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Batalla de Accio

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Batalla de Accio

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Batalla de Accio
Cuarta guerra civil de la República romana
Parte de Cuarta Guerra Civil de la República de Roma
Battle of Actium-es.svg
Mapa de la batalla
Fecha 2 de septiembre de 31 a. C.
Lugar Golfo de Ambracia y el promontorio de Accio, en Grecia.
Coordenadas 38°56′04″N 20°44′19″ECoordenadas: 38°56′04″N 20°44′19″E (mapa)
Resultado Victoria octaviana decisiva
Colapso definitivo del Egipto Ptolemaico
Beligerantes
República romana favorable a Cayo Julio César Octaviano República romana
favorable a Marco Antonio
Egipto ptolemaico
Comandantes
Marco Vipsanio Agripa
Lucio Arruncio
Marco Lurio
Tito Estatilio Tauro Marco Antonio
Cleopatra VII
Lucio Gelio Publícola
Cayo Sosio
Fuerzas en combate
400 navíos1
80 000 hombres1 500 navíos1
120 000 hombres1
Bajas
35 barcos hundidos
2500-2700 muertos Según Plutarco:
5000 muertos2
Según Paulo Orosio:
12 000 muertos y 6000 heridos (1000 murieron más tarde)2
Según William Murray:
330-350 barcos hundidos o capturados2
[editar datos en Wikidata]

La batalla de Accio, pintada por Lorenzo A. Castro. National Maritime Museum.


La batalla de Accio3 se produjo el 2 de septiembre del año 31 a. C., entre la flota
de César Octavio, comandada por Agripa, y la de Marco Antonio y su aliada
Cleopatra, frente al golfo de Ambracia y el promontorio de Accio. La batalla se
saldó con la victoria absoluta de Octaviano y la retirada de Marco Antonio y
Cleopatra.

Índice
1 Antecedentes
2 Preparativos para la batalla
3 La batalla
4 Después de la batalla
5 La controversia
6 Accio en la literatura
7 Referencias
8 Enlaces externos
Antecedentes
En el año 44 a. C., el asesinato del dictador Julio César desató una sucesión casi
ininterrumpida de guerras civiles en el mundo romano. Hacia el año 32 a. C. esas
guerras se redujeron a un enfrentamiento entre dos poderosos aristócratas romanos y
sus seguidores. El heredero de César, Cayo Julio César Octavio (conocido para los
historiadores modernos como Octavio) se enfrentó al que fue mano derecha de César,
Marco Antonio. Octavio, asentado en Italia, dominaba la mitad occidental del
Imperio romano. Marco Antonio controlaba gran parte de la mitad oriental del
Imperio con la ayuda de su aliada y esposa, Cleopatra VII, cabeza del reino
helenístico de Egipto. La confrontación decisiva entre Octavio y Marco Antonio se
produjo en el año 31 a. C., en la costa occidental de Grecia.

Lograr la superioridad naval resultaba esencial para ambas partes en esta campaña.
Sin ella, a Octavio le resultaría imposible llevar suministros y refuerzos desde
Italia o protagonizar una invasión decisiva de Egipto. Marco Antonio, por su parte,
necesitaba romper las vías de comunicación de Octavio y cruzar el Adriático para
invadir Italia, sin dejar de mantener sus propios lazos con Egipto y las provincias
orientales.

El grueso del ejército de Marco Antonio se encontraba en Patras, en el golfo de


Corinto, con guarniciones en puntos estratégicos rodeando el Peloponeso y
escuadrones navales dispersados por las islas próximas. Su flota se hallaba
atracada en Actium, en la entrada de la desembocadura del golfo de Ambracia (una
gran bahía cerrada por un canal muy estrecho, de menos de 1500 metros de anchura).

A principios de la primavera del año 31 a. C., Octavio logró establecer su ejército


en el promontorio septentrional de este canal mientras su flota, hábilmente
comandada por Marco Vipsanio Agripa, derrotó a los escuadrones de Marco Antonio en
las islas y cortó gradualmente las rutas de suministro hacia Actium. M. Antonio y
Cleopatra desplazaron su ejército al promontorio septentrional en un intento de
obligar a Octavio a entrar en una batalla decisiva mientras su flota permanecía en
Actium. Aquí, las condiciones insalubres y pantanosas, la falta de suministros y la
moral menguante favorecieron la falta de entusiasmo entre sus comandantes y las
deserciones en masa por parte de los remeros de los barcos de guerra.

A mediados del verano, la situación era desesperada. El almirante principal de


Antonio, Cayo Sosio, intentó escapar por mar mientras Antonio dejaba a la mitad de
su ejército tierra adentro, esperando ahuyentar a Octavio de la zona en disputa;
probablemente, tenía la intención de unirse a Sosio en la costa oriental de Grecia.
Sosio derrotó al escuadrón de naves que bloqueaban la entrada al golfo, pero Agripa
condujo allí al resto de la flota y obligó a Sosio a retroceder.

