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Aparicio Saravia

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Aparicio Saravia

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Aparicio Saravia
Aparicio Saravia.jpg
Información personal
Nombre en español Aparicio Saravia de Rosa Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento 16 de agosto de 1857 Ver y modificar los datos en Wikidata
Departamento de Cerro Largo (Uruguay) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 10 de septiembre de 1904 Ver y modificar los datos en Wikidata
(47 años)
Masoller (Uruguay) Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Uruguaya
Familia
Padres Francisco Saravia y Propicia de Rosa
Cónyuge Cándida Díaz de Saravia
Familiares Gumercindo Saraiva
Información profesional
Ocupación Caudillo Ver y modificar los datos en Wikidata
Rango militar General Ver y modificar los datos en Wikidata
Partido político Partido Nacional Ver y modificar los datos en Wikidata
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Aparicio Saravia da Rosa (Cerro Largo,Error en la cita: Error en la cita: existe un
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Fue el cuarto hijo sobre trece habidos por el matrimonio brasileño conformado por
Pulpicia de Rosa (castellanizada como Propicia de Rosa o Propicia de la Rosa) y
Francisco Saraiva (su apellido se había castellanizado como Saravia al radicarse en
Uruguay). Aparicio fue criado y educado principalmente en el campo. A la muerte de
su padre, los hermanos Saravia heredaron una vasta extensión de campo, la cual
comprendía diversas propiedades, entre las que se encontraba "El Cordobés."

Dado que en aquellos tiempos políticos y sociales las fronteras no estaban del todo
delimitadas claramente, los hermanos Saravia tenían vínculos muy estrechos con Río
Grande del Sur, entre ellos con los movimientos revolucionarios riograndenses y
uruguayos.

Aparicio Saravia comenzó muy joven su actividad militar. Varios historiadores ya lo


ubican peleando en la Revolución de las Lanzas (1870-1872) acaudillada por Timoteo
Aparicio contra el gobierno del General Lorenzo Batlle, padre de José Batlle y
Ordóñez, quien terminaría siendo el último gran enemigo de Aparicio. En aquella
lucha se ganó el grado de cabo y el apodo que no lo abandonaría de "Cabo Viejo".

En 1875 con dos hermanos suyos, Gumercindo y Antonio “Chiquito”, se embarcó en la


Revolución Tricolor, bajo el mando de Ángel Muniz. El 14 de febrero de 1878 se casó
con Cándida Díaz,1 sobrina de un caudillo colorado, causa por la cual ella se fugó
de casa para evitar la oposición de sus padres a esa unión. Fruto de ese matrimonio
nacieron seis hijos varones; Aparicio, Nepomuceno, Villanueva, Ramón, Exaltación y
Mauro. También Actuó en la revolución del 97, en donde ganó mucha fama y
reconocimiento.

En 1904 inició nuevamente otra revolución. Durante la Batalla de Masoller, en


septiembre, fue herido de bala, y falleció agonizando en Brasil, el 10 de
septiembre de 1904.

Índice
1 Revolución federalista riograndense
2 Caudillo
3 Revolución de 1897
4 La época de los dos gobiernos
5 Segundo enfrentamiento
6 Masoller
7 La gente de Aparicio
8 El legado de Aparicio Saravia
9 Bibliografía
10 Referencias
11 Enlaces externos
Revolución federalista riograndense

Aparicio Saravia junto a su hermano Gumersindo (ambos al medio) y sus comandantes.


Gumercindo Saravia, hermano mayor de Aparicio, tuvo una importante participación en
la revolución federalista riograndense de 1893. Los hermanos Saravia llevaron desde
Uruguay unos 400 lanceros quienes portaban una divisa blanca con el lema "Defensor
da lei", la misma que fue utilizada por el General Manuel Oribe durante la Batalla
de Carpintería, que posteriormente daría nacimiento al Partido Nacional.

Aparicio Saravia, se destacó en las fuerzas revolucionarias riograndenses; lo que


determinó que habiendo fallecido su hermano en 1894, Aparicio fuera designado
General de dichas fuerzas revolucionarias.2 La muerte de Gumercindo afectó
duramente a sus seguidores y el futuro caudillo blanco fue designado en Brasil como
sucesor de su hermano. En 1895 la revolución terminó de deshilacharse y Aparicio
con unos pocos hombres volvió al pago. La guerra, de todos modos, le brindó el
grado de General y un gran prestigio, dado que los diarios de Montevideo cubrían
dicho conflicto.

