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Clase 22 Sept. Tertulia Peter Pan

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Peter Pan

Autor: J.M. Barrie Valores: ingenio, valentía, bondad, inteligencia

Hace tiempo, allá por 1880, vivía en la ciudad de


Londres la familia Darling. Estaba formada por el señor
y la señora Darling y sus hijos: Wendy, Michael y John.
Sin olvidarnos de Nana, por supuesto, el perro niñero.

Vivían felices y tranquilos hasta que Peter Pan llegó a


sus vidas. Todo comenzó la noche en que Nana tenía el
día libre y la señora Darling se quedó a cargo de sus
hijos. Cuando todos, incluida ella, estuvieron dormidos
el muchacho entró por la ventana. Pero entonces ella se
despertó y se asustó tanto al verle que lanzó un fuerte grito. Entonces
apareció Nana, que cerró la ventana para evitar que saliera y acabó
atrapando su sombra. Y así fue como la sombra de Peter Pan acabó en un
cajón de la casa de los Darling.

Una noche el señor y la señora Darling salieron a cenar a casa de los


vecinos del número 27. Los niños se quedaron en casa al cuidado de Nana
y no tardaron en quedarse todos dormidos.
Pero cuando la casa estaba en silencio, entró una diminuta hada
revoloteando a gran velocidad y tras ella, Peter Pan, dispuesto a recuperar
su sombra. La encontró en el cajón en el que la había guardado Nana, pero
se entristeció mucho cuando comprobó que la sombra no le seguía. Probó a
pegársela con jabón, pero no dio resultado y desesperado se sentó en el
suelo a llorar.

- ¿Quién está llorando? - preguntó Wendy, a quien despertaron los sollozos.


- Soy yo - contestó Peter
- ¿Cómo te llamas? - preguntó la niña, aunque ella estaba casi segura de
saber quién era
- Peter Pan
- ¿Y qué te pasa Peter?
- Que no consigo que mi sombra se me quede pegada
- Tranquilo. Creo que podré cosértela

Wendy ayudó a Peter y mientras los dos niños comenzaron a hacerse


amigos.

- Yo vivo en el País de Nunca Jamás. Es maravilloso, allí eres siempre un


niño y no tienes que obedecer a nadie. Conmigo viven los Niños perdidos,
ya sabes, los niños que caen de los carritos cuando la niñera mira a otro
lado. Además, hay piratas, hadas, indios y toda clase de seres.
Peter decía que era muy feliz allí, aunque reconoció que a él y a los Niños
perdidos les gustaría que hubiese alguien que les contara cuentos como
hacía ella con sus hermanos. Peter le propuso ir con él al País de Nunca
Jamás y a Wendy le pareció de inmediato una idea maravillosa.

- Pero ¿y mis hermanos? ¿pueden venir ellos también?


- Si tú quieres, ¡claro!
- ¡Estupendo!

Wendy despertó a Michael y John y Peter para iniciar su viaje. Pero antes
de partir Peter les explicó que debían aprender a volar. Les echó un poco
de polvo de hada por encima y enseguida los tres niños comenzaron a
elevarse por el aire. A todos les pareció muy divertido y comenzaron a dar
vueltas y más vueltas por la casa. Armaron tal revuelo que acabaron
despertando a Nana.

Peter la oyó venir así que pudieron volver a sus camas rápidamente como
si no hubiese pasado nada. Así, cuando la niñera entró en la habitación
creyó que los tres dormían plácidamente.

Pero Nana estaba intranquila y estaba casi segura de que algo raro estaba
ocurriendo en el cuarto de los niños, de modo que corrió a avisar a los
señores Darling. Pero cuando volvieron, los niños ya no estaban. Los tres
habían partido rumbo a Nunca Jamás nerviosos e ilusionados por vivir
aquella fantástica aventura.

Volaron durante días atravesando océanos, pero al final llegaron al país de


Nunca jamás.

