Antropologia 3
Antropologia 3
Antropologia 3
1. SU PARTE MATERIAL
A. El material utilizado
El hombre fue hecho del “polvo de la tierra”. Los elementos integrantes de su
organismo fueron tomados de la tierra. Un 6% aproximadamente está
representado por 16 elementos de la tierra. El 94% restante está formado por
agua, carbono y gases. Pablo confirma la procedencia de la tierra (1Co.15:47-
49). Cuando cesa la vida el cuerpo retorna al polvo de donde fue tomado
(Gn.3:19). Este pasaje contiene la idea de que el hombre fue modelado, lo que
denota un proceso gradual de la obra de Dios, con gran exactitud y precisión.
B. La forma de su hechura
En cuanto a su cuerpo, el hombre posee los mismos elementos básicos que los
animales.
Ambos provienen de la tierra (2:19), aunque su hechura fue completamente
diferente, evidenciando el especial interés de Dios en esta criatura.
C. Su función
Fue una consecuencia directa del pecado. Dice la Biblia: “polvo eres y al polvo
volverás” (Gn.3:19), es decir la muerte hace que el cuerpo
– aunque maravillosamente formado es polvo - se desintegre, volviéndose
ceniza y así vuelve al polvo.
Con la resurrección de Cristo, aparece por primera vez una nueva clase
de cuerpo:
Tenía carne y huesos, pero sin mencionar la sangre (Lc.24.39).
Tenía la capacidad, aunque no la necesidad, de comer (Lc.24:30-33;
41-43).
Podía atravesar obstáculos (Lc.24:36; Jn.20:19).
Las personas lo reconocían (Jn.20:16).
Podía aparecer y desaparecer cuándo y dónde quería (Lc.24:15;
Jn.20:19).
No se le conoce ninguna necesidad física.
No estaba sujeto a la ley de la gravedad (Hch.1:9).
Lo más fabuloso de esto es que el cristiano tendrá el mismo cuerpo glorificado
(1Co.15:35-41).
No hay duda que el hombre es un ser compuesto por una parte orgánica
material, visible y palpable, y otra parte inmaterial o espiritual.
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Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las
que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean
principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
Por la revelación bíblica se deduce que sólo el hombre alcanzó tal dignidad y
honor.
Puede entenderse que la idea bíblica es que, mediante la creación, lo que era
arquetípico en Dios se convirtió en una copia en el hombre.
Al ver que estos términos se siguen usando para el hombre bajo el pecado es
evidente que no perdió la imagen y semejanza de Dios, aunque sin lugar a
dudas ésta ha sido oscurecida por el pecado.
1) Semejanza moral
Las perfecciones morales de Dios se manifiestan en que Él es definitivamente
bueno e infinitamente justo.
a) Dios hizo al hombre “muy bueno” (Gn.1:31). No sólo cumplía lo que Dios
había determinado que sería el hombre, sino que le llenaba de
complacencia.
El hombre, al ser hecho a la imagen de Dios, tiene también todo lo que incluye
a la persona:
a) Intelecto (capacidad para pensar). El hombre creado a imagen de Dios tiene
una naturaleza racional de la cual no puede desprenderse sin dejar de ser
hombre. Con el intelecto puede conocer a Dios.
b) Emociones (capacidad para sentir). Por esto está facultado para amar a
Dios.
Cuando todo esto sucedía, había armonía entre las capacidades de Dios y las
del hombre, por lo cual existía la comunión.
Esta parte de la imagen de Dios está viciada por el pecado donde mas
fallamos.
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Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros
gentiles, que andan en la vanidad de su mente,
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teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la
ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;
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los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la
lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.
Sin embargo, aún así el hombre sigue siendo imagen de Dios (Gn.9:6;
1Co.11:7; Stg.3:9).
4) Dios es Espíritu
El Creador alentó en el hombre “soplo de vida” (Gn.2:7).
El hombre como “ser vivo”, “ánima viviente” es el mero ser del hombre.
El alma está adaptada al cuerpo del hombre, pero puede existir sin éste.
La Biblia enseña que el hombre fue creado a imagen de Dios, y el hombre está
formado por cuerpo y alma.
6) Dios es inmortal
Sólo Dios es inmortal (1Ti.6:16).
La muerte se pronunció como castigo por causa del pecado (Gn. 2:17).
La muerte entró en el mundo por causa del pecado (Ro.5:12; 1Co.15:20, 21).
