Modelo Demanda de Particion Sin Hijos
Modelo Demanda de Particion Sin Hijos
Modelo Demanda de Particion Sin Hijos
CIUDADANO:
DESPACHO.-
xxxxxxxxxxxx y a los efectos de dar cumplimiento con lo establecido en los artículos 174 y
ordinal 9° del artículo 340 ambos del Código de Procedimiento Civil (CPC), fijo
XXXXXXXXXXX de dos mil XXX (20XX), quedando anotado bajo el Nº .., Tomo .. de los
libros de autenticaciones llevado por la mencionada Notaria, que acompaño al presente libelo
en original, distinguido con la letra “A”; ante usted, muy respetuosamente ocurro para exponer
lo siguiente:
TÍTULO -I-
CAPITULO I
Nro. V- XXXXXXXXXXXXXX, ante la Jefatura Civil XXXXXXX, en fecha XXX (--) del
mes de ---- de dos XXXXXXXXX (XXXX), cuya acta se encuentra inserta bajo el N° XX, libro
XXX- folio XX, según consta en la copia certificada del Acta de Matrimonio que anexo a la
(xx) de xxxxxxxxxx de mil novecientos noventa y xxxxxxxxxxx (xxx) según documento
protocolizado en la Oficina Subalterna del Primer Circuito de Registro Público del Municipio
xxxxxxxxxxxxx del Estado xxxxxxxx, quedó notado bajo el Nro. xx, Tomo xxx, Protocolo
Primero, un (1) inmueble constituido por una parcela de terreno y la casa sobre ella construida
ubicada en la Sección Segunda de la ciudad xxxxxxxxxxxxxxxx, en jurisdicción de Municipio
xxxxxxxxxxxx, Distrito xxxxxxxxxxx del Estado xxxxxxxxxxxxx que está distinguida con el
veinte y cinco centímetros cuadrados (34,25 mts), Sureste: Parcela Nro. xxx según línea recta
en treinta y seis metros cincuenta y cinco centímetros (36,55 mts), Noreste:Parcelas Nro. ...
Circunscripción Judicial del Estado XXXXX, tal y como consta de copia certificada de
liquidación de la Comunidad Conyugal que existió entre los cónyuges, según consta en la copia
forma amistosa la comunidad conyugal y además desde el decreto de disolución del vínculo
conyugales constituido por el indicado bien inmueble que sirvió de hogar para la pareja, en
retribución por el derecho de propiedad que le corresponde, todo ello a pesar de sus exigencias
para proceder a la liquidación de la comunidad común, tal como lo contempla la ley y lo ordena
la sentencia citada. Ahora bien en fecha reciente mi representada se trasladó al inmueble, para
corresponde a mi representada, agotando así toda vía amistosa de partir el bien perteneciente a
la comunidad conyugal.
CAPITULO II
TERCERA: En virtud que para en fecha xxxx (xx) de xxxxxxxxx de mil novecientos noventa
titulo I del presente libelo) mediante el documento protocolizado por ante la Oficina
Subalterna del Primer Circuito de Registro Público del Municipio xxxxxxxx del Estado
xxxxxxx (hoy denominado Registro inmobiliario del Primer Circuito de Registro Público del
Estado XXX), quedó notado bajo el Nro. xx, Tomo xx, Protocolo Primero, este inmueble
por ciento (50%) para cada uno de los ex cónyuges, tal y como lo establece el artículo 148 del
Código Civil.
CAPITULO III
varias personas con iguales o diversos derechos sobre el condominio a que se pone fin."
tiene por finalidad otorgar a cada una de las personas, que tiene derechos sobre los bienes
de bienes que:
1º. Los bienes adquiridos por Título oneroso durante el matrimonio, a costa del caudal común,
2º. Los obtenidos por la industria, profesión, oficio, sueldo o trabajo de alguno de los cónyuges.
