Los Genocidios en La Biblia
Los Genocidios en La Biblia
Los Genocidios en La Biblia
Veamos lo que dijo el Señor Jesucristo en Lucas 13:1-5 “Por aquel mismo
tiempo fueron unos a ver a Jesús, y le contaron que Pilato había mezclado la
sangre de unos hombres de Galilea con la sangre de los animales que ellos
habían ofrecido en sacrificio. 2 Jesús les dijo: «¿Piensan ustedes que esto les
pasó a esos hombres de Galilea por ser ellos más pecadores que los otros de
su país? 3 Les digo que no; y si ustedes mismos no se vuelven a Dios, también
morirán. 4 ¿O creen que aquellos dieciocho que murieron cuando la torre de
Siloé les cayó encima eran más culpables que los otros que vivían en
Jerusalén? 5 Les digo que no; y si ustedes mismos no se vuelven a Dios,
también morirán.»”
Es el juicio de Dios.
—Maestro, ¿por qué nació ciego este hombre? ¿Por el pecado de sus padres,
o por su propio pecado?
3
Jesús les contestó:
—Ni por su propio pecado ni por el de sus padres; fue más bien para que en
él se demuestre lo que Dios puede hacer. 4 Mientras es de día, tenemos que
hacer el trabajo del que me envió; pues viene la noche, cuando nadie puede
trabajar. 5 Mientras estoy en este mundo, soy la luz del mundo.”
Así lo expresó el Señor Jesucristo, Mateo 13:9-17 “9 El que tenga oídos para
oír, que escuche y entienda». 10 Sus discípulos vinieron y le preguntaron:
—¿Por qué usas parábolas cuando hablas con la gente?
11
—A ustedes se les permite entender los secretos[a] del reino del cielo—les
contestó—, pero a otros no. 12 A los que escuchan mis enseñanzas se les dará
más comprensión, y tendrán conocimiento en abundancia; pero a los que no
escuchan se les quitará aun lo poco que entiendan. 13 Por eso uso estas
parábolas: Pues ellos miran, pero en realidad no ven. Oyen, pero en realidad
no escuchan ni entienden. 14 De esa forma, se cumple la profecía de Isaías
que dice: “Cuando ustedes oigan lo que digo, no entenderán. Cuando vean lo
que hago, no comprenderán. 15 Pues el corazón de este pueblo está
endurecido, y sus oídos no pueden oír, y han cerrado los ojos, así que sus
ojos no pueden ver, y sus oídos no pueden oír, y su corazón no puede
entender, y no pueden volver a mí para que yo los sane”. 16 »Pero benditos
son los ojos de ustedes, porque ven; y sus oídos, porque oyen. 17 Les digo la
verdad, muchos profetas y muchas personas justas anhelaron ver lo que
ustedes ven, pero no lo vieron; y anhelaron oír lo que ustedes oyen, pero no
lo oyeron.”