Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

La Morfología Es Una Rama de La Lingüística Que Se Ocupa Del Estudio de La Forma de

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 9

1.

LA MORFOLOGIA

La Morfología es una rama de la lingüística que se ocupa del estudio de la forma de

las palabras. De hecho, si sometemos el término a un leve examen etimológico,

encontramos que la palabra morfología deriva del griego morfé (forma) y del tan

común logía (estudio o tratado).

La Morfología, como parte de la gramática, se propone despiezar nuestro

pensamiento: tomar una idea e ir haciéndola pedazos hasta averiguar de qué manera

opera nuestra lengua. Aunque estemos acostumbrados a considerar la labor de cada

ciencia como un mundo particular, no es muy diferente la tarea de la gramática (y, por

lo tanto, también de la morfología) de la tarea que realiza un biólogo cuando, frente a

su microscopio, examina al detalle las células de un trozo de cualquier material, para

averiguar de qué está compuesto. Del mismo modo, el lingüista que se ocupa de la

morfología toma las palabras, las pone en su microscopio y las despieza: así aparecen

ante sus ojos las diferentes raíces que las componen: morfemas, sufijos, prefijos,

interfijos, etcétera.

2. Clasificación de los morfemas

En realidad, existen varios tipos de morfemas. Los antes citados se llaman

morfemas libres o independientes, porque si bien normalmente los morfemas se

encuentran en una situación bastante dependiente de los lexemas, en estos casos

concretos los morfemas alcanzan algo de independencia. Son, en particular, los

determinantes, las preposiciones y las conjunciones.

Luego están los morfemas trabados o dependientes, que van siempre ligados

físicamente a los lexemas y forman con ellos la mayoría de las palabras del idioma.

Existen dos tipos de morfemas dependientes: los derivativos y los flexivos.


2.1. Morfemas derivativos

A los morfemas dependientes derivativos se les conoce con el nombre de afijos.

Y, de acuerdo con su posición con respecto al lexema, se dividen en: prefijos, sufijos,

interfijos y circunfijos. Con ellos creamos nuevas palabras, anteponiéndose al lexema

(los prefijos), bien posponiéndose al lexema (los sufijos), bien interponiéndose entre el

lexema y otro sufijo (los llamados interfijos) o bien rodeando al lexema (los conocidos

como circunfijos). Estudiémoslos en detalle.

A) Los prefijos se anteponen al lexema para formar una palabra nueva (re-hacer,

amoral, in-móvil). El prefijo no cambia la categoría gramatical de la palabra2, por

ejemplo, “enterrar” es un verbo y “des-enterrar” también lo es; “juicio” es un sustantivo

y “pre-juicio” también lo es; “moral” es un adjetivo e “in-moral” también lo es. En

cambio, el prefijo suele aportar significados nuevos al acoplarse al lexema, por

ejemplo, “re-leer” (volver a leer), “des-hacer” (quitar lo hecho). Por último, en una

palabra puede haber más de un prefijo (des - com - poner).

B) Los sufijos se sitúan en una posición pospuesta al lexema de la palabra. Al contario

que los prefijos, pueden cambiar la categoría gramatical de la palabra; por ejemplo,

“historia” (sustantivo) → “histórico” (adjetivo). Suelen tener más de un significado; por

ejemplo, el sufijo “─ado” puede significar “conjunto” (arbolado), “empleo”

(doctorado), “acción” (peinado), “lugar” (condado)… Pueden incluso cambiar el género

del lexema al que se une: Ej.: casa (género femenino) / cas- erón (género masculino).

Entre los sufijos derivativos se distinguen dos grupos: los significativos, que cambian

el significado del lexema al que se unen, por ejemplo, el sufijo “─ería” crea nuevos
nombres con significado `establecimiento donde se vende algo´ así tenemos “papel” →

“papel-ería”. El segundo grupo lo conforman los llamados sufijos apreciativos, que

únicamente añaden un matiz de valoración o tamaño. Los sufijos apreciativos se

dividen a su vez en: aumentativos, que aportan valores de aumento, de admiración o

de engrandecimiento; los diminutivos, que suelen expresar valores de afecto, cariño,

entusiasmo, emoción…; y, por último, los despectivos, que indican desprecio.

C) Los interfijos no se encuentran, como su propio nombre indica, ni al principio ni al

final de las palabras, sino por medio. Pueden aparecer entre el lexema y el sufijo (ej.:

polv-ar-eda) y, más raramente, entre un prefijo y la raíz: en-s-anchar). Tienen dos

características fundamentales que siempre se cumplen: actúan como enlace entre dos

partículas (prefijo y lexema, o lexema y sufijo) y carecen de significado.

