Filosofia Del Derecho.... Jose Silva Vallejo
Filosofia Del Derecho.... Jose Silva Vallejo
Filosofia Del Derecho.... Jose Silva Vallejo
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JOSE ANTONIO SILVA VALLEJO
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FILOSOFÍA DEL DERECHO
F IL O SO F IA
DELD E R E C H O
CUARTA EDICION í-
LEGALES
>—r EDICIONES
J osé A ntonio Silva V allejo
LEGALES LEGALES
INSTITUTO EDICIONES
Filosofía del Derecho
© JOSÉ ANTONIO SILVA VALLEJO
Impresión y encuadernación:
Editorial San Marcos de Aníbal Jesús Paredes Galván
VENTAS:
Lima: Jr. Azángaro 1075, of. 604, Lima
Telf.: (511) 427-2076 / 426-2406
ventas@legales.pe
Capítulo 12
La Teoría Tridimensional do Direito de Miguel Reale....................................................... 97
Capítulo 13
La Teoría "Trialista" de Werner Goldschmidt................................................................... 101
Capítulo 14
El tridimensionalismo de Carlos Fernández Sessarego................................................... 107
Capítulo 15
El tridimensionalismo de Domingo García Belaúnde....................................................... 109
Capítulo 16
La Tópica de Viehweg.......................................................................................................... 113
Capítulo 17
La Teoría de la Argumentación: los retóricos griegos: Córax - Tísias - Gorgias y Protá-
goras-Policrates y los grandes sofistas mencionados por Aristóteles en el libro II de
la Retórica.- Para Aristóteles la Retórica es el arte de la persuasión.- En su versión
contemporánea, la teoría de la argumentación es obra del profesor belga Chalm Pe-
relman (1912-1984) en su obra: "Traité de l'argumentation. Le nouvelle rhétorique". 115
Capítulo 18
La Teoría Pluridimensional del Derecho del profesor Silva Vallejo................................. 129
Capítulo 19
Jesús y el cristianismo......................................................................................................... 135
Capítulo 20
La Doctrina Social de la Iglesia........................................................................................... 139
Capítulo 21
La "scuola italiana del diritto" y sus grandes maestros................................................... 191
Capítulo 22
La Escuela Holandesa y el Código Civil holandés de 1992............................................... 265
Capítulo 23
La Escuela Fenomenológica: a) el pensamiento de Edmundo Hüsserl; b) el pensa
miento de Max Scheler........................................................................................................ 267
Capítulo 24
La Escuela Fenomenológica: c) el pensamiento de Martin Heidegger........................... 273
Capítulo 25
LEG A LES ED IC IO N ES
VI
Í ndice
Capítulo 30
La Axiología Científica de Robert-S. Hartman........................................... 311
Capítulo 31
La Teoría Egológica del Derecho................................................................ 313
Capítulo 32
El código civil brasileño.............................................................................. 337
Capítulo 33
Los grandes juristas peruanos................................................................... 33S
Capítulo 34
Evocación de los grandes maestros del pensamiento jurídico peruano 389
Capítulo 35
El derecho romano..................................................................................... 541
Capítulo 36
El pensamiento filosófico.......................................................................... . 637
Capítulo 37
El pensamiento de Sócrates...................................................................... 647
Capítulo 38
El pensamiento de Platón.......................................................................... 653
Capítulo 39
El pensamiento de Aristóteles.................................................................. 661
Capítulo 40
La filosofía helenística............................................................................... 677
Capítulo 41
El pensamiento medioeval y el ius-naturalismo cristiano..................... 683
Capítulo 42
El problema de los universales................................................................. 697
Capítulo 43
Principales representantes de La Escolástica.......................................... 701
Capítulo 44
La vida y el pensamiento de Santo Tomás de Aquino............................ 703
Capítulo 45
VII
Índice
Capítulo 50
La edad de la razón............................................................................................................... 755
Capítulo 51
El racionalismo jurídico y la Escuela Prusiana................................................................... 759
Capítulo 52
El Racionalismo Jurídico y la Escuela Francesa hasta el Código de Napoleón............... 761
Capítulo 53
La Filosofía Moderna y el advenimiento de Kant............................................................. 767
Capítulo 54
La vida y el pensamiento de Manuel Kant......................................................................... 771
Capítulo 55
El Neokantismo.................................................................................................................... 785
Capítulo 56
La Escuela de Badén o Escuela Sud-occidental Alem ana................................................ 789
Capítulo 57
El pensamiento de Hegel..................................................................................................... 795
Capítulo 58
La influencia de Hegel en el pensamiento jurídico........................................................... 799
Capítulo 59
El pensamiento de Carlos Marx.......................................................................................... 805
Capítulo 60
Breve historia del Socialismo Europeo............................................................................ 809
Capítulo 61
El Pensamiento Positivista y el Neopositivismo................................................................ 825
Capítulo 62
La filosofía y la v id a ............................................................................................................. 841
Capítulo 63
La filosofía de Henri Bergson.............................................................................................. 843
Capítulo 64
La Filosofía de la Acción...................................................................................................... 845
Capítulo 65
LE G A LE S ED ICIO N ES
VIII
Í ndice
Capítulo 70
La Historiología de Jacques Maritain.................................................................................. 885
Capítulo 71
La Historiología deJohan Huizinga.................................................................................... 891
Capítulo 72
FILOSOFÍA DEL DERECHO / P 02
LEG ALES E D IC IO N E S
4
IX
PREFACIO A LA CUARTA EDICIÓN
He aquí la cuarta edición de mi "Filosofía del Derecho", cuya inspiración está en Cristo \
en lo que significa el Cristianismo: ser cristiano es ser discípulo de Jesucristo. Es demostrar
con hechos, la invitación del Maestro que nos dijo "Tú, ven y sígueme". Ser discípulo de
Jesucristo supone llevar Su luz en el corazón, irradiar la luz divina y trasmitirla a los demás
con amor, con emoción espiritual, para ser bienaventurados y poder decir que ahora so
mos "hijos de la luz", porque ahora, "somos luz en el Señor" (Efesios, 5, 8). Pero, además
nos inspiramos en el método de la comparación -n o solo de la que fluye del ya clásicc
Derecho Comparado-, para lo cual me remito a mi libro "Derecho Comparado", (Ediciones
Legales, Lima, 2015) y, en tal virtud, es decisiva la comparación entre la Rechtswissenchaft
la Science du Droit Civil, la Scuola Italiana del Diritto y el Common Law y sus grandes doc
trinas, sus grandes sentencias, sus grandes maestros y sus grandes revistas. Pero, además,
nuestra inspiración se fundamenta en la Historiología o Filosofía de la Historia, en la His
toriografía, en el Historicismo y en la "Razón Histórica", para lo cual me remito a mi libre
"Historia General del Derecho" (2S edición, Universidad Alas Peruanas, UAP, Lima, 2013)
y, sobretodo, a mi otra obra en dos tomos "La Ciencia del Derecho Procesal" (Ediciones
Legales, Lima, 2014), cuyo leit-motiv, -que ahora renuevo- está en el pensamiento de Satta,
el gran maestro de Nuoro (1903-1974), "l'enfant terrible" de la scuola italiana del proceso,
cuyo "de Profundis" se recitaba, fundamentalmente, así:
"Ogni pensiero
cuando é vero pensiero
e filosófico
e tale é sopratutto
il pensiero
qui si svolge
dalla osservazione del proceso.
In ogni processualista
c e un filosofo occulto"
LEG A LES E D IC IO N E S
Francesco Carnelutti "Diritto e Processo", Prefazione, pag.
XVIII; Casa Editrice Dott. Antonio Morano, Napoli, 1958.
Pero este gran maestro dijo también en su "Sistema" que:
"El derecho puede y debe ser interpretado en dos sentidos. No basta la ciencia sin la
historia, ni viceversa".
(Carnelutti: "Sistema de Derecho Procesal Civil", "Intro
ducción", p. 1, UTEHA ARGENTINA, Buenos Aires, 1944).
No es posible omitir el pensamiento de Savigny, el gran caudillo de la escuela histórica,
nacido en Frankfurt en 1779, muerto en Berlín en 1861, cuando dijo que:
1
J osé A ntonio S ilva V allejo
"La ciencia del Derecho es, en primer lugar, una ciencia histórica y, en segundo lugar,
una ciencia filosófica; ambas cosas hay que unirlas y la Ciencia del Derecho tiene que
ser, al mismo tiempo, plenamente histórica y filosófica".
Savigny; "Juristische Methodenlehre". Reedición a cargo
de G. Wesenberg, 1951, citado por Kari Larenz, "Metodo
logía de la Ciencia del Derecho", p. 31, Editorial Ariel, S.A.,
Barcelona, 1980).
Tampoco puedo olvidar el genial pensamiento de Adolf Wach, el gran procesalista ale
mán (1843-1936), cuando sostuvo en su "Manual de Derecho Procesal Civil" que:
"El Derecho es creación histórica; toda dogmática jurídica que trate el derecho por sí
solo, independientemente de su historia, no es científica".
Wach: "Manual de Derecho Procesal Civil" traducción del
alemán por Tomás A. Banzhaf, vol. I, p. 244, Ediciones Ju
rídicas Europa América, Buenos Aires, 1977).
Walther Schonfeld (1888-1977) gran profesor de Historia y Filosofía del Derecho en
Kónisberg, Greifswald y Tübingen, ha sostenido que:
"El Derecho en su objetividad, desligado del Juez y del jurista, es una abstracción
muerta y sin esperanza".
Schonfeld: "El sueño del Derecho Positivo", estudio publi
cado en la revista Archiv für die Civilistische Praxis, año
1931, tomo 135, p. 47. Citado por Karl Larenz, en "Meto
dología de la Ciencia del Derecho", p. 131, Editorial Ariel,
Barcelona, 1980).
Pero, además, la inspiración de la que brotan en estas páginas, se funda en que el
Derecho es una ciencia interpretativa, como lo han planteado Frangois Geny (1861-1959)
en su "Método de Interpretación y Fuentes en Derecho Privado Positivo", París, 1895; Julius
Binder (1870-1939): en su "Filosofía del Derecho", 1925, quien además sostuvo en dicho
libro que "Toda aplicación del Derecho es en esencia, actividad creadora" y Walther Schón-
feld cuando dijo que:
"Solo en la interpretación se concreta el Derecho".
Schonfeld: "El sueño del Derecho Positivo", estudio citado
en obra citada, lugar citado.
Pero, además, me atrevo a citar mi propio pensamiento, según el cual:
"La hermenéutica es la llave maestra del pensamiento jurídico".
LE G A LE S ED ICIO N ES
2
F ilosofía del D erecho
LE G A LE S E D IC IO N E S
Vayan estas citas obligadas para fundamentar mi pensamiento -especialmente-
cuando no han faltado voces entre alguno de mis colegas en la Universidad de San Marco;
que han musitado disidencias en cuanto a la metodología historicista, historiográfica t
historiológica del autor de estas páginas.
Ahora bien, si todo el Derecho es un momento de la historia, si la Filosofía del Dere
cho es el momento metodológico de la historia, la clave está en la hermenéutica que es Ie
llave maestra para comprenderlo todo, una sabiduría que consiste en una visión integra
del universo, una teoría del todo en la que se han unificado integralmente las teorías de
cosmos, pasando por la "energía oscura", la "materia oscura", la Relatividad y los Quanta
la poesía de Cesar Vallejo y la de Holderlin -y todos los grandes poetas-, la música genia
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J osé A ntonio S ilva V allejo
de Tschaikowsky y la música de Juan Sebastian Bach, todo Mozart, todo Wagner, todo
Beethoven, todo Brahms, Liszt y Cesar Franck; en fin, todos cuantos nos han elevado el
espíritu desde "los ríos profundos" según la gran narración de José María Arguedas -el
gran escritor del mundo andino-, hasta la dimensión Crística que nos lo ilumina todo con
amor, con espiritualidad profunda; porque, como nos lo ha dicho San Pablo en la sublime
primera Epístola a los Corintios, 13,4 a 13, "el amor es sufrido, el amor es benigno; no tiene
envidia ni es jactancioso, no se envanece...." "Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera.
Todo lo soporta....".
Por ello -y a modo de conclusión- de este Prefacio, permítaseme, a modo de defensa,
citar las mismas palabras que empleó Dante Alighieri al pedir indulgencia al gran Virgilio:
"Vagliami il lungo studio e il grande amore..."
"La Divina Comedia" Infierno. Canto I, verso 83.
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4
PREFACIO A LA TERCERA EDICIÓN
Debo agradecer a mis lectores la cálida acogida a las ediciones anteriores que se ago
taron totalmente, sin ninguna publicidad ni reseña periodística alguna. Acaso ello es uní
suerte porque, como decía el Bachiller Sansón Carrasco en la Segunda Parte de "Don Qui
jote de la Mancha", Capítulo III, cuasi in fine, "es grandísimo el riesgo a que se expone e
que imprime un libro, siendo de toda imposibilidad imposible componerle tal que satisfaga
y contente a todos los que le leyeren".
El tiempo se ha encargado de limar y madurar conceptos, teorías y doctrinas pero
también, de silenciar libros ya que, como decía el ama el día aquél que el Cura y el Barberc
decidieron echar al fuego los libros de caballerías por haber contaminado el alma de dor
Quijote, según se narra en el Capítulo VI de la Primera Parte: "Tome vuestra merced, seño¡
licenciado, rocíe este aposento, no esté aquí algún encantador de los muchos que tiener
estos libros, y nos encanten en pena de la que les queremos dar echándolos del mundo"
"Causó risa al licenciado la simplicidad del ama, y mandó al barbero que le fuese dando
de aquellos libros, uno á uno, para ver de qué trataban, pues podía ser hallar algunos que
no mereciesen castigo de fuego. Nó, dijo la sobrina, no hay para qué perdonar á ninguno
porque todos han sido los dañadores: mejor será arrojarlos por las ventanas al patio, y ha
cer un rimero de ellos y pegarles fuego, y sino llevarlos al corral, y allí se hará la hoguera y
no ofenderá el humo. Lo mismo dijo el ama: tal era la gana que las dos tenían de la muerte
de aquellos inocentes; mas el cura no vino en ello, sin primero leer siquiera los títulos. Y e
primero que maese Nicolás le dió en las manos, fué los cuatro de Amadis de Gaula; y dije
el cura: Parece cosa de misterio esta, porque, según he oído decir, este libro fué el primero
de caballerías que se imprimió en España, y todos los demás han tomado principio y oríger
deste; y así, me parece que, como á dogmatizador de una secta tan mala, le debemos sin
excusa alguna condenar al fuego. No, señor, dijo el barbero, que también he oído decir que
es el mejor de todos los libros que de este género se han compuesto; y así, como á único en
su arte, se debe perdonar. Así es verdad, dijo el cura, y por esa razón se le otorga la vida por
ahora. Veamos esotro que está junto á él. Es, dijo el barbero, "Las sergas de Esplandian",
hijo legítimo de Amadis de Gaula. Pues, en verdad, dijo el cura, que no le ha de valer al hijo
la bondad del padre: tomad, señora ama, abrid esa ventana y echadle al corral, y dé prin
cipio al monton de la hoguera que se ha de hacer. Hízolo así el ama con mucho contento,
y el bueno de Esplandián fué volando al corral, esperando con toda paciencia el fuego que
le amenazaba. Adelante, dijo el cura".
Contra esta sentencia, que más que tal era una Ordalía, no se produjo nada, ni mucho
L E G A L E S ED ICIO N ES
menos, una "Faussation de Jugement" como lo hemos explicado en la pag. 331 de mi
libro "La Ciencia del Derecho Procesal", Lima 2014. Tal sería preciso leer a los libros "con
la reverencia estupefacta de quien se acerca a un libro caído del cielo", como decían los
Glosadores del Digesto.
Así se explica de cómo los Goliardos dejaban todo por ir a leer los libros y escuchar a
los maestros de Bolonia. Los Goliardos fueron los intelectuales de la edad media, estudian
tes siempre atraídos por el magnetismo que irradiaba siempre de los grandes profesores y
de las Universidades; así la Universidad de París atraía a los amantes de la Filosofía y de la
Teología; la Universidad de Bolonia a los estudiantes de Derecho y la Universidad de Saler-
no a los estudiantes de Medicina; como más tarde lo fueron, en España, la Universidad de
Salamanca y en América la Universidad de San Marcos.
5
J osé A ntonio S ilva V allejo
En este libro doy cuenta de los grandes maestros de todos aquellos que siempre nos
deslumbran con su ciencia.
Toda reflexión es filosófica. En este libro hacemos una profunda reflexión sobre el
Derecho y, por ello, concluyo citando al pensamiento de Satta, el gran procesalista italiano,
cuando decía que:
J.A.S.V.
Lima, 12 de Febrero del 2014
LEGALES EDICIONES
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6
DISCURSO DE PRESENTACIÓN DEL DR. MAX ARIAS SCHREIBER PEZET (1923 -
+2004) EN LA INCORPORACIÓN DEL DR. JOSÉ ANTONIO SILVA VALLEJO COMO
ACADÉMICO DE NÚMERO DE LA ACADEMIA PERUANA DE DERECHO LA NOCHE
DEL 20 DE ENERO DEL 2000
LEGALES EDICIONES
que en José Antonio se produjo la simbiosis de los grandes valores que emanan de una y
otra universidad".
"Cuando estudiaba en San Marcos, tuve oportunidad de apreciar las grandes condi
ciones intelectuales de este excepcional alumno. Dotado de una inteligencia fuera de lo
común, tenía la ventaja de ser adicto a la lectura y devoraba toda clase de libros, desde los
temas jurídicos hasta los filosóficos y literarios; y los conocimientos que iba adquiriendo
se han visto reproducidos en su valiosa obra, que tiene la lógica del jurista, los valores del
magistrado, la profundidad del filósofo y la belleza de la poesía y la literatura".
"Una de las disciplinas que mereció su dedicación fue el Derecho Procesal Civil. Como
desde muy joven practicó, al lado de su padre, todo lo relacionado con el proceso, los
litigios y la administración de justicia le eran familiares. Por eso no tiene nada de raro que
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J osé A ntonio S ilva V allejo
íntimo del Vocal Supremo Silva Vallejo, el dolor que le produjo tan injusto como amargo
apartamiento de la administración de justicia; me consta también, su actitud digna y exen
ta de odio y revanchismos frente a lo que califico como un error histórico".
"Volcado actualmente a sus actividades docentes y dicentes, José Antonio desempeña
con empuje y gran capacidad el Decanato de la Facultad de Derecho de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos, siendo un entusiasta propulsor de la modernización de la
Facultad y de la renovación de su cuerpo de profesores. Por cierto que no ha abandonado
el dictado de sus clases ni mucho menos sus profundas investigaciones. Es así como ha in
tervenido en calidad de profesor visitante y conferencista en las Universidades de Buenos
Aires, Madrid, México y Caracas, y son numerosos sus monografías y artículos sobre los
Í más variados temas filosóficos, literarios y jurídicos".
8
F ilosofía del D erecho
LEG A LES ED IC IO N ES
9
PREFACIO DEL AUTOR A LA PRIMERA EDICIÓN
Frente al pesimismo de Heidegger quien en su trágico Sein und Zeit había estampado
su escepticismo existencial y en su ¿Qué significa Pensar?, había consagrado la negación
del pensar en nuestra época sosteniendo que lo que más merece pensarse en nuestro
tiempo problemático es el hecho de que no pensamos1, en este libro sostenemos como
tesis programática que nuestro pensamiento plantea una concepción pluridimensional del
universo en la que se conjuncionan los hechos, las normas, los valores, las ideologías y las
luchas individuales y sociales, las corrientes de la historia, multiformes y profundas, que
se dan en el tiempo y el espacio y que atestiguan el carácter ético y multicultural de las
tensiones que invaden el mundo y la nostalgia de Dios que está inscrito en el corazón tíel
hombre.
La reflexión filosófica fue siempre mi amor secreto y la búsqueda de Dios el hontanar
de mi historia. Mi otra gran vocación fue el Derecho. Por ello cursé estudios simultánea
y paralelamente en la Facultad de Derecho y en la sección Doctoral de Filosofía de la Fa
cultad de Letras de mi Universidad: San Marcos. En 1955 ya era ayudante del maestro
Julio Chiriboga en el curso de Metafísica, con quien nos dedicamos de lleno, a comentar
el Prólogo a la Crítica de la Razón Pura. Pero su muerte, en 1955, y una crisis en el afecto,
por aquella época, frustraron el comentario que estaba haciendo de la Ética a Nicómaco
con la que pensaba doctorarme en Filosofía. Así, pues, desde entonces, me dediqué al De
recho, escalando una serie de posiciones -y también desescalándolas- pero, siempre, in
coráis con mi vocación hacia Dios y hacia la libertad, lo que explica mi sonrisa eterna ante
la adversidad. En Chiclayo, apenas fundada la Universidad de Lambayeque, dicté el curso
de Filosofía, de lo que dan fe mis numerosos alumnos y mis promociones de discípulos.
Pero también el ejercicio de la magistratura y la limitación de horas para la docencia
me obstaron a la continuación de este curso apasionante, cuya evidencia la constituyó
mi Introducción a la Filosofía (1964). Ya en el "Prólogo" de entonces decía, como ahora,
que "esta obra es una escala en el camino de mis investigaciones, desarrolladas, empero,
dentro de una multifacética actividad". Es necesario comprender que el tiempo ha sido mi
gran adversario en el desenvolvimiento de las diversas doctrinas que exponemos. Por eso
es que, parafraseando a Chesterton, yo diría que se necesitan tres para escribir un libro:
"Se necesita el autor, al crítico y al tiempo"; pero se necesita, también, al Juez quien, re
solviendo la contienda tenga en consideración que, como diría Piero Calamandrei, el gran
procesallsta italiano, "los libros, como los hombres, deben ser valorados positivamente
por lo que son, no negativamente, por como los querríamos". También esta obra aspira a
LEG ALES ED IC IO N E S
ser juzgada como juzgaba el sabio procesalista de Florencia.
Ahora bien, el pensamiento jurídico y el pensamiento filosófico requieren, para su
cabal comprensión y exposición, de la perspectiva histórica. El Derecho y la Filosofía, sin
su perspectiva histórica, devienen o empíricas o parciales o superficiales o ininteligibles.
Por ello, el pensamiento jurídico y el pensamiento filosófico solo se hacen inteligibles
y plenos ante la reflexión histórica. El pensamiento contemporáneo ha hecho de los maes-
i M ARTIN H EIDEGGER: “¿Qué significa pensar?’’, pág. 17, editorial Trotta, Madrid, 2008. Es la traduc
ción castellana de sus lecciones impartidas en 19 5 1-19 5 2 en la Universidad de Friburgo de Brisgovia, bajo
el título de “¿ Was heisst denken?”.
11
J osé A ntonio S ilva V allejo
tros alemanes a los grandes clásicos de todos los tiempos, tanto en la Filosofía como en el
Derecho, en la Música, en la Poesía y en la Teología.
Aludo, así, a la gran música de Juan Sebastián Bach, a la de Mozart y a la de Beethoven,
a la de Brahms y a la de Wagner y a la de todos los grandes maestros que, como ellos, re
presentan al gran genio alemán, como lo fueron también los grandes maestros del Proceso
y del Derecho, en general.
Por ello, la ciencia y la filosofía alemana del Derecho es plenitud porque, a partir de
Savigny, deviene en ciencia histórica del Derecho, como lo expusieron programáticamente,
desde 1815, Goschen, Eichorn y el inolvidable maestro de Fránkfurt, caudillo de la escuela
histórica, en el primer número de la muy famosa Revista de la Ciencia Histórica del Derecho
(Zeitschrift für die Geschitliche Rechtswissenschaft), en el que sostuvieron: "Los autores
de esta Revista que, con entera convicción son partidarios de la escuela histórica, desean
promover, mediante su común empresa, el desenvolvimiento y aplicación de los puntos de
vista de dicha escuela, en parte por sus propios trabajos, y en parte al ofrecer un punto de
unión a las personas que piensen del mismo modo que ellos".
La ciencia y la filosofía del Derecho están escritas, fundamentalmente, en alemán, en
francés y en italiano. De allí, la importancia trascendental de leer a los grandes clásicos
del Derecho y de la Filosofía en las grandes lenguas de la Cultura. Por ello, he dedicado
largas páginas al estudio de la Rechtswissenchaft y a la evocación de los Professorenrecht,
así como también a la evocación de los maestros de la Science du droit y a los maestros de
la scuola italiana del diritto, que constituyen el sustrato y la fuente de nuestra filosofía y
de nuestra ciencia del Derecho. Por ello, consecuentemente, he hecho la evocación de los
maestros de la escuela peruana del Derecho y de la Filosofía.
La Universidad de San Marcos fue, en el Perú, la fuente de inspiración y la escuela en
la que se forjaron los grandes juristas, filósofos, teólogos y humanistas, en general, desde
su fundación el 12 de Mayo de 1551 en virtud de la Real Cédula del Rey Carlos V dictada
en Valladolld y a propuesta de la Orden Dominica u Orden de Predicadores que la planteó
en su asamblea del Cuzco el l e de Julio de 1548 a sugerencia de Fray Tomás de San Martín
quien propuso la fundación de una Universidad o Estudio General en la ciudad de Lima y
atendiendo a que la ratio studiorum de la Orden Dominica era el cultivo de la inteligencia,
el estudio y la investigación, desde su fundación por Santo Domingo de Guzmán en Tou-
louse el 22 de diciembre de 1216. Yerran, pues, por ignorancia, los que inculpan a esta
luminosa orden y a la Escolástica de haber sido la causa del atraso cultural del Perú. La
crisis de la cultura y la involución de los estudios en la Universidad de San Marcos obedece
a causas más complejas, de orden sociológico, político e ideológico.
Los juristas, como los filósofos, también pueden ser héroes o profetas, como lo entre
vio, en sublime reflexión, Carlyle al tratar sobre Los héroes, porque la historia es el campo
de acción de las grandes personalidades; pero, también lo es de los hombres geniales. Es
cierto que también Dostoievski, en el Prefacio a una de sus más geniales obras, considera
ba como un héroe a Aliosha o Alexis Fedorovich, el tercer hijo de Fedor Pavlovich Karama-
zov, a diferencia de sus hermanos Iván, el bohemio, y Dimitri, el intelectual; Aliosha "era
LE G A LE S ED ICIO N ES
un filántropo adelantado a su época que había escogido la vida monástica, por ser ésta lo
único que le atraía y que representaba para él el camino ideal hacia el amor radiante, que
liberaba su alma de las tinieblas y bajas pasiones de este mundo". "Le atraía este camino
porque había conocido en el monasterio a un ser excepcional a sus ojos, el abate Zózima,
al que admiraba con todo el fervor de su inocente corazón".2
2 FIODOR M. DOSTOIEVSKI: “Los hermanos Karamazov” en “Obras Completas”, tomo III, Parte I, Li
bro I, cap. IV, “El Tercer Hijo, Aliosha”, pág. 32; Traducción directa del ruso, Introducción, Prólogo, Notas
y Censo de Personajes por Rafael Cansinos Assens, editorial Aguilar, Madrid, 1961. Véase, también, la
traducción de Augusto Vidal en la edición de “Los hermanos Karamazov”, tomo I, pág. 32, editada por
Alianza editorial S.A., Madrid, 2006.
12
F ilosofía del D erecho
Así, también admiramos, como Aliosha, a los iluminados, a los maestros, a los "bod-
hisattvas", a los que han evolucionado tanto que, en su infinita compasión por los sufri
mientos de los hombres, deciden no transformarse aún en Budas e ingresar al "Nirvana",
donde cesaría toda angustia, todo sufrimiento, para convertirse en los maestros, en los
protectores y guardianes de los hombres, enfrentándose a los anticristos y al advenimien
to del Apocalipsis. De ello puedo dar fe al evocar mis encuentros con hombres notables;
en primer lugar, con mi padre, don NICANOR SILVA SALGADO (1907-1989), un maestro,
un iluminado, un hombre de talento, un gran profesor, un notable jurista, un hombre bon
dadoso, un "hombre de principios", como él solía autodefinirse, a quien evoco por ser la
encarnación de un gran maestro, como lo fueron los grandes maestros espirituales de
Oriente y Occidente. Era, como lo enseñaba Gandhi (1869-1948), un apóstol de la no-
violencia; enseñó y ejerció la abogacía en Chiclayo y ello me hace recordar a Sri Aurobindo
(1872-1950), el gran maestro que enseñaba en Chandernagor y en Pondichery. Su evoca
ción me hace recordar también a un "samadhí", como Yogananda, cuya visión lo abarcaba
todo, inundado por el espíritu luminoso, que no es otra cosa sino una felicidad inagotable.
Esta evocación me lleva a recordar a "don Nicanor" en sus defensas y en sus grandes clases
de Historia de la Cultura y de todas las Humanidades, allá en los colegios de Chiclayo y,
luego, en la Universidad Nacional de Lambayeque; un maestro, un investigador integral de
la mente y del espíritu quien, después de muchos años de su ejercicio profesional y de sus
grandes clases vino a Lima y llegó a ser Presidente del Tribunal Constitucional (1982-1986).
En sus grandes conferencias como Presidente del Club Lambayeque, evocaba su paisaje y
su tierra, como lo hiciera aquel maestro, el Bhagavan de Arunachala (1880-1950) quien,
inspirándose en sus evocaciones y transportándose en el espíritu, nos daba "un discurso
desde Arunachala".
Al hacer esta evocación no puedo dejar de citar a los grandes maestros del pensamien
to filosófico y jurídico peruano, los que siempre están en nuestro espíritu, como Raúl Po
rras Barrenechea, Julio Chíriboga, José León Barandiarán, Mario Alzamora Valdez, Rómulo
Lanatta, Max Arias Schreiber Pezet y, también, a los que antes de ellos se fueron, como
Mariano Ibérico, Ángel Gustavo Cornejo y Manuel Augusto Olaechea, grandes e inmorta
les todos y, como ellos, Carlos Fernández Sessarego, Francisco Miró Quesada Cantuarias,
Felipe Osterling Parodi y Fernando Vidal Ramírez, a quienes dedico estas reflexiones que
se inspiran en la filosofía de Dilthey, para quien la comprensión de la vida implica, previa
mente, el comprender la Historia, puesto que nosotros mismos somos entes históricos. El
hombre, dice Dilthey, es aquel ente que comprende la Historia, pues en sus vivencias se
realiza la formación del mundo histórico. Por eso es que la Biografía es el paradigma es
tructural de la vida histórica ya que la comprensión de los grandes maestros del Derecho
y de la Filosofía es toda una concepción del mundo transida de historicidad.
Por mi parte, sostengo que Sócrates, San Pablo y Jesucristo han sido y serán los gran
des maestros de la vida espiritual en Occidente. En la cumbre de todos, el divino "rabbí"
de Nazareth, nacido en Belén, crecido en Nazareth y crucificado en las afueras de Jerusa-
lén, cuyas sublimes enseñanzas, sus palabras, sus parábolas y sus obras han fascinado a
mentes ilustres pero, sobre todo, a los hombres de toda condición, inspirando grandiosas
LEG ALES ED ICIO N ES
empresas y suscitando grandes esperanzas. También esta obra se inspira en la "dimensión
crística", que es la dimensión espiritual del Derecho.
Y así, llegamos a la Teoría Pluridimensional del Derecho, que constituye la última pala
bra en la Filosofía del Derecho, lo que impone no solo enunciar las tres clásicas dimensio
nes planteadas por la teoría tridimensional: hechos, normas y valores sino, además, tam
bién entrever otras nuevas dimensiones que allí estaban, pero que no las había advertido
la reflexión tradicional: el tiempo jurídico, el espacio jurídico, las vivencias, las ideologías,
la dimensión teológica y la "casación vital" que integran el mundo del espíritu entrevisto
por los iluminados, por los grandes maestros: "un mundo sin Dios se me antoja tan in
humano como un mundo oprimido, como un mundo sin libertad". Así nos lo ha dicho el ¿
cardenal Jean Daniélou en sus Memorias. Y es que el Derecho solo se puede desarrollar w
13
J osé A ntonio S ilva V allejo
en libertad, libertad para opinar y para discrepar, porque la verdad es un producto dei
pensamiento dialéctico. Pero hay, también, la dimensión del error, del fracaso, de la culpa,
de la que todos somos responsables, a la que tengo el deber de corregir y de enmendar,
en una suerte de casación vital de la conducta ante el espíritu mediante una sublimación
crística; y hay la dimensión del futuro. El futuro es la corrección del pasado por obra de la
fe y del Espíritu Santo o de algún iluminado. Y así como hay un pasado del que se ocupa la
reflexión histórica y cuya vivencia es la evocación o, mejor, la dimensión histórica, hay un
futuro que adviene para la corrección del pasado y cuyo motor es la fe filosófica, que es la
fuerza que nos impulsa a corregir el pasado. La carencia de esta fe, que es la ausencia de
Cristo, supone mantener el pasado y, con ello, persistir en la angustia existencial tratada
por Kierkegaard y Heidegger en sus trágicas concepciones del dasein y de la sorge. Pero el
futuro es, también, la interacción de otras fuerzas como La tercera ola que ha entrevisto
Alvin Toffler, después de exponernos El shock del futuro; visiones en las que se advierte
cómo una poderosa marea se está alzando sobre gran parte del mundo, bajo cuya sombra
los sistemas y el Estado empiezan a zozobrar a impulsos de tremendas marejadas. En otro
formidable ensayo, en El choque de civilizaciones, Samuel Huntington nos da una interpre
tación de la política global después de la guerra fría. Es un informe profético sobre lo que
ya se está viviendo después de la caída del comunismo. También Fukuyama nos ha dado
una interpretación sobre El fin de la Historia y el último hombre, en el que nos dice que "El
comunismo, que solía presentarse como una forma de civilización más alta y avanzada
que la democracia liberal, se asociará desde ahora con un alto grado de atraso político
y económico. Aunque sigue habiendo comunistas en el mundo, han dejado de reflejar
una idea dinámica y atractiva. Los comunistas están en la poco envidiable posición de
defender un orden social viejo y reaccionario, cuyo momento ya pasó".
Se trata, pues, de una reflexión política y filosófica que es preciso afrontar como un
reto de nuestra época y como un desafío a nuestra interpretación del Derecho, cuya di
mensión ideológica aún debe ser profundizada con las otras dimensiones, que son como
una espiral al infinito... O, como un "juego de abalorios" que es, como dice Hermán Hesse,
el gran Premio Nobel de la Literatura del año 1946, "un juego con todos los contenidos
y valores de nuestra cultura", "un movimiento del espíritu hacia la meta ideal de una
"Universitas Litterarum".3
Esta obra ha sido escrita con una profunda emoción espiritual. Se trata de una recopi
lación de ensayos inéditos escritos con una vivencia estética muy similar a la que resulta
de escuchar los "Estudios de Ejecución Trascendental" de Franz Liszt o los "Estudios de
Concierto" de Robert Schumann o las "Variaciones Goldberg" o "El Clave bien temperado"
o "El arte de la Fuga" de Juan Sebastián Bach, en una aproximación a los luminosos "ensa
yos" en la gran música del inmortal organista de Leipzig, cuyos acordes nos llevan a Dios.
Las "protoediciones" de este libro se remontan, en realidad, al año 1964 en que se pu
blicó en Chiclayo la primera, con el nombre de Introducción a la Filosofía, editada por la im
prenta Quesquén Gonzáles y auspiciada por la Universidad Nacional de Lambayeque, en la
que quien escribe esto dictaba las cátedras de Filosofía, Derecho Civil y Derecho Procesal.
LEG ALES E D IC IO N E S
3 HESSE, HERM AN: “El juego de abalorios” en Obras completas, tomo I. Madrid Editorial Aguilar, 1962,,
I pág. 54.
14
F ilosofía del D erecho
100 años, en testimonio de mi infinito amor hacia ella y en presencia de toda la familia
y de todos aquellos que vinieron a saludarla. Ella ha sido mi inspiración y la razón de ser
de mi vida y, por ello, al entregarle este libro con toda emoción y, dándole un beso en la
frente, evoco nuestros juegos de antaño. Mi madre, al jugar conmigo, me educaba con el
estilo al que aludía Guyau en su hermoso libro La educación y la herencia o con el sentido
estético que sirvió de inspiración a Werner Jaeger en su Paideia: los ideales de la cultura
griega. Hoy día, martes 6 de septiembre del 2011 falleció a las 4:45 a.m., sumiéndome en
inconmensurable pena y en profundo dolor, que no se me quitará jamás mientras viva. Por
eso, este libro es, también, un escrito de evocaciones y vivencias, no sólo de pensamien
tos, porque contiene una multiplicidad de reflexiones y de vivencias estéticas, cual si se
tratara de un juego de abalorios, como dice Hermán Hesse. "El juego de abalorios -dice
Hesse- es por su forma y por su contenido, el resumen de la experiencia de toda una vida,
es crítica constructiva de nuestra época, utópico esbozo de un mundo por venir y, sobre
todo, síntesis y armonización de saber y de fe".
Así, pues, este libro ha sido escrito con esperanza y con fe. Fe filosófica y fe religiosa
pero, también, con fe jurídica. La fe en el Derecho es sentir la emoción y la vivencia de
la justicia por encima de todas las decepciones y hasta de los fracasos en la vida. Ello su
pone, también, una autocrítica constante y reflexiva; una suerte de recurso de casación
ante la vida, para enmendar y corregir los errores vitales. Y aunque, en lo procesal, he
planteado la "eutanasia" de la casación como instituto, en la filosofía de la vida sostengo
que los errores vitales solo pueden ser enmendados mediante una constante "casación
de la conducta" que nos permita no solo una interpretación real de la existencia sino,
también, una ética y una ciencia jurídica inspirada en los valores del espíritu.
A la luz de estas reflexiones y bajo la inspiración de la música y de la letra del "Va pen-
siero..." de Verdi y de la gran música de Juan Sebastián Bach, de Beethoven y de Brahms,
ofrezco estas páginas a todos mis lectores. Así, el pensamiento jurídico se expone junta
mente con el pensamiento filosófico, teológico y estético, pues constituyen una estructura
integral, dando lugar a lo que denominamos la teoría pluridimensional del Derecho y del
espíritu.
J.A.S.V.
LE G A LE S E D IC IO N E S
15
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La Filosofía del Derecho es una reflexión sobre la esencia y los principios del Dere
cho, sobre los valores jurídicos, las normas y los hechos jurígenos, pero también sobre
el tiempo y el espacio jurídico, sobre las vivencias de los sujetos en la relación jurídica,
sus ideologías y sus errores y fracasos y cuál debió ser su conducta jurídica en la cuestión
planteada. Capítulo decisivo es el de la hermenéutica o teoría de la interpretación jurí
dica, así como la teoría de la verdad y del error jurídico y la teoría de la argumentación a
que se contrae la nueva Retórica. Pero ello supone, además, una nueva reflexión sobre
la teoría de la Prueba y la Sentencia. En los últimos tiempos se advierte una reflexión
metodológica, como la que nos plantea Karl Larenz en su "Metodología de la Ciencia del
Derecho" que, para nosotros, es una "Metateoría de la dogmática jurídica y una doctrina
de la hermenéutica del Derecho".1
En base a estos planteamientos se desarrolla la teoría Pluridimensional del Derecho
que es una reflexión iusfilosófica pero que, en parte es, también, una reflexión inherente
a la Teoría General del Derecho.
Ahora bien, procede distinguir la Filosofía del Derecho de la Teoría General del Dere
cho. Mientras que la jus-filosofía es una reflexión trascendental de índole ontológica, axio-
lógica, hermeneútica, lógica y metafísica, la Teoría General del Derecho es una reflexión
específica referida, fundamentalmente, al Derecho Positivo entendido en su ámbito nor
mativo.
Vísta así, hay una Teoría General del Derecho Civil, una Teoría General de las Obliga
ciones, una Teoría General del Proceso, una Teoría General del Estado, una Teoría General
del Delito, una Teoría General del Impuesto, una Teoría General de los Títulos - Valores, etc.
Así la entendieron sus creadores llamados los teóricos de la "Allgemeine Rechtslehre"
que se desarrolló en los siglos XIX y XX.
Fueron los teóricos de la "Allgemeine Rechtslehre" (Teoría General del Derecho) quie
nes formularon los conceptos jurídicos fundamentales mediante una generalización induc
tiva y creadora de sistemas:
El fundador de la escuela de la "Allgemeine Rechtslehre" fue ADOLFO MERKEL quien
nació en Maguncia el 11 de Enero de 1836 y murió en Estrasburgo el 30 de Marzo de 1896.
Fue profesor en las Universidades de Praga, Viena y Estrasburgo y sostuvo que la Teoría
General del Derecho es un sistema de conceptos jurídicos fundamentales en relación con
los factores sociales (Juristische Enziklopaedie, Berlín, 1885). Luego, en sus "Elemente der
AUgemeinen Rechtslehre" (Elementos de Teoría General del Derecho) publicado en Leipzig
i KARL LARENZ: “Metodología de la ciencia del Derecho” : “Del Derecho se ocupan hoy una serie de LE G A LE S ED ICIO N ES
Ciencias diferentes: la Filosofía del Derecho, la Teoría del Derecho, la Sociología del Derecho, la Historia
del Derecho y la Jurisprudencia (Dogmática jurídica”), por citar sólo las más importantes. Todas ellas
contemplan a su vez el Derecho bajo un aspecto diferente, por tanto, de modo diferente. Esto no seria
posible si el Derecho no fuera realmente un fenómeno complejo, que se manifiesta en distintos planos del
ser, en conexiones concretas distintas cada vez”, Parte II, capitulo I, pág. 177, editorial Ariel, Barcelona,
1980. Igual pie de página en la ultima edición española, Ariel, Barcelona, 2001. En la pág. 180 de este libro
fundamental el profesor Larenz casi nos llega a advertir implícitamente la posibilidad de incurrir en si
nécdoque jurídica al sostener que “Lo que haya de entenderse más en concreto por “Teoría del Derecho”,
especialmente su delimitación de la Filosofía del Derecho, es muy discutido actualmente. Günter Jahi
vé en aquélla una “Metateoría de la Dogmática jurídica” y, por tanto, una parte de la teoría general de la
Ciencia; su objeto es, en lo esencial, el método de la Dogmática jurídica”.
17
J osé A ntonio S ilva V allejo
en 1890 sostuvo que "La Teoría General del Derecho tiene por objeto 'concentrar' el saber
jurídico; del mismo modo que las partes especiales del derecho permiten construir teorías
generales, así también la ciencia jurídica debe llevarnos a su Parte General, encontrando
en ella la expresión y realización completa de su unidad".
Esta doctrina fue desenvuelta en su estudio "Ueber das Verháltniss der Rechtsphiloso
phie zur "positiven" Rechtswissenschaft und zum allgemeinen Teil derselben" (Acerca de la
relación de la Filosofía del Derecho con la Ciencia Jurídica Positiva y con la Parte General)
(recopilado en sus "Gesammelte Abhandlungen", (Ensayos Completos), en el que sostuvo
que "la Teoría General es una alta generalización de conceptos encaminados a formular un
sistema de ¡deas jurídicas fundamentales y a establecer los fundamentos de la evolución
histórica del Derecho".
KARL BERGBOHM (1849-1927), Profesor en Dorpat (Lituania), en su obra "Jurisprudenz
und Rechtsphilosophie. Kritische Abhandlungen. ("Jurisprudencia y Filosofía del Derecho.
Ensayos Críticos"), tomo primero: Einleitung (Introducción).- Erste Abhandlung (Primer es
tudio) "Das Naturrecht der Gegenwart" ("El Derecho Natural de nuestros días"), Verlag
von Duncker& Humboldt, (editorial Duncker y Humboldt), págs. 233, 240 y passim, Leipzig,
1892, sostuvo que "las diversas ciencias del Derecho no pueden resolver por si mismas los
problemas generales sin apoyarse en una Teoría General común a todos los dominios del
Derecho". Empero, la Teoría General sólo puede elaborarse a partir del Derecho Positivo
porque "solo el Derecho Positivo es Derecho" (pág. 240). En consecuencia, la doctrina del
Derecho Natural constituye una "herejía contra el dogma del Derecho Positivo" y como tal
es el "enemigo principal de toda ciencia jurídica" (pág. 233). Así pues, Bergbohm es uno
de los más declarados positivistas jurídicos. Como ha dicho Juan Llambías de Azevedo en
un estudio publicado en la revista "Dianoia"2 "La crítica de Bergbohm al Derecho Natural
fue total, exhaustiva, sin concesiones. No se limita al Derecho Natural clásico... su actitud
es extrema: el Derecho Natural "debe ser abandonado por toda la Jurisprudencia y todo
trabajo espiritual empleado en él es loca dilapidación" (pág. 479).
No obstante su anti-iusnaturalismo y su positivismo a ultranza, Bergbohm se convierte
en uno de los paladines de la Teoría General del Derecho al sostener que "el ansia de gene
ralización y profundización de ciertos conceptos y doctrinas capitales de la ciencia jurídica,
no se satisface nunca de manera permanente por medio de estudios parciales y someros,
sino que a la corta o a la larga requiere una Filosofía del Derecho sistemática sobre nuevos
fundamentos". ("Jurisprudenz und Rechtsphilosophie", pág. 26).
ERNST RUDOLPH BIERLING (1841-1919), escribió dos obras fundamentales: "Juristis-
che Prinzipienlehre" (1894-1911) y "Zur Kritik der juristischen Grundbegriffe" (1877). Bien-
ling profesor en la Universidad de Greifswald sostuvo que la Teoría General del Derecho
se propone como objeto de estudio la esencia del Derecho, el nacimiento y la extinción de
los Derechos y la elaboración científica de los mismos, partiendo de su reconocimiento o
"Anerkennung".
KARL BINDING (1841-1920), profesor en las Universidades de Heidelberg, Friburgo,
Strasburgo y Leipzig, escribió una obra fundamental: "Die Normen und ihre Übertretung'i
LEG A LES ED ICIO N ES
cuyo tomo primero se publicó en la navidad de 1872 y los otros tres volúmenes restantes
constituyen uno de los más geniales sistemas sobre la norma.
En esencia, la doctrina de Binding sostiene que "las normas son las órdenes obligato
rias con contenido jurídico" (pág. 45) o que son las "proposiciones jurídicas obligatorias
bajo la forma de prohibiciones o mandatos (pág. 45).
"Las normas preceden conceptualmente a las leyes penales: son proposiciones jurídi
cas independientes".
I 2 JUAN LLAM BÍAS DE AZEVEDO : “Reflexiones sobre la crítica de Bergbohm a la doctrina del Derecho
Natural", en la revista “Dianoia”, Anuario de Filosofía, año 1965, pág. 198.
18
F ilosofía del D erecho
Pero, como dice ARMIN KAUFMANN "estas tesis de Binding han provocado una verda
dera avalancha de críticos y de críticas".3
Añade Binding que "el delincuente realiza el tipo penal de la ley y la norma crea lo
antijurídico; mientras que la ley crea el delito".
Se trata de una teoría normativista en la que Binding considera que el conocimiento de
estas proposiciones jurídicas ha de ser "previo a las teorías más importantes del Derecho
Penal, muy especialmente a la teoría del delito y de la culpabilidad", y piensa que puede
provocar "una revisión de la ciencia jurídico-penal". ("Normen", tomo I, pág. 7). La norma
es una orden pura no motivada por la amenaza de la pena.
CONSÚLTESE:
KAUFFMANN ARMIN: "Teoría de las normas. Fundamentos de la dogmática penal mo
derna", editorial Depalma, Buenos Aires, 1977.
KAUFFMANN ARTFIUR: "Filosofía del Derecho", pág. 206 y passim, Universidad Exter
nado de Colombia, Bogotá, 1999.
- KAUFFMANN ARTHUR - WINDRIED HASSEMER - ULFRIED NEUMAN: "Elpensamiento
jurídico contemporáneo" editorial Debate, Madrid, 1992.
NAUCKE WOLFGANG - HARZER REGINA: "Filosofía del Derecho. Conceptos básicos",
editorial Astrea, Buenos Aires, 2008.
ENGISCH KARL: "Introducción al pensamiento jurídico", editorial Comares, Granada,
2001 .
ENGISCH KARL: "La idea de concreción en el Derecho y en la Ciencia Jurídica actuales"
editorial Comares, Granada, 2004.
GUASTINI RICCARDO y otros: "Pensar el Derecho. Ensayos de Teoría Jurídica Contem
poránea", Ara editores, Lima, 2010.
- MAURACH REINHART - ZIPF HEINZ: "Derecho Penal. Parte General", volumen 1, págs.
341, 342, 343 y sigs., Editorial Astrea, Buenos Aires, 1994.
JIMÉNEZ DE ASÚA LUÍS: "Tratado de Derecho Penal”, tomo II, págs. 269, 270, Tomo III,
págs. 50 y 51, Editorial Losada, S.A., Buenos Aires, 1951.
BACIGALUPO, ENRIQUE:"Derec/70 Penal. Parte General", pág. 42, Ara Editores, Lima,
2004.
- JESCHECK HANS HEINRICH -TOMAS WEIGEND: "Tratado de Derecho Penal. Parte Ge
neral", pág. 216, 5- edición, 2002.
HURTADO POZO, JOSÉ:"Manual de Derecho Penal. Parte General" I, 35 edición, Edito
rial Grijley, Lima, 2005.
JAKOBS, GÜNTHER: "Derecho Penal. Parte General. Fundamentos" pág. 50, Marcial
Pons, ediciones jurídicas S.A., Madrid, 1997.
ROXIN CLAUS: "Teoría del Tipo Penal. Tipos Abiertos y Elementos del Deber Jurídico",
Editorial Depalma, Buenos Aires, 1979. LE G A LE S E D IC IO N ES
SOLER SEBASTIÁN: "Derecho Penal Argentino", tomo I, págs. 121,122,123,124,125 y
passim; Tipográfica Editora Argentina, Buenos Aires, 1951.
FÉLIX SOMLO (1873-1920), profesor en la Universidad de Budapest en donde escribió
su "Juristische Grundlehre" (1917). La idea central de toda metodología es la distinción
entre conceptos jurídicos necesarios y conceptos simplemente generales que son los que
constituyen el contenido del Derecho, entre los conceptos prejurídicos que son los con-
3 ARM IN KAUFM ANN: “ Teoría de las Normas. Fundamentos de la dogmática penal moderna \ trad. Cas
tellana de Enrique Bacigalupo, Buenos Aires: Editorial Depalma, 1977, pág. 51.
19
J osé A ntonio S ilva V allejo
ceptos fundamentales del Derecho y las hipótesis del Derecho Positivo que integran la
jurisprudencia.
HANS KELSEN (1881-1973), profesor en la Universidad de Viena escri
bió allí, en 1911, sus "Hauptprobleme der Staatsrechtslehre", 2S Edi
ción 1923; nueva impresión de la 2^ edición aumentada por Scientia
Verlag Aalen. (1960).
Los "Hauptprobleme der Staatsrechtslehre" ("Problemas escogidos de
la Teoría del Estado”) constituyeron la primera gran obra del maestro
vienés y tuvieron por finalidad desarrollar una Teoría Pura del Derecho
como Teoría del Derecho Positivo inspirándose en una reflexión sobre la norma jurídica.
Para ello era necesario eliminar las concepciones sociológicas y psicologistas del Derecho
a partir de la oposición entre el ser y el deber ser (Sein und Sollen). Esta obra escrita en
1911 puede considerarse la más genial de las obras del maestro vienés. En ella concibe a
la norma como un juicio hipotético, pero, sobre todo, dio lugar a la creación de un entorno
cultural denominado el circulo vienés o escuela vienesa ("Die Wiener Rechtsphilosophische
Schule") que ha tenido entre sus más destacados representantes a los profesores Adolfo
Merkel, Alfred Verdross, Josef L. Kunz, etc; y sirvió de base para sus posteriores reflexiones
sobre la "Teoría General del Derecho“ consagradas en su "Allgemeine Staatrechtslehre" de
1925 ("Teoría General del Estado"); "Reine Rechtslehre": "La Teoría Pura del Derecho" Vie
na, 1934. (Traducción del Alemán y Prólogo del profesor Luís Legaz y Lacambra); "Esencia
y Valor de la Democracia" editorial Labor S.A Barcelona, 1934; "El Contrato y el Tratado
analizados desde el punto de vista de la Teoría Pura del Derecho", México, 1974; "La idea
del Derecho Natural y otros ensayos", Editorial Losada, S.A., Buenos Aires,1946; "Critica dei
Derecho Natural", Biblioteca Política Taurus, Madrid, 1966; "¿Qué es Justicia?" editorial
Ariel, Barcelona, 1982; "Teoría Comunista del Derecho y del Estado", Emecé editores, S.A.,
Buenos Aires, 1957; "Teoría Pura del Derecho y Teoría Marxista del Derecho", editorial
Temis, Bogotá, 1984; Kelsen-Cossio: "Problemas Escogidos de la Teoría Pura del Derecho.
Teoría Egológica y Teoría Pura", editorial Guillermo Kraft Limitada, Buenos Aires, 1952;
"Normas Jurídicas y Análisis Lógico", Madrid, 1988; "Teoría General de las Normas", edicio
nes Trillas, 1994; "Teoría del Derecho Internacional Consuetudinario", Cultural Cuzco S.A.
Editores, Lima-Perú, 1996; "La Paz por Medio del Derecho", Editorial Losada, S.A., Buenos
Aires, 1946; Josef L. Kunz: "La Teoría Pura del Derecho", Imprenta Universitaria, México,
1948; Jorge Patrón Irlgoyen: "Critica de la Teoría Pura del Derecho”, Librería e Imprenta Gil,
S.A., Lima, 1948; Albert Calsamiglia: “Ketsen y la Crisis de la Ciencia Jurídica", Editorial Ariel
S.A., Barcelona, 1977. EN SUMA, PARA KELSEN EL DERECHO ES NORMA Y NO ES DERECHO
AQUELLO QUE NO PUEDA REDUCIRSE A NORMAS.
Para Kelsen la norma jurídica es un juicio hipotético; el Derecho es un sistema de nor
mas escalonadas en una pirámide jurídica: norma fundamental, que es la Constitución;
norma primaria que es la ley y norma secundaria que es la sentencia y el contrato; pero,
además, la norma jurídica es un centro de imputación lógico desarrollado sobre la lógica
del deber-ser y no del ser.
LEG ALES E D IC IO N E S
El deber-ser jurídico es un imperativo sujeto a coerción a diferencia del deber ser mo
ral que no está sujeto a coerción.
La fama de Kelsen empieza desde cuando era un gran profesor en Viena; por ello fue
llamado en 1919 a redactar la Constitución de la nueva República de Austria y así es el
creador de la Constitución Austríaca de 1920, Juez Constitucional en la Corte Constitucio
nal creada por él, pasó en 1930 a la Universidad de Colonia. Al advenimiento del Tercer
Reich se alejó de Alemania y pasó a dictar conferencias en francés en Ginebra en el Institu
to de Altos Estudios Internacionales y, luego, a causa de la guerra viajó a los Estados Unidos
donde profesó en la Universidad de Harvard en la que publicó, bajo su patrocinio, en 1945,
su General Theory of Law and State pasando finalmente a la Universidad de California en
f la que se jubiló en 1952, falleciendo en Berkeley el 19 de Abril de 1973.
20
F ilosofía del D erecho
Sobre Kelsen se han escrito infinidad de estudios en libros, revistas, tesis y reseñas
bibliográficas y periodísticas. Abarcaría ingentes páginas esta breve reflexión si nos abo
cáramos a su bibliografía que está escrita fundamentalmente en alemán, inglés, francés y
castellano. Léase una biografía genial del gran maestro vienés escrita por un gran maestro
español: LUIS LEGAZ LACAMBRA (1906-1980): "Kelsen. Estudio Crítico de la Teoría Pura del
Derecho y del Estado de la Escuela de Viena”, con un magistral Prólogo de Luís Recasens
Siches, editorial Bosch, Barcelona, 1933; JORGE PATRON YR1GOYEN: "Crítica de la Teoría
Pura del Derecho", Librería e Imprenta Gil, S.A., Lima, 1948; LUIS RECASENS SICHES: "Pa
norama del Pensamiento Jurídico en el Siglo XX", tomo I, págs. 138 a 221, editorial Porrúa,
S.A. México, 1963; ROBERT WALTER: "Kelsen, la teoría pura del derecho y el problema de
la justicia", Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 1997; ENRIQUE R. AFTALIÓN -
JOSÉ VILANOVA - JULIO RAFFO: "Introducción al Derecho", nueva versión, tercera edición,
págs. 286 a 336, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1999; DOMINGO GARCÍA BELAUNDE: Pre
sentación a la Primera Edición Peruana de Hans Kelsen: "Introducción a la Teoría Pura del
Derecho", edición autorizada por el Instituto Hans Kelsen de Viena, Lima, 1993; JOSÉ F. PA
LOMINO MANCHEGO: Bio-bibliografía de Hans Kelsen, Lima, Semana Santa de 1993. Este
valioso estudio figura como apéndice a la edición peruana del libro anteriormente citado
del gran maestro vienés, pág. 115 a 139; Robert Walter-Gabriele Kucsko-Stadlmayer-Heinz
Mayer-Rudolf Thienel-Michael Schmidt-Clemens Jabloner y otros: "Problemas Centrales
de la Teoría Pura del Derecho", Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 2001.
Critica del profesor Eustaquio Galán y Gutiérrez: "KELSEN SE ASEMEJA AL REY MIDAS
PORQUE CONVIERTE EN NORMAS TODO CUANTO TOCA." Como se recordará, en la mito
logía griega el Rey Midas le pidió a los dioses del Olimpo el poder transformar en oro todo
aquello que tocara. Zeus accedió a su deseo y cuando el rey Midas regresó a su palacio
pidió una copa una copa de agua y ésta se transformó en oro, pidió un pan y este se trans
formó en oro vino su mujer a saludarlo y la convirtió también en oro. Así también Kelsen,
cual nuevo Rey Midas, transforma en normas todo cuanto toca; con lo cual nos lleva a una
teoría del Derecho sin Derecho y a una teoría del Estado sin Estado.
FELIX KAUFMANN (1895-1949), profesor en la Universidad de Viena y desde 1936,
en la "New School of Social Research" de New York, publicó en 1922 su "Logik und Re-
chtswissenschaft"; en 1924, su "Die Kriterien des Rechts", en 1936; su "Methodenlehre
der Sozialwissenschaften".
El profesor Félix Kaufmann fue discípulo de Hüsserl y, por lo tanto, su método era el
fenomenológico. Pero también fue discípulo de Kelsen y consecuentemente era kelsenia-
no, es decir, normativista.
"La Teoría del Derecho aparece como la teoría de la esencia del Derecho y como el
fundamento teórico necesario de toda ciencia del Derecho Positivo. Ella es un sistema de
proposiciones formales que poseen una estricta evidencia y que nosotros comprendemos
por intuición gracias a la contemplación de las esencias" (Die Kriterien des Rechts, pág. 43).
Para superar las limitaciones propias de la concreción y limitaciones inherentes a la
Teoría General del Derecho debemos recurrir a una fundamentación científica de la Filo
LEGALES EDICIONES
sofía del Derecho. La solución a esta cuestión nos la resuelve la fenomenología y, por ello,
debemos recurrir al pensamiento de Edmundo Hüsserl, de Martin Heidegger y de Max
Scheler en los cuales se han inspirado los grandes filósofos del Derecho de nuestra época:
Adolf Reinach, Wilhelm Schapp, Félix Kaufmann, Fritz Schreier, Carlos Cossio, Miguel Rea
le, Werner Goldschmidt, Carlos Fernández Sessarego, Luís Recasens Siches, etc.
21
EL CONCEPTO DEL DERECHO
LEGALES EDICIONES
tiene ya por misión hacer el Derecho. El Derecho ya está hecho. No existe incertidumbre,
pues el Derecho está escrito en textos auténticos".
A su vez BLONDEAU no vaciló en proclamar que "La ley es la única fuente de las de
cisiones jurídicas" y "si el juez se encuentra en presencia de una ley ambigua o de leyes
contradictorias, escapándosele el pensamiento del legislador tendrá motivos tan podero
sos para abstenerse como para actuar y considerar esas leyes como no existentes, y por lo
mismo, para rechazar la demanda".
El colmo de esta actitud positivoide lo planteó MOURLON: "Para el jurisconsulto, para
el abogado, para el Juez- escribe, un solo Derecho existe: el Derecho positivo... Se define
como el conjunto de leyes que el legislador ha promulgado para reglamentar las relaciones
de los hombres entre sí. Las demás no son materias de Derecho, y si el juez se apoyara en
23
J osé A ntonio S ilva V allejo
ellas para motivar sus decisiones, sobrepasaría los límites de sus facultades. Solamente al
legislador pertenece la facultad de de determinar, entre las numerosas y algunas veces tan
controvertidas reglas del derecho natural las que son igualmente obligatorias... Dura lex,
sed lex; un buen magistrado humilla su razón ante la de la ley".
BAUDRY-LACANTINERIE, se adhirió también a las opiniones de BLONDEAU y de MOU-
RLON: Dura lex, sed lex, "Hay un inconveniente -d ic e - en permitir al juez que falle según
la equidad cuando la ley es muda; consiste en que se le somete. Sería aún más inconve
niente obligar en estos casos al juez a remitirse al poder legislativo, es decir, a solicitar de
este poder la ley que constituiría la regla de su decisión futura; y, como dijo PORTALIS, "en
tre dos males, el legislador debió escoger el menor". Por una contradicción muy singular,
BAUDRY - LACANTINERIE declara que siendo la independencia del legislador más grande
que la del Juez, "su arbitrio es más temible que el del juez"; en estas condiciones, el hono
rable Decano concluye que debería evitarse "transformar al legislador en juez", pues este
resultado es más grave que el "transformar al juez en legislador".1
IL- LA RAZÓN DEL SER DEL LEGALISMO SURGIÓ DE LA ADMIRACIÓN AL CÓDIGO CIVIL Y
AL POSITIVISMO IMPERANTE
Modelo insuperable de claridad y de virtuosismo estilístico el Código Civil francés de
1804 nació bajo la inspiración de sus cuatro grandes redactores y de la influencia personal
del primer Cónsul: Napoleón Bonaparte:
TRONCHET, Presidente de la Corte de Casación, nació en París en 1726 y murió en
1806. Había sido un gran abogado en el Parlamento de París y uno de los defensores de
Luís XVi, en cuya residencia llena de libros se reunían los redactores del Código Civil. Se
cuenta que Napoleón se levantaba siempre para saludar a Tronchet que era el primer ma
gistrado de Francia y a quien le manifestaba siempre su profundo respeto poniéndose de
pié ante él al hacer uso de la palabra.
BIGOT DE PRÉAMENEU, FÉLIX JULIEN, Magistrado de la Corte de Casación nacido en
Rennes en 1747, muerto en París en 1825. Había sido un gran abogado en el Parlamento
de Rennes y en París, cuyas intervenciones brillaban por el espíritu de equidad y modera
ción. Fue un gran jurisconsulto, miembro de la Academia de Francia. Defendió el Proyecto
de Código Civil ante el Cuerpo Legislativo como Presidente de la Sección Legislativa del
Consejo de Estado. Su argumentación fue decisiva, para la interpretación del Código Civil.
Napoleón lo nombró Conde del Imperio y luego Ministro de Justicia y Culto hasta la
caida del imperio. Con la "Restauración" Borbónica se retiró a la vida privada.
PORTALIS JEAN-ETIENNE-MARIE. Comisario del gobierno ante el Tribunal de Presas,
fue un brillante abogado, un gran jurista y un notable político. Había nacido en Bausset
(Var) el l 9 de Abril de 1746 y moriría en París el 25 de Agosto de 1807. Dice Planiol que
"fue el filósofo de la Comisión: el fue quien inspiró las principales doctrinas del Código Civil;
quien fue elegido para redactar el Discurso Preliminar que es una obra admirable. Afirmó
un concepto de la codificación cuya exactitud ha sido confirmada por los acontecimientos
LEGALES EDICIONES
y s u b r a y ó e l p a p e l q u e d e s e m p e ñ a r ía la ju r is p r u d e n c ia . E ra u n hombre lú c id o , un espíritu
abierto, de una gran moderación de ideas. Defendió, de acuerdo con Malleville, las ideas
romanas, sin que pudiesen hacerlas triunfar contra las tradiciones consuetudinarias repre
sentadas por Tronchet y Bigot Du Préameneu".2
De precoz inteligencia, Portalis fué un gran jurista. Abogado en Aix en 1765 y joven aún
publicó algunos escritos sobre las relaciones entre el Estado y la Iglesia y sobre el matrimo
nio de los Protestantes, escrito que fue elogiado por Voltaire como un "verdadero Tratado
1 JULIEN BONECASSE: “Elementos de Derecho CiviT, Tomo I, págs. 126-127. Ed. Cajica, Puebla, 1945.
2 GEORGES RIPERT-JEAN BOULANGER: “Tratado de Derecho Civil. Según el Tratado de Planiol”, pág.
84, tomo I, Parte General: El Derecho-Instituciones Civiles, Editorial La Ley, Buenos Aires, 1963.
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F ilosofía del D erecho
LEGALES EDICIONES
guillotina y luminoso como la luz del sol", es el estilo del Code Napoleón.
A su vez PAUL VALERY, el gran poeta de la literatura espiritualista, decía que este Có
digo "es una obra clásica de la literatura mundial de todos lo tiempos". A diferencia del
Código Civil Alemán que es metafísico y profundo, el Código Francés brillaba por su clari
dad y espíritu cartesiano, por su orden, por su lógica; por la vigorosa concatenación de sus
artículos, todo un modelo clásico en el Derecho Comparado.
La estructura del Code Napoleón es la siguiente:3
3 FRANíJOIS GORPHE: “De la apreciación de las pruebas”, traducción de Luís Alcalá Zamora y Castillo,
pág. 30, Ediciones Jurídicas Europa - América, E.J.E.A., Editores, Buenos Aires, 1950.
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J osé A ntonio S ilva V allejo
TÍTULO PRELIMINAR
DE LA PUBLICACIÓN, DE LOS EFECTOS Y DE LA APLICACIÓN DE LAS LEYES EN GENERAL
nan entonces la tarea casi exclusiva de descifrar, de deletrear el nuevo texto palabra por
palabra y coma por coma. En compensación, es preciso convenir que un Código reciente
extiende, más fácilmente que una obra envejecida, su influencia al extranjero: los pueblos
que quieren darse una legislación nueva vuelven su mirada hacia los instrumentos legis
lativos de la última época más que hacia los Códigos centenarios". "En todo caso, el día
en que venza la causa de la revisión, convendrá, a todo trance, edificar el nuevo Código
no siguiendo el procedimiento legislativo ordinario, que no dejaría de producir crueles
desengaños, sino recurriendo a técnicos versados en la lengua y en la ciencia jurídica;
convendrá volver a emplear el método de Bonaparte y confiar a juristas, elegidos fuera
del Parlamento, la labor de redactar el proyecto. La incoherencia de las leyes recientes y
de los decretos-leyes muestra bien que nadie puede improvisarse como jurista y que nin
guna obra legislativa digna de tal nombre emanará jamás de Asambleas esencialmente
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F ilosofía del D erecho
políticas, mal preparadas para un trabajo que exige de quienes a él consagran, ciencia,
prudencia, reflexión y ponderación",4
Es por ello que lo imitaron todos los grandes Códigos del mundo: el Código de Bélgica,
de Holanda y Luxemburgo de 1810, el Código de Westfalia de 1808, el Código de Hanover
de 1810, el Código de Francfurt de 1819, el Código de Nápoles de 1808, el Código de Par-
ma, Placencia y Guastalla de 1820, el Código Sardo fue promulgado con el nombre de Códi
go Albertino en 1837, los Cantones suizos y también la Ciudad Libre de Dantzig así como el
gran Ducado de Varsovia lo adoptaron hasta el advenimiento del Código Polaco, el Código
Civil Español de 1888, vigente desde 1889, que sufrió una serie de modificaciones, la más
Importante la de 1973 que sancionó el Nuevo Título Preliminar del Código Civil Español y
otras reformas Introducidas con motivo de la Constitución de 1978, la que en su artículo
149?, 3 dispone que "El Derecho estatal será, en todo caso, supletorio del derecho de ias
comunidades autónomas". Así se consagra la co-existencia del régimen foral compilado
con el del Código Civil (Derecho Estatal).
En el Perú debemos tener presente que el Mariscal don Andrés de Santa Cruz dispuso
que el Código de Napoleón se tradujera del francés al castellano para promulgarlo en 1836
como el Código del Estado Sud-Peruano en la Confederación Perú-Boliviana hasta que, en
1852, siendo Presidente del Perú don José Rufino Echenique se promulgó el Código Civil,
Inspirado en el Code Napoleón con sus mismas virtudes y cualidades estilísticas que lo hi
cieron inmensamente popular. El maestro Jorge Basadre Grohmann ha dicho por ello que
en todas las bibliotecas de las casas del Perú no podían faltar tres libros fundamentales: la
Biblia, el Quijote y el Código Civil. Era un libro poético el Código del 52. Allí teneís el artículo
1343 que decía: "Puede venderse la esperanza incierta, como la redada del pescador antes
de echarla". La estructura del Código de 1852 es la siguiente:
Titulo Preliminar; Libro Primero: De las personas y sus Derechos; Libro Segundo: De
las cosas.- Del modo de adquirirlas y de los derechos que las personas tienen sobre ellas;
Libro Tercero: De las Obligaciones y Contratos.
Este Código entró en vigencia el 29 de julio de 1852 y rigió hasta el 13 de noviembre de
1936. No hay una Exposición de Motivos de este Código, pero, de su lectura se infiere que
su inspiración fue el Código de Napoleón y sus comentarios por los célebres profesores de
la escuela francesa de la Exégesls, quienes influyeron en el pensamiento del Senador don
Andrés Martínez, político y jurista arequipeño, y de don José Luís Gómez Sánchez también
Senador, así como de los Diputados Manuel Toribio Ureta, Pedro Galvéz, Teodoro La Rosa,
Juan Celestino Cavero y Pedro José Flores, quienes fueron nombrados por el Congreso
en su sesión del 12 de junio de 1851. La Comisión desarrolló sus funciones entre junio y
diciembre de 1851, bajo la Presidencia del Senador por Arequipa don Andrés Martínez
y Orihuela, teniendo como base el Proyecto de Código Civil de 1847 elaborado por una
Comisión integrada por don Manuel Pérez de Tudela, don Francisco Javier Mariátegui, don
Manuel López Lisson, don Mariano Carrera, don José Luís Gómez Sánchez, don José Ma
nuel Tirado y don José Julio Rospigliosi, quienes fueron nombrados por una ley promulga
da por el Presidente, don Ramón Castilla, el 8 de octubre de 1845, siendo refrendada por
LEGALES EDICIONES
su Ministro de Justicia, don José Gregorio Paz Soldán.
También fue carismático el Código Civil Chileno de 1857, redactado por un notable ju
rista que fue don Andrés Bello (Caracas, 20-XI-1781- Santiago, 15-X-1865) y que fue adop
tado, por sus notables virtudes, como el Código Civil del Ecuador de 1861 y como Código
Civil de Colombia de 1873, aplicable a toda la República por una ley del 15 de abril de 1887.
En Argentina es preciso evocar la memoria del doctor Dalmaclo Vélez Sársfield redac
tor del Código Civil Argentino promulgado en 1869 vigente desde 1871.
4 JOSSERAND: “Derecho Civil”, tomo I, Volumen i°, págs. 50-51, Ediciones Juridicas Europa-America,
Bosch y Cía. Editores, Buenos Aires, 1950.
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J osé A ntonio S ilva V allejo
TÍTULOS PRELIMINARES
TÍTULO I - De las leyes
TÍTULO II - Del modo de contar los intervalos del derecho
LIBRO PRIMERO
De las personas
LIBRO SEGUNDO
De los derechos personales en las relaciones civiles
(que trata de las Obligaciones, del acto jurídico y de los contratos)
LIBRO TERCERO
LEGALES EDICIONES
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F ilosofía del D erecho
rry a quien sus compatriotas lo llamaban "le bon juge" -el buen juez-, por sus fallos lapi
darlos, por sus sentencias justas, por su interpretación supralegal, porque tuvo la virtud de
satisfacer los anhelos de justicia de un pueblo desconfiado ya de ella. Su fama traspasó ias
fronteras y sus sentencias fueron recopiladas por HENRI LEYRET. El famoso libro de Leyret
lo tengo a la vista en su traducción castellana, publicado por la editorial Temis, Bogotá,
1976, bajo el título de "Las sentencias del Buen Juez Magnaud", en las que no sé si admirar
más su intuición emotiva del Derecho o su interpretación supra-legal o su creación pre-
toriana del Derecho en la que la Jurisprudencia es la fuerza viviente, la verdadera fuente
creadora del Derecho, argumentos éstos, que hacen de MAGNAUD a uno de los grandes
pioneros de la escuela del Derecho Libre, que tuvo en Alemania su gran auge, bajo el nom
bre de movimiento del "Frei-Recht" y que, en Francia, brilló y se conoció con el nombre
de escuela de la libre investigación científica cuyos grandes representantes fueron Gény,
Mornet, Morin, Maury, Jean Cruet, Ripert y Motulsky.
Así, cito el caso de la sentencia absolutoria de Luisa Menard, por la que en Audiencia
del 4 de Marzo de 1898 el Tribunal Absolvió considerando que la procesada tenía a su
cargo un hijo de dos años, para el cual nadie le prestaba auxilio, y que, desde hacía algún
tiempo se encontraba sin trabajo, a pesar de sus esfuerzos para procurárselo.
"Que al realizar el hecho contaba por todo recurso con el pan de dos kilos y las dos
libras de carne que le entrega cada semana al despacho de beneficencia de Charly, para
ella, su madre y su hijo".
"Que en el instante en que la procesada hubo de arrebatar un pan en casa del pana
dero X., no tenía dinero, y que los artículos que había recibido estaban agotados hacía ya
treinta y seis horas".
"Que ni ella ni su madre habían comido durante ese lapso de tiempo, dejando para el
niño algunas gotas de leche que tenían en la casa".
"Que es lamentable que en una sociedad bien organizada, uno de los miembros de
esta sociedad, sobre todo una madre de familia, no pueda encontrar pan de otro modo
que cometiendo una falta".
"Que cuando se presenta una situación semejante a la de Lucía Ménard, muy clara
mente establecida, el juez puede y debe interpretar humanamente los inflexibles precep
tos de la ley".
"Que el hambre es susceptible de arrebatar a todo ser humano una parte de su libre
arbitrio, y de aminorar en él, en una gran medida, la noción del bien y del mal".
"Que un acto ordinariamente reprensible, pierde mucho de su carácter fraudulento,
cuando el que le comete obra impulsado por la imperiosa necesidad de procurarse un
alimento de primera necesidad, sin el cual la naturaleza rehúsa poner en ejercicio nuestra
constitución física".
"Que la intención de delinquir está todavía mucho más atenuada cuando a las torturas
angustiosas resultantes de una larga privación de nutrición se junta, como en este caso, ei
LEGALES EDICIONES
deseo, tan natural en una madre, de evitarlas a su tierno hijo, del que solo ella tiene la carga"
"Que de todo esto resulta que los caracteres de la aprehensión fraudulenta, libre y
voluntariamente perpetrada, no se encuentran en el hecho cometido por Luisa Ménard,,
que se ofrece a restituir al panadero X, por el producto del primer trabajo que pueda pro
curarse".
"Que si ciertos estados patológicos, notablemente el estado de preñez, han sido mu
chas veces motivo de estimar irresponsables a los autores de robos cometidos sin necesi
dad, esta irresponsabilidad debe, con más poderosa razón, ser admitida a favor de los que
no han obrado sino según los irresistibles impulsos del hambre".
"Que ha lugar, en consecuencia, a declarar la absolución de la procesada, sin coscas,
por la aplicación del art. 64 del Código Penal".
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J osé A ntonio S ilva V allejo
Por esos motivos, el tribunal absuelve a Luisa Ménard del hecho por el que ha sido
perseguida, sin costas.
Como dijo HENRI LEYRET: "La sentencia absolutoria de Luisa Ménard es universalmen
te conocida. La prensa francesa la reprodujo, la prensa extranjera también. Comentada,
discutida, aplaudida, reprobada, suscita tanto la admiración de unos como la indignación
de otros. En verdad que fue la inmensa mayoría de los ciudadanos la que se admiró; que
fue una ínfima minoría de fariseos la que se indignó. Mientras que el presidente Magnaud
recibía la aprobación casi unánime de Francia".5
"Los periodistas se juntaron para incriminar sus sentencias con la misma mala fe que
habían empleado para atacar su sentencia. Hay que citar, para memoria, los dos órganos
parisienses donde se produjeron estas críticas acerbas, estas invectivas apasionadas: "Le
Journal des Débats" y "La Republique Franpaise", precisamente, los dos periódicos más
identificados con la política retrógrada, salvajemente egoísta, suave con los ricos y dura
con los pobres, del gran avaro de Francia, señor Méline." "La Republique Franpaise" repro
cha con acritud al magistrado de Chateau-Thierry el "ruido" hecho alrededor de su nom
bre, lo vitupera por no haber socorrido a Luisa Ménard, ni reintegrado al panadero, lo ridi
culiza de poseer "una visión harto falsa de la sociedad y del papel del magistrado en ella".
El “Journal des Débats", extremando su malevolencia, se mostró todavía más duro y
despiadado censor del magistrado que ha tenido la audacia de absolver a una "ladrona".
Añade LEYRET "¡Qué innovación, que peligro!...Como "Le Journal des Débats", como
la "Republique Franqaise", los dos principales reflectores del pensamiento ministerial de
esta época, el fiscal general ante la Audiencia de Amiens no soporta semejante revolución
de las costumbres judiciales. Cortesano respetuoso de los prejuicios de sus señores, no
puede tolerar que uno de los jueces de su jurisdicción ose desafiar a las sociedad con tales
doctrinas".
"Inamovible, el presidente Magnaud escapa por lo mismo a toda remoción a toda me
dida de rigor. Queda al alto magistrado un medio de combatir a este juez independiente:
la apelación a mínima. Él la usa, y la sentencia de Chateau-Thierry fue diferida de urgencia
a la Audiencia de Amiens.
Ante esta noticia se produce en el país una conmoción general. Esa desaprobación
oficial de un magistrado compasivo con los pobres sobreviene en el momento en que,
por un voto expresivo de la Cámara, era fijado en el tablero de anuncios de todas las al
caldías de Francia, un discurso del diputado Viviani fustigando a los indignos magistrados
complacientes con los poderosos, y la escandalosa apelación contra la piedad subleva la
conciencia pública".
"En vano los triunfantes fariseos escriben en "Les Débats" que no podía ser de otro
modo, "porque entonces valía más cerrar nuestros tribunales, poner en la reserva a los
jueces, licenciar la Guardia Civil y abandonos los unos a los otros a las alegrías del estado
de naturaleza". La opinión no perdona esa decisión monstruosa".6
LEGALES EDICIONES
5 Cfr. LEYRET: “Las sentencias del buen Juez M agnaud’. cit., pág. 13.
6 Cfr. LEYRET: Cit., pág. 16.
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F ilosofía del D erecho
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J osé A ntonio S ilva V allejo
de Derecho Civil Francés”, traducción española del dr. Mario Díaz Cruz en 13 volúmenes,
Cultural S.A., La Habana, 1937.
La doctrina francesa, la “scíence du droit”, enriqueció la argumentación científica del
pensamiento jurídico francés con las grandes sentencias de la Courde Cassation y de las
Cour d'appel. Los comentarios críticos a las sentencias de las Cortes constituyó todo un
pensamiento y una verdadera escuela, conocida con el nombre de escuela de los arretistas
(de arret = sentencia).
Grandes comentaristas de esta escuela fueron: Meynial, "Les recueils d'arréts et les
arrétistes" (Livre du Centenaire du Code Civil, t. I, pág. 173); Cohendy, "Le méthode d'un
arrétiste au XlXé siécle: Labbé", Lyon, 1910; E.-H. Perreau, "Technique de la jurisprudence
f en droit privé" 2 vol., París, 1923. Pero quienes, decididamente, llevaron este método a la
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F ilosofía del D erecho
perfección fueron Aubry y Rau, y, años más tarde, los discípulos de Planiol, Henri Capitant,
su escuela y, en general, todos los grandes maestros de la "science du droit".
C H A R LE S AUBRY
Profesor de la Facultad de
Derecho de Strasburgo
LEGALES EDICIONES
Sostengo que los maestros Aubry y Rau, aun cuando cronológicamente podrían ser
ubicados en la época de la escuela de la exégesis, (y así los ubica, por ejemplo, Julien Bone-
casse en su hermoso libro "La escuela de la exégesis en el Derecho Civil"), en mi opinión,
creo que, por su estilo y por su método, pertenecieron, de lleno, a la escuela científica del
Derecho Civil Francés.
A su vez, los discípulos de Planiol, consumaron con gran maestría este método en
el célebre "Tratado Práctico de Derecho Civil Francés" en 13 tomos, del que ya he dado
cuenta precedentemente.7
7 JULIEN BONNECASE: “La escuela de la exégesis en Derecho Civil”, pág. 9 1, editorial José M. Cajica,
Puebla, México, 1944.
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J osé A ntonio S ilva V allejo
liberalidad, animus donandi" (pág. 12). Y es que, explica el maestro: "La doctrina está
envuelta en una interminable y estéril controversia sobre la realidad de la causa, cuya ex
posición forma el objeto principal del desarrollo que los tratados dedican a esta materia"
(pág. 7). Y agrega:"Se considera a esta materia como una de las más obscuras del Derecho
Civil; se esquiva el hablar de ella. Esto nos explica la ausencia de una verdadera teoría"
(pág. 7 in fine).
"Al paso que estas cuestiones permanecían en la sombra entre los autores, un movi
miento opuesto atraía hacia ellas la atención de los Tribunales" (pág. 8).
"Puede decirse que la Jurisprudencia ha dado vida a textos cuya utilidad había sido
desconocida por los autores. Ha sabido extraer la savia que se encuentra allí realmente
f contenida. Nuestros Tribunales han elaborado poco a poco, día tras día, sin el apoyo de la
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F ilosofía del D erecho
doctrina, y a pesar de sus observaciones y sus críticas, una teoría de la causa que ocupe
puesto considerable en el Derecho jurisprudencial. Los elementos de esta teoría se encuen
tran dispersos en innumerables sentencias. Nos ha parecido haber llegado el momentc
oportuno de su sistematización" (págs. 8 y 9).
"Una de las principales funciones del jurista de hoy debe ser interpretar la Jurispruden
cia" (pág. 9).
"Verdadero derecho moderno, que vive en estado latente mal conocido, estudiado sote
fragmentariamente, ignorado a veces, hasta tal extremo, que los doctores ni siquiera har.
recogido, criticado, formulado, clasificado y armonizado sus disposiciones".
"Debido a esto, nos ha parecido necesario buscar a través de la historia el origen, la;
vicisitudes y las aplicaciones de la idea de causa" (pág. 9 ¡n fine)
"Ordinariamente no se llega más allá de Domat, Domat es el primero que hace une
exposición metódica de la causa" (pag. 10). "Domat no ha creado nada, ni inventado nada
No ha hecho más que construir una teoría con materiales preparados por sus predeceso
res. Ha interpretado las ideas hasta él fluctuantes. En esto estriba su mérito" (pág 11).
"Merlín, el más célebre de los primeros comentaristas del Código Civil, se expresó di
ciendo que "la causa de una obligación es...el motivo que impulsa a contraería, lo que
Blackstone llama en inglés consideration inducement, y en latín id quod induxit ad contra
hendum".
"Delvincourt es todavía más breve: la causa de un contrato, es aquello que determine
a contratar".
"Es -dice Zachariae-, la razón jurídica que ha determinado a la parte a contratar".
"Aubry y Rau (t. IV, parágrafo 345), se explican más claramente: El Derecho francés.
como condición de la forma obligatoria y de toda convención, que el autor de la promesc
haya sido determinado a obligarse por un motivo jurídicamente suficiente. A este motive
se llama causa de la obligación".
"Demante y Colmet de Santerre reputan a su vez que en los contratos sinalagmáticos.
la obligación del uno tiene por causa la obligación del otro, y que las dos obligaciones se
sirven recíprocamente de la causa" (pág. 39).
En el parágrafo 3, pág. 39, de esta fundamental obra que estoy condensando, cita
Henri Capitant a los autores anti-causalistas:
"Ernst, profesor en la Universidad de Lieja, ha sido el primero que en 1886, en un fo
lleto titulado 'La causa condición esencial para la validez de los contratos', publicado cor
o c a s ió n d e la r e v is ió n d e l C ó d ig o C iv il B e lg a , p la n t e ó q u e s e s u p r im a n lo s te x to s r e la t iv o s c
esta noción, porque no correspondían a nada real, y son fuente de errores y de confusiones
Esta opinión no ha tenido éxito en Bélgica, aunque Laurent la ha apoyado con su grande
autoridad. Así lo ha hecho, en efecto, en sus 'Principios de Derecho Civil Francés' (t. XVI, n
111), en donde sostiene a su vez que la teoría del Código sobre la causa no es jurídica, y que
LEGALES EDICIONES
el Código había distinguido injustamente la causa del objeto con el cual se la confundía
para hacer una cuarta condición esencial en la validez de los contratos" (pág. 40).
"Algunos años más tarde, en Francia, dos excelentes tesis doctorales, de Artur ("De le
causa en Derecho Romano y en Derecho Francés", París, 1878) y Timbal ("De la causa et
los contratos y obligaciones en Derecho Romano y en Derecho Francés", Tolosa, 1882) em
prendieron el desarrollo de estas críticas, concluyendo ambos en que la teoría del contrate
se complicaba inútilmente con el análisis de sus elementos. Reunieron en torno suyo ciertc
numero de jurisconsultos, entre los cuales cabe citar a Huc, Baudry-Lacantinerie y Plariiol
en Bélgica, Cornil; y, en Italia a Giorgi" (pág. 40).
En la Sección Tercera, pág. 41 y siguientes nos dá Henri Capitant su plan-teamiento
refutando los argumentos dirigidos contra la teoría de la causa:
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J osé A ntonio S ilva V allejo
"La imperfección de estas definiciones procede de que sus autores no han tenido un
concepto bastante claro de la cosa que se trataba de definir: Todo se simplifica, por el
contrario, y la respuesta que buscamos se presenta fácil si partimos de la identidad de las
nociones de fin y causa, pues basta buscar cual es el fin pretendido por cada una de las
partes, y no es cosa dificil precisar este fin. En realidad es evidente que si una parte se com
promete, no lo hace solamente para que la otra se obligue también. Las dos obligaciones
correlativas son como el primer paso para preparar el resultado definitivo, que no es otro
sino la realización de las prestaciones pactadas. Lo que determina a una persona a vender
sus cosas, no es sólo la promesa hecha por el comprador de pagarle el precio convenido,
sino el deseo de tener a su disposición la suma prometida" (pág. 42).
"A su vez el comprador consiente en pagar el precio por adquirir la propiedad pacífica
y útil de la cosa vendida".
"En un contrato sinalagmático, por ejemplo, la causa que determina a obligarse a las
dos partes, es la voluntad de obtener la realización de la prestación que le ha sido prome
tida en cambio".
"Este análisis de la causa difiere, sin duda, algo del que acostumbran a hacer los ci
vilistas, pero nos parece que no se le puede censurar de inexacto. Por lo menos no innova
nada, ni es inédito tampoco, pues se le encuentra en un importante estudio de M. Labbé, y
aparece igualmente en numerosas resoluciones de la jurisprudencia" (págs. 42 - 43).
Otra obra fundamental del maestro, consagratoria del método ametista y de la así
llamada "escuela de los ametistas" es un libro fundamental para la hermenéutica y para
el Derecho Civil Comparado: "Les grands arréts de la jurisprudence civile", décima edición,
por los profesores Franpois Terré et Yves Lequette, ediciones Dalloz, Paris 1994. En el Pre
facio a la primera edición (1934) de esta gran obra dijo Henri Capitant: "La jurisprudence
est, en effet, bien qu'on l'ait contesté, une source de droit comme la loi elle-méme, et cette
source devient de plus en plus ahondante á mesure que la loi vieillit. Sans sortir de leur role
d ‘interpretes, cherchant dans les textes du code ou, á défaut, dans les principes généraux
qui les dominent, les motifs de leurs jugements, les tribunaux créent peu á peu un corps
de droit, une doctrine qui compléte, enrichit, amende l'oeuvre législative. Sans cet apport
constant, sans ce rajeunissement incessant, les lois vieilliraient et se dessécheraient. Elles
n ’échappent á la décrépitude que par cet afflux de sang nouveau, par cette végétation
complémentaire que leur apporte cette adaptaron quotidienne aux besoins du commer-
ce juridique. Les juristes contemporais ont compás que leur mission consistait a étudier,
á critiquer ce droit en formation, á le dégager de la masse des décisions oü il se trouve
enfoui comme le minerai dans le sol, a le mettre au jour, a le dépouiller de ses scories, en
un mot á le systématiser. C'est á eux, en effet, qu’incombe cette misssion de découverte,
de direction et de redressement. Les magistrats, absorbes par le jugement des procés qui
viennent successivement devant eux, statuant sur des espéces toujours variables, ne peu-
vent saisir les traits généraux des régles á l'élaboration desquelles ils participent, pas plus
que le promeneur dans la forét n'en voit l'ensemble. C'est pourquoi les maítres de nos
LEGALES EDICIONES
36
F ilosofía del D erecho
qu'ils suscitent. Dans un procés, Texamen desfaits qui ont provoqué le différend est aus: i
profitable que l'étude de la solution adoptée par les juges".
Una preciosa semblanza de Henri Capitant que nos revela maglstralmente su perfil d i
gran maestro fue el que nos diera el profesor Henri Mazeaud en su discurso pronunciad )
en Varsovia el 7 de marzo de 1938 dedicado a la memoria del gran maestro francés:
“...Dejando un lado su obra científica, no intentaré sino aportaros un testimonio, exp i
car por qué lo he apreciado profundamente, deciros lo que era él para sus discípulos, reviví r
la gran figura del que sigue siendo, para todos nosotros, el modelo del verdadero maestro ’.
"Lo vi por primera vez cuando me decidí a preparar, en París, la auxiliaría de la cátedrc.
Dirigía la conferencia de los auxiliares de derecho civil y era usual, entre los aspirantes,
efectuar una visita al profesor que orientaba su preparación. El corazón palpitaba un p o c)
cuando se llamaba por vez primera en la calle Cassini. Pero el corazón era conquistado c /
instante, porque uno se sentía unido a él - y apelo a cuantos a él se han acercado- desd ?
el instante en que se le veía. Desde el momento en que hablaba, se le creía. ¿Tenía, pues,
ese poder en la demostración, esa fuerza, con frecuencia brutal, que compele a inclinars =
a los espíritus? Ahí está, casi siempre, el secreto de la autoridad: mirada imperiosa, vez
potente, ademanes que imponen la obediencia. Nada de eso había en él; y eso es lo qu s
siempre he admirado sobre todo. Nadie ha poseído más que él ese don, sin el cual no exist ?
maestro: la autoridad, pero esa inmensa autoridad provenía de una fuente distinta. Este -
ba formada enteramente por la atracción y la dulzura. Ahí es donde residía el milagro. S ?
creía en él, porque se le quería. Su atractivo, su distinción, su manera de hablar, concisa /
algo cansada, el timbre de su voz eran los que nos arrebataban, unidos a la sencillez di I
razonamiento".
"Dirigía la conferencia de los auxiliares de derecho civil sentado junto a nosotros, oyer -
do al aspirante que actuaba. Las críticas que él hacía de las lecciones quedarán siempr ?
para m í como modelos".
"Allí nos dominaba su autoridad. Un día empezó a hablar de la teoría del riesgo, qu ?
había pretendido demoler la construcción clásica de la responsabilidad civil. No le dedic 5
sino una frase; pero esa frase fue suficiente: en algunos segundos me había convenid:;
me había conducido a la vieja teoría de la culpa que, desde entonces, he defendido sien -
pre. Así son los verdaderos maestros. Os arrebatan y tan sólo más adelante, tras un larg i
trabajo, surge ante vosotros el fundamento exacto de la decisión adoptada en un instanh .
Pero ¡cuánta sencillez unida a tanta autoridad! Cuántas veces, nosotros, todos los que st -
guiamos el curso de auxiliares, lo hemos visto plantearse una cuestión, confesar que no a -
nocía la respuesta, tratar de informarse cerca de nosotros y decirnos finalmente sonriendi :
"Denme, pues, mi obra". Cuántas veces le hemos oído comenzar una crítica de la lecció 1
que había sido dictada ante él por uno de nosotros y luego detenerse de pronto, descanse r
la cabeza entre las manos, meditar y decirnos: "Es usted el que tiene razón".
"Porque su sencillez se aliaba con una sinceridad absoluta".
"Era el atractivo de los cursos de los auxiliares. No concurría a ellos con una crítica pre
LE G A LE S ED ICIO N ES
parada de antemano. Nos escuchaba y, luego de habernos oído, pensaba en voz alta ant e
nosotros. Ensayaba un plan, después otro, y luego se decidía. "Los textos legales - decía■ -,
partid de los textos". Se veía así construirse la lección, una lección en la que todo no ei i
sino claridad. Sacrificando los detalles, sabía establecer las ideas esenciales, ¡y agruparen
torno a ellas toda la clase o conferencia! i Qué sencillo parecía todo cuando había recom-
truido así el edificio...!".
"Lo queríamos porque sabíamos que nos quería. En seguida se adquiría la confianza,
porque concedía su amistad sin dilación. Le bastaba un instante para juzgaros; y por eso s s
estaba reconocido a él. Se creía en él, porque él había creído en vosotros".
El afecto puesto en el profesor continuaba sintiéndose por el que se había convertía o
en vuestro guía. Ya que, como ha escrito con tanta justicia RIPERT (Rev. crit. légis. et ju ris,
37
J osé A ntonio S ilva V allejo
1937, pág. 607, IX), "seguía a través de la vida a los que habían sido sus discípulos. Era el
maestro al que se acude para contarle las penas o las esperanzas".
"Lo importunábamos sin cesar y nos escuchaba siempre. Jamás se negó a darnos el
consejo que se le pedía, la ayuda que se le solicitaba. Siempre tenía tiempo. Pero, a conti
nuación, debía trabajar durante la noche y así arruinaba su salud".
"Qué encanto poseían las largas conversaciones en su despacho de la calle Cassini, con
frecuencia en el comedor también; porque nos introducía muy pronto en la intimidad tan
grata y acogedora de su familia".
"Qué encanto asimismo los paseos por la avenida del Observatorio. Le gustaba que
se le acompañara cuando regresaba de la Facultad a la calle Cassini: "Vengan conmigo",
decía, mientras os tendía el brazo".
"Se ha marchado. Para cuantos lo queríamos, el dolor ha sido inmenso. Pienso en la
que ha sido la compañera admirable de su vida y que nos acogía siempre junto a ella.
"Cada día que pasa -m e ha escrito-, aumenta mi desdicha y mi profundo dolor, y me lleva
a medir mejor la magnitud de su pérdida". Ese pesar lo compartimos; porque es preciso
repetir las palabras del decano ALLIX (en su discurso en la sesión de apertura del curso de
1937 en la Facultad de Derecho de París): "Al duelo público se mezcla para mí, como para
todos aquellos que pertenecieron a su intimidad, la tristeza de un luto familiar". Pero, aun
cuando se haya ido, sigue estando todavía entre nosotros. Se encuentra en todo aquello
que nos ha legado, por el ejemplo que nos ha dado".
(Extracto de este gran discurso que figura en el Prólogo de HENRI MAZEAUD a su "Tra
tado teórico y práctico de la responsabilidad civil, delictual y contractual” y que se Intitula
"Henrl Capitant y la evolución de la teoría francesa de la responsabilidad civil", pág. XIII a
XV del tomo primero de la traducción castellana editada por Ediciones Jurídicas Europa-
América, Buenos Aires, 1961).
Otra obra notable de la gran escuela civilista francesa es la del profesor LOUIS JOSSE-
RAND: "Curso de Derecho Civil Francés", París, 1938, traducción castellana por Editorial
E.J.E.A., Buenos Aires, 1950.
El profesor Louis Josserand nació en Lyon el 31 de Enero de 1868 y
murió el 8 de Noviembre de 1941. Ingresó a la docencia universitaria
en 1898. En 1903 fue nombrado profesor ordinario de Derecho Civil en
la Universidad de Lyon en la que llegó a ser Decano de la Facultad de
Derecho y posteriormente Decano Honorario de la misma. En 1935 fue
nombrado Consejero de la Corte de Casación y ha sido "doctor Honoris
causa" en las Universidades de Bruselas, Coimbra, Lisboa y Montreal.
Entre sus obras más destacadas hay que recordar: "Les successions
entre époux" Lyon, 1892; "De la responsabilité du fait des choses inanimées" 1897; "De
l'abus des droits", 1905; "De l'esprit des droits et de leur relativité" 1927; "Les mobiles
dans les actes ju r id iq u e s d u d r o it p riv é " , 1 9 2 8 ; " É v o lu t io n s e t a c t u a lit é s , C o n fe r e n c e s d e
droit civil", 1936; "Études sur l ’évolution et les tendances actuelles du droit des obligations
LEGALES EDICIONES
38
F ilosofía del D erecho
numerosos textos han sido alargados, acortados o, más raramente, suprimidos; pero hay
algunas leyes que han quedado al margen de la gran codificación modificada por ellas sin
penetrar materialmente en la misma (por ejemplo, las leyes de 23 de marzo de 1855 sobre
transcripción; la de 10 de agosto de 1927 sobre la nacionalidad, reemplazada por la Orde
nanza de 19 de octubre de 1945)".
"La mayor parte de las reformas efectuadas se contraen a un pequeño número de
directivas que, sobre todo desde hace un cuarto de siglo, tienen un valor constante: se es
fuerzan en protegerá los débiles contra la tiranía de los fuertes; en facilitar el matrimonio,
en mejorar la condición de la mujer casada; en dar a los actos jurídicos importantes y a las
situaciones jurídicas una publicidad cada vez más efectiva; en desarrollar y reglamentat
el crédito; en facilitar el acceso de todos a la pequeña propiedad inmueble, en hacer más
efectiva la responsabilidad, y, al mismo tiempo, la solidaridad humana, etc".
"La cuestión de la revisión del Código Civil.- La evolución de que el Derecho Civil la
sido objeto y continúa siéndolo debería hacer que se planteara la cuestión de la revisión
del Código de 1804. No obstante los retoques ¿no correría el riesgo de encontrarse en Des
acuerdo con el medio social en que se realiza? ¿No convendría dar una nueva carta a una
sociedad nueva?"
"Esta cuestión fué viva y elocuentemente debatida en 1904, con motivo de la celebra
ción del centenario del Código Civil: jamás se trató de tal manera de abatir o de transfor
mar dicho edificio como en el curso de las solemnidades destinadas a exaltar su mérito
y a perpetuar su gloria. Las dos tesis opuestas encontraron dos brillantes protagonistas
en Larnaude, y en Planiol. Larnaude sostenía que no tenemos más que 'un derecho civil
fragmentario, hecho de piezas y de trozos, complicado y lleno de demasiadas lagunas';
instituciones que ni siquiera nombra nuestro Código civil, tales como el seguro de vida,
han tomado un inmenso desarrollo, mientras que, a la inversa, en esta obra envejecida
se encuentran 'partes muertas'; ha llegado el momento de fijar la regla social en una co
dificación de conjunto, armoniosa y completa. A esto respondió PLANIOL sosteniendo que
el Código civil de 1804 no ha quedado petrificado en su gloria, sino que se ha flexibilizcdo
continuamente bajo los esfuerzos del legislador, de la jurisprudencia y de la doctrina. ¿A
qué, pues, hablar de revisión si ésta se hace todos los días progresivamente? Vale más esta
revisión continua y lenta que una revisión total y brutal que trastornaría las relaciones
jurídicas durante largo tiempo; "un Código completamente nuevo es un instrumento incó
modo"; no sabe uno como servirse de él, cómo interpretar sus disposiciones; y verdadera
mente "sería locura derrumbar el castillo para cambiar algunas vigas y algunas pizarras.
Los inconvenientes ciertos y los peligros posibles de tal operación sobrepasan con mucho
las ventajas de la misma".
"Es verdad que la revisión, la refundición o la refacción de un Código, es empresa
peligrosa. Resulta de ella, de una manera especial, y durante largo tiempo, un estado de
estancamiento y de inseguridad, pues nadie sabe cómo serán aplicados e interpretados
p o r la ju r is p r u d e n c ia lo s te x to s n u e v o s ; y t a m b ié n u n estado d e e s t e r iliz a c ió n para la
ciencia, porque los autores se asignan entonces la tarea casi exclusiva de descifrar; de de
LEGALES EDICIONES
letrear el nuevo texto palabra por palabra y coma por coma. En compensación, es preciso
convenir que un Código reciente extiende, más fácilmente que una obra envejecida, su
influencia al extranjero: los pueblos que quieren darse una legislación nueva vuelven su
mirada hacia los instrumentos legislativos de la última época más que hacia los códigos
centenarios".
"En todo caso, el día en que venza la causa de la revisión, convendrá, a todo trance,
edificar el nuevo Código no siguiendo el procedimiento legislativo ordinario, que no dejaría
de producir crueles desengaños, sino recurriendo a técnicos versados en la lengua y en la
ciencia jurídica; convendrá volver a emplear el método de Bonaparte y confiar a juristas,
elegidos fuera del Parlamento, la labor de redactar el proyecto. La incoherencia de las leyes á,
recientes y de los decretos-leyes muestra bien que nadie puede improvisarse como jurista y k
39
J osé A ntonio S ilva V allejo
que ninguna obra legislativa digna de tal nombre emanará jamás de Asambleas esencial
mente políticas, mal preparadas para un trabajo que exige de quienes a él se consagran,
ciencia, prudencia, reflexión y ponderación" 8
Los hermanos MAZEAUD (Henri, León y Jean) han escrito unas hermosas "Lecciones
de Derecho Civil" cuyo volumen primero contiene una brillante introducción histórica al
Derecho Civil francés, que constituye una obligada lectura para nuestro curso.
HENRI MAZEAUD nació en Limoges el 15 de abril de 1898. Fue abogado ante la Corte
de Apelación de Lyon y luego profesor agregado en la Facultad de Derecho en 1926. Pasó
luego a la Universidad de Lille y luego fue Director del Instituto francés en Varsovia. Fi
nalmente fue profesor de la Facultad de Derecho en la Universidad de París. Su obra más
conocida ha sido el famoso "Tratado teórico y práctico de la resposabilidad civil delictual
y contractual", escrita en cuatro volúmenes cuya quinta edición contó con la colaboración
de sus hermanos León y Jean Mazeaud y del profesor André Tune. Así mismo ha escrito sus
hermosas "Lecciones de Derecho Civil", traducidas al castellano por Luís Alcalá-Zamora y
Castillo, Ediciones Jurídicas Europa-América, Buenos Aires, 1959.
Hermoso texto el que le dedica a la Jurisprudencia en la pág. 170 del volumen primero:
"Este lento proceso deformación de la regla de derecho, que es la jurisprudencia, no carece
de relación con la costumbre; a veces se confunden; en Inglaterra se llama costumbre a los
precedentes judiciales".
"Se trata, sin embargo, de una costumbre muy particular; puesto que, por una parte,
no es creada directamente por la conciencia popular, sino por los magistrados, juristas de
profesión; y porque, de otro lado, la jurisprudencia se muestra respetuosa con los textos
legales sobre los cuales funda sus resoluciones y que, como decía SALEILLES, le sirven de
"pasaporte". Innovando para poner el derecho en armonía con la moral y la vida social, la
jurisprudencia toma, sin embargo, como punto de partida, el sistema legislativo. Así, no
existe hiato entre la ley y la jurisprudencia; ésta infunde sangre nueva en aquélla; la torna
aplicable a las situaciones más nuevas".
"Incluso cuando toma grandes libertades con la ley, la jurisprudencia le asegura su
perennidad. El principio de que las leyes no son derogadas por el desuso se encuentra
justificado por esta comprobación de que, gracias a su esfuerzo constante de adaptación,
la jurisprudencia es para la ley la fuente de la juventud. Si los tribunales se contentaran
con aplicar, sin adaptarlas, todas las leyes no derogadas, el legislador debería proceder sin
cesar a una refundición de los textos. Esa refundición no resulta indispensable, y la reforma
de un Código Civil, con más de 150 años, no aparece como absolutamente necesaria; y es
que el Código, merced a la interpretación que del mismo hacen los tribunales, responde, en
la mayor parte de sus disposiciones, a las necesidades actuales".
LEÓN MAZEAUD nacido en Limoges el 7 de marzo de 1900, profesor en Grenoble, en
el Cairo y en el Instituto Francés de Tokio, llegó a ser profesor en la Universidad de París,
en donde escribió con su hermano Henri el famoso "Tratado de la Responsabilidad Civil".
Debe leerse asimismo, del profesor GÉRARD CORNÚ "Derecho Civil. Introducción" vo
lumen I, Editorial Juricentro, San José de Costa Rica, 1997.
LEGALES EDICIONES
8 JOSSERAND: “Fuentes del Derecho positivo” en su libro “Derecho Civil”, tomo I, vol. I, pág. 49, 50,51.
“ Teorías generales del Derecho y de los Derechos. Las personas”, traducción de Santiago Cundidlos y Man-
terola, Ediciones Jurídicas Europa - America, Bosch y Cía.- Editores, Buenos Aires, 1950.
40
F ilosofía del D erecho
LEGALES EDICIONES
Frente a esto, el estilo del B.G.B. fue criticado, desde el comienzo, por Gierke, como
el de "un Gótico denso, abstracto y metafísico" Tal es la diferencia que media, también
entre la "science du droit civil", versus, la "Rechtswissenschaft", entre la escuela francesa y
la escuela alemana, reveladoras del temple, del alma y de las características de una y otra
escuela y de uno y otro pueblo: el genio jurídico francés y el genio jurídico alemán.
9 LOUIS JOSSERAND: “Derecho CiviT, Vol. i, pág. 97, Editorial Bosch, Buenos Aires, 1950.
xo H ENRI, LEO N y JEA N M AZEAUD: “Lecciones de Derecho CiviT, Vol. 1, pág. 170. E.J.E.A., Buenos A i
res, 1959.
11 GERARD CORNÚ: “Derecho CiviT Vol. I, Introducción, pág. 19 1, Editorial Juricentro, San José Costa
Rica, 1997.
41
J osé A ntonio S ilva V allejo
12 OSWALD SPENGLER: “La Decadencia de Occidente” Tomo I, Capítulo III, pág. 264 y sigs. ALM A APO-
LINÉA, A LM A FAUSTICA, ESPASA CALPE ARGENTINA, S.A. Bs. Aires - México, 1952.
42
LA ESCUELA DE LA "RECHTSW ISSEN SCHAFT" Y SUS GRANDES M AESTROS
3
El Derecho entendido como Rechtswissenschaft es la más alta creación de la escuel;
Histórica y merced a ello la Ciencia Alemana del Derecho se puede y debe distinguir de I;
Ciencia Francesa del Derecho entendida como "science du Droit Privé" o como "scienct
du Droit Civil" y de la Ciencia Italiana del Derecho entendida como "scuola italiana de
diritto".
El espíritu neoclásico de Savigny al inspirarse en el Derecho Romano innovó la tradi
ción romanista y la concepción medioeval del Derecho dando lugar a una ciencia historie;
que se conoce con el nombre de la "Rechtswissenschaft". Esta expresión constituye todc
un neologismo creado por Savigny y desarrollado por la Escuela Histórica. Así lo sostiene
el maestro Paul Koschaker en la pág. 300, 301 y passim, de su áureo libro "Europa y el De
recho Romano" cuando nos habla de un "Derecho Profesoral" ("Professorenrecht") y er
la págs. 378, 379 y 380 de su magistral obra, cuando sostiene que: "la expresión "Ciencic
del Derecho" adquirió carta de ciudadanía en Alemania y en todo el mundo, merced a '
influjo de S a v ig n y y cuando añade que "toda la ciencia del Derecho, no es otra cosa qut
historia del Derecho", agregando en nota de pie de página que "el siglo de oro de la Uni
versidad y de sus profesores fue en Alemania el siglo XIX y no puede negarse la brillante.
de las aportaciones de estos en todas las zonas del saber en este siglo".
Por su parte el maestro Riccardo Orestano en las págs. 236, 237, 238 y 239 de su her
moso y fundamental libro "Introduzione alio studio del diritto romano" (Societá editrice i
Mulino, Bologna, 1987) nos dice que "Rechtswissenschaft" es, pues, una novedad. ¿Cuá
es la razón? Simple gusto de enriquecer la terminología, de añadir un nuevo termino par;
un significado que ya preexistía con otras palabras... Podría engañarme, pero la vía dt
gestación y nacimiento pasa a través de la adjetivación de "wissenschaftlich" ("científica
mente") que traduce el post renacimental e iluminístico "método científico para tratar'
aplicado al Derecho, precisión mediante la cual el término "wissenschaft" recibe una con
notación adicional, una repotenciación. No se trata solamente de "saber", de "conocer"
sino de conocer científicamente: se podría decir que se trata de la promoción del "saber'
a un grado superior", dice el maestro Orestano; y en nota de pie de página número 47
en la pág. 237, nos remite a Ferdinand Mackeldey (1784 - 1834) quien sostiene que I;
expresión "Rechtswissenschaft" es el "conocimiento científico", expresión distinta a la de
"Rechtslehre", que es la "doctrina iuris" y a la de "Rechtsgelehrsamkeit", que es la "cienci;
iuris", esta última, en sentido romano. Prosiguiendo su reflexión filológica a través de l|
filosofía iluminística, concluye el maestro Orestano que "Rechtswissenschaft" es la afirma
ción -querida y consciente- de un "conocimiento del Derecho organizado sobre un modele
científico, en todo el sentido del término, es una palabra potente y nobilísima, destinad;
LEGALES EDICIONES
a reforzar, bajo la inspiración de la jusfilosofía, el sentido de la expresión. Ella desencade
na inmediatamente otros problemas: sobre todo aquellos de la relación entre la "cienci;
del Derecho" y la "filosofía del Derecho" y luego aquello del "modelo de ciencia" que s í
debe tener presente y, más aún, lo referente a las características teóricas de la ciencia de
Derecho, entendida en un nuevo sentido y de cómo es posible establecer una relación c
un ensamblaje entre la teoría y la práctica del Derecho o si se trata de vías insolubles c
irremediablemente divergentes" (pág. 239).
Esta reflexión filológica del maestro Ricardo Orestano nos permite distinguir el sentide
trascendental y profundo de la ciencia alemana del Derecho versus el sentido cartesianc
y coherente de la "science du droit francaise", cortante como la guillotina y diáfana come
la luz del sol.
43
J osé A ntonio S ilva V allejo
Como es sabido, la escuela Histórica surgió al comenzar el siglo XIX como una reacción
contra los excesos del racionalismo metafísico ius-naturalista consagrado por el lluminis-
mo y por el "mos geometricus iura docendi" de la escuela de Leibnitz-Puffendorf-Wolff-
Nettelbladt; como una reafirmación del espíritu nacional de los pueblos y, concretamente,
de las tradiciones ancestrales y del espíritu vernacular alemán; como una reacción contra
el afrancesamlento imperante y por el surgimiento de un nuevo espíritu consagrado en el
movimiento denominado "Sturm und Drang" ("Tempestad de Pasiones y Pujanza"), co
rriente que se rebelaba contra el lluminismo conforme se expresaba en la escuela del "mos
geometricus" pero, también, se alzaba contra las reglas éticas de la burguesía.
Los representantes del "Sturm und Drang" anhelaban aniquilar las tablas tradicionales
de valor y exigir como único ideal la exigencia de la Justicia del caso aislado. El fundador
del movimiento fue Johan Georg Hamann, llamado "el mago del norte", a semejanza de
Nietzsche, "que quema cuanto toca", "convirtiéndolo en cenizas", pero el verdadero jefe
del "Sturm und Drang" es Herder, discípulo de Hamann, seguido por Schelling y Novalis,
y el inmortal autor de "Wilhelm Meister's Lehrjahre" ("Años de aprendizaje de Wilhelm
Meister"), de "Gotz von Berlichingen" y de "Werther".
Con GOETHE se reafirmó el hallazgo de lo espontáneo como organismo histórico. Pero
con la música de Beethoven, de Brahms, de Liszt, de Chopin, de Schumann y Tschaikowsky,
se consagró el Romanticismo que también triunfó con la poesía de Hólderlin y de Schiller
y con la ópera de Wagner.
Con estos antecedentes, el Derecho también tenía que alinearse con estas nuevas co
rrientes del espíritu. Este fenómeno se dio con los trabajos de GUSTAVO HUGO, SAVIGNY
y PUCHTA.
GUSTAVO HUGO (1764-1844), profesor en la Universidad de Gottingen, sostenía que
"el Derecho Romano es nuestro Derecho natural" y que "toda la ciencia del Derecho no es
otra cosa que la Historia del Derecho". Tal es la tesis fundamental desarrollada en su obra
"Historia del Derecho Romano".
El genio máximo de la escuela Histórica fue FEDERICO CARLOS DE SAVIGNY, nacido en
Frankfurt el 21 de febrero de 1779, muerto en Berlín el 25 de octubre de 1865.
Teórico perfecto; sus doctrinas se plantearon desde su tesis doctoral en la cual sostu
vo que la esencia y naturaleza jurídica de la Posesión está constituida por el "ánimus rem
sibi habendi". Es la teoría espiritualista o animista de la posesión la misma que se suele
contraponer a la doctrina de JHERING, según la cual es el "corpus" y no el "animus" lo que
determina la esencia de la posesión. Ésta se determina solo por la tenencia de la cosa. Es
la teoría realista de la posesión.
En 1814 SAVIGNY en una célebre polémica con el profesor THIBAUT escribió un libro
fundamental que constituyó el símbolo y el programa de la escuela Histórica: "De la Voca
ción de Nuestro Siglo para la Codificación y la Ciencia del Derecho”.
Los principios que inspiraron a este libro constituyeron el programa de la escuela His
LEGALES EDICIONES
tórica: a).- la evolución constante del Derecho, como manifestación del espíritu popular
("Volksgeist'); b).- esta conciencia o espíritu popular ("Volksgeist"), es el verdadero crea
dor del Derecho, que tiene en la costumbre ("das Gewonheitsrecht") su norma fundamen
tal (“das Gewonheitsrecht"); c).- los juristas deben ser los intérpretes de esta conciencia
popular; d).gracias a este espíritu se redescubre en el Derecho Romano y en el Derecho
Germánico las verdaderas fuentes inspiradoras de la Ciencia del Derecho; e).- la Ciencia
del Derecho (Rechtswissenschaft) es eminentemente histórica: f).- la Rechtswissenschaft
tiene como tarea fundamental la elaboración de una "Parte General" ("Allgemeine Teil")
y de un Sistema; g).- el Sistema "es la totalidad unitaria de las normas jurídicas y de las ins-
tituciones que las fundamentan" (Savigny]; o "la reducción a unidad de una multiplicidad
f que viene reconocida en su coherencia lógica" (Puchta).
44
F ilosofía del D erecho
LEGALES EDICIONES
"Lineamenti di storia della Giurisprudenza Europea. Dal Medio Evo all'epoca contemporá
nea" quarta edizione, Giapichelli editore, Torino, 1989, página 283.
En suma, érase un "jurista Ideal" y un "teórico perfecto" cuya característica principal
fue ver a lo grande, como dice Riccardo Orestano en su hermosa "Introduzione alio stu-
dio del diritto romano", págs. 243, 244 y 245.
En 1840 a 1849 Savigny escribió el “System des heutigen rómischen Rechts", "Sistema
de Derecho Romano Actual" obra de madurez en la cual delinea su Sistema cuya clave esta
en la Parte General, que sirvió de inspiración para el libro primero del Codigo Civil Alemán
(B.G.B.). "El System es, dice Norberto Gorostiaga, la obra cumbre de Savigny. En él sintetizó
los materiales reunidos y examinados durante cuarenta años de enseñanza, y dió al dere- i.
cho civil el tono de grandeza que sólo suele encontrarse en las obras que logran mostrar »
45
J osé A ntonio S ilva V allejo
las ciencias en la unidad". ("Tres Vidas Ilustres: Hugo, Savigny, Jhering. Resurgimiento del
Derecho Alemán", pág. 30, Editorial Depalma, Buenos Aires, 1945).
En 1851 al 53 escribió su "Obligationenrecht", "Derecho de Obligaciones", lamentable
mente incompleto y en 1850 su "Vermischte Schriften", colección de estudios.
Órgano dialéctico y fuerza motriz de la escuela Histórica fue la célebre revista que
fundara en 1815 Savigny con el nombre de “Zeitschriftfür die Geschitliche Rechtswissens-
chaft" en la cual germanistas y romanistas contribuyeron decisivamente al estudio y a la
investigación científica. Colaboradores en la dirección de la revista fueron junto a Savigny:
C. F. Eichhorn y J. F. L. Goschen. La revista fue la "central atómica" de la Inteligencia alema
na. Fue el órgano retórico y dialéctico de la escuela histórica. Allí escribirían los más bri
llantes profesores de la escuela histórica como Gustavo Hugo, que era la figura patriarcal,
Cramer, Grimm, Dirksen, Mittermaier, Hoffmann, Niebuhr, quienes nos deleitaron con sus
brillantes investigaciones.
Así, el trabajo fundamental de FEDERICO BLUHME quien descubrió las reglas de com
pilación del Digesto mediante el descubrimiento de las famosas masas bluhmianas: "Die
Ordnuna der Fragmente in den Pandektentiteln". fundamental estudio publicado en la gran
revista fundada por Savigny en 1915: "Zeitschrift für die Geschitliche Rechtswissenschaft",
año 1918, 4.
La escuela Histórica contribuyó decisivamente al estudio de las interpolaciones en la
que insignes romanistas alemanes e italianos han llevado a sus más altas cumbres este
tema fundamental en la ciencia del Derecho Romano. Así: FRIDOLIN EISELE (1837-1920)
profesor en Basilea y en Frlburgo quien escribió: "Zur diagnostik der Interpolationen in den
Digesten und im Codex", publicado en la Zeitschrift der Savigny Stiftung, año 1886, págs.
15 y ss.
Así también OTTO GRADENWITZ (1860-1935), profesor en Berlín, en su libro cumbre:
"Interpolationen in den Pandekten”, Berlín, 1887.
Pero a quien debemos un invalorable aporte es a OTTO LENEL (1849-1935), profesor
en Leipzig, Kiel, Marburgo, Estrasburgo y Friburgo de Brisgovia, por su grandiosa recons
trucción del Edicto Pretorio llevada a cabo en su fundamental estudio "Dos Ediktum Per-
petuum” (Leipzig 1884), traducción francesa: "Essai de reconstitution de l'Edit Perpetuel",
Paris, 1901, obra que le valió un premio de la academia Bávara y el puesto de catedrático
ordinario en la universidad de Kiel, obra en la que Lenel nos descubrió un eran número de
interpolaciones.
Otra obra fundamental del gran maestro aleman fue su famosa "Palingenesia iuris
civilis" publicada en dos volúmenes en Leipzig en 1889, obra en la que se recogen sistemá
ticamente los fragmentos de los jurisconsultos clásicos que se encontraban desperdigados
en el Digesto y otras fuentes.
Otro notable maestro de esta escuela y a quien tanto admiramos fue LOTHAR ALFRED
PERNICE profesor de Derecho Romano en las universidades de Halle y de Berlín. Nació en
Halle en 1841 y murió en Berlín en 1901. Gran admirador del jurisconsulto clásico Labeón
LEGALES EDICIONES
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F ilosofía del D erecho
LEGALES EDICIONES
Pandette" y editada por la U.T.E.T. (Unione Tipográfico- Editrice Torinese), Torino, 1930.
En castellano esta obra ha sido impropiamente traducida con el nombre de "Tratado de
Derecho Civil Alemán", Bogotá, 1987. ("Tradutore e Traditore"). El Tratado de Windscheid
constituye el comentario anticipado del gran Código Civil Alemán y, desde su primera edi
ción, se erigió como un "book of authority", según el decir de Paul Koschaker. (Véase la
"Europa y el Derecho Romano" del gran historiador de Klagenfurt, traducida al castellano
por la editorial Revista de Derecho Privado, Madrid, 1955, pág. 161).
GOTTLiEB PLANCK, nació en Gottingen el 24 de junio de 1824 y murió allí mismo el 20
de mayo de 1910. Fue un gran magistrado pero su fama está ligada a su aporte al gran Có
digo Civil Alemán en el cual intervino como redactor importantísimo en la primera, según- 1
da y tercera comisión siendo ponente del libro IV: Derecho de Familia. Fue el alma en los II
47
J osé A ntonio S ilva V allejo
debates de la redacción del Código Civil, relator general de la segunda comisión y ha sido
llamado por Enneccerus “el padre del Código Civil" (léase: "Tratado de Derecho Civil", por
Ludwig Enneccerus / Theodor Kipp y Martín Wolf, tomo I Pág. 81, in fine). Pero su fama de
gran jurista no solamente esta ligada al Código Civil, en mérito a lo cual fue nombrado Doc
tor "honoris causa" en la Universidad de Tubingen y, luego, profesor "honoris causa" en la
Universidad de Gottingen. Fue también miembro de la comisión redactora de la Z.P.O., ju
rista genial, heredaron su gran inteligencia sus hijos, sus nietos y todos sus descendientes,
entre los cuales hay que mencionar al genial autor de la teoría de los quanta: Max Planck
(1858-1947) (véase: John Gribbin: "Diccionario del Cosmos", editorial Grijalbo, Barcelona
1997, véase: constante de Planck; densidad de Planck; era de Planck; longitud de Planck;
masa de Planck; partícula de Planck, etc.).
HEINRICH DERNBURG, nacido en Maguncia el 3 de marzo de 1829, muerto en Berlín
el 25 de noviembre de 1907, profesor en Heidelberg, Zurich, Halle y Berlín, fue uno de los
más grandes maestros de la escuela. Escribió "Pandekten", 3 vols., 1884-1887; "Das bur-
gerliches Rechts des Deutschen Reiches und Preussens", 4ta, Edición 1908, etc.
KARL CROME, otro de los grandes maestros de la escuela, nació en Dusseldorf en 1859
y murió en Bonn en 1931. Profesor de Pandectas y de Derecho Procesal Civil en la Univer
sidad de Bonn, escribió una célebre "Parte General del Moderno Derecho Civil Francés":
"Allgemeiner Teil der Modernen Franzóssischen Zivilrechts", 4 vols., 1894-1896, "System
des deutschen burgerliches Rechts", 5 vols., 1912, "Grundzüge des rómisches Privatrechts,
1920, etc.
FERDÍNAND REGELSBERGER, nació en Gunzenhausen el 10 de setiembre de 1831 y
murió en Gottingen el 28 de febrero de 1911, profesor en Zurich, en Giessen, Wurzburg y
Gottingen autor de un libro de Pandectas, Parte General, 1893,
ERNST ZITELMANN, nació en Stettin el 7 de agosto de 1852 y murió en Bonn el 28 de
noviembre de 1923. Profesor en Rostock, Halle y Bonn. Es autor de una obra fundamental:
"Lucken im Rechts", 1903 ("Las Lagunas del Derecho"), traducida al castellano en el libro
"La Ciencia del Derecho" por Savigny, Kirchmann, Zitelmann, Kantorowicz, pag. 289-322,
editorial Losada, S.A., Buenos Aires, 1949. Ejerció una gran influencia en el Código Civil
Alemán (B.G.B.) en la parte referida al negocio jurídico a través de una obra fundamental
intitulada: "Irrtum und Rechtsgescháft" "(Error y Acto Jurídico"), 1879; escribió también:
"Das Recht des B.G.B., Allgemeiner Teil", 1900 (Derecho Civil. Parte General); "Internatio-
nales Privatrechts", 1897-1912, etc.
WILHELM ENDEMANN, fue el gran civilista, comercialista y procesalista de la escuela.
Fue así mismo un gran magistrado. Nació en Marburgo el 24 de abril de 1825 y murió en
Kassel el 13 de junio de 1899. Profesor en Jena y Bonn y consejero de la Corte Suprema de
Turingla, entre sus obras de Derecho Procesal debe destacarse su "Das Problem der Re-
chtskraft" ("El Problema de la cosa juzgada"), 1860; "Die beweislehre des Zivllprozess" ("La
teoría de la prueba en el proceso civil") 1860; "Das deutsche Zivilprozessrechts", 3 vols.,
1 8 7 8 -1 3 7 9 ( e i proceso civil Alemán); "Lenrbuch der Deutschen Handelsrechts" ("Tratado
LEGALES EDICIONES
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F ilosofía del D erecho
EUGEN HÜBER. Fué el genial autor del gran Código Civil Suizo o ZGB o Zivil Gezetsbuch
que sirvió de fuente de Inspiración al Código Civil Peruano de 1936 y al Código Civil Turcc
de 1924. Nació en Zürich el 13 de Julio de 1849 y murió en Berna el 23 de Abril de 1923
Profesor de Historia del Derecho y de Derecho Civil Suizo en las Universidades de Zürich y
de Berna y, luego, en Basilea. Escribió un libro formidable "Sistema e Historia del Derechc
Civil Suizo" en cuatro tomos, (1886-1893), cuyo impacto fue decisivo, no solo para la do
cencia en la que era un brillante profesor sino, para ser propuesto, en 1893, como redactor
del Código Civil Suizo que sirvió de modelo a la codificación de otros países, como sucedió
en el Perú, a propuesta del doctor Manuel Augusto Olaechea, desde la segunda sesión de
la Comisión Redactara. El Código Civil Suizo fue promulgado el 10 de Diciembre de 1907; y
encuentra en el "Sistema e Historia del Derecho Civil Suizo" de Eugen Hüber su anticipado
comentarlo. Otros grandes comentaristas del Código Civil Suizo fueron: Rossel & Mentha:
(Manuel de Droit Civil Suisse. 1909); Schnelder & Flck (Das Schwelzerische Obllgationen-
recht", 2S edición, 1896); Eugéne Curti-Forrer (Commentalre du Code Civil Suisse. 1912),
etc.
El B.G.B.- No obstante la prohibición de Savigny de formular una codificación, aten
diendo a que la época no poseía aún la madurez necesaria para la redacción de un Código,
tesis programática planteada en su libro de 1814: "De la vocación de nuestro siglo para la
codificación y la ciencia del Derecho", obra de espiritualidad histórica y de confrontación
frente a la obra del profesor de la Universidad de Heidelberg THIBAUT (Antón Friedrlch
Justus Thibaut, 1774-1840), quien postulaba la tesis de un Código General para Alemania
-y, obviamente la derogatoria del Código Civil Federiciano-, los éxitos legislativos logrados
mediante la unificación del Derecho Cambiario a través de la Ordenanza Cambiaría de
1848, elaborada por los grandes comercialistas de la época (Einert, Liebe y Thól), per
mitieron la posibilidad de redactar un Código Civil. La propuesta se llevó a cabo por los
Diputados Johannes Miquel y Eduard Lasker a través de una ley de 1873 que facultaba la
codificación. Es así como el 22 de Junio de 1874 el Bundesrat (Consejo Federal) instituyó
una Primera Comisión para preparar el Proyecto de un Código Civil la misma que estaba
integrada por von Pape, Presidente del Alto Tribunal de Comercio Imperial, el profesor
Windscheld; el brillante jurista y luego profesor en Gottingen Gottlieb Planck, von Kübel
a quien se le encargó la ponencia del Derecho de las Obligaciones pero, su prematura
muerte, determinó que su obra recién empezada, fuera completada con el Proyecto de
Dresde elaborado por una Comisión desde 1866 más los aportes de Gustav von Mandry,
Magistrado de la Corte Suprema de Württemberg y profesor en Tubingen; Gebhard a quien
se le encargó la redacción de la Parte General; Johow quien redactaría el Libro III dedicado
a los Derechos Reales y von Schmitt quien se encargaría del Libro V dedicado al Derecho
de Sucesiones.
El primer proyecto elaborado por la Comisión que antecede fué duramente criticado
por el profesor Otto von Gierke en su libro de 1888 intitulado "El proyecto de Código Civil
y el Derecho Alemán" en el cual reprochaba el carácter abstracto y metafísico del primer
proyecto y esta crítica fue acentuada por Antón Menger, profesor de Derecho Procesal Ci
vil en la Universidad de Viena y militante de la Social-Democracia quien acusó al proyecto
LEGALES EDICIONES
de ser "el Código del buen burgués" y de haber olvidado las necesidades socio-económicas
del Proletariado para atender a las exigencias de la burguesía. Así lo sostuvo en su libro "El
Derecho Civil y el proletariado alemán", 1889.
Fue necesaria una segunda Comisión para reelaborar el primer proyecto y en esta a-
bortuvo un papel decisivo el ponente general Gottlieb Planck quien ya en la primera Comi
sión había redactado el libro IV dedicado al Derecho de Familia, incorporándose asimismo
a esta Comisión el profesor Rudolph Sohm, brillante romanista, cuyas "Instituciones de
Derecho Romano" aún constituyen un texto fundamental para la enseñanza de este curso;
Ludwlg Enneccerus, genial civilista, cuyo "Tratado de Derecho Civil" es fuente primordial
para nuestras reflexiones y consultas y cuyo tomo I dedicado a la Parte General es sencilia-
mente la evocación de sus recuerdos como Relator de la Segunda Comisión.
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J osé A ntonio S ilva V allejo
Empero, fue necesaria la convocatoria a una Tercera Comisión para afinar el Proyecto
y, por fin, el 14 de Julio de 1896 el Proyecto fue aprobado por el Bundesrat promulgándose
el Código el 24 de Agosto de 1896 por el Kaiser para que entre en vigencia el l g de Enero
de 1900.
El Código Civil Alemán ejerció una profunda influencia sobre el Código Civil Japonés,
sobre el Proyecto de Código Civil Chino de 1925-26, sobre el Código Civil de Siam y, sobre
todo, sobre el Código Civil Suizo de 1907, sobre el Código Civil Brasileño de 1916, sobre el
Código Civil Griego de 1922 y, a través del Código Suizo, en el Código Civil Peruano de 1936.
La estructura del B.G.B. es la siguiente: Libro I: Parte General, en la que la Sección
Tercera dedicada al Negocio Jurídico constituye la parte más brillante de esta codificación
por su envidiable valor formativo, toda una obra maestra y modelo en el Derecho Civil
Comparado; Libro II; Derecho de las Relaciones Obligatorias; Libro III: Derecho de Cosas;
Libro IV: Derecho de Familia; Libro V: Derecho de Sucesiones.
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LEGALES EDICIONES
1 LEOPOLD ZIM M ERL: Strafrechtliche Arbeitsmethode de legeferenda, Berlín, 19 3 1 (Método de investi
gación de lege ferenda en el Derecho Penal); Wesensschau und konkretes Ordnungsdenken im Strafrech,
Bonn, 1937 (Esenciay concreción de lasformas de pensamiento en el Derecho Penal) e Irrationalismus und
Ganzheitsbetrachtung in der deutschen Rechtswissenschaft, Bonn, 1938. (Irraáonalísmo y pensamiento to
talitario en la ciencia alemana del Derecho).
2 ERICH SCHW INGE: Der methodenstreit in der heutigen Rechtswissenschaft, Bonn, 1930 (La lucha de
escuelas en la actual Ciencia del Derecho); y Teologische Begriffsbildung im Strafrecht, Bonn, 1930 (Le
formación finalística de conceptos en el Derecho Penal).
3 RENATO TREVES: II método teleologico nella filosofa e nella scienza del diritto, Roma, 1933.
4 GIUSSEPPE BETTIOL: “Sui recenti orientamenti metodología nello studio del diritto penóle”, en la revista
fus, enero-marzo de 1940, fascículo I. GIUSSEPPE BETTIOL: Derecho Penal. Parte General, pág. 41 y ss.,
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J osé A ntonio S ilva V allejo
El finalismo ha triunfado desde la década de los cincuenta, en Alemania, con los gran
des planteamientos de HANS WELZEL.7 REINHART MAURACH8, WERNER NIESE, GÜNTHER
STRATENWERTH y ARMIN KAUFMANN.
especialmente, 45,46,47,48 jpassinr, concretamente,págs. 50, 55, 56, jy ypassim, editorial Temis, Bogotá,
1965.
5 GIACOMO DELITALA: II fatto nella Teoría Generóle del Reato; Padua, 1930; “Analogía im bonam par-
tem” (En los Scritti im memoria di Edoardo Massari), Nápoles, 1938; La crisi del Diritto nella societá
contemporánea, Padua, 1953.
6 PIETRO NUVULO NE: “Introduzione a un indirizzo critico nella scienza del Diritto Penale” en la
Rivista italiana di Diritto Penale, 1949. PIETRO NUVULO NE: “I finí e mezzi nella scienza del diritto
penale”, en la misma revista citada, 1948. PIETRO NUVULO NE: I limiti taciti della norma penale
Palermo, 1947. PIETRO NUVULO NE: II sistema del Diritto Penale, 2a ed., pág, 6, especialmente pág.
8 y ss., CEDAM , Padua, 1982.
7 HANS W ELZEL: Derecho Penal Alemán. Parte General, 1 1 a ed., Editorial Jurídica de Chile, Santiago,
1976, pág. 12 y ss., especialmente pág. 15. Fundamental es la tesis sostenida en la pág. 39: “El juez
tiene que considerar junto al texto también el fin y el sentido de la ley, para cuya investigación tienen
importancia la historia del establecimiento de la ley y la conexión de los preceptos entre sí y con otras
disposiciones existentes”
8 REINH ART M AURACH: Tratado de Derecho Penal, tomo I, pág. 192 y ss.; muy especialmente págs.
206-207, 208: “La teoría final de la acción, en su esencia y manifestaciones, constituye el primordial
objeto de la polémica que ocupa a la actual ciencia del Derecho Penal”. Sígase leyendo hasta la pág. 215.
Editorial Ariel, Barcelona, 1962. REINHART M AURACH y H EINZ ZIPF: Derecho Penal. Parte General,
tomo I, Editorial Astrea, Buenos Aires, 1994, pág. 255: “La teoría final de la acción, fundada por Welzel
y continuada especialmente por Busch, Niese, Stratenwerth y Armin Kaufmann, encuentra su origen
en la filosofía de Honigwald y Nicolai Hartmann, Según ello la acción -siempre una conducta humana,
en oposición al acontecer causal objetivo y también a la reacción instintiva animal- consiste en la direc
ción del acontecer real, mediante la incorporación de componentes propios de determinación hacia lo
deseado, hacia la meta (en detalle léase a Ulrich Klug en el Libro-Homenaje a Emge, pág. 34). La acción
es actividad humana final. Del mismo modo, el finalismo de Welzel: la finalidad o el carácter final de
la acción se basa en que el hombre, gracias a su saber causal, puede prever, dentro de ciertos limites, las
consecuencias posibles de su actividad, conforme a su plan, a la consecución de estos fines. La finalidad
y la causalidad se diferencian esencialmente por el intercambio de los momentos lógico-temporales de
relación; la segunda es el producto de una cadena causal determinada en forma objetiva, cuyas conexio
nes requieren una explicación posterior objetiva; la finalidad, que conoce o cree conocer las leyes de la
causalidad en base a la experiencia, valora estos conocimientos anticipadamente, “supradeterminando el
nexo causal” y toma aquellos medios que permitirán dirigir el acontecer causal hacia el fin perseguido:
“la causalidad es ciega, la finalidad vidente, un actuar dirigido desde la meta” (Welzel, Lehrbuch pág. 30
y Engisch, Welzel-Festschrift, pág. 153).
Hasta aquí la teoría de Welzel no se diferencia de las modernas teorías causales de la acción, las que, según
lo expuesto, admitían que la estructura ontológica (prejurídica) de la acción presuponía la existencia de
una voluntad determinada en cierto sentido. Empero la diferencia del finalismo welzeliano con respecto
del grupo de las teoría causales, se manifiesta al extraer las consecuencias que deben deducirse para el
Derecho Penal, es decir, al incorporar el concepto final de acción al tipo y su conexión con el resultado
LEGALES EDICIONES
típico. Las concepciones se apartan -ya con toda claridad- ante la bifurcación de caminos que representa
el delito culposo”.- Sígase leyendo a Maurach-Zipf: ob. cit., pág. 256, par. 41.- Añaden los autores citados
que: “Las consecuencias prácticas de la teoría final de la acción con respecto a la dogmática anterior son
revolucionarias. Dentro de la estructura del delito no existe ningún campo que no sufra alteraciones fun
damentales a causa de este desplazamiento estructural. No obstante, en este lugar será suficiente un breve
resumen. El dolo, en cuanto elemento subjetivo del tipo, pasa a un dolo natural. En la teoría de la antijuri
dicidad se impone en general la significación de los elementos subjetivos de justificación. La culpabilidad
del delito doloso pierde el carácter dualista que tenía hasta entonces y pasa a ser un juicio de valor puro.
La conciencia potencial de la ilicitud encuentra su lugar dentro de la culpabilidad. La teoría del error es
objeto de un nuevo orden y la accesoriedad de la participación recibe una base sólida. Al mismo tiempo,
los hechos punibles de los inimputables adquieren una configuración más firme. La teoría de la unidad
y pluralidad de hechos obtiene una delimitación más clara. Aún se encuentra pendiente la disputa acerca
de los efectos de la teoría final sobre los delitos de omisión”.
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F ilosofía del D erecho
LA ESCUELA DE TUBINGA O DE LA I N T E R E S S E N - J U R I S P R U D E N Z
LEGALES EDICIONES
Así, para el profesor MAX RÜMELIN, el juez debe guiarse "más que por las palabras
del legislador, por las motivaciones que inspiraron a este. Las palabras y los conceptos em
pleados por el legislador son tan solo medios para llevar a cumplimiento los resultados que
emanan de aquellos juicios de valor o estimaciones". "Las sentencias deben ser el resultado
de una valoración de los verdaderos intereses en juego (Interessen-Jurisprudenz) y no en
base a los conceptos y prejuicios dogmáticos y abstractos (Begriff-Jurisprudenz)".
Añade MAX RÜMELIN "que ahora bien, hay casos en que surgen nuevos conflictos de
intereses, que no fueron previstos por el legislador, ni en términos particulares, ni siquiera
tampoco de un modo general. Cuando esto ocurre, el juez debe basarse sobre su propia
estimación, aunque para ello deba tomar como norma siempre que eso sea posible, las
pautas de las convicciones sociales vigentes en su época. De hecho, los jueces en Alemania,
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J osé A ntonio S ilva V allejo
antes y después de la promulgación del Código Civil, se han referido en sus sentencias a las
ideas de 'lo razonable', lo 'justo', 'la conformidad con la naturaleza de las cosas', y 'la buena
fe'. Con estas expresiones, en realidad apuntaban a las necesidades de la vida práctica en
cada momento histórico, estimadas desde el punto de vista de la justicia" (léase a MAX RÜ-
MELIN: Die Gerechtígkeit (La justicia, 1920); Die Billigkeit im Recht (La equidad en el Dere
cho, 1921); Rechtsgefühl und Rechtsbewusstsein (Sentimiento del Derecho y conocimiento
del Derecho, 1925); Erlebte Wandlungen in Wissenschaft und Lehre (Transformaciones en
la ciencia y en la teoría, 1930).
PHILIPP HECK, profesor en la Universidad de Tubinga, ha sostenido en su libro El pro
blema de la creación del Derecho, que este tema: "se encuentra en el centro de la metodo
logía jurídica porque el Derecho realmente importante para la vida es aquel que se realiza
en la sentencia judicial". "Una ley de la que todo el mundo supiera que los tribunales no
la aplican perdería toda su importancia para la vida. La ciencia del Derecho válido a s p ira
a preparar la actividad del juez investigando los principios generales y normológicos del
juicio". "La antigua Jurisprudencia había limitado ai juez a la subsunción y aplicación de
normas legales y le había negado toda atribución para complementar la ley".
"El método de la jurisprudencia de conceptos o Begriff-Jurisprudenz, propia de la Es
cuela de los Pandectistas, no puede justificarse por consideraciones racionales. Su génesis
debe explicarse históricamente. El origen de este método suele cargarse en la cuenta de la
Escuela Histórica y, concretamente, en su filial: la Escuela de los Pandectistas".
"Hoy puede considerarse ya opinión predominante la de que la ley no contiene solo
delegaciones al juez, sino también numerosas lagunas involuntarias en las que el juez debe
complementar la norma deficiente según puntos de vista prácticos, es decir, teleológicos,
creando así en esa medida, la norma jurídica misma".
"Pero el pensamiento legislativo es necesariamente insuficiente, porque la mejor ley
presenta lagunas y contradicciones que exigen una actividad complementaria, y esta com-
plementación de las lagunas se realiza por la estimación judicial. De gran importancia fue
que el Código Civil suizo reconocía, en su artículo primero, la atribución del juez para com
plementar la ley, resolviendo como si el juez fuere el legislador del caso concreto".
"La doctrina del Derecho Líbre, cuya expresión se debe al profesor austríaco Eugen Ehr-
lich, quien acuñó esta frase para nombrar las decisiones no dirigidas por la ley. Los autores
posteriores han trasferido el concepto, y la denominación 'método del Derecho Libre' ha
sido entonces aplicada a la Jurisprudencia teleológica, de antigüedad considerablemente
mayor. En interés de la claridad es, pues, recomendable conservar la significación originaria,
única que corresponde al sentido de la palabra. En este sentido, pues, el movimiento del
Derecho Libre se caracteriza por la tendencia a desplazar la tradicional influencia de la ley
de Iege ferenda o de lege lata a favor de la estimación judicial, ya de un modo general, ya
bajo ciertas condiciones. Esta tendencia se manifiesta ya claramente en la investigaciónjde
Ehrlich, que constituye el punto de partida del movimiento. Ehrlich parte de la concepción
básica de que el caso particular se decide del mejor modo cuando el juez, Ubre de la atadura
de preceptos generales, lo aprecia exclusivamente en sus características. A esta originaria
LEGALES EDICIONES
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F ilosofía del D erecho
se piensa que el Derecho surge del fondo del sustrato social', de las necesidades de la vida,
de la falta de regulaciones directas y de las deficiencias legislativas, los casos no regulados
por las normas y que afloran de la conciencia social no pueden dejar de ser disciplinados
sino haciendo un cabal equilibrio de intereses y de principios generales del Derecho. Esta
exigencia constituye un verdadero y propio ordenamiento jurídico, que es también un or
den de sistematización conceptual. Pero esta sistematización conceptual es solamente la
parte exterior del problema: Se trata de conceptos que se derivan de la experiencia y que
deben ser inducidos, no deducidos, de otros principios más generales del Derecho. Esto no
quiere decir que la Interessen-jurisprudenz excluya de cualquier modo una posible elabo
ración conceptual de sistemas. Los intereses que constituyen el contenido vivo del Derecho
tienen siempre, en todo caso, necesidad de sistematizarse y ordenarse en conceptos y de
fijarse en esquemas conceptuales a fijar por la Jurisprudencia".
LEGALES EDICIONES
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EL FREIRECH T (DERECHO UBRE) O FREIRECH TSSCH U LE (ESCUELA DEL DERECHO
LIBRE) O FREIRECHTSBEW EGUN G (MOVIMIENTO DEL DERECHO UBRE) O
FREIRECH TSLEH RE (TEORÍA DEL DERECHO LIBRE)
El gran precursor de esta doctrina fue el Juez PAUL MAGNAUD, llamado le bon Juge,
por sus brillantes resoluciones lapidarias de la metodología exegética y del mero fetichis
mo legal. Véase: Henri Leyret, Las sentencias del buen Juez Magnaud (1976). Cfr. J. A. Silva
Vallejo: "La Teoría Pluridimensional del Derecho" en el libro Homenaje a Max Arlas Sche-
reiber Pezet (2005, p. 204 y ss.). Empero, dichas sentencias estaban constreñidas a tratar
en sus considerandos el caso sub judice.
El gran exponente de esta Escuela en Francia ha sido FRAN£OIS GENY. Nacido en
1861 y muerto en 1938, escribió una obra decisiva: Métodos de interpretación y fuentes
en Derecho Privado positivo (París, 1899), obra en la cual sostuvo que el Derecho es una
ciencia interpretativa y que el juez resuelve a la luz de los diversos métodos de interpre
tación.
Confróntese:
Luis Recaséns Siches: Panorama del pensamiento jurídico del siglo XX, 1.1 (1963, p. 26
Y ss.);
Luis Recaséns Siches: Tratado general de Filosofía del Derecho (1978, p. 26, 28, 633 in
fine, 634);
Luis Recaséns Siches: Nueva filosofía de la interpretación del Derecho (1973, p. 45-48);
Luis Recaséns Siches: Experiencia jurídica, naturaleza de la cosa, y lógica razonable
(1971, p. 413-414);
Rafael Hernández Marín: Historia de la Filosofía del Derecho contemporánea (1986, p.
227 y ss.);
Francesco Olgiati: II concetto di giurídicita nella scienza moderna del Diritto (1950, p.
289-290);
Ramón Badenes Gasset: Metodología del Derecho (1959, p. 262 y ss.);
Karl Larenz: Metodología de la ciencia del Derecho (1980, p. 75, nota 40; p. 78, nota
44);
Luigi Lombardi: Saggio suI Diritto Giurisprudenziale (1975, p. 210 y ss.).
En Francia, los otros grandes representantes de esta Escuela han sido: MORNET: Du
ro le des D ro it d e la ju ris p ru d e n te en m a tie re civile (París, 1904); GASTON M0RIN: La revo l-
LEGALES EDICIONES
te des faits contre le Code (París, 1920); JEAN CRUET: La vie du Droit et l'impuissance des
lois (París, 1914).
En Alemania, la Escuela recibe el nombre de Freirecht (Derecho Libre), Freirechtsschu-
le (Escuela del Derecho Libre), Freirechtsbewegung (Movimiento del Derecho Libre) o
Freirechtslehre (Teoría del Derecho Ubre). Y ha tenido entre sus grandes representantes,
como precursor a OSCAR VON BÜLOW, quien en su discurso rectoral de 1885, titulado
"Gesetz und Richteramt" ("La ley y el juez"), sostenía que: "Toda sentencia judicial no es
solo la aplicación de una norma jurídica, sinojundamentalmente, una tarea de creación
jurisprudencial del Derecho" (Cfr. Karl Larenz: Metodología de la Ciencia del Derecho, pág.
1233. ed. cit.; vid. en el tomo II, de este libro, retro, pag. 1232 a 1238; cfr.; además, Hans
Reichel: "La ley y la sentencia", págs. 30-31, editorial Reus, Madrid, 1921.
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J osé A ntonio S ilva V allejo
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F ilosofía del D erecho
1949, pág. 325 y ss. Pero, además, debe considerarse a Kantorowicz como un precursor
de la Teoría Tridimensional del Derecho por su estudio de 1925, intitulado: "Ciencia dei
Derecho y Sociología", "La estructura de la Sociología" y "Anotaciones sobre el Realismo"
reeditados por Th. WÜRTENBERGER en "Rechtswissenschaft und Soziologie", C.F. Müller,
editor■ Karlshute, 1962.
ERNST FUCHS (1859-1929) es otro de los grandes representantes del Freirecht. Acaso
el más fogoso adversario del "Derecho muerto" o Derecho legislativo y de aquella escuela
de la Begriff-jurisprudenz, que era su "vestal devota", como ha dicho Francesco Olgiati en
la pág. 295 de su libro II concetto di giuridicita nella scienza moderna del Diritto (1950). Sos
tiene Fuchs que el juez ha de tener en cuenta en su sentencia los intereses reales en pugna
y los fenómenos sociales y económicos que integran el supuesto de las normas jurídicas.
Escribió Schreibjustiz und Richterkónigtum (Justicia indolente y reinado del juez, 1907), en
el que sostiene que hay que formar y educar personalidades judiciales libres y rectas, re
yes judiciales según el modelo inglés y del pretor romano, quienes se inspiraban en sus
fallos a la luz de la equity y de la aequitas; concepto este que había sido ya planteado por
Mendelssohn-Bartholdy en su libro Das Imperium des Richters {El imperio de los jueces,
1906). Otros libros de ERNST FUCHS son: Recht und Wahrheit in unserer heutigen Justiz
(Derecho y verdad en la justicia actual, 1908), Die Gemeinsschaftlichkeit der konstrukti-
ven Jurisprudenz, (La sociologización de la Jurisprudencia constructiva, 1908), Juristischer
Kulturkampf (La lucha cultural por el Derecho, 1912), Was will die Freirechtsschule? (¿Qué
quiere la Escuela del Derecho Libre?, 1929), “Die Zukunft der Rechtswissenschaft" (El futuro
de la ciencia del Derecho), 1933.
Otros grandes representantes de esta escuela han sido STAMPE, STERNBERG, MAX
RUMPF, MAX RÜMELIN, el JUEZ RISS, LORENZ BRÜTT, KARL GEORG WÜRZEL, etc.
Léase:
Luigi Lombardi: "Saggio sul Diritto Giurísprudenziale", Dott. A. Giuffré, editore, Mila
no, 1975, cáp. III: II Giusliberismo, págs. 201-370;
Theodor Sternberg: "Introducción a la ciencia del Derecho", segunda edición, editorial
Labor S.A., Barcelona, 1940, pág. 150 y ss., especialmente 158 y passim-,
Aníbal ísmodes Cairo: "Sociología jurídica", págs. 147 a 153, editorial San Marcos,
Lima, 1998;
Jean Carbonnier: "Sociología jurídica", págs. 72-73, editorial Tecnos, S.A., Madrid,
1977;
Eduardo J. Couture: "La justicia inglesa", en Estudios de Derecho Procesal Civil, t. I,
págs. 145 a 175, Ediar, editores, Buenos Aires, 1948;
Eduardo J. Couture: "H. F. Stone y la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos",
en Estudios de Derecho Procesal Civil, 1 .1, págs. 179 a 187, Ediar, S.A. editores, Buenos
Aires, 1948;
Piero Calamandrei: "Justicia y p o lítica ; se n te n c ia y sen tim ien to ", en el volumen "P ro
ceso y democracia", pág. 57 y ss., Ejea, Buenos Aires, 1960;
LEGALES EDICIONES
José Rodríguez Urraca: "Autoridad del juez y principio dispositivo", Universidad de Ca-
rabobo, Valencia, 1968;
W. Friedmann: "El Derecho en una sociedad en transformación", editorial Fondo de
Cultura Económica, México, 1966;
Rafael Hernández Marín: "Historia de la Filosofía del Derecho contemporánea", págs.
231-237, editorial Tecnos, Madrid, 1986;
Luis Recaséns Siches: "Nueva Filosofía de la interpretación del Derecho", págs. 45-57,
editorial Porrúa, México, 1973;
Luis Recaséns Siches: "Experiencia jurídica, naturaleza de la cosa y lógica razonable",
págs. 415-416, y passim, Fondo de Cultura Económica UNAM, México, 1971;
59
J osé A ntonio S ilva V allejo
Hans Reichel: “La ley y la sentencia" nueva edición Reus, S.A., Madrid, 2003, especial
mente, léase las págs. 32 y ss., 51 y ss., 89 y ss., 119, 127, 129, 131 y "Conclusiones"
en la págs. 145-146;
Arthur Kauffmann: "Hermenéutica y Derecho" edición a cargo de Andrés Ollero y José
Antonio Santos, editorial Comares, Granada, 2007;
José Antonio Silva Vallejo: "Historia General del Derecho" pág. 419 y ss., Universidad
Alas Peruanas, Lima, 2005;
Ramón Badenes Gasset: "Metodología del Derecho" editorial Bosch, Barcelona, 1959;
Francesco Olgiati: "II concetto di giuridicitá nella scienza moderna del Diritto" pág. 283
y ss., Societá editrice Vita e pensiero, Milano, 1950;
Karl Larenz: "Metodología de la ciencia del Derecho", págs. 70-85 y passim, ediciones
Ariel, Barcelona, 1980;
Antonio Hernández Gil: "Metodología del Derecho", editorial Revista de Derecho Pri
vado, Madrid, 1945.
LEGALES EDICIONES
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LA INTUICIÓN SENTIMENTAL DEL DERECHO
Al tratar sobre este tema menciono a HERMANN ISAY, quien nació en 1873 en Tréve-
ris y murió el 21 de marzo de 1938 en Berlín, tras ser Profesor Adjunto de Derecho Civil,
Derecho de Patentes y Derecho de Marcas en la Universidad Técnica de Berlín, pero que,
lamentablemente fue cesado en 1933 por su origen judio.
En 1929, HERMANN ISAY escribió un libro titulado Rechtsnorm und Entscheidung, en
el cual sostuvo la tesis del irracionalismo en la creación jurisprudencial del Derecho. En el
análisis de la sentencia, Isay distingue entre la decisión (das Entscheidung) y la norma. La
primera es el resultado de una intuición de la justicia y la captación de los intereses socia
les e individuales en juego, que son el resultado de la influencia de factores "irracionales".
Se trata de una "facultad espiritual irracional" intuitiva que se da por medio de un Akt der
Phantasie, de una Wertfühlen, de un sentimiento de valor que se sustrae al dominio de la
lógica.
Sui generis es la posición de HERMANN ISAY quien también debería estar incluido
dentro de los representantes del Frei-Recht, si no fuera porque sus fuentes de inspiración
están dadas por el pensamiento de Max Scheler, Henri Bergson y Heinrich Maier.
Max Scheler lo inspiró en cuanto a la captación por vía emocional de los valores. Berg
son, a su vez, lo inspiró en cuanto al instinto y la intuición. Como es sabido, el gran maestro
francés sostenía en L'évolution créatrice (1907) que la intuición es el verdadero órgano de
la Filosofía, ya que la vida en su constante fluir y devenir no puede ser captada por el inte
lecto, que todo lo congela y estratifica. De allí la necesidad de recurrir a una forma superior
del espíritu, que es la intuición, la única que puede captar la vida con toda espontaneidad
y libertad. De HEINRICH MAIER (1867-1933), quien fuera profesor de Filosofía en Zurich,
Tubinga, Góttingen, Heidelberg y Berlín, extrajo la tesis de que junto al pensamiento cog
noscitivo existe un pensamiento emocional, tesis planteada en su obra Psychologie der
emotionalen Denkens (Tubinga, 1908); pero además de la psicología del pensar emocional,
el pensar afectivo estaba referido a lo estético y a lo religioso y el pensar volitivo era inhe
rente a la ética y al Derecho, de donde resultaba que las decisiones del querer se inserta
ban en la Axiología.
De estas recepciones del pensar emocional, Hermann Isay extrajo su tesis central de
que el Derecho no está constituido por un conjunto de normas, sino, fundamentalmente,
por un conjunto de decisiones. La norma y la decisión se oponen como lo abstracto y lo
concreto, lo racional y lo irracional, lo estático y lo dinámico, lo permanente y lo cambian
te; en una palabra, como lo vital y lo antivital. Es así como ISAY, analizando el trabajo del
juez, disocia la decisión (Entscheidung), que el juez debe tomar por Intuición de la justi
cia y la utilidad, por consiguiente, bajo la influencia de factores "irracionales", y la norma
LEGALES EDICIONES
jurídica, elemento impersonal y estático al cual el juez se refiere en seguida como a un
instrumento de coordinación.
LUDWIG BENDIX fue el otro gran representante de este movimiento a través de nota
bles estudios en los que se plantea la dimensión de lo intuitivo y la fuerza de lo irracional
en las decisiones de los jueces.
Aludo a su obra fundamental intitulada "Die irrationalen Kráfte der zivilrichterlichen
und der strafrechterlichen Urteilsfahigkeit", publicada en 1927-1928 ("La fuerza de lo irra
cional en las decisiones judiciales civiles y penales"), reeditada en 1968 en el volumen
Intitulado "Zur Psychologie der Urteilstátigkeit des Berufsrichters und andere Schriften",
("Sobre la psicología de la sentencia en la actividad judicial y otros escritos") Luchterhand
Verlag, Soziologische Texte, Band 43, Neuwied und Berlín, 1968.
61
J osé A ntonio S ilva V allejo
i
62
LA ESCUELA DE KIEL
una idea total, unitaria, conjunta, completa y concreta del fenómeno jurídico. La Escuela
de Kiel repetía estas palabras constantemente: Irrationalismus, Ganzheitsbetrachtung
-visión del todo- o bien, método o modo totalitario de consideración -ganzheitliche
o
esencias vitales, en las wesenhafte Lebenswirklichkeit. Estamos aquí frente a una nueva
concepción de la juridicidad, de la antijuricidad y de la culpabilidad, que tuvo entre sus
más notables representantes a SCHAFFSTEIN, a WILHELM GALLAS y a GEORG DAHM.
FRIEDRICH SCHAFFSTEIN, Profesor de Derecho Penal en la Universidad de Kiel, nació
en Góttingen el 28 de julio de 1905 y murió el 8 de noviembre del 2001, también en Got-
tingen. Escribió las siguientes obras: Politische Strafrechtswissenschaft (Berlín, 1934); "For-
malismus im Strafrecht" (Formalismo en el Derecho Penal) en la revista Deutsche Recht
(1934, pág. 349 y ss.); Das Verbrechen ais Pflichtverletzung (1935); (El delito como contra
vención aun deber) "Rechtswidrigkeit und Schuld ¡n Aufbau des neuen Strafrechtssystems”
(Antijuricidad y Culpa en la estructura del nuevo sistema del Derecho Penal), en la revista
Zeitschríft für die gesammt Strafrechtswissenschaft (vol, 57, 1937); Zur Problematik der
Teleologischen Begriffsbildung im Strafrecht (Problemática de la configuración finalistica
de conceptos en el Derecho Penal) Leipzig, 1934.
GEORG DAHM nació eri Altona el 10 de enero de 1904 y murió el 30 de julio de 1963
en Kiel. Fue Profesor de Derecho Penal en la Universidad de Kiel, siendo uno de los repre
sentantes de su ideología o kieler Richtung. Luego, pasó a las Universidades de Leipzig,
Strasburgo, Pakistán, y, finalmente, regresó a Kiel, donde murió. Escribió: Grundfragen der
neuen Rechtswissenschaft (Fundamentos de la nueva ciencia del Derecho Penal, Berlín,
1935); Verbrechen und Tatbestand (Delito y Tipicidad);"Der Methodenstreit in der heutigen
Strafrechtswissenschaft" ("La lucha de escuelas en la moderna ciencia del Derecho Penal”)
publicado en la revista Zeitschift fü r die gesammte Strafrechtsswissenschaft (1937); Der
Tátertyp im Strafrecht (El tipo de autor en el Derecho Penal, Leipzig, 1940).
Las doctrinas del profesor Dahm se contraen a sostener que la vida no debe ser desva
lorizada por las abstracciones lógicas que no la penetran ni la comprenden en su intrínseca
naturaleza, sino la miran desde afuera, y estando afuera, la dividen y separan lo que está
LEGALES EDICIONES
esencialmente unido, inmovilizando lo que está en devenir perenne. El contraste Inconci
liable entre los conceptos (Begriff) y la vida (Leben) se concretan mediante el choque entre
el racionalismo y el irracionalismo. Este último aspira a una comprensión total de las cosas,
lo que no es posible sino mediante una Wesenschau, o sea mediante una "consideración
intuitiva de las esencias".
Estamos frente a una indiscutible interpretación fenomenológica del Derecho Penal
desenvuelta bajo la inspiración de Hüsserl y Max Scheler. Según Dahm, el Derecho no es
lo que dice la ley, sino una Wesenschau, es decir una "consideración intuitiva de las esen
cias. El Derecho no consiste en una colección fría de fórmulas sino lo que fluye de una
wesenhafte Betrachtungweise. Esto es lo que sostuvo el profesor Dahm en su discurso
de 1935 titulado "Gemeinschaft und Strafrecht" ("Comunidad y Derecho Penal").
63
J osé A ntonio S ilva V allejo
final' de Welzel".2
1 Para todo lo que antecede con respecto al pensamiento de DAHM hemos seguido la brillante exposición
de Monseñor FRANCESCO OLGIATI, profesor en la Universidad del Sacro Cuore de Milán: II Concetto
di giuridicitá nella sclenza moderna del Diritto, 2a ed., págs. 449-455, Societá editrice “Vita e Pensiero”,
Milán, 1950.
2 W ILHELM GALLAS: La teoría del delito en su momento actual, traducido por Juan Córdoba Roda,
págs. 9-10, Bosch Casa Editorial, Barcelona, 1959.
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LEGALES EDICIONES
fundamentales de la razón, y respetar los requisitos de ordenamiento lógico, para resultar
claro, preciso y seguro".
"Aun en Alemania, donde el irracionalismo fue particularmente apoyado por un oscu
ro sentimentalismo mítico-racial, hubo quien supo reivindicar las exigencias y las necesi
dades imperiosas de la razón, señalando que aquella tendencia, en el terreno de la ciencia
jurídica, había conducido a un proceso verdaderamente caótico. Y no puede afirmarse que
eso sea preferible a un estado de hipertensión logico-formalista, porque el formalismo
indica, por lo menos, los límites dentro de los cuales puede obtenerse un panorama sus
tancial de los problemas jurídicos".1
GIUSSEPPE BETTIOL: Derecho Penal. Parte General, págs. 49-50, editorial Temis, Bogotá, 1965.
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J osé A ntonio S ilva V allejo
En el pensamiento jurídico español cito a JIMENEZ DE ASÚA: "La Escuela de Kiel -re
presentada por Dahm y Schaffstein- desearía que el Derecho Penal se de-sembarazase de
todas las ideas aplicadas hasta hoy, predominando tan solo la noción del 'sano sentimiento
del pueblo' y 'la consideración de la esencia'. En cambio, la Escuela de Marburgo -repre
sentada por Leopoldo Zimmerl y Erlch Schwinge- estima que en el Derecho punitivo 'el
elemento racional' debe conservar el primer puesto. Zimmerl afirma que el proyecto ofi
cial de reforma penal elaborado por el régimen nacionalsocialista, incide en el error de
reemplazar por 'sentimientos' los razonamientos prácticos. Así pierde la ley todo carácter
sistemático y se llena de contradicciones".2
El maestro JUAN DEL ROSAL, Profesor, Decano de la Facultad de Derecho y Vice-Rector
de la Universidad de Valladolid, en un libro sumamente interesante titulado La personali
dad del delincuente en la técnica penal, ha escrito: "La nueva dirección aspira por todos los
medios a su alcance a instalar una distinta metódica del Derecho Penal, haciendo especial
objeto de trabajo el concepto del delito. Si hasta ahora la noción del delito tomaba como
punto de partida la acción, viniendo los demás caracteres en forma de atributos o predica
dos de aquel sustantivo -la acción-; actualmente, esta contemplación fragmentada y ana
lítica del delito se quiere sustituir por una visión unitaria y personal. ¿Qué quiere decirnos
esta última actitud metódica? Nada más ni nada menos que un cambio radical de frente,
no ya sobre el delito, sino de las bases fundamentales de la Metodología Penal... La dog
mática que muere allá por el año 1934 nos expuso el delito escindido en caracteres o ele
mentos, cada uno de los cuales con su naturaleza propia. En unos autores, no guardaron
relación alguna estos elementos; en otros, mantuvieron cierta relación; y en los menos, se
quiso ver una relación íntima... Esta consideración formal y lógico-abstracta tiene el dato
de su nacimiento en el medio naturalístico de finales de siglo. Y habría de chocar seria
mente con los nuevos postulados. La preocupación de los penalistas por el moderno giro
filosófico hubo de plantear la problemática del delito en su existencia real y concreta; en
una palabra, en donde radica su esencia, lo que es constitutivamente la acción delictiva...
