Fuentes Del Derecho Romano
Fuentes Del Derecho Romano
Fuentes Del Derecho Romano
El derecho romano primitivo se relaciona con la religión. Los ritos jurídicos tenían
analogía con los ritos religiosos; y los jefes religiosos se ocupaban de la interpretación de
las reglas jurídicas.
El término “Fas” significa “palabras de la divinidad”. Es el derecho dictado por la
divinidad y tiene mayoritariamente un carácter negativo (“tal día no se debe hacer tal
cosa”). Entonces “Fas” es todo lo prohibido por la divinidad.
Éste pertenece más a la sociología que al derecho. Y el hecho de que durante una
época los romanos hayan tenido normas fijadas por la religión como derecho, y que el
derecho se considerara como un aspecto de la religión, no es nada nuevo (se dio también
entre los hebreos). Varias normas pertenecientes al “Ius” provenían del “Fas”.
El “Fas” difiere del “Ius” en lo siguiente:
1- “Fas”: derecho producido por los dioses. “Ius”: derecho producido por los
hombres.
2- “Fas”: comprende todas las reglas humanas (carácter general). “Ius”: derecho
especializado.
Pero estos no son 2 cosas distintas, sino que una comprende a la otra. El “Fas” es
un derecho primordialmente sancionatorio; ej.: una sanción que aparece en éste derecho
es la interdicción del agua y el fuego: ya que no se podía vivir en la comunidad desde el
momento en que estaba prohibido el uso del agua y el fuego en ella (muerte civil).
El derecho religioso fue interpretado por funcionarios u órganos especiales . El jefe
religioso va a aplicar el “Fas”; y su interprete sería el Rey. Y no era fundamentalmente el
Rey que aplicaba el “Fas” sino, el jefe de cada familia, cada clan o gens. Los asesores del
Rey serían los pontífices y entonces, estos y el Rey habrán de aplicar el “Fas”.
Al pasar de monarquía a república, quienes van a aplicar el “Fas” en Roma serán
los Cónsules; suplantando al Rey, aunque éste mantiene algunas facultades; y el pontífice
máximo sería aquel que tuviera más poder que el Rey.
La sociedad se va secularizando poco a poco. Entonces, se hace indispensable la
existencia de normas para la vida, y en especial las nuevas formas ya que los dioses se
olvidaron de dictar muchas normas. En consecuencia, aparece el “Ius” (derecho
secularizado) para determinadas relaciones jurídicas nuevas (no previstas por el “Fas”),
como por ejemplo, los contratos, relaciones con extranjeros.
Pero luego, aparecen las magistraturas y se da una crisis por el advenimiento de la
plebe. Cuando los plebeyos van adquiriendo poderío obligan a los patricios a hacer
sucesivas concesiones acerca del “Fas”; ya que la plebe desconfiaba del mantenimiento de
sacerdotes en el poder; y en consecuencia sostienen que todas las relaciones deberían
regirse por los Magistrados. Así comienza a triunfar el “Ius” sobre el “Fas”; y en el siglo IV
con la lucha con la plebe y el triunfo de ésta, se produce el triunfo total.
Pero para ciertas relaciones se mantienen algunas de las normas del “Fas”, por ej.:
en las relaciones internacionales. Entonces, el “Ius” para afianzarse mejor, tomó una gran
parte del derecho sancionatorio del “Fas”.
Por tanto, estudiar las fuentes del derecho es buscar como nacieron las normas
jurídicas, su origen y luego indicar como dichas normas llegan a nosotros.
Las 2 principales fuentes del derecho romano son: la costumbre y la ley. El
término “Lex” significa precepto jurídico y abarca el precepto legal sancionado por el
Magistrado pertinente y además el precepto jurídico sancionado por la costumbre
(consuetudo). La costumbre aparte de “Lex” se denomina “Mos”.
Elementos:
Se debe distinguir entre Ius Civile (derecho cuyas fuentes son la costumbre y la
ley), el Ius Gentium (derecho de gentes), y el Ius Honorario (derecho honorario).
Para entender estos últimos es necesario saber cuál era la actividad de los
Magistrados romanos. Estos tenían la facultad de hacer edictos: podían tomar medidas
de carácter general en función de su misión. Dichas normas se transmitían al pueblo a
través de la publicidad oral; y luego por carteles.
Existen diversas clases de edictos:
1- Edictos perpetua: son los publicados por los Magistrados cuando estos ejercen su
cargo. Estos forman una especie de programa para aplicar en el futuro. Explican o
dan a conocer la actividad que desempeñara el Magistrado durante su
Administración.