Las noticias de esta derrota llevaron a Antonio a regresar a su campamento, donde


se desató un debate en torno a la cuestión de si se abandonaba la flota y se
dirigían al norte, a Macedonia, donde todavía se encontrarían aliados, o se
guarnecía el mayor número posible de barcos de guerra con los mejores soldados y se
intentaba otro ataque por mar. Si esta última opción salía bien, Antonio podría
poner rumbo a Egipto y, tal vez, reunir otro ejército. Antonio no era un comandante
naval experimentado, pero los argumentos a favor de una batalla naval, defendidos
también por Cleopatra, eran sólidos. Aunque consiguiera alejarse con el ejército
íntegro, abandonando la flota también se separaba de las legiones que todavía le
eran leales en Siria y Cirenaica.

Preparativos para la batalla


El 3 de septiembre, Antonio quemó los barcos sobrantes, en su mayoría de transporte
de tropas, para impedir que Octavio los utilizase. A continuación embarcó a sus
mejores soldados en los barcos de guerra restantes. Resulta imposible establecer la
fuerza exacta de cada flota, pero la de Antonio era muy inferior en número. Octavio
contaba con más de 400 barcos, mientras que la flota efectiva de Antonio privada de
barcos amarrados en la costa y las islas y reducida todavía más por las
enfermedades y la deserción, se situaba en torno a las 230 embarcaciones.

Los barcos de guerra antiguos que se desplazaban gracias a la acción de remeros


sentados hasta tres niveles. Las clasificaciones aplicadas a estos barcos varían de
dos a dieciséis, y no se refieren al número de hombres que accionaban cada remo,
sino al número total de remeros de cada grupo vertical. De ahí que un «cinco»
tuviese remos en sólo tres niveles, pero en los dos niveles superiores los remos
fuesen accionados por dos hombres mientras que el nivel más bajo contaba con un
hombre por cada remo.

Los barcos de la flota de Octavio abarcaban desde trirremes (clasificados como


«tres»), con aproximadamente 200 soldados y remeros, hasta «sextos», que podrían
llevar más de 500 hombres. Estaban equipados con espolones en la proa, aunque la
principal táctica consistía en acercarse a la embarcación enemiga y atacarla con
armas arrojadizas, incluidas pequeñas catapultas, para después luchar cuerpo a
cuerpo e intentar subir a bordo.

Antonio disponía de embarcaciones similares, más algunas naves más grandes,


auténticas fortalezas flotantes con torres para arqueros en la proa y la popa y con
cientos de soldados en sus espaciosas cubiertas. Eran barcos con velas, una
práctica nada habitual en las batallas marítimas antiguas. El plan de Antonio
consistía en hacerse a la mar y, en cuanto sus barcos tuviesen viento favorable,
poner rumbo al sur, rodeando el Peloponeso, hasta Egipto. Además de los barcos de
guerra. Antonio disponía de numerosas embarcaciones comerciales, que apenas
transportaban tropas y carecían de espolones o catapultas, pero que transportaban
los cofres con tesoros de los botines de guerra de Antonio y Cleopatra. Resultaba
vital que estos barcos se alejasen. El escuadrón de barcos de guerra asignados para
escoltarlos incluía el propio buque insignia de Cleopatra.

La batalla
El objetivo de Octavio consistía en bloquear la salida del golfo de Ambracia con
una doble fila de barcos de guerra. Marco Agripa comandaba el flanco izquierdo de
su flota, Lucio Arruncio el centro y el propio Octavio iba en el flanco derecho con
una pequeña embarcación liburna. Con el fin de aumentar las posibilidades de
atravesar las líneas enemigas, Antonio ordenó a los barcos del flanco derecho y del
izquierdo, al mando de Lucio Gelio Publicola y Cayo Sosio, respectivamente, que
intentasen alejarse del centro, obligando al enemigo a moverse con ellos y
alejándose así del centro de sus propias líneas. De este modo, se produjo un hueco
a través del cual pudo pasar el escuadrón de Cleopatra con los barcos mercantes
aprovisionados.

En el flanco izquierdo de la flota de Octavio, los barcos de Agripa derrotaron a


Publicola y pusieron rumbo a Antonio y al tercer escuadrón. El propio buque
insignia de Antonio quedó atrapado con otros barcos en la lucha que se desató en el
flanco derecho, de manera que tuvo que pasar a otro barco más pequeño y seguir al
escuadrón de Cleopatra. Le persiguieron algunas de las embarcaciones más ligeras y
rápidas de Octavio. Cuando le dieron alcance, Antonio ya había pasado al buque
insignia de Cleopatra y los perseguidores tuvieron que alejarse. Consiguió salvar
aproximadamente 70 barcos de guerra.

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