Al primero que vieron desde el aire fue al temible capitán Garfio, el peor
enemigo de Peter Pan. En una lucha hacía tiempo Peter había logrado
arrebatarle la mano derecha y por eso el pirata llevaba en su lugar ahora
un garfio. Pero lo manejaba perfectamente y eso, unido a sus ganas de
venganza, lo hacían muy peligroso. Aunque había algo a lo que el capitán
Garfio tenía miedo: el cocodrilo. Una vez estuvo a punto de comérselo y por
eso ahora no quería otra cosa que no fuese él. Menos mal que el capitán le
arrojó un reloj y por eso ahora hacía tic-tac cada vez que se acercaba.

Llegaron hasta el lugar donde estaban los Niños perdidos. Pero Campanilla,
que estaba muy celosa de Wendy porque estaba todo el tiempo junto a
Peter, se adelantó para tramar algo.
- Peter dice que ataques a Wendy… - le dijo a los Niños perdidos.
- ¡De acuerdo! - contestaron todos al unísono corriendo por sus arcos y
flechas, Así que los niños comenzaron a disparar sus arcos y flechas hacia
Wendy y sus hermanos. Pero afortunadamente no les pasó nada.

En cuanto llegó Peter detrás de todos les echó una gran bronca.

- ¿Pero ¿qué hacéis? ¡Encima que os traigo a una madre para que os
cuente cuentos la recibís así!

Los Niños perdidos, que iban vestidos con las pieles de los osos que
cazaban, se disculparon y Peter les presentó a Wendy y a los demás.

- Estos son Tootles, Slightly, Nibs, Curly y los gemelos


- Hola - contestó la muchacha - Estos son mis hermanos Michael y John y
yo soy Wendy.

Wendy y sus hermanos decidieron quedarse allí y junto con los Niños
perdidos y Peter formaron una gran familia que vivía feliz en su guarida
subterránea.

Un día estaban los niños jugando en la laguna de las sirenas,


concretamente en la Roca de los Desamparados, cuando sucedió algo
extraño. De repente el Sol desapareció por completo, se hizo de noche y
entre las sombras apareció un bote con dos de los piratas de Garfio, Smee
y Starkey, que llevaban como prisionera a la princesa india Tigridia. Peter,
Wendy y los demás se escondieron y vieron como arrojaban a Tigridia
sobre la Roca de los Desamparados. Entonces a Peter se le ocurrió una
idea.

- ¡Soltadla! - dijo a los piratas imitando la voz del capitán Garfio


- ¿Capitán? - dijeron los dos piratas mirando a todos los lados
- ¡Ya me habéis oído! ¡Hacedlo!

Así que los piratas cortaron las cuerdas que apresaban a la princesa.
Entonces apareció por la laguna el capitán Garfio a bordo de su barco. Iba
para contarles que sabía que los Niños perdidos habían encontrado una
madre y de ninguna manera podían permitirlo.

- Los raptaremos, los obligaremos a lanzarse por la borda y Wendy se


convertirá en nuestra madre.
- ¡Sí! ¡Es una idea estupenda capitán!, contestaron Smee y Starkey

Wendy se quedó pálida al oír aquello y Peter, que no aguantó más callado,
de nuevo imitó la voz de Garfio. Pero esta vez el pirata fue más listo que en
otras ocasiones y supo que se trataba de Peter Pan.
Lo encontró y luchó contra él hasta que logró herirlo con su garfio, mientras
los niños escapaban en el bote. Wendy se salvó gracias a la ayuda de las
sirenas y a la cometa que Michael había perdido unos días antes y que
apareció por allí, mientras que Peter logró sobrevivir gracias a la ayuda de
la pájara de Nunca Jamás.

Aquella aventura hizo que Peter se hiciera muy amigo de los indios pieles
rojas, pues le estaban agradecidos por haber salvado a la princesa Tigridia
y prometieron defenderlo con sus arcos y flechas del ataque de los piratas.

