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El Festival de La Luna Llena de Géminis

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El festival de la luna llena de Géminis (o el festival del

Cristo)
Tercer Festival Mayor: Buena Voluntad

VOLUNTAD: el Cristo Resuscitado (Aries)

PROPOSITO: el Cristo Iluminado (Tauro)

PLAN: el Cristo Acuariano (Géminis)

PLAN: el Cristo Acuariano. ¿Por qué se asocia al Espíritu de la Paz con el Festival


de Géminis? Una vez la Voluntad-al-Bien ha hecho el trabajo disipador en el plano
astral, corresponde entonces llenar ese vacío purificador con las energías de la Buena
Voluntad. El Espíritu de la Paz, también conocido como el Espíritu del Equilibrio, es
un Agente Cósmico capaz de descender hasta el plano astral para fomentar la buena
voluntad y las rectas relaciones humanas y planetarias.

Que las Fuerzas de la Luz iluminen a la humanidad.


Que el Espíritu de la Paz se difunda por el mundo.
Que el espíritu de colaboración una a los hombres de buena voluntad por doquier.
Que el perdón sea la tónica de esta época por parte de todos los hombres.
Que el poder acompañe los esfuerzos de los Grandes Seres.
Que así sea y cumplamos nuestra parte.

En Géminis se completa el Gran Triángulo Mágico que sintetiza el trabajo realizado


en los dos Festivales anteriores (Aries-Cristo; Tauro-Buda). Es el Festival de la
Humanidad dispuesta a reconstruir su presente hacia el futuro (Fuerzas de
Reconstrucción), para permitir la exteriorización de la Jerarquía y el reconocimiento
del Cristo como Su Cabeza visible. El Día Mundial de la Invocación para que así
suceda y se pueda construir una gran “casa iluminada” en el subsiguiente signo de
Cáncer, un Templo en el que toda la familia humana pueda habitar como hermanos y
hermanas de un mismo Padre-Madre.

Nota clave: “Reconozco mi otro yo, y al menguar ese yo, crezco y brillo”

Luna llena en géminis  hora:

Cada año, en la época de la Luna Llena de Géminis, el amor de Dios, la esencia


espiritual del Fuego Solar, alcanza su punto de expresión más elevado. Ello se consigue
gracias al instrumento de la Jerarquía. La Jerarquía espiritual de la Tierra es el
agregado de aquéllos de entre la humanidad que han triunfado sobre la materia, que han
alcanzado la meta del dominio sobre sí mismos por el mismo camino que,
actualmente, recorren otras personas. Han sufrido todas las experiencias, han
sobrepasado cada dificultad y han triunfado. Aquí reside su derecho a servir, y la fuerza
y realidad de su relación con una humanidad que sigue todavía luchando. Ese gran
grupo de Almas ha sido siempre el custodio del principio de luz, de amor
iluminado y siempre, a lo largo de los tiempos, centra su atención sobre la
Humanidad cuando la influencia espiritual está en su punto más elevado. Se ha
adentrado en la comprensión de la vida grupal planetaria, que incluye todas las etapas,
desde ese diminuto sentido de la responsabilidad social del hombre o mujer que está
dando los primeros pasos en el sendero de la madurez espiritual, hasta la inclusiva
comprensión del mismo Cristo.

El Festival de la Luna Llena de Géminis, o Festival del Cristo, es el tercero de los tres
principales Festivales espirituales. Va a continuación del de Pascua, o Festival del
Cristo, en Aries y del de Wesak, el Festival del Buda o de Iluminación, en Tauro.
Conocido bajo una gran variedad de nombres, este Festival de Géminis es,
esencialmente, el Festival del Cristo como representante de la humanidad ante la
presencia de Dios. Es el Festival de la humanidad en búsqueda de la unificación y de la
comprensión de su propia divinidad. Debido a que el reino humano, como centro de
distribución de energías, está tan directamente involucrado con su propia divinidad, se
le conoce también como el Festival de la Buena Voluntad.

