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Pacto de San Jose Costa Rica

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INTRODUCCION

La Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) o pacto de San


José, es un documento declarativo adoptado por la Asamblea General de las
Naciones Unidas en su Resolución 217 A (III), el 10 de diciembre de 1948 en
París; en ésta se recogen en sus 30 artículos los Derechos Humanos
considerados básicos, a partir de la carta de San Francisco de 1945.

La unión de esta declaración y los Pactos Internacionales de Derechos Humanos


y sus Protocolos comprende lo que se ha denominado la Carta Internacional de
Derechos Humanos. Mientras que la Declaración constituye, generalmente, un
documento orientativo, los Pactos son tratados internacionales que obligan a los
Estados firmantes a cumplirlos.

En numerosas convenciones, declaraciones y resoluciones internacionales de


derechos humanos se han reiterado los principios básicos de derechos humanos
enunciados por primera vez en la Declaración Universal de Derechos Humanos,
como su universalidad, interdependencia e indivisibilidad, la igualdad y la no
discriminación, y el hecho de que los derechos humanos vienen acompañados de
derechos y obligaciones por parte de los responsables y los titulares de éstos. En
la actualidad, todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas han ratificado
al menos uno de los nueve tratados internacionales básicos de derechos
humanos, y el 80% de ellos ha ratificado al menos cuatro de ellos, lo que
constituye una expresión concreta de la universalidad de la DUDH y del conjunto
de los derechos humanos internacionales.

ONU: Fundamento de las normas internacionales de derechos humanos.

Para nuestro estudio mostraremos consideraciones generales ya que en la


convención se dio un manual muy amplio sobre los derechos, destacaremos las
partes más importantes.
INDICE GENERAL

DEDICATORIA..........................................................................................................2

INTRODUCCION......................................................................................................3

DECLARACION UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS...........................5

1. DEFINICION DE LA DUDH................................................................................5

2. CONSIDERACIONES GENERALES.................................................................6

3. GENERALIDADES DEL CONVENIO DE SAN JOSE.......................................7

4. LA CONVENCION AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS (PACTO


DE SAN JOSE).........................................................................................................8

CONCEPTO..............................................................................................................8

5. RECONOCIMIENTO DE COMPETENCIA POR PARTE DEL PERÚ.............13

6. RECONOCIMIENTO DE COMPETENCIA......................................................14

7. LOS DERECHOS HUMANOS Y LAS LIBERTADES EN EL PACTO DE SAN


JOSE DE COSTA RICA..........................................................................................15

8. DESCRIPCIÓN DE ALGUNOS DE LOS ARTÍCULOS MÁS IMPORTANTES


………………………………………………………………………………………..18

9. DERECHOS INHERENTES A LA INTEGRACIÓN DE LA PERSONA EN LA


SOCIEDAD.............................................................................................................19

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DECLARACION UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS

1. DEFINICION DE LA DUDH
La Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) es un
documento declarativo adoptado por la Asamblea General de las Naciones
Unidas en su Resolución 217 A (III), el 10 de diciembre de 1948 en París; en
ésta se recogen en sus 30 artículos los Derechos Humanos considerados
básicos, a partir de la carta de San Francisco de 1945.

La unión de esta declaración y los Pactos Internacionales de Derechos


Humanos y sus Protocolos comprende lo que se ha denominado la Carta
Internacional de Derechos Humanos. Mientras que la Declaración constituye,
generalmente, un documento orientativo, los Pactos son tratados
internacionales que obligan a los Estados firmantes a cumplirlos.

En numerosas convenciones, declaraciones y resoluciones internacionales


de derechos humanos se han reiterado los principios básicos de derechos
humanos enunciados por primera vez en la Declaración Universal de
Derechos Humanos, como su universalidad, interdependencia e
indivisibilidad, la igualdad y la no discriminación, y el hecho de que los
derechos humanos vienen acompañados de derechos y obligaciones por
parte de los responsables y los titulares de éstos.

