Bullying Estudiantes
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Bullying Estudiantes
Qué es…
Para la víctima:
Ponte en el lugar del otro. No hagas a los demás lo que no te gustaría te hicieran a ti.
A nadie le gusta que le tiren las cosas, le insulten se rían de él o le llamen con
apodos. Aunque creas que no, eso puede hacer mucho daño.
No juzgues a nadie por las apariencias, no te dejes llevar por la opinión de los
demás acerca de un compañero. Acércate y trata de conocerle mejor. El hecho de
que alguien no te caiga bien, no implica que utilices la violencia de ningún tipo.
No excluyas a nadie de tus actividades, trata de entender cómo te sentirías tú si te
excluyeran.
No digas mentiras sobre otros, no difundas rumores, no utilices internet o el
anonimato del celular para hacer daño o amenazar.
Cuando tengas conflictos aprende a resolverlos sin violencia. Cuando creas que
puede existir un problema, trata de buscar todas las soluciones pacíficas que se te
ocurran. Acude a un adulto si crees que no puedes resolverlo.
El acoso no es solo un daño físico, eres también agresor cuando lastimas con
palabras, insultos, tratando de aislar a alguien, haciendo que se sienta solo y triste.
No lo olvides.
Aunque creas que eres el mejor, revisa si verdaderamente tienes amigos que te
quieran o si solo te temen.
Si utilizas ahora la violencia, nunca será suficiente. Engendrará más y más violencia
y podría arruinar tu vida y tu futuro.
Si estás viendo que un compañero o compañeros abusan de otro, debes actuar. Decir
basta, no reírte y ponerte del lado de la víctima, acudir a un adulto. Tú puedes
ayudar a que esto termine.
Aunque creas que el compañero que es objeto de burlas o acoso no sufre, eso no es
cierto. Está sufriendo un daño que a veces es irreparable y tú puedes ser responsable
aunque sólo sea como observador. Si ejerces o consientes el maltrato, quizás estás
dejando que una persona sea muy infeliz.
Decirle a los adultos lo que sucede no es ser cobarde. Recuerda que tú, con silencio,
estás alentando a los agresores, pues ellos piensan que pueden ganar y no es cierto.
No son bromas. En las bromas nos reímos todos con todos, no todos de uno. ¡Esa es
la diferencia!
Procura que la víctima se lo cuente a sus padres o a su maestro. Acompáñalo a decir
qué siente. Si no se atreve, di que tú puedes hacerlo y acude a pedir ayuda en su
nombre. Dirígete a tus maestros, director y padres.
La unión hace la fuerza. Involucra a todos los que puedas… amigos, profesores,
padres. Pero cuéntalo, haz que los demás entiendan lo que está pasando, trata de que
tus amigos te apoyen.