2021-1 Notas VC
2021-1 Notas VC
2021-1 Notas VC
1. Introducción 1
1.1. Hechos básicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
1.2. Forma polar. Potencias y raı́ces . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
1.3. Lugares geométricos en C . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
1.4. La proyección estereográfica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
1.5. Checklist I: Topologı́a, sucesiones y series . . . . . . . . . . . . . 15
1.6. Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
3. Cálculo integral 61
3.1. Conceptos básicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
3.2. Lema de Goursat . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
3.3. El Teorema de Cauchy y sus consecuencias . . . . . . . . . . . . 71
3.4. El número de vueltas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
3.5. Propiedades de las funciones analı́ticas . . . . . . . . . . . . . . . 77
3.6. Principio del módulo máximo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
3.7. El Teorema de Cauchy, de nuevo . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
3.7.1. El Teorema de Cauchy homotópico . . . . . . . . . . . . . 85
3.7.2. El Teorema de Cauchy homológico . . . . . . . . . . . . . 88
3.8. Funciones armónicas, de nuevo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
3.9. Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
iii
iv ÍNDICE GENERAL
4. Series y residuos 99
4.1. Sucesiones de funciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
4.2. Series de potencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102
4.3. Funciones analı́ticas y series de Taylor . . . . . . . . . . . . . . . 106
4.4. Series de Laurent . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112
4.5. Clasificación de singularidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 116
4.6. Caracterizaciones de las singularidades . . . . . . . . . . . . . . . 120
4.7. Teorema del residuo. Cálculo de residuos . . . . . . . . . . . . . . 123
4.8. Cálculo de integrales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
4.9. Cálculo de series numéricas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134
4.10. Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139
Bibliografı́a 143
Introducción
C = { z = x + iy | x, y ∈ R }.
1
2 CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN
1 ī
i−1 = = 2 = −i.
i |i|
Podemos obtener una serie de propiedades sencillas de los números comple-
jos.
Proposición 1.1. Para cualesquiera z, z1 , z2 , . . . , zn ∈ C se tiene:
z1 + z2 = z1 + z2 .
z1 · z2 = z1 · z2 .
z = z.
|z| ≥ 0 para todo z ∈ C, y |z| = 0 si y sólo si z = 0.
| Re z| ≤ |z|, | Im z| ≤ |z|.
Re(z1 +z2 ) = Re(z1 )+Re(z2 ) y Im(z1 +z2 ) = Im(z1 )+Im(z2 ); en general,
n
! n n
! n
X X X X
Re zi = Re(zi ) y Im zi = Im(zi ).
i=1 i=1 i=1 i=1
¿Qué nos dice esto? Que existe λ ∈ C tal que z = λw, en otras palabras,
que z y w son linealmente dependientes sobre los complejos. Es decir, aquı́
estamos viendo a C como un espacio vectorial sobre sı́ mismo, pero en este caso,
como espacio vectorial, C tiene dimensión uno, de modo que cualesquiera dos
complejos son linealmente dependientes.
n
|wi |2 = 0, entonces wi = 0 para toda i y cada pareja zi , wi es linealmente
P
Si
i=1
n
|wi |2 6= 0, elegimos
P
dependiente. Si
i=1
s
n
P
|zi |2
i=1
t0 = s ;
n
P
|wi |2
i=1
de modo que |zi − t0 µwi | = 0 para cada i; por tanto zi = t0 µwi y cada pareja
zi , wi es linealmente dependiente.
Podemos usar la forma polar para dar una interpretación geométrica del
producto de dos números complejos. Observamos que si z1 = r1 (cos θ1 +i sen θ1 )
y z2 = r2 (cos θ1 + i sen θ2 ) son dos números complejos, escribimos su producto
6 CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN
como2
También podemos usar la forma polar para localizar algunos números com-
plejos en el plano; por ejemplo:
z̄ r(cos θ − i sen θ)
z −1 = 2
= = r−1 (cos(−θ) + i sen(−θ)).
|z| r2
2 El lector observador notará que hasta ahora hemos usado un punto · para indicar el
producto; poco a poco iremos usándolo menos, salvo cuando necesitamos un poco más de
claridad.
1.2. FORMA POLAR. POTENCIAS Y RAÍCES 7
y como −1 + i se encuentra
√ en el tercer cuadrante, debemos elegir r con signo
negativo; es decir, r = − 2. Entonces
√ π π
(−1 + i)4 = ( 2)4 cos 4 − + i sen 4 −
4 4
= 4(cos(−π) + i sen(−π)) = 4(−1 + i · 0) = −4.
√ vez una elección más natural para las coordenadas polares de −1 + i sea
Tal
r = 2 y θ = 3π
4 ; con esta elección,
√
3π 3π
(−1 + i)4 = ( 2)4 cos 4 + i sen 4
4 4
= 4(cos(3π) + i sen(3π)) = 4(−1 + i · 0) = −4.
El ejemplo anterior nos recuerda que un punto del plano puede tener aso-
ciadas muchas coordenadas polares. Por fortuna, esto no trae complicaciones
adicionales.
En el primer caso,
rn (cos n(θ + 2πk) + i sen n(θ + 2πk)) = rn (cos(nθ + 2πkn)) + i sen(nθ + 2πkn))
= rn (cos nθ + i sen nθ),
Para finalizar esta sección, veamos que podemos usar (1.4) para encontrar
las raı́ces n-ésimas de un número complejo.
Si w = r0 (cos θ0 + i sen θ0 ) con r0 > 0 y n ∈ N, queremos resolver la ecuación
¿Esto querrı́a decir que obtenemos una infinidad de raı́ces n-ésimas, una para
cada k? En realidad, no; sólo obtendremos un número finito: Observemos que
θ0 + 2π(k + n) θ0 + 2πk
= + 2π,
n n
y como las funciones seno y coseno son periódicas con periodo 2π, tenemos que
zk+n = zk para todo n, lo cual muestra que z0 , . . . , zn−1 son las únicas raı́ces
n-ésimas posibles de w.
¿Son z0 , . . . , zn−1 todas distintas? Supongamos que j, k ∈ {0, . . . , n − 1} son
tales que zj = zk ; entonces
θ0 + 2πj θ0 + 2πk
= , módulo 2π;
n n
esto implica que existe m ∈ Z tal que j − k = mn. Como |j − k| < n y n ∈ N,
la única forma de que esto ocurra es que j = k.
Ax + By + C = 0.
Como en el caso de la ecuación de una lı́nea recta, notemos que los coefi-
cientes de z y z̄ son conjugados entre sı́. Es natural considerar entonces una
ecuación de segundo grado del tipo
A(x2 + y 2 ) + Bx + Cy + D = 0, A, B, C, D ∈ R,
Ĉ = C ∪ {∞}.
la que tiene como raı́ces t = 0 (en cuyo caso obtenemos el polo norte) y
2
t= .
u2 + v 2 + 1
Sustituyendo este valor, tenemos que la inversa de la proyección es
u2 + v 2 − 1
−1 2u 2v
π (u, v) = , , = (x, y, z), (1.6)
u2 + v 2 + 1 u2 + v 2 + 1 u2 + v 2 + 1
Podemos utilizar estas expresiones para obtener algunas propiedades de π.
Aunque daremos en estas notas la demostración analı́tica, debemos observar que
algunas de estas propiedades también se pueden demostrar de manera geométri-
ca. Una excelente referencia para esto es [6].
12 CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN
x2 + y 2 + z 2 = 1, Ax + By + Cz + D = 0.
o bien
(C + D)(u2 + v 2 ) + 2Au + 2Bv + (D − C) = 0,
que es la ecuación de una circunferencia si C +D 6= 0 o de una recta si C +D = 0.
De hecho, podemos hacer un análisis más preciso y ver que si la circunferencia
C sobre la esfera pasa por el polo norte (0, 0, 1), entonces C + D = 0 (pues sus
coordenadas satisfacen la ecuación del plano), y entonces la imagen de C es una
recta. Por otro lado, si la circunferencia no pasa por el polo norte, entonces
C + D 6= 0 (sus coordenadas no satisfacen la ecuación del plano) y por tanto
obtenemos como imagen una circunferencia.
Proposición 1.12. La proyección estereográfica es conforme; es decir, preserva
ángulos entre curvas.
Observación 1.13. Recordemos primero que el ángulo entre dos curvas (sufi-
cientemente bonitas) se define como el ángulo entre sus rectas tangentes. Pero
también recordemos que existe una pequeña indefinición en este concepto de
ángulo, pues las rectas tangentes forman en realidad dos ángulos θ1 , θ2 , relacio-
nados por θ1 + θ2 = π. Por convención, elegiremos el ángulo θ de modo que esté
en el intervalo (0, π/2], lo que en particular implica que cos θ ≥ 0.
Para la demostración de esta propiedad de la proyección, haremos lo siguien-
te: Digamos que partimos de dos curvas bonitas y luego nos fijamos en sus rectas
tangentes. Ahora podemos regresar y fijarnos en curvas todavı́a más bonitas.
Observemos que dada una recta tangente a la esfera, siempre hay un cı́rculo
máximo (la intersección de la esfera con un plano que pasa por el centro de la
esfera) que tiene esta recta como tangente: Para obtener dicho cı́rculo, basta
fijarse en el plano que contiene a esta recta y al centro de la esfera. En resumen,
para nuestro análisis basta fijarnos en cı́rculos máximos, considerar el ángulo
que forman dos de ellos, y luego fijarnos en el ángulo que forman sus imágenes.
1.4. LA PROYECCIÓN ESTEREOGRÁFICA 13
B1 B2 | = cos θ.
Segundo caso: Los dos cı́rculos máximos no pasan por el polo norte (por
tanto, tampoco pasan por el polo sur). Ya sabemos que los cı́rculos máxi-
mos se obtienen al intersecar la esfera con dos planos que pasan por el
origen, digamos, con ecuaciones
A1 x + B1 y + C1 z = 0 y A2 x + B2 y + C2 z = 0;
donde de nuevo cada vector (Ai , Bi , Ci ), i = 1, 2 es normal al plano co-
rrespondiente. Podemos suponer que estos vectores son unitarios, es decir,
A2i + Bi2 + Ci2 = 1. Bajo estas hipótesis, el ángulo θ entre los cı́rculos es
igual al ángulo entre los vectores normales y
cos θ0 = |A1 A2 + B1 B2 + C1 C2 |. (1.7)
Observemos que, como estamos suponiendo que los cı́rculos no pasan por
el polo norte, las coordenadas (0, 0, 1) de N no satisfacen las ecuaciones
de los planos, lo que se traduce en que C1 , C2 6= 0.
Usando de nuevo la forma en que mostramos la Proposición 1.11, obtene-
mos las ecuaciones de las circunferencias en el plano, como
Ci (u2 + v 2 ) + 2Ai u + 2Bi v = Ci , i = 1, 2.
Como Ci 6= 0, podemos dividir esta ecuación entre Ci y completar cua-
drados para obtener las ecuaciones
2 2 2 2
A1 B1 1 A2 B2 1
u+ + v+ = 2, y u+ + v+ = 2,
C1 C1 C1 C2 C2 C2
14 CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN
donde hemos usado que A2i + Bi2 + Ci2 = 1, i = 1, 2. Ası́, queremos calcular
el ángulo θ0 que forman dos circunferencias con radios y centros conocidos.
Ver figura 1.3.
