERAL¡ERROR! MARCADOR


NO DEFINIDO.

TÍTULO 2 ......................................................... ¡ERROR! MARCADOR NO DEFINIDO.


TÍTULO 2 ......................................................... ¡ERROR! MARCADOR NO DEFINIDO.
TÍTULO 3. .......................................................... ¡ERROR! MARCADOR NO DEFINIDO.
TÍTULO 3. .......................................................... ¡ERROR! MARCADOR NO DEFINIDO.

CAPÍTULO 2 FIGURAS Y TABLAS ......... ¡ERROR! MARCADOR NO DEFINIDO.

TÍTULO 2 ......................................................... ¡ERROR! MARCADOR NO DEFINIDO.


TÍTULO 3. .......................................................... ¡ERROR! MARCADOR NO DEFINIDO.
TÍTULO 3. .......................................................... ¡ERROR! MARCADOR NO DEFINIDO.

CAPÍTULO 4 RESULTADOS Y DISCUSIÓN.¡ERROR! MARCADOR NO DEFINIDO.

BIBLIOGRAFÍA Y REFERENCIAS ........... ¡ERROR! MARCADOR NO DEFINIDO.

APÉNDICE ............................................ ¡ERROR! MARCADOR NO DEFINIDO.

LISTA DE TABLAS Y CUADROS

LISTA DE GRÁFICOS E IMÁGENES


INTRODUCCIÓN

El presente trabajo de análisis de expediente corresponde a un proceso extraordinario


de “Regularización de Derecho Propietario”. El investigador es responsable de realizar
el análisis del correspondiente proceso y lograr evidenciar que el proceso se haya
llevado con transparencia y bajo el debido proceso.
Por lo que debemos señalar que la Regularización de Derecho Propietario está
dirigida a personas naturales que se encuentren en posesión continua, pública,
pacífica y de buena fe, de un bien inmueble destinado a vivienda, ubicada dentro del
radio urbano o área urbana.
Ahora, los asentamientos irregulares se ubican y ocupan suelos catalogados como
agrícolas, forestales, de riesgo, etc., siendo importante reconocer que en algunos
casos la definición de estas categorías en los Gobiernos Autónomos Municipales o en
alguna otra entidad de gobierno como ocurre con las Gobernaciones, fue arbitraria
por carecer de fundamento técnico y científico.
La Ley Nº 247 establece los fines, finalidades, requisitos y procedimiento para la
regularización del derecho propietario sobre bienes inmuebles urbanos destinados a
vivienda. Aunque la norma reitera el reconocimiento al derecho de propiedad privada,
en su contenido pone ciertas limitaciones al mismo; del mismo modo, pone en
entredicho la Autonomía de los Gobiernos Autónomos Municipales y de ese modo
vulnera disposiciones constitucionales.
Del mismo modo, la Ley es contradictoria con el Código de Procedimiento Civil en
cuanto al procedimiento de los Procesos Sumarios, a los que se sujeta una de las
modalidades de regularización.
El Decreto Supremo Nº 1314, que reglamenta a la Ley Nº 247, se inscribe en los
mismos marcos y, peor aún, contiene normas que vulnera la Constitución Política del
Estado.
En ambos casos es posible observar errores de redacción y de contenido que
puede ocasionar dificultades.

3
CAPÍTULO I: ANÁLISIS DEL PROCESO

1.1 ESTRUCTURA DEL PROCESO EJECUTIVO

Considerando el contenido del análisis del expediente, el mismo que NO forma parte de
los procesos de la Ley 439 por lo que en base a este pequeño análisis podemos reflejar
la siguiente estructura procesal:

DEMANDANTES SANTOS QUISPE ZARATE y


PETRONILA TARQUI DE QUISPE

DEMANDADOS DIONICIO QUISPE CHOQUE Y


MARIA PERSONA DE QUISPE

JUZGADO ASIGNADO JUZGADO PUBLICO CIVIL Y


COMERCIAL 16 LA PAZ

JUEZ DRA CONSUELO CUELLAR


MULLER

SECRETARIA DRA. LIZ GUTIERREZ GUTIERREZ

NUREJ 20139179

CUERPOS 1

1.2. RELACIÓN DE HECHOS

Hace más de 20 años lo señores Dionicio Quispe y María Persona de Quispe vendieron
a los ahora demandantes un lote de terreno de 200 mts2 ubicado en la Zona San Martin
calle Ayacucho No. 146 de la ciudad de La Paz, esta venta se realizó a los señores
Santos Quispe Zarate y Petronila Tarqui de Zarate entrando en posesión a fin de darle
uso de vivienda y se procedió a construir habitaciones y dependencias.

Posesión que fue pacifica, continua y de manera pública sin haber tenido perturbaciones
por parte de terceros que aleguen tener derecho propietario sobre el mismo terreno,
empero al pasar el tiempo no se logró realizar el perfeccionamiento del derecho
propietario por negligencia de los mismos, es decir que desconocían el procedimiento
que debería haberse hecho una vez adquirido el bien inmueble sin embargo durante
estos más de años transcurridos se ocuparon de realizar de hacer colocar los servicios

4
básicos como ser alcantarillado, luz y agua , asimismo los ahora demandantes son
reconocidos por la junta vecinal de la zona como únicos propietarios.

Asimismo, señalan que el uso del bien inmueble es de vivienda y no así otro uso ya que
no tienen registrado otro derecho propietario registrado a su nombre.

1.3. RELACIÓN CRONOLÓGICA DEL EXPEDIENTE

FOJA ACTUADOS FECHA DESCRIPCIÓN BASE OBSERVACION


S LEGAL ES
1 CONTRATO 19/12/20 CONTRATO DE Art. 519
17 PRESTAMO DE y 1297
DINERO C.C.
2 CERITFICAD 19/12/20 CERTIFICADO DE Art.
O 17 RECONOCIMIENT 1297
O DE FIRMAS Y C.C.
RUBRICAS
3-6 CEDULAS DE CEDUAS DE
IDENTIDAD IDENTIDADA DE
LA PARTE
DEMANDANTE Y
TESTIGOS
7 COMPROBAN 28/06/20 BOLETA 4X1000
TE DE CAJA 18 PARA DEMANDA
EJECUTIVA
8-9 MEMORIAL 28/06/20 DEMANDA LEY 439
18 EJECUTIVA ARTS.
379 Inc.
2 y 9,
C.C.
ART.
409,
411
10 AUTO 2/07/201 OBSERVA LEY

5
8 DEMANDA 025,
EJECUTIVA Y ART.
DERIBA A 67, 229
CONCILIACION A 297,
LEY 439
CIR.
O4/2016
11 CARATULA CARATULA DE
REPARTO A
CONCILIACION
12 MEMORIAL 10/07/20 RENUNCIA A LA Art. 294
18 CONCILIACION C.P.C.
13 INFORME 10/07/20 ACEPTA Art. 294
18 RENUNCIA A LA C.P.C.
CONCILIACION
14 CARATULA CARATULA DE
REPARTO A
JUZGADO
15 MEMORIAL 18/07/20 REITERA
18 DEMANDA
EJECUTIVA
16 DECRETO 20/07/20 OBSERVA
18 DEMANDA
RESPECTO A LA
NOTIFICACION
RESPECTO A
FECHA
12/07/2018
17 INFORME 16/08/20 INFORME DE LA
18 OFICIAL DE
DILIGENCIA
18 DECRETO 16/08/20 EN

6
18 CONOCIMIENTO
DE PARTES
19 MEMORIAL 01/10/20 REITERA
18 OFICIOS
19vlta DECRETO 03/10/20 OFICIESE
18
20-22 OFICIO AL SEGIP A FIN
DE QUE
INFORME EL
ULTIMO
DOMICILIO DE
LOS
DEMANDADOS
23-25 CERTIFICAD 15/10/20 CERTIFICACION
O 18 DE SEGIP
26 MEMORIAL 24/10/20 DEVUELVE
18 OFICIO
26vlta DECRETO 26/10/20 ARRIMESE
18
27 - CERTIFICACI 15/10/20 CERITFICACION
28 ON 18 PADRON
BIOMETRICO
29 NOTIFICACIO 8/11/201 NOTIFICACION A LEY 439 EN
N 8 SHIRLEY MOLINA ART. SECRETARIA
82, DE JUZGADO
PARR.
1, 84,
85.
30 - HOJA DE 22/10/20 CERTIFICACION
33 RUTA 18 TRANSITO
34 MEMORIAL 12/11/20 DEVUELVE
18 OFICIO

7
34 DECRETO 14/11/20 ARRIMESE
vlTa 18
35 MEMORIAL 12/11/20 REITERA LEY 439
18 DEMANDA ART.
380
PARR. I
36-37 SENTENCIA 21/11/20 RESOLUCION
INICIAL 18 Nro. 391/2018
38 NOTIFICACIO 04/01/20 NOTIFICACION A LEY EN
N 19 SHIRLEY MOLINA 439, SECRETARIA
CON ART.82 DE JUZGADO
RESOLUCION PARR.
391/2018 1, 84 Y
85.
39 INFORME 16/01/20 DE A OFICIAL DE
19 DILIGENCIA
SEÑALA QUE NO
PUDO
ENCONTRAR EL
DOMICILIO DE
LOS
DEMANDADOS
39vlta DECRETO 18/01/20 EN
18 CONOCIMIENTO
DE PARTES
40 NOTIFICACIO 29/01/20 NOTIFICACION A LEY EN
N 19 LA PARTES 439, SECRETATIA
ART.82 DE JUZGADO
PARR.
1, 84 Y
85.
41 MEMORIAL 01/02/20 SOLICITA ART. 78

8
19 NOTIFICACION PARR.
POR EDICTOS II LEY
(AL NO HABER 439
ENCONTRADO
SU DOMICILIO SE
SOLICITA
EDICTOS PARA
DAR A CONOCER
ESTA
RESOLUCION A
NIVEL
NACIONAL)
42 DECRETO 04/02/20 FRANQUESE LOS
19 EDICTOS
43 NOTIFICACIO 08/02/20 NOTIFICACION A
N 19 LAS PARTES
44 MEMORIAL 19/02/20 PIDE ART 78
19 JURAMENTO DE PARR.II
DESCONOCIMIE DE LA
NTO DE LEY 439
DOMICILIO
45 DECRETO 20/02/20 REALICE ACTA
19 DE JURAMENTO
46 PRUEBA CEDULA DE
IDENTIDAD
47 ACTA 27/02/20 ACTA DE
19 JURAMENTO DE
DESCONOCIMIE
NTO DE
DOMICILIO
48-49 PRUEBAS PUBLICACION DE
EDICTOS

9
50 MEMORIAL 10/04/20 PRESENTA
19 EDICTOS
50vlta DECRETO 11/04/20 ARRIMESE
19
51-53 CERTIFICAD CERTIFICADOS
OS DE PROPIEDAD
DERECHS
REALES
54 MEMORIAL 29/04/20 ADJUNTA
19 CERTIFICADO DE
DERECHOS
REALES
54 DECRETO 29/04/20 POR
vlta 19 ADJUNTADO
55 MEMORIAL 29/04/20 SOLICITA
19 OFICIOS
55vlta DECRETO 29/04/20 OFICIESE (A
19 NIVEL
NACIONAL)
56-58 CERTIFICAD CERTIFICADO
OS NACIONAL DE
NO PROPIEDAD
DE DERECHOS
REALES
59 MEMORIAL 17/05/20 CO PATROCINIO
19
60 DECRETO 20/05/20 SE TIENE
19 PRESENTE EL
CO PATROCINIO
61 NOTIFICACIO 28/05/20 NOTIFICACION A LEY EN
N 19 LAS PARTES 439, SECRETARIA
ART.82 DE JUZGADO

10
PARR.
1, 84 Y
85.
62 MEMORIAL 04/06/20 SOLICITA
19 EJECUTORIA
63 AUTO 05/06/20 SE DECLARA LA Art. 397
19 EJECUTORIA DE y
LA RESOLUCION siguient
391/2018, es LEY
DISPONIENDO 439
SE PASE
DIRECTAMENTE
A LA FASE DE
EJECUCION
64 NOTIFICACIO 16/06/20 SE NOTIFICA A LEY EN
N 19 LAS PARTES 439, SECRETARIA
ART.82 DE JUZGADO
PARR.
1, 84 Y
85.

1.4. ANÁLISIS DEL CASO Y SUS PROTAGONISTAS


De los antecedentes se establece que los ahora demandantes señalan ser propietarios de un
bien inmueble ubicado en la zona San Martin, manzano B lote 9 , sector Quispe, calle Ayacucho,
No. 146 de la ciudad de La Paz, con una superficie de 200 mts.2 encontrándose en posesión del
mismo con el fin de darle uso de vivienda , empezando a construir el mismo desde hace mas de 20
años constando que tiene 3 dormitorios: cocina, sala y baño de la misma manera la posesión fue
pacífica y publica sin tener molestias por parte de terceros que aleguen tener el mejor derecho de
la propiedad que se encontraba en litigio.
Asimismo, se alega que no se pudo obtener el derecho propietario debido a que no conocían el
procedimiento ni los pasos a seguir después de la comprar del terreno, sin embargo se ocuparon
de realizar y de hacer las instalaciones de alcantarillado, agua y electricidad, teniendo conocimiento

11
la junta de vecinos de su propiedad y reconociéndoles como únicos dueños.
Es así que después de mas de 20 años de posesión acogiéndose a la ley 247 modificada por la ley
803 realizan la demanda contra los vendedores para poder adquirir su derecho propietario del
mismo.

1.5. ANÁLISIS DE LAS DECISIONES, ACCIONES Y ARGUMENTOS


Para una correcta definición del proceso debe tomarse en cuenta la relación de hecho
probados y no probados por ambas partes correspondiendo el análisis y valoración de
las pruebas ofrecidas y producidas de conformidad a los art. 142, 144, 145 del Código
Procesal Civil.
Por lo que las pruebas ofrecidas cursantes en obrados han conferido valor probatorio
real, asimismo de sede considerar que durante la tramitación del proceso se produjeron
elementos del juicio que coadyubaron a la valoración y se llegaron a tomar en cuenta
por que permitieron la aclaración de los aspectos controvertidos.

CAPÍTULO II: MARCO TEÓRICO Y CONCEPTUAL

2.1 MARCO TEORICO


En doctrina jurídica, especialmente aquellos ordenamientos con importante influencia
latina, se considera que el dominio o propiedad está integrado por tres facultades o
derechos:

2.1.1. Ius utendi

El ius utendi es el derecho de uso sobre la cosa. El propietario tiene el derecho a servirse
de la cosa para sus intereses y de acuerdo con la función social del derecho, siempre y
cuando esas conductas no violen preceptos legales ya establecidos o causen lesiones a
los derechos de otros propietarios.

Por ejemplo, bajo el principio del ius utendi no podría un propietario de un bien inmueble
justificar la tenencia de una plantación de marihuana, al estar prohibida por la mayoría de
los ordenamientos jurídicos. De la misma forma, un empresario no puede justificar bajo
este principio ruidos excesivos típicos de una actividad industrial en una zona residencial,
que hagan intolerable la vivencia de los demás vecinos.

12
2.1.2 Ius fruendi

El ius fruendi es el derecho de goce sobre la cosa. En su virtud, el propietario tiene el


derecho de aprovechar y disponer los frutos o productos que genere el bien. La regla
general es que el propietario de una cosa es también propietario de todo aquello que la
cosa produzca, con o sin su intervención.

Los frutos pueden ser naturales o civiles. Los frutos naturales son aquellos que la cosa
produce natural o artificialmente sin detrimento de sus sustancias. En ese aspecto se
distinguen de los denominados productos: así, tratándose de un manzanar, las manzanas
son frutos naturales y la leña de los árboles son sus productos.

Los frutos civiles están constituidos por aquellas sumas de dinero que recibe el propietario
por ceder a otro el uso o goce de la cosa. Usando el ejemplo anterior, el fruto civil que
percibe el propietario del manzanar es la renta que le es pagada al darlo en
arrendamiento. Tratándose de dinero, los frutos que percibe su propietario son los
intereses.

2.1.3. Ius abutendi


El ius abutendi es el derecho de disposición sobre la cosa. El propietario, bajo la premisa
de que la cosa está bajo su dominabilidad (poder de hecho y voluntad de posesión),
puede hacer con ella lo que quiera, incluyendo dañarla o destruirla (disposición material),
salvo que esto sea contrario a su función social: por ejemplo, el propietario de un bien
integrante del patrimonio cultural no puede destruirlo y, de hecho, puede estar obligado
a su conservación. Del mismo modo, puede el propietario disponer de su derecho real
(disposición jurídica): así, puede enajenar la cosa, venderla, donarla y, en general,
desligarse de su derecho de propiedad y dárselo a otra persona; o incluso renunciar al
derecho o abandonar la cosa, que pasaría a ser res nullius. Son también actos de
disposición aquellos en los que el propietario constituye en favor de otra persona un
derecho real limitado, como el usufructo,
la servidumbre, la prenda o la hipoteca.
En conclusión, tiene el derecho real de dominio quien tenga estos tres principios (Uso,
Goce y Disposición)

13
2.1.4. DE LOS BIENES SUJETOS A REGISTRO

Los bienes, son todas aquellas entidades materiales o inmateriales que son centro de
interés jurídico, que merecen tutela jurídica, en tanto y en cuanto, satisfacen necesidades
humanas, tienen un valor económico y son susceptibles de ser apropiados.

Capitant, a su vez indica, “los bienes corporales son todos los bienes materiales
susceptibles de apropiación y los derechos del mismo que forman parte del patrimonio”

Este autor nos permite hacer una reflexión de carácter nomen iuris, cuando indica que
los bienes corporales son bienes materiales, términos que se manejan indistintamente y
la doctrina los discutió a lo largo de la historia y el resultado es que parecen ser similares
por eso se rescata esta posición de Capitant.

La precisión, se la hace en el sentido de que el Código Civil Boliviano, regula a los bienes
materiales y no así a los bienes corporales. Que la doctrina del Derecho Civil desde el
Derecho Romano, ha preferido estudiarlos como bienes corporales.

2.1.5. LOS BIENES MATERIALES E INMATERIALES

El Código Civil Boliviano en su Art. 74, establece: “(noción y división), I. Son bienes las
cosas materiales e inmateriales que pueden ser objeto de derechos. II. Todos los bienes
son muebles o inmuebles”7. Se puede notar que el código considera dentro de los bienes
a la cosas pero como se anticipó en cuanto objeto de derechos.

Con carácter general, en este Art. El código define que existen dos tipos de bienes. Los
que son materiales y los inmateriales; y a su vez define que todos son o muebles o
inmuebles. Sin hacer mayores precisiones. Sobre una clasificación de los bienes
corporales, existen diferentes posiciones; como ser: fungibles y no fungibles, específicos
de género limitado, consumibles e inconsumibles, deteriorables y no deteriorables,
presentes y futuros, divisibles e indivisibles, muebles e inmuebles, vacantes que no tienen
dueño y que tienen dueño, etc. Una posición importante es la del profesor Romero

14
Sandoval, que indica, “los bienes corporales, son parte de la clasificación de los bienes
considerados en sí mismos“8; resalta que los bienes corpóreos son de esencia propia.
Para lo que respecta en el presente trabajo, se prefirió adoptar con carácter de prelación
la clasificación que hace la legislación es decir lo que indica el Código Civil, en sus Art.
7580.

2.1.5.1 Bienes muebles

Son bienes, que dada su naturaleza pueden ser trasladados de un sitio a otro, ya sea
utilizando su propia fuerza o bien una fuerza externa, con excepción de los que sean
accesorios de los inmuebles.

Son bienes que pueden desplazarse o moverse de un lugar otro, ya sea por su propios
medios o impulsados por una fuerza humana o mecánica.

2.1.5.2 Bienes inmuebles

Proviene del latín inmobilis, "inmóvil". Bien no desplazable (inmueble por naturaleza).
Son los bienes, que dada su naturaleza están fijos en un lugar determinado y en
consecuencia es difícil o imposible su traslado. No pueden desplazarse de un lugar a otro
ni por sus propios medios ni por fuerzas externas, dicho en otros términos son aquellos
que en forma inmediata no puede desplazarse de un lugar por estar adheridos a la tierra,
de tal manera que son inmuebles.