7) Dios es soberano
Quiere decir que ejerce dominio sobre toda la creación, la cual también
sustenta (He.1:3). El aspecto de “semejanza” tiene que ver con el ejercicio de
autoridad por parte del hombre, como delegada divinamente.
1. EL ALMA
En hebreo “nefesh” y en griego “psuque”.
La palabra hebrea “nefesh (que es uno de los vocablos traducidos
generalmente en castellano por “alma”), aparece 754 veces en el Antiguo
Testamento.
Es el asiento de
a) la percepción, a través de los sentidos;
b) los sentimientos y emociones, a través del “corazón”, el asiento del amor,
afecto, odio, pasiones, etc.;
c) los pensamientos, a través de la mente;
d) la voluntad, para escoger, decidir y actuar.
2. EL ESPÍRITU
En hebreo aparece la palabra “ruaj” y en griego “pneuma”.
Por esta causa se dice que Dios es el Padre de los espíritus (He. 12:9).
La terminación “tomos” significa parte de un todo, de allí que átomo indica que
no se puede dividir en partes.
En realidad, tanto las palabras “alma” como “espíritu” se usan en la Biblia para
referirse a la parte inmaterial del hombre.
b. Tricotomía
1aTs. 5:23
He. 4:12
Lc. 1:46-47
todo vuestro ser es, cuerpo, alma y espíritu. la Palabra puede partir el alma y el
espíritu.
“Alma” y “espíritu” se usan indistintamente en las Escrituras, y ambos términos
indican funciones similares en relación con Dios, otras personas, y la
naturaleza.
Por tanto es difícil argumentar que son partes distintas de una persona.
En Isaías 26:9 y Lucas 1:46-47, el alma está incluso interactuando con Dios, lo
que significa que tal actividad no se limita al espíritu.
Los siguientes dos ejemplos también revelan que “alma” y “espíritu” se refieren
a la misma entidad.
Ahora está turbada mi alma [psujé]; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta
hora? (Jn. 12:27).
Habiendo dicho Jesús esto, se conmovió en espíritu [pneúma] (Jn. 13:21).
a. Alma
El alma es el asiento de la personalidad. En ella encontramos las tres
capacidades antes mencionadas: intelecto, emociones y voluntad.
En el alma descansa la individualidad del hombre, lo cual hace, por
ejemplo, que dos gemelos idénticos no sean la misma persona.
Ef. 2:1,5 muertos espiritualmente, pero vivos en este mundo.
b. Espíritu
Es la parte inmaterial del hombre que se relaciona con Dios. Es el
principio de vida que deriva de Dios.
El hombre no es un espíritu, sino que posee un espíritu. El hombre es un
alma.
Jn.3:3,5 La necesidad de nacer de nuevo, espiritualmente, hace que el
creyente esté completo en Cristo.
Como dice Chafer: “La Biblia apoya tanto la dicotomía como la tricotomía.
3) También existe una mezcla de las dos que dice que existe un dualismo
(circunstancia de reunir dos caracteres diferentes) en los componentes, pero
una tríada (tres cosas o seres unidos) en una unión o funciones.
En realidad, tanto el término alma como espíritu son usados en la Biblia para
referirse a la parte inmaterial del hombre:
Alma: Mt.10:28; Hch.2:31; 1P.2:11; Lc.1:46,47.
Espíritu: 1Co.5:3; 6:20; Stg.2;26.
Sobre los que mueren alguna vez se los llama almas y otras veces espíritus
(Gn.35:18; 1R.17:21; Mt.27:50; Jn.19:30; Hch.2:27,31; 7:59; Hb.12:23; 1P.3:18;
Ap.6:9; 20:4).
Asimismo se nos presenta a Dios como Alma y como Espíritu (Is.42:1; Jer.9:9;
Mt.12:18; Jn.4:24; Hb.10:38).
De hecho, es real que el ser humano está formado por dos partes, una exterior
visible y una interior invisible. Esto se ve desde Génesis 2:7, y sobre todo en
Eclesiastés 12:7.
A la posición dicotómica adhieren creyentes como Hodge, Ryrie, Lacueva,
Matthew Henry, etc.
Pareciera ser, entonces, que todo esto apoya una división dicotómica. Pero la
Biblia nos muestra la realidad que, en algunos casos, estos términos no
pueden ser utilizados de forma intercambiable.