Ya no interesa una explicación formal de corte técnico-jurídico, pues el penalista, hastiado
de tanto tecnicismo, quiere zambullirse en la categoría viviente, representada por el delito.
El hecho penal, visto al trasluz de su esencia, es bifronte. De un lado, es una conducta acti
va u omisiva realizada por una persona humana; de otro lado, este comportamiento dirige
su ataque a valores o bienes jurídicos, esto es, existe un contenido material por oposición
al aspecto formal, resaltado en demasía por la anterior dogmática... Luego si el delito es
acción de una persona, ¿cómo pudo la generación anterior segmentarlo hasta el extremo
de desaparecer la persona y no dar idea del 'contenido' del mismo? Apoyándose en estos
dos extremos, de la persona y de su contenido material, los penalistas modernos gestaron
una concepción penalista, unitaria y material del delito, sustitutiva de la legada por BELING
y otros contemporáneos. Pero entiéndase bien que no es la persona el objeto del conte
nido de la indagación penal, sino el bien jurídico. Y ahora, como fruto sazonado por estos
últimos años, se hablará de una dogmática penal teleológica concreta y de contenido, por
oposición a la anterior dogmática formal, abstracta y positivo-legal... ¿En qué términos se
traduce esta nueva noción del delito? Sencillamente en los siguientes: es personalista por
LEGALES EDICIONES
2 LUIS JIM EN EZ DE ASLJA: Tratado de D erecho Pen al, t. II, págs. 168-169, editorial Losada, Buenos Aires,
4 1950.
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F ilosofía del D erecho
LEGALES EDICIONES
en el excesivo logicismo y en cierto modo en las impurezas naturalísticas, que denota la
dogmática de Beling y penalistas de entonces. La concepción analítica, decía Antolisei, en
1940, 'pudiera decirse mecánica o atomística y es radicalmente rechazable, porque el delito
es un todo orgánico; es un bloque monolítico, el cual puede presentar diversos aspectos,
pero en ningún momento fraccionable. La verdadera esencia y, se podría decir, la realidad
del delito, no está en los singulares momentos de él ni en la suma de los mismos, sino en
el todo y así en su intrínseca unidad'. Solo contemplando el delito bajo este punto de vista,
es posible comprender su verdadero significado. Para obviar estas dificultades se habla de
3 JUAN DEL ROSAL: La personalidad del delincuente en la técnica penal, págs. 64-67; 2a ed. corregida y
aumentada, Valladoiid, 1953.
67
J osé A ntonio S ilva V allejo
'aspectos' del delito, y no de 'elementos', por ejemplo, en Maggiore, y cuyo contraste fue
agudamente descrito por Mezger".4
Cito a continuación la opinión de un notable "finalista" alemán, el profesor REINHART
MAURACH, quien nos dice: "La hoy superada concepción 'integral' del delito, sostenida
por la llamada Escuela de Kiel (desde 1935), se situaba afuera del marco de este debate tan
trascendental para la configuración práctica de la administración de justicia penal. Aquella
escuela veía en la construcción estratificada solo la manifestación externa de un 'malsano
pensamiento divisorio', que sería apropiado para enturbiar la visión de lo más esencial,
es decir, la personalidad del autor. El escalonamiento ilícito, tipo y culpabilidad, debía ser
sustituido por la base esencial del delito, la que tiene como característica principal una
lesión de una obligación que recae sobre el autor. La tipicidad del hacer y la limitación del
poder total estatal que ella contiene serían un producto del pensamiento jurídico liberal y
deberían desaparecer del Derecho Penal. Pero también debía rechazarse la diferenciación
entre Ilícito y Culpabilidad, ya que su elaboración sería el producto artificial de una nueva
abstracción: el enfermo mental que asesina 'no actúa antijurídicamente'. Los fundamen
tos de esta teoría se encuentran en numerosos ensayos (Kempermann, op. cit.; Dahm-
Schaffstein, Grundfragen der Neue Rechtswissenschaft, 1935; Schaffstein, ZSTW 57, 295;
Dahm, ZSTW 57, 225). Ella recibió la protección del oficialismo nacionalsocialista. Si bien
nunca fue capaz de entregar la construcción positiva del concepto de delito exigido por ella
misma, concepto que debía orientarse hacia los fundamentos del 'pensamiento del orden
concreto' (Nagler, Gs 111, 45,122; Engisch, en la revista MonatsschriftfürKriminalbiologie
und Strafrechtsreform, 1938, 133 y ss., y 144 y ss.; Schwinge-Zimmerl: Wesensschau und
Konkretes Ordnungsdenken im Strafrecht, 1937). Esencia y concreción del pensamiento en
el Derecho Penal, al menos dejó entrever muy claramente hacia dónde tenía que apuntar
la construcción integral del delito: el nuevo Derecho Penal de autor debería haberse de
sarrollado a partir de la totalidad formada por el autor v el hecho, a partir de la cual este
hecho, liberado de todo valor propio y de toda característica constitutiva vinculante, debía
considerarse como una mera expresión de una personalidad caracterológica carente de
valor (cfr. Nagler, en la revista Der Gerichtssaal, 111, 45). En todo caso, es evidente que la
renuncia a la vigencia inmutable de elementos del delito en el Derecho Positivo conlleva,
forzosamente, peligros para la justicia y la seguridad jurídica".5
"La doctrina actual tiene plena conciencia de la naturaleza del delito en cuanto con
cepto complejo (Engisch lo llamó acertadamente 'impreso de cuatro colores') y sobre la
construcción escalonada que resulta de aquel. En todo caso, existen diversos métodos
para su construcción. Ellos se diferencian, en primer término, en la cuestión de si es el he
cho o el autor lo que constituye la base del sistema (ver n5 10 y ss.); luego, en la pregunta
por los elementos materiales del ilícito, por una parte y de la culpabilidad, por la otra"6
"La teoría final de la acción, fundada por Welzel y continuada especialmente por
Busch, Niese, Stratenwerth y Armin Kaufmann, encuentra su origen en la filosofía de Ho-
nigswald y Nlcolai Hartmann. Según ello la acción -siempre una conducta humana, en
oposición al acontecer causal y también a la reacción instintiva del animal- consiste en la
LEGALES EDICIONES
dirección hacia lo deseado, hacia la meta. La acción es actividad humana final. El finallsmo
de Welzel: la finalidad se basa en que el hombre, gracias a su saber causal, puede prever,
dentro de ciertos límites, las consecuencias posibles de su actividad; dirigir su actividad,
conforme a su plan, a la consecución de estos fines".7
4 JUAN DEL ROSAL: D erecho Penal. Lecciones , 2a ed. corregida y aumentada, págs. 313-314 ; VaUadolit,
1954-
5 REINH ART M AURACH -H EIN Z ZIPF: Derecho Penal. Parte General, vol. 1, pág. 226, par. 14, I, 6,
traducción de la 7a edición alemana, editorial Astrea, Buenos Aires, 1994.
6 Ibíd., pág. 227.
7 Ibíd., pág. 255, par. 16, II.
68
F ilosofía del D erecho
Para terminar, permítaseme dejar establecido que, estas cuestiones polémicas no solo per
tenecen, de lleno, a ¡a llamada "lucha de escuelas" en el Derecho Penal, magistral reflexión
iluminada por el pensamiento de SCHWINGE-ZIMMERL-WELZEL-MAURACH-MEZGER-ROXIN-
JESCHECK-JIMÉNEZ DE ASÚA-JUAN DEL ROSAL-BACIGALÜPO, etc.
Dicha reflexión trascendental constituye el meollo, la esencia misma de la Filosofía del
Derecho cuya importancia teórica no solo ilumina la "cuestión metodológica" sino que, a
fortiori, constituye la "cuestión ontológica", la entraña misma, la esencia, el a-priori funda
mental de la ciencia del Derecho Penal.
Cómo no apasionarse intelectualmente al releer las páginas de ios
grandes clásicos como el célebre "Aufbau" de REINHARD FRANK que
marcó toda una época en la historia de la dogmática penal al reelabo
rar profundamente la teoría psicológica cuyo máximo representante
-FRANZ von LISZT- la concebía como la relación subjetiva que media
entre el autor y el hecho8 sustituyéndola por la teoría normativa de la
culpabilidad consagrada en las áureas páginas del inmortal estudio de
REINHARD FRANK: Über den Aufbau des Schuldbegriffs, Giessen 1907,
("Sobre la estructura de la culpabilidad"), traducción castellana con la que se inauguró la
Biblioteca "Maestros del Derecho Penal" dirigida por el profesor Gonzalo D. Fernández,
Coordinador: Gustavo E. Aboso, Montevideo-Buenos Aires, Julio del 2000.
Según REINHART FRANK el concepto de culpabilidad se estructura sobre la base de
la reprochabilidad o Vorwerfbarkeit. Este fue su aporte decisivo que ha marcado toda una
época en la historia del Derecho Penal.
Sobre las huellas del áureo opúsculo de Reinhard Frank un insigne jurista, gran teóri
co e investigador y maestro del Derecho Penal y Procesal, así como de la Filosofía, cuvos
libros, que los he leído con avidez luego que me los obsequiara su hijo WERNER y que re
velan la profundidad genial de su pensamiento, el profesor JAMES GOLDSCHMIDT (Berlín
1874-Montevideo 1940) -cuyo pensamiento lo he tratado en otro de mis libros- cfr. "La
Ciencia del Derecho Procesal", ha dicho en otra monografía clásica: "NORMATIVER SCHtJL-
DBEGRIFF" (La Concepción normativa de la culpabilidad) publicada en 1930 en el Libro-
Homenaje (Festgabe) a Reinhard Frank que "¿La concepción normativa de la culpabilidad
constituye una llama o un fuego fatuo? Se podría suponer lo último, pues ni siquiera entre
sus campeones existe un exacto acuerdo sobre el concepto, y las consecuencias prácticas
que su reconocimiento determina han sido tildadas de representar un proceso de "osteo-
malaxia del derecho"9.
Dice Goldschmidt que "La evolución del concepto y sus consecuencias
en la obra de FRANK han sido descritas tantas veces que aquí puedo
{% , .
m , ser breve al respecto. En su monografía "Über den Aufbau des Schul-
dbegriffs", 1907 (Sobre la estructura del concepto de culpabilidad),
f -s r ■ que abre nuevas vías, FRANK califica, por primera vez, la culpabiliaad
como "reprochabilidad" y considera como presupuesto suyo, aden:ás
9 S k m. M de la itnputabilidad del dolo o de la culpa, el estado de normalidad de
LEGALES EDICIONES
las c irc u n sta n c ia s b a jo las qu e e l a u to r obra. S I ello fa lta , como o cu rre
en los parágrafos 52, 54 del Código Penal Alemán, existe una "causa de exclusión de la
culpabilidad"10.
Ahora bien, según GOLDSCHMIDT, la reprochabilidad se fundamenta en la desobe
diencia a una NORMA DE DEBER o PFLICHTNORMEN, reprochabilidad que se dá "cuando
8 FR A N Z von LISZT: “Tratado de Derecho Penal”, traducción de Luís Jiménez de Asúa, Editorial Reus,
Madrid, tomo II, pág. 375.
9 LIM ES GOLDSCHM IDT: “La concepción normativa de la culpabilidad”, pag. 8 3 ,2a edición de la traduc
ción castellana, Montevideo-Buenos Aires, 2002.
10 Ibíd., pág. 84.
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70
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Z.P.O., tesis que está sintetizada en su "TEORÍA GENERAL DEL PROCESO", págs. 83 y 84,
Editorial Labor; Barcelona, 1936; de donde resulta que, "la rebeldía en el proceso nc es
otra cosa que una culpabilidad contra sí mismo, por haber incumplido una carga proce
sal", que es un imperativo del propio interés18.
Así, contrariedad al deber, significa para Goldschmidt, tanto el no cumplimiento de la
norma de deber o PFLICHT NORMEN, cuanto la "censurabilidad de la actitud" que no es
otra cosa que el juicio de reproche, cuyo ámbito no solo se dá en la culpabilidad penal y ci
vil sino, también, en lo procesal, mediante la culpa in litigando o culpa in procedendo. Léa
se al respecto, lo tratado por el gran maestro alemán en la nota de pié de página N9 1287,
págs. 234 y 235 y págs. 290 a 298, especialmente págs. 291 y 292 de su magistral obra de
filosofía procesal "El proceso como situación jurídica. Crítica del pensamiento procesal"
Otro de los grandes arquitectos de la teoría normativa fue BERTHOLD
FREUDENTHAL (1872-1929), Profesor en Frankfurt y Primer Decano
de su Facultad de Derecho (1914-1915), desarrolló la teoría normati
va en su brillante monografía de 1922 intitulada “Schuld und Vorwurf
in geltenden Strafrecht" (Culpabilidad y Reproche en el Derecho Pe
nal); traducción castellana en la colección "maestros del Derecho
m Penal" N9 11, Montevideo-Buenos Aires, 2006, la que, en esencia,
sostiene que el juicio de reproche (Vorwurfurteil) -base de la teoría
normativa de la culpabilidad-, se sustenta en la idea de exigibilidad (Zumutbarkeit) en
cuanto fundamento de la apreciación valorativa de la culpa, transformando la reprocha-
bilidad en un auténtico juicio de imputación subjetiva. El estudio de BERTHOLD FREU
DENTHAL empieza sosteniendo que "En ningún punto la opinión pública es tan susceptible
como en el de la culpabilidad. Ella considera insoportable la condena del inocente"19. Por
ello, el maestro de Frankfurt concluía su estudio sosteniendo que "En el juicio de culpabi
lidad está encajado un fragmento de la antigua tragedia del destino. Resulta difícilmente
soportable que afirmemos el reproche de la culpabilidad contra aquél a quien no podemos
formular éticamente reproche alguno por su ejecución"20.
Otro insigne maestro de la dogmática alemana fue el Profesor ED
MUNDO MEZGER nacido en Basilea, (Suiza), el 15 de Octubre de 18S3,
muerto en la década de los 60, Profesor en la Universidad de Münich;
sus Tratados y sus obras son una paradojal mezcla de luces y sombras
en el Derecho Penal: luces por la brillantez de sus Tratados y de sus
libros de estudio que acusan la influencia de la escuela de Badén o
m escuela sud-occidental alemana y de la filosofía de los valores de Wlhl-
DELBAND y RICKERT (que la hemos analizado más adelante, vid. Supra
en el capítulo LVII de esta obra), así como también, de la moderna Psicopatología y Psiquia
tría alemana; pero, su pensamiento arroja, también, sombras y tinieblas por su adhesión
a la ideología nazi, lo que determinó la pérdida de su cátedra universitaria en octubre de
1945 e, incluso, su encarcelamiento por orden del Gobierno militar bajo la acusación de
colaboracionismo con el régimen nazi y la dictadura totalitaria del Tercer Reich alemán.
LEGALES EDICIONES
No obstante ello fue repuesto en su cátedra hasta su jubilación el l 9 de Abril de 1952. Y
atendiendo a que fué uno de los Profesores e investigadores más influyentes en la ciencia
del Derecho Penal y en la moderna Criminología, al cumplir los 70 años de edad el 15 de
Octubre de 1953 fue homenajeado con un célebre Libro-Homenaje a iniciativa de sus co
legas en la Universidad de Münich, los Profesores KARL ENGISCH y REINHART MAURACH:
18 JAM ES GO LD SCH M ID T: “Teoría General del Proceso”, N “ 38, pág. 84, Editorial Labor, Barcelona,
1936.
19 BERTHOLD FREUDENTHAL: “Culpabilidad y reproche en el Derecho Penal”, pag. 63. Traducción y
Prólogo del Dr. José Luís Guzmán Dalbora, Montevideo-Buenos Aires, 2006; Julio Cesar Faira, Editor.
20 Ob. cit., pág. 99.
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"Festschrift für Edmund Mezger zum 70 Geburtstag 15 de Octubre de 1953", Editorial C.H.
BECK, Munchen-Berlin, 1954.
Los luminosos libros e investigaciones de Mezger son: "Der psychiatrische Sachvers-
tándige im Prozess", 1918; "Sein und Sollen im Recht" 1920; "Auslegung des versailler Ver-
trages", 1926; "Persónlichkeit und strafrechtliche Zurechnung" 1926; "Vom Sinn der stra-
frechtliche Tatbestánde" 1926; "Moderne Strafrechtsprobleme", 1927; “Strafrecht", 1931;
3S ediz., 1949; ",Schuld and Persónlichkeit" 1932; "Lehrbuch des Strafrechts" 2- ediz.,
1933; "Kriminalpolitik auf kriminoiogischer Grundlage" 1934; 3g ediz., 1944; "Moderne
Weger der Strafrechtsdogmatik", 1950; "Kriminoiogie", 1951; "Strafrecht" vol. I, S- ediz.,
1958; vol. II, 63 ediz., 1958; "Kurzlehrbücher fü r das jurist. Studium".
En esencia, la doctrina de Mezger sobre la culpabilidad contiene una singularidad: se
trata de un reproche personal al autor por su conducta antijurídica y culpable.
Y dice asi en su Tratado: "La culpabilidad es el conjunto de aquellos presupuestos de
la pena que fundamentan, frente al sujeto, la reprochabilidad personal de la conducta an
tijurídica. La acción aparece, por ello, como expresión jurídicamente desaprobada de la
personalidad del agente"21.
Y añade en el parágrafo 34: "Sin la existencia de una conducta injusta no hay cul
pabilidad. Por ello, y como quiera que todo injusto punible es un hecho aislado, tam
bién toda culpabilidad penal tiene que ser culpabilidad de un acto aislado"22.
Y precisa en la pág. 17: "Toda culpabilidad es culpabilidad del acto aislado"2*.
En conclusión: "No hay pena sin culpabilidad"24.
El Lehrbuch o Tratado que acabo de citar es la obra fundamental del Profesor de
Münich. El "Studienbuch" o "Libro de Estudio", Parte General, data de 1955, y la tra
ducción castellana, 1- edición, México, 1985, edición, México, 1990, es la que cito a
continuación, capítulo III, parágrafo 51, pág. 189: "La culpabilidad es el conjunto de los
presupuestos que fundamentan el reproche personal al autor por el hecho punible que
ha cometido. Por lo tanto, dichos presupuestos muestran al hecho como una expresión
jurídicamente desaprobada de la personalidad del autor. El término "reprochabilidad"
empleado a veces, significa prácticamente lo mismo que "reproche". La imputación, con
siderada en sí, puede definirse como la culpabilidad "formal", y el reproche determinado
en cuanto al contenido, como la culpabilidad "material" No toda conducta antijurídica
de una persona está sancionada con pena. Para ello, es necesario, como se deduce de la
propia definición general del hecho punible, que tal conducta sea "personalmente impu
table". Esta imputabilidad da lugar a la responsabilidad jurídico-penal. Es posible imagi
nar que sea imputada también una acción inculpable. Pero, según el criterio general afir
mado en la actualidad con arreglo al derecho vigente, se debe imputar personalmente y
castigar sólo una conducta que sea, de una u otra manera, "culpable"25.
Y añade en la pág. 190: "El juicio de culpabilidad acerca de un hecho y de su autor se
basa en un conjunto de presupuestos que están situados en la persona del autor y consti
tuyen una determinada situación de hecho de la culpabilidad"26.
LEGALES EDICIONES
Parágrafo 52, pág. 192: "El principio No hay pena sin culpabilidad es la consecuencia
de un largo desarrollo histórico. El Derecho Penal ha pasado desde el critero de la respon-
21 EDM UNDO M EZGER: “Tratado de Derecho Penal”, tomo II, págs. 1-2, Editorial Revista de Derecho
Privado, Madrid, 1949.
22 Ob. cit., pág. 13.
23 Ob. cit., pág. 17.
24 Ob. cit., pág. 21.
25 EDM UNDO M EZGER: “Derecho Penal. Libro de Estudio. Parte General”, pág. 189, Cárdenas Editor y
Distribuidor, México, 1990.
26 Ibíd., pág. 19 1.
72
F ilosofía del D erecho
LEGALES EDICIONES
29 LUÍS JIM ÉN EZ D E ASÚA: “ Tratado d e D erech o P e n a l”, tomo 50, pág. 229, Editorial Losada S.A., Bue
nos Aires, 1956.
30 HELLM UTH von W EBER: “Z u m A u fb a u des Strafrechtssystems”, 1935 (Sobre la estructura del siste
ma del Derecho Penal); “G ru n driss des tschechoslowakischen Strafrechts”, 2“ ed., 1948, págs. 7 y sigs.;
LEOPOLDO ZIMM ERL: “ Strafrechtliche A rb eits m ethode de lege ferenda” (M étodo de investigación de
lege ferenda en el D erecho P en al), así como en “ W esensschau u n d konkretes O rdnungsdenken im Stra-
fre c h t” (E sencia y concreción d e las fo r m a s d e pen sam ien to en el D erecho Penal, Bonn, 1937) e “ Irratio-
nalism us u n d G anzheitsbetrachtung in d e r deutschen Rechtswissenschaft” (Irracionalism o y pensam iento
totalitario en la ciencia alem a n a d el D erecho, Bonn, 1938). ERICH SCHW INGE: “ D e r m ethodenstreit
in d er heutigen Rechtsw issenschaft" (L a lucha de escuelas en la actual ciencia d el D erecho, Bonn, 1930);
y “ Teleologische B egriffsbildu n g im Strafrecht” (La fo rm a c ió n fin a lística d e conceptos en el D erecho Penal,
Bonn, 1930); ERICH WOLF: “Strafrechtliche Sch u ld leh re”, 1928 (Teoría de la Culpabilidad en el Dere
cho Penal) f ’G rosse R ech tsden ker”, 4a edición, 1963, (Grandes Pensadores.
73
J osé A ntonio S ilva V allejo
I
74
LA CONCEPCIÓN FINALISTA O TELEO LÓ GICA DEL DERECHO
LEGALES EDICIONES
"II concetto di giuridicitá nella scienza moderna del Diritto". Léase, además, al profesor
GIUSEPPE BETTIOL en su estudio "Sui recenti orientamenti metodologici nello studio del
Diritto Penale" en la revista "Jus" (enero - marzo de 1940); además, en su "Derecho Penal.
Parte General" (pág. 41 y ss., especialmente 45,46, 47, 48 y passim; concretamente, págs.
50, 55, 56, 57 y passim).
GIACOMO DELITALA: "llfatto nella teoría generóle del reato" (Padua 1930); "Analogía
im bonam partem" (En los Scritti in memoria di Edoardo Massari, Nápoles, 1938); "La crisi
del Diritto nella societa contemporánea" (Padua, 1953). PIETRO NUVULONE: "Introduzione
i FRAN Z von LISZT: “Tratado de Derecho Penal”, tomo II, pag. 2, traducción de Luís Jiménez de Asúa,
Editorial REUS, S.A., Madrid, 1927,
75
J osé A ntonio S ilva V allejo
a un indirizzo critico nella scienza del diritto penaie" en la Rivista Italiana di Diritto Penale
(1949); "I finí e mezzi nella scienza del Diritto Penale", en la misma revista citada (1948); "I
limiti taciti della norma penale" (Palermo, 1947). PIETRO NUVULONE: "IIsistema del diritto
penale" (1982, pág. 6, especialmente pág. 8 y ss.).
La tendencia finalística también ha impactado en el pensamiento jurídico español Asi,
cabe mencionar las notas que insertara el maestro JOSÉ ARTURO RODRÍGUEZ MUÑOZ,
profesor principal de Derecho Penal en la Universidad de Valencia, al Tratado de Derecho
Penal, t. I (1946) del maestro EDMUNDO MEZGER, profesor en Munich.
En el año 1953, el mismo profesor José Arturo Rodríguez Muñoz dedicó a la Teoría Fi
nalista su discurso de inauguración del curso académico en la Universidad de Valencia bajo
el título de: "La doctrina de la acción finalista" (Lección inaugural del curso, 1953-1954,
Valencia, 1953).
JUAN DEL ROSAL, Vicerrector, Decano y Profesor de Derecho Penal en la Universidad
de Valladolid, en su libro “Derecho Penal, Lecciones" (2- ed., 1954, págs. 25-29), ha desa
rrollado el finalismo en el Derecho Penal a partir del pensamiento de Rudolph von Jhering
pero, sobre todo, a la luz del pensamiento de von Liszt (pág. 27) y de Erich Schwinge (págs.
28-29).
El maestro JUAN DEL ROSAL ha tratado también el tema del finalismo en su funda
mental libro La personalidad del delincuente en la técnica penal [2- ed., 1953).
El profesor JOSÉ CEREZO MIR, discípulo del maestro José Rodríguez
■ Muñoz, dedicó el tema en su estudio "El Concepto de acción finalis
ta como fundamento del sistema de Derecho Penal" publicado en el
Anuario de Derecho Penal y Ciencias Penales (1959, pág. 561 y ss.).
Posteriormente, en el mismo Anuario de Derecho Penal (1961, pág. 55
y ss.), publicó su estudio "Lo injusto en los delitos dolosos en el Dere
cho Penal español", así como también en sus notas a su traducción del
libro de Hans Welzel "El nuevo sistema del Derecho Penal" (Barcelona,
1954). Y nuevamente aborda el hontanar de este apasionante problema en su estudio "La
conciencia de la antijuricidad en el Código Penal español" publicado en la Revista de Estu
dios Penitenciarios (1964, pág. 449 y ss.).
El profesor JOSÉ MARÍA RODRÍGUEZ DEVESA, catedrático de Derecho Penal en la Uni
versidad de Madrid, ha dedicado a este tema páginas importantes de su "Derecho Penal
español. Parte general" (1981, pág. 321 y ss.): "La concepción finalista coexiste con la Es
cuela de Kieh pues puede fecharse su nacimiento en el año 1930 (según lo recuerda el
propio Welzel), mas pasa prácticamente inadvertida hasta que concluye la Segunda Guerra
Mundial. La concepción sintética y el Derecho Penal de autor se hunden con la derrota
alemana porque se habían convertido en símbolo del Derecho Penal nazi. El finalismo co
noce en la postguerra un rápido auge, porque vino a llenar un vacío de escepticismo y ha
estado servido por la infatigable capacidad dialéctica, creadora y proselitista del que fue
indiscutiblemente su principal figura, el profesor de la Universidad de Bonn, Hans Welzel.
LEGALES EDICIONES
El finalismo no es una doctrina unitaria, presentando tanto casi tantas variantes como
escritores operan con él. Pero puede admitirse que la base común a todos ellos es la idea
de que el concepto de la acción está fuera del Derecho Penal, es un concepto 'ontológico':
la acción humana es una actividad final, porque el ser humano puede prever, mediante su
conocimiento causal, las posibles consecuencias de su actuar, plantearse diferentes metas
y dirigir su actividad para conseguirlas siguiendo un plan; la actividad final es un actuar
dirigido conscientemente por fines, mientras que el suceder causal es la resultante fortuita
del conjunto de causas existentes en cada caso".
"Lo que me induce a rechazarlo -dice el profesor Rodríguez Devesa en la pág. 322 de
A obra citada- es que el finalismo conduce inevitablemente a una concepción intelectualis-
íl ta, exclusivamente racionalista, del actuar humano, lo que es inexacto".
76
F ilosofía del D erecho
LEGALES EDICIONES
causal. Ella es el factor de dirección que configura el suceder causal externo y lo convierte,
por tanto, en una acción dirigida finalmente: sin ella q u e d a ría destruida la acción en su
estructura y sería rebajada a un proceso causal ciego. La voluntad final, como factor que
configura objetivamente el acontecer real, pertenece, por ello, a la acción".
"1- La dirección final de una acción se realiza en dos fases, que en las acciones simples
se entrecruzan:
a) la primera transcurre completamente en la esfera del pensamiento. Empieza con la
anticipación del fin que el autor quiere realizar. A ello sigue - a partir del fin - la selección
de los medios necesarios para su realización. El autor determina, sobre la base de su saber
causal y en un movimiento de retroceso desde el fin, los factores causales que son nece
sarios para su consecución, incluso aquel movimiento corporal con el que puede poner
77
J osé A ntonio S ilva V allejo
en marcha toda la cadena causal (medios de la acción). Este proceso mental se llama 'de
retroceso' porque el fin ya está determinado y desde él se lleva a cabo la selección de los
factores causales necesarios como medios de la acción. Ahora bien, los factores causales
elegidos como medios van siempre unidos a otros efectos además del fin perseguido. El fin
representa solo un sector de los efectos de los factores causales puestos en movimiento.
Por ello, el autor, en la selección de los medios, tiene que considerar también los efectos
concomitantes, que van unidos a los factores causales elegidos, como la consecución del ~¡
fin. Este proceso mental no se realiza ya hacia atrás, desde el fin, sino hacia delante, desde
el factor causal elegido como medio hacia los efectos que tiene o puede tener. La conside- :
ración de los efectos concomitantes puede inducir al autor a reducir los medios elegidos r
hasta el momento, a elegir otros factores causales que impidan la producción de dichos
efectos, o a dirigir la acción de modo que pueda evitarlos. La voluntad de la acción dirigida :
a la realización delfín se dirige aquí también, al mismo tiempo, a evitar los efectos conco- {
mitantes. Por otra parte, la consideración de estos efectos puede dar lugar a que el autor
incluya en su voluntad la realización de ellos, bien porque considere segura su producción <
en caso de utilizar estos medios, o bien porque cuente al menos con ella. En ambos casos
la voluntad final de realización comprende también los efectos concomitantes".
"b) De acuerdo con la anticipación mental del fin, la selección de los medios y la con
sideración de los efectos concomitantes, el autor lleva a cabo su acción en el mundo real.
Pone en movimiento, conforme a un plan, los medios de la acción anteriormente elegidos
(factores causales), cuyo resultado es el fin junto con los efectos concomitantes que han
sido incluidos en el complejo total a realizar".23
"La enfermera que, sin sospechar nada, pone una inyección de morfina demasiado
fuerte, de consecuencias mortales, realiza, sin duda, una acción final de inyectar, pero no
una acción final de matar. El que, para ejercitarse, dispara contra un árbol, detrás del cual
se encuentra un hombre -a l que no ve- y mata a este hombre, hace, sin duda, un disparo
final de entrenamiento, pero no realiza una acción final de matar. En ambos casos, la con
secuencia ulterior no querida (la muerte) ha sido producida de un modo causal, ciego, por
la acción final".2
"La finalidad no debe ser confundida, por ello, con la mera 'voluntariedad'. La 'volunta
riedad' significa que un movimiento corporal y sus consecuencias pueden ser reconducidos
a algún acto voluntario, siendo indiferente qué consecuencias quería producir el autor. En
este sentido, la enfermera y el tirador, en los casos mencionados, realizan también 'actos
voluntarios', si se hace mentalmente abstracción del contenido de su voluntad. Si se quiere
comprender, sin embargo, la acción, más allá de su característica (abstracta) de la mera
voluntariedad, es decir en su forma esencial, concreta, determinada en su contenido, solo
es posible lograrlo mediante la referencia a un determinado resultado querido. El acto vo
luntario de la enfermera es solo final en relación con la inyección, el del tirador en relación
con alcanzar el árbol, pero de ninguno de los dos respecto de la muerte de un hombre. A
la finalidad le es esencial la referencia a determinadas consecuencias queridas; sin ella
LEGALES EDICIONES
2 HANS W ELZEL: “El Nuevo Sistema del Derecho Penal. Una introducción a la doctrina de la acción fin a
lista”, pág. 4 1 a 43, Julio César Faira Editor, Buenos Aires, 2002.
3 Ob. cit.,pág. 45.
78
F ilosofía del D erecho
"No hay, por ello, acciones finales en sí, o 'en absoluto', sino solo en relación con .as
consecuencias comprendidas por la voluntad de realización. Esta relación con determina
das consecuencias producidas voluntariamente es la que caracteriza a una acción final"A
En sus palabras previas a este clásico libro de Welzel ha dicho el profesor Gonzalo
Fernandez que "La doctrina finalista y la prolongada polémica que en ella desató, domi
naron ampliamente el debate jurídico-penal de la postguerra, hasta finales de la década
del sesenta".4 5
"Y en puridad, los ecos de dicha discusión aún no se han acallado por completo, si nos
atenemos a los recientes cuestionamientos ideológicos formulados contra el finallsmo,6
que persisten en una actitud de 'demonización' de su teoría impugnando su apego al Dere
cho Penal de voluntad. No nos parece justo. Desde su primitivo artículo sobre 'Causalidad
y acción', que viera la luz en el año 1931, el joven Welzel -contaba a la sazón con veintiséis
años de edad y se desempeñaba como asistente en la Universidad de Koln-, comenzó a
elaborar un sistema de Derecho Penal de base ontológica -explícitamente fundado en las
denominadas 'estructuras lógico-objetivas de la realidad' (sachsloglsche Strukturen)- que
vino a impugnar el relativismo valorativo del neokantismo y le impuso a la teoría del delito
un inesperado giro metodológico".
"Welzel partía de inquietudes filosóficas muy claras, que asignaron todo su desarrollo
teórico y ocuparon toda su vida: la relación entre ser y deber ser, la naturaleza del deber,
la base de validez del Derecho. Él reaccionó contra el eterno retorno del Derecho natura¡ y
del Positivismo jurídico. Al decir de Kaufmann, pretendió desarrollar 'un Derecho natural de
la ilustración republicano-federal', en congruencia con el tiempo histórico que le tocó vivir.
Es cierto, por lo tanto, que el finalismo irrumpe con la certidumbre de que la ciencia del
Derecho Penal apoya sus cimientos en el ser y que de allí proviene la garantía de corrección
científica de la teoría jurídico-penal. Como también es verdad - y sirve para aventar cual
quier prejuicio ideológico-, que Welzel reivindicaba el reconocimiento del hombre corro
persona responsable, cual requisito mínimo que debe atender el orden social, si no quiere
solo coaccionar a través del poder, sino obligar como Derecho".
"Por ello, tan luego, la pregunta sobre la misión del Derecho Penal fue para Welzel
desde el comienzo, un problema filosófico, que lo condujo a defender su función ético-so
cial, viéndolo como instrumento conformador de valores. En punto a su sistema del ilícito,
Welzel critica la influencia del naturalismo en la ciencia del Derecho Penal, tanto como ¡a
influencia de la Filosofa jurídica neokantiana, con su tajante separación entre ser y deber
ser, realidad y valor. Como lo ha señalado Schünemann, el sistema concebido por Welzel
caracteriza de modo esencial a la estructura del delito dominante en la actualidad, que es
aceptada también por los autores no finalistas".
"De ahí que Hirsch, uno de los discípulos más ortodoxos, califique a Welzel como el
dogmático penal de mayor significación, probablemente, desde Karl Binding. El sistema de
Welzel gira en torno a su concepto de acción final, el cual respeta lo que él considera la es
tructura óptica fundamental. Ese punto de partida determina, al interior de la teoría del de
LEGALES EDICIONES
lito, el traslado del dolo (dolo avalorado) y de la culpa al tipo, A partir de Welzel, entonces,
bien puede sostenerse que el dolo constituye, necesariamente, un elemento subjetivo del
injusto de los delitos dolosos (tipo subjetivo), en tanto la inobservancia del cuidado debido
pasará a situarse en el tipo de injusto de los delitos culposos. De igual manera, entre las
4 HANS W ELZEL: “E l N u evo Sistem a d el D erecho P e n a l. .., pág. 45 y 46, edición citada.
5 SANTIAGO M IR PUIG, Introducción a las bases d el D erecho Penal, Bosch, Barcelona, 1976, pág. 246.
6 M ONIKA FROMMEL: “Los orígenes ideológicos de la teoria final de la acción de Welzel”, en A n u a rio
d e D erecho P en a l y C iencias Penales, tomo XLII, fascículo II, Mayo-Agosto 1989, pág. 621-632: Sergio
Politoff: “Sistema jurídico-penal y legitimación política en el Estado democrático de derecho”, en N u evo
Foro Pen al, N ° 45, Julio-Agosto 1989, pág. 318- 322.
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J osé A ntonio S ilva V allejo
innovaciones del sistema de Welzel, cabe resaltar una notoria acentuación del subjetivismo
en la estructura del delito".
"Por lo pronto, su concepción del injusto personal, de generalizada aceptación, le
permitió diferenciar el desvalor de acción y el desvalor de resultado, aun cuando -para
Welzel- el injusto queda ya plenamente constituido por el desvalor de acto. A los plantea
mientos precedentemente enunciados cabría agregar, todavía, otros aciertos en el orden
dogmático. La definición de la tentativa, que el Código alemán extrajo casi literalmente de
su Manual, o el concepto finalista de autor, centrado en el dominio del hecho, concitaron
también una muy amplia acogida doctrinaria".
"Toda una generación de penalistas latinoamericanos -m e refiero a quienes hemos
superado ya la barrera de los cincuenta-, formada en la rigidez del sistema causalista, ab
solutamente predominante en América Latina, descubrió a través de Welzel otro horizonte.
Poco cuenta ahora que su honda inquietud filosófica, las bases ontológicas del sistema o su
connotación eticista resulten cuestionadas -m ejor aun, superadas- por las orientaciones
dogmáticas de fin de siglo. Así y todo, Welzel nos enseñó a pensar y nos plantó de cara el
problema central de la ciencia penal, que continúa siendo el problema del hombre".
Una exquisitez filosófica es la que nos depara el prólogo de Welzel a la cuarta edición.
Leámosla:
"La nueva edición de este libro, que resume los capítulos más importantes de mi Ma
nual (Das deutsche Strafrecht, 7S ed., 1960) para la doctrina de la acción finalista, aparece
precisamente treinta años después de la publicación de mi artículo 'Kausalitat und Hand-
lung' ('Causalidad y acción', en Zeitschrift fü r die gesamte Strafrechtswissenchaft, 51, pág.
703), en el que expuse por primera vez las ideas fundamentales de la doctrina de la acción
finalista. En los últimos tiempos, me han recordado repetidas veces este artículo. Puesto
que algunos críticos de mi doctrina se refieren cada vez más a su origen y creen poder in
terpretarla en una relación de dependencia con un sistema filosófico determinado, a saber
el de Nicolai Hartmann. Quizás haya sido Engisch el que haya suministrado para ello el
lema, cuando en 1944 llamaba a Hartmann 'mi garante'. Ahora habla Hall, de Hartmann,
como del 'maestro filosófico de los finalistas'; Würtenberger previene, aludiéndome, 'de
la aceptación acrítica' de las doctrinas de N. Hartmann; Klug considera que es una 'tesis
clásica del finalismo', que la inclusión del dolo y la culpabilidad, una consecuencia de mi
aceptación de la doctrina de los valores de N. Hartmann, etcétera. Hasta ahora había guar
dado silencio ante las referencias al origen de mi doctrina, puesto que en la ciencia debería
tener solo importancia el contenido de verdad de una afirmación y no su origen. Ahora,
sin embargo, al verse afectada la afirmación misma y al ser esta, en parte, objeto de una
interpretación errónea, creo que no puedo seguir guardando silencio. No tendría, sin duda,
ningún motivo para avergonzarme de que el origen de mi doctrina estuviera en la filosofía
de Nicolai Hartmann -s i fuera cierto- Este no es el caso, sin embargo. Las sugerencias
para la formulación de la doctrina de la acción finalista no las recibí de N. Hartmann, sino
de la Psicología del pensamiento y la primera de ellas, precisamente, de la obra Grundlgen
LEGALES EDICIONES
80
F ilosofía del D erecho
81
J osé A ntonio S ilva V allejo
dada, para comprender el contenido de las definiciones y para [...] comprender también
correctamente las valoraciones jurídicas (Gerichtssaal 103, pág. 346)".
"Este método 'vinculado al ser o a las cosas', que hace poco he expuesto otra vez -vein
ticinco años más tarde- en una polémica con tendencias neopositivistas (nominalistas) en
la ciencia del Derecho Penal (Zeitschrift für die gesamte Strafrechtswissenchaft, 69, pág.
634 y ss.) y que constituye uno de los aspectos esenciales de la doctrina de la acción fi
nalista, debía ser designado con la palabra 'ontológico', sin que con ello se optase por un
sistema ontológico determinado. Por lo que respecta a las 'estructuras lógico-objetivas'
que pertenecen a este lugar y especialmente la afirmación de que el Derecho Penal está
vinculado a la estructura final de la acción, necesito solo referirme a un hecho conocido
por todos: del mismo modo que el Derecho no puede ordenar a las mujeres que aceleren
el embarazo y que a los seis meses traigan al mundo niños viables, no puede prohibirles
tampoco que tengan abortos. Puede exigirles, en cambio, que se comporten de modo que
no se produzca ningún aborto y puede prohibirles que provoquen abortos. Las normas del
Derecho no pueden ordenar o prohibir meros procesos causales, sino solo actos dirigidos
finalmente (por consiguiente acciones) o la omisión de tales actos. De este hecho -a mi
juicio- difícilmente discutible, se deriva todo lo demás por sí mismo".
"El sustrato de la regulación del Derecho es conocido completamente, si se considera
'primero' a la acción como un proceso causal ciego y se añade solo después (en la culpa
bilidad) la voluntad, donde esta puede ser solo un fenómeno subjetivo acompañante, un
'reflejo', pero no puede ser ya un factor configurante de la acción".
"Mientras que en la doctrina de la acción de N. Hartmann pude encontrar una conside
rable confirmación y aclaración de mis propias opiniones, me he opuesto desde el principio
a su doctrina de los valores, especialmente a su concepción de un reino independiente de
cualidades irreales de significación (ver 'Kausalitát und Handlung', Zeitschrift für die ges
amte Strafrechtswissenchaft, 51, pág. 715 y ss.; 'Ubre Wertugen im Strafrecht', Gerichts
saal 103, pág. 340 y ss.; Naturalismus, pág. 57). Esto no le impide, sin embargo, a Oehler
atribuir precisamente 'los errores' de mi doctrina a la adopción de la teoría de los valores
de Hartmann. Aunque no comparta las opiniones de Hartmann, creo, sin embargo, que le
debo la aclaración de que las extrañas afirmaciones de Oehler no tienen apenas parecido
con su doctrina de los valores".
"Mi primer artículo contiene hoy todavía los fundamentos de la doctrina de la acción
finalista. Sus elementos esenciales están en él expuestos, o apuntan al menos; el problema
fundamental está tratado incluso con más extensión que en cualquier otro de mis trabajos
posteriores; también el programa para la derivación de las consecuencias está en el esbo
zado (doctrinas del tipo, de la culpabilidad y del error). Quizás se hubieran evitado algunos
malentendidos si se hubiese remitido después a él con más frecuencia. Teniendo esto en
cuen ta, el que Würtenberger hable hoy, refiriéndose a mí, de una 'vida breve de las ideas
sistemáticas', no puedo sino atribuirlo, a lo sumo, a una información insuficiente. Que en un
trabajo de treinta años de elaboración de un sistema no se acierte enseguida con todas las
LEGALES EDICIONES
consecuencias jurídicas, es un riesgo que tiene que correr desgraciadamente el que acome
te la tarea de deducir un nuevo sistema de un nuevo conocimiento de las cosas. A un crítico
que hiciese por esta razón un reproche al autor, los antiguos griegos le habrían recordado
el mito de que solo Atenea salió acorazada y perfecta de la cabeza de Zeus".
"Por lo que respecta a la nueva edición, puedo repetir lo que he dicho en el prólogo de
la 7^ edición de mi Manual. Por dos razones vuelven a ocupar los delitos culposos el primer
plano en la reelaboración: en primer lugar, porque con el desarrollo del tráfico en los últi
mos treinta años han experimentado un aumento insospechado y con ello han adquirido
irremediablemente una importancia práctica mayor de la que habían tenido hasta ahora;
por otra parte, porque la crítica de la doctrina de la acción finalista se ha concentrado pre
f cisamente en la dogmática de los delitos culposos".
82
F ilosofía del D erecho
LEGALES EDICIONES
hasta poco antes de su muerte. Leamos el texto del maestro: REINHART MAURACH: Trata
do de Derecho Penal, 1.1 (1962, pág. 192 y ss.; muy especialmente págs. 206-207, 208): "La
teoría final de la acción, en su esencia y manifestaciones, constituye el primordial objeto
de la polémica que ocupa a la actual ciencia del Derecho Penal". Sígase leyendo hasta la
página 215. REINHART MAURACH y HEINZ ZIPF: Derecho Penal. Parte General, t. I (1994,
pág. 255): "La teoría final de la acción, fundada por Welzel v continuada especialmente
por Busch, Niese, Stratenwerth v Armin Kaufmann, encuentra su origen en la filosofía de
Honiewald v Nicolai Hartmann. Según ello la acción -siempre una conducta humana, en
oposición al acontecer causal objetivo y también a la reacción instintiva animal- consiste
en la dirección del acontecer real, mediante la incorporación de componentes propios de
determinación hacia lo deseado, hacia la meta. La acción es actividad humana final. Del
mismo modo, el finalismo de Welzel: la finalidad o el carácter final de la acción se basa en
83
J osé A ntonio S ilva V allejo
que el hombre, gracias a su saber causal, puede prever, dentro de ciertos límites, las con
secuencias posibles de su actividad, conforme a su plan, a la consecución de estos fines. La
finalidad y la causalidad se diferencian esencialmente por el intercambio de los momentos
lógico-temporales de relación; la segunda es el producto de una cadena causal determi
nada en forma objetiva, cuyas conexiones requieren una explicación posterior objetiva; la
finalidad, que conoce o cree conocer las leyes de la causalidad en base a la experiencia,
valora estos conocimientos anticipadamente, "supradeterminando el nexo causal" y toma
aquellos medios que permitirán dirigir el acontecer causal hacia el fin perseguido: 'la cau
salidad es ciega, la finalidad vidente, un actuar dirigido desde la meta' (Welzel, Lehrbuch,
pág. 30 y Engisch, Welzel-Festschrift, pág. 153)".
De la escuela argentina debe leerse, fundamentalmente, a EUGENIO
a RAUL ZAFFARONI, brillante profesor de Derecho Penal en las univer
sidades cátollcas de La Plata y del Salvador y actualmente vocal titular
(Ministro) de la Corte Suprema argentina, quien ha desarrollado ge
nialmente el tema del finalismo en diversas monografías, pero, sobre
todo, en su Manual de Derecho Penal. Parte General (1977, pág. 264).
También véase la 4S edición (Lima, 1990). Dice Zaffaroni en el pará
grafo 184 de su citado Manual: "En las postrimerías de la década del
veinte se observa atinadamente que la culpabilidad como juicio de reprochabilidad al autor
no podía contener la relación psicológica, es decir, el contenido de la voluntad, que desde
los positivistas (y con el retoque de Radbruch) le habría sido arrebatado al injusto. Se cayó
en la cuenta de que resultaba incoherente juzgar un acto como contrario al Derecho sin
atender al contenido de la voluntad con que se realizaba".
Fueron Hellmuth von Webery Alexander Grafzu Dohna quienes incorporaron este con
tenido al tipo dejando a la culpabilidad en reprochabilidad pura e incorporando el dolo y la
culpa al tipo, como estructuras típicas diferentes.
",A partir de la década del treinta, la formulación de este esquema comienza a re
dondearse por obra de Hans Welzel, quien vuelve decididamente al esquema aristotélico,
a partir de la afirmación -a nuestro juicio certerísima- de que la voluntad no puede ser
escindida de su contenido, es decir, de su finalidad, puesto que toda conducta debe ser
voluntaria y toda voluntad tiene un fin. Esta es la llamada teoría finalista de la acción, por
oposición a la teoría causalista, que es la que da origen a las estructuras anteriores".
“En la actualidad, en Alemania Federal, casi no hay autores que no sigan este esque
ma, aunque no todos sontengan el completo planteamiento de Welzel, particularmente sus
puntos de partida jusfilosóficos."
"En el parágrafo 185 del manual citado, al tratar de la evolución del finalismo en la
Argentina, añade Zaffaroni que: "Como cualquier teoría científica, el finalismo es una po
sición susceptible de ser discutida. De los argumentos científicos que se esgrimen en su
c o n tra n o s ire m o s o cu p a n d o ..."
"No obstante obran contra el finalismo algunos argumentos de escaso o nulo valor
LEGALES EDICIONES
84
F ilosofía del D erecho
manía sobre el Código Penal de 1871 que provenía del prusiano -20 años anterior-- y
sería absurdo pensar que el Código del Imperio Alemán se elaboró sobre la base fina
lista.
b) El finalismo es una teoría importada.- No sabemos de ninguna teoría del delito pura
mente argentina, sino que todas las sostenidas siguen más o menos los planteamien
tos de von Llszt, Beling, Mayer y Mezger. Tan importado es el finalismo como el cau-
salismo, no pasando este argumento de ser un mero recurso retórico del chauvinismo
efectista.
c) El finalismo está terminado en Alemania.- Salvo Schmidtháuser, Helmuth Mayery Bau-
mann, todos los demás autores alemanes (Welzel, Maurach, Jescheck, Stratenwerth,
Bockelmann, Naucke, Otto, Blei, Wessels) y los comentaristas contemporáneos del CP
(los actuallzadores del comentario de Schonke-Schóder y los autores del nuevo co
mentario: Rudolphi, Horn, Samson, Schreiber) siguen la estructura del delito señalada
por el finalismo en sus líneas generales.
En 1975, BLEI reelaboró el Manual de MEZGER, y lo mismo hicieron los actualizadores
del Schónke-Schróder, precisando que no hacían más que materializar un deseo que la
muerte había impedido cumplir a Schróder.
'Si bien no todos los autores comparten el finalismo, particularmente en cuanto a su
fundamento jusfilosófico, queda claro que acerca del tipo complejo y de la culpabilidad
normativa, lo que está terminado en Alemania es el debate. Los alemanes discuten hoy
otras cuestiones -particularmente las político criminales y las metodológicas- pero
porque estas las han superado en el sentido que indicó el finalismo'.
d) Los alemanes tuvieron que cambiar su Código para aceptar el finalismo.- El STGB de
1871 era bastante pobre y la dogmática alemana hizo prodigios sobre esos textos, que
fueron tempranamente criticados, cuyo reemplazo integral se había intentado en los
proyectos de 1909, 1911, 1913, 1922, 1925, 1927, 1930, 1936, 1962 y en el Proyecto
Alternativo de 1966. Los trabajos preparatorios de la reforma que culminó en el vi
gente StGB (Straf Gezetsbuch) de 1975 llevaron muchos años y ocupan una biblioteca
completa. En las comisiones tanto del oficial de 1962 como del alternativo de 1966
participaron profesores finalistas y causalistas, de modo que en ningún momento el
Straf Gezetsbuch vigente se cierra a la banda en alguna de estas posiciones. Prueba de
ello es que Baumann sigue sosteniendo hoy una posición causalista. Pensar que todo
esto se ha hecho para aceptar el finalismo y que en la empresa participaron causalistas
es poco criterioso.
e) El finalismo desemboca en el Marxismo - Las anteriores son críticas infundadas, pero
la presente entra en el campo del disparate, llevado por la ignorancia y la mala fe. De
ser cierta tendría valor político, mas no científico. Como si con eso no fuera suficiente,
además, es falsa. Cualquiera que se haya tomado la molestia de leer algunos párrafos
d e c u a lq u ie r lib r o d e u n p a ís s o c ia lis t a s e e n te r a r á d e la f o r m a c a lu m n io s a e n q u e lo s
p e n a lis t a s d e e s o s p a ís e s - q u e s u e le n s e g u ir a v o n L is z t -B e lln g (igual q u e nuestros cau
sa lista s) y a F ra n ce sco A n to lis e i- se refieren al finalismo.
LEGALES EDICIONES
f) El finalismo surge en la época nacionalsocialista.- Es verdad, pero eso no significa que
participe de esta corriente. En la década del 20 Helmuth von Weber había advertido
las inconsecuencias del causalismo y los causalistas insistieron en sostener sus contra
dicciones, que fueron aprovechadas por la Escuela de Kiel (los penalistas nazis) para
denigrar a la dogmática toda, en nombre de un turbio irracionalismo al servicio de sus
teorías políticas. Durante el nazismo -en 1936- publica Hans Welzel su primer trabajo
importante, pero no tiene por objeto apuntalar a la Escuela de Kiel, sino precisamente
corregir los errores que la citada Escuela había explotado políticamente. Cabe añadir
que ningún penalista de la corriente finalista fue nazi, en tanto que algún connotado
causalista -como Mezger- escribió un extenso artículo para demostrar que la dogmá
tica podía serle muy útil a los dictados del Derecho Penal nacionalsocialista.
85
J osé A ntonio S ilva V allejo
Nuestras palabras son duras, pero insistimos en que no están dirigidas más que a estas
críticas irresponsables cuyos sostenedores, en la mayor parte de los casos, ni siquiera se
animan a escribirlas".
Léase, además, del profesor ZAFFARONÍ su fundamental Tratado de Derecho Penal
(4 1., 1981). Además es fundamental leer la polémica entre los profesores E. R. Zaffaroni v
Eduardo Novoa M. sobre la teoría de la acción final, en el apéndice I del libro del profesor
EDUARDO NOVOA MONREAL: Causalismo y Finalismo en Derecho Penal (1982).
En Chile debe leerse el libro del profesor LUIS COUSIÑO MAC IVER Derecho Penal chi
leno, t. I (1975, pág. 454 y ss.).
En la página 467 nos dice que: "Algunos tratadistas citan a Helmuth yon Weber y a
Alexander Graff zu Dohna como precursores de la doctrina finalista. Al respecto, es cierto
que, el primero de ellos ya había colocado el dolo en el tipo subjetivo, en el año 1929, al
decir que es 'un concepto meramente descriptivo, sin calificación ética' (von Weber: Grun-
driss des tschechoslowakischen Strafrechtes, pág. 16), lo que constituye una valiosísima
anticipación. Empero, las formulaciones sistemáticas de ambos autores son posteriores
a los primeros trabajos de Welzel y, en todo caso, no presuponen recíprocas influencias.
En su obra sobre la estructura del sistema penal (1935), von Weber hizo un estudio sobre
los tipos de conducta descritos en el Código Penal y distinguió entre aquellos meramente
causales y los finales, según si el comportamiento tipificado es tan solo causal para la pro
ducción del resultado o si está dirigido a dicha producción. Zu Dohna, que fue predecesor
de Welzel en la cátedra de Bonn, publicó en 1936 su obra DerAufbau der Verbrechenslehre,
en la cual trata, separadamente, como elementos del concepto del delito, el objeto de la
valoración y la valoración del objeto, incluyendo en el primer rubro los tipos objetivo y sub
jetivo, constituido este último por el dolo, o sea, según veremos, una posición semejante,
del todo, con la de Welzel".
“La doctrina finalista tiene, hoy en día, numerosos adeptos, entre los cuales se desta
can en Alemania: Werner Niese, Reinhart Maurach, Armin Kaufmann, Gerhard Dannert,
Gottfried Boldt, Richard Busch, Wolfgang Schoene, Hans Joachin Hirsch, Eckhard Horn y
otros; en Suiza, descuella Günther Stratenwerth. Sus postulados se han difundido por el
resto del mundo occidental, y ya son muchos los iuspenalistas que de manera más o menos
ortodoxa la enseñan o sus discípulos como son: Darío Santa María y Nicola Campisi, en
Italia; Juan Córdoba Roda, José Cerezo Mir, Conde-Pumpido y Beristain, en España; Enrique
Bacigalupo, en Argentina; Taira Fukuda, en Japón; en Chile tiene numerosos adeptos, como
son, fuera del autor de esta obra: Alvaro Bunster, Luis Ortiz, Juan Bustos, Sergio Yáñez,
Enrique Cury Urzua y, de modo formalmente no muy convencional, Alfredo Etcheverry".
“Fundamentalmente es una doctrina que se dirige en contra de la tesis tradicional y
dominante de la acción causal, la que es una consecuencia, según Welzel, de la influencia
que proyectaron las ciencias mecánicas del siglo pasado sobre la ciencia del Derecho Pe
nal, provocando la división de la acción en dos partes principales: por un lado, el proceso
causal externo y, por el otro, el contenido subjetivo o psíquico de la voluntad. Esto significa
que todo el aspecto espiritual se elimina del concepto de acción, considerándose tan solo
LEGALES EDICIONES
86
F ilosofía del D erecho
dad hacia la obtención de esos fines. En virtud de su conocimiento causal anticipado puede
dirigir los actos singulares de su actividad, de manera que oriente el suceso causal externo
a una meta y así sobredeterminarla finalmente".
“La actividad finalista es una actuación consciente, articulada desde la meta, mientras
que el mero suceso causal no está dirigido desde la meta, sino que es el resultado casual
de los eventuales componentes causales concurrentes. Por eso, gráficamente hablando la
finalidad es vidente, la causalidad es ciega." (Hans Welzel, Strafrecht, pág. 33 y ss.) (Luis
Cousiño Mac Iver: Derecho Penal chileno, 1.1, pág. 469, edición citada supra).
Debe leerse asimismo el fundamental estudio de JOACHIM HRUSCHKA ¿Puede y de
bería ser sistemática la dogmática jurídico-penal?, vol. 4 (2003).
No puedo dejar de mencionar el valiosísimo aporte del profesor JOSÉ CEREZO MIR de
la Universidad de Zaragoza en su estudio "El concepto de la acción finalista como funda
mento del sistema del Derecho Penal". (Este estudio está publicado en el libro del maestro
JOSÉ CEREZO MIR: Problemas fundamentales del Derecho Penal, 1982, pág. 15-24).
LEGALES EDICIONES
87
LA ESCUELA DE LA JURISPRUDENCIA SOCIOLÓGICA Y EL REALISMO JURÍDICO
10
NORTEAMERICANO
Una cabal investigación sobre las resoluciones judiciales y una cabal meditación sobre
la esencia de la función judicial no se agota con el estudio de la Escuela de la Jurispru
dencia de Intereses, ni tan solo con una buena síntesis de lo que sostiene la Escuela del
Derecho Libre.
Es preciso estudiar, aunque sea sintéticamente a la Jurisprudencia Sociológica en los
Estados Unidos y la Escuela del Realismo Jurídico norteamericano.
La llamada Jurisprudencia Sociológica en los Estados Unidos constituyó una dirección
de pensamiento semejante a la de la Escuela Alemana de Jurisprudencia de Intereses, pero
con una precedencia cronológica respecto de esta y con matices originales. Así lo sostiene
el profesor Luís Recaséns Síches, a quien cito.1
Este movimiento o Escuela estuvo representado, por tres grandes magistrados de
la Corte Suprema de los Estados Unidos y por un notable profesor de la Universidad de
Harvard: OLIVER WENDELL HOLMES (1841-1935), BENJAMÍN NATHAN CARDOZO (1870-
1938) y LUIS BRANDEIS (1856-1941), A estos grandes jueces es preciso añadir el inmortal
nombre de ROSCOE POUND, quien fuera Decano de la Facultad de Derecho de la Univer
sidad de Harvard.
Para Holmes, "el Derecho es el conjunto de profecías de lo que los jueces dirán en
sus sentencias"; de manera que antes de la sentencia no hay más que eso: profecías,
sueños, especulaciones. De ahí que es fundamental para el jurista el estudio de la fun
ción judicial y especialmente el estudio de la teoría de la sentencia, porque, una ley, por
sí sola, aún no es Derecho, mientras no haya sido interpretada y aplicada por los Jueces.
En última instancia, el Derecho efectivo está constituido por las sentencias dictadas en
última instancia por la Corte Suprema de Justicia". O, dicho con las ya clásicas palabras
pronunciadas por CHARLES EVANS HUGHES cuando era gobernador de Nueva York y quien
luego presidió la Suprema Corte de los Estados Unidos desde 1930 a 1941: "Vivimos bajo
una Constitución; más la Constitución es lo que los Jueces dicen que es".2
Una Constitución, según decía FELIX FRANKFURTER, uno de los grandes magistrados
de la Corte Suprema de los Estados Unidos "es un proceso dinámico. Es un sistema jurídico
para una sociedad viviente que no puede encerrarse en el pasado, sino para abrir las puer
tas al futuro"3.
Y aludiendo a su calidad de supremo intérprete de la Constitución ha dicho W. B.
MUNRO que la perenne actualidad de la Corte Suprema obedece a que actúa como una
Convención constitucional permanente a tal punto que "la Constitución es enmendada
LEGALES EDICIONES
todos los lunes por la mañana cuando el Tribunal Supremo toma sus decisiones"4
1 LUIS RECASÉNS SICHES: N u ev a filo s o fía d e la interpretación d el D erech o , pág. 67, Editorial Porrúa,
México, 1973.
2 CHARLES EVANS HUGHES: “L a Su p rem a C orte d e Estados U nidos”, Prólogo, pág. 7, Fondo de Cultura
Económica, México, 1946.
3 CARLO S A. GAVIOLA: “E l P o d e r de la Su prem a C o rte de los Estados U nidos”, Introducción pág. 6, Tip.
Ed. Arq. Buenos Aires, 1965
4 W. B. MUNRO: “ The G o vern m en t o f the U nited Status”, pág. 69; New York, 1947, citado por Manuel
García Pelayo “Derecho Constitucional Comparado”, pág. 353, Séptima edición, Manuales de la Revista
de Occidente, Madrid, 1964.
89
J osé A ntonio S ilva V allejo
BENJAMÍN NATHAN CARDOZO fue uno de los más grandes jueces norteamericanos,
y sus más grandes doctrinas se plasman en una de las más célebres sentencias de la ju
risprudencia norteamericana: el caso MACPHERSON vs. BUICK MOTOR CO. (1916), en el
cual se consagra el Derecho de Daños. En dicha sentencia se estableció la responsabilidad
del empresario al colocar en el mercado un automóvil con vicios redhibitorios o vicios
ocultos. Pero, además, Cardozo fue un gran maestro de la equity, tema que desarrolló con
singular maestría en su libro La naturaleza de la función judicial, el cual se inspira en las
doctrinas de la Escuela de Tubinga o de la Jurisprudencia de Intereses, y en sus autores, a
quienes cita con gran familiaridad, especialmente a Phillip Heck y Max Rümelin, y además,
a los maestros del Freí Recht, especialmente Eugen Ehrlich y Hermann Kantorowicz, los
maestros de la creación jurisprudencial del Derecho. Oigamos a CARDOZO dar cuenta de la
función judicial: "La Ley, es a menudo fragmentaria, mal concebida e injusta. El Juez como
intérprete de su sentido del derecho y del orden, debe subsanar omisiones, corregir incerti
dumbres y armonizar los resultados con la justicia a través de un método de libre decisión
(libre recherche scientifique). Tal es la posición de GÉNY, EHRLICH y GMELIN y otros. Los
tribunales están para "buscar la luz entre los elementos sociales de toda especie, que son
la fuerza viviente que se halla por detrás de los hechos con que tienen que habérselas". El
poder así puesto en sus manos es grande y susceptible de abuso como todo poder, pero no
debemos titubear en concederlo. En última instancia, "no hay otra garantía de justicia que
la personalidad del Juez"5.
"Llegamos a la tierra del misterio cuando la Constitución y la ley guardan silencio y el
Juez debe apelar al common law para encontrar la norma que se ajuste al caso. El Juez es
"el oráculo viviente del derecho" en vivida frase de Blackstone".6
Leamos en conclusión la pag. 136 de su hermoso libro: "A medida que los años han
pasado y que he reflexionado más y más sobre la naturaleza de la función judicial, me he
reconciliado con la incertidumbre porque he aprendido a verla como inevitable. He apren
dido a ver que esa función en su más alta expresión no es descubrimiento sino creación.
Muy por debajo de la conciencia hay otras fuerzas, las apetencias y desdenes, las predi
lecciones y los prejuicios, el complejo de instintos, emociones, hábitos y convicciones que
configuran al hombre, sea litigante o juez".1
Otro gran magistrado de esta época fue LUIS BRANDEIS, a quien Holmes definió como
un "cruzado del liberalismo económico, que trató de adaptar la Constitución a nuestros
tiempos". Para Luis Brandéis es necesaria una nueva Jurisprudencia y una nueva interpre
tación del Derecho, que se inspire no en la vieja lógica deductiva que hace de la sentencia
un mero silogismo, cuya premisa mayor es la ley, cuya premisa menor son los hechos liti
giosos, y cuyo fallo es la conclusión; sino que la sentencia debe contener una gran dosis
de conocimiento sociológico de la realidad actual, que sirve de inspiración para una nueva
reflexión judicial como base de un nuevo Derecho, vivo y dinámico.
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libro fundamental titulado El Espíritu del Common Law, escrito en Boston en 1921. Escribió,
entre otros libros: Social Control through Law (1943); "The Scope and Purpose of Sociolo-
LEGALES EDICIONES
gical Jurisprudence" en Harvard Law Review, XXIV y XXV (1911-12); An Introduction to the
Philosophy ofLaw (1922); Las grandes tendencias del pensamiento jurídico (1950); etc.
Roscoe Pound enfoca el Derecho como fenómeno social, y toda sentencia debe inspirarse
en los intereses que persiguen fines humanos, los mismos que deben ser resueltos me
diante la aplicación de criterios valorativos en base al estudio de todos los factores que
5 BEN JAM IN N. CARDO ZO : “La naturaleza de la función judicial”, pág. 7, ediciones Arayú, Buenos Ai-
res, 1955.
6 Ibíd., pág. 9.
7 Ibíd., pág. 136.
90
{
F ilosofía del D erecho
integran una solución jurídica, sea legislativa o judicial. La función judicial es valorativa v
sobre todo, creadora.
Es lo que yo llamo la Teoría Pluridimensional del Derecho.
El Realismo Jurídico norteamericano es otra de las grandes escuelas que han analiza
do en nuestra época la esencia de la función judicial; este movimiento está representad!
fundamentalmente por las doctrinas del profesor KARL N. LLEWELLYN y del juez JEROMI
FRANK.
KARL NICKERSON LLEWELLYN (1893-1962) fue profesor en la Universidad de Colum
bia y después en la Universidad de Chicago, y ha sostenido que existen "reglas en el papel'
y "reglas efectivas". Las primeras son las normas legales y las segundas, que son las verda
deras reglas, son las sentencias, mediante las cuales se deciden, para bien o para mal de
los litigantes, sus conflictos sociales.
JEROME FRANK fue un notable juez norteamericano y un gran filósofo del Derecho, naci
do el 10 de Septiembre de 1889, muerto el 13 de Enero de 1957, cuyos geniales análisi:
estuvieron dedicados a analizar la conducta de los jueces y los problemas relativos a I;
apreciación de la prueba. Sus libros fundamentales son: Law and the modern mind (1930)
Courts on trial (Princeton, 1950); Derecho e incertidumbre (Buenos Aires, 1968), etc.
El pensamiento de Jerome Frank se inspira no solo en la Sociología contemporánea sino
fundamentalmente en las grandes obras de la Psicología profunda, especialmente los estu
dios de Freud sobre la vida inconsciente y el "ello", que gravita decisivamente sobre el ánimc
del juez a través de sus prejuicios, sus ideologías y sus vivencias, que determinan en grar
medida el sentido de sus decisiones y sus fallos.
En su libro "Derecho e Incertidumbre" (título del original en inglés: "Short of sickr.es.
and death. A study of moral responsability in legal criticism", 1951) sostiene que, "La sobe
ranía de los hechos es la clave del Derecho. Esta soberanía de los hechos ha sido pasad:
por alto por la mayoría de los juristas"8
Compete al Juez "seleccionar los hechos relevantes".9
"En consecuencia, para predecir la sentencia del Tribunal Superior, deberá predecirst
cuál será la determinación de los hechos por el Juez de Primera Instancia".10
"Para sintetizar: 1). La mayoría de los pleitos son "pleitos sobre hechos"; 2). Aun k
gran mayoría de esos casos excepcionales, que también comprenden difíciles cuestione:
referentes a la norma jurídica aplicable, son, en parte, 'pleitos sobre hechos'; 3). en la abru
madora mayoría de los pleitos, en consecuencia, la predicción de las sentencias envuelve
en todo o en parte, una profecía de las creencias de los jueces de primera instancia o de lo:
jurados, sobre los hechos; 4). Por lo tanto, es raro que una predicción tenga éxito, a meno:
que se puedan anticipar esas creencias. ¿Es ello posible usualmente?. Si lo fuera, debería
mos llegar a la conclusión de que, en la mayoría de los pleitos, el abogado de una u otrc
parte es venal, estúpido o demente"11.
Según Jerome Frank, "la interpretación de la norma afecta a la Interpretación de lo:
LEGALES EDICIONES
hechos y viceversa. Para decirlo de otro modo, la interpretación de la norma y su aplica
ción a los hechos relevantes se superponen. La norma modela los hechos relevantes y lo:
hechos relevantes modelan la interpretación de la norma. Normas de esta clase cobrar
sentido en su aplicación a los hechos; los hechos adquieren significación en la interpreta
ción aplicada de estas normas. En ese sentido, las normas y los hechos relevantes no pue
8 FRAN K, Jerome. Derecho e incertidumbre. Traducción de Carlos Bidegain. 2.a edición. México, 1993
pág. 76.
9 FRANK, Jerome. Ob. cit., pág. 80, in fine.
10 FRANK, Jerome. Ob. cit., pág. 85.
11 FRAN K, Jerome. Ob. cit., pág. 85.
91
J osé A ntonio S ilva V allejo
92
LA D REISEITENTHEORIE
11
La Teoría Tridimensional del Derecho es un producto del pensamiento alemán y fue
entrevista por los maestros de la Escuela Sudoccidental alemana o Escuela de Badén
v. particularmente, por Emil Lask v Gustav Radbruch. También Hermann Kantorowicz
aludió a esta estructura cuando en su estudio Ciencia del Derecho v Sociología de 1925
distinguió entre realidad, sentido v valor, según nos lo decía el maestro Werner Goldsch-
midt en la página 19 de su Introducción al Derecho (3- ed., 1967).
Una de las primeras y más lúcidas exposiciones sobre el tema la encontramos en ios
libros del profesor WILHELM SAUER, nacido en Frankfurt el 24 de junio de 1879, muerto
el 21 de marzo de 1962, profesor en las Universidades de Kónigsberg y Münster, autor de
Filosofía jurídica y social (1933). Otras obras: Derecho Penal. Parte General (1956); Juris-
tische Methodenlehre (1940); Philosophle derZukunft (1923); Vólkerrecht und Weltfrieden
(1948); Grundlagen der Wissenschaft und der Wissenschaften (2a ed., 1949).
Sauer ha expuesto lo que él llama Dreiseitentheorie. según la cual un objeto debe ser
analizado bajo tres aspectos: Stoff ímaterie), Form (Norm). Reeulativ (Idee).
En función de tal tripartición, Sauer define el Derecho como la concreción de la justi
cia y del bien común en la vida social y estatal por medio de las normas vinculantes. En la
página 210 de su Filosofía jurídica y social nos dice Sauer que "para determinar la esencia
del Derecho hay que dirigir la mirada hacia la totalidad cultural y descubrir dentro de
esta totalidad al Derecho". "Los dos ejes extremos entre los que ha de hallarse la esencia
del Derecho son las mónadas de valor, de una parte, y la ley fundamental, de otra parte"
(pág. 211).
El 21 de marzo de 1962 falleció, a los 83 años, Wilhelm Sauer, que había sido profe
sor ordinario en Kónigsberg y últimamente emérito en Münster, en Westfalia, de Derecho
Procesal Civil, Derecho Penal y Filosofía del Derecho, y a quien nuestra ciencia le debe las
siguientes obras:
Grundlagen des Prozessrechts (1919; 2- edición 1929)
Grundlagen der Gesellschaft (1924)
Allgemeine Prozessrechtslehre, zugleich eine systematische Schulung der Zivilistischen
und Kríminalistischen Praxis (Koln-Berlín, 1951)
Der Justitz (1959)
Filosofía jurídica y social (1933)
Derecho Penal. Parte General (1956)
LEGALES EDICIONES
System der Recht und Sozialphilosophie (1949)
Kriminalsoziologie (1932-1933)
Juristische Methodenlehre (Zugleich eine Einleitung in dic Methodik der Geisteswis-
senschaften, Stuttgart, 1940).
Kriminologie (1950)
System des Volkerrechts (1952)
System des Strafrechts, Besonderer Teil (1954)
"Kritik des prozessualen Denkens", publicado en el Archiv fü r Rechts und Wirschafts-
philosophie (Berlín, Grünewald, vol. 19, pág. 268 y ss.)
93
J osé A ntonio S ilva V allejo
tos valores absolutos? De antiguo se distinguen tres valores absolutos: verdad, moralidad,
belleza, y suele añadirse como valor específicamente religioso la santidad. Conforme a
nuestra exposición, podría llegarse a la fijación de seis valores absolutos: 1- la exactitud
(la llamada verdad formal), como finalidad de la Lógica y de la Matemática; 2g la verdad
natural, como finalidad de las ciencias naturales y de las esencias culturales descriptivas;
3g la belleza, como finalidad de la estética; 4S la justicia, como finafidad de la Filosofía so
cial y de la ciencia del Derecho; 5g la moralidad, como finalidad de la Ética; 6- La santidad,
como finalidad de la Religión".
"Estos seis valores están íntimamente unidos entre sí más de lo que de ordinario se
piensa. Todos ellos significan el enlace armónico de mónadas de valor en una síntesis su
f perior" (pág. 123-124).
94
F ilosofía del D erecho
"Logrado así un sistema de las ciencias y un reino de los valores, la perspectiva es una
metafísica de la imagen del mundo" (pág. 125).
La concepción de SAUER. como queda visto, se inspira, programáticamente, en una
Filosofía de la Cultura que, a su vez, se incrusta en los valores como eie central en su pen
samiento. Empero, el sistema integral se complementa con una concepción sociológica
que el autor expone en su obra Grundlaaen der Gessellschaft (1924). y que se explica en
Id U V l d U b U lid
lo siguiente: "Puesto que toda ciencia aspira a formar un sistema completo dentro del cual
puedan hallar solución definitiva todos los problemas particulares, nuestra ciencia debe
elevarse sobre el nivel de las cuestiones metódico-formalistas -que no son nunca más que
cuestiones previas, jamás las cuestiones fundamentales-y esforzarse por lograr los puntos
de vista positivos que dominan la vida social.
»U d l G r l U d d d U
De aquí deriva la exigencia de investigar la vida social y descubrir en ella las normas a
que está sometida, pues solo cuando se conoce la vida social puede ponerse en la multitud
de casos particulares".
El sistema de SAUER se inspira, primeramente, en una Filosofía de la Cultura: en se
gundo lugar, en una Filosofía Social, pero también, en tercer lugar, en una Sociología Ana
lítica. encargada de estudiar analíticamente las leves sociales, dinámicamente considera-
das: "Pero estas leves no son solo las lógico-formales sino, además, las teleolóeicas. Como
la vida social en evolución incesante, aspira a ciertos fines, así también las leves han de
ser informadas por la idea finalista, en cierta medida han de ser pensadas como leves
dinámicas. Las rígidas categorías formales no pueden responder a estas exigencias. Hay
que descubrir el sentido y la finalidad última de la vida social, y esta idea normativa ha
de poseer un carácter comprensivo tal, que todos los fenómenos sociales imaginables,
presentes y futuros, puedan ser enfocados hacia esta idea como a su finalidad directriz de
validez universal.
Solo entonces se habrá logrado el sistema completo. La ¡dea normativa suprema es
la justicia; el remate sociológico, la comunidad cultural de los pueblos. Con estas conside
raciones vamos a pasar a la afirmación de que la Sociología Analítica no suministra aún,
por sí sola, el conocimiento final de nuestro proyectado sistema; para lograrlo tiene que
enraizar en la Filosofía Social, y, por último, en la Filosofía de la Cultura. De otra parte la
Sociología formal debe buscar el contacto con la vida y descender hasta la Sociología con
creta" (Cfr., Filosofa jurídica y social, pág. 40).
Pero es definitivamente en Sudamérica donde la reflexión tridimensional se plasma y
se concreta con los brillantes planteamientos de Miguel Reale, Werner Goldschmidt, Luis
Recaséns Siches, Carlos Fernández Sessarego y Domingo García Belaúnde y, en España, con
el pensamiento de Luís Legaz Lacambra.
LEGALES EDICIONES
95
O
LA TEORÍA TRIDIMENSIONAL D O D IR E IT O
12
DE MIGUEL REALE
O
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'E
c
u
97
J osé A ntonio S ilva V allejo
sional del Derecho. Entendía que este poseía un substratum sociológico, en el que se
concretaban los valores de una cultura y, al mismo Lempo, era norma que surgía para
asegurar la actualización o realización de dichos valores', por lo que solo más tarde el
elemento intermedio (el valor) vendría a aposentarse en mí teoría.
En realidad esta era la terminología empleada por mí entonces, como por lo demás
puede verse también en mi libro Fundamentos do Direito e do Estado (Sao Paulo, 1940,
pág. 301); o aun en la obra complementaria Teoría do Direito e do Estado, cuya primera
edición es del mismo año. Esto no significa, sin embargo, que la Teoría Tridimensional es
pecífica no tuviese ya sus bases sentadas como, por otra parte, fue apreciado también por
Ernesto Leme al referirse al capítulo final de los citados Fundamentos do Direito, titulado,
simbólicamente, "Hecho, Valor y Norma", destacando del mismo la afirmación de que 'e[
Derecho no es puro hecho, ni pura norma, sino aue es el hecho social en la forma que le da
una norma racionalmente promulgada por una autoridad competente, según un orden de
valores' ("Fundamentos do Direito", pág. 301-302).
Séame permitido recordar que también en la referida Teoría do Direito e do Estado,
capítulo I -publicada en el mismo año en que veía la luz en Stüttgart la obra de Wilhelm
Sauer: Juristische Methodenlehre, con la exposición de su Dreizeitenlehre-, reafirmaba yo
la esencial correlación de los tres aspectos inherentes a toda y cualquier experiencia jurí
dica y, aun más, fijaba uno de los puntos capitales de mi doctrina sobre la norma jurídica
como elemento integrador: 'es de la integración del hecho en valor-escribía yo - de lo que
surge la norma' (Fundamentos do Direito, pág. 26 ).
Aunque la Teoría Tridimensional del mundo jurídico va estuviese delineada en las dos
obras mencionadas de 1940, la inicial presentación del Derecho como una realidad bidi-
mensional se debe al hecho de que no había llegado aún a una conclusión que sería el
punto decisivo en la evolución de mi pensamiento. Me refiero a la necesidad de considerar
el valor como un tertium genus de objeto, en contra de quienes lo presentaban v lo presen
tan aún como una especie de los objetos ideales, al lado, por consiguiente, del elemento
normativo.
Fue analizando la llamada teoría de los objetos, a la luz de las categorías de ser y de
deber ser, e intentando una síntesis superadora, como intuí la imposibilidad de continuar
aceptando la tesis de Max Scheler o de Nicolai Hartmann sobre los valores como objetos
ideales. En realidad, en cuanto se reduce el valor a un objeto ideal, se permanece en una
posición bidimensional, como una bifurcación en virtud de la cual el hecho es considerado
mero soporte de una norma jurídica, empleándose el valor solamente como elemento de
cualificación de la norma y su complemento. Reconocida, la autonomía del valor, como
ens a se, surge la necesidad de una correlación dialéctica entre los tres factores. A partir de
esta toma de posición, se me hizo patente la comprensión de carácter dinámico y concreto
del tridimensionalismo jurídico, alejándome de toda perspectiva estática en la que queda
rá prisionera la concepción culturalista del Derecho de tipo neokantiano o fundamentada
en el ontologismo axiológico de N. HARTMANN.
LEGALES EDICIONES
Esa nueva comprensión del valor me permitió una nueva comprensión de la cultura,
paradójicamente concebida por la Escuela de WINDELBAND y RICKERT como un reino
intercalado para unir los dos mundos (el de la naturaleza y el del valor), ontológica y gno-
seológicamente declarados incomunicables... Fue gracias a la concepción de la experien
cia jurídica en términos de dialéctica de implicación-polaridad o de complementanedad,
cuando, propiamente, las expresiones correlativas 'ontognoseología' y 'tridimensionali-
dad' se afirmaron en mi espíritu".1
"Mi tridimensionalismo jurídico se inserta en un contexto de ideas y opciones doctri
nales, que representan inevitablemente un modo propio de pensar y de comprender el
i M IGUEL REALE: Teoría Tridimensional del Derecho, pág. 74, editorial Tecnos, Madrid, 1997.
98
F ilosofía del D erecho
Universo y la vida; en realidad, cada filósofo acaba por elaborar su doctrina a partir de sus
propias vivencias".2
"Fue mérito de la Escuela de Badén, a la que se afilian LASK v RADBRUCH. el ha
berse percatado de que, a pesar del corte hecho por KANT entre ser y deber ser. había
en su doctrina un elemento clave para la comprensión del mundo histórico: el concepto
del valor. Merece destacarse cómo en la doctrina de WINDELBAND y RICKERT, dicha ob
servación primordial fecundó una serie de pesquisas, enriquecidas, paulatinamente, por
contribuciones de otras fuentes inspiradoras, como las de DILTHEY, MAX WEBER, SIMIVIEL
o SPRANGER, hasta construir la Filosofía de la Cultura, con horizontes mucho más am
plios que los previstos en el neokantismo de la llamada Filosofía de los Valores. Pese a su
deficiencia, representó un gran paso la idea de los neokantianos de la Escuela de Baaen
al interponer, entre realidad v valor, un elemento de conexión: la cultura, significando el
complejo de las realidades valiosas, o, como esclarece RADBRUCH, ‘referidas a valores',
más propias, en virtud del valor al que se refiere. Fue en torno a dicha problemática don
de se desarrollaron las diversas especies de culturalismo jurídico, intentando averiguar,
por ejemplo, cómo se correlacionan tales elementos (a través de mónadas de valor, dirá
SAUER; mediante 'categorías constitutivas', sugerirá LASK, etc.)".3
"Como se desprende de lo expuesto, el tridimensionalismo, en su expresión inicial,
permaneció en estado latente, siendo considerado cada uno de sus factores de forma abs
tracta y estática, en virtud de los esquemas formales de la Filosofía de la Cultura de tipo
neokantiano. Desde el primer contacto con la Filosofía de los Valores, me convencí de
lo improcedente que resultaba admitir la cultura como elemento intermedio, insertado
entre la naturaleza y el valor, lo que me parecía el resultado de un proceso cognoscitivo
abstracto, que no correlaciona debidamente sujeto y objeto como términos que se exigen
recíprocamente en una relación de complementariedad",4
"En conclusión: la cultura en dicho contexto de ideas, no es algo intercalado entre el
espíritu y la naturaleza, sino más bien el proceso de las diversas síntesis progresivas que el
primero va realizando con base en la comprensión operacional de la segunda; el proceso
histórico-cultural coincidiendo con el proceso ontognoseológico y sus naturales proyeccio
nes en el plano de la praxis".5
"En suma, el término tridimensional solo puede ser comprendido rigurosamente
como traducción de un proceso dialéctico, en el que el elemento normativo integra en sí y
supera la correlación fáctico-axiológica, pudiendo la norma, a su vez, convertirse en hecho
en un ulterior momento del proceso".6
El tridimensionalismo jurídico ha sido enfocado también por otros eminentes profe
sores, entre los que cito al maestro LUÍS LEGAZ LACAMBRA, quien nadó en Zaragoza en
1906 y murió en Madrid en 1980. Profesor de Filosofía del Derecho en la Universidad de La
Laguna (1935), Santiago de Compostela, en donde fue decano de la Facultad de Derecho y
rector de la Universidad, y en la Universidad Complutense de Madrid, en la que fue decano
en la Facultad de Derecho entre 1973 y 1976. Fue discípulo de los profesores Hans Kelsen,
Alfred Verdross, Karl Larenz y Del Vecchio, cuyas doctrinas recogió en su obra fundamental
LEGALES EDICIONES
que tengo a la vista: Filosofía del Derecho (1975); además escribió una biografía genial del
gran maestro vienés: Kelsen. Estudio crítico de la Teoría Pura del Derecho y del estado de
la Escuela de Viena, con un magistral prólogo de Luis Recaséns Siches (1933); Introducción
a la ciencia del Derecho (1943); Horizontes del pensamiento jurídico (Estudios de Filosofía
del Derecho), 1947.
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J osé A ntonio S ilva V allejo
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O
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Vicente Herce Quemada.
2 REVISTA DE DERECHO PROCESAL.- Editada por el Colegio Nacional de Secretarios Judiciales, di
rígida por el Presidente del Ilustre Colegio Nacional de Secretarios Judiciales, redactor jete Don Vicente
Herce Quemada. Desde el año 1958.
3 REVISTA DE DERECHO PROCESAL. Publicación Iberoamericana y Filipina.- Director Wernei
Goldschmidt. Subdirectores: Adolfo Gelsi Bidart, Carlos Viada Lopez-Puigcerver. Redactor jefe: Pedro
Aragoneses Alonso. Secretario de redacción: Urbano Ruiz Gutiérrez.
4 REVISTA D E DERECH O PRO CESAL IBERO AM ERICANA.- Fundada en 1970. Directores Funda
dores: E. Gómez Orbaneja, Leonardo Prieto-Castro Ferrándiz, Niceto Alcalá Zamora y Castillo, Jaime
Guasp Delgado.
El discurso de recepción de Werner Goldschmidt está publicado en la primera de las revistas que ante
ceden, y de las que hemos dado cuenta para una debida información de la bibliografía en L a ciencia del
D erecho Procesal.
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J osé A ntonio S ilva V allejo
PROZESS ALS R E C H T SL A G E
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LEGALES EDICIONES
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102
F ilosofía del D erecho
Así que Werner Goldschmídt me convirtió, desde esa noche, a la 'visión trialísta de
mundo jurídico' aunque, después, yo mismo he trascendido los límites del tridimensiona
lismo para escalar y llegar a la visión pluridimensional del Derecho que hoy sustento y que
expuse, años después, en el auditorio de la Facultad de Derecho de la Universidad Autóno
ma de México y en el de la Facultad de Derecho de la Universidad de Madrid.
El profesor Werner Goldschmidt sostiene que 'el fenómeno jurídico' puede ser tratado
desde dos ángulos distintos y, por ello, dar lugar a dos objetos formales: "desde dentro le
enfoca la Filosofía Jurídica menor, o sea, la Jurística (el término lo ha tomado de Henri Lé-
vy-Bruhl), desde fuera la Filosofía Jurídica mayor, o sea, la Filosofía del Derecho, a secas".2
Pasa luego el maestro a sostener que "todas las conductas integran repartos" (pág. 9),
Según Goldschmidt, la concepción tridimensional del mundo jurídico es la que hoy
campea.
"El origen del tridimensionalismo es doble: surge más o menos simultáneamente en
Alemania y en Francia" (pág. 18).
"El origen germánico del tridimensionalismo tiene el carácter de una reconciliación.
En efecto, en Alemania florecía, por un lado, la ciencia normológica en la forma de la cien
cia pandectista de Windscheid, y también ya en la forma exegética provocada por la pro
mulgación del Código Civil de 1896".
Por el otro lado, es preciso mencionar la contribución aportada por la nueva Filosofía
de los Valores de Wlndelband y Rickert, de la Escuela Neokantiana de Badén, y más tarde,
de Max Scheler, de filiación fenomenológica. La teoría de los valores permitía rejuvenecer
el estudio de la justicia, toda vez que en los círculos no católicos la fe en el Derecho Natu
ral había sido debilitada por los excesos del jusnaturalismo protestante. Juntamente con
Windelband y Rickert vive Max Weber, que introduce en Alemania la Sociología cultural y
dedica gran energía al análisis de la Sociología jurídica. No es, por ello, por casualidad que
en este ambiente un discípulo de Rickert, Emilio Lask, alude por primera vez a la estructura
tridimensional del mundo jurídico, v que en el mismo círculo algo más tarde Kantorowicz
acuña el término 'trialismo' (p. 19; en cita de pie de página N? 5 se cita el estudio de Her-
mann Kantorowicz titulado Rechtswissenschaft und Soziologie, del año 1925, en el cual
Kantorowicz distingue entre realidad, sentido y valor. Y, a continuación, Goldchmidt, citan
do a Erich Rothacker, alude a la distinción de quienes con un criterio tridimensional dividen
a las ciencias culturales en ciencias históricas, dogmáticas y críticas.
El origen francés del tridimensionalismo es, a diferencia del alemán, vehementemente
polémico. El Código Civil francés data de 1804. Por consiguiente, la luna de miel que cada
ley celebra al principio con la realidad, y que en Francia se había encarnado en la Escuela
de la Exégesis, al fin del siglo XIX, ya había concluido. El divorcio entre la norma del Código,
por un lado, y la realidad social y la injusticia... se hacía evidente... Es Franpois Gény quien
pone de relieve la distinción entre lo dado (la realidad social), lo construido (la norma) y e|
Derecho Natural (la justicia).
LEGALES EDICIONES
"La concepción tridimensional puede considerarse actualmente como la concepción
dominante. Nos limitaremos a enumerar como sus defensores en Alemania a Helmut
Coing y a Fechner; en España a Luis Legaz y Lacambra, en Norteamérica a Roscoe Pound
y a Jerome Hall, en México a Luis Recaséns Siches y en el Brasil a Miguel Reale. El término
tridimensional' procede de Miguel Reale" (pág. 19 nota 7).
"Ahora bien, aunque muchos juristas están de acuerdo en que el mundo jurídico se
compone de una dimensión social, otra valoratíva y una tercera normativa, este acuerdo
no constituye sino un mero programa. Lo que urge idear es, en primer lugar, una fórmula
103
J osé A ntonio S ilva V allejo
que nos permita ensamblar las tres dimensiones (problema de la integración) y, luego, en
segundo lugar, ejecutar esta fórmula (problema de la realización de la integración)".
3 W ERNER GOLDSCHMIDT: Introducción al Derecho, cap. I, pág. 20, 3a ed., ediciones Depalma, Buenos
Aires, 1967.
4 Ob. cit., pág. 21.
5 Ob. cit., pág. 22.
6 Ibíd., pág. 23.
f 7 Ibíd., pág. 25.
104
F ilosofía del D erecho
ral, que esboza la Teoría Trialista del mundo jurídico como totalidad y una Parte Especial
que analiza la Teoría Trialista de sus diversas secciones.
"Dentro de la Teoría Trialista aparece lo que sería lícito denominar 'LA DECLINACIÓb
TRIALISTA'. que consiste en someter cualquiera de los fenómenos jurídicos al trióle trata
miento sociológico, normológico v dikelógico".8
LOS "INFRADIMENSIONALISMOS"9
a) Panorama
"Los unidimensionalismos escogen de los tres métodos uno solo, proclamándolo e
único método jurídico constitutivo".10
"En los países escandinavos y anglosajones surge el unidimensionalismo sociológico
Descuella el sueco Olivecrona, cuyo libro El Derecho como hecho (1959), da a entendet
bien claramente que el mundo jurídico se achica a su dimensión sociológica".11
"El unidimensionalismo normológico más conocido es el de Hans Kelsen quien, en st
Teoría Pura del Derecho, quiere decantar lo jurídico de sus impurezas sociológicas y dike-
lógicas, reduciéndolo a un conjunto de normas".12
"El unidimensionalismo dikelógico, por último, se haya en su forma más importante
en el jusnaturalismo protestante que pretende deducir del Derecho Natural la totalidad de
las reglas necesarias para la convivencia social. Mencionamos a un discípulo de Lelbnitz, a
Nettelbladt, que esboza Derecho Feudal Natural, en el que Intenta reglamentar el feudalis
mo con el Derecho Natural".13
"El bidimensionalismo puede revestir diversas formas, según se combine una dimen
sión con otra".14
"Hay un bidimensionalismo dikelógico (jusnaturalista)-normológico, que es el que se
mantiene en muchos circuios de España".
"Hay un bidimensionalismo dikelógico (jusnaturalista)-sociológico, que tiene por re
presentante a Hauriou".
"Hay, por último, un bidimensionalismo normológico-sociológico, hostil al dikelógico,
que tiene por defensor a Duguit".
b) Las deformaciones15
"Si el programa tridimensional resulta acertado, el intento de llevar a efecto programas
infradimensionales (uní o bidimensionales) fracasará ¡remediablemente; y este fracaso se
manifestará o por lo insúflente del programa infradimensional con miras a la insobornable
realidad del fenómeno jurídico, o por el hecho de que las dimensiones aparentemente eli
minadas se introducen en el programa de contrabando y, por ello, deformadas. Las defor
maciones de las dimensiones suprimidas en los programas infradimensionales nos brindan
una prueba Indirecta, pero muy convincente, del acierto del tridimensionalismo. Es por
LEGALES EDICIONES
ello que a continuación pasaremos revista a alguna de ellas".
105
J osé A ntonio S ilva V allejo
16 Ibíd., pág. 3 1.
Ibíd., pág. 32.
Ibíd., pág. 32.
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EL TRIDIM EN SIO N ALISM O DE CARLOS FERNÁNDEZ SESSAREGO
14
El tridimesnionalismo de Carlos Fernández Sessarego de cuyo pensamiento jurídicc
en general hemos dado cuenta precedentemente en el capítulo Vil se plasmó en su Te
sis de Bachillerato intitulada: "Bosquejo para una determinación ontológica del Derecho"
sustentada en 1950, la que permaneció inédita hasta 1987, fecha en la que se publicc
como libro bajo el titulo de "El Derecho como Libertad", con estudios preliminares de lo:
profesores David Sobrevilla y Domingo García Belaunde, primera edición, Studium, Lima
1987, segunda edición por la Universidad de Lima, 1994; tercera edición, Ara editores
Lima 2006.
Para Carlos Fernández Sessarego "Conducta, norma y valor son los elementos onto
lógico, lógico y estimativo del Derecho que en una unidad integral motivan su aparición
Y el Derecho no es ninguno de estos elementos en forma aislada. El Derecho no es con
ducta, el Derecho no es valor; el Derecho no es norma. El Derecho es la integración de
aquellos elementos; es conducta humana en su interferencia intersubjetiva, realizando
o dejando de realizar valores jurídicos, representada a través de normas que son juicioi
imputativos de deber ser de carácter disyuntivo"1.
"La conclusión radical es la intuición del objeto del Derecho como libertad, como vidc
humana viviente, como vida viviéndose y, al vivirse, realizando valores, persiguiendo
fines, prefiriendo, optando. La vida humana se muestra como una experiencia del deci
dirse: por 'esto' o por 'aquello', ser bueno o ser malo, ser justo o injusto, hacer o no hacer.
Y la decisión radical: vivir o quitarse el impulso vital. Vida o impulso permanente que
hemos recibido de Dios. El hombre es libertad, ¿para qué?23 , libertad ¿para qué? Para las
4
grandes empresas, para preferir los más altos fines, los más nobles ideales, los valores
supremos. Para hacer una vida auténtica, egregia, como diría Ortega y Gasset"i.
"Libertad para amar. Para amar a los otros' a la manera de Cristo, para amar la san
tidad como valor supremo, para amar al prójimo por amor a Dios, para amar la Verdad,
por la cual ‘vivimos1. En frase feliz, Antonio Caso resume la forma perfecta del existir ai
decir que ‘la existencia como caridad es la plenitud de la e x is te n c ia L a forma suprema
del amor es la caridad. La caridad es el amor por el amor a Dios. Y la existencia como
caridad es la plenitud de la existencia".
"El Derecho, que es ontológicamente conducta humana es, en sí, cierta justicia, cier
ta seguridad, cierto orden, cierta paz. Y esta conducta, realizando aquellos valores comu
nitarios y mentada por el ordenamiento normativo coaccionador, proporciona las condi
ciones necesarias para que los 'otros1, sobre esa base, puedan vivir su vida, realizándola
como caridad. El Derecho, al mentar a través de su aparato lógico-normativo aquella for
LEGALES EDICIONES
ma de conducta valiosa, exige el mínimo se seguridad, justicia y solidaridad, a fin de que
cada hombre pueda realizar, dentro del bien común su personal destino de salvación. El
Derecho es coexistencia segura, justa y solidaria de libertades para realizar los supremos
valores de la Caridad y el Amor que otorgan a la vida un sentido. De valores que hacen
a la persona más digna y, por más digna, más persona. De valores que justifican esta
107
J osé A ntonio S ilva V allejo
guerra civil consigo mismo que es la existencia. Este podría ser el sentido del Derecho en
la vida humana5. La penuria de la ciencia jurídica ha sido el no precisar cuál era su objeto
de conocer y, mucho menos, la estructura lógico-conceptual que debería adecuarse a él.
El determinar el objeto de la ciencia jurídica constituyó, por mucho tiempo, un problema;
y la solución de este problema es conquista de los útimos tiempos debido, en gran parte,
al planteamiento de la filosofía de la existencia. La ciencia del Derecho no encontraba
su objeto; se titubeaba o se mostraba como objeto de la ciencia a un conjunto de pensa
mientos sobre su objeto. Pero a pesar de esta penuria, con una noción pre-científica de
su objeto, la ciencia jurídica fue progresando, se constituía en forma sistemática, cuando
una ciencia adquiere esta forma sistemática. Recientes estudios de ontología jurídica se
esfuerzan por mostrar a la conducta humana, en su interferencia intersubjetiva, como el
objeto de la ciencia jurídica y a las normas como la estructura lógica-gnoseológica del
pensar jurídico. Una fuerte tradición racionalista vigorizada por la aplicación de la feno
menología al Derecho, realizada por discípulos de HUSSERL, ha señalado a las normas
jurídicas, como seres ideales, constituyendo el objeto de estudio de la ciencia del Dere
cho6. Gracias a la Filosofía del Derecho la ciencia jurídica ha podido precisar su objeto
peculiar, el método de acceso a él y esclarecer la estructura de su pensamiento. Con este
bagaje la ciencia del Derecho marcha con paso seguro a su constitución definitiva como
ciencia de experiencia estimativa".
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LEGALES EDICIONES
(Reale: 1973a) pero se encarga de realizarla distinción entre lo que sería su contribución, o
sea el normativismo jurídico concreto (como experiencia histórico cultural) del tridimensio-
nalismo genérico o abstracto, o sea aquel que reconociendo los tres elementos de hecho,
valor y norma, piensa que cada uno de ellos puede y debe ser tratado separadamente, lo
que según Reale conduce a un ‘tridimensionaiismo abstracto', reduccionismo que ofrece
solamente un derecho a medias, un derecho mutilado que nos sirve de poco. Partiendo de
este punto, Reale ha ido más lejos pues no solo afirma que la experiencia jurídica es tridi
mensional (aserto que reconocemos y compartimos) sino que el mismo derecho tiene una
estructura tridimensional (1973b: 258). Tratando de probar que la norma jurídica tiene una
estructura trivalente, Reale adopta una posición frente a lo que llama el juicio normativo:
Si es H, debe ser C, y lo explica así: "en el modelo normativo existe la previsión de un he
cho o de un complejo fáctico... si por otro lado, se enuncia una determinada consecuencia
109
J osé A ntonio S ilva V allejo
la solución norteamericana, que Kelsen conocía muy bien, era inaceptable para los ojos
europeos, que tenían que lidiar, todavía en aquella época, con la concepción robótica del
juez, heredada de Montesquieu, y con la soberanía del parlamento; mitos ambos que iban
a desmoronarse tan sólo a partir de la década de los sesenta, lentamente, sobre todo en
Francia y en Inglaterra (en especial con el ingreso de esta última a la comunidad europea).
"Kelsen, como he indicado, entendía que la jurisdicción, si bien atributo del Estado, se
distribuía en tribunales. Y por eso, pregonaba la necesidad, en una Europa sujeta a viejos
mitos, de que existiese una jurisdicción especial, esto es, un tribunal distinto del ordinario,
en el cual la tradición europea nunca confió".
"Por eso Niceto Alcalá-Zamora señala que es a Hans Kelsen a quien debemos reputar
como fundador de esta rama procesal, o sea, el Derecho procesal constitucional, ya que fue
110
F ilosofía del D erecho
él quien teorizó e hizo realidad que una jurisdicción constitucional autónoma funcionase
se instalase y operase (primero fue Kelsen teórico de la institución y luego juez del Tribuna
Constitucional austríaco desde 1921 a 1930)".
"Pero es indudable que al hablar de jurisdicción constitucional, si bien el nombre e:
estrecho, nos remitimos, sin querer, al derecho procesal constitucional. Es igual que si ha
blamos de jurisdicción civil; tarde o temprano terminaremos haciendo Derecho procesa
civil. Lo que sucede es que este paso audaz no lo dio Kelsen, no sólo porque carecía dí
formación procesal, sino porque la vida lo llevó por otros derroteros, en especial, la Teoríc
del Derecho, temas filosóficos y sociológicos vinculados al Derecho, así como el Derechc
internacional público".
"En conclusión, aun cuando sigamos hablando de justicia o jurisdicción constitucional,
usados ambos como sinónimos, es evidente que estamos apuntando al Derecho procesa,
constitucional. El hecho de que este concepto no tenga aún un uso generalizado, es une
clara muestra de la inmadurez y sobre todo de la juventud de nuestra disciplina. De ahí los
numerosos errores, imprecisiones o malentendidos que todavía imperan (para un plantee
distinto, cf. Rodolfo Piza E. 'Justicia constitucional y Derecho de la Constitución' en AA. VV.
'La Jurisdicción constitucional', Juricentro, San José 1994)".
"DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL: ¿PROCESAL, CONSTITUCIONAL O MIXTO?.-
La aparición de esta nueva disciplina, ocasionó no sólo problemas en torno al nombre, sino
también sobre su ubicación en el conjunto de las disciplinas jurídicas".
"Es frecuentemente en el mundo romanista, la sistematización de las diversas áreas,
ya que si bien el Derecho es uno solo, se diversifica y divide según sus campos de aplicación,
y ello determina características diferenciadoras, que en unos casos son más marcadas que
en otros. Así, es clásica la distinción entre derecho público y derecho privado, la cual se
sigue usando, no obstante las dudas que todavía suscita su clara conceptuación".
"En igual sentido puede decirse de la distinción entre derecho sustantivo y derecho ad
jetivo o procesal. Este último de carácter instrumental, es decir, de medio para obtener un
fin. Y esto en forma relativamente reciente. Si bien es cierto que proceso hay desde siempre
y en especial desde Grecia, Roma, Bologna, los glosadores y más tarde los codificadores
del período revolucionario francés, lo concreto es que su autonomía y grado científico es
tardío. Se acostumbra señalar su definitivo asentamiento en el siglo pasado, cii especial
desde 1868, con la aparición de la famosa obra de Bülow, que entre otros aspectos pro
pugnó, con éxito, la autonomía de la acción y su desmembramiento del clásico concepto de
Derecho (entre otros aspectos más). Antes, lo procesal se confundía con lo sustantivo, y la
difusión de las nuevas tesis sólo tendrán acogida muy entrado el siglo XX, como lo demues
tra, entre otros aspectos, que legislaciones procesales como la peruana, sólo hayan sido
modernizadas a raíz del nuevo Código Procesal Civil, que es de 1992. En igual sentido puede
decirse de las llamadas clásicamente "garantías constitucionales", originadas en el voca
bulario jurídico de la famosa Declaración de los Derechos del Hombre, y que de ahí pasó a
toda la América Latina, en la cual se entendía como garantía el derecho mismo, lo que ha
causado confusiones durante décadas. Sólo modernamente han empezado a separarse, a
LEGALES EDICIONES
nivel de derecho positivo, los derechos de las garantías (véase por ejemplo la Constitución
de 1979, art. 295-298 y la Constitución de 1993, art. 200). Pero esto es válido, en términos
generales, en nuestro ámbito jurídico. En los Estados Unidos, como señalé anteriormente,
el problema de la revisión judicial (judicial review) que es típicamente procesal, se trata sn
los manuales de Derecho constitucional, sin que tal inclusión haya sido discutida (véase por
ejemplo, J.A. Barron y C. Thomas Dienes Constitutional Law, West Pub. Co. 1991)".
"Es por eso que la primera respuesta a la interrogante planteada en este acápite, es
que el Derecho procesal constitucional es parte del Derecho constitucional. Si bien últi
mamente esta tesis no tiene mayores defensores, ve reforzada en la práctica por nuestra
experiencia cotidiana, pues mayormente son los constitucionalistas los que prestan mayor Á
atención a esta parte procesal, si bien es cierto que tratan de estar debidamente artillados */
111
J osé A ntonio S ilva V allejo
con categorías procesales, pues los procesalistas que se han interesado en esta problemá
tica, son todavía muy pocos".
"Desde esta perspectiva, hay algunos que sostienen que el Derecho procesal constitu
cional es una rama del Derecho constitucional y no otra cosa (como es el caso notable de
Peter Hiberle y recientemente del constitucionalista argentino Alberto A. Spota, en comu
nicación epistolar y en intervenciones en congresos, no recogidas en volumen). Pero este
criterio ya no es mayoritario ni tiene predicamento entre nosotros y ha sido muy criticado
en la misma Alemania. Adicionalmente, el caso de los Estados Unidos es especial, un poco
fruto de viejas estructuras constitucionales y de herencias del pasado, y también de la es
pecial configuración del common law, en donde estos refinamientos no son tomados muy
en cuenta".
"Nacido el Derecho procesal con carácter instrumental, por la fuerza de las cosas se
va ampliando y cubriendo vacíos en donde precisamente hay instituciones que defender. El
siglo pasado, con un Derecho procesal incipiente, y no existiendo prácticamente mecanis
mos rápidos de defensa de la persona, era difícil que esta disciplina surgiera. Pero hoy en
día las cosas han cambiado radicalmente. Por tanto, sólo por un convencionalismo puede
sostenerse que el Derecho procesal constitucional sea parte del Derecho Constitucional".
"La segunda tesis en importancia es la que sostiene que el Derecho procesal constitu
cional es una disciplina mixta. Se trata de un tertium genus a caballo entre ambas y que
configura una nueva realidad. Es lo que muchas veces se predicó en ciertas áreas, como
del derecho laboral o del derecho minero. Se habló en cierta oportunidad de una nueva
clasificación tripartita: derecho público, derecho privado y derecho social o mixto, hoy ya
abandonada".
"Esta tesis no ha sido muy desarrollada, pero aparentemente apunta al hecho de que
las instituciones no obstante ser procesales, están en la Constitución y además son mayor
mente los constitucionalistas los que se dedican con más interés a ello (lo que no deja de
ser cierto). Aún más, el poco interés que muestran los procesalistas por esta rama, es por
cuanto el Derecho procesal constitucional no se entiende sin un previo estudio del Derecho
constitucional; como el Derecho procesal civil no se entiende sin un previo conocimiento
del Derecho civil. Además el conocimiento y estructuración del Derecho constitucional es
relativamente reciente y con cierta evolución en los últimos años, lo que dificulta su acceso
al no iniciado y permite que sean los constitucionalistas los que incursionen en esta área,
agravado por el descuido, negligencia o desinterés de los procesalistas. De ahí la mixtura
señalada".
"Esta tesis mixta (sostenida por Néstor P. Sagüés y algunos de sus discípulos, cf. María
Mercedes Serra, "Procesos y recursos constitucionales", Depalma, Buenos Aires 1992) es
interesante, pero no resuelve el problema. Se limita a señalar una dificultad".
"Finalmente, la tesis procesal es a nuestro entender, la más acertada de todas, la más
moderna y la que debe encarrilar los aspectos instrumentales de la disciplina. Es ésta la que
tiene mayor predicamento, y a ella le pertenece el porvenir. Pero su configuración científica
dista mucho de estar plenamente constituida y todavía levanta más de una polémica".
LEGALES EDICIONES
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LA TÓPICA DE VIEHWEG
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LA TEORÍA DE LA ARGUMENTACIÓN: LOS RETÓRICOS GRIEGOS: CÓRAX -
17
TÍSIAS - GORGIAS Y PROTÁGORAS-POLICRATES Y LOS GRANDES SOFISTAS
MENCIONADOS POR ARISTÓTELES EN EL LIBRO II DE LA RETÓRICA.- PARA
ARISTÓTELES LA RETÓRICA ES EL ARTE DE LA PERSUASIÓN.- EN SU VERSIÓN
CONTEMPORÁNEA, LA TEORÍA DE LA ARGUMENTACIÓN ES OBRA DEL
PROFESOR BELGA CHAIM PERELMAN (1912-1984) EN SU OBRA:
"T r a i t e d e l 'a r g u m e n t a t i o n . Le n o u v e l l e R h é t o r i q u e "
i LUfS RECASÉNS SICHES: “La lógica de los problemas humanos’”, en la revista Dianoia. Anuario de
Filosofía, Año X, 1964, N° 10, pág. 3, editorial Fondo de Cultura Económica, Mexico-Buenos Aires, 1964.
115
J osé A ntonio S ilva V allejo
discusiones políticas y las controversias jurídicas. Pero junto a esa denominación de 'Retó
rica', se va también abriendo paso en el pensamiento griego otro nombre, el de 'Dialéctica',
término mucho más adecuado y, sobre todo, más expresivo".2
"Originariamente, la palabra 'Dialéctica' significa discurso o intercambio entre dos
o más oradores, que respectivamente expresan dos o más posiciones u opiniones. Esta
concepción de un pensar interpersonal, de un pensar basado en el choque, oposición o
paradoja, aparece embebido en el mismo término: diá y légein. Pero ese mismo sentido
aparece reiterado en las primeras etapas de la historia de ese método. Se dice que Aristó
teles atribuyó la invención de la dialéctica a Zenón de Elea, quien defendió la posición de
Parménides, desenvolviendo las contradicciones en las cuales se halla implícita la posición
opuesta. Jenofonte atribuye a Sócrates una definición de la discusión dialéctica, la cual
destaca la relación entre el "clasificar" (dialégein) y el "discutir" (dialégesthai). Se llama
discusión, por virtud de la práctica de reunirse para deliberar en común".3
"Sin embargo, en esas primeras etapas de la dialéctica, esta se presenta con diversas
significaciones, incluso contradictorias. A veces, cual sucede con Platón, el diálogo o discu
sión es la vía para una elaboración científica o filosófica. Otras veces, en cambio, por dia
léctica se entiende no el tratamiento científico o filosófico de un problema, sino más bien,
la ponderación de opiniones diferentes. En el primer caso se aplica la palabra dialéctica,
cuando el estudio y el análisis riguroso de un tema científico o filosófico se desenvuelve en
la forma de un dialogo o conversación, que se encamina al esclarecimiento de ese tema, y
a la clasificación de las cosas, con el fin de establecer la ciencia de la realidad, sobre todo
de las cosas eternas e inmutables. De esta suerte, la dialéctica define los términos, aciara
las mentes, y descubre verdades sobre las cosas, a través de la discusión y del diálogo; y es
el método de toda ciencia que se ocupe de la naturaleza de las cosas; es la suprema ciencia
que pone los cimientos de todas las ciencias y de todas las artes. Sucede, sin embargo, que
ese método del diálogo, de la conversación, de la discusión, fue empleado por Sócrates no
solamente para el estudio de las verdades eternas, de la auténtica naturaleza de las cosas,
sino también para el tratamiento de las controversias humanas en torno a problemas prác
ticos concretos. Esta segunda acepción de la palabra dialéctica se perfila mucho mejor en
Aristóteles, para quien la dialéctica no es el método único de la Filosofía, sino que, por el
contrario, es el método para tratar sobre la mayor o menor probabilidad de las opiniones
en materia práctica, principalmente moral, política y jurídica, en vista a hallar la solución
relativamente de más prudencia. En ese segundo sentido, mucho más estricto, dialéctica
no coincide con demostración científica, no coincide con razonamiento apodíctico, sino
que significa esfuerzo dirigido a encontrar la solución más adecuada o prudente respecto
de un problema práctico, sobre el cual se manifiestan opiniones divergentes. Propiamente,
en sentido riguroso, la demostración científica no es un pensar entre dos personas, no es
un diálogo; por el contrario se basa sobre las causas y sobre la naturaleza de las cosas. En
cambio, el pensar entre dos personas suscitado por el choque entre dos o más opiniones,
se encamina a hallar el equilibrio entre tesis opuestas".4
LEGALES EDICIONES
116
F ilosofía del D erecho
los discursos extensos al estilo de ese que había empezado Polo?' Acá están presentados
los métodos: retórica = discursos; dialéctica = diálogo".s
El pensamiento de Aristóteles sobre este tema fue planteado en el año 367 a. C. cuan
do solo tenía la edad de 17 años, y escribió el Grillos, estudio lamentablemente perdido
redactado con ocasión de la muerte del hijo de Jenofonte, así llamado. Pero su pensamien
to se desenvolvería con lo que más tarde la Escolástica bautizaría como la "Lógica" cuya
vigencia intelectual aún perdura y en la cual Aristóteles admite la definición tradicional de
la Retórica como arte de la persuasión. Es la definición de Kórax y de su discípulo Tisias,
considerados como los primeros autores de tratados de Retórica. Las obras aristotélicas,
propiamente lógicas, son el Organon o Lógica aristotélica, que consta de cinco libros:
1).- Las Categorías o Conceptos que significan diez modos generales del ser; 2).- De la
Interpretación (Peri Hermeneiasl que trata de la proposición, sus clases y sus relaciones
entre el sujeto y sus atributos; 3).-Los Analíticos, en la que trata de la ciencia del raciocinio
o del silogismo demostrativo. Los Primeros Analíticos o Analítica Priora que constituyen un
tratado de la ciencia del silogismo. Los Últimos Analíticos o Analítica Posteriora que tra
tan del silogismo apodíctico, es decir, de aquel silogismo afirmativo, universal y necesario,
4).- La Tópica cuyo objeto es el silogismo dialéctico. Hay dos clases de demostración: La
estricta, que engendra ciencia, y la argumentación probable, a la que llama dialéctica. El
silogismo dialéctico se fundamenta en las sentencias o en la doctrina de los hombres nota
bles, pero también en los indicios y en las probabilidades. El razonamiento inductivo está
tratado también en esta parte de la Tópica. 5).- Los Argumentos Sofísticos, última parte del
Organon aristotélico, tiene por objeto los raciocinios logísticos y los argumentos aparen
temente legítimos, pero que, en realidad, son paralogismos, falacias o falsos raciocinios.
De manera, pues, que la Analítica primera es la que introduce la teoría del silogismo;
la Analítica posterior, es la que determina las reglas del silogismo; las Categorías y De la
interpretación tratan, fundamentalmente, del estudio de los términos y de las proposicio
nes. Las otras obras, que tradicionalmente se agrupan dentro del Organon: la Tópica y ios
Argumentos sofísticos, en realidad deberían agruparse, junto a la Poética y a la Retórica,
dentro de una categoría que podríamos denominar como lógica no demostrativa o lógica
persuasiva.
Tengo a la vista El arte de la Retórica de Aristóteles, traducido con notas por Ignacio
Granero (2005). Nos dice Aristóteles que: "El arte de la Retórica es paralelo al de la Dialéc
tica". Así empieza la introducción del capítulo primero. En el capítulo segundo, Aristóteles
define la Retórica: "Entendamos por Retórica la facultad de conocer en cada caso aquello
que puede persuadir. Este no es el objeto de ningún otro arte; pues cada uno de los de
más enseña y persuade respecto de sus propias materias, como la Medicina, que trata
de lo que sirve para sanar y de lo que daña a la salud, y la Geometría, que versa sobre ios
caminos que pueden experimentar las magnitudes, y la Aritmética, que se ocupa de ¡os
números, e igualmente las demás artes y ciencias. Pero la Retórica, por así decirlo, parece
que puede conocer, respecto de un asunto propuesto, aquello que es apto para persuadir.
LEGALES EDICIONES
Por lo cual afirmamos también que la misma no posee un conjunto de reglas que se refiera
a un género propio y determinado".5 6
Para Aristóteles, la Retórica es el arte de la persuasión v a ello se llega mediante ¡as
pruebas: "Y puesto que las pruebas se obtienen por estos medios, es evidente que conse
guir estas tres cosas es propio del que puede razonar por medio del silogismo, y del que
puede conocer las costumbres y las virtudes, y en tercer lugar, las pasiones, a saber, cuál
117
J osé A ntonio S ilva V allejo
es cada una de ellas y de qué naturaleza, y cuáles son las causas que las producen y en
qué forma: de tal manera que ¡a Retórica es como una ramificación de la Dialéctica y del
estudio de las costumbres, al cual es justo denominar Política".7
En el libro segundo, hace hincapié Aristóteles sobre las pasiones y contrapone la ira a
la serenidad, el amor versus el odio, el temor y la confianza, la vergüenza y la imprudencia,
la gratitud y la compasión, la indignación y la envidia, la emulación y el menosprecio, la ju
ventud y la vejez, la nobleza y la riqueza, el poder y la suerte; para, luego, entrar al análisis
de las pruebas lógicas, los lugares comunes, las máximas, los entimemas y la refutación. El
libro tercero trata sobre la elocución, la frialdad, y las cualidades de la elocución: la pureza,
la grandeza, la pertinencia, el ritmo, el período, la cultura y la elegancia en el hablar, la
vivacidad, para luego entrar al estudio de las partes del discurso: el exordio, la acusación y
la refutación, la narración, la demostración, la interrogación y lo ridículo y el epílogo.
Tengo a la vista, así mismo, la Rhetorica ad Herennium, atribuida a CICERÓN y que ha
bría sido escrita poco antes de la dictadura de Sila, en al año 82 y cuyo texto está formado
por unos apuntes escolares de un profesor de Retórica a su alumno, según se infiere de la
traducción, introducción y notas de Juan Francisco Alcina (1991).
Según esta obra, la Retórica era un ideal educativo de las clases dominantes, quienes
dedicaban su otium a escribir y a discutir. En este sentido, la Retórica era una protociencia
cuyos primeros profesores fueron los griegos, quienes fundaron una escuela de Retórica
en Roma, según da cuenta de ello Cicerón en De Oratore (III 93). La enseñanza y el estudio
de la Retórica eran toda una gimnasia mental, buena para formar grandes oradores y gran
des abogados y buena para desarrollar la crítica de los vicios de todas las épocas, como la
tiranía, la injusticia, la traición y todas las bajas pasiones.
Remitiéndome al Libro Segundo de la Rhetorica ad Herennium (pág. 102 y ss. de la
edición citada), hago hincapié en la doctrina de los lugares comunes que son propios de la
acusación y la defensa: la prueba testimonial (VI), la confesión (Vil), los rumores y la fama
(VIII), la interpretación (X), la ambigüedad (XI), el Derecho natural, el Derecho legal, el
Derecho consuetudinario y el Derecho judicial (XIII), la comparación (XIV), la transferencia
de la culpa (XV), etc.
En su versión contemporánea, la teoría de la argumentación es obra del profesor belga
CHAIM PERELMAN, quien nació en Polonia en 1912 y luego, desde los 12 años, vivió en
Bélgica; estudió Derecho y Filosofía en la Universidad de Bruselas, donde se doctoró con
una tesis sobre la Lógica de Frege, pasando a desempeñar luego una cátedra en la Uni
versidad de Bruselas de la cual es producto su libro Rhétorique et philosophie y, luego, su
obra fundamental intitulada Traité de l'argumentation. Le nouvelle Rhétorique, escrito con
quien primero fuera su discípula y, luego, su mujer, Lucie Olbrechts-Tyteca, libro que tengo
a la vista en la traducción española de Julia Sevilla Muñoz, publicado por la editorial Gra
dos de Madrid. En nota de pie de página, número 20, dice el prologuista, Jesús Gonzales
Bedoya: "El subtítulo de Nueva Retórica para su Tratado de la Argumentación lo justifica
Perelman con varias razones. La primera rechaza el nombre de dialéctica, que en el senti
LEGALES EDICIONES
118
F ilosofía del D erecho
multitud reunida en un lugar público, tesis objeto de adhesión). Pero nuestra teoría de la
argumentación (nueva retórica) no tiene por qué limitar así el medio de expresión ni el
auditorio".
Por mi parte, vuelvo a escribir lo que ya sostuve precedentemente al reflexionar sobre
la diferencia entre la dialéctica de Platón y la dialéctica de Hegel. Dije anteriormente, como
vuelvo a decir ahora, que la gran diferencia que podemos establecer entre ambas radica
en que esta puede definirse como método, como una disciplina intelectual en la que, a
través de una serie de definiciones eslabonadas procesalmente, se llega, finalmente, al
conocimiento de la verdad suprema. No nos olvidemos que Platón "dialoga" para llegar
a la verdad; en tanto que Hegel llega a la verdad de modo más complejo, a través de un
"sistema"; entendiéndose por "sistema", según Hegel a la articulación de cada cosa con el
todo; de donde se desprende que solamente lo total es verdadero; y, puesto que lo parcial
es no-verdadero, se concluye que la verdad es esencialmente dialéctica. De allí que "la
verdadera figura dentro de la cual existe la verdad no puede ser sino el sistema científico
de la verdad". El sistema científico de esta verdad es la dialéctica.
Por tanto, la Dialéctica, así científicamente concebida, no consiste, como suelen decir
los ignorantes, en una sutil habilidad o en una disquisición de rábula consistente en retor
cer tergiversando los conceptos, sino en un vasto y complejo sistema cuyos mecanismos
obedecen a principios y leyes de validez universal que permiten comprender la verdad
absoluta.
Esta verdad absoluta es, según Hegel, de carácter racional. De allí, la identidad que se
establece entre lo real y lo racional. El apotegma "todo lo real es racional y todo lo racional
es real" se encuentra en el prólogo a la Filosofía del Derecho. Y en la Lógica afirma: "Lo que
hay que considerar aquí como método es solo el movimiento del concepto mismo, cuya
naturaleza ya se conoce, pero, ahora, con la significación de que el concepto es todo, y su
movimiento la actividad universal y absoluta, y ningún objeto puede oponer resistencia a
esta fuerza infinita que es la razón, que todo lo penetra". "Todo lo restante es error, turbie
dad, opinión, aspiración, arbitrariedad y caducidad" (Lógica, II, 486 y 484).
Ei pensamiento de Hegel, se convierte, pues así, en la gran avanzada de la Filosofía con
temporánea. Como ha dicho Ernst Bloch: "es una doctrina tal vez excesivamente manosea
da y peor interpretada; es una doctrina que hay que volver a meditarla, dialécticamente".8
Ahora bien, sentada esta premisa histórica, volvamos a nuestra reflexión central que
es el pensamiento de Perelman. El centro de interés de Perelman es el razonamiento ju
rídico y filosófico. El razonamiento argumentativo se caracteriza porque se dirige a lograr
la adhesión de personas a determinadas tesis, lo que supone un expositor que plantea un
argumento y un auditorio que lo escucha y que debe apreciar las pruebas del argumento
y fallar, como en un juicio. La teoría de la argumentación tiene, pues, una importancia
trascendental para la Teoría General del Proceso, para la Teoría General de la Prueba, para
la Teoría General de la Sentencia, para la Teoría General del Derecho y para la Filosofía del
Derecho. Esta apasionante reflexión sobre el proceso está desarrollada con más profun
LEGALES EDICIONES
didad en otro de m is libros: La c ie n c ia d e l D e re ch o P ro ce sa l y en m is e stu d io s "El siste m a
de la prueba en el proceso civil", "La vida y el pensamiento de Francesco Carnelutti", "La
vida y el pensamiento de Piero Calamandrei", etc. Es oportuno aquí recordar una hermosa
reflexión de Satta, el gran procesalista de Nuoro, cuando dijo que "Ogni pensiero, quando
e vero pensiero, é filosófico e tale é sopratutto ¡I pensiero che si svolge dalla osservazione
del processo. In ogni processualista c'e un filosofo occulto..." "Todo pensamiento, cuando
es verdadero, es filosófico y tal es sobretodo el pensamiento que se desenvuelve de la
observación del proceso. En todo procesalista hay un filósofo oculto".
8 ERNST BLO CH: “Elpensamiento de Hegel”, pág. 10, Editorial Fondo de Cultura Económica, México, 19*
ed„ 1949.
119
J osé A ntonio S ilva V allejo
(Salvatore Satta: "Dalla procedura Civile al diritto processuale civlle" en la Rivista Tri-
mestrale di Diritto e Procedura Civile, 1964, I, pág. 39).
Como decía el profesor VICTOR Ll CARRILLO (1929-1988), ex profesor de Filosofía An
tigua en la Sección Doctoral de la Facultad de Letras de la Universidad de San Marcos y,
luego, en la Universidad Central de Caracas, Venezuela: "La teoría de la argumentación
es la versión moderna de muy antiguas disciplinas: de la Retórica y de la Dialéctica. Es
una renovación y, al mismo tiempo, una rehabilitación. Olvidadas y descaecidas, resur
gen del pasado como una novedad. Durante siglos, desde la época de los sofistas hasta el
advenimiento del cartesianismo, la Retórica y la Dialéctica formaron parte de la Filosofía,
compartiendo con la Lógica funciones propedéuticas. Con el transcurso del tiempo el arte
retórico y el ejercicio dialéctico determinaron una dimensión de la razón, un conjunto de
mecanismos mentales, de esquemas de la inteligencia, que han gravitado en el destino de
la Filosofía y en la historia de la cultura. Sus reglas modelaron toda forma de controversia,
rigiendo la articulación del discurso y orientando el proceso del razonamiento. El alegato
forense, el diálogo filosófico, la disputación teológica, el debate político, ilustraron precep
tos y métodos que sorprenden por su ingeniosidad, amedrentan por su rigor o desconcier
tan por su audacia".9
El pensamiento de Perelman ha dado lugar a lo que se conoce con el nombre de la
Escuela de Bruselas, que da lugar a otra de las grandes dimensiones del pensamiento con
temporáneo, conjuntamente con la teoría hermenéutica y de la interpretación y la Lógica
Modal.
En otro de sus grandes libros, titulado La Lógica jurídica y la nueva Retórica (1979;
traducción de Logique Juridique. Nouvelle Rhétorique, 1976), Perelman sostiene que "La
palabra 'razonamiento' designa, al mismo tiempo, una actividad mental y el resultado de
esa actividad. La actividad mental de la persona que razona puede ser objeto de estudios
psicológicos, sociales y culturales, que pueden revelar las intenciones o los móviles del que
elabora el razonamiento, así como las influencias de cualquier tipo que haya experimen
tado y que permitan situar el fenómeno en su contexto. El razonamiento, sin embargo,
como producto de la actividad intelectual, se puede estudiar con independencia de sus
condiciones de elaboración. Para ello hay que fijarse en la manera como ha sido formula
do, el establecimiento de las premisas y de la conclusión, la validez del lazo que las une, la
estructura misma del razonamiento y su conformidad con ciertas reglas o esquemas pre
viamente admitidos. Este examen forma parte de una disciplina, a la que tradicionalmente
se denomina Lógica.
El análisis de razonamientos explícitamente formulados en una determinada lengua
fue emprendido de una manera sistemática en el Organon de Aristóteles, que distinguió
unos razonamientos analíticos y otros dialécticos.
"Los razonamientos analíticos son aquellos que parten de unas premisas necesarias
o, por lo menos, indiscutiblemente verdaderas y conducen, gracias a inferencias válidas, a
conclusiones igualmente necesarias o verdaderas. Los razonamientos analíticos transfie
LEG A LES E D IC IO N E S
120
F ilosofía del D erecho
lidez del razonamiento es su forma. La lógica que estudia las inferencias válidas, en virtud
únicamente a su forma, se llama Lógica formal, porque la única condición que exige para
garantizar la veracidad de la conclusión, si las premisas son ciertas, es que los símbolos A, B
y C reemplacen, cada vez que se presenten, por los mismos términos, de la misma manera
que en Álgebra la veracidad de la ecuación X igual a X presupone que se reemplace la letra
X por el mismo valor numérico.
"Los razonamientos dialécticos, que Aristóteles examinó en los tópicos, en la retórica
y en las refutaciones de los sofistas, no se dirigen a establecer demostraciones científicas,
sino a guiar deliberaciones y controversias. Tienen por objeto los medios de persuadir, de
convencer por medio del discurso, de criticar las tesis de los adversarios y de defender y
justificar las propias con la ayuda de argumentos más o menos sólidos. ¿En qué difieren
los razonamientos dialécticos de los analíticos y el silogismo dialéctico, llamado entimema,
del silogismo riguroso de la Lógica formal? Aristóteles nos dice que en el entimema no se
enuncian todas las premisas -se sobreentienden las que son conocidas o aceptadas por
el auditorio- y aquellas sobre las cuales se funda son solo verosímiles o plausibles. Por lo
demás, la estructura del razonamiento dialéctico es la misma del silogismo".10
"Cuando se considera la Lógica jurídica como aquella parte de la Lógica que examina
desde el punto de vista formal las operaciones intelectuales de los juristas (Kalinowski),
se corre el peligro de caer en un parecido reduccionismo, que niega todo interés al argu
mento no necesario. Esto es, por otra parte, algo que no ha dejado de producirse en el
pensamiento del profesor Ulrich Klug, autor de un célebre Tratado de Lógica jurídica, que
no duda en escribir: 'Siempre que argumentamos, inferimos'. No es exacto decir que toda
argumentación es una inferencia en el sentido de una deducción efectuada conforme a
reglas preestablecidas. En cambio, estoy de acuerdo, si bien con alguna restricción, con
las conclusiones de Kalinowski, que originó la controversia sobre la existencia de la Lógica
jurídica: 'A nuestro parecer, no hay más que una sola Lógica, la Lógica a secas (ya se tome
en sentido teórico o normativo). Por otra parte, entre las diferentes aplicaciones de las
leyes y reglas lógicas universales, hay algunas hechas por juristas en el campo de un saber
jurídico cualquiera. Es muy interesante y útil analizar las diferentes aplicaciones de las le
yes y reglas lógicas universales en los diversos campos de los saberes jurídicos. Es curioso
y esclarecedor examinar los hábitos jurídicos a los que se deben. Pero es vano tratar de
estudiar una Lógica jurídica en el sentido propio del término, ya que esta no existe'. (Kali
nowski: ¿Ya-t-il une logique juridique?Logique et Analyse, 1959, p. 53.).
"La única corrección que yo introduciría en este texto consistiría en añadir a la palabra
'Lógica' el calificativo de 'formal'. No hay más que una Lógica formal. Es la que se enseña en
las universidades. Si se identifica la Lógica a secas con la Lógica formal, no solo esta última
expresión se hace pleonástica, sino que es ridículo hablar de Lógica jurídica, al igual que lo
sería hablar de Lógica bioquímica o de Lógica zoológica, cuando se utilizan las reglas de la
Lógica formal en un tratado de Bioquímica o de Zoología".
"Los razonamientos jurídicos van acompañados de incesantes controversias, y ello
tanto entre los juristas eminentes como entre los jueces que ocupan sus puestos en los
LEGALES EDICIONES
tribunales más prestigiosos. Estos desacuerdos en la doctrina y en la Jurisprudencia obli
gan, con frecuencia, tras eliminar aquellas soluciones que parecen por completo faltas
de razón, a imponer una solución por vía de autoridad, ya se trate de la autoridad de la
mayoría o de la de las instancias superiores que, por otra parte, lo más frecuente es que
se combinen. En esto se distingue el razonamiento jurídico del que es característico de las
ciencias, y especialmente de las ciencias deductivas -donde es fácil llegar a un acuerdo so
bre las técnicas de cálculo y medida- y del que se encuentra en la Filosofía y en las ciencias
humanas, donde, a falta de acuerdo y a falta también de un juez capaz de cerrar los de
bates mediante sus juicios, cada uno permanece en sus posiciones. Precisamente porque
10 CHAIM PERELM AN: La Lógica jurídica y la nueva Retórica, cit., pág. 9-10.
121
J osé A ntonio S ilva V allejo
XVII y Blackstone en el XVIII, que formaron la base de la tradición inglesa del Common Law.
Con el argumento a simili, fundado sobre la regla de justicia, se ligan otros dos argu
mentos, que se apoyan sobre los textos legales. Son el argumento afortioríy el argumento
a contrario.
El argumento a fortiori no se apoya sobre la semejanza del caso sometido al tribunal
con un precedente apropiado, sino sobre la ratio decidendi o razón alegada para resolver
el caso anterior de una manera determinada. Se apoya igualmente en el espíritu de la ley.
El argumento a fortiori pretende que la razón alegada a favor de una conducta o de una
regla en un caso determinado se impone con una fuerza mayor todavía en el caso actual.
Si se ha castigado a alguien que ha herido a otro golpeándole, a fortiori se ha de castigar a
f quien golpeándole ha ocasionado la muerte de otro.
122
F ilosofía del D erecho
LEGALES EDICIONES
ciencia, en Derecho, de un razonamiento puramente formal, que se contente con controlar
la correción de las inferencias sin formular un juicio sobre el valor de la conlusión. Cuando
el resultado es inadmisible, por una u otra razón, el jurista se ve empujado a introducir una
distinción, que tal vez omitió al establecer las premisas de su razonamiento, y a pasar de la
argumentación a simili a la argumentación a contrario.
Las observaciones anteriormente hechas bastan para hacer comprender cómo la bús
queda de la equidad puede introducir en el razonamiento jurídico algunos elementos de
incertidumbre que son difícilmente aceptables para mentalidades de perfiles más científi
cos y especialmente para los lógicos. La reacción de estos, ridiculizada por algunos juristas
profesionales, se manifiesta claramente en los escritos de un pensador como Pedro Abe
lardo, que no dudó nunca en formular en nombre de la Lógica algunas tesis paradoxales.
123
J osé A ntonio S ilva V allejo
Es sabido que la tradición escolástica, que prevaleció en los escritos de Santo Tomás,
oponía nítidamente, siguiendo a Aristóteles, los razonamientos dialécticos a los razona
mientos analíticos. Para Aristóteles, la prudencia, virtud que aplica la razón práctica a los
problemas sometidos a deliberación y a controversia, 'carece de esencia en relación con
la cual puede definirse y solo puede remitirse a la existencia del hombre prudente como
fundamento de todo valor. No es el hombre de bien quien tiene los ojos fijos en las Ideas,
sino nosotros quienes tenemos los ojos fijos en el hombre de bien'.
Desde que en 1790 se instauró la obligación de motivar las decisiones judiciales, las
mejores muestras de Lógica jurídica se encuentran en la motivación de los tribunales. Esta
Lógica se orienta por la ideología que guía la actividad de los jueces, por la manera como
conciben su papel y su misión y por su concepción del Derecho y de sus relaciones, como
jueces, con el poder legislativo. A este respecto podemos distinguir tres grandes períodos,
que son: el de la Escuela de la Exégesis, que terminó alrededor de 1880; el de la Escuela
Funcional y Sociológica, que llega hasta 1945; y el tercero influido por el proceso de Nur-
emberg, que se caracteriza por una concepción tópica del razonamiento judicial".
En conclusión, podemos sintetizar el pensamiento de Perelman sosteniendo que los
argumentos a completudine, a coherencia y psicológico están tratados en la pág. 81; los
argumentos histórico o de la presunción de continuidad, apagógico o de reducción al ab
surdo están tratados en la pág. 82; el argumento teleológico, que concierne al espíritu y a
la finalidad de la ley, esta tratado en la pág. 82 in fine y 83; el argumento económico o de
la no redundancia está tratado en la p. 83, así como también el argumento ab exemplo, el
argumento sistemático, el argumento naturalista y la concepción funcional del Derecho.
Nos dice Perelman en la pág. 85 que "Con gran frecuencia el juez distingue nítidamen
te entre la legislación en vigor [de leae lata) v la legislación deseable (de leae ferenda)".
Expone a continuación la teoría de las presunciones en la pág. 86 y siguientes que,
para nosotros, es una vieja reflexión proveniente del Derecho Romano y a esto añade, en
las págs. 88-91, otra vexata quaestio: la ficción jurídica.
Hermoso libro de Perelman, el que estamos reseñando, pues, a partir de la pág. 93,
expone "El razonamiento judicial después de 1945". Desfilan, por allí, la Teoría Pura del
Derecho y la reflexión sobre la ley injusta de Radbruch, para luego, sentar esta hermosa
conclusión a la que nos adherimos: "Los sucesos ocurridos en Alemania después de 1933
demostraron que es imposible identificar el Derecho con la ley. Hay principios que, aunque
no constituyan objeto de una legislación expresa, se imponen a todos aquellos para quie
nes el Derecho no es solo expresión de la voluntad del legislador, sino de los valores que
tienen por misión promover el avance de la ciencia del Derecho, entre los cuales figura en
primer plano la justicia".
En el parágrafo 38, en las págs. 97-98, nos dice Perelman que "Esta larga excursión
a través de la historia de las ideologías jurídicas posteriores al Código de Napoleón nos
lleva a una conclusión, que parece hoy generalmente admitida, pero que se ha perdido
de vista en la concepción formalista y legalista del Derecho: el juez no puede considerarse
satisfecho por haber podido motivar su decisión de una manera aceptable; debe apreciar
LEGALES EDICIONES
también el valor de esta decisión y decidir si le parece justa o, por lo menos, razonable. La
misma Corte de Casación, más ligada que los jueces de fondo a los aspectos técnicos de la
motivación judicial, no casa una sentencia mal motivada, cuya parte dispositiva le parece
conforme a Derecho. En este caso, se contenta con sustituir los motivos de los jueces de
fondo por una motivación más satisfactoria".
El razonamiento jurídico es un instrumento de justificación, indispensable desde la
Revolución Francesa en todos los sistemas modernos de Derecho, pero la primacía se con
cede a la parte dispositiva del fallo. ¿Debe este únicamente ajustarse a la ley o es preciso
que satisfaga también nuestra necesidad de justicia y de equidad?
...¿Es libre el juez para hacer conocer su apreciación subjetiva de lo justo y de lo injusto
cualquiera que sea la inspiración que tenga y para motivar su decisión en consideraciones
124
F ilosofía del D erecho
morales, políticas y religiosas, para cumplir de manera satisfactoria la misión que le ha sidc
confiada? ¿Puede dejar de lado la ley y pretender que cumple, sin embargo, su misión de
decir el Derecho? Una respuesta afirmativa, que en su momento fue escandalosa, la dic
el presidente Magnaud, que presidió desde 1889 a 1904 el Tribunal de Primera Instancia
de Cháteau-Thierry. Sus sentencias, famosas en aquella época, atrajeron la atención de los
juristas franceses y extranjeros y se reunieron y editaron en dos volúmenes: Las sentencias
del presidente Magnaud (1900) y Nuevas sentencias del presidente Magnaud (1904).
En la segunda edición de su libro Método de interpretación y fuentes en el Derecho Pri
vado Positivo, el Decano Geny, que fue un verdadero precursor de la concepción moderna
del Derecho, consagró alrededor de veinte páginas a lo que llamó 'el fenómeno Magnaud'.
Geny veía en ello una caricatura de sus propias ideas, que ponía en evidencia sus inconve
nientes y por ello obstaculizaba su propagación. El método que Geny, y la manera come
estaba representado por el presidente Magnaud, 'debía llevar cabalmente a la incertidum
bre y a la inestabilidad de las soluciones positivas y, por tanto, a una especie de anarquía
jurídica, que aboliera todo freno en las sentencias y arruinara toda seguridad en los nego
cios'. En efecto, desde el momento en que permitamos que el poder de formular las reglas
estrictas descienda desde la esfera intangible en que lo colocaba la plenitud soberana de
la ley, al dominio versátil del juicio individual, nos expondremos a una fluctuación descon
certante de las decisiones de Derecho.
El presidente Magnaud quería ser 'el buen juez, favorable a los pobres y severo con
los privilegiadosj. No se preocupaba ni de la ley, ni de la Jurisprudencia, ni de ¡a doctrina,
y se comportaba como si fuera la encarnación del Derecho. Geny escribe: 'La aparición
subjetiva domina y anima al mismo tiempo el proceso de enjuiciamiento del presidente
Magnaud, quien pretende ver al primer golpe de vista el motivo de la decisión. Y si hace
intervenir a la ley es para estimar de este modo el valor de su propio juicio. También critica
la jurisprudencia establecida que no responde a sus personales puntos de vista. Y cosa
más grave aun, esta apreciación subjetiva consiste en vagas consideraciones más aptas
para tocar los sentimientos que para afirmar la razón y que es en todo caso imposible de
condensar en principios firmes o en medios prácticos constitutivos en su conjunto de un
sistema bien ligado.
"El hecho de que el Derecho, tal como nosotros lo concebimos, no pueda descuidar la
seguridad jurídica y deba por esta razón evitar la subjetividad y el arbitrio y que constituya
una empresa pública -ya que el juez deriva su autoridad del Estado que le confiere com
petencia y poder- no permite equiparar, pura y simplemente, lo que es justo conforme a
Derecho a lo que le parece justo a un individuo".11
Una serie de fallos célebres de la Jurisprudencia francesa desfilan a continuación en
las páginas de este hermoso libro de Perelman hasta llegar al proceso de Nuremberg: "La
idea que dominó los juicios de Nuremberg fue que los crímenes abominables cometidos
por los dirigentes de la Alemania hitleriana no podían escapar a la acción de la justicia,
aunque faltaran disposiciones legales expresas, a menos que se consideraran como tales
las reglas de Derecho Internacional Público. Se hacía preciso, pues, para respetar el princi
LE G A LE S E D IC IO N E S
pio nullum crimen sine tege, afirmar la existencia de un principio general del Derecho reco
nocido por las naciones civilizadas, relativo al respeto y la dignidad de la persona humana.
¿Se trata de un retorno al Derecho Natural clásico? Yo diría más bien que es un retorno
a la concepción de Aristóteles, que afirmaba la existencia, al lado de las leyes especiales,
de un Derecho general, constituido por 'todos los principios no escritos que se consideran
reconocidos en todas partes'.
El Procurador General Ganshof van der Meersch, en un notable discurso pronunciado
en la solemne sesión de apertura del año judicial el l e de septiembre de 1970 se refería
125
J osé A ntonio S ilva V allejo
a los principios generales del Derecho del siguiente modo: 'Los principios generales del
Derecho, que son aplicables a falta de textos, no son una simple creación jurisprudencial
y no pueden confundirse con simples consideraciones de equidad. No son tampoco reglas
consuetudinarias. El juez, cuando los aplica o controla su aplicación, no se refiere a la
constancia de esta aplicación. Tienen valor de Derecho Positivo. Su autoridad y su fuerza
no derivan de una fuente escrita. Existen fuera de la forma que les dé el texto cuando este
se refiera a ellos. El juez los declara. Comprueba su existencia. Y esto permite decir que la
determinación de los principios generales del Derecho no autoriza una libre investigación
científica. Se forman fuera del juez, pero, una vez formados, se imponen al juez y el juez
está obligado a asegurar el respeto que los principios reclaman.
"Cada vez más, la doctrina y la Jurisprudencia de nuestro país apela a estos principios.
La Corte de Casación de Bélgica admite igualmente, que, instituida para reprimir las con
travenciones de la ley, puede casar una sentencia por violación de un principio general del
Derecho. Por vía de consecuencia, y contrariamente a la interpretación estricta del artículo
1080 del Código de Procedimiento Civil, que exige que el recurso de casación contenga la
'indicación de las disposiciones legales cuya violación se invoca', le bastará al recurrente in
dicar el principio general del Derecho que no haya respetado la sentencia contra la cual él
recurre en casación (Ganshof van der Meersch: Propos sur le texte de la loi et les principes
généraux du Droit, Bruxelles, Bruylant, 1970, pág. 133)".12
¿Cómo se pudo llegar a una decisión tan manifiestamente contraria al texto constitu
cional? Para comprenderlo debemos recoger las conclusiones establecidas antes de la sen
tencia por el Procurador General Terlinden, a causa de su carácter general y fundamental.
Una ley nunca se ha hecho más que para un período o régimen determinado. Se adap
ta a las circunstancias que la han motivado y no puede ir más allá. Solamente se concibe
en función de su necesidad o de su utilidad. Y también, una buena ley no debe ser intangi
ble, pues solo vale para el tiempo que ha querido regular. La teoría puede tener en cuen
ta abstracciones, pero la ley, que es obra esencialmente práctica, se aplica a situaciones
concretas. Esto explica que, si bien la Jurisprudencia puede extender la aplicación de un
texto, existen siempre límites a esta extensión, que se encuentra menoscabada cuando la
situación que el autor de la ley contempló, es sustituida por otras que quedan fuera de sus
previsiones.
Una ley -Constitución o ley ordinaria- no estatuye jamás más que para períodos nor
males; para aquellos que ha podido prever.
Es obra del hombre y está sometida como todas las cosas humanas a la fuerza de las
cosas, a la fuerza mayor y a la necesidad.
"Existen hechos que la prudencia humana no puede prever y situaciones que no se
han podido tener a la vista, en las cuales la norma se ha hecho inaplicable y en las que es
preciso, como sea posible, separándose lo menos posible de las prescripciones legales,
atender a las brutales necesidades del momento y contraponer algunos medios de fortuna
a la fuerza invencible de los acontecimientos".13
LEGALES EDICIONES
Dice Perelman en el parágrafo 43, pág. 1 1 1 in fine, de la obra citada que: "debemos
llamar la atención sobre los trabajos originales del profesor J. Esser, de Tubinga, Grundsatz
und Norm in der richterlichen Fortbildung des Privatrechts (1956) y Vorverstándnis und
Methodenwahl in der Rechtsfindung (1970), que elaboran una síntesis que combina una
concepción más flexible y matizada del razonamiento jurídico con la búsqueda de una de
cisión judicial que sea equitativa y razonable y, en una palabra, aceptable.
Los esfuerzos del profesor Esser han sido continuados en Alemania sobre todo por los
profesores Martín Kriele (Theorie der Rechtsgewinnung, 1967) y Othmar Ballweg (Recht-
126
F ilosofía del D erecho
wissenschaft und Jurisprudenz, 1970); en Holanda por el profesor Ter Heide (Judex viator
Probleem of systeemdenken of gesystematiseerd probleemdenken, Ars aequi, 1967); er
Bélgica por el profesor W. van Germen (Het beleid van de rechter, 1973); en México po
el jurista español Luis Recaséns Siches (Nueva filosofía de la interpretación del Derecho
1956). Estas obras se emparejan con los análisis de juristas angloamericanos, como K. N
Uewellyn (The Common Law tradition, Deciding appeals, 1960), R. M. Dworkin (The mode'
of rules, 1976, recogido en Law, reason and justice, 1969, p. 3-43), Edgar Bodenheimei
IzíU V l d Ü b U lid
(Jurisprudence, 1974, 2§ ed.) y los trabajos de Julius Stone (Human Law and human justice
1964 y Legal System and Lawyer's reasoning, 1964). En Francia los trabajos de León Hussor
(Les transformations de la responsabilité, 1974 y Nouvelles études sur la pensée juridique
1974) se orientan claramente en el mismo sentido.
Ul> a / O ’r l U d d d U
"El conjunto de estos estudios se caracteriza por el hecho de que, constituyendo todo:
ellos una reacción contra el Positivismo jurídico, no se fundan en ninguna ideología previa
ni en ninguna teoría acerca del Derecho Natural, sino que resultan de un análisis del razo
namiento judicial y de una reflexión de orden esencialmente metodológico".14
El pensamiento jurídico de Perelman bien podría concluirse con la reflexión formuladt
en la p. 114 de su hermoso libro: "Desde esta perspectiva, el razonamiento jurídico deja
de ser una simple deducción silogística cuya conclusión tenga que imponerse, aunque pa
rezca poco razonable. No es tampoco la simple búsqueda de una solución equitativa (an
aequi), que puede llegar a insertarse o no en el orden jurídico vigente. Si así fuera, el juei
dejaría de encontrarse ligado al legislador y se suprimiría la tradicional distinción entre
lo justo de lege lata y lo justo de lege ferenda. La tarea que el juez se impone es, pues, le
búsqueda de una síntesis, en la que se tenga en cuenta a la vez el valor de la solución y su
conformidad con el Derecho: el teórico sólo tendrá que examinar los métodos de que el
juez se ha servido para llegar a este resultado".
Sobre la creciente importancia de los principios generales del Derecho y su consagra
ción mundial en el proceso de Nuremberg hay que referirse a lo escrito en los parágrafos
45 y 46 de este gran libro. Los principios también están referidos en la Tópica de Aristóte
les, en la Tópica de Viehweg y en la Tópica de Gerhard Struck, según la referencia que nos
da Perelman en el parágrafo 47 de la p. 119 y passim en los que se desarrollan ciertos tópi
cos como: "¿ex posterior derogat legi priori”; "¿ex especialis derogat legi generali: una ley
especial deroga a una ley general", "Res judicata pro veritate habetur: la cosa juzgada debe
ser reconocida como verdadera", "De minimis non curat praetor: el pretor no se ocupa de
las cosas de escasa importancia", "A/e ultra petita", “Audiatur altera pars", "In dubio pro
reo", "Nemo plus iuris ad alium transferre potest quam ipse habet", "Casum sentit domi-
nus: el propietario soporta el daño", "Quisquís praesumitur bonus", "Venire contra factum
proprium: no se puede atacar lo que resulta del propio hecho", "lura scripta vigilantibus”,
“Favor legitimitatis", "Las excepciones son de interpretación estricta", "No se puede ser
juez en una causa propia", etc.
La obligatoria lectura de este libro fundamental de Perelman y de las páginas referidas
a la segunda parte que trata de la Lógica jurídica y de la nueva Retórica y, luego, de la Lógi
LEGALES EDICIONES
ca jurídica y de la argumentación, constituyen un tema indispensable para todo juez, para
todo abogado, para todo jurista y para todo doctorado en Derecho.
127
O
18
1-4
H
5
c
u
LA TEORÍA PLURIDIMENSIONAL DEL DERECHO DEL PROFESOR
SILVA VALLEJO
Planteada por el Dr. José Antonio Silva Vallejo, profesor en la Universidad de San Mar
cos, en la que es profesor Principal, sosteniendo, desde 1979 en que la expuso por primera
vez ante el Club de Leones de Chiclayo con motivo de evocar el pensamiento de Víctor Raúl
Haya de la Torre, fallecido el 2 de Agosto de 1979, desenvolviendo la Teoría del "Espacio -
Tiempo Histórico" del gran caudillo y fundador del Apra.
La teoría pluridimensional es al Derecho lo que la teoría del "Todo" es a la Física y a la
Matemática Contemporánea.
Esta inspiración me surgió en 1979 como una reflexión sobre el tiempo, la que, más
tarde, fué expuesta, comentada y aplaudida en la Universidad Autónoma de México, en la
Universidad de Buenos Aires y en la Universidad de Madrid, en las que, en esencia, sostuve
que el Derecho es una ciencia interpretativa y que el objeto de ésta interpretación no se
limita, como es usual, a la vieja, archíconocida y clásica concepción normativista del Dere
cho y a dar cuenta de su apotegma: "el Derecho es norma y no es Derecho aquello que no
pueda reducirse a normas".
Tampoco puede reducirse el Derecho a una mera relación de identidad con la ley,
como lo sostuvieron los profesores de la escuela francesa de la exégesis, tal como lo hemos
visto en el capítulo II de esta obra.
Tampoco puede reducirse el Derecho a una relación bi-dimensional, tal como lo sostu
vieron clásicamente los ius-naturalistas; ni, tampoco, los profesores de la escuela soviética
del Derecho, tales como Stuchka, Paschukanis, Golunskii, Strogovich y Vishinski, para quie
nes el Derecho es el conjunto de normas impuestas por la clase dominante.
Admito que un tiempo milité en las filas del tridimensionalismo, tal como lo hemos
expuesto anteriormente en los capítulos once al quince de esta obra. Dando un paso ade
lante a la Teoría Tridimensional, empezé a reflexionar sobre la analítica del Tiempo y del
Espacio.Y así empezó mi reflexión pluridimensional del Derecho.
Mi reflexión sobre el tiempo postulaba una concreción de base empírica a partir de
nuestra experiencia forense: nosotros los abogados y los jueces hablamos y nos preocu
pamos diariamente sobre los plazos, los términos, las caducidades y las prescripciones, la
ultra-actividad y la retro-actividad, que son las singularidades del tiempo. El tiempo jurídi
co debe ser distinguido del tiempo físico de Einstein, del tiempo metafísico de Heidegger,1
del tiempo histórico de Toynbee2, del tiempo político de Haya de la Torre3, del tiempo
LEGALES EDICIONES
1 M ARTIN H EIDEGGER: “Prolegóm enos p a ra un a historia d el concepto de tiem po", Alianza Editorial,
Madrid, 2006.
2 JOSÉ ANTONIO SILVA VALLEJO: “La historiología de Toynbee” en “E l p en sa m ien to ju ríd ic o y filo s ó
fic o ”, tomo II, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Ediciones del Vicerrectorado Académico,
Lima, 2010; VÍCTO R RAÚL HAYA D E LA TORRE: “ Toynbee fre n te a los p a n o ra m a s d e la historia”, en
“O bras Com pletas", vol. 7, pág. 9 a 195, Librería Editorial Juan Mejía Baca, Lima, 1977. De este formidable
estudio existe otra edición por la Compañía Editora y Distribuidora del Plata S.R.L., Buenos Aires, 1957.
Véase una formidable síntesis en la carátula de este libro escrito durante el asilo de Haya de la Torre en
la Embajada de Colombia en Lima, desde enero de 1949 hasta abril de 1954. La primera edición de este
brillante estudio de Haya de la Torre se publicó en la Revista “Cuadernos Americanos”, de la Ciudad de
México, entre los años 19 5 1 y 1954.
3 V ÍCTO R RAÚL HAYA D E LA TORRE: “E spacio - Tiem po Histórico", en “O bras C om pletas”, vol. 40,
pág.. 369 a 518; Librería Editorial Juan Mejía Baca, Lima, 1976.
129
J osé A ntonio S ilva V allejo
estético de Mariano Ibérico4, del tiempo rítmico en la música y del tiempo del eterno
retorno.
Así, pues, dando varios pasos adelante con respecto a la teoría tridimensional del De
recho nuestra doctrina pluridimensional sostiene que el Derecho es una ciencia interpreta
tiva de normas, hechos, valores y conductas, vivencias e influencias del contorno histórico
y socio-político que se dan en un espacio-tiempo jurídico determinado. Nuestra teoría
pluridimensional del Derecho considera que, mérito grande del tridimensionalismo fué
el de eliminar y superar los infradimensionalismos uni y bidimensionales, tales como el
legalismo puro, el normativísimo en sus diversas variantes, el pragmatismo, el sociologis-
mo, el historicismo, el jus-naturalismo, el marxismo-leninismo, el realismo jurídico sueco
y norteamericano e incluso el egologismo primigenio, así como las demás deformaciones
del programa pan-conductista tridimensional.5
Sentada esta premisa considero que hay una metodología fundamental a establecer
en lo sucesivo y ella es, la declinación pluridimensional de todas las instituciones y de cada
uno de los actos, sentencias y problemas del Derecho Civil, Procesal, Comercial, etc.; decli
nación dialéctica que fluye y discurre intra-sistemáticamente y que se inserta mediante la
interpretación, en un análisis del sistema.6
Partimos de la premisa hermenéutica, porque, consideramos que el Derecho es, fun
damentalmente una ciencia interpretativa. Así lo sostuvo JULIUS BINDER (1870-1939) en
su obra "Filosofía del Derecho", pág.. 887, publicada en 1925. La premisa hermenéutica
y el apasionante tema de la interpretación, así como el del papel del Juez en el Derecho
tiene, por cierto, una amplia y frondosa bibliografía, de la que, por ahora, sólo me permito
rescatar los magistrales estudios de VON BÜLOW, HANS REICHEL, HEINRICH KRONSTEIN,
KARL ENGISCH, HELMUT COING, etc., del pensamiento de los cuales se puede confrontar
una buena síntesis, en el capítulo referido a "Empeños metódicos actuales" de la ya citada
"Metodología de la Ciencia del Derecho" de KARL LARENZ y en las páginas precedentes de
este mismo volumen cuando citando a WALTHER SCHÓNFELD he dicho que, inspirándo
me en estas doctrinas, sostengo que, entendido como mera norma, el Derecho en su fría
objetividad, desligado de los hechos v del juez v su sentencia, es una abstracción muerta
v sin esperanza.
El tema, a fortiori, ha sido magistralmente desarrollado por la escuela egológica, a par
tir de las obras fundamentales del profesor CARLOS COSSIO, cuya lectura es indispensable,
así como las de ALFONSO IBAÑEZ DE ALDECOA, ENRIQUE AFTALION, JOSÉ VILANOVA y
FERNANDO GARCÍA OLANO, entre otros brillantes jus-ególogos para quienes el juez es el
protagonista central de todo sistema jurídico al realizar un acto de comprensión entre la
conducta que juzga, la conducta juzgada y la norma dogmática y valorativa. El juez, al com
prender, toma necesariamente una posición axiológica y, por ello, la sentencia, constituye,
a no dudar, el acto jurídico por antonomasia. Como dice COSSIO, "fue una conquista cien
tífica del siglo XIX enseñarnos a conocer las leyes; cabe esperar que corresponda al siglo
XX, el mérito de enseñarnos a conocer las sentencias". Por ello es que LORENZO CARNELLI
considera que el Derecho Procesal constituye "la esencia del ordenamiento jurídico" y, en
LE G A LE S ED IC IO N E S
4 JOSÉ ANTONIO SILVA VALI.EJO: “E l P ensam iento d el m aestro M a ria n o Ibérico", en “E l pensam iento
ju ríd ic o y filo só fico ”, tomo I, págs. 393 a 435, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Ediciones del
Vicerrectorado Académico, Lima, diciembre del 2009.
5 JOSÉ ANTONIO SILVA VALLEJO: “El Artículo VII del Título Preliminar del Nuevo Código Civil: llave
maestra de la teoría general del Derecho Civil y Procesal”, publicado en el “Libro Homenaje a José León
Barandiarán”, pág.. 461, Cultural Cuzco S.A., editores, Lima, 1985.
6 JOSÉ ANTONIO SILVA VALLEJO: “Prolegómenos a un sistema de Derecho Procesal”, en la Revista
Iberoamericana de Derecho Procesal”, Madrid, 1967; LUDW IG VON BERTALANFFY: “ Teoría general
d e los sistemas, editorial Fondo de Cultura Económica, México, 1980; H ERM AN KRIN GS y otros: voz
“Sistem a”, en el Tomo III de “Conceptos fundamentales de Filosofía”, Editorial Herder, Barcelona, 1979.
130
F ilosofía del D erecho
consecuencia "la inclusión del proceso en la zona del Derecho Público, se funda en una dis
tinción o antinomia que repugna a la teoría kelseniana y que se traduce, por fuerza, en un
planteamiento erróneo de principios". "El juez aprehende los hechos, no ya conociéndole
por silogismos, sino comprendiéndolo mediante un acto voluntario o toma de posiciór
que eleva la interpretación a una categoría científica".7
El aporte decisivo de la teoría pluridimensional consiste en la reinvindicación e inte
gración al concepto de Derecho y al sistema jurídico de otras dimensiones que habían side
descuidadas o tratadas "sub-especie aeternitatis" o "more philosophorum" por el tridi-
mensionalismo y la reflexión jus-egológica, tales como el tiempo y el espacio jurídico, los
que tratados, in-concreto, son más que formas "a priori" de la sensibilidad, como diría
KANT en su Estética Trascendental, son concreciones jurídicas de la temporalidad, como la
retroactividad y la ultra-actividad de la ley, como los términos y los plazos, las condicione;
suspensivas y las resolutorias, como los vencimientos y las moratorias, como las prescrip
ciones y las preclusiones. Se trata, pues, de una concreción que constituye la forma jurídica
de la temporalidad, a diferencia de su visión contemplativa en la inconcreción teórica de
las doctrinas agustinianas, kantianas, heideggerianas o einstenianas de la temporalidad
incluidas la contemplación egológica de LORENZO CARNELLI, el espacio-tiempo rítmico de
MARIANO IBERICO y el espació-tiempo histórico de VÍCTOR RAÚL HAYA DE LA TORRE.8
De igual modo, el espacio se concreta, aquí y ahora, en el mundo de Uchuraccai, en e
de la comunidad de Rumi o en los tormentosos mundos de cemento de las megalópolis
cuya concreción jurídica se da en el denominado conflicto de leyes en el espacio, tal come
el problema de la "lex loci" o bien en cuestiones procesales como una contienda de com
petencia.
La dimensión humana del derecho constituye otro de los aspectos decisivos de la teo
ría pluridimensional. Una antropología del Derecho Civil, Penal y Procesal es la cuestiór
programática a desarrollar en la que se conjuguen los aportes del Existencialismo, del Rea
lismo Jurídico, de la Egología, de la sociología y la "philosophia perennis", entendida en ur
sentido aún más amplio que el que le asignara ALDOUS HUXLEY.9
Naturalmente que, dentro de esta dimensión el tema está referido a una Antropo
logia Forense en la que no solo tiene la palabra la Psicología Judicial, al viejo estilo de I;
planteada por ENRICO ALTAVILLA en una obra de igual título o FRANCOIS GORPHE en si
célebre "Apreciación de las Pruebas", sino sobre todo, en el socio-análisis de la ideología
extracción clasista y tendencias de los magistrados, como la que ha realizado GLENDON
SCHUBERT. El tema constituye el último enfoque sobre una materia en las que las explica
ciones jurídicas tradicionales formuladas en términos de "fuentes del Derecho" son poco
satisfactorias. En el socio-análisis de la función judicial se viene destruyendo el velo do
ciertas explicaciones tradicionales como el mito de la ley y el mito del precedente para pro
fundizar en la búsqueda de las motivaciones ocultas, los intereses de grupo, las consigna ;
de partido, la debilidad de carácter o el carácter dictatorial y otras razones poco manejada ¡
por los juristas clásicos para analizar las motivaciones que subyacen en el razonamiento
judicial. Tal es lo que nos relata GLENDON SCHUBERT10 en sus obras.11
7 JOSÉ ANTONIO SILVA VALLEJO: “El Artículo VII del Título Preliminar del Nuevo Código Civil: llav * LEGALES EDICIONES
maestra de la teoría general del Derecho Civil y Procesal”, publicada en el “Libro Homenaje a José Leo: i
Barandiarán”, pág.. 463.
8 Ibíd.., págs.. 463,4647465.
9 Ibíd.., pág.. 465.
10 GLENDON SCHUBERT: “ T he Ju d ic ia l M in d . Psychom etric A n álisis o fS u p rem e C o u rt Ideology”, Oxfor- i
University Press, New York, 1974; id., “ T h e Ju d ica l M in d . A ttitudes a n d Ideologies o f Su prem e C o u rt Jut -
tyees”, 1946-1963, Evanston, 1965; id., “L a C reación Política Ju d ic ia l (Extractos de G len d o n Schubert: Th 2
P o litic a lR o le o ft n e Courts. Ju d ic ia lP o lic y -M a rk in g ’, Scout, Foresman anc Co., 1965.
