Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Hágase en Mí, Como en María

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 19

Hágase en mí,

como María (Cf. Lc 1, 28)


HÁGASE EN MÍ, CÓMO EN MARÍA (CF. LC 1, 28)

Es una inspiración que nació después de un ayuno cuaresmal este año


(2021) y se concretó el 15 de Abril con la creación del grupo de Oración
virtual, empezando a rezar el SANTO ROSARIO el 21 de Abril, por el fin de
la pandemia y por la salud de todos los enfermos, cuya motivación es apoyar y
ayudar a contener espiritualmente a las personas que necesitan de oraciones,
palabras de aliento e intercesiones.

Es también un espacio para compartir testimonios del AMOR


Misericordioso de Jesús por intercesión milagrosa de su Santísima Madre, en
nuestras vidas y en las de nuestros hermanos.

Queremos vivir esta espiritualidad desde la Bienaventurada Siempre Virgen


María, esto implica todo su ser, humildad, sencillez, obediencia y por sobre
todo, EL SERVICIO.

Que estemos siempre abiertos a la Voluntad de Dios, siendo nuestro lema:


HÁGASE EN MÍ, COMO EN MARÍA.

Padre Antonio Javier Morel


Misionero Redentorista
Hágase en mí,
como María (Cf. Lc 1, 28)
Recopilado por P. Antonio J. Morel, C.Ss.R.

“Podemos asegurar que todos los bienes que recibimos del Señor nos llegan por medio de
la intercesión de María“

DEVOCIONES A LA MADRE DEL PERPETUO SOCORRO

Himno:

Tú, Perpetuo Socorro,


Dulcísima María.
Venimos este día, humildes a implorar: (2)

Cuando por la tristeza me siento combatido


Y en pena sumergido
¿Quién me consolará…?

Tu amor, oh Madre mía,


Me llena de alegría,
Tú, Perpetuo Socorro fiel me protegerá…

1. Se leen las intenciones y súplicas…

2. ORACIÓN INICIAL A LA MADRE DEL PERPETUO SOCORRO1


(Para hacer al inicio de la novena)

Tú fuiste elegida por Dios como Madre para su Hijo,


yo te pido hoy que seas mi socorro perpetuo.
Así como confiaste en la palabra del ángel,
enséñame a creer en las promesas del Señor.

Que, como tú con Isabel, pueda salir presuroso,


a servir a aquel que lo necesita.
En los momentos de amenaza e inseguridad,
guíanos a puerto seguro.

Cuando nos alejemos y nos sintamos perdidos,


no descanses hasta hacernos volver a casa.
Al faltar el vino de la alegría,
1
NOVENA DE NUESTRA SEÑORA DEL PERPETUO SOCORRO de Bryan Arriola, C.Ss.R, Provincia
Redentorista de América Central, pág 5.
Hágase en mí,
como María (Cf. Lc 1, 28)
que sepamos escucharte para recuperarnos en Jesús.

En los días de enfermedad, en el dolor, en la muerte,


que tu firmeza en la cruz nos sostenga.
Ayúdanos a permanecer unidos en la oración,
recibe junto a tus hijos el Espíritu Santo.

Que tu mirada tierna, cercana, dulce,


no se aparte de nosotros.
Y al final de nuestros días, Madre,
llévanos hacia la Casa del Padre misericordioso. Amén.

3. Se reza el Santo Rosario con los misterios correspondientes para cada día (ver
anexo)
4.
5. JACULATORIA:
Seas amada, seas alabada,
seas invocada; Seas eternamente bendita,
¡Oh Madre del Perpetuo Socorro!,
Mi Esperanza, mi Amor, mi Madre, mi Refugio y mi Vida.
Amén!
6. Después del Santo Rosario se hace la novena o cualquiera de las oraciones a la
Madre del Perpetuo Socorro.
7. Invocaciones a la Madre del Perpetuo Socorro.
8. Oración Final.