Los pasajes más trascendentes que distinguen entre alma y espíritu son:
“Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser,
espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de
nuestro Señor Jesucristo” (1Ts.5:23). Contra-argumento: el énfasis de
Pablo era la santificación integral, porque de lo contrario, ¿por qué no
incluyó o qué lugar ocupan el corazón, la mente, la voluntad y la
conciencia?
“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que espada
de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las conyunturas
y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del
corazón” (Hb.4:12). Contra-argumento: simplemente se refiere a que la
Palabra de Dios no deja nada escondido.
“Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo
animal y hay cuerpo espiritual” (1Co.15:44). Se ha escrito mucho para
hacer armonizar estos versículos con la división dicotómica. Pero, sobre
todo el último nos muestra un “cuerpo animal” que se refiere al cuerpo
presente, que se adapta al alma, en contraste con el cuerpo futuro el
cual adaptará al espíritu. La tremenda diferencia de estos cuerpos nos
muestra también la capacidad del alma en contraste con el concepto y la
capacidad del espíritu. Contra-argumento: esto no quiere decir que el
espíritu sea superior al alma. También, Juan identifica a las personas en
el cielo como “almas” (Ap.6:9; 20:4).
Aunque quizás sea difícil distinguir entre cuál de las divisiones sea la correcta,
es llamativa la gran cantidad de ejemplos que tenemos basados en una división
triple:
Para empezar la Santa Trinidad, aunque esto no signifique que las
partes del hombre sean funcionalmente iguales a la personas de la
Trinidad (Mt.28:19; Jn.14:26; 15:26; 1Co.12:4-6; 2Co.13:14; Ef.4:4-6;
1P.1:2).
Tanto el Tabernáculo como el Templo estaban formados por tres partes:
atrio, el lugar santo y el lugar santísimo. Los tres, a su vez tenían tres
objetos o detalles centrales: El atrio tenía la puerta, al altar de bronce y
la fuente. En el lugar santo estaban el candelabro, la mesa y el altar de
oro. Y en el lugar santísimo se destaca el velo, el arca y el propiciatorio.
Y aún en el arca encontramos tres elementos: las tablas de la Ley, la
vasija con maná y la vara de Aarón.
El número 3 significa comunión o, según Lacueva, por su fuerza de
superlativo en el hebreo (Is.6:3) sirve para expresar la consumación de
algún hecho poderoso por parte de Dios (Ex.19:11; Os.6:2; Jon.1:17;
Lc.13:32; 1Co.15:4).
El número de discípulos del entorno más íntimo de Jesús fueron 3. Ellos
estuvieron presentes en tres eventos especiales: a) la resurrección de la
hija de Jairo, b) estuvieron juntos en el Monte de la Transfiguración y c)
en Getsemaní.
Tres fueron los días que pasó Jonás en el vientre del pez.
Tres días también fueron los que pasó Jesús en la tumba antes de
resucitar (1Co.15:4).
El científico cristiano Natán Good dice que todo el universo está formado
por tres elementos: a) el espacio está formado por anchura, longitud y
altura; b) en la materia se observa: energía, movimiento y fenómenos
físicos (ondas de luz, aire o sonido, calor o frío, dureza o blandura,
humedad o sequedad); c) El tiempo se divide en: pasado, presente y
futuro; d) los elementos se encuentran en estado sólido, líquido o
gaseoso.
La conclusión lógica sería que el hombre es un ser tripartito, compuesto de
cuerpo, alma y espíritu.
A. El corazón
Es un término muy amplio en el AT y en el NT. De las 955 veces que aparece,
sólo en relativamente pocas veces se refiere al órgano en sí. Generalmente es
usado como sinónimo de vida física y/o psíquica.
B. La conciencia
Es un testigo dentro del hombre que le ordena hacer lo que él considera recto y
no hacer lo incorrecto. La conciencia no nos enseña lo que está mal o bien,
pero nos estimula a hacer lo que se nos ha enseñado como justo. Uno puede
obrar mal en buena conciencia, porque ha sido mal informado o mal enseñado
en cuanto a lo bueno y malo (Hch.23:1).
En el inconverso puede ser una buena guía (Jn.8:9; Ro.2:15), pero incompleta.
La conciencia en el cristiano lo estimula a hacer lo correcto (Ro.13:5; 1P.2:19;
1Co.8:7;10,12; Ro.9:1).
C. La mente
La mente incluye tanto las facultades de percibir y entender como las de sentir,
juzgar y determinar.
