Tomo I Nutricion en Pediatria Completo
Tomo I Nutricion en Pediatria Completo
Tomo I Nutricion en Pediatria Completo
junta directiva
Presidente
Vicente Pérez Dávila
Directores
Leonor Giménez de Mendoza
Alfredo Guinand Baldó
Edgard Abreu Olivo
José Rafael Fermín Muñoz
Juan Alberto Seijas Arteaga
María del Carmen Cabaleiro Moure
Consejo Asesor
José María Bengoa
Mercedes Pulido de Briceño
Mercedes López de Blanco
Marlene Fossi
María del Rosario Méndez
Ignacio Ávalos G.
Yolanda Hernández de Valera
Luis Pedro España
Fernando Giuliani
Martín Villalobos
Gerente General
Carmen Elena Brito Timauri
Gerente de Administración
y Servicios Compartidos
Aureana Fariñas Ascanio
Gerente de Salud
Elizabeth Dini Golding
Gerente de Desarrollo Comunitario
Zulay Alarcón Luengo
Gerente Psicosocial
Jacqueline Gaslonde Betancourt
Gerente de Gestión del Conocimiento
Omaira Pláceres de Martínez
Coordinadora de Servicios
de Alimentación
Emeris López de Martínez
Coordinadora de Comunicaciones
Mariela Martín Paisano
Coordinadora de Información
de Salud
Yolanda Goncalves
Nutrición
en Pediatría
Tomo I
Centro de Atención Nutricional Infantil Antímano
Nutrición en pediatría / Centro de Atención Nutricional Infantil
Antímano. -- 2ª ed. ampl. -- Caracas : Empresas Polar : Cania, 2009.
ISBN: 978-980-6529-10-6
D.L.: lf4842009363383
1. Niños – Nutrición – Venezuela. 2. Niños – Nutrición – Venezuela–
Aspectos sociales. 3. Niños – Enfermedades – Venezuela – Aspectos
nutricionales. I. Título.
641.10987
C397
Comité Editorial
Gladys Henríquez Pérez
Elizabeth Dini Golding
Ilustración Esta obra se produjo durante
Andreina Cedeño la gestión del siguiente
Gisela Henríquez de Silva equipo directivo de CANIA
En resumen, esta nueva edición constituye una obra de referencia para todos
los profesionales de la salud: médicos, nutricionistas, trabajadores sociales,
psicólogos y estudiantes de pre y posgrado que asumen el reto de mejorar la
condición nutricional de niños y adolescentes en su práctica diaria, bien sea
en situación ambulatoria u hospitalaria; una vez más, constituye un esfuerzo
por sistematizar la atención nutricional en Pediatría y su éxito estará signado
por la utilidad que proporcionará a quien consulte sus páginas.
Con el desarrollo y difusión de esta obra, el Centro de Atención Nutricional
Infantil Antímano corrobora su compromiso, desde una perspectiva inter-
disciplinaria y holística, con el desarrollo humano, a través de la atención
nutricional de calidad a los pacientes, razón de ser de la institución,
y con el desarrollo social del país, contribuyendo con este insumo práctico
al fortalecimiento profesional e institucional en el marco de la salud
nutricional venezolana.
agradecimiento
Tomo I
prólogo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . IX
prefacio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . XI
agradecimiento. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . XIII
capítulo 9
capítulo 21
Obesidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 563
Vivian Nakary Núñez de Sansón, Yusmely Margot Rojas Martínez
y Zulema Zarzalejo de Bellorín
capítulo 23
Dislipidemia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 601
Vivian Nakary Núñez de Sansón, Ana María Pérez Cisneros
e Ingrid Rached Sosa de Paoli
capítulo 24
Tomo II
capítulo 28
capítulo 32
Fenilcetonuria. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1177
Mariana Ysabela Mariño Elizondo y Zulema Zarzalejo
de Bellorín
índice XIX
APÉNDICES
GENERALIDADES
Fuente: de Recalde, F. Política alimentaria y nutricional. Modificado por: Henriquez-Pérez G., 1997.
útiles, si se tiene una idea clara de sus ventajas y sus limitaciones. La efectivi-
dad del uso de los indicadores dependerá de que la selección y el análisis de los
mismos, se haga en el contexto de las etapas evolutivas de la enfermedad y con
una cabal comprensión de lo que refleja cada indicador (Figuras 1.2 y 1.3).
Resumiendo, es importante identificar precozmente la presencia de estas
patologías, o el riesgo de las mismas, para abordarlas con una visión integral,
con el fin de tomar las medidas requeridas para impedir o minimizar el impacto
negativo de esta situación en el futuro desarrollo del niño, a nivel individual y
del país, a nivel poblacional.
6
Figura 1.2 Períodos evolutivos de la desnutrición.
nutrición en pediatría
Fuente: Amador M, Hermelo M. Rev. Cub. Ped. 1983; 55:715-24. Modificado por Izaguirre-Espinoza I. 1991.
8 nutrición en pediatría
OBJETIVOS
evaluación inicial :
Debido a su etiología multifactorial y el carácter evo-
lutivo, los diversos métodos aplicados en la identificación del estado nutricio-
nal, se pueden clasificar en:
• Métodos subjetivos.
• Métodos objetivos.
evaluación funcional :
Todos los métodos deben ser aplicados para obte-
ner el diagnóstico definitivo del estado nutricional, de acuerdo con el esquema
metodológico denominado Diagnóstico Nutricional Integral.
Métodos subjetivos
Son aquellos que permiten reconocer la existencia del riesgo de malnu-
trición, definida ésta como: aquella situación en la cual existen en el paciente
evaluado y su entorno, características, circunstanciales o no, que constituyen
factores condicionantes o determinantes de alteraciones nutricionales por
déficit o exceso.
Los métodos subjetivos no cuantifican la magnitud del problema nutricio-
nal pero sí permiten, establecer categorías en el nivel de riesgo de malnutrición
en el individuo. Para esto se utilizan las señales o indicadores de riesgo en las
cuatro grandes áreas que engloban los factores causales de desnutrición en los
niños. Estas áreas son:
• Socioeconómica.
• Dietética.
capítulo 1 9
• Psicológica.
• Biomédica.
Es importante destacar que la frecuencia e importancia de sus efectos
sobre el deterioro del estado nutricional son variables, en función de las carac-
terísticas culturales, educativas, económicas, hábitos, conductas alimentarias
y dinámica familiar, así como también del nivel de aprovechamiento biológico
de los nutrientes en los individuos. De allí que el perfil para evaluar el riesgo de
desnutrición de un individuo y su ponderación, se realice aplicando modelos
que reflejan esta situación en el ambiente de donde provengan los niños eva-
luados.
Los métodos subjetivos incluyen:
• Evaluación psicosocial.
• Evaluación dietética.
• Evaluación clínica.
Evaluación psicosocial
Permite identificar la existencia de riesgo no orgánico de desnutrición,
al detectar aquellos factores socioeconómicos y psicológicos que impiden la
cobertura de los requerimientos nutricionales del niño, debido a que limitan el
acceso a los alimentos, introducen alteraciones en su ingesta o interfieren en la
utilización de los mismos.
Permiten también ponderar los niveles de dicho riesgo. En condiciones
óptimas la evaluación debe ser hecha por trabajadores sociales y psicólogos
respectivamente, de allí la importancia de la integración de estos profesionales
al equipo de salud que atiende esta problemática. En los Capítulos 4 y 5, y en los
Apéndices 1A y 1B se detalla esta metodología.
Evaluación dietética
Tiene como finalidad:
• Realizar un diagnóstico dietético completo que incluye: hábitos, conductas
alimentarias y apetito.
• Identificar la existencia de riesgo dietético de malnutrición, al detectar
aquellos factores alimentarios que impiden al niño cubrir los requerimien-
tos nutricionales, debido a un suministro total o una distribución porcen-
tual inadecuados de nutrientes.
• Categorizar la magnitud de dicho riesgo.
10 nutrición en pediatría
Evaluación clínica
Incluye el interrogatorio médico y el examen físico.
Interrogatorio
En la malnutrición por déficit está dirigido a identificar la existencia de
condiciones que implique riesgo biomédico de desnutrición, como son: ante-
cedentes de prematuridad o peso bajo al nacer; presencia de condiciones que
alteran el aprovechamiento biológico de los nutrientes, bien sea por pérdida
de nutrientes, como en los cuadros de diarrea y vómitos; por dispersión de
nutrientes o incremento de los requerimientos, como en patologías oncológicas
o infecciosas respectivamente; o por incapacidad de la célula para utilizar los
nutrientes, como en las enfermedades metabólicas (Apéndice 1C ).
En la malnutrición por exceso, es importante precisar la edad de inicio del
problema y la presencia de posibles situaciones desencadenantes del mismo,
como son: separaciones, mudanzas, etc. Se debe investigar el peso al nacer, el
patrón de ganancia de peso y talla, los hábitos de actividad física y reposo, la
ingestión de medicamentos identificados como vinculados con el incremento
de la ingesta, como son: esteroides, ciproheptadina, ketotifeno, entre otras.11
En los antecedentes familiares se debe investigar la presencia de obesidad
o enfermedades degenerativas crónicas (EDCNT) y también se deben explorar
las características de maduración en los ascendientes, hasta 2 generaciones
previas, ya que la maduración temprana es un factor de riesgo de obesidad.12
Examen físico
En la malnutrición por déficit tiene tres objetivos:
1. Identificar el tipo de desnutrición según el cuadro clínico: puede ser maras-
mática o edematosa. Diferenciarlas es importante por las consecuencias
funcionales que se producen, dependiendo del tipo de desnutrición, en par-
ticular si se trata de desnutrición hospitalaria, que se instala generalmen-
te en forma brusca, lo cual impide una respuesta adaptativa por parte del
organismo.
Se recomienda aplicar la clasificación de McLaren y col.13 o la de la OMS14
en los pacientes ambulatorios, según el grado de desnutrición, y la de But-
terworth y col.15 en pacientes hospitalizados (Cuadros 1.1−1.3).
Grupo 1: Signos de reconocida Grupo 2: Signos que necesitan Grupo 3: Signos que no guardan
Área utilidad en las encuestas una investigación mas detenida. relación con la nutrición.
Examinada nutriológicas.
Encías Encías esponjosas y sangrientas. Atrofia gingival. Piorrea.
Glándulas Agrandamiento del tiroides. Ginecomastia. Agrandamiento alérgico o inflamatorio
Agrandamiento de las parótidas. del tiroides o de las parótidas.
Piel Xerosis. Dermatosis en mosaico. Ictiosis.
Hiperqueratosis folicular: tipos 1 y 2. Engrosamiento y pigmentación de Erupciones acneiformes.
Petequias. los puntos sensibles a la presión. Miliaria.
Dermatosis pelagrosa. Lesiones intertriginosas. Epidermofitosis.
Dermatosis en forma de pintura Quemadura solar.
cuarteada. Dermatosis oncocercal.
Dermatosis escrotal y vulvar.
Uñas Coiloniquia. Uñas estriadas y quebradizas.
Sistema Atrofia muscular. Escápula alada. Tórax en embudo.
nutrición en pediatría
Muscular y Craneotabes.
Esquelético Protuberancias frontales y parietales.
Agrandamiento epifisario (doloroso
o indoloro).
Nódulos costales.
Fontanela anterior persistente.
Piernas en X o en O.
Deformaciones esqueléticas difusas
o locales.
Deformaciones torácicas
Hemorragias músculo-esqueléticas.
Fuente: Jelliffe DB. Evaluación del Estado Nutricional de la Comunidad. OMS. 1968.
capítulo 1 13
Datos de laboratorio
Albúmina (g/dL) Proteínas totales (g/dL) Puntos
Menor de 1 menor de 3,25 7
1,00 a 1,49 3,25 a 3,99 6
1,50 a 1,99 4,00 a 4,74 5
2,00 a 2,49 4,75 a 5,49 4
2,50 a 2,99 5,50 a 6,24 3
3,00 a 3,49 6,25 a 6,99 2
3,50 a 3,99 7,00 a 7,74 1
Igual o mayor de 4 Igual o mayor de 7,75 0
Clasificación
Marasmo: 0 a 3 puntos.
Marasmo-Kwashiorkor: 4 a 8 puntos.
Kwashiorkor: 9 a 15 puntos.
Fuente: McLaren y col. Lancet. 1967; 533 − 35.
14 nutrición en pediatría
(TP + TM) – DS
Niñas = —
——————— = Punto medio del PG (PMPG).
2
PMPG ± 9 cm = Límites superior e inferior del PG.
TM = Talla madre.
TP = Talla padre.
DS = Valor de referencia en cm del dimorfismo sexual en la población
(Cuadro 1.4).
(TM + DS) + TP
Niños = ———————— ± 10 cm
2
(TP – DS) + TM
Niñas = —
——————— ± 9 cm
2
2. Aplicación del método gráfico
Cuando falta la talla de uno de los padres, ésta se puede sustituir por la me-
dia de talla a los 18 años del valor de referencia. En Venezuela de acuerdo a
los resultados de algunas investigaciones se recomienda, cuando se trata
de comunidades urbano marginales, utilizar la media de talla de los estra-
tos IV y V del Proyecto Venezuela, para el cálculo del potencial genético
(Cuadro 1.4).
16 nutrición en pediatría
Métodos objetivos
Se fundamentan en la determinación de variables biológicas: antropomé-
tricas y/o bioquímicas, a fin de cuantificar la intensidad del problema.
Son indispensables para decidir la modalidad de terapia nutricional y eva-
luar progresivamente la efectividad de la intervención nutricional.
Estos métodos incluyen: evaluación antropométrica y bioquímica.
Evaluación antropométrica
Consiste en la obtención de una serie de mediciones, tanto de dimensiones
generales del cuerpo, peso y talla entre otras, como de algunos compartimien-
tos corporales: masa magra, masa grasa. Estas mediciones al ser relaciona-
das con otras variables como edad, sexo y talla, permiten la construcción de
indicadores o índices que pueden ser aplicados para cuantificar y clasificar las
variaciones del estado nutricional.2
Los indicadores antropométricos, aún con algunas limitaciones, son herra-
mientas muy efectivas e insustituibles para el tamizaje y los diagnósticos pre-
suntivo y definitivo del estado nutricional, según los distintos niveles de aten-
ción donde se apliquen.4
Las principales ventajas para su uso son el ser técnicas sencillas, económi-
cas y sus resultados pueden proporcionar muy buenos niveles de sensibilidad,
especificidad y valor predictivo, si se tienen en cuenta los factores que condi-
cionan variaciones o errores en el diagnóstico.18
Entre los factores que condicionan variaciones o errores en el diagnóstico
se encuentran los siguientes:
• Error de medición. Siempre se debe estar cuidando que las condiciones
requeridas para las mediciones como son (vejiga vacía, no ingestión previa
de alimentos, edema, etc.) se cumplan. La precisión de la medición depen-
de en gran parte de la aplicación correcta de la técnica de medición y de la
calibración periódica de los equipos. 2,18
• Indicador seleccionado.
• Valores de referencia utilizados para la interpretación de los indicadores.
• Puntos de corte del indicador empleados para definir “normalidad”.
Variables
Las variables más utilizadas en antropometría nutricional son:
• Edad Cronológica (EC), años y meses; o edad cronológica decimal (ECD).
18 nutrición en pediatría
• Peso (P) g.
• Talla (T) cm.
• Circunferencias: circunferencia cefálica (CC) cm; circunferencia media del
brazo (CMB) cm; circunferencia de cintura (CCint) cm; circunferencia de
cadera (CCd) cm; circunferencia del muslo (proximal) (CM) cm.
• Pliegues subcutáneos: pliegue tricipital (PTr) mm y pliegue subescapular
(PSE) mm.
No se considerarán las técnicas, ya que estas aparecen bien descritas en
diversas publicaciones.19,20
Peso (P)
Es el indicador más usado en las diferentes edades, tanto para medir dete-
rioro, como para evaluar la rehabilitación nutricional.
Debe medirse en lactantes, de la siguientes manera: sin pañal, en escalas
con rango de medición de 10 g; y en niños sin ropa, solo se debe permitir una
bata muy liviana en escala con rango de medición de 100 g.
En ambientes hospitalarios la medición de peso se debería efectuar a la
misma hora, en ayunas y preferiblemente luego de efectuadas la micción y
la defecación. El vaciamiento irregular del contenido intestinal, puede ser la
causa de fluctuaciones diarias del peso, además puede verse afectado por la
presencia de edema, deshidratación, hidrocefalia considerable, visceromegalia
importante, tumores grandes, amputación de algún miembro y atrofia mus-
cular significativa. Así como en pacientes con un tercer espacio, lo cual tiene
especial importancia en pacientes con trauma o cirugía abdominal, y por la
presencia de yesos o estabilizadores.2,21
capítulo 1 19
Talla (T)
Pliegues subcutáneos
La determinación de éstos es un método práctico, no invasivo, muy efecti-
vo para medir grasa corporal total, debido a la muy buena correlación entre los
capítulo 1 21
Indicadores
Los indicadores derivados de estas variables, se agrupan según reflejen
dimensiones corporales globales o permitan una aproximación a ciertos com-
partimientos corporales. Así tenemos:
trición por déficit, como por exceso; siendo interesante que este resultado fue
similar para PT.35
El indicador es independiente de la talla y debido a su alta correlación con
mediciones directas de la grasa corporal total, se considera que refleja ésta con
bastante precisión. Se le ha denominado indicador de adiposidad, porque en
individuos de la misma talla, las variaciones del indicador dependerán funda-
mentalmente de la grasa corporal, mientras que las variaciones en masa magra
son despreciables.36
Existen numerosos trabajos, tanto de validación del indicador como de
seguimiento a largo plazo de los valores del mismo, que demuestran su eficacia
para el diagnóstico de la malnutrición, en particular del sobrepeso y la obesi-
dad. Además se ha demostrado que el patrón de IMC a través del tiempo, es un
buen predictor de obesidad en la vida adulta, ya que los niños con el nadir de
Fuente: Hernández VY, Arenas O, Henríquez-Pérez G. An. Venez. Nutr. 1993; 6:30-41
capítulo 1 25
IMC y la ganancia posterior de peso antes de los 7 años, presentan mayor aso-
ciación con pliegues subcutáneos y PT elevado a los 21 años.37
Numerosas investigaciones han señalado que en la etapa puberal, el IMC
está afectado por los cambios de composición corporal propios de este periodo
y han reportado que, mientras mantiene su efectividad en identificar indivi-
duos delgados, pierde efectividad para identificar aquellos con sobrepeso por
alta adiposidad. Por lo anterior se llegó a plantear el desarrollo de valores de
referencia, que consideran los diferentes estadios de maduración sexual, ade-
más de la edad. Sin embargo Taylor RW y col., en un estudio en el que participa-
ron 385 niños y adolescentes, demostraron que la categorización del IMC según
edad y estadios de maduración sexual, no mejora la eficacia del indicador de-
sagregado sólo por edad.38
Aunque la nueva referencia de la OMS33 da valores desde la etapa de recién
nacido, la mayoría de las recomendaciones sugieren su uso desde los 2 años de
edad.
Circunferencia Media de Brazo-Edad (CMB-E)
Es la relación que existe entre la circunferencia del brazo obtenida en un
individuo determinado y la referencia para su misma edad y sexo. Su utilización
en el diagnóstico de la malnutrición es más ventajosa en los casos de déficit, ya
que su disminución implica agotamiento de las reservas calóricas, proteicas o
ambas. No es tan útil en el diagnóstico de malnutrición por exceso, ya que el
aumento del valor del indicador, puede deberse exclusivamente a un predomi-
nio de músculo.
Su principal ventaja reside en que es una medida fácil, rápida, económica
y de gran precisión. Aunque su efectividad en el diagnóstico de la desnutrición
fue muy cuestionada, se ha demostrado que se debía a la utilización de puntos
de corte, que no son los más adecuados para comparar nuestra población, como
son los de Shakir.39 Su utilización, aplicando valores de referencia apropiados
y puntos de corte ajustados, mejora mucho la efectividad del indicador, y esto
último permite cuantificar la desnutrición.40 Es el indicador ideal para el tami-
zaje de la desnutrición en atención primaria.
Circunferencia Cefálica-Edad (CC-E)
Este indicador se obtiene de relacionar la circunferencia cefálica del niño,
con los valores de referencia para la misma edad y sexo. Tiene verdadera impor-
tancia en niños menores de tres años. Es considerado un indicador que refleja
desnutrición de larga evolución, pero también es importante recordar que alte-
26 nutrición en pediatría
Valores de referencia
Durante muchos años fueron motivo de discusión, las ventajas y desventa-
jas del uso de valores de referencia internacionales, versus nacionales, así como
el uso de estándares o patrones (diseño prescriptivo), que describen los rangos
ideales para la comparación de cómo deben crecer los niños. Son estudios que
incluyen individuos saludables, bien nutridos, en los cuales se han cumplido las
recomendaciones adecuadas para un buen estado de salud y nutrición, versus
el uso de valores de referencia (diseño descriptivo), en los cuales una mues-
tra representativa de la población total de niños, son procesados y analizados
para describir diferentes indicadores, relacionados con el estado nutricional y
el crecimiento en ese momento.
capítulo 1 29
1. El primero con base en cada uno de los indicadores globales: PE, PT, TE e
IMC-E. Usando para cada uno las referencias: OMS 1978;48 OMS 2006;33 Pro-
yecto Venezuela51 y Estudio Transversal de Caracas.52
2. El segundo con base en el diagnóstico definitivo, aplicando el diagnóstico
nutricional integral, que consideraba los aspectos antropométricos, el exa-
men físico y los datos obtenidos del interrogatorio médico. El interrogatorio
incluía la exploración de aspectos dietéticos básicos, como lactancia mater-
na, uso de fórmulas, apetito, tipo de alimentos consumidos, conductas ali-
mentarias. Estos diagnósticos fueron hechos por una pediatra entrenada y
estandarizada en la evaluación de signos físicos de desnutrición.
Criterios de clasificación
Se denominan también puntos de corte y son los que permiten la interpre-
tación de la condición de normalidad o no del indicador analizado, con el fin de
hacer la categorización del estado nutricional del paciente evaluado. En el caso
de los indicadores antropométricos, estos son determinados por tres diferen-
tes métodos: estadísticos, basados en riesgo y prescriptivos.
Aunque la fundamentación teórica, filosófica y técnica para cada uno son
muy diferentes, el modelo conceptual de las implicaciones de cada uno en su
aplicación a nivel poblacional o individual, es el mismo. Por otra parte, además
de las consideraciones técnicas también se deben hacer consideraciones socia-
capítulo 1 33
les respecto a este punto, con relación a los beneficios, costos y consecuencias
del diagnóstico derivado del punto de corte seleccionado.66,67
Debido a su influencia en la clasificación nutricional, es muy importante
aplicar aquel criterio que identifique de manera más efectiva el problema. La dis-
ponibilidad de los percentiles 1, 3, 5, 15, 25, 50, 75, 85, 95, 97 y 99 en las tablas de
la nueva referencia OMS, permitirá una categorización más exacta de los casos
en función de los percentiles extremos. Nos referimos solo a puntos de corte con
base en percentiles, por ser los de uso corriente en la práctica clínica.
Con fines prácticos, hasta tener resultados definitivos en base al mismo
análisis señalado antes, respecto a los criterios de clasificación, se sugieren
como puntos de corte a usar con los indicadores PE, PT, IMC-E, CMB-E, aque-
llos que en función de consideraciones estadísticas, aunque arbitrarias, corres-
ponden a rangos determinados por las medidas de dispersión que segmentan
medidas de las colas de la distribución de la variable, en las referencias usual-
mente aplicadas en el país; hasta disponer del análisis de efectividad, de los
diversos puntos de corte para su aplicación de uso habitual.
Basados en lo anterior se recomienda, hasta tener los resultados definitivos,
los siguientes criterios de clasificación para uso clínico, recordando siempre
que un sólo criterio antropométrico no puede ser la base de un diagnós-tico a
partir del cual se implemente una intervención, la antropometría, es sólo una
herramienta diagnóstica más. Debe haber un análisis integral del mismo y ade-
más dinámico, si se está evaluando el crecimiento, para evitar errores diagnós-
ticos.
Con relación a la interpretación del IMC para diagnóstico, son muchos los
puntos de corte sugeridos. La OMS en 1995 propuso en mayores de 11 años, los
siguientes puntos de corte:
Riesgo de sobrepeso: ≥ percentil 85.
Obesidad: ≥ percentil 95.
Riesgo de mortalidad: > 30 kg/cm2.
Cuadro 1.5 Puntos de corte internacionales de sobrepeso y obesidad, según IMC (P / T2)
para sexos masculino y femenino.
IMC 25 kg/m2 IMC 30 kg/m2
Edad Varones Hembras Varones Hembras
2 18,41 18,02 20,09 19,81
2,5 18,13 17,76 19,80 19,55
3 17,89 17,56 19,57 19,36
3,5 17,69 17,40 19,39 19,23
4 17,55 17,28 19,29 19,15
4,5 17,47 17,19 19,26 19,12
5 17,42 17,15 19,30 19,17
5,5 17,45 17,20 19,47 19,34
6 17,55 17,34 19,78 19,65
6,5 17,71 17,53 20,23 20,08
7 17,92 17,75 20,63 20,51
7,5 18,16 18,03 21,09 21,01
8 18,44 18,35 21,60 21,57
8,5 18,76 18,69 22,17 22,18
9 19,10 19,07 22,77 22,81
9,5 19,46 19,45 23,39 23,46
10 19,84 19,86 24,00 24,11
10,5 20,20 20,29 24,57 24,77
11 20,55 20,74 25,10 25,42
11,5 20,89 21,20 25,58 26,05
12 21,22 21,68 26,02 26,67
12,5 21,56 22,14 26,43 27,24
13 21,91 22,58 26,84 27,76
13,5 22,27 22,98 27,25 28,20
14 22,62 22,34 27,63 28,57
14,5 22,96 23,66 27,98 28,87
15 23,29 23,94 28,30 29,11
15,5 23,60 24,17 28,60 29,29
16 23,90 24,37 28,88 29,43
16,5 24,19 24,54 29,14 29,56
17 24,46 24,70 29,41 29,69
17,5 24,73 24,85 29,70 29,84
18 25,00 25,00 30,00 30,00
Fuente: Cole TJ, Bellizzi MC,Flegal KM and Dietz WH. BMJ. 2000;320:1 − 6
38 nutrición en pediatría
Pliegues subcutáneos
Con las referencias descriptivas un pliegue cutáneo bajo la norma, se pue-
de definir como todo valor ubicado en o por debajo del percentil 10; mientras
que, un pliegue sobre la norma, se puede definir como todo valor ubicado en o
por encima del percentil 90. Con la referencia OMS 2006, de manera arbitraria,
se pudiera considerar Normal: > p15 a ≤ p85.
Un valor de pliegue (especialmente el tricipital) bajo la norma, es indicati-
vo de una baja reserva calórica. Todo valor igual o por debajo del percentil 3 de
capítulo 1 39
la referencia, puede ser interpretado como una muy baja reserva calórica. En
ambos, casos el diagnóstico nutricional integral es el que puede establecer la
causa final de esta situación, bien sea nutricional, constitucional o un resultado
falso positivo.
Evaluación bioquímica
Objetivos
• Identificar situaciones de déficit o exceso en el periodo prepatógénico de la
enfermedad.
• Confirmar cuantitativamente una deficiencia nutricional específica, sospe-
chada con base en la evaluación clínica.
• Realizar el monitoreo nutricional.
• El monitoreo nutricional
A pesar de la utilidad del monitoreo nutricional, muchos de los métodos
existentes no se han podido integrar a la evaluación de rutina del estado nutri-
cional, debido a las siguientes razones:
• Los niveles de nutrientes en plasma, suero o en orina, no siempre son refle-
jo fiel del estado nutricional de los mismos a nivel tisular; bien sea porque
los niveles circulantes constituyen solo una parte del pool verdadero del
40 nutrición en pediatría
Tipos de pruebas
• Determinaciones puntuales de nutrientes en diferentes muestras biológi-
cas. Ejemplos: glicemia, calcio y fósforo.
• Determinaciones de metabolitos de nutrientes en sangre u orina. Ejemplo:
N-metilnicotinamida.
• Test funcionales que incluyen:
- Medición de la actividad enzimática: fosfatasa alcalina y glutationreduc-
tasa.
- Determinación de metabolitos anormales: homocisteína y ácido xantu-
rénico.
- Determinación de productos de nutrientes bajo estudio: aminoácidos y
ácidos grasos.
• Test de saturación o sobrecarga: transferrina, vitamina C y tiamina.74
NR = NI - (NU + NH + NPI).
NR = Nitrógeno retenido.
NI = Nitrógeno ingerido.
NU = Nitrógeno urinario
NH = Nitrógeno en heces.
NPI = Pérdidas insensibles.
Retinol en plasma a las 5h – Retinol en plasma 0h x 100
DDR (%) = ——————————————————————————
Retinol en plasma a las 5h
Interpretación:
• Valores normales: < 14%.
• Déficit marginal: 14% − 20%.
Concentración de ésteres de retinol en suero.
Se usa para diagnóstico de toxicidad por vitamina A, requiere que la toma
de la muestra sea en ayunas.
Valores normales: < 5%.
Valores alterados en hepatopatías.
Concentración de carotenos en suero.
No refleja estado nutricional de la vitamina A, cuando la fuente de vitami-
na es de origen animal.
El método más adecuado actualmente para la determinación de la vitami-
na A, al igual que las otras vitaminas, es la cromatografía líquida de alta den-
sidad (HPLC), debido a que es una técnica simple, rápida, muy poco invasiva y
apropiada en niños, ya que se requieren pequeñas cantidades de suero.
Vitamina D
Concentración sérica de 25 OH-D.
Es el más utilizado, refleja depósitos a nivel hepático.
Desventaja: los puntos de corte para déficit no están definitivamente esta-
blecidos. Generalmente concentraciones menores de 3,0 ng/mL de 25,0 OH-D
se han asociado a signos clínicos de déficit de vitamina D. Niveles en el rango
marginal, 3 ng/mL – 10 ng/mL deben ser interpretados con cautela. La determi-
nación se hace por HPLC que es único método capaz de separar las vitaminas
D2 y D3 de otros matabolitos.
Entre los factores que alteran los resultados están: nivel de exposición a
rayos solares, latitud, edad, sexo y uso prolongado de anticonvulsionantes, esto
son: difenilhidatoina, fenobarbital.
Métodos indirectos: fosfatasa alcalina, Ca y P séricos. Son los más utiliza-
dos en la práctica clínica.74
Vitamina E
Concentración sérica de tocoferol.
Es el método más utilizado. Entre los factores que alteran los resultados
están: edad, estado fisiológico, método de análisis, alta correlación con colesterol
y lípidos totales, de allí que se considere que una relación de 0,6 mg de vitamina E
48 nutrición en pediatría
por cada gramo de lípido, refleja un estado nutricional adecuado de dicha vitami-
na. Por último el rango de valores normales es muy amplio (Cuadro 1.6).
Vitamina B12
Concentración de vitamina B12 en suero.
La vitamina B12 en suero es un test bioquímico que se debe realizar de ruti-
na cuando se quiere conocer el estado de esta vitamina y refleja el contenido
de la misma en el hígado. Cuando los niveles séricos de vitamina B12 son muy
bajos, esto es:
< 100 pg/mL a 80 pg/mL; 74 pmol/L a 59 pmol/L
la mayoría de las veces son indicativos de deficiencia de dicha vitamina y en
tales niveles la función bioquímica esta afectada.
desventaja : en pacientes con enfermedades mieloproliferativas y enfer-
medad hepática severa, la concentración sérica de vitamina B12 puede estar
normal o elevada, acompañada de una concentración baja de la misma a nivel
de los tejidos. El índice más precoz de deficiencia de vitamina B12 es una reduc-
ción del porcentaje de saturación de la transcobalamina. En niños con des-
órdenes hereditarios del transporte o del metabolismo de la vitamina B12, la
concentración sérica de la misma es normal.74
Evaluación de minerales
Calcio (Ca)
El déficit de calcio o hipocalcemia se debe a las siguientes causas:
• Ingesta disminuida.
• Absorción inadecuada de vitamina D
• Contenido fibra.
• Edad.
• Mala absorción de grasas.
• Hepatopatías.
• Trastornos de metabolismo del calcio, como en el hipoparatiroidismo.
• Insuficiencia renal crónica.
• Tubulopatías renales.
• Hipercalciurias e hipoalbuminemia.
La deficiencia clínica de calcio se manifiesta cuando los valores son < 2,5
mg/dL
El exceso de calcio o hipercalcemia se debe a las siguientes causas:
• Hiperparatiroidismo.
• Inmovilización y toxicidad a las vitaminas A y D.
Concentración de Ca sérico.
Estos valores nunca se deben interpretar en forma aislada, sino en conjun-
to con los valores de fósforo sérico, fosfatasa alcalina y con el cuadro clínico. En
la hipocalcemia: descartar además de raquitismo nutricional, hipomagnese-
mia, hipoparatiroidismo, raquitismo renal, entre otras patologías.
52 nutrición en pediatría
Factores que alteran los resultados: edad y sexo, embarazo, así como fac-
tores inherentes a la toma y procesamiento de la muestra. También se debe
tomar en cuenta la intoxicación por vitamina D que produce hipercalcemia.
desventajas: no se puede utilizar como índice de estado de Ca por el con-
trol homeostático de este mineral.
Concentración Ca sérico ionizado.
Es la forma activa del calcio.
Factores que alteran los resultados son: niveles altos de Mg y Na; niveles
de albúmina y factores inherentes a la toma y procesamiento de la muestra.
Fósforo (P)
Las causas del déficit de fósforo o hipofosfatemia son:
Dietéticas: debido a disminución de la ingesta, mala absorción, por inges-
tión crónica de antiácidos con Al.
• Defectos metabólicos: raquitismo, hiperparatiroidismo.
• Defectos genéticos hereditarios en la filtración o reabsorción tubular
renal.
El exceso de fósforo o hiperfosfatemia es causado por:
• Hipervitaminosis D.
• Hipoparatiroidismo.
• Insuficiencia renal crónica.
Concentración de fósforo sérico.
La edad, las estaciones, las alteraciones del calcio y el empleo de insulina
alteran sus valores.74
Magnesio (Mg)
La deficiencia de magnesio se debe a las siguientes causas:
• Ingesta deficiente.
• Mal absorción.
• Diarrea.
• Alcoholismo.
• Uso de diuréticos.
El exceso de magnesio es causado por:
• El uso crónico de antiácidos o laxantes con Mg.
• La insuficiencia renal crónica.
• Nutrición parenteral
El exceso de magnesio está presente entre 25% y 75% de los diabéticos.
capítulo 1 53
Evaluación imagenológica
El objetivo de las pruebas imagenológicas es evaluar de forma indirecta
los efectos del desbalance nutricional en el tejido óseo, la masa ósea, los tejidos
graso y libre de grasa o magro.
Incluye técnicas muy conocidas y de uso convencional, como la radiografía
capítulo 1 55
(Ancho cortical izquierda + Ancho cortical derecha)
r = ————————————————————————————
Ancho total diáfisis
El valor normal 0,48 ± 0,09 (18 meses – adulto).
2. En el segundo metacarpiano la medida del espacio cortical, se calcula de la
diferencia entre el ancho total en la parte media del hueso y el ancho de la
cavidad medular; el resultado se lleva a una tabla percentilar.80
Pseudofracturas
En el raquitismo grave, puede haber pseudofracturas, evidenciadas como
sombras alargadas y delgadas que nacen del periostio; estas pseudofracturas
se deben al tejido osteoide mal calcificado y fracturas en tallo verde.79
En la anemia ferropénica y en la anemia crónica se observa engrosamiento
trabecular en el cráneo y la pelvis.
Signos de escorbuto
Apariencia de vidrio deslustrado por desmineralización difusa, con des-
aparición de las trabéculas. Atrofia de la cortical (corticales adelgazadas) y de
la esponjosa, y en la zona de calcificación en los extremos epifisiarios hacia la
diáfisis, se observan líneas o bandas transversas profundas de menor densidad
llamadas, líneas blancas del escorbuto o zona de Fränkel.
Cambios característicos en la metáfisis como una zona de rarefacción proxi-
mal a la línea metafisiaria densa y una zona de calcificación provisional que se
extiende lateralmente como espolones. Se observan separaciones epifisiarias
parciales en el hueso atrófico y alrededor de las epífisis un anillo cortical (anillo
de Winberger), de mayor densidad de calcificación provisional, signo importan-
te de la enfermedad. Se puede presentar hemorragia subperióstica a nivel de la
diáfisis de los huesos largos, que luego se calcifica y se observa delimitado por
una línea blanca gruesa.79,81,82
Signos de déficit de cobre
Muy parecidos a los del escorbuto: adelgazamiento de la cortical, pérdida
de las trabéculas y de su arquitectura en la matriz orgánica, extremo de la
metáfisis con forma de copa y deshilachada. Pueden presentarse microfractu-
ras. Todo esto es debido a la pérdida de los puentes cruzados entre las fibras del
colágeno, donde se depositan micronutrientes como el cobre y la vitamina C.
Rx tórax
Cuando hay déficit de tiamina, observado en desnutridos graves, se obser-
va cardiomegalia y derrame pleural si hay insuficiencia cardiaca. En casos
menos graves, cardiomegalia con aumento de las arterias pulmonares y vasos
arteriales.
capítulo 1 57
nido mineral; algunas de estas patologías son: mal absorción intestinal crónica
(enfermedad celíaca, fibrosis quística, etc.); ingesta de esteroides, nefropatías
crónicas, hepatopatías.
Evaluación funcional
Consiste en la aplicación de pruebas basadas en una respuesta fisiológica
o de conducta, que dependa de un nutriente(s) determinado(s). El objetivo
es diagnosticar más precozmente la desnutrición marginal o subclínica. Los
indicadores utilizados constituyen indicadores funcionales o dinámicos del estado
nutricional”. 86
Velocidad de crecimiento41
Uno de los indicadores más importantes para evaluar la dinámica del cre-
cimiento es la velocidad de crecimiento en peso y talla. Su medición permi-
tirá cuantificar la magnitud de eventos de desaceleración o aceleración en la
ganancia de talla y peso. Es representada en las gráficas de distancia, como
desviaciones de la horizontalidad, la caída o la elevación de la propia curva
del peso o de la talla del sujeto, dada por diversas razones constitucionales o
patológicas.
La velocidad de crecimiento, permite obtener el aumento en centímetros
y el aumento en kilogramos, que ha presentado un individuo a cualquier edad,
capítulo 1 59
edad. En el centro de una línea continua, cerrada por dos barras, que deben
corresponder a los extremos del intervalo de tiempo analizado. Se grafican
en negro.
Maduración sexual
Consiste en determinar el grado de desarrollo de los caracteres sexuales
secundarios: glándulas mamaria, genitales externos masculinos o femeninos,
vello pubiano, vello axilar y constatar la edad de la menarquía. Para la eva-
luación de dichos caracteres se utiliza la clasificación por estadios de Tanner,
presentada a continuación:
Desarrollo de las glándulas mamarias
• Estadio 1 (GM1): pre-adolescente, elevación de la papila.
• Estadio 2 (GM2): elevación discreta de la papila y de la glándula mamaria,
la areola aumenta de tamaño.
• Estadio 3 (GM3): aumento del crecimiento de la papila y de la glándula
mamaria, la areola aumenta de tamaño.
• Estadio 4 (GM4): proyección de la papila y de la areola, las cuales forman
una elevación secundaria por encima del nivel del seno.
• Estadio 5 (GM5): proyección de la papila solamente, la areola se retrae y
queda a nivel del seno; estadio adulto.
Desarrollo de los genitales (varones)
• Estadio 1 (G1): pre-adolescente, testículos, escroto y pene en estadio in-
fantil.
• Estadio 2 (G2): comienzan a crecer los testículos y el escroto. La piel del
escroto se oscurece y se vuelve rugosa.
• Estadio 3 (G3): comienza a crecer el pene en longitud. Continúa el creci-
miento de testículos y escroto.
• Estadio 4 (G4): continúa el crecimiento del pene; ahora en grosor, además
de longitud continúa el crecimiento de testículos y escroto.
• Estadio 5 (G5): los genitales tienen tamaño y forma adulta.
Desarrollo del vello pubiano
• Estadio 1 (VP1): pre-adolescente no hay vello pubiano.
• Estadio 2 (VP2): aparición de escaso vello, poco pigmentado, liso o leve-
mente crespo en la base del pene o a los lados de los labios mayores.
• Estadio 3 (VP3): vello más pigmentado, crespo o grueso.
• Estadio 4 (VP4): la distribución del vello es de tipo adulto, pero no cubre la
parte interna de los muslos.
62 nutrición en pediatría
Maduración ósea
Consiste en la evaluación de la velocidad de osificación del esqueleto. El
crecimiento esquelético y la maduración ósea, tienen una alta heredabilidad,
sin embargo, puede ser afectada por factores ambientales, como son: estado
nutricional, patologías asociadas, altura e incluso factores alimentarios.
Su evaluación es de gran importancia, no solo para la orientación etioló-
gica de los casos con talla baja, sino también para el diseño de intervenciones
capítulo 1 63
de dos años, analizada por el método TW2 y TW3 en mayores de dos (2) años,
y el método SHS (Sánchez E, Hernández M y Sobradillo B) en menores de dos
(2) años.
La interpretación se hace en base a la distribución percentilar de las pun-
tuaciones correspondientes para la edad y sexo de desarrollo óseo para 20
huesos. Según los valores de referencia, se usa el método TW2 y TW3 de la
siguiente manera:
• maduradores promedio : cuando las puntuaciones señaladas se ubican
por encima del percentil 10, y en o por debajo del percentil 90, de los
valores de referencia.
• maduradores tempranos: cuando las puntuaciones señaladas se ubi-
can por encima del percentil 90, de los valores de referencia.
• maduradores tardíos : cuando las puntuaciones señaladas se ubican en
o por debajo del percentil 10, de los valores de referencia.
Atención terciaria
A este nivel se debe hacer un diagnóstico exhaustivo del estado nutricio-
nal en todo paciente atendido, de acuerdo con la metodología del diagnóstico
nutricional integral, que incluye la aplicación de los métodos subjetivos, objeti-
vos y la evaluación funcional del estado nutricional.
Con esta metodología el estado nutricional se clasifica en rangos, los cua-
les se presentan a continuación.
Criterios diagnósticos
Desnutrición actual
• Con talla normal.
PE: puede quedar ubicado dentro de los rangos de normalidad, zona crítica
o de desnutrición de los valores de referencia de la OMS.
PT: en el percentil 10 o por debajo de los valores de referencia de la OMS.
TE: por encima del percentil 10 de los valores de referencia de la OMS.
• Con talla baja o talla normal baja.
PE: el valor ubicado en o por debajo del percentil 10 de los valores de refe-
rencia de la OMS, siempre se considera un falso positivo, si el peso para la
talla es normal.
PT: en o por debajo del percentil 10 del patrón de referencia de la OMS.
TE: siempre ubicado en o por debajo del percentil 3 del patrón de referen-
cia de la OMS, en los casos de talla baja. Por encima del percentil 3 y a nivel
del percentil 10, si se trata de talla normal baja y una vez que la evaluación
integral hubiese demostrado una etiología no nutricional.
• Con talla alta o talla normal alta.
PE: el valor ubicado en el rango de la normalidad siempre se considera un fal-
so negativo, si el peso para la talla se ubica en o por debajo del percentil 10.
PT: a nivel o por debajo del percentil 10 del indicador, para los valores de
referencia de la OMS.
TE: siempre a nivel del percentil 97 o por encima de éste, en casos de talla
alta. Por debajo y en el percentil 97 y por encima del percentil 90, si se trata
de talla normal alta.
En los casos de desnutrición actual se debe cuantificar la magnitud de la
desnutrición. Será clasificada en: leve, moderada y severa, según los puntos de
corte de los valores de referencia de la OMS, señaladas en la interpretación de
los indicadores de PE y PT.
Por último, la desnutrición actual debe ser clasificada, desde el punto de
vista clínico en: marasmo, formas intermedias y desnutrición edematosa o
kwashiorkor.
Desnutrición crónica
Los criterios utilizados para incluir a un paciente en esta categoría son
los señalados, por Amador M. y col.9,10 Dentro de esta categoría se conside-
ran dos modalidades o circunstancias: desnutrición crónica compensada u ho-
meorrexis y desnutrición crónica descompensada o global.
68 nutrición en pediatría
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74 nutrición en pediatría
INTRODUCCIÓN
CONCEPTOS BÁSICOS
Nomenclatura
Edad
En la evaluación de recién nacidos, en particular si se trata de prematu-
ros, se utilizan diversos tipos de edad por ello la importancia de su diferencia-
ción para un uso adecuado.
Métodos clínicos
Estimación obstétrica prenatal
Para ello se han aplicado la obtención de algunas manifestaciones duran-
te la gestación, como son:
• La percepción de los primeros movimientos fetales, que ocurren entre las
16 y 18 semanas.
• La detección de los latidos cardíacos con estetoscopio, a las 20 semanas.
• La medición de la altura uterina durante el examen físico de la madre.11
Estimación pediátrica
Se efectúa después que el niño nace, en las siguientes 48 horas al parto y
comprende:
1. La evaluación de las características externas. Los métodos tradicionales
usados son los de Farr y Usher.15,16
2. La evaluación de los signos neurológicos. Se usa el método de Amiel Tison,
aunque tienen la desventaja de no poderse aplicar en recién nacidos con
patología asociada; además se requiere un ambiente tranquilo, óptimas con-
diciones del niño y personal entrenado.17
3. Sistemas de puntajes que combinan características físicas externas y valo-
ración neurológica. Algunos de los métodos usados son los de Dubowitz,
Ballard y Capurro.18-20
Debido a que en nuestro país el método más utilizado es el de Capurro,
consideramos importante señalar que generalmente es aplicado sin estanda-
rización previa de los pediatras en este método, lo que de por sí ya condiciona
un factor de error.
Adicionalmente, lo señalado por otros autores, con relación a que este
método subestima la EG en el rango de edad de 37 semanas y menos; y lo
sobreestima en el rango mayor de 42 semanas, de manera estadísticamente
significativa con relación a la EG calculada por fecha de última regla (FUR);
también ha sido corroborado en nuestro país.21
Lo anterior, cobra mayor importancia ante el señalamiento de algunas
investigaciones con relación a que el mejor estimador de la EG es la FUR, “si
ésta se conoce con certeza”.
Para el cálculo de la EG según FUR es preferible aplicar el método de
Battaglia que considera la EG tomando en cuenta la semana más próxima.
ejemplo: 40 semanas + 3 días = 40 semanas.
40 sem + 4 días = 41 semanas.22
78 nutrición en pediatría
Métodos ecosonográficos
Consisten en la predicción de la EG por ecuaciones de regresión, desa-
rrolladas a partir de algunas dimensiones fetales como son: longitud coronal-
talonar (LCT), diámetro biparietal (DBP) y circunferencia abdominal.
El inconveniente de estos métodos es que su error de predicción es varia-
ble (±4,6 − 11 días) y su utilidad como predictor de la edad gestacional dismi-
nuye entre las semanas 26 y 30.24
Estos métodos para determinar la EG son costosos, presentan dificultades
en relación a su sensibilidad, especificidad y valor predictivo, por lo cual, los
métodos más utilizados para el cálculo de la EG son los de estimación clí-
nica obstétricos y pediátricos, señalados antes. De allí la importancia de un
entrenamiento y estandarización adecuadas, para una mayor precisión en la
estimación.25
Una vez calculada la EG aplicando cualquiera de los métodos señalados,
según los elementos disponibles, se procede a clasificar al recién nacido por la
EG. Sin embargo, el cálculo más exacto de la EG se obtiene cuando se combi-
nan, ultrasonido durante el embarazo y la FUR.26
Edad post-concepcional
Es la edad en semanas a partir del momento de la concepción. No se debe
emplear.
Evaluación antropométrica
Variables
Tanto las variables como las técnicas de medición aplicadas son las mis-
mas utilizadas en la evaluación antropométrica en general, sin embargo hare-
mos algunas consideraciones para su determinación en este grupo de edad:
• peso: Se debe cuantificar con el recién nacido (RN) desnudo, sin pañal,
preferiblemente a una hora fija y en balanzas electrónicas calibradas con
regularidad. Se debe garantizar que tanto los miembros superiores como
inferiores estén completamente dentro de la balanza. En casos de la uti-
lización de equipos típicos del área de cuidados intensivos neonatales,
como los equipos de ventilación asistida, se debe conocer el peso de los
mismos para restarlo del peso total. En caso de RN de peso muy bajo para
EG (PMBEG) o peso extremadamente bajo para EG (PEBEG), lo ideal son
las escalas incorporadas a las incubadoras.
• talla: Debe ser medida con 2 observadores: una persona sostiene al niño
en decúbito supino, manteniendo la cabeza en posición perpendicular a
la superficie sobre la que se mide, adherida al tope superior del equipo; la
otra persona sostiene al niño con las rodillas y los pies bien extendidos,
haciendo un ángulo de noventa grados (90º) con la superficie horizontal,
perfectamente pegados al tope inferior del equipo. Se deben usar escalas
rígidas para mayor exactitud.
• circunferencia cefálica: La primera medición debe ser hecha cuando no
exista moldeamiento cefálico y siempre dentro de las primeras 72 horas
80 nutrición en pediatría
de vida. Se debe cuidar que la cinta métrica, no metálica, pase a nivel del
punto más prominente en la región occipital y a nivel de los arcos ciliares
en la región frontal, apretando bien, especialmente en recién nacidos con
cabello abundante.
• circunferencia media del brazo: Se debe garantizar que no exista edema
en el brazo o antebrazo, de preferencia el izquierdo. La cinta métrica flexi-
ble debe quedar bien adherida, sin apretar y vigilando que esté al mismo
nivel en todos los puntos. Esta cinta métrica debe ser calibrada regular-
mente contra una cinta metálica.
• pliegues subcutáneos: Los más utilizados son el tricipital (Ptr) y el sub-
escapular (PSE); deben ser medidos por personal entrenado y estandari-
zado con controles de calidad periódicos para disminuir el error de medi-
ción. En este grupo de edad es preferible utilizar el calibrador de pliegues
de Lange® (Cambridge Scientific Industries Inc.) de más fácil manipula-
ción, con precisión de 0,1 mm.
Indicadores antropométricos
Tradicionales
A partir de los trabajos de Gruenwald 28 y Lubchenco (1963)29 fundamen-
talmente, quienes presentaron patrones de crecimiento intrauterino en recién
nacidos caucásicos y los relacionaron con la edad gestacional (EG), se empezó
a establecer lo apropiado del peso con respecto a la edad gestacional para eva-
luar a los recién nacidos.
Aunque actualmente se está empleando también la relación peso al nacer,
la cual consiste en la relación entre el peso real respecto al peso ideal al nacer,
estimado éste, a partir de múltiples mediciones biométricas fetales30, interpre-
tada como sigue:
• Normal: 0,90.
• Restricción de crecimiento leve: > 0,75 < 0,90.
• Restricción de crecimiento severa:< 0,75.
En la práctica clínica pediátrica lo usual es la aplicación del indicador
Peso para EG (P-EG), interpretado aplicando valores de referencia basados
en EG.
Puntos de corte para la normalidad: > percentil 10 hasta ≤ percentil 90.
La clasificación del estado nutricional del recién nacido, sólo en base al peso
para edad gestacional, ha presentado a través del tiempo varias dificultades.
capítulo 2 81
De proporcionalidad
A partir de la relación de las variables talla y circunferencia cefálica, con
la EG, se obtienen los indicadores talla para EG (T-EG) y circunferencia cefá-
lica para edad (CC-E). Ellos diferencian dos tipos de recién nacidos con carac-
terísticas de crecimiento diferentes: los PEG, que corresponden a variantes
normales de crecimiento prenatal y los verdaderos casos de RCIU. Además
orientan sobre el probable momento de inicio de la alteración; su potencial
etiología, así como un pronóstico con relación al crecimiento y desarrollo.
Tipos de proporcionalidad:
• tipo 1 o simétrico: El peso, la talla y la circunferencia cefálica para la EG
están en o por debajo del percentil 10, o puede presentar compromiso solo
del peso y la talla. Corresponde a detenciones del crecimiento que se inician
antes de las 30 semanas de gestación, causando distress fetal crónico. Se
producen generalmente por causas primarias de detención del crecimien-
to, entre las cuales se encuentran: infecciones virales, cromosopatías y toxi-
nas. Otras causas pueden ser la insuficiencia útero placentaria, solo cuando
es grave; la hipertensión arterial severa precoz y el tabaquismo intenso.
• tipo 2 o asimétrico: El peso para la EG está en o por debajo del percentil
82 nutrición en pediatría
Funcionales
La existencia de niveles de desnutrición no detectables por los indicado-
res tradicionales, unido a la prevención de las complicaciones de los recién
nacidos con PBEG (para lo cual es necesario la detección precoz de alteracio-
nes en el estado nutricional), ha condicionado que otros autores hayan incor-
porado posteriormente a la evaluación antropométrica del recién nacido, indi-
cadores mixtos y de composición corporal, que reflejan con más antelación el
deterioro de las reservas energéticas y proteicas del feto, a fin de mejorar el
diagnóstico.
Entre los indicadores, llamados por algunos autores “indicadores funcio-
nales” 32, se encuentran:
1. Índice ponderal o Índice pondoestatural (IP) Se calcula aplicando la si-
guiente fórmula:
Peso (g) x 100
IP = —————————
Talla (cm 3)
Es considerado también como un indicador de proporcionalidad.
Investigaciones a nivel nacional, demuestran que resulta ser un indicador
efectivo en el diagnóstico precoz de alteraciones por déficit del estado nutri-
cional. En el cálculo del IP se usan valores de referencia para sexo y edad
gestacional provenientes del mismo grupo de estudio, y no los puntos de
corte establecidos inicialmente por Lubchenco33, que consideraba en cual-
quier edad gestacional y para ambos sexos, las siguientes categorías:
• Delgado: < 2,32
• Normal: 2,32 - 2,85
• Obeso: > 2,85
Existen en el país distribuciones percentilares de este indicador, de 37 a 42
semanas de EG para cada sexo (ver Apéndice 3C); es muy útil en la detección de
alteraciones incipientes o leves del estado nutricional.
Existen actualmente publicaciones que consideran que el indicador Peso
para la Talla debería ser el más adecuado para la evaluación de RNAT, ya
capítulo 2 83
De composición corporal
Existen publicaciones que enfatizan la importancia del efecto de facto-
res como, peso al nacer, edad gestacional, sexo y paridad materna, sobre la
composición corporal37 y de allí la necesidad de evaluarla; sin embargo, hay
escasez de valores de referencia para las variables e índices que la reflejan a
nivel internacional.38,39
En el país se dispone de valores de referencia para pliegues subcutáneos,
esto son: tricipital, subescapular y suprailíaco, así como para áreas grasa y
muscular del brazo, para ambos sexos, de 37 a 42 semanas de EG.40
Las dificultades técnicas relacionadas con la determinación de las varia-
bles requeridas, unido a la ausencia de trabajos que analicen la efectividad de
estos indicadores en la clasificación nutricional de los recién nacidos, condi-
cionan que los indicadores de Composición corporal aún no se puedan utilizar
en forma rutinaria, para la evaluación nutricional.
Otros métodos como la bioimpedancia, la pletismografía por desplaza-
miento de aire y la conductividad eléctrica corporal total (TOBEC, siglas en
inglés), no se usan con fines clínicos, solo de investigación, debido a su com-
plejidad y altos costos.
Valores de referencia
El acierto o error en el diagnóstico antropométrico inicial del recién naci-
do, no va a depender exclusivamente del cálculo exacto de la EG, sino que
estará influenciado por los valores de referencia que se apliquen para catego-
84 nutrición en pediatría
rizar su condición, ya que los mismos están afectados por factores metodoló-
gicos. Estos factores son:
• Inexactitudes en la EG.
• Pesos al nacer biológicamente inverosímiles.
• Número insuficiente de sujetos en las edades gestacionales bajas.
• Muestras basadas en poblaciones hospitalarias con mayor riesgo de sesgo.
• Problemas debidos a condiciones propias y específicas de la muestra con la
cual se construye la referencia, que no deben ser generalizadas. Algunas
de estas condiciones pueden ser: el estrato socioeconómico y particulari-
dades geográficas, como por ejemplo, la altitud.
Por último, también se debe considerar que algunas de las referencias aún
en uso, tienen varias décadas de existencia y sus valores pudieran no ser los
más adecuados para los rangos de peso de los niños nacidos actualmente.41
Igualmente, estos valores de referencia están afectados por variables
fisiológicas, que están asociadas significativamente al peso al nacer (PN).
Algunas de estas variables son: sexo, raza, paridad, orden de nacimiento, peso
y talla maternos. Incluso, algunos autores consideran que pueden estar afecta-
dos por la talla paterna, aunque con un peso relativamente menor.42
Por otra parte, los avances en biometría sonográfica en Obstetricia, han
producido valores de referencia que permiten definir prospectivamente el cre-
cimiento subnormal en útero.43,44 Todo lo anterior ha generado que desde la
década de los noventa, la discusión del uso de valores de referencia antropo-
métricos en RN transitara, del uso de valores poblacionales internacionales vs
los locales, hacia valores poblacionales vs valores individualizados; respecto a
ciertas variables que permitan establecer el crecimiento óptimo del producto
de un embarazo en particular, y por tanto identificar con exactitud el creci-
miento subóptimo.
Sin embargo, no existe en la actualidad evidencia suficiente sobre la supe-
rioridad de un enfoque respecto al otro, con el fin de mejorar el pronóstico y el
manejo de los RN.31
A continuación se revisarán los diferentes valores y referencias para indi-
cadores antropométricos, considerando sus fortalezas y debilidades.
CLASIFICACIÓN NUTRICIONAL
Es de hacer notar que con frecuencia los términos peso bajo para edad
gestacional y retardo de crecimiento intrauterino (RCIU), son utilizados como
sinónimos; sin embargo, el primero se refiere sólo al tamaño del recién nacido
en ese momento, mientras que el RCIU implica “disminución de la velocidad de
crecimiento en el feto, documentada por al menos 2 evaluaciones de crecimien-
to intrauterino“.65
Existe una limitación fundamental en definir compromiso del crecimiento,
con base en valores de referencia de peso específicos para edad gestacional, ya
que no todos los RN pequeños tienen un déficit de crecimiento que implica “fra-
caso en lograr el potencial genético de crecimiento correspondiente, durante la
90 nutrición en pediatría
vida fetal”, sino que pudiera tratarse de recién nacidos pequeños constitucio-
nalmente. Por otra parte, los casos con compromiso intrauterino pueden cursar
con PAEG.31
Los términos más utilizados en la denominación de situaciones subópti-
mas de crecimiento en RN son:
• Restricción de crecimiento fetal (FGR, siglas en inglés).
• Restricción de crecimiento intrauterino (IUGR, siglas en inglés).
• Retardo de crecimiento intrauterino.
Con la recomendación de limitar el uso de los dos primeros a la evaluación
prenatal del crecimiento, y en la evaluación postnatal, considerarlos pequeños
para edad gestacional (PEG), hasta corroborar su etiología, sin que exista en
los actuales momentos alguna técnica diagnóstica, incluyendo el doppler fetal,
con evidencia convincente respecto a su utilidad para identificar el compromi-
so en el crecimiento fetal.31
Evaluación bioquímica
Las variables bioquímicas y los indicadores utilizados en general, también
son los mismos empleados en otros momentos del ciclo vital, sin embargo la
interpretación adecuada de estos indicadores, en este grupo de edad, requiere
tener presentes diversos factores que pueden afectar los resultados o su inter-
pretación. Algunos de estos factores son:66
• El efecto de confusión que tiene la edad cronológica en la interpretación de
parámetros de laboratorio, ya que los procesos de desarrollo y maduración no
están asociados estrictamente a dicha edad; de allí la importancia de hacer
la interpretación en función de la edad biológica, en particular los primeros
6 meses de vida. También se debe tener en cuenta la contribución de la inma-
durez de órganos y sistemas (en particular en casos de prematuridad), en la
explicación de las diferencias considerables que se registran en la concen-
tración de hormonas, proteínas y enzimas entre otros, en comparación con
distintos grupos de edad. A pesar de su importancia, la mayoría de los labo-
ratorios no dan referencias que incluyan estos intervalos de edad.
• Condiciones de recolección de la muestra. La falta de personal entrenado y
con experticia en las técnicas de recolección, en particular de sangre capi-
lar, pueden alterar la calidad de la muestra; apretar en exceso puede oca-
sionar hemólisis, que condiciona falsos valores elevados de elementos intra-
celulares como: potasio, magnesio, fosfato y deshidrogenasa láctica.
capítulo 2 91
En relación con el uso de las proteínas séricas como indicadores del estado
nutricional, es importante conocer que los valores de estas en sangre de cor-
dón, están significativamente correlacionadas con los obtenidos en el recién
nacido, tanto en los a término, como en los pretérmino con peso muy bajo al
nacer. De esta forma la determinación de estas proteínas en sangre del cordón,
refleja precozmente el estado nutricional del recién nacido, lo cual tendría las
ventajas de permitir una intervención nutricional oportuna, efectiva y evitar
un procedimiento traumático en los recién nacidos.73,74
Adicionalmente, Raubenstine et al73 demostraron que el valor absoluto de
la masa proteica sérica, MPS, (SPM siglas en inglés), es más efectiva que la con-
centración de proteína sérica para la interpretación de los resultados. Esto se
debe a las grandes diferencias en el volumen sanguíneo de los neonatos, rela-
cionadas directamente con el peso, y resulta mas acentuado en prematuros,
debido a la gran fluctuación del volumen de líquidos en los distintos comparti-
mientos corporales, durante las primeras semanas de vida.
Para calcular la MPS se aplica la siguiente fórmula:
Evaluación clínica
En el interrogatorio es muy importante definir la edad materna, antece-
dentes de
PBEG, prematuridad, intervalo intergenésico y hábitos, entre los cuales
destacan: tabaco, alcohol, drogas y medicamentos. Igualmente se debe desta-
car la presencia de patologías asociadas, como son: cardiopatías, nefropatías,
enfermedades inmunológicas, etc; o complicaciones del embarazo, como: pree-
clampsia, eclampsia, hemorragias, etc.
El examen físico debe abarcar una revisión cuidadosa de la placenta para
identificar la presencia o no de calcificaciones, inserción velamentosa de cor-
dón y arteria umbilical única. En el recién nacido se deben buscar signos físicos
de madurez o hipoxía, y evaluación del estado de las reservas calóricas protei-
cas, en base al método CANSCORE (Figura 2.2). 77
Este método, diseñado para la evaluación nutricional de RNAT, fue pro-
bado en un grupo de 70 prematuros con EG entre 29 y 38 semanas, resultando
una alta correlación con los indicadores PEG, IP y CMB; y baja correlación con
la T y la CC; así como una alta sensibilidad (95%) y baja especificidad (50%).
Según los autores, corresponde a signos de depleción de las reservas proteico-
energéticas, aunque los indicadores de crecimiento sean adecuados.78
También se deben detectar malformaciones menores o mayores, como vis-
ceromegalia e ictericia, lo que permite la orientación etiológica de los casos de
RCIU.
Figura 2.1 Evaluación clínica del estado nutricional del recién nacido a término
(CANSCORE).
4 3 2 1
Cabello 4 - Cantidad abundante, suave, sedoso, fácil
de peinar.
3 - Delgado, algo de cabello liso “rebelde”.
2 - Aún más delgado, mayor cantidad de
cabello liso “rebelde” y que no responde
al cepillado.
1 - Cabello liso saliente con franja
despigmentada, signo de la bandera.
Mejillas 4 - Cara redonda con tejido graso peribucal
y almohadillas llenas de tejido graso.
1 - Tejido graso en mejillas
significantemente reducido, con cara
delgada y plana.
Cuello y submentón 4 -Doble o triple almohadilla por pliegues
grasos, cuello no evidente por doble
o triple pliegue graso en submentón.
1 - Submentón muy delgado, sin pliegues
grasos, cuello con piel suelta y arrugada
muy evidente.
Brazos 4 - Llenos, redondos, no hay signo de
“acordeón”, no se pueden levantar
pliegues de piel del área del tríceps o el
codo.
1 - Marcado signo de “acordeón” en el
antebrazo: la piel se muestra laxa, se
agarra fácilmente y se separa del codo.
Para notar este efecto se procede como
sigue: el pulgar y los dedos de la mano
izquierda del examinador, rodean el
codo por debajo de éste; y el pulgar
y los dedos de la mano derecha, rodean
la muñeca; seguidamente se desplazan
ambas manos hacia el centro del
antebrazo, es decir se mueven una
hacia la otra.
capítulo 2 95
4 3 2 1
Espalda 4 - La piel es difícil de agarrar y levantar
en el área interescapular.
1 - Piel suelta que se levanta fácilmente
en un pliegue delgado en el área
interescapular.
Glúteos 4 - Llenos, redondos, con almohadillas
grasas glúteas llenas.
1 - Escasez de grasa glútea evidente; piel
del área y parte posterior superior de
los muslos, profundamente arrugada.
Piernas Consideraciones iguales a las usadas
en la evaluación de los Brazos.
Cada uno de los signos está valorado en orden decreciente, desde 4, el valor óptimo,
hasta 1.
Fuente: Metcoff J. Clinical assessment of nutritional status at birth. Fetal malnutrition and SGA are
not synonymous. Pediatr Clin North Am. 1994;41:875 − 91.
96 nutrición en pediatría
Cuadro 2.1 Factores asociados con peso bajo para edad gestacional.
Factores fetales
Anormalidades cariotípicas Trisomía 21 (Síndrome de Down).
Trisomía 18 (Síndrome de Edward).
Monosomía X (Síndrome de Turner).
Trisomía 13 (Disgénesis gonadal).
Otras anormalidadaes Delección autosómica.
cromosómicas Cromosomas anillados.
Enfermedades genéticas Acondroplasia.
