Costa Lopez
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Costa Lopez
Resumen
La crisis del coronavirus ha generado una complicada situación a nivel sanitario, económico y social, que requiere de una
labor de comunicación fundamental para que la sociedad comprenda y colabore con las medidas adoptadas. A través
de la revisión y síntesis de la bibliografía científica y de referencia, el presente trabajo contrapone lecciones aprendidas
en crisis de salud pública previas con la comunicación efectuada desde las voces institucionales y desde la cobertura de
prensa durante las primeras etapas de la crisis del Covid-19 en España. Se detecta que la ausencia de un anuncio tem-
prano (o adelantamiento del escenario negativo) y los mensajes de control en un contexto de incertidumbre provocaron
una transición brusca a la siguiente etapa de la crisis, coincidente con una explosión en el número de contagios, lo que
generó miedo. La fórmula de portavocía adoptada incumple toda recomendación de comunicación de crisis. En cuanto
a la cobertura periodística, se localizan ejemplos de alarmismo y de sensacionalismo en el tratamiento informativo de
la pandemia. Los datos numéricos han sido el recurso informativo más valioso y las infografías el contenido multimedia
más desarrollado. Dado que la pandemia se encuentra todavía en curso, se recomienda el aprendizaje y la corrección de
la comunicación e información a los ciudadanos en base a este conjunto de primeras lecciones en las etapas siguientes
o futuras crisis.
Palabras clave
Coronavirus; Covid-19; Pandemias; Crisis de salud pública; Crisis sanitarias; Comunicación de crisis; Comunicación de
riesgos; Comunicación institucional; Salud; Prensa; Cobertura periodística; Comunicación científica.
Abstract
Coronavirus crisis has caused a complicated situation at a sanitary, economic and social levels, that requires of a funda-
mental work in communication area so that the society comprise and collaborate with the adopted measures. Through
the review and synthesis of the scientific and reference literature, the present paper contrasts lessons learnt in previous
public health crisis against the communication implemented from the institutional voices and from the press coverage
during the first stages of the Covid-19 outbreak in Spain. This paper detects that the absence of an early announcement
(or overtaking of the negative stage) and the control messages in a context of uncertainty caused a brusque transition
to the following stage of the crisis, coincident with an explosion of the number of contagions, what generated fear. The
spokesperson formula applied is against all recommendations of crisis communication. Regarding the journalistic cove-
rage, examples of alarmism and sensationalism news arised. The numeric data have been the resource more valuable
and the computer graphics the multimedia content more developed. Since the pandemic is still on course, it is recom-
mended the learning and the adjustment of the communication and information to the citizens in the following stages
of this crisis or in future crisis taking into account the group of first lessons presented here.
Keywords
Coronavirus; Covid-19; Pandemics; Public health crisis; Health crisis; Crisis communication; Risk Communication; Institu-
tional communication; Health; Press; Press coverage; Scientific communication.
A pesar de que en los siglos XX y XXI no se había asistido a una situación de tal magnitud (por la cantidad de países y po-
blación afectada) respecto a la existente en la actualidad, lecciones extraídas de experiencias previas han arrojado una
serie de análisis y recomendaciones a la hora de plantear la gestión y la comunicación con los ciudadanos. La primera de
ellas, acerca de la necesaria preparación ante una posible situación de este tipo.
“Las crisis de salud pueden afectar potencialmente a una gran proporción de la población y pueden conducir a
un aumento significativo de la mortalidad o a una tasa de mortalidad anormalmente alta. Esto debería integrarse
en el concepto general de vigilancia nacional e internacional para proporcionar una respuesta preparada en caso
de crisis” (Mahy et al., 2017).
La segunda, sobre la importancia de la comunicación como un factor determinante dentro de la gestión. Según los ex-
pertos reunidos en el Sixth Communication Forum (Scarcella et al., 2013; WHO, 2004), que participaron en la gestión
de crisis como la de las dioxinas en Bélgica, la alerta de gripe aviar en Austria, el SARS en Noruega y en Ontario, en la
comunicación de crisis de salud pública, deben aplicarse una serie de principios como los siguientes:
1. Ser pro-activos e iniciar la comunicación pública tan pronto como sea posible al inicio de la crisis, puesto que la infor-
mación tiene un efecto calmante, incluso si trata sobre riesgos para la salud.
2. Ser accesible para la prensa y comunicar con regularidad, pero evitar la saturación informativa. Las conferencias de
prensa diarias deben reservarse sólo para los momentos punta de la crisis.
3. Comunicar información sobre riesgos para la salud con consejos para el público sobre cómo reaccionar por ellos mis-
mos a esas amenazas.
4. Comunicar de manera sencilla, precisa, transparente, sin ser condescendiente y en el debido momento, antes de que
la acción sea emprendida.
5. Ser honesto y evitar mantener información secreta para tranquilizar al público.
6. Ser claro sobre lo que uno sabe y sobre lo que no sabe (todavía).
7. No sentirse inferior, al admitir que falta información o evidencias.
8. Asegurar coherencia en los mensajes comunicados a la prensa por las autoridades sanitarias (buscando el efecto de
una sola voz).
9. Presentar las cifras correctas para una presentación precisa y una acción concreta.
10. Mostrar respeto y empatía con la ansiedad del público y comunicar de manera acorde.
Además, se necesita mayor investigación para examinar crisis que duran meses en lugar de días o semanas y así ayudar
a los comunicadores a determinar cómo adaptar las estrategias y tácticas a lo largo del tiempo (De-Giusti; Manochi,
2012). A nivel europeo, se precisa de una mayor conexión entre la investigación académica y la práctica (ECDC, 2013).