NOVENA PERPETUA A LA MADRE DEL PERPETUO SOCORRO

Oh Madre del Perpetuo Socorro. Aquí tenéis a vuestros pies a un miserable pecador que
Vos acude y en Vos confía. Madre de misericordia, tened piedad de mí. Oigo que todos os
llaman refugio y esperanza de los pecadores. Sed pues, el refugio y la esperanza mía.
Socorredme por amor a Jesucristo, tended la mano a un miserable caído que a Vos se
encomienda y se consagra por vuestro siervo perpetuo. Bendigo y doy gracias a Dios, que,
por su misericordia, me ha concedido esta confianza en Vos, que yo miro como una prenda
segura, de mi salvación eterna. Ah, infeliz de mí, en el tiempo pasado he caído en la culpa
por no haber acudido a Vos. Y tengo por cierto que, si a Vos me encomiendo me ayudaréis
y saldré victorioso. Pero este es mi temor que en las ocasiones de pecar, deje de llamaros en
mi ayuda y así me pierda. Concededme, pues, esta gracia que os pido: alcanzadme, que en
los asaltos del infierno recurra siempre a Vos diciendo, María ayudadme, Virgen del
Perpetuo Socorro, no permitáis que pierda a mi Dios.
Hágase en mí,
como María (Cf. Lc 1, 28)
(Se reza tres Ave María)

LIDER: Salud de los enfermos…

TODOS: ruega por nosotros

LIDER: Consuelo de los afligidos…

TODOS: ruega por nosotros

LIDER: Refugio de los pecadores…

TODOS: Ruega por nosotros

LIDER: Ruega por nosotros, Oh Madre del Perpetuo Socorro.

TODOS: Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.

ORACIÓN: Señor Jesucristo, que nos diste a tu Madre Santísima para que con el título
insigne de Madre del Perpetuo Socorro la venerásemos, te suplicamos que los que imploran
con frecuencia su maternal favor, participemos constantemente de los frutos de tu
Redención, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

BENDICIÓN DE LOS ENFERMOS

(En este momento cada uno pide una bendición especial por sus enfermos, padres,
parientes, amigos o conocidos)

LIDER: Nuestro Auxilio está en el nombre del Señor

TODOS: Que hizo el cielo y la tierra

LIDER: Señor, escucha mi oración

TODOS: Y llegue a ti nuestro clamor.

LIDER: El Señor esté con ustedes

TODOS: Y, con tu espíritu.


Hágase en mí,
como María (Cf. Lc 1, 28)
LIDER: Oremos: Oh Señor, misericordioso, consolador de los fieles, imploramos tu gran
compasión para aquellos enfermos que yacen en el lecho de su dolor. Ten piedad de
nuestros enfermos, Señor, y dales la salud perdida para que te den gracias por toda la
eternidad.

LEVANTANDO LAS MANOS: Nuestro Señor Jesucristo esté cerca de todos ustedes para
defenderles; en sus corazones para conservarles, que Él sea su guía para conducirles, que
les acompañe para guardarles. Que derrame siempre sus gracias y bendiciones sobre todos
ustedes, Él, que con el Padre y el Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.

O BIEN;

ORACIONES VARIAS A LA MADRE DEL PERPETUO


SOCORRO
POR LAS NECESIDADES ESPIRITUALES

Oh Madre del Perpetuo Socorro, con la más grande confianza me postro ante tu imagen,
para pedirte ayuda y protección. Tú has contemplado las llagas que Jesús quiso recibir para
nuestra salud espiritual y corporal; le has visto derramar su Sangre Divina por nuestra
Salvación, y conoces también sus ardientes deseos de aplicarnos los frutos de la Redención.
Por eso, echado a tus pies, te suplico encarecidamente, me obtengas las gracias que tanto
necesita mi alma. Oh María, la más amable de las madres, alcánzame del corazón de Jesús
la gracia que te pido en esta novena...

Oh Madre del Perpetuo Socorro, tú que quieres nuestra salvación con más ardor que
nosotros mismos, tu Hijo te constituyó Madre nuestra, Tú misma quieres ser llamada Madre
del Perpetuo Socorro. No confío en mis propios méritos, sino en tu poderosa intercesión,
confío en tu bondad y maternal amor. Oh Madre del Perpetuo Socorro, por el amor que
tienes a Jesús, Tu Hijo y mi Redentor; por el amor que te profesaba tu gran siervo San
Alfonso; por el amor que tienes a mi alma, alcánzame la gracia que te pido. Amén.

