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Análisis Del Consumidor Peruano Antes y Después de La Pandemia

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ANÁLISIS DEL CONSUMIDOR PERUANO ANTES Y DESPUÉS DE

LA PANDEMIA
La pandemia del COVID-19 ha cambiado el comportamiento del consumidor y no solo ha
impulsado el consumo en el hogar a través de plataformas virtuales o digitales; en Perú y el
mundo. Las personas han empezado a centralizar y construir todo su estilo de vida alrededor
de sus hogares, es decir: Comedores convertidos en oficinas, balcones convertidos en
gimnasios o habitaciones convertidas en cines indican que no solo el mundo viene cambiando
rápidamente, sino también las tendencias de consumo. Estas evolucionan hacia una completa
digitalización, donde la salud y el bienestar vienen convirtiéndose en los aspectos más
importantes para la persona promedio.

El virus está reconfigurando la industria en tiempo real, acelerando rápidamente las tendencias,
formando así nuevos hábitos que ahora perdurarán más allá de esta crisis, cambiando
permanentemente lo que valoramos, cómo y dónde compramos, y cómo vivimos y trabajamos.

Incluso mientras esta crisis sigue evolucionando, al explorar los cambios que se están
produciendo ahora, podemos considerar lo que las empresas de bienes de consumo deberían
hacer hoy para prepararse para lo que viene.

Es por ello que los consumidores están respondiendo a la crisis de varias maneras. Algunos se
sienten ansiosos y preocupados, alimentando el pánico al comprar productos básicos y de
higiene. Por otro lado, algunos consumidores permanecen indiferentes a la pandemia y
continúan su actividad como de costumbre, a pesar de las recomendaciones del gobierno y de
los profesionales de la salud.

La respuesta tiene muchas aristas a considerar. No es un secreto que la pandemia producida


por el Covid-19 viene afectando económicamente a gran parte del mundo. Pues, alrededor del
40% de encuestados se han visto en la necesidad de disminuir sus ingresos, lo que conlleva a
que un 60% evalúe -con mayor detenimiento- cómo gastará su dinero. Asimismo, el 41% de
consumidores ha recortado el gasto en productos no esenciales mientras que el 46% desistirá
o pospondrá la compra de artículos de lujo.

Sin embargo, El Perú no es ajeno a dichas tendencias, pues el 56% de los consumidores se
mantendrán en “modo ahorro” durante los próximos 6 meses, así como el 76% de
consumidores que seguirá dejando de lado artículos no esenciales con una fuerte tendencia
hacia el downsizing (adquirir menos productos) y downtrading (decantarse por opciones más
asequibles).

Pero no solo se trata de gastar menos en el futuro, sino también de que muchos consumidores
han empezado a ver de manera más factible el hecho de realizar compras on-line de productos
que solían adquirir en espacios físicos, ya sea por evitar cualquier contacto físico con el resto
de personas o porque simplemente encuentran mayor practicidad en ello.

Todo hace indicar que los cambios recientes en el comportamiento del consumidor se
asentarán y las empresas deberán adaptarse a la nueva normalidad, donde el comercio
tradicional viene cediendo cada vez más terreno al comercio moderno, ya que el primero
depende en gran medida del tráfico peatonal y las compras impulsivas.
De acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el PBI del Perú cayó un 30.2%
interanual durante el segundo trimestre del 2020 como consecuencia directa de la pandemia.
Dicha información se contrasta con la primera edición sobre consumo de EY Parthenon que
revela las preferencias de compra de los consumidores durante el Covid-19 en Colombia,
Ecuador, Perú y México, donde se revela que 9 de cada 10 personas han visto disminuir sus
ingresos, siendo los trabajadores independientes los más afectados.

