FNE Estudio Mercado Del Gas
FNE Estudio Mercado Del Gas
FNE Estudio Mercado Del Gas
RESUMEN EJECUTIVO
El estudio de mercado que se desarrolla en este documento se enfoca en el mercado del
gas. Abarca todos los eslabones del mercado de gas licuado de petróleo (indistintamente,
“GLP”) y del mercado de gas natural (indistintamente, “GN”). El inicio de este estudio se
fundamentó en una serie de razones que se encuentran en la minuta de lanzamiento de
fecha 23 de noviembre de 20201.
La hipótesis de falta de competencia para este estudio fue la siguiente: “existen espacios
en el mercado del gas que no se encuentran funcionando de forma adecuada desde el
punto de vista de la competencia, lo que estaría provocando que las condiciones
comerciales a las que pueden acceder consumidores mayoristas y minoristas en el país no
sean las óptimas”.
Para el desarrollo del estudio se recopiló información de diversas fuentes, lo que permite
contar con un set de datos inédito para el análisis del mercado del gas. Debe destacarse
que los actores del mercado aportaron la información requerida por la FNE de manera
expedita y completa. Las principales fuentes de información que se tuvieron a la vista para
desarrollar el presente informe fueron las siguientes:
La FNE ha contado con la asesoría permanente de los académicos Juan Pablo Montero
(Pontificia Universidad Católica de Chile) y Eduardo Saavedra (Universidad Alberto
Hurtado). Adicionalmente, el economista de la Universidad de Oxford, Christopher Decker,
1FNE División Estudios de Mercado, «Minuta de lanzamiento del Estudio sobre el Mercado del Gas», Rol
NªEM06-2020, 23 de noviembre de 2020, disponible aquí.
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ha escrito a solicitud de la FNE un informe, adjunto como Anexo A, que describe y analiza
alternativas de política pública para fortalecer la competencia en el mercado del gas en
Chile.
Como antecedente previo y general al análisis del mercado del gas, se debe tener presente
que Chile es uno de los pocos países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (“OCDE”), junto con México, Costa Rica y Colombia, en que el uso del GLP es
de tanta importancia para satisfacer las necesidades de la población. En la mayoría de los
países de la OCDE, el uso del GLP generalmente está reservado para lugares muy aislados
(de baja densidad) o para uso recreacional (camping o parrillas). En Chile, en cambio, la
penetración de la red de GN es tan baja que un 80% de las comunas del país no tiene
acceso a GN. Ello es así incluso en algunas áreas de alta densidad urbana, pese a que en
ellas la penetración de la red de GN es fuerte en casi todos los países de la OCDE. Una
posible explicación de esta diferencia es que, en la mayoría de los países OCDE, en general
las redes de GN se han desarrollado a instancias y como consecuencia de políticas públicas
impulsadas por los Estados para garantizar a la población el acceso a este servicio básico
y de consumo masivo. En Chile, por su parte, la expansión de la red de GN ha dependido
y depende de la iniciativa privada y, por tanto, de los incentivos que para ello entregue el
mercado, con injerencia mínima del poder central. Naturalmente, se trata de una definición
de política pública del Estado de Chile que escapa del ámbito de atribuciones de la FNE,
que en lo que sigue analizará y propondrá recomendaciones para mejorar la competencia
sobre la base de la estructura y dinámicas actuales de la industria del gas en nuestro país.
El análisis del estudio del mercado del gas se dividirá en cuatro secciones. En la primera
se revisará la operación del mercado de GLP, mientras que en la segunda se hará lo propio
con el mercado de GN. Luego, en la tercera sección se analizarán los efectos de la
integración horizontal en los mercados de GLP y GN. Finalmente, se expondrán de manera
resumida las propuestas que la FNE recomienda para cada uno de los problemas
detectados.
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S.A. (“Oxiquim”) (50 m3), que también se encuentra en Quintero, y que cuenta desde el año
2015 con un contrato en virtud del cual su único cliente es Lipigas. Por último, se encuentra
el terminal de Hualpén (40 m3), cuyos propietarios son Gasmar (50%) y Abastible (50%).
Fuera de estos terminales de uso exclusivo, las distribuidoras mayoristas de GLP pueden
acceder a GLP que vende la Empresa Nacional de Petróleo (“ENAP”) -que tiene terminales
e instalaciones que puede utilizar para petróleo o GLP- así como a GLP que proviene de
importaciones desde Argentina, las cuales son principalmente vendidas por YPF.