11 Ibíd.., pág. 466.
131
J osé A ntonio S ilva V allejo
132
F ilosofía del D erecho
hombre justo es la más bella y deseable, pues reporta la paz y tranquilidad consigo mismo
el camino de la virtud y la justicia es el único que le permitirá obtener los bienes espiritua
les y, por ende, llegar a ser feliz. Realizar la felicidad se logra solo con el conocimiento y It1
práctica de la justicia. Sócrates llega así a esta conclusión: el hombre justo es el hombro
feliz. El fin último de la vida es la obtención de la felicidad, a través del saber, de la bondad
y de la justicia".17 Pero el concepto socrático de la felicidad culmina en lo que ROBERT NO
ZICK ha denominado "Puzzles socráticos". El puzzle socrático se plantea en el "Goraias '
cuando Sócrates sostiene que es meior sufrir la injusticia que cometerla. El alma injusta e .
un alma desordenada v desgraciada que acarrea no solamente infelicidad sino tragedia
Por ello, concluyo citando la Epístola a los Romanos de San Pablo, Capitulo 2, versículo 1:
"Por lo cual, no tienes excusa, oh hombre, quien quiera que seas tu que juzgas, pues en h>
que juzgas a otro, a ti mismo te condenas; porque tu que juzgas haces lo mismo que al que
inculpas". Por ello es mejor no juzgar; porque, como dice San Mateo (Capítulo 7, versículo
1 y passim): "No juzguéis para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis,
seréis juzgados; y con la medida con que medís, seréis medidos. ¿Y porqué miras la paja
que está en el ojo de tu hermano y no miras la viga que cubre tu propio ojo?".
Si habéis de juzgar juzgad como quisierais ser juzgado.
LE G A LE S ED ICIO N ES
17 M IGU EL BUENO: "Las grandes direcciones de lafilosofía", pág. 2 21, editorial Fondo de Cultura Económ -
ca, México, 1957.
133
JESÚS Y EL CRISTIANISMO
LEGALES EDICIONES
para lo cual fueron dotados de ciertos dones extraordinarios, como la misión de predicar y
de no incurrir en ninguna clase de pecado. Inicialmente, Jesús eligió a Pedro, Andrés, San
tiago el Mayor, Juan, Tomás, Santiago el Menor, Tadeo, Felipe, Bartolomé, Mateo, Simón y
Judas Iscariote. Después de la traición de éste los Apóstoles eligieron a Matías en su lugar
y, luego, en santa inspiración, escogieron a Bernabé y a Saulo, llamado, luego, Pablo, para
la predicación de las enseñanzas de Jesús, según se refiere en "Hechos de los Apóstoles",
13, 2, y en Hechos, 9, 1 a 22.
Así que los Evangelios constituyen la fuente histórica y doctrinaria de la vida y de la
muerte de Jesús, de sus doctrinas, de su pensamiento y de nuestra fe. La voz griega evan-
gelion, evangelion, constituye la raíz etimológica de Evangelio y significa "Buena Nueva" á
que, a su vez, designa cada uno de los cuatro relatos inspirados de la vida y enseñanza de »
135
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
Jesús, según la versión de Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Estos son los Evangelios Inspirados,
según el Canon o Catálogo oficial consagrado por la tradición y autoridad de los Concilios,
especialmente, el de Trento que consagró los libros santos de la Biblia para distinguirlos
de los Evangelios Apócrifos en los que la fantasía, la ficción y la invención reemplazan a la
santidad y a la divina inspiración.
Ahora bien, la vida de Jesús ha sido relatada santamente por los cuatro famosos evan
gelistas. Hay otros testimonios históricos como los de Flavio Josefo, historiador judío na
cido en Jerusalén, siete años después del drama del Gólgota (37-101). A él pertenece la
mención más antigua que tenemos hecha por un escritor no cristiano acerca de Jesús.
En sus "Antigüedades Judías", publicadas en el año 93-94, Flavio Josefo relata la condena
y ejecución de Santiago a quien lo llama "hermano de Jesús llamado Cristo"; y de Jesús
decía que era un "hombre sabio" era "el Cristo" y de sus milagros decía que eran "obras
extraordinarias" y de su enseñanza "una verdad acogida con alegría". El testimonio histó
rico de Flavio Josefo, llamado "testimonio flaviano", aunque lacónico, confirma la verdad
histórica sobre Jesús cuya vida y sus milagros ha sido cuestionada por sus negadores y,
peor aún, satanizada por una serie de blasfemias y novelas diabólicas que solo obedecen
al inconfesable propósito de hacer dinero aún a costa de desfigurar y pervertir la verdad
haciendo de Jesús un pobre hombre cualquiera dominado por las mujeres, por la lascivia,
la lujuria y la tentación sexual, sin caer en la cuenta de que su misión no fue la de venir al
mundo para sucumbir a las tentaciones y hacer hijos, sino para que todos lo sigamos. La
imitación de Cristo se configura sobre el modelo de su santidad y de su perfección. Cuando
Jesús se hizo hombre, adquirió, sí, la humanidad, pero no el pecado de la concupiscencia
y la pérdida de la castidad y el celibato que, constituyen, precisamente, uno de los votos
fundamentales para ser ordenado sacerdote, a imitación de la pureza de Cristo; pues, dice
San Pablo en primera de Corintios, V, 9, y VI, 15,18 y 19 y Vil, 1: "Bueno le sería al hombre
no tocar mujer". Por eso, para ordenarse de sacerdote, es preciso hacer voto de castidad,
de pobreza, de humildad y de obediencia. Que algunos traicionen a este juramento no
empaña el rostro de la Iglesia, que se inspira en la gracia de Jesucristo y se fortalece en el
Espíritu Santo a la luz del rostro de Dios que resplandece con toda su belleza en el rostro
de Jesucristo, "imagen de Dios invisible" (Col. 1,15), "resplandor de su gloria" ( Heb. 1, 3),
"lleno de gracia y de verdad" (Juan 1,14), El es \"el Camino, la Verdad y la Vida" (Juan 14,
6) (Encíclica "Veritatis Splendor" de Juan Pablo II, 2b).
Los Evangelios son la versión escrita de una primera tradición oral consistente en los
dichos y pronunciamientos de Jesús. Este Proto-Evangelio hablado en arameo constituye
la fuente de Marcos, Lucas y Mateo cuyas coincidencias dan lugar a la llamada tradición
sinóptica cuya versión era transmitida oralmente por las comunidades judaicas hasta que
Marcos la recogiera por escrito hacia el año 70 a fin de evitar la progresiva disolución del
mensaje evangélico original. Así lo indica Eusebio de Cesárea en su Historia de la Iglesia.
Pero, además, el creciente peligro de las desviaciones, desinterpretaciones y errores a los
que ya aludía San Pablo en la Primera Epístola a los Corintios, 1,10 a 13 (véase) y la necesi
dad de contar con un texto de lectura para las reuniones comunitarias y para la catequesls
propiciaron la fijación escrita de las tradiciones orales, para la predicación de la fé y para
LEGALES EDICIONES
instruir en ella, o, como también decía San Pablo: "Toda Escritura es inspirada por Dios y
provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justi
cia, para que el hombre de Dios sea enteramente competente, completamentente equipa
do para toda obra buena" (2S Epístola a Timoteo, 3: 16-17) y en la 2- a los Tesalonicenses:
"Retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra o por carta nuestra"
Así, pues, los tres primeros Evangelios, llamados SINÓPTICOS porque ven a Jesús con
los mismos ojos: sin =con; ópticos = ojos. La escuela sinóptica es la que dió lugar a los
evangelios de Marcos, Lucas y Mateo, los que, en muchísimos aspectos son semejantes,
siguen un mismo esquema y pueden fácilmente compararse por su estilo y por los hechos
4 que exponen, por lo que es lícito hablar de una misma tradición oral: el proto-evangelio
* cuya tradición oral dió lugar a la escuela sinóptica; en tanto que la escuela johánica, la
136
F il o s o f ía d e l D erech o
de San Juan, es la que nos dá un discurso más teológico, abstracto y metafíslco de Jesús
como se evidencia desde el saque, con el luminoso Prólogo que es todo un poema teo
lógico cuyo primer párrafo es metafísico e historiológico en tanto que los siguientes sor
profundamente teológicos y cargados de una estilística llena de parábolas que evidenciar
un manejo filológico del lenguaje, propio de un gran predicador, cuya elocuencia ha apa
sionado desde siempre a todos los lectores de la Biblia. Es el Evangelio del "discípulo c
quien Jesús amaba". Este discípulo que se menciona en Juan IB, 23; 19,26; 20,2 y 21,7,, 2C
no se identifica por su nombre pero, es el que estuvo al pie de la cruz y es el que acom
pañó a Pedro a la casa de Anas y era conocido de Caifás el sumo sacerdote, según fluye
de 18,15; es el que corrió más rápido que Pedro para llegar al sepulcro de Jesús cuandc
María Magdalena les avisara que "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos
dónde le han puesto". Es el discípulo amado que cuando entró al sepulcro y vió los lienzo;
en el suelo "vió y creyó, comprendiendo que Jesús había resucitado de entre los muertos'
(20,9). Fué el primero en reconocer a Jesús resucitado cuando se les apareció en el lagc
Tiberiades: "El discípulo a quien Jesús amaba dijo entonces a Pedro: es el Señor"(21,7).
Era "el discípulo a quien Jesús amaba, quien, durante la cena se había recostado er
su pecho..." (Jn. 21, 20-22). "Pedro se vuelve y ve, siguiéndoles detrás, al discípulo a quier
Jesús amaba, quien, además, durante la cena se había recostado en el pecho de Jesús >
le había dicho: "Señor, ¿quién es el que te va a entregar?" Viéndole Pedro, dice a Jesús
"Señor, y éste, ¿qué?" Jesús le respondió: "Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a t¡
qué te importa? Tú, sígueme". (Jn. 21, 20-21,22).
La profundidad teológica del Evangelio de San Juan es evidente frente a la historiogra
fía de los evangelios sinópticos y aún cuando estos tienen su tremenda escatología esta
perspectiva deviene en terrorífica al leer el Apocalipsis de San Juan.
Todos los Evangelios hacen de Jesús el personaje central de sus relatos, el maestro que
nos ilumina con su palabra, con su doctrina y sus milagros cuya fama se extiende por don
de quiera que va, curando a unos y resucitando a otros, enseñándonos a todos a amarnos y
a perdonarnos mutuamente, a ser humildes, dejando atrás la soberbia y el pecado que ca
racterizó a nuestra antigua vida, revistiéndonos de una nueva manera de ser, del "hombre
nuevo" del que trata San Pablo en su Epístola a los Efesios, 4, 24 y en 5, 8: "Porque en otro
tiempo, érais tinieblas; más ahora sois luz en el Señor; andad, pues, como hijos de la luz";
9.- "porque el fruto del espíritu es en todo bondad, justicia y verdad". 11- "Y no participéis
en las obras infructuosas de las tinieblas sino más bien reprendedlas".
Hablar de Jesús es, pues, hablar de Dios. Para quienes niegan la divinidad de Jesús
bueno es recordar lo que dijo Juan Pablo II en su Encíclica "Dives in Misericordia" del 30 de
Noviembre de 1980: "A este respecto, es digno de recordar aquél momento en que Felipe,
uno de los doce apóstoles, dirigiéndose a Cristo, le dijo: "Señor, muéstranos al Padre y nos
basta"; y Jesús le respondió: "¿Tanto tiempo ha que estoy con vosotros y no me habéis
conocido? El que me ha visto a mí ha visto al Padre" (Juan 14, 8 y ss). Descubramos, una
vez más con Juan Pablo II, "en el mismo Cristo el rostro del Padre que es misericordioso y
Dios de todo consuelo" ("Dives in misericordia", Ib y Juan, 2 Corintios, 1, 3).
LEGALES EDICIONES
En su luminosa Encíclica "Veritatis Sptendor" del 6 de Agosto de 1993, ha dicho Juan
Pablo II que "La luz del rostro de Dios resplandece con toda su belleza en el rostro de
Jesucristo, "imagen de Dios invisible" (Col. 1, 15), "resplandor de su gloria" (Heb. 1, 3),
"lleno de gracia y de verdad" (Jn. 1,14): El es "el Camino, la Verdad y la Vida" (Jn. 14, 6). Por
esto la respuesta decisiva a cada interrogante del hombre, en particular a sus interrogantes
religiosos y morales, la da Jesucristo".
"Ven y sígueme (Mt. 19, 21) "Por esto, seguir a Cristo es el fundamento esencial y origi
nal de la moral cristiana: así el discípulo debe seguir a Jesús, hacia el cual lo atrae el mismo
Padre (cf. Jn. 6,44). No se trata aquí solamente de escuchar una enseñanza y de cumplir
un mandamiento, sino de algo mucho más radical: adherirse a la persona misma de Jesús,
compartir su vida y su destino. El discípulo de Jesús, siguiendo, a aquél que es la Sabiduría
137
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
encarnada, se hace verdaderamente discípulo de Dios (cf. Jn. 6, 45). En efecto, Jesús es la
luz del mundo, la luz de la vida (cf. Jn. 8,12); es el pastor; es el camino, la verdad y la vida
(cf. Jn. 14, 6) es aquél que lleva hacia el Padre, de tal manera que verle a él, el Hijo, es ver
al Padre (cf. Jn. 14, 6-10). Por tanto imitar al Hijo, que es "imagen de Dios invisible" (Col. 1,
15), significa imitar al Padre".
Debemos conocer pues a Jesucristo, si uno quiere conocer a Dios y, para ello, debemos
leer una y otra vez los Evangelios porque "en ellos tendréis la vida eterna y ellos son los que
dan testimonio de mí" (Jn. 5, 39).
LE G A LE S E D IC IO N E S
138
LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
LEGALES EDICIONES
la libertad y la ley..
139
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
que ia reforma de las estructuras debe estar acompañada por una reforma moral, pues
la raíz mas profunda de los males sociales es de índole moral, es decir, por una oarte, el
afan de ganancia v, por otra, la sed de poder. Siendo de este orden la raíz de los males
sociales, resulta que solo se los podía vencer en el plano moral, o sea, por medio de una
conversión, un pasar de comportamientos inspirados por un egoísmo incontrolado a una
cultura de solidaridad".
Y en esencia, ¿Qué es la doctrina social de la Iglesia?. Ha dicho al respecto el Papa
Juan Pablo II que "la enseñanza social de la Iglesia no es otra cosa que un desarrollo orgá
nico de la verdad misma del Evangelio. Es el Evangelio social de nuestro tiempo".
La doctrina social de la Iglesia se inspira en las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo,
que reflejan cual Verbo Encarnado, las enseñanzas del Padre.
140
F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
tros lomos con la verdad, vestidos con la coraza de la justicia, calzados los pies predican
do el evangelio de la paz. Sobre todo, embrazad el escudo de la fé con la que podréis
apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y poneos el yelmo de la inspiración y la
espada del espíritu en vuestra voluntad, que es la palabra de Dios. Orad en todo momen
to en vuestro espíritu con toda oración, suplicando a Dios perseverantemente pidiendo
también la intercesión de los Santos y de San Pablo Apóstol para que nos sean dadas
las palabras necesarias para cuando abramos la boca y anunciemos, abiertamente, ei
misterio del Evangelio".
i Me inspiro para esta invocación en la 2 - epístola a ios Corintios, 13,13 en las palabras con las que comienza la
Santa Misa y en la luminosa encíclica "Dominum et Vivificantem" 2, b, del Papa Juan Pablo II.
141
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
Es un verdadero exorcismo el que nos enseña San Pablo para enfrentarnos al mal y a
todo lo diabólico.
Pero hay en la misma Epístola a los Efesios otra luminosa exhortación para luchar con
tra el cinismo de la inmoralidad reinante y contra la frivolidad de las costumbres mundanas
y corruptas, vistiéndonos del hombre nuevo inspirado en la justicia y en la verdad (capítulo
4, versículo 22), inspirándonos en la imitación a Cristo (Efesios, 5, 1 a 7), "porque antes
érais tinieblas, ahora, sois luz en el Señor. Andad, pues, como hijos de la Luz" (Efesios,
capítulo 5, versículo 8).
"Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien manifestad,
abiertamente vuestra reprobación" (Efesios, 5,11).
"Las cosas una vez condenadas son descubiertas por la luz. Por eso dice: Despierta tú
que duermes y levántate de los muertos y Cristo te iluminará". (Efesios, 5,14).
"Toda codicia, toda impureza o fornicación, ni se nombre entre vosotros, como convie
ne a santos. No hay palabras deshonestas, ni vulgaridades, ni necedades, sino, más bien,
palabras gratas y afectuosas. Pues, sabedlo, que ningún fornicario, ni inmundo, ni codicio
so, tendrá herencia en el reino de Cristo y de Dios".
"Nadie os engañe con palabras vanas, pues a causa de este viene la ira de Dios sobre
los hijos de las tinieblas. No tengáis nada, pues, que ver con ellos" (Efesios, 5, 3 a 7).
La doctrina social de la Iglesia se gesta, pues, fundamentalmente, en las epístolas lu
minosas de San Pablo, el gran apóstol de la Iglesia, en los Concilios eclesiásticos de cuya
antigua tradición y de cuya doctrina dan cuenta el mismo San Pablo en su Epístola a los
Gálatas, capítulo 2, versículo 1 y siguientes (Concilio de Jerusalén) y la misma Epístola 2,
11 y siguientes (Concilio de Antioquía) más los demás Concilios que forman parte de la
Historia de la Iglesia (véase Historia de los Concilios, Historia de la iglesia. Historia de los
Papas, etc.) Pero, además, debe tenerse en cuenta la Historia de la Patrística o sea de los
grandes Padres de la Iglesia. Entre éstos deben destacarse, Tertuliano, Orígenes, San Agus
tín y Santo Tomás de Aquino.
La doctrina social de la Iglesia ha inspirado siempre los mensajes de los Papas; pero es,
desde la Encíclica "Rerum Novarum" de LEON XIII, promulgada en Roma el 15 de Mayo de
1891, cuando el impacto de la Iglesia sobre el Derecho, la Teología y la Cristiandad se hace
formidable y evidente. Como dice el Papa Juan Pablo II en su formidable encíclica "SOLLICI-
TUDO REI SOCIALIS" de 1987, que es una de las grandes encíclicas que tratan sobre la cues
tión social, "A partir de la aportación valiosísima de León XIII, se ha formado ya un "corpus"
doctrinal renovado, que se va articulando mediante la asistencia del Espíritu Santo, lee los
hechos según se desenvuelven en el curso de la historia. Intenta guiar de este modo a los
hombres para que ellos mismos den una respuesta, con la ayuda también de la razón y de
las ciencias humanas, a su vocación de constructores responsables de la sociedad terrena".
L A E N C ÍC L IC A " R E R U M N O V A R U M ’’
LEGALES EDICIONES
PARTE PRIMERA
EXPOSICIÓN POLÉMICA
La solución socialista. Los socialistas proponen la abolición de la propiedad privada.
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F il o s o f ía d e l D erech o
2. Crítica de esta solución. Desde el punto de vista del propio obrero. Utilidad de la pro
piedad para los trabajadores.
3. Desde el punto de vista del ser humano en general. Superioridad del dominio que el
hombre tiene sobre las cosas respecto al que tienen sobre ellas los animales.
4. Naturaleza intelectual del hombre, que le permite elegir bienes incluso respecto al
futuro.
5. Prioridad del derecho del hombre respecto al estado. Distinción entre el señorío final
de todos los hombres sobre los productos de la tierra y del señorío instrumental de
algunos sobre ellos.
6. El trabajo del hombre sobre la tierra, título normal de propiedad sobre los bienes de la
naturaleza.
7. Examen del socialismo agrario.
8. Desde el punto de vista de la familia. Naturaleza de la familia.
9. Prioridad del derecho de la familia respecto de la comunidad.
10. Desde el punto de vista de la colectividad. Consecuencias que se seguirían del sistema
propuesto por los socialistas: opresión, discordia, falta de estímulo.
PARTE SEGUNDA
EXPOSICIÓN POSITIVA
11. Introducción. Competencia de la Iglesia y del Estado.
12. Realismo en el planteamiento del problema: imposibilidad de superar totalmente las
desigualdades sociales y las asperezas de la vida.
13. Fin que debemos conseguir e instrumentos que debemos emplear. Armonía entre las
clases sociales. Acción de la Iglesia.
14. La doctrina de la Iglesia supera la lucha de clases: primero, porque inculca a los miem
bros de cada clase sus deberes.
15. En segundo lugar, porque les recuerda la existencia de la vida futura.
16. En tercer lugar, por su doctrina sobre los bienes de cualquier clase:
a) las riquezas no dan la felicidad;
b) la Iglesia distingue entre posesión y uso de los bienes;
c) distingue también entre bienes necesarios y superfluos;
d) carácter funcional de la abundancia de bienes.
17. Doctrina sobre la pobreza. El ejemplo de Cristo.
18. En cuarto lugar, estableciendo como verdadero criterio para discernir la dignidad de
los hombres la jerarquía de la virtud, accesible a todos.
LEGALES EDICIONES
19. En quinto término, estableciendo la comunidad de todos los hombres en la tierra.
20. Inciso.
21. Finalmente, la Iglesia induce al cumplimiento de los preceptos divinos, única causa
verdadera de todos los bienes.
22. Contribución temporal de la iglesia al remedio de las necesidades.
23. Crítica del Estado clasista. La obra de los hombres.
24. Deberes del Estado: deber general de policía y fomento.
25. Concretamente, el Estado, en primer lugar, no puede ser un Estado clasista, que atien
da únicamente a los ricos, sino que ha de ser un Estado para todos y ha de observar la
justicia distributiva.
143
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
26. En segundo lugar, las autoridades han de prodigar sus cuidados a los proletarios.
27. Casos concretos en que, a tales fines, la autoridad debe intervenir.
28. En tercer término, el Poder civil debe hacer respetar los derechos de todos y principal
mente de los débiles y pobres.
a) Frenando a los agitadores y corruptores de los pueblos.
b) Removiendo los motivos de huelgas.
c) Defendiendo la dignidad moral de los obreros y concretamente, el descanso domi
nical.
29. Actuación de las asociaciones formadas por los interesados: fines que posiblemente
pueden cumplir.
a) Establecimiento de jornadas razonables de trabajo. No es lícito un contrato que
viole el descanso legítimo del obrero.
b) Determinando los salarios justos que han de ser pagados por los patronos.
30. La difusión de la propiedad será una consecuencia del salario justo.
31. El derecho de asociación como presupuesto de la creación de asociaciones.
32. Poder del Estado para prohibir su ejercicio en ciertos casos. Cautelas con que se han
de ejercer estos poderes.
33. Problemas especiales de las asociaciones de solo obreros.
34. Ejemplo de los católicos y obispos de la época en la formación de asociaciones.
35. Extensión del derecho de asociación. Normas orientadoras.
36. Indicaciones sobre el modo de funcionar las asociaciones obreras.
144
F il o s o f ía d e l D erech o
En 1939 el Papa Pío XI promulgó la Encíclica "NON ABBIAMO BISOGNO” con la cual
criticó el totalitarismo fascista. Escrita en italiano, esta encíclica condena el culto fanáti
co del Estado Gendarme porque ataca a la libertad individual del hombre, monopoliza la
enseñanza y abusa del juramento que se hace al ingresar en el partido fascista. Advierte
sobre la imposibilidad de un entendimiento entre un Estado totalitario y la Iglesia y ensalza
a la Acción Católica.
En 1937 el Papa Pío XI criticó al totalitarismo nazi en la Encíclica "MIT BRENNENDER
SORGE" ("Con viva preocupación"), escrita en alemán y promulgada en el Vaticano el 14 de
Marzo de 1937, motivada por la propaganda nazi de índole anticlerical.
Entonces, el Tercer Reich Alemán abrió varios procesos contra clérigos, bajo la acusa
ción de delitos monetarios. La campaña fue intensa contra el clero regular de conventos y
monasterios. La riqueza de la Iglesia era singularmente atrayente para los nazis. Por ello,
era necesario expropiar a la Iglesia de sus bienes. Por esta razón, el Estado abrió en 1935
sesenta procesos contra miembros de las órdenes de los religiosos del Sagrado Corazón
de Jesús, agustinos, jesuítas, mercedarios, franciscanos, etc. El régimen experimentó una
especial complacencia al poder juzgar a los religiosos bajo la diabólica consigna nazi. Según
andaban las cosas, los prelados podían criticar únicamente las tendenciosas informacio
nes propagandísticas y el sistemático desprecio del clero, así como la agitación creciente
de las masas. Mientras tanto, el Estado permitía el lucro ilegal de los especuladores de la
industria y de los militantes del partido nazi. Los periódicos, en descarada alabanza al ré
gimen, ofrecían a sus lectores historias truculentas de conventos convertidos en infiernos
de corrupción.
Así las cosas, el Papa Pió XI escribió, en alemán la encíclica "Mit Brennender Soree".
con la cual, se dirigía a todos los alemanes, en general, y a los sacerdotes alemanes, en
especial, en los siguientes términos: "Con viva preocupación y con asombro creciente ve
nimos observando, hace ya largo tiempo, la vida dolorosa de la Iglesia y la opresión progre
sivamente agudizada contra los fíeles, de uno y otro sexo".
"Cuando Nos, Venerables Hermanos, en el verano de 1933, a instancia del Gobierno
del Reich, aceptamos reanudar las gestiones para un Concordato, tomando por base un
proyecto elaborado ya varios años antes, y llegamos así a un acuerdo solemne que satisfizo
a todos vosotros, tuvimos por móvil la obligada solicitud de tutelar la libertad de la misión
salvadora de la Iglesia en Alemania y en asegurar la salvación de las almas a ellas confiadas,
y al mismo tiempo el sincero deseo de prestar un servicio capital al pacífico desenvolvi
miento y al bienestar del pueblo alemán".
"A pesar de muchas y graves consideraciones, nos determinamos entonces, no sin una
propia violencia, a no negar nuestro consentimiento".
"Si el árbol de la paz, por Nos plantado en tierra alemana con pura intención, no ha
producido los frutos por Nos anhelados en interés de vuestro pueblo, no habrá nadie en
el mundo entero, con ojos para ver y oídos para oír, que pueda decir, todavía hoy, que la
culpa es de la Iglesia y de su Cabeza suprema".
LEGALES EDICIONES
"En los surcos donde Nos habíamos esforzado en echar la simiente de la verdade
ra paz, otros esparcieron como el ¡nimicus homo de la Sagrada Escritura- la cizaña de la
desconfianza, del descontento, de la discordia, del odio, de la difamación, de la hostilidad
profunda, oculta o manifiesta contra Cristo y su Iglesia, desencadenando una lucha que se
alimentó en mil fuentes diversas y se sirvió de todos los medios. Sobre ellos, y solamente
sobre ellos y sobre sus protectores, ocultos o manifiestos, recae la responsabilidad de que
en el horizonte de Alemania no aparezca el arco iris de la paz, sino el nubarrón que presa
gia luchas religiosas desgarradoras".
"Todo el que haya conservado en su ánimo un residuo de amor a la verdad, y en su
corazón una sombra del sentido de justicia, habrá de admitir que en los años tan difíciles
y llenos de tan graves acontecimientos que siguieron al Concordato, cada una de Nuestras
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Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
palabras y de Nuestras acciones tuvo por norma la fidelidad a los acuerdos estipulados.
Pero deberá también reconocer con extrañeza y con profunda reprobación, cómo por la
otra parte se ha erigido en norma ordinaria el desfigurar arbitrariamente los pactos, elu
dirlos, desvirtuarlos y, finalmente, violarlos más o menos abiertamente".
"Quien, con una confusión panteísta, identifica a Dios con el universo, materializando
a Dios en el mundo o deificando al mundo en Dios, no pertenece a los verdaderos creyen
tes".
"Ni tampoco lo es quien, siguiendo una pretendida concepción precristiana del anti
guo germanismo, pone en lugar del Dios personal el hado sombrío e impersonal, negando
la sabiduría divina y su providencia... . Si la raza o el pueblo, si el Estado o una forma de
terminada del mismo, si los representantes del poder estatal u otros elementos funda
mentales de la sociedad humana tienen en el orden natural un puesto esencial y digno
de respeto: con todo, quien ¡os arranca de esta escala de valores terrenales elevándolos a
suprema norma de todo, aun de los valores religiosos, y, divinizándolos con culto idolátri
co, pervierte y falsifica el orden creado e impuesto por Dios, está lejos de la verdadera fe y
de una concepción de la vida conforme a ella".
"Solamente espíritus superficiales pueden caer en el error de hablar de un Dios na
cional, de una religión nacional, y emprender la loca tarea de aprisionar en los límites de
un pueblo solo, en la estrechez étnica de una sola raza, a Dios, creador del mundo, rey y
legislador de los pueblos, ante cuya grandeza las naciones son gotitas de agua en un cubo".
"Por eso, el que pretende desterrar de la Iglesia y de la escuela la historia bíblica y las
sabias enseñanzas del Antiguo Testamento, blasfema la palabra de Dios, blasfema el plan
de la salvación dispuesto por el Omnipotente"
"La Iglesia, fundada por el Salvador, es única para todos los pueblos y para todas las
naciones: y bajo su bóveda, que cobija como el firmamento al universo entero, hallan
puesto y asilo todos los pueblos y todas las lenguas, y pueden desarrollarse todas las
propiedades, cualidades, misiones y cometidos, que han sido señalados por Dios creador
y salvador a los individuos y a las sociedades humanas".
"El que conozca la frase del Salvador acerca de los escándalos y de quienes los dan,
sabe cómo la Iglesia y cada individuo deben juzgar sobre lo que fue y es pecado. Pero
quien, fundándose en estos lamentables desacuerdos entre la fe y la vida, entre las pala
bras y los actos, entre la conducta exterior y los pensamientos interiores de algunos -aun
que fuesen éstos muchos-, echa en olvido, o conscientemente pasa en silencio la enorme
suma de genuina actividad para llegar a la virtud, al espíritu de sacrificio, al amor fraternal,
al heroísmo de santidad, en tantos miembros de la Iglesia, manifiesta una ceguera injusta
y reprobable".
"En vuestras regiones, Venerables Hermanos, se alzan voces, en coro cada vez más
fuerte, que incitan a salir de la Iglesia; y entre los voceadores hay algunos que, por su
posición oficial, intentan producir la impresión de que tal alejamiento de la Iglesia y con
siguientemente la infidelidad a Cristo Rey, es testimonio particularmente convincente y
LEGALES EDICIONES
meritorio de su fidelidad al actual régimen. Con presiones, ocultas y manifiestas, con in
timidaciones, con perspectivas de ventajas económicas, profesionales, cívicas o de otro
género, la adhesión de los católicos a su fe -y singularmente de algunas clases de funcio
narios católicos- se halla sometida a una violencia tan ilegal como inhumana”.
"Revelación, en sentido cristiano, significa la palabra de Dios a los hombres. Usar ese
término para indicar las cuestiones que provienen de la sangre y de la raza, o la irradiación
de la historia de un pueblo, es, en todo caso, causar desorientaciones. Tales monedas fal
sas no merecen pasar al tesoro lingüístico de un fiel cristiano".
"Quien con la palabra inmortalidad no quiere expresar más que una supervivencia
A colectiva en la continuidad del propio pueblo, para un porvenir de indeterminada duración
íl en este mundo, pervierte y falsifica una de las verdades fundamentales de la fe cristiana"
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F il o s o f ía d e l D erech o
"En su necio afán de ridiculizar la humildad cristiana como una degradación de sí mis
mo y como una actitud cobarde, la repugnante soberbia de estos innovadores no consigue
más que hacerse ella misma ridicula".
"Sabemos que muchísimos de vosotros, por ser fieles a la fe y a la Iglesia y por per
tenecer a asociaciones religiosas, tuteladas por el Concordato, habéis tenido y tenéis que
soportar trances duros de desprecio, de sospechas, de vituperios, acusados de antipatrio
tismo, perjudicados en vuestra vida profesional y social".
"Nadie piensa en poner tropiezos a la juventud alemana en el camino que debiera
conducirla a la realización de una verdadera unidad nacional y a fomentar un noble amor
por la libertad y una inquebrantable devoción a la patria. A lo que Nos oponemos y Nos no
debemos oponer es al antagonismo voluntario y sistemáticamente suscitado entre las pre
ocupaciones de la educación nacional y las del deber religioso. Por eso, Nos decimos a esta
juventud: "Cantad vuestros himnos de libertad, más no olvidéis que la verdadera libertad
es la libertad de los hijos de Dios. No permitáis que la nobleza de esta insustituible libertad
desaparezca en los grilletes serviles del pecado y de la concupiscencia".
"Os hablan mucho de grandeza heroica, contraponiéndola osada y falsamente a la
humildad y a la paciencia evangélica, ¿pero por qué os ocultan que se da también un
heroísmo en la lucha moral, y que la conservación de la pureza bautismal representa una
acción heroica, que debería ser apreciada como merece, tanto en el campo religioso como
en el natural?. Os hablan de las fragilidades humanas en la historia de la Iglesia, pero ¿por
qué os ocultan las grandes gestas que la acompañan a lo largo de los siglos, los santos que
han producido, los beneficios que la civilización occidental recibió de la unidad vital entre
la Iglesia y vuestro pueblo? Os hablan mucho de ejercicios deportivos, los cuales, si se usan
en una bien entendida medida, dan gallardía física, que es un beneficio para la juventud.
Pero hoy se les señala, con frecuencia, una extensión que no tiene en cuenta ni la forma
ción integral y armónica del cuerpo y del espíritu, ni el conveniente cuidado de la vida de
familia, ni el mandamiento de santificar el día del Señor".
"Hemos pesado cada palabra de esta Encíclica en la balanza de la verdad y, al mismo
tiempo, del amor".
"No queríamos ser culpables, con un silencio inoportuno, por no haber aclarado la
situación; ni de haber endurecido, con un rigor excesivo, el corazón de aquellos, que es
tando confiados a Nuestra responsabilidad pastoral, no Nos son menos amados porque
caminen ahora por las vías del error y porque se hayan alejado de la Iglesia".
E L R A D I O M E N S A J E D E L P A P A P IO X I I E N E L D IA D E P E N T E C O S T É S
(1 ° D E JU N IO D E 1 9 4 1 )
Monseñor Eugenio Pacelli, ungido Papa en 1939 con el nombre de PIO XII dirigió el día
de Pentecostés (1° de junio) el siguiente Radiomensaje:
1. La solemnidad de Pentecostés, gloriosa Navidad de la Iglesia de Cristo, es para nues
LEGALES EDICIONES
tro ánimo, amados hijos de todo el mundo, una invitación dulce y propicia altamente
amonestadora para dirigirles, en medio de las dificultades y luchas de lo presente, un
mensaje de amor, de exhortación y de consuelo. Os hablamos en su momento, en que
todas las energías y fuerzas físicas e intelectuales de la humanidad, se hallan tensas
bajo la férrea e inexorable ley de la guerra.
Pero las antenas de la Colina Vaticana, no pueden transmitir sino palabras animadas
por el espíritu consolador.
LA RADIO Y PENTECOSTES
2. Con sincera complacencia, nos servimos hoy de este maravillosos medio para llamar la
atención del mundo católico sobre una conmemoración que merece esculpirse con ca-
147
J osé A ntonio S ilva V allejo
racteres de oro en los fastos de la Iglesia; esto es, sobre el quincuagésimo aniversario
de la publicación -ésta tuvo lugar el 15 de mayo de 1891- de la fundamental Encíclica
social Rerum novarum de León XIII.
3. León XIII dirigió al mundo su mensaje, movido por la profunda convicción de que a la
Iglesia le corresponde, no sólo el derecho, sino también el deber de pronunciar una
autorizada palabra sobre las cuestiones sociales.
Es, competencia indiscutible de la Iglesia, en aquella parte del orden social en que éste
se acerca y aun llega a tocar el campo moral, juzgar si las bases de un determinado orde
namiento social están de acuerdo con el orden inmutable que Dios Creador y Redentor ha
manifestado por medio del derecho natural y de la revelación.
148
F ilosofía del D erecho
LEGALES EDICIONES
con fecha 15 de Mayo de 1961, la encíclica "MATER ET MAGISTRA", que plantea, entre sus
grandes principios, que es el hombre -y no el Estado-, el centro y fin de la vida social, la
reafirmación de la propiedad privada como derecho individual y la subordinación del pro
vecho privado al bien común; el concepto de bien común se eleva al rango supra-nacional,
al consorcio de todas las naciones, se habla del "cripto-colonialismo", y de la realística
consideración de los pueblos subdesarrollados:
1. Madre y Maestra de pueblos, la Iglesia católica fue fundada como tal por Jesucristo
para que, en el transcurso de los siglos, encontraran su salvación, con la plenitud de
una vida más excelente, todos cuantos habían de entrar en el seno de aquélla y recibir
su abrazo. A esta Iglesia, columna y fundamento de la verdad, confió su divino Fun
dador una doble misión, la de engendrar hijos para sí y la de educarlos y dirigirlos,
149
J osé A ntonio S ilva V allejo
velando con maternal solicitud por la vida de los individuos y de los pueblos, cuya su
perior dignidad miró siempre la Iglesia con el máximo respeto y defendió con la mayor
vigilancia.
2. La santa Iglesia, aunque tiene como misión principal santificar las almas y hacerlas
partícipes de los bienes sobrenaturales, se preocupa, sin embargo, de las necesidades
que la vida diaria plantea a los hombres, no sólo de las que afectan a su decoroso
sustento, sino de las relativas a su interés y prosperidad.
3. Al realizar esta misión, la Iglesia cumple el mandato de su Fundador, Cristo, quien,
si bien atendió principalmente a la salvación eterna del hombre, cuando dijo en una
ocasión: Yo soy el camino, la verdad y la vida; y en otra: Yo soy la luz del mundo, al
contemplar la multitud hambrienta, exclamó conmovido: Siento compasión de esta
muchedumbre, demostrando que se preocupaba también de las necesidades materia
les de los pueblos.
4. Nada, pues, tiene de extraño que la iglesia católica, siguiendo el ejemplo y cumpliendo
el mandato de Cristo, haya mantenido constantemente en alto la antorcha de la cari
dad durante dos milenios.
5. Ahora bien, el testimonio más insigne de esta doctrina y acción social desarrollada por
la Iglesia a lo largo de los siglos, ha sido y es, sin duda, la luminosa encíclica Rerum
novarum, para definir los principios que habían de resolver el problema de la situación
de los trabajadores en armonía con las normas de la doctrina cristiana.
6. Pocas veces la palabra de un Pontífice ha obtenido como entonces resonancia tan uni
versal por el peso y alcance de su argumentación y la fuerza expresiva de sus afirma
ciones. En realidad, las normas y llamamientos de León XIII adquirieron tanta impor
tancia, que de ningún modo podrán olvidarse ya en lo sucesivo. Se abrió con ellos un
camino más amplio a la acción de la Iglesia católica, cuyo Pastor supremo, sintiendo
como propios los daños, los dolores y las aspiraciones de los humildes y de los oprimi
dos, se consagró entonces completamente a rehabilitar sus derechos.
150
F ilosofía del D erecho
igual modo entre ellos con mayor amplitud los designios de los revolucionarios, quie
nes les proponían remedios mucho peores que los males que habían que remediar.
La Rerum novarum", suma de la doctrina social católica:
11. Llegada la situación a este punto, publicó León XIII, con la Rerum novarum, su mensaje
socialfundado en las exigencias de la propia naturaleza humana e inspirado en los
principios y en el espíritu del Evangelio; mensaje que, si bien suscitó, como es frecuen
te, algunas discrepancias, obtuvo, sin embargo, universal admiración y general aplau
so. En realidad, no era la primera vez que la Sede Apostólica, en lo relativo a intere
ses temporales, acudía a la defensa de los necesitados. Otros documentos de nuestro
predecesor León XIII, de feliz memoria, habían ya abierto camino al que acabamos de
’FR
mencionar. Fue, sin embargo la encíclica Rerum novarum la que formuló, por primera
vez, una construcción sistemática de los principios y una perspectiva de aplicaciones
para el futuro. Por lo cual, con toda razón juzgamos que hay que considerarla como
verdadera suma de la doctrina católica en el campo económico y social.
12. Se ha de reconocer que la publicación de esta encíclica demostró no poca audacia.
Porque mientras algunos no tenían reparos en acusar a la Iglesia católica, como si ésta,
ante la cuestión social, se limitase a predicar a los pobres la resignación y a los ricos
la generosidad, León XIII no vaciló en proclamar y defender abiertamente los sagra
dos derechos de los trabajadores. Al iniciar la exposición de los principios de la doctri
na católica en materia social, declaró paladinamente: Confiados y con pleno derecho
nuestro iniciamos el tratamiento de esta cuestión, ya que se trata de un problema cuya
solución viable será absolutamente nula si no se busca bajo los auspicios de la religión
y de la Iglesia.
Sus principios fundamentales:
13. Primeramente, con relación al trabajo, enseña que éste de ninguna manera puede
considerarse como una mercancía cualquiera, porque procede directamente de la per
sona humana. Para la gran mayoría de los hombres, el trabajo es, en efecto, la única
fuente de su decoroso sustento. Por esto no puede determinar su retribución la mera
práctica del mercado, sino que han de fijarla las leyes de la justicia y de la equidad; en
caso contrario, la justicia quedaría lesionada por completo en los contratos de trabajo,
aun cuando éstos se hubiesen estipulado libremente por ambas partes.
14. A lo dicho ha de añadirse que el derecho de poseer privadamente bienes, incluidos los
de carácter instrumental, lo confiere a cada hombre la naturaleza, y el Estado no es
dueño en modo alguno de abolirlo. Y como la propiedad privada lleva naturalmente in
trínseca una función social, por eso quien disfruta de tal derecho debe necesariamente
ejercitarlo para beneficio propio y utilidad de los demás.
15. Por lo que toca al Estado, cuyo fin es proveer al bien común en el orden temporal, no
puede en modo alguno permanecer al margen de las actividades económicas de los
ciudadanos, sino que, por el contrario ha de intervenir a tiempo, primero, para que
LEGALES EDICIONES
aquéllos contribuyan a producir la abundancia de bienes materiales, cuyo uso es ne
cesario para el ejercicio de la virtud, y, segundo, para tutelar los derechos de todos los
ciudadanos, sobre todo de los más débiles, cuando son los trabajadores, las mujeres y
los niños.
16. Además, constituye una obligación del Estado vigilar que los contratos de trabajo se
regulen de acuerdo con la justicia y la equidad, y que, al mismo tiempo, en los am
bientes laborales no sufra mengua, ni en el cuerpo ni en el espíritu, la dignidad de la
persona humana. A este respecto, en la encíclica de León XIII se exponen las bases
fundamentales del orden justo y verdadero de la convivencia humana, que han servido
para estructurar, de una u otra manera, la legislación social de los Estados en la época i.
contemporánea, bases que, como ya observaba Pío XI, en la encíclica Quadragesimo U
151
J osé A ntonio S ilva V allejo
152
F ilosofía del D erecho
153
J osé A ntonio S ilva V allejo
toda acción de la sociedad, en virtud de su propia naturaleza, debe prestar ayuda a los
miembros del cuerpo social, pero nunca destruirlos ni absorberlos.
LA SOCIALIZACIÓN
Definición, naturaleza y causas:
37. Una de las notas más características de nuestra época es el incremento de las relacio
nes sociales, o sea la progresiva multiplicación de las relaciones de convivencia, con la
formación consiguiente de muchas formas de vida y de actividad asociada, que han
sido recogidas, la mayoría de las veces, por el derecho público o por el derecho priva
do.
Ayudar sin incurrir en un nuevo colonialismo:
38. Es necesario, asimismo, que las naciones económicamente avanzadas eviten con es
pecial cuidado la tentación de prestar su ayuda a los países pobres con el propósito de
orientar en su propio provecho la situación política de dichos países y realizar así sus
planes de hegemonía mundial.
39. Si en alguna ocasión se pretende llevar a acabo este propósito, débese denunciar
abiertamente que lo que se pretende, en realidad, es instaurar una nueva forma de
colonialismo.
40. Razones de necesidad y de justicia exigen, por consiguiente, que los Estados que pres
tan ayuda técnica y financiera a las naciones poco desarrolladas lo hagan sin intención
alguna de dominio político.
PARTE PRIMERA
LOS DERECHOS NATURALES DEL HOMBRE
11. A la existencia, a un nivel de vida digno y a los servicios que éste exige;
12. A la buena fama, a la búsqueda de la verdad, a la libre expresión de las
ideas y la información;
13. A la cultura y la enseñanza en todos sus grados;
154
F ilosofía del D erecho
PARTE SEGUNDA
RELACIONES ENTRE LOS PODERES PÚBLICOS Y EL CIUDADANO
46-48 La autoridad es necesaria en toda sociedad. Su origen deriva de Dios,
Consiste en la facultad de mandar según razón. Es ante todo una fuerza
moral.
49-51. Debe respetar el orden establecido por Dios. Sólo así se salva la dignidad
de la obediencia en el ciudadano. La legislación no debe apartarse del
orden moral en que la autoridad se basa.
LEGALES EDICIONES
52. Esta doctrina se concilio perfectamente con la democracia legítima.
53-54. El bien común es la razón de ser de la autoridad. A su logro deben contri
buir todos los ciudadanos y las entidades intermedias.
55. El contenido del bien común está determinado por las exigencias de la
naturaleza humana y por las características de cada grupo humano.
56. En el disfrute del bien común deben participar todos los ciudadanos. El
estado debe garantizar que tengan una participación efectiva.
57-59. Por otra parte, el contenido del bien común abarca tanto los bienes del
cuerpo como los del espíritu. No debe, por tanto, obstaculizar el fin último
del hombre.
155
J osé A ntonio S ilva V allejo
En materia de bien común, los poderes públicos tienen los siguientes deberes:
60-61. Promover los derechos del hombre y facilitar a éste el cumplimiento de
sus deberes;
62. Armonizar los derechos y deberes de los ciudadanos y tutelar su ejercicio
equilibrado;
63. Contribuir a la creación de un ambiente social que facilite el ejercicio y
cumplimiento de derechos y deberes; evitar desequilibrios económicos,
sociales y culturales en el seno de la comunidad;
64. Simultanear desarrollo económico y progreso social, crear y mantener
servicios públicos, dar remedio en caso de calamidades públicas, amplia
oferta de trabajo y salario justo;
65-66. Evitar que se creen posiciones de privilegio y no ahogar la iniciativa privada.
67. La estructura jurídica de los poderes públicos está condicionada por la
situación histórica de cada país.
68. El principio de la división de poderes, entendido como residencia de las
diversas funciones en órganos diferenciados, es muy conveniente, porque
garantiza y protege al ciudadano.
69. El poder legislativo debe atender a la moral y a la realidad del momento;
el ejecutivo debe aplicar la ley con sentido realista; el judicial debe proce
der con independencia. El ciudadano y las entidades intermedias deben
tener una tutela eficaz.
70-72. La ordenación jurídica del Estado es elemento fundamental para la reali
zación del bien común, pero no siempre puede amoldarse a la cambiante
realidad. Las autoridades deben atenerse al ordenamiento jurídico y a su
inspiración de fondo, así como también a las exigencias concretas de la
vida social. Cualidades morales que para ello debe poseer el gobernante.
73-74. Debe favorecerse y estimularse la participación del ciudadano en la vida
pública la cual es un derecho y un deber del que se siguen muchas venta
jas.
75-77. En materia de derecho constitucional, la tendencia moderna recoge en
las constituciones la carta de los derechos del hombre, la estructura y
funcionamiento de los poderes públicos y las relaciones de éstos con el
ciudadano.
78-79. El voluntarismo jurídico es falso. Pero la tendencia apuntada es signo de
la creciente conciencia que el hombre va adquiriendo de sus derechos y
deberes.
PARTE TERCERA
LEGALES EDICIONES
156
F ilosofía del D erecho
PARTE CUARTA.
ESTABLECIMIENTO DE UNA COMUNIDAD MUNDIAL
130.131. Necesidad de una autoridad mundial. La interdependencia de los Esta-
dos en todos los campos es hoy un hecho y una necesidad ineludible, que
plantea el problema de atender debidamente al bien universal de la hu
manidad.
132-135. La organización actual de la autoridad pública estatal en relación con este
bien común universal es insuficiente. El derecho internacional ha sido re
basado en este punto.
LEGALES EDICIONES
136-138. Por exigencias del orden moral, hoy día es necesaria una autoridad pú
blica única en un plano mundial. Lo exige el bien común universal. Esta
autoridad nueva debe establecerse con el consentimiento de todas las
naciones y no debe ser impuesta por la fuerza.
139. El bien común universal. La autoridad pública mundial debe proteger en
primer lugar los derechos de la persona humana.
140. Las relaciones entre esta autoridad y las autoridades nacionales deben
estar regidas por el principio de subsidiariedad.
141. Campo propio de dicha autoridad son todos los problemas que el bien
común universal plantea. Pero dejando a salvo la autonomía de las auto
ridades nacionales en todo lo que éstas puedan resolver por sí solas.
157
J osé A ntonio S ilva V allejo
PARTE QUINTA
RECOMENDACIONES PASTORALES
146. El deber de intervenir en la vida pública. El católico debe procurar que las
instituciones civiles ayuden al hombre en el orden natural y sobrenatural.
147-148. Deben estar; para ello, preparados técnicamente y poseer experiencia
probada para cristianizar la vida social moderna.
149-150. Deben actuar de acuerdo con las leyes propias de cada técnica o actividad
y ajustar su conducta al orden moral natural y revelado.
151-153. Fe y conducta: Se observa un debilitamiento de la inspiración cristiana en
países de antigua tradición cristiana. La causa de este hecho es la falta de
coherencia entre la fe y la conducta de ciertos católicos; incoherencia de
bida principalmente a una instrucción deficiente en la doctrina cristiana
y a una insuficiente práctica de la moral cristiana. Hay que lograr que la
formación religiosa esté al nivel de la formación profesional que cada uno
tiene.
154-156. Criterios para la acción social de los católicos.
154-157. Es difícil determinar la aplicación práctica de los principios a cada situa
ción concreta. La aceleración actual de la vida aumenta esta dificultad.
El cristiano no puede vivir contento con lo logrado en este campo. Queda
mucho por realizar todavía.
157. Los principios expuestos en esta encíclica ofrecen campo amplio para co
laborar con los cristianos separados y aun con los hombres que observan
los principios de la ley natural.
158. Hay que distinguir entre el hombre que yerra y el error que profesa. El
hombre es siempre susceptible de salvación.
159-160. Hay que distinguir también las teorías filosóficas y las iniciativas de carác
ter económico, social, cultural y político. En estas últimas pueden haber
elementos utilizables. En consecuencia, ciertos contactos de orden prácti
co, que antes eran inútiles, hoy pueden ser provechosos. La prudencia es
la que debe determinar la decisión concreta en cada caso. Es la autoridad
competente la que debe decidir en este punto.
161-162. No es la revolución la que arregla los problemas; hay que lograr las solu
ciones por la vía de la evolución pacífica. La vida no procede por saltos,
LEGALES EDICIONES
EPÍLOGO
163. Hay que restablecer todos los grados de la convivencia en la verdad, jus
ticia, amor y libertad. Tarea ardua, pero nobilísima, a la que están llama
dos todos los hombres de buena voluntad.
164-165. No son muchos los hombres preparados para llevarla a cabo. Pero mere
cen el elogio del Papa, quien los alienta a perseverar en la empresa. Todos
los cristianos deben ser hoy antorchas de luz en el caliginoso mundo ac
tual. Su acción será tanto más eficaz cuanto más unidos estén con Dios.
158
F ilosofía del D erecho
E L C O N C IL IO V A T IC A N O II
Uno de los más grandes acontecimientos históricos de todos los tiempos y, especial
mente, del siglo XX, fué el Concilio Vaticano II inaugurado por el Papa Juan XXIII el 11 de
Octubre de 1962 y clausurado por el Papa Pablo VI en la plaza de San Pedro el 8 de Diciem
bre de 1965.
Un concilio es una asamblea de eclesiásticos que se reúnen para tratar de asuntos de
la Iglesia.
Un concilio ecuménico es presidido por el Papa, quien lo convoca, lo preside y lo con
firma bajo la inspiración del Espíritu Santo, quien es su principal protagonista porque es el
mismo Espíritu Santo el que habla por el Concilio.
La Biblia y la tradición son fuentes que establecen la autoridad, la certidumbre y la san
tidad de los Concilios de la Iglesia. Así, en la época de los Apóstoles la Iglesia se reunió en
Jerusalén para tratar de algunas cuestiones de que dan cuenta "Hechos de los Apóstoles",
15, 6 a 29 y Gálatas 2, 2 a 10 (véase). Así también, el Concilio de Antioquía, véase: Hechos,
15, 30 a 33; Gálatas, 2, 11 a 29.
Adviértase, cómo en Gálatas 3-1-3, la fe apasionada de San Pablo exhorta y fustiga a
los gálatas por haberse dejado fascinar y persuadir por herejes que pervierten el Evangelio
de Cristo: 1, 6-7: "Me maravillo de que tan pronto abandonando al que os llamó a la gracia
de Cristo os hayais pasado a otro evangelio. No es que haya otro; lo que hay es que algunos
os turban y pretenden pervertir el evangelio de Cristo". Y los enrostra: “\ Oh insensatos ga-
látas! ¿quién os fascinó a vosotros para no obedecer a la verdad". (3-1)... "Tan necios sois?
¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?(3-3).
La historia de los Concilios es la historia de la Iglesia Católica que, a partir de Cristo,
instruye por medio de su palabra y dá su ejemplo a los apóstoles y que, luego, a partir de la
experiencia de Pentecostés proclama su fe en el Espíritu Santo. Por ello, "la Iglesia profesa
su fe en el Espíritu Santo que es Señor y dador de vida"2.
Así lo profesa el Concilio de Nicea y el de Constantinopla y así prosigue ininterrumpi
damente la historia conciliar de la Iglesia hasta el Concilio Vaticano II que ha planteado al
mundo "un espíritu nuevo, un humanismo nuevo, una nueva esperanza y una nueva visión
de la historia y del mundo en que vivimos"3.
Según el Santo Padre Juan XXIII, recientemente canonizado por Juan Pablo II, "La Igle
LEGALES EDICIONES
sia asiste en nuestros días a una grave crisis de la humanidad que traerá consigo profundas
mutaciones. Un orden nuevo se está gestando, y la Iglesia tiene ante sí misiones inmensas,
como en las épocas más trágicas de la historia". "Lo que se exige hoy de la Iglesia es que
infunda en las venas de la humanidad la virtud perenne del Evangelio. La humanidad alar
dea de sus recientes conquistas en el campo científico y técnico, pero sufre también las
consecuencias de un orden temporal que algunos han querido organizar prescindiendo de
Dios. Por esto, el progreso espiritual del hombre contemporáneo no ha seguido los pasos
159
J osé A ntonio S ilva V allejo
del progreso material. De aquí surgen la indiferencia por los bienes inmortales, el afán
desordenado por los placeres de la tierra, que el progreso técnico pone con tanta facilidad
al alcance de todos, y, por último, un hecho completamente nuevo y desconcertante, cual
es la existencia de un ateísmo militante, que ha invadido ya a muchos pueblos"4.
El Concilio Vaticano II se desarrolló mediante una Comisión ante-preparatoria presidi
da por el Cardenal TARDINI.
La primera etapa conciliar se desarrolló del 11 de Octubre al 8 de Diciembre de 1962.
El 3 de Junio de 1963 muere el Papa Juan XXIII y el Cónclave cardenalicio eligió el 21
de Junio de ese mismo año a Monseñor GIOVANNI BATTISTA MONTIN! que había sido
Secretarlo de estado del Vaticano pasando a gobernar, la Iglesia con el nombre de Paulo VI
hasta el 6 de Agosto de 1978 en que murió.
El 27 de Junio de 1963 el Papa Pablo VI anunció que la segunda etapa conciliar se
abriría el 29 de Septiembre encargando de dirigir los trabajos del Concilio a los Cardenales
Agagianan, Lercaro, Doepfner y Suenens.
En el Concilio participaron más de 2,800 obispos más una serie de observadores orto
doxos y protestantes, pero, sobretodo, una serie de teólogos de extraordinaria influencia
por su docencia pedagógica en las cátedras de Teología como YVES CONGAR, HENRY DE
LUBAC, TEILHARD DE CHARDIN y el padre jesuíta KARL RAHNER que era un brillante pro
fesor de Teología en Innsbruck, Münich y en Münster y profesor honorario en Madrid,
Strasburgo, Notre Dame, Saint Louis y Yale a quien Juan XXIII lo nombró en 1960 consultor
de la comisión preparatoria del Concilio y a quien Pablo VI le agradeció personalmente su
labor teológica. Su influjo en el desarrollo del Concilio, como asesor del episcopado ale
mán y austríaco y perito de varias comisiones fue extraordinario5. Sus ¡deas contribuyeron
a conformar muchos de los decretos conciliares más cruciales.
El documento central del Concilio fue el Decreto o Constitución dogmática "LUMEN
GENTIUM" que empieza así: "LUMEN GENTIUM cum sit Christus"... "Cristo es la luz de los
pueblos. Por ello este sacrosanto Sínodo, reunido en el Espíritu Santo, desea ardientemen
te ¡luminar a todos los hombres, anunciando el Evangelio a toda criatura (cf. Me 16,15), con
la claridad de Cristo, que resplandece sobre la faz de la Iglesia. Y porque la Iglesia es en
Cristo como un sacramento, o sea signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la
unidad de todo el género humano, ella se propone presentar a sus fieles y a todo el mundo
con mayor precisión su naturaleza y su misión universal, abundando en la doctrina de los
concilios precedentes. Las condiciones de nuestra época hacen más urgente este deber de
la Iglesia, a saber, el que todos los hombres, que hoy están más íntimamente unidos por
múltiples vínculos sociales, técnicos y culturales, consigan también la unidad completa en
Cristo"6.
El otro gran documento conciliar del Vaticano II fue la Constitución Pastoral "Gaudium
et spes" promulgada por Paulo VI el 7 de Diciembre de 1965, según la cual: "Gaudium et
spes": "Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestros
tiempos, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas,
LEG A LES ED ICIO N ES
tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no
4 JUAN XXIII: “ Constitución H u m a n a e Salutis”, 2. cff. en “ C oncilio Vaticano IT ’, pág. ío, B.A.C., Madrid,
MCM LXX.
5 Exponente de este reconocimiento universal son las incontables personalidades que se adhirieron en
1964 al Libro-Homenaje ofrecido con motivo de su sesenta aniversario, entre ellos, catorce cardenales,
dos patriarcas, cientodieciseis arzobispos y numerosos teólogos católicos y protestantes y profesores de
muchísimas universidades. Con motivo de su 70 aniversario, la Universidad de Madrid le dedicó un
Libro - Homenaje intitulado “ T eo lo g ía y M u n d o C ontem poráneo. H o m en a je a K a rl R a h n er en su 70 cum
plea ñ o s” Ediciones Cristianas, Madrid, 1975.
6 Concibo Vaticano II, págs. 40-41, Bibboteca de Autores Cristianos, Madrid, M CM LXX.
160
F ilosofía del D erecho
encuentre eco en su corazón. La comunidad cristiana está integrada por hombres que, re
unidos en Cristo, son guiados por el Espíritu Santo en su peregrinar hacia el reino del Padre
y han recibido la buena nueva de la salvación para comunicarla a todos. La iglesia por elle
se siente íntima y realmente solidaria del género humano y de su historia"78 .
LEGALES EDICIONES
sacerdote el 1 de Noviembre de 1946"s.
"Quien se dispone a recibir la sagrada Ordenación se postra totalmente y apoya la
frente sobre el suelo del templo, manifestando así su completa disponibilidad para sumir
el ministerio que le es confiado. Este rito ha marcado profundamente mi existencia sacer
dotal. Años más tarde, en la Basílica de San Pedro -estábamos al principio del Concilio-
recordando el momento de la Ordenación sacerdotal, escribí una poesía de la cual quiero
citar un fragmento:
161
J osé A ntonio S ilva V allejo
"Eres tú, Pedro. Quieres ser aquí el Suelo sobre el que caminan los otros...
para llegar allá donde guías sus pasos...
Quieres ser Aquél que sostiene los pasos, como la roca sostiene el caminar
ruidoso de un rebaño:
Roca es también el suelo de un templo gigantesco.
Y el pasto es la cruz"
(Iglesia: Los pastores y las Fuentes. Basílica de
San Pedro, otoño de 1962:11.X-8.XII. El Suelo)"9.
"A principios de julio de 1948 defendía la tesis doctoral en el Angelicum e inmediata
mente después me puse en camino de regreso a Polonia. He aludido antes a que en los
dos años de permanencia en la Ciudad Eterna había "aprendido" intensamente Roma: la
Roma de las catacumbas, la Roma de los mártires, la Roma de Pedro y Pablo, la Roma de
los confesores. Vuelvo a menudo a aquellos años con la memoria llena de emoción. Al
regresar llevaba conmigo no sólo un mayor bagaje de cultura teológica, sino también la
consolidación de mi sacerdocio y la profundización de mi visión de la Iglesia. Aquel período
de intenso estudio junto a las Tumbas de los Apóstoles me había dado tanto desde todos
los puntos de vista".
"Ciertamente podría añadir muchos otros detalles acerca de esta experiencia decisiva.
Prefiero, sin embargo, resumirlo todo diciendo que gracias a Roma mi sacerdocio se había
enriquecido con una dimensión europea y universal. Regresaba de Roma a Cracovia con el
sentido de la universalidad de la misión sacerdotal, que sería magistralmente expresado
por el Concilio Vaticano II, sobre todo en la Constitución dogmática sobre la Iglesia "Lumen
Gentium"10.
Justamente, sus decisivas intervenciones en el Concilio Vaticano II suscitaron la aten
ción acerca de él entre todos los Obispos del Mundo y los teólogos que asistían a este
sínodo mundial. El Espíritu de Dios hablaba por su boca y, por ello, creo que en un Santo.
Lo advierto leyendo todas sus intervenciones, todas sus encíclicas, todas y cada una de
sus profundas reflexiones, como la que estoy leyendo hoy día en "L'osservatore romano"
correspondiente al 6 de Octubre del 2000: y que dice:
"Los santos nos invitan a dar Testimonio de Cristo" (Al final de la misa de canonización
de 123 beatos, el día Domingo 1 de Octubre del 2000).
"Los santos que hoy han sido elevados a la gloria de los altares nos impulsan a dirigir
la mirada a Cristo". Viviendo arraigados en la fe en él, el Redentor de todos los hombres, el
Hijo unigénito que está en el seno del Padre y lo relevó (cf. Jn 1,18). Los santos nos invitan
a confesarlo con alegría, a amarlo con todo el corazón y a dar testimonio de él.
En la cumbre del Año jubilar, con la declaración Dominus lesus -Jesús es el Señor-,
que aprobé de forma especial, quise invitar a todos los cristianos a renovar su adhesión a
él con la alegría de la fé, testimoniando unánimemente que él es, también hoy y mañana,
"el camino, la verdad y la vida"(Jn 14, 6). Nuestra confesión de Cristo como Hijo único,
LEGALES EDICIONES
mediante el cual nosotros mismos vemos el rostro del Padre (cf. Jn 14, 8), no es arrogancia
que desprecie las demás religiones, sino reconocimiento gozoso porque Cristo se nos ha
manifestado sin ningún mérito de nuestra parte. Y él, al mismo tiempo, nos ha comprome
tido a seguir dando lo que hemos recibido y también a comunicar a los demás lo que se nos
ha dado, porque la verdad dada y el amor que es Dios pertenecen a todos los hombres"11.
162
F ilosofía del D erecho
LEGALES EDICIONES
sustenta su tesis doctoral en Roma en 1948 investigando la mística de San Juan de la Cru i
(Fontiveros, 1542 - Andalucía, 1591), autor de numerosos poemas místicos y de cuatro tra -
12 PEDRO JESUS LASANTE: “D iccion ario d e Teología y E sp iritu a lid a d d e Ju a n P ablo IT , Madrid, 19 9 :,
parágrafo 4062, pág. 1075.
13 Ob. cit., parágrafo 4068, pág. 1075.
14 Ob. cit., parágrafo 4085, pág. 1079.
15 Ob. cit., parágrafo 4104, pág. 1083.
16 Ob. cit., parágrafo 4 118 , pág. 1087.
17 Ob. cit., parágrafo 4 119 , pág. 1087.
18 PEDRO JESUS LASANTE: ob. cit., parágrafo 4 110 , págs. 1084 -10 85.
163
J osé A ntonio S ilva V allejo
tados: "Noche Oscura del alma" "Subida al m on te Carm elo", "Cántico espiritual" y "Llama
de a m o r viva".
Su Tesis doctoral intitulada "El problema de la fé en San Juan de la Cruz” fue susten
tada en el Colegio Belga de los Dominicos, en donde reinaba una lumbrera de la teología:
el Padre Reginald Garrigou - Lagrange, teólogo y filósofo francés, dominico - (2 de febrero
de 1877 - m. en Roma el 15 de Febrero de 1964), autor de un libro formidable que tam
bién nosotros hemos leído y que es la quinta esencia del tomismo y fuente de nuestra
inspiración: "La síntesis tomista".
Recibido de Doctor en Teología “Summa cum laude", Karol Wojtyla visitó Francia,
Bélgica y Holanda y, luego, regresó a Polonia en donde fue Profesor en la Universidad de
Lublin en la cátedra de Moral y en la que también se doctoró con una tesis de habilitación
para convertirse en titular de la cátedra con una investigación sobre la filosofía de Max
Scheler, el gran teórico de la intuición emocional, de la óntica esencial de lo divino que
es amor absoluto, de la ética material de los valores, del puesto del hombre en el cosmos
y de la sociología del saber (Münich, 22 de Agosto de 1874 - Frankfurt 10 de mayo de
1928).
La tesis, inspirada en uno de los filósofos mas apasionantes, se titulaba "Evaluacio
nes sobre la posibilidad de fundar una ética católica sobre la base del sistema de Max
Scheler" y le deparó, además, la oportunidad de empalmar la teología mística de San Juan
de la Cruz, sobre la que versaba su tesis doctoral en teología, con la ética material de los
valores y la teología del amor, así como la intuición emocional inspirada en el pensamiento
de Max Scheler, que constituía y constituye la esencia de su pensamiento filosófico, que
va más allá y trasciende, espiritual y emocionalmente, al racionalismo aristotélico-tomista.
Precisando esto, dice Juan Pablo II en su autobiografía: Ciertamente, como enseña el
mismo Tomas, la «ciencia infusa», que es fruto de una intervención especial del Espíritu San
to, no exime del deber de procurarse la «ciencia adquirida».
Por lo que a mí respecta, como he dicho antes, inmediatamente después de la ordena
ción sacerdotal fu i enviado a Roma para perfeccionar los estudios. Más tarde, por decisión
de mi obispo, tuve que ocuparme de la ciencia como profesor de ética en la Facultad teo
lógica de Cracovia y en la Universidad Católica de Lublin. Fruto de estos estudios fueron el
doctorado sobre San Juan de la Cruz y después la tesis sobre Max Scheler para la enseñan
za libre: más en concreto, sobre la aportación que su sistema ético de tipo fenomenológico
puede dar a la formación de la teología moral. Debo verdaderamente mucho a este trabajo
de investigación. Sobre mi precedente formación aristotélico-tomista se injertaba así el
método fenomenológico, lo cual me ha permitido emprender numerosos ensayos creativos
en este campo. Pienso especialmente en el libro "Persona y acción". De este modo me he
introducido en la corriente contemporánea del personalismo filosófico, cuyo estudio ha
tenido repercusión en los frutos pastorales. A menudo constato que muchas de las reflexio
nes m a d u ra d a s en e sto s e stu d io s m e a yu d a n d u ra n te lo s e n cu e n tro s con las p e rso n a s,
individualmente o en los encuentros con las multitudes de fieles, con ocasión de los viajes
LEGALES EDICIONES
a p o stó lico s. Esta formación en el horizonte cultural del personalismo me ha dado una con
ciencia más profunda de cómo cada uno es una persona única e irrepetible, y considero que
esto es muy importante para todo sacerdote.
164
F ilosofía del D erecho
nares periódicos, que tienen lugar de modo regular durante el verano en Castel Gandolfo.
Trato de ser fiel a esta buena costumbre"19.
Con todas estas virtudes carismáticas, su profundidad filosófica, teológica y humana,
su gran oratoria, su vasto dominio de las lenguas, su genialidad, su propaganda pastora
del Concilio Vaticano II -en el que había intervenido decisivamente para darle una nueva
fisonomía al proyecto de la Constitución "Gaudium et Spes"-, sus múltiples reuniones con
los obispos y sus sermones de los que trataría en su libro "Los fundamentos de la renova
ción conciliar", publicado en 1972, harían de Monseñor Karol Wojtyla, "el Papa del desti
no". como lo definió el Cardenal Wvszinski, quien lo conocía sobradamente, porque había
sido su superior eclesiástico como Primado de Polonia y por el profundo afecto espiritua
que ambos mutuamente se guardaban como se evidenció en el Cónclave en el que Mon
señor Wyszinski postuló la candidatura de Wojtyla desde el cuarto escrutinio en el que se
empezó a descartar a los candidatos italianos que eran los Cardenales Siri y Benelli. En la
octava votación el Cardenal Wojtyla alcanzo 91 votos con lo cual definió su Vicariado. Des
de cuando se había perfilado la posibilidad de ser Papa Monseñor Karol Wojtyla se había
vuelto silencioso y reservado. Durante la última votación contuvo la emoción y escribió
una frase en latín y, ante la pregunta de Monseñor Villot de si aceptaba la elección, dijo
"Obedeciendo el articulo 86 de la constitución “de eligendo Summo Romano Pontefice", a
amor de Cristo, mi Señor, confiando en la dulcísima madre María, bien consciente de la;
dificultades, acepto"20.
El 16 de Octubre de 1978 fué elegido por el cónclave cardenalicio y adoptó el nombre
de Juan Pablo II. Sucedía a Juan Pablo I, nombre adoptado por el Cardenal de Venecia
Albino Luciani, quien a solo un mes después de su elección fue encontrado muerto en e
departamento papal a causa de una embolia coronaria.
El mismo Papa Juan Pablo II estuvo a punto de morir asesinado el 13 de Mayo de 1981
a las 16:19 de la tarde, cuando una ráfaga de balas lo hirió gravemente en el vientre y er
la mano. El autor del atentado, Mehmet Ali Agca, fue detenido, procesado y condenado
pero, perdonado por el Papa.
En otro de sus libros geniales titulado "Cruzando el umbral de la esperanza", el santc
y sabio Papa Juan Pablo II, nos dice "no hay que tener miedo cuando la gente te llame
Vicario de Cristo, cuando te dicen Santo Padre o Su Santidad o emplean otras expresiones
semejantes a éstas, que parecen incluso contrarias al Evangelio. "Tampoco os hagáis lla
mar maestros, porque sólo uno es vuestro Maestro: Cristo" (Mateo 23, 9-10). Pero estas
expresiones surgieron al comienzo de una larga tradición, entraron en el lenguaje común,
y tampoco hay que tenerles miedo".
"TuUus las veces en que C risto exh o rta a "no te n e r m ie d o " se re fie re ta n to a D io s come
al hombre. Quiere decir: No tengáis miedo de Dios, que según los filósofos, es el Absoiutc
trascendente; No tengáis miedo de Dios, sino invocadle conmigo: "Padre nuestro" (Matee
6, 9). No tengáis miedo de decir: ¡Padre! Desead incluso ser perfectos como lo es Él, porque
LEGALES EDICIONES
Él es perfecto".
"Cristo es el sacramento, el siano tangible, visible, del Dios invisible. Sacramento implí
ca presencia. Dios está con nosotros. Dios, infinitamente perfecto, no sólo está con el hom
bre, sino que Él mismo se ha hecho hombre en Jesucristo. ¡No tengáis miedo de Dios que se
19 JUAN PABLO II: “Don y Misterio. Autobiografía”, págs. 107 a 1 1 1 . Plaza & Janes Editores, Barcelona
1997-
20 M IECZYSLAW M ALIN SKI: “Karol Wojtyla. Su vida y su obra”, págs. 70, traducción española, Bueno:
Aires, sin fecha.
Cfr. EAM O N DUFFY: “Santosy Pecadores. Una historia de los Papas”, págs. 282 y sigs., traducido al espa
ñol por Andrés Linares, Acento Editorial, Madrid, 1998.
165
J osé A ntonio S ilva V allejo
ha hecho hombre!. "Solamente el Padre conoce al Hijo y sólo el Hijo conoce al Padre"(cfr.
Mateo 11, 27).
"Bienaventurado tú, Simón, hijo de Juan, porque no te ha revelado esto ni la carne
ni la sangre, sino mi Padre que está en los Cielos" (Mateo 16, 17). Pedro pronunció estas
palabras en virtud del Espíritu Santo"21.
"El Papa es llamado también Vicario de Cristo. Este título debe ser visto dentro del
contexto total del Evangelio. Antes de subir ai cielo, Jesús diio a los apóstoles: "Yo estaré
con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mateo 28, 20). La expresión Vicario
de Cristo, más que una dignidad es un servicio: pretende señalar las tareas del Papa en
la Iglesia, su ministerio petrino, que tiene como fin el bien de la Iglesia y de los fieles. Lo
entendió perfectamente San Gregorio Magno, quien, de entre todos los títulos relativas a
la función del Obispo de Roma, prefería el de "Servus Servorum Dei" ("Siervo de los siervos
de Dios")"22.
"En el capítulo Vil de "Cruzando el umbral de la esperanza", el periodista le hace una
pregunta al Papa y éste la responde. Veámoslo:
PREGUNTA:
"¿Porgué Jesús no podría ser solamente un sabio, como Sócrates, o un profeta, como
Mahoma, o un iluminado, como Buda? ¿ Cómo mantener esa inaudita certeza de que este
hebreo condenado a muerte en una oscura provincia es el Hijo de Dios, de la misma natu
raleza que el Padre? Esta pretensión cristiana no tiene parangón, por su radicalidad, con
ninguna otra creencia religiosa. San Pablo mismo la define como "escándalo y locura"
RESPUESTA:
"San Pablo está profundamente convencido de que Cristo es absolutamente original,
de que es único e irrepetible. Si fuese solamente un sabio, como Sócrates, si fuese un "pro
feta" como Mahoma, si fuese un "iluminado", como Buda, no sería sin duda lo que es. Y es
el único mediador entre Dios y los hombres".
"Es Mediador por el hecho de ser Dios-hombre. Lleva en si mismo todo el mundo íntimo
de la divinidad, todo el misterio trinitario y a la vez el misterio de la vida en el tiempo y en
la inmortalidad. Es hombre verdadero. En él lo divino no se confunde con lo humano. Sigue
siendo algo esencialmente divino".
"¡Pero Cristo, al mismo tiempo, es tan humano...! Gracias a esto todo el mundo de los
hombres, toda la historia de la humanidad encuentra en él su expresión ante Dios. Y no
ante un Dios lejano, inalcanzable, sino ante un Dios que está en Él, más aún, que es Él mis
mo. Esto no existe en ninguna otra religión ni, mucho menos, en ninguna filosofía".
"¡Cristo es irrepetible! No habla solamente, como Mahoma, promulga principios de
disciplina religiosa, a los que deben atenerse todos los adoradores de Dios. Cristo tampoco
es simplemente un sabio en el sentido en que lo fue Sócrates, cuya libre aceptación de la
muerte en nombre de la verdad tiene, sin embargo, rasgos que se asemejan al sacrifico de
LEGALES EDICIONES
la C ru z".
"Menos aún es semejante a Buda, con su negación de todo lo creado. Buda tiene razón
cuando no ve la posibilidad de la salvación del hombre en la creación, pero se equivoca
cuando por ese motivo niega a todo lo creado cualquier valor para el hombre. Cristo no
hace esto ni puede hacerlo, porque es testigo eterno del Padre y de ese amor que el Padre
tiene por Su criatura desde el comienzo. El Creador, desde el comienzo, ve un múltiple bien
en lo creado, lo ve especialmente en el hombre formado a Su imagen y semejanza; ve ese
bien, en cierto sentido, a través del hijo encarnado. Lo ve como una tarea para su Hijo y
21 JUAN PABLO II: “Cruzando el umbral de la esperanza”, pág. 33 y 34, Editorial Norma, 1994.
22 Ibíd., pág. 39.
166
F ilosofía del D erecho
para todas las criaturas racionales. Esforzándonos hasta el limite de la visión divina, podre
mos decir que Dios ve este bien de modo especial a través de la Pasión y Muerte del Hijo".
"Este bien será confirmado por la Resurrección que, realmente, es el principio de une
creación nueva, del reencuentro en Dios de todo lo creado, el definitivo destino de todas la:
criaturas. Y tal destino se expresa en el hecho de que Dios será "todo en todos" (I Corintio
15, 28)".
"Cristo desde el comienzo, está en el centro de la fe y de la vida de la Iglesia. Y tambiér
en el centro del Magisterio v de la teología. En cuanto al Magisterio, hay que referirse c
todo el primer milenio, empezando por el primer Concilio de Nicea, siguiendo con los de
Éfeso v Calcedonia, v luego hasta el segundo Concilio de Nicea. que es la consecuencic
de los precedentes. Todos los concilios del primer milenio giran en torno al misterio de le
Santísima Trinidad, comprendida la procesión del Espíritu Santo: pero todos, en su raíz, sor
cristológicos. Desde aue Pedro confesó: 'Tu eres Cristo, el Hijo de Dios vivo' (Mateo 16,16).
Cristo está en el centro de la fé v de la vida de los cristianos, en el centro de su testimonio
que no pocas veces ha llegado hasta la efusión de sangre".
"Gracias a esta fe, la Iglesia conoció una creciente expansión, a pesar de las persecu
dones, la fé cristianizo progresivamente el mundo antiguo. Y si más tarde surgió la ame
naza del arrianismo, la verdadera fe en Cristo, Dios-hombre, según la confesión de Pedrc
junto a Cesárea de Filipo, no dejó de ser el centro de la vida, del testimonio, del culto y de le
liturgia. Se podría hablar de una concentración cristológica del cristianismo, que se proauje
ya desde el inicio".
"Esto se refiere en primer lugar a la fe y se refiere a la tradición viva de la Iglesia. Une.
expresión peculiar suya tanto en el culto mariano como en la mariología es: 'Fue concebido
del Espíritu Santo, nació de María virgen' (Credo). La marianidad y la mariología de la Igle
sia no son más que otro aspecto de la citada concentración cristológica".
"Si, no hay que cansarse de repetirlo. A pesar de algunos aspectos convergentes, Cristo
no se parece ni a Mahoma ni a Sócrates ni a Buda. Es del todo original e irrepetible. La
originalidad de Cristo, señalada en las palabras pronunciadas por Pedro junto a Cesáreo de
Filipo, constituye el centro de la fe de la Iglesia expresada en el Símbolo: "Yo creo en Dios,
Padre Omnipotente, Creador del Cielo y de la Tierra; y en Jesucristo, Su único Hijo, nuestro
Señor, el cual fue concebido del Espíritu Santo, nació de María Virgen, padeció bajo Pondo
PHato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos, el tercer día resucitó
de la muerte; subió al Cielo, se sentó a la Derecha de Dios Padre Omnipotente".
"Este llamado Símbolo apostólico es la expresión de la fe de Pedro y de toda la Iglesia.
Desde el siglo IV entrará en el uso catequético y litúrgico el Símbolo niceno-constantinopo-
litano, que amplía su enseñanza. La amplia como consecuencia del creciente conocimiento
que la Iglesia alcanza, al penetrar progresivamente en la cultura helénica y al advertir,
por tanto, con mayor claridad la necesidad de los planteamientos doctrinales adecuados y
convincentes para aquel mundo".
"En Nicea v en Constantinopla se definió, pues, aue Jesucristo es "El Hijo unigénito dei
LEGALES EDICIONES
eterno Padre, engendrado v no creado, de Su misma sustancia, por medio del cual todas
las cosas han sido creadas".
"Estas formulaciones no son simplemente fruto del helenismo; provienen directamente
del patrimonio apostólico. Si queremos buscar su fuente, la encontramos en primer lugar
en Pablo y en Juan".
"La cristoloaía de Pablo es extraordinariamente rica. Su punto de partida se debe al
acontecimiento sucedido en las puertas de Damasco. En aquella circunstancia, el joven
fariseo fue herido con la ceguera, pero, al mismo tiempo, con los ojos del alma vio toda la
verdad sobre Cristo resucitado. Esta verdad es la que él expresó luego en sus cartas".
"Las palabras de la profesión de fe de Nicea no son sino reflejo de la doctrina de Pablo. 4
En ellas se recoge, además, también la herencia de Juan, en particular la herencia conte- V
167
J osé A ntonio S ilva V allejo
nida en el prólogo (cfr. Juan I, 1-18), pero no sólo ahí: todo su Evangelio, además de sus
cartas, es un testimonio de la Palabra de Vida, de "lo que hemos oído, lo que hemos visto
con nuestros ojos, lo que tocaron nuestras manos" (IJuan I, I).
"Bajo cierto aspecto, Juan tiene mayores títulos que Pablo para ser calificado como
testigo, a pesar de que el testimonio de Pablo siga siendo particularmente impresionante.
Es importante esta comparación entre Pablo y Juan. Juan escribe más tarde, Pablo antes;
por tanto, es sobre todo en Pablo donde se encuentran las primeras expresiones de la fe".
"Y no sólo en Pablo, sino también en Lucas, que era seguidor de Pablo. En Lucas en
contramos la frase que podría ser considerada como un puente entre Pablo y Juan. Me
refiero a las palabras que Cristo pronuncio -com o anota el Evangelista- "exaltando en el
Espíritu Santo" (cfr. Lucas 10, 21): "Yo te alabo, Padre, Señor del Cielo y de la tierra, porque
has escondido estas cosas a los doctos y a los sabios y las has revelado a los pequeños.
Nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre, ni quién es el Padre sino el Hijo y aquél a quien
el Hijo quiera revelarlo" (Lucas 10, 21-22). Lucas dice aquí lo mismo que Mateo pone en
labios de Jesús cuando se dirige a Pedro: "Ni la carne ni la sangre te lo han revelado, sino
mi Padre que está en los cielos" (Mateo 16, 17). Pero cuando afirma Lucas encuentra
también una precisa correspondencia en las palabras del prólogo de Juan: "A Dios nadie
lo ha visto jamás; el Hijo Unigénito, el que está en el seno del Padre, El lo ha revelado"
(Juan 1,18).
"Esta verdad evangélica, por otra parte, se repite en tantos otros pasajes joánicos,
que es difícil en este momento recordarlos. La cristología del Nuevo Testamento es "rom
pedora". Los Padres, la gran escolástica, la teología de los siguientes siglos nos han hecho
más que volver, con admiración siempre renovada, al patrimonio recibido, para encauzar y
progresivamente desarrollar su investigación".
"Usted recuerda que mi primera encíclica sobre el Redentor del hombre (Redemptor
hominis) apareció algunos mese después de mi elección, el 16 de octubre de 1978. Esto
quiere decir que en realidad llevaba conmigo su contenido. Tuve solamente, en cierto
modo, que 'copiar1 con la memoria y con la experiencia lo que ya vivía estando aún en el
umbral de mi pontificado".
"Lo subrayo porque la encíclica constituye la confirmación, por un lado, de la tradición
de las escuelas de las que provengo y, por otro, del estilo pastoral al que esa tradición se
refiere. El Ministerio de la Redención está visto con los ojos de la gran renovación del hom
bre y de todo lo que es humano, propuesto por el Concilio, especialmente en la Gaudium
et Spes. La encíclica quiere ser un gran himno de alegría por el hecho de que el hombre ha
sido redimido por Cristo"232 .
4
Gran escritor. Monseñor Karol Woitvla, ungido por la gracia de Dios. Vicario de Cristo,
nos ilu m in a en cada una de su s p á gin as con su fe. con su sab id u ría v con su san tid ad .
Gran orador y líder carismático nos da la evidencia de su radical entrega a su misión
LEGALES EDICIONES
en sus visitas pastorales a todo el mundo. Sabio, santo y peregrino nos ha entregado un
riquísimo y profundo magisterio pontifico, que no tiene parangón en la historia. En sus
mensajes, la clave fundamental de su magisterio nos la da su remisión constante al Conci
lio Vaticano II en el que desarrolló la doctrina como uno de sus más grandes participantes
con sus geniales intervenciones de las que se infiere que "Hemos celebrado el Concilio
Vaticano II, como una gracia de Dios y un don del Espíritu Santo, del que se han derivado
muchísimos frutos espirituales para la iglesia así como también para todos los hombres de
nuestra época"21'.
23 JUAN PABLO II: “Cruzando el umbral de la esperanza”, págs. 66 a 7 1, Editorial Norma, 1994.
24 CONCILIO VATICANO II, Relación Final,!, 5.
168
F ilosofía del D erecho
L A E N C ÍC L IC A " D O M I N U M E T V I V I F I C A N T E M ”
169
J osé A ntonio S ilva V allejo
sobre el Espíritu Santo, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria: él es una Persona divina que está en el centro
de la fe cristiana y es la fuente y fuerza dinámica de la renovación de la Iglesia. Esta
Encíclica arranca de la herencia profunda del Concilio. En efecto, los textos conciliares,
gracias a su enseñanza sobre la Iglesia en si misma y sobre la Iglesia en el mundo, nos
animan a penetrar cada vez más en el misterio trinitario de Dios, siguiendo el itinerario
evangélico, patrística y litúrgico: al Padre, por Cristo, en el Espíritu Santo.
25 El Cardenal JOSEPH RATZINGER nació en Marktl am Inn, en Alemania el 16 de abril de 1927. A los
16 años fue reclutado por la Fuerza Aerea como miembro del escuadrón anti-aéreo y a los 17 años pasó
a servir a la infantería. En la primavera de 1945 dejó el ejército y en 1947 ingrasó al Instituto Teológico
de la Universidad de Münich ordenándose de Sacerdote el 29 de Junio de 19 5 1, en la fiesta de San Pedro
y San Pablo. Profesor de Filosofía yTeología en la Universidad de Münich doctorándose en teología
en 1953 con la tesis “Pueblo y Casa de Dios en la Doctrina de la Iglesia de San Agustín”. En Abril de
1.959 es nombrado profesor principal de Teología Fundamental en Bonn. Fue consejero teológico del
Cardenal Frings de Colonia durante el Concilio Vaticano II de 1962 a 1965. Después de enseñar en
Tubinga fue Catedrático principal de Dogmática en la Universidad de Ratisbona y vicepresidente de la
misma Universidad y en 1966 profesor de Teología Dogmática en la Universidad de Tübingen. En 1972
junto con von Balthasar y Henri de Lubac fundó la Revista “Communio”, dedicada a la Teología y a la
Cultura y, luego, fue nombrado arzobispo de Munich. El 25 de Noviembre de 19 8 1 fue nombrado por
Juan Pablo II Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la fe y en Noviembre del 2002 Decano
del Colegio Cardenalicio. A la muerte de Juan Pablo II, fue elegido Papa el 19 de Abril del año 2005,
asumiendo con el nombre de Benedicto XVI. Entre otros libros ha escrito: “¿El fin de los Tiempos?”
LEGALES EDICIONES
libro que recoge sus discusiones y puntos de vista sostenidos con los profesores Johann Baptist Metz,
Eveline Goodman-Thau y el teológo protestante Júrgen Moltmann; “Verdad y tolerancia: Fe cristiana
y religiones Mundiales”, libro en el que encara la tolerancia y la verdad en el difícil reto de reunir las
diversas concepciones religiosas de la verdad. “Dios está entre nosotros” libro en el que encara las di
mensiones bíblica, histórica y teológica de la Eucaristía. “Contemplar al traspasado: una aproximación
a la Cristología espiritual” “El sacerdote Católico como maestro y guia Moral” “Dios y el Mundo: creer y
vivir en nuestro tiempo” “En el principio... una comprensión Cátolica de la historia de la creación y la
caída” “Introducción al catecismo de la Iglesia Cátolica” “M i vida: Memorias 19 2 7 -19 7 7 ” “Naturaleza y
Misión de la teología.: ensayos sobre la teología oriental sobre los debates actuales” “Principios de teología
Cátolica” “El espíritu de la liturgia” “Una mirada a Europa. La Iglesia en el mundo moderno” “Valores
en eoca de transtorno” “La interpretación bíblica en crisis” “Servidores de vuestra alegría” “meditaciones
sobre la espiritualidad sacerdotal” “Juan Pablo 11: un Papa entr dos Milenios” “Revelación y tradición” “La
Iglesia y la mujer ” “Iglesia, ecumenismo y política” “Ser cristiano en la era neo-pagana”.
170
F ilosofía del D erecho
"La Comisión, encargada de dar directrices y de velar por el desarrollo de los trabajos,
ha seguido atentamente todas las etapas de la redacción de las nueve versiones sucesivas.
El Comité de redacción, por su parte, asumió la responsabilidad de escribir el texto, de in
troducir en él las modificaciones indicadas por la Comisión y de examinar las observaciones
que numerosos teólogos, exegetas, catequetas y, sobre todo, los obispos del mundo entero,
formularon en orden al perfeccionamiento del texto. Los miembros del Comité redactor
han llevado a cabo su tarea en un intercambio enriquecedor y fructuoso que ha contribuido
a garantizar la unidad y homogeneidad del texto".
"El proyecto fue objeto de una amplia consulta a todos los obispos católicos, a sus
Conferencias episcopales o Sínodos, a institutos de teología y de catequesis. En su conjunto,
el proyecto recibió una acogida considerablemente favorable por parte del Episcopado.
Podemos decir ciertamente que este Catecismo es fruto de una colaboración de todo el
Episcopado de la iglesia católica, que a acogido cumplidamente mi invitación a corres
ponsabilizarse en una iniciativa que atañe de cerca de toda la vida eclesial. Esta respuesta
suscita en mi un profundo sentimiento de gozo, porque el concurso de tantas voces expresa
verdaderamente lo que se puede llamar "sinfonía" de la fé. La realización de este Catecis
mo refleja así la naturaleza colegial del Episcopado y atestigua la catolicidad de la Iglesia".
"Un catecismo debe presentar fiel y orgánicamente la enseñanza de la Sagrada Es
critura, de la tradición viva de la Iglesia y del Magisterio auténtico, así como la herencia
espiritual de los Padres, de los santos y santas de la Iglesia para permitir conoce mejor el
misterio cristiano y reavivar la fé del Pueblo de Dios. Debe tener en cuenta las explicitacio-
nes de la doctrina que el Espíritu Santo ha sugerido a la Iglesia a lo largo de los siglos. Es
también que ayude a iluminar con la luz de la fe las situaciones nuevas y los problemas que
en el pasado aún no se habían planteado".
"El Catecismo, por tanto, contiene nuevas y cosas antiguas (cf. Mt. 13, 52), pues la fe
es siempre la misma y fuente siempre de luces nuevas".
11. "Este Catecismo tiene por fin presentar una exposición orgánica y sintética de los
contenidos esenciales y fundamentales de la doctrina católica, tanto sobre la fe
como sobre la moral, a la Luz del Concilio Vaticano II y del conjunto de la Tradición
de la Iglesia. Sus fuentes principales son la Sagrada Escritura, los Santos Padres,
la Liturgia y el Magisterio de la Iglesia. Está destinado a servir "como un punto de
referencia para los catecismos o compendios que sean compuestos en los diversos
países".
683 "Nadie puede decir: "¡Jesús es Señor!" sino por el influjo del Espíritu Santo"(1 Co 12,
3). "Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama ¡Abbá, Pa
dre!" (Ga 4, 6). Este conocimiento de fe no es posible sino en el Espíritu Santo. Para
entrar en contacto con Cristo, es necesario primeramente haber sido atraído por
el Espíritu Santo. El es quien nos precede y despierta en nosotros la fé. Mediante el
Bautismo, primer sacramento de la f é , la V id a , q u e t ie n e s u f u e n t e e n e l P a d re y s e
nos ofrece por el Hijo, se nos comunica íntima y personalmente por le Espíritu Santo
en la Iglesia".
LEGALES EDICIONES
684 "El Espíritu Santo con su gracia es el "primero" que nos despierta en la fe y nos inicia
en la vida nueva que es: "que te conozca a ti, el único Dios verdadero, y a tu enviado,
Jesucristo" (Jn. 17, 3). No obstante, es el "último" en la revelación de las personas de
la Santísima Trinidad. S. Gregorio Nacianceno, "el Teólogo", explica esta progresión
por medio de la pedagogía de la "condescendencia" divina".
685 "Creer en el Espíritu Santo es, por tanto, profesar que el Espíritu Santo es una de
las personas de la Santísima Trinidad, consubstancial al Padre y al Hijo, "que con
el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria (Símbolo de Nicea-Constanti-
nopla). Por eso se ha hablado del misterio divino del Espíritu Santo en la "teología"
trinitaria, en tanto que aquí no se tratará del Espíritu Santo sino en la "Economía"
divina.
171
J osé A ntonio S ilva V allejo
687 "Nadie conoce lo intimo de Dios, sino el Espíritu de Dios" (1 Co. 2, 11). Pues bien,
su Espíritu que lo revela nos hace conocer a Cristo, su Verbo, su Palabra viva, pero
no se revela a sí mismo. El que "habló por los profetas" nos hace oír la Palabra del
Padre. Pero a él no le oímos. No le conocemos sino en la obra mediante la cual nos
revela al Verbo y nos dispone a recibir al Verbo en la Fe. El Espíritu de verdad que
nos "desvela" a Cristo "no habla de si mismo" (Jn. 16, 13). Un ocultamiento tan
discreto, propiamente divino, explica por qué "el mundo no puede recibirle, por
que no le ve ni le conoce" mientras que los que creen en Cristo le conocen porque
él mora en ellos".
688 "la Iglesia, comunión viviente en la fe de los apóstoles que ella transmite, es el lugar
de nuestro conocimiento del Espíritu Santo":
- en las Escrituras que El ha inspirado;
- en la Tradición, de a cual los Padres de la Iglesia son testigos siempre actuales;
- en el Magisterio de la Iglesia, al que El asiste;
- en la liturgia sacramental, a través de sus palabras y sus símbolos, en donde el
Espíritu Santo nos pone en comunión con Cristo;
- en la oración en la cual El intercede por nosotros;
- en los carismas y ministerios mediante los que se edifico la Iglesia;
- en los signos de vida apostólica y misionera;
- en el testimonio de los santos, donde El manifiesta su santidad y continúa la obra
de la salvación".
689 "Aquél al que el Padre ha enviado a nuestros corazones, el Espíritu de su Hijo, es
realmente Dios. Consubstancial con el Padre y el Hijo, es inseparable de ellos, tanto
en la vida intima de la trinidad como en su don de amor para el mundo. Pero al ado
rar a la Santísima Trinidad vivificante, consubstancial e individible, la fe de la Iglesia
profesa también la distinción de las Personas, conjunta en la que el Hijo y el Espíritu
Santo son distintos pero inseparables. Sin ninguna duda, Cristo es quien se manifies
ta, Imagen visible de Dios invisible, epro es el Espíritu Santo quien lo revela".
172
F ilosofía del D erecho
LEG A LES E D IC IO N E S
sos acontecimientos de su pontificado, nos ha enseñado el amor intrépido a la Iglesia,
la cual, como enseña el Concilio, es "sacramento, o sea signo e instrumento de la unión
íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano"27.
4a Precisamente por esta razón, la conciencia de la Iglesia debe ir unida con una aper
tura universal, a fin de que todos puedan encontrar en ella "la insondable riqueza de
Cristo"28, de que habla el Apóstol de las Gentes. Tal apertura, orgánicamente unida
con la conciencia de la propia naturaleza, con la certeza de la propia verdad, de la que
26 Cf. Ap 2,7.
27 CONC. VAT. II, Const. Dogm. Lumen Gentium, i : AAS 57 (1965).
28 Ef. 3, 8.
173
J osé A ntonio S ilva V allejo
dijo Cristo: "no es mía, sino del Padre que me ha enviado"29*, determina el dinamismo
apostólico, es decir, misionero de la Iglesia, profesando y proclamando íntegramente
toda la verdad transmitida por Cristo. Ella debe conducir, al mismo tiempo, a aquel
diálogo que Pablo VI en la Encíclica Ecclesiam suam llamó "diálogo de la salvación",
distinguiendo con precisión los diversos ámbitos dentro de los cuales debe ser llevado
a cabo90. Cuando hoy me refiero a este documento programático del pontificado de
Pablo VI, no ceso de dar gracias a Dios, porque este gran predecesor mío, y al mismo
l o q y q n - ia n w i j o o o t j
tiempo verdadero padre, no obstante las diversas debilidades internas que han afec
tado a la Iglesia en el periodo postconciliar, ha sabido presentar ad extra, al exterior,
su auténtico rostro. De este modo, también una gran parte de la familia humana, en
los distintos ámbitos de su múltiple existencia, se ha hecho, a mi parecer, más cons
ciente de cómo sea verdaderamente necesaria para ella la Iglesia de Cristo, su misión
y su servicio. Esta conciencia se ha demostrado a veces mas fuerte que las diversas
orientaciones críticas, que atacaban ab intra, desde dentro a los hombres de la Iglesia
y a su actividad. Tal critica creciente ha tenido sin duda causas diversas y estamos
seguros, por otra parte, de que no ha estado siempre privada de un sincero amor a la
Iglesia. Indudablemente, se ha manifestado en ella, entre otras cosas, la tendencia a
superar el así llamado triunfalismo, del que se discutía frecuentemente en el Concilio.
Pero si es justo que la Iglesia, siguiendo el ejemplo de su Maestro que era "humilde de
corazón"31, esté fundada asimismo en la humildad, que tenga el sentido critico respec
to a todo lo que constituye su carácter y su actividad humana, que sea siempre muy
exigente consigo misma, del mismo modo el criticismo debe tener también sus justos
limites. En caso contrario deja de ser constructivo, no revela la verdad, el amor y la
gratitud por la gracia, de la que nos hacemos principal y plenamente participes en la
Iglesia y mediante la Iglesia. Además el espíritu crítico no seria expresión de la actitud
de Servicio, sino más bien de la voluntad de dirigir la opinión de los demás según la
opinión propia, divulgada a veces de manera demasiado desconsiderada.
unánimemente el Concilio Vaticano II como una gracia de Dios y un don del Espíritu Santo".
EL CÓDIGO DE DERECHO CANÓNICO
Pero Juan Pablo II, además de remitir, sin cesar, al Concilio Vaticano II, ha realizado dos
obras fundamentales que lo prolongan. Ante todo, ha llevado a término y ha promulgado
el nuevo Código de Derecho Canónico. Se trata de un Código "que corresponde de lleno
174
F ilosofía del D erecho
a la naturaleza de la iglesia. Este nuevo Código podría entenderse como un gran esfuerzo
por traducir a lenguaje canónico esta doctrina misma, es decir, la eclesiología conciliar" El
Papa ha dicho del nuevo Código: Es el Código del Concilio y, en este sentido, es el "último
documento conciliar".
EL CÓDIGO DE DERECHO CANÓNICO fue promulgado el 25 de Enero de 1983 en virtud
de la Constitución "Sacrae Disciplinae Leges" por el cual se derroga el Código de 1917 y se
estructura el sistema en siete libros que son:
Libro 1: De las Normas generales.
- Libro II: Del Pueblo de Dios.
- Libro III: La función de enseñar de la Iglesia.
- Libro IV: De la función de santificar de la Iglesia.
- Libro V: De los bienes temporales de la Iglesia.
Libro VI: De las sanciones de la Iglesia.
Libro Vil: De los Procesos.
"Sin embargo, el polifacético magisterio pontificio de Juan Pablo II no se reduce a las
encíclicas, con ser ésta su máximo exponente. Hay también otros documentos, como ias
"cartas apostólicas", "exhortaciones apostólicas", "mensajes", etc. Y continuamente dirige
al mundo discursos y alocuciones:
Cada miércoles, como motivo de la audiencia general, pronuncia un discurso catequé-
tico, junto con los saludos habituales a la muchedumbre.
Cada domingo, a la hora del Angelus, tiene el Papa una alocución que recoge la actua
lidad mundial de la semana, sobre la que proyecta la luz del Evangelio.
En Pascua y en Navidad dirige sus respectivos mensajes "urbi et orbi".
Con motivo de las visitas "ad limina" que los obispos de todo el mundo hacen al Papa
cada cinco años, el Santo Padre les habla de la problemática de sus países, en el marco
de la situación mundial.
En las audiencias a los Jefes de Estado y altos dignatarios, recepciones al Cuerpo Di
plomático acreditado ante la Santa Sede y en los diversos contactos con el mundo de
la política, no falta el discurso papal, sobre la situación de la humanidad y la presencia
y misión de la Iglesia, sal de la tierra y luz del mundo.
Son algunas de las más conocidas intervenciones habituales del Papa desde el Vatica
no, como ya era habitual en los Papas anteriores. Pero en el caso de Juan Pablo II, siguien
do la pauta que tímidamente inició Pablo VI, las salidas a Roma y los frecuentes viajes a
Italia y a todo el mundo son también ocasiones propicias para tomar el pulso a la situación
de la sociedad en sus distintos estamentos y en las diversas situaciones según naciones y
continentes, y ser testigo de Jesús ante la humanidad.
Todo ello constituye un acervo doctrinal de máxima autoridad y de enorme interés
y actualidad que se halla disperso en folletos, revistas y periódicos"32 que hacen de Juan
LEGALES EDICIONES
Pablo II uno de los más significativos protagonistas de la historia de la humanidad y uno
de los más grandes Papas de todos los tiempos, cuyas encíclicas y mensajes nos enseñan a
caminar en una sociedad más justa y solidaria.
Es, pues, nuestro deber conocer v divulgar la doctrina social de la Iglesia que, como
dice el Papa Juan Pablo II "no es una tercera vía entre el capitalismo liberal v el socialis
mo marxista y ni siquiera una posible alternativa a otras soluciones menos contrapuestas
radicalmente. No es. tampoco, una ideología sino, la respuesta reflexiva a las complejas
realidades de la vida del hombre en sociedad v en el contexto internacional, a la luz de la
32 JOSE A. M ARTÍN EZ PU CH E, Orden de Predicadores, O.P.: Prólogo a la obra de PEDRO JESÚS LA-
SANTA “Diccionario Social y Moral de Juan Pablo II”, pág. n , Madrid, 1995.
175
J osé A ntonio S ilva V allejo
L A E N C ÍC L IC A " L A B O R E M E X E R C E N S "
I. INTRODUCCIÓN
"En el espacio de los años que nos separan de la publicación de la Encíclica Rerum
Novarum, la cuestión social no ha dejado de ocupar la atención de la Iglesia. Prueba de ello
son los numerosos documentos del Magisterio, publicados por los Pontífices, así como por
LEGALES EDICIONES
el Concilio Vaticano II. Prueba asimismo de ello son las declaraciones de los Episcopados
o la actividad de los diversos centros de pensamiento y de iniciativas concretas de aposto
lado, tanto a escala internacional como escala de Iglesias Locales. Es difícil enumerar aquí
detalladamente todas las manifestaciones del vivo interés de la Iglesia y de los cristianos
por la cuestión social, dado que son muy numerosas".
(Laborem Excersens, 2b)
33 Cfr. Sal 12 7 (128), 2; cfr. también Gén 3 ,1 7 - 1 9 ; Prov io , 22; Ex 1, 8-14; Jer 22, 13.
34 Cfr. Gén 1, 26.
35 Cfr. Ibíd. i, 28.
176
F ilosofía del D erecho
"Si en el pasado, como centro de tal cuestión, se ponía de relieve ante todo el proble
ma de la 'clase', en época más reciente se coloca en primer plano el problema del 'mundo'.
Por lo tanto, se considera no sólo el ámbito de clase, sino también el ámbito mundial de
la desigualdad y de la injusticia; y, en consecuencia, no sólo la dimensión de clase, sino
la dimensión mundial de las tareas que llevan a la realización de la justicia en el mundo
contemporáneo".
(Laborem Excersens, 2d)
"La Iglesia está convencida de que el trabajo constituye una dimensión fundamental
de la existencia del hombre en la tierra".
(Laborem Excersens, 4a)
LEGALES EDICIONES
la instrucción, es menos buscado o menos pagado que un trabajo manual.
"Por eso, hay que seguir preguntándose sobre el sujeto del trabajo y las condiciones
en las que vive. Para realizar la justicia social en las diversas partes del mundo, en los distin
tos Países, y en las relaciones entre ellos, son siempre necesarios nuevos movimientos de
solidaridad de los hombres del trabajo y de solidaridad con los hombres del trabajo. Esta
solidaridad debe estar siempre presente allí donde lo requiere la degradación social del
sujeto del trabajo, la explotación de los trabajadores, y las crecientes zonas de miseria e
incluso de hambre. La Iglesia está vivamente comprometida en esta causa, porque la con
sidera como su misión, su servicio, como verificación de su fidelidad a Cristo, para poder
ser verdaderamente la Iglesia de los Pobres'1
(Laborem Excersens, 8f)
177
J osé A ntonio S ilva V allejo
"La antinomia entre el trabajo y capital no tiene su origen en la estructura del mis
mo proceso de producción, y ni siquiera en la del proceso económico en general. Tal
proceso demuestra en efecto la compenetración recíproca entre el trabajo y lo que esta
mos acostumbrados a llamar el capital; demuestra su vinculación indisoluble. El hombre,
trabajando en cualquier puesto de trabajo, ya sea éste relativamente primitivo o bien
ultramoderno, puede darse cuenta fácilmente de que con su trabajo entra en un doble
patrimonio, es decir, en el patrimonio de lo que ha sido dado a todos los hombres con los
recursos de la naturaleza y de lo que los demás ya han elaborado anteriormente sobre la
base de estos recursos, ante todo desarrollando la técnica, es decir, formando un conjun
to de instrumentos de trabajo, cada vez más perfectos: el hombre, trabajando, al mismo
tiempo 'reemplaza en el trabajo a los demás'36. Aceptamos sin dificultad dicha imagen
del campo y del proceso del trabajo humano, guiados por la inteligencia o por la fe que
recibe la luz de la Palabra de Dios. Esta es una imagen coherente, teológica y al mismo
tiempo humanística. El Hombre es en ella el 'señor' de las creaturas, que están puestas a
su disposición en el mundo visible. Si en el proceso del trabajo se descubre alguna depen
dencia, ésta es la dependencia del Dador de todos los recursos de la creación, y es a su
vez la dependencia de los demás hombres, a cuyo trabajo y a cuyas iniciativas debemos
las ya perfeccionadas y ampliadas posibilidades de nuestro trabajo. De todo esto que
en el proceso de producción constituye un conjunto de 'cosas', de los instrumentos, del
capital, podemos solamente afirmar que condiciona el trabajo del hombre; no podemos,
en cambio, afirmar que ello constituya casi el 'sujeto' anónimo que hace dependiente al
hombre y su trabajo."
(Laborem Excersens, 13b)
"El error de pensar según las categorías del economismo ha avanzado al mismo
tiempo que surgía la filosofía materialista y se desarrollaba esta filosofía desde la fase
más elemental y común (llamada también materialismo vulgar, porque pretende reducir
la realidad espiritual a un fenómeno superfluo) hasta la fase del llamado materialismo
dialéctico".
(Laborem Excersens, 13d)
í 36 Cfr. Jn 4, 38.
178
F ilosofía del D erecho
Advierte Juan Pablo II que el tiempo últimamente esta sometido a una continua ace
leración en la historia.
Y el tiempo que caracteriza a la vigilia del tercer milenio constituye un tiempo de "AD
VIENTO" y por ello se hace preciso la reflexión sobre este tiempo.
(Sollicitudo Rei Socialis, 4b, 4c, 4d)
Durante este tiempo "la primera constatación negativa que se debe hacer es el profun
do abismo entre las áreas del llamado norte desarrollado y la del sur en vías de desarrollo.
Esta terminología geográfica es aplicable paralelamente a la desigualdad social".
(Sollicitudo Rei Socialis, 14a)
"A lo dicho hay que añadir todavía las diferencias de cultura y de los sistemas de va
lores que hacen mucha mas compleja la cuestión social debido a que ha asumido una
dimensión mundial".
(Sollicitudo Rei Socialis, 14e)
"En el lenguaje corriente se habla de mundos distintos: Primer Mundo, Segundo Mun
do, Tercer Mundo y Cuarto mundo. Estas expresiones y terminologías esconden incluso
un contenido moral, frente al cual la iglesia no puede permanecer indiferente".
(Sollicitudo Rei Socialis, 14f)
"15. El cuadro trazado precedentemente sería sin embargo incompleto, si a los 'Indi
cadores económicos y sociales' del subdesarrollo no se añadieran otros igualmente nega
tivos, más preocupantes todavía, comenzando por el plano cultural. Estos son: el analfa
LEGALES EDICIONES
betismo, la dificultad o imposibilidad de acceder a los niveles superiores de instrucción, la
incapacidad de participar en la construcción de la propia Nación, las diversas formas de
explotación y de opresión económica, social, política y también religiosa de la persona hu
mana y de sus derechos, las discriminaciones de todo tipo, de modo especial más odiosa
basada en la diferencia racial. Si alguna de estas plagas se halla en algunas zonas del Norte
más desarrollado, sin lugar a duda éstas son más frecuentes, más duraderas y más difíciles
de extirpar en los países en vías de desarrollo y menos avanzados".
(Sollicitudo Rei Socialis, 15a)
"En pocas palabras, el subdesarrollo de nuestros días no es sólo económico, sino tam- i,
bién cultura, político y simplemente humano, como ya indicaba hace veinte años Encíclica »
179
J osé A ntonio S ilva V allejo
"Entre los indicadores específicos del subdesarrollo, que afectan de modo creciente
también a los países desarrollados, hay dos particularmente reveladores de una situación
dramática. En primer lugar, la crisis de la vivienda".
(Sollicitudo Rei Socialis, 17b)
"La falta de vivienda se verifica a nivel universal y se debe, en parte, al fenómeno siem
pre creciente de la urbanización".
(Sollicitudo Rei Socialis, 17c)
"La falta de vivienda, que es un problema en sí mismo bastante grave, es digno de ser
considerado como signo o síntesis de toda una serie de insuficiencias económicas, socia
les, culturales o simplemente humanas".
(Sollicitudo Rei Socialis, 17d)
"18. Otro indicador, común a gran parte de las naciones, es el fenómeno del desem
pleo y del subempleo".
(Sollicitudo Rei Socialis, 18a)
"Si este aparece de modo alarmante en los países en vía de desarrollo, con su alto
índice de crecimiento demográfico y el número tal elevado de población juvenil, en los
países de gran desarrollo económico parece que se contraen las fuentes de trabajo, y así,
las posibilidades de empleo, en vez de aumentar, disminuyen".
(Sollicitudo Rei Socialis, 18b)
LEGALES EDICIONES
"También este triste fenómeno, con su secuela de efectos negativos a nivel individual
y social, desde la degradación hasta la pérdida del respeto que todo hombre y mujer se
debe a sí mismo, nos lleva a preguntarnos seriamente sobre el tipo de desarrollo, que se
ha perseguido en el curso de los últimos veinte años".
(Sollicitudo Rei Socialis, 18c)
180
F ilosofía del D erecho
"Cada una de estas dos ideología, al hacer referencia a dos visiones tan diversas del
hombre, de su libertad y de su cometido social, ha propuesto y promueve, bajo el aspecto
económico, unas formas antitéticas de organización del trabajo y de estructuras de la pro
piedad, especialmente en lo referente a los llamados medios de producción".
(Sollicitudo Rei Socialis, 20f)
"Si a todo esto se añade el peligro tremendo, conocido por todos, que representan
las armas atómicas acumuladas hasta lo increíble, la conclusión lógica es la siguiente: el
panorama del mundo actual, incluso el económico, en vez de causar preocupación por un
verdadero desarrollo que conduzca a todos hacia una vida 'más humana' parece destinado
a encaminarnos más rápidamente hacia la muerte".
(Sollicitudo Rei Socialis, 24b)
"Ni se pueden cerrar los ojos a otra dolorosa plaga del mundo actual: el fenómeno
del terrorismo, entendido como propósito de matar y destruir indistintamente hombre y
bienes, y crear precisamente un clima de terror y de inseguridad, a menudo incluso con la
captura de rehenes. Aun cuando se aduce como motivación de esta actuación inhumana
LEGALES EDICIONES
cualquier ideología o creación de una sociedad mejor, los actos de terrorismo nunca son
justificables. Pero muchos menos lo son cuando, como sucede hoy, tales decisiones y actos,
que a veces llegan a verdaderas mortandades, ciertos secuestros de personas inocentes y
ajenas a los conflictos, se proponen un fin propagandístico a favor de la propia causa. Ante
tanto horror y tanto sufrimiento siguen siendo siempre válidas las palabras que pronuncié
hace algunos años y que quisiera repetir una vez más: El cristianismo prohíbe... el recurso
a las vías del odio, al asesinato de personas indefensas y a los métodos del terrorismo".
(Sollicitudo Rei Socialis, 24d)
"Superando los imperialismos de todo tipo v propósitos por mantener la propia he- á
gemonía. las Naciones más fuertes v más dotadas deben sentirse moralmente respon- m
181
J osé A ntonio S ilva V allejo
sables de las otras, con el fin de instaurar un verdadero sistema internacional que se
base en la igualdad de todos los pueblos v en el debido respeto de sus legítimas diferen
cias. Los Países económicamente más débiles, o que están en el límite de la supervivencia,
asistidos por los demás pueblos y por la comunidad internacional, deben ser capaces de
aportar a su vez al bien común sus tesoros de humanidad y de cultura, que de otro modo
se perderían para siempre".
(Sollicitudo Reí Socialis, 39d)
"La solidaridad nos ayuda a ver al 'otro' -persona, pueblo o Nación-, no como un
instrumento cualquiera para explotar a poco coste su capacidad de trabajo y resistencia
física, abandonándolo cuando ya no sirve, sino común 'semejante' nuestro, una 'ayuda'
(cf. Gén 2, 18. 20), para hacerlo partícipe, como nosotros, del banquete de la vida al que
todos los hombres son igualmente invitados por Dios. De aquí la importancia de despertar
la conciencia religiosa de los hombres y de los pueblos".
(Sollicitudo Reí Socialis, 39e)
"Se excluye así la explotación, la opresión y la anulación de los demás. Tales hechos,
en la presente división del mundo en bloques contrapuestos, van a confundir en el peligro
de guerra".
(Sollicitudo Rei Socialis, 39f)
"De está manera, la solidaridad que proponemos es un camino hacia la paz y hacia el
desarrollo".
(Sollicitudo Rei Socialis, 39h)
aunque sea enemigo, con el mismo amor con que le ama el Señor, y por él se debe estar
dispuestos al sacrificio, incluso extremo: ‘dar la vida por los hermanos' (cf. 1 Jn 3,16)".
(Sollicitudo Rei Socialis, 40b)
"Por eso la solidaridad debe cooperar en la realización de este designio divino, tanto
a nivel individual, como a nivel nacional e internacional. Los 'mecanismos perversos' y
las 'estructuras de pecado', de que hemos hablado, sólo podrán ser vencidos mediante
el ejercicio de la solidaridad humana y cristiana, a la que la Iglesia invita y que promueve
incansablemente. Sólo así tantas energías positivas podrán ser dedicadas plenamente a
favor del desarrollo y de la paz".
(Sollicitudo Rei Socialis, 40d)
182
F ilosofía del D erecho
"Juan Pablo II escribió esta encíclica inspirándose en la imagen evangélica del escriba
que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos".
(Centessimus Annus, 3c)
183
J osé A ntonio S ilva V allejo
"Por otra parte, la sociedad y el Estado deben asegurar unos niveles salariales adecua
dos al mantenimiento del trabajador y de su familia, Incluso con una cierta capacidad de
ahorro".
(Centessimus Annus, 15c)
"17. Leyendo la Encíclica en relación con todo el rico Magisterio leoniano,40 se nota
que, en el fondo, está señalando las consecuencias de un error de mayor alcance en el
campo económico-social. Es el error que, como ya se ha dicho, consiste en una concepción
de la libertad humana que la aparta de la obediencia de la verdad y, por tanto, también
del deber de respetar los derechos de los demás hombres. El contenido de la libertad
se transforma entonces en amor propio, con desprecio de Dios y del prójimo; amor que
conduce al afianzamiento ilimitado del propio interés y que no se deja limitar por ninguna
obligación de justicia"41.
(Centessimus Annus, 17a)
"Este error precisamente llega a sus extremas consecuencias durante el trágico ciclo
de las guerras que sacudieron Europa y el mundo entre 1914 y 1945. Fueron guerras origi
nadas por el militarismo, por el nacionalismo exasperado, por las formas de totalitarismo
relacionado con ellas, así como por guerras derivadas de la lucha de clases, de guerras
civiles e ideológicas. Sin la terrible carga de odio y rencor, acumulada a causa de tantas
injusticias, bien sea a nivel internacional bien sea dentro de cada Estado, no hubieran sido
posibles guerras de tanta crueldad en las que no se dudó ante la violación de los derechos
humanos más sagrados; en las que fue planificado y llevado a cabo el exterminio de pue
blos y grupos sociales enteros. Recordamos aquí singularmente al pueblo hebreo, cuyo
terrible destino se ha convertido en símbolo de las aberraciones adonde puede llegar el
hombre cuando se vuelve contra Dios".
(Centessimus Annus, 17b)
"La Rerum novarum combatía las ideologías que llevan al odio e indicaba la vía para
vencer la violencia y el rencor mediante la justicia".
LEGALES EDICIONES
184
F ilosofía del D erecho
"Los grupos extremistas, que tratan de resolver tales controversias por medio de la:
armas encuentran fácilmente apoyos políticos y militares, son armados y adiestrados par;
la guerra, mientras que quienes se esfuerzan por encontrar soluciones pacíficas y huma
ñas, respetuosas para con los legítimos intereses de todas las partes, permanecen aislado:
y caen a menudo víctima de sus adversarios. Incluso la militarización de tantos Países de
Tercer Mundo y las luchas fratricidas que los han atormentado, la difusión del terrorismo)
de medios cada vez más crueles de lucha político-militartienen una de sus causas principa
les en la precariedad de la paz que ha seguido a la segunda guerra mundial. En definitiva
sobre todo el mundo se cierne la amenaza de una guerra atómica, capaz de acabar con I;
humanidad. La ciencia utilizada para fines militares pone a disposición del odio, fomentadc
por las ideologías, el instrumento decisivo. Pero la guerra puede terminar, sin vencedore:
ni vencidos, en un suicidio de la humanidad; por lo cual hay que repudiar la lógica que
conduce a ella, la ¡dea de que la lucha por la destrucción del adversario, la contradicciór
y la guerra misma sean factores de progreso y de avance de la historia.42 Cuando se com
prende la necesidad de este rechazo, deben entrar forzosamente en crisis tanto la logice
de la 'guerra total', como la de la lucha de clases".
(Centessimus Annus, 18c
42 Cf. JU A N X X III, Ene. Pacem in terris ( 1 1 Abril 1963), III: A AS 55 (1963), 286-289.
185
J osé A ntonio S ilva V allejo
"¡Nunca os dejéis desalentar por el mal!. Para ello necesitáis la ayuda de la oración y el
consuelo que brota de una amistad íntima con Cristo. Sólo así, viviendo la experiencia del
amor de Dios e irradiando la fraternidad evangélica, podréis ser los constructores de un
mundo mejor, auténticos hombres y mujeres pacíficos y pacificadores".
"Queridos jóvenes, ¡id con confianza al encuentro de Jesús! Y, como los nuevos
santos,i no tengáis miedo de hablar de El!, pues Cristo es la respuesta verdadera a todas
las preguntas sobre el hombre y su destino. Es preciso que vosotros, jóvenes, os convirtáis
en apóstoles de vuestros coetáneos. No os desaniméis, porque no estáis solos: el Señor
nunca dejará de acompañaros, con su gracia y el don de su espíritu".
"Al concluir mis palabras quiero invocar a María, la estrella luminosa que anuncia el
despuntar del Sol que nace de lo alto, Jesucristo:
¡Dios te salve, María, llena de grada!
Esta noche te pido
Por los jóvenes de España,
Jóvenes llenos de sueños y esperanzas.
Ellos son centinelas del mañana,
el pueblo de las bienaventuranzas;
son la esperanza viva de la Iglesia
y del Papa.
Santa María, Madre de los jóvenes,
Intercede para que sean
Testigos de Cristo resucitado,
Apóstoles humildes y valientes
del tercer milenio,
heraldos generosos del Evangelio.
Santa María, Virgen inmaculada,
reza con nosotros,
reza por nosotros.Amén.
186
F ilosofía del D erecho
LEGALES EDICIONES
Igualmente quedan abolidos los privilegios concedidos hasta hoy por la Santa Sede a pe -
sonas físicas o morales, y que estén en contra de esta Constitución". Clarísimo, todo lo qu a
se diga en contra, es tergiversación, mala fe o demagogia.
"Mane Nobiscum Domine". "Quédate con nosotros", Señor, porque atardece y e, día
va de caída (Lucas 24, 29). Así como los discípulos cuando reconocieron en el peregrino d a
Emaús a la figura del Señor resucitado y así como empiezan las palabras de la gran encíclica
de Juan Pablo II del 7 de Octubre del 2004, así también nosotros quisiéramos quedarnos
reflexionando sobre este hermoso tema... que no tiene fin...
187
J osé A ntonio S ilva V allejo
El sábado 2 de abril del 2005, siendo las 9:37 p.m, hora de Roma, 3:10 am, hora de
Urna, murió nuestro amado Papa Juan Pablo II.
Fué uno de los líderes más grandes de todos los tiempos, por su defensa de la libertad.
Con motivo de su muerte "¡I giornale di Roma" dijo: "Papa nostro que estas en los cielos". Y
evocó sus palabras dirigidas a los terroristas y a los que piensan como ellos: "aquellos que
se han dejado engañar por las falsas ideologías del terror", a ellos les digo: "el mal nunca
es camino para el bien".
Sus últimos años fueron el Pontificado del sufrimiento. Y cuando algunos Cardenales le
pidieron su renuncia les dijo: "no renuncio. ¿Acaso Jesucristo se bajó de su cruz? Déjenme,
pues, en mi cruz".
188
F ilosofía del D erecho
LEGALES EDICIONES
189
LA "SCUOLA ITALIANA DEL DIRITTO" Y SUS GRANDES MAESTROS
21
Crisol de exquisitez jurídica, descendiente del genio jurídico romano y del "mos ita-
llicus iura docendi", yo podría decir de esta escuela lo mismo que Calcaterra dijo de la
escuela de Bolonia1, que era, para nosotros, los profesores de San Marcos, nuestra "alma
mater studiorum" habida cuenta que el "studium bononiensis" sirvió de inspiración a la
Universidad de Salamanca y sobre este modelo se forjó, en 15 5 1, nuestra gloriosa Decana
de América, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
De la escuela italiana, escribió ya hace varios años, el maestro Couture, en un prólogo
famoso que compuso el gran clásico uruguayo, preludiando a otro gran clásico, el maestro
de Florencia (1889 - 1956), en un libro inmortal: "Introducción al estudio sistemático de !as
Providencias Cautelares" de Piero Calamandrei.
Dijo Couture en ese hermoso Prólogo:
"Esa escuela tuvo un singular destino. Surgida de la escuela francesa fue luego orien
tándose hacia la escuela alemana".
"De la escuela francesa tuvo el sentido cartesiano del orden y de la deslumbradora
claridad greco-latina. No hay un solo maestro italiano que no haya sobresalido en estas
singulares virtudes de su raza. Excelentes oradores y escritores, tuvieron, en primer térmi
no, como virtud excelsa, la de saber decir y escribir el derecho. Sus obras son verdaderos
modelos del método y de la transparencia expositiva".
"Pero de la escuela alemana, Italia tomó el rigor conceptual y la profundidad filosófi
ca. Así, por ejemplo, cuando las Pandectas de Windscheid resultan traducidas al italiano
y anotadas por Fadda y Bensa, las adiciones latinas por su profundidad y por su pureza
dogmática, en nada desmerecieron del original alemán. No hay una sola de las ramas del
derecho en la cual la escuela italiana no haya recibido del genio alemán su sentido profun
do del derecho, su capacidad de abstracción y esa increíble facultad lógica de operar con
conceptos como si fueran cosas tangibles y materiales".
"Pero en tanto algunos escritores de Francia, por amor a la claridad, se pierden en la
superficie de las cosas, desentendiéndose, además, de lo que ocurre fuera de sus fronteras,
y en tanto los de Alemania, por amor a la densidad, pierden el sentido de la realidad y de
la proporción, Italia toma de unos y otros lo mejor de su genio. Toma de Francia la claridad
y el método; toma de Alemania la exquisitez de los conceptos; y sin traicionar una sola de
las adquisiciones del legado latino, ai que permanece fiel en todo instante, supera a las dos
escuelas en el período que separa a ambas guerras".2
Pues bien, partiendo del formidable espíritu de síntesis que anima a la "scuola italiana
del diritto", podemos concluir este preludio diciendo que la tradición romanista y la "Re-
LEGALES EDICIONES
chtswissenschaft" han sido las fuerzas motrices de esta escuela, pero su alma, según dijo
Francesco Carnelutti, es la musicalidad: "Nosotros los italianos somos al mismo tiempo
juristas y músicos"3. Acaso esta sea la razón decisiva por la cual nosotros, los sudamerica
nos, hemos preferido siempre irnos a perfeccionar en las grandes universidades italianas y
1 CALCATERRA: "Alma mater studiorum. (II universitá di Bologna nella storia della cultura e della civiltá)”.
Bologna, 1948.
2 PTERO CALAM AN DREI: “Introducción al estudio sistemático de las Providencias Cautelares”, Prólogo
de Eduardo J. Couture, pág. 14, Editorial Bibliográfica Argentina, Buenos Aires, 1945.
3 CARNELUTTI: "Ensayo de una teoría integral de la acción”, en el volumen “Cuestiones sobre el proceso
penal”, página 38, EJEA Ediciones Jurídicas Europa América, Buenos Aires, 1961.
191
J osé A ntonio S ilva V allejo
leer a los grandes clásicos de esta escuela, que han sido y siguen siendo nuestras fuentes
de inspiración.
Y es que, como dijo Carnelutti: "¿No es verdad acaso que el derecho es armonía? Allí
está el secreto de su fuerza. En el fondo, muy en el fondo, hacer derecho es hacer música"1'.
Música de contrapunto fué la historia de la codificación italiana.
El siglo XIX significó una imitación del modelo francés: el gran Code Napoleón de 1804.
Sobre este modelo se forjaron todos los códigos italianos del siglo XIX. Así "il Códice Civile
del Regno d'Italia" promulgado el 1® de abril de 1806 y que era, ni más ni menos que "una
traducción en lengua italiana del Code Napoleón", como afirma Roberto Bonini en la pág. 3
de sus "Appunti distoria delle codificazioni moderne e contemporanee" seconda edizione,
Patrón Editore, Bologna, 1990. Añade Bonini que "/ codici italiani della Restaurazione era-
no in grande maggioranza largamente tributan del Code Napoleón"4 5.
Lo mismo puede decirse del "Códice di il Regno delle Due Sicilie" de 1819, como tam
bién del "Códice civile per gli Stati di Parma, Piacenza e Guastalla", de 1820, como también
del Código del Cantón Ticino de 1837, del "Códice Civile per gli Stati di S. M. il Re di Sardeg-
na" promulgado el 20 de julio de 1837 por el Rey Carlos Alberto del cual tomó su nombre
y por ello se le conoce con el nombre de Código Albertino. Este Código entró en vigencia el
l s de enero de 1848 para el Piamonte y la Liguria; en tanto que para la Cerdeña (Sardegna)
entró en vigencia el 1® de noviembre de 1848.
Pero no solo la legislación era un mero calco del Código Francés. La doctrina también
siguió la moda impuesta por la escuela francesa de la exégesis. Civilistas, procedimenta-
listas y penalistas tradujeron e imitaron los grandes modelos impuestos por Merlin, Tou-
llier, Duranton, Marcadé, Demolombe, Laurent, Troplong, Zachariae y sus traductores, los
famosos maestros de Estrasburgo, quienes, en la primera edición de su célebre obra, se
limitaron a una mera traducción del alemán al francés del "Handbuch des franzósischen
Privatrechts" y que, en sus posteriores ediciones, aplicando las sentencias de la jurispru
dencia francesa y, en especial, de la "Cour de Cassation", hicieron célebre su famoso "Ma
nual du droit civil frangais", obra ésta que nos permite sostener que los maestros Aubry et
Rau deben ser ubicados más que en la escuela de la exégesis, en la escuela científica del
Derecho Civil francés, perteneciendo, pues, de lleno a la "Science du droit civil".
La batalla de Solferino determinó el triunfo, no sólo de Garibaldi, sino
el de la unificación política y jurídica de Italia y, con ello, el de la necesi
dad de una nueva codificación que consagrara los ideales nacionalistas
de la nueva Italia. En debate si se adoptaba como modelo el Código
Albertino, o acaso el mismo Code Napoléon, como lo habia propuesto
Federico Sclopis, triunfó la relación Cassinis quien proponía una suer
te de mínimo común denominador inspirado en los Códigos italianos
pre-unitarios que habían tomado como modelo el Código francés. Cas
sinis elevó tres proyectos en 18G0, otro el de Miglietti en 1862 y, finalmente, GIUSSEPPE
PISANELLI (1812-1879), quien fue el ponente del Código Civil Italiano de 1865 y del Código
LEGALES EDICIONES
de Procedimiento Civil del mismo año. Civilistas y Procesalistas debemos evocar al inspi
rador de estos dos grandes Códigos. Nació en 1812 en Tricase (Lecce), allende el taco de
l'ltalia y murió en Nápoles en 1879. Fue un gran patriota, un gran jurisconsulto y un gran
profesor en la Universidad de Nápoles y escribió un notable "Commentario del códice di
procedure civile per gli Stati Sardi, con la comparazione degli altri Codici italiani e delle
singóle legislazioni stranieri" escrito en 7 volúmenes en colaboración con otros dos gran
des juristas: PASQUALE STANISLAO MANCINI (1817-1888) y ANTONIO SCIALOJA (SENIOR)
(1817-1877).
192
F ilosofía del D erecho
Sobre la escuela italiana, que analizó tanto el Código Civil de 1865 cuanto el Códigc
de Procedimiento Civil, hay muchos estudios. Léase: FRANCESCO CARNELUTTI: "Escueli
Italiana del Derecho” (Prolusión de Milán leída el 22 de noviembre de 1935), traducida a
castellano en sus "Estudios de Derecho Procesal", tomo I, págs. 39 - 59, Ejea, Buenos Aires
1952; FRANCESCO CARNELUTTI: "Arte del Derecho" (en Memoria de Vittorio Scialoja) (Dis
curso pronunciado en la Universidad de Padua el 13 de enero de 1934), traducido al caste
llano en sus "Estudios", cit., págs. 11 - 37; FRANCESCO CARNELUTTI: "Profilo del pensierc
giuridico italiano", en sus "Discorsi intorno aldiritto", volume secondo, págs. 163 a 183, Ce
dam, Padova, 1953; FRANCESCO CARNELUTTI: "La morte del diritto", en sus "Discorsi”, cit.
vol. II, págs. 275 - 290; FRANCESCO CARNELUTTI: "Di la dal diritto" en sus "Discorsi" cit.
vol. II, págs. 83 a 91; FRANCESCO FERRARA (SENIOR) (1877-1941) (Fué un gran profeso:
de Derecho Civil, docente en Nápoles): "Un secolo di vita del diritto civile (1839 -1939)". Id
"II contributo italiano ágil studi nel campo del diritto civile, negli ultimi cento anni", Torino
1939, traducido al castellano, conjuntamente con el estudio de FRANCESCO CARNELUTTI
"Usucapión de la propiedad industrial", editorial Porrúa, México, 1945; CAMILO VITERBO
"Vittorio Scialoja y el origen de la moderna escuela italiana de Derecho", en la págs. 395 £
400, de sus "Ensayos de Derecho Comercial y Económico” Tipográfica Editora Argentina
Buenos Aires, 1948; ALFREDO ROCCO: "Principios de Derecho Mercantil. Parte General”
págs. 91 a 99, editorial Nacional, México, 1960; ALBERTO ASQUINI: "Scritti Giuridici" vo
lume terzo, véase los brillantes necrologios de: "Cesare Vivante", "Vittorio Salandra", "An
tonio Brunettí", "Giuseppe Valeri", "Lorenzo Mossa", Tullio Ascarelli", "Una svolta storícc
del diritto commerciale", págs. 3 a 77, Cedam, Padova, 1961; LORENZO MOSSA: "Historie
del Derecho mercantil en lo siglos XIX y XX", editorial Revista de Derecho Privado, Madrid
1948; TULLIO ASCARELLI: "Iniciación al estudio del Derecho Mercantil”, editorial Bosch
Barcelona, 1964; FELIPE DE SOLA CAÑIZARES: "Tratado de Derecho Comercial Compara
do", tomo I, Montanery Simón, S.A., Barcelona, MCMLXIII; JOAQUIN GARRIGUES: "Curse
de Derecho Mercantil”, tomo I, sétima edición, Madrid, MCMLXXVI; ROBERTO BONINI:
"Appunti di storia delle codificazioni moderne e contemporanee", seconda edizione, Patrón
Editore, Bologna, 1990; NICOLA RONDINONE: "Storia inedita delta codificazione civile",
Giuffré Editore, s.p.a., Milano, 2003; GUIDO ASTUTI: "La codificazione del diritto civile" en
"La Formazione storica del Diritto Moderno ¡n Europa", vol. II, págs. 847 a 890, Leo S. Ols-
chki Editore, Firenze, 1977; GIOVANNI TARELLO: "Cultura jurídica y política del Derecho"
véase el tercer estudio: "La escuela de la exégesis y su difusión en Italia (Para la historia de
la civilística moderna)" pág. 63 a 108, traducción de Isidro Rosas Alvarado, Editorial Fondo
de Cultura Económica, México, 1995; CARLO AUGUSTO CANNATA Y ANTONIO GAMBARO:
"Lineamenti di Storia delta Giurisprudenza europea" Quarta edizione, vol. II, pág. 259 a
274, G. Giappichelli - Editore, Torino, 1989; PAOLO GROSSI: "Scienza giuridica italiana. Un
profilo storico". (1860-1950), Dott. A. Giuffre Editore, Milano, 2000; AUTORES VARIOS: "La
scienza giuridica italiana tra fascismo e repubblica", en Quadernl fiorentini, "Per la storia
del pensiero giuridico moderno", 2 vols., Firenze, 1999; ENRICO ALLORIO: "Reflexiones so
bre el desenvolvimiento de la ciencia procesal" en Problemas de Derecho Procesal, 1.1, pág.
101 y ss., Ejea, Buenos Aires, 1963; A. GIANNINI: "Gli studi di diritto processuale civile in
LEGALES EDICIONES
Italia", en Riv. trim. di dir. e proc. civ., 1949, pág. 103-119; SALVATORE SATTA: "Soliloquios
y coloquios de un jurista" en "Derecho Procesal Civil" vol. III, Ejea, Buenos Aires, 1971;
MAURO CAPELLETTI: "Un Idolo falso: El Código de 1942 (Balance de un treintenio)" en el
volumen “Proceso, ideologías, sociedad", pág. 285 a 291, EJEA Ediciones Jurídicas Europa
América, Buenos Aires, 1974; MAURO CAPELLETTI: "Dictamen iconoclástico sobre la re
forma del proceso civil italiano", en el volumen citado, pág. 273 a 284; FRANCO CIPRIANI:
“Storie di processuallsti e di oligarchi. La procedura civile nel regno d'ltalia (1866-1936)"
Dott. A. Giuffre Editore, Milano, 1991; FRANCO CIPRIANI: "Scritti in onore deipaires", Dott.
A. Giuffre Editore, s.p.a., Milano, 2006; FRANCO CIPRIANI: "II Códice di Procedura civile tra
gerarchi e processualisti. Riflessioni e documenti nel cinquantenario dell'entrata in vigore",
Edizioni Scientifiche Italiane, s.p.a., Napoli, 1992; FRANCO CIPRIANI: "Piero Calamandrei e
la Procedura Civile. Miti, leggende, interpretazioni, documenti", seconda edizione riveduta
193
J osé A ntonio S ilva V allejo
e ampliata, Edizioni Scientifíche Italiane, s.p.a., Napoli, 2009; FRANCO CIPRIANI: "Batallas
por la justicia civil", traducción de la prof. Eugenia Anano Deho, Cultural Cuzco, Lima, 2003;
OSVALDO ALFREDO GOZAÍNI: "Los protagonistas del Derecho Procesal, Desde Chiovenda
a nuestros días", Rubinzal - Culzoni Editores, Buenos Aires, 2005; JOSÉ ANTONIO SILVA
VALLEJO: "La escuela italiana del proceso" en el volumen del mismo autor "La Ciencia del
Derecho Procesal" págs. 581 a 516, Ediciones Fecat, Lima, 1991; Id.: "La vida y el pensa
miento de Francesco Carnelutti", en el mismo volumen citado, págs. 617 a 667.
Los grandes Códigos del siglo XX fueron los Códigos italianos de 1942. Su génesis hay
que referirla a la crisis motivada por la depresión desencadenada en Italia con la gran gue
rra de 1914 a 1919.
La inejecución de las obligaciones y el problema de la excesiva onerosidad, la forma
ción del proletariado industrial y los grandes problemas del trabajo; como el desempleo,
el subempleo y la cuestión social, así como el desarrollo de la empresa y de la solidaridad
social, fueron los factores decisivos para la creación de la "Commissione per il dopo gue
rra" instituida el 16 de setiembre de 1917, para la reforma del Código Civil y del Código de
Procedimiento Civil, ambos vigentes desde 1866 e inspirados en el magnetismo carismáti-
co del Code civil de 1804 y del Code de Prócedure Civil de 1807.
La Presidencia de la "commissione per il dopo guerra", recayó en Vittorio Scialoja.
VITTORIO SCIALOJA fue el maestro de todos los maestros de la escuela
Italiana del Derecho. Nació el 24 de abril de 1856 y murió el 19 de no
viembre de 1933. Fue un eminente profesor de Derecho Romano. En
1888 fundó una célebre revista, el "Bullettino dell'lstituto di Diritto
Romano", rodeado por un círculo de profesores de Derecho Romano
y de Derecho Civil. Nombrado Senador en 1904, en 1909 fue nombra
do Ministro de Justicia. En 1916 fue Ministro sin cartera y entre 1919
a 1920 fue Ministro de Relaciones Exteriores en el Gabinete Nitti. A
partir de 1921 fue representante de Italia en la Sociedad de las Naciones y en 1924 fue
nombrado Presidente de la "Commissione Reale per la riforma dei codicl".
La "Commissione per il dopo guerra", estuvo integrada, básicamente, por romanistas
y civilistas, discípulos y colegas de Scialoja, gran mente directriz y perfecto animador y
forjador de hombres de ciencia, entre los cuales destacaron:
VITTORIO POLACCO, nacido en Padova en 1859, muerto en Roma en 1926, fue un gran
profesor de Derecho Civil en la Universidad de Padova en donde llegó a ser Presidente de
la Facultad de Jurisprudencia; luego pasó a la Universidad de Roma en donde fue miembro
de la Academia dei Lincei y luego fue nombrado Senador en 1910. Fue uno de los mayores
juristas de la scuola italiana del diritto, siendo autor de notables estudios entre los que
destaco: "Del testamento pubblico secondo il Códice Civile del Regno", 1879; "La fami-
glia del naturalizzato", 1882; "La funzione sociale deH'odierna legislazione civile", 1885;
"Prelezionl ad un corso di istituzlonl di diritto civile nelle'Universitá di Padova", 1885; "Sul
disegno di una storia letteraria del diritto romano", 1888 ; "II diritto romano nel recente
progetto di Códice Civile germánico", 1889; "Le obligazioni nel diritto civile italiano", 1898;
LEGALES EDICIONES
"Della sucessione", Roma 1922-23, 2- edición a cargo de Alfredo Ascoll y de su hija Evelina
Polacco, Milano 1937, traducida al castellano por el maestro Santiago Sentís Melendo,
E.J.E.A., Buenos Aires, 1955; "Corso di lezioni di diritto civile", Roma, 1925; "Procedimiento
Civil Romano. Ejercicio y defensa de los derechos", traducción de Santiago Sentís Melendo
y Marino Ayerra Redin, Prólogo de Vincenzo Arangio Ruiz; E.J.E.A., Buenos Aires, 1954.
ALFREDO ASCOLI, nacido en Livorno el 18 de agosto de 1863, muerto también en
Livorno el 2 de setiembre de 1942. Fue un gran romanista y acaso el más fino de los civilis
tas italianos, quien empezó a destacar con una brillante monografía intitulada "Le origini
dell'lpoteca e l'interdetto Salviano", publicada en 169 páginas por la tipografía Glusti en
Livorno en 1887. Ese mismo año publicó "L'usucapione delle servitü nel diritto romano",
Í publicada en el Archivio giuridico, N® 38, año 1887, págs. 51 a 106 y págs. 198 a 237. Ese
194
F ilosofía del D erecho
mismo año publicó también "Studii sull'usucapio pro herede", publicada, asimismo, en e
Archivio giuridico, año 1887, págs. 317-359. Ese mismo año publicó también "Contribute
alia teoria della confusione e commistione in diritto romano", publicada en la Rlvista Italia
na per le scienze giuridiche, año 1887, N3 4, págs. 43-52. Luego, publicó "Sul senatoconsul
to Neroniano" en Archivio giuridico, año 1888, N3 40, págs. 329 a 357. A continuación pu
blicó "Aicune osservazioni sul diritto di scelta nei legati alternativi e di genere", publicada
en el Bullettino dell'lstituto di diritto romano, año 1888, N3 1, págs. 83-94. A continuaciói
publicó también "Note esegetiche a due frammenti del Digesto" publicada en Antología
giuridica, N3 3, fascículos 3-4, año 1889, págs. 149-162. Publicó también "DeH'influenza
dello Stato sullo sviluppo del Diritto Privato Romano" (Prolusione al corso di Pandette nelk
Reale Univ. di Macerata), Livorno, Tipográfica F. Vigo., 1889. págs. 5-23. Publicó también
"II concetto della donazione nel diritto romano con richiami al códice civile italiano", publi
cada en el Studi e documenti di storia e di diritto, N3 14, año 1893, págs. 245-372. Publico
también "Sul concetto della donazione". (Risposta ad una critica del prof. Silvio Perozzi)
publicada en el Archivio giuridico, N3 59, año 1897, págs. 42-66. Publicó también "Trattatc
delle donazioni secondo il diritto civile italiano con riguardo al diritto romano e alia giuris
prudenza moderna", publicada por la Casa editorial Librería "Fratelli Cammelli", Firenze
año 1898. Una segunda edición ampliada de esta obra se intitula "Trattato delle donazio
ni", publicada en Milán en 1935.
ALFREDO ASCOLI fue un brillante profesor de Derecho Romano en la Universidad do
Macerata, de la cual pasó a la Universidad de Perugia y, luego, a la Universidad de Messi
na. Luego pasó a la cátedra de Derecho Civil en la Universidad de Pavía y finalmente a Iü
Universidad de Roma donde enseñó de 1919 a 1930 la cátedra de Instituciones de Derechc
Civil y el curso de Derecho Civil, dictando el cual se jubiló en 1933.
En 1909 fundó la Rivista di Diritto Civile y tradujo la "Parte General del Derecho Pri
vado Francés Moderno" de Karl Crome (1859-1931), profesor de Pandectas y de Derechc
Procesal Civil en la Universidad de Bonn, quien fuera uno de los grandes maestros de l<
escuela de los pandectistas.
El maestro Scialoja lo llamó a integrar la "Commissione per il dopo guerra" y, luego, Il
“Commissione Reale per la riforma del Códice Civile". Integró también la Comisión Redac
tora del Proyecto franco-italiano de las Obligaciones y Contratos.
Gracias a su carisma pedagógico y a su influencia política se conformó la "Commissio
ne per il dopo guerra" y, luego, su sucesora, la así llamada "Sottocommissione reale pe
la riforma del Códice Civile", así como del "Proyecto franco-italiano de las Obligaciones y
Contratos" y, sobre todo, el origen de la moderna escuela italiana del Derecho.
Empero, la "Commissione per il dopo guerra" no consagró en forma de proyecto de le' 1
sus esbozos y reflexiones que eran, básicamente las doctrinas de Scialoja. Por ello, se creí
la "Real Comisión" en 1923, por la cual Scialoja, nuevamente, asumía un rol importante
en la primera sub comisión encargada de la reforma: Vicepresidente, el Profesor Vittoric
Polacco e integrada además, por los romanistas Alfredo Ascoli, Giovanni Baviera, Carie
Fadda y a Paolo Emilio Bensa, entre otros grandes romanistas y civilistas, a quienes todo
LEG A LES E D IC IO N E S
citamos a menudo.
Así, pues, la "Commissione Reale" sentó las bases para la reforma del Código Civil, er
tanto que la reforma del proceso civil estaba constituida por una sub comisión, presidid;
por Ludovico Mortara, Vicepresidente: Giusseppe Chiovenda, e integrada por siete Profe
sores: Bolchini, Calamandrei, Cammeo, Carnelutti, Castellari, Menestrina y Redenti. La suí
comisión trabajó hasta que, Mortara presentó al entonces Ministro de Justicia, Profeso
Alfredo Rocco, el Proyecto que constaba de dos partes I.- Proceso de Cognición y IL- Pro
ceso de Ejecución.
El proyecto consagraba las doctrinas del Profesor Carnelutti, no sin antes superar I;
antítesis de dos corrientes contrapuestas: una, la tendencia "procedurista", representad;
por Ludovico Mortara y, la segunda, la tendencia "procesalista", de inspiración austro-ale
195
J osé A ntonio S ilva V allejo
mana, representada por Chiovenda, que consagraba los principios de oralidad e inmedia
ción. Desde las primeras sesiones se advirtió la fuerza del pensamiento del gran profesor
nacido en Udine el 15 de mayo de 1879, quien moriría en Milán, a los 86 años el 9 de marzo
de 1965. La profundidad del pensamiento de Carnelutti era avasallante por su genialidad y
su inspiración filosófica: "la scienza non é scienza se non tende ad essere filosofía" escribi
ría años más tarde en la pag. XVIII de la Prefazione a su genial "Diritto e Processo". Era un
pensamiento poliédrico el del gran profesor de Udine, quien -p or entonces- enseñaba en
la Universidad de Padua y que, en esencia, consagraba la fórmula del concepto de "litis"
como la clave de su pensamiento procesal. Este Proyecto fue publicado como suplemento
en la "Rivista di diritto processuale", en el año 1926, pero no alcanzó su consagración legal
por las tensiones internas que se habían advertido y por falta de asimilación de las nuevas
corrientes procesales que planteaba el pensamiento innovador de Carnelutti.
Paralelamente a todo esto y gracias a las grandes relaciones entre Francia e Italia, se
gestaba un código franco-italiano de las Obligaciones.
La comisión, encargada del proyecto estuvo presidida por Vittorio Scialoja, y la inte
graban, por Francia: Henri Capitant, Ambroise Colín y Georges Ripert y, por Italia: Alfredo
Ascoll, Roberto de Ruggiero y Antonio Azara.
El proyecto fue aprobado en París en octubre del927. No obstante, fue objeto de las
críticas del Profesor Emilio Betti, gran romanista, gran civilista y gran procesalista, pero,
francófobo y germanófilo. Lo cierto es, que el proyecto se archivó, básicamente por con
siderárselo un mero "agglornamento" del Código de Napoleón con algunas tímidas inno
vaciones y, además, por no haber tenido en consideración suficiente los aportes del gran
Código Civil alemán y de la "Rechtswissenschaft". Esta expresión es un neologismo creado
por la escuela histórica alemana a través de la célebre revista que fundara Savigny en 1815,
y que era la "Zeitschrift für geschitliche Rechtswissenschaft". La expresión traduce la visión
científica del Derecho que surge de una conjunción de la historia más la dogmática y la
metodología.
Sentado ello, es preciso dejar constancia de que la Comisión Real trabajó entre 1924
y 1937, proyectando los tres primeros libros del Código Civil: Libro Primero: Personas y
Familia; Libro Segundo: Sucesiones y Donaciones; Libro Tercero: de la Propiedad, promul
gados en 1938, 1939 y 1941, respectivamente. Sobre esta arquitectura del sistema clásico
se sobrepuso una superestructura Ideológica en la que estaban inmersos el Libro Cuarto
que trataba de las Obligaciones, (ponente: Francesco Messineo, profesor en Milán), el Li
bro Quinto, que trataba del Trabajo, (ponente Alberto Asquini, profesor en Roma) y el
Libro Sexto, que trataba de la "Tutela del Derecho", (ponentes: Filippo Vassalli, profesor en
Roma y Enrlco Redenti, profesor de Derecho Procesal Civil en Bolonia).
Por ello podemos afirmar que existe paralelamente a la técnica jurídica un factor ideo
lógico que ha incidido coyunturalmente a la dimensión normativa y que es la dimensión
política, cuya evidencia indiscutible está en la "Carta del Lavoro" aprobada por el Gran
Consejo del Fascismo en 1927 y cuyo valor jurídico fue establecido legalmente el 30 de
enero de 1941 por el Rey Víctor Manuel III, en cuyo artículo primero se establecía que la
LEGALES EDICIONES
"Declaración de la Carta del Lavoro constituye principio general del ordenamiento jurídi
co y dá el criterio directriz para la interpretación y la aplicación de la ley"
La influencia ideológica en la génesis del Código Italiano se consagra no sólo por la
directriz hermenéutica de la Carta del Lavoro impuesta por el artículo primero de la Ley de
1941 firmada por el Rey Víctor Manuel sino, por la influencia personal que tuvo Dino Gran-
di, Ministro Guardasellos o Ministro de Justicia, entre el 12 de julio de 1939 al 6 de febrero
de 1941. Esta influencia de Grandi se manifestó en sus discursos ante las Cámaras. El más
significativo de los cuales se llamó "Tradición y revolución en los Códigos mussolinianos"
y ha sido citado reiteradamente por FILIPPO VASSALLI, uno de los más grandes civilistas y
maestros de la "scuola italiana del diritto", co-autor del Código civil, en su artículo "Motivi
f e caratteri della codificazionl clvile", publicada en sus "Studi Giuridici", volumen tercero.
196
F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
Está traducido al castellano, tanto su "Teoría general del negocio jurídico" por la edito
rial Revista de Derecho Privado, Madrid, 1959, cuanto su "Teoría general de las obligado
nes", 2 tomos, traducción y notas de José Luís de los Mozos, editorial Revista de Derecho
Privado, Madrid, 1969; así como sus "Reflexiones sobre la noción de negocio jurídico"
traducción de Leysser L. León, Ara editores, Lima, setiembre del 2001, su "Interpretación
de la ley y de los actos jurídicos", traducción y Prólogo por José Luís de los Mozos, editorial
Revista de Derecho Privado, Madrid, 1975. En agosto de 1966, estando de visita en Bue
nos Aires, yo le propuse al maestro Santiago Sentís Melendo traducir conjuntamente su
"Diritto processuale civile italiano", seconda edizione corredata, Societá Editrice del Foro
Italiano, Roma, 1936. Por razones largas de contar, don Santiago declinó traducir esta obro
clásica del pensamiento procesal. Han pasado los años y tampoco se ha traducido ni su
197
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
"Teoría generóle della interpretazione", 2 tomos, Dott. A. Giuffré - editore, Milano, 1955,
ni su "Dlritto romano e dogmática odierna", (prolusión de Milán de 1927), ni su funda
mental "Istituzioni di diritto romano", volume primo, seconda edizione, ristampa, Cedam,
Padova, 1947, volume secondo, II processo, Padova, Cedam, 1933; ni "La crisiodierna della
scienza romanistica in Germania", estudio publicado en la Rivista del Diritto Commerciale,
volumen 37, Año 1939, pág. 120 a 128; ni su "Studio e insegnamento del diritto romano",
estudio publicado en la revista "Labeo", volumen 2-, Año 1950, pág. 54, etc. Con motivo
del necrologio de Ernst Zitelmann escribió: "A proposito del valor didattico dello studio del
diritto romano", publicado en el "Bullettino dell'lstituto di Diritto Romano", volumen 34,
año 1925, págs. 49 a 355. Las grandes obras del profesor de Camerino son obras clásicas
del pensamiento jurídico que deben ser leídas con fervor por los estudiosos de todo el
mundo, superando los prejuicios ideológicos provenientes de una falacia: el argumento
"ad hominem" y, en todo caso, testándose las frases circunstanciales de su ideología
fascista. "Los libros, como los hombres, deben ser juzgados por lo que son y por lo que
valen, no por como los querríamos", dijo alguna vez el maestro Calamandrei en una cele
bre reseña bibliográfica a las "Istituzioni" de Francesco Carnelutti en la revista famosa que
ambos fundaron y co-dirigieron.
En la génesis del Código Civil Italiano, debe recordarse los estudios de Betti criticando
el proyecto franco-italiano de las obligaciones: “IIprogetto di un códice italo-francese delle
obbligazioni e dei contratti" publicado en la Rivista del diritto commerciale, volumen 27,
Año 1929, págs. 665 a 668. Luego, replicando al maestro Vittorio Scialoja quien, cáustica
mente, lo había fustigado en su revista "Bulletino dell'lstituto di Diritto Romano", escribió:
"Ancora suI progetto di un códice italo-francese delle obbligazioni e dei contratti", en la Ri
vista di diritto processuale civile, volumen 7, Año 1930, págs. 249 a 262; Luego, replicando
la argumentación del Senador Mariano D'Amelio, escribió Betti: "Sul progetto di un códi
ce italo-francese delle obbligazioni e dei contratti", en la Rivista del diritto commerciale,
volumen 28, Año 1930, págs. 184 a 189. Las críticas de Betti lapidaron definitivamente al
proyecto franco-italiano de las obligaciones.
Por ello debe distinguirse "ad-extra" otra razón determinante en la génesis de la Codi
ficación italiana y esta fue el nacimiento e impacto del Derecho Económico que surge en
Alemania en 1920 con el famoso libro de Nussbaum intitulado "Das neue Wirtschaftsre-
cht", "El Nuevo Derecho Económico", el que está referido, en esencia, a las transformacio
nes sociales y económicas producidas como consecuencia de la guerra mundial.
Debe citarse, asimismo, el impacto producido por dos extraordinarios libros del profe
sor Hedemann: "Gründzuge des Wirtschaftsrechts", "Fundamentos de Derecho Económi
co", 1922, y "Deutsches Wirtchaftsrechts", "Derecho Económico Alemán", München, 1939.
Probada la influencia ideológica, el factor aludido, aun cuando es meramente margi
nal, integra la ecuación jurídica del Código civil italiano y explica suficientemente las vicisi
tudes en la reforma de 1942.
En esencia, dichas vicisitudes se contraen a sustituir el Libro de las Obligaciones por
considerar que era, en gran medida, una recepción del proyecto franco-italiano, introdu
LEGALES EDICIONES
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F il o s o f ía d e l D erech o
sua realtá económica unitaria (materia di diritto). Ma quando si parla dell'impresa in rela-
zione alia sua disciplina giuridica, ocorre operare con nozioni giuridiche diverse, secondo i
diversi aspetti giuridici del fenómeno económico"6. Este carácter poliédrico de la empresa
encuentra su clave conceptual en el artículo 2082 del Código Civil Italiano de 1942 que defi
ne al empresario, con el cual se sustituye al "ciudadano", que era el gran protagonista del
Código Civil Francés, y al "comerciante", el otro gran sujeto de Derecho Comercial, por el
concepto de empresario que es el nuevo gran personaje de la codificación y de la historia,
quien encarna al nuevo Derecho en la sistematización contemporánea. Dice el artículo
citado: "Empresario: Es empresario quien ejercita profesionalmente una actividad econó
mica organizada con finalidad de producción o de intercambio de bienes o de servicios".
Artículo 2083: "Pequeños empresarios: Son pequeños empresarios los cultivadores
directos del fundo, los artesanos, los pequeños comerciantes y aquellos que ejercen una
actividad profesional organizada predominantemente con el trabajo propio y de los com
ponentes de la familia".
En todo caso debe destacarse que estos factores ideológicos, internos y externos deci
dieron el rumbo sistemático, lógico y gnoseológico del Código civil italiano.
pRH g^ Así se explica la lógica y la argumentación planteadas por el profesor
W Alberto Asquini quien, como sabemos, fue el ponente del Libro V del
Código Civil Italiano que trata "Del Trabajo". ALBERTO ASQUINI na-
■ i lIF lw ci° en Uc^ine 12 de agosto de 1889. Fue un brillante profesor de
Derecho Comercial en las Universidades de Urbino, Sassari, Messha,
Trieste, Pavia, Padua y Roma. Sucedió a Vivante no solo en su cátedra
de Derecho Comercial en la Universidad de Roma sino, también, en la
dirección de su gloriosa Rivista del Diritto Commerciale, en la que es
cribió brillantes estudios a los que me remito: "Una svolta storica del diritto commerciale",
"II diritto commerciale nel sistema delta nuova codificazione" "L'archittettura del libro del
lavoro", "Dieci anni dopo Tabrogazione del Códice di commercio", "Profili delli impresa",
"Nuove strutture dell impresa", "I battelli del Reno". Estos estudios del maestro están reco
pilados en el volume terzo de sus "Scritti Giuridici", editados por la CEDAM - Casa Editrice
Dott Antonio Milani, Padova, 1961. Pero, además, el maestro escribió otros notables es
tudios como "II contratto di transporto terrestre di persone", Padova, 1915; "Del contrato
de transporte" 2 volúmenes en el tomo 12 del "Derecho Comercial" por Bolaffio, Rocco y
Vivante, EDIAR, S.A. Editores, Buenos Aires, 1949; "Alfredo Rocco", publicado en sus "Scritti
Giuridici", volume secondo, Padova, 1939; "Corso di diritto commerciale - Parte Generóle",
Roma, 1940; "Corso di diritto commerciale - Le societá", Roma, 1941; "Sulle nuove posizioni
del diritto commerciale" (con Francesco Carnelutti y Lorenzo Mossa) en la Rivista del diritto
commerciale, 1942, I, página 65; "Corso di diritto commerciale - Titoli di crédito e in parti-
culare cambióle e titoli bancari di pagamento". Ristampa riveduta, CEDAM - Casa Editrice
Dott. Antonio Milani, Padova, 1966.
En el volume terzo de sus famosos "Scritti giuridici", edición citada, Asquini recopiló
una serie de brillantes necrologios de los grandes maestros de la escuela comercialista
italiana: Cesare Vivante, pag. 3; Vittorio Salandra, pág. 17; Antonio Brunetti, pág. 25; Giu-
LEGALES EDICIONES
seppe Valeri, pág. 31; Lorenzo Mossa, pág. 37; Tullio Ascarelli, pág. 45.
Las otras grandes fguras en la arquitectónica del Código Civil Italiano fueron:
FILIPPO VASSALLI quien nació en Roma el 7 de setiembre de 1885 y murió también en
Roma el 16 de mayo de 1955. Su vida se caracterizó por el "calor de la simpatía que irradia
ba su persona", como reza la evocación que de él nos hizo Franceso Santoro Passarelli en
la Rivista Trimestrale di Diritto e Procedura Civile7.
6 ALBERTO ASQUINI: “P ro fili d ell'im p re sa ” en su “Scritti g iu rid ic i”, volume terzo, págs. 124, Cedarn -
Casa Edtricice Dott. Antonio Milani, Padova, 1961.
7 FRANCESCO SANTORO PASSARELLI: “In m em o ria d i Filippo Vassalli”, Necrologio, publicado en la
R ivista Trim estrale d i D iritto e Procedura C ivile, an n o IX , 1955, págs. 243-245.
199
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
FILIPPO VASSALLI fue un gran Profesor de Derecho Civil en las Universidades de Ca
merino, Perugia, Cagliari, Genova y Torino y, luego, en la Universidad de Roma, donde
impartió la docencia durante 25 años y por otros 10 años como Presidente de la Facultad
de Derecho. En sus años juveniles fue un brillante profesor de Derecho Romano, escribien
do una serie de ensayos romanísticos, entre los que descuellan su "Falcidiae stipulatio"
"L'origine della trasmlsslbilitá ereditaria dei crediti e dei debiti condizionali" "La sentenza
condizionale - Studi sul processo civile". Las reflexiones romanísticas se transformaron en
reflexiones civilísticas cuando en 1918 asumió la cátedra genovesa de "Instituciones de
Derecho Privado" y, sobre todo, cuando fue convocado a integrar la "Comissione reale
per il dopo guerra" por imperio del Real Decreto del 3 de junio de 1924, comisión que,
como sabemos, era presidida por el maestro Vittorio Scialoja, con Vittorio Polacco como
Vice-Presidente e integrada por Alfredo Ascoli, Domenico Barone, Giovanni Baviera, Paolo
Emilio Bensa, Gerolamo Biscaro, Pietro Bonfante, Biagio Brugi, Leonardo Coviello, Roberto
de Ruggiero, Cario Fadda; Luigi Rossi, Gino Segré, Filippo Vassalli, Giulio Venzi, que era
Presidente de Sección de la Corte de Casación.
Mas el proceso de elaboración de los Códigos Italianos fue el producto de una larga
elaboración que pasó de la "Commissione per il dopo guerra", integrada en su mayoría por
un gran número de romanistas, a una especial comisión presidida por Scialoja y Mariano
D'Amelio para el estudio de toda la Parte General de las Obligaciones y para la distribución
de las materias entre el Código Civil y el Código de Comercio.
Siguieron, luego, los trabajos de la Subcomisón Real para la reforma del Código Civil
deviniendo en el proyecto del Libro Primero, habida cuenta que uno de los temas más
fascinantes y necesarias era la reforma del Derecho de Familia, de la que resultó el proyec
to presentado al Ministro Alfredo Rocco sobre el proyecto del Libro Primero referente al
Derecho de Personas y Familia.
En esta obra trascendental FILIPPO VASSALLI tuvo a su cargo la redacción del título
sobre el matrimonio. De esta época datan sus trabajos sobre ''Sull'errore nella persona
come causa di nullitá del matrimonio", y "Della impotenza di generare come causa di nu-
llitá del matrimonio" publicados en sus "Studi giuridicci" editados por la "Societá Editrice
del Foro Italiano", Roma 1939, sus "Lezioni di diritto matrimoniale", Cedam, Padova, 1932
y sus "Lineamenti del diritto delle persone nel nuovo códice civile", editorial A. Giuffré,
Milano, 1939. Vassalli no solamente fue el más notable escritor de Derecho matrimonial
sino que, también, con Cicu, compartió la tarea de elaborar el Derecho de Sucesiones que
constituyó el objeto del Libro Segundo del Código Civil Italiano. En la Universidad de Torino
había desarrollado Vassalli un curso de Derecho Civil, intitulado "Delle successioni", edito
rial Giappichelli, Torino, 1928. También intervino en materia de Derecho de Propiedad de
lo que nos da cuenta el tomo segundo de sus ya citados "Studi giuridici".