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En la actualidad, todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas han
ratificado al menos uno de los nueve tratados internacionales básicos de
derechos humanos, y el 80% de ellos ha ratificado al menos cuatro de ellos,
lo que constituye una expresión concreta de la universalidad de la DUDH y
del conjunto de los derechos humanos internacionales

2. CONSIDERACIONES GENERALES
Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base
el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e
inalienables de todos los miembros de la familia humana;
Considerando que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos
humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la
humanidad, y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del
hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados
del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad
de creencias;

Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un


régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo
recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión;

Considerando también esencial promover el desarrollo de relaciones


amistosas entre las naciones;

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Considerando que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la
Carta su fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el
valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y
mujeres, y se han declarado resueltos a promover el progreso social y a
elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad;

Considerando que los Estados Miembros se han comprometido a asegurar,


en cooperación con la Organización de las Naciones Unidas, el respeto
universal y efectivo a los derechos y libertades fundamentales del hombre, y
Considerando que una concepción común de estos derechos y libertades es
de la mayor importancia para el pleno cumplimiento de dicho compromiso;

LA ASAMBLEA GENERAL proclama la presente DECLARACIÓN


UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS como ideal común por el que
todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los
individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella,
promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos
derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter
nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación universales y
efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros como entre los
de los territorios colocados bajo su jurisdicción.

3. GENERALIDADES DEL CONVENIO DE SAN JOSE

Los más de 30 años transcurridos desde su entrada en vigencia, reafirman


sus valores intrínsecos así como la importancia de contar con el sistema de
órganos y los procedimientos que establece –fundamentalmente lo relativo a
la Corte Interamericana de Justicia y la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH) – quienes han tenido oportunidad de intervenir
ante denuncias de graves violaciones a los derechos humanos de los
habitantes de numerosos países de la región.

Los fallos y opiniones consultivas emitidas por la Corte Interamericana de


Justicia y la CIDH, gozan de merecido prestigio, constituyendo precedentes
valiosos para la interpretación del sentido y alcance de los derechos

EETSP – PUENTE PIEDRA Pá gina 5


humanos reconocidos. Así, constituyen fuente principal a la hora de
interpretar cualquier disposición del Pacto sobre la cual surjan dudas
respecto a su sentido y alcance.

4. LA CONVENCION AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS (PACTO


DE SAN JOSE)

CONCEPTO 
La Convención Americana sobre Derechos Humanos (también llamada
Pacto de San José de Costa Rica o CADH) fue suscrita, tras la Conferencia
Especializada Interamericana de Derechos Humanos, el 22 de noviembre de
1969 en la ciudad de San José de Costa Rica y entró en vigencia el 18 de
julio de 1978. Es una de las bases del Sistema interamericano de protección
de derechos humanos.

Tiene su sede en San José de Costa Rica, cuyo propósito es aplicar e


interpretar la Convención Americana sobre Derechos Humanos y otros
tratados de derechos humanos a los cuales se somete el llamado sistema
interamericano de protección de derechos humanos.

Los Estados partes en esta Convención se "comprometen a respetar los


derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno
ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación
alguna".

Si el ejercicio de tales derechos y libertades no estuviere ya garantizado por


disposiciones legislativas o de otro carácter, los Estados partes están

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obligados a adoptar medidas legislativas o de otro carácter que fueren
necesarias para hacerlos efectivos.

Además, establece la obligación, para los Estados partes, del desarrollo


progresivo de los derechos económicos, sociales y culturales contenidos en
la Carta de la Organización de los Estados Americanos, en la medida de los
recursos disponibles, por vía legislativa u otros medios apropiados.
Como medios de protección de los derechos y libertades, establece dos
órganos para conocer de los asuntos relacionados con el cumplimiento de la
Convención: la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte
Interamericana de Derechos Humanos.

COMPLEMENTOS DEL PACTO DE SAN JOSÉ DE COSTA RICA:

La Convención Americana sobre Derechos Humanos a pesar de que es la


piedra angular del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, tiene
varios vacíos, varios aspectos, que ha sido necesario llenar con la firma de
diferentes protocolos adicionales que la complementan. Los protocolos con
los cuales cuenta el Sistema Interamericano son los siguientes:

a) Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos


humanos, en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales o
también conocido como el Protocolo de San Salvador (1988).

En virtud de este Protocolo los Estados partes de la Convención Americana


reconocen la estrecha relación existente entre los derechos civiles y políticos
y los derechos económicos, sociales y culturales por cuanto las diferentes
categorías de derechos constituyen un todo indisoluble que encuentra su
base en el reconocimiento de la dignidad de la persona humana, por lo cual
exigen una tutela y promoción permanente.

