Acto Jurídico y Personas
Acto Jurídico y Personas
Acto Jurídico y Personas
Derecho Civil
Concepto: Por Derecho Civil ha de entenderse el conjunto de normas
jurídicas, que conformando el Derecho privado general, regulan todos
los aspectos atinentes a la personalidad, la familia y las relaciones
patrimoniales.
El Derecho Civil, tal y como lo entendemos en la actualidad, proviene del
Derecho romano, el cual regulaba todo lo concerniente al ciudadano
romano, y por tanto, contenía tanto normas de Derecho Privado como
normas de Derecho Público. El Derecho romano seguía el principio de la
personalidad del Derecho, esto es, cada pueblo vivía según sus propias
normas, su propio y exclusivo Derecho. Posteriormente, y cuando Roma
entra en contacto con otros pueblos, es cuando surge la necesidad de
diferenciar entre las normas aplicables a los ciudadanos romanos y las
normas que regulaban las relaciones de Roma con el resto de pueblos
extranjeros. Surge, de este modo, la diferenciación entre Derecho
Público y Derecho Privado.
Historia del derecho civil: La historia del Derecho Civil está dividida
en distintas etapas de la historia. Desde su origen en el pueblo romano,
la adopción del derecho por los pueblos bárbaros hasta la evolución que
ha tenido en la Edad Moderna. A continuación te mostramos las distintas
etapas del Derecho Civil.
El Imperio Romano: Los antecedentes más antiguos del Derecho Civil
están en la época del Imperio Romano. En esta época existían dos
tratados: el ius civile y el ius gentium. El primero hablaba sobre los
derechos que tenían los ciudadanos romanos basado en sus relaciones y
el ius gentium estaba basado en las relaciones entre los otros pueblos y
los ciudadanos romanos.
La Ley de las XII tablas: Inspirada en las Leyes Griegas, los romanos
crearon esta ley llamada así por estar escrita en doce tablas de madera.
A partir de esta Ley, surge el Derecho Civil ya que sugiere la división del
Derecho Público y Privado, así como la prohibición de contraer
matrimonio con los patricios.
La Edad Media: Gracias a la caída del Imperio Romano, los derechos
creados por esta gran civilización fueron acogidos por el pueblo bárbaro
y se siguieron aplicando hasta los siglos XII y XIII. Durante estos años,
un grupo de estudiosos se dedicaron a sistematizar y organizar el
conocimiento de los textos existentes en la Compilación de Justiniano.
La Edad Moderna: Es en esta etapa que el Derecho Civil se separa del
Derecho Romano ya que, al establecerse un Estado determinado, este
generaba su propio tipo de Derecho. En esta etapa también se separa
de forma definitiva el Derecho privado del público.
La independencia más clara del Derecho Romano sucede en Francia
donde la Asamblea Constituyente y la Convención de Francia se refieren
al Derecho Civil como aquel hecho por y para los ciudadanos y sus
relaciones entre sí.
El Código Civil en el Derecho Moderno: El Derecho Civil en la actualidad
se caracteriza por el estudio de las normas establecidas en un Código
Civil. Estos son algunos de los Códigos Civiles más famosos de la
historia y su importancia en la evolución del Derecho Civil.
Código Napoleónico (1804): Nació a partir de la necesidad de unificar los
sistemas jurídicos en Gracia y el deseo de introducir aquellas reformas
establecidas en la Revolución Francesa. Es considerado como el primer
Código Civil de la Edad Contemporánea.
Códigos Americanos (S. XIX): Tras diferentes movimientos de
codificación algunos países adoptaron el Código Napoleónico, el italiano
o el español. Sin embargo, algunas naciones optaron por crear el propio.
Por ejemplo:
Código Civil Mexicano
Código Civil Chileno
Código Civil Brasileño
Código Civil Argentino
Tras el Imperio Romano se mantiene el Derecho Civil, pero no como un
todo, sino circunscrito únicamente al Derecho Privado y no así al
Derecho Público. Asimismo, el Derecho Civil ha ido sufriendo una
importante disgregación de materias a lo largo de los tiempos,
afectando dicha separación a las siguientes ramas:
- Derecho mercantil; que se configura como un Derecho independiente y
aplicable a un conjunto de ciudadanos dedicados al comercio, con la
finalidad de regular y resolver todas las necesidades propias del tráfico
mercantil.
- Derecho laboral; es tras la revolución industrial que surge la necesidad
imperiosa de regular las relaciones laborales con normas más concretas
y específicas que las contenidas de modo general en el Derecho Civil,
surgiendo numerosas leyes especiales propias de la rama social y una
importante especialización tanto doctrinal como profesional.
- Derecho agrario; el gran desarrollo agrícola ha comportado la creación
de numerosas leyes, tanto civiles como administrativas y fiscales, para
la regulación de dicha actividad, que han dado a dicha materia una
autonomía e independencia respecto de las normas civiles generales,
Mención aparte requieren las normas relativas tanto a familia como a
derecho hipotecario, por cuanto, y si bien es cierto dicha normativa se
incluye dentro del Derecho Civil, sin que exista unanimidad en la
doctrina para considerarlas como rama autónoma e independiente, no
es menos cierto, que la especialidad de dichas materias ha implicado un
desarrollo y especialización respecto de las normas aplicables tanto al
ámbito hipotecario como a las relaciones familiares.
Tanto para la definición del Derecho Civil como para la determinación de
sus principios básicos, es esencial la persona, en cuanto que aquél se ha
de entender como el conjunto de normas jurídicas que regulan tanto a la
persona, individualmente entendida, como las relaciones entre las
mismas. Entendida a la persona como eje central y esencial de Derecho
Civil, los principios básicos del Derecho Civil son:
a. La persona es siempre considerada como sujeto de derecho y por
tanto, titular de derechos subjetivos.
b. Asimismo la persona es titular de deberes jurídicos y de obligaciones.
c. El principio esencial del Derecho Civil es el principio de la autonomía
de la voluntad, en cuanto a las relaciones jurídicas.
d. Pese al principio de autonomía de la voluntad, y por lo que se refiere
a la Familia, las normas civiles regulan prácticamente la totalidad de las
relaciones familiares, restando poco espacio para la autonomía de la
voluntad en este ámbito.