Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Resumen Del Sacrosantum Concilium

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 5

ASIGNATURA: LITURGIA

TITULAR: L.F. PROF. CRISTÍAN ULISES

ALUMNA: MARÍA GUADALUPE ZAMORA JIMÉNEZ


MATRICULA:184124

LICENCIATURA: FORMACIÓN CATEQUÉTICA

CONSTITUCIÓN: SACROSANCTUM CONCILIUM SOBRE LA


SAGRADA LITURGIA

GRUPO: 4º

FECHA: 28 DE JULIO DE 2021


CONSTITUCIÓN: SACROSANCTUM CONCILIUM
SOBRE LA SAGRADA LITURGIA

Introducción

La Constitución cuenta con siete capítulos precedidos de un importante proemio. Tiene


también un apéndice sobre la revisión del calendario litúrgico. Según los puntos que
introducen a la importancia del documento estan en el capítulo I.

Proemio

En el concilio se propone “acrecentar cada vez más la vida cristiana entre los fieles,
adaptar mejor a las necesidades de nuestro tiempo las instituciones que están sujetas a
cambio, promover cuanto pueda contribuir a la unión de todos los que creen en Cristo y
fortalecer todo lo que sirve para invitar a todos al seno de la Iglesia”. La intención del
Concilio en materia litúrgica: “procurar la reforma y el fomento de la liturgia”. se pose
claramente de manifiesto la importancia de la liturgia en la vida eclesial.Dice que: “la
liturgia, por medio de la cual “se ejerce la obra de nuestra redención”, sobre todo en el
divino sacrificio de la Eucaristía, contribuye mucho a que los fieles, en su vida, expresen y
manifiesten a los demás el misterio de Cristo y la naturaleza genuina de la verdadera
Iglesia, cuya característica es ser a la vez humana y divina, visible y dotada de elementos
invisibles, entregada a la acción y dada a la contemplación, presente en el mundo y, sin
embargo, peregrina; de modo que en ella lo humano esté ordenado y subordinado a lo
divino, lo visible a lo invisible, la acción a la contemplación y lo presente a la ciudad futura
que buscamos”.

El capítulo I: “Principios generales para la reforma y el fomento de la sagrada liturgia”.


Éste capítulo es el más importante y el mas extenso, en donde encontramos el marco
teológico de fondo para toda la renovación y el fomento de la liturgia. Este capítulo está
dividido en cinco partes:

1. Naturaleza de la sagrada liturgia y su importancia en la vida de la Iglesia.


2. Necesidad de promover la educación litúrgica y la participación activa.
3. Reforma de la sagrada liturgia.
4. Fomento de la vida litúrgica en las diócesis y en la parroquia.
5. Promoción de la acción litúrgica pastoral.

En estos puntos se desarrollan los aspectos centrales de lo que es la liturgia, así como los
criterios y normas para su reforma. En la primera parte.

En el n. 5 de la Constitución se describen los diferentes tiempos de la revelación del


designio salvífico de Dios en la historia y se termina reconociendo en Cristo la realización
concreta de este designio. La redención; salvación de los hombres es prefigurada en el
Antiguo Testamento, empieza por la encarnación del Hijo de Dios y se cumple
“principalmente por el misterio pascual de su bienaventurada pasión, de su resurrección
de entre los muertos y de su gloriosa ascensión”. Con esta afirmación, la Pascua de
Cristo es colocada en el centro de la historia de la salvación. Este misterio pascual es
actualizado a través de signos rituales. Así se introduce el discurso sobre la liturgia, la
cual es vista fundamentalmente como actualización de la salvación realizada por Cristo a
través de su misterio pascual, haciendo de nuevo presente aquello que se realizó hace
veinte siglos. “Para llevar a cabo una obra tan grande, Cristo está siempre presente en su
Iglesia, principalmente en los actos litúrgicos”. Se resalta así el fundamento cristológico de
la vida litúrgica. Ésta es “ejercicio de la función sacerdotal de Jesucristo en la que,
mediante signos sensibles, se significa y se realiza, según el modo propio de cada uno, la
santificación del hombre y, así, el Cuerpo místico de Cristo, esto es, la Cabeza y sus
miembros, ejerce el culto público”. En esta descripción o definición de la liturgia se resalta
el principio cristológico de la misma, su dimensión eclesial y su doble dinamismo:
santificar al hombre y dar gloria a Dios.