Los Estados parte que han ratificado este protocolo se han comprometido a
adoptar las medidas necesarias, hasta el máximo de recursos disponibles
teniendo en cuenta su grado de desarrollo, a fin de lograr progresivamente, y
de conformidad con la legislación interna la plena efectividad de los

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derechos que allí se reconocen, “como el derecho al trabajo y a las
condiciones laborales, los derechos sindicales, el derecho a la seguridad
social, salud, un ambiente sano, alimentación, educación, a los beneficios de
la cultura, derecho a la familia y de los niños así como los derechos de los
ancianos y discapacitados”.

b) Protocolo a la Convención Americana sobre Derechos Humanos


relativo a la Abolición a la Pena de Muerte (1990).

Este Protocolo logró ser aprobado por la Asamblea General de la OEA en


Paraguay, 1990. En 1969 cuando se redactaba la Convención Americana no
tuvo éxito el esfuerzo por incluir una provisión que prohibiera absolutamente
la pena capital, sin embargo con la ratificación de este protocolo se asegura
la abolición de la pena de muerte a lo largo de todo el hemisferio.
El objetivo principal de este Protocolo es proteger el derecho inalienable que
toda persona tiene a que se respete su vida sin que pueda ser suspendido
por causa alguna, ya que la aplicación de la pena de muerte produce
consecuencias irreparables que impiden subsanar el error judicial y eliminar
toda posibilidad de enmienda y rehabilitación del procesado.

Es importante resaltar que el presente protocolo no ha sido ratificado por el


Estado colombiano y únicamente 10 Estados americanos lo han ratificado.
Además de los dos anteriores protocolos antes mencionados que
complementa la Convención Americana, existen otras Convenciones que
hacen parte del cuerpo normativo del Sistema Interamericano de Derechos
Humanos, a saber:

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1. Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura
(1987).
Esta Convención tiene como fin obligar a los Estados partes a que no se
cometan actos de tortura u otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes, ya que constituyen una ofensa a la dignidad humana y una
negación a los principios consagrados en la Carta de la organización de
Estados Americanos y en la carta de la Naciones Unidas. Así mismo este
tipo de actos están prohibidos porque son violatorios de los derechos
humanos y libertades fundamentales proclamadas en la Declaración
Americana de los derechos y deberes del hombre y en la declaración
universal de los Derechos Humanos.

Esta Convención se logró gracias al propósito del Sistema Interamericano de


Derechos Humanos que busca consolidar al continente americano
generando condiciones que permitan el reconocimiento y el respeto de la
dignidad inherente a la persona humana y aseguren el ejercicio pleno de sus
libertades y derechos fundamentales.

La presente Convención en su artículo sexto establece “que los Estados


partes deben adoptar las medidas necesarias y efectivas para prevenir y
sancionar la tortura y además otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes que se presenten en su jurisdicción”, y para ello tales actos
deben constituir delitos conforme a su derecho penal, estableciendo castigos
severos que tengan en cuenta su gravedad.
Así las cosas, en virtud del principio de debida diligencia el Estado debe
tomar las medidas necesarias para que en el adiestramiento de agentes de
la policía y de otros funcionarios públicos responsables de la custodia de las
personas privadas de su libertad, provisional o definitivamente, se ponga
especial énfasis en la prohibición del empleo de la tortura, y así mismo,
evitar otros tratos o penas.

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2. Convención Interamericana sobre la Desaparición Forzada de
Personas (1994).
El texto de esta Convención expresa la preocupación de los Estados
Americanos frente a la desaparición forzada de personas que se presenta en
el hemisferio, ya que este fenómeno es considerado como una grave ofensa
a la dignidad de la persona humana, ya que viola múltiples derechos
esenciales de la persona humana de carácter inderogable tales como los
consagrados en la Convención Americana, en la Declaración Americana de
los Derechos y Deberes del Hombre y en la declaración Universal de los
Derechos de Humanos. Así mismo con esta Convención se busca prevenir,
sancionar y suprimir la desaparición forzada de personas en el hemisferio,
constituyendo un aporte para la protección de los Derecho Humanos y el
estado de derecho.

La Corte Interamericana en el caso Radilla Pacheco Vs Estados Unidos


Mexicanos (23 noviembre de 2009), señalo que la conducta de desaparición
forzada “constituye una violación múltiple de varios derechos protegidos por
la Convención Americana que coloca a la víctima en un estado de completa
indefensión, acarreando otras vulneraciones conexas, siendo
particularmente grave cuando forma parte de un patrón sistemático o
práctica aplicada o tolerada por el Estado. La desaparición forzada implica
un craso abandono de los principios esenciales en que se fundamenta el
Sistema Interamericano, y su prohibición ha alcanzado carácter de jus
cogens”

La caracterización pluriofensiva y continuada o permanente de la


desaparición forzada se desprende no sólo de la propia definición del
artículo III de la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de
Personas, sino también de otras definiciones contenidas en diferentes
instrumentos internacionales que, asimismo, señalan como elementos
concurrentes y constitutivos de la desaparición forzada: a) la privación de la
libertad; b) la intervención directa de agentes estatales o por la aquiescencia
de éstos, y c) la negativa de reconocer la detención y de revelar la suerte o
paradero de la persona interesada.

