Clasificacion de Instrumentos
Clasificacion de Instrumentos
Clasificacion de Instrumentos
La clasificación antigua
Las clasificaciones han debido realizarse siempre sobre la base de los materiales
conocidos. Por espacio de siglos los estudiosos europeos sólo tuvieron a su alcance los
instrumentos musicales de Europa y regiones vecinas, y esto explica esa primera
clasificación que ha difundido por el mundo entero el esquema simplista de los tres grupos:
cuerda, viento y percusión. Pero cuando la Etnografía, que ensancha su vigoroso
movimiento desde mediados del siglo pasado, descubre y presenta al asombro de Europa
cantidad de extraños instrumentos que aparecieron en pueblos lejanos de todas las regiones
de la tierra, el esquema de los tres grupos resulta definitivamente insuficiente. Cabe notar,
como curiosidad, que esa rudimentaria clasificación, abandonada en el ambiente científico
desde hace más de medio siglo, conserva singular vitalidad póstuma en todas partes,
especialmente en el ambiente artístico, y que aun en nuestros días se enseña como si no se
tratara de una histórica curiosidad de los archivos intelectuales.
Esta clasificación antigua y sobreviviente carecía de constancia lógica aun en su
principal distinción del material. La categoría de instrumentos de cuerda se definía por el
elemento que entraba en vibración, la cuerda misma; en cambio, para la de percusión, se
tenía en cuenta, no el cuerpo vibrante, la membrana o la masa, sino el golpe, que es uno de
los medios con que se obtiene el sonido o el ruido. Incompleta desde el principio, resolvió
el problema de encasillar los instrumentos que no cabían en sus tres grupos, agregando
cómodamente un cuarto grupo: varios. He aquí su plan:
1. Cuerda
2. Viento
3. Percusión
4. Varios
12
Las subdivisiones, un tanto arbitrariamente atentas al material de que estaban hechos
los instrumentos —madera, metal—tampoco respondían con eficacia a las exigencias de la
práctica . Por supuesto, el conocimiento de los instrumentos exóticos esclareció su
impotencia, y las necesidades creadas reclamaron al ingenio nuevas proposiciones.
La clasificación de Mahillon
13
“El sonido es el resultado de un movimiento vibratorio transmitido al oído por el
medio elástico que nos rodea: el aire. Los instrumentos de música son los aparatos por
medio de los cuales se obtiene ese movimiento vibratorio.
Todos los cuerpos elásticos, sean sólidos, líquidos o gaseosos, pueden producir
sonidos; pero la construcción ha limitado necesariamente elección de esos materiales a
aquellos en que el movimiento vibratorio se provoca más fácilmente. Entre los
sólidos, emplean las cuerdas, las membranas, la madera, el vidrio, los metales, la
piedra, etc. Entre los gases, el aire. En cuanto a los líquidos, su empleo no ha recibido
hasta hoy aplicación útil.
La clasificación que nosotros hemos adoptado para este catálogo se funda en la
diferente naturaleza de los cuerpos empleados como fuentes sonoras. Este modo de
clasificación nos ha parecido que reúne las condiciones más favorables a la claridad y a
la simplicidad.” [ibíd., pág. 1-2]
El primer paso de Mahillon consiste en unificar los criterios con que deben afrontarse
las divisiones. Si decimos instrumentos 'de cuerda', es evidente que tomamos como
característica de su categoría el elemento que se pone en vibración. Lógicamente, no puede
formarse a su lado otro grupo con instrumentos 'de percusión', como antaño, porque la
percusión sólo es uno de los procedimientos o maneras de que se vale el ejecutante para
poner en vibración el cuerpo, y no se refiere a la materia vibradora, como en el caso de la
'cuerda'. En cambio, puede subsistir una categoría de instrumentos 'de viento', porque el
viento, o mejor, el aire, es lo que vibra en esta clase de instrumentos.
Así, en la división principal, Mahillon dejará en pie dos de las categorías tradicionales:
cuerda y viento. La categoría 'percusión' es ilógica y, en la práctica, arbitraria. Baste pensar
que el bombo vendría a quedar al lado de la celesta. Y la categoría 'varios', que no es
ninguna categoría sino un depósito de excedentes, desaparecerá. Mahillon ordena todos los
demás instrumentos extendiendo, simplemente, el principio de clasificación que adopta: lo
que vibra. En un tambor, por ejemplo, la materia del instrumento que entra en vibración es
la piel o membrana. Pues bien, el organólogo crea la categoría de instrumentos de
membrana. Y en los platillos, o en las castañuelas, o en el gong, o en los tambores hechos
con un tronco hueco, sin piel, no vibra la cuerda, no el aire, no la membrana, porque esos
instrumentos no tienen membranas o cuerdas ni suenan por la vibración de una columna
de aire; vibra la masa entera del instrumento (como en la campana) o sus dos mitades
(como en las castañuelas) o las muchas partes que lo constituyen (como en los manojos de
cápsulas que entrechocan). La materia de que están hechos es rígida, pero no tanto que
impida su vibración. Entonces tenemos otra categoría: la de los instrumentos en que vibra
‘la masa del material’ con que están hechos.
En resumen, cuatro categorías. Por precisión en la nomenclatura, Mahillon toma la
voz griega 'fono' (sonido) y articula con ella cuatro voces nuevas: membranófonos, que se
aplica a los instrumentos en que vibra la membrana; cordófonos, para aquellos en que
vibran las cuerdas; aerófonos, que designa a los instrumentos relacionados con la vibración
del aire y, finalmente, autófonos, reservada para aquellos en que es posible la vibración de
su materia corporal misma. Auto, como es sabido, significa propio, por uno mismo. Esta
voz fue objetada posteriormente por Curt Sachs, que propuso idiófonos en su lugar, y
rehabilitada después por Francis W. Galpin [1937].
Mahillon mismo dedica párrafos concretos a la explicación de sus divisiones
principales. Vamos a traducirlos:
“Todos los aparatos sonoros que han ocupado el genio inventivo del hombre, se
distribuyen en cuatro clases:
La primera, en que el sonido es producido por la elasticidad de los cuerpos mismos, es
la de los instrumentos autófonos.
14
La segunda, en que el sonido se debe a la vibración de membranas que han cobrado
elasticidad por la tensión, es la de los instrumentos de membranas.
La tercera es la de los instrumentos de viento. El sonido es producido por el
movimiento vibratorio del aire, obtenido con la ayuda de una corriente activa sobre
órganos especiales.
En fin, la cuarta, basada en la vibración de las cuerdas, cuerpos filiformes que, tal
como las membranas, no son elásticas sino por tensión, es la de los instrumentos de
cuerdas.” [ibíd., pág. 3]
Terminada la exposición del nuevo plan, Mahillon dedica unas ochenta páginas a
explicar sus cuatro clases y divisiones, y en el comentario sobre muchos de los
instrumentos incluye datos históricos. Interesan especialmente sus palabras sobre la clase
de los instrumentos autófonos creada por él. Dice:
El autor se demora luego en las divisiones y al terminar el examen de las otras tres
clases ofrece su primer cuadro de clasificación general. Decimos su primer cuadro, porque,
años adelante lo corrigió y aumentó dos veces, como veremos.
