C-257-15 Unión Marital
C-257-15 Unión Marital
C-257-15 Unión Marital
Magistrada sustanciadora:
GLORIA STELLA ORTIZ DELGADO
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
“LEY 54 DE 1990
“Por la cual se definen las uniones maritales de hecho y régimen
patrimonial entre compañeros permanentes.”
EL CONGRESO DE COLOMBIA
DECRETA:
III. LA DEMANDA
Los demandantes consideran que los fragmentos acusados violan los artículos
5, 13 (inc. 1º) y 42 (inc. 1º y 2º) de la Constitución Política. Para los actores,
los apartes demandados vulneran el artículo 5 superior porque no garantizan
la protección a la familia cuando ésta se constituye por un vínculo distinto al
matrimonio, ya que impiden que nazca la sociedad de bienes de manera
inmediata.
Del mismo modo, estiman que las disposiciones acusadas generan una
discriminación por origen familiar, contraria a lo dispuesto en el artículo 13
constitucional, pues sólo la familia nacida del matrimonio genera el
surgimiento inmediato de una sociedad de bienes; mientras que en el caso de
la familia originada por la unión marital, la normatividad exige dos años para
que la sociedad patrimonial se presuma y se declare judicialmente.
Con base en las razones previamente expuestas, los ciudadanos solicitan que
se declare la inexequibilidad de los apartes acusados o “a lo menos, se
interprete[n] […] atribuyéndole algún otro efecto a la declaración voluntaria
de esa unión marital de hecho por ambos compañeros” para que en cualquier
momento de la unión marital pueda darse una declaración que también
conduzca al nacimiento de la comunidad patrimonial.
IV. INTERVENCIONES
Con todo, el interviniente señala que los cargos son claros y precisos, aunque
no abundan en los argumentos sobre la razonabilidad y la proporcionalidad de
la distinción. No obstante, el argumento de la violación puede fundamentarse
con lo dicho en las sentencias C-665 de 1998, T-553 de 1994, C-700 de 2013
y C-1035 de 2008.
Finalmente, el ciudadano afirma que la exigencia de los dos años para efectos
de seriedad de la unión no parece irrazonable ni desproporcionada, ya que no
existe prueba de la constitución de esa unión y por eso la prueba es el tiempo.
De otro lado, el patrimonio común no es de la esencia del contrato de
matrimonio ni del matrimonio consensual, pues en el primer caso sólo nace si
no hay acuerdo escrito en contrario y en el segundo caso la sociedad
patrimonial sólo nace si no hay sociedades conyugales preexistentes o
existentes, o si las personas deciden terminar su vida en común antes de dos
años de convivencia, lo cual es una opción libre adoptada por la pareja.
Competencia
Por su parte, la Vista Fiscal solicita que la Corte declare la exequibilidad de las
expresiones acusadas porque los efectos de la norma sólo se circunscriben a la
sociedad patrimonial, por lo cual no afectan la protección a la unión marital de
hecho ni a la familia. Agrega que, en todo caso, si no se presentan los
elementos para que se presuma la sociedad patrimonial, se puede iniciar el
proceso ordinario correspondiente para lograr la declaración de la sociedad de
hecho. Además, la distinción entre la unión marital y el matrimonio tiene una
justificación objetiva y razonable en términos constitucionales.
Sin embargo, tal y como lo indica el Procurador, aun sin que medien los dos
años de convivencia de la pareja en unión marital, se puede iniciar el proceso
judicial para declarar la sociedad de hecho, no el de declaración de la
sociedad patrimonial entre compañeros permanentes.
Argumentos de la demanda
10. La Corte encuentra que la demanda no especificó cada una de las cuatro
hipótesis precitadas, pero mencionó de manera general los dos escenarios que
resultan condicionados al plazo mínimo de los dos años: la presunción de
existencia de la sociedad patrimonial -que hace procedente la declaración
judicial- y la posibilidad de declararla voluntariamente. En este último caso,
los actores aludieron al artículo 4 de la Ley 54 de 1990 (sobre la declaración
de la existencia de la unión marital de hecho que no está condicionada a
ningún plazo) para solicitar que los numerales 1 y 2 del artículo 2º de la Ley
54 de 1990 operaran de manera similar, es decir, sin el requisito de los dos
años de convivencia. Éste parece ser el objetivo final de los demandantes al
promover este proceso.