En España, el primer caso de coronavirus a nivel local se dio a conocer el 31 de enero de 2020. Se trataba de un paciente
alemán ingresado en estado leve en la isla de La Gomera. El 24 de febrero se detectaban los primeros casos en la Comu-
nidad de Madrid, Cataluña y la Comunidad Valenciana. A 20 de abril de 2020, hay cuantificados en España, 200.210 casos
totales, 20.852 fallecidos y 80.587 recuperados (Ministerio de Sanidad, 2020). El objeto de este trabajo no es evaluar la
gestión de la crisis en términos sanitarios (ni en otros en los que ha tenido y está teniendo repercusión), sino poner el
foco en la comunicación efectuada, atendiendo a una doble perspectiva: fuentes institucionales y cobertura de prensa.
2. Metodología
La presente investigación pretende realizar una revisión de la bibliografía científica sobre crisis de salud pública y comu-
nicación para hacer acopio de las principales conclusiones/recomendaciones extraídas de análisis previos. La naturaleza
de la Ciencia es y debe ser acumulativa, de manera que se construye sobre conocimiento ya aportado, que se contrasta,
se interroga o se respalda en cada nuevo resultado obtenido.
El objetivo de este análisis es realizar una recopilación sobre lecciones aprendidas con anterioridad y aproximar sus prin-
cipales conclusiones a aspectos de la comunicación y cobertura periodística de la actual crisis del coronavirus. Los dos
principales ejes que articulan el análisis son, por tanto, el de la comunicación de las voces oficiales y el de la cobertura
de prensa. En un segundo momento, dicha recopilación se pone en contraste con aspectos que ya pueden observarse
en la comunicación que están recibiendo los ciudadanos tanto de las autoridades gubernamentales como de la prensa.
Tal y como indican Gérvas y Hernández-Aguado (2009), las crisis son retos de los que debemos aprender, tanto de los
errores como de los éxitos, pues sirven para poner a punto los dispositivos y perfeccionar la respuesta ante otras próxi-
mas, inevitables e impensables. La Organización Mundial de la Salud reconoce la importancia y los beneficios de ese
aprendizaje previo (WHO, 2020).
“Cada emergencia de salud pública enfrenta nuevos desafíos de comunicación y puede beneficiarse de las lecciones
aprendidas previamente. El brote de Covid-19 desafía los sistemas de salud pública y su capacidad para comunicarse de
manera efectiva con sus poblaciones. La falta de comunicación adecuada conduce a una pérdida de confianza y reputa-
ción, impactos económicos y, en el peor de los casos, pérdida de vidas” (WHO, 2020, p. 1).
La correspondiente revisión de la bibliografía científica no pretende por lo tanto establecer un estado de la cuestión (de
lo que se ha teorizado sobre comunicación de crisis y de riesgos hasta el momento), sino tomar aspectos concretos de-
rivados del análisis de anteriores experiencias. Para ello, se llevó a cabo una búsqueda de artículos sobre crisis de salud
y comunicación publicados en revistas indexadas en Scopus en el período 2010-2020. En el proceso de rastreo, se locali-
zaron artículos científicos que contuviesen en su título, resumen o palabras clave los términos, tanto en castellano como
en inglés, “crisis de salud”, “crisis de salud pública” y “comunicación”. Del total de artículos localizados (163), además de
eliminar las duplicaciones de textos surgidas de la búsqueda en castellano-inglés, se eliminaron manualmente aquellos
trabajos que no se ajustaban a la temática objeto de estudio (artículos sobre manejo de episodios de crisis psiquiátricas,
desde distintos enfoques, o aquellos sobre gestión sanitaria o aspectos biomédicos de distintas enfermedades, también
sobre la cobertura y la gestión de la comunicación de otro tipo de crisis relacionadas con la salubridad de la industria
hotelera, por ejemplo), obteniendo un total de 102 artículos científicos. Tras la revisión de todos ellos, se sintetizan en
este texto aquellos con implicaciones prácticas para la comunicación de la pandemia actual.
También se realizó una búsqueda en PubMed, base de datos especializada en ciencias de la salud, con iguales términos
y para el mismo período, obteniendo un total de 57 resultados. El índice de coincidencia con respecto a la búsqueda
previa fue muy elevado, de modo que tan solo se añadieron a la revisión realizada cuatro trabajos nuevos de interés.
Asimismo, se implementó una búsqueda complementaria en Google Scholar para completar la revisión de la bibliografía
científica con otros posibles trabajos previos de interés publicados en plataformas no indexadas en las bases de datos ya
indicadas. La búsqueda (con los mismos términos y período de tiempo) generó 451 resultados, de los que 71 respondían
al objeto de estudio con potencial adecuación, aunque se seleccionaron aquellos con implicaciones prácticas y comple-
mentarias para la síntesis de las lecciones previas.
En un segundo momento, se contrapuso dicho conjunto de aportaciones con lo sucedido a lo largo de este primer perío-
do (mes de marzo y hasta el 20 de abril, fundamentalmente) en la crisis del coronavirus, tomando dicha información de
diversas fuentes, fundamentalmente, voces oficiales del Gobierno de España y cibermedios a nivel nacional.
El presente trabajo pretende realizar una recopilación sobre lecciones aprendidas en situaciones previas y aproximarlas
a aspectos de gestión de comunicación y cobertura periodística de la actual crisis del coronavirus en España. Los dos
principales ejes que articulan el análisis son, por lo tanto, el de la comunicación de las voces oficiales y el de los ciber-
medios de referencia.
