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Sociales

comisión de ciencias sociales


Academia de Ciencias de la República Dominicana

santo domingo, república dominicana

Número 5 • 2012
SOCIALES
Revista de la comisión de ciencias sociales
academia de ciencias de la república dominicana
Nº 5 • 2012

sociales es una publicación oficial de la Academia de Ciencias de la República Dominicana,


institución que tiene por misión el conocimiento, promoción, investigación y difusión de la ciencia
y tecnología en nuestro país.
Es una entidad de carácter privado, apartidista y sin fines de lucro, fundada el veinte de diciembre
de 1974 y reconocida en virtud del decreto No. 1097 del Poder Ejecutivo con fecha 8 de junio de
1975. Nuestras oficinas están en la calle Las Damas No. 112 esquina El Conde, Zona Colonial, Santo
Domingo, D.N., República Dominicana.
Teléfonos: (809) 687-6315, (809) 687-6006, (809) 685-7726; Fax: (809) 685-6443.
Para entregas de manuscritos, pedidos e información general dirigirse al
e-mail: sociales@academiadecienciasrd.org
y vea nuestra página web <www.academiadecienciasrd.org>.

DIRECTORA Martha Ellen Davis COMISIÓN DE


CIENCIAS SOCIALES
CONSEJO EDITORIAL
Presidente Milcíades Mejía Miembros de Número
Carlos Andújar Persinal (Sociología)
Miembros
Francisco A. Avelino García (Historia)
Carlos Andújar Persinal (ACRD) Frank Báez Evertz (Sociología)
Emelio Betances (Gettysburg College, Juan Daniel Balcácer (Historia)
Pennsylvania, EUA) Andrea Brechelt  (Sociología) 
Roberto Cassá (ACRD) Roberto Cassá (Historia)
José Chez Checo (ACRD) Manuel Cocco (Sociología)
Lauren Derby (Univ. de California, Danilo Clime (Sociología) 
Los Ángeles-UCLA, EUA) Walter Cordero (Sociología)
José Chez Checo (Historia)
Secretaria Comisión Gricel Messina Martha Ellen Davis (Antropología)
Traducciones Pauline M. Kulstad y Martha E. Davis Danilo De los Santos Sánchez (Historia, Arte)
Corrección de Estilo Mari Frías Sosa Manuel García Arévalo (Arqueología)
Diseño de portada Martha E. Davis e Yris Cuevas Luis Gómez (Ciencias Jurídicas)
José G. Guerrero (Historia)
Fotografía de portada Martha E. Davis
Armando Hoepelman
Diagramación Yris Cuevas
Ciriaco Landolfi (Historia, Ciencias Políticas)
Impresión Editorial Publiguías José Adolfo López Belando (Arqueología)
COPYRIGHT © 2013 Lusitania Martínez (Filosofía, Sociología)
Frank Moya Pons (Historia)
ISSN 2220-1033 Nelson Moreno Ceballos (Medicina, Sociología)
Fernando A. Pérez Memén  (Historia)
FOTO DE LA PORTADA: El Teatro Popular Danzante de los Cocolos de San Max Puig (Sociología)
Pedro de Macorís: los Momís –la pronunciación en español del término inglés Rubén Silié (Historia) 
mummers, pronunciado “mummies” por los ejecutantes, mayormente de ascen- José Luis Sáez, S.J. (Historia)
dencia de las islas inglesas de St. Kitts y Nevis–. Una manifestación de cultura Dagoberto Tejeda (Sociología)
expresiva dominicana designada en 2005 por la UNESCO como Patrimonio Darío Tejeda (Sociología)
Oral e Intangible de la Humanidad. A la izquierda figura Theophilus Chiverton Jorge Ulloa Hung (Arqueología)
(Primo), director del grupo que presenta David y Goliat (David and Goliath), Marcio Veloz Maggiolo (Arqueología)
así denominado en español como los “Guloyas”. En el centro con el sombrero Karin Weyland (Sociología)
alto figura Donald Henderson (Linda), director del grupo “Los indios salvajes” Rafael Emilio Yunén (Geografía)
(Wild Indians) (Foto: M. E. Davis 1976). Véase el artículo de José G. Guerrero. Miembro Correspondiente
Paul Austerlitz (Etnomusicología)
DEDICATORIA

ISIS DUARTE
(1942 - 2011)
Miembro de Número, Comisión de Ciencias Sociales
Academia de Ciencias de la República Dominicana

Isis Duarte obtuvo la licenciatura en Sociología de la Universidad Autónoma de San-


to Domingo (1968) y maestría en Ciencias Sociales, mención Ciencias Políticas, de
la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) en Santiago de Chile
(1973). Fue profesora de Sociología de la UASD por más de 20 años, donde sirvió
como Directora del Departamento, y del Centro de Estudios de la Realidad Social
Dominicana (CERESD). Fue miembro del equipo fundador del Movimiento Cívico
Participación Ciudadana (1993) y Directora (a partir del 1994) de su programa po-
lítico electoral; encargada del primer conteo electoral rápido (2006) y participante
en el proyecto de Observación Electoral de 2000 y 2002.

Autora o coautora de más de nueve libros, entre ellos Capitalismo y sobrepoblación


en Santo Domingo (CODIA, 1980, con un equipo de investigación constituido por
Jorge Cela) y Población y condición de la mujer en República Dominicana (Instituto de
Estudios de Población y Desarrollo, 1989). Escribió además numerosos artículos.
Sus proyectos de investigación y sus publicaciones destacan la extensa colaboración
con numerosos colegas.

Recibió el Premio Nacional de Ensayo Pedro Henríquez Ureña (1980) por Capitalis-
mo y sobrepoblación… y la Medalla al Mérito (1996), un reconocimiento del gobierno
dominicano a la mujer, por su aportación a la investigación social.
SOCIALES Nº 5 • 2012

CONTENIDO

5 Prólogo
Martha Ellen Davis

TEORÍA y METODOLOGÍA

9 Karin Weyland Presentación y análisis del libro


Lusitania Martínez La sociología del alma y el desarrollo de una
Cándido Guzmán ciencia interior

41 Dirk Erdmann Guenther La evaluación: un nuevo tema para la comunidad
Wolfgang Meyer científica de la República Dominicana
Héctor Almonte Mella

ESTUDIOS

55 H.J.R. Cantisano Árias Medicina folklórica en el área norte de


República Dominicana

77 Martha Ellen Davis La “bi-musicalidad” en las configuraciones


culturales del Caribe

99 Charlton Yingling Juan Bosch y el desarrollo de una nación en exilio:


“una página de la historia de El Caribe que no
tiene paralelo”

APLICACIONES

141 IAP Declaración sobre población y consumo
La Red Mundial de
Academias de Ciencia

149 José G. Guerrero El patrimonio oral e intangible de República
Dominicana

168 Información para los autores


Prólogo

Con el presente Número reactivamos la revista Sociales de la Comisión


de Ciencias Sociales de la Academia de Ciencias de la República Do-
minicana. Su Director Fundador, Carlos Esteban Deive, dejó el cargo
por razones de salud, y es un honor para mí haber sido nombrada para
asumir el mismo. Ya quedan en el país pocas revistas de ciencias socia-
les, una situación que otorga mucha importancia a esta publicación.
La política editorial actual quiere incentivar la publicación de traba-
jos de ciencias sociales, previa consideración, en República Dominicana
o que sean regionalmente comparativos. Estamos dispuestos a recibir
artículos de miembros y no miembros de la Academia, sean residentes
en el País o en el extranjero. Abarcamos todas las disciplinas de las
ciencias sociales y trabajos multidisciplinarios, aunque señalamos que
las comisiones de Economía y Ciencias Jurídicas de la Academia de
Ciencias tienen sus propias revistas y la disciplina de la psicología está
colocada dentro de la comisión de Ciencias de la Salud.
Recibimos artículos sobre teoría y metodología; estudios en sí,
preferiblemente provenientes de fuentes primarias; documentación y
aplicación de programas prácticos; informes; y reseñas, especialmente
de libros sobre la República Dominicana, publicados en otros países
o idiomas. En el presente número, los artículos de Weyland, et al. y
Guenther, et al. se refieren a teoría y metodología; los de Cantisano,
Davis y Yingling son estudios producto de exhaustivas investigaciones
durante meses o años; el escrito de Guerrero y la Declaración de la Red
Mundial de Academias de Ciencias (IAP) son trabajos de extensión, o
6

sea de aplicación de estudios en beneficio de los portadores culturales


por una parte y la humanidad en general por otra.
Las disciplinas abarcadas en este Número son las siguientes: El ar-
tículo de Weyland, et al. sobre lo que ella denomina “la sociología del
alma” tiene que ver con teoría sociológica ya que trata sobre la base
filosófica de dicha disciplina. La contribución de Guenther, et al. sobre
la evaluación externa, enfoca una dimensión importante de la meto-
dología científica. El estudio de Cantisano sobre medicina folklórica
representa el nexo entre la Etnobotánica y la Antropología Sociocul-
tural. El estudio de Davis trata sobre la vertiente etnomusicológica
(la música como parte de la cultura y la sociedad) de la Antropología
Sociocultural. El estudio de Yingling representa un capítulo en la his-
toria dominicana del siglo XX, enmarcado regionalmente. La Decla-
ración del consorcio de Academias de Ciencias IAP sobre el impacto
de población y consumo en el abuso de los recursos naturales, es una
aplicación de mucha documentación, ya que aspira a motivar la acción
para la conservación y planificación de dichos recursos. Asimismo, el
artículo de Guerrero documenta proyectos con el propósito aplicado
de conservación y reconocimiento internacional de expresiones cul-
turales únicas de la República Dominicana.
Los artículos del presente número han llegado por una variedad
de vías de acceso. Dos fueron recomendados por el Presidente de la
Academia de Ciencias: la Declaración del consorcio de Academias de
Ciencias IAP y el artículo de Guenther, et al. sobre la evaluación ob-
jetiva. El artículo de Guerrero, Miembro de Número, se basó en una
ponencia en un congreso que organizamos en la Academia, y que luego
le solicitamos para su publicación debido a la importancia del tema. El
artículo de la Miembro de Número, Weyland, et al. sobre la “sociología
del alma” se basó en una puesta de circulación y las perspectivas de
dos comentaristas. El de Yingling, sobre el desarrollo de la ideología
política de Juan Bosch en el entorno social del exilio en Cuba, es la
versión extendida de una ponencia escuchada por quien suscribe en
un congreso de estudiosos latinoamericanos y caribeños celebrado
en la Universidad de Florida, el cual le fue solicitado por excelente e
innovador. El artículo sobre medicina folklórica del venerado médi-
co de Santiago Dr. Rafael Cantisano, eje del programa de Medicina

SOCIALES 2013, ACRD


7

Comunitaria de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra,


está basado en años de observación-participante como médico clínico
en el sector campesino del norte del país. El artículo de mi autoría
es una síntesis de años de investigación sobre la religiosidad popular
y su música, que traduje al español para compartir los frutos de mis
investigaciones con el público sujeto del estudio.
Nuestra política editorial sigue el espíritu e indicaciones de LA-
TINDEX (www.latindex.org), una entidad coordinadora de revistas
académicas y científicas de la América Latina para fines de inventa-
rio, comunicación entre estudiosos e instituciones, mejoramiento de
calidad y difusión. El enlace en República Dominicana es la señora
Giovanna Riggio, Directora de la Biblioteca de la Universidad APEC.
Un factor para lograr calidad internacional es la evaluación anónima
por miembros del comité editorial u otros colegas especialistas, de los
artículos sometidos a consideración. Otro factor, para fines de difusión,
es la asignación de un número ISSN a cada número de nuestra revista
con el propósito de que entre en el registro internacional.
La Revista ha tomado seis meses de dedicación casi exclusiva. Cada
artículo ha presentado sus propios retos, algunos requiriendo hasta
diez versiones, y mucho diálogo con el autor. Tres artículos fueron
traducidos del inglés: dos por la Lic. Pauline K. Kulstad y uno por
mí. El artículo de Yingling, primeramente tuvo que ser trabajado en
inglés con el autor en cuanto a su organización, título y subtítulos,
conclusión y citas bibliográficas; sólo cuando estuvo perfectamente
bien elaborado se entregó a la traductora, quien entonces entró en
diálogo directamente con el autor. La importante declaración sobre
población y consumo por el consorcio de Academias de Ciencias IAP
fue traducido al español, pendiente de aprobación oficial, por IAP,
entidad que utilizará nuestra traducción para su difusión a través
del mundo de habla hispana. El artículo de Guenther et. al, se basó
en una traducción que hizo del alemán al español, la cual requirió
una notable corrección de estilo. Me correspondió transformar la
ponencia de Guerrero en forma de artículo, requiriendo esto un
extenso diálogo con el autor. El de mi autoría sobre el fenómeno de
“bimusicalidad” en El Caribe no presentó problemas, salvo la pesada
tarea de traducción.

SOCIALES 2013, ACRD


8

En contraste, el artículo de Cantisano sobre medicina folklórica


tuvo que ser escaneado de una versión escrita a máquina, y luego,
por no ser inteligible, pasado en limpio por la Lic. Gricel Messina,
Asistente Editorial. Como Editora corregí los abundantes errores
mecanográficos en cuanto a nombres científicos de las plantas. Lue-
go revisé las identificaciones científicas de cientos de plantas, con
el auxilio de la primera edición (1974) del diccionario botánico de
Liogier, Miembro Fundador de la Academia de Ciencias. Finalmente
el Lic. Brígido Peguero, encargado del Departamento de Taxonomía
del Jardín Botánico Nacional, gentilmente revisó toda la terminología
e hizo las correcciones pertinentes con el fin de que lo impreso aquí
esté lo más acertado posible.
Aparte de los textos tuve a mi cargo la redacción de los resúmenes
en español e inglés para los artículos que les faltaban, así como buscar
gráficas para el artículo de Etnobotánica, de Cantisano, de Historia, de
Yingling y de Antropología Aplicada, de Guerrero. Para ese propósito
nos fue de mucha ayuda la biblioteca y fototeca del Archivo General
de la Nación, además de mi propio archivo de fotografías etnográficas.
Aprovecho la ocasión para agradecerle al Lic. Milcíades Mejía,
presidente de la Academia de Ciencias, por sus excelentes sugeren-
cias editoriales y constante apoyo, a la Lic. Pauline M. Kulstad por la
meticulosidad y excelencia de sus traducciones de inglés a español,
a la señora Mari Frías Sosa por su colaboración experta y entusiasta
con la corrección de estilo, a la señora Iris Cuevas por su paciencia y
habilidad en el diseño elegante de la portada y la diagramación, a los
asesores editoriales por su generosa colaboración con las evaluaciones
iniciales de los artículos sometidos y a todos los autores por su coope-
ración durante el proceso editorial.
Esperamos que este número de la revista Sociales sea de orgullo
para los autores y de interés, información y agrado para los lectores.

Martha Ellen Davis


Directora

SOCIALES 2013, ACRD


Presentación y análisis
del libro
LA SOCIOLOGÍA DEL ALMA
Y EL DESARROLLO
DE UNA CIENCIA INTERIOR

Karin Weyland
Con comentarios de

Lusitania Martínez
y Cándido Guzmán
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Resumen Summary
Presentación y análisis del libro Presentation and analysis of the book
La sociología del alma y el desarrollo The Sociology of the Soul and the
de una ciencia interior Development of an Interior Science
de Karin Weyland con comentarios by Karin Weyland with commentaries

La sociología del alma, de Karin Weyland, La sociología del alma (The Sociology of the
un libro académico y espiritual, presenta Soul) by Karin Weyland, a work which
una profunda reflexión sobre el gran is both academic and spiritual, offers
enigma transcendental de la existencia a deep reflection on the great trans-
que se debate en el interior de todo ser cendental enigma of existence debated
humano: “¿Quién soy y hacia donde voy?” within each human being: Who am I and
Ofrece respuestas multidisciplinarias y where am I going? It offers multidiscipli-
vivenciales e invita a cambiar paradigmas nary answers based on life experience. It
hacia la transformación de la realidad calls for a change of paradigms toward
del ser humano y el resto de la huma- the transformation of the existence of
nidad, en una nueva sociedad normada the person and the rest of humanity
por la conciencia global. into a new society governed by global
consciousness.

Comentarios Commentaries
La filósofa Lusitania Martínez recomien- The philosopher, Lusitania Martínez,
da el trabajo de Karin Weyland como recommends Karin Weyland’s work
innovador, al desmontar con inteligencia as innovative in intelligently breaking
los pilares categoriales sobre los cuales down the categories which have been
se ha levantado el quehacer científi- universally-accepted pillars of Western
co occidental, aceptado universalmente: scientific thought: objectivity, the em-
la objetividad, el método empírico y pirical method, and rationality. She
la racionalidad. Considera que la au- considers that the author strips bare
tora desnuda la aparente neutralidad the apparent neutrality of knowing and
del conocer, y plantea la necesidad de proposes the necessity of new, qualitative
nuevas metodologías, tales como las methodologies.
cualitativistas.
The Theosophist, Cándido Guzmán,
El teósofo Cándido Guzmán aporta offers perspectives beyond the Western
perspectivas más allá de las occidentales with regard to the invisible, unconscious,
sobre la parte invisible, inconsciente and subjective part of the human being,
y subjetiva del ser humano, el estado the crepuscular mental state called
mental crepuscular swapna, en sánscri- swapna in Sanscrit. This state of mind is
to, al cual pertenece la clarividencia, la expressed in clairvoyance, premonitions,
premonición, la telepatía, la profecía, telepathy, profecy, mediumship, dreams,
la mediumnidad, los sueños nocturnos, and coma, etc.
el coma, etc.

SOCIALES 2013, ACRD


11

El 20 de marzo de 2011 se presentó en la Academia de Ciencias el li-


bro La sociología del alma, por la Miembro de Número Karin Weyland,
en un evento conjunto entre la Comisión de Ciencias Sociales y
la Comisión de Filosofía y Epistemología. El tema de la obra es la
base filosófica de una dimensión de la Sociología que hasta ahora
no ha recibido la importancia merecida: la dimensión subjetiva e
intuitiva que parte de una “ciencia interior”. Participaron como
comentaristas la filósofa Lusitania Martínez, Miembro de Número,
quien lo enmarcó según la filosofía occidental, y el teósofo Cándido
Guzmán, frecuente participante en las reuniones de la Comisión de
Filosofía, quien lo analizó según aspectos de las filosofías orientales.

La sociología del alma y el desarrollo de una ciencia interior 


más allá de la subjetividad, el lenguaje y la razón1

por Karin Weyland2

Karin Weyland

Portada del libro

1
Santo Domingo: Búho, 2010. Disponible a través de la autora (karinweyland@yahoo.es).
2
Socióloga. Miembro de Número de la Academia de Ciencias. Profesora de la Universi-
dad de Puerto Rico (Recinto Río Piedras), donde ha dirigido el Departamento de Sociología
y Antropología.

SOCIALES 2013, ACRD


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RESUMEN DEL LIBRO POR LA AUTORA

Argumento Principal
El desarrollo de una ciencia interior a través del estudio de la mente,
su funcionamiento y su relación con la conciencia, nos permitirá te-
ner más conocimiento sobre el estudio de nuestra realidad social. El
estudio de la realidad social desde otros puntos de vista es necesario si
queremos construir un mundo donde impere la equidad y la justicia
social, así como lo imaginaron los fundadores de la disciplina de la
Sociología en el siglo XIX.

Objetivos Principales
• Establecer la relación entre conocimiento, mente y realidad
social.
• Establecer qué impacto tiene el desarrollo de una ciencia
interior en la disciplina de la Sociología.
• Determinar qué impacto puede tener una nueva percepción de
la realidad social en el área de la comunicación, más allá del
lenguaje y la razón.
• Determinar el rol de la subjetividad individual y colectiva en la
relación sujeto-objeto.
• Determinar la relación entre cuerpo, alma y mente, así como
entre energía y materia.
• Determinar si la energía es fundamento esencial de la interco-
nectividad y comunicación colectiva.
• Comprender la función de la conciencia en un modelo evolutivo
del ser humano.
• Establecer qué otros paradigmas del conocimiento son compa-
tibles con la sustentabilidad del planeta y la humanidad.

Preguntas de investigación
• ¿Cuál es la relación entre conocimiento, mente y la realidad
social que percibimos?

SOCIALES 2013, ACRD


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• ¿De qué manera la conciencia actúa sobre la mente racional y


la mente intuitiva?
• ¿Qué impacto puede tener esta nueva percepción de la reali-
dad social en la disciplina de la Sociología, en la construcción
de nuevas metodologías sociológicas, y del conocimiento en
general?
• ¿Qué impacto puede tener la percepción de la realidad social
en el área de la comunicación y el desarrollo de un sistema de
comunicación colectivo basado en la conciencia, más allá del
lenguaje y la razón?
• ¿Qué es y como está compuesta la subjetividad individual versus
la colectiva?
• ¿Qué rol juega la subjetividad en la transformación de la relación
objeto-sujeto y en el ejercicio de la observación e investigación
al interior y al exterior del ser humano y la sociedad?
• ¿Puede el estudio del alma vis à vis el cuerpo esclarecer la rela-
ción entre la energía y la materia, de manera que no caigamos
en otra interpretación cartesiana dualista que ha impulsado, y
continúa retroalimentándose de los discursos de la modernidad
y la razón para el bienestar de unos pocos?
• ¿Por qué no prestarle mayor atención a la energía como
fundamento esencial de interconectividad, para una mejor co-
municación colectiva y un mayor entendimiento del universo y
la relación individuo-sociedad?
• ¿Cómo se relaciona un modelo de comunicación basado en
la conciencia, con la evolución material de la historia del ser
humano y el universo en base al desarrollo tecnológico y lo que
erróneamente hemos llamado “progreso”?
• ¿Podemos reorientar la manera en que construimos nuestra
realidad cotidiana, producimos conocimiento y justificamos la
razón como base de todo conocimiento, moviéndonos, como
resultado, en dirección a un proyecto “evolutivo” fundamenta-
do en paradigmas más compatibles con la sustentabilidad del
planeta y la humanidad?

SOCIALES 2013, ACRD


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Metodología
En base al método cualitativo de investigación, principalmente la ob-
servación participativa y la entrevista no estructurada, he llevado a cabo
esta investigación en la Escuela Desoto,3 a partir del 2002, primeramen-
te como socia y posteriormente como profesora del Método Vivencia
Esencial Desoto, un programa que enseña técnicas y herramientas para
el desarrollo integral del ser humano. Además de fundamentar mi
análisis en estas impresiones, hago también una selección de las ideas
más importantes de la Escuela Desoto a través de los textos utilizados
en este y otros programas, en contraste con los sutras (discursos) del
Buda, y escritos de filósofos, psicólogos y sociólogos occidentales del
siglo XVIII, XIX y XX.
Además, el estudio de campo en El Caribe coincidió con investi-
gaciones simultáneas sobre cosmología africana tanto en República
Dominicana como Puerto Rico, habiendo estudiado la comunidad
afro-dominicana de los Congos de Villa Mella en República Dominicana
y la comunidad afro-puertorriqueña de Piñones de Loíza en Puerto
Rico. Posteriormente, el análisis de la data acumulada coincidió con
varias visitas comunitarias al norte de Argentina, mi país natal, para el
estudio de la condición social y la influencia cultural de comunidades
afro-descendientes (del linaje cultural del Congo-Angola) e indígenas
en la cultura contemporánea argentina, principalmente el cordón
cultural noroeste de las provincias de Córdoba, Catamarca, Santiago
del Estero, Tucumán, Jujuy y Salta, en dirección norte hacia el Perú,
Bolivia y Chile.

Capítulo 1
Explora el cuerpo como receptor y emisor de mensajes y como cen-
tro de comunicaciones hacia el interior y el exterior de la mente y la
conciencia. Además analiza la relación mente-cerebro, y la percepción
del conocimiento a priori cuando intentamos darle sentido a nuestro
entorno social.

3
Escuela espiritual del Maestro Desoto, el nombre espiritual del Dr. Efraín Villegas Quin-
tero (1928-2005), quien trabajó y fue reconocido en varios países. Murió en la ciudad de Santo
Domingo, República Dominicana. (http://www.efrainvillegas.org/desoto).

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Intenta contextualizar el concepto cuerpo-mente dentro de dife-


rentes corrientes filosóficas, explorando el concepto de “iluminación”
y dentro del campo disciplinario de la fenomenología, dejando al
descubierto la intersubjetividad entre la fenomenología del “saber” y
la fenomenología del “ser”.

Capítulo 2
Aborda el estudio de la conciencia en relación al cuerpo, mente y
espíritu, conectando algunas de las corrientes filosóficas occidentales
con las orientales, en la percepción y construcción de la realidad social.
Incluye algunos de los últimos experimentos científicos que exploran
la función de la conciencia y la unicidad del ser humano dentro de un
modelo de comunicación dependiente de la conciencia colectiva en
vez de la conciencia individual, y plantea retos al dualismo de la mente
racional versus la mente intuitiva como fuente última del conocimiento.

Capítulo 3
El Capítulo 3 narra el desarrollo histórico y filosófico de los primeros
debates sobre el alma en relación al proceso de adquisición del cono-
cimiento y la búsqueda de la verdad, tomando como punto de partida
los filósofos griegos, los escritos de los primeros textos gnósticos del
cristianismo medieval y la escuela de los Esenios. He escogido estas
corrientes de pensamiento porque todas, de alguna manera u otra,
han contribuido al pensamiento filosófi-
co del Dr. Efraín Villegas Quintero y sus
enseñanzas en el mundo moderno. Estas
escuelas de la antigüedad son los pilares
conceptuales de la Escuela Desoto, la cual
a mi entender, es una adaptación de estas
tradiciones al mundo contemporáneo
occidental, según las necesidades actuales.
Se adentra en temas que son funda-
mentales para entender la especificidad
histórica del conocimiento desde mucho
antes que el proyecto de modernidad se Dr. Efraín Villegas Quintero (Maestro Desoto)

SOCIALES 2013, ACRD


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haya apropiado del discurso dominante y lo haya reorientado hacia


una historia lineal de la humanidad, exclusivamente en base a lo que
llamamos el lenguaje de la tecnología y el progreso material. Si en ese
entonces la “esencia o espíritu” de un determinado grupo de creencias
se organizó para dar paso a una cosmovisión occidental como única
visión secular del mundo físico, dándole fuerza a la individualidad, la
ambición y la justificación de la violencia a todo costo, tenemos en-
tonces la esperanza de que surja otro modelo basado en la “esencia o
espíritu” de una nueva conciencia edificada en las ciencias espirituales
en vez de las ciencias materiales.

Conclusiones
Explora la posibilidad de transformación de la realidad social a través de
la revolución interior y una nueva lectura del mundo físico o entorno
social, el cual pide a gritos un cambio de paradigma. Analiza también
el rol del ser humano como especie y civilización frente a los viejos
paradigmas y nuevos retos que se avecinan para lograr la sostenibilidad
del planeta y la supervivencia de todo ser vivo.
Por otro lado, da las pautas para integrar un modelo “conscientivo”
de interacción social al área de la investigación, a través del desarrollo
del sentido de interiorización y razonamiento crítico. Partimos de la
premisa que toda identidad social está compuesta por las identidades
personales del individuo, y estas se construyen en base a la identidad
social que desarrollamos “en” comunidad.
Parte de la espiritualidad legada por las tradiciones contemplativas
orientales y las comunidades originarias, y concluye con la idea de que
la verdadera revolución comienza en el interior de cada uno.
El desarrollo de una ciencia interior, por otro lado, organizada
en varias disciplinas, serviría para edificar una metodología de la
meditación sociológica aplicada al estudio de un modelo nuevo de
comunicación social “conscientivo”, el cual encierra la posibilidad
de desarrollar el potencial de sociedad que anhelamos. Esto implica
un cambio integral, es decir, la integración de una nueva mirada a la
relación cuerpo, mente y espíritu, a nivel individual, así como en su
dimensión colectiva –grupal y cultural– en el ámbito político, social,
cultural y económico.

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COMENTARIOS DE LUSITANIA MARTÍNEZ4

En general, ¿de qué trata el libro de Karin Weyland?


Este es un libro, además de interesante y necesario, polémico y muy
actual. Se trata de enseñarnos la ruta hacia nuevos tipos de conocimien-
tos; y es un cuestionamiento no solamente a la ciencia de hoy, sino a la
forma en que tradicionalmente se nos ha enseñado a definir lo que es
el conocimiento científico. Karin Weyland toca a la puerta de la elitista
comunidad científica y pide con argumentos claros y sólidos, abrirse
a nuevos métodos, nuevos temas y nuevos eventos, como son los de
la cotidianidad, la meditación y los estados de conciencia producidos
por ella, con el propósito de evaluar la calidad de su status científico.
La doctora Karin propone una Sociología distinta a la actual, derivada
de la racionalidad moderna cuyo único camino para la comprensión
de la realidad social, es la razón, por demás una razón neutra en bús-
queda de la exterioridad a dominar y medir, sin la intervención de la
conciencia y de espaldas a las emociones del cuerpo. La doctora Karin
propone “un estudio sobre la integración de la ‘observación interna’”,
o lo que usualmente llamamos meditación; propone el estudio de lo
socialmente “aparente”, es decir, lo que usualmente llamamos realidad
social (pág. 20).
La perspectiva teórica de la doctora Karin presupone la existencia
de una esencia o espíritu del ser y de las cosas (pág. 26) a los que se
puede llegar no a través del lenguaje sino de la conciencia, de la razón
y del “sujeto observador” cartesiano (esto sería a través de la mente,
simplemente), sujeto a situarse lejos e incontaminado de prejuicios
respecto al fenómeno u objeto observado. En este enfoque, desde el
punto de vista epistemológico y metafísico, la doctora Karin entiende
que los fenómenos deben ser interpretados, no simplemente explica-
dos, para alejarnos de la tradicional Sociología racional y encontrar
una “ciencia de la meditación sociológica” (pág. 29). Y esto exigiría la
inclusión de métodos no empíricos que puedan dar cuenta de aconte-
cimientos cualitativos que forman parte de la cotidianidad y de lo que

4
Filósofa y socióloga rural. Miembra de Número de la Academia de Ciencias y de sus
comisiones de Filosofía y Ciencias Sociales.

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“le pasa a la gente realmente”, importantes pero ignorados porque no


pueden medirse por la vía de los métodos tradicionales de la ciencia.
Las metodologías de acercamiento a los fenómenos sociales, desde
luego, en la ruta de este nuevo paradigma, serían otras; serían cuali-
tativistas, distintas a las tradicionales metodologías cuantitativas a que
nos tienen acostumbrados los científicos empíricos y popperianos,5 los
cuales, por demás, son responsables de todo el progreso actual de la
tecnología e innumerables hechos científicos. La disciplina que propo-
ne la doctora Karin, prestigia herramientas de la meditación interior
para estudiar los fenómenos sociales desde la perspectiva de la vieja
tradición ubicada en la contemplación (no desde la transformación
de que habla el marxismo: “Hasta ahora lo que han hecho los filósofos
es contemplar el mundo; de lo que se trata es de transformarlo” (Karl
Marx --LM).
Partiendo del hecho de que “el paradigma de la modernidad está en
crisis” (pág. 30, citando a Touraine, 1995),6 la doctora Karin considera
y cree en la necesidad de la construcción de una nueva subjetividad
distinta de la racionalidad moderna, usando no solamente la noción de
comprensión o de interpretación de los fenómenos, sino también desde
una perspectiva cuántica, la noción de energía (reiki) interconectada
con la materia, nociones promovidas por los sistemas de sanación de
otros contextos culturales. Estos sistemas no definen empíricamente la
observación y la investigación, pues su ontología enfatiza la existencia
de una esencia de las cosas y la creencia en una espiritualidad no legi-
timada por el materialista pensamiento moderno occidental.

Las técnicas cualitativistas


Yo me concentraré en uno de los aspectos del libro, las técnicas cualita-
tivistas, como el interaccionismo simbólico y los efectos de su uso en la
racionalidad moderna emancipadora. Existen varios comentarios de la
autora contra la racionalidad moderna, y en su lugar o dentro de ella,

5
Seguidores de Karl Raimund Popper (1902-1994). Viena, Austria. Creador del Método
Hipotético Deductivo de la Ciencia.
6
Alain Touraine (n. 1925). Francia. Sociólogo. Investigador de la sociedad postindustrial;
muy vinculado al gobierno del Dr. Leonel Fernández.

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19

la autora hace propuestas de procedimientos espirituales cuya lectura


sería de beneficio para los/as lectores/as (pág.162 a 181). Sobre los
estudios del alma, de la regresión, de la iluminación, ella dice que: “La
ciencia todavía ignora muchos de estos conocimientos, los considera
mágicos y místicos, pues no pueden comprobarse científicamente, y
porque mantiene el binomio de cerebro y conciencia, cuerpo y alma,
conocimiento y espiritualidad” (pág.162). A todas luces, la autora
arremete contra el planteamiento del existencialismo ateo francés
de Sartre y otros, de que no existe una esencia humana determinada
a priori, que no sea la configurada por la existencia proyectada en la
soledad de un mundo sin Dios. La racionalidad moderna, continúa
diciendo, ha contribuido al derrumbamiento planetario (pág.166-170),
debido a que se cree que la existencia precede a la esencia que es Dios
o la inteligencia cósmica (pág. 167). Sin embargo, agrega, “A medida
que englobamos la conciencia, nos volcamos hacia lo sobrenatural y
esotérico, y, a través de la observación interior y la investigación crítica,
desarrollamos una ciencia interior, una ciencia del ‘ser’ (a través de la
neurofenomenología de Francisco Varela)” (pág.173).
En una propuesta contra la modernidad, la autora plantea que
hay que “evaluar más críticamente las presuposiciones metafísicas, así
como ampliar los métodos científicos, hasta incluir en ellos la obser-
vación interior y la investigación crítica, convirtiendo la propia mente
en un instrumento de una visión transformadora y liberadora, capaz
de desafiar todo pensamiento y convencionalidad” (pág. 179). Pero
ella se resiste a caer en un idealismo craso sin argumentos fuertes, y
nos dice: “No se trata de desmantelar a las ciencias materiales sino
de complementar estas con las espirituales para alcanzar la intersub-
jetividad del ser y del saber” (pág. 180). “El desarrollo de una ciencia
interior, por otro lado, organizada en varias subdisciplinas, serviría
para edificar una metodología de la meditación sociológica aplicada
al estudio de un modelo nuevo de comunicación social conscientivo,
el cual encierra la posibilidad de desarrollar el potencial de sociedad
que anhelamos” (pág.181). Desde este enfoque la autora no reniega
totalmente de la racionalidad moderna. Ella dice: “Propongo ‘pen-
sarnos’ y ‘conocernos’ de otra manera, sin abandonar, sin embargo,
estos últimos” (pág. 31). (Se refiere a los sistemas de creencias occi-
dentales más modernos. –LM).

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20

En cada el capítulo la doctora Karin nos propone elementos nuevos


que confrontan la tradicional manera de relacionarse con la realidad
para conseguir el conocimiento. En el Capítulo 1, para poner un
ejemplo, introduce la noción del cuerpo y el concepto de iluminación,
analizándolos desde el contexto de la fenomenología, que ella diferen-
cia entre la fenomenología del ser y la fenomenología del saber. Entre
otras perspectivas, se advierte su adhesión a la metodología fenome-
nológica de Alfred Schütz, 19587 (cuya base es la interacción social),
la interpretación social y la comunicación social de Habermas,8 puesto
que plantean una nueva relación entre objetividad y subjetividad. (La
doctora Karin bebe de varios filósofos, directa e indirectamente: Hegel,
Kant, Heidegger y otros autores que trataremos más abajo). Es saludable
que la autora siga a Habermas (pensamiento que pretende una síntesis
de la comprensión hermenéutica con la explicación), aceptando su
modelo “conscientivo” para la comunicación intersubjetiva que niega
o supera la comunicación simplemente por el lenguaje y la razón, y
permitiría medir los grados de conciencia alcanzados en la interacción
con la realidad social.
A partir de este marco teórico delimitado es que la doctora Karin
realiza su investigación: “En base al método cualitativo de investigación,
principalmente la observación participativa y la entrevista no estructu-
rada,9 he llevado a cabo esta investigación en la Escuela Desoto, a partir
del 2002, primeramente como socia y posteriormente como profesora
del Método Vivencia Esential Desoto, un programa que enseña técni-
cas y herramientas para el desarrollo integral del ser humano” (págs.
32-33). Soporta su investigación en los análisis de discursos filosóficos,
sociológicos y sicológicos de los siglos XVII, XVIII XIX y XX, además
de los filósofos griegos, los primeros textos gnósticos del cristianismo
medieval y la escuela de los esenios.

7
Alfred Schütz (1899-1959). Sociólogo y filósofo austríaco-judío. Creador de la denomi-
nada Sociología Interpretativa.
8
Jürgen Habermas (1929-2007). Filósofo y sociólogo alemán. Principal representante
de la Escuela de Frankfurt.
9
Precisamente la metodología de la Antropología cultural a diferencia de la Sociología,
disciplina de Karin Weyland –Ed.

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La crítica de la racionalidad positivista


Inicio mis comentarios y algunos comentarios críticos que llaman a la
discusión creativa, no al rechazo a priori, con la crítica a la racionalidad
positivista que nos brinda Teresa Porzecanski, 1991.10 “La causa de la
crisis de las metodologías ciencias sociales ha provocado la discusión de
las categorías básicas de la epistemología del XIX, y por ello decrece el
interés por la Antropología, la Sociología y la Filosofía, por el afán de
apegarse al neopositivismo, encontrar leyes causales como las ciencias
duras. Han dejado de lado el sujeto como agente activo de transforma-
ción, el sujeto como conciencia intérprete de su historia”. (Si seguimos
a Thomas Kuhn,11 los nuevos paradigmas resuelven las anomalías del
paradigma anterior y por eso los adeptos de éste se resisten).
Gadamer12 rescata a Dilthey13 y critica las metodologías positivistas
por reduccionistas, por querer aplicar la experimentación a las ciencias
humanas, y exige poner atención a los prejuicios, los cuales son una
precomprensión que anteceden a la construcción del conocimiento.
Comprender es interpretar y simbolizar (Porzencanski, op. cit.: 87). En
el contexto de la fenomenología, se rompe con la óptica positivista de
la prudente distancia que debe guardar el investigador con el objeto
a conocer, ya que el objeto o el entorno físico es tanto creado por el
sujeto, elemento que tiene cuerpo y experiencias, así como el objeto
es un elemento que tiene significación para alguien. La autora esta-
blece diferencias: No es lo mismo el acto del ser y el acto del conocer,
la fenomenología del saber y la del ser, sin el acto del conocer no se
llega al acto del ser, puesto que el sujeto necesita realizar al objeto y
éste posibilita la interpretación del sujeto. Posición heideggeriana que
permite a la autora plantear que existe una conexión entre mente-
10
Teresa Porzecanski (n. 1945). Escritora y antropóloga uruguaya judía. Tiene la influencia
marcada del feminismo francés de la diferencia, por tanto la influencia de la postmodernidad.
Véase Rituales: Ensayos antropológicos sobre Umbanda, ciencias sociales y mitologías. Montevideo,
Uruguay. Luis A. Retta, 1991.
11
Thomas Kuhn (1922-1996). Historiador y filósofo norteamericano de la Ciencia. En su
pensamiento es importante la noción de Paradigma y su explicación sobre la estructura de
las revoluciones científicas.
12
Hans-Georg Gadamer (1900-2002). Filósofo alemán. Renovador de la hermenéutica.
Autor de Verdad y método I [Warheit und Methode, 1973] Salamanca. Ed. Sígueme, 1998. Ana
Agud Aparicio y Rafael de Agapito, trad.
13
Wilhelm Dilthey (1833-1911). Filósofo, historiador, sociólogo y sicólogo alemán que
recibe la influencia de la fenomenología y de la hermenéutica.

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cuerpo y espíritu, luego entre mente-conciencia y el fenómeno social.


Según Teresa Porsenkanski (op. cit.: 80): en el positivismo existe un
menosprecio a las técnicas de investigación cualitativas, pues se tratan
como algo agregado que tiene que pedir permiso a las ciencias sociales
“serias” para ser incorporado al núcleo sólido, seguro y objetivo de las
mismas. Y si se las da permiso, se las obliga a las técnicas, al objetivismo
y al cientificismo, para que copien el status de las ciencias naturales.
En cuanto al interaccionismo simbólico, después de Husserl14
dos direcciones diferentes surgieron, aproximándose a la sociología
colectivista: una dirección, la de Merleau Ponty,15 Alfred Schütz (op.
cit.), etc., crearon una combinación entre hermenéutica fenomenoló-
gica con una fenomenología individualista, y aportaron la noción de
mundo de la vida vinculado por la tradición. Schütz adoptó una feno-
menología mundana, aplicó la intencionalidad al mundo de la vida,
al diario vivir, donde opera la acción cultural intersubjetiva, enfatiza
el individuo-orden, etc.
La autora de Sociología del alma se apoya en Schütz, para el cual
los fenómenos parecen no importar si son reales o de ficción, están
dados (de la fenomenología, los fenómenos son lo que aparecen: ser
y aparecer se identifican), significan algo para alguien. Con Schütz, la
cotidianidad y la interacción simbólica se importantizan; luego toman
relevancia los problemas de la vida privada, problemas femeninos, exis-
tenciales, del bajo mundo, de adictos, gays, etc. Adviene en la relación
dialéctica sujeto-objeto un giro epistemológico y metafísico, puesto que
aquí los objetos existen porque el sujeto la crea, en el sentido de que
significan para él, y el sujeto mental, o la mente del sujeto, es creado
por el objeto.
En la misma óptica, Teresa Porzecanski (op. cit.) dice más o me-
nos textualmente: es necesario tanto representar la realidad social y
otorgarle sentido, el sujeto crea sentido, intencionalidad. La base del
interaccionismo simbólico es que la construcción social de la realidad

14
Edmund Husserl (1859-1938). Filosofo alemán. Creador de la fenomenología.
Maurice Merleau-Ponty (1908-1961). Fenomenólogo francés. Interesado en la temática
15

del cuerpo; denominado erróneamente existencialista por su amistad con Sartre y De Beauvoir.

