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Expo Filosofía de La Naturaleza

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I PARTE: ASPECTOS HISTÓRICOS DE GALILEO GALILEI

A. Nació en la ciudad de Pisa (Italia), en el seno de una familia de comerciantes. A los


diez años de edad, sus padres se trasladaron a Florencia, dejándolo al cuidado de un
vecino religioso que acabaría introduciéndole en la vida eclesiástica. Pocos años más
tarde, tan pronto como se enteró; su padre, un hombre no muy devoto, sacó a su hijo
del convento en el que se hallaba y lo inscribió en la Universidad de Pisa para que
estudiara medicina
B. El joven Galileo, sin embargo, no encontró en la medicina su vocación. Además, su
poca tolerancia hacia la autoridad, la ignorancia y la falta de espíritu crítico de sus
profesores, le condujo a abandonar la universidad a los 21 años y a centrarse en su
verdadera vocación: la física. 
C. Con 25 años, tras hallar algunos importantes descubrimientos en el campo de la
mecánica, consiguió una plaza de profesor de matemáticas en la Universidad de Pisa.
A partir de ese momento, comenzó a compaginar la docencia con la investigación y la
invención de nuevo instrumental científico.
D. Galileo construyó su propio telescopio, superando en poco tiempo la resolución y
posibilidades del instrumento original. El éxito de sus telescopios no solo le reportó
fama por toda Europa y un puesto vitalicio en la Universidad de Padua, gracias a
ellos, comenzó a observar los astros y aglutinar pruebas que acabarían
apoyando la teoría heliocéntrica que Nicolás Copérnico formuló un siglo antes.

II PARTE: GESTACIÓN DEL HELIOCENTRISMO EN GALILEO GALILEI

. Este es uno de esos momentos del estudio de la ciencia que produce una cierta «apatía» en el
teólogo. Esto también manifiesta la autonomía que hay entre ambas disciplinas

La naturaleza irá cerciorando en Galileo la idea de que La filosofía [natural] está escrita en este
grandísimo libro que continuamente tenemos abierto delante de los ojos (lo digo del universo)
pero que no se puede entender si antes no se enseña a comprender la lengua, y a reconocer los
caracteres con los cuales está escrito.

Galileo a Kepler Y lo haré con mucho gusto ya que desde hace muchos años he llegado a la opinión
copernicana y en esta hipótesis he encontrado la explicación de muchos fenómenos naturales, que
ciertamente en la hipótesis corriente quedan inexplicables.

Esto abría la puerta a la posibilidad de pensar que otros cuerpos distintos de la Tierra (por qué no
el Sol) fuesen centro de rotación de otros planetas. Es más, para aquéllos que ya les parecía
extraño el doble movimiento de la Luna, primero alrededor de la Tierra y después con ella otro
alrededor del Sol, se presentaba un caso aún más complejo, cuatro satélites que giran alrededor
de Júpiter y con Júpiter realizan la vuelta al Sol en doce años.

III CONCEPCIÓN CLÁSICA DEL MUNDO

Descubre que hay muchas más estrellas de las que se ven a simple vista. Muestra que en la Luna
hay montañas y valles como los de la Tierra. Quizás el hallazgo más fascinante fue el
descubrimiento de las cuatro principales lunas de Júpiter. Por primera vez en la historia se
encontraban cuerpos que rotaban alrededor de otro planeta que no era la Tierra. Es decir, que la
Tierra perdía el privilegio de ser el único centro de rotación.
IV GALILEO Y LOS ASTRONOMOS

Veamos ahora cuáles son los argumentos astronómicos de Galileo para defender el heliocentrismo
y cuáles eran las principales objeciones que le plantearon los astrónomos de su época: Galileo
puede argumentar a su favor lo siguiente:

1.- En el sistema heliocéntrico los cálculos de las órbitas de los cuerpos celestes son mucho más
sencillos de realizar, ya que no es necesario añadir epiciclos sobre las órbitas (como en el caso del
sistema ptolemaico).

Descubrir que Júpiter era el centro de rotación de unos satélites, hacía más factible que otros
cuerpos que no fueran la Tierra (en este caso el Sol), también pudieran ser ejes de rotación.

3.- Si el Sol está en el centro, entonces la Luna realiza un doble movimiento de rotación: uno
alrededor de la Tierra y después con la Tierra una traslación en torno al Sol. Pero eso parece un
comportamiento poco natural según la lógica aristotélica para la que el éter siempre gira
circularmente alrededor del centro del universo. A esa objeción Galileo responde presentando la
existencia de un sistema de doble rotación aún más complejo y que se da incluso en el
geocentrismo: los cuatro satélites de Júpiter.