Existen dos asuntos de interés respecto del funcionamiento de este eslabón de la cadena
de suministro de GLP. El primero es que, al observar el desarrollo histórico de este
mercado, es posible identificar que Lipigas pudo participar en él hasta el año 2015 sin tener
acceso directo a un terminal marítimo, abasteciéndose de distintas maneras incluidas
compras en el mercado secundario nacional e importaciones vía terrestre. Esto resulta
relevante puesto que al menos es un indicio de que, al menos durante el periodo analizado
para este estudio, la falta de acceso directo a usar capacidad en un terminal marítimo
pareciera no haber funcionado como una barrera a la entrada en este mercado. Ello
pareciera en principio seguir siendo el caso, pues a partir de este año, producto de la
desinversión de Gasmar -que además ahora es de propiedad de terceros no integrados en
la industria-, otro distribuidor mayorista de GLP, como es Gasco, estaría participando en el
mercado sin tener acceso directo a un terminal marítimo.
Un segundo asunto de interés es que, al revisar los precios a los que compran GLP los
distribuidores mayoristas, observamos que existe muy poca variación entre ellos. Esta
afirmación es incluso válida para los distribuidores mayoristas de menor tamaño que tienen
presencia en mercados geográficos pequeños, como Gas HN o Gas Maule. Una probable
explicación de este fenómeno puede encontrarse, al menos en parte, en el rol que juega
ENAP, puesto que es una vendedora relevante de GLP y, además, cuenta con plantas de
envasado en algunas localidades del país a las que puede acceder cualquier distribuidor
mayorista de GLP.
Por todo lo anterior, estimamos que, en base a la información analizada y durante el período
que abarca este estudio, es posible afirmar que el hecho de no contar con acceso directo a
un terminal marítimo pareciera no haber constituido una barrera de entrada para la
distribución mayorista de GLP en Chile y, además, que los terminales marítimos parecieran
no haber sido una fuente de exclusión de competidores. Asimismo, estimamos que, en base
a la información analizada y durante el período que abarca este estudio, es posible afirmar
que los distribuidores mayoristas de GLP en Chile parecieran poder acceder y estar
accediendo a precios de GLP en condiciones competitivas.
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En base a la información que se recopiló y analizó durante este estudio, es posible afirmar
que la intensidad competitiva del mercado de GLP en Chile es baja y que el riesgo de
coordinación entre competidores es alto. Esto se debe a factores estructurales del mercado
y tiene un efecto negativo relevante en el precio de comercialización del GLP en nuestro
país.
Para llegar a esta conclusión, entre otras cosas se realizaron dos ejercicios de carácter
económico. En el primero, se caracterizó a nivel teórico la asimetría con la cual una
variación en los costos de adquisición del principal insumo, que es el GLP, es traspasada
a los precios de venta por los distribuidores mayoristas de GLP. Se constató que tal
asimetría per se es costosa para los consumidores, es decir, que las disminuciones en los
costos de adquisición de GLP por parte de las distribuidoras de GLP se traspasan sólo
parcialmente a los consumidores a través de menores precios de venta de GLP. En el
segundo, se realizó un ejercicio de carácter empírico que permite sostener esta conclusión
con aún mayor seguridad.
En lo que sigue de esta sección, se explorarán los factores estructurales que podrían
explicar la baja intensidad competitiva y los riesgos de coordinación entre competidores
existentes en este mercado, y luego se explicarán los ejercicios de carácter económico que
sustentan esta conclusión.
Factores estructurales
En cuanto al primer grupo de factores, nuestro análisis revela que existen elevados niveles
de concentración en la mayor parte de los mercados geográficos o comunas del país.
Adicionalmente, se observa que, tanto a nivel agregado como desagregado, las empresas
son más bien simétricas en términos de sus participaciones de mercado y tienen contacto
en varios mercados geográficos, lo que suaviza las asimetrías presentes a nivel
desagregado, es decir, a nivel de comunas.
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En cuanto al tercer grupo de factores, constatamos que hasta agosto de 2021, es decir,
hasta dos meses atrás, existían en la industria instancias de contacto entre competidores.
Dos grupos económicos, controladores de dos de los tres incumbentes del segmento de
distribución mayorista de GLP, controlaban dos terminales de importación del combustible:
Gasmar y Hualpén.
Un análisis de los precios a través del tiempo permite afirmar que existen dos grandes
periodos de precios de GLP en la ventana de tiempo analizada por el estudio. El primer
tramo va desde principios de 2012 hasta fines del año 2014, en el que los precios rondaron
los $950 el kilogramo de GLP en promedio. El segundo periodo, que se inicia a fines del
año 2014 y que se mantiene hasta el final del periodo estudiado, esto es, el 31 de diciembre
de 2020, en que los precios rondaron los $750 el kilogramo de GLP en promedio.