Publicó el II tomo del catálogo en 1896. En el anterior describió los instrumentos
números 1 al 576; en éste los 577 a 1321. El mismo editor. El tercer tomo apareció en 1900
y describe los instrumentos números 1322 a 2055, y el IV, en 1912, con detalles sobre los
números 2056 a 2961. Aquí hay una novedad; escribe en el Prefacio.
“Hacemos figurar al comienzo de este cuarto volumen de nuestro catálogo una nueva
tabla que resume nuestro ensayo de clasificación y contiene las adiciones que hizo
necesarias el descubrimiento de muchos instrumentos cuya existencia ignorábamos al
comienzo de nuestros trabajos, hace treinta y cinco años.” [Mahillon, 1912: pág.V] 8
(VER APÉNDICE III)
15
Clasificación Metódica de los Instrumentos de Música
16
Sección b - De entonación determinada. T im bales.
17
RAMA C.- Instrumentos polífonos con depósito de aire.
Sección a - Sin tubos.............................................................. Acordeón, Concertina,
M élo fo n o .
Sección b - Sin tubos, de teclado..........................................Armonio (órgano
expresivo),
H a rm o n ifla u ta .
Sección c - Sin tubos, de movimiento automático........... Antifonal Debain,
H a rm o n ista V. Gevaert.
Sección d - De tubos............................................................... M u seta s, Cornamusas,
C h e n g chino.
Sección e - De tubos y teclado.............................................. Órgano.
Sección f -De tubos y movimiento automático................ S erin ete, Organo de
Barbería, O rq u estr ió n .
18
Salterio.
Subsección bb - Con mango (Monocordio).Tambor árabe, Laúd,
Tiorba, Sistro, Guitarra.
Sección b- De teclado Espineta, Clavecín,
C lavi-arpa.
Sección c - De movimiento automático Espineta de cilindro.
Sección d - Cuerdas punteadas (excitadas) por el viento. Arpa eólica.
Pero estos autores discrepan de Mahillon en las subdivisiones. Creen que es urgente
modificar el criterio en que se fundan, ampliar su número e introducir diversas
innovaciones de carácter general.
“El enfoque debe ser objetivo. El motivo a que obedece la subdivisión debe ser
reconocido a simple vista, es indispensable tener en cuenta a un tiempo mismo las
necesidades del conservador de museo, de los exploradores13 y de los etnólogos.
19
Cuando hay detalles, al parecer insignificantes, que tienen importancia desde el punto
de vista de las correlaciones histórico—culturales, es necesario hacer nuevas
subdivisiones [...] La sistemática de los instrumentos musicales había tomado de la
zoología y la botánica la idea de los rótulos jerárquicos: clase, orden, familia, género,
especie, etc. Mahillon empleó clase, rama, sección, subsección. No ‘familia’, que tiene de
antiguo en música especial significación.” [ibíd., pág. 553 y 557]14
3 1 1 - de palo
3 1 2 - de tubo
3 1 sin mango 3 1 3 - de balsa
3 1 4 - de tabla
3 1 5 - de valvas
3 1 6 - de marco
3 cordófonos
3 2 1 - laúdes
3 2 con mango 3 2 2 - arpas
3 2 3 - laúdes-arpas
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Más todavía. Toman el orden 3 1 1 y lo subdividen:
3 1 1. 1 arcos musicales
311
3 1 1. 2 palos musicales
Y así con todos los órdenes. Luego nueva subdivisión para todos los subórdenes, etc.
Mediante este procedimiento se forman en cualquiera de las categorías cifras de seis, ocho y
hasta nueve unidades. Por ejemplo, 111.242.222. El primer 1 significa idiófonos, como
sabemos; el segundo 1 indica que ese idiófono pertenece a la categoría de los que vibran
por efecto de un golpe; el tercer 1, significa que el golpe es directo; vale decir, producido
por un movimiento del ejecutante, sin medios mecánicos; el número 2 que sigue caracteriza
el procedimiento llamado percusión (golpe de un objeto que no da sonido propio: palo,
badajo, etc.); el 4, quinta cifra, indica que el instrumento tiene forma de vaso (podría tener
forma de bastón, de placa, de tubo); el 2, sexta cifra, indica que se trata de campanas (y no
de gongs); el otro 2 que sigue, señala que se trata de un juego de campanas (y no de una
campana independiente); la octava cifra, otro 2, dice que la campana es colgante y no
asentada y, por fin, el último 2, que se golpea con un badajo. En resumen, la cifra
111.242.222 distingue a un instrumento idiófono / de golpe / de golpe directo / de
percusión / en forma de vaso / campana / en juegos / colgante / de badajo. En los
cuadros siguientes cada nueva subdivisión, a partir de la quinta cifra, deja un blanco
tipográfico en el margen izquierdo.
Perplejo quedará el estudiante al imaginar la enorme cantidad de cifras a que da lugar
la variedad de instrumentos y sus características. Así es; pero no es más complicado el
sistema que la realidad misma. Por lo demás, la clasificación debe abarcar todos los
instrumentos y comprender todos sus caracteres y matices diferenciales, no importan las
complejidades que la operación apareje. Como sistema comprensivo, el de Hornbostel y
Sachs es magnífico, y su principio no puede ser más sencillo. Naturalmente, para simplificar
sin distinguir, bastaría con encerrar todas las piezas en una sola casilla bajo el rótulo de
'instrumentos musicales'. Menos trabajo.
No creen los autores haber logrado la perfección. Admiten que la presencia de
nuevos instrumentos puede crear otras divisiones y prevén todos los tipos posibles siempre
dentro del sistema que, en efecto, es elástico. Tampoco se les escapan las dificultades
propias de la sistematización en esta materia. La principal división se funda en los
diferentes procesos físicos de la producción del sonido, pero tales procesos no han sido
aún esclarecidos por las investigaciones acústicas. Otro inconveniente son los tipos
intermedios. La pandereta, por ejemplo, es una membrana en un marco, pero cuando este
marco se hace un poco más alto, y luego otro poco más, resulta al fin una membrana en un
tubo. Hay, pues, instrumentos que vacilan entre marco y tubo17. No son menos difíciles de
clasificar los tipos híbridos, esto es, los que participan en dos o más grupos. Se ubican
según la parte que predomina, es claro; pero no siempre el predominio es neto. Ahora,
cuando un tipo híbrido se establece definitivamente, requiere rótulo y lugar propios.
Es materialmente imposible explicar los detalles en que von Hornbostel y Sachs
fundan las subdivisiones. Los propios autores renuncian a discutir pormenores, y confían a
la simple presentación de los cuadros la ilustración minuciosa del pensamiento que los ha
orientado.
