Este documento contiene dos poemas que hablan sobre la paz y el consuelo que se encuentra en Cristo, y la esperanza en su regreso. El primer poema describe la paz interior que da Cristo y lo dulce que es confiar solo en él. El segundo poema habla de la espera del día cuando Cristo regresará y terminará todo trabajo y aflicción, y se estará con él para siempre en su reino.
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Este documento contiene dos poemas que hablan sobre la paz y el consuelo que se encuentra en Cristo, y la esperanza en su regreso. El primer poema describe la paz interior que da Cristo y lo dulce que es confiar solo en él. El segundo poema habla de la espera del día cuando Cristo regresará y terminará todo trabajo y aflicción, y se estará con él para siempre en su reino.
Este documento contiene dos poemas que hablan sobre la paz y el consuelo que se encuentra en Cristo, y la esperanza en su regreso. El primer poema describe la paz interior que da Cristo y lo dulce que es confiar solo en él. El segundo poema habla de la espera del día cuando Cristo regresará y terminará todo trabajo y aflicción, y se estará con él para siempre en su reino.
Este documento contiene dos poemas que hablan sobre la paz y el consuelo que se encuentra en Cristo, y la esperanza en su regreso. El primer poema describe la paz interior que da Cristo y lo dulce que es confiar solo en él. El segundo poema habla de la espera del día cuando Cristo regresará y terminará todo trabajo y aflicción, y se estará con él para siempre en su reino.
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409. iOH QUE AMIGO NOS ES CRISTO! 399.
EN LOS NEGOCIOS DEL REY
1. ¡Oh qué amigo nos es Cristo! 1. Soy peregrino aquí, mi hogar lejano está El llevó nuestro dolor, En la mansión de luz, eterna paz y amor; Y nos manda que llevemos Todo a Dios en oración. Embajador yo soy del reino celestial ¿Vive el hombre desprovisto En los negocios de mi Rey. De paz, gozo y santo amor? Esto es porque no llevamos CORO Todo a Dios en oración Este mensaje fiel oíd, 2. ¿Vives débil y cargado mensaje de su paz y amor; De cuidados y temor? "Reconciliaos ya," dice el Señor y Rey, A Jesús, refugio eterno, Dile todo en oración. ¡Reconciliaos hoy con Dios! ¿Te desprecian tus amigos? 2. Y del pecado vil, arrepentidos ya, Cuéntaselo en oración; En sus brazos de amor tierno Han de reinar con él los que obedientes son; Paz tendrá tu corazón Es el mensaje fiel que debo proclamar, 3. Jesucristo es nuestro amigo, En los negocios de mi Rey. De esto prueba nos mostró, Pues sufrió el cruel castigo 3. Mi hogar más bello es que el valle de *Sarón, Que el culpable mereció. Gozo y eterna paz habrá por siempre en él, El castigo de su pueblo Y allí Jesús dará eterna habitación, En su muerte él sufrió; Es el mensaje de mi Rey. Cristo es un amigo eterno; ¡Sólo en él confío yo! 477. PAZ, PAZ, CUAN DULCE PAZ 132. YO SOLO ESPERO ESE DIA 1. En el seno de mi alma una dulce quietud Se difunde inundando mi ser, 1. Yo sólo espero ese día cuando Cristo volverá, Una calma infinita que sólo podrán Yo sólo espero ese día cuando Cristo volverá. Los amados de Dios comprender. Afán y todo trabajo para mí terminarán, Cuando Cristo venga, a su reino me llevará. CORO Cuando Cristo venga, a su reino me llevará. ¡Paz!, ¡paz!, ¡cuán dulce paz! Es aquella que el Padre me da; 2. Ya no me importa que el mundo Yo le ruego que inunde por siempre mi ser, me desprecie por doquier, En sus ondas de amor celestial. Ya no soy más de este mundo, 2. Qué tesoro yo tengo en la paz que me dio, soy del reino celestial. Y en el fondo del alma ha de estar Yo sólo espero ese día cuando me levantaré Tan segura que nadie quitarla podrá De la tumba fría con un cuerpo ya inmortal. Mientras miro los años pasar. De la tumba fría con un cuerpo ya inmortal. 3. Sin cesar yo medito en aquella ciudad Do al Autor de la paz he de ver, 3. Entonces allí triunfante y victorioso estaré, Y en que el himno más dulce que habré de cantar A mi Señor Jesucristo cara a cara le veré. De su paz nada más ha de ser. Allí no habrá más tristezas, ni trabajos para mí, 4. Alma triste que en rudo conflicto te ves, Con los redimidos al Cordero alabaré. Sola y débil tu senda al seguir, Con los redimidos al Cordero alabaré. Haz de Cristo tu amigo, pues fiel siempre es, ¡Y su paz tú podrás recibir!