Síndrome de Bloom.
Malformaciones congénitas Síndrome de Potter.
Malformaciones cardíacas.
Factores Maternos
Patología médica Hipertensión.
Enfermedad renal.
Diabetes Mellitus (estadios avanzados).
Enfermedades de colágeno vascular (lupus
eritematoso sistémico).
Hopoxemia maternal (enfermedad cardíaca
cianótica, anemia crónica, enfermedad pulmonar
crónica).
Infección Toxoplasmosis.
Rubiola.
Citomegalovirus.
Herpes virales.
Malaria.
Tripanosomiasis.
Virus de inmunodeficiencia humano.
Estado nutricional Bajo peso gestacional.
Bajo peso gestacional con poca ganancia de peso
durante el embarazo.
98 nutrición en pediatría
Cuadro 2.1 Factores asociados con peso bajo para edad gestacional (cont.).
Factores Maternos
Uso/abuso de sustancias Fumar cigarrillos.
Alcohol.
Drogas ilícitas.
Drogas terapéuticas (warfarina, antineoplásicos,
anticonvulsivantes, antagonistas del ácido fólico,
etc.).
Factores Demográficos
Edad materna Adolescente, edad avanzada.
Raza de los padres
Paridad Nuliparidad, gran multiparidad.
Historia materna Antecedentes de PBEG.
Otros
Gestación múltiple Particularmente severa en síndromes asociados
con circulación fetal compartida.
Fuente: Lee Peter A, Chernausek Steven D, Hokken Koelega AC, Czernichow P. International small
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Evaluación inicial
Recién nacidos a término o postérmino
En el caso de RN de 37 a 42 semanas de EG:
• Durante las primeras 72 horas, de vida, se debe medir el peso y la talla al
nacer en la sala de partos y la CC en el retén.
capítulo 2 99
la CMB.
El objetivo es categorizar el estado nutricional del RN y la proporcionali-
dad, con el fin de establecer medidas para evitar las posibles complicaciones,
en caso de alteraciones por déficit o exceso del estado nutricional, así como des-
cartar la existencia de macro o microcefalia. Para su interpretación se deben
utilizar valores de referencia basados en la edad gestacional.
En el retén, a todo RNAT con los siguientes valores:
• PEG < p30 o
• IP o CMB/CC < p10 o
• Con puntajes de CANSCORE ≤ 27
Se le debe hacer una evaluación bioquímica para descartar complicacio-
nes metabólicas como son: hipoglicemia, hipocalcemia o hiperviscosidad.
Si existe alguna alteración del estado nutricional y/o del crecimiento fetal,
se debe hacer un buen interrogatorio y evaluar a la madre para orientar su
posible etiología.
Evaluación de seguimiento
Recién nacidos a término o postérmino PEG
El seguimiento se hace con las gráficas de distancia de PE, PT y CC-E de
la OMS81, y con las gráficas de velocidad de peso y talla, del Estudio Longitu-
dinal de Caracas.82 Los nacidos a las 37 semanas se pueden seguir con valores
100 nutrición en pediatría
de referencia basados en EG, hasta cumplir las 40 semanas y luego con las
gráficas señaladas antes.
En relación con el crecimiento de recuperación o catch up, los resultados
en general señalan que en RNPEG, sin RCIU, en condiciones nutricionales y
ambientales óptimas, se alcanza el crecimiento compensatorio en CC, los pri-
meros 6 meses; en peso, el primer año; y en talla, los primeros 6 a 12 meses;
independientemente del criterio diagnóstico para PBEG; otros autores señalan
hasta el tercer año.83-86
Karlberg y col.83 en su estudio prospectivo hasta los 18 años en Suecia,
evidenció que los factores relacionados más significativamente a la magnitud
del catch up fueron, la talla al nacer y la talla media de los padres.
En diferentes estudios, las diferencias en las proporciones registradas
(13% − 40%) de niños que no alcanzan el crecimiento compensatorio en este
grupo, han sido atribuidas a diferencias en los criterios de inclusión y en los
criterios de categorización del PBEG.
Hokken Koelega ACS y col. señalaron como los mejores factores predicti-
vos de ausencia de catch up en este grupo, los siguientes:
• La desviación estándar (DE) del peso al nacer.
• La DE del peso actual a los 3 meses de edad.
• La DE de la talla actual a los 6 meses.
Si a esas edades aún se mantienen por debajo del percentil 3.
Los mismos autores han sugerido en niños RNAT PEG, que a los 2 años
de edad no hayan hecho catch up, se debería descartar deficiencia de la hor-
mona de crecimiento, con base en los reportes de secreción subnormal de esta
hormona, entre 25% y 60% de los casos. También se debería descartar hipoti-
roidismo y enfermedad celíaca.87 La mayoría de estos niños han finalizado su
crecimiento compensatorio al año de edad y es muy improbable que ocurra
catch up después de los 2 años.
En nuestro medio también se debe descartar la posibilidad de un déficit
nutricional o la presencia de factores psicosociales, como condicionantes de un
retardo de crecimiento.
Es importante recordar que cuando se trata de un RCIU por causas fetales
(etiología primaria), no se obtiene crecimiento de recuperación, y si es debido a
causas maternas y placentarias (etiología secundaria), generalmente se alcan-
za durante la lactancia o etapa preescolar precoz.88
Por último, estudios de seguimiento en estos grupos de niños, han descri-
to crecimiento compensatorio en escolares e incluso púberes, sin que resulte
capítulo 2 101
Ganancia Ganancia de
de peso Ganancia de circunferencia
Ganancia circunferencia media de
Intervalo de peso de talla. cefálica. brazo.
al nacer. (g) (g/d) (g/kg/d) (cm/semana) (cm/semana) (cm/semana)
501 − 600 (53) 15.27 13,39 0,99 0,9 0,42
601 − 700 (128) 16,81 13,46 0,95 0,89 0,39
701 − 800 (155) 18,6 13,96 1,01 0,94 0,42
801 − 900 (139) 20,06 14,46 1,02 0,94 0,42
901 − 1.000 (184) 21,04 14,63 1,02 0,97 0,42
1.001 − 1.100 (163) 22,83 15,22 1 0,94 0,42
1.101 − 1.200 (171) 24,73 15,98 1 0,95 0,43
1.201 − 1.300 (187) 26,34 16,28 0,99 1 0,48
1.301 − 1.400 (200) 27,15 16,17 0,96 0,89 0,45
1.401 − 1.500 (203) 27,77 16 0,86 0,74 0,25
Fuente: Ehrenkranz RA, Younes N, Lemons JA, Fanaroff AA, Donovan EF, Wright LL, et al. Longi-
tudinal growth of hospitalized very low birth weight infants. Pediatrics. 1999;104:280 − 89.
capítulo 2 103
como el único factor antenatal asociado a las modalidades 2 y 4. Entre los fac-
tores peri y postnatales dependientes describieron: prematuridad, una mayor
relación peso placentario/peso al nacer (PP/PN); talla baja al nacer y perma-
nencia prolongada en el retén, asociados a las modalidades 2 y 4; el sexo mas-
culino se relacionó con la modalidad 2. La modalidad 3 no se asoció a ningún
factor por lo que concluyen que depende de factores ambientales.
Una relación PP/PN aumentada, la consideran debida a un RCIU y también
está descrita la asociación de ese hallazgo, debida a hipertensión arterial en la
infancia.100
A medida que ha aumentado el número y la sobrevida de RNPT, PEBEG o
PMBEG se dispone de datos específicos para los mismos a edades más avan-
zadas.
En relación al crecimiento físico de los primeros, los resultados de un estu-
dio de cohorte que incluyó 154 RN sobrevivientes y 145 controles de 12 a 16
años100, demostraron que el grupo de PEBN era más delgado y de menor talla
que el grupo control, entre los 12 y los 16 años, estando más del 90% de los indi-
viduos en -2DE del promedio para la edad.
Igualmente describen la existencia de un crecimiento compensatorio en
ese lapso, mayor en peso que en talla, y mayor el primero en el sexo femenino,
fundamentado en las variaciones registradas en los valores de ZScores. Sin
embargo una debilidad de este trabajo es no disponer de la evaluación de madu-
ración sexual de los participantes, porque las variaciones pueden ser debidas al
estirón puberal, mas que a un crecimiento compensatorio.
Aunque no existen dudas de los beneficios que un rápido crecimiento com-
pensatorio tiene a corto plazo, en relación con la morbimortalidad de estos
niños en la infancia, también se habla del crecimiento compensatorio como
un “camino peligroso” 101 ya que causa cambios hormonales y metabólicos que
tienen un impacto negativo a largo plazo, como lo demuestran las asociaciones
entre enfermedades de la vida adulta y el crecimiento compensatorio que sigue
a un RCIU102-104, de allí que algunos autores propongan como estándar para eva-
luar el crecimiento compensatorio o de recuperación en la infancia, el porcen-
taje de ganancia de peso, mas que la comparación contra curvas de crecimiento
intrauterino o poblacionales.105
En contraste, algunos estudios sugieren que una desnutrición relativa en
los RNPT puede tener mayores beneficios a largo plazo.106,107. Sin embargo, se
requiere mayor número de estudios aleatorios, respecto a estrategias de inter-
vención nutricional, con seguimiento a largo plazo, hasta disponer de la eviden-
cia suficiente sobre este tópico.
capítulo 2 107
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112 nutrición en pediatría
Generalidades
DeFInición
Se define como talla baja aquella ubicada en o por debajo del percentil 3, o
de -2DE (equivalente al percentil 2,3) de la media de la población de referencia
(Figura 3.1).
Nutrición y crecimiento
Zinc
Este micronutriente tiene un reconocido papel en el crecimiento por su
intervención en las siguientes funciones biológicas: expresión genética, síntesis
proteica, inmunidad, maduración esquelética, desarrollo gonadal, percepción
de los sabores y apetito. A nivel endocrinológico influye en la secreción de las
hormonas del crecimiento, IGF-1, hormonas tiroideas y sexuales. En pacientes
con déficit de zinc, los niveles de IGF-1 circulantes y de los receptores hepáticos
de la hormona de crecimiento están disminuidos.9
118 nutrición en pediatría
Hierro
Los estudios sobre el efecto del déficit de hierro en el crecimiento han
dado resultados inconsistentes. Estudios de suplementación en niños con ane-
mia ferropénica han demostrado efectos positivos en la ganancia de peso, de
talla o de ambos.10
Al igual que para el zinc, los estudios de suplementación con hierro sugie-
ren que los lactantes y niños que tiene evidencia de déficit son los que mejoran
su crecimiento, así como aquellos que tiene afectación moderada a severa de la
talla, pero no los que no tienen afectación de la misma. La evidencia también
sugiere que es más probable la mejoría del crecimiento en los niños de menor
edad con la suplementación.10
Calcio
El crecimiento óseo no puede ocurrir adecuadamente sin aportes adecua-
dos de calcio.
Vitamina A
Es un nutriente importante en la expresión genética de la hormona de
crecimiento y tiene relación con el control de la actividad osteoblástica y de
la osteoclástica.9 No todos los estudios de suplementación o fortificación con
vitamina A han reportado efectos positivos en el crecimiento.11
capítulo 3 119
Vitamina D
Su déficit ocasiona mineralización deficiente del cartílago epifisiario, cau-
sando raquitismo.
Vitamina C
Cantidades adecuadas de esta vitamina son necesarias para la formación
adecuada de la sustancia intracelular ósea.
Vitamina B12
En pacientes con deficiencia de vitamina B12 el crecimiento se ve severa-
mente afectado.9
En la Figura 3.2 se muestran las estrechas interacciones no unilaterales entre
diversos factores que determinan desnutrición y las alteraciones del creci-
miento.
A pesar de una lactancia materna adecuada, si la alimentación comple-
mentaria no es adecuada en calidad y cantidad, se puede producir un retardo o
detención del crecimiento que condicione una talla baja de etiología nutricio-
nal. Durante los dos primeros años de vida hay una mayor incidencia de talla
baja ya que las altas demandas de nutrientes propias de la edad no son cubier-
tas por la dieta, aunado ésto a una mayor frecuencia de intercurrencias infec-
ciosas en este período, especialmente los episodios de diarrea.4
Figura 3.2 Antecedentes y consecuencias biológicas de la desnutrición.
ClasiFIcación
Variantes normales
Se definen con este nombre a aquellas tallas bajas que cumplan con los
siguientes criterios: ubicación de la talla dentro del potencial genético en talla
de los padres, velocidad de talla normal y predicción de talla final adulta (PTA)
dentro del potencial genético en talla de los padres. La afectación de la talla no
es tan marcada como en la variante patológica y generalmente nunca se ubica
por debajo de <-3DE.
Las variantes normales son la causa más frecuente de talla baja y entre
ellas tenemos:
• Talla baja familiar (TBF).
• TBF + Retardo constitucional del crecimiento (RCC).
• TBF + Adelanto constitucional del crecimiento (ACC).
Incluso en niños de una comunidad urbana marginal, en los que la mayor
capítulo 3 121
Diagnóstico diferencial:
• Desnutrición proteico-calórico.
• Hipotiroidismo.
• Deficiencia aislada o disfunción neurosecretora de hormona de creci-
miento.
• Hipercorticismo iatrogénico: uso de esteroides orales o inhalados.
Variantes patológicas
Se caracterizan especialmente por velocidades de crecimiento inadecua-
das, en cuanto a la talla para la edad la afectación es mayor, ubicándose con fre-
cuencia por debajo de - 3 DE, incluso por debajo de - 4DE. La maduración ósea
es variable dependiendo de la etiología generalmente está retrasada, incluso
capítulo 3 123
inferior a la edad talla, aunque puede estar acorde con la edad cronológica
como en las displasias óseas; tanto la talla como la predicción de talla final se
encuentran por debajo del potencial genético en talla de los padres. Las varian-
tes patológicas de talla baja se pueden dividir a su vez de acuerdo a su origen
en orgánico y no orgánico.
Psicosociales
La deprivación psicosocial, aún en ausencia de desnutrición, condicio-
na detención del crecimiento relacionada con disfunción hipofisaria la cual se
corrige en respuesta a cambios ambientales condicionados por la intervención.
Se observa en victimas de situaciones persistentes de abuso, abandono,
aislamiento u hospitalismo. Es más frecuente, aunque no exclusiva, en familias
de bajo nivel económico donde la relación materno filial es inadecuada.
La exclusión de causas orgánicas es imprescindible.19
124 nutrición en pediatría
Evaluación
Evaluación psicosocial
Se realizará de acuerdo con la metodología descrita en el Capítulo 4: “Evalua-
ción psicosocial de la malnutrición primaria por déficit”.
Evaluación dietética
Es imprescindible realizar un adecuado diagnóstico dietético basado en la
identificación del apetito actual, hábitos y conductas alimentarias, aplicando la
capítulo 3 125
Evaluación clínica
Mediante la entrevista se debe obtener la siguiente información:
• Antecedentes perinatales relacionados con el embarazo y parto: la edad
gestacional al nacer, el peso, talla y circunferencia cefálica se deben regis-
trar con la mayor precisión posible. El bajo peso al nacer es el anteceden-
te médico más frecuentemente asociado a alteración del crecimiento.8 La
asfixia perinatal, hipoglicemia neonatal, ictericia prolongada, traumatis-
mos de cráneo e infecciones, cirugía y radioterapia del sistema nervioso
central (SNC) son antecedentes frecuentemente encontrados en niños con
déficit de hormona de crecimiento.
• Antecedentes personales de síntomas sugestivos de patologías crónicas o
diagnósticos establecidos y tratamiento de las mismas.
• Aspectos relacionados con el área psicológica, especialmente establecer si
existe preocupación del niño por su estatura o nivel de maduración sexual;
si su condición afecta la interacción escolar o social en niños escolares y ado-
lescentes, y en caso de los lactantes y preescolares, se debe indagar sobre
la calidad de la relación materno filial en busca de datos que apoyen situa-
ciones de deprivación psicosocial.
• Antecedentes familiares de enfermedades crónicas, desarrollo puberal y
especialmente la talla de los padres. Para obtener la talla de ambos padres
se recomienda la medición directa de los mismos ya que estimaciones sub-
jetivas no son confiables.
• Los fármacos de mayor interés por su relación negativa con el crecimiento
son:
a) Los glucocorticoides cuyo efecto dependerá del tipo, dosis y duración
de la exposición. El exceso de glucocorticoides se asocia con velocidad
de crecimiento baja, retardo de maduración ósea, ganancia de peso ele-
vada e hipertensión arterial.
126 nutrición en pediatría
• Otros signos descritos en las displasias óseas son: polidactilia, sindactilia, cli-
nodactilia, puente nasal plano, micrognatia, cierre tardío de fontanelas, lor-
dosis, cifosis, genu varo, genu valgo e hiperlaxitud ligamentosa.
Evaluación antropométrica
De acuerdo a lo descrito en el Capítulo 1: “Evaluación del estado nutricional”,
incluyendo además en este caso la medición de algunos segmentos corporales
por su importancia en la identificación de displasias óseas, como se señaló
antes.
segmento superior (ss) : se obtiene midiendo la distancia vértex-coxis en
menores de 2 años; y la talla sentado, en mayores de 2 años.
segmento inferior (si): se obtiene de la diferencia entre la talla y el segmen-
to superior; o midiendo la distancia entre el borde superior de la sínfisis del
pubis hasta el piso, con el paciente en posición de pie.
Para establecer la normalidad de los segmentos evaluados se cuenta con
la distribución percentilar de talla sentado-edad y segmento inferior-edad del
Proyecto Venezuela22 y con la relación SS/SI (Figura 3.3) que se altera en algunas
patologías como las displasias esqueléticas y la pubertad precoz, que cursan
con una relación SS/SI elevada por un aumento relativamente mayor del tronco
que las piernas.
Al nacer la relación SS/SI es 1,7 y disminuye progresivamente; > 1 en meno-
res de 10 años; es igual a 1 a los 10 años y 0,9 en mayores de 10 años.23
Algunas de las patologías que cursan con SS/SI aumentado son: acondro-
plasia, hipocondroplasia, seudoacondroplasia e hipotiroidismo entre otras; y
con SS/SI disminuido: displasia espóndilo-epifisaria y nanismo metatrópico.
Displasias óseas tipo disostósis cleidocraneal y osteopetrosis no presentan
alteraciones en la relación de los segmentos corporales.
Otra medida para establecer la proporcionalidad de la talla es la enver-
gadura o brazada, que es la distancia entre los extremos de los dedos medios
o dedos más largos de ambas manos, con los brazos en extensión horizontal y
perpendicular al eje axial por delante del tronco en posición de pie.
Normalmente la brazada es menor que la talla hasta los 10–11 años en los
niños y hasta los 11–14 años en las niñas, posteriormente la brazada se hace
mayor que la talla.11 Resultando la diferencia brazada-talla a partir de los 12
años en +1 cm para las niñas y +4 cm en los niños.24
128 nutrición en pediatría
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En muchos casos, a pesar de que el paciente tiene más de dos años de edad
no se puede determinar la estatura (talla de pie) y se debe medir la longitud o
talla acostado, en estos casos es importante recordar que la longitud es mayor
que la estatura y se debe hacer la corrección. En el caso de los nuevos patrones
de referencia de la OMS este valor es de 0,7 cm.25
Evaluación bioquímica
Debido a que existen numerosas causas de talla baja y considerando que
la variante normal es la más frecuente, los exámenes de laboratorio deben
estar orientados a confirmar o descartar diagnósticos planteados con base en
la información obtenida en la entrevista clínica y examen físico, y se pueden
clasificar en:
Generales
Se deben solicitar a todos los pacientes en la evaluación inicial, por la alta
frecuencia con que se presenta la anemia, como diagnóstico nutricional aso-
ciado, especialmente en menores de dos años, así como el déficit de minerales:
hierro y calcio.
capítulo 3 129
Complementarios
Estos se solicitarán de acuerdo a los hallazgos de la historia clínica, resul-
tados de laboratorio general y evolución clínica.
• Gasometría venosa post prandial y electrolitos: en pacientes, en particular
lactantes, con pH urinario en ayuno ≥ a 6, pacientes con marcada disminu-
ción del apetito o aquellos cuyo apetito no mejore a pesar de haber mejora-
do hábitos y conductas.
• Prueba de acidificación renal con furosemida: en pacientes con pH urina-
rio en ayuno > 6, para descartar acidosis tubular renal distal.
• TSH y T4 libre: en pacientes con clínica sugestiva de hipotiroidismo, en todo
paciente con edad ósea retasada y en aquellos pacientes en los que se pien-
sa descartar déficit de hormona de crecimiento.
• IGF-1 (somatomedina C) e IGFBP-3: en pacientes con sospecha de déficit
de hormona de crecimiento, en cuyo caso se encuentran disminuidos y son
una indicación de referencia al endocrinólogo para realizar las pruebas de
estimulación farmacológica.
• Anticuerpos antitransglutaminasa y antiendomisio: especialmente en
pacientes con sospecha de enfermedad celíaca, sin embargo se debe recor-
dar que la talla baja puede ser la única manifestación de esta enfermedad26;
por lo que también se podrá solicitar en determinados pacientes sin otras
manifestaciones clínicas.
• Cariotipo: en toda niña de talla baja con criterios de variante patológica,
aún en ausencia de otros signos de síndrome de Turner.
• Electrolitos en sudor: en caso de sospecha de fibrosis quística.
Evaluación funcional
Maduración ósea
Se realiza siguiendo la metodología descrita en el Capítulo 1: “Evaluación
del estado nutricional”. Para su interpretación se utiliza como referencia las
gráficas del Proyecto Venezuela.
130 nutrición en pediatría
Maduración sexual
A partir de los 7 años en las niñas, y de los 8 años en los niños, se debe
realizar la determinación de los estadios de maduración sexual descritos por
Tanner y ubicarlos de acuerdo a la edad en la distribución percentilar del Pro-
yecto Venezuela.
Velocidades de crecimiento
La velocidad de crecimiento es un proceso discontínuo e intermitente, por
tanto, la velocidad de un período de tiempo mayor (anual) da una información
más precisa que su extrapolación a períodos más cortos (instantánea).
La velocidad de crecimiento es el parámetro más importante en la evalua-
ción de un paciente con talla baja y no puede ser sustituido por ningún proce-
dimiento clínico o paraclínico. Su precisión depende de la cantidad y exactitud
de los datos antropométricos disponibles así como de una graficación adecua-
da y uso de gráficas apropiadas. En los pacientes con maduración adelantada o
tardía es de suma importancia utilizar las gráficas con las curvas según tipo de
maduración, de lo contrario, la interpretación de los datos estará errada.
La velocidad de peso también debe ser monitorizada y alteraciones en la
misma pueden preceder a las alteraciones de la talla en casos de desnutrición
y obesidad.
Seguimiento
Menores de 2 años
En lactantes, para establecer la ubicación en relación al potencial genéti-
co en talla de los padres, se recomienda mantener controles hasta los 2 años,
edad en la cual se considera se establece la canalización que es el fenómeno
mediante el cual el niño en condiciones ambientales favorables se ubica en un
percentil particular o canal de la curva talla-edad a través de su período de
crecimiento.
En los pacientes con criterios de variante normal los controles serán cada
3 meses en menores de 1 año y cada 6 meses en los mayores, en los pacientes
con talla baja variante patológica se realizarán cada 3 a 6 meses dependiendo
de la edad, etiología de la talla baja, diagnósticos nutricionales asociados y con-
diciones socioenómicas.
capítulo 3 131
Mayores de 2 años
Una vez establecido el diagnóstico definitivo de la talla baja variante nor-
mal el seguimiento de estos pacientes estará a cargo del pediatra, de acuerdo
al esquema de control de niño sano.
En los pacientes con talla baja variante patológica se realizarán controles
cada 4 a 6 meses dependiendo de la etiología de la talla baja, diagnósticos nutri-
cionales asociados y condiciones socioenómicas.
Para el grupo de pacientes prematuros, con bajo peso al nacer y con re-
tardo de crecimiento en útero (RCIU) se propone un tiempo de seguimiento
mayor, de al menos 3 años ya que aunque un porcentaje importante de ellos
logran su crecimiento compensatorio antes del año de edad hay un subgrupo
que requiere de mayor tiempo. Debido a la diversidad de factores etiológicos y
a la variabilidad del período fetal en que estos actúan, los estudios publicados
no son concluyentes en relación a la edad máxima en la que se logra el catch up
en talla; reportándose incluso un estudio donde niños con bajo peso al nacer no
completaron su catch up hasta los 5 años.8
Del total de niños que no logran el catch up en talla el 50% terminará con
talla final baja.11
No hay evidencia de que la rápida ganancia de peso o talla en los primeros
dos años de vida incremente el riesgo de enfermedades crónicas aún en niños
con pobre crecimiento fetal, en cambio, los niños desnutridos durante los dos
primeros años de edad que ganan rápidamente peso en la niñez o adolescencia,
sí tienen un mayor riesgo de padecer estas enfermedades, esto probablemente
esta relacionado con el hecho de que el peso ganado en la infancia lleva a acu-
mulación de masa muscular en tanto que el peso ganado después en la niñez
resulta, con mayor probabilidad, en acumulación de grasa.3
Existen patrones de crecimiento específicos para algunas patologías
como síndrome de Down, Turner, Noonan, Silver-Russell entre otros (Cuadro
3.1), éstos son de utilidad en el seguimiento de estos pacientes y pueden poner
de manifiesto alteraciones adicionales al observar desviaciones de su patrón
específico de crecimiento. Tienen la limitación de no contar en todos los casos
con todos los indicadores de dimensión globales por lo que deben ser usados en
conjunto con los patrones de crecimiento de la población sana.
Estos patrones en su mayoría fueron desarrollados hace una o dos décadas
por lo tanto describen el crecimiento de una población bajo unas condiciones
de atención en salud distintas a las actuales y son reflejo también de las carac-
terísticas de la muestra, tal es el caso de las curvas para pacientes con parálisis
132 nutrición en pediatría
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capítulo 3 135
Evaluación social
La evaluación social tiene como objetivo obtener el perfil de la familia como
sistema de interrelaciones primarias, la condición socioeconómica, los niveles
de educación y capacitación laboral y las características del área física ambien-
tal a partir de la detección y sistematización de los problemas y las fortale-
zas encontradas. Resulta también útil utilizar la clasificación y estratificación
social de las familias según los métodos, línea de Pobreza y Graffar modificado
-Méndez Castellano-, lo que permite identificar los factores de riesgo social
asociados a la desnutrición, obtener el diagnóstico social y orientar al profesio-
nal en las áreas prioritarias de intervención.9
Evaluación psicológica
A nivel psicológico, se deben identificar los factores causales o condicio-
nantes de alteraciones en el estado nutricional del niño, a fin de establecer
un diagnóstico psicológico para el niño, la madre y la familia, para detectar y
categorizar el “riesgo psicológico de desnutrición”10, y establecer con base al
diagnóstico, el tipo de intervención a seguir. La entrevista psicológica se debe
142 nutrición en pediatría
Intervención individual
Se debe realizar con aquellos casos que presentan mayor compromiso psi-
cológico y social debido a que requieren de un mayor apoyo y seguimiento por
las repercusiones a nivel nutricional en el niño. 11
La intervención psicológica individual está dirigida al niño, la madre y la
familia, considerando los siguientes criterios de referencia: el ser madre ado-
capítulo 4 143
Intervención grupal
La atención grupal se puede desarrollar a través de talleres y charlas, faci-
litados por psicólogos y trabajadores sociales por separado o de manera conjun-
ta, de acuerdo con los objetivos propuestos.
Este tipo de intervención tiene la ventaja de reducir el tiempo de atención
al paciente y ofrece oportunidades para compartir en grupo los problemas y
los logros, lo que facilita la toma de conciencia por parte de los participantes,
promueve la autoayuda y el apoyo colectivo. Además es una oportunidad para
capítulo 4 145
Conclusiones
involucrados tanto causales como los que la mantienen, y debe dirigirse a pro-
mover una mejor calidad de vida del niño y su familia, mediante el desarrollo
de intervenciones individuales y/o grupales que incorporan activamente a la
madre, al niño y a la familia. La necesidad del abordaje interdisciplinario para
obtener mejores resultados en materia de desarrollo humano, sugiere que este
es el camino a seguir para prevenir, rescatar y recuperar a los pacientes con
malnutrición.
La intervención grupal utilizada como técnica fundamental para infor-
mar, sensibilizar y crear conciencia de la problemática, ha dado respuesta a
las necesidades socioemocionales de los padres y representantes de niños con
malnutrición primaria por déficit, y resulta de gran utilidad para la atención de
grupos numerosos.
La intervención, tanto psicológica como social, que reciben los padres y
representantes de niños con malnutrición primaria por déficit, contribuye a
la modificación de las percepciones que tienen de la enfermedad nutricional
del niño, a comprender su papel determinante para alcanzar su bienestar, así
como para el logro de una mejor calidad de vida, tanto para el niño como para
el grupo familiar.
Referencias bibliográFIcas
Generalidades
cación, servicios salud, entre otros), ya que delega en otros estas responsa-
bilidades.
• El sedentarismo en el tiempo libre, que influye en el niño y su familia, tan-
to porque pueden tener más acceso a los alimentos, en forma repetida y
descontrolada, como porque implica que las calorías consumidas no son
suficientemente gastadas. La presencia de este factor está condicionada
generalmente por la inseguridad personal, la carencia de infraestructuras
deportivas, recreativas y de esparcimiento, la falta de espacio físico, la atrac-
ción hacia la T.V., videos, computadores y el desconocimiento de la familia
de los efectos positivos de la práctica de actividad física.
• La ausencia de organización en la compra de alimentos que conlleva a com-
prar sin planificación, dando lugar a dietas monótonas que contienen más
carbohidratos y, en menor proporción, vegetales y frutas. En algunos casos
esto favorece la adquisición de alimentos más costosos y de poca calidad
nutritiva (chucherías), que repercute negativamente en el ahorro familiar,
y determina una disponibilidad de alimentos en el hogar que no se ajusta a
los requerimientos nutricionales que debe tener la familia.
• Las creencias relacionadas con la obesidad como expresión de salud, que
tienen como consecuencia considerar al niño obeso es una persona sana o
que su exceso de peso va a desaparecer con el tiempo, en la medida que él
crezca.
Evaluación psicosocial
Intervención psicosocial
Intervención individual
La intervención psicológica está dirigida al niño, la madre y/o la familia a
fin de resolver los aspectos emocionales asociados a la condición nutricional
del niño. De ser necesario se hace una intervención psicoterapéutica de pareja,
favoreciendo la elaboración de conflictos que pudieran estar interviniendo en
el ajuste socioemocional del niño, la relación madre-hijo y las estrategias de
control, organización familiar y la comunicación.
La intervención social, se basa en la orientación a la familia, que parte del
diagnóstico social, en el cual se detecta la problemática familiar en distintas
áreas y permite establecer un plan de acción conjunto (profesional-familia)
de acuerdo con las prioridades de cada caso. Como paso previo a cualquier
intervención se hace necesario que la familia reconozca que la obesidad es una
enfermedad y que la madre participe en la toma de decisiones en el hogar para
facilitar el proceso de recuperación nutricional.
capítulo 5 153
cias e implicación social, de manera que ella misma pueda asociar los posibles
factores posibles que la originan.14 Es recomendable e indispensable promover
el reconocimiento y la aceptación del diagnóstico nutricional, así como el com-
promiso familiar, para involucrar a la familia como un miembro más dentro del
equipo interdisciplinario.
Otro aspecto fundamental que se sugiere intervenir es la participación
de la madre en la toma de decisiones en los asuntos familiares a fin de garanti-
zar la adecuada salud nutricional de sus hijos. Se genera por medio del empo-
deramiento de la mujer, ya que ella es el eje principal para el cambio, es quien
fomenta las acciones de salud, además de que potencia otras esferas de la vida
familiar (educación, recreación y trabajo).
Es de vital importancia que se tome en cuenta la comunicación interper-
sonal ya que es clave en la dinámica interna de la familia, por lo tanto se debe
propiciar una mayor comunicación y de calidad entre los integrantes del hogar
para mejorar la atmósfera familiar y contribuir con el apoyo consistente. La
organización, la participación y el compromiso de todos los miembros de la
familia son objetivos comunes con miras a mejorar el estilo de vida de la familia
del paciente obeso.
En la incorporación de la familia como sistema de apoyo al tratamiento
nutricional, se estima que el abordaje del jefe de hogar es un recurso funda-
mental en la intervención, ya que su misma condición de poder en la toma de
decisiones lo acredita para generar cambios positivos dentro de la familia, espe-
cialmente acciones que favorecen la práctica adecuada de conductas y hábitos
alimentarios en el niño.
Es indispensable que la familia incorpore la práctica de actividad física
como hábito, por lo cual se recomienda sensibilizar y motivar a los padres, pro-
porcionándoles información sobre los tipos de actividades físicas-recreativas y
sus beneficios. Es valioso considerar la elaboración de una agenda semanal que
contemple actividades personales, del hogar, recreativas, físicas, escolares y
sociales a cumplir por el niño obeso y su familia, como una herramienta prácti-
ca para contrarrestar el sedentarismo.
Seguimiento
Conclusiones
Referencias bibliográfícas
Generalidades
Intervención psicosocial
Conclusiones
Referencias bibliográFIcas
1 Gutiérrez D, Mendoza G. Informe Mundial de salud 2005: ¡Cada madre y cada niño
contarán! [documento en línea]. OPS/OMS; 2005. [citado 29 May 2008]. Disponible
en:http://www.respyn.uanl.mx/especiales/2006/ee-01-2006/documentos/1.pdf.
2 Camacho Hubner AV. Perfil de salud sexual y reproductiva de los y las adoles-
centes y jóvenes de América Latina y el Caribe: Revisión bibliográfica 1988-1998.
Washington, DC: OPS/OMS; 2000.
3 XIII Censo general de población y vivienda: primeros resultados. Caracas: Insti-
tuto Nacional de Estadística (INE); 2001.
4 Roffe Y, Blittner M, Lewin I. Emotional experiences during the three trimesters
of pregnancy. J Clin Psychol. 1993;49(1):3-12.
5 Issler JR. Embarazo en adolescencia. Rev Postgrado Cátedra Via Medicina. [pu-
blicación periódica en línea]. 2001;107:11-23. [citado 25 May 2008]. Disponible en:
http://med.unne.edu.ar/revista/revista107/emb_adolescencia.html.
6 Valdivia M, Molina M. Factores psicológicos asociados a la maternidad adolescente
en menores de 15 años. Rev Psicología Universidad Chile. 2003; XII(2):85-109.
164 nutrición en pediatría
GENERALIDADES
Cuando un niño nace con una patología, los sueños y fantasías de tener un
“niño perfecto” que sea saludable, vigoroso e inteligente, mueren dolorosamen-
te.2 Además, se cuestionan determinados valores que cultural y socialmente
están muy arraigados en la familia, tales como: competitividad, éxito, indepen-
dencia, triunfo, belleza, inteligencia1, lo que dificulta aún más el proceso de
aceptación de la condición de su hijo. Es necesario entonces elaborar la pérdida
del hijo sano y aprender a manejarla de manera adecuada con el fin de lograr
un reajuste psíquico, para dedicarse a afrontar las exigencias que impone esta
condición, que en la mayoría de los casos les resulta totalmente extraña y desco-
nocida. Este hecho coloca a los padres en una situación de incertidumbre e inse-
guridad, pues repentinamente tienen que enfrentarse a perspectivas inciertas.
La primera etapa en el proceso de aceptación de la nueva condición de su
hijo consiste en iniciar “el duelo” que implica la pérdida del hijo sano, del hijo
soñado, del proyecto de vida, con todos aquellos planes que fueron concebidos
para este bebé, incluso antes de nacer. No sólo los planes referidos al niño cam-
bian, los de la familia también. Los proyectos de vida se modifican para adap-
tarse a las nuevas y fluctuantes condiciones del sistema familiar.
Las primeras manifestaciones del proceso de duelo se caracterizan por
aturdimiento, “shock” e incredulidad ante el diagnóstico.9
Esta etapa suele verse seguida por un período de negación en el que los
sentimientos predominantes son ansiedad, miedo y protesta.9 Los padres bus-
can la opinión de otros profesionales con la esperanza que se haya cometido un
error en el diagnóstico o pueden comportarse como si el problema no existiese
y nada hubiese sucedido.10
Cuando falla el mecanismo de la negación es sustituido por sentimien-
tos de rabia, ira, frustración, envidia y resentimiento. En la etapa de rabia es
poco lo que terapéuticamente puede hacerse, además de alentar la expresión
de emociones mientras se acompaña al paciente. Puede ser de gran ayuda el
darse cuenta que esta etapa es parte del proceso normal de ajuste.
A medida que la rabia se va contactando y canalizando, los padres entran
en la etapa de la negociación. Este momento resulta apropiado para intentar
negociar con el Cosmos o con fuerzas superiores mientras se ofrecen una serie
de promesas o sacrificios a cambio de la curación de su hijo.
La siguiente etapa de la elaboración del duelo es la depresión. Una vez que
los padres y cuidadores no pueden negar por más tiempo la condición de su hijo,
capítulo 7 169
todas las emociones previas: aturdimiento, estoicismo, rabia e ira son sustitui-
das por una gran sensación de pérdida. El criterio de realidad se impone ante el
resto de las fantasías (error en el diagnóstico, sanación) y progresivamente se
percatan de las posibles consecuencias.
Suele ocurrir que la depresión se acompaña de sentimientos de culpa o auto
reproches por las cosas realizadas o por las dejadas de hacer. Con frecuencia, la
culpa se evidencia en la dinámica de la relación de pareja a través de acusacio-
nes mutuas referidas al origen de las causas de la patología del paciente. Estas
acusaciones tienden a crear conflictos y distancian a la pareja, en momentos
donde el apoyo del otro es vital para sobrellevar de manera exitosa la situación.
A pesar de que es la etapa de más difícil intervención, puede afirmarse que
la emoción más común en el duelo es la depresión, sin embargo, estas emocio-
nes tan fuertes pueden ser el motor que los motive a buscar ayuda de manera
efectiva.8 En esta etapa no se debe animar a los padres, sino permitirles que
contacten su dolor. No obstante, resulta muy importante no dejarlos solos y
brindarles un acompañamiento cercano.
La aceptación es la última etapa. Finalmente, los padres aceptan la reali-
dad de la condición de su hijo como algo inevitable. La aceptación les permitirá
a los padres reformular su tarea y crear nuevas esperanzas e ilusiones.9
Algunas de estas etapas pueden presentarse de manera simultánea, ya
que no necesariamente ocurren en el orden descrito y cada etapa tiene una
duración distinta para cada quien.
La plena resolución del duelo puede durar hasta dos años. Sin embargo, la
aceptación y la recuperación no significan que el duelo ha terminado, pudiendo
sentirse a lo largo de toda la vida.
Durante el proceso, la negación se presenta de manera recurrente e impre-
vista y la esperanza siempre está presente, bien sea por la fantasía de curación
a través de avances médicos, por terapias alternativas que funcionen o por la
ocurrencia de un milagro.
La mayoría de los sentimientos negativos desaparecen al aumentar el con-
tacto con su hijo y en la medida en que éste va evolucionando o respondiendo
al tratamiento.1 Muchas veces sienten que no se deben permitir a sí mismos
quejarse por su situación, puesto que no son ellos los que están enfermos, por
lo que tienden a ocultar sentimientos, impresiones, inquietudes, pensamientos
irracionales y miedos que no tienen con quien conversar, ni compartir.9
Es importante destacar que los familiares son un pilar fundamental en la
vida del afectado y también sufren la enfermedad, de manera distinta, desde
170 nutrición en pediatría
otra posición a la del familiar que convive con el enfermo y le ofrece dedicación
constante a su cuidado.
Hay un conjunto, cada vez mayor, de pruebas, que indican que las variables
psicosociales tienen efectos sobre la incidencia, progresión y mortalidad de los
diferentes cuadros médicos. Algunas investigaciones indican que los episodios
vitales estresantes, previos a la aparición de la enfermedad o durante la misma,
tienen efectos negativos sobre el curso de ésta.9
Otros estudios han encontrado una correlación entre el nivel de estrés
diario y el curso de diversas patologías. De igual forma, algunas pruebas apo-
yan la idea de que la actitud ante la propia enfermedad es determinante en su
evolución. En este sentido, se ha observado que la incapacidad o carencia de
deseo de expresar los sentimientos relacionados con la misma, se asocia a un
mal pronóstico. Por otra parte, se ha encontrado que la carencia de relaciones
de apoyo se asocia a un bajo nivel de salud.9
Debido a la importancia que tienen los aspectos emocionales y sociales
que se evidencian en la circunstancia vital personal y familiar de los padres,
representantes y cuidadores de pacientes con patologías crónicas resulta indis-
pensable diseñar un abordaje psicosocial que tome en cuenta estos factores,
los cuales constituyen el foco tanto de la evaluación como de la intervención
psicológica y social.
En cania, la atención del paciente crónico es un proceso que se inicia des-
de el primer contacto con la familia e incluye varias fases como son: evaluación,
intervención, seguimiento y valoración de resultados. Es importante aclarar
que estas fases no se dan de manera independiente una de otra, sino que es un
proceso global interconectado.
EVALUACIÓN
Evaluación social
La evaluación social es la fase inicial donde se realiza, con el apoyo de un
instrumento estructurado, la recolección de los datos de la familia relaciona-
dos con las áreas: socioeconómica (ingreso-egresos, estabilidad y dependencia
económica, participación en la distribución del ingreso familiar); educación-
capacitación (escolarización del niño, nivel educativo y experiencia laboral de
los padres); dinámica familiar (relaciones y comunicación entre los miembros;
reconocimiento de la enfermedad, participación en organizaciones de apoyo)
y área físico-ambiental (tipo, tenencia de vivienda y condiciones sanitarias de
la vivienda, accesibilidad a los servicios). También se identifican los problemas
relevantes y las fortalezas con que cuenta el grupo familiar11, así como el apoyo
externo que han utilizado hasta el momento para lidiar de manera exitosa con
la enfermedad de su hijo y señalárselos con el fin de incrementar la confianza
del grupo familiar (Apéndice 1A).
Evaluación psicológica
conductual que realizan lo padres, del paciente y de los otros hijos (en el caso
de que existan).
En particular, se recomienda prestar atención a la sobreprotección de la
cual el paciente puede ser objeto con el fin de evitar complicaciones de índole
emocional, que puedan traer como consecuencia un incremento de la depen-
dencia y la consiguiente anulación del paciente.
INTERVENCIÓN
Hoy en día se reconoce, cada vez más, la importancia del ambiente social
en el bienestar de los individuos. Así vemos, como un fenómeno que parece
tener una importancia fundamental para el bienestar de las personas es la for-
ma en la que los lazos sociales se estructuran como sistemas de apoyo y los
recursos se intercambian entre los miembros de esos sistemas. Estos lazos se
consideran necesarios para que las personas mantengan un grado razonable de
confort afectivo y para afrontar con efectividad la adversidad.9
El apoyo psicosocial fomenta la salud y el bienestar de los individuos. Pue-
de provenir de personas, grupos, instituciones o comunidades y puede ser tam-
bién de carácter general (informal) o especializado (profesional).9
El apoyo psicosocial se desarrolla en varios niveles:
• nivel individual : se incluyen estrategias centradas en el individuo.
• nivel grupal : intervenciones con grupos de personas que se enfrentan a
situaciones de crisis que comparten una situación problemática, como son
los grupos de apoyo y los grupos de autoayuda o de ayuda mutua.
• nivel comunitario: está constituido por intervenciones encaminadas a la
reestructuración u optimización de redes sociales dentro de una estrategia
general de desarrollo comunitario con el fin de incrementar el apoyo social
dentro de la comunidad.9
Intervención social
Se comienza a estructurar desde la fase de evaluación y se diseña con el
grupo familiar, tomando como base la información que manejan de la enferme-
dad del paciente, así como las necesidades, demandas y recursos con los que
cuenta. La intervención se realiza de dos formas: individual y grupal.
capítulo 7 173
Individual
Consiste en la orientación y asesoramiento, dirigida a la atención de los pro-
blemas sociofamiliares identificados y factibles de abordar, mediante un con-
tacto cara a cara con los padres y/o representantes del niño. En esta forma de
atención, resulta importante establecer la empatía necesaria para que la familia
se sienta en confianza y dispuesta a comprometerse con el tratamiento nutricio-
nal. Se pueden implementar los siguientes modelos de intervención:
• En crisis: el objetivo es brindar apoyo inmediato a la problemática fami-
liar, cuando se percibe o detecta una situación de riesgo vital, para resolver
efectivamente un problema coyuntural.
• Labor de consejo/orientación: se busca lograr una comprensión mutua
mediante el acompañamiento en la resolución de las necesidades de la
familia, motivándola a movilizarse para el alcance de las metas. Favorece
el desarrollo de capacidades para la resolución de problemas a mediano y
largo plazo.
• Autoayuda: tiene como finalidad fortalecer las capacidades y potenciali-
dades entre los miembros de la misma familia en la resolución de sus pro-
blemas.11 Se busca aprovechar los recursos internos de la red familiar para
compartir roles en el cuidado, alimentación, escolarización, subsidio entre
otras.
Grupal
Permite conocer la existencia de situaciones comunes entre las familias
de niños con patologías crónicas, promover la sensación de acompañamiento
entre los participantes y generar compromisos colectivos que luego son refor-
zados en los controles individuales sucesivos. Los modelos de intervención que
generalmente se implementan en esta modalidad de atención son:
• Grupo de autoayuda o apoyo interfamiliar: aquellos donde las familias
afectadas por una misma enfermedad participan para conocer los proble-
mas comunes que afrontan, comparten información sobre el uso de recursos
familiares e institucionales y obtienen herramientas para promover cam-
bios que mejoren la calidad de vida del niño y su familia. En estos grupos
se promueve la integración entre los padres y/o representantes para que se
conformen en organizaciones de apoyo social (grupos informales de ayuda,
cooperativas, asociaciones, fundaciones) y obtener mejor respuesta de la
174 nutrición en pediatría
Intervención psicológica
La intervención psicológica pretende promover, mantener y restablecer
niveles óptimos de funcionamiento biopsicosocial. Permite brindar contención
y apoyo para que el grupo familiar pueda reponerse y actuar de manera efectiva
frente a la condición crónica de su hijo. La intervención psicológica puede ser
individual o grupal.
Individual
Algunos padres o representantes pueden requerir atención individuali-
zada cuando la sintomatología emocional sea lo suficientemente severa. En
estos casos se canaliza a la consulta de psicología a las personas que ameriten
un abordaje psicoterapéutico individual. Algunas madres o pacientes pueden
requerir de una atención más profunda de acuerdo a la severidad de las alte-
raciones de su estado anímico. En ocasiones puede que sea necesario realizar
una referencia externa a psiquiatría.
Se abordan de manera individualizada los conflictos personales individua-
les y los que comúnmente se suscitan entre la pareja. De igual forma, los duelos
complicados, patológicos o mal elaborados, que pueden contribuir al rechazo
hacia el paciente, están sujetos a la intervención psicológica individualizada.
Grupal
Los grupos de padres permiten a los cuidadores conocer a otras familias
con necesidades similares. Estos grupos pueden tener muchas funciones, pero
principalmente ofrecen la oportunidad de contar con un lugar y los medios
para compartir información, dar y recibir apoyo emocional, así como la oportu-
nidad de trabajar juntos para tratar los problemas y dudas comunes.13
capítulo 7 175
Los grupos de padres están formados por padres, abuelos, tíos, padrinos,
hermanos, padres sustitutos o cualquiera que esté relacionado directamente
con el paciente, cuidadores primarios, y a veces otros miembros de la familia
interesados en todo lo relacionado con la condición del niño(a).
Algunos grupos de padres también incluyen miembros que no son padres
de hijos con patologías y/o discapacidades, tales como educadores, profesiona-
les médicos, trabajadores sociales, individuos que formulan las políticas y otras
personas interesadas en los temas relacionados con patologías y/o discapaci-
dades.13
Las reuniones con otros padres favorecen el intercambio social con el am-
biente, debido a que las familias se unen para poner fin al sentido de aislamien-
to que les puede crear su situación única. Descubrir que otros experimentan
los mismos problemas y sentimientos, ayuda a convertir la crisis personal en
experiencia social.13
Dentro del grupo, los padres pueden expresar abiertamente sus temores y
preocupaciones y se benefician al saber que hay otras familias experimentando
las mismas situaciones.
El dolor compartido se hace más llevadero. Las familias con un hijo con
una patología crónica tienen preocupaciones especiales y a menudo necesitan
bastante información sobre la condición de su hijo, terapias, facilidades médi-
cas y mucho más.13
Se sugiere la implementación de tratamientos grupales o talleres según
sea el número de personas a atender, que funcionan como grupos de padres y
son dirigidos por psicólogos, expertos en el área, en los cuales se abordan temas
que les permite a los padres, representantes, cuidadores y pacientes, niños o
adolescentes; identificar fortalezas y planificar estrategias para afrontar, de
una manera más adecuada, las demandas impuestas por la patología crónica.
En los talleres se hace énfasis en la expresión de emociones y se ayuda a
revisar sentimientos y actitudes ante las dificultades de la circunstancia vital
actual y en particular, ante la patología crónica del paciente.14 Resulta indis-
pensable identificar los logros, fortalezas y recursos, puesto que esto permi-
te modificar la percepción personal de padres, cuidadores o pacientes, lo que
favorecerá el planteamiento de metas y la consecución de las mismas.
Los tratamientos grupales contribuyen a desarrollar expectativas de cam-
bio y las propias capacidades para lograrlo, mediante el desarrollo de destrezas
personales de autoayuda y apoyo mutuo. Por otra parte, preparan a los padres y
cuidadores para desarrollar y promover una mejor calidad de vida para todo el
176 nutrición en pediatría
los mismos, además del intercambio de soluciones prácticas y realistas que los
participantes aportan y que es justamente el tipo de apoyo que los pacientes y
padres necesitan.
Por otra parte, la atención grupal permite intervenir varias personas a la
vez lo cual implica una notable economía de tiempo y de esfuerzo.9
CONCLUSIONES
Referencias bibliográFIcas
1 González Carbajal A, Cilento C. Problemas de pareja cuando hay hijos con autis-
mo. Conferencia ofrecida en las I Jornadas sobre Autismo realizadas en Sevilla
(España) en diciembre de 1999. [Citado 11 mar 2007]. Disponible en: http://www.
educared.edu.pe/modulo/upload/93178059.doc
178 nutrición en pediatría
GENERALIDADES
Durante los últimos años se ha observado un creciente interés con rela-
ción a los efectos que tiene el estado nutricional materno sobre el producto
de la gestación y el desarrollo infantil.1 El mismo radica en el hecho de que
la desnutrición materna, tanto pregestacional como gestacional, tiene graves
consecuencias para el neonato dadas por la elevada incidencia de peso bajo al
nacer, incremento de la tasa de mortalidad neonatal, retardo o detención del
crecimiento y riesgo de déficit psicomotor.2 De igual manera, la obesidad pre-
concepcional es un factor de riesgo sobre el producto de la concepción debido
a una mayor prevalencia de mortalidad perinatal e infantil3 y a la presencia
de fetos macrosómicos lo que condiciona alteraciones en el trabajo de parto y
mayor frecuencia de cesáreas. Asimismo, la obesidad preconcepcional provoca
aumento de enfermedades maternas como: hipertensión arterial, preeclamp-
sia, diabetes mellitus y dislipidemia.
OBJETIVOS
Evaluación dietética
La evaluación dietética de la embarazada es esencial para conocer las
características de la alimentación y saber si la misma cubre o no las necesida-
des de energía y nutrientes de la madre y del feto, por lo cual resulta impres-
cindible contar con un instrumento, la historia dietética, que permita recoger
información antes y durante el embarazo en relación con el tipo de apetito, los
hábitos y las conductas alimentarias. La evaluación dietética comprende una
evaluación inicial y un seguimiento mensual.
Evaluación inicial
Al realizar la primera historia dietética se investigan los antecedentes que
abarcan la intolerancia a alimentos, los rechazos alimentarios y la frecuencia
de consumo de alimentos semanal. Además, con relación a su embarazo, se
registra el apetito en cada una de las comidas, intolerancia a alimentos y los
síntomas que desencadenan los mismos; así como los rechazo alimentarios,
antojos de alimentos y el consumo de sustancias no nutritivas y de alcohol.
Los hábitos alimentarios son evaluados en base al consumo de alimentos
por medio del recordatorio de 24 horas y la frecuencia de consumo semanal
como se señala en el Apéndice 2A. Se calcula el requerimiento y la adecuación de
energía y macronutrientes de manera individual y de micronutrientes conside-
rando los requerimientos poblacionales (Cuadro 8.1).
Cuadro 8.1 Número de intercambios por grupo de alimentos. Modelo de plan de alimen-
tación de 2060 kcal para una mujer embarazada adulta eutrófica.
Grupo de alimentos Número de intercambios
Lácteos 2 *
Vegetales 2
Frutas 7
Pan-Cereales 8
Carnes 4
Grasas 6
* Aumentar a 3 intercambios si es adolescente.
184 nutrición en pediatría
Evaluación de seguimiento
El seguimiento permite observar el cumplimiento de las indicaciones, así
como conocer los aspectos que dificultaron el cumplimiento de las mismas.
De igual manera, se realiza la exploración de todas las variables conside-
radas en la primera historia y la frecuencia de consumo de alimentos diaria,
semanal y mensual. El cambio positivo en la frecuencia de consumo se basa en
la inclusión o en el aumento de la ingestión de uno o más alimentos, de cual-
quiera de los grupos, en por lo menos un día de la semana; y en la exclusión o
disminución del consumo de sustancias no nutritivas.
Con relación al recordatorio de 24 horas, éste puede ser sustituido por el
registro del consumo de alimentos, durante 3 días o más, en los casos de mal-
nutrición por déficit o por exceso que lo ameriten.
Para la categorización del consumo de alimentos y de la conducta alimen-
taria se considera lo planteado en la evaluación inicial.
186 nutrición en pediatría
Evaluación médica
Esta evaluación incluye el interrogatorio y el examen físico como se señala
en el Apéndice 1D.
El interrogatorio debe considerar:
• Antecedentes gineco-obstétricos: edad de la menarquía, fecha del último
parto para el cálculo del intervalo intergenésico (tiempo transcurrido entre
la fecha de la última regla y la fecha del parto anterior); así como la existen-
cia de complicaciones en los embarazos anteriores.
• Consumo de alcohol, drogas y cigarrillo.
• Uso previo de medicamentos: vitaminas, anticonceptivos orales y anticon-
vulsivantes, debido a la interacción droga nutriente.
• Interrogatorio funcional: síntomas frecuentes del embarazo que requie-
ren manejo nutricional como náusea, vómito, ptialismo, pirosis, estreñi-
miento, edema y calambres; de igual manera, se interroga la aparición de
hemorroides.
• Antecedentes patológicos: enfermedades maternas que requieren manejo
nutricional como son anemia, diabetes, desórdenes hipertensivos del emba-
razo y síndrome de mala absorción.
Evaluación antropométrica
En términos antropométricos, el embarazo es una situación única debido
a un período de observación corto, en el cual los índices antropométricos cam-
bian rápidamente.
La misma se realiza con dos finalidades:
Variables
La evaluación antropométrica comprende una evaluación inicial y un
seguimiento mensual, en ambas se incluyen variables e indicadores.
La evaluación inicial consiste en la determinación de diversas variables
y la interpretación de los indicadores generados. En ella se incluyen las varia-
bles requeridas para la evaluación antropométrica, estas son:
peso preconcepcional materno (pp) ( kg): se refiere al peso corporal ma-
terno medido dentro de los dos meses previos a la concepción. Si no se dispone
de esta medida, dicho peso puede ser obtenido bien sea por recordatorio, cuan-
do se tiene certeza del dato recolectado, o mediante su medición durante el
primer trimestre del embarazo. El peso preconcepcional es utilizado para rea-
lizar las recomendaciones dietéticas maternas específicas para su condición
nutricional de manera precoz y para establecer el riesgo nutricional.
talla (t) (cm): la ventaja que tiene sobre las otras variables antropométri-
cas es que requiere una sola medición en cualquier momento de la edad repro-
ductiva, excepto en las adolescentes con edad ginecológica menor de 4 años.
Esta medida es fundamental para el cálculo del IMC, el cual es ampliamente
utilizado en la clasificación del estado nutricional de la embarazada. La OMS
cataloga la talla materna entre 140 cm y 150 cm, como un fuerte predictor de
riesgo de retardo del crecimiento intrauterino.7
circunferencia media del brazo (cmb) (cm): debido a que esta varia-
ble se ha considerado independiente de la edad gestacional se ha establecido
que valores entre 21 cm y 23 cm en cualquier momento del embarazo, pueden
identificar mujeres con un riesgo alto de tener un recién nacido con peso bajo
al nacer.7
otras variables : son circunferencias de muslo (CM) (cm) y circunferen-
cia de pierna (CP) (cm); pliegues subcutáneos: tricipital (Ptr) (mm) y subes-
capular (PSE) (mm). Además, se utilizan otras variables que dependen de la
aplicación de fórmulas para su cálculo como son la sumatoria de pliegues ( ∑
Ptr-PSE) (mm), área muscular del brazo (AM) (cm2), área grasa del brazo (AG)
188 nutrición en pediatría
(cm 2), área de brazo (AB) (cm 2), porcentaje de grasa (PG) (%) e índice graso
del brazo (IG) (%).
La correcta interpretación de estas variables que reflejan el componente
graso y magro, está dado por la exactitud en la realización de las mediciones,
de allí la importancia de la utilización correcta de los equipos y de las técnicas
establecidas.
• pliegues subcutáneos : pueden ser medidos en diversos puntos anatómi-
cos, los utilizados con mayor frecuencia son el Pliegue tricipital-Edad (Ptr-
E) y Pliegue subescapular-Edad (PSE-E), ambos reflejan el componente
graso y son de gran utilidad en la evaluación antropométrica de la embara-
zada. Otro pliegue de gran importancia en este grupo vulnerable es el del
muslo anterior, ya que los mayores depósitos de grasa se observan en esta
zona periférica y en una región central como es la subescapular. El pliegue
del muslo anterior tiene la desventaja que no se dispone de valores de refe-
rencia para su clasificación.
• sumatoria de pliegues (p tr + pse)- edad: se obtiene de la suma de ambos
pliegues y al comparar el resultado con valores de referencia para la misma
edad y sexo.12
• área grasa- edad (ag - e): indicador indirecto de la reserva calórica, com-
ponente que presenta las mayores modificaciones positivas hasta las 36
semanas de la gestación.
190 nutrición en pediatría
• área muscular-edad (am-e): indicador indirecto de la reserva proteica. En
este grupo vulnerable este componente presenta cambios negativos muy
pequeños desde el inicio hasta las últimas semanas de la gestación.
• índice graso del brazo - edad (ig - e) y porcentaje de grasa- edad (pg - e):
son otros indicadores que reflejan componente graso.
contextura- edad (c - e): este indicador permite clasificar la contextura de
•
Valores de referencia
Para la interpretación adecuada de los indicadores antropométricos en
la evaluación inicial realizada en el primer trimestre de la gestación, se puede
utilizar las tablas internacionales de Frisancho derivadas del Centro Nacional
de Estadística de Salud13 según se señala en el Apéndice 3D. Dentro de los interna-
cionales, se sugiere la aplicación de estos valores de referencia por ser los que
utilizan la categorización de los mismos según edad y sexo.
Además, estas tablas tienen la ventaja que proporcionan valores de refe-
rencia para todas las edades. De igual manera, se pueden aplicar los valores de
referencia nacionales del Estudio Transversal de Caracas14, su desventaja es
que no pueden aplicarse en mujeres mayores de 19 años.
Es de hacer notar, que para la clasificación de la contextura según el Fra-
me index 2, Frisancho no dispone de valores de referencia para menores de
18 años, por lo que para este grupo de edad se emplea el indicador diámetro
del codo (mm)-edad o la relación de la talla con el diámetro del codo según
los valores de referencia de dicho autor. Los puntos de corte utilizados para la
categorización diámetro del codo (mm)-edad son: ≤ p25 contextura pequeña,
> p25 ≤ p75 contextura mediana y > p75 contextura grande, según Anexo 3D.
Para el indicador IMC en gestantes existe la clasificación de Atalah11 y del
Instituto de Medicina (Estados Unidos)15, ambas para mujeres con edad mayor
o igual a 18 años. Para la categorización del estado nutricional en el segun-
do y tercer trimestres de la gestación, se recomienda el IMC de acuerdo con
las semanas de gestación, utilizando los valores de referencia de la gráfica de
Atalah como se indica en el Apéndice 3E; la misma fue realizada en gestantes con
edades comprendidas entre 18 y 35 años (Cuadro 8.3).
Evaluación de seguimiento
El objetivo es vigilar las variaciones del estado nutricional y el incremento
ponderal y observar el progreso (estabilidad, deterioro o incremento) de las
variables e indicadores antropométricos utilizados en la evaluación inicial, con
el fin de detectar en forma precoz cualquier desviación perjudicial tanto para la
madre, como para el producto de la concepción. En cada uno de los controles se
miden todas las variables antropométricas utilizadas en la evaluación inicial,
excepto la talla en embarazadas adultas. Para la adecuada interpretación de
algunos de los indicadores antropométricos se requiere calcular la edad ges-
tacional.
capítulo 8 193
Cuadro 8.3 Puntos de corte para los indicadores antropométricos según valor
de referencia.
Ganancia de peso
El incremento ponderal óptimo durante la gestación se ha relacionado con
un crecimiento fetal adecuado, por lo que se han establecido diferentes rangos
de incremento ponderal total para la mujer embarazada, según el estado nutri-
cional; los mismos son entre 11,5 y 16,0 kilos para una mujer eutrófica; de 12,5
a 18 kilos si es desnutrida y entre 7,0 y 11,5 kilos si es obesa.15
Especial interés merecen las recomendaciones de ganancia de peso para
las mujeres con talla menor de 157 cm, su incremento debe ser a nivel del límite
inferior aconsejado; en el caso de las adolescentes, principalmente aquellas
que se encuentran en sus dos primeros años de posmenarquia para el momento
de la concepción, el incremento debe ser a nivel del límite superior del rango
recomendado. A las madres con embarazo gemelar se les aconseja una ganan-
cia de peso mayor, la cual oscila entre 16 y 20,5 kilos.15
A pesar de la importancia que representa el incremento ponderal total a
lo largo del embarazo, el efecto benéfico del mismo va a estar condicionado por
el patrón de la ganancia de peso en cada trimestre del embarazo. El monitoreo
de la ganancia de peso permite realizar una intervención dietética oportuna
194 nutrición en pediatría
dia del brazo incrementó sólo 1 cm de la semana 9 hasta la 37.8 Por otra par-
te, se sabe que la mayoría de los indicadores del componente graso presentan
incrementos significativos hasta la semana 35-36 de la gestación, seguido por
una disminución no significativa. En nuestra experiencia al igual que en otros
trabajos realizados, se ha demostrado que los mayores incrementos globales se
observan en los pliegues subcutáneos muslo anterior y subescapular.17,18 La gra-
sa depositada a nivel del muslo durante el embarazo, representa una importante
fuente de energía que será utilizada posteriormente durante la lactancia.
Evaluación bioquímica
Evaluación inicial
La evaluación inicial incluye los siguientes exámenes:
• Hematología completa, hierro sérico, ferritina, transferrina, glicemia, urea,
creatinina, ácido úrico, proteínas totales y fraccionadas, calcio, calcio ióni-
co, fósforo, fosfatasa alcalina, magnesio, triglicéridos, colesterol, pruebas
de funcionalismo hepático (transaminasas, bilirrubina), grupo sanguíneo y
factor Rh. En un estudio longitudinal realizado en embarazadas eutróficas
de nuestra comunidad se determinaron los valores promedios en los tres tri-
mestres de la gestación de estos parámetros de laboratorio (Cuadros 8.5 y 8.6).
• Pruebas especiales: VDRL, HIV, títulos de toxoplasma, anticuerpos anti-
rubéola, serología para hepatitis, inmunoglobulinas y complemento (C3 y
C4). Expertos en el área recomiendan que la prueba de detección del VIH se
realice en los tres trimestres de la gestación, con la finalidad de identificar
no sólo aquellas madres que se encuentran infectadas al inicio del embara-
zo, sino también las que se infectan durante este período.
• En presencia de pacientes obesas con IMC > 30 kg/m 2, se debe realizar el
test de O’Sullivan y la curva de tolerancia glucosada cuando dicho test es
positivo.19 Además, se recomienda perfil lipídico (HDL, LDL, VLDL) y perfil
tiroideo (TSH, T3 y T4 libre).
• Se indica examen general de orina para la detección de proteinuria e infec-
ción urinaria y urocultivo en caso de ser necesario.
• A pesar de la importancia de la determinación sérica y eritrocitaria de
ácido fólico, ésta se indica cuando se sospecha su déficit como en los casos
de anemia macrocítica, ingesta dietaria baja, uso de anticonceptivos orales,
anticonvulsivantes tipo fenobarbital y antiácidos; así como una mala absor-
ción intestinal. La determinación de niveles de otras vitaminas y minerales
queda limitada a la investigación, por ser pruebas muy costosas.