Si r1 , r2 son los radios y d es la distancia entre los centros, sabemos por
la ley de los cosenos que
d2 = r12 + r22 − 2r1 r2 cos α;
después de algunas cuentas, tendremos que
cos α = A1 A2 + B1 B2 + C1 C2 ,
lo cual implica que
cos θ = |A1 A2 + B1 B2 + C1 C2 |,
lo que concluye el segundo caso.
El tercer caso ocurre cuando uno de los cı́rculos máximos pasa por el polo
norte N y el otro no. En este caso, las ecuaciones de los cı́rculos son
A1 x + B1 y + C1 z = 0 y A2 x + B2 y = 0,
donde como antes podemos suponer que los vectores normales a los planos
son unitarios. Sabemos que las imágenes son la circunferencia
2 2
A1 B1 1
u+ + v+ = 2
C1 C1 C1
1.5. CHECKLIST I: TOPOLOGÍA, SUCESIONES Y SERIES 15
observemos que la expresión del lado derecho es igual a cos θ (de nuevo,
por nuestra convención sobre el ángulo), de modo que θ = θ0 .
Topologı́a de C
Puesto que hemos identificado al plano complejo C con R2 , es natural definir
la distancia entre dos números complejos z, w como d(z, w) = |z − w|. Conviene
recordar que d debe satisfacer las siguientes propiedades para ser considerada
como una función distancia:
1. d(z, w) ≥ 0 para cualesquiera z, w ∈ C y d(z, w) = 0 si y sólo si z = w.
2. d(z, w) = d(w, z) para cualesquiera z, w ∈ C.
3. d(z, w) ≤ d(z, p) + d(p, w) para cualesquiera z, w, p ∈ C.
Con esta función, C es un espacio métrico y su topologı́a se puede describir de
manera sencilla. Comencemos con la siguiente definición.
16 CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN
{ z ∈ C : |z − z0 | < r }.
Ejemplo 1.15 (Disco cerrado). Sea z0 ∈ C y r > 0. El disco cerrado con centro
en z0 y radio r, denotado D(z0 , r), es el conjunto
{ z ∈ C : |z − z0 | ≤ r }.
Sea {zn } una sucesión en C. La serie generada por {zn } es la suma formal
P∞
zn . Decimos que la serie converge si y sólo si existe el lı́mite de la
n=1
sucesión de sumas parciales
k
X
sk = zn .
n=1
∞
P
y denotamos a este lı́mite por zn .
n=1
∞
P
Proposición 1.20 (Criterio de Cauchy). La serie zn converge si y sólo si
n=1
para todo ε > 0 existe N ∈ N tal que si k > N , entonces
k+p
X
zn < ε para todo p ∈ N.
n=k
18 CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN
Observemos que esto es equivalente a decir que para todo ε > 0 existe N ∈ N
tal que si k, l > N , k 6= l, entonces |sk − sl | < ε.
∞
P
Decimos que la serie zn converge absolutamente si y sólo si la serie
n=1
∞
P
|zn | converge.
n=1
∞
P
Proposición 1.21. Si la serie zn converge absolutamente, entonces la serie
n=1
converge.
Criterio de la raı́z.
p
Supongamos que r = lı́m n
|an | existe.
n→∞
∞
X
• Si r < 1, la serie an converge absolutamente.
n=1
1.6. Ejercicios
1. Determina las partes real e imaginaria de los siguientes números complejos:
2
5 2+i
(1 + 2i)3 , −3+4i , 3−2i y (1 + i)n + (1 − i)n .
2. Calcula los números complejos z tales que w = (2z − i)/(2 + iz) es (a) un
número real, (b) un número imaginario puro.
1
3. Si z = x + iy, x, y ∈ R, encuentra las partes real e imaginaria de z 3 , z,
z−1 1
z+1 y z 2 .
4. Muestra que
√ !3 √ !6
−1 ± i 3 ±1 ± i 3
=1 y =1
2 2
z 2 + (α + iβ)z + (γ + iδ) = 0.
si |z| < 1 y |w| < 1. ¿Qué puedes decir del lado izquierdo de esta desigual-
dad cuando |z| = 1 o |w| = 1?
21. Datermina las familias de curvas en el plano complejo definidas por cada
una de las siguientes ecuaciones:
1
Re = C, donde C es una constante.
z
|z − z1 |
= C, donde C es una constante y z1 , z2 son números com-
|z − z2 |
plejos fijos.
1.6. EJERCICIOS 21
22. Muestra que los puntos z1 , z2 , z3 son los vértices de un triángulo equilátero
si y sólo si
z12 + z22 + z32 = z1 z2 + z2 z3 + z3 z1 .
23. Halla las distancias máxima y mı́nima entre el origen y los puntos de la
curva
z + 1 = C, C > 0.
z
24. ¿Bajo qué condiciones tres puntos z1 , z2 , z3 distintos dos a dos están en
una misma recta?
Funciones de variable
compleja
23
24 CAPÍTULO 2. FUNCIONES DE VARIABLE COMPLEJA
Conviene hacer unos comentarios sobre lo que ocurre con el lı́mite de una
sucesión que converge puntualmente. Consideremos una sucesión fn : U ⊂
R → R de funciones reales que converge uniformemente a una función
f . Geométricamente, si trazamos la gráfica de f y una franja de radio
alrededor de dicha gráfica, entonces para toda n suficientemente grande,
la gráfica de fn cae completamente dentro de la franja.
Veamos, por ejemplo, las funciones reales fn (x) = xn , con x ∈ [0, 1]. Es
claro que la sucesión converge a la función
(
0, si x ∈ [0, 1),
f (x) =
1, si x = 1;
como r < 1, existe N tal que si n > N , entonces rn < . Usando este valor
de N , se prueba la afirmación.
|f (z) − f (w)| ≤ |f (z) − fn (z)| + |fn (z) − fn (w)| + |fn (w) − f (w)|;
Para probar la convergencia uniforme, uno de los criterios que más nos
servirá es el siguiente.
∞
X
Entonces fn (z) converge uniforme y absolutamente en U .
n=1
∞
X
Demostración. Por hipótesis, Mn converge; por el criterio de Cauchy,
n=1
k+p
X
dada ε > 0 existe N ∈ N tal que Mn < ε para todo k > N y todo
n=k
p ∈ N, de modo que para todo z ∈ U tenemos que
k+p k+p k+p
X X X
f (z) ≤ |f (z)| ≤ Mn < ε;
n n
n=k n=k n=k
Funciones lineales
Consideremos la multiplicación por un número complejo w = a + ib fijo:
f (z) = wz.
w = cos θ + i sen θ,
la función f es una rotación con ángulo θ. Recordando que una rotación de este
tipo (vista como una transformación en R2 ) queda representada por la matriz
cos θ − sen θ
,
sen θ cos θ
Entonces podemos asociar a los números complejos las matrices de este forma
particular:
a −b
w = a + ib 7−→ ;
b a
observemos que esta asociación se comporta bien con las operaciones en C; es
decir, la suma de dos números complejos va a dar precisamente a la suma de las
matrices asociadas, y análogamente para el producto, pues
a −b c −d ac − bd −(ad + bc)
= .
b a d c ad + bc ac − bd
Esta forma de pensar a los números complejos nos será útil más adelante.
z 2 = r2 (cos(2θ) + i sen(2θ)),
28 CAPÍTULO 2. FUNCIONES DE VARIABLE COMPLEJA
= (z − α)h−k Qk (z),
y P (h) (α) 6= 0.
Teorema 2.11 (Lucas, 1874). Sea L una recta en el plano complejo, la cual
determina dos semiplanos. Si las raı́ces de un polinomio P (z) están todas en
uno de los semiplanos determinados por L, entonces las raı́ces de su derivada
P 0 (z) también están todas en ese mismo semiplano.
pero como Im z ≥ 0 y por otro lado Im(αi ) < 0, tenemos que Im(z − αi ) > 0
para todo i = 1, . . . , n. Ası́, Im(P 0 (z)/P (z)) > 0 y por tanto P 0 (z) no se puede
anular para Im z ≥ 0, lo que dice que todas las raı́ces de P 0 (z) están en el mismo
semiplano que las raı́ces de P (z).
Podemos suponer, sin pérdida de generalidad, que las raı́ces αi del polinomio
P (z) satisfacen
αi − z0
Im < 0. (2.1)
u
La idea de la demostración consiste en hacer un “cambio de variable” de modo
que la recta L se cambie por el eje real, y aplicar el caso particular anterior. Sea
1
g(z) = z + z0 ;
ū
entonces, P (g(z)) es un polinomio; de hecho, si P (z) = an (z − α1 ) · · · (z − αn ),
podemos escribir
an
P (g(z)) = an (z − α1 ) · · · (z − αn ) = (z − (α1 − z0 )ū) · · · (z − (αn − z0 )ū) ,
ūn
de modo que las raı́ces de P (g(z)) son βi = (αi − z0 )ū; además,
(αi − z0 )ū · u αi − z0
Im((αi − z0 )ū) = Im = Im < 0.
u u
Ası́, las raı́ces de P (g(z)) tienen parte imaginaria negativa y por el caso
particular del teorema, ya demostrado, las raı́ces βei de su derivada (P ◦ g)0 (z)
satisfacen Im(βei ) < 0. Por la regla de la cadena3 , tenemos que
1 0
0 = (P ◦ g)0 (βei ) = P (g(βei )),
ū
3 que demostraremos un poco más adelante!
2.2. EJEMPLOS DE FUNCIONES 31
de modo que g(βei ) es raı́z de P 0 (z). El lector podrá argumentar por qué los
números g(βei ) son justamente todas las raı́ces de P 0 (z). Veamos entonces que
estos números satisfacen (2.1):
! !
g(βei ) − z0 βei
Im = Im = Im(βei ) < 0,
u uū
Exponencial y logaritmo
La exponencial del número complejo z = x + iy se define como
ez = ex (cos y + i sen y).
Como de costumbre, también escribiremos ez como exp(z) en casos convenientes.
Como motivación para esta definición, podemos argumentar intuitivamente
como sigue. Más adelante mostraremos que cualquier función derivable (en el
sentido complejo, concepto que por supuesto también definiremos) es igual a su
serie de Taylor. Además, nos interesa que esta función generalice a la exponencial
real y por tanto comparta muchas de sus propiedades. Ası́, si z = x + iy,
queremos por ejemplo que
ez = ex+iy = ex eiy ,
donde ex debe ser exactamente la exponencial real, ya conocida. Ası́ que sólo
resta ver cuál es la manera conveniente de definir eiy . Como ya conocemos la
serie de Taylor de la exponencial real, queremos que
iy (iy)2 (iy)3 (iy)4 (iy)5
eiy = 1 + + + + + + ··· ;
1! 2! 3! 4! 5!
lo que podemos ordenar como
y2 y4 y3 y5
y
1− + + ··· + i − + + ··· ;
2! 4! 1! 3! 5!
reconocemos cada una de estas series como la de cos y y sen y.
A continuación reuniremos varias propiedades de esta función.
4 Nóteseque antes llamamos raı́ces del polinomio a estos puntos. Poco a poco iremos in-
troduciendo esta notación.
32 CAPÍTULO 2. FUNCIONES DE VARIABLE COMPLEJA
y por otro,
w = r0 (cos θ0 + i sen θ0 )
en este conjunto, de modo que r0 > 0. Queremos ver si existe z ∈ C tal que
ez = w; es decir, tal que
podemos identificar estos puntos, lo que nos produce un cilindro circular. Cada
uno de los cortes circulares de este cilindro va a dar a una circunferencia con
centro en el origen. Podemos pensar que deformamos el cilindro en una trompe-
ta y luego la aplastamos sobre el plano complejo. En general, podemos pensar
que la exponencial enrolla a todo el plano complejo en esta trompeta y luego lo
aplasta.
