Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Tarea 4 DR

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 5

UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS

UAPA
FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS

NOMBRE:
Alberto B. Medina Rodríguez

MATRÍCULA:
16-8157

MATERIA:
Derecho Romano

TEMA:
Unidad IV

PROFESOR
 Martha Toribio M.A.

FECHA:
05/02/2019
A. Elabora un cuadro comparativo acerca de los Dictámenes de los
Jurisconsultos y la Responsa Prudentium.

Dictámenes De Los Jurisconsultos La Responsa Prudentiun

Durante el Imperio el prestigio de los El concepto de “responsa prudentium”,


jurisconsultos fue aumentando. Sus esto es, las respuestas de los
dictámenes adquieren fuerza de ley jurisconsultos a inquietudes jurídicas, se
durante el mandato de Adriano y se amplió a las opiniones generales que en
constituyen en una fuente de derecho materia jurídica fueron consignadas en
escrito. “Augusto fue el primero que hizo sus obras, por los jurisconsultos.
del Derecho Público de respuesta, una
concesión especial. Pero es necesario no Esta ampliación se presentó a propósito
exagerar su importancia: Las respuestas de la decadencia del derecho cuando
de los jurisconsultos oficiales no tenían llegó a ser poco frecuente el uso del “jus
todavía fuerza de ley. publice respondendi” y, cuando en
Hacia el final de su reinado, toma una defecto de la ecuanimidad y honradez de
medida importante, que no es referida por los probos jurisconsultos que
Gayo. Resuelve que los dictámenes de sobresalieron en los finales de la
los jurisconsultos oficiales tendrán fuerza República y comienzos del Imperio,
de ley cuando estén de acuerdo. Desde destacaban pocos hombres dignos del
entonces fue exacto decir de estos prestigio de tiempos pasados, siendo
jurisconsultos, que tenían la facultad de necesario recurrir a las obras de los que
hacer la ley, permissio jura condendi. De habían ilustrado los primeros siglos del
acuerdo a Petit (1980), la clasificación de Imperio
la época clásica es aplicada, en general,
al período que se extiende de Augusto a
la muerte de Alejandro Severo y de una
manera más especial, a los reinados de
los Antoninos y de los Severos; es decir,
al siglo II y a los primeros años del III de
nuestra era. Es entonces cuando los
jurisconsultos romanos han llevado la
ciencia del derecho a su apogeo, y han
demostrado en sus escritos esa unión
perfecta entre la teoría y la práctica, esa
precisión de lenguaje, esas cualidades de
análisis y de deducción lógica que de
ningún modo han sido sobrepujadas.
Bajo el reinado de Augusto, estas
divergencias de opiniones motivaron la
formación de dos escuelas o sectas: Los
Proculeyanos y los Sabinianos. Esta
división alude a dos jurisconsultos
igualmente célebres: Antistio Labeón y
Ateyo Copiton”. Los Proculeyanos
fundados por Antistio Labeón eran
acérrimos enemigos de la autocracia
imperial y se mantuvieron como leales
defensores de las instituciones
B. Redacta un resumen analítico sobre las demás fuentes del Derecho
Romano: Plebiscitos, Edicto del Magistrado, Jurisprudencia,
Dictámenes de los Jurisconsultos y la Responsa Prudentium. No
más de 5 páginas.

Como fuente del Derecho romano, los ‘plebiscitum’ fueron conocidos como lo
que la plebe manda y establece.
Los plebiscitos fueron los acuerdos alcanzados en asambleas en las que no
intervenían los patricios. Estas asambleas o comicios eran los ‘concilia plebis’ o
concilios de la plebe. En términos generales, el plebiscito es aquello que
aprobaba el concilio de la plebe a instancia o convocatoria de un magistrado.
Para su identificación, los plebiscitos incluían el nombre del tribuno que 
Eran los edictos avisos públicos que los magistrados dictaban antes del ius
edicendi, para dar conocimiento de cómo despacharían los asuntos de su
competencia. Tienen especial importancia para el estudio del Derecho romano
los edictos del pretor.

El pretor, antes de entrar en el ejercicio de su cargo, solía publicar el programa


de su administración, esto es, un edicto en que exponía los principios con
arreglo a los cuales resolvería los asuntos sometidos a su jurisdicción. Se
llamaba anuo este edicto del pretor porque duraba todo el año en que quien lo
había dictado, permanecía en su cargo, habiendo una lex Cornelia del año 687
de Roma prohibido expresamente al pretor que se apartara del edicto que
propuso al comenzar el año. Tal edicto era más especialmente conocido con el
nombre de dictum perpetuum, porque regía durante el año de la pretura, a
diferenci0a de los edictos repentinos u ordenanzas del momento acerca de un
determinado asunto particular. El edicto perpetuo no obligaba a otros
magistrados fuera del pretor que lo había promulgado.