Esta diferencia de precio entre los dos períodos se encuentra explicada, al menos de
manera cualitativa, por una pronunciada baja en el precio del petróleo a nivel internacional.
Una revisión de la evolución de los precios de este combustible efectivamente permite
observar que existe un primer periodo con un precio que ronda los $600 el kilogramo,
situación que cambia drásticamente a fines del año 2014 cuando el precio baja hasta
aproximadamente $300 el kilogramo. Así, es posible afirmar que la disminución del precio
internacional del petróleo repercutió en una baja del precio del GLP en el país.
3Una entrada escasa no implica que el mercado necesariamente no sea o no haya sido contestable. Sin
embargo, es un aspecto del cual dejamos constancia porque dinamizar la entrada al mercado, en caso de ser
posible, ciertamente ayudaría a reducir los riesgos de coordinación.
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márgenes del mercado, también es posible distinguir dos períodos de tiempo claros. Hasta
fines de 2014, las distribuidoras mayoristas de GLP tenían un margen en torno al 35%. A
partir de fines de 2014 y hasta finales de 2020, el margen de las distribuidoras mayoristas
de GLP sube a un rango que se mueve entre un 50% y 55%.
Las teorías económicas que buscan explicar este fenómeno de aumento de márgenes pese
a la disminución de costos pueden agruparse en tres categorías. Una primera teoría
económica señala que ella se produce por la existencia de costos de ajuste o menú, esto
es, por el costo de tener que modificar la información públicamente disponible sobre los
precios del producto en cuestión. Esta razón parece no aplicarse al mercado en análisis,
puesto que en él los precios normalmente varían de manera periódica. Adicionalmente, esta
teoría es relevante para explicar caídas asimétricas de precios sólo en el corto plazo -ya
que en el mediano o largo plazo la inversión en el ajuste es posible y necesaria en un
mercado competitivo-, cuestión que como se explicó, no ocurre en este mercado dado que
los precios no han bajado proporcionalmente a la disminución de costos desde finales del
año 2014.
Una segunda teoría económica señala que la transmisión asimétrica se produce por la
existencia de costos de búsqueda distintos según el nivel en que se encuentren los costos.
Según esta teoría, la elasticidad de sustitución de los consumidores depende de las
expectativas de costos. En periodos donde se espera que los costos sean altos (menor
dispersión de precios), el consumidor busca menos que en aquellos donde se espera que
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los costos sean bajos (mayor dispersión de precios). Nuevamente esta razón sólo explica
transmisiones asimétricas en el corto plazo, pero no en el mediano o largo plazo como
ocurre en este caso.
Finalmente, una tercera teoría económica señala que el efecto señalado se produce por el
ejercicio de poder de mercado en un escenario caracterizado por una intensidad competitiva
baja. Esta parece ser la tesis que mejor explica lo que se encuentra ocurriendo en este
mercado.
Realizados los ejercicios econométricos necesarios y que pueden verse con mayor detalle
en la Sección III.C.iv., estos muestran que en el mercado nacional del GLP existe evidencia
consistente con un mercado en que la intensidad competitiva es baja.
La baja intensidad competitiva del mercado del GLP en Chile tiene un efecto negativo
relevante en el precio de comercialización del GLP en nuestro país. Para calcular este
efecto calculamos las implicancias que se derivan de que los distribuidores mayoristas de
GLP no hayan traspasado totalmente a los precios del GLP la disminución de costos
producto de la baja en el precio del petróleo a nivel internacional, que tuvo lugar a finales
de 2014, en la misma proporción en que se hacía hasta finales de 2014. Se asumió además
para estos efectos, a falta de otro parámetro mejor, que el margen anterior a finales de 2014
reflejaba un mercado competitivo.
Para tales efectos, tomamos los márgenes promedio en pesos de las distribuidoras
mayoristas de GLP en el último periodo observado (o régimen de precios), que básicamente
considera el año 2020, y los comparamos con los márgenes que se observan entre el año
2012 y 2014. Pudimos observar que los márgenes de las distribuidoras mayoristas de GLP
hoy en día son sistemáticamente superiores a los márgenes a finales del año 2014. En
4Severin Borenstein y Andrea Shepard, «Dynamic Pricing in Retail Gasoline Markets», The RAND Journal of
Economics 27, nº3 (1996): 429–451, disponible aquí.
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efecto, y dependiendo del sub-canal de distribución, esta diferencia de márgenes, que no
fue traspasada al precio del GLP fluctúa entre $136 y $272 por kilogramo para el caso del
GLP envasado, mientras que para el GLP granel fluctúa entre $80 y $106 por kilogramo.