13. Tal y como fue considerado en la etapa de admisión, reconocido por los
intervinientes en este proceso y constatado nuevamente al estudiar de manera
detallada las hipótesis normativas acusadas junto con los argumentos que
fundaron los cargos, la Corte encuentra que el libelo es apto para generar un
debate constitucional. En efecto, en esta etapa procesal surgieron algunas
dudas sobre la interpretación de la norma parcialmente acusada y sobre la
existencia de cargos mínimos en cada una de las cuatro situaciones
condicionadas por el plazo de los 2 años de convivencia de los compañeros
permanentes. Con todo, el establecimiento de la hermenéutica del artículo 2
de la Ley 54 de 1990, y el análisis preliminar de los cargos, ha permitido a
esta Corte constatar que la argumentación permite generar un debate
constitucional.
15. Los elementos necesarios para estructurar un cargo por violación del
derecho a la igualdad se han cumplido en este caso, en tanto que la demanda:
i) enunció los términos de comparación: las familias originadas por
matrimonio y aquellas que surgen por unión marital de hecho. Considera que
son similares por mandato constitucional y por eso no puede haber diferencias
entre ellas; ii) construyó la explicación sobre el presunto trato
discriminatorio: para las uniones maritales no surge la sociedad patrimonial
de manera inmediata, tampoco se presume ni es posible declarar la existencia
de una sociedad patrimonial, estas circunstancias marcan una diferencia con
el matrimonio a pesar de que tanto éste, como la unión marital son opciones
para formar familia que están constitucionalmente protegidas, incluso, a juicio
de los actores, en términos patrimoniales; y iii) expuso la razón precisa por
la cual no se justifica constitucionalmente dicho tratamiento distinto: esta
diferencia no es legítima, razonable ni proporcionada porque tanto el
matrimonio como la unión marital de hecho son fuentes generadoras de
familia en nuestra Constitución y toda familia merece igual protección
constitucional. Esta norma genera desprotección patrimonial a las familias
provenientes de unión marital pero que aún no cuentan con dos años de
permanencia.
Ya que la demanda cumple con los requisitos mínimos, ahora la Corte pasará
al análisis de fondo de los cargos.
17. Este Tribunal debe determinar si ¿el requisito de dos años de existencia de
la unión marital para poder presumir y declarar -judicial o voluntariamente- la
existencia de una sociedad patrimonial entre compañeros permanentes es
violatorio de los artículos 5, 13 (inc. 1º) y 42 (inc. 1º y 2º) de la Constitución?
Para el efecto, la Sala Plena deberá ocuparse del análisis la vulneración de las
cláusulas constitucionales que reconocen a la familia como institución básica
de la sociedad y del principio de igualdad de trato entre las familias que
prohíbe la distinción entre ellas y entre sus integrantes por origen familiar. En
consecuencia, la Corte se ocupará de los siguientes temas: (i) el concepto de
familia en el ordenamiento constitucional colombiano; (ii) el matrimonio y la
unión marital de hecho; (iii) el derecho a la igualdad y las distinciones
permitidas entre el matrimonio y la unión marital.
Aunque la Carta Política “le confiere plena libertad a las personas para
consentir en la formación de la familia, no por ello deja a su total arbitrio la
consolidación de la misma, pues en todo caso somete su constitución a
determinadas condiciones, a fin de otorgarle reconocimiento, validez y
oponibilidad a la unión familiar”. Tales requisitos sólo pueden ser generados
e interpretados de conformidad con la reiterada jurisprudencia constitucional
que ha sostenido de manera constante que la familia es la institución básica de
la sociedad (artículos 5º y 42), y “merece por sí misma la protección del
Estado, con independencia de la forma en que se haya constituido, es decir,
sin que se prefiera la procedente de un vínculo jurídico sobre aquélla que ha
tenido origen en lazos naturales”. En ese sentido, la protección a los
diferentes tipos de familia (arts. 13 y 42 constitucionales) proscribe cualquier
distinción injustificada entre ellos.
20. Sin embargo, a diferencia de lo sostenido por los actores, puede haber
diferencias legítimas en las formas de protección de ciertos efectos derivados
de los distintos tipos de conformación de las familias, en particular en los
casos de matrimonios, uniones maritales de hecho y uniones de parejas del
mismo sexo, pues en algunas oportunidades bien pueden diseñarse incluso
acciones afirmativas o medidas de discriminación positiva. Para el análisis
este caso en particular resulta relevante estudiar las dos primeras
configuraciones.
27. Dado que con la celebración del vínculo formal del matrimonio surge de
manera inmediata, si se dan las condiciones legales, el derecho del cotizante a
tener a su esposo o esposa como beneficiario del Plan Obligatorio de Salud, es
claro que no existe ninguna justificación constitucional para que ese derecho
no emane de la conformación libre y voluntaria de la unión marital de hecho
de la misma manera.
Una cuestión distinta son los efectos patrimoniales en los dos casos. Si bien es
cierto que en el matrimonio estos efectos se dan de manera inmediata, no lo es
menos que puede haber manifestación en contrario por parte de la pareja, o
incluso pueden existir acuerdos específicos a través de las capitulaciones.
