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15 Grito Primal

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La Terapia del Grito Primal.


Desde sus inicios en los años sesenta, La Terapia Primal ha ido dando luz a la teoría
psicofísica más revolucionaria desde Freud, Reich o Jung.

Sus descubrimientos no sólo hacen tambalearse los esquemas y planteamientos médicos


tradicionales, sino que también cuestionan los resultados proclamados por algunas de las
terapias alternativas de moda. La estructura doctrinal de la terapia Primal no ha sido extraída de
alguna teoría abstracta, sino que ha evolucionado después de muchos años de experiencias,
comprobando los cambios psíquicos y físicos de las personas/pacientes, antes, durante y
después de la terapia.

La teoría Primal es ahora capaz de explicar, no sólo desde perspectivas psicológicas, sino
también desde perspectivas neurológicas y biológicas ("La biología del amor, 2001, Dr. Arthur
Janov), los sofisticados mecanismos del funcionamiento de nuestra mente y de nuestro cuerpo, y
quizás también los anhelos de nuestro espíritu. Aunque casi todos los libros y publicaciones
están en inglés y la terapia primal es muy poco conocida en países de habla hispana, esperamos,
con estas páginas en castellano, colaborar a su divulgación y reconocimiento internacional.

"E.S.O." o la Experiencia del Sentir Original


Existen muchas clases de terapias diseñadas para ayudar a las personas a entender lo que
está en su inconsciente, pero muy pocas son eficaces para realmente cambiarlo. Sin embargo, si
no se cambia lo que está en el inconsciente, este conserva toda su fuerza para desbordar, en
cualquier momento, los esquemas de control conscientes. Cuando esto sucede, se produce lo
que llamamos una crisis emocional, que, desde una perspectiva primal, es una reacción cuyo
origen está en la separación original del sentir (s.o.s.). Dicha reacción no es consecuencia de
algo que pueda estar sucediendo en el presente, sino de algo que lleva mucho tiempo ahí, en
nuestro inconsciente, de forma latente. El psicoanálisis ha intentado ayudar a las personas a
descubrir los orígenes inconscientes, y a analizar y usar el conocimiento consciente, pero sus
logros han sido y son cuestionados por muchos. La reacción en contra de la psiquiatría ha hecho
emerger una gran variedad de terapias, en especial las nuevas modalidades de terapias
conductistas o condicionantes.

La terapia primal no sólo pone en cuestión la eficacia del psicoanálisis y de las terapias
condicionantes, sino también los éxitos proclamados por algunas de las terapias alternativas de
moda. La hipótesis principal de la terapia primal dice que todas las neurosis y dolores
emocionales que sufrimos, junto con la mayor parte de las enfermedades físicas, son el resultado
del dolor primal reprimido durante la infancia, especialmente todas aquellas experiencias
traumáticas que ocurren durante la gestación, el nacimiento y la temprana infancia. Sostiene que
para mejorar cualitativamente la vida de las personas no se puede olvidar nuestra historia
pasada para esforzarse en vivir el presente, sino que es necesario disminuir substancialmente los
niveles de tensión de las experiencias pasadas almacenadas en nuestro inconsciente. Para ello,
contrario a lo que sugieren algunas terapias, no hay que aprender a controlar mejor las tensiones
y las crisis emocionales, o comprender sus razones intelectualmente, sino que es necesario
conectar con el sentimiento original causa de dichas tensiones para resolverlo.

En la terapia primal, las personas/pacientes re-viven sucesos a los que fueron incapaces de
enfrentarse en su momento, y todo sucede sin utilizar hipnosis u otros método de relajación, y
sin medicamentos o drogas. Y cuando logramos conectar con el sentimiento original, y se
produce una experiencia primal, el descubrimiento de "la verdad original" ilumina la causa del
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conflicto para resolverlo e integrarlo en nuestro consciente. Como consecuencia de ello,


disminuye drásticamente el nivel de tensión de nuestra vida.

Pero no hay que confundir una experiencia primal con una simple catarsis o una descarga
emocional. Una catarsis emocional, al igual que el deporte, una buena noticia o un tranquilizante
ayudan a disminuir la tensión, pero sus efectos son temporales. La terapia primal no sólo nos
permite curar los problemas psicológicos, sino que produce cambios sorprendentes en multitud
de problemas fisiológicos.

