Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Diez Macho Vida de Los Profetas

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 11

N.

FERNÁNDEZ MARCOS

VIDAS DE LOS PROFETAS


INTRODUCCION

1. DESCRIPCION GENERAL

Este libro es uno de los escasos ejemplos que conservamos de hagio-


grafía judía antigua. Relata, de forma escueta y popular, los principales
rasgos de la vida y gestas de cada profeta. En algunos casos, estos esbozos
biográficos están elaborados a partir del material que suministran los li-
bros bíblicos, completado con elementos legendarios. En otros, recogen
tradiciones complementarias a las de la Biblia, pero que tienen un eco en
la restante literatura pseudoepigráfica (por ejemplo, El martirio de Isaías)
e incluso en la literatura rabínica. Esto es aplicable sobre todo a los rela-
tos de martirio, en los que da la impresión de que el autor pone un én-
fasis especial en ese material suplementario no conocido por la Biblia.
Aunque se nos ha transmitido en más de cuatro recensiones griegas
(d. infra, IJI), parece que esta colección se remonta a un único texto pri-
mitivo compuesto en griego por un autor de Palestina. La recensión que
traducimos (transmitida por el Codex Marchalianus, y al parecer la más
antigua) consta de veintitrés relatos y tiene cierto parecido formal con las
colecciones alfabéticas de los Apophthegmata Patrum. Figuran primero los
cuatro grandes profetas (Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel) con una ex-
tensión sensiblemente superior a la del resto (la vida de Daniel, la más
larga, consta de veintidós versículos). A continuación vienen los doce
profetas menores (según el orden seguido por los LXX, menos en Mi-
queas-Amós, que se ha invertido). Siguen las vidas de Natán, Ajías, Joed
(identificado con el profeta anónimo de 1 Re 13), Azarías (hijo de Oded;
d. 2 Cr 15,ls), Zacarías (hijo de Jehoyadá; d. 2 Cr 24,20-22), Elías y
Eliseo. A excepción de los cuatro primeros, en el resto apenas se reseñan
otros datos que los enunciados en el título del escrito: nombre, lugar de
procedencia, muerte y lugar de enterramiento (la biografía de Joel, la más
breve, consta de un solo versículo). Abundan los topónimos, muchos de
los cuales no han podido ser identificados.
Por la temática, fecha en que fue escrita y demás características, con-
sideramos, con Charlesworth 1, que esta obra debe ser incluida entre los
escritos pseudoepigráficos.

I J. H. Charlesworth, The Pseudepigrapha and Modern Research (SCS 7; Mis-


soula 1976) 177: «This work should be included among the Pseudepigrapha». Tam-
bién la incluye Riessler en AS y A.-M. Denis en su introducción a los pseudoepigrá-
ficos. En cambio, falta en las antiguas colecciones de Kautzsch y Charles y en las
modernas introducciones de 1. Rost y O. Eissfeldt.
INTRODUCCION 509

JI. TITULO, AUTOR Y FECH.-\. cia de esta transmisión, y a juzgar por lo que ha ocurrido en colecciones
con una prehistoria semejante (d. evangelios sinópticos, Apop~thegmata
El título completo de la colección es «Nombres de los profetas y de Patrum, etc.), el texto se nos ha conservado en diversas recenSlOnes 7: la~
dónde son, dónde murieron y cómo y dónde están enterrados» ('OvólJ,a't'a principales son cuatro, editad~s separada~e~te por Th. ~chermann (d. Bz-
1tpoqnyt'wv xaL 1tÓ8EV El,O'L xaL 'TI:OV &1tÉ8avov xaL 'TI:WC; xaL 1tOU xE¡;v't'a~). bliografía). La primera se atrIbuye a Eplfamo d~ S~amma ~ ,se enc~ent~a
A pesar de algunas interpolaciones cristianas, fácilmente detectables, en el manuscrito 1115 de París. La segunda, atrIbUlda tamblen a Eplfamo
el material originario es fundamentalmente judío. En esto coinciden los y más breve que la ~nterio.r, s.e encuentra en algu~os minúscul~s. ~na ter·
especialistas. El autor, por el conocimiento que demuestra de Jerusalén cera recensión ha sIdo atrIbUlda a Doroteo de -r:ltO o de Ar:tloqUla y ha
y de Palestina, y por los numerosos datos geográficos y tradiciones que sufrido varias elaboraciones a lo largo de los sIglos. Por fm, la cuart~,
recoge, sería un judío de Palestina del siglo I d. C. Tan sólo la vida de Je- anónima, conservada en el Codex Marchalianus (9) de los ~XX, del, SI-
remías, que se desenvuelve en un marco egipcio, procede, probablemente, glo VI d. c., contiene u~ text~ bastante ex7nto de InterpolaclOnes. t~~dlas.
de Alejandría y sería incorporada después por el redactor en la colección Es el testigo griego mas antl~o y constItuye l~ base de la ediclOn de
definitiva. Torrey. Se aprecian muchas varIantes y deformaclOnes, sobre tod~ ,en los
En el estado actual de nuestros conocimientos apenas se puede añadir nombres propios, que Torrey ha intentado subsanar por comparaclO~ ~on
más. Las alusiones del Nuevo Testamento a las muertes de los profetas las otras recensiones, los datos bíblicos y el recurso al supuesto orlg~~al
(Mt 5,12; 23,23.30.31.37 par.) suponen ya, al parecer, la existencia de hebreo. Este texto de Torrey es el que seguimos en nuestra traducclOn,
esta colección 2. Aunque Torrey postula un original hebreo 3, la mayoría pero teniendo delante las otras tres recensiones pub~i~adas por Scherl?ann
de los especialistas (Denis, Stone, Schermann... ) coincide en que no hay y el texto editado por Hall (d. Bibliografí~~. -,,?-dm1tlmos las. correCClOnes
pruebas de la existencia de dicho original y, en consecuencia, que el texto al texto que pueden explicarse por co~rupclO~ Interna.del grlego~ pero no
más antiguo que podemos alcanzar hay que buscarlo dentro del griego. siempre seguimos a Torrey en las conjeturas mtroduCIdas a partlr del su-
puesto texto hebreo.