4.- Las fases de Venus se pueden explicar fácilmente si la Tierra y Venus giran alrededor del Sol
(aunque esto pudiera parecer un argumento decisivo a favor del copernicanismo, las fases de
Venus son igualmente explicables des del sistema de Tycho Brahe)

. 5.- Galileo también creía que el fenómeno de las mareas era una consecuencia de la rotación de
la Tierra sobre sí misma, y por tanto una prueba indirecta del heliocentrismo. Ahora sabemos que
las mareas son provocadas por la atracción gravitatoria de la Luna sobre los océanos.

La hipótesis copernicana tenía los siguientes argumentos en contra que Galileo no supo contestar:

1.- La experiencia ordinaria de los sentidos indica que es el Sol el que se mueve, mientras la Tierra
está quieta.

2.- Si la Tierra orbitara alrededor del Sol entonces se movería a gran velocidad con lo que si
lanzáramos un proyectil verticalmente, entonces tendría que caer al suelo en otro lugar (pero la
experiencia no dice eso).

3.- El principal argumento astronómico en contra del heliocentrismo era la falta de paralaje,
expliquémoslo: Si la Tierra se mueve alrededor del Sol, entonces la distancia existente entre una
estrella fija de la bóveda celeste y la Tierra irá variando a lo largo del año (en unos meses estará
más cerca y en otros más lejos)

Una consecuencia de esta paralaje es que el ángulo que se percibe desde la Tierra entre dos
estrellas fijas también irá variando a lo largo del año La mayor diferencia de ángulo del 23 de
marzo, la encontraremos el 23 de diciembre (seis meses después), ya que es la posición de la tierra
más alejada posible del 23 de marzo. En el dibujo se puede apreciar cómo el ángulo superior es
mayor que el ángulo inferior. Galileo hizo los cálculos pero le salía el mismo ángulo (es decir el
resultado esperado si la Tierra estuviera en el centro del cosmos). La falta de paralaje era un
argumento en contra del heliocentrismo y un argumento que reforzaba el geocentrismo.
Como vemos Galileo podía aportar argumentos astronómicos substanciales a favor del
copernicanismo, aunque no pruebas definitivas e irrefutables.

V PARTE:

El grupo de adversarios más activos con el que se topó Galileo fueron los filósofos aristotélicos.
Como ya hemos visto los nuevos descubrimientos ponían en entredicho la filosofía natural de
Aristóteles.

Por otra parte, la afirmación del heliocentrismo sacude con gran fuerza el equilibrado edificio de la
metafísica. Ahora el Sol está en el centro y la Tierra se encuentra en el tercer cielo.

¡La Tierra está en el cielo! Si aceptamos el copernicanismo entonces, a la luz de Aristóteles, en el


centro tenemos el Sol compuesto por éter, después Mercurio y Venus, en la tercera esfera la
Tierra formada por los cuatro elementos, y después otra vez éter con el resto de planetas y las
estrellas fijas. Esta distribución es intolerable desde la física aristotélica.

el heliocentrismo no pasa la prueba del movimiento natural: en el supuesto que se desplazara la


Tierra hasta el tercer cielo, ésta no podría mantenerse en él, ya que su tendencia natural la
atraería hacia el centro del universo que es su lugar de reposo y el único en el que permanece en
equilibrio. A oídos de los filósofos aristotélicos este tipo de afirmaciones resultaban quiméricas.
Por eso se decía que el heliocentrismo era filosóficamente falso (Prof. Emili Marlés Romeu, en su
artículo Galileo ciencia y religión)

podemos comprender que la pretensión de Galileo de que sus observaciones y teorías


astronómicas versaran sobre la constitución real del cosmos, siendo algo más que meras hipótesis
geométricas, sonara, en oídos de muchos, a desmesurada presunció.

“Me parece que usted y el señor Galileo deberían contentarse con hablar prudentemente ex
suppositione y no de modo absoluto, como yo siempre he creído que lo hacía Copérnico. Porque
decir que, imaginando que la Tierra se mueva y el Sol esté quieto se salvan todas las apariencias de
un modo mejor que poniendo excentricidades y epiciclos, está muy bien dicho, y no hay ningún
peligro, y esto basta al matemático pero querer afirmar que realmente el Sol está en el centro del
mundo, y sólo gire sobre sí mismo sin correr de oriente a occidente, y que la Tierra esté en el
tercer cielo y gire con suma velocidad en torno al Sol, es cosa muy peligrosa no sólo por irritar a
todos los filósofos y escolásticos, sinotambién por comprometer a la santa fe con hacer falsa las
Santas Escrituras.”. cardenal Bellarmino.

Galileo creía en la verdad del copernicanismo; es decir, que éste se adecuaba a la realidad
cósmica. De hecho, el drama de su vida, en gran parte, es consecuencia de esta defensa acérrima
de la realidad del heliocentrismo.