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Esta Convención fue ratificada por 16 países dentro de los cuales se
encuentra Colombia.

5. RECONOCIMIENTO DE COMPETENCIA POR PARTE DEL PERÚ

El 21 de enero de 1981, presentó en la Secretaría General de la OEA el


instrumento de reconocimiento de la competencia de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos y de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, de acuerdo con los Artículos 45 y 62 de la Convención.

Retiro de la competencia contenciosa de la corte interamericana de


derechos humanos
El Gobierno del Perú, con fecha 21 de enero de 1981, depositó ante la
Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), la
declaración unilateral a través de la cual reconoció la competencia de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos.

El Consejo de Ministros, con fecha 5 de julio de 1999, acordó proceder al


retiro, por parte del Perú, de la competencia contenciosa de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, y puso en consideración del
Congreso un proyecto de Resolución Legislativa en tal sentido.

Mediante Resolución Legislativa Nro. 27152, de fecha 8 de julio de 1999, el


Congreso de la República aprobó el retiro del reconocimiento de la
competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Por lo tanto se declaró que, de acuerdo con la Convención Americana sobre


Derechos Humanos, la República del Perú retira la Declaración de
reconocimiento de la cláusula facultativa de sometimiento a la competencia
contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, hecha en su
oportunidad por el gobierno peruano.
Este retiro del reconocimiento de la competencia contenciosa de la Corte
Interamericana produciría efecto inmediato y se aplicará a todos los caso en
que el Perú no hubiese contestado la demanda incoada ante la Corte.

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6. RECONOCIMIENTO DE COMPETENCIA

El Gobierno de la República del Perú, con fecha 21 de enero de 1981,


deposito ante la Secretaria General de la Organización de los Estados
Americanos (OEA), la declaración unilateral a través de la cual reconoció
"como obligatoria de pleno derecho y sin convención especial, la
competencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre todos
los casos relativos a la interpretación o aplicación de la Convención".

Mediante Resolución Legislativa N° 27152, de fecha 8 de julio de 1999, el


Congreso de la República aprobó el retiro del reconocimiento de la
competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Con fecha 09 de julio de 1999, el Gobierno de la República del Perú deposito


ante la Secretaria General de la Organización de los Estados Americanos
(OEA), la declaración unilateral a través de la cual retiro la declaración de
reconocimiento de la cláusula facultativa de sometimiento a la competencia
contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos, en sus sentencias de


competencia número 54 y 55, del 24 de septiembre de 1999, señalo que
dicho retiro no era procedente, conforme a las disposiciones de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos.

El Congreso de la República, con fecha 12 de enero de 2000 acordó,


mediante Resolución Legislativa N° 27401, derogar la Resolución Legislativa
N° 27152, encargando al Poder Ejecutivo realizar las acciones necesarias
para dejar sin efecto los resultados que hubiera generado dicho dispositivo.

Por tanto, se declaró luego que el reconocimiento de la competencia


contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, efectuada
por el Perú el 20 de octubre de 1980, posee plena vigencia y compromete en
todos sus efectos jurídicos al Estado peruano, debiendo entenderse la
vigencia ininterrumpida de dicha Declaración desde su depósito ante la
Secretaria General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), el
21 de enero de 1981.

EETSP – PUENTE PIEDRA Pá gina 12


Consecuentemente el Gobierno de la República del Perú procede a retirar la
Declaración depositada con fecha 09 de julio de 1999, en virtud de la cual se
pretendió el retiro de la Declaración de reconocimiento de la cláusula
facultativa de sometimiento a la competencia contenciosa de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos. Esto ocurrió el 29 de enero de 2001.
 
7. LOS DERECHOS HUMANOS Y LAS LIBERTADES EN EL PACTO DE
SAN JOSE DE COSTA RICA

La Convención Americana sobre Derechos Humanos consagra un orden


jurídico cuya finalidad consiste en preservar y proteger la integridad de las
personas físicas, reconociendo un conjunto de derechos emanados de los
atributos de la persona humana, siendo ilícita su supresión o limitación en
forma indebida por el orden político de un Estado.