(Rezar tres Ave María).

O BIEN;
Hágase en mí,
como María (Cf. Lc 1, 28)
ORACION PARA LAS NECESIDADES TEMPORALES

Oh Madre del Perpetuo Socorro, numerosos necesitados rodean continuamente tu sagrada


imagen implorando tu gracia y socorro. Todos te bendicen y alaban como el auxilio seguro
en la tribulación; todos sienten el beneficio de tu maternal protección; Lleno de confianza
me presento yo también ante Ti en mi miseria. Oh querida Madre, mira los males sin fin
que nos afligen, y todas las peticiones que te presentamos. Pruebas y tristezas nos oprimen,
reveses de fortuna y privaciones nos angustian. Derrama tus gracias sobre nuestras casas,
nuestras familias, (nuestra Congregación del Santísimo Redentor).

A cada paso encontramos la cruz; ten piedad de nosotros y de nuestras familias, oh


compasiva Madre, especialmente en esta necesidad... Ayúdanos, oh Madre nuestra, en
nuestra aflicción, líbranos de todos nuestros males, o bien, si es la voluntad de Dios, de que
tengamos que sufrir todavía más, alcánzanos las gracias de soportarlo todo con amor y
paciencia. Esta gracia la esperamos de ti con entera confianza. Porque tú eres nuestra
Madre del Perpetuo Socorro. Amén.

(Rezar tres Ave Marías)

O BIEN;

ORACIÓN A LA MADRE DEL PERPETUO SOCORRO

Oh Madre del Perpetuo Socorro, concédeme la gracia de que pueda siempre invocar tu
bellísimo nombre ya que es el Socorro del que vive y Esperanza del que muere. Ah, María,
María de los pequeños y olvidados, haz que tu nombre sea de hoy en adelante el aliento de
mi vida.

Cada vez que te llame, Madre mía, apresúrate a socorrerme, pues, en todas mis tentaciones,
y en todas mis necesidades propongo no dejar de invocarte diciendo y repitiendo: María,
María, Madre Mía.

¡Oh qué consuelo, qué dulzura, qué confianza, qué ternura siente todo mi ser con sólo
repetir tu nombre y pensar en ti, Madre Mía! Bendigo y doy gracias a Dios que te ha dado
para bien nuestro ese nombre tan dulce, tan amable y bello.

Más no me contento con pronunciar tu bendito nombre, quiero pronunciarlo con amor,
quiero que el amor me recuerde que siempre debo acudir a ti, Madre del Perpetuo Socorro.

(Rezar tres veces Ave María)


Hágase en mí,
como María (Cf. Lc 1, 28)
INVOCACIONES A LA MADRE DEL PERPETUO SOCORRO

A cada invocación se responde:

"VEN A SOCORRERME, OH MADRE DE BONDAD"


* Madre del Perpetuo Socorro, cuyo solo nombre inspira confianza: R/.

* En el momento peligroso de la tentación, para ser fuerte. R/.

* Cuando haya tenido la desgracia de caer en el pecado, para que me arrepienta y vuelva a
levantarme. R/.

* Si algún vicio me tiene encadenado, para que pueda romperlo. R/.

* Frente a la mentira y a la injusticia, frente al afán de poseer para mantenerme libre. R/.

* Si se oscurece mi fe, decae mi esperanza y me enfrío en el amor. R/.

* Al participar en los sacramentos y en el servicio a Dios y a los hermanos. R/.

* En todos los acontecimientos y ocupaciones de la vida. R/.

* Para estar atento a la Palabra de Dios y responder a sus dones. R/.

* Para conseguir con mi ejemplo que los demás te invoquen y te amen. R/.

* Para que viva todos mis días como seguidor de Jesucristo. R/.

* Para que esta familia se vea protegida y liberada de las asechanzas del maligno y de todo
mal. R/.

* Para que hermano/a… tenga una verdadera conversión y vuelva a Dios. R/.

* Para que nuestros hermanos/as recuperen la salud perdida y puedan seguir con sus
ocupaciones cotidianas. R/.