196 nutrición en pediatría
Cuadro 8.5 Promedio y desviación estándar de las variables del perfil hematológico en
los tres trimestres del embarazo. n = 62
1er Trimestre 2do Trimestre 3er Trimestre
Variable hematológica Promedio DE Promedio DE Promedio DE
Glóbulos rojos (x 106/u/L) 4,32 0,35 3,94 0,29 4,09 0,36
Glóbulos blancos (x 103/u/L) 8,05 2,05 8,96 2,22 8,95 2,38
Neutrófilos (%) 67,27 7,85 69,72 6,57 68,93 6,60
Linfocitos (%) 30,18 7,53 27,47 6,17 28,36 6,52
Monocitos (%) 0,47 0,74 0,73 0,95 0,53 1,22
Eosinófilos (%) 2,08 1,49 2,08 1,79 2,18 1,79
Basófilos (%) 0,00 0,00 0,00 0,00 0,04 0,26
Plaquetas (x 10 /U/L)
3
260,02 53,81 246,53 49,52 241,84 49,93
Hemoglobina (g/dL) 12,32 1,04 11,40 0,85 11,69 1,03
Hematocrito (%) 38,76 3,33 35,87 2,55 37,22 3,31
VCM (fL) 89,82 4,66 91,27 4,98 91,16 4,83
HCM (pg) 28,48 1,80 28,99 1,69 28,62 1,78
CHCM (g/dL) 31,81 0,83 31,77 0,81 31,22 1,54
Fuente: Rached-Paoli I, Azuaje-Sánchez A, Henriquez-Pérez G. Cambios en las variables hemato-
lógicas y bioquímicas durante la gestación en mujeres eutróficas. An Venez Nutr 2002;15
(1):11-17.
Evaluación de seguimiento
Para la interpretación adecuada de las variables hematológicas y bioquí-
micas, se deben conocer las modificaciones fisiológicas que se producen duran-
te el embarazo, como queda evidenciado en un estudio nacional, que demostró
que 74,2% de dichas variables presentan cambios significativos entre el prime-
ro y el segundo trimestre del embarazo.20
En líneas generales la mayoría de las variables bioquímicas van disminu-
yendo de manera progresiva a lo largo del embarazo, excepto los valores séricos
de glóbulos blancos, ácido úrico, sodio, potasio, fosfatasa alcalina, triglicéridos
y colesterol que en el tercer trimestre de la gestación se encuentran por encima
del límite superior de la normalidad, lo que es aceptable para una mujer emba-
razada (Cuadros 8.5 y 8.6).
Es de hacer notar, que la hiperlipidemia fisiológica de la embarazada, se
caracteriza por una hipertrigliceridemia en forma persistente (200% a 300%
más alto que los valores de una mujer sana no embarazada), además de un
incremento menos intenso de las concentraciones de fosfolípidos (25%), coles-
terol (25%) y ácidos grasos no esterificados. 20
capítulo 8 197
Imagenología
Es recomendable realizar el Ecosonograma fetal, preferiblemente antes
de las 13 semanas de gestación, para determinar la edad gestacional con pre-
cisión.
MANEJO NUTRICIONAL
Metabolismo basal
Se puede calcular a través de varios métodos:
siguiente manera:
Actividad física
Se obtiene al utilizar los porcentajes del cálculo del MB, de acuerdo al nivel
de actividad física, que se indican a continuación.25
res que practican alguna actividad física y se encuentran en buen estado físico
antes de la gestación, pueden continuar con su práctica durante el embarazo
sin ningún riesgo.26
Requerimientos de proteínas
Las necesidades de proteínas adicionales son obvias, dada la enorme sín-
tesis de tejidos nuevos, tanto maternos como fetales, especialmente en el últi-
mo trimestre del embarazo. Durante todo el embarazo se depositan 925 g de
proteínas en un feto normal y en los tejidos maternos.
The American College of Obstetricians and Gynecologists propuso que, a
partir del segundo trimestre, la mujer gestante debe consumir de 10 a 12 g de
proteínas adicionales diariamente cuando es mayor de 24 años y 15 g por día
cuando es igual o menor de 24 años. Esto corresponde a aumentar las necesi-
dades proteicas entre 1,2 y 1,5 g/kg/día. El 50% de las mismas deben ser de alto
valor biológico. La relación energía/nitrógeno deber ser 150 ± 25.
En embarazadas con malnutrición por déficit debe alcanzarse los 2 g/kg/
día. En el caso de la gestante adolescente temprana (10 a 14 años) se recomien-
da aumentar a 1,7 g/kg/día.27
Requerimientos de carbohidratos
No se han establecido recomendaciones especiales con relación al consu-
mo de este macronutriente sin embargo, los glúcidos deben proporcionar entre
50% y 60% del aporte energético total.
Se aconseja el consumo de carbohidratos complejos ya que éstos contie-
nen fibra, necesaria para prevenir los frecuentes problemas del tránsito intes-
tinal lento.
La fibra se debe incluir en la alimentación de la embarazada para combatir
el estreñimiento. Se recomienda consumir 28 g de fibra al día.28
Requerimientos de vitaminas
Vitaminas liposolubles
• vitamina a : el déficit de vitamina A durante el embarazo se ha relaciona-
do con un incremento del retardo del crecimiento intrauterino y de recién
nacidos pretérminos. Sin embargo, altas dosis de vitamina A (> 25.000 UI)
son teratogénicas para el feto y tóxicas para la madre. Entre los efectos tera-
togénicos se encuentran: malformaciones en el sistema nervioso central,
defectos craneofaciales y cardiovasculares, así como anomalías del timo. La
Teratology Society (1987) insiste en que se informe a las mujeres en edad
reproductiva que el uso excesivo de vitamina A poco antes del embarazo y
durante el mismo, suele ser perjudicial para el producto de la concepción.30
Las recomendaciones dietéticas permitidas (RDA) para la embarazada son
de 800 µg de equivalentes de retinol al día, las mismas recomendaciones que
para una mujer no embarazada. Una alimentación equilibrada cubre dichas
recomendaciones, por lo que no es necesaria la suplementación. El Institu-
to de Medicina de los Estados Unidos en 1990 recomendó que las mujeres
embarazadas eviten suplementos vitamínicos que contengan vitamina A
durante el primer trimestre de la gestación, a menos que se haya diagnosti-
cado una carencia de esta vitamina.15 La OMS recomienda no exceder 10.000
UI (3.000 ER) al día o 25.000 UI (7.500 ER) semanal cuando se suplementa
vitamina A durante el embarazo. 31
• vitamina d: es necesario un buen estado nutricional de esta vitamina duran-
te la gestación para asegurar una respuesta materna adecuada a las deman-
das atribuidas al embarazo y al manejo del calcio del neonato. La osteomala-
204 nutrición en pediatría
Vitaminas hidrosolubles
• vitamina b 6 : las RDA actuales para la vitamina B6 durante el embarazo es
de 2,2 mg/día. Los 0,6 mg adicionales a las recomendaciones en mujeres
adultas, satisfacen el aumento de las necesidades relacionadas con la sín-
tesis de aminoácidos no esenciales para el crecimiento y la síntesis de nia-
cina a partir de triptófano, dependiente de la vitamina B6. La mayoría de las
investigaciones realizadas no han encontrado correlación de esta vitamina
con el peso del recién nacido.
• ácido fólico: el crecimiento del feto y la placenta unido a la eritropoyesis
materna, originan un aumento de las necesidades de ácido fólico en 122%
de las recomendaciones habituales. Los resultados de una serie de estudios
atribuyen a esta vitamina un papel fundamental, tanto en la prevención de
la anemia megaloblástica como en las posibles anomalías del tubo neural
del feto. De igual manera, el aporte suplementario de esta vitamina puede
proteger al feto de la exposición a la homocisteína que se eleva en propor-
ción inversa al ácido fólico provocando el desarrollo anormal de la cresta y
el tubo neural.
• vitamina b12: se observa deficiencia de esta vitamina en mujeres que han sido
vegetarianas durante un período largo entre 3 y 5 años. La deficiencia de
esta vitamina (< 300 pmol/L) se ha asociado con inestabilidad genómica. La
suplementación simultánea de vitamina B2, B6 y B12 con ácido fólico dismi-
nuye la homocisteína plasmática y por lo tanto los defectos del tubo neural.
capítulo 8 205
Requerimientos de minerales
Hierro
Es necesario durante el embarazo para la producción de hemoglobina,
tanto para la madre como para el feto. La médula ósea activa puede utilizar 500
mg de hierro elemental durante el embarazo, y el feto a término y la placenta,
acumulan entre 250 y 300 mg de hierro elemental.
En total, la mujer embarazada requiere entre 700 y 800 mg de hierro adi-
cionales, en su mayor parte durante la última mitad del embarazo, cuando son
mayores las demandas maternas y fetales del mismo.15 Si éstas se promedian
durante todo el embarazo, corresponde a un incremento diario de 15 mg de
hierro, el cual sumado a los 15 mg/día recomendados cuando no hay embarazo,
aumentan a 30 mg/día las RDA de hierro durante el embarazo.32
Se ha señalado que un consumo de hierro insuficiente conduce a una pro-
ducción deficiente de hemoglobina, seguida de un transporte inadecuado de
oxígeno al útero, placenta y al feto en desarrollo. La concentración de hemoglo-
bina baja se ha asociado a un incremento de la mortalidad, tanto materna como
perinatal, de la prematuridad y del peso bajo al nacer.
La OMS refiere 56% como la cifra promedio de prevalencia de anemia en
embarazadas en los países en desarrollo, siendo la prevalencia de deficiencia
de hierro aún mayor. Esta última está asociada con parto prematuro, peso bajo
al nacer e incremento de la mortalidad perinatal. Por otra parte, los valores
maternos elevados de hemoglobina (>13,2 g/100mL) generalmente indican una
inadecuada expansión del volumen plasmático, lo que se ha relacionado con un
aumento de la tensión arterial, que constituye también un factor de riesgo de
peso bajo al nacer.
Calcio y fósforo
Son minerales sumamente importantes para la formación del esqueleto
fetal. Cuando comienza el embarazo se inician una serie de mecanismos que
aseguran al feto depósitos suficientes de calcio. Estos mecanismos son: incre-
mento en la absorción intestinal del calcio proveniente de la dieta, incremen-
to de la reabsorción renal y de la resorción ósea. El embarazo representa una
demanda significativa de calcio en el que el balance dinámico del depósito de
calcio está alterado, por lo que este mineral es extraído del esqueleto materno.
Los depósitos de calcio en el recién nacido a término son aproximadamen-
te 30 g (2,5% del calcio del esqueleto materno) y la mayoría se depositan en el
último trimestre. De igual manera, la madre debe concentrar en su esqueleto
reservas de calcio para las demandas durante la lactancia.
206 nutrición en pediatría
Sodio
El aumento del líquido circulante en la embarazada genera una mayor
demanda de sodio, por lo que no tiene sentido la restricción sistemática que se
venía aplicando hasta hace poco. Como regla general, 2 a 3 g diarios suelen ser
suficientes para evitar disturbios del sistema renal de la madre e hiponatremia
neonatal en el niño.
Zinc
Algunas investigaciones han demostrado que su deficiencia puede cau-
sar trabajo de parto prolongado, preeclampsia, incremento en la incidencia
de retardo de crecimiento intrauterino, malformaciones congénitas, espe-
cialmente a nivel del sistema nervioso central y muerte fetal; sin embargo, no
existe consenso definitivo en relación con estos hallazgos. Se recomienda un
incremento de 3 mg, para prevenir problemas de malformaciones fetales.32
Flúor
Ejerce una influencia especial tanto en la formación de la dentición pri-
maria, como en la resistencia a las caries que tendrá a futuro la dentición per-
manente del neonato. Además, es un factor de primera importancia en la salud
dental de la madre. Aunque no existen recomendaciones especiales para el
embarazo se debe tener presente que su exceso puede producir fluorosis. De
igual manera, se ha demostrado que la fluorosis crónica puede provocar daño
en el desarrollo del cerebro del feto.33
Yodo
Las RDA están incrementadas en 14% durante la gestación. La deficiencia
de yodo provoca bocio en la madre y cretinismo en los hijos. El uso de sal
yodada es una medida que se recomienda, especialmente en aquellas zonas
geográficas donde el agua tiene un contenido de yodo bajo.
Magnesio
Estos requerimientos se incrementan durante la gestación a 400 mg/día
en las adolescentes y 360 mg/día en las adultas.24 La deficiencia de magnesio se
ha asociado con preeclampsia, recién nacido pretérmino y peso bajo al nacer.
Las dosis recomendadas de vitaminas y minerales se señalan en el Cuadro 8.7.
capítulo 8 207
Cuadro 8.7 RDA, DRI y valores de referencia para la población venezolana de vitaminas y
minerales para mujeres embarazadas.
Valores de referencia para
Micronutrientes RDA DRI población venezolana
Vitamina A (µg) 800 770 800
Vitamina D (µg) 10 5 10
Vitamina E (mg) 10 15 10
Vitamina K (µg ) 65 90 65
Vitamina C (mg) 70 80 (adolescente) 70
85 (adulta)
Tiamina (mg) 1,5 1,4 1,4
Rivoflavina (mg) 1,6 1,4 1,4
Niacina (mg) 17 18 18
Vitamina B6 (mg) 2,2 1,9 1,9
Folato (µg) 400 600 600
Vitamina B12 (µg) 2,2 2,6 2,6
Calcio (mg) 1.200 1.300 (adolescente) +100
1.000 (adulta)
Fósforo (mg) 1.200 1.250 (adolescente) 700
400 (adulta)
Magnesio (mg) 320 400 (adolescente) 400
360 (adulta)
Hierro (mg) 30 27 30
Zinc (mg) 15 12 (adolescente) 15
11 (adulta)
Iodo (µg) 175 220 200
Selenio (µg) 65 60 65
Otras sustancias
Alcohol
El consumo de alcohol durante el embarazo puede ocasionar abortos,
retardo del crecimiento y desarrollo, alteraciones del sistema nervioso central
y malformaciones congénitas.34 Además, el alcohol interfiere con la absorción
de aminoácidos, zinc, ácido fólico y tiamina. Como se desconoce si existe un
208 nutrición en pediatría
Nicotina
Puede provocar aborto espontáneo, ruptura prematura de membranas,
parto prematuro, peso bajo al nacer y síndrome de muerte fetal del prematuro.
Por otra parte, el cigarrillo provoca pérdida del apetito y disminución de la
cantidad de nutrientes consumidos, así como disminución de la absorción de
micronutrientes en el intestino e incremento de la utilización de los mismos.
Cafeína
Es considerada una droga estimulante, atraviesa la placenta y afecta la
frecuencia cardíaca y respiratoria del feto. La cafeína natural o sintética se
encuentra en muchos alimentos y bebidas tales como el chocolate, las bebi-
das gaseosas y en algunos medicamentos tales como: Parsel®, Dol®, Cafergot®,
Ivagan®, Adolen®, Saridon®, etc. El contenido de cafeína en una taza (8 onzas)
de las principales fuentes de esta sustancia es: café de cafetera, 125 mg; café
instantáneo, 90 mg; té, 70 mg; cacao o chocolate caliente, 25 mg; bebidas de
cola (gaseosas), 50 mg.
El efecto de la cafeína sobre el feto ha sido poco estudiado y los resultados
son controversiales. Se sugiere que las mujeres embarazadas limiten el consu-
mo de cafeína a menos de 300 mg/día. Existe evidencia de que el consumo de
cantidades superiores puede aumentar el riesgo de aborto espontáneo, parto
prematuro y bajo peso al nacer. 35
Edulcorantes artificiales
Los edulcorantes artificiales más empleados actualmente son la sucralosa
(Splenda®) y el aspartame (Equal®, Nutra Sweet®, Edul®). Se aconseja a las
embarazadas que no ingieran más de dos a tres porciones diarias de productos
endulzados con edulcorantes. Todos los edulcorantes se someten a pruebas
extensivas antes de su aprobación y los resultados han demostrado que son
seguros para todos, incluso los niños y las embarazadas.
capítulo 8 209
Té y hierbas
Hay más de 400 hierbas, en diversas presentaciones, como píldoras, cáp-
sulas y extractos, que se utilizan de forma habitual para tratar o prevenir gran
variedad de síntomas. Ya que no se ha estudiado su seguridad y eficacia duran-
te el embarazo se recomienda evitar su consumo. Los preparados con base en
hierbas están clasificados como suplementos dietéticos por la FDA por lo que no
están sujetos a las mismas normativas que los medicamentos convencionales.
Los fabricantes no tienen la obligación de cumplir con ningún control de
calidad estándar, ni de realizar estudios de seguridad o de eficacia antes de
comercializar esos productos, en consecuencia, la calidad y potencia de un
suplemento con base en hierbas puede variar en forma considerable entre dos
lotes del mismo producto y entre productos de diferentes fabricantes. Por otra
parte, algunos preparados pueden interactuar con otros medicamentos y hacer
que se vuelvan menos activos o seguros.36
Suplementación
Hierro
En muchos países se recomienda la suplementación rutinaria de 30 mg/día
de hierro elemental durante el segundo y tercer trimestres del embarazo, algu-
nas investigaciones indican 120 mg/semana.37 Respecto a la decisión sobre la
frecuencia de la suplementación (diaria versus semanal) se debe considerar el
estrato socioeconómico de la paciente, el consumo de hierro hem y los niveles
séricos de hemoglobina.
La dosis para corregir la anemia debe ser entre 60 y 120 mg/día de hierro
elemental15 reduciéndose a 30 mg/día al alcanzar los niveles normales de hemo-
globina. El tratamiento se debe mantener durante 2 a 4 meses.
El sulfato ferroso es la sal de hierro mejor tolerada y más económica.
Actualmente, en Venezuela sólo existen dos productos comerciales que la con-
tienen: Ferro-Folic®: tabletas de 525 mg de sulfato ferroso (105 mg de hierro
elemental) y Fer-in-sol® (jarabe): sulfato ferroso 150 mg/5 mL (30 mg de hierro
elemental). La administración de hierro parenteral intramuscular sólo se reco-
mienda en caso de intolerancia o mala absorción intestinal.
Ácido fólico
Se recomienda a todas las mujeres en edad reproductiva, consumir
400 µg/día de ácido fólico sintético además de alimentos ricos en folato, con el
210 nutrición en pediatría
fin de reducir el riesgo de defectos del tubo neural38 y de esta manera, cubrir las
DRI (600 µg/día). Por otra parte, se sugiere a las mujeres que están planificando
un embarazo, aumentar el consumo de ácido fólico desde tres meses antes del
embarazo mediante suplementos.
Existen tres estrategias de Salud Pública para lograr la dosis diaria reco-
mendada de ácido fólico para la prevención efectiva de los defectos del tubo
neural y son las siguientes:38
a) Ingesta de suplementos de ácido fólico aunado a una dieta saludable.
b) Alimentos fortificados con ácido fólico sintético de manera voluntaria.
c) Un alimento de consumo general fortificado de manera obligatoria.
Calcio
La mayoría de las gestantes, especialmente las adolescentes, no consu-
men las cantidades de calcio recomendadas, lo que queda de manifiesto por
adecuaciones menores de 85% al realizar el consumo de alimentos a través del
recordatorio de 24 horas. En estos casos, la suplementación de calcio es nece-
saria para cubrir el consumo dietético recomendado (DRI).
• Para cubrir el consumo dietético recomendado:
Dosis: Ca (mg) = DRI de Ca (mg) – consumo de Ca (mg).
• Además, se debe suplementar Ca en caso de hipocalcemia:
Dosis: 400 – 600 mg de calcio elemental en horas de la noche.
• Todas las sales de calcio deben ser administradas en horas de la noche, ya
que tienen un ritmo circadiano, lo que favorece su absorción.
• El citrato de calcio es la sal de calcio que mejor se absorbe y debe ser admi-
nistrada por lo menos 1 y ½ horas después de la cena.
• Otras sales de calcio, como el carbonato de calcio, se absorben mejor con
los alimentos.
Vitamina C
Los niveles de vitamina C en plasma y en líquido amniótico están dismi-
nuidos en la embarazada fumadora, por lo que sus requerimientos se encuen-
tran aumentados (35 mg/día adicionales). Otros estudios han señalado que las
concentraciones séricas de β-carotenos, vitamina B6, B12 y folatos se encuen-
tran disminuidas en embarazadas fumadoras33, por lo que se debe incrementar
su consumo o realizar suplementación.
Vitamina B6
Algunos autores sugieren la utilización de vitamina B6 en el tratamiento
de las náuseas y los vómitos graves del embarazo. Se piensa que el mecanismo
de acción es a través de la producción de neurotransmisores.40
Dosis: 300 mg/día durante 20 días consecutivos. Al término de dicho
período, si desapareció la náusea se omite el suplemento, si presentó mejoría
se continúa hasta que desaparezca el síntoma y si no hubo mejoría se omite el
medicamento. Productos comerciales que la contienen en Venezuela: Supra-
bion®, Benadon® y Biprin®.
Ptialismo
Es la salivación profusa y molesta. La causa parece ser la estimulación de
las glándulas salivales por la ingestión de almidón. Se debe buscar esta causa y
erradicarla. Además, se debe cuidar la higiene bucal para neutralizar la acidez
de la saliva, producto de los cambios metabólicos.
Pirosis
Es frecuente al final del embarazo, producto de la presión que el útero
ejerce sobre el estómago aunado a una relajación del esfínter esofágico. Los
siguientes consejos pueden evitarla:
• Consumir cinco a seis comidas pequeñas por día en lugar de tres comidas
grandes. Además, masticar en forma adecuada y comer despacio.
• Evitar tomar líquidos con las comidas y procurar ingerirlos entre las
comidas.
• Eliminar los alimentos que desencadenan acidez, como picantes, frituras,
chocolate y cafeína, entre otros.
• Evitar acostarse inmediatamente después de comer. En aquellos casos en
que no sea posible, se debe colocar el cuerpo en decúbito dorsal mantenien-
do un ángulo de 30°, lo cual puede lograrse con el uso de almohadas.
• Aumentar de peso de manera adecuada, tomando en cuenta las recomen-
daciones de los especialistas en el área de la nutrición. El exceso de peso
ejerce mayor presión sobre el abdomen, lo que puede provocar acidez.
• Un antiácido puede aliviar los síntomas.
Estreñimiento y hemorroides
Se presentan en los últimos meses de la gestación. Las causas del estreñi-
miento incluyen disminución de la motilidad intestinal, inactividad física y la
presión que ejerce el útero aumentado de tamaño sobre el intestino.
Las hemorroides se originan como consecuencia del aumento de la presión
ejercida sobre las venas ilíacas por el útero que va aumentando de tamaño, lo
cual provoca elevación de la presión venosa en el interior de las venas hemorroi-
dales media e inferior que drenan su sangre a las venas ilíacas internas.
El manejo nutricional va dirigido a:
• Aumentar el consumo de líquidos; por lo menos de 8 a 10 vasos de agua
por día.
• Aumentar el consumo de alimentos ricos en fibra como se indica en el
Apéndice 5.
capítulo 8 213
Se recomienda:
• Realizar ejercicio regularmente; caminar en un terreno plano por lo menos
30 minutos por día.
• Evitar estar de pie o sentada durante períodos largos; caminar unos minu-
tos cada hora, mientras se esté sentado.
• Descansar sobre el lado izquierdo para mejorar la presión venosa.
Edema
En el último trimestre del embarazo suele haber un edema fisiológico leve
en las extremidades, debido principalmente a la presión del útero en creci-
miento sobre las venas que retornan la circulación de las piernas. Además, el
incremento en los niveles de hormonas en este período puede provocar reten-
ción de líquido a nivel intersticial intensificando dicho edema. Cuando la mujer
está acostada, se desplaza el líquido del espacio extracelular al intracelular
originando micciones frecuentes durante la noche.
El edema fisiológico no requiere restricciones de sodio ni otros cambios en
la dieta. Las necesidades de sodio durante el embarazo suelen verse cubiertas
con una dieta normal.
Calambres
Se manifiestan en la noche por contracciones súbitas de los músculos
gemelos y se ha relacionado con disminución del calcio sérico lo que provoca
un desequilibrio entre el calcio y el fósforo, y con la presión ejercida por el peso
del feto sobre los músculos, nervios y vasos sanguíneos de las piernas.
Se recomienda para la prevención o el alivio de estos calambres mante-
ner la relación Ca:P en la dieta entre 1:1 a 2:1 e ingerir líquidos en abundan-
cia durante el día, especialmente agua. Por otra parte, el estiramiento de las
extremidades inferiores antes de acostarse, el ejercicio regular, así como evitar
permanecer sentada o parada en una misma posición durante un período pro-
longado, son medidas que ayudan a prevenir los calambres.
214 nutrición en pediatría
Una mujer sana y bien alimentada produce una leche rica en macro y
micronutrientes perfectamente adaptada a su bebé. Se necesitan 800 calorías
diarias para producir un litro de leche; 500 calorías las aporta la dieta y 300
se toman de los depósitos maternos que se formaron durante el embarazo. La
ingestión de líquido debe ser suficiente para que la mujer satisfaga la sed y
mantenga una orina diluida.42
La mujer necesita un aporte mayor de energía y proteínas (500 kcal y 15
gramos de proteínas adicionales), que lo puede obtener con una alimentación
balanceada que incluya todos los grupos de alimentos, asegurándose de cum-
plir con las raciones adecuadas de productos lácteos que cubran el incremento
en las necesidades de calcio, como se observa en el Cuadro 8.8.
La mayoría de los bebés toleran los alimentos que consumen sus madres,
en ocasiones la madre podrá notar alguna incomodidad en su bebé si consume
algún alimento, el cual puede suspenderse mientras dura la lactancia.
En familias con antecedentes alérgicos se ha encontrado beneficioso el
que la madre suspenda de su dieta, alimentos potencialmente alergénicos
como huevo, pescado y maní entre otros.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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la embarazada. Bol Nutr Infant CANIA. 2001;6:12-22.
capítulo 8 217
Generalidades
mama y ovario, aumentando dicha pro- • Los nutrientes de la leche materna son de fácil di-
tección en razón directa a la duración gestión y absorción, adaptándose a las caracterís-
de la lactancia. ticas fisiológicas del lactante.
• Favorece la pérdida progresiva de pe-
• La leche materna calma la sed del niño.
so, especialmente en las áreas de la
• La lactancia a libre demanda disminuye los nive-
cadera y parte superior de los muslos,
por estímulo de la lipoprotein lipasa de les de bilirrubina en el período neonatal.
esas zonas. • La concentración de solutos se adecua a la inma-
únicamente si la lactancia materna fensa con el que cuenta el niño hasta que sea capaz
es exclusiva y no hay menstruación. de fabricar sus propios anticuerpos. Hay evidencias
• La lactancia materna produce una sen-
que señalan una menor frecuencia de infecciones
sación placentera, ya que se han encon- urinarias, gastrointestinales y otitis media.
trado niveles de beta endorfinas altos • Mejora la respuesta a las inmunizaciones.
en mujeres que lactan, minimizando • Es el alimento más adecuado para bebés con an-
los síntomas de la depresión post- tecedentes familiares de alergias respiratorias y
parto producida por los cambios hor- alimentarias. Los niños de familias diabéticas tie-
monales que ocurren luego del alum- nen una menor incidencia de la enfermedad, si son
bramiento. amamantados.
• El amamantar fortalece el vínculo afec- • El amamantamiento favorece el desarrollo máxilo-
tivo madre-hijo y la condición de mujer. facial, debido a los movimientos que debe realizar
• El amamantar no limita la realización el niño para vaciar la mama.
de otras actividades si se practica ade- • El coeficiente intelectual de los niños alimentados
cuadamente la técnica de extracción y con leche materna es mayor, además que fomenta
conservación de la leche. el desarrollo emocional del niño.
• La leche materna no necesita preparación, no se
mir entre 20% a 90% del ingreso fami- cia natural en caso de niños hospitalizados.
liar, más el costo derivado por alguna • No produce desperdicios.
enfermedad en el niño.
• Ayuda a proteger la naturaleza.
pública.
222 nutrición en pediatría
Cuadro 9.5 Composición de ácidos grasos de la leche humana de mujeres con dieta libre.
Estudio: Working Party, 1977.
Ácidos grasos 10:0 12:0 14:0 16:0 16:1 18:0 18:1 18:2 18:3
% 1,4 5,4 7,3 26,5 9,5 4,0 35,5 7,2 –
Fuente: Fomom S. Nutrición del lactante. 1a. Edición. España: Mosby/Doyma. 1995; 9: 154.
Por otra parte, la leche materna se considera como el vehículo que comu-
nica el sistema inmune materno con el niño, un sistema que activamente dirige
y educa los sistemas inmunológico, metabólico y la microflora en el niño, al
tiempo que le confiere múltiples vías de protección contra patógenos.18
Lactario
“Servicios que apoyan a la madre para alimentar a sus hijos o hijas con
leche materna, directamente del seno u obtenida mediante extracción manual
o mecánica, almacenándose de tal manera, que permita bajo su manejo ade-
cuado la posibilidad de alimentar al niño con leche materna”; dependiendo de
su ubicación, serán institucionales, comunitarios o caseros.
Sala de amamantamiento
“Espacio ubicado en instituciones públicas o privadas, que brindan servi-
cios cálidos, amables a las madres trabajadoras para que amamanten a su hijo
o hija; se garantiza cuido y protección de los niños y niñas de la mujer trabaja-
dora. Además, brinda facilidades para la extracción, conservación y suministro
de la leche materna bajo normas técnicas de seguridad”.
En Gaceta Oficial N° 38.763 del 6 de septiembre de 2007 se promulgó la
Ley de Promoción y Protección de la Lactancia Materna donde se señala que se
extiende el período de lactancia a doce meses, fijándose las situaciones en las
que esta ley actúa.22
Figura 9.1 Diez pasos hacia una lactancia feliz propuestos por el Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización Mundial de la Salud (OMS)
en 1989.
capítulo 9 227
inclina hacia delante, este proceso se puede repetir hasta que la mama esté
blanda (Figura 9.6).
3. Para iniciar la extracción, se coloca el dedo pulgar sobre la parte superior
de la areola y los dedos índice y medio por debajo de ella tratando de abar-
car toda la mama (Figura 9.7).
4. Se presiona con los dedos hacia atrás, dirigiéndose hacia la pared del tórax
para aislar los senos lactíferos del resto del tejido de la mama.
5. Suavemente se comprimen los dedos hacia la areola, esperando la salida de
la leche.
6. Se continúa este procedimiento mientras se rota la colocación de los dedos
sobre la mama en el sentido de las agujas del reloj. La presión debe ser sobre
la areola y no sobre el pezón, este procedimiento se puede realizar en inter-
valos de 3 a 5 minutos en cada mama, entre los cuales hay períodos de masa-
jes como fue descrito en el punto 2.
Causas
posibles Prevención Intervención
Inadecuada • Iniciar la LM en las primeras seis horas posparto, •
Estimular a la madre a amamantar a su hijo en forma
producción aprovechando el estado de alerta del niño y su fuerte exclusiva y permitir el alojamiento conjunto en las
de leche deseo de succionar, además del valor nutritivo e maternidades para las madres que así lo deseen.
inmunológico del calostro. No ofrecer otro alimento durante los días posparto sin
• Apoyar y guiar a la madre y al niño en la lactancia, el consentimiento de la madre.
comprendiendo que no se trata de un reflejo sino •
La madre debe ingerir suficiente líquido, mantenerse
de un proceso que debe ser aprendido. relajada y concentrarse en el placer de amamantar.
• Colocar al niño a mamar con frecuencia. Lo mejor es • Aumentar la frecuencia de las mamadas.
cada vez que él lo desee para estimular las hormonas • Verificar que la forma con la que el niño toma la mama
hipofisiarias y descartar la idea de que la leche baja dentro de su boca es la adecuada. El niño debe exprimir
sola. Recordar que la LM no tiene horario, su rápido la leche vaciando los senos lactíferos; para ello debe tener
vaciamiento gástrico (90 minutos) en comparación con dentro de su boca tanto el pezón como la aureola.
las fórmulas modificadas (180 minutos) hace que el
niño requiera alimentarse con más frecuencia; es decir, • La posición de la madre al momento de amamantar
debe ser aquella, que le permita mantenerla por cierto
nutrición en pediatría
Causas
posibles Prevención Intervención
Problemas • Las mujeres deben ser evaluadas durante el embarazo • Colocar al niño a succionar tan pronto como pueda.
con los con el fin de detectar problemas anatómicos en los • Si la mama está muy congestionada, la madre debe
pezones pezones, ya sean planos o invertidos. Las mujeres con ordeñarse hasta que ésta se descongestione y el niño
pezones planos o pseudo invertidos se benefician con pueda intentar formar tetilla más fácilmente.
el efecto de la succión del niño.
• Para los pezones invertidos, pueden ser útiles los
• Mantener técnicas de succión adecuadas. El niño debe
facilitadores de lactancia. Éstos deben ajustarse muy
tomar en su boca el pezón y la areola; si solo toma bien a la mama para que la succión sea efectiva y deben
el pezón, la fuerza de la succión hará que lo lastime, permitir el contacto de la mucosa de la boca del bebé con
produciendo excoriaciones y grietas. la piel de la mama.
• Antes de retirar al niño de la mama, se debe romper
• Los facilitadores de lactancia consisten en un envase
la fuerza de succión (introduciendo el dedo meñique limpio donde se coloca la leche extraída por métodos
o índice entre la comisura labial del niño y la mama). mecánicos o manuales, el cual se conecta a un tubo
• La mayoría de las mujeres no necesitan preparar con flexible, cuyo extremo distal se ubica en la areola de la
capítulo 9
anterioridad sus pezones. Durante la lactancia el mejor mama en que se coloca al niño a mamar. De esta manera,
cuidado es el aseo diario; las cremas y lociones irritan el niño se alimenta y estimula a la mama con la succión.
la piel y pueden ser ingeridas por el bebé, el mejor • En caso de grietas o excoriaciones, utilizar la propia leche
producto para limpiar los pezones es la propia leche como cicatrizante. Exponer los pezones al sol o al aire
de la madre. entre las mamadas.
Dolor en • Se debe cambiar de posición al bebé en cada mamada • Para disminuir la congestión, la madre debe colocarse
las mamas (sentada, acostada, posición de patilla) con el fin frío local en las mamas; luego realizar masaje desde la
de variar la fuerza de presión sobre la areola, ya axila hasta la areola, e inclusive retirarse algo de leche,
que puede suceder que en una de las zonas de los hasta disminuir la molestia antes de que el niño comience
conductos lactíferos no se esté vaciando bien y se a succionar. Si la distensión es muy grande puede llegar
obstruyan produciendo dolor. a aplanar el pezón; para que éste protruya, se puede
• Colocar al niño al pecho o vaciar la mama más utilizar hielo local, la madre debe dar de mamar más
frecuentemente. frecuentemente para vaciar las mamas y comenzar la
235
Causas
posibles Prevención Intervención
• En caso de nódulos, aplicar calor local sobre éstos,
Dolor en
las mamas seguidos de masajes circulares para disolver la leche
impactada y luego extraer la leche.
• No debe suspenderse bruscamente la lactancia porque
del bebé pasar a la otra, dejando que sea él quien decida cuando expulsar los gases; si persisten a pesar de tomar las
retirarse. El retirarlo antes, condiciona que el niño solo precauciones descritas, el bebé debe ser evaluado.
se alimente de una leche rica en carbohidratos que podría
causarles cólicos e impedirle ganar peso apropiadamente.
• No fijar el tiempo que un niño debe permanecer en la
Cuadro 9.6 Principales causas del destete precoz, prevención e intervención (cont.).
Causas
posibles Prevención Intervención
Cólicos • La madre debe restringir el consumo de chocolate
del bebé o café, su exceso podría afectar al bebé, inquietándolo
o restringiendo su ganancia de peso.
• Se debe ayudar al bebé a expulsar los gases
Gemelos
Pueden ser amamantados exitosamente, mediante la alimentación suce-
siva de los bebés o en forma simultánea.25
Prematuridad
Los recién nacidos pueden ser amamantados exitosamente (ver método
Canguro).
Galactosemia
El déficit de galactosa-1-fosfato uridil transferasa parcial o total amerita
una dieta sin galactosa que implica el destete inmediato.33
su uso solo en países con condiciones socioeconómicas más graves (África) 28,
que no es el caso de nuestro país, debido al riesgo de presentar otras enferme-
dades infecciosas y desnutrición que incrementan la mortalidad infantil. Sin
embargo, la LM es importante aun en países desarrollados porque protege de
enfermedades respiratorias, diarreas, diabetes, enfermedades cardiovascula-
res, cáncer y obesidad 35, por lo que la decisión de amamantar debe ser tomada
por los padres una vez informados de las ventajas y desventajas de la práctica
en estos casos.
Uso libre
Medicamento
Uso libre
Medicamento
Mexiletina Progesterona Trimetropim/
Miconazol Propoxifeno Sulfametoxazol
Minoxidil Protirelina Tripolidina
Moxalactam Quinidina Uroquinasa
Nadolol Retinol Vacuna antiEschericha
Naproxeno Reviparina colli
Nadroparina Riboflavina Vacuna antiHaemophilus
Niacina Rifampicina influenzae tipo B
Niacinamida Sacarina Vacuna antihepatitis A
Nicotinamida Sal ferrosa Vacuna antihepatitis B
Nifedipina Secobarbital Vacuna antiinfluenza
Nistatina Setraline Vacuna antimeningococo
Noretinodrel Simeticona Vacuna antineumocóccica
Noretisterona Solución diálisis peritoneal Vacuna antipoliomelitis
Octreodina Sotalol Vacuna antirrábica
Ofloxacina Sulfato de bario Vacuna antirubeólica
Oftalmológica Sulfuro de selenio Vacuna antitetánica
(preparaciones) Sucralfato Vacuna antisarampión
Oxprenolol Sulbactam Vacuna contra fiebre
Paraminosalicílico Sales de oro amarilla
Paracetamol Sulfadiacina de plata Vacuna BCG
Paroxetina Sulfato de magnesio Vacuna DPT
Penicilina benzatínica Sumatriptan Vancomicina
Penicilina G Suprofen Verapamil
Penicilina procaínica Terfenadina Vitamina A
Penicilina V Tegretol Vitamina B12
Peróxido de benzoilo Teofilina Vitamina C
Peróxido de hidrógeno Terbutalina Vitamina D
Piperacilina Tiamina Vitamina E
Piridoxina Ticarcilina Vitamina K1
Piridostigmina Timolol Xilocaína
Pirimetamina Tiopental Yodopovidona
Piroxicam Tiouracilo Yodotalamato
Prednisolona Tirotrofina Yoduro de potasio
Prednisona Tobramicina Yoduro de sodio
Procainamida Tolmentin Zolpidem
246 nutrición en pediatría
Usar prohibido
Medicamento Efectos
Dactonomicina Supresión inmunitaria, efectos desconocidos sobre crecimiento o
asociación con carcinogénesis.
Daunorubicina Supresión inmunitaria, efectos desconocidos sobre crecimiento o
asociación con carcinogénesis.
Desipramina Efecto desconocido sobre el niño pero puede ser usada con
precaución. Por largo tiempo afecta el sistema nervioso central
(SNC).
Dextroanfetamina
Dextrometorfano
Didanosina
Difenhidramina
Dimercaprol Hemólisis e ictericia del lactante.
Doxazosina
Doxepina Efecto desconocido sobre el niño pero puede ser usada con pre-
caución. Por largo tiempo afecta el sistema nervioso central (SNC).
Doxorubicina Supresión inmunitaria, efectos desconocidos sobre crecimiento o
asociación con carcinogénesis.
Enoxacina
Etavudina
Etopósido Supresión inmunitaria, efectos desconocidos sobre crecimiento o
asociación con carcinogénesis.
Famciclovir
Felbamato
Feniclidina Alucinógeno potente.
Flufenacina Somnolencia.
Fluoresceína Evítela en prematuros, RN, en fototerapia.
Fluorouracilo
Fluraxepam
Fluvastatina
Foscarnet
Gabapentina
Gallium 67 Radioactividad presente en la leche durante dos semanas.
Ganciclovir No lactar hasta después de 72 horas de la última dosis.
Glipizida
Haloperidol Somnolencia. Afecta el desarrollo del lactante.
Heroína Temblor, inquietud, vómito, alimentación pobre.
Hexaclorobenceno Vómito, diarrea, fiebre, anemia, lesiones en piel.
252 nutrición en pediatría
Usar prohibido
Medicamento Efectos
Hidroxiúrea
Idarabicina
Imipramina Efecto desconocido sobre el niño pero puede ser usada con pre-
caución. Por largo tiempo afecta el sistema nervioso central (SNC).
Indinavir
Isotretinoína
Isradipina
Itraconazol
Ketoconazol
Ketoprofeno
Ketotifeno
Lamivudina
Lamotrigina Concentraciones terapéuticas séricas en niño.
Lanzoprazol
Levodopa Puede inhibir la lactancia.
Levofloxacina
Lomefloxacina
Lovastatina
Medazolam
Melfalan
Mercaptopurina Supresión inmunitaria, efectos desconocidos sobre crecimiento o
asociación con carcinogénesis.
Metaanfetamina
Metformina
Metilfenidato
Metoxantriona
Metrotexate Supresión del sistema inmune. Para algunos autores si se usa una
vez por semana es aceptable durante la lactancia. Efecto descono-
cido sobre crecimiento. Neutropenia.
Mirtazapina
Misoprostol
Nefazodona
Nevirapina
Norfloxacina
Nortriptilina Efecto desconocido sobre el niño pero puede ser usada con precau-
ción. Por largo tiempo afecta el sistema nervioso central (SNC)
Omeprazol
capítulo 9 253
Se desconocen efectos
Medicamento
Amrinona Glicerina anhidra Naloxona
Anfotericina B Griseofulvina Neomicina
Carbacol Guaifenezina Nicardipina
Celecoxib Hidrocortisona Nimodipina
Ciclopirox Hidroxiprogesterona Nitrilo de amilo
Cinarizina Idopamida Nitroglicerina
Clavulanato de potasio Idoxuridina Nonoxinol
Clomifeno Inmunoglobulina endo- Ondasetron
Clorfibrato venosa Oximetazolina
Clorzoxazona Inmunoglobulina antihe- Pamoato de pirantel
Clotrimazol patitis B Pamoato de pirvinio
Colestiramina Inmunoglobulina antirrá- Pentamidina
Corticotropina bica Pilocarpina
Danazol Inmunoglobulina antite- Pilomixina B
Dantrolene tánica Piretrinas
Deferoxamina Inmunoglobulina antivari- Pirilamina
Dexclorfeniramina cela zoster Podofilox
Diazóxido Interferon beta 1B Prazosina
Diciclomina Interferon gama 1B Prometazina
Dihidrocodeinona Isoproterenol Propafenona
Dimenhidrato Isosorbide Protamina
Dinitrato de isosorbide Isoxuprina Quinacrina
Disulfam Lactulona Ribavirina
Dobutamina Leuprolide Somatostatina
Dopamina Leverlofan Suero antiescorpiónico
Esmolol Lípidos Terazocina
Estectinumicina Lisina Tioridazina
Felopidina Mazindol Tranilcipromina
Fenazopiridina Melatonina Triamcinolona
Fenilefrina Meroperem Tropicamida
Fenilpropanolamina Metaraminol Vacuna antimalárica
Fenoftaleína Metazolamina Vacuna antimeningocóc-
Fenoterol Metionina cica
Fentolamina Metoxaleno Vacuna antiparotiditis
Flucitocina Milrinona Vacuna antitífica
Genfibrozilo Nafazolina Vidarabina
capítulo 9 255
Características del crecimiento del niño alimentado con lactancia materna exclusiva
Cese de la lactancia
Cuadro 9.12 Causas que pueden influir negativamente sobre el crecimiento durante la
lactancia.
Causas del niño Causas de la madre
• Pobre ingestión: succión débil • Poca producción: hipotiroidismo, uso
o duerme mucho (prematuros), excesivo de antihistamínicos, desarrollo
alimentación poco frecuente del tejido alveolar pobre, consumo
(malformaciones cráneo-faciales). de cafeína excesiva, enfermedad,
• Balance negativo (consumo dieta insuficiente, retención de restos
< pérdida), vómito, diarrea, placentarios, fatiga, mala técnica.
malabsorción, infección. • Poca eyección de leche: estrés y
El método Canguro
son muy pequeños cada hora. Si pasa más tiempo sin comer, puede haber hipo-
glicemia. Si se desea tener una lactancia exitosa, nunca se debe usar chupa
para la alimentación.
Las consultas del bebé Canguro durante los primeros días y hasta que
empiece a aumentar 20 g diarios, serán diarias; así se podrá verificar la evolu-
ción y tomar oportunamente las medidas necesarias en relación con exámenes
paraclínicos y suplementación, entre otros. A partir de este momento, las con-
sultas serán una vez por semana hasta que cumpla su término (40 semanas
de edad gestacional). Posteriormente las consultas serán más espaciadas. La
suplementación de hierro y otras vitaminas debe ser considerada.
Si el niño no quiere comer o no recibe alimento por 2 ó 3 horas, está poco
activo, no logra despertarse, tiene cianosis alrededor de los labios y respira con
dificultad, vomita frecuentemente o hace deposiciones líquidas, abundantes,
con moco y olor desagradable, debe acudir con rapidez al médico.
El pediatra indicará el momento adecuado para suspender este método,
que generalmente coincide con el momento en que el bebé es capaz de regular
su propia temperatura (entre 2.000 y 2.200 g de peso). Si se retira antes del
tiempo adecuado, el bebé va a utilizar la energía proveniente de la alimentación
para calentarse y no va aumentar de peso.
El bebé también va a pedir salida cuando: llora, pelea, se mueve, protesta,
mueve sus brazos y piernas cada vez que lo colocan en posición Canguro. Pos-
terior a su salida, ya es como un bebé a término y debe recibir los cuidados de
un niño de esa edad.47
Referencias bibliográFIcas
Generalidades
Alimentación sustitutiva
ducir leche materna o ésta no es apta para el lactante y recibe una dieta que
provee los nutrientes necesarios, que en los menores de seis meses debe ser
una fórmula láctea adaptada para lactantes menores, hasta que pueda ser com-
pletamente alimentado con los alimentos que consuma la familia. 4
Situaciones que ameritan de una alimentación sustitutiva o de reemplazo:
• En caso de Galactosemia (deficiencia de galactosa 1-fosfato uridiltransfe-
rasa) en el niño.5
• Negativa de la madre a amamantar a su niño pequeño o ausencia de la madre
(fallecimiento).
• Cuando se evidencia una detención en el crecimiento en el lactante o apa-
rece otro signo de desnutrición, habiendo ya determinado que la técnica
de amamantamiento practicada ha sido aplicada correctamente. En este
caso es importante descartar alguna enfermedad en el niño y la lactancia
materna puede continuar con el complemento de otro alimento apropiado
según la edad de éste.
• Madre con tuberculosis activa no tratada.5
• Madre con virus linfotróficos humanos de células T (HTLV) tipo I ó II posi-
tivo.5
• Madre que está recibiendo isótopos radioactivos para diagnóstico o trata-
miento, o ha estado expuesta a material radioactivo (solo durante el tiem-
po en que se encuentre radioactividad en la leche).5
• Madre que está recibiendo antimetabolitos, agentes quimioterapeúticos o
un número pequeño de otros medicamentos prohibidos para el niño, hasta
que no aparezcan en la leche.5
• Madre que está utilizando drogas ilícitas (drogas de uso ilegal o sustancias
psicoactivas).5
• Madre que tiene lesiones de herpes simple en la mama (el lactante puede
alimentarse de la mama sana).5
• En muchos países desarrollados se les indica a las madres infectadas con
el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) no amamantar a sus hijos.5
En las áreas en desarrollo del mundo, con alto riesgo de otras enferme-
dades infecciosas y deficiencias nutricionales que resultan en un incremento
en la mortalidad infantil, las muertes asociadas con la alimentación artificial,
pueden ser mayores que el riesgo de adquirir el VIH.5
Los organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud
(OMS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Progra-
ma Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA) recomien-
capítulo 10 267
según indicaciones del fabricante, no debe ser menor de 1,1 ni mayor de 2,0.
• Las proteínas presentes no deben exceder la cantidad de 4,5 g por 100 kilo-
calorías independientemente de su calidad y no menos de 1,8 g por 100 kilo-
calorías de la fórmula infantil preparada para el consumo según indicacio-
nes del fabricante, cuando su calidad biológica sea equivalente o mejor que
la caseína. En caso de ser de calidad biológica menor, se aumenta el conte-
nido proteico para compensar la calidad de los aminoácidos.
Cuadro 10.3 Características de la alimentación del niño con leche materna y con fórmu-
las alimenticias.
Cuadro 10.3 Características de la alimentación del niño con leche materna y con fórmu-
las alimenticias (cont.).
El niño debe tomar gran parte de Los agujeros de las tetinas se deben regular de
la areola dentro de su boca y la acuerdo con la fuerza de succión del niño, su edad
madre debe adoptar una posición y su manera de comer (pequeño para glotones y
cómoda. grande para perezosos).
El tetero debe mantenerse a 40° C, verificando
que la fórmula llene el orificio de salida de la tetina
completamente, para evitar que succione aire.
Se puede mantener como Se recomienda iniciar la introducción de alimentos
alimentación exclusiva hasta los complementarios a partir de los 4 meses.
seis meses.
Suplementación: Suplementación:
Hierro de 6 a 12 meses Hierro a partir del 4to mes hasta 12 meses
Prematuro a partir del 2do mes Prematuro a partir del 2do mes
Requiere mayor dedicación de No se da el contacto piel a piel que se establece
tiempo por parte de la madre. durante la lactancia.
Cuadro 10.4 Volumen de las fórmulas recomendado por grupo de edad y porcentaje de
calcio cubierto según requerimientos.
% de calcio cubierto según
Edad en meses Onzas al día requerimiento (DRI)
0 a 5 32 242 – 249
6 a 12 24 200 – 250
13 a 24 16 70 – 90
DRI (Dietary Reference Intake): 210 mg/día de 0 a 6 meses; 270 mg/día de
7 – 12 meses y 500 mg/día de 13 – 24 meses.
Los inconvenientes de las fórmulas para lactantes mayores de 6 meses son los
mismos de las fórmulas lácteas adaptadas para lactantes de 0 a 6 meses de edad.
Cuando las condiciones económicas no permiten el uso de estas dos fór-
mulas anteriores, se utilizará la leche de vaca a una dilución del 13,5% a partir
de los seis meses y se suplementará con hierro.
Fórmulas de soya
Según las normas COVENIN 909:1996, las fórmulas de soya bajo el prin-
cipio de fórmulas alimenticias para lactantes, son: “el producto de base no lác-
tea, preparado exclusivamente a partir de proteína aislada de soya y aceites
vegetales, destinado a cubrir las necesidades nutricionales en lactantes, con
intolerancia a la lactosa y/o alergia a la proteína de la leche de vaca”. 7
Todas las fórmulas de soya están fortificadas con hierro, vitaminas, mine-
rales y electrolitos cumpliendo con las especificaciones de la Food and Drug
Administration (FDA) de Estados Unidos y de la Academia Americana de
Pediatría (1996); en nuestro país se comercializan las fórmulas manufactura-
das en otros países. La proteína aislada de soya es suplementada con L-metio-
nina, L-carnitina y taurina para proveer 2,45 a 2,8 g de proteína por 100 kcal.15
La grasa es derivada principalmente de aceites vegetales (soya, coco, palma y
girasol) en rangos de 5,02 a 5,46 g/100 kcal.15 Por ser libre de lactosa contiene
como carbohidratos sacarosa y almidón de maíz o yuca, con un aporte pro-
medio 10,26 − 10,95 g/100 kcal. El contenido de fitato es de 1,5%. Tienen una
densidad calórica de 20 kcal/oz (0,67 kcal/dL). Se les añade calcio y fósforo 20%
más que las fórmulas basadas en proteína de vaca para asegurar una buena
mineralización ósea, además de hierro y zinc por el efecto negativo de la fibra
sobre la absorción de éstos; taurina y carnitina para mejorar la oxidación de
ácidos grasos (Apéndice 7).
Las indicaciones de las fórmulas de soya deben ser restringidas a: 15
capítulo 10 275
• Familias vegetarianas.
• Galactosemia.
• Deficiencia primaria de lactasa.
Las fórmulas que utilizan la sacarosa como carbohidrato se encuentran
contraindicadas en las deficiencias sacarasa-isomaltasa y en la intolerancia
hereditaria a la fructosa. 15
Diversos estudios han reportado que la reacción alérgica a la soya es de
1 a 3 veces menor comparado con la respuesta alérgica a la proteína de la leche
de vaca. La frecuencia de alergia combinada a soya y a leche de vaca es de
10% − 14%.15 Estudios prospectivos en lactantes con riesgo alto de atopia sugi-
rieron que las fórmulas basadas en proteína de soya no tienen valor relativa-
mente en la prevención del desarrollo de la alérgica alimentaria o en la derma-
titis atópica sobre la fórmula con base de leche de vaca, por lo que la Academia
Americana de Pediatría y el Comité Europeo de la Sociedad de Alergología
Pediátrica e Inmunología Clínica y de la Sociedad de Gastroenterología Pediá-
trica, Hepatología y Nutrición, establecieron que no hay evidencias suficientes
para recomendar la fórmula de soya para la prevención primaria de la alergia
alimentaria.15,16
La dilución de las fórmulas de soya varía según la marca comercial, por lo
que se deben seguir las instrucciones que aparecen en el etiquetado del pro-
ducto para su correcta preparación (en el Cuadro 10.5 se señala el volumen diario
requerido según edad). Así se tiene:
• 1 medida con peso promedio de 4,3 gramos por cada onza de agua.
• 1 medida con peso promedio de 9 gramos por dos onzas de agua.
Los inconvenientes de las fórmulas de soya son: su costo, olor y sabor des-
agradables. No se deben indicar en niños prematuros debido al efecto sobre la
mineralización ósea.15
Cuadro 10.5 Volumen de las fórmulas de soya recomendado por grupo de edad y porcen-
taje de calcio cubierto según requerimientos.
% de calcio cubierto según
Edad en meses Onzas al día requerimiento (DRI)
0 a 5 32 348
6 a 12 24 203
13 a 24 16 71
DRI (Dietary Reference Intake): 210 mg/día de 0 a 6 meses, 270 mg/día de 7 – 12 meses y
500 mg/día de 13 – 24 meses.
276 nutrición en pediatría
Leche completa
Cuadro 10.6 Modificaciones a la leche de vaca para que sea apropiada en niños menores
de 6 meses.
Modificación Efecto
Diluir en 3 oz de agua (90 mL) dos cu- Disminuye la concentración de proteínas
charaditas de leche (6 g). y otros sólidos. Disminuye la carga renal
de solutos.
Agregar una cucharadita de azúcar (5 g) Restituye la densidad calórica del pro-
y ½ cucharadita de aceite vegetal (1,5 g) ducto. Aporta 20 kcal/onza.
por cada 90 mL de leche (3 onzas).
Otras leches
La leche evaporada tiene cantidades mínimas de hierro y no debe usarse en
niños menores de dos años, al igual que las leches descremadas o bajas en grasas
porque el déficit de ácidos grasos afecta la mielinización del sistema nervioso
central y ambas contienen una carga renal de solutos alta (66 mOsm/100 kcal).
La leche de cabra contiene niveles similares de proteínas, con caseína muy baja,
grasa, hierro, calcio y vitaminas C y D; tiene menos lactosa y concentraciones de
ácido fólico muy bajas, con el mismo efecto sobre la carga renal de solutos.
278 nutrición en pediatría
Alimentación complementaria
Se define como el proceso que comienza cuando la leche materna exclu-
siva ya no es suficiente para cubrir las necesidades nutricionales de los lac-
tantes y por ende, otros alimentos y líquidos son necesarios, además de la
leche materna.22 Durante el periodo de transición cuando los lactantes inician
la alimentación complementaria, pueden ser particularmente vulnerables en
no satisfacer sus necesidades nutricionales. Por lo tanto, para asegurarse de
esto, los alimentos complementarios tienen que cumplir los siguientes requi-
sitos:2
• oportunos : se deben introducir cuando las necesidades de energía y de
nutrientes sobrepasan lo que puede proporcionarle la lactancia natural
exclusiva y frecuente.
• adecuados : proporcionar energía, proteínas y micronutrientes suficientes
para satisfacer las necesidades nutricionales de un niño en crecimiento.
• inocuos : preparar y almacenar de forma higiénica y hay que darlos con las
manos limpias y utilizando utensilios aseados, sin biberones ni tetinas.
• suministrados en la forma adecuada : se deben proveer atendiendo a las
señales de apetito y de saciedad del niño; la frecuencia de las comidas y el
método de alimentación deben ser adecuados para su edad; incluso, cuan-
do el niño está enfermo se debe alentar activamente para que consuma ali-
mentos suficientes utilizando una cuchara o alimentándose por sí mismo.
Etapa de transición
Desarrollo neurológico Desarrollo gastrointestinal y renal Características de la alimentación
Hasta los 6 meses está presente el reflejo Se inicia el cierre de la barrera gastro- Capaz de recibir alimentos semisólidos. Pue-
de extrusión. intestinal. de tomar alimentos de proteínas más comple-
jas. Su suministro y aceptación depende de la
paciencia y sensibilidad de los padres duran-
te la alimentación.
Entre los 5 – 6 meses el niño será capaz En este período la tasa de filtración glo- Los alimentos deben proporcionar cantidades
de indicar su deseo por la comida al abrir merular alcanza entre un 60% – 80% adecuadas de nutrientes pero también deben
su boca, coordinando los movimientos ojo- de los valores del adulto. A partir de cubrir necesidades psicológicas, sociales, cul-
cuerpo, también es capaz de rechazarla los seis meses se superan las limitacio- turales y simbólicas.
indicando desinterés o saciedad al voltear nes importantes del riñón con respec-
la cabeza atrás y a los lados. to a la compensación de las cargas de
sales, ácidos y agua.
A partir de los seis meses es capaz de Puede tomar de una taza.
nutrición en pediatría
doble asa.
A los 9 meses se lleva la cucharita a la
boca.
Entre los 10 y 11 meses es capaz de
vocalizar para apurar a quien lo alimenta
y puede tirar el plato si está satisfecho.
Introduce la cuchara al plato.
A los 12 meses puede morder bastante Está integrado a la mesa familiar.
bien alimentos sólidos. Reconoce el
contenido y el recipiente utilizando bien la
cuchara, el vaso y la taza para alimentarse.
281
282 nutrición en pediatría
3. Alimentación perceptiva
Es la que se brinda en un ambiente de afecto respetando las necesi-
dades del niño25, y empleando principios básicos del cuidado psicosocial.
Específicamente:
• alimentar a los lactantes directamente y asistir a los niños mayores cuando
comen por sí solos, respondiendo a sus signos de hambre y satisfacción;
• alimentar despacio y pacientemente y animar a los niños a comer, pero sin
forzarlos;
• si los niños rechazan varios alimentos, experimentar con diversas combi-
naciones, sabores, texturas y métodos para estimularlos a comer;
• minimizar las distracciones durante las horas de comida si el niño pierde
interés rápidamente;
• recordar que los momentos de comer son periodos de aprendizaje y amor;
hablar con los niños y mantener el contacto visual.22
Para hervir el agua (el mejor método para eliminar los microorganismos
del agua), luego de un (01) minuto de hervor18,19, se quita del fuego, se deja repo-
sar y se agita con un removedor bien limpio.24 Los utensilios de cocina deben
estar muy bien lavados y luego deben ser pasados por agua hervida.24 Para lavar
frutas y hortalizas: pasarlos por agua con vinagre o cloro (1 cucharada de vina-
gre o 2 gotas de cloro a la concentración de 4% − 6% de hipoclorito de sodio, por
cada litro de agua limpia).19,24
Para lavarse las manos: mojar con agua desde la muñeca hasta la punta de
los dedos, enjabonar bien uñas y dedos, restregando bien, enjuagar con agua
corriente dejando correr el agua desde la muñeca hasta los dedos, secar con
paño bien limpio.24
6– 8 615 kcal/día 486 kcal/día 413 kcal/día 130 kcal/día 200 kcal/día
9 – 11 686 kcal/día 375 kcal/día 379 kcal/día 310 kcal/día 300 kcal/día
12 – 23 894 kcal/día 313 kcal/día 346 kcal/día 580 kcal/día 550 kcal/día
Fuente: Principios de orientación para la alimentación complementaria del niño amamantado.
Washington, D.C.: Organización Panamericana de la Salud; 2003.
• El biberón debe sustituirse por el vaso a partir del año de edad o antes, si el
lactante está dispuesto, y solo ser utilizado para ofrecer la fórmula en caso
de que no la acepte en vaso.
• Dar agua y jugos en vasos apropiados para lactantes.
• Puré y sopas con cucharitas de punta redonda, gruesa y de goma flexible
que no lastimen las encías.
• Se debe aumentar la consistencia de los alimentos, primero los blandos y
cortados en trocitos pequeños; a medida que se desarrolla la dentición, se
aumenta la dureza y el tamaño de los trozos.
• El niño debe estar bien sentado con los pies apoyados firmemente.
• El lactante siempre debe ser vigilado por un adulto durante las comidas.
Cuando se preparan los alimentos se debe considerar:
• Las verduras y tubérculos cocidos en poca agua ya caliente o al vapor.
• Las hortalizas deben estar muy suaves, frescas, limpias, sin fibras
y machacadas.
• Las frutas pisadas en puré, con poca agua o en trozos sin cocción. Los jugos
sin azúcar; al inicio los jugos deben ser colados, sin restos de celulosa.
• Cereales precocidos en papilla o atol (1½ oz de leche con 1 cucharada de
cereal).
• Los granos o leguminosas ofrecerlos triturados o licuados.
• Las carnes desmenuzadas o picadas en pequeños trozos.
• Para condimentar las preparaciones, utilizar pimentón, hierbas verdes y
especias, aunque se recomienda no modificar el sabor real de los alimentos
para que el niño los conozca.
Los buenos o malos hábitos de alimentación del niño son los del hogar. El
ABC de la buena alimentación comienza con el amor y el sentido común. De
entrada los niños rechazan las comidas nuevas aun cuando sean muy sabrosas.
Si el niño no quiere un alimento, no se debe regañar, obligar, ni chantajear para
lograr su aceptación, ya que puede ser el inicio de problemas en la alimenta-
ción. En el Cuadro 10.10 se presenta los intercambios de cada grupo de alimentos
para los lactantes menores y mayores.
capítulo 10 287
Higiene bucal
Antes de la salida de los dientes se deben limpiar las encías con una gasa
o pañal después de cada comida. Desde el momento que aparezca el primer
diente, se aconseja limpiarlo con una gasa o algodón con agua luego de cada
comida, y posteriormente con cepillo dental adaptado para el bebé con pastas
dentífricas fluoradas para prevenir las caries.
Una dentadura sana permite masticar bien los alimentos, hablar adecua-
damente y mostrar una sonrisa hermosa. El cepillado de los dientes remueve la
placa dental que causa las caries, por lo tanto se debe realizar después de cada
comida. Se recomienda cambiar el cepillo dental aproximadamente cada 3 a 4
meses. El hilo dental permite remover la placa ubicada entre los dientes, sitio
donde el cepillo dental no llega, esto es muy importante para evitar enferme-
dades de las encías.27
El tetero nocturno en decúbito es un factor que predispone al desarrollo
de caries, por lo que no se recomienda.
Horario de sueño
El niño entre 6 y 12 meses debe realizar dos siestas al día, una a media
mañana de aproximadamente 1 ½ hora y otra en la tarde, después de almorzar,
por aproximadamente 2 horas. Se debe acostar a las 8:00 p.m. y ofrecerle lac-
tancia materna antes de dormir; debe dormir toda la noche, sin interrupción
y levantarse no antes de las 5:00 a.m., cuando se le puede volver a ofrecer el
pecho; a medida que el niño crece, se puede ir retardando la primera comida
para ofrecer el pecho a las 7:00 u 8:00 a.m. 27
Ejemplos de menú
Algunos ejemplos de menú se muestran en los Cuadros 10.11 y 10.12. Los mismos
se verán modificados por la disponibilidad de alimentos, la cultura gastronómica
de las familias, las destrezas culinarias y por el cuidador directo del lactance.
capítulo 10 291
Horario Alimentos
Al levantarse Lactancia materna
Desayuno: 8:00 a.m. Puré de batata con queso y margarina
Merienda: 10:00 a.m. Cambur
Almuerzo: 12:30 p.m. Sopa de verduras con pollo
Pasta con margarina
Jugo de guayaba
Merienda: 3:30 p.m. Galletas sin relleno
Lactancia materna
Cena: 6:30 p.m. Arroz con pollo
Ensalada de zanahoria y vainitas
Fresco de avena
Merienda: antes de dormir Lactancia materna
Fuente: Nutrición para niños, niñas y adolescentes en atención primaria en salud. Una guía para
médicos y nutricionistas. Caracas: Centro de Atención Nutricional Infantil de Antímano
(CANIA), Alcaldía Mayor; 2004. p. 61-75.
Referencias bibliográFIcas
Generalidades
Conductas alimentarias
para premiar conductas, son los preferidos por el niño y éstos generalmente
son alimentos pobres desde el punto de vista nutricional.4,9
Las situaciones de lucha por el control sobre la alimentación entre padres
y niños preescolares son frecuentes; la norma es no discutir, esas batallas nun-
ca se ganan. La clave consiste en respetar los roles: mientras el niño decide
qué cantidad de alimento consume, el cuidador decide con qué y cuándo se
alimenta el niño.4,5,9
Los ácidos grasos esenciales deben cubrir como mínimo 4% del total de
energía diaria. Lo importante es mantener una proporción similar de ácidos gra-
sos saturados y poliinsaturados (10% : 10%) y de monoinsaturados entre 10%
y 15%.
A partir de los tres años, aquellos niños que lo ameriten, pueden iniciar
el consumo de leche descremada, pero no antes de esa edad debido a que las
necesidades de lípidos son mayores para la maduración cerebral.12
Se recomienda una ingestión de sodio de 1 g/día a 1,2 g/día y como nivel
máximo de 1,5 g/día a 1,9 g/día de sodio.11
Se recomienda que los niños de 1 a 6 años ingieran entre 1,3 L/día a
1,7 L/día de agua.11
Los alimentos se distribuyen durante el día en tres comidas principales
y dos a tres meriendas. Las meriendas deben contener alimentos nutricional-
mente densos.5,12
El tiempo entre una comida y otra debe ser suficiente para que el niño
sienta hambre.