2.1.6 PROPIEDAD Y PROCESO ECONÓMICO

Otra característica que se ha observado es la inserción de la propiedad en el proceso


productivo que marca una transición de la propiedad estática a una propiedad orgánica e
instrumentalmente incorporada a la actividad económica. Aquí se ha producido un giro
copernicano: la propiedad, que en el sistema codificado comprendía la actividad
económica como una actividad de ejercicio del derecho ha pasado de continente a
contenido al ser considerada uno de los medios de que sirve la actividad económica para

15
la consecución de sus fines o en otras palabras como el elemento del patrimonio
establecimiento, explotación o si se quiere empresa en sentido objetivo.

2.2. MARCO CONCEPTUAL

2.2.1. CONCEPTO DE DERECHO DE PROPIEDAD

La definición tradicional del derecho de propiedad se basa en la enumeración de las


principales facultades que integran su contenido. Así se observa en la más famosa de las
definiciones nacida en Bizancio DOMINIUM EST IUS UTENDI ET ABUTENDI RE SUA
QUATENU IURIS RATIO PATITUR. Esta forma de definir la propiedad paso al Código
Francés e 1804 que en su artículo 544 señala que "la propiedad es el 37 derecho de
gozar y disponer de las cosas del modo más absoluto con tal que no haga de ellos un
uso prohibido por la Ley o los reglamentos" y luego a todos los Códigos Latinos que lo
imitan. Esta clase de definición de por sí, ya señalan la casi imposibilidad de definir la
propiedad ya que no es posible indicar todas las posibilidades que la voluntad del dueño
tiene respecto a la cosa. La doctrina moderna considera al derecho de propiedad (como
a todo derecho subjetivo), como el poder unitario más amplio sobre la cosa, como un
señorío
global, donde las llamadas facultades o derechos del propietario no son una serie de
sumandos cuya adición constituya la propiedad, sino que son solo aspectos parciales del
señorío total que este es. En este sentido Manuel Albaladejo define a la propiedad como
"el máximo poder jurídico pleno sobre una cosa. Poder en cuya virtud, esta - en principio
– queda sometida directa y totalmente (es decir en todos sus aspectos y utilidades que
pueda proporcionar) a nuestro señorío exclusivo" De igual manera Wolf dice que "la
propiedad es el mas amplio derecho de señorío que puede tenerse sobre una cosa"; y en
el rumbo de estas ideas Jorge Eugenio Castañeda define la propiedad como "El poder o
señorío que una persona tiene sobre una cosa de modo exclusivamente y exclusivo".
Debemos señalar a modo de explicación que, al referirnos al poder pleno, no queremos
decir ilimitado ya que es la misma Ley que le pone límites al derecho de propiedad; por
esos compartimos la idea de Albaladejo cuando dice que: " el poder pleno es poder total,
dentro de los limites en los que la Ley lo concede sobre la cosa, o si se quiere, dentro de
los límites máximos que la Ley admite que alcance el señorío sobre las cosas" o como

16
dice Pugliatti, quien comentando el artículo 832 del Código Civil Italiano indica que la
propiedad no tiene límites y tiende a absorber totalmente todas las posibilidades de
utilización de la cosa, lo cual nos lleva a señalar que el derecho de propiedad no pierde
su carácter de poder total, aunque las facultades del propietario estén 38 reducidas , al
tener otra persona algún otro derecho sobre el mismo bien. Lo que existiría es una
limitación por recaer sobre la cosa el derecho de un tercero (Derecho Real sobre bien
ajeno), el cual se recuperaría apenas se extinga ese derecho.

2.2.2. CONCEPTO DE OBJETO DE PROPIEDAD

Tradicionalmente las legislaciones que asumen la utilización del vocablo "dominio" como
la relación directa con la cosa, consideran que el objeto del derecho de propiedad recae
exclusivamente sobre las cosas corporales. Normas de este tipo las hallamos, por
ejemplo, en la Legislación Española que en el artículo 348 del Código Civil señala que
"la propiedad es el derecho de usar y disponer de una cosa". Comentando el Código Civil
Francés, Ripert y Boulanger señalan "que la propiedad es el derecho más completo que
puede tener una persona sobre una cosa, se identifica con las cosas, se materializa en
ellas y aparece siendo algo corpóreo”. En esta línea Manuel Albaladejo considera que el
objeto de la propiedad pueden ser solo las cosas corporales (sean inmuebles o muebles)
específicamente determinadas". Diego Espin Canovas17, al tratar este mismo tema,
considera que "lógicamente el derecho de propiedad recae sobre cosas corporales, y a
estas se limita originariamente, peor el Derecho Moderno habla también de propiedad
intelectual e industrial, por lo que ella prefiere hablar de derechos sobre bienes
inmateriales, como categoría de derechos patrimoniales, de naturaleza análoga a las
reales, por lo que deben ser consideradas como derecho de propiedad especiales.
Refiriéndose a este punto Puig Brutau señala que "el uso del vocablo propiedad significa
el derecho mas pleno que pueda recaer sobre objetos de otra clase (distintos a las cosas
materiales), por lo que se puede hablar de propiedades especiales". De distinta manera
piensa Barbero al indicar que se puede hablar de objeto de la propiedad tanto en cuanto
a los bienes materiales (cosas), cuanto en relación a los bienes inmateriales. Señala que
solo las personas no pueden ser "objeto" de propiedad.

2.2.3. PROCESO.

17
El vocablo proceso según Schonker significa avanzar, manchar hacia un fin
determinado, no de una sola vez, sino a través de sucesivos momentos. Aunque la
terminología jurídica tradicional utiliza como sinónimo del proceso judicial, sin excluir de
su margo significativo a la actividad que se desarrolla por ante los árbitros y amigables
componedores, siempre desde luego, que estos cumplan esa actividad dentro del mismo
ámbito de competencia en el que pueden intervenir los órganos jurídicos como manifiesta
Lino Enrique Palacio.

2.2.4. REGULARIZACIÓN. -

Proceso de saneamiento de observaciones técnico legales que permiten la obtención del


derecho propietario sobre un bien inmueble urbano, con el respectivo registro.

2.2.5. JUEZ.-

Persona física que encarna la titularidad de un órgano unipersonal encargado de


administrar justicia y tiene potestad y autoridad para juzgar y sentenciar en el caso que
corresponda; también aquélla que forma parte de un tribunal colegiado, compuesto de
tres o más miembros que reciben el nombre de magistrados y se encargan de impartir
justicia, por regla general en grado de apelación o recurso interpuesto contra las
sentencias de los órganos formados por un juez o un grupo de jueces18. Todos ellos
integran el poder judicial, uno de los tres grandes poderes en que se estructura el Estado
de Derecho y tienen por función el juzgar los litigios presentados a su consideración o los
delitos y faltas castigados en el Código Penal, y vigilar el cumplimiento de la sanción,
todo ello con arreglo estricto a lo dispuesto en la ley y con total independencia, que debe
ser respetada por los demás órganos del Estado y ciudadanos en general, cuando se
encuentran en el ejercicio de sus funciones.

En muchos países las autoridades judiciales constituyen un cuerpo de altos funcionarios


del Estado al que se accede por examen de oposición entre licenciados en Derecho, y
van ascendiendo por categorías hasta llegar a los grados y tribunales superiores. Un
porcentaje de ellos se elige entre juristas profesionales de reconocido prestigio que lleven

18
ejerciendo un cierto número de años, en casi todos los casos superior a su régimen es el
de absoluta incompatibilidad con el ejercicio de cualquier tipo de profesión o negocios,
toda vez que no debe ejercerse sobre ellos influencia o presión alguna que atente a su
imparcialidad en el cumplimiento de su deber, que consiste en fallar, sin pretexto de
silencio, oscuridad o insuficiencia de las leyes, aplicando las fuentes del Derecho
consideradas por el ordenamiento jurídico, y de acuerdo con el orden en el que se hallen
establecidas.

2.2.6. PROPIEDAD.

Derecho de gozar y disponer de un bien, sin otras limitaciones que las establecidas por
las leyes. La propiedad es el derecho real por excelencia e implica un poder directo e
inmediato sobre las cosas. Es oponible frente a todos, siendo los restantes derechos
reales derechos sobre cosa ajena, constituidos sobre la base de una de las facultades
que, perteneciendo en principio al dominio, se separa de él en un momento dado. La
propiedad se ha entendido incluso como paradigma del derecho subjetivo, poder jurídico
por excelencia, en concreto y en general integrado por un conjunto unitario de facultades
cuyo ejercicio y defensa quedan al arbitrio del titular. Los autores clásicos caracterizaban
el dominio subrayando los siguientes atributos: ius utendi,o derecho de servirse de la
cosa; ius fruendi o derecho de percibir sus rentas y frutos, si es fructífera la cosa sobre la
que versa el dominio; ius abutendi, o derecho de disponer de la cosa —conservarla,
donarla, destruirla o incluso abandonarla, llegado el caso—; y por último ius vindicandi, o
facultad de reclamar la propiedad de la cosa, junto con la tenencia de la misma, siempre
que hubiera sido arrebatada de un modo injusto a su legítimo propietario..

2.3 MARCO HISTORICO

El derecho de propiedad ha servido históricamente para estructural los aspectos


sociológicos, culturales, etc... Tiene un origen oscuro, parece evidente que surge antes
la propiedad de muebles que de inmuebles, que exige un asentamiento de los pueblos y
un desarrollo de la actividad agrícola.

2.3.1. El Derecho Romano

19
Conoció siempre el derecho de propiedad, pero la regulación del derecho va cambiando
a lo largo de sus diferentes fases. La propiedad se concibe sin grandes limitaciones. Los
límites son muy amplios, tanto que, prácticamente, no se limita el derecho y es un derecho
absoluto que no se reconoce a todas las personas, solo sobre determinados fundos
siempre que se hubiese utilizado la forma de transmisión adecuada, en ese momento la
emancipación. Si esto no se cumplía surgía la posesión.

2.3.2 Derecho Germánico

Surge fundamentalmente de forma colectiva, es decir, existe una propiedad común de


las familias o de los grupos de personas, llamadas TRIBUS. Dentro de esa colectividad
surge la propiedad privada sobre las cosas y el terreno accesorio a la cosa. Surge la
conjunción de la propiedad en el FEUDALISMO; la propiedad se caracteriza porque se
divide y se separa lo que es el dominio directo y el dominio útil. Se trata de una época en
la que predominan las relaciones reales. La soberanía se conoce o se asocia con el
concepto de propiedad, el poder político se comparte entre los monarcas y la nobleza y
se confunde lo que es dominio sobre la tierra y la jurisdicción de las personas que viven
sobre la misma. Se conceden por los monarcas a los señores feudales a cambio de
protección, ayuda militar y la contribución de los impuestos. El poder político está unido
al derecho de propiedad. La propiedad se va fragmentando se va haciendo dependiente
y compleja. Los señores conceden tierras a los colonos de forma perpetua, a cambio de
contribuciones económicas, de forma que el dominio se comparte entre el señor y el
vasallo. El colono no tiene derecho de propiedad, simplemente una especie de derecho
de goce, se dice que tiene un DOMINIO ÚTIL.

2.3.3. Edad moderna

Es necesaria una solución a problemas políticos y sociales. Los políticos se solucionaban


a través de la separación entre propiedad y soberanía, lo que se consigue al establecerse
las Monarquías Absolutas, todo el poder político se centra en los monarcas y la nobleza
pierde ese poder. A este cambio político se le acompaña de forma inmediata el cambio
jurídico de concebir la propiedad, y se pretende unificar todo el dominio fragmentado

20
(dominio directo y domino útil). Para ello se considera como propietario al colono
(dominio útil), desplazándola de quien era concedente a que era poseedor, pero se
establece el derecho del concedente conservado al cobro de una carga CARGAS
FEUDALES. Al mismo tiempo coinciden con los contratos de rentas perpetuas y cargas
a favor de la iglesia y cargas a favor de corporaciones municipales. Esta situación cambia
a raíz de la Revolución Francesa, ya que se suprimen las cargas. El Código Civil francés
(Código Napoleón), declara que el Derecho de Propiedad es el derecho a gozar y
disponer de una cosa del modo más absoluto, sin otras limitaciones que las legales.
Estableciendo, además, que nadie puede ser privado de su propiedad sino es por
expropiación.

2.3.4. Derecho español

Se dictan leyes desamortizadoras que, además de suprimir las cargas, persiguen volver
al tráfico inmobiliario a toda aquella propiedad vinculada en manos muertas. El concepto
de propiedad está en el art. 348 del CCi (1889) que tiene influencia esencial del código
francés. Establece este artículo una imagen poco adecuada, no es una suma de
facultades, sino un derecho subjetivo. El propietario puede hacer todo menos aquello que
se le haya limitado por el ordenamiento. La esencia del derecho de propiedad en la
actualidad no está en saber que puede hacer el propietario, sino en saber lo que no puede
hacer. El derecho de propiedad se configura por sus límites, el propietario puede hacer
todo aquello que le esté permitido.

2.3.5. Derecho boliviano

El fenómeno de la irregularidad urbana data de décadas atrás y está presente en la


mayor parte de las ciudades en Latinoamérica13. En el caso de Bolivia, los asentamientos
irregulares se manifestaron a partir de la puesta en vigencia de las siguientes medidas:
- Ley de Reforma Urbana en 1954, que establece criterios de fraccionamiento de la tierra
(Minifundio)
- Decreto Supremo 21060 y cierre de las minas en 1985, procesos masivos migración de
los centros mineros a las ciudades capitales produciendo la invasión y avasallamiento de
tierras.

21
- Promulgación de la Ley de Participación Popular en 1994, incorporación de áreas
urbanas a la jurisdicción municipal. Los Gobiernos Municipales no diseñaron normas para
ejercer un control integral de sus territorios y consolidaron el concepto de radio urbano.
Pese a la antigüedad del fenómeno, la actuación de las autoridades de las Alcaldías hoy
Gobiernos Autónomos Municipales - GAM en las diferentes gestiones se ha caracterizado
por no reconocer este fenómeno ya que el desarrollo urbano en nuestras ciudades
actualmente se manifiesta fundamentalmente de dos maneras:
- Expansión sin control a través de la proliferación de asentamientos humanos irregulares
(caóticos, sin servicios básicos, carentes de planificación e infraestructura Urbana).
- Procesos de renovación urbana, generalmente especulativos desde el punto de vista
inmobiliario y muchas veces atentatorios contra el patrimonio arquitectónico, urbanístico,
paisajístico, etc. (Por ejemplo construcción de-edificios de comercios y departamentos de
alta renta en zonas de preservación patrimonial o agrícola, construcción de
urbanizaciones - condominios cerrados, siendo que está prohibido privatizar el espacio
público de uso y disfrute de la colectividad).

El proceso de regularización en Bolivia14 se inicia a partir de la promulgación de la Ley


No 2372 y su modificatoria la No 2717, ambas leyes contienen procedimientos de
regularización los mismos que fueron aplicados durante el desarrollo del proyecto Piloto
de Regularización masiva del Derecho Propietario Urbano a través de los Acuerdos de
Responsabilidad Compartida (ARCO) que durante su ejecución no intervino todos los
predios seleccionados, debido a que estas normas no establecían parámetros concretos
para su aplicación en los diferentes procesos; por otra parte no se consideraba
componentes importantes, como la Delimitación del Radio o Área Urbana cuyo objetivo
es el deslinde entre lo urbano y lo rural sin embargo se han convertido en ficciones
administrativas frente a la dinámica y verdaderas necesidades urbanas, asimismo, la
aplicación de la figura de Usucapión determinada en Código Civil hizo que los procesos
supuestamente sumarios concluyan en procesos civiles ordinarios.

2.4 MARCO JURIDICO

2.4.1. LA LEY 247 Y LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO.

22
Arts. 19, 56, 57, Arts. 298. Numeral II inc. 36, 299.numeral II.inc.15, Todos los ciudadanos
tenemos derecho a una vivienda adecuada que dignifiquen la vida familiar y comunitaria,
tenemos derecho a la propiedad privada, a una vivienda digna, individual o colectiva, y
es deber del estado garantizar la misma, esta es una competencia exclusiva del nivel
central del Estado, por lo que este nivel de gobierno tiene la facultad legislativa,
reglamentaria y ejecutiva sobre esta competencia. Esta competencia es una competencia
concurrente, por lo que la facultad legislativa corresponde al nivel central del Estado, y
las facultades reglamentarias y ejecutivas se ejercen de manera simultánea por los otros
niveles de gobierno. Por lo expuesto, se ratifica la pertinencia del tratamiento y
elaboración de la Ley. Por otro lado, es importante señalar las competencias exclusivas
de los gobiernos municipales asignadas por la Constitución Política del Estado, que
tienen estrecha relación con la presente ley a analizarse:(Art.302.1.29) Desarrollo urbano
y asentamientos humanos urbanos, competencia exclusiva de los gobiernos autónomos
municipales. (Art.302.I. 10) Catastro en el ámbito de su jurisdicción en conformidad a los
preceptos y parámetros técnicos establecidos para los Gobiernos Municipales
competencia exclusiva de los Gobiernos Autónomos Municipales.

2.4.2. LEY 247 DE REGULARIZACION DE DERECHO PROPIETARIO.-

Arts. del 8 al 14, hablan del Proceso de Regularización Judicial Individual, son jueces
competentes los Jueces Públicos en Materia Civil y comercial, quienes tramitaran los
procesos por la vía Sumaria, de acuerdo a lo previsto en el Código de Procedimiento
Civil, el plazo para las personas que quieran acogerse a la Ley es de 2 años computables
a partir de la publicación de la Resolución Suprema de Homologación de la Norma
Municipal que apruebe la delimitación del radio Urbano, estas tienen que presentar los
requisitos de admisibilidad.

2.4.3. LA LEY MARCO DE AUTONOMÍAS Y DESCENTRALIZACIÓN


ANDRÉS IBÁÑEZ. -

Ley, No 031, de 19 de julio de 2010, desarrolla las competencias asignadas por la


Constitución Política del Estado. En referencia a la competencia de Hábitat y Vivienda el
Artículo 82 de la antes mencionada Ley desarrolla lo siguiente en relación a la temática

23
que aborda el presente Análisis de la Ley:

Del nivel central del Estado. Competencias exclusivas. Diseñar y aprobar el régimen del
hábitat y la vivienda, cuyos alcances serán especificados en la norma del nivel central del
Estado, sin perjuicio de la competencia municipal. (Art.82.1.1 LMAD) Formular y aprobar
políticas generales del hábitat y la vivienda, incluyendo gestión territorial y acceso al
suelo, el financiamiento, la gestión social integral, las tecnologías constructivas y otros
relevantes supervisando su debida incorporación y cumplimiento en las entidades
territoriales autónomas, sin perjuicio de la competencia municipal.
(Art.82.1.2LMAD)Aprobar la política de servicios básicos relacionada al régimen de
hábitat y vivienda y supervisar su cumplimiento con la participación de la instancia
correspondiente del nivel central del Estado. (Art.82.1.3 LMAD)

De los Gobiernos Autónomos Municipales. Competencias exclusivas. Organizar y


administrar el catastro urbano, conforme a las reglas técnicas y parámetros técnicos
establecidos por el nivel central del Estado cuando corresponda. El nivel central del
Estado establecerá programas de apoyo técnico para el levantamiento de catastros
municipales de forma supletoria y sin perjuicio de la competencia municipal. (Art. 82.I.IV

2.4.4. DECRETO SUPREMO 1314.- De 2 de agosto de 2012 Este Decreto Supremo


Reglamenta la ley 247 de Regularización de Derecho Propietario sobre bienes inmuebles
Urbanos Destinados a Vivienda, arts. 3 -7, 10 -16, especialmente el artículo 7 reglamenta
el procedimiento de Homologación22 de los radios Urbanos de los Gobiernos
Municipales,
requisito indispensable para que proceda la regularización.