La reforma del Código Civil Italiano tuvo su fase crucial "entre los últimos meses de
1939 y los primeros días de 1941", según palabras textuales de Filippo Vassalli planteadas
en su fundamental estudio "Motivi e caratterí della codificazlone civile", publicado en sus
"Studi giuridici", volumen tercero, tomo II, "Studi varii" (1945-1955), págs. 605 a 639, con
LEGALES EDICIONES
200
F il o s o f ía d e l D erech o
materias del Código de Comercio y como desarrollo lógico a la ideología de la "Carta del
Lavoro” a la codificación Civil". No se puede negar la influencia de la ideología fascista y de
las intervenciones personales del propio Dino Grandi según resulta de un significativo dis
curso del Ministro Dino Grandi intitulado "Tradizione e rivoluzione nei codici mussoliniani.
Discorso pronunciato in occasione del Rapporto tenuto dai Duce alie Commissioni per la
riforma dei codici il 31 gennaio 1940", XVIII, en el Palazzo Venezla, Roma, 1940, citado por
Maura Piccialuti Caprioli en su estudio "Documenti d'archivio sulla codificazione del 1942",
en el volumen de Autores Varios: "Per Francesco Calasso. Studi degli allievi", pág. 566, nota
3 ; Bulzoni Editore, Roma, 1978.
Este apasionante tema ha sido muy bien desarrollado por Maura Piccialuti Caprioli
en su estudio precedentemente citado. Véase, además, de Rosario Nicoló la voz "Códice
Civile", en la "Enciclopedia del Diritto", volumen Vil, (Cir-Compa), págs. 240 a 250, Giuffré
editore, Milano, 1960; Véase, además, de Alberto Asquini la voz : "Códice di commercio"
en la "Enciclopedia del Diritto", volumen Vil, (Cir-Compa), págs. 250 a 255, Giuffré, editore
Milano, 1960; véase, además, de John H. Merryman "Lo "stile italiano": le fonti", publica
do en la Rivista Trimestrale di Diritto e Procedura Civile, año 1967, pág. 709 y siguientes
Alberto Asquini "Dieci anni dopo l'abrogazione del códice di commercio" en sus "Scritt
giuridici", volume terzo, págs. 99 a 117, Cedam, Padova, 1961; del mismo Asquini véase
"Una svolta storica del diritto commerciale", en sus "Scritti giuridici", cit., págs. 65 a 77
Roberto Bonini: "Appunti di storia delle codificazioni moderne e contemporanee", secondí
edizione, pág. 49 y siguientes, especialmente, pág. 62, Patrón editore, Bologna, 1990.
Para concluir debo referirme a las propias ideas de FILIPPO VASSALLI expuestas en si
"Esame di concierna di un giurista europeo", reflexión publicada en sus "Studi giuridici", III
2, cit., pág. 765-777 y, sobre todo, en "La missione del giurista nella formazione delle leggi'
reflexión publicada en los "Scritti giuridici in onore di Francesco Carnelutti", volume primo
"Filosofía e teoría generale del diritto", p. 491-503, Cedam, Padova, 1950.
FILIPPO VASSALLI fue, indiscutiblemente, un notable maestro del Derecho Civil y uno
de los más geniales representantes de la "scuola italiana del diritto".
ROBERTO DE RUGGIERO nació en Roma en 1875 y murió allí mismo en 1934. Romanis
ta y civilista, fue profesor en las Universidade de Ñapóles. Producto de sus investigaciones,
fueron sobre todo "La critica delle fonti e ¡I método comparato nello studio del diritto ro
mano" y sobre todo sus "Instituciones de Derecho Civil", cuya primera edición se escribió
en 1911 con el titulo de "Introduzione alie scienze giuridiche e Istituzione di diritto civile'
editada por Alvano, 1911 y cuya sétima edición se publicó en 1934. Llamado a integrar I a
reforma del Código Civil, tanto en la "commissione per il dopo guerra", cuanto en la suce
siva "Commisione Reale", fue el ponente de la relación sobre el título V intitulada "Della
parentela e dell'affimtá".
La figura de De Ruggiero está vinculada a la de FULVIO MAROI quien nació en Avellin :>
en 1891 y murió en Roma en 1954 quien fue profesor en la Universidad de Parma y lueg :>
en la de Tormo y finalmente en la Universidad de Roma para dictar el curso de "Institi-
ciones de Derecho Privado". Con tal motivo, reeditó y actualizó las "Instituciones" de Da
LEGALES EDICIONES
Ruggiero; pero, además, publicó también dos volúmenes de "Scritti giuridici" publicadcs
en 1956 por la editorial Giuffré de Milano.
Fulvio Maroi fue autor de la ponencia sobre el título primero: "Delle persone fisiche'.
GIOVANNI BRUNETTI nació en Florencia en 1867 y murió en 1935. Fue profesor de
Derecho Romano y de Derecho Civil en la Universidad de Messina, luego en la de Módena
y finalmente en la de Florencia, donde Brunetti presidió por largos años la Facultad de De
recho. En 1924 fue llamado a la "Commissione reale per la riforma dei codici". Su actividad
estuvo dedicada fundamentalemnte a los trabajos de la nueva codificación civil y parti
cularmente al nuevo Derecho de Familia. Su tema favorito fue "La declaración judicial ce
muerte presunta"; así como también "La acción de paternidad y la acción de alimentos d :l 4
hijo natural en el proyecto de reforma del libro primero del Código Civil". Es suya también ll
201
J o sé A n t o n io S ilva V a l l e jo
otra ponencia intitulada "Modalitá sospensive e trasmissibilitá del diritto nelle successioni
testamentarie - contributo ai lavori della Commissione reale per la riforma dei Codici".
FRANCESCO FERRARA nació en Avola el 21 de enero de 1877 y murió en Nápoles el 11
de diciembre de 1941. Fue discípulo de G1ACOMO VENEZIAN, uno de los grandes patriar
cas de la escuela civilista italiana, nacido en Trieste en 1861, muerto en combate luchando
bajo las ordenes del mariscal Cadorna, en la tercera batalla del Isonzo, en la meseta del
Carso, que duró entre el 18 de de octubre al 3 de noviembre de 1915. Los informes oficia
les del frente de combate hicieron hincapié en el magnifico valor de la infantería italiana
y, en particular de sus oficiales en campaña. Los oficiales italianos procedían de las clases
educadas, como el profesor Venezian quien fue un ferviente patriota y murió como un
luchador a los 54 años; pero, sobre todo, es considerado, unánimemente, como uno de los
patriarcas de la "scuola italiana del diritto civile". El pensamiento de Venezian sobre el ne
gocio jurídico indirecto, sobre el fraude y sobre la simulación me sirvió de inspiración para
reflexionar sobre la Mala Fe que fue el tema de mi tesis de Bachillerato, en 1959 (véase: J.
A. Silva Vallejo: "La Mala Fe en el Proceso Civil" en "La Ciencia del Derecho Procesal", pág.
1080, Lima, 1991).
Discípulo de Venezian fue FRANCESCO FERRARA quien, a su vez, fué un brillante pro
fesor en las Universidades de Camerino, Macerata y Bolonia. Su tesis de laurea versó so
bre la simulación: "Della simulazione dei negozi giuridici", Milano, 1906; 5- edición, 1922;
escribiendo, a continuación, "Teoría del negozio illecito", 2a edición, Milano, 1913. Luego,
su pensamiento se desarrolla en la cátedra de Derecho Civil en la Universidad de Nápoles,
siendo su tema favorito el de las personas jurídicas consagrado en el "Trattato di diritto
civile italiano" dirigido por Filippo Vassalli, volumen segundo, tomo II, publicado por la
U.T.E.T, Torino, 1938, obra que tuvo una segunda edición en 1956 y una reedición en 1958,
Sus ensayos exponen típicamente su pensamiento: "La teoría delle persone giuridiche
nel progetto di códice civile italiano" publicado en sus "Scritti giuridici" impresos por la edi
torial Giuffré, Milano, 1954; así como "Costituzione di persona giuridica in frode alia legge"
y "Diritto delle persone e di famiglia", editorial Jovene, Napoll, 1941.
Francesco Ferrara también fue un notable historiógrafo de la escuela italiana del De
recho. En tal sentido publicó: "Un secolo di vita del diritto civile (1839 -1939)". Id: "II con
tributo italiano aglí studi nel campo del diritto civile, negll ultimi cento annl", Torino, 1939,
traducido al castellano, conjuntamente con el estudio de Francesco Carnelutti: "Usucapión
de la propiedad industrial", editorial Porrúa, México, 1945.
ANTONIO AZARA nació el 18 de enero de 1883 en la Cerdeña y murió en 1967. Ingresó
a la Magistratura en 1907 y llegó a ser Presidente de la Corte de Casación en 1952. Fue
también Senador de la República por el Partido Demócrata Cristiano, Presidente de varias
Comisiones, Ministro de Justicia y representante de Italia ante la Asamblea General de
las Naciones Unidas. Dirigió desde 1957, con Ernesto Eula, la brillante enciclopedia "No-
vissimo Digesto Italiano", editada por la Unione Tipográfico - Editrlce Torinese (U.T.E.T.)
que constituye una de las mejores fuentes para estudiar el pensamiento jurídico italiano.
Anteriormente co-dirigió con Mariano D'Ameiio la antecesora a esta gran enciclopedia:
LEGALES EDICIONES
el "Nuovo Digesto Italiano" también editada por la U.T.E.T., entre 1937 a 1940. La prime
ra edición de esta gran enciclopedia se intituló "Digesto Italiano" fundado y dirigido por
Giusseppe Saredo, Luigi Lucchini y Pasquale Fiore y se publicó entre 1884 a 1921, también
editada por la U.T.E.T.
ANTONIO AZARA fué uno de los representantes de la Comisión Italiana para elaborar
el Proyecto franco-italiano del Código de las Obligaciones y Contratos aprobado en París
en octubre de 1927, llegando a ser su secretario bajo la Presidencia de Vittorio Scialoja.
Así mismo, integró la Comisión encargada de proponer los proyectos para la reforma del
Código Civil según lo establecido por el Real Decreto del 3 de junio de 1924, intregándose a
dicha Comisión Real con los magistrados Alfredo Jannitti y Fulvio Maroi. Con tal motivo, fue
f ponente de la relación sobre la sección quinta intitulada "Del patrimonio familiar". Esta
202
F il o s o f ía d e l D erech o
propuesta de Antonio Azara a la "Commissione reale" dió lugar a una notable reflexión
intitulada "II patrimonio familiare nel futuro códice civile italiano e i beni di famiglla nella
legislazione straniera" publicada en los "Studi in onore di Alfredo Ascoli", págs. 245 a 270.
Pero, además fue el relator de la ponencia intitulada "Delle cose di proprietá pubbiica
e di quelle di proprietá privata dello Stato e degli altri enti pubblici"; así como también de
la referente a "Del condominio degli edlfici".
La figura de Antonio Azara fue la de un notable intelectual, un gran político y un gran
magistrado de la Corte de Casación.
Pero, además, escribió obras notables, entre las que me permito destacar: "La per-
sonalitá umana nelle dottrine giuridico-sociali", Roma, 1920; "I diritti dell'usufruttuano"
Milano, 1926; "La locazione", Milano, 1928; "II patrimonio familiare", Firenze, 1930; "Di-
ritto delle persone e diritto di famiglia", Roma, 1935; "Propieté et droits réels", París, 1939;
"Reformen der Personenstandgesetzgebung in Italien", Berlín, 1940; "Problemi della legis
lazione e della giustizia", Roma, 1948; "La magistratura di Sardegna", Roma, 1952; "Ques-
tioni attuali suH'amministrazione della giustizia", Roma, 1953; "Amnistía e indulto", Roma,
1953; "La giustizia nel Vangelo e nel costume odierno", Roma, 1954; "Politique du Conseil
de l'Europe" Roma, 1955; "Riflessi economici, giuridlci e politici del problema agrario nel
campo ¡nternazionale", Firenze, 1956; "Considerazioni sui trattati europei", Roma, 1957.
GEROLAMO BISCARO nació en Treviso en 1858 y murió en Roma en 1937. Magistrado
de carrera llegó a ser Presidente de Sección de la Corte de Casación. En 1924 fue nombra
do miembro de la subcomisión para la reforma del Código Civil y fue ponente de la relación
intitulada "De la tutela de los menores", así como también "De la emancipación".
ANTONIO CICU nació el 10 de junio de 1879 y murió en Bolonia a los 83 años, el 8
de marzo de 1962. Fue uno de los más grandes civilistas italianos de todos ¡os tiempos,
profesor en la Universidad de Bolonia, donde sucedió a otro gran maestro: GIACOMO VE-
NEZIAN (1861-1915). Venezian, como ya lo dije anteriormente al evocar la figura de Ferra
ra, pertenece de lleno a la era de los patriarcas en la escuela civilista italiana, sus doctrinas
nos han servido de inspiración y aun nos seguirán inspirando para profundizar el eterno
problema del negocio jurídico indirecto, del fraude y de la simulación en el Derecho Civil
y Procesal.
ANTONIO CICU fundó en 1947 conjuntamente con Enrico Redenti y Walter Bigiavi la
Rivista trimestrale di diritto e procedure civile, editada por la Giuffré de Milán, revista que
constituye, hasta nuestros días, una de las más brillantes publicaciones trimestrales del
pensamiento jurídico italiano.
Las doctrinas de Cicu están planteadas en su volumen programático sobre "ElDerechc
de Familia" publicado en 1914 y traducido al castellano por Santiago Sentís Melendo, con
un estudio preliminar y adiciones por Víctor Neppi, Ediar, Sociedad Anónima, Editores,
Buenos Aires, 1947; libro éste en el que se incluyen los artículos del Código Civil Italiano
referentes al Derecho de Familia en los que fue ponente el maestro Antonio Cicu. En 1939
publicó un notable ensayo intitulado "Lo spirito del diritto familiare nel nuevo códice civi
LEGALES EDICIONES
le" La tesis fundamental de Cicu es que el Derecho de Familia, si bien disciplinado en ei
Código Civil, constituye un tertium genus entre el Derecho Público y el Derecho Privado,
pero sin dejar de pertenecer a este último. El programa revolucionario de Cicu radica en
la publicización del Derecho de Familia que, paradojalmente, constituía el núcleo central
por antonomasia del Derecho Privado. La tesis de Cicu plantea una analogía entre le
esencia de la Familia y la esencia del Estado, por lo que, en consecuencia, en la Familia,
como en el Estado, los miembros singulares se hallan, entre si, en una relación de subor
dinación a un poder superior.
También en el Derecho de Sucesiones los aportes de Cicu fueron decisivos. Así, le
distinción entre la "cuota de legitima" y la "cuota hereditaria"; así también la concepción
de la división hereditaria como subrogación real sobre cuyos temas disertó brillantemente
203
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
en otro libro clásico suyo intitulado "La Successione ereditaria", Dott. A. Giuffré Editore,
Milano, 1954.
Pero el pensamiento jurídico del maestro Cicu no se agota con sus dos grandes doc
trinas sobre el Derecho de Familia y el Derecho de Sucesiones -materias en las que fue
ponente en el Código Civil Italiano de 1942-, También trató Cicu sobre las servidumbres
prediales, el usufructo, el matrimonio, la filiación y la adopción, temas en los que descolló,
haciendo de Cicu a una de las más grandes figuras de la escuela civilista italiana del siglo
XX.
FRANCESCO MESSINEO nació en Reggio Calabria el 2 de junio de 1886 y murió el IB
de marzo de 1974. Su obra juvenil empieza con la traducción, introducción y notas a un
libro genial: "Lineamientos de Filosofía del Derecho" de Hegel, publicado en 1903 cuya se
gunda edición se publicó en 1954. En el fondo, Messineo era un temperamento filosófico,
inspirado por el pensamiento de Hegel. Yo creo que los grandes juristas son en el fondo,
condente o inconcientemente, grandes filósofos. Profesor de Derecho Civil en la Univer
sidad de Messina, luego, en Ferrara, Macerata y, finalmente en la Universidad Católica del
"Sacro Cuore" de Milán.
Luego de su obra juvenil Messineo escribió en 1915 su "Teoría dell'errore ostativo".
Otro libro suyo que nos ha inspirado es "II negozio giuridico plurilaterale", Milano, 1927;
así como también "I titoli di crédito", Padova, 1928. Debo aún citar una colección de estu
dios intitulada "Operazioni di banca e di borsa" (publicada en 1926, reeditada en 1953 y
en 1966), reunida en 2 volúmenes, ensayística, ésta, que lo inspiró para fundar en 1934 y
dirigir hasta su muerte, el l 2 de marzo de 1974, la revista "Banca, Borsa e Titoli di crédi
to", rivista di dottrina e giurisprudenza, editada por la Giuffré de Milano, que constituye,
hasta nuestros días, otra de las grandes revistas del pensamiento jurídico italiano. Así mis
mo Integró el Comité de Dirección de la "Rivista trimestraie di diritto e procedura civile"
fundada por Cicu y por Redenti en 1947, organo dialéctico y central atómica de la "scuola
italiana del diritto".
El pensamiento de Messineo culmina y está simbolizado por dos grandes obras fa
mosas: su "Manual de Derecho Civil y Comercial", traducción de Santiago Sentís Melen-
do, Prólogo de Vittorio Neppi, 9 tomos, Ediciones Jurídicas Europa-América, Buenos Aires,
1954; y su otra no menos famosa obra clásica: "Doctrina General del Contrato", traducción
de R. O. Fontanarrosa, S. Sentís Melendo y M. Volterra, notas de Derecho Argentino por
Vittorio Neppi, 2 tomos, Ediciones Jurídicas Europa-América, Buenos Aires, 1952.
Desde estas dos grandes obras el pensamiento de Messineo ha influido poderosa
mente en la escuela civilista y comercialista peruana, tanto en la doctrina, como en la juris
prudencia. Los considerandos de nuestras sentencias estaban influenciados, tanto en sus
"ratio decidendi" cuanto en sus "obiter dictum" por las doctrinas de Francesco Messineo;
y así lo citábamos, una y otra vez, al dar cuenta de mis expedientes en la Sala Civil de la
Corte Suprema, Inspirándonos en el gran ponente del Libro IV del Código Civil Italiano de
1942 que trata "De las obligaciones".
LEGALES EDICIONES
204
civile italiano" dirigido por Filippo Vassalli, volumen segundo, tomo II, publicado por la
U.T.E.T, Torino, 1938, obra que tuvo una segunda edición en 1956 y una reedición en 1958.
Sus ensayos exponen típicamente su pensamiento: "La teoría delle persone giuridiche
nel progetto di códice civile italiano" publicado en sus "Scritti giuridici" impresos por la edi
torial Giuffré, Milano, 1954; así como "Costituzione di persona giuridica in frode alia legge"
y "Diritto delle persone e di famiglia", editorial Jovene, Napoli, 1941.
Francesco Ferrara también fue un notable historiógrafo de la escuela italiana del De
recho. En tal sentido publicó: "Un secolo di vita del diritto civile (1839 -1939)". Id: "II con
tributo italiano agli studi nel campo del diritto civile, negli ultimi cento anni", Torino, 1939,
traducido al castellano, conjuntamente con el estudio de Francesco Carnelutti: "Usucapión
de la propiedad industrial”, editorial Porrúa, México, 1945.
ANTONIO AZARA nació el 18 de enero de 1883 en la Cerdeña y murió en 1967. Ingresó
a la Magistratura en 1907 y llegó a ser Presidente de la Corte de Casación en 1952. Fue
también Senador de la República por el Partido Demócrata Cristiano, Presidente de varias
Comisiones, Ministro de Justicia y representante de Italia ante la Asamblea General de
las Naciones Unidas. Dirigió desde 1957, con Ernesto Eula, la brillante enciclopedia "No-
F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
Editore, Milano, 1942; PANDOLFELLI G. - SCARPELLO G. - STELLA RICHTER M. - DALLARI
G.: "Códice Civile: Libro del lavoro (illustrato con lavori preparatori e disposizioni di attua
zione e transitore)", Dott. A. Giuffré Editore, Milano, 1942; NATALINO IRTI (1936): "Scuole
e figure del diritto civile", 2S ed., 2002; id.: "La edad de la decodificación", editorial Bosch,
Barcelona, 1992; FRANCESCO SANTORO-PASSARELLI: "Spirito del diritto del lavoro" en
sus "Saggi di diritto civile", volume secondo, pág. 1069 y ss., Casa Editrice Dott. Antonio
Jovene, Napoli, 1961; PIETRO RESCIGNO: "Introduzione al Códice Civile", Bari, 1992; PIE-
TRO RESCIGNO: "Matrimonio e famiglia. Cinquant'anni del diritto italiano", G. Giappichelli
Editore,Torino, 2000; PIETRO RESCIGNO: "Persona e comunitá. Saggi di diritto privato", :¡
vols., Cedam, Padova, 1987; AUTORES VARIOS: "La Civilistica italiana dagli anni 50 ad oggí. A
Tra crisi dogmática e riforme legislative", Cedam, Padova, 1991; GIORGIO OPPO: "Scrittí ff
205
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
giuridici", vol. 1,: "Diritto dell'impresa", "Ricordo di Alberto Asquini", "Líniziativa econó
mica" "Impresa e imprenditore", etc.; Vol. 2: "Diritto delle societá"; vol. 3: "Obbligazioní
e negozio giuridico"; vol. 4: "Banca e titoli di crédito"; vol. 5: "Persona e famiglia"; vol. 6;
"Principi e problemi del diritto privato"; Cedam, Padova, 1992; GUIDO ALPA- PAOLO ZAT-
Tl: "Letture di diritto civile"; Cedam, Padova, 1990; GUIDO ALPA-GIUSEPPE SBISÁ-PIETRO
MARÍA PUTTI: "Antología di leading cases"; Cedam, Padova, 2001; GUIDO ALPA-PAOLO
ZATTI: "La riforma del codici civile", Cedam, Padova, 1994.
r ^ L o n y z in "ran w u n o m u
Esta es la idea y esta es la conclusión. Sostengo, pues, que también la reforma del
Código Civil peruano ha de inspirarse en este principio del sistema: la unificación de! Dere
cho Civil y Comercial a la luz de la doctrina de la empresa. Esto quiere decir que el Código
peruano de 1984 con las reformas técnicas que se han sugerido o que estén por sugerirse
por cada uno de sus Libros, debe incorporar a su estructura sistémica un nuevo Libro que
trate de la empresa. En suma, considero que el proyectado Código de la Empresa que
se está plasmando en sede legislativa como sucedáneo al Código de Comercio, debe ser
i
incorporado al Código Civil, no sólo para su fortalecimiento por ser la segunda norma de
importancia en el país, sino porque, la abrogación del Código de Comercio debe plantearse
en sede civil mediante un nuevo Código que incluya entre uno de sus libros a la Empresa.
La atingencia de que ciertas normas específicas no puedan ser incorporadas al Código
Civil, por ser especiales, tales como el contrato de seguro, el de transporte o de los contra
tos bancarios, constituyen meras aporías sistémicas, que se superan a la luz del Derecho
Comparado, de la Teoría General del Derecho y de la unificación sistemática. Entran aquí
en juego dos contrapuestos principios de técnica legislativa que el gran procesalista espa
ñol Niceto Alcalá Zamora y Castillo denominaba principio de conservación y principio de
innovación. Por el primero, el legislador no debe olvidar nunca, que por muy viejo que sea
un edificio, siempre de su derribo se obtienen materiales para construcciones futuras: por
el segundo, se remedian los males observados durante la aplicación del Código.
Por tanto, el principio ¡nnovativo justifica la inclusión de estos temas en la reforma del
Código Civil, alma mater de los Códigos. Así lo demuestra el Derecho Comparado, el pro
ceso de reforma del Código Civil Italiano y más recientemente, el Código Civil Holandés de
1992, el Código Civil Brasileño del 2002, el Proyecto de Código europeo de las Obligaciones
y Contratos y el Código Civil Agentino del 2015.
ticismo metódico, así como por el manejo del Derecho Comparado y de la Sociología Jurí
dica. Aludo así a las más recientes tendencias del procesalismo italiano y concretamente,
a la escuela de la justicia social y constitucional, cuya ideología está representada por las
doctrinas del profesor MAURO CAPPELLETTI (1927-2004) notable procesal-comparatista,
discípulo y continuador del maestro Calamandrei, profesor en Florencia en la Universidad
de Ciencias Procesales con sede en Fiésole, en la Universidad de Stanford y en nuestra
Universidad de San Marcos y de MICHELE TARUFFO (Nacido en Pavía, en 1943; profesor en
Pavía, autor de obras notables como "La prueba de los hechos" "El vértice ambiguo" "La
motivación de la sentencia civil" entre otras obras luminosas.
Permítaseme trazar un esbozo de la reseña de los grandes procesalistas italianos a
partir de Ludovico Mortara (1855-1937); después de liquidar la rutina de los estudios
206
F ilosofía del D erecho
207
J osé A ntonio S ilva V allejo
"A esta ciencia dedicó Mortara (para no hablar de los escritos menores) tres obras
principales que voy a señalarlas en su progresión de volumen y de estructura, como las
que en primer término deben encontrarse en vuestra biblioteca de estudiantes y después
de abogados, de magistrados y de funcionarios".
"Pero la obra a la que va unida de manera duradera la fama de Mortara como proce-
salista es el “Commentario del Códice e delle leggi di procedura civile", amplia exposición
sistemática en cinco volúmenes, en la que, como abogados o magistrados, encontraréis
ampliamente desarrolladas todas las cuestiones, tanto de principio como de detalle, que
florecen en el curso del proceso. Particularmente, el primer volumen de esta obra, con su
magistral reconstrucción de la doctrina de las relaciones entre la jurisdicción, la legislación
y la administración, con sus páginas fundamentales sobre la justicia administrativa y sobre
las relaciones entre las diversas jurisdicciones, proporcionará alimento sustancioso e indis
pensable a vuestra educación no sólo de procesalista sino de jurista en general".
"Fue mérito grande de Mortara el haber colocado (de la manera que sólo su prepara
ción en derecho público podía permitir hacerlo) el proceso civil en su justa luz de instituto
de derecho público, lo que constituyó el punto de partida de los progresos posteriormente
realizados en nuestro campo".8
Con estas palabras decisivas de Chiovenda se hace la luz sobre el verdadero lugar que
debía y debe ocupar el ¡lustre profesor mantuano.
La reforma de 1901 regulaba el proceso sumario y se inspiraba en la Oralidad. El
régimen del proceso sumario se inspiraba en las propuestas de Mortara y rigió hasta el
20 de abril de 1942 cuando entró en vigencia el Nuevo Código de Procedimiento Civil.
Mortara fue el padre, el inspirador de la reforma de 1901, que acogía sus doctrinas plan
teadas 10 años antes en el Congreso de Florencia de 1891 y sustentadas en sus obras "II
processo sommario" (Relazione), Mantua, 1879; "La riforma delprocedimento sommario
(Relazione), Firenze, 1891, etc.
El pensamiento y el "esplritualismo" de Mortara solo se comprende interpretando
con profundidad su renuncia a la cátedra de Nápoles en la que brillaba como el más alto
exponente del procesalismo italiano.
El 4 de Diciembre de 1902, Ludovico Mortara renunció sorpresivamente a su cátedra
de Nápoles para abrazar la magistratura. La abnegación de esta renuncia es de un pro
fundo significado moral y espiritual cuya abnegación es similar a la de un santo o a la de
un sacerdote, en cuanto supone dejar atrás la abstracción teórica de la docencia por la
concreción de la sentencia y, sobretodo, la austeridad de la vida de un juez que debe ser
similar a la de un sacerdote cuando lleva por vocación el hábito de una orden religiosa.
Hecha la cita de Mortara procede ahora referirnos a Chiovenda (1872-1937)
Mérito grande el de Chiovenda fue la adopción Mérito grande, el de Chiovenda, fue la
adopción de un nuevo método, esencialmente histórico, en el cual, el pensamiento busca
nuevas fuentes de inspiración, especialmente, en Roma y Alemania, a diferencia del pen
samiento exegético -representado principalmente por Mattirolo -que se mantenía en los
LEGALES EDICIONES
208
F ilosofía del D erecho
trucción. Todo lo que se ha hecho después en Italia y en América, parte de sus premisas
sistemáticas y toda la falange de maestros y escritores posteriores no ha hecho más que
ampliar los cauces que él había señalado. "El pensamiento de Gluseppe Chlovenda, ha di
cho Calamandrei, aparece todavía en el campo de los estudios de derecho procesal como
el anticipo de un precursor que mira hacia el futuro"10. La obra de Giuseppe Chiovenda
nos acompañará durante mucho trayecto, aún cuando las leyes del proceso hayan sido
cambiadas, porque sus teorías se nos presentan, en sus líneas maestras, como el sistema
anticipadamente creado para ¡lustrar las leyes del futuro".11
La obra científica de Chiovenda se ilumina, además, por su rigurosidad dogmática por
su precisión bibliográfica, por su amor a la investigación histórica, que lo convierte en un
clásico por antonomasia del proceso y en el maestro por excelencia en el estudio de nues
tra disciplina.
Comparando su método con el de otro gran maestro italiano, ha dicho
H Calamandrei "Si yo debiese definir con una sola palabra el estilo de
Chiovenda, lo llamaría "clásico", ya que clasicismo quiere decir com
postura y solidez, ecuanimidad en los juicios sentido de la continuidad
histórica y una cierta repugnancia a hablar en primera persona. Y agre
ga: "Todos nosotros, llegados a los estudios procesalísticos después del
clasicismo de Chiovenda, tendemos un poco, como sucede siempre al
final de los períodos clásicos hacia el barroco. Pero si la genial exube
rante de este estilo no es inconveniente en la obra excepcional de Francesco Carnelutti,
cuyas arquitecturas grandiosas están entre el estilo de Miguel Angel y el de Bernini, yo no
querría que los jóvenes, encantados por las extraordinarias cualidades que él sólo posee
y que, cuanto más admirables son en él tanto menos se prestan a ser imitadas sin caer en
la necedad, se alejasen del camino real de los estudios (que es el seguido por Chiovenda)
haciéndose la ilusión de que en la investigación científica el ingenio fácil pueda proceder
sin la fatigosa cultura, y que un genial ignorante sea preferible a un conocimiento erudito
que tiene el buen gusto de no haber descubierto la América".12
La rigurosidad en el manejo de las fuentes bibliográficas, su diálogo perenne con las
estanterías colmadas hasta el techo, en aquél su propósito jamás traicionado de no ex
poner conclusiones sino después de haber hecho (como se lee en el Prefacio a sus "Insti
tuciones" y como nos lo recuerda Calamandrei) "la cuenta escrupulosa de su formación"
hacen de Chiovenda una "gran inteligencia de estudioso y, al mismo tiempo, altísima con
ciencia moral; y, por esta fusión de doctrina y de carácter, maestro ejemplar de ciencia y
de humanidad".13
De allí que, sus discípulos hablan de "Aquel fervor, de aquella poesía de la ciencia, que
los procesalistas han heredado de Giuseppe Chiovenda".14
Para terminar, nada mejor que recordar las palabras del más fiel de sus discípulos:
"Era verdaderamente una grande alma Giuseppe Chiovenda,
un espíritu hecho de luz:
uno de esos hombres que el haberle conocido LEGALES EDICIONES
le basta a uno para dar sentido a la vida.
En medio de tantas amarguras,
10 CALAM ANDREI: “El Maestro, en Rivista di Diritto Processuale Civile”, 1937, tomo I, y en el vol. Chio
venda. Recuerdo de Juristas, p. 85, Ejea., Buenos Aires, 1959.
11 Ibid., p. 87.
12 CALAM ANDREI, El método, en el vol, antes citado, p. 12 1.
13 CALAM ANDREI, Recuerdo de Giuseppe Chiovenda, en ob. cít., p. 12 1.
14 Ibid., p. 124.
209
J osé A ntonio S ilva V allejo
L A V I D A Y E L P E N S A M I E N T O D E F R A N C E S C O C A R N E L U T T I 16
¡Francesco Carnelutti ha muerto! Quien fuera el sumo maestro del procesalismo cien
tífico contemporáneo ha fallecido en toda la excelsitud de su ancianidad gloriosa, cúspide
de la más bella y armoniosa existencia en que encarnó un alma que supo expresar, como
nadie, el arte y la poesía del Derecho y la inigualable geometría del conceptualismo puro.
Nacido en Udine el 15 de mayo de 1879, hijo del ingeniero don Giu-
0 seppe Carnelutti y de doña Luisa Missiaglia, realizó sus estudios en
la Universidad de Padua, en la que fue discípulo predilecto del gran
Vittorio Polacco, gran maestro de Instituciones de Derecho Civil y de
Sucesiones, con cuyo texto en su versión castellana, nos hemos delei
tado. Luego, se recibió con una tesis de Derecho Comercial acerca de
las "universitates rerum", problema sobre el cual reposa la teoría de la
hacienda comercial, tema por el cual mostró el maestro su predilec
ción constante en reiterados ensayos.17
Personalidad polifacética, escritor deslumbrante y sugestivo, Carnelutti fue un gran
abogado, un orador fascinante y un gran dialéctico en el foro y en la cátedra universitaria
donde nos reveló la multiplicidad de su genio en todos los ámbitos de la ciencia y de la
filosofía del derecho. Comercialista eminente, pionero entre los laboralistas y cultores del
Derecho Industrial, penalista revolucionario que anticipó en varios años el advenimien
to de la doctrina del delito como acción finalista, jusfilósofo brillante, con clarividentes
intuiciones era, también, como lo quería Nietzsche, un hombre que vivía y que pensaba
al margen y más allá de la escuela y de los dogmas; de allí su condena a Manzini y a su
escuela técnico-jurídica, de allí su critica a Chiovenda y sus disputas con Redenti y con
Calamandrei; de allí su crítica constante a sus propios seguidores: "si quieres imitarme,
no me imites, porque yo no imito a nadie", Carnelutti ha sido, por esto o a pesar de esto,
el más grande de los procesalistas; y con ello, su imagen, completada con el perfil de le
gislador y de humanista, se asemeja a la de una de esos bronces del Renacimiento de los
que se decía, como se decía de los grandes jurisconsultos romanos: "vir bonus dicendi
peritus".
Profesor de Derecho Industrial en la Universidad Comercial Bocconi de Milán, de 1909
a 1912, Carnelutti se inició en la docencia y en la investigación jurídica, estudiando, en pri
mer lugar, la doctrina de los infortunios del trabajo: la infortunística laboral y, en especial,
LEGALES EDICIONES
210
F ilosofía del D erecho
LEGALES EDICIONES
"Angelo Sraffa
está en la raíz de mi vida de jurista.
Si tuviese espacio, quisiera reclamar
el capítulo de "Mío fratello Daniele",
en el cual he hablado de él
como de mi benefactor, de una parte,
y de otro, como uno de los beneméritos, en primerísima línea,
de la Escuela Jurídica Italiana".
(Rivista di Diritto Processuale, 1963, p. 43 )
211
J osé A ntonio S ilva V allejo
EL MÉTODO CARNELUTTIANO
¿Cuál es, pues, en primer lugar, el método de Carnelutti?
No expresamente, sino implícitamente se ha referido el maestro a su propio método
de trabajo.
"He debido por lo tanto volver
a meditar largamente, y a fondo,
esta interesante cuestión.
Para resolverla he tenido que hacer
más bien síntesis que análisis
usando extensamente, de lo que llamo método
comparativo interno".
(Usucapión de la propiedad industrial, Editorial Porrúa, México,
1945, pág. 18)
LEGALES EDICIONES
18 Scuola italiana del diritto, en Riv. di Dir. Proc. Civ., 1936, tomo I, p. 3, traducción española en Estudios de
Derecho Procesal, tomo I, p. 3 Ejea., Buenos Aires, 19 51. Profilo delpensiero giuridico italiano en Discorsi
intorno al diritto, vol. II, p. 163, Padova, Cedam, 1953.
19 Cfr. CAM ILO VITERBO: “ Vittorio Scialoja y el origen de la moderna escuela italiana del derecho”, en En
sayos de Derecho Comercial y Económico. Tea, Buenos Aires, 1948, pp. 395 y ss., especialmente la p. 396.
20 Ctr., para mayores referencias, su Metodología del Derecho, traducción española, Uteha, México, 1940, y
una síntesis en Revista de Derecho y Ciencias Políticas y Sociales, Trujillo, enero de 1965, año I, N ° 1, pp. 2 1
y ss.; Cfr. luego especialmente, Controversie sul método en Discorsi intorno al diritto, vol. II, pp. 105 y SS.,
212
F ilosofía del D erecho
Cedam Padova, 1953, finalmente, Nuove riflessioni intorno al método, II método del no so come, y Profilo
dei rapporti ira scienza e método sul tema del diritto en Discorsi intorno al diritto, vol. III, Padova, Cedam,
1961.
213
J osé A ntonio S ilva V allejo
21 Cfr. Al respecto, Chiovenda: Rom anism o y G erm anism o en el Proceso C iv il (1901), y La acción en el siste
LEGALES EDICIONES
ma de los derechos (1903), que son las dos grandes prolusiones al sistema y al método de Chiovenda y de
su escuela. Mucho después, Calamandrei, aludiendo al método de Chiovenda, lo definió así:
“Si yo debiese definir con una sola palabra el estilo de Chiovenda, lo llamaría “clásico” ya que clasicismo
quiere decir compostura y solidez, ecuanimidad en los juicios, sentido de la continuidad histórica, y una
cierta repugnancia a hablar en primera persona”. Calamandrei: Chiovenda, Recuerdo de Juristas, p. 83,
Ejea., Buenos. Aires, 1959.
22 Sobre el método de Carnelutti, véase la fundamental interpretación critica efectuada por Calamandrei:
“Sobre el sistema y sobre el método de Carnelutti”, en Riv, di dir. proc. civ., 19 4 1, tomo I, p. 365, y 1942,
tomo I, p. 93, reproducida en sus Studi sul processo civile, vol. V, traducida al castellano en el breviario
intitulado Los estudios de Derecho Procesal en Italia, p 157 y ss. Véase además: Lugi Caiani: La Filosofía dei
giuristi italiani, Padova, Cedam, 1955; especialmente, pp. 79 a 1 1 1 : Francesco Carnelutti e ilproblema del
giudizio.
23 C f r. “Estudios de Derecho Procesal”, tomo I, p. 53, Ejea. Buenos Aires, 1952.
214
F ilosofía del D erecho
creador de esta revista y el que lo animó a publicar sus primeros artículos: así empezaron
sus ensayos, estudiando los accidentes "¡n itiñere" y los problemas de la infortunística
laboral24 y, así siguieron luego, sus ensayos de derecho civil25 y comercial26 los cuales giran
en torno al problema de la hacienda comercial, a la noción del exceso de poder en las
deliberaciones societarias y a la tutela y protección de las minorías en el tan interesante
problema de la Impugnación de los acuerdos sociales; así siguió, también la Teoría Jurídica
de la Circulación27y la Teoría Cambiaría28; pero, también simultáneamente, sus estudios e
investigaciones sobre el derecho industrial.29
Tal vez nadie mejor que Julio Ascareiü, el gran comercialista de Bolonia, supo expresar
en enjundiosa síntesis la esencia del pensamiento carneluttiano en materia de Derecho
Comercial cuando dijo:
"Camelutti no solo pertenece plenamente a la historia de nuestra doctri
na comercial, sino asume en ésta una posición absolutamente personal
que en él hace también en este campo un Maestro y un Jefe de escuela".30
Ciertamente, pero esta calidad de "caposcuola" a la que aludía el insigne Ascarelll no
hubiera sido posible sin Angelo Sraffa. Lo cual hay que recalcarlo, una vez más, porque el
mismo Carnelutti ha insistido, recientemente, en esto:
"Sin Angelo Sraffa, con suma probabilidad yo habría sido solamente un
Abogado. Y sin la Rivista del dirítto commerciale, fundada, dirigida, ins
pirada, electrizada por él, la ciencia del derecho, de todo el derecho, no
sólo del derecho comercial, no habría sido lo que es..."
(Cfr. reseña bibliográfica a los Studi in memoria di Angelo Sraffa,
en la Rivista di dirítto processuale, 1962, p. 607).
Y nuevamente:
"Angelo Sraffa está en la raíz de mi vida de jurista. Si tuviese espacio,
quisiera reclamar el capítulo de "Miofratello Daniele", en el cual he ha
blado de él como de mi benefactor de una parte y, de otro, como uno de
los beneméritos, en primerísima linea, de la escuela jurídica italiana".
(Rivista di dirítto processuale 1963, p. 439).
Hay en esto no sólo el agradecimiento al gran comercialista que brindó la oportunidad
de investigar en una de las más grandes revistas jurídicas del mundo, hay en esto, algo más
que pura casualidad, es el destino:
"... y de aquel modo, mientras la pasión forense no me dejaba, se apoderó
de mí la pasión de los estudios y se inició aquella doble vida que ha sido cierta
mente mi fatiga, pero también, hijos míos, mi fortuna.
LEGALES EDICIONES
27 Teoría giurídica della circolazione, Padova, Cedam, 1933.
28 Teoría cambiaría, Padova, Cedam, 1937.
29 Studi di dirítto industríale, Roma, Athenaeum, 19 16; Teoría del Regolamento-Collettivo del rapporti di la
voro,, Padova, Cedam, 1928; Usucapione deltaproprietá industríale, Miláno, Giuffré, 1938, véase la traduc
ción castellana en Editorial Porrúa, México, 1945. Sobre el método de Carnelutti, véase la fundamental
interpretación crítica efectuada por Calamandrei: “Sobre el sistema y sobre el método de Carnelutti”, en
Riv, di dir. proc. civ., 19 4 1, tomo I, p. 365, y 1942, tomo I, p. 93, reproducida en sus Studi sulprocesso civile,
vol. V, traducida al castellano en el breviario intitulado Los estudios de Derecho Procesal en Italia, p 157 y
ss. Véase además: Lugi Caiani: La Filosofía deigiuristi italiani, Padova, Cedam, 1955; especialmente, pp.
79 a 1 1 1 : Francesco Carnelutti e il problema delgiudizio.
30 TULLIO ASCARELLI: “La dottrina commerciale italiana e Francesco Carnelutti en Problemi Giuridici”,
vol, II, p. 994, Milano. Giuffré 1959 y además, en Rivista delta Societá, anno V, 1960, pp. 1 y ss.
215
J osé A ntonio S ilva V allejo
¡La casualidad! fue una casualidad que, cuando era Profesor extraordinario de Dere
cho Comercial en Caíanla, y la tremenda dificultad de aquella lejanísima sede me indujo
a afrontar el concurso para la cátedra de derecho comercial en Casa Foscari y lo gané, la
amargura de abandonar la universidad, el calor de los afectos cataneses, el fraternal con
suelo de Manfredi Siotto Pintor y de Vincenzo del Giudice y hasta la rabieta por un rasgo
descortés del ministro me hubiese inspirado el valor de renunciar a la vida cómoda, que
dándome allí. Pareció entonces una temeridad, por no decir una tontería, pero ahora veo
por qué no debí contentarme ni con la plácida vida veneciana ni con el vasto, pero cerrado,
recinto del derecho comercial.
¡La casualidad! Fue una casualidad que cuando, después de aquella audacia, me tra
bajara una cierta inquietud, pareciendo cerradas ya durante mucho tiempo las puertas de
acceso que hubieran podido aproximarme a mi casa, la Facultad de Padua hubiera abierto
el concurso de derecho procesal civil. Esta vez, el impulso, sin el cual no me hubiese atre
vido, me llegó de Federico Cammeo, y una vez más me place reconocer su clarividente
bondad. Padua, la enseñanza de derecho procesal, la prueba civil, han sido otras tantas
etapas en el camino de mi vida. ¡Cuán negra Ingratitud sería la mía, si no detuviese vuestra
atención en estas cosas a fin de haceros conocer si la historia es guiada por los caprichos
de la casualidad o por la mano de Dios! Y si ésto, si bien se mira, se advierte en una mínima
historia, como es la que os narro, podrá ser distinta la historia de la Humanidad. La casua
lidad, amigos míos, no es más que el fantasma de nuestra ceguera.
ILa casualidad I Fue una casualidad también la elección del tema sobre el cual me atre
ví a improvisar mi preparación al concurso padovano. Hoy, quien hable de la prueba civil
lo considera como el mejor de mis libros, no por otra cosa, sino porque está construido
menos libremente que los que después vinieron; desde mi punto de vista, cuando pienso
en ella, no tanto me complazco en haber mostrado, siquiera una vez, que también yo sé
adaptarme al figurín de la moda, cuando me pregunto quién me sugirió aquel tema que
me introducía de un golpe en el corazón del problema, y hasta del misterio del proceso,
según ha sido recientemente denominado por uno de los más profundos de sus cultores.
Que hubiese un misterio o aún solamente en que estuviera verdaderamente el problema
en aquel tiempo, ni siquiera lo sospechaba yo, y a decir verdad ninguno de los muchísi
mos libros que hube de estudiar me informaba de ello; sólo ahora comprendo qué quiso
significar para mí aquél devanarme los sesos en torno al concepto de las pruebas. Releed,
amigos míos, el capítulo de "Mió fratello Dámele", titulado "Nascita d'un libro", que os
hará bien".
(Carta a mis discípulos en Cuestiones sobre el Proceso Penal, p. 5 y 6,
Ejea, Buenos Aires, 1961).
1- fase: La sistematización del derecho procesal y sus grandes líneas directrices.
La Prueba Civil ha sido para Carnelutti, no sólo la obra del destino, no sólo el tema que
lo introdujo en la cátedra de Derecho Procesal y en el corazón del problema y hasta del
LEGALES EDICIONES
misterio del proceso sino que, con su fascinación, es la obra que nos reyela la esencia de
su pensamiento y de su filosofía del proceso.
Pero esto, cuando Calamandrei y Alcalá-Zamora han creido ver en la noción de "litis"
la clave del pensamiento carneluttiano31 sólo inciden en un aspecto parcial, mas no total y
panorámico del mismo.*lo ,
31 Cfr., PIERO CALAM AN DREI: "II concetto d i lite nel pensiero d i Francesco C a rn e lu tti en Riv. di dir. proc.
civ., 1928, tomo I, pp. 3 a 22 y 89 a 98, traducción castellana de Sentís Melendo en Estudios sobre el proceso
civil, pp. 265 a 294, Editorial Bibliográfica Argentina Buenos Aires, 1945; Niceto Alcalá-Zamora y Casti
llo, nota bibliográfica de Francesco Carnelutti en su Sistem a d e D erecho Procesal C ivil, trad, cast., Uteha,
México, 1944, tomo I, pág. XIV
216
F ilosofía del D erecho
En efecto, quien lea la Introducción a la segunda edición italiana de "La Prova" verá
allí más de una confesión; más de un párrafo de condensada síntesis en donde se revela el
pensamiento procesal de Carnelutti y su arte y su filosofía del derecho.
"Se explica así, tal vez, la fascinación que la institución de la prueba ha
ejercida siempre sobre mí. La prueba es el corazón del problema del juicio,
del mismo modo que éste es el corazón del problema del pensamiento".
(pág. XVIII)
Y, ¿qué tienen de común el Derecho y el pensamiento?
"Tarde me formulé esta pregunta cuanto más simple es la verdad, más
difícil es descubrirla. Y, sin embargo, se encontraba ante mis ojos desde
que comencé a pensar en torno al Derecho. El juicio es a la vez el arte
fundamental del Derecho y del pensamiento. De allí que ningún estudio
sirva en la medida que el del derecho, para conocer el pensamiento.
... Por ello, no existe escuela alguna de lógica más útli que el proceso".
(pág. XVIII)
Pero, también, hay el error, agrega Carnelutti, y el error es desengaño del Derecho.
"Desengaño del derecho, ¿cómo no? La ilusión no se puede conservar
más que a condición de permanecer dentro de él. Y los hay que perma
necen en él toda la vida. IDichosos ellos!
(pág. XIX)
Y de aquí, resulta una desesperación. Pero,
"La desesperación está en la lógica y el consuelo en la metafísica".
(pág. XIX)
Y, si todavía, algún escéptico pudiera menospreciar el cultivo de la filosofía por el hom
bre de Derecho, arguye el gran maestro:
"La última de mis ingenuidades ha consistido en creer que, cuando, reba
sados los confines de la lógica, avanzaba por las cumbres de la metafísi
ca, tanto más me alejaba del derecho".
(pág. XX)
finalizando:
"En el fondo, la misión del derecho estriba en introducir lo sobrenatural
en la naturaleza. Si rio tenemos conciencia de ello, es porque somos aún
juristas liliputienses".
(pág. XX)
Ahora bien, no podremos entender ni descifrar la intrincada clave de la sistemática
carneluttiana si, previamente, no nos elevamos como él quería, "de la economía a la ética
o, ¿por qué no?, desde la tierra al cielo"32; más allá del derecho33, partiendo de la Lógica
hasta llegar a la Metafísica 3\ o bien, desde la ciencia a la Filosofía353 6y a la Teoría General
del Derecho26, esto es, a los principios metajurídicos supremos a través de los cuales y con
LEGALES EDICIONES
ayuda de los cuales, operó el gran maestro veneciano para establecer su gran sistema 37.
217
J osé A ntonio S ilva V allejo
del sistema o lo insufrible del sistema, o con las aperturas hacia mundos vagos e inalcanzables, con su
hacer y deshacer, con su fidelidad? a la tradición y la necesidad de voltear las tablas de la ley para construir
una nueva realidad más correspondiente a una justicia ideal, se explica en el tema que hemos citado: Es
difícil abrazar en la fórmula de un juicio la obra de Carnelutti, antes imposible a nosotros que de su obra
hemos sido apasionados testigos, pero nadie puede desconocer su importancia y su influencia en el curso
de la ciencia”, Cfr. D a lla P ro ced u ra a l D iritto Processuale , en Riv. Trim. di diritto e procedura civile, 1964,
tomo I, pág. 38.
38 Cfr., “Riv. di dir. proc. civ” 1 9 2 8 , tomo I, pp. 2 3 y ss., y 9 9 yss.
39 E l concepto d e litis en el proceso p en a l, en Riv. di dir. proc. civ. 1930, tomo I, pp. 245 y ss., trad. en Estu
dios...” tomo II, pp. 59 y ss.
LEGALES EDICIONES
40 P ru eb a s C iviles y P ru eb a s Penales , Riv. di dir. proc. civ., 1925 tomo I, p. 3, trad. en Estudios, tomo II, p. 97
yss.
41 E ficacia, a u to rid a d e in m u ta b ilid a d de la sentencia en Riv. di dir. proc. civ., 1935, tomo I, p. 205, trad. en
Estudios, tomo II, p. 364 y ss.; B a la n ce d e u n a polém ica, en Riv.di dir. proc. civ., 1937, tomo I, pp. 78 y ss,
trad. en Estudios, tomo II, pág. 381 y SS
42 C arácter de la sentencia d e quiebra, en Riv. di dir. proc. civ., 19 3 1, tomo II, p. 19, trad. e n Estudios, tomo II,
pp. 245 y ss.; Todavía, sobre la naturaleza d e la sentencia de quiebra, en Riv. di dir. proc. civ., 1936, tomo I,
p. 260, traducción en Estudios, tomo II, pp. 265 y ss.
43 Cfr. Riv. di dir. proc. civ., 19 4 1, parte I, p. 365.
44 Cfr., E ccezione e analisi d ell’e sperienza, en Riv. di dir. proc. 1960, pp. 644.
45 Cfr., II m étodo d el non so com e, en Riv. di dir. proc. 1960, p. 1 y reseña al art. de Satta: IIp rocesso nell’ unitá
dett’ ordinam ento, en Riv. di dir. proc. 19 61, pp. 1 1 0 - 1 1 1 .
218
F ilosofía del D erecho
¿Cuáles son, pues, esos principios metajurídicos con ayuda de los cuales se edifica la
genial arquitectura del sistema procesal carneluttiano?
Creo que podemos distinguir en el Sistema una tetralogía de núcleos conceptuales; y
aún una pentarquía de elementos o de principios axiomáticos, que son:
i a) la "Litis";
b) el "negocio" (affare) o acto procesal
l 5.-Elementos ontológicos { c) la distinción entre proceso y procedimi
ento;
[ d) la relación entre Derecho y Proceso;
f a) la "composición" de la litis:
J b) el fin en el Derecho;
22.- Elementos teleológicos
| c) la teoría finalística del delito;
i d) la pena y el proceso;
a) la "función";
b) la "estructura";
32.- Elementos lógico-sintácticos
c) la "estática";
d) la "dinámica";
Y, aún por encima de todo esto, puede hablarse de una metateoría del proceso cons
tituida por elementos epistemológicos, que son aquellos datos aportados por la Teoría
General de las Ciencias de la que Carnelutti era un asiduo lector, y, por la cual se convirtió
en un genial constructor de conceptos.46
46 La epistemología carneluttiana, vale decir, su filosofía de la ciencia del Derecho, se revela a través de
reseñas bibliográficas y de fecundas meditaciones estimuladas por obras incitantes. Así, en este sentido,
cfr., su ensayo Filosofía e scienza d el diritto (en Riv. di dir. proc. civ., 19 3 1, tomo I, pp. 38 a 49) construi
LEGALES EDICIONES
do como resultado de la lectura de la obra de Allessandro Pekelis: II diritto como volontá costante, asi
también, su M etodología d el D erech o , trad. esp por Uteha, México, 1940 construida bajo la incitación y
estímulo de la lectura de una obra de Colonna: P e r la scienza d el diritto, Torino, 1938, libro, éste, que se
presentaba como una C rítica de las doctrinas ju ríd ic a s tradicionales y pro g ra m a m etodológico p a ra una
ciencia d el derecho-, así, también, su Teoría G en era l del D erecho, obra que ajuicio de Orlando “... no preten
de averiguar la forma más sencilla y primitiva de cada institución, sino más bien colocar toda la inmensa
materia del Derecho dentro de cuadros sistemáticos capaces de abar. car en sí toda aquella materia en
todas sus variadas esferas”, (Riv. int. di ful. del Diritto, 1942, p. 289), Cfr. en fin, sus D iscorsí intorno a l d i
ritto, especialmente el 3 vol. I I Diritto como antistoria e II fin e ne¡ diritto en los cuales se desenvuelven los
planteamientos de Jhering expuestos en D e r Z w eck im Recht. (El fin , en el derecho); así. también, I I valore
della sanzione nel diritto que desenvuelve una conferencia del prof. Áfono en la Universidad de Catania
(La Plu ralitá degli ord in a m en ti g iu rid ici e l’a ccertam ento giu diziále); así, también, su Lógica e M etafísica
nello studio d el dinitto en la que réplica a los profesores D’Onofrio y Santoro-Passarelli; así, sus Ñuove
219
J osé A ntonio S ilva V allejo
Pues bien, partiendo del formidable "espíritu de síntesis" que anima a la sistemática
carneluttiana, ubicable y ubicada por su propio autor en el "periodo de la teoría general
del proceso" llegamos con ese espíritu de "philosophia perennis" que tanto ha subyugado
a Carnelutti-47 a los que podrían llamarse, elementos "ontológicos" de su sistemática y que
constituyen la esencia y fundamento de su vasto andamiaje conceptual.
En tal sentido, juegan un rol ontológico las nociones de "litisy de "affare" (negocio
jurídico procesal) que desempeñan no tanto el medular punto de partida para distinguir el
proceso contencioso de proceso voluntario; sino en cuanto, también, son las "constantes"
de una magna ecuación jurídica que tiene como eje la distinción entre proceso y procedi
miento, por un lado, y por otro lado, la profunda relación que existe entre el Derecho y el
Proceso.
En primer lugar, el concepto ontológico de "litis" aparece, por primera vez, en el vo
lumen primero de las Lezioni di díritto processuale civile (Cedam, Padóva, 1921); llega a
su máxima expresión en el Proyecto de Código de 1926 (en el cual se le dedica todo un
Título, el III; abarcando desde el articulo 86 hasta el 103; cfr., especialmente el art. 87);
luego, irrumpe polémicamente en la Rivista di diritto processuale civile, desencadenando
en violenta reacción en cadena una serie de críticas, réplicas, contraréplicas y apostillas y,
después de ser tamizada a través de este filtro dialéctico, se desarrolla programáticamente
como piedra miliar en la genial sistematización carneluttiana del proceso.48
Ogni pensiero, quando e vero pensero,
é filosófico ... e tale é sopratutto
it pensiero che si svolge dalla osservazione del processo
¡n ogni processualista c'é un filosofo occulto.
(Satta: Dalla procedura civile, ai diritto processuale civile, en Riv.
Trimestrale de diritto e procedura civile, 1964,1, p. 39).
Ahora bien, hay en la noción jurídica de "litis" un a priori extra-jurídico: el factor socio
económico, que sirve de infraestructura y de supuesto de hecho a esta teoría, que bien
pudiera ser, eventualmente, interpretada con toda devoción por el materialismo dialéctico
y sus adláteres. Me refiero al conflicto de intereses como premisa y momento inicial de
esta doctrina.
En efecto; hay que distinguir cronológicamente dos momentos en la existencia de la
litis:
a) un momento socio-económico que, como repito, sirva de infraestructura, como fac
turo o supuesto material: es el conflicto de intereses; el cual, para sintetizar, tiene
riflessioni sul giudizio en donde, bajo el estímulo de una obra de Luigi Caiani (La filosofía dei giuristi
italiani) vuelve a replantear uno de sus temas preferidos; así también, su Interpretazioni di Capograssi”
en donde parafraseando al gran filósofo nos dice que: el modo más digno para honrar a un pensador
LEGALES EDICIONES
es el de interpretarlo” (Capograssi, en Rivista Internazionale di Filosofía del Diritto, 1938, pág. 252, cit.
por Carnelutti, cit. pág. 157) así, en fin, su interpretación del evangelio de San Mateo (VII, 1; V 8; V, 38,
3 9 ) y luán (XIX, 6) en su espiritual ensayo Giustizia e caritá; o, su luminosa Meditazione sul dover essere
inspirada en la lógica del deber ser de Hans Kelsen y en la correspondencia epistolar de René Descartes
con Mersenne.
47 La scienza non e scienza se non tende ad essere “filosofía” (Carnelutti; Diritto eprocesso, p. XVII).
48 Litis y proceso en Estudios de Derecho Procesa!, tomo II, pp. 5 a 90 trad. cast. Ejea, Buenos Aires, 1952;
Sistema de Derecho Procesal Civil, p. 45; Instituciones del Derecho Procesal Civil, tomo I, pp. 28, 29 y 30,
trad. cast., de la 5 edic. Ejea, Buenos Aires, 1959; Diritto eprocesso, pp. 53-55, Morano, Nápoles, 1958,
Principí del processo penóle, pp. 44-48, Morano, Nápoles 1960, Bibliografía crítica Calamandrei:
II concetto di lite nelpensiero di Francesco Carnelutti, en Riv. di dir. proc. civ. 19 2 8 ,1, pág. 3 a 22 y 89 a 98
trad. cast. de Sentís Melendo en Estudios sobre el proceso civil, 265 a 294, Editorial Bibliográfica Argentina,
Bs. Aires, 1945.
220
F ilosofía del D erecho
todas las características del hecho social según las leyes del materialismo dialéctico
está sometido, en efecto a la ley de contradicción, a la lucha, incesante de contrarios45
al cambio constante y al "processus" dialéctico del devenir;
b) un momento jurídico, sobreviviente, a modo de superestructura al factum inicial, que
es la "litis" propiamente dicha, con la cual se denota el conflicto de voluntades, la caus;
antagónica que polariza a las partes impulsando al proceso:
"hay litis cuando uno pretende la tutela de un interés suyo en contraste
con el interés de otro y este resiste a él mediante la lesión del interés o
mediante la discusión de la pretensión".
(Litis y proceso, en Estudios de Derecho Procesal, tomo II, p. 13)
"La litis, por tanto, puede definirse como un conflicto (intersubjetivo) de
intereses calificado por una pretensión resistida (discutida).
El conflicto de intereses es un elemento material, la pretensión y la re
sistencia son su elemento formal".
(Instituciones del proceso civil, tomo I, p. 28, in fine)
Con estos antecedentes, surge como corolario, mediante la noción de litis, la distin •
ción lógica entre el proceso contencioso y el proceso voluntario, y por otra parte, las ana
logias que existen entre el proceso civil y el proceso penal.
Con respecto a la primera distinción, Carnelutti la estableció tipificando al proceso de
conocimiento como el campo propicio para el desarrollo y desenvolvimiento de la litis; y.
en cuanto a los procesos de jurisdicción voluntaria como "procesos sin litis", tesis ésta que.
como ya la veremos, sufre una constante evolución en el pensamiento carneluttiano.
Con respecto a la segunda cuestión, Carnelutti es indiscutiblemente, el más grande
representante de la tesis que aboga por la unificación de los múltiples campos del proceso
especialmente, en lo que se refiere a la unificación del proceso civil y del proceso penal.
La tesis ciertamente se remonta a Diana: L'unitá del processo e delta dottrina proces ■
suale, Siena, 1914. Sin embargo, fue Carnelutti, su genial expositor, sobre todo, a partí ■
de su célebre polémica con Eugenio Florián en torno a las pruebas civiles y penales. En
aquella oportunidad sostenía Carnelutti:
"El Derecho Procesal es fundamentalmente uno.
Procedimiento civil y procedimiento penal se distingue sin duda, pero no
porque tengan raíces distintas, sino porque son dos grandes ramas en
que se bifurca, a una buena altura, un tronco único.
Antes o después, llegará el tiempo en que se tome en cuenta esta verdad
también en la enseñanza universitaria. Ciertamente, uno de lo más gra
ves contrasentidos de ese ordenamiento de nuestros estudios jurídicos,
que estamos ahora poco a poco reformando, se encuentra en la escisión
LEGALES EDICIONES
del procedimiento civil y el procedimiento penal y en el acoplamiento de
este último con el derecho penal".
(Prova Civile e prova penale en Riv. di dir. proc. civ., 1925, i, p.
Cfr. traducción castellana, en Estudios, cit., T. II, p. 97 in fine, 98).
Poco después, en Postilla a un artículo de Antonio Segni titulado L'insegnamente del
diritto processuale in Italia, decía:
"La disociación entre el derecho procesal civil y el derecho procesal pe
nal, como una conmixtión de éste último con el Derecho Penal material4 9
49 Cfr. al respecto de Carnelutti: La guerra et lapaix, Roma, Azienda edtrice Librería, 1945.
221
J osé A ntonio S ilva V allejo
222
F ilosofía del D erecho
LEGALES EDICIONES
51 Una teoría del acto jurídico procesal figuraba ya en el Programma Sommario del corso di procedura
civile desenvuelta por Emñio Betti en la Universidad de Macerata en el año académico de 1919-1920;
tema que fue expuesto más tarde por el mismo Betti en la Riv. di dir. proc. civ., 1928, tomo II, p. 107, y en
su Diritto Processuale civile italiano, pp. 277 y 436, y 2a Edic., Roma, 1936.
52 Cfr. Federico Cammeo, Lezioni di procedura civile, p. 460.
53 James Goldschmidt: Teoría General del Proceso, Capítulo VII, N° 44, pp. 10 1 y ss. Ed. Labor, Barcelona,
1 9 3 5 ; Derecho Procesal Civil, pág. 227 a 32 1, trad castellana, por Editorial Labor, Barcelona, 1936, y con
anterioridad DerProzess ais Rechtslage, pp. 133 y ss., 364 y ss.; 456 y ss., Berlín, 1925. Cfr., recientemente,
Niceto Alcalá-Zamora Castillo: Los Actos Procesales en la doctrina de Goldschmidt, en Revista de Derecho
Procesal, año IX, i ° y 20 trim., 19 5 1, Nos., 1-2, pp. 49a76.
54 Carnelutti: Lezioni di diritto processuale civile, vol. II, pp. 189 y vol II p. 186; luego Sistema de derecho
procesal civil, trad. esp. Uteha, México, 1944, tomo III, pp. 1 a 787; Instituciones de Derecho Procesal Civil,
(trad. esp. de la 5 ed.) tomo I, pp. 410 a 557; Lecciones sobre el Proceso Penal (trad. esp.) tomo III, pp. 3 a
223
J osé A ntonio S ilva V allejo
La doctrina carneluttiana del acto jurídico procesal surgió como una consecuencia ló
gica de las insuficiencias de la teoría de la "litis" para explicar el proceso sin litis; o mejor
dicho, la jurisdicción voluntaria. En efecto, fundamentado el proceso contencioso sobre la
noción de "litis", ¿cómo explicar la ausencia de litis en el proceso voluntario? ¿Cuál sería la
esencia, el fundamento ontológico de este tipo de proceso?.
Al comienzo la explicación surgió meramente negativa, señalando la ausencia de litis
en este proceso y, por otro lado, estableciendo una noción positiva que más tarde daría fe
cundos resultados, consistentes en el fin de prevención de la litis, como de represión de la
misma (cfr, Lezioni di diritto processuale civile, tomo II, p. 139). El argumento lo desarrolló
un discípulo de Carnelutti: Cortesía di Serego, II processo sensa lite, Cedam, Padova, 1930.
Más tarde, habiendo comprendido Carnelutti la necesidad de descubrir, de un lado,
qué entidad en el proceso voluntarlo reemplaza a la noción de litis, y, de otro, cuál es el
objeto de la prevención en referencia, paso a desenvolver la noción de "affare" o negocio
procesal.
"affare" en verdad, no quiere decir otra cosa que "algo que hace"; si no
fuese alguna cosa por hacer, a! juez no tendría nada que pedirse.
Por tanto, plantear el problema de la jurisdicción voluntaria no tanto
sobre la ausencia de la litis cuanto sobre la presencia del "affare" me
parece que nos aproxima a la solución" ("Diritto e processo", p. 63).
Affare, por lo tanto, es un quehacer, un negocio, en el sentido de nego-otium, nega
ción del ocio; en cuanto expresión dinámica de la voluntad. Por eso, según Carnelutti, los
actos procesales son "unidades de movimiento" (sistema, tomo III, p. 2), "momentos" del
proceso; y como tales, son el objeto de estudio de la "Dinámica procesal". La dinámica del
proceso nos lleva, en último análisis, al misterioso concepto del tiempo y de su irreversibili
dad 55, pero también nos lleva a establecer una fundamental distinción: la que existe entre
procedimiento y proceso.
No se trata de una mera cuestión de nombres como creen los prácticos. En su magis
tral ensayo Torniamo al giudizio (Volvamos al juicio), Carnelutti nos ha dicho que:
"el nombre de "procedimiento", en el significado jurídico, es de impor
tación francesa, debido a la concepción empírica del juicio civil o penal.
... Según esta concepción, el procedimiento es una parte del derecho ju
dicial... y a lo más se habla de procedimiento en sentido amplio o en
sentido estricto".
Agrega que, si bien los alemanes prefieren la voz "prozess" a la de "procedur", no es
menos cierto que los primeros tratadistas germánicos desde LINDE hasta WETZELL, "si
bien referían sus obras al proceso civil o al proceso penal, no querían en el fondo decir
otra cosa que los franceses, quienes hablaban, en cambio de procédure civile o criminalle".
"El gran paso de avance se dio con los descubrimientos de MUTHER y von BÜLOW"
quienes atacando los conceptos de acción (klagerecht) y de relación jurídica (prozess ais
LEGALES EDICIONES
2 15; Diritto e Processo, pp. 36, infine, a 38, Morano, Nápoles, 1958; Principi del processo penale, pp. 69 a
86, Morano, Nápoles, 1963. Cfr. una interpretación crítica en Allorio: Los actos procesales en el Sistema de
Carnetutti, en Riv. di dir. proc. civ., 1939, tomo I, trad. esp. en Problemas de derecho Procesal, tomo I, pp.
179 a 193, Ejea, Buenos Aires, 1963.
55 Lecciones sobre el Proceso Penal, tomo III, pp. 3, Ejea., Buenos Aires, 1950.
224
F ilosofía del D erecho
He aquí una incitante cuestión genial, fecunda, que Carnelutti desenvolverá hasta el
final, plasmando en luminosa síntesis su Trattato del Processo Civile, dedicado
"a la memoria
de Giuseppe Chiovenda
y Piero Calamandrei".
Los dos grandes artífices del procesalismo italiano. De aquí, se sigue una cuestión fun -
damental:
"Derecho y proceso, son los dos fundamentos sobre los cuales se puede
construir una teoría del proceso civil".
(Diritto e processo, p. 1, Morano, Ñápales, 1958)
Y esta teoría reposa sobre este fundamento:
"Sin el proceso, el derecho no podría alcanzar su fin, mas tampoco el
proceso sin el derecho. La relación entre los dos términos es circular".
(Diritto e processo, p. 33 infine)
Y es que el Derecho, operando a modo de fuerza centrípeta ha traído hacía sí al proce
so, tiñendo, coloreando de juridicidad a una entidad que, bajo la influencia de los práctico:
y empíricos, permanecía átona y descolorida.
Aunque, hay que reconocer que, como dice Carnelutti, pese a la asimilación de la:
doctrinas alemanas, pese a su desenvolvimiento en línea de fineza dogmática por Chioven
da y por Calamandrei que es su seguidor más fiel, pese a la independencia de Carnelutti \
pese a la prudencia de Redenti y al espíritu de contradicción de Satta56:
"el conocimiento del proceso del estudio empírico a la fase científica,
apenas ha comenzado...
...yo tengo el derecho y el deber de reconocer que estamos todavía en el
estado de simples tentativas, las cuales tienen la necesidad de ser prose
guidas con paciencia y con tenacidad". (Diritto e processo, p. 36)
Ahora bien, la relación entre Proceso y procedimiento es una relación de continen
te a contenido o de género a especie, de tal modo que el primero es "la suma de actos
que se cumple para la composición de la litis" y el segundo, "el orden o sucesión de si
cumplimiento"57. El proceso puede contener uno o más procedimientos en tanto que e*
procedimiento es "la unidad elemental, atómica del proceso".58
"Por tanto, con la voz proceso se quiere significar el conjunto de actos
considerados en su simultaneidad, esto es, fuera del tiempo, necesarios
a conseguir un resultado (se diría, una fotografía comprensiva de todo el
panorama) y con la voz procedimiento, (se designa), el complejo de tales
actos considerados en su sucesión, y, por tanto, en el tiempo (se diría, en
un fluir, en un film, que representa un desenvolvimiento)".
Principi del processo penale, pp. 56; Ns 44; Morano, Nápoles,
1960.
LEGALES EDICIONES
Y, en otra parte, ha dicho Carnelutti:
"El parangón con el film ayuda, también, a hacer comprender el diverso
significado que en el lenguaje técnico asume procedimiento y proceso".
(Lecciones sobre el proceso penal, tomo III, p. 4, Ejea., Buenos
Aires, 19)
225
J osé A ntonio S ilva V allejo
Concluyendo:
"El procedimiento es pues, el proceso en movimiento o, en otros térmi
nos, el movimiento del proceso".
(Ibid)
Con estos antecedentes, los actos procesales, alma y entelequia del proceso, se clasi
fican, según Carnelutti, desde un doble punto de vista: técnico y jurídico.
Técnicamente, los actos procesales pueden ser de cuatro tipos fundamentales: actos
de gobierno procesal, de adquisición procesal, de elaboración procesal y de composición
procesal.
"Jurídicamente", los actos procesales son clasificados por Carnelutti, desde tres puntos
de vista: según el efecto o eficacia de los mismos, según el fin y según la estructura.
Sin entrar por ahora al análisis crítico de esta clasificación59 consideramos que hay en
la doctrina del acto jurídico procesal la médula, el punto de partida para revolucionar las
concepciones imperantes en materia de Teoría General del Proceso, de Metodología y de
Fenomenología procesal. Hay ahí el punto de partida para una nueva analítica del Proceso,
para una nueva descriptiva y para una nueva síntesis, y he aquí, precisamente, la premisa
para el derecho procesal del futuro.
En cuanto a los elementos teleológicos del sistema procesal de Carnelutti, se encuen
tran íntimamente vinculados a una Metafísica y a una Axiología particular del autor, en
la que se aúnan, de una parte, la ponderada concepción finalística del derecho de la que
dimos cuenta antes: Cfr. retro y los elementos funcionales del proceso, de los que vamos
a tratar después.
"En cierto sentido, esta (segunda) parte del estudio se halla también fue
ra del proceso.
Cabe afirmar, en efecto, que, mientras la finalidad está antes del pro
ceso, el resultado está después, y el proceso se encuentra en medio de
ambos. Indudablemente, mientras el litigio está en su fuente, la senten
cia, por ejemplo, se halla en su desembocadura y de allí que desde ahora
revista importancia la duda de si la teoría de esta última no será meta-
procesal, por lo menos en alguno de sus aspectos".
(Sistema de derecho procesal civil, Ns 90, tomo I, p. 315)
Concretando, el fin especifico del proceso, que ha de ubicarse en campo de la axiolo
gía, se establece, habida cuenta de la noción de litis y de los elementos hasta ahora bos
quejados, en una noción finalística esencial:
"el proceso, se desenvuelve para la composición justa del litigio, Paz con
justicia", podría ser, de este modo, el lema del Derecho Procesal. Ni paz
sin justicia, ni justicia sin paz. Nada de paz sin justicia, porque el proceso,
co m o se ha visto, no tie n d e a c o m p o n e r el litig io de c u a lq u ie r m o d o sin o
LEGALES EDICIONES
se g ú n e l D erecho .
Nada de justicia sin paz, porque el Derecho no se aplica o no se realiza
por quien está en conflicto, sino por quien está sobre el conflicto: supra
parte, no interpartes; a fin de componer un litigio, y no de tutelar un in
terés. Según esa fórmula, el quid novi de la función procesal consiste en
la combinación de dos elementos: paz y justicia".
59 Sin embargo ver referencias críticas en Jaime Guasp: Derecho Procesal Civil, vol. I, p. 271, Madrid, 1962;
Enrico Allorio, Los actos procesales en el Sistema de Carnelutti, en Problemas de Derecho Procesal, tomo I,
p. 179 y ss. Hernando Devis Echeandía: Tratado de Derecho Procesal Civil, tomo III, p. 18 y ss., Ed. Temis,
Bogotá, 1963- Carlos Viada López Puigcerver: Derecho Procesal, tomo II, p. 3 1, Madrid, 1962.
226
F ilosofía del D erecho
60 Cfr. Nicanor Silva Salgado: E l proyecto d e C ódigo d e Procedim iento C iv il y nosotros los A bo ga do s , en L i
Revista “El Foro”, Órgano del Colegio de Abogados de Lambayeque año X, Chidayo, 1 9 4 9 .
LEGALES EDICIONES
61 Teoría G eneróle del reato, Padova, Cedam, 1933, trad. esp. en Editorial Revista de Derecho Privado, Ma
drid, 19 4 1, 1.ezioni d i diritto p en a le Milano, Giuffré, 1943, trad. española: E l delito , Ejea, Buenos Aires, 19 5 :.
62 Erich Schwinge: Teleologische B eg riffsb ild u n g im Strafrecht, Bonn, 1930; Leopold Zimmerl: Strafrechtlich -
A rbeitsm ethode d e leg eferen da , Berlín, 19 31.
63 Cfr. Hans Welzel: D erecho Pen al: P a rte G en eral, traducción de Carlos Fontán Balestra, Roque Depalm 1
Editor, Buenos Aires, 1956; Reinhart Maurach: Tratado d e D erecho P enal. 2 tomos, trad. y notas de Dere -
cho Español por Juan Córdova Roda. Ediciones Ariel, Barcelona, 1962.
64 Cfr., referencias críticas en Edmundo Mezger, Tratado de D erecho P en a l , tomo I, p. 196 y ss„ nota d ;
Rodríguez Muñoz, Luís Jiménez de Asúa; F in alism o y A n tifin álism o en el D erecho Pen al, Conferenci i
sustentada en el Colegio de Abogados de Lambayeque el viernes 5 de Noviembre de 1965 y en la Faculta- i
de Derecho de la Universidad de San Marcos, el miércoles 3 del mismo mes y año, cfr, además; Tratado á }
D erecho Pen al, tomo III, p. 3 13 y ss.; Juan Córdova: U na n u eva concepción d el delito, la doctrina fin a lis t c ,
Ediciones Ariel, 1963.
227
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
"Especialmente la dinámica del Derecho no habría podido procurarme más que un co
nocimiento parcial e imperfecto si no hubiera estudiado aquella extraña y rica variedad del
acto jurídico que es la infracción. Decir que este estudio ha sido hecho y este libro escrito
más bien para proporcionar a la ciencia del Derecho penal; que no para el fin opuesto, no
es una excusa inventada por mí para hacerme perdonar de los penalistas la incursión en su
reino. Los frutos de este viaje de exploración han sido para mí maravillosos".
65 Cff. Antolisei: Lhnalisi del reato, en Problemi Penali Odierni, Milano Giufffé, Bettiol: Diritto Penóle-, 4a
edic. Palermo, Priulla 19 5 8 ; Biaggio Petrocelli: Saggi di diritto penale, Cedam, Padova, 19 5 2 ; Giuseppe
Maggiore: Derecho Penal, vol. I, p. 265, Editorial Temis, Bogotá, 1954, Wilhelm Gallas: La teoría del delito
en su momento actual, Barcelona, 1959.
228
F il o s o f ía d e l D erech o
Teoría General del Delito. Traducción del italiano por Víctor Conde, Edi
torial Revista de Derecho Privado, Madrid, 1952, pág. XXVI
Planteadas así las cosas, ¿cuál es la concepción que tiene Carnelutti del delito?
Para definir el delito hay que distinguir tres nociones fundamentales del Derecho Pe ■
nal; delito, pena y proceso.
En cuanto a las dos primeras, delito y pena están ligados por una relación de causa ;i
efecto:
"En esta relación está la clave de la lucha del Derecho contra el delito, o
en otros términos, del sistema jurídico penal. La determinación del de
lito y de la pena no contaría para nada sin este ligamen que hacen del
primero la causa y de la segunda el efecto. El delito se considera como
un hecho jurídico y la pena es, la consecuencia en que consiste su juri
dicidad".
(Teoría General del Delito, cit., p. 12)
La teoría del delito como hecho jurídico guarda relación con la concepción personal
que tiene nuestro autor en materia de hechos jurídicos.
"Del hecho jurídico se suele decir corrientemente que es un hecho mate
rial que produce efectos jurídicos".
(Teoría General del Derecho, p. 255, trad. del it. por Francisco Ja
vier Osset, Edit. Revista de Derecho Privado, Madrid, 1955)
"Hecho se dice pues al ciclo histórico que enlaza una situación a otra. Los
hechos jurídicos son una especie de hechos en general, denotada porque
a un hecho material o sea no jurídico se acompaña un cambio jurídico..."
(Instituciones del Proceso Civil, 1.1, 281, p. 423)
Ahora bien, para los efectos de la definición del delito como acto jurídico interesa dis
tinguir entre hechos y actos jurídicos y entre actos y negocios jurídicos.
"Acto es un hecho debido a la fuerza del hombre más bien que a la fuer
za de la naturaleza, recibiendo esa fuerza el nombre precisamente de
acción".
(Teoría General del Derecho, p. 273)
"El acto es tal en cuanto se resuelve en un cambio, el acto, para ser ju
rídico debe, pues producir un cambio de derecho;..., el cambio jurídico
consiste en una alteración de las relaciones jurídicas preexistentes".
(Lecciones sobre el proceso penal, tomo III, p. 8)
El negocio jurídico es una especie del acto jurídico que se caracteriza por su licituc,
a diferencia del acto jurídico que puede ser lícito o licito. En resumen, el acto jurídic)
puede definirse como una manifestación de voluntad que tiene por objeto el nacimientc,
modificación o extinción de derechos y obligaciones. En el Derecho Civil son clásicas las
LEGALES EDICIONES
definiciones de ENDEMANN para quien el acto jurídico es "el conjunto de condiciones
necesarias para que se genere un efecto jurídico", de ENNECCERUS. para quien "el acto s ;
define como la exteriorización de la voluntad humana o como la realización querida o í I
menos previsible de un resultado exterior", de vonTUHR para quien el acto es "la conducta
externa, consciente y voluntaria" y el acto es lícito "cuando es contrario a las normas d a
derecho público y privado".
Entre nosotros, LEON BARANDIARAN, habla precisamente, de actos "¡úngenos" para
resaltar esta característica de los actos en referencia.66
66 Cfr. ENNECCERUS: Tratado de Derecho Civil, 1 . 1, Parte General, vol. II, p. 8; Bosch Casa Editorial, Bai -
celona, 1950; von TUHR: Teoría General del Derecho Civil Alemán, II, I, pp. 1 1 7 y 135 infine; Editorid
229
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
Ahora bien, la teoría general del acto jurídico, si bien es cierto que ha sido planteada
y desenvuelta fundamentalmente en el Campo del Derecho Civil, ha fecundado a todas
las ramas del Derecho, volcándose magistralmente, al campo del Derecho Público, así,
en materia de Derecho Administrativo, CAMMEO y RANELLETTI, GASPARRI y ZANOBINI,
entre otros,67 desenvuelven la teoría del acto jurídico administrativo; en materia proce
sal, el mismo CARNELUTTI y EMILIO BETTI fueron los primeros en desarrollar la teoría del
acto jurídico procesal68; en materia de Derecho Penal, Carnelutti, en conformidad con lo
anteriormente expuesto sostiene su teoría del delito como acto jurídico, perteneciente
concretamente a la teoría de los actos ilícitos.
He aquí la definición carneluttiana del delito:
"el delito es un hecho castigado con una pena mediante el proceso. Los
tres términos, delito, pena y proceso, son rigurosamente complementa
rios; excluido uno, no pueden subsistir los otros; no hay delito sin pena y
proceso; ni pena sin delito y proceso; ni proceso (penal o punitivo), sino
para determinar el delito y actuar la pena".
(Teoría General del Delito, p. 17)
Estricta sensu, dice Carnelutti, el delito es:
"aquel acto previsto por la ley como causa de la pena".
(Teoría General del Delito, p. 6 in fine, y 7)
Ahora bien, la pena no es un elemento integrante del delito.
¿Cuáles son, pues los elementos que integran el delito?
"En tal sentido se puede hablar de una consideración o de una teoría
subjetiva y de una teoría objetiva del delito, y a este esquema lógico se
reduce, en último análisis, el profundo y fértil contraste entre las dos con
cepciones políticas del Derecho Penal".69
(Teoría General del Delito, p. 58)
En cuanto a los elementos subjetivos:
"lo mismo que existe una capacidad negociaI
(para el negocio jurídico)
hay una capacidad penal (para el delito)".
(Teoría General del Delito, p. 61)
En cuanto a los elementos subjetivos:
"Para los actos ilícitos en general y para el delito, en particular, nunca
hemos oído hablar de forma.
Y no sabemos por qué. Creemos que corresponde al progreso de la ciencia
jurídica emplear las mismas palabras para designar idénticos fenómenos.
LEGALES EDICIONES
Depalma, Buenos Aíres, 1947, LEON BARANDIARAN, Comentarios al Código Civil Peruano, 1 . 1, Acto
Jurídico p. 9, Ediar, Editores, Buenos Aíres, 1954.
67 Cfr. la nota bibliográfica correspondiente en CARNELUTTI: Diritto eprocesso, p. 37, nota (2); Morano;
Nápoles, 1953.
68 Ibid., ob. y loe. cit,
69 Se alude a la ya famosa distinción entre Derecho Penal de Acto (Tatstrafecht) y Derecho Penal de Autor (Ta-
terstrafrecht). Cfr., al respecto PAUL BOCKELM ANN, “Studien zum Táterstrafrecht” 1939; WLHELM
GALLAS: La teoría jurídica del delito en su momento actual, Barcelona, 1959; LUIS JIM ENEZ DE ASUA
Tratado de Derecho Penal, tomo III, p. 70 y ss; DAHM: Der Tatertyp im Strafrecht, 1940; HANS W ELZEL
Derecho Penal Alemán, p. 179 y ss. Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1976; HEINRICH JESCHECK:
Tratado de Derecho Penal, tomo I, pp. 74 a 76, Bosch, Barcelona, 1981.
230
F il o s o f ía d e l D erech o
Así pues,... llamamos forma a este elemento del acto y del delito".70
(ob. cít., pág. 62)
Ahora bien, estas formas, o para decirlo de acuerdo a la terminología usual, las accio
nes del hombre, se caracterizan por su finalidad. Son "acciones finalistas" como las llama
WELZEL y, antes que él, el mismo Carnelutti:
"A este propósito hablamos de finalidad (scopo); y la etimología aclara el
mecanismo del fenómeno, que consiste en una proyección anticipada de
la realidad exterior en nuestra mente.
Pero no basta el fin para determinar la forma. La finalidad no es más que
la mitad del material psicológico del acto".
(ob. cit., p. 63)
"El segundo ingrediente o componente del acto jurídico es quizás el que
hasta ahora ha llamado en mayor medida, tanto en el campo de los actos
lícitos como en el de los ¡lícitos, la atención de los juristas. Su estudio ha
sido hecho por éstos, sobre todo respecto a la categoría de negocios que
son los contratos; por su particular conformación, tal elemento toma aquí
el nombre de consentimiento.
Pero también para los actos ilícitos el elemento psicológico ha sido obser
vado en el campo civil, bajo las formas del dolo y la culpa, y en el campo
penal, donde su existencia ha sido afirmada, no solo por la doctrina, con
las declaraciones más solemnes... "Los penalistas hablan a este punto de
elemento psicológico; los civilistas, más sencillamente, de voluntad".
(ob. cit., p. 63)
"El tercer elemento del acto, junto a la forma y la voluntad, ha sido adver
tido e incluso estudiado por los civilistas, que justamente le han dado el
nombre de causa.
Con este nombre hablo de ella, precisamente, al tratar de los contratos, el
Código Civil. Pero no osaríamos decir que los estudios de los civilistas ha
yan dado resultado decisivo para su esclarecimiento. Cierto que se ha ex
tendido el concepto causa, del contrato al negocio; pero no sabemos que
se haya ido mucho más allá. Especialmente no nos consta que hable de
ella en cuanto a los actos ilícitos; y mucho menos, por nuestras noticias,
piensan en ellos los cultivadores Derecho Penal. Sin embargo, esperamos
poder demostrar que así como el análisis lógico revela en todo acto la
presencia de este tercer elemento, el análisis jurídico prueba su relevancia
también respecto del delito. He aquí, "a parte objecti" la triple categoría
de los elementos del delito: forma, voluntad y causa. Quien considere el
d e lito e s tá tic a m e n te , los c o lo c a e n e s te o rd e n . A q u ie n , p o r e l c o n tr a rio ,
lo observe en su devenir, los tres elementos se le prestan en orden inverso
procedimiento desde la causa a la forma, a través de la voluntad.
LEGALES EDICIONES
(Teoría General del Delito, p. 64)*io ,
yo Dice ALSINA. “La forma del acto es el modo de expresión de la voluntad, o sea lo que se ha llamado el ele
mento objetivo del acto. La voluntad, dice ORTOLAN, como todo lo que no tiene cuerpo es impalpable,
penetra en el pensamiento, desaparece o se modifica en un instante; para encadenarla es preciso revestirla
de un cuerpo físico y esa es la misión de la forma”, HUGO ALSINA: Las nulidades en el proceso civil, p.
io, Ejea, Buenos Aires, 1958. A esto, agregamos nosotros, debe tenerse presente que la voluntad para que
tenga eficacia jurídica, debe manifestarse en formas de expresión positivas o mediante la ejecución de
hechos materiales (art. 1066 de C. C. peruano) ya que contrario sensu, el silencio opuesto a actos o a una
interrogación, no se considerará como una manifestación de voluntad (art. 1077 del C. C.). Los penalistas
simplifican la cuestión diciendo: “Cogitationis poena nemo patitur”.
231
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
He aquí, en síntesis, la teoría carneluttiana del delito. Tal vez, su valor decisivo radica
en la sistematización de conceptos que fluyen del campo del derecho y del proceso civil al
campo del derecho y del proceso penal. La teoría del delito es el nexo, el engranaje siste
mático entre una y otra meditación.
Y así empieza una nueva fase en el pensamiento carneluttiano.
La enseñanza del Derecho Penal conjuntamente con la del Proceso Civil en la Univer
sidad de Milán ha de llevar finalmente a Carnelutti a la cátedra de Derecho Procesal Penal
en la Universidad de Roma:
"Un año de enseñanza del Derecho Penal, un volumen de Lezloni impreso
por Giuffré, después en el Otoño marchar todavía, esta vez de Italia, iLa
casualidad! ¿La casualidad me ha puesto en la mano... las obras deslum
brantes de San Agustín..., las musicales meditaciones de Peter von Lip-
pert; o el trágico Sein und Zeit; de Martin Heidegger?
Finalmente Roma.
Roma, donde maestros de derecho penal habían sido Enrico Ferri y Artu
ro Rocco y había, no tanto que elegir en el contraste entre ellos, cuanto
superarlo.
¿Una casualidad que, por el paso de GRISPIGNI del proceso al derecho
penal se me hubiera ofrecido a mí la Cátedra cuya humildad, en compa
ración con su hermana civil, estaba señalada aunque no fuese más, que
por el hecho de que, para ella ni se había cambiado siquiera el nombre de
procedimiento por el derecho procesal?.
(Carta a mis discípulos, en Cuestiones sobre el proceso penal, p. 7,
Traducción de Santiago Sentís Melendo Ejea, Buenos Aires, 1961).
Y en su célebre Prolusión de Roma que lleva por título "La lucha del derecho contra el
mal" empieza así su discurso inaugural:
"El título de mi discurso expresa, mejor que cualquiera otra frase, todo
lo satisfecho y reconocido que yo estoy por la confianza que colegas ¡lus
tres al llamarme a la enseñanza del derecho procesal en lo Universidad
de Roma, me han querido demostrar. Yo no me he querido someter hace
algunos años, al riesgo y a la preocupación del traslado de la Cátedra de
Derecho Procesal Civil a la de Derecho Penal en la Universidad de Milán
por inquietud o con ligereza, ni tampoco me dispongo ahora a afrontar un
riesgo y una preocupación, todavía más grave, sin la plena conciencia de
ello o por vanidad.
La enseñanza en Roma, si pienso en el camino recorrido desde cuando en
la Universidad Comercial de Milán y después en la Catania comencé con
los jóvenes un diálogo apasionado, es verdaderamente una meta. Pero mi
corazón y mi mente tienden hoy hacia otra meta inalcanzable. La verdad
LEGALES EDICIONES
232
F il o s o f ía d e l D erech o
"La teoría de la pena, del último CAPÍTULO del derecho penal material,
debe pasar a ser el primero del derecho penal procesal".
(Cfr. p. 39 de la ob. uit, cit.)
Y, para justificar o suavizar dicho traslado dice Carnelutti:
"Es probable que el derecho penal material ni siquiera se dé cuenta de
la pérdida; los grandes tratados de derecho penal no verán disminuida
su mole majestuosa al eliminar las pocas páginas apresuradas, que cada
uno de ellos acostumbra a dedicar a aquel prescindible argumento que
es la pena. Puede ocurrir, sin embargo, que cultivando por manos más
amorosas, el terreno hasta ahora estéril esté destinado a convertirse en
un jardín".
(Ibid, p. 49)
Por otro lado:
"La verdad es que, relegada al último capítulo de los Tratados de Derecho
Penal, la teoría de la pena ha sido hasta ahora la cenicienta del Derecho".
(Ibid, p. 39)
Cenicienta, porque:
"Había una vez tres hermanas que tenían en común, por lo menos uno
de sus progenitores: se llamaban, la Ciencia del Derecho Penal, la Ciencia
del Proceso Civil y la Ciencia del Proceso Penal. Y ocurrió que la última, en
comparación con las otras dos, que eran más bellas y prósperas, había
tenido una infancia y una adolescencia desdichadas".
(La Cenicienta (Cenerentola) traducción de Santiago Sentís Melen-
do, en Cuestiones sobre el Proceso Penal, cit., p. 15)
Así, pues, en una sistematización científica del derecho penal, el delito de la pena
debe ser asignado al derecho procesal, no al derecho material. Tal es la tesis que vuelve a
sostener en otro artículo titulado, justamente, "Pena y Proceso".
"La pena es proceso. El delito no, no es proceso; pero la pena sí; el delito
sí, se puede concebir sin proceso, o, por mejor decir, sin juicio, pero la pena
no, sin juicio no se la puede concebir. La pena resulta de la combinación de
dos actos, uno del castigador y otro del castigado, y esos dos actos son, en
primera línea, el acto de quien juzga y el de quien es juzgado:
juicio, por consiguiente, ¿o qué otra cosa? El concepto de la pena, p ues,...
se resuelve en el del juicio".
(Pena y Proceso en Cuestiones, cit., p. 394, in fine)
Y una cuestión fundamental, en materia de Ciencia Penitenciaria y Proceso:
"El derecho procesal ejecutivo, en su aspecto científico, incluso en cuanto
LEGALES EDICIONES
derecho p r o c e s a l
a la m a t e r ia c iv il, e s tá t o d a v ía m e n o s m a d u r o q u e e l
cognositivo; pero nadie podría negar ya que el proceso penal se transfie
re, llegado a cierto punto, del Tribunal al Reclusorio. ¿Y, entonces? ¿Quién
podrá desconocer seriamente que la pena es proceso, desde el principio
hasta el fin ?
En conclusión:
"La asignación de la teoría de la pena al derecho procesal, no es, pues,
sino el corolario de la reconocida identidad entre el proceso y la pena".
(ob. cit., p. 395)
"Del principio de la identidad entre el proceso y la pena se sigue el carác
ter más propio del proceso penal, y con él, su diferencia más saliente del
233
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
234
F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
ante la Corte de Casación.
El fecundo pensamiento de Carnelutti impregnó desde un comienzo, el Proyecto que
lleva su nombre. Su originalidad conceptual y la potencia intelectiva de su pensamiento
imprimió con rasgos indelebles los trabajos en el seno de la Comisión Reformadora, come
antaño solía suceder en la reforma del Proceso Civil de los años 26 y 40. Hace ya mu
chos años dijo CALAMANDREI comentando el Proyecto de Código de Procedimiento Civi
presentado el 24 de junio de 1926 preparado por la comisión en la que tanto destacara
Carnelutti que:
71 Cfr.: Quaderní di San Giorgio: Primi Problemi della riforma delprocesso penale, Sansoni Editare, Firenze
1962.
235
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
72 PIERO CALAM ANDREI: Note introdutive alio studio del Progetto Carnelutti, en Studi sulprocesso civile,
vol. IV, p. 96, Cedam, Padova, 1939.
73 PIERO CALAM AN D REI: “Note introduttive alio Studio del Progetto Carnelutti”, en el volumen “Studi sul
Processo Civile’’, volume quarto, pag. 96, Cedam, Padova, 1939.
74 sUGO ROCCO: Teoría General del Proceso Civil, pág. XVII, traduce, castellana de Felipe de J. Tena, Edi
torial Porrúa, México, 1959.
75 CARNELUTTI: Relazione Introdutiva al Progetto origínale, introduzione, en Verso la riforma del proceso
penóle, p. 1 1 ; Morano Editare, Napoli, 1963.
76 Ibid., p. 12.
236
F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
revela el alma y la esencia del pensamiento vivo de Francesco Carnelutti.
Por ello es que, nosotros, páginas atrás, hemos hablado de elementos lógicos sintácti
cos entre los núcleos conceptuales del sistema jurídico carneluttiano, y entre ellos hemos
77 Para mayores referencias, Cfr. Francesco Carnelutti: Verso la riforma del Processo Pénate, Morano Edito-
re, Ñapóles, 1963. Debe hacerse la salvedad de que estos artículos citados corresponden al esquema de'
primer proyecto que corre a partir de a p. 33 y ss. de la obra citada; pero a partir de la p. n i y ss. hay un<
nueva versión del articulado en referencia correspondiente al esquema del proyecto Carnelutti; en la que
a propósito del Proyecto que está elaborando la Comisión Reformadora del C. de P. P. peruano desenvol
veremos algunas ideas expuestas hace algún tiempo en el Colegio de Abogados de Lambayeque con e
Título: Bases para la Reforma del Proceso Penal en el Perú.
237
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
colocado las nociones de función y estructura. Y, la lógica es, por antonomasia, la quinta
esencia de su pensamiento. Numerosas polémicas ha tenido Carnelutti para reafirmar la
importancia de la Lógica en la investigación jurídica y recuérdese, sobre todo, al respecto,
la sostenida con Salvatore Satta en torno a la lógica y antilógica de la experiencia jurídica
o como él dice, de la antilógica en el método del "non so come"78. Pero, tal vez donde con
mayor énfasis sí se nos permite la paradojal expresión jurídica es en un bello estudio que
se titula: Matemática y Derecho.
H L U b O h lA U tL U L K b C H U
"Si pensar es descubrir y la matemática es método de descubrir, ella es, en
consecuencia, lógica y nada más”.
(Traducción de Sentís Melendo, cfr., en la obra Cuestiones sobre el
Proceso Penal, cit., p. 484).
Y, discurriendo sobre las vías que abriría la Matemática, así entendido, al descubri
miento jurídico (o. c. p. 488), nos dice:
I M 1b
"la matemática rige con sus estructuras generalísimas las ensambladuras
de un mundo lógico cuya experiencia no parece
... pueda ser indiferente incluso para la experiencia jurídica", (o. c., p. 489).
En fin:
"Los números, a guien los sabe entender, le sirven para hacer compren
der aquello que no llegan a comprender con las palabras; la matemática,
para introducirnos en el inmenso reino de las posibilidades, es una guía
más audaz y segura que la poesía, pero también ella, llegada a cierto pun
to, se detiene. Más allá de ese punto sólo la música nos guía. Y la relación
de la música con el derecho se manifiesta en la armonía".
(Cuestiones sobre el Proceso Penal, p. 490, in fine, traducción cas
tellana de Santiago Sentís Melendo, Ejea., Buenos Aires, 1961).
Y así empieza la genial meditación carneluttiana sobre el arte del derecho ¡Arte del
derecho! Hace ya más de dos mil años que el derecho era definido como el arte de lo bue
no y de lo equitativo. La palabra "arte"; y los antiguos definían con esta palabra el saber
práctico y teórico para ejecutar bien alguna cosa; mientras que, para los clásicos, el arte
consistía en la imitación bella de la naturaleza. Si tenemos en cuenta que el orden natural
de todo el cosmos se reduce a una armónica y justa distribución de las cosas, el derecho, y
muy particularmente, el derecho procesal se transforma en el instrumento de esta armóni
ca distribución. Distribución entre la ciencia y la técnica, entre la filosofía y la ciencia, entre
la intuición y la lógica, entre la teoría y la práctica.79
Alguna vez refiriéndose a Vittorio Scialoja, dijo Carnelutti, algunos conceptos muy her
mosos de lo que debe ser un jurista80. Y ahora quisiera reproducirlos aplicándoselos a él
mismo; porque debemos ver en Carnelutti, el símbolo del arte del derecho, pues su vida
representa la solución ejemplar del problema de las relaciones entre la actividad teórica y
la actividad práctica del jurista en que consiste el secreto del arte.
LEGALES EDICIONES
Y esta magistral ecuación, diré que empezada a elaborar en torno a la figura cimera
de Scialoja, es desenvuelta por Carnelutti en una serie de obras menores, tales como sus
Dialoghi con Francesco (Roma, Tumminelli, 1945). Tempo perso (Firenze Sansoni, 1959),
La guerra et la paix (Roma, Azienda Editr. libr. 1945). L'avventura deIT individuo (Firenze,
Sansoni, 1957); II canto del grillo (Torino, Edizione Radio Italiana, 1955); Arte del Derecho,
78 F. Carnelutti: II método del non so come en la Rivista di diritto processuale, 1960, p. 1 y S4 cfr. además
reseña bibliográfica a Satta en la misma Riv. y año citado, pp. 83 y 256.
79 JOSE ANTONIO SILVA VALLEJO: Introducción a la Filosofía, p. 23 a 26, Chiclayo, 2965.
§ 80 FRANCESCO CARNELUTTI: Arte del Derecho, en Estadios de Derecho Procesal, cit. t. 1 p. 14.
238
F il o s o f ía d e l D erech o
(Ejea, Buenos Aires, 1956) y sus "Discorsi intorno al diritto (3 vols. Cedam, Padova 1939,
1953,1961).
El arte del derecho es uno de los elementos metajurídicos en la genial sistematización
carneluttiana del derecho y, tal vez pueda reducirse, siguiendo el parecer de Luigi Caiani81,
al problema fundamental del juicio.
Y, comentando, posteriormente esta obra de Caiani, el mismo Carnelutti ha dicho, pro
siguiendo en sus investigaciones sobre el juicio:
"Lo que he podido pensar y escribir acerca del juicio proviene de la ne
cesidad de ahondar en que me he encontrado, a fin de que la teoría del
proceso y del derecho pueda ser sólidamente fundada".
(El Juicio Jurídico, en Cuestiones... d tp . 68).
El proceso, ciertamente, está fundado sobre el juicio:
"Por eso, no tanto los juristas en general, cuantos los juristas que cultivan
la ciencia del proceso, se encuentran en una posición privilegiada para
observar el fenómeno-juicio.
Fuera del proceso, el juicio se hace casi siempre en forma tan veloz, que,
por lo menos resulta sumamente difícil la observación de él".
(ob. cit, p. 71).
Ahora bien, se trata, no de un solo juicio, sino de un triple juicio:
Juicio del juez y juicio de las partes que se contradicen; es por ello que Carnelutti habla
del proceso como de una tríada de juzgadores"82 desenvolviendo aquella clásica definición
que daba la Glosa del proceso y que se atribuye a Búlgaro:
"iudicium est legitímus actus trium personarum scilicet iudicis, actoris et
re i".83
El juicio del Juez se estructura esquemáticamente sobre la base una duda y resulta de
la combinación de tres elementos: la res judicanda, la res judicata, y el judicium propia
mente dicho que es el nexo, la cópula entre ambos términos.84
El juicio jurídico es, esencialmente, un juicio histórico, pero a la vez, es un juicio críti
co85 que tiene por objeto la investigación de la verdad.
Y, ¿qué es la verdad?; o, por lo menos, ¿qué es la verdad jurídica?; o, concretamente,
¿qué es la verdad judicial?
Según Carnelutti, la pregunta en torno a la esencia de la verdad "es realmente menor
que la de Pilatos" y puede reducirse fundamentalmente a esta otra pregunta: "quid est
iudicium?" (Y qué es el juicio?) (cfr., Volvamos al juicio).
"Tornar al juicio, por lo menos, nos permitirá recordar aquellas palabras
que debieron ser nuestro lema, si hubiésemos captado su valor: nolite
LEGALES EDICIONES
iudicare" (no juzguéis)
(Volvamos al juicio, en Cuestiones, cit., p. 62)
81 LUIGI CAIANI: Francesco Carnelutti e II problema del giudizio en La filosofía del giuristí ítaliani, p. 79 y
ss., Cedam, Pactova 1955.
82 CARNELUTTI: El problema del defensor penal, en Cuestiones, cfr., p. 223.
83 Para una amplia exposición de este concepto, cfr.: ALCALA-ZAM O RA: El antagonismo Juzgador-Partes,
situaciones intermedias y dudosas, en los Scritti giuridici in memoria di Piero Calamandrei, vol. II, p. 5 y
ss., Cedam Padova, 1957.
84 En Cuestiones cit., p. 73.
85 Ibid., ob. cit., p. 83; además: II diritto como antistoria, en los Discorsi intorno al diritto, vol. III, p. 13.
239
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
Pero como el Juez y las partes tienen, forzosamente, que juzgar el proceso, surge la
angustiosa pregunta en torno a qué tipo, de verdad sea la verdad del juicio jurídico.
Para unos, esta verdad es, esencialmente, una verdad material según la cual, para lo
grar una decisión justa es requisito indispensable la reconstrucción del supuesto de hecho
del pleito según una relación de identidad. Tal es la tesis fundamentalmente sostenida por
von CANSTEIN, von TEVENAR y HEUSLER.
Para otros, esta verdad es esencialmente, una verdad "formal", según la cual, es la
verdad el resultado "deseado", pero, jamás "garantizado" del proceso civil; como una meta
tendencial, pero nunca asequible del juicio jurídico. Tal es la posición principalmente sos
tenida por von BAYER, ADOLFO WACH, KLEINFELLER y SCHMIDT, entre otros.
Según Carnelutti:
"La verdad es como el agua:
o es pura o no es verdad.
Cuando la búsqueda de la verdad material está limitada de tal
modo que ésta no puede ser conocida en todo caso y con
cualquier medio el resultado, sea más o menos riguroso, el
límite, es siempre el de que no se trata ya de una búsqueda de
la verdad material, sino de un proceso de fijación formal de los
hechos".
(La Prueba Civil, p. 25, traducción de Alcalá-Zamora, Buenos Aires,
1955).
Así este torturante problema de la verdad se resuelve por Carnelutti afiliándose a la
teoría de la verdad formal.86
El juicio de las partes, se realiza a través del patrocinio y la defensa que aboga por los
Intereses de los litigantes; y del Ministerio Público en el Proceso Penal que, como hemos
visto, páginas atrás (cfr., retro.) es una parte "a medias".
Es, por ello, que el juicio de las partes es, fundamentalmente un juicio de contradic
ción:
"La contradicción está en la raíz de la Abogacía como el Proceso. Su sím
bolo es la balanza mas, ésta es, también el símbolo de la igualdad de los
contradictores.
Empero, tal igualdad, fácil de obtener en el Proceso Civil, encuentra a ve
ces graves y casi insuperables dificultades en el proceso penal y lleva la
sombra de la sospecha. Cuando pronunciaba su desconcertante "nolite
iudicare", Cristo sabía bien cuán insidiosa era para los hombres la tenden
c ia a c o n v e r t ir la s o s p e c h a e n c e rte z a . U n a r t íc u lo d e la C o n s t it u c ió n e s t a
LEGALES EDICIONES
blece que "el imputado es considerado inocente hasta que sea condenado
con sentencia irrevocable", pero pocas otras normas constitucionales son
menos respetadas que ésta:
"Calomniez, calomniez quelque chose restera" decía Voltaire.
86 Cfr. además en concordancia. CALAM ANDREI, Verdad y Verosimilitud en el Proceso Civil, en Riv. di dir.
proc., 1955, tomo 1, p. 164 y ss., trad. cast. de Sentís Melendo en Estudios sobre el proceso civil, p. 317 y
ss., Ejea, Buenos Aires, 1962; CALAM AN DREI, La génesis lógica de la sentencia civil, en Estudios sobre el
proceso civil, p. 387, Edit. Bibliográfica Argentina, Buenos Aires, 1945; PASQUALE SARACENO, “La de
cisione sul fatto incerto nel processo Penale’, Cedam Padova, 19 41: GARLO FURNO: Teoría de ¡aprueba
legal, trad. cast. de Sergio Gonzáles Collado, Editorial Revista de Derecho Privado, Madrid 1954.
240
F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
"Vir bonus dicendi peritus", dice Carnelutti, es una antigua definición que calza perfec
tamente al Abogado.8 88
7
"Experto en el decir debe ser el Abogado,
sobre todo porque su decir es, siempre, un contradecir".
(Controvento, p. 3).
Y agregaba:
241
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
"He aquí la razón por la cual debe ser "bonus" el "vir dlcendi peritus". Bas
ta la sospecha para determinar: al menos, la antipatía hacía el imputado.
Se requiere la bondad para ponerse junto él".
La razón fundamental del descrédito de la Abogacía es ésta:
nosotros somos considerados amigos de los delincuentes..."
(Controvento, p. 3)
Dos años después de escrito el Prefacio de Controvento Carnelutti insistía en otro bello
prólogo en torno a estas ideas. En la "Presentación" a los Scritti giuridici de Alberto Musatti
que se inspira, precisamente, en este Tópico Alegórico, decía Carnelutti:
Q u ié n p o s t u m a m e n t e h a p e d id o s ile n c io e n t o m o a él.
¿ H u m ild a d u o rg u llo ?
He aquí la fiel interpretación de ALBERTO ASQUINI:
"Quella e questo irisieme.
Come il cosmonauta che, per nell' orgoglio della sua impresa sente che la
sua distanza dall' infinito non é diminuita, cosí Carnelutti che nella lunga
parabola della sua instancabile fatica ha toccato la vette pió alte del sa-
pere giuridico in tutti i campi, sentencio I" orgoglio della sua opera, tra
folie di ammiratori, di discepoli e di seguaci, ha voluto moriré in solitudine,
confessando con cristiana umiltá che fino alT ultimo aveva continuato a
scavare per correggere i suoi errori".
242
F il o s o f ía d e l D erech o
*ADDENDA*
El 12 de junio de 1986, las tres facultades romanas de jurisprudencia organi
zaron una jornada de estudio sobre Francesco Carnelutti: La Rivista di Diritto
Processuale de 1986 publicó las siguientes ponencias e intervenciones:
NATALINO IRTI: Le tre facoltá giuridiche di Roma per un grande interprete del
diritto, p. 476 y ss.;
ALBERTO TRABUCCHI: Carnelutti e il diritto privato, p. 479 y ss.;
GIOVAIMNI TARELLO: Francesco Carnelutti nella cultura giuridica italiana, p.
498 y ss.;
LUIGI MONTESANO: Sistemática e realismo di Francesco Carnelutti processual
civilista, p. 504 y ss.;
FILIPPO CANCELLI: La realtá, la parola e la costruzione nella teoría generóle
del diritto di F. Carnelutti, p. 514 y ss.;
FABRIZIO RAMACCI: II senso del tempo nell'opera di Francesco Carnelutti, p.
526 y ss.;
NICOLA PICARDI: L'esame di coscienza del vecchio maestro, p. 536 y ss.
LEGALES EDICIONES
Lungarno Torrigiani, cruzando el Arno por el Ponte Vecchio y, contemplando Lungarno Ac-
ciaioll, seguimos por la Vía Guicciardini, para, luego, cruzar hacía la Piazza delta Signoria,
rumbo al Palazzo Vecchio y, bajando por la vía del Procónsul, cruzamos hacía Borgo degli
Albizzi, donde estaba el estudio de Calamandrei, no sin antes, admirar el Campanile de
Giotto y las puertas del Paraíso y de todo el ensueño que nos depara el imaginarnos en
la "indimenttcabili fascisnazione della dolce cittá piena d'íncanto"; así evoco al espíritu de
Calamandrei, su pensamiento, su vida y sus doctrinas, que bajo su influencia magnética,
243
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
continúan siendo, para todos nosotros, el conjuro y la exaltación del genio, de un gran
clásico que ha devenido un inmortal en la ciencia del proceso.
PIERO CALAMANDREI nació, vivió, escribió, enseñó y murió en Floren
a cia. Había sido nieto de un gran magistrado, don Agustín Calamandrei
e hijo de un gran abogado y profesor de Derecho Comercial don Rodol
fo Calamandrei y de doña Laudomia Pimpinelli. Nació en Florencia el
21 de abril de 1889. Allí también murió intempestivamente el jueves
27 de setiembre de 1956. Según recuerda el último de sus discípulos
en nostálgica añoranza, su habitación, en aquel viejo caserón de Borgo
degli Albizl, "está vacía ahora y no tiene ya sentido el esperarlo...".
"Nos llamaba, a veces, a todos juntos ante aquella mesa. No para hacerse oír, sino
para escucharnos. Siempre estaba sediento de oír, su grandeza estaba formada también
de esto"90.
"Nació, vivió y murió en la Toscana, en su Florencia, a la que tanto amó y a la que vio
en parte destruida por la furia bélica", nos decía nuestro querido y recordado amigo, el
maestro don Santiago Sentís Melendo, años antes de su muerte, cuando lo visitáramos en
Buenos Aires; y evocaba la figura del Amo desmantelado por la saña del invasor en su hui
da, desaparecidos los maravillosos puentes, de los que sólo quedó en pie, como reliquia,
el Ponte Vecchio.91
Y es que, en la florentinidad de la vida y de la obra de Calamandrei, destaca, justamen
te, "II Ponte", aquella revista en la que destaca éste como un símbolo para rehacer la vida
destrozada de la Italia, sin más ilusión que sus "Parlare di Firenze", la "dulce ciudad plena
de encanto": "Non é un incanto fatto per stordirsi e per dimenticare; ma é un incanto con-
sapevole, memore, responsabile".
No habla Calamandrei de monumentos sino, excepcionalmente, nos ha dicho Sentís
Melendo, subyugado por el encanto de los puentes florentinos y por el recuerdo de las
veladas en la casa del maestro; "Florencia y Calamandrei van unidos en mi pensamiento.
Es difícil, o imposible para mí el separarlos, son dos espíritus que se confunden; el de la
ciudad y el del hombre92; no dominan en sus relatos la torre de Amalfi, ni el Campanile de
Giotto; y si el relato se cierra con las puertas "del paradiso", es para enseñarnos cómo la
libertad, reconquistada de Florencia, convierte en oro lo que parecía bronce en aquellas
puertas; él nos habla del espíritu de Florencia, del espíritu de sus gentes, que hizo el espí
ritu de la ciudad y por eso la ciudad y los hombres coinciden"9*,
"Armonía y medida; sencillez y racionalidad", esas cualidades que Calamandrei atribu
ye a Florencia, fueron también las suyas, que él transmitió a toda su obra.94
¿Cuáles son los rasgos fundamentales de la obra de Calamandrei?
90 MAURO CAPPELLETTI: Recuerdo de Fiero Calamandrei, escrito por el último de sus discípulos, en el
volumen citado, p. 13.
91 S. SENTIS MELENDO: Ha muerto Piero Calamandrei, en el volumen de Calamandrei; Instituciones de
Derecho Procesal Civil, vol. I, p. 1 3 ,2 “ edic., Ejea. Buenos Aires, 1962.
92 S. SENTIS MELENDO: “ Calamandrei el Hombre y la Obra, en Instituciones”, cit. p. 56. T.L
93 Ibid., p. 54.
94 Ibid., p. 55.
244
F il o s o f ía d e l D erech o
a quien debe sus primeras influencias en la investigación del proceso y para quien tuvo
reiteradas palabras de reconocimiento, tanto en su Prolusión de Siena de 1920, como en
la dedicatoria de La Casación Civil.
Acusan, pues, sus primeros escritos la influencia lessoniana. "Lessona, si bien de una
época que yo llamaría de transición, culto, más curioso quizá que profundo investigador de
los antiguos textos, embebido en aquella tradición francesa de la cual teníamos entonces
y no poco tendremos todavía hoy que aprender, rico de experiencias vividas, expositor
eficaz, superaba ampliamente la pedestre exégesis de algún predecesor suyo".95
A este período de la influencia lessoniana pertenece La chiamata in garanzia (1913),
La genesi lógica delta sentenza cive (1914) y La Cassazione civile (1915).
A modo de antología extractamos a continuación algunos conceptos fundamentales
de estas obras:
I. - La chiamata in garanzia; Societá Editrice Libraría, Milano 1913, págs. Xl-371.
Para quienes debemos establecer la esencia y fundamentación de la intervención de
terceros en el proceso civil, aún hoy, a tantos años de su publicación, esta monografía de
Calamandrei conserva todavía, la solidez de su encuadre sistemático, la frescura de su es
tilo y su importancia histórica. Empieza Calamandrei por establecer el concepto preliminar
de garantía: "Garantía es la defensa judicial planteada para contestar la demanda de un
tercero, y el resarcimiento del daño derivado por la omisión o incumplimiento de la defen
sa que una persona, larnada garante está obligada a prestar por la convención o por la ley,
a otra persona, llamada garantizado".
(ob,, cit., p. 3).
"Garantía formal es la defensa judicial que el alienante de un derecho debe prestar al
adquiriente contra todas las molestias judiciales (demanda de un tercero contra el adqui
riente; resistencia de un tercero contra el adquiriente) dirigidos a impedir el libre ejercicio
de un derecho, a la vez que constituye el resarcimiento de dicha defensa. Garantía simple
es la defensa no hecha o incumplida que el deudor debe prestar a quien, por estar per
sonalmente obligado frente al acreedor común, es requerido para el pago de una deuda,
cargada en definitiva no a él sino al garante" (p. 8).
Con estos antecedentes, Calamandrei encuadra sistemáticamente el concepto de la
llamada en garantía:
"La llamada en garantía es la institución procesal por la cual quien es parte en una
causa referente a un objeto por el cual un tercero le debe garantía, llama en causa a este
tercero para que realice espontáneamente la defensa y para extenderle también a él los
efectos del juicio; y, en previsión de que el tercero se niegue a constituirse a la defensa,
o bien no consistiendo a prestarla queda vencido y para los efectos del juicio, obligado a
resarcir el daño de la no hecha o no cumplida defensa" (p. 81).
II. - "La génesis lógica de la sentencia civil". Publicado en la Rivista critica di scienze so-
ciali, Firenze, 1914; reproducido en Studi, vol. I, Cedam, 1930, traducido por Sentís Melen-
LEGALES EDICIONES
do en Estudios sobre el proceso civil, p. 369 y ss., Editorial Bibliográfica Argentina, Buenos
Aires 1945. Parte Calamandrei de la comprobación de que la doctrina ha descuidado el es
tudio del elemento lógico en la sentencia; destacando, en cambio, su carácter imperativo:
"No precisamente estudiar lo que la sentencia es -tema exhaustivamente tratado en la
literatura jurídica italiana por Alfredo Rocco y Menestrina- sino indagar cómo la sentencia
se forma en la mente del juez, es lo que yo he querido".
El estudio de este problema no tiene solamente una importancia teórica sino también
práctica:
245
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
"No sólo porque, en general, toda Investigación sobre la sentencia, corazón del orga
nismo procesal, es, al mismo tiempo una investigación de todo el proceso, sino porque
también... La Corte de Casación encuentra la razón de su existencia en la distinción entre
cuestión de hecho y de derecho, de la que no se puede tener una idea clara sino descom
poniendo en sus elementos característicos la función que realiza, al pronunciar la senten
cia, el pensamiento del juez".
Ahora bien, admitiendo que el análisis de la actividad mental del juez se encuentra ya
en la literatura procesal alemana. (Véase Wach, Heusler, Rocholl y, entre otros, principal
mente, Stein: Das privóte Wissen des Richters. (Leipzig, 1893). Hay traducción castellana: El
conocimiento privado del juez, Editorial Temis, Bogotá, 1988. Calamandrei nos enseña que:
"De cualquier modo que se defina la sentencia y que se resuelva la cuestión relativa a
si la misma es un acto de inteligencia o de voluntad, no se podrá nunca negar que en ella se
contiene un juicio lógico, el cual, como todo juicio, aún el más elemental y el más simple,
debe ser el resultado de un silogismo explícito inconsciente" (Estudios, p. 371).
Se trata, pues, de un silogismo, en el cual la premisa mayor está constituida por la ley,
la premisa menor por los hechos y la conclusión por la síntesis dialéctica en que consiste
el fallo y que se traduce en la declaración o constitución de un derecho subjetivo. Esto no
obstante:
"Quien se limita a afirmar que la operación mental de que nace la sentencia es un
silogismo, en el que la premisa mayor está formada por la ley, no se da cuenta plenamente
de la operación que se desarrolla en la mente del juez", (p. 372)
Porque:
"El limitarse a ver en la operación mental... un simple silogismo, del cual la ley consti
tuye la premisa mayor, significa esquematizar con absoluta simplicidad una operación que,
por el contrario, es muy laboriosa y compleja", (p. 373).
¿Cuál es el procedimiento mental que lleva al juez a afirmar que los hechos se han
desarrollado de un cierto modo? ¿Por qué vía llega ulteriormente a afirmar que, entre las
infinitas normas de ley es una precisamente, la que sirve para el caso y puede ser utilizada
como premisa mayor del silogismo? ¿Y cómo hace para encontrar en el hecho constatado
los caracteres jurídicos que la norma presupone? ¿Y cómo consigue establecer entre pre
misa mayor y premisa menor una relación tal que precisamente la afirmación sea afirma
ción o negación del efecto jurídico pretendiendo por la parte, o, no afirmación o negación
de un efecto jurídico diverso?" (p. 373 in fine y 374).
1.- Se ha dicho que la demanda dirigida al juez contiene en sí ya formulada, una sen
tencia. En sustancia, la parte pide al juez que, con la autoridad derivada de! cargo, quiera
declarar que el juicio, que ella ha realizado ya por sí, es correcto. Esto es, la parte le dice al
Juez: "Afirmo que son verdaderos estos hechos; a base de estos hechos sostengo que ha
surgido a mi favor este derecho; y pido, como consecuencia, que tal derecho encuentre
público reconocimiento en la sentencia" (p. 373).
LEGALES EDICIONES
246
F il o s o f ía d e l D erech o
conclusión del silogismo hecho por ella; corresponde al juez encontrar la premisa mayo
(norma) y verificar si la misma da lugar verdaderamente a la conclusión que la parte pro
pone" (p. 375 y 376).
3 - "Si en nuestro proceso la parte debe someter al juez todos los elementos de los que
resulta su silogismo jurídico, y por tanto, ante todo, la noción de los hechos de los cuale:
deriva su pretensión, parecería que el primer problema que se plantea al juez es el relacivc
F íl r 'R O F I * o r ' - - P ^ ’-ÍO •'
LEGALES EDICIONES
para la consecución de la llamada "verdad sustancial", la valoración, aunque libre, lleva en
todo caso a un juicio de probabilidad y de verosimilitud, no de verdad absoluta" (Riv. cit,
pag. 165).
Y agrega:
"Aún para el juez más escrupuloso y atento, vale el límite fatal de la relatividad propio
de la naturaleza humana: lo que vemos, sólo es lo que nos parece que vemos. No verdad,
sino verosimilitud; es decir apariencia (que puede ser también ilusión) de verdad" (Riv. cit.,
pag. 165 in fine y 166).
7. - RELACIONES ENTRE EL HECHO Y LA PRUEBA.- "El resultado de cualquier medio de
prueba no puede ser nunca un hecho, sino solamente un juicio sobre la existencia o sobre A
el modo de ser de un hecho (POLLAK, System des Oster. Zivilprozessrechts, Wien, 1906, m
247
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
p. 558: "Las afirmaciones de hechos son juicios"); en efecto, el resultado de toda prueba
no es una circunstancia de hecho, sobre la mente de un observador colocado ante ella"
(p. 379).
8 - CONCLUSIONES.- "Como conclusión de este estudio, el objeto del cual, ya decla
rado, es el de ofrecer un cuadro que resume argumentos que merecerían cada uno una
amplia y separada exposición, debe hacer dos advertencias que quieren prevenir posibles
críticas a este escrito.
Ante todo, reconozco que la operación lógica del juez en la forma que de ordinario
tiene lugar es mucho más compleja de lo que he dibujado, ya que en todo proceso son
múltiples los puntos de derecho y de hecho a resolver, y, antes de llegar a la decisión
definitiva, el juez debe a menudo pronunciar una cantidad de decisiones prejudiciales e
interlocutorias, en las cuales con las cuestiones de mérito se alternan las cuestiones proce
sales. En segundo lugar, reconozco también que la operación lógica, tal como se desarrolla
en la realidad en la mente de cada juez, no se produce nunca a través de una sucesión de
fases netas y separadas, similares a las que yo he clasificado, ya que en el pensamiento
vivo, que se revela a toda anatomía, aquellas se alternan y se compenetran de un modo
Inconsciente e irregular.
Pero esto no quiere decir que desde el punto de vista teórico la operación lógica del
juez no pueda reducirse, con finalidad de estudio, al esquema dado por mí; ya que toda
investigación científica trata de simplificar lo que en la vida es complejo y múltiple, extra
yendo de ello solamente unos pocos caracteres esenciales" (p. 416).
III.- "LA CASACIÓN CIVIL".- Esta magna obra, dedicada a la memoria cara de Lessona,
cierra, a mi modo de ver, el primer periodo del pensamiento de Calamandrei e inaugura la
fase de la influencia chiovendiana. El primer volumen de la obra dedicado a la evolución
histórica de la casación civil, dice Calamandrei en su Prefacio, "estaba ya casi enteramente
escrito en mayo de 1915, merced a la preciosa ayuda de sugerencias y obras de no fácil
consulta que me proporcionó en Roma el profesor Chiovenda, al cual no en vano se dirigen
con fe los jóvenes que quieren estudiar seriamente". Inaugura, pues, la fase de la influencia
chiovendiana aplicando el método de la reconstrucción histórico-dogmática del proceso
tan caro al maestro de Roma: pero, también cierra la fase lessoniana:
"Demasiado ha tardado en aparecer este trabajo mío para llegar oportu
namente a ser el homenaje, tenue de valor, pero pletórico de afectuosa grati
tud a Lessona, el maestro inolvidable que me sugirió el tema, y pensando en el
cual ha sido escrito cada página de este volumen".
"El instituto de la Casación, tal como hoy lo encontramos en los Estados
modernos, resulta de la unión de dos institutos, que recíprocamente se com
penetran y se integran: de un instituto que forma parte del ordenamiento judi-
cial-político: la Corte de Casación, y de otro instituto que pertenece al derecho
procesal, e l R e cu rso de C asa ción". (La C a sa ció n Civil, tom o I, p. 26, tra d u cció n
LEGALES EDICIONES
248
F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
Los Estudios, como los Ensayos, constituyen un género especial de producción científica
y de modalidad literaria. En este sentido, nuestro autor se reveló como uno de los más
grandes ensayistas de la literatura procesal de todos los tiempos. A diferencia de las
Instituciones" que quedaron truncas -la "sinfonía inconclusa" del sabio florentino-, los
"Studi" constituyen, con su estilo académico de corte chiovendiano, con su profundidad
esencialmente fáustica de inspiración germánica, con su desbordante lirismo, sobre todo
en los últimos estudios, en donde no se sabe si admirar más su humanismo depurado
y elegante o su nueva fase intelectual que determina un sesgo en el desenvolvimiento
de la escuela sistemática; estas obras maestras de Calamandrei, constituyen, pues, una
suerte de temas melódicos que, su estilo de contrapunto conceptual va tejiendo, cual las
inmortales Fugas de Juan Sebastián Bach, el genial organista de Leipzig, una urdimbre de
estructuras, de variaciones y de planos sobre las que se destaca, cual la pétrea y aguzada
249
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
silueta de una iglesia medieval, las nociones de jurisdicción96 y de sentencia97, así como
del proceso como juego98 y de la relatividad del concepto de acción99.
96 “ Límites: entre jurisdicción y administración en la sentencia civil. En Estudios ”, pág. 151 a 50; “E l Significado
constitucional de las jurisdicciones de equidad”, pág. 53 a 104; “E l Juez y el historiador”, pág. 107 a 130; “La
distinción entre error in iudicandoy error inprocedendo”, pág. 165 a 182, Editorial Bibliográfica Argentina,
Buenos Aires, 1945; “ También los jueces son hombres", pág. 251, “La Función de la Jurisprudencia en el
LEGALES EDICIONES
Tiempo presente”, p, 223. “El Juez Instructor en el Proceso Civil”, pág. 355, Ejea, Buenos Aires, 1962.
97 “La génesis lógica de la sentencia civil”, en Estudios, p. 369; “ Vicios de la sentencia y Medios de Gravamen”,
ibid., p. 421; La sentencia subjetivamente compleja, ibid., p. 465; “La sentencia como hecho jurídico”, p. 539;
“La Condena", p. 55 1; “Retroactividad de la sentencia e Hipoteca Judicial”, p. 567.
98 “El Proceso como juego”, p. 259 (EJ.E.A); “E l Proceso como situación jurídica”, p. 2 15 (EBA); “Líneas fu n
damentales del proceso civil inquisitorio”, p. 227; “El concepto de litis en el pensamiento de Francesco Car-
nelutti”, p. 265; “E l Proceso civil bajo el peso del Fisco”, p. 3 1 1 ; Abolición del proceso Civil?”, p. 343: “El
Proceso Inquisitorio en el nuevo Código Civil”, p. 351.
99 “La relatividad del concepto de acción, en Estudios”, p. 135.
100 PAUL VALERY: “Política del espíritu”, traducción castellana, Editorial Losada, Buenos Aires, 1961.
10 1 Recuerdo de Giulio Paoli, en el vol. Chiovenda. Recuerdo de Juristas, p. 18 1 in fine.
102 En el vol. cit., p. 165.
250
F il o s o f ía d e l D erech o
"Su virtud más encantadora, que inmediatamente conquistaba era lo que yo llamaría
la "proximidad humana". Aún viviendo en continentes distantes sentimos desde el mo
mento de conocernos, que pertenecíamos a una misma patria espiritual de pensamientos
y de afectos, en la cual la común vocación y las comunes esperanzas nos aproximaban en
continua correspondencia de espíritus". "Vivere ardendo e non sentiré il male".103
Es, pues, en la acentuación de los valores de espíritu en donde radica la esencia del
pensamiento de Calamandrei.
Por eso, lo llamamos el poeta del derecho; entendiendo por poesía "la razón de la
existencia humana y el nombrar que instaura la esencia de las cosas" o "el fundamento
que soporta la historia", como dice HEIDEGGER en un hermoso libro intitulado Holderlin y
la esencia de la poesía.104
Desde este punto de vista es preciso juzgar la obra entera de Calamandrei; pero, en
especial dos obras suyas, por lo menos:
Elogio de los jueces escrito por un abogado y Demasiados Abogados.
De la primera de estas obras ha dicho Couture en el Prólogo a la edición castellana
(Ejea, Buenos Aires, 1956) que "esta obra no tiene virtualmente, parangón en la literatu
ra jurídica... por la gracia, la elegancia, la ironía, el sprit de finésse que caracteriza a esta
obra". "Para encontrarle paralelo, habría que acudir a quienes no son juristas: Quevedo,
Moliére, Dickens'... 'Pero, ni el poeta castellano, ni el comediógrafo francés, ni el novelista
inglés, pusieron en su crítica irónica la gota de ternura humana que se encuentra en el
fondo último de todas y cada una de las páginas del libro de Calamandrei".105
Y añade más adelante: "Con ese acento de sinceridad, con su poesía entrevista a tra
vés de los duros menesteres del oficio, el libro de Calamandrei dio la vuelta al mundo.
Muchos profesores en varias circunstancias, recordaron simbólicamente el ex-libris que
lo caracterizó, en el cual misteriosas gravitaciones del espíritu inclinaban la balanza de la
justicia del lado de la rosa y no del lado de los códigos. Y todo ello, porque difícilmente
ninguna imagen, por más feliz que fuera podía representar mejor que el símbolo que Ca
lamandrei mismo sugiriera al artista la ingrávida sustancia del alma humana venciendo a
las ásperas sentencias de la ley"106. Trátase también de un libro agonístico que instituye un
documento de la resistencia italiana y en el cual desfilan, aquellas grandes sombras evo
cadas por Odiseo en el reino de los Cimerios, los "uomini e cittá delta Resistenza", como él
denominó en otra obra suya107 a aquellas víctimas que no pudieron soportar "el oprobio
moral del veintenio de la vergüenza".
El secreto de este libro reposa en que a través de sus páginas desfilan las musas de la
tragedia y la comedia que son las dos máscaras, las dos carátulas del alma humana, según
la feliz expresión de Paul de Saint Víctor108. Por eso es que Couture dijo que "este libro, con
sus dos partes, claramente perceptibles, está más acá y más allá de las debilidades huma
nas; más acá y más allá de las tempestades, más acá y más allá de la justicia del Estado:
con su lenguaje llano y su grano de sal de poesía, sus páginas valen como un testimonio
de nuestro tiempo".109
LEGALES EDICIONES
El Elogio de los jueces escrito por un abogado... es un libro de los que no se resumen.
Imposible sintetizar el cúmulo de anécdotas y de chispeantes casos que hacen de él una
251
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
obra maestra de ingenio cáustico, de urbana sátira, de mordaz filosofía, en donde se ponen
de relieve los males de la naturaleza humana. Aunque tal vez, hay una moraleja puesta por
el propio puño del autor: "El autor, en muchos años de ejercicio de la profesión forense,
se ha convencido de que cualquier perfeccionamiento de las leyes procesales quedaría en
letra muerta si los jueces y abogados no sintieran, como ley fundamental de la filosofía
judicial, la inexorable acción complementaria, rítmica como el doble latido del corazón, de
sus funciones; sólo si los jueces y los abogados están dispuestos a reconocer la estrecha
comunidad de sus destinos, que los constriñe, unidos al mismo deber, a encumbrarse o a
envilecerse juntos, podrán colaborar entre sí con ese espíritu de comprensión y estimación
que amortigua los choques del debate y soluciona, al calor de la Indulgencia humana, las
dificultades de los peores formalismos.
Las virtudes y los defectos de los jueces pueden pues apreciarse con serenidad sola
mente si se piensa que son, en realidad, la reproducción sobre un plano distinto, y casi
podría decirse la sombra deformada por las distancias, de las correspondientes virtudes e
imperfecciones de los abogados. Este es el estado de ánimo del que el presente libro ha
nacido: examen de conciencia de un abogado que para llegar a comprender la humanidad
de los jueces, ha creído indispensable considerar su conducta, por esa ley de reciprocidad
a que acabamos de referirnos, como una serie de respuestas y de reacciones dialécticas a
la conducta de los abogados".110
Leyendo la traducción castellana de "Troppi Avvocati" o algunos de sus últimos estu
dios como "También los jueces son hombres", aquel sentido humano del Derecho se hace
más evidente. En su célebre discusión con Carnelutti sobre el mérito de sus respectivas
obras, aunque no se dijo, se trasluce la necesidad de sustituir el sistema de lógica formal
por una nueva sistemática que recoja el trasfondo sociológico y humano del derecho. Así
lo entrevio ya en 1924 al hacer el Recuerdo de Federico Stein: "Temple genial de estudioso
que se distinguió netamente entre la pléyade de discípulos de Adolfo Wach por haber sa
bido, con sugestiva y vivacidad de estilo, atenuar el rigor del método sistemático heredado
del maestro con la intuición siempre vigilante de la realidad social, en la cual el proceso se
inserta y a la que debe servir".111
Y así lo volvió a repetir muchos años más tarde, el 19 de febrero de 1952, en las aulas
de la Universidad Autónoma de México al hablar sobre "Proceso y Democracia":
252
F il o s o f ía d e l D erech o
tos. En esto consiste la dialéctica que es el carácter más precioso y típico de proceso
moderno".114
En fin:
"Al gran procesalista alemán JAMES GOLDSCHMIDT, que murió en el exilio por causa
de la locura racista, debemos la aproximación agudísima entre la dialéctica del procesos y
la del liberalismo. En el Prólogo de su obra fundamental, DerProzess ais Rechtslage (1925),
dijo Goldschmidt que el derecho procesal puede florecer solamente sobre el terreno del
liberalismo, y precisamente por esto, en un trabajo dedicado a honrar su memoria lo llamé
"un maestro del liberalismo procesal".
En realidad, la dialéctica del proceso es la dialéctica de la democracia parlamentaria.
En un cierto sentido (y cum grano salís) la pluralidad de las partes en la contienda judicial
se asemeja a la pluralidad de los partidos en la lucha política. El principio de la iniciativa y
de la responsabilidad de las partes, comprendido bajo el nombre de principio dispositivo,
por el cual una de las partes en el proceso civil puede ser el artífice de su propia victoria,
con la bondad de sus razones y con la habilidad con la que sepa hacerlas valer (faber est
suae quisque fortunae), tiene muchos puntos de semejanza con la dialéctica política de los
gobiernos parlamentarios, en los que cada uno de los partidos, a través de su programa
(y a veces, desgraciadamente, con la habilidad de su propaganda), puede ser el artífice de
su propia victoria electoral y, por tanto, de su ascención al gobierno. La democracia es un
régimen en movimiento, en continuo esfuerzo de superación, un sistema dinámico anima
do por el perdurable estimulo de mejorarse y de superar al adversario en la bondad de los
programas y su eficacia persuasiva".115
LA REFORMA DEL PROCESO CIVIL
Hablar de la reforma del proceso es hablar de la crisis de la justicia y este tema fue
planteado por Calamandrei en el ciclo de conferencias que la Universidad de Padua dedi
có a la crisis del Derecho de Abril a Mayo de 1951, oportunidad en la cual el maestro de
Florencia sostuvo que "se trata de ver cómo la general crisis de civilización, que aflige hoy
a las sociedades y los Estados, repercute y se manifiesta en el momento de la aplicación
práctica del derecho, requerida a los jueces"116.
Luego, nos habló el maestro del estado de ánimo del juez acostumbrado a aplicar
durante años leyes que han devenido ya anacrónicas: “Pensemos en el estado de ánimo
del juez legalista habituado a considerar las leyes que ha aplicado por espacio de veinte
años como expresión de una legalidad que no se discute: ha sido para él un tránsito difícil,
el día en que ha debido tener en cuenta que la legalidad no se hallaba ya de aquella parte
y que el derecho se había trastocado. Por consiguiente, no hay que asombrarse si muchos
de ellos, en este vuelco, no consiguieron orientarse; si muchos de ellos, especialmente los
de mayor edad, llegados ya a las magistraturas supremas, continuaron razonando con la
vieja lógica, con los viejos cerebros"117.
Y prosigue líneas después: "Estas viejas leyes se hallan formalmente todavía en vigor,
pero el "humus" político del cual brotaron y obtuvieron alimento, se volvió árido; han que
LEGALES EDICIONES
dado como arbustos desarraigados, en los que no corre ya la savia: y bien, el juez todavía
debe aplicarlas como si estuvieran vivas"118.
1 1 4 Ibid., p. 15 1.
1 1 5 Ibid., p. 155-156.
116 PIERO CALAM ANDREI: “La crisis de la Justicia’’, en el volumen de Autores Varios: Crisis del Derecho
traducción de Marcelo Cheret, revisada por Santiago Sentís Melendo, pag. 301, E.J.E.A., Buenos Aires,
1953-
1 1 7 La crisis del Derecho, traducción de Marcelo Cheret, revisada por Santiago Sentís Melendo, pág. 316 -317,
E.J.E.A., Buenos Aires, 1953.
118 Ob. y loe. cit.
253
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
"En estos últimos años se han visto diversos casos de sentencias cuya motivación deja
traslucir que ei juez no ha tenido reparos en seguir, en el ejercicio de su función, tortuosos
caminos con el fin de eludir la ley. Este es un asunto que requeriría un largo discurso, y debo
limitarme a dar aquí alguna indicación de este fenómeno que podría denominarse la "crisis
de motivación"119.
Aquí hay que concordar el pensamiento de Calamandrei con otro estudio notable en
el que se sostiene lo siguiente:
254
F il o s o f ía d e l D erech o
legislativas adscrito durante 50 años al Ministerio de Justicia, quien ejerció una decisiva in
fluencia en todos los Proyectos de Reforma del Código Civil y del Código de Procedimiento
Civil. También puede calificarse de "esotérica" la influencia ejercitada por Dino Mandrioli
(San Giorgio-Bolonia, 17 de Enero de 1883 Milán 30 de Setiembre de 1961), Jefe del Gabi
nete de Asesores del Ministerio de Justicia cuyo aporte fue decisivo en materia de nuevas
pruebas en sede de apelación (art. 355 del C.P.C.).
LEGALES EDICIONES
Relación al Rey. Calamandrei debe ser considerado, con Dino Grandi, el máximo artífice de
nuestro Código de Procedimiento Civil, tan es así que, en 1941, en el primer volumen de sus
"Instituciones", lo presentó como absolutamente perfecto y, luego de la caída del fascismo,
hizo lo posible y lo imposible para salvarlo, como que efectivamente lo salvó de la abro
gación. Por estas consideraciones, he llegado a la conclusión de que Calamandrei ha sido
el estudioso que más que todos ios demás, influyó decisivamente sobre nuestra historia y
sobre el proceso civil italiano122.
12 2 FRANCO CIPRIANI: “Piero Calamandrei e la procedura civile. Miti, leggende, interpretazioni, documen-
t i seconda edizione riveduta e ampliata, “Prefazione alia prima edizione”, págs. 12 y 13, Edizioni Scien-
tifiche Italiane, Napoli, 2009.
255
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
ENRICO R E D E N T I125
El día de año nuevo de 1963 murió en Bolonia, a la edad de 79 años el profesor Enrico
Redenti.
Con él desapareció, ciertamente, un símbolo y una tradición; o, como ya alguna vez se
ha dicho, "una estrella solitaria que fulguraba con luz propia en el firmamento del Derecho
Procesal Italiano"126
Nacido en Parma el 15 de Diciembre de 1883, se licenció en Derecho a
los 20 años en la Universidad de Roma, empezando su labor docente a
los 24 años como Catedrático de Derecho Mercantil y de Procedimien
to Civil en la Universidad de Camerino. Luego, pasó a enseñar en las
Universidades de Roma, Perusa y de Parma, siendo, finalmente, trans
ferido en 1916, a la cátedra de Bolonia, antigua sede universitaria de
ancestro medioeval, en donde aún parece oírse resonar, sobre las gas
tadas baldosas de las aulas, los murmullos matinales de la tetania, las
distinciones de la cátedra de "Prima" y los resabios de interlíneas en las interpretaciones
del Digesto que solían hacer los antiguos "Glosadores".
Tal vez fue, por esto, por un auténtico respeto, no exento de añoranzas, hacia las anti
guas tradiciones universitarias de Bolonia, que, Redenti, rehusando ofrecimientos de Uni
versidades más importantes en población estudiantil como las de Milán, Nápoles y Roma
no quiso abandonar la ciudad de los "Glosadores", permaneciendo allí hasta el día de su
muerte, celebrando, allí mismo, su Jubileo académico y recibiendo el Homenaje que los
LEGALES EDICIONES
procesalistas de todo el mundo le hicieron en 1950, con ocasión de conmemorar sus cua-
12 3 MAURO CAPPELLETTI: L’Opera Omnia di Piero Calamandrei, en Riv. di dir. proc. 1966, p. 644. Véase
además MAURO CAPPELLETTI: La Política del Diritto di Calamandrei: Coerenza e attualitá di un ma-
gistero, en la Rivista di diritto processuale, 1986, p. 3 y ss.
12 4 Discurso recordatorio por Enrico Redenti en la Riv. Trim. di dir. e proc. civ., 1958 y que figura en la obra
de Calamandrei, Chiovenda; Recuerdo de juristas, cit„ p. 36, “En memoria de Piero Calamandrei”, discur
so prounciado por el profesor Enrico Redenti en el aula magna de la Universidad de Florencia.
125 Publicado en el diario La Industria de Chiclayo en Abril de 1963.
126 SENTIS MELENDO: La escuela Procesal italiana, en los Scritti Giuridid in onore di Francesco Carnelutti,
vol. II, p. 196, Cedam, Padova, 1950.
256
F il o s o f ía d e l D erech o
renta años de enseñanza ininterrumpida del Derecho Procesal Civil 127. Y es que Redent
fue no sólo un brillante profesor de Derecho Procesal. Su profunda comprensión del alma
humana, su bondad innata, el fácil acceso que hacia él tenían sus discípulos, la inagotable
paciencia y ecuanimidad con sus colegas, cualidades que le hicieron salvar más de una
discusión turbulenta, hicieron de su existencia, ejemplar en la conducta y luminosa en
la investigación, un alturado ejemplo de valor consagrado en cuerpo y alma a la ciencia
jurídica.
Empero, la incomprensión o una errónea interpretación de su obra y sus doctrinas
rodea a gran parte de la producción jurídica del maestro de Bolonia. En efecto: de Redenti
se ha dicho que "no es un representante de la nueva escuela procesal italiana", de que "su
figura" y su doctrina se explican aún sin Chiovenda"128, de que "su obra no guarda gran
parentesco con las obras generales de los otros autores italianos"129; en fin, de que es el
más "conservador de los procesalistas”.130
Nada más lejos de la realidad y la prueba de ello está en la forma como supo evocar en
el Congreso de Florencia a la figura de Chiovenda, "el maestro nuestro y de todos" según
la gráfica expresión de Liebman131, y Calamandrei, por otra parte, decía en el Discurso de
Clausura del mismo Congreso de Florencia que conoció por primera vez a Redenti, cuan
do recién se iniciaba en la biblioteca de Chiovenda, hecho ciertamente sintomático de
"aquel fervor', de aquella poesía de la ciencia que los procesalistas de esta generación han
heredado de Giuseppe Chiovenda"132. Redenti, indiscutiblemente pertenece a la escuela
chiovendiana, pues, como decía Calamandrei, de él fue que toda su generación heredó el
"ejemplo de la probidad indispensable para poder encarar los problemas científicos con
segura autonomía de pensamiento".133
Tal vez por ello, ha dicho el profesor Aliono que lo que caracteriza a Redenti, es su
"irreductible tendencia a una fisonomía absolutamente personal, a una visión totalmente
inédita de cada problema, lejos del camino trillado, con anhelo crítico que no fue el del
iniciador de la escuela".134Y respecto a la objeción planteada sobre su supuesta posición de
retaguardia dentro de la escuela, el profesor Alcalá-Zamora, nos ha dicho con su sagacidad
característica que "quizá esa cautela, esa marcha sin saltos ni sobresaltos, tanteando el te
rreno para no dar pasos en falso -en definitiva, ia sabia e italiana recomendación del piano,
piano si va britano-, sea una de las más acusadas características de la obra redentiana y
de las que en mayor medida contribuyen a su perduración, mientras construcciones más
impresionantes y audaces se marchitan como flor de un día"135.
Calamandrei analizando los estudios de Derecho Procesal en Italia en los últimos años
hizo una interesante comparación entre los métodos de Carnelutti, de "contornos cortan-
127 Studi Giuridici in onore di Enrico Redenti, nel XL anno del suo insegnamento, 2 vols., Milano, Giuffré,
1950.
128 S. SENTIS MELENDO: ob. cit., p. 195.
129 SENTIS MELENDO.- En la sección bibliográfica de la Revisto de Derecho Procesal, Buenos Aires, año XI,
2otrimestre 1953, N° II, p. 65. LEGALES EDICIONES
130 Tal es la opinión de un gran sector de la doctrina.
1 3 1 ENRICO TULIO LIEBM AN: El maestro nuestro y de todos, en la Rev. de Der. Proc., Argentina, 1947. N°
3 . p. 5 0 7 -
132 P. CALAM ANDREI: Giuseppe Chiovenda, maestro, Palabras de Clausura del Congreso Internacional de
Derecho Procesal Civil celebrado en Florencia, traducido en el volumen, Chiovenda, Recuerdo de Juristas,
p. 124.
13 3 CALAM ANDREI: La escuela... en el vol. cit., p. 64.
134 E. ALLORIO: Riflessioni sudo svolgimento della scienza processuale, enAtti del Congreso lnternaziotiale di
Diritto Processuale Civile, 30 sett-3 octt, 1950, p. 137, Cedam Padova, 1953.
135 N. A LCALA-ZAM O RA y CASTILLO: nota bio-bibliográfica a la obra Derecho Procesal Civil, de Enrico
Redenti, pág. XV, Ejea, Buenos Aires, 1957.
257
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
tes" y "simetrías apriorísticas" y los métodos de Redenti, quien daba una representación
institucional más fiel, absteniéndose de calcar los contornos para dejar a la imagen aquella
cierta proporción de estimado y de provisional que es Propia de la vida". Y agregaba, "en
este sentido se puede decir que en las obras de Redenti la dogmática no está eliminada,
sino que está reavivada por la historia: cuando él construye a posteriori las conclusiones
teóricas sobre los datos empíricamente observados, llega a resultados singularmente pe
netrantes y felices, tal como ha ocurrido por ejemplo, en cuanto a la noción por él propues
ta de la jurisdicción como aplicación de sanciones, que tiene actualmente gran aceptación
en la doctrina contemporánea". "El montaje dogmático, en lugar de aparecer en primer
plano, permanece aquí como invisible pero no Inútil, como ocurre en la tela con el primer
diseño que después queda cubierto con la pintura. De esta amable y un poco escéptica dis
creción científica, resulta un estilo de impronta inconfundible, lleno de sobreentendidos
y alusiones, que parece un discurso familiar pronunciado en voz baja con el propósito de
vencer en los profanos las desconfianzas contra las temidas complicaciones de los juris
tas pero el lector advertido siente que detrás de esta sencillez y de esta señorial mesura
se oculta una fresca sensibilidad humana, una perfecta orientación sobre los problemas
filosóficos aislantes a la naturaleza del derecho y un continuo cuidado de no oscurecer
con divagaciones de seudofilosofía los fines prácticos de la técnica jurídica"136. Termina
el profesor Calamandrei haciendo resaltar la notoria antítesis metodológica que encar
nan las personalidades tan contrapuestas de Redenti y Carnelutti; antítesis que aplicada
al derecho procesal revela la eterna polémica que renace siempre entre quien concibe la
jurisprudencia como una verdadera ciencia y quien la considera como una mera técnica.
Estas cualidades humanísticas que afloran tanto en la obra de Redenti, nos confirman
una ¡dea esbozada hace algún tiempo, de que existe una "dimensión humana" entre las
categorías y estructuras fundamentales del proceso, dimensión que lamentablemente, no
ha sido tenida en cuenta hasta ahora en la Teoría General del Proceso.137
Este "humanismo procesal", en referencia, aflora, como decíamos, en la obra de Re
denti, especialmente, en las bellas páginas que escribiera en 1941 en la Rivista di Diritto
Processuale Civile, vol. XVIII, parte 1, p. 25 y ss., con el titulo "L'umanitá nelnuovo processo
civile", en donde deja establecida la presencia de un "cierto catalizador" que equilibra los
tres factores de la reforma procesal a los que se refería la Relación Grandi, a saber, el factor
científico, el factor político y el factor técnico, en donde a la pregunta ¿Por qué se litiga?"
responde analizando el factor Imponderable del proceso constituido por una cierta "elas
ticidad" o "humanidad" del mismo.
Las meditaciones redentianas sobre este punto y los numerosos problemas del De
recho que ha enfocado durante cincuenta años de constante Investigación y estudio han
sido recopilados y editados por la editorial Gluffré de Milano con el título Scritti e Discorsi
Giurídici di un mezzo secolo, volume primo: Intorno al Diritto Processuale; volume secon-
do, Intorno al Diritto Sostanziale. Pero, indudablemente, sus obras de mayor resonancia la
constituyen: II Giudizio Civile con piuralitá di partí, {última edición: Milano, Giuffré, 1960);
Breve storia semántica di "causa in giudizio" Supplemento alia Rivista Trimestrale di Di
LEGALES EDICIONES
ritto e Procedura Civile, Milano, Dott. A. Giuffré, editore, 1961; Profili pratici del Diritto
Processuale Civile, seconda edizione, riveduta e corredata da una esposizione dei Progetti
di riforma del Códice di Procedura Civile e da altre appendici, Milano, Dott. A. Giuffré,
editore, 1939.
En la reforma del proceso civil italiano fue muy importante su Proyecto elaborado
en los años 1933 y 1934, siendo Ministro de Justicia o Guardasellos el profesor Pietro De
Francisci. A este Proyecto de Redenti se remontan las ideas autoritarias que inspiran las
136 P. CALAM ANDREI: “Los estudios de Derecho Procesal en Italia”, pp. 35, 36 y 37.
13 7 JOSÉ ANTONIO SILVA VALLEJO: “La mala fe en el Proceso Civil”, Lima, 1960, id., Teoría General del
Proceso, Chiclayo» 1966.
258
F il o s o f ía d e l D erech o
raíces del Código Italiano de 1942. Así lo ha vislumbrado el profesor Franco Cipriani ei
su estudio intitulado "Alia scoperta di Enrico Redenti (e alie radici del códice di procedurt!
civile)" publicado en la Rivista trimestrale di diritto e procedura civile, Año 2006, pág. 7!
y ss, reeditado en su libro "Scrittí in Onore dei Patres", pág. 325 y ss., especialmente pág
378 in fine, 379.
í¡ m m m x Dino Grandi llamó a Redenti a colaborar en la reforma del Código di
É SÉ* Procedimiento Civil, allá por 1939-40. Pero, su aporte decisivo no fui
I k 1T ' 5 tanto en la reforma del Proceso Civil, cuanto en la del Código Civil. L
Tyjjfjjr elaboración del Libro VI (de la Tutela de los derechos) del Código Civi
I' . " ... .”■= italiano de 1942 fue un decisivo aporte de Redenti con la colaboración
j de su brillante discípulo, el profesor Tito Carnacini (Bolonia 29 de Junii >
S kH E - ilSc--1 de 1909, muerto el 26 de setiembre de 1983) quien fue, no solo sn
sucesor en la cátedra de Bolonia sino, también, en la dirección de I.:
Rivista Trimestrale di Diritto e Procedura Civile, Rector de la Universidad y Presidente de la
Facultad de Derecho desde 1982 hasta su muerte en 1986, autor de aportes decisivos tale;
como: "II litis consorcio nellafasi di gravamen", Cedam, Padova, 1937; "Tutela giurisdizio-
nale e técnica del processo" en los "Studi in onore di Enrico Redenti", vol. II, pág. 693-772,
Editorial Giuffré, Milano, 1951; "Arbitrato Rituale" en Novissimo Digesto Italiano, vol. I,
pág. 874-923, Torino, 1958, etc.
La obra magna de Redenti la constituye su Diritto Processuale Civile del cual existe una
traducción castellana en tres volúmenes (Ejea, Buenos Aires, 1957); así como su "Profii
pratici del Diritto Processuale Civili", 2¿ edición, editorial Giuffré, Milán, 1939; "Breve storia
semántica di causa in giudizio”, Giuffré editore, Milano, 1961; "Scrittí e discorsi giuridici ci
un mezzo socolo" 2 vols., Giuffré editore, Milano, 1962, estos dos hermosos volúmenes
que fueron reseñados por Carnelutti dándole a su autor el calificativo de "el más elegante
y sutil de los procesalistas italianos" (Rivista di diritto processuale, 1962, pág. 605).
Muere Redenti después de haber ocupado los más elevados cargos académicos y pro -
fesionales de Italia y de haber fundado, junto con Antonio Cicu, a una de las más grande;
revistas de Derecho Civil y Procesal del mundo: la famosa Rivista Trimestrale di Diritto ■?
Procedura Civile, la misma que contó entre los miembros de su comité de Dirección si
ex-Presidente de la República Italiana, también notable procesalista, Antonio Segni, e>-
profesor de las Universidades de Perusa, Pavia, Cagliari y Sassari, revista que, después dn
la muerte de Redenti ha quedado bajo la dirección de otro notable procesalista boloñéi,
el famoso discípulo de Redenti, profesor Tito Carnacini; y, a la muerte de éste, por lo;
profesores FEDERICO CARPI y UMBERTO ROMAGNOLI, con un Comité de Dirección integra
do por los profesores: Guido Alpa, Giuseppe Benedetti, Paolo Biavati, Marino Bin, Sergio
Chiarloni, Claudio Consolo, Renzo Costi, Giorgio de Nova, Natalino Irti, Nicoló Lipari, Fran
cesco Paolo Luiso, Michele Taruffo, Elena Zucconi Galli Fonseca.
Maestro de la ciencia y maestro de la vida, la obra de Enrico Redenti nos servirá d i
inspiración y de guía eternamente. Por su amor y por su profunda comprensión del hom
LEGALES EDICIONES
bre. Por no haber tenido más ambición que la de reproducir siempre al comienzo de su;
lecciones los versos que en exergo figuraban en la primera edición de su Profili:
Non hic Centauros non Gorgonas Harpyasque
Invenies: Hominem página nostra sapit.
(No encontrarás aquí ni Centauros ni Gorgonas ni arpías:
Es el hombre lo que nuestra página enseña).138
138 Sobre la obra de Redenti véase: GIUSEPPE AULETTA Gli studi di diritto sostanziale di Enrico Redení
en la Rivista trimestrale di diritto e procedura civile, 1985, p. 1 a 23; EDUARDO GRASSO: Método gil -
ridico e scienza del processo nel pensiero di Enrico Redenti, en la misma Rivista pp. 24 a 48; U M BERTl)
259
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
nel processo di esecuzione" Roma, 1931, 2§ ed. 1936; "Efficacia ed autoritá della senten-
za”, Milano, 1935, traducida al castellano por Sentís Melendo en la E.J.E.A., Buenos Aires,
1946; "Processo de excecugao" Sao Paulo, 1946, "Estados sobre o processo civil brasileiro"
Sao Paulo, 1947, etc.; se desempeñó como Director de la Rivista di Diritto Processuale des
de la muerte de Francesco Carnelutti, ocurrida el 8 de marzo de 1965, hasta la fecha de su
muerte, el 8 de setiembre de 1986.
Las enseñanzas del gran LIEBMAN tuvieron particular influencia en nuestro continente
cuando, como consecuencia de la irracional persecución racista de la era mussoliniana, se
ROMAGNOLI: Ungiurista liberal democrático e il diritto dei probiviri, en la misma Rivista, pp. 49 a 56;
TITO CARNACINI: La vita e la opera di Enrico Redenti, en la misma Rivista, año 1984, p. 1 y ss.
260
F il o s o f ía d e l D erech o
vio obligado a emigrar a este lado del mundo, fundando en Sao Paulo una nueva escuela
de derecho procesal, cuyo símbolo más representativo fue el Código de Proceso Civil de
1973, obra de su gran discípulo Alfredo Buzaid.
Su gran sensibilidad por los problemas de la justicia italiana lo llevaron a presidir, pri
mero, la Comisión encargada de elaborar el proyecto de reforma del proceso de cognición,
cuyas labores concluyeron en 1977139, y luego, la Comisión encargada de elaborar los prin
cipios y los criterios directrices para el esquema de un proyecto de Código procesal civil,
cuyo trabajo final fue entregado al Gobierno el 24 de febrero de 1981140.
Partiendo de la idea central de que "no sirven retoques al Código vigente, sino más
bien un nuevo Código que pueda satisfacer las necesidades de esta nueva sociedad", el
profesor LIEBMAN se preguntaba ¿Cuáles deberán ser entonces las características de un
proceso civil, para corresponder a las exigencias de la sociedad de nuestro tiempo?, y
contestaba: "Este debe ser simplificado con coraje y podado de un formalismo demasiado
pesado"... "Debe tener por finalidad la justicia, pero ésta tiene que buscarse con medios
y por vías más claras y comprensibles también a las masas, medida ya no con la pequeña
balanza del joyero sino más bien con la balanza de los supermercados, también ella exacta,
naturalmente, pero en un plano distinto; menos atento a los particulares, a las minucias
y a las fórmulas solemnes, y, en compensación, tal vez, más humano en su contenido. La
sentencia debe ser el fruto de un seguro conocimiento de los hechos y, por lo tanto, debe
ser pronunciada por un juez que los haya conocido en el modo más directo y completo
posible"... "En fin, la ejecución forzada debe llevar a una rápida satisfacción de aquel que
tiene la razón"141.
Estas ideas del recordado maestro, que compartimos plenamente, nos hacen ver
que, tanto la escuela italiana del proceso como nosotros, los hispanoamericanos y con
cretamente los peruanos, partiendo de una misma fuente histórica, a saber, el Derecho
Común medioeval: las partidas inspiradas en el "Speculum" de Guillermo Durantis y en
la "Magna Glossa" de Accursio, forjadas en la misma cuna, en la escuela de Bolonia,
"alma mater studiorum", nos orientamos hacia un común destino, hacia un nuevo De
recho Procesal Común142, que se concrete en una solución paralela de nuestras grandes
crisis normativas.
LEGALES EDICIONES
FR A N C ESC O CALASSO : “Introduzione al diritto comune”, Ed. Giuffré, Milano, 19 5 1; ID.: “M e
dioevo del Diritto”, págs. 607 y s.s., Ed. Giuffré, Milano, 1954; GIU SEPPE ER M IN I: “Diritto comu
ne”, en sus “Scritti di Diritto Comune” CEDAM , Padova, 1976; ALVARO D’ORS: “Jus europaeum”,
en “L’Europa e il Diritto Romano, Studi in memoria de Paolo Koschaker”, Vol. 1, págs. 449 y sgtes., Ed.
Giuffré, Milano, 1954; FER M IN C AM ACH O EVAN GELISTA: “Accursio y las fuentes romanas de
las Partidas”, en “Alti del convegno internazionale di Studi Accursiani”, Tomo III, págs. 1070 y sgtes.,
Ed. Giuffré, Milano, 1968; GIO VAN NI CASSAN D RO : “Lezzioni di diritto comune”, págs. 89 y ss„
Napoli, 1974; A D RIA N O C A BA Ñ A : “Storia del diritto moderno in Europa”, Ed. Giuffré, Milano,
1982; y la fundamental obra de PAUL KO SC H AK ER: “Europa y el Derecho Romano”, Ed. Revista de
Derecho Privado, Madrid, 19 55; GINO GO RLA: “Diritto Comparato e diritto comune europeo", M i
lano, Giuffré, sin fecha pero 19 8 1; RAO U L VAN C A N EG EM : “History ofEuropean Civil Procedure”
en la International Encyclopaedia o f Comparative law, vol. XVI, Civil Procedure, Mohr, Tübingen,
Oceana, New York, 1973.
261
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
MAURO CAPPELLETTI
143 Refiere Calamandrei una anécdota de la juventud de Cappelletti: “Una mañana de Setiembre último, Or
lando (VITTORIO EM ANUELE ORLANDO (i86o-i952)/ue una gloria de la escuela administrativista,
constitucionalista y procesalista italiana) Orlando quien había bajado a Florencia desde su villa de Vallom-
brosa, llega inesperadamente a mi estudio. Yo estaba de vacaciones; también los otros colegas del estudio se
encontraban ausentes; estaba allí solamente en aquél momento un jiven practicante mío, el doctor CAPPE
LLETTI. Rápido y sonriente, el visitante se presenta: -Lamento no encontrar al amigo CALAMANDREI;
LEGALES EDICIONES
venía a pedirle el favor de hacer ciertas búsquedas de jurisprudencia en su biblioteca. Yo soy el abogado
ORLANDO... -El joven, emocionado por tal presencia y por tanta cordialidad se pone a su disposición; y
durante toda la mañana el anciano investigador hace sacarfuera volúmenes de los estantes y toma apuntes.
Terminado el trabajo, hacia mediodía, parte de nuevo para Vallombrosa, feliz de haber encontrado en la ju
risprudencia los argumentos en cuya busca iba. Pero antes de partir tiene el cuidado de dejarme este mensaje
textual: “V. E. Orlando, deja sus saludos más cordiales y expresa el agradecimiento más afectuoso por el am
plio uso hospitalario de medios de investigación para una cuestión jurídica que le interesaba. Naturalmente,
en este agradecimiento están comprendidos losjóvenes y eficaces colegas, entre los cuales más especilamente
se dedicó al trabajo de la búsqueda (el primero en que quien escribe se hizo experto hace sesenta años) en
torno a la cuestión discutida: el doctor Cappelletti. Firenze, en el Estudio de Borgo Albizi, el 13 de Setiembre
de 19 52”.
Cír. PIERO CALAM AN D REI: “Recuerdo de E. Orlando”, en la p. 219-220 de su obra “Chiovenda.