Ello representa el ingreso adicional de los distribuidores mayoristas de GLP producto del
aumento de márgenes que se hace posible debido a la baja intensidad competitiva del
mercado del GLP en Chile. Este dato no representa necesariamente el impacto negativo en
el precio de los cilindros de GLP para los consumidores finales, ya que una parte de ese
margen adicional de los distribuidores mayoristas de GLP es absorbido por los
distribuidores minoristas de GLP. No nos es posible realizar un cálculo totalmente exacto
del impacto en precios para los consumidores finales, puesto que no contamos con los
datos de precio de venta a público de los aproximadamente 5.600 distribuidores minoristas
presentes en este mercado a nivel nacional. Sin embargo, como aproximación muy certera,
calculamos el impacto considerando el margen adicional del canal directo ($136 pesos por
kilogramo de GLP), que es el canal en que el margen adicional es el más bajo, y se
multiplicó por el total de cilindros vendidos anualmente por los tres distribuidores mayoristas
del GLP. A esto se agregaron los márgenes del canal granel, en el cual todas las ventas
son directas.
Este ejercicio dio como resultado que, producto de la baja intensidad competitiva del
mercado del GLP en Chile, el impacto en los consumidores finales asciende en forma anual
a aproximadamente USD $181 millones, lo que equivale a un 15% del valor de venta al
público de cada cilindro de GLP.
Una revisión de la forma en que hoy en día operan las relaciones verticales en el mercado
del GLP en Chile permite afirmar que estamos en presencia de una alta rigidez que podría
5Especialmente, habiéndose dejado ya por establecido en el acápite A. i. anterior que, en base a la información
analizada y durante el período que abarca el estudio, el no contar con acceso directo a un terminal marítimo
pareciera no haber constituido una barrera de entrada para la distribución mayorista de GLP en Chile.
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estar impactando en la competencia, tanto inter-marca (entre los cilindros de GLP de los
distintos distribuidores mayoristas) como intra-marca (entre los cilindros de GLP de un
mismo distribuidor mayorista).
Por una parte, existe una cantidad sumamente baja de distribuidores minoristas de GLP
que venden más de una marca. Aclaramos que consideramos para estos efectos como
distribuidor minorista “multimarca” a cualquier distribuidor minorista que haya vendido al
menos dos marcas de GLP en un periodo determinado, sin cuantificar si la compra a una
segunda marca, por ejemplo, fue marginal o esporádica. Así, en el periodo analizado, entre
los años 2012 y 2020, observamos que únicamente 130 distribuidores minoristas de GLP,
de un total de 5.600, tuvieron la calidad de ser “multimarca”. Esto equivale tan sólo a un
2,3% de los distribuidores minoristas de GLP en Chile.
Otra forma de observar cuán rígidas son las relaciones verticales entre distribuidores
mayoristas y minoristas de GLP en Chile es analizar el número de distribuidores minoristas
que cambiaron de ser distribuidor de una marca a otra durante un periodo de tiempo. Un
número relevante de cambios apuntaría, naturalmente, a una menor rigidez en las
relaciones entre distribuidores mayoristas y minoristas de GLP. En este caso también
vemos que el número es sumamente bajo. Durante los 9 años para los que contamos con
datos, únicamente 96 distribuidores minoristas de GLP cambiaron de distribuidor mayorista
de GLP. Esto equivale tan sólo a un 1,7% de los distribuidores minoristas de GLP en Chile.
Vale la pena preguntarse qué podría explicar este altísimo nivel de rigidez o lealtad de los
distribuidores minoristas a los distribuidores mayoristas de GLP en Chile. En base a lo
analizado, sugerimos que la explicación puede darse por dos factores principales.
Una primera explicación puede darse por los términos contenidos en los contratos que
suscriben los distribuidores mayoristas con los distribuidores minoristas de GLP. Debemos
asumir que dichos términos son impuestos por los distribuidores mayoristas de GLP, ya
que, como vimos en el acápite A. ii. anterior, dados los volúmenes solicitados los
distribuidores minoristas tienen escaso poder de negociación. Por ejemplo, un análisis de
todos los contratos vigentes de los tres distribuidores mayoristas de GLP en la Región de
los Lagos -y que según dieron cuenta las empresas mayoristas, en su mayoría representan
los formatos tipos de contratos utilizados a nivel nacional-, equivalentes a un total de 185
contratos, permite observar que en la gran mayoría de ellos existen cláusulas que buscan
rigidizar la distribución de GLP.
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que los distribuidores minoristas del mismo distribuidor mayorista de GLP compitan
intensamente entre sí por captar a más clientes a través de mejores precios.