3º. Los frutos, rentas o intereses devengados durante el matrimonio, procedentes de los bienes
Código Civil de Venezuela, editada por la Universidad Central de Venezuela (p.355; 1996),
expresa:
propios o exclusivos del respectivo cónyuge adquiriente, existen otros que pertenecen en
común de por mitad a ambos esposos, independiente de cuál de ellos los haya habido. Son esos
“Se consideran comunes en principio y por regla general, todos los bienes que los esposos
adquieren conjunta o separadamente durante el matrimonio, por actos a título oneroso (López
Existe como consecuencia del Matrimonio una comunidad de gananciales y en virtud de esta,
una presunción de existencia de ella sobre los bienes adquiridos por los cónyuges a título
oneroso, ya sea de forma conjunta o separadamente, al respecto observamos que la citada obra
“A falta de toda convención rige la comunidad legal; los bienes adquiridos durante el
matrimonio se presumen que pertenecen a la sociedad conyugal y ésta es una presunción legal
o su adquisición durante éste, pro donación, herencia o legado, éstos pertenecen de por mitad a
los esposos en el concepto de bienes comunes o gananciales (Castillo Amengual, supra 26, p.
235)”
Aunado a lo anterior, precisa la doctrina en análisis de la normativa sustantiva al respecto,
cuales son los bienes que pertenecen a la comunidad patrimonial conyugal, precisando que
(pp.355-356):
“Se habla de una comunidad de gananciales, porque en ella se incluyen no sólo las
adquisiciones hechas durante el matrimonio a expensas del caudal común (art. 156, ord. 1º),
sino también las hechas o producidas por el trabajo, profesión, industria o arte de cualesquiera
de los cónyuges (art. 156, ord. 2º) o las derivadas de los frutos, rentas e intereses de cada
cónyuge (art. 156, ord. 3º), así como las donaciones hechas con ocasión del matrimonio (art.
161). Y se dice que ella es ilimitada, pues además de que no entran los bienes que ya
pertenecieran, por cualquier título oneroso o gratuito a cualquiera de los cónyuges antes del
matrimonio, no entran tampoco en esa comunidad los que cada uno de los adquiera por
herencia, legados o donaciones hechas a título personal al respectivo cónyuge, aunque estos
eventos ocurran durante el matrimonio, o los que entre al patrimonio particular de ese cónyuge
por subrogación real con otro de tales bienes propios de él (por permuta, retracto con dinero de
su patrimonio, dación en pago para extinguir un crédito personal de ese cónyuge, u otra causa
lucrativa que precede al matrimonio, compras hechas con dinero precedente de otros bienes del
propio adquiriente), ni tampoco otros bienes adquiridos por otros títulos que resulta justo
vida, de daños personales u otros derechos personalísimos (art. 151 y 152). A ello habría que
agregar todavía, los bienes donados o dejados en testamento conjuntamente a los cónyuges con
designación de la parte que corresponde a cada uno, o en su defecto, de por mitad, según lo
establecido en el artículo 153 y que se califican como bienes propios de los cónyuges (Melich,
Siguiendo el mismo orden de ideas, dispone el artículo 768 del Código Civil, lo siguiente:
En este sentido, el autor patrio Abdón Sánchez Noguera, refiere lo que de seguida se
transcribe:
“…El artículo 768 del Código Civil consagra a favor del comunero el derecho de acudir a los
órganos jurisdiccionales para demandar la partición, en virtud del principio de que “A que
mediante juicio, se hace posible la división de las cosas comunes para adjudicar a cada
comunero la porción de los bienes comunes, conforme a la cuota que a cada uno corresponda
en las mismas...”
Así mismo, al referirse a quien está legitimado para intentar y sostener un juicio de partición de
“…Legitimados, tanto activos como pasivos para proponer la demanda y para ser propuesta en
su contra, serán todas y cada una de las personas que sean titulares de los derechos de cuya
partición se trate. Sólo basta tener atribuida la condición de comunero para que pueda obrar
En resumen, se desprende que el único requisito exigido por la Ley para demandar la partición
de una comunidad de bienes, es que ambas partes de la controversia, tanto el demandante como
el demandado, deben tener el carácter de comuneros de la comunidad objeto del litigio, lo que
en el presente caso nuestra condición queda acreditada con la sentencia de divorcio que se
“En todo lo relativo a la división de la comunidad que no esté determinado en este Capítulo, se
El procedimiento de partición, por su naturaleza, es un juicio que se rige bajo la normativa
jurídica contenida en el Capítulo II, Título V, Libro Cuarto del Código de Procedimiento Civil.
"La demanda de partición o división de bienes comunes se promoverá por los trámites del
comunidad, los nombres de los condóminos y la proporción en que deben dividirse los bienes.