* Contra mi propia inconstancia y para que persevere hasta el fin. R/.

* Para ser fiel a Cristo, hasta llegar a la gloria del Padre. R/.

* ¡Oh Madre mía, hasta mi último día, hasta mi último suspiro! R/.

O BIEN;
Hágase en mí,
como María (Cf. Lc 1, 28)
LETANÍAS A LA MADRE DEL PERPETUO SOCORRO

Respondemos: “Ven siempre en nuestro socorro”

María hija del Eterno Padre…

María receptora del Espíritu Santo…

María Madre de Jesús…

Madre de la Iglesia…

Madre de la mirada protectora…

Madre que ruega ante su Hijo por nosotros…

Madre refugio de atribulados…

Madre que nos conduce al buen camino…

Madre misericordiosa…

Madre fiel en la cruz…

Discípula siempre dispuesta a servir…

Mujer atenta a la voluntad de Dios…

Auxiliadora de las causas difíciles…

Fortaleza de los débiles y caídos…

Intercesora de los pecadores…

Esperanza de los alejados…

Misionera de la abundante redención…

Estrella que nos guía hacia Jesús…

Ejemplo de solidaridad…

Instrumento de la gracia de Dios…

Compañía de los migrantes…


Hágase en mí,
como María (Cf. Lc 1, 28)
Modelo de creyente…

Maestra de oración…

Perpetuo Socorro nuestro…

ORACIÓN FINAL

LIDER: Te has hecho, Señora nuestro Refugio.

TODOS: Socorriéndonos oportunamente en la tribulación.

¡Feliz es el que se acoge a tu protección2!


Nos unimos a las plegarias de tantos santos,
hombres y mujeres que durante generaciones
encontraron en ti refugio y consuelo.

Con la confianza que nos da tu socorro


volvemos a nuestras labores cotidianas,
llenos de alegría, fe y esperanza,
rebosantes del amor de Dios.

En tus manos quedan nuestras preocupaciones,


las lágrimas y el dolor que traíamos,
tu Hijo Redentor nos da a cambio
la paz y la fortaleza que necesitamos.

Como humilde ofrenda recibe


nuestra buena acción de este día,
que sea semilla de bendición para otros
y compromiso con el Evangelio de Jesús. Amén

(Ofrecer una “buena acción” en silencio)

Nota: esta acción puede ser bien una obra de misericordia, una limosna, un gesto de
perdón, el acceso al sacramento de la reconciliación, una visita al Santísimo o a un
santuario mariano, etc. Es poner en acción nuestra fe y al mismo tiempo sentirnos
instrumentos del amor de Dios hacia otras personas.

2
Idem, pág 7.
Hágase en mí,
como María (Cf. Lc 1, 28)
ORACIÓN. Dios Omnipotente, que en tu misericordia nos diste la Imagen de tu
Bienaventurada Madre, para que con el título especial de Perpetuo Socorro la venerásemos:
concédenos, Señor, que en todas las vicisitudes de nuestra peregrinación en esta vida
seamos, con la continua protección de la Inmaculada y siempre Virgen María, asistidos y
amparados y merezcamos conseguir los premios eternos de tu Redención. Que vives y
reinas por los de los siglos. Amén.

BENDICIÓN CON EL ÍCONO MILAGROSO DE LA MADRE DEL PERPETUO


SOCORRO

(Todos contemplando el ícono milagroso hacen su pedido especial para sí, para sus
padres, parientes, amigos y bienhechores)

CELEBRANTE: El Señor esté con ustedes

TODOS: Y con tu Espíritu

CELEBRANTE: Por los méritos preciosísimos de Jesucristo Sacramentado y por la


intercesión milagrosa de nuestra Madre del Perpetuo Socorro, descienda sobre ustedes y los
que son suyos la bendición de Dios Todopoderoso y quede con ustedes, para siempre. En el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