2.4.5. EL CODIGO CIVIL Y LA LEY 247.- Arts. 134 y 138, Habla sobre la usucapión o
prescripción adquisitiva, que en pocas palabras es un modo de adquirir la propiedad por
el transcurso de tiempo y de acuerdo a los requisitos estipulados en las normas
sustantivas y adjetivas (Código Civil y Código de Procedimiento Civil); dicha figura
jurídica, según nuestras normas se divide en dos tipos: usucapión quinquenal y
usucapión decenal, la primera es aquella que se suscita por la posesión de un bien

24
durante cinco años continuados y la segunda se produce por la posesión de un bien
durante diez años continuados.

2.4.6. CODIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL, PROCESO SUMARIO DE LA LEY 247.-


Arts. 478 al 484, hablan del proceso Sumario23 en el cual tienen que tramitarse todas las
demandas de regularización de derecho propietario.

2.5 LEGISLACIÓN INTERNACIONAL

2.5.1. El registró de los Derechos Reales en la República de Chile.

En este país el registro depende del Poder Judicial, al registrador se lo denomina


“Conservador de bienes raíces”, quien además de ejercer como notario, actúa bajo el

sistema de inscripción de folio personal, teniendo por objeto entre otros a mantener la

tradición de inmuebles, adquirir los inmuebles por prescripción, junto con la posesión,

inscribiendo mutaciones de dominio de bienes inmuebles, sucesiones judiciales, legados,

testamentos, y otros

2.5.2. Legislación Argentina

Si bien la forma de gobierno de la república Argentina se basa en el sistema federativo la


normativa subjetiva que rigen a la legislación judicial, es la misma, de las que rigen en
los países con gobierno de sistema unitario. En tal sentido, en la Constitución de la
República de Argentina, están plasmadas todos los derechos y garantías de los
ciudadanos como de sus bienes, en los cuales también están incluidos los bienes del
Estado como los de los municipios. La Constitución Argentina indica en sus artículos 14,
14 bis, 17 en la cual es Estado garantiza a usar, gozar y disponer de su propiedad, el
acceso a una vivienda digna, además de señalar que la propiedad es inviolable. y el art.
123 indica que cada provincia podrá dictar su propia constitución reglando su propia
autonomía municipal. El Código civil argentino69 con respecto a la forma de adquirir los
derechos de la propiedad, señala desde el momento de la posesión en sus Art. 2362,
2469, 2470, los Plazos de la prescripción sostiene en los arts. 3999, 4006, y 4015 que la

25
propiedad se la adquiere por la posesión continua, con, Justo título y pacífica de diez
años, y se adquiere la propiedad en veinte años aunque sea sin título respectivamente

2.5.3.Legislación Mexicana

La Constitución Política de la Unión Federal70 también adopta el sistema de gobierno


federal, y también, en cada Distrito Federal existe las leyes de cada municipio que
guardan concordancia con la constitución de la Unión Federal. Esta Constitución de la
Unión federal al igual que nuestra Constitución ha sufrido un cambio en su normativa
derogando el art. 219 y 220 referidos al registro público de la propiedad. Y solo se toma
en cuenta de manera muy general, aquellos derechos sobre los bienes inmuebles.
Dejando ello a normas más específicas en cada estado. Sometidos a la Constitución.

2.5.4.Legislación Peruana

La Constitución Política del Perú74, en el Titulo III Capítulo III, en su: art. 70, indica que
el derecho a la propiedad es inviolable. El estado lo garantiza se ejerce en armonía con
el bien común dentro de los limites de ley. A nadie le puede privarse de su propiedad
sino, exclusivamente por causa de seguridad nacional o necesidad pública, declarada
por ley, y previo pago en efectivo de indemnización justipreciada que incluya
compensación por el eventual perjuicio. Con relación a la legislación peruana debemos
indicar que en el Código Civil Peruano,75 sección tercera Titulo I Capítulo primero al
séptimo y Titulo II y capitulo segundo, nos habla desde el momento de la posesión,
pasando por forma de adquirir y conservar la posesión clases y sus efectos distinguiendo
la posesión precaria, al igual que las forma de extinguirse, asimismo nos muestra la
Prescripción adquisitiva, requisitos y plazos.

26
CAPÍTULO III: CONCLUSIONES
3.1. ANÁLISIS CRÍTICO DEL CUADERNO DE JUICIO

El presente trabajo consiste en análisis del proceso de regularización de derecho


propietario de un bien inmueble de un lote de terreno de 200 mts2 ubicado en la Zona
San Martin calle Ayacucho No. 146 de la ciudad de La Paz

3.2.- Adhesión a la sentencia

Se a demostrado el derecho propietario de los señores Santso Quispe Zarate y Petronila


Tarqui de Quispe que hace mas de 20 años lo señores Dionicio Quispe y Maria Persona
de Quispe vendieron a los ahora demandantes un lote de terreno de 200 mts2 ubicado
en la Zona San Martin calle Ayacucho No. 146 de la ciudad de La Paz, esta venta se
realizó a los señores Santos Quispe Zarate y Petronila Tarqui de Zarate entrando en
posesión a fin de darle uso de vivienda y se procedió a construir habitaciones y
dependencias.

Posesión que fue pacifica, continua y de manera publica sin haber tenido perturbaciones
por ´parte de terceros que aleguen tener derecho propietario sobre el mismo terreno,
empero al pasar el tiempo no se logro realizar el perfeccionamiento del derecho
propietario por negligencia de los mismos, es decir que desconocían el procedimiento
que debería haberse hecho una vez adquirido el bien inmueble sin embargo durante
estos mas de años transcurridos se ocuparon de realizar de hacer colocar los servicios
básicos como ser alcantarillado, luz y agua , asimismo los ahora demandantes son
reconocidos por la junta vecinal de la zona como únicos propietarios.

Asimismo señalan que el uso del bien inmueble es de vivienda y no así otro uso ya que
no tienen registrado otro derecho propietario registrado a su nombre.

Me adhiero a la resolución emitida por la señora Juez del Juzgado Publico Civil y
Comercial 16 de la ciudad de La Paz ya que como directora del proceso que se delega
en la figura de juez constitucional el poder-deber de controlar razonablemente la
actividad de las partes, promoviendo la consecución de los fines del proceso de manera
eficaz y pronta haciendo que el proceso se resguarde bajo las garantías constitucionales
establecidas en nuestra normativa boliviana ya que los demandantes han logrado
demostrar que se encontraban en posesión pacifica, continua e ininterrumpida del bien

27
inmueble objeto de litis por más de 20 años.

Sin embargo al ser un proceso extraordinario que comenzó el año 2017 y concluyo el
año 2019 no existió la premura de concluirlo ya sea con una decisión favorable o no esto
se puede evidenciar tan solo en el análisis del proceso ya que a fojas 58 vuelta en la
providencia de fecha 09/11/2017 la Sra. Juez admite informes presentados por la parte
demandante pero sin embargo pone en conocimiento de la parte demandada sin haber
admitido la misma lo que causa una contravención a nuestro ordenamiento jurídico asi
mismo el efecto de esta providencia impropia causo que el abogado patrocinante
incurriera en error ya que el mismo solicito notificación por edictos a la parte demandada
cuando aun no existía el auto de admisión de la misma.

La Ley Nº 247 que se analiza en la presente Monografía, es un instrumento jurídico que


permite a personas individuales o naturales, regularizar su derecho propietario, mediante
la sustanciación de un proceso sumario, que concluirá con el registro respectivo en
Derechos Reales. Se trata, en esa medida, de una norma que puede resultar útil para
solucionar problemas emergentes de errores de identidad de las personas o de aspectos
técnicos de los inmuebles urbanos destinados vivienda.

Es bueno señalar que ya antes, en 2002, se tuvo una iniciativa similar, regulada por la
Ley Nº 2372, aunque la misma estaba referida a una titulación masiva, tanto de los
inmuebles urbanos del Fondo Nacional de Vivienda Social, como de aquellos que no
contaban con títulos registrados en Derechos Reales hasta el 312 de diciembre de 2000;
y a los procedimientos extraordinarios y temporales para la regularización de las
propiedades municipales habitadas por ocupantes, antes del 31 de diciembre de 1998.
Algunos aspectos sobresalientes de la Ley Nº 247 son los siguientes:

• Abarca única y exclusivamente los casos de inmuebles urbanos destinados a vivienda


y no es de aplicación general al derecho de propiedad. Esto es importante en la medida
en que se especuló que abarcaría al conjunto del derecho de propiedad.

28
• Reitera el reconocimiento al derecho de propiedad privada individual, ya incursa en la
CPE y en el Código Civil, al extremo de que uno de los principios de la norma es,
precisamente, el “Respeto a la propiedad privada”.

• Pese a ello, resulta contradictorio el contenido de la Ley cuando limita la realización del
judicial de trámite de judicial de regularización, para aquellas personas que no cuenta
con título de propiedad, a un solo inmueble. Asimismo, resulta curioso que la norma
disponga la nulidad de un trámite judicial por vulneración a la antedicha determinación,
lo que lleva a preguntar su el Órgano Jurisdiccional puede estar sujeto a situaciones de
este tipo. En ese mismo marco se inscribe el requisito de presentar certificado de no
propiedad emitido por Derechos Reales.

• Existe contradicción entre las normas de Autonomía de los Gobiernos Municipales y la


determinación de homologación del Radio Urbano por una instancia del Gobierno Central.
Esta contradicción se ratifica en el Decreto Supremo Nº 1314, de 2 de agosto de 2012,
que reglamenta la Ley Nº 247, que en su Artículo 5 señala los requisitos para la
homologación. La sujeción de la normativa municipal a la homologación del Órgano
Ejecutivo, vulnera el Artículo 410 de la CPE.

• La misma figura, aunque a título de “Coordinación” aparece en la disposición del Artículo


11 del Decreto Supremo Nº 1314, cuando determina que PROREVI coordinará con los
Gobiernos Autónomos Municipales que sean parte del proceso de regularización de
derecho propietario, en el marco del Artículo 120 de la Ley Nº 31, Marco de Autonomías
y Descentralización.

• Es llamativa la desprolijidad con que se manejan algunas cuestiones como la del


proceso sumario. Establecido por el Código de Procedimiento Civil, con una normativa
específica y clara, la Ley Nº 247 la pone en entredicho en varios aspectos, como por
ejemplo aquel relativo al ofrecimiento y producción de la prueba. Conforme al Código
indicado, el ofrecimiento debe hacerse al mismo tiempo que se presenta la demanda o e
responde a la misma, y la producción dentro del término de prueba que abra el Juez que
conozca del caso. La Ley Nº 247 determina, como requisito de admisibilidad, la
declaración testifical de dos colindantes o vecinos en un radio no mayor a 100 metros del

29
inmueble. ¿Dónde se prestará dicha declaración y en qué calidad? ¿no se puede producir
la declaración de otras personas, distintas a las señaladas por la Ley?

Pero lo más risible de esta Ley es que tolera la transferencia de bienes de dominio público
a particulares, es decir asentamientos ilegales y loteadores que cumplan los requisitos
de la usucapión sobre los predios de las Municipalidades o Gobiernos Autónomos, los
cuales tolerarían un delito penado por ley. En conclusión, La ley no es más que un
enunciado de normas ya existentes, una supuesta abreviación al proceso de usucapión;
otorgamiento de atribuciones que a la larga traerá problemas a la administración estatal,
y saturará aun más el sistema judicial.

La propuesta no es mala, pero no soluciona el problema de fondo respecto al derecho


propietario de las personas de escasos recursos, quienes para realizar todos esos
trámites deberán erogar las sumas necesarias para los informes técnicos, inspecciones
y asesoramiento respecto a cada caso en particular, por lo que el gobierno y sus asesores
deberán ponderar y analizar a detalle las normas ya existentes, los verdaderos factores
que atañen los problemas respecto al derecho propietario, las consecuencias
económicas, sociales y jurídicas emergentes de esta Ley y sobre todo no hacer una
enunciación de lo ya escrito, y decir que se está trabajando en una solución.

30
BIBLIOGRAFIA
• ARGUELLO Luis Rodolfo. Manual de Derecho Romano Ed. Astrea, Bs. As. Argentina
1973.

• BONNECASE, Julien. Elementos del Derecho Civil. Puebla, Mexico

• CABANELAS Guillermo, Derecho Civil, Propiedades

• DERPIC. Carlos, Ficha Constitucional Nº 55. De 2013

• MORALES Guillen, Carlos, Codigo Civil Concordado 3ra. Ed. Gisbert y Cia, La Paz
Bolivia.

• MORALES Guillen, Carlos. Código Civil Concordado y Anotado Tomo I

• OSSORIO Manuel, Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales

• ROMERO Sandoval, Raúl. Derecho Civil Doctrinas Generales

• VARGAS Machicado Emilio Texto de Regularización de Derecho Propietario. Ed.


Americas, La Paz Bolivia.

• Constitución Política del Estado

• Código Civil boliviano

• Código De Procedimiento Civil boliviano

• Ley 247 de regularización de Derecho Propietario

• Decreto Supremo 1314

• Ley Marco de Descentralización y Autonomías

31
ANEXOS
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0508/2017-S2
Sucre, 22 de mayo de 2017

SALA SEGUNDA

Magistrada Relatora: Dra. Mirtha Camacho Quiroga

Acción de amparo constitucional

Expediente: 18910-2017-38-AAC

Departamento: Santa Cruz

En revisión la Resolución 04 de 6 de abril de 2017, cursante de fs. 460 a 465 vta.,


pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Arcelia
Viscarra Mamani contra Boris Bernardo Salomón Lazcano, Secretario Municipal;
Edson Fabián Romero Andrade, Director Jurídico; y, Marco Antonio Roca
Céspedes, Apoyo Legal; todos de la Secretaría Municipal de Gestión Urbana del
Gobierno Autónomo Municipal de Santa Cruz de la Sierra.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Mediante memorial presentado el 20 de marzo de 2017, cursante de fs. 353 a 362 vta.,
subsanado de 28 del mes y año señalados, (fs. 365 a 370), el accionante expresa los
siguientes fundamentos de hecho y de derecho:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

Como madre de familia, al estar en posesión de forma pacífica y continuada por más de
veinticuatro años, de un inmueble urbano, donde constituyó una familia así como la
construcción de su vivienda, ubicado en la av. Roca y Coronado entre el cuarto y quinto
anillo, “UV, 55-A, Mza. 5-A y 7 Villa Fraterna” (sic), el 6 de mayo de 2015, presentó en la
vía administrativa solicitud de regularización de derecho propietario de inmueble ante la
Sub Alcaldía del Distrito Cinco, habiendo obtenido respuesta el 29 de junio del año
señalado, en la cual se le instruyó acudir a la vía administrativa para la transferencia de
bienes inmuebles del nivel central del Estado y las Entidades Territoriales Autónomas
(ETA). Por lo que el 5 de agosto del referido año, presentó su petición de enajenación de
área de propiedad municipal a título oneroso en base a la Ley de Regularización del
Derecho Propietario Sobre Bienes Inmuebles Urbanos Destinados a Vivienda -Ley 247
de 5 de junio de 2012-, modificado por la Ley de Modificaciones a la Ley 247 de 5 de
junio, de Regularización del Derecho Propietario Sobre Bienes Inmuebles Urbanos
Destinados a Vivienda, cumpliendo con todos los requisitos, la misma que obtuvo
respuesta el 13 de septiembre de 2016, emitida por Eduardo Herrera Quiroga, Profesional
de Apoyo del Departamento de Aplicación de la Ley 247 de la Secretaria Municipal de
Gestión Urbana del Gobierno Autónomo Municipal de Santa Cruz de la Sierra, quién

32
resolvió rechazar su solicitud bajo el fundamento de que no se cumplió con los requisitos
de fondo establecidos en el art. 10.1 y 2, de la Ley 247, o sea con la antigüedad de la
posesión y la condición pacífica.

Ante el rechazo, el 16 de septiembre de 2016, interpuso recurso revocatorio,


acompañando más prueba, como el peritaje del inmueble rústico que fue elaborado por
Ronald Daga Mansilla, donde indica la data de la antigüedad de la vivienda y las mejoras
introducidas al señalar que la construcción es de más de veinticuatro años; el muestreo
de fotografías, lo que tuvo como resultado la Resolución de 7 de octubre del año
señalado, que resolvió rechazar dicho recurso por no haber podido demostrar y constatar
la antigüedad de la posesión ni el cumplimiento de la condición pública de buena fe,
pacífica y continuada, ejercida sobre el bien inmueble objeto de su solicitud, lo que motivó
que su persona el 14 de octubre del mismo año, interponga recurso jerárquico contra la
indicada Resolución, ofreciendo más pruebas y pidiendo se disponga la apertura del
término de prueba en aplicación a la Ley de Procedimiento Administrativo, lo que tuvo
como resultado la Resolución Administrativa (RA) 92/2016 de 1 de noviembre, que de
manera infundada e incongruente resolvió confirmar totalmente la Resolución
cuestionada, a pesar de los argumentos y documentos presentados, situación que sin
lugar a duda causa lesiones a sus derechos de propiedad privada y debido proceso, entre
otros.

Refiere que, la RA 92/2016, mantiene subsistente el rechazo oficial de su solicitud de


enajenación de bienes municipales a título oneroso sin tomar en cuenta los veinticuatro
años que su persona vive en el lugar, simplemente basándose en una notificación para
“Jorge Baldivieso” de 2009 y otra notificación realizada a su persona por infracción
posterior al inicio de su trámite. No se valoró la prueba aportada por su persona al recurso
jerárquico, consistente en certificado de la “Junta Vecinal”, libretas de estudio de sus hijos
de 1998, acta de reconocimiento de hijos de 2000, certificado de la Unidad Educativa
“Hermanitas Arredondo”, Certificado Biométrico de 2009, certificado de defunción de
2000, los cuales acreditan que su persona junto a su familia vive en el inmueble hace
más de veinticuatro años y tampoco se valoró la solicitud de apertura de término
probatorio.

I.1.2. Derechos y garantías supuestamente vulnerados

Denuncia vulnerados sus derechos al debido proceso en sus vertientes a una debida
fundamentación y congruencia de las resoluciones, a ser oído como parte del ejercicio
del derecho a la defensa, la igualdad de partes procesales; a la propiedad privada,
petición y al hábitat; señalando al efecto los arts. 19.I, 24, 56.I y II, 115.II, 119.2, 120, 128,
129 de la Constitución Política del Estado (CPE); 8 del Pacto de San José de Costa Rica;
y, 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP).

I.1.3. Petitorio

Solicita se conceda la tutela y se disponga dejar sin efecto la Resolución de 7 de octubre


de 2016; el “OF.EXT-PAL, No. 181/2016 de 13 de octubre” (sic) y la RA 92/2016 de 1 de
noviembre y se de curso al trámite de proceso administrativo para enajenación de área
de propiedad municipal a título oneroso que fue presentado el 5 de agosto de 2015 ante
el Gobierno Autónomo Municipal de Santa Cruz de la Sierra, en cumplimiento, apego y

33
por mandato de la Ley 247 de 5 de junio de 2012, arts. 3.II del DS 1314 de 2 de agosto
de 2012; y, 16 y 17 de procedimiento normativo excepcional aprobado mediante
Ordenanza Municipal.

I.2. Audiencia y Resolución del Juez de garantías

Celebrada la audiencia pública el 6 de abril de 2017, según consta en acta cursante de


fs. 451 a 465 vta., se produjeron los siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación y ampliación de la acción

La accionante, a través de sus abogados, a tiempo de ratificar en todos los términos del
memorial presentado, señalo que: a) A causa de las resoluciones emitidas de manera
injusta, se está poniendo en grave riesgo la habitabilidad del inmueble ya existe una orden
de demolición para sacarla del lugar, el art. 54.2 del Código de Procedimiento
Constitucional (CPCo), establece claramente que se debe velar por las garantías de las
personas: un debido proceso, buena interpretación de la norma y que sean satisfechas
cuando pidan justicia, de ahí que solicitó al Juez de garantías medidas cautelares y que
se revoque en todas sus partes la resolución de demolición emitida por el Gobierno
Autónomo Municipal de Santa Cruz de la Sierra; y, b) Al ser preguntada por el Juez de
garantías sobre su situación, respondió que vive en el inmueble desde 1995, desde sus
13 años de edad llegó a trabajar y sus niños crecieron junto a ella, construyó la casa junto
a su esposo y la hicieron con barro y bambú, sembraron los bambués de manera
permanente, cuenta con un cuarto de ladrillo y turriles, después se levantó el condominio
que se encuentra a lado de su casa hace diez años atrás, luego quedo como madre
soltera y busca trabajo para alimentar a sus hijos y al ser mujer humilde comenzaron a
molestarla y amedrentarla. Asimismo, señala que al tener escasa educación y por
ignorancia, no hizo nada puesto que tenía miedo ir a las oficinas; sin embargo, las
personas que viven en el condominio le conocen porque trabajó en dicho lugar pero luego
fue despedida del trabajo y le informaron que donde vivía era calle e iban a tumbar su
casa.