3. Resultados
3.1. Lecciones desde la comunicación institucional
La importancia del anuncio temprano de una situación de La importancia del anuncio temprano de
estas características ha sido determinada en estudios pre- una situación de estas características es
vios, así como en las recomendaciones de la WHO (2005). una de las recomendaciones básicas de
En el estudio de Jones et al. (2010) se sugiere que si se
la WHO
le plantea a la sociedad el peor escenario posible cuando
solo existe el riesgo hipotético de que se produzca, asumirán dicho riesgo de manera menos peligrosa y serán menos pro-
clives a entrar en pánico cuando la pandemia suceda. Por tanto, en los estadios previos de la pandemia (antes de que se
identifiquen casos en un país determinado), los mensajes deberían estar focalizados en incrementar el conocimiento de la
enfermedad y dar a conocer sencillos comportamientos protectores para reducir el riesgo de transmisión.
De hecho, trabajos previos (Jang; Park, 2018; Vos; Buckner, 2015) parten del modelo de Crisis and Emergency Risk
Communication (CERC) CDC (2020), que establece cinco etapas con diferentes tipos de mensajes asociados a cada una
de ellas (Reynolds; Seeger, 2005).
- En la primera etapa (precrisis), de advertencia y preparación, la comunicación debe orientarse al conocimiento del
riesgo por parte de la población, a su preparación para un posible evento adverso, al desarrollo de recomendaciones
consensuadas y a fomentar cambios comportamentales que reduzcan la probabilidad del daño.
- En la segunda etapa (evento inicial) una comunicación rápida debe establecer empatía, seguridad y reducción de la
agitación emocional, así como el entendimiento general de las circunstancias de la crisis, sus consecuencias, posibles
resultados basados en la información disponible y de las actividades de respuesta personal y de autoeficacia.
- En la tercera etapa (mantenimiento) se necesita un entendimiento público más preciso de los riesgos, así como de
los antecedentes y elementos de fondo, obtener feedback de los públicos afectados y corregir desinformaciones y
rumores, explicación y reiteración de la autoeficacia y las actividades personales de respuesta y toma de decisiones
informada por parte del público fundamentada en el entendimiento tanto de los riesgos como de los beneficios.
- La cuarta etapa (resolución) necesita comunicar de cara a informar y persuadir de los esfuerzos de recuperación y
de reconstrucción, facilitar una discusión abierta y resolución de asuntos relacionados con la causa, la culpabilidad,
la responsabilidad y la adecuación de la respuesta, generar el entendimiento público de los nuevos riesgos y nuevos
entendimientos del riesgo.
- En la quinta (evaluación) se requiere documentar, formalizar y comunicar las lecciones aprendidas y determinar accio-
nes específicas para mejorar la comunicación de crisis y la capacidad de respuesta ante una crisis.
A lo largo de este marco, los mensajes dirigidos a la población deben permitir dotar de sentido a lo que acontece (co-
locar los acontecimientos en marcos; comprender qué ha sucedido; acomodar lo inesperado; interactuar para producir
entendimiento e identificar modelos), así como ofrecer información eficaz, es decir, que le ayude a dar una respuesta
adecuada. Información sobre la probabilidad de que algo suceda en el futuro y mensajes sobre la evolución en torno a la
crisis (Vos; Buckner, 2015). Los mensajes de eficacia contribuyen a una respuesta efectiva educando a la gente para que
responda adecuadamente. Los mensajes altamente instructivos generan tanto conocimiento como sensación de eficacia
(Frisby, 2014; Rodríguez Andrés, 2011).
Acerca de la actitud a desarrollar por las autoridades sanitarias en situaciones de este tipo, la transparencia, la informa-
ción puntual y la sensibilidad y empatía hacia la población son algunas de las claves que se manejan en la bibliografía
científica previa (Savoia; Lin; Viswanath, 2013). La transparencia implica ni minimizar ni exagerar el nivel de riesgo,
discutir la incertidumbre de datos e información, sus fortalezas y sus debilidades, reconocer aquello que se desconoce
o sobre lo que no se tienen seguridades, si se han producido errores, corregirlos rápidamente y si la información evolu-
ciona o se encuentra incompleta, enfatizar las reservas sobre su fiabilidad (Covello, 2001).
La transparencia es además una pieza esencial si el pú-
blico debe confiar en las autoridades encargadas de ges-
La transparencia es una pieza esencial
tionar la amenaza, pues sin esa confianza, será muy difí-
cil convencer a la gente de que adopte comportamientos necesarios de cara a tener ese riesgo bajo control. La falta de
transparencia incrementa la probabilidad de rumores y desinformación y entorpece el control de la enfermedad (WHO,
2008).
“La confianza es la base de la comunicación. Mantener una actitud abierta y honesta e involucrar activamente a
las partes interesadas para abordar sus necesidades de información sobre riesgos servirá para generar confianza
y facilitar colaboraciones multisectoriales para enfrentar una crisis de salud pública” (Qiu et al., 2018, p. 587).
La actitud de los agentes gubernamentales debe ser dialógica, pues una ausencia de competencia dialógica disminui-
ría la credibilidad de la información proporcionada en relación a los riesgos (Yang, 2018). Debido a la incertidumbre y
contingencia del riesgo, la comunicación de riesgos en crisis de salud pública necesita seguir los principios de apertura
y transparencia (Qiu; Chu, 2019). Debe buscarse, activamente, además, el apoyo de la sociedad, pues las autoridades
sanitarias solo pueden asegurar la eficacia de las medidas de cuarentena durante una epidemia emergente por medio
de la colaboración con las comunidades concernidas y con los ciudadanos y a través de una cuidadosa guía para la par-
ticipación pública (Ding, 2014).