La proposición 2.12 nos dice que la exponencial compleja comparte algunas
propiedades con la exponencial real, pero no todas. La exponencial real es cre-
ciente y por tanto tiene una inversa, el conocido logaritmo natural. Por otro
lado, debido a que exp es periódica y por tanto no inyectiva, no podemos definir
una sola función inversa de la exponencial. Lo que sı́ podemos hacer es restringir
el dominio de la exponencial compleja, para que sea inyectiva en ese dominio.
Como exp tiene periodo 2πi, es natural considerar cualquier franja horizontal
de ancho 2π; en forma explı́cita, sean y0 ∈ R y
Ay0 = { x + iy | x ∈ R, y0 ≤ y < y0 + 2π }.
z1 = x1 + iy1 , z2 = x2 + iy2
y
log(exp(z)) = ln(ex ) + i(y + 2πk) = x + i(y + 2πk),
donde k es el único entero tal que y0 ≤ y + 2πk < y0 + 2π. De aquı́ tenemos que
k = 0, por lo que log(exp(z)) = z.
Funciones trigonométricas
Con la exponencial y el logaritmo en nuestras manos, podemos definir algu-
nas funciones que extienden a funciones reales conocidas. Primero usaremos la
exponencial compleja para definir las funciones trigonométricas. Como motiva-
ción, supongamos que y ∈ R; entonces
eiy = cos y + i sen y y e−iy = cos y − i sen y,
de donde
eiy − e−iy eiy + e−iy
sen y = y cos y = .
2i 2
Definición 2.19. Sea z ∈ C. Definimos el seno y el coseno de z como
eiz − e−iz eiz + e−iz
sen z = y cos z = .
2i 2
Las demás funciones trigonométricas se pueden definir en términos del seno y
el coseno, como de costumbre; por ejemplo, tan z = sen z 1
cos z , csc z = sen z , etcétera.
Veamos algunas propiedades de estas funciones.
Proposición 2.20. Para todo z, w ∈ C,
sen(z + 2πk) = sen z y cos(z + 2πk) = cos z, es decir, el seno y el coseno
son funciones periódicas con periodo 2π.
sen2 z + cos2 z = 1.
sen(−z) = − sen z y cos(−z) = cos z.
sen(z + w) = sen z cos w + sen w cos z.
cos(z + w) = cos z cos w − sen w sen z.
Si z = x + iy, entonces
sen z = sen x cosh y + i cos x senh y,
(2.3)
cos z = cos x cosh y − i sen x senh y.
u2 v2
+ = 1;
a2 b2
es decir, la imagen de una recta horizontal bajo la función seno es una elipse.
Un caso importante ocurre cuando y0 = 0, pues en este caso
sen x + i0 = sen x,
lo que por supuesto, era deseable que ocurriera, a saber, que el seno complejo
restringido al eje real nos dé la función seno ya conocida. Ası́, todo el eje real
va a dar al segmento [−1, 1] en el plano complejo.
Además, como sen x y cos x son funciones periódicas, cada elipse (o el seg-
mento [−1, 1]) es recorrida una infinidad de veces.
De manera análoga, si nos fijamos en una recta vertical con ecuación x = x0 ,
su imagen está dada por
lo que recorre una vez el eje imaginario. De hecho, cada rama de las hipérbolas
aquı́ obtenidas es recorrida una sola vez, pues la función senh y es inyectiva.
La figura 2.1 muestra algunas imágenes de rectas horizontales y verticales
bajo la función seno.
2.2. EJEMPLOS DE FUNCIONES 37
Funciones hiperbólicas
Las funciones trigonométricas hiperbólicas se definen aún más fácilmente en
términos de la exponencial.
ez − e−z ez + e−z
senh z = y cosh z =
2 2
Estas funciones satisfacen muchas propiedades similares a las del seno y
coseno hiperbólicos. Reunimos algunas en la siguiente proposición, que enuncia-
remos sin demostración.
Proposición 2.22. Las funciones seno y coseno hiperbólicos satisfacen las si-
guientes propiedades:
cosh2 z − senh2 z = 1.
senh z + πi πi
2 = i cosh z y cos z + 2 = i senh z.
Potencias arbitrarias
Para motivar la noción de un número complejo elevado a otro número com-
plejo, podemos hacer lo siguiente: Supongamos que queremos definir un número
A ∈ C tal que A = z w . Si pudiéramos usar el logaritmo de la manera usual,
tendrı́amos que log A = log(z w )= w log z,5 de forma que A = elog A = ew log z .
Claro que cada vez que extendemos una definición, debemos ver que la ex-
tendimos de manera adecuada. En particular, debe ocurrir que:
∂u ∂v
(x
∂x 0 0 , y ) (x , y
0 0 )
∂x
Df(x0 ,y0 ) =
∂u
.
∂v
(x0 , y0 ) (x0 , y0 )
∂y ∂y
Ahora podemos comparar las dos nociones de diferenciabilidad. En el enun-
ciado de este resultado y el resto de estas notas usaremos de manera libre la
identificación de R2 con C, de modo que el punto (x0 , y0 ) se verá como el número
complejo z0 = x0 + iy0 . Además, si los componentes de la función f : U → R2
son u, v, identificamos f con la función de variable compleja f = u + iv, sin
hacer mayor mención a esto.
Teorema 2.37. Sean U ⊂ C una región, f : U → C una función tal que f =
u + iv y z0 ∈ U . f es C-diferenciable en z0 si y sólo si se cumplen las dos
condiciones siguientes:
1. f : U → R2 es R2 -diferenciable en (x0 , y0 );
2. Las derivadas parciales
∂u ∂u ∂v ∂v
(x0 , y0 ), (x0 , y0 ), (x0 , y0 ), (x0 , y0 ),
∂x ∂y ∂x ∂y
existen y cumplen las ecuaciones de Cauchy-Riemann
∂u ∂v
(x0 , y0 ) = (x0 , y0 ),
∂x ∂y
∂u ∂v
(x0 , y0 ) = − (x0 , y0 ).
∂y ∂x
f (z) − f (z0 )
f 0 (z0 ) = lı́m (2.9)
z→z0 z − z0
existe. Probaremos que se cumplen las ecuaciones (2.11), usando que el lı́mite
en (2.9) no depende de la manera de acercarse a z0 . Si nos acercamos por una
recta paralela al eje real,
f (z0 + h) − f (z0 ) ∂u ∂v
f 0 (z0 ) = lı́m = (z0 ) + i (z0 ).
h→0 h ∂x ∂x
h∈R
46 CAPÍTULO 2. FUNCIONES DE VARIABLE COMPLEJA
Por otro lado, si nos acercamos a z0 por una recta paralela al eje imaginario,
f 0 (z0 ) es igual a
f (z0 + ih) − f (z0 ) ∂u ∂v ∂v ∂u
lı́m = −i (z0 ) + i (z0 ) = (z0 ) − i (z0 ),
h→0 ih ∂y ∂y ∂y ∂y
h∈R
al igualar las partes real e imaginaria de las dos formas de acercarnos, obtenemos
las ecuaciones de Cauchy-Riemann.
Supongamos de nuevo que f es C-diferenciable en z0 y mostremos que f es
R2 -diferenciable en (x0 , y0 ). Observemos que (2.9) se puede escribir en forma
equivalente como
|f (z) − f (z0 ) − f 0 (z0 )(z − z0 )|
f (z) − f (z0 ) 0
lı́m
− f (z0 ) = lı́m = 0.
z→z0 z − z0 z→z0 |z − z0 |
(2.10)
Dada nuestra identificación de R2 con C, al comparar las ecuaciones (2.8) y
(2.10) solamente resta ver si el término f 0 (z0 )(z − z0 ) se puede escribir como
L(x − x0 , y − y0 ). Si escribimos el número complejo f 0 (z0 ) como a + ib, entonces
obtenemos el vector
∂u ∂v ∂v ∂u
(x − x0 ) + (y − y0 ), − (x − x0 ) + (y − y0 ) ,
∂x ∂x ∂x ∂x
donde las derivadas parciales se evalúan en (x0 , y0 ). Esto se identifica con el
producto de números complejos
∂u ∂v
(x0 , y0 ) + i (x0 , y0 ) (z − z0 );
∂x ∂x
ası́, reinterpretando (2.8) en términos de números complejos, tenemos que f 0 (z0 )
existe y es precisamente el número
∂u ∂v
(x0 , y0 ) + i (x0 , y0 ) .
∂x ∂x
El teorema 2.37 muestra que no toda función R2 -diferenciable f : U → R2
se puede pensar como una función C-diferenciable f : U → C. Un ejemplo sen-
cillo es f (x, y) = (x, −y) o en notación compleja, f (z) = z̄. El lector puede
determinar fácilmente qué ocurre con este ejemplo.
Es natural pensar que las ecuaciones de Cauchy-Riemann son una condición
suficientemente fuerte para la existencia de f 0 (z0 ). Sin embargo, el siguiente
ejemplo muestra que esto no es ası́.
Ejemplo 2.38. Consideremos la función (ver [5])
5
z , si z = 6 0;
f (z) = |z|4
0, si z = 0.
de modo que
∂u ∂v ∂u ∂v
(0) = 1 = (0), y (0) = 0 = − (0).
∂x ∂y ∂y ∂x
1. f : U → R2 es R2 -diferenciable en U ;
1. f : U → R2 es de clase C 1 en U ,
entonces f es analı́tica en U .
Observación 2.43. De nuevo, uno podrı́a pensar que las condiciones de Cauchy-
Riemann podrı́an ser una condición fuerte que implicarı́a la analiticidad de una
función. En el ejercicio 21 le pediremos que muestre que la función
(
exp(−z −4 ), si z 6= 0;
f (z) =
0, si z = 0,
f es continua en U ,
Las derivadas
∂u ∂u ∂v ∂v
, , , ,
∂x ∂y ∂x ∂y
existen y satisfacen las ecuaciones de Cauchy-Riemann en U ,
entonces f es analı́tica en U .
∂f ∂f ∂f ∂f
= −i o +i = 0. (2.12)
∂x ∂y ∂x ∂y
ası́, !
0 0 α0 (0) β 0 (0)
cos ](α (0), β (0)) = Re . (2.13)
|α0 (0)| |β 0 (0)|
Ya estamos listos para lo anunciado.
Proposición 2.48. Sean U ⊂ C un conjunto abierto, z0 ∈ U y f : U → C
una función analı́tica tal que f 0 (z0 ) 6= 0. Entonces f es conforme en z0 ; es
decir, para cualesquiera curvas α, β : (−, ) → C tales que α(0) = β(0) = z0 y
α0 (0), β 0 (0) 6= 0 se tiene
Teorema 2.50 (de la función inversa para C). Sean U ⊂ C un conjunto abierto,
z0 ∈ U y f : U → C una transformación analı́tica6 de clase C 1 tal que f 0 (z0 ) 6=
0. Entonces existen vecindades U 0 de z0 y V 0 de f (z0 ) donde está definida la
inversa f −1 : V 0 → U 0 ; además, f −1 es analı́tica y
1
(f −1 )0 (f (z0 )) = .
f 0 (z0 )
∂2u ∂2u
∆u = + 2.
∂x2 ∂y
será innecesaria.