I.2.2. Informe de la autoridad y funcionarios demandados

Boris Bernardo Salomón Lazcano, Secretario Municipal y Marco Antonio Roca Céspedes,
Apoyo Legal de la Dirección Jurídica, ambos de la Secretaría de Gestión Urbana del
Gobierno Autónomo Municipal de Santa Cruz de la Sierra, a través de sus abogados en
audiencia señalaron que: 1) El inmueble de la accionante de acuerdo a los planos de
urbanización está considerado como calle y siempre lo fue; sin embargo, no se sabe
cómo adquirió la posesión de dicho lugar y sólo señala que llegó allí hace trece años; 2)
Se le notificó para que desocupe dicho inmueble por encontrarse en contravención a las
normas municipales, para lo cual se solicitó informes a los departamentos de control de
proyectos y cuando se le fue a notificar señaló que el inmueble pertenecía a “Verónica
Castro” a quien se le entregó la notificación en ese entonces; 3) Se tiene el expediente
38/2015, donde se encuentra el acta de infracción 038/2015 de 5 de agosto, la RA 466
de 7 de septiembre del mismo año, mediante los cuales se puede demostrar que la
afectada no se encontraba viviendo en el año 2009, sino posteriormente, por lo que se
evidencia que la posesión pacífica fue interrumpida, notificándole para que dentro de las
cuarenta y ocho horas se apersone a las oficinas para presentar su documentación; 4) El

34
informe realizado por Eduardo Herrera Quiroga, Profesional de Apoyo en el
Departamento de Aplicación de la Ley 247 de la Secretaría de Gestión Urbana del
Gobierno Autónomo Municipal de Santa Cruz de la Sierra, es muy claro y cierto porque
la demandante de tutela tiene dos procesos que se vienen llevando, uno por la Ley 247
y el otro por encontrarse en terreno municipal, y después de hacer uso de los recursos
tanto revocatorio y jerárquico fue rechazada su solicitud porque no procede la
enajenación del terreno por la Ley 247 a título oneroso, hay una mala interpretación por
su parte cuando indica que recae sobre propiedad municipal, en ese sentido debería
aplicarse lo que dice el “Reglamento 171” que se enmarca en lo que viene a ser los
terrenos del Gobierno Autónomo Municipal a título oneroso, pero tiene sus requisitos.
Asimismo hay una mala interpretación del informe de 9 de septiembre de 2015; 5) La
posesión que tiene no es pacífica ni continua porque de acuerdo al informe “68/2009”,
elaborado por la Unidad de Control de Proyectos, señala que al encontrarse niños en el
lugar ya no se podía realizar la orden de demolición correspondiente, por lo que se sugirió
iniciar proceso judicial para poder recuperar el terreno municipal; 6) Se realizó una
inspección nuevamente el 2104, donde se le hizo conocer el acta de infracción “68/2009”
y a sabiendas que ya existía un proceso contra dicho terreno, al año siguiente inició
proceso interdicto de retener la posesión que en sentencia fue rechazado y tiene valor de
cosa juzgada. Por lo que se debe denegar la tutela; y, 7) Ante las preguntas realizadas
por el Juez de garantías, respecto al medio idóneo para verificar la posesión, señalaron
que sí se puede utilizar o presentar otros medios de prueba, pero el único en la cual se
puede confiar es la inspección que realiza la alcaldía y el muestreo fotográfico y de
acuerdo al “art. 4 inc., d)” (sic) se valen de la verdad material y la buena fe que tienen los
administradores, pero el hecho de que infrinjan un requisito no se les puede validar el
resto.

Edson Fabián Romero Andrade, Director Jurídico de la Secretaria Municipal de Gestión


Urbana del Gobierno Autónomo Municipal de Santa Cruz de la Sierra, a pesar de su legal
notificación cursante a fs. 401 no presentó informe alguno ni participó de la audiencia
pública.

I.2.3. Informe de los Terceros interesados

Percy Fernández Añez, Alcalde del Gobierno Municipal de Santa Cruz de la Sierra, a
través de sus representantes, en audiencia, señaló que: i) Para la enajenación a título
oneroso de un inmueble municipal, sí o sí debe ser cumplido el art. 10 de la Ley 247, la
accionante presentó su solicitud, pero lo hizo en la vía privada y no en la vía pública, una
vez observado el mismo, presentó su solicitud de enajenación mediante memorial el 5 de
agosto de 2015, ingresando luego el 12 del mismo mes y año ante el Departamento de
Aplicación de la Ley 247 de la Secretaría de Gestión Urbana del Gobierno Autónomo
Municipal de Santa Cruz de la Sierra, una vez realizada la valoración de todos los
requisitos técnicos, más las pesquisas para determinar qué acciones realizó el municipio
para la recuperación de esa área verde para ver si la posesión no ha sido interrumpida
en ningún momento, el departamento de control de legislaciones presenta una
comunicación interna haciendo conocer que existió una infracción, es entonces que
funcionarios municipales se apersonan al lugar, donde “Verónica Campos” se presentó
como cuidadora del terreno de propiedad de “Jorge Baldivieso”, y luego les interrogaron
por qué “Verónica Campos” dijo que era cuidadora, puesto que esa actitud demuestra
que no había buena fe; no se puede decir que se conoce la antigüedad de la posesión

35
sino a través de las pruebas que ella misma presentan, como son: la declaración
voluntaria de posesión, ser cierto o no que la construcción se encuentra emplazada en el
lugar y lo que se puso en duda es que la demandante de tutela tenga la posesión
continua, porque el 2009, ella no se encontraba en el inmueble, sino “Verónica Campos”;
y, ii) En la revisión del proceso sólo hay una prueba que señala que no vive en el lugar,
la posesión no es pacífica, no tiene la buena fe y pretende inducir en error al municipio al
decir que cuenta con una posesión por más de veinticuatro años. El Gobierno Autónomo
Municipal de Santa Cruz de la Sierra está cumpliendo con su deber de recuperar las
áreas públicas.

Edith Gabriela Paz Salvatierra, Jefa y Alfredo Antezana Petterson, Personal de Apoyo,
ambos del Departamento de Aplicación de la Ley 247 de la Secretaría de Gestión Urbana
del Gobierno Autónomo Municipal de Santa Cruz de la Sierra, pese a su legal notificación,
cursante a fs. 401, no presentaron informe a pesar de encontrarse presentes en
audiencia.

I.2.4.Resolución

El Juez Público Civil y Comercial Trigésimo del departamento de Santa Cruz, constituido
en Juez de garantías, mediante Resolución 04 de 6 de abril de 2017, cursante de fs. 460
a 465 vta., concedió la tutela solicitada, dejando sin efecto la RA 92/2016 y dispuso se
dicte nueva resolución administrativa respondiendo a los hechos acusados en el recurso
jerárquico de 14 de octubre de 2016, con los siguientes fundamentos: a) El debido
proceso debe ser observado no solo en la vía judicial sino también en la esfera
administrativa sancionadora. Se denuncia la vulneración de los derechos a la seguridad,
a la petición, a la defensa y a la garantía del debido proceso; en el presente caso la RA
92/2016, que resuelve el recurso jerárquico interpuesto el 14 de octubre del año señalado,
carece de una debida fundamentación y motivación, toda vez que el personero municipal
al emitir tal decisión, no explica de manera clara, sustentada en derecho, los motivos que
le llevaron a tomar la misma, no realiza una argumentación de orden coherente, respecto
a los hechos demandados y menos expuso con puntualidad los elementos jurídicos
legales que determinaron su posición; b) la RA 92/2016, en su primer considerando hace
una relación de los hechos denunciados por la ahora accionante, donde citó diez puntos,
entre los cuales se encuentra el ofrecimiento de pruebas y la solicitud de apertura de
término probatorio, hace también una narración fáctica del rechazo de la solicitud de la
enajenación de bienes del municipio oficio “PAL 181/2016” (sic). En el segundo
considerando describe la norma que le otorga competencia, en el tercero hace una
relación fáctica del trámite a seguir hasta el recurso jerárquico; en el cuarto hace otro
relato factico de los hechos del proceso; y, en el “Por Tanto”, concluye confirmando la
resolución (vistos) y manteniendo firme y subsistente el oficio “PAI 181/2016” (sic) de
rechazo que generó la contienda; c) Por lo que se puede concluir que la indicada
resolución administrativa es vacía, carece de contenido justificable, por cuanto no
respondió a los puntos alegados en el recurso jerárquico que con amplitud señalo la
misma demandante de tutela, en su primer considerando omitió valorar la prueba, darle
un valor positivo o negativo, procedencia e improcedencia, no se pronunció sobre la
solicitud de apertura de termino probatorio, si correspondía o no, sino que sólo relató los
hechos y no dejo pleno convencimiento a las partes de que se ha actuado de acuerdo a
las normas sustantivas y procesales aplicables al caso; d) Más aun, al ser vacía y no
compulsar los hechos denunciados dentro del recurso jerárquico, lesiona el principio del

36
debido proceso, toda vez que limita a la accionante a poder fundamentar su posible futura
demanda administrativa contenciosa, por lo tanto se ha vulnerado el debido proceso por
falta de fundamentación, motivación y coherencia en la RA 92/2016; y, e) En cuanto a la
medida cautelar de suspensión de la ejecución de demolición, conforme se ha precitado
con claridad, la presente acción de amparo constitucional ha sido interpuesta contra la
RA 92/2016, emitida dentro del trámite de adjudicación de bienes municipales a título
oneroso Ley 247, que deja subsistente el rechazo de la solicitud de enajenación de bienes
municipales, dicho en otras palabras contra actos dentro del proceso administrativo de
enajenación de bienes municipales. Proceso que es totalmente diferente al proceso por
infracción que ha seguido la Alcaldía contra la peticionante de tutela en la que se dictó la
RA SEMPLA-DCP 556/2015 de 7 de septiembre, donde se ordenó la demolición. Por lo
que no corresponde al Juez de garantías considerar ni ordenar medidas cautelares,
habida cuenta que esa orden y ejecución es dentro de otro proceso y no el que se
cuestiona en la presente acción.

II. CONCLUSIONES

De la revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en el expediente, se establece


lo siguiente:

II.1. El 5 de agosto de 2015, mediante nota dirigida al Alcalde Municipal de Santa Cruz
de la Sierra, Arcelia Viscarra Mamani, presentó su solicitud proceso administrativo para
enajenación de área de propiedad municipal a título oneroso en base a la Ley 247,
cumpliendo con todos los requisitos (fs.93).

II.2. Cursa la RA SEMPLA-DCP 556/2015 de 7 de septiembre, mediante la cual la


Secretaria Municipal de Planificación de la Alcaldía de Santa Cruz de la Sierra, ordenó la
demolición total de las construcciones sobre bienes de dominio público, del inmueble
ubicado en la av. Roca Coronado entre cuarto y quinto anillo e instruyendo a Arcelia
Viscarra Mamani en calidad de asentada ilegal se retire del mismo (127 a 129).

II.3. El 19 de septiembre de 2016, por memorial presentado ante la Jefa del


Departamento de Aplicación de la Ley 247 de la Secretaria Municipal de Gestión Urbana
del Gobierno Autónomo Municipal de Santa Cruz de la Sierra, Arcelia Viscarra Mamani
interpuso recurso revocatorio, acompañando como prueba el peritaje del inmueble
rústico, elaborado por Ronald Daga Mansilla, donde señala la data de la antigüedad de
la vivienda y las mejoras introducidas al señalar que la construcción es de más de 24
años, más el muestreo de fotografías, entre otras (fs. 82 a 138).

II.4. El 13 de septiembre de 2016, mediante nota OF.EXT.PAL-247 181/2016,


presentada a Arcelia Viscarra Mamani, Eduardo Herrera Quiroga, Profesional de Apoyo
del Departamento de Aplicación de la Ley 247 de la Secretaría Municipal de Gestión
Urbana de la Alcaldía de Santa Cruz de la Sierra, resolvió rechazar la solicitud de
enajenación de las áreas de propiedad municipal a título oneroso solicitado por ella, al no
cumplir con los requisitos de fondo que establece el art. 10.1 y 2 de la Ley 247, respecto
a la antigüedad de la posesión y la condición de la posesión (fs.112 a 113).

II.5. El 14 de octubre de 2016, por memorial presentado ante la Jefa del Departamento
de Aplicación de la Ley 247 de la Secretaria Municipal de Gestión Urbana del Gobierno

37
Autónomo Municipal de Santa Cruz de la Sierra, la accionante interpuso recurso
jerárquico contra la Resolución de 7 de octubre del año referido, adjuntando pruebas de
cargo documental y testifical y reiterando se dé la apertura de término de prueba en
aplicación a la Ley de Procedimiento Administrativo (fs. 15 a 18).

II.6. Por RA 92/2016 de 1 de noviembre, el Secretario Municipal de la Secretaría de


Gestión Urbana del Gobierno Autónomo Municipal de Santa Cruz de la Sierra, resolvió
confirmar totalmente la Resolución de 7 de octubre de 2016, dictada por el Jefe del
Departamento de Aplicación de la Ley 247 de la misma Secretaría, dentro del recurso
revocatorio interpuesto por la accionante contra el oficio externo OF.EXT.PAL-247
181/2016 (fs. 3 a 11)

II.7. Cursan fotocopias simples de todas las resoluciones impugnadas y copia legalizada
del expediente que se encuentra en sede administrativa y pruebas de descargo (fs. 204
a 338).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

La accionante estima vulnerados sus derechos al debido proceso en sus vertientes a una
debida fundamentación y congruencia de las resoluciones, a ser oído como parte del
ejercicio del derecho a la defensa, la igualdad de partes procesales; a la propiedad
privada, petición y al hábitat, toda vez que la autoridad y funcionarios demandados, dentro
del trámite de petición de enajenación de área de propiedad municipal a título oneroso, a
pesar de haber cumplido con todos los requisitos exigidos por la Ley 247: 1) Resolvieron
rechazar su solicitud, bajo el fundamento de que no se cumplió con los requisitos
establecidos en el art. 10.1 y 2, de la Ley antes señalada, como es el de antigüedad de
la posesión y la condición pacífica; y, 2) Después de interponer los recursos revocatorio
y jerárquico, acompañando más pruebas que reflejan su posesión y permanencia
continuada en dichos predios por más de veinticuatro años, como la solicitud para que se
de apertura al término de prueba en aplicación a la Ley de Procedimiento Administrativo,
tuvo como respuesta la RA 92/2016, que de manera infundada e incongruente resolvió
confirmar totalmente la resolución de rechazo.

En consecuencia, corresponde analizar en revisión, si el problema jurídico planteado


puede ser analizado vía acción de amparo constitucional, a efectos de conceder o
denegar la tutela solicitada.

III.1. El control tutelar de constitucionalidad y el resguardo a derechos


fundamentales a través de la acción de amparo constitucional

El art. 128 de la CPE, señala que: “La Acción de Amparo Constitucional tendrá lugar
contra actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos, o de persona
individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los
derechos reconocidos por la Constitución y la ley”.

De la misma forma, el art. 51 del Código Procesal Constitucional (CPCo), refiere que: “La
Acción de Amparo Constitucional tiene el objeto de garantizar los derechos de toda
persona natural o jurídica, reconocidos por la Constitución Política del Estado y la Ley,

38
contra los actos ilegales o las omisiones indebidas de las y los servidores públicos o
particulares que los restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir”.

“Conforme lo señalado, la acción de amparo constitucional se configura como una


verdadera garantía jurisdiccional destinada, a través de un procedimiento rápido y
oportuno, a resguardar los derechos fundamentales expresados en la Constitución
Política del Estado.

Con la consolidación del Estado Plurinacional de Bolivia, como Estado Constitucional de


Derecho, mantiene el quiebre de concepción sobre la funcionalidad de la propia Norma
Suprema, la Constitución Política del Estado es concebida como fuente primaria del
ordenamiento jurídico y a la vez norma suprema directamente justiciable, dotada de un
contenido material (principios, valores supremos y derechos fundamentales), que
condicionan la validez de las demás normas infra constitucionales y que exigen a los
operadores del derecho ingresar en la tarea de su consecución. Bajo este nuevo enfoque
se encomienda el control de constitucionalidad a un órgano independiente -el Tribunal
Constitucional Plurinacional-, encargado de ejercitar un control de constitucionalidad de
carácter jurisdiccional para el resguardo de una Constitución abierta que contiene y
fundamenta los valores y principios supremos de carácter plural que irradian de contenido
y orientan el funcionamiento del Estado y la sociedad boliviana, donde los valores y
principios plurales supremos convergen como guías y pautas de interpretación para la
materialización del nuevo modelo de Estado que proyecta la Constitución, sustentado en
la plurinacionalidad, la interculturalidad, el pluralismo en sus diversas facetas proyectados
hacia la descolonización, como nuevos ejes fundacionales que permitan consolidar una
sociedad inclusiva, justa y armoniosa, cimentada en la descolonización, sin
discriminación ni explotación, con plena justicia social, para consolidar las identidades
plurinacionales estructuradas bajo un proceso que articule la pluralidad en la unidad.

En este escenario, conforme determinó la SCP 1714/2012 de 1 de octubre, “…la


funcionalidad de la Constitución Política del Estado también sufre un giro trascendental,
pues no sólo se erige para limitar el ejercicio de poder político y organizar las estructuras
estatales, sino también en defensa de los derechos fundamentales, concebidos como
valores supremos a ser materializados…”

En efecto, uno de los pilares esenciales del Estado Constitucional de Derecho, es el


respeto a los derechos fundamentales, los cuales, de acuerdo con lo previsto en el art.
109.I de la CPE, concordante con el art. 13.III de la misma Ley Fundamental, gozan de
igual jerarquía y son directamente aplicables y justiciables.

En este orden, el constituyente ha previsto que la directa justiciabilidad de los derechos


y garantías fundamentales se operativice a través de las acciones de defensa diseñadas
constitucionalmente, entre ellas, la acción de amparo constitucional, consagrada para la
defensa de los actos y omisiones que lesionen derechos y garantías fundamentales, cuyo
ámbito de protección se encuentra delimitado por los arts. 128 y 129 de la Constitución.

Bajo la perspectiva señalada, la acción de amparo constitucional se configura como una


verdadera garantía jurisdiccional destinada, a través de un procedimiento rápido y
oportuno, a resguardar los derechos fundamentales expresados en la Constitución y en
el Bloque de Constitucionalidad, con excepción de aquellos que encuentren resguardo

39
en otros mecanismos específicos de defensa. Así lo estableció la SCP 0002/2012 de 13
de marzo.

Por lo señalado, la acción de amparo constitucional es un medio eficaz para asegurar el


respeto a derechos fundamentales y garantías constitucionales no tutelados por otros
mecanismos de defensa, siendo un medio idóneo de protección oponible no sólo respecto
del Estado sino también de manera horizontal; es decir, contra actos y omisiones
provenientes de particulares que lesionen o amenacen lesionar los derechos
fundamentales que se encuentran bajo su resguardo.

En el marco de lo referido, cabe subrayar que el diseño constitucional del amparo


constitucional responde a las normas del Sistema Interamericano de Protección de
Derechos Humanos, concretamente en el marco de los alcances y preceptos contenidos
en la Convención Americana de Derechos Humanos, cuyo art. 25.1, establece que: ‘Toda
persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo
ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus
derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente
Convención’.