IJI. GENERO LITERARIO E HISTORIA DE LA COMPOSICION


IV. CONTENIDO TEOLOGICO
Para Bernheimer 4, las Vidas de los profetas constituyen una primitiva
guía de peregrinos que inaugura la larga cadena de literatura de viajes a Este escrito no pretende inculcar un deter~inado pen~ami~r:to teo-
los Santos Lugares y a Palestina 5. Para Torrey, en cambio, la finalidad lógico del judaísmo. ~in emb~rg~, las pequeñas pIncela~a~ b~ogra~lca~ son
primordial de la obra no reside en la información topográfica que ofrece, una fuente indirecta ImprescIndible para conocer, la religIosIdad j~día en
ya que los frecuentes nombres geográficos reflejan más bien una rutina tiempos de Jesucristo 8. Por ser casi contempo~aneo de los e~crIto~ ?el
literaria que el interés por suministrar informaciones concretas y exactas 6. Nuevo Testamento, interesa mucho para descu~rIr el.trasf~ndo ~deologlco
Tampoco son auténticas biografías, sino una colección de folklore y tra- de varios pasajes de los evangelios y e~~á por InVestIgar SI la,s Ideas .dog-
diciones populares aglutinadas en torno a la historia y actividades de estos máticas relativas a la muerte y la asunClOn de los profetas estan r~la9clOna­
hombres y salpicadas de rasgos legendarios. Tal vez uno de los criterios das con la decisión de Jesús de buscar su muerte en Jerusalen . ~on
que prevaleció en su conservación fue el de que contenían noticias suple- también un testimonio fehaciente de la religiosidad popular de PalestIna,
mentarias a las que transmitía el Antiguo Testamento: por ejemplo, de puesto que muchas tumbas de profet~s, convertidas en lugar d; culto y
Jeremías se destaca su actividad en Egipto; de Jonás, su estancia en Tiro peregrinación, están conectadas con arboles sagra~os (d.. -,,?-b.días, Jere-
y Sidón, no en Nínive, etc. mías, Ajías... ). Bernheimer llega a pensa~ que antlguas divlmdades que
En los orígenes de esta composición hay que suponer diversos estadios mueren y resucitan tienden a o~u~tar~e baj.o los nombres ~e algunos. pro-
de transmisión oral anteriores o en torno al siglo I d. C. Como consecuen- fetas lO. En los umbrales del crIstlamsmo mauguran, ~n genero de .litera-
tura popular hagiográfica que arraigará, con mucho eX1to, en los prImeros
2 A.-M. Denis, Introduction aux pseudépigraphes grecs d'Ancien Testament (Lei- siglos cristianos.
den 1970) 90.
3 C. C. Torrey, The Lives 01 the Prophets. Greek Text and Translation (JBL
Monograph Series, vol. 1; Filadelfia 1946) 1. 7 Tal vez no es casual que aparezca en un manuscrito hagiográfico iu.nto a u~a

4 R. Bernheimer, Vitae Prophetarum: JAOS 55 (1935) 200s. colección de Apophthegmata o Gerontica; d. en general J.-A. Hi2' ~n4~)tb(IGgr~fta.
s Cf. la «Peregrinatio Aetheriae»: H. Pétré (ed.), Etbérie. Journal de voyage. • Cf. J. Jeremias, Heiligengraber in Jesu Umwelt (Mt 23,29; 1, otmga
Texte latin, introduction et traduction (SC 21; París 1948), y P. Geyer, Itinera 1958) lIs.
Hierosolymitana saeculi IV-VIII (CSEL 39; Viena 1898). • R. Bernheimer, op. cit., 203.
6 C. C. Torrey, op. cit., 3s. 10 R. Bernheimer, op. cit., 201s.
V. MANUSCRITOS Y VERSIONES BIBLIOCRAFIA

1. Manuscritos
Los principales están descritos en la edición de Th. Schermann
(pp. IX-XXIII), Y de una manera partícular el Codex Marchalianus (Q) a) Ediciones
= Vat. gr. 2125 (Roma, siglo VI), en H. B. Swete, An lntroduction to
the Old Testament in Greek (Cambridge 21914) 144-145, Y S. Jellicoe, Hall, J.-A., A Hagiologic Manuscript in the Philadelphia Ubrary: JBL 6 (1886)
The Septuagint and Modern Study (Oxford 1968) 201-202. 3-39. Texto griego en 29-39.
La recensión larga de Epifanio se encuentra en el manuscrito París Nestle, E., Marginalien und Materialien II, 1 (Tubinga 1893) 17-35. . .
Schermann, Th., Prophetarum Vitae Fabulosae, Indices apostolorum dtsczpu-
1115, fol. 228 v-233, fechado en el año 1276. La recensión breve de Epi- lorumque Domini (BibI. Teubneriana; Leipzig 1907) 1-106.
fanio se halla en varios manuscritos. Dos de los más importantes son: Tischendorf, C. von, Anecdota Sacra et profana (Leipzig 1855) 110-1~9.
Coisl. 120, París, siglo x, y Vindob. Theol. gr. 184, fol. 298-30Y, Viena, Torrey, C. c., The Uves of the Prophets. Creek Text and Translatzon (JBL
siglos XIII-XIV. Monograph Series 1; Filadelfia 1946) 20-32.
El texto de la recensión de Doroteo se encuentra en el manuscrito
Vindob. Theol. gr. 40 (antes 77), Viena, siglo XIII.
El texto editado por l. H. Hall es el del manuscrito 1141 de la Phi- b) Traducciones
ladelphia Library, fol. 109 r -113 v • Sin fecha (saec. ignoti; d. Th. Scher-
mann, op. cit., XXVII). Al inglés: de C. C. Torrey, op. cit., apdo. 1, pp. 34-48.
Al alemán: en Riessler, en AS 871-880, 1321-1322; del prof. Elze en JSHRZ
(en preparación).
2. Versiones Al japonés: de K. Toki, en Seisho Caiten Citen (The Old Testament Apocry-
pha) (en preparación).
Han sido editadas dos recensiones de la versión siríaca: una por
J-B. Chabot, Chronique de Michel le Syrien (Culture et Civilisation,
41910; reimpresión en 1963) 38-64, Y otra por E. Nestle, Brevis linguae c) Estudios
syriacae grammatica (Porta linguarum orientalium V, 21888) 86-107.
Bernheimer, R., Vitae Prophetarum: JAOS 55 (1935) 200-203. .
Existe también una o varias versiones armenias, una etiópica, una Charlesworth, J. H., The Pseudepigrapha and Modern Research (Mlssoula, M.
versión latina y una árabe 11. 1976) 175-177.
Denis, A.-M., Introduction aux pseudépigraphes grecs d'Ancien Testament
(Leiden 1970) 85-90.
Fernández Marcos, N., Nueva acepción de dea. en las vidas de los profetas:
Sef 40/1 (1980) 27-39.
Id., 8J..3dCEt'V or 8yyíCEt'V? In Prophetarum Vitae Fabulosae 12,9 and in the
Septuagint: VT 30 (1980) 357-359. .
Jeremias, J., Heiligengraber in ]esu Umwelt (Mt 23,29; Lk 11,47) (Gotmga
1958).
Id., Sarabatha und Sybatha. Zur Kritik der «Vitae prophetarum»: ZDPV 56
(1933) 253-255.
Jonge, M. de, Christeli;ke elementen in den «Vitae prophetarum»: NedThT
16 (1961-1962) 161-172.
Pfeiffer, R. H., The Lives of the Prophets, en lB 1 (1952) 425.
Schermann, Th., Propheten- und Apostellegenden nebst ]ungerkatalogen des
Dorotheus: TU 31, 3 (Leipzig 1907).
Schoeps, H.-J., Die ;üdischen Prophetenmorde (Upsala 1943).
Stone, M.-E., Prophets, Uves of the, en EncJud 13 (1971) 1149-1150.