Veamos unos ejemplos:

Humo → Hum-ar-eda

Ancho → En-s-anch-ar

Sol → Sol-ec-ito

Comer → Com-il-ón

Polvo → Polv-ar-eda

Joven → Joven-z-uelo

Pan → Pan-ec-illo

Dormir → Dorm-il-ón

D) Los circunfijos son morfemas dobles que rodean al lexema de forma simultánea,

por ejemplo: a-terr-izar. No podemos hablar de prefijo más sufijo pues, en realidad, la

palabra no existe sólo con prefijo o sólo con sufijo. Eso diferencia una palabra como
“pre-natal-idad - en la que existe “prenatal” y “natalidad”, de “aterrizar” donde no

existe la posibilidad de formar el sustantivo *atierra ni el verbo *terrizar.

2.2. Morfemas flexivos o gramaticales

Los morfemas flexivos o gramaticales no modifican el significado de la raíz, sino

que aportan nociones gramaticales (género, número, tiempo…). Su función básica es

presentar a los lexemas en el modo gramatical adecuado, cuando éstos son verbos, o

con el género y el número pertinente, cuando son sustantivos o adjetivos.

Así pues, si tomamos el lexema “león” y lo queremos transformar en femenino,

haremos uso de un morfema flexivo, en este caso “-a”, para formar “leona”. Si lo

queremos presentar en plural, necesitaremos el morfema flexivo “-s” y crearemos

“leonas”. Si queremos hacer plural la forma masculina, necesitaremos otros dos

morfemas flexivos: “-e” y “-s”, y formaremos “leones”.

Es importante recordar que los morfemas flexivos, al contrario que los derivativos, no

tienen por qué ir junto al lexema. Puede interponerse entre ambos, por ejemplo, un

morfema derivativo, como ocurriría si dijéramos “leoncitos”, añadiendo un interfijo “-

c-“y un sufijo “-it-“, antes de los dos morfemas flexivos (“-o” y “-s”).

Los morfemas flexivos o gramaticales se dividen en:

a) Morfemas flexivos nominales. Son los morfemas de género y número de

sustantivos y adjetivos. El morfema de género gramatical indica si la palabra es

masculina o femenina, por ejemplo, “─o” y “─a” en “gato” y “gata”. El morfema de

número indica si una palabra está en singular o en plural, así “─s” en “gatos” indica

que se trata de un plural.

b) Morfemas flexivos verbales, también conocidos como desinencias. En los verbos

se distinguen las nociones de persona (primera, segunda o tercera), número (singular


o plural), tiempo (presente, pasado o futuro), modo (indicativo, subjuntivo o imperativo)

y aspecto (perfectivo o imperfectivo). A menudo, un mismo morfema verbal puede

llevar más de un contenido gramatical diferente. Por ejemplo, en “cantábamos, el

morfema “─ba─” indica tiempo pasado, modo indicativo y aspecto imperfectivo, y el

morfema “─mos” indica primera persona y número plural.

3. CLASES DE PALABRAS SEGÚN SU ESTRUCTURA MORFOLÓGICA

 Simples: pueden tener dos formaciones:

- Formada por un único lexema (luna, lejos, aquí).

- Formada por un lexema y un morfema flexivo de género, de número y

desinencias verbales. En este tipo de formación, no hay cambio de significado de

la palabra (niñ-a, leon-es, cant-aste).

 Derivadas: son palabras creadas con un significado nuevo. Hay tres tipos de

derivación:

- lexema + sufijo (cart-ero).

- prefijo + lexema (in-móvil).

- lexema + interfijo + sufijo (pan-ec-illo).

Observaciones:

a) Es frecuente que encontremos palabras aparentemente derivadas en las que

detectamos un formante que confundimos con un afijo derivativo, sin que exista una

palabra simple que actúe como base de derivación. En ese caso, no es posible la

segmentación porque no existe en nuestra lengua el supuesto lexema independiente.

Debemos analizarlas, pues, como palabras simples. Así, por ejemplo, sucede en

“remitir”, “concebir”, “suprimir”, etc. Se suele tratar de palabras cultas recuperadas del

latín como derivados, sin que se haya recuperado también la palabra simple.

b) En ocasiones, la combinación de la base de derivación y de un sufijo puede dar


lugar a modificaciones fonéticas en el lexema. Así sucede, por ejemplo, en: dividir →

división; concebir → concepción; expandir → expansión...

c) A veces, distinguir entre sufijos e interfijos es difícil. No hay que confundir sufijos

que preceden a otro como en “des-a-fortun-ada-mente” (“-ada-“ es un sufijo y “–mente”

otro sufijo), con interfijos, cuya única función es la de permitir la conexión de la base y

el sufijo derivativo o entre varios sufijos derivativos: cancion-c-ita, cafe-t-ería (-c- y –

tson interfijos).

d) Puede resultar complicado distinguir lo que es el sufijo derivativo de lo que son las

marcas flexivas de género. Así, por ejemplo, un sufijo como –ura no puede dividirse en

–ur–a, pues no es posible modificar el género de las palabras formadas mediante este

sufijo: hendid-ura, morad-ura (*hendiduro, *moraduro).