En efecto la regulación efectuada por el constituyente respecto al amparo constitucional,


estructura esta acción sobre la base de los principios de sumatoriedad, inmediatez,
eficacia, idoneidad y oportunidad, a partir de los cuales se consagra la vigencia en este
nuevo modelo de Estado, de un mecanismo de tutela pronta y oportuna, para el resguardo
de derechos fundamentales y garantías constitucionales contra actos u omisiones lesivos
provocados por servidores públicos o particulares.

En armonía con lo expuesto, debe señalarse que la acción de amparo constitucional, en


su dimensión procesal, es un verdadero proceso de naturaleza constitucional regido por
las normas y principios procesales propios de la justicia constitucional, que guiado bajo
el principio de eficacia su protección se orienta siempre a dar efectiva protección a los
derechos fundamentales y garantías constitucionales que tutela. Es por ello, que para la
consecución de su objeto y finalidad -tutela efectiva- se encuentra regido por los criterios
y principios de interpretación constitucional y los propios que rigen de manera concreta a
los derechos humanos, entre ellos, los principios pro persona o comúnmente conocido
como el pro homine, el pro actione, favor debilis, de progresividad, favorabilidad,
prevalencia del derecho sustancial sobre el formal, el de preferencia y eficacia de los
derechos humanos, entre otros, los mismos que han sido aplicados por la jurisprudencia
constitucional” (SCP 1284/2016 de 23 de junio).

III.2. Sobre el derecho al debido proceso

“La Constitución Política del Estado en su art. 115.II garantiza el derecho al debido
proceso cuando señala lo siguiente: ‘El Estado garantiza el derecho al debido
proceso, a la defensa y a una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente
y sin dilaciones’ (las negrillas son nuestras).

En ese concepto la jurisdicción constitucional ha desarrollado los elementos que


comprenden al debido proceso, así la SC 0119/2003-R de 28 de enero, señaló lo
siguiente: ‘…comprende el conjunto de requisitos que deben observarse en las instancias

40
procesales, a fin de que las personas puedan defenderse adecuadamente ante cualquier
tipo de acto emanado del Estado que pueda afectar sus derechos' (…) ‘Se entiende que
el derecho al debido proceso es de aplicación inmediata, vincula a todas las
autoridades judiciales o administrativas y constituye una garantía de legalidad
procesal que ha previsto el Constituyente para proteger la libertad, la seguridad
jurídica y la fundamentación o motivación de las resoluciones judiciales…’.

Siguiendo la línea jurisprudencial, la SCP 0191/2012 de 12 de octubre, se entiende que


el debido proceso es una institución del derecho procesal constitucional que abarca los
presupuestos procesales mínimos a los que debe regirse todo proceso judicial,
administrativo o corporativo, observando todas las formas propias del mismo, así como
los presupuestos normativamente pre-establecidos, para hacer posible así la
materialización de la justicia en igualdad de condiciones.

Con relación a su naturaleza jurídica, la SC 0316/2010-R de 15 de junio, señaló lo


siguiente: ‘La Constitución Política del Estado en consideración a la naturaleza y los
elementos constitutivos del debido proceso como instituto jurídico y mecanismo de
protección de los derechos fundamentales, lo consagra como un principio, un derecho y
una garantía, es decir, la naturaleza del debido proceso es reconocida por la Constitución
en su triple dimensión: como derecho fundamental de los justiciables, de quien accede
reclamando justicia, la víctima y de quien se defiende el imputado. A la vez es un principio
procesal, que involucra la igualdad de las partes art. 119.I CPE y una garantía de la
administración de justicia, previniendo que los actos del proceso se ceñirán estrictamente
a reglas formales de incuestionable cumplimiento. De esa triple dimensión, se
desprende el debido proceso como derecho fundamental autónomo y como
derecho fundamental indirecto o garantía…'.

Agregando más adelante la mencionada Sentencia Constitucional, establece que: 'Esa


doble naturaleza de aplicación y ejercicio del debido proceso, es parte inherente de la
actividad procesal, tanto judicial como administrativa, pues nuestra Ley Fundamental
instituye al debido proceso como:

1) Derecho fundamental: Como un derecho para proteger al ciudadano en primer orden


de acceso a la justicia oportuna y eficaz, como así de protección de los posibles abusos
de las autoridades originadas no sólo en actuaciones u omisiones procesales, sino
también en las decisiones que adopten a través de las distintas resoluciones dictadas
para dirimir situaciones jurídicas o administrativas y que afecten derechos fundamentales,
constituyéndose en el instrumento de sujeción de las autoridades a las reglas
establecidas por el ordenamiento jurídico.

2) Garantía jurisdiccional: Asimismo, constituye una garantía al ser un medio de


protección de otros derechos fundamentales que se encuentran contenidos como
elementos del debido proceso como la motivación de las resoluciones, la defensa, la
pertinencia, la congruencia, de recurrir, entre otras, y que se aplican toda clase de
actuaciones judiciales y administrativas, constituyendo las distintas garantías
jurisdiccionales inherentes al debido proceso, normas rectoras a las cuales deben
sujetarse las autoridades pero también las partes intervinientes en el proceso en
aplicación y resguardo del principio de igualdad'.

41
De lo referido, se infiere que doctrinalmente el debido proceso tiene dos perspectivas,
concibiéndolo como un derecho en sí reconocido a todo ser humano y como
garantía jurisdiccional que tiene la persona para ver protegidos sus derechos en
las instancias administrativas o jurisdiccionales donde puedan verse involucrados,
'…enriqueciéndolo además con su carácter de principio procesal, lo que implica que su
aplicación nace desde el primer acto investigativo o procesal, según sea el caso, y debe
subsistir de manera constante hasta los actos de ejecución de la sentencia, constituyendo
una garantía de legalidad procesal que comprende un conjunto de garantías
jurisdiccionales que asisten a las partes procesales, lo que implica que el debido proceso
debe estar inmerso en todas las actuaciones procesales ya sea en el ámbito jurisdiccional
o administrativo' (SC 0299/2011-R de 29 de marzo)” ( SCP 0412/2015-S2 de 20 de abril)
(las negrillas son nuestras).

III.3. De los fundamentos y motivación de las resoluciones como elemento del


debido proceso

La jurisprudencia constitucional, ha establecido que la fundamentación y motivación que


realice un juez o tribunal ordinario a tiempo de emitir una resolución debe exponer con
claridad los motivos que sustentaron su decisión, en ese sentido, la SCP 0450/2012 de
29 de junio, ratificando lo señalado en la SC 0863/2007-R de 12 de diciembre, entre otras,
señaló que: “‘…la garantía del debido proceso, comprende entre uno de sus elementos
la exigencia de la motivación de las resoluciones, lo que significa, que toda autoridad
que conozca de un reclamo, solicitud o que dicte una resolución resolviendo una
situación jurídica, debe ineludiblemente exponer los motivos que sustentan su
decisión, para lo cual, también es necesario que exponga los hechos establecidos,
si la problemática lo exige, de manera que el justiciable al momento de conocer la
decisión del juzgador lea y comprenda la misma, pues la estructura de una
resolución tanto en el fondo como en la forma, dejará pleno convencimiento a las
partes de que se ha actuado no sólo de acuerdo a las normas sustantivas y
procesales aplicables al caso, sino que también la decisión está regida por los
principios y valores supremos rectores que rigen al juzgador, eliminándose
cualquier interés y parcialidad, dando al administrado el pleno convencimiento de
que no había otra forma de resolver los hechos juzgados sino de la forma en que
se decidió.

Al contrario, cuando aquella motivación no existe y se emite únicamente la conclusión a


la que ha arribado el juzgador, son razonables las dudas del justiciable en sentido de que
los hechos no fueron juzgados conforme a los principios y valores supremos, vale decir,
no se le convence que ha actuado con apego a la justicia, por lo mismo se le abren los
canales que la Ley Fundamental le otorga para que en búsqueda de la justicia, acuda a
este Tribunal como contralor de la misma, a fin de que dentro del proceso se observen
sus derechos y garantías fundamentales, y así pueda obtener una resolución que ordene
la restitución de dichos derechos y garantías, entre los cuales, se encuentra la garantía
del debido proceso, que faculta a todo justiciable a exigir del órgano jurisdiccional a cargo
del juzgamiento una resolución debidamente fundamentada, así se ha entendido en
varios fallos de este Tribunal, entre ellos, la SC 0752/2002-R, de 25 de junio, que
ampliando el entendimiento de la SC 1369/2001-R de 19 de diciembre señaló lo siguiente:
«(…) el derecho al debido proceso, entre su ámbito de presupuestos exige que toda
Resolución sea debidamente fundamentada. Es decir, que cada autoridad que dicte

42
una Resolución debe imprescindiblemente exponer los hechos, realizar la
fundamentación legal y citar las normas que sustenta la parte dispositiva de la
misma. Que, consecuentemente cuando un Juez omite la motivación de una Resolución,
no sólo suprime una parte estructural de la misma, sino también en los hechos toma una
decisión de hecho no de derecho que vulnera de manera flagrante el citado derecho que
permite a las partes conocer cuáles son las razones para que se declare en tal o cual
sentido; o lo que es lo mismo cuál es la ratio decidendi que llevó al Juez a tomar la
decisión».

Finalmente, cabe señalar que la motivación no implicará la exposición ampulosa de


consideraciones y citas legales, sino que exige una estructura de forma y de fondo. En
cuanto a esta segunda, la motivación puede ser concisa pero clara y satisfacer todos
los puntos demandados, debiendo expresar el Juez sus convicciones
determinativas que justifiquen razonablemente su decisión en cuyo caso las
normas del debido proceso se tendrán por fielmente cumplidas. En sentido contrario,
cuando la resolución aún siendo extensa no traduce las razones o motivos por los cuales
se toma una decisión, dichas normas se tendrán por vulneradas’.

La jurisprudencia señaló que el debido proceso es de aplicación inmediata, vincula


a todas las autoridades judiciales, jurisdiccionales y administrativas, y constituye
una garantía de legalidad procesal prevista por el constituyente para proteger la
libertad, la seguridad jurídica y la fundamentación o motivación de las resoluciones
judiciales o administrativas. Abarca un conjunto de derechos y garantías mínimas que
garantizan el diseño de los procedimientos judiciales y administrativos, entre sus
elementos se encuentra la fundamentación y motivación de las resoluciones, a las que
toda autoridad a cargo de un proceso está obligada a cumplir, no solamente a efectos de
resolver el caso sometido a su conocimiento, sino exponiendo de manera suficiente, las
razones que llevaron a tomar cierta decisión, así como las disposiciones legales que
sustentan la misma, es decir, debe llevar al convencimiento que se hizo justicia, tanto a
las partes, abogados, acusadores y defensores, así como a la opinión pública en general;
de lo contrario, no sólo se suprimiría una parte estructural de la resolución sino impediría
que las partes del proceso conozcan los motivos que llevaron a dicha autoridad a asumir
una determinación, lo que no implica que dicha motivación contenga una exposición
ampulosa y sobrecargada de consideraciones y citas legales, basta con que ésta sea
concisa pero clara y satisfaga todos los aspectos demandados…” (las negrillas nos
pertenecen).

III.4. El principio de congruencia como componente sustancial del debido proceso

Dentro de la problemática analizada, debemos referirnos al principio de congruencia,


teniendo en cuenta que la accionante denuncia su vulneración. Al respecto con relación
a la congruencia como un elemento que configura el debido proceso, la jurisprudencia
constitucional a través de la SCP 0049/2013 de 11 de enero, señaló que: “El principio
de congruencia hace a la garantía del debido proceso, que en definitiva marca el
desarrollo del proceso para poder llegar a la sentencia, estableciendo un límite al
poder discrecional del juzgador. A través de este principio se obtiene la
concordancia entre el petitum de las partes y la decisión asumida por el juez o
tribunal; quedando entendido que los mismos no pueden modificar el petitorio ni
los hechos planteados en la demanda. En ese sentido, el juez o tribunal no podrá iniciar

43
una acción invocando ciertas conductas previamente tipificadas para en el curso de la
sustanciación del proceso, cambiar las mismas, o peor aún, arribar a una conclusión de
que fueron vulnerados otros preceptos por los cuales no se dio inicio al proceso en curso,
aquello indudablemente significaría vulneración del principio de congruencia y atentatorio
contra el debido proceso y el derecho a la defensa, por cuanto efectivamente se deja en
indefensión al procesado quien no podrá asumir la misma de una manera efectiva,
alterando inclusive la producción de la prueba de descargo.

Una resolución incongruente es arbitraria, por tanto su impugnación hace viable su


revocación; mejor dicho, impone al tribunal o juez de alzada el deber de su rectificación,
asegurándose la estricta correspondencia entre la acusación y el fallo, garantizando de
esta manera la sustanciación de un proceso justo.

En ese contexto la SCP 0593/2012 de 20 de julio de 2012, ha señalado: 'El principio de


congruencia adquiere manifiesta relevancia en dos ámbitos, por una parte respecto
al proceso como unidad, a delimitar el campo de acción de las partes y del órgano
jurisdiccional en la que condiciona su desenvolvimiento; por otra, respecto a la
estructura de la Resolución, a fin de que absuelva todos los puntos a consideración
del juzgador.

(…)

De esa esencia, deriva a su vez la congruencia como principio característico del debido
proceso, entendida en el ámbito procesal como la estricta correspondencia que
debe existir entre lo peticionado y lo resuelto; ahora bien, esa definición general,
no es limitativa de la coherencia que debe tener toda resolución, ya sea judicial o
administrativa, y que implica también la concordancia entre la parte considerativa
y dispositiva: sino que además, debe mantenerse en todo su contenido, efectuando
un razonamiento integral y armonizado entre los distintos considerandos y
razonamientos contenidos en la resolución. La concordancia de contenido de la
resolución y su estricta correspondencia entre lo pedido, lo considerado y lo resuelto,
conlleva a su vez la cita de las disposiciones legales que apoyan ese razonamiento que
llevó a la determinación que se asume. En base a esas consideraciones, es que quien
administra justicia, emitirá fallos motivados, congruentes y pertinentes'.

Por su parte, la SC 0460/2011-R de 18 de abril de 2011, ha señalado: 'Como un elemento


constitutivo del debido proceso (SC 0316/2010-R de 15 de junio), la congruencia vela por
la conexitud del objeto del proceso entre la acusación y la sentencia, en atención a los
hechos atribuidos e impidiendo la sanción sobre otros arbitrariamente incluidos. A decir
de Claus Roxin, los hechos referidos en la acusación se constituyen en el objeto del
proceso penal, que circunscribe su desarrollo a lo descrito en ella (Derecho Procesal
Penal. Editores Del Puerto. Buenos Aires, 2010). Al respecto, el 'hecho' no es
simplemente un determinado tipo penal, sino el acontecimiento fáctico que puede o no
configurar una conducta típica, supuesto que -se reitera- será dilucidado a través del
proceso penal y que previo debate concluirá en una sentencia’” (las negrillas nos
corresponden).

Consiguientemente se concluye que el principio de congruencia responde a la pretensión


jurídica o la expresión de agravios formulada por las partes, la ausencia de relación entre

44
lo solicitado por las partes y lo resuelto por la autoridad jurisdiccional, contradice el
señalado principio procesal.

III.5. Análisis del caso concreto

La demandante de tutela estima vulnerados sus derechos al debido proceso en sus


vertientes a una debida fundamentación y congruencia de las resoluciones, a ser oído
como parte del ejercicio del derecho a la defensa, la igualdad de partes procesales; a la
propiedad privada; petición; y, al hábitat, toda vez que la autoridad y funcionarios
demandados, dentro del trámite de petición de enajenación de área de propiedad
municipal a título oneroso, a pesar de cumplir con los requisitos exigidos por la Ley 247,
resolvieron: i) Rechazar su solicitud, bajo el fundamento de que no cumplió con los
requisitos establecidos en el art. 10.1 y 2, de la Ley 247, como es el de antigüedad de la
posesión y la condición pacífica; y, ii) Después de interponer los recursos revocatorio y
jerárquico, acompañando más pruebas que reflejan su posesión y permanencia
continuada en dichos predios por más de veinticuatro años como la solicitud de que
disponga la apertura del término de prueba en aplicación a la Ley de Procedimiento
Administrativo, tuvo como resultado la RA 92/2016, que de manera infundada e
incongruente, resolvió confirmar totalmente la resolución cuestionada.

De la revisión de los antecedentes que cursan en el expediente, se evidencia que la


accionante el 5 de agosto de 2015, en la vía administrativa solicitó al Alcalde Municipal
de Santa Cruz de la Sierra, Percy Fernández Áñez, la enajenación de área de propiedad
municipal a título oneroso en base a la Ley 247, la misma que obtuvo respuesta el 13 de
septiembre de 2016 mediante nota OF.EXT.PAL-247 181/2016, suscrito por Eduardo
Herrera Quiroga, Profesional de Apoyo del Departamento de Aplicación de la Ley 247 de
la Secretaria de Gestión Urbana del Gobierno Autónomo Municipal de Santa Cruz de la
Sierra, se resolvió rechazar su solicitud por no cumplir con los requisitos de fondo que
establece el art. 10.1 y 2, de la Ley 247, al no cumplir con la antigüedad de la posesión y
tampoco la condición pacífica de la misma. Ante dicha situación, interpuso recurso
revocatorio, acompañando como prueba el peritaje del inmueble rústico, donde se señala
la data de la antigüedad de la vivienda y las mejoras que fueron introducidas en dicho
inmueble, durante los más de veinticuatro años de vida, más el muestreo de fotografías,
teniendo como resultado la Resolución de 7 de octubre de 2016, que resolvió rechazar el
recurso por no haber podido constatar la antigüedad de la posesión ni el cumplimiento de
la condición pública de buena fe, pacífica y continuada, confirmando la nota de rechazo
OF.EXT.PAL-247 181/2016, lo que motivó nuevamente que su persona mediante
memorial de 14 de octubre de 2016, presentado ante la Jefa del Departamento de
Aplicación de la Ley 247 de la Secretaría Municipal de Gestión Urbana del Gobierno
Autónomo Municipal de Santa Cruz de la Sierra, interponga recurso jerárquico,
adjuntando más pruebas de cargo documental y testifical, reiterando además se disponga
la apertura de término de prueba en aplicación a la Ley de Procedimiento Administrativo.
Sin embargo, el Secretario Municipal demandado, por RA 92/2016, resolvió confirmar
totalmente la Resolución de 17 de octubre de 2016, dictada por el Jefe del Departamento
de Aplicación de la Ley 247 de la Secretaria Municipal de Gestión Urbana, resolución que
es considerada por la accionante infundada e incongruente, porque no se tomó en cuenta
los veinticuatro años que su persona vive en el lugar, simplemente basándose en una
notificación que fue dirigida a “Jorge Valdivieso” en 2009 y la realizada a su persona por
infracción posterior al inicio de su trámite, como el hecho de no haber valorado la prueba

45
aportada por su persona al recurso jerárquico, consistente en: certificados otorgados por
la junta vecinal, la Unidad Educativa “Hermanitas Arredondo”, las libretas de estudios de
sus hijos de 1998, el acta de reconocimiento de hijo del 2000, entre otros, que acreditan
que su persona vive en el inmueble hace más de veinticuatro años atrás y tampoco se
valoró su solicitud de apertura de término probatorio.

Los Fundamentos Jurídicos III.3 y III.4 de la presente Sentencia Constitucional


Plurinacional, establecen que la motivación y fundamentación son componentes del
debido proceso como derecho-garantía-principio, a través del cual toda resolución de las
autoridades judiciales y/o administrativas, deben contener imprescindiblemente la
exposición de los hechos, la fundamentación legal y cita de las normas que sustentan la
parte dispositiva, por lo que cuando el dictamen no contiene esa fundamentación,
significa que en la misma, el juez o la autoridad sumariante tomó una decisión de hecho
y no de derecho, vulnerando el derecho al debido proceso. Asimismo, se concluye que el
principio de congruencia responde a la pretensión jurídica o la expresión de agravios
formulada por las partes, la ausencia de relación entre lo solicitado por las partes y lo
resuelto por la autoridad jurisdiccional, contradice el principio procesal de congruencia.