Recuerdo de Juristas”, EJEA, Buenos Aires, 1959.
262
F il o s o f ía d e l D erech o
comparato", ristampa inalterata, Dott. A. Giuffré Editore, Milano, 1971; "La Oralidad y las
Pruebas en el Proceso Civil" traducción de Santiago Sentís Melendo, EJEA, Buenos Aires,
1972; "Proceso, Ideologías, Sociedad" traducción de Sentís Melendo, EJEA, Buenos Aires,
1974; "El Proceso Civil en el Derecho Comparado", igual traductor, EJEA, Buenos Aires,
1972; "Fundamental guarantees ofthe parties in civil litigation", Dott. A. Giuffré Editore,
Milano, 1973; "Dimensiones de la justicia en el mundo contemporáneo" (Cuatro estudios
de derecho comparado), traducción de Héctor Fix Fierro, Editorial Porrúa, S.A., México,
1993; "El acceso a la justicia. La tendencia en el movimiento mundial para hacer efectivos
los derechos", traducido al castellano por Mauro Cappelletti y Bryant Garth, Fondo de Cul
tura Económica, México, 1996; "La responsabilidad de los jueces", traducción de Samuel
Amaral, Comunitas, Lima, 2009.
He dado cuenta de algunas de las grandes obras de quien fuera profesor el Florencia,
en Harvard, en el Instituto Universitario Europeo y Jefe del Departamento de Ciencias Jurí
dicas con sede en la Abadía de San Doménico de Fiésole (Florencia) y, ciertamente, uno de
los más brillantes procesalistas contemporáneos y eximio exponente de la escuela italiana
de la justicia social y constitucional1441
.
6
5
4
Honrándome de haber sido su amigo y exhortando a mis colegas y discípulos a seguir
estudiando sus doctrinas, como una de las más representativas del moderno pensamiento
procesal, paso a citar las duras palabras con las que CAPPELLETTI criticó al Código Italiano:
"En Italia existe en verdad, a diferencia de Alemania, un ídolo falso que es menester des
truir sin piedad. Ese ídolo es precisamente el código de 1942"lis, y agrega que "este Código,
contrariamente a lo que muchos entre nosotros insisten en sostener no ha representado en
absoluto la realización de un modelo procesal de planteamiento publicístico y solidarístico,
basado en criterios propugnados por la escuela chiovendiana. No solamente estaba en
las antipodas respecto a lo que es el más avanzado planteamiento ideológico actual -una
visión constitucionalística y social del proceso y en general de la función jurisdiccional-, sino
que la técnica misma adoptada en sus normas más calificantes era una técnica que, ya en
1943, debería haberse considerado absolutamente atrasada"1''1'.
Concluyendo su juicio con la pregunta y la respuesta sub-siguiente: "¿Balance de trein
ta años de aplicación de un código y de un sistema procesal? Pues bien, digamos entonces
sin medias palabras que el balance es desastroso y revelador de un fracaso; digamos que
no bastan paliativos exegéticos, porque la situación de la justicia civil es hoy en Italia peor
que deplorable: es vergonzosa; y en esa vergüenza tiene también su parte el código, con
todos sus defectos, sus hipocresías, sus veleidades y sus arcaísmos"147... "deberíamos pre
guntarnos si no es nuestro deber moral y político (o sea cívico) de procesalistas, no limitar
nos a paliativos sino unimos, en cambio, en una precisa y coral protesta y en una precisa
y coral petición de reformas radicales que terminen con la situación actual. ¿Por qué ha
de ser así? ¿Por qué habremos de ser peores que los demás? Niego que seamos peores y
considero simplemente expresión de una mala voluntad la de quien se arrellana en esa
desconfortante suposición para evitar el empeño requerido para una verdadera reforma".
"Verdad es que para llevar a efecto cualquier reforma jurídica importante no basta la
LEGALES EDICIONES
voz de unos pocos especialistas. Siempre necesitamos de las grandes fuerzas políticas, de
las grandes presiones políticas que, por fortuna, ya se están manifestando... Esto no signi
fica, por otra parte, que nosotros los "especialistas" debamos permanecer tranquilamente
144 Esta escuela deviene a partir de la década de los sesenta a la era de los grandes clásicos o fase sistemática
liderada por Chiovenda y se caracteriza por su criticismo metódico y por el riguroso empleo del Derecho
comparado y Constitucional.
145 MAURO CAPPELLETTI: “ Un ídolo falso: el Código de 1942 (Balance de un Treintenio)”, en el Volumen
“Proceso, Ideología, Sociedad”, pág. 286, EJEA, Buenos Aires, 19 14.
146 Ibidem.
147 Ibidem, págs. 289-290.
263
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
264
LA ESCUELA HOLANDESA Y EL CÓDIGO CIVIL HOLANDES DE 1992
22
El Libro VIII del Código Civil holandés, constituye la prueba más evidente de cómo una
materia especial como el transporte aéreo, marítimo, fluvial y terrestre, puede ser regula
da en sede general por el alma mater de toda codificación: el Código Civil.
La escuela civilista holandesa ha tenido como inspirador al insigne profesor de la
Universidad de Leyden, Eduard Mauritz Meijers (1880-1954) quien había recibido el
encargo en 1947 por la reina Guillermina de reformar el viejo Código Civil (Burgerlijk
Wetboek) = (B.W.) de 1838. Este, como así también el viejo Código de Comercio (Wet-
boek van Koophandel), que también data de 1838 se Inspiraban en el Code Napoleón de
1804 y en el Code du Commerce francés de 1807. (véase al respecto: A. Hartkamp: "Vers
un nouveau Code Civil Néerlandais", en la Revue International de Droit Comparé, 1982,
pág. 320; Konrad Zweigert e H. Kots, "An introduction to comparative law". Ámsterdam-
Oxford-New York, 1977, págs. 92 y ss.).
Luego de una serie de vicisitudes, especialmente la muerte del professor Meijers en
1954, quien luego seria continuado por sus discípulos, los profesores J. Drion, F. J. De Jong,
J. Eggens quien seria sustituido a su vez por el profesor G. De Groot, el Código Holandés
fue promulgado en 1992.
EL NIEUW BURGERLIJK WETBOEK (N. B. W.) del I o de enero de 1992 consta de 8 Li
bros:
1. - Familia y Personas Físicas
2. - Personas Jurídicas
3. - Parte General del Derecho Patrimonial
4. - Sucesiones
5 - Derechos Reales
6. - Obligaciones
7. - Contratos Especiales
8. - Derecho de los Transportes
Cuatro innovaciones revolucionarias caracterizan al N. B. W:
1 - La Abrogación del Código de Comercio (Wetboek van Koophandel) (W. v. K.) y su incor
poración en el Libro II que trata de las Personas Jurídicas.
2 - La Regulación en el Libro 8° del Derecho de los Transportes Civil, Marítimo, Aéreo y
Fluvial.
LEGALES EDICIONES
3 - La Incorporación en el Derecho Civil del Derecho Industrial (Derecho Marcario, De
recho de Autor e Intelectual) el que debió estar regulado en un Libro 9o, libro que no
ha entrado en vigor porque su disciplina ha sido absorbida por una Ley uniforme para
todos los países del Benelux.
4.- La regulación en el Código Civil del Derecho Agrario y Laboral, sancionándose así mis
mo la responsabilidad del productor (Produktenaansprakelijkheid) y la represión de la
publicidad agraviante (Misleidende reclame).
Concluyo. La reforma de todo código es como echar a la calle a un ser querido con
quien hemos intimado entrañablemente con los años. Como dice el profesor Guillermo A.
Borda "un viejo Código es como un viejo amigo. Conocemos sus virtudes y sus defectos. -
Tiene la autoridad que dan los años". El profesor Felipe Osterling sostiene que "un Código
265
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
Civil debe tener permanencia. Esta necesidad es exigida no sólo por elementales principios
de seguridad jurídica, sino porque él requiere decantarse mediante su estudio, divulgación
e interpretación, lo cual sólo se logra a través del transcurso del tiempo, pues de lo que
se trata, en definitiva es, que un Código Civil se consolide a través de la interpretación con
una jurisprudencia firme y uniforme.
El Código de 1984 en sus líneas fundamentales debe mantenerse vigente. Pero, es
necesario hacer una reforma estructural consistente en la introducción de un nuevo Libro
que trate de la Empresa, cuya sede es la central del viejo Derecho Comercial. Además,
estimo que ha sido un grave error en la reforma del Código Civil dejarse contaminar con
el término de "pretensión" desalojando a la clásica voz "acción". La acción es el genero
conceptual que abarca dos especies: una, la Pretensión que se dirige contra el adversario
y, dos la "klage" o derecho objetivo de acción que se dirige hacia el Estado solicitando la
tutela jurisdiccional del Derecho: tal es la doctrina de Windscheid, la que en el Perú ni
siquiera se ha leído o, por lo menos, se ha distorsionado, ¡ncurriéndose en error obstativo
que, a mayor abundamiento, deviene en anacronismo. Así, pues, hemos regresado a la
época de Celso, que es del siglo II. Tal es la paradoja histórica en la que se ha incurrido y
es por ello conveniente reflexionar sobre este error que distorsiona el conceptualismo del
Código Procesal Civil, tan plagado de funestos errores y que repercuten en la dogmática
del Derecho Civil contaminando a nuestro Código con expresiones fatales.
LEGALES EDICIONES
266
LA ESCUELA FENOMENOLÓGICA: A) EL PENSAMIENTO DE EDMUNDO HÜSSERL;
B) EL PENSAMIENTO DE MAX SCHELER
Debemos a Edmundo Hüsserl y a la Escuela Fenomenológica el empeño de la Filosofía
contemporánea de dar un fundamento científico a nuestra reflexión.
Las causas que originaron el surgimiento de la Fenomenología radicaron básicamente
en el absurdo y total rechazo de los positivistas a toda clase de elucubración metafísica. Es
el método positivista, el causante directo de la aparición del método fenomenológico que,
planteado por Brentano, habría luego de alcanzar su máxima elaboración sistemática con
el notable filósofo alemán Edmundo Hüsserl y con su genial y brillante discípulo Max Sche-
ler. El retorno a la tradición griega, a la filosofía platónica y aristotélica, pero encuadrada
ya dentro de la necesidad cierta de elaborar una especie de Filosofía científica, es también
otra de las causas que caracterizan al método en cuestión.
EDMUNDO HÜSSERL- Nació el 8 de abril de 1859 en Prossnitz, una ciudad de Mora-
via, y murió en Friburgo de Brisgovia el 27 de abril de 1938. Es el fundador y el jefe de la
Escuela Fenomenológica, que ha tenido como precursores a: 1).- BERNHARD BOLZANO
(1781-1848); 2).- FRANZ BRENTANO (1838-1917); y 3).- CARL STUMPF (1848-1936).
Esta Escuela ha tenido un rol trascendental en la evolución del pensamiento filosófico
y jurídico del siglo XX. Con ella se relaciona fundamentalmente el pensamiento de los dos
discípulos más brillantes de Edmundo Hüsserl: MAX SCHELER y MARTIN HEIDEGGER y con
los más grandes juristas que en esta Escuela se inspiraron: el profesor ADOLF REINACH,
autor de una obra titulada Los fundamentos apriorísticos del Derecho Civil, publicada en
1913; WILHELM SCHAPP, autor de La nueva ciencia del Derecho, publicada en 1931; FÉLIX
KAUFMANN, autor de Lógica y ciencia del Derecho, publicada en 1922 y Die Kriterien des
Rechts (1924) y FRITZ SCHREIER, autor de Concepto y formas fundamentales del Derecho
(1942).
Bolzano precede a Hüsserl y le sirve de inspiración en cuanto sus doctrinas están en
caminadas a la búsqueda de la verdad en sí misma y a la esencia misma de las cosas, en
cuanto existen al margen del tiempo y del espacio.
Franz Brentano influyó sobre Hüsserl trasmitiéndole su devoción por Aristóteles v su
tesis fundamental: ¡a intencionalidad de la conciencia. La conciencia se caracteriza siempre
por estar dirigida hacia un objeto.
Desenvolviendo las doctrinas de Bolzano y de Brentano, Edmundo Hüsserl, profesor
en Gottingen y luego en Friburgo, se dedicó al estudio de la Matemática y luego al de la
Filosofía. Sus obras principales son Investigaciones lógicas, Ideas para una Fenomenología
pura y Filosofía fenomenológica, Filosofía como ciencia rigurosa y Lógica formal y trascen
LEGALES EDICIONES
dental.
Hüsserl proviene esencialmente de Brentano: él es su precursor, por tanto su tradición
filosófica es la de su precursor: católica, escolástica v. en suma, griega. La Escuela Feno
menológica se ha constituido en derredor de Hüsserl pero, para entender bien lo que esta
Escuela es, hay que situarse en el cuadro histórico en que germinó; cuadro histórico en el
que predominaba el Psicologismo (Psicologismo es aquella actitud por la cual una discipli
na filosófica se reduce a Psicología).
Se inspiró Hüsserl en la ideas de su maestro Brentano: primero para buscar una fuente
de inspiración en la tradición metafísica de Platón v Aristóteles, cuyas ideas estaban un
tanto desprestigiadas en su época debido a los positivistas. Y segundo en la teoría de la
intencionalidad de la conciencia que había aprendido de Brentano.
267
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
La fenomenología es definida por Hüsserl como una ciencia "eidética" (del griego,
eidos: esencia; usada por Platón, que afirmaba que las ¡deas constituyen la esencia del
mundo).
Considera Hüsserl que ha llegado la hora de que la Filosofía adquiera un rigor científi-
co (idea adquirida merced a la influencia de los positivistas). Para ello debe contar con un
método propio, que viene a ser el fenomenológico, y consiste en que:
1°.- El filósofo debe desconectarse del mundo exterior y de todos los prejuicios que afec
tan a la conciencia.
2°.- La conciencia se caracteriza por estar siempre encaminada a un fin o dirigida hacia
un objeto propio. Esta cualidad finalística de la conciencia es lo que Hüsserl llama la
"cualidad noética" o simplemente la "noesls". Esta palabra "noesis" viene del griego
nous, que quiere decir entendimiento, inteligencia, conocimiento. Según Aristóteles
existen dos clases de nous: el llamado nous poiétíkos o entendimiento agente y el nous
patéticos o entendimiento paciente. Inspirándose en estas ¡deas de Aristóteles acerca
del nous es que Hüsserl nos habla de la "noesis" o cualidad noética de la conciencia,
significándola como aquella dirección de la conciencia encaminada siempre a la apre
hensión o captación de un objeto.
3°.- Por otra parte, el objeto buscado por la conciencia es representado mentalmente por
esta en forma ideal. A este acto, Hüsserl lo denomina el "noema" o correlato inten
cional de la conciencia, que consiste simplemente en la representación mental de un
objeto, como ya se ha dicho.
4°.- Tanto la "noesis" como el "noema" constituyen la vivencia intelectual de un objeto, así
por ejemplo: la representación mental de Bolívar, que es un objeto histórico, o bien la
representación mental de un auto o de una mesa, que son objetos espaciales.
5°.- Ahora bien, estos objetos mencionados, son fenómenos, por cuanto ocupan un lugar
en el tiempo y en el espacio.
6°.- Pero para reducir la vivencia o el "noema" de estos objetos a sus esencias puras, hay
que efectuar una operación mental, a la que Hüsserl le asigna el nombre de “epojé
fenomenológlca". Esta epojé consiste en un "poner entre paréntesis" al fenómeno, eli
minando sus particularidades v características individuales, pues solo así se llegará a la
intuición pura de la esencia. Tomemos por ejemplo: el objeto Napoleón, al que bien lo
podemos representar atravesando victoriosamente el puente de Arcóle o bien derro
tado en Waterloo, o bien como emperador de los franceses. Pero para llegar a lo que
en esencia es Napoleón debemos eliminar de su concepto cualquier representación
temporal o fenoménica de él. Y para intuir lo que en esencia es Napoleón debemos,
como queda indicado arriba, poner entre paréntesis todas aquellas cualidades parti
culares.
El término "epojé" se deriva de la voz griega epoih = suspender, abstener, voz emplea
da por los filósofos escépticos Plrrón y Carnéades, quienes la usaron en el sentido de
suspender, abstener, eliminar, reducir: esto es, la actitud del filósofo que renuncia o
LEGALES EDICIONES
suspende la vida mediante una abstención. Inspirándose en este vocablo griego Hüs
serl aplicó a su doctrina fenomenológica este célebre vocablo para significar con ello
el concepto de eliminar de los objetos sus características individuales o fenoméni
cas. Mediante esta operación es posible llegar a la Intuición eidética descriptiva de las
esencias, las vivencias de la conciencia pura.
La fenomenología es, pues, para Hüsserl. una ciencia eidética descriptiva de las esen
cias, de las vivencias de la conciencia pura. Y es una ciencia porque va la Filosofía tiene un
método propio, que es el fenomenológico. En este aspecto, los positivistas han influido
notablemente en Hüsserl. en su afán de establecer una Filosofía científica.
Es una ciencia eidética porque se refiere a las esencias de las cosas. Para ello clasifi
ca Hüsserl a las ciencias en dos clases: ciencias fácticas (del latín factum: hecho!, que se
268
F il o s o f ía d e l D erech o
refiere a los hechos de la naturaleza. Ejemplo: la Física, la Química, la Biología, etc.; y las
ciencias eidéticas. que son las que estudian las esencias de las cosas.
Por tal razón es que la Fenomenología es una ciencia eidética. y es también descripti
va, porque mediante la intuición se va a describir cómo son las esencias que constituyen el
trasfondo de las vivencias de la conciencia pura.
En conclusión, lo que Hüsserl se propone es llegar, mediante una intuición de tipo inte
lectual, a captar la esencia de los fenómenos, por encima y más allá del tiempo y del espacio.
El filósofo alemán Edmund Hüsserl inició sus estudios en ciencias (Ma
temáticas y Astronomía) y se doctoró en Viena con una tesis sobre el
cálculo de variables. De 1884 a 1886 asistió en la capital austríaca a ¡as
clases del filósofo alemán Franz Brentano, quien lo influyó con su teo
ría relativa al carácter intencional del acto psíquico. Decidió dedicarse
a la investigación filosófica e inició una brillante carrera académica, pri
mero en la Universidad de Halle, por último Gotinga y Friburgo. Des
pués de haber escrito sus primeras obras bajo la influencia de Brenía-
no, desarrolló un método original al que llamó fenomenología. En 1933 fue apartado de
la enseñanza a causa de las leyes antisemitas. A su muerte dejó numerosos manuscritos
(cuarenta y cinco mil páginas taquigrafiadas, conocidas como el Archivo Hüsserl de Lovai-
na), los cuales sirvieron para componer varios volúmenes; el más importante de ellos es
La crisis de las ciencias europeas y la fenomenología trascendental, publicado en 1950.
Sin proponerse como teoría, sino como método general, la Fenomenología, original acer
camiento de Hüsserl al problema del conocimiento, constituye una de las filosofías más
fecundas del siglo XX; ha originado una auténtica Escuela Fenomenológica, cuyo principal
representante fue el alemán Martin Heidegger, con influencia incluso en el campo científi
co, en especial en el ámbito de la Sociología, la Psiquiatría y la Psicología.
Obras: Filosofía de la Aritmética (1891); Investigaciones lógicas (1901); La Filosofía
como ciencia estricta (1910); Ideas relativas a una Fenomenología pura y una Filosofía
fenomenológica (1913); Meditaciones cartesianas (1931).
MAX SCHELER.- Discípulo de Hüsserl en la Universidad de Friburgo, y de Rudolf Euc-
ken en la Universidad de Jena. Profesor en la Universidad de Colonia y finalmente en la
de Frankfurt, en donde murió de un infarto el 19 de mayo de 1928. Había nacido el 22 de
agosto de 1874 en Munich y debe ser considerado, conjuntamente con Hüsserl y Heide
gger, uno de los mayores representantes de la Fenomenología, Escuela en la que hay que
incluir a Pfánder, Geiger y a Reinach, entre otros.
Sus obras principales son: Sociología del saber, El resentimiento en la moral-, Esencia de
la Filosofía (1958); Ética (el formalismo en la ética y la ética material de los valores), 2 vol.
(1948); Esencia y formas de la simpatía (1943); El saber y la cultura (1960); El puesto del
hombre en el cosmos (1957); El porvenir del hombre (1942); Metafísica déla libertad (1960).
Sobre Max Scheler, véase: Eusebi Colomer: El pensamiento alemán de Kant a Heide
g g e r, t. III (1990, p. 407 y ss.); Juan Llamólas de Azevedo: M a x Scheler. E x p o sició n siste m á
LEGALES EDICIONES
tica y evolutiva de su filosofía (1966). Confróntese allí, la bibliografía citada. Antonio Pintor
Ramos: El humanismo de Max Scheler. Estudio de su antropología filosófica (1978).
Nacido en 1874 y muerto en 1928, aprendió de su maestro Eucken a
adoptar una posición típicamente espiritualista ante la investigación
filosófica, descartando el esplritualismo puro. En efecto, Rudolf Euc
ken postulaba un método que él llamaba "noológico", consistente en
llegar a las esencias poniendo en juego no solo el intelecto puro sino,
además, todas las potencias del espíritu.
En la Universidad de Friburgo se inspiró en el método fenomenoló-
gico de Hüsserl. considerando que para llegar a las esencias puras es
necesario hacer intervenir el sentimiento, la emotividad o, como él decía: "la lógica del
269
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
corazón", y no únicamente la intuición intelectual como lo quería Hüsserl. Así, pues, Max
Scheler nos plantea una intuición emocional.
Además de las doctrinas de Eucken, Scheler se ha inspirado también en la filosofía de
San Agustín y en la de Blas Pascal.
Del primero, concluye que el amor es una de las dimensiones fundamentales del hom
bre, mediante la cual es posible llegar intuitivamente a captar la verdad v la esencia de las -
cosas. Esta posición aeustiniana es denominada misticismo. t
Blas Pascal, por otra parte, consideraba que hay verdades del corazón que la razón no :
conoce, que el corazón tiene sus propias razones v estas, incluso, superiores a los razona- l
mientos de la mera razón pura. ’
Inspirándose en estos dos filósofos, Scheler reemplaza al intelecto de Hüsserl por la |
intuición emocional y, basándose en este método, considera que las esencias puras son f-
los valores y a estos se les aprehende mediante aquel tipo de intuición. Hay que tener en
cuenta que, con anterioridad, la teoría de los valores había sido centro en Alemania de l
una interesante polémica sostenida por los profesores Christian Ehrenfels y Alexius von
Meinong, interesados en saber cuál era la realidad, cuál la naturaleza y cuál el fundamento
mismo de los valores (Véase, supra, en el capítulo IV, pág. 230 y passim, "La Teoría de los
Valores", en este mismo tomo).
Para Scheler, los valores son objetos materiales y de carácter o priori; es decir, que
tienen su propia naturaleza y que se sitúan más allá del tiempo y del espacio. En su obra
fundamental titulada, Der Formalismus ¡n der Ethik und die Materiale Werthethik (El for
malismo en la Ética y la Ética material de los valores), Scheler nos dice:
"Los valores son objetos intencionales del sentir y son captables mediante una intui
ción de tipo emocional".
Scheler considera que estas esencias puras son de carácter material y establece una
distinción entre el bien y el valor: el bien es la expresión, la encarnación de un valor. Por
ejemplo: las cosas bellas son expresión de lo bello. No existirían cosas bellas sí no preexis
tiera a ellas el valor de lo bello. He ahí el carácter a priori del valor. El valor, pues, aun expre
sándose en las cosas que lo encarnan, se distingue de ella y los trasciende. De manera que
el bien no es el valor. Los bienes son valiosos en cuanto son portadores de valores, pero no
pueden confundirse con ellos. He ahí la materialidad de los valores, en oposición a Kant,
que sitúa al valor en la pura forma o en el puro deber. Los valores se distinguen también
del deber. Max Scheler distingue entre el "deber ser ideal" y el "deber ser normativo". El
valor está en la base del deber ser ideal que, a su vez, fundamenta el deber ser normativo.
La Etica, p o r lo tan to, está b asad a so b re el va lo r y no en el d e b e r im p era tivo kan tian o .
Porque el deber es intermediario entre el valor y la acción que lo expresa.
Por ejemplo: toda obra de arte es un bien, entonces, es deber del artista realizar su
obra, o sea, hacer que el valor de lo bello encuentre una expresión determinada. Hacer
el bien es sentir el deber de realizar un valor positivo (el valor positivo de lo bello, según
LEGALES EDICIONES
270
F il o s o f ía d e l D erech o
profano. Cada grado es distinto del otro y es irreductible al otro, pero todos forman parte
de un organismo emocional unitario.
¿Cómo realizar todos los grados de la escala de los valores? ¿Hemos de renunciar
a los grados inferiores, sacrificar nuestra afectividad sensible y los valores vitales, para
dirigir nuestra mirada solo a los valores del espíritu? ¿O bien es imposible para el hombre
elevarse a tanta altura y es Inútil o Inhumano pedirle el sacrificio de la vida hacia la que es
atraído irresistiblemente?
Considera Scheler que no es un mal querer lo que es agradable o útil, pero sí es un mal
querer lo agradable o útil por sí mismos.
Están equivocados, pues, los rigoristas y los formalistas que condenan los valores vita
les y la afectividad sensible y que empeñan al hombre en una lucha contra sí mismo.
Para Max Scheler no cabe tal renuncia. Podemos vivir la plenitud de la vida en to
das sus formas; vivirla religiosamente, incluso cuando expresamos valores sensibles. Dice
Scheler que el hombre puede expresar a Dios y reconocerlo incluso en el acto más humilde
y más sencillo de la vida cotidiana, si al encarnar en ese acto el valor que le corresponde, lo
expresa de manera que constituya un paso en el camino que nos lleva hacia lo "absoluto".
Podemos, por lo tanto, hacer de la vida en su totalidad un homenaje perenne a Dios y
una respuesta a través de todas las cosas al llamamiento de lo sagrado y lo divino.
Estas concepciones éticas de Max Scheler constituyen una de las elaboraciones más
geniales en torno al problema ético. Constituyen, a la vez, la posibilidad de fundamentar
un nuevo tipo de metafísica, basada de una parte en los valores en cuanto esencias puras,
materiales y a priori y, por otra parte, en el hombre mismo, en cuanto sujeto actuante
y consciente de estos valores. Consideramos que así se ha podido dar una respuesta al
planteamiento de Kant de elaborar una nueva Metafísica, la misma que es la "Antropología
Filosófica".
Scheler, pues, con su genial concepción filosófica, es el filósofo que ha sabido recoger
el lejano llamado que Kant hiciera en el siglo dieciocho, propugnando por el establecimien
to de un nuevo tipo de Metafísica, a la que Scheler, acudiendo al llamado, ha estructurado
bajo los cimientos poderosos de su intuición emocional, método que Scheler considera el
más correcto y el más alejado de la imperfección, para alcanzar las esencias puras de las
cosas.
LEGALES EDICIONES
271
LA ESCUELA FENOMENOLÓGICA: c) EL PENSAMIENTO DE MARTIN HEIDEGGER
273
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
pueden resumirse en la pregunta por lo que el hombre es y qué lugar y puesto metafísico
ocupa dentro de la totalidad del ser, del mundo y en Dios" (pág. 175).
"Pero al mismo tiempo Max Scheler vio también, con singular agudeza, que la diversi
dad de las determinaciones acerca de la esencia del hombre no se dejan encerrar simple
mente en una definición común: El hombre es algo tan amplio, abigarrado y diverso que
escapa a toda definición. Tiene demasiados cabos" (pág. 176).
"Sin duda, una antropología puede llamarse filosófica si su método es filosófico. La
Antropología Filosófica se convierte, pues, en una ontología regional del hombre, coor
dinada con las otras ontologías, que se reparten con ella el dominio total del ente. Una
antropología así entendida no puede ser sin más el centro de la Filosofía, y menos aún si
f se funda en la estructura interna de su problemática" (pág. 176).
274
F il o s o f ía del D erech o
"Si se toma al hombre como aquel ente que es sencillamente lo primero y más cierto,
una filosofía, concebida y planeada en tal forma, tiene que asignar a la subjetividad huma
na una importancia central" (pág. 177).
"Ahora bien, si, en cierto modo, la Antropología concentra en sí todos los problemas
centrales de la Filosofía, ¿por qué pueden reducirse todos ellos a la pregunta acerca de lo
que es el hombre? ¿Qué significa filosofar, si su problemática es tal que tiene su centro
natural en la esencia del hombre?".
"Mientras estas preguntas no se desarrollen y definan según su orden sistemático no
llegará a ser visible ni siquiera el límite interno de la idea de una Antropología Filosófica.
Mientras no se discutan estas preguntas, carecerá de fundamento la discusión sobre la
esencia, el derecho y la función de una Antropología Filosófica dentro de la Filosofía".
"Así pues, una reflexión crítica sobre la ¡dea de una Antropología Filosófica demuestra
no solamente su imprecisión y sus límites internos, sino que manifiesta, sobre todo, que
faltan en general la base y el marco para el planteamiento fundamental de la pregunta
acerca de su esencia. La Antropología no fundamenta, por el solo hecho de ser Antropolo
gía, la Metafísica" (pág. 178).
Otras obras importantes de Heidegger son Introducción a lo Metafísica (Einführung
in die Metaphysik, 1956), Hólderlin y la esencia de la poesía (Hólderlin und das Wesen der
Dichtung), El origen de la obra de arte (Der Ursprung des Kunstwerkes), ambas traducidas
al castellano en una sola obra titulada Arte y poesía (1958). También se han traducido ya al
castellano sus obras Was ist Metaphysik (¿Qué es la Metafísica?), Von wesen des Gründes
(Sobre la esencia del fundamento), Von Wesen der Wahrheit (Sobre la esencia de la ver
dad). Sería interesante la traducción de su obra Platons lehre von der Wahrheit mit einem
Brlef über den Humanismus {La teoría de la verdad en Platón con una carta sobre el Hu
manismo), obra en la que se opone a ciertas interpretaciones de su filosofía y la distingue
del Existencialismo de Sartre. De importancia para actos académicos es su obra Die Selbst-
behauptung der deutschen Universitat {La autoafirmación de la Universidad alemana} y
numerosos artículos y conferencias más.
La filosofía de Fleidegger puede definirse como una ontología de la existencia1
La investigación filosófica de Heidegger está dirigida, pues, a dilucidar cuál es la na
turaleza del ser que fundamenta a la existencia. Por eso se ha dicho que su obra es una
"Ontología fundamental" de la existencia.2
En efecto; desde la primera página de Sein undZeit, Heidegger se plantea el problema
del sentido del ser. La pregunta por el sentido del ser no ha sido contestada por los filóso
fos, pese a que fue formulada hace ya más de dos mil años por Platón quien, en su diálogo
"El Sofista" dice: "Evidentemente estáis desde ya hace mucho tiempo familiarizados con
la expresión 'ente', mientras que nosotros creíamos comprenderla, más ahora nos encon
tramos perplejos. ¿Es que acaso tenemos hoy una respuesta a la pregunta que interroga
por el significado de la palabra 'ente'? En manera alguna. Y así es, pues, de hacer de nuevo
tal pregunta que interroga por el sentido del ser ¿no seguiríamos perplejos por no com
LEGALES EDICIONES
prender el significado de la expresión 'ser'?... El desarrollo concreto de la pregunta que
interroga por el sentido del 'ser', es la mira del siguiente tratado. La exégesis del tiempo,
como el horizonte para la comprensión del ser, es su meta provisional" (El ser y el tiempo,
palabras iniciales).
Para Heidegger, la respuesta a esta clásica pregunta debe empezar por un análisis de la
existencia humana, en cuanto el hombre es el ente portador de la existencia. Ahora bien;
1 “ Ontología” viene de las voces griegas onto=sex y logos= tratado, estudio, Ontología de la existencia es,
pues, el estudio o tratado del ser de la existencia, de los fundamentos esenciales de la existencia.
2 ALBERTO WAGNER DE REYNA: La ontología fundamental de Heidegger, Editorial Losada, Buenos Aires,
1945.
275
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
¿cómo es este ente portador de la existencia?; ¿cuál es el modo de ser este ente que es
el hombre?
A este ente, al modo de ser peculiar a la existencia humana, llama Heidegger el "da-
sein".
¿Qué es el dasein? Es el modo de ser primario y original del hombre; es el sujeto fun
damental de la existencia; es el "existir".
La analítica existencial tiene como tarea preliminar la caracterización de este dasein.
Ahora bien, el "existir" o dasein está caracterizado por dos momentos:
1-. Su esencia es su propia existencia; y
22. Su modalidad consiste en ser siempre mió, "mi existencia".
En primer lugar, dice Heidegger, que la esencia del existir (dasein) consiste en su propia
existencia, por cuanto el análisis de la existencia lo emprendemos a partir de nosotros mis
mos. El ser de ese ente es siempre mío. La esencia de ese ente que es el dasein se revela
en su propia existencia.
Por eso dice Heidegger "Das Wesen des Dasein liegt in Seiner E x is t e n z "La esencia del
existir consiste en su existencia".
En segundo lugar, el existir siempre soy yo, el existir implica siempre el pronombre
personal: "yo soy", "tú eres". Yo siempre me he decidido a ser como soy. El existir es esen
cialmente escoger una posibilidad. Yo siempre he escogido ya una de mis posibilidades. La
existencia humana se revela siempre a través de su libertad, la libertad de ser como soy.
SI mi existencia es así, si soy como soy, ello se debe a que he escogido entre dos posibili
dades. Estas posibilidades me las ofrece el mundo y yo realizo mi existencia a través de las
posibilidades que me ofrece el mundo.
A esto es lo que Heidegger llama "estar en el mundo" {In der Weltsein).
La existencia se presenta, pues, como "un estar en el mundo".
El mundo y mi dasein constituyen una sola unidad existencial.
El mundo no son las cosas, sino el conjunto de posibilidades que se me ofrecen para
existir de algún modo. El sentido de mi existencia está determinado por la forma en que
realizo mis posibilidades.
Ahora bien, yo puedo realizar mis posibilidades de dos formas: una forma elemental
e inauténtica y una forma auténtica, propiamente dicha. La forma elemental e inauténtica
de realizar mis posibilidades constituye la existencia cotidiana, trivial o vulgar.
La forma auténtica de realizar mis posibilidades constituye la existencia propiamente
dicha. La esencia de esta existencia auténtica se revela a través de la angustia. La angustia
es la comprobación de la "nada" y de que el hombre, en cuanto dasein, está encaminado
fatal e irremediablemente hacia la muerte.
El hombre es, pues, según Heidegger, un "ser para la muerte",
LEGALES EDICIONES
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F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
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EL PENSAMIENTO SOBRE EL TIEMPO, LA NUEVA FÍSICA Y LA COSMOLOGÍA
25 I
Si bien es cierto que el tiempo ya había sido objeto de meditación y aun de problema-
tización desde la Filosofía antigua, por ejemplo, con el presocrático Zenón de Elea, cuan
do planteó sus célebres paradojas (como aquella de la célebre apuesta de quién era más
veloz, Aquiles o la tortuga), no es menos cierto que esta concepción adolecía de un grave
defecto: el darnos una concepción estática del tiempo. El tiempo en la filosofía de Parmé-
nides v en las paradojas de Zenón de Elea estaba congelado, petrificado, deshumanizado.
El tiempo en la Filosofía antigua, era un tiempo carente de vida v movimiento, era
un tiempo des-existencializado, desvitalizado: era un tiempo yerto v congelado. Así suce
día con las concepciones del tiempo en Platón y en Aristóteles, en Plotino y aun en San
Agustín. Aún para Kant el tiempo seguía siendo considerado como algo estático, era una
"forma a p rio ri de la sensibilidad", como se sostiene en la "Estética Trascendental", que
es la primera parte de la C rítica d e la R a zón Pura. En la filosofía de Bergson el tiempo se
llama "duración"; y es allí donde se desenvuelve el "élan vital". En la filosofía de Dilthey, el
tiempo se humaniza cuando se concibe al hombre como un ente histórico y a la vida como
“historicidad". Pero, definitivamente, solo es en la filosofía de Fleidegger cuando la tempo
ralidad cobra vida y se e xiste n cia liza con el sentido de la angustia y la existencia humana.
Por ello, estamos de acuerdo con el profesor uruguayo LORENZO CARNELLI cuando
afirma que "so lo h a y un tie m p o verd a d e ro , q u e e s e l de H e id e g g e r" .1
La doctrina de la temporalidad de Heidegger ha ejercido una poderosa influencia en el
pensamiento jurídico, teológico y filosófico de los últimos años.
Y es que, como dice HANS REICHENBACH, "el problema del tiempo siempre ha des
concertado a la mente humana. Tanto los acontecimientos del mundo exterior, como
nuestras experiencias subjetivas, ocurren en el tiempo".
Sobre esta reflexión y lo que sigue, véase el extraordinario libro, que fue su obra pos
tuma, del profesor HANS REINCHENBACH: "El se n tid o d e l tie m p o ", traducción castellana
por la Universidad Nacional Autónoma de México (1988, pág. 11 y p a ssim ).
i LORENZO CARNELLI: Tiempo y Derecho, pág. 52 Librería Jurídica Valerio Abeledo Editor. Buenos
Aires 1952.
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
MAX PLANCK: Físico alemán nacido en Kiel el 23 de Abril de 1858; muerto en Gót-
tingen el 4 de Octubre de 1947; profesor en la Universidad de Kiel y más tarde en Berlín.
280
F il o s o f ía d e l D erech o
LAS PARTÍCULAS SUB-ATÓMICAS: Son los elementos sub-atómicos básicos que cons
tituyen los fundamentos de toda la materia y son, además del electrón, el neutrón y el
protón, el mesón, los quarks que, a su vez se sub-dividen en hadrones y leptones, los
muones. Los hadrones a su vez se sub-dividen en bariones, fermiones, mesones y boso
nes. Merece particular relieve el bosón de Higgs llamado también "la p a rtíc u la de D io s"
El bosón de Higgs es el responsable de que las partículas fundamentales tengan masa sir
la cual no existiría ni la gravedad ni el universo. PETER HIGGS, físico británico, profesor er
la Universidad de Edimburgo y en el University College de Londres, nació en Newcastle e
29 de Mayo de 1929.
El 4 de julio del 2012, la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN)
LEGALES EDICIONES
en la que trabajaba el profesor Peter Higgs, estableció que todas las partículas no tiener
masa, pero que existe un campo insospechado que llena todo el Universo e interactúa cor
las partículas para darles masa. Este campo se conoce con el nombre de el "campo de Hi
ggs". En el diario "El Comercio" de Lima del Jueves 5 de Julio del 2012, pag. A 14, se publica
toda una página cuyo titular dice "C ie n tífico s h a lla n p ru e b a s de q u e existe la p a rtíc u la qut
o rig in ó e l U niverso. S e ría e l bosón de Higgs, cla v e en la fo rm a c ió n de estrellas, p la n e ta :
y d e vida, tra s e l big b a n g de h a ce 13. 700 m illo n e s de años". "In v e stig a d o re s europeos
a n u n cia ro n a y e r e l h a lla zg o de una n u e v a p a rtíc u la q u e c o n firm a en 99 % la e xiste n cia d e ;
bo só n de H igg s , una p a rtíc u la q u e e xp lica p o r q u é la m a te ria e s ta l y co m o la c o n o ce m o s
Esto a y u d a rá a e n te n d e r e l U niverso. C ie n tífico s de la O rg a n iza ció n E u ro p e a p a ra la Inves
tig a ció n N u c le a r (C E R N ) d e scu b rie ro n una n u e va p a rtíc u la su b a tó m ic a q u e p o d ría s e r e l es
quivo bosón de Higgs, c o n sid e ra d o c ru c ia l en la fo rm a c ió n d e l U n ive rso e im a g in a d o hace
281
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
282
F il o s o f ía d e l D erech o
C o sm o s" Editorial Crítica, Barcelona, 1997; CARLSAGAN: “Cosm os", Editorial Planeta, Bar
celona, 1992; TOMÁS UNGER: "La m a te ria y e n e rg ía oscuras", estudio publicado en e!
diario "El Comercio" de Lima, del martes 25 de Agosto del 2015, pag. A-16; TOMÁS UN
GER: "El U n ive rso m á s a llá de los sen tido s", estudio publicado en el diario "El Comercio ’
de Lima, del Martes 27 de Diciembre del 2005, pag. B-10; HELGE KRAGH: "H istoria d e la
C o sm o lo g ía ", Editorial Crítica, Barcelona, 2008.
STEPHEN W. HAWKING: "H isto ria d e l tiem po. D e l big b a n g a los a g u je
ro s negro s", Editorial Grijalbo, Buenos Aires, 1991; hay otras edicione;
en español; STEPHEN W. HAWKING & ROGER PENROSE, "C u e s tio n e ;
c u á n tica s y c o sm o ló g ica s so b re la tem p o ra lid a d ", Alianza Editoria,
Madrid, 1995. El tiempo se originó con la creación, en el eran 'BD
Bang" o aran explosión inicial del Universo. Véase: DAVID FILKIN: “t i
u n iv e rso de S te p h e n H a w kin g . E l co sm o s e x p lic a d o " Gedisa Editoria I
S.A., 1998, HUBERT REEVES: "E l p rim e r se g u n d o . Ú ltim a s n o ticia s d t l
c o sm o s" Editorial Andrés Bello, Santiago de Chile, 1998; MICHAEL WHITE-JOHN GRIBBIN:
“S te p h e n H aw kin g. U na vida p a ra la ciencia", Editorial Atlántida, Buenos Aires, 1992; OSI< I
GOLFRYD y STEPHEN HAWKING: "S te p h e n H a w k in g y su h isto ria d e l tiem po. E l p e rso n a je
su teo ría y su crítica, c o m e n ta rio s d e l autor", Editorial Globus, Madrid, 1993.
STEPHEN W. HAWKING y ROGER PENROSE son, ciertamente, dos de los más prest-
giosos físicos teóricos contemporáneos que han tratado en profundidad dichas cuestione:.
Ambos colaboraron en la década de los 60 y, fruto de esa colaboración, es el desarrollo d e
los llamados "Teoremas de la singularidad" que, de algún modo, proporcionan una basa
matemáticamente rigurosa a la ¡dea de los agujeros negros e, incluso, de manera más ir;
directa, a la del "Big Bañe", sobre el origen del Universo. En C u e stio n e s c u á n tica s y cosm c -
ló g ica s se presentan algunos de los ensayos y artículos más famosos de ambos científico:;
en ellos se tratan, entre otros, temas tan básicos como la estructura del espacio-tiemp a
según la Teoría de la Relatividad General, el origen y la naturaleza de las singularidades
espacio-temporales, que denominamos agujeros negros, y la posible existencia de s is
opuestos ("agujeros blancos"), el famoso problema de la flecha del tiempo, junto a le s
implicaciones cosmológicas del segundo principio de la termodinámica y el papel de la
gravitación en los problemas conceptuales de la teoría cuántica.
LEGALES EDICIONES
mismo plantea la pregunta decisiva desde el capítulo primero de su libro cumbre "H istor.a
d e l t i e m p o " ¿ Q u é sa b e m o s a ce rca d e l u n iv e rso ? ¿ D e d ó n d e su rg ió e l un iverso, y a d o ñ e e
vá ? ¿Tuvo e l u n iv e rso un p rin c ip io ? y s i a s í fu e , ¿ Q u é su ce d ió con a n te rio rid a d a é l? ¿ C u á l
es la n a tu ra le za d e l tie m p o ? ¿ Lle g a rá é ste a lg u n a vez a un fin a l? " .2
Prosigue Hawking su interesante interrogatorio: "¿Qué hacía Dios antes de que crea
ra el universo?. San Agustín no respondió: estaba preparando el infierno para aquelks
que preguntaban tales cuestiones. En su lugar, dijo que el tiempo es una propiedad del
2 STEPHEN HAWKING: “Historia del Tiempo. Del Big Bang a los agujeros negros”, capítulo i, págs. i 7 - 1 3 ,
editorial Grijalbo, S.A.., Buenos Aires, 1991.
283
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
universo que Dios había creado, y que el tiempo no existía con anterioridad al principio
del universo"?
Dice Hawking que el problema de la naturaleza del tiempo fue planteado clásica
mente como una cuestión de carácter metafísico o teológico. Pero, añade, que "en 1929,
Edwin Hubble hizo la observación crucial de que, donde quiera que uno mire, las galaxias
distantes se están alejando de nosotros. O en otras palabras, el universo se está expan
diendo. Esto significa qué en épocas anteriores los objetos deberían de haber estado
más juntos entre sí. De hecho, parece ser que hubo un tiempo, hace unos diez o veinte
mil millones de años, en que todos los objetos estaban en el mismo lugar exactamente, y
en el que, por lo tanto, la densidad del universo era infinita. Fue dicho descubrimiento el
que finalmente llevó la cuestión del principio del universo a los dominios de la c¡enciam.
"Las o b se rv a c io n e s de H u b b le su g e ría n q u e h u b o un tiem po, lla m a d o e l big bang (gra n
exp lo sió n o exp lo sió n p rim o rd ia l), en q u e e l u n ive rso era in fin ita m e n te p e q u e ñ o e in fin ita
m e n te d enso. B a jo ta le s c o n d ic io n e s to d a s la s le ye s de la c ie n c ia y, p o r tanto, tod a ca p a c i
d a d d e p re d ic c ió n d e l fu tu ro , se d e s m o r o n a ría n " .... "U no p o d ría d e c ir q u e e l tie m p o tu vo su
o rig e n en e l b ig ba n g ".s
La extraordinariamente interesante reflexión de Hawking sobre el comienzo del tiem
po a partir del big bang prosigue con otro tema apasionante: los agujeros negros: "el tér
m in o agujero negro tien e un o rig e n m u y recien te. Fu e a c u ñ a d o en 1 9 6 9 p o r e l cien tífico
n o rte a m e ric a n o John Wheeler co m o la d e scrip ció n g rá fica de una id e a qu e se re m o n ta
h a cia a trá s un m ín im o de d o scie n to s añ os".6
"B ajo esta su p o sició n , un ca te d rá tico de la U n iv e rsid a d de C a m b rid g e , John Michell
e sc rib ió un a rtícu lo en e l q u e se ñ a la b a q u e u n a e stre lla q u e fu e r a lo su fic ie n te m e n te m a
siv a y c o m p a cta te n d ría un ca m p o g ra v ita to rio tan in te n so q u e la lu z no p o d ría e s c a p a r” ?
"N o a p a re ció una teo ría co n siste n te d e có m o la g ra v e d a d a fe cta a la lu z h a sta que
Ein ste in p ro p u so la R e la tiv id a d G en era l, en 1915. E in clu so e n to n ces, tuvo q u e tra n sc u rrir
m u c h o tie m p o a n tes d e q u e se c o m p re n d ie ra n las im p lic a c io n e s d e la teo ría a ce rca de las
e stre lla s m a s iv a s " s
"En 1928, un e stu d ia n te g ra d u a d o indio, Subrahmanyan Chandrasekhar, se e m b a rcó
h a cia In g la te rra p a ra e stu d ia r en C a m b rid g e con e l a stró n o m o b ritá n ico sirArthur Edding-
ton, un e xp e rto en re la tiv id a d genera l"... "D u ra n te su via je d e sd e la ind ia, C h a n d ra se k h a r
ca lc u ló lo g ra n d e q u e p o d ría s e r u n a e stre lla q u e f u e r a c a p a z de so p o rta r su p ro p ia g ra
veda d, un a vez q u e h u b ie ra g a sta d o tod o su com b ustib le". "C ha n d ra se kh a r, ca lcu ló qu e
u n a e stre lla f r ía de m á s de u n a vez y m e d ia la m a sa d e l s o l no se ría c a p a z de so p o rta r su
p ro p ia g ra ved a d . (A e sta m a sa se le co n o ce h o y en día co m o el límite de Chandrasekhar)
un d e scu b rim ie n to s im ila r f u e rea liza d o , c a si a l m ism o tiem po, p o r e l cie n tífico ru so Lev
Davídovich Landau".9
Inspirándose en los descubrimientos de Chandrasekhar y de Lev Landau, Stephen
Hawking nos hace ver como una estrella puede llegar a contraerse a tal extremo que "su
densidad equivalga a decenas de toneladas por centímetro cúbico".10
LEGALES EDICIONES
Pero hay más. Nos dice Hawking que "La n d a u se ñ a ló q u e existía o tro p o sib le esta d o
f in a l p a ra una estrella"... "Se las llamó estrellas de neutrones. Tendrían un radio de unos
3 STEPHEN HAW KING:: “Historia del Tiempo. ..”, pág. 26, edición citada.
4 Ibid, ob. y loe. cit.
5 Ibid, ob. y loe. cit.
6 Ibid, ob. loe., capítulo 6: “Los agujeros negros”, pág. 115 .
7 Ibid., ob. cit., capítulo 6, pág. 116 .
8 Ibid., ob. y loe. cit., in fine.
9 Ibid., ob. cit., pag. 118 .
10 Ibid., pag. 119 .
284
F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
MALCOLM LONGAIR, Lo grande, lo pequeño y la mente humana, Cambridge University
Press, 1999.
PENROSE, ROGER, Prólogo de Einstein 1905. Un año milagroso, Planeta, 2004.
PENROSE, ROGER, El camino a la realidad: Una guía completa de las leyes del universo,
Editorial Debate, 2006.
PENROSE, ROGER, Lo grande, lo pequeño y la mente humana, Ediciones Akal, 2006.
Así pues a la vista de los libros de este notable profesor podemos afirmar que Penrose
y Hawking demostraron que las singularidades pueden formarse a partir del colapso
ii Ibíd. I
285
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
otra. Estos "agujeros de gusano", serían la solución para resolver los insondables proble
mas que nos han dejado las ecuaciones de campo de Einstein en el sentido de que nada
puede viajar más rápido que la luz. Esta tesis había sido ya entrevista por Nathan Rosen,
un notable físico israelí (1909-1995), fundador del Instituto de Física en el Technion de
Haifa, quien en un estudio publicado en 1935 conjuntamente con Einstein, descubrió el
así llamado "puente de Einstein-Rosen". En base a esta idea John Wheeler (1908-2008),
profesor en las Universidades de Princeton y Texas, introdujo el nombre de "aauiero de
12 STEPHEN HAWKING: “La teoría del todo. El origen y el destino del universo”, pág. 136, editorial Debate,
BuenosAires, 2008.
13 JOHN GRIBBIN: ob. cit., pág. 68.
286
F il o s o f ía d e l D erech o
g u s a n o ", así como también "aa u ie ro n e a ro ". planteadas en sus conferencias recogida;
en el libro de John D. Barrow y Frank J. Tipler: "The Anthropic Cosmological Principie"
Oxford University Press, 1986; expresiones brillantes que, a su vez, fueron recogidas en ur
libro famoso de Wheeler publicado en castellano: "Un viaje por la gravedad y el espacio
tie m p o ", Alianza Editorial, Madrid, .1994.
Sobre el tiempo biológico, psicológico, social y espiritual: JEAN PUCELLE: "El tiempo"
í Editorial El Ateneo, Buenos Aires, 1976; sobre el tiempo filosófico: HENRI BERGSON: Ensa
)5
) yo sobre los datos inmediatos de la conciencia (traducción castellana), HENRI BERGSON
J "El pensamiento y lo movible", Editorial Ercilla, Santiago de Chile, 1936; XAVIER ZUBIRI
i "Espacio, tiempo, materia", Alianza Editorial, Madrid, 1996; MARIANO IBERICO RODRI
31 GUEZ, nacido en Cajamarca en 1882, profesor de Filosofía Antigua en la Facultad de Letra;
-3 1 y de Lógica Jurídica en nuestra Facultad de Derecho, Vocal de la Corte Superior de Lima \
C1 Rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, es el gran filósofo de ia témpora
J
3 lidad. Murió en Lima en el año de 1974. Sus obras:
i "La filosofía de Bergson" Tesis doctoral, San Marti y Ca., Lima, 1916.
"Una Filosofía Estética", obra en la que se reproduce su Tesis doctoral con una carta de
Henri Bergson y un notable Prólogo de V. A. Belaúnde; San Marti y Ca., Lima, 1920,
"Elsentimiento de la vida cósmica", Editorial Losada, Buenos Aires, 1946.
"Perspectivas sobre el tema del tiempo", Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Lima, 1958.
"El espacio humano", Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, 1969.
"La aparición histórica. Ensayos y notas sobre los temas de la Historia y el tiempo"
Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, 1971.
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a la Filosofía.
287
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
Editorial Ercilla, Santiago de Chile, 1934; ID: "Sobre la herencia de Haya de la Torre" Lima,
1993; ID: "El Perú: Retrato de un país adolescente. El Perú: Nuevo retrato de un país ado
lescente. Flash de un país a punto de dejar de ser adolescente", editorial Peisa, Lima, 1987;
HUGO GARCÍA SALVATTECCI: "El Aprismo y la doctrina social de la Iglesia", Lima, 1987; ID:
"El APRA entre dos orillas. Ochenta años de Aprismo" editorial Universidad Alas Peruanas,
Lima, 2009; JUAN GAMARRA ROMERO: "Universidad y Sociedad en América Latina. El Mo
vimiento estudiantil en los años 20 en el Perú" (Incluye un análisis del pensamiento de Haya
de la Torre) Tesis Doctoral sustentada en la Universidad de Hamburgo de quien fuera uno
de mis más brillantes discípulos.
En síntesis, el pensamiento de Haya de la Torre se puede condensar en esta bre
ve antología: "Mi tesis es la siguiente: que así como hay un Espacio-Tiempo físico, tan
to objetivo como subjetivo, del mismo modo hay un Espacio-Tiempo histórico objetivo y
subjetivo"14(14).
"Así como la dimensión Espacio-Tiempo ha quedado ya definitivamente incorporada
en el mundo físico, la nueva Filosofía tiene que considerar a su vez este concepto. Einstein
cita en su articulo Space-Time de la Enciclopedia Británica estas palabras de Minkowsky:
"de aquí en adelante el espacio en sí mismo y el tiempo en sí mismo se hunden como
sombras y solo una suerte de unión entre los dos les preserva una existencia independien
te". "Esta unión la llama Einstein "Espacio-Tiempo" Admitiendo tal principio como base
integral de una nueva concepción geométrica y física del Universo, la Filosofía debe con
siderarlo e incorporarlo. Y aunque el Relativismo no haya formulado todavía un sistema
filosófico propiamente dicho, es evidente que sus bases ya están esbozadas. Enunciado
fundamental del relativismo es este nuevo concepto del Espacio-Tiempo que admitido por
la Filosofía General, puede ser aplicado a la Filosofía de la Historia. Diríase que hay tam
bién un Espacio-Tiempo Histórico integrado por el escenario geográfico (campo objetivo)
y por el "Tiempo subjetivo" (Ich-Zeit), que el hombre concibe con relación a ese espacio: y
ambos a su vez, con un ritmo dado de tiempo objetivo o económico que socialmente de
viene Tiempo histórico. El escenario geográfico, base del concepto Espacio histórico, está
condicionado por todas las características físicas que ofrece cada una de las regiones ha
bitables del planeta, pero, además de éstas, por la distancia entre una y otra región. Esta
distancia ya no es solo espacial, es también distancia en el tiempo histórico, que no se
mide por relojes, vale decir, lapso en su longitud, que es completamente relativo, según
las palabras de Hegel ya citadas..." "¿Cómo medimos esta distancia, o más propiamente,
estos lapsos de tiempo histórico? Partiendo evidentemente del tiempo subjetivo (Ich-Zeit),
del concepto Tiempo que cada hombre se forma frente a su espacio geográfico y frente a
las condiciones objetivas de vida individual y social que en este espacio dado se producen,
o sea el específico tiempo económico"15(15).
"Tiempo histórico no es el Tiempo cronológico, ni el Tiempo biológico, ni exclusiva
mente el tiempo subjetivo (Ich-Zeit) individual. Es el Tiempo so c ia l que surge de la tra m a
de relaciones -para acogernos a la precisa definición de Leibnitz-, entre el hombre como
parte de la colectividad y su espacio histórico determinador de lo que podríamos llamar su
LEGALES EDICIONES
grado de conciencia cultural. Por eso -repetimos-, Espacio y Tiempo históricos son insepa
ra b le s y no e s p o s ib le siq u ie ra c o n c e b irlo s o p re se n ta rlo s a isla d a m e n te co m o no s e p u e d e
concebir o presentar ya el tiempo y el espacio separados en el campo de los fenómenos
físicos. Releamos las palabras ya citadas de Minkowski, que Einstein ha hecho suyas: "Los
conceptos de Espacio y Tiempo... tienen sus fundamentos en la Física Experimental. En ello
288
F il o s o f ía d e l D erech o
estriba su fortaleza. Desde ahora el Espacio por sí solo y el Tiempo por sí solo pasan al o -
vido y solo una especie de unión entre ambos conservará existencia independiente". "Este
nuevo concepto científico se eleva ahora a la categoría de generalización filosófica. Y a i
fundamos nuestro enunciado del Espacio-Tiempo Histórico como la trama de relaciones de
cada fenómeno social -inseparable de su escenario-, y del conjunto de ellos, expresado e i
la Historia".
"Pero surge asimismo una estimativa de velocidad, diversa en ei proceso de evolució i
histórica de los pueblos, comparando los más avanzados con los que marchan con grad
menor o con ¡os que los sajones llaman backwardpeoples o pueblos de retaguardia. En efet -
to, cuando decimos pueblos avanzados establecemos una estimativa de veiocidad".16(16)
Confróntese, además: HEDWIG CONRAD MARTIUS: "El tiempo", Editorial Revista d ?
Occidente, Madrid, 1958; sobre el tiempo jurídico, confróntese a LORENZO CARNELL:
"Tiempo y Derecho", Librería Jurídica Valerio Abeledo, Editor, Buenos Aires, 1952; GINO
CAPOZZI: "Temporalitá e norma", Jovene Editore, 2000; GINO CAPOZZI: "L' individuo, I
tempo e la storia", Jovene Editore, 2000; MANUEL GARCIA AMIGO: "Instituciones de Dere
cho Civil I", Parte General, Lección 33, “El tiempo en el Derecho”, págs. 882-910, Editorial de
Derecho Reunidas S.A., Madrid, 1979; CARLOS COSSIO, "La Teoría Egológica del Derecho',
págs. 319-125,1964); ANTONIO LUIZ MACHADO: "Fundamentación egológica de la Teoría
General del Derecho", págs. 95-97, 1974; GERHARDT HUSSERL: Recht und Zeit”, 1955; ve'
referencias sintéticas a esta obra fundamental en Karl Larenz, Metodología de la ciencia del
Derecho, págs. 137-138, 2aed., 1980; BERNHARD WINDSCHEID, Tratado de Derecho Civ.l
alemán, Tomo I, vol. I, 31, págs. 107 y 116, 1987; BERNHARD WINDSCHEID: “Diritto delle
Pandeóte", con interesantes anotaciones y referencias de los profesores CARLO FADDA w
PAOLO EMILIO BENSA, vol. I, págs. 86-93, U.T.E.T., Tormo, 1930; LUDWIG ENNECCERUS ¿i
HANS KARL NIPPERDEY, "Tratado de Derecho Civil, Parte General", Tomo II, págs. 463-469.
Editorial Bosch., Barcelona,1950; ENRICO MOSCATI: "Tempo", en "Novísimo Digesto Italia
no", Tomo XVIII, págs. 1115-1118, U.T.E.T., Tormo, 1971.
Por los efectos revolucionarios y paradójicos de todo lo que se ha establecido acere:
del tiempo físico y de la cosmología reciente, léase el paradojal libro de ANGEL GONZALEL
HERNANDEZ: “Teoría que demuestra la inexistencia del tiempo y presenta un nuevo mode
lo cosmológico del universo", 2006.
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289
LA TEORÍA DE LOS VALORES
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POSICIÓN SUBJETIVISTA: ARGUMENTOS Y REPRESENTANTES
1 M A X SCHELER: Der Formalismus in der Ethik und die Materiale Wertethik (El formalismo en la Ética y 1 1
Ética material de los valores). Obra traducida al español por la Editorial Revista de Occidente Argentin;,
2 tomos, Buenos Aires, 1948.
2 RISIERI FRONDIZI: ¿Qué son los valores?, pág. 19. Fondo de Cultura Económica
3 Ibíd; pág. 19.
291
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
por sí, sino que están en función de nuestros deseos, inquietudes, vivencias y emociones.
Los valores, pues, según esta posición, no tienen autonomía e independencia ontológicas:
son solo expresiones o actitudes psíquicas de nuestra subjetividad; en suma, los valores
dependen del sujeto valorante. Los argumentos en que se basan los axiólogos subjetivistas
parten de la afirmación de Lotze de que "los valores no son, simplemente valen". Su forma
de ser es justamente eso: valer. Después de las investigaciones de Lotze (1817-1881), ex
presiones como "tablas de valores", "transmutación e inversión de los valores" son expre
siones que se popularizan, sobre todo por obra de Federico Nietzsche (1844-1900), quien
se propone llevar a cabo una crítica de la moral europea sobre la base del superhombre y
de una nueva moral situada más allá del bien y del mal, mediante una total transmutación
de los valores en que se dejaron atrás ideas, profundamente subjetivas de Nietzsche, y que
sirvieron de inspiración a J. M. Guyau (1854-1888) quien, en su obra Equisse d' una moral
sans obligation nesanction (1885) propuso una superación de la moral común teniendo en
cuenta el comportamiento de la vida inconciente sobre la actividad moral.
Pero es especialmente con Brentano y, sobre todo, con Meinong y con Ehrenfels, cuan
do la posición subjetivista expone y fundamenta sus puntos de vista de acuerdo con los
siguientes argumentos:
1®.- El valor no puede ser ajeno a la valoración ni tener existencia posible aislada e inde
pendientemente del sujeto que los capta. En efecto, ¿qué sentido tendría la existencia
de valores que escapan a toda posibilidad de ser valorados, apreciado y estimados
por el hombre? ¿Cómo sabríamos que existen tales valores si estuvieran condenados
a mantenerse fuera de la esfera de las valoraciones humanas? ¿Qué sentido pueden
tener los valores estéticos para un ciego o para un sordo que no los puede captar?
2e.- Los valores, en consecuencia, no pueden ser considerados como entidades o prlori
-como sostiene Max Scheler-; los valores, al deber su existencia a los juicios de valor
de un sujeto valorante, dependen de su mayor o menor sensibilidad emocional o ex
periencia sensible y, por lo tanto, son a posteriori.
3®.- No solo los valores no son a priori, como sostenía Max Scheler, sino que tampoco la
famosa "intuición emocional" nos proporciona una fuente segura de percepción para
captar la naturaleza del valor. Por el contrario, la intuición emocional, lejos de llevar
nos a buen puerto, nos conduce a una tremenda relatividad, dependiendo del mayor
o menor grado de espiritualidad, cultura o emoclonalidad del sujeto valorante. Este es
en verdad el punto neurálgico de la tesis axlológica del filósofo alemán, que nos lleva
a una serie de contradicciones de las cuales ni el mismo Scheler se ha librado.
4®.- Ejemplifican este argumento con el famoso caso de las estampillas de correo que R¡-
sieri Frondizi describe en su obra antes citada de la siguiente manera: "Hay casos con
cretos que demuestran claramente la subjetividad de los valores. Los sellos de correos
constituyen uno de esos casos. ¿Dónde está el valor de los sellos de correo? ¿Hay algo
en la calidad del papel o en la belleza del dibujo o en la impresión, que explique el
valor que tienen? Sin los filatélicos, no tendrían ningún valor. Si se pierde ese interés,
el valor que se les ha conferido desaparece ¡psofacto".
LEGALES EDICIONES
Con este ejemplo concreto, como hay muchos, los subjetivistas concluyen afirmando
que, si no fuera por la existencia de un determinado grupo de individuos llamados fila
télicos que se dedican a la colección de estampillas, estas no gozarían de ningún valor,
pues ni la calidad de su papel, ni los impresos que tienen, ni ninguna otra cualidad
intrínseca de ellas, les garantizarán el valor ininteligible (pág. 175) por los partidarios
del objetivismo. Se demuestra, pues, que el valor de dichos sellos es extrínseco, o está
dado fuera de su circuito propio en relación directa con el interés o deseo del hombre.
5®.- El subjetivismo asevera que los valores del espíritu están regulados por determinadas
condiciones subjetivas de hombres, pueblos o civilizaciones. Así, por ejemplo, el valor
"justicia" es captado en forma adversa según los hombres, según los pueblos o según
el mayor o menor grado de evolución espiritual del individuo o de la comunidad. Así,
292
F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
Siebeck, O. Westphal, R. Müller-Freienfels y, en los últimos tiempos, los autores neoposlti-
vistas, entre los cuales debemos mencionar especialmente al profesor Alfred J. Ayer.
62.- ALFRED JULIUS AYER nació en Londres en 1918, fue un brillante profesor en la
Universidad de Londres entre 1946 y 1959 y en la Universidad de Oxford hasta 1978. Mu
rió en 1989. Para Ayer, quien enuncia un juicio de valor está meramente expresando, sin
afirmar ni negar nada, un determinado sentimiento. Y la expresión de un sentimiento no es
ni verdadera ni falsa, como no son falsos ni verdaderos una carcajada o un grito de terror.
Por ejemplo, quien dice "¡qué bello es este cuadro!" no está afirmando nada sobre
el cuadro -como pretenden los objetivistas; ni sobre su estado de ánimo, como quieren
los subjetivistas-, sencillamente está expresando un estado de ánimo. Podría igualmente
haber dado un grito de alegría o haber pronunciado una interjección.
293
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
POSICIÓN OBJETIVISTA
Los objetivistas desenvuelven sus puntos de vista afirmando que:
l9 Argumento.- No se puede identificar ni confundir el valor con el deseo del valor, como
no podemos tampoco identificar a una cosa con el deseo que de ella tengamos. Así,
entonces, no podría decirse que el deseo del valor confiere validez a esa entidad de
seada si antes esta misma entidad no preexistiera al deseo. El valor es anterior a la
valoración, porque fácil es deducir que, si no hubiera valores preexistentes, qué cosa
habríamos de valorar. No podemos confundir a la valoración con el valor porque,
mientras la primera es acto, el segundo es una entidad, susceptible también de ser
confundida con este mismo acto.
Confundir la valoración con el valor es como confundir el objeto percibido con la per
cepción misma. Y si tenemos en cuenta que la percepción no crea al objeto sino que
lo copia y lo aprehende, podemos afirmar, entonces, que lo mismo sucede con la va
loración, captadora del valor, pero no creadora. Según esto, lo subjetivo se reduciría,
entonces, a un mero proceso de captación del valor. El subjetivismo solo tiene razón
cuando arguye sus planteamientos en lo que a la captación valorativa respecto, pero
nunca en lo que se refiere a la naturaleza íntima del valor.
2- Argumento.- El segundo argumento objetivista en realidad no es más que un corolario
del punto anterior. Afirma él que no podemos confundir el hecho psíquico de la inten
cionalidad de la conciencia con las esencias, que son el resultado final de ese proceso
de captación. Hüsserl dice que los subjetivistas yerran cuando afirman o, mejor dicho,
cuando identifican a la noesis con las esencias a las cuales esa noesis se refiere.
Lo mismo que acontece con la noesis y las esencias, acontece también con el deseo de
valor y el valor mismo, porque mientras el primero (el deseo, que podríamos Igualar
a la noesis) no es más que la vía psíquica a través de la cual viajamos, el segundo (el
valor, que asimismo podríamos igualar a la esencia que constituye la realidad última o
la meta hacia la cual llegamos, después de haber recorrido por el camino que el deseo
y la noesis nos señalan).
39 Nuestras apreciaciones de agrado y desagrado, de gusto o de disgusto, se hallan subor
dinadas a determinados imperativos o a ciertos valores fundamentales que regulan los
vaivenes de nuestra caprichosa subjetividad. Así se explica cómo hacemos cosas que
inclusive nos disgusten como, por ejemplo, el no dormir o el no comer por el cumpli
miento de un deber o la realización de un valor superior. A nadie le agrada pasarse
una mala noche, pero si se hace eso por adquirir sabiduría se explica esta conducta.
Esto demuestra, pues, que hay determinadas valoraciones, de carácter objetivo, que
supeditan a nuestras tendencias y apreciaciones subjetivas.
4e En cuanto a la relatividad de los valores en el tiempo y el espacio, puede decirse que
la objetividad de los valores queda confirmada en cuanto a una época o un pueblo
determinados o para un individuo esos valores que él realiza tienen plena objetividad
y conforme a ello supedita su conducta y la de los demás.
LEGALES EDICIONES
REPRESENTANTES:
I 9.- ALEXIUS VON MEINONG.- Nació en 1853 en Lemberg (Galizia) y
jfc, murió en 1920. Fue profesor en la Universidad de Graz y allí fundó un
laboratorio de Psicología, ampliado luego a un instituto que, integrado
S|jJ||j¿}*r con su cátedra, se conoce con el nombre de Escuela de Graz. Es uno de
l° s primeros representantes del objetivismo sistemático. Recordemos
■ P lk S p " que, en un principio, anduvo por los caminos del subjetivismo pero
lls If c P k % que, posteriormente, se convirtió al objetivismo. Meinong decía que
no hay que confundir al objeto del conocimiento con el conocimiento
mismo: que una cosa es que podamos valorar los valores y, otra, qué son los valores en sí.
294
F il o s o f ía d e l D erech o
2®.- MAX SCHELER.- Es uno de los filósofos más carlsmáticos del mun
do contemporáneo. Nació en Munich en 1874 y murió en Frankfur:
en 1928. La intuición emocional de los valores lo caracteriza y defino
como uno de los dos mayores representantes de la Fenomenología. Es
quizá, el objetivista por excelencia: él nos da la más cabal explicaciói
de la tesis objetivista. Habiendo expuesto con anterioridad su pensa
miento, nos remitimos a lo ya dicho en lecciones anteriores.
Filósofo fecundo y vario, escritor prolífico; la Filosofía perdió a uno de los más grande
maestros de la Filosofía que ha conocido el siglo, Max Scheler, cuando más podía espera
de su genio.
3®.- NICOLAI HARTMANN.- Nació en Riga en 1882; después de estudia
Medicina se dedicó a la Filosofía, empezando su carrera docente er
la Universidad de Marburgo en 1909, continuándola, luego, en Colo
nía, Berlín y Gotinga, en donde falleció en el mes de octubre de 1950
Las influencias más importantes que recibió Hartmann fueron las de
Aristóteles, Kant, Hüsserl y Max Scheler, por eso es que su producciór
y todas sus doctrinas tienen gran parentesco con estos geniales pen
sadores.
Bibliografía fundamental.- Las principales obras de Nicolai Hartmann son:
Grundzuge einer Metaphysik der Erkentniss (Fundamentos para una metafísica del co
nocimiento, 1921).
Ethik (Ética, 1926. Existe una traducción castellana).
Die Philosophie des deutschen idealismus, 2 vol. (La filosofía del idealismo alemán
1923 y 1929).
Ootología- 4 vol.:
I- "Zur Grundlegung der Ontologie" (Berlín, 1934. Traducida al castellano en 1954
Ontología, I. Fundamentos).
II- "Moglichkeit und Wirklichkeit" (1837, Posibilidad y efectividad).
III - "Der Aufbau der realen Welt" (1939, La fábrica del mundo real).
IV. - "Philosophie der Natur- Abriss der speziellen Kategorienlehere". (Filosofía de le
naturaleza. Teoría especial de las categorías. Traducida en 1960).
V. - "Abriss der speziellen Kategorienlehre" (Conclusión. Traducida en 1960).
Neue Wege der Ontologie (La nueva Ontología, 1954).
Procedente de la Escuela de Marburgo, Nicolai Hartmann ha concitado la atenciór
mundial por sus brillantes investigaciones ontológicas, a tal punto que puede ser conside
rado como un innovador en la materia.4
Como lo señala en el prólogo a la primera edición de su Ontología, nos hallamos hoy
LEGALES EDICIONES
en medio de una vuelta a la problemática del ser.5 "¿Por qué debemos, en suma, retornar
4 Innovador en cuanto a la metodología analítica y problemática del ser en cuanto nos conduce a nuevas
perspectivas, sobre la vieja temática de Platón y Aristóteles: innovador en cuanto, con la ayuda del método
fenomenológico, descubre problemas que se les escaparon a los clásicos; aun cuando, contrario sensu, Mi-
chele Federico Sciacca haya sostenido que: “aún queda por construir la Ontología quizá incluso utilizando,
los análisis particulares de Hartmann, algunos de los cuales son verdaderamente profundos y magistra-
les”...Cfr. Sciacca: “La filosofía hoy”. T. I. pág. 280, 3“ edición, Barcelona, 1961. Entre nosotros el profesor
LUIS FELIPE ALARCO de la Universidad de San Marcos, el primero en exponer el pensamiento del gran
maestro de Riga, ha formulado algunas objeciones bastante discutibles a la metafísica de Hartmann. Cfr.
Luis Felipe Alarco: “Nicolai Hartmann y la idea de la metafísica”. Lima, 1950; págs. 77, 78, 79.
5 N ICO LAI H ARTM ANN: Ontología T.I. Fundamentos; pág. X V (Prólogo).
295
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
puede considerar la buena fe como mala, o el engaño y el fraude como honorables. Puede
ser ciego para los valores, pero esto constituye un asunto por entero diferente; en tal caso
no responde a los valores, y no los entiende en modo alguno".
4°.- FRITZ JOACHIM VON RINTELEN- El profesor von Rintelen nació en Stettin en 1898
y murió en 1979. Fue profesor de Filosofía en Bonn y en la Universidad de Maguncia.
Contratado por algunos años en la Universidad de Córdoba (Argentina), participó en el
XIII Congreso Internacional de Filosofía realizado del 7 al 14 de septiembre de 1963 en la
I 6
7
Id. T. I. Introducción, págs. i y 2.
Id. La nueva ontología; últimos párrafos, pág. 259.
296
F il o s o f ía d e l D erech o
Universidad Nacional Autónoma de México. Dicho Congreso tuvo cinco symposia, estando
destinado el tercero, exclusivamente, a la problemática de los valores (valor in genere y
valores específicos).
Las producciones filosóficas del profesor von Rintelen pueden dividirse en tres grupos:
el primero comprende el análisis del pensamiento filosófico de otros autores, entre los
que destacan su estudio sobre Eduard von Hartmann y el pesimismo en la Filosofía de la
Religión de la actualidad (Pessimistische Religions Philosophie der Gegenwart (E. von Hart
mann), 1924); sobre Ernst Troeltsch y la experiencia histórica (Der Versuch einer Ueberwin-
dung des Historismus bei Ernst Troeltsch, 1929); sobre Alberto el Magno y nosotros (Albert
der Deutsche und W\r, 1935); en fin, sobre Goethe como hombre de Occidente (Goethe ais
beadlandischer Mensch, 1945-1947).
El segundo grupo de obras de von Rintelen condene trabajos dedicados al problema
axiológico, entre los que destacan:
Die Bedeutung des philosophischen Wertproblems (Sentido de la problemática de los
valores, 1931).
Der Wertgedanke in der Europaischen, Geistesentwicklung I. Altertum und Mittelalter
(La idea de valor en el desenvolvimiento espiritual de Europa, 1932).
El tercer grupo, finalmente, se ocupa de nuestra situación espiritual contemporánea
y abarca una serie de meditaciones entre las que acaba de publicarse, felizmente traduci
da ya al castellano, su obra La finitud en el pensamiento actual y la infinitud agustiniana
(1959). Esta obra recoge gran parte de los estudios arriba mencionados y muestra las más
valiosas características del pensamiento de von Rintelen: profundidad metafísica, rigor
mental, sentimiento poético, afán de infinitud...
Para el profesor de Maguncia, la Filosofía debe estar vinculada con la época y, a la
vez, debe estar por encima de toda época. Las filosofías que se abandonan a la época,
a aquello que se ha venido a denominar, alguna vez, el mal du siécle, son filosofías se
cundarias, aquejadas de una falta de plenitud espiritual que no las deja trascender y las
limita a analizar lo efímero, lo temporal, lo finito. Tal es lo que sucede con la filosofía de
Fleidegger y la poesía de Rainer María Rilke, cuyo pensamiento se caracteriza por ser un
pensamiento de "finitud". El apego radical al mundo finito hace desaparecer lo sólido y lo
eterno. Así, con Heidegger, solo lo perecedero entra en nuestro campo de visión. La vida
es un ir "hacia la muerte". La esencia del hombre es su temporalidad, cuya expresión es
el sentimiento de la angustia.
Contra esta manera de pensar, contra estas limitaciones del espíritu, con la filosofía de
von Rintelen se plantea un vigoroso contraataque.
Inspirándose en San Agustín y en Goethe, von Rintelen nos incita a una meditación
personal, proponiéndonos nuevos criterios de comprensión a la luz de la teoría de los va
lores y de la infinitud agustiniana.
Según von Rintelen, el redescubrimiento de los valores del espíritu ilumina la existen
LEGALES EDICIONES
cia humana, despejando las tenebrosas filosofías de la angustia y del "ser para la muerte",
como sucede con las doctrinas de Martin Heidegger, cuyo pensamiento gira alrededor de
ciertos disvalores que tornan sombría la existencia.
Von Rintelen señala, junto con la angustia, el peligro, la muerte o la noche, la posibili
dad de una vida gozosa, de una plenitud diurna y de la alegría sustancial de vivir motivada
por la vivencia de los valores y la conciencia de la infinitud divina. Lo alegre tienen la pro
fundidad de lo claro, de lo liberador. Toda dicha nos remite a algo "valioso", y lo valioso en
el mundo parece desempeñar el papel de ángel que nos eleva y nos arranca de las tinie
blas. Pero, el descubrimiento de los valores a su vez nos remite a la plenitud ideal del valor
de todo valor, del valor de los valores que es Dios y que se expresa en el amor. "El amor A.
-cumbre de todos los valores personales- nos lanza hacia la patria eterna del espíritu". Los *
297
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
valores tienen, pues, consistencia objetiva y determinan, en el hombre que los capta y que
es su portador, su manera de ser y su mayor o menor confianza en el futuro.
I 8 RISIERI FRONDIZI: ¿Qué son los valores? Breviarios del Fondo de Cultura Económica; 1 “ ed„ México,
1958; pág. 28. Cfr. en la nueva edición el capítulo II, párrafo 4°
298
EL MÉTODO DE LA RAZÓN VITAL Y EL PENSAMIENTO DE ORTEGA Y GASSET
27
Representado por José Ortega y Gasset, sus discípulos y continuadores, agrupados en
torno a la llamada Escuela "Raciovitalista", la cual hoy día trasciende los ámbitos de la pura
hispanidad y, con mayor razón, los de la llamada Escuela de Madrid.1
El pensamiento de Ortega y Gasset,2 profesor de Metafísica en la Universidad de Ma
drid, engrandece el espíritu hispanoamericano dotándolo de aquella profundidad y de
aquella fe filosófica que tanta falta le hacían, y sin más recursos que un cabal empleo del
estilo y de la semántica profunda y vernacular que encierra el alma castellana.
JOSÉ ORTEGA Y GASSET nació y murió en Madrid y es, por así decirlo,
j| la reactualización espiritual y metafísica de las antiguas tradiciones fi-
« C _ jl. losóficas de España. En efecto; desde la muerte de Francisco Suárez,
acaecida en 1617, no se había vuelto a registrar en los anales de la
|. B c l . Filosofía española una mentalidad tan brillante ni un pensamiento tan
, Mit,. original como para descartar la convicción de que España no era más
S, H que una provincia intelectual de Europa o, a lo sumo, una buena plaza
colonial, pero inerte y receptiva, a donde se exportaban los productos
de la Filosofía griega y alemana. Por ello, el mérito de Ortega reside en haber operado el
milagro de la resurrección del alma hispánica, produciendo una filosofía nacional de ins
piración vernácula.
Como ha dicho Julián Marías en un estudio sobre la filosofía de Xavier Zubiri, "cuando
España llevaba tres siglos de ausencia filosófica irrumpió en su área intelectual Ortega, que
había de crear desde su propia filosofía y gracias a ella, un ámbito en que esta pudiera vivir.
Dentro de este ámbito ha vuelto a producirse, por segunda vez en tan corto plazo, la mani
festación de la más rigurosa actividad filosófica dentro de nuestras fronteras". Y Luis Reca-
sens Siches, estudiando la personalidad de Ortega, ha dicho que: "Nadie, absolutamente
nadie, contribuyó en tal altísimo grado a prestigiar la cultura española de nuestra época
como José Ortega y Gasset. Ya hacia 1925 circulaba en Alemania, usada por los más ilustres
proceres del pensamiento filosófico, la frase "das Spanien von Unamuno und Ortega", para
enaltecer lo mejor del pensamiento español. Y agrega "...se había descrito a Ortega corno
el hombre que mejor hablaba y escribía en castellano, como el mejor académico del mun
do entero, como uno de los más grandes filósofos de nuestro tiempo, como un magnífico
catador de todas las otras ramas de la cultura".
Nacido, como hemos dicho, en Madrid, un 9 de mayo de 1883 y muerto en la mis
ma ciudad el 25 de octubre de 1955. Ortega no ha dejado, aparte de un brillante grupo
de discípulos (entre los que merece destacarse a Manuel García Morenta, Xavier Zubiri,
José Gaos, Luis Recasens Siches, Antonio Rodríguez Huéscar, Manuel Granell, José Ferrater
LEGALES EDICIONES
Mora, Julián Marías, Pedro Laín Entralgo, Paulino Garagorri, José Luis Aranguren y otros
más no menos célebres), no ha dejado, repito, una obra de tratación sistemática de su
1 JULIÁN M ARIAS: La Escuela de Madrid, estudios de Filosofía española. Biblioteca de la Revista de Oc
cidente. Emecé Editores. Buenos Aires, 1959. En contra, cfr. Eduardo Nicol.- El problema de la Filosofía
hispánica. Editorial Tecnos, Madrid, 19 61; especialmente, pág. 62: “El orteguismo es, en México y en
Hispanoamérica una filosofía extraña y asincrónica”. Surgió en España “de una situación de crisis carac
terizada por el desaliento...”.
2 Además de las obras citadas anteriormente cfr. JULIÁN M ARÍAS, Historia de la Filosofía-, él mismo, La
Filosofía en sus textos, vol. III, págs. 529 y ss.: Manuel Granell, Ortega y su filosofía, Ed. Rev. de Occ. Ma
drid, 1960.
299
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
filosofía, sino un conjunto de ensayos y de obras menores, a través de las cuales fluye el
pensamiento, su método y sus puntos de vista.
Obras de Ortega.- Las más Importantes de ellas son:
Meditaciones del Quijote (1914).
El espectador, 8 vol. (publicados entre 1916 y 1934).
España invertebrada (1921).
El tema de nuestro tiempo (1923).
¿Qué son los valores? (1924).
Ni vitalismo ni racionalismo (1924).
Kant. Reflexiones de centenario (1924).
Las Atlántidas (1924).
La deshumanización del arte (1925).
Espíritu de la letra (1927).
La rebelión de las masas (1929).
Misión de la universidad (1930).
"Pedagogía y anacronismo" (publicado en Revista de Pedagogía, enero de 1923; inser
to en Misión de la universidad, pág. 69).
"En el centenario de una universidad" (Conferencia en el Paraninfo de la Universidad
de Granada, publicada en 1940 e inserta en Misión de la Universidad, pág. 79).
Sobre el estudiar y el estudiante (inserto en la ob. cit., pág. 99).
Sobre las carreras (ibíd., pág. 115).
Prospecto del instituto de Humanidades (ibíd., pág. 143).
Guillermo Dilthey y la idea de la vida (1933).
En el centenario de Hegel (1931).
Goethe desde dentro (1934).
En torno a Galileo (1933).
Historia como sistema (1935).
Estudios sobre el amor (1939).
Meditación de la técnica (1939).
Ideas y creencias (1940).
El libro de las misiones (1940).
Apuntes sobre el pensamiento: su teurgiaysu demiurgia (1941).
Del imperio romano (1941).
LEGALES EDICIONES
300
F il o s o f ía d e l D erech o
En el tema que estamos estudiando, la tercera posición respecto de los valores, nos
interesa, más que la propia doctrina axiológica de Ortega, expuesta en su opúsculo de
1924 ¿Qué son los valores?, el método general propugnado por el gran filósofo español, en
cuanto método que nos va a proporcionar la pauta para solucionar el impasse entre sub-
jetivistas y objetivistas. En efecto, su estudio mencionado acerca de los valores se inclina
a una decidida solución objetivista y scheleriana. En cambio, el método, su método de la
razón vital, nos lleva a una solución trascendental del problema en referencia.
Creemos necesario destacar la importancia del método, por cuanto, consideramos
que es esto, más que la solución final que se propugna, buena o mala, la que define y da
su colaboración propia y peculiar al pensamiento filosófico. Como dice Julián Marías al
empezar sus reflexiones finales a una de sus últimas obras (La Filosofía en sus textos, vol.
III, pág. 766): "La Filosofía, como hemos visto a lo largo de toda la Historia, es inseparable
de su método, y queda definida por él".
Pues bien; el método de la razón vital constituye el aporte decisivo de la filosofía de
Ortega y Gasset. Con ayuda de este método, creemos posible solucionar el problema de la
fundamentaclón de los valores.
Este método consiste, en lo fundamental, en una superación del objetivismo y del
subjetivismo o, dicho en otros términos, del realismo y del idealismo. Por la época en que
comienza a escribir Ortega -hacia 1904, aproximadamente-, campeaba el racionalismo
europeo acentuando el predominio del pensamiento sobre el objeto pensado y afirmando
la prioridad y primacía del sujeto sobre el objeto. Frente a estas pretensiones del subje
tivismo, Ortega comenzó a desenvolver su tesis programática de ir a una superación del
subjetivismo mediante una afirmación del "valor y sentido de las cosas", entendiendo por
tales el conjunto de situaciones y de circunstancias vitales que nos rodean y circundan. Así,
pues, lo exterior a nosotros es denominado, por Ortega, nuestra circunstancia vital. "Pero
tampoco se puede desconocer la realidad y presencia de nuestro yo ante las cosas, ante
nuestra circunstancia vital". No puedo hablar de cosas sin yo; pero tampoco de un yo sin
cosas. Yo no me encentro nunca solo, sino siempre con las cosas, haciendo algo con ellas;
soy inseparable de las cosas y si estos me necesitan, yo las necesito, a mi vez, para ser. "Yo
soy yo y mi circunstancia". Y no se trata de dos elementos -yo y cosas- separables, sino
que la realidad radical es ese quehacer del yo con las cosas, que llamamos la vida. Lo que
el hombre hace con las cosas es vivir. Por tanto, no hay prioridad de las cosas, como creía el
realismo-objetivismo, ni tampoco prioridad del vo sobre ellas, como opinó el subjetivismo-
idealismo. La realidad primaria v radical es el íntimo quehacer del vo con las cosas dentro
de esa totalidad que es nuestra vida.
Estas ideas de Ortega expuestas va en su obra de 1914 Meditaciones del Quijote cons
tituyen el argumento fundamental de su pensamiento filosófico v. a su vez, vienen a ser la
trama v el hilo conductor que nos habrá de llevar a una nueva fundamentación de los va
lores. En efecto, de acuerdo con el método orteguiano, consideramos que el fundamento
de los valores no puede establecerse únicamente sobre una base objetiva, pues, como ¡o
han puesto de manifiesto los autores subjetivistas, hay suficientes elementos y argumen
tos como para afirmar la existencia de ciertos factores de orden subjetivo en la captación LEGALES EDICIONES
de los valores. Pero también el subjetivismo parte de una posición unilateral. El error de
ambas posiciones consiste en tomar en consideración tan solo un aspecto de la cuestión.
Nosotros afirmaremos con Ortega: "Ni las cosas solas, ni el vo solo, sino el quehacer
del vo con las cosas". Hav un conjunto de circunstancias que determinan la captación de
los valores. La sociedad, la cultura, la época histórica en que vivimos son factores deter
minantes en nuestra apreciación de los valores. El medio v la circunstancia vital que nos
rodea influyen, pues, decisivamente, en nuestras estimaciones v apreciaciones axioiógicas.
Además de ello está el factor subjetivo; así, nuestra constitución caracterológica influirá,
en gran medida, en la apreciación de los valores. Por ejemplo, hay personas mayormente i.
propensas a la influencia ajena; hay también las personalidades psicopáticas y los diversos »
301
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
tipos de alineación mental que determinan, en la psicología del sujeto, una transformación
completa de las condiciones subjetivas para la captación del valor. La Criminología, por
ejemplo, tiene muy en cuenta estas condiciones especialísimas para la captación del valor.
Así, por ejemplo, hay determinados sujetos, los psicópatas y los locos morales, que tienen
una tabla de valores muy original. En ellos se produce, inclusive, una inversión o transmu
tación completa de los valores y, por ello, se ha hablado de un "daltonismo moral".
De manera, pues, que hay siempre, una determinada circunstancia o conjunto de cir
cunstancias subjetivas y objetivas que determinan la Índole peculiar del valor. El valor no
está ni fuera de nosotros, ni dentro de nosotros; no es ni puramente objetivo, ni puramen
te subjetivo, sino que está en una determinada relación del yo con nuestra circunstan
cia objetiva. Se trata, pues, de una determinada "situación relaciona!". Esta es la posición
adoptada por los discípulos de Ortega y por Risieri Frondizl.
Risíeri Frondizl ha adoptado también una posición trascendental. En el último capítulo
de su obra, tantas veces citada, considera que los valores están "en situación", más allá del
subjetivismo y más allá del objetivismo. Sus últimas palabras son estas: "Si se denomina
'situación' al complejo de elementos y circunstancias individuales, sociales, culturales e
históricas, sostenemos que los valores tienen existencia y sentido solo dentro de una situa
ción concreta y determinada" (ob. cit., pág. 136).
LEGALES EDICIONES
302
EL PENSAMIENTO DE LUIS RECASÉNS SICHES
28
Entre los discípulos de Ortega es sumamente interesante el punto de
vista adoptado por LUIS RECASÉNS SICHES, profesor de Filosofía del
Derecho en la Universidad Autónoma de México, quien también estu
vo entre nosotros, en octubre de 1957, con ocasión de dictar unas con
ferencias en la Facultad de Derecho de la Universidad de San Marcos.
El profesor Recaséns Siches ha expuesto brillantemente su pensamien
to en varias obras publicadas desde 1927, pero, especialmente, en su
última obra, titulada Tratado general de Filosofía del Derecho (1959).
El maestro Luis Recaséns Siches nació en Guatemala el 19 de junio de 1903, y murió
en México el lunes 4 de julio de 1977. Hizo sus estudios en Madrid, en donde fue discípu
lo de José Ortega y Gasset, en cuya filosofía de la razón vital se inspiró pero, además, se
inspiró en la filosofía de Brentano y en la Escuela Axiológica de Badén, con Windelband
y Rickert pero, además, también en la axiología de Max Scheler y de Nicolai Hartmann,
así como en el tridimensionalismo culturalista de Emil Lask y Gustav Radbruch, los gran
des maestros de la Escuela Sudoccidental alemana. Su pensamiento acusa, además, la
influencia de Del Vecchio, cuyas lecciones de Filosofía del Derecho tradujo al castellano
con brillantes adiciones, editadas en dos tomos por la Unión Tipográfica Editorial Hispa
noamericana (UTEHA, México, 1946). Se ha inspirado además en el pensamiento mar-
burguiano de Rudolf Stammler y, por supuesto, en el pensamiento normativista de Hans
Kelsen. Estas doctrinas las ha expuesto brillantemente en su Tratado general de Filosofía
del Derecho; también en su Panorama del pensamiento jurídico en el siglo XX (1963);
asimismo, en su Introducción al estudio del Derecho (1977); también en su Tratado ge
neral de Sociología (4§ ed., 1961); Vida humana, sociedad y Derecho. Fundamentación
de la Filosofía del Derecho (3- ed., 1952); Direcciones contemporáneas del pensamiento
jurídico. La Filosofía del Derecho en el siglo XX (1929); Experiencia jurídica, naturaleza de
la cosa y lógica razonable (1971), etc. Sus investigaciones escritas en castellano, alemán,
francés, inglés, italiano y portugués ascienden a más de 180 libros, que evidencian una
personalidad enciclopédica y un pensamiento que abarca todos los confines del Derecho
y la Filosofía.
A los 24 años de edad ganó por concurso la cátedra de Filosofía del Derecho en la
Universidad de Santiago de Compostela. De allí pasó a la Universidad de Salamanca,
donde cultivó la amistad de don Miguel de Unamuno. Luego concursó en la Universidad
de Madrid, en donde ganó brillantemente y por unanimidad la cátedra de Filosofía del
Derecho ante un jurado integrado por los egregios maestros don José Ortega y Gasset,
LEGALES EDICIONES
don Luis Jiménez de Asúa y don José Xirau, todos los cuales dieron fe de su erudición,
su talento y dominio de la materia, así como de su manejo del alemán, el francés y el
italiano.
Acaso avizorando los horizontes incendiados que provocaría la trágica Guerra Civil
Española, viajó a México y allí se quedó, en la Universidad Autónoma de México, desde
el mes de junio de 1937, cuando contaba 32 años, hasta el día de su muerte, el lunes 4
de julio de 1977, rodeado del afecto y la estimación de todos sus discípulos y colegas.
Yo tuve la suerte, el honor y el privilegio de escucharlo personalmente cuando visitó
nuestra gran Universidad de San Marcos, en donde dictó una serie de conferencias, al
término de las cuales tuvo la fineza de obsequiarme su libro, del cual es un testimonio
su dedicatoria:
303
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
Nueva filosofía de la
interpretación del Derecho
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304
F il o s o f ía d e l D erech o
tienen una consistencia objetiva; bien que esta objetividad no es de tipo abstracto; sino que
está incardinada dentro de la vida humana".1
Al hacer la pregunta, "¿quién debe realizar los valores?, habremos de contestar, desde
luego, que el hombre. Pues, de todos los seres que encontramos en el Universo, el hombre
es el único que entiende la llamada ideal de los valores, que es permeable al deber ser que
ellos llevan consigo y es capaz de orientar hacia ellos su conducta. La naturaleza, que es un
conjunto de mecanismos regidos por las conexiones de la causalidad, es sorda a la llamada
de los valores; está Inexorablemente prisionera de leyes que son ¡nafectables por los impe
rativos de los valores. Por el contrario, el hombre es el ser que entiende la llamada de los
valores y puede acomodar a ellos su comportamiento. El hombre es el elemento gracias al
cual el deber ser puede convertirse en una tendencia real actuante en los hechos. Y, así, el
hombre se nos ofrece como una especie de Instancia intermedia entre el mundo Ideal de
los valores y el mundo real de los fenómenos: escucha la llamada de los valores, y, a través
de su conducta, puede realizarlos o dejarlos de realizar. De esta guisa, el hombre actúa
como una instancia de transformación de la realidad, como un reelaborador de la misma,
desde puntos de vista estimativos.
"Así pues, resulta obvio que es el hombre la instancia de cumplimiento o Incumpli
miento de los valores. Y, por tanto, la pregunta ¿dónde se realizan los valores?, debe ser
contestada diciendo que los valores se realizan en la vida humana"2
"En conclusión, para el profesor español Luis Recaséns Siches los valores, al cobrar
actualidad y realizarse en la vida humana, trascienden a la mera posición objetivlsta y el
caduco subjetivismo. Los valores solo tienen sentido dentro de la vida humana, pero esto
no quiere decir que el hombre haya creado los valores. Lo que pasa es que en la teoría de
Recaséns Siches hay una profunda conexión entre los valores y la existencia humana. Por
esto, tal vez, me atrevo a calificar la doctrina del Prof. Recaséns Siches como una axiología
existencial".
Una posición antagónica a la adoptada por el Prof. Luis Recaséns Siches en lo que se
refiere a la fundamentaclón del valor es la adoptada por el jusfilósofo argentino CARLOS
COSSIO, creador de una teoría en la Filosofía del Derecho, que se ha denominado Egología
o Teoría Egológica del Derecho (de ego = yo y logos = tratado): posición, esta, ultrasubjeti-
vista en la Filosofía del Derecho y, también, subjetivista en lo que se refiere a la Teoría del
Valor. Páginas más adelante hago la exposición y crítica del pensamiento egológico, tema
que constituye otro de los grandes capítulos fundamentales del pensamiento filosófico y
jurídico contemporáneo.
LEGALES EDICIONES
1 LUIS RECASENS SICHES: Tratado general de Filosofía del Derecho ; pág. 71 ( ia ed., Editorial Porrúa,
México, 1959).
2 Al respecto, véase para ampliar, otras obras del mismo autor: cfr. Especialmente: Vida humana, sociedad y
Derecho; 3a ed., Editorial Porrúa, México, 1952 (2a ed., a cargo del E de C. E.) cfr. Además N ueva filosofía
de la interpretación del Derecho de: UTEHA, México, 1946. cfr. Además “La objetividad de los valores
condicionada por la vida humana y por sus situaciones” en el Symposium “Sinn und Sein” en honor del
Prof. Rintelen, Maguncia, República Federal Alemana, 1959.
305
LA TEORÍA DE LOS VALORES EN LA POSICIÓN CULTURALISTA
29
También se puede abordar el estudio de la fundamentación de los valores desde una
tercera posición, ecléctica y trascendental. Me refiero a la posición culturalista, según la
cual los valores son "espíritu objetivado", son "cultura" y, desde este punto de vista, son
objetos culturales. En este sentido son objetivos, para recalcar su radical contradicción con
la subjetividad. Ahora bien; se debe entender tal objetividad como inmanente a la cultura
que, a su vez, es una expresión de la espiritualidad del hombre y, como tal, está más allá
de cualquier posición objetiva o subjetiva. Aclarando conceptos decimos, en fin, que la
posición culturalista fundamenta a los valores en una dimensión metaobjetiva y metasub-
jetiva; el mundo de la cultura ha superado, totalmente, las discusiones entre subjetivístas
y objetivistas, asignándole el valor de una naturaleza espiritual y trascendental.1
La posición culturalista que ha dado lugar, inclusive, a una Filosofía culturalista. fue
desenvuelta merced a las brillantes elaboraciones de la Escuela Sudoccidental alemana
o Escuela de Badén, la misma que fue, junto con la Escuela de Marburgo. la dirección
predominante del Neokantismo alemán desde principios del siglo hasta 1914, aproxima
damente.2
Así, pues, fueron los principales representantes de la Escuela de Badén quienes, a par
tir de una primera distinción entre el mundo de la naturaleza y el mundo de la cultura, y
entre ciencias naturales y ciencias culturales, elaboraron una sistemática de la cultura por
medio de una referencia continua a los valores. Estos valores han sido considerados por
esta Escuela como realidades trascendentales, es decir, como realidades que estaban más
allá de cualquier concepción completamente objetivista o absolutista de los valores o en
teramente subjetivista de los mismos. De este modo, la Escuela de Badén logró, primero,
mediar entre las posiciones en conflicto y, luego, superándolas, tornó ociosa y anacrónica
la polémica. Entre los principales representantes de la Escuela de Badén que se ocuparon
de este problema debemos destacar, preferencialmente, a Heinrich Rickert, Wilhelm Win-
delband, Bruno Bauch, Emil Lask, Max Ernesto Mayer, Gustavo Radbruch, los tres últimos
destacados representantes de la Filosofía del Derecho.
Otros filósofos que se han ocupado, asimismo, de los problemas referentes a la cultura
en relación con las llamadas ciencias culturales, son: Alfred Weber en su Historia de la cul
tura (Kulturegeschichte ais Kultursoziologie, 1935; hay varias ediciones en español); León
Frobenius: La cultura como ser viviente (Paideuma. Umrisse einer Kultur und Seelenlehre);
Eduardo Spranger: Ensayos sobre la cultura; Max Scheler: "El saber y la cultura" (inserto
en su obra Metafísica de la libertad, 1960, pág. 133 y ss.); Johan Huizinga; El hombre y la
cultura (Der Mensch und dle Kultur, 1938); Erich Rothacker: Problemas de Antropología
LEGALES EDICIONES
cultural (1957); Ernst Cassirer: Zur Logik der Kulturwissenchaften (1942).
307
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
de Rickert descubren mucho aspectos insospechados, inesperados, que arrojan mucha luz
sobre la contextura y la dinámica de la cultura".5
"El problema de la cultura, tal como lo hemos esbozado, vemos que apenas comienza
a plantearse y que, para su total esclarecimiento, requerirá aún el esfuerzo plural y conti
nuado de unas cuantas generaciones de investigadores. Algunas de las más importantes
308
F il o s o f ía d e l D erech o
cuestiones que implica apenas han sido vistas hasta nuestros días. El problema de la com
prensión de los objetos culturales, el de los valores, que proporcionan su base a la aclara
ción de lo cultural, datan de ayer, por decirlo así, no llevan más de medio siglo de Indaga
ción consecuente, período extremadamente corto si se lo compara con los siglos a lo largo
de los cuales se han indagado otros problemas filosóficos, por ejemplo, el de la sustancia o
el de la causalidad. Y, con todo, la cuestión reviste aun mayor complejidad si se la pone en
función de otra que todavía no ha tomado en cuanto, y de la que no se puede prescindir".6
"Con el planteo de los problemas de la cultura en la Filosofía actual, se le abren nue
vos y dilatados horizontes. Indagadas largamente por el pensamiento tradicional (lo que
no quiere decir que están resueltas las cuestiones referentes a la naturaleza), se Inicia el
examen de un nuevo orden de temas, apasionantes y vírgenes; temas que no son los más
próximos y entrañables, los que más de cerca tocan a nuestra vida y a nuestro destino.
Nuestro país va reclamando su sitio entre los pueblos que trabajan en las grandes tareas
del pensamiento, y debemos esperar y desear que aporte su contribución a la profundiza-
ción y aclaración de estas cuestiones".7
La naturaleza trascendente de los valores, que está más allá de cualquier posición
unilateral en materia axiológica, se reafirma, pues, en la doctrina de Francisco Romero,
para quien "el valor viene a ser la medida de la trascendencia y por lo tanto de la efectiva
realidad del ser";8en efecto, "la trascendencia es para nosotros el ser mismo en su verdad,
en su vida".9Aceptamos, pues, la objetividad del valor; pero refiriéndola estrechamente a
la entraña metafísica de lo que es (cultura)" (véase lo que a propósito de cultura ha escrito
Francisco Romero en párrafos anteriores).
"Dividimos los valores en espirituales y no espirituales; llamamos a los primeros abso
lutos, en cuanto no consienten otros más altos, y a los segundos, relativos. Esta relatividad
de los valores no espirituales no debe entenderse en el sentido de subjetividad u ocasio-
nalidad, en el de cualquier variabilidad acarreada por motivos circunstanciales; significa
que comportan grados y matices en la magnitud y dignidad, sin que, por mucho que esa
magnitud y dignidad se eleven, lleguen a aparearse con los de los valores absolutos".
"Los valores espirituales son los absolutos, porque solo en el espíritu se da la absoluta
trascendencia. Los valores absolutos son realizados y captados por el sujeto espiritual en
actos espirituales, esto es, absolutamente valiosos. El sujeto espiritual capta también los
valores relativos en actos absolutamente valiosos. En situaciones especiales, de las que se
hablará después, el sujeto no espiritual puede realizar creaciones espirituales: esto es, el
acto, sin ser puramente espiritual puede obtener logros espirituales. Y a la inversa: el acto
espiritual puede obtener logros no espirituales. Esta aparente incongruencia se funda en
la diversidad de sujeto y cultura; la trascendencia para el sujeto consiste en la índole de la
intención, no en la calidad del resultado, mientras que el producto cultural es un resultado
subsistente por sí y válido Independientemente de las intenciones subjetivas que le dieron
origen".10
LEGALES EDICIONES
309
LA AXiO LO GÍA CIENTÍFICA DE ROBERT S. HARTM AN
311
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
6 La Lógica Modal ha sido desarrollada, principalmente por los estudios de GEO RG H. VON W RIGHT
en su obra A n essay in M odal Logic (North Holland Publishing Company; Ámsterdam, 19 51) y UL-
TRICH KLUG: Juristische Logik (en 19 6 1 se ha traducido al castellano por la Universidad Central de
Caracas, Venezuela).
7 Cfr. W ILLAR QUINE: E l sentido de la nueva Lógica. Ed. Nueva visión. Buenos Aires, 1958. Ferrater
Mora y Hughes Leblanc: Lógica Matemática.
312
LA TEORÍA EGOLÓGICA DEL DERECHO
313
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
para analizar el pensamiento jurídico, es tarea previa el saber Filosofía y conocer a fondo
el Derecho.
La esencia del pensamiento de Cossio radica en su postulado axiomático: el Derecho
es Conducta. Para desarrollar esta tesis el maestro partía de la teoría de la interpretación v
del análisis de la sentencia como acto jurídico fundamental.
En su libro La plenitud del ordenamiento jurídico, publicado por la editorial Losada (2?
ed¡., 1947; 1^ ed., 1939), sostiene que "no hay lagunas en el Derecho, pero sí las hay en la
LeyC (pág. 38).
"No hay lagunas porque hav jueces, es decir, viendo al juez como estructura Integran
te del ordenamiento jurídico, puesto que es el Juez quien Interpreta, y, precisamente, al
sentenciar" (pág. 62).
"Para nuestro punto de vista no hav lagunas, porque hav interpretación; o más exacta
mente, que no hav laeunas porque lo que hav es interpretación" (pág. 62).
"Esa estructura del Derecho, de la cual es un tramo la función jurisdiccional, es una
estructura totalizadora" ... "Ningún caso judicial cae fuera del ordenamiento jurídico, por
la sencilla razón de que no hay partes fuera del todo" (pág. 62 in fine y 63).
En su obra El Derecho en el Derecho Judicial (1945). el profesor Carlos Cossio ha des
envuelto brillantemente la Teoría de la Interpretación Jurídica. Este libro surgió con motivo
de un ciclo de conferencias dictadas en julio de 1944.
Al presentar al conferencista, el Juez del Crimen en Buenos Aires, doctor Laureano
Landaburu (h), pronunció las siguientes palabras:
"La Interpretación judicial de la ley constituye, sin duda, uno de los problemas funda
mentales del Derecho, cuyo carácter constante e ineludible para el juez en cada caso so
metido a su decisión, no se discute más en la actualidad. Las viejas doctrinas que tendían
a evitar la Interpretación de la ley como un medio de impedir su aplicación extensiva y la
arbitrariedad de los jueces, han sido ya definitivamente abandonadas en virtud de haberse
demostrado que la resolución judicial no se adopta contra la ley o fuera de ella, sino, pre
cisamente, dentro de la ley y que no es posible dictar normas legislativas, por casuísticas
que sean, que no dejen algún margen de apreciación".
Pero el referido problema tiene, además de ese carácter constante e ineludible, la
siguiente particularidad, destacada por Carlos Cossio, y es la de dejar al jurista que lo in
vestiga librado a sus solas fuerzas, pues ordinariamente la ley no establece cómo se la ha
de interpretar ni prescribe como legítimo ningún método en particular.
Tales dificultades pueden ser apreciadas con toda evidencia en la práctica, con solo
leer cuidadosamente cualquier colección de fallos judiciales. En efecto: frente a un caso
concreto, el juez debe interpretar la ley. Si existen con respecto al punto discutido pre
cedentes judiciales más o menos análogos, el magistrado, a veces por comodidad o por
exceso de trabajo, hace fe en la interpretación dada anteriormente y resuelve su caso en el
mismo sentido. Pero si el asunto ofrece interés y no existen precedentes judiciales, o aun
LEGALES EDICIONES
habiéndolos, si el juez desea fallar con plena conciencia y conocimiento, entonces trata de
desentrañar la llamada 'voluntad de la ley' manejando un abundante material interpreta
tivo. Busca los antecedentes históricos de la norma, las opiniones de los parlamentarios
que intervinieron en su sanción, recopila la legislación comparada y la doctrina nacional y
extranjera, analiza la letra de la ley y su conexión o armonía con otras dispocisiones legis
lativas, estudia el bien jurídico tutelado por aquella y hasta las consecuencias sociológicas
que pueden derivar de las distintas soluciones posibles.
Esto explica cómo es posible que un mismo Tribunal observe actitudes contradictorias
al interpretar conceptos de la misma clase y que mientras en ciertas hipótesis se afana por
mantener vivo el deseo de los autores y la ley, en cambio, en otras hipótesis, desdeña la
f opinión del legislador para adecuar la ley a las necesidades del momento en que vive. Pero
314
F il o s o f ía d e l D erech o
estos no son los únicos escollos. Hay muchos más, entre los cuales merece señalarse el su
puesto no poco frecuente de que el resultado obtenido por el juez no esté de acuerdo con
su ideal de Justicia, en cuyo caso solo le queda la alternativa de aplicar con repugnancia la
ley, o de sentirse émulo de Magnaud y apartarse a sabiendas de ella.
Esquematizado así el panorama ofrecido por la experiencia judicial, se advierte sin
esfuerzo que el juez más erudito, el más inteligente, el de más penetrante sentido jurídico,
está expuesto a naufragar en su intento de interpretar adecuadamente la ley por carencia
de un método correcto y del conocimiento de los principios sistemáticos que rigen la ma
teria. Y esa carencia se explica, sin desmedro de la prepararción científica del juez, porque
ese método y esos principios no se encuentran en las ramas particulares de la ciencia jurí
dica, sino en la Filosofía del Derecho.
La precedente comprobación y el reconocimiento práctico de aquellas dificultades,
hizo nacer en un grupo de magistrados y funcionarios de la Justicia de la Capital, la ¡dea de
organizar un cursillo de Filosofía Jurídica, que nos suministrara, a la luz de las más moder
nas teorías, aquel conocimiento tan necesario y también la plena conciencia del papel que
cumple el juez en el Derecho. Lanzada la idea, no hubo vacilaciones acerca de la persona
a quien debíamos encomendar el ciclo de conferencias. Ella no podía ser otra que Carlos
Cossio, no solo por sus títulos sobresalientes y porque a sus afanes se debe en parte prin
cipalísima el actual resurgimiento filosófico en nuestro país; sino, también, porque des
de hace años se dedica, precisamente, al estudio de los problemas que hoy nos acucian,
habiendo dado origen sus desvelos, a una verdadera teoría filosófica sobre los métodos
Interpretativos.
"Aclarado así, dejo en posesión de la tribuna al profesor Carlos Cossio".
Buenos Aires, 13 de julio de 1944.
LAUREANO LANDABURU1
(Juez del Crimen de la Capital Federal)
"Antes que nada, quiero cumplir con una cuestión de previo y especial pronunciamien
to: es la de agradecer al doctor Landaburu las amables frases que acaba de pronunciar:.."
(Siguen las palabras de rigor que la tradición académica exige para todo conferencista).
"La razón del éxito de esta reunión reside en el tema general elegido: el Derecho en e!
Derecho Judicial" ... "Para quienes administran justicia, este examen de conciencia significa
un retorno a la Filosofía del Derecho.
"He creído Indispensable ¡nielar este cursillo explicando las ideas filosóficas de la épo
ca contemporánea, descubiertas, difundidas y fundamentadas por las figuras más egregias
de la Filosofía actual; y que además son de un interés directo y de una fecundidad tangible
para aclarar los problemas del Derecho, en particular este que a todos nos reúne: el pro
blema de la interpretación judicial de la ley.
LEGALES EDICIONES
"La primera de esas ¡deas filosóficas se Inspira en las investigaciones de EDMUNDO
HÜSSERLy se conoce en Filosofía con el nombre de la teoría de los objetos.
l En mi estudio tituiado “Fundamentos de Derecho Penal”, publicado en la revista Juris, editada por el Pro
grama Académico de Derecho de la Universidad de San Marcos, 1982, pág. 16, he dicho que “el concepto
de estructura pertenece a uno de los más recientes capítulos de la Filosofía contemporánea”. El primero
en plantear este concepto en el campo del Derecho Penal fue LAUREANO LANDABURU, en un estudie
titulado justamente “El delito como estructura”, publicado en la Revista de Derecho Penal, año I, 1945
número 3, págs. 429-482. Mérito grande el de Laureano Landaburu fue el de desarrollar este concepto
estructural, no obstante las disidencias del profesor Jiménez de Asúa, prejuiciado contra las concepciones
totalitarias del delito por haber triunfado estas durante la época del Tercer Reich alemán.
315
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
"Tenemos, pues, en primer término, que elucidar qué se entiende por objeto, ya que
toda ciencia tiene un objeto a conocer''.2
"Las investigaciones de Hüsserl nos llevan a distinguir cuatro familias de objetos".
"En primer lugar tenemos los objetos ideales".
"Estos objetos son aquellos de los que tratan la Matemática y la Lógica; por ejemplo,
el triángulo o la estructura del juicio".
"Los objetos ideales son irreales".
"Los objetos ideales son neutros al valor".
"Los objetos naturales son aquellos que son estudiados por la Física, la Zoología, la
Botánica, etc." ... "los objetos naturales tienen existencia" ... "están en la experiencia" y
"son también neutros al valor".3
"Un tercer grupo de objetos es estudiado por las ciencias culturales; son aquellas cosas
que hace el hombre actuando según valoraciones"... "Por ejemplo la famosa Venus de Milo".
"Los objetos culturales tienen existencia, están en la experiencia y son valiosos".
"Hay una cuarta familia de objetos que son los objetos metafíslcos: tienen existencia,
no están en la experiencia y, además, son valiosos. El caso típico para poner de ejemplo,
sería el de Dios".4
"Dijimos que los objetos culturales son reales: tienen existencia; están en la experien
cia, están en el tiempo; pero además son valiosos. Y allí está el problema. Respecto del
Derecho, ya SAVIGNY comprendió las dos primeras cosas; pero en lo que concierne a la
última, el jurista tiene que pagar un fuerte tributo a la Filosofía contemporánea".
"Los objetos culturales se caracterizan por tener un substrato y un sentido que se de
nomina comprensión. Dilthey dice al respecto: explicamos la naturaleza, comprendemos
la cultura".
"Podemos definir la comprensión diciendo que es un ver con la inteligencia un sentido,
pero poniéndolo al propio tiempo que se lo ve" ... "la comprensión se parece a la intelec
ción en cuanto es un ver con la inteligencia; pero se diferencia en cuanto es ver un sentido
que se lo pone al propio tiempo que se lo ve".5
"Cuando el juez dicta sentencia ejercita un conocimiento por comprensión; el juez
va a partir de las circunstancias que forman el caso, luego vivenciará el sentido él mismo;
volverá después a considerar el caso para ver si el predibujo de la sentencia se acomoda
al sentido de la ley; volverá después al sentido que vivencia a través de las normas, desta
cando acaso algún detalle de los hechos que no había tenido en cuenta antes; una vez más
regresará al caso y sus circunstancias, quizás valorando otro precepto legal pero siempre
ya con un mayor afinamiento del sentido jurídico del caso; y así, en una forma circular,
pasando de los hechos al sentido de conducta de estos hechos, el juez se va formando su
¡dea, por comprensión, de lo que es el sentido del caso".6
"De lo que acabamos de decir resulta que el problema de la interpretación judicial de
LEGALES EDICIONES
la ley, que implica un conocimiento por comprensión de los sentidos jurídicos (por ejem
plo, el sentido de la justicia), no se parece en nada a la famosa teoría del silogismo judicial,
divulgada con error metodológico por los autores cuya filiación intelectual viene del siglo
pasado, en el sentido de que la ley fuera la premisa mayor, las circunstancias de hecho la
2 CARLO S COSSIO: El Derecho en el Derecho Judicial, Editorial Guillermo Kraft, Buenos Aires, 1945,
pág. 19.
3 Ob. cit., págs. 22-23.
4 Ob. cit., págs. 24-25.
4 5 Ibíd, págs. 33 y 35.
w 6 Ibíd, pág. 38.
316
F il o s o f ía d e l D erech o
El tiempo existencial.- "Y por último, en forma breve, nos referimos a la tercera de ¡as
ideas filosóficas contemporáneas que tiene un interés fundamental para hacer Filosofía
del Derecho: el problema del tiempo existencial".
"El tiempo es la dimensión o el factor definitorio de todo aquello que nosotros llama
mos real en sentido propio e indiscutible".
"Ahora bien, si el Derecho pertenece a la realidad, se impone elucidar el nexo que
puede haber entre el Derecho y el tiempo. Justamente aquí es donde la Filosofía contem
poránea, por intermedio de dos de sus más augustos príncipes, Bergson y Heidegger, ha
LEGALES EDICIONES
llegado al descubrimiento del problema del tiempo existencial, aunque no diremos que en
forma virginal, porque ya en la Edad Antigua hubo quienes lo avistaron (Plotino, San Agus
tín); pero son estos dos filósofos contemporáneos quienes han hecho de ese problema el
tema de su filosofía".
317
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
en un punto".
"El método exegético".
"Gény ha echado a perder el alcance de esta palabra englobando en la Escuela de la
Exégesis a todos sus predecesores, lo que no es correcto. Este método exegético se carac
teriza porque hace sinónimos la ley y la intención del legislador que la sancionó; pero son
318
F il o s o f ía d e l D erech o
conocidas las dificultades que presenta esta identidad que postula el método exegético.
Por ejemplo, si la ley se sanciona en un cuerpo colegiado y los votos están divididos, ¿qué
significan, respecto de la interpretación de la ley aquellos votos de la oposición que son,
sin embargo, necesarios para integrar el quorum? Se presentan, asimismo, dificultades en
los casos conocidos en que los legisladores, al estar disciplinados en grupos políticos, solo
asienten a lo que el gobierno del partido determina, sin saber siquiera de qué se trata".161 7
"De manera que existe un conjunto de inconvenientes teóricos intrínsecos a este mé
todo exegético. Pero, por otra parte, este método no está confirmado universalmente por
la vida del Derecho en los tribunales de los países civilizados, porque sabemos que el juez
resuelve con acierto a veces en contra de la intención expresa del legislador".
Casi simultáneamente con este método exegético, que se jalona con los Comentaristas
del Código de Napoleón, en Francia, y que tanto influyó en la República Argentina, apare
ce también el método dogmático, en sentido estricto. Este método se caracteriza porque
hace a la ley sinónima de una significación; no ya sinónima de un hecho real, sino que con
sidera que la ley, una vez sancionada, se desprende del legislador y tiene en cierto sentido
una existencia propia. A esa significación trata de explicitar el método dogmático, primero,
como la ratio legis que se extiende y apoya en ¡a concordancia sistemática de todas las
disposiciones; luego, al llegar a mediados del siglo XIX, se hace más vigorosa la noción de
finalidad de la ley, siendo así su finalidad la ratio legis-, y después, se entronca en este mé
todo la noción evolutiva, con aquella idea de Saleilles de la evolución histórica. Nombres
como los de SAVIGNY, JHERING y SALEILLES, jalonan la historia de este método, y bastará
referirme a ellos para comprender la importancia que el mismo puede haber tenido.
Es claro que estas tres etapas del método dogmático no son etapas lógicamente su
bordinadas, de modo que una vez producida la segunda desapareciera la primera, sino que
pueden coexistir representantes de las tres formas; en Saleilles hay la evidente sensación
de que el Derecho tiene temporalidad: cuando habla de la evolución histórica, plantea
la exigencia de que la ley se temporalice; solo que siendo la del Derecho una ciencia del
deber ser, esta temporalidad no sirve mucho por la sencilla razón de que lo que debe ser
no se funda en lo que será.
"En la época contemporánea, algunos discípulos de Hüsserl han hablado de la posioi-
lidad de utilizare/métodofenomenológico para el Derecho".0
"El método fenomenológico sostiene que cualquier figura jurídica tiene una especie
de núcleo contituido por verdades de razón; núcleo esencial, habría de inferirse, que po
dría servir de punto de apoyo para la interpretación de la figura concreta. Así, por ejempio,
algunos de estos autores, como ADOLF REINACH, dicen que la circunstancia de que el pago
extingue la promesa, es una verdad de razón que no la sancionó el legislador positivo; ella
es como una verdad matemática".
"Sin embargo, es evidente que este método, si fuera llevado a la interpretación, aun
que fuera manejado mejor de lo que lo han hecho REINACH y SCHAPP, no es suficiente
para el problema del juez, porque el juez no resuelve el caso con el núcleo esencial sino que
LEGALES EDICIONES
necesita llegar a la realidad; necesita un procedimiento de individuación que lo coloque de
lleno en los hechos; y con este método nos quedamos todavía lejos de la individualidad".18
"También corresponde señalar la famosa tentativa de GÉNY, llamada método de la
libre investigación científica. En Gény hay una mezcla de exégesis y metafísica".
En efecto, es común ver que en el prólogo o en las primeras páginas de ciertos libros,
sus autores hacen, como discípulos, un cálido elogio de Gény, pero luego, cuando entran
16 Ibíd, págs. 1 1 1 - 1 1 2 .
17 Ibíd, pág. 113 .
18 Ibíd, págs. 1 1 3 in fine y 114 .
319
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
a las figuras positivas del Derecho, la libre investigación no aparece por ninguna parte,
habiéndose quedado por lo tanto en pura exégesis.
"A este respecto, Gény acepta la tradición grecoescolástica y dice que hay un núcleo
jusnaturalista metafísicamente dado, que es la fuente de la libre investigación científica
que el jurista debe investigar".19
"Estos son los métodos más importantes que aparecen en la historia de la ciencia ju
rídica durante el siglo XIX y comienzos del XX y corresponde destacar que ellos surgen en
la historia del Derecho en forma espontánea, debido a sus insuficiencias prácticas, porque
cada método fracasa en el propósito de origen común a todos ellos. Efectivamente, todos
estos métodos tienen un programa que no lo cumplen en los hechos".20
"De allí que ante la insuficiencia con que ellos se presentan en la realidad práctica,
vayan surgiendo en forma espontánea otros métodos para reemplazarlos.
"En este sentido hay un movimiento que, por gran paradoja, es antimétodico y que
sin embargo integra este moviemiento de los métodos. Me refiero a la llamada Escuela del
Derecho Ubre, que es antimetódica y en la que todo queda librado a la conciencia del juez:
las sentencias deben depender solo de la conciencia del juez. Es claro que el científico tie
ne que sentir una decidida alarma y rechazar esta postura de la Escuela del Derecho Libre,
porque ella importa hacer desaparecer nada menos que la seguridad jurídica, quedando la
ley reducida a poco menos que nada".21
"Los principales expositores de la Escuela del Derecho Libre sostienen que las sen
tencias pueden clasificarse en tres grupos: sentencias que resuelven con arreglo a ley,
sentencias que resuelven en defecto de la ley y sentencias que resuelven en contra de la
ley. Y el hecho de que ellos hicieran de las sentencias que resuelven en contra de la ley su
capítulo fundamental, hace ver cómo esta gente... comprendió que había que dar marcha
atrás ante la resistencia que encontraron en la teoría".22
"Todavía, como lo más moderno, tenemos que recordar la Teoría Pura del Derecho de
Hans Kelsen. Para Kelsen, la interpretación de la ley es un fenómeno ametódico; no dire
anti pero sí ametódico, porque la interpretación consiste en escoger, dentro de un marco
de posibilidades, alguna de ellas, por un acto de voluntad del juez. De manera que Kelsen
presenta el problema de la interpretación de la ley como el señalamiento de un marco
de varias posibilidades, por lo menos de dos. Aquí pareciera que se fuera a reproducir
en pequeño la historia de la Escuela del Derecho Libre, porque algo decisivo depende de
la descisión del juez. Hay que preguntarse, entonces, frente a esta posición kelseniana,
¿cómo elige el juez la especie dentro del género legal?" ... "Sobre esto la Teoría Pura del
Derecho no nos dice nada".23
"Justamente en este punto se inserta la solución de la Teoría Egológica".
"Lo singular respecto de aquellas dos últimas posiciones, la Escuela del Derecho Libre
y la Teoría Pura del Derecho, es que una es antimetódica y la otra es ametódica".24
Llegado a este punto voy a pasar a daros cuenta de la que, acaso, es la obra fundamen
LEGALES EDICIONES
tal del profesor Carlos Cossio. Me refiero a La Teoría Egológica del Derecho y el concepto
jurídico de libertad (2- ed., 1964; la primera edición de este libro se publicó por la Editorial
Losada en 1944). Las citas que siguen a continuación corresponden a la segunda edición
en referencia.
320
F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
"Pero algo debo decir sobre el ligamen de continuidad entre Kant y Hüsserl" ... "Es in
dudable que al cotejar la obra de dos grandes pensadores, quien los compara puede llegar
321
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
"Todo autor escribe no solo desde la altura espiritual alcanzada por el tiempo histórico
en que vive, sino que también en una cierta actitud. Para el jurista occidental esta actitud
fue definida por Savigny ya en 1803 cuando escribió su Tratado de la posesión y acentuada
más tarde al asumir la jefatura de la Escuela Histórica, en razón de que deriva el menester
del jurista hacia un nuevo cauce, a saber: conocer el Derecho como verdad empírica, es de
cir, el Derecho que es y tal cual es, sobre la base de la ontologización del Derecho positivo.
Tal es la actitud científica frente al Derecho, que los juristas no han dejado de refirmar ni
322
F il o s o f ía d e l D erech o
un instante desde Savigny hasta nuestros días. Tal es también la actitud de que participa e
presente libro, como se notará desde la fenomenología de la sentencia que lo encabeza".
"La ciencia del Derecho -nuestra ciencia dogmática con su conocimiento normaíivc
según hoy puede ya apreciarse-, como intención definida y esfuerzo reiterado, nace, pues
condicionada por la ontologización del Derecho positivo".
"Parece que queda en jaque la ¡dea de trasmutar la Filosofía del Derecho en Filosofí;
de la ciencia del Derecho, en cuanto que esto supondría una ciencia jurídica ya constituida
y el esfuerzo de los juristas aborta en una ciencia frustrada; Kant pudo hacer una filosofí;
de la Matemática y de la Física porque tuvo los sistemas de Euclides y de Newton come
fuente de problemas y campo de verificación".34
"Sin embargo, la dificultad no es insuperable. Ya nos hemos referido a la noción kan
tiana de 'idea' como a una de las grandes notas definitorias de la continuidad entre Kan :
y Hüsserl. Pues bien, es Hüsserl precisamente quien ha hecho ver que la Filosofía de I;
Ciencia no trabaja en rigor con la ciencia, sino con la idea de ciencia en el sentido kantiano
pues la ciencia se constituye, como todo objeto, sobre su esencia inmanente y la esenci;
de ciencia es aquella ¡dea. Así, el mismo Kant habría venido a trabajar, sin saberlo, sobre
las ideas de ciencia matemática y de ciencia física".
"La Teoría Egológica aborda el problema del Derecho -ya desde la fenomenología de
la sentencia- con la inquietud científico-jurídica nacida en el siglo XIX, la cual inquietud
aunque no alcanzó a efectivar ciencia, se mueve con la idea de ciencia dogmática. ¿Cuál e:
la idea? Explicitarla es la tarea del presente libro".
"La Teoría Egológica no pretende inventar el Derecho ni la decisión judicial, ni crea ■
nada nuevo en uno u otra. Pretende tan solo esclarecer por explicitación qué es, en ver
dad, lo que hace el Juez; las ideas científicas del siglo XIX contienen error al darnos la teorí;
de aquel fenómeno jurídico".35
"Con el conjunto de reflexiones que hasta aquí se han efectuado, se entenderá pues
por qué, en el prefacio de la primera edición, se decía lo siguiente: Tengo para mí que le
Filosofía del Derecho tiene casi toda su tarea por hacer. La circunstancia del nacimiento
en el siglo pasado, de ese tipo de conocimiento que los juristas llaman ciencia dogmáticc
del Derecho es, a mi juicio, un hecho decisivo para la reflexión jusfilosófica. A sí como le
ciencia físico-matemática fue el gran tema de la crítica kantiana, así creo yo que la ciencic
dogmática tiene que ser el tema en cuyo torno gire la Filosofía del Derecho. Y si la obre
de Kant tiene algo inconmovible, es porque operó sobre una ciencia constituida que le
servía de firme punto de partida. Por eso resultan tan vacías e infecundas las filosofías de'
Derecho que no son Filosofía de la ciencia del Derecho; y por eso fracasa constantemente
la tentativa de una Filosofía jurídica escolástica, empeñada en remozar ideas jusfilosófica:
que se originaron mucho tiempo antes de que la dogmática naciera. El ajuste entre ciencic
y Filosofía presupone la existencia de la ciencia porque la Filosofía trabaja sobre la ciencia
y no a la inversa; y solo cuando la Filosofía reflexiona sobre la ciencia puede abrigarse It
esperanza de que el conocimiento filosófico le resulte de algún provecho al científico. Acast
la mentada vuelta a Kant, de que tanto se alardeó en 1870, recién se esté cumpliendo er
LEGALES EDICIONES
nuestros días al advertir que Kant trabajó con intuiciones puras y al comprender que propu
so una metafísica existencia!. De cualquier manera es gracias a Kant, comenzando tan des
de el comienzo como él, que no ha de aceptarse como válida ninguna Filosofía del Derechc
constituida antes de que existiera la ciencia dogmática o prescindente de esta ciencia".36
"Antes de cerrar este prefacio debo enmendar también una visible deficiencia de I;
edición primitiva concerniente al vocablo epónimo de la doctrina, 'egológico' y 'egología
323
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
habrían de sonarían sorpresiva y desusadamente al oído de los juristas, que acaso la mera
palabra fuera por anticipado un obstáculo para toda aproximación simpática".
Egología (de ego: yo y de logos: conocimiento) significaba tanto como conocimiento
del yo.
Para decir verdad, con el adjetivo egológico se me solucionaban dos problemas, uno
terminológico y otro conceptual. El problema terminológico consistía en que me era in
dispensable un adjetivo que correspondiera al sustantivo 'sujeto'. Si de acuerdo a la con
cepción egológica el Derecho es conducta y el objeto del conocimiento dogmático es la
conducta en interferencia intersubjetiva".37
''Encontrándome siempre con el sujeto actuante como objeto a conocer, necesitaría a
cada momento el adjetivo correspondiente a sujeto. Etimológicamente este adjetivo está
dado por el vocablo 'subjetivo'. Pero el desarrollo del pensamiento filosófico ha gravitado
de tal manera sobre el vocablo 'sujeto' y, en sentido divergente -y con mayor vigor aun-
sobre el adjetivo 'subjetivo', que hoy en día este adjetivo tiene múltiples acepciones, to
das ellas independientes ya de su correspondiente sustantivo. Imagínese la confusión que
hubiera acarreado decir Teoría subjetiva del Derecho. Casi lo mismo hubiera ocurrido si,
derivando del substantivo 'persona' más o menos como acaba de hacerlo Niño Nava con su
'Juspersonalismo', hubiera dicho Teoría personalista del Derecho. Es así que la necesidad de
permanecer al margen de todas las resonancias filosóficas sedimentadas hoy en el adjetivo
'subjetivo', al par que la necesidad de recurrir a la calificación originaria que a este vocablo
corresponde, me llevó al vocablo 'egológico' de flamante y exclusivo cuño. El problema con
ceptual era más delicado y el vocablo 'egológico' lo resolvía con irreemplazable justeza, en
cuanto que se hace gramaticalmente cargo de que en el Derecho algo es lo que es solo cuan
do se conoce qué es lo que es. Así, nadie es ladrón mientras el juez no lo condene por ello".
"La Teoría Egológica sostiene que la norma solo es un concepto apto para mentar la
conducta como conducta en tanto que esta es el objeto del conocimiento jurídico y que
este concepto integra sin embargo la propia conducta de la que él mismo hace mención.
Esto significa, diciéndolo con otras palabras, que la conducta se integra con el pensamien
to de sí misma, aunque por cierto, se requiera una conducta reflexiva para que este pen
samiento de sí misma llegue a ser un conocimiento de sí misma. En esta tesis, acaso por
su novedad, hay algo difícil de entender. Que la conducta ya cosificada, en cuanto serie de
sucesos acaecidos en el mundo y aprehendidos entitativamente en su existencia bruta,
sea algo susceptible de hacerse un objeto de conocimiento, es cosa de la que no se puede
dudar en presencia de la tarea que cumplen la Historia, la Sociología y la Psicología".38
"La conducta como conducta, en su fieri que es un factum de libertad, pueda también
convertirse en un objeto de conocimiento y que el pensamiento, sea, además, una parte
integrante de la propia conducta. Tal vendría a ser, como proyecto temático, el pensamien
to de sí misma que integra la conducta se g ú n la idea egológica".
"Ni la Sociología jurídica, ni la Historia jurídica, ni la Psicología jurídica son ciencia
dogmática del Derecho".33
"En un primer momento se entendió que la ciencia jurídica es normativa porque su
LEGALES EDICIONES
ministra normas".
"En un segundo momento se llegó a entender que la ciencia jurídica es normativa
porque conoce normas".
"Acontecimiento decisivo que hoy llega a culminación con Hans Kelsen: comienza la
crítica gnoseológica de la ciencia jurídica".40
324
F ilosofía del D erecho
"El Positivismo filosófico fue muriendo lentamente a medida que moría el siglo; con
ello se seca la fuente donde la Escuela Exegética hubiera podido abrevarse y el racionalis
mo dogmático va a quedar dueño de todo el campo continental, a la espera de la crisis,
poderosa pero insuficiente a la vez, que le produciría la Sociología, ya desde su propio seno
(Derecho libre, Heck y la jurisprudencia de intereses, etc.), ya desde las ruinas de la Escuela
Exegética (Gény, Duguit, Hauriou), ya desde la crisálida del historiclsmo refugiado en el
mundo anglosajón (Holmes, Pound, etc). Pero en ese lapso la crítica gnoseológica de una
ciencia jurídica racionalista, hoy todavía entre nosotros dominante, ha avanzado sin tregua
para afirmar con decisión que la ciencia jurídica es normativa porque conoce normas, no
porque las suministra".
"Como un tercer momento llega hoy la Teoría Egológica a entender que la ciencia jurí
dica es normativa porque conoce mediante normas; no porque conoce normas, ni porque
las suministra, sino porque conoce mediante normas la conducta humana en su interfe
rencia intersubjetiva".41
"El problema de la interpretación jurídica, y en especial el de la interpretación judicial,
se presenta en la actualidad como una inquietud vernácula y espontánea en todo el con
tinente latinoamericano".
"La interpretación de las leyes es obra judicial".42
"Interpretación de las leyes procesales en vez de hablar de la ley procesal en el proble
ma de la interpretación o de la interpretación en el Derecho Procesal".43
"Desde que la Teoría Egológica ha conectado el problema de la interpretación jurídica
con el problema filosófico del conocimiento, hay un hecho Irremediable al que el jurista
no puede escapar. Es ese hecho que señala con elocuencia el prefijo 'pre' cuando usamos
palabras tales como prekantiano, prehusserliano, precolombino. Así habrá a este respecto
juristas preegológicos cada vez que se hable de la interpretación jurídica prescindiendo de
la problemática de la Teoría del Conocimiento".44
"Ya no es posible hablar de la interpretación jurídica desconectándola de la problemá
tica filosófica del conocimiento sin incurrir en superficialidad, debido al decisivo reconoci
miento egológico de que esa interpretación es conocimiento".
"Acaso convenga insistir sobre este punto para dejar las cosas bien en claro, pues las
perspectivas de la situación son contadas y precisas. La Teoría Egológica ha conectado la
problemática filosófica del conocimiento con la interpretación que ejercita el jurista al co
nocer; esto es un hecho Irremediable para todo jurista".45
"La Teoría Egológica considera que la ciencia dogmática del Derecho es una ciencia
de realidades, por lo tanto una ciencia de experiencia; solo que de experiencia cultural
o humana y no de experiencia natural o causal. El racionalismo cree que el objeto a co
nocer por el jurista son las normas, con lo cual la ciencia dogmática sería una ciencia de
objetos ideales. El empirismo, a la inversa, se opone a esta idealidad del Derecho y acepta
su realidad interpsicológica, de modo que el conocimiento jurídico se fundamentaría en
LEGALES EDICIONES
lo que la experiencia psicofísica revela, pues el empirismo no reconoce otro contacto con
la experiencia que la Intuición sensible (externa o interna) que nos sirve para conocer la
naturaleza; con lo cual el conocimiento jurídico disolvería el conocimiento de su dato por
su remisión a otro hecho, sea el hecho en que la norma se origina, sea el hecho en que la
norma se aplica: allí, por ejemplo, interpretando una ley por la intención real de quienes la
41 Ibíd, pág. 3 3 -
42 Ibíd, pág. 3 8 .
43 Ibíd, pág. 3 9 -
44 Ibíd, pág. 4 1 -
45 Ibíd, pág. 42.
325
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
"En contra del Historicismo jurídico, la Teoría Egológica considera que, siendo el De
recho conducta y la conducta siendo libertad, la experiencia jurídica a que ha de atender
el jurista no está en la Historia, sino en su propia vida presente en cuanto que solo en el
LEGALES EDICIONES
326
F il o s o f ía d e l D erech o
que tendría pasado, presente y aun futuro. Esto ya no es Historia, sino Metafísica. La His
toria, para la ciencia, solo es pasado. Y por mucho que las apetencias del presente estén
condenadas a amasar su masa con las aguas del pasado, la Metafísica historicista cae sin
réplica, doblegada por la Metafísica existencial de la libertad, con solo considerar que todo
lo histórico entró a la Historia por la estrecha puerta del presente; con lo cual el pasado,
a pesar de ¡a arrogancia rectora que le asigna el Historicismo jurídico, lejos de provenir
indefinidamente en la línea recta desde atrás empujándonos por la retaguardia, toma su
medida, en rigor, a partir de un centro ajeno a su recorrido, que le impone un movimiento
curvilíneo de cerrado horizonte. Por eso la Teoría Egológica, para desviarse del Historicis
mo jurídico, insiste en que el presente no es Historia, en cuanto que metafísica mente la
trasciende y la sobrepasa con el plus de creación posible inherente a la libertad".52
"Y como esta exposición tiende no solo a destacar las novedades con que la concep
ción egológica enriquece la teoría jurídica, sino también a mostrar su fecundidad para el
jurista, ha de ser una exposición en concreto; es decir, una exposición que esté tan próxima
a la labor que desenvuelve el jurista práctico (juez o abogado), que pueda servirle inme
diatamente para conocer mejor qué es lo que él hace" ... "Por esto se ha elegido como
caso ejemplar para la exposición egológica, el tema de la sentencia judicial, que es no solo
concreto e inmediato para todo hombre de Derecho, sino también el más dramático v
decisivo, sea que se lo mire desde la teoría, sea que se lo mire desde la práctica. Ya que la
sentencia judicial se ofrece como el fenómeno jurídico por antonomasia, ningún hecho es
más indicado que ella para la eooié fenomenolóeica".53
"Hemos de ver que la sentencia como hecho es la conducta del juez interfiriendo
con la de las partes, con el sentido axiológico conceptualmente formulado en las normas
procesales".54
LA INSERCIÓN ONTOLÓGICA DEL JUEZ EN EL DERECHO. LA PSICOLOGÍA JUDICIAL Y EL
ANÁLISIS DE LAS VIVENCIAS EMOTIVAS DEL JUEZ.-
"El Derecho es el propio hecho del juez. Pero, en conexión con esto lo que ahora no
puede desatenderese es que el Juez es plenariamente un hombre, un hombre de carne y
hueso, como los demás con quienes convive; y que el hombre que el juez es no se cons
tituye con su aislada existencia, sino con la dimensión coexistencia! que lleva en su ser".55
"Mediante la intuición emocional, queda al descubierto cuánto y cómo entra en la
constitución del fenómeno jurídico todo el mundo axiológico que vive en el espíritu del
juez. Precisamente cabe a Jerome Frank la gloria de haber insistido sobre este punto con
más rigor, con más valentía, con más profundidad que nadie y, por cierto, con sobrada
razón. La ciencia jurídica racionalista no disponía de oios para este problema. Pero tam
bién la ciencia jurídica empirista mantúvose cerrando los oios, a pesar de su dirección in
tencional hacia la experiencia jurídica porque prejuicios causalistas tomados de la ciencia
física, por un lado, y por otro, errores gnoseológicos de conceptuaron provenientes de la
propia Historia del Derecho (Teoría de las fuentes del Derecho, etc.), llevaron a concebir
la experiencia jurídica como determinada por la génesis de la regla de Derecho, en vez de
explorarla directamente en la aplicación de esta.
LEGALES EDICIONES
"Pero desde 1930 Jerome Frank viene insistiendo, con razón, que si se habla de expe
riencia jurídica, esta no consiste en nada distinto de lo que se da de presencia, de modo
que la existencia del Derecho se determina por su aplicación en los tribunales; con lo cual
el punto de partida empírico se ubica en la grada más baja de la pirámide jurídica, en vez
de colocarse en las gradas más elevadas y altas".56
327
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
"La siguiente frase es definitoria en el análisis de lerome Frank: también las simpatías
y antipatías del juez respecto de los testigos de un pleito son igualmente operantes. Su
propio pasado puede haber creado mayores o menores reacciones hacia las mujeres o
hacia las mujeres rubias, o hacia los hombres barbudos, o hacia los sudistas o italianos o
ingleses, o hacia los plomeros, o hacia los sacerdotes, o a los compañeros de la universidad
o a los afiliados del Partido Demócrata. Alguna mueca facial, o tos, o gesto puede desper
tar recuerdos penosos o placenteros. Aquellos recuerdos del juez del juicio, mientras está
escuchando a un testigo con semejante mueca facial o tos o gesto, puede afectar la aten
ción auditiva inicial del juez, o el subsiguiente recuerdo, respecto de lo que dijo el testigo
o del peso o credibilidad que el Juez asignará al testimonio... Muchas de estas influencias,
sin ninguna duda, son desconocidas para cualquiera excepto para el juez. Y a la verdad, el
juez mismo frecuentemente no tiene conciencia de ellas" (Jerome Frank: Courts on tria!,
pág. 151). La misma frase corre en Law and the modern mind (p. 106), que es del año
1930; y ello no está solamente referido a los testigos sino también a los abogados y a los
litigantes.P
"Frank se ha quedado sin criterios científicos para saber cuáles motivos deben ser
motivos suficientes de una sentencia para que esta aparezca con fuerza de convicción. Y en
esto está todo el asunto, a saber: presentar la fuerza de convicción de una sentencia como
doctrina metódica de la verdad jurídica".5 58
7
"Es claro que al talento jurídico de Jerome Frank no se le podía escapar del todo que e!
nudo de la cuestión estaba en saber cuáles motivaciones judiciales deben ser las motiva
ciones suficientes de una sentencia. Él mismo roza implícitamente el tema cuando protes
ta, con razón, por la forma caricaturesca con la que han presentado sus ideas ciertos juris
tas livianos. 'Muchos estudiosos, en vez de prestar una consideración seria a este asunto,
recurren a la burla. Amontonando absurdamente a la par todos los elementos irracionales,
ilógicos, y describiéndolos como el estado de la digestión del juez, estos estudiosos hablan
risueñamente, a menudo, de jurisprudencia gastronómica. Bajo el título de perturbacio
nes gastronómicas no se pueden englobar todas las irracionalidades de los jueces... Desde
luego, nadie, salvo por broma, ha propuesto jamás explicar todas o la mayor parte de las
decisiones en términos de las perturbaciones digestivas de los jueces. A pesar de ello siem
pre tiene un profundo efecto la condición emocional o física de un juez'" (Jerome Frank:
Courts on tria!, págs. 161-162).59
"En esta fundada protesta contra la liviana desnaturalización de una idea profunda,
está patente el reconocimiento de que hay motivaciones judiciales con intrínseca fuerza
de convicción y otras que carecen de ella. Precisamente el error de Jerome Frank está en
haber clausurado totalmente el acceso científico a esa distinción jurídica en razón de haber
proyectado la experiencia jurídica como un tramo de la experiencia de la naturaleza".60
"Para esclarecer la inmanencia oncológica del juez en el Derecho hay que tener pre
sente que el juez es un hombre de carne v hueso, con ello se pone en primer plano la hu
manidad del juez. Este es el mensaje que Jerome Franck documenta con inigualable rigor
LEGALES EDICIONES
científico. Por eso resulta grávida de consecuencias para la intuición emocional del juez la
siguiente frase de Jerome Frank: 'La creencia del juez respecto de los hechos emerge del
impacto de numerosos estímulos, incluyendo entre estos las palabras, gestos, actitudes
y muecas de los testigos sobre su peculiar personalidad; esta personalidad, a su vez es
un producto de numerosos factores, incluyendo sus padres, su educación, sus profesores
v compañeros, las personas que ha encontrado, la mujer con quien se ha casado (o con
328
F il o s o f ía d e l D erech o
guien no se ha casado), sus hijos, los libros v artículos que ha leído' (Jerome Frank: Courts
on tria!, pág. 152)".61
"En el punto a que hemos llegado, crítico para el empirismo de Jerome Frank, la inma
nencia ontológica del juez en el Derecho se esclarece decididamente con la fundamental
investigación de proyección eeológica de Werner Goldschmidt titulada La imparcialidad
como principio básico del proceso. Esta investigación encaja de lleno en el problema del
canon del sujeto cognoscente a que antes nos hemos referido, iluminando por dentro todo
su alcance axiológico. Pues no bien se la proyecta sobre ese problema, esta investigación
alcanza una totalidad de proyecciones que acaso su propio autor no haya sospechado".62
"Goldschmidt distingue, con razón, entre partialidad (ser parte) y parcialidad (ser par
cial). El juez es parte del proceso jurisdiccional; y lo es necesariamente. Pero ser parte no
significa que haya de serlo con parcialidad; solo significa que participa con una ineludible
toma de posición. Renace sobre una nueva base el viejo asunto de la imparcialidad del
juez. La imparcialidad no quiere decir que el juez está situado fuera de la controversia,
como se entendió secularmente por el intelectualismo jurídico en un mundo extraño v
ajeno a aquel sobre cuya configuración va a decidir precisamente con el acto que ejecuta
re. Por el contrario, la imparcialidad que se reclama del juez denota a las claras que el juez
ocupa un lugar privilegiado dentro de la controversia misma. La imparcialidad solo da el
calificativo axiológico de ese lugar canónico.
"La imparcialidad es, en la esfera emocional, lo que la objetividad es en la órbita in
telectual" (Discurso de recepción de Werner Goldschmidt como Miembro de Número del
Instituto Español de Derecho Procesal. Madrid, 1950. Coincidimos así con Víctor Faverio
quien, comentando este trabajo de Goldschmidt, dice: "independientemente, pues, de su
contribución para la doctrina de la dualidad de ordenamientos jurídicos y de la existencia
en el Derecho Procesal -como fase dinámica del Derecho- de categorías nuevas y propias,
en relación con el Derecho Material, se puede plantear el problema de saber si las valiosas
consideraciones del profesor Werner Goldschmidt deberán limitar su reflejo a la relación
procesal, o si no se da la imparcialidad, cuando es comprendida como un concepto para
lelo o derivado de la seriedad de la vida, una exigencia general del Derecho, uno de sus
principios fundamentales, sea en el aspecto procesal, sea en el aspecto material"). Golds
chmidt ha dado aquí con la expresión más precisa y adecuada para aludir a la neutralidad
que define la tarea científica, pero es un puro prejuicio creer que no hay neutralidad axio-
lógica dentro de la Axiología, y que la neutralidad significa evadirse del mundo que se juzga
para contemplarlo desde afuera. Más correcto es hablar de dos neutralidades diferentes,
la del espectador y la del protagonista, pero ambas igualmente adecuadas para definir ¡a
tarea científica dentro de las peculiaridades propias de la esfera de cada cual. Lo indudable
es que un juez inhumano va no es un juez imparcial: v el juez se vuelve inhumano no solo
si es un reaccionario en el mundo del Derecho, sino también cuando vive en ese mundo
con la insensibilidad de una estatua v el automatismo de una máquina (por eso resulta tan
formidable este pasaje del gran juez de la Suprema Corte de los Estados Unidos, Benjamín
Nathan Cardozo, en su célebre prolusión The nature of the judicial process (pág. 133):
"existe una antigua leyenda de que Dios oraba cierta vez y su oración era: que sea mi
voluntad que mi justicia esté regida por mi clemencia. Esta es una oración que nosotros, LEGALES EDICIONES
todos, necesitamos pronunciar cuando el demonio del formalismo tienta al intelecto con
la seducción de un orden científico").63
Las doctrinas que anteceden impresionaron profundamente a los juristas de todo el
mundo por la profundidad del análisis, la audacia extraordinaria de sus conclusiones y lo
dilatado de sus perspectivas. Así lo sostuvo el profesor Luis Loreto, el patriarca de la Es-
329
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
cuela Procesalista venezolana en una reseña al pensamiento jurídico del profesor Carlos
Cossio. Como estamos viendo, según Cossio, el Derecho en tanto que objeto egológico es
distinto de la norma jurídica. Según el profesor Luis Loreto: "Todo investigador realmente
serio y responsable debe despojarse de sus idola theatri "para tratar la materia estudiada
con objetividad y pulcritud de método".64
"La sentencia que pone Schiller en boca de Franz Moor en Los bandidos, según la cual
el Derecho pertenece al más poderoso, y nuestras leyes son los límites de nuestra pujanza,
no podía, ciertamente, ser colocada por la teoría egológica en los labios de un juez. Basta
ría este trabajo del maestro argentino para demostrarlo"... "Solo quien escrute con devo
ción serena y silenciosa los misterios del cosmos y la integridad de su propia vida, en noble
y desinteresado afán de superación científica, está colocado en posición de descubrir el
sentido recóndito de la existencia y las creaciones eternas del espíritu".65
(Luis Loreto. Caracas, 25 de mayo de 1948. Citado por Carlos Cossio como anexo en la
págs. 319-325 de su libro Teoría de la verdad jurídica).
Llegado a este punto, debo dar cuenta, con brevedad, del otro gran libro del maesto
Carlos Cossio: Teoría de la verdad jurídica (1954).
Dedicado al gran juez Laureano Landaburu y al profesor Esteban Ymaz, este libro ofre
ce el punto central de la investigación egológica sobre el Derecho, y contiene las conferen
cias dictadas en febrero de 1952 en la Universidad Autónoma de México; y dice así: "Mis
argumentos se apoyan exclusivamente en los hechos; me parece que allí está la fuerza
de la Teoría Egológica y su poder de expansión. Pues debo declarar que no me interesa
la Filosofía del Derecho; me interesa únicamente la Filosofía de la ciencia del Derecho.
No quiero decir que me desligo de la Metafísica, porque el hombre mismo es un animal
metafísico, como ya dijera Aristóteles. Esto solo quiere decir que mi interés filosófico no
apunta a la nebulosa... sino al fenómeno concreto que es el que preocupa al jurista" (pág.
9). "Aunque la mayor parte de mi análisis se refiere a la sentencia, aquí explico con lujo
de detalles cómo este juez maneja efectivamente una ley para poder hacer, al final de
cuentas, lo mismo que hace un juez del Common Law con tanta simplicidad. Ningún ju
rista angloamericano dejará de ver al juez del Common Law como el telón de fondo de
sus análisis. Y sobre este telón de fondo resalta por todas partes su experiencia jurídica"
(pág. 11).
"Esta ambición de universalidad es inherente a toda teoría, sin duda. Pero hay teorías
jurídicas que llegan a negar los hechos, tratando de presentarlos como una ilusión cuando
esos hechos no encajan en sus desarrollos construccionistas... Pero hay otras teorías que
no sacrifican los hechos, sino que se apoyan constantemente en ellos. La Teoría Egológica
pertenece a estas últimas, y creo que dentro de esta intención alcanza un grado de univer
salidad y de coherencia hasta ahora desconocidos..." (pág. 15).
"La afirmación de que la ciencia dogmática del Derecho es una ciencia normativa es
una de aquellas que gozan de firme predicamento" ... "Según unos, la ciencia del Derecho
es normativa porque suministra normas" (pág. 19).
LEGALES EDICIONES
"Sin embargo, respaldada por la gran obra de crítica epistemológica que caracteriza
al pensamiento filosófico del último tercio del siglo XIX, poco a poco va afianzándose la
opinión de que la ciencia del Derecho es normativa porque conoce normas; no porque las
suministra. Se ha hecho clara la idea de que la ciencia no se estudia a sí misma; de que la
ciencia examina objetos que no son ella misma; de que la actitud científica es contemplati
va y neutral respecto de los objetos que investiga y de que, por lo tanto, la ciencia suminis-
64 LUIS LORETO: Reseña al pensamiento de Carlos Cossio que figura como “Anexo” a la obra Teoría de la
verdad jurídica del gran maestro de la Escuela Egológica, págs. 321, 323, 325, Editorial Losada, Buenos
Aires, 1954.
65 LUIS LORETO: Ibíd, págs. 323-325.
330
F il o s o f ía d e l D erech o
tra conocimientos pero no suministra el objeto que conoce. Esta nueva posición culmina
en nuestros días con el nombre, verdaderamente olímpico, de Hans Kelsen" (pág. 20).
"A primera vista, estas dos significaciones de ciencia normativa parecen cerrar un hori
zonte completo donde no cupiera una tercera posibilidad: o la ciencia dogmática del Dere
cho es ciencia normativa porque suministra normas; o lo es porque conoce normas"... "La
Teoría Egológica del Derecho da, de la expresión 'ciencia normativa', un tercera versión:
la ciencia jurídica es ciencia normativa porque conoce su objeto mediante normas" ... "El
objeto a conocer por el jurista sería la conducta humana" (pág. 20).
"Con esta tercera versión podrá apreciarse desde un comienzo la intención renovado
ra de la Teoría Egológica del Derecho y el rango al que aspira en el ámbito en crisis de las
ideas jurídicas. La Teoría Egológica del Derecho no ha nacido como una ocurrencia aislaaa,
desconectada de todo entronque con la historia de la ciencia jurídica. Por el contrario, ella
recoge una problemática científica universal; también creo que ella toma esa problemática
desde una mayor hondura que lo que hasta ahora se ha hecho" (pág. 21).
"Desarrollo inicial de la ciencia jurídica - Federico Carlos de Savignv, que sus primeros
contemporáneos definieron por la posición adversa de sus ideas frente al problema de
la codificación v que, luego, con mavor hondura, fue comprendido como el creador de la
gran escuela jurídica que puso fin a las pretensiones científicas de la escuela del Derecho
Natural, hizo todavía algo más importante: Savignv advirtió el significado ontológico del
Derecho Positivo. Savignv percibió, por primera vez, con claridad completa, la existencia de
una experiencia jurídica: s u p o que esa experiencia era de tipo histórico: v comprendió que
el conocimiento científico del derecho solo podía basarse en esa misma experiencia. La
propia Escuela Histórica, en resumidas cuentas, no era nada más que la primera respuesta
que se ensayaba sobre esa nueva base científica" ... "La ontologización del Derecho Positi
vo da a Savignv el titulo de fundador de la ciencia dogmática v sigue siendo todavía el único
punto de partida para el conocimiento científico del Derecho" (págs. 21-22).
"A Savigny, es cierto, le bastó la circunstancia de que se tuviera experiencia del Dere
cho Positivo para proceder a su ontologización, y para comprender el fundamento empí
rico del conocimiento jurídico, como lo exige todo conocimiento de realidades. En esto,
a través de Hugo, era deudor de Kant, que había enseñado que nuestro conocimiento no
podía tener otra fuente que la experiencia. Acaso hoy, en forma rigurosamente ontológica,
se pueda radicar más hondo la positividad esencial del Derecho. Ha de reconocerse que
la intuición jurídica de Savigny excedió holgadamente la base gnoseológica del kantismo".
"La expansión universal a que estaba destinada la intención científica de aquel jurista
genial echó a andar de inmediato" (pág. 23).
"Este paso hacia el racionalismo jurídico fue dado ya por el propio Savigny con un
despliegue monumental. Savigny extraviaba así la ruta hacia la ciencia, por él mismo des
cubierta. Lo que por aparato científico ya había presentado en 1803 en su Tratado de la po
sesión, aparece en su Sistema de Derecho Romano actual en forma muchas veces retocada
por la posteridad, pero todavía no superada. Precisamente la articulación que Savigny da al
LEGALES EDICIONES
problema de la interpretación de las leyes, con ser la más antigua, todavía es la más presti
giosa y la más utilizada por los juristas. Todas las teorías europeas posteriores apenas son
retoques con que se ha querido mejorársela" ... "No puede despistarnos el hecho de que
volcara su trabajo sobre el Derecho Romano, cual si esto desvirtuara su racionalismo lógico
e hiciera de s u ciencia una ciencia historicista. Pues él va al Derecho Romano según lo ex
plica en La vocación no porque él lo creyera vigente, ni porque lo considerara un Derecho
Natural sancionado, sino por el carácter científico que encuentra en el modo de razonar
de los jurisconsultos clásicos. Es decir, porque ellos razonaron sobre un Derecho Positivo
y con argumentos exclusivamente intelectuales. Reconoce que su ciencia es deficiente, al
señalar la imperfección de sus definiciones, pero trabajan sobre los hechos captándolos en
toda su historicidad. Este modelo de pensamiento no podía encontrarse entre sus contení- i.
poráneos iusnaturalistas. Este modelo de pensamiento facilitaba su tarea. Savigny podía ¡i
331
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
mostrar dogmáticamente sobre el Derecho Romano, mejor que en ninguna otra parte,
que el Derecho es un fenómeno histórico. Era un campo de experiencia para la abstracción
científica" ... "y aquí se ve su racionalismo lógico, pues fue al Derecho Romano a buscar
conceptos fundamentales y principios jurídicos de validez universal" ... "Su creencia episte
mológica era la de que el Derecho fenoménico derivaba con necesidad de tales conceptos
básicos. El objeto es histórico, pero el conocimiento de este objeto es racional, no histo-
ricista. Esta ciencia es programa en La vocación y obra en el Sistema. Ibañez de Aldecoa,
que ha meditado luminosamente a Savigny, dice: cuando la Escuela Histórica investiga las
instituciones romanas, el saber jurídico se hace ciencia". ... "Para ser ciencia del Derecho,
nada mejor que operar el fecundo campo del Derecho Romano. La elección no es ligera, el
método histórico no podía encontrar material más adecuado que un Derecho con vigencia
de trece siglos" (pág. 26).
"El racionalismo jurídico desencadenado por Savigny se posesiona incontrarrestable
de la ciencia alemana del Derecho. Con el Jhering del Espíritu del Derecho Romano, la si
tuación se ha volcado irrevocable, y las pretensiones del Racionalimo se muestran en toda
su plenitud. La significación fundamental de Jhering consiste en que sus investigaciones
sobre la construcción jurídica enseñaban que todas las figuras jurídicas empíricas pueden
reducirse a construcciones jurídicas y, con ello, que cualquier trozo de la experiencia jurídi
ca puede ser llevado a la teorización. Desde aquí, es decir, desde la posibilidad de construir
teorías jurídicas para cualquier institución, a la petición de una teoría única para toda esa
experiencia jurídica, susceptible de ser teorizada fragmentariamente en todas sus partes,
no media más que un paso".
"Luego viene la ilustre Escuela de los Pandectistas que, con Planck, culmina dando a
luz al Código Civil alemán de 1900" ... "Y así el objeto a conocer por el jurista son las nor
mas" (pág. 27).
LA CRISIS DE SOCIOLOGIZACIÓN:
"Se acusa al racionalismo dogmático en Alemania de que no logra describir la expe
riencia jurídica según pretende" ... "Por la propia espiritualidad contenida en el Historicis-
mo podría creerse que, en este ámbito, la virulencia de la protesta científica habría apa
recido atemperada. Pero no fue así: con claridad superlativa, se advirtió de pronto que el
Derecho era un fenómeno social de viviente realidad y que tanto la dimensión social como
la viviente no conseguían su adecuada representación descriptiva en las teorías racionalis
tas. empiristas e historicistas".
"Así, encabezada por Phillip Heck, e invocándose la sombre postrimera de Jhering.
nace en Alemania en 1886 la Escuela de la Jurisprudencia de Intereses, como una gran
escuela que agrupa lo más graneado de las nuevas generaciones (Rümelin, Fuchs, Stóll.
Müller-Erzbach) y que al doblar el siglo tienen en jaque perpetuo al pensamiento tradicio
nal a pesar de su posición dominante. El contacto con lo social es nítido v definitorio en la
Jurisprudencia de Intereses; su apetencia por lo viviente es categórica..." (pág. 33).
"El Derecho es, desde este punto de vista, el producto de los intereses... la verdad
LEGALES EDICIONES
fundamental desde la cual debemos avanzar, es que cada mandato del Derecho perfila
un conflicto de intereses; se origina a partir de una lucha entre opuestos intereses y se
presenta como si fuera la resultante de estas fuerzas opuestas. Esto vale sin excepción"
(pág. 34).
"Huelga agregar que en todo esto se reconoce la función creadora de los jueces dentro
de los marcos trazados por la legislación, y si, todavía se considera que a la par de este gran
esfuerzo doctrinario, explota en 1906 la Escuela del Derecho Libre (Kantorowicz) y aparece
en 1913 la Sociología Jurídica (Ehrlich), ambas con la misma apetencia por lo social v por
lo viviente, y ambas de tremenda repercursión, se podrá apreciar recién debidamente la
magnitud de la crisis en que se debatía el Racionalismo jurídico en el mundo alemán" (pág.
f 34 in fine y 35).
332
F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
juristas, la verdad de los filósofos de que el Derecho es cultura" (pág. 45).
C rític a de la T e o ría P u ra d e l D e re c h o
Del 2 al 25 de agosto de 1949 el profesor Hans Kelsen, quien por entonces enseñaba
en la Universidad de Berkeley (California), fue invitado a dar un ciclo de conferencias en
la Universidad de Buenos Aires. Dichas conferencias y la controversia que ellas suscitaron
han sido publicadas en el libro Kelsen-Cossio: Problemas escogidos de la Teoría Pura del
Derecho. Teoría Egológica y Teoría Pura (1952).
En la página 83 de este volumen, dijo Cossio: "El magno acontecimiento espiritual que
la reciente visita de Hans Kelsen ha significado para los juristas argentinos y, en general, A
para los juristas de habla española, nos obliga a ir tamizando, desde ahora, los resultados »/
333
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
FILOSOFIA DEL D ER E C H O , P ¿¿
Según Cossio, el balance de estas conferencias arrojó las siguientes conclusiones:
l 9) "El axioma ontológico. Kelsen declaró su total adhesión al planteamiento egoló-
gico que concierne al principio "todo lo que no está prohibido, está jurídicamente
permitido".68 En la página 38 del volumen del que estamos dando cuenta, dijo Kelsen:
"Es la teoría egológica de Cossio la primera que ha mostrado la importancia teórica del
mencionado principio, a saber: que todo lo que no está jurídicamente prohibido está
jurídicamente permitido".