Una noche estaba Wendy contando a los niños su cuento de antes de ir a


dormir cuando habló de las madres, de lo buenas y atentas que son con sus
hijos. Peter no estuvo de acuerdo con las ideas de Wendy y discutió con
ella y al mismo tiempo los hermanos de la muchacha empezaron a sentir
nostalgia por lo que entre todos decidieron que había llegado el momento
de volver a casa.

- Nos iremos esta misma noche - contestó tajante Wendy

Los Niños perdidos se sintieron muy tristes al oír esto y decidieron que se
irían con ella. No así Peter, que de ninguna manera quería abandonar el
país de Nunca Jamás. Al menos se preocupó porque Campanilla y los pieles
rojas acompañaran a los niños por el bosque en su camino de vuelta a
Inglaterra.

Pero en su camino de vuelta surgieron nuevas complicaciones. Los piratas


estaban al corriente de que iban a pasar por allí y los esperaban
encaramados a los árboles del bosque. Los niños, y tampoco Peter Pan, se
podían esperar algo así, así que los cogieron desprevenidos.

Mientras tanto Garfio acudió a la guarida secreta de


Peter, donde el muchacho pasaba el tiempo en
soledad haciendo ver que no le importaba haberse
quedado solo. El pirata y se escondió dentro de un
tronco y esperó a que Peter se durmiera para echar
en un vaso que tenía el muchacho junto a su cama
un poco del veneno secreto y mortal que siempre
llevaba consigo. Esta vez conseguiría acabar con él.

Pero en mitad de la noche Campanilla llegó para contarle a Peter lo ocurrido


y advertirle de que sabía que el capitán Garfio le había echado veneno en
su vaso. Así que Peter salió veloz con sus armas dispuesto a rescatar a los
niños.
Peter llegó hasta el barco de los piratas, el Jolly Roger, un barco siniestro
en el que los niños estaban a punto de ser obligados a saltar por la
pasarela al mar.

Los piratas estaban atando a Wendy al palo mayor en ese momento cuando
de repente sonó algo que nadie esperaba... Tic- tac, tic-tac, tic-tac...

- ¡Es ese maldito cocodrilo! ¡Rápido Smee escóndeme! ¡No dejes que me
coja! - gritó Garfio preso del pánico

Pero allí no había ningún cocodrilo, era Peter, que hábilmente se había
hecho pasar por él. en cuanto Garfio fue a su camarote a esconderse Peter
apareció en la cubierta del barco de un salto y empezó a acabar con los
piratas uno por uno. Pero desde sus aposentos Garfio dejó de oír el tic-tac
y creyó que el cocodrilo había huido y podía salir de nuevo.

Al salir Garfio se encontró con varios piratas muertos. Nadie sabía qué
había ocurrido exactamente así que todos empezaron a pensar que el barco
estaba maldito pues ya se sabe que los piratas son algo supersticiosos.
Estaban a punto de lanzar a Wendy por la borda convencidos de que era
ella quien atraía a la mala suerte, cuando Peter salió de su escondrijo para
evitarlo.

- ¡Joven descarado, prepárate para morir! – dijo Garfio


- ¡De eso nada maldito capitán Garfio! ¡No es mi hora sino la tuya! -
contestó el valiente Peter Pan

Se enzarzaron en una violenta lucha de espadas y al final Garfio acabó


gravemente herido en las costillas, tanto, que no vio salida y decidió
lanzarse por la borda sin saber que el cocodrilo lo estaba

Análisis de sus valores


Este cuento nos habla de muchos valores diferentes encarnados en dos de
sus personajes principales. Por un lado, tenemos a Peter Pan, todo un
ejemplo de valentía, que demuestra que con su ingenio e inteligencia es
capaz de derrotar al capitán Garfio, mucho más fuerte que él. Por otro lado,
tenemos a la dulce Wendy, que nos enseña el valor de la bondad a través
de la forma en que se comporta con sus hermanos y con los Niños
perdidos.

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