En lo referente a los canales, aunque se anima a las administraciones pertinentes a la adopción del uso de las redes
sociales en la comunicación de la crisis, se subraya que es necesario seguir utilizando los medios de comunicación tradi-
cionales para aquella población que no emplea las nuevas plataformas digitales. De este modo, se consideran las redes
sociales como canales de comunicación complementarios a los medios tradicionales (Takahashi; Tandoc; Carmichael,
2015). De hecho, la televisión y la prensa han sido identificados previamente como los dos medios informativos de refe-
rencia en otras crisis sanitarias (Park; Boatwright; Johnson, 2019; Mondragón, 2016).
En cuanto al aspecto específico de la portavocía, estudios previos apuntan a la conveniencia de un solo portavoz (Mes-
tre-Ortega et al., 2018; Calleja-Reina; Becerra, 2017; Jurado; Jurado, 2014) o una portavocía muy coordinada y con una
sola voz (WHO 2005). A propósito de la crisis del ébola, el Centro de Estudios de Ciencia, Comunicación y Sociedad (2014)
apuntaba que el portavoz ideal sería una persona que tuviera a la vez el conocimiento y la autoridad. No es suficiente
alguien que sepa mucho sobre un tema pero que no tenga autoridad para asegurar que se hará lo correcto. Tampoco
sirve que un cargo de alta autoridad no sepa reaccionar ni dar respuestas ante situaciones socialmente complicadas,
pues genera desconfianza y alarma en la sociedad (Centro de Estudios de Ciencia, Comunicación y Sociedad, 2014). Su
credibilidad es un factor esencial para cualquier portavoz, especialmente en crisis sanitarias (WHO, 2005).
Algunas de estas lecciones pueden mirarse ya en el espejo de la actual crisis del coronavirus en España.
Las referencias localizadas indican que el mensaje institucional, en la etapa de precrisis, cuando todavía no se habían
detectado casos de Covid-19 a nivel interno, era de que no había que tener percepción de riesgo y de que la incidencia
de la enfermedad, en caso de haberla, resultaría baja y controlada.
Mensajes en este sentido fueron:
“La población tiene que tener un nivel de percepción de riesgo muy bajo. Si vienen de Wuhan y tienen síntomas,
que vayan al médico tranquilamente. Pero estamos en época de gripe: cualquier sintomatología, incluso si vienen
de allí, lo más probable es que sea gripe” (Fernando Simón, El país, 25/01/2020)
o
“Nosotros creemos que España no va a tener como mucho más allá de algún caso diagnosticado. Esperemos que
no haya transmisión local. Si la hay, será una transmisión muy limitada y muy controlada” (Fernando Simón, El
español, 30/03/2020).
De hecho, la comparación con la gripe funcionó como mecanismo para relativizar (restar) la importancia del Covid-19 y
tranquilizar a la población, en lugar de ir avanzando los mensajes de activación de escenarios negativos y/o mensajes de
eficacia para promover comportamientos responsables.
“La gripe es un problema conocido, llevamos muchos siglos con ella, pero la gente no se agobia con la gripe por-
que es algo a lo que nos hemos acostumbrado y no podemos quitarnos de encima. Me sorprende este exceso de
preocupación” (Fernando Simón, La sexta, 16/02/2020).
Los mensajes, en síntesis, de esta primera etapa (precrisis e, incluso inicial, cuando se detectan los primeros casos),
apuntan a un exceso de tranquilización de la población, en lugar de adelantar un posible escenario negativo, en la línea
de lo ya explicado. Cuando comienzan a suceder los primeros casos, el mensaje principal continúa siendo de control y
seguridad, de ahí que, cuando el incremento de casos es mayúsculo, el cambio de mensaje resulte radical (ver tabla 1).
El hecho de tener que alertar a la población, frente a la tranquilización de la inmediata etapa previa, genera que ésta
experimente la sensación de miedo, se abastezca masivamente en el supermercado
(“Los rasgos psicológicos de las compras compulsivas por el coronavirus”, El confidencial, 10/03/2020)
y siga con atención pero intranquilidad las medidas que se le sugieren de aislamiento social y de prevención (por ejem-
plo, el lavado de manos).
Con respecto a la fórmula de portavocía, en la crisis del coronavirus en España, se localizan tres etapas fundamental-
mente:
a) La primera etapa (precrisis), sin casos locales, en la que el portavoz único es el director del Centro de Coordinación de
Alertas y Emergencias, Fernando Simón;
b) La segunda etapa, con casos locales (inicio), en la que sigue como portavoz principal Fernando Simón, complementan-
do su labor dos portavoces institucionales (el ministro de Sanidad y el presidente del Gobierno);
c) Una tercera etapa (mantenimiento), en la que comparecen los integrantes técnicos del Comité técnico de gestión del
coronavirus, pero también el presidente del Gobierno y los ministros aludidos después del Consejo de Ministros corres-
pondiente, además de los propios ministros del Comité técnico, conformado por el Ministerio de Sanidad, el Ministerio
de Defensa, el del Interior y el de Transportes. A día 05 de abril se contabilizaba un total de 53 comparecencias, una
media de dos/día desde el 12 de marzo, siendo solo cuatro los miembros del Gobierno que no habrían intervenido en
ruedas de prensa oficiales (La voz de Galicia, 05/04/2020). A día 20 de abril, se contabilizan 91 desde el 12 de marzo sin
contar las intervenciones en el Congreso (La voz de Galicia, 20/04/2020).
Tabla 1. Mensajes y portavoces en las etapas de evolución de la crisis.
En este sentido, habría que hablar de una multiplicación de portavoces, lo que generó a su vez, necesariamente, una
elevada y detallada cantidad diaria de información sobre las cuestiones sanitarias y no sanitarias relacionadas con la
crisis. También ha dado lugar a contradicciones en el mensaje institucional:
(“Tormenta política al declarar un general que la Guardia Civil trabaja para minimizar bulos contrarios al Gobier-
no”, El país, 20/04/2020).