En el presente caso, la resolución del recurso jerárquico RA 92/2016, emitida por


Secretario Municipal demandado, que confirma la Resolución de 7 de octubre de 2016,
carece de una buena motivación, fundamentación y congruencia, toda vez que dicha
autoridad a tiempo de resolver el referido recurso, si bien hace una relación de los hechos
que se presentaron en el proceso administrativo de petición de enajenación de área de
propiedad municipal a título oneroso, no explicó ni sustentó de manera clara ni puntual
los motivos que lo llevaron a tomar esa decisión, tampoco se refleja en su determinación
una argumentación jurídica respecto a los hechos que fueron cuestionados y
demandados como agravios por la accionante en su recurso revocatorio; es decir, que
no dio respuesta a las mismas, como el hecho de no existir pronunciamiento en relación
a su petición de la apertura de término probatorio. Siendo así, al no pronunciarse sobre
los puntos alegados, de manera incoherente y carente de contenido justificable, resolvió
confirmar totalmente la referida Resolución 7 de octubre de 2016, dictada por el Jefe del
Departamento de Aplicación de la Ley 247 de la Secretaría Municipal de Gestión Urbana
de la Alcaldía de Santa Cruz de la Sierra.

Por lo que, de acuerdo a los Fundamentos Jurídicos desarrollados en el presente fallo,


se concluye que la fundamentación y la motivación en una resolución judicial o
administrativa, constituye un deber ineludible de toda autoridad que conozca de un
reclamo, solicitud o dicte un fallo resolviendo una situación jurídica, en tal razón estos
fallos a más de estar debidamente motivados tienen que tener un sustento jurídico; es
decir, deben estar fundamentados en elementos de hecho y de derecho. Lo que significa
que la expresión y fundamentación de agravios abre materialmente la competencia del
tribunal de alzada y delimita el ámbito de su actuación recursiva. Por lo que, tomando en
cuenta dicho razonamiento, es una labor obligatoria del juez o tribunal de alzada, corregir
cualquier anomalía que infrinja el debido proceso en la tramitación de la causa realizada
por los jueces de primera instancia; en consecuencia, la Resolución ahora objetada,
lesiona los derechos fundamentales de la accionante, puesto que no se enmarca en lo
establecido por el debido proceso, que se encuentra garantizado por el Estado
Plurinacional de Bolivia en virtud al art. 115.II de la CPE; en consecuencia, corresponde
conceder la tutela impetrada.

46
Por consiguiente, el Juez de garantías, al haber concedido la tutela impetrada, efectuó
una adecuada compulsa de los antecedentes del caso.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Segunda, en virtud de la autoridad


que le confiere la Constitución Política del Estado y el art. 44.1 del Código Procesal
Constitucional; en revisión, resuelve: CONFIRMAR en todo la Resolución 04 de 6 de
abril de 2017, cursante de fs. 460 a 465 vta., pronunciada por el Juez Público Civil y
Comercial Trigésimo del departamento de Santa Cruz, y en consecuencia, CONCEDER
la tutela solicitada, en los mismos términos expresados por el Juez de garantías.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.

Fdo. Dra. Mirtha Camacho Quiroga

MAGISTRADA

Fdo. Dr. Zenón Hugo Bacarreza Morales

MAGISTRADO

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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0499/2018-S2

Sucre, 27 de agosto de 2018

SALA SEGUNDA

Magistrado Relator: MSc. Carlos Alberto Calderón Medrano

Acción de amparo constitucional

Expediente: 23251-2018-47-AAC

Departamento: Santa Cruz

En revisión la Resolución 01/18 de 12 de marzo de 2018, cursante de fs. 327 a 331,


pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Mario Osco
Quispe contra Irma Villavicencio Suárez y Samuel Saucedo Iriarte, Vocales de la
Sala Civil, Comercial, Familia, Niñez y Adolescencia, Violencia Intrafamiliar,
Doméstica y Pública Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Por memoriales presentados el 26 de enero y el 1 de febrero ambos de 2018, cursantes


de fs. 232 a 240; y, 244 y vta., el accionante expresó lo siguiente:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

El 8 de enero de 2016, formuló demanda de regularización de derecho de propiedad,


alegando estar en posesión de más de nueve años del inmueble ubicado en el Barrio
Buena Fe, calle Libertad sin número, Unidad Vecinal (UV) 153, Mz. 6, lote 20, de la
localidad de Warnes del departamento de Santa Cruz, con una superficie de 361.10 m²;
sobre el que constituyó su vivienda realizando mejoras consistentes en dos cuartos,
cocina y baño, además de contar con los servicios de energía eléctrica y agua potable,
ejerciendo posesión pacífica y pública; en cuyo mérito, impetró declarar Sentencia
constitutiva de derecho propietario, ordenando la inscripción del registro de propiedad en
Derechos Reales (DD.RR.); lo cual, se citó a José Luis Yapobenda Malale, como parte
demandada, quien contestó y formuló oposición, invocando ser propietario del lote de
terreno objeto de la litis, con derecho inscrito en DD.RR., además de la supuesta
existencia de procesos judiciales pendientes; por lo que, solicitó se rechace la demanda.

Enfatiza que, el Juez de Instrucción Penal Primero de Warnes del departamento de Santa
Cruz, emitió Sentencia de 18 de octubre de 2016, declarando probada la demanda, de

48
manera detallada, fundamentada y motivada, valorando por ende correcta la prueba
ofrecida cumpliendo con la obligación a la que le constriñe el art. 213 del Código Procesal
Civil (CPC); referente a la oposición y fundamento de la improcedencia de la
regularización del derecho de propiedad acusada por José Luis Yapobenda Malale,
consignando que dicho demandado, únicamente acreditó la existencia de un derecho de
propiedad inscrito en DD.RR., que “aparentemente” sería sobre el predio de la
regularización, “sin acreditar que se trate del mismo, o que hubiere ejercido acción contra
del suscrito” (sic); estableciendo en cuanto al testimonio del proceso de resolución de
contrato que es un proceso con Sentencia ejecutoriada, que en lo esencial declaró
probada la demanda y resueltos los contratos declarando improbada la acción
reivindicatoria, no cumpliendo por ende, al estar concluido, la prohibición del art. “10.II”
de la Ley de Regularización del Derecho Propietario sobre Bienes Inmuebles Urbanos
destinados a Vivienda, -Ley 247 de 5 de junio de 2012-; que respecto a las fotocopias del
juicio penal, se encontraban excluidas por Auto de 6 de octubre de 2016, pero que al ser
incluidas como prueba de reciente obtención, aquello no era evidente al tratarse de
documentos de 2010, que no podían ser tenidos como de reciente conocimiento; y,
finalmente que el proceso de nulidad presentado por el demandado era posterior a la
admisión de la demanda interpuesta de su parte.

No obstante lo antes referido, precisa que, en virtud al recurso de apelación presentado


por el demandado José Luis Yapobenda Malale, quien acusó ausencia de valoración de
la prueba de descargo y aspectos subjetivos referentes a una presunta parcialización del
Juez de la causa, respecto a una supuesta reunión mantenida con uno de los abogados
del caso; limitándose a efectuar una descripción de la demanda, cita de principios y
tratados internacionales relativos a la propiedad privada y a alegar mala valoración de la
prueba y falta de fundamentación y motivación del fallo de primera instancia, sin indicar
qué pruebas no habrían sido valoradas, qué regla de interpretación se habría omitido, ni
los agravios de la errada valoración señalada, pidiendo se revoque la Sentencia, no así
que se anule la misma; los Vocales codemandados, de forma ultra petita, dispusieron en
dicho sentido, no habiéndose ceñido a los límites propuestos por el apelante, no
encontrándose autorizados para juzgar cuestiones no puestas a su consideración que no
se hallaban dentro de los márgenes de la relación procesal.

En ese sentido, resalta que, el Auto de Vista 393/17 de 20 de septiembre de 2017, como
acto ilegal acusado en la presente demanda tutelar, anuló la Sentencia apelada, repite,
de forma ultra petita, reponiendo obrados hasta el Auto de Admisión de la demanda, con
falta de motivación, fundamentación y congruencia, con el único argumento que el Juez
a quo habría pasado desadvertida la legalidad inicial del referido para activar las normas
de la Ley 247, concernientes a la regularización del derecho de propiedad urbana
destinada a vivienda, al encontrarse comprendido dentro de la prohibición instituida en
el art. 12.II de la citada Ley, existiendo procesos anteriores y otro posterior e
inmediato al caso que impedían su consideración; resultando claro, en dicho sentido,
según destaca que, los Vocales codemandados habrían efectuado una incorrecta
aplicación de la prohibición prevista en el artículo precitado; por cuanto, la norma aludida
modularía los casos de prohibición, determinando que no se iniciarán procesos de
regularización cuando existan procesos judiciales iniciados por terceras personas cuyo
derecho propietario se encuentre debidamente inscrito en DD.RR., siendo exigible por
ende, que el primer proceso no hubiere concluido y que exista identidad entre el derecho

49
de propiedad del tercero con el bien inmueble objeto de la solicitud de regularización del
derecho de propiedad.

Finaliza, indicando que, conforme a lo desarrollado los Vocales demandados no


consideraron que el Juez de la causa, de manera correcta definió que si bien José Luis
Yapobenda Malale, tiene inscrito un derecho de propiedad en DD.RR., en el desarrollo
del proceso, no se produjo ningún medio probatorio para determinar que ese derecho de
propiedad correspondería al bien inmueble sujeto a regularización del derecho de
propiedad; estableciendo en cuanto a los procesos invocados que los mismos se
encontraban concluidos, no constando, en consecuencia, posibilidad de contradicción; a
más que el proceso en curso fue posterior a la demanda iniciada de su parte. Cuestiones
inadvertidas que dieron lugar, -reitera- a una incorrecta aplicación del art. 12.II de la Ley
247, conllevando que no pueda constituir su derecho propietario, en desmedro de sus
derechos fundamentales, impidiéndole el acceso y desarrollo del procedimiento de
regularización de su propiedad en el marco de lo establecido en la Ley referida.

I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados

El accionante estima lesionados sus derechos al debido proceso en sus componentes de


una debida fundamentación, motivación, congruencia e igualdad jurídica; como también
al acceso a la justicia y a la propiedad privada, además del principio de legalidad, citando
al efecto los arts. 56, 115.I y II, 117 y 119 de la Constitución Política del Estado (CPE).

I.1.3. Petitorio

La parte accionante solicita se conceda la tutela que impetra, anulando el Auto de Vista
393/17, emitido por los Vocales demandados, a fin que emitan un nuevo fallo,
confirmando la Sentencia de 18 de octubre de 2016, pronunciada por el Juez de
Instrucción Penal Primero de Warnes del departamento de Santa Cruz, declarando
probada la demanda de regularización de derecho propietario interpuesta por su parte.

I.2. Audiencia y Resolución del Juez de garantías

Las audiencias públicas fijadas para el 6 y 19 de febrero de 2018, a efectos de la


consideración de la presente acción de defensa, fueron suspendidas por falta de
notificación debida a todas las partes (fs. 246 a 262 vta.); realizándose finalmente, dicho
acto procesal, el 12 de marzo del citado año, según consta en el acta cursante de fs. 317
a 327, produciéndose los siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación de la acción

El abogado del accionante, ratificó inextenso los argumentos contenidos en la demanda


tutelar; resaltando que, conforme al art. 265 del CPC, el Tribunal de apelación se halla
constreñido al emitir un auto de vista, a circunscribirse únicamente a los puntos resueltos
por el Juez inferior que hubieran sido sujeto de alzada; por lo que, en el caso, al haber
los Vocales demandados pronunciado el Auto de Vista impugnado, anulando el proceso,
actuaron ultra petita, por cuanto el tercero interesado no pidió en momento alguno la
nulidad anotada, sino la revocatoria de la Sentencia de primera instancia. Por otra parte,
destacó que fue valorada prueba que jamás fue admitida en la causa iniciada por su

50
defendido, misma que habría sido excluida, conllevando aquello que se efectúe una
interpretación indebida del art. 12.II de la Ley 247; no resultando evidente que la prueba
considerada en fotocopias simples, no hubiera sido objetada por la defensa del
accionante, razón por la que precisamente se declaró su exclusión probatoria;
cuestiones, reitera, no observadas debidamente por el Tribunal de alzada. Por último,
refiere que, el tercero interesado no demostró su derecho propietario, no revistiendo los
documentos que adjuntó en el proceso, las características necesarias para acreditar que
ese derecho de fundo rústico fuera relativo al lote 20, Mz. 7, UV 153, porque el mismo es
urbano desde 2013; aspectos que sí habrían sido valoradas debidamente y de manera
correcta por el Juez de la causa; no siendo además la norma contenida en el art. 12.II de
la Ley 247, precitado, aplicable, al establecer la prohibición de regularización de derecho
propietario, únicamente ante la existencia de procesos iniciados con anterioridad a la
interposición de una demanda a dicho efecto, evidenciándose en el caso un juicio
posterior, de forma desleal; que de considerarse, daría lugar a una mala práctica, “porque
toda persona al enterarse de la existencia de un proceso de la Ley 247 a la semana inicia
(ría) un proceso por cualquier motivo” (sic). Motivos por los que, reiteró se conceda la
tutela requerida, a fin que se dicte un nuevo auto de vista, de acuerdo a los límites del
recurso de apelación; es decir, pronunciándose los Vocales demandados en el fondo y
no en las formas esenciales del proceso, observando que en el asunto no concurren las
causales de prohibición instituidas en el art. 12 de la “Ley N° 1715”; confirmando, por
ende, la Sentencia de primera instancia que declaró probada la demanda en favor de su
cliente.

A las preguntas realizadas por el Juez de garantías, respondió que su defendido


demandó al -ahora tercero interesado- en el proceso de regularización de derecho de
propiedad, a objeto de no afectar el derecho a la defensa del mencionado, siendo que,
dentro de un interdicto de retener la posesión en el que se demostró que fue el referido
quien perturbó la misma, se reconoció la propiedad de su cliente; siendo claro que, en
los procesos posesorios, sin embargo, se discute la posesión independientemente del
derecho real de propiedad. De otro lado, indicó que debía tomarse en cuenta que el
derecho de propiedad invocado por el tercero interesado se refería a un fundo rústico;
por lo que, no podría ser que esos terrenos correspondan a la zona, porque su inscripción
fue efectuada como predio rural.

En uso de su derecho a la réplica, invocó que no obstante, la Ley 803 de 9 de


mayo de 2016, derogó el art. 13 de la Ley 247, el art. 3 de la Ley anotada, establece el
mismo régimen, no habiendo dejado la Ley 803, ningún vacío legal referente a la
procedencia o no de los recursos de casación en procesos regulados por la Ley 247; en
cuyo mérito, sí se habría agotado el principio de subsidiariedad que caracteriza a esta
garantía constitucional, en previsión del art. 372 del CPC, aplicable por permisión del art.
3 precitado, previendo la norma procesal civil anotada que no procede el recurso de
casación en procesos extraordinarios.

I.2.2. Informe de las autoridades demandadas

Irma Villavicencio Suárez y Samuel Saucedo Iriarte, Vocales de la Sala Civil, Comercial,
Familia, Niñez y Adolescencia, Violencia Intrafamiliar, Doméstica y Pública Tercera del
Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, no presentaron informe escrito alguno
y tampoco asistieron a la audiencia tutelar efectuada a objeto de considerar y resolver la

51
acción de amparo constitucional interpuesta en su contra; no obstante de su legal citación
(fs. 250 y 251).

I.2.3. Intervención del tercero interesado

José Luis Yapobenda Male, citado en calidad de tercero interesado dentro de la presente
acción tutelar, presentó memorial escrito cursante de fs. 307 a 309, indicando lo siguiente:
a) Conforme a documentación que adjunta a su escrito, demostraría ser el legítimo
propietario de 335 has, situadas en el fundo rústico denominado “Buena Fe”, Primera
Sección de la provincia Warnes del departamento de Santa Cruz, con matrícula
computarizada 7021020000255; constando incluso orden judicial de autoridad
competente de desalojo o desapoderamiento de las personas que se encontrarían en su
terreno; b) No otorgó posesión alguna en ningún momento al accionante, quien de
manera extraña, con argumentos y falacias, habría referido en la demanda tutelar estar
en pacífica posesión de su inmueble; cuestión que no sería cierta; c) El impetrante de
tutela, a más de otras personas, lo demandaron en el marco de la Ley 247, pretendiendo
aprovecharse “de lo ajeno”; compeliendo tener presente que, demostró su derecho
propietario, teniendo por ende, la Ley mencionada, prohibiciones que fueron observadas
debidamente en los procesos iniciados; d) El accionante y otros, otorgaron poderes
notariales a los dirigentes de sus Unidades Vecinales, a fin de demandarlo penalmente,
no habiendo logrado nada; por cuanto, su derecho propietario se encuentra
legítimamente demostrado; por lo que, reitera que no consiguieron nada en la vía judicial;
e) La pretensión del accionante se ceñiría a pretender regularizar a su favor, un lote
ubicado dentro de su terreno, y que además se encuentra en litigio; intentando “hacer
caer en error” (sic) a la jurisdicción constitucional; y, f) En virtud a lo expuesto, solicitó
denegar la tutela impetrada, siendo claro que los Vocales demandados, únicamente
habrían aplicado el art. 12.II de la Ley 247, que de forma expresa establece que no se
iniciarán procesos de regularización en el marco de dicha Ley, cuando existan procesos
judiciales iniciados por terceros cuyo derecho propietario se encuentre debidamente
registrado en DD.RR. Condenando por ende, en costas judiciales, más daños y perjuicios
al accionante.

En audiencia, señaló mediante su abogado que, el accionante contrariamente a lo que


afirmaría en su demanda tutelar, respecto a su derecho propietario; lo
demandó en el proceso que originó la misma, “como si él fuera el propietario” (sic);
existiendo además varios incidentes y otros presentados dentro de los procesos aludidos
como prueba de descargo, e incluso otros formulados por terceras o cuartas personas
con supuesto interés sobre los mismos terrenos; habiendo actuado por ende, los Vocales
codemandados, de manera correcta, advirtiendo la sujeción a las prohibiciones
establecidas en el art. 12.II de la Ley 247, para poder regularizar derecho propietario.
Adicionalmente a ello, refirió que en el caso, no se habría cumplido con el principio de
subsidiariedad que caracteriza a la acción de amparo constitucional, por cuanto la Ley
803, derogó el art. 13 de la Ley 247, que establece que no procede el recurso de casación.
Por otra parte, refirió causar sorpresa la falta de honestidad y lealtad con la que se activó
la jurisdicción constitucional al manifestarse que no tendría documentación idónea de
derecho propietario, siendo evidente que adquirió el terreno de litis, en 2003;
pretendiendo ahora, ciertas personas, mediante sus dirigentes, aprovecharse
sonsacando dinero de los vivientes de la zona, ingresando denuncias y procesos en su
contra.