Caudillo

Aparicio Saravia.
El 6 de abril de 1872 se firmó el acuerdo denominado “La Paz de Abril” que daba por
terminada la Revolución de las Lanzas (1870 - 1872), en la cual se estableció por
primera vez el concepto de la coparticipación entre los partidos blanco (Partido
Nacional) y colorado en el gobierno, asignándose al Partido Nacional las “Jefaturas
Políticas” de cuatro Departamentos, que constitucionalmente designaba el Presidente
de la República. Sin embargo, durante la presidencia de Julio Herrera y Obes (1890
- 1894), de filiación colorada, las tensiones entre los blancos y los colorados se
habían incrementado debido a que solamente otorgó a los blancos tres Jefaturas
Políticas, lo que fue considerado una violación a la Paz de Abril.

Aparicio lideraría, de ahí en más, al Partido Nacional, sobre todo en lo que se


refiere al interior del país, donde este partido político tenía su mayor fuerza. Se
convirtió, de esta forma, en el último gran caudillo nacionalista, que encontraría
muerte encabezando la revolución contra el gobierno de José Batlle y Ordóñez, en
1904.

Finalizada a principios de 1894 la Presidencia de Julio Herrera y Obes, la elección


de un sucesor para el período de 1894 a 1898, mediante votación en el Senado - como
establecía el procedimiento constitucional - había sido sumamente difícil.
Finalmente, resultó elegido Juan Idiarte Borda, contra la opinión de los blancos,
que se sintieron excluidos del Gobierno, y que consideraron que nuevamente los
gobernantes colorados habían violado el pacto de la Paz de abril de 1872.3

En 1895 Aparicio Saravia consiguió ser nombrado referente político de Cerro Largo y
viajó a Montevideo. En noviembre de 1896, mientras se realizaban las elecciones
para integrar el Senado que debería elegir sucesor a Idiarte Borda, Aparicio
Saravia promovió un movimiento revolucionario; pero cuando el presidente Idiarte
Borda movilizó las fuerzas gubernamentales, los revolucionarios optaron por
dispersarse.
Revolución de 1897
Artículo principal: Revolución de 1897
En marzo de 1897 comenzó un nuevo levantamiento revolucionario. Importantes fuerzas
compuestas por revolucionarios blancos provenientes de la Argentina, invadieron el
territorio por las costas del Departamento de Colonia, al mando del Cnel. Diego
Lamas, que había sido designado jefe de Estado Mayor de las fuerzas militares del
Partido Nacional; en un ataque coordinado con otro contingente blanco al mando de
José Núñez, que ingresaron por Conchillas. Simultáneamente, Aparicio Saravia tomó
el mando de otro contingente revolucionario, que penetró desde el Brasil por la
frontera de Aceguá.

Los revolucionarios al mando de Aparicio Saravia fueron derrotados en el combate


que tuvo lugar en Cerro Largo, en la cuchilla de Arbolito. En este último combate,
murió el hermano mayor de Aparicio, Antonio Saravia, llamado “chiquito Saravia”.

Asesinado el presidente Idiarte Borda, su sucesor, Juan Lindolfo Cuestas emprendió


rápidamente una acción conciliatoria con el Partido Nacional, que culminó el 18 de
septiembre de 1897, en el llamado Pacto de la Cruz. Ese pacto estipulaba que los
blancos tendrían 6 departamentos (Cerro Largo, Treinta y Tres, Rivera, Maldonado,
Flores y San José) bajo su control directo. A su vez, se comprometió la aprobación
de diversas leyes electorales; especialmente la que creó el Registro Cívico
Nacional, dirigida a dar autenticidad a las elecciones, que fue votada el 24 de
abril de 1898. El 24 de octubre fue aprobada otra ley, que reconocía la
representación de las minorías en diversos cuerpos del gobierno de los
Departamentos y en los órganos de control de las elecciones.

Si bien en febrero de 1898 se hizo un llamado a elecciones nacionales (en donde


Cuestas se hizo elegir presidente), de hecho fueron tiempos en los que el Uruguay
era manejado, literalmente, por dos gobiernos como durante la Guerra Grande cuando
estaba el Gobierno de la sitiada Montevideo y el Gobierno del Cerrito: el gobierno
constitucional estaba en Montevideo y la oposición en la campaña, dirigida por
Manuel Oribe quien contaba, entre otras cosas, con su propio ejército.