Esto ocurre porque, como lo anotó uno de los intervinientes, la sociedad de
bienes no es parte de la esencia del contrato matrimonial. En el caso de la
unión marital, la existencia de la sociedad patrimonial tampoco se presume ni
surge inmediatamente, se requieren varias circunstancias –el transcurso del
tiempo y el trabajo mancomunado y solidario en la construcción de una masa
de bienes- para que pueda iniciarse un proceso judicial o un trámite voluntario
para declarar su existencia, pues tampoco se considera que esta dimensión sea
un elemento esencial de la unión marital.
Las razones que sustentan esta conclusión son, al menos, dos. Por una parte,
el plazo de dos años de convivencia para que se presuma o se pueda declarar
judicial o voluntariamente la sociedad patrimonial entre compañeros
permanentes, busca evitar que uniones de poca duración temporal tengan
consecuencias económicas, en particular en la configuración de una
presunción –con las implicaciones legales y probatorias que ello implica- o de
un suposición de la intención inmediata de los miembros de la pareja de
generar un patrimonio conjunto. Tal situación sí se materializa, salvo acuerdo
en contrario, cuando las parejas firman un contrato matrimonial.
34. Este razonamiento puede presentarse aún con más claridad por medio de
la aplicación de un juicio integrado de igualdad que compare la naturaleza del
contrato matrimonial con la de la unión marital de hecho, para establecer si el
requisito de dos años de convivencia para que ésta última de lugar a la
presunción o a la posibilidad de declaración judicial o voluntaria de la
sociedad patrimonial -no exigido en el matrimonio- constituye un trato
discriminatorio. En este caso, la intensidad del juicio es intermedia pues hay
un trato diferenciado que puede afectar el goce de derechos patrimoniales y
además, la jurisprudencia de la Corte ya ha dicho que entre el matrimonio y la
unión marital puede haber distinciones pero deben ser objetivas y razonables,
estándares de análisis en esta modalidad del juicio de igualdad. En efecto, este
nivel de escrutinio toma en cuenta la libertad de configuración del legislador,
el tipo de impacto de la medida bajo examen en derechos no fundamentales y
acude a los pasos de un test de racionalidad entendida como no arbitrariedad.
Después de fijar los extremos de comparación y la intensidad del juicio,
deben determinarse y analizarse los elementos del test de igualdad: la
finalidad perseguida con la medida, el medio utilizado para alcanzarla y la
relación de proporcionalidad entre el medio y el fin.
35. En este caso, la finalidad que persigue el plazo de dos años de convivencia
entre compañeros permanentes para que se pueda presumir o declarar judicial
o voluntariamente la existencia de la sociedad patrimonial, consagrado en los
literales a) y b) del artículo 2º de la Ley 54 de 1990, es legítima e importante.
En efecto, el establecimiento de este lapso pretende que, en ausencia de una
declaración formal de voluntad mediante un contrato –como ocurre en el caso
del matrimonio-, sea el tiempo el que permita deducir esa voluntad de
permanecer como pareja bajo la figura de la unión marital de hecho y, a la
vez, de lugar a que se presenten los demás elementos para que exista una
sociedad de bienes: el trabajo y la ayuda mutua.
37. El medio usado por el Legislador para lograr el fin propuesto es legítimo y
adecuado. Efectivamente, el establecimiento del plazo de dos años de
permanencia en la unión marital para que pueda presumirse o declararse
judicial o voluntariamente la sociedad patrimonial es constitucional porque no
vulnera por sí mismo ningún derecho fundamental, se refiere únicamente a un
aspecto patrimonial de la unión marital, no deja desprotegidos a los miembros
de la pareja o la familia ni hace una distinción arbitraria. De hecho, el paso
anterior del juicio de igualdad mostró que la distinción hecha por la ley no es
caprichosa ni pretende privilegiar a un tipo de familia sobre otra. La
diferencia obedece a un objetivo legítimo que se limita únicamente a los
aspectos de la sociedad patrimonial, no a otras dimensiones de la familia que
surge en el seno de una unión marital de hecho.
Conclusión
VII. DECISIÓN
S O C I E D A D PAT R I M O N I A L E N T R E C O M PA Ñ E R O S -
Argumentación de la decisión se fundamenta en que las parejas pueden
decidir entre dos vías y, la posibilidad de decidir entre una y otra, es la
que determina que la diferencia establecida por el legislador se considere
razonable y no se traduzca en un tratamiento discriminatorio (Aclaración
de voto)
Magistrada Ponente:
GLORIA STELLA ORTIZ DELGADO
Fecha ut supra,
MARÍA VICTORIA CALLE CORREA
Magistrada