Todas estas restricciones verticales, que por las razones antes señaladas se puede asumir
que son impuestas por los distribuidores mayoristas a los distribuidores minoristas de GLP,
no tienen una razón de ser clara ni una contraprestación a nivel contractual que las
justifiquen. En diligencias realizadas para indagar sobre la justificación de este tipo de
restricciones, ninguna empresa pudo proveer, en opinión de esta Fiscalía, razones claras
que las justifiquen. La mayor parte de ellas apuntó a la exclusividad como una condición
para garantizar la seguridad de los cilindros, pero ello se contradice con cláusulas
contenidas en los contratos que, por lo general, endosan la total responsabilidad de los
cilindros y su seguridad al distribuidor minorista una vez que se le entrega.
Una segunda explicación es que, especialmente durante los últimos 3 años, los
distribuidores mayoristas de GLP han aumentado los incentivos para que los distribuidores
minoristas de GLP les sean leales y no se cambien de marca. Esto eventualmente podría
ser sintomático de una mayor competencia en el mercado, esto es, de que los distribuidores
mayoristas de GLP hubieran aumentado los beneficios como herramienta de fidelización
porque corrían el riesgo de perder a sus distribuidores minoristas de GLP. Sin embargo,
según reuniones sostenidas con agentes del mercado, estos pagos de los distribuidores
mayoristas de GLP a los distribuidores minoristas buscan, en su mayor parte, simplemente
recompensar la exclusividad. En consecuencia, es posible afirmar que los distribuidores
mayoristas de GLP están realizando esfuerzos considerables por mantener, especialmente
a través de la exclusividad, la rigidez de la red de distribución minorista de GLP.
10
Esta actividad de la cadena cuenta una regla que obliga al dueño de la red, el concesionario,
a operar bajo el sistema de acceso abierto conforme a lo dispuesto en el Decreto Nº263 de
1995 del Ministerio de Economía (“Reglamento de Concesiones”). Dicha norma define el
acceso abierto como “el ofrecimiento que las empresas concesionarias de transporte de
gas realicen de sus servicios de transporte en igualdad de condiciones económicas,
comerciales, técnicas y de información, respecto de su capacidad de transporte disponible”.
Sin embargo, esta regla no ha tenido mayor uso, principalmente por lo incompleta de la
regulación al respecto, la que se limita básicamente a explicar lo que es el acceso abierto,
pero no da cuenta de la manera en que se debe concretar. Esta falta de regulación no es
meramente una preocupación en abstracto, sino que ya han existido litigios al respecto. En
efecto, esto ocurrió en la controversia suscitada a raíz de la solicitud de acceso de un nuevo
terminal de gas natural licuado, GNL Talcahuano, a Gasoducto del Pacífico, asunto que fue
litigado por la Corte Suprema6 y que también fue objeto de una investigación por parte de
la FNE que culminó recientemente, ordenando que se remitieran los antecedentes a esta
División de Estudios de Mercado7.
Dada la importancia de esta rentabilidad máxima, la normativa mira con mucho cuidado las
relaciones verticales de las empresas distribuidoras de GN. Ello se debe a que existe el
riesgo de que una empresa distribuidora de GN disminuya su tasa de rentabilidad por medio
del aumento “artificial” de sus costos, traspasando rentabilidad a una empresa integrada
verticalmente que no esté sujeta a la tasa de rentabilidad.
Atendido ese riesgo, la Ley de Servicios de Gas exige que las compras de GN entre
empresas relacionadas se realicen necesariamente a través de licitaciones públicas e
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internacionales8. Sin embargo, un artículo transitorio de la referida Ley Nº20.999 estableció
una excepción a la regla anterior para aquellos casos en que, con anterioridad a su
publicación, existiera un contrato de suministro de GN entre una empresa distribuidora de
GN y una empresa relacionada9. La Historia de la Ley no lo dice explícitamente, pero es
razonable asumir que la finalidad de este artículo transitorio era interferir lo menos posible
con contratos que se encontraran en proceso de ejecución. Como se anticipaba, la Ley
Nº20.999 fue publicada en febrero de 2017 y, por tanto, cualquier contrato suscrito entre
entidades relacionadas previo a esa fecha, quedaría fuera del régimen regular de la ley
mientras estuviera vigente dicho contrato.
Durante el desarrollo de este estudio, se constató que Metrogas S.A. (“Metrogas”) se acogió
al referido artículo transitorio porque, 6 meses antes de la publicación de la Ley Nº20.999,
más precisamente en julio de 2016, celebró un contrato con una duración hasta el año 2030
con Aprovisionadora Global de Energía S.A. (“Agesa”), una empresa que fue creada
especialmente al efecto en junio de 2016 como parte de una división de Metrogas.