EL Perú firmó este Pacto el 27 de julio de 1977. La práctica peruana indica


que se ha seguido la doctrina monista en cuanto a la integración inmediata al
ordenamiento interno de las normas internacionales que protegen los
derechos humanos.

Como señala Pérez Pérez: “Entrando al nivel de análisis del derecho


constitucional, o del contenido, creo que acá para nosotros es fundamental
que tengamos presente, que en todos nosotros se haga carne y se haga
conciencia de que lo que dicen estos tratados es parte de nuestro derecho
positivo. Cada vez que nosotros estudiamos la libertad física o que
estudiamos el derecho de asociación, o que estudiamos el derecho de
huelga, o que estudiamos la libertad sindical o que estudiamos el derecho a
la salud o a la vivienda, tenemos que estudiar y aplicar las normas que están
en la Constitución y tenemos que estudiar y aplicar, también, las normas que
están en esos tratados y convenios internacionales sobre derechos
humanos.

Esto es, el articulado concreto de los pactos entró a formar parte de nuestro
derecho positivo.” (“Obligaciones asumidas por los Estados al ratificar o

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adherir a tratados de derechos humanos...” en: Derecho Internacional de los
Derechos Humanos, Comisión Internacional de Juristas, CAU 1993).
Siguiendo al mencionado autor, el articulado de la Convención se aplica en
nuestro ordenamiento jurídico, pues nuestra Constitución se adhiere a lo que
prescribe en la Convención, puesto que como sabemos no es aplicable la
pena de muerte, asimismo reconoce otros derechos humanos que están
contenidos en dicho Pacto, lo que habilitaría a afirmar que los tratados sobre
derechos humanos actuarían en esta materia al mismo nivel que las normas
constitucionales.

En relación al contenido, conviene precisar que la Convención implicó la


promoción y protección de los derechos humanos que comprende a los
Estados miembros de la OEA que lo ratifiquen o adhieran.

En su preámbulo se establece: “Reafirmando su propósito de consolidar en


este Continente, dentro del cuadro de las instituciones democráticas, un
régimen de libertad personal y de justicia social, fundado en el respeto de los
derechos esenciales del hombre.
Reconociendo que los derechos esenciales del hombre no nacen del hecho
de ser nacional de determinado Estado, sino que tienen como fundamento
los atributos de la persona humana, razón por la cual justifican una
protección internacional, de naturaleza convencional coadyuvante o
complementaria de la que ofrece el derecho interno de los Estados
americanos”.

Por lo que se le otorga a la persona humana la posibilidad de poner en


funcionamiento las vías pertinentes, sin necesidad de que lo haga a través
de un Estado, para que los órganos internacionales controlen si se respetan
o no los derechos humanos, siempre que el Estado infractor haya ratificado
la Convención.

En caso de lesión de un Estado parte, de un derecho o libertad amparado en


la Convención, las personas físicas o entidades no gubernamentales
legalmente reconocidas podrán efectuar la denuncia ante la Comisión (art.
44) que podrá solicitar informes, investigar, efectuar informes, y por mayoría

EETSP – PUENTE PIEDRA Pá gina 14


absoluta de votos: emitir opiniones, recomendaciones, publicar los informes
y finalmente llevar el caso ante la Corte (arts. 48-51, 61).

En definitiva será la Corte quien decidirá si la alegada violación del derecho


invocada se ha operado y dispondrá lo que corresponda a efectos de que se
garantice su goce y se indemnice por los daños ocasionados (arts. 63,68).
No debe soslayarse por otra parte los efectos de la repercusión de la
difusión de la constatación de la violación alegada respecto de los demás
Estados-Partes, que variará de acuerdo a las diferentes situaciones en que
se encuentren desde el punto de vista del Derecho Internacional.

En relación al sistema universal de protección de los derechos humanos, La


Corte Interamericana de Derechos Humanos en opinión consultiva OC 1/82
de 24/9/982 expresó que: “En la Convención se advierte una tendencia a
integrar el sistema regional y el sistema universal de protección de los
derechos humanos. En el Preámbulo, se reconoce que los principios, han
sido también consagrados en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos y que han sido reafirmados y desarrollados en otros instrumentos
internacionales, tanto de ámbito universal como regional. (En este sentido:
ver. arts. 22, 26, 27 y 29).

Es un tratado, lo que implica que constituye una fuente de obligaciones


internacionales para los Estados Partes, habiendo asumido el deber jurídico
esencial de respeto y garantía de los derechos humanos de los individuos
bajo su jurisdicción.