Galileo era consciente que se tenía que crear una nueva filosofía natural, y puso mucho empeño
en ello (de ahí su esfuerzo por el estudio de la mecánica).

vemos cómo el heliocentrismo no supone únicamente una operación geométrica por la que
trasladamos el eje de rotación desde la Tierra hasta el Sol, sino que es una afirmación con la que
se derrumba la cosmovisión antigua y medieval. Nos encontramos en uno de esos pocos
momentos históricos en los que se produce un cambio de horizonte, siendo el origen y catalizador
de este cambio, en buena parte, la nueva física que se va constituyendo.

Cambia la visión de la estructura del mundo, pero con ella también cambia la posición del
hombre en él. Ahora ya no ocupa el centro geográfico, sino que vive en la periferia. En la antigua
cosmovisión la teología afirmaba la centralidad del hombre y la estructura del cosmos la expresaba

Relacion heliocentrismo- Sagrada Escritura

Galileo conoció esta carta y quiso contestarla, aunque de manera indirecta, con una epístola
dirigida a la gran duquesa Cristina de Lorena. Es en esta elaborada carta donde el pisano expone
con mayor profundidad su pensamiento sobre la relación entre las ciencias naturales
y la Biblia. También pretende mostrar en ella cómo el sistema copernicano no es incompatible
las Sagrada Escrituras.

Según Galileo el principal argumento de sus adversarios para condenar la movilidad de la


Tierra y la estabilidad del Sol es el siguiente: Que leyéndose en muchos párrafos de las Sagradas
Escrituras que el Sol se mueve y la Tierra se encuentra inmóvil, y no pudiendo ellas jamás mentir o
errar, de ahí se deduce que es errónea y condenable la afirmación de quien pretenda postular que
el Sol sea inmóvil y la Tierra se mueva.

Para Galileo los problemas planteados por las ciencias naturales se tienen que estudiar a
través de los sentidos y las demostraciones científicas, y no a través de las Escrituras. Hemos
visto que cuando la Sagrada Escritura habla sobre aspectos de la naturaleza, lo hace utilizando
un registro coloquial (no científico) ya que su objetivo no es el de revelar las leyes naturales,
sino aquello que es necesario para nuestra salvación. El conocimiento científico supone
desentrañar las leyes naturales que Dios ha inscrito en su creación y eso se realiza con la razón,
a través de un arduo proceso de investigación.

Para Galileo es de esperar que no haya contradicción entre lo que nos dice la Escritura y la
ciencia ya que ambas tienen un mismo autor, el Verbo Divino, y por eso ambas son portadoras
de verdad. Para él, Dios no se revela de manera menos excelente en la naturaleza que en las
escrituras. Por eso él mismo nos dice que

Así las cosas, me parece que, al discutir los problemas naturales, no se debería partir de la
autoridad de los pasajes de la Escritura, sino de la experiencia de los sentidos y de las
demostraciones necesarias. Porque la Sagrada Escritura y la naturaleza proceden igualmente del
Verbo divino, aquella como dictado del Espíritu Santo, y ésta como la ejecutora perfectamente fiel
de las órdenes de Dios… Pues las palabras de la Escritura no están constreñidas
a obligaciones tan severas como los efectos de la naturaleza, y Dios no se revela de modo
menos excelente en los efectos de la naturaleza que en las palabras sagradas de las
Escrituras

Va reforzando su argumento mostrando cómo la Biblia casi no habla de astronomía. Por ejemplo,
nunca cita los nombres de los planetas (a excepción de Venus nombrado sólo dos veces). Si los
profetas hubiesen tenido la pretensión de comunicar verdades sobre el cielo, no hubiesen sido tan
parcos en su exposición.
Galileo pide una legítima autonomía para el estudio de la naturaleza, sin ver en este estudio una
oposición a la revelación de Dios

Los teólogos contrarios a la tesis copernicana consideraban el geocentrismo como una cuestión de
fide. Pero en esta epístola el gran empeño de Galileo ha sido el de demostrar todo lo contrario: el
geocentrismo no es de fide. Para argumentarlo Galileo hizo un amplio uso de la Sagrada Escritura y
de los Padres de la Iglesia. Hacia el final de la carta, Galileo reforzará su postura haciendo uso de
argumentos sacados del campo de la astronomía.

No acoger el conocimiento que nos proporciona el estudio de la naturaleza es cerrar los


ojos a la gloria de Dios que se manifiesta en ella. La creación es un misterio que cuanto más
o escrutamos, más nos desvela la sabiduría de su Creado

¿Por qué se condenó a Galileo?