TODOS: Amén
Hágase en mí,
como María (Cf. Lc 1, 28)
ANEXOS
SANTO ROSARIO
INTRODUCCION
El rosario, precisamente a partir de la experiencia de María, es una oración marcadamente
contemplativa. Para que pueda decirse que el rosario es más plenamente “compendio del
evangelio”, es conveniente pues que, tras haber recordado la encarnación y la vida oculta de
Cristo (misterios de gozo), y antes de considerar los sufrimientos de la pasión (misterios de
dolor), y el triunfo de la resurrección (misterios de Gloria), la meditación se centre también
en algunos momentos particularmente significativos de la vida pública (misterios de luz).
(Rosarium virginis Mariae, Juan Pablo II)

MISTERIOS GOZOSOS. (Lunes y Sábados)


1.- La Anunciación del ángel a la Virgen María.
“Y habiendo entrado el ángel donde Ella estaba, le dijo: Dios te salve, llena de gracia, el
Señor es contigo, bendita tu eres entre todas, las mujeres”. (Lc. 1,28)

San Alfonso:
“Debiendo escogerse en la tierra una madre, buscaban entre todas la más santa y la
más pura, y la más humilde. Y entre todas se fijó en una, y fue la virgen María, de
quien dice Cantar de los Cantares: muchas son las jovencitas que hay, pero una es la
perfecta, es mi paloma”.

2.- La virgen María visita a su prima Isabel.


“María entró. Al oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre, Isabel se llenó del
Espíritu Santo y exclamó en voz alta: Bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el
fruto de tu vientre”. (Lc. 1,41-42)

San Alfonso:
“María es la tesorera de las gracias divinas. A quien desee conseguir muchas gracias
del cielo le conviene mucho recurrir a María y todo el que recurre a María esté seguro
de conseguir admirables gracias y favores”.

3.- Jesús nace en Belén.


“Y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre,
porque no habían hallado lugar en la posada”. (Lc. 2,7).
Hágase en mí,
como María (Cf. Lc 1, 28)
San Alfonso:
“Has bajado del cielo para ser nuestro amigo y compañero, pero ¿quién te acompaña?
¿Quién te acoge en Belén? Sólo José y María. Se manifiesta tu gracia salvadora y muy
pocos quieren acogerla”.

4.- La presentación del niño Jesús en el templo


“Cumplido así mismo, el tiempo de la purificación de la madre, según la ley de Moisés,
llevaron al niño a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la ley del Señor:
todo primogénito varón será consagrado al Señor”. (Lc. 2, 22-23)
San Alfonso:
“María dijo una vez, a una santa, hija si quieres que yo esté siempre a tu favor, lo
primero que tienes que hacer es amar mucho a mi hijo Jesucristo”.

5.- Jesús perdido y hallado en el templo.


“Y al cabo de tres días de haberle perdido, le hallaron en el Templo, sentado en medio de
los doctores, a quienes escuchaba y preguntaba”. (Lc. 2, 46).

San Alfonso:
“De la fe nace la esperanza. La fe nos hace conocer cuán grande es el poder de Dios y
que promesas nos ha hecho él”.

MISTERIOS DOLOROSOS (martes y viernes)


1.- La oración de Nuestro Señor en el huerto de los Olivos.
“Y le vino un sudor como gotas de sangre que chorreaba hasta el suelo. Y levantándose de
la oración y viniendo a sus discípulos, los hallo dormidos por causa de la tristeza”. (Lc.
22,44).

San Alfonso
“La compasión que yo quiero es que des nuestro santo amor. Atráeme por completo a
ti del lobo de mis bajezas”.

2.- La flagelación de Nuestro Señor Jesucristo.


“Tomó entonces Pilato a Jesús, y lo mandó azotarle” (Jn 19,1).

San Alfonso
“¡Jesús mío!, aquí tienes a uno de tus más crueles verdugos, que te flageló con sus
pecados pero ten compasión de mí, sino solo para vos amor mío y mi todo.”
Hágase en mí,
como María (Cf. Lc 1, 28)
3.- La coronación de espinas.
“Y desnudándole le cubrieron con un manto de grana; y entretejiendo una corana de
espinas, se la pusieron sobre la cabeza, y una caña por cetro en su mano derecha. Doblaban
la rodilla ante Jesús y se burlaban de él diciendo: ¡viva el rey de los judíos!” (Mt 27,28-
29).