29) "La Lógica del deber ser. No menos categórico fue el pronunciamiento de Kelsen acer
ca del carácter lógico-formal del nexo imputativo o cópula del deber ser. En la cuarta
conferencia se le oyó decir que, en este sentido, la Teoría Pura del Derecho era Lógica
y solamente Lógica".69
"Pero en el drama de Buenos Aires, el papel polémico habitual de Kelsen quedó in
vertido: por primera vez Kelsen ha estado en una polémica a la defensiva. Aquí, Kelsen
ha aparecido como el antifilosófico, como el ciego para los puntos de vista vigentes en los
actuales tiempos filosóficos, y a cuyo contacto se desenmascaraba en retraso la marchita
lozanía de su horizonte intelectual del mundo jurídico".70
"El problema ontológico del Derecho tenía atenazado a Kelsen en su cotejo con la Teo
ría Egológica. La pregunta sobre si el Derecho, en tanto que objeto a conocer por la ciencia
jurídica, era o no era conducta, flotaba en el ambiente con penetrante perfume, y Kelsen
no podía eludirla. La afrontó en sus conferencias de la Facultad con una ambigua solución
de compromiso, recurriendo a su vieja división entre estática v dinámica del Derecho tal
como la ha presentado rejuvenecida en su General theorv of Law and State". Y dijo con
visible eclecticismo:
"El Derecho, estáticamente considerado, es norma: las normas en cuanto que deter
minan la conducta, pero solo las normas y nada más que las normas. En cambio, el Dere
cho dinámicamente considerado es conducta: la conducta en cuanto está determinada por
las normas, conducta que sin esta referencia normativa no sería Derecho".71
"La Teoría Egológica rechaza totalmente esta distinción, en primer término, porque
con su dual afirmación destruye la unidad del objeto de conocimiento".72
"LA CRÍTICA ECOLÓGICA.- Kelsen sufrió la crítica de su tesis la noche del 15 de agos
to, después de cenar en mi casa, y la tarde del 16 de agosto, en una conversación de
LEGALES EDICIONES
mesa redonda en la Facultad, donde él salpicó el diálogo con algunas boutades. Comen
cé recordando la necesidad epistemológica de la unidad del objeto de conocimiento
66 KELSEN-COSSIO: Problemas escogidos de la Teoría Pura del Derecho. Teoría Egológica y Teoría Pura,
pág. 83, Editorial Guillermo Kraft, Buenos Aires, 1952.
67 Ob. cit., pág. 84.
68 Ob. cit., pág. 88.
69 Ob. cit., págs. 89-90.
70 Ibíd, pág. 98.
71 Ibíd, págs. 146-47.
72 Ibíd, pág. 147.
334
F il o s o f ía d e l D erech o
como exigencia científica inexcusable: una misma ciencia no puede conocer dos objetos
heterogéneos",73
Crítica de la Teoría Egológica dei Derecho.- La Teoría Pluridimensional del Derecho:
Aun cuando el profesor Cossio sostiene que la Teoría Egológica del Derecho se des
pliega sobre una fenomenología existencial de la cultura, no llega a plenitud a desarrollar
dialécticamente las vastas dimensiones del mundo de la cultura.
Era preciso, por ello, atisbar v desenvolver la Teoría Tridimensional del Derecho para
llegar a plenitud a desarrollar esta ecuación jurídica. Y luego fue preciso advertir que ja
misma teoría tridimensional se quedaba corta en un mundo de tres dimensiones. Fue
preciso, por ello, atisbar un mundo más vasto que hemos denominado desde hace muchos
años con el nombre de Teoría Pluridimensional del Derecho v que la expusimos por prime
ra vez en Chiclayo en 1979, y la desarrollamos plenamente en una conferencia sustentada
en la Universidad Autónoma de México en 1998.
La Teoría Pluridimensional del Derecho recoge v hace suvo el análisis fenomenológico
de la sentencia del maestro Carlos Cossio v el principio de la inmanencia ontológica del
juez en el Derecho. Al evocar la vida del gran maestro argentino, hago mías también las pa
labras y el pensamiento del profesor de Buenos Aires Julio César Raffo quien, en un breve
pero brillante estudio titulado "Carlos Cossio, el ¡usfilósofo de los nuevos horizontes", pu
blicado en la Revista Jurídica del Perú (1984, p. 5 y ss.), nos ha recordado que "como todos
aquellos que defienden sin claudicaciones su verdad. Cossio. también, fue víctima de la
persecución política. En 1956 fue arbitrariamente despojado de su cátedra por el Gobierno
militar de entonces, e incluido en la nómina de personas a las cuales no se les permitía
presentarse a los futuros concursos. Pasarían largos años antes de que Cossio volviese
a entrar en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Esto sucedería en
forma definitiva cuando en 1973 el recién instalado Gobierno democrático reparó el agra
vio inferido a la universidad argentina, reincorporándolo. Estos episodios muestran cómo
su vida no fue ajena al destino de los grandes hombres; estos siempre deben soportar la
animosidad de los pequeños Pilatos y de los pequeños Robespierre. Más allá de aquellos
episodios biográficos está el impacto de sus ideas en el mundo del pensamiento iusfilosó-
fico. La primera cuestión que la Egología aborda es la pregunta ontológica que indaga por
el ser del Derecho. Esta interrogante fue respondida con una descripción fenomenológica
que encuentra al Derecho en la conducta, en su interferencia intersubietiva, dando así
fundamento filosófico a la anticipada intuición de Del Vecchio. Son los hechos de conducta
los que constituyen el objeto conocido por el juez, el abogado o el jurista".
335
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
información lógica y que abordaba el tema de la Lógica jurídica con gran superficialidad. Y
nos dimos cuenta, también, de que utilizando la Lógica Matemática se podrían formalizar
las normas jurídicas y los razonamientos jurídicos de manera rigurosa y sistemática. Luego,
la lectura de las obras de Cossio nos convenció de que había una gran confusión respecto
del contenido y del método de la Lógica jurídica y que era urgente aclarar el panorama. Fue
por eso que, como estaba cercano el Congreso de San Marcos, decidimos presentar una
ponencia sobre Lógica jurídica. Fue muy interesante intervenir en la Sección de Filosofía
del Derecho, pues asistieron a la reunión las dos más renombradas figuras de la Filosofía
jurídica en América Latina, Carlos Cossio de Argentina y Eduardo García Máynez de México.
Recuerdo que Cossio hizo la objeción a Kelsen de que la 'proposición' jurídica no era, como
sostenía el profesor vienés, ¡mplicativa, sino disyuntiva con la primera alternativa negada.
García Máynez defendió la posición de Kelsen. Nosotros, entonces, hicimos la observación
de que la discusión era ociosa, porque podía demostrarse que ambas proposiciones eran
equivalentes. En efecto, es una ley muy conocida de la Lógica de las proposiciones que:
p q X -p V q. Fue para nosotros una sorpresa observar el desconcierto que provocamos.
Las respuestas de Cossio fueron más bien vagas, pero García Máynez, con su objetividad
característca, reconoció que la objeción era de peso y que valía la pena analizarla con más
cuidado. Han pasado muchos años desde este Incidente académico. Ha sido, por eso, muy
grato para nosotros ver reproducida nuestra ponencia, que considerábamos perdida".74
LEGALES EDICIONES
74 FRANCISCO M IRÓ QUESADA CANTUARIAS: “La lógica del deber ser y su eliminabilidad”, en su
libro Ensayos de Filosofía del Derecho, pág. 123, Universidad de Lima, Instituto de Investigaciones Filosó
ficas, Lima, mayo de 1986.
336
EL CÓDIGO CIVIL BRASILEÑO
El nuevo Código Civil Brasileño promulgado el 10 de Enero del 2002 derogó al viejo
Código de 1916 cuyo autor, el profesor Clovis Bevilacqua, se había forjado en las rudas
canteras de la escuela de los Pandectistas Alemanes, lo que explica su germanofilia y ¡a
inspiración de su Código en la sistemática y en la ideología del B. G. B.
Dos anteproyectos se tuvieron a la vista, que fueron los anteproyectos de Código de
las Obligaciones de 1941 y el de 1965, así como el anteproyecto de Código Civil de 1963
elaborado por el profesor Orlando Gomes.
Los anteproyectos de Código de las Obligaciones de 1941 y el de 1965 fueron elabora
dos por los profesores Orosimbo Nonato, Presidente, Caio Mário da Silva Pereira, Relator-
General, Sylvio Marcondes, Orlando Gomes, Theophilo de Azevedo Santos y Nehemias
Gueiros.
El nuevo Código Civil Brasileño fue elaborado por una comisión presidida por el pro
fesor MIGUEL REALE en su calidad de Supervisor de la Comisión Redactora e integrada
por los profesores JOSÉ CARLOS MOREIRA ALVES, AGOSTINHO DE ARRUDA ALVIM, SYLVIO
MARCONDES, EBERT CHAMOUN, CLÓVIS DO COUTO E SILVA e TORQUATO CASTRO, quie
nes elaboraron, respectivamente, las materias relativas a la Parte General, Derecho de las
Obligaciones, Negocio Jurídico, Derecho de las Cosas, Derecho de Familia y Derecho de las
Sucesiones, respectivamente.
Esta es la sistemática del nuevo Código Civil Brasileño del 2002:
PARTE GENERAL:
LIBRO I - De las Personas
LIBRO II - De los Bienes
LIBRO III - De los Actos Jurídicos
PARTE ESPECIAL
LIBRO I - Del Derecho de las Obligaciones
LIBRO II - Del Derecho de la Empresa
LIBRO III - Del Derecho de las Cosas
LIBRO IV - Del Derecho de Familia
LIBRO V - Del Derecho de Sucesiones
LIBRO COMPLEMENTARIO: Disposiciones Finales y Tránsitorias
LEGALES EDICIONES
I
337
LOS GRANDES JURISTAS PERUANOS
Esta escuela ha tenido, a mi modo de ver, tres grandes fases o momentos, a saber: la
fase auroral, iniciada con el temple y el ardor de don MANUEL LORENZO DE VIDAURRE: allí
está su obra y su pensamiento pujante y tormentoso, apasionado y contradictorio, cuyo
Proyecto de Código Civil de 1834 constituyó el primer trabajo de Codificación nacional. El
Código de Santa Cruz de 1836, de vida efímera, inspirado en el Código Boliviano de 1830 y
en el Código de Napoleón, tenía que dar paso a una obra de envergadura auténtica como
lo fue el Código de 1852, obra de don MANUEL PÉREZ DE TUDELA, don FRANCISCO JAVIER
MARIÁTEGUI, don MANUEL LÓPEZ LISSON, don MARIANO CARRERA, don JOSÉ JULIO ROS-
PIGLIOSI, don JOSÉ LUÍS GÓMEZ SANCHÉZ y don JOSÉ MANUEL TIRADO.
El Código de 1852, ha dicho RÓMULO LANATTA "es considerable mérito por la claridad
de sus disposiciones, por la perfecta concordancia entre ellas y por la minuciosa previsión
con que resolvió la difícil problemática del régimen sucesorai"1
La segunda fase de la escuela peruana, fase o período de transición, corresponde a
una primigenia búsqueda de interpretación de la realidad jurídica peruana, cuyas carac
terísticas han sido expuestas, primero en el famoso discurso de don MANUEL VICENTE
VILLARAN de 1900 sobre las profesiones liberales y en su tesis de 1908 sobre "La educa
ción nacional y la influencia extranjera", así como en ''El Perú contemporáneo" de García
Calderón; pero, sobretodo, en el pensamiento de JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI, de VÍCTOR
RAUL HAYA DE LA TORRE, de VÍCTOR ANDRÉS BELAUNDE y de JORGE BASADRE. Se trata de
establecer cuáles son las esencias de esta realidad multiforme, poliédrica, pluridímensio-
nal y de contrastes en su espacio-tiempo histórico y jurídico que es el Perú costeño, el Perú
serrano de las comunidades de Rumi y de Uchuracjay y el Perú selvático de "Sangama" o
de la "Serpiente de oro" y de la "Yacumama".
Este Perú diacrónlco y dialéctico ha pretendido ser regulado por los juristas que han
influido, a través de sus obras, de sus doctrinas y sus Códigos, a esta época multiforme y ele
contrastes. Es la obra de don TORIBIO PACHECO, es el "Derecho Civil Común" de don CESA
REO CHACALTANA de inspiración liberal, es el "Tratado de Derecho Civil Peruano" de don
RICARDO ORTIZ DE ZEVALLOS Y VIDAURRE, inspirado en los planteamientos del Colmet
de Santerre, su maestro y son los "Comentarios al Código Civil" de don ANGEL GUSTAVO
CORNEJO, publicados en Chiclayo en 1921.
La tercera fase de esta escuela la denomino clásica y corresponde a la del Código Civil
de 1936, inspirado en la sistemática del Código Suizo y en las doctrinas imperantes de
PLANIOL y VELEZ SARSFIELD. La crítica mordaz de RIVA-AGÜERO en su famoso Discurso
pronunciado el 8 de Marzo de 1937 al dejar el Decanato del Colegio de Abogados de Lima,
no fue lo suficientemente profunda para acallar el mérito de sus virtudes sistemáticas, ia
LEGALES EDICIONES
elegancia escultórica de su estilo apolíneo y su indiscutible claridad, que hicieron de sus
grandes redactores prototipos clásicos del Renacimiento, cuyos perfiles eran como los de
la estatuaria griega, semejante a los jurisconsultos clásicos del Derecho Romano o como
los grandes profesores de Bolonia, de los que la Brocárdica decía: "Nemo bonus iurista msi
sit bartolista", o : "Qui non gnossit glossa non gnossit iura".
Tres grandes figuras doctrinarias constituyen, a mi modo de ver, los prototipos caris-
máticos de esta época: don MANUEL AUGUSTO OLAECHEA, don ANGEL GUSTAVO CORNE
JO y don JOSÉ LEON BARANDIARÁN.
i ROMULO LANATTA: “Derecho de Sucesiones”, tomo I, pág. 118 in fine, Segunda Edición, Editorial
Desarrollo, Lima 1981.
339
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
2 A saber CARLOS FERNANDEZ SESSAREGO, autor del Libro I, sobre Derecho de las Personas; HEC
TOR CORNEJO CHAVEZ, autor del Libro II sobre Derecho de Familia y autor de un notable “Derecho
Familiar Peruano”, en dos tomos, última edición, Lima, 1986; M AX ARIAS SCHREIBER PEZET autor
del Libro VII sobre Fuentes de las Obligaciones; FELIPE OSTERLING PARODI autor del Libro VI que
trata de las Obligaciones; JORGE AVENDAÑO VALDEZ, autor del Libro V que trata de los Derechos
Reales; FERNANDO VIDAL RAM ÍREZ autor del Libro III que trata de la Prescripción y de la Caduci
dad; DELIA REVOREDO M ARSANO autora del Libro X que trata del Derecho Internacional Privado,
debe tenerse en cuenta a los profesores y juristas que integraron la Comisión Revisora tales como CESAR
FERNANDEZ ARCE y JACK BIGGIO CHREM . Entre los que aportaron doctrina y ciencia del Derecho,
sugerencias normativas y legislación comparada, jurisprudencia, instituciones y proyectos de articulado
debe recordarse fundamentalmente a los profesores JORGE V EG A GARCÍA, JORGE EUGENIO CAS
TAÑEDA y LUCRECIA M AISH VON HUMBOLDT brillantes profesores fallecidos cuando la ciencia y
la escuela esperaba aún tanto de ellos; SUSANA ZÜ ZM A N TINM AN por sus aportes en materia de Acto
Jurídico; M ANU EL DE LA PUENTE Y 1.AVALLE por sus decisivos aportes al Derecho Contractual y
al Acto Jurídico; ROBERTO M AC LEAN UGARTECH E en el Libro X (Derecho Internacional Priva
do) : JOSÉ ANTONIO SILVA VALLEJO en el Título Preliminar (artículo VII); CARLOS CARDENAS
LEGALES EDICIONES
QUIROS y AN G ELA ARIAS SCHREIBER MONTERO en el Libro VII (Fuentes de las Obligaciones),
FERNANDO DE TRAZEGNIES GRAND A por sus aportes en materia de Responsabilidad Civil, JOR
GE V EG A VELASCO, CARLOS CARDENAS QUIROZ Y JORGE M U Ñ E SICHES, notables civilistas
y profesores universitarios.
3 ROMULO LANATTA: ‘‘Nota sobre la supresión del artículo 704 del Código Civil de 1936”, en el Código
Civil Parte III, tomo V, pág. 69 in fine, de la Compilación de Delia Revoredo de Debakey, Lima, 1985.-
Véase además ROMULO LANATTA : “Derecho de Sucesiones”, tomo II, pág. 255, en la que el maestro,
citando a León Barandiarán, sostiene que la interpretación del artíclo 704 constituía “el problema más
difícil de la hermenéutica jurídica”. Véase su juicio crítico en las páginas 276-277-278-279, Editorial De
sarrollo, Lima, 1981.
4 Aludo aquí al eximio AZÓN, gloria y luminaria de la escuela de los Glosadores, muerto hacia 1230, que
representa la cumbre de la escuela cuyo ciclo cierra ACURSIO, antes del advenimiento de los Comenta
ristas o Post-Glosadores.
340
F il o s o f ía d e l D erech o
Como gran jurista y profesor que es, yo veo en la vida y en el pensamiento de ROMU-
LO LANATTA, a una gran vida, paralela en su más elevado sentido plutarquiano, a la de ios
grandes jurisconsultos clásicos o a la de los grandes "professorenrecht".
Pero, como los Códigos empiezan a descodificarse desde el mismo día de su promul
gación, porque, no es posible que hayan previsto, de antemano todos los casos posibles,
es preciso que la escuela civilista se renueve en una dinámica de la creación constante por
vía doctrinaría y jurisprudencial, que ha de construir y, de hecho, ya constituye, una fase
ulterior, la ultimísima, la actual, en el desenvolvimiento histórico del Derecho Civil y que
denomino la fase hermenéutica o pluridimensional, en evidente alusión, primero, a que el
Derecho es fundamentalmente una ciencia interpretativa y, segundo, a que el Derecho es
una ciencia pluridimensional.
Lo primero, porque, como el propio maestro ROMULO LANATTA ha demostrado en su
estudio "La justicia en la interpretación de la ley", publicado en el Libro Homenaje a León
Barandiarán, pág. 295, "el problema de la interpretación de la ley es cuestión fundamental
de técnica técnica jurídica. Suplir los vacíos de la ley en los casos de silencio de ésta, preci
sar el sentido de los textos oscuros y definir el valor relativo, que aún en los casos de apa
rente claridad tienen las normas legales, frente a las múltiples situaciones que presenta la
realidad, es difícil y delicada tarea". "Un Código, añade ROMULO LANATTA, queda librado
a la sagacidad, a la prudencia y al criterio jurídico del magistrado".
Lo segundo, porque, superando los estrechos límites del normativísimo puro y del le-
galismo a autrance y trascendiendo los demás infra-dimensionalismos de carácter uni, bi
e, incluso, tridimensional, la Ciencia del Derecho se despliega y desenvuelve integralmen
te mediante una declinación dialéctica que fluye y discurre intra-sistemáticamente y se
inserta mediante la interpretación en un análisis integral de las normas, hechos, valores y
principios que se dan en un espacio-tiempo jurídico determinado.
Así, pues, la última fase de la escuela civilista peruana es la que está surgiendo en la
doctrina y en la jurisprudencia merced a las investigaciones teóricas y a las reflexiones
hermenéuticas que hacemos en el Poder Judicial los jueces en nuestra labor de aplicación
y creación jurisprudencial del Derecho.
341
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
Derecho Civil y en la que, finalmente, brillaría con luz propia como uno de los grandes
maestros de la escuela civilista peruana. En 1916 don Angel Gustavo Cornejo sustituyó a
don Bernardino Salcedo en su calidad de Senador Suplente por el Departamento de Lam-
bayeque; y, por efecto de sucesivas reelecciones, permaneció en el Congreso hasta 1926.
En 1918 hasta 1919 fue Ministro de Justicia en el Gabinete presidido por don Germán Are
nas y en 1926 fue Presidente de la Delegación Jurídica nombrada por el gobierno peruano
para cautelar el Plebiscito de Tacna y Arica. Luego fue nombrado Vocal de la Corte Supre
ma entre 1926 a 1930 y en 1928, hasta su muerte, fue catedrático de Derecho Civil y de
Derecho Penal en la Facultad de Derecho de la Universidad de San Marcos, llegando a ser,
en 1934, Decano de esta Facultad de Derecho. Entre las obras escritas por el doctor Angel
Gustavo Cornejo debemos recordar: "Comentarios al Código Civil de 1852", Imprenta Dio
nisio Mendoza, Chiclayo, 1921; "Comentarios al nuevo Código Penal" 1926; "Derecho de
las Obligaciones", 1928; "Introducción a las Ciencias Jurídicas y Políticas", 1936; "Parte Ge
neral del Derecho Penal", 2 vols. 1936; "Código Civil. Exposición Sistemática y Comentario",
tomo I, Título Preliminar, Derecho de las Personas-Actos Jurídicos"?; Librería e Imprenta
Gil S.A., Lima, 1937: tomo II, Derecho de Obligaciones, volumen I, De las Obligaciones en
sí mismas. Trasmisión de las Obligaciones. Extinción de las Obligaciones, segunda edición,
Librería e Imprenta Gil S.A., Lima, 1939; tomo II, volumen II, "De los Contratos en General",
Librería e Imprenta Gil S.A., Lima, 1939.
La otra gran figura patriarcal de la civilística peruana fue don MANUEL AUGUSTO
OLAECHEA quien nació el 20 de marzo de 1880 y murió el 3 de mayo de 1946 a los 66 años
de edad.
Don Víctor Andrés Belaunde dijo de Olaechea que “fue entre nosotros el ejemplo del
abogado completo. En rara síntesis unió la sutileza y profundidad del jurisconsulto, la habi
lidad y finura del polemista y la fluidez elegante del orador".
Otro ¡lustre maestro, don Ismael Bielich Flores, lo recuerda así: "Era extraordinario en
sus clases. Olaechea 'vivía' sus clases. Su agilidad mental se traducía en sus gestos ner
viosos y rápidos. Volaba el libro del Código y Olaechea lo cazaba en el aire. Los alumnos
seguíamos la clase con la vista y el oído. Pero, i qué claridad en la expresión!".
"Se tenía la impresión al oirlo del deslizarse de un pez en aguas profundas, siguiendo
una dirección, volviendo luego rápidamente a retomarla. Olaechea parecía improvisar to
das sus clases por la espontaneidad de la palabra y del ademán".
“Sus alumnos no sabíamos qué admirar más en él, si el completo dominio de la materia
que dictaba o la sencillez con que exponía las más difíciles instituciones del derecho. Las
materias más áridas y más desabridas adquirían con él lozanía y sabor".
"Pero es que Olaechea era singular desde su figura hasta su pensamiento. Ya cuando
fuimos sus alumnos había adoptado el modo de vestir que distinguía a todos. No era un
extravagante, era tan sólo una manera de expresar su personalidad".
"Casi no podemos comprender cómo pueda traducirse una persona, sobre todo un
LEGALES EDICIONES
h o m b re , en las p re n d a s que lleva, pero en los tiempos en que el vestirse era un arte, cada
cual escogía su manera y Manuel Augusto Olaechea era un artista".
"No recuerdo que nadie haya visto este aspecto del maestro, para él el derecho fue un
arte. Antes de que Carnelutti escribiera su preciosa obra 'El Arte del Derecho', ya Olaechea
había descubierto ese secreto y con amor de artista ejercía de abogado, dándose por ente
ro a su obra. Y como todo artista vivía insatisfecho de su producción y buscaba superarse".
"Siempre descontento, ensayaba y ensayaba y nunca creía haber logrado la perfec
ción".
"Olaechea era un perseguidor de la perfección. Su cultura francesa, de donde derivaba
la gran claridad de su expresión, te empujaba hacia formas pulidas, claras, limpias, lumi
nosas".
342
F il o s o f ía d e l D erech o
"Decía Maurtua con razón que la Exposición de Motivos del Libro Quinto del Código
Civil, parecía hecha con buril sin que sobraran o faltaran palabras, y pensaba que era de
fectuosa la redacción de los artículos".
"Sólo hay dos Códigos, me decía una vez, casi perfectos: el Francés y el Alemán; noso
tros no hemos tenido bastante claridad".
"Pero si en la palabra escrita alcanzó Olaechea un dominio completo aunque él no lo
creyera, donde llegó a la cumbre de su genio fue en el informe oral. El lugar que ocupara
como orador forense ha quedado vacío desde su muerte, porque nadie se ha acercado
siquiera a la perfección que lograra Olaechea que hizo del informe una verdadera obra de
arte. Sabía dar a su voz el tono necesario para cada palabra y su estilo preciso, rotundo,
elegante se armonizaba con su mímica nerviosa y expresiva".
"Constituía un espectáculo verle en la tribuna de la defensa, cuando sin alardes, pero
sin vacilaciones desmenuzaba los argumentos contrarios. Un espectáculo corto porque
este maestro, este artista de la defensa odiaba los informes largos. 'La más difícil de las
defensas puede hacerse, decía, en tres cuartos de hopra. No hay nada que no pueda expli
carse en ese lapso, porque después de tres cuartos de hora ni el que habla sabe lo que dice
ni el que lo oye lo escucha ya'. Insista usted, decía también, en los argumentos centrales,
preséntelos de diversos modos, eso es esencial".5
Parco escritor, Olaechea prefirió dejar a la posteridad la labor de interpretación y exé-
gesis doctrinaría de su obra legislativa, condensando su pensamiento en luminosos merrio-
rámdums, en la Exposición de Motivos y en el articulado del Código Civil; Cornejo, en cam
bio, en su voluminosa producción formuló los principios sistemáticos de nuestra escuela
civilística. Entre los dos, León Barandiarán, en su enciclopédica producción se convierte en
el maestro por antonomasia del Derecho Civil en el Perú con una obra que, por su mole y
por la amplia vastedad de su contenido, ha de recibir en ediciones posteriores el nombre
de Tratado. El Código de 1936 y sus grandes personajes constituyen otra de las grandes
vivencias para los estudiantes de Derecho de todos los tiempos. La figura carismática por
excelencia de tal Código lo fue y lo es, con un magnetismo histórico indiscutible, don Ma
nuel Augusto Olaechea, gran señor y gran jurista de temple inmortal.
Viendo la foto de don MANUEL AUGUSTO OLAECHEA esta semblanza
surge rauda a la vista de sus ojos agudos de gran inteligencia, con su
gran corbatón y un alfiler de oro incrustado en nácar que lo perfilan tal
cual era, como un joyel en un palacio de zafiros. Hablo pues, así, de lo
que acaso fue el producto más notable de su pensamiento: la teoría
del acto jurídico, que encabeza la Sección Primera del Libro V del Códi
go Civil de 1936 que fué su gran obra maestra.
Don José León Barandiarán al escribir la "Semblanza del doctor Manuel
Augusto Olaechea" publicada en la Revista del Foro, año XLI, N2 2, mayo - agosto de 1954,
pag. 210, dijo al respecto que: "Se comienza con la consignación de los requisitos, que
son por ende las notas lógicas del acto jurídico: agente capaz, objeto lícito y respeto a la
exigencia formal. No se habla de la causa adredemente, pues se acoge la toma de posición
LEGALES EDICIONES
que ve en tal noción una a la vez inútil y falsa. Pero aquí pueden empezar las discrepancias.
Indudablemente se está bajo la seducción de Planiol. En Francia han polemizado fragoro
samente causalistas y anticausalistas. Como se sabe, esto de colocar entre paréntesis la
causa como elemento estructural del acto jurídico patrimonial no se ha presentado en Ale
mania, donde los civilistas imbuidos de la firme concepción de los pandectistas, han mirado
la necesidad irrecusable de la causa debendi en el negocio patrimonial, asumiéndose in
nuce el mismo punto de vista que el de la enseñanza domatiana, en cuanto la causa repre-
5 ISM AEL BIELICH FLORES: “La personalidad del Dt: Manuel Augusto Olaechea", Semblanza publicada
en la Revista del Foro, año XLVII, Nos. 1-2, enero - agosto de 1960, pág. 40,41.
343
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
senta una categoría tipificante de la razón de ser de la relación obligacional. Por lo demás
el Código Alemán es causaUsta, insertando simplemente la clase de actos abstractos para
efectos inmediatos de la facilidad del tráfico; pero sin desconocer a la derrería la existencia
del mencionado elemento negocional".
"En lo que hace a la intimidación, cual vicio del consentimiento, se anota como se dila
ta considerablemente la directriz tendente a amparar al paciente de la metus. La violencia
física o moral merece un juicio peyorativo, pues destruye lo primordial en la Constitución
del consentimiento válido: la libertad; cabiendo recordar que conforme prevenía Epitecto,
nadie puede ser tirano ni ladrón de voluntad ajena. "La coacción -se escribe- no asume
caracteres preconstituídos. De acuerdo con la tendencia moderna, gradúa su intensidad y
efectos psicológicos, atendiendo a la edad, al temperamento de la víctima, al sexo, la pro
fesión habitual y otras circunstancias que pueden afectar su gravedad".
"Se destacan algunas notables modificaciones traídas en comparación con el Código
anterior: la equiparación de los actos Ínter vivos y los mortis causa en cuanto a la nulidad
descendente por la inserción de una condición ilícita o jurídicamente imposible; la irre-
troactividad de la condición, siguiendo las soluciones de los Códigos alemán y suizo; la
reducción de las nulidades a dos especies: la absoluta y la relativa, en vez de la criticable
división tripartita de la doctrina francesa".
"En lo que atañe a los actos ilícitos, se alude al elemento subjetivo y al objetivo como
determinantes de responsabilidad; manifestándose que las disposiciones sobre el particu
lar se orientan en el sentido de coordinar prudentemente ambos. El asunto ha dado origen
a disímiles interpretaciones y a pareceres antinómicos. De la lectura cuidadosa de la expo
sición de Olaechea como de su articulo aparecido en la Revista de Jurisprudencia Peruana
del año 1944, se llega a la conclusión que la responsabilidad con culpa y la responsabilidad
por el hecho de las cosas intervienen, lado a lado, para generar la responsabilidad aqui-
liana. La culpa es noción irrecusable, pues de otro modo el acto no podría ser calificado
como ilícito; pero la proliferación de situaciones riesgosas ha conducido a buscar en ciertos
casos una solución más expeditiva que la del régimen tradicional. Se vive peligrosamente,
como decía Nietzsche. Hoy puede decirse que se impone una conciliación entre las dos po
siciones. Dialécticamente puede plantearse así el asunto: primero, la tesis de que la culpa
es elemento causativo de la responsabilidad extracontractual; después la antítesis de que
ha de ser eliminada la culpa; por último, la síntesis en cuanto la culpa es en general factor
determinante, pero cuando se trata de daños ocasionados por actividades o uso de medios
en si riesgosos, se responde sin que sea preciso que se demuestre la culpa, porque ya se
está previamente, por presunción legal, incurso en ella, en virtud de dedicarse el agente a
tales actividades o de emplear tales medios".
Las nuevas generaciones no tuvimos la suerte de escucharlo en sus alegatos magistra
les. Algunos si hemos leído sus informes tan brillantes. Cito, por ejemplo, el caso de mi tía
abuela doña Victoria Silva viuda de Dall'Orso vs. la Compañía del Ferrocarril y Muelle de
Pimentel, en donde, la cuestión en debate era el valor de la promesa de contrahendo que
LEGALES EDICIONES
i 6 M AN U EL PABLO O LAECH EA DU BOIS: “.Estudio Olaechea” 1878-1978, pág. 2 15, penúltimo párrafo,
segunda edición, Lima, 1983.
344
F il o s o f ía d e l D erech o
"El consentimiento de las partes, es decir, el acuerdo de sus voluntades -enseña Pía-
niol- es el elemento esencial del contrato. Y agrega: este acuerdo debe ser completo, este
es, debe referirse a todo lo que forma el objeto del Contrato; si alguno de los contratantes
- sigue Planiol- formula objeciones respecto de alguna cláusula particular, el contrato nc
se forma hasta que se decida a aceptar la cláusula impugnada. El acuerdo de voluntades,
concluye el eminente autor citado, debe ser unánime, es decir, que todos los interesada
deben estar de acuerdo en el contrato. (Droit Civil, tomo II, pág. 316)".
"La palabra consentimiento, consensus -dicen Baudry Lacantinerie- viene de la voces
cum y sentiré cum alio. El consentimiento, en efecto, es el acuerdo de dos o más personas
sobre un mismo punto; es la resultante de dos o más voluntades que se ligan. Consentiré
est in unam eam sententiam concurrere. Se ve -añaden los insignes autores citados- que
el consentimiento es necesariamente un acto bilateral, a dierencia de la votuntad que es
un acto unilateral. (Baudry Lacantinerie. Droit Civil, 1.1, pág. 53)".
"Foignet, con su admirable claridad de exposición sintetiza la noción jurídica del con
sentimiento en los siguientes términos: el consentimiento -d ic e - es el acuerdo de la vo
luntad de las partes sobre todos los puntos del contrato: duorum vel plurium in ídem
placitum consensus. (Droit Civil, Tomo II, pág. 12)".
"El concurso de voluntades -dice Machado, distinguido exégeta del Codigo Civil argen
tino- sólo existe a condición de que la aceptación corresponda exactamente a la propuesta
en cuanto la cosa, precio, naturaleza del contrato y modalidades a que estuviera sujeto.
(Comentario al C.C Argentino, Tomo II. pág. 4441)".7
En el libro de Centenario del Estudio Olaechea se nos recuerda -pág, 141- que "don
Manuel Augusto nunca permitió que en su estudio o delante de él se hablase mal de los
jueces, y en especial de la Corte Suprema. Pudo alguna vez en una conversación privada
lamentarse de algún fallo o de la conducta de determinado magistrado, pero su adhesión
por el Poder Judicial era absoluta. Pensaba, como todos los que estamos familiarizados
con la defensa del Derecho, que el Poder Judicial es el que protege a los que carecen de
fuerza política y económica y que fortalecerlos y dignificarlos es deber de todo abogado."
A su fallecimiento, un gran periodista, Federico More, dijo: "Ha descendido el nivel
de la inteligencia en el Perú. Lo triste, lo incuestionable, es que ha muerto. Valemos y
sabemos muchísimo menos que antes... su muerte es algo así como la protesta de la in
teligencia. Al evocarlo aquí, hoy día, en la Facultad de Derecho de la Universidad de San
Marcos, lo recuerdo como uno de nuestros grandes clásicos de todos los tiempos, como
uno de los grandes maestros de la escuela sanmarquina, gran Señor, gran jurisconsulto,
gran abogado.8
Don ALFREDO SOLF Y MURO.
Otro gran clásico de la escuela sanmarquina fue don Alfredo Solf y
Muro. Nació en Lambayeque el 15 de Marzo de 1872 y murió en Lima
el 14 de Agosto de 1969. Fue el ponente del Libro IV del Código Civil de
LEGALES EDICIONES
1936 que trataba sobre los Derechos Reales. Ilustre profesor en la vieja
Casona en los cursos de Derecho de Agricultura, Derecho Minero y De
recho Industrial, llegó a ser Rector de la Universidad San Marcos. Pero,
además, fue Ministro de Relaciones Exteriores y autor del Protocolo
7 MANUEL PABLO OLAECHEA DU BOIS: “Estudio Olaechea”, pág. 2 16 ,2a edición corregida y aumen
tada, Lima, 1983.- En la 3a edición corregida y aumentada, Lima, 1998, esta cita corre en la pág. 196.
8 JOSE ANTONIO SILVA VALLEJO: (Discurso como Decano de la Facultad de Derecho de la Universi
dad Nacional de San Marcos en la inauguración del Año Académico el 1° de abril de 1997). Publicado
en la Revista de Derecho y Ciencia Política de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, volumen
precedentemente citado 52, 53, 54 (N° i), años 1995-1996-1997, págs. 471-472.
345
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
de Río de Janeiro con el que se resolvió la cuestión limítrofe con el Ecuador no obstante
todos los sofismas de los que se valía maquiavélicamente el molesto vecino del Norte en
su argumentación falaz. Debemos reconocer, hoy en día, con toda lucidez la brillante nor-
matividad contractual con la que se solventa esta aporía.
Fue un triunfo indiscutible de don Alfredo Solf y Muro y, hoy todos los discípulos testi
moniamos al maestro, a don Alfredo Solf y Muro, la consagración de la tesis peruana en el
Derecho Internacional Público.
tual se incurre al definir el hecho jurídico en una tautología: hecho jurídico es el capaz de
generar una consecuencia en el mundo del Derecho. No cabe sino procederá una distinción
según que un hecho produzca o nó una repercusión en el mundo jurídico. Pues hay hechos
neutros, indiferentes al derecho; hechos ajurídicos. El mundo del Derecho no es afecto en lo
absoluto por ellos. Asi, al mismo es indiferente que dos personas se saluden o no al encon
trarse en la calle, que la luna gire alrededor de la tierra. En estos casos ninguna consecuen
cia sobreviene, que altere al mundo del derecho". Pero, por el contrario, hay otros hechos
que tienen la acusada virtualidad de acarrear consecuencias en el mundo del derecho y
son, por ello, hechos jurídicos (pues son jurígenos).
Sus obras, su pensamiento y sus doctrinas han sido reseñadas en el "Libro Homenaje
a José León Barandiarán", Cultural Cusco S.A., Lima, 1985, así como también en el "H o m e -
346
F il o s o f ía d e l D erech o
naje a José León Barandiaran", patrocinado por el Fondo Editorial del Congreso del Perú,
Lima, 2000.
Con profética clarividencia, su carisma de gran profesor ya lo había vislumbrado, otro
genial maestro, don ANGEL GUSTAVO CORNEJO (1875-1943), patriarca de la escuela ci
vilista peruana, quien antaño, había sido su profesor de Historia Universal en el Colegio
Nacional de San José de Chiclayo, en la época en que Cornejo era Juez en Lambayeque y
era muy amigo de su padre, don Augusto León Paredes y también de mi abuelo don Nica
nor Silva Villarreal, con quienes formaban un círculo amical muy estrecho, que las gene
raciones posteriores hemos desarrollado con profundo afecto. Mi padre recordaba de su
niñez una magistral explicación que don Ángel Gustavo dió, en la sala de su casa, sobre la
condición suspensiva; y yo, por mi parte, recuerdo mucho antes de entrar a la Universidad,
una conferencia de José León Barandiarán en Chiclayo, sobre "La verdad, la no verdad y la
mentira vital en los dramas de Ibsen". Citaba un párrafo de "Hedda Gabbler" y otro párrafo
del acto quinto del "Pato Salvaje".
En la Universidad de San Marcos, José León Barandiarán escuchó con gran fervor las
clases de Derecho Civil de don Ángel Gustavo Cornejo quien lo nombró su ayudante en el
curso. Así se trabó la empatia entre estos grandes juristas, que ya había nacido en el en
torno vernacular de Lambayeque, "la ciudad evocadora" y de Chiclayo el terruño amado
del afecto y la amistad.
Bajo el estímulo y las sugerencias de Cornejo, que era el gran patriarca y el iniciador,
León Barandiarán viajó a Alemania, para conocer de cerca a los grandes maestros, que
citaba Cornejo en sus clases de San Marcos, en sus “Comentarios al Código Civil de 1852"
(imprenta Dionisio Mendoza, Chiclayo, 1921) y en su "Exposición Sistemática y Comentario
del Código Civil", tomos I, II y III, Librería e Imprenta Gil S.A., (2§ edición corregida), Lima
1937-1939.
Bachiller en Derecho, en 1925, con una tesis sobre "El error en los actos jurídicos" ins
pirada, fundamentalmente, en las doctrinas de Pothier, "el Padre del Código Civil Francés".
Todos podemos evocar con vivida emoción la influencia que ejercitara en su pensamiento,
sobre el error obstativo, la cita puntual que hacía el maestro en sus clases del inmortal
"Tratado de las Obligaciones" de Pothier y de su famoso ejemplo de los candelabros de
bronce.
Así, pues, el pensamiento de León Barandiarán se había gestado en la admiración ha
cía POTHIER, y en la lectura de los grandes clásicos de la escuela Francesa de la Exégesis:
DURANTÓN, DEMOLOMBE, LAURENT, BAUDRY-LACANTINERIE, AUBRY y RAU, que eran
los ídolos del foro y de las cátedras en el siglo XIX en Europa, en América y, por supuesto,
en la Universidad de San Marcos, en donde la admiración hacia los geniales profesores de
Estrasburgo y, luego, consejeros de la Corte de Casación, no tenía límites por su admirable
“Cours de droit Civil" cuya primera edición era la traducción del "Manual de Derecho Civil
francés" de ZACHARIAE pero, que, desde la segunda hasta la cuarta edición, constituyó e
desarrollo de las doctrinas de Aubry y Rau, a quienes todos seguimos citando con admira
ción. Ellos fueron los precursores de la "science du droit civil" y los inspiradores de VELE2
LEGALES EDICIONES
SARSFIELD, de ANDRES BELLO, de MANUEL AUGUSTO OLAECHEA y de todos los grandes
civilistas del mundo.
Mas, luego, el fervor hacia Aubry et Rau y los grandes clásicos de la Escuela de la
Exégesis9 tomó un nuevo giro hacia los maestros de la nueva generación, que JULIEN BO-
9 La expresión “escuela de la exégesis” fue acuñada por JULIEN BONECASSE en uno de los más bellos
libros sobre el humanismo jurídico: “La Escuela de Exégesis en el Derecho CiviT’, traducción de José M
Cajica, Puebla-México, 1944. Según Bonecasse, esta escuela tuvo tres grandes periodos: lera. Fase (1804
1830): Fundación de la escuela de la Exégesis período de instauración con Delvincourt, Proudhon, Tou
llier, Merlín, Maleville y Chabot de 1 'Allier. 2*. Fase (1830-1880): Apogeo de la Escuela.- Los grandes co
mentaristas del code Napoleón: Durantón, Aubry y Rau, Demolombe, Demante y Colmet de Santerre
347
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
Troplong, Marcadé, Laurent, Bugnet y Valerte, Mourlon. Después de haber brillado con resplandor sin
igual, el nombre de Bugnet habría sido olvidado por completo si la historia o la leyenda, lo ignoramos, no
hubiera transmitido a las generaciones una fórmula, para siempre célebre, que une la Escuela de la Exége-
sis al recuerdo de este ilustre Profesor. “No conozco el Derecho Civil, solo enseño el Código de Napoleón”,
declaró un día Bugnet desde lo alto de su Cátedra. 3era. Fase: (1880-1900) Período de la Decadencia:
Hacia 1880, la Escuela de la Exégesis brilla con un resplandor insuperable, pero la decadencia no tardará
en hacerse sentir. El éxito obtenido, tanto por el “ Précis” del Decano Baudry-Lacantinerie, como por
los “Traités” particulares de sus colaboradores, prolongó la influencia de la Escuela de la Exégesis. Pero,
según ley fatal, la fuerza de la escuela ya estaba debilitada. Es entonces cuando sus admiradores piensan
en una tentativa de renovación. En el dominio del Derecho Civil, la obra de Labbé, Bufnoir, Saleilles y
Beudant, representó una tentativa de renovación, que fue vana.
10 JULIEN BONECASSE, Profesor en la Universidad de Burdeos, ha sido uno de los grandes divulgadores
del pensamiento jurídico francés. Véase sus obras: “La pensée juridique francaise de 1804 á l'heure pre-
sent”. Bordeaux, Delmas, 1933, 2 vols.; “Elementos de Derecho Civil”, editorial Cajica, Puebla-México,
1944, Tomo I, N° 107, pág. 14 1 y ss.; “Suplément au Traité théorique et pratique de Droit civil, par Bau
dry-Lacantinerie et divers collaborateurs”. París, Librairie du Recueil Sirey, 1. 1, 1924; t.II, 1925; t. III, 1926;
“La Science du Droit privé en France au debut du X IX siécle”; “La Themis, 18 19 -19 3 1; son fondateur
Athanase Jourdain”. París, Librarte du Recueil Sirey, 2a edición 19 14; “La Faculté de Droit de Strasbourg.
Ses maitres et ses doctrines. Sa contribution a la science juridique francaise du X IX siecle”. Toulouse,
19 17 , “L'enseignement du Droit privé en France au XIX siécle. Ses lacunes au point de vue scíentifique”.
“L'histoire moderne du Droit privé francais, la question de son enseignement” (Revue critique), 1919,
LEGALES EDICIONES
“Problémes du Droit et science belge du Droit civil”. París, 19 3 1; “Science du Droit civil” Cahiers de
la Nouvelle Tournée, 1925; “Les destinées de l'oeuvre de Demolombe au temps présent”. Librairie du
Recueil Sirey, 1929; "Science et tradition en Droit civil. A propos de la these de doctorat de M. Jean Car-
bonnier: Le régime matrimonial et sa nature juridique”. Bordeaux, Delmas, 1932; “Le Droit des obligations
et son évolution. A propos de la thése de doctorart de M. Soury”; “Essai sur les principes directeurs du Droit
des obligations dans son étatprésent”. Bordeaux, 1939 (préface); “Science du Droit et romantisme. Le conflit
des conceptions juridiques en France de 1880 a l 'heure actuelle”. París, Librarte du Recueil Sirey. 1919,
“Humanisme, classicisme, romantisme dans la vie du Droit”. París, 1920; “A la recherche dufondement
du Droit. Y a-t-il un romantisme juridique. Reponse á M. Leprofesseur Cuche”. París, Librarte du Recueil
Sirey, 1919, “ Qu 'est-ce qu 'une Faculté de Droit”, París, 1929; “La notion de Droit en France au XLK siécle”;
“La science juridique francaise. Quelques aspectsfondamentaux de I ’oeuver de León Duguit”; “Romantisme
et Droit civil'. “ Tendances actuelles en matiere de Droit privé”, “L 'etudiant. Sa psychologie”, I br. In 8° 1937,
“Le Droit et la désillusion humaine” 1934.
348
F il o s o f ía d e l D erech o
11 JOSÉ LEÓN BARAND IARÁN, “Comentarios al Código Civil Peruano”, tomo III ( de los Contratos); pág.
4, Librería e Imprenta Gil S.A., Lima, 1944.
12 JOSÉ LEÓN BARAN D IARÁN , “ Comentarios al Código Civil Peruano”, tomo IV (del Título Preliminar y
del Derecho de las Personas), pág. 6, Librería e Imprenta Gil S.A., 1952.
LEGALES EDICIONES
13 JOSÉ ANTONIO SILVA VALLEJO, “L a C ien cia del Derecho Procesar, Editora y Distribuidora “FECAT”
E.I.R. LTDA; Primera Edición, 19 9 1, Lima-Perú.
14 Acerca de la traducción de “Sturm und Drang” reproduzco la nota de pié de página N° 1 1 , en la página
519 de mi obra “La Ciencia del Derecho Procesal’. Dije entonces que EUGENIO IM AZ: la traduce como
“ataque e ímpetu” RODOLFO M ONDOLFO: como la “ tempestad y el asalto” y W ERNER GOLDSCH-
M ID T: como “tempestad de pasiones y pujanza”. Véase, al respecto: W ERNER GOLDSCHMIDT; “Los
quehaceres del historiador de la Filosofía”, en el volumen Filosofía, Historia y Derecho, pág. 20, nota 4,
Editorial Abeledo, Buenos Aires, 1953. Acerca del movimiento “Sturn un Drang”, véase RENE WELLEK:
“Historia de la Crítica Moderna” (1750-1950), tomo I; “La segunda mitad del siglo X V III”, Capitulo IX;
“el Sturn und Drang” y HERDER: pág. 205 y ss; editorial Credos, Madrid, 1959; W ERNER GOLDSCH-
M IDT: “Goethey la axiología jurídica”, en el volumen Conducta y Norma, pág. 1 15 , Ed. Abeledo, Buenos
aires, 1955.
349
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
admiraba también la poesía de Vallejo,15 la de Rllke y la de José Eufemio Lora y Lora y los
dramas de Ibsen, sobre los cuales disertó un día al tratar sobre "la verdad y no la verdad"
en la obra "El Pato salvaje" de Henryk Ibsen.
José León Barandiarán viajó a Alemania becado por la fundación Alexander von Hum-
bolt Stiftung, y allí fue discípulo de Gustav Radbruch, Hans Tehr, Georg Müller, Theodor
Sternberg y August Knerr.
Hablar de la ciencia jurídica alemana es hablar de la recepción del Derecho Romano
y de la tradición romanista. Allí están las clases de Theodor Sternberg, que hoy podemos
leer en castellano en un precioso libro titulado "Introducción a la Ciencia del Derecho",
editorial Labor, Barcelona 1930, que es la que subyugó al maestro y de la que hay poste
riores ediciones.
Pero, además, hablar de la ciencia jurídica alemana es hablar de la filosofía; es decir
de la "razón pura" de KANT, del racionalismo ¡lustrado en el siglo de las luces, tal como fue
elaborado por los juristas de la "Aufklárung; es decir, por la escuela prusiana de LEIBNITZ-
PUFFENDORF- WOLFF-NETTELBLADT.
GOTTFRIED WILHELM LEIBNITZ, filósofo, matemático, jurista, teólogo, un sabio, naci
do en Leipzig en 1646 y muerto en 1716, genial matemático, sentó las bases de los prin
cipios generales del Derecho en su tesis de 1667, titulada "Nova Methodus discendae do-
cendaeque jurísprudentiae", en la que plantea una nueva ciencia jurídica exacta, lógica y
sistemática a partir de ciertos postulados axiomáticos: los principios generales del Dere
cho. El "princlpiallsmo" de Leibnitz ha sido puesto en evidencia en un brillante ensayo de
Ortega y Gasset titulado "Godofredo Guillermo Leibnitz y la evolución de la teoría deducti
va", en el cual sostiene que "Leibnitz era el hombre de los principios generales".
SAMUEL FREIHERR VON PUFFENDORF (1632-1694), fue profesor en Heidelberg, en
Lund y en Berlín y es considerado "el Padre de la Parte General" por haber desarrollado en
su "De ¡ure nature et Pentium libri octo", 1672, el primer sistema de una Teoría General del
Derecho, un sistema que se corresponde con el casi contemporáneo sistema ontológico de
Spinoza y con el del físico Newton; su sistema perdura hasta hoy en el Código alemán con
el nombre de Parte General, cuyo núcleo central es la teoría del Negocio Jurídico.16
CHRISTIAN WOLFF, (1679-1754) es considerado "el caudillo de la Filosofía de la Ilus
tración" y "representa el intelectualismo de la gran tradición aristotélico-tomista de la baja
escolástica".17
Con WOLFF y su discípulo DAVID NETTELBLADT (1719-1791) se desarrolla la dirección
que bien puede denominarse, siguiendo a Paul Koschaker, la escuela del "mos geometri-
cus iura docendi".18
A Leibnitz le debemos el poder de remontarnos a la contemplación de los principios
generales; a Puffendorf la génesis en la elaboración de la Parte General, por eso lo llama
mos "el Padre de la Parte General". A Wolff y a su escuela, el "Wolffismo", es decir, la ideo
logía o, mejor, la metodología "lógico-matemática" o "more geometricus", basada en la
elaboración de un sistema deductivo de conceptos desarrollados a partir de los principios
LEGALES EDICIONES
contenidos en la Parte General. David Nettelbladt fue, acaso, el más insigne representante
del "Wolffismo" y del racionalismo prusiano.
15 En torno a Trilce: El País. Chiclayo, 1923. El Homo Juridicus en la Literatura: La Prensa. Lima, 1938, En
torno a la Poesía de Vallejo: La Prensa, Lima, 1948. Retorno a Vallejo: La Prensa, Lima, 1948, Humorismo
en Trilce: La Prensa, Lima, 29 de octubre de 1970. Recordando la polémica sobre Trilce; Lundero, Suple
mento Cultural de la Industria. Chiclayo, 27 de agosto de 1978.
16 FR A N Z W IEACKER, “Historia del Derecho Privado de la edad Moderna”, págs. 271-272, Ed. Aguilar,
Madrid 1957.
17 W IEACKER, Ob. cit. págs. 284-286.
18 PAUL KO SCHAKER, “Europa y el Derecho Romano” pág. 394.
350
F il o s o f ía d e l D erech o
Contra este racionalismo a ultranza insurge el movimiento irracional del "Sturm und
Drang" (Tempestad de pasiones), representado en la poesía de Schiller y en la músi
ca del romanticismo de BEETHOVEN, BRAHMS, SCHUMANN, FRANZ USZT y WAGNER,
que equivalen en el Derecho al surgimiento de la escuela histórica de GUSTAVO HUGO y
SAVIGNY.
Como es sabido, el programa de la escuela histórica está fijado en la réplica a Thibaut,
= formulada por Savigny en su opúsculo de 1814: "De la vocación de nuestro siglo, para
3 la codificación y la ciencia del Derecho", cuyo leit-motiv está dado por el "Volksgeist" o
2 espíritu del pueblo, que hunde sus raíces en la historia, que las encuentra de una parte en
l la costumbre y el Derecho Consuetudinario, y, de otra parte, en el Derecho Romano. Por
j tanto: no a la codificación y menos al modelo francés hasta que no se descubran las raíces
del "Volksgeist", que surgen en el hontanar de la historia.
o a / Gi ijju :
LEGALES EDICIONES
Según el profesor FRANZ WIEACKER, "la ciencia pandectística desde la cumbre de su
prestigio ha dado a Alemania un número brillante de clásicos en la ciencia del Derecho Civil
cuya gloria sobrevivió a su época".21
Fueron, pues, ios grandes pandectistas alemanes del siglo XIX ios que caracterizarían
clásicamente a esta escuela que, tuvo sus precursores en el siglo XVIII. Pero sus grandes
19 GIOVANNI PUGLIESE, “I Pandettisti fra tradizione romanística e moderna scienza del díritto”, en volu
men I; “Laformazione stórica del diritto moderno in Europa”, pág. 29, Firenze, Editora, M CM LXXVII.
20 PAUL KO SCHAKER, “Europa y el Derecho Romano”, pág. 382, Madrid, 1955.
21 FR A N Z W IEACKER, (1908-1994), acaso el más grande historiador alemán de nuestro tiempo, véase su
fundamental “Historia del Derecho Privado de la Edad Moderna”, pág. 390, Madrid 1957,
351
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
negocio jurídico: "Irrtum und Rechtsgeschaft" (Error y Acto Jurídico), 1879; "Gewonheis-
trecht und Irrtum" (Costumbre y Error), publicado en la Revista Archiv für die Civilistische
Praxis, vol. 66, p. 323 y ss.; "Luckem ¡m recht." (Las lagunas del Derecho), 1903; "Interna
cionales Privatrecht" (Derecho Internacional Privado), 1912, etc.
Una de las citas más frecuentes en las clases de León Barandiarán era la de von Tühr. El
profesor ANDREAS VON TÜHR nació en San Petersburgo, Rusia, el 14 de febrero de 1864
y murió en Zürich el 16 de diciembre de 1925. Brillante catedrático de Derecho Civil en la
Universidad de Estrasburgo de 1898 a 1918 y luego en la Universidad de Zürich desde 1920
hasta su muerte, fué autor de una célebre y muy citada, "Teoría General del Derecho Civil
Alemán", en seis volúmenes, traducción castellana con Prólogo del maestro Tullio Ascarelli,
f editorial Depalma, Buenos Aires 1946, hay una nueva edición, Madrid, 1999. El profesor
352
F il o s o f ía d e l D erech o
von Tühr escribió también un "Tratado de las Obligaciones" traducido al castellano en doi
volúmenes, editorial Reus, Madrid, 1934, traducción de Wenceslao Roces.
Toda reflexión sobre el Derecho de las Obligaciones y sobre el Acto Jurídico supone
una referencia ineludible al B.G.B. y al Z.G.B.
El gran autor del Código Civil Suizo de 1907 o Z.G.B., siglas de "Zivilgezetsbuch", fue
el profesor EUGEN HUBER, quien nació en Zürich, el 13 de Julio de 1849 y murió en
Berna el 23 de abril de 1923. Profesor de Derecho Civil en Basilea, Halle y Berna, fué au
tor de un "System und Geschichte des Schweizerisches Privatrechts", cuatro volúmenes,
que le valió ser nombrado Ministro de Justicia, proyectando el famoso Código Civil Suizo
(Zivilgezetsbuch) (Z.G.B.), que es el gran filtro que depura las abstracciones pandectístas
del B.G.B., y cuya estructura sirvió de modelo para el Código Civil Peruano de 1936, a
sugerencia de don Manuel Augusto Olaechea. Por tanto, el pensamiento de Hüber en
tra de lleno en el pensamiento jurídico de León Barandiarán y así lo demuestra en sus
reiteradas citas del gran maestro de Zürich, como la de otros ilustres comentaristas del
Código Civil Suizo, entre los que debemos mencionar a Rossel y Mentha, autores de
un "Manuel de Droit Civil Suisse", Lausanne, 1909. Así también debemos mencionar a
Wieland: "Kommentar zum Schweizerische Z.G.B."; a Schneider und Fick en su "Derecho
de Obligaciones suizo", 1896 y a Eugéne Curti-Forrer, en su "Commentaire du Code Civil
Suisse", Neuchatel, 1912.
354
F il o s o f ía d e l D erech o
cíales de Córdoba, República Argentina. Autor de "Luces y Sombras del Código Civil" en í
tomos, "Exégesis" en 6 tomos y de brillantes estudios en los Libros Homenaje, a José Leór
Barandiarán, Rómulo Lanatta, Mario Alzamora Valdez, Ulises Montoya Manfredi, Cario:
Rodríguez Pastor y de notables semblanzas de juristas como las de Hernando de Lavalle
Ernesto de la Jara y Ureta, Jorge Vega García, Raúl Ferrero Rebagliatti, Jorge Eugenio Cas
tañeda, Félix Navarro Irvine, Luís Echecopar García y Luís del Valle Randich, entre otros.
"Homo Jurídicus", ha encarnado como prototipo emblemático el estilo de vida que hí
exaltado Eduardo Spranger en un libro famoso: "Formas de Vida" al establecer los tipo;
de idiosincrasias humanas. Maestro por antonomasia, encarna un tipo ideal íntimamente
coherente y claramente determinado.
WERNER JAEGER ha dicho en su obra clásica: "Paideia: Los ideales de la Cultura Grie
ga", que: "La educación no es posible sin que se ofrezca al espíritu una imagen del hombre
tal como debe ser. Lo fundamental en ellas es la imagen anhelada del ideal". Así Sócrates
encarna clásicamente la gran figura ideal del maestro que prefiere antes morir que trai
cionar sus ideales. Romano Guardini lo ha evocado en su hermoso libro "La muerte de
Sócrates", encarándose a sus jueces y al destino.
Y así como Sócrates es la encarnación del ideal apolíneo, Jesucristo, centro del cosmos
y centro de la historia, es la encarnación de Dios y el redentor del hombre, como nos le
evoca Juan Pablo II en su luminosa encíclica "Redemptor Hominis", o es el "rabbí", el gran
maestro de las parábolas, según el evangelio de San Marcos, o "es la luz del mundo", "el
verbo encarnado", como dice la visión johánica, en el luminoso prólogo del cuarto evange
lio de San Juan, el discípulo a quien Jesús amaba.
Así, pues los grandes maestros irradian una luz inefable, como Irnerio, el célebre "lu
cerna iurls" de la escuela de Bolonia, cuya primera visión historiográfica se la debemos al
glosador Odofredo, allá en el siglo XIII y cuya última referencia que tengo se la debemos
a Piero Fiorelli en su estudio "Clarum Bononiensium Lumen" en el libro "Per Francesco
Calasso. Studi degli allievi", Bulzoni, editore, Roma, 1978, pág. 413 y ss.
Y si Irnerio y los Glosadores de Bolonia fueron los fundadores de la ciencia jurídica mo
derna, Savigny, y, luego, los pandectistas, grandes profesores de Derecho, fueron la gloria
del siglo XIX, forjadores de la "Rechtswissenschaft", como los maestros de la "Exégesis" ¡os
grandes Comentaristas del Código de Napoleón, fueron los forjadores de la "Science du
Droit Civil", así como Vittorio Scialoja fue el gran Patriarca de la "Scuola italiana del diritto",
en las que nos hemos formado todos investigando y estudiando a la luz de la gloriosa "R¡-
vista di diritto processuale" fundada y dirigida por Chiovenda, Carnelutti y Calamandrei, ¡os
célebres "caposcuolas" de la escuela clásica Italiana del proceso; o, estudiando, también
en la gloriosa "Rivista del diritto commerciale e del diritto generale delle obligazioni" que
fundaran Sraffa y Vivante y que años más tarde dirigiera Alberto Asquini, el autor del Libro
V del Código Italiano que trata "del lavoro", y leyendo la famosa "Rivista di Diritto Civile" la
fundada por Alfredo Ascoll en 1909 y, nuevamente, en 1954 por Walter Bigiavi o estudian
do a Franceso Messineo, el gran profesor de Milán, cuya "Teoría General del Contrato" y
LEGALES EDICIONES
cuyas doctrinas planteadas en su famoso "Manual del Derecho Civil y Comercial" son caras
a nuestro espíritu y al de Max Arias-Schreiber, quien lleva, también, la italianidad del De
recho en su mente, en su corazón y en su bibliografía, en la que, una y otra vez, resuenan
las citas de Barassi, Barbero, Messineo, De Ruggiero, Luzzato, Salandra, Trabucchi, y sobre
todo, lo que fluye como fuente del gran Código Civil Italiano de 1942 en su libro IV, que
trata de las Obligaciones y Contratos, cuyas doctrinas han sido fuente de inspiración de
nuestro Código.
En base a esta inspiración de origen franco-italiana y pandectista, forjada aquí en la
escuela sanmarquina, es oportuno recordar que su genial temple de jurista se puso de ma
nifiesto ya en su famosa tesis de bachillerato, encaminada al comentario del Libro Cuarto
del Código Civil de 1936, obra que está dedicada en su reedición de 1991, a la memoria de
355
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
los maestros Eleodoro Romero Romaña y Jorge Eugenio Castañeda y a su discípula Lucrecia
Maisch von Humboldt.
Es oportuno recordar lo que dijo Jorge Eugenio Castañeda al dictaminar esta tesis no
table, el 15 de julio de 1950. Dijo así:
"Señor:
Don Max Arias - Schreiber Pezet ha presentado un trabajo notable, por su
contenido y por su desarrollo, con el propósito de optar el grado de Bachiller
en esta Facultad.
Lo titula "Exposición y Comentario de los Derechos Reales del Código Civil
de 1936" y consta de cinco volúmenes, varios de los cuales exceden varias ve
ces la extensión que es usual y conocida y exigióle en las tesis elaboradas para
graduarse por nuestros alumnos.
Hace ya mucho tiempo, cuando el alumno Arias - Schreiber Pezet hubo
de consultarme el tema elegido, -los derechos reales- me pareció demasiado
ambicioso. Sin embargo, la lectura de esa obra ha satisfecho cualquiera exi
gencia mía en cuanto a la labor de investigación, a la doctrina que contiene y
a las conclusiones a que arriba. Conviene advertir que Arias - Schreiber ha sido
alumno distinguido del curso de Derecho Civil que dicto, como se comprueba
de las notas alcanzadas cuando era estudiante; y como maestro tiene que
producirme explicable satisfacción que la enseñanza que imparto haya produ
cido un libro de trabajo realmente excepcional no ya entre los estudiantes sino
entre los abogados mismos.
La tesis en cuestión supera con exceso, no sólo por la doctrina que se ex
pone, sino en extensión, a las breves monografías que los alumnos acostum
bran presentar para elegir el Bachillerato. Es frecuente que los estudiantes
confección un opúsculo, lo más reducido posible, a tal punto que la Facultad
se ha visto en la necesidad de reglamentar el tamaño y la extensión de es
tas elaboraciones, con el cual tiene el propósito de salvar, en el menor tiem
po posible, lo que a ellos se les aparece como obstáculo innecesario y previo
para la obtención del título de Abogado. Es así que entonces estos estudios
se han caracterizado siempre por su ninguna importancia, salvo muy pocas
excepciones. Han sido elegidos, investigados y redactados apresuradamente;
y, ciertamente, a los alumnos más les ha preocupado decidir cual de los temas
propuestos les habría de demandar menos esfuerzo.
Por fortuna, esto no ocurre con la tesis de Arias - Schreiber Pezet. La re
dacción de la misma ha demandado evidentemente un largo periodo; y por lo
que hace al trabajo de investigación se tiene que presumir fundamentalmente
que ha exigido varios años de riguroso esfuerzo.
Es evidente que esta obra de Arias - Schreiber Pezet merece ser conocida
y difundida entre los estudiantes, ya que la misma, por su claridad y sistemá
LEGALES EDICIONES
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F il o s o f ía d e l D erech o
Por lo que dejo expuesto, la tesis cubre todas las exigencias docentes para
ser considerada apta para colacionar el bachillerato.
Salvo más ilustrado parecer.
Jorge Eugenio Castañeda, Catedrático Titular".
Sustentada esta tesis ante el Jurado presidido por el doctor EMILIO F. VALVERDE, Voca
de la Corte Superior de Lima y profesor de los cursos de Familia y Sucesiones, en cuya:
cátedras dejó escritos sendos libros de Exégesis sobre su especialidad, el Jurado la apro
bó por unanimidad, recomendando su publicación. Esta notable tesis fue laureada con e
Premio de Fomento a la Cultura "Javier Prado" por ser la mejor tesis universitaria del añc
1950.
En 1955 el maestro José León Barandiarán fue nombrado Decano de esta Facultaa de
Derecho. Uno de sus primeros actos fue el de nombrar nuevos profesores, recayendo ta
designación en tres jóvenes brillantes: LUÍS BRAMONT ARIAS en Derecho Penal, CARLOS
FERNÁNDEZ SESSAREGO en Derecho Civil 12 Curso y MAX ARIAS - SCHREIBER PEZET er
Derecho Civil III: Contratos.
Yo tuve el privilegio de ser discípulo de los tres. De Carlos Fernández Sessarego fu
discípulo en la sección Doctoral en el curso de Derecho Comparado. De Luís Bramont Arias
fui discípulo en Derecho Penal II y de Max Arias Schreiber - Pezet en el curso de Contratos
Tengo, pues, el privilegio de dar un testimonio personal de los tres brillantes catedrá
ticos, mis maestros; y, por lo tanto, de hacer el enfoque comparado de estas tres grandes
vidas paralelas: un tridimensionalismo biográfico de la gloriosa escuela sanmarquina.
Bramont Arias, continuador de Abastos, ahondó así la dogmática escultórica de von
Liszt, Binding, Beling, Mayer, Mezger, von Hippel, y en el finalismo primigenio de la escuela
de Marburgo representado por el pensamiento de Leopoldo Zimmerl y Erich Schwinge,
cuyas doctrinas fueron recepcionadas por Juan del Rosal, Sebastián Soler y Luís Jiménez de
Asúa, -quien quiso enseñar en San Marcos, como el gran maestro español me lo contara
un día, allá en Chiclayo-,
Así la doctrina de la antijuricidad y de la culpa nos permitieron unificar, como a través
de un arco voltaico, los grandes polos contrapuestos del delito y del acto jurídico, cuya
teoría general unificada vislumbráramos escuchando las clases geniales de José León Ba
randiarán, tan llenas de virtuosismo pandectístico evocando siempre a Crome y a von Tühr
y a los otros grandes maestros de la escuela de los pandectistas.
Los maestros alemanes construyeron, no sólo los cimientos de esta teoría general del
campo unificado, que es la teoría del acto jurídico sino, básicamente, el "almafáustica" del
B.G.B., del Z.G.B., del "Códice Civile Italiano" y de la escuela civilista peruana.
CARLOS FERNÁNDEZ SESSAREGO, desde su tesis de bachillerato fue un pionero del
tridimensionalismo jurídico, pero su feudo y su reducto ha sido, incuestionablemente, el
Derecho de las Personas, cuyo análisis lo hace desde sus clases magistrales que se consa
LEGALES EDICIONES
gran en el Libro Primero del Código Civil.
MAX ARIAS - SCHREIBER PEZET, prestancia señorial, palabra rauda, y dominio concep
tual de la doctrina clásica.
Lo considero, pues, un clásico del pensamiento jurídico en el Derecho Civil, corno
cuando uno escucha la gran música de Mozart, tan clara, tan lu m inosa, ta n h e rm o s a .
En mi opinión, su pensamiento jurídico expuesto sistemáticamente en sus tomos de
"Exégesis" consagran a uno de los más formidables comentaristas del Código Civil Peruano
quien sigue programáticamente los lineamientos del Código Civil Peruano de 1984, del
cual fue uno de sus más notables redactores como ponente del Libro Vil que trata de las
fuentes de las Obligaciones, regulando la Teoría General del Contrato así como su Teoría
especial, e introduciendo contratos no previstos ni legislados en el Libro V del Código Civil
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Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
cupación apremiante evitar el abuso de quien establece el esquema e impone sus reglas
a la contraparte. Esta o se adhiere o simple y llanamente no celebra el contrato, lo que
agranda la brecha existente entre la parte fuerte y débil de la relación obllgaclonal. Habría,
en suma, que defender al consumidor y los artículos 1390 a 1401 están Inspirados en este
propósito, incluyendo las denominadas cláusulas generales de contratación.
Con posterioridad a la promulgación del Código hemos continuado Investigando este
complejo aspecto de la contratación para llegar a una conclusión fundamental: no bastan las
normas que figuran en el Código y se hace indispensable la dación de una ley del consumidor.
En el artículo 1402 existe otra regla que no contempla el Código derogado y de cuyo
contenido se desprende que el contrato, una vez cumplida su función de crear la obliga
f ción, deja de existir y lo que se mantiene en pie es la obligación ya generada.
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derecho: instrumento de liberación", en San Marcos Vox Juris, Lima, 1988 y reproducido
como el Capítulo I del libro "Libertad, Constitución y Derechos Humanos", publicado por la
Corte Superior de lea, editado por la Editorial San Marcos, Lima, 2003.
La reflexión sobre el concepto de persona se inicia con el libro "La noción jurídica de
persona", Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, 1- edición 1962, 2- edición
en 1968. Se desarrolla y amplía en los siguientes trabajos: "Sujeto de derecho y persona
natural" en "Libro Homenaje a Rómulo Lanatta", Cultural Cuzco, Lima, 1986; "La persona
y el derecho" en "Estudios jurídicos en homenaje al Dr. Rubén Guevara Manrique", Gráfi
ca Horizonte, Lima, 1999 y en la "Revista Jurídica del Perú", Ne 17, octubre-diciembre de
1998; ¿Qué es ser persona para el derecho? en el volumen "Derecho Privado. Homenaje
a Alberto J. Bueres", editorial Hammurabi, Buenos Aires, 2001 y en "Derecho PUC", N®
53, Universidad Católica, 2002; "Persona, personalidad, capacidad, sujeto de derecho: un
reiterado y necesario deslinde conceptual en el umbral del siglo XXI" en la "Revista Jurídica
del Perú", N2 28, Trujillo, febrero del 2002.
Sostengo que el pensamiento de Carlos Fernandez Sessarego constituye una antro-
posofía jurídica tridimensional inspirada en la Ontología existencial de Heidegger, en la
egología de Cossio, en la axiología de Max Scheler y en la hermenéutica de Gadamer y Paul
Ricoeur. El mismo maestro Fernandez Sessarego ha admitido en su libro "Nuevas Tenden
cias en el Derecho de las Personas" Universidad de Lima, 1990, pág. 143 y passim, que:
"Jamás, antes de ahora, se ha reflexionado tan intensa y profundamente sobre el hombre
como en el siglo XX. Bajo el influjo de la llamada filosofía de la existencia el hombre se ha
convertido en un problema para sí mismo. El ser humano ha vuelto su dispersa mirada,
originalmente dirigida hacia el mundo, sobre su única e instransferible realidad personal.
Se erige así en el centro de la reflexión filosófica contemporánea",24
"La filosofía exsitencial redescubre al hombre como ser libre. Libertad que hace de
la persona un ser creativo y responsabl, en continuo movimiento. No es algo compacto,
cerrado sobre sí mismo, acabado, como las 'cosas' que están en el mundo, fuera de su
contorno, que aparecen en la circunstancia del ser humano. No es un objeto. La libertad,
la comunicación, la interioridad, el sentido histórico-temporal de la existencia humana, se
constituyen en temas de meditación".
"Renace la fe filosófica y con ella, insurge la esperanza como fe cardinal. La vida se
presenta como un quehacer, como una tarea insosegable que recomienza cada día sin so
lución de continuidad, como un proyecto enderezado hacia la perfección, enrumbado al
futuro a partir del pasado. Se hace también posible la capacidad de redención inherente
al ser libre, que permite la aparición del hombre-nyevo que potencialmente existe en cada
uno de nosotros".25
"La historia nos demuestra que existen dos caminos para aproximarse al hombre. Uno
de ellos, que a nivel filosófico fue exclusivo del pasado, trataba al aser humano como un
o b je to de in v e stig a ció n p a ra las cien ica s, ta le s co m o la a n a to m ía la sico lo g ía , la fis io lo g ía
o la historia. Se aprehendía del hombre sólo aquello que lo enraiza en la naturaleza. Una
LEGALES EDICIONES
24 CARLOS FERNANDEZ SESSAREGO: “N u eva s Tendencias en el D erecho d e las P ersonas ”, pág. 143,
Universidad de Lima, Lima, 1990.
25 Ibíd., págs. 143-144.
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F il o s o f ía del D erech o
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Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
la subsecuente degradación del valor de la persona. Se presenta como una respuesta a una
creciente tendencia de 'despersonalización' que se advierte en nuestro tiempo".
"La filosofía de la existencia representa, de este modo, un útil y necesario esfuerzo del
pensamiento contemporáneo por comprender al hombre como un ser libre y creador, en
estructural comunicación con los demás seres, estimativo y comunitario. Representa un
despliegue fundamental por revalorizar a la persona como bien supremo".
"La filosofía de la existencia, que tiene como solitario antecedente en el siglo pasado
las inquietantes meditaciones de Kierkegaard y Nietzche, suscita en el presente siglo re
flexiones que trascienden al derecho. Ellas permiten comprender a lo 'jurídico' como un fe
nómeno cultural, como una extraordinaria creación humana destinada a asegurar, dentro
de la vida comunitaria, una justa, solidaria y pacífica convivencia. El derecho, para lograr
este propósito, debe tutelar los intereses existenciales, a fin de garantizar, a cada persona,
un espacio de libertad para el desarrollo de su personalidad en armonía con el interés
social".
"En lo que concierne al derecho, la filosofía de la existencia nos ha mostrado que es im
posible comprenderlo como una unidad totalizadora si es que no consideramos como sus
ineludibles supuestos a la libertad en cuanto ser del hombre, a la coexistencialidad como
dimensión estructural del ser humano y a la solidaridad como valor a realizar en la vida co
munitaria. La vivencia de la solidaridad, junto con la seguridad, propician el advenimiento
de la justicia y de la paz".29
"La filosofía de la existencia, en síntesis, ha facilitado la visión de los juristas en cuanto
a la centralidad de la persona en el derecho, a reconocerla como un fin en sí misma. Al
mismo tiempo, como corolario de lo anterior, a redimensionar el rol del patrimonio en
tanto indispensable instrumento con que cuenta el ser humano en su incesante proceso de
autocreación".
"Se debe también a la filosofía de la existencia el que se haya podido apreciar que en
la experiencia jurídica se integran, en dinámica unidad, en recíproca esencial exigencia, la
vida social humana -en tanto intersubjetividad- las normas como reglas de convivencia y
los valores como criterios para la regulación de la vida comunitaria. Es decir, para el desa
rrollo de lo que se conoce como la teoría tridimensional del derecho".
"Supuesto jusfilosófico de la identidad personal.- La filosofía de la existencia, decep
cionada por la jusfílosofía, ha permitido en tiempos recientes poner en evidencia un im
portante 'modo de ser' de la persona, el mismo que, como interés existencial, exige ser
jurídicamente tutelado. Se trata de la "identidad" del sujeto consigo mismo".
"La peculiar estructura del ser humano hace posible que éste, sin dejar de ser idéntico
a sí mismo, sea también, simultánea y estructuralmente, un ser coexistencia!. Es decir, un
ser que sólo puede ser aprehendido y comprendido dentro de la sociedad. Ambas dimen
siones se hallan presentes en la estructura del hombre".
"La persona es única, no obstante ser igual a todas las demás. La persona, cada per
so n a , es idéntica a sí misma. Ello es posible p o r el hecho de que su ser es 'ser libertad'. La
LEGALES EDICIONES
libertad que somos permite a cada persona elaborar su propio proyecto existencial, su
programa de vida, de acuerdo a valores, bajo el dictado de su personal vocación".90
Otro libro apasionante del maestro Fernández Sessarego que debería siempre leer
se por todos nosotros como lectura obligatoria es : "Mis maestros, mis amigos". Editora
Jurídica Grijley, Lima, 2007, en el que hace las semblanzas de Manuel Gonsalez Prada, de
Carlos Pareja, de Rafael Altamira, de Fernando Tola y en el que da cuenta de "El Aleph"
de Jorge Luís Borges, de Francisco Miro-Quesada Cantuarias, de Carlos Cossio, de Mario
364
F il o s o f ía d e l D erech o
Alzamora Valdez; de Raúl Ferrero Rebagliatti, de José Luís Bustamante y Rivera, del perfil
humano de Raúl Porras Barrenechea y, entre otros grandes, de José León Barandlarán,
quien "rompe con la tradición de que los juristas peruanos son, en su mayoría, nativos de
Arequipa; Lambayeque lo cuenta entre sus hijos predilectos, desde un mes de diciembre de
1899" ( pág. 397j. Discípulo de don Angel Gustavo Cornejo quien "fue, a nuestro entender,
el ser biográfico que encarnó el modelo de proyecto vital que escogió José León Barandia-
rán en el transcurrir de sus realizaciones valorativas" (pág. 398).
"Cornejo descubrió, en el trato hogareño, las altas dotes del joven León Barandiarán,
las mismas que consagró al llevarlo, en 1928, como catedrático auxiliar en el curso de
Derecho Civil que, con el carácter de principal, dictaba en la Facultad de Derecho de la Uni
versidad Nacional de San Marcos". "León Barandiarán ha estado permanentemente unido
al espíritu sanmarquino desde sus tiempos de estudiante" (pág. 399).
"José León Barandiarán ha sido el más eminente y destacado tratadista de Derecho
de nuestro país en los últimos cincuenta años. Durante este dilatado lapso se dedicó, con
admirable ahínco y ejemplar entrega a la investigación y a la docencia. El Derecho Civil
constituyó su constante pasión. León Barandiarán ocupa un lugar de privilegio entre los
más importantes juristas que ha conocido el derecho nacional a través de los tiempos"
(pág. 404).
"Léon Barandiarán, nuestro maestro y amigo, fue, sin embargo, mucho más que el
mayor y más ilustre de los civilistas peruanos de la generación que nos precedió. Su preo
cupación por el hombre, su honda vocación intelectual, su curiosidad científica, su calidad
humana, hicieron, de él un humanista cabal"(pág. 404).
“Su fina y excepcional sensibilidad, su amor por la lectura y la reflexión, lo llevaron a
otros campos del saber. Fue un hombre de exquisita cultura. Su vasta y polifacética obra
así lo acredita" (pág. 405).
"Una de las últimas y decisivas tareas de la fecunda vida de León Barandiarán fue la
de haber intervenido en la redacción del Código Civil...El Código Civil de 1984 pretendió
plasmar, a través de su articulado, una nueva visión del Derecho, empeño difícil de lograr a
plenitud si se tiene en cuenta las circunstancias históricas y políticas en las que se redacta
este nuevo Código. No obstante, más allá de los aciertos técnicos de las nuevas institucio
nes que incorpora, de su sistemática, lo más importante del Código Civil de 1984 es, como
seguramente lo recogerá la historia, su afán por superar una concepción individualista y
patrimonialista del derecho, la misma que impera en el mundo jurídico desde la promulga
ción del extraordinario Código Civil de los franceses de 1804" (pág. 421).
"La tradicional visión de lo jurídico, cuya vigencia se cuestiona en nuestro tiempo, deja
paso, paulatinamente, a una nueva óptica de raíz personalista y solidaria, en la cual el ser
humano, en tanto sujeto de derecho, se convierte en el eje y centro indiscutido del quehacer
ju ríd ic o . La persona humana, en su doble e inescimdible vertiente de ser individual, idéntico
a sí mismo, y simultáneamente ser coexistenciaI o comuniatrio, no se reduce a la limitada
e irreal visión propia de un mero individuo, aislado de lo social, encerrado en sí mismo,
LEGALES EDICIONES
prescindiendo egoístamente de los demás, de los otros. El ser humano se presenta tal cual
efectivamente es: un ser personal y solidario, donde lo individual y lo social son aspectos
indesligables de su ser. El patrimonio, dentro de este planteamiento, es tan solo un indis
pensable instrumento del que se vale la persona humana para realizarse integralmente, en
armónica concordancia con el interés social del cual participa" (pág. 421).
“La nueva concepción del Derecho que insurge con fuerza en este nivel de la historia se
traduce, en alguna medida, en ciertos Libros del Código Civil de 1984, con más intensidad
en unos que en otros. Tal vez esta comprobación se hace más patente, más elocuente, en el
Libro Primero, dedicado al Derecho de las Personas, en el Libro de Fuentes de las Obligacio
nes y en el Derecho de Familia. Esta desigual influencia es explicable si se considera tanto A
el hecho de que no todos los miembros de la Comisión Reformadora participaban de dicha H¡
365
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
posición, como que en aquellos Libros es más notoria que en otros la concreción normativa
de los nuevos principios" (págs. 421-422).
"El Código Civil de 1984 es, a nuestro entender, la expresión de una época de transición
entre un largo período, en el que se hizo patente la crisis del derecho, y otro que recién aflo
ra, y es por ello apenas perceptible para un buen número de hombres de derecho. Es decir,
entre una época en que los juristas, a través de varios decenios, van tomando conciencia
de las insuficiencias y limitaciones de una concepción jurídica que no reflejaba más la cam- f
biante realidad del mundo y otra que surge cuando los jusfilósofos y los juristas empiezan £
a comprender la necesidad de superar una óptica puramente individual y patrimonialista j
por otra concepción que dé razón de la experiencia histórica y jurídica tai cual ella es" (
(pág. 422). £
Para mi es altamente significativo que quien constituye uno de los más grandes repre- f
sentantes de la escuela civilista peruana y, acaso su caudillo, muertos León Barandiarán,
Rómulo Lanatta y Max Arias Schreiber-Pezet, nos diga que la escuela peruana del Derecho
Civil "empieza a bosquejarse como fruto del actual nivel histórico-cultural, tiende también 5
o sustituir las tradicionales visiones unidimensionales del Derecho, que privilegian alguna
de sus tres dimensiones con exclusión de las otras, por una que concuerda con la experien
cia jurídica. En ésta se advierte que el fenómeno jurídico se presenta como la interacción
dinámica de tres elementos insustituibles como son la conducta humana, los valores y las
normas jurídicas. Es decir, se opta por una concepción global y totalizante del Derecho"
(pág. 428).
Para terminar debo dejar constancia que la gran fuente de inspiración en el pensa
miento de Carlos Fernandez Sessarego y, en general, de la escuela civilista peruana está
constituida por la fecunda doctrina italiana y de sus grandes clásicos -d e los que he dado
cuenta en el capítulo 21 de este libro-, a los que me permitiría añadir los libros del profe
sor Adriano de Cupis: "i diritti della personaiitá", 2 vols., Ed. Giuffré, Milano, 1959; "Teoría
e pratica del diritto civile" Ed. Giuffré, Milano, 1967; "II danno. Teoría generóle della res-
ponsabilitá civile", Giuffré Milano, 1970; así como también el luminoso pensamiento de
don Dalmacio Vélez Sarsfield, a través de sus esclarecedoras notas al Código Civil Argentino
de 1869 en su edición de La Pampa de 1883 y de su ulterior desarrollo por la gran escuela
civilista argentina.
366
F il o s o f ía d e l D erech o
Felipe Osterling fué uno de los más brillantes profesores de Obligaciones a nivel mun
dial. Por ello es que desde 1957 se desempeñó hasta su muerte como Profesor Principal en
la Universidad Católica en la que fue Decano de la Facultad de Derecho entre 1970 a 1972.
Fué Profesor Honorario en la Universidad San Agustín en Arequipa, en la Universidad Ca
tólica Santa María de Arequipa y en la Universidad Femenina del Sagrado Corazón (UNIFE);
fué Profesor Visitante en las Universidades de Notre Dame, Harvard, Georgetown, Nueva
York y Columbia. Por todo esto es que sus amigos, sus colegas y nosotros los magistrados
votamos por él para el Decanato del Colegio de Abogados de Lima, que lo fue en 1995.
Decía Felipe en la pag. 369 y ss. de su libro de memorias "Páginas del Viejo Armario" que:
"Si alguna vez me ha invadido una felicidad plena y total fue el día en que resulte elegido
Decano del Colegio de Abogados de Lima, el inolvidable 10 de diciembre de 1994. Rebo
sante de alegría, no sabía que hacer conmigo mismo. Sentí que era todo cuanto podía y
debía esperar como compensación en mi carrera profesional y la entrega de mi vida a los
valores morales, intelectuales y cívicos por el Derecho".
Su amor por el Derecho lo expresó, tanto en su tesis como desde su primer día de cla
ses, en las aulas universitarias según su propia evocación en un cautivante libro de memo
rias que intitula "Páginas del Viejo Armario" y en el que, en la p. 73, nos dice: "ya alumno
de la facultad, me encandiló el Derecho y lo introduje en mi vida con la misma vehemencia
que hasta entonces había sentido solo por los deportes. Desde aquella inolvidable primera
clase en la que se nos planteó el debate sobre la pena de muerte, los cursos, la compleji
dad de las materias, el universo inexplorado de los Códigos, los principios y la doctrina, los
profesores y los nuevos amigos, me cambiaron la vida para siempre".
Nos narraba también su práctica en el estudio de su tío el doctor Félix Navarro Irvine
y de los desafíos que esa práctica implicaba: "los estudios de abogados no tenían secre
tarías y el trabajo consistía en el mecanografiado de informes y documentos consagrados
a tipear, en una pesada, ruidosa maquina mecánica. Bajo las indicaciones de los aboga
dos y respetando el estilo de los escritos jurídicos, se preparaban los borradores. Una vez
corregidos por el abogado, había que tipearlos nuevamente"... "Los abogados corregían
nuestros escritos, añadían comentarios, disposiciones procesales u opiniones jurídicas y
nos devolvían el documento para volver a tipearlo en papel sellado y en limpio. En el ca
mino aprendíamos los misterios de la ciencia del Derecho y los secretos del ejercicio de la
profesión... pienso que también tuve mucha suerte... porque sucede que no era solamente
amanuense y mecanógrafo, era además telefonista y conserje. Me ocupaba de recibir y
transmitir los mensajes telefónicos, comprar los cigarrillos de los abogados, el papel sella
do que se usaba entonces y las ocasionales coca colas, amén de cumplir gestiones o encar
gos personales en la calle. Lo único que no hice fue barrer el estudio". "La segunda función
más importante consistía en llevar los escritos y documentos del estudio a los escribanos
de aquella época..." "Tengo muy gratos recuerdos de los escribamos que trataban a los
amanuenses con gran simpatía y cordialidad. A los 17 años y hasta los 20 me llamaban
'doctorcito'. Luego me graduaron y pasé a ser 'doctor', mucho antes de que la Universidad
me otorgara título alguno".31
LEGALES EDICIONES
Largas las evocaciones y recuerdos en un libro ya clásico de antología que es "Páginas
del viejo armario".
Acaso, nadie mejor que LUÍS BEDOYA REYES, gran estadista, gran jurista, gran caudillo,
líder del Partido Popular Cristiano -(el Perú se perdió con él a quien debió ser el Presidente
de la República más notable del siglo XX, y no lo fue porque Basadre ha definido al Perú
como "el país de las oportunidades perdidas")-, sintetizando lo mucho que habría que
decir de Felipe, ha dicho en la página 13 del Prólogo a este cautivante libro: "Sostiene
Felipe que en cada trance de su vida una especie de hada protectora lo ha ayudado a re-
31 FELIPE OSTERLING: “Páginas del viejo armario”, pág. 77, fundación M.J. Bustamante de la Fuente,
Lima, 2005.
367
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
solver problemas y escalar posiciones. Pretextos de modestia verbal. Creo que su carácter
sereno pero firme, tenaz pero sin porfía, libre de fundamentalismos siempre sectarios,
abierto para escuchar y lúcido para resolver, ha sido, independiente o concretamente, el
imán que lo ha aproximado a sus metas. Pero también la seguridad en sí mismo con cierto
arrebato audaz: llamado la víspera de iniciarse el año 1971 por su maestro universitario
y Vocal de la Corte Suprema de Justicia don Andrés León Montalván, recibe la noticia de
que la Corte Suprema de la República lo ha designado su representante en la Comisión
Reformadora del Código Civil, instalada años atrás, pero detenida en sus trabajos. Menudo
privilegio. La Corte Suprema, en vez de nombrar a uno de sus miembros, lo había escogido
a él. Tardó en percatarse que el representante de la Corte Suprema presidía la Comisión
Reformadora, ia que estaba integrada por eminencias que habían sido sus maestros y sus
jefes en el trabajo profesional: José León Barandiarán, Félix Navarro Irvine, Jorge Eugenio
Castañeda, Max Arias Schreiber Pezet, Jorge Vega García. Osterling tenía entonces treinta
y ocho años y pasaba a presidir en tareas concretas de jurista al más esclarecido grupo que
en ese momento tenía el Perú. No se amilanó. Catorce años duró su tarea que culmina con
la promulgación del Código Civil de 1984".
Mucho se ha escrito y se escribirá aún sobre su monumental "Tratado de las Obliga
ciones" escrito en colaboración con su discípulo y hoy gran profesor de Obligaciones y de
Contratos en la Universidad Católica, en la Universidad de Lima y en la Universidad Feme
nina, Mario Castillo Freyre.
Luís Bedoya Reyes en el Prólogo citado nos recuerda las palabras de Fernando de Tra-
zegnies Granda, en la nota del editor y las del maestro Guillermo A. Borda, el ilustre caudi
llo de la escuela civilista argentina, cuyo juicio - que enaltece no solo a Felipe Osterling sino
a la escuela civilista peruana -, es digno de recordar.
"A juicio de Max Arias Schreiber 'la Teoría General de las Obligaciones' es en opinión
de quien hace esta presentación, el trabajo más logrado que se ha escrito en el Perú sobre
una materia ordinariamente abstracta y fundamentalmente técnica y que no tiene nada
que envidiar a los tratadistas extranjeros, en la segunda parte del Tratado, la más extensa,
se hace el análisis de cada uno de los artículos del Código Civil Peruano en materia de
Obligaciones logrando un acabada exégesis del Libro VI. El método empleado ha sido nove
doso al tiempo que completo. Nunca se habían desmenuzado los dispositivos de un Código
tan profundamente. Partiendo de las fuentes nacionales de cada precepto, se pasa a las
fuentes y concordancias extranjeras. Luego se analiza cada dispositivo y, finalmente, las
concordancias; llegando a plantear, en ciertos supuestos, una redacción para una eventual
modificación de ciertos preceptos... El Tratado de las Obligaciones de Felipe Osterling Pa-
rodi y Mario Castillo Freyre se ubica, como una de las más extraordinarias contribuciones
al Derecho Civil a nivel mundial. Enriquece con generosidad la doctrina civilista peruana y
extranjera y constituye un aporte que consagra en forma definitiva a sus autores, demos
trando plenamente la existencia y avances de la escuela peruana del Derecho Civil"
A modo de antología, permitidme extractar unos párrafos inmortales de la página 58
y passim del tomo I de esta obra luminosa: "el principio fundamental de los redactores
LEG A LES ED ICIO N ES
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F il o s o f ía d e l D erech o
"Agregan los Mazeaud que el liberalismo del siglo XIX, que se apoyaba sobre los Có
digos Napoleónicos, condujo al aplastamiento de los más débiles por los más fuertes. ,.a
clase obrera, sin organización todavía, fue reducida a miserables condiciones de vida que
le eran impuestas por el patrón, sometido a su vez al régimen de la libre competencia. La
intervención del Estado, añaden, apareció como necesaria para reaccionar contra los exce
sos del liberalismo. Los intereses del grupo, el bien común, no deben ser sacrificados a los
interes egoístas del individuo. La libertad contractual, dicen los Mazeaud, apareció con fre
cuencia como un simple engaño, por no tener en realidad, y en ciertas situaciones, libertad
alguna el contratante. El obrero, el pasajero transportado, el asegurado, están obligados,
por la fuerza de las cosas, a contratar sin poder discutir las condiciones que se le imponen.
Los redactores del Código Civil sólo habían considerado el contrato nacido de una libre dis
cusión, concluido de mutuo acuerdo por dos contratantes situados en plano de igualdad.
La ruptura del equilibrio que se produjo en los contratos de adhesión -aquellos a que se
adhiere una parte sin poder discutir- forzaron al Estado a intervenir para fijar las tarifas
y las condiciones del transporte, las reglas esenciales de los contratos de seguros, las de
los contratos de arrendamiento rústico o urbano". "En realidad, puesto que el contrato de
adhesión no es acuerdo libremente consentido, pues sus cláusulas son impuestas a una de
las partes, ya que en esta discusión es casi total la quiebra de la libertad, resulta normal
que algunas reglas imperativas, trazadas por el legislador, restablezcan el equilibrio y la
libertad rotos, que el contrato sea 'dirigido' por el legislador''.32
"El 'legislador de emergencia' no puede, sin embargo, prever todas las circunstancias
suscitadas. Las leyes se dictan para casos generales, no para casos concretos".
"El Poder Judicial carece frecuentemente de normas expresas, de 'leyes de circuntan-
cias', que le permiten revisar todos los contratos vigentes de prestaciones diferidas, perió
dicas o continuadas, en los que se hayan producido severos desequilibrios económicos".
"Y apela entonces a la teoría de la imprevisión, a esos principios olvidados por los
codificadores del siglo XIX, que actuaron influenciados por la fórmula concluyente del ar
tículo 1134 del Código Napoleón. La imprevisión es la tesis que lo faculta a intervenir en el
contrato en curso cuando "las circunstancias existentes en el momento de su celebración
han variado".
"Es el principio rebus sic stantibus, considerado por los canonistas de la Edad Media
y los post-glosadores como implícitamente incorporado en cada contrato. Es la excepción
a la regla pacta sunt servanda, al permitir la revisión del contrato cuando se modifican las
situaciones de hecho existentes en la época de su celebración".
"Sobre esta materia, la primera resolución importante de la Corte de Casación France
sa es dictada en el año 1876 en el caso Capronne. Esta resolución inspiró permanentemen
te a la Corte de Casación Francesa y constituyó el pensamiento definitivo de este Tribunal".
"Capronne, un famoso ingeniero, recibió el encargo de contribuir un canal de rega
dío para ser aprovechado por los propietarios de los predios colindantes. El plazo para el
pago de las cuotas periódicas que debía abonar cada uno de esos propietarios era muy
amplio. En el curso del contrato surge una cinscunstancia imprevista, la guerra de 1870, LE G A LE S ED ICIO N ES
que produjo una notable desvalorización monetaria. Capronne recibiría en cada cuota,
moneda desvalorizada. Ello determinó que reclamara judicialmente un aumento de las
cuotas pactadas".
"La Corte de Aix declaró fundada la demanda de Capronne, considerando que en los
contratos de tracto sucesivo se admitía su modificación cuando ya no existía una correla
ción equitativa entre las prestaciones. La Corte de Aix llegó aún más lejos. Sostuvo que el
32 FELIPE O STERLING PARODI - M ARIO CASTILLO FREYRE: “ Traído de las obligaciones” tomo I,
pág. 5 9 -
369
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
artículo 1134 del Código Francés, donde se dispone que los contratos tienen fuerza de ley
entre las partes que los han celebrado, no era aplicable a los contratos de tracto sucesivo".
"Este fallo modificado por la corte de Casación Francesa, quien declaró que los tribu
nales no estaban facultados, ni aun en los contratos de tracto sucesivo, para modificar los
pactos entre las partes".
"El precedente del caso Capronne determinó que, al estallar la Primera Guerra Mun
dial, transformándose las condiciones económicas y los precios, multiplicándose las alzas y
las bajas imprevistas, los tribunales franceses se resistieran a aplicar la teoría de la Imprevi
sión, considerando que ella no había sido consagrada, ni implícitamente ni explícitamente,
por el texto legal".
"En Francia fue preciso que después de apasionados debates se promulgara la ley Fa-
lllto el 21 de enero de 1919, que permitía a un comerciante sustraerse a las consecuencias
de sus compromisos cuando no había podido prever lo oneroso que se tomarían por obra
de la guerra, para que los tribunales revisaran los contratos de ejecución diferida, conti
nuada o periódica. Fue pues necesaria la dación de una "ley de emergencia".
"Caso contrario ocurrió con los tribunales alemanes e italianos, en especial con los pri
meros, que elaboraron una copiosa jurisprudencia acerca de la teoría de la imprevisión".
"Los tribunales alemanes, usando un Código más flexible y moderno que la ley fran
cesa, y sin el texto riguroso del articulo 1134 del Código Napoleón, consideraron que el
legislador había sancionado implícitamente, en distintas normas legales la teoría de la im
previsión".
"El Poder Judicial italiano trabajó activamente con los mismos conceptos. Justamente
la jurisprudencia y doctrina italianas conducen al legislador de 1942 a consagrar con una
expresión afortunada -'excesiva onerosidad de la prestación'- la formula legislativa de la
teoría de la imprevisión".
"Este texto legal significa, en buena cuenta, la correción de un importante desequili
brio sobreviviente entre las prestaciones, pues la prestación excesivamente onerosa supo
ne, correlativamente, otra prestación insuficientemente onerosa. Y autoriza la revisión del
contrato en curso cuando concurren las circunstancias que la ley señala. Es este principio
italiano el que, con la misma denominación, ha sido incorporado en el nuevo Código Có
digo Civil Peruano de 1984. El permite a los jueces, en los contratos conmutativos de eje
cución continuada, periódica o diferida, si la prestación llega a ser excesivamente onerosa
por acontecimientos extraordinarios e imprevisibles, reducir o aumentar la contrapresta
ción, a fin de que cese la excesiva onerosidad".
"En suma, la plena autonomía de la voluntad, de Inspiración francesa, acogida legis
lativamente por el artículo 1134 del Código Napoleón, tiende a restringirse. Ello obedece
a la inspiración del Código Alemán, al auge de los contratos de adhesión y de trabajo, a la
Intervención del Estado en los contratos en curso y al desarrollo de la teoría de la impre
visión, que se plasma en los nuevos Códigos con el instituto de la "excesiva onerosidad de
LEG A LES E D IC IO N ES
la prestación"!33
El "Tratado de las Obligaciones", tomos I al XVI, escrito conjuntamente con un brillante
joven profesor, Mario Castillo Freyre, fue publicado entre 1994 y el 2003 por el Fondo Edi
torial de la Pontificia Universidad Católica.
Recientemente, Felipe Osterling y Mario Castillo Freyre, han escrito una obra de sínte
sis Intitulada "Compendio de Derecho de las Obligaciones", con la colaboración de Veróni
ca Rosas Berastaín, editada por Palestra Editores, Lima - 2008, 1002 páginas.
I 33 FELIPE O STERLING PARODI - M ARIO CASTILLO FREYRE: “ Tratado de las obligaciones”, tomo I,
págs. 63 a 66.
370
F il o s o f ía d e l D erech o
"Las Obligaciones", 8§ edición, 286 páginas, Editorial Grijiey, Lima, febrero del 2007, es
otro brillante libro de síntesis de este gran maestro a quien todos admiramos.
Pero Felipe Osterling ha dedicado a este brillante tema una serie de estudios e inves
tigaciones que abarcan más de ciento diez publicaciones, a cual más profunda y luminosa:
"Manual de las Obligaciones". Libro sobre el método de enseñanza del Derecho de
Obligaciones publicado por la Pontificia Universidad Católica del Perú para los estu
diantes de esta materia.
"Retos y Logros". Publicado en abril de 1981 por el Ministerio de Justicia.
"En Justicia". Publicado en marzo de 1983 por el Centro de Documentación e Informa
ción Andina (CDI). En este libro se relatan las experiencias del autor sobre la reinstau
ración de la democracia en el Perú, luego de haber sido Ministro de Justicia entre los
años 1980 y 1981.
"Las Obligaciones". Publicado en ocho ediciones entre 1985 y 2007, las siete primeras
por el Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú y la última por Edi
tora Jurídica Grijiey E.I.R.L. Este libro constituye, en rigor, la exposición de motivos del
libro sobre las obligaciones en el Código Civil de 1984.
"Tratado de las Obligaciones"Tomos I al XVI. Publicados entre 1994 y 2003 por el Fon
do Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Estudio sobre las Obligaciones Dineradas en el Perú. Publicado en México, en 1995,
por la Universidad Nacional Autónoma de México.
"Compendio de Legislación Civil". Publicado en marzo de 2002 por el propio autor. "La
Mora". Publicado en el año 2004 por Editorial San Marcos.
"Páginas del viejo armario". Publicado por la Fundación Manuel J. Bustamante de la
Fuente en el año 2005. Este libro es autobiográfico.
"La revisión de los contratos por el Poder Judicial". Revista del Foro del Colegio de Abo
gados de Lima. Nuevas Orientaciones del Derecho. Lima, 1965.
"Inmutabilidad de la cláusula penal". Derecho. Órgano de la Facultad de Derecho de la
Pontificia Universidad Católica del Perú, n.° XXIV, Lima, 1965.
“Elpago con efectos de cambio". Thémis. Revista de Derecho editada por estudiantes
de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú, n.° 1, año 1,
octubre a diciembre de 1965.
¿Cómo opera la compensación en el Derecho Civil comparado?. Thémis. Revista de De
recho editada por estudiantes de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad
Católica del Perú, n.° 5, año 3, Lima, segundo semestre de 1967.
"Inejecución de las obligaciones contractuales en el Código Civil Peruano de 1936: la
indemnización de daños y perjuicios". Tesis para optar al grado de Doctor en Derecho
en la Pontificia Universidad Católica del Perú, 1967.
"De las obligaciones y de sus modalidades y efectos. Anteproyecto". En: Proyectos y LEGALES EDICIONES
anteproyectos de La reforma del Código Civil. Tomo II. Lima: Fondo Editorial de la Pon
tificia Universidad Católica del Perú, 1980.
“De las Obligaciones con Cláusula Penal. Materiales de enseñanza del curso de obli
gaciones." Recopilación de lecturas de diversos autores. Lima: Pontificia Universidad
Católica del Perú, 1982.
Draft Civil Code of Perú. Lawyers ofthe Americas. The University of Miami. Journal of
International Law. vol. 14, n.° 3,1983.
"Inejecución de obligaciones". Biblioteca Para leer el Código Civil. Vol. I. Lima: Fondo
Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 1984.
371
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
en ci tercer milenio. Libro en homenaje a Atilio Aníbal AiterinL Alberto José Bueres y
Afda Kernelmajer de Carlucci (directores). Buenos Aires: Abeledo-Perrot, 1997.
“La pérdida en las obligaciones de dar bienes ciertos y la teoría del riesgo". En. Normas
Legales. Legislación, Jurisprudencia y Doctrina. Tomo 286, marzo, 2000.
"Algunos Conceptos sobre la Teoría General de las Obligaciones", (en co-autoría con
el Doctor Mario Castillo Freyre). En: "Homenaje por el Centenario del Nacimiento del
Doctor José León Barandiarán". Tomo II, Fondo Editorial del Congreso del Perú, Lima,
2000 .
"Las Obligaciones de Hacer y de no Hacer" (en co-autoría con el Doctor Mario Castillo
Freyre). Academia Peruana de Derecho, Libro en Homenaje a Javier Vargas y Vargas,
Lima, 2000.
372
F il o s o f ía d e l D erech o
"La Compensación", (en co-autoría con el Doctor Mario Castillo Freyre). Revista Scri-
bas, n9 4, año II, Arequipa, 1998.
"La Condonación" (co-autoría con el Doctor Mario Castillo Freyre). Jus et Ventas, Re
vista editada por estudiantes de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad
Católica del Perú, n9 18, año IX, Lima, 1999.
"El Mutuo Disenso" (en co-autoría con el Doctor Mario Freyre). Cathedra, Revista de
los estudiantes de Derecho de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, n9 4, año
III, Lima, mayo, 1999.
"La Transacción" (en co-autoría con el Doctor Mario Castillo Freyre). Derecho, Revisca
de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú, n9 57, corres
pondiente a diciembre de 1997, publicado en octubre de 1999.
"Algunas Consideraciones sobre la Responsabilidad Contractual y Extracontractual
en el Contexto del Código Civil de 1984" (en co-autoría con el Doctor Mario Castillo
Freyre). Cathedra, Revista de los estudiantes de Derecho de la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos, n9 5, año III, Lima, 1999.
"La Pérdida en las Obligaciones de Dar Bienes Ciertos y la Teoría del Riesgo" (en-auto-
ría con el Doctor Mario Castillo). Normas Legales, Revista de Legislación, Jurispruden
cia y Doctrina, Tomo 286, Trujillo, marzo, 2000.
"El Incumplimiento en las Obligaciones Indivisibles y Solidarias" (en co-autoría con al
Doctor Mario Castillo Freyre). Revistas de Abogados, n9 4, año III, Lima, mayo, 2000.
"La Transferencia de Propiedad en el Perú" (en co-autoría con el Doctor Mario Castilio
Freyre). "lus et Praxis". Revista de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de ¡a
Universidad de Lima, correspondiente a enero-diciembre de 1999, publicado en no
viembre del 2000.
"El Derecho Sucesorio y las Obligaciones de Sujeto Plural" (en co-autoría con el Doctor
Mario Castillo Freyre). De lure, n9 2, año II, editada por alumnos de la Facultad de De
recho de la Universidad de Lima, 2000.
"Los Intereses Compensatorios y Moratorios" (en co-autoría con el Doctor Mario Cas
tillo Freyre). Notarius, Revista del Colegio de Notarios de Lima, n9 10, año X, Urna,
2000 .
"Las Obligaciones de dar Bienes Inciertos" (en co-autoría con el Doctor Mario Castillo
Freyre). Notarius, Revista del Colegio de Notarios de Lima, n9 9, Año IX, Lima, 1999,
publicado en el año 2000.
"Las Relaciones Internas entre los Deudores y entre los Acreedores de Obligaciones
Indivisibles y Solidarias" (en co-autoría con el Doctor Mario Castillo Freyre). Revista
Biblioteca del Colegio de Abogados de Lima, n9 2, año 1, Lima, diciembre, 2000.
"El Tema Fundamental de las Obligaciones de Medios y de Resultados frente a la Res
pon sabili dad Civil" (é n co -a u to ría con el D o c t o r M a r i o Castillo Fre yre ). D e re ch o , Revis
LEGALES EDICIONES
ta de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú, n9 53, Lima,
diciembre, 2000.
“ R e f l e x i o n e s e n t o r n o al C u m p l i m i e n t o e n la s O b l i g a c i o n e s I n d i v i s i b l e s y S o l i d a r i a s "
(en co-autoría con el Doctor Mario Castillo Freyre). Cathedra, Revista de los estudian
tes de Derecho de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, n9 7, año IV, Lima,
diciembre, 2000.
"LOS Medios Extintivos Distintos al Pago y las O bli gacio nes Indivisibles y Solidarias" (e n
co-autoría con el Doctor Mario Castillo Freyre). Revista Jurídica del Perú, n9 18 a ñ o Li,
Trujillo, enero, 2001.
"Las Obligaciones Conjuntivas", (en co-autoría con el Doctor Mario Castillo Freyre).
Abogados, n9 5, año III, Lima, marzo, 2001.
373
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
"Consideraciones Generales Acerca del Pago de Intereses" (en co-autoría con el Doc
tor Mario Castillo Freyre). Advocatus, Revista de los alummos de la Facultad de Dere
cho de la Universidad de Lima, 2001.
"El Nominalismo y el Valorismo en el Perú (Primera Parte)" (en co-autoría con el Doc
tor Mario Castillo Freyre). Revista Jurídica del Perú, n2 20, año Ll, Trujillo, marzo, 2001.
"El Nominalismo y el Valorismo en el Perú (Segunda Parte)" (en co-autoría con el Doc
tor Mario Castillo Freyre). Revista Jurídica del Perú, n2 21, año Ll, Trujillo, marzo, 2001.
"El Nominalismo y el Valorismo en el Perú (Tercera Parte)" (en-co-autoría con el Doc
tor Mario Casrtillo Freyre). Revista Jurídica del Perú, n.° 22, año Ll, Trujillo, mayo, 2001.
"Algunos Conceptos Generales sobre el Pago por Consignación" (en co-autoría con el
Doctor Mario Castillo Freyre). Folio Real, Revista Peruana en Derecho Registral y Nota
rial, n2 5, año II, Lima, junio, 2001.
"La Dación en Pago" (en co-autoría con el Doctor Mario Castillo Freyre). Ipso Jure,
Revista de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Tecnológica del
Perú, n2 1, Lima, junio, 2001.
"La Transmisión de las Obligaciones a los Herederos" (en co-autoría con el Doctor Ma
rio Castillo Freyre). Abogados, n2 6, año III, Lima, julio, 2001.
"Quién puede efectuar el Pago y quién está en aptitud de hacerlo" (en co-autoría con
el Doctor Mario Castillo Freyre). Derecho y Sociedad, Revista editada por estudiantes
de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú, n2 16, año XII,
Lima, agosto, 2001.
"La Imputación del Pago" (en co-autoría con el Doctor Mario Castillo Freyre). Revista
Bibliotecal, del Colegio de Abogados de Lima. N2 3, año 2, Lima, noviembre, 2001.
"Algunas Consideraciones acerca del Pago" (en co-autoría con el Doctor Mario Castillo
Freyre). En: Cathedra, Revista de los estudiantes de Derecho de la Universidad Nacio
nal Mayor de San Marcos, n2 8, año V, Lima, noviembre, 2001.
"La Subrogación Legal o de Pleno Derecho" (en co-autoría con el Doctor Mario Castillo
Freyre). Abogados, n2 7, año IV Lima, enero, 2002.
"Historia del Sistema Francés de Transmisión de la Propiedad Inmueble" (en co-auto-
ría con el Doctor Mario Castillo Freyre). Lumen, Revista de la Facultad de Derecho de
la Universidad Femenina del Sagrado Corazón, n2 1, año 1, Lima, enero, 2002.
"El Pago Indebido y quien lo recibe de buena fe" (en co-autoría con e¡ Doctor Mario
Castillo Freyre). Revista Jurídica del Perú, n2 36, año LlI, Trujillo, julio del 2002. Este
artículo fue publicado nuevamente en el libro Doctrina Contemporánea, publicado por
Editora Normas Legales S.A.C., Trujillo, mayo, 2003.
"La Novación Objetiva" (en co-autoría con el Doctor Mario Castillo Freyre). Revista
Jurídica del Perú, n2 37, año Lll, Trujillo, agosto, 2002.
"Clases de Compensación" (co-autoría con el Doctor Mario Castillo Freyre). Revista
LEGALES EDICIONES
374
F il o s o f ía d e l D erech o
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J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
La Responsabilidad Civil por Accidentes de Tránsito. (En co-autoría con el doctor Mario
Castillo Freyre). Libro homenaje al doctor Jorge Avendaño Valdez. Noviembre 2002.
Algunas Reflexiones sobre los Actos Discriminatorios y la Responsabilidad Civil. Libro
homenaje doctor Enrique Rávago Bustamante. Marzo 2003.
El Daño Moral. (En co-autoría con el doctor Mario Castillo Freyre). Revista Bibliotecal
del Ilustre Colegio de Abogados de Lima. Marzo 2004.
Del pago con Títulos Valores, La Cancelación de los Títulos Valores y el Efecto del Pago.
Tratado de Derecho Comercial.
Algunas Consideraciones sobre la Condonación. (En co-autoría con el doctor Mario
Castillo Freyre).
A Doscientos Años del Código Napoleón. Academia Peruana de Derecho, homenaje
doctor Max Arías-Schreiber Pezet. Setiembre 2004.
Todo prescribe o caduca, a menos que la ley señale lo contrario. (En co-autoría con el
doctor Mario Castillo Freyre). Revista Sociedad y Derecho de la PUCP. Setiembre 2004.
El rol de los abogados ante los poderes del Estado. Revista La Toga, Fluanuco. Noviem
bre 2004.
Apuntes sobre la reducción de la pena obligacional y el replanteamiento de sus funcio
nes. (En co-autoría con el doctor Alfonso Rebaza Conzález). Revista lus et Ventas. Año
2005.
Notas acerca de la frustración de expectativas; la configuración de la pérdida de una
chance como daño emergente y su cuantificación. (En co-autoría con el doctor Alfonso
Rebaza González). Revista de Derecho Universidad Católica de Santa María, Arequipa.
Mayo 2005.
Notas sobre la ruptura injustificada de tratativas y algunos elementos para su indem
nización. (En co-autoría con el doctor Alfonso Rebaza González). Libro homenaje Dr.
Mosset Iturraspe. Julio 2005.
El Arbitraje Nacional e Internacional en el Perú. Libro homenaje maestro sanmarquino
doctor Jorge Eugenio Castañeda. Setiembre 2005.
Resolución por incumplimiento, penas obligacionales y fraude a la ley. (En co-autoría
con el doctor Alfonso Rebaza González). Libro homenaje doctor José León Barandia-
rán. Setiembre 2005.
La equidad y su función cuantificadota de los daños de imposible probanza. A propósi
to del artículo 1332 del Código Civil. (En co-autoría con el doctor Alfonso Rebaza Gon
zález). Primer Volumen Colección de Estudios de Derecho Patrimonial. Agosto 2006.
Temas sobre derecho de obligaciones: ideas para una reforma. Libro Temas actuales
de Derecho Civil. Editora Normas Legales. Año 2006.
Damocles y el fundamento de la sanción del artículo 1233 del Código Civil. En co- au
toría con el doctor Alfonso Rebaza González). Libro homenaje doctor Fernando de
LEGALES EDICIONES
376
F il o s o f ía d e l D erech o
gación mediante resolución judicial, el juez impone al obligado una pena o multa por vía de
retardo. El deudor se encuentra así en la necesidad de ejecutar la obligación o de incurrir
en una pena que por su acumulación puede llegar a representar suma importante".
"Este sistema, rezago pretoriano en el Derecho Francés, es recogido, entre otras legis
laciones, por el artículo 666 bis del Código Civil Argentino, incorporado por la ley NQ. 17711
del 22 de abril de 1968; por los artículos 5 a 8 de la ley francesa N2. 72-626 del 5 de julio
de 1972 y por la ley uruguaya N?, 14978 del 14 de diciembre de 1979".
"En cuanto a su naturaleza jurídica, cabe indicar que durante muchos años, particu
larmente en Francia, las condenas conminatorias fueron presentadas en forma encubierta
como una modalidad de indemnización de daños y perjuicios, a fin de superar el obstáculo
que se derivaba de atribuirles la calidad de pena privada, ya que se consideraba que ello
era contrario al principio nulla poena sirte lege praevia puesto que no existía precepto legal
que las consagrara. Sin embargo, su naturaleza es distinta, tal corno lo aclaró la Corte de
Casación Francesa en su sentencia de fecha 20 de octubre de 1959 y según la cual:
1°. La «astreinte» es una medida compulsiva enteramente diferente de los daños y perjui
cios.
2°. Es un medio de vencer la resistencia opuesta a la ejecución de una condena y no tiene
por fin compensar el daño por el retardo".
"Las condenas conminatorias pueden ser dejadas sin efecto o modificadas, tanto para
aumentarlas como para disminuirlas; ellas se fijan arbitrariamente, sin relación o propor
ción con el monto de los perjuicios. Tales condenas están más bien destinadas a que ¡os
deberes jurídicos impuestos en una resolución judicial sean cumplidos, y mediante ello,
que lo sean las decisiones judiciales".
"Las 'astreintes', en conclusión, son arbitrarias, conminatorias y provisorias. Son arbi
trarias por la desproporción de la condena pronunciada contra el deudor; es precisamente
la exageración lo que puede decidirlo a cumplir la sentencia. Son conminatorias porque
constituyen una amenaza que no se convierte de inmediato en deuda definitiva. Son pro
visorias porque no se imponen sino a título de amenaza. La condena no es definitiva; ella
puede ser reducida o aumentada y aun suprimida, según las circunstancias. Por eso su
fundamento se ha extraído del Derecho Civil para ubicarlo en la legislación procesal".
"Las 'astreintes', en suma, no desempeñan una función de resarcimiento ni constitu
yen una indemnización de daños y perjuicios. Son una amenaza de sanción, más que una
sanción en sí misma. Tiene esta figura jurídica un efecto intimidatorio -ejercitar presión
psicológica sobre el conminado-, más que uno punitivo. Se trata de una condena pecuniaria
de carácter provisional pronunciada para asegurar la ejecución de una decisión del juez".
"Por las consideraciones que anteceden, el Libro VI del Código Civil de 1984 no ha
regulado la institución de las 'astreintes'. Si se quiere adoptar esta institución, ella deberá
incorporarse en el Derecho Procesal".
(Felipe Osterling Parodi: "Las obligaciones" 8¿ edición págs. 38 a 40, editorial Grijley,
Lima, febrero del 2007).
LEGALES EDICIONES
"El Código Procesal Civil Peruano de 1993 reguló el tema de las 'astreintes' en el ar
tículo 53: Facultades coercitivas del Juez.- En atención al fin promovido y buscado en el
artículo 522, el Juez puede: 1. Imponer multa compulsiva y progresiva destinada a que la
parte o quien corresponda, cumpla sus mandatos con arreglo al contenido de su decisión.
La multa es establecida discrecionalmente por el Juez dentro de los límites que fija este
Código, pudiendo reajustarla o dejarla sin efecto si considera que la desobediencia ha te
nido o tiene justificación".
En atención a sus brillantes investigaciones en el Derecho de las Obligaciones Osterling
fue propuesto para integrar la Comisión Reformadora del Código Civil de 1936. La propues
ta fue formulada por la Sala Plena de la Corte Suprema el 31 de diciembre de 1970. Nos
narra Felipe en la página 119 y passim de su libro de memorias "Páginas del viejo armario"
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J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
que el 31 de diciembre de 1970 horas antes de celebrar el año nuevo recibió en su casa una
llamada telefónica de la Corte Suprema. Era el doctor Andrés León Montalván, Vocal de la
Primera Sala Civil y Profesor de Derecho Comercial en la Universidad Católica quien había
sido maestro de Felipe Osterling en la Facultad de Derecho. Cuenta Felipe que el doctor
León Montalbán le dijo:
"Vea Felipe, estamos en Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia y nos tiene muy
preocupados el tema del Código Civil. Hace muchos años que se ha formado la Comi
sión Reformadora y no ha avanzado absolutamente nada. El trabajo está literalmente
empantanado. La dificultad está en que mientras sea un vocal supremo quien la pre
sida, sucederá lo mismo: no tendrá tiempo para ocuparse del código ni para hacer
trabajar a los demás".
"Me explicó luego que la Sala Plena había resuelto que el delegado de la Corte no
tenía por qué ser un vocal supremo, ya que la ley la facultaba a designar un "delegado",
no necesariamente uno de sus vocales. El acuerdo era nombrar a un abogado distinguido
y de prestigio profesional, que estuviera dispuesto a trabajar en la mentada reforma. En
atención a lo cual la Sala había acordado hacía algunos minutos invitarme a que me incor
porara a la Comisión Reformadora en condición de representante de la Corte Suprema de
la República. Deseaba saber si yo estaría dispuesto a aceptar la designación".
"La noticia me cayó como un piano del quinto piso, pero me llenó de felicidad. Con
toda honestidad debo confesar que la idea de integrar esta comisión me parecía suma
mente atractiva, tal vez por mi inocultable vocación por el Derecho, tan antigua como mi
primer día de clase en la facultad. Desde su creación me dije a mí mismo y en secreto que
si me hubieran elegido, habría podido ofrecer un importante caudal de trabajo a la comi
sión, particularmente en el campo del Derecho de Obligaciones, especialidad sobre la cual
dictaba clases desde hacía seis años".
"Un 'adolescente' dijo sí".. "De inmediato cumplí ante el doctor Andrés León Montal
bán el ritual de la gratitud por haber sido elegido y la modestia por mis escasos mereci
mientos, agregando que estaba dispuesto a trabajar con todo el empeño y capacidad de
que fuera capaz para que el país contara con un Código Civil ejemplar".
"Fina compartía mi alegría exultante de aquella noche y nos fuimos a recibir el Año
Nuevo a una fiesta, tal como teníamos previsto antes de la llamada. Pero una gota de
ajenjo se mezcló muy pronto con el alegre espumante de los brindis. Conté a varios amigos
abogados mi ya decidida designación como delegado de la Suprema y la felicidad que me
embargaba. Me abrazaban, brindábamos y me sentía en la gloria. Hasta que uno de ellos,
con evidente preocupación, me advirtió:
Felipe, ¿te has dado cuenta de que te corresponde presidir la comisión...? De acuerdo
con la ley, el delegado de la Corte Suprema es quien la preside, sea o no vocal. La Corte
te está entregando la presidencia. ¿Cómo les sentará a los demás...?
"Lo que me cayó esta vez desde el quinto piso fue un baidazo de agua helada. No
había advertido que mi nombramiento no era solo para incorporarme a la comisión como
un miembro más: tendría la obligación de encabezarla. Lo cual quería decir que presidiría
LEGALES EDICIONES
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F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
entre manos. Cada uno llevaba cuatro o seis y quizás hasta diez artículos de una materia o
institución del Derecho para la discusión en común".
"Un Código de Derecho, a diferencia de un ensayo, biografía o novela, se prepara en
aparente desorden, diseñando los artículos como 'fichas' individuales de un gran rompe
cabezas que luego hay que armar como conjunto. Podía ocurrir que un solo artículo nos
tomara dos sesiones consecutivas. Podía haber desacuerdos en temas muy complejos".
"A pesar del ritmo de trabajo que nos habíamos impuesto y de la puntualidad en la
concurrencia -con las dos penosas excepciones anotadas-, me di cuenta claramente de
que estábamos empantanados por culpa del sistema de trabajo que aplicábamos. No era
posible que empleáramos hasta seis horas en debatir un artículo de un futuro código que 4
al final tendría 2,070 artículos. En un cálculo sencillo de la tarea por delante, advertí que V
379
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
me tomaría los próximos 40 años de mi vida, al cabo de los cuales aún no tendríamos el
nuevo Código Civil".
"Previa consulta y acuerdo con los miembros de la comisión, me dirigí al gobierno, que
para entonces presidía el general Francisco Morales Bermúdez, a fin de que permitiera am
pliar el número de componentes con especialistas en temas de Derecho, incorporando a
ilustres juristas que podían ayudarnos, de acuerdo con los requerimientos y exigencias del
trabajo. Entre ellos, los doctores Manuel de la Puente y Lavalle y Fernando Vidal Ramírez,
por citar dos nombres. Ello nos ayudaría a avanzar con mayor celeridad. El gobierno aceptó
de inmediato, lo que nos permitió incorporar nuevos miembros, además de algunos jóve
nes abogados en condición de asesores e investigadores".
Bajo la dinámica conducción de Felipe Osterling la Comisión Reformadora del Código
Civil concluyó sus labores el 15 de julio de 1981 en la que se entregó el anteproyecto con
ocasión de la V Conferencia de Ministros de Justicia de los Países Hispano-Luso-America-
nos y de Filipinas en una ceremonia llevada a cabo en el llamado "salón de los pasos perdi
dos" de la Corte Suprema, en el hal principal del Palacio de Justicia, siendo Presidente de
la Corte Suprema el doctor Alvaro Chocano Marina y Presidente del Senado y del Congreso
el doctor Oscar Trilles. El proyecto constaba de 2070 artículos. En el ínterin Felipe Osterling
fue nombrado Ministro de Justicia el 28 de julio de 1980 durante el régimen de Fernándo
Belaunde Terry.
En el capítulo 89 de sus "Páginas del Viejo Armario" Felipe nos ha contado las vicisi
tudes de su ministerio y de lo que se llamó "el amanecer de la democracia" y de cómo
recibió el apoyo de los "tres mosqueteros" de Pescadería: Mario Pasco Cosmópolis gran
laboralista y brillante profesor de Derecho del Trabajo en la Universidad Católica, hombre
de convicciones morales y cívicas exepcionales y, además excelente amigo mió y de Felipe;
Jorge Muñiz Ziches, abogado talentoso y dinámico, otro jurista brillante en esta constela
ción notable. Hay que añadir a Nicanor Silva Salgado, egregio jurista, asesor de Felipe Os-
terlíng durante su gestión ministerial, un hombre de principios como él solia autodefinírse,
un sabio en todas las áreas del Derecho que dominaba por igual. Nos narra Osterling todas
sus vicisitudes y singularmente el inigualable apoyo que le brindaron Jorge Vega Velazco
y Carlos Cárdenas Quiroz, otro notable jurista, hoy miembro de número de la Academia
Peruana de Derecho, en el problema de la restitución de los medios de prensa a quienes
habían sido despojados por la dictadura de Velasco. Nos narra también "la noche de las
tijeras largas", "la justicia herida", "los muñones de la justicia", de cómo "sometida sin mi
sericordia, una y otra vez, la Corte Suprema fue mutilada sucesivamente para suprir a sus
magistrados". Hoy las vicisitudes son las mismas, largas de contar.... Básteme al dar cuenta
de estas "Páginas" que las vivencias y las vicisitudes se repiten una y otra vez, cual "corsi e
ricorsi" de la historia y como el mito de "Sísifo" del personaje legendario...
La trayectoria intelectual y los éxitos de Felipe Osterling me enorgullecen porque están
escritos en el libro del Destino. Me alegra sentir todos y cada uno de los triunfos perso
nales, intelectuales y profesionales de este gran jurista, hoy Presidente de la Academia
Peruana de Derecho y mañana, como siempre, uno de los más grandes hombres que he
conocido en mi vida.
LEGALES EDICIONES
JORGE AVENDAÑO
380
F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
fesor de Derecho Civil en la Universidad de San Marcos, en la Univer
sidad Femenina del Sagrado Corazón y en la Universidad Católica de
Lima. Alterna la cátedra con el foro, con el Colegio de Abogados de
Lima - del que fue Decano en el periodo 1987 - 1989 y en la Academi;
Peruana de Derecho de la que es Miembro de Número, de la que fue
su Secretario y, luego, Presidente de la Junta Directiva (2004-2005).
Fernando Vidal Ramírez, es uno de los grandes autores del Código Civil peruano de
1984; ha dedicado notables páginas a la historiografía en su libro "Introducción al Derecho
Civil Peruano", Walter Gutiérrez, editor, Lima, 1992, del cual es una luminosa síntesis si:
Prólogo a la edición oficial del Código Civil editado bajo los auspicios del Ministerio de 4
Justicia, Lima, 1996; debe leerse, asimismo, su libro fundamental: "El Acto Jurídico", cuarta ff
381
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
edición, reimpresión primera, Gaceta Jurídica Editores, Lima, Mayo de 1999 ; debe citarse
asimismo su estudio "El Derecho Civil Peruano posterior al Código Civil de 1984" en el
"Libro-Homenaje a José León Barandiarán", en el tomo III, pp. 921 a 950, fondo Editorial
del Congreso del Perú, Lima, 2000.
Su vida representa el símbolo del arte del derecho- en el sentido con el que Francesco
Carnelutti aludía en fervorosa evocación a Vittorio Scialoja, el célebre "caposcuoia" de la
"escuela italiana del Derecho", "pues su vida representa la solución ejemplar del problema
de las relaciones entre la actividad teórica y la actividad práctica del jurista en que consiste
el secreto del arte".34
Los discípulos del maestro José León Barandiarán, (que lo somos todos), le hicimos un
famoso "Libro Homenaje" que se publicó por la Editorial Cultural Cuzco S.A. en Lima en el
año 1985. En dicho "Libro Homenaje" Fernando Vidal Ramírez escribió: "El Derecho Sub
jetivo y la Acción", en la página 525 a 554. En ese mismo libro escribió una luminosa sem
blanza, intitulada: "In honorem tanti festi, Maestro" que corre de la página 595 a la 596.
Debe citarse asimismo su estudio "El Derecho Civil Peruano posterior al Código Civil de
1984 en el "Homenaje a José León Barandiarán", págs. 921 a 950, en el tomo III, editado
por el "Fondo Editorial del Congreso del Perú", Lima, 2000.
Además ha escrito: “El Testamento como Acto Jurídico", en el "Libro Homenaje a Ró-
mulo E. Lanatta Guilhem" págs. 507 a 533, Cultural Cuzco S.A. Editores, Lima-Perú, 1986.
En el "Anuario de la Academia Peruana de Derecho" ( 2000-2001), publicó un notable
estudio intitulado “Velez Sarsfield en la Codificación Civil Peruana", pág. 245 y siguientes,
en el que sostuvo que el Proyecto de Texelra de Freltas de 1865, el artículo 944 del Código
Civil Argentino y el artículo 82 del Código Civil Brasileño de 1916 constituyeron la fuente
del artículo 1075 del Código Civil Peruano de 1936, especialmente la fórmula del Código
Brasileño, cuya redacción fue adoptada por don Manuel Augusto Olaechea. Decía el Códi
go de Clovis Bevilacqua que " A validade do ato jurídico requer agente capaz, objeto licito
e forma prescrita ou ñau defesa em lei".
Por su parte, el artículo 944 del Código de Velez Sarsfield establecía lo siguiente: "Son
actos jurídicos los actos voluntarios lícitos, que tengan por fin inmediato, establecer entre
las personas relaciones jurídicas, crear, modificar, transferir, conservar o aniquilar dere
chos."
A la luz de estos antecedentes el Código Civil Peruano de 1936 consagraba su conoci
dísima fórmula del artículo 1075 con la que empezaba el famoso Libro V que trataba de las
Obligaciones y con la que empezaba la Sección Primera que trataba del Acto Jurídico: "Para
la validez del acto jurídico se requiere agente capaz, objeto licito y observancia de la forma
prescrita, o que no esté prohibida por la ley".
Las reflexiones de Fernando Vidal Ramírez las he visto desarrollarse no solo en el pa
trocinio forense sino, sobre todo, en sus discursos como Presidente de la Academia Perua
na de Derecho y como Decano del Colegio de Abogados de Lima, en la presentación de al
LEGALES EDICIONES
34 FRANCESCO CARNELU TTI: “Arte del Derecho (En memoria de Vittorio Scialoja)”, Discurso pro
nunciado en la Universidad de Padua el 13 de enero de 1934, publicado en sus “Estudios de Derecho
Procesal”, tomo I, pág. 14, E.J.E.A., Buenos Aires, 1952.
382
F il o s o f ía d e l D erech o
"El Proceso Histórico de la formación del Derecho Civil Peruano", en el "Libro Homena
je a Carlos Rodríguez Pastor" págs. 765 a 779, Cultural Cuzco S.A. Editores, Lima-Perú,
1992.
"Elogio de Max Arias Schreiber Pezet", en el "Libro Homenaje a Max Arias Schreiber
Pezet" págs. 5 a 17, Gaceta Jurídica, Lima-Perú, 2005.
"Semblanza y elogio del Maestro José León Barandiarán", págs. 167 a 174, Gaceta
Jurídica, Lima, 2006, en "Anuario de la Academia Peruana de Derecho 2004-2005".
P ?fi
383
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
384
F il o s o f ía d e l D erech o
"La responsabilidad del Agente de Bolsa", en Boletín Bursátil N9 41, Lima, julio de
1982.
"Naturaleza Jurídica de la Bolsa de Valores", en Banca N9 1, agosto de 1982.
"La reforma de la Ley de Sociedades Mercantiles", en Boletín Bursátil N9 42, Lima,
agosto de 1982.
"La constitución de sociedades corredoras", en Boletín Bursátil N9 44, Lima, octubre de
1982.
"Es necesario estimular la inversión en valores bursátiles", en Boletín Bursátil N9 45,
Lima, noviembre de 1982.
"El principio de la irreivindicabilidad y el mérito legal de las cartas de transferencia" en
Boletín Bursátil N9 46, Lima, diciembre de 1982.
"La Mesa de Negociaciones", en Boletín Bursátil N9 47, Lima, enero de 1983.
"Las limitaciones estatutarias a la transmisibilidad de los títulos accionarios", en Bole
tín Bursátil N9 48, Lima, febrero de 1983.
"Los Bonos para el funcionamiento de la actividad industrial”, en Boletín Bursátil N9
49, Lima, marzo de 1983.
"La reserva bursátil", en Boletín Bursátil N9 50, Lima, abril de 1983.
"Aspectos jurídicos de la negociabilidad de los valores en la Ley de Sociedades Mercan
tiles y la protección del inversionista" en Edición de la Bolsa de Valores de Lima, Lima,
1983.
"El fallo inapelable del Director de la Rueda", en Boletín Bursátil N9 51, Lima, mayo de
1983.
"El reto a la intermediación" en Boletín Bursátil N9 52, Lima, junio de 1983.
“Los Bonos de Reconstrucción", en Boletín Bursátil N9 54, Lima, agosto de 1983.
"La responsabilidad derivada del uso de "información privilegiada" en Boletín Bursátil
N9 56, Lima, octubre de 1983.
"Naturaleza Jurídica de la emisión de obligaciones" en Boletín mensual de la Bolsa de
Bogotá N9 58, Bogotá, noviembre de 1983.
"La Bolsa y los comitentes de los Agentes de Bolsa" en Boletín Bursátil N9 57, Lima,
noviembre de 1983.
"El nuevo Reglamento de las Operaciones en Rueda", en Boletín Bursátil N9 58, Lima,
diciembre de 1983.
"Las funciones de la Bolsa", en Boletín bursátil N9 60, Lima, febrero de 1984.
"Las instituciones y el ámbito de su competencia", en Boletín Bursátil N9 61, Lima, mar
zo de 1984.
LEGALES EDICIONES
“El Mercado de Valores como fuente alternativa definanciamiento empresarial" en la
Revista Peruana de Derecho de la Empresa N9 62, Lima, mayo-junio de 1984.
"Las operaciones a plazo fijo y de reporto", en Boletín Bursátil N9 63, Lima, mayo de
1984.
"La negociación con títulos en moneda extranjera", en Boletín Bursátil N9 64, Lima,
mayo de 1984.
"La regulación del Mercado", en Boletín Bursátil N9 65, Lima, mayo de 1984.
"La operación realizada", en Boletín Bursátil N9 66, Lima, agosto de 1984.
"El desarrollo del Mercado Financiero. Cooperación interinstitucional dentro del Siste
ma. Nuevos Instrumentos", en Boletín Bursátil N9 66, Lima agosto de 1984.
385
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
"La importancia del conocimiento de la teoría general del derecho y de los derechos
fundamentales para el ejercicio profesional", en Anuario de la Academia Peruana de
Derecho 2004 - 2005", págs. 103 a 107.
"Semblanza y elogio del maestro José León Barandiarán", en Anuario de la Academia
Peruana de Derecho 2004 - 2005", págs. 167 a 174.
Reseña bibliográfica al "Tratado de las Obligaciones" de Felipe Osterling Parodi y Ma
rio Castillo Freyre en "Anuario de la Academia Peruana de Derecho 2000 - 2001", pág.
295, Lima, 2002.
Reseña bibliográfica al "Derecho Internacional Privado" de Jorge Basadre Ayulo en
"Anuario de la Academia Peruana de Derecho 2000 - 2001", pág. 303.
386
F il o s o f ía d e l D erech o
Reseña bibliográfica a "La Institución de los Registros Públicos en la Exégesis del Códi
go Civil" de Max Arias-Schreiber en Anuario de la Academia Peruana de Derecho 2000
- 2001", pág. 309.
Reseña bibliográfica a "La responsabilidad por daños" de Jorge Mosset Iturraspe, en
Anuario de la Academia Peruana de Derecho 2004 - 2005", pág. 185.
Reseña bibliográfica a "Prescripción" de Luis Moisset de Espanés, en Anuario de la
Academia Peruana de Derecho 2004 - 2005", pag. 189.
Reseña bibliográfica a "Historia General del Derecho" de José Antonio Silva Vallejo, en
Anuario de la Academia Peruana de Derecho 2004 - 2005", pág. 193.
He dado cuenta así, sintéticamente, del pensamiento de uno de los más grandes juris
tas peruanos, legislador, maestro y paradigma de la abogacía en el Perú, el Dr. Fernando
Vidal Ramírez, a quien sus amigos, sus colegas, sus discípulos y todos quienes les guarda
mos un sincero afecto y nuestro más alto aprecio intelectual le dedicamos un "Libro Home
naje" publicado en dos tomos, por la Editorial Idemsa, Lima, Febrero del 2011.
LEGALES EDICIONES
387
EVOCACIÓN DE LOS GRANDES MAESTROS DEL PENSAMIENTO
34
JURÍDICO PERUANO
LEGALES EDICIONES
de nuestra literatura republicana, Palma, Prada y Chocano, como representativo de una de
las etapas más interesantes de la evolución literaria de América".
"Contemporáneo de García Calderón, hermano por la formación espiritual y por la
doble influencia francesa y española, José de la Riva-Agüero, cultor de la historia y de la
crítica literaria, preferirá concentrar su juvenil y ardiente entusiasmo en la tierra y la his
toria peruana sin descuidar el criterio filosófico y el sentido universalista que caracteriza
i Palabras del doctor Silva Vallejo, Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Lam
bayeque, en la Inauguración del Seminario de Derecho Penal Luís Bramont Arias, en la “Revista de Cien
cias Jurídicas, Organo de la Facultad de la Universidad Nacional de Lambayeque”, pág. 478, Año 1, N° 1,
1965 -1967. I
389
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
esta etapa del pensamiento americano. Esta feliz vocación vernácula de Riva-Agüero apor
tó dos valores inmensos en la evolución de nuestra cultura: una nueva visión del paisaje
peruano con toda su áspera grandeza en contraste con sus notas de delicada ternura, una
más exacta y más justa y por lo mismo más optimista interpretación de nuestra historia.
Discípulo de Taine y de Menéndez y Pelayo tuvo de ellos el afán de exactitud y la largueza
de percepción y de criterio. No le permitieron sus viajes y sus afanes políticos escribir una
historia integral del Perú, pero nos dejó el método, el sentido valorativo, y, sobre todo, el
amor entrañable a la vida nacional en todo lo que ella encarna del espíritu".
"El movimiento de renovación histórica que Riva-Agüero ha iniciado nos reivindica
del cargo que se nos ha hecho de que siendo los poseedores del más rico pasado no ha
yamos tenido cultivadores y descubridores de él a una altura condigna. En Riva-Agüero no
cabe ignorar dos aspectos al parecer inconciliables: el del crítico sereno y estudioso que se
deleita en descubrir las bellezas de los maestros de la literatura castellana o de cumbres
excelsas de la literatura universal, como Goethe, y el del apasionado, vehemente y pugnaz
orador y escritor político de fuerza polémica incontrastable"... . "La generación que bien
podíamos llamar novecentista, reaccionó contra el sentido anatópico y antinacional de la
desviación radical, y contra la coherencia mental imitativa de la desviación positivista. Son
rasgos que caracterizan la etapa novecentista de nuestra cultura: el retorno espiritualista
en metafísica, el resurgir de los estudios filosóficos que habían de culminar en el reen
cuentro con el cristianismo y el propio catolicismo de muchos intelectuales y un profundo
espíritu nacionalista por lo que se refiere a la historia, la geografía, los problemas econó
micos y políticos del Perú. Se mezclan en este movimiento cultural el sentido humanista,
el amor a la tierra y a las tradiciones vernáculas de la primera etapa de nuestra cultura; la
aptitud para reflejar la inquietud intelectual europea; la tendencia a preferir a la sociología
general con sus difíciles y claudicantes generalizaciones, la sociología peruana con el estu
dio directo de sus fenómenos y la visión inmediata de nuestra realidad. A esta tendencia
respondieron libros como "Problemas Sociológicos" de Oscar Miró Quesada y los ensayos
del autor "La Crisis Presente", "Meditaciones Peruanas" y "La Realidad Nacional". Oscar
Miró Quesada, poeedor de un auténtico saber enciclopédico, ha convertido al periodismo
en el instrumento de la difusión de la cultura en todos sus aspectos. La Vida intelectual de
la Colonia fue estudiada por Felipe Barreda Laos en su brillante tesis doctoral, que luego
amplió. Luís Antonio Eguiguren hizo magníficos hallazgos documentales que son la base de
la historia de la Universidad de San Marcos. En materia de Economía, Geografía e Historia
Económica aparecieron los meritorios trabajos de Carlos Ledgard, Ricardo Madueño y Cé
sar Antonio Ugarte, que colaboraron en el movimiento nacionalista que hubo de culminar
en la fundación del “Mercurio Peruano" en 1918. En las mismas disciplinas se destacaron
posteriormente Emilio Romero, Rómulo Ferrero, Pedro Beltrán, Mario Polar Ugarteche,
Ernesto Alayza Grundy, José Pareja Paz Soldán y Emilio Castañón Pasquel."2
Insigne peruanista, el pensamiento de Víctor Andrés Belaunde representa, según el
decir de Tristán de Athayde (Alceu Amoroso Lima), "un símbolo viviente de la más bella
aristocracia del espíritu"3. Pero el sentimiento de la peruanldad, del cual Belaunde es uno
LEGALES EDICIONES
2 VÍCTOR ANDRÉS BELAUNDE: “PeruanidacT ]Segunda edición, págs 383, in fine a 387. Ediciones Li
brería Studium, Lima, 1957.
3 TRISTÁN DE ATHAYDE: "U n hidalgo de los A n d es ” en “L ibro Ju b ila r de Víctor A n drés B ela u n d e en su
octogésimo aniversario", en Mercurio Peruano, Revista mensual de Ciencias Sociales y Letras. Homenaje
de la Pontificia Universidad Católica del Perú y del Mercurio Peruano, Lima, 1963, pág. 36.
390
F il o s o f ía d e l D erech o
la peruanidad. Como dice Raúl Porras Barrenechea "el Inca Garcilaso de la Vega, hijo de
un conquistador español y de una ñusta Incaica es, no solo uno de los primeros mestizos
americanos sino que es, espiritualmente, el primer peruano. En él se funden las dos razas
antagónicas de la conquista, unidas ya en el abrazo fecundo del mestizaje, pero se sueldan,
además, indestructiblemente y despojadas de odios y prejuicios, las dos culturas, hoscas
y disímiles, la del Tahuantinsuyo prehistórico y la del renacimiento español. La síntesis ori
ginal y airosa de este sorprendente connubio histórico son los "Comentarios Reales de los
Incas". Con ellos, nace, espiritualmente, el Perú. La Crónica seca y notarial de la Conquista,
vindicativa y laudatoria, se alumbra en las páginas llenas de ternura y suave emoción del
Inca Garcilaso, en las que apunta, por prim era vez, el sentimiento, hondo y subyugante,
de una patria peruana."4
Acaso podemos rastrear el sentimiento de la peruanidad, desde el punto de vista jurí
dico, en otro gran cronista indígena, como lo fue Huamán Poma de Ayala en su gran obra
"Nueva Crónica y buen Gobierno".
Pero es hoy, al cumplirse los cien años de la publicación de "El Perú Contemporáneo",
publicado originalmente en francés en 1907, donde debo aludir al pensamiento jurídico,
historiológico y sociológico de uno de los más notables filósofos de la peruanidad: Fran
cisco García Calderón, nacido en Chile en 1883, cuando su padre, entonces presidente del
Perú, fue llevado como prisionero a Chile, por negarse a aceptar las vergonzosas condi
ciones de paz, que se nos querían imponer tras la Guerra del Pacífico. Fue bautizado en
Buenos Aires, porque de cumplirse la ceremonia en Chile, hubiera tenido que perder su
nacionalidad peruana. Traído a Lima al cumplir los tres años, estudió en el colegio de La Re
coleta, dirigido por los padres franceses, se graduó en San Marcos y viajó luego a Europa,
viviendo en Francia hasta su muerte en 1953. Como dice Rafael Ojeda "a cien años de El
Perú Contemporáneo de Francisco García Calderón, es justo hacer un reconocimiento al im
portante aporte del escritor peruano. Su libro es el primer esfuerzo moderno y sistemático
por interpretar la realidad peruana".5 Ahora bien, los hermanos Francisco y Ventura García
Calderón, desde sus ensayos "El Perú Contemporáneo" y "Semblanza de América", respec
tivamente, nos dan las primeras grandes visiones integrales de la problemática peruana y
sudamericana, desde una óptica aristocrática y afrancesada; en tanto que el pensamiento
de José Carlos Mariátegui, representa la interpretación marxista de la realidad peruana,
principalmente, en sus "7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana". Entre una y
otra posición, la síntesis dialéctica nos la da Víctor Andrés Belaunde en sus "Meditaciones
Peruanas", "La Realidad Nacional", "La crisis presente", "El debate constitucional" y "Pe
ruanidad", cuyas páginas, tan densas de emoción social, constituyen la síntesis viviente
de la nacionalidad; en tanto que la prosecución dialéctica de esta contemplación nos la da
Víctor Raúl Haya de la Torre, cuya ideología se inspira en la interpretación política del es
pacio - tiempo histórico, bajo la inspiración de Hegel, Heisenberg, Vasconcelos y Toynbee,
en el contrapunto social, político e historiológico del espacio - tiempo indoamericana que
aflora, raudo y carismático en sus "Obras Completas", que es la expresión de una filosofía
indoamericana de la historia.
Con esta visión plutarquiana de las grandes vidas y pensamientos paralelos en el tema
LEGALES EDICIONES
de la peruanidad, planteo el desarrollo del pensamiento pluridimensional en la Historio-
logia peruana, inspirada en la interpretación de nuestros clásicos. Para ello, parto de las
ideas fundamentales sostenidas por Víctor Andrés Belaunde las que, en esencia, se pue
den agrupar en cuatro grandes categorías:
1 - .- El Positivismo primigenio;
2 - .- La filosofía de la vida;
4 RAUL PORRAS BARRENECHEA: “ Cronistas del P erú ”, pág. 307, Ed. Grace y Cía., Perú, 1962.
5 RAFAEL OJEDA: “ Interpretando al P e rú ” Homenaje publicado en el semanario “Variedades”, Lima, 10
de setiembre del 2007. Año 99 / 3“ etapa / N 0 37. pág. 19.
391
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
con la selección de sus discursos desde el primero en la plaza de Oriente, en 1854, hasta
el último pronunciado, antes de su muerte, en 1899, pleno de sagacidad política. Castelar
tenía magia insuperable para la juventud. En este momento de mi vida universitaria, era
mi ídolo literario"8.
Fie aquí, pues, las fuentes espirituales e ideológicas en la juventud del pensamiento de
Víctor Andrés Belaunde.
6 VÍCTOR ANDRÉS BELAUNDE: “ Trayectoria y destino. M em o ria s C om pletas ”, Tomo I, pág. 195, Edi
ciones de Ediventas S.A., Lima, 1967.
7 Ibíd., pág. 196.
8 Ibíd., pág. 197.
392
F il o s o f ía d e l D erech o
393
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
del Derecho y el método positivo", Lima, 1904. Esta tesis fue editada por la Tipografía El
Lucero, Lima, 1904, reimpresa luego en los Anales de la Universidad Mayor de San Mar
cos de Lima, tomo XXXII, Lima, 1906. Reeditada en la Revista "lus et Praxis", Órgano de la
Facultad de Derecho de la Universidad de Lima, nro. 4, 1984. Vuelta a reeditar en "Obras
Completas", tomo I, Lima, Edición de la Comisión Nacional del Centenario de Víctor Andrés
Belaunde, 1987.
Se trata de una tesis inspirada totalmente en el método positivista que constituía la
ideología imperante de la época. Fueron decididamente positivistas los maestros de San
Marcos de la segunda mitad del siglo XIX. Así,el doctor ADOLFO VILLAGARCÍA, quien sos
tuvo en 1884 que "en contraposición a la filosofía alemana eminentemente metafísica y
abstracta, se levanta en Francia, especialmente, la filosofía positivista, cuyo jefe es Augusto
Comte. En su bandera están la Inaccesibilidad de lo absoluto, la imposibilidad de la metafí
sica, la exclusión de todo ser teológico. Para el positivismo la ciencia consiste en observar
los hechos particulares y fijar por inducción las leyes que presiden y determinan su existen
cia. El movimiento positivista, que parece simboliza el espíritu del siglo, va tomando con
siderable incremento: sus principales representantes, fueron de Bolunes, el médico amigo
de Comte y de Littré, en Francia; son Stuart Mili, Bain y el mismo Herbert Spencer, a pesar
de sus protestas, en Inglaterra; Adrigo en Italia y otros que sería largo enumerar". Fueron
positivistas, don MARIANO H. CORNEJO (1866-1942), don ISAC ALZAMORA (1850-1930),
autor de "La Verdad", su tesis doctoral sustentada en 1877; don JAVIER PRADO UGAR-
TECHE (1871-1922) desde su tesis "El Genio", 1888 y "El Método Positivo en el Derecho
Penal", Lima 1889; don MANUEL VICENTE VILLARÁN (1873-1858), profesor de Filosofía
del Derecho; don FEDERICO VILLARREAL (1850-1923), gran profesor y genial matemático,
sostuvo este método desde su tesis de bachillerato: "Las fórmulas y métodos que deben
complementarse en las matemáticas puras", autor de más de 500 obras sobre matemáti
cas, física y astronomía.18
Así lo sostiene desde la pág. 6 de la edición principe que tenemos a la vista: "Todo lo
dicho lleva a conclusión de que el único método verdadero, el único método científico, es
el método positivo, que parte de los hechos para elevarse a las doctrinas, que parte de lo
concreto para llegar a lo abstracto, de lo particular, a lo general; método al cual debemos
todos los progresos en las ciencias naturales y hoy, por lo menos, la orientación firme y
segura de las ciencias que estudian al hombre y a la sociedad".19
Así, pues, bajo la influencia del Positivismo y de sus profesores en San Marcos, for
jados todos en dicha ideología, Victor Andrés Belaunde sustentó en 1904 su tesis para el
bachillerato en Jurisprudencia intitulada "La Filosofía del Derecho y el Método Positivo",
sosteniendo que:
"El Derecho no ha podido sustraerse al movimiento que hoy llevan todos los estudios
científicos y ha entrado de lleno en el método positivo".20
"No sólo estas ramas del Derecho siguen hoy el método positivo y han experimentado
esta tra n sfo rm a c ió n ; ta m b ién la rama llamada Derecho Natural o Filosofía del Derecho,
LEGALES EDICIONES
en que se estudia el derecho en general, ha sufrido una verdadera reforma. Muy diversa
extensión y disciplina se ha dado por los autores al llamado Curso de Derecho Natural o
Filosofía del Derecho. Algunos autores hacen de él una verdadera Enciclopedia Jurídica.
Estudian en la primera parte la ley moral, después, de una manera general, el derecho que
hacían derivar de aquella, y en la segunda parte las diversas ramas del Derecho. Tal ha sido
394
F il o s o f ía d e l D erech o
el método seguido por los autores escolásticos con el P. Taparelli en su curso elemental de
Derecho Natural, Rafael Fernandez Concha en su curso de Filosofía del Derecho".21
"Los metafísicos derivan la idea del derecho, la más trascendental e importante en
toda la ciencia jurídica, de la concepción de una ley moral eterna e inmutable que rige
en su totalidad los actos humanos y de la concepción de un fin trascendental atribuido
dogmática y apriorísticamente al hombre; y sobre esta idea del derecho obtenida por la
lógica deducción de principios que se cree evidentes y que se alejan tanto de la realidad,
c o n stru ye n todo e l e d ific io de la Ju risp ru d e n c ia . Lo s p o sitivista s, p re scin d e n en lo a b so lu to
de todo prejuicio sobre ley moral, cuya inmutabilidad y eternidad están desmentidas por
la experiencia y la historia y delfín trascendental del hombre. Estudian el derecho tal como
se presenta en la realidad; en la época actual, por medio de la observación y a través de su
evolución en el tiempo, por la historia".22
Bajo la misma influencia del Positivismo reinante debe interpretarse el sentido de su
tesis para el doctorado en jurisprudencia: "El Perú Antiguo y los Modernos Sociólogos.
Introducción a un ensayo de sociología jurídica peruana" editada por la Imprenta y Libre
ría de San Pedro, Lima, 1908, reeditada en "Obras Completas", tomo I, Lima, Edición de la
Comisión Nacional del Centenario de Víctor Andrés Belaunde, 1987.
Esta tesis doctoral empieza sosteniendo que: "Ningún fenómeno social más ligado a la
vida que el fenómeno jurídico. La convivencia social, la esencia de la sociedad reposa sobre
el derecho. Por eso el derecho no es una creación artificial, y el Estado, idea inseparable de
la del derecho, no es el fruto de la voluntad del hombre. El derecho y el estado surgen es
pontáneamente; aparecen allí donde empieza a dibujarse cualquiera agrupación humana.
Si el derecho es la condición de la vida social, si entraña la solución del problema que encie
rra el secreto de la evolución humana, si nada existe más ligado a la vida que el fenómeno
jurídico ¿dónde debemos estudiar el derecho? Es evidente que debemos estudiarlo en la
vida misma, en la existencia real. No siempre la parte esencial, ni la más importante del
derecho ha encontrado su traducción en las leyes; ni son éstas creaciones artificiales de la
voluntad legisladora de los pueblos. Las leyes son eficaces cuando depuran o perfeccionan
las instituciones producidas espontáneamente por la virtualidad social. Y son ineficaces,
caen en el desuso, cuando apartándose de la realidad, ordenan o prescriben aquello que
no puede tener asiento en la vida efectiva de los pueblos. El derecho es un fenómeno que se
produce naturalmente. La acción legislativa, la acción consciente de la voluntad nacional,
no lo crea, pero sí lo puede depurar; lo puede enaltecer".23
En su Conclusión la tesis doctoral de Belaunde dice así:
"Hemos expuesto ligeramente el concepto tradicional y el concepto moderno sobre
el Perú pre-hispánico y la evolución de las ideas al respecto, desde los cronistas hasta ios
sociólogos. No nos hemos detenido especialmente en los cronistas y en los historiadores
antiguos que constituyen las fuentes de la historia peruana, porque sus ideas de conjunto,
s u c o n ce p to so b re e l im p e rio incaico, d e sd e e l p u n to d e vista ju ríd ic o y p o lítico , se ha re
flejado en los llamados historiadores de nuestra civilización. Nos ha bastado referirnos a
LEGALES EDICIONES
éstos, en ligeros apuntes críticos, haciendo resaltar en ellos las viejas ideas sobre el Perú. El
aspecto más importante de los cronistas, no es el de sus apreciaciones, sino el de sus datos,
numerosos, confusos, desordenados. Exigen un examen detenido, pero a la luz de las nue
vas doctrinas. Frente al concepto tradicional y optimista, invívito en las antiguas crónicas,
expuestos en páginas terminantes en los historiadores del siglo XIX, hemos colocado la
labor analista y comparativa de los sociólogos: las doctrinas de Spencer, las explicaciones
de Letourneau, las teorías revolucionarias de Cunow y De Greef la tesis patriarcalista del
21 Ibíd., pág. ii .
22 Ibíd., pág. 12.
23 VICTOR ANDRES BELAUNDE: “E l P erú antiguo y los M o d ern os Sociólogos” p. 1-2, Lima, 1908.
395
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
señor Saavedra, las hipótesis sobre la formación y desarrollo del imperio de José de la Riva
Agüero. El nuevo movimiento ha traído nuevos puntos de vista y ha dado relieve a muchos
datos y a muchos hechos, antes perdidos y olvidados. No basta tener datos y noticias;
hay que tener los puntos de vista, ei criterio. Esa es la fecunda labor de las teorías y de las
hipótesis. Se dice que los hechos y los datos hablan por sí; gran error. Hablan, prueban,
cuando son iluminados por un criterio ó por una doctritia. Claro está que no debemos lle
var una idea preconcebida, ni proyectarla sobre los datos para que les dé el color que nos
convenga, ni debemos someter los hechos a la tortura de Procrustes a fin de que confirmen
las doctrinas establecidas a priori. Pero debemos mirar la realidad objetiva sin perder de
vista las tesis contrarias que se han forjado para explicarla. No tina idea preconcebida hay
que llevar al estudio de las fuentes; pero sí la luz encontrada de las distintas hipótesis. Más
completo será el conocimiento de la realidad, mientras más sean los puntos de vista desde
los cuales se le contempla. Hay que penetrar en el mundo obscuro, multiforme y contradic
torio de las fuentes primitivas, pero con la linterna de proyector poliédrico que constituye
el conocimiento de las teorías diversas y contrarias. Y bien, la labor de los modernos soció
logos e historiógrafos nos ha venido a dar hipótesis y explicaciones. Ya hemos visto que en
muchos puntos son felizmente contrarias".24
"El estudio general y definitivo de las instituciones pre-hispánicas exige dos cosas: l? e l
conocimiento pleno, la discusión desde un punto de vista general de las modernas teorías
de sociología, jurídica y política; y, 2- la verificación de esas teorías en la compleja realidad
de los datos históricos y arqueológicos. En esta introducción hemos hecho un bosquejo
imperfecto del primer punto de que hablamos; hay que completarlo y es menester realizar
el segundo punto".25
“Ante todo predíquese la serenidad en estas materias, la frialdad, la imparcialidad.
Dos cosas pueden perturbar el criterio al juzgar la vieja civilización: las ingenuas exaltacio
nes de un nacionalismo retrospectivo; y el deseo de encontrar en el viejo Perú barato arse
nal de razones a favor de la tesis socialista, o en contra de ella, por la cruel supresión de la
libertad humana. No coloquemos muy en la entraña de nuestro sentimentalismo patriótico
la organización pre-hispánica y, sobre todo, no moralicemos sobre ella".262 7
"Antes de terminar voy a hacer un bosquejo del programa que podría seguirse en el
estudio de las instituciones jurídicas del antiguo Perú".
"El estudio de las factores debe preceder al estudio de las instituciones. Respecto de los
factores podría seguirse la magnífica clasificación y enumeración que ha hecho el doctor
Cornejo en su "Sociología." Como factores internos hay que considerar el lenguaje, la moral
y el mito. Sobre estas materias existen nuevos estudios respecto del Perú. Como factores
externos, habría que estudiar el territorio, (entiéndase bajo este rubro la posición, la con
figuración, el clima, la flora y la fauna), la herencia, la raza, la población, la imitación y la
educación, la división del trabajo y la guerra".22
"Determinada la influencia que han podido tener en la sociedad peruana, desde el
p u n to de vista de la e vo lu ció n ju ríd ic a y política, los anteriores factores, habrían que estu
LEGALES EDICIONES
396
F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
apariencia?".3*
397
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
Los hombres superiores - "Y volvamos sinceramente al culto del hombre superior. Ne
cesitamos fuerzas creadoras. El ideal es lo único que puede salvarnos, y éste casi siempre
se encarna en un hombre representativo, en un héroe. Si hay alguna idolatría perdona
ble -dice Anatole France- es la idolatría de los grandes hombres. Los fines secundarios
e interesados en la política aparecen en el reinado de las mediocridades. Detestemos al
antiguo caudillo que representa sólo el golpe de fuerza; detestemos al nuevo caudillo que
emplea la mentira y el engaño, como el otro, la violencia; detestemos al demagogo, que sin
el prestigio de las facultades geniales y de las empresas heroicas, cifran su omnipotencia
en las propagandas corruptoras, halagando las pasiones populares con promesas falaces
y perspectivas engañosas; pero anhelemos sinceramente, el advenimiento en cada gene
ración de los verdaderos "Leaders" que representen el título de la inteligencia esclarecida,
de los sentimientos puros y de los arrestos de la voluntad creadora; de los que tengan un
ideal; de los que quieran luchar por él sin cuidarse de la vida y de la hacienda; de los que a
él se entreguen, si no por altruismo, siquiera por el egoísmo santo y sublime de la gloria".3'-
Bajo la influencia del positivismo Belaunde trató el problema de "La Vida Universita
ria". Así se intituló precisamente un folleto publicado por Belaunde en 1917 cuyo subtítulo
dice "Ensayos sobre la Universidad y los estudios nacionales. Conferencia dada en la fede
ración de estudiantes y algunos discursos". Imprenta y encuadernación de E.R. Villarán,
Lima, 1917, cuya segunda edición se publicó por el maestro en su libro "Meditaciones Pe
ruanas", de la cual tenemos a la vista su segunda edición editada por los Talleres Gráficos
de P. L. Villanueva, S.A., Lima, 1963.
Los temas planteados en "La Vida Universitaria" se inician cuando Belaunde participó
en el Primer Congreso Internacional de Estudiantes en Montevideo de 1908 que consti
tuye un antecedente de la Reforma Universitaria de 1919. Tiene razón Domingo García
Belaunde cuando en la "Nota Preliminar" a "La Vida Universitaria" sostuvo que "los arie-
listas (y Belaunde entre ellos) fueron partidarios de la Reforma Universitaria cuando ella
se instaló en 1919 e incluso la apoyaron. “Es decir, ni los novecentistas, entonces profeso
res jóvenes de San Marcos y menos aún Belaunde, tenían nada contra esta reforma pues
no sólo la preludiaron sino incluso la acompañaron en sus realizaciones. Esto se confirma
cuando se recuerda que Belaunde, siendo profesor universitario, disertaba en el local de la
Federación de Estudiantes y esto incluso hasta 1921, época en que salió deportado del país.
Téngase presente por lo demás, que cuando Belaunde sale de gira a los Estados Unidos en
1920, la federación universitaria lo invita a una conferencia especial y el presidente de ella,
Víctor Raúl Haya de la Torre, lo presenta al público con palabras elogiosas (cfr. Mercurio
Peruano, abril de 1920)".3 363
5 7
"La Vida Universitaria" empieza con el tema de "La Desviación Universitaria" texto en
el cual Belaunde nos plantea una primera cuestión de orden historiográfica: "los periodos
de la historia universitaria": hay tres periodos en la Universidad: el primero que se extien
de desde su fundación hasta el establecimiento del Real Colegio de San Carlos; el segundo
que abarca hasta 1861, comprendiendo los últimos días coloniales y las primeras décadas
de la República; y el tercero que va hasta su organización actual, Según Belaunde la orien
LEGALES EDICIONES
tación ideológica de la Facultad de Letras ha sido filosófica; ello es un error, porque "no ha
dedido ser filosófica, sino sociológica; de sociología aplicada"31 en tanto que los estudios
en la Facultad de Derecho han estado orientados por el internacionalismo, "Así como en
la Facultad de Letras ha predominado el filosofismo, en la Facultad de Ciencias Políticas ha
predominado el internacionalismo...la dirección intemacionalista entraña, como la filosó
fica, un ideal humanitario; el ideal nacionalista exige una dirección económica y una direc-
398
F il o s o f ía d e l D erech o
ción política. "Los hechos internacionales son generales, y, por lo mismo, representan la
cultura general humana; los fenómenos económico-políticos reflejan la tierra, el ambiente,
son particulares y locales; el economismo debió, pues, predominar sobre el internacionalis
mo en la Facultad de Ciencias Políticas".38
En los años posteriores el pensamiento de Victor Andrés Belaunde evolucionó del Po
sitivismo hacia la fe filosófica. Incentivó a ello la asunción de la cátedra de Filosofía Mo
derna en la Universidad de San Marcos y en el Instituto de Lima. Instrumento de ello fue la
lectura y comentario a los textos de Pascal y de Baruch Spinoza. "Cada lectura atraía para
mi un nuevo descubrimiento y no sólo con los discípulos de esos años, sino con los de años
anteriores, como Mariano Ibérico. Pascal influía cada vez más en mi posición espiritual.