54 CAPÍTULO 2. FUNCIONES DE VARIABLE COMPLEJA
función analı́tica f será de clase C ∞ , por lo que tendremos dicha condición de manera gratuita.
2.8. EJERCICIOS 55
donde hemos usado (1) que podemos derivar dentro del signo de la integral, (2)
que u es armónica. Ası́,
∂u
h0 (x) = − (x, y0 ),
∂y
de donde Z x
∂u
h(x) = − (s, y0 ) ds;
x0 ∂y
finalmente, una función conjugada armónica de u está dada por
Z y Z x
∂u ∂u
v(x, y) = (x, t) dt − (s, y0 ) ds + C.
y0 ∂x x0 ∂y
Observación 2.54. Notemos que el procedimiento que hemos usado para en-
contrar el conjugado armónico de u en un disco D sólo depende del hecho de
que podamos integrar a lo largo de segmentos horizontales y verticales conteni-
dos en D. Ası́, este procedimiento se puede aplicar a otros conjuntos, como por
ejemplo, rectángulos con lados paralelos a los ejes.
Como ya hemos dicho, las funciones armónicas aparecen en muy diversos
contextos. Posteriormente mostraremos algunas propiedades fundamentales de
estas funciones, de las cuales, como publicidad, mencionaremos una propiedad
que mostraremos más adelante (Teorema 3.62):
Teorema (Principio del máximo). Sean U una región acotada de C y u : U → R
una función continua en U y armónica en U . Entonces
La función u alcanza su máximo en la frontera de U ; o bien,
Si u alcanza su máximo en un punto interior de U , entonces u es cons-
tante.
2.8. Ejercicios
1. Prueba que las siguientes funciones son continuas en C.
56 CAPÍTULO 2. FUNCIONES DE VARIABLE COMPLEJA
4. Encuentra todos los valores de z con (a) cos z = (3 + i)/4; (b) cos z = 4.
a) sen(−z) = − sen z,
b) sen z = sen z̄,
c) cos(−z) = cos z,
π
d ) sen − z = cos z,
2
2 tan z
e) tan 2z = .
1 − tan2 z
6. Define las funciones trigonométricas hiperbólicas para cada z ∈ C:
ez − e−z ez + e−z
senh z = , cosh z = .
2 2
Demuestra las siguientes identidades:
a) cosh2 z − senh2 z = 1,
b) senh(z + w) = senh z cosh w + cosh z senh w,
c) cosh(z + w) = cosh z cosh w + senh z senh w,
d ) senh(x + iy) = senh x cos y + i cosh x sen y,
e) cosh(x + iy) = cosh x cos y + i senh x sen y.
10. Usa una rama fija del logaritmo para demostrar que z a z b = z a+b para
z, a, b ∈ C.
11. ¿Es cierto que |z w | = |z||w| para todo z, w ∈ C?
12. Determina bajo qué condiciones ocurre que para todo z, w ∈ C \ {0},
log z w = w log z.
24. Si (r, θ) son las coordenadas polares en R2 , de modo que ahora describimos
a u, v como funciones de r y θ, muestra que las ecuaciones de Cauchy-
Riemann pueden escribirse de la forma
∂u 1 ∂v 1 ∂u ∂v
= , =− , r 6= 0.
∂r r ∂θ r ∂θ ∂r
34. Sean D = {|z| < 1}, θ ∈ [0, 2π] y z0 ∈ D. Muestra que la restricción a D
de la transformación de Möbius
z − z0
T (z) = eiθ
1 − z̄0 z
es una biyección de D sobre sı́ mismo.
35. Sea z0 un complejo con Im z0 > 0. Muestra que la restricción de la trans-
formación de Möbius
z − z0
T (z) = eiθ ,
z − z̄0
al semiplano superior es una biyección de éste sobre el disco unitario D.
Capı́tulo 3
Cálculo integral
Definición 3.1. Sea f : [a, b] → C una función continua, la cual podemos es-
cribir como f (t) = u(t) + iv(t), donde u(t), v(t) son funciones reales. Entonces
la integral de f en [a, b] es el número complejo
Z b Z b Z b
f (t) dt = u(t) dt + i v(t) dt.
a a a
y también
!
Z b Z b
Im f (t) dt = Im(f (t)) dt.
a a
61
62 CAPÍTULO 3. CÁLCULO INTEGRAL
Observación 3.4. El lector cuidadoso habrá notado nuestro afán por evitar
situaciones problemáticas en la definición de la integral: No estamos hablan-
do de funciones continuas “salvo en un punto”, “salvo en un número finito de
puntos” y cosas por el estilo. Como es usual en estos cursos, optamos por im-
poner condiciones de continuidad sobre todas las funciones que integraremos.
Un punto sutil en nuestras definiciones es que debemos imponer condiciones de
continuidad de γ 0 (t) en los extremos de los intervalos [a, b]. Podemos enunciar
esto de dos maneras: La primera, exigiendo que exista una extensión C 1 de γ 0 (t)
a un intervalo que contenga a [a, b]; la segunda, que exista la derivada lateral de
γ en a y en b. No entraremos en detalle; basta decir que el lector puede optar
por el camino que más le agrade.
Una tercera integral nos será de gran utilidad.
Definición 3.5. Sean U ⊂ C un conjunto abierto, f : U → C una función
continua en U y γ : [a, b] → U una curva de clase C 1 en [a, b]. La integral de f
con respecto de la longitud de arco |dz| se define como
Z Z b
f (z) |dz| = f (γ(t))|γ 0 (t)| dt.
γ a
2. Sea a = t0 < t1 < · · · < tn−1 < tn = b una partición de [a, b]; si denota-
mos por γi la restricción de γ a cada subintervalo [ti−1 , ti ], i = 1, . . . , n,
escribiremos γ = γ1 + · · · + γn . En este caso,
Z Z Z
f (z) dz = f (z) dz + · · · + f (z) dz.
γ γ1 γn
3. Se tiene Z Z
f (z) dz ≤ |f (z)| |dz|.
γ γ
64 CAPÍTULO 3. CÁLCULO INTEGRAL
5. Denotemos por −γ la curva que tiene la misma imagen que γ, pero reco-
rrida en sentido contrario. Entonces
Z Z
f (z) dz = − f (z) dz.
−γ γ
R
Observación 3.7. La proposición anterior muestra que γ f (z) dz depende de
la orientación de la curva γ. Recordemos que si una curva γ es la frontera de una
región acotada U , entonces la orientación positiva de la curva es, intuitivamente,
tal que si recorremos la curva con esa orientación, la región U nos queda a la
izquierda de la curva.
La definición y propiedades básicas de la integral se extienden sin mayor
problema a curvas C 1 por partes. Recordemos que una curva continua γ : [a, b] →
C es C 1 por partes si existe una partición a = t0 < t1 < · · · < tn−1 < tn = b de
[a, b] de modo que la restricción de γ a cada subintervalo [ti−1 , ti ], i = 1, . . . , n
es de clase C 1 .
Ejemplo 3.8. Sea f (z) = z 2 y γ la curva que empieza en π, recorre la circun-
ferencia de radio π (en el sentido contrario al de las manecillas del reloj) hasta
−π y de ahı́ por el eje real hasta π. Podemos parametrizar γ por
(
γ1 (t) = πeit , t ∈ [0, π]
γ(t) =
γ2 (t) = t − 2π, t ∈ [π, 3π].
R R R R
Entonces γ f (z) dz = γ1 f (z) dz + γ2 f (z) dz. Calculamos γ1 f (z) dz usando el
R
teorema fundamental del cálculo y γ2 f (z) dz por medio de la definición. Como
F (z) = z 3 /3 cumple que F 0 (z) = f (z),
π
π3 π3 2π 3
Z
f (z) dz = F (γ(t)) = − − =− .
γ1 0 3 3 3
R
2. Si γ es una curva cerrada, entonces γ
f (z) dz = 0.
Para la segunda implicación, sea γ la curva γ1 −γ2 , es decir, aquella que primero
recorre γ1 y luego γ2 , ésta en sentido contrario al original. Entonces γ es cerrada
y por tanto Z Z Z
0= f (z) dz = f (z) dz − f (z) dz.
γ γ1 γ2
1 z+h 1 h
Z Z
= lı́m f (z) dz = lı́m f (z + t) dt,
h→0 h z h→0 h 0
1 h
Z
= lı́m f (z + it)i dt = if (z).
h→0 h 0
Esto dice que ∂u/∂y, ∂v/∂y son continuas; junto con el análisis anterior, esto
dice que u, v son de clase C 1 . Además, se satisface
∂F ∂F
=i ,
∂y ∂x
que es la forma compleja de las ecuaciones de Cauchy-Riemann, lo cual implica
que F es analı́tica. Finalmente, como F es analı́tica, F 0 (z) = ∂F/∂x = f (z).
Este resultado es bueno, pero se puede demostrar una versión mejorada del
teorema de Cauchy, para la cual sólo requerimos que f sea analı́tica. De hecho,
con base en esta versión mejorada podremos demostrar que f es de clase C ∞ .
Para ir en esta dirección, primero mostraremos un caso muy particular, pero
importante, del teorema de Cauchy.
Lema 3.12 (Goursat). Sean f : U → C una función analı́tica en un abierto
U ⊂ C y R un rectángulo cerrado contenido en U . Entonces
Z
f (z) dz = 0.
∂R
R1 ⊃ R2 ⊃ · · · ⊃ Rn ⊃ Rn+1 ⊃ · · ·
tales que Z Z
f (z) dz ≤ 4n
f (z) dz .
∂R ∂Rn
Como los rectángulos están anidados, existe z0 tal que z0 ∈ Rn para todo n.
Puesto que f es analı́tica en R, para z0 existe el lı́mite
f (z) − f (z0 )
lı́m = f 0 (z0 );
z→z0 z − z0
y por definición, esto implica que para todo > 0 existe δ > 0 tal que si
0 < |z − z0 | < δ, entonces
Observemos que
Z Z
f (z) dz = (f (z) − f (z0 ) − f 0 (z0 )(z − z0 )) dz,
∂Rn ∂Rn
pues la función −f (z0 ) − f 0 (z0 )(z − z0 ) admite una primitiva F (¿cuál?) y por
tanto su integral a lo largo de cualquier curva cerrada es cero. Entonces,
Z Z Z
0
f (z) dz =
(f (z) − f (z0 ) − f (z0 )(z − z0 )) dz <
|z − z0 | |dz|.
∂Rn ∂Rn ∂Rn
como lo anterior vale para todo > 0, obtenemos la conclusión del teorema.
Entonces Z
f (z) dz = 0.
∂R
Demostración. Por (3.2), para todo > 0 existe δ > 0 tal que si 0 < |z − z0 | < δ
tenemos que
|f (z)(z − z0 )| < , o |f (z)| < .
|z − z0 |
Sea R1 un cuadrado de lado L centrado en z0 tal que |z − z0 | < δ para todo z ∈
R1 . Prolongando los lados de R1 podemos subdividir a R en nueve rectángulos.
Observemos que en cualquiera de estos rectángulos pequeños (distinto de R1 ) f
es analı́tica, de modo que
Z Z
f (z) dz = f (z) dz.
∂R ∂R1
70 CAPÍTULO 3. CÁLCULO INTEGRAL
lı́m (f (z)(z − zi )) = 0
z→zi
Como ejercicio, se puede ver que si la frontera del rectángulo se recorre sólo una
vez en sentido antihorario, la última integral es igual a 2πi, de modo que
Z
1 f (z)
f (z0 ) = dz.