Algunos de los problemas psicológicos que cura la terapia primal:


Depresión, Ansiedad, Estrés, Miedos Irracionales, Obsesiones, Paranoias, Problemas y
Perversiones Sexuales, Convulsiones, Ataques de Pánico, Miedo a la Soledad, etc.
Complejos, Timidez, Insomnio, Miedo a Hablar en Público, Alienación, Hiperactividad,
Miedo al Éxito, etc.
Problemas de la Infancia, Adolescencia y Relaciones de Pareja.
Adición al Tabaco, Alcohol y otras Drogas o Sustancias Tóxicas.

Los estudios muestran también que se produce una mejoría significativa en


problemas fisiológicos relacionados con:
El Corazón, la Presión Sanguínea, los Trastornos Respiratorios, los Problemas de la Piel,
los Desordenes Sexuales, ...

Y otros problemas disminuyen drásticamente o desaparecen por completo:


Dolores de Cabeza, Problemas Estomacales, Catarros, Anorexia, Bulimia, Problemas de la
Voz y la Garganta, Alergias, Obesidad, Desórdenes Alimenticios, etc.

Para la teoría primal, el dolor inconsciente no resuelto es la causa principal subyacente en


la mayoría de los problemas humanos.

El dolor primal está siempre presente en forma de tensión, aunque la persona sólo sea
consciente de ello cuando se desbordan sus mecanismos de control. Se podría decir que la
tensión es una manifestación controlada de las fuerzas del inconsciente que, como en un estado
de emergencia continua, presionan con el fin de desbordar nuestro control y re-establecer el
equilibrio emocional perdido: "El equilibrio original". En este sentido, el inconsciente
funcionaría no sólo como una grabadora de nuestras experiencias, sino como un almacén de las
tensiones físico-emocionales de nuestro pasado.

Estas tensiones están ligadas a memorias inconscientes que se activan por sucesos del
presente y, cuando esto sucede, son realmente sentidas como algo que está sucediendo en el
presente. Debido a que sus orígenes están en el inconsciente, somos incapaces de conocer su
origen real, y la personas o las situaciones que las disparan aparecen como su causa principal,
cuando en realidad son sólo un detonante de la verdadera causa. En la medida en que la persona
toma conciencia de la "causa-sentimiento" original detrás de las fuerzas ocultas, estas dejan de
ser inconscientes y la tensión desaparece. Cuando el pasado es realmente "re-vivido", y los
recuerdos y sensaciones inconscientes se vuelven conscientes, las motivaciones que habían sido
anteriormente enterradas se muestran a la persona como algo obvio, no siendo necesaria la
interpretación o el análisis de un psicólogo o terapeuta.
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La mayoría de las terapias no sólo se encuentran impotentes ante los traumas pre-verbales
(como por ejemplo un nacimiento traumático), sino que también tienen unos problemas de
trasferencia que son prácticamente inexistente en la terapia primal. La labor del terapeuta
primal consiste, en gran medida, en animar a la persona a aceptar la realidad de los nuevos
descubrimientos que "ella misma está haciendo".

Cada persona aprende así a aceptar que una parte del dolor que experimentó cuando era
pequeña/o era tan inmenso y/o prolongado que tuvo que ser desconectado y enterrado, y que los
recuerdos olvidados y sus correspondientes tensiones han sido el origen de gran parte de sus
trastornos psicológicos y fisiológicos.

La persona descubre que, al tener que construir muros para contener el dolor, no sólo
disminuye su sensibilidad a dolorosos sentimientos y sensaciones, sino que también reduce su
habilidad para disfrutar de los sentimientos y sensaciones placenteros. Confrontando
progresivamente el viejo dolor, cada persona recupera la compasión por si misma, y comprende
el proceso por el que tuvo que anestesiar su dolor para poder sobrevivir.

Con la compasión hacia si misma, llega también una mayor compasión por los demás, y
una mayor habilidad para sentir toda la vida de una forma más cercana y entrañable. La mayor
parte de los especialistas reconocen el valor de la descarga emocional que se produce al conectar
y sentir las experiencias traumáticas recientes (tal como llorar para expresar el dolor de perder a
un ser querido), ya que disminuye substancialmente el nivel de tensión de la persona. Pero los
viejos traumas ya olvidados se mantienen en el inconsciente, generando un extraordinario nivel
de tensión, y dando un poder increíble a los impulsos "sos-mocionales".

Al conectar con el pasado y descargar su tensión emocional, estos impulsos disminuyen


casi por completo y muchos desaparecen para siempre. Sólo cuando las fuerzas inconscientes
han sido "comprendidas" (sentidas) e integradas en nuestro consciente, son posibles todas las
emociones placenteras y extraordinariamente profundas que inundan la vida.

Finalmente,... nuestra vida mueve nuestro destino.


Ángel Álvarez
(Presidente de la Asociación Primal)

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