Nosotros haremos lo mismo. En 1931, durante nuestro inconcluso aprendizaje del
idioma alemán, escogimos, a título de práctica, la traducción íntegra del sistema creado por
von Hornbostel y Sachs. Nuestro profesor, el extinto doctor Federico Braunmüller, trabajó
a nuestro lado largas semanas explicándonos con la precisión posible el sentido de cada
21
denominación. Yo me encargué de buscar su equivalente técnico en nuestro idioma, ya
adoptando el usual, ya creándolo; pero la cantidad de voces nuevas y la necesidad de
reproducir en una voz castellana todas las que tan fácilmente reducen a una los alemanes,
constituyeron una seria preocupación para mí, y demandaron un esfuerzo cuyos resultados
nunca me dieron total satisfacción. Cuando Karl Gustav Izikowitz adaptó esta clasificación
al idioma inglés, afirmó: “The English nomenclature has presented a formidable problem.” [Izikowiz,
1934:4]. Sin duda, puedo decir lo mismo de la castellana .
Aun debo aclarar que la versión alemana original establece el significado de la especie
que cada cifra representa, añadiendo, generalmente, al nombre de la clase, el de la subclase,
el del orden, etc., y articulando con ellos solo una o dos palabras compuestas. No he
podido hacer lo mismo en castellano por razones de índole idiomática; pero será fácil para
el lector complementar nuestra forzosamente económica nomenclatura de la manera que
explicamos a continuación.
Volvamos al ejemplo que presentamos en la página 21. La cifra 311.1 dice: Palos
musicales. Esto explica muy poco. Entonces el lector debe buscar, líneas arriba, la cifra que
tiene un número menos: 311 De palo, y anteponer estas voces a las anteriores. En seguida
busca, saltando líneas hacia arriba, la cifra de dos números: 31, Sin mango, y luego, en fin,
la de un número: 3. Cordófonos. Ahora puede reconstruir la leyenda completa: Cordófonos
/ sin mango / de palo / palos musicales.
Se ha objetado a la clasificación de von Hornbostel y Sachs su extensión y
complejidad. Es verdad, pero insistimos en que, así, es la base indispensable de los estudios
organológicos, porque, por sobre todo, desarrolla un completísimo repertorio de los
instrumentos musicales que ha creado el hombre.
Creo que la nuestra es la primera versión castellana de este sistema. Sachs (von
Hornbostel falleció en 1938), al autorizar la presente traducción no mencionó la existencia
de otra algunac. Damos, pues, al lector de nuestra lengua versión completa del sistema de
clasificación de von Hornbostel y Sachs . (En la presente edición digital, esta clasificación
puede consultarse en el Apéndice IV)
Von Hornbostel y Sachs fueron seguidos de cerca por varios otros. Los interesantes
estudios de Walter Kaudern , Henry Balfour y Karl Gustav Izikowitz [1935] contienen
valiosas modificaciones de detalle, pero no constituyen nuevos sistemas.
El mismo doctor Sachs, que un año antes de colaborar en esta sistematización había
afrontado el tema en su Real-Lexikon der Musikinstrumente (Berlín, 1913), reproduce en 1920
el plan de la misma clasificación general en su Handbuch der Musikinstrumente (1930) con sólo
algunas modificaciones en el orden, insiste en dos estudios de otra índole (Geist und Werden
der Musikinstrumente, Berlín, 1929, y “La signification, la tache et la technique
muséographique des collections d’instruments de musique” en Mouseion, vol. 27-28, 1934)
y, finalmente, coronando sus andanzas de exiliado , escribe en inglés el libro The history o f
Musical Instruments, New York, 1940, en que dedica un capítulo al origen de los primeros
instrumentos y formula una cronología de su aparición en las etapas prehistóricas.
No creo que esté de más aquí una breve referencia a la importante cuestión de la
cronología. Se siente la necesidad de reemplazar las leyendas, de insistir en que la historia
de los instrumentos no empieza con la Biblia, de repetir que el tambor de membranas no es
el primer instrumento del hombre, en fin, de reafirmar que la humanidad prepara, durante
larguísimos períodos prehistóricos, los instrumentos que se perfeccionarán en los tiempos
propiamente históricos.
Sachs adopta para sus discriminaciones el método llamado geográfico, que consiste
en la observancia de varios agudos axiomas conquistados por el estudio de la dispersión de
cSchaeffner la tradujo al francés, e hizo más tarde una propia, que veremos.
22
los instrumentos sobre la superficie de la tierra y, enfocando el problema de una manera
muy amplia y general, distingue tres grandes etapas o estratos prehistóricos.
En el más antiguo, de acuerdo con nuestro autor, aparecen los sonajeros, el raspador
de calabaza, el raspador (de otros materiales), los pozos pateados, el palo zumbador, el
caramillo de tiras y la flauta sin orificios; en el siguiente —posterior—se encuentra el tambor
de tronco hendido, el bastón de ritmo, la flauta con orificios, la trompeta, la trompeta de
caracol, el tambor de membrana, el arpa térrea, la cítara térrea y el arco musical, y en el
tercero, el raspador de madera, el sonajero de mimbre, el xilófono, el birimbao, la flauta
nasal, la flauta travesera, la trompeta travesera, el tambor de fricción y el tambor con
percutor.
El estudio del origen y la evolución de los instrumentos es independiente de las
clasificaciones mismas. En seguida veremos si ambos temas pueden unirse y si la unión
resulta conveniente.
La clasificación de Montandon
El doctor George Montandon publica en 1919 una nueva clasificación de los
instrumentos musicales . Su sistema no representa, precisamente, un progreso en la
dirección discriminatoria de los anteriores, sino una modificación engendrada por un punto
de vista distinto. Los clasificadores precedentes han trabajado a base de criterios objetivos:
qué es lo que vibra, cómo se hace vibrar, qué forma tiene el instrumento o la parte que
interesa, etc. Montandon, sin abandonar esos principios, incorpora y sobreañade otra idea a
su planteo general.
Reconoce la excelencia de la división en cuatro grandes clases, y estima que “merece
subsistir” [1919: 3]; pero al reducir y modificar las subdivisiones obra movido por razones
que explica así:
PRINCIPIO 1: ENTRECHOQUE
(primitivamente, de dos bastones)
Fam ilia I: Idiófonos de entrechoque
PRINCIPIO 2: PERCUSIÓN
(primitivamente, de un recipiente)
Fam ilia II: Idiófonos de percusión
PRINCIPIO 3: SACUDIMIENTO
(primitivamente, de una o de muchas frutas secas)
Fam ilia III: Idiófonos de sacudim iento
PRINCIPIO 4: RASPADURA
(primitivamente, de una madera rugosa)
Fam ilia IV: Idiófonos de raspadura
PRINCIPIO 5 a: PUNTEADO
(primitivamente, de una lengüeta de corteza fija por un extremo a su base natural)
Fam ilia V: Idiófonos de punteado
PRINCIPIO 5 b: PUNTEADO
(primitivamente, de una tira de corteza fija, por los dos extremos, a su base natural, un
tronco rígido como el del bambú)
Fam ilia IX: Cordófonos sin m ango
24
PRINCIPIO 5 c: PUNTEADO
(primitivamente, de una tira de corteza fija por los dos extremos a su base natural, un leño
flexible)
Fam ilia X: Cordófonos con m ango
25
c) La misma tira, fija por los dos extremos a un tronco o rama flexible, habría
desembocado en todos los cordófonos con mango a través del arco musical (lira,
arpa, guitarra, violín, etc.).