11 Más información sobre las distintas ediciones en estas lenguas antiguas en


A.-M. Denis, Introduction ..., 88-89.
VIDAS DE LOS PROFETAS

Nombres de los profetas, de dónde son, dónde murieron, cómo y dón-


de están enterrados.

Isaías
llEra de Jerusalén. Murió en tiempos de Manasés serrado en dos.
Fue colocado bajo la encina de Rogel, cerca de donde pasan las aguas que
echó a perder Ezequías cegándolas. 2 Dios hizo el signo de Síloam por me-
dio del profeta, puesto que antes de morir y estando a punto de desfalle.
cer, pidió agua de beber y al momento se le envió. Por eso se llamó Si-
loam, que quiere decir «enviado». 3 Y en tiempos de Ezequías, antes dce
construir las cisternas y las piscinas, por la oración de Isaías brotó un pOCc)
de agua -puesto que la población estaba asediada por los gentiles-, par¡l
que no pereciera la ciudad por falta de agua. 4 Los enemigos andaban bus-
cando de dónde beber y al ocupar la ciudad acamparon junto a Síloam.
Cuando se acercaban los judíos, salía agua; pero si se acercaban los genti-
les, no salía. Por eso brota de forma imprevista hasta el día de hoy, panl
que se manifieste el misterio. 5 Por haber ocurrido esto gracias a Isaía~
lo enterró el pueblo, como recordatorio, cerca de allí, con todo cuidado y
honor, para que por medio de sus súplicas disfrutasen igualmente del agwl
incluso después de su muerte, ya que habían recibido un oráculo sobrf:
ella.

1,1 serrado: 3tQUJ{tElc;; d. AscIs 5,11-14 y Heb 11,37. La leyenda del martirio d(:
Isaías traslada a este profeta un antiguo motivo del mito de Adonis. Cf. J. Je.
remias, Heiligengraber ..., 62.
encina de Rogel: bQvoc; 'Poy~A, que no se conoce por ningún otro documen-
to. Torrey, The Lives of the Prophets, 11, ve en este topónimo una confusiór¡
con En-Rogel, que se remontaría, en definitiva, al original hebreo, por cuantc)
la confusión paleográfica entre (en = fuente y (e~ = árbol (traducido a menu·,
do por bQvc; en los LXX) es frecuente.
cegándolas: Cf. Jos 18,16; 1 Re 1,9.
2 Siloam, que quiere decir: Cf. Jn 9,7. Procedimiento frecuente en el Nuevc)
Testamento, y en concreto en Juan, de transcribir los nombres propios he,
breas y actualizarlos añadiendo la interpretación griega; d. N. Fernánde;-.
Marcos, Nombres propios y etimologías populares en la Septuaginta: Sef Ji
(1977) 239-259, espec. 245.
4 de forma imprevista: Es decir, intermitente. Concurren aquí dos leyendas etio·,
lógicas: la primera formada a partir del nombre de Siloam y vinculada ¡¡
Isaías moribundo, a quien le «fue enviada» agua; la segunda, formada par¡¡
explicar la intermitencia de la fuente, unida al asedio de Jerusalén y a la ora·,
ción de Isaías, quien hace que brote para los judíos y se seque para los ene·,
migas. Cf. J. Jeremias, op. cit., 63.