CAPITULO IV
DE LA PRETENSIÓN (Petitum)
comunero, con fundamento legal en las Normas legales Ut retro transcritas, para
Tribunal:
fecha ... (..) de ... de mil novecientos noventa y ...(199.) según documento protocolizado en la
Nro. .., Tomo .., Protocolo Primero, cuyos linderos, medidas y demás determinaciones se
SEGUNDO: En la fijación del valor del inmueble objeto de la solicitud de Partición de
Comunidad de Gananciales y una vez fijado el valor del inmueble, se proceda a la venta del
mismo, consignándose a nuestro representado, el Cincuenta por Ciento (50%), del precio que
TITULO -II-
En razón de dicha premisa nosotros creemos que el fundamento de las medidas cautelares
se halla en un aspecto subjetivo más que objetivo, ya que los sujetos procésales principales
todos los mecanismos legales e instrumentos jurídicos y acatar el fallo definitivo una vez
emitido, no lo hacen; ya que en su gran mayoría la parte perjudicada con la decisión final, o
quienes intervienen en el proceso sin tener derecho ejerciendo la contradicción, tienden a actuar
de mala fe, para evitar que dicha sentencia se haga efectiva dilatando el proceso a través de
medios impugnatorios, mientras que por otro lado realizan actos jurídicos destinados a
disminuir el crédito, garantía o disponer de bien materia de discusión, de tal forma que una vez
consentida la sentencia de merito o quedar firme por efecto de ser frustrado los medios
impugnatorios, y obtenido un resolución que constituye titulo ejecutivo, el cual se hace efectivo
no se halla el bien o lo encuentra en poder de otro. Ello debido a que el nuestro ordenamiento
acoge el aforismo fe de que la buena fe se presume y la mala fe se prueba, ya que las partes que
intervienen en un proceso muy por el contrario de actuar con probidad en todo acto que realizan
y ciñéndose a la ley, tratan de eludir mediante medios ilegítimos sus cargas, es por ello que
para una mejor compresión de las medidas cautelares y lo que persigue en el proceso, es
necesario entender con claridad que su fundamento no se halla en la demora de por más natural
e imprescindible de todo proceso, sino en la mala fe de las partes, ya que la medida cautelar va
proceso, haciendo indisponible por parte del titular del bien, logrando así eliminar el riesgo o
En efecto, explica Ortiz, R. (1997) “la función jurisdiccional, además de tener como misión
reservarse la solución de conflictos y evitar la justicia particular, también está dirigida a la
satisfacción concreta – material o potencial – de los intereses individuales” (p. 5).
Desde esta perspectiva, ante el riesgo manifiesto de ver burlada la decisión judicial, el
legislador instituyó las medidas cautelares, para proteger los derechos subjetivos del
solicitante. Al respecto, opinan Pico y Junio (1997) que “sin las medidas cautelares, las
resoluciones judiciales se convertirían en meras declaraciones de intenciones, relegándose la
efectividad de la tutela judicial a la voluntad caprichosa de la parte condenada” (p. 76).
Por más que se simplifiquen las formas del proceso ejecutivo, no puede la tutela
jurisdiccional responder de una forma tan fulmínea, que impida que, entre el
momento en que el demandante acude a la justicia y el momento que ella provee,
transcurra un lapso que en ciertos casos haga menos provechosa y hasta ineficaz la
providencia. (p. 8).
Vistas de este modo, las medidas cautelares cumplen una función instrumental, por cuanto
se destinan a la protección del efectivo cumplimiento de la sentencia, para satisfacer en
plenitud, las pretensiones de los ciudadanos. Así lo explica Carnelutti, F. (1944) al señalar
que las medidas cautelares no son independientes, sino que tienen un carácter tutelar, destinado
a garantizar el buen fin de la causa principal.
La tesis así esbozada, permite definir las medidas cautelares como toda providencia
judicial tendiente a obtener la protección o amparo del derecho controvertido, en el momento
que resulte amenazado por la tardanza natural del proceso de cognición. En otros términos, la
efectividad de la tutela judicial está garantizada por las medidas cautelares, toda vez que ellas
no sólo persiguen el aseguramiento de las resultas del juicio para el ganancioso, sino la
concreción de la justicia.