2πi ∂R z − z0
3.3. EL TEOREMA DE CAUCHY Y SUS CONSECUENCIAS 71
∂F F (z + h) − F (z)
(z) = lı́m ;
∂x h→0 h
para calcular F (z) consideramos la curva γ1 ya mencionada, mientras que para
calcular F (z + h) usamos la unión de γ1 con un segmento horizontal de z a
z + h. La resta F (z + h) − F (z) representa entonces la integral de f a lo largo
del segmento horizontal que podemos parametrizar por γ1 (t) = z + t, t ∈ [0, h];
R z+h
denotamos esta integral por z f (z) dz:
z+h
F (z + h) − F (z)
Z
1
lı́m = lı́m f (z) dz
h→0 h h→0 h z
Z h
1
= lı́m f (z + t) dt = f (z);
h→0 h 0
en el último paso hemos aplicado el teorema del valor medio a las partes real e
imaginaria de f .
Observemos que debido al lema de Goursat podrı́amos haber definido F
considerando una curva γ2 formada por un segmento horizontal y uno vertical.
Con un razonamiento análogo al anterior, usando ahora la curva γ2 (t) = z + it,
t ∈ [0, h], tenemos
z+ih
F (z + ih) − F (z)
Z
∂F 1
(z) = lı́m = lı́m f (z) dz
∂y h→0 h h→0 h z
1 h
Z
= i lı́m f (z + it) dt = if (z),
h→0 h 0
de donde obtenemos
∂F ∂F
(z) = i (z),
∂y ∂x
72 CAPÍTULO 3. CÁLCULO INTEGRAL
Entonces Z
f (z) dz = 0
γ
para cualquier curva cerrada C 1 por partes contenida en D que no pase por z0 .
Demostración. Seguimos un procedimiento completamente similar al anterior:
Basta encontrar F analı́tica tal que F 0 (z) = f (z). De hecho, definimos F como
la integral de f a lo largo de una curva γ dada por una unión finita de segmen-
tos horizontales y verticales que unen el centro de D (o para el mismo efecto,
cualquier punto fijo de D) con z, sin pasar por z0 . Por el lema de Goursat 2.0,
cualquier curva de este tipo (que no pase por z0 , por supuesto) nos sirve.
Teorema 3.18 (Cauchy 2.1). Sean D ⊂ C un disco abierto, z1 , . . . , zn ∈ D y
f : D \ {z1 , . . . , zn } → C una función analı́tica en D \ {z1 , . . . , zn } tal que
lı́m f (z)(z − zi ) = 0, i = 1, . . . , n.
z→zi
Entonces Z
f (z) dz = 0
γ
para cualquier curva cerrada C 1 por partes contenida en D que no pase por los
puntos z1 , . . . , zn .
Antes de ver una aplicación importante del teorema de Cauchy (más preci-
samente, de la versión 2.0), estableceremos un poco de notación. Anteriormente
hemos calculado algunas integrales del tipo
Z
dz
,
γ z − z0
pero veamos un ejemplo motivador más. Sea γ la circunferencia de radio r con
centro en z0 , recorrida k veces (k ∈ N) en sentido positivo; más precisamente,
sea γ(t) = z0 + reit , con t ∈ [0, 2πk]. Obtenemos que
Z 2πk
rieit
Z Z
dz 1 dz
= it
dt = 2πki, es decir, = k ∈ Z.
γ z − z0 0 re 2πi γ z − z0
3.3. EL TEOREMA DE CAUCHY Y SUS CONSECUENCIAS 73
Por lo tanto,
Z Z Z
f (z) 1
0= g(z) dz = dz − f (z0 ) dz,
γ γ z − z0 γ z − z0
lo que da por resultado nuestra afirmación.
Observación 3.21. La prieba de la fórmula integral de Cauchy (3.4) sigue
siendo válida si existen puntos z1 , . . . , zn ∈
/ γ tales que lı́mz→zi g(z)(z − zi ) = 0.
En términos de la función f original, veamos que podemos pedir
lı́m f (z)(z − zi ) = 0, con zi 6= z0 , para cada i = 1, . . . , n.
z→zi
=0
y la integral de g es igual a cero, como antes.
74 CAPÍTULO 3. CÁLCULO INTEGRAL
Ejemplo 3.22. Sea γ una circunferencia con centro en z0 y recorrida una sola
vez, en sentido positivo; en forma explı́cita, γ(t) = z0 +reit , t ∈ [0, 2π]. Entonces
(3.4) toma la forma
Z 2π
1
f (z0 ) = f (z0 + reit ) dt,
2π 0
lo cual nos dice que f (z0 ) es una especie de promedio de los valores de f en una
circunferencia con centro en z0 y radio arbitrario (siempre que la circunferencia
y su interior queden dentro del dominio de f ).
como γ es cerrada, γ(a) = γ(b). Esto implica que e−g(a) = e−g(b) . Además
sabemos que g(a) = 0, de modo que e−g(b) = 1 por lo que g(b) tiene que ser un
múltiplo entero de 2πi, es decir
Z b
γ 0 (s)
g(b) = ds = 2πki
a γ(s) − z0
3.4. EL NÚMERO DE VUELTAS 75
Proposición 3.24. Sean γ una curva cerrada, C 1 por partes, D un disco abierto
que contiene a γ y z0 ∈
/ D. Entonces n(γ, z0 ) = 0.
Proposición 3.25. Sea γ una curva cerrada C 1 por partes. Sean z0 , z1 puntos
distintos en el mismo componente conexo del complemento de γ. Entonces
Para mostrar la primera afirmación, observemos que los puntos de la recta que
pasa por z0 y z1 tienen la forma tz0 + (1 − t)z1 , t ∈ R, y hacer un cálculo:
tz0 + (1 − t)z1 − z0 1
T (tz0 + (1 − t)z1 ) = = 1 − ∈ R.
tz0 + (1 − t)z1 − z1 t
Por las propiedades de las transformaciones de Möbius, los puntos de dicha recta
son los únicos cuyas imágenes están en R. Para la segunda afirmación, tenemos
que
1
1 − < 0 si y sólo si 0 < t < 1,
t
lo cual ocurre si y sólo si z está en el interior del segmento de z0 a z1 .
Veamos ahora qué ocurre con la función F . Por nuestro análisis anterior, F
está definida y es analı́tica en el complemento del segmento de z0 a z1 . Calcu-
lamos su derivada usando la regla de la cadena:
1 (z − z1 ) − (z − z0 ) z0 − z1 1 1
F 0 (z) = z−z0 = = − ,
z−z1
(z − z1 )2 (z − z0 )(z − z1 ) z − z0 z − z1
de modo que Z
1 1
− =0
γ z − z0 z − z1
y concluye nuestra demostración.
3.5. PROPIEDADES DE LAS FUNCIONES ANALÍTICAS 77
es analı́tica en C \ Imagen(γ) y Fn0 (z) = nFn+1 (z). Esto implica a su vez que
Fn posee derivadas analı́ticas de todos los órdenes.
Demostración. Haremos la demostración por inducción sobre n. Si n = 1, tene-
mos que Z
ϕ(w)
F1 (z) = dw.
γ w −z
4 En una versión anterior enunciamos la Proposición 3.27 y una de sus consecuencias, el
teorema de Morera, sólo para discos, pero como puede verse, es válido para regiones más
generales. Agradezco a José Ávalos Rivera sus comentarios.
78 CAPÍTULO 3. CÁLCULO INTEGRAL
F1 (z) − F1 (z0 )
Z Z
ϕ(w) Φ(w) ϕ(w)
= dw = dw, Φ(w) = ;
z − z0 γ (w − z)(w − z0 ) γ w − z w − z0
F1 (z) − F1 (z0 )
Z Z
Φ(w) ϕ(w)
F10 (z0 ) = lı́m = dw = dw = F2 (z0 ).
z→z0 z − z0 γ w − z0 γ (w − z0 )2
0
Supongamos que hemos mostrado que Fn−1 (z) existe y que
0
Fn−1 (z) = (n − 1)Fn (z).
donde
Z Z
ϕ(w) Φ(w)
Gn−1 (z) = dw = dw,
γ (w − z)n−1 (w − z0 ) γ (w − z)n−1
Fn (z) − Fn (z0 )
Fn0 (z0 ) = lı́m
z→z0 z − z0
Gn−1 (z) − Gn−1 (z0 )
Z
Φ(w)
= lı́m dw + lı́m
z→z0 γ (w − z)n z→z0 z − z0
Z
Φ(w)
= dw + G0n−1 (z0 )
γ (w − z0 )n
= Fn+1 (z0 ) + (n − 1)Gn (z0 ) = nFn+1 (z0 ),
(n)
Fn0 (z0 ) F 00 (z0 ) F (z0 ) 2πi
Fn+1 (z0 ) = = n−1 = ··· = 1 = n(γ, z0 )f (n) (z0 ),
n n(n − 1) n! n!
de modo que
Z
(n) n! n! f (z)
n(γ, z0 )f (z0 ) = Fn+1 (z0 ) = dz.
2πi 2πi γ (z − z0 )n+1
Ejemplo 3.31. Podemos usar la fórmula (3.6) para evaluar integrales, como
las siguientes:
1 1 1
= − ;
(z − 1)(z − 2) z−2 z−1
sen πz 2 + cos πz 2
Z Z Z
f (z) f (z)
dz = dz − dz
(z − 1)(z − 2) z−2 z−1
|z|=3 |z|=3 |z|=3
Para la segunda integral, hagamos g(z) = e2z . Por la fórmula (3.6) tenemos
e2z
Z Z
g(z) 2πi (3) 8πi
dz = 3+1 dz = g (−1) = 2 .
(z + 1)4 (z − (−1)) 3! 3e
|z|=3 |z|=3
2π
1 · 3 · · · (2n − 1)
Z
cos2n θ dθ = 2π.
0 2 · 4 · 6 · · · (2n)
1 (2n)! 1 · 3 · · · (2n − 1)
= · 2π = 2π.
22n n!n! 2 · 4 · 6 · · · (2n)
|f (z)|
Z
1
|f 0 (z0 )| ≤ |dz|;
2π γ |z − z0 |2
MR M
|f 0 (z0 )| ≤ 2
= ,
R R
lo que tiende a cero cuando R → ∞ (aquı́ es donde usamos que f está definida
en todo C), de modo que f 0 (z0 ) = 0.
82 CAPÍTULO 3. CÁLCULO INTEGRAL
Para cerrar esta sección, veamos una consecuencia más de la fórmula integral
de Cauchy. Recordemos la condición lı́mw→z0 f (w)(w − z0 ) = 0 que pedimos en
el lema de Goursat 2.0, para la cual reservaremos un nombre especial.
Recı́procamente, supongamos que se cumple (3.7). Para definir f , basta ver qué
ocurre cerca de z0 , de modo que consideramos una circunferencia γ con centro
en z0 , recorrida en sentido antihorario, tal que tanto γ como su interior estén
contenidos en U y un punto z 6= z0 en el interior de γ. Por la condición (3.7) y la
observación 3.21, podemos usar la fórmula integral de Cauchy (con la notación
de dicha observación, z0 es ahora uno de los puntos zi ):
Z
1 f (w)
f (z) = dw.
2πi γ w−z
3.6. PRINCIPIO DEL MÓDULO MÁXIMO 83
Por el lema 3.29, sabemos que la integral del lado derecho define una función
analı́tica en todo el interior de γ, incluyendo a z0 . Por tanto, definimos f como
f (z) = f (z) si z 6= z0 y
Z
1 f (w)
f (z0 ) = dw.