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se debe al fenómeno de la interacción, y esto disuelve la clásica oposi-


ción sujeto-objeto que ve lo social como algo reificado, puesto por el
sujeto como algo dado, creado por nuestra subjetividad.

Algunas cuestiones a discutir


Existen limitaciones que han impedido que el interaccionismo simbó-
lico y la fenomenología se hayan convertido en una tradición teórica
satisfactoria para el pensamiento social contemporáneo. Estoy de acuer-
do con muchas de las aportaciones de las micro metodologías. Pero
hay que discutir hasta donde la fenomenología y el interaccionismo
pueden o no por separado, sustituir el análisis colectivista social de la
sociología tradicional de Marx, Weber, Durkheim, que es la aportación
más grande a la sociología.
En términos de la acción (lo epistemológico, lo filosófico) la fe-
nomenología husserliana,16 es directa y radicalmente idealista porque
cree que los objetos están construidos puramente por la conciencia. La
fuente de la estructura de la realidad es producida gracias al proceso
constituyente de la conciencia humana. La autora acepta la noción de
espacio y tiempo de Kant-Hegel: Lo que percibimos responde a una
categorización delimitada del tiempo y del espacio que sólo se da en
nuestra mente (pág. 89 sobre Berkeley y Kant). El espacio, el tiempo y
la conciencia son condiciones inherentes a la subjetividad; es decir, su
esencia precede a la existencia, como dijeron Kant y Hegel (pág. 112).
La realidad social es una ilusión de la mente. Las sensaciones no son
tan racionales ni objetivas pero actúan en nosotros como si lo fueran.
Lo único real es el presente, mientras los objetos están a nuestra vista
existen, si no, desaparecen de la mente. “El mundo es una mera concep-
tualización basada en información determinada por nuestra percepción
a priori, y que en este proceso no podemos ignorar la comunicación
al interior de la mente y la función de la conciencia en interpretar e
integrar otros modos de ‘conocer’ más allá de la inteligencia cognitiva,
el lenguaje, la razón” (pág. 90).
Por otro lado, con el paso del tiempo, etnometodología e interacio-

16
La corriente de la fenomenología de Husserl cuya noción de intencionalidad exige
“una vuelta a las cosas mismas”.

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nismo se viran excesivamente a lo práctico. Estas micro metodologías, o


se van a niveles empíricos excesivos, parecidos al empirismo moderno,
o se van a un excesivo individualismo parecido al que fomenta la post-
modernidad; es decir llegan de nuevo a la tradición empirista a la que
se opusieron. Esto es lo que ha pasado, al menos, en la etnometodología
con Garfinkel17 y a Blumer18 y con casi todos los de interaccionismo
simbólico que dejaron atrás los efectos del simbolismo.
En la Sociología fenomenológica de Schütz, las metodologías cua-
litativistas, como la observación participante y el análisis del discurso,
disuelven la categorización de lo objetivo-subjetivo, y negando el universal,
estudian situaciones especificas dentro de marcos reducidos. Se critica al marxis-
mo y al estructuralismo de negar la relevancia de la intencionalidad del
acto. El estructuralismo dejó fuera al sujeto, buscando una subyacente
y racional universalidad, representante del espíritu humano universal.
Las micro sociologías se volvieron desde los años ’70 en etnografías de
lo cotidiano; proponen rescatar el sujeto, relativizar las perspectivas y
presuponer que hay un mundo comprensible para un grupo.
Pero con la postmodernidad y las micro metodologías se manifiesta
que el universal impide ver al hombre concreto, despoja a los grupos
humanos de su identidad y los reduce a una imagen abstracta. Las
micro metodologías están contra un grado alto de universalidad de las
conductas del ser humano y del desarrollo de las sociedades.
Al igual que Teresa Porzecanski, Karin propone una sociología o
una antropología del significado, que hable de los procesos simbólicos
mediante los cuales las gentes entienden sus mundos, y a sí mismo y
las consecuencias de sus acciones. Esta propuesta se acerca a la crítica
logocéntrica de Derrida,19 acusada por algunas personas de un relati-
vismo, a comprobar o no su presencia en el pensamiento de Karin. Lo
que tenemos claro es que la propuesta de la autora está cerca de una

17
Harold Garfinkel (1917-2011). Sociólogo norteamericano. Inventor de la Etnometo-
dología; famoso por sus experimentos micro-sociales.
18
Herbert Blumer (1900-1987). Sociólogo americano de la Escuela de Chicago. Principal
representante de la corriente sociológica del Interaccionismo simbólico cuyo término acuñó
en 1937.
19
Jacques Derrida (1930-2004). Filósofo y crítico literario argelino. Sus teorías han dado
lugar al “deconstruccionismo” desde el cual se ha arremetido una radical confrontación a la
racionalidad moderna.

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sociología situacional, contextual, y pragmática, que se descubre en la


fenomenología de Schütz, interesada en la vida cotidiana –en lo que
la gente hace realmente–, contra la ambición omnicomprensiva de la
realidad (metarelatos hegeliano y marxista, por ejemplo), preocupada
por interpretar como se desempeña el sujeto en una determinada si-
tuación. Se apela a rescatar la imaginación, cuando un acontecimiento
tiene significación para alguien, para encontrar nuevos conocimientos.

La verdad como perspectiva


Dentro de esta óptica se echa mano a otra versión de la verdad. Ade-
más, la verdad es cuestión de perspectiva o contexto, más que ser algo
universal. No tenemos acceso a la realidad, a la forma en que son las
cosas, sino solamente a lo que nos parecen las cosas a nosotros. Una
noción de verdad perspectivista no es representacionista, ni está cerca
de la teoría reflejo, ni derivada del análisis lógico del lenguaje, no es
positivista, ni pretende una verdad absoluta ni ideologizada.
Mi pregunta sería: cuando caen todas las ideologías, cuando se
llega al entendido del fin de todo metarelato, de toda narrativa, etc.,
¿qué queda? Aparentemente nada, o todo a volver a construir. Pero
esta posición tendría en su contra un fenómeno crucial concluyente: el
des compromiso absoluto de todos con todo. Y entonces ¿cómo cons-
truir un derecho des comprometido? Si todas las teorías han sido, por
el planteamiento postmoderno destruidas como verdades absolutas y
únicas, y se las ha relativizado, ¿cuál sería el resultado?
En este contexto existe el problema de reinterpretar teóricamente
la noción del cambio social. Reinterpretar la historia que ya no es la his-
toria trascendental, realizada por leyes fuera del ser humano, ahora es
la historia que los seres humanos practican con sus valores y esperanzas,
sus motivaciones y su cotidianidad. Ya no es la historia regida por leyes,
como en el marxismo, dirigida a un proceso gradualmente progresivo,
sino que la historia es historia de acontecimientos. (Interesante es leer a
Hannah Arendt,20 la cual plantea un debate postmoderno que hay que
discutir porque niega el progreso en la historia). Por su lado, Teresa

20
Johanna “Hannah” Arendt (1906-1975). Importante pensadora judía de la filosofía y
del pensamiento político del siglo XX. Alumna y compañera amorosa de Heidegger, a cuya
filosofía aportó ricas y renovadoras categorías superadoras del pensamiento del filósofo alemán.

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Porsenkanski propone que es propio de las micro metodologías y de


la postmodernidad arremeter contra la idea del progreso, es decir, la
idea de que todas las sociedades y la humanidad tendrían el mismo
desarrollo y arribarían a un estado superior por igual.
Y es que tanto en la autora de la obra comentada, como en la
mayoría de los autores mencionados, como sus fuentes teóricas, de
alguna manera está presente la legítima critica al marxismo. En el
pensamiento de Karin, la interacción simbólica con la realidad devalúa
la fuerza del planteamiento de que sea la base material o el ser social
lo que determine la manera de pensar. Ahora será lo inverso. Contra
el marxismo, ahora es el cambio individual lo que será importante en
el cambio del entorno social. Y esto es lo que garantiza, según ella, la
revolución y transformación del mundo.
Por otro lado, creo que existe una racionalidad emancipadora y
otra instrumental a la que tenemos que criticar. La autora no hace ese
deslinde teórico y parecería que se conecta en este punto con la post-
modernidad que sí se lleva de plano todo el pensar moderno.

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COMENTARIOS DE CÁNDIDO GUZMÁN21

Felicito a la doctora Karin Weyland por su libro, ante todo por el


sentido común que ella exhibe en la obra. Pero a diferencia de la
profesora Lusitania, filósofa y académica, lo he leído con otros ojos,
con ojos de profano y de libre pensador. Por eso quiero comentar,
de manera breve, algunas de las tremendas propuestas que hace
aquí la autora. Pero permítanme hacerlo con ojos críticos, o sea, con
cuestionamientos:
Ya en la introducción aparece una pauta y una tónica al libro, una
inquietante idea de Jorge Luis Borges que llamó mucho la atención
de la autora:
El universo es ilusorio, y vivir es precisamente soñar.

Pero detrás de esa idea ya paradójica se abre un misterio aún mayor


y más medular: ¿quién es el “soñador” doctora Weyland? ¿Estamos to-
dos nosotros siendo soñados? Ahora bien, recordando al doctor Albert
Einstein, quien pensó que: “Lo más bello que podemos encontrar,
es lo misterioso”, preguntémonos: ¿Qué cosa podría parecernos más
chocante y más extraordinaria: que la vida sea un sueño como lo han
creído siempre los hinduistas, o que la identidad del soñador nos sea
totalmente desconocida? Y esa idea tan oriental de Borges --aquella
del mundo como sueño-- parece haber sido para la autora, como un
hilo conductor en el desarrollo de las diversas propuestas a lo largo
de su libro.
Por ejemplo, en las páginas 24 y 25 leemos este comentario epis-
temológico respecto a cómo acumular conocimiento: “¿Podríamos
nosotros ir más allá de esta subjetividad reflexiva, e identificar nuevas
formas de “conocer”, para acceder al conocimiento de lo que llama-
mos realidad social?” Y continúa más delante: “Kant rechaza la idea
de que el sujeto pueda conocer el mundo a través de la razón pura, y
elabora el concepto de la esencia pura, aquello que todavía “no es cono-
cido por el sujeto que siente e interpreta”. Se habla ahí de que “todo
21
Después de una carrera en gerencia bancaria internacional, Cándido Guzmán se ha
dedicado a la Teosofía. Es participante regular en los seminarios dominicales de la Comisión
de Filosofía de la Academia de Ciencias.

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es dado y recibido a través de los sentidos, y todo es pensado a través


de la capacidad del sujeto de emitir juicios sobre esas sensibilidades.
Sin embargo, deben manifestarse las dos condiciones inherentes al
conocimiento, o por extensión, la subjetividad, que según Kant son el
tiempo y el espacio”.
Leyendo esta reflexión de Karin Weyland sobre Kant, acerca de
todo aquello que todavía no nos es conocido, de inmediato yo traté
de imaginarlo todo gráficamente en mi mente, pero teniendo muy
presente que cada sujeto humano es para nuestros sentidos tan sólo
una fracción de lo que realmente él es, pues es sólo la parte que nos
es conocida de él. En toda relación social, nosotros sólo percibimos lo
físico, lo fenoménico y lo superficial, pero no vemos lo real, como diría
Kant mismo.
Hasta ese punto, la mayoría de nuestros filósofos ha estado siempre
de acuerdo. El problema vino después; ya que leyendo esa parte del
libro, aparecieron ante los ojos de mi mente dos icebergs flotando en
el mar. Ellos eran mis dos sujetos, el conocedor y el conocido, pero de
cada uno yo solamente veía la parte que sale a la superficie, que sabemos
es tan sólo el 15% de la masa total de hielo. Todavía más: de pronto yo
me volví un poquito clarividente y pude ver las dos partes sumergidas
de las masas, que antes habían estado fuera del alcance de mis sentidos.
Ante esta visión, la idea de una sociología del alma, como la de nuestra
autora, se planteó ante mí como una cosa no solo posible, sino muy
atractiva, así estuviera llena de obstáculos. Ante mis asombrados ojos,
se presentó toda una humanidad formada por cubitos de hielo que
flotaban danzando sobre las aguas, cada uno de ellos con un ojo muy
atento y muy vigilante y fijo sobre los demás cubitos que interactuaban
entre sí, tal como lo hacemos los humanos:
Le dice la parte flotante de un cubito de hielo al otro: “Tú me caes
bien, y yo confío en ti”. En tanto le dice al otro: “Te amo (pero sin saber
por qué)”. “Sin embargo, desconfío y recelo de aquel otro cubito”, en
tanto que “por aquel de más allá sólo siento algo así como un rechazo
instintivo” (pero igualmente sin saber por qué). Etc.
De repente, contemplando mi cuadro, me pregunté: ¿Se dan uste-
des cuenta de lo simple y lo sencilla de esa Sociología pero solo cuando
incluimos las partes invisibles? Estoy hablando de la simpleza de pensar

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que en aquella parte que no se ve de cada iceberg humano, es en donde


encontraremos las respuestas a todos sus misterios, sus atractivos, y sus
idiosincrasias. O sea, las respuestas a todas sus características y condi-
cionamientos.
¿Y qué de todos los talentos y vocaciones que cada cubito trae con-
sigo a este mundo? Desgraciadamente, ya ese enfoque nos metería en
un nuevo terreno reencarnacionista, uno muy diferente.
Estaba yo contemplando ese gran panorama, cuando me asaltaron
una serie de preguntas muy inquietantes. Por ejemplo:
• ¿Se da cuenta la autora y académica de los obstáculos que va a
tener que enfrentar?
• ¿Sabe nuestra autora y socióloga de la Universidad de Puerto
Rico que se encuentra ante un cuerpo científico y académico,
con una metodología de demostración que es monista en
su materialismo, y que, además, desde hace ya dos siglos ha
adoptado el positivismo como su filosofía?
• ¿Se da cuenta la autora de esta teoría tan audaz, del enorme
abismo que separa su propuesta, de las bases sobre las que ha
estado sustentado el pensamiento científico hasta este siglo XXI?
Cuando en la página 28 la doctora Weyland pregunta en su obra: ¿Es
la conciencia entonces la esencia de la existencia? Nos encontramos ante
la realidad de que por los últimos ciento cincuenta años, la Ciencia ha
sostenido el estandarte del darwinismo. Estamos hablando de una teoría
que propone esto de la manera más reiterada: que lo que evoluciona
en la naturaleza son las formas de las cosas, que son los cuerpos –¡no
sus conciencias, no sus almas!- El darwinismo es una teoría que aun
continúa siendo eso mismo –teoría– pero que en siglo y medio no ha
pasado a ser “conocimiento científico”, o sea, ley, porque dicha teoría no ha
podido ser probada y demostrada utilizando aquel método probatorio,
monista, de la Ciencia misma. ¡Vaya con la contradicción!
Ante esa osadía científica, seguimos enseñando en nuestras escuelas
que lo real es el cuerpo, digamos el “cerebro”, y que todo lo demás
–incluyendo ahí a la conciencia (nuestro Yo), así como el Alma con
toda su memoria y su acumulo de historia; e igualmente la inteligencia,
la compasión, la solidaridad humana y el sentimiento intuitivo por lo

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divino y por la belleza– esas no son parte de la realidad, sino que son
algo así como secreciones del cerebro. Pero este cerebro sí que es real,
porque se pesa, cuenta y mide –o sea, porque es cuantificable– ¡en
tanto que la conciencia, el amor, la intuición y la aspiración espiritual
no pueden serlo!

El “saber” y el “ser” y la doble moral científica


En la página 54, la autora nos habla de la relación y el dilema entre el
“saber” y el “ser”, y se abren importantes preguntas en nuestra mente
a medida que leemos este texto tan inquietante. Veamos tan sólo al-
gunas de esas preguntas que surgen de la lectura y van en apoyo a las
muchas tesis de este libro: ¿Cómo es que mientras mi mente me da la
certeza (absoluta) de que yo soy, o sea, de que yo existo más allá de
toda duda, esa misma mente me esconde quien es que soy; quien es que
existe? (En pocas palabras: ¿quién soy Yo?). Y estoy seguro que dentro
de cien personas que estuvieran aquí presentes, cada una reconoce ser
un Yo. O sea que ¡todos creemos ser una misma cosa común! aunque
después viene lo de: Yo soy Juan de los Palotes. Y es con ese Juan de los
Palotes que cada uno se identifica de un modo total; en tanto que la
otra cosa, el Yo, permanece misteriosamente sin explicar y sin que sepa-
mos siquiera cómo explicarlo.
¿Qué parte escondida de mi mente es la que lleva a cabo ese en-
cubrimiento? ¿Por qué está el Yo humano envuelto en una subjetividad
absoluta, hasta el punto de que ese Yo ve exclusivamente hacia afuera,
en tanto que ese Yo misterioso rara vez es cuestionado por nosotros? Al
mismo tiempo, ¿cómo es qué ese Yo muy rara vez es explorado? (excep-
to por aquellos que siguen la tradición oriental de la meditación). ¿Y
cómo es que la existencia de una mente inconsciente en cada uno de
nosotros, aparentemente conocida desde aquellos cultos dionisíacos
y báquicos de la antigüedad clásica, no fue explorada, o por lo menos
redescubierta y debidamente analizada en los últimos milenios por nues-
tra llamada Filosofía occidental –y aun menos por la Ciencia?–.
Finalmente, ¿cómo es que unos 110 años después de la vida y obra
de Sigmund Freud, todavía no se enseña en nuestras escuelas su teoría
sobre la Mente inconsciente –ya que la misma no puede ser sometida al

SOCIALES 2013, ACRD


31

método monista de demostración científica porque no se pesa, cuenta


o mide–, y sin embargo, en esas mismas escuelas se sigue enseñando la
otra teoría, la de Darwin, que tampoco ha podido ser demostrada en el
último siglo y medio? ¿A quién será que estamos engañando con nuestra
doble moral científica? Y, que conste, que nuestras clases intelectuales
son cómplices de esta doble moral.
En la página 58, la autora hace una audaz comparación cuando
nos dice: “De cierta manera, la meditación es una ciencia similar a la
técnica de libre asociación y a la interpretación de los sueños utilizada
por Sigmund Freud desde el año 1900”. Y en verdad, es muy cierto;
sin embargo, hay una gran diferencia que corre por lo bajo: y es que
la meditación desde hace milenios, se enseña en el yoga indostánico, en
el jainismo, así como en el budismo. Son tradiciones que ya han sido
institucionalizadas y están respaldadas y sustentadas por sus propias
ciencias y sus técnicas espirituales, con sus correspondientes corpus
literarios y científicos. Por lo tanto, las distintas técnicas de meditación
se enseñan en las escuelas y universidades orientales como cosas válidas,
y sin encubrimientos ni cortapisas, como se hace aquí.
Allí la autoridad le llega a la meditación, así como a la acupuntura
y otras prácticas, por vía de la filosofía Vedanta, de los sutras del budis-
mo, así como del taoísmo, etc. Por el contrario, Freud descubrió –en
solitario y por su propia cuenta– toda una dimensión del ser humano
que, por milenios, había permanecido en Occidente como tierra desco-
nocida pues nadie exploró aquí el misterio del Yo, ¡incluyendo ahí a la
Ciencia, la Religión y la Filosofía misma post-platónica! ¿Cómo puede
explicarse entonces que ese inconsciente, de Freud, permanezca aún
sin respaldo oficial, al punto de que el grueso de nuestra población
criolla vive y opera como si no tuviera una mente inconsciente, o sea, sin
tenerla en cuenta y sin meterla en la ecuación de sus propias existen-
cias personales?
Por vía de ejemplo, para la Ciencia occidental los sueños nocturnos
son el simple resultado de un cerebro desocupado y/o de alguna fase
extraña del metabolismo, amén. En cuanto a la Religión occidental,
esta sólo se quedó repitiendo por siglos un mismo versículo bíblico del
libro de Job, que dice: “En sueños y visiones de la noche, el hombre
es instruido”; sólo que lo repiten sin una explicación medianamente

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racional de quién es el instructor, ni tampoco cuál es el contenido de


esa instrucción.
La nueva dimensión inconsciente fue redescubierta originalmen-
te por Sigmund Freud, y expandida por Carl Gustav Jung hacia un
inconsciente colectivo, que incluye aquel estado nocturno en el cual todos
experimentamos esos ensueños tan conocidos, con todos sus misterios
y su lenguaje simbólico y emocional. Esos ensueños nocturnos no sólo
son reconocidos por las escuelas orientales con el término sánscrito
de swapna, un “estado de consciencia que es intermedio y también
crepuscular entre dos mundos, este y el otro”, mundos que el Yo pue-
de contemplar de manera simultánea. Por otro lado, por su dinámica
y su significado, esos ensueños tan estudiados por Freud y por Jung,
más bien parecerían como extraídos de un texto védico de la India,
digamos, del Brihadaranyaka Upanishad.
En Occidente, por desgracia, el principal sostén al inconsciente,
de Freud y de Jung, así como a la importancia de los misteriosos en-
sueños de la noche, debió de haber venido por fuerza de la Ciencia
Médica misma, de donde nació el Psicoanálisis mismo, que es hoy su
oveja negra. Pero en realidad esta ciencia oficial le ha negado todo
apoyo verdadero, como Ciencia; no importa que muchos médicos y
científicos hayan utilizado y expandido por su cuenta, dicha ciencia
psicoterapéutica y psicoanalítica.
En verdad, nuestra ciencia oficial todavía le niega realidad a toda
aquella parte del ser que es “esencia”, o que es “inconsciente”, ya que
recela de ellas, y porque su investigación podría poner en tela de juicio
nuestro pregonado adelanto científico y tecnológico de hoy –o sea,
de todo este presunto bienestar material de hoy–. Bien parecería que
hemos acumulado conocimiento abundante de todos los reinos de la
naturaleza, de todo lo que se pesa, cuenta y mide, pero lo hemos he-
cho a expensas de lo más importante de todo, de lo esencial, pues no
hemos hecho avances significativos respecto de aquellas ciencias que
estudian al Hombre mismo: las llamadas Humanidades.
Y siendo nuestra ciencia oficial tan dogmática como lo es la Religión,
ella insiste en que un Humano es un cuerpo que posee una conciencia
(alias alma, para algunos), pero que definitivamente no es un alma
que es independiente del cuerpo; cuerpo que ella, como arquitecto,

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hizo construir, célula a célula y molécula a molécula dentro del gran


silencio uterino.
En fin, que el hombre mismo, con su gran complejidad interior,
está aún por ser definido de manera cabal y completa. Oriente por el
contrario, ya hizo tu tarea, y descubrió desde hace muchos milenios que
el hombre es septenario; o sea, que está constituido de siete principios o
aspectos distintos, cada uno de ellos con una función diferente, y de los
cuales, durante la vigilia del día, nuestros cinco sentidos sólo perciben
uno de ellos, el único que se pesa, cuenta, y mide: el cuerpo físico.
Desgraciadamente, el resultado de desconocer esos otros principios
invisibles que componen al hombre real (que resulta ser tan complejo),
es que también permanecemos en la oscuridad respecto a muchos otros
“misterios psíquicos y psicológicos”, que envuelven a ese hombre, y que
han permanecido irremediablemente sin resolver; tales como: la clari-
videncia, la premonición, el sonambulismo, la telepatía, la profecía, la
mediumnidad, los ensueños nocturnos, el coma, y muchos otros más.
Ahora bien: esto en mi mano (mostrando una muñequita matrios-
ka es la obra de orientales, demostrándole a nuestros sentidos que
22

¡lo que se ve no es todo lo que hay! pues lo que se percibe por los
sentidos, es siempre lo externo y lo material. Aquí hay mucho más
por dentro, de acuerdo a los chinos, que fueron quienes crearon las
originales matrioskas con todos sus cuerpos y dimensiones (visibles e
invisibles). Igualmente debe haber dimensiones internas en el hombre,
el hombre que actúa en lo físico, pero que sólo puede actuar porque ya
antes pensó con su mente (invisible), y todavía, antes de pensar sintió,
etc. Todos esos poderes provienen de capas diferentes del Ser, como
parecía saberlo aquel oriental que diseñó ese juguete.
Respecto al cuerpo humano, la pregunta peligrosa es esta: ¿pero
será verdad que tenemos un cuerpo? ¿será realmente nuestro? La decep-
cionante respuesta es que ni siquiera somos los autores de ese cuerpo.
Es por eso que casi todas las religiones y escuelas de pensamiento del

22
Matrioska: un tipo de muñeca rusa, creada en 1890, que es hueca por dentro; de manera
que en su interior alberga otra muñeca idéntica pero más pequeña, y ésta, a su vez, alberga a
otra, y así sucesivamente desde cinco hasta muchas más, siempre y cuando sean una cantidad
impar (Wikipedia –Ed.).

SOCIALES 2013, ACRD


34

La muñeca rusa tipo matrioska.

mundo condenan el suicidio. Este cuerpo físico que nosotros exhibimos


¡fue construido para nosotros! a partir de una sola célula, por obra y
fuerzas de la Naturaleza. Más claro aún: fue construido célula a célula
por millones y millones de viditas agremiadas que son constructoras y
son arquitectas porque ellas ya conocen los planos de construcción. Y
fue a imagen y semejanza de esos gremios de viditas, ya conocidos por
la Gnosis antigua del Medio Oriente, que la Francmasonería Templa-
ria fue organizada en el siglo XII y sobrevive hasta el día de hoy. Si a
nosotros mismos nos pusieran a construir este cuerpo humano en el
que vivimos, simplemente fracasaríamos, ya que el conocimiento ne-

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cesario para ello, sobre: física, química, diseño, anatomía, fisiología,


matemáticas, arquitectura, etc., nos resultaría totalmente abrumador.
¿Por qué? porque desconocemos las leyes que rigen semejante proyecto
arquitectónico en cada uno de sus planos. En pocas palabras, ¡aquellas
viditas, autoras de muchos de esos cuerpos, saben más que nosotros!
En estos tiempos en que la Ciencia ha caído en las arenas movedizas
de la Física Cuántica, la concepción antigua y pre-cristiana de una natu-
raleza que estaba viva, que era un océano de conciencia incorporada,
se irá poniendo más y más de moda. Estamos hablando de aquella con-
cepción de la naturaleza como poblada por un mar de diminutos seres
que todo lo animan, desde los gnomos23 que animan la tierra, hasta las
ondinas y náyades24 que mueven las aguas, hasta las sílfides25 del aire y las
salamandras del fuego.26 Los antiguos no concebían la naturaleza como
cosa muerta o inerte, como se le enseña al niño de hoy en la escuela y
en la iglesia, con consecuencias ecológicas terribles. En estos tiempos
desafortunados estamos viendo la naturaleza sublevarse en forma de
inundaciones, terremotos, tsunamis, alteraciones climáticas, y reactores
termonucleares fuera de control. Y por vía de ejemplo, Fukushima27
ha sido golpeada por todas aquellas fuerzas elementales agremiadas:
¡tierra, agua, fuego y aire! sin embargo, nuestros científicos no ven
explicación alguna que concierna al orden moral en lo que respecta a
la conducta humana hacia la vida en la naturaleza, conducta humana
que hoy está regida por valores que son falsos, por ser enteramente
materialistas. Más cosas podrían descubrir con su propia intuición,
en Fukushima, un chamán, un sacerdote taoísta del Feng Shui   28 o un
astrólogo verdadero, en cuanto a encontrar las verdaderas causas de la

23
Gnomos: según la mitología de Europa del Norte, y ciertas doctrinas cabalísticas, ena-
nos fantásticos o elementales de la Tierra, que trabajan en minas custodiando tesoros subte-
rráneos y cuidando de los metales y piedras preciosas (Wikepedia –Ed.)
24
Ondinas: las ninfas acuáticas de espectacular belleza que habitaban en los lagos, ríos,
estanques o fuentes; corresponden a las náyades de la mitología griega. Náyades: Las ninfas de
los cuerpos de agua dulce –fuentes, pozos, manantiales, arroyos y riachuelos–, encarnando la
divinidad del curso de agua que habitan (Wikepedia –Ed.)
25
Silfides: seres invisibles del aire, según la mitología occidental.
26
Salamandras del fuego: espíritus elementales del fuego (varias fuentes del internet –Ed.)
27
Fukushima: la planta nuclear japonesa, gravemente dañada por el terremoto y conse-
cuente tsunami del 11 de marzo de 1211, sólo diez días antes de este Seminario.
28
Feng Shui: una forma de Geomancia china que nos llega del mundo antiguo, y que está

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aparente rebelión natural. Pero ellos jamás las descubrirían necesaria-


mente en el plano físico y material.
Todo en el universo parece estar bajo Ley, incluyendo los distintos
planos de existencia; pero para la Ciencia positivista de hoy, esas leyes
naturales “están ahí porque sí” y sin representar la voluntad de nadie;
y de paso sólo aplican al plano material, y no al moral; y mucho menos
al espiritual, ni tampoco aplican al pensamiento y a las intenciones y
motivaciones, etc. Para esos científicos, las siete leyes que sostienen la
naturaleza, a todo lo largo y ancho del Universo (la gravitación, la luz,
el sonido, el calor, el magnetismo, la electricidad y la cohesión), no
sirven a ningún propósito o intención pre-establecidos, y no provie-
nen de inteligencia alguna. Ya que, considerando que para ellos, no
hay Dios ni hay dioses, entonces, ¿de quién podría ser la voluntad y la
inteligencia que mantienen esas leyes eternamente sostenidas?
En la página 76 aparece la Ciencia pitagórica del siglo VI antes de
Cristo, que la doctora Weyland explora en su libro. Esa era otra cosa.
Allí, en la Grecia preclásica, se reconocía y se veneraba la inteligencia
que claramente Pitágoras podía ver en la naturaleza. Y esa inteligencia
provenía, en último término, de ¡los Dioses! pues ¿de quién más iba a
ser esa inteligencia?
Después de felicitar a la doctora Weyland por todo lo propuesto
en su interesante libro, mi pregunta teosófica29 a ella es la siguiente:
Doctora, ¿será la vida un problema, a ser resuelto por nosotros? O por
el contrario, ¿será una lección proveniente del pasado a ser experimen-
tada, nos guste o no?

basado en el flujo de la energía Chi. Se trata de un ancestral sistema de Estética, que aplica
la doctrina taoísta para mejorar la vida. Es ciencia que estudia los cambios en la naturaleza,
en el clima y en los astros.
29
Teosofía: un movimiento fundado en 1875, en New York, para difundir las doctrinas
orientalistas de H. P. Blavatsky. En ellas se buscan las raíces de las antiguas filosofías, ciencias, y
religiones del mundo, por el estudio comparado de estas, con el fin de fomentar la fraternidad
y la paz por el desarrollo de una única Religión-científica, y Ciencia-religiosa.

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37

RESPUESTA DE KARIN WEYLAND

Agradezco el análisis minucioso de ambos comentaristas, y el tiempo


que le han dedicado a estudiar mi obra y relacionarla con las ideas que
han regido el pensamiento occidental, por un lado, y el pensamiento
oriental por otro, en temas tan pertinentes hoy día como la evolución
del Ser Humano, el despertar de la conciencia, técnicas de sanación,
el comienzo y el final de ciclos universales, y el porvenir de futuras
generaciones. Queda claro que estamos frente a un cambio de para-
digma significante para la ciencia en general, pero particularmente
para las Ciencias Sociales. No sólo estamos frente a nuevos escenarios
de crisis mundiales, sino también de crisis epistemológicas que como
científicos sociales debemos analizar, y desde un análisis, tal vez con-
siderado vanguardista, hacer propuestas que resuelvan muchas de las
interrogantes que hoy día plantea nuestra sociedad. Entre ellas figuran
la crisis ambiental, la crisis del sistema de salud, la desigualdad social
y la concentración de la riqueza, y la crisis existencial que enfrenta el
Ser Humano en su apogeo materialista. Como expreso en el capítulo
dos, la cosmovisión materialista del universo heredada por Karl Marx
ya no es suficiente para la explicación de nuestros universos sociales;
debemos entonces incorporar otras categorías de análisis, tales como
la conciencia universal, la relación mente, cuerpo y espíritu, y abrirnos
al desarrollo de una ciencia interior de la mente, o una ciencia del
alma o del espíritu.
En la cosmología hindú/budista, la mente es el sexto sentido, que
se suma a las percepciones que recibimos a diario a través de la vista,
el oído, el olfato, el tacto y el gusto. En el mundo de las percepciones,
según la filosofía oriental, la realidad social se construye demasiado
rápido. Por lo general, perdemos una séptima parte de lo que está
sucediendo en cualquier interacción humana, y además, muchos de
los conocimientos que internalizamos son a priori, es decir, ya están
estipulados por las normas y valores sociales. En el libro, La sociología
del alma y el desarrollo de una ciencia interior, se propone un nuevo pa-
radigma que tome en consideración estos cambios a la hora de hacer
investigaciones sociales y “observar” el mundo social. ¿Cómo integrar
a las Ciencias Sociales lo que ya está comprobado científicamente, que

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tenemos una inteligencia espiritual que reside en la biología de las


neuronas, y que el órgano del corazón recibe la información mucho
antes que el cerebro la interpreta, es decir, que tenemos también una
inteligencia innata, intuitiva? Ya en la disciplina de la Psicología se está
hablando de una Psicología Energética o del Estudio de la Energía
para medir estas interacciones que anteriormente eran “invisibles” a
la Ciencia. En la Sociología, el campo más apto para el estudio de la
construcción de la realidad social es la fenomenología. Desde esta co-
rriente filosófica se podrían derivar otras subdisciplinas más afines al
estudio de la mente interior, para la investigación social y la producción
de otro tipo de conocimiento, más acorde con soluciones a nuestras
crisis mundiales hoy día.
El libro ofrece un gran número de conceptos e ideas de científicos y
teóricos, entre ellos, sociólogos, filósofos, humanistas, psicólogos. Uno
de los autores más citados en él, es el Dr. Efraín Villegas Quintero, cuya
obra se centra en la fenomenología del Ser. Conocido también como
el Maestro Desoto, Villegas Quintero es fundador de FIADASEC, Fede-
ración de Asociaciones de Ayuda Social, Ecológica y Cultural, afiliada
al Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas. En su obra,
dicho humanista resume el cambio interior que el Ser Humano debe
experimentar, para el desarrollo y educación de la conciencia, lo que
él llama “la globalización de la conciencia.” El despertar a estos conoci-
mientos hoy día es de suma urgencia para cualquier Ser Humano que
quiera evolucionar en su relación cuerpo, mente, y espíritu. Desde los
tiempos greco-romanos se creía en la transmigración de las almas. Hoy
día, ni tan siquiera reconocemos que somos un alma con un cuerpo
físico en proceso de evolución. Como dice el Maestro Desoto, si todos
al mismo tiempo tomáramos conciencia de la inteligencia espiritual
que nos guía y unificáramos la conciencia colectiva bajo estas premisas,
el mundo sería un verdadero paraíso.
La revolución interior no es un movimiento social que obedece a la
evolución lineal y materialista de la historia sino todo lo contrario, es
un movimiento individual que podemos comenzar aquí y ahora, en el
desarrollo de una ciencia interior. Como dirían Hegel y Kant, el tiempo
y el espacio es donde confluye la construcción de la realidad social, es
decir en nuestra mente, sin embargo, la evolución de la esencia vital

SOCIALES 2013, ACRD


39

de la mente va a estar dada por factores externos, mientras que la parte


conscientiva estará determinada por nuestro nivel de conciencia, así
como por las causas y consecuencias de nuestras acciones, dos premisas
que van de la mano a la hora del balance de la conciencia y la toma
de decisiones que afectarán a estas y futuras generaciones. Como nos
alerta el Maestro Desoto, “Si el cuerpo mental está ocupado por los
egos, por las emociones, por la identificación y la fascinación con el
mundo exterior….la conciencia no se podrá manifestar…ocupada
la mente con las mismas preocupaciones del mundo físico (página
120). Las Ciencias Sociales, al igual que el individuo, deben despertar
a nuevas ideas, nuevos paradigmas, nuevas maneras de interpretar el
mundo. Es sólo cuestión de tiempo para que las mismas vibraciones
de la inteligencia espiritual nos encaminen en esa dirección; debemos
decidir si estamos a bordo o no de esta nueva travesía.

SOCIALES 2013, ACRD


La evaluación:
un tema nuevo
para la comunidad científica
de la República Dominicana
Dirk Erdmann Guenther
Wolfgang Meyer
Héctor Almonte Mella

DIRK ERDMANN GUENTHER es Doctor en Ciencias Agrícolas. Miembro de Número de la


ACRD. Director de la Unidad para Evaluaciones de la Welthungerhilfe, una organización no
gubernamental (ONG) de Alemania.
WOLFANG MEYER es Doctor en Sociología. Docente e investigador en el Centro de Evaluación
de la Universidad del Saarland, Alemania.
HÉCTOR ALMONTE MELLA es Maestro en Sociología. Director del Centro para la Acción
y Educación Ecológica y Naturaleza (ONG) de la República Dominicana.
42

Dirk Erdmann Guenther,


Wolfgang Meyer
y Héctor Almonte Mella

Resumen Summary
La evaluación: un tema nuevo Evaluation: A New Perspective
para la comunidad científica for the Scientific Community
de la República Dominicana of the Dominican Republic
La evaluación externa es un instrumento The external evaluation is a fundamental
fundamental para el desarrollo. Primero instrument of development. First it was
se implementó en el siglo XVIII en los implemented in the 18th century in the
Estados Unidos entre inspectores de pro- United States among inspectors of public
gramas públicos. Desde 1993 hay una ley programs. Since 1993, a U.S. law estab-
norteamericana que plantea estándares lishes standards of utility, viability, correc-
de utilidad, viabilidad, corrección y pre- tion, and precision. In the 20th century,
cisión. En el siglo XX la evaluación se ha the evaluation has spread to Europe,
difundido en Europa, institucionalizado been institutionalized in the United Na-
en las Naciones Unidas y comenzado a tions, and begun to become established
establecerse en la América Latina. Los in Latin America. The authors propose
autores plantean que la Academia de that the Academy of Sciences could
Ciencias podría servir como foro para serve as forum for the introduction of
introducir la evaluación al discurso cien- the evaluation into scientific discourse
tífico en República Dominicana. in the Dominican Republic.

SOCIALES 2013, ACRD


43

Introducción
El concepto de la evaluación de los proyectos científicos implica consi-
deraciones de calidad, competencia, transparencia y enseñanza/apren-
dizaje; por lo tanto es un concepto que posee dimensiones amplias
de aplicación y relacionadas con el crecimiento, el mejoramiento y el
avance de la ciencia. La evaluación es un aspecto clave para la ciencia
porque, al igual que ella misma, busca abrir posibilidades y facilitar
perspectivas.
De hecho, la investigación científica sobre la evaluación como praxis
es un tema nuevo en las ciencias sociales y en los últimos años ha llegado
a un nivel de interés notable debido a su importancia y sus dimensio-
nes de aplicabilidad. Se observa que un número de instituciones cada
vez mayor en una cantidad de países –inclusive los latinoamericanos--
también en aumento, utilizan el apoyo de los llamados evaluadores
para la preparación e implementación de sus programas y políticas. En
algunas áreas de aplicación ya se han institucionalizado rutinas para
la aplicación de las evaluaciones y en algunos países, la supervisión de
los impactos está en parte también prevista por ley.
Los autores consideran que la evaluación como campo científico
debe ser de una importancia cada vez mayor en la República Domini-
cana. El presente artículo se dirige a los investigadores y docentes del
País, con la intención de estimular un debate sobre la necesidad de
desarrollar este tema en ámbitos científicos y académicos del mismo.
Consideramos también que la Academia de Ciencias de la República
Dominicana (ACRD)1 puede servir como tribuna para debate en el
País y en la región del Caribe.
El artículo aspira informar en sentido amplio sobre la situación
1
La Academia de Ciencias de la República Dominicana actualmente comparte con la de
Colombia las funciones de Sede de la Comunidad Científica del Caribe (CCC).

SOCIALES 2013, ACRD


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actual de la institucionalización de la evaluación como instrumento


fundamental para el desarrollo, así como la evolución histórica de la
evaluación como campo científico en los países occidentales, y el estado
de su uso y aplicación en la República Dominicana. Debido a que dos
de los autores se dedican al tema en Alemania, pretenden introducir un
debate sobre el mismo, a manera de aporte, mediante el intercambio
entre ambos países: Alemania y República Dominicana.