San Alfonso
“La Madre de Dios reveló a santa Brígida que la corona de espinas ceñía toda la
sagrada cabeza de su hijo, abarcándole hasta la mitad de la frente y que las espinas
fueron violentamente clavadas, que la sangre corría en abundancia por el rostro de
Jesús”.

4.- Jesús carga con la cruz a cuestas camino al Calvario.


“Así fue como se llevaron a Jesús. Cargando con su propia cruz, salió de la ciudad hacia el
lugar llamado calvario o de la calavera que en hebreo se dice Gólgota”. (Jn. 19,17)

San Alfonso
“Generalmente hablando, todos, justos y pecadores, tienen su cruz y aunque los justos
disfruten de paz de conciencia, aun tienen sus vicisitudes, ya que unas veces son
consolados con visitas divinas y otros son afligidos por enfermedades corporales y
demás contrariedades”.

5.-La crucifixión y muerte de Nuestro Señor Jesús.


“Y Jesús gritó muy fuerte: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Dicho estas
palabras expiró”. (Lc. 23, 46)
San Alfonso
“La cruz es el camino y la escala para llegar al cielo. ¡Dichosa el alma que se abraza
con ella y no la abandona ni en la hora de la muerte!”

MISTERIOS GLORIOSOS (domingos y miércoles)


1.- La Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
Pero él les dijo: “no se asusten. Si ustedes buscan a Jesús nazareno, el crucificado, no está
aquí, ha resucitado; pero este es el lugar donde lo pusieron”. (Mc. 16,6)

San Alfonso:
Hágase en mí,
como María (Cf. Lc 1, 28)
“No nos separemos jamás de esta tesorera de las gracias divinas. Oh madre de Dios: no
dejes nunca de rogar por nosotros, pues tus ruegos consiguen salvación y resurrección
para tus devotos”

2.- La ascensión de Nuestro Señor al cielo.


“Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios”.
(Mc 16, 19)

San Alfonso:
“Como las golondrinas, que no se paran en tierra para comer, sino que en pleno vuelo
se alimentan, tomemos lo necesario, pero volando siempre tras los dones eternos”

3.- La Venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles.


“Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según
el espíritu les concedía que se expresaran”. (Hch. 2,4)
San Alfonso:
“La que Dios eligió para ser Madre de su hijo debía tener su alma totalmente llena del
Espíritu Santo. Y por lo tanto sin sitio para la mancha del pecado”.

4.- La Asunción de Nuestra Señora al cielo.


“Apareció en el cielo una señal grandiosa: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus
pies y una corona de dos estrellas sobre su cabeza”. (Ap. 12,1)

San Alfonso:
“Numerosos coros de los ángeles le acompañaron cantando himnos de gloria y de
triunfo, hasta lo más alto de los cielos. Jesucristo en persona vino a llevarla y
presentarla gloriosamente ante su Padre celestial.”

5.- La coronación de la Virgen como Reina y Madre de toda la creación


María dijo entonces: “Proclama mi alma la grandeza del señor, se alegra mi espíritu en Dios
mi Salvador… Desde ahora me felicitarán todas las generaciones”. (Lc. 1,46)

San Alfonso:
“Servir a María y pertenecer a su corte es el honor más alto que nos puede caber.
Servir a la Reina del cielo es ya reinar en el cielo”
Hágase en mí,
como María (Cf. Lc 1, 28)
MISTERIOS LUMINOSOS (jueves)
1.- El Bautismo de Nuestro Señor en el Rio Jordán.
“Una vez bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento se abrieron los cielos y vio al
espíritu de Dios que bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Al mismo tiempo se
oyó una voz del cielo que decía: “este es mi hijo, el amado; en él me complazco”. (Mt.
16,17)

San Alfonso:
“Jesucristo eligió a María por madre, no en la tierra, sino ya desde el cielo, y para
morar en Ella y nacer de ella y vivir acompañado en Ella, la llenó totalmente de
santidad y pureza.”

2.-La Revelación de Nuestro Señor en las Bodas de Caná .