Atendiendo al nivel jerárquico de la fuente, se garantiza de este modo el mantenimiento del liderazgo informativo diario
y una gestión proactiva de la comunicación de la pandemia.
Sin embargo, una mayor exigencia de transparencia por parte de periodistas y medios de comunicación después de las
primeras semanas ha generado críticas a los portavoces oficiales, tanto en lo referente a la forma de canalizar las pre-
guntas tras las ruedas de prensa correspondientes, como en lo relativo al detalle de los datos facilitados.
Sobre la primera cuestión, el manifiesto ‘La libertad de preguntar’ recogía la crítica de más de trescientos periodistas de
múltiples medios de comunicación que consideraban que el filtrado de preguntas después de las ruedas de prensa por
medio del secretario de Estado de Comunicación revelaba censura e interés por el control de la información:
(“La prensa española se queja de las preguntas telemáticas al Gobierno por la pandemia”, EFE, 01/04/2020).
Finalmente, tras varias propuestas de las asociaciones de prensa, desde el 06 de abril se puso en marcha un nuevo sis-
tema, en el que se permiten preguntas en directo, se divide a los medios en dos grandes grupos (medios habituales y
no habituales) que disponen en total de diez turnos que se organizan de forma aleatoria en uno de los casos y rotatoria
en el otro:
(“El nuevo sistema de preguntas en directo de Moncloa: un sorteo y turnos rotatorios para los medios”, El diario.
es, 06/04/2020).
En lo relativo a los datos, el Gobierno ofrece diariamente un informe de datos de casos confirmados y de fallecimientos,
pero no sobre la ocupación de las unidades de cuidados intensivos (UCIs), ni el desglose por áreas de salud o municipios,
ni por sexo-edad, ni sobre los tests –pruebas PCR realizadas–:
(“Los datos del brote de coronavirus que el Gobierno no publica”, Maldita.es, 02/04/2020).
Debe apuntarse también que los datos del sistema de monitorización de mortalidad (MoMo, sistema para la vigilancia
de la mortalidad diaria por todas las causas en España, gestionado por el Centro Nacional de Epidemiología) no han
formado parte del discurso oficial, a pesar de que su objetivo es identificar patrones inusuales de mortalidad y estimar
el impacto en la mortalidad de la población de cualquier evento de importancia para guiar la acción en Salud Pública1.
Los datos y la forma de contabilizar infectados y decesos continúan generando discrepancias (además de polémica en la
arena política) hasta el punto de que a día 17 de abril el Ministerio de Sanidad comunicó que debía rehacer la serie his-
tórica de datos y publicó unos criterios unificados para la aplicación de un sistema similar por parte de las Comunidades
Autónomas:
(“Sanidad se ve obligada a corregir la serie histórica ante las discrepancias en los datos sobre coronavirus”, El país,
17/04/2020).
3.2. Lecciones desde la cobertura mediática
Se puede afirmar que, debido al interés que las crisis sanitarias generan en la sociedad, los medios dedican mucho espa-
cio de su temario a esta temática. A pesar de que el modelo general apunta a un interés intensivo por parte de la prensa
internacional durante el primer mes desde la declaración de una emergencia de salud pública, y un decaimiento a partir
de ahí, también se detecta que la cobertura periodística se incrementa a partir de la detección del primer caso interno,
dentro del país (Smith et al., 2013).
Las investigaciones previas sobre la cobertura de prensa de la gripe A han evidenciado un alarmismo elevado. Tanto la
prensa de calidad como la sensacionalista amplificaron los riesgos del virus H1N1, enfatizando el conflicto y el daño, pre-
sentando la información de una manera más dramatizada y usando marcos amplificadores del riesgo, aunque la prensa
tabloide exhibió un mayor énfasis en la emoción a la hora de presentar la información (Rossman; Meyer; Schulz, 2018).
El relato, además, se estableció en términos de amenaza para la vida y de una guerra en la que el virus tenía ventaja
sobre los humanos (Gadekar, 2014).
En la prensa española, también se evidencia el alarmismo de dicha cobertura informativa, fundamentalmente, en los
primeros meses de su llegada a España, por varios motivos, entre ellos, la comparación con crisis sanitarias anteriores
como la pandemia de gripe de 1918. La comparación con este virus fue, probablemente, una de las causas de la alarma
social y mediática surgida al inicio de la gripe A (García-Frontiñán, 2017).
Además, se apunta que el alarmismo estuvo acompañado de cierto sensacionalismo puesto que se difundieron datos
personales y clínicos de algunos afectados por la enfermedad, por ejemplo, relativos a la primera víctima mortal de la
enfermedad en España. Los medios de comunicación tampoco respetaron en todo momento las normas de confidencia-
lidad de la historia clínica de los pacientes y de su derecho a la intimidad (García-Frontiñán, 2017).
Según concluye Lorente (2010), además de la actuación alarmista y catastrofista en relación con el tratamiento informa-
tivo de la actualidad de la gripe A, marcado por la producción de expectativas catastrofistas y la espectacularización de
los efectos potenciales de la enfermedad, el componente gráfico de estas informaciones era inadecuado, pues enfatiza-
ba los escenarios hipertecnificados de la investigación y el control sanitario, confrontados con las tragedias cotidianas o
los comportamientos meramente anecdóticos para el afrontamiento ciudadano del riesgo sanitario.
El análisis de la cobertura periodística del ébola coincide en el alarmismo (Monjas; Gil-Torres, 2016) y el carácter sensa-
cionalista del tratamiento informativo, tanto por la relevancia de la imagen, como por la personalización de la informa-
ción, la búsqueda de fuentes alternativas y el léxico alarmista. Especialmente llamativa es la utilización de imágenes de
la afectada, su marido y su perro por parte de todos los diarios nacionales (Gou, 2017). Los motivos que han dado lugar a
más infografías han sido los aparentemente más insignificantes. Cómo ponerse y quitarse el traje de protección son ins-
trucciones que casi ninguno de los lectores necesitará (Centro de Estudios de Ciencia, Comunicación y Sociedad, 2014).