La época de los dos gobiernos


El 1 de marzo de 1903 fue elegido Presidente de la República, por primera vez, José
Batlle y Ordóñez. Su elección se dio de la siguiente manera: el Partido Nacional
pensaba otorgar su apoyo al Dr. Juan Carlos Blanco, candidato por un sector
colorado a cambio de mantener el Pacto de la Cruz. Pero Eduardo Acevedo Díaz
(también del Partido Nacional) consiguió suficientes votos blancos para elegir a
Batlle y Ordóñez, en una votación más que suficiente: 55 a 33. Esta situación
llevará a la expulsión de Eduardo Acevedo Díaz del Partido Blanco.

Para Batlle y Ordóñez era inaceptable que el país conviviera con dos gobiernos, uno
en Montevideo encarnado en él y otro en la campaña, cuyo jefe formal era Saravia.
En consecuencia, Batlle y Ordóñez según el Pacto de la Cruz renovó las Jefaturas
Políticas de los 6 departamentos reservados para los blancos. Las Jefaturas
Políticas de los Departamentos Rivera, Cerro Largo, Treinta y Tres, Maldonado,
Flores y San José tendrían que ser provistas con ciudadanos de filiación blanca,
nominados de común acuerdo entre el Gobierno y el Partido Nacional. Sin embargo en
dos de ellas, Batlle y Ordóñez nominó a hombres de Eduardo Acevedo Díaz.

De esta forma, Saravia convocó de nuevo a la revolución de los blancos, cuyas


fuerzas se movilizaron en esos Departamentos. La guerra civil fue evitada, sin
embargo, por una misión que viajó a entrevistarse con Saravia, y el 22 de marzo de
1903 logró con él un nuevo pacto, en la localidad de Nico Pérez, por el cual se
estableció que las Jefaturas políticas de esos Departamentos serían asignadas a
ciudadanos blancos designados en consulta con el Directorio del Partido Nacional.

Segundo enfrentamiento
Sin embargo, a pedidos del Jefe político del Departamento de Rivera (de filiación
blanca), el gobierno envió a ese departamento al ejército por temerse una incursión
brasileña, a causa de la detención efectuada por la Policía de Rivera, y siguiente
fuga hacia el Brasil, del hermano del alcalde de Santana do Livramento. Este hecho
fue tomado por Saravia, como una nueva violación al Pacto de la Cruz,
desencadenándose una guerra civil.

A partir de mediados de enero de 1904, se sucedieron varios combates entre fuerzas


gubernistas y saravistas; los combates de Mansavillagra (14 de enero) y de Illescas
(15 de enero). De allí, el ejército revolucionario, se dirigió, por el camino de
Cuchilla de Peralta, al paraje Tres Árboles (Departamento de Paysandú) y en su
recorrido en dirección al norte, pasó por la estancia Buen Retiro de Francisco León
Barreto -cruzando el río Queguay, por Paso del Sauce (antigua calzada construida
por los tapes guaraníes)-, conocido comerciante, socio y consuegro del ex
presidente de la República, Máximo Tajes (fines de febrero). El 2 de marzo, se
produjo la batalla del Paso del Parque del Daymán y el 24 de junio, la batalla de
Tupambaé.

La batalla decisiva se libró en la frontera con el Brasil, en batalla de Masoller,


el 1 de septiembre de 1904, en el lugar de confluencia de los límites de los
Departamentos de Rivera y Artigas.

Masoller
La batalla de Masoller fue reñida, ambos bandos contaban con armamento moderno en
su época, en especial los fusiles Remington y los más recientes Mauser, de gran
precisión y largo alcance.

El 1° de septiembre de 1904 por la tarde, los combates se prolongaron durante


alrededor de tres horas; pugnándose por unas posiciones ocupadas por las fuerzas
del Gobierno en unos cercos de piedra (los que eran usuales en los campos, antes de
su alambramiento) desde los cuales hostigaban a los revolucionarios con nutrido
fuego de fusilería. Éstos, a su vez, lograron varias veces desalojar a los
gubernamentales de esas posiciones; pero recelando que estuvieran minadas, luego no
las ocupaban, y eran retomadas por el ejército gubernista. Entretanto, los
revolucionarios procuraban que los gubernamentales consumieran sus municiones, para
atacarlos más tarde.