Por lo cual toda lesión a los referidos derechos, constituye un hecho ilícito
que compromete la responsabilidad del Estado.

Resulta significativo lo expresado por la Corte Interamericana de Derechos


Humanos en la Opinión Consultiva OC –2/82 de 24.9.82 en cuanto señaló:
“Su objeto y fin son la protección de los derechos fundamentales de los
seres humanos, independientemente de su nacionalidad, tanto frente a su
propio Estado como frente a los otros Estados contratantes. Al probar estos
tratados sobre derechos humanos, los Estados se someten a un orden legal

EETSP – PUENTE PIEDRA Pá gina 15


dentro del cual ellos, por el bien común, asumen varias obligaciones, no en
relación con otros Estados, sino hacia los individuos bajo su jurisdicción”.

Es así que en el art. 1 se establece: “Los Estados Partes en esta


Convención se comprometen a respetar los derechos y libertades
reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona
que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna por motivos de
raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra
índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier
otra condición social”.

El deber asumido de respeto de los derechos humanos ordena en primer


lugar la adecuación del sistema jurídico interno a efectos de que se asegure
su efectivo goce.

Esto se desprende del art. 2.2 en cuanto preceptúa: “Deber de adoptar


disposiciones de Derecho Interno. Si el ejercicio de los derechos y libertades
mencionados en el artículo 1 no estuviere ya garantizado por disposiciones
legislativas o de otro carácter, los Estados Partes se comprometen a
adoptar, con arreglo a sus procedimientos constitucionales y a las
disposiciones de esta Convención, las medidas legislativas o de otro
carácter que fueren necesarias para hacer efectivos tales derechos y
libertades.”

8. DESCRIPCIÓN DE ALGUNOS DE LOS ARTÍCULOS MÁS IMPORTANTES

Derechos relativos a la integridad de la persona


Dentro de este grupo se encuentran:
 El derecho a la vida.
De acuerdo al art. 4 de la Convención, toda persona tiene derecho a que
respete su vida, de la cual nadie puede ser privado arbitrariamente.
En cuanto a la pena de muerte, adopta medidas para limitar su utilización,
reduciendo su ámbito de aplicación, de forma que el mismo se vaya
reduciendo hasta que se suprima definitivamente (art. 4.2, 4.4).

EETSP – PUENTE PIEDRA Pá gina 16


Se prohíbe extender la pena de muerte a delitos a los cuales no se la aplique
actualmente y a los delitos políticos y conexos; así como aplicarla a menores
de 18 años o mayores de 70 o a mujeres embarazadas.
Asimismo en el art. 4.1 se dispone que la protección a la vida se debe en
general a partir del momento de la concepción.

 El derecho a la integridad personal


Se refiere a la prohibición de la tortura y de los tratamientos crueles,
inhumanos o degradantes y con respecto a la detención, la obligación de
establecer condiciones respetuosas de la dignidad humana (art. 5).
La prohibición de esclavitud y servidumbre (art. 6).
El derecho a la libertad y a la seguridad personales (art. 7).
Se prohíbe la detención arbitraria y nadie puede ser privado de su libertad
sino de acuerdo a los procedimientos legalmente establecidos.
Obliga a mantener a los prisioneros apenas procesados separados de los
condenados y a los menores de los mayores, y a que las penas tengan
como objeto la reforma y readaptación social de los condenados.
Se regula también el habeas corpus como tutela de la libertad personal del
que haya sido detenido en forma arbitraria, protegiéndose la vida e
integridad del detenido.

 El derecho a la protección de la intimidad


Comprende:
a) La protección a la honra y dignidad (arts. 11.1 y 14); y
b) La inviolabilidad del domicilio y la correspondencia (art. 11.2).

9. DERECHOS INHERENTES A LA INTEGRACIÓN DE LA PERSONA EN LA


SOCIEDAD
El derecho de igualdad y no discriminación. (Art. 1 y 24). Se proclama en
primer lugar el principio de la no discriminación así como el de igualdad ante
la ley.

En los arts. 17.4 y 17.5 se recoge la igualdad entre los cónyuges así como
entre los hijos habidos dentro y fuera de la unión matrimonial. El derecho al

EETSP – PUENTE PIEDRA Pá gina 17


reconocimiento de la personalidad jurídica (art. 3) El derecho a la
nacionalidad (art. 20), los derechos políticos (art. 23).