Como contexto, es relevante explicar que el año 2013 Metrogas había celebrado un
contrato de suministro de largo plazo con GNL Chile S.A. (“GNL Chile”) -empresa integrada
verticalmente con Metrogas10- para el suministro de GN hasta el año 2030. GNL Chile es la
empresa relacionada a Metrogas que adquiere el GN en el extranjero y lo trae al terminal
de Quintero. Al dividirse Metrogas, entre sí y Agesa, dicho contrato con GNL Chile pasó a
ser propiedad de esta última. Casi de inmediato luego de la división, Metrogas y Agesa
celebraron un contrato de suministro, el que en términos simples permitió a Metrogas re-
contratar el suministro que antes tenía asegurado de GNL Chile, pero a un precio mayor.
Así, este contrato logró elevar de manera importante los costos que antes tenía Metrogas.
La revisión de los antecedentes tenidos a la vista permite afirmar que el efecto del referido
contrato fue justamente elevar los costos de Metrogas. En contraposición, podemos
observar que ni antes ni después de las modificaciones a la Ley de Servicios de Gas los
costos de otras empresas distribuidoras de GN sufren una variación similar a ésta. Metrogas
es la única empresa que se acogió al mencionado artículo transitorio y ello produjo un
desvío de rentabilidad desde una empresa con una rentabilidad regulada hacia una
empresa relacionada o integrada que no está sujeta a dicha restricción.
8 Artículo 33 quinquies del Decreto con Fuerza de Ley Nº323 de 1931, Ley de Servicios de Gas.
9 Artículo 12 transitorio de la Ley Nº20.999, que Modifica la Ley de Servicios de Gas y otras disposiciones que
indica.
10 GNL Chile S.A. es una empresa cuya propiedad se encuentra en manos de Enel Generación Chile S.A., la
Empresa Nacional de Petróleo (ENAP), y Agesa en partes iguales. Su función principal es contratar el suministro
de gas natural de proveedores internacionales, y todo lo necesario para proveer suministro de GN incluyendo
contratos con un puerto (GNL Quintero), almacenamiento, regasificación y entrega.
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Luego, para estimar el efecto que tuvo la creación de Agesa sobre el margen conjunto entre
ella y Metrogas, se realizó un ejercicio empírico que puede verse con mayor en detalle en
la Sección IV.C. A través de este ejercicio fue posible identificar que, al medir a Metrogas
con un distribuidor de gas natural comparable, este último redujo su margen en 6,2 puntos
porcentuales, mientras que Metrogas, como grupo, esto es, incluyendo tanto a Metrogas
como a Agesa, pudo obtener márgenes de 1,2 puntos porcentuales superiores a los que
obtenía antes. Por lo anterior, Metrogas logró ser el único distribuidor al que la reforma legal
no solo no lo afectó, sino que le permitió incluso incrementar su margen. La referida Ley
Nº20.999, al incorporar una metodología clara para el cálculo de la rentabilidad máxima de
las empresas distribuidoras de GN, que son concesionarias de un servicio público, tenía
como uno de sus fines principales que la rentabilidad máxima fuera bien calculada y que
existiesen consecuencias reales y concretas en caso de superarla. Es por ello que la
mayoría de las empresas distribuidoras de GN debieron ajustar sus márgenes a la baja para
no sobrepasar la rentabilidad máxima establecida por ley, siendo Metrogas la única que no
solo no bajó sus márgenes, sino que fue capaz de incrementarlos y, por eso, de aumentar
su rentabilidad a través de una empresa relacionada como es Agesa.
La acción de Metrogas, como grupo, tuvo un impacto relevante. En efecto, desde febrero
de 2017, fecha de publicación y entrada en vigencia de la Ley Nº20.999, ha significado un
incremento de entre un 12,7% y 20,2% en el precio del gas natural residencial pagado por
los clientes de Metrogas. Este incremento también es posible observarlo, aunque en
porcentajes menores, en el sector comercial e industrial. Este diferencial se traduce en
ingresos adicionales obtenidos por el grupo Metrogas, esto es, por Metrogas y Agesa
rondan, entre los $61 y $68 mil millones anuales, equivalentes anualmente entre USD $78
y $87 millones.