52
I.2.4. Resolución

El Juez Público Civil y Comercial Primero de la Capital del departamento de Santa Cruz,
constituido en Juez de garantías, mediante Resolución 01/18 de 12 de marzo
de 2018, cursante de fs. 327 a 331, denegó la tutela impetrada por el accionante, en
base a los siguientes fundamentos: 1) El art. 372.II del CPC, determina que no procede
el recurso de casación en los procesos extraordinarios, como es el de regularización de
derecho propietario; habiendo agotado por ende, el accionante, los medios ordinarios de
defensa en cumplimiento al principio de subsidiariedad; 2) El recurso de apelación que
formuló el tercero interesado dentro del proceso que motivó la interposición de la presente
demanda tutelar, si bien no consignó un intitulado manifiesto relativo a la expresión de
agravios, habría referido que, independientemente de las pruebas documentales
demostradas al Juez a quo, también se recibieron declaraciones testificales de cargo que
refirieron que lo conocían y que a la fecha, los dirigentes del accionante, tenían un
proceso en su contra que no estaba concluido en estrados judiciales; lo que no habría
sido considerado por el Juez de la causa, quien por ende, no tomó en cuenta que el
demandante se encontraba dentro de las prohibiciones instituidas en el art. 12.II de la
Ley 247. Aspectos que habrían sido correctamente valorados por los Vocales
demandados, en el Auto de Vista 393/17, en virtud al principio “iuri novit curia”, “dadme
los hechos y os daré el derecho”; encontrándose en la alzada, los agravios precitados; 3)
En la apelación presentada también se aludió como agravio, la falta de valoración de las
pruebas de descargo; aspectos recogidos por el Auto de Vista objetado, en el que se
determinó la presencia de otros procesos anteriores y coetáneos al proceso de
regularización; cuya existencia fue consentida por la misma parte demandante, hoy
accionante, en su intervención en la audiencia de juicio oral; 4) Respecto a que, los
Vocales codemandados consideraron prueba de descargo introducida en fotocopias
simples, excluida del proceso; el Auto de Vista cuestionado, refirió que dichas pruebas
no fueron objetadas en su validez, y que el Juez de la causa al excluirlas al tenor del art.
1311 del Código Civil (CC), obró indebidamente, al no haber sido cuestionadas; por lo
que, resultaban eficaces como medio probatorio, más aún si el accionante no habría
negado la existencia de procesos anteriores, habiéndose limitado a argüir defectos de
carácter estrictamente formal; no pudiendo darse lugar a la invalidez de prueba por
rigorismos formales. En ese mérito, los Vocales demandados obraron correctamente al
establecer que no podía negarse la valoración de prueba presentada en fotocopias
simples, cuando su contenido en el fondo no fue cuestionado, teniéndose además la
existencia de declaraciones testificales en sentido de la existencia de procesos
anteriores; no pudiendo por ende, invocarse error de hecho ni de derecho en la
apreciación de la prueba consignada en el Auto de Vista; y, 5) En cuanto a que, el Auto
de Vista habría anulado actuados del proceso, cuando lo único que se habría pedido
sería la revocatoria del fallo de primera instancia; nuevamente, los Vocales
codemandados, habrían actuado según el principio “iura novit curia”, teniendo los Vocales
codemandados, plena competencia para fallar, analizar y considerar las pretensiones
opuestas, estando facultados por previsión del art. 218.II numeral 4 del CPC, a anular
obrados de considerarlo necesario; previendo además el art. 213 de dicho Código, que
la parte resolutiva debe contener decisiones claras, positivas y precisas sobre la
demanda o reconvención, declarando el derecho de los litigantes y condenando o
absolviendo total o parcialmente; no siendo, por consiguiente, cierta, la falta de
congruencia aludida en la acción tutelar.

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Leído el fallo descrito supra, el abogado del impetrante de tutela solicitó su
complementación y enmienda respecto a por qué no se habría considerado que el
Tribunal de apelación, cuyos Vocales fueron codemandados, incurrió en error respecto
al folio real presentado por el ahora tercero interesado, que no acreditaba, según aludió,
derecho real de propiedad sobre el bien inmueble de la causa. A cuyo efecto, el Juez de
garantías, respondió en sentido que el accionante no es propietario del inmueble sobre
el que pretende regularización, siendo éste un derecho expectaticio a consolidarse con
un fallo ejecutoriado, no constando, por ende, vulneración alguna al derecho de
propiedad invocado; por otra parte, en relación al supuesto derecho propietario del
tercero interesado, alegó que el propio impetrante de tutela, lo demandó dentro del
proceso de regularización de derecho propietario que activó, mencionándolo también
como tercero en su demanda tutelar; compeliendo que sobre el derecho referido, se
pronuncien los jueces ordinarios, tratándose de un tema de “pura legalidad ordinaria”,
que no podría ser verificado en la jurisdicción constitucional. En cuyo mérito, declaró no
ha lugar al pedido efectuado (fs. 329 vta. a 331).

II. CONCLUSIONES

De la revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en el expediente, se establece


lo siguiente:

II.1. El 8 de julio de 2016, Mario Osco Quispe, hoy accionante, formuló demanda de
regularización de derecho propietario, en el marco de lo regulado en la Ley 247; alegando
que se encontraba más de nueve años en posesión quieta, pacífica, pública, continuada
y de buena fe, del inmueble situado en el barrio Buena Fe, calle Libertad sin
número, UV 153, Mz. 6, lote 20, con una extensión superficial de 361.10 m², al que
habría ingresado “por la posesión que (le) realizó el señor José Luis Yapobenda Malale,
quien en aquella época decía ser el legítimo propietario de dichas tierras, sin embargo
(su) derecho nunca pud (o) inscribirlo en las oficinas de Derechos Reales” (sic); por lo
que, averiguando al respecto, pudo constatar que “su” terreno se desprendía de
uno mayor registrado a nombre del precitado. Demanda presentada, en
consecuencia, contra el hoy tercero interesado y contra quienes se consideraban
propietarios y/o terceros; requiriendo se declare probada la misma, ordenando al Juez
Registrador de DD.RR., la cancelación de la matrícula expedida a favor de José Luis
Yapobenda Malale, inscribiendo y registrando su derecho en lo que correspondiera al
terreno descrito (fs. 31 a 34).

II.2. Por memorial presentado el 7 de julio de 2016, José Luis Yapobenda Malale, se
apersonó ante el Juez de Instrucción Penal Primero de la localidad de Warnes del
departamento de Santa Cruz, solicitando ordenar la prohibición de titulación al amparo
del art. 12.II de la Ley 247; por cuanto, él sería el único y legítimo propietario de la
propiedad descrita en la Conclusión anterior, respecto a la que terceros pretendían
aprovecharse (fs. 77 a 78). Constando igualmente, el memorial de 1 de agosto de igual
año, por el que, el nombrado, respondió a la demanda, solicitando se rechace la misma,
adjuntando al efecto documentación que demostraría su derecho propietario, inscrito en
DD.RR., con la matrícula computarizada 7021020000255, a más de certificación de
tradición treintañal y pago de impuestos, entre otros; refiriendo la existencia incluso de
una orden de desalojo o desapoderamiento de las personas situadas en su terreno,
vigente, emitida por autoridad competente. Refiriendo adicionalmente la presencia de

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matrículas hijas sobre su matrícula madre. Constando la existencia de procesos
pendientes respecto a su terreno, en cuyo orden, resultaba aplicable el art. 12.II de la Ley
247 (fs. 79 a 81 vta.).

II.3. Mediante Sentencia de 18 de octubre de 2016, el Juez de la causa, falló declarando


probada la demanda interpuesta por Mario Osco Quispe, ordenando en consecuencia, la
regularización de la propiedad urbana destinada a vivienda ubicada en el barrio Buena
Fe, calle Libertad casa sin número, UV 153, Mz. 6, lote 20, de la localidad de Warnes del
departamento de Santa Cruz, con una superficie de 361.10 m²; disponiendo, asimismo,
su registro en DD.RR.

Fallo que en su parte considerativa, desarrolló la ocupación como modo primario


de adquirir la propiedad; el marco jurídico del derecho a la vivienda; el marco normativo
de la Ley 247, sobre regularización del derecho propietario sobre bienes inmuebles
urbanos destinados a vivienda como garantía del Estado Plurinacional de Bolivia, de
universalizar el ejercicio pleno de la vivienda digna, la propiedad privada y el hátitat; el
nuevo Estado Social de Derecho y el rol del juez; concluyendo que, resultaba procedente
la regularización impetrada, por cuanto: i) El demandante, ahora accionante, habría
cumplido los requisitos de admisión y procedencia de la regularización demandada,
instituidos en el art. 11 de la Ley 247, modificado por la Ley 803, habiendo ejercido
posesión mediante sus hijos que ocupaban el inmueble, realizando además todas las
mejoras en el mismo; demostrando además que no concurrían las causales de
improcedencia previstas en el art. 10.II de la Ley anotada; ii) La parte demandada -
ahora tercera interesada-, no habría demostrado la improcedencia de la regularización
del demandante, acreditando únicamente tener un derecho propietario inscrito en
DD.RR., “aparentemente sobre el predio de la regularización, sin llegar a demostrar que
se trataría del mismo inmueble y tampoco ha acreditado que hubiera ejercido las acciones
de defensa a la propiedad establecidas en la ley en contra del demandante Mario Osco
Quispe, conforme el art. 1279 del CC” (sic); iii) Respecto al testimonio del juicio de
resolución de contrato presentado, determinó que se trataba de un proceso con
Sentencia ejecutoriada, a favor del tercero interesado en cuanto a la Resolución pero que
declaró improbada la reivindicación solicitada por éste; no cumpliendo por ende, lo
dispuesto en el art. 10.II de la Ley 247; iv) En cuanto a las fotocopias simples ofrecidas
como prueba de reciente obtención, relativas al proceso penal seguido contra el
demandado, ahora tercero interesado, señaló que las mismas fueron excluidas por Auto
de 6 de octubre de 2016, que fue recurrido en apelación por el demandado, concedida
en efecto diferido; sin embargo, indicó que el juicio penal tenía data de 2010, teniendo
pleno conocimiento el imputado de su existencia, no pudiendo ser por ende, presentados
sus actuados como prueba de reciente obtención, por prohibición expresa de los arts.
111 y 112 del CPC, en base a la verdad material; v) Referente a la demanda de nulidad
planteada en su contra, la misma era posterior a la admisión de la demanda de
regularización de derecho propietario incoada por el demandante, ahora accionante,
siendo presentada el 16 de agosto de 2016, a más de ello, no se habría ofrecido prueba
alguna de su admisión; no cumpliendo tampoco el art. 10.II de la Ley 247; y, vi) Conforme
a lo expuesto, concluyó que Mario Osco Quispe, no se encontraba dentro de las
prohibiciones del art. 12 de la Ley 247, “como es el hecho de regularizar más de
un bien inmueble urbano destinado a vivienda a nivel nacional” y la no existencia de
procesos judiciales iniciados por terceras personas cuyo derecho propietario se
encuentre debidamente registrado en DD.RR., conllevando, en consecuencia, la

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procedencia de su demanda, habiendo probado los extremos de la misma, limitándose el
demandado a presentar documentos que no destruían la acción demandada ni probaban
su oposición (fs. 160 a 167 vta.).

II.4. El 28 de octubre de 2016, José Luis Yapobenda Malale, tercero interesado en la


presente acción tutelar, interpuso recurso de apelación contra la Sentencia detallada en
la Conclusión anterior; señalando que se cometieron graves errores de hecho y de
derecho, fijando en consecuencia como puntos de agravios, los siguientes: a) En la
contestación a la demanda interpuesta contra su persona por parte del ahora accionante,
habría adjuntado como pruebas para el rechazo de la misma, certificación alodial
actualizada de su terreno; tradición específica en original; certificación catastral; pago de
impuestos; plano de uso de suelo; testimonio de un proceso civil ejecutoriado ganado
contra terceras personas en el que se dispuso desalojo de los terceros en posesión de
sus terrenos; y, fotocopias de un proceso penal seguido en su contra por los dirigentes
de la zona Buena Fe, actualmente en juicio oral sin sentencia de primera instancia; b) A
más de las pruebas consignadas en el punto a), constarían declaraciones testificales “por
parte del señor Mario Osco Quispe” (sic), en las que se manifestó al Juez a quo, “que si
lo conocían a (su) persona José Luis Yapobenda Malale y que a la fecha sus dirigentes
tenían un proceso que no estaba concluido en estrados judiciales contra (su) persona”
(sic); prueba que el Juez tomó con ligereza, haciendo “oídos sordos”, sin valorar las
declaraciones de los testigos de cargo del demandante, que conducían a concluir la
aplicación del art. 12.II de la Ley 247; c) El art. 1 de la Ley referida, tiene por objeto normar
la regularización del derecho propietario de personas naturales que tengan posesión
continua, pacífica, pública y de buena fe de un bien inmueble destinado a vivienda,
ubicado dentro del radio urbano o área urbana; habiendo sido el ingreso del accionante
a sus terrenos, de mala fe; d) Conforme a principios y tratados internacionales,
además de lo regulado en la Constitución Política del Estado, su derecho a la propiedad
privada, debió ser protegido, considerando que habría demostrado el mismo, además de
la existencia de juicios pendientes a los que el Juez de la causa no habría otorgado el
valor correspondiente; e) La Sentencia cuestionada, habría sido dictada con falta de
fundamentación y motivación, sin efectuar una revisión y verificación más exhaustiva y
profunda de los medios probatorios adjuntos en el proceso, como ser las pruebas
documentales, testificales y acta de inspección; f) De acuerdo al audio presentado de su
parte se demostraría que el anterior Juez de la causa que fue recusado, tenía
conversaciones con el abogado de la parte demandante y otros, a efectos que los
procesos de regularización que presentaren, les sean favorables; aspectos que tampoco
habían sido considerados; y, g) El Juez a quo, no fue un mediador conciliador, pese a
que de su parte demostró su derecho propietario, provocando que el proceso continúe.
Razones por las que, solicitó la revocatoria del fallo dictado, ordenando el pago de daños
y perjuicios, además de costas procesales (fs. 208 a 210 vta.).

II.5. El 24 de noviembre de 2016, el hoy accionante, respondió a la alzada descrita en


la Conclusión II.4, manifestando que el apelante pretendía eludir su inactividad procesal,
presentando argumentos débiles, por cuanto: 1) Respecto a que el Juez a quo no habría
cumplido el art. 12.II de la Ley 247, el demandado, ahora tercero interesado, no tendría
proceso alguno con su persona, no habiendo presentado prueba alguna que denote la
existencia de procesos de reivindicación o mejor derecho propietario en su contra; siendo
uno de los presupuestos para aplicar la norma precitada, la presencia de un litigio entre
demandante y demandado. En el caso, el demandado únicamente habría presentado

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documentos inscritos en DD.RR., que no determinaban la prohibición de acceder a la Ley
247; más aún si respecto al proceso de resolución de contrato que presentó, demostró
que en el mismo no se dio lugar a la reivindicación de su derecho propietario, no habiendo
sido seguido además contra él; 2) El apelante en su afán dilatorio e irresponsable, lo
único que hizo fue recusar al anterior Juez, la cual fue declarada ilegal en las dos
instancias seguidas; 3) El demandado, no presentó prueba alguna en la contestación de
su demanda que desvirtúe los requisitos instituidos en el art. 11 de la Ley 247, modificada
por la Ley 803, limitándose a ofrecer una respuesta débil sin argumento ni prueba alguna;
4) De su parte, cumplió con todo lo previsto en el nombrado art. 11 de la Ley 247, para la
admisibilidad de la regularización de su derecho propietario, adjuntando a su demanda,
prueba testifical, documental e inspección judicial, en el marco del debido proceso; a más
de otra prueba con la que comprobó estar en ocupación y posesión de buena fe del
inmueble de la litis. Igualmente presentó la Sentencia de un proceso interdicto de retener
la posesión de 31 de junio de 2012, favorable a su persona; pruebas todas que habrían
sido valoradas por el Juez de la causa, conforme a la sana crítica, emitiendo fallo a su
favor; y, 5) En virtud a lo detallado, impetro al Tribunal de alzada confirmar la Sentencia
impugnada, declarando inadmisible la apelación formulada (fs. 214 a 215 vta.).

II.6. A través del Auto de Vista 393/17 de 20 de septiembre de 2017, los Vocales de la
Sala Civil, Comercial, Familia, Niñez y Adolescencia, Violencia Intrafamiliar, Doméstica y
Pública Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz , anularon la
Sentencia apelada de 18 de octubre de 2016, reponiéndose obrados hasta la admisión
de la demanda, rechazando la misma al ser manifiestamente improponible. Sin
responsabilidad por ser excusable.

Fallo de alzada que, en su primer Considerando, detalló los puntos de agravio


expresados en la apelación, consignando únicamente la existencia de la contestación,
sin precisar los argumentos de la misma. Por su parte, en el segundo considerando,
resolvió la impugnación deducida por la parte demandante, con los siguientes
fundamentos: i) En el sentido formal y estructural, la Sentencia emitida resultaba
encomiable al contener suficientes razonamientos sobre el entendimiento, fundamentos
del derecho interno, así como el derecho de “convenciones” y derechos humanos sobre
la vivienda; ii) En el caso se presentaban dos posibilidades, radicadas en el cumplimiento
o no de los requisitos de admisibilidad de la demanda de regularización del derecho de
propiedad alegado por el demandante, ahora accionante; teniéndose al efecto que, el
Juez de la causa, en Sentencia, no habría efectuado referencia ni discernimiento alguno
a la prueba de descargo, pese a mencionarse en su fallo la existencia de fotocopias
simples, no objetadas en su validez, respecto de diversos procesos anteriores y
coetáneos al proceso de regularización; los que habrían sido consentidos como
existentes por la propia parte demandante en su intervención en la audiencia oral; iii) En
la prueba de descargo adjuntada por el demandado, ahora tercero interesado, constaría
con el folio real de la matrícula computarizada de su derecho propietario, con el número
7021020000255, así como el testimonio del proceso de resolución de contrato,
reivindicación, desocupación y entrega de lotes de terreno, que habría seguido José Luis
Yapobenda Malale contra Mary Pozzi Vda. de Olmos, iniciado en 2005 y concluido en
2013; cursando asimismo, el proceso penal instaurado por Wilson Hanca Luna y otros
contra el demandado y otro, por la presunta comisión de los delitos de falsedad, uso de
instrumento falsificado y estafa agravada; iv) Constaría igualmente, proceso ordinario
sobre nulidad de contratos iniciado el mes de agosto de 2016, por Isidro Gutiérrez

57
Gonzales y otros, contra el hoy tercero interesado, en relación al mismo inmueble de la
litis, referente a las 335 has como bien demandado, “corroborado por la testifical de fs.
157 (…), en sentido de conocer la testigo la existencia de un proceso con el demandado
y que el mismo al presente continuaría” (sic); v) Advertida la existencia de distintos
procesos que tendrían como objeto material el inmueble de propiedad de José Luis
Yapobenda Malale, entre tanto no fuera declarado judicialmente “a contrario”, la causa
se encontraría dentro de la prohibición expresa instituida en el art. 12.II de la Ley 247,
que determina que: “No se iniciarán procesos de regularización en el marco de la
presente Ley, cuando existan procesos judiciales iniciados por terceras personas cuyo
derecho propietario se encuentre debidamente registrado en Derechos Reales” (el
subrayado es nuestro); encontrándose demostrada, se reiteró, la constancia de procesos
anteriores y otro posterior e inmediato a la demanda de regularización; conllevando por
ende, su “legalidad por transgredir esta prohibición y afectar al derecho convirtiéndolo en
un proceso apócrifo”; y, vi) Lo expuesto, no afectaría las normas del derecho
constitucional ni el derecho humano a la vivienda, estableciéndose más bien el paso de
su legalidad inicial para activar a su favor dichas normas y que observada la prohibición
del art. 12.II Ley 247, no queda sino anular obrados, con reposición de obrados hasta la
admisión de la demanda y rechazarse por improponibilidad manifiesta conforme al art.
113.II del CPC (fs. 226 a 227 vta.).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

El accionante denuncia la vulneración de sus derechos al debido proceso en sus


componentes de una debida fundamentación, motivación, congruencia e igualdad
jurídica; como también al acceso a la justicia y a la propiedad privada alegando que,
dentro del proceso de regularización de derecho propietario que inició en base a la Ley
247; si bien, de forma inicial el Juez de la causa emitió Sentencia declarando probada su
demanda; en forma posterior, los Vocales demandados, en apelación del fallo de primera
instancia, dictaron el Auto de Vista 393/17, anulándolo y reponiendo obrados hasta el
Auto de admisión de la demanda. Pues el mismo carecería de motivación,
fundamentación y congruencia, habiendo los demandados además actuado, según
refiere, ultra petita, fundando su decisión únicamente en el argumento de no haber el
Juez a quo advertido la legalidad inicial para seguir la causa en base a la nombrada Ley
247, por cuanto, se encontraría comprendido dentro de la prohibición instituida en el art.
12.II de la misma Ley; efectuando, en ese sentido, a más de lo señalado, una incorrecta
interpretación de la disposición referida, valorando indebidamente la prueba presentada;
provocando que no pueda constituir el derecho propietario que tendría sobre el inmueble
ubicado en el Barrio Buena Fe, calle Libertad sin número, UV 153, Mz. 6, lote 20, de la
localidad de Warnes del departamento de Santa Cruz.