Aparicio había planificado separar a los ejércitos colorados de Vázquez y el


General Pablo Galarza. Con ese objetivo dio la orden a la vanguardia cuyo jefe era
Basilio Muñoz dijo "de avanzar para pasar primero que el enemigo por Masoller rumbo
a Rivera; se preveía que el enemigo trataría de tomar las fuertes posiciones de los
cercos dobles de piedra que salen de Masoller por la Cuchilla de Haedo y así lo
hicieron. La vanguardia roja se parapetó en los cercos tomando la delantera", según
relata Nepomuceno Saravia (hijo y colaborador de Aparicio Saravia). La causa, según
este, fue que la vanguardia blanca "no cumplió con lo ordenado".

Sin embargo, el hijo del general Basilio Muñoz asegura que la historia es otra:
"El 31 de agosto de 1904, día anterior a la batalla, a primera hora de la tarde mi
padre, que comandaba la vanguardia nacionalista, tendió su división para atacar a
la vanguardia del ejército gubernista que tenía mucha menos gente y estaba mal
municionada. Conozco esos detalles con precisión porque en esas fuerzas coloradas
venía quien después fue mi suegro, el que al tiempo confesaría a mi padre que cada
soldado tenía apenas diecisiete cartuchos. Cuando el general Basilio Muñoz se
aprestaba a avanzar vino un chasque con la orden de Aparicio de "no comprometer
ninguna acción". Mi padre no entendió tan extraña decisión y envió al doctor
Bernardo García para que procurara convencer a Saravia de lo fácil que sería vencer
a la vanguardia gubernista, pero la respuesta del caudillo fue la misma: no atacar.
Entonces el general Basilio Muñoz fue personalmente a hablar con Aparicio y le dijo
que en media hora podía liquidar el combate. Ni aun así Saravia modificó su
posición. ¿Cómo se explica? Por las conversaciones de paz entabladas con
Mascarenhas, un hecho que mi padre ignoraba y que no fueron más que una trampa para
hacerlo perder tiempo. En esas veinticinco horas que Aparicio esperó, el ejército
colorado pudo unirse y tomar lugares estratégicos en las alturas de los montes. A
las diez de la mañana del día 1o de septiembre los marcos estaba ocupados y recién
a las tres de la tarde Saravia dispuso el ataque, obligando a su gente a ser
sometida a un fuego terrible, desde dos flancos. Lo sensato hubiera sido retirarse
del lugar de la batalla, dejarles las alturas a las tropas del gobierno y buscar
una posición más propicia, pero no ocurrió así. Como consecuencia, la batalla de
Masoller se libró en las peores condiciones imaginables".
Sea cual sea la causa, el ejército del gobierno colorado había logrado llegar a
Masoller unido, y con más municiones y hombres. En esas circunstancias, Aparicio
Saravia salió a recorrer el frente de fuego, para estimular a sus soldados; pero su
figura resultaba claramente reconocible por el sombrero y el poncho blanco que
usaba, así como por estar acompañado por un abanderado. Se trataba de una actitud
sumamente arriesgada, porque estaba al alcance del fuego enemigo; y así ocurrió que
fue gravemente herido por una bala que le atravesó el vientre de izquierda a
derecha, lesionándole los riñones e intestinos. Francisco Trotta logra sacarlo y
atender sus heridas -todavía en pie- "trataba de sonreír, pero perdía mucha
sangre". Trotta lo acuesta sobre su propio poncho y luego junto a otro médico
-Martínez- y cuatro personas más lo trasladan a fuerza de "poncho". Posteriormente
es llevado hasta el cercano Brasil, hacia una estancia distante alrededor de cinco
kilómetros de la frontera. Fue asistido también por el estudiante de medicina
Arturo Lussich.

Mausoleo de Aparicio Saravia en la localidad uruguaya de Santa Clara de Olimar.


Durante 10 días Saravia estuvo agonizando, sufriendo una peritonitis aguda a causa
de los derrames internos causados por las lesiones de la bala. No se logró acuerdo
inmediato para designarle un sustituto en el mando superior de las fuerzas
revolucionarias; y en definitiva su orden de volver a atacar a los gubernistas en
la siguiente madrugada, con fuerzas de relevo, no fue cumplida, retirándose el
ejército revolucionario tras la frontera, luego de lo cual prácticamente se
desbandó, quedando así derrotada la última revolución civil. Es que el panorama era
extremadamente claro, tal como lo explicó el coronel Carmelo Cabrera, uno de los
jefes que había pasado al Brasil: "este es un ejército saravista. Caído Saravia, es
imposible mantener su cohesión".