De esta manera, la negativa infundada del órgano jurisdiccional para decretar medidas
preventivas, apareja sin duda, la privación del derecho Constitucional de acceso a la justicia,
pues las medidas cautelares garantizan inmediatamente el derecho cuya protección se invoca y,
mediatamente, la ejecución eficaz e íntegra del fallo. Sobre este particular, exponen Hussein y
Hernández:
Ahora, el sentido teleológico de las medidas no justifica su decreto por voluntad del juez,
sino que como consecuencia del principio dispositivo, es potestativo de las partes solicitarle a
aquél, se sirva dictarlas, para asegurar su derecho. La discrecionalidad del juzgador, en lo
concerniente a las medidas cautelares, sólo alcanza la determinación de los requisitos
establecidos en el artículo 585 del Código de Procedimiento Civil y verificados éstos, deberá
decretar la medida solicitada.
Las condiciones requeridas para la procedencia de las medidas cautelares, de acuerdo con
el prenombrado artículo, son dos. En primer lugar, es necesario probar el “riesgo manifiesto de
que quede ilusoria la ejecución del fallo” (periculum in mora) lo cual exige una pendente litis,
pues la norma se refiere a la sentencia que ha de resolver el juicio principal. Vale la pena
recordar que sobre el particular existen excepciones, verbigracia, en materia de derecho de
autor, donde se anticipa la cautela en virtud de la inminencia del peligro de desaparición la cosa
objeto de la medida.
En segundo término, se debe acompañar un medio probatorio que permita constituir una
presunción grave del derecho que se reclama (fumus bonis iuris) elemento fehaciente o
suficiente para estimar como posible y cierto el derecho del solicitante.
Ossorio, M. (1974) enseña que “en sentido civil, son llamadas presunciones legales las
establecidas por la ley para dar por existente un hecho, aún cuando en la realidad pudiera no
haber sido cierta” (p. 604); en otras palabras, son consecuencias lógicas extraídas de un hecho
conocido, a los fines de establecer uno desconocido. De conformidad con la ley adjetiva
vigente, la presunción de un derecho que se reclama y las circunstancias que fundamentan la
solicitud, tiene que ser grave, de manera que el Juez debe extraer de los medios probatorios
acompañados, la suficiencia del argumento del peticionario, sin obviar la responsabilidad que
tiene al decretar la medida.
Ahora bien, al equipararse al matrimonio, el género “unión estable” debe tener, al igual que
éste, un régimen patrimonial, y conforme al artículo 767 del Código Civil, correspondiente al
concubinato pero aplicable en la actualidad por analogía a las uniones de hecho, éste es el de la
comunidad en los bienes adquiridos durante el tiempo de existencia de la unión. Se trata de una
comunidad de bienes que se rige, debido a la equiparación, que es posible en esta materia, por
las normas del régimen patrimonial-matrimonial.
Diversas leyes de la República otorgan a los concubinos derechos patrimoniales y sociales en
diferentes áreas de la vida, y esto, a juicio de la Sala, es un indicador que a los concubinos se
les está reconociendo beneficios económicos como resultado de su unión, por lo que, el artículo
77 eiusdem, al considerarlas equiparadas al matrimonio, lo lógico es pensar que sus derechos
avanzan hasta alcanzar los patrimoniales del matrimonio, reconocidos puntualmente en otras
leyes. La Ley que Regula el Subsistema de Pensiones (artículo 69-6) otorga a los concubinos
pensión de sobrevivencia; la Ley del Estatuto sobre el Régimen de Jubilaciones y Pensiones de
los Funcionarios de la Administración Pública Estadal y Municipal, otorga a la concubina
derechos a la pensión de sobrevivencia (artículo 16-3); las Normas de Operación del Decreto
con Rango y Fuerza de Ley de los Préstamos Hipotecarios a Largo Plazo (artículo 130), así
como las Normas d Operación del Decreto con Rango y Fuerza d Ley que Regula el
Subsistema de Viviendas (artículo 34) prevén al concubinato como elegibles para los préstamos
para la obtención de vivienda; la Ley del Seguro Social (artículo 7-a) otorga a la concubina el
derecho a una asistencia médica integral; la Ley Orgánica del Trabajo (artículo 568) da al
concubino el derecho de reclamar las indemnizaciones que corresponderán a su pareja
fallecida, e igual derecho otorga el Estatuto de la Función Pública (artículo 31).