El Festival del Cristo es un Festival vivo del espíritu de la humanidad aspirando


hacia Dios, buscando respuesta a la voluntad de Dios y dedicado a la expresión de las
correctas relaciones humanas. Fijado anualmente en relación con la Luna Llena de
Géminis, la luna queda totalmente fuera del camino recorrido por las poderosas energías
que salen del sol, el centro cardíaco simbólico de este sistema solar. Durante dos mil
años, en este Festival, el Cristo ha representado a la humanidad y se ha erigido ante la
Jerarquía planetaria y ante los ojos de Shambala como el “Dios-hombre” “el mayor en
la gran familia humana” sosteniendo una relación consciente con la divinidad, con la
totalidad mayor. Cada año, en esta época, repite el último sermón del Buda ante la
reunida Jerarquía. Este Festival, de profunda llamada invocativa y de una
aspiración básica hacia la unidad humana y espiritual, representa el efecto en la
consciencia humana del trabajo tanto del Buda como del Cristo.

Las Fuerzas de Reconstrucción están especialmente activas durante el Festival de


Géminis. Estas Fuerzas, relacionadas con el aspecto voluntad de la divinidad, son
efectivas sobre todo respecto a las naciones. El empleo que se hace de estas energías
impersonales depende de la cualidad y de la naturaleza de la nación receptora, de su
grado de iluminación real y de su capacidad de amar. Ello reside tras la idea de la
meditación grupal dentro de toda la ola de esta energía espiritual. Actualmente, las
naciones son la expresión del egocentrismo colectivo de un pueblo y de su instinto de
supervivencia, real o imaginado. Estas energías pueden aumentar este aspecto de la vida
nacional o pueden aumentar la potencia de los objetivos de unidad mundial, paz y
progreso. Estas energías constructivas y sintetizantes deberían tener el efecto de
transformar la teoría de la unidad en una experiencia práctica, de manera que la palabra
“unidos” alcance su verdadera importancia y sentido para todas las naciones.
Actualmente, en el seno de la Asamblea General de las Naciones Unidas está
generándose, lentamente, una voluntad-de-unificación y de sintetizar inspirada por estas
energías. En un creciente reconocimiento, de la interrelación existente en este planeta,
las Naciones Unidas sostienen ante los “ojos de los hombre” una visión del Plan para la
humanidad.

La voluntad-de-sintetizar y la voluntad-al-bien se están convirtiendo en influencias


crecientemente efectivas, a través de la meditación grupal e individual durante este
período anual de los Festivales principales. A medida que aumenta la comprensión de la
importancia de estos Festivales, aumenta el trabajo de meditación realizado por todo el
mundo. La meditación planetaria, en el signo de Géminis, celebra la total victoria
de la vida sobre la forma y del espíritu sobre la materia. Simbólicamente, este signo
es el signo de los Gemelos: la luz de la personalidad y la luz del alma. Mediante la
estimulación de la energía del amor y la sabiduría, la luz de la personalidad se
oscurece gradualmente, mientras que la luz del alma se hace más fuerte y brillante,
indicando eventualmente una victoria total de la humanidad sobre las formas a
través de las cuales se expresa.

La idea de la dualidad, especialmente en los niveles mentales, queda resaltada cada


año en Géminis. Ello sucede en dos etapas: el empleo de la mente concreta como
mediadora en la personalidad, condicionando la vida de la personalidad, analizando y
distinguiendo entre el ser y el no-ser humano y enfatizando la consciencia de “yo y tu”
así como la de la personalidad. En segundo lugar, la mente iluminada transmite los
mensajes entre el alma y el cerebro, estableciendo una correcta relación entre el ser
inferior y el ser superior, la personalidad y el alma. Hay un tercer aspecto que se
convierte, entonces, en un factor en la vida, la mente abstracta, que relaciona alma
y espíritu. La relación de personalidad y alma queda reemplazada por la relación
dual de alma y espíritu. Es el revelador del aspecto vida.

La relación y síntesis de las dualidades produce tensión, acción y reacción, y esa


condición de poderosa lucha y de dificultad tan característica de nuestra vida planetaria,
pero que produce eventualmente el despertar de la humanidad a una plena consciencia
planetaria. La meta de todo conflicto es la armonía y ello queda enfatizado durante
el Festival del Cristo mediante una creciente percepción de la relación entre alma y
personalidad, entre mente y espíritu, entre lo material y lo espiritual. La potencia
de esta relación produce los cambios necesarios para la evolución de la consciencia
Crística en cualquier punto concreto del tiempo y del espacio, y siempre es compatible
con el requerimiento. Esta fuerza poderosa y evocadora está disponible durante la
meditación, como resultado del alineamiento planetario y de la receptividad extra-
planetaria, y puede ser contactada y transmitida en cooperación con la Jerarquía
espiritual.