2- Edictos repentina (o de circunstancias): son los que se dictan durante la función
del Magistrado para enfrentar acontecimientos imprevistos.
3- Edictos traslaticios: ejercían mayor influencia en la formación del derecho.
Ocurría lo siguiente: los edictos perpetua no cambiaban totalmente de un
Magistrado a un sucesor. Los Magistrados duraban un año en Roma. El Pretor
había emitido un edicto perpetua, y el subsiguiente lo mantenía en parte. El núcleo
de ese edicto se va a transmitir o trasladar al del nuevo pretor.
¿Cuáles eran los poderes de los Magistrados romanos, que los facultaban para
dictar dichas medidas de carácter general?
Las relaciones entre romanos y extranjeros incitaron una amplia reforma del
Derecho Privado romano. Dichas relaciones se manifestaron ya en las XII Tablas; y las
mismas se daban en especial cuando un romano vendía algo a un extranjero.
En las ciudades primitivas sólo se reconocían derechos a los ciudadanos; pero sin
embargo algunos extranjeros o incluso algunas ciudades fueron admitidas mediante
tratados o por un tácito reconocimiento a gozar del “ius commercii”: derecho a comerciar
y derecho a entrar en relaciones jurídicas típicas del comercio (derecho a realizar negocios
jurídicos de compra y venta, de reclamar como consecuencia de los mismos).
Sin embargo, las relaciones existentes entre hombres de distintas ciudades se
consideraban diferentes que las relaciones existentes entre ciudadanos. La dificultad para
entrar en esas relaciones jurídicas eran las formas procésales. En Roma sólo los
ciudadanos tenían acceso a las acciones de la ley (medios de defensa procésales). En
consecuencia, casi todas las relaciones entre romanos y extranjeros estuvieron basados en
la confianza.
Cuando Roma tomó impulso comercial (242 a.c.) se creó un nuevo Pretor, con
jurisdicción sobre las relaciones entre romanos y extranjeros: Pretor Peregrino (ya que los
romanos llamaban peregrinos a los extranjeros).
Entonces, Ius Gentium sería un derecho ordenador de las relaciones entre romanos
y extranjeros; es decir un derecho nacido de dichas relaciones con los extranjeros; y se
diferencia del Derecho Civil, el cual regula las relaciones exclusivamente entre romanos.
Ésta antítesis (Derecho de gentes-Derecho Civil) se aplica a los institutos surgidos
del Comercio Internacional, y se aplica a las relaciones; a los institutos surgidos entre
romanos. Es decir que el “Ius Gentium”, comprende aquellas instituciones respecto de las
cuales se afirma la posibilidad de relaciones entre extranjeros y romanos.
Según algunos autores sus normas provienen de los pueblos más avanzados (los
mediterráneos: especialmente de los griegos). Pero luego se demostraron grandes
diferencias entre Derecho de Gentes y Derecho Helénico.
Existía la intención de dar eficacia a la voluntad de quienes habían contratado,
mediante los modos que el comercio prevé.
Las normas del Derecho de Gentes que habían surgido para reglamentar las
relaciones entre extranjeros y romanos, reguladas por el Pretor Peregrino, paulatinamente
van a ser aceptadas por el Tribunal del Pretor Urbano. Por esto, los juristas podían decir
que mientras que el Derecho Civil podía no ser Derecho de Gentes; el Derecho de Gentes
era necesariamente Derecho Civil. O sea que la diferencia entre ambos derechos es sólo
posible si se entiende al Derecho Civil en el sentido restringido de aquellas partes del
derecho ciudadano; en donde no se admiten los extranjeros. Éste derecho de Gentes es
una parte del Derecho Civil, en contraposición con el Derecho Honorario.
En sí, Las relaciones que surgen del Derecho de Gentes es un gran progreso para
el Derecho Romano.
Derecho Honorario
La gratuidad
La publicidad: las respuestas de los jurisconsultos se hacían públicas.
Gayo: Su estudio es simple, claro, puro; cita a diversos autores y predomina una
exposición dogmática. Su obra más importante son las “Institutas”, trabajo dirigido
a estudiosos del derecho. Aparentemente perteneció a la escuela sabiniana.
Papiniano: tiene una gran profundidad y sus exposiciones son muy breves. Sus
escritos jurídicos son muy relevantes.