En cuanto a la cobertura en prensa del Covid-19, ha generado una atención creciente por parte de la prensa española,
desde la etapa de precrisis al momento actual, hasta el punto de que el temario de la prensa ya focaliza toda su atención
en la información y el análisis sobre el coronavirus y sus consecuencias.
Del contraste con lo analizado, se observa que la comparativa con la gripe de 1918 ha sido recurrente por distintas ca-
beceras de referencia:
- ”Coronavirus: mensajes de la gripe de 1918”, La vanguardia, 23/02/2020;
- ”Estos son los espeluznantes paralelismos de la gripe de 1918 con el Covid-19”, El confidencial, 29/03/2020.
El lenguaje de guerra se ha incorporado a la redacción de los titulares:
- “Así es el cuartel general de la lucha contra el virus por territorios”, La vanguardia, 20/03/2020.
La metáfora del virus como asesino, aunque en menor medida, también se ha utilizado:
- “Coronavirus: Anatomía de un asesino”, La razón, 15/03/2020;
- “Fotografían al coronavirus: el verdadero rostro del asesino”, XLSemanal, 08/04/2020.
Todos ellos ingredientes no recomendados en las guías para informar sin generar alarma o miedo (Asociación Española
de Comunicación Científica, 2020).
Además, las informaciones han estado muy pendientes del dato, de la cifra, lo que ha propiciado un esfuerzo de creación
de infografías que ayudasen a entender y a visualizar la evolución del virus en comparación con otros ámbitos o territorios
(tanto a nivel internacional como internamente). Los infográficos, en este sentido, se han convertido en el recurso estrella
de apoyo a la información, sobre todo en forma de gráficos de evolución, líneas temporales, gráficos de barras/ columnas,
tablas y mapas interactivos de visualización. Datos + información/ interpretación ha sido la fórmula destacada de esta co-
bertura periodística tanto en medios matriciales, como en nativos digitales, a nivel nacional e internacional, como:
- “7 Ways to explore the math of the coronavirus using The New York Times”, TNYT, 02/04/2020);
- “Coronavirus world map: which countries have the most cases and deaths”, The guardian, 20/04/2020;
- “Coronavirus: visualisez le bilan des morts du Covid-19, qui dépasse largement celui du SRAS”, Le monde, 05/02/2020;
- “Covid-19: ultrapassada a barreira de un milhao de casos, Público, 03/04/2020.
Además de la propuesta infográfica, también se han generado algunos reportajes multimedia (puntualmente, a nivel
España) de interés para la sociedad, como los de La vanguardia (Imagen 1) para explicar cómo proceder a la vuelta del
supermercado
(“¿Qué debo hacer cuando regreso del supermercado?”, La vanguardia, 01/04/2020)
o en qué se diferencia el virus de la gripe
(“Por qué la Covid-19 no es como una gripe”, La vanguardia, 15/04/2020).
O para explicar a los ciudadanos cómo el confinamiento frena la capacidad de contagio
(“Cómo el confinamiento frena la cadena de contagios”, El país, 04/04/2020).
En el empleo de vídeo, por habitual, destaca el vídeo en directo ligado a la cobertura de las conferencias de prensa de
los portavoces oficiales. Como aspecto más novedoso, puede indicarse este vídeo 3D producido por El país para mostrar
cómo afecta el virus a los pulmones:
(“Así ataca el coronavirus en los casos más
letales”, El país, 10/04/2020).
Sobre el uso de imágenes, la fotografía de un fa-
llecido rodeado por los sanitarios con los trajes de
protección en una reciente portada del diario El
Mundo ha sido la que más controversia ha genera-
do por su sensacionalismo:
(“La crisis se cebará con España por la gestión
del coronavirus”, El mundo, 15/04/2020).
Los esfuerzos también han apostado por la lucha
contra la desinformación y los bulos, mediante pro-
gramas de fact-checking. La circulación de noticias
falsas (sobre el origen del virus, su tratamiento,
el intento de control de la información, BOE falso,
imágenes falsas, vinculación con la tecnología 5G,
etc.) han proliferado, lo que ha conducido a la de-
nominación de ‘infodemia’
(“La pandemia se convierte en infodemia”,
El país, 19/04/2020). Imagen 1. Captura del reportaje multimedia de La Vanguardia
En un reciente estudio de Reuters Institute (2020) se detectaba que los ciudadanos españoles son los que menos consi-
deran que el Gobierno les ha ayudado a entender la pandemia (40%). Coincide, además, que son quienes más responsa-
bilidad atribuyen a los políticos en la diseminación de falsedades sobre el coronavirus.
3.2.1. Nuevos medios para informar sobre el Covid-19
Mientras la Comisión Europea adoptaba el 8 de abril una recomendación sobre el uso de los medios digitales como
instrumento importante para las medidas de contención2 y varios países y ciudades empleaban varias tecnologías de
última generación para combatir las consecuencias de la pandemia provocada por el Covid-19 (robots desinfectantes,
cascos inteligentes, drones equipados con cámaras térmicas y software de reconocimiento facial, geolocalización...), los
medios digitales, tanto nativos como matriciales aprovecharon las herramientas más sofisticadas que incorporaron en
los últimos tiempos para una mejor cobertura informativa.