 Compuestas: son aquellas palabras formadas por dos lexemas y los sufijos

flexivos pertinentes. El criterio para considerar una palabra como compuesta es que

uno de sus componentes esté inmovilizado en cuanto al género y número. Es decir, el

plural afecta sólo a uno de los elementos y el otro se mantiene invariable (el/los

sacacorchos; exámenes teórico-prácticos, hombres rana).

Observaciones:

En el análisis de palabras compuestas hay que localizar primero esos lexemas y

separar las marcas flexivas de cada lexema de las marcas flexivas de toda la palabra

compuesta:

a) Hombres rana → hombre + rana. (La –s marca el plural de todo el conjunto).

b) Rojinegras → [roj + i + negr- ] + -a- + -s. (La –a y la –s marcan el género y número

de todo el conjunto.)

c) Sacacorchos → [sac(a)] + [corcho +(-s)] (La -s afecta sólo al segundo elemento. No

es morfema de número de la palabra resultante. La –a es morfema del verbo “sacar”)


El análisis, por tanto, es diferente del de bocacalles → [boca + calle] + ─s.

3. MONEMA

Un monema es una secuencia mínima o una transformación abstracta de fonemas

que provoca cambios de significado sistemático y regular allí donde se añade o aplica.

Una definición clásica y no tan explícita es que un monema es la unidad mínima de

significado de la lengua o de la primera segmentación o articulación. Informalmente se

dice que son también las unidades mínimas que componen la palabra en la gramática

(aunque entonces debemos explicar que significa aquí componer, cuando no se trata de

monemas segméntales).

La condición de minimalidad semántica, hace que los monemas, como unidades

abstractas, no puedan dividirse en partes que tengan contenido semántico, aunque sí

pueden descomponerse generalmente en otro tipo de unidades menores como los

fonemas (que no tienen interpretación semántica pero sí interpretación y realización

fonética).

En todas las lenguas existen monemas que se realizan como una secuencia de unos

pocos fonemas, que se añaden a las palabras o secuencias de lexemas y morfemas. Este

tipo de monemas que se realizan como secuencias contiguas de fonemas se llaman

monemas segmentales. Algunas lenguas, como por ejemplo las lenguas semíticas,

tienen además de morfemas segmentales, procedimientos más complejos que la simple


adición de afijos o desinencias. Estos monemas no segmentales se realizan por ejemplo

mediante la variación del esquema vocálico de la palabra o la aplicación simultánea de

fonemas a principio y final de otra secuencia (a veces se llama a este tipo de monemas,

morfemas discontinuos).

3.1. CLASES DE MONEMAS.

Los monemas se clasifican, según el significado que aportan a la palabra en LEXE-

MAS y MORFEMAS. Los primeros poseen significado conceptual y léxico, mientras

que los segundos poseen significado léxico o gramatical.

Lexemas: significado conceptual y léxico: raíz de sustantivos, adjetivos, verbos y perr–


adverbios. („animal...‟)

Morfemas: Independientes: funcionan solos: preposiciones, conjunciones, y, por, para...


significado determinantes, pronombres
léxico o
gramatical Dependientes: Flexivos: Género y número –o (masculino)
se añaden a los Significado gramatical. –s (plural)
lexemas No crean Desinencias verbales –ba–
palabras (pret.imp.ind.)
–mos– (1ª

p.plural)
SuffijoPre

Derivativos: Delante del lexema. in– (negación)


significado No cambian la
Detrás del lexema. –ad–
jos: s:

léxico
Cambian la categor-ía („cualidad‟)
o gramatical.
Infi

Entre el lexema y los –ad– (pan–ad–


Crean sufijos er–o)
A su vez, los morfemas pueden ser INDEPENDIENTES o DEPENDIENTES y estos

últi-mos se clasifican en FLEXIVOS (género, número y desinencias verbales) y

DERIVATIVOS (prefijos, sufijos e infijos). En esquema:


CRITERIOS PARA SEPARAR MONEMAS.

Básicamente se pueden seguir dos criterios: el criterio de significatividad (se refiere al

significado) y el criterio de recursividad (se refiere a la repetición de monemas en dife-

rentes palabras).

Por otra parte, hay que conocer las reglas de formación de palabras en español,

fundamentalmente las referidas a la flexión nominal y verbal, para segmentar

correctamen-te los morfemas flexivos.

a) Criterio de significatividad: Lo que queda puede formar una palabra añadiéndole

morfemas flexivos:

subnormal = sub–norm–al > norm–al > norm(a)

b) Criterio de recursividad: Los monemas se repiten en otras palabras, aunque no

tenga significado en castellano (forma latina o va-riante culta):

sens–a–ción / grab–a–ción

sens–at–o / candid-at-o

sens–i–bil–idad / prob–a–bil–idad

REFERENCIA BIBLIOGRAFICA

También podría gustarte