En el inconverso puede ser reprobada (Ro.1.28), vana (Ef.4:17), corrompida
(Tit.1:15), cegada (2Co.4:4), entenebrecida (Ef.4:18).
En el creyente en cambio, ocupa un lugar destacado en su desarrollo espiritual
(Lc.24:45; Ro.12:2; 14:5; 1P.1:13; Ef.5:17; Mt.22:37; 2Co.10:5).
A. La teoría de la Preexistencia
La enseñanza de esta teoría enseña que todas las almas humanas fueron
creadas al principio de todo, antes de la creación de la materia. Desde ahí en
adelante se van transmitiendo de una generación a otra, incluyendo a formas
inferiores de vida. Aunque pudiera utilizar conceptos bíblicos, está basada en
conceptos que hoy en día encontramos en el hinduismo, la Nueva Era o la
teosofía. El principio es la reencarnación.
La objeción a esta teoría es la enseñanza bíblica. Ésta es dejada de lado en
esta teoría. Con esta doctrina se desacredita también la doctrina del pecado
original. Por otro lado, no tiene ninguna prueba.
B. La teoría de la Creación
El concepto de esta teoría es que Dios crea un alma y un espíritu para cada
cuerpo en el momento del nacimiento, y lo único engendrado por los padres es
el cuerpo (Ecl.12;7; Zac.12:1; Is.42:5; He.12:9).
Las objeciones a esta teoría son:
a) es evidente que los padres no sólo trasmiten una contextura corporal
semejante a ellos a sus hijos, sino mucho de su carácter;
b) el argumento más fuerte es cómo se puede explicar la transmisión de la
naturaleza pecadora de generación a generación.
Dios no crea almas pecaminosas, pero la Biblia sí afirma que en Adán todos
pecamos.
El problema con esta teoría resulta en explicar la naturaleza sin pecado del
Señor.
Los que apoyan esta teoría aducen que Dios mismo cuidó que la naturaleza
humana del Señor naciera sin pecado en el momento de ser engendrado por el
Espíritu Santo. Además tenemos que tener en cuenta, que la naturaleza de
Jesús incluía la naturaleza divina y, como tal, santa, por lo cual no podía haber
pecado.
Aunque el generacionismo tenga más a favor que el creacionismo, como todo
de la vida, se llega a un punto que queda en el misterio.
Es obvio que los hijos de Adán se casaron con sus hermanas (Gn.4:17).
B. Su naturaleza moral
Nuestros primeros padres eran inocentes en cuanto al pecado. Su santidad era
pasiva, en el sentido de que era inocente y de que su carácter no estaba
probado. Su santidad no era de la manera que Dios lo es, ya que la santidad de
Dios implica que Él no puede pecar. Cuando cayó, el hombre no lo hizo por
inmadurez o irresponsabilidad, sino que concientemente eligió ir en contra del
mandato de Dios.
1. EL TENTADOR
A. La identidad del tentador
Evidentemente el tentador fue Satanás, aunque no aparezca tal nombre en el
relato de Génesis 3. Pero hay evidencia bíblica de sobra para afirmar este
hecho. Por ejemplo, en Apocalipsis 12:9 Satanás es usado como sinónimo para
la “serpiente antigua” (comp. 2Co.11:3; 1Ti.2:14).
B. El instrumento utilizado
Fue la serpiente (Gn.3:1). Satanás sabiamente utilizó una criatura conocida por
Eva, en vez de aparecerse él mismo, algo que le habría
llamado la atención a ella y despertado su sospecha.
Satanás usó una serpiente real, puesto que luego fueron
maldecidos ambos después de la caída. Por alguna razón
Eva no se asombró de que la serpiente hablara. Satanás
tentó a la mujer, probablemente porque ella no había recibido la prohibición
directamente, ya que fue dada antes de que ella fuese creada (2:16,17).
2. LA TENTACIÓN
A. La persona tentada y el lugar
La persona tentada fue la mujer que, por su naturaleza, tiende más a los
estímulos emocionales. Se nota la astucia de la serpiente en atacar a
través del “vaso más frágil”.
Estaba a distancia de su marido. La soledad y la falta de comunión con
hermanos siempre son factores que fomentan y hacen efectivas las
tentaciones, mientras que la comunión con los hermanos hace mucho
para fortalecer y guardar de caídas.
No sólo se encontraba lejos de su marido, sino también cerca del árbol.