Debido a este singular alineamiento, este Festival del Cristo de precipitación y


distribución de energía se celebra también como Día Mundial de la Invocación, durante
el cual numerosas personas utilizan la plegaria mundial “la Gran Invocación” constante
y continuamente en numerosos idiomas y dialectos. Esto establece un campo de
fuerza invocativo y magnético que dirige, literalmente, las energías de luz, amor y
voluntad-al-bien directamente a la consciencia de la humanidad, afectando a todos
los corazones sensibles y a todas las mentes abiertas con efectos planetarios.

Esta invocación es el mantram del mismo Cristo, el programa del Plan para la
humanidad y una fórmula de dirigir energías al campo de la percepción humana.
Es efectiva porque se emplea como una fórmula de energía por todo el planeta, a todos
los niveles de consciencia, humana y jerárquica. Al emplearse, las tres energías básicas
encarnadas en la Invocación fluyen y se funden con las Fuerzas de Reconstrucción y
con las energías disponibles en este evento anual a través del Cristo.

Influyendo sobre las actitudes de mente y corazón en el mundo entero, esta Invocación
es una poderosa nota clave meditativa que inspira una acción amorosa, constructiva.
 

Desde el punto de Luz en la Mente de Dios,


Que afluya luz a las mentes de los hombres;
Que la Luz descienda a la Tierra.

Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios,


Que afluya amor a los corazones de los hombres;
Que Cristo retorne a la Tierra.

Desde el centro donde la Voluntad de Dios es conocida,


Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres;
El propósito que los Maestros conocen y sirven.

Desde el centro que llamamos la raza de los hombres,


Que se realice el Plan de Amor y de Luz
Y selle la puerta donde se halla el mal.

Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra.

Cada año, en la época de la Luna Llena de Géminis, el amor de Dios, la esencia


espiritual del fuego solar, alcanza su punto de expresión más elevado. Ello se consigue
gracias al instrumento de la Jerarquía. La Jerarquía espiritual de la Tierra es el agregado
de aquéllos de entre la humanidad que han triunfado sobre la materia, que han
alcanzado la meta del dominio sobre sí mismos por el mismo camino que, actualmente,
recorren otras personas. Han sufrido todas las experiencias, han sobrepasado cada
dificultad y han triunfado. Aquí reside su derecho a servir, y la fuerza y realidad de su
relación con tina humanidad que sigue todavía luchando. Ese gran grupo de almas ha
sido siempre el custodio del principio de luz, de amor iluminado y siempre, a lo largo de
los tiempos, centra su atención sobre la Humanidad cuando la influencia espiritual está
en su punto más elevado. Se ha adentrado en la comprensión de la vida grupal
planetaria, que incluye todas las etapas, desde ese diminuto sentido de la
responsabilidad social del hombre o mujer que está dando los primeros pasos en el
sendero de la madurez espiritual, hasta la inclusiva comprensión del mismo Cristo.

El Festival de la Luna Llena de Géminis, o Festival del Cristo, es el tercero de los tres
principales Festivales espirituales. Va a continuación del de Pascua, o Festival del
Cristo, en Aries y del de Wesak, el Festival del Buda o de Iluminación, en Tauro.
Conocido bajo una gran variedad de nombres, este Festival de Géminis es,
esencialmente, el Festival del Cristo como representante de la humanidad ante la
presencia de Dios. Es el Festival de la humanidad en búsqueda de la unificación y
de la comprensión de su propia divinidad. Debido a que el reino humano, como
centro de distribución de energías, está tan directamente involucrado con su propia
divinidad, se le conoce también como el Festival de la Buena Voluntad.