Derechos Judiciales
La Convención prohíbe la suspensión de las “garantías judiciales”
indispensables para la defensa de los derechos no susceptibles de
suspensión, por lo que debe concluirse que tampoco se permite la
suspensión de las reglas del debido proceso legal. Derecho al debido
proceso legal (art. 8.1), se trata de un principio general que debe respetarse
en cualquier instancia judicial, sea cual sea la materia de que se trate.

Las garantías al acusado, que significan el derecho al debido proceso


relacionado con el derecho penal; de la misma manera se reconoce el
derecho a un recurso.

Se recoge el instituto del amparo como recurso sencillo y breve cuyo objeto
es la tutela de los derechos fundamentales. Se hace hincapié en la
efectividad del recurso, debiendo ser idóneo a efectos de establecer si se ha
operado una infracción a los derechos humanos y resolver lo necesario para
corregirla.

Principio de legalidad y retroactividad. Se parte de la base de que todo delito


debe estar previsto en la ley y para las hipótesis de modificación legal de la
pena, se deberá imponer la más favorable al reo.

Derecho a indemnización por error judicial, pues prescribe que  Toda


persona tiene derecho a ser indemnizada conforme a la ley en caso de
haber sido condenada en sentencia firme por error judicial.

Derechos de la familia y el niño


Regula estos derechos en los artículos 17 y 19. En esta convención se le da
un énfasis en la protección de la familia como pilar de la sociedad la cual
debe de ser protegida por la misma sociedad y el Estado.

EETSP – PUENTE PIEDRA Pá gina 18


Derechos fundamentales y suspensión de garantías
Por el art. 27 se establece la posibilidad de suspensión de las garantías en
caso de peligro público o amenaza a la independencia o seguridad del
Estado (señala: en caso de guerra, de peligro público o de otra emergencia
que amenace la independencia o seguridad del Estado parte), por un tiempo
estrictamente necesario y debiendo informarse inmediatamente a los demás
Estados Partes.

Derechos económicos, sociales y culturales


En este ámbito la Convención se limitó a establecer un compromiso general
de las partes dirigido a que se adopten las medidas dirigidas a asegurar
progresivamente su goce, dentro de los límites de los recursos disponibles.

Las Libertades
Reconoce la Libertad de conciencia y religión, la libertad de pensamiento y
expresión, que comprende el derecho de toda persona de buscar, recibir y
difundir información e ideas por cualquier medio así como el derecho de la
sociedad a recibir cualquier información y a conocer la expresión del
pensamiento ajeno.

Libertad de asociación, incluida la libertad sindical; libertad de circulación y


residencia (art. 22) Se reconoce expresamente el derecho a vivir en el
Estado del cual se es nacional. Se proclama el derecho de asilo (art. 22.7)
así como a no ser expulsado o devuelto con riesgo de la vida o libertad (art.
22.8).

 OBLIGACIONES DE LOS ESTADOS


Se establece una obligación general de los Estados de respetar los derechos
y libertades reconocidos en ella y de garantizar su libre y pleno ejercicio a
toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna por
motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opciones políticas o de
cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica,
nacimiento o cualquier otra condición social. Pudiendo concluirse que esta
obligación general, contenida en el art. 1) se refiere solamente a los

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derechos civiles y políticos y no a los derechos económicos, sociales y
culturales.
El art. 2 recoge una segunda obligación en cuanto expresa: “Si el ejercicio
de los derechos y libertades mencionados en el artículo 1 no estuviere ya
garantizado por disposiciones legislativas o de otro carácter, los Estados
Partes se comprometen a adoptar, con arreglo a sus procedimientos
constitucionales y a las disposiciones de esta Convención, las medidas
legislativas o de otro carácter que fueren necesarias para hacer efectivos
tales derechos y libertades”.

Por ser un tratado, La Convención Americana constituye una fuente de


obligaciones internacionales para los Estados Partes, imponiéndoles
deberes que los vinculan jurídicamente

Corresponde cuestionarse ¿cuál es el alcance del compromiso asumido?


¿Esa obligación de los Estados de asegurar el pleno goce de los derechos
dentro de su jurisdicción es inmediatamente exigible? ¿O por el contrario en
el tratado se establecen una serie de obligaciones que los Estados deberán
cumplir en forma progresiva, en la medida que las condiciones internas los
permitan?

En el primer caso nos encontraríamos frente a obligaciones de resultado y


se quebrantaría la Convención por la no obtención del pleno goce de los
derechos humanos.