A pesar de ser difícil la predicción de las cantidades consumidas por un
niño pequeño en una determinada comida o merienda, debido a la variabilidad
en su apetito, una forma práctica de calcular cuánto ofrecer, es servir en el
plato por cada año de edad, una cucharada de cada uno de los alimentos. Igual-
mente, es beneficioso utilizar platos y vasos adecuados para su edad, ofrecer
pequeñas porciones y permitir que el niño solicite más alimentos si lo desea.
El Cuadro 11.1 presenta un ejemplo de los requerimientos diarios por grupo de
alimentos para un niño de 17 kg (4 años), a razón de 95 kcal/kg con un 13% de
proteínas, que se traduce en 3 g/kg/día de proteína mixta, 30% de grasa y 57%
de carbohidratos. La densidad calórica de la dieta es de 1 kcal/g. Contenido de
fibra: 7 g/día (0,4 g/kg/día) y 90 mg de colesterol. En el Cuadro 11.2 se presenta la
distribución para las distintas comidas y en el Cuadro 11.3 un ejemplo de menú.
A esta edad muchos niños son llevados por primera vez a hogares de cui-
dado diario o a preescolares donde realizan algunas comidas. Esto genera en
los padres angustia ya que probablemente sea la primera vez que el niño coma
fuera del hogar y de su control. Puede ser desconcertante que algunos descu-
bran que el niño quisquilloso para comer en casa, coma sorprendentemente
bien o que al contrario, el que no da problemas usualmente a la hora de la comi-
das, le resulte difícil adaptarse.12
300 nutrición en pediatría
Por cada cuatro a siete horas que el niño permanezca en centros de cui-
dado deberá consumir la suficiente cantidad de alimentos que le garantice al
menos un tercio de su requerimiento energético diario (al menos una comida
y una merienda); si permanece ocho horas o más, deberá consumir en alimen-
to, por lo menos, la mitad de su requerimiento: dos comidas principales y dos
meriendas.13,14
Los padres deben estar informados sobre el horario de las comidas del
centro de cuidado, así como de los menús y el tipo de comidas ofertados; igual-
mente pueden solicitar un reporte diario de las cantidades de alimentos consu-
midos y rechazados por el niño.
Cada día es más estrecha la responsabilidad de los hogares de cuidado
diario, de las guarderías y de los preescolares en relación con la salud futura de
los niños, en virtud del aumento de la demanda por sus servicios y del tiempo
que permanecen los niños en estas instituciones. Por otra parte, la efectividad
de los programas socioeconómicos alimentarios, puede contribuir a aliviar la
inseguridad alimentaria de algunos hogares de bajo recursos.8 Por todas estas
razones, los padres y organismos competentes deben vigilar para que la oferta
de alimentos en los centros de cuidado infantil sea adecuada en cantidad y
calidad, al igual que los espacios para la alimentación. El personal que atiende
en estos centros debe asumir también, la responsabilidad de la alimentación
del niño y de las conductas alimentarias que se manejan durante las comidas
que se hacen en los mismos.
Iniciación escolar
En este período los padres deben enseñar a sus niños a tomar decisiones
acerca de su alimentación, en víspera al ingreso a la escuela y a sus primeros
contactos con la cantina escolar, con el fin de formarlos en la prevención del
desarrollo de los factores de riesgo cardiovascular: dislipidemia, hipertensión,
diabetes mellitus, tabaquismo, inactividad física y obesidad, y en la prevención
del resto de las enfermedades crónicas no transmisibles: enfermedades isqué-
micas del corazón, las enfermedades cerebrovasculares, el cáncer y la osteopo-
rosis. Es más fácil establecer tempranamente buenos hábitos de alimentación,
que tratar de cambiar malos hábitos en la adolescencia o en la edad adulta.12
capítulo 11 301
Cuando los alimentos que el niño lleva al preescolar van a formar parte
de la merienda de la mañana o de la tarde, los padres deben estar atentos a
la cantidad y calidad de los mismos en la comida anterior a la merienda, para
poder suplir con la lonchera las necesidades energéticas del niño en las próxi-
mas horas. En aquellas circunstancias (transportes escolares) cuando el niño
pasa mucho tiempo sin comer después de la hora de la merienda o del almuerzo,
la lonchera debe incluir alguna porción extra de alimento para que el niño la
consuma más tarde.
En un inicio los alimentos que se envían deben mantenerse en preparacio-
nes sencillas y ser conocidos por el niño, para irlos variando posteriormente.
Antes de preparar la lonchera debe cumplirse con las reglas mínimas de
aseo de las manos y de la limpieza y lavado de los alimentos, así como también,
cuidar del tiempo de preparación de los alimentos perecederos. Puede ser útil
congelar la noche antes los jugos naturales para que estén a temperatura agra-
dable y en buenas condiciones al momento de que el niño los consuma. Los
padres deben conversar con el niño sobre el contenido de la lonchera y sus
preferencias.
La lonchera del preescolar debe tener ciertas características como son:
• El envase exterior debe ser liviano y de un material que proteja al conteni-
do del agua, del polvo y evite el deterioro de los alimentos.
• Los envases para los alimentos sólidos y líquidos, deben ser de materia-
les irrompibles y fáciles de abrir por el niño. No se recomienda llevar ali-
mentos envasados que requieran del uso de utensilios de cocina como
destapadores.
• Si se envían preparaciones para más de una comida al día, deben ser empa-
cadas por separado.
• Los alimentos deben ser preferiblemente naturales.
• Elimine de la lonchera las chucherías, refrescos y alimentos peligrosos para
el niño tales como maní, semillas, etc.
• La preparación de los alimentos debe ser variada en sabores, colores y tex-
turas, en la cantidad adecuada para cada niño.
• Las porciones deben ser de tamaño manejable para evitar que las rechace.
Una vez que el niño llegue a la casa hay que revisar la lonchera, lavarla y
dejarla abierta hasta el día siguiente. Siempre que sobren alimentos se conver-
sará con el niño para conocer la causa de su rechazo.
302 nutrición en pediatría
Consejos prácticos
Influencia de la publicidad
escogencia del alimento para que el niño aprenda cómo sustituir un alimento
que rechace por otro de igual valor nutritivo. Es importante enseñarles a leer la
información de los empaques y separar los mensajes publicitarios del producto
real. El ejemplo de los padres marcará los hábitos alimentarios del niño.
Así como más mujeres se han unido a la fuerza de trabajo y mayor número
de ellas son madres solas, también ha disminuido la supervisión de las comidas,
así como el tiempo para la preparación de las comidas principales y la variación
de las meriendas que el niño lleva desde la casa. En consecuencia, aumenta el
consumo de opciones menos saludables como jugos de frutas comerciales azu-
carados y alimentos preempacados de baja densidad nutricional.
Las actividades físicas o deportivas hay que incentivarlas, para formar
parte del estilo de vida de los niños y protegerlos del sedentarismo al que están
expuestos algunos de ellos, especialmente en las grandes ciudades. En la
actualidad ver televisión es la actividad a la que los niños dedican más tiempo,
a excepción de dormir.
Paradójicamente mirar la televisión solo corresponde a una fracción de lo
que se conoce ahora como “tiempo dedicado a los medios”, que incluye juegos
de video y de computadora, DVD, Internet, mensajería instantánea; todo, den-
tro del fenómeno “el niño conectado”.16 Las recomendaciones especifican que
los niños mayores de 2 años se involucren diariamente en actividades físicas o
juegos de intensidad moderada a vigorosa por lo menos 60 minutos diariamen-
te, y la restricción de las actividades sedentarias de video a menos de 2 horas
por día.12 Además, se sugiere no tener aparatos de televisión en los cuartos de
los niños y limitar el consumo de alimentos mientras el niño esté inactivo o
desee comer por aburrimiento, restringiendo especialmente, el consumo de
alimentos o bebidas dulces o azucaradas.12
El preescolar vegetariano
Cualquiera sea la causa por la que se decide que un niño va a ser vegetaria-
no, puede existir la preocupación de que éste no se desarrolle en forma óptima.
Es importante vigilar la densidad energética de la dieta, especialmente en los
más pequeños. Si la dieta está exenta de proteínas animales es probable que no
se cubran los requerimientos proteicos, a pesar de cubrir los calóricos.
306 nutrición en pediatría
Riesgo de malnutrición
Referencias bibliográFIcas
Generalidades
Hábitos de alimentación
Conducta alimentaria
Estilo de vida
do acciones para reducir el efecto del mercadeo de los medios en los niños. Así
se ha sensibilizado a la industria y se ha creado en países como Reino Unido,
Canadá, Estados Unidos y Singapur, entre otros, las organizaciones de auto
regulación llamados SRO (self-regulatory organization), que existen tanto
para proteger a la industria publicitaria como al consumidor, donde se pres-
ta especial atención a la promoción del consumo de una dieta saludable; sin
embargo, no se ha logrado disminuir la promoción del consumo de productos
no saludables.8
La edad escolar es la etapa en la que el niño comienza a percatarse de
las posibilidades y de las experiencias en línea con la Internet, la cual utilizan
fundamentalmente como medio para relacionarse en salones de conversación,
realización de tareas escolares, juegos, explorar el mercado y multimedia.4 La
Internet se ubica en un nivel protagónico en la vida de los niños, evidenciado
por un crecimiento de más de 1.400% desde 1998 hasta 2004.4,7 Más allá del
tiempo de inactividad que ocasiona, preocupa la capacidad que tienen los niños
de acceder y experimentar información sin control por tratarse de un sistema
abierto que requiere de la supervisión de adultos responsables. Por ello, las
mismas reglas sugeridas para monitorear el uso de la televisión aplican en el
uso de la red.4
Sin embargo, no debe descartarse la Internet como medio de educación
nutricional y se ha propuesto como una técnica de educación en salud, al ser
una herramienta valiosa para monitorear y motivar cambios saludables en el
área dietética al permitir una retroalimentación individualizada.9
El desayuno
En las grandes ciudades, el estilo de vida impide muchas veces que el niño
pueda desayunar de una manera apropiada, lo cual trae como consecuencia
retardar hasta la mitad de la mañana la ingestión de algunas calorías, aun
cuando desde tempranas horas inició actividades intelectuales o físicas. Ade-
más, los alimentos que ingiere por lo general no son los más apropiados para
cubrir el déficit (alimentos industrializados no nutritivos). De esta manera, al
eliminar una comida disminuye su ingesta diaria.10 Se debe fomentar en el niño
la costumbre de desayunar como un hábito básico en la alimentación diaria,
que debe ser apoyado por los padres.
Algunos escolares acostumbran, en el colegio, cambiar, regalar o botar la
comida que les envían de la casa. A pesar de que la lonchera contenga una gran
cantidad de alimentos no podrá corregir el déficit que produce la omisión del
desayuno. En el Cuadro 12.1 se presenta una guía para estructurar un desayuno
adecuado.
Aspectos Recomendaciones
Calidad nutricional Debe aportar 20% − 25% de la ingesta energética diaria:
400 − 500 kcal con densidad nutricional adecuada.
Composición alimentaria Completo: lácteos + cereales + frutas.
Variedad Variar presentaciones y texturas.
Tiempo suficiente Entre 15 y 20 minutos.
Sentado a la mesa.
Preferiblemente en compañía.
Masticar despacio.
Ambiente agradable Mesa preparada.
Presentaciones agradables.
Nutrición pública Oferta de desayunos en centros escolares con alumnos
usuarios pertenecientes a grupos de exclusión social.
Fuente: Recomendaciones para un desayuno saludable. En: Desayuno y equilibrio alimentario.
Estudio enKID. Barcelona (España): MASSON SA; 2000. p. 9-18.
El juego y el deporte
Durante esta etapa el niño puede consumir entre 15% y 18% de su reque-
rimiento calórico total en alimentos adquiridos por él mismo1, ya que tiene
la capacidad de comprar alimentos sólidos, bebidas y comidas. Por ello, entre
los datos que los padres deben suministrar a los hijos al momento de adquirir
alimentos, además del precio y el valor nutricional se encuentran las caracte-
rísticas que deben tener los productos para que sean aptos para el consumo, ya
se trate de alimentos perecederos o no perecederos.
La escogencia será determinada por sus gustos, por la educación familiar
recibida, las influencias de los amigos y del medio social incluyendo los medios
de comunicación.
En los escolares evaluados en este Centro, se ha conseguido que durante
las meriendas y cuando no tienen supervisión de un adulto responsable, los
alimentos que más consumen son las chucherías, los refrescos y helados, y los
alimentos que se obtienen en sitios de comida rápida cuando están de paseo o
fuera del hogar o la escuela.
capítulo 12 315
La dieta del escolar deberá ser suficiente para crear el depósito necesario
de nutrientes estructurales que respondan por la demanda energética que pre-
cede al brote puberal, cubrir el gasto energético de una actividad física regular
y responder satisfactoriamente a las exigencias diarias de la actividad escolar.1
Los requerimientos de macronutrientes y de micronutrientes se señalan en el
Apéndice 2D: “Requerimiento de energía y nutrientes para la población venezolana”
y “DRI (Recomended Dietary Intakes)”.
Los carbohidratos deben aportar diariamente aproximadamente 55% del
total de calorías. Los carbohidratos complejos deben cubrir alrededor del 50%
del total de energía diaria y el azúcar o carbohidratos simples no deben exceder
de 6% a 10% del aporte calórico total de la dieta.
Las proteínas deben aportar entre 13% y 15% del total de calorías. Las
grasas deben cubrir entre 30% y 35% del aporte calórico total. Lo importante es
mantener una proporción de ácidos grasos saturados entre 8% y 10%, poliinsa-
turados del 10% y monoinsaturados entre 10% y 15%. Se recomienda una inges-
ta de colesterol de 100 mg por cada 1.000 calorías diarias (no más de 300 mg/
día) y de ácidos grasos esenciales, mayor del 4% del total de energía diaria.1
El total de calorías diarias se distribuyen en 4 a 5 comidas. Las merien-
das son muy importantes en los escolares y pueden contribuir hasta con una
tercera parte de la ingesta diaria y deben aportar vitaminas A, C, riboflavina,
niacina y tiamina.
El consumo de agua debe ser cercano a 85 mL/kg/día, el de sodio entre 600
a 1.800 mg/día y el de fibra 0,3 mg/kg/día o edad (en años) +5 = total de fibra en
gramos.
316 nutrición en pediatría
Cuadro 12.5 Alimentos y preparaciones que los padres pueden tener listos para las merien-
das o cuando los niños estén solos.
Estreñimiento
En el escolar se pueden instalar problemas de estreñimiento que antes no
había. Las causas más comunes son:
• Una baja ingesta de fibra y agua.
• Discrepancias entre la necesidad de evacuar del niño y las pautas estable-
cidas respecto a las actividades escolares y las salidas del salón.
• Incomodidad o inhibición en el uso de los baños de las escuelas.
• Incapacidad de interrumpir el juego si sienten la necesidad de defecar.
capítulo 12 319
Caries dentales
Las caries constituyen un problema de salud pública y la primera causa de
morbilidad a esta edad, por lo tanto unos buenos hábitos de salud bucal deben
ser instaurados desde la edad preescolar y ser consolidados durante esta etapa
para prevenir su aparición, enseñándoles a que adquieran hábitos de higiene
bucal, que incluye una buena técnica del cepillado y el uso del hilo dental.
Sobrepeso y obesidad
Cuarenta por ciento de los niños obesos llegan a ser obesos en la edad
adulta y las consecuencias sobre la salud relacionadas con un exceso de peso
corporal (hipertensión, genu valgo, rechazo a la imagen corporal con sus con-
secuencias psicológicas, ateroesclerosis, hiperlipidemias) se establecen princi-
palmente en la edad escolar, de ahí la importancia de la prevención a partir de
esta etapa.
Es importante que en la edad escolar se establezcan los buenos hábitos
alimentarios, para que como adolescentes y adultos no presenten problemas
relacionados con el mal comer en calidad y cantidad. Éste debe ser uno de los
objetivos para prevenir enfermedades crónicas no transmisibles del adulto.
Horarios de sueño
La escolaridad requiere de compromiso y disciplina. En esta etapa los niños
deben atender a un horario fijo que incluye otras actividades suplementarias
académicas, recreativas o deportivas, además de las dedicadas a la escuela.
Para cumplir con óptimo desempeño se sugiere que los escolares consoli-
den buenos hábitos de sueño. El acostarse al menos dos horas antes de la media
noche promueve un crecimiento y desarrollo adecuados, aprovechando que la
hormona de crecimiento se libera en pico máximo a la media noche y durante
el sueño profundo (22:00 p.m. − 04:00 a.m.).12 Se estima que los escolares deben
tener al menos entre 9 y 11 horas de sueño, existiendo diferentes patrones entre
los niños, con el fin de evitar problemas en el descanso, fatiga y alteraciones en
los procesos cognoscitivos como la memoria.12
Es importante también que los niños se encuentren descansados para des-
pertase con tiempo y tener el suficiente apetito para realizar el desayuno.
320 nutrición en pediatría
Referencias bibliográFIcas
generalidades
Procesos
Maduración sexual
Constituye el proceso organizativo más importante de la adolescencia,
mediante el cual se pueden definir los períodos de adolescencia temprana,
intermedia o tardía (Cuadro 13.1), independientemente de la edad cronológica
definiendo los tiempos según el desarrollo de los caracteres sexuales primarios
y secundarios.6 En el Capítulo 1 “Evaluación del Estado Nutricional del niño” se
describen los estadios o fases de Tanner de la escala de maduración sexual.
Cuadro 13.1 Aspectos principales de la adolescencia temprana, intermedia y tardía.
324
Pandillas Grupos del mismo sexo; Parejas: los grupos de compañeros pierden Intimidad; posibilidad
conformidad de grupos pequeños. importancia. de compromiso.
Relación con Adaptación a la enseñanza de Evaluación de las aptitudes Decisiones sobre el futuro
la sociedad bachillerato. y las oportunidades. profesional (Ej.: dejar los
estudios, universidad,
trabajo).
Crecimiento y desarrollo
En este período ocurre una aceleración en la velocidad de crecimiento
que se prolonga entre cinco a siete años después del desarrollo puberal. 1 Cada
individuo tiene su propio tempo y ritmo de crecimiento y de acuerdo con esto,
la máxima velocidad de talla y peso y el inicio de la pubertad, ocurren a diferen-
tes edades. 6,7 En nuestro país, en general, la mayor intensidad en la velocidad
de talla y peso en el sexo femenino se presenta a los 11,5 años y coincide con el
estadio 3 de maduración sexual de Tanner o antes de la menarquia; en los niños
ocurre 2 años después con el estadio 4 en el sexo masculino. Después de la
menarquia y del cierre de las epífisis, disminuye progresivamente la intensidad
cuando finaliza la maduración esquelética y biológica. 7
Durante este período se obtiene 15% de la estatura, 50% del peso corporal
y 37% − 45% de la masa ósea del adulto.1,3
En el proceso de maduración ocurren cambios en la composición corporal.
En el período prepuberal la proporción y la distribución de grasa y músculo en
varones y hembras es semejante, con 15% y 19% de grasa respectivamente. 7
Las mujeres acumulan más grasa corporal en la pubertad, y en la vida adulta
tienen casi 22 % de la grasa corporal en comparación con casi 15% en varones.7
El incremento del tejido magro es mayor dado que en varones es más intenso y
de mayor duración, encontrándose en adolescentes venezolanos una diferencia
máxima a los 18 años de 1.687 mm2. 3 Este dimorfismo sexual obliga a que los
requerimientos nutricionales entre las hembras y los varones sean diferentes,
generalmente más altos en el varón por su mayor corpulencia, mayor intensidad
y duración de su actividad física.
De acuerdo con el ritmo de maduración, los individuos se comportan como
maduradores promedios, tempranos y tardíos, si alcanzan estos dos últimos
velocidades de peso y talla máximas antes o después del promedio de la pobla-
ción; la edad cronológica es poco relevante para el cálculo de sus requerimien-
tos de macro y micronutrientes, pero si su estadio de desarrollo puberal, com-
posición corporal y velocidad de crecimiento.
Cambios psicológicos
El adolescente normal transita su desarrollo psicosocial enmarcado den-
tro de un carácter inestable y variable con problemas muy característicos como
la impulsividad, cambios anímicos, rebelión (propensión hacia la independen-
cia), aburrimiento y el encuentro con un cuerpo nuevo (apariencia, problemas
de talla, acné, etc.). 8
326 nutrición en pediatría
Condiciones frecuentes
Acné
La creencia popular de que el acné empeora su condición con la ingesta de
chocolate, grasa, bebidas gaseosas y la cerveza, tiene su fundamento en que la
mayoría de las personas sufren de acné durante la adolescencia y la mayoría de
los adolescentes disfrutan de los mismos. En algunos casos, mejora esta con-
dición al disminuir las frituras, grasas, bebidas alcohólicas, pero existen otras
razones positivas para dar estas indicaciones.9 Se ha reportado igualmente que
el zinc, las grasas poliinsaturadas y la vitamina A, reducen el acné y se reco-
mienda que los adolescentes ingieran buenas cantidades de alimentos fuente
de estos nutrientes (Apéndice 5).
La televisión y la Internet
Además de las características ya mencionadas acerca de la adolescencia
se encuentra que durante este período también es característico una caída del
nivel de actividad física, un aumento a la exposición a la media y del tiempo
dedicado a actividades que generan poco gasto calórico.11
Los adolescentes pueden permanecer entre 22 a 25 horas semanales fren-
te al televisor, y durante este tiempo consumen hasta 38% de sus requerimien-
tos calóricos totales. La televisión promociona alimentos en 70% a 90% de su
capítulo 13 327
Necesidades nutricionales
Para la evaluación de los requerimientos de energía de los adolescentes
se recomienda tomar en cuenta lo siguiente: el apetito individual, crecimiento,
actividad física y estadio de maduración sexual con relación a los depósitos de
grasa subcutánea y masa magra. Los requerimientos de macronutrientes y de
micronutrientes se señalan en el Apéndice 2D “Requerimiento de energía y nutrien-
tes para la población venezolana” y “DRI (Recomended Dietary Intakes)”.
Los carbohidratos deben aportar diariamente aproximadamente 55% del
total de calorías. Los carbohidratos complejos deben cubrir alrededor del 50%
del total de energía diaria y el azúcar o carbohidratos simples no deben exceder
del 6% a 10% del aporte calórico total de la dieta.
Las proteínas deben aportar entre 10% y 15% del total de calorías. Las gra-
sas deben cubrir entre 30% y 35% del aporte calórico total, a no ser que existan
antecedentes de ateroesclerosis, tabaquismo, hipertensión u otros factores de
riesgo y se necesite restringirlas a 30%. 13
Lo importante es mantener una proporción de ácidos grasos saturados
entre 8% − 10%, poliinsaturados del 10% y monoinsaturados entre 10% − 15%.
Los ácidos grasos trans no deben superar 1%. Se recomienda una ingesta de
colesterol de 100 mg por cada 1.000 calorías diarias (no más de 300 mg/día) y
de ácidos grasos esenciales, mayor del 4% del total de energía diaria.14
Los adolescentes deben respetar el horario y el número de comidas dia-
rias (4 a 5 comidas) para lograr cumplir con las indicaciones nutricionales. Es
importante que el adolescente cumpla con el desayuno regularmente15, ya que
las exigencias cognitivas de la actividad educativa son mayores a estas edades.
328 nutrición en pediatría
Cuadro 13.2 Ejemplo de menú para adolescente (aporte aproximado 1.800 kcal).
Por grupo de lista de intercambios
Grupo Número de raciones
Desayuno
Jugo natural de fruta fruta 3
Huevo revuelto carne y vegetales 1y½
Rebanadas de pan pan 2
1 taza de leche leche 1
Mantequilla o margarina grasa 2
Almuerzo
30 g de carne carne 1
½ taza de puré de auyama vegetales 1
Papas fritas pan 2
Mantequilla o margarina grasa 2
Jugo natural de fruta fruta 2
Piña fruta 1
Merienda
Torta simple pan 3
Cena
30 g de pescado carne 1
½ taza de espinaca cocida vegetales ½
Ensalada de lechuga y tomate vegetales ½
Aceite y vinagre grasa 2
Arepa pan 2
Mantequilla o margarina grasa 1
Cocktail de frutas fruta 2
capítulo 13 329
Consideraciones especiales
Adolescentes con necesidades especiales
Lo constituyen grupos de jóvenes que merecen especial atención al mo-
mento de priorizar los programas de atención y asistencia ya sea por causas
socioeconómicas, biomédicas o educativas; son aquellos procedentes de barrios
marginales, niños de la calle o en la calle, institucionalizados, adolescentes con
desnutrición crónica, toxicómanos, con deficiencias físicas o congénitas, con
enfermedades crónicas o trastornos metabólicos, hospitalizados o en período
pre o postoperatorio.9 En estos casos la evaluación e intervención nutricional
capítulo 13 331
Embarazo y lactancia
El embarazo se considera un estrés adicional en el estado nutricional de la
adolescente en crecimiento, debido a que las demandas fetales pueden poner en
riesgo el crecimiento de la madre, cuando ocurre en los primeros dos años pos-
teriores a la menarquia. Por esto, el embarazo en adolescentes se considera “de
alto riesgo”, situación que es más delicada mientras más precoz sea el mismo.14
Aun cuando el feto está protegido de las extravagancias de la dieta mater-
na, excepto en la desnutrición extrema, los suplementos de calorías y nutrien-
tes en dietas maternas insuficientes, mejoran el aumento de peso durante el
embarazo y reducen la prevalencia de niños con peso bajo al nacer.17
Se estima que las adolescentes embarazadas sedentarias requieren entre
2.400 y 2.600 calorías diarias. En ellas son frecuentes las deficiencias de folato,
vitamina C y B6, hierro, calcio y zinc. La administración de suplementos ade-
cuados de vitaminas y minerales está indicada en aquellas adolescentes con
frecuentes transgresiones dietéticas, y de rutina se indican suplementos de
folato y hierro.9
Si la adolescente no cubre bien sus necesidades calóricas y proteicas, la
leche que produce tampoco será adecuada para el niño desde el punto de vis-
ta calórico.9 Además de los riesgos nutricionales, la adolescente embarazada
experimenta problemas sociales, académicos y familiares, que se agravan con el
impacto emocional de la edad, esto puede influir en el estado de salud del hijo.17
Deporte
Convivir y divertirse sanamente, así como practicar actividades físicas con
regularidad, protege a los jóvenes del posible aislamiento social que se produce
durante esta etapa permitiéndoles conocer amigos con los que se compartirán
intereses comunes, además les ofrece beneficios importantes a su salud, como
son: mejora la fuerza y la resistencia, ayuda a desarrollar músculos y huesos
sanos, ayuda a controlar el peso corporal, reduce la ansiedad y el estrés, mejora
la autoestima y tiende a mejorar los niveles de presión arterial y colesterol.18
El simple hecho de aumentar la actividad física, exige un aumento de la
ingesta, que muchas veces está regulado por el apetito, el cual propicia un
mayor consumo de alimentos. Pero los deportistas adolescentes muchas veces
332 nutrición en pediatría
Trastornos de la alimentación
Atracones
Esta modalidad de trastorno de la alimentación no se le conoce de otra
manera y se trata de atracones de comidas a repetición sin el uso regular de
medidas compensatorias. 22
Fuente: Rome ES, Ammerman SA, Rosen DS, Keller RJ, Lock J, Mammel KA, et al. Children and
adolescents with eating disorders: The state of the art. Pediatrics. 2003;111(1):e98-108.
capítulo 13 335
Irregularidades menstruales.
Síntomas de hipertiroidismo, diabetes, enfermedades malignas, infección,
enfermedad inflamatoria intestinal.
Fuente: Policy statement pediatrics. Identifying and Treating Eating Disorders. Committee on
Adolescence. Pediatrics. 2003;111(1):204-11.
Físicos
ORL: glándula parótida hipertrófica, caries dentales, piorrea, erosión del
esmalte dental.
Piel: ulceraciones, callosidades, cicatrices en el dorso de la mano.
Neuromuscular: debilidad muscular, hiporreflexia, neuropatía periférica.
Cardíacos: arritmias.
Gastrointestinal: distensión abdominal, íleo, dilatación gástrica aguda, várices
esofágicas.
Pulmonar: neumomediastino.
Laboratorio
Bicarbonato sérico elevado (alcalosis metabólica secundaria por vómito).
Hipocalemia, hipocloremia, hiponatremia.
Hiperamilasemia.
Acidosis metabólica (por el uso de laxantes).
Hipo o hipercalcemia, hipomagnesemia.
Fuente: Joffe A. Eating disorders. In: Oski FA, DeAngelis CD, Feigin RD, Warshaw JB. Principles
and Practice of Pediatrics. Philadelphia: Lippincott; 1990. p. 741-45.
Rechazo a mantener peso corporal por encima de un peso normal mínimo para la
edad y talla, ejemplo: pérdida de peso que lleva a mantener un peso corporal 15% por
debajo de lo esperado, falla en alcanzar una ganancia de peso durante el período de
crecimiento.
Miedo intenso a ganar peso y a volverse gorda(o), a pesar de estar por debajo del peso.
Perturbación en la forma como se aprecia el peso corporal, la talla y la forma corporal,
ejemplo: el paciente afirma “sentirse gorda” aún cuando se encuentra emaciada, cree
que alguna área de su cuerpo es “muy gorda”, aún cuando está obviamente bajo de peso.
En mujeres, ausencia de por lo menos tres períodos menstruales consecutivos,
amenorrea primaria o secundaria (se considera que una mujer tiene amenorrea si sus
periodos se producen sólo después de la administración de hormonas o estrógenos).
capítulo 13 339
Físicos
Signos vitales: bradicardia, hipotermia, hipotensión.
Piel: lanugo, pérdida de grasa subcutánea, piel descamada, amarilla y seca, alopecia y
pérdida de vellos en los genitales, hipercromotriquia del cabello.
Extremidades: edema, cianosis, hipotermia.
Genitales: mucosa vaginal fina y seca, útero y cérvix pequeño.
Músculo esquelético: debilidad, pérdida de masa muscular.
Laboratorio
Neuroendocrino: FSH y LH disminuida con patrón secretorio inmaduro, T3 baja, T3 in-
versa elevada, puede estar elevada la hormona de crecimiento, secreción errática de va-
sopresina, cortisol sérico elevado, estrógeno y testosterona disminuida.
Renal: BUN elevado si hay deshidratación.
Hematológico: leucopenia, trombocitopenia, anemia (tardía), transferrina disminuida.
Metabólico: hipoglicemia, colesterol elevado (temprano), colesterol disminuido (tardío),
hipercarotinemia, cloro elevado en el sudor.
Electrocardiograma: bradicardia, bajo voltaje.
Radiológico: silueta cardíaca disminuida, osteoporosis.
Fuente: Joffe A. Eating disorders. In: Oski FA, DeAngelis CD, Feigin RD, Warshaw JB. Principles
and Practice of Pediatrics. Philadelphia: Lippincott; 1990. p. 741-45.
Establecimiento de metas
Ganancia de peso diaria durante la fase de malnutrición que compromete
la vida: 0,66 − 0,88 kg/día.
Ganancia de peso semanal en fase aguda de la desnutrición en paciente am-
bulatorios: 2,2 − 4,4 kg/semana.
Metas a mediano plazo (percentiles 10, 15, 25, 50) hasta que se alcanza el pe-
so normal para la talla, con estatus menstrual normal para la edad puberal.
Ingestión dietética para apoyar ganancias adecuadas y la salud.
Guías dietéticas
Fases tempranas: educar y aconsejar en apoyo al paciente para normalizar el
consumo de alimentos, planificar menú o permitir que el paciente seleccio-
ne los alimentos durante las crisis, determinado según el abordaje del equi-
po para el tratamiento intensivo.
capítulo 13 341
Guías dietéticas
Fase de rehabilitación: imposibilitar al paciente de reemplazar el control
externo por el automanejo.
Prescripciones dietéticas (según lo anterior): guías de necesidades de nu-
trientes en los diferentes niveles del trastorno.
Tipos de alimentos y equivalencias: establecer las prescripciones como pa-
trones dietéticos.
Educación
Soporte nutricional para la vida y la salud.
Principios del balance energético.
Métodos para un manejo saludable del peso.
Selección de alimentos en cualquier contexto.
Peligro de los hábitos desarrollados en la anorexia nervosa y la bulimia.
Consejería de apoyo.
Facilitar al paciente para el autocuidado.
Referencias
A todos los miembros del equipo interdisciplinario si no se encuentran en
la misma institución.
Al odontólogo especialmente en caso de vómitos.
Fuente: Rome ES, Ammerman SA, Rosen DS, Keller RJ, Lock J, Mammel KA, et al. Children and
adolescents with eating disorders: The state of the art. Pediatrics. 2003;111(1):e98-108.
Referencias bibliográFIcas
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tion & Diet Therapy. Philadelphia: W.B. Saunders Company; 1992. p. 233-41.
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New York: Interamericana, McGraw-Hill; 1992. p. 15–125.
3 Puig M, Dini Golding E. Alimentación del preescolar, escolar y adolescente. En:
Nutrición: temas de pediatría. México: Interamericana, McGraw-Hill; 1995. p.
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1994. p. 120-124.
342 nutrición en pediatría
19 Alton I. Eating disorders. In: Stang J, Story M, editors. Guidelines for adoles-
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Training in Maternal and Child Nutrition, Division of Epidemiology and Commu-
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20 Rome ES, Ammerman SA, Rosen DS, Keller RJ, Lock J, Mammel KA, et al. Chil-
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21 Identifying and treating eating disorders. Pediatrics. 2003;111(1):204-11.
22 Binge Eating Disorder. Disponible en: http://www.nationaleatingdisorders.org/p.
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23 Ackard DM, Neumark-Sztainer D, Story M, Perry Ch. Overeating among ado-
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NHLBI growth and health study. Pediatrics. 2002;110(5):e54.
Capítulo 14
VITAMINAS Y MINERALES
EN EL CRECIMIENTO
Elizabeth Dini Golding
Carmen Omaira Salazar Cruces
Generalidades
de grasas.
• Requerimientos del complejo B dependen de
Feto
Zinc y ácido fólico
Durante el primer trimestre del embarazo ocurre la mayor utilización de
Zn y de ácido fólico por parte del feto, período que coincide con la organogéne-
sis. Se ha encontrado que las concentraciones de Zn en el embrión aumentan
7 veces más entre los días 31 y 35 de la gestación.2 Además es importante para
el crecimiento y desarrollo normal del feto, ya que se ha asociado retardo del
crecimiento intrauterino con concentraciones de Zn disminuidas en leucocitos
y plasma materno, por lo que es necesario suplementar a la embarazada desnu-
trida o deficitaria de Zn desde el primer trimestre (Apéndice 8).
El déficit de ácido fólico en la embarazada se asocia con defectos del tubo
neural, malformaciones cardíacas y Síndrome de Down en los recién nacidos.
Es importante la suplementación de ácido fólico en la embarazada durante el
primer trimestre, especialmente si es adolescente y vigilar que la mujer en
edad fértil reciba los requerimientos necesarios de este elemento, ya que, gene-
ralmente cuando se inicia la suplementación han transcurrido por lo menos, 3
ó 4 semanas del embarazo.3
Cobre
El Cu pasa al feto desde el primer momento de la gestación y aumenta sus
concentraciones durante el transcurso del embarazo, con un pico entre las 32
y 34 semanas de gestación, para luego disminuir. El requerimiento de Cu en la
embarazada aumenta 17%. La embarazada puede cubrir sus requerimientos
con una dieta equilibrada.
capítulo 14 349
Hierro
El requerimiento de Fe aumenta principalmente al final del embarazo,
paralelo al crecimiento rápido que ocurre en esta etapa. La suplementación
de Fe en la embarazada se debe hacer durante el segundo y tercer trimestre,
para cubrir las necesidades del crecimiento fetal y para no interferir con la
absorción intestinal de Zn, tan importante en el primer trimestre del embarazo
(Apéndice 8).4 Se ha demostrado fuerte asociación entre la anemia materna con el
bajo peso al nacer y la prematuridad.5
Vitamina D y calcio
En la embarazada aumenta la actividad de la vitamina D (efecto hormo-
nal), para absorber mayor cantidad de Ca en el intestino y riñón, como meca-
nismo compensatorio para cubrir las demandas fetales de calcio y no agotar sus
depósitos óseos. La embarazada debe cubrir los requerimientos de Ca necesa-
rios para evitar descalcificaciones, principalmente en las mujeres al final de
la tercera década, porque se inicia la disminución fisiológica en la masa ósea
(0,5% - 1,0% anual).6
Los niveles sanguíneos de 25(OH)D3 aumentan en el tercer trimestre por
el crecimiento mayor. El feto aumenta la retención de Ca, P y Mg exponencial-
mente a partir de las 24 semanas de gestación hasta el nacimiento y varía desde
130 mg/kg/día de Ca en las 28 semanas a 150 mg/kg/día en las 36 a 38 semanas.
Se puede presentar raquitismo congénito cuando la madre presenta déficit gra-
ve de vitamina D (madres vegetarianas) y por lo tanto, depósitos disminuidos
de la vitamina en el niño; en el Apéndice 8 se señala la dosis de suplementación de
calcio.
Vitamina E y A
El feto acumula vitaminas E y A durante el embarazo. El contenido de
vitamina E se incrementa de 1 mg a los 5 meses de gestación a 20 mg aproxima-
damente en el recién nacido a término, paralelo al aumento de la grasa corporal
total. La vitamina A se transporta de la madre al feto principalmente a partir
del día 11 de la gestación y durante el tercer trimestre, cuando se comienzan a
formar los depósitos hepáticos de vitamina A, a una concentración de 20 µg/g
de tejido hepático, suficiente para permitir el crecimiento y desarrollo norma-
les durante el período neonatal .7
350 nutrición en pediatría
Ácido fólico
En el prematuro se debe considerar la suplementación de ácido fólico
(pocos depósitos al nacer) según el grado de prematuridad, porque la veloci-
dad de crecimiento es elevada y se pueden agotar las reservas de este elemento
(Apéndice 8).
Cobre
El recién nacido a término nace con buenos depósitos de Cu en el hígado
(cerca del 50% del total) y por consiguiente, el déficit de éste es un hallazgo
raro en recién nacidos a término.
El prematuro nace con pocos depósitos de Cu, porque éste se deposita
principalmente al final del embarazo (últimos 2 a 3 meses de gestación), por lo
tanto, tiene riesgo alto de presentar deficiencia si no es alimentado con lactancia
materna, o con fórmulas suplementadas con Cu. Otras razones que producirán
déficit en el prematuro son la inmadurez del tracto digestivo con disminución
de la absorción, los requerimientos aumentados por el crecimiento rápido y la
utilización de nutrición parenteral total (NPT) sin suplementación con Cu.
Hierro
El recién nacido a término nace con buenos depósitos de Fe en el hígado;
por el contrario, el prematuro tiene pocos depósitos y los agota a los 2 a 3 meses
de vida, a menos que reciba una suplementación temprana (1er a 2do mes), debi-
do a que la masa eritrocitaria aumenta paralelamente con el crecimiento rápido
(Apéndice 8).
capítulo 14 351
Calcio y fósforo
La leche materna aporta los requerimientos de Ca en el recién nacido a tér-
mino. El prematuro puede presentar disminución en la capacidad de absorción
de Ca, con el consiguiente déficit, el cual se agrava en aquellos casos en los que
el prematuro no recibe los requerimientos adecuados de vitamina D o de Ca.
Por lo tanto, es necesario garantizar los requerimientos de Ca del prematuro
debido a la velocidad de crecimiento elevada, para aumentar los depósitos del
mineral y monitorizar Ca, P y Mg plasmático. De esta manera, se disminuirá la
incidencia y la severidad del raquitismo.
El 30% de los prematuros con peso menor de 1.500 g, pueden presentar
raquitismo. La lactancia materna aporta 280 - 340 mg/L de Ca, 140 mg/L de P
y 20 a 60 UI de Vitamina D. Un consumo de 200 mL/kg/día de leche materna
aporta entre 52 - 58 mg/kg/día de Ca y 30 a 34 mg/kg/día de P, cantidades no
muy adecuadas para el crecimiento, que probablemente favorecerán la dismi-
nución de la densidad ósea. En este caso se debe suplementar la leche materna
con 245 a 270 mg/L de Ca; el tiempo de suplementación es hasta que alcance el
promedio de peso adecuado para su edad (Apéndice 8).
Manganeso
El Mn es un mineral importante para la síntesis de mucopolisacáridos y
los períodos más vulnerables para su síntesis en la matriz del cartílago ocurren
durante el embarazo y los primeros meses del lactante.
Los recién nacidos nacen sin depósitos de Mn; aquellos que reciben NPT
sin suplementación de Mn (a término o prematuros) son susceptibles de pre-
sentar deficiencias.
Selenio
Los prematuros que reciben NPT sin suplementación de Se pueden pre-
sentar déficit del elemento, ya que se necesita para el crecimiento y los depósi-
tos del prematuro están reducidos (ver suplemenatción en el Apéndice 8).
Vitamina E
El prematuro puede presentar déficit de vitamina E por tener depósi-
tos reducidos, debido a una baja transferencia placentaria de la vitamina y a
352 nutrición en pediatría
Yodo
Se puede presentar hipotiroidismo transitorio al nacer (principalmente
en el prematuro) por inmadurez del eje hipófisis-tiroide.
En regiones con deficiencia de yodo, es indispensable la implementación
de programas de Salud Pública para la suplementación del elemento, principal-
mente a la población infantil y a las mujeres en edad fértil.
Vitamina B12
El déficit de esta vitamina se puede presentar en niños amamantados
exclusivamente por madres vegetarianas estrictas si ellas no reciben un suple-
mento de B12.
Lactante
Zinc
Los requerimientos de Zn posterior al nacimiento disminuyen en forma
rápida en los primeros 4 meses de vida (más tarde en el prematuro), debido a
que la velocidad de crecimiento es menor. Si el lactante no recibe la cantidad
del metal requerido, presenta deficiencias entre los 3 a 6 meses de edad.
La concentración de Zn en la leche materna desciende en forma significativa
durante el progreso de la lactancia, ajustándose al crecimiento del lactante, a
través de un mecanismo de control de la glándula mamaria para la secreción
de Zn. Esta situación óptima permanece, sólo si el consumo de Zn materno
es adecuado para suministrar las demandas en la lactancia prolongada. En
la leche de algunas madres de niños pretérmino, se prolonga el descenso del
metal durante un tiempo mayor.11
Cobre
Después del nacimiento, la concentración de Cu en el hígado disminuye
porque se utiliza para el crecimiento, aunque en cifras absolutas, la cantidad
total se eleva debido al incremento en el tamaño del hígado.
La concentración de Cu en la leche materna es baja (20 - 50 µg/dL), pero
su biodisponibilidad es alta. La concentración es máxima en el calostro y dis-
minuye rápidamente hasta el nivel característico de la leche madura, sin que
existan evidencias de descensos posteriores. Algunos estudios han demostra-
capítulo 14 353
Hierro
Los depósitos de Fe no disminuyen antes de los 4 meses en los lactantes
que reciben fórmulas y antes de los 6 meses en los que reciben lactancia mater-
na, por eso, la suplementación con Fe se debe iniciar a estas edades y mante-
nerla por lo menos hasta cumplir el primer año, porque el crecimiento rápido
del lactante aumenta la masa eritrocitaria y por lo tanto, consume los depósitos
del metal, haciéndolo vulnerable al déficit; (Apéndice 8).13
Al final del primer año, el niño puede cubrir sus requerimientos de Fe con
la alimentación, ya que es capaz de ingerir una cantidad y variedad de alimen-
tos que le permiten obtener una cantidad adecuada del mismo. Los niños con
un consumo diario de leche excesivo, pueden tener déficit de hierro ya que
limitan la ingestión de otros alimentos con alto contenido del mineral y la leche
no es una buena fuente de Fe. La deficiencia de Fe producirá efectos negativos
irreversibles sobre el desarrollo neurológico del niño con repercusiones en eda-
des superiores (ver Capítulo 21 “Anemias nutricionales”).14
Calcio
Una de las etapas críticas para el depósito de este mineral en el esqueleto
es durante la lactancia, debido a la alta velocidad de talla que se alcanza y los
requerimientos elevados de Ca para la mineralización del nuevo tejido óseo.
Es importante vigilar que el niño consuma cantidades adecuadas del mineral
con la dieta; el consumo de 800 mg/día de Ca permite una retención suficiente
del mismo para cubrir las necesidades del esqueleto que son en promedio
100 mg/día. Si esto no se cumple hay que considerar la suplementación para
complementar el déficit de acuerdo con los requerimientos y niveles séricos
(Apéndice 8).
Carrié y Bonjour15 señalan que la osteoporosis senil, debería considerarse
como una enfermedad pediátrica, ya que la prevención primaria del mismo
consiste principalmente en maximizar el incremento de masa ósea durante los
años de crecimiento y consolidación esquelética.
354 nutrición en pediatría
Preescolar y escolar
A medida que el lactante crece, disminuye la velocidad de crecimiento
hasta su estabilización en el preescolar. En esta etapa, los requerimientos de
las vitaminas y los minerales se estabilizan en su mayoría, exceptuando las
vitaminas A, K y folatos, yodo y magnesio, principalmente. Además, el niño
aumenta progresivamente la cantidad de alimentos en la dieta y de esta mane-
ra podrá cubrir fácilmente los requerimientos de todos los micronutrientes.
En algunos preescolares aparecen problemas de alimentación de tipo con-
ductual y de hábitos alimentarios, manejados inadecuadamente por la familia,
que ocasionan disminución de la ingestión y de la variedad de alimentos. Es
muy común que estos niños consuman dietas monótonas que no cubren todos
los requerimientos de micronutrientes necesarios en estas edades (ver Capítulo 11
“Alimentación del preescolar”).
Ácido fólico
La anemia megaloblástica es muy común en estas edades, producto de la
deficiencia en la ingestión de alimentos ricos en ácido fólico, como los vege-
tales de hojas verdes; en el Apéndice 8 se indica la dosis de suplementación de la
vitamina.
Hierro
Los problemas de alimentación de esta edad, las parasitosis intestinales y
los depósitos de hierro bajos, producto de la deficiencia no resuelta del mismo
en el lactante, producen anemia ferropénica en los preescolares. En los meno-
res de 18 años, el grupo más afectado por déficit de Fe son los niños entre 1 a 3
años de edad (ver suplementación Apéndice 8).
Vitamina A
La disminución en el consumo de frutas y vegetales puede producir
deficiencias de esta vitamina (betacarotenos), generalmente en forma subclí-
nica, pero también puede acompañarse de hiporexia, diarrea y mayor inciden-
cia de procesos infecciosos respiratorios.
capítulo 14 355
Flúor
El preescolar tiene la dentadura primaria completa; puede existir defi-
ciencia de flúor cuando el niño no recibe los requerimientos necesarios a través
de cremas dentales fluoradas (0,243% fluoruro de sodio) o enjuagues bucal
para la higiene oral o por medio de la dieta, con la consiguiente repercusión
sobre el tejido óseo en general. Actualmente en nuestro país solo se fluorifica la
sal de mesa, con una concentración de flúor de 60 - 90 ppm.
Otras deficiencias
En este grupo de edad también se pueden presentar deficiencias de niaci-
na, calcio y zinc que están generalmente relacionadas con un consumo de pro-
teínas bajo, con el consecuente efecto negativo sobre la talla y la mineralización
ósea (Apéndice 8).
En el preescolar y escolar sanos, únicamente se debería suplementar vita-
minas y minerales durante el tiempo que dure la hiporexia, cuando las die-
tas son deficitarias en micronutrientes, ya sea por alteraciones en los hábitos
alimentarios o en dietas restrictivas (ver dietas culturales). En cualquiera de
estas situaciones se debe suplementar 50% - 200% los requerimientos.
Adolescente
La adolescencia es otra etapa de la vida con prevalencia frecuente de defi-
ciencias de micronutrientes, por la velocidad de crecimiento elevada que se
alcanza y por el patrón de alimentación errático que adquieren, bien porque
omiten comidas principales, consumen alimentos llamados de “calorías vacías”
en gran cantidad, o porque ingieren entre las comidas principales gran propor-
ción de sus requerimientos con alimentos no nutritivos.
Hierro
En el adolescente la concentración de hemoglobina aumenta 5 a 10 g/L
hasta alcanzar valores característicos del adulto (aumento del 25% de Fe total
del organismo) y además aumenta la masa eritrocitaria, imponiendo una doble
necesidad de Fe.
En las adolescentes, luego del incremento máximo de crecimiento, apare-
ce la menstruación, que dará origen a pérdidas de Fe variables, dependiendo
de la regularidad y volumen del flujo menstrual que va a generar mayores nece-
sidades durante la adolescencia, de allí que siempre se deba descartar el déficit
de Fe en esta etapa, debido a su frecuencia considerable, principalmente en las
jóvenes, e iniciar su tratamiento cuando se presente (Apéndice 8).
356 nutrición en pediatría
Calcio
Al igual que en el lactante, la mineralización ósea en el adolescente es
crucial para obtener la mayor masa ósea genéticamente programada, siendo
mayor en el sexo masculino que en el femenino, debido posiblemente a que el
período de depósito del mineral dura más tiempo.
La masa ósea explica hasta 80% de la variación en la resistencia o for-
taleza del esqueleto y ésta a su vez depende de la densidad ósea, de su volu-
men y tamaño. La osteoporosis del adulto es consecuencia del deterioro de la
microarquitectura ósea y causa fragilidad del hueso y una mayor posibilidad
de fracturas.
En el momento del brote del crecimiento se alcanza 15% de la talla, alrede-
dor del 50% del peso y entre 37% a 45% de la masa esquelética total del adulto;
inclusive en los 4 años posteriores a la menarquia, la mineralización ósea conti-
núa, principalmente en el hueso cortical más que en el trabecular. El promedio
de incremento de la talla está directamente relacionado con la cantidad de Ca
corporal total, como resultado de la expansión periostal y la aposición endostal
del hueso.
La variabilidad en la masa ósea de los adultos observada en sitios parti-
culares como la columna y el cuello femoral, se produce en la adolescencia;
esto sugiere que tales diferencias deben aparecer durante la fase rápida de la
acumulación de masa ósea en la pubertad; 33% del hueso cortical del adulto y
22% del trabecular, se adquieren entre los 11 y 16 años.16
En el adolescente ocurre una mayor retención de Ca que en el niño y en el
adulto, como respuesta a la maduración sexual por el aumento de las hormonas
gonadales17; inclusive, se han observado niveles sanguíneos de 25(OH)D3 más
elevados durante la pubertad.
Si el consumo de Ca en los jóvenes está por debajo del umbral de retención
ósea (1.300 mg/día), no se satura la masa esquelética y por lo tanto, no se alcan-
za el pico de masa ósea genéticamente determinado. La ingestión de Ca en los
adolescentes, especialmente en las jóvenes, puede estar comprometida debido
a las alteraciones en la cantidad o en la calidad de la dieta propia de esta edad.
Es muy importante monitorear el consumo de Ca en esta etapa para cubrir los
requerimientos necesarios con la dieta.18
capítulo 14 357
Otras deficiencias
También se han encontrado deficiencias en el consumo de zinc, folatos,
vitaminas C, A, E y B6.19
Los adolescentes en situación especial, como se observa en el Cuadro 14.3,
están más expuestos al déficit de alguno de los micronutrientes y es necesaria
la intervención en cada caso.
En particular, en el caso de adolescentes que realizan deportes de alta
competencia, deben recibir las vitaminas y minerales establecidos por las DRI
de acuerdo con la edad, teniendo cuidado especial con el uso de preparaciones
de aminoácidos o combinaciones de vitaminas y minerales, entre otros, que
deben ser revisados en lo que se refiere a su seguridad y efectividad.20
Indicaciones de la suplementación
Todos los Comités de Expertos25,27-30 sobre este tema están de acuerdo
con que “No se justifica el uso de suplementos de vitaminas y minerales en
niños normales y saludables mayores de 6 meses de edad, ya que pueden cubrir
sus requerimientos con la ingestión de una dieta variada consumida en can-
tidad adecuada”. Mención aparte para minerales como el hierro, donde según
la UNICEF, Comités y Academias de Nutrición a nivel mundial y la Sociedad
Venezolana de Puericultura y Pediatría recomiendan la suplementación en los
lactantes desde los 6 meses hasta los 2 años de edad.
Estos Comités señalan que “la suplementación con macro y micronutrien-
tes pudiera ser necesaria en los grupos de niños con riesgo nutricional” entre
los que se encuentran:
• Lactantes de grupos familiares con carencia económica.
• Lactantes con dietas deficientes o no equilibradas.
• Individuos con dietas restringidas en algún nutriente.
• Individuos con patologías que comprometan la absorción, utilización o
excreción de algún micronutriente específico.
• La suplementación específica de algunos oligoelementos, es requerida en:
• Lactantes con lactancia materna exclusiva: hierro, y flúor si no se cuenta
con un programa de fortificación nacional.
• Lactantes con lactancia artificial (leche de vaca completa): hierro.
• Lactantes amamantados por madres vegetarianas estrictas: vitamina B12.
Dietas culturales
Plomo
Es capaz de alterar el eje hipotálamo-tiroides, al disminuir la incorpora-
ción del yodo al tejido tiroideo y reduce la secreción de la hormona del hipo-
tálamo; disminuye la capacidad de absorber Fe, Ca, vitamina D y se reduce la
producción de hemoglobina. El plomo atraviesa la placenta y ejerce su efecto
tóxico en el feto.33
Cadmio
Los hijos de madres fumadoras tienen niveles altos y se ha relacionado
con bajo peso al nacer, ya que en la placenta compite por el transportador del
Zn, disminuyendo este último en el feto. Hay una relación inversa entre cadmio
plasmático materno y peso al nacer.
capítulo 14 361
Aluminio
Disminuye la absorción de calcio, altera la mineralización ósea producién-
dose exceso de tejido osteoide y disminuye la velocidad de crecimiento.34
Vitamina
o mineral Droga Tipo de interacción
Vitamina A Heparina, warfarina, Incrementa riesgo de sangramiento.
dermatan sulfato, dicumarol
Minocycline Incrementa riesgo de pseudotumor
cerebral.
Vitamina D Cimetidina, isoniacida, Comprometen estado vitamina D; lleva
anticonvulsionantes a deficiencia y a hipoparatiroidismo.
Niacina Atorvastatina, pravastatina, Incrementa riesgo de miopatía o
simvastatina rabdomiolisis.
Colestiramina Disminuye absorción de niacina.
Nicotina Enrojecimiento, mareos, vértigo.
Isoniacida Disminuye la B6 y B2 necesarias para
convertir triptófano en niacina.
Ácido fólico Fenitoína Competencia en la absorción e incre-
menta frecuencia de convulsiones,
disminuye concentración de fenitoína.
Sulfasalacina, pancreatina Disminuye absorción de folatos.
Pirimetamina Antagonismo farmacodinámico
de efecto antiparasitario.
Triantereno Disminuye utilización de folatos
de la dieta.
Metrotexate y aminopterina Disminuye folato.
Vitamina B2 Dosis psicotrópicas, Afectan metabolismo B2.
antidepresivos tricíclicos
Vitamina B6 Anticonceptivos, Pueden incrementar requerimientos
hidralazina, isoniacida de B6.
Fenitoína Reduce concentración de fenitoína.
Levodopa, teofilina, Disminuye efectividad de la droga.
penicilamina
capítulo 14 365
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Parte iv
NUTRICIÓN EN CONDICIONES
PATOLÓGICAS
Capítulo 15
DESNUTRICIÓN HOSPITALARIA
Gladys Henríquez Pérez
GENERALIDADES
FACTORES CONDICIONANTES
Objetivos
- Identificar la presencia de riesgo de desnutrición y determinar en forma
precisa el nivel de deterioro nutricional y del tipo de desnutrición.
- Identificar los factores condicionantes de la problemática nutricional.
- Obtener la información requerida para definir la intervención nutricional.
- Monitorear la adecuación de la intervención nutricional.
Aunque la metodología aplicada es la misma, la interpretación de las varia-
bles e indicadores varía según el momento de la valoración, de allí que conside-
remos la evaluación inicial y la de seguimiento.
Evaluación inicial
Evaluación del riesgo de desnutrición
La premisa “todo niño hospitalizado está en riesgo de desnutrición, aún
con un estado nutricional normal al ingreso” 22, unida a las consecuencias del
deterioro nutricional sobre la evolución y pronóstico del paciente durante su
capítulo 15 379
Aspectos Dietéticos
Evaluación dietética, con especial énfasis en:
• Pérdida de apetito por más de seis días.
• Pérdida de peso referida como significativa. Algunos autores han señalado
los siguientes rangos: 1% a 2% en una semana; 5% en un mes; 7,5% en tres
meses; 10% en seis meses. Otros plantean que pérdidas mayores al 10% son
indicativas de desnutrición y pérdidas de 6% a 10% son potencialmente indi-
cativas de esta.1,3 La velocidad de la pérdida de peso es más importante que
su magnitud, ya que una pérdida rápida es una condición que no permite el
desarrollo de mecanismos adaptativos por parte del organismo.
• No cumplimiento de los horarios de las comidas.
• No ingestión de alimentos por vía oral y uso excesivo de soluciones hidro-
electrolíticas por 4 días o más.
• Diarrea y vómitos de 3 días o más de evolución.
380 nutrición en pediatría
Aspectos Clínicos
Evaluación médica, con especial énfasis en:
• Antecedente de peso bajo al nacer para edad gestacional o prematuridad
en menores de dos años.
• Existencia de enfermedad crónica asociada.
• Necesidades metabólicas aumentadas debido a: infección, trauma, quema-
duras extensas y fiebre prolongada.
capítulo 15 381
Evaluación de seguimiento
La frecuencia del seguimiento del estado nutricional en el paciente hospi-
talizado es variable y depende de la gravedad del cuadro clínico, la intensidad
de la desnutrición y el nivel de descompensación metabólica. Lo importante es
que se debe enfocar como un proceso continuo, en especial en las unidades de
cuidado intensivo, donde las condiciones clínicas suelen ser muy inestables,
condicionando cambios rápidos en el estado nutricional.34
INTERVENCIÓN NUTRICIONAL
Esta forma parte del plan de cuidado nutricional del paciente y debe estar
integrada a los planes médico o quirúrgico que el mismo requiera, conside-
rándose en la actualidad que este plan “consiste en la evaluación nutricional,
identificación de los riesgos potenciales de desnutrición o los problemas nutri-
cionales existentes, definición de los objetivos y estrategias de la intervención,
incluidas las educativas, indicadores para evaluar los resultados, reevalua-
ción y modificación del plan según las necesidades y recomendaciones para el
seguimiento”. 20
Una vez definido el estado nutricional del individuo se debe proceder con el
soporte nutricional20, esto es, se deben estimar los requerimientos energéticos,
de macro y micronutrientes totales individuales y la distribución porcentual de
los mismos, según la patología subyacente y el estado metabólico del paciente.
Unidos a la prescripción y suministro adecuados de los nutrientes requeridos,
de líquidos y electrolitos en la forma de alimentos; alimentación por bolus y/o
nutrición artificial; garantizando la ruta de administración óptima durante la
intervención.
Para decidir el soporte nutricional se deben tener claros los siguientes
puntos:
• Necesidad de implementarlo.
• Urgencia de iniciarlo.
• Tiempo de duración.
• Tipo de soporte nutricional.
La necesidad de implementarlo depende de:
• Estado nutricional previo.
• Adecuación calórico proteica de la dieta actual.
• En pacientes con algún grado de desnutrición, siempre se deberá imple-
mentar alguna modalidad de soporte, que garantice el mantenimiento del
paciente en balance calórico proteico positivo. Si es un niño eutrófico y cubre
sus requerimientos con la dieta indicada, hay que hacer evaluación bisema-
nal e implementar algún tipo de soporte, solo si hay deterioro nutricional.
capítulo 15 385
NO
¿Cuál es el grado
de deterioro de las Evaluación Métodos subjetivos.
reservas energéticas y nutricional. Métodos objetivos.
proteicas?
Ninguno Moderado o
o leve grave
Corto
Corto
Largo
A B
Evaluación frecuente. Suplementos nutricionales
Si es necesario, para reducir las pérdidas.
suplementos nutricionales Evaluación frecuente
para reducir para reducir cambio de
las pérdidas. conducta (SOS).
Si No
¿Tracto GI utilizable?
Nutrición Nutrición
enteral especial. parenteral.
Evaluación
continua.
Desarrollo de ajustes
necesarios
Fuente: modificado de Alpers, DH, Clouse, RE, Stenson, WF. Nutricional planning for patients with
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capítulo 15 387
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388 nutrición en pediatría
Generalidades
DeFInición
Objetivos
Ventajas
Desventajas
Indicaciones
Otras condiciones
• Transición del soporte nutricional parenteral.
• En trastornos de la conducta alimentaria como la anorexia nervosa.
Contraindicaciones
Vía de administración
Vía de acceso
• Nasal: nasogástrica
• Oral: orogástrica
• Ostomias
- Gástrica: gastrostomía
- Intestinal: duodenostomía
yeyunostomía
microyeyunostomía.
Vía de llegada
Estas son el estómago e intestino delgado (Cuadro 16.1).
capítulo 16 393
Métodos de administración
Vía de
llegada Vía de acceso Ventajas Desventajas Indicaciones Contraindicaciones
1. Mecanismos antiinfecciosos conser- Es la primera 1. Gastroparesia.
vados. consideración para 2. Peligro de
2. Permite digestión y respuestas el soporte enteral. aspiración.
neuro-hormonales normales. 3. Reflujo gastro-
3. Mejor tolerancia a mayores cargas esofágico grave.
Estómago
osmóticas. 4. Vómitos
4. Disminuye incidencia del síndro- intratables.
me de vaciamiento gástrico rápido 5. Reflejo nauseoso
(dumping). ausente o
5. Mayor movilidad para el paciente. alterado.
6. Mayor flexibilidad en esquema de
alimentación y elección de fórmulas.
Orogástrica No se obstruye la nariz. Puede aumentar RN < 34 semanas
producción de saliva. con reflejo nauseoso
al que no se debe
nutrición en pediatría
obstruir la nariz.
Nasogástrica Es la preferida por los clínicos por ser 1. Irritación nasal
más fácil su colocación. esofágica o traqueal. Soporte nutricional
2. Fácilmente arrancable corto.
o movilizable por crisis
de tos o vómitos.
3. Puede producir
náuseas.
4. Requiere personal
entrenado.
5. Limita la tolerancia en
el hogar.
Vía de
llegada Vía de acceso Ventajas Desventajas Indicaciones Contraindicaciones
Ostomías: 1. No obstruye la vía aérea. 1. Requiere Soporte nutricional Manejo nutricional
Gastrostomía 2. Permite el uso de sondas de procedimiento prolongado. posoperatorio.
gran diámetro (14–18 Fr). quirúrgico. Cirugía de
2. Aumento RGE. estómago.
3. Fácil manipulación.
3. Acodamientos
Estómago
ocasionales.
4. Irritaciones e
infecciones de piel.
5. Riesgo de perforación
intraabdominal.
6. Salida de contenido
capítulo 16
alimentario
en bordes de inserción
del tubo (mala
técnica), con erosión
periostomal.
7. Formación de
granulomas
y sangramientos.
8. Bloqueo del tubo.
395
Cuadro 16.1 Vías de acceso y rutas para soporte enteral (cont.).
396
Vía de
llegada Vía de acceso Ventajas Desventajas Indicaciones Contraindicaciones
Nasoduodenal 1. Permite máxima movilidad. 1. Disminuye acción de
2. La alimentación generalmente es los jugos pancreáticos. 1. Anomalías TGI
bien tolerada. 2. Mayor frecuencia de superior.
3. Disminuye complicaciones por sondas mal ubicadas. 2. Alteraciones
obstrucción de sondas. 3. Mayor exposición a motilidad
radiaciones. gástrica.
4. Se puede usar a pesar de poca
motilidad gástrica y residuo 4. Mayor riesgo de 3. Después cirugía
perforación intestinal. TGI.
Intestino Delgado
aumentado.
5. Menos distención gástrica. 5. Mayor riesgo de 4. Aspiración
sobrecrecimiento recurrente.
bacteriano. 5. TGI no funcional.
6. Limita la elección
de las fórmulas y
los esquemas de
nutrición en pediatría
alimentación.
Vía de
llegada Vía de acceso Ventajas Desventajas Indicaciones Contraindicaciones
Ostomías 1. Técnicamente difícil 1. En pacientes
transpilórica: de colocar. con clínica
Duodenostomias 2. Desplazamiento del de aspiración
tubo. recurrente.
Yeyunostomía
3. Obstrucción de la 2. Mayores de seis
sonda. meses.
4. Ruptura de la sonda. 3. Dismotilidad
5. Requiere de técnica gástrica.
Intestino Delgado
de infusión continua. 4. Cuando las
6. Diarrea o dumping. operaciones
antireflujo no son
una opción.
5. Pancreatitis
capítulo 16
aguda.
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397
398 nutrición en pediatría
Flujo de administración
Sondas
Los dos materiales más apropiados para la fabricación de sondas de ali-
mentación son la silicona y el poliuretano. Estos materiales han comprobado ser
atóxicos, blandos, flexibles, no irritan el tracto digestivo y se deterioran poco
ante la acción de los jugos gástricos o intestinales. Las sondas se calibran en
unidades French, que es la medida del diámetro externo (1 French= 0,33 mm).
Las de siliconas son de paredes más gruesas que las de poliuretano, así
que para las mismas unidades French tienen un diámetro interno menor. Exis-
ten calibres desde 5 a 24 Fr. En pediatría se utiliza con mayor frecuencia los
calibres entre 5 a 14 Fr, especialmente los de vía nasogástrica, en las cuales se
prefiere el uso de fórmulas comerciales, sin mezclar ni espesar; las de mayor
calibre se usan en las ostomías (16 a 24 Fr) porque permite la administración
de mezclas y preparaciones más densas.7
Existen sondas con uno o dos orificios de entrada y diferentes conexiones.