CUADRO DE RECAPITULACIÓN
Se distribuyen entre las cuatro grandes clases de instrumentos las XIV familias
basadas sobre los 9 principios funcionales de partida, y se dividen las familias en sus
principales grupos de acuerdo con un criterio ya morfológico, ya funcional.
El término más representativo o más elevado de cada principio se indica en negrita.
pares de varillas
Familia cañas sueltas
I. de entrechoque palmeadores
(principio 1) castañuelas
platillos
26
triángulos
tiras de caña
cañas hendidas
diapasones
Familia IV,
varillas dentadas
I. de raspadura
carracas
(principio 4)
Familia V, birimbao
I. de punteado “sanza”
(principio 5a) “violín de hierro”
cajas de música
27
Familia VIII, Mirlitones
M . de choque del aire
(derivación de los “nyastaranga”
principios 6 ó 7)
cítaras cilíndricas
cítaras convexas
cítaras planas
“cémbalos”, etc.
Familia IX,
C. sin m ango cítaras de cañas
(principio 5 b) acopladas
cítaras-plancha
cítaras cóncavas
cítaras con caja
citaras y pianos de
Eolo
arcos musicales
pluriarcos
liras
arpas
Familia X,
C. con m ango bastones monocordes
(principio 5 c) cítaras sobre bastón
guitarras intermedias
guitarras de cuello
guitarras de caja y violines
flautas traveseras
flautas longitudinales
Familia XI, silbatos
C. de soplo contra una ocarinas
arista “flageolets”
= A. Género flauta flautas de Pan
(principio 6) juegos de flautas del órgano
28
valvas marinas
Familia XII, trompas
A. de soplo en un tubo clarines
= A. Género trompeta trompetas
(principio 7) trombones
cornetas de pistones
Familia XIII,
A. de lengüeta doble lengüetas dobles
= A. Género oboe oboes
(principio 8)
palos zumbadores
sirenas
lengüetas libres
armónicas
Familia XIV, acordeones
A. libres y A. De lengüeta de armonios
lám ina, batiente o libre bocinas de automóvil
(principio 9) armónicas de boca
juegos de órgano de
lengüetas libes
lengüetas batientes
clarinetes
cornamusas
juegos de órgano de
lengüetas batientes
29
explicaciones de Montandon, nos veríamos obligados a añadir, como complemento, las
nuevas aportaciones que los investigadores de la escuela histórico-cultural han hecho
después de 1919, y aún noticia de los estudios que, en el mismo sentido de Montandon, se
han publicado después en Europa.
Sin embargo, nos parece interesante recordar aquí con este autor, algunas
conclusiones que no debe ignorar el curioso en organología. El ciclo de civilización más
antiguo, caracterizado por P. Schmidt y admitido con posterioridad a este estudio de
Montandon, no conoció ningún instrumento musical. El ciclo siguiente, menos antiguo,
tampoco los conoció. En el tercero, según Montandon, aparecen los bastones de
entrechoque y el palo zumbador. En el siguiente aparecen los primeros aerófonos (flautas y
trompetas primitivas) y los idiófonos de percusión, raspadura y sacudimiento. En el ciclo
de las Máscaras, se encuentran la flauta de Pan, mejores idiófonos de percusión, los juegos
de placas libres que preceden al xilófono y el tambor de madera. Aquí ubica Montandon el
arco musical. En el ciclo del Arco aparecen los primeros membranófonos, y en el ciclo
Malayo-Polinesio, la flauta travesera, la trompeta de valvas, el gran tambor de pie y los
precursores de la cítara sobre caja y sobre bastón. En los cuatro ciclos históricos ya
mencionados, se produce el gran desarrollo de todos los instrumentos hasta las formas
actuales. Si se exceptúa la ubicación de las trompetas, que aparecen más tarde, y la de las
trompetas de caracol y los tambores de membrana, que son anteriores, esta cronología se
aproxima, en general, a las que se han propuesto después.
Sigue al estudio sobre los ciclos un “Catálogo razonado de los instrumentos de
música del Museo Etnográfico de Ginebra” .
Las proposiciones de Montandon han sido superadas después en todos sus
aspectos25. Quedaba en pie la exigencia ética de reconocer su importante esfuerzo.
La clasificación de Schaeffner
30
Una confrontación minuciosa de sus innovaciones nos llevaría demasiado lejos.
Veamos solamente lo esencial.
Schaeffner acepta las cuatro clases de Mahillón — Hornbostel-Sachs: idiófonos,
membranófonos, cordófonos y aerófonos; y, para comenzar, establece una primera y
superior agrupación de esas mismas grandes clases. En los instrumentos del primer grupo
vibra el cuerpo, que es sólido; pero son sólidos también las membranas y las cuerdas. En
consecuencia, reúne los tres primeros —idiófonos, membranófonos y cordófonos—en una
sola categoría mayor, que denomina “Instrumentos de cuerpos sólidos vibrantes”. En
seguida le contrapone, en otro grupo, todos aquellos en que no es sólido el cuerpo que
vibra, sino gaseoso, el aire. Su segundo conjunto se denomina “Instrumentos de aire
vibrante”. La clasificación de Schaeffner, así, empieza por ubicar todos los instrumentos en
dos grandes categorías.
A nosotros nos parece un tanto forzada la reunión de los tres primeros grupos. Es
muy lógico el principio que los congrega, pero el espíritu se resiste a admitir la vinculación
de un par de castañuelas con un violín y un timbal, por lejana que sea la relación. Es claro
que las subdivisiones de Schaeffner se apresuran a restablecer la clásica separación; pero,
r •r • -s 27
entonces, ¿por qué esta reunión previa? .
Si confrontamos las primeras subdivisiones de Schaeffner con el sistema de
Hornbostel y Sachs, apenas hallamos otra cosa que nuevas palabras.
S c h a e ffn e r v. H o r n b o s t e l y S a ch s
Cuerda.......... Cordófonos
C. Cuerpo sólido extensible
M em bran a. Membranófonos
Palabras que importan, sin duda, distinciones sutiles como la de los grupos A, B y C,
pero empleadas, no para distinguir sino para refundir, no para separar sino para unificar
con respecto a las ordenaciones anteriores. En la clase C encontramos otra vez reunidos
instrumentos como las guitarras y los tambores, y es preciso llegar a una tercera subdivisión
(cuerda — membrana) para verlos recobrar la independencia que en los sistemas
precedentes se aceptaba desde el primer momento en consonancia con imperiosas
exigencias del sentido práctico .