Se trata de beneficios económicos que surgen del patrimonio de los concubinos: ahorro,
seguro, inversiones del contribuyente (artículo 104 de la Ley de Impuesto sobre la Renta lo
reconoce), etc., y ello, en criterio de la Sala, conduce a que si se va a equiparar el concubinato
al matrimonio, por mandato del artículo 77 constitucional, los efectos matrimoniales
extensibles no pueden limitarse a los puntualmente señalados en las leyes citadas o en otras
normas, sino a todo lo que pueda conformar el patrimonio común, ya que bastante de ese
patrimonio está comprometido por las leyes referidas.
Tal comunidad de bienes, a diferencia del divorcio que exige declaración judicial, finaliza
cuando la unión se rompe, lo cual –excepto por causa de muerte- es una cuestión de hecho que
debe ser alegada y probada por quien pretende la disolución y liquidación de la comunidad. A
juicio de la Sala, y como resultado natural de tal situación, quien demanda la disolución y
liquidación de la comunidad, podrá pedir al juez se dicten las providencias del artículo 174 del
Código Civil, en el supuesto en él contemplado.
Ahora bien, como no existe una acción de separación de cuerpos del concubinato y menos una
de divorcio, por tratarse la ruptura de la unión de una situación de hecho que puede ocurrir en
cualquier momento en forma unilateral, los artículos 191 y 192 del Código Civil resultan
inaplicables, y así se declara; sin embargo, en los procesos tendientes a que se reconozca el
concubinato o la unión estable, se podrán dictar las medidas preventivas necesarias para
la preservación de los hijos y bienes comunes.”
1.- Con respecto a la presunción del buen derecho, como el acta de nacimiento de nuestro hijo
marcado “XXX”, QUIEN FUE CONCEBIDO ANTES DEL MATRIMONIO Y
DURANTE LA UNION ESTABLE DE HECHO, así como el justificativo de testigos
también consignado en la presente demanda marcado “xxxxxx” de la existencia de dicho
concubinato enumero a continuación los bienes sin perjuicio de otros existentes que desconozca
en la actualidad a saber los siguientes:
se observa de la copia certificada del acta de la partida de nacimiento de nuestro menor hijo
marcada “___” mi concubino manifiesta además de que es su hijo ambos teníamos un mismo
domicilio en la Avenida Bolívar Parque Residencial Las carolinas Torre d. Apto D-1-1,
Cabudare conjugada con el Justificativo de ____ testigos acompañado que declaran conocer la
existencia de una unión estable de hecho con apariencia de matrimonio entre los ciudadanos
LORENA BRIZUELA YEPEZ y WILFREDO DE JESUS PEREZ MARTOS, asi como los
documentos QUE ANEXO MARCADOS _______ AL ___________ de los actos de
enajenación que ha realizado sin mi consentimiento para burlar mis derechos patrimoniales
concubinarios, y del patrimonio simulado que ha creado EDDYMAR ELENA PEREZ
MARTOS, con dinero proveniente de nuestra unión concubinaria y conyugal, que aportan
indicios suficientes para apreciar dicho requisito, por lo que considero lleno el extremo de
presunción del derecho que se reclama o Fomus Boni Iures Y solicito sea apreciado por este
Tribunal.