Finalmente el 24 de septiembre de 1904 se firmó la Paz de Aceguá que trajo como


consecuencia principal el fortalecimiento de la institucionalidad democrática del
país y un largo período de paz civil en el Uruguay.

La gente de Aparicio
De la División N.º 1 a la 14, los jefes fueron, respectivamente, Enrique Yarza,
Basilio Muñoz, Bernardo G. Berro, Juan José Muñoz, Miguel Aldama, Antonio María
Fernández, José González F., Cicerón Marin, Nepomuceno H. Saravia, Francisco
Saravia, Mariano Saravia, Cayetano Gutiérrez, Guillermo García y José Visillac. La
"División de Lanceros" fue comandada por Manuel Rivas.[cita requerida]

El legado de Aparicio Saravia


Los principales postulados políticos esgrimidos por Saravia y el Partido Nacional,
dirigidos a establecer un sistema electoral eficaz y confiable, fueron quedando
consagrados poco tiempo después a través de leyes y prácticas electorales
permitiendo una renovación regular de las autoridades de Gobierno, y un adecuado
desenvolvimiento del sistema institucional, conforme a las normas de la
Constitución, mediante un sistema de elecciones que ha alcanzado un reconocido
prestigio por su corrección.

A su vez, fue el último gran caudillo, ya que tras su muerte, aquella vieja forma
de hacer política encontraba, también, su fin. Principalmente, por las garantías
institucionales que se lograron, según sus partidarios, gracias a los
enfrentamientos de Aparicio Saravia.

Aparicio Saravia fue sepultado en el panteón de la familia brasileña Pereira de


Souza. En 1921 por gestión de Luis Alberto de Herrera entonces presidente del
Partido Nacional, sus restos fueron repatriados y sepultados en el cementerio
montevideano del Buceo; poco tiempo después fueron trasladados a Santa Clara de
Olimar, donde descansa junto a su familia.

Característico en el imaginario popular, es el poncho de Aparicio.4

Bibliografía
CHASTEEN, JOHN CHARLES (2001). Héroes a caballo. Los hermanos Saravia y su frontera
insurgente (Aída Altieri, trad.). Aguilar. ISBN 9974-671-23-X. Archivado desde el
original el 4 de febrero de 2019. Consultado el 3 de febrero de 2019.
DEMASI, CARLOS: “Un repaso a la bibliografía de Aparicio Saravia”, Análisis
historiográfico en revista La Gaceta; agosto de 2004.
GÁLVEZ, MANUEL: Vida de Aparicio Saravia. Imprenta López, Bs. As., 1942.
MENA SEGARRA, C. ENRIQUE: Aparicio Saravia, las últimas patriadas. Colección Los
hombres N.º 12. EBO, Montevideo, 1977.
MONEGAL, JOSÉ: Vida de Aparicio Saravia. A. Monteverde y Cía., Montevideo, 1942.
MOYA, ALBERTO: Payró: La Revolución Oriental en el teatro de los sucesos. Colección
Cronistas Argentinos (Director Martín Malharro). La Plata, EPC-UNLP, marzo de 2011.
ISBN 978-950-34-0711-0
ODDONO, JUAN ANTONIO: La formación del Uruguay moderno. EUDEBA, Bs. As, marzo de
1966.
OLIVERA DOLL, ARTURO: “170 años del nacimiento del Partido Blanco/Partido
Nacional”, en Revista de reflexión y análisis LA ONDA, N° 301, Uruguay, 15/8/6.
SAAVEDRA, MARGARITA: “La Revolución de 1904, cien años después”; en Revista Uruguay
Informe, Año II - N.º 80 - Uruguay, 28 de mayo de 2004. Miembro de la Asociación de
Publicaciones Digitales Uruguayas
SARAVIA DÍAZ, NEPOMUCENO: Memorias de Aparicio Saravia. Editorial Medina,
Montevideo, 1956.
ZUM FELDE, ALBERTO: Evolución Histórica del Uruguay. Montevideo, 1945.
Referencias
Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; no se ha definido el contenido de las
referencias llamadas elpais.com.uy
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/saravia.htm

https://web.archive.org/web/20101215163810/http://escueladigital.com.uy/biografias/
a_saravia.htm
El poncho de Aparicio y sus herederos

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