2πi γ w − z0
pero entonces
Z 2π
1
|f (z0 )| − |f (z0 + reit )| dt = 0.
2π 0
84 CAPÍTULO 3. CÁLCULO INTEGRAL
{ z ∈ U | f (z) = f (z0 ) }
El principio del módulo máximo se puede ver como un teorema que caracte-
riza a ciertas funciones analı́ticas, a saber, a las funciones constantes. De hecho,
es mucho más poderoso de lo que aparenta. El siguiente resultado nos muestra
que podemos usarlo para caracterizar a otras funciones.
2. |f 0 (0)| ≤ 1.
Si además tenemos que |f (z0 )| = |z0 | para algún z0 ∈ D \ {0} o bien |f 0 (0)| = 1,
entonces f (z) = cz para algún c ∈ C tal que |c| = 1.
f (z) , si z =
6 0,
g(z) = z
0
f (0), si z = 0.
H : [a, b] × [0, 1] → U
En consecuencia, obtenemos
Como dicen los clásicos, una demostración completa del teorema 3.49 se
escapa al objetivo de estas notas, pero se puede consultar en [2]. Probaremos
un resultado con hipótesis adicionales.
Demostración del teorema 3.49. Sea H : [a, b] × [0, 1] → U una homotopı́a entre
γ0 y γ1 . Supondremos, para simplificar la demostración, que H es C 2 por partes,
de modo que las parciales cruzadas de orden 2 sean iguales. Definimos h : [0, 1] →
C como Z Z b
∂H
h(s) = f (z) dz = f (H(t, s)) (t, s) dt.
γs a ∂t
Queremos probar que h es constante en [0, 1]. Para esto, mostraremos que
su derivada es idénticamente igual a cero:
Z b Z b
dh d ∂H ∂ ∂H
= f (H(t, s)) dt = f (H(t, s)) dt
ds ds a ∂t a ∂s ∂t
Z b
∂2H
∂H ∂H
= f 0 (H(t, s)) + f (H(t, s)) dt
a ∂s ∂t ∂s ∂t
Z b
∂2H
0 ∂H ∂H
= f (H(t, s)) + f (H(t, s)) dt
a ∂t ∂s ∂t ∂s
Z b b
∂ ∂H ∂H
= f (H(t, s)) dt = f (H(t, s)) = 0,
a ∂t ∂s ∂s a
donde la conclusión se sigue del hecho de que todas las curvas γs (t) = H(t, s)
son cerradas. Por tanto, h es constante y se sigue la afirmación del teorema.
88 CAPÍTULO 3. CÁLCULO INTEGRAL
Lema 3.56. Sea U una región de C, γ : [a, b] → C una curva cerrada C 1 por
partes y ϕ = ϕ(z, w) una función continua con respecto de z ∈ U y w ∈ γ.
Supongamos además que para cada w fija, la función z 7→ ϕ(z, w) es analı́tica
en U . Entonces Z
F (z) = ϕ(z, w) dw
γ
es analı́tica en U y Z
∂ϕ
F 0 (z) = (z, w) dw.
γ ∂z
La idea de la demostración consiste en mostrar que la función F se puede
escribir como una integral de tipo Cauchy, de modo que podamos aplicar el lema
3.29.
Demostración. Sea z ∈ U . Mostraremos que F 0 (z) existe y tiene la expresión
dada. Sea α : [0, 2π] → U , α(s) = z + reis , una circunferencia de radio r con
centro en z tal que el disco cerrado D(z, r) está contenido en U . Como z 7→
ϕ(z, w) es analı́tica en U , podemos aplicar la fórmula integral de Cauchy:
Z
1 ϕ(ζ, w)
ϕ(z, w) = dζ.
2πi α ζ − z
Ası́,
Z Z Z
1 ϕ(ζ, w)
F (z) = ϕ(z, w) dw = dζ dw
γ 2πi γ α ζ −z
Z Z Z
1 ϕ(ζ, w) 1 Φ(ζ)
= dw dζ = dζ,
2πi α γ ζ −z 2πi α ζ − z
donde Z
Φ(ζ) = ϕ(ζ, w) dw;
γ
90 CAPÍTULO 3. CÁLCULO INTEGRAL
aquı́ hemos aplicado una extensión del teorema de Fubini a integrales con valores
complejos. Por tanto, F se escribe como una integral de tipo Cauchy; por el lema
3.29, F es analı́tica y
Z Z Z
1 Φ(ζ) 1 ϕ(ζ, w)
F 0 (z) = dζ = dw dζ
2πi α (ζ − z)2 2πi α γ (ζ − z)
2
Z Z Z
1 ϕ(ζ, w) ∂ϕ
= 2
dζ dw = (z, w) dw,
γ 2πi α (ζ − z) γ ∂z
donde hemos usado de nuevo el teorema de Fubini, ası́ como la fórmula integral
de Cauchy para ∂ϕ/∂z.
Estamos listos para dar la versión prometida del teorema de Cauchy.
Teorema 3.57 (de Cauchy, versión homológica). Sean U una región de C,
f : U → C una función analı́tica en U y γ : [a, b] → U una curva cerrada, C 1
por partes. Si γ es homóloga a cero en U , entonces
Z
f (z) dz = 0.
γ
lo que demuestra que h(z) → 0 cuando |z| → ∞. Esto nos dice que h está
acotada en una vecindad de ∞ y por tanto está acotada en C.
El teorema de Liouville nos garantiza entonces que h es constante y, de
hecho, h = 0. Por tanto, si z ∈ U , usamos la primera expresión en la definición
de h y obtenemos la fórmula integral de Cauchy.
Para la demostración de que la integral de f se anula, fijamos un punto
u ∈ U que no esté en la imagen de γ y usamos la fórmula integral de Cauchy
para la función (analı́tica) z 7→ f (z)(z − u), de modo que
f (w)(w − u)
Z
1
n(γ, z)f (z)(z − u) = dw;
2πi γ w−z
∂ ũ ∂ ũ ∂u ∂u
F0 = −i = −i
∂x ∂y ∂x ∂y
Podemos obtener una fórmula análoga para funciones armónicas, como sigue.
Como arriba, sea u : U → R armónica en U , z0 ∈ U y D(z0 , r) ⊂ U . Como D
es simplemente conexo, u = Re f para una función f : D → C analı́tica y
Z 2π
1
u z0 + reit dt.
u(z0 ) =
2π 0
Teorema 3.61 (Principio del máximo para funciones armónicas). Sea u una
función armónica en una región U de C. Si u tiene un máximo en z0 ∈ U ,
entonces u es constante.
A = { z ∈ U | u(z) = u(z0 ) }
3.9. Ejercicios
En lo sucesivo y a menos que se indique lo contrario, U denota una región
de C, mientras que las curvas cerradas consideradas se recorren una sola vez, en
el sentido positivo; es decir, contrario al de las manecillas del reloj.
1. Evalúa las integrales
Z Z Z
x dz, y dz, z dz,
lı́m f (z) = 0.
z→∞,Im z≥0
f 0 (z)
Z Z
f (z)
dz = dz.
γ z − z0 γ (z − z0 )2
19. Sea f entera y |f (z)| < M para z en la circunferencia |z| = R con R fijo.
Prueba que
(k) iθ k!M
f (re ) ≤ k = 0, 1, 2, . . .
(R − r)k
Series y residuos
99
100 CAPÍTULO 4. SERIES Y RESIDUOS
|fn (z) − 0| = |z n | ≤ rn ,
para todo z ∈ D(0, r). Como r < 1, lı́m rn = 0, de modo que obtenemos la
n→∞
convergencia uniforme en D(0, r).
Usamos la convergencia uniforme en discos cerrados en el teorema que rela-
ciona la analiticidad de cada fn con la analiticidad de la función lı́mite f .
Teorema 4.7 (Weierstrass). Sea fn : U → C una sucesión de funciones analı́ti-
cas en un conjunto abierto U y f : U → C una función. Si la sucesión {fn }
converge uniformemente a f en discos cerrados contenidos en U , entonces f es
(k)
analı́tica en U y para cada k ∈ N ∪ {0} se tiene que fn (z) converge uniforme-
(k)
mente a f (z) en discos cerrados.
Demostración. Que f es continua es consecuencia de la convergencia uniforme
de las funciones fn (analı́ticas y por tanto continuas).
Para cada z0 ∈ U , sea D(z0 , r) un disco cerrado contenido en U y γ una curva
cerrada CR 1 por partes contenida en el disco abierto D(z0 , r). Por el teorema de
Cauchy, γ fn (z) dz = 0. Por la convergencia uniforme y la proposición 4.2,
Z Z
f (z) dz = lı́m fn (z) dz = 0;
γ n→∞ γ
102 CAPÍTULO 4. SERIES Y RESIDUOS
Por la convergencia uniforme en D(z0 , ρ), dada > 0 existe N tal que si n ≥ N
entonces |fn (z) − f (z)| < para todo z ∈ D(z0 , ρ). Ası́, si n ≥ N , el numerador
de la fracción que está dentro de la integral anterior queda acotado por . En
cuanto al denominador, observemos que w pertenece a la circunferencia de radio
ρ con centro en z0 , mientras que z pertenece al disco cerrado de radio r con
centro en z0 . Ası́, la menor distancia entre cualesquiera de estos w, z resulta ser
ρ − r y obtenemos la cota
Z
k! k!ρ
|fn(k) (z) − f (k) (z)| ≤ |dw| = ,
2π (ρ − r)k+1 γ (ρ − r)k+1
(k)
para todo z ∈ D(z0 , r); es decir, fn converge uniformemente a f (k) en cualquier
disco cerrado contenido en U .
Para finalizar esta sección sólo mencionaremos que las propiedades corres-
pondientes (convergencia de integrales y derivadas) se extienden de manera
natural al caso de las series de funciones. El lector puede dar la demostración
del siguiente resultado sin mayor problema.
Teorema 4.8 (Weierstrass). La suma de una serie uniformemente convergente
de funciones analı́ticas es analı́tica y puede derivarse o integrarse término por
término.
Lema 4.9 (Abel). Sean {an } una sucesión de números complejos y r0 un núme-
ro real positivo tal que la sucesión |an |r0n está acotada. Si r < r0 , la serie (4.2)
converge en forma absoluta y uniforme en D(z0 , r).
Demostración. Aplicaremos el criterio M de Weierstrass (Teorema 2.8). Sea M
tal que |an |r0n ≤ M para todo n ∈ N y
n
r
Mn = M ;
r0
P∞
como r < r0 , tenemos que r/r0 < 1 y por tanto la serie geométrica n=0 Mn
converge. Con esto tenemos la segunda hipótesis del criterio M . Por otro lado,
n
r
|an (z − z0 )n | ≤ |an |rn = (|an |r0n ) ≤ Mn ;
r0
1. Dado
P r <nR, por la definición de supremo existe r0 tal nque r < r0 < R
y |an |r0 converge. Esto
P implica que la sucesión {|an |r0 } está acotada.
Por el lema de Abel, an (z − z0 )n converge absoluta y uniformemente
en D(z0 , r).
2. Sea rP0 > R y supongamos que existe z con |z − z0 | = r0 de modo que la
serie an (z − z0 )n converge; entonces sus términos tienden a cero, lo que
n
P{|an |r0 } está
nos dice que la sucesión acotada. Tomando R < r < r0 , por el
lema de Abel la serie an (z −z0 )n converge absoluta y uniformemente en
|an |rn serı́a convergente,
P
D(z0 , r). En particular si |z − z0 | = r, la serie
lo que contradice la definición de R.