El Festival del Cristo es un Festival vivo del espíritu de la humanidad aspirando


hacia Dios, buscando respuesta a la voluntad de Dios y dedicado a la expresión de
las correctas relaciones humanas. Fijado anualmente en relación con la Luna Llena de
Géminis, la luna queda totalmente fuera del camino recorrido por las poderosas energías
que salen del sol, el centro cardíaco simbólico de este sistema solar. Durante dos mil
años, en este Festival, el Cristo ha representado a la humanidad y se ha erigido ante la
Jerarquía planetaria y ante los ojos de Shamballa como el “Dios hombre”, “el mayor en
la gran familia humana” sosteniendo una relación consciente con la divinidad, con la
totalidad mayor. Cada año, en esta época, repite el último sermón del Buda ante la
reunida Jerarquía. Este Festival, de profunda llamada invocativa y de una aspiración
básica hacia la unidad humana y espiritual, representa el efecto en la conciencia humana
del trabajo tanto del Buda como del Cristo.

LUCIS

FESTIVAL DEL CRISTO Y LA HUMANIDAD –


INVOCACIÓN MUNDIAL
El Festival del Cristo y la Humanidad representa el efecto en la conciencia humana
del trabajo del Buda y del Cristo.

Todos los años, durante el período del plenilunio de junio, llega a su punto máximo de
expresión el amor de Dios, esencia espiritual del fuego solar, lográndose por medio de
la Jerarquía, ese gran grupo de almas que ha sido siempre el custodio del principio luz,
el amor iluminado, y que siempre —en el trascurso de las edades— cuando la influencia
espiritual se halla en la cúspide, enfoca su atención sobre la raza de los hombres, por
intermedio de uno de los Grandes Hijos de Dios.

El amor de Dios, enfocado en el Cristo, trata de expresarse en algún acto de


servicio especialmente útil para la humanidad.

El principio salvador del Amor puro se expresa en la hora de mayor necesidad humana
a través del trabajo de un Salvador del Mundo, y «para la Salvación de su pueblo, Él
aparece». Satisface la necesidad y al mismo tiempo refuerza el eslabón que une a la
Jerarquía con la Humanidad.

Hay una relación directa entre la energía de la luz y la energía de la buena voluntad,
lo cual es significativo. Donde emerge la potencia espiritual hay luz, donde la
naturaleza espiritual del hombre vence a su naturaleza materialista, se produce luz.
Esto se debe a que el alma es luz y lo que estamos considerando es el creciente poder
del alma en el individuo. Se habla del sendero hacia los pies del Cristo en términos de
luz. Cristo dijo: “Yo soy la Luz del mundo”. Dondequiera que surge la luz en la
familia humana, tenemos un afianzamiento espiritual, un canal abierto y un sendero
para la entrada de la energía de la buena voluntad.

Las dos Lunas llenas (Tauro y Géminis) forman un ciclo completo de trabajo para el
cual deberíamos prepararnos.

“Ambas Lunas llenas son, por lo tanto, de principal importancia, y deberían tener un
efecto definido subconscientemente en las mentes del nuevo grupo de servidores del
mundo y en los corazones de las personas de buena voluntad de todos los países,
naciones y grupos. Que sus reuniones, meditaciones y pensamientos individuales
estén firmemente enfocados sobre estos puntos y se esfuercen para entrar en las
disciplinas de la Luna llena —tanto de Tauro como de Géminis— con la más clara
comprensión de lo que está teniendo lugar y lograr una nítida imagen de las
posibilidades que se pueden presentar como resultado de la correcta acción. En
ambas Lunas llenas debería llevarse a cabo un servicio efectivo.»

EL DÍA DE LA LUNA LLENA DE GÉMINIS ES EL DÍA


DE INVOCACIÓN MUNDIAL:
Desde junio de 1952, en el día de la luna llena de Géminis se celebra el Día de
Invocación Mundial.

Los tres aspectos de la divinidad en el hombre logran expresión práctica por medio de
la influencia de la Gran Invocación, tanto en utilidad viviente como en verdadera
comprensión… El espíritu de invocación es básicamente una acción que produce
reacción. Esto se manifiesta como el primer gran trabajo creador y mágico del que es
capaz la humanidad, poniendo en marcha, como lo hace, los tres aspectos divinos a
una actividad simultánea acorde a la voluntad de Dios.

Palabras de Poder, antiguos mántram (tales como el Padre Nuestro) y la Gran


Invocación, son efectivos sólo si se utilizan en el plano mental y con el poder de una
mente controlada —enfocada en su intención y significado detrás del esfuerzo hablado.
Entonces se hacen poderosas. Cuando son pronunciadas con el poder del alma así
como también con la atención dirigida de la mente, llegan a ser en forma
automática dinámicamente efectivas.