Otra fuente del derecho son los senadoconsultos. El Senado había tenido gran
importancia en la formación de la ley, pero nunca había constituido una verdadera
fuente legislativa. Adquirió la facultad de dispensar de la observancia de las leyes,
primero sólo en caso de necesidad y urgencia.
El poder de legislar (poder positivo; no el derecho a dispensa del Senado) se debe
a la paulatina desaparición de los comicios legislativos; lo cual va a dar importancia
posteriormente al Senado.
Según Gayo el Senadoconsulto es el Senado que ordena y establece, y de donde
surge la ley. Posteriormente el valor del Senadoconsulto se equipara al de la ley; y es más
llega a ocupar su lugar.
Cada senadoconsulto va a tener un nombre generalmente el de quien lo propone o
de lo que verse. Luego, se va a revelar como una forma de legislar por los emperadores,
por medio de los senadoconsultos; ya que van a ser propuestos por los emperadores
mediante las “oratio”.
La última fuente relevante del derecho romano son las constituciones
imperiales. Aquí, el Emperador se apropia definitivamente de los poderes del Senado.
Existen 4 tipos de constituciones imperiales:
1- Las edictas: se llaman así para diferenciarse de los edictos de los Magistrados.
Son disposiciones que estatuyen para el futuro y que se comparan a dichas leyes.
Son dictadas por el emperador debido a su “imperium” proconsular. Se parecen a
dichos edictos, ya que ambos tenían vigencia mientras durara el mandato de quien
lo dictara (por tanto duran mientras el Emperador ejerza su cargo). Pero se
diferencian en que mientras que los Magistrados romanos duraban 1 año el
emperador era vitalicio. Se iniciaban con una fórmula redactada en primera
persona, en donde se expresaba la autoridad del Emperador. A partir del siglo III
se transformaron en fuentes de derecho de duración ilimitada como la ley.
2- Las decretas: Son fallos; decisiones imperiales dictadas por el Emperador como
juez en un cierto proceso. En sí, son sentencias sobre las controversias o en caso
de litigio. El emperador podía ser juez en litigio con 2 títulos diferentes: * Juez de
Apelación: se apelaba de una sentencia dictada por un Juez; * Por avocación:
analizaba un litigio de competencia de un juez inferior, y como consecuencia
dictaba una sentencia. Las decretas al ser fallos, tienen sólo autoridad entre las
partes y para el caso en que se dicte. Sin embargo son fuente importante de
derecho consuetudinario.
Muchas veces el emperador extendía la aplicación del fallo en forma general; por lo
que ese decreto particular se transforma en una edicta.
3- Las rescriptas: son especie de responsas pero con mucha más autoridad. Son
juicios pronunciados sobre puntos de derecho controvertidos, dirigidos a
magistrados (“epistolam”) o a particulares. En el caso de que los particulares
dirijan súplicas al Emperador para que le dé solución a un determinado problema;
éste da una respuesta; y así se da la rescripta. En el caso de los Magistrados, estos
se dirigen al emperador por carta; y éste le contesta de la misma manera; en
cambio a los particulares se les contestaba en el mismo lugar; ya que conforme a
la pregunta iba a ser la respuesta.
Compilación Justiniana
Justiniano reinó del 527 al 565. Aquí existían circunstancias favorables para una
compilación: existía un mayor progreso científico, ya que se colocó dentro del nuevo
sistema las antiguas y la nuevas instituciones jurídicas; y además el Emperador dispuso de
Triboniano para realizar la Compilación.
El objetivo de la Compilación fue restituir al Imperio las antiguas fronteras bajo el
poder de único príncipe; y preparar una legislación acorde a las necesidades de su pueblo;
en sí que resultase como la culminación de la jurisprudencia clásica.
Para ello Justiniano (en el 528) designó una Comisión para elaborar un nuevo
Código actualizando los 3 anteriores (Hermogeniano, Gregoriano y Teodosiano), y las
Constituciones posteriores; y las leyes derogadas o no, podían ser modificadas reuniendo
en una varias de ellas o dividiendo una en varias. En el 529 se pública, y luego es
revisado.
La obra de Justiniano consta de El Digesto o Pandectas, de las Institutas, de El
Código y de las Novelas (“Corpus Iuris”).
Institutas (533): compilación hecha por los estudiantes. Las Institutas se dividen
en 4 Libros, y trata de: las personas, las cosas, derecho de propiedad, derechos
reales, de las obligaciones, sucesiones intestadas, delitos, acciones judiciales de
procedimiento.
Si bien Justiniano no logró la unión política del Imperio, sin embargo sí consiguió
hacer una importantísima obra en el derecho.