Los dobles orificios o puertos en Y permiten la administración independiente y
simultánea de suplementos, medicamentos y agua, sin desconectar la nutrición
enteral. En el extremo distal pueden tener uno o varios orificios de salida, los
laterales y escalonados son los que tienen menos problemas de obstrucción
que es la complicación más frecuente. También existen los llamados “botones”,
que son un grupo de sondas de bajo perfil que luce en la piel como un botón a
presión. 1,5,6
En Venezuela hay varias empresas que comercializan equipos completos
o sondas individuales de todos los calibres para adultos y niños, que si bien
no todas se encuentran en el país, las comunicaciones y compras electrónicas
hacen posible su adquisición:
• Abbott ® Laboratories-Ross Medical Nutrition System: sondas y equipos
completos para endoscopia percutánea de la línea Flexiflo®, equipo para
uso por gravedad de esta misma línea, así como sondas para nasoentéricas
y para gastrostomías.
• Zevex®: Enteralite®, EnteraFlo®, MINI™ Button low Profile.
• Boston Scientific®: Microvasive®.
• Biosearch® : Pedi-Tube® equipos para colocación endoscópica percutánea,
Sherwood®: Dobbhoff Enteriflex® , Kangaroo® EntriFlush, Kangaroo® equi-
pos completos de infusión.
• Laboratorios Victus distribuye las sondas Corflo® y equipos Corpak®.
Bombas
Las bombas deben ser livianas y compactas; deben garantizar la adminis-
tración exacta de pequeños volúmenes (5 mL/h) así como permitir incremen-
tos mínimos de volúmenes (0,5 – 1 mL/h). Su uso mejora la tolerancia a la dieta
la cual es esencia en la vía transpilórica.
Según la forma de control del volumen se dividen en:
• Bombas peristálticas: en las que el rotor presiona la bomba de infusión.
• Bombas de pistón o cámara (volumétricas): en las que el recipiente se relle-
na y se vacía alternativamente.
Todas tienen alarmas para los principales problemas: oclusión, carga baja
de la batería, entre otros.1,6
Las hay para uso estacionario: hospitalario y en el hogar, otras son portáti-
les permite la movilidad del paciente lo cual facilita sus actividades diarias.
Existen igualmente bombas de las marcas siguientes disponibles:
402 nutrición en pediatría
¿Qué suministrar?
Depende de:
• Edad y estado nutricional del paciente.
• Requerimientos nutricionales y de líquidos.
• Ingestión espontánea del paciente.
• Enfermedad de base del paciente.
• Capacidad de homeostasis hidroelectrolítica.
• Tolerancia subjetiva del paciente a las características organolépticas de la
dieta.
• Capacidad funcional del tracto gastrointestinal.
Dieta incompleta
Son aquellas en las que se utilizan fórmulas que contienen patrones
específicos de aminoácidos para determinadas patologías. También llamada
fórmula para enfermedades específicas, han sido diseñadas para una determi-
nada patología con la finalidad de modificar el curso evolutivo y pronóstico de
la enfermedad para la cual fue diseñada.
Contienen oligosacáridos, maltodextrinas, fructosa, aceite de maíz y soya,
TCM y ácidos grasos esenciales, aminoácidos especialmente de tipo ramificado
o esencial, siendo ésta su característica más importante en las fórmulas espe-
ciales para pacientes con patología hepática. Osmolaridad: 590 – 900 mOsm.
Ejemplo: Gamma Soy Renal®, Enterex Hepatic®, Enterex Renal®.
Dietas modulares
Son aquellas en las cuales los macro y micronutrientes son manejados
independientemente (componentes modulares) para preparar una alimenta-
ción de acuerdo con lo necesario y utilizable por el paciente.
Son las constituidas por un solo tipo de nutrientes, pueden utilizarse para
enriquecer fórmulas. Los componentes modulares incluyen: módulos de hidra-
tos de carbono, módulos de grasas y módulos de proteínas.
Módulos de grasas
Tienen la ventaja de formar interfase con la fórmula, son de muy baja osmo-
laridad, proporcionan una alta contribución calórica y digestibilidad variable.
En forma terapéutica existen triglicéridos de cadena larga (TCL) mayor de 16
carbonos: Microlipid ® Lipomul®, también se pueden usar los aceites de origen
vegetal como maíz, oliva, canola, soya, girasol, así como todas sus mezclas. Los
triglicéridos de cadena media (TCM) 8 – 10 C son extraídos del aceite de coco
y de palma, estos contienen hasta el 15% TCM además de otras grasas. Como
suplementos purificado MCT® aporta 8,5 kcal por gramo y Liquigen® aporta 4,5
kcal/mL del producto.
Módulos de proteínas
Se pueden obtener a partir de proteínas intactas: carnes, huevo, lactoalbú-
mina, suero, caseinato de calcio y caseinato de sodio, que requieren digestión
completa. Ejemplos: Casilán® Protifar 90®, Proteinex®, ADN módulo proteico®,
clara de huevo.
Otros nutrientes
El intestino humano es un órgano inmunoregulador por sus conocidas
funciones inmunológicas, inflamatorias y genéticas. El efecto local de algunos
nutrientes pueden modular la actuación de los procesos fisiológicos para actuar
frente a un daño o mejorar estado de defensa inmunológica. En vista de este
conocimiento, se estudia la aplicabilidad terapéutica y la utilidad clínica de
algunos nutrientes en la nutrición enteral.
Glutamina
Es un aminoácido no esencial, que en condiciones de estrés catabólico se
le da categoría de condicionalmente esencial. Posee múltiples funciones:
• Es un transportador no tóxico del nitrógeno.
• Es precursor para la neoglucogénesis y aminogénesis.
• Sustrato inmunoregulador por ser donante de nitrógeno, está involucrado
con la síntesis de purinas y pirimidinas, arginina, NAD y aminoazúcares.
406 nutrición en pediatría
Arginina
Es un aminoácido condicionalmente esencial. Es precursor de la urea,
creatina y ornitina. Se ha demostrado que posee funciones de mediador
fisiológico en la liberación de hormonas como insulina, prolactina, somasto-
tatina. Se estudia el papel de este aminoácido en la formación de óxido nítrico
con funciones diversas en el endotelio vascular (vasodilatación), en la célula
nerviosa y los leucocitos.12,13
Lípidos
Los ácidos grasos esenciales omega 3, omega 6 y sus derivados son precur-
sores de prostaglandinas, leucotrienos y tromboxanos. Modulan la respuesta
inmune e influencian la expresión genética. Estudios en pacientes en condi-
ción crítica demostraron su efecto favorable sobre la respuesta inflamatoria y
la función inmune en pacientes con sepsis. No existe consenso sobre la propor-
ción de ingestión dietética de estos nutrientes esenciales en estados patológi-
cos, sin embargo se recomienda mantener una proporción de 5:1. 12,13
Aspectos prácticos
Preparación de la fórmula
Las mezclas o fórmulas para uso enteral deben ser preparadas en un área
de trabajo con adecuadas condiciones de asepsia rutinaria. Cuando se requie-
ren dietas enterales en pacientes inmunosuprimidos los productos deben ser
esterilizados previamente y las mezclas hacerse bajo una campana de flujo
laminar. En todos los casos el almacenamiento debe hacerse bajo refrigeración
a 4 °C para evitar o retardar el crecimiento bacteriano.
Las fórmulas o mezclas se deben agitar con frecuencia para garantizar la
homogeneidad, en especial cuando contienen triglicéridos de cadena media.
Complicaciones
Metabólicas
• Desequilibrios hidroelectrolíticos: en pacientes con grandes pérdidas aso-
ciadas de líquidos se describen: azotemia, hipernatremia y deshidratación
como consecuencia de la carga proteica de la fórmula, la elevada carga renal
de soluto con poca cantidad de agua o una pérdida aumentada de agua. Estas
complicaciones deben vigilarse en los pacientes con fístulas entéricas de
alto gasto, con duodenostomía o ileostomía que presentan grandes pérdi-
das de agua y electrolitos.
capítulo 16 411
Funcionales
• Estreñimiento: descrito en pacientes con nutrición enteral de larga data,
con fórmulas baja en fibra y poco consumo de agua, también está asociado
a la poca movilidad física.
• Distensión abdominal, reflujo, diarrea, náuseas, vómitos.
• Infecciones nasales, faríngeas y óticas (raras en caso de uso prolongado);
intestinales por contaminación bacteriana o sobre crecimiento bacteriano.
Referencias bibliográFIcas
GENERALIDADES
CONSIDERACIONES FISIOLÓGICAS
INDICACIONES
Corto plazo
Indicaciones gastrointestinales
• Quirúrgicas:
- Resección extensa de intestino delgado.
- Fístula enterocutánea de alto gasto.
- Enterostomía proximal.
- Malformaciones congénitas: cuando la nutrición enteral sea imposible o
insuficiente.
• En determinadas patologías con objetivos específicos:
- Inhibir la producción de hormonas del TGI: pancreatitis, enfermedad ul-
cerativa crónica.
capítulo 17 417
Enteropatías vasculares:
•
- Enterocolitis necrotizante.
- Complicaciones de la enfermedad de Hirschsprung.
- Capilitis o arteriolitis en Periarteritis nodosa.
Indicaciones no gastrointestinales
• Enfermedades metabólicas congénitas: glucogenosis.
• Enfermedades metabólicas adquiridas: insuficiencia renal o insuficiencia
hepática con compromiso gastrointestinal o en condición de enfermedad
crítica.
• Enfermedades hematológicas y oncológicas: protocolos de quimioterapia
en particular, en fase de inducción de leucemias y tumores sólidos.
• Transplante de médula ósea.
• Hipercatabolismo: quemaduras extensas, politraumatismos y cirugía
mayor.
Largo plazo
Quirúrgicas
Síndrome de intestino corto.
•
Médicas
• Atrofia refractaria de la mucosa gastrointestinal con malabsorción persis-
tente severa, sola o asociada a inmunodeficiencia.
• Enfermedad de Crohn extensiva y/o múltiples cirugías con detención del
crecimiento y fracaso de otras medidas terapéuticas.
REQUERIMIENTOS NUTRICIONALES
Hídricos
Los requerimientos varían con la edad, peso, estado de hidratación y en-
fermedad de base. Existen diversas recomendaciones para su cálculo, algunos
418 nutrición en pediatría
Pérdidas Reposición
Sudoración 20 mL de agua/100 kcal.
Temperatura > 38˚C 15 − 30 mL de agua/100 kcal.
5 mL/kg por cada grado de temperatura
por encima de 38°C.
Taquipnea 15 − 45 mL de agua/100 kcal.
Diarrea 20 − 40 mL de agua/100 kcal,
de una mezcla de partes iguales
de solución fisiológica y dextrosa 5%.
Fuente: A.S.P.E.N. JPEN. 2002;26(1):1SA-138SA.
capítulo 17 419
Energía
En los pacientes que requieren soporte parenteral, la calorimetría indi-
recta adquiere gran importancia por la mayor exactitud que proporciona en el
cálculo de los requerimirntos de energía, sin embargo, el no disponer de esta
técnica determina la necesidad de aplicar estimaciones por medio de fórmulas
(ver Apéndice 2C “Cálculo de los requerimientos nutricionales”). Los requerimien-
tos energéticos se suministran con base a: hidratos de carbono y grasas.
Hidratos de carbono
En la actualidad se utiliza de manera exclusiva la glucosa (1g = 3,4 kcal,
pH = 3,5 − 5,5), ya que los otros carbohidratos (fructosa, galactosa) o polial-
coholes (sorbitol o glicerol) pueden provocar graves complicaciones en niños
como acidosis láctica en el caso de la fructosa a > 0,3 g/kg.
Velocidad de infusión: a través de venas periféricas se usa una velocidad
de infusión 15 g/kg/24 h (0,6 g/kg/h, 10 mg/kg/min); a mayor velocidad de infu-
sión hay problemas de osmolaridad. No se deben superar concentraciones de
12,5%.
Por catéter venoso central las cantidades que se suministran aumentan
de 1,5 a 2 veces: 36 g/kg/24 h (1,5 g/kg/h, 25 mg/kg/min). La osmolaridad no
debe sobrepasar 1.000 mOsm/L y la máxima concentración no debe sobrepasar
25%. Se debe estar alerta a la posibilidad de intolerancia a los carbohidratos
por estrés.
Presentación
Solución de dextrosa: 5%, 10%, 20%, 50% ó 70%
•
420 nutrición en pediatría
Aporte máximo
• Recién nacidos pretérmino: 8 − 12 mg/kg/min.
• Lactantes: 12 − 14 mg/kg/min.
• Niños: 8 − 10 mg/kg/min.
• Adolescentes: 5 − 6 mg/kg/min.
• Aporte energético: 60% de la energía no proteica. 2
• Monitoreo: glicemia y glucosuria. Ver monitoreo bioquímico.
Lípidos
Son utilizados en NP como fuente de energía y de ácidos grasos esenciales.
Los lípidos aportan 9 kcal/g y su densidad calórica varía con la concentra-
ción de la emulsión: 1,1 kcal/mL, para concentración de 10%, 2 kcal/mL, para
concentración de 20% y 3 kcal/mL, para concentración de 30%.
Como fuente de ácidos grasos esenciales, los lípidos deben aportar entre
3% y 5% de las calorías totales (1% a 2% proveniente del ácido linoleico y 0,5%
del ácido α linolénico), ó 450 mg/100 kcal. La dosis para evitar deficiencia de
ácidos grasos esenciales es de 0,5 − 1 g/kg/d de lípidos por vía parenteral y
0,6 g/kg/d − 0,8 g/kg/d en prematuros. 3
Presentación
Emulsión de lípidos compuesta por una fase lípida de triglicéridos de cade-
na larga (TCL) al 10%, 20% y 30% o mezclas de triglicéridos de cadena larga y
de cadena media (TCM) a 10% y 20%; una fase acuosa representada por glice-
rol y un sistema emulsificador que generalmente son fosfolípidos de la yema del
huevo (lecitina de huevo) en concentración de 1,2%.
Los TCL se derivan del aceite de soya, girasol o de cártamo y los TCM del
aceite de coco.
Los fosfolípidos son inhibidores conocidos de la actividad de la lipoprotein-
lipasa 2, por lo tanto, a menor relación fosfolípido/triglicérido el aclaramiento
plasmático es mejor. En las mezclas de TCL 10%, 20% y 30% esta relación es
0,12; 0,06 y 0,04 respectivamente.
Las mezclas de TCM/TCL son un combustible más eficiente, con menor
tendencia a depositarse en hígado y tejido adiposo y con menor impacto sobre
422 nutrición en pediatría
Aporte inicial
El aporte inicial es de 0,5 − 1 g/kg/d en recién nacidos prematuros y
1 g/kg/d en recién nacidos a término y niños. 7
Se pueden iniciar desde el primer día de soporte nutricional, excepto en
prematuros extremos, en los cuales se recomienda ser prudente durante los
primeros días y en pacientes con hipermetabolismo, en los que se debe iniciar
a partir del segundo día. 4,5
Aumentos en el aporte
Los aumentos en el aporte son de 0,5 − 1 g/kg/d en recién nacidos prema-
turos y 1 g/kg/d en recién nacidos a término y niños. 7
Aporte máximo
El aporte máximo es de 3 g/kg/d en recién nacidos prematuros, 2 − 3 g/kg/d
en niños y generalmente 2 g/kg/d en adolescentes.7
La velocidad de infusión no debe exceder de 0,11 g/kg/h y de 0,15 g/kg/h
en neonatos. 8
Tiempo de infusión
Se recomienda un máximo de 12 horas debido al riesgo potencial de cre-
cimiento bacteriano, si la emulsiòn de lípidos es administrada separada de la
dextrosa y proteínas, en caso de NP total el tiempo de infusión puede ser 24
horas debido a que el bajo pH de la mezcla inhibe el crecimiento microbiano. 8
Aporte energético
El aporte energético es entre 30% y 40% de la energía no proteica y no
mayor de 50% del requerimiento calórico total. 2
Monitoreo
Monitoreo de prueba de turbidez plasmática, niveles de triglicéridos y con-
troles hematológicos. Los niveles de triglicéridos deben ser medidos a las 4 horas
de iniciada la infusión de lípidos (Cuadro 17.6) (ver monitoreo bioquímico).3
Antes de iniciar el suministro de las grasas se debe hacer una prueba de
tolerancia, para lo cual se administra emulsión al 10%: 0,1 mL/min o emulsión
al 20%: 0,05 mL/min con un tiempo de observación de 15 ó 30 minutos para
detectar cualquier reacción. Las reacciones adversas más comunes son: fiebre,
escalofrío, dolor en tórax y espalda y vómito.
Recientemente se han desarrollado emulsiones lipídicas con el fin de
modificar la relación n6 − n3 para reducir el efecto proinflamatorio de las mis-
mas. Así se ha logrado reducir esta relación n6 − n3 de las mezclas de soya
de 7:1 a 2,5:1 en emulsiones que combinan soya, TCM, aceite de oliva y aceite
de pescado (SMOFlipid®) y hasta 0,08:1 en la emulsion de aceite de pescado
(Omegaven® ).9
La emulsión de lípidos de aceite de pescado al 10% ( Omegaven® ) no ha
sido aprobada por la FDA, pero su eficacia y seguridad en el tratamiento de
enfermedad hepática asociada a NP ha sido demostrada en 18 niños con sín-
drome de intestino corto.10
Peroxidación de lípidos
La exposición de los lípidos a la luz ambiental y especialmente de la fotote-
rapia, produce un incremento significativo en los hidroperóxidos de triglicéri-
dos (fotooxidación). La peroxidación ocurre a pesar de la presencia de vitami-
na E en la solución y puede ser completamente inhibida al cubrir el frasco de la
NP con papel aluminio.
Para evitar la peroxidación de los ácidos grasos, se debe agregar a la mez-
cla tocoferol: 0,7 mg por cada 100 kcal ó 0,6 mg por cada gramo de lípidos, sele-
nio y carnitina: 5 a 10 mg/kg/día ó 10 − 20 mg/kg/día.
El neonato y el paciente con hipermetabolismo por estrés tienen una dis-
minución de la actividad de la lipoproteinlipasa (LPL), así como de la carnitina,
lo que produce alteración en el metabolismo de los lípidos, la heparina estimula
la liberación de la LPL endotelial mejorando la tolerancia a los lípidos.
Existen varias recomendaciones para su uso:
• Una (1) unidad de heparina por mL de NP.5,12
• Una (1 ) unidad/1 mL de lípidos ó 1 unidad/5 mL si hay hiperbilirrubi-
nemia.1
• En recién nacidos de muy bajo peso, por su capacidad disminuida para depu-
rar ácidos grasos séricos, se recomienda una dosis más baja de heparina:
0,5 U/mL.
Relativas
• Dificultad respiratoria.
• Hepatopatías.
• Coagulopatías.
• Sepsis.
• Hiperbilirrubinemia: con cifras mayores a 8 − 10 mg no se debe aportar más
de 0,5 − 1 g/kg/d de lípidos.8
Complicaciones
Las debidas a la hipertrigliceridemia generalmente surgen por disminu-
ción del aclaramiento de lípidos o por velocidad de infusión elevada, superior a
1 kcal/kg/hora e incluyen:1,14
• Depósito de lípidos en el sistema reticuloendotelial.
• Afectación de la capacidad de difusión de oxígeno capilar a nivel pulmo-
nar relacionado con depósitos de lípidos en arterias pulmonares, capilares
y macrófagos alveolares.
• Aumento del contaje de glóbulos blancos y agregación plaquetaria.
• Afectación de la función de los macrófagos.
• Hiperbilirrubinemia, ya que los ácidos graso libres (AGL), compiten con la
bilirrubina por los sitios de unión a la albúmina. El desplazamiento de la
bilirrubina por los ácidos grasos libres depende de las concentraciones rela-
tivas de bilirrubina, AGL y álbumina.
Proteínas
Los aminoácidos son administrados por vía parenteral con el fin de man-
tener el equilibrio del nitrógeno y en individuos malnutridos para mantener su
masa celular activa. Su aporte calórico es de 4 kcal/g (Cuadro 17.7).
Presentación
Solución de aminoácidos cristalinos al 3,5%; 5,5%; 6%; 7%; 7,5%; 8,5%;
10%; 11%; 15% y 20% . Existen mezclas diseñadas para niños con un mayor
contenido de aminoácidos esenciales y de cadena ramificada; adición de algu-
nos aminoácidos condicionalmente esenciales (tirosina, histidina y taurina)
y menor pH lo que permite mayor solubilidad del calcio y fósforo (ver Apéndice 7
“Productos y fórmulas para terapia nutricional”).
Aporte inicial
En recién nacidos prematuros iniciar con 0,5 g/kg/d; y en recién nacidos a
término y niños iniciar con 1 g/kg/d.
Aumentos en el aporte
En prematuros y recién nacidos a término: 0,5 g/kg/d; y en niños mayores
de 10 kg: 1 g/kg/d.
Aporte máximo
En recién nacidos pretérmino de muy bajo peso al nacer, los requerimien-
tos proteicos son mayores y pueden llegar de 3,5 g/kg/d a 4 g/kg/d; para los de
peso mayor a 1.000 g son algo menores, de 3 g/kg/d a 3,5 g/kg/d.15
Aporte energético
De 14 % a 20% del requerimiento calórico total. Por cada gramo de nitró-
geno, se recomienda suministrar: tocoferol 0,6 mg, selenio 3 mg, ácidos grasos
esenciales (AGE) 100 mg y potasio: 3 mEq − 7 mEq.
Monitoreo
Proteínas totales y fraccionadas, transaminasas, bilirrubina, amonio,
balance nitrogenado, índice creatinina/talla y equilibrio ácido base (ver moni-
toreo bioquímico).
El balance nitrogenado se debe mantener positivo entre 2 g y 4 g [consumo
de proteínas (g) x 6,25 - nitrógeno urinario + 4 ].
La administración temprana de aminoácidos no se ha asociado a altera-
ciones del equilibrio ácido base, elevaciones de nitrógeno ureico, ni amonio
en sangre. El nitrógeno ureico en sangre elevado en los primeros días de vida
refleja el estado de fluídos y no la ingesta de aminoácidos, incluso algunos
investigadores sugieren que un nitrógeno ureico en sangre elevado en los pri-
meros días de vida, refleja una degradación excesiva de proteinas endógenas
debido a un aporte exogéno inadecuado. 15
Fuente Observaciones
Cloruro de sodio (NaCl) 20% En RN muy pequeños por su deficiente función
Sodio: 3,4 mEq/mL renal pueden requerir hasta 8 − 10 mEq/kg/d.
Cloro 3,4 mEq/mL En RNPT con acidosis metabólica persistente,
Acetato de sodio dar 50% como acetato de sodio, ya que éste
es precursor del bicarbonato y 1 mEq de acetato
equivale a 1 mEq de bicarbonato.
La concentración máxima de sodio debe ser
154 mEq/L.
Cloruro de potasio (KCl) Relación potasio/nitrógeno
KCl 7,5% aporta 1 mEq/mL de Cl y de K+. 3 − 7 mEq K+: 1 g N.
KCl 15% aporta 2 mEq/mL de Cl y de K+. Administrar 1 mEq/kg/d como KH2PO4 y el resto
Fosfato monobásico de potasio 13,6% como KCl, en caso de osteopenia. Hipofosfatémica
(KH2PO4) 1 mEq/mL de K+ y de H2PO4 se puede dar 100% como KH2PO4.
La concentración máxima de potasio debe ser
80 mEq/L.
Cloruro de potasio (KCl) Generalmente la cantidad es aportada
automáticamente por el NaCl y KCl.
Gluconato de Ca 10% Relación Ca/P entre 1,7 : 1
1 gramo = 94 mg calcio elemental Se debe calcular.
= 4,7 mEq mg Ca/kg/d = 9,4 x mL/kg/d de gluconato de Ca 10%
mg P/kg/d = 21x mEq/kg/d de fósforo.
Fosfato de potasio (KH2PO4) Fosfato monobásico de potasio al 13,6% frasco 100
1 mEq de fosfato de potasio contiene mL. 1 mEq/mL de potasio. 1 mEq/mL de fosfato.
21 mg de fósforo elemental.
Sulfato de magnesio (MgSO4) Sulfato de magnesio 12% provee
12% y 50%. 1 mEq/mL de Mg++ y de sulfato.
Sulfato de magnesio 50% provee
4 mEq/mL de Mg++ y de sulfato.
Ampollas de 10 mL y frasco de 100 mL.
En RN de madres con preeclampsia se deben medir
los niveles de Mg++ previo al inicio del aporte.
432 nutrición en pediatría
Hierro
Las necesidades de hierro en lactantes alimentados por vía parenteral se
estiman en 100 µg/kg/día, los prematuros probablemente duplican estas canti-
dades. Debido a que muchos de los pacientes que reciben NP han sido transfun-
didos y los diferentes constituyentes de las soluciones parenterales están con-
taminados con hierro, es necesario investigar el estado del hierro del paciente
antes de añadirlo en la solución. Tomando en cuenta que el hierro se absorbe en
duodeno y yeyuno, podría intentarse el tratamiento por vía oral antes de plan-
tear la vía parenteral.14
Pequeñas dosis de hierro dextrano (0,5 mg/día − 1,5 mg/día) agregados a
la solución de dextrosa y aminoácidos han sido utilizadas sin efectos adversos,
mientras que se han reportado problemas de compatibilidad con la solución de
lípidos.13
Oligoelementos
En general, el objetivo de su uso es cubrir las recomendaciones dietéticas de
referencia. En algunas edades (prematuros) o patologías (quemados, nefropa-
tías, hepatopatías) se deben cubrir requerimientos especiales de algunos oligo-
elementos o vitaminas (Cuadro 17.9). En estos casos ver el capítulo correspondiente.
El zinc es el único oligoelemento necesario desde el primer día de NP, el
resto se requiere a partir de las dos semanas.4 Es por esto, que en muchos cen-
tros sólo se añade oligoelementos a la NP después de la segunda semana.2
En caso de pérdidas intestinales, se recomienda añadir de 12 mg a 17 mg
de zinc por cada litro de fluido de intestino delgado perdido por diarrea o fístu-
la20 y 17,1 mg por cada kg de heces en caso de ileostomía.21
RNAT Niños
RNPT 3 −10 kg 10 − 40 kg Adolescentes
Oligoelemento < 3 kg µg/kg µg/kg µg/kg > 40 kg
Zinc 400 50 − 250 50 −125 2 − 5 mg
Cobre 20 20 5 − 20 2,0 − 0,5 mg
Manganeso 1 1 1 40 −100 µg
Cromo 0,05 − 0,2 0,2 0,14 − 0,2 5 −15 µg
Selenio 1,5 − 2 2 1−2 40 − 60 µg
Fuente: Safe Practices for Parenteral Nutrition. JPEN. 2004;28:S39-S70.
capítulo 17 433
El nivel sérico de zinc no refleja bien las reservas tisulares, pero una dis-
minución de la fosfatasa alcalina, que es una enzima zinc dependiente, hace
sospechar su déficit.14
El cromo y el selenio son excretados principalmente por vía urinaria, por
lo tanto, se pueden alcanzar niveles tóxicos en pacientes con disminución de la
función renal y deben ser omitidos de la NP.22
El cobre y el manganeso son excretados principalmente por vía biliar, de
manera que estos elementos deben ser descontinuados o disminuidos cuando
exista colestasis hepática (bilirrubina directa mayor de 2 mg/dL).22
Los valores plasmáticos de ceruloplasmina, que reflejan las reservas de
cobre, muestran relación con la cupremia y un nivel de ceruloplasmina inferior
o igual a 200 mg/L, sugiere una deficiencia de cobre en todo paciente con NP
total.14
Flúor
En niños que requieran NP prolongada (3 a 6 meses) sin alimentación
enteral significante, considerar una dosis diaria de 500 µg.22 En Europa 30 µg
− 200 µg son añadidos de rutina a la NP en pediatría.21
Presentación
En Venezuela las mezclas de minerales trazas se consiguen bajo el nombre
comercial de Trazel® (Behrens), ampolla de 10 mL. Dosis: para niños de menos
de 20 kg: 0,2 mL/kg y niños de más de 20 kg: 10 mL. Addamel®, ampollas de
10 mL (indicado para niños mayores de 40 kg), y Peditrace® de Laboratorio
McGaw. Para presentaciones ver Apéndice 7 “Productos y fórmulas para terapia
nutricional“.
Existen también presentaciones individuales de zinc y cobre, no disponi-
bles en el país.
Vitaminas
La NP debe contener vitaminas hidro y liposolubles. Actualmente, están
disponibles en presentaciones para niños y adultos; estas últimas se utilizan
a partir de los 10 años de edad, y no contienen vitamina K, por lo que debe
ser administrada por separado en los pacientes con NP prolongada en dosis de
200 µg/día 5 ó 5 mg una vez a la semana, si existen signos de deficiencia (Cuadro
17.10).14
434 nutrición en pediatría
Presentación
Las preparaciones de multivitaminas disponibles en el mercado nacional
son las siguientes: MVI-Pediatric® (Astra), Cernevit® (Baxter), MVI-12® (Astra),
MVC® (Fujisawa), Soluvit N® (McGaw) y Vitalipid N Infant® (McGaw). Para pre-
sentaciones ver Apéndice 7 “Productos y fórmulas para terapia nutricional”.
La preparación multivitamínica a pesar de contener antioxidantes como
ascorbato, tocoferol y vitamina A, contribuye de manera fundamental en la
generación de peróxidos. 24 Si la mezcla no contiene lípidos pero sí vitaminas
hidrosolubles, se debe proteger la mezcla de la luz. Para evitar alteraciones en
la estabilidad de la mezcla, se recomienda agregar las vitaminas justo antes de
colocar la infusión.
En el Cuadro 17.11 se presentan las dosis recomendadas de las preparaciones
de multivitaminas.
capítulo 17 435
Fuente: Shulman RJ, Phillips SM, Maciejewski S. J Pediatr Gastroenterol Nutr. 1999;28(4):361.
Important Notification Shortage of Intravenous Multivitamin Preparations MVI -12, MVI -
Paediatric. Australian Society for Parenteral and Enteral Nutrition. Disponible en: http://
www.southcom.com.au/~hartley/mviausp9.hm (Citado 24 sep 2005).
Información del producto.
Las dosis altas de vitamina C (> 200 mg/d) pueden formar cristales de oxala-
to de calcio; si se requieren, deben indicarse por una vía diferente a la de la NP.
Si las preparaciones de multivitaminas no están disponibles se debe admi-
nistrar al menos en forma individual como se indica a continuación:23
436 nutrición en pediatría
TÉCNICAS DE INFUSIÓN
Osmolaridad
Este es un punto que amerita mucha atención en la NP. La osmolaridad se
debe calcular idealmente con un osmómetro. En caso de no contar con el ins-
trumento, se calcula sumando las osmolaridades parciales de cada uno de los
componentes de la NP dando como resultado la osmolaridad final aproximada
de la mezcla, expresada en miliosmoles por litro (mOsm/L) (Cuadro 17.13). 4
De manera práctica (Cuadro 17.14) también se puede calcular la osmolaridad
de la NP con la siguiente fórmula: 25
Osmolaridad = (gramos de dextrosa/L x 5) + (gramos de aa/L x 10) + (mEq de NA, K,Ca/L x 2).
Cuadro 17.14 Compatibilidad de las soluciones de nutrición parenteral con los accesos
vasculares.
Osmolaridad
Solución mOsm/L pH Vena periférica Vena cava
Dextrosa 5% 252 + +
Dextrosa 10% 504 4 + +
Dextrosa 13% 505 4 + +
Dextrosa 15% 1.010 4 - +
Dextrosa 20% 1.008 4 - +
Dextrosa 30% 1.578 4 - +
Dextrosa 40% 2.020 4 - +
Dextrosa 50% 2.525 5 - +
Dextrosa 60% 3.030 5 - +
Dextrosa 70% 3.530 5 - +
Lípidos 10% Intralipid ®
300 7 + +
Lípidos 20% Intralipid ®
260 8 + +
Lípidos 30% Intralipid® 310 8 + +
Lípidos 10% TCM 345 6,5 − 8,5 + +
Lípidos 20% TCM 380 6,5 − 8,5 + +
AA 8,5% Freamine ®
810 6,5 + +
AA 10% Freamine® 950 6,5 +
AA 6% Trophamine® 525 5,5 + +
AA 10% Trophamine® 875 5,5 + +
AA 6,9% Freamine HBC ®
620 6,5 + +
AA 3% más electrolitos 735 6,8 + +
Procalamine®
Heptamine® 8% 785 6,5 + +
Neprhamine 5,40%
®
435 6,5 + +
Fuente: Información de los productos.
440 nutrición en pediatría
Cuadro 17.15 Monitoreo bioquímico sugerido para pacientes con nutrición parenteral.
COMPLICACIONES
A corto plazo
Relacionadas con la técnica
Su frecuencia depende de la pericia y experiencia del equipo quirúrgico
responsable de la colocación de los catéteres. Entre estas complicaciones a
corto plazo, relacionadas con la técnica, podemos mencionar:
• Neumotórax.
• Hidrotórax.
• Hemorragia masiva.
• Lesión plexo braquial.
• Catéter mal implantado.
• Lesión vascular.
Metabólicas
La mayoría pueden ser prevenidas mediante aportes adecuados de macro y
micronutrientes y control cuidadoso para hacer ajustes en caso de ser necesario.
Incluyen:
• Alteración del metabolismo de los carbohidratos: hiperglicemia; glucosu-
ria; diuresis osmótica; coma hiperosmolar no cetogénico e hipoglicemia.
• Alteración del metabolismo protéico: hiperamoniemia; azotemia prerenal;
acidosis metabólica hiperclorémica y desbalance de aminoácidos.
• Alteración del metabolismo lipídico: déficit de ácidos grasos esenciales;
hipertrigliceridemia e hipercolesterolemia.
• Alteración del metabolismo calcio-fósforo: hipo o hipercalcemia, hipo o
hiperfosfatemia y déficit de vitamina D.
• Alcalosis o acidosis metabólica.
A largo plazo
Complicaciones hepatobiliares
Se acompaña de alteración de transaminasas, fosfatasa alcalina, gamma
glutaril transferasa y bilirrubina total, directa e indirecta. En niños la bilirru-
bina directa o conjugada es el mejor marcador de la colestasis.5 Estas compli-
caciones son:
• Hígado graso o esteatosis hepática: ocurre más tempranamente en el cur-
so de la NP y es reversible. 5
• Colestasis: es la complicación más frecuente, el tiempo promedio de apa-
rición reportado es de 42 días. Se define como la elevación de bilirrubina
conjugada mayor de 2 mg/dL. La incidencia aumenta con la duración de la
NP y en relación inversa con la edad gestacional y el peso al nacer. La pre-
sencia de sepsis e instestino corto también son factores determinantes en
la aparición de esta complicación. 5
• Fibrosis portal.
Etiología multifactorial
• Deficiencia de ácidos grasos.
• Deficiencia de factores que interfieren con su metabolismo como son: toco-
ferol, selenio y carnitina.
• Excesiva infusión de carbohidratos o calorías.
• Administración inadecuada de lípidos.
capítulo 17 443
Prevención
• Mantener la relación glucosa: grasas de 3:1.
• Estimular el ciclo enterobiliar con ingestión periódica de una mezcla de pép-
tidos y ácidos grasos de cadena larga (lactancia materna) o por la adminis-
tración subcutánea o intravenosa de colecistoquinina, la cual previene la
formación de barro biliar y desarrollo de colelitiasis a largo plazo.26
• Utilizar NP intermitente o cíclica (12 a 16 horas de infusión) después de los
primeros días para el desarrollo intraluminal de flora bacteriana intestinal.
• Uso de metronidazol en caso de sobrecrecimiento bacteriano; el sobrecre-
cimiento de bacterias anaerobias es responsable de la producción de sus-
tancias hepatotóxicas (ácido litocólico) que produce cambios morfológicos
y funcionales en el hígado.26
Diagnóstico diferencial
• Sepsis.
• Malformaciones estructurales del sistema hepatobiliar.
• Deficiencia de α1 antitripsina.
• Infecciones virales.
• Errores innatos del metabólismo: galactosemia o tirosinemia.
Factores condicionantes
• Reducción de las secreciones gástrica y biliopancreática.
• Reducción de la actividad enzimática en el borde en cepillo.
• Alteraciones de la flora gastrointestinal.
444 nutrición en pediatría
Prevención
Inicio progresivo de leche materna o fórmulas enterales, al inicio oligo-
poliméricas o monoméricas según la situación, por infusión continua de ser
necesario y progresar según la tolerancia del paciente.
Un mínimo entre 18% y 21% del total del aporte calórico, administrado
enteralmente es suficiente para estimular y mantener la integridad del tracto
GI, mejorar la función inmune y prevenir infecciones. 26
Prevención
• Reducir fuentes de aminoácidos, especialmente los azufrados.
• Evitar la contaminación con aluminio.
• Control de calciuria y fosfatasa alcalina.
capítulo 17 445
Referencias bibliográFIcas
GENERALIDADES
Desde la década de los noventa ha habido muchos reportes que han per-
mitido acumular evidencia sobre la importancia de la nutrición en los periodos
fetal y neonatal de la vida del ser humano. Los diversos resultados han sugeri-
do una relación inversa entre el peso bajo al nacer y la frecuencia de obesidad,
resistencia a la insulina, hipertensión arterial y enfermedad cardiovascular en
la vida adulta.1-4
Demostraciones clínicas y experimentales sugieren que la nutrición ade-
cuada en el periodo neonatal es fundamental para la prevención y el manejo
de la displasia broncopulmonar en recién nacidos, ya que optimiza el creci-
miento y la capacidad de reparación del tejido pulmonar lesionado, muy impor-
tante en prematuros. También hay comprobación de una posible relación de
causalidad, entre el manejo inadecuado del soporte nutricional neonatal en
recién nacidos y otras complicaciones, como son: la administración de líquidos
e hiponatremia, en los casos de persistencia del conducto arterioso; y la ali-
mentación enteral en la enterocolitis necrotizante; todo lo cual tiene un efecto
nocivo sobre estos pacientes.5-9
Por último, existe información que debe ser determinada con certeza,
sobre el impacto del manejo nutricional del recién nacido prematuro (RNP),
en su crecimiento físico y desarrollo neuro-psicológico. El número recién naci-
dos prematuros se incrementa cada día, de modo que un soporte nutricional
óptimo en esta etapa de la vida, es imprescindible.10,11
CONSIDERACIONES FISIOLÓGICAS
Los prematuros de peso bajo para la edad gestacional (PPBEG), son parti-
cularmente vulnerables a la desnutrición, por las siguientes razones:12,13
Reservas metabólicas limitadas.
•
OBJETIVO
FASES
Fase postegreso
Durante este período se deben suministrar los requerimientos óptimos
de todos los macro y micronutrientes requeridos, para lograr un crecimiento
normal o un crecimiento de recuperación (catch up), en los casos en que fuese
necesario. Generalmente se le considera una duración de 1 año a partir del
egreso hospitalario.
REQUERIMIENTOS NUTRICIONALES
El Comité señala que los requerimientos fueron validados con las reco-
mendaciones más recientes del Comité de Nutrición de la Academia Americana
de Pediatría (AAP, siglas en inglés) y del Comité de Nutrición de Prematuros
de la Sociedad Europea de Gastroenterología Pediátrica y Nutrición (ESPGAN,
siglas en inglés) y aunque están alineados con estos, no son idénticos.
En el Cuadro 18.1, se resumen los requerimientos correspondientes a líquidos,
macronutrientes y micronutrientes.
Energía procedente 1 1 1
del ácido linolénico.
Fase de crecimiento
Minerales Fase de transición estable Fase postegreso
Calcio (mmol/kg) 1,5 − 2,0 4,0 − 6,0 6,3 mmol/día (LM)
9,4 mmol/día (FP)
Fase de crecimiento
Minerales Fase de transición estable Fase postegreso
Hierro (mg/kg) 0 3,0 − 4,0 (PN: 3,0 − 4,0 (PN:
<1.000 g)*** <1.000 g)
2,0 − 3,0 (PN: 2,0 − 3,0 (PN:
>1.000 g)*** >1.000 g)
Fase de crecimiento
Vitaminas Fase de transición estable Fase postegreso
D (UI) 40 − 120 400 400
(PN:<1.000g)
40 − 260
(PN:>1.000g)
A (μg/kg) 450 450 (PN:<1.000 g) 400
200 − 450 (PN:>1.000 g)
E (mg/kg)* 0,5 − 0,9 0,5 − 0,9 0,5 − 1,0
C (mg/kg) 6 −10 6 − 10 20 mg
B1 (mg/kg) 0,04 − 0,05 0,04 − 0,05 0,05
B2 (mg/kg) 0,36 − 0,46 0,36 − 0,46 0,05
B6 (mg/g proteína) 0,015 0,015 0,015
B12 (μg) 0,15 0,15 0,15
Niacina EN/5000 U 8,6 8,6 8,6
Folato (μg) 50 50 25
Biotina (μg/kg) 1,5 1,5 1,5
Ácido Pantoténico 0,8 − 1,3 0,8 − 1,3 0,8 − 1,3
(mg/kg)
* La cantidad requerida difiere si el recién nacido recibe nutrición parenteral. Ver texto.
** La cantidad requerida es mayor, si la leche de madre de prematuro es fortificada con minera-
les que pueden disminuir la biodisponibilidad y absorción del magnesio.
*** Comenzar 6 a 8 semanas después del nacimiento.
EN = Equivalentes de Niacina.
Fuente: Nutrition Committee Canadian Paediatric Society (CPS) CMA Requerimiento hídrico
total
Requerimientos de macronutrientes
Energía y proteínas
Existen datos actuales de la ganancia de peso fetal, con base en los cálcu-
los de la acumulación de nuevo tejido en el feto, relacionados con referencias
actuales de peso al nacer. Los datos corresponden a fetos desde las 22 semanas
de edad gestacional, con pesos promedio de 490 g en el sexo masculino y 466 g
en el femenino. Los cálculos comprenden las cantidades de nutrientes deposi-
tadas en el tejido nuevo y el costo energético implicado.19
El método para el cálculo de los requerimientos de energía y proteínas
toma en cuenta las siguientes consideraciones:
• A cualquier edad los estimados sobre requerimientos proteicos son más
seguros que los de energía, y en los recién nacidos con peso bajo para la edad
gestacional (RNPBEG), esto es más patente, debido a que hay muy pocos
datos de la energía de actividad (nonresting energy), especialmente en los
más pequeños.
• Los datos de crecimiento se basan en peso promedio para la edad gestacio-
nal e incrementos de tejido acumulado. No hay requerimientos para ener-
gía de recuperación debido a:
- La ausencia de datos cuantitativos sobre ésta.
- La posibilidad de que el potencial de crecimiento de estos niños sea mu-
cho mayor que el de niños normales.
- La condición de retardo de crecimiento que presentan una gran propor-
ción de ellos.
• La acumulación de tejido nuevo y los requerimientos de nutrientes están
muy asociados al peso, por eso los requerimientos sugeridos por los auto-
res se aplican según el peso y no por edad gestacional.
• Los requerimientos de energía y proteínas deben mantener la proporción
adecuada (Cuadro 18.3).
Energía de catabolismo
Su cálculo es muy variable para cada niño, por sus propias condiciones
de crecimiento y las distintas patologías frecuentes en este grupo de edad, no
está incluido en esta estimación y deberán ser calculados por separado, según
se considere necesario. La displasia broncopulmonar y las cardiopatías, son los
cuadros en los cuales el gasto energético por este concepto es mayor.20
El menor requerimiento energético, cuando se usa en forma exclusiva la
nutrición parenteral para el soporte nutricional, se ha considerado causado
456 nutrición en pediatría
por una menor pérdida energética en las heces y posiblemente por un uso más
eficiente de la energía.15
Es indispensable evaluar el progreso del crecimiento en relación con la
ingesta energética.
Cuadro 18.3 Requerimientos de energía y proteínas según peso al nacer para lograr
ganancia de peso.
Proteínas
El objetivo del suministro de proteínas en el recién nacido es alcanzar una
tasa de retención de nitrógeno adecuada, es decir, similar a la de un feto en
útero de la misma edad gestacional, pero sin estrés metabólico. El estrés meta-
bólico se manifiesta por urea elevada y alteración del patrón de aminoácidos.
El suministro de proteínas en el recién nacido produce óptimos resultados
desde el punto de vista del desarrollo neuropsicológico; esto se conoce a partir
los estudios de cohorte, lo cuales demostraron diferencias significativas en el
desarrollo neuropsicológico, entre los niños alimentados con lactancia mater-
na y los niños alimentados con fórmula para prematuros.20
La cantidad y el tipo de proteínas necesarias para el crecimiento óptimo
del prematuro con peso bajo para edad gestacional (PBEG), han sido difíciles
de establecer. Los requerimientos varían mucho, dependiendo fundamental-
mente de la duración del periodo para la reganancia del peso al nacer y de la
proporción de crecimiento de recuperación deseado.21
La gran variabilidad de los cálculos individuales refleja además, diferen-
cias en la actividad física, la termorregulación y la energía de catabolismo. Las
estimaciones se hacen con base en los datos de acumulación proteica durante
la vida intrauterina (método factorial), a lo cual se añade una cantidad de pro-
teína adicional para cubrir pérdidas intestinales, y pérdidas obligatorias por
piel y orina (Cuadro 18.3).22
Se debe vigilar estrechamente la tolerancia a las proteínas en prematu-
ros muy inmaduros o estresados por enfermedad, ya que se puede sobrepasar
su capacidad metabólica. Los niños prematuros pueden desarrollar proble-
mas agudos y crónicos ocasionados por el exceso de proteínas; algunos pro-
blemas agudos son: fiebre, letargia, azotemia, hiperaminoacidemia y acidosis
metabólica.
El tipo de proteína es importante, ya que los prematuros son deficientes en
ciertas enzimas necesarias para el catabolismo o la síntesis de algunos aminoá-
cidos, como son: la cisteína, la histidina, la tirosina y la taurina. La deficiencia
de estos, debe ser cubierta con soluciones de aminoácidos, especialmente dise-
ñadas para el soporte parenteral del recién nacido.
Grasas
Constituyen la principal fuente de energía proveniente de la dieta en los
prematuros. Los recién nacidos PBEG requieren una cantidad adecuada de
grasas que se absorba bien, debido a:
458 nutrición en pediatría
se absorben mejor, ya que no necesitan de sales biliares para este proceso; sin
embargo, su uso rutinario no ha sido recomendado.23-26
La administración de otros nutrientes relacionados con el metabolismo de
las grasas, como colina e inositol, no está justificado porque no se ha encontra-
do deficiencia de los mismos en prematuros.15
Carbohidratos
No hay requerimientos específicos para carbohidratos; entre 35% y 65%
de las calorías deben ser suministradas como hidratos de carbono.
Los niños prematuros disponen de depósitos escasos de glucógeno, grasas
y proteínas; además poseen mecanismos hormonales regulatorios del meta-
bolismo de los hidratos de carbono, y vías enzimáticas inmaduras. Es por lo
anterior, que estos niños deben recibir los requerimientos de carbohidratos
en forma de glucosa, por vía parenteral los primeros días o semanas, con alto
riesgo de desarrollar hiperglicemia e hipoglicemia. 27
Cuando se usa la vía enteral éstos pueden ser suministrados en forma de
lactosa o sacarosa, ya que la enzima sacarasa-isomaltasa está presente en 70%
de los fetos en el tercer trimestre; también se pueden administrar como polí-
meros de glucosa ya que favorecen el vaciado gástrico y aumentan la densidad
calórica sin aumentar la osmolaridad (Cuadro 18.1).15
Minerales
Sodio, cloro y potasio
Aunque el cumplimiento de los requerimientos de estos elementos se
hace a partir de determinadas recomendaciones, se debe hacer un monitoreo
permanente de la condición clínica y los parámetros bioquímicos, debido a la
inestabilidad homeostática y metabólica de los niños prematuros en la prime-
ra fase, y a la posible aparición de complicaciones relacionadas con el manejo
hidroelectrolítico. Las complicaciones más frecuentes son:
• Shock y edema en las primeras horas postnacimiento.
• Estado de hiperosmolaridad muy frecuente en los menores de 25 semanas
de EG o con peso inferior a 750 g, con piel inmadura y relacionado con las
pérdidas transepidérmicas de agua.
• Síndrome de dificultad respiratoria y/o insuficiencia respiratoria, que se
puede complicar con un ductus arterioso persistente.
• Displasia broncopulmonar e hiponatremia de inicio tardío, que aparece en
la segunda fase (Cuadro 18.1).5,7,28
460 nutrición en pediatría
Con relación al sodio, en recién nacidos de peso bajo o peso muy bajo al
nacer, se pueden requerir hasta 8 mEq/día − 10 mEq/día, debido a su insuficiente
función tubular renal. Cuando hay acidosis metabólica por pérdida de bicarbo-
nato en orina, 50% de los requerimientos de sodio se pueden suministrar como
acetato de sodio. Se debe vigilar estrechamente la adecuación de la ingesta
en casos de insuficiencia cardíaca o renal y en tratamientos prolongados con
diuréticos.28
También se debe vigilar de cerca la adecuación del potasio, en caso de
terapia con diuréticos o en oliguria. Aunque usualmente se administra la mitad
de los requerimientos como cloruro y el resto como fosfato, cuando existe hipo-
fosfatemia u osteopenia el total se debe suministrar como fosfato.29
CA / P = 1,7 / 1
Una vez que se empieza la vía oral, factores como: el estado nutricional de
la vitamina D, el tipo de sal de calcio, la cantidad y calidad de las grasas inge-
ridas que afectan la absorción del calcio; determinan que sólo se absorba de
capítulo 18 461
35% a 60% del contenido en las fórmulas, mientras se absorbe el 60% − 70% del
contenido en la leche materna.
Sobre los tipos de sal de calcio: el cloruro, el citrato y el carbonato tienen la
mayor solubilidad, el gluconato y el glicerofosfato la mejor absorción.
La retención depende de la ingestión de fósforo. La relación molar reco-
mendada es: 1,6 / 2, de allí la necesidad del uso de fortificadores de la leche
materna.15,29
Los requerimientos de calcio pueden requerir ajustes cuando se adminis-
tran diuréticos, en caso de osteopenia y también en casos de asfixia severa e
hijos de madre diabética.
Los requerimientos de fósforo deben ser vigilados estrechamente en casos
de nutrición parenteral prolongada.15,29
En relación con el magnesio, sus requerimientos son similares a los de
recién nacidos a término con lactancia materna. En el periodo de transición,
el objetivo es mantener la concentración sérica normal. Antes de administrar
magnesio por vía parenteral, se deben chequear sus niveles en suero, en hijos
de mujeres tratadas por hipertensión arterial o pre-eclampsia, ya que en éstos
suelen triplicar los valores normales y la eliminación renal es insuficiente los
primeros días. También se debe vigilar los requerimientos de este mineral en
hipocalcemias persistentes.
En la segunda fase los requerimientos se pueden cubrir con leche de madre
de prematuro o con fórmula, pero se debe recordar que altas concentraciones
de calcio en las fórmulas disminuyen su absorción.
La relación molar Ca / Mg que maximiza su absorción es menor de 11 / 1
(Cuadro 18.1).15,30
Requerimientos de micronutrientes
Vitaminas
Los pocos estudios disponibles en prematuros señalan una baja concen-
tración de vitaminas tanto en suero como en hígado, situación que se complica
aún mas por la gran inmadurez de órganos y sistemas metabólicos en los niños
prematuros y la presencia frecuente de una serie de condiciones patológicas.32
Vitaminas liposolubles
Vitamina A
Muchos prematuros presentan cifras de retinol plasmático en rangos bajos
o marginales. En la fase de adaptación a través de la nutrición parenteral, se
deben suministrar 500 µg/kg/día, sin suplementos adicionales.
462 nutrición en pediatría
En la segunda fase, los que reciban lactancia materna requieren los si-
guientes suplementos:
• 450 µg/kg/día en menores de 1.000 g
• 200 µg/kg/día – 450 µg/kg/día entre 1.000 – 2.000 g
La necesidad de suplementos adicionales en prematuros alimentados con
fórmula, depende de la concentración de vitamina en esta y del volumen de
fórmula ingerido. En la fase postegreso deben recibir un suplemento hasta que
alcancen un peso de 3,5 kg (Cuadro 18.1).15,32
Vitamina D
Los estimados de estos requerimientos varían ampliamente según la pobla-
ción estudiada. El contenido de esta vitamina en la leche humana es muy bajo.
En la fase de transición, con nutrición parenteral solamente, los requerimientos
son menores que al iniciar la alimentación enteral y se ajustan por peso.
En la segunda fase los requerimientos son independientes del peso y se dupli-
can (800 UI/día) en casos de una concentración plasmática de 25 − OH vitamina
D baja, o recién nacido de raza negra o descendiente de asiáticos (Cuadro 18.1).15,32
Vitamina E
Las reservas de vitamina E son muy reducidas en el prematuro y los reque-
rimientos están influenciados por el contenido de hierro y ácidos grasos poliin-
saturados en la dieta. La leche de madres de recién nacidos pretérmino tiene
un contenido muy alto de vitamina E, que declina después de 2 a 3 semanas.
La absorción de tocoferoles de la dieta (8 isómeros con capacidad antioxi-
dativa), depende de la absorción de grasas, siendo esenciales para este proceso,
las sales biliares y la lipasa pancreática. Esto, unido al alto estrés oxidativo al
que están sometidos estos niños, llevó a la conclusión de la necesidad de suple-
mentar con vitamina E.15,32 Dosis excesivas tienen efectos tóxicos.33
Durante la fase de transición el aporte de las mezclas de multivitaminas
usadas es suficiente (MVI pediátrico®).
En la segunda fase, si es alimentado con leche de la propia madre, tolera
volúmenes adecuados y hay buena absorción, no se requeriría suplementación.
Si la alimentación es con fórmula para prematuros, la necesidad de suplemen-
tación dependerá del contenido de ácidos grasos poliinsaturados y de hierro de
la fórmula.
La proporción sugerida de vitamina E / AGPI es:
vitamina E / AGPI = 1 / 1.
capítulo 18 463
Oligoelementos
Estos son: hierro (Fe), zinc (Zn), cobre (Cu), selenio (Se), cromo (Cr),
manganeso (Mn), molibdeno (Mo), yodo (I), flúor (F) y cobalto (Co).
El prematuro tiene un riesgo aumentado de deficiencia de oligoelementos
debido a:
• Reservas tisulares bajas, porque la repleción de los depósitos ocurre en el
último trimestre del embarazo.
• Crecimiento postnatal muy rápido.
• Ingesta muy variable.
• Existencia de situaciones que ponen en riesgo el metabolismo de estos ele-
mentos como son: respuesta situaciones de estrés, presencia de un estado
catabólico.
Los requerimientos de oligoelementos son desconocidos, por tanto no hay
un estándar único para el cálculo de los mismos y al suministrarlos, se plan-
tean 3 objetivos:
1. Suministrar cantidades que eviten deficiencias.
2. Repletar los depósitos.
3. Evitar toxicidad.
464 nutrición en pediatría
Períodos
Periodo de transición
(0 a 14 días) Estable Post egreso
Administración Administración Administración Administración
Elemento enteral µg/kg/día) parenteral (µg/kg/día) enteral (µg/kg/día) parenteral (µg/kg/día)
Zinc 499 a 800 150 1.000* 400
Cobre 120 0 < 20 + 120 − 150 20 +
Selenio 1,3 0 < 1,3 1,3 − 3,0 1,5 −2,0
Cromo 0,05 0 < 0,05 0,1 − 0,5 0,05 − 0,2
Molibdeno 0,03 0<0 0,0 − 0,3 0,25 ++
Hierro
Las reservas de este mineral al nacer son proporcionales a la edad gesta-
cional y el peso al nacer. Existen varias situaciones perinatales que comprome-
ten esas reservas, como son:
capítulo 18 465
Zinc
Su deficiencia se ha descrito en recién nacidos pretérmino entre 26 a 34
semanas, con pesos entre 700 g y 2.200 g, alimentados con leche materna.
La deficiencia de zinc se debe a los siguientes factores:
• Nutrición parenteral previa.
• Crecimiento de recuperación.
• Ingesta insuficiente de leche materna con bajo contenido de zinc.
• Presencia de un defecto en la secreción mamaria de zinc.
• La combinación de insuficiencia de leche materna con bajo contenido de
zinc, mas un defecto en la secreción mamaria de zinc (Cuadro 18.4).15,34,35
Cobre
La deficiencia del cobre se puede presentar después del primer mes de
vida y hasta el octavo, en prematuros alimentados con fórmulas suplementadas
con hierro, leche materna no suplementada, o que hayan requerido nutrición
parenteral por un periodo largo, sin ser suplementados.15,34
Los niños con colestasis neonatal y nutrición parenteral no se deben suple-
mentar con Cu (Cuadro 18.4).15,34,35
466 nutrición en pediatría
Selenio
La deficiencia del selenio en niños en general es muy rara. Los requeri-
mientos son cubiertos con lactancia materna, ingestas de 1,3 μg/kg/día a
2,0 μg/kg/día son adecuadas, tanto para vía enteral como parenteral. Si el flujo
renal está disminuido, se debe limitar la dosis ya que la principal vía de elimi-
nación es la renal (Cuadro 18.4).15,34,35
Manganeso
Las soluciones parenterales pueden contener manganeso como contami-
nante, el cual se retiene casi en 100%. Puede haber hipermagnesemia en niños
con nutrición parenteral prolongada, con riesgo aumentado de toxicidad del
sistema nervioso central. La toxicidad del manganeso se debe a los siguientes
causas:
• Su homeostasis está poco desarrollada.
• No hay control intestinal de la absorción.
• Más de 90% se excreta por vía hepatobiliar y hay una mínima producción
de heces.
• La barrera hematoencefálica es permeable.
No se ha demostrado de manera concluyente la deficiencia del manganeso
en humanos (Cuadro 18.4).15,34,35
Nutrición parenteral
Los avances tecnológicos en el área de la medicina neonatal, el conoci-
miento del efecto que ocasiona un aporte inadecuado de nutrientes sobre el
crecimiento físico, y probablemente el desarrollo neurológico de los recién
capítulo 18 467
Las proteínas
En diversas publicaciones se demuestra la seguridad de iniciar las proteí-
nas, incluso inmediatamente después del nacimiento, con 1,0 g/kg/día − 1,5 g/
kg/día.
Esto constituye el valor mínimo que previene el catabolismo proteico y
no produce efectos adversos demostrables. La excepción a esta regla son los
recién nacidos con sepsis demostrada, debido a que pueden presentar grados
variables de intolerancia a nutrientes, de modo que en ellos los requerimientos
de energía y proteínas no se pueden establecer en forma definitiva. También
en casos con insuficiencia hepática o recibiendo altas dosis de esteroides, el
esquema puede variar con incremento considerable de la retención de nitróge-
no y sin complicaciones metabólicas.37-39
Se deben incrementar en forma progresiva hasta 2,5 g/kg/día − 3,0 g/kg/
día, para el momento en que la ingesta calórica alcance 70 kcal/kg/día, y no
haya nutrición por vía enteral.
468 nutrición en pediatría
Lípidos
Se deben comenzar en las primeras 24 horas para restituir rápidamente el
aporte de AGPICL en el recién nacido. La dosis de inicio es 1 g/kg/día y aumen-
tar gradualmente hasta 3 g/kg/día. La velocidad de infusión no debe exceder
150 mg/kg/hora. Se debe preferir una concentración de 10% hasta alcanzar un
suministro de 2 g/kg/día.40
Los líquidos
Para su suministro se aplica el esquema considerado en los requerimien-
tos hídricos.
Hidratos de carbono
Se suministran como glucosa. Se debe recordar que una velocidad de infu-
sión de 7 mg/kg/min, se asocia a utilización aumentada de glucosa; con más de
7 mg/kg/min, hay síntesis de grasa; y 20 mg/kg/min o más, puede promover
infiltración grasa del hígado.
En los menores de 1.000 g la velocidad de infusión se debe mantener entre
6 mg/kg/min − 10 mg/kg/min (Cuadro 18.5).41
La concentración de glucosa en la solución, se debe ajustar diariamente
según la tolerancia controlada a través de glicemia y glucosuria.
Proteínas
Anteriormente se señalaron las nuevas recomendaciones para este nu-
triente.
Se debe aclarar que actualmente se reconoce la falta de indicadores bio-
químicos apropiados para el seguimiento de su administración, ya que no se
puede considerar el aumento del nitrógeno ureico como signo de toxicidad por
las proteínas; a la luz de las nuevas consideraciones del metabolismo fetal.
Es recomendable utilizar el balance nitrogenado para su seguimiento, a
pesar de las dificultades técnicas para la toma de las muestras de orina, que
debe ser supervisada para minimizar errores.39
Grasas
A pesar de lo establecido en el esquema de nutrición agresiva, otros auto-
res sugieren comenzarla al segundo o tercer día de vida, cuando el estrés respi-
ratorio inicial y otras condiciones agudas estén mejor controladas.
Sugieren comenzar con 0,5 g/kg/día de una solución de lípidos al 20%. La
progresión de la concentración es de 0,25 g/kg/día − 0,5 g/kg/día, para admi-
nistrar en 24 horas.
Se debe medir la concentración de triglicéridos y la de ácidos grasos, al
inicio y cada vez que la concentración aumente en 1 g; al estabilizar el suminis-
tro, los valores se controlan semanalmente. Se deben mantener entre 100 mg/
dL − 150 mg/dL.
Algunos autores consideran como valor máximo aceptable de triglicéridos
200 mg/dL y con este valor se debe suspender el suministro de infusiones de
lípidos.
La tolerancia a las grasas aumenta, al agregar a la solución que se adminis-
tra, 1 U de heparina/mL y 0,5 U/mL en prematuros de 1.000 g de peso o menos.
Esto se debe a una mayor liberación de lipoproteina y lipasas hepáticas hacia
la circulación.
Debido a que muchas de las complicaciones condicionadas por las grasas,
dependen de la velocidad de infusión, ésta deber ser máxima: 0,15 g/kg/hora.
capítulo 18 471
C10 - - 20 - 2
C18:0 3 3 1,5 3 7
C18:1 25 18 13 65 30
C18:2 54 66 27 17 15
C22:0 - - - 2 1
Fosfolípidos 12 12 12 12 0,3
(g/L)
Glicerol (g/L) 22 25 25 22,5 -
1
Intralipid® 20% (Kabi-Vitrum).
2
Liposyn II® 20% (Lab. Abbott).
3
Medilalipid® 20% (Braun SA).
4
Clinoleic® 20% (Baxter SA).
Nutrición enteral
Existe evidencia muy buena sobre la necesidad imperativa de iniciar la
alimentación enteral, lo más rápido posible, para mantener la influencia regu-
latoria de los nutrientes sobre el tracto gastrointestinal, mediado a través de
diversas hormonas y factores tróficos gastrointestinales. Se señala incluso la
posibilidad de mejoría en la tolerancia a la alimentación y disminución de la
incidencia de enterocolitis necrotizante, especialmente si se emplea calostro o
leche humana. 36,43,44
capítulo 18 473
Momento de inicio
• En los prematuros con peso < 1.000 g iniciar la NEM en las primeras 24 −
48 horas de vida pudiéndose extender hasta los 5 días. A partir del día 5 ó 6
se puede comenzar la AN.
• En prematuros con peso entre 1.000 g − 1.500 g en buenas condiciones se
puede comenzar la AN a las 48 horas, en forma progresiva. Niños con ducto
arterioso permeable en tratamiento con indometacina no deben recibir ali-
mentación enteral, hasta que las investigaciones corroboren definitivamente
el efecto protector de la NEM en estos casos.45
• En caso de prematuros enfermos, no existe evidencia definitiva relaciona-
do con el momento de inicio mas adecuado, y depende fundamentalmen-
te de la estabilidad y condiciones clínicas del paciente, a juicio del equipo
tratante.44
Método de alimentación
Debido a la inmadurez propia del tracto gastrointestinal en estos niños, en
particular en los menores de 34 semanas y con peso <1.500 g, se debe utilizar
la alimentación por sonda.
Las principales ventajas y desventajas de las modalidades de nutrición
enteral, se presentan en el Cuadro 18.7.
Debido a que los resultados del análisis de las ventajas y desventajas seña-
ladas no fueron concluyentes, el grupo de la Universidad de Calgary no señala
capítulo 18 475
Fuente: Premji Sh S, Paes B, Jacobson K, Chessell L. Adv in Neonatal Care 2002; 2: 5−18.
capítulo 18 477
Intolerancia a la alimentación
Otro evento importante a considerar es la presencia de intolerancia a la
alimentación, que puede ser ocasionada inicialmente por la ausencia de motili-
dad intestinal organizada. Es una condición transitoria, la cual comienza a las
32 − 34 semanas, y suele tomar hasta 4 semanas para su resolución.
No existe una definición operacional definitiva de la intolerancia a la ali-
mentación, pero su presencia implica una decisión clínica muy importante,
con relación a la posibilidad o no de un cuadro de enterocolitis necrotizante
(Cuadro 18.10).
El manejo de la intolerancia a la alimentación incluye: disminución de los
volúmenes de alimentación, aumento de los intervalos entre las tomas, e inclu-
so suspensión de la alimentación.
El número de días de suspensión de la alimentación enteral, depende de:
la condición clínica del prematuro, el número de episodios de intolerancia y
hallazgos radiológicos.45
478 nutrición en pediatría
SEGUIMIENTO
ALIMENTACIÓN POSTEGRESO
1. No hay diferencias en los efectos beneficiosos entre las fórmulas para pre-
maturos y las fórmulas postegreso (Enfamil®, EnfaCare®, Lipil®, no dispo-
nibles en el país). Lo más importante en ambas, por su efecto positivo sobre
el metabolismo del nitrógeno, es que el contenido de proteínas, es mayor
que la densidad energética. Una mayor densidad calórica, puede limitar el
volumen de ingesta total de la fórmula.
El contenido de proteínas es de 14,7% en la fórmula para prematuros, y
13,8% en la fórmula postegreso. La densidad energética es de 24 kcal/oz en
la fórmula para prematuros y 22 kcal/oz en la fórmula postegreso.