Es asi como en relación a la verificación del elemento periculum in mora, ha sido criterio
reiterado por la doctrina y la jurisprudencia, que su verificación no se limita a la mera hipótesis
o suposición, sino a la presunción grave del temor al daño por violación o desconocimiento del
derecho si éste existiese, o por los hechos del demandado durante la tramitación del juicio
tendentes a burlar o desmejorar la efectividad de la sentencia esperada. En el caso que nos
ocupa, considero, que siendo que en la adquisición de bienes antes identificados parte de una
comunidad matrimonial, ha efectuado siendo de estado civil soltero, tal situación cual
constituye prueba fehaciente para demostrar las posibilidades de traspaso, enajenación,
ocultamiento o dilapidación que ésta pudiera efectuar sobre los indicados bienes inmueble sin
necesidad de autorización alguna de mi parte; prueba de ello lo es los vehículos, motos que
vendió sin mi autorización el cual anexo copia marcada “XXX” donde se verifica la venta, así
como copia de la cedula de identidad marcada “XXX” de estado civil SOLTERO se
determinan así los motivos o indicios suficientes que conllevan a la presunción del peligro en la
mora o el riesgo manifiesto de que quede ilusoria la ejecución del fallo, y siendo éste requisito
indispensable para proceder al decreto de las medidas cautelares, de conformidad con lo
establecido en el artículo 585 del Código de Procedimiento Civil solicito muy respetuosamente
de este digno tribunal sea decretada la siguientes medidas a los fines de evitar que mientras
dure el juicio el ciudadano XXXXXXXXXXXXXXXXX, siga enajenando u oculte, dilapide
los bienes a favor de un familiar o tercero, y así burlar los derechos e intereses patrimoniales de
mi representada, como concubina y luego esposa, solicito sea acordada con carácter de
urgencia las siguientes medidas cautelares:
PRIMERO: Medida de prohibición de enajenar y gravar sobre el cincuenta por ciento (%0%
de los derechos de propiedad que me corresponden sobre un (1) inmueble constituido por un
XXXXXXXXXXXXXXXXX destinado a vivienda familiar signado con el Nro.
XXXXXXXXXXXX, de la Torre “D”, ubicado en el Primer Piso de la referida Torre del
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX, en jurisdicción del Municipio
XXXXXXXXXXXXX, Distrito (hoy Municipio) XXXXXXXXXXXXXX del Estado Lara.
El apartamento objeto de esta venta tiene una superficie de XXXXXXXXXXXXX (XXX
Mts2), consta de tres (3) habitaciones con sus respectivos closet en madera, dos (2) baños,
Sala-comedor, cocina-oficios y recibidor, , y se encuentra dentro de los siguientes linderos
particulares: NOROESTE: Con XXXXXXXXXXXXXX”; SURESTE:
XXXXXXXXXXXXXXXX; NORESTE: XXXXXXXXXXXXXXXXX” y SUROESTE:
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXX. Le corresponde en uso exclusivo y privativo dos (2)
Puestos de Estacionamiento contiguos distinguidos con los Nos. XXX y XXXXX, con un
área total de aproximadamente XXXX Mts2, ubicados en el Estacionamiento XXX y cuyos
linderos sonXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX, el cual le corresponde un
porcentaje de participación sobre las cargas y beneficios de la comunidad total del Conjunto
Residencial XXXXXXXXXXXXXXXXXXXX de UN ENTERO CON CINCUENTA Y SEIS
CENTESIMAS POR CIENTO (1,56%). El Documento de Condominio el cual se encuentra
registrado por ante la Oficina Subalterna de Registro del Municipio Autónomo
XXXXXXXXXXXXXXXXXXX (Hoy Registro Inmobiliario del Municipio
XXXXXXXXXXXXXX) en fecha XXXXXXXXXXXXXX, quedando inserto bajo el Nro.
XXXX, Tomo XXXX, Protocolo Primero, Folios 1 al 28, Cuarto. Trimestre del año
XXXXXXXXXXXX, y le pertenece a XXXXXXXXXXXXXXXX, por haberlo adquirido
según consta de documento debidamente protocolizado por ante la Oficina Subalterna de
Registro del Municipio Autónomo XXXXXXXXXXXX, Estado Lara, de fecha
XXXXXXXXXXXX, bajo el Nro. XX, folios 1 al 4, Tomo XXXX, Protocolo Primero,
Primer Trimestre del año XXXXXXXXXXX. Este inmueble si bien fue adquirido durante el
matrimonio constituye la vivienda donde vive mi representada, y el cónyuge
XXXXXXXXXXXXX, le ha amenazado en diversas oportunidades con desposeerla y venderlo
en caso de demanda judicial, y existe el temor fundado de que lo haga debido a los negocios
jurídicos de enajenación ya realizados a terceros y a su hermana XXXXXXXXXXXXXXX, de
que traspase la propiedad del mismo, y deje a su esposa sin vivienda.
TÍTULO -III-
Conforme con lo establecido en los artículos 39 de nuestra Ley Adjetiva Civil, y a los efectos
TITULO -IV-
_________________________________.
TITULO -V-
DE LA ADMISIÓN
Por último, solicito con todo respeto al ciudadano Juez, que la presente demanda
Procedimiento Civil y sea sustanciada conforme a Derecho y declarada con lugar. Es justicia