En consecuencia, compele en revisión verificar si tales extremos son evidentes, a fin de


conceder o denegar la tutela impetrada.

III.1. Del derecho a una resolución fundamentada, motivada y congruente

Sobre el particular, la SCP 0014/2018-S2 de 28 de febrero, haciendo referencia a


diversos fallos constitucionales anteriores, estableció que: “El derecho a
una resolución fundamentada y motivada, como uno de los elementos del debido
proceso, reconocido como derecho fundamental, garantía jurisdiccional y derecho

58
humano en las normas contenidas en los arts. 115.II y 117.I de la CPE; 8 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH); y, 14 del Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), fue desarrollado en la amplia jurisprudencia
constitucional, siendo uno de los antecedentes, el entendimiento contenido en la SC
1369/2001-R de 19 de diciembre, la cual establece como exigencia del debido proceso,
que toda resolución debe exponer los hechos y el fundamento legal de la decisión,
de manera que en caso de omisión, se estaría vulnerando dicho derecho.
Posteriormente, en la SC 0946/2004-R de 15 de junio, se aclara que esta garantía es
aplicable también en procesos administrativos y disciplinarios.

En la SC 0871/2010-R de 10 de agosto, se determinan los requisitos que deben


contener toda resolución jurisdiccional o administrativa con la finalidad de garantizar el
derecho a la fundamentación y motivación como elemento configurativo del debido
proceso, así en su Fundamento Jurídico III.3, señala: …a) Debe determinar con claridad
los hechos atribuidos a las partes procesales, b) Debe contener una exposición clara de
los aspectos fácticos pertinentes, c) Debe describir de manera expresa los supuestos de
hecho contenidos en la norma jurídica aplicable al caso concreto, d) Debe describir
de forma individualizada todos los medios de prueba aportados por las partes procesales,
e) Debe valorar de manera concreta y explícita todos y cada uno de los medios
probatorios producidos, asignándoles un valor probatorio específico a cada uno de ellos
de forma motivada, f) Debe determinar el nexo de causalidad entre las denuncias o
pretensiones de las partes procesales, el supuesto de hecho inserto en la norma
aplicable, la valoración de las pruebas aportadas y la sanción o consecuencia jurídica
emergente de la determinación del nexo de causalidad antes señalado.

(…)

Por su parte, la SC 0802/2007-R de 2 de octubre se refiere a los supuestos de


motivación arbitraria; empero, es la SCP 2221/2012 de 8 de noviembre la que desarrolla
el contenido esencial del derecho a una resolución fundada, señalando que el mismo está
dado por sus finalidades implícitas, como son: a) El sometimiento a la Constitución
Política del Estado y al bloque de constitucionalidad; b) Lograr el convencimiento de las
partes que la resolución no es arbitraria; es decir, que observa el valor justicia, los
principios de interdicción de la arbitrariedad, de razonabilidad y de congruencia; c)
Garantizar la posibilidad del control de la resolución a través de los medios de
impugnación; d) Permitir el control social de la resolución en mérito al principio de
publicidad y, e) La observancia del principio dispositivo que implica la otorgación de
respuestas a las pretensiones de las partes -quinta finalidad complementada por
la SCP 0100/2013 de 17 de enero-.

Respecto a la segunda finalidad, tanto la SCP 2221/2012 como la SCP


0100/2013, señalan que la arbitrariedad puede estar expresada en una decisión sin
motivación, con motivación arbitraria, insuficiente y por la falta de coherencia del fallo.
Ejemplificando refiere, que la decisión sin motivación se presenta cuando la resolución
no da razones que la sustenten; en tanto que la motivación arbitraria es la que sustenta
la decisión con fundamentos y consideraciones meramente retóricas o cuando deviene
de la valoración arbitraria, irrazonable de la prueba, o en su caso, de la omisión en la
valoración de la prueba aportada en el proceso; la motivación insuficiente, cuando no se
da razones de la omisión de pronunciamiento sobre los planteamientos de las partes;

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finalmente, la falta de coherencia del fallo se da, en su dimensión interna, cuando no
existe relación entre las premisas -normativa y fáctica- y la conclusión -por tanto-; en su
dimensión externa, implica que la resolución debe guardar correspondencia con lo pedido
o impugnado por las partes. Ambos entendimientos, sobre la coherencia interna y
externa, tienen su antecedente en la SC 0863/2003-R de 25 de junio, así como en
la SC 0358/2010 de 22 de junio, estableciendo que en el ámbito procesal, el
principio de congruencia se entiende no solo como la correspondencia que debe existir
entre lo peticionado y lo resuelto, sino que además implica la concordancia del fallo, es
decir su coherencia interna, entendimiento que fue reiterado en la SCP 1915/2012 de 12
de octubre, entre otras. Por su parte, respecto a la congruencia de las resoluciones
de segunda instancia, la SC 0682/2004-R de 6 de mayo, señala que el
pronunciamiento debe guardar correspondencia con los agravios de la apelación
y la contestación de alzada.

En resumen, de acuerdo a la jurisprudencia constitucional glosada, una


resolución será arbitraria cuando carezca de motivación o ésta sea arbitraria o
insuficiente; asimismo, cuando la resolución no tenga coherencia o congruencia
interna o externa” (negrillas añadidas).

Lo expuesto permite concluir que, la ausencia de fundamentación de las decisiones


judiciales o administrativas, da lugar a una falta de respaldo argumentativo o a la carencia
parcial del mismo, sin considerar que es deber del juez efectuar un estudio minucioso y
sustentado de la causa que explique de manera precisa y coherente las consideraciones
por las que asumió su determinación en el marco de un debido proceso en el que se
observe además la pertinencia y congruencia entre los hechos, las pretensiones y la
decisión, resolviendo todos los aspectos expuestos por la parte. Obligación de
fundamentación y motivación, que es exigible tanto en primera como en segunda
instancia, en la que, los tribunales de alzada se encuentran llamados a reparar las
posibles vulneraciones cometidas por los jueces de grado.

Finalmente, cabe resaltar que, conforme a lo expuesto en la SCP 1537/2012 de


24 de septiembre, la importancia de la fundamentación en el marco de un debido proceso,
al referir este fallo constitucional que: “…la exigencia de la fundamentación y
motivación de las resoluciones como elemento del debido proceso, no
necesariamente implica que la exposición deba ser exagerada y abundante de
consideraciones, citas legales y argumentos reiterativos, al contrario, una debida
motivación conlleva que la resolución sea concisa, clara e integra de todos los
puntos demandados por las partes, debiendo expresar la autoridad jurisdiccional
o en su caso administrativa, las razones que justifican su decisión, exponiendo los
hechos, realizando la fundamentación legal necesaria atinente al caso concreto y
citando las normas sustantivas y adjetivas que sustentan la parte dispositiva, lo
que hará contundente y sólido el fallo; asumiendo de esta manera la garantía del
debido proceso, que exige plena coherencia y concordancia entre la parte motivada
y la parte dispositiva de una resolución” (las negrillas y subrayado son nuestros).

III.2. Respecto a la congruencia de las resoluciones

Al respecto, formando el principio de congruencia, parte del debido proceso y de la


consiguiente obligación de fundamentación y motivación de las resoluciones judiciales;

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la SCP 1302/2015-S2 de 13 de noviembre, estableció que: “…la congruencia de las
resoluciones judiciales y administrativas, constituye otro elemento integrador del debido
proceso, al respecto la SC 0358/2010-R de 22 de junio, señaló lo siguiente: ‘...la
congruencia como principio característico del debido proceso, entendida en el ámbito
procesal como la estricta correspondencia que debe existir entre lo peticionado y lo
resuelto, en materia penal la congruencia se refiere estrictamente a que el imputado no
podrá ser condenado por un hecho distinto al atribuido en la acusación o su ampliación;
ahora bien, esa definición general, no es limitativa de la congruencia que debe tener
toda resolución ya sea judicial o administrativa y que implica también la
concordancia entre la parte considerativa y dispositiva, pero además esa
concordancia debe mantenerse en todo su contenido, efectuando un razonamiento
integral y armonizado entre los distintos considerandos y razonamientos emitidos
por la resolución, esta concordancia de contenido de la resolución y su estricta
correspondencia entre lo pedido, lo considerado y lo resuelto, conlleva a su vez la
cita de las disposiciones legales que apoyan ese razonamiento que llevó a la
determinación que se asume. En base a esos criterios se considera que quien
administra justicia debe emitir fallos motivados, congruentes y pertinentes’.

En el mismo sentido, el Tribunal Constitucional Plurinacional, en la SCP 1083/2014 de


10 de junio, sostuvo que el principio de congruencia: ‘…amerita una comprensión
desde dos acepciones; primero, relativo a la congruencia externa, la cual se debe
entender como el principio rector de toda determinación judicial, que exige la plena
correspondencia o coincidencia entre el planteamiento de las partes (demanda,
respuesta e impugnación y resolución) y lo resuelto por las autoridades judiciales,
en definitiva, es una prohibición para el juzgador considerar aspectos ajenos a la
controversia, limitando su consideración a cuestionamientos únicamente deducidos por
las partes; y, segundo, la congruencia interna, referido a que, si la resolución es
comprendida como una unidad congruente, en ella se debe cuidar un hilo
conductor que le dote de orden y racionalidad, desde la parte considerativa de los
hechos, la identificación de los agravios, la valoración de los mismos, la
interpretación de las normas y los efectos de la parte dispositiva; es decir, se
pretenden evitar que, en una misma resolución no existan consideraciones
contradictorias entre sí o con el punto de la misma decisión’” (las negrillas y el
subrayado nos corresponden).

En similar sentido, la SC 1494/2011-R de 11 de octubre, reiterando fallos


constitucionales anteriores, precisó que de la esencia del debido proceso: “…deriva a su
vez la congruencia como principio característico del debido proceso, entendida en
el ámbito procesal como la estricta correspondencia que debe existir entre lo
peticionado y lo resuelto; ahora bien, esa definición general, no es limitativa de la
coherencia que debe tener toda resolución, ya sea judicial o administrativa, y que implica
también la concordancia entre la parte considerativa y dispositiva: sino que además,
debe mantenerse en todo su contenido, efectuando un razonamiento integral y
armonizado entre los distintos considerandos y razonamientos contenidos en la
resolución. La concordancia de contenido de la resolución y su estricta correspondencia
entre lo pedido, lo considerado y lo resuelto, (…). En base a esas consideraciones, es
que quien administra justicia, emitirá fallos motivados, congruentes y pertinentes”
(negrillas y subrayado agregados).

61
III.3. Referente a la revisión de la valoración de la prueba en sede constitucional

Al respecto, la precitada SCP 0014/2018-S2, efectuada la contextualización de la


línea jurisprudencial relativa a la valoración de la prueba, determinó que: “…debe
considerarse que una de las principales funciones de la justicia constitucional es la
tutela de derechos y garantías fundamentales, en consecuencia debe ser una
premisa en esta su labor el garantizar un real acceso a la justicia constitucional.

A partir de lo señalado, esta Sala concluye que es posible efectuar la revisión de


la valoración de la prueba, conforme a los siguientes criterios: 1) La valoración de la
prueba es una actividad propia de las juezas y jueces de las diferentes jurisdicciones del
Órgano Judicial o de las autoridades administrativas; 2) La justicia constitucional puede
revisar la valoración de la prueba cuando: i) Las autoridades se apartaron de los marcos
legales de razonabilidad y equidad; ii) Omitieron de manera arbitraria la consideración de
las pruebas, ya sea parcial o totalmente; y, iii) Basaron su decisión en una prueba
inexistente o que refleje un hecho diferente al utilizado en la argumentación; 3) La
competencia de la justicia constitucional en el análisis de la revisión de la
valoración de la prueba se reduce a establecer la ausencia de razonabilidad y
equidad en la labor valorativa o a constatar una actitud omisiva en esa tarea o
finalmente, si se le dio un valor diferente al medio probatorio, desconociendo el
principio de verdad material; y, 4) Las irregularidades en la valoración de la prueba
solo darán lugar a la concesión de la tutela cuando tengan relevancia constitucional; es
decir, cuando incidan en el fondo de lo demandado y sean la causa para la lesión de
derechos fundamentales y/o garantías constitucionales” (las negrillas nos pertenecen).

III.4. Análisis del caso concreto

Lo expuesto en los Fundamentos Jurídicos precedentes, es aplicable a la problemática


de exégesis, en la que el accionante denuncia la vulneración de sus derechos al debido
proceso en sus componentes de una debida fundamentación, motivación, congruencia e
igualdad jurídica; como también al acceso a la justicia y a la propiedad privada, además
del principio de legalidad; conforme a los hechos fácticos debidamente precisados en el
apartado correspondiente.

En ese marco, se tiene que, emitida la Sentencia de 18 de octubre de 2016, por la


que, se declaró probada la demanda de regularización de derecho propietario,
interpuesta por Mario Osco Quispe, respecto al inmueble situado en el barrio Buena Fe,
calle Libertad sin número, UV 153, Mz. 6, lote 20, con una extensión superficial de
361.10 m²,, ubicado en la localidad de Warnes del departamento de Santa Cruz
(Conclusión II.1); habiendo dispuesto el Juez de la causa, el registro a su nombre en
DD.RR., en base a los fundamentos ampliamente expuestos en la Conclusión II.2; el
ahora tercero interesado formuló recurso de apelación, aludiendo la comisión de graves
errores de hecho y de derecho, fijando los puntos de agravio descritos en la Conclusión
II.4; constando, asimismo, contestación a la alzada descrita por parte del hoy accionante,
conforme a lo desarrollado en la Conclusión II.5 de la presente Resolución.

Ahora bien, se tiene que la presente demanda tutelar, impugna como acto ilegal y
vulneratorio a los derechos fundamentales del accionante, precisamente el Auto de Vista
393/17, que en consideración a la apelación y contestación descritas supra, anuló la

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Sentencia de 18 de octubre de 2016, reponiendo obrados hasta la admisión de la
demanda, a efectos que la misma sea rechazada al ser manifiestamente improponible
(Conclusión II.5).

En ese marco, efectuada la contrastación correspondiente, respecto a los puntos


de agravio de la apelación formulada por el demandado, ahora tercero interesado; así
como a lo alegado en la contestación del demandante, hoy accionante (Conclusiones II.4
y II.5); así como a la fundamentación del Auto de Vista 393/17, emitido por los Vocales
ahora demandados, cuya base argumentativa fue detallada en la Conclusión II.6; este
Tribunal evidencia, no ser ciertas las alegaciones respecto a la lesión de los derechos
invocados en la demanda tutelar; por cuanto, contrariamente a lo afirmado en la acción
de amparo constitucional, se advierte que, el Tribunal de alzada, pese a que en la forma,
no cumplió de manera debida con la precisión tanto de los puntos de agravio del apelante
como los de la contestación a la alzada, consignando únicamente los agravios expuestos
por el apelante; en el fondo, observó la debida fundamentación, motivación, congruencia
y razonable valoración de la prueba presentada, en el marco del debido proceso.

En ese orden, debe tenerse presente que, de acuerdo a lo expuesto en el


Fundamento Jurídico III.1 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, la
exigencia de la fundamentación y motivación de las resoluciones, no implica la exposición
ampulosa, exagerada y abundante de consideraciones, citas legales y argumentos
reiterativos; compeliendo más bien, que la decisión asumida sea concisa, clara e íntegra,
que satisfaga todos los puntos demandados, expresando la autoridad sus convicciones
determinativas que justifiquen razonablemente su determinación, citando las normas
sustantivas y adjetivas al efecto que hagan contundente y sólido el fallo dictado. Por otra
parte, respecto a la congruencia, se exige la estricta correspondencia entre lo peticionado
y lo resuelto, así como un razonamiento integral y armonizado entre los distintos
considerandos y argumentos y fundamentos de la resolución (Fundamento Jurídico III.2);
aspectos que claramente fueron cumplidos por los Vocales demandados, quienes en el
marco de sus atribuciones, facultades y competencia, anularon la Sentencia emitida por
el Juez de la causa; en el marco de lo regulado en el art. 218.II.4 del CPC; estableciendo
que, la autoridad de primera instancia no consideró la prueba de descargo ofrecida por
el ahora tercero interesado, presentada en fotocopias simples, cuya validez no fue
objetada y cuyo contenido y veracidad, habrían sido más bien confirmados por las
declaraciones testificales que corroboraban la existencia de procesos anteriores y
coetáneos al proceso de regularización, sobre los que el propio demandante habría
consentido su concurrencia. Aspecto además referido a las fotocopias simples, que
ceñido como punto de agravio por el apelante, tercero interesado en la presente demanda
tutelar, no fue refutado ni rebatido por el hoy accionante, en su contestación; constando,
el debido pronunciamiento por parte del Tribunal de alzada, sobre el particular.

De otra parte, el Tribunal de apelación, tuvo presente también la prueba de


descargo ofrecida por el demandado, -tercero interesado-, respecto al derecho
propietario que tendría sobre el inmueble cuya regularización era impetrada por el
accionante en el proceso; respecto al que, además tampoco se pronunció el impetrante
de tutela, en la contestación que formuló al recurso de apelación deducido; y referente al
que, se puede advertir, de lo expuesto en su propia demanda de regularización de
derecho propietario, él mismo, consignó que, demandó a José Luis Yapobenda Malale,
porque “pudo constatar que ‘su’ terreno se desprendía de uno mayor registrado a nombre

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del precitado” (Conclusión II.1); no pudiendo, por ende, aludir que éste no habría
demostrado derecho propietario alguno, resultando aquello un contrasentido con lo
afirmado expresamente por él, se reitera, en la demanda que formuló.

Finalmente, se constata que, el Tribunal de alzada, al advertir la existencia de


procesos diversos anteriores y uno posterior, que tenían como objeto material el inmueble
cuya regularización se pretendía, aplicó debidamente el art. 12.II de la Ley 247, que prevé
que: “No se iniciarán procesos de regularización en el marco de la presente Ley, cuando
existan procesos judiciales iniciados por terceras personas cuyo derecho propietario
se encuentre debidamente registrado en Derechos Reales” (negrillas añadidas); lo
que claramente, se repite, fue constatado por los Vocales demandados (Conclusión II.6),
en virtud a lo antes expuesto y esencialmente, a la propia alegación del accionante, en
sentido que, su terreno se desprendía de uno mayor, registrado en DD.RR., a nombre del
ahora tercero interesado, José Luis Yapobenda Malale. Cuestiones que, en virtud a lo
manifestado, fueron valoradas debidamente por los demandados, en cumplimiento a lo
señalado en el Fundamento Jurídico III.3 de la presente Sentencia Constitucional
Plurinacional.

Conforme a lo desarrollado, y no habiéndose advertido la lesión de los derechos


invocados por el accionante, en su demanda tutelar; incumbe aprobar en revisión, la
Resolución dictada inicialmente por el Juez de garantías, quien de manera correcta
denegó la tutela impetrada, con similares fundamentos a los expuestos en el presente
fallo constitucional plurinacional.

Por las consideraciones precedentes, el Juez de garantías al denegar la tutela impetrada


por la accionante, actuó de manera correcta.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Segunda; en virtud de la autoridad


que le confieren la Constitución Política del Estado y el art. 12.7 de la Ley del Tribunal
Constitucional Plurinacional; en revisión, resuelve: CONFIRMAR la Resolución 01/18 de
12 de marzo de 2018, cursante de fs. 327 a 331, pronunciada por el Juez Público Civil y
Comercial Primero de la Capital del departamento de Santa Cruz; y, en consecuencia,
DENEGAR la tutela solicitada por el accionante, en el marco de los Fundamentos
Jurídicos expuestos en la presente Sentencia Constitucional Plurinacional.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.

Fdo. MSc. Carlos Alberto Calderón Medrano

MAGISTRADO

Fdo. MSc. Julia Elizabeth Cornejo Gallardo

MAGISTRADA

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