El Festival de La Luna Llena de Géminis
El Festival de La Luna Llena de Géminis
El Festival de La Luna Llena de Géminis
Cristo)
Tercer Festival Mayor: Buena Voluntad
El Festival de la Luna Llena de Géminis, o Festival del Cristo, es el tercero de los tres
principales Festivales espirituales. Va a continuación del de Pascua, o Festival del
Cristo, en Aries y del de Wesak, el Festival del Buda o de Iluminación, en Tauro.
Conocido bajo una gran variedad de nombres, este Festival de Géminis es,
esencialmente, el Festival del Cristo como representante de la humanidad ante la
presencia de Dios. Es el Festival de la humanidad en búsqueda de la unificación y de la
comprensión de su propia divinidad. Debido a que el reino humano, como centro de
distribución de energías, está tan directamente involucrado con su propia divinidad, se
le conoce también como el Festival de la Buena Voluntad.
Esta invocación es el mantram del mismo Cristo, el programa del Plan para la
humanidad y una fórmula de dirigir energías al campo de la percepción humana.
Es efectiva porque se emplea como una fórmula de energía por todo el planeta, a todos
los niveles de consciencia, humana y jerárquica. Al emplearse, las tres energías básicas
encarnadas en la Invocación fluyen y se funden con las Fuerzas de Reconstrucción y
con las energías disponibles en este evento anual a través del Cristo.
Influyendo sobre las actitudes de mente y corazón en el mundo entero, esta Invocación
es una poderosa nota clave meditativa que inspira una acción amorosa, constructiva.
El Festival de la Luna Llena de Géminis, o Festival del Cristo, es el tercero de los tres
principales Festivales espirituales. Va a continuación del de Pascua, o Festival del
Cristo, en Aries y del de Wesak, el Festival del Buda o de Iluminación, en Tauro.
Conocido bajo una gran variedad de nombres, este Festival de Géminis es,
esencialmente, el Festival del Cristo como representante de la humanidad ante la
presencia de Dios. Es el Festival de la humanidad en búsqueda de la unificación y
de la comprensión de su propia divinidad. Debido a que el reino humano, como
centro de distribución de energías, está tan directamente involucrado con su propia
divinidad, se le conoce también como el Festival de la Buena Voluntad.
LUCIS
Todos los años, durante el período del plenilunio de junio, llega a su punto máximo de
expresión el amor de Dios, esencia espiritual del fuego solar, lográndose por medio de
la Jerarquía, ese gran grupo de almas que ha sido siempre el custodio del principio luz,
el amor iluminado, y que siempre —en el trascurso de las edades— cuando la influencia
espiritual se halla en la cúspide, enfoca su atención sobre la raza de los hombres, por
intermedio de uno de los Grandes Hijos de Dios.
El principio salvador del Amor puro se expresa en la hora de mayor necesidad humana
a través del trabajo de un Salvador del Mundo, y «para la Salvación de su pueblo, Él
aparece». Satisface la necesidad y al mismo tiempo refuerza el eslabón que une a la
Jerarquía con la Humanidad.
Hay una relación directa entre la energía de la luz y la energía de la buena voluntad,
lo cual es significativo. Donde emerge la potencia espiritual hay luz, donde la
naturaleza espiritual del hombre vence a su naturaleza materialista, se produce luz.
Esto se debe a que el alma es luz y lo que estamos considerando es el creciente poder
del alma en el individuo. Se habla del sendero hacia los pies del Cristo en términos de
luz. Cristo dijo: “Yo soy la Luz del mundo”. Dondequiera que surge la luz en la
familia humana, tenemos un afianzamiento espiritual, un canal abierto y un sendero
para la entrada de la energía de la buena voluntad.
Las dos Lunas llenas (Tauro y Géminis) forman un ciclo completo de trabajo para el
cual deberíamos prepararnos.
“Ambas Lunas llenas son, por lo tanto, de principal importancia, y deberían tener un
efecto definido subconscientemente en las mentes del nuevo grupo de servidores del
mundo y en los corazones de las personas de buena voluntad de todos los países,
naciones y grupos. Que sus reuniones, meditaciones y pensamientos individuales
estén firmemente enfocados sobre estos puntos y se esfuercen para entrar en las
disciplinas de la Luna llena —tanto de Tauro como de Géminis— con la más clara
comprensión de lo que está teniendo lugar y lograr una nítida imagen de las
posibilidades que se pueden presentar como resultado de la correcta acción. En
ambas Lunas llenas debería llevarse a cabo un servicio efectivo.»
Los tres aspectos de la divinidad en el hombre logran expresión práctica por medio de
la influencia de la Gran Invocación, tanto en utilidad viviente como en verdadera
comprensión… El espíritu de invocación es básicamente una acción que produce
reacción. Esto se manifiesta como el primer gran trabajo creador y mágico del que es
capaz la humanidad, poniendo en marcha, como lo hace, los tres aspectos divinos a
una actividad simultánea acorde a la voluntad de Dios.
Todos los años, durante el período del plenilunio de junio, llega a su punto máximo de
expresión el amor de Dios, esencia espiritual del fuego solar, lográndose por medio
de la Jerarquía, ese gran grupo de almas que ha sido siempre el custodio del principio
luz, el amor iluminado, y que siempre —en el trascurso de las edades— cuando la
influencia espiritual se halla en la cúspide, enfoca su atención sobre la raza de los
hombres, por intermedio de uno de los Grandes Hijos de Dios.
Hay una relación directa entre la energía de la luz y la energía de la buena voluntad,
lo cual es significativo. Donde emerge la potencia espiritual hay luz, donde la
naturaleza espiritual del hombre vence a su naturaleza materialista, se produce luz.
Esto se debe a que el alma es luz y lo que estamos considerando es el creciente poder
del alma en el individuo. Se habla del sendero hacia los pies del Cristo en términos de
luz. Cristo dijo: “Yo soy la Luz del mundo”. Dondequiera que surge la luz en la
familia humana, tenemos un afianzamiento espiritual, un canal abierto y un sendero
para la entrada de la energía de la buena voluntad.
Las dos Lunas llenas (Tauro y Géminis) forman un ciclo completo de trabajo para el
cual deberíamos prepararnos.
“Ambas Lunas llenas son, por lo tanto, de principal importancia, y deberían tener un
efecto definido subconscientemente en las mentes del nuevo grupo de servidores del
mundo y en los corazones de las personas de buena voluntad de todos los países,
naciones y grupos. Que sus reuniones, meditaciones y pensamientos individuales
estén firmemente enfocados sobre estos puntos y se esfuercen para entrar en las
disciplinas de la Luna llena —tanto de Tauro como de Géminis— con la más clara
comprensión de lo que está teniendo lugar y lograr una nítida imagen de las
posibilidades que se pueden presentar como resultado de la correcta acción. En
ambas Lunas llenas debería llevarse a cabo un servicio efectivo.»
Los tres aspectos de la divinidad en el hombre logran expresión práctica por medio de
la influencia de la Gran Invocación, tanto en utilidad viviente como en verdadera
comprensión… El espíritu de invocación es básicamente una acción que produce
reacción. Esto se manifiesta como el primer gran trabajo creador y mágico del que es
capaz la humanidad, poniendo en marcha, como lo hace, los tres aspectos divinos a
una actividad simultánea acorde a la voluntad de Dios.