“Pero su madre dijo a los sirvientes: “Hagan todo lo que Él les diga”. Así sucedió en Caná
de Galilea”. (Jn. 2,11-12)

San Alfonso
Confío Señora en que por tu intercesión, tu hijo Jesucristo me haya librado de las
garras del demonio y me haya perdonado y no permita que en lo futuro logre de
nuevo dominarme el poder del mal.
3.- Anuncio del Reino, invitando a la conversión.
“Decía: El tiempo se ha cumplido, el Reino de Dios está cerca. Cambien sus caminos y
crean en la Buena Nueva”. (Mc. 1,15)

San Alfonso:
“Amorosa madre mía, de lo íntimo de mi corazón te doy gracias por todo el bien que
me has prodigado, siendo yo como he sido esclavo del demonio”

4.- La Transfiguración del Señor.


“Estaba todavía hablando, cuando se formó una nube que los cubrió con su sombra, y al
quedar envueltos en la nube se atemorizaron. Pero de la nube llegó una voz que decía:
“Este es mi hijo, mi elegido; escúchenlo”. (Lc. 9,34-35)

San Alfonso:
Podemos vivir felices ya que tenemos siempre a nuestro Dios hecho hombre con
nosotros. Su presencia nos acompaña afectuosa y compasivamente todos los días.
Hágase en mí,
como María (Cf. Lc 1, 28)
5.- La institución de la Eucaristía.
“Antes de la fiesta de pascua sabiendo Jesús que le había llegado la hora de salir de este
mundo para ir al Padre, como había amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó
hasta el extremo”. (Jn. 13, 1)

San Alfonso:
“Señor, dame la gracia de preocuparme más de este sacramento, que eres Tú, y así,
con toda la fuerza que me des, que yo pueda animar a muchos hermanos, para que
también ellos te conozcan, visiten, amen y adoren.”

Oremos:
Oh Dios, cuyo Hijo, nos adquirió con su vida, su muerte y resurrección, el premio de la
vida eterna; otórganos a los que recordamos con veneración los misterios del Santo
Rosario, imitar las virtudes que contienen, y danos los premios que prometen. Por Nuestro
Señor. Amén

LETANÍAS DE LA VIRGEN MARÍA


Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos.

Respondemos: Ten piedad de nosotros

Dios, Padre Celestial

Dios, Hijo Redentor del mundo

Dios, Espíritu Santo

Trinidad Santa, único Dios

Respondemos: Ruega por nosotros


Hágase en mí,
como María (Cf. Lc 1, 28)
Santa María

Santa Madre de Dios

Santa Virgen de las vírgenes

Madre de la Iglesia

Madre de Misericordia

Madre de la divina Gracia

Madre de la Esperanza

Madre purísima

Madre castísima

Madre y Virgen

Madre inmaculada

Madre digna de ser amada

Madre digna de ser admirada

Madre del buen consejo

Madre del Creador

Madre del Salvador

Virgen prudente

Virgen digna de respeto

Virgen digna de alabanza

Virgen poderosa

Virgen fuente de clemencia

Virgen del Perpetuo Socorro

Virgen fiel
Hágase en mí,
como María (Cf. Lc 1, 28)
Causa de nuestra alegría

Templo del Espíritu Santo

Honor de los pueblos

Modelo de entrega a Dios

Hermosa como las rosas de Jericó

Fuerte como torre de David

Hermosa como torre de marfil

Casa resplandeciente

Arca de la nueva alianza

Puerta del cielo

Estrella de la mañana

Salud de los enfermos

Refugio de los pecadores

Alivio de los migrantes

Consuelo de los afligidos

Auxilio de los cristianos

Reina de los ángeles

Reina de los patriarcas

Reina de los profetas

Reina de los apóstoles

Reina de los mártires

Reina de los que viven su fe

Reina de los que se conservan puros


Hágase en mí,
como María (Cf. Lc 1, 28)
Reina de todos los santos

Reina concebida sin pecado original

Reina llevada al cielo

Reina del santo Rosario

Reina de la paz

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,

perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,

escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,

ten misericordia de nosotros.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

Todos: Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Amén.

ORACIÓN

Te rogamos nos concedas, Señor Dios nuestro, gozar de continua salud de alma y cuerpo, y
por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, vernos libres de las
tristezas de la vida presente y disfrutar de las alegrías eternas. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.

También podría gustarte