Siendo así, a nivel teórico resulta razonable considerar que una compañía que participa en
el mercado de GLP y que, a su vez, tenga algún grado de participación en un competidor
presente en el mercado del GN, enfrenta restricciones competitivas más suaves a la hora
de evaluar un alza de precios. Ello se debe a que la integración horizontal le permitiría
capturar parte de la demanda que perdería en caso de aumentar el precio del GLP. En
efecto, al menos parte de los clientes que cambiasen de proveedor de combustible ante los
mayores precios del GLP, elegirían a la compañía de GN en la cual el proveedor de GLP
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tiene participación. Dicho de otra forma, a la empresa horizontalmente integrada le resulta
menos costoso subir precios. Y, al mismo tiempo, a la empresa horizontalmente integrada
le resulta más costoso bajarlos, ya que su pérdida de ingresos es doble: si bien la
participación de mercado de la empresa de GLP aumenta al bajar los precios, eso hace
disminuir la participación de la empresa de GN, lo que afecta el rendimiento financiero del
conglomerado como un todo.
Por otra parte, también hay que considerar la integración horizontal podría tener efectos
positivos. Ello ocurriría en la medida que existiesen sinergias entre las compañías
integradas, de manera que su operación conjunta permitiese una provisión más eficiente
de ambos combustibles, y que estas eficiencias fuesen traspasadas a los consumidores.
Adicionalmente, incluso si los efectos negativos de una integración horizontal fuesen
mayores a los positivos, pero no significativamente mayores, adoptar alguna medida
regulatoria muy invasiva podría resultar contraproducente.
Dado que una evaluación teórica no permite determinar sin ambigüedad el efecto de una
integración horizontal, ni tampoco discriminar entre distintas alternativas de política pública,
en el estudio caracterizamos mediante un análisis empírico el signo y relevancia de este
potencial problema. En particular, se realizó un análisis de carácter econométrico,
disponible en la Sección V, que busca medir el efecto de una estructura horizontal integrada
en el precio del GLP y del GN, así como en la extensión de la red de GN. La hipótesis que
se plantea es que la integración horizontal causaría precios más altos del GLP y/o del GN
y una menor expansión de la red de GN.
Este ejercicio permite afirmar que el efecto de la integración horizontal entre distribuidores
de GLP y GN, tanto en los precios como en la extensión de la red, es prácticamente nula.
Existe un efecto muy menor -aunque estadísticamente significativo- de un incremento de
un 1% en el precio del GLP cuando existe una integración, pero este efecto es de una
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entidad tan limitada, que en opinión de esta Fiscalía no justificaría una modificación
regulatoria que buscara remediarlo.
D. Recomendaciones
En base a los hallazgos del informe presentados previamente, esta Fiscalía estima
necesario realizar una serie de recomendaciones con la finalidad de que la competencia
funcione de mejor manera en el mercado del gas en Chile.
En cuanto al mercado del GLP, el principal problema identificado desde una perspectiva
horizontal es que existe una baja intensidad competitiva y un alto riesgo de coordinación
entre competidores. Lo anterior se debe, al menos en parte, a una serie de factores
estructurales que facilitan que esto ocurra. Por otra parte, desde una perspectiva vertical,
es posible observar que las empresas se encuentran completamente integradas hasta el
consumidor final por distintas vías, pero principalmente mediante contratos con
distribuidores minoristas de GLP en que el distribuidor mayorista de GLP les impone
cláusulas de exclusividad u otras equivalentes de una rigidez considerable, que no tienen
una justificación de eficiencia satisfactoria en opinión de esta Fiscalía.
Sin perjuicio de lo anterior, existe una serie de medidas que podrían adoptarse para que el
mercado del GLP propenda a una competencia más intensa y que ello repercuta en mayor
acceso y menores precios para la población11. Una opción, existente en países como
Polonia o China, sería migrar hacía un sistema de cilindros únicos o genéricos
administrados por una sola empresa que estaría regulada, mientras que la distribución
minorista aguas abajo hacia clientes finales se mantendría desregulada. Si bien esto elimina
11 Tal como se señaló supra, las recomendaciones de esta FNE tienen como supuesto basal la estructura actual
del mercado del GLP en Chile. Por tanto, las recomendaciones de esta FNE se entienden sin perjuicio de que
el Estado de Chile, con el objeto de aumentar la intensidad competitiva del mercado del GLP, decidiera
garantizar a la población el acceso a este servicio básico y de consumo masivo a través de una política pública
que fomente la expansión de la red de GN en nuestro país, en línea con la mayoría de los países OCDE. En
cualquier caso, una política pública como la señalada tendría que tomar, como precaución básica, las medidas
de resguardo de aquellas personas que se encuentran en lugares más remotos y aislados, quienes serían las
últimas en acceder a la red de GN y, en el intertanto, podrían ver afectado/encarecido su suministro de GLP.