Además de los programas de verificación, algunos medios han puesto en marcha iniciativas que resultan especialmente
uìtiles para la información de calidad en tiempos de bulos y de estrategias desde distintos ámbitos para alimentar la des-
información sobre cuestiones de salud. Nos referimos a la cobertura con drones para fotos o la creación de un chatbot
para informar sobre dudas en relación con el Covid-19. Varios medios han insertado uno que destacó desde el principio,
Carina, que es un chatbot conversacional en español sobre coronavirus basado en inteligencia artificial, creado sobre la
plataforma de Google Cloud, y que utiliza fuentes de la Organización Mundial de la Salud y fuentes gubernamentales.
Las aplicaciones de búsqueda y gestión de datos, de visualización dinámica de la información y de inteligencia artificial
han formado parte del paquete de “alta tecnología” que han empleado los medios digitales para mejorar la cobertura
de la información de las consecuencias del Covid-19 para la sociedad. Los medios nativos digitales y los matriciales o
migrantes digitales han focalizado sus recursos tecnológicos incorporados en los últimos tiempos a una mejor cobertura
de la pandemia. Su focalización en las causas y efectos del Covid-19 en todos los sectores han animado a experimentar
en piezas periodísticas para mejorar la calidad y la presentación.
La inteligencia artificial, que se ha utilizado como una herramienta para apoyar la lucha contra la pandemia viral en
distintos ámbitos, ha mostrado sus fortalezas para la creación de prospecciones para piezas periodísticas, buena parte
de ellas presentadas luego mediante infografías o piezas multimedia. Los datos y el periodismo de datos han permitido
contar otras perspectivas, más documentadas y con relatos más argumentados a partir de gestión de bases y de esta-
dísticas de prospección. La disponibilidad de datos a gran escala ha propiciado la creación de piezas con estructuras y
formatos actualizados.
La geolocalización de móviles ha estado de actualidad en distintos tratamientos informativos, sobre todo porque se ha
empleado para el seguimiento del confinamiento durante el estado de alarma, mientras algunas herramientas se han
mostrado especialmente útiles para los periodistas digitales a la hora de contar historias, como los gráficos con Datawra-
pper (en Eldiario.es, Elconfidencial.com, Lavozdegalicia.es…), o Flourish, que emplean The guardian (theguardian.com) o
Financial times (ft.com), o Esri para los mapas (Lavanguardia.es).
Al tiempo que los medios digitales empleaban programas de última generación para la cobertura informativa y para
la elaboración de piezas periodísticas multimedia, algunas organizaciones han creado webs o servicios especiales con
consejos y ayudas para los periodistas. Las principales redes de periodismo como la Internacional Journalists’ Network
(IJnet), la Global Investigative Journalism Network (GIJN) y el International Consortium of Investigative Journalists (ICIJ)
han creado webs especiales, han aportado recursos y los han puesto en libre acceso, al tiempo que entidades y obser-
vatorios han creado servicios útiles de apoyo a los periodistas (ver tabla 2).
Organización Localización
Ijnet https://ijnet.org/en/resource/covid-19-resources-journalists
Gijn https://gijn.org/2020/03/10/tips-for-journalists-covering-covid-19
Icij https://www.icij.org/tags/covid-19
Poynter https://www.poynter.org/reporting-editing/2020/how-to-move-beyond-scary-covid-19-stories
Dart Center https://dartcenter.org/resources/covering-coronavirus-resources-journalists
Journalist’s resource https://journalistsresource.org/studies/society/public-health/covid-19-coronavirus-epidemiology
Ethical Journalism Network https://ethicaljournalismnetwork.org/media-ethics-safety-and-mental-health-reporting-in-the-time-of-covid-19
4. Discusión y conclusiones
La contraposición entre lecciones previas y situación reciente arroja como primera conclusión la desatención a las pautas
y recomendaciones extraídas de los análisis sobre comunicación en crisis de salud pública anteriores. A pesar de que
no hay dos situaciones idénticas y que cada crisis presenta una serie de características particulares, sí hay patrones de
conducta identificados, tanto desde el punto de vista de la comunicación institucional como de la cobertura de prensa.
Respecto de las lecciones previas sobre comunicación La fórmula de portavocía aplicada resul-
institucional, puede extraerse que se incumplieron as-
ta contraria a las recomendaciones de
pectos relativos a la preparación de la comunidad para el
escenario más negativo, se sobreprotegió con un men- comunicación de crisis
saje de calma en etapas iniciales, que supuso luego un
choque con la realidad y con la nueva comunicación efectuada. De la calma a la tempestad, sin preparación para una
transición más gradual. Es ya bajo la tempestad, cuando se activan los mensajes de alerta, de responsabilidad individual
y colectiva o de autoeficacia.
La fórmula y discurso de portavocía aplicada resulta contraria a las recomendaciones de comunicación de riesgos y de
crisis. De hecho, supone una novedad respecto a situaciones anteriores, por la elevada cantidad de voces oficiales. Una
portavocía técnica e institucional multiplicada permite, en positivo, llevar la iniciativa y ser proactivos en los mensajes
enviados a la sociedad. En negativo, multiplica los riesgos de contradicción del mensaje y copa todo el espacio mediático,
lo satura, abriendo para la ciudadanía un escenario de atención y de tensión permanente.
Dicha sobreexposición del discurso institucional no correlaciona necesariamente con la sensación de una mayor trans-
parencia. La crítica corporativa de los periodistas al sistema de preguntas de las conferencias de prensa arroja sombras,
a pesar de esa doble cita diaria de intervenciones ante los medios. La poca profundización en los datos facilitados (que
son cifras de conjunto y que no bajan al detalle, por ejemplo) y su grado de adecuación a la realidad han sido otros de
los aspectos informativos cuestionados. La incertidumbre no debe estar reñida con la transparencia. En este sentido,
Covello (2010) remarca la necesaria incertidumbre que debe impregnar el mensaje de los agentes de salud pública como
factor que acrecienta además su credibilidad y confianza.