… la Invocación no es vaga ni nebulosa. Expresa las necesidades básicas de la


humanidad actual —la necesidad de luz y amor, de comprensión de la voluntad
divina, para que finalice el mal.

FESTIVAL DEL CRISTO Y LA HUMANIDAD –


INVOCACIÓN MUNDIAL
El Festival del Cristo y la Humanidad representa el efecto en la conciencia humana
del trabajo del Buda y del Cristo.

Todos los años, durante el período del plenilunio de junio, llega a su punto máximo de
expresión el amor de Dios, esencia espiritual del fuego solar, lográndose por medio
de la Jerarquía, ese gran grupo de almas que ha sido siempre el custodio del principio
luz, el amor iluminado, y que siempre —en el trascurso de las edades— cuando la
influencia espiritual se halla en la cúspide, enfoca su atención sobre la raza de los
hombres, por intermedio de uno de los Grandes Hijos de Dios.

El amor de Dios, enfocado en el Cristo, trata de expresarse en algún acto de


servicio especialmente útil para la humanidad.
El principio salvador del Amor puro se expresa en la hora de mayor necesidad
humana a través del trabajo de un Salvador del Mundo, y «para la Salvación de su
pueblo, Él aparece». Satisface la necesidad y al mismo tiempo refuerza el eslabón que
une a la Jerarquía con la Humanidad.

Hay una relación directa entre la energía de la luz y la energía de la buena voluntad,
lo cual es significativo. Donde emerge la potencia espiritual hay luz, donde la
naturaleza espiritual del hombre vence a su naturaleza materialista, se produce luz.
Esto se debe a que el alma es luz y lo que estamos considerando es el creciente poder
del alma en el individuo. Se habla del sendero hacia los pies del Cristo en términos de
luz. Cristo dijo: “Yo soy la Luz del mundo”. Dondequiera que surge la luz en la
familia humana, tenemos un afianzamiento espiritual, un canal abierto y un sendero
para la entrada de la energía de la buena voluntad.

Las dos Lunas llenas (Tauro y Géminis) forman un ciclo completo de trabajo para el
cual deberíamos prepararnos.

“Ambas Lunas llenas son, por lo tanto, de principal importancia, y deberían tener un
efecto definido subconscientemente en las mentes del nuevo grupo de servidores del
mundo y en los corazones de las personas de buena voluntad de todos los países,
naciones y grupos. Que sus reuniones, meditaciones y pensamientos individuales
estén firmemente enfocados sobre estos puntos y se esfuercen para entrar en las
disciplinas de la Luna llena —tanto de Tauro como de Géminis— con la más clara
comprensión de lo que está teniendo lugar y lograr una nítida imagen de las
posibilidades que se pueden presentar como resultado de la correcta acción. En
ambas Lunas llenas debería llevarse a cabo un servicio efectivo.»

EL DÍA DE LA LUNA LLENA DE GÉMINIS ES EL DÍA DE


INVOCACIÓN MUNDIAL:
Desde junio de 1952, en el día de la luna llena de Géminis se celebra el Día de
Invocación Mundial.

Los tres aspectos de la divinidad en el hombre logran expresión práctica por medio de
la influencia de la Gran Invocación, tanto en utilidad viviente como en verdadera
comprensión… El espíritu de invocación es básicamente una acción que produce
reacción. Esto se manifiesta como el primer gran trabajo creador y mágico del que es
capaz la humanidad, poniendo en marcha, como lo hace, los tres aspectos divinos a
una actividad simultánea acorde a la voluntad de Dios.

Palabras de Poder, antiguos mántram (tales como el Padre Nuestro) y la Gran


Invocación, son efectivos sólo si se utilizan en el plano mental y con el poder de una
mente controlada —enfocada en su intención y significado detrás del esfuerzo
hablado. Entonces se hacen poderosas. Cuando son pronunciadas con el poder del
alma así como también con la atención dirigida de la mente, llegan a ser en forma
automática dinámicamente efectivas.
… la Invocación no es vaga ni nebulosa. Expresa las necesidades básicas de la
humanidad actual —la necesidad de luz y amor, de comprensión de la voluntad
divina, para que finalice el mal.

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