33
514 VIDAS DE LOS PROFETAS TEXTO 515
6 Su tumba está cerca de la tumba de los reyes, detrás de la tumba de desaparecer de la tierra la estirpe de las serpientes y, de igual forma, in-
los sacerdotes en dirección al sur. 7 Pues Salomón construyó las tumbas, trodujo las serpientes llamadas argolas, es decir, combateserpientes.
después de que David lo había decretado, hacia el oriente de Sión, que 7 Este Jeremías dio un signo a los sacerdotes egipcios: «Que sus ído-
tiene el acceso por Gabaón y dista veinte estadios de la ciudad. Se hizo los iban a conmoverse y todas sus figuras iban a derribarse cuando llegara
una construcción desconcertante, de forma que no se sospecha que existe. a Egipto una virgen recién parida con un niño de apariencia divina». 8 Por
Hasta el día de hoy la desconoce la mayoría de los sacerdotes y todo el eso veneran hasta ahora a una virgen y adoran a un niño colocándolo en
pueblo. 8 Allí conservaba el rey el oro procedente de Etiopía y los aromas. un pesebre. Y al rey Tolomeo, que quería saber los motivos, le dijeron
9 Por haber manifestado Ezequías a los gentiles el secreto de David y que era un secreto recibido de los antepasados por medio del santo profe-
Salomón, y haber mancillado los huesos de sus antepasados, Dios le impu- ta. Les fue confiado a nuestros padres, y nosotros, dicen, estamos espe-
so la maldición de que sus enemigos harían esclavos a sus descendientes. rando el cumplimiento de su secreto.
A partir de aquel día Dios lo dejó sin descendencia. 9 Este profeta, antes de la conquista del templo, arrebató el arca de la
ley con todo lo que contenía y consiguió empotrarla en piedra, mientras
decía a los que estaban presentes: lO «El Señor se ha marchado del Sinaí al
Jeremias cielo y vendrá de nuevo con poder y os servirá como señal de su venida
cuando todos los pueblos adoren a un árbol». 11 Y añadió: «Nadie es capaz
2 1 Era de Anatot y murió en Tafne de Egipto, apedreado por el pue- de extraer esta arca fuera de Aarón, y ya ninguno de los sacerdotes o pro-
blo. 2 Está enterrado en el lugar que habitó el faraón. Los egipcios le hon- fetas puede extender sus tablas fuera de Moisés, el elegido de Dios».
raron porque les había hecho mucho bien. 3 Por su súplica, las serpientes 12 En la resurrección resucitará el arca la primera, saldrá fuera de la
que los egipcios llaman efo! los abandonaron. 4 Y todos los fieles de Dios, piedra y será colocada en el monte Sinaí. Todos los santos se congregarán
hasta el día de hoy, van a orar a dicho lugar y curan las mordeduras de allí junto a ella para recibir al Señor y huyendo del enemigo que quiere
serpiente con polvo del lugar. s Mas nosotros sabemos por los hijos de acabar con ellos. 13 Hizo con el dedo el sello del nombre de Dios en la
Antígono y Tolomeo, que ya eran ancianos, que Alejandro de Macedonia, roca, y el cuño se convirtió en un grabado de hierro. Una nube cubrió el
cuando estuvo en el sepulcro del profeta y conoció sus obras maravillosas, nombre, y nadie sabe el lugar ni es capaz de leerlo hasta el día de hoy e
trasladó sus restos a Alejandría y los colocó alrededor en círculo. 6 Hizo incluso hasta la consumación.
14 La roca se halla en el desierto, donde por primera vez estuvo el
6 cerca de: 8XÓf.I!S'VU. Este pasaje, recogido por Lampe según la recensión de
Epifanio, es uno de los primeros usos atestiguados del participio con función
adverbial. A continuación, en este mismo escrito, abundan los ejemplos de cocodrilos del río». Igualmente, detrás de combateserpientes los manuscritos
8XÓ!,U;'VUo con el mismo sentido. añaden una nota que intenta explicar la etimología de argolas, a saber: «que
7 de los sacerdotes: Falta en el manuscrito Q. Está introducido a partir de la trajo de Argos, en el Peloponeso; de ahí que se llamen "argolas', es decir, a
recensión de Doroteo y de la versión siríaca. la derecha de Argos. Pues llaman siniestro a todo lo izquierdo». En realidad,
9 Cf. 2 Re 20,12s. UQYÓAat procede de la palabra hebrea pargol = «langosta»; d. Lv 11,22,
donde se mencionan cuatro géneros de langostas. 'O<ptolJoáXTJ<; es muy poco
2,1 Tafne: Cf. Jr 43,7-13. empleado para designar a la langosta, pues no hay ninguna clase ~e lang?sta
apedreado: Este mismo testimonio sobre la muerte de Jeremías se encuentra que ataque a la serpiente. Esto lo hace el Ichneumon, al que aqUl se r.efl~r~
en ParJr 9,21s y Heb 11,37. y que nombrarían así los grecojudíos de Egipto. Cuando el verdadero ~Igmfl­
2 Cf. Jr 43,9. cado de UQyÓAo.L ya no se conocía, surgiría la leyenda de que fuero~ Impor-
3-5 efot: Plural de la palabra hebrea 'efa = «serpiente, víbora». El codex Q y tadas de Argos (d. C. C. Torrey, op. cit., 49s, y. J. Jere~as, op. at.! 109).
los demás testigos, excepto la recensión corta de Epifanio y la de Doroteo, 7-11 Estos versículos contienen, al parecer, claras alUSIOnes cnstlanas: la virgen y
añaden °E}.Af]Vf<; Bs %QoxoBfLAou<; (<<cocodrilos griegos»). Pero esto es, sin un niño al que adoran colocándolo en un pesebre (v. 8), y «cuando todos los
duda, una adición tardía aclaratoria. pueblos adoren a un árbol (;úlov = «árbol de la cr.u~», v. 11). Co? todo, no
5 La extraña noticia de que Alejandro Magno trasladó los restos del profeta a parece interpolación, sino que pertenece al texto ongmal'.de las ~zda~ de los
Alejandría, enterrándolos en forma de círculo, tal vez se esclarece con el pa- Profetas. Tal vez la solución haya que buscarl~ en la. particular hlstona ~e la
saje de la Novela de AJe;andro 1, 32 del Pseudocalístenes. En él se lee que, transmisión de la Vida de Jeremías, que, a dIferenCIa de las restantes VIdas,
al fundar la ciudad, trazó los límites de la misma con harina. ¿Se referiría en procede de Egipto; d. C. C. Torrey, op. cit., ~s. Pero no hay que des.ca!ta~,
un principio al polvo de los huesos? La misma tradición del traslado de los a mi entc:1der, un primer influjo del ciclo de ISls-Horus antes de ser cnstlam-
restos del profeta la recoge Juan Mosco (muerto en el 619) en el Pratum zado: «Los historiadores de las religiones y los arqueólogos h~n destacado
Spirituale (PG 87, 3, 2929) 77: «Está el lugar del Tetrapilo, muy venerable repetidas veces la sorprendente similitud de la r~ligión d~ ~sls-Horus. c~)O
entre los alejandrinos; pues se dice que Alejandro, el fundador de la ciudad, usos cultuales formación de leyendas y representacIOnes artlstlcas del crIstia-
tomó los restos de Jeremías, el profeta, desde Egipto y los depositó allí». nismo primiti~o» (E. Norden, Die Geburt des Kindes [Stuttgart '1924; reim-
CL J. Jeremias, op. cit., 109-110. presión, Darmstadt 1969] 113).
6 serpientes... argolas: Todos los manuscritos añaden detrás del serpientes pri- 9 Cf. 2 Mac 2,4s.
=
mero: )00.1 8X 'toü :rto'tuIJoOü wOUúTro<; 'tou<; %QoxoBdAou<; «así como los 12 del enemigo: eL Vida de Habacuc, 14.
516 VIDAS DE LOS PROFETAS TEXTO 517
arca, en medio de las dos montañas en las que están enterrados Moisés y dejaron de tener miedo. 13 Y les decía: «¿Hemos sido matados? ¿Ha pere-
Aarón. Por la noche, una nube se vuelve como fuego conforme a la primi- cido nuestra esperanza?». Con el milagro de los huesos muertos los con-
tiva prescripción de que no faltaría de su ley la Gloria de Dios. 15 Dios venció de que hay esperanza para Israel ahora y en el futuro. 14 Mientras
concedió a Jeremías el favor de que él, en persona, diera cumplimiento a se encontraba allí (en el destierro), mostraba al pueblo de Israel lo que
su secreto con el fin de que pudiera asociarse a Moisés. Y juntos están ocurría en Jerusalén y en el templo. 15 Fue arrebatado de allí y se presentó