Descripción del término


El termino evaluación proviene de la palabra latina valor, y junto al pre-
fijo e/ex significa sacar un valor de algo. En un sentido más amplio el
término describe el “proceso de la valorización de productos, procesos
o programas” (Wottawa y Thierau 1990).
La definición del término evaluación, en las ciencias sociales, su-
braya la utilización explícita de métodos científicos, y se entiende por
evaluación la “aplicación de métodos de las ciencias sociales para la
apreciación de concepciones, diseños, implementaciones y utilidades
de programas sociales” (Rossi, Freeman y Hofmann 1999).
Se diferencia la evaluación científica de la evaluación cotidiana por la
utilización de métodos empíricos de investigación y la aplicación de los
estándares científicos por parte de la primera (Stockmann 2009). Esto
no quiere decir que su juicio sea más correcto, sino que los criterios
de la valorización y la deducción lógica son abiertos, transparentes y
en consecuencia, comprensibles para otros. La evaluación científica,
entonces, aporta a la objetividad de las discusiones y de los juicios de
los procesos de la investigación.
Es también importante diferenciar la evaluación de la investigación
en sí. Aquel se caracteriza por su objetivo, el cual no es de “resolver un
problema” sino de proponer “alternativas para la acción”, además de su
adscripción a la dialéctica y la triangulación de datos y/o información.
Aún cuando el trabajo científico sobre la evaluación se aplique
a las ciencias sociales, se debería tomar en consideración a las otras
ciencias que proveen aportes metodológicos, proporcionándole mayor
consistencia al producto de la evaluación.

SOCIALES 2013, ACRD


45

Desarrollo histórico e institucional


Los inicios de la evaluación científica se encuentran en los Estados
Unidos de Norteamérica en el siglo XVIII, cuando el recién creado
gobierno federal encargó a inspectores externos la evaluación de pro-
gramas públicos de entidades estatales, a saber, orfelinatos, escuelas,
hospitales y cárceles (Madaus, Stufflebeam y Scriven 1983).
Una primera fase de expansión del uso de la evaluación se observa
en dicho país hacia los años treinta y cuarenta del siglo XX.2 En esos
años los programas para reducir el desempleo y mejorar la seguridad
social fueron acompañados por estudios evaluativos (Stockmann
2000). La mayoría de los autores sobre el tema, sin embargo, señalan
los años sesenta como la génesis de la evaluación profesional, ya que
en los amplios programas estatales de educación, salud, alimentación
e infraestructura se observa un notable aumento de los estudios de
evaluación y aparece un rasgo particular: el inicio del proceso de ins-
titucionalización de las mismas (Mertens 2000).
Una indicación de la profesionalización cada vez mayor de la utiliza-
ción de la evaluación en los Estados Unidos fue la fundación de revistas
técnicas y científicas, entre las cuales el American Journal of Evaluation y
la Evaluation Review figuran como las más citadas. En 1986 se estableció
la American Evaluation Association (AEA), la cual cuenta actualmente
con más de 3,000 miembros. El objetivo de dicha organización es el
mejoramiento de los métodos de evaluación, su aplicación práctica y
el fortalecimiento de la investigación científica al respecto. A través de
la difusión de los estándares para la evaluación del Comité Conjunto
(Joint Committee), así como los Guiding Principles for Evaluators durante
los años noventa, la AEA hizo un aporte sustantivo para asegurar la
calidad de las evaluaciones (Meyer 2002).
Según estimaciones, en el año de 1976 los Estados Unidos apli-
caron unos 600 millones de dólares para evaluaciones de programas
en el sector de servicios (Stockmann op. cit.). En muchas carteras las
evaluaciones son obligatorias por ley, y se dispone de fondos especí-

2
Durante el programa socialista New Deal, del Presidente Franklin Delano Roosevelt,
que tenía como propósito aliviar el desempleo y miseria causadas por la Gran Depresión que
comenzó a finales de 1929. –Ed.

SOCIALES 2013, ACRD


46

ficos comprometidos para su implementación. En los años ochenta


se decretaron las llamadas Leyes de Subconjunto (Subset), las cuales
establecían la terminación automática de programas públicos cuando
estos no pudieran exhibir sus impactos. En el 1993 el congreso nor-
teamericano aprobó la Ley de Gobierno de Rendimiento y Resultados
(Government Performance and Results Act), la cual fijó legalmente la
implementación habitual de evaluaciones para todos los programas
federales (Mertens 2000).
En conclusión, la evaluación científica se desarrolló en los Estados
Unidos como un instrumento central para la regulación de las acciones
de políticas públicas, y esto dio origen a la fundación de instituciones
para asegurar la calidad profesional de las mismas.
En comparación con los Estados Unidos, la profesionalización
de la investigación sobre la evaluación se presentó en Europa con
un atraso de diez años. En Europa aparecen como pioneros en este
asunto, Suecia, Gran Bretaña y Alemania. Al igual que EUA, al inicio
de las evaluaciones en Europa, éstas fueron aplicadas básicamente
para comprobar la efectividad de programas de educación, salud, y
programas de servicio social.
Al final de los años sesenta se vio un cambio en las prioridades, el
cual promovió reflexiones sobre la relación entre costo y beneficio.
Diferente a los Estados Unidos, en Europa el desarrollo de la investiga-
ción sobre evaluaciones se estancó como consecuencia de reducciones
dentro de los presupuestos estatales. También los intentos hacia una
mayor institucionalización fracasaron en aquel entonces. En los años
noventa se reinició la investigación sobre la evaluación en Suecia, Gran
Bretaña y los Países Bajos en el contexto de la modernización de las
instituciones públicas bajo el término “Nueva Administración Pública”
(New Public Management) (Meyer 2002a).
Comenzando en Gran Bretaña y luego en otros países europeos,
se fundaron sociedades nacionales para la evaluación, parecidas a la
American Evaluation Society, y también una institución multinacional,
la Sociedad Europea de Evaluación. Actualmente existen sociedades
nacionales para la evaluación en Bélgica, Alemania, Finlandia, Fran-
cia, Gran Bretaña, Italia, Países Bajos, Suecia y Suiza, (Meyer 2002a),
entre otros.

SOCIALES 2013, ACRD


47

A pesar de este retraso considerable en Europa Occidental con


respecto a los Estados Unidos, ya se ha establecido la práctica de la
investigación sobre la evaluación, la cual sigue extendiéndose amplia-
mente a través del continente. Los esfuerzos de profesionalización,
comparado con los Estados Unidos, se encuentran todavía en sus
inicios, pero se observan avances notables en la mayoría de los países
europeos. Sin embargo, desde hace más de veinte años, la Cooperación
para el Desarrollo de los países europeos sí conoce la evaluación como
una rutina en la implementación de sus proyectos. Recientemente en
el continente africano se fundaron redes y sociedades de evaluación,
muchas de ellas apoyadas por organismos internacionales.
En los últimos diez años la evaluación como rama profesional, tam-
bién ha evolucionado considerablemente en varios países de América
Latina y El Caribe. La primera organización profesional de evaluación
en la región fue la Asociación Centroamericana de Evaluación (ACE),
que se fundó en 1989 y ha mantenido su sede desde entonces en Costa
Rica. En el 2002 se crearon nuevas organizaciones profesionales en la
región. En virtud de sus contextos específicos, Brasil, Colombia y Perú
optaron por crear sus propias redes de evaluadores.
Organismos de las Naciones Unidas como UNESCO (Fondo de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) y el FIDA
(Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola), junto con organizacio-
nes sin fines de lucro, jugaron un papel decisivo en la creación de estas
redes de evaluación. También contribuyeron directamente a la creación
de redes nacionales de evaluación en Perú y Colombia, el Programa
para el Fortalecimiento de la Capacidad Regional de Evaluación de
los Proyectos de Reducción de la Pobreza Rural en Latinoamérica y El
Caribe (PREVAL) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la
Agricultura (IICA), así como el Centro de Estudios para la Promoción
del Desarrollo (Chianca y Youker 2004).
En septiembre de 2003, representantes de las organizaciones de
evaluación existentes en la región se reunieron en São Paulo, Brasil,
para crear la Red de Seguimiento, Evaluación y Sistematización en
América Latina y El Caribe (RELAC). Hoy en día en LAC hay por lo
menos cuatro listas de debate electrónico sobre la evaluación, a saber:
la de RELAC, la de PREVAL y la de la Red Brasileña de Evaluación e

SOCIALES 2013, ACRD


48

Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica


y Social de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe
(ILPES/CEPAL). Si bien es cierto que en la región prácticamente no
existe ninguna revista especializada sobre la evaluación. Hay varias
revistas especializadas en educación, salud y ciencias sociales que tie-
nen un fuerte contenido sobre la evaluación, por ejemplo: la Revista
de Ciencias Sociales (Costa Rica) y Estúdios em Avaliação Educacional
(Brasil). Russon y Russon, como también Viñas, han presentado bi-
bliografías comentadas que ofrecen materiales de referencia sobre
varios aspectos de la evaluación en América Latina y El Caribe (en
Chianca y Youker 2004).
Hay un pequeño grupo de universidades y centros de capacitación
en Latinoamérica y El Caribe que ofrece programas de maestría, es-
pecíficamente en evaluación. Entre ellos se puede mencionar: la Uni-
versidad de Costa Rica, en San José, la Universidad Panamericana, en
la Ciudad de México, la University of the West Indies, en Bridgetown,
Barbados, la Universidad del CEMA, en Buenos Aires, Argentina, y la
Universidad Autónoma de Guadalajara, en México (Chianca y Youker).

Estándares de evaluación y principios para la implementación


¿Cómo entonces se realiza la evaluación científica? Para esos fines se
formó en el año 1994 el Comité Conjunto de Estándares de Evaluación
Educativa (Joint Comité on Standards of Educational Evaluation) que
desarrolló estándares para los Estados Unidos, los cuales se juntaron
en cuatro grupos: (1) Los estándares de “utilidad”, que deben asegurar
que la evaluación se dirija a las necesidades e información previstas por
los usuarios de la evaluación; a esto pertenece, por ejemplo, la trans-
parencia sobre los instrumentos y métodos usados. (2) Los estándares
de “viabilidad”, que deben asegurar que la evaluación sea realista,
conceptualizada, sutil (diplomática) y tomando en consideración los
gastos. (3) Los estándares de “corrección”, que tienen que ver con
que la evaluación sea ética y legalmente correcta; una de las reglas
importantes es que los resultados de la evaluación deben ser presenta-
dos a las personas evaluadas. (4) Los estándares de la “precisión”, los
cuales deben garantizar que la evaluación muestre las informaciones
técnicamente adecuadas respecto a la utilidad del programa evaluado;

SOCIALES 2013, ACRD


49

el uso adecuado de métodos científicamente aceptados es un aspecto


importante en este contexto (Meyer 2002).
Con algunas ligeras modificaciones estos estándares han sido asu-
midos en varios países, entre ellos Suiza y Alemania. Para su amplia
distribución mundial y su gran aceptación por diferentes actores, estos
estándares son producto de un consenso, el cual garantiza la calidad
del trabajo profesional. Al nivel de la Unión Europea, recientemen-
te se han adaptados los estándares de la Gesellschaft für Evaluation
(DeGEval) (la Sociedad Alemana de Evaluación) para evaluaciones e
investigaciones de impacto en diferentes campos, especialmente en el
sector de la formación profesional (Meyer 2002).
Para dar mayor rigurosidad a la evaluación, actualmente los están-
dares se acompañan de los llamados “principios para la evaluación”, a
saber: el de la investigación sistemática basada en datos; el que garan-
tiza la garantía de la competencia profesional del evaluador; el de un
proceso escrupuloso; el de respecto de los derechos de la personalidad
y la responsabilidad frente al bienestar influenciado por los progra-
mas evaluados (Meyer 2002). El problema esencial para una mayor
unificación de los principios para evaluaciones tiene que ver con la
pluralidad de tareas y temas.
Durante el diseño de un programa se aplican evaluaciones ex ante
para investigar las condiciones iniciales y del contexto, con la finalidad
de prever posibles problemas de la implementación. El carácter de estos
estudios pronósticos se diferencian de las llamadas evaluaciones formati-
vas, en que las segundas buscan y valorizan informaciones actualizadas
durante la implementación, para apoyar decisiones al momento de la
conducción de los programas. Las evaluaciones sumativas, entonces,
captan y valoran los impactos de los programas al final del proyecto. Las
evaluaciones ex post se realizan algunos años después de la terminación
del proyecto o programa a evaluar. Ellas también enfocan con mayor
profundidad las relaciones causa-efecto y la sostenibilidad dentro de
la logística de implementación. Las evaluaciones además, distinguen
entre las externas y las internas, las externas siendo independientes e
implementadas por profesionales externos al proceso o programa
evaluado, y las externas siendo implementadas por los mismos inte-
resados. Siempre es importante indicar precisamente de qué tipo de
evaluación se trata.

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Un último aspecto son los criterios de evaluación, a saber: la relevan-


cia, la efectividad, la eficiencia, el impacto y la sostenibilidad. Estos criterios
fueron definidos por el Development Assistance Committee (DAC) de
la Organisation for Economic Cooperation and Development (OECD).
Gozan de una amplia aceptación y orientan, cada vez más, los trabajos
de evaluación que se realizan (OECD-DAC 2000).

Perspectivas
Como se puede percibir en la breve introducción histórica, la evalua-
ción científica en una gran parte de los países occidentales ha mostrado
aceptación y utilidad como instrumento importante para la conducción
y gestión de la acción de políticas y para la legitimación de decisiones,
con fines de la valorización de los impactos de programas públicos y
el control de la efectividad de los recursos usados. Es importante en
este sentido asegurar la profesionalidad de la implementación de la
evaluación, la cual implica la aplicación de estándares internacionales,
al mismo tiempo de evitar las influencias por las partes interesadas en
los resultados de la evaluación. La utilización de la evaluación cien-
tífica --siguiendo estándares internacionales y la publicación rigurosa
de los resultados, pero posiblemente no haya articulado los deseos y
expectativas-- aporta al final un ambiente de apertura y confianza en
el proceso de diálogo de la sociedad, el cual es beneficioso para todos
(Meyer 2002).
Para cumplir sosteniblemente con esta importante función, se
requiere de un desarrollo sistemático de los instrumentos y métodos
de la evaluación y su ejercicio en la práctica. Además, los conocimien-
tos recibidos durante la implementación de evaluaciones deben ser
puestos en práctica continuamente para cuestionar las bases teóricas
y metodológicas. Ellos deben ser facilitados a los diferentes grupos
involucrados, a saber: los que encargan la evaluación (comitente), los
evaluadores, los evaluados, los científicos y el público interesado. Estas
tareas no pueden ser alcanzadas a través de firmas consultoras comer-
ciales solamente; tampoco se puede lograr a través de investigación por
encargo debido a que aquellos que hacen los encargos, por lo normal
no tienen interés suficiente para apoyar la investigación científica.
Así, por ejemplo, en los Estados Unidos ya se han formado institutos

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de ciencias sociales en las universidades, las cuales cumplen con esta


tarea del trabajo científico sobre la evaluación (Meyer 2002). También
otros países, como Alemania, han creado dentro de sus universidades
institutos científicos especializados en la evaluación, como es el Centro
de Evaluación de la Universidad del Saarland (CEVAL), por ejemplo.

La evaluación en la República Dominicana


En la República Dominicana todavía falta una profunda labor científica
sobre el tema de la evaluación. Las evaluaciones implementadas en el
país, por ejemplo de programas bi- y multilaterales de desarrollo, mu-
chas veces son dirigidas por los socios en el extranjero, tanto en lo que
se refiere al personal como también los contenidos. Si el país quiere ser
no sólo receptor, sino actor en este contexto, debe de asegurar su par-
ticipación científica activa en el campo de la evaluación, para generar
experiencias propias y aplicadas a las condiciones e interrogantes del
país. Quien descuida el trabajo científico en un sector, en ese sector
también se queda rezagado en la aplicación práctica.
La entrada de la República Dominicana al Tratado de Libre Co-
mercio con los Estados Unidos (DR-CAFTA) ha permitido un tímido
esfuerzo en materia de evaluación. A principios de diciembre del 2008,
directivos de organizaciones nacionales e internacionales, públicas y
privadas en materia de evaluación en políticas públicas, planificación,
programas y proyectos, conjuntamente con la Universidad Nacional
Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), impartieron el primer seminario
de este tipo en la República Dominicana: “¿Qué es evaluación y cómo
se diseña y gestiona?” El seminario introductorio es utilizado por La
Escuela Superior de Personal del Sistema de las Naciones Unidas
(UNSSC) como sistema de capitación. Este evento se realizó en la Sala
de Conferencias de la UNPHU, encabezado por su rector Arq. Miguel
Fiallo Calderón, el vicerrector de post-grado, investigación y desarrollo,
Ing. Víctor Beras Carpio y el director de programas internacionales,
Dr. Patricio Zurita.
El seminario fue impartido por el Dr. Jean Quesnel, Ex Director
de la Oficina de Evaluación, UNICEF y Presidente del UNEG-ECD/
TF. Tuvo, además, la participación de la Mtra. Xinia Picado Gatgens,
Ex Directora de la Maestría en Evaluación de Programas y Proyectos

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de Desarrollo de la Universidad de Costa Rica, y el Dr. Patricio Zurita,


Director de los programas de la Maestría en Internacional Business
(MBA) de la Concordia University, Wisconsin, EUA, en la República
Dominicana. Los tres especialistas son parte de la Red de Seguimiento,
Evaluación y Sistematización en América Latina y el Caribe (RELAC).
Los participantes intercambiaron experiencias y obtuvieron una
visión general de conceptos, tendencias y herramientas claves en
materia de evaluación, relevantes para la República Dominicana y la
Región del Caribe. Pudieron tratar aspectos relacionados con diseño
y metodologías, herramientas, aplicaciones cuantitativas y cualitativas
y de gestión para una evaluación, así como también el papel que jue-
ga la misma en el Sistema de las Naciones Unidas, la afiliación a una
comunidad de aprendizaje y evaluación en proyección y la capacidad
de desarrollar un plan de capacitación para evaluación.
En estos momentos lo más importante para el País es, sobre todo, la
formación de profesionales en el área de la evaluación e incentivar la
investigación científica sobre el tema dentro de las ciencias sociales. La
formación de profesionales no se debe ver sólo como un aporte al de-
sarrollo de una fuerza laboral nacional para programas de cooperación
bi- y multilaterales. Los estados modernos hoy en día necesitan la ob-
servación sistemática y científica de sus ejecutorias para la valorización
y legitimación de los impactos de su propia acción política, con fines de
asegurar un mejor uso de los fondos públicos, y justificar efectivamente
la acción realizada. También para los proyectos de cooperación bi- y
multinacional, es ventajoso que la República Dominicana coloque a
profesionales especializados en el área de la evaluación, porque de esta
manera puede aprovechar mejor el conocimiento nacional y asegurar la
aplicación de los fondos internacionales para mejor provecho del País.
No sólo el sector público puede beneficiarse de la evaluación,
sino también el sector de las organizaciones no gubernamentales (las
ONG) y otras organizaciones sin fines de lucro. Así, por ejemplo, la
Welthungerhilfe (asistencia mundial contra el hambre) una ONG
Alemana, implementa evaluaciones de sus proyectos y programas de
desarrollo y de emergencia, desde hace más de treinta años, a través
de una dirección independiente del trabajo que opera para realizar
evaluaciones. Este mismo sistema podrían lograr las ONG dominicanas.

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El tema de la evaluación augura buenas perspectivas futuras en


República Dominicana, sea como campo de acción para profesionales
dominicanos especializados en el área, instrumento de ayuda para la
institucionalización de las buenas ejecutorias de las políticas públicas,
o bien instrumento válido para investigar el proceso de desarrollo del
país.
En este contexto cabe mencionar una cooperación iniciada entre
el Centro de Evaluación (CEVAL) de la Universidad del Saarland, con
la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Costa Rica. Allí se
coopera en las áreas de fortalecimiento de los estudios científicos sobre
evaluación, la actualización en el área de profesionales y del cuerpo
docente, como también la difusión de ofertas de trabajo a través de
foros profesionales.
Como primer paso, no parece necesario introducir la evaluación
como área independiente, sino como tema en el currículum de las
ciencias sociales en universidades dominicanas. Para conocer el tema
con mayor profundidad o lograr títulos de postgrado, se podría consi-
derar también establecer esta área de cooperación con universidades
especializadas en la Región. En esto no sólo se puede pensar en las
mencionadas universidades de Costa Rica y de México, sino también
revisar las posibilidades de cooperación dentro de la Comunidad Cien-
tífica del Caribe (CCC).
Se considera que la Academia de Ciencias de la República Domi-
nicana puede servir como foro para introducir este tema al discurso
científico en el país y, de esta manera, facilitar su introducción en la
investigación y los pensa universitarios. Partiendo de ahí, se podría
impulsar la participación de profesionales dominicanos en los foros y
redes internacionales de la evaluación.

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Fuentes citadas
Chianca, T. y B. Youker
2004 La evaluación en América Latina y el Caribe. Journal of Multdisciplinary
Evaluation. http://evaluation.wmich.edu/jade/.

Mertens, D.
2000 Institutionalizing evaluation in the United States of America, en
Stockmann, ed., Evaluationsforschung: Grundlagen und ausgewählte
Forschungsfelder. Opladen: Leske & Budrich.

Meyer, W.
2002 Was ist Evaluation? Ceval Arbeitspapier No. 5. Centrum für Evalua-
tion, Universität des Saarlandes. Saarbrücken. http://www.ceval.de.

Meyer, W.
2002a Evaluationsgesellschaften und ihre Themenschwerpunkte. Ein
weltweiter Überblick. En Zeitschrift für Evaluation 2/2002.

OECD-DAC
2000 DAC Criteria for Evaluating Development Assistance. Paris: OECD.

Maddaus, G., D. Stufflebeam & M. Scriven


1983 Evaluation Models. Boston: Kluwer-Nijhoff.

Rossi, P., H. Freemann & G. Hofmann


1999 Evaluation: A systematic approach, Thousand Oaks, California, et al.:
Sage (6a. ed.).

Stockmann, R.
2000 Evaluation in Deutschland. en Stockmann, ed., Evaluationsforschung.
Grundlagen und ausgewählte Forschungsfelder: Opladen: Leske y
Budrich.

Stockmann, R.
2009 Evaluación y desarrollo de la calidad. San José, Costa Rica: Editorial UCR.

Wottawa, H. y H. Thierau
1990 Lehrbuch Evaluation. Bern: Huber Verlag.

SOCIALES 2013, ACRD


medicina folklórica
en el área norte
de república dominicana

H. J. R. Cantisano Arias

H.J.R. CANTISANO ARIAS, es médico clínico y profesor de Medicina Comunitaria de la Pon-


tificia Universidad Católica (PUCMM) en Santiago de los Caballeros. Para sus primeros cinco
años de práctica médica, fue asignado a la región de Los Hidalgos (antiguamente llamado El
Mamey) en la Cordillera Septentrional. Desde entonces ha mantenido una relación de herma-
namiento con esa región y La Isabela, y con sus pacientes que ya abarcan varias generaciones.
Desde 1974 a 1985 organizaba un festival anual de folklore en El Castillo, el poblado próximo
a las ruinas de La Isabela.

Se le agradece al Lic. Brígido Peguero, Encargado del Departamento de Taxonomía del


Jardín Botánico Nacional, la corrección de los nombres científicos de las plantas medicinales
mencionadas y otras observaciones.
56

H. J. R. Cantisano Arias

Resumen Summary
Medicina folklórica en el área norte Folk medicine in the Northern Region
de República Dominicana of the Dominican Republic
La medicina folklórica dominicana ha Dominican folk medicine has been
sido necesaria debido a la escasez de necessary due to the lack of medical
personal médico desde los tiempos co- personnel since colonial times, the pov-
loniales, la pobreza del campesinado, erty among the peasantry, their lack of
sus problemas de transporte y factores transportation, and sociocultural factors.
socioculturales. El artículo documenta The article documents medical practices
las prácticas en la región norte, desde la in the northern region, stretching from
Cordillera Central hasta la costa norte y the central mountain range to the north
desde la península de Samaná hasta La coast and from the Samaná Peninsula
Isabela, provincia de Puerto Plata. Al ser to La Isabela, Province of Puerto Plata.
escrito por un médico que ha servido a Since the article is authored by a physi-
este sector durante toda su vida profe- cian who has served this sector during
sional, emplea el enfoque a partir de las his entire professional life, its point of
enfermedades, hasta sus tratamientos departure are the illnesses and their folk
populares. treatments.

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El acercamiento a la medicina folklórica por el médico se asemeja


al del antropólogo y la etnobotánica, la subdisciplina que enlaza la
antropología cultural con la botánica. El médico y el antropólogo
proceden desde la enfermedad hasta el remedio, que, como se
puede apreciar en este estudio, suele ser una fórmula que incluye
un surtido de partes específicas de plantas además de otros ingre-
dientes y procedimientos. El acercamiento del botánico propiamente
dicho suele ser la identificación científica de las plantas señaladas
popularmente como medicinales, y las propiedades químicas de las
varias partes de ellas: la hoja, la flor, la semilla, la fruta, el tallo, la
corteza y la raíz. Las aportaciones de ambas perspectivas en conjunto
son importantes, aunque es importante que se someta no sólo las
plantas individuales sino también las fórmulas a análisis químico.
No es necesario decir que las prácticas populares abarcan a la vez
gran sabiduría y grandes disparates, perjudiciales para la salud. Pero
los antropólogos y los médicos simplemente informamos sobre lo
que sabe y hace el pueblo, y dejamos a los botánicos el análisis para
separar los ingredientes activos de los inactivos y de los nocivos.

Participar en este tema de medicina folklórica permite penetrar en


las entrañas mismas de nuestro pueblo para conocer las múltiples
facetas que lo componen, a saber, su estructura, sus pensamientos,
sus necesidades y ansiedades. Aún más, la disciplina de la medicina se
compenetra íntimamente con todo el ser humano.
Para el hombre, el dolor y la angustia, signos y manifestaciones de
las enfermedades, lo abandonan solamente cuando este muere. Pero
antes de que esto suceda, se realiza un proceso complejo donde el es-
píritu y el cuerpo, con la participación de la razón, cultura, educación
y condiciones económicas y sociales, juegan la principal escena.
No quiero rodear el tema, pero desde luego, para hablar de los
remedios, recomendaciones, ensalmos, resguardos y centenares de
actos y ceremonias que practican nuestras gentes de diferentes nive-
les, procurando su salud o evitando perderla, están abrazados a tantas
condiciones propias de ellos, que es imposible de tratarlas todas.
Las diferentes escalas de cultura de nuestra población desconocen,
la mayoría de las veces, los más elementales rasgos del saber para apli-

SOCIALES 2013, ACRD


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carlos en cualquier ángulo de nuestro bregar para quitar el dolor, y


ha sido siempre forma consuetudinaria del vivir, manifestaciones que
no las puede soportar ningún ser viviente. Por tanto, sus primeras re-
acciones son encaminadas a buscar su alivio o evitar ese sufrir a como
dé lugar. Para afecciones y signos patológicos comunes (diarrea, gripe,
hepatitis, epilepsia, cistitis, cólicos renales, etc.) –causas morbosas que
impactan en todo un vecindario o comunidad-- son varios los remedios
que hemos podido conocer que también tienen una utilización popu-
lar, y la población que los usa le da una creencia efectiva de curación.
No debemos extrañarnos, por tanto, que nuestras gentes utilicen
lo que ahora estamos llamando medicina folklórica, que son los recursos
que tienen a mano. Las obliga el ancestro supersticioso, o las empujan
la habilidad del vecino, comadre o curioso que las atrae.
Esto no es raro, porque desde sus primeras actitudes el hombre ha
buscado debajo de la tierra la raíz, ha cogido la flor, la hoja o el tallo, el
fruto, o ha desvestido su cáscara para comerlo, tomarlo o mantenerlo
a veces colgado en su ambiente, para tratarse. También, aunque nos
produzca sensaciones repulsivas, hemos encontrado la utilización de
insectos, artrópodos, aves y reptiles y toda clase de animales, así como
los productos de desechos de los mismos: plumas, pieles, sangre y ex-
cremento, para fines terapéuticos. Nos sorprende la variada utilización
de plantas --raíces, hojas--, así como la de insectos y animales que, en
una u otra forma, se emplean para ciertas afecciones.
Estos procedimientos, hablando con claridad, lo hacen muchas
veces porque no tienen recursos médicos o establecimientos dónde
acudir, o quizás, como dijimos anteriormente, empujados por la su-
perstición, buscan estos medios para curarse o aliviarse.
En la búsqueda para estos fines, que hemos realizado en la región
norte, comprendimos desde la Cordillera Central hasta la costa, y en-
contramos cierta similitud en algunas recomendaciones populares para
el uso de plantas y raíces como forma de tratar varias enfermedades.
Generalmente las formulaciones han sido ofrecidas por personas que
se dedican a estos menesteres; y algunas madres de familia en apartadas
regiones, de difícil acceso a pueblos de importancia, incluyen dentro de
sus obligaciones familiares las de atender a sus hijos, esposos o vecinos
enfermos, en la medida de sus posibilidades, asegurando su práctica

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popular como muy efectiva, personas de cierto arraigo en las comuni-


dades: curanderos, parteras, los llamados brujos y “hervedores de agua”.
También es muy frecuente y arraigado, desde la cordillera hasta la
costa, principalmente entre los moradores rurales, acudir a los llama-
dos resguardos y ensalmos. En los pacientes se ven algunas fundas de
telas, estuches, cordones o pequeños paquetes con oraciones, frases
o recomendaciones, en los cuales se mencionan nombres de santos,
de Dios, de Jesucristo y la Virgen María. Su propósito es para evitar
enfermedades, agresiones, localizar robos y preparar las casas contra
todo mal. Más adelante ofreceremos textos de esas prácticas.
Hemos encontrado que para el asma, por ejemplo, en el área de La
Isabela, Gaspar Hernández y Río San Juan, recomiendan los “chicharro-
nes de gato”, así como también una fórmula compuesta por: claras de
huevo batida con miel de abejas, polvo de canela, trementina (a veces
“gas” [kerosene]) y bronquí (“bejuco”). Luego se le agrega zumo de
guanábana (Annona muricata),1 2 la cual frecuentemente produce vómi-
tos . Después se repite la clara de huevo. El tratamiento lo continúan
con aceite de tiburón, ballena o culebra, ajonjolí (Sesamum indicum
L.), leche de coco (Cocos nucifera L.), ginebra y aguardiente blanco.
Según algunas informaciones, esta fórmula se usa también para la
tuberculosis, agregándole yema de huevo de gallina y de pata, nueces de
coco (Cocos nucifera L.), jengibre (Zingiber officinale), bejuco caro (Cissus
verticillata) y limón (Citrus aurantifolia L.). Otra fórmula de esta misma
área para esta enfermedad, consta de artemisa (Ambrosia artemisifolia),
anamú (Petiveria alliacea L.) y cáscara de amacey (Tetragastris balsamifera).

1
La fuente para los nombres científicos de las plantas medicinales y los dibujos utiliza-
dos, ha sido Alain Henri Liogier, Diccionario botánico de nombres vulgares de La Española. Santo
Domingo. Jardín Botánico Dr. Rafael Moscoso, 1974, y segunda edición, revisada y ampliada,
2000. (Liogier fue Miembro Fundador de la Academia de Ciencias.) –Ed.
2
NOTA: En el Nuevo Mundo se han aplicado nombres de plantas conocidas en Europa, a
otras similares en morfología o bien la forma o el color de sus frutas, pero que, botánicamente,
son de especies, géneros y frecuentemente familias totalmente diferentes. Un ejemplo es la
cereza tropical (la europea es del género Prunus y la tropical del género Eugenia). Por lo tanto
los lectores europeos encontrarán discrepancias con lo que ellos conocen. Por otra parte,
considerando la diversidad geográfica y ecológica, por lo tanto sociocultural, en la República
Dominicana hay variaciones regionales en cuanto a los nombres de la flora y su utilización en
la medicina popular. En el presente estudio –que abarca la zona costera desde Samaná hasta
La Isabela, la Cordillera Septentrional, el valle del Cibao y la Cordillera Central– se pueden
apreciar estas diferencias, por ejemplo, en el uso de una fórmula herbal para una enfermedad
en un lugar, y otra enfermedad en otro. –Ed.

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Guanábana (Annona muricata L.)


(Liogier 1979, pág. 400).

Coco (Cocos nucifera L.)


(Liogier 1979, pág. 289).

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Encontramos que en Gaspar Hernández recomiendan para el asma


la “lechuza frita”. En la Cordillera Central han utilizado los “pollos de
avispa”. En las cercanías de Moca administran a veces varias cucharadas
de orina endulzada.
Para las enfermedades del hígado, o sea, las que ellos clasifican per-
tenecientes a ese grupo, hemos encontrado varias recomendaciones,
entre ellas: té de cadillo de trespiés (Pavonia spinifex), juana la blanca
(Spermacoce assurgens). En la costa elaboran un jarabe con sábila (Aloe
vera), raíz de cundeamor (Momordica charantia), nigua (Tournefortia
hirsutissima L.[?]), cáscara de la mara (Calophyllum calaba), raíz de túa-
túa (Jatropha gossypifolia)
El maguey (Tradescantia spathacea) parece que es muy usado para
trastornos de dispepsia, preparándolo también como refresco espu-
mante (mabí).
En Guananico usan un jarabe para la diarrea, compuesto por
guayuyo (Piper aduncum), granadillo (Miconia laevigata), raíz de nigua
(Tournefortia hirsutissima L.), cáscara de mara (Calophyllum calaba);
también usan esta fórmula para la colitis. Para la vesícula dan cáscara
de caimoní (Wallenia laurifolia) con “aroma” seca.
En la Cordillera Central utilizan cáscara de roble (Catalpa longissi-
ma), raíz de túa-túa (Jatropha gossypifolia) y hoja de bronquelejo (Potho-
morphe peltata) para enfermedades del hígado. Otra fórmula popular
para el hígado, usada en Guananico, es la siguiente: tres limones (Ci-
trus aurantifolia) agrios partidos en cruz, raíz de maravedí (Securidaca
virgata), hojas de granadillo maduro (Miconia leavigata), hojas y raíces
de cadillo de gato (Xanthium strumarium).
También en la Cordillera Central, la cáscara de abey (Jacaronda
poitaei) y la yerba buena (Mentha citrata [?]) son de uso popular para
los trastornos del estómago.
La hepatitis también tiene remedios populares. Es de gran acep-
tación utilizar la naranja agria (Citrus aurantium) asada. Cuando se
consume por el fuego, se exprime en un colador y se le da al enfermo
con miel de abeja. En la costa se usa también la materia fecal de chivo,
en forma de café. En la península de Samaná usan estas heces para
el sarampión, en forma de té. En Río San Juan y Moca se recomienda

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para la hepatitis, la cáscara de tamarindo (Tamarindus indica). El “té de


hojas de flores amarillas” es utilizado en campos pertenecientes a Moca.
Para los cálculos renales la terapéutica popular ofrece varios reme-
dios: una infusión de raíz de broquelejos (Pothomorphe peltata), jícara
de coco (Cocos nucifera), raíz de junquillo (Eleocharis interstincta) y yerba

Granadillo (Aterammus lucidus [Sw.] Rothm.)


(Liogier 1979, pág. 283).

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de caballo (Paspalum conjugatum). También se usa el jugo de zanahoria


(Daucus carota), cerveza blanca, agua de coco y azúcar de leche. Para la
retención de la orina, recomiendan un té de una abeja. El grillo también
tiene crédito, junto con una planta llamada brusca (Senna occidentalis).
En té utilizan la cepa de bejuco chino (Smilax domingensis o Smilax po-
pulnea), cejúa (Pilea spp.) y tope-tope o bruja (Bryophyllum pinnatum).
El grillo hervido es también popular en esa área. Para la albuminuria,
en Río San Juan recomiendan el baño de apio (Apium graveolens) con
cuaba (del Pinus occidentalis), “con mucha efectividad”, según ellos.
En la Cordillera Central utilizan el té de una pata de grillo para el
mal de orina. También es utilizado el maguey (Tradescantia spathacea)
con 30 hojas de álamo (Thespesia populnea) y guaucí (Ruellia tuberosa)
para los riñones. Los “servicios populares” dan esta misma fórmula para
las enfermedades venéreas.
En la zona rural de Moca, con una “hervedura” de agua obtienen
un té para los riñones, de: raíz de coco indio, raíz de nigua (Tournefortia
hirsutissima), raíz de Jericó (Yucca aloifolia)3 y guaucí (Ruellia tuberosa),
barba de maíz (Zea mays) y barba de caballo (Tillandsia usneoides, pero
podría ser Cuscuta americana [fideíto] si se refiere a la Cordillera),4 tripa
de auyama (Cucurbita moschata), cadillo de gato (Xanthium strumarium)
y anamú (Petiveria alliacea).
En la misma área, para la hipertensión arterial, se utiliza el té de:
jagua (Genipa americana), hoja de naranja agria (Citrus aurantium)y
tapón de corcho (“bagdá”).
Además, usan un remedio muy original para venéreas: bejuco de
burro (quizás Doyerea emetocathartica), grano de habichuela (Phaseolus
vulgaris) y pene de gallo.
Para la garganta usan la bija (Bixa orellana) y semilla de guatapaná
(Caesalpinia coriaria).
Las diarreas tienen también una terapéutica muy popular. Usan mu-
cho el limón (Citrus aurantifolia) con almidón, y también un ingrediente

3
Véase “bayoneta” (Indian bread plant en inglés). Nativo del sur de los Estados Unidos y
el norte de México. –Ed.
4
La medicina folklórica, o sea, popular, de España, recurre a la cola de caballo como
remedio de muchas enfermedades y condiciones. –Ed.

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de fórmula, muy extraño, utilizado en toda la región: la materia fecal


blanca de perro, hervida. En La Isabela le llamaban “flor de Jacinto”.
Sin saberlo el paciente, se lo daban si padecía del estómago.

Tamarindo (Tamarindus indica)


(Liogier 1979, pág. 726).

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La urticaria la tratan con té de brusca hembra (Senna occidentalis


L.) y fresquita (Peperomia pellucida). Utilizan también el té de la hoja de
yuca dulce (Manihot esculenta). En Río San Juan usan para la urticaria,
el té de las raíces hervidas de pachulí (Vetiveria zizanioides). En Moca
usan la raíz de pringamoza (Urera baccifera), verbena (Stachytarpheta
jamaicensis), tua-túa (Jatropha gossypifolia) y malva (Malachra alceifolia).
El insomnio siempre ha sido preocupación del ser humano. Hay
muchas recomendaciones de uso popular. En el área norte, usan un
paquete de hojas de yuca dulce (Manihot esculenta) debajo de la almo-
hada. Para los niños hacen una camita de yuca con la misma finalidad.
Ofrecen también infusiones, siendo muy popular la de “cojollos de
tamarindo” (Tamarindus indica), hoja de yuca y de lechuga (Lactuca
sativa). En Río San Juan es frecuente recomendar un té de yerba mora
(Solanum americanum). En la Cordillera Central usan el limoncillo ci-
marrón (probablemente Calyptranthes sintenisii).
Los dolores de muela, tan molestosos a cualquier hora del día, o de la
noche principalmente, pueden resolverse fácilmente en el área urbana.
Pero en las áreas rurales la imaginación popular recurre a remedios
muy extraños. Hacen pequeños bolos de materia fecal de cerdo para
colocarla en la muela adolorida. En la Cordillera Central, para el dolor
de muelas utilizan jícara de coco trasudada al calor. En Samaná se usa
el “rechín” de la concha de coco y la “leche” de jabilla (Hura crepitans);
esta también es usada en las cercanías de Moca, donde además usan
hojas de moriviví (Mimosa púdica) con rabo o pata de lagarto seco, los
cuales ponen en la muela dolorosa y estas se “estallan”.
La epilepsia, en la terapéutica popular, tiene diferentes fórmulas.
Usan la sangre de cuervo, en la costa, así como la de hicotea. Cuando
el paciente tiene convulsiones se le aplica el jugo de cebolla en los ojos
y luego se le da a tomar. Para curar la enfermedad recomiendan un
método raro. Se le limpian las secreciones bucales con un pan y se tira
al camino donde algún perro hambriento pueda comérselo, y este se
queda con la enfermedad. En la Cordillera Central, al igual que en la
costa, usan para la epilepsia la sangre de cuervo, así como también en
La Isabela y Río San Juan.
La penetración de cuerpos extraños es difícil de tratar en las áreas
rurales por no encontrar las personas adecuadas para extraerlas. Se

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desenvuelven, entre otros métodos, colocando la cabeza de un lagarto


sobre el área donde se encuentra alojado el cuerpo extraño, para que
salga.
El “azúcar”, nombre popular de la diabetes, cuenta con varias
fórmulas para ser tratada. Utilizan el té de la hoja de yuca (Manihot
esculenta) y el de friega platos (Solanum umbellatum). En la Cordillera
Central es muy popular el té de cepú (Mikania cordifolia) y hoja de
nogal (Juglans jamaicensis) para esta enfermedad. También usan el té
de roble (Catalpa longissima), caoba (Swietenia mahagoni) y cundeamor
(Momordica charantia).
Las úlceras de las piernas tienen varias recomendaciones. Los pol-
vos de la resina del jobobán (Trichilia hirta) son muy usados para su
curación.
Para la faringitis y trastornos de la garganta, el palo de cruz (Isidorea
pungens) frito en higuera (Ricinus communis y otros) con alhucema
(Lavandula latifolia) y manzanilla (Matricaria recutita) es de uso muy
común. Para las afonías recomiendan “cojollos” pequeños de salvia
(Pluchea carolinensis), rompezaragüey (Eupatorium odoratum) y el agua
de “pencas” de maya (Bromelia pinguin) para ser masticados.
En la patología folklórica el reumatismo es una entidad nosológica
muy frecuente. La cantidad de remedios que recomienda el vulgo es
considerable. El moriviví (Mimosa pudica), hojas de friega platos (Sola-
num umbellatum) y aguacate morado (Persea americana), se utilizan en
toda la región. También la raíz de limón agrio (Citrus aurantifolia); el
jugo de limón en café (Coffea arabica), a veces con naranja agria (Citrus
aurantium), es muy utilizado. Una untura de “gas” [kerosene] con aceite
de cangrejo, no se queda atrás; siempre acompaña al tratamiento. Y
para el lumbago, tan frecuente en nuestros agricultores, se utiliza en el
área de Río San Juan una hebra de pringamoza (Urera baccifera) con
siete nudos amarrados por siete viejos. Según ellos, tiene una gran
efectividad.
En toda la zona tienen tres mates (Macuna urens, Mucuna sloanei y
Canavalia nitida) en uno de los bolsillos, creyendo que es un remedio
muy efectivo para la radiculitis. El mate tostado también es usado para
las hemorragias uterinas.