En cuanto a la cobertura de prensa, el foco de atención ha sido exponencial conforme los casos se incrementaban. Se
ha realizado un importante esfuerzo de cobertura informativa incorporando canales para la fidelización (newsletter o
podcasts), además de establecer en portada una sección fija dedicada a los datos y evolución de la pandemia actualizada
diariamente (ver imagen 2).
El alarmismo detectado en coberturas periodísticas previas también ha estado presente. Se hereda el lenguaje bélico
de la comunicación institucional, que lo utiliza para activar la alerta, la urgencia en la adopción de la norma (con todas
las modificaciones que comporta) y el sentimiento de unión interna y activación, pero que, al mismo tiempo, inevitable-
mente, provoca miedo a nivel social. No hay guerra, sino un tiempo de guerra (Xifra, 2020). Las muertes como indicador
diario de la evolución local de la pandemia también funcionan en este sentido.
“La muerte se considera el factor que contribuye más al miedo en cualquier crisis de salud pública” (Khishnatary;
Gadekar, 2014, p. 731).
La Asociación Española de Comunicación Científica
(AECC, 2020) explica que es necesario que la opinión El alarmismo detectado en coberturas
pública conozca los hechos relevantes sobre esta crisis periodísticas previas también ha estado
sanitaria y que los medios de comunicación aborden un presente
tema tan sensible evitando contagiar en la audiencia el
alarmismo y el miedo. Además, debe procurarse un enfoque periodístico humano y que no caiga en el sensacionalismo
a la hora de relatar las historias que están detrás de la cifra.
Los datos numéricos se han convertido en el elemento Se ha realizado una apuesta por aplica-
estrella y los infográficos, en correlación, en el compo-
ciones novedosas de gestión de datos y
nente gráfico más importante en las piezas periodísticas
a nivel nacional e internacional, en medios nativos digi- visualización interactiva
tales o matriciales. Ello ha conllevado una apuesta por
programas novedosos de gestión de datos y visualización interactiva. Las piezas periodísticas multimedia y divulgativas
(no centradas en las estadísticas) han sido menos prolíficas.
También los esfuerzos han sido evidentes en la lucha contra las fake news. El escenario de la emergencia es especialmen-
te proclive para la difusión de datos sesgados y distorsionados por el impacto de las redes sociales (Mayo-Cubero, 2020).
La desinformación se ha convertido, estas semanas, en un fenómeno fuertemente vinculado a la extensión del Covid-19
(Casero, 2020). Los bulos se expanden con facilidad a través de las redes sociales y los medios intensifican la lucha con
herramientas de fact check creadas en los 2-3 últimos años (bien propias o en alianza con empresas de verificación de
datos), centradas ahora en desinformaciones vinculadas a la pandemia.
En este sentido, las organizaciones, redes y observatorios de periodismo han publicado guías y recursos para ayudar a los
periodistas a enfrentarse a la cobertura informativa del Covid-19, tanto desde el punto de vista de su seguridad perso-
nal, como de las fuentes de información más adecuadas, la perspectiva ética o recomendaciones de cara al tratamiento
informativo. En previsión de futuras crisis, los periodistas deberían mejorar la preparación y capacidad de respuesta
proporcionando una cobertura que combine diferentes tipos de información y evite presentar la información de riesgos
en ausencia del consejo de cómo los individuos deben actuar (Ophir, 2019).
“El relato informativo en las crisis debería ser capaz de ofrecer información que salve vidas y minimice daños
en el corto plazo. En el medio y en el largo plazo, debería también ayudar a la comunidad a recuperarse de la
tragedia y a mejorar la capacidad de resiliencia ante crisis futuras. Y ese relato informativo sólo puede construir-
se desde el equilibrio entre el rigor y el interés humano, entre el uso ecuánime de las fuentes oficiales y las no
oficiales” (Mayo-Cubero, 2020, p. 9).
La presente crisis sanitaria ha supuesto una realidad mucho más compleja y grave que las precedentes ya citadas, como
la del ébola o la gripe A, más acotadas en su duración temporal y en los daños ocasionados. Existe una enorme respon-
sabilidad en la comunicación con la ciudadanía en una situación como la presente en todos los actores del sistema co-
municativo, especialmente, los actores institucionales y los medios de comunicación. Los primeros afrontan el reto de la
transparencia, la coherencia, el entendimiento con los distintos stakeholders, el liderazgo y la divulgación. Los segundos,
el de informar en profundidad desde un punto de vista crítico, contrastando la información oficial, pero colaborando en
la difusión de los mensajes, aportando el lado humano sin sensacionalismo ni alarmismo.
La gestión de la comunicación e información a la sociedad debe tomar nota de las lecciones aprendidas en situaciones
previas y planificar y entrenar el afrontamiento de crisis de salud pública para garantizar que, en nuevos escenarios
similares, haya una respuesta comunicativa preparada y fundamentada en el conocimiento adquirido. La Organización
Mundial de la Salud (2015), en el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030, hablaba de la
necesaria cultura de la prevención.
Se recomienda la continuación de esta línea de investi- La gestión de la comunicación y la cober-
gación dada la importancia del estudio detallado de la tura de prensa deben tomar nota de las
presente crisis de salud pública de cara a futuras crisis o
lecciones aprendidas
próximas oleadas de esta misma crisis.
5. Notas
1. Puede accederse a MoMo en el siguiente enlace:
https://momo.isciii.es/public/momo/dashboard/momo_dashboard.html#nacional
2. El texto de la recomendación puede consultarse en:
https://ec.europa.eu/info/files/recommendation-apps-contact-tracing_en
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