PROCESO DE 1616
• Galileo había acabado de sostener la teoría propuesta en la antigüedad por los pitagóricos
y en la época moderna por Copérnico
• La tierra no es el centro del mundo, gira sobre sí alrededor del Sol, lo mismo que los del
sistema solar.
• Parecía ir en contra la bibilia, donde se dice que la tierra es quieta y el sol se mueve de
acuerdo a la experiencia.
• Pleno Concilio de Trento (Católico no admitir interpretaciones de la Biblia que se aparten
de los Santos Padres)
• Descubrimientos astronómicos, para criticar la física aristotélica y apoyar el heliocentrismo
copernicano.
• En esos momentos la Iglesia era sensible ante los que interpretaban por su cuenta la
Biblia, apartándose de la Tradición. Galileo se defendió de quienes decían que el
heliocentrismo era contrario a la Biblia, explicando el por qué no lo era, explicando esto se
ponía hacer de teólogo, lo cual era considerado como peligroso, sobre todo como en este
caso, uno se apartaba de las interpretaciones tradicionales.
• La cosmovisión tradicional, que colocaba a la Tierra en el centro del mundo, parecía estar
con la experiencia ordinaria: vemos que se mueve el sol, la luna, los planetas y las
estrellas. Si la tierra se moviera, deberían suceder cosas que no suceden: proyectiles
tirados hacia arriba caerían hacía atrás, no se sabe cómo estarían las nubes unidas a la
tierra sin quedarse también atrás, se debería notar un movimiento tan rápido.
• En un acto publico del Derecho de la Congregación de Índole, no se dice que la doctrina
heliocéntrica sea herética.

• Galileo siguió aceptando el heliocentrismo

• El Papa Pablo V ordenó a Roberto Bellarmino amonestar a Galileo advirtiéndole


abandonar la doctrina, ya que si no lo hacia, el comisario del Santo Oficio delante de
testigos y secreatrios se le ordenaría que abandonase esta doctrina y si no acepta se le
encarselace

• Galileo entendió que no podría argumentar a favor del copernicanismo y así lo hizo
durante 17 años, pero desobedeció el precepto.
PROCESO DE 1633
 Galileo advertía el escándalo que causaría la esa prohibición en el futuro, si se
llegaba a demostrar con certeza que la tierra gira alrededor del sol.
 Publica el Dialogo en torno a los grandes sistemas del mundo, el tolemaico y el
geocentrismo. Su idea principal era a favor del copernicanismo. Dos años
anteriores había ido a Roma para pedir la autorización eclesiástica para imprimirlo
y acude al maestro de Palacio para solicitar el permiso, Niccolo Riccardi no sabía
nada de astronomía, pero era admirado ¡r de Galileo y siempre había tenido el
interés de ayudarlo. Concedió el permiso para que se imprimiera en Florencia.
 En el Santo Oficio negó que la obra estuviera a favor del copernicanismo, pero
había un grupo de teólogos que llegaron a la conclusión que efectivamente la
obra estaba a favor del copernicanismo. Galileo reconoció en el tribunal que
efectivamente la obra estaba a favor del copernicanismo.
 Se le leyó sentencia y fue lo que llevó a que se desarrollará un modo de vivencia
publica humillada.
 Pero gracias a su estadía en Siena, en el Palacio Arzobispal, ayudó mucho a Galileo
a superar las tensiones del pasado.
Final:
Si hacemos un recorrido por el caso Galileo vemos que todo se inicia con los nuevos
descubrimientos que realiza gracias a la invención del telescopio (fases de Venus,
manchas solares, lunas de Júpiter, montañas en la Luna). Estos descubrimientos
ofrecían pruebas a favor del heliocentrismo, aunque éstas no eran irrefutables.

Los nuevos hallazgos ponían en crisis la visión antigua del mundo, y suponían el
derrumbe de la filosofía natural de Aristóteles que reinó durante muchos siglos y que
había influido en todas las ramas del saber (también en la teología)

Los metafísicos fueron los verdaderos enemigos de Galileo, y al no encontrar razones


suficientes para desautorizarlo, llevaron el problema al campo de la Biblia.

Debemos de tener en cuenta que si Galileo hubiese nacido dos siglos antes, todo su caso
se hubiese debatido en un clima mucho más tranquilo. Pero Galileo vive en una época en la que
hay una gran susceptibilidad por las interpretaciones unilaterales de la Biblia al margen de la
Tradición debido a la irrupción del luteranismo. Es el tiempo de la aplicación del Concilio de Trento
en una Europa dividida entre naciones católicas y naciones protestantes que luchan entre sí en la
Guerra de los 30 años (1618-1648).

Consecuencia de todo esto surge un problema en el seno de la Iglesia que ha


tardado un largo tiempo en ser dilucidado: cómo interpretar las afirmaciones naturales de
la Biblia cuando éstas parecen contradecir lo que nos relatan las ciencias naturales.

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