SOCIALES 2013, ACRD


67

La otitis (dolor de oído) pone con frecuencia a los padres de familia


a buscar remedios. Cinco insectos de uno llamado “pelotero”, fritos
en aceite de palo y de higuera (Ricinus communis y otros) lo untan en
el oído y aseguran que quita el dolor. En la costa Norte se utilizaba el
ciempiés (Scolopendra) en alcohol para usarlo como gotas en los oídos.
Este miriápodo se usa también en aceite, para el reumatismo. El agua
de gusano de palos podridos, también es utilizada como gotas contra
el dolor de oído, así como el agua de miel de abejas. En la Cordille-
ra Central los capullos de higuera trasudados al calor, se usan para
el dolor de oído. En regiones del llano cibaeño, la flor de higüerito
nuevo (Crescentia cujete) y orégano poleo (Plectranthus amboinicus) son
untados en el oído.
Las quemaduras tienen también algunos remedios: un baño de
cenizas y luego ponerles aceite de culebra.
Las lesiones de la boca (estomatitis y aftas), llamadas “mal de boca”,
tienen sus fórmulas populares: el soplo de un hombre que no haya
conocido a su papá, la begonia cimarrona (género Begonia), el rabo
de zorra (Digitaria insularis) y la miel de abejas, es de uso frecuente
para esto.
Para la hidropesía se usa el té de zapatico (Pedilanthus tithymaloides)
y un jarabe de raíz de tubera,5 limón agrio (Citrus aurantifolia), cáscara
de tamarino (Tamarindus indica) y cundeamor (Momordica charantia).
Las fracturas y traumatismos muchas veces no pueden ser tratados
por los ortopedas. Utilizan la suelda con suelda (Commelina erecta)
para entablillar miembros.
Los resfriados se interpretan como trastornos reumáticos y a veces
como tétanos. Muy popular para esta patología, en toda la región, es la
utilización del anamú (Petiveria alliacea). Tanto en la costa como en la
cordillera, utilizan también la manteca de caimán. La orina y el jabón
de castilla son usados para bajar la fiebre.
Los trastornos ginecológicos el argot popular los interpreta como “en-
fermedades de la matriz”, y se recomiendan diversos remedios , entre

5
Pudiera ser azucena (Polianthes tuberosa), que en lugares como la frontera le dicen “tu-
bera”. Pero también pudiera ser lo que venden en las farmacias como “trufa” (Tuber brumale).
– Brígido Peguero, Jardín Botánico Nacional.

SOCIALES 2013, ACRD


68

ellos un jarabe compuesto por: tres puños de juana la blanca (Spermacoce


assurgens), verbena (Stachytarpheta jamaicensis) con alhucema (Lavan-
dula latifolia), manzanilla (Matricaria recutita), anís (Pimpinela anisum),
algodón morado (Gossypium hirsutum) y guaucí (Ruellia tuberosa).
Para las hemorragias vaginales se aplican hojas de cabirma (Guarea
guidonia) en la vulva, y también toman el té. Otra fórmula conseguida
cerca de Moca para hemorragias es con cáscara de caimoní sanguinaria
(Wallenia lauifolia), raíz de coco, raíz de maya (Bromelia pinguin), flor
de palma (Roystonea hispaniolana), palo de cruz (quizás de la especie
garcinia [= Rheedia]).
Como medida profiláctica y preventiva para los “inclinados al al-
cohol”, en el argot popular [alcoholismo], se recomienda la sangre de
anguila, “lo cual quita el deseo de beber”.
Para trastornos menstruales de amenorrea, es muy utilizada la cáscara
de penda (Citharexylum fruticosum) y la hoja de aguacate morado (Per-
sea americana). En el Valle del Cibao hay curanderas que recomiendan
hojas de guárana (Cupania americana) mareadas, puestas en cruz en
las plantas de los pies.
Para abscesos e inflamaciones se usa quibey (Hippobroma longiflora),
cucaracha y cebo de vaca, así como también un bejuco llamado “chupa
nacido” (podría ser Pterocaulon alopecuroideum).
Para la erisipela suelen pasar un sapo para ensalmarla. Esta es una
medida muy frecuente.
En las hernias umbilicales usan una babosa. Se la pasan por la hernia
y la dejan ir (Cordillera Central). Para la eczema, usan la yuca amarga
(Manihot esculenta), y para los que se intoxican con ésta, administran
un té de la oreja de chivo (en la costa pudiera ser Salvia micrantha [ci-
zañas] y en la Cordillera Central es llantén menor [Plantago lanceolata).
La sinusitis tiene un remedio popular: el amacey (Tetragastris balsami-
fera) frito en aceite con claveles de muerto (Tagetes patula), agregando
alhucema (Lavanda latifolia) y manzanilla. Esto también se usa para
la jaqueca, agregándole cáscara de rulo (Musa corniculata) o plátano
maduro (Musa paradisiaca).
Para los trastornos de parálisis, el vulgo de la costa nordeste utiliza
una untura muy extraña: dos cacatas picadas y majadas en espíritu de

SOCIALES 2013, ACRD


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clavo dulce (Syzygium aromaticum [L.]) con Agua de Florida, amoníaco


y manteca de caimán.
El maguey (Tradescantia spathacea) molido en aceite de caimán y
trementina, se usa también para masajes. Los baños aromáticos de la
hoja de limón, albahaca (Ocimum gratissimum), bija, saúco (Sambucus
canadensis) y dragón (Alpinia zerumbet), también tienen sabor popular
de origen neurológico. Otra recomendación es darse nueve baños con
el agua recogida en una canoa de yagua, a la que se le habrá agregado
hojas cogidas al azar en el monte, maceradas durante nueve días en
esa misma agua.
Además de la prueba biológica que se utilizó con el sapo para diag-
nosticar el embarazo, se dice en el pueblo que si al sapo se le aplica orina
de mujer embarazada, éste se edematiza, “se hincha”.
La siquiatría tiene sus remedios populares y hemos recogido algunos
en el área costera, que se hacen con gallina grifa. Se corta este ave por
la mitad y se colocan ambas partes, calientes, en la cabeza y regiones
parietales. También se le da a oler al enfermo las plumas quemadas.
El consomé es utilizado también en estas afecciones siquiátricas. ¡Si
este remedio se usara en forma colectiva en el hospital siquiátrico, se
acabarían todas las gallinas grifas del país! Otro remedio es la masa
encefálica de los pájaros carpinteros para hacer un ponche, y el cuer-
po para hacer una sopa. La iguana partida en dos y colocada en la
cabeza del enfermo también es utilizada como medida terapéutica en
trastornos mentales; en las cercanías de Moca se bañan los dementes
con romero (Rosmarinus officinalis), artemisa (Ambrosia artemisifolia) y
albahaca (Ocimum spp.).
Hiel de vaca con aguardiente para la tortícolis, es utilizada en el
valle para fricciones.
Muchas de las fórmulas populares están basadas en la superstición,
como éstas recogidas en Gaspar Hernández:
Para infecciones intestinales y el relajo de la matriz hacen el diagnóstico
con un refajo de la enferma. La curandera prepara una botella con pol-
vo de guayacán (Guaiacum officinale) y un polvo de botica (se ignora cuál
es). Así usan para el reumatismo: hojas de batatilla de la mar (Ipomoea
pes-caprae), timaque (Chiococca alba), hoja de lana (Ochroma pyramidale)

SOCIALES 2013, ACRD


70

con bejuco de berraco (Combretum laxum), ozúa (Pimenta racemosa var.


grisea) y hoja de guaconejo (Amyris elemitera). Todo se hierve, pero en
una lata nueva, en un fogón situado fuera de la casa. Se dan nueve
baños tibios (un baño diario) donde el agua corra de nueve higüeras
y se va reponiendo el agua nuevamente hervida de la lata de donde
se sacó. Luego se fricciona el paciente con ungüento preparado con
manteca de caimán, de iguana, de higuereta (Ricinus communis) y de
carey. A esa grasa que se forma se le echa un poco de cera y Agua de
Florida. Antes se le agregaba también Pomada de Santialla.
En Gaspar Hernández es frecuente el uso de esta fórmula popular
para el estómago, donde se nota la forma supersticiosa: se toman raíces
de ciruela (pudiera ser Spondias purpurea o Ximenia americana) y se par-
ten en cuatro. Entonces se desecha una cuarta parte de cada trocito y
las otras tres partes son hervidas con una astilla de canela (Cinnamomum
verum). Tomar por nueve días.
En el área de Gaspar Hernández son muy originales en sus fórmu-
las curativas. Para los callos se confirma lo dicho: “Con el agua que se
lava una mujer, lavarse los pies”. Dan efectiva cura: “Yo me curé y más
nunca me han vuelto a salir callos”, dijo la vieja que dió la fórmula.
Otra receta singular de la zona de Gaspar Hernández, es la siguiente:
para la rasquiña, ir al río y untarse una naranja agria. Primero el paciente
se rasca y luego se “soba” con la naranja partida. Esperar un rato y luego
tirarse al río. En la casa, el rasquiñoso se frotará con polvos Mexana.

Los ensalmos
En la medicina folklórica o popular son muy comunes los ensalmos
para curar diversas enfermedades. Anotamos los siguientes, usados en
el área de Gaspar Hernández:
La madre, o dolor que viene del estómago: “Por San Juan, por San
Pedro, la Corte Celestial, las rogaciones mías, madre de esa mujer”. A
la mujer se le ponen en el vientre cinco hojas de naranja y se le hacen
varias cruces.
El padrejón: “San Juán y Sansillán. San Julián le decía a Sansillán:
“¿Cómo nos haremos con este padrejón que tenemos?” Y dícele Sansi-

SOCIALES 2013, ACRD


71

llán a Julián: “Pásese la mano cuatro veces y se le desaparecerá como


la sal en el agua”. Primero se hace el ensalmo y luego el paciente es
untado con sebo, y se soba. Se le colocan hojas de naranja en cruz,
luego de haberlas calentado. Luego deberá tomar un caldo de aguají
de cilantro sabanero (Eryngium foetidum) y ajo (Allium sativum), para
que bote los gases.
Para el dolor de cabeza: “Venga el Padre Eterno, venga Jesús de Na-
zareno, venga San Salvador, venga nuestro Señor Jesucristo a ensalmar
este dolor [a mí o a fulano]”. Al mismo tiempo se va sobando la frente
del paciente con la pomada Vick.
Para el dolor de muelas: “Muela, te estoy ensalmando [se dice siete
veces] en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Rézale
un Padre Nuestro y un Ave María a San Vicente. Este Padre Nuestro y
Ave María para que no me dejen doler las muelas ni los dientes”.
Para la vista: Explica una informante: “Le rezo trece días a Santa
Lucía para que no me deje morir ciega. Comienzo los días primero de
diciembre y termino el 13, con una Hora Santa. Se brinda café, pan y
galletas”.
En Samaná, Sánchez y lugares aledaños se utilizan estas fórmulas
empíricas populares para curar ciertas enfermedades:
Resfriados: Raíz de anamú (Petiveria alliacea), salvia (Pluchea caro-
linensis) con agua, tomado con “Aceite Canadiense” en café amargo.
Hemorragias: (No especifica qué clase, pero generalmente se usa
en mujeres): palo de cruz (Isidorea pungens o de varios otros géneros
y especies)6 y “sangre” de drago (Pterocarpus officinalis), tomado con
vino tinto.
Para “sacar los espíritus” es muy usual, en esas regiones, preparar
una fricción que los aleja , compuesta por: ruda (Ruta chalepensis L.),
cáscara de aroma (Acacia macracantha), anamú y agua bendita.
En esta región no puede faltar, como es natural, el uso del coco
en las medicinas populares. Así, para el dolor de muelas, utilizan la
concha de adentro del coco.
También tienen en esa área fórmulas extrañas para curar ciertas
enfermedades: para el pasmo (tétano), forran al paciente con hojas de

6
El manuscrito dice palo en cruz.

SOCIALES 2013, ACRD


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salvia y de mamón (Annona reticulata). Luego de forrado, ponen un


anafe debajo de la cama “para que le salga el caliente”. Para el pasmo
también usan una toma de café amargo y “Aceite Canadiense”.
Para la gota (epilepsia) utilizan ensalmos. Para el crup (difteria), uti-
lizan un sistema en que sobresale la superstición que suele acompañar
el recetario folklórico de nuestro país. Se coge “azul” (el añil, producto
de Indigofera tinctoria) sin mojar (del “blanqueador de la ropa”). Con
tiras de tela negra a lo contrario, amarran una mano y un pie del pa-
ciente, a lo contrario, Ej.: pie derecho con mano izquierda. Le quitan
la camisa y la queman. Se mezcla esa ceniza con “aceite verde” [aceite
de oliva, de Olea europaea] y se fricciona.

¿Por qué la medicina folklórica?7


Entonces, ¿por qué la medicina folklórica? Porque no había facilidades.
Podemos señalar que en nuestro país era imposible, desde la época
colonial, conseguir a una persona preparada en medicina, porque no
existía. Los colonizadores españoles no trajeron médicos ni practican-
tes, tampoco hubo escuelas u organismos que indicaran lo que debía
hacerse para tratar las enfermedades.
Nuestra población indígena poseía su herbolario. Utilizaban raíces
y hojas que, por experiencia, conocían de algún provecho, diferente
a los “buitíos” o brujos de esa misma población, que aunque tenían
algún conocimiento de botánica, utilizaban además, la creencia y el
misterio para llevar a cabo una serie de cosas que no nos corresponde
describir en este trabajo.
Dentro de nuestra isla, para el 1550 más o menos, ya no existía la
población indígena. Ya no había tanta producción de azúcar, ni pro-
ducción de las minas de oro, principalmente , y se había descubierto
tierra firme, el Continente, desplazándose todos los que venían de
Europa, principalmente de España, a lugares más productivos, dejando
esta tierra abandonada y despoblada.
Algo diferente sucedió en Haití. Haití sabemos que era una parte
del territorio de la isla dominado por los esclavos, que estaban a su vez

7
Transcrito de una entrevista, editada, que hizo la editora al autor, en compañía de su
esposa, el 16 de abril de 2011.

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bajo el dominio de Francia, y producía tanto dinero, que se convirtió


en la colonia más rica de esos años, hasta 1804, aún después del Trata-
do de Basilea, suscrito en 1795. Los franceses se ocupaban de mandar
médicos, de abrir escuelas, de dar recomendaciones para curar. De-
bemos pensar en el problema de la producción: a ellos les interesaba
mantener a su gente sana para que rindiera más en el trabajo, cosa
que no sucedió aquí.
Esta es la justificación de la utilización folklórica de la medicina. Yo
como médico así lo veo desde el punto de vista de la salud. En esos tiem-
pos no se conocía aquí la biología ni los principios técnicos. Podemos
agregar que nuestra situación en la colonia y luego en la República ha
sido tan grave en esos siglos XVII, XVIII, XIX, que cuando sufrimos la
ocupación norteamericana en el 1916, debido a ese déficit profesional
de la medicina, el gobierno de ocupación autorizó a personas que
poseían ciertos conocimientos de esa ciencia para que la practicaran,
sin haberla aprendido en universidad alguna, principalmente las ra-
mas de odontología y farmacia. Por todo lo cual, el aspecto folklórico
de la medicina dominicana me ha entusiasmado justificando las raras
fórmulas utilizadas, las cuales señalo en este trabajo.
Todo esto nos da una idea del por qué de esos “remedios” sin
sentido. Es más, podríamos decir que en ese asunto hay un proble-
ma antropológico, y que la población participó guiada por algunas
recomendaciones. Yo tengo, por ejemplo, en este trabajo, unos tés
para curar la diarrea, elaborados con materia fecal de perro seca,
que le llamaban aquí “flor de chitón” o “flor de sabana”, y encontré
ese mismo dato en una obra antropológica chilena. Quiere decir
que esos remedios ya venían propuestos desde España para ser uti-
lizados en la Colonia.
Uno se pone a pensar: ¿cómo se las arreglaba el enfermo crónico,
el enfermo que necesitaba un diagnóstico, el enfermo que necesitaba
una atención médica aunque fuera muy pragmática, muy empírica?
Por todas estas cosas, podríamos llegar a la conclusión de que sí tenían
que utilizar estos remedios –sin sentido muchos, otros con algún sen-
tido– para justificar ese criterio.

SOCIALES 2013, ACRD


74

Metodología
El trabajo fue realizado en la costa –como ya lo hemos señalado– así
como en la Cordillera Central, en la Sierra desde Estero Hondo hasta
Jamao en el norte, San José de Las Matas, Jánico, Juncalito. Hablaba con
las personas que utilizaban esos remedios: los “curanderos”, “curiosos”,
“hervedores de agua”, o “brujos” que tenían una gran influencia en la
población; sus recomendaciones eran seguidas al pie de la letra. Aún
existen algunos de estos personajes.
Entre esta población había especialistas en curar el tétano. Esto
merece una explicación más amplia porque el vulgo denomina “té-
tano” a cualquier problema de dolores en el cuerpo o a cambios de
temperatura de la persona que, al levantarse de madrugada recibe una
brisa fría, “se pasmó”; es el término vulgarmente usado para lo que
identifican como tétano. También le dicen “pasmo de estómago”. El
tétano es una enfermedad que se adquiere por una herida, depen-
diendo principalmente si esta es punzante, si es incisa, y si es cerca de
la cabeza –toda una serie de factores biológicos que hay que conocer.
Eso, en manos del pueblo, está completamente trastornado.
Usaban cualquier recurso para impresionar al enfermo, a la fami-
lia y a los amigos que le rodeaban, con el propósito de que aceptaran
cualquiera recomendación, ya fuera de índole religiosa o mágica.
Aquí hay personas que “juran”, que ensalman la “culebrilla”,8 como
llama el vulgo al Herpes soster, y celebran rezos para curarlo. ¿Cómo lo
pueden curar, si es una enfermedad producida por virus y se localizan
en los trayectos de los nervios?
Los curanderos eran de ambos sexos aunque entre los hombres
podría haber un ligero porcentaje superior a las mujeres. Muchos no
cobraban dinero pero el no cobrar era como una forma de imponerse:
“Mira, es tan buena su fe que ni me cobra. Si cobra, son 25 centavos, 50
centavos para una vela o para algo”. Desde luego, eso implicaba llevar
a ese curandero plátanos, yuca u otro obsequio en agradecimiento a
sus atenciones.

8
Aportación de doña Teresita de Cantisano.

SOCIALES 2013, ACRD


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Había un partero en El Mamey, Eulogio,9 que cuando se veía en


apuros me mandaba a buscar, o a cualquier médico que estuviera tra-
bajando allí. Yo podía estar con unos amigos y sentía llegar el mulo.
Cuando oíamos el paso, ya los amigos, que eran del lugar, me decían, “Se
fuñó; ahora le manda a buscar Eulogio, que tiene un problema con una
mujer de parto”. Efectivamente. Yo tomaba mi maletín y me montaba
en el mulo que él me mandaba. Pero también trabajaba con espíritus;10
nos mandaba frutas de su parcela, y eran los limones y las naranjas más
hermosos. Por eso decían que tenía un pacto con “algo” para que los
frutos fueran tan apetitosos. Allí en El Mamey utilizaban el concepto del
“bacá”, y si nos acercábamos a la costa, la creencia era mayor.

Conclusiones
Para sacar algunas conclusiones tenemos que pensar en muchos fac-
tores, entre ellos la cultura de la gente, que no tenía la inclinación de
investigar las patologías que incidían en la salud, en nuestro ambiente
popular y rural.
La escasez de personal médico: se recurría mucho a los curanderos, a
las personas que tuvieran alguna facilidad para recomendar remedios,
y a los llamados “hervedores de agua”, que son tisanas de raíces, usadas
desde hace muchos años por esta población.
Los problemas económicos: Había grandes problemas económicos en
esos tiempos –y esto todavía aún se ve cuando no hay una posibilidad
alcanzable–.
Los problemas de transporte: en las áreas rurales principalmente, había
más dificultad para transportarse a un sitio urbano o suburbano. En
la zona rural no había hospitales, ni las llamadas “clínicas rurales”, no
había nada de esto que pudieran utilizar.
Aspectos culturales: por aquel entonces la gente se llevaba de lo que
recomendaba cualquier persona que tuviera influencia sobre sobre la
masa. De esta forma entendemos por qué había y por qué era necesaria
económica, social y culturalmente, la medicina folklórica.

9, 10
Aportación de doña Teresita de Cantisano.

SOCIALES 2013, ACRD


La “bi-musicalidad”
en las configuraciones
culturales del caribe

Martha Ellen Davis

MARTHA ELLEN DAVIS es doctora en antropología y etnomusicología. Ha investigado la


religiosidad popular y los géneros musicales que forman parte de sus rituales por cuarenta
años. Es la Coordinadora de la Comisión de Ciencias Sociales de la Academia de Ciencias y
directora de esta Revista.
78

Martha Ellen Davis

Resumen Summary
La “bi-musicalidad” en las “Bi-musicality” in the Cultural
configuraciones culturales del Caribe Configurations of the Caribbean
Se cree que la música tradicional y popu- It is assumed that traditional and popular
lar caribeña, conocida a través de sus gé- Caribbean music, known by its social
neros del baile social, es por naturaleza dance genres, is by nature a product
producto de una mezcla de tradiciones of the mixture of traditions forged to-
forjadas al crear una música nueva, crio- gether to create a new, creole music. In
lla. En contraste, el artículo plantea que contrast, this article proposes that folk
en el entorno del catolicismo popular, es Catholicism is a conservative context
un medio social conservador que tiende which tends to perpetuate the coex-
a perpetuar una convivencia, sin mez- istence, without mixing, of traditions
clarse, de tradiciones de varios orígenes of various ethnic origins. To describe
étnicos. Para designar este fenómeno this cultural phenomenon, the author
cultural, la autora aplica el término de applies the term “bi-musicality” devel-
bi-musicalidad , adoptado de la pedagogía oped for ethnomusicological pedagogy
etnomusicológica. Lo documenta con and documents it with examples from
ejemplos de trabajo de campo, mayor- her fieldwork, mainly in Dominican
mente en República Dominicana. Republic.

SOCIALES 2013, ACRD


79

El modelo del antropólogo Melville Herskovits para los estudios afroa-


mericanos (véase 1958 y 1966), que aún se aplica hoy en día a las cul-
turas caribeñas y afro-latinoamericanas, fue basado en documentación
etnográfica en los epicentros de las “retenciones” africanas en el Nuevo
Mundo. El propósito de sus investigaciones, iniciadas en los años 30
en varios puntos de las Américas además de Dahomey (hoy Benín) en
África Occidental, fue refutar la suposición de que la esclavitud negra
era tan severa que había borrado toda herencia africana. Encontró
evidencia de todo lo contrario, sobre todo en la cultura expresiva: las
artes, el lenguaje y el ritual. El ritual, junto con la música, constituían
una evidencia de especial importancia por su conservadurismo. En
Bahia, Brasil, por ejemplo, encontró que aún se hablaba el idioma
Yoruba y que el ritual en algunas casas de candomblé (la contraparte
bahiana del vodoun o la santería) era bastante fiel a las prácticas afri-
canas (Herskovits 1937).
Habiendo demostrado ampliamente este fascinante descubrimien-
to, el examen etnográfico de las costumbres de lugares y contextos en
las márgenes del area afroamericana puede conducir a una ampliación
del modelo de Herskovits. Por ejemplo, en las contrapartes rituales de
los casos de estudio de Herskovits, pero en la periferia de Afro-América,
como es el caso de la República Dominicana, también se observan cla-
ramente las influencias africanas –aunque sean influencias en vez de
continuidades fieles-- en los sistemas de creencias y sus expresiones a
través del ritual, inclusive su música. Herskovits las hubiese denominado
mayormente “re-interpretaciones” en vez de “retenciones” africanas.
Su clasificación sin duda sería influida por el hecho de que en un solo
acto ritual, el tocar los tambores (como los atabales, o sea palos domini-
canos) puede coincidir con el santo rosario cristiano cantado, u otros
textos sagrados de una liturgia católica arcaica (como es el caso de la

SOCIALES 2013, ACRD


80

Salve Regina dominicana). De hecho, géneros musicales representando


ambas tradiciones pueden ser ejecutados por una misma persona.
De esta forma, desde nuestro punto de vista de hoy, lo que se
suele llamar “música tradicional” puede ser, de hecho, culturalmente
heterogenea. Por lo tanto, se podría denominar “bi-musical” o bien
“multi-musical”.1 La bi-musicalidad, arraigada en El Caribe y Afro-
latinoamérica, tal como se ilustra más abajo, representa un documento
en vivo de toda una historia de contactos y adaptaciones culturales.
Pero ¿es este fenómeno musical, tal como se observa en el momento
actual, un aspecto fijo de la idiosincracia etnográfica afrolatina? O bien,
¿representa una coexistencia actual y momentánea de dos culturas
musicales, en forma de dos secuencias arqueológicas superpuestas, una
menguante y otra creciente? Planteamos aquí, en base a una observa-
ción longitudinal de unos treinta años, que tanto los estilos y géneros
de ascendencia africana como europea, en sus formas más fieles a la
herencia del Viejo Mundo, están en fase menguante; y que una fusión,
más populista, más criolla –eso es, nacida de una mezcla– y más urbana,
está en proceso de crecimiento.

La base de la bi-musicalidad
La bi-musicalidad, o bien multi-musicalidad, parece representar una
consecuencia frecuente de los procesos sociales de conquista o bien
de movimientos masivos de poblaciones, aunque igualmente pueda
surgir de otras determinantes. Por lo menos durante la fase inicial, los
grandes cambios políticos y demográficos, parecen contribuir al naci-
miento del bi-culturalismo, del cual el bi-lingüismo y la bi-musicalidad
forman parte. Las trayectorias de tales conquistas culturales están
incrustadas en los estilos musicales que surgieron como consecuencia
de tales acontecimientos. Por ejemplo, la conquista árabe de los tuareg,
bereberes de África del Norte, se expresa mayormente en la música de

1
El término “bi-musicalidad” fue planteado por el etnomusicólogo Mantle Hood (1960)
en referencia a las metas pedagógicas de la educación en la etnomusicología, la cual debería
abarcar la adquisición de competencia en la ejecución de música no occidental. Este artículo
usa el término para un propósito muy diferente: para describir un fenómeno etnográfico
paralelo al bilingüismo.

SOCIALES 2013, ACRD


81

los hombres, no de las mujeres, la cual ha conservado su naturaleza be-


rebere. Otro caso contrario sobre diferencia según género en el grado
de asimilación de la música árabe, fruto de la expansión árabe, ofrece
Johanna Spector, quien investigó sobre la cultura musical de los judíos
de Yemen (1986). En la cultura musical de los judíos yemenitas, los
hombres ejecutan la música sagrada hebrea mientras que las mujeres
la interpretan en árabe; las mujeres no conocen el hebreo ya que no
se les permite la entrada a la sinagoga.
A raíz de la conquista precolombina de los arauacos por los caribes
en la Antillas Menores, se desarrolló en algunas de las islas una situación
similar a la de los tuaregs, observada por los primeros europeos que
llegaron: los hombres de tales islas hablaban el caribe de los conquis-
tadores, y las mujeres, el arauaco, la lengua de los conquistados. Por
otra parte, el resultado del contacto prolongado entre varias culturas
se ve en la música de los kuna de Panamá, según un estudio de Sandra
Smith (1985). Smith plantea que la base de la estética musical kuna es
el estímulo del eclecticismo y la innovación. Atribuye tal perspectiva
a su ubicación geográfica en la encrucijada de las Américas, el eje de
encuentro cultural por miles de años. De esa forma, Smith considera
que para los kuna la conquista española servía simplemente como una
fuente, entre muchas, de nuevas ideas musicales.

La bi-musicalidad colectiva
en los contextos sagrados del Caribe
Un acontecimiento que provocó la separación cultural entre las Antillas
y el Circun-Caribe fue el fallecimiento de la población nativa de las
islas, lo cual trajo como consecuencia la esclavitud de negros africanos
para mano de obra. Como resultado, los patrones culturales de las An-
tillas de hoy son esencialmente bi-culturales en vez de multiculturales,
como en el caso de los kuna. Es decir, que representan varias formas
de contacto entre la música de ascendencia europea y la africana. A
continuación, el presente trabajo enfoca ciertos aspectos de tal nexo
cultural en las Antillas, sobre todo las de habla española.
En El Caribe hispano el fenómeno de la bi-musicalidad es más
frecuente en los contextos y géneros musicales sagrados. Por lo gene-
ral, el proceso de integración de rasgos musicales de varios orígenes

SOCIALES 2013, ACRD


82

étnicos, y la evolución de nuevos géneros y estilos, se ve en la música


del baile social. Tal música de recreo permite cierta modificación sin
que se perjudique su propósito social. Al contrario, la música religiosa
de ascendencia tanto africana como europea, forma parte íntegra del
ritual, y así se considera sagrada, por lo tanto más resistente al cambio.
De esta manera, la música religiosa popular demuestra mayor conser-
vadurismo que la secular tal como ha demostrado Melville Herskovits
(p. ej., 1937 y 1943). Pero aquí planteamos que los contextos musicales
sagrados de Afro-américa conducen a la conservación, no sólo de la
música de herencia africana sino también de la europea, con algunas
huellas indígenas, inclusive, si las hay. Es más, en el contexto de ritua-
les de la religiosidad popular se pueden encontrar manifestaciones de
ambos orígenes, expresadas de manera tradicional, hasta arcaicas, en
un mismo acto musical.
En tales ocasiones, por una parte puede haber una integración o
fusión de estilos o géneros, dando a la luz nuevas creaciones, y por otra
parte puede que coexistan expresiones de origen europeo y africano
de forma paralela, cada tradición musical representada por diferentes
géneros ó subgéneros que comprenden los componentes del acto, hasta
por diferentes aspectos o secciones de piezas específicas. En un acto
ritual los componentes musicales de ambos orígenes son asignados
a diferentes puestos, respectivamente, dentro de la organización del
evento, tanto espacial --o sea físico o temporal--, o en cuanto al proce-
dimiento ritual. También difieren en su asociación con el género de
los ejecutantes y participantes.
En cuanto al aspecto temporal de los actos religiosos del catolicis-
mo popular, o suele haber una progresión desde el ritual y la música
sagrados hacia lo profano y desde lo más puramente europeo, o bien
africano, hacia lo criollo2 –o sea híbrido– desarrollado en el Nuevo
Mundo. Un caso en que la música y danza sagradas de ascendencia
africana son seguidas por algunos géneros más seculares y criollos, o sea

2
El término “criollo” se refería en los tiempos coloniales a personas de ascendencia
europea nacidas en el Nuevo Mundo. En El Caribe llegó a referirse a híbridos culturales,
creaciones surgidas como producto de encuentros culturales, siempre con alguna influencia
africana. Ejemplos son la llamada “comida criolla” de New Orleans, o bien la nueva lengua
creada en El Caribe francés: el “criollo” (Créole, kreyol).

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híbridas, es el ritual denominado Big Drum Dance (Bailes del Tambor


Grande) de Carriacou, una isla satélite de Grenada, realizado en con-
memoración a los antepasados. Primero se ejecutan los bailes tribales
(“bailes de las naciones”) recordando la herencia de las diferentes
etnias africanas que en conjunto comprenden la comunidad, cada
uno ejecutado por los descendientes de las respectivas etnias (véase
Marshall 1972 y McDaniel 1998).
En contraste, el trabajo de campo en la República Dominicana de
quien escribe, documenta el fenómeno de la coexistencia de música
sagrada de herencia africana con la europea, en las velaciones de santo
(también denominadas “velorio de santo”, “velada” o “noche de vela”,
según la región del país), fiestas de patrocinio particular que se ofre-
cen anualmente durante toda una noche, en pago de una promesa.
Las velaciones dominicanas ilustran el patrón frecuente en El Caribe:
integrar en un solo acto religioso, música de ascendencia africana y
europea. De acuerdo con este patrón general, se suele ejecutar primero
la música sagrada de herencia europea, segundo la africana, y tercero
la criolla, si es que la hay.
En la velación dominicana, un acto de doce horas de extensión, tal
patrón se repite tres veces, comenzando cada vez con el santo rosario
cristiano (denominado así mismo el “tercio”), sea rezado o cantado.3
Cada tercio es seguido por tres versiones musicales antiguas de la
Salve Regina, una oración católica casi arcaica. En muchas partes del
país tales cantos litúrgicos son seguidos por música sagrada de origen
africano, con variación según región: en el Sur Central las Salves li-
túrgicas se pueden seguir por tres piezas de palos (atabales) frente al
altar, o bien en el poste central en el caso del Suroeste. Tal fase ritual
del acto, de lo europeo seguido por lo africano, es repetido después
de cada tercio y seguido por una fase ritual de Salves no-litúrgicas, y
asimismo toques de palos no-sagrados, ambos especificados y tocados
en cualquier orden, hasta que toque la hora del próximo tercio. Tanto
las Salves como los palos no-sagrados se caracterizan por una letra más

3
El rosario cantado es en realidad rezado y cantado. Es decir, sólo algunas partes son can-
tadas. El rosario cantado dominicano no se compara con el rosario cantado puertorriqueño,
en el cual abunda más el componente musical.

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profana e improvisada, un compás más acelerado y escalas templadas


y diatónicas, mayormente de clave mayor, en contraste con escalas
modales o bien no templadas o de clave menor, como es el caso de las
Salves de la Virgen y los toques de palos sagrados, éstos lúgubres en
cuanto al tempo cuando se trata de “palos de muerto”.
Las Salves y toques de palos varían según la región, en cuanto a
su ubicación espacial en el recinto del evento, y temporal en el pro-
cedimiento ritual. En el Sur Central, los palos sagrados dentro de la
sala, o bien la ermita, son seguidos por toques más profanos fuera, y,
al mismo tiempo, Salves no litúrgicas frente al altar. En el Suroeste,
los toques sagrados en el poste central son seguidos en el mismo lugar
por toques más profanos para el baile general. Series de toques de
palos cualesquiera son intercalados en la misma ermita con series de
Salves litúrgicas en el altar (sin acompañamiento, como es el estilo de
la región).
Géneros de baile completamente seculares también pueden in-
corporarse en actos de religiosidad popular, conjuntamente con los
géneros musicales sagrados y semi-sagrados, ya mencionados. Tales
bailes incluyen variantes regionales del merengue del Norte (o sea,
Cibao), del Este y, en el Sur (suroeste), el tríptico de los géneros
mangulina, carabiné y vals. En cuanto a la articulación del baile con
el procedimiento temporal del acto ritual, en el Norte y en el Este,
el merengue se toca a partir del amanecer, después de que se haya
terminado la promesa, eso es, el compromiso sagrado del acto ritual.
En las zonas Sur-Central y Central-Este, como variante del proce-
dimiento del Este, en una fiesta grande, el baile de priprí, también
llamado de balsié (en realidad, una especie de merengue redondo)
puede ser tocado y bailado al mismo tiempo que los géneros musicales
sagrados, pero ubicado en otro lugar del recinto del patrocinador. Es
decir, que lo sagrado y lo no sagrado, en tal caso, son separados espa-
cialmente en vez de temporalmente. Un tercer patrón se encuentra
en el Sur (suroeste), donde los conjuntos de palos alternados con
Salves a veces son intercalados con baile recreativo, dependiendo de
la disponibilidad de un conjunto musical.
En algunos casos, en la región caribeña, tal es el caso de una her-
mandad del Espíritu Santo en el Sur, precisamente en Las Matas

SOCIALES 2013, ACRD


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de Farfán, la parte más africana del acto en sí –después del tercio


(rosario) y las tres “salves de la Virgen” (sagradas)– también exhibe
una progresión temporal desde lo sagrado hacia lo profano. La pri-
mera pieza de palos después del tercio y salves de la Virgen se llama
“Cautivos son” y se baila por individuos (no parejas), cada uno con
una bandera, probablemente representando a las ánimas, alrededor
del poste central. A través de esta región del país se toca la misma
pieza para los difuntos. Su título, “Cautivos son”, muy posiblemente
se refiere a que los difuntos son cautivos en el Purgatorio y los vivos
deberían tenerles pena y ayudarlos con sus oraciones. Asimismo, en
el Baile del Gran Tambor de Carriacou, la primera pieza de palos
reconoce la presencia de los finados entre los vivos, y sirve como acto
de comunión y continuidad no interrumpida, entre los antepasados y
sus descendientes vivos. Tanto en Dominicana como en Carriacou, tal
ritual de ascendencia africana es seguido por toques criollos y menos
sagrados, bailados en pareja.
En las regiones Sur-Central y Este, la Salve en sí –un género musical
ejecutado delante del altar, pero muy amplio en cuanto a estilo (véase
Davis 1981c)– refleja en miniatura el mismo patrón de la estructura
de las velaciones de santo de las cuales forma parte: eso es, tiene una
sección sagrada, letrada e hispánica, seguida por otra secular, iletrada
y de influencia africana. Cada tercio se sigue por tres versiones mu-
sicales de la oración Salve Regina, o sea, Salve de la Virgen. Ellas van
seguidas de otras menos sagradas y menos hispánicas, las cuales están
constituidas por una letra secular e improvisada (al contrario a la letra
fija de la Salve Regina), una estructura de solo y coro, y el acompaña-
miento rítmico de palmadas o membranófanos, o sea tambores (como
los panderos tocados en polirrítmia y el mongó) e idiófonos, o sea, otros
instrumentos de percusión (como la güira y las maracas). Tal patrón
se observa también en la cultura musical de otras partes del Caribe
católico. Por ejemplo, en la fiesta de santo de Puerto Rico, tal como
las fiestas de cruz, de mucha extensión (véase Davis 1972), el rosario
cantado de la tradición letrada forma la parte sagrada y principal del
acto. Esta sección se concluye quitando la cruz simbólicamente y des-
pués se puede tocar cualquier música, por lo tanto, frecuentemente,
afro-puertorriqueña.
El Caribe de habla francesa puede exhibir un patrón parecido en sus
rituales de la religiosidad popular, es decir, el procedimiento temporal

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de lo sagrado, europeo y letrado, colocado antes que lo menos sagrado,


africano y no letrado. Así es el caso en el vodou haitiano (véase Deren—
su libro de 1983 y película 1985). El acto comienza con las oraciones
del rosario en frances (la cantique), rezado o cantado para invocar la
presencia y bendiciones de las deidades europeas. Al concluirse, el
ritual pasa a la próxima fase, cantada en créole y acompañada por los
palos, para invocar tanto a las deidades africanas como a las de origen
criollo (que son algunas de las “familias” gèdé y petró). Los toques de
los palos invocan a las deidades y las invitan a presentar y expresarse a
través de la posesión espiritual.
El mismo fenómeno musical que se puede notar en los rituales del
catolicismo popular, también se encuentra en el protestantismo del
Afro-caribe. Por ejemplo, en el enclave afro-norteamericano de Samaná,
República Dominicana4 el “culto” tradicional de las sectas principales,
la Metodista y la Africana Metodista Episcopal (A.M.E.), utiliza los
himnos de la tradición letrada, sea inglesa o anglo-norteamericana,
aunque hoy día traducidos al español. Cuando el culto formal con-
cluye, la tradición es o era lanzar, espontáneamente, algunos “coritos”
(anthems) (véase Davis 1981b y 1983). En Montserrat, una isla anglófona
cerca de Antigua, el mismo patrón temporal de lo sagrado y europeo
seguido por lo secular y africano, se relaciona con el velorio de muerto
(Dobbin 1986:41). Dobbin, observando un acto específico, nota que

4
Seis mil libertos de los Estados Unidos de Norteamérica fueron repatriados a La Espa-
ñola en 1824-25 durante el período en que la Isla estaba unida bajo la gobernación haitiana
(1822-44), recibidos al ser la primera república negra del Nuevo Mundo. La emigración a Haití
resultó como consecuencia de la iniciativa de repatriar esta población al África, fundando
Liberia como refugio para los negros libertos estadounidenses, al encontrar a Liberia insalubre.
La reubicación de tales emigrantes a Haití fue organizada por la Iglesia Africana Metodista
Episcopal (A.M.E.) de Filadelfia, Pennsylvania, E.U.A., en colaboración con la Sociedad de
Amigos (Cuáqueros) y la cooperación del Presidente Boyer, de Haití. Sin embargo, algunos
de los seis mil, fallecieron por la fiebre tifoidea, y otros regresaron a los Estados Unidos al no
poderse acostumbrar a los “nativos,” a quienes consideraban menos civilizados. Después de
un período inicial hospedados en el Convento de las Mercedes, en Santo Domingo, los que se
quedaron fueron repartidos por toda la Isla, inclusive en la capital Puerto Príncipe, para fines
de aportar al desarrollo agrícola y económico. En el día de hoy se han asimilado en gran parte,
casándose con dominicanos católicos y hasta cambiando la forma de deletrear o pronunciar sus
apellidos. Los enclaves que quedan están en Puerto Plata (alimentado por las islas inglesas),
Samaná y un poco en Sánchez, y hasta estas comunidades están casi asimilados, o sea, que han
perdido en gran parte su idioma y muchas costumbres. (véase Davis 1980, 1981a, 1981b, 1983).