En la segunda hipótesis, serían de medios, por lo que el incumplimiento en


el respeto de los derechos protegidos no implicaría una violación automática
de la Convención sino que debería demostrarse que el Estado involucrado,
dentro de las condiciones internas y de acuerdo a los recursos disponibles,
no empleó todos los medios a su alcance para garantizar el derecho
lesionado.

Como expresa Nikken: “La respuesta que se dé a la cuestión así planteada


es determinante para establecer el valor y la utilidad del sistema de
protección dispuesto en la Convención. Si ésta fuera puramente

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programática, los gobiernos dispondrían de los más variados argumentos
para justificar situaciones contrarias a los derechos protegidos, por lo que la
acción internacional vería sensiblemente disminuida su eficacia y se
traduciría, a menudo, en una gestión vana. Por el contrario si las
obligaciones contraídas son inmediatamente exigibles, la violación de los
derechos protegidos, cometida directa o indirectamente por los poderes
públicos, constituiría per se una infracción al derecho internacional.”

Si tenemos en cuenta las expresiones vertidas en el preámbulo de la propia


Convención en cuanto manifiesta como propósito el de establecer un
régimen de protección internacional, de naturaleza convencional,
coadyuvante o complementaria de la que ofrece el derecho interno de los
Estados Americanos, no corresponde más que concluir que la exigibilidad de
las obligaciones que se contrajeron a efectos de materializar esa protección,
estuvieran condicionadas a la existencia o no de disposiciones de derecho
interno, puesto que es justamente la carencia de los recursos internos de los
Estados lo que explica la salvaguarda internacional.

Diferente es el caso de los derechos económicos, sociales y culturales,


acerca de los cuales la propia Convención estableció que se efectivizarán
por medio de providencias que deberán adoptarse en la medida de los
recursos disponibles (art. 26). Pero el hecho de tratarse de una disposición
de carácter programático no implica para nada la posibilidad de habilitar a
los Estados Partes a suprimir o limitar el ejercicio y goce de los derechos y
libertades reconocidos en la Convención.

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CONCLUSIONES

Podemos definir a los derechos humanos como los privilegios, garantías, ventajas
y beneficios de los que goza un individuo por el simple hecho de ser humano
concedidos de manera natural.

La tarea del estado será la de combatir con justicia, paz y libertad la desigualdad y
discriminación que se pueda presentar en la convivencia social, creando las
condiciones necesarias para regula la conducta sin transgredir estos derechos,
contribuyendo al óptimo desarrollo personal, delimitando las esferas jurídicas que
los comprenden en el ámbito federal, estatal y municipal.

Es el pacto de San José donde se sientan las bases del respeto a los derechos
humanos, y en el cual todas las naciones deben seguir sus lineamientos y
ejecutarlos en sus respectivas naciones, para poder vivir en un ambiente de paz y
tranquilidad a nivel mundial, donde no exista el maltrato y desigualdades de raza,
sexo, o religión, y es algo que debemos de velar todos para que se cumplan estos
artículos dados por la convención de Derechos Humanos.

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BIBLIOGRAFIA

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valor jurídico de las decisiones de la Comisión Interamericana de derechos
humanos”; en “En defensa de la Constitución: libro homenaje a Germán
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 PINTO, MÓNICA. “El principio pro homine. Criterios de hermenéutica y
pautas para la regulación de los derechos humanos”; en: “La aplicación de
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Centro de Estudios Legales y Sociales, CELS, Buenos Aires, Argentina,
Editorial Del Puerto, 1997.
 MÉNDEZ, JUAN. "Una aproximación crítica a la interpretación vigente de
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 CANÇADO TRINDADE, ANTONIO. "El derecho internacional de los
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Chile, 2001; págs. 48-49.
 NIKKEN, PEDRO. "Perfeccionar el sistema interamericano de derechos
humanos sin reformar el Pacto de San José"; En "El futuro del Sistema
Interamericano de Protección de los Derechos Humanos", pág. 34; Edit.
IIDH, San José de Costa Rica, 1998.
 FAÚNDEZ LEDESMA, HÉCTOR. "El sistema interamericano de protección
de los derechos humanos: aspectos institucionales y procesales"; 2da
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 PEDRO NIKKEN. “Curso Interdisciplinario en Derechos Humanos”, Manual
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 Medios de Protección de los Derechos Humanos en el Sistema
Interamericano. Ana Elizabeth Villalta Vizcarra. Profesora de Derecho
Internacional de El Salvador.

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