Quizás la curiosidad la atrajo a este lugar. El que no quiere caer en la
tentación tampoco debe estar cerca de la misma.
Satanás tentó a Eva para luego tentar a Adán por medio de ella.
B. La estrategia
1) Despierta sospechas en contra de Dios (Gn.3:1). Puso en duda si era
pecado o no comer del árbol prohibido. Pone en duda la bondad de Dios. El
error de Eva fue seguir la conversación. Siempre es contraproducente seguir
en la presencia de la tentación. Eva repite la prohibición de Dios respecto al
árbol y le añade “ni le tocaréis”. La serpiente ya estaba logrando perturbar el
razonamiento de Eva.
2) El diablo niega que haya peligro (v.4). Ataca la palabra de Dios y Su
veracidad. El padre de mentira está acusando a Dios de mentiroso.
3) Le promete ventajas del comer prohibido (v.5). Ataca la santidad de Dios
porque acusa a Dios de egoísta y celoso.
4) El diablo conduce a la desobediencia,
comenzó en su mente (vs.1,4) al poner las dudas;
continuó en su corazón (v.5) provocándole deseos;
terminó en la voluntad al llevarla a desobedecer.
5) Los pasos en la caída (3:6).
Tres verbos en el texto: “vio”, “codició”,”tomó”. Son los pasos en la tentación y
caída que Juan expresa (1 Jn. 2:16). Satanás sólo puede entrar en la vida de
una persona por medio de estas tres puertas:
La puerta de los “deseos de los ojos”, consistente en ver agradable lo
que Dios ha prohibido. Eva ya no veía la infinidad y belleza de los otros
árboles. El diablo jamás nos podrá ofrecer algo que Dios no nos pueda
dar.
La segunda puerta es el “deseo desordenado de la carne”, la codicia,
que procura apropiarse de lo que Dios ha prohibido.
La tercera puerta es la “vanagloria de la vida”, el deleite íntimo de ser
más que los demás.
Jesucristo se enfrentó a la misma triple tentación, pero sin pecado (Lc.4:1-13;
He.4:15). Lo que
Adán perdió en el jardín, Jesús lo recuperó en el desierto.
3. LA CAÍDA
A. El hecho
En la mente de Eva nació el deseo de elevarse de su posición de criatura a la
que correspondía al Creador. Cedió a la sugerencia diabólica y quebrantó el
mandamiento. Como en el origen mismo del pecado con la caída de Satanás,
el pecado fue la sublevación en contra de la voluntad de Dios, el actuar en la
independencia de Dios. En otras palabras, ser Dios. El carácter del pecado
justamente reside en el hecho de actuar en la independencia de Dios.
Luego Eva induce a su marido al mismo pecado (3:6). Adán no estuvo bajo la
tentación, pero cuando Eva le ofreció el fruto del árbol prohibido sabía bien lo
que estaba haciendo. No se dice en el relato bíblico si Eva le explicó el por qué
había comido. Lo único que se expresa es que dio también a su marido. Pablo
dice que Adán no fue engañado, por tanto su pecado fue un acto conciente y
deliberado contra Dios (1 Ti. 2:14).
C. El castigo
Después que el hombre cayó en el pecado tuvo que venir el juicio.
Sobre el hombre >> cansancio y pesar en el trabajo.
Sobre la mujer >> aumento del dolor en la procreación de los hijos y
subordinación al hombre.
Sobre la tierra >> maldición, producción de espinos y cardos.
Sobre la serpiente >> maldición, arrastrarse sobre el pecho.
Sobre Satanás >> iba a ser herido en la cabeza.
Sobre la humanidad >> separación de Dios, sujeción al diablo (Jn.8:44),
y la muerte del hombre (Ro.6:23) en sus tres esferas (muerte espiritual,
corporal y eterna).
4. APLICACIÓN PERSONAL
La tentación se presenta de forma sutil y seductora. No le demos lugar,
no juguemos con el pecado.
Cuando nuestro adversario logra implantarnos la duda respecto a la
Palabra de Dios, prácticamente ya tiene ganada la batalla.
El creyente debe saber que todo orgullo personal y vanagloria se opone
a lo que Dios desea (Mt. 11:29). El creyente orgulloso es resistido por
Dios, mientras que bendice al humilde (Is. 66:2; Stg. 4:6).
La única forma de vencer la tentación es tener presente y vivir de
acuerdo a la Palabra de Dios.