hasta el día de hoy. en Jerusalén para refutar a los incrédulos.
16 A la manera de Moisés, vio el arquetipo del templo, el muro y las
anchas murallas que lo rodean, conforme dijo Daniel que sería edificado.
Ezequiel 17 Juzgó en Babilonia a la tribu de Dan y de Gad, porque cometieron i.m-
piedad contra el Señor al perseguir a los que guardaban la ley. 18 Y les hlZo
3 1 Procede de la tierra de Sarira, del grupo sacerdotal, y murió en el un gran presagio: «Que las serpientes devorarían a sus niños y a todos
país de los caldeas durante el destierro, después de haber profetizado mu- sus ganados». 19 Y había predicho también que por sus pecados. no regre-
chas cosas a los de Judea. 2 Allí mismo lo asesinó el jefe de los israelitas saría la población a su tierra, sino que permanecería hasta el fmal de su
por echarle en cara la veneración de los ídolos. 3 Lo enterraron en el cam- extravío. 20 Uno de entre ellos fue el que lo eliminó, pues se habían opues-
po de Najor, en la tumba de Sem y Arfasad, antepasados de Abrahán. to a él durante todos los días de su vida.
4 La tumba consiste en una doble cueva, porgue Abrahán de Hebrón cons-
truyó el sepulcro de Sara igual que el suyo. 5 Y se dice doble, porque es
espiral y tiene un piso superior oculto para quien está en el suelo, sobre Daniel
la tierra, colgado en la roca.
6 Este profeta hizo un presagio para el pueblo: «Que tenían que pres-
4 1 Era de la tribu de Judá, de una familia que se distinguía por su
tar atención al río Quebar. 7 Cuando disminuyera, se acercaba 'la hoz servicio al rey; pero, siendo aún infante, fue deportado de Judea al país
de la desolación hasta los confines de la tierra'; y cuando se desbor- de los caldeas. 2 Había nacido en Bet-Jorón de arriba. Era un hombre en
dara, el retorno a Jerusalén. 8 Pues allí habitaba el santo y muchos se vol- sus cabales hasta el punto de que los judíos creían que era un eunuco.
verían a él». 3 Se lamentó mucho por la ciudad, y en sus ayunos se privó de t~do
9 Una vez, mientras la población estaba con él, empezaron los caldeas
alimento apetecible. Era un hombre de aspecto adusto, pero embelleCldo
a temer que se rebelaran y arremetieron contra ellos para destruirlos. por la gracia del Altísimo.
10 Logró que el agua se detuviera para poder huir alcanzando la orilla.
4 Imploró mucho por Nabucodonosor, cuando se convirtió en bestia y
y los enemigos que se atrevieron a perseguirlos se ahogaron. en animal, para que no pereciera, pues se lo pidió por favor Baltasar, .su
11 Mediante la oración les suministró abundante alimento de peces,
hijo. 5 Sus partes delanteras junto con la cabeza eran de buey; y los pIes
que se presentaban espontáneamente; e imploró que viniera la vida de y las partes traseras de león. 6 Al santo (Da.niel) le f,:e revelado, a p~opó­
parte de Dios para muchos que estaban a punto de fallecer. sito de este misterio, que se había convertIdo en ammal por su anSIa de
12 Una vez que la población estuvo muy cerca de ser exterminada por
placer y por su obstinación. 7 Y esto tienen d~ particular los P?derosos,
los enemigos, se acercó a los capitanes y, mediante una serie de portentos, que en su juventud se ponen como el buey baJO el yugo de Bellar y a la
postre se convierten en fieras, dan zarpazos, destruyen, matan y golpean.
3,1 A partir de aquí se repite de forma iterativa el pronombre oúw<; como sujeto, 8 El santo conoció a través de Dios, que comía hierba como un buey
pronombre que omitimos de ordinario en la traducción por innecesario y fati- y se le convertía en ~1imento de naturaleza humana. 9 Por eso tambié?
gante. Nabucodonosor después de la digestión, convertido en ser humano, supll-
Sarira: Localidad conocida sólo por este pasaje.
3 Najor: Los manuscritos leen MaouQ, corrupción de NaouQ. Tanto el Antiguo
Testamento como el Nuevo transcriben siempre NaxwQ. 13 Cf. Ez 37,11.
4 Cf. Gn 23,2s. 15 Cf. Ez 8,3.
6 un presagio: 'tÉQa<;, tanto aquí como en los múltiples pasajes que vienen a 16 Cf. Ex 25,9.40 y Dn 9,25.
continuación. Creo que es la mejor traducción para 'tÉQa<; e:l las Vidas de los
Profetas, aunque introduzca una nueva acepción de esta palabra. A paró' de 4,1 su servicio al rey: Cf. Dn 1,3.
este uso hay que modificar, a mi entender, algunas de las afirmaciones de 7 Beliar o Belial: En la Biblia, nombre común que designa las personas que se
Rengstorf en el artículo 'tÉQa<; del TWNT, c. 123, en torno al uso de esta comportan de forma disoluta e injusta..En la literatura posbíblica, sobre t,?do
palabra en los escritos pseudoepigráficos y en el Nuevo Testamento. en los pseudoepigráficos, se ha convertido ya en el poder enfr.entado a PlOS,
río Quebar: XoBaQ; d. Ez 1,1 y 3,15. es decir, en sinónimo de Satanás. En su concepción subyace cIerto du~hsmo,
7 Cf. JI 4,12s. tal vez de procedencia irania. El nombre es muy frecuente en los escrItos de
10 Repite el milagro de Moisés en el paso del mar Rojo. Qumrán; d. Belial, en Ene. Jud. 4, 428-429.
518 VIDAS DE LOS PROFETAS TEXTO 519
caba al Señor entre sollozos pidiéndole cuarenta veces por día y noche. en cara las impiedades de sus antepasados. 2Fue enterrado en su tierra,
10 Entonces le sobrevenía un espíritu animal, y se olvidaba de que había solo, cerca del cementerio de los gigantes.
sido hombre. 11 Su lengua había perdido la capacidad de hablar. Al darse
cuenta, se echaba a llorar. Sus ojos se ponían al rojo vivo de llorar.
12 y muchos salieron de la ciudad para contemplarlo. Sólo Daniel no qui- Amós
so verlo, porque durante todo el tiempo de su metamorfosis había estado
en oración por él. 13 Decía que se convertiría de nuevo en hombre pero 7 1 Era de Tecoa. Amasías 10 golpeó a menudo; por fin, acabó con
no le creían. ' él su hijo, golpeándole con un vergajo en la sien. 2Todavía con vida llegó
14 Daniel consiguió que los siete años -los «siete tiempos» que había a su tierra, y a los pocos días murió y fue enterrado allí mismo.
dicho-- se convirtieran en siete meses. 15 El secreto de los siete tiempos
se cumplió en el rey, porque en siete meses se rehízo y los seis años y seis
meses restantes estuvo sujeto al Señor y reconoció su impiedad. Después Joel
de perd??arle su. iniquida?, le ?~v~lvió el reino. 16 Mientras se arrepentía
no comlO pan m carne m beblO VIno, porque Daniel le había ordenado 8 1Era de la tierra de Rubén en el campo de Bet-Meón. Murió en
aplacar al Señor con legumbres a remojo y verduras. 17 Por eso le llamó paz y allí mismo fue sepultado.
Baltasar, porque había querido constituirlo coheredero junto con sus hijos.
18 ~ero el santo dijo: «Lejos de mí abandonar la herencia de mis padres y
umrme a las herencias de los incircuncisos». 19 Hizo también muchos mi- Abdías
lagros para los otros reyes de los persas que no se pusieron por escrito.
20 Murió allí y fue enterrado solo y con todos los honores en la cueva
del rey.
9 1Era de la tierra de Siquén, del campo de Bet-Hakerem. 2Fue dis-
cípulo de Elías y, después de pasar muchas calamidades, salvó su vida
. 21.Hizo también un presagio en las montañas que están encima de Ba- gracias a él. 3Fue el tercer comandante de cincuenta al que perdonó Elías
bl1~ma: «Cuando eche humo la montaña del norte, llegará el fin de Babi- y que bajó hasta Ococías. 4A continuación abandonó el servicio del rey,
loma; cuando arda como con fuego, vendrá el final de toda la tierra. Pero se hizo profeta y murió, siendo enterrado con sus antepasados.
si la montaña del sur mana agua, volverá el pueblo a su tierra; si mana
sangre, la matanza de Beliar se extenderá por toda la tierra». 22 Y el santo
se durmió en paz.