Schaeffner no es un improvisador superficial; muy al contrario, hace ya muchos años
que se ha perfilado como un investigador erudito e inteligente. No es imposible desconocer
la aguda lógica en que asienta la contracción o unificación propuesta, pero acaso sea tal
condición su inconveniente, porque importa mucho respetar —en este caso—aquella parte
de los conceptos que la tradición del pensamiento organológico ha consagrado, a menos
que se pretenda un sistema desdeñoso de la aceptación general.
La reunión en un solo gran grupo de los idiófonos con los cordófonos y los
membranófonos, no se justifica suficientemente. Podríamos admitir la distinción entre los
instrumentos de cuerpo sólido inextensible e instrumentos de cuerpo sólido flexible —
31
cuestión de grado, al fin—y su agrupación en la categoría superior de los cuerpos sólidos
vibrantes; pero el hecho de incluir en esa misma categoría los instrumentos de cuerda y los
de membrana, significa desdeñar la evidencia de que el espíritu no percibe la solidez como
cualidad predominante de las pieles y las cuerdas, sino lo contrario, esto es, la ductilidad, la
delicadeza, la sensibilidad, la debilidad, la fragilidad, por sólidas que parezcan con relación
al aire.
La unión de los cordófonos y los membranófonos en una sola clase, es un afortunado
hallazgo de Schaeffner. La analogía esencial es indiscutible. Pero ni siquiera ésta clara
relación tiene suficiente jerarquía como para relegar a segundo plano la directa impresión
general de independencia que producen los cordófonos, por una parte, y los
membranófonos, por la otra.
Estas distinciones y reagrupaciones de Schaeffner interesarían vivamente en un
capítulo preliminar, pero, llegando a la clasificación misma, creemos que deben subsistir en
primer plano las cuatro clases que propuso Mahillon y aceptaron von Hornbostel y Sachs, y
Montandon.
La audacia y originalidad de Schaeffner es considerablemente mayor cuando se trata
de los criterios para nuevas subdivisiones. Ya en 1931 nos dijo que “la clasificación debería
efectuarse con elementos de carácter inmediatamente apreciable, esencialmente
indiscutible” [Schaeffner, 1931:21]. Y añade que “nada sería más fácil de precisar que la
materia misma del cuerpo que se pone en vibración, con independencia del procedimiento
con que se hace vibrar” [íd.]. Aduce ventajas: puesto que el material determina el timbre, la
clasificación de los instrumentos según “la materia del primer cuerpo vibrante -piedra,
madera, hueso, metal, aire, etc.- distinguirá mejor a qué matices de orden sensorial
responde la diversidad instrumental” [íd.]; y, que con tal ordenación, los instrumentos
estarían relacionados con otros productos de cierta zona de civilización. ¿Son tan
importantes estas ventajas?-.29.
Confesamos que la primera lectura de tal proposición nos produjo un efecto
desconcertante. Von Hornbostel y Sachs, al rechazar los fundamentos de la clasificación
antigua en lo referente a los aerófonos —madera, metal, etc. —dicen que los viejos autores
olvidaron “con audaz incuria” [1914: 555] que un instrumento se hace con diversas
materias. Schaeffner, indiferente a semejante advertencia, propone otra vez, con heroica
tranquilidad, aunque de distinto modo, la materia como criterio de subdivisión.
Recuerdo que mi impresión de 1931 fue terminantemente negativa; hoy, después de
quince años , no me atrevo a rechazar de plano la idea de Schaeffner. Esta indecisión se
debe, en primer término, al respeto que nos merece la categoría del autor. Además, no
alcanzamos a representarnos vivamente el panorama de una gran colección clasificada de
acuerdo con ese plan. Imaginamos que producirá una ordenación más armoniosa y hasta
elegante, pero no sabemos si tales condiciones compensan la separación de los sonajeros,
por ejemplo, en distintas secciones, nada más que porque la materia de que están
construidos es distinta. Aclaremos que esta división por la materia sólo tiene vigencia plena
en el principal grupo de los idiófonos:
madera
metal
piedra
A. Cuerpo sólido inextensible hueso
valva
cuerno, testa,
etc.
32
En la sección B, cuerpo sólido flexible, no presenta el autor la cuestión del material.
Este criterio reaparece en la sección C, cuerpo sólido extensible, y explica, por
consecuencia lógica, la separación de cuerda y membrana, previamente reunidas en un solo
grupo.
El otro grupo, el de los aerófonos (II. Instrumentos de aire vibrante) sigue de cerca
las principales subdivisiones tradicionales e introduce una nueva, cavidad libre, necesaria
para distinguir los instrumentos que consisten en una oquedad golpeada, como el tambor
de tierra.
Otros motivos determinan nuevas subdivisiones. Para los idiófonos sólidos
inextensibles de madera y de metal, adopta Schaeffner la oposición macizo-hueco, y
después la forma: bastón, lámina, placa; tubo, cáscara, etc., coincidiendo esta vez, en parte,
con von Hornbostel y Sachs. Antes, en 1931, Schaeffner, había adoptado como criterio el
modo de hacer vibrar (percusión, entrechoque, sacudimiento, etc.), metodizado por los
musicólogos alemanes; en 1936 lo abandona. “Términos como percusión o como punteado
pecan por su mediocre precisión” —escribe [Schaeffner, 1936: 180]—. Con esto se separa
decididamente de sus predecesores.
Las subdivisiones de las otras tres clases, se explican con su solo enunciado, según se
verá. La clasificación de Schaeffner tiene, sobre la de von Hornbostel y Sachs, la enorme
ventaja de su atrevida brevedad. Si en la práctica no resulta insuficiente, el autor habrá
realizado una duradera hazaña. La primera 'separación’ en dos grandes clases, merece
nuevas meditaciones de Schaeffner. No parece difícil eliminarla, puesto que no tiene
existencia sensible sino en el papel. Insistimos en que el retorno al primer plano de las
cuatro clases tradicionales, se impone. Queden para los idiófonos las subdivisiones A,
cuerpo sólido inextensible, y B, cuerpo sólido flexible; pero no se lleve más lejos el afán de
simetría u oposición, porque un cordófono y un membranófono son algo más que cuerpos
sólidos susceptibles de tensión.
Estas modificaciones supuestas, y si en el balance práctico el criterio 'materia’ supera
los inconvenientes que apareja, creo que el sistema Schaeffner es, por lo menos, digno de
consideración y estudio.
Para más completa información del lector, y descontando la anuencia del organólogo
francés —actualmente incomunicado con nosotros por la guerra—, ofrezco mi versión
castellana del último sistema de clasificación de los instrumentos musicales31.