Sin embargo, y tal como proyectó el Banco Central de Reserva (BCR), la caída de la población
económica activa (PEA) ha venido recuperándose desde el segundo semestre del 2020,
tendencia que se mantendrá durante el primer trimestre del presente año. Ello, sumado a un
crecimiento exponencial del 50% respecto al 2019 donde se registraron ingresos por 6 mil
millones de dólares de acuerdo a información difundida por la Cámara Peruana de Comercio
Electrónico y que augura un panorama más que alentador para el comercio electrónico en el
Perú.

Por otro lado, según datos de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), en la actualidad, el 40%
de los comercios peruanos utilizan plataformas virtuales como: Facebook, Instagram, tick tock,
pero sobre todo plataformas más complejas como e-commerce; que son canales de venta
netamente online o como complemento de sus tiendas físicas. Así mismo, la cantidad de
internautas en el Perú gira en torno a los 24 millones de usuarios, lo que representa una
penetración del Internet del 72.9%. 

Es por ello que, en términos de consumo con tarjetas de débito y crédito, las plataformas
virtuales tienen un incremento significativo en su participación de mercado pasando del 12.5%
al 35%. Mientras, el sector retail creció sustancialmente en 250%, convirtiéndose en el principal
motor de la industria; gracias a que la penetración de compradores en línea pasó de 6 millones
a 11,8 millones de consumidores al finalizar el año pasado.

Dicho crecimiento, que podría ser considerado como circunstancial, es una tendencia que viene
experimentando el mercado peruano, desde hace años, en términos de comercio electrónico.
Indudablemente, la inamovilidad de las personas ha acelerado dicho crecimiento al fomentar el
uso de plataformas on-line como único medio de compra biosegura de artículos no primarios.

Ante ello, las empresas grandes y medianas se adaptaron y evolucionaron optimizando sus
plataformas de venta on-line y el relacionamiento con el cliente. Sin embargo, las MYPEs y los
pequeños negocios son aún materia pendiente, tanto como la brecha existente entre el
consumo vía internet registrado entre Lima (90%) y provincias (10%).

Por ahora, el Estado ya vislumbra medidas para impulsar y fomentar el comercio electrónico,
especialmente, para pequeños negocios. Por ejemplo, desde finales de noviembre del año
pasado, la SUNAT aceleró la importación de productos, con un valor de hasta US$ 2.000,
adquiridos en plataformas foráneas de e-commerce al implementar la tramitación anticipada de
forma enteramente digital, permitiendo que las entregas de los mismos se realicen el mismo día
de su arribo al país, proceso que anteriormente tardaba entre 3 y 5 días. 

También, desde Indecopi, se viene trabajando en fortalecer las normativas orientadas a la


protección del consumidor on-line. A raíz del crecimiento exponencial de las plataformas
virtuales durante el 2020, quedaron en evidencia algunos vacíos normativos que decantaron en
más de 60 mil reclamos por parte de consumidores, tal como quedó reportado por dicha
entidad en octubre del año pasado. Dichos vacíos representan oportunidades en materia de
seguridad, responsabilidad de intermediarios y el derecho a arrepentirse de las compras
realizadas vía online. Mayores garantías representan, sin duda, un aumento de confianza para
aquellos consumidores reacios a realizar compras por Internet. 

Todas estas lecciones han permitido que los grandes retailers y medianas empresas optimicen
sus tiempos de entrega a partir del mejoramiento de sus cadenas logísticas y de suministros
implementando nuevos canales de recojo de compras y así descomprimiendo la carga
del delivery en el proceso de venta.   

Estas medidas y buenas prácticas no solo beneficiarán a los consumidores finales, sino
también a pequeños intermediarios que ofrecen sus productos a través de plataformas de
venta on-line y dark stores (tienda oscura, minorista o mayorista= supermercados), formato
que ha venido proliferando y floreciendo, a partir de los retos y oportunidades presentados por
la pandemia producida por la Covid-19.

Todo ello únicamente reafirma que no debemos dejar de lado lo más importante: el consumidor
y las nuevas tendencias que llegan junto a la denominada “nueva normalidad”.

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