2. En relación con sus efectos, no encontraron impacto en el desarrollo neu-
rológico; el efecto sobre el crecimiento ocurrió en las semanas siguientes
a las 40 semanas de EG. No hubo ningún impacto positivo sobre la masa
magra.52
Por otra parte, una revisión sistemática del Centro Cochrane, sobre el uso
de fórmulas enriquecidas con proteínas, energía y otros nutrientes, concluye-
ron que el análisis de los estudios disponibles, no suministra una evidencia
fuerte sobre algún efecto en la velocidad de crecimiento hasta los 18 meses.
Señalan también que el uso prolongado de fórmulas para prematuros o fór-
mulas postegreso, puede modificar considerablemente la ingesta de proteínas,
AGPICL, algunos minerales y oligoelementos; requiriéndose más estudios que
atiendan al rol individual de estos componentes, ejemplos: los lípidos y su efec-
to sobre la agudeza visual y el desarrollo intelectual; y el zinc en su relación con
el crecimiento y el desarrollo motor.55
Además, los resultados de un estudio que compara distintos esquemas de
alimentación con fórmulas estándar, lactancia materna y fórmula para prema-
482 nutrición en pediatría
Monofosfato de Potasio. Sí No Sí
Hierro Cuando dobla el peso al nacer o entre 15 días
2 mg/kg/día. y dos meses.
> 2.000 g
Suplementación de Sí Generalmente Sí
Vitaminas. no se usan.
Hierro 1 mg/kg/día. Sí - Calcular aporte por
fórmula y cubrir el
déficit.
Fuente: O’Leary M.J. Nutritional Care of The LBWI. In:Mahan LK, Arlin MT editors. Krause´s food,
nutrition and diet therapy. Philadelphia:W.B. Saunders;1992.p.193−200.
ble la lactancia materna, se puede utilizar una fórmula de inicio con mayor
contenido de proteína, enriquecida con AGPICL, hierro y zinc.
En los casos de prematuros PEG, que presentan restricción de crecimien-
to postnatal, en la práctica el manejo es el mismo que en la situación anterior;
sin embargo el Comité de la EPSGHAN, aclara que se requiere mas investiga-
ción para determinar las necesidades nutricionales específicas de estos niños,
especialmente en el periodo postegreso. Las pautas de suplementación en este
periodo se resumen en el Cuadro 18.12.
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Capítulo 19
SOPORTE NUTRICIONAL
EN EL NIÑO QUEMADO
Gladys Henríquez Pérez
Dalmacia Noguera Brizuela
GENERALIDADES
Las quemaduras se encuentran entre las lesiones más graves que puede
padecer el ser humano, siendo una causa frecuente de mortalidad en niños y
con consecuencias orgánicas, psíquicas y sociales en los sobrevivientes. 1
La respuesta hipermetabólica al trauma térmico es mayor que la de cual-
quier otro tipo de trauma o infección, ya que produce una disrupción compleja
de la homeostasis hormonal, que induce a un incremento de la tasa metabólica
en reposo de 150% – 200% del valor normal y del consumo de oxígeno, además
produce balance nitrogenado negativo, lipólisis, incremento de la tasa de con-
sumo de la glucosa y pérdida de masa corporal condicionado por la activación
del sistema simpático adrenal, con aumento de los niveles de catecolaminas
en respuesta al estrés. Por otra parte, los cambios fisiopatológicos ocurridos
en el eje neuro-hormonal, hipófisis-hipotálamo, incrementan las necesidades
energéticas.
Lo anterior determina que el apoyo nutricional adecuado en los pacientes
pediátricos con quemaduras graves en sus diversas fases evolutivas, constitu-
ya una herramienta útil para disminuir la morbimortalidad en éstos, de allí la
importancia de implementarlo de manera óptima en cada paciente. 2 – 6
Fase de shock
Ocurre inmediatamente después de la lesión y persiste por 24 a 48
horas.6
• pulmonares: obstrucción de la vía aérea por edema de la mucosa, con daño
traqueal, bronquial, alveolar y alteración de la distensibilidad pulmonar en
quemaduras torácicas circunferenciales.
488 nutrición en pediatría
Fase de flujo
Ocurre luego de las primeras 24 a 48 horas hasta la recuperación. 7
• pulmonares: edema pulmonar y disfunción pulmonar por anestésicos.
• cardiovasculares : falla cardiaca por toxinas inflamatorias e inadecuado
manejo de líquidos.
• vasculares : tromboflebitis, infección, daño endotelial e hipercoagulabili-
dad.
• renales : insuficiencia renal multifactorial (hipovolemia, mioglobinuria,
infección).
• cerebrales : edema cerebral, encefalitis y absceso cerebral.
• hepáticas : colestasis y colecistitis acalculosa.
• gastrointestinales: sobrecrecimiento bacteriano e infarto séptico intes-
tinal.
• hematológicas : incremento del fibrinógeno, factor V y VII.
• Inmunológicas: disminución de la actividad opsónica y reducción de los
anticuerpos circulantes.
• metabólicas : trastornos en el metabolismo de la glucosa, con resistencia a
la insulina y coma hiper-osmolar.1
capítulo 19 489
4. Peso anterior
Investigar el peso que el paciente tenía previo al accidente para establecer
el estado nutricional.
5. Factores de estrés
Infección, sepsis, dolor, ambiente frío, drogas, lesión por inhalación, tras-
tornos emocionales, retardo en el cierre de las heridas, cirugías múltiples y
nivel de actividad.
El adecuado control de estos factores minimizan el consumo innecesario
de energía.3,8
capítulo 19 491
relación con la situación nutricional del mismo, para intentar conocer la exis-
tencia de un déficit nutricional previo.
Siempre que sea posible se deberán medir la circunferencia media del bra-
zo y el pliegue tricipital para calcular el área muscular y el área grasa, la primera
de gran importancia en la evaluación del nivel de catabolismo en el paciente.
Fase de shock
En esta fase, lo más importante es el cálculo de los requerimientos hídri-
cos y de electrolitos. El niño quemado tiene características especiales desde el
punto de vista anatómico y fisiopatológico. En lactantes y preescolares, la rela-
494 nutrición en pediatría
ción que existe entre la superficie corporal y el peso es mayor que la del adulto
y su volumen circulatorio es proporcionalmente menor, por lo que sus requeri-
mientos hídricos son mayores que los del adulto; la piel de los niños es más fina
y tiende a sufrir quemaduras de espesor total; poseen menor masa muscular
por lo que tienen menor capacidad de producir escalofríos para la conservación
del calor y mantenimiento de la temperatura corporal.8
Varios métodos han sido desarrollados para señalar una pauta adecuada
para este proceso en el paciente pediátrico quemado: todos varían con relación
a los puntos siguientes:
• Cálculo de volumen con base en la superficie corporal total (SCT), superficie
corporal quemada (SCQ) o ambas, a través de tablas y nomogramas.
• Uso de coloides, cristaloides y glucosado al 5%.
• Velocidad de infusión.
Entre los métodos están:
• ca rva ja l :
5.000 mL/m 2 SCQ + 2.000 mL/m 2 SCT de Ringer Lactato. La
mitad del volumen suministrado en las primeras 8 horas y el resto durante
las siguientes 16 horas. En el segundo día 3.750 mL/m 2 SCQ + 1.500 mL /m2
de SCT de Ringer Lactato. En los días sucesivos: mantenimiento más pér-
didas concurrentes. Es el método más usado en nuestro medio.13
• parkland. Primeras 24 horas: 4 mL/kg/%SCQ, 50% en 8 horas y 50% en
las restantes 16 horas con Ringer Lactato + 1500 mL/m 2 SCT. Segundas 24
horas: líquidos de mantenimiento; 1.500 mL/m 2/día iniciando con glucosa
hipotónica.
• duke . Primeras 24 horas: 3 mL/kg/% SCQ + 1.500 mL/m 2/día.
Fase de flujo
Una vez que el paciente se encuentra en esta fase, para el manejo nutricio-
nal se deben tener en cuenta varios elementos:
• Requerimiento calórico. Debe ser calculado en forma precisa, lo ideal para
ello es practicar la calorimetría indirecta. Sin embargo, dado lo costoso y
sofisticado de esta técnica, para fines clínicos se debe recurrir al uso de fór-
mulas desarrolladas y algunas validadas y modificadas en centros especia-
lizados a nivel mundial en el manejo de estos pacientes.
Entre éstas fómulas se encuentran:
- Carvajal – Hildreth. Recomiendan en menores de 12 años: 1.800 cal/m2
SCT/día +1.300 cal/m2 SCQ/día. En adolescentes: 1.500 cal/m2 SCT +
1.500 cal/m2 SCQ. 19
- Cunningham: 2 veces el metabolismo basal para todo paciente con > 30%
SCQ.16,17
- Galveston. Recomiendan en lactantes: 2.100 cal/m2 SC + 1.000 cal/m2 SCQ.
En preescolares y escolares: 1.800 cal/m2 SCT + 1.300 cal/m2 SCQ. En
adolescentes: 1.500 cal/m2 SCT + 1.500 cal/m2 SCQ.20
• Distribución calórica de macronutrientes. Se recomienda suministrar 60%
del requerimiento calórico como carbohidratos, 15% de lípidos, distribuidos
en 50% de triglicéridos de cadena media y 50% de triglicéridos de cadena
larga para prevenir el déficit de ácidos grasos esenciales.3,5
• Requerimientos proteicos. Aunque existen publicaciones que recomiendan
suministrar 20% − 30% del requerimiento calórico como proteínas de alto
valor biológico, es importante en estos casos intentar un cálculo detalla-
do de dichos requerimientos, debido a que estos pacientes tienen pérdidas
aumentadas de proteínas a través de la superficie quemada, del tracto gas-
trointestinal y posiblemente también por la orina. Simultáneamente, exis-
ten una serie de alteraciones fisiopatológicas, condicionadas por el estrés:
pérdida de la homeostasis hormonal, producción de citoquinas, redistribu-
ción de proteínas e hipercatabolismo muscular por una provisión inadecua-
da de calorías, las cuales afectan los requerimientos proteicos.
496 nutrición en pediatría
Soporte nutricional
Está indicado en:
• Quemaduras mayores a 20% SCQ.
• Pacientes con desnutrición calórico proteica previa.
• Pacientes sépticos.
498 nutrición en pediatría
Referencias bibliográFIcas
Generalidades
Etiología
Tratamiento
Desnutrición grave
Es importante conocer las características y dinámica de los espacios intra
y extracelular del desnutrido grave así como la repercusión en órganos y siste-
mas, ya que esta información ha generado el protocolo de tratamiento universal
(OMS) para minimizar la morbilidad y mortalidad por conductas terapéuticas
inadecuadas.
En estos pacientes se ha descrito una inadecuada adaptación de la bom-
ba de sodio-potasio, lo que lleva a una hiperconcentración de solutos que se
manifiesta en el medio extracelular con deshidratación hipertónica, acidosis
metabólica, hiponatremia y en el medio intracelular se presenta hipokalemia e
hipofosfatemia, por lo que son vulnerables a cargas de solutos.
La desnutrición grave es una emergencia médica y como tal debe recibir
una atención apropiada, la OMS4 propone las conductas que se indican a con-
tinuación.
Tratamiento médico
Las principales acciones a seguir son:
A. Diagnóstico y tratamiento de la deshidratación y los desequilibrios elec-
trolíticos.
B. Diagnóstico y tratamiento del choque séptico.
C. Diagnóstico y tratamiento de hipotermia e hipoglucemia.
D. Diagnóstico precoz y tratamiento de las infecciones.
E. Tratamiento de la anemia grave.
F. Otros problemas: deficiencias de micronutrientes, dermatosis del Kwashior-
kor, insuficiencia renal.
Fuente: OMS. Tratamiento de la desnutrición grave: manual para médicos y otros profesionales
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niñas con desnutrición grave. Publicaciones N°55. Series Cuadernos azules. Caracas -
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capítulo 20 505
Desequilibrios electrolíticos
Están descritos los siguientes: hipokalemia, trastornos de calcio, magne-
sio y fósforo, hipofosfatemia y tratamiento de los desequilibrios ácido básicos.
• hipokalemia : el déficit de potasio puede estar presente aún con cifras de
potasio (K ) en sangre en límites normales, ya que se trata de una deple-
+
Fuente: Oski F. Principals and practice of pediatrics. Philadelphia: Lippincott. 1990; p 2155.
Tratamiento dietético
La OMS y el INN (Instituto Nacional de Nutrición) recomiendan las
siguientes indicaciones generales en la fase aguda del tratamiento dietético:17
• Iniciar alimentación inmediatamente vía oral o enteral, si la condición clí-
nica del niño lo permite.
• Administrar pequeños volúmenes de alimento (fórmula láctea o producto
de terapia nutricional) a intervalos cortos durante el día y la noche, la ali-
mentación nocturna es imprescindible para evitar la hipoglucemia, cada 2
a 3 horas.
• El volumen de líquidos a suministrar no debe ser mayor de 90 a 130 mL/kg/
día.
• El aporte inicial de proteína (principalmente proteína láctea) es de 0,8 a
1 g/kg/día y el aporte inicial de calorías debe ser de un mínimo 75 kcal/kg/
día, pero no mayor de 100 kcal/kg/día.
• Mantener la lactancia materna en los casos que aplique.
• En lactantes y preescolares, con peso inferior a 6 kg, la fórmula láctea debe
aportar el 100% del requerimiento calórico. En niños con peso superior a 6
kg el aporte del requerimiento se comparte entre la fórmula láctea (60 – 70
kcal/kg/día) y la alimentación complementaria (30 – 40 kcal/kg/día).
• La indicación de la alimentación complementaria en cuanto a consistencia
y distribución de los alimentos, dependerá de la condición clínica, peso y la
edad del paciente.
• Si el consumo de alimentos y de la fórmula láctea no cubre sus adecuacio-
nes de sonda enteral para el suministro de todo el requerimiento hasta
mejorar el apetito.
• Las fórmulas enterales elegidas deben ser normo o hiposmolares.
• La fórmula F-75 que sugiere la OMS para la fase aguda es a base de leche en
polvo completa o semidescremada combinada con otros ingredientes para
modificar su composición y aportar 75 kcal en 100 mL (Cuadro 20.6).
514 nutrición en pediatría
solo que en estos casos inician la reintroducción de alimentos sólidos más temprano.
Fase de rehabilitación
En esta fase el paciente ya se encuentra relativamente estable, sin altera-
ciones electrolíticas y sin edema, con apetito tolerando la alimentación oral.
capítulo 20 515
Tratamiento médico
El equipo tratante debe continuar con el monitoreo de los signos vitales,
vigilar el estado de los micronutrientes e indicar vitaminas y minerales 2 a 3
veces superior a las recomendadas para edad y sexo e iniciar el tratamiento con
hierro oral si se encuentra libre de infección.
En esta etapa se pueden presentar las siguientes complicaciones:
El síndrome de realimentación
Ocurre al iniciarse la alimentación si ésta se hace de una forma abrupta,
con exceso de calorías a expensas de carbohidratos, con deficiencia de elec-
trolitos y minerales, se presenta con trastornos electrolíticos: hipokalemia,
hipomagnesemia y principalmente la hipofosfatemia grave, que es el marcador
metabólico más significativo asociado con alta morbilidad y mortalidad.10 De
allí la importancia de cumplir con las recomendaciones descritas en secciones
anteriores, que están acorde al protocolo de atención para desnutridos graves
que propone la OMS.4
Fase de seguimiento
En esta fase el paciente ha egresado del centro de salud para continuar
evaluaciones y controles ambulatorios. La OMS sugiere que el paciente debe
evaluarse a la semana, dos semanas, 1 mes, tres meses y 6 meses posteriores al
egreso hospitalario. Posterior a este tiempo, y si la evolución es satisfactoria, se
cita semestralmente hasta que el niño cumpla 3 años. 4
518 nutrición en pediatría
Modalidades de tratamiento
La atención del desnutrido grave en la fase aguda es hospitalaria como ya
fué descrita en la sección, la fase de rehabilitación y seguimiento corresponde
a centros de recuperación nutricional en dos modalidades:
1. en centros de recuperación nutricional cerrados o internados . Diri-
gida a pacientes desnutridos graves compensados egresados de la atención
hospitalaria, o en fase aguda sin complicaciones, si las condiciones del cen-
tro lo permiten, con las mismas indicaciones y recomendaciones del nivel
hospitalario ya descrito.
2. en centros de recuperación nutricional abiertos o seminternados .
Dirigida a pacientes desnutridos graves compensados, o en fase aguda sin
complicaciones si cumplen con los criterios siguientes:
• Paciente hemodinámicamente estable.
• Sin procesos infecciosos agudos graves.
• Con tolerancia a la vía oral.
• Domicilio cercano al centro nutricional.
% de macronutrientes
Edad Proteínas Grasas Carbohidratos
< 6 meses 8 44 48
≥ 6 a < 12 meses 9 – 11 36 – 40 48 – 54
≥ 12 meses 12 – 14 30 – 36 50 – 56
una progresiva y constante ganancia de peso, con mejoría del estado psicoafec-
tivo, neurológico y una excelente disposición para comer, aceptando mayor
cantidad y variedad de alimentos en distintas preparaciones. Si no ocurren
descompensaciones, a partir de la 4ta semana se indica 100% o más del reque-
rimiento calórico total.
Tipo y vías de alimentación: la vía oral será la elección, siempre que no
exista ningún obstáculo motor que dificulte su uso.
Para lograr estos objetivos se ofrece a las familias los siguientes talleres y reuniones grupales:
• Taller de crecimiento personal y cambio.
• Taller integral para los padres y representantes de los niños que ingresan
al área de recuperación nutricional.
• Reuniones grupales entre especialistas (pediatra, nutricionista y psicope-
Fase de seguimiento
El niño que egresa del centro de recuperación por lo general tiene el indi-
cador Peso-Talla por encima del percentil 10, aunque puede persistir la deten-
ción del crecimiento, las deficiencias de micronutrientes, así como el retardo
del desarrollo.
El tratamiento de estos problemas y la prevención de recaídas deben ser
los objetivos fundamentales del seguimiento. Es por ello que las indicaciones
del alta incluyen: un plan de alimentación acorde para continuar con la recupe-
ración nutricional, tratamiento de las deficiencias de micronutrientes, referen-
cias a centros de desarrollo o escolaridad y referencia a otros especialistas si lo
requiere (odontología, neurología, gastroenterología, etc.), apoyo, a través de
las redes sociales, a las familias de estos pacientes (Capítulo 4 “Evaluación Psico-
social de la malnutrición primaria por déficit”).
Controles ambulatorios
Los pacientes egresan del seminternado cuando se encuentran en fase de
rehabilitación recuperados y estables, se les asignan controles ambulatorios
al mes, trimestral y semestral hasta cumplir un año del egreso de la etapa de
rehabilitación.
Las consultas de seguimiento son interdisciplinarias; cada especialista
revisa y monitorea el estado de los logros al egreso del seminternado por área,
evaluando que aspectos quedan en proceso y cuáles por intervenir, fijándose
metas realistas de acuerdo con las características psicológicas y sociales del
grupo familiar.
capítulo 20 525
2. Causas médicas:
• Presencia de infecciones concomitantes bacterianas, virales, micóticas
o parasitarias, anemia severa, diarrea persistente, infección urinaria.
• Enfermedad subyacente no diagnosticada.
1. Ambulatorio.
2. Seminternado en centros de recuperación nutricional abiertos.
Prevención
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Infant Cania. 2004; 6(11): 44-51.
Capítulo 21
ANEMIAS NUTRICIONALES
Sonia Borno Gamboa
María Luisa Álvarez Gutiérrez
INTRODUCCIÓN
Hierro y vitaminas
El metabolismo del hierro es un fenómeno complejo que se encuentra vin-
culado a una serie de factores que condicionan su homeostasis. De esta forma,
aunque los aportes de hierro puedan ser adecuados, se requieren también nive-
les séricos normales de ciertas vitaminas tales como vitamina A y C, que juegan
un rol importante en su homeostasis.
La participación de la vitamina C en la absorción del hierro está bien
documentada, puede formar quelatos de peso molecular bajo que facilitan la
absorción a nivel gastrointestinal y además permite una mayor movilización
de hierro desde los depósitos. También puede mejorar el estado hematológico
capítulo 21 537
Requerimientos de hierro
En la actualidad el aporte diario recomendado de hierro se basa en un
depósito medio del metal de 300 mg y en una pérdida diaria media de 1 mg
en adultos varones y de 1,5 mg en las mujeres. La absorción promedio del hie-
rro de la dieta es aproximadamente 10% a 15%. En la población pediátrica, el
requerimiento de hierro en lactantes y niños hasta los 3 años es de 10 mg/día
calculado a partir de una absorción obligada de 1 mg/kg/día. En los lactantes
prematuros y de bajo peso al nacer, las necesidades son de 2 mg/kg/día debido a
que sus depósitos al nacer son menores y a su mayor velocidad de crecimiento,
en comparación con los nacidos a término o con peso normal.
La causa más frecuente de deficiencia de hierro en lactantes es la nutri-
cional, originada por la dificultad de cubrir los requerimientos de este mineral
con la dieta habitual, donde predomina la leche. Los lactantes menores alimen-
tados con leche de vaca están expuestos a un riesgo mayor, debido al aumento
de la pérdida gastrointestinal por daño directo de la mucosa intestinal relacio-
nada o no a la entidad clínica alergia a la proteína de la leche de vaca. 11
El consumo excesivo de leche de vaca entera (más de 24 onzas/día), la
cual aporta excesiva cantidad de proteínas y minerales y muy poca cantidad
de hierro biodisponible, además del agotamiento de las reservas, colocan a este
grupo de edad en situación de riesgo de deficiencia de hierro. 16,17
Los lactantes absorben aproximadamente 50% del hierro de la leche
humana, solo 10% del hierro contenido en la leche de vaca y entre 3,5% − 4%
538 nutrición en pediatría
del hierro presente en las fórmulas lácteas infantiles enriquecidas con hierro
que contiene entre 10 −12 mg/L. 18 Los valores de referencia de requerimientos
diarios de hierro para la población venezolana se describen en el Apéndice 2D.
Evaluación nutricional
Aunque toda evaluación nutricional debe ser integral en este capítulo se
hará énfasis en la evaluación dietética, médica y bioquímica (Capítulo 4 y Apéndice
1A y 1B).
Evaluación dietética
La evaluación dietética se realiza a través de la historia dietética, siguien-
do los pasos indicados en el Apéndice 2A.
Su objetivo es conocer el riesgo dietético de padecer algún tipo de anemia,
por medio del conocimiento de:
• El contenido de hierro en los alimentos consumidos.
• La presencia de factores que interfieren con la absorción de cada uno de los
nutrientes involucrados.
• La presencia de factores que favorecen la biodisponibilidad de cada uno de
estos nutrientes requeridos.
Hierro hemínico
Proviene de alimentos de origen animal donde 40% del hierro se encuen-
tra en forma hemínica y 60% en forma no hemínica; su absorción varía de 15% a
35%. 20 Está presente principalmente en carnes rojas, aves, pescados y vísceras
de res, pollo y cerdo. Se absorbe con más facilidad ya que atraviesa directamen-
te la mucosa intestinal por difusión simple y depende muy poco de los otros
constituyentes de la dieta.
Hierro no hemínico
Está formado básicamente por sales inorgánicas de este mineral. Esta for-
ma del hierro se encuentra en todos en los alimentos de origen vegetal que
aportan este ión, es el utilizado para la fortificación de alimentos y está pre-
sente en alimentos de origen animal como la yema del huevo (1 yema apor-
ta 0,45 mg de hierro no hemínico y no contiene hierro hemínico); solo puede
absorberse bajo forma reducida (Fe+2) por lo que su absorción va a depender de
sustancias contenidas en las comidas que favorecen o inhiben su solubilidad
con variaciones de 2% a 20%. 20,21
En un estudio realizado en 1988 por un Comité de Expertos de la FAO/
OMS, surgió la necesidad de dividir las dietas de acuerdo con la biodisponibili-
dad del hierro contenido en las mismas, en tres categorías: baja, intermedia y
alta. En estas, los porcentajes de absorción de una mezcla de hierro hemínico y
no hemínico son de aproximadamente 5%, 10% y 15% respectivamente. 22,23
A continuación definimos estos tipos de dieta:
• Dieta con biodisponibilidad baja de hierro: se caracteriza por ser una die-
ta basada en cereales, raíces y tubérculos, con cantidades insignificantes
de ácido ascórbico. Las calorías provenientes de alimentos de origen ani-
mal representan menos del 10% del requerimiento calórico total.
• Dieta con biodisponibilidad intermedia de hierro: es una dieta que contie-
ne cereales, raíces, tubérculos, pero con algún alimento de origen animal y
fuentes de ácido ascórbico. Las calorías de origen animal representan entre
el 10% y 20%.
• Dieta con biodisponibilidad alta de hierro: es una dieta que contiene ali-
mentos variados, carnes y alimentos ricos en vitamina C. Los alimentos de
origen animal representan más del 20% del requerimiento calórico total.
Estas dietas son de baja e intermedia biodisponibilidad, principalmente,
porque están afectadas por la presencia de factores inhibidores de la absorción
de hierro.
540 nutrición en pediatría
Evaluación médica
Incluye la historia clínica y el examen físico que permiten orientar el diag-
nóstico. El interrogatorio aporta información sobre la existencia o no de causas
biomédicos condicionantes.
Cuadro 21.1 Raciones de alimentos recomendadas según edad para cumplir con una dieta
mixta de disponibilidad intermedia.
Examen físico
El hallazgo más frecuente es la palidez de piel y mucosas; también se ha
descrito estomatitis angular, glositis y coiloniquia con menor frecuencia. Las
escleróticas azules ocurren por el adelgazamiento de las escleras, como conse-
cuencia del deterioro de la síntesis de colágeno, con visualización de las coroi-
des. Este signo es un indicador muy sensible del déficit de hierro, más que la
palidez de las mucosas, en lactantes y preescolares.
El paciente puede llegar a presentar anemia grave de origen nutricional sin
alteraciones hemodinámicas gracias a los mecanismos adaptativos. Sin embar-
go, si se asocia un evento infeccioso intercurrente se puede identificar clínica-
mente taquicardia, soplos cardíacos, pudiendo llegar a insuficiencia cardíaca.
Evaluación bioquímica
Es el recurso más importante e indispensable para el diagnóstico de los
diferentes estadios de la deficiencia de hierro.
Se han propuesto una serie de indicadores o índices para el diagnósti-
co, es importante tener presente que un solo indicador no es suficiente para
ello, requiriéndose que al menos dos de ellos estén alterados. 9 Cada uno de
estos indicadores tiene ventajas y desventajas en relación con la sensibilidad y
especificidad de la prueba, costo y edad del niño. Existen las pruebas de detec-
ción y de confirmación.
capítulo 21 543
Pruebas de detección
Son las más utilizadas en la evaluación inicial de las poblaciones que pre-
sentan riesgo elevado de padecer una deficiencia de hierro. El objetivo principal
es identificar a las personas con anemia, cuya concentración de hemoglobina
es susceptible de aumentar con la administración de hierro y una mejor dieta o
por la combinación de ambas medidas.
Estas incluyen:
• Hemoglobina y hematocrito.
• Índices eritrocitarios (volumen corpuscular medio y hemoglobina corpus-
cular media).
• Morfología eritrocitaria (frotis de sangre periférica).
Hemoglobina
La detección de la concentración de hemoglobina es un examen con baja
especificidad y sensibilidad. Solo se afecta en la fase tardía de la enfermedad,
no indica el tipo de anemia que existe y los valores en personas normales pre-
sentan gran variación.
Hematocrito
Esta determinación es menos sensible para identificar la anemia por
déficit de hierro en lactantes y niños. Existen valores percentilares desagrega-
dos para edad y sexo. Todo valor es bajo, cuando es menor o igual al percentil
5 de la referencia.
Índices eritrocitarios
Volumen corpuscular medio (VCM): este índice es el más utilizado por
ser un método preciso y práctico, sobre el cual se basa la moderna clasificación
morfológica de la anemia según el tamaño del eritrocito: normocítica, microcí-
544 nutrición en pediatría
Morfología eritrocitaria
En la deficiencia incipiente de hierro solo se observa anisocitosis leve. A
medida que el déficit es mayor se aprecia poiquilocitosis, hipocromía y micro-
citosis.
Pruebas de confirmación
Las pruebas de confirmación8 incluyen las de hierro sérico, capacidad total
de fijación del hierro (CTFH), índice de saturación de transferrina (IST), ferri-
tina sérica, protoporfirina libre eritrocitaria (PLE) y las pruebas para receptor
de transferrina.
Hierro sérico
Es importante tener presente que esta prueba, en forma aislada, no es de
gran utilidad. Tiene gran variabilidad dentro de la normalidad ya que presenta
variaciones diurnas con valores más altos por la mañana, se eleva considera-
blemente durante la niñez, presenta diferencias de acuerdo con el sexo hacia la
mitad de la segunda década, y permanece con valores más altos en el hombre.
Se encuentra bajo en anemia por deficiencia de hierro. Se eleva ante respuestas
inflamatorias e infecciosas, por lo que no es un marcador confiable en estas
condiciones.
Ferritina sérica
Se encuentra en equilibrio con su forma intracelular y es proporcional al
contenido de hierro de los depósitos. Valores de ferritina bajos reflejan depósitos
de hierro depletados y esto es una condición bioquímica de deficiencia de hierro
en ausencia de infección. La apoferritina sérica es un reactante de fase aguda,
por lo que se encuentra elevada en procesos inflamatorios o infecciosos.
Receptor de transferrina
Mide la necesidad de hierro a nivel tisular. Tiene como ventaja que permite
valorar la magnitud del déficit y no se altera en los procesos infecciosos o infla-
matorios crónicos.
La concentración plasmática de este receptor varía con el estado nutricio-
nal del hierro, se encuentra elevado en la deficiencia de hierro. Actualmente
es considerada como prueba “gold estándar” para anemia por deficiencia de
hierro.20
En la actualidad, se recomienda usar para el diagnóstico de la anemia por
deficiencia de hierro una de las siguientes combinaciones de exámenes de labo-
ratorio:
• Hemoglobina + ferritina sérica.
• Hemoglobina + IST.
• Hemoglobina + PLE.
• Hemoglobina + receptor de transferrina.
• Ferritina sérica + receptor de transferrina.
546 nutrición en pediatría
Prevención
Dado el impacto negativo bien demostrado de la deficiencia de hierro en
el desarrollo físico y cognitivo pre y post natal del ser humano, es prioritario
prevenir la deficiencia de hierro.
Las estrategias disponible para ello son: educación nutricional, fortificación
de los alimentos y la suplementación con hierro; ninguna de estas estrategias
es excluyente.
Cuadro 21.3 Media normal y límite normal bajo (media-2DS) para hemoglobina,
hematocrito y VCM.
Cuadro 21.4 Distribución percentilar de hierro sérico por grupo de edad y sexo.
Edad 5 10 25 50 75 90 95 5 10 25 50 75 90 95
(años) MASCULINO FEMENINO
< 3* 30,0 - - - - - 150 30,0 - - - - - 150
3−5 33,1 44,0 62,1 81,0 104,1 134,1 146,1 32,0 44,0 62,0 84,1 106,1 129,1 142,2
6−8 38,0 46,0 65,0 84,0 107,1 125,1 149,1 40,0 51,0 66,1 85,1 106,0 128,1 141,2
9 −11 43,0 48,1 65,0 86,1 108,0 129,0 139,2 49,1 60,0 71,0 90,0 115,0 132,1 147,1
12 − 14 51,0 61,1 74,1 94,1 118,1 139,0 150,1 45,0 57,0 78,1 96,1 118,1 143,0 162,1
15 − 17 61,0 68,1 85,0 104,1 133,0 159,0 175,0 43,0 48,1 71,0 96,1 122,1 157,1 166,2
18 − 24 59,0 69,1 87,0 110,1 135,2 164,1 187,1 48,0 56,1 76,1 98,1 128,1 157,1 173,2
25 − 34 59,0 69,0 86,1 106,1 132,2 158,1 180,1 47,0 59,0 74,0 95,1 124,1 154,1 176,0
35 − 44 58,0 65,0 78,1 98,1 122,0 144,2 164,1 39,1 51,0 68,1 89,1 115,0 140,2 159,0
45 − 54 54,1 61,1 78,0 97,1 119,1 143,1 158,0 47,0 56,0 70,1 90,1 113,1 138,1 155,2
55 − 64 53,1 61,0 76,1 99,0 120,1 143,0 158,1 53,0 60,0 74,1 90,0 111,1 131,2 145,2
65 − 74 54,0 61,0 76,0 97,0 119,1 143,2 160,1 51,0 59,0 73,1 90,1 108,1 127,0 142,1
Datos de U.S. NHANES II (1976-80) revisados y recopilados por Fullwood y col. (1982).
Fuente: Gibson R. Nutritional assessment a laboratory manual. New York: Oxford University
Press;1993:145.
* The HSC Handbook of Pediatrics, 8va Ed. St. Louis: Mosby Year Book, 1992:609.
548 nutrición en pediatría
Cuadro 21.5 Puntos de corte usados para identificar valores anormales en el estado del
hierro.
Protoporfirina
Edad Ferritina sérica Saturación de Eritrocitaria
(años) (ng/mL) Transferrina (%) µg/dL RBC VCM (fL)
1−2 - <12 >80 <73
3−4 <10 <14 >75 <75
5 − 10 <10 <15 >70 <76
11 − 14 <10 <16 >70 <78
15 − 74 <12 <16 >70 <80
Datos de la NHANES II.
Fuente: Gibson R. Nutritional assessment a laboratory manual. New York: Oxford University
Press;1993:666.
Cuadro 21.6 Distribución percentilar de ferritina sérica según grupo de edad y sexo.
Educación Nutricional
• Promover la lactancia materna los primeros seis meses de vida, debido a la
buena biodisponibilidad del hierro en la leche materna, cuando ésta es el
único alimento.
capítulo 21 549
Fortificación de alimentos
La fortificación de alimentos con hierro es considerado el método más
efectivo para combatir la deficiencia de hierro a nivel poblacional, debido a que
resulta más económico y no depende de la decisión del individuo.
En Venezuela desde el año 1993, se está fortificando la harina de maíz con
5 mg de hierro bajo la forma de fumarato ferroso por cada 100 g de harina y la
harina de trigo con 2 mg de la misma sal por 100 g de harina.
En el año 1994, se sustituyó parte del fumarato ferroso por hierro redu-
cido para mejorar las propiedades organolépticas de las arepas; no obstante,
la significación nutricional de este cambio no ha sido evaluada. Para 1994 se
encontró una mejoría de la prevalencia de anemia y deficiencia de hierro, en
comparación con el año 1992, observando disminución de la prevalencia de
anemia de 19% a 9% y de la deficiencia de hierro de 37% a 16%. 15
A finales de 1997 se realizó una nueva encuesta en niños de 7, 11 y 15 años,
para hacer comparación con los estudios anteriores realizados en los mismo
grupos de edad, evidenciándose un aumento en la prevalencia de anemia de
9% a 15% y una disminución en la deficiencia de hierro 16% a 12,5%. 28,29
550 nutrición en pediatría
Suplementación preventiva
El Ministerio del Poder Popular para la Salud a través del Instituto Nacio-
nal de Nutrición (INN) recomienda las siguientes estrategias para prevenir las
deficiencias de hierro:
• Suplementación con hierro en grupos vulnerables. Es más efectiva a corto
plazo. Se recomienda el uso del sulfato ferroso.
• Diversificación de la dieta promoviendo el consumo de alimentos con hie-
rro biodisponible, a través de educación nutricional.
El Cuadro 21.7 resume las indicaciones sobre suplementación propuesta por el
Ministerio del Poder Popular para la Salud, que coinciden con las recomenda-
ciones internacionales para estos mismos grupos.
Tratamiento
• Atención primaria en salud: ante la sospecha clínica de anemia nutricional
dada por la historia médica y el examen clínico, asociados o no a valores de
laboratorio alterados se recomienda (Cuadro 21.8):
- Educación nutricional como lo descrito en prevención.
- Tratamiento con sales de hierro (sulfato, fumarato o gluconato) por
1 mes, con dosis entre 3 mg/kg/día y 6 mg/kg/día de hierro elemental.
- En lactantes se podrá usar una dosis única en ayunas; en niños mayores
se recomienda fraccionar en 2 ó 3 dosis de acuerdo con la tolerancia.
- Se debe calcular la dosis de hierro con base al contenido de hierro ele-
mental que tiene la sal.
• En atención hospitalaria y centros especializados que dispongan de labora-
torio clínico se indica tratamiento según el resultado de la evaluación inte-
gral del paciente: médica, dietética y bioquímica. Al igual que en la opción
anterior toda recomendación terapéutica va acompañada de educación
nutricional.
Figura 21.1 Respuesta clínica en el paciente que recibe terapia con hierro oral.
capítulo 21 553
Cuadro 21.9 Efectos adversos de los preparados orales de hierro y recomendaciones para
su prevención.
Efectos adversos Recomendaciones para su prevención
Manchado de los dientes. 1. Colocar el medicamento con gotero en la parte
Este efecto es reversible posterior de la lengua, evitando el contacto con
al suspender el tratamiento. los dientes.
2. Enjuagar con agua posterior a la toma.
Dolor epigástrico, acidez 1. Iniciar con dosis mínimas e ir aumentando de
y náusea. acuerdo con la tolerancia.
2. Si lo anterior falla: ofrecer en las comidas una
fuente segura de vitamina C. Se debe aumentar
el tiempo de la terapia, considerando que admi-
nistrar el hierro oral con los alimentos, reduce su
absorción en 40% o más.
Diarrea o constipación. Fraccionar la dosis diaria a interdiaria o semanal,
Esto ocurre por alteración probando la mejor tolerancia, luego regresar al es-
de la flora intestinal. quema original.
Fuente: Donato H, Rosso A, Rossi N, Buys C. Anemia ferropénica. Normas de diagnóstico y trata-
miento. Comité de la SAP. Arch Argent Pediatr. 2001;99(2):
Dosis
La dosis total para corregir la anemia y llenar los depósitos se calcula con
la siguiente fórmula:
554 nutrición en pediatría
Presentación
100 mg hierro elemental en ampolla de 2 mL, para uso intramuscular.
En anemias nutricionales no hay indicación de transfusión sanguínea.
La OMS recomienda su uso solo en pacientes desnutridos graves, cuando su
hemoglobina es inferior a 4 g/dL (ver Capítulo 20 “Tratamiento de la desnutrición
calórico-proteica”).
Fisiopatología
El folato es una vitamina hidrosoluble que incluye a los folatos alimenta-
rios naturales y al ácido fólico presente en los suplementos nutricionales y en
los alimentos enriquecidos. El ácido fólico no se almacena en el organismo en
grandes cantidades por lo que es necesario consumir alimentos ricos en folato
o tomar algún suplemento dietético de esta vitamina para prevenir anemia por
deficiencia de este nutriente.
La deficiencia de folato puede ser debida a las siguientes causas:
• dietaria : el consumo insuficiente de alimentos ricos en folatos por más de
dos semanas, origina deficiencia de esta vitamina. Esto es debido a malos
hábitos de alimentación por razones culturales y/o económicas, donde las
frutas y vegetales no son consideradas importantes en la dieta.
• metabólicas : la absorción y el metabolismo del folato son variables de un
individuo a otro. Los estudios que soportan este hecho concluyen que la
biodisponibilidad del folato alimentario es alrededor de 50% y en forma de
suplemento es de 90%. 30,31
• bromatológicas: la cocción de los alimentos ricos en folatos a temperaturas
elevadas, produce disminución del contenido nutricional de los mismos, por-
que se solubilizan en el agua de cocción que es desechada usualmente.32
capítulo 21 555
Evaluación nutricional
Evaluación dietética
La evaluación dietética se realiza como se describe en el Apéndice 2A. Es im-
portante evaluar el consumo de alimentos con mayor aporte de folato tanto los
naturales como los enriquecidos (Apéndice 5).
Prevención y tratamiento
La prevención de este déficit está íntimamente relacionado con el manejo
de algunas de las condiciones fisiopatológicas.
Dietario y bromatológico
• Consumir una alimentación equilibrada que incluya los 6 grupos de
alimentos.
• Preferir cocinar los vegetales al vapor y consumirlos inmediatamente.
• Si los vegetales y frutas son hervidos utilizar el agua de cocción.
• Interacción droga-nutrientes: está indicada la suplementación en pacientes
que utilizan medicamentos que interfieren con el metabolismo o la absor-
ción.
El tratamiento incluye la educación nutricional con la modificación de los
hábitos alimentarios referidos al consumo de alimentos ricos en folatos en su for-
ma natural o enriquecida. Sin embargo es importante conocer que la dosis tera-
péutica de ácido fólico es 0,5 mg/día a 1 mg/día y debe cumplirse por un mínimo
de 4 meses. Las preparaciones comerciales disponibles en Venezuela son:
• Gotas: 10 mg en 1 mL (20 gotas).
• Tabletas: 5 mg y 10 mg.
capítulo 21 557
Evaluación nutricional
Evaluación dietética
Se realiza como se describe en el Apéndice 2A.
El especialista debe hacer énfasis en conocer el consumo de productos de
origen animal como carnes, lácteos y huevos (Apéndice 5); últimamente muchos
cereales se han enriquecido con vitamina B12 sintética, de manera que son tam-
bién una fuente dietaria importante.
El dato epidemiológico más importante para sospechar esta deficiencia
en lactantes, es el hábito alimentario materno: una madre vegetariana estricta
podría aportar muy pocas cantidades de B12 en la leche materna.
La reserva de la vitamina B12 es aproximadamente de 5 a 10 años, es por
esto que la deficiencia sérica con manifestaciones clínicas se evidencia poste-
rior a este período. 30
Prevención y tratamiento
Identificar los grupos vulnerables y hacer recomendaciones nutricionales
referidas a alimentación equilibrada con aportes adecuados de vitamina B12
es suficiente cuando la etiología es nutricional (Apéndice 5). Los casos que no son
de origen nutricional requieren del tratamiento con vitamina B12 en su forma
sintética por toda la vida. No está bien definida la dosis, sin embargo la mayo-
ría de las referencias consultadas proponen una dosis inicial intramuscular de
50 − 100 µg seguida por dosis mensual en los mismos rangos.
Evaluación nutricional
Evaluación dietética
Se realiza como se describe en el Apéndice 2A. La fuente dietaria de este mine-
ral está descrita en el Apéndice 5.
capítulo 21 559
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14 Semba RD, Kumwenda N, Taha TE, Mtimavalye L, Broadhead R, Garrett E et al.
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15 García-Casal M, Layrisse M. Absorción del hierro de los alimentos. Papel de la
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16 Levy-Costa RB, Monteiro CA. Cow’s Milk Consumption and Childhood Anemia in
the City of São Paulo, Southern Brazil. Rev Saude Publica . 2004; 38(6):1-6.
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19 Álvarez ML, Zarzalejo Z, Pérez I, Velazco Y, Figuera C, Marcano M et al. Evalua-
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21 Sans Sabrafen J, Besses Raebel C, Castillo Cofiño R. Hematología clínica. 3 ed.
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22 Boccio J, Concepción Páez M, Zubillaga M, Salgueiro J, Goldman C, Barrado D
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23 Necesidades de energía y nutrientes: Recomendaciones para la población Vene-
zolana. Caracas: Instituto Nacional de Nutrición; 1993. Serie de Cuadernos Azu-
les; 48.
capítulo 21 561
Generalidades
DeFInición
Factores de riesgo
• Resistencia a la insulina
Fuente: Vargas Ancona L, Bastarrachea Sosa R, Laviada Molina H, González BarrancoJ, Avila
Rosas H. Obesidad consenso. Mexico: McGraw-Interamericana; 2002.p.1−24.
Factores socioculturales
• Modelaje del grupo familiar:
- Hiperfagia en los diferentes miembros del grupo familiar.
- Ausencia o disminución de la frecuencia de actividad física.
- Consumo de misceláneos (chucherías, bebidas carbonatadas, jugos pas-
teurizados, etc.) en cantidades elevadas.
• El alimento es utilizado como premio o recompensa. Tendencia al consumo
de los misceláneos, que son usados como recompensa, consolación o apaci-
guamiento del dolor.
• Dificultad de los padres para permitir que el niño regule su propio consumo
de alimentos. Mayor estímulo de modo significativo para que coman más.
• Valores y normas transmitidas a lo largo de generaciones familiares:
- Repetición de patrones familiares (excesiva importancia a la comida).
- Problemas de conducta alimentaria.
• El grupo familiar y el conjunto de los hermanos:
- Hijos únicos.
capítulo 22 565
Factores biomédicos
• Rebote precoz de obesidad: en el crecimiento del niño existen 3 períodos
críticos asociados con riesgo de ganancia de grasa:6,7
- Durante la gestación y el primer año de vida.
- Durante los 5 a 7 años, llamado “rebote adipocitario”, cuando el niño de-
sarrolla la mayor cantidad de tejido graso.
- La adolescencia representa el periodo final para el desarrollo de obesidad,
en cuanto al riesgo de iniciarse y de persistir. El 80% de los obesos en
esta etapa padecerá obesidad en la adultez.
• Obesidad parental: si los padres son obesos existe el doble del riesgo que
los niños sean obesos.7
• Etnicidad: datos de estudios en los Estados Unidos indican que el incremen-
to mayor de obesidad se observa en americanos nativos y de origen hispá-
nico, comparado con los americanos blancos.8
Factores dietéticos
• Falla en el amamantamiento: la lactancia materna es un factor protector
para el desarrollo de la obesidad. Los niños alimentados con lactancia
materna exclusiva hasta los 6 meses, tienen menor riesgo de desarrollar
obesidad, ya que son más capaces de autorregular su alimentación.6
• Alta ingesta proteica: la obesidad es considerablemente superior en los lac-
tantes que reciben fórmula y en aquellos en los que hay una introducción pre-
coz de la alimentación complementaria, lo cual favorece una mayor ganan-
cia de peso. El alto consumo de proteína puede explicar el crecimiento ace-
lerado y las alteraciones de equilibrio hormonal de los niños obesos.6,9
566 nutrición en pediatría
ClasiFIcación etiológica
Complicaciones
La obesidad se asocia desde la infancia a otros factores de riesgo aterogéni-
co y enfermedades de la mayoría de los órganos que se presentan como compli-
caciones y comorbilidades y pueden estar presentes desde la niñez, entre ellas
se destacan: alteraciones del metabolismo lipídico, hipertensión arterial, dia-
betes mellitus tipo 2, síndrome metabólico, resistencia a la insulina, esteatosis
hepática, litiasis biliar, problemas respiratorios, ortopédicos y psicológicos.12,13
A continuación se detallan algunas de estas complicaciones:
• Síndrome metabólico.
• Complicaciones gastrointestinales.
• Complicaciones renales.
• El resto de las comorbilidades se señalan en el Cuadro 22.4.
Criterios diagnósticos
En la actualidad no disponemos de una definición en cuanto a los criterios
diagnósticos del SM en las edades pediátricas y generalmente se utilizan los
mismos criterios diagnósticos que en el adulto aplicando límites ajustados a la
edad y sexo, según los criterios World Health Organization (WHO), Internatio-
nal Diabetes Federation (IDF) y del Third Report of the Adult Treatment Panel
(ATP III).
Estos últimos criterios se han modificado y adaptado para su utilización
en niños y adolescentes, según diferentes autores. El elemento en común para
todos ellos es la presencia de resistencia a la insulina.
En los Cuadros 22.5 al 22.7 se presentan los criterios diagnósticos de la FID16, los
criterios diagnósticos modificados del ATP III14 y de la OMS14, respectivamente.
Evaluación diagnóstica
Se evaluarán los mismos ítems de la evaluación de obesidad.
Examen físico
Se registrarán los mismos ítems que se describen en la evaluación clínica
de la obesidad, detallado más adelante.
572
Cuadro 22.5 Definición de la FID del grupo de riesgo y el Síndrome Metabólico en niños y adolescentes.
Grupo Obesidad
de edad (perímetro de
en años la cintura) Triglicéridos C-HDL Tensión arterial Glucosa(mmol/L)o DMT2**
> 6 < 10 años P ≥ 90 No se puede diagnosticar el síndrome metabólico, aunque deberán realizarse más mediciones
si hay antecedentes familiares de síndrome metabólico, DMT2, dislipidemia, enfermedad
cardiovascular, hipertensión u obesidad.
≥10 a 16 años P ≥ 90 ≥ 1,7 mmol/L < 1,03 mmol/L Tensión arterial ≥ 5,6 mmol/L(100 mg/dL)
(≥150 mg/dL) (< 40 mg/dL) sistólica ≥ 130 mm Hg o (o DMT2 manifiesta)
diastólica ≥ 85 mm Hg Si ≥ 5,6 mmol/L se
recomienda una *POTG
nutrición en pediatría
Cuadro 22.6 Definición del SM en adultos según el ATP III y en pediatría según Cook, Ferranti y Weiss.
Triglicéridos ≥ 1,7 mmol/L (150 mg/dL) ≥ 110 mg/dL (Lipid ≥ P 97(Lipid Research P > 95 para la edad, sexo y raza
o con tratamiento Research Clinic) Clinic) (NHLBI Growth and Health Study)
capítulo 22
Cuadro 22.7 Estudios del SM en niños y adolescentes utilizando criterios modificados de la OMS.
Obesidad circunferencia
Número de cintura) según edad
Estudios de criterios Glucosa en ayunas y sexo Triglicéridos
Viner ≥3 Glicemia en ayunas IMC P> 95 para edad y ≥ 155 mg/dL
≥ 110 mg/dL. sexo.
Glicemia a las 2 horas
SOG > 140 mg/dL.
Goodman RI o DM Glicemia en ayunas CC > 102 cm en varones ≥ 150 mg/dL
Más de 2 ≥ 110 mg/dL o DM o > 88 cm
criterios. diagnosticada. en mujeres o
IMC P ≥ 95.
Lambert RI o DM Glicemia en ayunas IMC p ≥ 85 para la P ≥ 75 para sexo
Más de 2 ≥ 110 mg/dL. edad, sexo (percentiles y edad (cohorte
criterios. propios). propia).
Freedman ≥3/5 Glicemia en ayunas ≥ 130 mg/dL
≥ 110 mg/dL.
Katzmarzyk ≥3/6 Glicemia en ayunas P >75 P > 80 para la edad
P > 80 para la edad (cohorte propia).
(cohorte propia).
Srinivasan 4/4 IMC p >75 para la edad, CT/HDL o TG/HDL
sexo y raza (cohorte P >75 para la
propia). edad, sexo y raza
(cohorte propia).
OMS: Organización Mundial IMC: índice de masa corporal. HDL: lipoproteinas de alta
de la Salud. RI: resistencia a la insulina. densidad.
CT: colesterol total. LDL: lipoproteinas de baja PAS: presión arterial sistólica.
TG: triglicéridos. densidad. PAM: presión arterial media.
DM: diabetes mellitus. CC: circunferencia de cintura.
Evaluación bioquímica
Se incluyen los mismos exámenes complementarios que se mencionan en
la evaluación bioquímica de la obesidad. Además se solicitarán los exámenes
señalados a continuación:
• proteína c reactiva ultrasensible . Es una proteína no glicosilada pro-
ducida exclusivamente por el hepatocito y cuya síntesis está modulada por
citocinas proinflamatorias tales como interleuquina 1 (IL − 1), interleuqui-
na 6 (IL − 6) y el Factor de Necrosis Tumoral (FNT) producidas como res-
puesta a los estímulos antes mencionados. Se ha observado que los niveles
capítulo 22 575
Tensión Arterial
C-HDL según edad y sexo Resistencia a la insulina
< 35 mg/dL PAS: pc ≥ 95 para edad Insulinemia según pubertad:
Colesterol Total: y sexo Prepuberal: > 15 mU/mL
p ≥ 95 Puberal: > 30 mU/mL
Postpuberal: > 20 mU/mL
≤ 35 mg/dL en varones ≤ ≥ 130 / 85 mm Hg Insulina
39 mg/dL hembras. P > 75 (cohorte propia)
Fuente: Tapia LC, Lopez JP, Jurado AO. Prevalencia del síndrome metabólico y sus componentes
en niños y adolescentes con obesidad. An Pediatr Barcelona 2007; 67: 352–361.
Sedentarismo.
Fuente: Ibañez L. Síndrome Metabólico. XVIII Jornadas de Pediatría en Atención Primaria. Oina-
rrizko Osasun-Laguntzako Peditriari Buruzko XVIII; 2006 Nov 17 Jardunaldiak. Vitoria-
Gasteiz.
Otros autores como Ten S y col, señalan niveles elevados de insulina basal:
≥ 15 mUI/mL y niveles de insulina postcarga de glucosa ≥ 75 mUI/mL a las
2 horas o picos ≥ 150 mUI/mL en cualquier tiempo de la curva.21
• Glicemia basal (ayunas) y sobrecarga oral de glucosa. Prueba más sensible
para descartar trastornos del metabolismo hidrocarbonado (Cuadro 22.10).22
Complicaciones gastrointestinales
Hígado graso no alcohólico (NAFLD): incluye alteraciones mínimas que
van desde la esteatosis hepática hasta la cirrosis e insuficiencia hepática. Esta
enfermedad presenta otras denominaciones: hepatitis grasa, enfermedad de
Laënnec no alcohólica, hepatitis diabética, hepatopatía parecida a la alcohólica
y esteatohepatitis no alcohólica (NASH). Uno de los elementos que juega un
papel protagónico es la obesidad, la cual tiene efectos deletéreos en el pro-
nóstico de otras enfermedades hepáticas distintas. Su diagnóstico incluye la
ecografía y la determinación periódica de transaminasas. Los pacientes obesos
que requieren un estudio más profundo son aquellos que tienen una elevación
persistente de transaminasas dos veces a los valores normales, siendo en algu-
nos casos necesaria la biopsia hepática para determinar el grado de fibrosis o
transformación cirrótica y también para descartar otras etiologías. Otro pro-
blema es la mayor incidencia de litiasis biliar, en su patogenia influyen el incre-
mento de la saturación biliar de colesterol, deshidratación, hipomotilidad de la
vesícula biliar por dietas bajas en grasa y la acción estrogénica.23
Complicaciones renales
Se ha descrito la asociación de obesidad y proteinuria, debida a glomeru-
loesclerosis focal segmentaria en adolescentes, que podría producir importan-
tes secuelas renales.24 Por lo tanto se debe solicitar exámenes complementarios
dirigidos a evaluar el funcionalismo renal e instaurar un tratamiento precoz.
Los exámenes solicitados son señalados en el Cuadro 22.11.
quístico.
• RN PEG GEG.
• Diabetes gestacional.
3,5 mg/mmol.
• Mujeres mayor de 4 mg/mmol.
capítulo 22 579
Evaluación inicial
Se debe determinar con precisión el grado del exceso, si existe, para ello
se aplicará el mismo esquema de la evaluación integral del estado nutricional
como se explica en el Capítulo1 “Evaluación del estado nutricional”. A continua-
ción se describen los elementos más importantes con relación a la evaluación
de esta patología.
Evaluación psicosocial
Se realiza con el fin de establecer el riesgo no orgánico de obesidad. Es de
hacer notar que dentro de la evaluación psicológica se da especial importan-
cia, a la manera como perciben la familia y el niño, dentro de su contexto de
vida, los hábitos, valores, actitudes, adaptación y socialización; así como la per-
cepción del paciente y sus padres de la condición de obesidad. En el Capítulo 5
“Atención psicosocial de la malnutrición primaria por exceso” se explica la
metodología utilizada para esta evaluación en los pacientes.
Evaluación dietética
La historia dietética representa un instrumento de valor insustituible para
detectar los factores dietéticos causantes de obesidad y para diseñar, planificar
y dirigir el tratamiento; se realiza como se detalla en el Apéndice 2A “Evaluación
dietética”.
Evaluación clínica
Tiene como objetivo identificar su etiología y categorizar la magnitud de la
obesidad, incluye:
• historia médica . En esta los puntos más importantes son:
- Motivo de consulta: referido por otro profesional, referido por presentar
clínica de complicaciones metabólicas, iniciativa espontánea.
- Edad de inicio de la obesidad o de la ganancia de peso y la causa.
- Coincidencia con eventos personales o familiares (desencadenantes).
• antecedentes personales. Prenatales y perinatales (tiempo de gestación,
peso y talla al nacer, aumento de peso de la madre durante el embarazo
(especialmente durante el tercer trimestre), diabetes gestacional. Carac-
terísticas previas del crecimiento y desarrollo, estadio de la maduración
sexual, aparición de la menarquia, trastornos menstruales, patrones de
actividad física, horas dedicadas a la televisión, juegos de pantalla y/o jue-
gos pasivos, reposo durante períodos prolongados por enfermedad u otros
580 nutrición en pediatría
Evaluación antropométrica
Los datos antropométricos constituyen la base del diagnóstico en la prác-
tica clínica y permiten valorar la intensidad del exceso de peso y la distribución
de la grasa de una manera indirecta; se fundamenta en las mismas variables
consideradas en el Capítulo 1 “Evaluación del estado nutricional del niño”.
Evaluación bioquímica
Laboratorio de rutina:
582 nutrición en pediatría
Evaluación funcional
Incluye el estudio de:
• Velocidades de crecimiento de peso y talla (anual e instantánea): por lo
general un gran porcentaje de estos niños presentan velocidades acelera-
das. La velocidad de talla en los prepúberes y en el inicio del brote puberal
se ubica en los percentiles situados por encima del promedio, sin embargo,
el pico de velocidad máxima (PVM) usualmente ocurre más temprano y es
de menor magnitud que en los no obesos. Esto está asociado a un adelanto
de la maduración, lo cual ocasiona una menor talla final adulta.31
• Edad ósea. Está generalmente adelantada en relación con la edad crono-
lógica (en caso de obesidad exógena o primaria). Cuando está retardada,
orienta hacia una etiología secundaria. La mayoría de las causas de obesi-
dad secundaria: hipotiroidismo, síndrome de Cushing, disfunción hipota-
lámica y déficit de hormona de crecimiento se asocian a edad ósea retarda-
da y talla baja.32
capítulo 22 583
Otros estudios
Hay que recordar que en estos pacientes pueden estar asociadas otras
alteraciones (tiroideas, esqueléticas, neurológicas) y por ende las evaluaciones
dependerán de la patología específica y pueden incluir: Rx de cráneo, tomogra-
fía, resonancia magnética cerebral; ganmagrama óseo, tiroideo, ecosonografía
abdominal y pélvica.
Tratamiento
Fundamentación - Objetivos
El tratamiento debe estar enfocado en la prevención a través de la promo-
ción de hábitos y conductas de alimentación saludables, un estilo de vida ade-
cuado y el fortalecimiento de una autoestima positiva. Por ello se hace nece-
sario que el abordaje sea de dos formas: individual con el fin de tener un manejo
directo con el paciente y su representante; y grupal para establecer cambios
alimentarios y en el estilo de vida del entorno familiar, que favorezcan y per-
mitan que la recuperación nutricional perdure.
Debido a la multiplicidad de factores que inciden en el desarrollo de la obe-
sidad, el abordaje y la forma de intervención aplicada en el Centro de Atención
Nutricional Infantil Antímano (CANIA), es de tipo integral.
El mismo comprende un abordaje interdisciplinario realizado con la par-
ticipación de un: pediatra nutrólogo, nutricionista clínico, psicólogo clínico,
y trabajador social cuyo objetivo es la recuperación nutricional integral del
niño y adolescente. La intervención integral se planifica orientada hacia la
modificación de algunos aspectos que a corto y mediano plazo, se han deter-
minado necesarios para alcanzar la recuperación nutricional del paciente y el
grupo familiar.
En la entrevista inicial son evaluados por el equipo interdisciplinario
(pediatra nutrólogo, nutricionista clínico, psicólogo y trabajador social) con
la finalidad de establecer la intervención a seguir. Esta tiene los siguientes
objetivos:
• Involucrar y concientizar a la familia en relación con la enfermedad del
niño.
• Modificar hábitos y conductas alimentarias al lograr un consumo de alimen-
tos de forma adecuada.
• Cambiar composición corporal a mediano plazo, mediante la reducción de
tejido adiposo con preservación de la masa magra.
584 nutrición en pediatría
A. Tratamiento individual
Tratamiento dietético
El objetivo es preservar un adecuado crecimiento y desarrollo, a través de
una nutrición equilibrada, individualizada, con un monitoreo frecuente y que
comprende el cálculo del requerimiento nutricional, plan de alimentación, acti-
vidad física y recomendaciones generales y específicas sobre el momento de las
comidas, horarios, conducta alimentaria y supervisión de ésta.
Cuadro 22.12 Estimacion del requerimiento calórico sugerido en las Guías Dietéticas
para Americanos 2005 según sexo, edad y nivel de actividad física.
Niveles de Actividad
Sexo Edad (años) Sedentaria Moderada Activa
Preescolares 2–3 1.000 1.000 – 1.400 1.000 – 1.400
Niñas 4–8 1.200 1.400 – 1.600 1.400 – 1.800
9 – 13 1.600 1.600 – 2.000 1.800 – 2.200
14 – 18 1.800 2.000 2.400
Niños 4–8 1.400 1.400 – 1.600 1.600 – 2.000
9 – 13 1.800 1.800 – 2.200 2.000 – 2.600
14 – 18 2.200 2.400 – 2.800 2.800 – 3.200
Sedentaria: un estilo de vida que incluye sólo la ligera actividad física asociada a la vida diaria.
Moderada: un estilo de vida que incluye actividad física equivalente a caminar alrededor de
2,42 a 4,83 kilómetros por día en un período de 3 a 4 horas, además de la ligera actividad
física asociada a la vida diaria.
Activa: un estilo de vida que incluye actividad física equivalente a caminar más de 4,83 km por
día o de 4,83 a 6,44 km por hora, además de la ligera actividad física asociada a la vida
diaria.
Fuente: US Department of Health and Human services, US Department of Agriculture. Dietary
Guidelines for Americans. 6th ed. Washington, DC: US Government Printing Office;
2005. Disponible en: http://www.health.gov/dietaryguidelines/dga2005/document/pdf/
DGA2005.pdf [citado el 10 ene 2009].
586 nutrición en pediatría
Plan de alimentación
A partir del requerimiento calórico se elabora un plan de alimentación
para cada niño o adolescente que incluye los distintos grupos de alimentos
según la distribución de macronutrientes previamente establecida, con el fin
de proporcionar la energía y los nutrientes necesarios, que permitan mejorar el
estado nutricional y obtener cambios positivos en los hábitos alimentarios del
paciente.
capítulo 22 587
Lactantes
Se indicará, en primer lugar, lactancia materna exclusiva hasta los seis
meses. Iniciar la incorporación de alimentos complementarios a partir de los
6 meses y progresar en la misma, hasta lograr que al primer año el niño esté
integrado a la mesa familiar. Si la lactancia materna no es posible, utilizar fór-
mula de inicio y seguir la incorporación de alimentos complementarios tal y
como se recomienda en el Capítulo 10 “Alimentación del lactante”. Por lo general,
no se debe restringir la dieta del lactante, ya que es suficiente la corrección
de las prácticas inapropiadas de alimentación que se detecten, para adaptar
la alimentación en esta etapa; la restricción calórica a esta edad puede tener
un efecto negativo sobre la evolución pondoestatural del niño y en desarrollo
psicomotor.
Entre las prácticas inapropiadas que se deben corregir están:
• Volumen de leche al día y dilución de la misma.
• Preparación de otros alimentos (sopas, jugos, compotas, atoles, etc.) en lo
referente a la densidad calórica elevada.
• Reducir el agregado de cereales, azúcar u otros a la leche. Deberá tomar
solo la leche en el biberón y tan pronto como sea posible, entre los cinco a
siete meses aproximadamente, suministrarle la leche en una taza o vaso.
No prolongar el uso del biberón hasta más allá del año de edad.
• Reaccionar apropiadamente al llanto del niño: entender que no siempre llo-
ra por hambre e insistir en la importancia de mantener un horario fijo para
las comidas.
Preescolares
La mayor parte de las recomendaciones para este grupo están dirigidas a
los padres, familiares y cuidadores del niño y comprende:
588 nutrición en pediatría
Escolares
La base del manejo dietético en esta edad, consiste en modificar los hábitos
de alimentación del niño. El plan de alimentación deberá calcularse incorpo-
rando aquellos grupos de alimentos de baja frecuencia de consumo. Se harán
recomendaciones a los padres o cuidadores en los siguientes aspectos:
• Efectuar la incorporación progresiva de alimentos rechazados o que habi-
tualmente no son consumidos por el niño como las frutas, los vegetales y la
leche.
• Omitir aquellos alimentos de alta densidad calórica mencionados en el
Cuadro 22.13.
• Supervisar el tipo de alimentos que ofrecen las cantinas escolares cuan-
do ellos compran las meriendas en éstas y conversar con el niño sobre lo
que puede adquirir y con lo que pueda llevar de su casa: frutas, yogurt,
planificados dentro del menú.
Adolescentes
Este es el grupo en el cual la dieta presenta mayores cambios. La pres-
cripción dietética no va a depender solo de la edad y el sexo, sino también de
los requerimientos nutricionales que están influidos por la edad biológica y el
estadio de maduración (sexual) por tanto esto debe ser tomado en cuenta.
Los mayores requerimientos nutricionales se observan durante el período
de máxima velocidad de crecimiento, razón por la cual durante el mismo se
debe hacer énfasis en el grupo familiar en el seguimiento y cumplimiento del
plan de alimentación e indicaciones ofrecidas en la consulta:
• Debe cubrir la totalidad del requerimiento calórico. En período de mayor
velocidad de crecimiento, el requerimiento nutricional duplica al resto del
período de la adolescencia, es mayor en el hombre que en la mujer por su
aumento de tejido magro lo cual incrementa la tasa metabólica, además del
elevado gasto energético debido a la mayor actividad física que ellos desa-
rrollan. El momento de máximo crecimiento es muy sensible a deficiencias
de energía y nutrientes. Una ingestión energética insuficiente, puede gene-
rar una talla final menor.