M adera
I. MACIZO.
a ) B a stón .
e (N. de los Eds.) Las notas al pie de páginas incluidas en esta clasificación pertenecen a Schaeffner.
33
1. bastón pisón.
2. tronco (horizontal) percutido.
3. par de bastones de entrechoquef.
racimo de varillas suspendidas, de entrechoque (sonaja de
danza).
manojo de tallos (varilla golpeada).
4. bastón dentado (raspador).
vara dentada y arqueada (arco musical con palillo raspador).
b ) L á m in a g
c ) P lan c h a 32
II. HUECO.
a) T ubo
f Los dos bastones se toman con una sola mano o entrechocan mediante el empleo de ambas
manos o el concurso de dos individuos; los palos se unen uno al otro con una especie de bisagra
(palos batientes) de manera que basta con tener uno de los dos y sacudirlo para que el segundo
choque con él.
g Hay lámina cuando los bastones para la percusión o el entrechoque tienen una faz aplastada.
h Con bisagra o sin ella.
i En rigor, podríamos clasificar aquí aquellos sonajeros constituidos por una caja rectangular.
i Ver también más adelante: B. Cuerpo sólido flexible.
34
8. medio tubo: percutido.
9. par de medios tubos que entrechocan, o tubo hendido y
articulado (crótalos)k.
10. astilla de tubo dentado (raspador de Madagascar).
b ) C áscara
(Cápsula leñosa de fruta; cápsula de madera; cápsula de cestería)
c ) B o la d e m a d e r a
excavada en forma de mortero, etc.
k Si los dos medios tubos son distintos, el entrechoque se hace directamente. Si el tubo no está
enteramente hendido, hay articulación en un punto del tubo y el entrechoque se produce por la
acción del sacudimiento o por percusión contra un cuerpo extraño.
l Ver también más adelante: B. Cuerpo sólido flexible.
mVer también: tubo de labios dentados.
35
M etal
I. MACIZO.
a ) Varilla o a n illo
b ) L ám ina
c ) P la ca
1. placa pisón.
2. placa percutida (reja de arado, gong, tambor de bronce).
a) T ubo
(derecho o circular)
b ) C á sca ra o v a so
a ) B lo q u e
b ) P la ca
H u eso
a ) B a stó n
b )T u b o
c ) Caja
V alva
C u er n o , T e st a , e t c .
37
M a d e r a (o M e t a l , o H u eso )
I. MACIZO.
a ) Varilla o lá m in a
b ) L ám ina
c ) P lan c h a 13
II. HUECO.
a ) T u b o, d e le n g u a r eco r ta d a .
b ) C á sca ra c o n le n g ü e t a tallada.
Cuerda
b ) Tira d e co rtez a , n o e n t e r a m e n t e d e s p r e n d id a d e la p a r e d
o Citado antes.
p Citado antes.
q Citado antes.
38
2. ensambladura de tubos cada uno con una tira única
desprendida:
instrumento raspado o percutido (cítara plana, llamada en
balsa).
3. tiras solevantadas hasta un mismo plano por un puente
angular y dentado (arpa-cítara).
c ) C u erd a a ñ a d id a
M em brana.
a ) M em b ra n a n o te n s a
b ) M em b ra n a ten sa .
(ceñida, encolada, clavada, enlazada, abotonada):
r Las cítaras-tambores, que tienen tiras de corteza solevantadas y las láminas de madera suspendidas
por el medio de esas tiras, pertenecen a los precedentes instrumentos y a los instrumentos de
láminas de madera percutidas.
s Esta cuerda única puede cubrir varios largos.
1 Es decir, con mango, consola o yugo distintos de las otras piezas de unión o de resonancia del
instrumento.
39
dos pieles. (tambor de fricción);
por excitación sonora
(mirlitón).
A ir e a m b ie n t e .
a ) P o r e s te la
(palo zumbador, diablo).
b ) P o r c o r r ie n t e d e a ir e e n t r e c o r ta d o
con o sin lengüeta34 (sirena; acordeón, armonio, armónica de
boca).
C a v id a d l ib r e .
E m b o ca d u r a g o lp e a d a
(tambor térreo, olla-tambor, palmada en muslo).
a ) T u b o s i m p le o j u e g o d e tu b o s.
(flauta y flageolet, silbato y flauta de Pan).
b ) tu b o d e l e n g ü e t a s n a tu r a le s (la b io s v ib r a n tes)
(trompa, caracol, cuerno, trompeta).
c ) T u b o d e le n g ü e t a
1. lengüeta batiente:
simple (clarinete);
o doble (oboe).
2. lengüeta libre (caramillo indochino y birmano).
40
La clasificación de Kurt Reinhard
La última de las clasificaciones científicas es la que elaboró Kurt Reinhard,
musicólogo alemán, como parte de la tesis que en 1943 presentó a la Universidad de
Munich. La guerra demoró su publicación hasta 1950, en que apareció bajo el título de
“Instrumentos musicales y círculos culturales”. Antes, en 1948, el autor la incluyó como
complemento de un artículo manuscrito con que se asoció a la memoración del 80°
cumpleaños de Max Seiffert35. Posteriormente, en 1950, la envió a dos revistas musicales
(Die Musik exotischer, Berlín, 1950, y Chinesische Musik, Kassel, 1950) y años después, con el
título de “Contribución a una nueva sistemática de los instrumentos musicales ” (Beitrag zu
einer neuen Systematik der Musikinstrumente) apareció en la revista Die Musikforschung, Volumen
XIII, pp.160-164, Kassel, 1960. Es la versión que examinamos ahora y que, con la
colaboración de Elena Hosmann, resumimos en castellano36.
Reinhard reconoce la excelencia de la sistemática de Hornbostel y Sachs. Dice que
“está tan bien pensada y es tan amplia, que basta absolutamente como sistema puramente
ordenador.” [pág. 160]. Añade que ha sido tan generalmente “incorporada a la práctica de
todos los museos y lugares de investigación, que un cambio sólo traería confusión.” [íd.].
Expresa el autor que su nueva sistemática no sustituye sino complementa la de
Hornbostel y Sachs. Esta se funda en la particularidad acústica, en la forma y en el modo de
ejecución y, naturalmente, puede pedirse como criterio principal el empleo puramente
musical de los instrumentos. La sistemática acústica —dice—une instrumentos musicalmente
muy diferentes y separa otros muy semejantes.
Reinhard expone así su criterio: “De todos los criterios para una sistematización
complementaria, el más importante a tener en cuenta es el tema de las posibilidades
puramente sonoras de los instrumentos. La respuesta a esta cuestión puede darnos
información sobre las actitudes musicales básicas de cada época, y aún más sobre las
diferentes características esenciales de las grandes culturas” [íbid., pág. 160-61].