2 Notemos que R puede anularse, en cuyo caso el interior del cı́rculo de convergencia es
vacı́o.
104 CAPÍTULO 4. SERIES Y RESIDUOS
si el lı́mite existe.
La demostración de esta proposición consiste en aplicar los criterios respec-
tivos de la proposición 1.22 a la serie de potencias. Dejaremos los detalles al
lector, para ver varios ejemplos.
P n
Ejemplo 4.13. Consideremos primero la serie geométrica z . En este caso,
tenemos que z0 = 0; además, como an = 1 para toda n, podemos aplicar
cualquiera de los criterios de la proposición 4.12 para obtener que R = 1, lo
que reitera algo que ya sabı́amos: que la serie geométrica converge para |z| < 1,
que la convergencia es uniforme en cualquier disco cerrado |z| ≤ r con r < 1;
además, sabemos que la suma es 1/(1 − z).
Ejemplo 4.14. Veamos qué ocurre con la serie
∞
X zn
.
n=0
n!
Fácilmente obtenemos
an
lı́m = lı́m (n + 1)! = lı́m (n + 1) = ∞.
n→∞ an+1 n→∞ n! n→∞
Ası́, esta serie converge para todo z ∈ C. El lector observará que para z = x ∈ R,
la serie es justamente la serie de Taylor de la función exponencial real en x = 0.
Más adelante veremos que ésta es también la serie de Taylor de la función
exponencial compleja.
4.2. SERIES DE POTENCIAS 105
3 Una
√
n
forma bonita de mostrar que n! tiende a infinito usa un argumento√ al estilo
√ de
n
Gauss: (n!)2 = (1 · n)(2 · (n − 1)) · · · ((n − 1) · 2)(n · 1), de donde (n!)2 ≥ nn y n! ≥ n.
106 CAPÍTULO 4. SERIES Y RESIDUOS
mientras que
p
n 1 1
lı́m |an | = lı́m √
n
=√ ,
n→∞,n par n→∞ 2n/2 2
p
lo que nos dice que lı́m n |an | no existe. En este caso, podemos hacer un truco
más. Escribimos la serie como sigue:
∞ ∞ ∞ ∞
X X (−1)n/2 n X (−1)m 2 m X (−1)m m
an z n = z = m
(z ) = w ,
n=0 n=0,n par
2 n/2
m=0
2 m=0
2m
precisaremos esta idea, pero conviene recordar que esta propiedad no es válida
para funciones reales: Sea f : R → R definida por
( 2
e−1/x , si x > 0,
f (x) =
0, si x ≤ 0;
Es bastante probable que en sus cursos de cálculo el lector haya demostrado que
f es de clase C ∞ , pero tanto f (0) como todas las derivadas de f en 0 se anulan,
de modo que f no es igual a su serie de Taylor en x = 0.
Para el caso complejo, primero mostraremos un resultado auxiliar:
Lema 4.20 (Taylor). Sean U una región de C y f : U → C analı́tica. Entonces
para z0 ∈ U ,
k−1
X f (n) (z0 ) f (k) (z0 )
f (z) = (z − z0 )n + fk (z)(z − z0 )k , donde fk (z0 ) = .
n=0
n! k!
f (z) − f (z0 ) , si z 6= z ,
0
f1 (z) = z − z0
0
f (z0 ), si z = z0 .
f (k−1) (z0 )
fk−1 (z0 ) = .
(k − 1)!
Aplicando el caso k = 1 a la función fk−1 , tenemos que
f (k−1) (z0 )
f (z) = f (z0 ) + f 0 (z0 )(z − z0 ) + · · · + (z − z0 )k−1 + fk (z)(z − z0 )k ;
(k − 1)!
108 CAPÍTULO 4. SERIES Y RESIDUOS
derivando k veces y evaluando en z0 , tenemos que f (k) (z0 ) = k!fk (z0 ), de donde
f (k) (z0 )
fk (z0 ) = .
k!
Es común utilizar la expresión una función analı́tica es igual a su serie de
Taylor, pero debemos precisar un poco esta afirmación. Por un lado, una serie
de potencias posee un radio de convergencia, mientras que la función analı́tica
está definida en un abierto que puede ser muy diferente de un disco.
Teorema 4.21 (Taylor). Sea U una región de C, f : U → C una función analı́ti-
ca en U y z0 ∈ U . Entonces f tiene una única representación como una serie
de potencias
∞
X
f (z) = an (z − z0 )n ,
n=0
f (n) (z0 )
Z
1 f (w)
an = = dw,
n! 2πi γ (w − z0 )n+1
k−1
!
Z
1 X f (n) (z0 )
n
f (w) − (w − z0 ) dw
γ (w − z)(w − z0 )k n=0
n!
k−1
!
Z
f (w) X f (n) (z0 ) Z dw
= k
dw − k−n
γ (w − z)(w − z0 ) n=0
n! γ (w − z)(w − z0 )
se anula; suponiendo que esto ocurre, tenemos la siguiente expresión para fk (z):
Z
1 f (w)
fk (z) = dw. (4.5)
2πi γ (w − z)(w − z0 )k
para todo z ∈ D(z0 , r). Puesto que r < ρ, la expresión del lado derecho tiende a
cero cuando k → ∞. Esto nos dice que la sucesión de sumas parciales de la serie
de Taylor converge uniformemente a f (z) en cualquier disco cerrado D(z0 , r)
con r < R. Esto implica que la serie converge a f (z) en el disco D(z0 , R).
110 CAPÍTULO 4. SERIES Y RESIDUOS
0
entonces Fm es analı́tica y Fm (z0 ) = mFm+1 (z0 ). En nuestro caso, ϕ(w) =
1/(w − z), donde z se considera fijo. Usando inducción, basta verificar que
F1 (z0 ) = 0 para todo z0 :
Z Z Z
dw 2πi dw dw
F1 (z0 ) = = −
γ (w − z)(w − z0 ) z − z0 γ w−z γ w − z0
1
= (n(γ, z) − n(γ, z0 )) = 0;
z − z0
Como la serie de Taylor es única, ésta debe ser la serie de Taylor de f . Como
ya vimos en el ejemplo 4.13, su radio de convergencia es R = 1. Ahora, para
z0 6= 1, queremos escribir
∞
1 X
= an (z − z0 )n .
1 − z n=0
de modo que
∞
1 X 1
= an (z − z0 )n , donde an = .
1 − z n=0 (1 − z0 )n+1
Como
f (z0 ) = · · · = f (k−1) (z0 ) = 0
y f (k) (z0 ) 6= 0, entonces f (z) = fk (z)(z − z0 )k , con fk analı́tica y fk (z0 ) 6= 0,
como se pedı́a.
Proposición 4.30. Un cero de orden k de f es aislado; es decir, existe una
vecindad V de z0 tal que el único cero de f en V es precisamente z0 .
Demostración. Usaremos la notación del lema 4.29 y en particular la ecuación
(4.6). Como fk (z0 ) 6= 0, por continuidad existe una vecindad V de z0 donde
fk (z) 6= 0 y por tanto f (z) 6= 0.
Ası́, sólo tenemos las siguientes alternativas para los ceros de una función
analı́tica f :
Si z0 es un cero de orden finito, entonces es un cero aislado.
Si z0 es un cero de orden infinito de f , entonces f ≡ 0, de modo que z0
está rodeado de ceros.
Análogamente,
∞ ∞
X X bn
f (w)(w − z0 )k−1 = an (w − z0 )n+k−1 + n−k+1
;
n=0 n=1
(w − z0)
y al integrar obtenemos
Z Z
bk
f (w)(w − z0 )k−1 dw = dw = 2πibk ,
γ γ w − z0
como afirmábamos.
Para demostrar que f se puede escribir como una serie, consideramos una
curva cerrada contenida en el anillo Ar,R (z0 ). Sean
4.4. SERIES DE LAURENT 115
σ(t) = z0 + t, t ∈ [r1 , r2 ].
Analizaremos cada una de las dos últimas integrales por separado; la primera
dará lugar a la parte regular de la serie de Laurent y la segunda a la parte
singular. La idea es tratar de escribir
Z
1 f (w)
dw
2πi γ2 w − z
1 1 z − z0 (z − z0 )n
= + 2
+ ··· + + ··· ;
w−z w − z0 (w − z0 ) (w − z0 )n+1
3. Existe una sucesión nk tal que lı́m nk = ∞ y bnk 6= 0 para todo k. Aquı́
k→∞
decimos que z0 es una singularidad esencial.
de modo que
∞
1 1 X
f (z) = = − − (z − 1)n , 0 < |z − 1| < 1;
z 2 − 3z + 2 z − 1 n=0
En cuanto a 1/(z −1), sabemos que esta función es analı́tica en la región |z| > 1,
de modo que aquı́ conviene usar una serie geométrica en términos de 1/z:
∞ n ∞
1 1 1 1X 1 X 1
= = = n
;
z−1 z (1 − 1/z) z n=0 z n=1
z
observemos que en esta región la serie de Laurent tiene una infinidad de términos
con potencias tanto positivas como negativas.
118 CAPÍTULO 4. SERIES Y RESIDUOS
siempre que |z + 2| < 1. Ası́, la serie de Laurent de f (z) está dada por
∞
2 X
f (z) = + (z + 2)n ,
z + 2 n=0
y escribiendo (z − 3) = (z + 2) + 5, tenemos
1 1 1
f (z) = (z − 3) sen = (z + 2) sen − 5 sen
z+2 z+2 z+2
∞ n ∞ n
X (−1) X (−1)
= (z + 2) 2n+1
−5 .
n=0
(2n + 1)!(z + 2) n=0
(2n + 1)!(z + 2)2n+1
Expresaremos esto como una sola suma. Escribimos (−1)n = cos(nπ) y, para
la primera suma, hacemos m = 2n:
∞ ∞
X cos(nπ) X cos (mπ/2)
2n
= ,
n=0
(2n + 1)!(z + 2) m=0
(m + 1)!(z + 2)m
4.5. CLASIFICACIÓN DE SINGULARIDADES 119
Derivando, obtenemos que la serie de Laurent de f (z) en el anillo |z| > 2 está
dada por
∞ ∞
X (n + 1)(2n + 1) X (m − 1)(2m−2 + 1)
f (z) = n+2
= .
n=0
z m=2
zm
de modo que
∞
X k
X
f (z)(z − z0 )k = an (z − z0 )n+k + bn (z − z0 )k−n
n=0 n=1
|f (z) − w| > δ
122 CAPÍTULO 4. SERIES Y RESIDUOS
1
f (z) = +w
g(z)
Los puntos más importantes relativos a una función f serán sus singulari-
dades. Si la función no tiene singularidades esenciales, entonces sólo tendremos
singularidades removibles y polos de orden finito.
que le da la curva a cada singularidad, ası́ como el hecho de que la región donde
está definida f sea simplemente conexa o no. Aquı́ enunciaremos sólo el caso
más sencillo, pues será el que usaremos en las aplicaciones.
Teorema 4.48 (del residuo). Sea U una región simplemente conexa de C y
z1 , . . . , zn ∈ U . Sea f : U \ {z1 , . . . , zn } → C una función analı́tica y γ una
curva simple, cerrada, C 1 por partes, orientada positivamente, contenida en U
y que contiene en su interior a los puntos zk . Entonces
Z n
X
f (w) dw = 2πi Res(f, zk ).