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“se entonaban himnos [probablemente anglicanos o metodistas]5 so-


lamente hasta la medianoche, hora en que toda ceremonia cristiana
se suspendía y comenzaban los juegos y cantos populares”.
De esta forma se puede observar, tanto en el ritual popular católico
del Hispanocaribe como el tradicional protestante del Anglocaribe,6 una
progresión temporal de una sección letrada y de influencia europea, a
una iletrada y de influencia africana. Tal secuencia se encuentra en even-
tos que rinden honor, tanto a las deidades –sean del politeísmo católico
o el monoteísmo relativo del protestantismo– como, en menor grado,
a los muertos, sean en general o bien a familiares finados específicos.
La relación espacial entre estos dos componentes también tiene
importancia. En el catolicismo popular la ubicación de la música de
ascendencia europea es el sitio sagrado europeo: el altar. El altar pue-
de, de hecho, ser enfoque de manifestaciones de influencia africana,
como la ejecución de los toques sagrados de palos, tal es explicado más
arriba. Sin embargo, la ubicación de la mayor parte de los toques de
palos, cuando es dentro de la capilla, es en un área retirada del altar,
o bien afuera. Si acontece en la misma habitación, los palos son toca-
dos alrededor del poste central, si lo hay –donde bajan las deidades–,
según la tradición africana. Pero si el dominio principal de los palos
está afuera, tocan en la enramada, el patio techado similar al peristyle
haitiano pero sin el poste central ahí y por lo tanto, no en un sitio
sagrado. Tanto la parte detrás de la habitación de la capilla, como la
enramada –según región–, son sitios para el baile profano de recreo
(como es el merengue y otros géneros, también según región). El baile
social está, o bien intercalado con los palos, el caso del Suroeste, o bien

5
Los habitantes de Monserrat son católicos, anglicanos y otros protestantes: metodistas
y, en el siglo XX, adventistas y testigos de Jehová, y después de la Segunda Guerra Mundial,
algunas iglesias pentecostales (Dobbin 1986:12). Su incorporación en Montserrat sigue la
secuencia histórica de la cultura religiosa formal introducida por la dominación colonial y
neocolonial. Toda, o bien casi toda la población parece estar unida, sin embargo, por una
base común de cultura expresiva de ascendencia africana, tanto sagrada como profana. El
fenómeno más destacado de la cultura religiosa es el baile “jombee” en loor a los antepasados,
el tema del libro de Dobbin.
6
Probablemente sea diferente el caso de los nuevos convertidos a las sectas pentecosta-
les, en respuesta a los misioneros anglo-norteamericanos, sobre todo en el Hispanocaribe.
Su conversión suele estar tiznada de un dogmatismo literal y fanático, y esta vertiente del
protestantismo es tan reciente que el tiempo ha sido insuficiente para el desarrollo de un
proceso de creolización.

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88

sigue todo el evento ritual al amanecer, como en el caso del Noreste.


Asimismo, en el enclave afro-puertorriqueño de Loíza Aldea (en reali-
dad la zona rural llamada Medianía), durante la fiesta carnavalesca de
Santiago Apóstol, el baile de bomba, de ascendencia centro-africana, se
lleva a cabo a un par de kilómetros del lugar donde realizan el rosario
cantado, de ascendencia europea.
El género también es significativo, tanto en su relación con ciertos
tipos de música como con ciertos lugares en el recinto de una fiesta
de santo. La casa, especialmente el área del altar y el aposento, es
dominio de las mujeres. Las mujeres suelen estar asociadas con la
música típicamente ejecutada en el altar, a saber, la Salve (Foto No. 1)
(con ciertas excepciones regionales, como las ilustradas en la Foto
No. 3), y los hombres7 con la música típica del exterior (o bien el
área alejada del altar) (Fotos Nos. 2 y 4), a saber, los palos o tambores
pequeños de varios tipos. Así es el caso hasta dentro de las cofradías
afro-dominicanas, las cuales están dirigidas típicamente por mujeres,
aunque los hombres –casi exclusivamente– son los paleros y, sin ex-
cepción, los paleros mayores, o sea, jefes del conjunto. En cuanto a
la música y actividades de estas organizaciones, las mujeres tienen la
custodia de los géneros y estilos de influencia europea y los hombres,
lo de ascendencia o influencia africana.
Un caso excepcional es la salve ejecutada en la Provincia Peravia
alrededor del pueblo de Baní. Ahí, dentro de un solo género musi-
cal –hasta en una sola pieza– coinciden componentes de ascendencia
europea y africana sin fusión. Las mujeres, arrodilladas o de pie en
una fila frente al altar, cantan la letra sagrada de la Salve Regina en un
estilo de notables características hispánicas (la estructura responsorial,
la melodía melismática y ornamentada, el diapasón alto, la producción
vocal tensa; véase la Foto No. 1). Al mismo tiempo, los hombres se
sitúan en la parte de atrás de la sala en formación circular, apartados
del altar y de las mujeres cantadoras, para facilitar el acompañamiento
instrumental al estilo afroamericano, o sea, de influencia africana; va-
rios tipos de membranófonos e idiófonos (instrumentos de percusión

7
En África, los palos son sagrados, tocados sólo por hombres. En el Nuevo Mundo, y
especialmente en sus culturas criollas, los palos son semi-sagrados. En Dominicana la norma
es que sean tocados por hombres, pero hay excepciones.

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Foto No. 1

Fotos Nos. 1 y 2: Cañafístol, Provin-


cia de Peravia (Baní). Velación para
la Santísima Cruz, en la víspera del 3
de mayo (Fotos: M. E. Davis 1979).

Estas fotos ilustran la bi-musicali-


dad. Observen que el dominio de las
mujeres (Foto No. 1) está separado
del de los hombres (Foto No. 2). Las
mujeres, en formación linear cerca
de y mirando hacia el altar, cantan
la Salve litúrgica e hispánica con
estructura antifonal o responsorial,
usando una producción vocal tensa
y aguda. Los hombres, retirados de
las mujeres y el altar, se sitúan en
formación circular en la parte tra-
sera de la capilla; tocan el acom-
pañamiento instrumental al estilo
afro-americano y no participan en
el canto. Noten los membranófonos
(tambores de parche) de diferentes
tipos (los panderos y los tambores
pequeños) e idiófono (instrumento
de percusión sin parche) (la güira),
los cuales son tocados polirrítmica-
mente.

Foto No. 2

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90

de parche y de otros materiales sonoros sin parche, respectivamente)


proveen una textura rítmica polifacética (véase la Foto No. 2).
Esta variante regional de la música del catolicismo popular domi-
nicano también ilustra el rol de la mujer como conservadora de la
tradición católica letrada, sea de la religiosidad popular o formal, de
la música hispánica, de la música vocal y del entorno del altar como
espacio sagrado de origen europeo. La participación de los hombres
suele estar relacionada con prácticas religiosas no letradas y de la religio-
sidad, la música y los instrumentos musicales de ascendencia africana,
y del espacio apartado del altar, a saber, las partes central y trasera de
la capilla y las áreas exteriores del recinto de la fiesta.8
En resumen, hemos observado que en El Caribe los eventos de
religiosidad popular, especialmente aquellos del catolicismo popular,
son bi-musicales. La manifestación de aspectos de esta bi-musicalidad
se expresa en los eventos a través de diferencias en el procedimiento
ritual (las posiciones temporales), el entorno físico (las posiciones
espaciales) y el género de los participantes.
Más allá de tales generalizaciones, el análisis sobre la relación en-
tre género y lugar en la fiesta y en los tipos de música, se refiere a la
participación activa. La competencia en lenguajes musicales trasciende
la participación activa en roles y actividades, en un evento músico-
religioso. Es verdad que los palos son tocados por los hombres, que
también son sus solistas principales; pero las mujeres pueden participar
en el coro vocal (“la respondía”) y naturalmente, en el baile de palos,
siendo un baile de pareja. Hasta miembros del público, que con su
presencia y observación sólo tienen una participación pasiva, son tan
competentes como los participantes activos en las mismas culturas
musicales. Está claro que, si se le preguntara, la mayoría podría dis-
tinguir entre diferencias estilísticas regionales y temporales (lo viejo y
lo moderno), los roles específicos de géneros y subgéneros musicales,
las diferencias en calidad de ejecución, y otros criterios formados por
una observación crítica.

8
Janice E. Kleeman (comunicación personal, 1986) sugiere la necesidad de estudiar el
significado universal de los hombres como tocadores, más que las mujeres, de instrumentos
musicales.

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91

Foto No. 3

Foto No. 4

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92

Foto No. 5

Fotos Nos. 3, 4 y 5: Las Matas de Farfán, Provincia de San Juan. La Cofradía del Espíritu
Santo en su capilla, la Logia del Espíritu Santo. En una de sus fiestas semanales todos los
domingos. (Fotos: M. E. Davis 1982).

La bi-musicalidad personal. En la Foto No. 3, “Millón” y otro hermano de la cofradía cantan


la sagrada Salve de la Virgen (Salve Regina) frente al altar en forma antifonal. Forman
parte de un grupo mayor de cantadores que no se ven en la foto. Después de las tres
Salves de la Virgen, Millón se traslada al poste central de la capilla para tocar los Palos
del Espíritu Santo (Foto. No. 4). De esta forma demuestra que su cultura musical es en
sí bi-musical. Comienza con la pieza sagrada, “Cautivos son” que inicia el baile de los
socios, cada uno con una bandera de color diferente, en un círculo moviendo en dirección
contraria al reloj (típico de lo africano) en un estado de trascendencia (Foto No. 5). Luego
siguen con el baile de palos.

La bi-musicalidad personal
Hasta ahora hemos enfocado la bi-musicalidad colectiva, como fenóme-
no cultural manifestado con diferencias según tiempo, espacio y género
dentro de los eventos musicales. No obstante, al estudiar una cultura
musical, la cual es bi- o multi-musical por naturaleza, siempre habría
que tomar en cuenta el fenómeno de la bi-musicalidad personal. Pero
sin embargo, ese no es siempre el caso, en una cultura bi-musical. Por

SOCIALES 2013, ACRD


93

ejemplo, los judíos yemenitas –o por lo menos las mujeres yemenitas–


representan un grupo mono-musical dentro de una sociedad bi-musical.
De modo que parece variar de cultura en cultura, la naturaleza y grado
de bi-musicalidad individual, o bien de grupo.
En El Caribe, la bi-musicalidad es común en los niveles tanto perso-
nal como colectivo. Específicamente, hemos observado en varias zonas
de la República Dominicana a ciertos hombres cantar la Salve Regina
con un estilo muy hispánico, en escalas modales con una producción
vocal tensa y aguda; y luego dan la vuelta para tocar los palos y cantar
en un estilo muy diferente y de influencia africana, con la voz relaja-
da y más grave. Para ofrecer otro ejemplo, en Puerto Rico, durante
la Fiesta de Santiago Apóstol en el enclave afro-puertorriqueño de
Loíza, acompañé a pie a la cantadora del rosario cantado –hispánico
y arcaico, sin acompañamiento instrumental–, cuando se trasladó a
otro vecindario, al lugar de la bomba, donde participó activamente
en el canto y el baile.
Este mismo fenómeno de competencia personal en varios géneros
y estilos ha sido documentado en Jamaica por el antropólogo Kenneth
Bilby (1985, 203):
Una vez acompañé a un músico jamaiquino durante un pe-
ríodo de varios días en que participó en una gran variedad de
géneros musicales, sin mostrar en ningún momento la menor
dificultad al cambiar de un estilo a otro. Empezó una mañana
tocando guitarra para turistas en la costa, en un conjunto mento.
Más tarde, el mismo día, regresó a su campo para un toque de
flauta y tamboril, encargándose del tambor principal, y por la
noche participó en el coro, en un avivamiento evangélico. Al
otro día agasajó de forma improvisada, a un grupo de amigos
con romances británicos, acompañándose de la guitarra. Muy
tarde, esa misma noche tocó guitarra y dirigió varios cantos
religiosos en una novena (nine night). En la tarde del tercer día
le encontré improvisando con bajo eléctrico en un conjunto
reggae de ahí, y a prima noche hizo una aportación excelente
en banjo, al baile de cuadrilla de su comunidad. Al otro día por
la mañana, de nuevo se encontraba en la costa amenizando a
turistas, esta vez con armónica. Y cuando lo dejé esa noche, se

SOCIALES 2013, ACRD


94

dirigía a una ceremonia de kumina donde iba a ser suplente del


tambor de apoyo. Aunque su itinerario musical durante esos
días puede haber sido más cargado de lo normal, la facilidad
de movimiento entre estilos no era raro para este hombre, ni
tampoco fue extraordinario para un músico rural jamaiquino,
la amplitud de género en cuanto a su competencia musical.9

Bi-musicalidad y cambio cultural en El Caribe


Es interesante observar que, en cuanto a participación, parece que la
bi-musicalidad personal está en crecimiento. Esta fue una de las obser-
vaciones principales que hice en mi viaje de regreso en 1986, a Monte
Plata, en el enfoque de mis investigaciones intensivas en 1972-73. En
el viaje de regreso observé a más hombres tocando y cantando Salves,
y más mujeres tocando y cantando palos. Los mismos músicos confir-
maron mis observaciones. Al mismo tiempo he estado observando un
cambio en los géneros mismos debido a la muerte de músicos y líderes
de la religiosidad popular, conjuntamente con un cambio en estética
musical debido a modernización y urbanización. La modernización,
sea en las sociedades socialistas o capitalistas, parece exhibir una ten-
dencia universal hacia la profanación. Este proceso ha resultado en
una rápida pérdida o degeneración en cuanto a calidad musical de los
extremos, tanto hispánicos como africanos. La creación musical dentro
de los géneros tradicionales, tanto en la República Dominicana como
más generalmente en la región del Caribe, indica una preferencia por
las escalas diatónicas (o sea, de afinación templada) y un abandono de
las escalas modales; los tempos más rápidos, al apartarse de la estética
de los palos de muerto tan lúgubres; y una letra más profana. Estas
tendencias han seguido hasta el día de hoy.

9
Bilby ha observado la misma bi-musicalidad en la música caribeña; él denomina este
fenómeno “poli-musicalidad”. Pero para él esto significa la competencia en varios géneros
musicales, tal como ilustra el ejemplo jamaiquino. Nuestro término, bi-musicalidad, se refiere
a la competencia en dos lenguajes musicales, cada uno representado por varios géneros. No
obstante, los dos nos referimos en realidad al mismo fenómeno cultural y musical; mi con-
cepto de bi-musicalidad cabe perfectamente en su taxonomía musical caribeña. De hecho,
la distinción entre los géneros musicales más africanos y los más criollos, o sea, híbridos, es
el criterio principal en que basa su ensayo sobre El Caribe como región musical (Bilby 1985)
que hemos citado para el caso jamaiquino.

SOCIALES 2013, ACRD


95

Estas observaciones, a mi juicio, representan aspectos de una ten-


dencia de amplia envergadura, hacia la “creolización” de las tradiciones
caribeñas de acuerdo con el alejamiento de los tiempos de contacto
directo con Europa y África. De manera que, en la cultura caribeña,
lo africano tiende a hacerse menos africano y lo europeo menos euro-
peo.10 Este cambio cultural coincide con –y podría ser afectado por– la
tendencia económica internacional hacia la disminución de especi-
ficidad de género en el mercado de empleo, una respuesta al auge
en la incorporación de la mujer a la fuerza laboral. Entre las mujeres
mismas esto probablemente conduzca a una ampliación de su propio
concepto de los límites de sus roles y capacidades.
El resultado de estos cambios se puede ver en la confluencia de ex-
presiones musicales y rituales en cuanto a etnia y género, y la creación
de nuevas costumbres y estéticas. Este proceso es la consecuencia de
la fusión de varios componentes templados por siglos de creatividad,
y las circunstancias del entorno en el Nuevo Mundo, tanto históricas
como contemporáneas. Preveo entonces, un futuro en que el concep-
to de bi-musicalidad tenga menos relevancia para la cultura caribeña
como marco analítico. Por el contrario, en vez del encuentro de dos
sistemas musicales del Viejo Mundo, pronostico que la región seguirá
desarrollando una cultura musical criolla, con sus muchas variantes
como contraparte del lenguaje criollo ya desarrollado, para el área
francés, como Haití (véase Davis 2008).
Al mismo tiempo, dentro de este marco general de evolución so-
ciocultural y musical en El Caribe, preveo que las retenciones oriun-
das del Viejo Mundo –o sea, los polos extremos de la cultura musical
caribeña– no desaparecerán en su totalidad. Aunque en el mundo
moderno la música tradicional es frecuentemente víctima de cambios
de valores y estéticas, que conducen a su rechazo como un símbolo
vergonzoso de una identidad campesina. No obstante, anticipo que
algunos estilos y géneros se quedarán, de manera selectiva, o serán
resucitados periódicamente (véase Davis 1972 sobre las Fiestas de
Cruz en el Viejo San Juan, Puerto Rico), aunque estén reformulados
en cuanto a su estructura. Su supervivencia será determinada por una

Al mismo tiempo, por lo menos en el caso dominicano, en tiempos recientes se observa


10

mayor flexibilidad en cuanto a género y roles musicales.

SOCIALES 2013, ACRD


96

función social nuevamente adquirida: la de símbolo de identidad --sea


nacional, regional, étnica, racial u otro– dentro del contexto moderno
de las inequidades culturales.

Obras citadas
Bilby, Kenneth M.
1985 The Caribbean as a musical region, en Caribbean contours, ed.
Sydney W. Mintz y Sally Price. Baltimore y Londres: The Johns
Hopkins University Press, págs. 181-218.

Davis, Martha Ellen


1972 The social organization of a musical event: The Fiesta de Cruz in San
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Juan Bosch y el desarrollo
de la nación dominicana
en el exilio:
“una página de la historia del
Caribe que no tiene paralelo”1

Charlton W. Yingling

Traducción: Pauline M. Kulstad,


ACRD

CHARLTON W. YINGLING tiene la Maestría de Vanderbilt University (EE.UU.) y actualmen-


te es estudiante doctoral en Historia en la University of South Carolina (EE.UU.), donde se
especializa en la historia dominicana.
1
Juan Bosch, Un libro necesario (prólogo), José Diego Grullón, Cayo Confites: la revolución
traicionada. (Santo Domingo: Editora Alfa & Omega, 1989), 7.
100

Charlton Yingling

Resumen Summary
Juan Bosch y el desarrollo de la nación Juan Bosch and the development of
dominicana en el exilio: the Dominican nation in exile:
“una página de la historia de El Caribe “A page without parallel
que no tiene paralelo” in the history of the Caribbean”
Durante la dictadura de Trujillo (1930- During the Trujillo dictatorship (1930-
1961), los dominicanos exiliados se 1961) Dominican exiles scattered
dispersaron por todas las Américas. throughout the Americas. Juan Bosch
Juan Bosch y el Partido Revoluciona- and the Partido Revolucionario Domini-
rio Dominicano, el líder y grupo más cano, the most important exiled leader
importantes del exilio, remoldearon and group, reshaped their national
su identidad nacional y su cultura polí- identity and political culture through
tica a través de un conocimiento íntimo close familiarity with Cuban democratic
de la reforma democrática cubana, y reform, and gained organizational ex-
adquirieron experiencia organizacional perience through pan-Caribbean anti-
a través de las luchas pan-caribeñas en authoritarian struggles. Only by discern-
contra del autoritarismo. La aprecia- ing the transculturation of these events
ción de la transculturación de estos can we understand Bosch’s post-Trujillo
eventos es esencial para poder entender election to the Dominican presidency
la elección de Bosch a la presidencia in 1962.
dominicana en 1962 luego de la muer-
te de Trujillo.

SOCIALES 2013, ACRD


101

Introducción
Los treinta años de poder de Rafael Leonidas Trujillo han sido consi-
derados uno de los regímenes más brutales de América Latina. En la
década de 1930 la República Dominicana estuvo bajo el poder coerci-
tivo y cultural, cada vez más totalitario, de su dictadura. La clase media
y las élites de la República Dominicana sufrían bajo Trujillo debido a
que silenciaba el discurso político abierto y la disidencia, al igual que
por los impedimentos económicos, la intimidación y la brutalidad sin
disimulo, y en especial por el monitoreo y cooptación de los sectores
profesionales e intelectuales, los cuales se consideraban bases poten-
ciales para la oposición. Muchos dominicanos comprometidos con
la sociedad o con vocación política, hastiados por el régimen, o bien
fueron obligados a exiliarse o decidieron huir del país.2
El exilio ha sido una prueba de redefinición recurrente en América
Latina. El partido político, el “agente modificador por excelencia de
la política latinoamericana del principio del Siglo XX”, según el histo-
riador Pedro San Miguel, con frecuencia era formado por los exiliados
para impulsar sus comunidades hacia la reparación de injusticias socia-
les mutuamente comprensibles.3 Por consiguiente, desde la década de

2
Pericles Franco Ornes, La tragedia dominicana: análisis de la tiranía de Trujillo. (Santiago:
Federación de Estudiantes de Chile, 1946), 13-18; Ramón Grullón: República Dominicana,una
dictadura al servicio del imperialismo (México: Tribuna de México,1954), 35-37; Miolán, La revolu-
ción social frente a la tiranía de Trujillo (México. n.p., 1938), 65-66; Richard Lee Turits, Foundations
of Despotism: Peasants, the Trujillo Regime, and Modernity in Dominican History (Stanford: Stanford
University Press, 2004), 2, 252-254, 6, 266 y 345; Lauren Derby, The Dictator’s Seduction: Politics
and the Popular Imagination in the Era of Trujillo (Durham: Duke University Press, 2009), 305,
36-37, 12, 193 y 261.
3
Pedro L. San Miguel, The Imagined Island: History, Identity, and Utopia in Hispaniola (Chapel
Hill: University of North Carolina Press, 2005), 120; Gilbert M. Joseph, Reclaiming ‘the Political’
at the Turn of the Millennium. Gilbert M. Joseph, ed.: Reclaiming the Political in Latin American
History (Chapel Hill: University of North Carolina Press, 2001), 3-4.

SOCIALES 2013, ACRD


102

1930 hasta la década de 1950, los dominicanos exiliados armaron una


resistencia organizada en contra de Trujillo, y comenzaron a articular
emergentes ambiciones nacionales. Aunque el uso de ardides cultu-
rales y sociales, tales como la redistribución de tierras y el espectáculo
público, por parte de Trujillo, para lograr apoyo, ha sido objeto de
mucho estudio recientemente, la muestra de la desafección y movili-
zación dominicana más allá de las fronteras nacionales se ha limitado
mayormente a memorias enfocadas en la recuperación de la narrativa
de invasiones fallidas, o a relatos parcializados de carácter laudatorio
elogiando ciertas personas o grupos. Esto llama la atención, conside-
rando las numerosas invasiones por parte de exiliados, y la influencia
e impacto de las organizaciones de exiliados sobre todo el pueblo
dominicano después de la era de Trujillo. En la historia dominicana,
y en la caribeña de manera más amplia, el estudio de los dominicanos
exiliados de este período necesita de un análisis de las influencias cul-
turales que ocurrieron entre los exilados y sus sociedades de acogida.4
Después de la Segunda Guerra Mundial los dominicanos exiliados se
unieron al movimiento internacional en contra del autoritarismo. Sus
aspiraciones moldearon pero también fueron transformadas por una
red latinoamericana reformista que tenía el derrocamiento de Trujillo
como su objetivo primordial. Esta coalición estaba compuesta, entre
otros, por demócratas venezolanos, dirigentes sindicales mejicanos, y
principalmente reformistas cubanos, y nutrió la fermentación transna-
cional de los dominicanos exiliados. Estas fuerzas, además de apropiarse
de la precedencia del antillanismo, que pedía la unidad regional en El
Caribe español, en ocasiones tomaban los precedentes haitianos como
fuente de inspiración. Al mismo tiempo, condicionaron la transcul-
turación política de los exiliados y provocaron renegociaciones de su
propia identidad nacional y del proyecto de nación.5

4
Turits, Foundations of Despotism; Derby, Dictator’s Seduction, ix; Walter Bonilla Carlo, Entre
el destierro y el retorno: La construcción del recuerdo y el olvido en las memorias de los exiliados anti-
trujillistas (tesis del doctorado, Universidad de Puerto Rico-Río Piedras, 2006), 8.
5
Juan Bosch, La unidad antillana. Ultra 25, no. 91 (marzo 1944), 161-163; Juan Bosch,
Una voz antillana. Información, 19 septiembre, 1944, 14; Emilio Cordero Michel, República
Dominicana, cuna del antillanismo, Clío. Órgano de la Academia Dominicana de la Historia
71, no. 165 (enero-junio 2003), 225-236; José Ferrer Canales, Antillanismo y anticolonialismo en

SOCIALES 2013, ACRD


103

Este ensayo mostrará como los contextos transnacionales y los pro-


cesos transculturales moldearon las identidades raciales y étnicas, al
igual que los proyectos de nación de los dominicanos exiliados. Este
proceso ocurrió como parte del surgimiento de la izquierda dominica-
na. Demostrará cómo el Partido Revolucionario Dominicano (PRD),
la organización más sobresaliente entre los exiliados, fue forjada en
estas corrientes. También demostrará cómo el PRD fue la principal
antinomia al trujillismo, y movilizó no solo a los dominicanos exiliados,
sino también a las masas dominicanas luego de la era de Trujillo. Estos
procesos se hacen evidentes a partir de la investigación de los puntos
de contacto entre los varios contextos de exiliados y grupos militantes
que moldearon la evolución del proyecto de nación dominicana en
el exilio.
Trujillo y su equipo de tecnócratas de las elites, con alto nivel de
educación, diseñaron una intervención étnica. Su etnia dominicana
autorizada promulgaba un idioma español estandarizado, una preferen-
cia por las tradiciones europeas, la proyección de símbolos nacionales
hispanizados, y, en ocasiones, la consolidación del catolicismo. Los
vestigios percibidos de influencia africana fueron rechazados, siendo
esta una propuesta problemática para una población con considerable
ascendencia africana. Sin embargo, la aplicación más agresiva del pro-
yecto étnico de Trujillo se realizó contra los haitianos, particularmente
en el ámbito de la zona transnacional y transcultural, profusamente
pluralista, que es la frontera domínico-haitiana. Allí el régimen masacró
a decenas de miles de personas de origen haitiano en el 1937. Se po-
dría decir que el anti-haitianismo del régimen de Trujillo fue la faceta
más importante de su visión monoétnica racializada y de su identidad
nacional étnica en general, dado que esta política marginaba a los
ciudadanos dominicanos de origen haitiano y a los dominicanos de

Betances, Hostos y Máximo Gómez (Río Piedras: Universidad de Puerto Rico, 1986); Lars Schoultz,
Beneath the United States: A History of U.S. Policy Toward Latin America (Cambridge: Harvard
University Press, 1998), 316-348; Charles Ameringer, The Caribbean Legion: Patriots, Politicians,
Soldiers of Fortune, 1946-1950 (University Park: Pennsylvania State University Press, 1996), 1-5;
G. Pope Atkins y Larman C. Wilson, The Dominican Republic and the United States: From Imperia-
lism to Transnationalism (Athens: University of Georgia Press, 1998), 86-87 y 102-104. Jossianna
Arroyo, Revolution in the Caribbean: Betances, Haiti, and the Antillean Confederation, La
Habana elegante, no. 49 (primavera-verano, 2011).

SOCIALES 2013, ACRD


104

orígenes étnicamente elásticos.6 Sin embargo, este ensayo presentará


cómo, al mismo tiempo que Trujillo excluía los elementos domésticos
de la transculturación y diversidad étnica dominicanas, los dominicanos
exiliados a su vez, acogieron estos elementos variados de forma activa
para formar una identidad dominicana multiétnica más integrada,
que se convirtió en componente de su proyecto nacional más amplio,
desarrollándose como tal a través de sus experiencias transnacionales
y transculturales del exilio.
Para los exiliados, la identidad dominicana resultó ser más fluida.
El exilio, como condición de una identidad mutilada, fragmenta el
sentimiento de pertenencia a un grupo, de un individuo. El naciona-
lismo y el exilio no pueden debatirse sin hacer mutua referencia entre
sí, debido a que los exiliados, divorciados de sus raíces nacionales, con
frecuencia se reconstruyen “como parte de una ideología triunfante
o de un pueblo restituido”.7 Para los dominicanos, el exilio ofrecía un
espacio para la organización y participación en corrientes culturales y
políticas mayormente suprimidas. En vez de enfocarse en las disconti-
nuidades del exilio, este ensayo presentará el exilio como un escenario
crucial para la creación del proyecto de nación transcultural. Como
han descubierto algunos investigadores de la historia latinoamericana,
la identidad regional es una comunidad imaginada que forma parte
de la identidad nacional. También es imprescindible analizar las cons-
trucciones transnacionales de la identidad nacional, forjadas a través
del exilio, particularmente cuando estas comunidades influyen en el
sistema de gobierno pos-dictadura.8 Los exiliados renegociaron sus iden-

6
Richard Lee Turits, A World Destroyed, A Nation Imposed: The 1937 Haitian Massacre
in the Dominican Republic, Hispanic American Historical Review 82, no. 3 (agosto, 2002), 589-
635; David Howard, Coloring the National: Race and Ethnicity in the Dominican Republic (Boulder:
Lynne Rienner Publishers, 2001), 9, 29-31, 45-46, 62 y 132.
7
Edward W. Said, Reflections on Exile and Other Essays (Cambridge: Harvard University
Press, 2000), 173-182.
8
J. Lorand Matory, Black Atlantic Religion: Tradition, Transnationalism, and Matriarchy in the
Afro-Brazilian Candomblé (Princeton: Princeton University Press, 2005), 71-75; Eric Van Young,
Introduction: Are Regions Good to Think en Eric Van Young. ed., México’s Regions: Comparative
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1992), 1-15; Nancy P. Appelbaum, Muddied Waters: Race, Region, and Local History in Colombia,
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Dictatorship: Works on the Chilean Diaspora, Latin American Research Review 30, no. 3 (1995),

SOCIALES 2013, ACRD


105

tidades y sus ambiciones étnicas y nacionales a través de los contextos


culturales de sus sociedades de acogida. Además de ayudar a entender
el caso dominicano, el estudio de la importancia transcultural del exi-
lio en América Latina y en otros lugares del mundo también ofrece
una explicación que puede ser aplicada de una forma más amplia a la
comprensión de los pueblos desarticulados y reconvertidos que existen
durante y después del exilio.
La fusión de dominicanos desarraigados a una comunidad centrí-
peta fue parte integral del proceso de formación de la nación exiliada
a finales de la década de 1930 y en la década de 1940, la era más vi-
brante de los movimientos exiliados y de la fermentación de la identi-
dad dominicana. Aunque la mayoría de los grupos se fragmentaron y
decrecieron, el PRD, dirigido por Juan Bosch, una de las principales
figuras intelectuales y políticas de la historia dominicana del Siglo XX,

Presidente Juan Bosch en su despacho (Foto: Archivo General de la Nación)

198-209; Svetlana Boym, Estrangement as a Lifestyle: Shklovsky and Brodsky en Susan Rubin
Suleiman, ed., Exile and Creativity: Signposts, Travelers, Outsiders, Backward Glances (Durham:
Duke University Press, 1998), 242-243.

SOCIALES 2013, ACRD


106

fue único en su importancia como punto central de la comunidad exi-


liada, en su resistencia contra Trujillo, y en su ascenso como el partido
de poder luego de la era de Trujillo, a casi un cuarto de siglo de ser
fundado en Cuba en 1939.
Las posturas raciales de la República Dominicana de Trujillo y de
Cuba, sede del PRD, eran bastante distintas. Cuba mantenía una demo-
cracia “sin distinción de raza” y vernácula, mientras que las nociones
dominicanas sobre la raza, en una población con un alto nivel de mes-
tizaje, correspondían más a la clase, la cultura y los orígenes, y donde
negritud significaba “Haití, anacronismo y anti-modernidad”.9 Ciertos
elementos de la racialidad, ciudadanía y otras perspectivas cubanas,
al igual que otras aportaciones regionales, se filtraron en el carácter
de los dominicanos exiliados. Cuando el PRD retornó a la República
Dominicana luego de la muerte de Trujillo en 1961, sus plataformas
y estrategias de base relacionadas a la raza, género y clase estuvieron
íntimamente conectadas a su transculturación política ocurrida en el
exilio. Esta experiencia culminó en su abrumadora victoria electoral
del 1962. Los exiliados transculturizados vinieron a elaborar un mapa
y polinizar el panorama político doméstico.
A diferencia de la mayoría dominicana doméstica, descrita con-
movedoramente como subsistente “en un espacio de ambivalencia y
complicidad, de acción pasiva en modo subjuntivo”, Bosch y el PRD
eran una oposición dominicana activamente militante en contra de
Trujillo.10 Dado el alcance geográfico de su organización partidaria, la
permanencia de la base de exiliados dominicanos, y sus estrechas rela-
ciones con la política progresista de toda América Latina, el PRD sirvió
de intermediario, colaborador, y de núcleo crítico para la izquierda
democrática en este punto clave de la lucha contra el autoritarismo.
Más de dos décadas de exilio hizo necesario que el PRD recibiera san-

9
Ferrer Canales, Antillanismo y anticolonialismo: Mercedes Alonso Romero, Máximo Gómez,
el viejo mambí (Santo Domingo: Editora Manatí, 2005), 39-56; Ada Ferrer, Insurgent Cuba: Race,
Nation, and Revolution, 1868-1898 (Chapel Hill: University of North Carolina Press, 1999), 9-10;
Aline Helg, Our Rightful Share: The Afro-Cuban Struggle for Equality, 1886-1912 (Chapel Hill:
University of North Carolina Press, 1995), 16-17; Turits, Foundations of Despotism, 150; Derby,
Dictator’s Seduction, 200-201.
10
Derby, Dictator’s Seduction, ix.

SOCIALES 2013, ACRD


107

tuario en los enclaves hospitalarios de la


izquierda democrática de la región para
poder preservar sus vidas y promover su
razón de ser. Algunos de los anfitriones y
asociados más destacados fueron líderes
socialdemócratas tales como José Figue-
res, de Costa Rica, Rómulo Betancourt,
de Venezuela, Juan José Arévalo, de
Guatemala, y Ramón Grau San Martín y
Carlos Prío, de Cuba.11 Los orígenes de lo
que se convirtió en la Legión del Caribe,
mecanismo para la militancia en contra
del autoritarismo, se basaron en las redes José Figueres de Costa Rica

de actividades antitrujillistas de los domi-


nicanos exiliados. La llamada Legión, fue un grupo semi-mítico, el cual
“nunca existió como organización formal estructurada”.12

Carlos Prío de Cuba Ramón Grau San Martín de Cuba

11
Ignacio Sosa, Insurrección y democracia en el Circuncaribe (México D.F.: UNAM, 1998);
Charles Ameringer, The Democratic Left in Exile: The Antidictatorial Struggle in the Caribbean,
1945-1959 (Coral Gables: University of Miami Press, 1974); Piero Gleijeses, Shattered Hope: The
Guatemalan Revolution and the United States, 1944-1954 (Princeton: Princeton University Press,
1991); Francisco Alberto Henríquez, Cayo Confites y la lucha contra Trujillo (conferencia,
Biblioteca Nacional, Santo Domingo, República Dominicana, 6 de junio, 1981) en Política:
Teoría y Acción 4, no. 44 (noviembre 1983), 7-9.
12
Gleijeses, Shattered Hope 107; Ameringer, Caribbean Legion, 73.

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108

De esa manera el PRD se extendió agresivamente entre los nume-


rosos enclaves del exilio dominicano y se insinuó en los ejes del poder
regional. La utilización de los antecedentes históricos del antillanismo,
el llamado a la unidad pan-caribeña socialmente progresista y a otras
solidaridades históricas se unieron a los dominicanos del exilio y atrajo
la simpatía regional. Hoy en día, el caso de exilio que más se discute
dentro de la historia caribeña moderna es el éxodo de los cubanos
luego de la Revolución cubana del 1959. Sin embargo, en la primera
mitad del Siglo XX, podríamos decir que los dominicanos constituían
el grupo de exiliados mejor conectado y visible del hemisferio. Es más,
los dominicanos exiliados crearon sus propios precedentes y legados
de influencia transnacional en sus sociedades de acogida y por toda
la región, incluyendo muchos vínculos interesantes a la fundación y
primeros días de la Revolución cubana.
A través de los contextos transnacionales, los procesos transcultu-
rales y la práctica transformadora, la visión de patria y de sí mismos de
los dominicanos exiliados evolucionaron junto con su estilo y calidad
de organización. Esta narrativa, si bien no es una página de la historia
caribeña sin igual, es ciertamente única. Es un estudio de caso que
muestra lo prometedor del análisis de las fuerzas transnacionales y
de la transculturación en casos de exilio en el contexto de la historia
dominicana, y en el estudio de América Latina en general. Estos son
temas que con frecuencia no se encuentran en aquellos estudios his-
tóricos enfocados en el estado-nación o en la sociedad política mitifi-
cada. Aunque el poder de estos temas a veces queda ensombrecido,
no obstante es indispensable para poder recuperar los significados y
motivaciones del pasado.

Juan Bosch: de intelectual apolítico a exiliado militante


Las dictaduras forzaron a los dominicanos y a muchos otros latinoa-
mericanos de la época a huir de sus hogares, con frecuencia consoli-
dando más el poder doméstico de los tiranos, pero, al mismo tiempo
fomentando la oposición en el exilio. Para entender mejor estos pro-
cesos, la experiencia de Juan Bosch presenta un fascinante estudio
de caso. Para el final de la década de 1940, Trujillo había declarado

SOCIALES 2013, ACRD


109

que Juan Bosch era el “enemigo público número uno”.13 Sin embargo
Bosch, quien luego definió al trujillato (nombre con el que se conoce
el régimen de Trujillo) como una “arritmia histórica dominicana”,
ciertamente no comenzó la década como tal.14 Hoy en día se le reco-
noce como probablemente el mejor escritor dominicano y uno de los
autores más apreciados de la literatura latinoamericana del Siglo XX.
Las contribuciones literarias de Bosch, particularmente sus novelas,
han sido estudiadas de manera profusa. Su impacto sobre la historia
dominicana del Siglo XX es mucho menos comprendido. Su evolución
de intelectual apolítico a exiliado militante fue similar a la de muchos
otros dominicanos exiliados.
El balance peculiar que Bosch mantuvo con el trujillato siendo un
autor joven, es una ventana hacia las tensiones experimentadas por
muchos dominicanos comprometidos con la sociedad. Fue arrestado
en el 1934 y encarcelado por varios meses sin acusación alguna, aunque
inicialmente esto hizo que Bosch fuese más deferente con el régimen.15
Aunque no colaboró con el trujillato de manera tan compenetrada
como lo hicieran muchos de sus coetáneos, Bosch fue nombrado por
Trujillo a un atractivo puesto gubernamental como director de estadís-
ticas gubernamentales. Trujillo quería cooptar a Bosch y su reputación
como muestra simbólica del respaldo del capital cultural a su mandato.
Durante este tiempo Bosch publicó la novela La mañosa, la cual descri-
be la vida rural dominicana como aquejada por constantes insurrec-
ciones perpetradas por los caudillos. Aunque el libro recibió grandes
elogios de la crítica, algunos lo consideran vagamente autobiográfico
con insinuaciones de aprobación tácita al trujillismo. Después de una

13
Antonio Ocaña, Un hombre llamado Juan Bosch (Santo Domingo: Editora Alfa & Omega,
1995), 63.
14
Juan Bosch, Trujillo, causas de una tiranía sin ejemplo (Santo Domingo: Editora Alfa &
Omega, 2005), 83-91 y 139. Para analisis del concepto de “arritmias” de Bosch, ver: San Miguel,
Imagined Island, 126-132.
15
Gutiérrez Félix destaca influencia de Bosch en todas las actividades de la vida del pueblo,
Vanguardia del Pueblo, julio 1-15, 2007, 7. Bruno Rosario Candelier, La narrativa de Juan Bosch.
(Santo Domingo: Editora Alfa & Omega, 1989), 13-22. Eugenio de J. García Cuevas, Juan
Bosch: novela, historia, y sociedad (San Juan: Editorial Isla Negra, 1995). Eric Roorda, The Dictator
Next Door: The Good Neighbor Policy and the Trujillo Regime in the Dominican Republic, 1930-1945
(Durham: Duke University Press, 1998), 113; Turits, Foundations of Despotism, 144-146. Cándido
Gerón, Juan Bosch: la traición a un símbolo (Santo Domingo: Editora Centenario, 1999), 14-17.