Oseas
2 cementerio: O sepultura común (:7toAuávIlQLOV, o mejor, :7tOAuavIlQElov);
d. P. WaIters, The Text 01 the Septuagint. lts corruptions and their Emen-
5 1 Era de Belemot, de la tribu de Isacar, y fue enterrado en su tie- dation (Cambridge 1973) (ed. D. Gooding) 51 y 286. Para la acuñación de
rra con paz. 2Hizo un presagio: «El Señor vendrá sobre la tierra cuando este significado, ef. ibíd., 179.
la encina de Silo se divida por sí misma convirtiéndose en doce encinas».
7,1 Cf. Am 1,1.
aporrearle: 'tu¡t:7tavL~w = «ser sometido al 'tÚ¡t:7tavov», instrumento de tortura
que no conocemos exactamente en qué consistía. Cf. Heb 11,35 y 2 Mac 6,18-
Miqueas el Morastí 7,42. .
2 Como es usual en las Vidas de los Profetas es enterrado en su lugar de Ofl-
6 Era de la tribu de Efraín. Después de dar mucho que hacer a
1 gen, Tecoa, a pocos kilómetros de Jerusalén,. en dirección a Hebrón. Tanto
Ajab, fue eliminado por su hijo Jorán, que lo despeñó porque le echaba la tradición judía como la cristiana es muy unItaria en este punto; ef. J. Jere-
mias, op. cit., 87.
11 al rojo vivo: Literalmente, «como carne»: roe; %QÉlU;. 8,1 Bet-Meón: Bd}w¡tóQwv, nombre corrupto. Sobre este lugar, ef. Jr 48,23.
17 Cf. Dn 1,7 y 5,12.
9,1 de la tierra: El manuscrito lee Eyyúe;. Pero dado el rigor con que determina-
5,1 Belemot: Se refiere al nombre bíblico de Bileam; d. Jos 17,11. Otras varian- das fórmulas aparecen en estas Vidas, se puede conjeturar con Torrey EX yije;.
tes en Jdt 4,4; 7,3; 8,3, etc. Bet-hakerem: Brl'&axaQá¡t = «Casa de la viña». Sería un topónimo frecuente
2 Silo: ~llAÓJ¡t. Esta transcripción aparece también en la Vida de Ajías 1 y y por supuesto distinto del que se menciona en Jr 6,1 y Neh 3,14. Según
ocasionalmente en los LXX. ' , J. Jeremias, op. cit., 31, respondería a una tradición local de poca difusión,
puesto que la tradición cristiana, ya desde el siglo Ir, busca la tumba de Ab-
6,1 Morastí: Cf. Miq 1,1. días en otro lugar, en Samaría.
TEXTO 521
]onás a Nínive: «Que sucumbiría por medio de aguas dulces y fuego subterrá-
neo». Lo que terminó por pasar, 3 puesto que el lago que la rodea la inun-
10 I Era de la tierra de Kariatmaus, cerca de la ciudad de los genti- dó en un terremoto. Sobrevino fuego del desierto y abrasó su parte más
les, Azoto, junto al mar. 2 Vomitado por la ballena, se marchó a Nínive. alta. 4 Murió en paz y fue enterrado en su tierra.
y a la vuelta no permaneció en su tierra, sino que tomó a su madre y se
instaló en Tiro, zona de pueblos extranjeros. 3 Pues se decía: «Así quitaré
mi oprobio, puesto que he mentido al profetizar contra Nínive, la gran Habacuc
ciudad».
4 Estaba por entonces Elias increpando a la casa de Ajab y, después
12 1 Era de la tribu de Simeón, de la finca de Bet-Zujar. 2 Antes de
de haber conjurado un hambre sobre la tierra, huyó; al volver, encontró la deportación tuvo una visión de la captura de Jerusalén y se lamentó
a la viuda con su hijo, ya que no había podido aguantar más con los in- mucho. 3 Cuando vino Nabucodonosor contra Jerusalén, huyó a Ostracina
circuncisos. 5 Y la bendijo. Cuando murió su hijo, Dios lo despertó de y habitó en tierra de Ismael. 4 Cuando se retiraron los caldeas y los que
nuevo de entre los muertos por medio de Elias, pues quería mostrarle que quedaban en Jerusalén bajaron a Egipto, estaba vivietl:do d~ nuevo.e? su
es imposible escapar de Dios. tierra. 5 Acostumbraba a servir a los segadores de su fmca. Al reClblt la
6 Después del hambre se levantó y fue a la tierra de Judá. Su madre
comida profetizó a los de su familia diciendo: «Me vaya una tierra leja-
murió en el camino y la enterró cerca de la encina de Débora. 7 Vivió des- na, y en seguida volveré. Si tardo, llevad la comida a los segadores)~. 7 Lle-
pués en tierra de Saraar, murió y fue sepultado en la cueva de Kenecfas, gó a Babilonia, entregó la comida a Daniel y se pr:~entó d~ nuevo Junto,a
que fue juez de una tribu en los días en que aún no había re~. 8 Hiz? un los segadores, mientras estaban comiendo. Y no dIJO a nadIe 10 que habla
presagio a Jerusalén y a toda la tierra: «Cuando vieran una pIedra gtltan- ocurrido.
do lastimeramente, se acercaría el fin. Y cuando vieran en Jerusalén a 8 Supo que la población volvería pronto de Babilonia y murió dos años
todos los gentiles, sería destruida la ciudad hasta los cimientos». antes del retorno. 9 Fue enterrado solo, en su propia finca.
lO Hizo un presagio a los habitantes de Judea: «Que verían un resplan-
Nahún dor en el templo y por este medio conocerían la gloria del santuario».
11 y predijo el final del templo: «Que se produciría a manos de una nación
11 1 Era de ElqueSí, al otro lado de (las montañas), en dirección de occidental. 12 El velo del santuario interior se haría trizas en ese momento,
Bet-Gabrin, de la tribu de Simeón. 2 Después de Jonás hizo un presagio serían retirados los capiteles de las dos columnas, y nadie sabría dónde
10,1 Kariatmaus: KllQw:fr!Wou~, según el mal!~scrito Q y l.a .rec<:nsión de Doroteo.
estaban puestos. 13 Pero que serían llevados por medio de ángeles al de-
Nombre desconocido, probablemente «Kmatmaom> onglllanamente. sierto donde estuvo clavada al principio la tienda del testimonio. 14 Y que
de los gentiles: 'EAAlÍVOlV. por medio de ellos, ~l final, se darí~ a conocer el Se?o~, puesto que ilumi-
2 Ya la vuelta: Leyenda extrabíblica; d. 3 Mac 6,8 y L. Ginzberg, The Legends narían a los persegUldos por la serpIente como al prmclplO».
of the ]ews VI, 351.
3 Jan 3,4-10.
4 1 Re 17,ls.
5 Aquí se identifica a Jonás con el hijo de la viuda de Sarepta (1 Re 17,17s),
leyenda que aparece en la literatura rabínica. Esta hi.storia se encuentra. ya 4 Murió en paz: Compárese con la frecuente fórmula final de las inscripciones
perfectamente articulada y desarrollada de forma conslst~nte en la recenslOn sepulcrales judías: BV EtQlÍvU 11 xo¡!111<Jl~ «tnou (atrtij~, atrtoov); d. J.-B. Frey,
extensa de Epifanio; d. Th. Schermann, Prophetarum Vlt. Fab., 19. CIJ, passim.
6 Cf. Gn 35,8.
7 Kenecías: En hebreo Kenaz, padre de Otniel; d. Jue 3,9-11. Aquí se sigue 12,1 de la finca: aYQou. El sentido, tanto aquí como en los pasajes que siguen, es
una tradición judía que se conserva en Josefa (Ant. V, 182-184) y en el Liber el de «asentamiento rústico», que no llega a ser aldea, silla 5\ue englo,b~ a una
Antiquitatum Biblicarum, 25, 2, del Pseudo-Filón, según la cual fue Kenaz y familia en sentido amplio, con toda la servidum.bre. TradUCimos gene:lca~en­
no Otniel el primer juez de Israel. ]. J eremias explica el hecho de que Jonás te por finca, puesto que tiene menos connotacIOnes. culturales y soclOlóftlcas
fuera enterrado en su tumba, como una suplantación de culto, a consecuencia que granja, caserío o cortijo.. Este pue~e ser el mo.t1v~ de que la rnayona. de
de la judaización violenta de Idumea en el siglo 1 a. c., puesto que la exalta- estos nombres sean desconoCIdos y no figuren en nlllgun otro documento hte-
ción de Kenaz antepasado de los edomítas (d. Gn 15,19; 36,11.15.42), pro- tario ni en los onomásticos antiguos. .
cedería origina~iamente de una tradición idumea. Bet-Zujar: ¿Tal vez el Betzacaría de 1 Mac 6,32s~ En el gneg? .aparece. c~m
8 Cf. Hab 2,11. numerosas variantes. ]. Jeremias, op. cit., 81, adVierte dos tradICIOnes dlstm-
tas que concurren en la localización de la tumba de es!e profeta. .
11,1 Elqudí: Forma griega de EIkos; d. Nah 1,1 (LXX). 3 Ostracina: Situada en la península del Sinaí, no en Egipto, como dice Torrey,
Bet-Gabrín: Nombre arameo de la antigua Eleuterópolis; d. J Jeremias, ad loe.
op. cit., 100. 4 Cf. 2 Re 25,26.
2 Nah 2,6-8 y 3,15. 14 Sab 2,24 y 4 Mac 18,8.
TEXTO 523