No sólo en el orden metafísico y psicológico sino también en el religioso. Su concepción
de Cristo me pareció más conforme al temperamento y orientación de los intelectuales.
Coincidiendo con mis estudios pascalianos en 1916, leí la "Vida de Jesús" de Renán. Por
encima de la seducción y de la magia del estilo, me produjo un efecto curioso e inespera
do. Las páginas sobre el sermón de la montaña, el dialogo entre la samaritana y Jesús y,
sobre todo, la invocación final, me dieron la impresión en que Renán tenia en el fondo la
convicción de la divinidad de Jesucristo. Y así se explicaba la posición única que atribuía a
Jesús en la historia y la influencia de su personalidad en la humanidad futura. ICuánto rr,e
satisfizo saber, años más tarde, por declaración de León Berard en "Los amigos de Pascal,
basada en el testimonio de muchos sacerdotes, de que algunos lectores de Renán habian
vuelto a la fe bajo la influencia de su pintura de Jesús. No me atrevería a decir tanto de
mí, pero sí puedo afirmar que habiendo pasado del agnoticismo positivista a mi posición
afirmativa de lo absoluto por la influencia de de Pascal, Spinoza y Kant, Renán contribuyó
a mi aproximación al punto de vista de que Cristo era la manifestación suprema de Dios.
El propio Spinoza me llevaba por ese camino pues, en el “Tratado Teológico Político" llama
a Cristo: Verbo de Dios. Más que esta visión intelectual, me ponían en el camino de la fe,
la angustia y las meditaciones pascalinas. Sólo Cristo encierra la clave del misterio de Dics
y del misterio del hombre. Las palabras de Renán, admirador de Spinoza, afirmaban que
Jesús era la más alta aproximación humana a la divinidad. ¿No era más lógico y consola
dor considerar a Jesús como el hombre que ha recibido la plenitud de Dios asumiendo la
naturaleza humana? Estaba, pues, en el camino de aceptar la divinidad de Jesucristo".39
La dimensión cristológica en el pensamiento de Victor Andrés Belaunde es decisiva
para interpretar el desenvolvimiento de su espíritu y la maduración de su perspectiva
sociológica, política y jurídica. Es por ello, una cuestión previa y fundamental, antes de
adentrarnos en sus ensayos sobre la realidad nacional y en su peregrinar hacia el Derecho
Internacional Público y a las Naciones Unidas en la que culminó su trayectoria.
Decisivo es, por ello, hacer una breve antología de su reflexión cristológica cuyo cul
men se centra en "El Cristo de la fe y los cristos literarios", publicada por la editorial
Lumen en 1935. Con tal motivo la misma editorial Lumen antecedió al Prólogo con estas
palabras liminares: "Con este libro profundo y armonioso de Victor Andrés Belaunde, edi
torial Lumen inicia la Biblioteca Christus.... El hombre moderno escucha hablar y habla con
LEGALES EDICIONES
frecuencia de Cristo; pero lo conoce poco y muy mal. El libro de Belaunde, precisamente,
se propone aclarar la personalidad verdadera de Jesús de Nazareth, la histórica, la objetiva,
la que con destreza desenvolvió su vida humana y sobrehumana y cambió, con su prédica,
el rumbo de los sucesos del mundo, hace 2000 años; y diferenciarla, con exactitud de la
otra personalidad de Jesús, que ha inventado la ensoñación de poetas, novelistas y toda
clase de Imaginativos. En el saber corriente de las gentes se mezclan a menudo ambas
siluetas y no es raro encontrar la real y efectiva escamoteada por la otra. Cristo fue uno, f
399
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
una su vida y su doctrina. Sobre unidad tan sublime cabe, sin embargo, analizar aspectos
múltiples, llenos de los más variados matices, todos ellos de la más fecunda trascendencia
en la sociedad humana. Dar a conocer, con la imparcialidad de la ciencia, a la vez que con
su método, tal unidad y tales aspectos, es el propósito de la Biblioteca que hoy se inaugura.
Su finalidad es de una hermosura incomparable, porque tiene por única ambición estable
cer, esplendorosamente, la supremacía de lo verdadero. Pero será además generadora de
grandes bienes morales: conocer bien a Cristo supone de inmediato amarlo con rectitud.
Y tal hecho, si se propaga en una sociedad, terminará por restablecer los altos valores que
el amor de Cristo despierta en las almas y, especialmente, los valores de la paz, la caridad
y la justicia".
"La conciencia de la filiación divina".- "La crítica seria no puede sostener que Cristo no
se tuvo por hijo de Dios". El texto nos hace ver que desde el comienzo Jesucristo tuvo clara
conciencia de su filiación divina, como cuando el famoso episodio de Jesús perdido y halla
do en el templo disputando con los doctores de la ley. Al reproche de sus padres Jesús les
contestó: "¿Cómo es que me buscábais? ¿No sabíais que yo debo emplearme en las cosas
de mi Padre?" (San Lucas II, 49) Jesús tenía la edad de 12 años según el texto evangélico".
..."Cristo no sólo se revela como el Mesías anunciado, sino que se define como el Hijo de
Dios, enviado por el Padre y conocedor del Padre"... . "Nadie conoce al Hijo sino el Padre,
ni conoce ninguno al Padre sino el Hijo y aquél a quien el Hijo habrá querido revelarlo" (San
Mateo XI, 27; San Lucas X, 22).40
pregunta, cuál es el más grande precepto de la Ley: "Respondióle Jesús: amarás al Señor
Dios tuyo de todo tu corazón y con toda tu alma. Este es el máximo y primer mandamiento,
el segundo es semejante a éste, amarás a tu prójimo como a ti mismo" (San Mateo XXII,
37, 38 y 39): Y el pasaje en San Marcos agrega esta otra frase significativa: "No hay otro
mandamiento que sea mayor que estos" (XII. 30). ¿Y quién es el prójimo? En el Evangelio,
40 VICTO R ANDRES BELAUNDE: “El Cristo de la Fe y los Cristos Literarios”, págs. ío, 1 1 , editorial Lumen,
Lima, 1 9 3 5 -
41 Ibid., pág. 15.
42 Ibid., pág. 16.
f 43 Ibid., pág. 17.
400
F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
y cabe dentro de la concepción religiosa tradicional un arte vario, rico y múltiple y una
política flexible y de realismo independiente. Dentro de la mentalidad católica, que es la
única en que se estructura la independencia y jerarquía de los diversos aspectos de la rea
lidad, han vivido los artistas más libres: Dante, Cervantes, Claudel. Y podíamos agregar
Shakespeare, pues, aunque no fuese católico, su formación era católica".... "Miramos con
verdadero pavor el período humano, en que toda manifestación de pensamiento y de arte
44 V ICTO R AN DRES BELAUNDE: “El Cristo de la Fe y los Cristos Literarios”, págs. 22 y 23, editorial Lu
men, Lima, 1935.
45 Ibíd., pág. 27
46 V ICTO R ANDRES BELAUNDE: “La Realidad NacionaP, pág. 97, Editorial Horizonte, Lima, 1991.
401
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
gena la e stru ctu ra eco n ó m ica , p o lítica y so c ia l e xtin g u id a n i r e s u c ita rlo s d io se s m u erto s. El
movimiento indigenista radical reviste el carácter de una rebelión de masas con un sentido
negativo, regresivo y destructor".... "El hispanismo radical y el indigenismo radical coinci
den en una afirmación racista. La orientación peruanista es principalmente espiritual y lle
va a la integración de las razas con un ideal universalista. Suprimido este concepto superior
47 V ICTO R AN DRES BELAUNDE: “La Realidad Nacionat] págs. 97-98, Editorial Horizonte, Lima, 1991.
48 Ibíd., pág. 99.
49 Ibíd., págs. 99-100.
5o Ibíd., pág. 50.
Í 51 V ICTO R AN D RES BELAUNDE: “Peruanidad”, pág. 476.
402
F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
sobre los filósofos contemporáneos, o en una genial clase de Estética o de Lógica Jurídica o
sobre el poema de Parménides, las aporías de Zenón de Elea, la muerte de Sócrates, y sus
geniales interpretaciones del "Eutifrón", del "Critón", del "Fedón", de la "La República", de
la "Apología" de Sócrates y de la "Metafísica" de Aristóteles, clases de Filosofía que eran
y seguirán siendo toda una evocación en mis recuerdos de uno de los más grandes profe
sores universitarios que he escuchado... Oigámoslo dar cuenta de un tema magistral en su
poema intitulado "Heraclito el oscuro":
403
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
Francisco Miró Quesada Cantuarias - que fue su discípulo más brillante - nos ha dicho
algo semejante al evocarlo en la página 24 del "Homenaje a Mariano Ibérico", impreso por
la Universidad de San Marcos, Lima, 1973:
"Su voz dorada llenaba la clase, no con palabras retumbantes sino con
rítmicas modulaciones poéticas. Era como si una suave corriente marina
arrastrara nuestro barco sin esfuerzo hacia nuevos derroteros. El silencio del
auditorio era absoluto. Era imposible no escucharlo. Hablaba por inspiración a
pesar de que nos comunicaba conocimientos. Nunca había escuchado ni visto
algo semejante: comunicar la ciencia por medio de la poesía. Parménides, Em-
pédocles, los presocráticos, y luego Platón. Cuando abordamos al más grande
de los filósofos, el curso llegó a alturas zenitales. El mundo increíble de Platón
se desplegó ante nosotros como una sinfonía de ideas. La crítica de los sofis
tas, la crítica del conocimiento sensible, la ascensión al mundo de los eidos,
la mimesis, la metaxis. La alegoría de la caverna, el transcurrir de las som
bras, el trabajoso camino hacia la luz, el deslumbramiento del gran mediodía,
cuando refulge la verdad, la liberación final. Y así, día tras día, avanzábamos
por un sendero de maravilla, envueltos en ideas y en poesía, ebrios de forma,
asombrados por el fondo que se revelaba, abismático. Un curso sin nubes, sin
oscuridades, en el que se vivía plenamente la aventura del filosofar y se bebía
LEGALES EDICIONES
* 55 M ARIANO IBERICO : “Poemas”, Lluvia, editores, Instituto de Cultura de Cajamarca, 1990, publicación
inédita del maestro que aparece gracias al esfuerzo de Fernando Silva Santisteban.
404
F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
"Para estudiar la filosofía de Bergson es necesario libertarse de la serie de prejuicios
derivados de la constitución y del destino de la inteligencia, que vician la concepción del
56 M ARIANO IBERICO RODRÍGUEZ: “La filosofía de Enrique Bergson” Tesis para el Doctorado en Le
tras, Prólogo de Víctor Andrés Belaunde, pág. 1, Lima, Sanmartí y Cía., 1916.
57 V ICTO R ANDRÉS BELAUNDE, Prólogo, pág. II de la obra citada.
58 CARTA D E H ENRI BERGSON, fechada en París, en 3 1 Rué d'Erlanger, el 2 1 julliet de 19 17 , publicada
en la pág. XI de “Una Filosofía Estética” por Mariano Ibérico Rodríguez, Sanmartí y Cía - Impresores,
Lima, 1920.
59 M ARIANO IBERICO RODRÍGUEZ: “ Una Filosofía Estética”, Prefacio en la edición citada.
60 M ARIANO IBERICO RODRÍGUEZ: “ Una Filosofía Estética”, ed. cit., pág. 1.
405
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
Vallejo, poeta genial cuya vivencia llega a niveles de una sorprendente profundidad y cuyo
lenguaje en su desconcertante libertad, encierra extraordinarios poderes de conmoción
anímica...".
406
F il o s o f ía d e l D erech o
"...La obra poética de Vallejo... (es)... Una vasta y compleja sinfonía, llena de grandes
acordes y de agudas y desgarradoras disonancias que son como fisuras en la continuidad
de la emoción..."
Ibérico nos habla del tiempo de la derelicción en la poesía de Vallejo. (Según el Dic
cionario de la Real Academia de la Lengua, "Derelinquir" es "abandonar, desamparar" ;
derelicción es, pues, abandono, desamparo). En la filosofía de Ibérico el tiempo de la dere
licción es todo lo contrario del tiempo pasado, maternal e infantil.
"Los poemas en que Vallejo evoca este tiempo maternal están llenos de delicado liris
mo, de honda y nostálgica emoción. Algunos como la poesía LXV de 'Trilce' en que llama a
la madre 'muerta inmortal', son sencillamente admirables".
Contrario sensu, Ibérico llama "tiempo de la derelicción" a aquellos otros momentos
en que "el poeta, desprendido de la matriz que lo abrigaba y lo nutria, cae en el desamparo
en que, solo, abandonado, huérfano, tendrá que afrontar los "golpes", las injustas agresio
nes del destino, de la vida:
Le pegaban todos sin que él les haga nada
le daban duro con un palo y duro
también con una soga, son testigos
los dias jueves y los huesos húmeros
la soledad, la lluvia, los caminos.
(Poemas Humanos)
LEGALES EDICIONES
M e m o r ir é e n p a r ís co n a g u a c e r o
un día del cual tengo ya el recuerdo.
407
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
na, a alguna experiencia anímica, tal vez oscura o confusa que sólo la poesía
puede revelar”.66
En mi opinión el pensamiento filosófico de Mariano Ibérico constituye, en esencia,
un pensamiento estético de la temporalidad, a diferencia de otras reflexiones que pue
den ser consideradas como un pensamiento fenomenoiógico de la temporalidad, tal el
caso de la ontologia fundamental de Heidegger, o la reflexión psicológica del tiempo,
que es la de Bergson y la del mismo ibérico, o la reflexión física del tiempo, que es la de
Einstein o la de Stephen Hawking, o la reflexión historiológica del tiempo, que es la de
Spengler, la de Toynbee, Ortega o Raymond Aron, o la reflexión política del tiempo, que
es la de Víctor Raúl Haya de la Torre, o la reflexión jurídica del tiempo, que es la que yo
mismo he propuesto al fundamentar la teoría pluridimensional del Derecho.
En otro de sus admirables libros intitulado "Perspectivas sobre el tema del tiempo",
editado por la Universidad Nacional Mayor de San marcos, Lima, 1958, sostiene, el maes
tro, en su Introducción que "Los antiguos consagraban la primada de la eternidad; los
modernos proclaman el primado del tiempo. Pero ni los antiguos pueden prescindir del
tiempo, ni los modernos de lo eterno, y así la mística, la filosofía y la poesía se nos ofrecen
en todas las épocas como una suerte de tensión entre las dos grandes formas o direccio
nes del anhelo espiritual: el Eros del retorno que consagrando la suprema excelencia de lo
eterno quiesiera abolir el tiempo, y el Eros del viaje que postulando la hondura ontológica
del tiempo, se delecta en las cambiantes perspectivas del tránsito o se exalta ante la incier
ta posibilidad de la aventura. Los místicos hablarían de la subida y del éxodo o quizá del
círculo temporal y eterno que prescribe a todo retorno la partida y a todo viaje el retorno.
La identificación de lo eterno con lo perfecto y su institución como fundamento ontológico
y fin supremo del anhelo espiritual, constituyen el motivo dominante en las doctrinas de la
metafísica griega676, en el pensamiento de Leibnitz58 y en la filosofía de Bergson69. Pero es
8
también el tiempo en la mentalidad de Don Quijote70, en el mito de la Atlántida y el senti
miento del pasado (Homenaje al doctor Honorio Delgado)71 en la poesía de Jorge Manri
que, "el poeta de la añoranza"72, de Mallarmé, "en cuya extraña arquitectura se contiene
la más sutil metafísica"73y en la poesía de Rilke, cuya metafísica del canto en los sonetos a
Orfeo constituye una "idea de la vocación del ser hacia el aparecer, confirma la doctrina de
que todo ser aparece, de que todo ser está hecho para la contemplación y de que así, en el
fondo, todo cuanto existe aspira a la transfiguración poética".74
"El espacio humano" constituye otro de los hermosos libros del maestro Ibérico edita
do por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, 14 de abril de 1969.
66 M ARIANO IBERICO RODRÍGUEZ: “El sentido del tiempo en la poesía de C e s a r V a lle jo ” luminoso
estudio en el volumen “La aparición histórica. Ensayos y notas sobre los temas de la historia y el tiempo”,
pág. 143 y passim; Universidad de San Marcos, Lima, 19 71.
67 M ARIANO IBERICO RODRÍGUEZ: “Perspectivas sobre el tema del tiempo”, Introducción, pág. 8, sobre
la metafísica griega: pág. 14 : “Todo el drama de la metafísica griega puede resumirse en el contraste y en la
LEGALES EDICIONES
indisoluble unión entre la inmovilidad y el movimiento. Los eleáticos quieren alcanzar el ser eliminando el
movimiento y la multiplicidad. Heráclito quiere alcanzar el devenir eliminando toda inmovilidad”. Univer
sidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, 1958.
68 M ARIANO IBERICO RODRÍGUEZ: “La etica leibniziana y el problema de la libertad”, en “Perspectivas
sobre el tema del tiempo” cit. pág. 47 y ss.
69 M ARIANO IBERICO RODRÍGUEZ: “La vida y el tiempo en la filosofía de Bergson”, en “Perspectivas
sobre el tema del tiempo” cit., págs. 88 a 98.
70 Ob. cit., págs. 120 a 139.
71 Ob. cit., págs. 140 a 149.
72 Ob. cit., págs. 153 a 170.
73 Ob. cit., pág. 17 1 y passim.
74 Ob. cit., págs. 182 a 193.
408
F il o s o f ía d e l D erech o
En el Prólogo nos dice que "las expresiones o las realizaciones más profundas o más
elevadas de la vida humana no se cumplen precisamente en el tiempo que es fugaz, inciei -
to y que acaba finalmente en la muerte, sino en un espacio espiritual que es perenne y qu ?
posee una ontología exenta de toda impureza. Por todo lo cual este libro aspira a mostrar»
dentro de mis limitados alcances más que la temporalidad del alma, que es un incesante
aparecer y desaparecer, su espacialidad, que es perennidad, lejanía, vuelo. Añadiré que no
ignoro la existencia de una problemática concerniente a la relación entre el espacio y e/
tiempo. Yo he preferido, empero, concederle cierta autonomía. Lo he hecho así por razone ;
de claridad en el análisis y en la exposición y en la idea de que esta forma de tratamiento
facilitará, alguna vez, el estudio conjunto, unitario y orgánico de estas formas de la sens¡ ■
bllidad, tiempo, espacio, que algunos autores pretenden fundir o mezclar en un mixto sii >
consistencia alguna ni en la psicología ni en la metafísica".
En la "Introducción" sostiene Ibérico que hay "un espacio extrahumano, despojado
de todo contenido psicológico, de origen afectivo o instintivo"... "La dificultad consiste ei
que la consideración del espacio exento por hipótesis de toda contaminación humana, no.
planteaba la exigencia de abordar en toda su extensión el problema de lo "en sí" como-
cuestión previa... según eso, debíamos revisar la doctrina de Kant, de internarnos en toda:
las implicaciones gnoseológicas y metafísicas de esa tremenda problemática"...Empero..
"el concepto geométrico, formal del espacio es, al fin y al cabo, una creación del espíritu
Cloncluiremos que ese espacio es también humano solo que abstracto y vacio, al pase
que el espacio que estudiamos es concreto, viviente y vivido por el ser humano, según la:
modalidades de las situaciones vitales en que está colocado como ser en el mundo"... "Se
han propuesto muchas y a veces muy profundas definiciones de este espacio ideal. Las har
formulado grandes filósofos, matemáticos, físicos: Aristóteles, Leibnitz, Newton, y figurar
en todos los tratados de historia de la filosofía".
"Siguiendo las articulaciones naturales del tema, dice Ibérico en la pagina 12 ¡n fine de
"El Espacio Humano" que "lo hemos dividido en tres partes, a saber:
1 - “El Espacio de la Percepción, en el cual comprendemos no sólo la percepción exte
rior, cuyos objetos intencionales son los cuerpos materiales, sino la percepción interior,
cuyos objetos intencionales son los estados de conciencia, principalmente los que co
rresponden a la actividad representativa de la mente. (Es evidente que la navegación
en el espacio cósmico, en aeronaves tripuladas por seres humanos, plantea nuevos
problemas a la descriptiva y a la concepción del espacio humano)".
2 - "El espacio mítico, en que estudiamos las características de la vivencia del espacio,
propia de la mentalidad primitiva, arcaica".
3 - “El espacio de la imaginación onírica, en que estudiamos la vivencia del espacio en ei
sueño y, a la vez esbozamos la idea del origen onírico de la poesía".
LEGALES EDICIONES
humano que no siempre coincide con el espacio geométrico euclidiano y que no sólo en
cuanto perspectiva visual, sino en cuanto vivencia concreta, plantea a la psicología y a la
estética problemas de sumo interés. Desde este punto de vista la concepción abstracta y
meramente especulativa que no contiene referencias a la verdadera psicología de la expe
riencia espacial. Y así, a nuestro entender sería, Bergson el primer filósofo occidental que
expone la idea de un espacio concreto -animal y humano- que no coincide de modo cabal
con las determinaciones estrictamente geométricas del espacio. En nuestros días, Merleau-
Ponty, entre los psicólogos y filósofos más recientes, ha escrito páginas muy profundas
75 M ARIANO IBERICO RODRÍGUEZ: “El espacio Humano” pág. 13, Universidad Nacional Mayor de
San Marcos, Lima, 1969.
409
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
sobre la conciencia viva del espacio. A cuyas referencias debemos añadir la del libro de
Otto Friedrich Bollnow, "Mensch und Raum" que reúne en estructura unificante los varios
y numerosos aspectos del espacio humano".76
"EL ESPACIO DEL PAISAJE"77.- "Uno de los aspectos más encantadores del espacio es el
paisaje, que podemos definir aproximadamente diciendo que es la disposición armónica o
discorde de los objetos naturales (árboles, ríos, lagos, montañas, etc.), en el espacio cósmi
co, disposición ofrecida como un cuadro a la contemplación humana. La índole psicológica
del sentimiento del paisaje es, principalmente, proyectiva. El contemplador transfiere sus
propios estados anímicos a los objetos de su contemplación y luego los mira y participa en
ellos como si se tratara de una nueva subjetividad. Así participamos efectivamente de la
serenidad del cielo y del mar, asistimos al esfuerzo ascensional de las montañas vivimos,
aunque sólo sea con la vista, el horror de los abismos que el sol parece horadar en los inter
valos de las rocas. Sentimiento de simpatía universal que los alemanes llaman Einfühlung y
que entre otros eminentes psicólogos, Teodoro Lipps ha estudiado en forma tan exhaustiva
y admirable".78
"EL ESPACIO ONIRICO"81 "El espacio en el sueño profundo".- "El estado de sueño, se
gún la expresión castellana de esta palabra, plantea dos problemas a la psicología y a la
biología del espacio humano, porque existe un sueño profundo con ausencia de imágenes
y en gran medida, exento de conciencia, existe el sueño poblado de imágenes y de varia
dos estados afectivos. Mundo imaginario al que los franceses llaman "reve" en alemán
"traume" debido a que en esos idiomas, al contrario de lo que acontece en el castellano se
distinguen netamente los dos aspectos: inconsciente (someil, schlajf) y el semiconsciente
(reve, traume) del ámbito onírico".82
"Si como afirman algunos psicólogos, aunque la actividad consciente se atenúa, no
se extingue del todo en el sueño profundo, es evidente que en ese estado tiene que mani
festarse en alguna forma la conciencia del espacio. Quizá ciertas posiciones forzadas del
cuerpo con relación al espacio, transtornos de la circulación, tensiones musculares, etc.),
tengan, alguna repercusión sensorial en la oscuridad del estado onírico; quizá se traduzcan
en sentimientos de incomodidad, de desadaptación, de desequilibrio u otras semejantes; o
acaso en sensaciones corpóreas penetradas de terror o de angustia. De todos modos pare
ce que la actividad consciente volitiva o racional funcionan en el sueño profundo como una
latencia, o como un sentimiento de alerta pronto a despertar, más que por la intensidad,
LEGALES EDICIONES
76 M ARIANO IBERICO ROD RÍGUEZ: ”El espacio Humano”, págs. 13-14 , Universidad Nacional Mayor
de San Marcos, Lima, 1969.
77 Ibíd, obra citada, pág. 27 m fine y passim.
78 Ibíd, obra citada, pág. 28.
79 Ibíd, obra citada, pág. 31.
80 Ibíd, obra citada, pág. 32.
81 Ibíd, obra citada, pág. 37.
82 Ibíd, obra citada, págs. 37-38.
83 Ibíd, obra citada, pág. 38.
410
J
F il o s o f ía d e l D erech o
"Se ha especulado mucho sobre, la significación metafísica y mística del sueño en sus
dos aspectos: sueño profundo sin imágenes y sueño poblado de ensueños; y son los escri
tores, artistas y filósofos, del romanticismo alemán quienes han ponderado, a veces en
términos de extremada exaltación, la importancia humana y cósmica de aquel fenómeno.
Según estos escritores, entre los cuales Novalis y Tiek ocupan lugar destacado, en el sueñe,
especialmente en el sueño profundo el alma se reintegra a las fuentes originarias de la
vida, personal y cósmica. La actividad del pensamiento lógico y de las formas artificíale;
utilitarias y mecánicas de la existencia despierta, desaparecen en el océano de la vida, en la
insondable hondura de sus dinamismos elementales, vida que engloba en un único ritmo el
mundo animado e inánime. De donde proviene cierta analogía entre sueños sin imágenes f
el estado místico -a lo menos en su sentido hindú- y también con la muerte, como el última
sueño, como el dormir eterno del que no se despierta nunca. Todo lo cual, acaso podría
sintetizarse en este breve pensamiento de Hamann, "el mago del norte": "En el profunda
sueño yace nuestra alma original y su movimiento es cual una danza frenética". Aludiendo
al sentido místico y de revelación de la noche, y al sueño profundo que ella protege, escribe
Novalis: "una duración limitada le ha sido concedida a la luz, pero el reino de la noche es
capa al tiempo y al espacio. Eterna es la duración del sueño; sagrado sueño".84
411
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
ches, donde vemos palacios, jardines, salas de banquete, tesoros variadísimos surgir, desa
parecer, transformarse, pasar, en fin en un ambiente de fantasmagoría de la mas extrema
inverosimilitud. Bella transformación de lo onírico en lo poético que encierra una profunda
lección de psicología estética y que confirma en forma elocuente el conocido pensamiento
de Dilthey que dice: "el sueño es el más antiguo de todos los poetas"). Lo que nos autoriza
a afirmar del sueño poético -e n francés se diría de la revene poetique- en su relación con el
espacio, todo lo que afirmamos de la conciencia onírica, sólo que con una ligera atenuación
en el as pero meramente prelógico de aquella".87
"Un fenómeno muy curioso y frecuente en el estado onírico, consiste en un raro sen
timiento de Ievitación, en un espacio vago, sin contorno preciso. El durmiente se siente
volar, y lo hace en sueños con una agilidad, facilidad y levedad que le parecerían increíbles
si no los viviera con evidencia. Este sueño imaginario es, según la acertada observación de
Nodier un vuelo sin alas, es decir con exclusión de todo dispositivo mecánico; un sueño en
que los cuerpos se elevan por su mera, intrínseca virtud levitacional. En este estado desa
parece la estructura hodológica del espacio de la vigilia, y así el vuelo onírico es un vuelo
sin rumbo, sin más intención que el goce en la plena libertad dinámica. Los especialistas:
fisiólogos, psicólogos de la profundidad, explicarán seguramente este fenómeno por fac
tores orgánicos o por tendencias psíquicas de naturaleza instintiva. Pero es imposible no
pensar que en él se trasunta una como reminiscencia metafísica de un cierto pasado en
cierto modo anterior al tiempo y en el cual la vida anímica y espiritual no reconocían límites
a su posibilidad, al pleno disfrute de una libertad sin obstáculos".88
es decir de algo que formalmente se opone al mero devenir torrencial del tiempo). Y aun
que el tiempo en fulguraciones instantáneas como relámpagos nos trae las grandes reve
laciones de lo eterno, esas revelaciones se cumplen en lugares sagrados del espacio que es
el escenario universal de la aparición. Por todo lo cual, terminaremos estas páginas sobre
el espacio humano con las breves proposiciones que siguen y que aspiran a ser no sólo un
resumen, sino la culminación iluminante de nuestro estudio".90
4 12
F il o s o f ía d e l D erech o
"El tiempo pulsa en la propia raíz ontológica de la realidad humana, y así, en términos
abstractos, se puede decir que el hombre es tiempo; pero cuando el hombre respira en
las más elevadas y puras regiones del espíritu, especialmente en las regiones de la alte
contemplación religiosa y estética, el hombre no es tiempo, sino que, en la más auténtico
plenitud de su vocación espiritual, el hombre es espacio"91
El pensamiento de Mariano Ibérico sobre "El Espacio Humano" constituye una tri
logía estructural con "Notas sobre el Paisaje de la Sierra" y "El sentimiento de la vida
cósmica".
"Notas sobre el Paisaje de la Sierra” se publicó por la Editorial Lumen S.A., Lima, 1 9 3 7
Dijo el maestro en la "Introducción" a este libro, pág. 3 que : "Yo no pretendo en estas
páginas, obra literaria. Más exactamente, el propósito que las inspira no es principalmente
literario. Mi deseo es más bien suscitar el sentimiento que, a falta de otro nombre mejor,
podríamos llamar metafísico o religioso del paisaje serrano".
"El paisaje, como todo espectáculo estético, tiene algo de irreal porque lo que se ve,
no son cosas sino imágenes es decir, presencias, formas que valen por si mismas y que nos
encantan como una poesía o como una música".92
"Más en esa contemplación o mejor, en la contemplación de esa irrealidad, se nos
entrega algo que no es ni cosa ni imagen: el alma, la vida. No es cosa porque la cosa es
exterior e indiferentes: no es imagen porque no es visible; pero está en la imagen como un
rayo que parte de ella. El alma, la vida, es como el ultra violeta de la pura visión".939
4
"Y todo paisaje es lejano e inaccesible".
"Und kein Wanderer noch durchquerte das Abendrot": "Y ningún caminante atravesó
jamás la roja fulguración de la tarde (Klages)".
"Las imágenes del paisaje resplandecen inaccesibles y puras como una visión de fanta
sía, son la fantasía de la materia y se despliegan en un escenario de donde nos separa un
velo sutil pero infrangibie".91'
"Y sin embargo, lejanas como las estrellas, las imágenes del paisaje están en nosotros.
Son nuestra propia lejanía, y por eso nos suscitan junto con el sentimiento melancólico de
la distancia, la inexplicable impresión metafísica de que en la zona encantada de la con
templación, las distancias a la vez que se mantienen, se borran, y de que al propio tiempo
que se alejan, se tocan los extremos en que se polariza la vida del espacio y del alma".
"Las imágenes son el cuerpo del espacio, y la vida de las imágenes, su alma. En el mun
do de las imágenes, que conponen el paisaje, el espacio no es el medio vacio y homogéneo
de que nos hablan los filósofos. Al contrario, el espacio es la luz en que fotlan las figuras
de la visión, el espacio es el color que las viste, la lejanía en que se pierden y el lugar en
que brotan. El espacio es el más alia donde nunca estaremos, el abismo del que vuelven las
voces ignotas y el licor de nostalgia y de anhelo que los ojos absorven. En fin, el espacio dei
paisaje es siempre una plenitud, aunque esa plenitud sea la de la soledad y de la nada".95
LEGALES EDICIONES
"De esta suerte el paisaje es un mundo de presencias lejanas pero íntimas, y reales
pero vivas, y un espacio pleno cuyas innumerables perspectivas proponen itinerarios de
maravilla al vuelo imaginario".96
413
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
"Pero hay algo más en la vida de las imágenes; un algo que ya no viene del espacio sino
de las más distantes regiones del tiempo; porque en el paisaje fulge el pasado con una luz
extraña que confiere a sus visones una como inmaterial profundidad y que las hace más
lejanas todavía''... . "De este modo en la figura inadsecible de la Lira palpita, en la noche,
honda y misteriosa como el tiempo, el alma de una ayer sin retorno. Y así al llenarse de
nostalgia toda la basta esfera de los cielos, pensamos en las palabras de Novalls: "La na
turaleza es puro pasado".97
"L'style c'e st l'homme meme". Este es el gran estilo de un gran poeta y filósofo.
En "El sentimiento de la vida cósmica" publicado por la editorial Losada S.A., Buenos
Aires, 1 9 4 6 , aflora una vez más el lenguaje poético del inmortal maestro sanmarquino.
"Si la elección de un tema indica ya una preferencia, y si la preferencia, como fenó
meno afectivo, es en el fondo inexplicable, parecería innecesario y hasta contradictorio
que expusiéramos razones en apoyo de las exigencias espirituales que nos han inducido a
escribir este trabajo".
"Ya ha desaparecido la reverencia cósmica. Ya la naturaleza no vierte en el corazón
de los hombres su misteriosa confidencia. Ya no brillan en el cielo del alma los admirables
símbolos con que los grandes poetas han expresado el secreto -inviolable- y difundido el
mágico prestigio de la naturaleza. Ya la nueva poesía no hace sino proyectar en un espacio
indiferente las frías imágenes de un disimulado aunque meticuloso artificio".9*
"El tiempo ha perdido su duración, su calma, su cadencia, y es reemplazado por un
nuevo tiempo uniforme y mecánicamente dividido. La velocidad, la rapidez, la instantanei
dad caleidoscópica han destruido la lenta maduración creadora del alma, y de este modo
un algo devorante y trágico siega, con premura, los verdes campos de la vida".99
"Heraclito, cuya alma participaba en el secreto de la perenne renovación cósmica, de
cía que en cada amanecer nace un nuevo sol; y el alma nostálgica y romántica de Lawren-
ce, en quien revive el sentimiento primaveral de la vida, siente que "cada alba se levanta
sobre un universo enteramente nuevo y que cada domingo de pascua inaugura el esplen
dor de una gloria nueva e ilumina un mundo surgiendo en su primera flor".
"Es lo que no siente ni ve el espíritu moderno para el cual nada es nuevo en la naturale
za sino que todo se reproduce y se repite como los productos de sus fábricas o el monótono
tic tac de sus relojes".100
"Alpropio tiempo que este abandono o que esta absurda emancipación de los vaivenes
cósmicos, va produciéndose una progresiva abolición de la visión y si se quiere, una progre
siva anulación de la vida estética del hombre".101
"Es el pálido ocaso de la poesía. Y es en el fondo la pobreza, la monotonía interior de la
vida moderna, que proyecta sobre el mundo su propia desteñida opacidad".
"Sin reverencia cósmica lleno, por el contrario, de un sentimiento de propia suficiencia
el hombre reemplaza la obra de la naturaleza por la obra de sus maquinas o, lo que es lo
LEGALES EDICIONES
97 Ibíd.: pág. 6.
98 Ibíd.: pág. 1 1 .
99 M ARIANO IBERICO RODRÍGUEZ: “El Sentimiento de la vida cósmica”, pág. 12.
414
F il o s o f ía d e l D erech o
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Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
O b ra d e d o n A le ja n d r o 0 . D e u stu a "
cribe la palabra alada del maestro Ibérico en el discurso pronunciado en el salón de actos
de la Facultad de Letras el 1 4 de julio de 1 9 2 3 inserto en la pagina 2 4 a 4 2 de "El Nuevo
Absoluto":
"Rara vez le es dado a un hombre suscitar una gran revolución intelectual y presidir por
largos años su proceso con el espíritu siempre vigoroso y la mentalidad constantemente
renovada y ágil. Quienes realizan labor de tal aliento deben ser doblemente celebrados:
por la conquista del ideal que consumaron y por el noble esfuerzo con que supieron acre
centarla y defenderla. Así fué la tarea que le tocara cumplir al doctor Deustua y tal es por
lo mismo la doble significación de este homenaje. Hace más de treinta años que el maestro
promovió en la Facultad de Letras de esta Universidad una profunda renovación en los
f estudios filosóficos; son más de treinta años de actividad educativa e ideológica. Por eso
416
F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
elevación y sin desinterés. Facultad formal, elabora indiferentemente cualquier contenido
y lo mismo sirve al ideal que al interés, al altruismo que al egoísmo, a la grandeza que a le
pequeñez. Frente a una tendencia materialista y económica, la inteligencia proporcionara
los elementos de acción y de este modo la misma verdad sera objeto de cálculo en manos
del egoísmo utilitario", (págs. 36-37)
"Y es que sólo una inspiración moral puede fundamentar una alta educación. Una
educación moral que estimule y dirija los sentimientos superiores, las inclinaciones des
interesadas, los impulsos capaces de elevar al hombre por encima de la animalidad y dei
egoísmo", (pág. 37)
"Falta de profesores competentes, falta sobre todo de profesores conscientes de su
función social, sin elementos materiales de desarrollo", (pág. 37-38)
4 17
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
bre, cuyo ideal no es el conocimiento puro, sino la asunción del pasado en la propia vida
espiritual".107
"Para explicar la 'apetencia histórica' no basta subsumirla en el concepto de curiosi
dad. Hay algo más profundo en esa apetencia. Acaso se conjuga con la exigencia metafísica
del pasado que lo impele hacia la aparición... Y de esta suerte la función del historiador no
consiste tan sólo en suscitar la aparición del pasado para los fines del conocimiento teoré-
105 MARIANO IBERICO RODRÍGUEZ: “L a a p arición histórica. Ensayos y notas sobre los tem as de la histo
ria y el tiem po”, pág. 13, Universidad de San Marcos, Lima, 1971.
106 Ibíd: Ob. cit., pág. 14.
107 Ibíd: Ob. cit., pág. 16.
418
F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
110 Ibíd: pág. 17.
111 Ibíd.: pág. 17.
112 Ibíd.: pág. 17.
113 Ibíd.: pág. 19.
114 Ibíd.: pág. 19.
115 Ibíd.: págs. 25 - 26.
116 Ibíd.: págs. 26 - 27.
117 Ibíd.: pág. 27.
118 Ibíd.: pág. 27.
119 Ibíd.: pág. 35.
120 Ibíd.: pág. 35.
419
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
"La vivencia histórica es, en gran parte, un vivir estados psíquicos ajenos".121
"El fundamento ontológico de la historia en cuanto ignora las grandes aporías del
saber histórico y entre ellas la principal: la que consiste en la necesidad de establecer la
objetividad de un pasado en sí mismo inasequible, porque es pasado, y en aspirar, no
obstante, a describir y a interpretarlo sin afectar su autenticidad".122
"Esas proyecciones establecen la historicidad de los hechos que son materia de la vi
vencia. La historia no se mueve en el mundo de lo invisible puro, porque no es una ciencia
de lo abstracto".123
Una brillante, por lo sintética, reseña bibliográfica del libro de nuestro inmortal maes
tro nos la dió FRANCISCO MIRO QUESADA CANTUARIAS en una reseña bibliográfica publi
cada en "El Comercio", en julio de 1971, en donde dijo que:
"Este libro nos da una sorpresa: desarrolla de manera sistemática una epistemolo
gía de la historia. La sorpresa no se debe a que la pluma de Ibérico no se haya ocupado
nunca de estos menesteres, Muy al contrario, en muchos de sus libros, el maestro toca
temas de epistemología. En su importante libro: La aparición, al abordar el tema del ser
que emerge en la epifanía de la presencia, del ser que aparece, hace numerosas y agudas
observaciones epistemológicas. Pero hasta el momento, Mariano Ibérico no había escrito
nada sistemático sobre teoría del conocimiento. En La aparición histórica, obra que publica
en la plenitud de su vida espiritual, pero habiendo recorrido va un buen trecho del sende
ro de la vida, rompiendo con su tradición de pensador orientarlo estéticamente, aborda
un tema técnico, complicado, lleno de refinamientos y rigores conceptuales. Pero desde
luego, la ruptura es sólo en relación al contenido. Desde el punto de vista formal, el estilo
es el mismo: terso, transparente, transido de una sutil e inimitable vibración que nos
produce una sensación que no sabemos si se parece más a la nostalgia o a la suave luz
de la experiencia mística. Asombra la capacidad del autor para escribir en este estilo tan
inconfundiblemente suyo, sobre abruptos y descarnados temas, como la vivencia históri
ca, la inteligibilidad del acontecer, causalidad, estructura y sentido de la historia. Asombra
la síntesis perfecta, la complementariedad total entre el riguroso fondo y la exquisita
forma, La belleza del estilo contribuye a iluminar el contenido y la profundidad del con
tenido intensifica el matizado perfil de la forma".
La parte principal del libro es sobre la vivencia histórica. Aunque se titula “P sic o lo g ía
d e la v iv e n c ia h istó rica '', es, además, una verdadera teoría del conocimiento histórico.
A esta parte sigue una serie de temas conexos, siendo la mayoría sobre el tiempo, tema
íntimamente vinculado al de la historia.
La Primera Parle, la más importante del libro desde el punto de vista filosófico (aun
que en los temas conexos se encuentren numerosos aportes), comienza fijando la historia
frente al mito y a la actitud racional. El mito, esa prehistoria de la historia, afirma ibérico,
remite al pasado. Pero no a un pasado irremediablemente ido, sino a un pasado vivo,
actual. El mito expresa, relatando sucesos primigenios, la unidad fundamental entre el
LEGALES EDICIONES
hombre y el Cosmos, El hombre es parte del Cosmos, esta integrado en él, y refleja en su
vida comunitaria, a través de imágenes y de vivencias profundas, la unidad fundamental
del gran todo. Pero en un cierto momento de su trayectoria, el hombre sufre una doble
separación: frente al Cosmos y separación del individuo frente a la cerrada comunidad
social que reproduce la unidad cósmica. Y nace, así, un sentimiento de soledad. En esta se
paración se encuentra el germen de la conciencia histórica porque la historia se funda en la
visión del devenir exclusivamente humano, a cósmico, y porque, para colmar el vacío que
420
F il o s o f ía d e l D erech o
ha dejado su separación de la vida jónica, el hombre busca una experiencia rica y vibrante,
una aventura existencial que le permita reencontrar el sentido de la vida.
La individualidad producida por el corte con la existencia cósmica, se logra a través
de la razón. La razón es el instrumento del hombre como individuo, es lo que le permito
recuperar la universalidad perdida al diferenciarse frente a la totalidad cósmica. La razón
es universal, pero abstracta. Si todo fuera racional, no habría historia puesto que la historio
es diversidad y la universalidad racional abstrae de los detalles para llegar a categorías o
tipos que reducen los casos individuales a meros casos típicos.
Nos encontramos ante un proceso profundo y paradójico que une la razón con la his
toria, El individuo al asumir la actitud racionalista supera el mito y logro separarse de si¡
participación totalitaria en el grupo primitivo. Más al hacer esto, se toma sujeto, se llena a
la autoconciencia y aparecen el tiempo corno sucesión irreversible de instante y la memo
ria como posibilidad de conservación del pasado en la imagen. La razón, instrumento de
individuo, genera la historia, que la historia es más que la razón, la rebasa en la plenituc
del instante que fluye.
Una vez mostrado el hontanar de donde emerge la historia. Mariano Ibérico hace
un análisis de la esencia del pasado. Esta parte se distingue por su riqueza expresiva y si
rigor conceptual.
El autor llega a la conclusión de que el pasado, si se pretende que el saber historia
tenga sentido, debe existir como un objeto en sí mismo, mas, a pesar de esto, toda re
construcción del pasado es subjetiva tanto la que hace la memoria individual como la de
historiador. Porque esta reconstrucción no puede hacerse a la manera ole la ciencia exactr
sino a través de un lenguaje que permite expresar las sutilezas psicológicas de los perso
najes que se trata de comprender. La vivencia histórica consiste en vivir estados anémico:
ajenos, de seres que fueron, que no volverán a ser y que se distinguen por completo de
quien los estudia,
En esta aprehensión de vivencias ajenas, asumimos siempre una actitud valorativa. Y í
través de esta valoración tratamos de captar un objeto, que aunque irreductible a nosotros
tiene sin embargo la misma naturaleza que nosotros. De aquí la diferencia con el contenidc
de la ciencia natural. El objeto de esta ciencia no es humano, mientras que el objeto de le
historia es el hombre mismo, es un objeto que, es, a su vez, sujeto pero no abstracto sinc
personal y único. Por eso el conocimiento histórico está lleno ole contradicciones, de para
dojas o aporias. Así, la historia estudia algo que no existe, el pasado, pero cuya existencia
debe afirmarse, pues si el pasado no existiera la historia no podría constituirse. Por otra
parte, el tiempo histórico es irreversible, lo que fue no volverá nunca más a ser. Empero, s
no existiera cierta lev en la sucesión de los hechos históricos, no podríamos compararlo?
ni comprenderlos nunca. Asimismo, el conocimiento histórico persigue la objetividad, e
mismo resultado para todos los sujetos que conocen, pero tiene que valerse de medio?
no objetivos para alcanzar este fin, como la interpretación, la simpatía, la valoración, etc.
A pesar de estas dificultades la historia se constituye como saber y es posible alcanzai
una comprensión ole su objetivo. Esta comprensión no se logra, como en el caso de las
LEGALES EDICIONES
ciencias naturales, mediante el establecimiento de relaciones causales, sino mediante Is
captación de fines subjetivos, de las direcciones de los hechos, del sentido que se descubre
en la marcha de los acontecimientos. Todo este proceso se realiza dentro de un marco ole
totalidades, en los que cada hecho expresa el todo, y el todo es siempre más que la mera
reunión de los hechos. La no causal de la estructura, es decir ole la forma que tiene un
dinamismo propio, que impone una conexión a todos los elementos, a todas las h orna;
históricas que parecen, dirigirse hacia una configuración final.
Es lástima que la pequenez del espacio disponible nos impida hablar sobre el conte
nido de la segunda parte. En "Temas conexos" y en "Estudios sobre el tema del tiempo",
Mariano Ibérico, desarrolla una serie de tópicos, diversos en apariencia, pero íntimamente
ligados y que contribuyen a esclarecer diversos tópicos de la exposición central. Merece
421
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
como un conjunto de lucubraciones abstractas y secas, sino más bien como el testimonio
de poderosas vivencias en un mundo mágico, animado y poético...la verdad para Ibérico
no es la escolástica "adaequatio rei et intellectus", sino la armonía entre la expresión y el
124 Reseña bibliográfica de FRANCISCO MIRÓ QUESADA CANTEARIAS, publicada en el diario “El
Comercio”, en julio de 1971.
125 En el libro “ H o m en a je a M a ria n o Ib érico”, pág. 12, Dirección Universitaria de Bilioteca y Publicaciones,
Lima, 1973.
126 En el libro “ H o m en a je a M a ria n o Ib érico”, pág. 13, Dirección Universitaria de Bilioteca y Publicaciones,
Lima, 1973.
127 Ibíd., pág. 14.
422
F il o s o f ía d e l D erech o
sentido, entre el símbolo del aparecer y el sentimiento del destino: la realidad está en 1 1
alma y en el todo que se le aparece".128
A su vez, el Embajador JORGE GUILLERMO LLOSA PAUTRAT, (nacido en 1925, muerto
el 23 de octubre del 2007), diplomático y miembro de la Sociedad Peruana de Filosofía,
dijo: "Si la pregunta por el ser es lo universal en la filosofía, las respuestas de Ibérico cons
tituyen su contribución personal al diálogo inextinguible de los filósofos".129
“La Universidad debe proveer una cátedra de estudios ibericanos para tomar el relev¡ >
e investigar las vías que él ha abierto. Nuestra juventud, desde la edad escolar, debería fa -
miliarizarse con algunas páginas, tan universales y tan peruanas, de su obra. Que este act >
de homenaje no sea el saludo a una obra inmovilizada en su perfección sino, a ejemplo d>?
sus enseñanzas, "algo que viene de la vida y se dirige a la vida".130
El doctor VICTOR Ll CARRILLO, (1929-1998), Profesor de Filosofía Antigua en la Univer ■
sidad de San Marcos, en el ya citado "Homenaje a Mariano Ibérico", dijo : "La historia de
la filosofía, de ordinario abstracta y erudita, se transfiguraba con la palabra de Ibérico en
una historia viviente, dramática y exaltante, como es en realidad la confrontación persone.!
de cada filósofo con los problemas eternos del pensamiento".131
"Siguiendo las reglas de la historiografía moderna, Ibérico restituía al pensador en
su contexto biográfico, histórico, ideológico, bosquejando grandes figuraciones periódicas
que ponían de relieve la profundidad de su cultura, su escrupuloso conocimiento de hecho.:
y de ideas, su familiaridad con los grandes filósofos, pero al mismo tiempo su sensibilidad
de artista y su poder de evocación poética. Merced a esta orientación interdisciplinaria, h 1
clase de historia de la filosofía constituía así no solo un curso de especialización filosófica
sino al mismo tiempo una lección de cultura general, en el más noble sentido de la expre
sión; una revelación de los grandes nombres y de los libros, que representan y traducen h
inspiración del humanismo".132
“La filosofía aparecía así Integrada en el vasto mundo de la cultura, conviviendo coi
la poesía y el arte, con la mitografía y la historia de las religiones, con la etnología y la psl
cología, con la biología y el derecho, no como una disciplina entre las otras, sino como ui
saber dominante y, como quería Aristóteles, hegemónico"133
Debemos a DAVID SOBREVILLA ALCAZAR - el más brillante filósofo peruano de lo:
últimos tiempos, nacido en Huanuco el l 9 de Marzo de 1938134, muerto el 17 de Agoste
del 2014, profesor en la Universidad de Lima y en la San Martín de Porres y antes profeso:
LEGALES EDICIONES
134 DAVID SOBREVILLA se recibió de Doctor en Filosofía en la Universidad de Tübingen con una tesis
intitulada “D er Ursprung des Kulturbegriffs. D er Kulturphilosophie und der Kulturkritik”. Es autor de ‘‘Es
critos Kantianos. En torno a Kant, su obra e influencia” Prólogo de Francisco Miro Quesada Cantuarias
Universidad Ricardo Palma, Editorial Universitaria, Lima, 2006; “L a filosofía alemana: desde Nicolás dt
Cusa hasta nuestros días ”, Universidad Ricardo Palma, Editorial Universitaria, Lima, 1978; “L a estética dt
la A n tigü edad’, Universidad de Carabobo, Valencia, 1981; “ Repensando la tradición occidental. Filosofía
historia y arte en el pensamiento alemán: exposición y crítica”, Amaru Editores, Lima, 1986; “Repensando
la tradición nacional I: estudios sobre la filosofía reciente en el Perú, 2 vols. Editorial Hipatia, Lima, 1988-
89; “César Vallejo, poeta nacional y universal y otros trabajos vallejianos” (1994); “Introducción bibliográ
fica a César Vallejo” (1995); “La filosofía contemporánea en el Perú” (1996); “Repensando la tradición de
nuestra Am érica” (1999). Ha compilado además, solo o con otros estudiosos, libros como “Introducción
a la literatura alemana: de Goethe a Thomas M ann” (1976); “Historia, problema y promesa, homenaje a
Jorge Basadre (2 vols., 1978); “Lógica, razón y humanismo, homenaje a Francisco Miro Quezada” (1992);
423
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
principal en la Universidad de San Marcos desde 1971 hasta 1995, la más completa inves
tigación sobre el pensamiento de Mariano Ibérico planteada en su libro fundamental que
es necesario leer y releer: "Repensando la tradición nacional I. Estudios sobre la filosofía
reciente en el Perú" Editorial Hipaba, Lima, 1988.
Dice el profesor SOBREVILLA que "En su estudio La filosofía humanista de Mariano
Ibérico (1952), Jorge Guillermo Llosa no se refiere explícitamente al problema de la evolu
ción de la filosofía de Ibérico, aunque implícitamente la divide en las siguientes etapas: 1.
Primer ciclo de su vida filosófica que comprende El carácter, La filosofía de Enrique Berg-
son, Una filosofía estética, y que se "define y redondea" (op. Cit., pag. 19) con El Nuevo
Absoluto y La unidad dividida. 2. Segunda ciclo que abarca Notas sobre el paisaje de la sie
rra, El sentimiento de la vida cósmica y La Aparición. Llosa no ofrece razones para justificar
estos cortes. En un artículo posterior, "Un notable filósofo peruano" (en: Humbolt, 1961;
págs. 58-62) resume el estudio enteriormente citado y en relación al nuevo libro de Ibérico
"Perspectivas sobre el tema del tiempo" que por entonces había aparecido (1958), señala
que "La filosofía de la Aparición encuentra en el estudio del tiempo una nueva y férfil di
rección" (pág. 61; la cursiva es nuestra), esto es, que las Perspectivas no abrirían un tercer
ciclo, sino que sólo representarían un desarrollo de las ideas contenidas en La Aparición".
"Augusto Solazar Bondy tampoco ha encarado expresamente el problema de la evo
lución del pensamiento ibericano en su "Historia de las ideas en el Perú Contemporáneo"
(1967; II, págs. 234-266). No obstante, ha sido el primero en reparar que hay una primera y
muy breve etapa positivista en el pensamiento de nuestro autor, la cual está representada
por su tesis para obtener el Bachillerato en Letras "El caráter". En cuanto a la producción
posterior, Solazar la coloca bajo el título "Bergsonismo", con el que se refere a la tesis de
Ibérico para obtener el Doctorado,"Vitalismo Idealista" en lo concerniente a los ensayos
sobre "La intuición estética" y "La intuición moral" y "Un absoluto dinámico" en lo tocante
al libro "El Nuevo Absoluto" y al ensayo "El viaje del espíritu". Solazar señala que en los
trabajos de Ibérico de los años 20 al 26 hay un desplazamiento de la preocupación esté
tica a la religiosa. Esta última preocupación también se encontraría en las Notas sobre el
paisaje de la sierra y el" El sentimiento de la vida cósmica". Sobre La Aparición piensa que
se mantiene cerca del idealismo espiritualista esbozado desde las primeras obras (op. Cit.,
265). Finalmente, Francisco Miró Quesada distingue en su libro "Despertar y proyecto del
filosofar latinoamericano" (1974; págs. 197-207) las siguientes etapas en la evolución de la
filosofía de Ibérico: 1. La concepción temporalista que se encontraría en "Una filosofía esté
tica" "El Nuevo Absoluto y La unidad dividida" 2. "La concepción más integral y metafísica
de las ideas de Ibérico, la cual se hallaría en germen en "Notas sobre el paisaje de la sieera
y El sentimiento de la vida cósmica" -obras en que Ibérico descubriría el paisaje-, y en una
forma sistemática en La Aparición que sería una metafísica poética".
"Por nuestra parte, dice el profesor SOBREVILLA, nosotros dividiríamos la evolución
de la filosofía de Mariano Ibérico en tres etapas. 1 - La positiva ya observada por Solazar y
representada solitariamente por la obra "El carácter", 2.- La etapa bergsoniana que com
prende: a) La fase estetizante de Una filosofía estética (1920, libro en que Ibérico incluyó
LEGALES EDICIONES
“¿Q u é m o d ern id a d deseam os ? E l conflicto entre nuestra tradición y lo n u evo ” (1994), y “ Filosofía de la
C ultura Ed. Trotta, Madrid, 1998.
424
F il o s o f ía d e l D erech o
son "Perspectivas sobre el tema del tiempo" El espacio humano y La Aparición histórica,
obras en que se bosqueja una filosofía del tiempo, del espacio y de la historia, pero que no
llegan a configurar una etapa aparte, ya que el propio Ibérico vincula las consideraciones
expuestas en ellas a La Aparaición (Cf. Por ej. La aparición histórica, pág. 6)".
"El criterio que empleamos para separar la segunda de la tercera etapa -pensamos
que Solazar ha demostrado con claridad la distancia que va de la primera a la segunda
(cf.su "Historia de las ideas... II, págs. 235-237)- es el progresivo alejamiento de Ibérico
de la ortodoxia bergsoniana. Este alejamiento comienza a manifestarse claramente en el
artículo de 1928 (en su publicación original) "El viaje del espíritu", en que Ibérico critica de
modo expreso a Bergson su aparente ignorancia de "que la vida no se concibe sin la muer
te, es decir un elemento que al negarla la promueve" (en: Letras. Lima, 1929; pág. 71). Esto
representa el hallazgo de que el absoluto no está privado de contradicción sino que, antes
bien, la alberga en sí. Posteriormente, Ibérico haría de este problema el motivo de sus re
flexiones en La unidad dividida que apareció en 1932".
"Podría pensarse que en verdad no hay ninguna solución de continuidad entre "El
Nuevo Absoluto" (1926) y "La unidad dividida" (1932), que el segundo libro es sólo una
continuación del primero, pero en realidad no es así. La noción del nuevo absoluto se halla
todavía dentro de la ortodoxia bergsoniana: de lo que aquí se trata es de reemplazar el
antiguo absoluto que era inmóvil por uno inédito que es por el contrario fluyente, pero que
no entraña la contradicción. Esta es la línea divisoria entre los dos libros".
"En estas dos obras se habla fugazmente de que la última realidad -e l nuevo absolu
to, la unidad dividida- posee un ritmo sin fin (cf. "El Nuevo Absoluto", p. 277; "La unidad
dividida", pág. 18 ). Este tema solo habría de ser elaborado detenidamente por el autor
en sus "Notas sobre el paisaje de la sierra" y, especialmente, en "El sentimiento de la vida
cósmica". El mismo Ibérico quien años más tarde ha subrayado que otra de sus críticas a
Bergson -así como a otros pensadores y corrientes- es, precisamente, el haber desatendido
el problema del ritmo cósmico (cf. "Perspectivas sobre el tema del tiempo" (1958), pág. 97;
"El espacio humano", (1969), pág. 119). En opinión del filósofo peruano, Bergson tuvo la
genial intuición de la música inexpresable del tiempo,
"pero... un cierto prurito abstractivo, heredado acaso de Descartes, inhibe
en él, bajo el imperio de una claridad de tipo lógico, el surgir de otras clari
dades más concordes con la inspiración central de su doctrina" (El espacio
humano" pág. 48)".
"Por último, una tercera crítica que separa a Ibérico de Bergson, aunque no tan radi
calmente como las dos anteriores, es que el autor de "Materia y memoria" no concede la
suficiente importancia a la capacidad, a la vocación plástica de la vida; que por identificar
la vida con la absoluta movilidad "desdeña", sobre todo en cuanto a las creaciones plás
ticas de la naturaleza, aquelloas que parecen aprisionar para siempre su fluir creador"
("Perspectivas sobre el tema del tiempo", pág. 97)".
"Pero todos estos reparos no deberían hacer olvidar que aun en la etapa de la madu
LEGALES EDICIONES
rez, cuando Ibérico logró elaborar su propia filosofía, siguió reconociendo su deuda para
con Bergson y su pensamiento. Es así como manifiesta que sus observaciones a la doctrina
bergsoniana las realiza porque son necesarias para comprenderla en su conjunto, pero
"no con un propósito de rectificación sino en la creencia de cumplir la pro
pia intención del filósofo, para quien su filosofía no era un todo acabado sino
algo así como un esquema dinámico capaz de prolongarse y perfeccionarse
indefinidamente" ("Perspectivas", págs. 96-97);
Las últimas palabras son una paráfrasis del párrafo penúltimo de la carta de Bergson a
Ibérico del 21 de julio de 1917, (cf. "Una filosofía estética", p. XI). La deuda de Ibérico para
con Bergson se siguió evidenciando luego de las criticas indicadas por la desconfianza que
el filósofo peruano tuvo de por vida en la inteligencia como medio para captar la realidad
425
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
última de las cosas -desconfianza que adquirió de Bergson- y que se pone de manifiesto
en múltiples pasajes de su obra; en su aprecio por la metáfora como medio expresivo; en
su concepción del espacio vital que corresponde al que Bergson denominaba extensión
concreta ("El sentimiento de la vida cósmica", pág. 80); en la idea bergsoniana del tiempo
como una melodía, que Ibérico trae a la memoria muchas veces (así en "El espacio hu
mano", págs. 48, 118); en el planteo del filósofo francés sobre el pasado que Ibérico hace
suyo y elabora ("La Aparación histórica", pág. 19 y ss); en la consideración de Bergson,
que Ibérico recuerda, de que la evolución debería ir de lo homogéneo a lo heterogéneo,
consideración de la que el filósofo peruano deduce que la vida actual representa un em
pobrecimiento, porque muestra una uniformidad creciente ("La Aparición histórica", pág.
110). La admiración del pensador nacional por el francés se revela sobre todo en su artícu
lo "El pensamiento histórico de Bergson" ("La Aparición histórica", págs. 180-184) en que
Ibérico no sólo hace una exposición sobre este tema, sino en que defiende a Bergson de la
crítica de E. Nicol, quien sostenía que existiría una discontinuidad inherente a la doctrina
bergsoniana de la novedad radical en la historia. En ese artículo Ibérico termina manifes
tando que
"La filosofía de Bergson representa, en su profundidad más auténtica la
historicidad de la vida, y en ella como bien se comprende, la historicidad del
hombre" (op. cit., pág. 184)".
"Las consideraciones de Llosa y de Solazar, sobre la evolución de la filosofía de Ibérico>
creemos que no realizan correctamente los cortes que hay que hacer dentro de ella. Esto
también sucede con el esquema propuesto por Miró Quesada, quien además emplea un
criterio poco sostenible para separar la segunda de la tercera etapa: el viraje de "la pura
concepción temporalista hacia una concepción más integral del universo y de la vida inte
rior" (Francisco Miró Quesada, "Despertar y proyecto del filosofar lationamericano" pág.
198), caracterizando esta última concepción por el descubrimiento del espacio y del paisaje
(op. cit., págs. 199-200), y por la incorporación de ambos a ella como "elementos vivos
y como medios reveladores de la realidad última". Esta consideración no es correcta. Ya
en el trabajo "La intuición estética" (1920), incluido en el volumen "Una filosofía estética
(1920), había tratado Ibérico de la vivencia de la naturaleza (Una filosofía estética, págs.
151-159) como una de las formas de la conciencia estética. Allí se encuentran anticipadas
muchas de las observaciones que sobre el espacio y el paisaje se formulan posteriormente
en las "Notas sobre el paisaje de la sierra" y "El sentimiento de la vida cósmica", de modo
que no es lícito utilizar el criterio mencionado para separar la segunda de la tercera etapa
de la evolución de Ibérico. Además, poco sentido tiene que Miró Quesada manifieste que
el espacio es en la filosofía de Ibérico un nuevo medio para captar la realidad última, si al
mismo tiempo reconoce que para el pensador peruano él es sólo una realización del tiempo
("Despertar y proyecto" pág. 206)".135
EL PENSAMIENTO JURÍDICO DE MARIANO IBERICO.- Mariano Ibérico fue un gran ma
gistrado. Vocal en la Corte Superior de Junín y en la de Lima, en la que llegó a ser Pre
sidente en 1945 encarna por su notables reflexiones filosóficas y jurídicas, a uno de los
LEGALES EDICIONES
"hombres simbólicos" del pensamiento peruano. Como gran filósofo y gran historiólogo
Ibérico aplicó al Derecho Judicial sus concepciones filosóficas.
El concepto del Derecho y la teoría de la interpretación jurídica de Mariano Ibérico la
ha extractado el profesor David Sobrevilla en un notable estudio intitulado "Los principios
de Lógica Jurídica de Mariano Ibérico: Exposición y crítica", publicado en el "Libro Home
naje a José León Barandiarán", págs. 495 a 505, en el cual sostiene que "Los Principios de
Lógica jurídica (Lima, 1944; pág. 74) constituyen la versión taquigráfica del curso de Lógi
ca Jurídica dictado en el año 1943 por Mariano Ibérico. El derecho es según el autor una
forma del espíritu y sus leyes persiguen por esencia un deber-ser. Por lo tanto, el derecho
426
F il o s o f ía d e l D erech o
implica un sistema de exigencias ideales, o sea, que radican o se fundamentan en una idea.
"Si prescribo que los actos jurídicos deben realizarse dentro de tales o cuales condiciones,
es porque deduzco esas condiciones de la idea formada sobre la esencia del acto jurídico"
(pág. 4). El derecho es pues un pensamiento, un pensamiento jurídico. La teoría del pen
samiento jurídico no se confunde con la filosofía del Derecho. La primera establece y defi
ne las formas esenciales del pensamiento jurídico: sus marcas categoriales, los conceptos
inherentes a su esencia y constitutivos de su estructura íntima. En cambio, la filosofía del
derecho es una concepción integral del derecho, que no lo toma sólo como pensamiento,
sino además como objetivación social y estudia su fundamento metafísica. En el pensa
miento jurídico distingue Ibérico su materia y su forma. “La materia... está constituida por
todos los modos de conducta social y de las relaciones intersubjetivas de los hombres a ¡as
cuales se refiere o se dirige la forma jurídica" (págs. 4-5). La forma constituye la esencia
del derecho. "La teoría del pensamiento jurídico es un estudio de la sistemática formal del
derecho" (pág. 5)".
"La lógica es según Ibérico la ciencia del pensamiento y estudia sus leyes, su ordena
ción y las normas generales a las que está sujeto. "Si, pues, el derecho en cuanto estructura
mental, en cuanto conjunto de ideas y de exigencias es un pensamiento, es claro que el
derecho no solamente tiene una relación con la lógica, sino que en un cierto sentido el de
recho es ya una lógica (pág. 6)". Pero además de que el derecho se relaciona con la lógica
desde el punto de vista de la ordenación del pensamiento jurídico, se vincula con ella desde
el punto de vista metodológico. La lógica en cuanto ordenación del pensamiento jurídico
tiene importancia y eficacias decisivas como teoría de la definición, como teoría de la cla
sificación y como teoría de la deducción. La lógica como método tiene principalmente dos
formas de aplicación en el ejercicio de la actividad jurídica: la teoría de la prueba y la de la
interpretación. "El concepto inspirador de todo este conjunto de consideraciones y de sus
aplicaciones prácticas", dice Ibérico, "se fundamenta en el sentimiento de la objetividad del
derecho" (p. 8). "Esa autonomía trascendental, ontológica y metafísica del Derecho, que se
coloca por encima de la simple legislación y que se ofrece a las miradas de los asociados
con una estructura que tiene en sí misma una validez y un sentido, constituyente una de
las más admirables fundamentaciones del orden, de la estabilidad y de la vida armónica
y equilibrada del hombre... Establecer, al estudiar el derecho, esta que puede llamarse la
majestad objetiva de sus formas, esa será la máxima pretensión de este curso" (pág. 8)".126
"Ibérico define al Derecho del siguiente modo: "El Derecho es una forma, o para mejor
decir, un sistema de formas o de normas que pertenece al mundo espiritual y que en con
secuencia implica un sistema de exigencias ideales, de direcciones hacia lo que debe ser"
(pág. 4). Esta definición no es clara y además presenta una tendencia reduccionista. No es
clara, porque el autor no distingue rigurosamente entre el derecho como sistema de for
mas o normas y el derecho como sistema de exigencias ideales o direcciones hacia lo que
debe ser, y tampoco muestra cuál puede ser la unidad de estas dos concepciones. Presenta
una tendencia reduccionista, ya que Ibérico no toma en cuenta en esta definición a los com
portamientos humanos involucrados en el fenómeno jurídico. En cambio, si lo hace en oira
LEGALES EDICIONES
definición contenida en su Memoria como Presidente de la Corte Superior de Lima leída en
la apertura del Año Judicial de 1944 (Lima, 1944). Allí dice: "El Derecho, como disciplina de
la conducta social de los hombres, es esencialmente forma, es decir que es un modo de la
existencia independiente en cierta medida de la materia y que se imprime en ella haciéndo
la servir a determinadas intenciones o finalidades de la vida" (Memoria, pág. 8)".
"La idea de Ibérico de que el derecho es forma, finalidad ideal o valor no se encuentra
suficientemente fundamentada. El se explica así: "Cuando decimos exigencias ideales, que
remos decir que las exigencias implícitas en la norma jurídica son exigencias que radican o
se fundamentan en una idea. Si prescribo que los actos jurídicos deben realizarse dentro de1 6
3
427
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
tales o cuáles condiciones es, porque deduzco esas condiciones de la idea formada sobre el
acto jurídico" (Lógica Jurídica, pág. 4). En principio, obsérvese que el autor no aclara cómo
de una idea procede un deber ser. Lo hace en cambio Husserl en los parágrafos 14 y 16 de
sus "Investigaciones Lógicas" en cuanto muestra que lo teórico funda lo normativo, que
solamente en base a un concepto de "buen" guerrero podemos enunciar un juicio como
"un guerrero debe ser valiente". En segundo lugar, Ibérico no aclara la diferencia entre las
ideas que se refieren al mundo teórico y las del mundo de la práctica -suponiendo que las
ideas existan- No puede tener el mismo status la idea de hombre que la de la acción de un
padre de familia. Por último, y esto es en verdad lo más decisivo: el autor parte del planteo
platónico-aristotélico de que hay formas a las que corresponden cosas. Pues bien, buena
parte de la filosofía contemporánea, y en especial la analítica, han puesto en cuestión esta
concepción. Es así como algunos filósofos del derecho sostienen que antes que buscarse
una definición (la forma segunda según aristóteles) del derecho o la naturaleza (la esencia)
jurídica de la letra de cambio, sería preferible atenerse a los usos del lenguaje jurídico y a
su textura abierta (cf. H.L.A. Hart, "El concepto del Derecho" 1968; Eugenio Bulygin, "Na
turaleza jurídica de la letra de cambio, 1961). De acuerdo a esta postura no tendría sentido
reflexionar sobre la idea del acto jurídico para deducir de ella las condiciones en que debe
realizarse, como propone Ibérico, sino que lo único que cabe es determinar cuáles son los
hechos condicionantes que según la ley lo caracterizan y cuáles las consecuencias jurídicas
que de él se siguen. Esto por una razón muy simple: no hay ningún referente de la expresión
"acto jurídico" sino tan solo aquellos hechos condicionantes y consecuencias jurídicas".
"Probablemente, una de las consideraciones más interesantes de este trabajo de Ibé
rico sea su distinción entre la teoría del pensamiento jurídico y la filosofía del Derecho.
La primera establece y define las formas esenciales del pensamiento jurídico, esto es, sus
marcos categoriales, los conceptos inherentes a su esencia y constitutivos de su estructura
íntima. La segunda es una concepción integral del derecho que no solo lo toma como pen
samiento, sino además como objetivación social y en su fundamento metafísico. En suma,
la filosofía del derecho sería la disciplina más amplia y comprensiva y la teoría del pensa
miento jurídico formaría parte de ella. Lamentablemente, el autor no ha desarrollado lo
suficiente esta vislumbre y no ha efectuado las diferenciaciones que serían imprescindibles,
como veremos en relación al caso concreto de la lógica jurídica".
"La lógica jurídica estudia según Ibérico la forma del pensamiento jurídico. "Si, pues,
el derecho en cuanto estructura mental, en cuanto conjunto de ideas y de exigencias es un
pensamiento, es claro que el derecho no solamente tiene una relación con la lógica, sino
que en cierto sentido el derecho es ya una lógica" (pág. 6). Ibérico tampoco ha desenvuelto
este punto de vista, que bien entendido lo hubiera debido haber llevado a la elaboración de
una lógica jurídica trascendental, esto es, a una teoría de las condiciones de posibilidad de
lo jurídico, tal como la ha planteado por ejemplo Hans Kelsen".
"El autor concibe a la lógica jurídica tan solo como una teoría de la definición jurídica,
de la clasificación jurídica y de la deducción jurídica, esto es, como una mezcla de lo que
F r a n c is c o Puy d e n o m in a ló g ic a ju r íd ic a p r im e r a y ló g ic a ju r íd ic a s e g u n d a - y q u iz á s ta m b ié n
LEGALES EDICIONES
metalógica- (cf. El esquema de clasificación de Puy de los distintos planos en que puede
situarse la ambigua "Lógica jurídica" en M. Sánchez-Mazas, "Cálculo de las normas", 1973;
pág. 59). Este contenido de la obra de Ibérico es más bien modesto, tradicional y tiene poco
de rescatable, es decir, que posee un valor casi puramente histórico, por lo que prescindi
remos de considerarlo en detalle. N o se olvide sin embargo que las lecciones que comenta
mos proceden de 1943 y que la lógica deóntica contemporánea tiene su punto de partida
en el trabajo de Georg H. von Wright "Deontic Logic" que apareció en la revista "Mind" solo
en 1951. Más de otro lado, tampoco puede silenciarse que la lógica jurídica de Ibérico ado
lece de algunos errores que ya en su época hubiera podido evitar, como el presuponer que
el razonamiento jurídico es puramente lógico, cuando por entonces ya se había observado
A que consta también de factores extralógicos. Prueba de lo que decimos en relación a Iberi-
m co la constituyen las siguientes líneas: "Algunos teóricos matemáticos discuten el carácter
428
F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
de un Juez" Editorial Andina, Lima, 1978.
"Considero un privilegio que me ha deparado la Divina Providencia el haber permane
cido doce años en la Corte Suprema, trabajando con personas de gran calidad intelectual y
de honestidad no discutida". Así leemos en la p. 251 y passim cómo era don CARLOS SAYAN
ALVAREZ; don ROBERTO GARMENDIA, don RICARDO BUSTAMANTE Y CISNEROS, don JOSÉ
IGNACIO TELLO VELEZ, don ALFREDO MAGUIÑA SUERO, don NAPOLEON VALDEZ TUDELA,
don ALBERTO EGUREN BRESANI, don ERNESTO VIVANCO MUJICA, don MANUEL SEGUN-
429
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
DO NUÑEZ VALDIVIA, entre otros muchos más célebres Magistrados, Fiscales, Relatores y
Secretarlos a quienes también yo he tratado -sobretodo, dá cuenta de expedientes, de su
despacho y de casos célebres como el famoso "Habeos Corpus" del Dr. José Luís Bustaman-
te y Rivera, de la resolución denegatoria por mayoría y de su interesantísimo Voto Singular
en la célebre discordia suscitada a raíz del brillante informe oral del Dr. LUÍS BEDOYA REYES
del que dá cuenta, así como también de las presiones ejercidas por el mismo general Ma
nuel A. Odría: "Empezó diciéndome que me molestaba para preguntarme qué había del
decir o presentar una resolución que no se ha dictado". "-Pues yo tampoco puedo ir contra
mi conciencia", le dije".
"Entonces Odría, en tono admonitorio, me dijo:
-"Recuerde usted esto bien, Señor Doctor, yo no perdono a quienes no me sirven".
"Ante esta amenaza -que la repitió dos veces más y en iguales términos- le dije:
-"Señor, yo no tengo dinero y vivo de mi sueldo de la Corte, no voy a dejar a mis hijos
sino mi nombre; mi honor es mi único patrimonio y no lo pierdo; si se lo doy a usted señor,
¿con qué me quedo? No puedo señor Presidente, mi conciencia es lo primero. No tengo
nada y espero el sexto hijo en estos días, pero quiero dejarles mi nombre tan limpio como
lo recibí. Créame Señor Presidente que lamento no servirlo, pues no olvido que usted me
nombró para la Corte, pero en este caso primero es mi conciencia y a ella obedezco".
430
F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
m ie n to d e las libertades públicas pasará y ya se vislumbra un amanecer".
"Tengamos fe en nuestro Poder Judicial. Volverán a imperar la honestidad y la rectitud
y los jueces peruanos podrán cumplir con su función de discernir justicia, con imparcialidad
y sin temor a represalias o sanciones injustas. Volveremos a tener tribunales de justicia
cuyo limpio origen constitucional inspire confianza a los litigantes. No olvidemos que sin
justicia el país no puede vivir. Se dice que la injusticia es un veneno tan fuerte que aún ad
ministrad en dosis homeopáticas es mortal140.
139 DOMINGO GARCÍA RADA: “M emorias de un Juez”, pag. 179 a 180, Editorial Andina, S.A., Lima,
1978.
140 DOMINGO GARCÍA RADA: “M emorias de un Juez”, pag. 394-395, Editorial Andina, S.A., Lima, 1978.
431
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
"La selección de los jueces es uno de los más graves problemas de la administración de
justicia que no está resuelto, porque aún no se ha encontrado el sistema perfecto. Aunque
la honestidad reside principalmente n la persona, es indudable que un buen sistema para a
elección de jueces ayudará mucho a lograrla. El peligro que acecha a los jueces es múltiple:
por un lado el poder político que quiere dominar a la judicatura, como complemento del
que ejerce en los demás aspectos de la nación; de otro lado el poder económico pretende
que la magistratura se incline ante sus exigencias. Los sistemas oscilan entre uno y otro ex
tremo; sólo quedaría el llamado de Cooptación -elección por el propio poder judicial- pero
presenta el indudable peligro de establecer castas judiciales y de designar a quienes con-
cuerden con el conservadorismo que es innato en el órgano judicial; impediría el ingreso de
elementos renovadores, que son indispensables. La solución parece encontrarse en la crea
ción de un organismo extraño a la política que tenga a su cargo la designación de jueces.
Italia, la patria del derecho, ha creado el Consejo de la Magistratura que preside el propio
Presidente de la república. Aprovechando esta experiencia creo que la solución podría ser
el establecimiento del Consejo de la Magistratura que estaría presidido por un delegado -
no parlamentario- del Senado de la República y delegados de la Corte Suprema, facultades
de Derecho y Colegios de Abogados. Los representantes de los poderes políticos estarían
en minoría frente a los delegados de los grupos profesionales. Además de los requisitos del
caso, insistiría en uno que considero principal: que los integrantes sean abogados sin ejer
cicio profesional al tiempo de su elección y de no haber tenido estudio abierto durante los
últimos cinco años. De este modo se alejaría toda sospecha de interés en la designación de
jueces relacionado con el ejercicio de la profesión, lo que puede ocurrir si el estudio fuera
cerrado en ese momento"141.
Debo concluir y, para terminar he de referiré a mis propias ideas que son éstas: pri
mera: el Consejo Nacional de la Magistratura cuyo rol está vinculado al enjuiciamiento de
los magistrados, debe estar integrado en su totalidad por juristas, probadamente indepen
dientes y de espíritu amplio y democrático que rechacen enérgicamente toda consigna
política y toda influencia partidarista o de algún grupo de presión que se infiltre sutilmente
a través del periodismo. Todas las resoluciones del Consejo Nacional de la Magistratura
deben estar debidamente fundamentadas y su quorum debe reflejar democráticamente
la expresión calificada de la mayoría a la luz de la ciencia del Derecho; segundo, todos los
miembros del Consejo Nacional de la Magistratura deben ser juristas, no simples aficio
nados ni leeos en Derecho ni. menos, ignorantes de la ciencia jurídica que es una ciencia
interpretativa. Juristas son quienes saben Derecho, porque han estudiado la Ciencia del
Derecho y han reflexionado e investigado doctoralmente sobre la interpretación jurídica.
Ni siquiera simóles abosados. Deben ser Doctores en Derecho, con título Doctoral, debi
damente acreditado. Solo así se puede cortar de plano el aventurerismo v el oportunis
mo de quienes sin saber Derecho pretenden juzgar pasionalmente o bajo inconfesables
prejuicios a los Fiscales y a los Jueces. Tercero.- La reforma de la Constitución, la reforma
Procesal y la crítica de la legalidad vigente deben ser filtradas y depuradas en nuestras
Salas Plenas a fin de recoger los aportes de toda nuestra magistratura y hacer del Perú un
LEGALES EDICIONES
432
F il o s o f ía d e l D erech o
Judiciales de su misión y de su honra, así como en la confianza que tengan los ciudadanos
en la rectitud e integridad de sus jueces"142.
142 JOSÉ ANTONIO SILVA VALLEJO: “La Ciencia del Derecho Procesal”, pag. 1578 a 1579, Ediciones Le
gales, Lima, 2014.
143 Con el “addendum” introductorio, reproduzco, aquí, en versión corregida, el Discurso pronunciado por
el autor de este libro (J.A.S.V) en el Ilustre Colegio de Abogados de Lima, con motivo del día del Aboga
do, en 1999; publicado en la Revista de Derecho y Ciencia Política, Vol. 56 (N° 1 - N° 2), Año 1999, págs
2 1 a 45.
144 SALVATORE SATTA: “ Dalla procedura civile al Diritto Processuale Civile”, en Rivista Trimestrale di Di-
ritto e Procedura Civile, 1964, N° 1, pág. 39.
433
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
«behaviorismo» de Watson, Borlng Colé y Paul Janet, cabiendo una tercera vía que es la
extraordinaria cuestión del psicoanálisis con Freud y sus discípulos de las escuelas vienesa,
húngara y americana.
La Lógica de Alzamora nos hizo un desarrollo que, partiendo de la silogística de Aristó
teles, desarrolló los argumentos para la demostración de la verdad, trazando los esquemas
de inferencia, propios de la escuela megárica y el árbol de Porfirio, para los cuadros de
145 JOSÉ ANTONIO SILVA VALLEJO, “Reforma o Revolución Procesal en el Perú” en el Libro - Homenaje
a Mario Alzamora Valdez, págs. 571 in fine y 572, Editorial Cuzco, Lima, 1998.
146 M A X ARIAS SCH REIBER PEZET: MARIO A LZAM O RA VALDEZ, “El hombre y su obra” en el Libro
- Homenaje a Mario Alzamora Valdez págs. 4 1 y 42, Editorial Cuzco, Lima, 1998.
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F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
antonomasia de la filosofía platónica.
La Metafísica de Platón, se encuentra expuesta en sus famosos "Diálogos", especial
mente en «La República» y en el «Parménides», en el «Fedón» y en el «Critón». El pen
samiento de Platón, muestra una evolución que parte de las doctrinas de Parménides y
Sócrates, llega a su genial descubrimiento de las "ideas" y culmina en la discusión de los
problemas planteados por su gran discípulo Aristóteles.
Platón busca el ser de las cosas ¿Cuál es el ser de las cosas?
En primer lugar, encuentra Platón que, las cosas sensibles, aquellas que captamos a
través de la experiencia sensible, es decir, del conocimiento ingenuo o vulgar, o como decía
Platón, de la «doxa», son efímeras, mutables y engañosas pero, por encima y más allá de A
este mundo de experiencias efímeras y de falsas ilusiones hay otro mundo, el mundo de »
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J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
las formas puras, que es el mundo de las ¡deas en donde se da el único auténtico ser de las
cosas y en donde ellas existen en su prístina pureza y en su radiante plenitud.
Hay, pues, dos mundos: el mundo de las cosas sensibles y el mundo de las ideas o de
las formas puras. Platón ilustra su teoría de los dos mundos con el mito de «la caverna»
que expone en su Diálogo «La República».
La Filosofía de Platón, al escindir en dos mundos a las cosas, abre la ruta de la meta
física idealista. Pero, además, considera, así lo leemos en el sexto libro de «La República»,
que la actividad política nos lleva paradojalmente al mundo de la injusticia y de las apa
riencias. Ahora bien, el estado ideal nunca se podrá realizar hasta que los filósofos decidan
tomar parte en la Política. Planteado en estos términos, el dictamen platónico acerca del
Rey Filósofo, deviene en un gran ideal pero, también, en apona. Es otro tema de una de las
magistrales lecciones de Alzamora Valdez que ha sido planteado brillantemente en un libro
reciente de Roberto Aramayo, intitulado «La Quimera del Rey Filósofo», Taurus, Madrid,
1997; pero que Alzamora Valdez, resolvió magistralmente a través de su vida, ejemplar en
la conducta y luminosa en la investigación, consagrada en cuerpo y alma a la enseñanza de
la Filosofía y del Derecho, singularmente del Derecho Procesal Civil.
Profesor de Filosofía en el Colegio Universitario de San Marcos, surgido de la reforma
universitaria del año 1932 y que es fruto de la inspiración de José Antonio Encinas y de los
jóvenes maestros que allí empezaron a enseñar, como lo fueron Jorge Guillermo Leguía,
Raúl Porras Barrenechea, Jorge Basadre Grohmann, Mario Alzamora Valdez, Raúl Ferrero
Rebagliatti, Nicanor Silva Salgado, Manuel G. Abastos, Estuardo Nuñez, entre otros.
Profesor de la Facultad de Letras de la Universidad Católica, en donde enseñó Psico
logía, Lógica y Metafísica y en la que más tarde, sería Decano de la Facultad de Letras y en
cargos públicos de singular relieve, como lo fue el de ser diputado por Cajamarca, Director
de Gobierno en el régimen del Doctor José Luis Bustamante y Rivera, Asesor Político del
Presidente de la República, Embajador en Francia y Delegado del Perú ante la UNESCO,
entre muchos otros cargos más que nos confirman que, por su cultura y la vastedad de
sus conocimientos, fué uno de los más brillantes maestros e investigadores de todos los
tiempos.
En su pensamiento destaca la importancia de las doctrinas de Aristóteles, que par
te del realismo, frente al idealismo platónico. Pero además de ser un gran expositor y
comentarista de Aristóteles el maestro Alzamora Valdez fué uno de los más notables
difusores del pensamiento de Santo Tomás, cuyas doctrinas las expuso no sólo en su libro
de Metafísica en los capítulos 14 al 21 sino, también, en su estudio “La Filosofía Tomista"
publicado en la revista de la Universidad Católica del Perú correspondiente a los meses
de Octubre - Noviembre y Diciembre de 1938, págs. 292 - 302; así como también en otro
brillante estudio: "El Ser y el Valor en la Filosofía de Santo Tomás" en el volumen conjunto
escrito con José León Barandiarán y con el Padre Jesuíta Enrique López - Dóriga S.J.: "La
aventura intelectual de Santo Tomás" Universidad del Pacífico, Lima, 1975.
La Metafísica de Aristóteles constituye una de las claves fundamentales para desci
LEGALES EDICIONES
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LEGALES EDICIONES
en nombres de la talla de Jacques Maritain, Ettiene Gllson, Reglnald Garrlgou- Lagrange,
Regis Jolivet, A.D. Sertillanges, L. de Raymaecker, Martín Grabmann, Francesco Olgiatti,
Agostino Gemelli, Paul Vignaux y entre nosotros, Mario Alzamora Valdez".150
El pensamiento filosófico de Mario Alzamora Valdez, se inspira en el tomismo y éste
se nutre y se desarrolla en la Universidad Católica con el apoyo de sus grandes figuras
147 JOSÉ ANTONIO SILVA VALLEJO, “L a vida y el pensamiento de Santo Tomás de Aquino”, suprapág. 703
y ss„ especialmente, pág. 735 a 737 y 739 y passim.
148 JOSÉ ANTONIO SILVA VALLEJO, “Introducción a la Filosofía”, pág. 112 , Chiclayo, 1965.
149 STANISLAV BRETON, “Sto Tomás”, ediciones “Edaf”, Madrid, 1976.
150 JOSÉ ANTONIO SILVA VALLEJO, “ Introducción a la Filosofía”, pág. 114 , Chiclayo, 1965.
437
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
patriarcales: el Padre Jorge Dintilhac, el maestro Víctor Andrés Belaunde y don José de la
Riva Agüero y Osma.
Fundada el 24 de marzo de 1917 la Universidad Católica empezó a desarrollar, desde
el comienzo, los postulados planteados en la Encíclica «AeterniPatris» de León XIII promul
gada en 1879 bajo la inspiración de Santo Tomás de Aquino.
Los primeros profesores de Filosofía en la Universidad Católica fueron EMILIO HUIDO-
BRO y CARLOS RODRÍGUEZ PASTOR, quien más tarde nos enseñaría Derecho Romano en
la Universidad de San Marcos. Como es sabido, el receso de la Universidad de San Marcos
en 1934 determinó la diáspora de sus intelectuales. Unos fueron a estudiar a la Universi
dad de Arequipa y, luego, al Cuzco como sucedió, por ejemplo, con NICANOR SILVA SALGA
DO y CARLOS CARRILLO SMITH y otros se quedaron en Lima a estudiar en la Universidad
Católica, como sucedió, por ejemplo, con JAVIER VARGAS y MARIO ALZAMORA VALDEZ.
Bajo este sino de la diáspora algunos de los intelectuales de San Marcos se transmu
tan en intelectuales de la Universidad Católica. Tal es el caso de Mario Alzamora Valdez
aunque, luego, sobrevendría el retorno.
Es curioso anotar que la Tesis de Bachillerato de Alzamora Valdez se intitula "El suicidio
en su aspecto jurídico" y se sustentó pocos días antes del receso. Luego empezó a dictar
sus clases en la Universidad Católica bajo la inspiración del neo-tomismo y de la encíclica
«Aeterni Patris». Sus clases de Metafísica que he reseñado precedentemente, se inspiran
en el tomismo enriquecido con la axiología fenomenológica de Max Scheler, como lo ano
tan perfectamente Alberto Tauro del Pino en su obra "Enciclopedia ¡lustrada del Perú" y
David Sobrevilla en su obra «La Filosofía Contemporánea en el Perú», pág. 320 y passim.
Los grandes representantes del neo-tomismo en el Perú fueron: el Padre Luis LITU-
MA PORTOCARRERO, traductor de "Del ente y de la esencia" del eximio Doctor Angélico,
el Padre GERARDO ALARCO, ALBERTO WAGNER DE REYNA, embajador de carrera, profe
sor de Filosofía y especialista en Heidegger: confróntese su formidable obra «La Ontología
fundamental de Heidegger», Editorial Losada, Buenos Aires, 1939, «El concepto de verdad
en Aristóteles», Mendoza 1951; «La Filosofía en Iberoamérica», Lima, 1949; «Analogía y
Evocación». Madrid, 1976: etc.
El padre JESUITA FELIPE MAC GREGOR, nació en el Callao el 20 de setiembre de 1914
y murió en Lima en el 2000. Fue nuestro profesor de Moral y nos hizo estudiar, casi de
memoria, la «Moral a Nicómaco» de Aristóteles. A él le debo, junto con Alzamora Valdez,
una sólida formación aristotélico-tomista. Cuanto les debemos agradecer su exigencia en
aquella época de nuestra formación humanística que, para las nuevas generaciones, es
una felicidad perdida. El padre Mac Gregor llegó a ser Rector de la Universidad Católica
desde 1963 hasta 1977 y su pensamiento, partiendo de la antropología filosófica, desarro
lla el concepto antropológico cristiano y el concepto antropológico de la filosofía de Martin
Heidegger y de Max Scheler, para subrayar la importancia de la reflexión pedagógico cris
tiana, particularmente expuesta en la gran meditación filosófica de Santo Tomás.
LEGALES EDICIONES
JORGE DEL BUSTO VARGAS, nació en Lima el 15 de febrero de 1916, murió en Lima el
14 de octubre de 1995, fue nuestro profesor de Sociología y escribió unos notables apun
tes de Sociología y un estudio sobre "La filosofía de Oswald Spengler" escrita en 1944;
ENRIQUE TORRES LLOSA, sucedió a Mario Alzamora Valdez en la cátedra de Lógica que se
dictaba en el primer año de la Facultad de Letras de la Universidad Católica y adoptó como
texto de sus clases la «Lógica» de Pfánder... ¿recuerdan?... Su tesis doctoral versó sobre
«La persona en la axiología de Max Scheler», 1945. ANTONIO PINULA SÁNCHEZ-CONCHA,
nacido en Lima en 1924 formado en la Universidad Católica y consagrado posteriormente
en la Universidad de Lima de la que fué su fundador, se doctoró con la tesis «Concepción y
valoración del amor frente al conocimiento en San Agustín y en Santo Tomás de Aquino»,
en donde plantea la formidable oposición entre el aspecto emocional y el aspecto racional
intelectivo del conocimiento, postulando una solución conjunta y no una solución alterna
438
F il o s o f ía d e l D erech o
en este formidable problema de la Teoría del conocimiento. "Über den Begriff der indus-
triellen Arbeit" ("Acerca del concepto del trabajo industrial"), publicado en 1958, traduci
do en 1959 con el título de "Trabajo y Política Laboral" En sus estudios posteriores: «El fi
lósofo en la sociedad actual», Universidad de San Marcos, 1959 y "Acción y conocimiento",
1955, obra en la cual desarrolla el Interesante problema del contrapunto entre la sociedad
y la investigación contemporánea, desarrolla un tema fundamental de nuestro tiempo,
como lo es también su "Educación para el Desarrollo", Lima 1956; "Administración, Ciencia
de la Acción Directriz", 1970; "Relaciones Industriales", 1971; "Principios de las Relaciones
Sociales y Administrativas: La interacción Humana, Barcelona, 1972; "Relaciones Humanas
y Laborales en la Empresa", Barcelona, 1972.
Los libros y las investigaciones del maestro Aízamora Valdez en materia filosófica
han sido: Psicología, Lima 1938; Metafísica, Lima 1937; Lógica, 1936, «Principios de Me
tafísica», en Revista de la Universidad Católica, 1936, ¡\!2 4. pág. 21 y siguientes: «ElSignifi
cado de la Fenomenología», en Revista de la Universidad Católica, 1933; «Filosofía de los
valores», en Revista de la Universidad Católica, 1935; «La Filosofía tomista», en Revista
de la Universidad Católica, octubre-noviembre-diciembre, 1938, págs. 292 a 302; «Para
una Filosofía de la cultura», en Revista de la Universidad Católica, mayo-junio. 1939: «La
Ontología del conocer», en Revista de la Universidad Católica, julio-agosto, 1944, págs.
292 a 309; «Reflexiones sobre el problema de la Filosofía», en Revista de la Universidad
Católica, mayo-junio, 1944; «El significado de la fenomenología», en Revista de la Univer
sidad Católica, 1933; «Descartes y el problema de la sustancia», en Revista de la Universi
dad Católica, 1937; «Bergson y el Renacimiento de la Sabiduría», en "Mercurio Peruano",
Lima, marzo de 1941: «La Filosofía de Bergson», en Revista de la Universidad Católica,
mayo-junio de 1941; «Descartes y el pensamiento moderno», en Revista de la Universidad
Católica, abril de 1942; «La aventura intelectual de Santo Tomas», libro intersantísimo
escrito conjuntamente con José León Barandiarán y Enrique L. Doriga. págs. 69 a 106, Uni
versidad del Pacífico, Lima de 1975; «Cultura y Peruanidad», Anales del segundo congreso
Iberoamericano de Estudiantes Católicos, 1939; «La cultura y la vivencia de la tierra», en
"Mercurio Peruano", 1942; «Concepción Racista del Mundo», en Revista de la Universidad
Católica, Lima, 1943; «Reflexiones sobre el problema de la Filosofía», en Revista de la
Universidad Católica, 1944; «Repartición y Desarrollo de la Inteligencia», en Revista de la
Universidad Católica, Lima, 1945; «El Problema de la Filosofía Cristiana», en Revista de la
Universidad Católica, 1945; «Filosofía ExistenciaI y Filosofía Cristiana», Archivos de la So
ciedad Peruana de Filosofía, 1950; «El Pensamiento de Bartolomé Herrera», en "Mercurio
Peruano", 1959; «La Verdad en el Proceso Civil», Jurisprudencia Argentina, Buenos Aires,
5 de noviembre de 1952; «La Verdad en el Proceso Civil», en "Mercurio Peruano", 1952;
«La profesión de abogado», en Revista Jurídica Dominicana. Ciudad Trujillo, 1952; «El
Pensamiento jusfilosófico de Giorgio Del Vecchio», 1953; «Ciudades del Perú: Cajamar-
ca», "Mar del Sur", 1957; «Universidad Técnica y Desarrollo Económico», "La Prensa", 10
de octubre de 1959; «Bases para una política educacional», Revista Peruana de Cultura,
1962; «La Constitución de 1933 a los 30 a ños de su promulgación», 1963; «La economía
LEGALES EDICIONES
municipal», "Expreso", 27 de junio de 1964; «La abogacía como profesión», "La Voz Rota
ría", 6 abril 1967; «El voto del analfabeto. Revista "Mérito", octubre 1969; «La Universidad,
"El Comercio", 16 marzo 1969; «La organización de los estudios de derecho en Francia.
Revista del Foro. Lima, junio 1971; «Derecho Municipal. "El Comercio", 20 setiembre 1972;
«La filosofía de Mariano Ibérico», Boletín de la Universidad de Cajamarca, 1981; «La In
vestigación Científica», Universidad Femenina, Lima, 1981.
439
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
estudiantes. Pero trataba mal a quienes irrumpían exabrupto en sus clases ya iniciadas y
esto le causó un choque con los estudiantes del Centro Federado de Derecho en aquella
época delincuencia! de la barbarie y de la oscuridad; época de caos y de libertinaje de la
que, felizmente, hemos salido ya, porque la noche quedó atrás.
Sus clases están consagradas en un libro famoso que todos ustedes han leído: «Intro
ducción a la Ciencia de Derecho», primera edición, Lima 1964; sétima edición, Lima, 1980.
Se trata de una verdadera propedéutica en la que se discute, como una de sus primeras
cuestiones, el carácter científico del estudio del derecho.
Tales razones justifican la necesidad y el contenido de una introducción a la Ciencia del
Derecho, así entendida.
Es sumamente difícil, por decir lo menos, el conocimiento científico de las distintas
ramas del derecho sin investigar los principios generales en que se sustentan, que deben
ser objetos de una disciplina especial, porque de otro modo o se prescinde de ellos, o su
explicación se repite en cada rama, con los inconvenientes que de tal procedimiento pu
dieran derivar.
El contenido de la «Introducción al Derecho» debe comprender: el estudio del dere
cho, de las disciplinas del derecho; el derecho y otras formas de la conducta regulada; de
la norma jurídica: del derecho subjetivo; de las fuentes del derecho; de la Técnica Jurídica;
de los valores y fines del derecho, para terminar con una breve reseña sobre la evolución
del pensamiento jurídico.
La primera parte de la obra, estudia el derecho desde su triple perspectiva: la persona
humana en su dimensión social, la norma y el valor, en pos de su característica como ob
jeto cultural.
La segunda, trata de las Ciencias del Derecho, cuyo objeto es el estudio dei derecho y,
en forma particular, de la Introducción a la Ciencia del Derecho y de sus problemas propios.
La tercera parte tiene como objeto las relaciones entre el Derecho, la Moral y las reglas
de trato social, como medio de precisar los alcances de los preceptos jurídicos en orden a
la conciencia individual y a la vida colectiva.
La cuarta parte constituye una reseña sobre la norma, que es el vehículo a través del
cual se expresa el derecho; la quinta se refiere al derecho subjetivo y al deber jurídico; la
sexta, cuya justificación es obvia, se ocupa de las fuentes del derecho y la sétima es un
breve esquema de los principales problemas de la Técnica Jurídica.
Si bien es cierto que tal exposición comprende las cuestiones generales que constitu
yen el contenido de Introducción al Derecho, la visión de los lectores quedaría incompleta
si se prescindiera de la dos últimas partes: el estudio de los fines y los valores del derecho y
el de la evolución del pensamiento jurídico: Aquella se refiere a lo que debe ser el derecho,
está sus distintas concepciones en los diversos momentos culturales.
La primera y la última parte del libro precisan, con mayor claridad que las otras, su
orientación. El derecho no es una pura esencia universal y abstracta de sistema de reglas
lógicas ni vida humana o conducta, El Derecho es un modo de existencia social del hombre
LEGALES EDICIONES
15 1 M ARIO A LZAM O RA VALDEZ, “Introducción a la Ciencia del Derecho”, séptima edición, Lima, 1980.
440
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LEGALES EDICIONES
Sentimiento Jurídico", 1902; "La Ética Evolucionista", 1902; "La Declaración de los dere
chos del Hombre y del Ciudadano", 1903; "Derecho y Personalidad Humana", 1904, unz
vigorosa crítica del Positivismo dominante y una adhesión al idealismo critico de Iginic
Petrone.
Más tarde escribió sus libros fundamentales que hemos leído con fervor: "La justi
cia" en la que desenvuelve el estudio histórico de la idea de justicia y una consideración
sistemática de ésta; "El homo juridicus y la insuficiencia del Derecho como regla de vida"
1936; "La crisis de la ciencia del Derecho", 1933 y, fundamentalmente, su obra clásica, las
"Lezioni di filosofía del Diritto", cuya 45 edición italiana publicada en 1940 fue traducida a:
castellano por el profesor Luis Recasens Siches con el nombre de "Filosofía del Derecho", A
2 tomos, editada por la Unión Tipográfica Editorial Hispano-Americana, U.T.E.H.A., México, */
441
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
1946 y que ha constituido para nosotros un brevario que lo hemos leído día a día, desde
que escuchábamos las clases de Mario Alzamora Valdez y que nos lo recomendó como
libro de texto en aquellos días, hasta la hora presente en que sigue siendo algo así como la
Biblia, un libro de cabecera, para leerlo a cada instante.
El pensamiento de Del Vecchio es una obra notable que todos debemos repasar: Véa
se en tal sentido el comentario de Luis Recasens Siches en "Panorama del Pensamiento
Jurídico en el siglo XX", tomo I, capítulo 6, págs. 79 a 91 Editorial Porrúa S.A., México, 1963.
Es, precisamente, el maestro Luís Recasens Siches- cuya vida y cuyo pensamiento lo hemos
analizado en la págs. 350 a 354 de este libro quien, a su vez ha influido en el pensamiento
de Mario Alzamora Valdez. Escuchamos personalmente las enseñanzas de Luis Recasens
Siches cuando nos visitara en octubre de 1957. Desde entonces lo admiramos por trans
mitirnos no solo a Del Vecchio y a Stammler, sino a otros grandes maestros como Hans
Kelsen, Félix Kaufmann, Frítz Schreier y sobre todo a José Ortega y Gasset.
Mario Alzamora Valdez no podía escapar a la fascinación que nos deparaba el leer,
estudiar y escuchar las grandes clases de Del Vecchio y de Luis Recasens Siches. Por ello
escribió un estudio sobre "El pensamiento filosófico de Luis Recasens Siches" en el "Libro-
Homenaje a Rómulo Lanatta". Y allí en la páe. 30. se afilia a la teoría Tridimensional del
Derecho concibiendo al Derecho dentro de una conjunción integral que son las normas,
los hechos v los valores. Así lo dice expresamente: «Las tres dimensiones del Derecho
implican que puede ser estudiado como valor, como norma o como una clase especial
de hecho social. Las disciplinas correspondientes son en el primer plano, en el campo
filosófico, la Axiología o Estimativa Jurídica y en el orden empírico la Política del Derecho
en el segundo, la Teoría General o Fundamental del Derecho y la Ciencia Dogmática o
Técnica del Derecho y en el tercero, la Culturología Jurídica, la Historia y la Sociología del
Derecho».
Alzamora Valdez también dedicó a Del Vecchio un estudio intitulado "El pensamiento
jusfilosófico de Giorgio Del Vecchio". 1953.
Mario Alzamora Valdez escribió otro gran libro "La Filosofía del Derecho en el Perú",
Lima, 1968, dedicado a su esposa la señora Mercedes Gamboa.
El libro empieza tratando el jusnaturalismo, singularmente, la filosofía jurídica de Bar
tolomé Herrera, cuyo pensamiento ya había sido tratado precedentemente por el maestro
en la revista «El Mercurio Peruano» de junio de 1950, pág. 213. Trata de la decadencia del
jusnaturalismo y de la influencia del Krausismo en el positivismo peruano, planteado
por FRANCISCO GARCÍA CALDERÓN, así como el pensamiento de Carlos Líson, de JAVIER
PRADO y de don MARIANO H. CORNEJO, así como también en las clases dictadas por don
MANUEL VICENTE VILLARÁN en su Cátedra de Filosofía del Derecho. Mención aparte es la
tesis de don JOSÉ DE LA RIVA AGÜERO y OSMA sobre el concepto del Derecho que, según
Alzamora Valdez, constituyó una afirmación dogmática de voluntarismo, desarrollada den
tro de una severa articulación lógica, bajo la lejana inspiración de Hobbes y Spinoza, y de
sus comentaristas del Siglo XIX.
LEGALES EDICIONES
152 ICILIO VANI, “Filosofía del Derecho”. Primera versión castellana por los Doctores Juan Bautista de Lava
lle y Adrián Cáceres Olazo, Tercera Edición, Casa editorial F. y E. Rosay, Lima, 1923.
442
F il o s o f ía d e l D erech o
"ICILIO VAN NI, que denominó a su escuela «positivismo crítico», considera que la F -
losofía es «el complemento y la integración de las ciencias» reunidas en una investigado i
superior y general".153
En el pensamiento de Alzamora Valdez, la filosofía del Derecho contemporánea es
un producto del renacimiento que se opera en Alemania desde 1860; «Desde 186G, e i
que Kuno Fisher, en su obra «Geschichte der neueren Philosophie» preconizó el retorno
de Kant, renace una corriente favorable a la Filosofía del maestro de Kónisberg, repre
sentada por OTTO LIEBMANN y ALBERT LANGE, entre otros.
El neocriticismo que surgió bajo tales influencias, se dividió pronto en dos ramas: l i
escuela de Marburgo de HERMANN COHEN y PAUL NATORP y la de Badén de WILHELM
WINDELBAND y HEINRICH RICKERT. Ambas tendencias influyeron en la filosofía del De
recho la primera por intermedio de RUDOLF STAMMLER, principalmente; y la segunda, a
través de GUSTAVO RADBRUCH.
Fiel a la posición neokantiana de Marburgo, Stammler orientó su investigación haci a
la metodología del Derecho en busca de las categorías jurídicas. Hallar el concepto d i
derecho y con él los «conceptos puros fundamentales» constituye la primera tarea de l
filósofo.
El concepto del Derecho, según Stammler, es un «proceso de ordenamiento mental» /
como tal es «el querer entrelazante, autárquico e inviolable». El contenido del derecho es
condicionado y relativo, de allí la fórmula «derecho natural de contenido variable». Bajo I i
proyección de la misma influencia, pero dirigido hacia la esencia del derecho, el pensador
italiano GIORGIO DEL VECCHIO. considera que el denominador común de lo jurídico es
"el signo o carácter universal de la juricidad" que tiene como fundamento la naturaleza
humana.
Gustav Radbruch, que recogió las tesis de Rickert, sostiene que la idea de derecho «es
el valor» y «el derecho es la realidad referida al valor», y por tanto el concepto de dere
cho es, un «concepto cultural».
La Teoría Pura del Derecho de HANS KELSEN, es, sin duda alguna, la corriente jus filo
sófica de mayor influencia entre los pensadores de América Latina de los últimos tiempo;.
La Ciencia del Derecho, según el iniciador de la Teoría Pura, es ciencia normativa q u ;
trata únicamente del derecho positivo, con un propósito de «pureza» metódica puesto que
elimina de ella todo lo que no sea jurídico.
Tal disciplina pertenece, no al orden de las ciencias del ser que son las que se ocupan
de la naturaleza, sino al ámbito del «debe ser».154
LAS NUEVAS DOCTRINAS EN EL PERU.- "El eminente tratadista del Derecho Civil. Doc
tor José León Barandiarán, maestro preclaro de San Marcos, cuya Rectoría prestigió con
su alta jerarquía moral e intelectual, ha expresado en forma clara su pensamiento bajo la ;
influencias de las nuevas corrientes jusfilosóficas".155
"Para el Doctor León Barandiarán, 'el derecho como categoría gnoseológica y ontolc-
LEGALES EDICIONES
gicamente hablando, pertenece a la dimensión del existente humano'156, corresponde el
hombre que frente a él juega una doble función: por un lado es el agente causante de la ;
reglas jurídicas y, por otro, es su destinatario''.157
153 M ARIO A LZA M O RA VALDEZ: "La Filosofía del Derecho en el Perú”, pág. 110 , Lima, 1968. Confronta :
Icilio Vanni, obra citada, pág. 23 y ss.
154 Ibíd., págs. 116 a 117 .
155 JOSE LEON BARANDIARÁN, “El Derecho como categoría dimensional humana”. Revista del Foro. Año X !.
N° 2. Mayo-Agosto de 1953. Lima. pág. 321. Citado por MARIO ALZAM O RA VALDEZ en ob. y loe. cit.
156 M ARIO A LZAM O RA VALDEZ: «La Filosofía del Derecho en el Perú», pág. 119 .
157 Ibíd. pág. 119 .
443
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
158 JOSÉ LEÓN BARAND IARÁN: “El movimiento jurídico europeo" Revista del Foro, Año XL. N° 3, Se
tiembre-Diciembre de 1953, Lima, pág. 421. Citado por Mario Alzamora Valdez en ob. y loe. cit. págs.
12 0 y 12 1.
LEGALES EDICIONES
159 JOSÉ LEÓN HARANDIARÁN : “La Justicia”, editorial “Relieves Americanos”, Lima, 1944, pág. 5. Citado
por Mario Alzamora Valdez en ob. y loe. cit. pág. 12 1.
160 Ibíd., pág. 12 1.
16 1 Ibídem.
162 Ibídem.
163 Ibídem.
164 Bosquejo para una determinación Ontológica del Derecho. (Tesis) Universidad Nacional Mayor de San
Marcos, Lima, 1950, pág. 4. Citado por Mario Alzamora Valdez en ob. y loe. cit. pág. 122.
165 Ibíd., pág. 122.
166 Ibídem.
167 Ibíd., pág. 122.
168 Bosquejo, p. 25. Citado por Mario Alzamora Valdez ob. loe. cit., pág. 122.
444
F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
169 Ibíd., pág. 128. Citado por Mario Alzamora Valdez ob. loe. cit., pág. 122.
170 Ibíd., pág. 122.
272 Ibíd., págs. 122 y 223.
172 Ibídem.
17 3 Ibídem.
174 LUIS RECASENS SICHES: “ Crítica a la Posición”, pág. 138 . Citado por Mario Alzamora Valdez ob. íoc.
cit., p. 123.
175 Ibíd., pág. 132. Citado por Mario Alzamora Valdez ob. loe. cit., pág. 123.
176 Ibíd., pág. 127. Citado por Mario Alzamora Valdez ob. loe. cit., pág. 124.
177 Ibíd., pág. 199. Citado por Mario Alzamora Valdez ob. loe. cit., pág. 224.
178 Ibíd., pág. 124.
179 Ibíd., pág. 124.
445
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
i 180 “La noción jurídica de Persona”. Editorial San Marcos, Lima, 1962, págs. 178-179. Citado por Mario
Alzamora Valdez ob. loe. cit., pág. 124.
446
F il o s o f ía d e l D erech o
Mas, la Ciencia del Derecho tiene otros fines y cuestiones trascendentales y que por
cierto van más allá, mucho más allá, de los limitados horizontes de la metodología eficien-
tista, buena para la praxis pero inidónea para la epistemología del Derecho Procesal que,
científicamente, debe fundamentarse en la Historiografía, en el sistema, en el Derecho
Comparado y en la Hermenéutica.
Y esto es lo que nos enseñó el maestro Alzamora Valdez. Por ello considero que la
moda eficientista ni es sucesora ni es sucedánea de la gran escuela sistemática, a la luz
de la cual escribieron sus hermosos libros los grandes maestros, los grandes clásicos de la
ciencia del proceso.
En su obra cumbre, "Teoría General del Proceso", de la que hay nueve ediciones a
partir de la primera publicada por la editorial Studium, Lima 1955, el maestro estudia la
historia y la naturaleza del Proceso y de la relación procesa!. El tema es tan amplio, tan
vasto, tan hermoso y tan profundo que todos ustedes, Señores, bien podrían decirme,
como los viejos sabios maestros de la escuela de Bolonia: «Advocatus: venite ad factum
iura novit curia», Y ustedes que me están juzgando podrían, de plano, cortarme el uso de
la palabra para exigirme, también, la concreción. Me consuela también el saber que todos
ustedes, distinguidos colegas y amigos todos, han leído a este gran clásico que siempre de
bería estar presente en cualquier meditación procesal, como lo es también su obra "Teoría
General del Proceso Ordinario", Lima 1966.
En su estudio «La celeridad y la oralidad en el Proceso Civil», publicado en la revista
de Derecho y Ciencia Política de la Universidad de San Marcos, Año XXVII!, N2 1, 1964,
pág. 209 y siguientes que «Las dos preocupaciones más importantes de la ciencia Procesal
contemporánea son, sin duda, el mayor acierto en los fallos y la celeridad en la tramitación
de los procesos».
Ambas preocupaciones expresan dos anhelos permanentes del hombre: por una jus
ticia mejor y por una justicia más rápida. La exigencia de celeridad es tan necesaria corno
la del acierto. Bellamente escribió, para justificarla, Couture, una frase que la traduce con
exactitud: "en e¡ proceso, el tiempo no sólo es oro, es algo más: es la justicia misma".
"Enseña Hauriou que el litigio, el conflicto de intereses, para decirlo con frase de Car n-
elutti, es una situación de hecho, que debe canalizarse por los cauces del derecho median
te una sentencia judicial. Esto quiere decir, que el retardo en administrar justicia, perjudica
el orden social, puesto que prolonga la persistencia de ese estado de hecho".
Quienes escuchamos en aquella oportunidad esta hermosa conferencia de! Doctor
Alzamora Valdez, nos propusimos la necesaria tarea de la reforma, habida cuenta que el
viejo Código de Procedimientos Civiles era un Código obsoleto, de inspiración medieval y
que reflejaba la crisis de la administración de justicia en el Perú, es decir, la lentitud y la
falta de reglas morales para sancionar a las inconductas procesales.
Esta crisis es tridimensional: crisis normativa, crisis humana y crisis infraestructura!.
La crisis humana es crisis de hombres, crisis de magistrados. Para resolverla es nece
LEGALES EDICIONES
sario un requisito fundamental: que los jueces sean hombres con recia personalidad y si
saben un poco de Derecho, tanto mejor. Ahora bien, es preciso seleccionar a los jueces con
un drástico criterio y no con criterios políticos que den lugar al aventurerismo y al oportu
nismo político. Para ello es necesario un ente de drástica y rigurosa selección que también
esté integrado por juristas de probada ejecutoria democrática, que sean absolutamente
independientes y que no se inclinen genuflexamente ante las consignas partidarias, ni ante
los grupos de presión. Tal debe ser el Consejo Nacional de la Magistratura, un organismo
al que todos respetemos con singular devoción, por su capacidad, por su probidad, por
su independencia, por su altura y majestad profesional. Es elemental que quienes lo In
tegran sean pues juristas. No basta que sean abogados. Deben ser doctores en Derecho.
Comprobadamente "doctores" o grandes abogados. Paradojalmente lo integran profesio
nales legos en Derecho, advenedizos que nunca han estudiado Derecho y que allí están
447
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
bres, entereza respecto del superior, benevolencia para con el inferior, inhibición de la per
sonalidad, relegándola a segundo término en beneficio de la cosa misma, y, en definitiva,
de la colectividad o aun de la misma Humanidad, eliminando toda influencia partidista".184
La crisis procesal es, pues, como decíamos, tridimensional: crisis de hombres, crisis
normativa y crisis infraestructura!. La crisis normativa está dada por la obsolescencia y
hasta por la ¡nconstitucionalidad de las normas procesales.
448
F il o s o f ía d e l D erech o
El nuevo Código de 1993, como toda obra humana, tiene sus virtudes y tiene sus de -
fectos. Entre sus virtudes está la consagración de la regla moral en el proceso, que es una
recepción de las doctrinas del maestro Alzamora Valdez, consagradas por nosotros en la
Ley Orgánica del Poder Judicial y que de ésta pasó al Código vigente. Entre sus graves
desaciertos están la falta de sistema, de claridad y de orden. Un buen Código está dirlg -
do al pueblo quien lo debe leer como se lee al Código de Napoleón: todo claridad, tod a
luminosidad, todo modelo de estilística- como cuando uno lee una buena obra llterarií,
que todos la comprenden y la admiran. Pero, los códigos no se escriben solamente para
los ¡nielados. No son, pues, obras esotéricas. Tampoco deben ser contradictorios, ni menos
inconstitucionales o antijurídicos, como sucede con el Código de 1993 que, por ello, deb a
ser tarde o temprano reformado, por ser inconstitucional en muchos de sus artículos. A -
zamora Valdez aludió a esto cuando se refirió a los fundamentos doctrinarios del Código
Procesal Civil.
Y en su Homenaje a Eduardo J. Couture, publicado en la Revista de Derecho y Ciencia
Política, año 1956, pág. 18 y siguientes, dijo que: «El proceso debe considerarse no como
en un fin de sí mismo, sino como un simple medio que tiene por objeto la satisfacción de
intereses legítimos del individuo y de las necesidades sociales», (ob. cit. pág. 23. comen •
tando al proyecto).
El hombre, considerado desde el punto de vista jurídico, sabe que está sometido a do ;
círculos, dice el Doctor León Barandiarán: "un límite máximo a su libertad, pues siempre
hay un mínimo de prohibición en lo que atañe a lo que no puede hacer (límite que esa li
bertad no puede superar), y un límite mínimo de libertad, pues siempre lo prohibido ha de
encontrar un máximo (que por lo mismo no puede superar, en cuanto a que en lo persona
puede hacer").
"Ya que el derecho se muestra como un conjunto de normas, expresa el maestro dt
San Marcos, al comentar el nuevo movimiento jurídico europeo, lo que importa es deter
minar la estructura formal de la norma (problema lógico) y su consistencia óntica-onto
lógica debiéndose encontrar aquí, por el propio carácter de lo normativo, una estimador
axiológica,"185
"El problema cardinal sobre la estructura de lo jurídico está pues, en determinar e
"vínculo de adecuación» entre esa forma lógica y esa consistencia ontológica y axiológica"
"El distinguido profesor de Derecho Civil de San Marcos, Carlos Fernández Sessarego,
es autor de dos trabajos jusfilosóficos de evidente valor y mérito, inspirados por las nuevas
ideas. 'Bosquejo para una determinación ontológica del Derecho' se denomina el primero,
y 'La Noción Jurídica de Persona', el segundo".186
"Pero el derecho, y éste es el mayor mérito de Fernández Sessarego que bosquejó oes-
de su ángulo, en 1950, la teoría tridimensional, no es sólo conducta, sino que está formado
por tres elementos norma -pensamiento-; conducta humana -objeto-, y valor finalidad-
Tres elementos que pertenecen al ámbito del derecho, que se exigen mutuamente, y que
al aparecer vinculados esencialmente constituyen la ciencia jurídica. Ninguno de los tres
LEGALES EDICIONES
está fuera del derecho, más ninguno por sí, es derecho. Ni el pensamiento del Derecho es
Derecho: ni el objeto del Derecho es Derecho, ni el valor jurídico es Derecho. El Derecho
como ciencia es la integración forzosa, ineludible, de aquellos tres elementos".187
"Las normas constituyen el aparato lógico-gnoseológlco del derecho y están constitui
das por los pensamientos con los que nos representamos la conducta humana. Los valores
jurídicos cuya objetividad es «una objetividad en la vida humana» son realizados en la
185 “El movimiento Jurídico Europeo”. Revista del Foro, Año XI. N° 3 Setiembre-Diciembre de 1953. Lima,
pág. 421
186 M ARIO A LZAM O RA VALDEZ, «La Filosofía del Derecho en el Perú», p. 12 1. Lima. 1968
187 Ibíd., págs. 123 y 124. Lima, 1968.
449
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
conducta puesto que las normas no tienden hacia los Valores, son neutras frente a ellos,
ya que se limitan a representar una conducta que puede ser o no valiosa".188
"De esta tridimensionalidad del derecho, concluye Fernández Sessarego, con relación
a la Ciencia Jurídica, que ésta, en cuanto estudia la conducta, la norma y el valor, se divide
en tres disciplinas: Ontología, Lógica y Estimativa".189
"Esta tridimensionalidad incluye también la concepción del autor sobre la persona.
Persona es el hombre en relación con otros hombres 'en la interferencia de sus conductas'
(¿quién es persona?) Aprehendido a través de una construcción lógico normativa (¿qué es
persona?). Que realiza valores (personalidad)".190
EL HUMANISMO DE ALZAMORA VALDEZ.- En su obra "Los Derechos Humanos y su
protección", editorial Edili, Lima, 1977, Alzamora Valdez sostiene que "el humanismo en
tendido como vocación permanente de humanidad pertenece a la esencia del hombre".
En nota de pié de página, nota 1, nos dice que «Humanismo es una palabra reciente.
No se encuentra ni en la Enciclopedia de Diderot, ni en la de Littré que no contiene sino
las palabras "humanista" y "humanidades" (que se refieren, respectivamente, a la persona
que estudia humanidades y a las letras humanas: gramática, griego, latín, poesía, retórica).
Se trata de una actitud, a la vez que concepción que se refleja sobre aquella el humanismo
ha revestido en Occidente las formas del llamado humanismo clásico, del humanismo mar-
xista y del humanismo existencialista.
La obra citada de Alzamora Valdez constituye, a mi modo de ver, la reflexión final de
su pensamiento filosófico y jurídico. Se trata de una verdadera Antropología filosófica y
jurídica en la que ya no Dios, como nos lo enseña el Tomismo, sino, el hombre, se convierte
en centro y eje del sistema.
Esta meditación alzamoriana trata en su capítulo II sobre los derechos de la persona
humana; capítulo III: antecedentes históricos; capítulo IV Declaraciones y Convenciones
internacionales de Derechos Humanos; capítulo V La Declaración Americana de los De
rechos y Deberes del hombre y la Convención Americana sobre los Derechos Humanos;
capítulo VI: La Convención Europea para la salvaguardia de los Derechos Humanos y de
las libertades fundamentales la Carta Social Europea; capítulo Vil: Los derechos y los de
beres del hombre en las Declaraciones y Convenciones internacionales; capítulo: VIII: La
Iglesia y los derechos humanos; capítulo IX: Protección esta tal; capítulo X: Los organismos
internacionales; capítulo XI: Los derechos humanos en la Constitución de 1979 y capítulo
XII: Protección de los derechos humanos, en donde, a la luz de la Constitución y de la Lev
23506 analiza las acciones de amparo y Habeas Corpus.
Habría sido interesante, que el Maestro hubiera insertado en su libro, el razonamiento
judicial en las grandes sentencias de nuestra Corte Suprema, que las hay -y muy brillantes-
por cierto.
HISTORIA DEL DERECHO PROCESAL PERUANO.- En la ciencia del Proceso, Alzamora Val
dez, no solamente es el gran clásico por antonomasia sino, que es, y así debe constar en
toda reflexión de Historiografía del Proceso como el gran Iniciador y artífice, como el jefe
de escuela del procesalismo en el Perú.
Es lamentable decir -pero hay que decirlo- que los jóvenes que no tuvieron la suer
te de escucharlo y, en general, todas aquellas Facultades de Derecho que no tuvieron la
450
F il o s o f ía d e l D erech o
honra de contarlo entre sus profesores de planta no sólo se perdieron a un gran formadnr
intelectual sino, sobre todo, a un gran forjador de vocaciones.
Sus doctrinas se consagraron en el Congreso Internacional de Juristas con el que Sí n
Marcos celebró en 1951 su cuatricentenario.
En tal oportunidad, presentes los maestros Francisco Carnelutti, Hugo Alsina, Dióme-
des Arias Schreiber y Max Arias Schreiber, entre otros notables profesores, planteó su po
nencia intitulada "La verdad y el Proceso Civil" en la cual sostuvo: «El deber de decir la ver
dad en el Proceso Civil, que ha sido discutido con amplitud en otros países, como cuestión
teórica, es nueva entre nosotros».
El planteamiento del problema, en términos generales, se resuelve en estas pregun
tas: ¿tiene carácter jurídico el deber de decir la verdad en el Proceso Civil? ¿Es legítima a
distinción entre la verdad en el proceso, constituida sobre los hechos tales como las parte s
que los presentan y la verdad en si?.
Alzamora Valdez desenvolvió magistralmente este problema que nuevamente lo reco
jo y que debe confrontarse en la revista de Derecho y Ciencia Política, órgano de la Facul
tad de Derecho de la Universidad de San Marcos, 1952, págs. 5 y 10 y siguientes.
"¿Puede ser eficaz un código que adolece de contradicciones?". Esta cuestión era plan
teada una y otra vez en sus conferencias. Por ello y por la vastedad enciclopédica de s is
conocimientos sus discípulos llevamos a Mario Alzamora Valdez al Decanato del Colegio
de Abogados en el que, por unanimidad, fue elegido en 1966 y reelecto en 1967. Mucho
incidió sobre este aspecto su concepción de la abogacía de la que trató en sus «Tres confe
rencias sobre el hombre de derecho», 1) La profesión de abogado, 2) Elogio de un magin-
trado, 3) Elogio de un jurista: Julián Guillermo Romero, Lima 1963, separata de la Revista
de Derecho y Ciencia Política, año 27,1963.
Al tratar sobre la Abogacía, Alzamora nos dice que "El hombre de Derecho, se caracte
riza por su constante afán de justicia".
"La moderna psicología estructural que prescinde de los elementos para llegar a ia
comprensión de formas más generales, considera al jurista, junto con el técnico y el maes
tro, como tipos complejos de vida. En efecto, a menudo se juntan en el espíritu de quien
consagra su vida al Derecho, los rasgos del hombre económico, del teórico, del estético, del
social, y aún del político y del religioso".191
"Sin embargo, al ahondar en el alma del hombre de derecho, encontramos que es la
justicia como anhelo, la que le imprime originales caracteres".192
Su análisis de antropología jurídica continúa dentro de un horizonte fenomenológica
y estructural del "homo jurídlcus", al que me remito confrontando las páginas 118 y 12 D
de la obra citada. Su visión tomista de la Filosofía hace parafrasear, una vez más al Doctcr
Angélico: El hombre como persona, es lo más noble del universo, un mundo espiritual /
libre.193
"No puede restablecerse ningún sistema de derecho que deje de considerar la espir -
tualidad y la libertad de los hombres".194
LEGALES EDICIONES
"Si bien es cierto que la sociedad política, ha surgido de la naturaleza del hombre,
debe ser considerada sólo en servicio del bien común que el mismo Santo Tomás llama
bien ético, perfectio totius comunitatis".195
19 1 M ARIO ALZAM O RA VALDEZ, «La Abogacía.»-. Tres conferencias sobre el hombre de Derecho., edite ■
do por la Facultad de Derecho de la U.N.M.S.M., pág. 117 , Lima 1963.
192 Ob. cit. pág. 18.
193 Ibíd., pág. 123.
194 Ob. cit., pág. 123.
195 Ob. cit., pág. 123.
451
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
"Tal es la misión y la ambición del abogado: elevar los hechos para lograr el ideal del
derecho".196
"Somos, pues, los intermediarios entre esos dos mundos; uno constituido por las de
bilidades, las flaquezas y las pequeñeces del hombre, que deposita en nosotros hasta sus
más íntimos secretos, y el otro forjado con las imágenes de la Justicia y de la verdad. He
aquí la miseria y la grandeza de esta tarea humana que es nuestra profesión".197
"En su estudio sobre el Doctor Germán Aparicio y Gómez Sánchez intitulado, según
el estilo y el decir de Piero Calamandrei, 'Elogio de un Magistrado', nos enseña que «El
signo verdadero del hombre justo es la probidad. Con hondura y emoción profundamente
sentidas, el maestro florentino Piero Calamandrei en su bello 'Elogio de los jueces escrito
por un abogado' -cuyo espíritu evoco en este momento- dibuja con trazos inimitables la
vida de aquellos".198
"En ciertas ciudades de Holanda -dice Calamandrei- viven en oscuras tienduchas los
talladores de piedras preciosas, los cuales pasan todo el día trabajando en pensar, sobre
ciertas balanzas de precisión de piedras tan raras, que bastaría una sola para sacarlos para
siempre de su miseria. Y, después, cada noche, una vez que las han entregado fulgidas a
fuerza de trabajo, a quienes ansiosamente los esperan, serenos preparan sobre la misma
mesa en que han pesado tesoros ajenos, su cena frugal y parten sin envidia con aquellas
manos que han trabajado los diamantes de los ricos, el pan honrado de su pobreza. Tam
bién el juez vive así".199
"Para juzgar debe el hombre liberarse de afectos, de pasiones, hasta de sentimientos;
vencer intereses, cualesquiera que ellos sean, y situarse en un peldaño más alto que el de
la existencia humana común".200
"Por eso, lo más dramático de la existencia del juez es la soledad y, como si este he
roísmo no bastara, debe realizar otros: depurar su espíritu de todo rencor frente a los que
revelaron falta de fe en la justicia, frente a los que no supieron comprender su misión,
frente a aquellos que lo ofendieron desde las deleznables alturas del poder abusivo o de
la opulencia inmoral".201
"El juez debe razonar con fría imparcialidad: el abogado lleva la voz esperanzada de
la parte; el juez representa el interés de la sociedad: el abogado encarna los derechos del
hombre concreto; el juez pronuncia la palabra de la ley, el abogado, como lo recordó el
maestro Carnelutti en esta misma tribuna es el intérprete que traduce el lenguaje jurídico
las tribulaciones de quienes han menester de justicia".202
Y al comparar la misión del Juez con la del Abogado, nos dice que "El juez imparte la
justicia. El abogado la acerca al pueblo. No son los jueces quienes descienden de su sitial
para mezclarse con el común de las gentes, sino los abogados que representan libre elec
ción y confianza, los que realizan la función de verdaderos «heraldos de la justicia» en el
seno de la sociedad".203
"El juez y el abogado que se identifican en una común aspiración hacia esos mismos
LEGALES EDICIONES
452
F il o s o f ía d e l D erech o
medio para armonizar a los hombres cuando el amor huido de ellos, como reza el hermosc
poema de Schlller".204
A la luz de estas premisas de Antropología Filosófica hace la semblanza de un extraor
dinario magistrado: don Germán Aparicio y Gómez Sánchez, y una frase suya, lo pinta de
cuerpo entero: "Yo no ambiciono otro título que el de Juez"; y esta singularidad de auto
rretrato constituye el más preciado blasón que más de alguno de nosotros hubiéramos
querido resumir con laconismo autobiográfico.
Finalmente, al hacer la semblanza de don JULIÁN GUILLERMO ROMERO sostiene que
éste fue el verdadero precursor de la fase científica del Derecho Procesal en el Perú.
«Los "Estudios de Legislación Procesal" constituyen el puente entre el arcaico proce-
dimentalismo y el nuevo procesalismo: publicado el primer tomo en 1914, antecedió en
cinco años al "Manual de Procedimiento Civil y Penal" de Tomas Jofré, celebrado iniciador
de la ciencia procesal argentina, cuya obra data de 1919».205
«Los Estudios» del maestro de San Marcos, no constituyen obra de pura exégesis;
anuncian ya, bajo la inspiración de Mattirolo y de Mortara los dos más graneles autores de
las teorías científicas particulares -según el decir de Carnelutti-, las bases en que se funda
la moderna disciplina del proceso que irradió el genio de Chiovenda».206
«Para estudiar el derecho positivo debe tomarse como fuente y punto de partida su
historia. De acuerdo con ese método, Romero analiza con minuciosidad ¡nsuperada, ei
camino que ha seguido la evolución de nuestras leyes procesales durante el siglo XIX hasta
el momento en que por iniciativa desinteresada de ilustres juristas se constituye-el 15 de
abril de 1904- el Comité de Reforma Procesal al que se debe el Código vigente».207
«La historia, la legislación comparada, la jurisprudencia de nuestros tribunales, el
pensamiento de los autores nacionales, las obras de tratadistas españoles como Manre-
sa, Caravantes, Valverde, De la Colina, de franceses como: Geny, Garssonet, Glasson y de
los italianos, desde Mattirolo hasta Chiovenda, constituyen otros tantos elementos, que
aprovechó Romero con hondura de criterio, con claridad de comprensión y con envidiable
espíritu de síntesis».208
«Los juristas de esta hora inquieta y atormentada, tenemos el urgente e imperioso
deber de ser fieles a ese pensamiento de quienes nos antecedieron, que exigen firme adhe
sión al derecho, a la justicia, y a la verdad».209
Concluyo. Yo agradezco al Señor Decano y a la Junta Directiva del Ilustre Colegio de
Abogados de Lima la oportunidad de brindaros, en visión panorámica, la vida y el pensa
miento de uno de los más brillantes y talentosos juristas y filósofos peruanos de todos los
tiempos. Su pensamiento va más allá del siglo XX y lo convierte en uno de los líderes del
Tercer Milenio, el que, como dice el Papa, Su Santidad Juan Pablo II en su Encíclica «Tertio
Milennio Adveniente», será una época de plenitud de los tiempos (parágrafo 1), en cuya
dimensión escatológica los creyentes serán llamados a redescubrir la virtud de la esperan
za (parágrafo 46).
E inspirándome en el pensamiento de Alzamora Valdez, yo concluyo citando el lumi
LEGALES EDICIONES
noso prólogo de la última encíclica del Papa, Su Santidad Juan Pablo II intitulada «Fides
et ratio». «La fe y la razón (Fides et ratio), son como las dos alas con las cuales el espíritu
humano se eleva hacia la contemplación de la verdad».
453
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
La fe y la razón han sido también la clave para comprender el sentido trascendental del
pensamiento filosófico y jurídico del maestro Alzamora Valdez.
454
F il o s o f ía d e l D erech o
de Abogados en 1960, y en ese mismo año fue designado Juez de la Corte Internacional
de Justicia de la Haya llegando a ser Presidente de dicha alta Corte Internacional, siendo
finalmente, designado Senador Vitalicio de la República.
Entre sus obras merecen relievarse sus "Poemas"; su "Visión del Perú", 1941; "Tratado
de Derecho Civil Internacional", 1943; "La Ideología de don Francisco García Calderón'
París, 1946; "Arequipa" 1947; "Tres años de Lucha por la Democracia en el Perú", 1949
"Panamericanismo e Iberoamericanismo" 1951; "La ONU en el Palacio de Chaillot" 1952
"Las Nuevas Concepciones Jurídicas sobre el alcance del mar territorial", 1955; "Mensaje a !
Perú" 1955; "Discurso de recepción en la Academia Peruana de la Lengua", 1959; "La Cortí
Internacional de Justicia", 1964; "Derecho del Mar" 1972, etc.
Fue Miembro de Número de la Academia Peruana de la Lengua, desde 1956, y de I;
Academia Nacional de la Historia, desde 1968. En 1981 fue galardonado con las Palma:
Magisteriales en el grado de Amauta.
Luego, al asumir las Fuerzas Armadas la conducción del gobierno de nuestra Patria, le
Academia entró en receso, hasta que en 1990, el doctor Fernando Vidal Ramírez, Decanc
del Colegio de Abogados de Lima, propuso la reinstalación de la Academia Peruana dt
Derecho.
Los Académicos Fundadores propusieron, entonces, al doctor Carlos Rodríguez Pastor
quien fuera nuestro maestro de Derecho Romano y de Derecho del Trabajo en la Univer
sidad de San Marcos.
Fueron Académicos Fundadores de la Academia Peruana de Derecho los maestros
Alberto Ulloa Sotomayor, José Luís Bustamante y Rivera, Mario Alzamora Valdez, Cario:
Rodríguez Pastor, Ricardo Elias Aparicio, José León Barandiarán. José Félix Aramburú, Do
mingo García Rada, Andrés Aramburú Menchaca, Napoleón Valdez Tudela, Andrés Leór
Montalván, Rene Boggio Amat y León, Javier Vargas y Vargas, Jorge Basadre Grohmann
Mariano Ibérico Rodríguez, Ulises Montoya Manfredi, Raúl Ferrero Rebagliati, Eleodorc
Romero Romaña. Guillermo García Montúfar, Luís Bramont Arias, Manuel G. Abastos, Ma
nuel Cisneros Sánchez, Juan Thol Pérez, Manuel Sánchez Palacios, Andrés Duany Dulanto,
Ricardo Bustamante Cisneros, Oscar Miró Quesada de la Guerra, Jorge Ramírez Otárola,
Jorge Eugenio Castañeda, Félix Navarro Irvine, Lizardo Alzamora Silva, Manuel García Cal
derón Koechlin y Enrique García Sayán.
LEGALES EDICIONES
San Marcos. Inició su actividad docente en los Colegios de Guadalupe, Champañat, San
Agustín, Santo Tomás de Aquino y Antonio Raymondi; y, luego, fué profesor en el Semi
nario de Santo Toribio, en la Universidad de San Marcos, en la Universidad Católica, en la
Universidad Villarreal, en la Universidad de Lima, en el Instituto Pedagógico Nacional de
Varones y en otros centros de enseñanza; lo que evidencia su “eros pedagógico", es decir,
su vocación innata por la docencia y por la contemplación en la cátedra de los valores del
espíritu.
Fue Ministro de Educación y Fiscal Suplente de la Corte Suprema, después de haber
sido Juez Suplente de Primera Instancia y Vocal Suplente del Tribunal Correccional de la
Corte Superior de Lima, Director de Conferencias en el Colegio de Abogados de Lima y
Miembro del Consejo Nacional de la Magistratura, entre otros altos cargos. Fué autor de
455
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
"Prontuario de Derecho Romano", Lima, 1937, segunda edición 1992; "Temas del Derecho
del Trabajo", "Problemas Sociales Contemporáneos" "Casuística Laboral"; "El Derecho del
Trabajo Nacional" etc.
En 1958, bajo su guía y dirección - y bajo la inspiración de Carnelutti -quien ha sido
el "caposcuola" de este tema -, escribí un estudio intitulado "Los accidentes "in ¡tiñere" y
la "infortunística" laboral", estudio que el maestro me sugirió, bajo su patrocinio, que se
convirtiera en mi tesis de bachillerato y que, luego, podría convertirse en toda una gran
tesis doctoral. Tema fascisnante. Empero, ya estaba contaminado por el "pathos" proce-
salístico causado por tres grupos de presión: 1.- mi praxis profesional en el gran estudio
de mi padre don Nicanor Silva Salgado, allá en Chiclayo; 2.- mi praxis profesional en Lima
en el estudio del doctor Luís Echecopar García y 3 - la influencia ideológica de Carnelutti
causada por la lectura de sus grandes defensas en su libro "Contro Vento. Sette arringhe in
difesa di Farinacci, lo sconosciuto diCollegno, Marciano, Graziani, Evola, Piccioni, Fenaroli"
Morano, editore, Napoli, 1961, así como de su hermosa Prolusión: "La lucha del Derecho
contra el mal" que corre en el tomo I de sus "Lecciones sobre el Proceso Penal", tomo I,
E.J.E.A, Buenos Aires, 1950; y, bajo el patrocinio de Mario Alzamora Valdez, sustenté la
tesis intitulada "La Mala Fe en el Proceso Civil". Hoy día, reflexionando sobre todo esto,
bien podría parafrasear a Salvattore Satta, el gran procesalista de Nuoro, cuando dijo en el
Prefacio a uno de sus libros :
Voilá le firmament
le reste est procédure.
Años más tarde, en 1992, sus discípulos, sus amigos y colegas, le dedicamos un "Libro
Homenaje" editado por Cultural Cuzco S.A., oportunidad en la cual, el suscrito, le dedicó
un estudio intitulado "El Derecho Procesal en la Edad Media" el mismo que lo he reedita
do, corregido y aumentado en este mismo libro; véase, supra. pág. y que estaba precedido
de este poema:
A Carlos Rodríguez Pastor
el maestro venerando
que nos hizo vislumbrar
el maravilloso hontanar
de donde emerge la historia del Derecho
y nos enseñó a amar con su carisma didascálico
el arte de interpretar
las Instituías
la dogmática inmortal del "Infortíatum",
la áurea axiomática del Digestum Novum y del Vetus
la s d o ctrin a s
LEGALES EDICIONES
456
F il o s o f ía d e l D erech o
J.A.S.V.
1970 (allá en "la Ciudad evocadora") -1991.
JAVIER VARGAS
Nació en Lima en 1907 y falleció en el año 2001. Profesor de Historia del Derecho
Peruano y Derecho Constitucional en la Universidad de San Marcos, Profesor de Derecho
del Trabajo en la Facultad de Ciencias Económicas en la Universidad Católica, de la que fue
Decano; Profesor extraordinario de Derecho de Sucesiones en la Universidad San Martín
de Porres y en la Universidad de Lima. Fue Secretario del Consejo de Ministros y asesor
de la Presidencia de la República en el gobierno del doctor José Luís Bustamante y Rivera,
Decano del ilustre Colegio de Abogados de Lima, Vicepresidente del Tribunal de Garantías
Constitucionales, Presidente de la Asociación Peruana de Derecho del Trabajo y de la Segu
ridad Social, de la que fue Miembro Honorario, distinción que también la tuvo de los Cole
gios de Abogados de Madrid, México y Buenos Aires y Presidente de la Academia Peruana
de Derecho de 1996 al 2001. Fue autor de un libro muy enjundioso titulado "Historia del
Derecho Peruano, Parte General y Derecho Incaico" (Historia de los intentos descentralis
tas en el Perú a través de su historia). Entre sus estudios más interesantes debo recordar
algunos de los más significativos: "La Constitución de 1860"; "El Congreso Americano de
1864"; "Normas de trabajo en el Imperio de los Incas" (1981); "Matrimonio, Familia y Pro
piedad en el Imperio incaico" (1988); "La constitución de Huancayo" (1939); etc.
LEGALES EDICIONES
Al asumir la Presidencia de la Academia Peruana de Derecho en 1996 el doctor Javier
Vargas sustentó un brillante discurso en el cual dijo: "La primera Academia que la historia
registra, tuvo un origen griego: una casa jardín donde Platón y otros filósofos prodigaron
su sabiduría. Con el tiempo ha ostentado ese nombre toda sociedad científica, profesional,
literaria o artística establecida con autoridad pública que observa con rigor las normas
clásicas de su conocimiento. La nuestra tiene por fin, el estudio y desarrollo del Derecho
con sus altos fines, que son el logro de la justicia y de la convivencia solidaria de todos los
seres humanos".
"En nuestros Estatutos hemos señalado entre los fines de la Academia, el fortaleci
miento de un Estado de Derecho. Esto no significa que nos mezclemos en actividades de
índole político-partidaria pero tampoco debemos olvidar que es un deber dejar oir nuestra
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J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
voz en el estudio y solución de los grandes problemas de la nacionalidad. Ello nos obliga ha
precisar conceptos".
Y hablando del Estado dijo que: este "Teóricamente se crea por la voluntad soberana
de constituirse, como lo soñaron Locke y Rousseau y tenemos un ejemplo contemporáneo
con la creación del Estado de Israel. Originariamente pudo formarse por la voluntad de
una élite o de un grupo que eslabonando o subsumiendo agrupaciones humanas indepen
dientes, formaron un Estado. Esta aglutinación pudo ser voluntaria como lo soñó el filó
sofo ginebrino, lo que pocas veces ocurrió, o forzada como tantos casos se han visto en la
Historia. Así aconteció con el Estado Austro-Hungaro desarticulado después de la I Guerra
Mundial o como en nuestros días lo fue en gran parte la Unión Soviética o Yugoeslavia, hoy
fragmentada tras una contienda llena de atrocidades".
"La teoría de que el concepto de Estado es moderno, es una pretensión inaceptable de
tratadistas europeos que vislumbran su aparición a través del tránsito de la época medioe
val cuando la sociedad estaba segmentada por señoríos que desaparecieron por la fuerza
compulsiva de los imperios monárquicos autoritarios de la época moderna hasta llegar
al Estado democrático del Siglo XIX después de la Revolución Francesa, cuyo origen con
sustento popular sufre notables eclipses en la época napoleónica o con la formación de los
estados totalitarios de este siglo, pero ese es el caso de Europa, no de la Historia Universal.
Nadie puede dudar de la existencia de un Estado egipcio o Caldeo-Asirlo y del Estado grie
go en la llamada Historia Antigua, ni puede negarse la vivencia de un listado Incaico o de
un listado Azteca en el continente americano de que Colón y los conquistadores hispano-
lusitanos llegaran a él".
"El concepto de Nación es diferente. Renán, en un magnífico ensayo la define como
la comunidad de personas unidas por la raza, la religión, las costumbres, pero sobre todo,
como elemento nuclear, por el sentimiento colectivo que los enlaza con los recuerdos del
pasado, las necesidades compartidas del presente y los proyectos del futuro. Un típico caso
de nación, sin constituir Estado, pues carecía de territorio y de autoridad vinculante, ha
sido también la del pueblo judío, con su raza, religión, lenguaje preservados tenazmente,
que se mantuvo como nación dispersa durante siglos con el ansia de redención que lo
sostuvo hasta que pudo realizar el sueño de radicarse en el territorio que hoy ocupa. Es
raro que se aglutinen todos los elementos señalados sobre todo en pueblos bi-raciales y
mestizos como el nuestro y por ello mismo necesitamos enraizar ideales que nos vinculen
solidariamente. La guerra con Chile, injusta y nefasta para nosotros, ha tenido un saldo
favorable porque cuatro años de invasión despiadada y de resistencia heroica unió a nues
tro pueblo. Los nombres de Grau, Bolognesi, Alfonso Ugarte, Cáceres, Leoncio Prado, del
nobilísimo ciudadano argentino Saenz Peña y de tantos más, se honran en los pueblos más
distantes de la sierra y de la costa y nos unifican en un sentimiento común”.
"Esta disertación no es vana; representa el anhelo de fortalecer al Perú como nación,
de esforzarnos por conocer su pasado, de recordar sus glorias, penurias y otros episodios
de su historia, de planear un Perú solidario y justo arquitecturando un futuro hermoso que
sea esperanza y realidad para n u e stro s desce n d ie n tes".
LEG A LES E D IC IO N E S
"Y ahora preguntémonos que es el Derecho. Todos tenemos una noción de él pero los
filósofos en esta materia han elaborado diversas teorías para explicar su evolución y su
sentido, procurando presentarlo como ciencia; es decir, como un sistema de conocimientos
metódicos y de aceptación general o negando esta calidad por sus transformaciones conti
nuas que se alejan del concepto de lo que es ciencia en el mundo físico o natural".
"Pero ¿dónde está su origen? Me atrevo a afirmar que el Derecho es inmanente al
hombre. Desde el amanecer de la Humanidad surge la norma como un mandamiento di
vino para los que creen en la unidad del género humano. Leemos en las reseñas bíblicas el
primer precepto dado al hombre: De todos los árboles del paraíso puedes comer pero del
iárbol de la ciencia del bien y del mal no comerás en modo alguno porque en el día en que
t comieres ciertamente morirás (Génesis 2:16). Se suman más tarde los preceptos del Decá-
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F il o s o f ía d e l D erech o
logo revelado por Yahvé a Moisés en el Monte Sinaí: "No amarás a otro Dios que a mí... no
matarás, no robarás, no adulterarás" (Exodo 20)".
Después de pasar revista al Derecho en las culturas milenarias el Dr. Javier Vargas, nos
habló del Derecho Natural "que se ha definido como el conjunto de preceptos universales
incrustados en la naturaleza humana y destinados a una convivencia justa. Dicha creencia
que se remonta a las primeras edades tuvo acogida por los sabios helénicos. "Sócrates
afirma que el hombre justo debe obedecer no sólo a las leyes del Estado sino a las leyes
no escritas de los dioses, válidas en todos los pueblos. Aristóteles se refiere a la distinción
entre el Derecho Positivo y el Derecho Natural, expresando, que este último es universal
y no escrito. Entre los romanos, Cicerón afirma la existencia de la ley natural, modelo de
todas las leyes humanas. Por eso haciendo una penetrante distinción entre lo legal (la ley
positiva) y lo jurídico (la justicia), el ilustre pensador observa que es un absurdo creer que
todo lo qu se promulga como ley es justo. Los grandes juristas romanos (Quintiliano, Sé
neca, Gayo, Ulpiano ...) también distinguen entre el Derecho Positivo y el Derecho Natural
(jus gentium o jus natural)".
"Esta filosofía que impregnó el Derecho Romano, la acogieron los glosadores de Bolo-
ña y fueron defendidas con ardor por los padres de la Iglesia (San Agustín, San Ambrosio,
Santo Tomás y sus seguidores) durante la Edad Media y Moderna y prácticamente rigió
hasta los umbrales del Siglo XIX con la dación del Codigo Civil francés que orientó ia codifi
cación de Occidente y de América. En realidad, de verdad, era un Derecho que sólo respon
día en parte a principios ideales de justicia porque existían instituciones antihumanas corno
la esclavitud e intereses egoístas que defender".
"Contra esta escuela dogmática insurge la llamada escuela histórica del derecho con
Carlos Einhorn y sobre todo con Friedrich Kart von Savigny quienes profundizan estudios
sobre el método positivo y apartándose de la teoría imperante de la idea abstracta dieron
valor a la costumbre, a la evolución, considerando que si bien el Derecho persigue la esta
bilidad, que es uno de sus fines, es un producto evolutivo como el lenguaje y reivindica el
valor de la opinión pública y otras manifestaciones sociales”.
"Uno de sus continuadores Rudolph Von Ihering autor de "La Lucha por el Derecho» se
ñala como vertientes que sustentan la paz, la libertad y la lucha contra la injusticia. Ihering
contradice varios conceptos de Savigny a quien sin embargo rinde tributo. Al comenzar la
obra referida, afirma un pensamiento que parece resultar contradictorio. Dice así: 'La fina
lidad del Derecho es la paz, el medio para ello es la lucha. En tanto que! Derecho tenga que
estar preparado contra el ataque por parte de la injusticia y esto durara mientras exista el
mundo no será ahorrada la lucha. La vida del derecho es lucha, una lucha de los pueblos,
del poder del Estado y de los elementos o clases de los individuos".
"Esta escuela tuvo precursores y seguidores famosos como Justur Moser, Gustavo
Hugo y Hugo Grocio, en Holanda; Juan Helden y Mateo Hale y más tarde Palgrave, en
Inglaterra; y a Cujacio en Francia. No podermos olvidar a Fuste! de Coulanges autor de "La
Ciudad Antigua" y a diversos tratadistas como por ejemplo Glasson y Esmein".
"La aparición del socialismo, antítesis del liberalismo, promovió la formación de es
LEGALES EDICIONES
cuelas intervencionistas que manteniendo las estructuras tradicionales auspiciaron la in
tervención del Estado en más o menos grado. Las corrientes extremas dieron origen a los
movimientos fascista en Italia y nazi en Alemania".
"Entre las escuelas intervencionistas debe considerarse a la Social Católica que procla
mando la primacía de los derechos individuales de la persona humana, anterior al Estado,
y defendiendo la propiedad como un derecho natural, que debe usarse en armonía con el
interés social, auspiciaba una intervención reguladora en favor de los menos favorecidos. La
doctrina Social Católica está contenida en la Encíclica Rerum Novarum que el Papa León XIII
dio a conocer al mundo en 1891 y en la de sus continuadores la Quadragesimun Anno de Pío
XI, así como la Pacen in Terris de Juan XXIII, Populorum Progressio de Pablo VI y Centesimun
Anno de Juan Pablo II, dada a conocer al cumplirse cien años de la Rerum Novarum, ana
lizando las experiencias acaecidas en el último siglo y precisando los conceptos católicos".
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Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
"En la actualidad, nos encontramos en una etapa inquietante pero esperanzada. Los
gobiernos titulados socialistas (llamados generalmente comunistas) en apariencia sólida
mente estructurados, se desarticulan y derrumban porque estaban cimentados, según se
comprueba hoy, en la coerción de los derechos fundamentales de la persona. Pueblos so
metidos por la fuerza de las armas, acallados por el terror del espionaje y del castigo, apro
vecharon la oportunidad de romper sus cadenas y mirar confiados la aurora de un devenir
donde se pueda vivir con tranquilidad, paz y libertad, con absoluta sujeción a un derecho
justo y armónico que no es otro que el que asegure el respeto de nuestros derechos y el
de los demás y elimine para siempre los horrores de las guerras civiles e internacionales".
"En fin, mirar el pasado de la filosofía jurídica es como contemplar al firmamento y ver
estrellas luminosas que brillan un tiempo y luego desaparecen pero que dejan a veces una
estela perdurable. Por ejemplo no podemos menospreciar que la historia y los fenómenos
económicos influyen en la estructura del Derecho aunque no en la forma agobiante que
soñaron sus creadores".
"En el homenaje que el Colegio de Abogados de Lima y la Academia Peruana de Dere
cho tributaron al doctor José Luís Bustamante y Rivera conmemorando el centenario de su
nacimiento, expuse el diagnóstico actual, triste y lamentable, de este noble enfermo que
se llama Perú; pero me referí también a su pasado milenario que serla orgullo de cualquier
pueblo y al potencial de grandeza con el que la Providencia bendijo nuestro suelo que nos
obliga a meditar y ponernos en acción, resueltamente, para colocar a la nación en el sitial
de preferencia que merece".
"Señores: estamos viviendo la agonía del Siglo XX, siglo trágico en muchos aspectos,
de tremendos contrastes. Tiene en su debe dos guerras mundiales en las que murió mu
cha juventud mutilada en su destino, en las que se cometieron matanzas y holocaustos
indignos del hombre, en las que se bombardearon y destruyeron ciudades Indefensas y de
valor histórico; siglo en el que germinaron regímenes totalitarios que oprimían la libertad
y laceraban el alma; en la hora actual, transida de angustia, no podemos negar que hay un
fermento tumultuoso de ansias insatisfechas y de revisión de valores".
"Cumplámos nuestra misión sin la pretensión que nuestra obra será eterna. El mundo
seguirá su camino y mañana -ese mañana de los tiempos- que puede ser corto o muy
largo, nuevos hombres analizarán las circunstancias y las antiguas formas concebidas y
evolucionadas y nuevamente se acuñaran conceptos y se forjará una nueva levadura, por
que el destino del hombre -noble y doloroso destino- es el de ser siempre insatisfecho e
ir trepando la montaña hasta las supremas alturas donde ha de brillar una luz perenne y
redentora".
460
F il o s o f ía d e l D erech o
conocido como Nicanor Silva Salgado, gran profesor, gran abogado, gran magistrado de
Tribunal Constitucional del cual fue su Presidente entre 1984 a 1986, padre bondadoso \
comprensivo, amigo cordial y hombre sencillo, austero y frugal en sus costumbres, perc
diáfano, luminoso e inteligente al absolver una consulta, al redactar un informe o un con
trato o al dictar una sentencia, brillante en sus defensas como en el caso Sánchez - Cóndor
magistral en sus Dictámenes Fiscales como en aquella Acusación Fiscal por el delito de Ho
micidio Calificado Contra Raymundo Yampufé y contra Felipe Villar Mocarro y Julio Serrate
Mocarro como autores materiales, acusación fiscal, en la que planteó la siguiente cuestiór
jurídica que, en estos días, ha recobrado nuevamente gran actualidad: "Señor: Profundas
convicciones de carácter filosófico, religioso, moral y jurídico, me impiden pedir la pena de
muerte contra los acusados. Pido, pues, contra ellos, la pena inmediatamente inferior que
es la pena de ¡nternamlento no menor a los 25 años, más sus accesorias de Ley".
Hombre de principios, como el mismo solía auto-definirse, en este luminoso dictamen
lo vemos retratado.
Había nacido en Chiclayo el 6 de noviembre de 1907 y por ello celebramos este año el
Centenario de su nacimiento. Por ello este "Libro Homenaje", que es un "Líber Amicorum",
bien puede llamarse "Estudios y evocaciones en memoria de Nicanor Silva Salgado".
Fueron sus padres don Nicanor Silva Villarreal y doña Celinda Salgado Montalvo de
Silva, descendiendo por línea paterna del gran matemático y sabio, don Federico Villarreal
nacido en Túcume el 31 de agosto de 1850 y muerto en Barranco el 3 de enero de 1923,
graduado con una tesis doctoral sobre "la clasificación de las curvas de tercer grado" y
autor de cerca de 600 libros de Matemáticas, Física y Astronomía.
Realizó sus estudios en el Colegio Nacional de San José en donde fue discípulo de tres
grandes maestros, que son todo un símbolo en la historia de la educación de Lambayeque:
- El Dr. Carlos Weiss,
- Don Nicolás La Torre, y
- El Dr. Mariano Pagador.
Del Dr. WEISS podemos dar fe todos nosotros y toda la antigua juventud del depar
tamento de Lambayeque, que evoca en él no sólo su gran sentido de la educación y del
respeto sino, fundamentalmente, su sentido excepcional de la disciplina alemana, de la
puntualidad y del orden en el que fuimos formados "manu militare" y que para las nuevas
generaciones constituye un sistema perdido y que tanta falta hace en este país desordena
do y lleno de tan pésimas costumbres.
Don NICOLAS LA TORRE fue un ilustre profesor de Geografía, nacido en 1860 y muerto
en 1942, quien era reconocido por sus famosas preguntas en las que sacaba a sus alumnos
a hacer viajes y recorridos imaginarlos de una ciudad a otra o de un confín otro de la geo
grafía cercana y lejana de los continentes.
LEG A LES E D IC IO N ES
El Dr. MARIANO PAGADOR, nacido en 1855, muerto en 1939, fue un brillante profesor
de Historia del cual heredó su vocación por la ciencia de Herodoto, de Tucícides y de Jeno
fonte, pero, también de la apasionante disciplina de los Cronistas como Cleza, Montesinos,
el Jesuíta anónimo, Garcilaso y Huamán Poma de Ayala a quienes el Dr. Silva Salgado tanto
gustaba evocar en sus clases inmortales; pero, también solía recordar y con frecuencia a
los grandes maestros de la Historia Peruana como Raúl Porras Barrenechea, Jorge Basadre
Grohmann y Jorge Guillermo Leguía.
En 1926 viajó a Lima para estudiar en la Universidad de San Marcos con el ideal de
encontrar en nuestra "alma mater studiorum" la emoción intelectual de encontrarse con
los grandes maestros del espíritu y con los "hombres simbólicos" de los que hablaba Ralph
Waldo Emerson en aquel su hermoso libro "Los Hombres Simbólicos”.
461
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
Pero, ¡oh decepción!, las cátedras habían devenido en feudos y ios catedráticos se
habían congelado en doctrinas anacrónicas y en pensamientos anatópicos. Era, pues, ne
cesaria una reforma en la que se pusiera en acción el lema y el pensamiento de Manuel
González Prada. Y vino la Reforma Universitaria en la que un puñado de jóvenes brillantes,
entre los que estaban, Nicanor Silva Salgado, Tomás Escajadillo y Mario Samamé Boggie,
supieron encarnar vibrantemente el "Grito de Córdoba" de Gabriel del Mazo y los plan
teamientos de Víctor Raúl Haya de la Torre. Y aún cuando en los desmanes murió uno de
H L U S O H A U e L U fcR E C H V , / P 3 0
aquellos jóvenes brillantes, Guido Calle, el ideal por nuevos y brillantes profesores se con
sagró con la incorporación de los nuevos talentos que, a la sazón fueron, el maestro José
Antonio Encinas, para el Rectorado de San Marcos y una pléyade de jóvenes maestros que,
por entonces, fueron: Mariano Ibérico Rodríguez, Jorge Basadre Grohmann, Raúl Porras
Barrenechea, Luís Alberto Sánchez, Jorge Guillermo Leguía, Manuel G. Abastos y José León
Barandiarán, todos ellos "hombres simbólicos" como lo diría Emerson; todos ellos una
élite de maestros legendarios, de quienes damos fe los que hemos tenido el privilegio de
escucharlos, cuyas brillantes lecciones aún resuenan en los muros de los viejos claustros
en la inmortal Casona del recuerdo.
Recesada la Universidad de San Marcos por la Reforma de 1930 de la que fue uno de
sus líderes, empezó a ejercer la docencia y, luego, con motivo de la diáspora estudian
til, viajó a Arequipa a continuar sus estudios en la Universidad de San Agustín en donde
fue discípulo del Dr. José Luís Bustamante y Rivero y del Dr. Mostajo entre otros grandes
maestros. Luego viajó al Cusco y finalmente, reabierto San Marcos, retornó a concluir sus
estudios en la vieja Casona en donde se recibió de Abogado en 1936.
A su regreso a Chiclayo, donde lo esperaba su esposa y única compañera de toda su
vida con la que se había casado en 1933, doña Eugenia Vallejo Carrillo (Chorrillos 21 de
septiembre de 1907 - Lima 6 de septiembre del 2011), con quien tuvo dos hijos, José An
tonio Nicanor y Rosa María, nacidos en 1936 y 1942 respectivamente. Ella fue su fuerza
motriz, su única ilusión y quien le dió lealtad, fuerza y fe, como que era hija y hermana
de brillantes militares: el Coronel José Antonio Vallejo Fonseca y el General José Antonio
Vallejo Carrillo y sobrina del inmortal poeta autor de "Los Heraldos Negros" y de "Trilce" y
descendiente de uno de los compañeros de Felipe Santiago Salaverry, el Contraalmirante
Camilo Carrillo, fusilado con Salaverry en Arequipa, después de caer vencido en Socabaya.
Don Nicanor desarrolló después una brillante carrera profesional como asesor legal de
las principales firmas comerciales e industriales del departamento. Por mucho tiempo, fue
destacado Secretario de la Cámara de Comercio, Agricultura e Industrias del Departamen
to de Lambayeque.
Durante el Gobierno de José Luís Bustamante y Rivero fue nombrado Alcalde de Chi
clayo, por Resolución Suprema del 2 de octubre de 1948, realizando importantes obras
en beneficio de la colectividad. Lo acompañaron en esta feliz función edilicia, distinguidos
miembros de ¡a colectividad chiclayana durante su período del 9 de octubre de 1948 al 5
de julio de 1949, entre ellos su Teniente Alcalde el Dr. Juan Manuel Doig Lora y Regidores
LE G A LE S E D IC IO N E S
don Guillermo del Castillo Muro, don Carlos Williams, el doctor don Manuel Ruiz Rolando,
don Bernardino Salcedo Pastor, don Roberto Baca Burga, don Augusto Mendoza Salazar; el
doctor don Juan Aita Valle, don Pedro Arbulú y Arbulú; don Arturo Rocha Fernandini, don
Jorge Rondón Salas, don Enrique Trint González, don Pedro Kuljevan Ypsic, don Alejandro
Vera Castañeda, don Juan A. Becerra, don Pedro Arbulú Clark y don Luís Orozco Nué.
Es digno de destacar que en este plural cuerpo edilicio le acompañaron cuatro padres
de familia de miembros de nuestra promoción, "Perico" Baca Pagador, el "Bebe" Becerra
García, el "Pichi" Becerra Benites, el "Cholo" Orosco Quiñónez, y Arturo Rocha Felices.
En el libro de reinscripciones del Colegio de Abogados de Lambayeque de fecha 30 de
octubre de 1943 se le asignó el N9 005 de matrícula, siendo en este momento secretario
f de la Junta Directiva del Colegio que presidió como Decano el Dr. don Carlos Doig Lora.
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F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
Fue uno de los más destacados impulsores de la creación del Tribunal de Garantías
Constitucionales, siendo elegido como uno de sus miembros, designado por el Poder Ju
dicial, en el primer tribunal que se instaló en Arequipa el 19 de noviembre de 1982, bajo
el gobierno del Arquitecto Fernando Belaunde Terry, junto a distin
guidos juristas como los doctores Alberto Eguren Bressani, Alfredo
Corso Masias, Manuel Aguirre Roca y Javier Vargas Vargas.