SOCIALES 2013, ACRD


110

visita de improviso de Trujillo a su casa, Bosch, bajo cierta coerción,


escribió varios ensayos laudatorios apoyando a Trujillo. Incluso, en el
1935, Bosch solicitó la aprobación de Trujillo para uno de sus libros,
llamando al dictador “el gran protector del libro dominicano”. Bosch
también fue nombrado Director de Literatura y Periodismo del Ateneo
Dominicano, y Trujillo le pidió que fuese miembro de la Cámara de
Diputados. A pesar de que sus padres huyeron del país durante este
período, Bosch se quedó.
Sin embargo, para julio del 1937, Bosch estaba incómodo con el
uso abierto de la represión por parte de Trujillo. Pidió que lo nom-
braran en un cargo en el extranjero desde
donde planeaba exiliarse, un solicitud hecha
antes de la masacre de decenas de miles de
haitianos en octubre del 1937 por parte de
Trujillo. Al tiempo que los dominicanos exi-
liados en el extranjero llamaban la atención
internacional a la masacre, Bosch huyó a
exiliarse a Puerto Rico en enero del 1938.16
En San Juan de Puerto Rico, Bosch fue
contratado para que editara las obras de
Eugenio María de Hostos, el renombrado
escritor, educador, e independentista puer-
torriqueño. Los escritos de Hostos influen-
ciaron a Bosch a través de su filosofía regio-
Juan Bosch (Foto: Archivo General de
la Nación) nalista del antillanismo, y su vida le ofreció

Joaquín Gerónimo, En el nombre de Bosch (Santo Domingo: Editora Alfa & Omega, 2001),
16

34 y 246-247. García Cuevas, Juan Bosch, 47-48. Juan Bosch, La Mañosa (Santiago: Imprenta
El Diario, 1936). Doris Sommer, Populism as Rhetoric: The Case of the Dominican Republic,
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1981), 256-260. Antonio Ocaña, Un hombre llamado Juan Bosch (Santo Domingo: Editora Alfa
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64. Cordero Michel: República Dominicana, cuna del antillanismo, 225-236. Juan Bosch a Mario
Sánchez Guzmán, julio 18, 1939, Habana, Cuba, en Guillermo Piña Contreras, ed. Juan Bosch:
Imagen y trayectoria, y escritura. (Santo Domingo: Ediciones Ferilibro, 2000), 51-52. Juan Bosch,
Hostos, el sembrador (Santo Domingo: Editora Alfa & Omega, 2003), 5. San Miguel: Imagined
Island, 100-101.

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111

un ejemplo de como el poder puede


imponerse mediante la combinación del
pensamiento con la acción por una causa
social superior a uno mismo. En San Juan,
el Dr. Enrique Cotubanamá Henríquez
(conocido como Cotú), cuñado de Carlos
Prío, futuro presidente de Cuba, visitó a
Bosch. Cotú, un médico políticamente
activo, esperaba convencer a Bosch para
que asumiera un rol como dirigente en la
comunidad dominicana en el exilio y en el
activismo antitrujillista. Cotú propuso una
organización dominicana en el exilio que
siguiera el modelo y fuese apoyada por el
Eugenio María de Hostos
Partido Revolucionario Cubano-Auténtico
(los Auténticos). El partido de los Auténticos
fue fundado en febrero del 1934 después del colapso del régimen de
Machado en Cuba. Este promovía ideales de soberanía, nacionalismo
económico, libertades civiles, justicia social y distribución de riquezas
para la población cubana. Bosch rechazó la propuesta y recomendó a
Juan Isidro Jiménes Grullón, e incluso más tarde los presentó. Al igual
que muchos de los recién exiliados, Bosch aclaró a sus amigos, y en
una carta más bien conciliatoria a Trujillo, que no tenía motivaciones
políticas.17

El pueblo exiliado y el PRD, nacidos de la contra-hegemonía


y del humanismo universal
En enero del 1939 Bosch partió hacia La Habana, donde se reunió
con Cotú. Para ese momento ya se había unido una masa crítica de
dominicanos exiliados en La Habana. Muchos de estos dominicanos
desafectados eran médicos, abogados y periodistas y algunos de los

17
Robert W. Whitney, State and Revolution in Cuba: Mass Mobilization and Political Change,
1920-1940 (Chapel Hill: University of North Carolina Press, 2001), 63-64. Ocaña, Un hombre,
39-43. Eugenio de J. García Cuevas, Lengua en tiempo: sabores buenos, malos y feos (San Juan: Isla
Negra Editores, 2006), 127. Gerón, La traición, 19-21. Ángel Miolán, El perredé desde mi ángulo
(Caracas: Ávila Arte, 1985), 9.

SOCIALES 2013, ACRD


112

apellidos representados, tales como Grullón, Gómez, Heureaux y Hen-


ríquez, procedían de las principales familias intelectuales y políticas
dominicanas. Sin embargo, tal como a los dominicanos exiliados que le
precedieron, la participación política inicial de Bosch no vino a través
del proselitismo político de los dominicanos exiliados, sino a través de
su estrecho compromiso con la izquierda democrática cubana. Para los
finales de la década de 1930, Cotú, quien había llegado a La Habana
unos cinco años antes, y participaba en las actividades de los Auténticos
desde el 1934, frecuentemente invitaba a los legisladores Auténticos a
cenar a su casa. Allí los dominicanos exiliados, muchos de los cuales
habían huido del país por razones rudimentarias, comenzaron a de-
sarrollar su propia consciencia social a través de la política cultural
cubana. Luego de una indecisión inicial, Bosch comenzó a asistir a las
sesiones de planificación de los Auténticos con Cotú, y en poco tiempo
los funcionarios de los Auténticos comenzaron a consultar con Bosch
debido a sus grandes conocimientos sobre los temas sociales caribeños.
Bosch se involucró en la campaña de los Auténticos para la elección
de los miembros de la asamblea constituyente cubana. Cuando una
coalición de izquierdistas que incluían a los Auténticos ganaron las
elecciones, se le pidió a Bosch que diera consejo y contribuyera en la
autoría de la nueva Constitución cubana. Trabajando desde la oficina
de abogados de Carlos Prío, Bosch se inspiró en gran medida en la
Constitución mexicana del 1917, y en las Cartas Magnas de la Segunda
República española y de la de la República de Weimar, de Alemania.
La resultante Constitución cubana del 1940 fue una de las más progre-
sivas de su tiempo, ofreciendo referendos públicos, elecciones libres,
sufragio universal y libertades políticas y civiles codificadas. A pesar de
esto, Fulgencio Batista, quien había gobernado a Cuba como dictador
militar desde el derrocamiento de Gerardo Machado en el 1933, fue
elegido presidente en las elecciones, por encima del candidato de los
Auténticos, Ramón Grau San Martín.
Este revés para los Auténticos permitió que sus colaboradores do-
minicanos pudiesen formar su propia organización.18 En este agitado

Federico de la Cruz Muñoz al Jefe del Cuerpo de la Policía Secreta Nacional, Confidencial
18

número 9: Policía Secreta Nacional, 21 marzo, 1943, La Habana, Cuba, en Boletín del Archivo

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113

ambiente, el 21 de enero del 1939 se realizó una reunión en la casa del


abogado dominicano exiliado Virgilio Mainardi Reyna, en La Habana.
Bosch y Cotú se reunieron con Juan Isidro Jiménes Grullón, Ángel
Miolán y otros, para fundar el Partido Revolucionario Dominicano,
aunque este no sería registrado legalmente hasta el 1943. Los miembros
del partido, algunos de los cuales ya habían estado profundamente
involucrados en el proselitismo político en el exilio, prometieron dar
apoyo al proceso democrático en la República Dominicana y al derro-
camiento de Trujillo, entre otras posiciones progresistas.

Ramón Castillo, Ángel Miolán, Emilio Rodríguez Demorizi y Nicolás Silfa (de izquierda a derecha) regresan a República
Dominicana el 5 de julio de 1961. (Identificación: Vetilio Alfau del Valle, Archivo General de la Nación).

General de la Nación 32, no. 121 (mayo-agosto 2008), 406-411. Justino José del Orbe, Del exilio
político dominicano antitrujillista, en Cuba (Santo Domingo. Editora Taller, 1983), 51-63. Ocaña,
Un hombre, 45. Ameringer, Caribbean Legion, 27-29. Ocaña, Un hombre, 45-47. Gerón, La traición,
36-38. Louis A. Pérez Jr., Cuba, c. 1930-1959 en Leslie Bethell, ed., Cuba: A Short History (Nueva
York: Cambridge University Press, 1993), 76. Gerónimo, En el nombre, 249. Jorge Domínguez,
Cuba: Order and Revolution (Cambridge: Harvard University Press, 1978), 344. José R. Castro,
Alrededor de América. La Opinión, 29 enero, 1947, 5.

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114

El PRD se fundó con una visión basada en el


ejemplo de la Alianza Popular Revolucionaria
Americana (APRA) del peruano Víctor Haya de la
Torre. El APRA también fue fundado en el exilio en
México, en el 1924. El APRA, el “hermano mayor
de esta cadena de partidos”, de la cual formaba
parte los Auténticos, promovía el anti-imperialismo,
el nacionalismo radical, fomento de la democracia,
y la unificación policlasista (es decir, entre clases
sociales). Los asociados del PRD fueron atraídos
por la posición del APRA que declaraba que la clase
media es el árbitro natural y la vanguardia política
de los grupos subrepresentados, lo cual encajaba
Víctor Haya de la Torre del Perú con las tendencias culturales y clasistas del exilio.

Una atracción adicional para los exiliados era la


propuesta del APRA de consolidar los sectores raciales, étnicos y de
clase dispares dentro del partido. Esto podía servir como vehículo para
unificar los campesinos, trabajadores y dominicanos afro-descendientes
políticamente fragmentados, que componían la mayoría del país.19
Estas corrientes incitaron a que los exiliados elaboraran un naciona-
lismo dominicano ecuménico a partir de las herramientas ideológicas
desarrolladas en el exilio a través de la exposición transnacional y la
incorporación transcultural.
En la práctica, el PRD llegó a aceptar una etnia dominicana racial-
mente inclusiva, y equiparó, desde el punto de vista discursivo, a las
masas dominicanas y haitianas, basándose en sus penurias compartidas,

19
Miolán, El perredé, 97-100, 31-34 y 501-517. Miolán, La revolución, 91-92. Gerónimo, En
el nombre, 34. Nicolás Silfa, Guerra, traición, y exilio. Tomo I (Barcelona: Mariano Cubí, 1980),
310-312. Fulgencio Espinal, Breve historia del PRD: ideología y interpretación (Santo Domingo:
Editora Alfa & Omega, 1982), 31. Estatutos de la institución denominada ‘Partido Revolu-
cionario Dominicano’. 28 enero, 1943, La Habana, Cuba, en BAGN, no. 121, 379-381, 2008.
Lawrence A. Clayton, Peru and the United States: The Condor and the Eagle. (Athens: University
of Georgia Press, 1999), 150-152. Robert G. Wesson, Politics, Policies, and Economic Development
in Latin America (Stanford: Hoover Press, 1984), 77. Harry Kantor, El programa aprista para
Perú y Latinoamérica, Combate 1, no. 3 (noviembre-diciembre 1958), 19-27. John Bartlow Mar-
tin, Overtaken By Events: The Dominican Crisis from the Fall of Trujillo to the Civil War, (New York:
Doubleday & Co., 1966), 71. Torcuato S. Di Tella, History of Political Parties in Twentieth-Century
Latin America (New Brunswick: Transaction Publishers, 2004), 22-23.

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115

las etnias dispares humanizantes dependientes orgánicamente del sis-


tema de gobierno dominicano, y la unificación alrededor de las injus-
ticias comunes. En el exilio y luego de su regreso al país, el PRD hizo
destacar a numerosos participantes afro-dominicanos y descendientes
de haitianos. Un ingrediente clave en la construcción de esta etnia
dominicana integrada se derivó de la participación de los exiliados en
las luchas cubanas que desafiaron los discursos hegemónicos raciales,
y en las polémicas sobre la codificación de igualdad para los cubanos
de orígenes africanos. El proyecto de nación de los exiliados llegó a
incorporar en la diversidad étnica dominicana, concretamente a las
personas de origen haitiano nacidos en la República Dominicana, a los
afro-dominicanos y a las familias dominicano-haitianas transculturadas.
Todas estas personas habían sido marginalizadas por la imposición
de una identidad nacional monoétnica y europeizada por parte de
Trujillo. La inclusión étnica amplió la base de poder potencial de los
exiliados dentro de las masas desafectadas y se ajustó a sus ideas de
una identidad dominicana previa que había sido menos antagónica,
aunque una limitación inmediata a esta visión fue que la mayoría de
los líderes en el exilio no eran, de hecho, de estas etnias oprimidas,
ni tampoco lo eran la mayoría de los exiliados.20� Este estudio de caso
muestra que, para los exiliados, las herramientas contra-hegemónicas
para remediar la marginalización impuesta de la diversidad étnica do-
méstica se derivó, ocasionalmente, de las influencias transculturales de
otras sociedades, abordando preguntas similares sobre la inclusividad,
la ciudadanía y la identidad nacional.
Ángel Miolán señaló que las raíces del PRD podían encontrarse
en los “movimientos humanísticos de carácter universal” de las revo-
luciones francesas, mexicanas y estadounidenses, y especialmente en
los ideales del que se reconoce como el patriarca del estado-nación
dominicana, Juan Pablo Duarte. Miolán mantuvo que la idea de formar
el partido había surgido a principio de la década de 1930 en reuniones
subversivas en Santiago, la segunda ciudad más grande del país. En
1934, un levantamiento fallido, inspirado en la oposición a Machado

20
Juan Bosch, The Unfinished Experiment: Democracy in the Dominican Republic (New York:
Alfred A. Knopf, 1965), 86-87. Turits, Foundations of Despotism, 17-18 y 174-175.

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116

en Cuba, y un atentado en contra de Trujillo, produjo una represión


violenta en contra del grupo.21
Susceptible a las críticas sobre la originalidad del PRD como
grupo dominicano, Cotú rechazó vínculos ideológicos y materiales
a los Auténticos, bastante obvios. A pesar de esto, en un momento la
policía secreta del dictador cubano Fulgencio Batista, la cual mantuvo
una vigilancia cercana de los agitadores exiliados, mencionó al PRD
como asociación relacionada a los Auténticos. Sin embargo, durante ese
período formativo de debates esenciales sobre el proyecto de nación
cubano y la raza en relación a la Constitución del 1940, en los cuales
participaron los dominicanos exiliados a través de los Auténticos, la
codificación de la igualdad racial y el castigo por la discriminación
racial fueron puntos álgidos importantes, los Auténticos apoyaban la
necesidad de proteger a los afro-cubanos dentro del movimiento de
sindicalización de los trabajadores azucareros cubanos, al igual que
la protección de la importante participación afro-cubana dentro de
este importante grupo obrero. Por estas razones, la movilización afro-
cubana por la ciudadanía plena fue virulenta en el momento de la
convención constitucional.
Mientras el trujillato se comprometía de manera simbólica y pater-
nalista con los sectores populares para ganar su aprobación, la mayoría
de las elites dominicanas despreciaban abiertamente a los dominicanos
comunes y corrientes mezclados racialmente, y alegaban una herencia
monoétnica y española (la hispanidad), adhiriéndose al anti-haitianismo
y a una percepción de subversión social a través del mestizaje que efi-
cazmente vinculaba la negritud con la etnicidad haitiana. El PRD, sin
embargo, comenzó a proponer una nación dominicana que, en vez de
ignorar las brechas raciales, codificara la participación minoritaria y
acogiera a los sectores populares como ciudadanos de iguales derechos.
Los estatutos originales del PRD decretan explícitamente la equidad
racial y una cuota de representación para las minorías en las activida-
des partidarias, una propuesta que fue aprobada de manera unánime
y se atribuye a Belisario Heureaux, un dominicano afro-descendiente
con ascendencia haitiana, hijo del ex Jefe de Estado Ulises Heureaux,

21
Miolán, La revolución, 61-66. Miolán, El perredé, 98, 516-17 y 31-34.

SOCIALES 2013, ACRD


117

y un miembro activo de la escena política y cultural afro-cubana de La


Habana.22
El fervor anti-fascista después de la Segunda Guerra Mundial tam-
bién proveyó un discurso ideal que podía ser explotado por los domi-
nicanos exiliados. Ellos transformaron esta preocupación mundial en
capital cultural anti-trujillista al resaltar las similitudes del trujillato,
reales y exageradas, a la Alemania nazi. Incluso, por un tiempo, el
PRD cambió su nombre por el de Unión Democrática Antinazista Do-
minicana. Este nombre se escogió luego de una cuidadosa selección
léxica, y tenía implicaciones étnicas y raciales específicas al momento.
Esta designación demarcó a un grupo que se identificaba a sí mismo
como único e integrado, y el cual se enfrentó a las declaraciones pre-
dominantes y hegemónicas sobre las gradaciones intrínsecas de las
diferencias humanas. Las protestas afro-cubanas de esta era, de alto
nivel de visibilidad, señalaban de manera vociferante a una Alemania
nazi que servía como ejemplo de los resultados perjudiciales que una
falta de protección gubernamental podía tener sobre las poblaciones
minoritarias. En Cuba el ejemplo nazi se convirtió no solo en un emble-
ma de la anti-democracia, sino también en uno de racismo.23 El pleno
significado de la retórica fascista antitrujillista era que él no solo era
un dictador y un potencialmente beligerante, sino que también era
un tirano racista y genocida.

22
Alejandro de la Fuente, A Nation for All: Race, Inequality, and Politics in Twentieth-Century
Cuba. (Chapel Hill: University of North Carolina Press, 2001), 204-245. Miolán, El perredé, 31-
36, 98 y 516-17. Gobernador Provincial de La Habana a Antonio Bravo Acosta, 8 marzo, 1943,
La Habana, Cuba, en BAGN, no. 121, 386-388, 2008. Turits, Foundations of Despotism, 17-18;
Derby, Dictator’s Seduction, 31, 88-91, 106-107 y 165-166. Jorge García Peña, Dominicanidad in
Contra(Diction): Marginality,Migration,and the Narration of a Dominican National Identity (tesis de
doctorado, Universidad de Michigan, 2008), 90-115. Estatutos de la institución denominada
‘Partido Revolucionario Dominicano’. 28 enero, 1943, La Habana, Cuba, en BAGN, no. 121,
379-381, 2008. Virgilio Mainardi Reyna, Acta constitutiva de la asociación denominada ‘Par-
tido Revolucionario Dominicano’, 16 febrero, 1943, La Habana, Cuba, en BAGN, no. 121,
397-399, 2008. Frank Andre Guridy, Forging Diaspora: Afro-Cubans and African Americans in a
World of Empire and Jim Crow (Chapel Hill: University of North Carolina Press, 2010), 74 y 217.
23
Juan Isidro Jimenes Grullón, Una gestapo en América (Havana: Editorial Lex, 1946).
“Trujillo, A Nazi” (exhibición) (Mayagüez: Unión Democrática Antinazista Dominicana, 1944).
Estatutos de la institución denominada ‘Partido Revolucionario Dominicano’, 28 enero, 1943,
La Habana, Cuba, en BAGN, no. 121, 379-381, 2008. Acta constitutiva de la asociación deno-
minada ‘Partido Revolucionario Dominicano’. 27 marzo 27, 1943, La Habana, Cuba, BAGN,
no. 121, 389-390, 2008. Miolán, El perredé, 73-77. Derby, Dictator’s Seduction, 108. Franco Ornes,
La tragedia dominicana, 4, 52-53 y 36-40. De la Fuente, A Nation for All, 210-212.

SOCIALES 2013, ACRD


118

Es más, en el proyecto de nación del PRD el antihaitianismo que


identificaba la identidad dominicana preferida por el trujillato no tenía
cabida. Al contrario, los exiliados entablaron actividades con Haití de
manera activa, e incluyeron a los dominicanos afrodescendientes du-
rante y después del exilio. En 1943, Bosch escribió una carta mordaz
a los altos funcionarios dominicanos, los cuales anteriormente fueron
sus colegas, denunciando el odio hacia los haitianos del régimen como
un “cambio en la mentalidad nacional”, diciendo además que “No hay
diferencia fundamental entre el estado de miseria e ignorancia de un
haitiano y el de un dominicano...”. Alegó que ambos pueblos fueron
explotados, y ninguno tenía los derechos humanos que se merecía. Esto
trastornaba y refutaba la cruda cosmovisión racializada del trujillato.24
En el momento en que los dominicanos exiliados comenzaron a
adherirse a estas posiciones integradas, el intelectual cubano Fernando
Ortíz publicó su muy influyente obra Contrapunteo cubano, la cual fue
pionera del entendimiento de la formación de la identidad transcul-
tural, específicamente en lo que se refiere a las poblaciones africanas
y afrodescendientes de Cuba. Es interesante notar que Ortíz fue uno
de los intelectuales que se hizo amigo de Bosch en La Habana, y los
dos colaboraron en varias ocasiones. Bosch conocía y admiraba la
perspectiva de Ortíz en relación a la herencia pluriétnica de Cuba, y
por sus estridentes posiciones sobre la equidad racial. Dicha influencia
intelectual, junto con las fuerzas culturales, sin duda moldearon la pers-
pectiva de la comunidad de exiliados sobre una identidad dominicana
multicultural y sus posiciones sobre la equidad racial.25
El exilio también comenzó a ofrecer nuevas oportunidades a las
mujeres dominicanas. Bajo Trujillo, las mujeres eran muy objetivadas
y explotadas simbólicamente. El proselitismo político realizado por los

24
Estatutos de la institutión denominada Partido Revolucionario Dominicano, 28 enero,
1943, La Habana, Cuba, en BAGN, no. 121, 379-381, 2008. Juan Bosch a Emilio Rodríguez
Demorizi, Héctor Incháustegui y Ramón Marrero Aristy, junio 14, 1943, La Habana, Cuba, en
Piña Contreras, ed., Juan Bosch, Imagen, trayectoria, y escritura, 54-56. Juan Bosch, Cuba, la isla
fascinante (Santiago: Editorial Universitaria, 1955), 11 y 159-161. Fernando Ortiz, Contrapunteo
cubano del tabaco y el azúcar: advertencia de sus contrastes agrarios, económicos, históricos y sociales,
su etnografía y su transculturación (La Habana: Jesús Montero, 1940). George Reid Andrews,
Afro-Latin America, 1800-2000 (Nueva York: Oxford University Press, 2004), 142. Miolán, El
perredé, 225-232.
25
Bosch, Cuba, la isla fascinante, 11 y 159-161. Ortiz, Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar.

SOCIALES 2013, ACRD


119

dominicanos en el extranjero abrió nuevas vertientes para la paridad


de género y la integración de las mujeres como co-conspiradoras, auto-
ridades competentes y ciudadanas de iguales derechos. El incremento
en la igualdad de género fue uno de los resultados de la implementa-
ción del credo del PRD, que implicaba la toma de decisiones descen-
tralizada y democrática, el debate abierto y el proselitismo a nivel de
base. Existieron también conexiones intelectuales y culturales claves
en Cuba que ayudaron a que este progreso se lograra entre las mujeres
dominicanas. Una influencia específica sobre Bosch fue su relación de
colega, de simpatía y amistad con Emilio Roig de Leuchsenring. Este
fue un destacado intelectual cubano, defensor de los derechos de la
mujer, y un “feminista masculino”, lo cual era fuera de lo común en
aquel momento. Es más: la Constitución cubana del 1940 fue progre-
sista en lo referente a los derechos de la mujer para ese momento, y
los dominicanos exiliados, particularmente aquellos con conexiones
con los Auténticos, debieron de haber estado ampliamente expuestos a
los movimientos pro-derechos de la mujer cubana.26
Para el principio de la década de 1940, los dominicanos exiliados
habían creado una plataforma fusionada, cultural e ideológica, esta-
bleciendo un contrabalanceo progresista al régimen de Trujillo. El
PRD facilitó la compensación política a los exiliados a través de una
estructura organizacional. La sede de operaciones establecida en Cuba
no sólo continuó influenciando a los dominicanos exiliados, sino que
también, ciertas conexiones claves allí, les suministraron apoyo material
y una base para asegurar la expansión regional.

26
Myrna Herrera Mora, Mujeres dominicanas, 1930-1961, antitrujillistas y exiliadas en Puerto
Rico (San Juan: Editorial Isla Negra, 2008), 74. Elizabeth Manley, Intimate Violations: Women
and the “ajusticiamiento” of Dictator Rafael Trujillo, 1944-1961, The Americas 69, no. 1 (julio
2012), 61-94. Derby, Dictator’s Seduction, 109-172. Graciella Cruz Taura, Women’s Rights and the
Cuban Constitution of 1940, Cuban Studies 24 (1994), 123-142. K. Lynn Stoner, From the House
to the Streets: The Cuban Woman’s Movement for Legal Reform, 1898-1940 (Durham: Duke Univer-
sity Press, 1991), 101, 152, y 233. También hubo activismo entre las mujeres dominicanas a
principio del siglo, aunque la política de las mujeres privilegiadas se ajustó en gran parte a
las concepciones de feminidad nacional ideadas por los hombres de la élite, mientras que las
luchas de las mujeres trabajadoras estuvieron menos organizadas; ver: Teresita Martínez-Vergne,
Bourgeois Women in the Early Twentieth-Century Dominican National Discourse, New West
Indian Guide/Nieuwe West-Indische Gids 75, nos. 1-2 (2001), 65-88. Teresita Martínez-Vergne,
Nation & Citizen in the Dominican Republic, 1880-1916 (Chapel Hill: University of North Carolina
Press, 2005), 147-148, 155, 165-166.

SOCIALES 2013, ACRD


120

La expansión regional del proselitismo político de los exiliados


Como señaló Piero Gleijeses: “Mientras otros planeaban, los dominica-
nos exiliados actuaban”.27 Combinando palabras con acción, un primer
éxito público para el PRD en su emergente campaña regional vino
en el 1941, en México, cuando la Confederación de Trabajadores de
América Latina (CTAL) pasó una resolución denunciando a Trujillo.
Vicente Lombardo Toledano, el renombrado organizador comunista
mexicano, y hasta cierto punto, el Partido Revolucionario Institucional
(PRI), demostraron ser valiosos aliados para los exiliados y para su
nueva sucursal, la PRD-México.28
A diferencia de otros exiliados, los dominicanos transformaron su
dispersión geográfica, de una entropía a un vehículo para la interconec-
tividad. Luego de su éxito en México, el PRD comenzó a extenderse a
otros enclaves de dominicanos exiliados. Los líderes del PRD viajaron
por toda América Latina, teniendo como objetivo los países con las
mayores poblaciones dominicanas. En 1942 se estableció una sucursal
del PRD en la ciudad de Nueva York. El PRD era fundamentalmente
una pluralidad de grupos exiliados unificados alrededor de una causa
común, y un producto de esto fue el Congreso de Unidad Antitruji-
llista del 1944, realizado en La Habana, y resultando en la formación
del efímero Bloque Unitario de la Liberación Dominicana. De 1943
a 1945 se formaron delegaciones del PRD en Costa Rica, Venezuela,
Puerto Rico, Panamá, Aruba y Curazao. Además, los dirigentes del PRD
viajaron a Guatemala para afianzar lazos con el gobierno reformista
de Juan José Arévalo.29

27
Piero Gleijeses, Juan José Arévalo and the Caribbean Legion, Journal of Latin American
Studies 21, no. 1 (febrero 1989), 135.
28
Miolán, El perredé, 43-46 y 99.
29
Sosa, Insurrección y democracia, 60. Del Orbe, Del exilio, 16 y 20-24. Thomas J. Dodd, Tiburcio.
Carías, Portrait of a Honduran Political Leader (Baton Rouge: Louisiana State University Press,
2005), 206. Ameringer, Caribbean Legion, 9-10. Jesús de Galíndez, The Era of Trujillo (Tucson:
University of Arizona Press, 1973), 252-253. Martin, Overtaken, 71. Miolán, El perredé, 43, 47-48
y 51-70. Miguel Velázquez-Mainardi, Prólogo en Del Orbe, Del exilio, 8. Ameringer, Democratic
Left, 162 y 194. Friends, Foes of Trujillo March Here, The Washington Post, 8 febrero, 1953,
M3. Silfa, Guerra, 308-312 y 180-190. Espinal, Breve, 35-36. Customs Delay Cited, The New York
Times, 14 mayo, 1958, 17. Peter Kihss, Dominican Names Five as Plotters, The New York Times,
4 noviembre, 1959, 16. Rosario Candelier, La narrativa, 17. Ocaña, Un hombre, 59-61. Roberto

SOCIALES 2013, ACRD


121

La diáspora dominicana, mayormente ubicada alrededor de la


Cuenca del Caribe, obtuvo sostenibilidad material y cultural de lugares
trasnacionales similares a los de sus antepasados antillanos imaginarios,
tales como Eugenio María de Hostos y Máximo Gómez. Los ejemplos
contemporáneos y precedentes de estrategias de militancia, junto con
las influencias transculturales del progresismo social democrático y
las luchas por sistemas de gobierno integrales extrapolados de las so-
ciedades de acogida, ayudaron a realizar un proyecto de nación en su
propio país. Para entonces, los exiliados veían claramente su propia
lucha y las del pueblo dominicano en general, como hebras de un
gran tapiz de reciprocidades regionales entrelazadas, y de teleologías
dependientes de la historia.
Siguiendo la línea de su policlasismo adoptado, el PRD cultivó
fuertes relaciones con los trabajadores y con los sindicatos de la comu-
nidad exiliada. Las sucursales del PRD en Nueva York, Aruba, Curazao
y San Juan de Puerto Rico estaban compuestas primordialmente de
trabajadores, líderes sindicalistas y pequeños comerciantes. A finales
de la década de 1940 el Partido fundó su Comité Obrero Democrático
Dominicano del Exilio. El grupo se mantuvo en contacto con agentes
sindicalistas encubiertos en la República Dominicana, y formó vínculos
con las poderosas Confederación de Trabajadores de Cuba y Confedera-
ción de Trabajadores de México. Otras fuentes de apoyo anti-trujillista
fueron los grupos estudiantiles de la Universidad de La Habana, entre
los cuales el Comité Pro-Democracia Dominicana, dirigido por Rafael
Díaz Balart, fue el más importante. Los medios de comunicación cu-
banos publicaron artículos solidarios con el PRD y con el drama de los
dominicanos exiliados. El PRD también circuló un periódico, Quisqueya
Libre, entre toda la comunidad exiliada.30

Cassá, Para la historia inicial del Partido Revolucionario Dominicano, BAGN, no. 121, 378, 2008.
Federico de la Cruz Muñoz a Jefe del Cuerpo de la Policía Secreta Nacional: “Confidencial
número 9: Policía Secreta Nacional”, 21 marzo, 1943, La Habana, Cuba, en BAGN, no. 121,
406-411, 2008. Gerónimo, En el nombre, 250.
30
Miolán, El perredé, 47-49 y 77-80. Juan Bosch, Conversation, Entrevista por Robert J.
Alexander (La Habana, Cuba, 21 marzo, 1952 y San José, Costa Rica, 9 noviembre, 1953).
Presidents of Central America, México, Cuba, and Hispaniola: Conversations and Correspondence (West-
port: Greenwood Press, 1995), 222-224. Espinal, Breve historia, 35. Federico de la Cruz Muñoz,
“Confidencial número 9: Policía Secreta Nacional”. Ocaña, Un hombre, 50; Silfa, Guerra, 310;
Thomas Leonard, Fidel Castro: A Biography (Greenwood: Greenwood Publishing Group, 2004), 8.

SOCIALES 2013, ACRD


122

Los dominicanos fueron motivados por los principios del antilla-


nismo mencionados anteriormente, y se veían a sí mismos como los
herederos de la fraternidad caribeña de patriotas del siglo XIX que
lucharon contra la tiranía imperial en Cuba. Bosch, lamentando la
ausencia de dicha coalición durante la Ocupación Norteamericana de
la República Dominicana del 1916 al 1924, dijo:

Hay que explicar que en el siglo XIX no se consideraba


extranjero a ningún latinoamericano en otra patria latinoame-
ricana. De la misma manera que Máximo Gómez llegó a ser jefe
del Ejército Libertador de Cuba, así también lucharon peruanos,
puertorriqueños, mexicanos y venezolanos. Es decir: durante
el siglo XIX todavía todos los hijos de las tierras españolas de
América se sentían hermanos, miembros de una misma familia;
no había ninguna diferencia entre los dominicanos y un cubano
y entre los cubanos y un dominicano...31

La imagen de Máximo Gómez también tenía aceptación entre los


reclutas cubanos. Bosch también rememoró lo que sintió durante la
ocupación cuando era niño, escribiendo: “En las noches rezaba que
apareciera un Pancho Villa dominicano, alguien que hiciera lo que
él hacía en México y lo que Martí, Gómez y Maceo habían hecho en
Cuba”.32 Esta coalición regional fue precisamente el ejemplo que el
PRD deliberadamente emuló en su oposición a la tiranía de Trujillo.
Tal como Hostos influyó profundamente a Bosch con su antillanismo,
José Martí también impactó a los exiliados.33� Incluso, en homenaje,
el PRD se constituyó legalmente “bajo los auspicios del aniversario

31
Juan Bosch, Prólogo en Federico García Godoy, El derrumbe (Santo Domingo: Editora de
la Universidad Autónoma de Santo Domingo, 1975), 9-10. Ver tambien: Juan Bosch, Máximo
Gómez: un gigante de la historia, en Antología personal (San Juan: Editorial de la Universidad
de Puerto Rico, 1998), 209-216. Haiti fue parte de la fundación inicial del antillanismo. Ver
Arroyo, Revolution in the Caribbean: Betances, Haiti, and the Antillean Confederation.
32
Juan Bosch, Crisis de la democracia de América en la República Dominicana (Santo Domingo:
Editora Alfa & Omega, 1991), 159.
33
Bosch, Unfinished Experiment, 163. Bosch, “La unidad antillana”, 161-163; Bosch, “Una voz
antillana”, 14. Juan Isidro Jimenes Grullón, La filosofía de José Martí (Santa Clara: Universidad
Central de Las Villas, Relaciones Culturales, 1960). Georgie Anne Geyer, Guerrilla Prince: The
Untold Story of Fidel Castro (Kansas City: Andrews McMeel Publishing, 2002), 55-56.

SOCIALES 2013, ACRD


123

del Libertador José Martí” el día de su cumpleaños, el 28 de enero


del 1943.34� Desde la República Dominicana, donde había reunido su
última fuerza de invasión de exiliados cubanos, Martí escribió: “En el
corazón caribeño no hay odio entre blancos y negros, siendo el odio
propiedad de la tiranía”.35 Algunos dominicanos exiliados se inspiraron
en la correspondencia entre Martí y el intelectual dominicano Federico
Henríquez y Carvajal, al cual éste le escribió importantes manifiestos
políticos sobre la identidad cubana y la solidaridad caribeña transna-
cional.36 Le preguntó al dominicano: “De Santo Domingo ¿por qué le
he de hablar? ¿Es eso cosa distinta de Cuba? ¿Usted no es cubano, y
hay quien lo sea mejor que usted?”37
La subsiguiente prueba de fuego de la militancia fue crítica para el
proyecto de nación de los dominicanos en el exilio. Un mensaje similar
de unidad transnacional motivó el inicio de la militancia en contra de
Trujillo por parte de los dominicanos exiliados. Se remontaron a los
antecedentes de Gómez, de Martí, del antillanismo, y de una panetni-
cidad del Caribe hispano, progresiva e integrada. También se deshicie-
ron de las denominaciones de clase y raza y crearon asociaciones de
ayuda mutua a través de las cuales los proyectos individuales de nación
podían ser mantenidos transnacionalmente. Las memorias históricas
enmarcaban su comunidad imaginada en el cruce con la solidaridad
regional.38 Dotados con una visión renovada de la nación dominicana,
e invirtiendo el viaje de Martí, pronto emprenderían invasiones en
contra de Trujillo desde Cuba.

34
“Estatutos de la institución denominada “Partido Revolucionario Dominicano’,” 28
enero, 1943, La Habana, Cuba, en BAGN, no. 121, 379-381, 2008.
35
Oscar Montero, José Martí: An Introduction (New York: Palgrave Macmillan, 2004), 65.
Lillian Guerra, The Myth of José Martí: Conflicting Nationalism in Early Twentieth-Century Cuba
(Chapel Hill: University of North Carolina Press, 2005), 1-21.
36
Jimenes Grullón, Una gestapo en América, 319-322. Henríquez y Carvajal, un exiliado de
la opresión de Trujillo, murió en Cuba en 1935. Ver Manuel Arturo Peña Batlle, Antología de
la literatura dominicana, Tomo II (Santiago: Editorial El Diario, 1944), 343.
37
Montero, José Martí, 134-135.
38
Las encarnaciones del antillanismo empañan fallas críticas de clase y raza. Juan A. Giusti
Cordero, Afro-Puerto Rican Cultural Studies: Beyond cultura negroide and antillanismo,
Centro: Journal of the Center for Puerto Rican Studies 8, nos. 1 & 2 (primavera, 1996), 68. Matory,
Black Atlantic, 71-75.

SOCIALES 2013, ACRD


124

Era de militancia
El tono antiautoritario utilizado durante la Segunda Guerra Mundial
abrió una ventana de oportunidad que permitió presionar a los dés-
potas de la región, incluyendo a Trujillo. La política de los EEUU de
la época comenzó a cambiar, pasando del apoyo activo a los dictadores
receptivos a los intereses de EEUU, al retiro de su apoyo a los déspotas.
El reto para Washington era balancear la no intervención en Améri-
ca Latina y la promoción de la democracia con la prevención de las
incursiones soviéticas percibidas. En noviembre del 1945, los EEUU
indicaron una renovada desaprobación de Trujillo. Para el 1949 solo
honraban los acuerdos existentes con el déspota y se distanciaron
retóricamente del régimen. En este clima en contra del autoritarismo
hubo algunos primeros éxitos para la izquierda caribeña, incluyendo los
derrocamientos de los dictadores en Guatemala, Cuba y Venezuela en
1944-1945, y la ascensión de gobiernos reformistas y democráticos. Para
principios de la década de 1950, los adversarios en común incluyeron
ciertos tiranos regionales tales como Rafael Trujillo, de la República
Dominicana, Anastasio Somoza, de Nicaragua, Tiburcio Carías, de
Honduras, Fulgencio Batista, de Cuba, y Marcos Pérez Jiménez, de Ve-
nezuela. Similarmente, estos dictadores regionales formaron su propia
coalición transnacional informal para su protección mutua en contra
de la oposición democrática, en ocasiones colaborando para acosar y
espiar a los proselitistas exiliados y extendiendo su alcance dentro de, y
en contra de, los gobiernos democráticos de la región, con frecuencia
a través de conexiones con los oficiales militares de dichas naciones.
Sin embargo, los exiliados percibieron una apertura para la reforma
e iniciaron actividades de militancia junto a sus aliados regionales en
contra de sus enemigos comunes.39
El PRD forjó una milicia transnacional de exiliados y voluntarios
que era apoyada de manera encubierta por los regímenes democráticos.

39
Bernardo Vega, ed., Los Estados Unidos y Trujillo: colección de documentos del Departamento
del Estado y de las Fuerzas Armadas Norteamericanas, Año 1947, Tomo I (Santo Domingo: Fundación
Cultural Dominicana, 1984), 113-116. Atkins y Wilson, The Dominican Republic and the United
States, 86-87, 92-94 y 102-104. Schoultz, Beneath the United States, 316-331 y 332-348. Ameringer,
Caribbean Legion, 1-10. Brian Loveman, For la Patria: Politics and the Armed Forces in Latin America
(Wilmington: SR Books, 1999), 147-149.

SOCIALES 2013, ACRD


125

Para las democracias reformistas emergentes de la región, la militancia


en contra del autoritarismo fue un acto de defensa y de perpetración
frente a regímenes hostiles tales como el de Trujillo. Además de las in-
clinaciones ideológicas y de los adversarios mutuos, existían unificado-
res culturales obvios y generalizados para estas personas afiliadas, tales
como la herencia latinoamericana, el idioma español, la solidaridad
regional y los antecedentes históricos de fraternidad transnacional. Esta
asociación se denominó la Legión del Caribe. La Legión cimentó su
modus operandi sobre esta base discursiva, y manifestó estos vínculos
a través de su coalición, su militancia, y su no alineación durante los
primeros años de la Guerra Fría. Este grupo ayudó a incubar, y a la vez
fue influenciado por el nacionalismo étnico dominicano progresivo
de los exiliados, y envió dos invasiones separadas en contra de Trujillo.
La primera de estas operaciones, basada en Cayo Confites, Cuba, fue,
por mucho, la más grande y la más ambiciosa.40

Juan Bosch junto a otros expedicionarios de Cayo Confites (Foto: Archivo General de la Nación)

40
Alberto Bayo, Tempestad en el Caribe (México: sin editorial, 1950), 73-158. Ameringer,
Caribbean Legion, 1-10, 27-60 y 95-116. Gleijeses, Juan José Arévalo and the Caribbean Legion, 141.
Alan L. McPherson, Intimate Ties, Bitter Struggles: Latin American and the United States since 1945
(Washington, D.C.: Potomac Books, 2006), 41.