Sofonías bién un buen aspecto. 3 Y todo lo que él anunciaba en profecía, 10 repetía


el mismo día un ángel de Dios que se aparecía, como ocurrió en los tiem-
13 1 Era de la tribu de Simeón, de la finca de Sabarata. 2 Profetizó pos en que no había monarquía, según está escrito en Sfarfotim, es decir,
acerca de la ciudad y sobre el final de los pueblos y la vergüenza de los en el libro de los Jueces. Siendo aún joven, se reunió con sus antepasados
impíos. 3 Al morir, fue enterrado en su finca. en su propia finca.

Natán
Ageo
17 1 Era profeta de David. Procedía de Gabaón, de la tribu jivea.
14 Probablemente, de joven vino de Babilonia a Jerusalén, profe-
1 Fue él, en persona, quien enseñó a David la ley del Señor. 2 Tuvo una
tizó claramente sobre el regreso del pueblo y tuvo una visión parcial de visión de que David faltaría con Bersabé. Cuando venía a toda prisa para
la construcción del templo. 2 Al morir, fue enterrado cerca de la sepultura comunicárselo, Beliar le tendió una trampa, puesto que encontró tirado
de los sacerdotes y con todos los honores, lo mismo que ellos. en el camino el cuerpo desnudo de uno que había sido asesinado. 3 Per-
maneció allí, y aquella misma noche supo que había cometido David el
pecado. Y regresó entre lamentos. 4 En cuanto David eliminó al marido
Zacarías de Bersabé, el Señor le envió para echárselo en cara. 5 Murió en edad muy
avanzada y fue enterrado en su tierra.
15 1 Vino de Caldea entrado en años. Durante su estancia allí ya
había hecho muchas profecías a la población 2 y realizado presagios para
confirmarlas. Dijo a Josedec que engendraría un hijo que iba a ejercer el Ajías
sacerdocio en Jerusalén. 3 También felicitó a Salatiel por su hijo y le puso
el nombre de Zorobabel. 4 En tiempos de Ciro hizo un presagio de victo- 18 1 De Silo, la ciudad de EH, donde estaba antiguamente la tienda.
ria y profetizó acerca del servicio que desempeñaría en Jerusalén y lo ala- 2Dijo de Salomón que chocaría con el Señor. 3 Le echó en cara a Jeroboán
bó mucho. 5 Sus profecías en Jerusalén versaron sobre el final de los gen- que actuaba traicioneramente con el Señor. 4 Tuvo una visión de una pa-
tiles, sobre Israel, el templo, la desidia de los profetas y los sacerdotes y reja de bueyes que pateaban al pueblo y embestían contra los sacerdotes.
sobre el doble juicio. 6 Murió de edad avanzada y, cuando expiró, fue en- También predijo a Salomón que las mujeres lo pondrían fuera de sí a él
terrado alIado de Ageo. y a toda su familia. 5 Murió y fue enterrado junto a la encina de Silo.

Malaquías

16 1 Nació en Sofa a la vuelta del exilio. Incluso de muy joven


tuvo una vida íntegra. 2 Puesto que todo el mundo lo honraba como santo 16,3 Sfarfotim: Deformación griega de Sefer sof'tim = «Libro de los Jueces». So-
bre este procedimiento de transcripción más interpretación de los nombres
y bondadoso, lo llamaron «Malaquí», que quiere decir ángel. Tenía tam- propios, cf. supra, cap. 1, n. 1. Cf. Jue 2,1-4; 5,23; 6,11.22 Y 13,3-21.

13,1 Sabarata: Sólo conocido por este pasaje. Cf. J. Jeremias, op. cit., 87. 17,1 de la tribu iívea: Cf. Jos 9,3-27 y 11,19. El griego lee 'Eoo~, transliteración
probable del hebreo hiwi.
14,2 J. Jeremias, op. cit., 72, sitúa su tumba en el valle del Cedrón. 2 Midrás para explicar por qué el profeta, que debería haber previsto el pecado,
no lo impidió. Beliar lo entretuvo para que no llegara a tiempo mediante un
15,1 Este Zacarías, uno de los doce profetas menores, ya en Mt 23,35 Y en la lite- cadáver al que obligatoriamente tenía que dar sepultura; cf. J. Jeremias,
ratura judeocristiana ulterior, fue asociado y confundido con Zacarías, hijo op. cit., 80.
de Jodae (cf. cap. 21, n. 1), que le suplantará en casi todas las tradiciones que 4 Cf. 2 Sm 11,6-17.
lle,;,an su nombre. El mismo error de Mt 23,35 -que Zacarías, hijo de Bera-
qUlas, fue muerto entre el templo y el altar- se encuentra en el TgLam 2, 18,1 Cf. Jos 18,1 y Jue 18,11.
20; según este Tg, fue muerto Zacarías, hijo de Iddo; que es el Zacarías, 4 Cf. 1 Re 12,28s.
«hijo de Beraquías, hijo de Iddo», según Zac 1,1. Mt Y el mencionado Tg 5 Silo: La recensión de Doroteo (cf. Th. Schermann, Propbetarum Vito Fab. 54,
hacen la misma errónea identificación, pues quien fue muerto era Zacarías, 14) añade: Ó /)E a{r¡;OC; xal 'A/)oo'V[,ac; AéYlmn, «éste recibe también el nombre
hijo de Jehoyadá (2 Cr 24,21). Jehoyadá es transliterado por los LXX como de Adonías». Nótese la vinculación de la tumba del profeta con un árbol,
«Jodae». conexión que aparece en más de una ocasión (cf. Abdías, Jeremías) y la posi-
2 engendraría un hi;o: Cf. Esd 3,2. ble relación con antiguas divinidades de la fecundidad que mueren y resuci-
5 el doble ;uicio: Cf. Zac 9,12. tan; cL Introducción, IV.
foed Elías