• La energía es el principal requisito nutricional a esta edad, si no se satisfa-
cen las necesidades calóricas, los macronutrientes, vitaminas y minerales,
no se usan de manera eficaz en las diversas funciones metabólicas.
• Corregir los hábitos de alimentación típicos de la edad, como son: elevado
consumo de misceláneos salados o dulces tales como bebidas gaseosas, chi-
cles, caramelos, bolitas de queso infladas y otros.
• Debe promover la realización del desayuno a primera hora de la mañana y
cumplir las meriendas indicadas.
590 nutrición en pediatría
• Vigilar las conductas alimentarias típicas de la edad, entre las que se encuen-
tran: un mayor riesgo de presentar anorexia nerviosa o bulimia, por lo que
es vital un manejo cuidadoso, principalmente en las adolescentes, quienes
tienen una mayor predisposición a practicar dietas de moda o a seguir diver-
sas indicaciones para perder peso sin la orientación especializada corres-
pondiente.
En comparación con el grupo anterior, los adolescentes son menos ganados
a aceptar cambios dietéticos, son menos controlados y supervisados en el hogar
o en el colegio y son más independientes, no quieren ser tratados como niños
pero tampoco pueden ser tratados como adultos y todo esto genera grandes
dificultades en el desarrollo de la intervención, por lo que se requiere involucrar-
lo dentro del programa de atención como un participante activo de las activida-
des que se diseñen, a la vez que se debe explorar en conjunto con ellos, nuevas y
mejores estrategias de apoyo que permitan el éxito en la intervención.36
El grupo de los adolescentes, son vulnerables a actitudes no realistas sobre
el tiempo y el esfuerzo necesario para tratar con eficacia el peso por lo que se
requiere llamar la atención sobre la utilización de las dietas de moda o dietas
novedosas, puestas a disposición del consumidor por medio de los medios de
comunicación, quienes ofrecen continuamente nuevos métodos, con frecuen-
cia caprichosos, para reducir de peso. Todos estos programas tienden a resaltar
resultados rápidos con un mínimo de esfuerzo, por lo que no son aconsejables
debido a los inconvenientes que producen. Entre los cuales encontramos:
a) Carencias nutricionales, si las dietas son utilizadas por un período de tiem-
po prolongado, aunque por lo general suelen abandonarse.
b) No promueven la ingesta de una dieta adecuada nutricionalmente.
c) Fomentan expectativas no realistas, preparando en consecuencia a quie-
nes siguen las dietas para fracasos.
Actividad física
Es un componente fundamental de un estilo de vida saludable y debe esta-
blecerse desde temprana edad. Los niños no deben tener largos períodos de
inactividad y las horas de siesta pudieran ser omitidas a partir de la edad prees-
colar. Es necesario estimular su práctica iniciando una actividad de moderada
a fuerte intensidad con una duración de 10 a 15 minutos hasta alcanzar 60
minutos al día. El grupo familiar, padre y madre deberán incorporarse a una
vida más activa ya que esto se considera un aspecto básico dentro del trata-
miento de la obesidad en niños y adolescentes.37,38
capítulo 22 591
Tratamientos farmacológicos
La utilización de fármacos anorexígenos o lipolíticos en pediatría es aún
limitada. Los fármacos autorizados por la FDA son:
• Orlistat. Aprobado en niños mayores de 12 años, aunque en el Vademécum
español no está indicado su uso en niños. Es un inhibidor de la lipasa pan-
creática que a dosis de 120 mg tres veces al día disminuye la absorción de
grasa en 30 %. Los efectos secundarios son diarrea, flatulencia y un aumen-
to de contenido graso en las heces.
Durante el tratamiento se precisa de suplementación con vitaminas lipo-
solubles, ya que hay un aumento de las perdidas por vía digestiva. Este fár-
maco produce una reducción promedio del IMC en - 1,9 kg/m 2 siempre que
se asocie a recomendaciones dietéticas y actividad física.23
• Sibutramina. Aprobado en adolescentes mayores de 16 años, aunque en el
Vademécum español sólo especifica que no se dispone de suficientes datos
para el uso en niños y adolescentes menores de 18 años. Este tiene una
acción central y actúa inhibiendo la absorción de serotonina, noradrenali-
na y dopamina. Tiene un efecto anorexígenos e incrementa el gasto calóri-
co a dosis de 10 - 20 mg/día. Induce en adultos a una reducción de 5 kg pro-
medio, siempre que se combine con cambios en el estilo de vida. Los efec-
tos secundarios son taquicardia, aumento de la presión arterial, insomnio,
ansiedad, depresión y cefalea23.
• Metformina. Solo está indicada en niños con diabetes mellitus tipo 2. Tiene
un efecto anorexígeno y produce una reducción de los valores de: glucosa,
insulina, gluconeogénesis, triglicéridos, C- LDL, de los depósitos de grasa
principalmente subcutánea. También tiene un efecto beneficioso sobre la
esteatohepatitis no alcohólica.
capítulo 22 593
Tratamientos quirúrgicos
En la actualidad han aparecido técnicas quirúrgicas que asocian algo de
restricción de capacidad gástrica con grados variables de malabsorción.
La experiencia acumulada en menores de 18 años de edad indica que este
es un tratamiento factible de realizar en pacientes evaluados integralmente
por un equipo interdisciplinario, siguiendo una serie de criterios para la selec-
ción, que a continuación se detallan:
• No pérdida de peso tras 6 meses o más de tratamiento supervisado estric-
tamente por un equipo interdisciplinario.
• Paciente con estado de maduración superior a un Tanner III.
• Obesidad con índice de masa corporal mayor o igual a 40 con comorbilidades
severas (diabetes mellitus tipo 2, apnea obstructiva, seudotumor cerebral).
• Obesidad con índice de masa corporal mayor o igual a 50 con comorbilida-
des menos severas.
• En aquellos casos de obesidad (Síndrome de Prader-Willi), con índice de
masa corporal menor a 35 evaluados individualmente, donde la cormorbili-
dad ponga en riesgo la vida del paciente.
• Con evaluación médica y psicológica previa.
• Madres adolescentes no embarazadas, amamantado o con planes de emba-
razo en los dos años consecutivos a la cirugía.
• Con problemas graves de socialización.
• Con buen apoyo familiar.
• Los pacientes deben estar bien seleccionados e informados.
• Los pacientes deben tener capacidad para la toma de decisiones (mayor o
igual 13 años).40-42
Tratamiento psicosocial
El propósito de está intervención es potenciar el éxito del tratamiento
integral en el paciente obeso y grupo familiar. Está dirigida a mantener una
adecuada motivación, estimular expectativas reales entorno a su apariencia y
594 nutrición en pediatría
condición. Además lograr que los cambios positivos se mantengan a lo largo del
tiempo y así mejorar significativamente la calidad de vida y en su condición de
salud. Capítulo 5 “Atención psicosocial de la malnutrición primaria por exceso”.
Tratamiento grupal
Objetivos del tratamiento grupal:
• Promover la adquisición de información y la sensibilización hacia la proble-
mática de la obesidad en padres, representantes y en los pacientes mayo-
res de 9 años que asisten al mismo.
• Promover hábitos alimentarios adecuados, así como cambios actitudinales
y conductuales en el grupo familiar, que permitan solventar la problemáti-
ca nutricional. Esto se obtiene a través de la revisión del modelo previo de la
dinámica y funcionamiento familiar relacionado con la alimentación, salud,
uso de los recursos económicos, percepción del cambio emocional requeri-
do, manejo de conductas, hábitos y costumbres familiares, el concepto de
cuidado y de mantenimiento de la salud en el niño objeto de atención.
• Promover estilos de vida saludables como es la práctica de la actividad físi-
ca involucrando al grupo familiar y al paciente.
Educación nutricional
Es importante señalar que esta es un componente cardinal en el trata-
miento. Se debe efectuar desde el inicio, tanto a nivel individual en las consul-
tas, como a nivel grupal. Debe ser planificada trabajando los conceptos básicos
de nutrición, manejo del plan de alimentación, tamaño de las raciones y los
sustitutos, preparaciones adecuadas y actividad física en los talleres grupales
y reforzando mensajes específicos, según cada paciente, en las consultas.
Seguimiento
Objetivos Dietéticos
a) Aceptación y cumplimiento del plan de alimentación.
b) Identificar y corregir dificultades encontradas para seguimiento.
c) Identificar y reforzar los logros obtenidos en hábitos y conductas
alimentarias.
d) Evaluar la adecuación de macronutrientes y micronutrientes, realizando
las correcciones necesarias cuando esta sobrepasa o es inferior al 100 %
del requerimiento estimado para cada paciente.
e) Evaluar la calidad nutricional de la ingesta actual.
f) Registrar las modificaciones del apetito; el cambio positivo esperado en los
pacientes son: disminución del tamaño de las raciones servidas, ausencia
de repetición de alimentos o comidas, evitar los consumos extrahorario.
g) Evaluar la incorporación a un régimen de actividad física dirigida y su cum-
plimiento. También se reforzará y estimulará su progreso.
Objetivos Médicos
a) Evaluar el grado de compromiso con el tratamiento.
b) Valorar y estimular los cambios positivos en los indicadores de composición
global y corporal.
596 nutrición en pediatría
Objetivos Psicosociales
Evaluar la presencia de factores psicosociales que interfieran en el cum-
plimiento del tratamiento, dependiendo de la evolución del estado nutricional,
del grado de compromiso del grupo familiar.
Lactantes
La infancia es un período crítico para el desarrollo de la obesidad por lo que
es necesario promover lactancia materna exclusiva desde los primeros días de
vida hasta los 6 meses. Estudios recientes han señalado la importancia que tie-
capítulo 22 597
Preescolares
La prevención en este grupo de edad también es vital, debido a que una
elevada adiposidad es indicativa de un mayor riesgo. Por lo tanto es importante
realizar una labor educativa dirigida a los padres, representantes o cuidadores
(los docentes), con la finalidad de promover hábitos de alimentación saludables
y rutinas más activas. Maestros y padres educados en alimentación sana para
esta edad serán claves para detectar, prevenir, corregir desviaciones y promo-
ver una buena alimentación. En el Capítulo 11 “Alimentación en el preescolar” se
señalan una serie de recomendaciones sobre una alimentación saludable en
este grupo de edad.
Escolares y adolescentes
Se sugiere que los programas que se elaboren para promover hábitos salu-
dables y la práctica constante de actividad física se planifiquen específicamente
según los intereses que se identifiquen en las niñas y en los niños, debido a que
cada grupo plantea intereses distintos, sobretodo en lo relacionado al entrena-
miento físico y las rutinas deportivas.
En esta edad, ocurre una mayor independencia para la alimentación; el ni-
ño o niña pasa más tiempo con sus compañeros y tienen la posibilidad de deci-
dir qué adquirir para comer o qué llevar de la casa y muchas veces aprenden a
comer alimentos o chucherías que consumen sus compañeros.
Por esto, debe continuar la educación nutricional de manera que permita
la formación de criterios propios que favorezcan un mayor número de eleccio-
nes adecuadas con relación a la alimentación que consumen.
Es muy importante que se desarrollen programas de prevención de obe-
sidad específicamente dirigidos a niñas, adolescentes debido a que particular-
mente se enfrentan a situaciones típicas en esta etapa de la vida: el concepto de
la imagen corporal y la alta vulnerabilidad a desarrollar desórdenes alimenta-
rios, así como también, una menor participación en rutinas de actividad física
598 nutrición en pediatría
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Capítulo 23
Dislipidemia
Vivian Nakary Núñez de Sansón
Ana María Pérez Cisneros
Ingrid Rached Sosa de Paoli
Generalidades
Este capítulo presenta una revisión de las anomalías de los lípidos y lipo-
proteínas en sangre conocidas como dislipidemias o dislipoproteinemias y el
manejo nutricional de dichas alteraciones en los niños y adolescentes.
La enfermedad cardiovascular aterosclerótica (ECA) es una de las prin-
cipales causas de morbilidad y mortalidad en muchos países del mundo, inclu-
yendo a Venezuela.
Diversas investigaciones clínicas, epidemiológicas y anatomopatológicas
señalan que el proceso aterosclerótico comienza en la infancia y con la apari-
ción de estrías grasas y placas fibrosas, relacionado entre otros factores, con
la elevación del colesterol total (CT), triglicéridos (TG), lipoproteínas de baja
densidad (C-LDL), lipoproteínas de muy baja densidad (C-VLDL) y con la dis-
minución de las lipoproteínas de alta densidad (C-HDL) y se correlaciona con la
magnitud de las lesiones vasculares en adolescentes y adultos jóvenes.1
Desde el punto de vista epidemiológico un aspecto importante del riesgo
cardiovascular es el seguimiento en el tiempo de los niveles de los lípidos en
los niños. Estudios como el de “Muscatine” y “Bogalusa Study” han demostrado
la relación que existe entre los niveles de colesterol total y las lipoproteínas de
baja densidad (C- LDL) en la edad pediátrica, que tienden a mantenerse en un
mismo percentil a lo largo del tiempo, fenómeno denominado tracking o ras-
treo que permite valorar la tendencia secular de los factores de riesgo.2
Además la evolución del proceso aterosclerótico está influenciado igual-
mente por una serie de factores de riesgo que pueden contribuir al inicio tem-
prano de enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT).3
Por esta razón surge la necesidad de una detección precoz y tratamiento
adecuado de las dislipidemias en niños y adolescentes, así como la modificación
de factores de riesgo en sus fases iniciales, contribuyendo de esta manera a la
regresión de la placa pre ateromatosa, detener el proceso y disminuir o retar-
dar la aparición de enfermedad cardiovascular en los adultos.
602 nutrición en pediatría
DeFInición
III Beta ancha Beta-VLDL Elevado Entre moderado Capa cremosa turbia a francamente
IDL de e intensamente opaca por encima de un infranadante
composición elevados turbio ocasionalmente presente.
anormal
IV Prebeta VLDL Normal a Moderado a Turbio o francamente opaco.
ligeramente intensamente
elevado elevados
V Banda ancha Quilomicrones Moderadamente Muy elevado Capa cremosa sobre infranadante
en el origen. VLDL elevado turbio a opaco.
Beta ancha
Fuente: Smud R y Sermukslis B. “Clasificación clínica de las hiperlipoproteinemias”. En: Parke-Davis. Avances en dislipidemias. 1987; Fascículo
2:14−25.
603
604 nutrición en pediatría
Dislipoproteinemias secundarias
Se deben a una alteración de los lípidos o lipoproteínas ocasionado por:
dieta, fármacos, trastorno del metabolismo y enfermedades subyacentes, que
se muestran en el Cuadro 23.3.
En función de la edad varían las causas. Durante el primer año las causas
suelen deberse a errores congénitos del metabolismo como las enfermedades
de depósito de glucógeno y la atresia de vías biliares.
Posteriormente, las enfermedades que causan dislipoproteinemias más
frecuentes en niños y adolescentes son: diabetes mellitus, hipotiroidismo y el
síndrome nefrótico. Entre otras causas: consumo de fármacos, ingesta de die-
tas hipercalóricas o muy ricas en grasa saturadas.4,6
Cuadro 23.3 Causas secundarias de las dislipidemias según lípido o lipoproteína predominante.
Fisiopatología
Cuadro 23.4 Cambios en los niveles de los lípidos sanguíneos posterior al consumo de
ácidos grasos y colesterol.
Tipo de grasa Cambios en los niveles de los lípidos sanguíneos
Ácidos grasos Aumenta C-HDL y disminuye C-LDL en un 10 − 14%.
monoinsaturados Disminuye la agregación plaquetaria.
Evita la activación del factor nuclear κβ (asociado con citoquinas infla-
matorias).
Mayor resistencia a la peroxidación de los lípidos plasmáticos por el in-
cremento de las moléculas antioxidantes.
Aumento de la fibrinolisis al disminuir la actividad del inhibidor del ac-
tivador del plasminógeno (PAI-I).
Reducida capacidad endotelial de promover la adhesión de monocitos.
Estimula la producción de prostaglandina F2 α (vasodilatador).
Estimula la expresión de las proteínas desacoplantes mitocondriales
(UCP-1, UCP-2 y UCP-3) en el tejido adiposo marrón, favoreciendo la
regulación en el peso corporal).
Ácidos grasos Descenso de los niveles plasmáticos de colesterol, C-VLDL, C-LDL, C-
poli-insaturados HDL, triglicéridos y del número de plaquetas, con consiguiente efecto
omega-6: cardioprotector.
linoleico y Efecto hipolipemiante, antiagregante, vasodilatador y antiarrítmico, es-
omega-3: te último por la estabilidad eléctrica del miocardio, mediante la modula-
linolénico ción de los canales de sodio, potasio y calcio.
Formación de tromboxano A 3 y prostaglandinas I 3.
Desventajas:
• Aumenta la incidencia de litiasis vesicular.
Cuadro 23.5 Cambios en los niveles de los lípidos sanguíneos posterior al consumo de
proteínas.
Tipo de proteína Cambios en los niveles de los lípidos sanguíneos
Proteína de origen Aumenta el colesterol plasmático:
animal (caseína) • Aumenta la absorción del colesterol entre 9% y 16%.
• Disminuye la conversión de colesterol a ácidos biliares, la de-
Cuadro 23.6 Cambios en los niveles de los lípidos sanguíneos posterior consumo de
carbohidratos.
Tipo de hidrato de
carbono Cambios en los niveles de los lípidos sanguíneos
Hidrato de carbono Aumenta los triglicéridos plasmáticos.
simple (refinado) Disminuye la actividad de la LPL1, LPL2 y de la monogliceri-
dohidrolasa.
Hidrato de carbono Disminuye el riesgo de enfermedad coronaria, cáncer de co-
complejo (polisacáridos lon, pulmón, estómago y esófago.
y almidones) No se observan efectos ateroescleróticos.
Cuadro 23.6 Cambios en los niveles de los lípidos sanguíneos posterior consumo de
carbohidratos (cont.).
Tipo de hidrato de
carbono Cambios en los niveles de los lípidos sanguíneos
Fibra dietética insoluble Disminuye el colesterol plasmático, C-LDL y los triglicéridos en
(trigo) el plasma por disminución en la absorción intestinal.
Fuente: Lichtenstein AH, Appel CL, Michael Brands VC, Carnethon M, Daniels S, Franch HA, et al.
Diet and lifestyle recommendations. Revision 2006: A scientific statement from the Ameri-
can Heart Association Nutrition Committee. Circulation. 2006;114:82−96.
Cuadro 23.7 Cambios en los niveles de los lípidos sanguíneos posterior a la ingestión
calórica, ejercicio y suplementación vitamínica.
Calorías y ejercicio Cambios en los niveles de los lípidos sanguíneos
Balance calórico excesivo Hiperlipidemia
Ejercicio Disminuye el colesterol total, la C-LDL 10%, los trigli-
céridos 50% y la C-VLDL 40%.
Aumenta la C- HDL entre 15-25%.
Mejora la relación C-HDL/C-LDL.
Favorece el control del peso.
Folato y vitamina B6 y B12 La incorporación de folato y vitamina B6 y B12 en la dieta
disminuye los niveles de homocisteína plasmática.
Fuente: Lichtenstein AH, Appel CL, Michael Brands VC, Carnethon M, Daniels S, Franch HA, et al.
Diet and lifestyle recommendations. Revision 2006: A scientific statement from the Ameri-
can Heart Association Nutrition Committee. Circulation. 2006;114:82-96.
Evaluación dietética
Se realiza según la metodología detallada en el Apéndice 2A, debe ser efectua-
da por un nutricionista y se hace con la finalidad de determinar los hábitos y
610 nutrición en pediatría
conductas alimentarias del paciente y del grupo familiar así como el apetito del
paciente con el fin de conocer la etiología del trastorno, para ello es necesario
contar con un instrumento de evaluación que contenga todos los aspectos a
considerar, especialmente frecuencia de consumo semanal y recordatorio de
ingesta de alimentos durante 3 días. En estos casos generalmente se encuen-
tran: dietas hipercalóricas, consumo elevado de colesterol, grasas trans y satu-
radas, azúcares refinados, agregado de azúcar y sal e ingesta baja de fibra aso-
ciado a escaso consumo de frutas, vegetales y alimentos integrales.
Evaluación clínica
En todo paciente que se haga por primera vez el diagnóstico de una altera-
ción del perfil lipídico deberá realizarse:
a. Historia médica. Debe incluir:
• Motivo de consulta. Asiste espontáneamente o referido por pediatra.
• Cronología de la dislipidemia. Fecha de inicio y cifras máximas determina-
do por examen de laboratorio de los niveles del colesterol total y fracción
lipídica antes del tratamiento médico y dietético, cuando sea posible.
b. Antecedentes personales. Es importante realizar un interrogatorio sobre:
• Coexistencia de otros factores de riesgo cardiovascular clásicos. Diabe-
tes mellitus, hipertensión arterial, obesidad, síndrome metabólico, etc.
• Presencia de trastornos responsables de dislipoproteinemias secunda-
rias que se mencionan en el Cuadro 23.3. Además de lo señalado en el Cuadro
23.3 se deben considerar otras patologías que aumentan el riesgo cardio-
vascular: enfermedades congénitas del corazón, enfermedad inflamatoria
crónica, cáncer, enfermedad de Kawasaki ya que ésta desarrolla aneuris-
mas de las arterias coronarias que se presentan en el 20% de los pacien-
tes no tratados, desarrollo de ateroesclerosis temprana y a largo plazo
estenosis coronaria e infarto del miocardio.9 La homocistinuria también
está relacionada con la aparición de enfermedades cardiovasculares.
• Consumo excesivo de grasas saturadas, colesterol o carbohidratos
refinados, inactividad física. En adolescentes interrogar consumo de al-
cohol y cigarrillos.
• El uso de medicamentos asociados con hiperlipidemias como el ácido re-
tinoico, anticonceptivos orales, anticonvulsivantes, algunos antineoplá-
sicos y antiretrovirales.4
• Sintomatología sugestiva de alteraciones digestivas o antecedentes posi-
tivos confirmados de padecimiento de cuadros agudos de pancreatitis.
capítulo 23 611
Evaluación bioquímica
Incluye hematología completa, glicemia, perfil lipídico mínimo o amplia-
do, según sea el caso.
Homocisteína
Es un aminoácido sulfurado esencial producto del metabolismo de la metio-
nina; diversos estudios han demostrado que elevadas concentraciones de homo-
cisteína en niños incrementa el riesgo de enfermedad cardiovascular ateroscle-
rótica (ECA) en la edad adulta por su capacidad oxidante, disminuye el óxido
nítrico dando lugar a un estrés oxidativo con producción de C-LDL oxidada
y citotoxicidad endotelial, estimula la activación de factores procaogulantes y
la unión de Lp(a) a la fibrina, potenciando la aterotrombosis; este efecto se ob-
serva especialmente en aquellos pacientes que presentan bajas concentraciones
de ácido fólico, vitamina B6, B12 y con antecedentes familiares de ECA prema-
tura. Se ha sugerido que las concentraciones deseables no deben superar los
10 µmol/L, ya que por cada 5 µmol/L el riesgo cardiovascular aumenta de 20%
− 30%.12
Lipoproteína Lp(a)
El componente aterogénico de la Lp(a) es la Apo A, que por su similitud
con el plasminógeno compite con este para unirse a la fibrina, favorece la pro-
liferación de células musculares lisas, incrementa la oxidación de C-LDL, es
procoagulante y disminuye la dilatación del endotelio dependiente. Las isofor-
mas deApo A de bajo peso molecular son las más aterogénicas y se han visto
concentraciones más altas de estas en niños con antecedentes familiares de
616 nutrición en pediatría
Fibrinógeno
Es un reactante de fase aguda que responde a estímulos inflamatorios e
interviene en la agregación plaquetaria, la formación de fibrina, la viscosidad
plasmática y la aglutinación de los hematíes, dando lugar a un efecto aterogé-
nico y protrombótico.11
Apoliproteína E
Su función principal es la aclaración y regulación de la producción hepáti-
ca de las lipoproteínas ricas en triglicéridos (QM y C-VLDL) y de la lipólisis de
la C-VLDL. El genotipo E4 se asocia con cardiopatía isquémica y niveles más
altos de CT, C-LDL y Apo B. Estudios han demostrado que niños con bajo peso
al nacer tienen una mayor asociación con el genotipo E4 y por tanto mayores
niveles plasmáticos de CT, C-LDL y Apo B.13
Apolipoproteína A-1
Es el componente principal de las C-HDL, se asocia negativamente con el
riesgo de cardiopatía isquémica.
Apolipoproteína B
Es el componente principal de las C-LDL, asociación positiva con el riesgo
cardiovascular y su cuantificación es considerada muy útil, ante la sospecha de
una hperlipoproteinemia, representa un factor independiente de riesgo coro-
nario y es el marcador bioquímico que más sensiblemente responde al trata-
miento dietético o farmacológico en la edad pediátrica.
Exámenes
Relacionados con cualquier enfermedad de base que pueda condicionar
la dislipidemia: perfil tiroideo, prueba de tolerancia a la glucosa, hemoglobina
glicosilada en diabéticos, microalbuminuria, entre otros.
Evaluación funcional
Incluye las siguientes variables:
• velocidades (anuales e instantáneas) de peso y talla . Con el fin de vigi-
lar el crecimiento dinámico en talla y peso. La prescripción dietética debe
asegurar un crecimiento normal con una velocidad de peso y talla acorde
a su edad, ya que a pesar que las dietas restrictivas no se recomiendan en
niños, su utilización puede afectar el estado nutricional, crecimiento lineal
y la maduración ósea en la edad pediátrica.
• edad ósea . Su evaluación permite establecer el estado de la maduración
ósea que por lo general se encuentra normal. Se puede presentar algún retar-
do o adelanto en los casos de niños con compromiso del estado nutricional
(malnutrición por déficit o exceso) o asociado a patología.
• maduración sexual . Es importante porque permite la valoración del esta-
dio de la maduración sexual. En los casos donde se impone el criterio del
uso de tratamiento farmacológico principalmente con estatinas, recomien-
dan que en varones sea a partir de los 10 años etapa II de Tanner y niñas
después de la aparición de la menarquia.4
1. Basado en los valores de colesterol que es útil para evaluar riesgo. Estos
valores son señalados en el Cuadro 23.10.
2. Basado en la C-LDL que nos permite la clasificación, educación y seguimien-
to de los pacientes. De todos los parámetros el lipídicos, el C-LDL es el que
tiene mayor relación con la aterosclerosis y el NCEP considera que la pauta
a seguir ante una hipercolesterolemia en la infancia dependerá de los nive-
les de este (Cuadro 23.10).
A continuación, se señala un algoritmo Figura 23.1 que permite de manera
práctica el abordaje de la evaluación diagnóstica y la categoría del riesgo de
hipercolesterolemia en la infancia según niveles de colesterol total y C- LDL.
Consideraciones del perfil lipídico a tomar en cuenta en la evaluación de
riesgo:
capítulo 23 619
Determinación
Colesterol sanguíneo en Historia familiar Realizar
en sangre del
uno de los padres >240 mg/dL positiva lipoproteínas
colesterol total
Colesterol total y
• Mejorar patrón alimentario
C-LDL aceptable: mediante educación nutricional
≤ 170 mg/dL y C-LDL • Evitar otros factores de riesgo
≤ 110 mg/dL Reevaluar en un año y repetir
• Repetir colesterol cada 5 años
colesterol y realizar un promedio
con las mediciones previas
Colesterol total y
C- LDL limítrofe:
170 - 190 mg/dL y < 170 mg/dL
Realizar lipoproteínas
C-LDL 110 - 129 mg/dL
> 170 mg/dL
Manejo dietético
El tratamiento dietético en el manejo de la dislipidemia está indicado a
partir de los 2 años de edad. El objetivo de esta terapia, es mantener una alimen-
tación adecuada que permita reducir los niveles de colesterol y C-LDL elevados
en plasma que garantice simultáneamente un óptimo crecimiento y desarrollo.
Con el objeto de hacer prevención de la enfermedad cardiovascular ateros-
clerótica (ECA), la American Academy of Pediatrics (AAP), American Heart
Association (AHA) y el National Colesterol Education Program (NCEP), esta-
blecen dos estrategias fundamentales a seguir: 1,8,19
A. Recomendaciones generales
B. Recomendaciones individuales
capítulo 23 621
A. Recomendaciones generales
Estas se deben aplicar a toda la población infantil a partir de los 2 años de
edad y tienen como objetivo mantener dentro de límites normales las lipopro-
teínas (CT, C-LDL, C-HDL y triglicéridos) en niños y adolescentes, basados en
cambios de estilo de vida y de patrones de alimentación, tales como:8,19
• calorías . Para estimar el aporte calórico se utilizan las pautas que se seña-
lan en el Apéndice 2C “Cálculo de los requerimientos nutricionales”, para un niño
de peso y composición corporal “normal”. El plan de alimentación normoca-
lórico debe estar ajustado a las necesidades energéticas individuales, toman-
do en consideración peso, edad, sexo y nivel de actividad física. El total de
calorías ingeridas debe garantizar el crecimiento y desarrollo adecuado del
paciente, evitando dietas hipercalóricas, ya que se ha demostrado la estimu-
lación de la producción hepática de triglicéridos y C-VLDL por éstas. 8,19
• proteínas . Se sugiere un aporte entre 13 y 15% del requerimiento calóri-
co total. Para lograrlo se debe preferir las carnes blancas (pescados, pollo,
pavo y clara de huevo) y productos lácteos (leche, quesos y yogurt) bajos
en grasas saturadas (descremados o semidescremados); restringir el con-
sumo de carnes rojas y yema de huevo a 2 a 3 veces por semana.
• grasas . Se recomienda una dieta con un aporte no mayor al 30% del total
de las calorías, fraccionadas en:
- 13% o más de ácidos grasos monoinsaturados (AGM).
- 10% de ácidos grasos poliinsaturados (AGP).
- 7% o menos de ácidos grasos saturados (AGS).
- Menos de 1% ácidos grasos trans (AGT) o grasas hidrogenadas.
- Menos de 300 mg de colesterol al día.
- Modulación de los ácidos grasos omega − 3 (linolénico), omega − 6 (linoleico) y
omega − 9: con una relación 5:1 omega 6: omega 3. El requerimiento en
niños y adolescentes de ácido linoleico de 6 – 8% (12 – 17 g/d) y linolé-
nico de 1 – 2% (1,1 – 1,6 g/d).
Preferir las grasas vegetales como el aguacate, canola, oliva, maíz, gira-
sol, soya y oleaginosas como maní, avellanas, almendras, merey, entre
otros (Apéndice 5).20
• carbohidratos . Debe aportar entre 50% al 60% del requerimiento calóri-
co total, a través de un consumo diario de al menos 5 o más raciones de fru-
tas, evitando el consumo de jugos con azúcar (especialmente en casos de
hipertrigliceridemias), preferir los vegetales ricos en micronutrientes, las
622 nutrición en pediatría
B. Recomendaciones individuales
Tiene por objeto identificar y modificar positivamente los patrones ali-
mentarios de niños y adolescentes que tienen cifras elevadas de las fracciones
lipídicas y que por tanto están en riesgo de mayor ECA en la edad adulta.
A continuación se señala en el algoritmo de la Figura 23.2, la manera práctica
de un plan de intervención del manejo dietético y tratamiento de las dislipide-
mias según niveles de colesterol total y C- LDL.
En caso de dislipidemia el manejo dietético se hace a través de dos tipos
de dieta:1,15
capítulo 23 623
El objetivo es alcanzar
Si no se alcanza el obje-
valores del C-LDL < 130 mg/dL,
tivo pasar a la dieta tipo
ideal < 110 mg/dL
2 y reevaluar en 3 meses
Si no se alcanza el objetivo
considerar terapia farmacológica
(niños > 10 años)
Los niños y adolescentes con colesterol total ≥ 200 mg/dL o con C- LDL ≥
130 mg/dL, (correspondiente al percentil 95), generalmente tienen un desor-
den inherente al metabolismo del C-LDL. Con estos niveles se recomienda:
• Manejo dietético: iniciar con la dieta tipo 1, señalada en el Cuadro 23.12.
• Practicar la actividad física, al igual que en el caso anterior.
• Repetir perfil lipídico (colesterol total y fraccionado) a los 3 a 6 meses.
Si después de tres meses de cumplimiento estricto de esta dieta, los
niveles de C-LDL y colesterol total se encuentran todavía altos, se debe:
• Intensificar las instrucciones de la dieta tipo 1.
• Reevaluar a los 3 meses, si persisten altos los valores de colesterol total y
C-LDL, por encima del percentil 95, se debe iniciar la dieta tipo 2, señala-
da en el Cuadro 23.12. Esta dieta requiere de una vigilancia del aporte calórico,
vitamínico y de minerales.
En caso de hipertrigliceridemia se debe:8,19
• Mantener el peso corporal acorde con la edad y talla del paciente, con un
aporte calórico ajustado a las necesidades nutricionales que garantice un
adecuado crecimiento y desarrollo.
• Ejercicio físico regular.
• Disminuir el consumo de azúcares refinados como caramelos, dulces o agre-
gados de azúcar en la dieta como mermeladas, sirop, miel, papelón, entre
otros, polvos que contengan fructosa o sacarosa, bebidas azucaradas (gaseo-
sas, maltas, jugos pasteurizados, entre otros) frutas confitadas o deshidra-
tadas.
• Evitar el consumo de alcohol en adolescentes.
• Evaluar al paciente en un año.
El Cuadro 23.13 permite conocer los diferentes alimentos que se pueden selec-
cionar tanto en la dieta tipo 1 y la dieta tipo 2.
626 nutrición en pediatría
Cuadro 23.13 Selección de los alimentos para pacientes con dislipidemia (cont.).
Terapia farmacológica
Rango de Dosis
Estatinas Nombre comercial edad (años) (mg/día) Lipofilia
Simvastatina Zocor®, Sinvaz®, Tinasin® 10 − 17 10 − 40 +++
Lovastina Lovanil®, Mevacor®, Levistan® 10 − 17 10 − 40 ++
Atorvastatina Lipitor®, Tarimyl®, Lipovas® 10 − 17 10 − 20 +
Pravastatina Pravacol , Mevalotin
® ®
8 − 13 20 -
14 − 18 40 -
Fuente: Belay B, Belamarich P F, Tom-Revzon C. The Use Statins in Pediatrics: Knowledge Base,
Limitations, and Future Directions. Pediatrics 2007;119:370-380
Seguimiento
Evaluación dietética
Tiene como finalidad determinar:
• Modificaciones realizadas en los patrones de consumo y la ingesta de
nutrientes en la dieta, el cual se lleva a cabo a través del recordatorio de ali-
mentos de 24 horas de 3 días y frecuencia de consumo semanal.
• Consumo de grasa total, colesterol, triglicéridos, grasa saturada, mono y
poli-insaturada (supervisar que no supere el 30% de las calorías totales)
y que el consumo de grasas hidrogenadas o trans no supere el 1%, ya que
existe evidencia que por cada 2% de excedente en calorías de estas fuentes,
se produce una elevación de 3 mg/dL de las fracciones lipídicas, además de
incrementar el riesgo de sufrir ECA y diabetes, entre otras (Cuadro 23.15). 20,24
• Gramos de fibra ingeridos al día a través de la dieta.
• Ingesta de calcio, hierro, zinc, ácido fólico, vitaminas del complejo B (B6 y
B12). Cabe destacar que dietas ricas en fibra dietética disminuyen la absor-
ción de algunas vitaminas y minerales.
• Nivel de cumplimiento de la dieta tipo 1 o tipo 2 según sea el caso.
capítulo 23 631
Evaluación bioquímica
• Determinar colesterol total y fraccionado (C-LDL, C-VLDL, C-HDL), trigli-
céridos y lipoproteínas a los 6 meses de haber iniciado la dieta tipo 1.
• Repetir cada 3 meses; si no se ha normalizado el perfil lipídico a los 9 meses,
dar inicio a la implementación de la dieta tipo 2. Control de transamina-
sas hepáticas al mes, a los 3 meses y 6 meses en los casos de pacientes que
estén recibiendo estatinas o fibratos con la finalidad detectar toxicidad
hepática.
Evaluación médica
• Terapia con medicamentos: si después de 6 meses a 1 año de haber inicia-
do y cumplido adecuadamente la dieta tipo 2 no se ha logrado normalizar
el colesterol total y persiste C- LDL > 190 mg/dL o > 160 mg/dL con dos o
más factores de riesgo cardiovascular, se considerará la terapia con medi-
camentos, si el niño es mayor de 10 años con Tanner II y la niña postmenár-
quica.
• Vigilar el cumplimiento de la actividad física e incrementarla según el
caso.
Evaluación antropométrica
Se tomarán en cuenta los cambios en los indicadores de composición cor-
poral y global, dependiendo del diagnóstico nutricional del paciente.
632 nutrición en pediatría
Evaluación funcional
Vigilar la velocidad de peso y talla especialmente, ya que como se seña-
ló en la evaluación inicial funcional, la utilización de dietas restrictivas pue-
de ocasionar deficiencias de vitaminas liposolubles y con frecuencia, aporte
insuficiente de calcio, hierro, zinc, que puede impedir un óptimo estado nutri-
cional y de esta manera afectar talla y edad ósea.
Referencias bibliográFIcas
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Nutrición y Endocrinología. Rev Endocrinol Nutr. 2004;12(1):7-41.
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10 Domínguez MA, García Salazar V, Ramos Garibay A. Xantomatosis e hiperlipo-
proteinemia primaria: comunicación de un caso. Rev Cient Dermatol Pascua.
2002;11(1):30-4.
capítulo 23 633
Generalidades
Fisiopatología
Diabetes Mellitus Tipo 1
Es una enfermedad autoinmune causada por el desarrollo de anticuerpos
contra las células beta del páncreas encargadas de la producción de insulina.
Algunos de los desencadenantes implicados en la génesis y el desarrollo de
la enfermedad son factores ambientales virales, tóxicos e inmunogenéticos.
638 nutrición en pediatría
Evaluación nutricional
La evaluación nutricional integral del paciente con DM1 y DM2 debe incluir
la evaluación: psicosocial, clínica, antropométrica, dietética, bioquímica y fun-
cional. Esta se lleva a cabo como se indica en el Capítulo 1 “Evaluación del estado
nutricional del niño”.
En la evaluación inicial se valora la repercusión de la enfermedad sobre el
estado nutricional del niño y el riesgo de malnutrición, así como también el gra-
do de afectación que la misma haya podido causar en sus órganos blancos (ojos,
riñón, tiroides, articulaciones y corazón), con el fin de planificar las diferentes
estrategias de intervención a seguir durante el tratamiento.
640 nutrición en pediatría
Evaluación psicosocial
Los aspectos psicosociales de la DM son fundamentales para la aceptación
de la enfermedad, el apoyo y la optimización de la dinámica del grupo familiar,
permitiendo un resultado positivo a largo plazo. En el Capítulo 7 “Atención psico-
social de la malnutrición secundaria”, se presenta la metodología aplicada para
la evaluación social y psicológica de estos pacientes.
Evaluación clínica
En la evaluación clínica del paciente con DM se tomarán en cuenta los
siguientes aspectos: historia clínica y examen físico.
Historia clínica
Se realizará un interrogatorio detallado:
• Cronología de la enfermedad. Edad de inicio, características de la diabetes:
asintomático, debut con cetoacidosis, coma hiperosmolar o diagnosticada
por laboratorio.
• Antecedentes personales: pérdida de peso, sobrepeso u obesidad, detección
de talla, inicio de pubertad; si ha recibido educación sobre diabetes; acti-
vidad física. Revisión de los anteriores regímenes de tratamiento farmaco-
lógico y dietético, así como respuesta al mismo, a través de los registros de
glucemia y hemoglobina glucosilada A1C; tratamiento actual de la diabetes;
resultados de monitoreo de glucosa del paciente, frecuencia, gravedad; cau-
sas de descompensaciones metabólicas, intercurrencias infecciosas (vira-
les o bacterianas); registro de complicaciones o condiciones médicas rela-
cionadas con la DM.
• Antecedentes familiares difieren de acuerdo con el tipo de diabetes (Cuadro
24.3).
Examen físico
Se evaluará tensión arterial, palpación de tiroides, presencia o no de acan-
tosis nigricans; sitio de inyección de insulina; fondo de ojo; dentadura (caries
dentales); palpación de pulso periféricos; examen neurológico (presencia o
ausencia de los reflejos patelar y de Aquiles, determinación de propiocepción);
evaluación de los pies.9 A continuación se detallan algunos aspectos indivi-
duales que se tomarán en cuenta en la evaluación clínica y que orientarán al
diagnóstico diferencial DM1 y DM2.
En el Cuadro 24.3 se detalla el diagnóstico diferencial de la DM1 y DM2.
capítulo 24 641
DM1
Son niños previamente sanos que de manera súbita debutan clásicamente
con una historia de poliuria, enuresis o nicturia, polidipsia, polifagia y pérdida
de peso. También es bastante frecuente la sensación progresiva y de comienzo
insidioso, caracterizado por letargia, cansancio, fatiga y debilidad.
A veces cuando se diagnostica hay infecciones piógenas de la piel, bala-
nitis en los varones y vaginitis moniliásica en las adolescentes. Las manifesta-
ciones de la cetoacidosis son las primeras que aparecen en muchos niños. Los
síntomas iniciales pueden ser bastante ligeros y consisten en vómitos, poliu-
ria y deshidratación. En casos más severos y prolongados, hay respiración de
Kussmaul y olor cetónico del aliento. Puede haber dolor o rigidez abdominal
que se parece a un cuadro de apendicitis o pancreatitis.10
642 nutrición en pediatría
DM2
Puede estar totalmente asintomático, el comienzo suele ser insidioso, con
pocos síntomas, lo que con frecuencia retarda el diagnóstico. La presencia de
obesidad, acantosis nigricans y la historia familiar de DM2, orientan el diag-
nóstico.8
Evaluación antropométrica
En estos pacientes se sigue la misma metodología detallada en el Capítulo 1
“Evaluación del estado nutricional del niño”.
Evaluación funcional
En general al momento del diagnóstico de la DM1, la talla y el peso son
adecuados, exceptuando la pérdida aguda de peso. La velocidad de crecimien-
to del niño y adolescente diabético, con un control metabólico adecuado suele
ser normal. No así en el paciente mal controlado, que en los primeros años pos-
teriores al debut de la enfermedad, presentan una marcada disminución de la
velocidad de crecimiento, que se traduce en una talla final adulta baja .11
Sin embargo, niños diabéticos mal controlados metabólicamente, con un
crecimiento lento, al someterlos a un régimen de tratamiento insulínico inten-
sivo y mejorar las cifras de hemoglobina glucosilada, incrementaban su veloci-
dad de crecimiento. 11
En relación con la edad ósea y la maduración sexual se puede observar en
pacientes con DM1 mal controlado, retardo de su etapa puberal y de la edad
ósea. Los que presentan DM2, es muy frecuente la asociación de obesidad, por
lo que se pudieran encontrar maduración ósea y sexual adelantadas.
Evaluación dietética
En el paciente con DM se aplica la metodología conocida y detallada en el
Apéndice 2A que permite conocer los hábitos, conductas alimentarias, el apetito y
actividad física del paciente.
• hábitos alimentarios . Identificar la elevada frecuencia de consumo de:
misceláneos (chucherías, jugos pasteurizados, bebidas gaseosas azuca-
radas, el agregado de azúcar o sal a las comidas); preparaciones cocida en
aceites comestibles; así como la disminución en la frecuencia de consumo
de: vegetales, frutas, panes o cereales (alimentos ricos en fibra). Precisar
los rechazos y preferencias alimentarias, son necesarios conocerlos para
capítulo 24 643
Evaluación bioquímica
Incluye hematología completa, glucemia capilar, calcio, perfil lipídico
mínimo o ampliado, hemoglobina glicosilada A1C, pruebas de funcionalismo
renal (microalbuminuria, depuración de creatinina en orina 24 horas) y prue-
bas de funcionalismo hepático (transaminasas).
En el Cuadro 24.4 se presentan las alteraciones bioquímicas y hormonales aso-
ciadas a la DM1 y DM 2, que permiten realizar el diagnóstico diferencial.
Glucemia en ayunas.
Glucemia normal: inferior o igual a 100 mg/dL.
Prediabetes o intolerancia a la glucosa: comprendida entre
100 mg/dL – 126 mg/dL.
Diabetes: igual o superior 126 mg/dL.
Glucemia a los 120 minutos del test de sobrecarga.
Repuesta normal: inferior a 140 mg/dL.
Prediabetes o intolerancia a la glucosa: comprendida entre
140 mg/dL – 200 mg/dL.
Diabetes: superior 200 mg/dL.
Fuente: American Diabetes Association. Diagnosis and classification of diabetes mellitus. Diabe-
tes Care. 2009;32:(1):S62−6.
Tratamiento
Objetivos
Los principales objetivos del tratamiento para DM Tipo 1 y 2 son:
• Lograr y mantener las concentraciones de glucosa sanguínea lo más cercano
a lo normal en ayunas (70 mg/dL a 100 mg/dL) como sea posible, mediante
el equilibrio de la ingesta de alimentos y la insulina (endógena o exógena),
o los medicamentos hipoglucemiantes orales y los niveles de actividad. De
esta manera prevenir las variaciones amplias de glucemia que pueden dar-
se durante el día.8,12
• Mantener las concentraciones de hemoglobina glicosilada A1C y glucemia en
ayunas y antes de dormir dentro de los valores normales. El rango normal
puede variar según el grupo de edad y por enfermedades subyacentes.8,12
• Normalizar o mantener niveles óptimos de lípidos séricos para reducir el
riesgo de enfermedad macrovascular.8,12
• Mantener cifras de tensión arterial dentro de valores normales.
• Reducir los factores de riesgo para las complicaciones cuya frecuencia se
relaciona con la duración de las hiperglucemias.
• Evitar la progresión de la prediabetes o intolerancia a la glucosa de la DM.
• Proporcionar el aporte calórico necesario que asegure el crecimiento, desa-
capítulo 24 645
Tratamiento nutricional
El tratamiento nutricional para DM en niños y adolescentes se fundamenta
en los siguientes hitos, que pueden ser usados de igual forma para ambos tipos
de DM, exceptuando el manejo médico, el cual se detallará de forma individual
para cada uno posteriormente; los hitos son los siguientes:
a) Educación.
b) Manejo dietético.
c) Manejo médico.
d) Actividad física.
Educación
La educación constante del paciente y su familia por el equipo multidisci-
plinario que los atienden, constituyen la clave del tratamiento, ya que es nece-
sario para asegurar una calidad de vida óptima y garantizar un mejor cumpli-
miento de las indicaciones. Esta debe impartirse desde el mismo momento del
diagnóstico, durante la hospitalización del niño, en la consulta y durante los
controles ambulatorios.14
Puede ser realizada de forma individual o grupal; ambas son complemen-
tarias y no excluyentes. Buscan mejorar la calidad de vida de los pacientes con
DM, elevando su autoestima, modificando la actitud del paciente y la de sus
familiares ante la enfermedad, motivando un cambio en el estilo de vida que
favorezca un mejor control metabólico.
La educación en grupo permite aprovechar mejor los recursos humanos
y enseñar simultáneamente a varios pacientes; tiene como ventaja que le per-
mite al niño liberar tensión psicológica, al comprobar que existen otros niños
que tienen la misma enfermedad y llevan un estilo de vida similar al de ellos. El
trabajo exige que los grupos sean homogéneos en cuanto a edad, escolaridad y
nivel sociocultural.14
La educación individual personaliza el tratamiento.
646 nutrición en pediatría
ria.
• Programa de ejercicios explicando los beneficios que su práctica ofrece,
balanceada.
• Enseñar la planificación de su régimen alimentario manejando su lista de
intercambios de alimentos.
• Informar la variedad de todo lo que puede consumir, haciendo énfasis en
promocionados y mercadeados.
Manejo dietético
Para el logro de los objetivos planteados en el tratamiento nutricional en el
paciente con DM, es necesario:
• Cálculo del requerimiento calórico.
capítulo 24 647
ninguna necesidad del sabor dulce.13,15 La FDA y otras asociaciones como ADA,
Canadian Diabetes Association (CDA), han definido la cantidad de ingesta dia-
ria aceptable Acceptable Daily Intake (ADI) 16 para el uso de edulcorantes; ellas
se muestran en el Cuadro 24.6.
tos: aceite de maíz o soya; frutos secos como maní o almendras; cereales como
el arroz o maíz.
Requerimiento de fibra
La recomendación debe ser: 11,7 g/1.000 kcal – 14,2 g/1.000 kcal, pero su
ingesta puede incrementarse lentamente para prevenir molestias gastrointes-
tinales.13,15
Requerimiento de sodio
En cuanto al requerimiento de sodio, se recomienda una ingesta menor a
6 g/d de sal.
DM1
Para lograr un buen control metabólico es esencial combinar los siguien-
tes factores:
• Horario de ingesta de comidas.
• Tipo de comidas.
• Períodos de acción máxima de la insulina exógena.
• Actividad física.
650 nutrición en pediatría
DM2
Para el alcance de la meta se utilizan los mismos factores, con excepción
de los períodos de acción de la insulina exógena, la cual no es usada en la mayo-
ría de los pacientes, pues el tratamiento médico generalmente indicado son los
hipoglucemiantes orales aprobados solo a mayores de 12 años.
Listas de intercambio
Sistema de raciones estándar desarrollado por la ADA y que pueden cono-
cer de forma detallada en el Apéndice 4A, con ellas se podrán varias los alimentos,
consumiendo en cada comida un número constante de calorías y macronu-
trientes previamente establecidos.
Una vez obtenido el cálculo del requerimiento nutricional, se realiza su
distribución en las distintas listas de intercambio y en el número de comidas
que el niño hará durante el día, se procede a elaborar el plan de alimentación.
Conteo de carbohidratos
Es un método simple y moderno de realizar una planificación de la alimen-
tación del paciente con DM, que tiene como objetivo principal mejorar el control
de la glucemia y permite mayor flexibilidad en la elección de los alimentos.15 Se
puede utilizar para pacientes con cualquiera de los tipos de DM y en cualquier
edad, siendo mayormente utilizado en niños y adolescentes con DM1.18
Es usado para establecer objetivos en el consumo de carbohidratos (CHO)
y ajustar la dosis de insulina necesaria de acuerdo con la variación de la glu-
cemia, en cada comida o merienda. Constituye una herramienta útil al lograr
un adecuado control de las glucemias para prevenir las complicaciones a largo
plazo, sin embargo, la flexibilidad en el estilo de vida puede contribuir a un
riesgo de sobrepeso u obesidad.
Para poner en práctica el método de conteo de CHO se necesita de algunos
requisitos:
• El paciente debe haber sido evaluado por el nutricionista para determinar
la cantidad de CHO que debe consumir por día y por comida, incluyendo las
meriendas, tomando en cuenta la actividad física y los medicamentos.
• El paciente y sus familiares deben contar con cierta capacidad intelectual
y matemática básica, ya que es importante aprender a leer y comprender el
etiquetado nutricional de los alimentos; así como determinar el contenido
de CHO en las distintas comidas del día.
El conteo de CHO consta de dos niveles: nivel básico y nivel avanzado.
a) Nivel básico. Tiene como objetivo promover la ingesta de CHO de forma
equitativa durante las comidas del día, según el esquema de insulina usa-
652 nutrición en pediatría
do. Incluye la comprensión por parte del paciente y sus familiares de la re-
lación entre cantidad de alimento, actividad física y niveles de glucemia.19
Para aplicarlo, el paciente debe ser capaz de:
• Mantener un registro de glucemias preprandiales, dosis y tipo de insulina
usadas diariamente; tipo, tiempo y número de veces a la semana de acti-
vidad física; intercurrencias asociadas; reporte de situaciones de estrés.
• Registrar nombres y tamaños de los alimentos ingeridos.
• Identificar las posibles fuentes de CHO en los grupos de alimentos: pa-
nes, cereales, almidones, lácteos, vegetales, frutas, misceláneos, y en los
alimentos envasados disponibles en el mercado, a través de su respecti-
vo etiquetado nutricional.
• Para el cálculo del total de CHO es necesario que el paciente cuantifique
los gramos totales de éstos consumidos en una comida, tomando en cuen-
ta los gramos de carbohidratos complejos, carbohidratos simples (inclu-
sive sacarosa) y fibra, si esta última es menor a 5 g en el total de la co-
mida ingerida.
• Por el contrario, cuando el aporte total de fibra es mayor o igual a 5 g en
la comida, este valor debe ser restado, para definir el total de carbohi-
dratos ingeridos en la comida. (Cuadro 24.8).19
Cuadro 24.8 Aporte de carbohidratos totales y fibra total por listas de intercambio.
Aporte promedio por
ración de alimento de:
Listas de intercambio Carbohidratos (g) Fibra (g)
Lácteos 13 0
Vegetales 6 2
Frutas A 17 2
B 15 0
Panes, cereales, tubérculos, A 16 1
granos y plátanos B 16 1
C 17 7
método 2 .
La regla del 500.
En ella es necesario calcular la dosis total diaria de insulina (basal +
bolos). La dosis total de insulina es dividida entre una constante: 500 cuando
se usa insulina de rápida acción, y 450 cuando se usa insulina de corta acción.
El resultado refleja la cantidad de CHO que una unidad de insulina de corta o
rápida acción puede cubrir, para lograr valores de glucosa sanguíneos dentro
del rango.
Para niños muy pequeños que necesitan menos de 10 unidades de insulina
al día, la regla de los 500 puede no ser aplicable. En estos casos se utiliza la
regla de 300 − 450. 22
Ejemplo:
La dosis total de insulina es de 22 unidades de insulina.
Los niveles de glucosa están en el rango:
500 / 22 = 22,7.
Se redondea a 23.
I = 1 / CHO = 23
Ejemplo:
Valor de glucosa = 264 mg/dL.
Valor meta de glucosa = 100 mg/dL.
FSI = 82 mg/ dL
264 mg/dL – 100 mg/dL = 164 mg/dL. Por encima del valor meta.
164 mg/dL / 82 mg/dL = 2 unidades.
La dosis de corrección de insulina son 2 unidades.
Otros métodos comúnmente usados para calcular la insulina suplemen-
taria son:
• Utilizar una unidad de insulina de acción rápida o corta, para disminuir el
nivel de glucosa sanguínea en 50 mg/dL en adultos y 100 mg/dL en niños.
• Proporcionar determinadas unidades de insulina de acción rápida o corta,
según rangos de glucosa sanguínea, lo que también se conoce como esca-
las móviles.
Ejemplo:
100 mg/dL – 150 mg/dL, se adicionan 1 unidad de insulina.
151 mg/dL – 200 mg/dL, se adicionan 2 unidades de insulina.
Manejo médico
Tratamiento médico de la DM Tipo 1
El tratamiento de la DM1 consiste en la administración subcutánea de
insulina en una forma óptima que permita lograr niveles de glucemia capilar
cercanos a los normales, que reduzcan el riesgo de hipoglucemia y prevengan
la aparición de complicaciones crónicas a futuro.
La utilización de hipoglucemiantes orales está proscrita en los pacientes
con diabetes tipo 1.
Todas las presentaciones de insulina disponibles en la actualidad son de
origen humano recombinante o formas modificadas de la misma. El inicio de
la acción de cada tipo de insulina, el momento de acción máxima o “pico”, así
como su duración, modifican el uso terapéutico de cada una de ellas (Cuadro
24.11).23
antes de la cena.
• Administrar 2/3 de la dosis matutina en forma de NPH y 1/3 en forma de
• Por la misma razón, acción pico entre 4 y 8 horas post inyección, el uso
de insulina NPH se ha asociado a una mayor incidencia de hipoglucemia
nocturna. En ocasiones, la administración de la dosis de NPH antes de
dormir separada de la dosis de cristalina o ultra-rápida antes de la cena,
es suficiente para evadir la hipoglucemia nocturna. Sin embargo, si la hi-
poglucemia nocturna es una preocupación persistente, el uso de insuli-
na sin acción “pico” tipo Glargina o Detemir debe sustituir a la NPH.
2. Insulina de acción lenta, sin efecto pico (Glargina o Detemir) como “Basal”
e insulina ultra-rápida como “Bolus”, antes de cada comida.
Una vez calculada la dosis total de insulina en base al peso, administrar el
50% como basal (Detemir o Glargina) a una hora fija, idealmente en la noche.
El 50% restante puede inicialmente dividirse en 3 partes iguales antes del
desayuno, almuerzo y cena y posteriormente ajustarse con base en la glu-
cemia capilar, de 2 a 3 horas después de cada comida. 13,23
Consideraciones en cuanto el régimen Glargina /Detemir + Insulina ultra-
rápida:
• La insulinas Glargina o Detemir NO pueden ser mezcladas en la misma
jeringa.
• La incidencia de hipoglucemia particularmente nocturna es menor con
el uso de Glargina o Detemir que con NPH.
• En algunos pacientes la acción de las insulinas Glargina/Detemir no du-
ra 24 horas y es necesario administrarla 2 veces al día.
• En las pacientes bien entrenados en el contaje de carbohidratos, el ré-
gimen Glargina / Detemir combinado con insulinas de acción ultra-rápi-
da ofrece mayor flexibilidad en los horarios y volumen de las comidas,
ya que permite ajustar la dosis de la insulina ultra-rápida de acuerdo a
la cantidad de carbohidratos que se planeen ingerir. 13,23
Consideraciones finales
El tratamiento con insulina de la DM1 puede ser difícil y frustrante en oca-
siones. Muchas de las fallas atribuidas a la dosis de insulina tienen que ver con
el manejo nutricional. El paciente debe comprender que los cálculos teóricos
de la dosis de insulina, una vez perdido el control fino ejercido en condiciones
normales por el páncreas, se basan en el cumplimiento del plan nutricional
preestablecido o bien del contaje de carbohidratos. Otras situaciones que deben
alertar sobre ajustes en la dosis de insulina son: el ejercicio que disminuye los
requerimientos de insulina y las enfermedades agudas intercurrentes que la
aumentan, en cuyo caso el médico debe ajustar las dosis de insulina en forma
individual.
Por último, los requerimientos de insulina cambiantes con la edad y el
estadio puberal imponen un reto permanente para el equipo que vela por el
control del niño o adolescente con DM1.23
Figura 24.1 Algoritmo del tratamiento de la Diabetes Mellitus Tipo 2 en niños y adoles-
centes.
Fuente: Ratner Kaufman F. Type 2 diabetes in children and youth. Endocrinol Metab Clin N Am.
2005;34:659–76.
capítulo 24 663
Farmacológico
Es necesario para mejorar las anomalías metabólicas, pero hay escasos
datos sobre su utilización en edades pediátricas. Recientemente, la ADA reco-
mienda el uso de las bioguanidas (metformina), es el único fármaco autorizado
por la FDA para su uso en niños y adolescentes con DM2, con o sin obesidad.3,24
Con dosis de 500 mg a 2.000 mg, se ha encontrado mejorar significativa-
mente el control glucémico en los jóvenes con DM2 sin eventos adversos graves.
Sin embargo, los efectos secundarios gastrointestinales son comunes en los
jóvenes tratados con metformina. Se puede utilizar como terapia inicial para
las personas sin síntomas significativos causados por la hiperglucemia, o pue-
de ser añadido después de mejorar los niveles de glucosa en tratamiento con
insulina.3 Otros agentes hipoglucemiantes, como sulfonilureas, meglitinides,
inhibidores de la glucosidasa y tiazolinedionas, no han sido bien estudiados en
pediatría. En el Cuadro 24.12 se señalan los hipoglucemiantes orales y su acción.
Insulina
Es el tratamiento de elección en jóvenes con DM2 cuando presentan:
• Hiperglucemia persistente en ayunas superior 250 mg/dL.
• Síntomas de cetoacidosis.
Por lo general se utilizan insulinas de acción intermedia o larga, sin embar-
go, el control de la glucemia postprandial puede requerir el uso combinado con
análogos de acción rápida o ultra-rápidas. La dosis de inicio recomendada es
de 0,5 UI/kg a 1 UI/kg, sin suspender el uso de hipoglucemiantes orales. En
pacientes con resistencia a la insulina, las necesidades pueden ser mayores a
1 UI/kg .25
Micronutrientes
Las deficiencias específicas de nutrientes también pueden jugar un papel
importante en el desarrollo de la DM. En este aspecto se debe insistir en la
importancia de una alimentación variada, que haga posible el aporte de las
cantidades necesarias de vitaminas y minerales.
Vitaminas y minerales
El estado de los micronutrientes en los pacientes con DM varía ampliamen-
te y los niveles de vitaminas y minerales pueden estar bajos, normales o altos
comparados con los pacientes sin DM. Estos niveles pueden variar por dife-
rentes razones. La hiperglucemia y la glucosuria pueden ser los mecanismos
Cuadro 24.12 Fármacos hipoglucemiantes. 664
Actividad física
Debe estimularse la práctica de alguna actividad física, por los efectos
beneficiosos que producen al:
• Mejorar el control metabólico (lípidos y carbohidratos).
• Mejorar la sensibilidad a la insulina (aumenta los receptores de insulina).
• Aumenta los depósitos de glucógeno.
• El número de dosis de insulina disminuye y la ingesta energética puede
aumentar.
• Favorece la obtención y mantenimiento del peso ideal.
La actividad física generalmente disminuye la glucemia. Dependiendo de
la intensidad, el tipo y duración de la actividad física, los valores de glucemia
pueden disminuir hasta 36 horas después de la misma, por lo que resulta nece-
sario adaptar la dosis de insulina al incremento de la actividad física.
Durante este proceso el niño deberá probar diversas cantidades de ali-
mentos, según intensidad y duración del ejercicio. Para prevenir la hipogluce-
mia inducida por el ejercicio, debe disminuirse la dosis de insulina cuyo efecto
máximo ocurre durante el ejercicio. Si se anticipa aumento de la actividad físi-
ca global durante todo el día, puede entonces disminuirse la dosis de insulina
basal. Se recomienda realizar una disminución del 10% − 20% de la misma y
ajustar según los resultados obtenidos (Cuadros 24.14 y 24.15).28
El ejercicio de actividad moderada por ejemplo 40% a 75% de VO2, general-
mente contribuye a normalizar la glucosa en sangre, en pacientes cuyo control
metabólico es satisfactorio. Recientemente se ha reconocido que el ejercicio
muy vigoroso (más del 90% de VO2 máximo) puede desencadenar hipogluce-
Fuente: Islas Andrade SA, Revilla Monsalve C. Diabetes Mellitus. 3ra ed. México: McGraw-Hill;
2004.p. 524.
Seguimiento
Objetivos
• Evaluar el crecimiento del niño en cada control, para ello se deben usar las
gráficas de crecimiento y desarrollo de cada localidad, y ubicar el peso y la
talla, con la finalidad de vigilar que estén creciendo en forma adecuada; de
668 nutrición en pediatría
Médico
Controles sucesivos cada 3 – 4 meses (según ADA). También se tomará
en cuenta las intercurrencias, cambios de su peso corporal, interconsultas a
las cuales el paciente ha asistido, exámenes de laboratorio, pruebas especiales
realizadas, los cambios en el tratamiento.
Examen físico completo con especial énfasis en:
• ojos. Referir para evaluación oftalmológica por lo menos una vez al año.
• tiroides . Debe palparse la tiroides y solicitar Hormona Estimulante de la
Tiroides (TSH), ya que estos niños pueden desarrollar hipotiroidismo por
tiroiditis de Hashimoto.
• examinar los sitios de inyección de la insulina , para buscar signos de
lipodistrofia.
• articulaciones. Explorar en busca de rigidez, que empieza típicamente en
las articulaciones metacarpofalángicas y las interfalángicas proximales. Se
ha señalado que ocurre por la glucosilación del colágeno de los tendones y
tejidos articulares, que a largo plazo, hace perder elasticidad a estos tejidos.
• control de la tensión arterial . Una tensión arterial elevada incrementa
significativamente el riesgo de nefropatía diabética y debe ser tratada.
Bioquímico
• Control de las glucemias capilares. Si el niño estuvo hospitalizado, en las dos
semanas posteriores a su egreso se controlará, de 4 a 6 veces al día: antes
del desayuno, en el almuerzo, en la cena, antes de acostarse y a las 2 y 4 de
la madrugada para excluir el efecto.
• Somogyi y el fenómeno matutino. Estos controles tienen como finalidad
lograr el perfil de insulina y un valor de glucemia entre 70 mg/dL y 100 mg/
dL. El efecto Somogyi se produce cuando se administra un exceso de insu-
lina, que puede ocasionar una hipoglucemia, seguida de una hipergluce-
capítulo 24 669
Dietético
El nutricionista evaluará al paciente quince días después de su egreso del
hospital o de la consulta de primera, si es un paciente ambulatorio no controla-
do metabólicamente; los controles sucesivos se harán quincenales o mensuales
durante los tres primeros meses. Si la evolución es satisfactoria se controlarán
cada seis meses y anualmente. Sin embargo, si el control metabólico es inade-
cuado, hay detención del crecimiento, ganancia de peso excesiva o se presenta
cualquier problema, se deben hacer las evaluaciones respectivas, para ajustar
la dieta y dar las recomendaciones necesarias.
capítulo 24 671
Complicaciones
Ejemplo:
4 onzas de jugo de larga duración o de refresco dietético, o 3 tabletas de
glucosa, y chequear nuevamente la glucemia capilar en 15 min.
De no estar corregido se sugiere repetir lo señalado anteriormente.23
Si ocurren hipoglucemias frecuentes o el factor precipitante fue el ejerci-
cio, deben hacerse ajustes en el régimen nutricional, que incluya calorías adi-
cionales o deben disminuirse las dosis de insulina en 10% − 15% por la mañana
y por la tarde.