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la competencia aguas arriba, ya que habría una sola empresa distribuidora mayorista de
GLP, se debería generar más competencia aguas abajo puesto que existirían muchos
operadores que deberían competir de manera muy agresiva en la última milla para lograr
vender a los hogares los volúmenes que les permitan mantenerse en el mercado. Otra
opción, dada la importancia del GLP para la población y los problemas estructurales
detectados en este informe, es transitar hacía un mercado en que los precios sean
regulados, por ejemplo, vía modelos de empresa eficiente. Creemos que la implementación
de cualquiera de estas alternativas, si bien viables, sería costosa, difícil y de larga duración.
Una alternativa más rápida, que debería producir efectos similares a los de la primera
opción regulatoria antes señalada, pero que requiere menos intervención y modificación a
la estructura del mercado, y que por tanto es la preferida por la FNE, al menos en esta
etapa, consiste en desintegrar la distribución minorista de la distribución mayorista de GLP
que existe en Chile. En los hechos, esto significa prohibir por cualquier vía, ya sea directa
o indirecta, la participación de los distribuidores mayoristas en el mercado de distribución
minorista de GLP.
Una solución de este tipo tiene tres ventajas en opinión de la FNE. Primero, al romperse la
rigidez actual de la red de distribución minorista de GLP, en cuanto cada distribuidor
mayorista tiene su propia red exclusiva de distribución minorista de GLP, resulta esperable
que los distribuidores minoristas realicen su decisión de compra observando
primordialmente el precio -dado que los balones de GLP son bienes homogéneos
perfectamente intercambiables entre sí-, lo que debiera repercutir en menores precios de
venta por parte de los distribuidores mayoristas a los distribuidores minoristas. Esto debería
dinamizar sustancialmente la competencia en ese eslabón del mercado, la distribución
mayorista de GLP, y debiera tener como resultado, a través de una férrea competencia
entre los múltiples distribuidores minoristas de GLP, un menor precio para consumidores
finales. Dado que actualmente los distribuidores minoristas de GLP obtienen ingresos y
utilidades principalmente por ventas realizadas, y ello no se altera con el modelo propuesto,
no existe razón alguna para sostener que variables distintas al precio, como por ejemplo la
rapidez con que se entregan los cilindros u otras variables de calidad de servicio, puedan
verse afectadas a través de este nuevo esquema.
Una segunda ventaja del modelo propuesto es que hace más contestable el mercado de
distribución mayorista de GLP, esto es, hace más probable o plausible la entrada de un
nuevo actor distribuidor mayorista de GLP. Lo anterior, dado que como hemos visto, las
redes de distribución de los mayoristas, vía contratos de exclusividad u otros esquemas
contractuales equivalentes, son de un tamaño tal que operan en los hechos como una
barrera a la entrada muy relevante para un nuevo distribuidor mayorista de GLP. Liberalizar
el mercado de la distribución minorista de GLP rebajaría considerablemente los costos de
entrada para un desafiante en ese eslabón del mercado que se encuentra aguas arriba.
Esta sola posibilidad debería presionar hacia la baja los precios de los incumbentes en el
mercado de los distribuidores mayoristas de GLP, ya que con ello harían menos atractiva
la entrada de un tercero, de un nuevo competidor.
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Finalmente, una tercera ventaja que observamos de esta propuesta es que es de una
implementación relativamente sencilla. En su mayor parte la distribución en este mercado
es a través de distribuidores minoristas independientes, respecto de los cuales debiera
prohibirse cualquier forma contractual que directa o indirectamente los relacione con
distribuidores mayoristas, más allá de la venta de cilindros bajo condiciones comerciales
públicas, objetivas y no discriminatorias.
La normativa, sin embargo, más allá de señalar la existencia de esta carga para los
concesionarios de transporte de GN, no explicita de manera adecuada cómo debe
entregarse dicho acceso abierto, de qué forma se debe realizar la conexión, las razones
para denegar el acceso, el precio, ni ningún otro asunto relevante para garantizar
efectivamente el acceso abierto a las redes de transportes de GN.
Para cumplir con el propósito de regular adecuadamente el acceso abierto, esta normativa
debiera establecer, al menos (i) los casos en que procede garantizar el acceso a terceros y
las excepciones a este régimen; (ii) un procedimiento claro y detallado para la solicitud y
otorgamiento del acceso; (iii) la forma de determinación de las tarifas de interconexión, sea
regulado por la autoridad sectorial como en España , o negociado entre las partes, como
en Reino Unido; (iv) las potestades de la autoridad sectorial, es decir, la SEC, para intervenir
en un proceso de solicitud de acceso; y (v) un mecanismo de resolución de conflictos que
puedan suscitarse.
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Modificación del cálculo de rentabilidad de distribuidoras de GN
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