El sistema de Reinhard se basa en la existencia de instrumentos de un solo sonido
(por ejemplo el gong) e instrumentos de muchos sonidos (por ejemplo el arpa), y en esta
diferencia funda la división principal. Después distingue si el sonido solo o los varios
sonidos del instrumento politonal los respectivos instrumentos son, cada uno, siempre el
mismo, o si cada uno puede ser modificado por el ejecutante al tocar, ya deslizando o
resbalando o glissando, ya por grados (trastes, llaves, etcétera). Todo esto significa que en
cada grupo pueden figurar juntos instrumentos de dos o más de las diferentes clases
tradicionales.
Añade el autor: “Los instrumentos de ruido no pueden ser clasificados según los
puntos de vista elegidos acá; se los cita sólo porque su mayor o menor presencia permite
hacer conclusiones acerca de las necesidades rítmicas o la carencia de expresión tonal de los
estilos de diferentes épocas o culturas” [íbid., pág. 161].
La nueva sistemática se preocupa en indagar los estilos, por lo cual el autor cree
necesario hacer otras divisiones para otros problemas. Así distingue entre sonidos
continuados y sonidos que se apagan, como el punteado. “El sonido de la cuerda frotada se
distingue del de la cuerda punteada tanto como el toque del armonio se distingue del de un
piano” [id.]. Con todo esto, Reinhard hace una primera tabla como ejemplo y nosotros la
reproducimos aquí con leve cambio en la disposición gráfica del original para aumentar su
claridad.
41
INSTRUMENTOS SONIDO SONIDO CONTINUO
DECRECIENTE
DE VARIOS —
SONIDOS
deslizando laúd instrumentos de cuerda
variable - tjin
42
Otra ordenación puede fundarse en el timbre. El hecho de que se prefiera un timbre
sensual o tranquilo permite conclusiones de estilo general. Los modernos métodos
electroacústicos facilitan un minucioso estudio de los timbres, y un trabajo sistemático
sobre todo el instrumental puede darnos una graduación útil.
Las afinaciones merecen atención. Nos hablan de la musicalidad de los ejecutantes
cuando los hechos nos revelan lo que ellos exigen en ese sentido. Es ilustrativo el uso de las
pastas de afinar (stimmpaste) en tambores, gongs, xilófonos exóticos, etcétera.
Los precedentes criterios son generales. Reinhard propone otros que sólo se pueden
aplicar a una parte del instrumental. Son cuatro.
“La presencia de cuerdas de resonancia que resuenan por simpatía en los
instrumentos que se tocan al unísono, muestra la búsqueda de plenitud sonora, ya sea en el
sarangui y el esrar hindúes o en nuestra viola d'amore. También se debe prestar atención a la
utilización de resonadores que dan preferencia a los sonidos de la serie más aguda
(birimbao, arco de boca)” [íd.].
Otro hecho que el autor considera es la ejecución de una o de varias voces. El laúd,
por ejemplo, tiene varias cuerdas y sin embargo sólo se toca a una voz en Oriente [id.]. Este
criterio no puede aplicarse a otros casos, como el de la flauta de Pan —que técnicamente no
puede dar más que una voz, en opinión del autor—y ciertos violines y el xilófono, que a lo
sumo pueden dar “dos sonidos simultáneos, por lo cual son sólo en parte testimonio de
una actitud básica con respecto al timbre” [íd.].
En un mismo instrumento pueden haber sonidos variables e invariables. Reinhard se
refiere a los bordones o roncones de sonido fijo o a las cuerdas suplementarias al aire,
“como en la gaita, el organillo, la cítara, la tiorba, el doble clarinete. Estos instrumentos son
típicos de las culturas y épocas aficionadas a los efectos del bordón” [id.].
Formación de una orquesta. Reinhard aspira a nuevas deducciones sobre el hecho de
que, cuando faltan instrumentos de varios sonidos se logra análogo efecto mediante la
coordinación de varios instrumentos de un sonido. Y recuerda que en la orquesta europea
el instrumento acórdico se incluye aisladamente y en general más bien para contraponerlo
como concertante.
Aquí terminan los criterios o planes de Reinhard. Antes de ofrecernos sus palabras
finales, dice que, si bien puede haber otros puntos de vista, cree haber considerado los más
importantes. Una vez resumidos en tablas todos estos puntos de vista, al lado del sistema
básico, se podrá decir algo esencial sobre cada instrumento en la práctica. “Cuando se
conoce el instrumental de una época o cultura, se pueden sacar conclusiones detalladas
sobre el estilo, el fondo espiritual, el significado en la vida y la actitud fundamental de la
correspondiente música” [íbid., pág 164].
Dice Kurt Reinhard para terminar: “Resumiendo: la Systematik der Musikinstrumente de
Hornbostel y Sachs es una clasificación bien pensada y completa. Se debe conservar
indefectiblemente como sistema de registro. Para una investigación más completa sobre la
naturaleza de los instrumentos musicales nos pareció necesario elaborar una sistemática
complementaria, que, para una especificación más detallada, debe ser subdividida según
criterios variables. Esperamos haber ofrecido con esto una contribución de utilidad para el
futuro desarrollo de la investigación organológica” (íbid.).
Esta presentación incluye como anexo final un gran “Resumen sobre los
instrumentos más importantes de los grandes círculos culturales de la música”. Su principio
ordenador es el que ha enunciado en el cuadro que reprodujimos (un sonido, varios
sonidos; invariable, variable). Después hay una primera columna con una selección del
instrumental europeo como ejemplo, y a continuación, en sucesivas columnas, Asia en tres
columnas (central y del norte, occidental y sudoccidental, Indonesia), India anterior,
Oriente en dos columnas (altas culturas persa, sumeria, babilónica y egipcia; Oriente actual,
que incluye Persia hasta el noroeste de África; África, América en dos columnas (altas
43
culturas, especialmente la de los Incas; culturas indias actuales) y, finalmente, Oceanía. El
musicólogo puede examinar este resumen y entretenerse en observaciones diversas.
Con toda seguridad este trabajo de Reinhard constituye un esfuerzo inteligente y
erudito. La intención sociológica es evidente, sobre todo en los criterios primarios y
secundarios que, apenas esbozados, no parecen constituir partes de una verdadera
sistemática, sino temas de futuros trabajos de interrelación. Como en la presente
comunicación el autor se limita a primeros resultados y al anuncio de sus planes, debemos
esperar la publicación del corpus total o, si ya lo ha publicado, la oportunidad de conocer
su contenido.
44
ELECTRÓFONOS
Monofónicos
DE MANO
Spharophon (1924), apto
El instrumento consiste en
para cuartos de tono.
una caja con antena superior.
Theremin o Thereminovox o
Al acercar o distanciar la
Therophone (1927).
mano derecha de la antena se
Ondas Martenot (1928),
modifica la altura de sonido.
apto para cuartos y
La izquierda corta las ligaduras octavos de tonou.
permanentes con un
Croix sonore (1934).
interruptor, modifica el
timbre; controla el volumen la Polifónicos
misma mano o un pedal u Partiturophone (1935).