Si la hipoglucemia es intensa y el paciente no es capaz de tragar, puede
administrarse una inyección por vía subcutánea o intramuscular:
672 nutrición en pediatría
Hiperglucemia
Puede ocurrir por un cálculo inadecuado de la cantidad de CHO o de la
dosis preprandial de insulina. La hiperglucemia también puede resultar cuan-
do la acción de la insulina no es calculada para tomar en cuenta el retraso en la
digestión, que ocurre posterior al consumo excesivo de proteínas o cuando el
paciente cursa con gastroparesis.
Si un paciente consistentemente debe realizar corrección de la dosis de
insulina, debe ser determinada la causa, para lo cual se deben revisar todos
los factores, especialmente si las cantidades de CHO han sido cuantificadas de
manera adecuada; de ser así, se deben revisar entonces las dosis de insulina,
realizando los cambios que sean necesarios; entre los cuales pueden incluirse
la disminución del IIC, usando una unidad de insulina para cubrir menor canti-
dad de carbohidratos o incrementar la dosis de insulina basal.20
El ejercicio está contraindicado durante períodos de hiperglucemia.23
Infecciones
La mayor susceptibilidad a las infecciones se asocia a un mal control meta-
bólico y se debe a trastornos de los mecanismos celulares de defensa, como
resultado de la hiperglucemia. Las localizaciones más frecuentes son las cutá-
neas, dentales, urinarias, pulmonares (tuberculosis después de la pubertad).
Deben darse recomendaciones generales en relación con el cuidado de:
• la piel . Para prevenir las infecciones cutáneas deberá bañarse diariamen-
te, usar jabón de pH neutro, protector solar cuando se exponga al sol, evi-
tar exponerse a sufrir raspones o cortaduras.
• los pies. Son una de las zonas más delicadas del diabético, por esto se debe
enseñar al niño que no ande descalzo en zonas de peligro (playa, parques),
no usar medias, ni ligas muy apretadas, y lo más importante, el cuidado de
las uñas, cortarlas rectas.
capítulo 24 673
Referencias bibliográFIcas
Generalidades
Complicaciones de la diarrea
Para llevar a cabo los objetivos del tratamiento nutricional, se debe tomar
en cuenta la gravedad de la diarrea y el estado de hidratación. A continuación se
señalan las formas de hidratación y el manejo dietético de los niños con diarrea.
Hidratación
Hidratación parenteral
Si la deshidratación es grave con shock y acidosis metabólica, se indica
hidratación parenteral de acuerdo con los múltiples esquemas planteados en la
literatura (utilizar el que se maneje mejor). 2 Se puede comenzar con 20 mL/kg
de solución fisiológica o ringer-lactato, pudiéndose repetir tantas veces según
sea necesario. Al corregir el shock y la acidosis, se sustituye el déficit de líquido
más el mantenimiento y al mejorar el estado de conciencia, se inicia la hidrata-
ción oral.
Si el grado de deshidratación es leve o moderado y hay buena aceptación
de líquidos por vía oral, la rehidratación oral debe darse desde el comienzo.2
La hidratación parenteral tiene las desventajas de utilizar materiales cos-
tosos por ser estériles y sin pirógenos, y difíciles de obtener en algunas regio-
nes del país; requiere personal entrenado y tiene mayor probabilidad de com-
plicaciones médicas.
Rehidratación oral
La terapia de rehidratación oral (TRO) es la administración de líquidos y
sales por vía oral, para prevenir o corregir la deshidratación causada por dia-
rrea. Esto incluye tanto el tratamiento de la deshidratación, como la preven-
ción de la misma, a través de líquidos disponibles en el hogar adecuados para el
niño, durante la fase aguda y de convalecencia.2,3
Las sales de rehidratación oral (SRO) son efectivas en la hidratación del
niño. Se ha demostrado que la recuperación de la función intestinal es más
rápida cuando se administran nutrientes por vía oral, en vez de dejar el intesti-
no en reposo; por lo que se ha promovido la terapia nutricional en conjunto con
el programa de rehidratación oral para resolver eficientemente el problema de
la diarrea aguda.
capítulo 25 679
El suero tiene una relación Na+/glucosa de 1:1 para que se cumpla el meca-
nismo acoplado de absorción, que atrae hacia la célula una buena cantidad
de agua, permitiendo una rápida hidratación. El pH de la solución es cer-
cano a 8. El citrato contribuye a la corrección de la acidosis y favorece la
absorción de Na+ y Cl– por la mucosa intestinal (Cuadro 25.1). Cuando hay aci-
dosis y la osmolalidad de la solución es mayor de 300 mOsm/L, se retrasa el
vaciamiento gástrico debido a un mecanismo neurológico mediado a través
de receptores ubicados en el duodeno, lo que facilita el vómito y retarda el
efecto hidratante.3,5
La solución con 90 mmol/L de Na+ es la más segura y fisiológica para rehidra-
tar a niños con hipernatremia e hiponatremia o cólera, aun cuando se han
publicado diversos estudios utilizando soluciones con diferentes concen-
traciones de Na+ más bajas con resultados efectivos en niños con cólera.6,7
4 4 Líquido 500 mL
250 Líquido 500 mL
250 Líquido para congelar 62,5 mL
Cuadro 25.2 Cálculo del volumen de líquido a reponer según el grado de deshidratación.
Grado de % pérdida Cálculo del volumen
deshidratación de peso Síntomas y signos de SRO a reponer
Deshidratación 3−5 Sed, mucosas algo secas 40 − 50 mL/kg
leve
Deshidratación 6−9 Pérdida turgor de la piel, 60 − 90 mL/kg
moderada mucosas secas, signo del
pliegue positivo, disminu-
ción de la diuresis.
Deshidratación 10 y más Letargia, alteración estado 100 − 110 mL/kg
grave conciencia, tiempo de re- Hidratación parenteral
tracción de la piel > 2 se-
gundos, poca perfusión y
disminución del llenado ca-
pilar, fontanela hundida, au-
sencia de lágrimas, respira-
ción profunda y rápida, dis-
minución diuresis.
Fuente: The management of acute diarrhea: oral rehydratation maintenance and nutritional the-
rapy. Center for Disease Control and Prevention. U. S Govermment. Washington
D C. Disponible en: http://www.cdc.gov/mmwr/preview/mmwrhtml/00018677.
Bebidas deportivas
No son apropiadas para los niños pequeños (< 6 años) porque contienen
poco cloruros y potasio, un tenor elevado de glucosa y una alta osmolalidad
(Cuadro 25.3).
Bebidas energizantes
No deben ser utilizadas en niños, ya que no tienen estándares de produc-
ción, son hechas de acuerdo con el criterio del fabricante; tienen ácido fosfórico
que disminuye la densidad ósea en niños y además están compuestas de nutrien-
tes no recomendados para ellos como: cafeína, ginsen, guaraná y hierbas, entre
otros. Están contraindicadas en menores de 18 años por haberse demostrado
que estimulan el sistema nervioso central y producen vasoconstricción.18
688 nutrición en pediatría
Cuadro 25.3 Composición de los líquidos claros utilizados como soluciones de rehidrata-
ción oral.
Requerimientos hídricos
Son aproximadamente 120 − 150 mL/kg/día. La absorción de los nutrien-
tes disminuye con la severidad de la diarrea y al mismo tiempo, el volumen de
la SRO dependerá muy estrechamente de la severidad de ésta. El volumen de
la solución puede limitar la ingestión de alimentos y la capacidad de absorción
de los macronutrientes que se le ofrecen al niño. La diarrea puede inclusive,
persistir si se le indica al niño volúmenes altos de suero que sobrepasan la capa-
cidad de absorción de agua del intestino.
capítulo 25 691
1. Alimentación oral
a. Leche materna
La lactancia materna debe continuar, ya que la leche materna reúne los
requerimientos de energía, macro y micronutrientes en forma óptima, pues
contiene una carga de solutos renales baja y además aporta factores que favo-
recen la inmunidad celular y la humoral.
Debe iniciarse durante la rehidratación inicial y continuar sin interrup-
ción en la fase de mantenimiento. En niños amamantados que padecen dia-
rrea aguda, el volumen fecal es menor y se requiere una menor cantidad de
solución para la rehidratación oral que en los niños alimentados con fórmulas,
especialmente en diarreas por rotavirus22, ya que disminuye la severidad y la
frecuencia de la diarrea.
La leche materna se da con más frecuencia y menor cantidad que las fór-
mulas infantiles; esto puede favorecer la absorción completa de los nutrientes
de la leche.
e. Preparados caseros
Existe además la posibilidad de utilizar alimentos preparados en el hogar,
diferentes a las fórmulas infantiles cuando hay dificultades en la disponibili-
dad, en el costo o por intolerancia a las fórmulas comerciales debido a la pre-
sencia de la proteína de la leche de vaca o de lactosa. Los preparados caseros
mejoran la absorción de nutrientes y disminuyen la duración de la diarrea.
Estos pueden prepararse con mezclas de proteínas y de carbohidratos a
partir de alimentos, tanto para preparar soluciones de hidratación como se
explicó anteriormente, como para alimentar al niño después de la rehidrata-
ción24; pueden basarse en cereales, tubérculos, pescado, pollo y otros alimentos
que se encuentran disponibles en el hogar, siempre bajo condiciones higiénicas
adecuadas.
capítulo 25 693
f. Fórmulas experimentales
En nuestro país se han ideado fórmulas experimentales utilizando materia
prima nacional con resultados satisfactorios en el Departamento de Tecnología
de Procesos Biológicos y Bioquímicos de la Universidad Simón Bolívar.
La fórmula experimental necesita un proceso de hidrólisis, cocción y des-
hidratación industrial y se presenta en forma de polvo. Se preparan de pollo
con ocumo, auyama con pollo y plátano con pollo. Se le añade aceite de coco y
dextrina de maíz a la fórmula de la auyama para aumentar calorías, y a la fór-
mula con ocumo se le agrega carbonato de calcio. Se debe consumir entre 6 y 8
raciones días de 240 mL cada una (Cuadro 25.6).
Estas fórmulas suministran cantidades adecuadas de macronutrientes así
como de calcio, fósforo, hierro, zinc, cobre, magnesio, sodio y potasio; tienen
baja osmolalidad (< 311 mOsm/kg H2O).
g. Alimentos blandos
De acuerdo con las recomendaciones de la OMS para el tratamiento de la
diarrea, a los niños alimentados con una dieta mixta se les debe ofrecer ali-
mentos convencionales, locales, culturalmente aceptados porque son seguros
para indicarlos en el manejo dietético de niños con diarrea aguda. 26
capítulo 25 695
Los vegetales deben licuarse bien porque los fragmentos enteros aumen-
tan el peristaltismo por el efecto de la fibra. Además, ésta disminuye la absor-
ción de grasa porque agota el pool de ácidos biliares interfiriendo con la lipóli-
sis, la emulsificación o la difusión a través de la membrana intestinal. 27 Se debe
evitar los condimentos y las chucherías durante la diarrea por el contenido de
sustancias irritantes o alergénicas que pueden contener.
En los lactantes y preescolares que rechazan los alimentos de la dieta
convencional, es muy útil indicarles preparaciones que combinen arroz con
leche, fórmulas lácteas, sopas de tubérculos y jugos o pisados de frutas para
que cubran sus requerimientos calóricos diarios.
En el Cuadro 25.7 se presentan algunos mitos y realidades sobre las propieda-
des de algunos alimentos sobre la diarrea.
Yogur
El yogur es una muy buena alternativa para ofrecerle al niño un produc-
to para modular la flora intestinal porque estimula la flora intestinal total al
incrementar las bifidobacterias y regular los patógenos oportunistas; además,
aporta nutrientes, es versátil para presentarlo en la dieta y es de bajo costo por-
que inclusive se puede preparar en la casa. A continuación se presenta la receta
para preparar yogur casero.
receta de yogur casero. Ingredientes: 16 cucharadas de leche en polvo
completa, 3 ½ tazas de agua hervida, 1 yogur natural grande (¾ taza) y poco
azúcar (1 cucharada).
Preparación: licue la leche en polvo y el azúcar con el agua hervida, vierta
la leche en un recipiente. Licue el yogur con una parte de la leche, únala al resto
de la preparación. Coloque el yogur en envases bien limpios y con tapa dentro
capítulo 25 697
de un horno que mantenga la llama del piloto encendida, sin prender el horno
o tapado con un paño en un lugar cálido. Deje fermentar por 12 horas o use una
yogurtera. Lleve a refrigeración, sirva sólo o con frutas.
2. Alimentación enteral
Los niños hospitalizados pueden requerir alimentación enteral por sonda
nasogástrica con bomba de infusión, que permite mantener una alimentación
continua y en volúmenes precisos, utilizando sólo fórmulas líquidas con un
contenido proteico calórico adecuado según el estado del paciente y la toleran-
cia gastro-intestinal; de esta manera se evita mantener al intestino en reposo
(ver capítulo de Soporte o hiperalimentación enteral).
Indicaciones:
• Pacientes con vómito incontrolable que impida la vía oral.
• En pacientes con anorexia y con desnutrición moderada o grave.
• Pacientes desnutridos con diarreas de alto gasto.
• Pacientes desnutridos hospitalizados por alguna patología (ejemplo: neu-
monía) y que presenten diarrea como intercurrencia.
3. Alimentación parenteral
La alimentación parenteral total o parcial se debe iniciar cuando no se
pueda cubrir el aporte calórico requerido por vía oral, como en la desnutrición
grave con malabsorción importante. Los requerimientos calóricos y proteicos
se incrementan en la diarrea, por lo tanto, hay que tomar esto en cuenta al cal-
cular los macronutrientes en la alimentación parenteral.
capítulo 25 699
Prevención de la diarrea
Referencias bibliográFIcas
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Magíster en Ciencias de los Alimentos. Universidad Simón Bolívar 1990.
14 The management of acute diarrhea: oral rehydratation maintenance and
nutritional therapy. Center for Disease Control and Prevention. U. S Goverm-
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capítulo 25 701
Generalidades
Etiología
Evaluación nutricional
Intolerancia a la lactosa
Es la intolerancia alimentaria y la maldigestión de carbohidratos más
comúnmente observada en la población pediátrica; no es una reacción alérgica
sino una afectación de la mucosa intestinal con imposibilidad para digerir la
lactosa, debido a la deficiencia de la enzima lactasa; puede ser confundida con
la alergia a la proteína de la leche de vaca.7
En pacientes con diarrea crónica, 12 g de lactosa (1 vaso de leche) puede
ser suficiente para causar síntomas.
La evaluación de laboratorio debe determinar el aspecto de las evacuacio-
nes, pH, presencia de azúcares reductores en las heces e H+ exhalado.
que consumir una dieta sin lactosa resulta en una disponibilidad y absorción de
calcio baja. Los efectos de una dieta sin lactosa a largo plazo en niños y adoles-
centes pueden producir una mineralización ósea inadecuada, lo que ocasiona
un aumento en el riesgo de osteopenia e inclusive fracturas; en estos casos se
recomienda vigilar el consumo de calcio y si su requerimiento no es alcanzado,
debe indicarse suplementos8 con dosis de 100 mg/kg/día a 200 mg/kg/día.
En pacientes desnutridos moderados o graves con diarreas crónicas, aún
recibiendo fórmulas lácteas sin lactosa o fórmulas poliméricas, y descartado
un problema de disbacteriosis, se puede disminuir el tenor de carbohidratos,
aumentando el contenido de grasas, para mejorar la densidad calórica, ya que
la concentración de carbohidratos podría ser inadecuada para ese paciente y
producir diarrea. Si la diarrea persiste, también habrá que descartar intole-
rancia a monosacáridos (ver Capítulo 20 “Tratamiento de la desnutrición calórico-
proteica”).
Cuando se quiera introducir de nuevo la lactosa, se recomienda la rein-
troducción gradual de aquellos alimentos que la contengan en menor cantidad
(algunos quesos, mantequilla), se continúa aumentándola progresivamente y se
finaliza con la introducción de la leche de vaca en niños mayores de 1 año. En los
lactantes se puede reintroducir la lactosa con fórmulas lácteas de inicio o conti-
nuación, diluidas al 1/3, e ir aumentando gradualmente su concentración.
Se ha obtenido buenos resultados utilizando la enzima lactasa en niños y
adolescentes con déficit de lactasa, preparada de lactasa fungal o hidrolizados
de lactasa, ya sea en gotas, tabletas (LactAid) o en cápsulas (Lactrase), con-
sumida con los alimentos que contienen el disacárido; no se comercializan en
el país.
Intolerancia a la sacarosa
Es una enfermedad poco conocida. Su origen es debido, en la mayor par-
te de los casos, a un déficit congénito de la enzima sacarasa, lo que provoca
que la sacarosa o sucrosa (azúcar común) pase sin ser digerida al intestino
grueso, donde es fermentada por las bacterias, produciendo gases, malestar y
diarrea. Los síntomas comienzan al alimentar a los niños con cereales infan-
tiles que contienen azúcar, generalmente agregados a la fórmula láctea, pero
dependiendo de cada caso, puede tardar tiempo en detectarse. Su diagnóstico
es difícil ya que los síntomas son similares a otras patologías como: enfermedad
celíaca, intolerancia a la lactosa, síndrome de intestino irritable, enfermedad
de Crohn, etc.
712 nutrición en pediatría
Intolerancia a la fructosa
También es conocida como malabsorción de fructosa y es diferente a la
intolerancia hereditaria a la fructosa (IHF), ya que son dos desórdenes meta-
bólicos muy distintos en los cuales la fructosa no es bien tolerada.
El tipo más común es la intolerancia a la fructosa y no a otro monosacá-
rido, que es muy similar a la intolerancia a la lactosa. En este caso la fructosa
ingerida no es absorbida completamente por el organismo a través del intestino
delgado.
La fructosa es el azúcar encontrada de forma natural en las frutas, en al-
gunos vegetales y en la miel (Apéndice 5).
Esta intolerancia se presenta generalmente en niños con alguna patolo-
gía intestinal y se expresa en forma de cólico, sensación de llenura y diarrea;
en muchos casos se observa en pacientes que ingieren una gran cantidad de
alimentos con fructosa de forma natural o la consumen en forma artificial.
Últimamente ha habido un incremento de la fructosa usada como edulcorante
agregado a alimentos procesados, elaborados con diferentes concentraciones
del monosacárido y que han sido desarrollados como una alternativa menos
costosa que el azúcar.15
714 nutrición en pediatría
Disbacteriosis
Linfangiectasia intestinal
Proteínas
Los aportes proteicos de la dieta se ofrecen con:
• Alimentos del grupo 5 de la lista de intercambio de alimentos, que tengan
menos cantidad en gramos de grasa (ver Apéndices 4A y 5) en cantidades nece-
sarias para cubrir aminoácidos esenciales.
• Fórmulas lácteas o yogur descremados en aquellos pacientes que los tole-
ren.
Estos dos grupos de alimentos deben sumar 10 g o menos de ácidos grasos
esenciales de cadena larga; el resto del requerimiento proteico se cubre de la
siguiente manera:
• clara de huevo. ¼ de taza aporta 3,78 g de proteína de alto valor biológi-
co. Ésta se puede consumir de diferentes maneras: suspiros, natilla, huevo
revuelto, batida a punto de nieve incorporada en atoles, o para espesar guisos;
también puede agregarse a sopas, arroz, pastas, cremas, tubérculos, etc.
• módulos proteicos . Son concentrados de proteínas de alto valor biológico
que contienen todos los aminoácidos esenciales y son de baja osmolaridad.
Su único ingrediente es la caseína, por lo que se recomienda introducirlos
en la dieta gradualmente y evaluar la tolerancia. Se consumen disolviéndo-
los en agua y luego agregando la mezcla al alimento deseado, o adicionán-
dolos directamente a la preparación (jugos naturales, compotas, helados,
sopas, postres, etc.), ya que espesan sin alterar el sabor de las comidas (ver
Apéndice 7).
Lípidos
La ingesta de ácidos grasos de cadena larga (14 o más átomos de carbono),
deben restringirse a menos de 10 g/día; estos predominan en los alimentos de
capítulo 26 717
origen animal (ver Apéndice 5), en los del grupo 6 de la lista de intercambio de ali-
mentos (ver Apéndice 4A) y en los alimentos procesados que contenga grasa en su
preparación; sin embrago, éstos no deben ser ingeridos por el efecto negativo
sobre la mucosa intestinal.
Por lo anterior es necesario vigilar que el consumo de ácidos grasos esen-
ciales sea de 1% a 2% de las calorías totales y cubrir el resto del requerimiento
de grasas con aceites de TCM para mantener el anabolismo y evitar el catabo-
lismo de los depósitos grasos y proteicos; se sugiere introducirlos en la dieta de
manera progresiva para evitar intolerancias.
Los TCM son más solubles en agua y no contienen ácidos grasos esencia-
les; son absorbidos directamente y no a través de los canales linfáticos, lo que
permite una mejoría de los síntomas. Los TCM se encuentran en la grasa de la
leche y en los aceites de palma y coco. Estos tres tipos de grasas también tienen
cantidades elevadas de ácidos grasos de cadena larga. Se comercializan en cáp-
sulas y como un aceite (MCT®, Liquigen) que aporta en 1 mL= 0,9 g de grasa =
7,7 kcal; no se encuentran fácilmente en el país y son costosos.20-22
Se consumen agregándolos a las preparaciones de alimentos, por ejemplo:
sopas, jugos, pasta, arroz, etc. No deben utilizarse para cocinar.
El consumo de TCM puede incrementar los niveles de colesterol y triglicé-
ridos. No se ha reportado ninguna interacción de éstos con alguna drogas.22
Carbohidratos
Pueden consumirse libremente; preferir los naturales como tubérculos, hor-
talizas, frutas, granos y harinas; en aquellos alimentos procesados se recomien-
da leer el etiquetado para conocer el aporte de ácidos grasos de cadena larga.
En los lactantes menores con lactancia materna, ésta debe cubrir solo 1
intercambio de proteínas (aproximadamente entre 21 onzas y 24 onzas), el res-
to de las calorías cubrirlas con fórmulas descremadas, que no se consiguen en
el país, suplementos con TCM y módulos proteicos; luego iniciar la alimentación
complementaria a los 6 meses de edad. En los niños mayores de 1 año, puede
indicarse leche de vaca descremada y suplementar con proteína y con TCM.
En los días o semanas que siguen al régimen indicado, la diarrea se detie-
ne, los niveles plasmáticos de albúmina mejoran cercano a los valores normales
y el edema desaparece. El crecimiento si estaba detenido se recupera y hasta
llega a normalizarse.18
Algunos de estos pacientes necesitan nutrición parenteral al inicio de los
síntomas, pero hay que tener precaución con el volumen que se indique, por-
718 nutrición en pediatría
que cualquier expansión del plasma aumenta las pérdidas de albúmina. En los
pacientes que no responden a este tratamiento se les indica nutrición enteral
o parenteral. La administración de albúmina endovenosa puede mejorar los
síntomas que producen las pérdidas enterales de proteínas.
El cumplimiento y la continuidad de esta dieta implica una modificación
muy importante de los hábitos alimentarios y precisa una buena colaboración
por parte del paciente, sus familiares y docentes, pero les permite un incremen-
to en su calidad de vida al mejorar su sintomatología y su estado nutricional.
Evaluación clínica
La rectocolitis ulcerosa (RU) produce dolor abdominal, rectorragia, pér-
dida de peso en 33% de los niños afectados, fiebre, edema, tenesmo, retardo
puberal en 20% de los niños, fisuras anales y pólipos en colon; artralgias, artri-
tis, eritema nodoso, uveitis, epiescleritis, colangitis esclerosante, enfermedad
tromboembólica y osteopenia. Complicaciones muy raras en niños son: perfo-
ración del colon, megacolon tóxico y cáncer de colon.26
La mayoría de los pacientes preservan su estado nutricional (retardo en
el crecimiento en 5% −10% de los casos), pero desarrollan deficiencias graves
muy rápido debido a la actividad de la enfermedad.27
La enfermedad de Crohn en su forma activa favorece la pérdida de peso
en un porcentaje de 80% − 85 % de los niños 24,28, como consecuencia de la
722 nutrición en pediatría
Evaluación antropométrica
Se realizará como se señala en el Capítulo 1 “Evaluación del estado nutricio-
nal”. Aquellos niños en los cuales la enfermedad comienza a temprana edad,
con períodos cortos de remisión o ausencia de éste, es frecuente que el pacien-
te presente talla baja que inclusive, no alcance su talla final adulta esperada.
Generalmente se acompaña de peso bajo y déficit en la composición cor-
poral por la ingesta inadecuada, el aumento del gasto calórico por el proceso
inflamatorio (interleuquina 6 sérica elevada), que lleva a malabsorción intes-
tinal de macro y micronutrientes. También se ha reportado disminución en
la concentración de IGF1 con hormona de crecimiento e insulina normales29,
manteniendo el eje hipotálamo-hipofisiario intacto, aunque los corticoesteroi-
des utilizados como tratamiento en esta enfermedad, suprimen la liberación de
hormona de crecimiento y la transcripción hepática del receptor de la hormo-
na, que disminuye igualmente la síntesis de IGF1.24
El proceso inflamatorio puede alterar la composición corporal de los
pacientes con enfermedad de Crohn. En un estudio con 104 niños, adolescen-
tes y adultos entre 4 a 25 años en el que 90% recibieron corticoesteroides y 233
sujetos sanos, se encontró déficit significativo de masa muscular para la edad y
talla con respecto a los controles e inversamente correlacionada con la grave-
dad de la enfermedad, con masa grasa normal.
Las citoquinas estimulan la degradación de las proteínas, interfieren con
la síntesis a nivel molecular; por otra parte los corticoesteroides favorecen la
masa grasa y disminuyen la masa muscular. También se ha implicado la dismi-
nución en la actividad física en los déficits del tejido muscular; estos pacientes
son inactivos por la clínica abdominal que presentan, por la fatiga, el dolor mús-
capítulo 26 723
Evaluación dietética
Se realizará como se señala en el Capítulo 1 y en el Apéndice 2A. Es frecuente que
los pacientes omitan de su dieta una serie de alimentos porque les producen
síntomas, arriesgándose a ingestas inadecuadas de nutrientes; por lo tanto se
debe evaluar cuidadosamente el consumo diario para adecuar el tratamiento
dietético.
Evaluación bioquímica
La evaluación bioquímica debe incluir: albúmina, proteínas totales, trans-
ferrina, prealbúmina, proteína ligadora del retinol, ferritina; interpretándose
todas con cuidado debido al proceso inflamatorio que caracteriza la patología;
hemoglobina, hematocrito, ácido fólico, B12, hierro, zinc, cobre, vitamina D, cal-
cio, magnesio, fosfatasa alcalina, tiempo de protrombina, tiempo de trombo-
plastina, vitaminas liposolubles, test de Shilling, grasas en heces con el Sudan
III o esteatocrito e índice creatinina/talla.
En la RU se observa anemia ferropénica, leucocitosis, trombocitopenia,
aumento de la velocidad de sedimentación globular, proteína C reactiva, hipoal-
buminemia, eosinofilia y hipergamaglobulinemia. Se complican con infeccio-
nes de Salmonella paratyphi, Campylobacter y Clostridium difficile.
En el Crohn se observa aumento de las proteínas de reacción aguda,
hipoalbuminemia, hipocalcemia, leucocitosis, anemia, déficit de hierro, folato,
B12, zinc, magnesio y vitamina D. Se ha encontrado relación inversa entre IGF1
e interleuquina 6, sugiriendo que el proceso inflamatorio es el que incide en el
déficit de crecimiento.24
Evaluación funcional
Se realizará como se señala en el Capítulo 1. Estos pacientes pueden presen-
tar retardo en la maduración ósea, en la pubertad y disminución velocidad de
talla29, generalmente en los casos donde es difícil o no se llega a la remisión
antes de la adultez. El tratamiento con glucocorticoides tiene efecto negativo
sobre el crecimiento y la maduración ósea, que desaparece al omitir el medi-
camento.
724 nutrición en pediatría
Imagenología
Igualmente es importante evaluar el contenido mineral del esqueleto por
densitometría ósea, para descartar precozmente alteraciones en la minerali-
zación, que culminen en osteopenia por la pérdida de minerales por intestino
e ingesta inadecuada. Se ha asociado déficit en el contenido de masa ósea con
disminución de masa magra en pacientes con Crohn.30
Particularmente en el Crohn ocurre una inhibición de la formación ósea
por el proceso inflamatorio (citoquinas), además del efecto significativo del
tratamiento con esteroides y hormonas por amenorrea secundaria, y por la
malabsorción que conduce a déficit de vitamina D y calcio.
Tratamiento nutricional
Los objetivos de la intervención nutricional son:
• Mejorar o mantener un adecuado estado nutricional.
• Disminuir o evitar las consecuencias negativas en la evolución clínica de la
enfermedad.
• Disminuir o evitar las recaídas de la enfermedad.
• Mejorar la calidad de vida.
Requerimientos nutricionales
Los requerimientos se calculan como se explica en el Apéndice 2C, consideran-
do las siguientes recomendaciones:
Calorías
Aproximadamente 130% del peso ideal para la edad, lo cual es suficiente
para lograr un crecimiento compensatorio en caso de detención de crecimiento
o desnutrición aguda.28 Sin embargo, cada paciente debe ser individualizado
según su estado clínico, nutricional y actividad física. Se calcula que los pacien-
tes con Crohn tienen un déficit de energía de 400 kcal/día.
La fórmula dietética puede ser calculada de la siguiente manera:
• proteínas :1 a 1,5 veces el requerimiento individual (DRI) para la edad,
que es aproximadamente entre 13% a 15%; en el Crohn se puede llegar has-
ta 20%.
capítulo 26 725
• lípidos: 30% del requerimiento calórico total con una relación ácidos gra-
sos poliinsaturados n – 6 / n – 3 = < 5:131 y que cubra 1% a 10% del requeri-
miento calórico total.
• hidratos de carbono: 50% a 57%, para cubrir el total de calorías restantes.
Proteínas
Las dietas con proteína entera son muy bien toleradas, en caso contra-
rio, se indican dietas a base de fórmulas poliméricas u oligoméricas libres de
lactosa. Cuando hay intolerancia a las proteínas, se ha sugerido el uso de fór-
mulas con aminoácidos que tienen la desventaja de ser hiperosmolares, por lo
que deben administrarse limitando la cantidad para no producir diarrea. No
existen estudios que confirmen la ventaja del uso de fórmulas elementales con
aminoácidos, al compararla con el uso de fórmulas poliméricas.32
Lípidos
Su influencia en el tratamiento de la EII no está bien definida, aunque
puede conseguirse un pequeño beneficio si se reduce en la dieta el contenido
de grasa total o de ácidos grasos poliinsaturados omega 6. Estos ácidos grasos
pueden ser predecesores de eicosanoides y citocinas proinflamatorias.
El aumento en el consumo de ácidos grasos poliinsaturados n – 3, tienen
un efecto anti-inflamatorio al disminuir la intensidad de la lesión del intesti-
no, ayudan en la disminución de los síntomas y muestran efectos beneficiosos
sobre la actividad de la enfermedad, pero se necesita tener más evidencias al
respecto27,32,33 que apoyen esta indicación.
No hay evidencias en niños, de los beneficios de la suplementación con
aceite de pescado.28
Hidratos de carbono
No se aconseja la utilización de fórmulas con lactosa y sacarosa, ya que
éstas podrían producir o agravar la diarrea. La recomendación es el uso de
fórmulas a base de maltodextrina o polímeros de glucosa (Cuadro 26.2).32
El consumo de azúcar refinada tiene una estrecha relación con el desarro-
llo de la EII.33
726 nutrición en pediatría
Fibra
La dieta con poca fibra dietética se ha asociado con la aparición de la EII,
pero no existen datos que confirmen el beneficio de indicar dietas enriquecidas
con fibra dietética, sin embargo, algunos autores sugieren que su inclusión en la
dieta mejora la inflamación. Sus efectos beneficiosos se asocian principalmen-
te con la formación de ácidos grasos de cadena corta en el colon.32
Algunas fibras dietéticas son consideradas prebióticos, los cuales son car-
bohidratos no digeribles que estimulan el crecimiento y metabolismo de las
bacterias protectoras entéricas endógenas.32 No hay estudios controlados en
niños que soporten su efectividad en la EII.28
Las restricciones de alimentos se harán únicamente si la condición clínica
de intolerancia lo amerita. No hay alimentos contraindicados en esta enferme-
dad, aunque es conveniente evitar alimentos irritantes al intestino como: café,
vinagre, condimentos envasados, salsa y alimentos procesados; además deben
evitarse aquellos alimentos que el paciente reconoce que aumentan la molestia
intestinal.
Probióticos
La mayoría de los estudios que mencionan el beneficio de estos organis-
mos vivos han sido realizados en animales, sin embargo un pequeño número
se ha realizado en humanos, consiguiendo resultados alentadores, como son:
aumento de la Ig A, mejoría clínica, reducción de la tasa de recaídas.32
El mecanismo por el cual estos productos antagonizan la progresión de la
enfermedad no está claro, pero la evidencia sugiere que los probióticos, entre
ellos el yogur, tienen beneficios clínicos y son fáciles de usar en estos pacien-
tes.13 El efecto de los probióticos sobre la función de la célula epitelial ha sido
demostrado in vitro e in vivo, y se concluye que la estabilización de la barrera
intestinal por los probióticos, puede ser de gran utilidad como terapia eficaz en
el tratamiento de la EII, porque modulan la respuesta inmune sin el riesgo de
producir efectos secundarios, como ocurre con tratamientos convencionales.12
Sin embargo, la revisión de estudios controlados en niños no muestran
evidencias que el uso de probióticos favorezcan la remisión o disminuyan
las recaídas inducidas por medicamentos o por cirugías en la enfermedad de
Crohn, y no hay evidencias de su uso en la rectocolitis ulcerosa.34
Hay posibilidad de utilizar en el futuro glutamina, la cual tiene un efecto
trófico sobre el intestino, y la administración de ácidos grasos de cadena corta,
por su efecto beneficioso sobre el colon.
capítulo 26 727
Rectocolitis ulcerosa
Fase aguda
Hay pérdida aguda de agua y electrolitos, particularmente potasio en
niños pequeños, por lo que se debe considerar su restitución.
La fibra se restringe durante el proceso agudo, para luego aumentarla pau-
latinamente según la tolerancia. Algunos eliminan alimentos que dejan resi-
duos como, frutas y vegetales crudos; excepto los jugos, granos, nueces, pan
refinado, cereales; y eliminan durante el período sintomático alimentos poten-
cialmente irritantes para el colon como las salsas y la pimienta.
Puede haber intolerancia a la lactosa (más frecuente en el Crohn), por lo
que hay que omitir alimentos con lactosa o limitar la leche y productos lácteos
a 2 intercambios al día; en estos casos, hay que suplementar con calcio.
En casos graves se hospitalizan y si están desnutridos se coloca el colon
en reposo, y se indica NPT central o periférica hasta lograr la remisión. Se ha
comprobado que la nutrición parenteral no es tan efectiva en inducir remisión
en esta enfermedad (40%), como en niños con Crohn; la respuesta varía según
la extensión de la lesión, aunque está indicada en los momentos de crisis de la
enfermedad.5
Si el paciente está eutrófico, se considera la NPT por lo menos 1 semana
para mantener el colon en reposo. También se puede utilizar la alimentación
enteral por infusión continua o intermitente. La continua tiene la ventaja de
dar cargas osmóticas más pequeñas por unidad de tiempo, de esta manera dis-
minuye la diarrea, la distensión y el riesgo de broncoaspiración. Se pueden
indicar hidrolizados peptídicos, aminoácidos, MCT® u oligosacáridos según la
evaluación individual y suplementos de vitaminas y minerales.
728 nutrición en pediatría
Fase de remisión
Se emplea dieta baja en residuo, alta en proteínas y carbohidratos. Muchas
veces estos niños no ingieren lo indicado debido a la hiporexia por la misma
enfermedad y por la presencia de síntomas al ingerir alimentos. Para vencer la
hiporexia se ofrecen comidas más frecuentes y en menor volumen, respetando
los gustos del niño y en la medida de lo posible, permitirle que decida lo que
quiere comer entre las alternativas disponibles.
Enfermedad de Crohn
Se debe tener en cuenta que muchos de los niños rechazan los alimen-
tos, luego de repetidos episodios de la enfermedad, aunque estén en remisión.
También presentan depresión debido a la recurrencia de las crisis, a la presión
y angustia que ejercen los padres y el personal de atención, para obligarlos a
comer ante la pérdida de peso y la hiporexia.
Los electrolitos y el balance hídrico deben controlarse por las pérdidas
debido a la diarrea. Al principio de la enfermedad los alimentos deben reintro-
ducirse gradualmente durante 3 a 5 días5 y puede ser necesaria la restricción
de la lactosa, grasa y fibra para prevenir la diarrea, la esteatorrea o el dolor
abdominal; pero en general en los niños no debe restringirse la dieta.
Las investigaciones clínicas indican que el tratamiento con nutrición
parenteral y enteral son capaces de mantener la remisión en pacientes con
enfermedad de Crohn5 , por lo que se sugiere que los cambios que se hagan en
la dieta para que no se active la enfermedad, son el factor más importante para
mantener la remisión acorde con una buena calidad de vida.
La nutrición enteral con dieta polimérica puede ser menos eficaz para con-
trolar la fase activa de la enfermedad, que una dieta semielemental (Capítulo 16
“Soporte o hiperalimentación enteral”), aunque hay grupos que tienen buenos
resultados si el paciente no tiene historia de alergia alimentaria5; la eliminación
de un grupo de proteínas de la dieta y la reducción de la grasa puede contribuir
a una eficaz intervención nutricional. Además, la cantidad y calidad de grasa en
la dieta debe ser indicada con precisión ya que los ácidos grasos omega 3 tienen
un buen efecto antiinflamatorio.33
En estos pacientes ha dado buenos resultados el uso de fórmulas oligomé-
ricas o semielementales por 2 a 8 semanas, por vía oral o enteral, porque indu-
cen remisión y son un alimento suplementario para mejorar el estado nutricio-
nal (ver Apéndice 7). Igualmente, reduce el uso de esteroides para el tratamiento y
esto es beneficioso para el crecimiento. Las fórmulas oligoméricas también se
capítulo 26 729
Apoyo Psicológico
El apoyo psicológico es importante para el paciente y la familia, durante
los períodos de inter-crisis, crisis y hospitalizaciones, debido a que situacio-
nes de estrés pueden desencadenar los episodios agudos de la enfermedad.
Los pacientes además deben someterse a la utilización de medios de alimen-
tación no placenteros como la sonda enteral, la gastrostomía o la NPT, los cua-
les pueden producir molestias, incomodidad, dolor y restringir las actividades
comunes de los niños y adolescentes, como son: deportes, recreación, juegos,
estudios, paseos, etc. No existe indicación en contra de la práctica de estas
actividades.
Los pacientes en ocasiones pierden la escolaridad por las crisis de la enfer-
medad, que los lleva a continuas hospitalizaciones. Los adolescentes son un
grupo vulnerable debido a: los efectos de la enfermedad sobre su aspecto físico,
las pruebas diagnósticas incómodas, y los síntomas que entorpecen su estilo de
vida y relaciones sociales.
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Capítulo 27
ENFERMEDAD CELÍACA
Elizabeth Dini Golding
Magda Eligia García Narváez
Generalidades
Diarrea.
•
Esteatorrea.
•
740 nutrición en pediatría
• Pérdida de peso.
• Detención de crecimiento.
Patogenia
Predisposición genética
La EC es hereditaria; entre 2% y 5% de los sujetos afectados tienen parien-
tes en primer grado con la enfermedad, describiéndose una concordancia alta
en gemelos homocigotos entre 70% y 100%. Parece ser más común en la raza
blanca y en las mujeres (2:1).6-8
La EC tiene una de las asociaciones más fuertes del antígeno leucocitario
humano II (HLA) con enfermedad inmune. De los pacientes con EC hasta 95%
de ellos presentan HLA-DQ2 y el resto HLA DQ8, asociándose principalmente
a los halotipos DQA1*0501, DQB1*02019; sin embargo, la expresión de estas
moléculas no es necesaria para que se desarrolle la enfermedad1,2,6,8, sólo expli-
can 40% de la susceptibilidad genética.9
capítulo 27 741
Factores ambientales
Desencadenantes
Hasta ahora, las únicas plantas que contienen proteínas dañinas al intes-
tino delgado de enfermos celíacos son:
• El trigo.
• La cebada.
• El centeno.
• El triticale (híbrido del trigo y del centeno).
• La espelta y el kamut (híbridos del trigo).
Protectores
Se dice que la cantidad de gluten en la dieta probablemente determina la
clínica en pacientes susceptibles, así que una dieta baja en gluten (< 0,5 g/día),
pudiese retardar la aparición de los síntomas y disminuir la gravedad de las
alteraciones histológicas.12
La práctica de la lactancia materna al momento de la introducción de ali-
mentos con contenido de gluten y su posterior mantenimiento, ejerce un factor
de protección al reducir el riesgo de EC en la infancia temprana y tardía como
lo determinó el estudio sueco de Ivarsson y col13 y el metanálisis de Akobeng
y col14, quienes encontraron que los lactantes que recibieron leche materna al
momento de introducir el gluten tuvieron 52% menos de riesgo de padecer la
enfermedad.
La causa no se tiene clara, pero se ha discutido que podría ser que los
pacientes que reciben leche materna tienen menos oportunidades de consu-
mir alimentos con gluten y la otra es el factor protector de la misma lactancia
contra infecciones gastrointestinales, ya que éstas activan la transglutaminasa
tisular lo que aumenta la posibilidad de deaminar a la proteína.14 Igualmente,
la introducción gradual y en pocas cantidades del gluten con la presencia de la
leche materna disminuye el riesgo de EC.13,14
Los padres de lactantes con historia familiar positiva de EC deben ser edu-
cados acerca de la importancia de la lactancia materna exclusiva durante los
primeros seis meses de vida, con el fin de retrasar o disminuir la sintomatología
de la enfermedad15 continuándola hasta los 12 a 24 meses. Sin embargo, debido
a las características muy variadas de presentación de la enfermedad, ésta debe
ser una práctica nutricional para la población en general.
Factores inmunológicos
El gran número de sujetos con títulos de anticuerpos antigliadina bajos
en la población sana, permite suponer que no solo el desarrollo de células T
específicas sean la razón de la enfermedad, sino que también se asocie a una
pérdida de la tolerancia .16
El gluten que actúa como antígeno ambiental, produce una respuesta
inmunológica inadecuada de las células T y de las células B.1,2,6-8 Los anticuer-
pos que se generan son muy específicos de la enfermedad derivados del gluten
y están dirigidos en contra de la transaminasa tisular; la actividad enzimática
alterada genera péptidos de gliadina que se unen al DQ2 y son reconocidos por
las células T intestinales específicas de la enfermedad.1,2,8
capítulo 27 743
Epidemiología
cifra para la mayoría de las regiones del mundo.6 En los Estados Unidos se con-
sideraba a la EC como rara, actualmente la prevalencia es similar o mayor a la
reportada en Europa.2 Es rara en población africana, china y japonesa donde
los halotipos DQ2 y DQ8 son insignificantes.11
Para América Latina se conocen pocos datos. En el año 2000 se publicó que
la prevalencia de la EC en Argentina era relativamente alta 1:1.000, actualmente
en el mismo país en un estudio donde se realizaron pruebas sanguíneas a 2.000
adultos, arrojó una prevalencia de 1 en 167, siendo más frecuente en el sexo
femenino y con predominio de presentaciones atípicas de la enfermedad. Se
conoce que datos mexicanos y brasileños son similares a estos hallazgos, pero es
importante resaltar que la prevalencia en poblaciones de origen americano puro
no se ha reportado.6,18 También se desconoce la prevalencia en nuestro país.
Los cambios epidemiológicos de la EC, se pueden entender con el Modelo
del Iceberg, introducido originalmente por Richard Logan en 1991. El mismo
ejemplifica la prevalencia total de EC como la masa total del iceberg, que está
influenciado en su mayoría por la frecuencia de los fenotipos susceptibles de
la población y en menor grado, por la definición de la enfermedad, si toma en
cuenta o no aquellas condiciones latentes o potenciales.2 Refiere que la parte
visible del iceberg concentra al grupo con la enfermedad sintomática clásica
y en la parte sumergida se encuentra el grupo de la población que no ha sido
diagnosticado (se considera que por cada diagnóstico de EC, 5 a 10 casos per-
manecen sin diagnosticar).2 La línea del nivel del agua se ve modificada por la
sospecha de enfermedad, la disponibilidad de elementos para realizar el diag-
nóstico, el consumo de gluten o variaciones en la intensidad de la presentación
clínica de la enfermedad, variables ambientales (fórmulas lácteas infantiles,
práctica de la lactancia materna, edad de introducción, cantidad del gluten en
la dieta y calidad de los cereales) así como la posibilidad de realizar una inter-
vención preventiva.2
Retrasar el diagnóstico y por ende el tratamiento de la EC resulta en un
aumento del riesgo de desarrollar enfermedades asociadas, la prescripción
del tratamiento dietético en parientes no diagnosticados de primera línea de
enfermos celíacos debe ser manejado con diligencia.12
Presentación clínica
Enfermedades
Enfermedades no malignas
Latente Refractaria Potencial malignas asociadas asociadas
Pacientes con o sin Con síntomas graves Preescolares en
síntomas de cual- persistentes indepen- adelante.
quier edad. dientes al tratamiento
o al tiempo de evolu-
ción de EC. Donde se
han descartado giar-
diasis, sprue tropi-
cal, diarrea postinfec-
ciosa, sprue colágeno,
alergias, tuberculosis,
SIDA, enfermedad de
Whipple, enteritis por
radiación, enferme-
dad inmunoprolifera-
tiva del intestino del-
gado, enfermedad de
Crohn, gastroenteritis
eosinofílica y entero-
patía autoinmune.
Asintomáticos pero La tipo I (sin Independientes de • Probablemente Linfoma o
en el futuro pueden presencia de células la malabsorción: dependientes del adenocarcinoma
desarrollar síntomas T aberrantes) dermatitis gluten: tiroiditis del intestino
o cambios histoló- que responde herpetiforme, autoinmune, hepatits delgado.
gicos. a tratamiento hipoplasia autoinmune, Carcinoma del
inmunosupresor. del esmalte sindrome de Sjögren, intestino grueso.
dental, ataxia, enfermedad de Linfoma Hodking
La tipo II (con alopecia, cirrosis Addison, gastritis y no Hodking.
presencia de células biliar primaria, atrófica autoinmune, Carcinoma
T aberrantes estomatits aftosa enfermedades oreofaringeo.
determinado por recurrente, hemocitopénicas Carcinoma pri-
inmunofenotipo por mistenia gravis, autoinmune. mario de hígado.
análisis flujométrico pericarditis • Independientes del Linfoma
de la mucosa recurrente, gluten: síndrome de esofágico.
intestinal) que es psoriasis, Down, síndrome de
usualmente resistente polineuropatías, Turner, síndrome de
a tratamiento médico epilepsia Williams, defectos
y en el cual puede (con o sin cardiacos congénitos,
hacer transición al manifestaciones deficiencia de IgA,
linfoma de células intracraneales), diabetes mellitus.
T asociado a vasculitis,
enteropatía, pero en cardiomiopatía
quienes el transplante dilatativa, hipo o
de células madre hipertiroidismo.
autólogas parece ser
prometedor.
748 nutrición en pediatría
Enfermedades
Enfermedades no malignas
Latente Refractaria Potencial malignas asociadas asociadas
Serología positiva.Persistente o recu- Biopsia normal.
rrente atrofia vellosi- Serología positiva
Morfología normal taria con hiperplasia y respuesta
de la mucosa. de criptas y aumen- inmunológica
Pueden presentar to de linfocitos intrae- sugestiva de EC.
alteraciones piteliales a pesar de
histológicas en mantener una DLG
ocasiones que se por 12 meses o más.
recuperan con DLG. La tipo I (sin presen-
cia de células T abe-
rrantes),
la tipo II (con presen-
cia de células T abe-
rrantes) determinado
por inmunofenotipo
por análisis flujomé-
trico de la mucosa in-
testinal.
Adecuada, mantiene Ninguna Adecuada Preventiva Preventiva
la normalidad de la
biopsia.
Cuando los síntomas son claros se puede considerar factible, pero cuando
la presentación es atípica, el riesgo de desarrollar complicaciones aumenta.2,20
Es importante la edad del diagnóstico porque se puede predecir la adapta-
ción al tratamiento; a menor edad, mejor adaptación.
Evaluación psicosocial
Tiene la finalidad de determinar el “riesgo psicosocial” tanto del paciente
como de su grupo familiar que permitirá conocer las dificultades que enfrenta-
rá la familia para el manejo de esta enfermedad, el cumplimiento adecuado del
tratamiento (ver Capítulo 7 y Apéndices 1A y 1B) y su capacidad de respuesta y moviliza-
ción para la resolución de los problemas que se presenten.
Es importante evaluar situación de la familia: cómo está conformada,
carencias, trabajo, ingresos, nivel educativo y cultural, acceso a medios de
comunicación, religión, apoyo de familiares, de la escuela y de amigos, así como
también, las relaciones interfamiliares: cómo afecta la enfermedad en la fami-
lia, problemas entre ellos, solidaridad entre la familia nuclear y la extendida.
Evaluación clínica
Se debe realizar un interrogatorio detallado de los antecedentes persona-
les y familiares y de la historia de la enfermedad.
En el examen funcional se debe investigar:
• Patrón de sueño y vigilia.
• Rendimiento escolar.
• Actividades que practica.
• Sintomatología gastrointestinal: sensación de llenura, dolor abdominal,
vómitos, entre otros.
• Hábito intestinal: característica (color, olor, textura) y frecuencia. Presen-
cia de estreñimiento o diarreas.
Cambios en el carácter: irritabilidad, decaimiento.
También se debe explorar la ingesta de medicamentos, cosméticos y uso
de productos para la higiene bucal, juguetes (plastilinas, témperas, pintadedos
caseros o artesanales), pegas artesanales (engrudos) porque pueden contener
gluten.
Por último, se debe indagar el balance hídrico en caso de diarrea.
capítulo 27 751
Evaluación antropométrica
Se realiza utilizando el método de combinación de indicadores de dimen-
sión corporal e indicadores de composición corporal, como se explica en el
Capítulo 1.
En presencia de edema o deshidratación, el peso y los indicadores de com-
posición corporal se encuentran alterados y deben ser interpretados dentro del
contexto de la situación clínica.
Durante el período de aumento de las pérdidas fecales, el peso y la compo-
sición corporal deben ser determinados diariamente, ya que si el paciente tiene
un aporte de nutrientes adecuado con una pérdida de peso mayor de 3% a 5%,
se está en presencia de una deshidratación leve o de un deterioro del estado
nutricional.
La detención en el crecimiento y la talla baja se encuentran tanto en
pacientes sintomáticos clásicos, como en la presentación atípica de la enfer-
medad (30%).
La causa es una alteración en las proteínas del eje hormona de crecimiento
(HC)- IGF1 y las proteínas que unen a la IGF1 (IGFBP) debido a la malabsor-
ción y alteraciones en la secreción de la HC Las proteínas inhibitorias IGFBP1 y
IGFBP2 se encuentran elevadas y la IGFBP3 (transporta a la IGF1) disminuida.
Las proteínas que unen a la hormona de crecimiento (GHBP) específicamente
la 2 se encuentra disminuida cuando la enfermedad está activa, sugiriendo una
disminución en la expresión del receptor de la HC22 con su consecuente efecto
sobre el eje de estas proteínas.
El descarte de la EC debe hacerse en todo paciente con detención de cre-
cimiento por más de un año.
Evaluación dietética
Se realiza como se describe en el Capítulo 1 y en el Apéndice 2A.
752 nutrición en pediatría
Evaluación bioquímica
Los valores bioquímicos pueden alterarse por la enfermedad y por la inges-
tión de macro y micronutrientes. A continuación se presentan las pruebas de
laboratorio y las alteraciones más frecuentes por la malabsorción:
• hemograma : hemoglobina baja, microcítica e hipocrómica por déficit de hie-
rro, o macrocítica por déficit de ácido fólico principalmente, o por déficit
de vitamina B12 por insuficiencia del páncreas exocrino y alteración en la
mucosa ileal.
• ferritina , hierro y saturación de transferrina : bajas.
• colesterol : hipocolesterolemia.
• proteínas séricas ; disminución de prealbúmina (muy frecuente) y de la
albúmina.
capítulo 27 753
• electrolitos y equilibrio ácido base : hipopotasemia y acidosis metabó-
lica.
• calcio: hipocalcemia, alteración de fósforo, magnesio y fosfatasa alcalina,
dependiendo de la fase del raquitismo. Solicitar paratohormona principal-
mente en diagnósticos tardíos o en adolescentes, porque se puede encon-
trar hiperparatiroidismo secundario por la malabsorción que se relaciona
con osteopenia.
• vitaminas liposolubles : hipovitaminosis A, D y E. Déficit complejo B en
desnutrición. Solicitar pruebas de coagulación por posible déficit de vita-
mina K.
• carotenos : hipocarotinemia.
• pruebas de malabsorción intestinal alteradas : Sudán III, prueba de
d-xilosa, sangre oculta en heces.
• coprocultivo.
• pruebas inmunológicas : puede presentarse hipoganmaglobulinemia A
o elevación de Ig A y G.
• oligoelementos : déficit de zinc.
• hormonas : IGF1 y IGFBP3 disminuidas en pacientes con detención en el
crecimiento, así como IGFBP1 y IGFBP2 elevadas.
Evaluación funcional
Incluye:
• velocidad de peso y talla . Se debe realizar cuando se dispone de datos de
pesos y tallas anteriores a la primera evaluación para establecer detención
del crecimiento (duración e intensidad), así como la respuesta a la interven-
ción nutricional. Los niños con mayor compromiso del intestino frecuente-
mente presentan detención del crecimiento, lo que requiere seguimiento
periódico y soporte nutricional.
• maduración ósea . Se realiza en todos los niños que tienen afectación de la
talla y su interpretación se realiza como se explica en el Capítulo 1. Se puede
conseguir retardo en la maduración o maduración normal, dependiendo de
la cronicidad de la enfermedad al momento del diagnóstico e inicio del tra-
tamiento.
• maduración sexual . Se realiza como se explica en el Capítulo 1. En los esco-
lares con deterioro prolongado del estado nutricional se puede presentar
retardo en la maduración sexual, aunque en la mayoría de los casos el desa-
rrollo puberal no parece ser afectado por la enfermedad; se ha reportado
1% de retardo22 en pacientes no tratados donde ocurren alteraciones en las
754 nutrición en pediatría
Tratamiento nutricional
Dieta libre de gluten
Una vez que se tiene el diagnóstico de la EC, se debe instaurar una DLG
tanto para los individuos sintomáticos como para los asintomáticos.8 El térmi-
capítulo 27 755
1. Normalización de la clínica.
2. Normalización funcional.
3. Reparación de la mucosa intestinal.
4. Prevención de complicaciones: linfoma y adenocarcinoma intestinal, osteo-
porosis, infertilidad, abortos y malformaciones congénitas (déficit de ácido
fólico), convulsiones por depósitos de calcio.
mucho más puras que las harinas naturalmente libres de gluten como la harina
de maíz o arroz. Se consiguen en mercados internacionales harinas procesa-
das para elaborar pan, panquecas, tortas, galletas, pizzas además de productos
terminados como pastas, bizcochos, salsas, dulces, brownies y los anteriores
(www.celiac.com/stores.html).
En países europeos como Italia, los pacientes con EC reciben gratis los
productos libres de gluten que les distribuye el Servicio Nacional de Salud.
En nuestro país se consiguen algunos, pero son costosos porque no tienen el
subsidio del Estado.
El registro internacional tolera hasta 5% de granos extraños (trigo) en el
cereal en harinas naturalmente libres de gluten (ejemplo: maíz).
En los Cuadros 27.2 al 27.4 se ofrece un listado de los alimentos clasificados por
su contenido de gluten.29
Igualmente, dentro de las situaciones difíciles de controlar, se encuentra
la posibilidad de contaminar algún alimento libre de gluten al prepararlo o
cocinarlo en el mismo lugar o sobre la misma base de un alimento con gluten,
ejemplo: arepa de maíz que se fríe en un aceite donde previamente se frieron
tequeños de harina de trigo.
Las familias deben ser cuidadosamente instruidas en el hábito de la lec-
tura del etiquetado de productos y en la identificación de aquellos procesados
que puedan contener formas ocultas de gluten; por ejemplo, la malta o el ger-
men de trigo como saborizantes. Leer la etiqueta no es garantía para evitar el
consumo de gluten, ya que no siempre se especifica el cereal de origen en los
términos: cereal, harina, almidón, almidón modificado, espesantes, proteína,
fécula o sémola, es decir, no se especifican si provienen de maíz, avena, papa o
trigo, por ejemplo.
• Trigo, cebada, centeno, triticale y sus productos derivados: panes, harinas, pasteles,
galletas, bizcochos, masas, germen de trigo y otros productos de panadería y pastele-
ría; couscous y polvo de hornear.
• Pizza, pastas de sémola, sopas enlatadas, salsas con cremas, macarrones, espaguetis.
• Leches malteadas o achocolatadas, higos secos, barquilla de helados.
• Polvos para bebidas instantáneas, vinagre de trigo.
• Infusiones o bebidas preparadas con los cereales anteriores.
• Malta, cerveza, whisky, bebidas malteadas, agua de cebada, algunos licores hechos de
alcohol de cereales, vinos y brandys con colorantes y preservativos.
capítulo 27 759
• Arroz, maíz, jojoto, papa, soya, yuca, plátano, amaranto, sorgo, mijo, castaña,
quinoa, fava.
• Harinas de arroz, maíz, soya, papa, yuca, plátano, sorgo, mijo, almendra,
garbanzo, algarrobo, castaña, maicena, polenta, quinoa.
• Productos derivados de las harinas anteriores (pan, galletas, tortas, pastas,
pasteles) hechos en casa, o de productos industrializados importados la mayoría
de Europa y Estados Unidos, con escasa distribución y costo elevado.
• Leches y sus derivados; quesos duros, añejados, mantequilla y yogur natural,
tofu, nata, requesón, cuajada, leche descremada, condensada y evaporada.
• Carnes de res y cochino, pescados, aves, mariscos y huevos. Salchichas
elaboradas en carnicerías, tocineta, jamón serrano.
• Verduras, hortalizas, tubérculos, frutas naturales, guisantes, granos, semillas de
sésamo, almendra, pistacho, maní, avellana, frutos secos que no contienen polvo
blanco; quinchoncho, lentejas, caraotas.
• Azúcar, miel, papelón, coco, aceite, margarina, sal, vinagre de vino o frutas o
maíz, crema de leche, levadura sin gluten, bicarbonato de sodio, cremor tártaro,
cacao, azúcar pulverizada, jarabe de glucosa, goma arábiga.
• Especias naturales, agar, linaza, lecitina, canela, vainilla, café en grano y polvo,
especias en rama, té natural, manzanilla, aceitunas.
760 nutrición en pediatría
Desayuno
Leche Maicena con leche Leche Arroz con leche Atol de arroz con leche
Empanada de queso Perico Queso Paisa rallado Queso amarillo rallado Queso blanco rallado
Ración de cambur Arepas fritas Tajadas Arepas asadas Puré de batata
Batido de parchita Batido de piña Ración de patilla Jugo de naranja
Ración de melón Ración de piña Ración de lechosa
Merienda
Batido de patilla Batido de guayaba Batido de melón Batido de lechosa Batido de guayaba
Papitas fritas Cotufas Tostones Batata frita Buñuelos de maíz
Almuerzo
Pollo guisado Arroz con pollo Albóndigas en Milanesa de pollo a Tortilla con queso
salsa natural. la plancha. y cebolla.
Arroz blanco Plátano horneado Arroz con zanahoria Puré de papas Arroz blanco
Tajadas Jugo de zanahoria Ensalada de pepino/ Ensalada de repollo/ Ensalada de lechuga/
con naranja tomate con mayonesa zanahoria/piña. tomate/aguacate
Ensalada de remolacha/ Ración de fruta Batido de lechosa Batido de parchita Batido de piña
nutrición en pediatría
Una vez que el niño se ha recuperado y recibe una dieta libre de gluten,
el tratamiento futuro solo consiste en mantener la dieta. Aunque una dieta sin
gluten elimina 3 de los cereales más consumidos y sus productos, aun se puede
proveer una dieta que aporta la energía y los macro y micronutrientes requeri-
dos a través de una selección variada de alimentos. El gluten no es una proteína
esencial y puede ser sustituido por otras proteínas animales o vegetales.
En el caso de alimentos sin gluten la tecnología alimentaria permite optar
por una variedad que convierte el denominado régimen sin gluten, tan vital en
el tratamiento en la enfermedad celíaca, en una dieta agradable en la que no
falta ni el pan. Internacionalmente se utiliza el símbolo siguiente para indicar
que el producto no contiene gluten (Figura 27.1).
La dieta tradicional venezolana puede cubrir todos los requerimientos
nutricionales; en nuestro país los cereales y almidones de consumo masivo son
el arroz y el maíz, además de los plátanos, granos y tubérculos como la yuca, la
papa, el apio, ocumo, ñame, mapuey, lairén, ocumo chino y la batata.
El especialista en nutrición debe ayudar al paciente en la búsqueda de
opciones de menús que con los mismos ingredientes le ofrezcan una varie-
dad de preparaciones para las distintas comidas del día a través de la semana,
siempre respetando los hábitos de la familia que se correspondan tanto con la
disponibilidad de alimentos de la zona, como con la disponibilidad económica
del grupo familiar al cual pertenece.
En el Cuadro 27.7 se ofrece una variedad de menú para 1 semana por el método
de la exclusión.29
Los pacientes con patologías crónicas se benefician del apoyo que puedan
prestarse entre ellos, la comunidad de pacientes celíacos en nuestro país cuen-
ta con el grupo: Fundación “Somos Celíacos”, desde el año 2001, el cual maneja
información vivencial valiosa que se desprende de sus propias experiencias; se
pueden contactar a través de www.celiacosvenezuela.org.ve.
Es importante instruir a los familiares y al paciente acerca del registro de
los líquidos y alimentos sólidos consumidos durante el día, en especial durante
el período de adaptación intestinal y en los casos de aumento de las pérdidas.
capítulo 27 765
Esto permitirá evaluar el alimento que desencadena esta eventualidad o los que
conlleven a malestar abdominal, flatulencia, vómito, sensación de llenura, entre
otros, para identificar la causa de la sintomatología y hacer las correcciones.
También se debe llevar un registro diario del volumen de las pérdidas feca-
les, así como también las características y el horario de las mismas. Estos dos
registros deben analizarse en conjunto para determinar de manera práctica el
efecto de la ingesta sobre la excreción.
Además, se debe tomar en cuenta otros factores externos como situacio-
nes de estrés o procesos infecciosos que incrementen la motilidad y secreción
intestinal, lo que produce el aumento de las pérdidas.
Suplementación de micronutrientes
Dependiendo de los resultados de laboratorio, muy posiblemente necesi-
tarán suplementación de ácido fólico, hierro y calcio principalmente. La suple-
mentación de vitaminas liposolubles y zinc también puede ser requerida de
acuerdo con el grado de malabsorción y de los resultados de laboratorio. El
tiempo de suplementación será individualizado, la clínica y el laboratorio orien-
tarán a tomar la decisión.
Indiscutiblemente la recuperación corporal de estos micronutrientes
dependerá del grado de cumplimiento de la dieta y de todas las recomendacio-
nes que se le ofrecen al paciente.
Las dosis de hierro, calcio y del ácido fólico se indican como se señala en el
Apéndice 8. Las vitaminas liposolubles como se señala en el Capítulo 32 y el zinc entre
1 mg/kg/día a 2 mg/kg/día.
tham, la goma arábiga y la goma guam; estas dos últimas en una proporción
de 1 cucharadita por taza de harina para elaborar pan, pizza, tortas y pon-
qués y ½ cucharadita o menos por taza de harina para galletas.
• Cuando se hornea con harinas libres de gluten, a veces se dora prematura-
mente cuando todavía no se ha cocido por dentro. Para evitar esto, se cubre
la preparación con papel de aluminio hasta que se cocine el centro de la masa
y se cocina a fuego bajo y por mayor tiempo.
• Para reducir el endurecimiento de la masa hecha con harinas libres de
gluten, se usa 1½ − 2 veces la cantidad de agua recomendada en recetas
modificadas.
• Para que las galletas y ponqués no se agrieten y permanezcan suaves luego
de hornearlos, se deben mantener por 10 minutos dentro del horno apaga-
do antes de sacarlos al exterior.
• La harina de soya tiene un sabor fuerte y es preferible usarla combinada con
otras harinas. La harina de arroz tiene una textura granulada; para suavi-
zarla se mezcla bien con el líquido (tibio) que contenga la receta, se espera
que se enfríe la mezcla y se le añaden los otros ingredientes. La harina de
papa se debe utilizar en tortas esponjosas.
• La harina de papa y la maicena son buenos espesantes. Al combinarlas con
harina de arroz suavizan la masa. La harina de maíz se usa para empanizar
carnes, pescados y mariscos. Si se combina con una cantidad igual de hari-
na de papa o de arroz, es un excelente sustituto de la harina de trigo.
• El puré de manzana en las masas, ayuda a mejorar el sabor y textura en las
preparaciones que requieren de horneado.
• Las preparaciones tipo panes, bollos, etc., mejoran su presentación si se ela-
boran por ración individual.
• El producto que se utilice como levadura, debe ser disuelto en el líquido
de la preparación antes de agregarlo a los otros ingredientes, para permi-
tir que levante la masa, especialmente cuando la harina es gruesa: arroz,
soya, maíz.
• Para que las tortas permanezcan suaves deben ser congeladas o guardadas
en un recipiente herméticamente cerrado.
• No se pueden ingerir alimentos naturales libres de gluten que fueron coci-
nados junto con alimentos con gluten, o fritos en el mismo aceite donde se
frieron alimentos con gluten, ni que estuvieron en contacto con utensilios
que fueron utilizados para preparar alimentos con gluten.
capítulo 27 767
Medicamentos
La Comunión
Referencias bibliográFIcas