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126

El PRD-México y el liderazgo de la CTAL propusieron una opera-


ción en la cual Vicente Lombardo Toledano entraría a la República
Dominicana de manera encubierta, con un equipo de miembros del
PRD y de la Legión, para fomentar una insurgencia que derrocaría a
Trujillo. Miolán se ofreció como voluntario. Había vivido en México
y dedicó su primer tratado anti-trujillista escrito en el exilio a Lázaro
Cárdenas. Estaba también vinculado al CTAL y a una amplia gama de
grupos mexicanos y cubanos de inclinación marxista que propugna-
ban la militancia. Esta influencia dió un giro al PRD para que pasara
de una corriente con “táctica de Gandhi” a una de invasión armada.41�
Bosch viajó a Venezuela y a Haití a finales del 1945 para obtener
apoyo para la invasión. Rómulo Betancourt había llegado al poder
en Venezuela luego de un golpe de estado reformista en octubre del
1945, y en noviembre Bosch le pidió ayuda. Aunque prometió ayu-
darlos con dinero y armas, Betancourt rechazó la idea de invasión y
sugirió trabajar con los oficiales subalternos descontentos dentro de
las fuerzas armadas dominicanas y propiciar un golpe de estado, tal
y como él lo había hecho en Venezuela. En Puerto Príncipe, el PRD
recibió $25,000 del Presidente haitiano Élie Lescot. Mientras tanto, en
La Habana, tomando el consejo de Betancourt, los líderes del exilio
dominicano planearon un golpe de estado en contra de Trujillo, a
efectuarse en febrero de 1946. Aparentemente, durante una escala en
Curazao, Bosch se reunió de manera encubierta con disidentes exsu-
bordinados de Trujillo, quienes apoyaban a los exiliados, lo cual pudo
haber inclinado la balanza a favor de un intento de asesinato. La red
de espionaje de Trujillo pronto determinó, correctamente, que Grau
y Arévalo, en Cuba y Guatemala respectivamente, también ayudaban
al grupo de exiliados dominicanos.42

41
Miolán, La revolución: Federico de la Cruz Muñoz al Jefe del Cuerpo de la Policía Secreta
Nacional, Confidencial número 9: Policía Secreta Nacional. Cassá, Para la historia inicial del
Partido Revolucionario Dominicano, BAGN, no. 121, 378, 2008. Miolán, El perredé. 89-90 y
491-494. Miolán, “Cayo Confites y La Lucha Contra Trujillo en Política”. 9-11.
42
Agregado Militar Estadounidense (U.S. Military Attaché) en Venezuela, Informe de
inteligencia: líderes de los movimientos (República Dominicana) revolucionarios actuales,
influencia extranjera, 21marzo, 1946, en Bernardo Vega, ed., Los Estados Unidos y Trujillo: Colec-
ción de documentos del Departamento del Estado y de las Fuerzas Armadas Norteamericanas, Año 1946,
Tomo I (Santo Domingo: Fundación Cultural Dominicana, 1982), 242-243. Robert Alexander,
Rómulo Betancourt and the Transfomation of Venezuela (New Brunswick: Transaction Books, 1982),

SOCIALES 2013, ACRD


127

Luego de que su intento de asesina-


to no tuvo éxito, los exiliados comenza-
ron a colaborar con el recién exiliado
General dominicano Juan Rodríguez.
Después de ser contactado por un
oficial chileno que colaboraba con los
exiliados, Rodríguez, con el pretexto
de un negocio, engañó a Trujillo para
que le permitiera salir del país con
$500,000, los cuales utilizó para finan-
ciar la subsiguiente invasión. Miles de
rifles fueron obtenidos del Presidente
Juan José Arévalo, de Guatemala, pro-
porcionados por el Presidente Juan Élie Lescot de Haití

Perón, de Argentina. La esposa de


Arévalo le dijo a Perón que Guatemala
necesitaba armas para defenderse de un
inminente golpe de estado auspiciado
por los Estados Unidos y fomentado por
la United Fruit Company. Perón, un fer-
viente oponente del imperialismo nor-
teamericano, accedió, y Arévalo remitió
estas armas a los exiliados. Los exiliados
también compraron armas excedentes
de la Segunda Guerra Mundial, a los
Estados Unidos. El PRD supervisó el
contrabando de armas y de agentes,
escondiendo armas por toda La Florida General Juan (“Juancito”) Rodríguez
y utilizaron esta locación como eje de
tránsito. Hasta el PRD-Nueva York precariamente escondió depósitos
de armas en las propiedades de dominicanos exiliados alrededor de
todo Manhattan. Para julio de 1947, la fuerza invasora contaba con
varios cientos de voluntarios armados, todos entrenados para la acción
en la remota base que les proporcionó Cuba.�43

43
Henríquez y Bosch, “Cayo Confites y la lucha contra Trujillo”, en Política, 8-9 y 15-18.
Silfa, Guerra,180-190. Miolán, El perredé, 118-119. Ameringer, Caribbean Legion, 32-36. Arévalo

SOCIALES 2013, ACRD


128

Como miembro del círculo interno de los Auténticos, Bosch tenía


la oportunidad única de poder trabajar con poderosos simpatizantes
cubanos. En ese momento Bosch era el editor en jefe y escritor prin-
cipal de Siempre, periódico oficial de los Auténticos. Era también uno
de los principales asesores de Prío, en ese entonces Primer Ministro
de Cuba. De hecho, Bosch escribió casi todos los discursos de campa-
ña de la candidatura para la presidencia de Prío, y muchos de los de
su presidencia también. Grau y los Auténticos canalizaron cifras que
pudieron llegar a hasta los $3,000,000, en apoyo, a través del Minis-
terio de Educación Cubana. Hasta el Ministro de Educación Pública,
José Alemán, ocultó trece camiones de armas y explosivos en su finca.
Bosch tenía programado desembarcar las tropas en Fort Liberté, en el
norte de Haití, y entonces marchar a la frontera por algún lugar cerca
de Dajabón, usando uniformes del ejército de EEUU. Había obteni-
do también garantías de reconocimiento inmediato de su gobierno
interino por parte del presidente cubano y del venezolano, en caso
de tener éxito.44
Este creciente ejército fue la fuerza invasora de exiliados más grande
que jamás se había reunido en El Caribe. Entrenaban cerca de la costa
norte de Cuba, en una isla asignada por Grau. Este remoto rastro de
tierra, Cayo Confites, tiene aproximadamente media milla de largo y,
como máximo, 700 pies de ancho. Los cayoconfiteros provenían de ocho
países en total, y pudieron incluir hasta 1,300 miembros, según un infor-
me. Unos 400 eran dominicanos; la mayoría eran cubanos. La afinidad
preponderante compartida por este grupo era la de los antecedentes
culturales del Caribe hispano. Este contingente multinacional racial-

había estado exiliado en Argentina durante la dictadura de Ubico en Guatemala, y por esta
razón tenía muchas conexiones allí. En Argentina, Arévalo también se hizo amigo de Pedro
Henríquez Ureña, el respetado intelectual dominicano y ex-mentor de Bosch. Ver Ocaña, Un
hombre, 63.
44
Bosch daba consejos al presidente cubano con la estipulacion de que su nombre no
apareciera oficialmente. También redactó la mayoría de las políticas sociales y económicas
y participó en la creación del Banco Central de Cuba. Tulio Arvelo, Cayo Confites y Luperón:
memorias de un expedicionario (Santo Domingo: Editora de la Universidad Autónoma de Santo
Domingo, 1981), 110, 119 y 131. Ocaña, Un hombre, 65-66, 79 y 80-84. Miolán, El perredé, 88 y
117-119. Havana Seizes Revolt Munitions, Miami Daily News, 22 de septiembre, 1947, 1. Silfa,
Guerra,181-183. Bosch, Cayo Confites y la lucha contra Trujillo, en Política, 20-22. Juan Bosch,
Entrevista por Ramón Grau San Martín (La Habana, Cuba), en Grullón, Cayo Confites, 47 y 87.

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129

mente integrado veía el derrocamiento de Trujillo y el establecimiento


de un proyecto de nación dominicano progresista como integral, para
la garantía y el avance de los intereses regionales socialdemócratas. Los
dominicanos exiliados incorporaron sus luchas a estas dinámicas panca-
ribeñas y también las utilizaron hábilmente. Incluso, en ocasiones hasta
cedieron sus ambiciones para beneficiar a sus aliados.45
Cayo Confites estuvo bajo frecuente observación aérea por parte de
Trujillo y por la Embajada de los Estados Unidos en La Habana. Para
julio del 1947, Trujillo tenía informes que le llegaron de Tegucigalpa,
Miami, México y Washington, D.C., informándole de los desarrollos en
Cuba. Utilizando la táctica para sembrar el miedo, en auge en aquel
del momento, etiquetó a los exiliados como fuerza invasora comunista.
Incluso, elevó peticiones ante el gobierno cubano y las Naciones Unidas
para que impidieran las acciones armadas en su contra. Aparentemente,
Trujillo también sobornó al militar de más alto rango en Cuba, el Ge-
neral Genovevo Pérez, el cual contó al dictador todo lo que sabía sobre
los exiliados, incluyendo la complicidad de los oficiales cubanos. El 25
de septiembre del 1947, la fuerza invasora zarpó rumbo a La Españo-
la. Tan pronto la expedición salió de Cayo Confites, fue interceptada
por la Marina y la Aviación cubanas, arrestando el mayor número de
participantes que les fue posible. Aunque se realizaron invasiones de
exiliados más pequeñas en los años siguientes, estas fueron desastres
aun mayores.46
Cuando las fuerzas internacionales que habían fomentado el pro-
selitismo político e identidad dominicanos, transnacionalmente se

45
Miolán, El perredé, 117-120. Arvelo, Cayo Confites y Luperón, 66-68. Gleijeses, Shattered Hope,
108. Ante la jornada eleccionaria de mañana, el país mantiene su inquebrantable conviccion
de reelegir al Pdte. Trujillo, La Voz del Norte, 15 mayo, 1947, 1.
46
Silfa, Guerra, 191-194, 205, 213 y 291. Arvelo, Cayo Confites y Luperón, 66 y 160-182. Grullón,
Cayo Confites, 58-59. Miolán, El perredé. 113-121 y 467-470. Anexo No. 1 al Despacho No. 4434
del 17 de octubre, 1947, Embajada Americana, La Habana, Cuba. Invasión intentada contra
la República Dominicana, en Vega, ed., Los Estados Unidos y Trujillo, 1947, 188. Rafael Trujillo
a Ramón Grau, 20 agosto, 1947, en Vega, ed., Los Estados Unidos y Trujillo, 1947, II, 609-611.
George H. Butler a Secretario de Estado, Más informaciones sobre Manuel Frías Meyreles, en
Vega, ed., Los Estados Unidos y Trujillo, 1947, 274-275. Bosch, Cayo Confites y la lucha contra
Trujillo, en Política, 19-22. Bosch, Prólogo: Un libro necesario, en Grullón, Cayo Confites, 7.
Enrique Corominas, In the Caribbean Political Areas (Nueva York: Cambridge University Press,
1954), 117-161.

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130

vinieron abajo a finales de la década de 1940, los planes de promoción


del antillanismo y de la ciudadanía progresista fueron interrumpidos y
quedaron pendientes. No obstante, las experiencias en solidaridad re-
gional, igualitarismo y gestión operativa obtenidas por los dominicanos
exiliados, serían la base de acciones realizadas en años subsecuentes.
Además, la identidad dominicana progresiva de los exiliados, canalizada
a través de estas corrientes, permaneció de manera consciente dentro
de un marco latinoamericano transnacional de reciprocidad cultural,
ideológica y material.47

Puntos de enlace: la Revolución cubana y la influencia de los


dominicanos en el extranjero
Dentro del fiasco de la militancia antitrujillista surgió una intrincada
red de rivalidades personales, lealtades en rivalidad y poder regional,
que produjeron conexiones personales entre los dominicanos exilia-
dos y sus anfitriones. Estas influyeron sobre la historia cubana y sobre
Latinoamérica de manera más amplia. Es más, de la misma manera
en que Cuba y otros contextos regionales tuvieron influencia sobre los
dominicanos exiliados, los exiliados causaron impactos duraderos sobre
algunos de los actores más críticos de la historia caribeña posterior,
e incluso de la misma mundial. Estas relaciones son poco conocidas,
pero fueron influencias transnacionales claves, logradas gracias a los
dominicanos exiliados en la región.
Durante el tiempo en que reclutó y organizó miembros, Juan Bosch
se centró particularmente en un miembro apasionado y notablemente
temerario de la fuerza expedicionaria, llamado Fidel Castro. Este estu-
diante universitario de 21 años estaba profundamente involucrado en
la política interna de la Universidad de La Habana y en su vinculada
cultura de violencia pandillera. En este momento, Castro estaba en-
vuelto en una acalorada polémica con Rolando Masferrer. Masferrer,
ampliamente considerado como un maleante en Cuba, era la cabecilla
del Movimiento Socialista Revolucionario (MSR), un grupo estudiantil

47
Edgar Furniss, “The Inter-American System and Recent Caribbean Disputes”, Internatio-
nal Organization 4 (noviembre, 1950), 585-597. Arvelo, Cayo Confites y Luperón, 110, 119 y 131.
Miolán, El perredé, 88 y 119. Bosch, Unfinished Experiment, 31, 41 y 100-107.

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131

de La Habana que había contri-


buido con muchos miembros a la
expedición de Cayo Confites.48 El
y Castro provenían de facciones
en pugna. Masferrer y el MSR
habían emitido una sentencia
de muerte en contra de Castro,
miembro de la rival Unión Insu-
rreccional Revolucionaria (UIR).
Como se señaló anteriormente,
Masferrer estaba sumamente
comprometido con la fuerza
invasora dominicana, lo cual
inicialmente impidió la participa-
ción de Castro con los exiliados.
Castro, quien vehementemente Rolando Masferrer (iz.) y Rafael Díaz Balart (centro)

deseaba unirse a la lucha dominicana, le pidió a Bosch protección y


consejo, pidiéndole también que intercediera a su favor con el MSR.
Bosch estipuló que Masferrer y el MSR debían desistir de su misión de
matar a Castro durante su estadía en Cayo Confites, citando la causa
común y el bien mayor de la liberación dominicana. Castro recibió un
respiro.49 Si se hubiese resuelto la situación de Castro de forma dife-
rente, se hubiera alterado drásticamente la historia cubana.
Por otra parte, Bosch intervino a su favor en contra de otra fuerza
opositora –su familia–. Los padres de Castro se pusieron furiosos con
la participación de Fidel en la operación de Cayo Confites. En su habi-
tación de hotel en La Habana, el dominicano medió una conferencia
entre Castro y sus padres, en la cual Castro desplegó su acostumbrada
rimbombante personalidad. Castro proclamó que su participación era
para devolver la deuda pendiente con Máximo Gómez.50 No se resolvió
nada, y Castro dejó La Habana rumbo a Cayo Confites. Coincidencial-

48
Silfa, Guerra, 204-205. Ameringer, Democratic Left in Exile, 68-69. Martin: Overtaken, 319.
Arvelo. Cayo Confites y Luperón, 66-68. Miolán, El perredé, 88 y 118-119.
49
Leycester Coltman y Julia Sweig, The Real Fidel Castro (New Haven: Yale University Press,
2005), 31-32. Ver también, Geyer, Guerrilla Prince, 54-55.
50
Geyer, Guerrilla Prince, 55-56.

SOCIALES 2013, ACRD


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mente, la ausencia de Castro de La Habana hizo que se perdiera la trá-


gica lucha armada que estalló en las calles de un suburbio de la ciudad
entre el UIR y el MSR. El mentor de Castro dentro del UIR murió en
este tiroteo, y es probable que, si Castro hubiese estado en la Capital,
hubiese participado y fácilmente pudo haber muerto también.51 Bosch
y los dominicanos exiliados salvaron la vida de Castro.
En otra conexión coincidencial unos años después, Bosch introdujo
a un joven médico argentino llamado Ernesto Guevara a los abusos de
la dictadura de Batista y a la historia cubana. En diciembre del 1953
Guevara conoció a Bosch mientras el segundo vivía en Costa Rica,
expulsado de Cuba luego del ataque fallido al cuartel Moncada, de
Fidel Castro. Guevara escribió en su diario: “Tenemos un gran día por
delante, hablaremos con un dominicano...el escritor y revolucionario,
Juan Bosch”. Guevara había contactado a Bosch a través de unos ar-
gentinos exiliados que vivían en Costa Rica. Después de su reunión,
Guevara apuntó sus pensamientos resaltando su impresión positiva de
Bosch como un pensador de izquierda, su simpatía, y su descripción
de Batista como un maleante. Después de esta reunión, Guevara visitó
a Bosch varias veces a principio del 1954 para conversar sobre política.
Bosch también recordó sus reuniones, resaltando que Guevara usaba
un inhalador para el asma, que se parecía a Beethoven y que siempre
hacía muchas preguntas. Bosch se impresionó con la sinceridad de
Guevara, al igual que por su claridad y por el sumo respeto que mos-
traba por él y por sus ideas. Bosch pensó que Guevara estaba a punto
de cumplir su destino, aunque en el momento pensó que su carrera
sería en las ciencias médicas. Además de explicarle a Guevara sobre
Batista, parece que Bosch le presentó cubanos exiliados que habían
participado en el ataque al Moncada.52
En 1956, los cubanos exiliados en México, dirigidos por Fidel Castro,
y con la ayuda de Ernesto “Che” Guevara, enviaron a Cuba una invasión
por mar para derrocar el régimen de Batista. Su barco, el Granma, fue

Leycester y Sweig, The Real Fidel Castro, 33. Grullón, Cayo Confites, 86.
51

Ernesto Guevara, Back on the Road (New York: Grove Press, 2000), 30-35. Juan Bosch, Mis
52

recuerdos de “Che” Guevara, en Antología personal, 199-203. Además, Bosch en ese momento
escribía un libro analizando la sociedad e historia de Cuba, el cual probablemente le mencionó
a Guevara; ver Bosch, Cuba, la isla fascinante.

SOCIALES 2013, ACRD


133

conducido por el dominicano exiliado Ramón Mejía del Castillo, o


Pichirilo, quien también había sido el capitán del barco en el cual había
estado Castro en la operación de Cayo Confites. También fue uno de
los pocos insurgentes que sobrevivió el desembarco inicial del Granma.
El Granma se había comprado con fondos de Carlos Prío, quien en ese
momento estaba exiliado en La Florida.53
Entonces, pues, los primeros días de la Revolución cubana tie-
nen muchas huellas del exilio dominicano. Castro tuvo su primera
experiencia con la planificación de insurgencias en Cayo Confites y
fue salvado de una posible muerte en La Habana. La administración
de Prío había sido en parte desestabilizada por las fallidas invasiones
dominicanas y su financiación encubierta de estas operaciones, pre-
cipitando el golpe de estado de Batista en 1952. Bosch, expulsado de
Cuba, primero le explicó a Guevara los eventos pertinentes, y luego le
presentó cubanos exiliados en Costa Rica. En el exilio, Prío se situó en
una posición para poder financiar la compra de un barco para Castro,
el cual llevó la revolución a Cuba. Este fue pilotado por Pichirilo, un
dominicano exiliado.54
Sin duda, los contextos de las sociedades de acogida en el exilio
influenciaron los conceptos de identidad nacional de los dominicanos
exiliados y precipitó su militancia en contra de Trujillo. Sin embargo,
estos vínculos transnacionales operaron dentro de un circuito de re-
laciones que también puso a los exiliados en posiciones de influencia.
Armados de motivaciones informadas transnacionalmente, los exiliados
moldearon la primera trayectoria de la Revolución cubana, uno de los
acontecimientos decisivos del Siglo XX.

53
Fidel Castro, Lo que conté sobre Pichirilo, Juventud Rebelde, 7 marzo, 2009, 4. Thomas
G. Paterson, Contesting Castro: The United States and the Triumph of the Cuban Revolution (Nueva
York: Oxford University Press, 1995), 33 y 101-102. Corominas, In the Caribbean, 32-33. Mainardi
Reyna, Cayo Confites y la lucha contra Trujillo, en Política, 14-15. Geyer, Guerrilla Prince, 62-63.
Sorprendentemente, hay evidencia que sugiere que los dictadores Trujillo y Somoza pudieron
haber dado apoyo a los primeros esfuerzos invasores de Castro, debido a una variedad de
razones. Ver Ramón L. Bonachea y Marta San Martín, The Cuban Insurrection, 1952-1959 (New
Brunswick: Transaction Publishers, 1974), 76-77.
54
Pérez, Cuba, c. 1930-1959, en Bethell, ed., Cuba, 83. Batista Rules Cuba Again, Chicago
Daily Tribune, 11 marzo, 1952, 1.

SOCIALES 2013, ACRD


134

La fragmentación y reorganización del PRD hasta la muerte


de Trujillo
Aparte de estas conexiones notables que surgieron durante la era de
la militancia del Exilio, la década de 1950 vió cómo el PRD entró en
un letargo relativo cuando los dominicanos exiliados se retiraron de la
vanguardia del escenario regional. En 1950 y en 1952, el PRD se reu-
nió en La Habana para reorganizarse. Adoptó una nueva estrategia de
no violencia que le cerró la puerta a la invasión armada. Bosch siguió
trabajando con Prío durante este período, aunque su participación y
la de otros exiliados disminuyó al Prío corromperse. Los dominicanos
nunca estuvieron implicados en ninguno de los escándalos de los Au-
ténticos.55 A pesar de estas y otras significantes interrupciones durante
esa época, el PRD pasó el resto de la década protestando por los ase-
sinatos perpetrados por Trujillo, forjando vínculos con los sindicatos
europeos, y mudando su sede de La Habana a Caracas en 1958, debido
a las presiones de Batista.
Con el éxito de la Revolución cubana en 1959, los dominicanos
exiliados se encontraron en el medio de un nuevo desafío. Fidel
Castro, como Grau, y Prío antes que él, identificó la eliminación de
Trujillo como una de los principales asuntos a resolver para lograr el
bienestar cubano. Enrique Jiménez Moya, un dominicano exiliado que
sirvió como comandante en las fuerzas guerrilleras de la Revolución
cubana, salió de Cuba poco después de la victoria de la Revolución
para reunirse en Caracas con líderes exiliados, con la esperanza de
fundar una nueva fuerza invasora dominicana que pudiese derrocar
a Trujillo. El y otros dominicanos exiliados se habían embelesado con
una nueva heurística de revolución, más radical, inspirada en la cu-

55
Miolán, El perredé, 56, 85-86, 93-96, 103-112 y 477. De Galíndez, The Era of Trujillo, 252-
253. Bosch, Unfinished Experiment,13-22. De Bosch dijo: “Se utilizó mucho dinero del gobierno para
elegir a Prío, pero estoy convencido de que Juan Bosch nunca se robó un centavo. Rufo López Fresquet
sirvió como el Primer Ministro de Tesorería de Fidel Castro y fue un economista entrenado en los EEUU.
El explicó que Bosch ‘se mantuvo honesto en medio de toda esta [corrupción]’...”; ver Rufo López
Fresquet, My 14 Months with Castro (Cleveland: World Publishing Co., 1966), 20. Luego la CIA
concluyó que: “prácticamente no tiene un centavo”; ver Agencia Central de Intelegencia, Oficina
de Inteligencia Actual: Juan Bosch, Presidente Electo de la República Dominicana, 2 de enero,
1963, en Bernardo Vega, ed.: Kennedy y Bosch: Aporte al estudio de las relaciones internacionales
del gobierno constitucional de 1963 (Santo Domingo: Fundación Cultural Dominicana, 1993), 7.

SOCIALES 2013, ACRD


135

Enrique Jiménez Moya (derecha) y Camilo Cienfuegos (centro). (Foto: Archivo General de la Nación)

bana, y Jiménez alegó que sus nuevos planes de invasión no podrían


tener éxito sin el PRD.56
Miolán y Bosch se negaron a participar. Bosch le explicó a Jiménez
las razones por las cuales pensaba que los métodos de la Revolución
cubana no funcionarían en la República Dominicana. Bosch argumen-
tó que la revolución tuvo éxito en Cuba porque los contingentes de
Castro en la Sierra Maestra lograron la amistad de los campesinos y
gradualmente adquirieron una fuerza de combate adicional. Al mismo
tiempo, ganaron pequeñas victorias que desmoralizaron al ejército
de Batista, y prometieron reforma agraria para incrementar el apoyo
popular. Bosch sostuvo que si un pequeño cuerpo guerrillero fuese a
llegar a las montañas de la República Dominicana, los campesinos no
solo estarían sumamente sospechosos, sino que probablemente estarían

56
Miolán, El perredé, 133-134. Ocaña: Un hombre,109-110.

SOCIALES 2013, ACRD


136

del lado de Trujillo, quien era popular entre ellos. Trujillo, de hecho,
había distribuido cantidades de tierra significantes a los campesinos
dominicanos. Su predicción fue correcta. Casi toda la fuerza invasora
inspirada en Castro –más de 200 en total– fue asesinada en la fallida
invasión de Constanza, Maimón y Estero Hondo de junio del 1959. El
PRD se había auto preservado. Sus perspectivas sobre el campesinado
dominicano también produjeron resultados para la campaña nacional
del PRD, y en su victoria aplastante en las elecciones dominicanas del
1962, realizadas luego de la muerte de Trujillo.57
En mayo del 1961 Trujillo fue asesinado. Poco tiempo después,
con su seguridad garantizada por la OEA y por el gobierno interino
dominicano, los exiliados comenzaron a regresar a casa, en ocasiones
acogidos por grandes aglomeraciones. El PRD se embarcó en una
metamorfosis, yendo de una organización antitrujillista unificadora de
exiliados, a ser un partido doméstico de oposición.58 En su primer día
en la República Dominicana después de más de dos décadas, Bosch
cerró sus comentarios a una multitud, no con palabras de Duarte,
patriarca del Estado dominicano, sino con las del libertador cubano,
diciendo: “Parodiando a Martí...padre de América y gloria de Cuba,
quiero decir aquí que los dominicanos no podemos vivir como la hiena
en la jaula, dándole vueltas al odio”.59 Su propuesta para corregir los
errores de la era de Trujillo fue la unidad en contra de la corrupción
y la tiranía, y no la venganza.

57
Bosch, Unfinished Experiment, 51-52, 82-83 y 107. Martin, Overtaken, 112-113. Félix Jimé-
nez, ed., ¿Comó fué el gobierno de Juan Bosch? (Santo Domingo: Editora Alfa y Omega, 1988),
63-84 y 9-22. San Miguel, Imagined Island. 98-132. Turits, Foundations of Despotism, 2, 266 y 270.
Miolán, El perredé. 103-112. Ocaña, Un hombre,110-111.
58
Miolán, El perredé. 93-96 y 157-165. Bosch: Unfinished Experiment, 3-12. Gerónimo, En el
nombre, 255-256. Charlton W. Yingling, Juan Bosch: Politics and Praxis to 1963 (tesis de Maestría,
Vanderbilt University, 2009), 105-139. Cuando Trujillo murió Bosch daba clases en Costa Rica,
como lo había hecho en Venezuela en 1959. Un estudiante suyo en la Universidad Central de
Venezuela luego menciona a Bosch como uno de los más influyentes en su obra y carrera. Este
estudiante fue Gabriel García Márquez, futuro ganador del Premio Nobel. Ver los siguientes:
Gutiérrez Félix destaca influencia, Vanguardia del Pueblo, 7; Gabriel García Márquez, Caribe
mágico, Vanguardia del Pueblo, 28 de enero, 1981, 4. Rosario Candelier, La Narrativa, 18; sobre
Gabriel García Márquez y su obra narrativa en Justo Pedro Castellanos, ed., Antología del pensa-
miento de Juan Bosch (Santo Domingo: Banco Central de la República Dominicana, 1999), 89-95.
59
Juan Bosch, Juan Bosch dijo a su llegada: ‘Hay que matar el miedo’ (Santo Domingo: Edi-
torial Montalvo, 1961).

SOCIALES 2013, ACRD


137

La visión del PRD en relación a la igualdad racial y la inclusión


étnica, la redistribución de riquezas y de tierra, la democracia y la ciu-
dadanía participativa, pulida transnacionalmente, resonó ampliamente
en su patria. La experiencia en proselitismo y organización obtenida en
el exilio ayudó a que los ex-exiliados forjaran el movimiento popular
con las bases más extensas que se habían creado hasta ese momento
en la historia dominicana. A pesar de todos los pronósticos de violen-
cia e intimidación, una sociedad civil atrofiada, y un exilio que duró
décadas, Bosch fue elegido Presidente, en una victoria aplastante. Ade-
más, el PRD ganó la mayoría de los escaños legislativos. Esto ocurrió
en diciembre de 1962, en las primeras elecciones libres después de
la era de Trujillo. Apropiadamente, cuando Bosch tomó posesión en
febrero de 1963, compartió el escenario con un reparto secundario de
jefes y exjefes de Estado provenientes de Costa Rica, Venezuela, Puerto
Rico, y Honduras.60 Los dominicanos exiliados y su proyecto de nación
transculturado fueron aceptados rotundamente en la Patria.

Conclusión
El éxito, con frecuencia mal entendido, de Bosch y del PRD en el pe-
ríodo de 1961 a 1963 se malinterpreta más cuando se desvincula de su
trayectoria formativa durante el exilio. En 1962, el PRD se enfrentó a
acusaciones de los sectores conservadores alegando que incitaba al an-
tagonismo racial con su campaña de tipo populista y con sus estridentes
discursos sobre la igualdad y la ciudadanía integral y pluriétnica. Juan
Bosch, quizás inspirado en su repertorio de explicaciones culturales
adquirido en Cuba, se refirió a estos alegatos y aplacó las tensiones
raciales percibidas cuando dijo: “...en la República Dominicana no
debía haber ni blancos ni negros sino sólo dominicanos. “...y en la Re-
pública Dominicana no se sufría la discriminación racial en la medida

60
Bosch, Unfinished Experiment, 31, 41 y 100-107. Miolán, El perredé, 225-238 y 266-268. Ian
Bell, The Dominican Republic (Boulder: Westview Press, 1981), 222-223. Piero Gleijeses, The
Dominican Crisis: The 1965 Constitutionalist Revolt and American Intervention (Baltimore: Johns
Hopkins University Press, 1978), 86. Los resultados electorales, en Jiménez, ed., ¿Cómo fué el
gobierno de Juan Bosch?, 29-35. Bosch promete defender la libertad hemisférica, La Nación, 27 de
febrero, 1963, 1. Ejecutivo lee discurso tras su juramentación, El Caribe, 28 de febrero, 1963, 10.

SOCIALES 2013, ACRD


138

en que se sufre en otras tierras....”61 Alegó solo estar informando a las


masas sobre las divisiones sociales y las injusticias que necesitaban rec-
tificación: “Era mi deber hacerlo, para provecho de las grandes masas
dominicanas del país, pues sobre la injusticia, la explotación, la igno-
rancia y el abuso no puede edificarse ni mantenerse una República de
hombres y mujeres libres”.62 Al PRD recibir acusaciones de que estaban
fomentando fisuras raciales en la sociedad dominicana, Bosch utilizó
el lenguaje más incluyente posible para crear unidad social siguiendo
las pautas de los líderes independentistas cubanos que habían dado
a los dominicanos exiliados una rica cantidad de posturas culturales.
Tal como décadas antes los independentistas cubanos habían alegado
que su lucha contra España había creado un nuevo paradigma de in-
clusión y unidad social entre los cubanos, los ex-exiliados dijeron que
las batallas en contra de Trujillo, y la creación de estos sentimientos
en contextos transculturales en el extranjero, había creado dentro de
ellos una visión de una nación dominicana más unificada y egalitaria,
tal vez incluso reflejada en parte en la realidad.63
Bosch y el PRD heredaron innumerables obstáculos, y a pesar de que
fueron derrocados en un golpe de estado reaccionario de derecha, en
septiembre del 1963, la cultura cívica dominicana ya había sido trans-
formada.64 La mayoría, marginalizada anteriormente, fue inspirada por
la apertura democrática y los principios del PRD, y continuó luchando
por la igualdad de derechos, la justicia social, la ciudadanía inclusiva
y las reformas económicas, a pesar de la renovación de la opresión y

61
Bosch, Unfinished Experiment, 87.
62
Bosch, Unfinished Experiment, 87.
63
Caroline Levander, Confederate Cuba, en Sandhya Rajendra Shukla y Heidi Tinsman,
eds., Imagining Our Americas: Toward a Transnational Frame (Durham: Duke University Press,
2007), 96.
64
Frank Moya Pons, The Dominican Republic: A National History (Princeton: Markus Wiener,
1998), 381-387. Bosch, Unfinished Experiment, 7-10 y 51-52. Miolán, El perredé, 225-238. Peter
H. Smith, Talons of the Eagle: Dynamics of U.S.-Latin American Relations (Nueva York: Oxford
University Press, 1996), 117-142. Bosch hizo una analogía sobre ser gobernante del país, di-
ciendo: Nos hemos casado con una viuda tuberculosa que tiene cáncer y 17 hijos, entre los cuales el más
sano es raquítico y tiene una pierna rota; ver Tad Szulc, After Trujillo, a Reformer with a Mission,
New York Times, 8 de septiembre, 1963, SM30 y SM114. Ironicamente, uno de los bastiones de
crítica más acérrimo anti-PRD fue el de varios cientos de exiliados cubanos en Santo Domingo,
quienes erroneamente asociaron al PRD con Castro; ver Frank Moya Pons, Manual de historia
dominicana (Santo Domingo).

SOCIALES 2013, ACRD


139

violencia por los neo-trujillistas contrarrestantes. El influyente proyecto


de nación y de identidad de los dominicanos exiliados repatriados,
totalmente madurado por las fuerzas transculturales del exilio en las
décadas precedentes, se convirtió en la fuerza progresiva socialdemó-
crata contrarrestante predominante de la República Dominicana.
Los contextos transnacionales y los procesos transculturales trans-
formaron las identidades raciales y étnicas de los dominicanos exiliados
durante el nacimiento de la izquierda dominicana. La nación domi-
nicana en evolución reveló un lugar especifico, el del exilio, como
decisivo para el proyecto de nación. El exilio a menudo se estudia de
una manera que enfatiza las discontinuidades con la patria. Debería
ser examinado, más bien, como un lugar donde se construyen comu-
nidades imaginarias transnacionalmente con el objetivo de entender
la desarticulación y la reconversión de los pueblos o naciones que exis-
ten durante los procesos de exilio y repatriación. Este lente analítico,
aplicado a estudios de casos similares en América Latina y en otras
partes del mundo, promete revelar más sobre la permutación de las
identidades del exilio, transnacionales y transculturales.

SOCIALES 2013, ACRD


Declaración
sobre población y consumo
IAP
La Red Mundial de Academias de Ciencia

Traducción: Pauline M. Kulstad, ACRD


142

IAP – La Red Mundial de Academias de Ciencia

Resumen Summary
Declaración de la IAP IAP Statement on Population and
sobre población y consumo Consumption
La IAP (la Red Mundial de las Academias The IAP, the Global Network of Science
de Ciencia) suena la alarma sobre el uso Academies, sounds the alarm with re-
descontrolado y excesivo de recursos gard to the uncontrolled and excessive
naturales por países y sectores pudientes use of natural resources by prosperous
en detrimento de la gran mayoría, o sea countries and sectors in detriment of the
de países y sectores pobres. Exhorta a los great majority, that is, of poor countries
líderes mundiales a implementar contro- and sectors. It exhorts world leaders to
les para evitar el agotamiento eminente implement controls to avoid the eminent
de los recursos. exhaustion of resources.

SOCIALES 2013, ACRD


143

Las academias de ciencia del mundo, a través de la IAP, han publicado


declaraciones conjuntas en los últimos 20 años solicitando a gobiernos
y entidades internacionales que actúen de manera decisiva en relación
a la población,2 el consumo y el desarrollo sostenible.3 Aunque se ha
progresado en algunas áreas, el reto de encontrar un camino hacia las
sostenibilidad mundial no se ha superado y las consecuencias del fraca-
so son ahora más claras y cada vez más apremiantes. Al irse preparando
los legisladores para la Cumbre de la Tierra de Río+20, la IAP reexamina
estos importantes temas, y de nuevo pide acción internacional urgente
y coordinada para abordar estos grandes retos para la humanidad.4

Los retos
El aumento en el crecimiento demográfico y el consumo insostenible
en conjunto, representan dos de los mayores desafíos que enfrenta
el mundo. La población mundial se encuentra actualmente cerca de
los 7 mil millones, y la mayoría de las proyecciones sugieren que pro-
bablemente se encuentre entre los 8 y 11 mil millones para el 2050.
La mayor parte de este incremento en la población ocurrirá en los
países de bajos ingresos. El consumo mundial está al nivel más alto
de la historia, debido en gran parte al alto consumo per cápita de los
países desarrollados. Al mismo tiempo, 1.3 mil millones de personas
continúan en un estado de pobreza absoluta, incapaces de cubrir sus
necesidades básicas.

2
Declaración de la IAP sobre el Crecimiento demográfico (1994) http://www.interacademies.
net/10878/13940.aspx.
3
Declaración de la IAP sobre la Transición a la sostenibilidad (2000), http://www.interaca-
demies.net/10878/13933.aspx.
4
Ver también la Royal Society (2012), People and the Planet. (Londres: Royal Society), junio.

SOCIALES 2013, ACRD


144

La población y los patrones de consumo deben ser de gran preo-


cupación para los legisladores, por las siguientes razones:
• Son ellos los que determinan las tasas a las cuales se explotan
los recursos naturales y la habilidad de la tierra para poder
proveer, de forma sostenible, el alimento, agua, energía y otros
recursos requeridos por sus habitantes. Los patrones actuales
de consumo, especialmente en los países de altos ingresos, están
socavando el capital natural a velocidades que están causando
daños severos a los intereses de las generaciones futuras.
• La población es un componente importante de la compleja
reunión de procesos que determinan el desarrollo económico y
social de un país. El crecimiento demográfico rápido puede ser
un obstáculo para la mejora del nivel de vida en los países pobres,
la eliminación de la pobreza y la reducción de la inequidad de
género. Si existen las condiciones adecuadas, las medidas que
a la vez reducen las tasas de fertilidad y respetan los derechos
humanos pueden estimular y facilitar el desarrollo económico,
mejorar los niveles de salud y de vida, e incrementar la estabi-
lidad política y social, al igual que la seguridad.
• Los cambios en la estructura de edad de la población pueden
ocurrir como resultado de la disminución de las tasas de nata-
lidad y mortalidad, y pueden tener importantes ramificaciones
sociales, económicas y, potencialmente, de carácter medioam-
biental. El envejecimiento de los habitantes de los países de altos
ingresos, de aquellos en muchos de los de ingresos medios y de
aquellos en algunos de los de bajos ingresos, está ocurriendo
a tasas sin precedentes en la historia, mientras que en algunos
de los otros países de bajos ingresos, la proporción de niños y
adolescentes es muy alta.
• El crecimiento demográfico puede contribuir a los movimien-
tos de personas (por ejemplo, del campo a las ciudades o entre
países). Para el 2050, se espera que el 70% de la población
mundial viva en ciudades, causando retos significantes en la
planificación y logística urbanas. Aunque la migración y la ur-
banización pueden ofrecer oportunidades para el desarrollo
económico y social, al igual que lograr el uso eficiente de los

SOCIALES 2013, ACRD


145

recursos, si estas son inesperadas y sin planificación pueden ser


perjudiciales de manera económica y política y causar serios
impactos medioambientales.
• La combinación de patrones de consumo insostenibles, espe-
cialmente en los países de altos ingresos, con el número de
personas sobre el planeta, afecta directamente la capacidad de
la tierra de sustentar su biodiversidad natural.

Enfrentando la situación
La población y el consumo son la clave del desarrollo sostenible y de
los esfuerzos para encaminar el mundo hacia el uso sostenible de sus
recursos naturales. Ambos son temas política y éticamente sensibles,
pero, por esta razón, es imprescindible no dejar que los legisladores los
dejen caer en el olvido. El mundo necesita adoptar un enfoque racio-
nal, y basado en evidencia, que aborde los problemas causados por el
crecimiento demográfico y los patrones de consumo insostenibles. Pero
este enfoque debe respetar los derechos humanos y las aspiraciones
legítimas de las personas y países de bajos ingresos, de querer mejorar
sus niveles de vida y de bienestar.
Las academias de ciencia de la IAP recomiendan que los legisladores
y los encargados de tomar decisiones a nivel nacional e internacional,
pongan en práctica medidas que:
• Garanticen que se tomen en cuenta la población y el consumo
en todas las políticas, incluyendo aquellas relacionadas a la
reducción de la pobreza y el desarrollo económico, la gerencia
global, la educación, la salud, la equidad de género, la biodi-
versidad y el medio ambiente.
• Aseguren que el consumo mundial sea sostenible; que se reduz-
can los tipos de consumo dañinos y se desarrollen alternativas
sostenibles. Es críticamente necesario adoptar medidas en los
países con los ingresos más altos. Es también urgente que hayan
opciones disponibles y que estas sean puestas en práctica en
los países menos desarrollados, con el propósito de que salgan
de la pobreza, incrementen su salud y bienestar y protejan sus
propios recursos medioambientales.