19 1 Era de la tierra de Samarim. Fue éste a quien el león atacó; y 22 I Era tesbita, de la tierra de los árabes, de la tribu de Aarón.
murió cuando estaba echando en cara a Jeroboán lo de los becerros. 2 Fue Residía en Galaad, porque Tesbí estaba asignada a los sacerdotes. 2 Cuan-
enterrado en Betel alIado del falso profeta que le engañó. do iba a nacer, su padre, Sobac, vio que unos hombres de blanco aspecto
le hablaban y 10 envolvían en pañales ígneos dándole a comer una llama
de fuego. 3 Vinieron y 10 divulgaron en Jerusalén. Y el oráculo le respon-
Azarías dió: «No temas. Pues su habitación será luz y su palabra revelación y ha
de juzgar a Israel».
20 1 Era de tierras de Subata, el que desvió de Judá el cautiverio
de Israel. 2 Murió y fue sepultado en su propia finca. Eliseo

23 I Eliseo era de Abel-Mejolá, tierra de Rubén. 2 Con motivo de


Zacarías su nacimiento se produjo un portento: cuando nació, el becerro de oro en
Guilgal dio un bramido tan agudo que se oyó en Jerusalén. 3 El sacerdote
21 I De Jerusalén, hijo de Jehoyadá el sacerdote, al que asesmo dijo, por medio de los urim y los tummim, que había nacido un J?rofeta de
Joás, rey de Judá, cerca del altar. La casa de David derramó su sangre, Israel que destruiría sus esculturas e ídolos fundidos. 4 Al monr, fue en-
en medio del santuario, sobre el patio. Los sacerdotes 10 cogieron y 10 en- terrado en Samaría.
terraron junto con su padre. 2 A partir de entonces ocurrieron presagios y
apariciones en el templo, y los sacerdotes no eran capaces ni de tener una
visión de los ángeles de Dios, ni de emitir oráculos desde el santuario
interior, ni de consultar mediante el efod, ni de responder al pueblo me-
diante los urim y tummim como en otros tiempos.

19,1 El nombre aparece con diversas variantes en los manuscritos: Joad, Joat, etc.,
pero se refiere sin duda al profeta que figura en Neh 11,7.
2 Cf. 1 Re 13,1-32. La versión siríaca añade e! nombre de! falso profeta, a sa-
ber: Abiton. 22,1 1 Re 17,1; 2 Re 1,3.8. f' ..
2 iba a nacer: EIXfv TfX{lf¡VCtL. Obsérvese la perífrasis de EXro con in InItIVO
20,1 Cf. 2 Cr 15,3s. para expresar el futuro, construcción popular muy desarrollada ya en los
Subata: Nombre desconocido por otras fuentes. Todos los textos invierten en Apophthegmata Patrum.
la frase los nombres de Judá e Israel. Pero esta falsa lectura se puede subsa- 3 Israel: Algunos manuscritos y la edición de Torrey añaden «con espada y
nar a base de los datos bíblicos. fuego». El manuscrito Q añade un largo párrafo elaborado a base de los datos
2 Cf. 2 Cr 15,3s. bíblicos que se encuentran en 1 Re 17s (cf. Th. Schermann, Prophetarum
Vito Fabul., 94) y que Torrey ha excluido d~ su ~~ición como adición tar~ía.
21,1 Cf. 2 Cr 24,20-22, apedreado por el rey Joás en la antesala del templo. A él Aparte de las dificultades textuales, el estilo difiere del/esto del escnto.
se refieren Mt 23,35; Lc 11,51 y Heb 11,37 (EALfrúa{hloav). La recensión cor- También el hecho de no contener nada nuevo que no este ya en los. textos
ta de Epifanio lo coloca como segunda parte de la Vida de Zacarías, hijo de bíblicos aboga en favor de que se trata de una interpolación p~sterlOr. L,o
Beraquías (cf. cap. 15, n. 1). Su suerte, a juzgar por estas citas, las que se mismo ocurre con el profeta siguiente: se añade otro párrafo al fmal (detras
encuentran en la literatura rabínica y en la literatura cristiana antigua, pre- de Samaría) de las mismas características que éste.
ocupó mucho a los contemporáneos de Jesús. Cf. J. Jeremias, op. cit., 67s;
M. McNamara, The New Testament and the Palestinian Targum to the Penta- 23,1 Cf. 1 Re 19,16. . . ,. d 1
teuch (Roma 1966) 160-163. Abel-Meiolá: 'Aj3Ú!W-OÚA con vanantes; d. F.-M. Abe!, Geographte e a
2 santuario interior (o Sancta Sanctorum): Especie de capilla de madera en e! Palestine II (París 1938) 80 y 96.
interior de! templo. Se eneuentra transcrito (l\a/3f[Q) también en los LXX; 2 portento: TÉQ'C1<;. Unico caso en toda la colecció? en que el término conserva
cf. 1 Re 6s: efod... urim y tummim, procedimientos de consulta oracular en su sentido originario de «portento», no «presagIO». ., .
la religión judía. Su funcionamiento no se conoce bien. Tal vez e! efod era GuiZgal.· raAyó,AOL<;, nombre hebreo incorporad?, a la flex~on gnega y con e~
e! receptáculo en el que se arrojaban las suertes (¿urim?),. cf. R. de Vaux, plural propio de los topónimos. Lugar de adoraclOn .de lo.s Ido~os; c~. Os 4,15,
Les institutions de [,Ancien Testament II (París 1960) 201-204. Los urim y 9,15; 12,11 Y Am 4,5 y 5,5. Este pasaje es el testimOnIO mas antI¡5uo de la
tummim en los LXX se traducen normalmente por I\~Awv XCtL aA{¡frf~Ct. Aquí creencia manifestada en los escritos de algunos Padres de la IgleSia de que
parece que I\~Aoov ha asumido ambos significados y es además indeclinable uno de los dos becerros de oro de Jeroboán fue erigido en Guilgal en lugar
(cf. infra, cap. 23, v. 3). de en Dan.

También podría gustarte