El nuevo pretor que entraba en funciones al año siguiente anunciaba también a


su vez la jurisprudencia que se proponía observar durante su pretura, bien que
los pretor eran muy cautos en innovar, reproduciendo la mayoría los edictos
perpetuos de sus predecesores y limitándose a introducir en ellos las
modificaciones o adiciones que exigían las vicisitudes de los tiempos o las
nuevas necesidades. Las reglas de derecho, que de este modo pasaban sin
alteración de un edicto a otro, llevaban el nombre de edicto tralaticio
(tralaticium), que con el uso adquiría naturalmente gran autoridad y encarnaba,
por decirlo así, en la conciencia del pueblo, hasta el punto de ser considerado
como una especie de derecho consuetudinario. Se ha debatido ampliamente
acerca de sí la jurisprudencia es o no fuente directa o formal del derecho. En
esta materia la doctrina se encuentra dividida, encontramos un grupo de
autores que mantiene una tesis positiva, que dan a la jurisprudencia el carácter
de fuente formal del derecho, y al contrario, quienes mantienen una tesis
negativai. Tesis que consideran /a Jurisprudencia como fuente del derecho Se
afirma que la jurisprudencia debe ser considerada fuente directa del derecho.
Entre quienes mantienen esta postura, existe la discusión en tanto en cuál
sería el fundamento de la fuerza obligatoria que ésta tendría, especialmente, en
la medida que se relacione con otras fuentes de derecho. Algunos de los
argumentos propuestos son los siguientes: /. /. La Jurisprudencia como
costumbre Un primer fundamento lo encontramos en quienes sostienen que se
debe asimilar ésta a la costumbre, ya sea como una subclase de costumbre o
derechamente como una especie de derecho consuetudinario. La importancia
de la labor de la jurisprudencia judicial radica en la díctación de sentencias en
los casos concretos. Las decisiones de casos análogos o idénticos tienden a
modelarse, hasta fijarse en determinada cuestión. Para Colin y Capiíant, a
partir de ese instante fijador, es como una disposición nueva de un derecho
consuetudinario y práctico que brota a la vida17. De manera que aunque no se
trate de precedentes vinculantes para los jueces, como los del derecho de la
Common Law o el judicial inglés, éstos los inspiran de un modo fatal18. El
derecho judicial adquiere reconocimiento ante la repetición de sus sentencias, y
siendo una forma consuetudinaria de derecho tendrá características
particulares. No se llamará jurisprudencia, sino a aquella aplicación del derecho
repetida y constante, uniforme y coherente, por tal modo que revele un criterio
y pauta general, un hábito y modo constante de interpretar y de aplicar las
normas jurídicas19. En el mismo sentido ha reconocido a la jurisprudencia, en
cuanto a norma jurídica, De Buen, una subclase de derecho consuetudinario,
que tiene, sin embargo, características propias, que le singularizan, hasta
justificar que se le considere como una norma sustantiva20. Así aquellas
sentencias

Cuando estudiamos historia, es normal que nos surjan dudas de los personajes
que se mencionan, como en el caso de la historia del derecho romano, que
además de las frases tan comunes en latín, escuchamos nombres de
personajes y de oficios los cuales no conocemos, por lo que muchas veces nos
queda la duda de qué o quiénes eran, a qué se dedicaban, entre otras cosas.
Un claro ejemplo de este caso son los ya mencionados Jurisconsultos
Romanos, es por eso que en las siguientes líneas conocerás a estos
personajes más a fondo y de forma detallada.

Los jurisconsultos, en Roma, eran personas que estudiaban y conocían del


Derecho y que al principio de la República de Roma todo el que gozase de
cierta fama doctrinaria jurídica podía responder a las preguntas que se le
hacían pero sin formalidad alguna, pero poco a poco se paso de un valor
doctrinal a base de numerosas sentencias conformes a la doctrina de los
jurisconsultos, pasando al mundo legal como una especie de derecho
consuetudinario y sirvieron de suplemento a la legislación, origen de
importantes instituciones jurídicas; a todas estas leyes se añadieron las
aclaraciones de los jurisconsultos mas célebres, autorizados para contestar e
ilustrar ciertos puntos dudosos del derecho, a cuyas decisiones habían de
atenerse los jueces. Ésta era una cosa precisa atendiendo la necesidad que
había de sacar las Leyes del caos y de la confusión en que estaban; y ella
produjo una clase de gentes estudiosa y dedicada a la filosofía, los cuales
hicieron de esto una profesión.
En sus orígenes la institución del patronato entre los patricios dio origen en
Roma a la profesión de los jurisconsultos, pues uno de los deberes del patrono
era explicar la ley a sus clientes y defender sus derechos en los litigios.
Posteriormente, dejó la Jurisprudencia de ser patrimonio de los patricios y
cualquiera podía ser jurisconsulto, hasta que Augusto restringió el ejercicio de
la profesión y concedió a un número limitado de jurisconsultos el derecho de
interpretar las leyes y dar decisiones.
Más adelante, el concepto de “responsa prudentium”, esto es, las respuestas
de los jurisconsultos a inquietudes jurídicas, se amplió a las opiniones
generales que en materia jurídica fueron consignadas  en sus obras, por los
jurisconsultos.
 
Esta ampliación se presentó a propósito de la decadencia del derecho cuando
llegó a ser poco frecuente el uso del “jus publice respondendi” y, cuando en
defecto de la ecuanimidad y honradez de los probos jurisconsultos que
sobresalieron en los finales de la República y comienzos del Imperio,
destacaban pocos hombres dignos del prestigio de tiempos pasados, siendo
necesario recurrir a las obras de los que habían ilustrado los primeros siglos del
Imperio

También podría gustarte