1.RADIOELÉCTRICOS otro mecanismo. Hellertion (1936), apto para
El instrumento utiliza las acordes de cuatro notas.
vibraciones eléctricas que se
transmiten por el éter. DE ALAMBRE
“...un circuito eléctrico oscilante Monofónicos
El agente modificador de la -
con una frecuencia distinta, que Trautonium (1930).
altura es un alambre que baja
puede ser alterada influyendo la o sube contra una barra.
capacidad del circuito con
cualquier agente extraño, por Monofónicos
ejemplo, la mano del ejecutante Emicon (1930) de 32 notas.
o un alambre” (Sachs, [1947: Ondas Martenot
425]). DE TECLA (mejorado).
El control de las alturas está
Polifónicos
conectado a un juego de
Partiturophone (1935).
teclas.
Dynaphone, apto para
producir quintas y octavas
(1927).
Piano electrónico Wurlitze
u Se le añadió una escala graduada para dar mayor precisión a la mano, y después teclas.
45
2.ELECTROMECÁNICOS Violín Vierling.
Violonchelo Vierling.
El instrumento se funda en
Las cuerdas se tocan Instrumentos de cuerdas
vibraciones producidas por
normalmente; un sistema de frotadas y punteadas de
los usuales martillos
electromagnetos recoge Allen y Pfeil, Karapetoff,
percutores en cuerdas de
vibraciones, las amplifica y Bartley.
piano, o por arcos que actúan
las emite. Guitarras, mandolinas, etc.
sobre cuerdas, o por el
fabricadas por Boosey &
punteo normal, con o sin
Hawkes.
utilización de la caja
armónica.
“Sus vibraciones sonoras La cuerda metálica única se Radiotone (1931), con teclado
son transformadas en toca con arcos circulares. de piano.
vibraciones eléctricas
correspondientes a las
vibraciones acústicas
amplificadas por medio de
Las cuerdas son percutidas Piano Siemens-Bechstein.
válvulas termoiónicas (o
audiones) y sus circuitos por martillos movidos por el Piano Vierling.
asociados, y transformados teclado común en su caja Piano Electrochord, construido
nuevamente en sonido por tradicional y las vibraciones se por Foster.
medio de autoparlantes.” amplifican Piano Miessner.
(Sachs, [Ibíd, pág. 427]).
Órgano electrónico, de
Couplet y Givelet (1930).
Órgano Rangertone (1931), de
Ranger. Combina las
vibraciones con células
fotoeléctricas.
Órgano Hammond (1935)
Orgatrón, de Hoschke (1935),
3. ELECTRÓNICOS fabricado por Wurlitzer.
Partiturophon, de Mager
El elemento vibrátil (1935).
tradicional ha sido sustituido Órgano Allen.
por válvulas oscilantes o por Órgano Baldwin.
sistemas eléctricos. En algún Órgano Connsonata.
caso —como en el Orgatrón— Órgano Compton electrone
se usan las lengüetas. Todos (1951)
requieren altoparlantes. Órgano de Constant Martín,
fabricado por Miller Organ
C°.
Carillón de Constant Martín,
fabricado por Miller Organ
C°.
Órgano Novachord.
Órgano Solovox (para acoplar
al piano común.
Órgano Clavioline.
46
Queda, en fin, reseñado el esfuerzo que los organólogos de este siglo han consagrado
a la sistemática de los instrumentos.
Ahora; si se entiende que el propósito nuestro —como hemos dicho—ha considerado
siempre en un plano principal el propósito de iniciar, de introducir, a quienes se aproximan
a esta disciplina, es posible que el detallado prospecto de las complejas clasificaciones
modernas no satisfaga ese propósito ni convenga al estudiante. Acaso los músicos jóvenes
que no aspiran a profundizar en cuestiones de organología, deseen una síntesis que
esclarezca las discriminaciones más recientes y proporcione sencilla base a esta rama de su
cultura general, sin la exigencia de los largos estudios que, de hecho, quedan reservados a
los futuros especialistas. Si es así, pienso que les será provechoso el pequeño cuadro que,
con las subdivisiones principales, doy a continuaciónv. En cada caso pongo, como ejemplo,
algún instrumento de los conocidos y, cuando se trata de piezas exóticas, remito a las
explicaciones de von Hornbostel y Sachs mediante el correspondiente número de su
clasificación.
No es imposible memorizar esta reducida nomenclatura. Con ella, sin olvidar las ideas
generales que comportan las otras clasificaciones universales y repasando el panorama
gráfico que, por abundar en este sentido, añadimos en seguida, el estudiante podrá adquirir
sin mayor esfuerzo las nociones que han conquistado la materia en la últimas décadas.
¡Qué lejos estamos del esquema cuerda - viento - percusión que aún subsiste entre
nosotros y que todavía reaparece en modernas traducciones de envejecidos libros! Hugo
Riemann, por ejemplo, es respetado hasta hoy en estos países como el musicólogo máximo.
Sin desconocer que la tardía traducción de sus instructivas obras alimentó a su tiempo
apetencias aisladas y vocaciones huérfanas, bueno es entender que han corrido cuarenta
años desde que sus trabajos pasaron a engrosar el archivo bibliográfico de nuestra materia.
- o-
B R EV IAR IO
IDIÓFONOS
IDIÓFONOS DE GOLPE
De golpe directo
De entrechoque (castañuelas)
De percusión (campanas, gongs)
De golpe indirecto
De sacudimiento (maracas, sistros)
De raspadura (ver 112.2)
De separación (ver 112.3)
IDIÓFONOS DE PUNTEADO
v Una reducción menos severa que la de nuestro cuadro hizo y publicó el propio doctor Curt Sachs
(1930: 81-83).
47
En forma de tabla o peine (sancas)
IDIÓFONOS DE FROTACIÓN
IDIÓFONOS DE SOPLO
MEMBRANÓFONOS
MEMBRANÓFONOS DE GOLPE
De golpe directo
Semiesféricos (timbales)
Tubulares (tambores)
De marco (panderetas)
De golpe indirecto
Semiesféricos
Tubulares (tambores- sonajeros, ver 212)
De marco
CORDÓFONOS
48
CORDÓFONOS COMPUESTOS
AERÓFONOS
AERÓFONOS DE SOPLO
De filo o Flautas
Sin canal de insuflación (quenas, pifilkas, flauta de Pan)
Con canal de insuflación (flageolets, pinkillos)
De lengüeta o Caramillos
Oboes
Clarinetes
De lengüeta libre (ver 422.3)
Trompetas
Naturales (erkes, trutrucas)
Cromáticas (trompetas europeas)
ELECTROFONOS
RADIOELÉCTRICOS
ELECTROMECÁNICOS
ELECTRÓNICOS
ELÉCTRICOS
- o-
49