Otra afirmación de mucha importancia: si bien la acción litúrgica no agota toda su


actividad, ella es la “cumbre a la que tiende la acción de la Iglesia y, al mismo tiempo, la
fuente de donde mana toda su fuerza”. En esta declaración está muy bien sintetizado el
lugar central que tiene la liturgia en la vida eclesial. Ella es momento estelar, privilegiado,
en donde toda la Iglesia es más ella misma. Hacia la liturgia tienden todas las acciones
eclesiales, es la cumbre, el punto más alto de realización y eclesialidad. Por eso es
“acción sagrada por excelencia cuya eficacia, con el mismo título y en el mismo grado, no
iguala ninguna otra acción de la Iglesia”. Pero a la vez, de ella mana la vida que brota de
Nuestro Señor Jesucristo, para convertirse en fuerza y dinamismo evangelizador, para
todas las acciones eclesiales. 
El capítulo II: “El Sagrosanto misterio de la Eucaristía”, es una presentación sintética de
gran riqueza de la Sagrada Eucaristía, memorial del Señor, reactualización del sacrificio
del Calvario, banquete pascual en donde se alimenta el cristiano del mismo Señor. Por la
grandeza del misterio que contiene este sacramento se vuelve a insistir en la participación
consciente, piadosa y activa de los fieles en la celebración, instruidos en la Palabra de
Dios, fortalecidos por la gracia, aprendiendo a ofrecerse juntamente con el Cordero que
se ofrece por manos del ministro.

Aquí se habla de la unidad de las dos mesas: la de la Palabra y la de la Eucaristía. Ambas


están íntimamente relacionadas y son constitutivas del único acto de culto que es la Misa.
Así, la centralidad de la Palabra de Dios y la Santísima Eucaristía quedan propiamente
destacadas y unidas. Uno de los frutos de esta Constitución será, por ejemplo, el Misal de
Pablo VI o Misal Romano como le conocemos.

El capítulo III: “Los demas sacramentos y los sacramentales”, Habla de los sacramentos,
de su naturaleza y a la reforma de los rituales para que expresen la visión litúrgica
renovada por el Concilio. Se invita al sentido más originario y expresivo de los símbolos y
ritos de los sacramentos, para que expresen la fe, la robustezcan y la hagan crecer. En
sus numerales se pasa revista a cada uno de los sacramentos, invitándose a celebrarlos
de preferencia dentro de la Misa, salvo uno: el de la reconciliación. Es de notar que el
Concilio, para expresar mejor su naturaleza, invita a llamar “unción de los enfermos" al
sacramento que era denominado "extremaunción”.

También son tratados los sacramentales. Después de reconocer su valor para la vida
cristiana, se invita a la renovación de sus rituales. Mención aparte se hace de la
consagración de vírgenes, la profesión religiosa y el ritual de las exequias con un sentido
pascual.

El capítulo IV: “El Oficio divino”. Se trata, de la liturgia de las horas como oración de toda
la Iglesia, oración sacerdotal por la cual se alaba al Padre y se intercede por la salvación
de todo el mundo. Se recuerda a quienes están obligados a la celebración de la liturgia de
la horas que esta obligación es un honor. Se señala el valor pastoral de esta oración de
Cristo y su Esposa la Iglesia y se recomienda la participación de todos los fieles en la
misma; así pueden entrar en contacto con los tesoros de la Sagrada Escritura y de la
Tradición de la Iglesia.
El capítulo V: “El año litúrgico”. Éste es presentado como celebración del misterio de
Jesucristo que pone a los fieles en contacto con los misterios de la redención. Así pueden
beneficiarse con el poder santificador y los méritos del Señor y quedan llenos de la gracia
de la salvación. Se habla tambien del sentido de las celebraciones marianas y las fiestas
de los santos dentro del ciclo litúrgico. Ellas deberán ser más expresivas del único
misterio que celebramos: Jesucristo muerto y resucitado para nuestra salvación. El
domingo, fiesta primordial de los cristianos consagrada por la resurrección de Cristo, es
presentado en su genuino sentido de día del Señor en el que se escucha la Palabra de
Dios y se celebra la Eucaristía, día de la comunidad, día de fiesta y descanso;
comprensión que ha de ser inculcada a los fieles.

El capítulo VI: “La música sagrada”, destaca la importancia que la música sacra tiene
para la celebración. La Constitución ofrece criterios generales para comprender el
significado de la música sacra en la acción litúrgica y su aporte en el ámbito de la
celebración. El valor de la música nace del hecho de que ella se expresa esencialmente
bajo la forma del canto. Se alienta la participación de los fieles a través del canto. Se
recuerda la importancia del canto gregoriano en la tradición de la Iglesia romana, aunque
sin excluir otras formas de canto, a la vez que se fomenta el canto religioso popular.

El capítulo VII: “El arte y los objetos sagrados”. Se resalta la función del arte al servicio
de la liturgia y, concretamente, de las celebraciones. A través de la belleza, el arte se
inserta en el dinamismo celebrativo elevando el ánimo del hombre para la glorificación de
Dios. La Constitución ofrece una amplia y confiada apertura a la libertad y originalidad
expresivas en el arte, pero siempre en el respeto y salvaguarda de la sacralidad. 

APÉNDICE

Termina el documento con un apéndice, que trata de una “declaración del sacrosanto
Concilio Ecuménico Vaticano II sobre la revisión del calendario”. Con respecto a la fijación
de la fiesta de Pascua en un domingo determinado y a la estabilización del calendario

También podría gustarte