SOCIALES 2013, ACRD


146

• Fomenten estrategias de desarrollo que ayuden a reducir el


crecimiento demográfico. Los programas que promueven la
educación, sobre todo de las mujeres y niñas, deberían ser parte
fundamental de estas estrategias.
• Aseguren que todos tengan acceso a programas integrales de
salud reproductiva y planificación familiar. Esto requiere de
gran cantidad de recursos adicionales y de atención política
por parte de los gobiernos y de los donantes internacionales.
• Fomenten modelos de desarrollo que no repitan los errores
cometidos en el pasado por los que ahora son países desarro-
llados, sino que permitan que los países de bajos ingresos salten
directamente a patrones de consumo sostenibles.
• Fomenten innovaciones a partir de una “economía verde”, dise-
ñadas para incrementar el bienestar humano y a la vez reducir
sus impactos medioambientales.
• Desarrollen políticas que aprovechen al máximo las mayores
expectativas y mejoren la calidad de vida de las personas ma-
yores, para crear nuevas oportunidades para que continúen
contribuyendo a la sociedad.
• Desarrollen políticas que aprovechen al máximo los beneficios
económicos y sociales de la migración, tanto para los países
originarios como para los receptores.
• Reconozcan que el crecimiento demográfico continuo aumen-
tará la urbanización, y desarrollen e implementen políticas de
planeamiento urbano que tomen en cuenta las necesidades de
consumo y las tendencias demográficas mientras que, al mismo
tiempo, aprovechen los beneficios potenciales de la vida urbana
en materia económica, social y medioambiental.
• Utilicen el conocimiento existente de la forma más efectiva, y
den prioridad a la investigación en ciencias naturales y sociales
que proporcionarán soluciones innovadoras a los retos de la
sostenibilidad.

SOCIALES 2013, ACRD


147

La necesidad de adoptar medidas urgentes


La meta común de la Red Mundial de Academias de Ciencia continúa
siendo mejorar la calidad de vida para todos, tanto en las generaciones
actuales como en las futuras, y particularmente ayudar a construir la
base de conocimiento necesaria para poder realizar estos objetivos.
Las decisiones que se tomen sobre la población y el uso de los recur-
sos en los próximos cincuenta años, tendrán efectos que durarán siglos.
Hay una amplia gama de futuros posibles. Si actuamos ahora, es razo-
nable imaginarse trayectorias en las cuales el crecimiento demográfico
se detiene, el consumo se convierte en sustentable, el cambio mundial
provocado por los humanos se mantiene dentro de límites manejables,
y el bienestar humano incrementa. Pero si no actuamos ahora, esta-
remos enfilados hacia futuros alternativos con implicaciones severas y
potencialmente catastróficas para el bienestar humano. Mientras más
larga la demora, más radicales y difíciles serán las medidas necesarias.
A todos nos corresponde algo: a los individuos, a las organizaciones
no gubernamentales y a los sectores públicos y privados en conjunto.
Es fundamental que los legisladores nacionales e internacionales, ac-
tuando de forma individual y colectiva, tomen acción inmediata para
abordar estos temas difíciles pero vitalmente importantes.

Firmado por la IAP - La Red Mundial de Academias de Ciencia

Junio 2012

IAP - La Red Mundial de Academias de Ciencia actualmente tiene una membresía de 105 aca-
demias de ciencia de alrededor del mundo. Estas incluyen academias/instituciones nacionales
al igual que agrupaciones regionales/mundiales de científicos. Para más información, ver el
Directorio de la IAP en: http://www.interacademies.net.

SOCIALES 2013, ACRD


El patrimonio oral e
intangible
de República Dominicana

José G. Guerrero

JOSÉ G. GUERRERO es licenciado en Historia. Director del Instituto Dominicano de Investi-


gaciones Antropológicas (INDIA) de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD),
y Miembro de Número de la Academia de Ciencias.
150

José G. Guerrero

Resumen Summary
El patrimonio oral e intangible The Oral and Intangible Patrimony
de República Dominicana of the Dominican Republic
La República Dominicana tiene dos The Dominican Republic has two cultur-
expresiones culturales declaradas por la al expressions that have been declared
UNESCO Patrimonio Oral e Intangible by UNESCO as Oral and Intangible
de la Humanidad: la Cofradía ‘Congos del Heritage of Humanity: the Brotherhood
Espíritu Santo’ de Villa Mella (2001) y el of Villa Mella’s “Congos of the Holy
Teatro Danzante de los Cocolos de San Pedro Spirit” (2001) and the Dancing Theatre
de Macorís (2005). El autor coordinó los of the “Cocolos” of San Pedro de Macorís
proyectos para la grabación y difusión de (2005). The author coordinated the
las músicas de dichas expresiones por la projects for the audio and video docu-
Secretaría de Estado de Cultura. Ambos mentation of these expressions for the
conjugan complejos musicales, rituales y Ministry of Culture. Both encompass mu-
socioculturales, los cuales enfoca el autor sical, ritual, and sociocultural complexes
histórica y antropológicamente. which the author approaches historically
and anthropologically.

SOCIALES 2013, ACRD


151

La República Dominicana tiene dos expresiones culturales declaradas


por la UNESCO1 Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad: la
Cofradía del Espíritu Santo de Villa Mella, propuesto como La Cofra-
día de los Congos del Espíritu Santo de Villa Mella (SEC 2000), y lo que
denominamos El Teatro Danzante de los Cocolos de San Pedro de Macorís
(SEC 2004). Ambas conjugan complejos rituales, musicales y sociales
en los que la música presenta cuatro aspectos: oral, bailable, sagrada
y popular. Coordiné los proyectos para documentar estos dos com-
plejos culturales, cuyos resultados eran la grabación de sus músicas y
expresiones visuales, difundidos por la entonces Secretaría de Estado
de Cultura. En este ensayo trato la relación entre música y cultura en
un contexto histórico-antropológico.
República Dominicana es el único país que tiene dos expresiones
culturales reconocidas por la UNESCO, debido al hecho de que re-
gistra la mayor diversidad y mezcla racial y cultural de todo El Caribe,
desde la prehistoria y la historia colonial. Ambas expresiones tienen un
sustrato social, musical y religioso afroamericano, aunque de fuentes
diferentes. La primera es producto sincrético del catolicismo popular,
y la segunda deriva de la religión protestante y de migrantes ingleses
de las Antillas Menores. La africanía es evidente en la primera por el
nombre congos de su música y tambores, y los conceptos y expresiones
rituales de sus rituales funerarios, y en la segunda por su mote cocolo,
su relación con la Iglesia Africana Metodista Episcopal (AME) entre
otras, y el movimiento político Back to Africa, de Marcus Garvey,2 que
tenía una sucursal en San Pedro de Macorís (Guerrero 2006).

1
UNESCO es la entidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura.
2
(1887-1940) fue un editor, periodista y empresario jamaicano quien fundó la Asociación
Universal para la Mejora del Hombre Negro (UNIA, por las siglas en inglés).

SOCIALES 2013, ACRD


152

Sus músicas, grabadas en estudio y reproducidas en CD (véase SEC


2004 op. cit.) enriquecen el archivo de la etnomusicología dominicana
iniciado por Coopersmith (1949), Edna Garrido (1955), John Storm
Roberts (1972) y otros investigadores nacionales e internacionales.

El reto de los trámites ante la UNESCO


La presentación de ambas candidaturas se realizó en medio de una
transición política y nuevas autoridades culturales. La de la Cofradía
del Espíritu Santo fue más complicada porque cuando llegamos a la
subdirección del Museo del Hombre Dominicano, se había cumplido
el tiempo de entrega del expediente exigido por la UNESCO –un
documento descriptivo, un video, un CD musical, fotografías e instru-
mentos musicales–, y no se tenía experiencia por ser algo novedoso
a nivel mundial. Hasta ese entonces los patrimonios evaluados por la
UNESCO eran monumentales y naturales.
El primer problema era decidir cuál expresión debía escogerse.
Por asunto de logística, debía estar cerca de Santo Domingo y haber
sido investigada por algún antropólogo, historiador o sociólogo. La
tesis de Carlos Hernández Soto titulada Ritos funerarios en la Villa Mella
tradicional: descripción e interpretación, presentada para la licenciatura
en antropología (1995) y publicada como Morir en Villa Mella: Ritos
funerarios afrodominicanos (1996), influyó mucho en la selección como
candidatura de la Cofradía del Espíritu Santo de Villa Mella por aportar
una bibliografía, documentación por trabajo de campo, transcripcio-
nes musicales, y su marco teórico sobre los rituales funerarios como
símbolos sociales.

La Cofradía de los Congos del Espíritu Santo de Villa Mella


La Cofradía del Espíritu Santo de Villa Mella, propuesta como La
Cofradía de los Congos del Espíritu Santo de Villa Mella, constituye una de
las expresiones socioculturales de mayor trascendencia y singularidad
en el País. No sólo posee un enorme valor en la cultura tradicional y
popular, sino que también está arraigada a la historia, la geografía y
la cultura y, muy especialmente, a la comunidad de Mata Los Indios,
Villa Mella, y otras localidades en la Gran Sabana del Espíritu Santo,

SOCIALES 2013, ACRD


153

la cual cubre como medialuna el norte-oeste de la ciudad de Santo


Domingo.
La cofradía es una hermandad o confraternidad cuyos miembros
están ligados al culto del Espíritu Santo, y entre sí con lazos de parentes-
co familiar y espiritual de forma inclusiva. Se organiza jerárquicamente
y sus funciones se transmiten por herencia familiar bilineal, paterna
y materna. Sigue los esquemas de las jerarquías europeas y africanas
con un rey, un capitán y un cortejo de cófrades.
Un conjunto de músicos, hombres y mujeres, tocan instrumentos
llamados congos –un congo mayor y un conguito– además de una canoíta
y varias maracas sencillas. Se afirma que su repertorio musical consta
de veintiún toques o piezas.

El conjunto de los congos, los instrumentos que representan la voz del “santo” patrón de la Cofradía del Espíritu Santo
de Villa Mella. Aquí, los nietos de Sixto Miniel, “capitán” (director de los congos de la cofradía), se encargan de tocar
antes de la fiesta anual de promesa familiar. De izquierda a derecha: la canoíta, el conguito, el congo mayor; faltan las
maracas sencillas tocadas por las mujeres “respondones” (o sea, que cantan el coro). (Foto: Mata Los Indios, Villa
Mella; M. E. Davis 2006).

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La función socio-religiosa de la cofradía es doble: celebrar las fiestas


del Espíritu Santo y de la Virgen del Rosario, y, segundo, realizar cere-
monias funerarias de los difuntos ligados a la tradición (el último día
de la novena llamada el rezo, el cabo de año y el cabo de año a varios
años, llamado el banco). Aparte de esta función, para los cófrades toda
cofradía funcionaba como poder subalterno y complementario de la
Iglesia y el Estado. No sólo precisaba de alguna licencia oficial para
existir, sino que también vigilaba y controlaba a sus miembros y a sus
comunidades. Por eso, sus rasgos sincréticos afro-dominicanos, aunque
se alejan del patrón formal dominante, han subsistido en el tiempo.
(Véase el capítulo “Religión, esclavitud y sincretismo” en mi libro sobre
la Cofradía del Espíritu Santo de Cotuí [Guerrero 2005:135-243]).
Las normas y valores de la Cofradía de Villa Mella se transmiten
oralmente y de generación a generación, mediante un complejo ri-
tual y un sistema familiar y parentesco religioso. La Cofradía abriga
un valioso patrimonio inmaterial relativo a música, canciones, danza,
organología, ritos funerarios, oraciones, parafernalia, adornos, espa-
cios comunitarios, comida, bebida, lengua y habla, oralidad, técnicas
constructivas de instrumentos e indumentaria. El sistema de ayuda
mutua la convierte en una institución muy eficaz de integración y de
poder sociocultural.
Desarrolla su acción en parte en el área geocultural de la antigua
Sabana Grande del Espíritu Santo, designado como Villa Mella desde
1888, la cual incluye ese municipio, Sabana Perdida, Arroyo Hondo
viejo, Arroyo Manzano, La Isabela, La Victoria, Sierra Prieta y los
Botaos de Yamasá, así como sectores urbanos de Los Mina, Mendoza
y Mandinga.
La cofradía afrodominicana como fenómeno tiene una larga
historia, aunque son escasos los documentos históricos al respecto.
Cofradías del Espíritu Santo hubo en Cotuí a partir de 1531-1533 y
también en Baní en el siglo XVIII (Guerrero op. cit. 2005). El Código
Negro Carolino prohibió en 1784 el banco, ceremonia funeraria de los
negros Minas y Carabalíes, al parecer la misma con la cual la cofradía
de marras despide a sus difuntos en el quinto o séptimo año de su
muerte. Un estimado de la genealogía familiar del eje de la Cofradía
en Villa Mella, ubicado en de el paraje Mata los Indios (Sección San

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Felipe), la hace remontar a 1850. Otras cofradías y festividades del


Espíritu Santo existen en Cotuí, San Juan de la Maguana, Santa María
de San Cristóbal y Las Matas de Farfán. En algunas partes se confunde
con el culto a San Juan Bautista.
A la Cofradía de Villa Mella, instrumentos, canciones y fiestas,
se le atribuyen un origen mítico: el mismo Espíritu Santo se habría
aparecido con los instrumentos y la orden de celebrar su festividad
cerca de la iglesia de Villa Mella, dentro de la cual, desde 1926, se
hacía una danza ritual (Fradique Lizardo 1975:104). Algunos de sus
miembros le achacan vagamente un pasado africano y la relacionan
con negros cimarrones, pero podría tratarse de una “contaminación
etnográfica”, o sea, aprendida de investigadores que la visitan y des-
criben desde 1921.
El momento sagrado se desdobla por sincretismo en rituales de la
Iglesia Católica y los propios en la comunidad. También las mismas
músicas –excepto las del cumbá, que despiden al difunto en la ceremo-
nia del banco– pueden tocarse en ambientes festivos y específicos como
veladas, fiestas de santos, patronales o por encargo particular. En la
fiesta a la Virgen de la Altagracia también se tocan priprí, serenatas y
salves, músicas y cantos de tradición oral. Después de su proclamación,
la Cofradía participa a menudo en festivales de música popular, de
turismo y eventos de cultura nacional o internacional.
Recientemente, Edis Sánchez ha estudiado los materiales, procesos
y técnicas de construcción de los instrumentos musicales tradicionales
de Mata Los Indios, además de Los Morenos3 (Sección San Felipe),
Villa Mella (Sánchez 2012).

La grabación de la música de los Congos


En los días 25-26 de noviembre del 2000, como parte del expediente
exigido por la UNESCO, se grabó un CD con la música de la Cofradía
en el estudio Stereolab, mezclada por el Ingeniero de Sonido Marino

3
Sede de otra cofradía afrodominicana dedicada a la Virgen de los Dolores (“La Dolori-
ta”) que toca los Palos o tambores largos en vez de los Congos. Se trata de un enclave –cuya
música tradicional es la de la región en general– que está dentro de otro enclave más grande,
el de la Cofradía del Espíritu Santo, que toca los Congos. –Ed.

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Peña, con la producción ejecutiva de un equipo del Museo del Hom-


bre Dominicano, compuesto por mí, Carlos Andújar, Juan Rodríguez
y Edis Sánchez, quien realizó la producción musical y la transcripción
de letras.

Portada del CD y afiche para el acto en el Museo del Hombre Dominicano relacionado con la designación
del género de la cultura expresiva dominicana como Patrimonio Oral en Intangible de la Humanidad por
la UNESCO en 2001, por gestión de José G. Guerrero.

De los 10 músicos –Sixto Minier, Félix Minier, Francisco Nolasco,


Vitalina Nolasco, Victoriano Fortunato, Catalina Vinicio, Cleto Núñez,
Roberto Ferrand, Agustín Ferrand González, Rubén Santos de Paula
Minier–, dos tocaron el congo mayor, el conguito y la canoíta, siete las
maracas; tres de ellos asumieron el papel de solista y ocho formaron
el coro. Grabaron trece piezas:

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 1. Bembe yagua4 – inicia todas las ceremonias.


 2. Palo mayor – se refiere al tronco familiar y al Congo mayor que
despide al difunto.
 3. Camino Real – trayecto del difunto al “Más allá”.
 4. Calunga – la pieza más sagrada del repertorio, que se refiere al
dios de los muertos en Congo-Angola; se canta al final de cada
tercio, de los tres en que se divide una función Congo.
 5. Meménungué – dedicado al Espíritu Santo.
 6. Juan Polo – dedicado a una persona
 7. Lambe lo “reo” –se canta después de haber comido y se alaba a la
cocinera.
 8. Yaguacila – “toná” (tonada) de nombre desconocido; despide
al difunto que está solo, sin padre ni madre.
   9. Juana Priyé – dedicada a persona de ese nombre.
10. Lo’ gallo’–se refiere a los gallos que señalan el final de la noche
y la hora de la despedida.
11. Oh, Vicente – se refiere al ancestro o tronco mayor.
12. Tráeme la botella –beber en honor del difunto.
13. Pembuéchamaliné – se refiere al descanso eterno del difunto.
En la grabación, los cófrades no completaron las veintiuna can-
ciones o toques que comúnmente se citan como su repertorio.5 Este
número “mágico” europeo coincide con el de las “Veintiuna Divisio-
nes” de deidades del vodú dominicano, en el cual tampoco se identi-
fica tal número de deidades. Carlos Hernández Soto (1996:179-187)
publicó un total de veintiseis letras o toques musicales, de los cuales
cuatro introducen a los ritos (Bembe yagua, Palo mayor, Camino Real y
Calunga), cuatro se tocan durante el cumbá (Cantaron lo’ gallo’, Oh,

4
Vocablos no españoles anotados fonéticamente; podrían haber errores en transmisión y
en anotación. Por ejemplo nosotros conocemos la última pieza como Pembué yamanilé. Véase
Megenney, William, África en Santo Domingo: Su herencia lingüística. Santo Domingo. Editorial
Tiempo, 1990, sobre africanismos en el español dominicano, en que autor usó mi catálogo
de grabaciones de Villa Mella además de hacer trabajo de campo. –Ed.
5
La directora de otro grupo musical de la Cofradía de Villa Mella, vinculado más con la
contraparte en La Victoria, pudo dictarme una lista de los veintiuno. –Ed.

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Vicente, Traigan la botella y Pembué chamaliné) y los demás se interpretan


indistintamente.
De igual modo, las trece piezas grabadas se ordenaron en tres gru-
pos: las introductorias, las que se interpretan sin orden definido y las
tocadas de manera obligatoria en el cumbá al final del evento ritual.
Los números 2, 3 y 4 se tocan a los difuntos de la Cofradía, durante el
velatorio, el traslado del cortejo y en el cementerio. Los números 10,
11, 12 y 13 del cumbá se tocan rigurosamente en este mismo orden y
tres veces al final de la función. Edis Sánchez advierte que en el cumbá
se cambia el ritmo pasando de 2 por 4 a 3 por 4 (SEC 2000). General-
mente, la música popular bailable del Caribe y América se toca en 2
por 4 y la más africanizada, en 3 por 4 (véase Pérez Fernández ). Existe
una tesis que plantea que la música africana se hizo caribeña con la
binarización europea de los ritmos ternarios africanos (Pérez Fernández
1986). Muchos conjuntos de música popular latinoamericana tocan
en 2 por 4 y cambian a 3 por 4 cuando improvisan.
En el estudio de grabación, los músicos mezclaron o alargaron
algunas letras, y la música no logró el clímax típico de la celebración
tradicional. El propio capitán Sixto Minier reconoció que los toques
sufrieron cambios a través del tiempo (Hernández Soto 2000:8). Ade-
más, el solista puede improvisar haciendo cambiar la melodía según
la inspiración de los presentes. Las grabaciones en estudio –sea en
audio o vídeo–, así como las presentaciones de expresiones locales en
sitios públicos al margen de su contexto, permiten la salvaguardia y
comparten la información con el gran público. Pero producen cierta
alteración que afecta su originalidad. El peligro es que la expresión fo-
lklórica se convierta en espectáculo urbano. Se sabe que las grabaciones
audiovisuales realizadas con rigor etnomusicológico deben hacerse in
situ, sin edición ni intervención de elementos extemporáneos. Queda
pendiente un trabajo siguiendo estos cánones.
Las músicas y letras de la Cofradía despiden al cofrade difunto en
el ritual funerario sagrado, aunque también algunas de las mismas
alegran eventos festivos populares. Como advirtió Fradique Lizardo
(1975:108), usan fonemas africanos y del créole como alé, malé, bembe,
koko, calunga, meménungué, priyé, pembué chalaminé, bángala, kimandé,
kikondé, magüelo, entre otros. En muchas piezas, una primera persona

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anuncia su muerte reiterando frases como “me voy”, “adió’ mi ‘agüelito’”;


fija la hora: “al amanecer”, después que canten “lo’ gallo’”. Se marcha
“a pie” o “a caballo”, por el “Camino Real” de la muerte y con música
de palos o congos. Llama o se despide de personas como Juana Polo,
Juana Veloz, Colinó, Yacabelo, Felenina, Moreno Graciano, Yaguacila,
Juana Pembué, Antonio Bángala, Coroné, Vicente. Solicita el consuelo
y compañía de la Virgen María, San José, la Altagracia y el Espíritu
Santo. Para la despedida solitaria – “me voy…no me diga’ adió’…”, “me
voy solito”--; solicita ropa, comida, bebida y café. No falta el recuerdo
del amor de una mujer -- “Priyé, Lolita, la enamoré, morena, india; no me
llame’ ma’”-- y el agradecimiento a la cocinera por la comida: “rompe lo’
palo’, morena; chupa tu hueso, manteca” (Ver Hernández 1996; Hernández
y Sánchez 1997; SEC 2000).
La música de los congos y de los palos son diferentes, pero com-
parten cierta base común. Congos y palos son músicas diferentes con
el mismo baile (Lizardo 1975:105). Los músicos de los congos suelen
llamarse paleros puesto que al congo mayor le llaman palo mayor. El
difunto es despedido por los congos, en la pieza congo “Palo mayor”,
con las palabras “me voy…no me diga’ adió’…”. También, en los palos
se toca un palo de muerto. En la sarandunga alguien se despide con: “Yo
vengo de muy lejos; dame la mano, me voy…” (Tejeda 2010:11), y en Cotuí
la Cofradía del Espíritu Santo toca un palo banquiao (Guerrero 2005).
Es importante la identificación que hace Hernández Soto de Ca-
lunga, divinidad del Congo-Angola, del mar y de la muerte (Hoy-EFE
2010:2c) –que acompaña al difunto despedido–, con el Espíritu Santo
católico, como la muñeca carnavalesca de Brasil del mismo nombre
y la “muñeca-botella con rostro indefinido” que la cofradía coloca
en el altar y a la que dedica su pieza más sagrada (1995:50,105,114;
Hernández Soto y Sánchez 1997:302). En Santo Domingo, también se
colocan muñecas en altares vudú, en tumbas de muertos y en el bonete
de vehículos de transporte público.
La despedida final del muerto se hace con “Traigan la botella”; y en la
anterior “Oh, Vicente”, el muerto se despide “con tu magüelo”, lo que pare-
ce aludir a “guele” (boca) y semánticamente a “boucher” (embotellado).
Son muchos los elementos culturales internos y externos de la co-
fradía de los Congos que ameritan estudios sistemáticos, sobre todo

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porque la expresión está siendo afectada por factores que ponen en


peligro su integración y continuidad, incluyendo conflictos internos,
cambio cultural y generacional, y prejuicios.
La noticia de la selección por la UNESCO fue recibida de manera
positiva por la comunidad y las instituciones culturales, pero también
con cierto prejuicio. Un destacado comunicador criticó que se es-
cogiera una expresión haitiana y no dominicana, por la que la llamó
“congó” en vez de congo; “congó” suele llamarse a los haitianos recién
migrados al País, que aún no hablan español.
Hasta el momento, el Ministerio de Cultura no ha logrado aportar
los estudios y proyectos necesarios para su preservación.

El Teatro Danzante Cocolo de San Pedro de Macorís


El Teatro Danzante Cocolo de San Pedro de Macorís, otra expresión cultu-
ral dominicana, fue declarada por la UNESCO Patrimonio de la Hu-
manidad en 2005. La presentación inicial de su candidatura se hizo
durante la transición política de 2004, aunque la definitiva se hizo
posteriormente.
En diciembre de 2002, un proyecto nuestro titulado “Guloya´s Coming”
recibió el premio Ford Motors Company en Conservación y Educación
de la Herencia Cultural, el cual me permitió recopilar la bibliografía
sobre el tema, producir un video, implementar el programa “Good mor-
ning, guavaberry” con la recreación de su más importante drama danzado
llamado David and Goliat y la grabación de un CD con su música.
Antes de describir esta producción musical es necesario conocer
el contexto cultural de los llamados “cocolos” de San Pedro de Maco-
rís, mote despectivo con el cual los dominicanos denominaban a los
braceros de las islas inglesas del Caribe que vinieron a trabajar en los
ingenios azucareros a partir del 1880. La palabra es de origen africano y
apareció en el siglo XVI en Santo Domingo. Se usó contra los haitianos
a mediados del siglo XIX y contra los barloventinos a partir de 1890.
La integración socio-laboral de los “cocolos” a la cultura dominicana
a partir del 1940, permitió una acepción neutral o menos despectiva,
tal como se usa en la actualidad.
Después de la independencia y la abolición de la esclavitud de las
colonias del Caribe, el desarrollo de la industria azucarera demandó la

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importación de mano de obra extranjera de las islas inglesas, danesas,


holandesas y francesas, además de Haití. A partir de 1884, cuando los
dominicanos se negaron aceptar las condiciones de vida y salariales de
los ingenios, comenzaron a llegar los primeros “cocolos”, en su mayoría
desde Saint Kitts y Nevis, Antigua y otras islas, constituyendo la princi-
pal fuerza de trabajo azucarera a comienzos del siglo XX, mayormente
concentrada en San Pedro de Macorís y La Romana.
La cultura cocola comprende una serie de valores, normas de
conducta e instituciones que definen el comportamiento singular de
los angloparlantes, cuyos aportes al desarrollo económico y cultural
dominicano es significativo. Como tradición afro-caribeña integra ex-
presiones de los descendientes de esclavos africanos y la cultura inglesa
colonial. La africanía se expresa en sus rasgos físicos, apelativo cocolo,
pensamiento mágico, culinaria, juegos, música y danza, en tanto que
la cultura inglesa se manifiesta en la lengua, la religión, los valores y el
teatro bíblico. Al principio los cocolos se mantuvieron separados de la
cultura dominicana por elementos contrastantes: eran negros protes-
tantes que hablaban inglés en un país católico de hablaba española.
Posteriormente, se registró una integración racial y cultural con la raza
y cultura dominicanas, aunque en grados variables.
Tres instituciones básicas fundamentan su cultura: iglesias, logias
y escuelas. La religión cocola es predominantemente cristiana protes-
tante y sus iglesias son la Episcopal Dominicana, vigente desde 1897,
Moraviana, Africana Metodista Episcopal, Adventista del Séptimo Día
y la Pentecostal. Los cocolos asistían a logias y sociedades mutualistas
para socorro mutuo. La educación funcionaba a nivel escolar y del
hogar. La educación era, al principio, en inglés, y luego incluyó espa-
ñol, lo que jugó un papel positivo en la integración cultural. Otros dos
aspectos característicos de la cultura cocola son deportes y culinaria. Al
principio practicaban cricket, deporte favorito inglés, boxeo y atletismo.
Posteriormente, se dedicaron a jugar béisbol en el cual han descollado
a nivel de Grandes Ligas. En cuanto a la culinaria, el cocolo prepara
una serie de platos con harina de maíz y pescados, muy característicos,
como son el fungí, “domplines”6 con bacalao, tortas y panes, sopa de
habichuelas y el famoso guavaberry, una bebida local.

6
Pronunciación en español de dumplings o bollos de harina de trigo.

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Los cocolos fueron pioneros en el país en la lucha sindical y la


reivindicación de la africanidad. El movimiento de Marcus Garvey, ya
mencionado, el líder jamaiquino del pan- africanismo y pionero de la
lucha por los derechos de los negros en El Caribe, tuvo varias sedes en
la República Dominicana, la más importante de las cuales estaba en
San Pedro de Macorís y era llamada Black Star Line. Esta institución se
encargaba de eventos sociales, pero también servía para la organización
de las luchas políticas y gremiales. Famosa fue una marcha realizada en
1921, en pleno gobierno militar norteamericano, en protesta contra el
vicecónsul inglés, acto considerado peligroso, por lo que el movimiento
fue perseguido, aunque no dejó de tener una influencia de manera
clandestina en las organizaciones cocolas.
Los cocolos desarrollaron un arte dramático, bailes y música en sus
fiestas religiosas y sus diversiones populares, especialmente durante las
Navidades del 25 de diciembre hasta el 1º de enero. En ese tiempo
recreaban en las calles dramas, veladas y danzas sincréticas con músi-
ca y personajes de origen africano y argumentos y leyendas inglesas,
muchas de las cuales extraídas de la Biblia. Estos dramas tenían tres
objetivos: educar, divertir y promover la identidad cultural cocola. Los
diversos dramas visten trajes coloridos, adornos, fuetes y máscaras. El
conjunto instrumental está formado por bombo, redoblante, flauta y
triángulo. La música es parte esencial de los dramas y celebraciones
festivas y gana relevancia en el contrapunteo y la improvisación entre
los instrumentos, sobre todo entre la flauta y el redoblante. Los prin-
cipales temas del teatro danzante, llamado genéricamente “Mummies”7
o “Guloyas”,8 muchos actualmente desaparecidos, son: David y Goliat,
The Bulls, Three Jumbies,9 Mummies propiamente dicho, Mascarades
o Peacock Fighters y Wild Indians, entre otros.
Los dramas se realizaban en inglés, no sólo por tradición sino para
que los mensajes no pudieran ser descifrados. Muchos bailarines fue-
ron perseguidos políticamente durante la época de Trujillo por incluir
lecciones políticas consideradas críticas al régimen.

7
Pronunciación popular afro-inglés de mummers. –Ed.
8
Una corruptela de Goliath (Goliat).
9
Figuras que se asocian con la muerte a nivel caribeño.—Ed.

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163

El Teatro Popular Danzante de los Cocolos de San Pedro de Macorís: los Momís –la pronunciación en español del
término inglés mummers, pronunciado en inglés “mummies” por los ejecutantes, mayormente de ascendencia de las
islas inglesas de St. Kitts y Nevis–. Una manifestación de cultura expresiva dominicana designada en 2005 por la
UNESCO como Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad. A la izquierda figura Theophilus Chiverton (Primo), direc-
tor del grupo que presenta David y Goliat (David and Goliath), así denominado en español como los “Guloyas”. En el
centro con el sombrero alto figura Donald Henderson (Linda), director del grupo “Los indios salvajes” (Wild Indians).
Salen aquí el día de San Pedro para hacer una recolecta de limosna y alcohol. El conjunto de flauta y tambor representa
un punto de sincretismo (coincidencia) entre tradiciones británicas y de África occidental, igualmente como sus contra-
partes entre las costumbres afro-norteamericanas (fife and drum) del estado de Mississippi. (Foto: M. E. Davis 1976).

El aporte de los cocolos a la industria azucarera, al trabajo técnico y


profesional en varios campos, movimiento artístico-cultural, culinaria,
deportes, religión, lengua, arte y dramas, forma parte ya de la diver-
sidad cultural dominicana, y un elemento vital para la identidad de
San Pedro de Macorís. Sin embargo, la muerte de la mayoría de sus
miembros fundadores, la pérdida del inglés como idioma principal y
de sus tradiciones, colocan a la expresión en peligro de extinción o
de adulteración. En el 2003, con la asesoría del artista cocolo Nadal
Walcot, pude rescatar el drama danzado David y Goliat 10 el cual no se
presentaba desde 1956.

10
La obra fue un derivado de la obra de teatro “The Peace Egg: A Christmas Mumming
Play” de J. H. Ewing, publicada en Aunt Judy’s Magazine [New Series], vol. 3, págs. 155-173,
1884. –Ed.

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Grabación de la música
En el 2003, con la producción musical de Edis Sánchez, coordinamos la
grabación en Son Estudio, de un CD con 13 piezas musicales mezcladas
y masterizadas de los cocolos, con las voces de Adolfo Nadal Walcot,
Pedro Watley Heavy y Juan Felipe Simons y la música de Pedro Lake
(flauta), James Clark Black (redoblante), Héctor Giúdice (bombo) y
Fernando Romen Carter (triángulo).
El programa fue el siguiente:
1. Presentación
2. Canciones
navideñas
3. Instrumentos
musicales
4. David y Goliat
5. Indios salvajes
6. Pelea del
pajuil
7. Momís
8. Vals
9. Improvisación
10. El Buey
11. Discurso
12. Himno
Portada del CD y afiche para el acto en el Museo del Hombre Dominicano rela-
13. Sermón cionado con la designación de este género de la cultura expresiva dominicana
como Patrimonio Oral en Intangible de la Humanidad por la UNESCO en 2004, por
gestión de José G. Guerrero, que la denominó el Teatro Popular Danzante de los
Cocolos de San Pedro de Macorís.

Las letras se grabaron en el inglés coloquial cocolo y se tradujeron


al español en el texto del CD. Incluyen diálogos, presentación, lugar de
origen, descripción de la “atmósfera navideña” que es la temporada de
mayor festividad entre el 25 de diciembre y el 1 de enero de cada año,

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platos culinarios típicos, tonadas de doble sentido, “malas palabras”,


juegos de palabras, descripción de los instrumentos musicales, música y
letras de los dramas danzados como David and Goliat, The Peacock Fighter,
Momís (“Momises”) y The Bull. También realizaron la dramatización de
un discurso típico de una logia, un himno y un sermón religioso.
Todas estas características sociopolíticas, culturales y musicales fue-
ron las que permitieron que la UNESCO declarara el Teatro danzante
de los cocolos de San Pedro de Macorís, Patrimonio Oral e Intangible de
la Humanidad.

Las tareas pendientes para la salvaguardia del patrimonio


oral e intangible
Tres tareas quedan pendientes para la salvaguardia de estas manifesta-
ciones de los patrimonios orales e intangibles dominicanos –los Congos
de Villa Mella y los Cocolos de San Pedro de Macorís– en materia de
la etnomusicología:
1. Completar la descripción y transcripción de las músicas y las
letras;
2. Realizar grabaciones in situ, sin edición ni inclusión de narra-
ciones extemporáneas; y
3. Hacer un estudio etnográfico, filológico y lingüístico con base
en el creole, galicismos, arcaísmos, africanismos, inglés e inglés
criollo, para mejor entendimiento de su música y baile.

Obras citadas
Hernández Soto, Carlos
2000 “La cofradía de los congos de Villa Mella, República Dominicana”,
informe anexo a la presentación de candidatura de obra maestra
del patrimonio oral e intangible de la humanidad: la Cofradía
de los Congos del Espíritu Santo de Villa Mella. Santo Domingo.
Museo del Hombre Dominicano, Secretaría de Estado de Cultura,
diciembre, págs. 1-12.

1996 Morir en Villa Mella: ritos funerarios afrodominicanos. Santo Domingo:


Editorial CIASCA.

SOCIALES 2013, ACRD


166

Hernández Soto, Carlos y Sánchez, Edis


1997 Los congos de Villa Mella, República Dominicana. Revista de Música La-
tinoamericana Vol. 18, No. 2. University of Texas Press, págs. 297-316.

Hoy-EFE
2010 Congos de Villa Mella, herencia africana en Santo Domingo, 21
de enero, pág. 2c.

Lizardo, Fradique
1975 Danza y bailes folklóricos dominicanos. Santo Domingo: Editora
Taller.

Guerrero, José G.
2010 Prólogo: La sarandunga de Dago, en Tejeda, Dagoberto, San
Juan Bautista y la sarandunga de Baní. Santo Domingo: Editora
Mediabybe, págs. 7-11.

2006 La palabra cocolo: una africanía encubierta, en UNESCO-FLACSO,


La Ruta del esclavo. Santo Domingo: Editora Búho, págs. 409-424.

2005 Cotuí: villa, cofradía, carnaval y palos. Santo Domingo: Editora


Universitaria.

2001 La cofradía congos del Espíritu Santo de Villa Mella: patrimonio


intangible de la humanidad, en De Nuestra Cultura. Santo Domingo:
Teatro Nacional, junio, págs. 29-30.

2000 Cultura y política en los momises de San Pedro de Macorís, Boletín


Museo del Hombre Dominicano, No. 28, págs. 227-239.

Pérez Fernández, Rolando Antonio


1986 The binarización de los ritmos ternarios africanos en América Latina. La
Habana: Casa de las Américas. Premio de Musicología.

Sánchez, Edis
2012 Instrumentos musicales tradicionales de la Sabana del Espíritu Santo:
materiales, procesos y técnicas de construcción en tres localidades paradig-

SOCIALES 2013, ACRD


167

máticas. Tesis de la licenciatura en Antropología. Santo Domingo:


Universidad Autónoma de Santo Domingo.

SEC-Secretaría de Estado de Cultura, Museo del Hombre Dominicano.


2001 Presentación de candidatura de obra maestra del patrimonio
oral e intangible de la humanidad: la cofradía de los Congos del
Espíritu Santo de Villa Mella. Santo Domingo, diciembre.
2004 Solicitud de asistencia en recopilar expediente para la solicitud
nacional de “Guloya’s Coming: El rescate de la cultura cocola en
la República Dominicana” (Rescue of Cocolo Culture in the Dominican
Republic). Santo Domingo. Junio.

Otras obras recomendadas


Guerrero, José G.
2004 La palabra cocolo, Boletín Museo del Hombre Dominicano, No. 35,
págs. 17-32.

Inoa, Orlando
2005 Los cocolos en la sociedad dominicana. Santo Domingo: Editorial
Letra Gráfica.

Mota Acosta, Julio César


1977 Los cocolos en Santo Domingo. Santo Domingo: Editorial Gaviota.

Wheaton, Philip
1997 Triunfando sobre las tragedias: historia centenaria de la Iglesia Epis-
copal Dominicana: 1897-1997. Santo Domingo: Editorial Educativa
Dominicana.

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SOCIALES
Publicación de la Comisión de Ciencias Sociales
de la Academia de Ciencias de la República Dominicana

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pública Dominicana. Sus oficinas están instaladas en la calle Las Damas 112, Zona
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cia a estudios que son productos de meses o años de investigación. Deben prefe-
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Los trabajos deben tener una introducción o antecedentes del problema,
precisiones metodológicas, resultados, las conclusiones explícitas y las citas y
referencias bibliográficas correspondientes, debidamente indicadas.
Al pie de la primera página del trabajo el autor o los autores deben consig-
nar una frase que sintetice su disciplina, formación y cargo actual. Todo artículo
deberá ser acompañado por un resumen de unas 70 palabras.
Los títulos de los trabajos deben ser breves, concisos y descriptivos, preferi-
blemente resumidos en no más de 15 palabras. Cada parte del manuscrito debe
ser subtitulado.
Todo artículo entregado para consideración será evaluado anónimamente por
miembro(s) del Consejo Editorial u otro experto elegido por el/la directora/a
de la Revista si fuese necesario. Es responsabilidad de el/la director/a aceptar o
rechazar, así como recomendar cualquier modificación a los trabajos que recibe.

Estilo y lenguaje
Los artículos pueden tener un estilo y secuencia libre en la forma de presentarse.
Pero deben redactarse en un estilo impersonal, objetivo, claro, preciso y breve,
evitando la pomposidad y el lirismo. La organización seguirá un orden lógico,
sin redundancias.
Se usará como referencia el Diccionario de la Real Academia de la Lengua
Española para todo lo relacionado con ortografía, la separación de sílabas y
abreviaciones.

Ilustraciones
Las ilustraciones se entregarán listas para impresión y deberán estar profesional-
mente confeccionadas, debidamente tituladas, numeradas y que se expliquen
por sí mismas. Las letras, números y símbolos deben ser claros y uniformes en
todas las ilustraciones. Las fotografías deben ser escaneadas en una resolución
de por lo menos 300 dpi y estar acompañadas por una hoja con los pies de fotos.
Cada uno se enumerará con números arábicos en forma consecutiva siguien-
do el orden en que se citan por vez primera en el texto. Debe tener un título
breve que concuerde con el título del trabajo y se explique por sí mismo. Los
signos o símbolos incluidos serán claramente explicados al pie de los cuadros. En
el texto es recomendable citar los gráficos o ilustraciones entre corchetes al final
del párrafo u oración que hace mención de su contenido. Ejemplo: [Cuadro 1].

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