γ k=1
Figura 4.1: Las curvas utilizadas para la demostración del teorema del residuo.
El recorrido de la curva γ̃ está marcado en rojo.
de modo que Res(f (z), 0) = 1. Observemos que en el anillo 1 < |z| < ∞,
∞ n ∞ m
1 1 1 1 X 1 X 1
= 2· 1 = = .
z(1 − z) z 1− z
z 2 n=0 z m=2
z
¡El término correspondiente a 1/z en esta serie tiene coeficiente cero! Este ejem-
plo muestra que para calcular el residuo Res(f, z0 ) por medio de la serie de
Laurent, tenemos que considerar la serie en un anillo 0 < |z − z0 | < r.
Supongamos que la función f tiene una sola singularidad en z0 , y además,
que ésta no es una singularidad esencial. Consideremos primero el caso en que
z0 es un polo simple; ası́, el desarrollo en serie de Laurent cerca de z0 tiene la
forma
∞
X b1
f (z) = an (z − z0 )n + .
n=0
z − z0
y entonces es claro que
de modo que
d
b1 = lı́m (f (z)(z − z0 )2 ).
z→z0 dz
Ejemplo 4.52. Consideremos la función
1
f (z) = , a > 0,
(z 2 + a2 )2
Es claro que la función tiene polos de orden 2 en ±ai. Entonces tenemos que
1 d 1
f (z)(z ∓ ai)2 = ± 3 .
Res 2 2 2
, ±ai = lı́m
(z + a ) z→±ai dz 4a i
1 dk−1
f (z)(z − z0 )k .
Res(f, z0 ) = lı́m k−1
(k − 1)! z→z0 dz
128 CAPÍTULO 4. SERIES Y RESIDUOS
h(m) (z0 )
h(z) = (z − z0 )m hm (z), hm (z0 ) = 6= 0.
m!
En cuanto a la función g del numerador de f , puede pasar que z0 sea un
cero de g, de orden menor, igual o mayor que m. Debe ser más o menos claro
para el lector que si z0 es un cero de g de orden mayor o igual a m, entonces el
cociente en realidad será una función analı́tica, de modo que podemos suponer
que dicho orden es estrictamente menor que m; si lo denotamos por k, tenemos
que
g (k) (z0 )
g(z) = (z − z0 )k gk (z), gk (z0 ) = 6= 0.
k!
El cociente cumple entonces que
g(z) (z − z0 )k gk (z)
f (z) = = .
h(z) (z − z0 )m hm (z)
g0 (z0 ) g(z0 )
Res(f, z0 ) = c0 = = 0 .
h1 (z0 ) h (z0 )
π cos kπ π
Res(π cot πz, k) = =1 y Res(π csc πz, k) = = (−1)k .
π cos kπ π cos kπ
Por el ejercicio 20, si f es una función analı́tica en k ∈ Z,
(−1)k f (k).
P P
expresiones que usaremos para calcular series del tipo f (k) y
g 0 (0)
z
Res , 0 = 2 00 = 2;
1 − cos z h (0)
Ejemplo 4.56. En el ejemplo 4.51 evaluamos una integral de una función real
que dependı́a de una función trigonométrica,
Z π
dθ
a > 0.
0 a + cos θ
e3θi + e−3θi
1 1
cos 3θ = = z3 +
2 2 z3
y
1 13
2π z + 3
z6 + 1
Z Z Z
cos 3θ 2 z dz 1
dθ = =− dz.
z 3 (z − 12 )(z − 2)
0 5 − 4 cos θ 4 1 iz 4i
|z|=1 5− z+ |z|=1
2 z
Es claro que el último integrando tiene un polo de orden 3 en 0 y polos simples en
1
2 y 2. Sólo tenemos que calcular los residuos en las dos primeras singularidades.
Es claro que
z6 + 1 z6 + 1
1 1 65
Res , = lı́m z − =− .
z 3 (z − 12 )(z − 2) 2 1
z→1/2 z 3 (z − )(z − 2)
2
2 12
de modo que
Z 2π
cos 3θ 2πi 65 21 π
dθ = − − + = .
0 5 − 4 cos θ 4i 12 4 12
4.8. CÁLCULO DE INTEGRALES 131
2. El grado del denominador excede, al menos por dos, al grado del numera-
dor.
Entonces Z ∞ X
f (x) dx = 2πi Res(f (z), z0 )
−∞ Im z0 >0
1
, a > 0,
(z 2 + a2 )2
que es una función racional y satisface las condiciones del teorema 4.57. La
función tiene un polo doble en cada una de sus singularidades ±ai y el resi-
duo correspondiente es ±π/(4a3 i). Como sólo el punto ai está en el semiplano
superior y la función es par,
Z ∞
1 ∞
Z
dx dx 1 π
= = πi Res , ai = 3.
0 (x2 + a2 )2 2 −∞ (x2 + a2 )2 (z 2 + a2 )2 4a
4.8. CÁLCULO DE INTEGRALES 133
2. El grado del denominador excede, al menos por dos, al grado del numera-
dor.
y
!
Z ∞ X
iaz
f (x) sen ax dx = Im 2πi Res(f (z)e , z0 ) .
−∞ Im z0 >0
Observemos que la segunda condición del teorema implica que |z 2 f (z)| está
acotada por una constante M > 0 en todos los puntos del semiplano superior.
Ası́,
Z π
M π −aR sen θ
Z
iθ
iaReiθ iθ ≤ Mπ
f Re e iRe dθ e dθ ≤ ,
0
R 0 R
Además, como (sen ax)/(x2 + b2 ) es una función impar, también se tiene que
Z ∞
sen ax
2 + b2
dx = 0
−∞ x
Para que estas ecuaciones nos sean de utilidad, deben ocurrir dos cosas: La
primera es que los residuos en los polos zj sean calculables, mientras que la
segunda es que podamos controlar las integrales del lado izquierdo. Comencemos
por el análisis de las integrales. En realidad, las funciones cot y csc no deben
preocuparnos.
Lema 4.61. Existe una constante A > 0 (independiente de n) tal que para
z ∈ Cn ,
|π cot πz| < A y |π csc πz| < A.
Demostración. Tenemos que
cos πz eπiz + e−πiz e2πiz + 1
cot πz = = i πiz = i ,
sen πz e − e−πiz e2πiz − 1
de modo que si z está en el lado derecho de Cn , z = (n + 21 ) + iy y
2i 2ieπiz
csc πz = = ,
eπiz − e−πiz e2πiz − 1
1
si z = x + i(n + 12 ), eπiz = e−(n+ 2 )π eiπx , de modo que
1
2e−(n+ 2 )π 2
| csc πz| = ≤ ≈ 2.09;
1 − e−(2n+1)π 1 − e−π
El lema nos dice que para controlar las integrales de f (z)π cot πz y f (z)π csc πz
basta controlar a la función f .
Demostración. Por nuestra discusión previa, basta mostrar que las integrales
de f (z)π cot πz y f (z)π csc πz tienden a cero cuando n tiende a ∞. Denotemos
por g(z) a cualquiera de las funciones π cot πz, π csc πz. Por el lema anterior y
nuestra hipótesis sobre f ,
Z Z
f (z)g(z) dz ≤ |f (z)||g(z)| |dz|
Cn Cn
|dz|
Z
≤ πAM k
;
Cn |z|
o bien
∞
X 1 π coth(πb) 1
2 + b2
= − 2.
n=1
n 2b 2b
Veamos qué ocurre cuando b → 0:
π 1 1 πb cosh(πb) − senh(πb)
lı́m coth(πb) − 2 = lı́m
b→0 2b 2b 2 b→0 b2 senh(πb)
2
π senh(πb)
= lı́m
2 b→0 πb cosh(πb) + 2 senh(πb)
π2 πb cosh(πb) π
= lı́m 2
= ,
2 b→0 3πb cosh(πb) + π b senh(πb) 6
138 CAPÍTULO 4. SERIES Y RESIDUOS
donde hemos usado la regla de L’Hôpital (ver ejercicio 10). Por lo tanto,
∞
X 1 π
2
= .
n=1
n 6
Observemos que la función f (z) = 1/z 2 tiene un único polo en z = 0 y que este
polo es doble, de modo que
∞
(−1)n
X 1
= − Res π csc(πz), 0
n=−∞
n2 z2
n6=0
1 d2 π2
=− lı́m 2 (πz csc(πz), 0) = − ;
2 z→0 dz 6
4.10. EJERCICIOS 139
4.10. Ejercicios
∞
X z n−1
1. Demuestra que la serie converge para |z| < 2 y encuentra la
n=1
2n
suma.
2. Encuentra el radio de convergencia de las series
∞ ∞
X zn X (−1)n z 2n−1
a) , c) ,
n=1
n n=1
(2n − 1)!
∞
X ∞
X
n n!
b) 2 z , d) n!z n .
n=1 n=1
∞
an z n es R, con 0 < R < ∞,
P
3. Si el radio de convergencia de la serie
n=0
∞
n−n an z n .
P
encuentra el radio de convergencia de la serie
n=1
6. Desarrolla cada una de las funciones dadas en una serie de Taylor alrededor
de z0 . Indica el máximo disco donde será valida la representación.
1 1
a) f (z) = , z0 = i. b) f (z) = , z0 = 1.
1−z z
a) sen z, c) senh z, 1
e) .
b) cos z, d ) cosh z, 1 − z2
10. Supongamos que f (z) y g(z) son analı́ticas en una vecindad de z0 y que
z0 es un cero de orden k de f y g simultáneamente. Prueba la regla de
L’Hôpital
f (z) f (k) (z0 )
lı́m = (k) .
z→z0 g(z) g (z0 )
14. Muestra que una función que es meromorfa en el plano complejo extendido
es racional.
15. Sea f (z) una función entera tal que lı́m f (z) = ∞. Muestra que f debe
z→∞
tener al menos un cero.
4.10. EJERCICIOS 141
16. Sea f una función entera, z0 , z1 ∈ C distintos y R > máx{|z0 |, |z1 |}.
Prueba que
f (z1 ) − f (z0 )
Z
f (z)
dz = 2πi .
(z − z0 )(z − z1 ) z1 − z0
|z|=R
19. Clasifica las singularidades y calcula los residuos en todos los polos de las
funciones
sen(πz)(eπz − 1)
2 1
f (z) = 3 2 , g(z) = z sen , h(z) = cot z.
z (z + 1)(z 2 + 3z + 2) z
22. Sea f una función analı́tica en C excepto por un número finito de singu-
laridades. Sea γ una curva simple cerrada que contiene en su interior a
todas las singularidades de f . Definimos el residuo de f en ∞ como
Z
Res(f, ∞) = − f (z) dz.
γ
a) Muestra que
1 1
Res(f, ∞) = − Res f ,0 .
w2 w
R
b) Utiliza el residuo en ∞ para calcular |z|=2
f (z) dz, donde
5z − 2
f (z) = .
z(z − 1)
24. Sea f (z) analı́tica en |z| ≤ R con un único cero z0 en el interior de este
conjunto. Muestra que
f 0 (z)
Z
1
dz = k,
2πi f (z)
|z|=R
donde k es el orden de z0 .
25. Evalúa las siguientes integrales:
Z ∞ Z ∞ Z ∞
dx cos x xdx
a) 4+1
, b) 2+1
dx, c) .
0 x 0 x −∞ (x2 + 2x + 2)2
Bibliografı́a
143
Índice alfabético
145
146 ÍNDICE ALFABÉTICO