El 30 de setiembre de 1983 dictó una conferencia en la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos Intitulada "La Función del Tribunal de
Garantías Constitucionales". En dicha oportunidad dijo lo siguiente:
¿Cuál es la función del Tribunal ? Esta pregunta encuentra su res- A
puesta en el artículo 296 de la Constitución según el cual el Tribunal V
463
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
República determinaron que se diera una Constitución distinta, que fue la Constitución de
1933. Ante este vacío de la Constitución del 33, los juristas que integraron la Comisión re
formadora del Código Civil de 1852, se plantearon el problema de la inconstítucionalidad
de una ley. Entonces el doctor don Alfredo Solfy Muro, lambayecano de nacimiento y Rec
tor de la Universidad de San Marcos, propuso una fórmula que fue recogida en el artículo
22 del Título Preliminar del Código Civil de 1936, que decía: "Cuando hay incompatibilidad
entre una disposición constitucional y una legal se prefiere la primera".
En esta brillante conferencia el doctor Silva Salgado expuso las vicisitudes del control
difuso en la Jurisprudencia de la Corte Suprema y en el Derecho Comparado para, luego,
exponer el llamado control concentrado de la legalidad a partir de los planteamientos de
f Hans Kelsen y de la Constitución Austríaca de 1920 la cual creó para tales efectos la alta
464
F il o s o f ía d e l D erech o
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J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
siempre" teniendo muy en cuenta que "República" es, según su vieja acepción
romana, "cosa de todos" República, bien común de la Nación".
"Empero, una desfigurada y grotesca imagen del abogado, por desgracia
difundida en el vulgo de los ignorantes y los semicultos, lo presenta como el
profesional de la viveza y de la cundería, capaz de defender las tesis más con
tradictorias con igual entusiasmo y con la misma elocuencia y cuyo aguzado
ingenio persigue el éxito del Interés actual de su cliente, sin importarle el res
plandecimiento de la verdad ni el triunfo de la justicia".
"Y abundan quienes llegan aún a proyectar esa visión denigrante del abo
gado sobre la ley misma, considerándola como un conjunto de disposiciones
en que se puede apoyar las más opuestas pretensiones y los más divergentes
dictámenes si se la sabe leer con astucia y aplicar con maña".
"Hasta en la literatura se encuentra esta concepción vulgar del hombre de
leyes y de la ley misma, como en esos versos de contrapunto entre el cantor
moreno y Martín Fierro, teniendo como trasfondo el bordoneo de la guitarra,
según el recitar del famoso poema argentino":
Es la ley como la lluvia;
nunca puede ser pareja.
El que la aguanta se queja,
pero el asunto es sencillo;
la ley es como el cuchillo;
No ofiende a quien la maneja.
La suelen llamar espada,
y el nombre le viene bien;
Las que la gobiernan ven
adonde han de dar el tajo;
le cae al que se halla abajo
y corta sin ver a quien.
Hay muchos que son dotores,
y de su cencía no dudo;
más yo soy un negro rudo,
y aunque de esto poco entiendo,
estoy diariamente viendo
que aplican la del embudo.
"Mas para suerte de la humana convivencia, ni esto es la ley, por más que
LEGALES EDICIONES
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F il o s o f ía d e l D erech o
Tal la evocación del abogado y del jurista en el pensamiento de Nicanor Silva Salgado.
Pero es preciso completar este perfil con su concepto que tenía del juez y de la función
judicial. Para ello debo rememorar su discurso en homenaje al doctor don MARIO N. SAL-
DAÑA quien fué un extraordinario juez en el Chiclayo de los años cuarenta y que luego fue
ascendido a Vocal de la Corte Superior de Piura en la que llegó a ser su Presidente. En el
discurso de despedida al doctor Saldaba dijo don Nicanor:
"Decía San Isidoro que el Juez, que etimológicamente es el vindicador o
restaurador del Derecho, es el encargado de juzgar, examinando y decidiendo
el Derecho conforme a la Justicia. El Derecho y la Justicia, esto es, la ley escrita
y la eterna aspiración espiritual, son pues, dos exigencias para el juzgador
según el santo etimologista. El juez, por tanto, debe considerar y resolver en
cada caso concreto, el viejo problema de la ley y la justicia, que tanto ha preo
cupado a jurisconsultos y filósofos de todos los tiempos. La ley es cuestión de
cono cimiento, de análisis, de facultad intelectiva, pero la justicia a mi enten
der, requiere fina sensibilidad, honda capacidad afectiva y un alma resonante
como una gran caja musical. Porque digan lo que quieran las escuelas y los
sistemas, me quedo con la expresiva frase de San Pablo: "La justicia está es
crita en el corazón".
"Los poetas, que en estas cosas aciertan mejor que los meditativos y ab
sortos filósofos, lo han entendido siempre así. El fallo de Don Quijote, -en el
juicio en que fueron partes el rico Haldudo de Quintanar y el pobre y joven
LEGALES EDICIONES
pastor Andrés-, fue un impulso de su corazón y una intuición de su intelec
to: no podía mentir en su presencia quien era débil y víctima, y su dicho, por
tanto, no necesitaba p ru e b a ; y si bien H a ld u d o le había p a g a d o dos pares de
zapatos que el joven pastor había roto y una sangría que le hicieron estando
enfermo, quédense los zapatos y las sangrías por los azotes que sin culpa le
habéis dado, que si él rompió el cuero de los zapatos que pagásteis, vos le ha
béis rompido el de su cuerpo; y si le sacó el barbero sangre estando enfermo,
210 Discurso del Sr. Decano del colegio de Abogados de Lambayeque, Dr. Nicanor Silva Salgado en celebra
ción del “Día del Abogado”, en la revista “El Foro” Órgano del Colegio de Abogados de Lambayeque, Año
XII, N ° 44-45, Chiclayo 30 de junio de 1953.
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Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
vos en sanidad se la habéis sacado: así que, por esta parte, no os debe nada",
resolvió en justísima compensación el ilustre Caballero".
"Porcia, el justiciero juez del "El mercader de Venecia" es la mujer ena
morada de Basanio, el amigo por quien el mercader Antonio se convirtió en
fiador y deudor directo del judío Shylock, quien demandaba el cumplimiento
de la cláusula penal conforme a la cual el judío acreedor tenía derecho a cor
tar una libra de carne muy cerca del corazón del deudor veneciano. Pero por
luminosa inspiración de mujer enamorada, Porcia llega, por el temible camino
de la estricta y literal aplicación del contrato, a la sentencia justiciera que no
habían podido encontrar los sapientes jueces de Venecia":
Derecho la escritura no te da, ni a partícula de sangre.
Una libra de carne es lo que dice
atento a tu escritura.
Así, tu libra de carne toma,
más, si acaso viertes cuando cortes
de cristiana sangre
tan siquiera una gota,
confiscadas tus tierras
y tus bienes confiscados quedarán
al gobierno de Venecia,
con arreglo a la ley".
Ni tampoco cortes
ni más ni menos
que una libra justa de carne;
Pues, sí más o menos, te apropiares,
y le falte al peso o sobre la veinteava parte, tan siquiera
un miserable escrúpulo, ¡que digo!
ya vacile un pelo la balanza,
pereces y tus bienes se confiscarán".
ser, según eso, hombres que por ser buenos, tengan fe en la justicia, esperanza
en Dios, caridad con sus semejantes, prudencia en sus juicios, fortaleza en el
alma y templanza en el corazón. Viriles virtudes que las Partidas sintetizan en
solo dos elocuentes y precisas palabras: "hombres buenos".
"Si esas exigencias son satisfechas y tales jueces hallados, la sociedad
puede estar tranquila, pues se ha asegurado la humana convivencia dentro de
las normas del Derecho. Y cuando surja la inevitable fricción o el choque de los
intereses, el agravio, el honor, el ataque a la propiedad o a la vida, ahí estará
el juez, con el corazón vibrante y el cerebro lúcido, para restablecer el equili
brio o vindicar y restaurar el Derecho. Pilar de la sociedad, sostén del Estado,
fiador del orden jurídico, garantía viva de la ley, el Juez tiene en sus manos la
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espíritu estaba siempre presente entre nosotros, como la evocación que nos hacía de la
"patria", en su "Peruanidad", en sus "Meditaciones Peruanas", en "La Realidad Nacional",
en "Mercurio Peruano", su gran revista y en todos los grandes libros del gran patricio are-
quipeño.
Por eso creo que viajó a Arequipa cuando la diáspora subsiguiente al receso de San
Marcos. Lo escuché siempre evocar con profunda emoción y convicción a don JOSE LUIS
BUSTAMANTE Y RIVERO quien fuera su profesor en la Universidad de San Agustín en Are-
2 i i Discurso del Dr. N ICAN O R SILVA SALGAD O en homenaje al Dr. Mario N. Saldaña, en la revista "El
Foro” Organo del Colegio de Abogados de Lambayeque, año IV, tomo IV, N° 1 6 - 1 7 , págs. 68 y ss. Chi
clayo 30 de junio de 1944.
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quipa y su eterno ideal. Pero, sobre todo, recuerdo por intermedio suyo la evocación de
las clases de un gran maestro que no pude escuchar: don MANUEL AUGUSTO OLAECHEA,
insigne profesor de Obligaciones y Contratos, con quien estaba vinculado no sólo por la
tradición sanmarquina y por los lazos que se estrechan en toda escuela de juristas entre
maestros y discípulos, sino porque al doctor Olaechea se le encargó que informara ante
la Corte Suprema en el caso de mi tía-abuela doña Victoria Silva viuda de Dall'Orso con la
Compañía del Ferrocarril y Muelle de Pimentel.
La cuestión jurídica, materia del debate, era el valor de la promesa de contrahendo
que hoy, bajo la influencia norteamericana llamamos "carta de intención" y en el cual el
pensamiento jurídico desarrollaba el tema de la consensualidad. El doctor Olaechea al
tratar de la consensualidad de los contratos la comparaba con el idilio de las voluntades.
El idilio surge cuando el comprador y el vendedor están de acuerdo en cuanto al precio y a
la cosa objeto del contrato, aunque el precio no se hubiere pagado y la cosa no se hubiere
entregado. En su alegato ante la Corte Suprema en el caso aludido, el doctor Olaechea,
enseñaba que: "El consentimiento es el alma y la vida de los contratos y sólo en el consen
timiento reside la fuerza obligatoria de las convenciones humanas". "El consentimiento de
las partes, es decir, el acuerdo de sus voluntades -enseña Planiol- es el elemento esencial
del contrato". Y agregaba: "este acuerdo debe ser completo, esto es, debe referirse a todo
lo que forma el objeto del contrato; si alguno de los contratantes - dice Planiol - formula
objeciones respecto de alguna cláusula particular, el contrato no se forma hasta que se
decida a aceptar la cláusula impugnada. El acuerdo de voluntades, debe ser unánime, es
decir, que todos los interesados deben estar de acuerdo en el contrato. (Droit Civil, Tomo
II, pág. 316)".
Paralelamente surge como una evocación plutarquiana su paralelo con Cornejo. Don
Ángel Gustavo había sido gran amigo de su padre en Chiclayo, allá por los años quince
y veinte. Era un dilecto amigo de la casa y estoy seguro que fue él quien indujo al joven
Nicanor a seguir los estudios de Derecho. Mi padre recordaba con gran precisión una ex
posición que hiciera don Ángel Gustavo sobre la condición suspensiva y sobre la condición
resolutoria, sobre la "condictio indebiti" y sobre la doctrina del pago. No me cabe la menor
duda que fue el doctor Cornejo quien indujo a mi padre a seguir los estudios de Derecho.
Debió tener un gran espíritu de persuasión y un gran "eros pedagógico" el doctor Cornejo
quien no sólo fue después un gran maestro de Derecho Civil en la Universidad de San Mar
cos sino que antes ya había sido un gran maestro de Historia Universal en el Colegio Nacio
nal de San José de Chiclayo. Fue él también quien indujo a seguir los estudios de Derecho a
otro joven brillante nacido en Lambayeque el 8 de diciembre de 1899 y que fue hijo de don
Augusto F. León y de doña Margarita Barandiarán de León. Don Augusto León era adminis
trador de la Compañía del Ferrocarril y Muelle de Eten y había sido, también, muy amigo
de don Ángel Gustavo Cornejo y de don Nicanor Silva Villarreal quien era un empresario
en cuya tienda de la Calle Elias Aguirre: llamada "Nicanor & Elíseo Silva" se daban cita a las
seis de la tarde los viejos de aquella época para iniciar sus tertulias vespertinas.
Con José León Barandiarán hubo una gran afinidad espiritual e intelectual, no obs
tante que se llevaban casi ocho años de diferencia. Pero yo los recuerdo siempre juntos
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conversando de literatura y jugando al ajedrez. Una de las tantas veces que llegó a Chiclayo
León Barandiarán dió una hermosa conferencia en el Colegio de Abogados intitulada "La
Verdad y la No-Verdad" y se inspiró en Hedda Gabler y en los dramas de Ibsen. Mi padre
era por entonces Decano del Colegio de Abogados y luego nos fuimos a comer al Club de
la Unión con el doctor Santisteban entre otros viejos abogados de la época. Y siguió una
conversación amena en donde se habló también de "Trilce", de "Poemas Humanos" y de
"Los Heraldos Negros". Y surgió la inevitable comparación entre dos inmortales: el autor de
"La Niña de la Lámpara Azul" y de "Los Reyes Rojos" y de aquél que decía que "se habría de
morir en París con agüacero, un día jueves del cual tenía ya el recuerdo"...
Esta evocación me lleva a recordar a "don Nicanor" en sus defensas y en sus grandes
clases de Historia de la Cultura y de todas las Humanidades, allá en el colegio Nacional de
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demás a seguir pautas de conducta que no han elegido libremente".212
Teórico de la razón pura en sus diversas obras de Lógica y Filosofía de las Matemáticas,
Miró Quesada ha planteado una suerte de crítica de la razón histórica en su obra "Razón
e Historia en Ortega y Gasset". El gran filósofo peruano plantea una teoría general de la
razón que está fundamentada liminarmente en sus "Apuntes para una teoría de la razón",
Lima, San Marcos 1963, proyectándose a una visión pluridimensional de la razón en sus
dimensiones creadora, algorítmica y poética de la que es preciso esperar un ulterior desa
rrollo y una ecuación general que debe estar por salir.
212 Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Departamento Académico de ciencias jurídicas y políticas:
“Derecho y Mundo Moderno”, tomo I, págs. 25, 26, 27, 30 y 3 1, Lima, 1972.
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de Miró Quesada. El tema surge raudo cuando Miró Quesada nos invita a comprender qué
es la historiologia según Ortega:
“Para comprender pues, lo que pretende hacer Ortega, al proponer la historiologia
como una nueva ciencia y al afirmar que sólo ella merece el nombre de ciencia histórica,
es imprescindible sumergirse a fondo en su teoría de la razón. Y para hacerlo no hay mejor
213 FRAN CISCO M IRÓ QUESADA C.: “Razón en Ortega y Gasset”, Editores Ariel, comunicación para la
cultura, Lima 1992, pág. 72.
2 14 Ob. cit., pág. 73.
2 15 Ob. cit., pág. 74.
216 Ob. cit., pág. 75.
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y la relativamente constante, la dinámica de las generaciones, las vigencias, la sensibilidad
vital y el azar, se pueden comprender los diversos fenómenos históricos, hechos, procesos,
instituciones, caracteres nacionales, civilizaciones; y desde luego, los comportamientos de
los individuos. Para comprender el comportamiento de un individuo, hay que detectar la
estructura general del devenir histórico dentro del que se encuadra su acción individual;
hay que determinar el sistema de vigencias que encuentra en la sociedad en que vive y que
él no ha creado, hay que relacionarlo con la generación que le antecede y con la genera
ción que le sigue; hay que saber cuál es la sensibilidad vital de su época. Estos integrantes
que son incorporados en el individuo, vienen a constituir algo así como el a priori de su
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"Lo único que empaña este entusiasmo es que si la historia es la más importante de
las ciencias, sin la cual no pueden comprenderse las demás, sin la cual el hombre no puede
comprenderse a sí mismo, debería ser la más rigurosa de todas. Pues si la historia no es
rigurosa entonces nadie puede estar seguro si ha comprendido bien o mal sus múltiples
y complejos desarrollos, y si no se comprende bien la ciencia fundamental, es imposible
comprender bien las ciencias fundamentadas. Es un lugar común que la historia no es una
ciencia rigurosa".
"Este reconocimiento lleva a algunos filósofos del conocmiento a negar carácter cien
tífico al conocimiento histórico, por considerar que no puede cumplir con la exigencia de
objetividad que es constitutiva de toda teoría auténticamente científica. "Ahora bien, si la
historia no puede ser llamada ciencia, ello significa que la disciplina fundamental, aquella
en la que se basa la comprensión última de las demás, es algo subjetivo, de manera que, en
último término, el edificio entero del conocimiento descansa sobre bases que son variables,
sin justificación teórica. La ciencia, en su integridad, se derrumba. Se trataría, en este caso,
de una situación parecida a la que existe entre las disciplinas matemáticas clásicas y la
teoría de los conjuntos. Si esta última no puede ser una verdadera ciencia (debido a las con
tradicciones que se encuentran en su seno) entonces la matemática tampoco es ciencia".
"Si se quiere pues, fundamentar el conocimiento científico sobre bases sólidas, es nece
sario que la historia tenga carácter científico. Si esa disciplina rigurosa que, según Ortega,
debe ser la historia como teoría de la vida humana, no puede brindarnos conocimientos
objetivos, entonces la ciencia en su conjunto no puede ser considerada como sistema de
conocimientos objetivos. El problema de la objetividad del conocimiento histórico se impo
ne como el problema clave de la filosofía del conocimiento. Mas para abordarlo, debemos
comenzar por abordar primero el problema del conocimiento objetivo".221
El pensamiento de Miró Quesada es profundo y ha sido vislumbrado en síntesis didác
ticas por David Sobrevilla Alcázar, por José Ferrater Mora, por Héctor Neri Castañeda, por
Lorenzo Peña, por Ernesto Garzón Valdés, por Carlos Fernández Sessarego, por María Luisa
Rivara de Tuesta, por Domingo García Belaunde, entre muchos otros insignes profesores,
juristas y filósofos, a los que me remito, confrontando básicamente el Libro Homenaje que
se le brindara por la Universidad de Lima, bajo el título de "Lógica, Razón y Humanismo. La
obra filosófica de Francisco Miró Quesada Cantuarias". Libro Homenaje por sus 70 años,
Editores David Sobrevilla / Domingo García Belaunde, Lima 1992. Confróntese, asimismo,
a David Sobrevilla en su formidable libro "Repensando la tradición nacional 1". Estudios
sobre la filosofía reciente del Perú. Volumen II: Peñaloza. Salazar Bondy. Miró Quesada
C., Editorial Hipatia, Lima 1989, págs. 607 a 870.
El último libro del gran historiógrafo de la filosofía peruana, David Sobrevida, (nacido
en Huánuco en 1938) se titula "Repensando la tradición de nuestra América", editado por
el Fondo Editorial del Banco Central de Reserva del Perú, Lima, 1999.
En este magnífico libro el profesor Sobrevilla hace la historiografía de la filosofía en
América y en la página 213 y siguientes analiza tres teorías sobre la razón y la racionalidad:
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las de Francisco Miró Quesada Cantuarias, Jesús Monterín y Luís Vllloro, planteando en la
página 218 siete conclusiones sobre la teoría de la razón en Miró Quesada, a las que me
remito. En esencia, establece en su quinta conclusión que "el planteamiento de Miró Que
sada sobre la teoría de la razón está todavía inacabado".
Me reservo el derecho de opinar en torno al último "best seller" del profesor Miró
Quesada Intitulado "Ratio Interpretandi. Ensayo de Hermenéutica jurídica", Universidad
Inca Garcilaso de la Vega, Fondo editorial, Lima 2000.
2 21 FRANCISCO MIRO QUESADA C.: “Hombre, Sociedad y Política,” págs. 149 a 15 1, Ariel, Comunica-
ciones para la Cultura, Lima, 1992.
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El día martes 17 de octubre del 2000 escuché su discurso en el Centro Cívico de Lima
que empezó a las 8:15 pm. en el que sostuvo la tesis del humanismo como ideología y,
evocando a Belaunde, sostuvo que todo ser humano es un fin en si mismo, con lo cual se
interpreta "el Perú como doctrina" y se plantea "un humanismo situacional".
"Parafraseando a Hegel en su Fenomenología del Espíritu" dijo que "El noble utiliza
el poder para servir a los demás, en tanto que los viles utilizan el poder para servirse de
los demás"; y, continuando con esa dialéctica, comparó 'frente a la oratoria prepotente,
cínica y falaz, la oratoria clara, luminosa y humanista de los grandes demócratas, que
siempre inspiraron a la juventud".
Concluyo esta antología de su pensamiento historiológico recordando que Miró Que-
sada ha dicho: "El hombre no puede vivir sin teoría". "El hombre es un animal teórico por
excelencia". Por eso la sabiduría de los antiguos lo califica de "animal racional", porque
las teorías se hacen con la razón. "Todos los hombres son teóricos. Sólo que unos lo
saben y se distinguen por su afán de profundizar en la teoría, mientras que otros se con
tentan con vivir sumidos en ella y en utilizarla para conseguir sus fines inmediatos, pero
nuestra vida está rodeada de teoría. Todo es fruto de la teoría".222
222 FRANCISCO M IRÓ QUESADA C.: “El hombre sin teoría”, en el volumen: “Hombre Sociedad y Política”,
pág. 23, Lima, 1992.
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samiento jurídico que ofrece al investigador y al estudioso tantas posibilidades, recorre
dos caminos: uno que parte de la existencia y va en pos de la esencia, mientras que el otro
apunta al derecho formulado desde el ser mismo de las instituciones".
"La escuela exegética, que en el ámbito del derecho procesal sobrevivió en nuestro país
hasta los comienzos de la segunda mitad de este siglo, con obra y enseñanza tan meritoria
como la de Julián Guillermo Romero, Toribio Alayza y Paz Soldán, Diómedes Arias Sxhrei-
ber, Manuel Sánchez Palacios y otros juristas, realizó el primer recorrido. Quienes vinimos
después, guiados por los tratadistas alemanes a partir de Wach, por los italianos desde2 4
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Chiovenda y por los rioplatenses que siguieron sus enseñanzas, nos orientamos por ei se
gundo. Así pudo llegar a nuestros medios jurídicos el conocimiento - y el debate aunque te
nue- sobre la Teoría del Proceso ignorada antes, y sobre temas como la relación procesal,
la acción, los principios procesales, el acto jurídico procesal y tantos otros, y se hizo patente
la necesidad de renovar nuestra arcaica legislación en esta materia".
"Dicho bagaje de enseñanzas ha sido recogido y reelaborado por un grupo de estudio
sos. A este grupo pertenece el autor de la presente obra, Augusto Ferrero".
"Con clara vocación jurídica, alentada por la figura de Raúl Ferrero, su padre, que
realiza la forma más elevada del humanismo, el humanismo jurídico, el autor de este libro
demostró, desde su paso por San Marcos como estudiante, su afán por pensar y repensar
los grandes temas del derecho procesal cuyo estudio ha ahondado en Italia".
"El libro que es fruto de esa vocación, demuestra que el examen de las instituciones
procesales no puede realizarse dentro de los límites estrechos de la letra de la ley. El dere
cho está más allá; más allá de los intereses, de los litigios, de los códigos, en el mundo de
la cultura que requiere mirada amplia y diáfana".
Es conveniente aquí dejar sentado que en el Perú el sumo maestro y fundador del
procesalismo científico lo fue y seguirá siendo Mario Alzamora Valdez para eliminar, de
una vez por todas, las arrogancias de algunos jóvenes que se las dan de "caposcuo las" del
procesalismo peruano y a quienes están dirigidas las palabras del Evangelio de San Lucas,
capitulo 6 , versículo 40: "Ningún discípulo está sobre su maestro; para ser perfecto ha de
ser como su maestro". Pues bien todos debemos recordar y los jó venes deben saber que
los maestros del proceso en Sudamérica fueron en Argentina: Hugo Alsina, en Uruguay:
Eduardo J. Couture, en Venezuela: Luís Loreto, en Colombia: Hernando Devis Echandía y
en el Perú: Mario Alzamora Valdez.
Es bueno decirlo porque el Prólogo a la segunda edición de este libro genial de Augus
to Ferrero fue escrito por Luís Loreto, quien fuera el fundador y el sumo maestro de la es
cuela procesalista venezolana, magistrado de la Corte Suprema y Catedrático de Derecho
Procesal en la Universidad Central de Venezuela.
Dijo Luis Loreto en el prólogo aludido que: "Hace ya mucho tiempo que en la Teo
ría General del Proceso y sus particularismos comenzó un movimiento renovador que ha
elaborado doctrinas y construcciones fecundas y originales. Iniciado en Alemania con la
obra primigenia de Oscar Biilow y sus eminentes discípulos, fue recibido a principios de
siglo e impulsado con calor científico en Italia por Giuseppe Chiovenda, jefe indiscutido
de la floreciente 'Nueva Escuela' que 'lo aclama como iniciador y Maestro', y continuado
luego por sus más egregios representantes. Desde entonces el trabajo de búsqueda y de
sistematización teorética y dogmática de la realidad procesal no ha cejado un momento,
acrecentándose cada día más la inquietud investigadora y ampliándose el ámbito de los
estudios procesales en todas direcciones".
"Las concepciones tradicionales fueron cediendo paulatinamente ante otras que tie
nen de la realidad procesal una visión más exacta y objetiva. Todas las enseñanzas recibi
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música italiana a las que tanto admiramos él y yo.
225 AUGUSTO FERRERO COSTA: En el Prólogo a la segunda edición, de su libro intitulado “Derecho
Procesal Civil. Excepciones”, págs. 9 a 1 1, Lima, 1974.
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dades que hace aparecer; debe dejar la opción y la decisión al órgano jurídico competente
para aplicar el Derecho". Por eso, el juez crea Derecho aunque se encuentre sometido al
marco de la ley. Dice siempre Kelsen: "urge advertir que la antitesis entre legislación y ju
risdicción, esto es, entre creación y aplicación del Derecho, no es absoluta sino relativa". A
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MAX ARIAS SCHREIBER PEZET, el gran maestro del Derecho Civil y ex-Presidente de
la Academia Peruana de Derecho, dijo en su discurso de presentación el día que Fernaridc
de Trazegnies se incorporó como miembro de número de la Academia que: "El prestigie
alcanzado por Fernando motivó que con gran acierto fuese llamado a integrar la denomi
nada Comisión Reformadora del Código Civil en 1973 y en ella puso lo mejor de su tálente
p re p a ra n d o una p o n e n cia que en su momento fue calificada peyorativamente de ‘original
y que para muchos y entre ellos yo, era de gran avanzada, pues dejaba atrás los clásicos
y discutidos conceptos de la responsabilidad extracontractual subjetiva y objetiva, para
LEGALES EDICIONES
sustentar una tesis que tarde o temprano prosperaría, cual es la de la responsabilidaa
de la sociedad frente al daño. N o poco esfuerzo costó incorporar la semilla de este nuevo
enfoque de la responsabilidad en el Código Civil de 1984, cuyo artículo 19889 dispone que
",la ley determina el tipo de daño sujeto al régimen del seguro obligatorio"las personas que
deben contratar las pólizas y la naturaleza, límites y demás características de tal seguro".234
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"Estimo propicia esta ocasión para insistir sobre la materia y en particular; sobre la im
periosa necesidad de establecer la obligatoriedad del seguro automotor, como existe en los
Estados Unidos de América, en casi todos los países de Europa y en varios de América Lati
na. La cantidad de seguros que tendrían que tomarse determinaría una notoria reducción
en el monto de las primas, que es la principal objeción que se hace para la implantación de
esta clase de seguros obligatorios entre nosotros".*235
Y anadió que: "La recia personalidad del doctor de Trazegnies y su vasta cultura jurídi
ca lo llevaron recientemente a integrar el denominado ‘grupo de los veinte notables' para
divulgar en el extranjero la realidad del conflicto entre Perú y Ecuador. Sabemos de sus va
liosas intervenciones en Inglaterra, Francia y Bélgica en defensa de la Soberanía nacional".
"Estos son, a grandes rasgos, algunos de los títulos que respaldan la incorporación de
Fernando de Trazegnies Granda a la Academia Peruana de Derecho".
"El trabajo con el que se incorpora Fernando de Trazegnies a la Academia es una va
liosa reflexión sobre el Derecho y de su lectura se podrá apreciar una vez más, su probada
calidad de ‘ius filósofo'. Me ha impresionado particularmente el trato que le ha dado a la
interpretación del derecho, un tema apasionante y en el que el autor pone los ingredientes
de su gran cultura jurídica y de su famosa imaginación".236
El tema escogido por Fernando para su incorporación a la Academia es uno de los más
hermosos temas de la reflexión hermenéutica: "LA MUERTE DEL LEGISLADOR". De allí
que la interpretación sea el punto de partida de una reflexión teórica del Derecho. "Esta
heterodoxia -dice De Trazegnies- me lleva a comenzar no por los valores (como lo haría un
iusnaturalista) ni por el sistema formal de normas vigentes (como lo haría un positivista),
sino por la interpretación. He señalado ya que me niego a asumir a priori cualquiera de
las corrientes clásicas de la Filosofía del Derecho; pero quizá debería decir que rechazo
en general comenzar el estudio del Derecho por la Filosofa. Si la perspectiva filosófica
es una "reflexión" -e s decir, una indagación de segundo nivel sobre un objeto- debemos
comenzar por el objeto: el punto de partida debe ser la experiencia misma del Derecho, el
fenómeno jurídico en su complejidad".2312 8
3
"Un principio epistemológico que parece obvio y que, sin embargo, muchas veces no
se observa, es que hay que comenzar por el comienzo. Nietzsche lo dijo con una claridad
inigualable: ‘La tarea: ¡ver las cosas como son!'. Y Husserí planteaba el retorno a las cosas
como programa. Por consiguiente, quiero realizar una primera flexión sobre el Derecho
mismo tal como se presenta cotidianamente, esto es, en su aplicación efectiva, integrando
valores y hachos, actuando en la sociedad, acuitando, regulando, prohibiendo u obligando
a realizar conductas reales".233
"La respuesta ius naturalista.- Los romanos, con su indudable genio jurídico, compren
dieron que la interpretación no podía consistir meramente en la intelección de una verdad
escondida, sino que exigía inevitablemente una construcción, una invención de verdades.
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Por eso Pomponio afirma que la interpretación no es otra cosa que el uso de la prudencia,
es decir, usar la razón que crea y no la razón que se limita a comprender; y es esta opciór
por una prudencia creativa que proporciona esa riqueza extraordinaria al Derecho roma
no, impidiendo que se petrifique. Es sólo con Justíniano y su aversión contra la función
creativa de jueces y juristas, que se impone una interpretación meramente esclarecedora,
la cual privilegia de manera decisiva la voz del legislador frente a la voz de los intérpretes".
"Los juristas del Medioevo intentaron escaparse de las ataduras incipientemente positivis
tas de Justíniano, interpretando extensivamente la noción misma de interpretación. Más
tarde, la interpretación medieval se convirtió en un instrumento de lucha de la Iglesia y de
lo que ahora llamaríamos la sociedad civil, contra el poder de los Príncipes. Frente al valor
positivo de la ley basado en la pura autoridad, la Iglesia opone el valor moral: las normas
no valen simplemente porque son mandatos, sino porque son buenas moralmente. Y, ¿cuál
será el criterio moral oponible incluso a un Príncipe? La voluntad de Dios expresada sea a
través de su Palabra, sea a través de la naturaleza por El creada. Ninguna otra instancia si
no era Dios mismo podía restarle autoridad al Príncipe".2*0
"De ahí surgirán dos corrientes iusnaturalistas. Para unos, herederos de San Agustín, el
Derecho Natural está contituido fundamentalmente por la Revelación; para otros, herede
ros de Santo Tomás, el Derecho Natural es un producto de la razón. Los primeros colocan la
verdad directamente en la Palabra de Dios; los segundos toman por verdad ciertas orien
taciones puestas en la naturaleza por Dios como guía de nuestros actos. Para los primeros,
la interpretación deberá proceder a una exégesls estricta del Dogma cristiano. Para los
segundos, la interpretación consistirá en buscar la justicia según la naturaleza; teniendo en
cuenta, como señala Calasso, que el pensamiento medieval hay una ecuación que equipara
la naturaleza a Dios. Como se puede ver, de una manera o de otra, la tarea del intérprete
era la misma: encontrar una verdad elusiva, oculta en el texto religioso o en la naturaleza
de las cosas. Y, una vez establecida tal verdad garantizada por Dios, la interpretación ten
dría un carácter indiscutible".241
"La respuesta positivista.- Por su parte, el positivismo jurídico precisamente plantea
que el iusnaturalismo ha fracasado en su intento de encontrar una verdad del Derecho
en la naturaleza, porque se ha engañado con un espejismo. El conocimiento humano es
siempre relativo, incompleto y circunstanciado; por tanto, no puede aspirar a una verdad
eterna y absoluta".242
"El positivismo, entonces, sobre todo bajo su forma más naif, nos propone que el
elemento objetivo en las normas legales, el criterio de verdad que el intérprete debe en
contrar, está constituido por la intención del legislador. Esto implica que esa intención,
cualquiera que sea su valor moral, es verdad incuestionable para el intérprete -e s dogma-
por el sólo hecho de que el legislador se propuso positivizarla a través de una norma. En
otras palabras, la verdad interpretativa según esta versión positivista, ya no resulta de una
adequatío ¡ntelellecti ad rem sino de una adequatio intellecti ad legislatoris mentem". "
"Semiosis limitada.- Lle g a m o s así a la conclusión de que el intérprete no tiene una
verdad que descubrir detrás del texto: tiene un texto que puede decir muchas cosas".
LE G A LE S ED ICIO N ES
"Desde esta perspectiva, el intérprete no es un ser pasivo, sometido a la hipotética
voluntad de un hipotético legislador, como si fuera su simple portavoz; el intérprete es,
en realidad, un co-inventor del Derecho, tiene la libertad de agregarle a la norma nuevos
sentidos ajenos a la intención del legislador. De hecho, la norma es, como diría Barthes, un
espacio multidimensional que puede albergar muchos sentidos".244
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"El Derecho como creación permanente.- ‘Quiero plantear, pues, que la verdad no
existe en el Derecho. Y entiendo aquí por verdad la adecuación de lo que pensamos jurí
dicamente, con un mundo previo y superior; ya sea que éste se encuentre en la mente del
legislador o en la estructura de la naturaleza o en ideas presuntamente innatas en la mente
humana. No existe verdad en el Derecho porque no hay ningún mundo previo: el Derecho
no es algo que esté ahí y que hay que descubrir sino, más bien, es algo por hacer que hay
que inventar dentro de los límites Impuestos por el texto de la ley'. Por consiguiente, el
Derecho está siempre en proceso de hacerse a través de la llamada interpretación que es,
en gran medida, un acto de creación. De ahí que esa interpretación que pretende saber
simplemente cómo está hecho el Derecho, qué es lo que manda el Derecho, se equivoca;
porque el Derecho nunca está totalmente hecho".245
"Una filosofía dinámica del Derecho, como la que quiero proponer aquí, tiene por eso
que alzarse irrespetuosamente contra todos los valores establecidos y contra todas las au
toridades paternas, para recuperar la libertad, la originalidad, la capacidad de creación y,
consecuentemente, la plena responsabilidad de sus planteamientos. El jurista no puede ser
el servidor sumiso del legislador o de la Escuela o de la doctrina aceptada sino que tiene
que asumir el papel de héroe trágico y proseguir, a su propio riesgo, la tarea de creación
permanente del Derecho".246
"Inexistencia del Derecho.- Esto nos lleva a plantearnos que el Derecho como tal no
existe; no hay algo ahí afuera, frente a nosotros, y a hecho, que se llame Derecho. Hay
doctrinas, hay jurisprudencia; pero todo ello no es todavía Derecho sino elementos para
construir el Derecho, entendido éste como una concepción siempre nueva, constantemente
en proceso de renovación, cada vez como una invención para el caso específico".247
"Estamos, pues, siempre ante un Derecho por hacerse. Y esto obliga al jurista a inno
var: el buen jurista no se acoge a dogmas sino trata siempre de encontrar una solución
original, una solución creativa, que se adapte más adecuadamente a la peculiaridad de
cada situación. El jurista tiene que intentar y tiene que tentar".246
"El Derecho, por consiguiente, no es un ser sino un devenir, no es algo hecho Sino algo
haciéndose permanentemente; y eso implica que es también algo deshaciéndose perma
nentemente".
"Quizá debiéramos ser más radicales en el planteamiento: si el Derecho no existe ya
hecho, no podemos hablar de interpretación porque no hay nada que interpretar. Tenemos
que hablar de construcción: el juez, el abogado, no interpretan las leyes sino que las usan
para organizar soluciones; no hay simplemente intelección sino c re a ció n 249
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pedirles disculpas si quizá mi bastón ha tropezado con las ideas de algunos de los preserite¡
esta noche, debido a mi ceguera intelectual".251
Al evocar a Fernando de Trazegnies de Granda no solo lo he hecho con el afecto y Ie
simpatía que me unen a un antiguo condiscípulo de la Facultad de Letras y a un amigo de
mi familia sino, fundamentalmente, le hagojusticia a un gran profesor, a un brillante jurista
y a un notable miembro de número de la Academia Peruana de Derecho, de la Academia
de la Historia y de la Academia de la Lengua, cuyos libros constituyen obras fundamentales
en la Escuela Peruana del Derecho cuyos textos deben ser leídos, no solo los ya citados
precedentemente sino, además, otros como: "Introducción a la Filosofía del Derecho y a
la Teoría General del Derecho", recopilación de materiales de enseñanza, ( 1 9 7 3 ) ; "El rol
político del juzgador", estudio publicado en la revista "Derecho", Pontificia Universidad
Católica, Ns 3 2 , Año 1 9 7 4 , pag. 2 7 2 a 289 ; "La idea de Derecho en el Perú republicano del
siglo XIX", (19 80); "Semblanza del Dr. Jo sé León Barandiarán" en el Libro Homenaje a José
León Barandiarán, pag. 5 6 7 a 580, editorial Cuzco S. A., Lima, 1 9 8 5 ; "Ciríaco de Urtecho:
litigante por amor, Reflexiones sobre la polivalencia táctica del razonamiento jurídico", Se
gunda edición, Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo Editorial, 1 9 8 9 ; "Indemni
zando sueños: entre el azar y la probabilidad", en el Homenaje a Jorge Avendaño, págs. 8 6 5
a 8 9 1 ; "Reflexiones sobre la sociedad civil y el Poder Judicial", (19 96).
LEGALES EDICIONES
su bondad y su comprensión conmigo; y su padre, don Mario, debe seguir conversando,
como antaño, allá en el cielo con mi padre, don Nicanor, pues fueron compañeros de car
peta en el Colegio San José de Chiclayo.
Así, pues, esta evocación de Mario fluye con emoción y con vivido recuerdo, como
cuando escuchábamos el profundo "Réquiem alem an" de Johannes Brahms en la versión
de van Karajan con la Orquesta Sinfónica de Berlín en un disco de la "Deutsche Gramo-
phon" ; y la comparábamos, en nuestro comentario, con la del mexicano Herrera de la
Fuente dirigiendo la Orquesta Sinfónica Nacional que, por esos días, se había estrenado en
el Teatro Municipal de Lima. Qué tiempos aquellos.
489
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
En nuestros días ya se nos fué su hermana, la "nena" Pasco, pero seguimos y seguire
mos conversando con su cuñado, que también es mi compadre por ser padrino de otro de
mis hijos, Jorge Escuza Lora, con su hermano Jorge Pasco y con su hijo, "Marito", todo un
gran profesor, como su padre.
Coincido con Jorge Avendaño cuando al presentarlo en la ceremonia de incorporación
a la Academia Peruana de Derecho, el 10 de octubre de 1995, dijo: "Muchos atributos tiene
Mario Pasco como hombre y como jurista. Deseo destacar inicialmente un aspecto impor
tante de su personalidad. Se trata de su claridad mental. Si esta virtud pudiera expresarse
en colores, a Pasco le correspondería el blanco inmaculado, en contraposición a los negros
e incluso grises de las mentes confusas, complicadas o indescifrables. Limpieza mental que
en términos abstractos no necesariamente se identifica con un razonamiento correcto. Son
dos cosas diferentes, que a veces coinciden pero no siempre. No es ciertamente que Pasco
no razone impecablemente. Lo hace habitualmente. Pero lo que destaca e impresiona más
es la diáfana claridad de su manera de pensar, que se expresa tanto por escrito como oral
mente, en especial esto último. Muy probablemente este singular atributo esté privilegiado
por habilidades adquiridas y desarrolladas durante los años de su contribución al Teatro de
la Universidad. Pasco tiene por cierto una sólida formación jurídica, que ha cultivado con
esfuerzo y esmero. Su campo de especialidad es, como sabemos, el derecho del trabajo,
en el que destaca indiscutidamente. Pero no sólo sabe Derecho Laboral. También conoce
Constitucional, Administrativo y Derecho, en general, lo que es muy importante a pesar de
lo que piensan y expresan algunos especialistas, especialmente los jóvenes. Es imposible
ser un buen laboraiista, tríbutarista o comercialista si no se conoce y domina el Derecho
como ciencia y arte: sus principios, reglas de interpretación y mecanismos de aplicación".
"Pasco es profesor en la Católica desde 1968 y catedrático principal a partir de ene
ro de 1977. Ha enseñado cursos de todas las ramas del Derecho Laboral: Introducción al
Derecho Laboral, Derecho Individual del Trabajo, Derecho Colectivo del Trabajo, Derecho
Procesal del Trabajo, Derecho Administrativo y Procesal de Trabajo, Seguridad Social y Te
mas de Derecho Laboral. Este hecho, aparte de ratificar su amplia versación en la materia,
me hace recordar el caso de algunos profesores chilenos que dictan todas las materias del
Derecho Civil. Comienzan con Personas y van acompañando a sus alumnos en el análisis de
todos los libros del Código".
"La vocación universitaria de Mario Pasco no se ha limitado a la cátedra, en la cual
como queda dicho ha sido particularmente generoso. Fue miembro del Consejo de Facultad
y del Comité Asesor del Departamento de Derecho. Tuvo además una destacada participa
ción en la asamblea Universitaria que elaboró y aprobó el actual Estatuto de la Universi
dad".
"Pero además de profesor universitario Mario ha sido y es abogado. Abogado en el
más amplio sentido de la palabra. Asesor, consultor y litigante. A su formación jurídica
agrega el sentido común, la amplitud de criterio, la discreción, prudencia y pertinencia,
todo lo cual configura un consejero ideal. Pero también litiga, lo que le permite estar actua
lizado no sólo en el plano doctrinario y legal sino también en el de las decisiones judiciales.
LEGALES EDICIONES
Más de una vez lo hemos dicho: cuando el abogado emite una opinión lo que hace es antici
par lo que sería una eventual sentencia judicial sobre el punto consultado. En definitiva eso
es lo que nos pide: que indiquemos y sustentemos cómo resolverían los jueces el asunto en
cuestión. Es indispensable por tanto tener un conocimiento actualizado de la forma como
piensan y resuelven los magistrados".
"Mario Pasco ha contribuido en varias oportunidades en tareas de carácter público.
Fué Vice-Ministro de Justicia entre 1980 y 1981 y en tal condición le tocó coordinar numero
sas comisiones que produjeron 217 decretos legislativos que el Ejecutivo promulgó en Julio
de 1981 en ejercicio de facultades legislativas delegadas por el Congreso. Ha sido redactor
principal de la Ley de Fomento del Empleo (D. Leg. Ns 728) y de la Ley de Relaciones Co
Í lectivas de Trabajo (D. L. A/° 25593). Participó también en la redacción de la Ley del Poder
490
F il o s o f ía d e l D erech o
Ejecutivo (D. Leg. Ns 217). Presidió Comisiones Redactoras de la Ley de Acción Popular y dt
la Ley de la Acción Contencioso Administrativa",
“A lo largo de su desempeño como abogado, Mario Pasco ha ocupado la Presidencit
de varias instituciones vinculadas a su materia: la de la Asociación de Relaciones Industria
les, la del Instituto Andino de Relaciones Industriales, la de la Federación Interamericanc di
Administración de Personal, la de la Asociación Peruana de Relaciones de Trabajo y actual
mente de la Sociedad Peruana de Derecho el Trabajo y de la Seguridad Social".
“Hay un aspecto del quehacer jurídico de Mario Pasco que no puede soslayarse: s l
contribución en el nivel internacional, en especial en América Latina y España. Hay un gru
po de luminarias del Derecho Laboral de varios países que enseñan Derecho del Trabaje en
destacadas universidades. Algunos de ellos son actualmente Decanos de sus Facultades. E:
grupo lo integran, entre otros, el mexicano Néstor de Buen, el brasileño Wagner GigliG, e¡
uruguayo Américo Pía, el argentino Mario Ackerman, el dominicano Rafael Alburquerque,
el español Alfredo Montoya Melgar. <4 ese grupo pertenece Mario Pasco y allí brilla con
luz propia. El equipo se moviliza periódicamente por Universidades de distintos países de
Iberoamérica y organiza ciclos y conferencias. Además publica libros. El primer curso in
ternacional de Derecho de Trabajo Comparado fue ofrecido en 1985 en Río Grande do Su!,
el segundo en 1986 en México, el tercero en Lima en 1987, el cuarto nuevamente en Río
Grande do Sul en 1988 y el quinto en Santo Domingo en 1992. Entre las obras publicadas
(en las cuales ha participado Pasco) hay que mencionar, entre otras, «La Solución de los
Conflictos Laborales», con de Buen, Giglio y otros, México, 1985; «Estudios sobre Concer-
tación Social», con de Buen, Bueno Megano y Ermida, Lima, 1986; «Los Sindicatos en Ibe
roamérica», con Albuquerque, Plá y otros, Lima, 1988; y «Jornada de Trabajo y Descansos
Remunerados», con el panameño Murgas Torraza, Montoya Melgar y otros, México, 1993".
"Fruto de esta intensa actividad continental, Pasco ha sido distinguido como Profesor
Honorario de la Universidad Católica Madre y Maestra de Santiago de los Caballeros, Re
pública Dominicana, y de la Universidad de Passo Fundo, Río Grande do Sul, Brasil. Ostenta,
además, el grado de Comendador de la Orden de Mérito Judiciario do Trabalho de Brasil y
la Cruz de Honor de la Orden de Raimundo de Peñafort de Madrid, España".
"Ha publicado Mario Pasco algunas obras individuales. En 1977 apareció su trabajo
«Negociación Colectiva», en 1979 el que se denominó «Realidad Actual de la Negociación
Colectiva en lberoamérica> y en 1990 un amplio estudio sobre el derecho del trabajo y ¡as
relaciones industriales en el Perú para una Enciclopedia internacional sobre la materia".
"A esto se suma una larga lista de artículos publicados en el Perú y otros países y de nu
merosas ponencias presentadas a congresos sobre relaciones industriales, administración
de personal y otros temas análogos en Argentina, España, Colombia, Ecuador, Uruguay y
México, por citar solo algunos". (Anuario de la Academia Peruana de Derecho, 1996, pág.
119-122).
Los que lo conocemos a fondo tenemos por ello que decir de Mario que es un "hom
bre simbólico", según lo ha expuesto Ralph Waldo Emerson en un clásico libro del que he
dado cuenta en la pág. 857 También Felipe Osterling, en su ya clásico libro de memorias
LEGALES EDICIONES
"Páginas de un Viejo Armario" ha escrito sobre Mario en el capítulo octavo "El amane
cer de la democracia" cuando ha hablado de "Los tres mosqueteros de Pescadería" : "El
hombre es la medida de todo" expresó Pitágoras en el siglo V antes de Cristo. Percibí con
claridad que previamente a resolver temas de local, mobiliario y aun antes de formular
la definición jurídica y el organigrama del ministerio, era imprescindible encontrar a las
personas adecuadas, con las que tendría que llevar a cuestas el pesado fardo. Deberían ser
gentes sumamente generosas, que no esperaran grandes retribuciones o satisfacciones"
"El mismo 24 de junio buscaba el primer nombre para el encargo fundamental de vice
ministro. Tenía que ser alguien con proyección y capacidad para ministro. Por eso pensé en
Mario Pasco Cosmópolis, una personalidad brillante a lo largo de su carrera, un abogado
muy distinguido en la especialidad del Derecho Laboral y un hombre de convicciones mo-
491
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
limitada en principio, mensurable y controlable»; para concluir en que Los derechos fun
damentales en sentido propio son esencialmente, derechos del hombre individual libre,
y por cierto, derecho que él tiene frente al Estado".
"La incorporación de los derechos sociales dentro del elenco de los Derechos Humanos
y de los Derechos fundamentales corresponde históricamente a la aparición del denomina
do Estado-Social, cuyos rasos definitorios, como evolución y por comparación con el Estado
liberal, son descritos por GARCÍA PELAYO".
Dentro de los derechos sociales, a su vez, se encuadran los derechos propiamente
laborales. No existe unanimidad en identificarlos. A quienes aspiran a un Derecho Labo-
ral progresivo, les fascina la idea de ampliar el contenido de los derechos fundamentales
f para abarcar todos los derechos laborales. Dice al respecto Martín Carrillo que "no existe
492
F il o s o f ía d e l D erech o
acuerdo en la doctrina laboralista sobre los derechos laborales que deben ser considerados
como derechos fundamentales. En esta materia, tradicionalmente la Organización Inter
nacional del Trabajo (OIT) sólo ha considerado como Derechos Humanos, a sus convenios
referidos a la libertad sindical, la igualdad y no discriminación, y al trabajo forzoso. Esta
posición restrictiva ha sido ampliada en la 75 ava. Conferencia Internacional del Trabajo
celebrada en 1988, donde se acordó definir el campo de actuación de la OIT en función de
los derechos enunciados en la Declaración Universal de Derechos Humanos y de los Pactos
Internacionales de Derechos Humanos".
"La elevación de los derechos laborales a rango constitucional no sólo los prestigia y
realza, sino que obedece a una razón práctica que el maestro Mario de la Cueva destaca y
es la de protegerlos contra cualquier política del legislador ordinario. En efecto, la norma
constitucional es intangible, pues sobrepuja a la norma común; y no sólo eso: la orienta, la
condiciona y la ilumina".
"La constitucionalización de los derechos laborales, por otra parte, no ser un simple
catálogo de reglas inconexas sino, antes bien, un conjunto orgánico y coherente, un cuerpo
dogmático doctrinario que condensa una ideología. Por ende, la legislación debe armoni
zar, correlacionarse e integrarse con el modelo que surge del pensamiento constitucional".
"Pero la constitucionalización de los derechos laborales es un camino de doble vía, de
retroalimentación. Como pone de relieve el maestro Mariano R. Tissembaum, se produce
también un proceso de penetración del derecho laboral y del derecho social en el derecho
constitucional para caracterizarlo en sus fines, y luego éste, con el impulso consiguiente,
se proyecta a su vez en aquellos para asignarles la firme orientación institucional de sus
postulados rectores, hacia el ordenamiento legal respectivo".
Luego, Mario Pasco al desarrollar el tema "La Constitucionalización de los Derechos
Laborales en el Perú", dá cuenta de los temas laborales planteados en la Constitución de
1920, en la de 1933, en la de 1979 y en la de 1993 haciendo la exégesis respectivas de ¡os
diversos artículos que consagran los diversos temas laborales y concluye que:
"Toda Constitución es una apuesta por el futuro. Los países más sólidos, la hacen una
sola vez y la oxigenan cuando las circunstancias así lo exigen. Nuestro país, en cambio,
se ha visto en la constante necesidad de renovarla, sustituirla actualizarla con frecuencia
inconveniente, claro reflejo de la inestabilidad de sus instituciones, de la fragilidad de su
democracia".
"En este devenir, las Constituciones son también reflejo de las circunstancias históricas,
políticas, económicas que prevalecen en cada época. La constitución aprobada en 1993 y
que hoy nos rige no podía ser la excepción; antes bien, es claro y perceptible el substrato
ideológico que la moldea y orienta".
"Nos encontramos a fines de un siglo que será también fin de un milenio. Es una cir
cunstancia pródiga en promesas pero también de desafíos. La globalización o mundia-
lización de la eco n o m ía , la a p e rtu ra d e los m e rca d o s, la co m p e titív id a d co m o m o to r de l
desarrollo empresarial y, a través de él, del desarrollo económico y social, el avance vertigi
noso de las nuevas tecnologías han trastocado la faz de la tierra y obligan a comprometer
LEGALES EDICIONES
esfuerzos gigantescos para alcanzar y mantener una posición digna en el concierto de las
naciones".
"La Carta fundamental, como diseño ideal de la sociedad que aspiramos a ser, no po
día mantenerse dentro de moldes anquilosados, anclada en las ideologías, en los métodos,
en las metas que prevalecían en el mundo dos o tres décadas atrás. La caída del muro
de Berlín y el desplome del llamado socialismo real' han modificado sustantivamente las
reglas de juego de la política y la economía mundiales, al desaparecer la bipolaridad y
campear hoy en el mundo entero el modelo democrático y liberal".
"El Perú no podía automarginarse de este proceso. Nuestro deber como nación consis
tía y consiste en procurar los instrumentos que hagan posible no acrecentar sino disminuir
y aún eliminar la brecha que nos separa del mundo desarrollado".
493
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
"En tal sentido, la nueva Constitución tenía que alimentarse con la savia de las nuevas
corrientes de flexibilización de las relaciones de trabajo".
"En nuestra opinión, lo ha conseguido satisfactoriamente al diseñar, no un esquema
rígido e inmutable, sino un modelo dúctil que sólo fija los lineamientos genéricos, al tiempo
que abre amplias posibilidades para la acción legislativa y, sobre todo, para la autonomía
colectiva de los interlocutores sociales. Con tal perspectiva, creemos sinceramente que a
esta Constitución podrá aplicárseles con justeza, al menos en lo que a las relaciones de g
trabajo se refiere, la advocación que tuvo su predecesora, que resultó fallida en el intento: g
ser una Constitución para el Siglo XXI". i
He dado cuenta, en breve síntesis de antología, de algunas de las reflexiones expues- p
tas por Mario Pasco como miembro de número de la Academia Peruana de Derecho. Al £
hacerlo, lo he hecho con verdadera satisfacción, porque al evocar a Mario, siento orgullo p
de que haya sido un gran Ministro de Trabajo durante cuyo régimen se resolvieron muchos f
de los grandes problemas laborales del Perú y, porque, de sus triunfos, he sido y soy, uno J
de los que más se alegró. He expuesto con emoción intelectual el pensamiento de uno de S
los más grandes juristas de nuestro tiempo.
494
F il o s o f ía d e l D erech o
Abogado valeroso, de un Profesor ilustre, de un Ciudadano que ejercita sus derechos y de
fiende los de los demás: el Dr. Raúl Ferrero Costa".2532 4
5
Convengo con el doctor Ruiz Eldredge en todo esto porque un hecho decisivo en la
vida de Raúl es el de su serenidad y altura ante el abuso y ante la prepotencia. En la de
fensa jurídica de la democracia y de nuestros principios ha reflexionado en numerosos
ensayos y estudios constitucionales que dan fé de los valores de su espíritu. Pero no solo
es la reflexión teórica de lo que sostiene en su cátedra, en sus discursos y en sus libros.
Es, sobre todo, el ejemplo de su vida y su conducta, luminosa como la de todo hombre
simbólico y austera como la de todo auténtico maestro y guía espiritual, la que hacen de
su personalidad un líder como lo es en la Universidad, en el Colegio de Abogados y er¡ la
política nacional. Cuando era Decano del Colegio de Abogados de Lima y cuando las tropas
de asalto irrumpieron violentamente en el local de nuestra Orden, Raúl salió a defender
con entereza a la institución simbólica de la juridicidad y, con gran altura, dló una lección
de serenidad y de altura moral para repeler a la violencia. Lo vimos todos y es un hecho his
tórico que ahora lo recuerdo para encuadrar dentro de un marco radiante la vida y el pen
samiento de uno de los más grandes juristas, Intelectuales y políticos de la vida nacional.
Raúl Ferrero Costa, nació en Lima el 17 de Marzo de 1941 y se recibió de Abogado
en la Universidad Católica en Junio de 1965. Luego viajó a Inglaterra a cursar estudios de
post-grado sobre Desarrollo Económico y Administrativo en la Universidad de Leeds entre
1966 a 1967 y, luego, en 1974, se doctoró en la Universidad de San Marcos, con una valiosa
tesis sobre "El Negocio Jurídico" en la que incide sobre la distinción entre el negocio y el
acto jurídico y en cuyo Prólogo el maestro José León Barandiarán, según lo ha recordado el
doctor Ulises Montoya Alberti en el discurso pronunciado con motivo de nombrarse a Raúl
profesor emérito de la Universidad de San Marcos, sostuvo que "Si yo no prologara este
libro y lo leyera y lo leyera ya publicado y si hubiera quien me pidiera mi parecer acerca de
él, le respondería que es un buen libro, escrito como debe escribirse dentro del carácter que
le corresponde y por el objeto de que se ocupa". Agregaba después: "Así pues, haciendo jus
ticia, cabe afirmar que el libro que ahora publica Raúl Ferrero Costa, intitulado "El Negocio
Jurídico", tiene notable valor científico, en base a un meritorio esfuerzo de investigación". '54
Raúl Ferrero ha sido profesor en la Universidad de San Marcos del curso de Obligacio
nes lo que lo inspiró para escribir su "Curso de Derecho de las Obligaciones" editado por
la Editorial Cuzco, Lima, 1987, segunda edición, 1988 y tercera edición actualizada por la
editorial Grijley, Lima, enero del 2000, de la cual tengo a la vista la 2a reimpresión, que es
del año 2004, en cuyo Prólogo, ATILIO ANIBAL ALTERINI, profesor en la Universidad de
Buenos Aires, dijo citando a los Mazeaud, que "En lo cuantitativo, todas las relaciones pe-
cu norias que existen son vínculos de obligaciones"... "En lo cualitativo, citando a Josserand,
a ñ a d e q u e "no e s e xa g e ra d o d e c ir q u e el concepto obligacional constituye la armazón y el
substrato del Derecho y hasta de un modo más general, de todas las ciencias sociales". Su
estructura es de tal armonio sistemática que ha podido ser presentada mediante teoremas
¡Ménard). Pero está teñida de axiología, en cuanto en ella sobresale la exaltación de valo
res fundantes del sistema jurídico: la justicia, la equidad, la regla moral".
"En su sector, los principios del Derecho Romano fueron trasegados al Derecho Mo LEGALES EDICIONES
derno y permanecieron intactos por mucho tiempo. Una fisura resultó de las nuevas cir
cunstancias de la sociedad industrial, que hicieron abandonar... la lectura que de esos fun
damentos hacía la doctrina tradicional. Casi insensiblemente el Derecho Mercantil, forma
jurídica sectorial nacida en el medioevo... fue extendiendo su vigencia penetrante de la
trama del Derecho Común y generó... "la comercialización del Derecho Civil", que "tiene su
epicentro en el Derecho de las Obligaciones".
495
Jo sé A n t o n io S il v a V allejo
realizado con fino criterio jurídico y con encomiable poder de síntesis, que consigue presen
tar con armonía y equilibrio las bases de tan trascendente rama jurídica. Ferrero Costa se
ha propuesto que su obra sirva de brújula orientadora al estudiante universitario, y lo ha
logrado plenamente".
Esta reseña que hago del Prólogo hecho por un gran profesor de Buenos Aires, gloria
de la escuela civilista argentina, a un gran profesor de San Marcos, gloria del pensamiento
jurídico peruano, me releva de mayor exposición. Baste con señalar que el curso de Obliga
ciones siempre ha sido y siempre será un tema para la reflexión trascendental en el pensa
miento jurídico de todos los tiempos, que pone a prueba el temple lógico-mental de todo
profesor de Derecho Civil y que, en el caso de Raúl Ferrero Costa, sirvió para demostrar
f que sus libros y sus cátedras son la expresión del pensamiento de uno de los más grandes
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F il o s o f ía d e l D erech o
profesores de Derecho de todos los tiempos no solo en la Universidad de San Marcos sino
en la escuela civilista peruana.
Raúl Ferrero Costa también dictó en San Marcos Derecho Constitucional General, cá
tedra que lo inspiró para reflexionar, en una serie de ensayos, sobre la Democracia, la
Constitución y el Estado del Derecho.
Las reflexiones de Raúl Ferrero Costa en materia de Derecho Político y Constitucional
pertenecen al género literario del ensayo. El ensayo, ha dicho el notable ensayista mexi
cano Alfonso Reyes (1889-1959) "es un centauro de los géneros, donde hay de todo y cabe
todo". "Es una simbiosis literaria de información científica e inspiración poética".255 "A su
vez el notable ensayista argentino Enrique Anderson Imbert (1910) ha escrito que "la nobi
lísima función del ensayo consiste en poetizar en prosa el ejercicio pleno de la inteligencia.
Es una obra de arte construida conceptualmente, es una estructura lógica, pero donde
la lógica se pone a cantar. El ensayo es, sobre todas las cosas, una unidad mínima, leve y
vivaz, en donde los conceptos suelen brillar como metáforas".256
Ensayista prolífico y fecundo los libros de Raúl Ferrero Costa no solo reflejan el pensa
miento constitucional sino que expresan el punto de vista de un jurista sobre esta poliédri
ca visión que es la realidad peruana y constituyen la expresión de un demócrata frente a
lo que podría ser la interpretación socialista, tal como sería el caso de comparar los "Siete
ensayos de interpretación de la realidad peruana" de JOSÉ CARLOS MARIATEGUI frente a
los "Ensayos de Derecho Constitucional" de Raúl Ferrero Costa.
De éstos dijo ULISES MONTOYA ALBERTI en la presentación llevada a cabo el 2 de
junio de 1997 en el auditorio "José León Barandiarán" del Colegio de Abogados de Lima
que: "Los artículos incluidos en el libro guardan coherencia entre sí. Podemos apreciar los
comentarios respecto al proyecto de lo que hoy día es la Constitución de 1993, el Tribunal
Constitucional, la Defensorio del Pueblo y el Poder Judicial. La manera en que el Dr. Ferrero
trata los diversos temas, complejos en algunos casos, pero expuestos con sencillez y rigor
lógico, hacen que el libro se de lectura fácil y amena, constituyendo un importante apor
te como libro de referencia para los alumnos y estudiosos de Derecho Constitucional, así
como también para aquellos que sin tener una base jurídica desean conocer y entender
aspectos de nuestro acontecer relacionado con el desarrollo de nuestra vida democrática".
"Se cumple pues a cabalidad lo que el doctor Ferrero pretende decir, que la línea del libro
constituya una respuesta a los delicados problemas del sistema democrático. Es el conjunto
de los artículos que en forma coherente trata de instituciones tutelares de nuestra vida de
mocrática, lo que da relevancia a la obra. Bien señala el autor que ninguna de las institucio
nes que se trata en este libro resulta importante por sí sola; es el concurso de ellas que ope
rando como parte de un todo, adquieren sentido y se justifican para configurar un sistema de
pesos y contrapesos para evitar los atropellos y excesos a los que el descontrol conduce".257
Por su parte Raúl Chanamé Orbe, profesor en San Marcos, dijo que: "Vb creo que este
es un libro polémico, de debate, de afirmación democrática y s o b r e to d o d e precisiones
conceptuales",258
LEGALES EDICIONES
255 ALFONSO REYES: “ Visión del Anahuac”, citado por Jon Skiriusen “Este centauro de los géneros", pág. 1 1
del volumen: “Ensayos hispanoamericanos del Siglo X X ’, editorial Fondo de Cultura Económica, México,
1981; citado por José Antonio Silva Vallejo en el libro “La Ciencia del Derecho Procesal”, pág. 1, ediciones
Fecat, Lima, 1991.
256 ENRIQ UE ANDERSO N IMBERT: “Defensa del Ensayo”, en el volumen “El ensayo hispanoamericano
del siglo X X ”, pág. 304, Fondo de Cultura Económica, México, 19 8 1; citado por José Antonio Silva Valle-
jo: “La Ciencia del Derecho Procesarpág. 1, ediciones Fecat, Lima, 1991.
257 RAÚL FERRERO COSTA: Presentación del libro “Ensayos de Derecho Constitucional: hacia un equilibrio
de poderes”, en el libro “ Trabajos de Derecho Constitucional, La Constitución mediatizada”, págs. 269-270,
Editorial Grijley, Lima, 1999.
258 Ibíd., pág. 278.
497
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
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F il o s o f ía d e l D erech o
libro podrá tener pocos méritos pero si alguno tiene es lo que en él se expresa, defendiendo
y argumentando a favor de las ideas que creo necesarias e indispensables para que en el
país exista un equilibrio de poderes. Modernamente ya no podemos hablar simplemente de
división de poderes o separación de poderes, hay que hablar del equilibrio entre ellos para
que verdaderamente se defienda la democracia. No porque la democracia sea el mejor
de los gobiernos sino porque debe ser el gobierno del pueblo debidamente representado.
Ya decía Lincoln hace siglo y medio "La democracia es el gobierno del pueblo", para él es
tamos defendiendo un equilibrio de poderes que nos permita defender la libertad. Somos
defensores de la libertad porque creemos que cada persona tiene derecho a su propio
proyecto de vida, y que nadie se lo puede modificar. Y, si es que hay abusos, no solamente
los gobiernos latinoamericanos o los que se puedan darse en nuestras latitudes, sino todo
gobierno en general se inclina hacia el abuso y por eso es que la ciencia política, los Esw-
dos, la democracia, va reconociéndole a las funciones del poder competencias distintas
y le dice al poder legislativo cuando el ejecutivo se exceda, ustedes fiscalícenlo, esa es la
misión del legislativo además de aprobar leyes. Pero cuando el Poder Legislativo, se exce
de, abusa, se extralimita, hay un Tribunal Constitucional concebido no por la oposición, no
por los estudiantes de derecho, no por los abogados, concebido por los constituyentes que
redactaron la Constitución de 1993, para que ese Tribunal le diga al Parlamento tu ley la
declaró inconstitucional y por lo tanto no se aplica más a nadie. Pero el equilibrio no queda
ahí solamente, el equilibrio tiene sentido, se explica, en tanto y en cuanto nos permite a
todos vivir "en libertad como dije hace un momento"2&1
Ai hablar de la ensayística de Raúl Ferrero Costa, no puedo dejar de evocar a la fígu-ra
alada y genial de su padre, el maestro Raúl Ferrero Rebagllatti (1911-1977), de quien ya
me ocupé, hace años, en la introducción a mi libro "La Ciencia del Derecho Procesal" en
donde dije : "el maestro Raúl Ferrero Rebagliati, jurista sobresaliente y humanista finísimo,
de quien, al leer sus obras 'Culturales Orientales', ‘Poemas homéricos', ‘Renacimiento y Ba
rroco', ‘Teoría del Estado', ‘Ciencia Política', ‘Derecho Constitucional’, ‘Derecho del Trabajo’
y tantos ensayos inéditos y éditos, sobre todo para quienes tuvimos el privilegio de escu
charlo en el Foro, en la cátedra y en su bufete de la calle Huancavelica, en donde conversé
con él, joven yo aún, a propósito de un caso en el que había tres disidencias notables, tres
opiniones discrepantes: la del maestro Luis echecopar García, con quien practicaba yo en
su estudio, la de mi padre en su estudio de Chiclayo y la del maestro Ferrero Rebagliati; y,
por eso, al evocarlo, digo de él, como he dicho en uno de mis ensayos el evocar a Carnelutti
que, su imagen de gran jurista, completada con el perfil de humanista, se asemeja a la de
uno de esos bronces del Renacimiento, de los que se decía, como se decía de los grandes
jurisconsultos romanos: ‘vir bonus dicendi peritus'. Bajo este tríptico alegórico aludía al
perfil y temple vital de los grandes juristas de la historia, y aludía, entre ellos, a Raúl Ferre
ro Rebagliati... quienes representan a una élite de intelectuales y juristas que han resuelto
inspirándose en la justicia y en la reflexión social y filosófica, los grandes y trágicos proble
mas de su hora y de su entorno histórico y social".262
La ensayística de Raúl Ferrero Costa está escrita por un profesor excepcional en la que
LEGALES EDICIONES
al lado de su simpatía y de su talento, fluye la defensa de la Constitución y del Derecho
cuya Interpretación nos incita hacia el culto de la patria, de los tratados, de la defensa de la
democracia y de la crítica de la dictadura, de la defensa de la judicatura y del Poder Judicial.
Así, en su libro "Perú: Secuestro y Rescate de la Democracia (1992-2000)" editado
por Fondo de Cultura Económica, Universidad de Lima y Universidad de Salamanca, Lima,
2001, escribe, en la Sección Primera: "El autogolpe: un mal injustificado", págs. 39 a 87;
en la Sección Segunda: "El maquillaje del régimen: el Congreso Constituyente", págs. 91
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u En "Los Desafíos del Presente", editora jurídica Grijley, Lima, 2004, sostivo en el "Prefa
cio" intitulado "El difícil camino hacia la reconstrucción democrática", que: "La característi
ca principal que debe reunir una buena Constitución es ser principista, dejenado a las leyes
la misión de desarrollar su contenido. No debe ser detallista sino una herramienta sencilla,
escueta, y de uso fácil".
En esta antología de textos que delinean y definen el pensamiento jurídico de Raúl Fe
rrero Costa debo aludir a "Los Desafíos del Presente" publicado por la Editora Jurídica Gri
jley, Lima, 2004, libro en el cual trató el gran problema de la administración de justicia en
una sintesis brillante: "Con relación al problema de la administración de justicia es penoso
comprobar el poco interés que existe en enfrentar este mal que aqueja al país desde mu-
chas décadas pasadas. La Corte Suprema nombró un grupo impulsor, que me tocó integrar
f con distinguidos abogados, el cual presentó su informe en el mes de abril del presente año
500
F il o s o f ía d e l D erech o
y que luego fue recogido por la CERIAJUS> comisión integrada por representantes de todos
los sectores involucrados en la administración de justicia, la cual hizo las recomendaciones
necesarias para su indispensable reforma que incluye algunos aspectos constitucionales".
"La reforma tiene que enfrentar intereses existentes que no quieren que la administra
ción de justicia sea plenamente independiente, para así seguir permitiendo que los inte
grantes de los otros poderes del Estado puedan influir sobre ella. La cenicienta de los pode
res, el Poder Judicial, no debe esperar más para la tan reclamada reforma que requiere de
cambios legales y constitucionales, pero sobretodo de una actitud decidida de sus propios
miembros para emprender una reestructuración interna que le permita tomar acciones
que no precisan de reformas legales".
"Es verdad que algunos sectores distintos a los poderes del Estado, están interesados
en que la tan reclamada reforma no se produzca de forma que puedan seguir influyen
do indebidamente sobre ella. Además, es bueno tener presente, que en nuestra historia
republicana, casi sin excepciones, los poderes políticos han tratado de subyugar al Poder
Judicial".263
Al tratar sobre "La necesidad de formación de una conciencia democrática" sostuvo
que "Toda nuestra historia republicana, en especial la del siglo XX, está dominada por un
fatal péndulo cíclico de alternativa entre gobiernos democráticos y gobiernos de facto.
Debemos terminar con esta oscilación que ya parece una fatalidad, para lo que es preciso
tener fe en el sistema democrático y estar dispuestos a defenderlo cada vez que sea puesto
en riesgo. Un sistema cuya arquitectura debe estar claramente trazada y que deberá ser
implementada por este nuevo gobierno con la colaboración de los otros partidos políticos,
bajo la vigilancia de la sociedad civil, a fin de lograr que efectivamente los mecanismos de
control de la democracia funcionen, atendiendo a la vez los problemas sociales más urgen
tes, en un país en el que poco más de la mitad de la población se encuentra en situación de
pobreza extrema". La Molina, 31 de enero del 2002.264
"La Reforma Constitucional pendiente y otros escritos" publicado por la editorial
nomos & thesis, Lima, 2006, es el último libro que nos ha llegado de Raúl, a quien lo se
guimos leyendo en sus ensayos que publica, semanalmente, en el diario "El Comercio" y
en sus conferencias, como las dictadas recientemente con motivo del día del Abogado y
de la incorporación del Primer Ministro Español José Luís Rodríguez Zapatero como Doctor
Honoris Causa en nuestra Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En el libro citado
defiende la necesidad de una reforma de la Constitución (págs. 21 a 53) sobre el estado de
Derecho y defensa a la democracia (págs. 57 a 97), sobre las elecciones generales del 2006
(págs. 101 a 137), sobre la Reforma del Poder Juidicial (págs. 143 a 163), sobre "Alejandro
Miro Quesada Garland y su espíritu de lucha" (págs. 173 a 174 e hizo la "Semblanza de
Adelaida Bolívar" (págs. 173 a 177), sobre la "Misión del Colegio de Abogados de Lima"
(págs. 181 a 188) y "Gracias por lo que nos dieron" (A los profesores del Colegio Santa
María) (págs. 189 a 191) a lo que se añade una serie de reseñas sobre el pensamiento de
Raúl Ferrero por José Palomino Manchego, Aníbal Ismodes Cairo, Javier Monroy Cervan
tes, Francisco José del Solar, Víctor Coral; todo un tornasolado crisol de perspectivas sobre
LEGALES EDICIONES
el pensamiento jurídico de uno de nuestros más brillantes constitucionalistas y profesores
universitarios de nuestra época.
Hablar de Jorge Basadre Ayulo, a quien admiro (nacido en Lima el 4 de julio de 1939,
muerto en Lima, el 16 de Marzo del 2012), supone evocar también al maestro, nuestro y
263 RAÚL FERRERO COSTA: “Los Desafíos del Presente”, págs. 19 a 20, Editora Jurídica Grijley, Lima, 2004.
264 RAUL FERRERO COSTA “La transición en marcha”, pág. 27, Editora Jurídica Grijley, Lima, 2002.
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J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
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En cita de pie de página el profesor Basadre Ayulo, cita a Emma Montanos Ferrin y a
José Sánchez Arcilla, para quienes "la historiografía jurídica bien podría ser definida como
la historia de los historiadores del Derecho". (Confróntese Jorge Basadre Ayulo: "Flistoria
del Derecho", tomo I, págs. 105-106, Editorial San Marcos, Lima, 1997).
La Historiografía Jurídica, dice Abelardo Levaggi, profesor de Historia del Derecho en
la Universidad de Buenos Aires, es el estudio valorativo de las obras de Historia del Dere
cho, de sus métodos de elaboración y de sus autores: Es la Ciencia de las Historias y de ios
Historiadores del Derecho. Nos hace conocer las historias del Derecho escritas a lo largo
del tiempo, las orientaciones teóricas y metodológicas predominantes en cada época, así
como los factores que influyeron a favor o en contra de dicha producción. Obras de Histo
ria del Derecho fueron escritas en todos los tiempos.
Inspirándonos en tal criterio, nosotros hablamos de la historiografía romanista, de la
historiografía medlevalista, de la historiografía alemana, de la historiografía peruana, etc.
De todo esto resulta que mientras que la historiología es una filosofía de la historia, la
historiografía es el estudio de las escuelas, de sus representantes y de sus grandes libros u
obras monumentales.
La escuela peruana es eminentemente historiográfica. Nos hace falta aún una pers
pectiva historiológica para comprender el sentido y el ritmo de nuestra propia historia y
del "élan vital" que anima nuestras instituciones del Derecho.
Sentada esta premisa, la historiografía jurídica peruana está fundamentalmente re
presentada por el gran maestro Jorge Basadre Grohmann cuyas obras de antología jurídica
fueron: "Historia del Derecho Peruano", 3- edición, editorial San Marcos, Lima 1997, pri
mera edición, Editorial Antena, Lima, 1937; "Los Fundamentos de la Historia del Derecho",
editorial Juan Mejía Baca, Lima, 1960, aparte de su conocidísima "Historia de la República”
de la que hay varias ediciones, o de su tesis doctoral de 1927 intitulada "La iniciación de
la República" o de su profundo ensayo sobre la peruanidad intitulado "Perú: Problema y
Posibilidad”, de 1931, ensayo genial de inspiración historiológica que es, para la historia
peruana, lo que es la visión tito-liviana de la historia expuesta en esa obra clásica intitulada
"Ab urbe condita", cuya idea virtual era la misión predestinada de Roma como centro uni-
ficador del mundo; tesis, ésta, que ha sido planteada por el insigne maestro del Derecho
Romano, don Juan Iglesias Santos (1917-2003), en uno de sus magistrales "Estudios de
Derecho Romano", págs. 23, 24 y passim, Madrid, 1985.
La reflexión de Basadre en el libro citado es el equivalente a la visión tito-liviana de la
historia.
Mucho más hay que decir sobre el pensamiento del maestro Jorge Basadre Grohmann
y, por ello,jne remito al homenaje que nuestra Academia Peruana de Derecho le hiciera
al gran maestro de Tacna, en su calidad de académico fundador. Me remito a las paginas
evocadoras de tres insignes académicos: Fernando Vidal Ramírez en "La idea del Perú en
Basadre"; Augusto Perrero Costa en “Recuerdo de Jorge Basadre" y Vicente Ugarte del
Pino en "Jorge Basadre, Historiador del Derecho". Se trata de tres estudios fundamentales
que deben leerse en el Anuario de la Academia Peruana de Derecho, 2002-2003, págs. 277 LEGALES EDICIONES
a 315.
El pensamiento de Jorge Basadre Ayulo está consagrado en su "Historia del Derecho",
tomo I, editorial San Marcos, Lima, segunda edición, Lima, 1997; "El sistema de vida entre
los Incas", publicado en el libro "Estudios de Derecho en Homenaje al Dr. José Antonio Silva
Vaiiejo", págs. 615 a 625, editorial San Marcos, Lima, 1998; "Nociones elementales sobre la
historiografía jurídica y su incidencia en el Derecho peruano" publicado en el Libro Home
naje a Carlos Rodríguez Pastor, págs. 73 a 92, Cultural Cuzco, Lima, 1992; "Introducción a
la evolución histórico-jurídica de las teorías sobre los conflictos de leyes y de jurisdicciones.
Una visión futura del Derecho Internacional Privado en el siglo XXI" en Academia Peruana
de Derecho: "Homenaje a Javier Vargas", págs. 177 a 196, Gaceta Jurídica, Lima, 2000; "La »
503
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
historia de las codificaciones en el Perú", Cultural Cuzco, Lima, 2003; "Derecho Interna
cional Privado", Editorial Ediciones Legales, Lima 2010; "Historia del Derecho Universal y
Peruano", Editorial Ediciones Legales, Lima 2011.
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F il o s o f ía d e l D erech o
1998; 22 edición ampliada; Editorial Temis, Bogotá 2001; 21).- "De la jurisdicción constitu •
cional al Derecho Procesal Constitucional". Editorial Grijley. Lima 2000; 2- edición, Edito
rial Grijley, Lima 2000; 3^ edición, FUNDAP. Querétaro (México) 2004; 4a edición, Editoria
Grijley. Lima. 2004; 22).- "Constitución y dominio marítimo". Editorial Grijley, Lima 2002
23).- "El Tribunal de Garantías Constitucionales y Sociales de Cuba (1940-1952)", Editoria
Grijley, Lima 2002; 24).- "El Poder Judicial en la encrucijada". Editorial Ara. Lima 2004; 25).
"La Constitución y su dinámica," UNAM. México 2004".
Su obra simbólica en Filosofía del Derecho es "Conocimiento y Derecho (Apuntes pare
una Filosofía del Derecho)" Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo editorial, Lima
1982, en la que sostiene en el parágrafo 2 de la pág. 21 que: "Hemos visto anteriormen
te que todo hombre ansia conocer. Agreguemos ahora que todo hombre conoce y tiene
su propia manera de hacerlo. Por eso es que desde antiguo se distingue entre el sabei
o conocer espontáneo y el conocer crítico o reflexivo; este último sin lugar a dudas es e
conocimiento riguroso. Siguiendo libremente a Blanché (1973) diremos que el conocer (\
en consecuencia la teoría del conocimiento que explícita y sistematiza a aquel) distingue
tres niveles en orden decreciente: a) conocimiento científico; b) conocimiento filosófico; c,
conocimiento místico o religioso".
"El primero es lo que, en términos modernos, se denomina epistemología, en cuanto
conocimiento del saber científico. A partir de aquí el conocimiento ingresa en una espiral
que conduce a una mayor inseguridad, la que culmina en el conocimiento místico o religio
so, al cual se llega por intuición, la que no sólo carece de don suasorio, sino que en principio
no es trasmisible a los demás hombres. Este tipo de conocimiento es propio de los santos,
de los mártires y en general de los pensadores religiosos, aún cuando también se le puede
encontrar en filósofos ajenos a esta tendencia (como es el caso de la Idea de Bien en Platón,
cf. Epístola Vil, 341b)".
"El conocimiento es así fundamental, como lo son las investigaciones en torno a él. To
dos los hombres piensan, ha dicho Heidegger, pero no todos son pensadores. Igual podría
mos decir nosotros: todos los hombres conocen, pero no todos conocen rigurosamente".
Me interesa, asimismo, subrayar su reflexión sobre la ideología.
En la pág. 23, dice García Belaúnde: "Podemos aceptar tres diferentes sentidos de la
palabra "ideología": a) El sentido dado por su creador, Destutt de Tracy, en 1796. Si bien no
es claro lo que exactamente quiso decir este autor con el término que inventaba, se acepta
que con el quiso referirse a una "doctrina acerca de las ideas", lo que trasunta el significa
do etimológico del concepto; b) Significado político: se entiende como un conjunto más o
menos coherente de principios de todo orden, que norman, inspiran y/o justifican la praxis
política, en especial la de los partidos políticos. En tal sentido suele hablarse de una ideolo
gía social-cristiana, fascista, socialista, social-demócrata, etc.; c) Significado marxista: tra
dicionalmente el conocimiento es considerado como producto de una persona individual.
A p a rtir de M a rx la situ a c ió n se in v ie rte y e l c o n o cim ie n to es co n sid e ra d o c o n d icio n a d o
so cia lm e n te , a ctu a n d o d e reflejo, lo q u e o rig in a u n a f a ls a co n cie n cia y en co n se cu e n c ia un
conocimiento falso".
LEGALES EDICIONES
"Esta clasificación tripartita no es sin lugar a dudas exhaustiva y podrían agregarse
algunas variantes más (por ejemplo, la ideología como equivalente a la concepción del
mundo en sentido filosófico, la weltanschauung). Pero creemos que con ella se ha centrado
el problema en su adecuada dimensión y conviene tenerla presente. El primer sentido men
cionado es interesante, porque está referido a su origen histórico, que motivó incluso el uso
despectivo de la palabra 'ideólogos' que, en parte, se debe a Napoleón. Pero aparte de su
significado histórico, hoy carece de importancia".
"El segundo tiene un gran significado a nivel de la filosofía política, ciencia política y
sociología política. Como quiera que el fenómeno político es fundamentalmente la lucha,
el ejercicio y el mantenimiento del poder, la ideología tiene la importancia de justificar, de A
racionalizar y de legitimar toda una praxis. La ideología política es además la culminación ¡ti
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Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
del proceso racional de Occidente, en el sentido de que para detentar el poder, se necesita
tina justificación racional. Pero ella en rigor no interesa a nuestro tema".
"El último significado, que es el más profundo y sugestivo tiene plena actualidad. La
idea fundamental proviene de Marx, en el sentido de que la producción de bienes mate
riales (infraestructura) condiciona el pensamiento político, jurídico, etc. (supraestructura)
y eso produce la ideología, es decir, la falsa conciencia, que a su vez impone una falsa con
cepción del mundo. De este enfoque general se desprende otro uso "menor" de la ideología
y que es apreciado en el ámbito jurídico: así cuando decimos que las leyes códigos están
ideologizados, no estamos diciendo que ellos sean falsos o engañosos, sino que responden
a una determinada concepción del mundo, fruto de las relaciones de producción, y que en
consecuencia representan intereses de clase o en sentido más amplio, intereses sectoriales
o de grupo. Es importante esta distinción, pero con la condición de tener presente que esta
acepción no es autónoma, sino que se infiere del concepto general utilizado por el marxismo".
"La ideología como falsa conciencia.- El concepto de la ideología como, falsa conciencia,
aún cuando existan antecedentes en Hegel, es obra y mérito principal de Marx, que se per
fila desde sus primeros escritos de juventud hasta sus obras de madurez, que en conjunto
representan una obra orgánica ascendente, con estructuras propias y niveles específicos de
desarrollo. Así leemos: 'Religión, familia, Estado, Derecho, Moral, Ciencia, Arte, etc., no son
más que formas especiales de la producción y caen bajo su ley general' (Marx 1968:144)".
Precisamente en el Prólogo a "La ideología alemana" se lee lo siguiente: "Hasta ahora
los hombres se han forjado siempre ideas falsas acerca de sí mismos; acerca de lo que son
o debieran ser". El período de juventud es seguido por el período de madurez, que se inicia
con esa obra maestra de propaganda sociopolítica que es el Manifiesto Comunista, publi
cado en 1848 y en donde leemos: "...Vuestras ideas mismas son producto de las relaciones
de producción y de propiedad burguesa, como vuestro derecho no es más que la voluntad
de vuestra clase erigida en ley, voluntad cuyo contenido y dirección está determinada por
las condiciones económicas de vuestra existencia. (Marx-Engels, 1968:52)."
"En la etapa de su madurez, produce Marx dos obras fundamentales: su 'Contribución
a la crítica de la Economía Política', que se publica en 1859 y 'El Capital', cuyo primer volu
men aparece en 1867. Lo que aquí nos interesa es sobre todo la primera de ellas, en cuyo
Prólogo, como acabamos de mencionar, se encuentran confirmadas las mismas ideas, aun
cuando con diversos matices que nos confirman -por lo menos en este aspecto la conti
nuidad orgánica de la obra y el pensamiento de Marx. Debemos mencionar igualmente la
correspondencia epistolar de Marx y Engels, por ser muy ilustrativa (Marx-Engels 1974 b)".
Cómo superar el condicionamiento ideológico.- El planteamiento marxista ha sido
muy fructífero; incluso hay quienes lo aplican a ámbitos sobre los que Marx mismo no fue
muy preciso (Habermas: 1970). Pero aun admitiendo esta dependencia sin excepciones,
es posible superar la ideología creada por este condicionamiento y llegar al conocimiento
objetivo, independientemente del sujeto que las formula. La forma de ¡legar a este conoci
miento objetivo, que persigue conocer la realidad, es lo que se conoce como conocimiento
LEGALES EDICIONES
racional. Es decir, que por medio de la razón es posible superar la conciencia ideológica y
encontrar verdades objetivas cuya validez se sostiene por si misma (aun cuando no siempre
sea esto tan fácil). El desarrollo de la razón está sobre todo caracterizada por el desarrollo
de la teoría científica, o sea, por la elaboración de teorías sobre las ciencias (formales,
factuales) que nos permiten un conocimiento objetivo liberado de errores. Es cierto que ¡as
teorías pueden estar ideologizables, pero esto puede ser descubierta por el conocimiento
racional, que a su vez crea y utiliza instrumentos muy refinados para superar esta ideologi-
zación. Y sobre esto hay acuerdo incluso entre ciertos pensadores marxistas, que admiten
que puede haber un conocimiento científico objetivo (Habermas, Althusser, etc., y en la
economía y con variantes Schumpeter):. Únicamente como muestra de lo indicado mencio
namos la posición de un destacado marxista polaco: "...sus tesis teóricas (la de las ciencias
sociales) siempre están condicionadas socialmente, y en cierto sentido, ideológicamente.
506
F il o s o f ía d e l D erech o
Sin embargo, a pesar de que tengan el valor de verdades relativas, son verdades objetive s
susceptibles de desarrollarse y de perfeccionarse...".
"Esto significa que el conocimiento no solo es posible, sino que puede llegar a la obje
tividad, o sea, establecer verdades sobre hechos, cosas o personas con validez inter-sul -
jetiva, aún cuando la verdad total y absoluta nunca se alcance. Y el medio para ello es la
utilización de un instrumental metodológico adecuado".
En mi opinión el aporte fundamental de Domingo García Belaúnde a la Filosofía del
Derecho es su concepción tridimensional del mundo jurídico, integrado por normas, he
chos y valores, como ya lo he expuesto precedentemente en el capítulo 15 que trata sobra
el trídimensionalismo de Domingo García Belaúnde.
Aparte de esta reflexión ius-filosófica creo que debemos ver en su estudio intitulad a
"El Derecho Procesal Constitucional", a una obra simbólica, discurso con el cual se incoi -
poro en 1997 como miembro de número de la Academia Peruana de Derecho. He aquí u i
extracto del mismo:
"La Guerra de Palabras".- "Los orígenes doctrinarios de nuestra temática, se encuen
tran, como queda dicho, en el período europeo de entreguerras. Y la teorización va acom
pañada de un nombre: justicia constitucional o jurisdicción constitucional. Así figura en
varios autores franceses de la época (cf. las colaboraciones de Duez, Lambert y otros c I
Mélanges Maurice Hauriou, Sirey, París 1929), y también en algunos autores alemanes, ti
gran teorizador es Hans Kelsen (cf. de este autor" "La garande jurisdictionnelle de la Cons
titución de 1928, traducción de Rolando Tamayo y Salmorán y revisión técnica de Domingo
García Belaúnde: La garantía jurisdiccional de la Constitución en 'tus et Veritas', N° 9, no
viembre de 1994, y El control de la constitucionalidad de las leyes. Estudio comparado do
las constituciones austríaca y norteamericana, traducción de Domingo García Belaúnde.
en ‘lus et Veritas', N° 6, junio de 1993; los textos completos de Kelsen sobre esta materia,
en La giustizia costituzjonale, Giuffré, Milano 1981)".
Pero Kelsen y otros juristas, utilizaron "justicia" y "jurisdicción" como sinónimos. Aún
más, es dable sostener que a esa época, Kelsen no tenía ideas claras sobre lo que era la
jurisdicción (y así lo comprobamos si revisamos su obra Teoría General del Estado, de 1925
a la que se remite como soporte teórico de su construcción sobre la garantía de la consti ■
tucionalidad). Y es más que probable que la gente de la época (salvo los rocesalistas) na
conocieran los avances del Derecho procesal. Kelsen a de justicia y de jurisdicción constitu
dónales como algo indistinto jamáss pensó Kelsen que justicia hiciese referencia a valores
Para Kelsen decir justicia o jurisdicción constitucional, era sostener fundamentalmente k
necesidad de tener tribunales especiales dedicados a la salvaguarda de la Constitución
esto es, tribunales al margen y fuera de la magistratura ordiaria. Y esto por cuanto la solu
ción norteamericana, que Kelsen conocía bien, era inaceptable para los ojos europeos, que
tenían que lidiar, vía en aquella ép o ca, con la c o n ce p ció n ro b ó tica d e l ju e z , h e re d a d a dt
Montesquieu, y con la soberanía del parlamento; mitos ambos que iban a desmoronarse
LEGALES EDICIONES
tan sólo a partir de la década de los sesenta, lentamente, sobre todo en Francia y en Ingla
terra (en especial con el ingreso de esta última a la comunidad europea).
"Kelsen, como he indicado, entendía que la jurisdicción, si bien atributo del Estado, se
distribuía en tribunales. Y por eso, pregonaba la necesidad, en una Europa sujeta a viejo<
mitos, de que existiese una jurisdicción especial, esto es, un tribunal distinto del ordinario,
en el cual la tradición europea nunca confió".
"Por eso Niceto Alcalá-Zamora señala que es a Hans Kelsen a quien debemos reputa/
como fundador de esta rama procesal, o sea, el Derecho procesal constitucional, ya que fue
él quien teorizó e hizo realidad que una jurisdicción constitucional autónoma funcionase,
se instalase y operase (primero fue Kelsen teórico de la institución y luego juez del Tribunal
Constitucional austríaco desde 1921 a 1930)".
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J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
generales, en nuestro ámbito jurídico. En los Estados Unidos, como señalé anteriormente,
el problema de la revisión judicial (judicial review) que es típicamente procesal, se trata en
los manuales de Derecho constitucional, sin que tal inclusión haya sido discutida (véase por
ejemplo, J.A. Barron y C. Thomas Dienes Constitutional Law, West Pub. Co. 1991)".
"Es por eso que la primera respuesta a la interrogante planteada en este acápite, es
que el Derecho procesal constitucional es parte del Derecho constitucional. Si bien últi
mamente esta tesis no tiene mayores defensores, ve reforzada en la práctica por nuestra
experiencia cotidiana, pues mayormente son los constitucionalistas los que prestan mayor
atención a esta parte procesal, si bien es cierto que tratan de estar debidamente artillados
con categorías procesales, pues los procesalistas que se han interesado en esta problemá
tica, son todavía muy pocos".
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"Desde esta perspectiva, hay algunos que sostienen que el Derecho procesal constituido ■
nal es una rama del Derecho constitucional y no otra cosa (como es el caso notable de Pete ■
Hiberle y recientemente del constitucionalista argentino Alberto A. Spota, en comunicación
epistolar y en intervenciones en congresos, no recogidas en volumen). Pero este criterio ya
no es mayoritario ni tiene predicamento entre nosotros y ha sido muy criticado en la misma
Alemania. Adicionalmente, el caso de los Estados Unidos es especial, un poco fruto de viejas
estructuras constitucionales y de herencias del pasado, y también de la especial configura
clon del common law, en donde estos refinamientos no son tomados muy en cuenta".
"Nacido el Derecho procesal con carácter Instrumental, por la fuerza de las cosas se
va ampliando y cubriendo vacíos en donde precisamente hay instituciones que defender. £'
siglo pasado, con un Derecho procesal incipiente, y no existiendo prácticamente mecanis
mas rápidos de defensa de la persona, era difícil que esta disciplina surgiera. Pero hoy ei ¡
día las cosas han cambiado radicalmente. Por tanto, sólo por un convencionalismo puede
sostenerse que el Derecho procesal constitucional sea parte del Derecho Constitucional".
"La segunda tesis en Importancia es la que sostiene que el Derecho procesal constitu
dona! es una disciplina mixta. Se trata de un tertium genus a caballo entre ambas y que
configura una nueva realidad. Es lo que muchas veces se predicó en ciertas áreas, come
del derecho laboral o del derecho minero. Se habló en cierta oportunidad de una nueve
clasificación tripartita: derecho público, derecho privado y derecho social o mixto, hoy ye
abandonada".
"Esta tesis no ha sido muy desarrollada, pero aparentemente apunta al hecho de que la:
instituciones no obstante ser procesales, están en la Constitución y además son mayormente
los constitucionalistas los que se dedican con más interés a ello (lo que no deja de ser cierto)
Aún más, el poco interés que muestran los procesalistas por esta rama, es por cuanto el De
recho procesal constitucional no se entiende sin un previo estudio del Derecho constitucional
como el Derecho procesal civil no se entiende sin un previo conocimiento del Derecho civil
Además el conocimiento y estructuración del Derecho constitucional es relativamente recien
te y con cierta evolución en los últimos años, lo que dificulta su acceso al no iniciado y permite
que sean los constitucionalistas los que incursionen en esta área, agravado por el descuido.
negligencia o desinterés de los procesalistas. De ahí la mixtura señalada".
"Esta tesis mixta (sostenida por Néstor P. Sagüés y algunos de sus discípulos, cf. Maríc
Mercedes Serra, 'Procesos y recursos constitucionales', Depalma, Buenos Aires 1992) ei
interesante, pero no resuelve el problema. Se limita a señalar una dificultad".
"Finalmente, la tesis procesal es a nuestro entender, la más acertada de todas, la más
moderna y la que debe encarrilar los aspectos instrumentales de la disciplina. Es ésta la que
tiene mayor predicamento, y a ella le pertenece el porvenir. Pero su configuración científico,
dista mucho de estar plenamente constituida y todavía levanta más de una polémica".
(Anuario de la Academia Peruana de Derecho, 1997, pág. 56 a 60).
El pensamiento jurídico de Domingo García Belaúnde fue reconocido en los dos volú
menes de estudios en su homenaje intitulado "El Derecho Procesal Constitucional Perua
LEGALES EDICIONES
no", editados por la editorial Grijley, Lima, 2005, bajo la coordinación de José F. Palomino
Manchego, en los que se reflexiona sobre su aporte al Derecho Constitucional y fundamen
talmente por el significado y trascendencia del Código Procesal Constitucional del Perú
mediante la ley 28237 cuya promulgación ha regulado el Derecho Procesal Constitucional
Peruano, en cuya elaboración el profesor García Belaúnde tuvo una contribución funda
mental.
He aquí el elenco de dichos estudios:
Tomo I:
Alessandro Pizzorusso: "Breves Reflexiones sobre la jurisdicción constitucional (A
propósito del nuevo Código Procesal Constitucional del Perú)"........................... 3
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F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
Giancarlo Rolla: "Juicio de legitimidad constitucional en vía Incidental y tutela
de los Derechos fundamentales"................................................................................ 1025
Alfonso Herrera García: "La controversia constitucional mexicana y el proceso
competenclal peruano (breves notas comparativas sobre sus reglas generales)" 1054
Juan Carlos Morón Urbina: "Aportes para el estudio del nuevo régimen
de la acción popular en el Código ProcesalConstitucional".................................... 1091
Alberto Otárola Peñaranda: "La Inserción del Derecho internacional de los
Derechos Humanos en el sistema constitucional peruano"................................... 1109
Carlos Ayala Corao: "La sentencia 1942 vs. La protección internacional de la
libertad de expresión"................................................................................................. 1145
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J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
El martes 6 de Octubre del 2015, falleció en Lima, Juan Vicente Ugarte del Pino, quien
había nacido el 12 de junio de 1923 y quien fuera incorporado el 6 de Agosto de 1997 a la
Academia Peruana de Derecho en la que disertó sobre “Integración y soberanía" luego de
ser presentado por el Académico Dr. César Augusto Mansllla Novella (...) La tesis central
de la disertación en referencia es la de que "Supranacionalidad y soberanía, dos nociones
LEGALES EDICIONES
contradictorias e inimaginadas a fines del siglo XIX y comienzos del presente, al parecer
han llegado a concillarse de cara al año 2000. Pero, a ambos lados del Atlántico falta aún
mucho camino por recorrer y, muchas creencias y arquetipos creados por el hombre por
modificar; para que la comunidad acepte la supranacionalidad".265
VICENTE UGARTE DEL PINO, fue un gran profesor de Historia del Derecho Peruano
en la Universidad de San Marcos en la que se graduó de Bachiller en Letras en 1946 con
la tesis "Juan de Ovando y la recopilación de leyes de Indias" y se recibió de Bachiller en
Derecho con la tesis "Ovando y la concepción dual del gobierno de Indias". Becado por el
265 JUAN V ICEN TE U GARTE DEL PINO: “Integración y Soberanía", en el Anuario de la Academia Perua
na de Derecho, 1997, pág. 102.
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F il o s o f ía d e l D erech o
Instituto de Cultura Hispana en 1950 para hacer estudios de post-grado en la sección doc
toral en la Universidad Central de Madrid, luego pasó a hacer investigaciones en Sevilla
Invitado por el Consejo Británico pasó a Londres para completar sus investigaciones. Pro
fesor en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en la Facultad de Letras y, luego
en la Facultad de Derecho en la Cátedra de Historia del Derecho Peruano (1958) y en Ií
cátedra de Historia Internacional y Diplomática (1963). Ha dictado Historia del Derecho er
la Universidad Católica y en la Academia Diplomática del Perú. Fue electo Decano del Cole
gio de Abogados de Lima en 1973-74, Vocal Titular de la Corte Suprema, en la que ejerció
la Presidencia en 1987 y, luego, Vocal del Tribunal Andino con sede en Quito. Es miembrc
de número de la Sociedad Peruana de Historia, de la Academia Peruana de Derecho y de
Instituto Latinoamericano de Ciencias Políticas y Sociales, del Instituto Luso Hispanoame
ricano de Derecho Internacional, del Instituto Internacional de Derecho Indiano y de la
Asociación Internacional de Historia del Derecho con sede en Leyden.
Ha publicado "Historia de la Facultad de Derecho de la Universidad de San Marcos",
Lima, 1968; "Sistema Jurídico y Orden Internacional”, Lima, 1973; "Historia de las Constitu
ciones del Perú", Lima, 1978; "Historia de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos",
Lima, 1999, etc.
266 G ABRIELA PEREZ ARAN IBAR: “Reflexiones sobre la ley general de salud, la esterilización y la salud de
la nación”, en el Anuario de la Academia Peruana de Derecho, 1 997, pág. 142.
513
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
parte del Estado, con el fin de practicarlos con absoluta libertad y además con
la intervención gratuita de las estructuras sanitarias...".267
Los abogados tenemos el derecho legal y el deber moral de la objeción de conciencia
que nos impulsa a oponemos a todo tipo de acciones que atenten contra los principios y
derechos humanos fundamentales. Nos asiste la enorme responsabilidad de promover y
defender leyes y disposiciones que defiendan la vida en su más amplio sentido y alcance.
Es por ello que las normas que atentan contra la integridad de la persona humana, como
son aquellas que alientan y/o promueven la esterilización en el hombre y en la mujer, me
recen nuestro más profundo rechazo y exigen de nosotros, en particular, y de la sociedad,
en general, una profunda reflexión acerca de una recta visión de la persona humana y del
proceso educativo de su formación "a partir de los principios morales en el gobierno de sí
misma y en su sentido de responsabilidad".268
"Por todo lo expuesto, creemos que es indispensable proclamar la urgencia de una pa
ternidad y maternidad responsables que se sustenten en el reconocimiento de la dignidad
fundamental del hombre, respetando íntegramente su naturaleza humana".269
"Considero que ninguna ley del Estado Peruano puede permitir, admitir o autorizar
opciones que agraden a la salud de la Nación, a la conciencia moral de los seres humanos
y a su dignidad que es el supremo fundamento de toda norma jurídica propia de un Estado
de Derecho".270
Al evocarla y al reiterar mi profundo afecto y aprecio intelectual que siempre tuve por
ella, hoy lamento su desaparición terrena y su tránsito a la vida eterna que sucedió el día
Viernes 7 de Mayo del 2010.
LORENZO ZOLEZZIIBARCENA
en el Libro Homenaje a Felipe Osterling Parodi, tomo I, pág. 1499 y ss, Editorial Palestra,
Lima, 2008; Investigación Jurídica, Filosofía del Derecho y Estructura Social, escrito en co
laboración con otro brillante académico de número de la Academia Peruana de Derecho,
el Doctor Fernando de Trazegnies Granda, publicado en el Anuario Jurídico del Instituto de
Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
514
F il o s o f ía d e l D erech o
El 15 de enero del año 2000 fue incorporado a la Academia el Doctor Silva Vallejo
quien había nacido en Chiclayo el 12 de febrero de 1936 y había sido Vocal de la Corte
Suprema, Vocal de la Corte Superior de Lima, ex-Presidente de la Corte Superior de Lamba
yeque, Juez de Primera Instancia en Chiclayo y Defensor de Oficio del Tribunal Correcciona
de Lambayeque; Decano del Colegio de Abogados de Lambayeque, Decano de la Facultac
de Derecho de la Universidad Nacional de Lambayeque, Decano de la Facultad de Derechc
de la Universidad de San Marcos, Miembro Honorario del Instituto Español de Derechc
Procesal y Miembro Honorario de los Colegios de Abogados de Lambayeque, Piura, Tru
jillo y Lima, Profesor visitante en la Universidad de Madrid, en la Universidad Naciona
Autónoma de México y en la Universidad de Buenos Aires en las que sustentó su “Teoríc
Pluridimensional del Derecho". Catedrático Principal de Derecho Procesal Civil, de Derechc
Romano, de Historia General del Derecho, de Filosofía del Derecho, de Derecho Compara
do, de Teoría General de la Prueba y de Teoría General de las Resoluciones Judiciales, en le
Universidad de San Marcos.
Hizo sus estudios en el Colegio Nacional San José de Chiclayo y en el Colegio Militar
Leoncio Prado de la Perla, Callao. Luego ingresó en 1953 a la Facultad de Letras de la
Universidad Católica y, luego, en 1955 a la Facultad de Derecho de la Universidad de San
Marcos donde se recibió de Bachiller con la tesis "La Mala Fé en el Proceso Civil" (1960)
y, luego, de Abogado (1960). En 1970 se recibió de Doctor en Derecho con la tesis "Teoría
General del Proceso".
Ejerció la abogacía en Chiclayo en el Estudio del Dr. Nicanor Silva Salgado, desde 1960
hasta su incorporación al Poder Judicial en 1973.
Defensor de Oficio del Tribunal Correccional de Lambayeque desde diciembre de 1960.
Fundador de la Universidad Nacional de Lambayeque en 1962. En 1963 desempeñó la
cátedra de "Introducción a la Filosofía". En 1965 obtuvo por concurso la cátedra de Dere
cho Civil, primer curso (Título Preliminar, Personas y Acto Jurídico) e Introducción al Dere
cho. En 1966 ganó por concurso la cátedra de Derecho Civil II (Derechos Reales). En 1967
ganó por concurso la cátedra de Teoría General del Proceso y en 1968 la cátedra de Dere
LEGALES EDICIONES
cho Procesal Civil II. Fue nombrado Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad
Nacional de Lambayeque, cargo que desempeñó de abril de 1965 a diciembre de 1967.
En 1972 fué elegido Decano del Colegio de Abogados de Lambayeque.
En 1973 ganó por concurso el cargo de Vocal Titular de la Corte Superior de Justicia
de Lambayeque, llegando, por elección, a la Presidencia de dicha Corte en 1979. Antes se
había desempeñado como Juez de Primera Instancia Suplente del Primer Juzgado en lo
Civil desde 1966 hasta 1973.
En 1980 fue trasladado como Vocal Titular de la Corte Superior de Justicia de Lima,
desempeñándose como Vocal Titular de la Cuarta Sala Civil y, luego, como Presidente de
la Tercera Sala Civil y de la Sexta Sala Civil en los años sucesivos; llegando a ser Presidente
Interino de la Corte Superior de Justicia de Lima en 1986.
515
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
En 1987 ganó por concurso el cargo de Vocal Titular de la Corte Suprema, desempe
ñándose como Miembro de la Segunda Sala Civil, de la Primera Sala Civil y, luego, como
Presidente de la Sala Constitucional Permanente y de la Sala Civil Permanente hasta llegar
a ser Vocal Decano y Presidente Interino de la Corte Suprema.
Con anterioridad, el doctor Silva Vallejo había sido incorporado en 1971 como Miem
bro Honorario del Instituto Español de Derecho Procesal, con sede en Madrid y, luego,
como Miembro Honorario del Ilustre Colegio de Abogados de Lima, asimismo, Miembro
Honorario del Ilustre Colegio de Abogados de Lambayeque, Piura, Tacna y La Libertad.
Asimismo es Profesor Honorario de la Universidad de San Antonio Abad del Cuzco y de
la Universidad Pedro Ruíz Gallo de Lambayeque y de la Universidad Privada de Chlclayo.
El 4 de junio de 1998 disertó en la Universidad Nacional Autónoma de México sobre
el tema "La Teoría Pluridimensional del Derecho" y el día siguiente sobre "Historia del
Derecho Procesal Civil", conferencias que le valieron ser nombrado Profesor Visitante en la
Universidad Nacional Autónoma de México, siendo el Director de la Facultad de Derecho el
doctor Máximo Carvajal Contreras. Posteriormente dictó otras conferencias en la Univer
sidad Nacional Autónoma de Chiapas, Facultad de Derecho, Campus III, siendo Rector de
dicha Universidad el Ingeniero M. en C. Pedro René Bodegas Valera, siendo Director de la
Facultad de Derecho el Licenciado Francisco Aguilar López y siendo Presidente del Comité
de la Sociedad de Alumnos don Gerardo Hidalgo Esponda.
Posteriormente disertó en la Universidad de Madrid, así como en la Universidad Na
cional de Buenos Aires. En 1997 disertó en La Plata sobre "La Doctrina Social de la Iglesia",
con motivo de la inauguración de la Universidad "Funda Luz", Órgano Académico de la
Central de Trabajadores "Fuerza y Luz" que agrupa a los sindicatos de trabajadores de
"Fuerza y Luz" de Argentina.
El 15 de enero del año 2000 fue incorporado como Miembro de Número de la Aca
demia Peruana de Derecho, disertando sobre el tema "Reflexiones sobre la Historia de la
Codificación Civil", publicada en el Anuario de la Academia Peruana de Derecho, año 1999,
págs. 103 a 126. El discurso de presentación corrió a cargo del doctor Max Arias-Schreiber
Pezet, el mismo que corre en la págs. 103 a 108 del mismo Anuario citado.
Ha escrito :
"Introducción a la Filosofía", Chiclayo, 1964.
"La Vida y el Pensamiento de Francesco Carnelutti", publicado en la "Revista de Cien
cias Jurídicas", Chiclayo, 1965, págs. 10 a 64.
"Teoría General de los Derechos Reales”, publicado en la Revista de Derecho y Ciencias
Políticas, Trujillo, 1967, págs. 176 a 234.
"Teoría General de las Obligaciones", publicado en la Revista "El Foro", Chiclayo, 1968-
1969, págs. 43 a 76.
“Creación Jurídica y Derecho Judicial. Introducción al estudio de la Jurisprudencia de la
Corte Superior de Justicia de Lambayeque", Publicado en la Revista "El Foro". Organo
LEGALES EDICIONES
516
F i l o s o f í a d e i .. D erech o
"Teoría General de los Títulos Valores (Las grandes líneas de su desarrollo dogmátíto
en las escuelas comercialistas alemana e italiana)" en el "Libro Homenaje a Ulises
Montoya Manfredi", Cultural Cusco S.A. editores, págs. 643 a 690, Lima, 1989.
"La Ciencia del Derecho Procesal", Ediciones FECAT, Lima, 1991.
"El Derecho Procesal en la Edad Media" editorial Cusco S.A., Lima, 1998.
"El Juez y la Norma", publicado en el "Tratado de Derecho Civil", tomo I, págs. 297 y s ;.,
Lima, 1990.
"La escuela francesa, la ciencia jurídica alemana y la escuela italiana en el pensamien
to de José León Barandiaran", publicado en el "Homenaje a José León Barandiarán",
Fondo Editorial del Congreso del Perú, tomo I, págs. 159 a 170, Lima, 2000.
"Historia General del Derecho", Universidad Alas Peruanas, Lima, 2005.
"Santo Tomás de Aquino y los Grandes Maestros del Espíritu" en el "Libro Homenaje a
Felipe Osterling Parodi”, Lima, 2008.
"El pensamiento del maestro Ulises Montoya Manfredi y el Derecho Comercial Cornpt/-
rado". Conferencia sustentada en la Capilla de Loreto de la vieja Casona de San Marees
el día 23 de Noviembre del 2009.
"Centenario del nacimiento del Dr. Ulises Montoya Manfredi", artículo publicado en la
revista de la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la Universidad Nacional Maye r
de San Marcos, vol. 76, NQ 1-2, Año 2009, págs. 425-436.
"La Ciencia del Derecho Procesal", Primera Parte, Capítulo I, Estudio publicado en la
Revista de la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la Universidad Nacional Maycr
de San Marcos, vol. 76, Ns 1-2, Año 2009, págs. 227-259.
"La Casación Civil- Su crisis actual - Necesidad de derogarla y de sustituirla por el Re -
curso Extraordinario de injusticia Procesal y el "Certiorari", Conferencia dictada en Ch -
clayo el Sábado 9 de enero del 2010 por el Dr. José Antonio Silva Vallejo.
"El Pensamiento Jurídico y Filosófico", Universidad Nacional Mayor de San Marcos. ?
tomos, Ediciones del Vicerrectorado Académico, Lima, 2010.
"Código Civil" - Código Procesal Civil - Código de los Niños y Adolescentes. Concorda
do, Sumillado y Jurisprudencia de la Corte Suprema. Jurista editores, Lima, 2010.
"La Crisis del Acto Jurídico y de la Casación Civil" estudio publicado en el "Libro-Home
naje a Fernando Vidal Ramírez", Lima, 2011.
“Filosofía del Derecho" Ediciones Legales, Lima, 2011.
"Derecho Comparado", Ediciones Legales, Lima, 2011.
“El Pensamiento Jurídico Alemán", Universidad Alas Peruanas, Lima, 2011.
El 5 de julio del año 2000 fue incorporado como miembro de número en la Academia
LEGALES EDICIONES
Peruana de Derecho Marcial Rubio Correa quien es un brillante profesor en la Facultad
de Derecho en la Universidad Católica en la que fue Je fe del Departamento de Derecho
y luego Vice-Rector Administrativo en 1994, siendo posteriormente en el 2000 Ministre-
de Educación durante la época en que un gran jurista, el Dr. Valentín Paniagua, tambiér
miembro de número de la Academia Peruana de Derecho, desempeñó la Presidencia de
la República.
El 6 de Julio del 2009, el Dr. Marcial Rubio Correa fue elegido Rector de la Universidac
Católica. Fue un gran acierto de consejo universitario de la Universidad Católica, porque
se trata de un notable jurista, un brillante profesor, un destacado Miembro de Número de
la Academia Peruana de Derecho con una gran trayectoria de vida a quien le aguro, desde
estas páginas un total éxito en su gestión rectoral.
517
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
conjunto, dictando normas de alcance general y que va más allá del Derecho Privado. Esa
preeminencia debe ser respetada por las demás leyes de la República, con la finalidad de
impedir alteraciones que quiten coherencia y equidad al conjunto de normas legisladas.
Todo ello, a pesar de que formalmente, como ya se dijo, las dispocisiones del Título Prelimi
nar no sean sino simples normas con rango de ley".
"En esta situación preminente respecto a otras normas legales de su misma categoría
formal, es necesario recordarlo, no solo está el Titulo Preliminar del Código Civil. El Código
Tributario (otra ley como las demás) cumple idéntico rol dentro de su rama, la ley Órgania
del Poder Judicial en la suya y así sucesivamente".
"Es verdad que en este punto, importantes escritos doctrinales han sostenido que el
Título Preliminar solo es aplicable al Derecho Privado, pero consideramos que esa posición
518
F il o s o f ía d e l D erech o
debe ser superada en beneficio de un sistema jurídico más armonioso como conjunto. Ur
ejemplo interesante respecto de los peligros de no hacerlo es la resolución de la Corte Su
prema en el Habeas Corpus que, contra la decisión de impedir su retorno al país, interpuse
en 1955 el Dr. José Luis Bustamante y Rivero"
■ 'En aquel entonces, la disposición de que en caso de incompatibilidad entre una dis
posición constitucional y una legal se debe preferir la primera, no estaba consignada en lc¡
Constitución sino en el Título Preliminar del Código de 1936. Ante esta circunstancia, la Cor
te Suprema no amparó el Habeas Corpus interpuesto en base a la siguiente argumentación;
... el artículo veintidós del Título Preliminar del Código Civil, en que se pretende sustentar la
facultad judicial para no aplicar las leyes, no puede regir sino en el campo restringido dei
Derecho Civil, ya que dicho Código no es un Estatuto Constitucional, sino una ley que norma
las relaciones de la vida civil, en cuyas, en cuyas controversias cuando interviene el Estado,
lo hace como sujeto de derecho privado, sin que ninguna disposición legal posterior haya
extendido su aplicación a otros órdenes del campo jurídico, en que aquél actúa como suje
to de derecho público; que para que el Poder Judicial pudiera aplicar la facultad que se le
atribuye, sería necesario que ella emergiera consignada en forma expresa o inequívoca de
la propia Constitución, formando parte del Derecho Constitucional positivo como acontece
en los contados países cuyas Cartas Fundamentales consagran tal prerrogativa".
"No hace falta recurrir a las altas calidades personales y de jurista del Dr. Bustamante
y Rivero para caer en cuenta de los errores e injusticia de esta resolución. Es verdad que
hoy la norma de preferencia constitucional está en el artículo 236 de nuestra Constitución
y que, por lo tanto, este problema no podría volver a resolverse así, pero a lo que queremos
llegar es a que el argumento básico de la Corte Suprema, en el sentido de que el Título
Preliminar es parte del Derecho Privado y no del Público, puede llevar a situaciones evi
dentemente arbitrarias como la que comentamos. Este ejemplo histórico refuerza nuestra
convicción en el sentido de que el Título Preliminar del Código Civil es un cuerpo normativo
para todo el sistema jurídico salvo, naturalmente, que atente contra la naturaleza de algún
sector específico de la normatividad" (págs. 22-23).
El artículo séptimo del Título Preliminar del Código Civil tiene en el sistema jurídico pe
ruano una persistencia numérica e Ideológica a lo largo de varios Códigos y leyes elabora
dos con posterioridad y que por ello bien puede ser considerado como el modelo genético
y normativo pues constituye la fuente de inspiración doctrinaria en la legislación peruana
en la que antes no existía. Al respecto dice el profesor Marcial Rublo Correa en la pág. 130
del libro que reseñamos: "A diferencia de todos los demás artículos del Título Preliminar
del Código vigente, el artículo Vil carece en absoluto de antecedentes, a lo largo de todo el
periodo de reforma y revisión del Código de 1936. Ello puede comprobarse del cuidadoso
trabajo que al respecto ha realizado en su obra compilada Delia Revoredo de Debakey".
"En un trabajo reciente, José Antonio Silva Vallejo expone que el artículo Vil es produc
to sustantivamente modificado de una norma que él mismo propuso a la Comisión Revisara
del Código Civil. Estas son sus palabras: "La norma subexamen fue expuesta por el autor de
LEGALES EDICIONES
estas líneas ante el seno de la Comisión Revisora del Código Civil con arreglo a esta fórmula
originaria:Los jueces pueden corregir el derecho mal o insuficientemente invocado por ¡as
partes, siempre y cuando de autos resulte que hay congruencia entre los hechos plantea
dos en la demanda y las pruebas actuadas; ya que en definitiva es el Juez quien aplica la
norma pertinente a la relación jurídica controvertida".
"La Comisión Revisora del Código Civil al examinar nuestra proposición y sugerencia
consideró que, por sus consecuencias hermenéuticas, un Juez dictador o, sencillamente
una interpretación mediocre o, pero aún, una interpretación malévola, podría hacer tabla
rasa del principio de congruencia creando un verdadero estado de indefensión para las
partes, por lo que era aconsejable restringir los alcances los alcances hermenéuticas de la
proposición originaria que quedó reducida, a propuesta del doctor Javier Alva Orlandini,
519
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
Es hijo del Dr. Guillermo Lohmann Villena quien fuera un distinguido Embajador, Abo
gado, Doctor en Historia, Miembro de la Academia de la Lengua y de la Academia Peruana
de la Historia, autor de libros muy interesantes como su estudio sobre la vida de Juan de
Hevia Bolaños, el autor de la "Curia Filípica", que fue el primer gran Tratado de Derecho
Procesal Civil escrito en Perú y en América, entre otros magníficos estudios.
271 JOSÉ ANTONIO SILVA VALLEJO: ‘‘E l artículo V I I d el Titulo P relim in a r d el N u evo C ódigo C ivil: Lla ve
M aestra d e la Teoría G en era l d el D erecho C iv il y Procesar. En Libro Homenaje a José León Barandiarán,
Lima, Cultural Cuzco S.A., editores, 1985, págs. 445-446; citado en el libro de Marcial Rubio Correa;
“Para leer el Código Civil III”, Título Preliminar, págs. 130-131, Pontifica Universidad Católica del Perú,
Fondo Editorial, 1986.
520
F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
no tenía más respaldo que su palabra. Rechazado el pedido por lo feble de la garantía
cuenta Palma que el solicitante "noble caballero, se revistió de dignidad y arrancándose ur
puñado de pelos de la barba, dijo: ¿queréis que os empeñe por ocho días estas honrada:
barbas?". Y las barbas fueron aceptadas como prenda. ¡Qué costumbres aquéllas, donde
las prominencias capilares tenían más valor que la palabra, la firma o el apretón de manos
Pero el caso es que la garantía capilar, aunque curiosa (tan curiosa como probablemente
doloroso debió ser la brusca extirpación), es garantía que no me parece prohibida. Porque
de una parte, habrá que calificar a los pelos como unos de esos bienes muebles compren
didos en el inciso 9g del artículo 886 del Código Civil, ya que por cierto pueden llevarse
de un lugar a otro. Y de otra parte, el voluntario desprendimiento no afecta de manerc
permanente o irreversible la integridad física, lo que sí está vetado. Más complicado serc
determinar el valor de tasación para el posible remate, y quién sabe más dificultoso aúr
521
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jq
nio Abad y yo estudiante de San Marcos. Corría el año 1956 y los dos teníamos 20 años
pues ambos nacimos en 1936. Desde entonces nació nuestra empatia y nuestra amistad
indeclinable, primero por una suerte de "química" en la que se inspiró nuestra mutua afi
nidad y, segundo, porque ambos eramos "demócrata-cristianos" y miembros del "Frente
Universitario Reformista Independiente". Con el correr de los años Valentín llegó a ser Mi
nistro de Justicia y yo Magistrado. Recuerdo que, en mi casa, llamaba a mis hijas para que
escucharan a Valentín Panlagua cuando hacía uso de la palabra en la televisión. Brillante
orador y brillante jurista, tuve la suerte de escucharlo haciendo uso de la palabra cuando
informaba ante mí siendo yo Presidente de la Sala Constitucional Permanente de la Corte
Suprema. Doy fé pues de que era un jurista extraordinario, un gran constitucionalista y
un fascisnante orador. Alternaba la defensa con la docencia universitaria en la cátedra
f de Derecho Constitucional que dictaba en la UNIFE donde nos seguíamos abrazando con
522
F il o s o f ía d e l D erech o
afecto cada vez que nos veíamos. También enseñaba en la Universidad Católica. Sentí u í i
auténtico orgullo al renovar mi afecto por el viejo amigo cuando lo vi manejar con gran
muñeca el debate en el Congreso que terminó eligiéndolo Presidente Constitucional de f i
República, cargo que juró el 22 de Noviembre del 2000, fecha que marcó la transición dn
la dictadura, en medio de la turbulencia política, hacia el advenimiento de la democracia,
que él simbolizaba, como pocos. Valentín Paniagua es, pues, un "hombre simbólico" ei:
el sentido que a esta expresión le dió Emerson en un libro inmortal que he reseñado ei
la pag. 847, de este libro. A las 5 a.m. del 16 de octubre del 2006 falleció víctima de ur
paro cardiaco, tras una fulminante enfermedad, quien puede ser considerado, uno de lo
más notables Presidentes de la República, uno de los más brillantes juristas del Perú, une
de los más grandes Profesores y Abogados Constitucionalistas y uno de los más brillante:
Miembros de la Academia Peruana de Derecho.
CESAR FERNANDEZ ARCE, notable magistrado de carrera, ex-Presidente de la Corte Su
prema y Profesor de Sucesiones en la Universidad Católica, quien el 25 de Setiembre del 2003
en su conferencia de incorporación como Miembro de Número a la Academia Peruana de
Derecho disertó sobre el tema "La Colación en el Derecho Sucesorio Nacional y Comparado".
Fernandez Arce es un virtuoso de la magistratura. Su probidad y su rectitud son ejem
plares. Pero, además, es un gran profesor de Sucesiones en la Universidad Católica. Léase
su fundamental obra "Derecho de Sucesiones", editado por el Fondo Editorial de la Univer
sidad en la que enseña, Lima, 2004. Además ha escrito "Derechos hereditarios del cónyuge
sobreviviente en el Código Civil de 1984", en el Libro Homenaje a José León Barandiarán.
págs. 137 a 162, Cultural Cuzco S.A. Editores, Lima, 1985; "Las acciones reales en el Dere
cho Sucesorio", en el Libro Homenaje a Rómulo E. Lanatta, págs. 185 a 200; Cultural Cuzco
S.A. Editores, Lima, 1986; "De los legados" en el Libro Homenaje a Mario Alzamora Valriez,
pag. 127 a 138, Cultural Cuzco, Lima, 1988; "El Derecho de acrecer", en el Homenaje a
Jorge Avendaño, tomo II, págs. 975 a 987, Pontificia Universidad Católica del Perú Fondo
Editorial 2004, etc.
Aparte de estas fundamentales obras de doctrina el pensamiento jurídico del doctor
Fernandez Arce se sustenta en el principio de que "La fe y la razón son dos fuentes del co
nocimiento humano, deben caminar juntos porque no se contradicen, antes bien, se com
plementan" y además "La verdad, la bondad y la justicia son valores insustituibles que se
van descubriendo a medida que se avanza por el camino de la libertad". Pero, además, el
pensamiento jurídico del doctor Fernandez Arce se inspira en el luminoso Evangelio de San
Juan : "Veritas Liberabit Vos" ("La verdad os hará libres") y en la moral de Santo Tomás
de Aquino: “En la moral influyen dos valores el bien y la verdad. No es posible conocer la
conducta que haga bueno al hombre si desconocemos la verdad..."y, además: "La moral
no esclaviza, antes hace libres a los hombres".
A esto se contrae, en esencia, la reseña que hago de su discurso pronunciado el 28
de noviembre del 2007 en el homenaje que le tributó la Universidad Católica del Perú,
publicado, en el "Anuario de la Academia Peruana de Derecho 2006-2008" págs 321a 327.
LEGALES EDICIONES
JUAN CHÁVEZ MOLINA, notable profesor de Derecho Comercial y Derecho Bancario
en la Universidad de San Agustín y de Derecho Monetario y Derecho Financiero en la Uni
versidad de Lima y en la Universidad Femenina del Sagrado Corazón, Diputado Primero en
la Junta Directiva del Colegio de Abogados de Lima cuando Fernando Vidal Ramírez ejerció
su Decanato quien el 10 de Marzo del 2004, en su conferencia de incorporación, disertó
sobre el tema "La Constitución del Siglo XXI y del Tercer Milenio".
CARLOS CARDENAS QUIROZ, Profesor Principal de Derecho de las Obligaciones en la
Universidad Católica, en la Universidad de Lima y en la Academia de la Magistratura, Profesor
Visitante en la Universidad Externado de Colombia, además de ser Profesor Honorario de
numerosas Universidades del Perú y Académico Correspondiente de la Academia Nacional
de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba, Argentina y Socio Extranjero de la Academia de
523
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
lus Privatistas Europeos de Pavía, Italia, quien el 15 de Marzo del 2004, en su conferencia de
incorporación, disertó sobre el tema "Las Erratas en la Publicación de las Normas Legales".
JORGE SANTISTEVAN DE NORIEGA, quien fuera el primer Defensor del Pueblo que
ha tenido el Perú entre 1996 y 2000, aparte de ser autor de numerables publicaciones en
revistas nacionales y extranjeras sobre los Derechos Humanos, Derecho Constitucional y
Arbitraje, quien el 21 de Abril del 2004, en su conferencia de incorporación, disertó sobre
el tema "De ios Textos Ordenados a los Textos Refundidos en el Marco de la Delegación
de Facultades". Fui gran amigo del doctor Santistevan cuyo estudio quedaba en la avenida
Pardo, a una cuadra de mi casa y a quien un día lo visité obsequiándole la primera edición
de este libro. Lamentablemente, víctima del cáncer, falleció el 18 de Abril del 2012. Con
profundo dolor, la Academia Peruana de Derecho participó su sensible fallecimiento.
CESAR DELGADO BARRETO, quien fuera Senador de la República entre 1985 a 1990,
Ministro de Justicia entre 1988 a 1989, Embajador Extraordinario ante la Comisión de los
Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Vicepresidente de la Comisión de los Derechos
Humanos de las Naciones Unidas y, aparte de otros muchísimos cargos que ostenta es un
notable Profesor en la Universidad Católica. Para mí, su mayor virtud es la de ser un hom
bre sencillo y bondadoso y es lo que destacó en él. Sus amigos, sus colegas y sus discípulos
le han dedicado un Libro Homenaje, conjuntamente con mi otro gran amigo, que es el
doctor César Fernandez Arce, intitulado: "El Derecho frente a la Ciencia y la Tecnología",
Lima, 2007, con Prólogo de Marcial Rubio Correa y un Comité Editor integrado por Carlos
Enrique Becerra Palomino (Coordinador), Jaime Lara Márquez y Daniel Irwin Yacolca Esta-
res. El día 23 de Diciembre del 2005, fue incorporado a la Academia Peruana de Derecho,
disertando para tal oportunidad, sobre el tema "Aspectos Jurídicos de la Deuda Externa",
una brillante conferencia cuya primera parte trató sobre la Deuda Externa y la Soberanía
en la que aludió a una serie de notables casos y principios como el de la "lex fori", "la doc
trina Calvo", la "necesidad de procedimientos de insolvencia justos y equitativos y de un
juzgador internacional e imparcial", "el principio de corresponsabilidad" y, en la Segunda
Parte, trató sobre "los contratos de la deuda pública externa y los principios generales del
Derecho" abordando el tema de las obligaciones financieras y monetarias, la evolución de
los principios sobre el pago de las deudas, la sentencia del Tribunal Constitucional sobre las
tasas de interés en el caso de las instituciones financieras; analizando, luego, la teoría del
anatocismo y una serie de principios generales del Derecho como el de la excesiva onero-
sidad de la prestación, el de la solidaridad y cooperación internacional y una propuesta de
opinión consultiva ante la Corte Internacional de Justicia en materia de deuda externa. En
suma, una brillante conferencia que concluyó evocando a las Encíclicas del Papa Juan Pablo
II sobre "el jubileo como tiempo de arrepentimiento en el que se subsanan las injusticias
y el comienzo simbólico de una nueva era".
En su discurso pronunciado con motivo del homenaje que le tributó la Universidad
Católica el día 28 de noviembre del 2007 con motivo del Libro de estudios que se le dedi
LEGALES EDICIONES
272 Discurso pronunciado por el académico de número Dr. César Delgado Barreto en el Homenaje que le
tributó la Pontificia Universidad Católica del Perú, en el “Anuario de la Academia Peruana de Derecho
2006-2008”, en la pág. 320.
524
F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
El 14 de diciembre del 2006, fue incorporado a la Academia Peruana de Derecho el
Doctor Humberto Medrano Cornejo, profesor de Derecho Tributario en la Universidad Ca
tólica y en la Universidad de Lima. Es Miembro Honorario del Instituto Latinoamericano de
Derecho Tributario, del Instituto Peruano de Derecho Tributario del cual fue su Presidente
y del Instituto Venezolano de Derecho Tributario. El doctor Medrano es uno de los grandes
tributaristas del Perú, habiéndose desempeñado como abogado en el estudio del doctor
Félix Denegrí Luna y, luego, en el estudio Rodrigo, Avendaño & Elias, bajo la brillante guía
del doctor Luís Carlos Rodrigo Mazuré, a quien lo considera, con la modestia que lo carac
teriza, su maestro; y a quien yo, Silva Vallejo, admiro desde hace muchos años, desde que
leí su admirable tesis "Los Impuestos y la revaluación del activo en las sociedades anóni
mas", Prólogo del Dr. Lino Cornejo, Imprenta Santa María, Lima, 1953.
525
J osé A ntonio S ilva V allejo
273 Incorporación dei Dr. Humberto Medrano Cornejo en el “Anuario de la Academia Peruana de Derecho
2006-2008”, pág. 82, Lima 2008.
274 Incorporación del Dr. Humberto Medrano Cornejo en el “Anuario de la Academia Peruana de Derecho
2006-2008”, págs. 82-83, Lima 2008.
526
F ilosofía del D erecho
Añade el doctor Medrano que "la definición del concepto de renta también tiene im
portancia al analizar la situación de las empresas que obtienen ganancias de capital; es
decir cuando enajenan determinada clase de bienes que, en principio; no están destinado -
a ser comercializados: el activo fijo (maquinarias, equipos, etc)"2 276
5
7
Luego de exponer la interpretación de insignes tributaristas, como la del doctor JUAhi
UNO CASTILLO, profesor en San Marcos, y de dar cuenta de lo resuelto por el Tribunal Fis
cal en la resolución número 1068 del 10 de enero de 1965, en decisión, que en su momen
to causó revuelo, el doctor Medrano expuso lo dispuesto por el Decreto Supremo númerc
287-68-HC y, pronunciándose al respecto nos dijo: "Obsérvese que el texto recogió íntegra
mente la teoría de la fuente y, además, amplió la incidencia del tributo a otras ganancia:
y beneficios, pero no a todos sino únicamente a los expresamente incluidos en la Ley. E:
decir, el tributo resultaba aplicable sobre cualquier utilidad que tuviera carácter periódi
co derivado de fuente durable y, además, sobre algunos otros beneficios específicamente
indicados. Se trataba claramente de una ampliación de la teoría de la fuente, sin llegar c
los extremos de la teoría del incremento patrimonial.. Entre las ganancias expresamente
consideradas se encuentran (artículo 3) "Los resultados provenientes de la enajenación de
: "Bienes de cualquier naturaleza que constituyan activos de empresas o sociedades.
Con esa norma se extendió de manera significativa los alcances del Impuesto a la Renta }
se dejó en claro que este ya no quedaba limitado a la ganancia obtenida por la enajenación
del activo circulante sino de cualquier tipo de activo, lo que naturalmente comprendía los
bienes del activo fijo... A partir del ejercicio 1982 empezó a regir el Decreto Legislativo N-
200 que recogía de manera más completa la teoría de la fuente pero afectaba también
otras ganancias específicas no comprendidas en dicha teoría".276
"Nótese que en este texto el legislador ha perfeccionado su adhesión a dicha teoría,
pues no se limita solo a citar las fuentes sino cuida de agregar que ellas deben ser dura
bles y generar ingresos periódicos. No obstante, como un antecedente, no se reduce a ese
ámbito sino que considera como gravadles otras ganancias específicas, lo que incluía "los
resultados de la enajenación de bienes de cualquier naturaleza que constituyan activos de
personas jurídicas o empresas...".277
Pasa, luego, a exponer el doctor Medrano la "teoría del balance o del incremento
patrimonial" sosteniendo que "según esta teoría toda ganancia se encuentra gravada,
aún cuando no se derive de una fuente durable ni sea susceptible de producir ingresos
periódicos. De acuerdo con ello, lo único que importa es la diferencia entre el patrimonio
que se tenía al inicio del ejercicio y el que se cuenta al cierre de este, con independencia
del origen, de derivarse o no de la venta de activo fijo o circulante...Esta teoría nunca ha
sido recogida en forma químicamente pura en nuestra legislación positiva, pues ella no ha
comprendido como renta todas las utilidades, beneficios e incrementos patrimoniales per
cibidos o devengados a favor de una empresa. En cambio, puede afirmarse que desde 1968
la ley peruana asume íntegramente la teoría de la fuente y, parcialmente, una variante de
la teoría del balance: la del "Flujo de Riqueza"... Esta última esbozada por Roque García
Mullin señala que se considera renta la totalidad de enriquecimientos provenientes de ter
LEGALES EDICIONES
ceros "o sea al total del flujo de riqueza que desde los terceros fluye hacia el contribuyente
en un período dado". De modo que lo esencial es que la ganancia o beneficio derive de ope
raciones con terceros, sin importar si provienen o no de una fuente durable. Ello incluye los
ingresos "por actividades accidentales" y los ingresos eventuales cuya producción depende
de un factor aleatorio ajeno a la voluntad de quien los percibe, tales como los premios de
lotería y los juegos de azar. Asimismo, se gravan los ingresos a título gratuito por acto entre
vivos (regalos, donaciones) o por causa de muerte (legados y herencias)...Como quiera que
527
J osé A ntonio S ilva V allejo
lo esencial es que exista una "operación con terceros" se excluye del concepto de renta el
aumento de valor que experimentan los bienes que no se han enajenado, así como los be
neficios que el sujeto puede proporcionarse sin realizar intercambios, tales como el uso de
bienes durables o la provisión de bienes y servicios de propia producción. Esta apreciación
teórica tendría gran importancia en la legislación y la jurisprudencia futura, como se de
mostró con la promulgación de la Ley NQ25381 que empezó a regir en el ejercicio 1992".27S
Apasionante tema el de esta disertación, que lo hace aun más ameno el brillante estilo
con el cual el doctor Medrano expuso su notable reflexión académica en la que, desarro
llando las premisas precedentes, trató sobre : "IV.- Nueva ampliación del ámbito de aplica
ción del impuesto a la renta"; "V.- La condonación del impuesto a la renta a las empresas
azucareras"; "VI.- Los intereses pagados por el Estado"; "VIL- La reforma más reciente";
"VIII - La restitución de Derechos arancelarios (Drawback)"; "IX - Indemnización por sinies
tro de bienes asegurados"; "X - Indemnización por daño emergente"; "XI - Proyección del
concepto de renta a probables situaciones del futuro"; "XII.- Mercado de créditos de car
bono. El mecanismo de desarrollo limpio (MDL)"; "XIII - El Tratado de Libre comercio con
los Estados Unidos - Supuesto de no aprobación"; "XVI.-Supuesto de aprobación del TLC
con los Estados Unidos"; "XV- Dividendos"; "XVI - Ingresos brutos, e impuesto lineal o im
puesto plano ('FLATTAX') ¿El concepto futuro de renta?".
Después de exponer la problemática de todos estos teoremas tributarios y sus coro
larios respectivos el doctor Medrano concluyó su interesantísima disertación sosteniendo
que "es indudable que resulta sumamente atractivo encontrar un procedimiento sencillo y
de fácil fiscalización, pero eso no puede hacer olvidarnos que estamos obligados a respetar
los principios constitucionales esenciales, de modo que solo si los juristas están en aptitud
de efectuar los ajustes necesarios que impidan que el impuesto lineal resulte violatorio de
los principios de igualdad y de no confiscatoriedad, podríamos estar en las puertas de una
gran revolución sobre el concepto de renta y la forma de calcular y pagar el tributo".27279
8
528
F ilosofía del D erecho
280 M ARIO ALZAM O RA VALDEZ: “La A b o g a d a T res conferendas sobre el hombre de Derecho, editado
por la Facultad de Derecho de la U.N.M.S.M., págs. 124 y 125, Lima, 1963.
529
J osé A ntonio S ilva V allejo
juzgador".
"Pero tampoco es un secreto que la formación universitaria en nuestras facultades de
derecho mantiene un persistente formalismo y dogmatismo".
"Por eso, no es raro que los jueces, empujados por ese pasado de excesivo formalis
mo jurídico, se demoren todavía en asimilar su poder de intérpretes; y se mantengan por
inercia bajo el modelo anterior".
"Son bastante reveladores los ejemplos que cita PASARA sobre el pensamiento forma
lista de los jueces en los años setenta. En un trabajo de años atrás, PASARA nos muestra
como los jueces declaraban públicamente su manifiesto apego al método silogístico, a la
interpretación exegética, en suma, su respeto al texto de la ley como único elemento que
§ tenía en sí misma la respuesta al problema concreto".
530
F ilosofía del D erecho
LEGALES EDICIONES
en la mejora de los niveles de democracia practicada por los poderes del Estado y por sus
integrantes".
"Para nosotros, existe una diferencia entre la política judicial y la reforma del sistema
de justicia, pero sólo es una diferencia de grado. En efecto, una política judicial es perma
nente y es parte de las políticas de Estado esenciales para cualquier democracia; mientras
que una reforma es un momento crítico que vive el sistema de justicia debido precisamente
a la falta de una política judicial o al mal funcionamiento de la que ya existe".
"La crisis judicial que afrontamos es consecuencia, entre otros factores, precisamen
te de que no hemos tenido una política judicial, lo que nos exige por ello, pensar con la
calma necesaria para no dejarnos llevar por las propuestas de reformas ¡nmediatistas, y
por el contrario asumir el reto de elaborar una política judicial".
531
J osé A ntonio S ilva V allejo
"En cuarto lugar resulta fundamental evitar que determinados problemas sean vistos
como problemas de la judicatura y no como temas que incumben a todos"... "Por ejemplo
en el tema de la formación profesional, se suele eludir la responsabilidad de las universida
des. En el tema de la corrupción judicial, se suele obviar la responsabilidad de los aboga
dos, sean individuos o estudios, así como de usuarios del sistema"...
"Finalmente, el gran problema que afronta la reforma es cómo cambiar la actidud de
los principales responsables de implementar los cambios, cómo conseguir que asuman la
532
F ilosofía del D erecho
crisis judicial como una realidad; es decir, cómo lograr un cambio de la llamada voluntac
política de los diferentes protagonistas, y formar una alianza para Impulsar la reforma".
"En nuestra opinión, la única garantía que tenemos de poder superar esta dificultad e<
manteniendo el tema de la reforma en la discusión y el debate público con la transparencia
que el tema reclama..."282
Especialistas como Javier de Belaúnde son los que se necesitan para abordar lúcida
mente este que es el gran tema de nuestro tiempo.
LEGALES EDICIONES
Y concluye: "Estos vuelcos no pueden entenderse sino a la luz de la historia del Derecho
pues se presentan en un esquema de larga duración. Es muy difícil que el jurista, aún si
llega a viejo, sea perfectamente consciente de estas transformaciones. Le ocurre como ya
he recordado, lo mismo que al empleado bancario que a fuerza de examinar los billetes en
circulación no recuerda a los personajes que figuran impresos, menos va a recordar a los
personajes de billetes extintos, a pesar que profusamente hayan pasado por sus manos. El
hombre de derecho vive su presente y quizás no haya manera de sacarlo de allí. La persona
de leyes se ilusiona con frenesí ante las 'novedades jurídicas'. Un nuevo Código, una nueva
533
J osé A ntonio S ilva V allejo
ley, quizás el jurista que vive condenado a vivir el día a día no logre advertir que entre los
pliegues de la modernidad se hallan agazapadas las instituciones jurídicas del pasado".
LUÍS BEDOYA REYES. El 17 de Abril del 2008 se Incorporó a la Academia Peruana de
Derecho uno de los más grandes estadistas que hayamos tenido -e l Perú se perdió a quien
hubiera sido un gran Presidente, un gran estadista, un gran maestro, un gran polemista-,
en cuya presentación el doctor Felipe Osterling, Presidente de la Academia Peruana de
Derecho dijo, citando al maestro Luís Jaime Cisneros: "Nunca una vacilación en la conduc
ta, nunca una pérdida de fe, nunca un debilitamiento de las convicciones democráticas,
nunca una declaración de la que hubiera que arrepentirse. Su actitud fue siempre la de un
político a la manera griega: coherencia entre las actitudes y el decir, coherencia en la con
ducta cívica. No ha llegado al gobierno Lucho Bedoya, pero todos hemos tenido siempre
la convicción de que si alguién debe dar un consejo oportuno, una sana advertencia, una
opinión esclarecedora, la suya era ciertamente la más sensata, la más comprendida, la
auténticamente democrática".
Y, luego, citando a Lourdes Flores Nano dijo que: "El partido Popular Cristiano ha sido
la expresión social cristiana más institucional del siglo XX. He sostenido, y así lo creo, que la
institucionalización supone despersonalización. Es de justicia, sin embargo, ponerle nom
bre propio a la obra. Ese nombre es Luís Bedoya Reyes. Nuestro recuento de la presencia
humanista cristiana en el siglo XXpermite señalar tres grandes hitos: Víctor Andrés Belaún-
de, José Luís Bustamante y Rivero y Luís Bedoya Reyes. A este último ha de reconocérsele
lo que sus predecesores no se impusieron como reto: la acción de un partido político or
ganizado. Este en cambio fue un desafío que Bedoya abordó y que la historia reconocerá".
"No se requiere mayor perspicacia, -agregaba Osteriing-, para comprobar que Luís
Bedoya Reyes, cuyo nombre, lo reitero, ya ingresó por la puerta más importante en la his
toria del Perú, ha forjado su respetabilísimo nombre con todo el esfuerzo, tesón y valor que
requiere una vida tan prolífica en hechos honrosos. A Luís Bedoya Reyes, quien solo tuvo
una pulcra educación, fruto de una fecunda vida familiar, nadie nunca le regaló nada. Él se
forjó solo y, además, ha forjado a miles de discípulos, dentro de los cuales, como antes lo
expresé, yo me encuentro"... "Es un grande honor para la Academia Peruana de Derecho
Incorporar como Académico de Número al doctor Luís Bedoya Reyes, al igual que ha sido
un grande honor, para mí, otorgarle esta recepción".
El proemio en la disertación de Luís Bedoya Reyes fue una evocación de los grandes
maestros de San Marcos, cuyos espíritus y cuyas sombras tutelares siempre están presen
tes en nuestras mentes y en nuestros corazones. "Yfue en San Marcos que me enseñaron
que desde épocas primitivas, ningún conocimiento despierta en el hombre más Interés y
curiosidad que el conocimiento de sí mismo; el de su origen y presencia en el planeta tierra;
el del impulso a la coexistencia social; el de su presumible desaparición total por el hecho
de la muerte o su trascendencia por el espíritu vinculado al acto de la creación, razón por
la que el entierro comprendía armas y alimentos. Los pueblos, al igual que las p e rso n a s,
en to d o s los tie m p o s han venido buscando la ley que rige la Historia; y como no la han en
contrado, imaginaron, con extraña coincidencia, que su origen estaba ligado a la voluntad
LEG A LES ED ICIO N ES
de los Dioses...".
"Notables pensadores han intentado encontrar, a lo largo de los tiempos, los facto
res determinantes de la conducta humana y la causalidad que impulsa los hechos de la
Historia. Nace así la Filosofía de la Historia profundizada por el pensamiento de hombres
excepcionales: San Agustín en "La Ciudad de Dios", Bossuet en su "Discurso sobre la His
toria Universal" Augusto Comte en su "Curso de Filosofía Positiva", Juan Bautista Vico en
"Principios de una Ciencia Nueva" relativa a la naturaleza común de las naciones, y su
teoría del corsi e ricorsi de la historia. Todos ellos creen encontrar "el hilo conductor de la
Historia" a partir de hipótesis providencialistas contrapuestas a las interpretaciones mate-
rialistas y deterministas que, en el otro extremo, representan Montesquieu en el "Espíritu
f de las Leyes", Marx y Engels a la luz del materialismo histórico, Rodolfo von Ihering en su
534
F il o s o f ía d e l D erech o
obra "El Fin del Derecho" y para quien "... el origen general de los sucesos humanos emane
de un fin necesario... y el carácter del pueblo está inflexiblemente ligado con el medio,... los
pueblos no nacen, se hacen".
"Es Oswaldo Spengler, pensador alemán quien, en 1918, sorprende al mundo con le
más atrevida de las hipótesis sobre interpretación del proceso histórico, expuesta en su
celebrada obra 'La Decadencia de Occidente' demostrando que no hay un solo procese
ni una sola cultura en la historia humana, pues las que se elevan, florecen con una in
dependencia y originalidad tanto más marcada cuanto más grande es su aislamiento y
su autonomía. Podrán sucederse, superponerse o entrecuzarse en nivel superior como es
el caso de la civilización greco-romana posteriormente impregnada por el cristianismo y
expresada hoy en la cultura occidental y cristiana; pero en la historia de toda cultura ele
vada, -dice Spengler- hay una etapa de forjación y crecimiento ascendente a la que él
denomina "cultura" y una posterior etapa de estagnación senil, que es "la civilización". La
cultura occidental y cristiana -lo decía en 1918 después de la derrota alemana en la prime
ra Guerra Mundial"- entró ya en su fase de Civilización cuyos síntomas son el imperialismo
y el socialismo. Para Spengler los pueblos, las instituciones y hasta las personas tienen un
destino que él llama "sino"; el sino de toda Cultura es terminar en Civilización. Predecir la
Historia fue el propósito de Spengler; en realidad lo influenció el desengaño y el pesimismo
provocado por el fracaso alemán en la Guerra Mundial 1914-1918".
"En profundidad y amplitud en el análisis histórico es asombroso el trabajo de Arnold
J. Toynbee, inglés, muerto en 1975 a los 86 años de edad. Su obra más famosa, "Un Estu
dio de la Historia" demoró veinte años en producirla y, a lo largo de diez tomos, acumula
planteamientos, datos, conexiones y escenarios demostrando que una civilización crece y
prospera cuando su respuesta a un desafío no solo tiene éxito sino que estimula una nueva
serie de desafios. Profundamente cristiano dio gran importancia a los factores religiosos en
la respuesta del hombre a sus desafíos, negó probadamente el determinismo de Spengler
en la evolución de las civilizaciones y rechazó, como inexorable, la decadencia y muerte de
la actual civilización occidental y cristiana".
"La historia parece indicar que son dos las instituciones que acompañan permanen
temente al hombre en su andar a lo largo del tiempo: la religión y el derecho; su mundo
interno, que nunca lo abandona; y la vida en común, mandato de su naturaleza social.
Racionalidad y libertad son inherentes a la conducta humana y subyacen en toda expresión
jurídica, que es la que ahora examinamos. Históricamente no surge primero la sociedad y
luego el derecho".
Y después de plantearnos su pensamiento sobre el Derecho Romano, sobre los gran
des jurisconsultos clásicos y sobre el Derecho justinlaneo y su últerior desenvolvimiento
hasta el gran Código Civil Francés y su pensamiento sobre los grandes juristas alemanes,
nos dijo el doctor Bedoya Reyes que: "es evidente, hoy, que toda revolución social ha de
ser al mismo tiempo una revolución jurídica si no se quiere que sea nada más que una
vana perturbación política. Pero hay también revoluciones sociales inspiradas en princi
LEGALES EDICIONES
pios filosóficos cuya evolución en los hechos deriva en consecuencias jurídicas no previstas
ni deseadas. Tal es el caso, según opiniones diversas, de la Revolución Francesa. Juristas
connotados -destacadamente George Ripert- coinciden en que no se puede entender la
evolución de la legislación civil francesa a partir del Código Civil de 1804 si no se tiene en
cuenta también, el proceso de su economía: el capitalismo industrial y financiero creó una
legislación que le permitió afirmar su poder, cobijándose en la Revolución Francesa de 1789
que, sin quererlo, sentó las bases del orden capitalista al afirmar tres derechos: la libertad
de comercio e industria; la propiedad individual a perpetuidad y con plenitud de uso y dis
posición; y el contrario libremente pactado con fuerza obligatoria y valor de ley entre las
partes, principios después consagrados en el Código Napoleónico con lo que se completó
el marco jurídico que hizo posible el régimen capitalista moderno llamado liberal porque
había nacido bajo el signo de la libertad".
535
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
Trató asimismo el doctor Bedoya Reyes sobre la libertad contractual y del desarrollo
industrial y comercial, así como de sus desbordes y excesos, que son negatorios de la mis
ma libertad, que fueron denunciados, no sólo por Marx y Engels en el "Manifiesto Comu
nista" sino fundamentalmente, por la Doctrina Social de la Iglesia en la Encíclica "Rerum
Novarum" de León XIII y en todas las grandes encíclicas que la continuaron.
Después de analizar las bases de la economía liberal, trató, a continuación, el doc
tor Bedoya Reyes sobre el "dirigismo económico" y, luego, del enfrentamiento ideológico,
político y económico durante la época de la "Guerra Fría". Para luego decirnos que "La
Unión Soviética no se desintegró sola: arrastró al sistema de economía cerrada y planifi
cación compulsiva, evidenció las carencias y errores del socialismo utópico con el fracaso
del socialismo real, de la teoría marxista dejó vigente solo al materialismo dialéctico como
metodología en la interpretación de la historia; perdió posesión y control directo sobre la
energía nuclear asentada en territorio ahora independizado; abandonó el apoyo económi
co que brindaba a los países que integraban su órbita ideológica y los dejó sin directivas de
acción. Su caída fue vertical".
"En cuanto a los países del Tercer Mundo, agrupados bajo la auto-denominación de
"no alineados" en la expectativa de ser fiel de la balanza en la confrontación de las poten
cias de la bipolaridad, la 'Guerra Fría’ evidenció que su peso en las relaciones internaciona
les era irrelevante en lo militar y político como en lo económico".
Añadió, párrafos más adelante que: "Francis Fukuyama economista político norteame
ricano proclama en 1989 en artículo titulado "El fin de la Historia" que "... lo que podríamos
estar viendo no es solo el fin de la Guerra Fría o de un particular periodo de post-guerra,
sino el fin de la Historia como tal: esto es, el punto final de la evolución histórica de la hu
manidad y la universalización de la democracia liberal occidental como la forma final de
gobierno humano".
"Si bien la globalización se gestó durante el proceso de la Guerra Fría, nadie ha podido
precisar el instante de su nacimiento ligándolo a un hecho concreto".
Para el doctor Luís Bedoya Reyes "El fin de la Guerra Fría demostró ser no el fin de un
conflicto sino el fin de una época para el mundo entero. Durante esa etapa histórica el im
pulso a la carrera armamentista con nuevas armas convencionales y nucleares exigió una
inversión financiera incalculable felizmente aplicada también a la investigación científica
y al avance tecnológico abriendo al hombre un profundo conocimiento de todo lo que nos
rodea y un dominio no sospechado del espacio sideral. El mundo globalizado ha recibido
así un activo impresionante, pero también un pasivo incalculable con problemas globales
generados durante las últimas décadas y que continúa afectando a la humanidad".
Inspirándose en nuestra doctrina social añadió que "La Iglesia en cumplimiento de
su Magisterio Social y analizando reflexivamente estos temas nos dice: '...al comienzo del
nuevo milenio la pobreza de miles de millones de hombres y mujeres es la cuestión que,
más que cualquier otra, interpela n u e s t r a c o n c ie n c ia h u m a n a y c r is t ia n a '; n o s previene
que "... el ambiente ‘como recurso1pone en peligro al ambiente "como casa" pues en los
hechos el ambiente no es uno de esos bienes que los mecanismos del mercado tengan que
LEGALES EDICIONES
defender; y nos recuerda que: '... el principio del destino universal de los bienes’ no admite
que movido solo por sus intereses el hombre de hoy agote en su beneficio los bienes que
otros conservaron para él y que está obligado a preservar o reponer para los que vienen".
"También aconseja que en la agenda inmediata, la Globalización tendrá que marcar
el paso, constituyendo los organismos aplicados a la estructuración del nuevo orden pre
cisando las reglas fundamentales que organicen la Comunidad Internacional que deberá
sustentarse en los mismos valores que garantizan la convivencia humana: la verdad, la
justicia, la solidaridad y la libertad; constituyendo una comunidad jurídica que respete la
soberanía de cada uno de sus estados miembros y funcione regulada por normas de de-
recho como instrumento de garantía del orden internacional, fortalecido con la confianza
f recíproca".
536
F il o s o f ía d e l D erech o
Y ahora nos habla el gran civilista que es el doctor Bedoya Reyes: "El Derecho Civ'i
que es el otro compañero de ruta que por más de veinte siglos acompaña los tiempos del
mundo occidental y cristiano, ha sido capaz de parcelarse en multitud de especialidades
atendiendo siempre a la regulación de la vida humana pero conservando su esencial uni
dad doctrinaria; y mira con satisfacción el crecimiento e importancia de otras áreas del
mundo jurídico. Como dice Raimundo Saleilles refiriéndose a la versatilidd del derecho en
su obra "La Persona Jurídica" "...estamos en plena corriente de vida, y el derecho acepta
las creaciones sucesivas" haciéndose eco de una sabia y vieja sentencia: en la vida nada es
permanente; todo cambia menos la voluntad de cambio".
"Termino: Gracias Señor Presidente y Señores Académicos por haberme incorpora
do como Miembro de Número en la Academia Peruana de Derecho. Es para mi un honor
acompañarlos".
HÉCTOR BALLON LOZADA, el jueves 23 de abril del 2009, a las 7: 00 pm, en la Sala Ba
queano y Carrillo, de la Sede Institucional del Colegio de Abogados de Lima, se incorporo
como Académico de Número de la Academia Peruana de Derecho el doctor Héctor Bailón
Lozada, disertando, para tal efecto, sobre el tema "Historia de los Registros Públicos dt;
Arequipa".
El discurso de presentación estuvo a cargo del Académico de Número, doctor Car
los Ramos Nuñez, quien presentando al nuevo académico nos dijo que había nacido en
Arequipa en setiembre de 1936, dándonos cuenta de las numerosas obras escritas por el
doctor Héctor Bailón Lozada, obras de inspiración sociológica y vernácula inspiradas en
las mejores tradiciones de la cultura arequipeña y entre todas las cuales yo me permito
destacar su "Historia del Derecho en Arequipa".
En su disertación el doctor Bailón Lozada nos trazó la historia de los registros en Are
quipa, de sus locales, así como de la historia de los registradores, de los libros, de la:
transferencias, de los actos regístrales y, fundamentalmente, de la naturaleza e índole de
Derecho Registral y de los diversos sistemas regístrales.
El pensamiento registral peruano incorpora así con este discurso fundamental del Acá
démico de Número, Dr. Bailón Lozada, un nuevo planteamiento a las ya clásicas obras de
Rubén Guevara Manrique, de Bernardo Pardo Márquez, de Edmundo Ubillus Panduro, etc
MARIO CASTILLO FREYRE.- El martes 15 de Diciembre del 2009, fue incorporado come
Miembro de Número de la Academia Peruana de Derecho el doctor Mario Castillo Freyre
quien sustentó la conferencia intitulada "El Arbitraje", siendo presentado por el Académicc
de Número y ex-Presidente de la Academia Peruana de Derecho doctor Felipe Osteriin§
Parodi. Mario Castillo Freyre nació en Lima, en 1964, Doctor en Derecho, Profesor Prin
cipal en la Universidad Católica, en la Universidad Femenina del Sagrado Corazón y en Is
Universidad de Lima, notable Tratadista, autor de obras fundamentales como: "Los Contra
tos sobre bienes ajenos", (1990); "El Bien Materia del Contrato de Compraventa", (1992),
"El Precio en el Contrato de Compra-Venta y el Contrato de Permuta", Lima 1993; "Ten
LEGALES EDICIONES
taciones Académicas", Lima 1998; "Tentaciones Académicas. Código Civil de 1984", Lima
1998;"Las Doctrinas Tradicionales Frente a la Contratación Computarizada", (tomos I al IV
1996); "Todos los Poderes del Presidente" (1997); a la vez es coautor del "Estudio Sobre
las Obligaciones Dinerarias en el Perú", (México, 1995); "La Mora", escrita conjuntamente
con Felipe Osterling Parodi, Editorial San Marcos, Lima, 2004; "Arbitraje. El Juicio Privado:
La verdadera reforma de la justicia", Palestra Editores, Lima, 2006; escrita conjuntamente
con Ricardo Vásquez Kunze, "El arbitraje privado internacional: una aproximación positi
vista", escrita conjuntamente con Ricardo Vásquez Kunze en el Libro Homenaje a Felipe
Osterling Parodi, Vol. III, pag. 2017 a 2031, Palestra Editores, Lima, 2008; "Tratado de las
Obligaciones" escrito conjuntamente con Felipe Osterling Parodi, obra en 16 tomos, cuya
génesis de su diseño nos la ha narrado en su estudio "El Contrato de Obra", publicado en A
el Libro-Homenaje a Felipe Osterling Parodi, vol. II, pág. 927, Palestra Editores, Lima 2008; K
537
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
nivel constitucional como fue la Asamblea Constituyente de 1979, ratificados por varios
Congresos Nacionales de Abogados del Perú, mesas redondas y muchos libros de doctrina,
como "El Perú y el Mar" del maestro Alberto Ruiz Eldredge, la luminosa carta del maestro
José León Barandiarán del 13 de noviembre de 1972 que figura como Apéndice III en el
libro citado del Dr. Ruiz Eldredge; Washington Duran Abarca "La soberanía y las 200 mi
llas", Lima, 1983, etc. El discurso de incorporación del doctor Ferrero como miembro de
número de la Academia Peruana de Derecho trató a fondo sobre esta problemática que,
en esencia, se contrae a una argumentación "de saneamiento" ante las falacias y sofismas
que existen sobre esta cuestión y que tiene el peso de quien es actualmente abogado del
Perú en el proceso sobre delimitación marítima seguido contra la República de Chile ante
la Corte Internacional de Justicia y que ha participado como abogado y árbitro en diversos
casos de Arbitraje Nacional e Internacional y de las negociaciones públicas internacionales
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LEGALES EDICIONES
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EL DERECHO ROMANO
1 JU A N IG L E S IA S : “El estudio actual del Derecho Romano”, en ' 1 'Europa e il Diritto Romano. Studi in
LEGALES EDICIONES
memoria di Paolo Koschaker”, vol. II, pag. 303, Dott. A. Giuffré Editore, Milano, 1954.
2 Ibid., ob. cit., pag. 304.
3 Ibid., ob. cit., pag. 305.
4 ADOLF PLACHY: “II D írittto R o m a n o com e valore cultúrale nella storia d e ll ' E u rop a ”, en L 'E u ro p a e il
Diritto Romano. Studi in memoria di Paolo Koschaker”, vol. I, pag. 479, Dott. A. Giuffré Editore, Milano,
1954-
5 ALVARO D 'ORS “fus Europaeum ?”, L 'Europa e il Diritto Romano. Studi in memoria di Paolo Koschaker”,
vol. I, pag. 447, Dott. A. Giuffré Editore, Milano, 1954.
6 BIONDO BIONDI: “Dommatica e storia”, en “Scritti Giuridici”, volumen I, pag- 215 a 219, Dott. A.
Giuffré Editore, Milano, 1965.
7 BIONDO BIONDI: “Prospettive Rom anístiche” en “Scritti G iu rid ic i”, volumen I, pag. 221, Dott. A.
Giuffré Editore, Milano, 1965.
541
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
paciente obra de los intérpretes que, en el curso de los siglos, han sabido extraer del Cor
pus luris aquellos elementos jurídicos universales que constituyen el summum de la ratio
scripta, a guisa que el Derecho Romano, no cual fue, sino cual fue entendido y elaborado
por los intérpretes, constituye no un Derecho sino, fundamentalmente, el Derecho. Es así
que luego de varios siglos de verdadera decantación jurídica DOMAT llegó a considerar al
Derecho Romano no como el espejo de un Derecho históricamente determinado sino como
"le dépot des régles naturelles de l'équité"8.
Según BIONDI "Los nuevos Códigos no son más que un paso ulterior de avanzada
respecto al Derecho Común y a la Pandectística y una nueva fase en la evolución secular
del Derecho que tiene en el Derecho Romano su punto de partida. Con frase feliz se ha
dicho "que el Derecho Romano presenta dos historias: una de los orígenes hasta Justinia-
no y otra de Justiniano hasta nuestros días" (BONFANTE:"D/'//íío Romano" pag.3). Es la
tradición romanística que continúa ininterrumpidamente desde Justiniano hasta el siglo
XX" - Y yo me permito sostener que aún continúa mientras escribo esta página hoy día, 27
de Diciembre del 20119. "Por tanto, añade BIONDI la cualidad de romanista y de civilista
coinciden y se identifican en la misma persona; así en Germania, cuando entro en vigen
cia el nuevo Código Civil, los pandectistas devinieron casi automáticamente, en civilistas y
los Tratados de Pandectas contenían materia tan viva y tan moderna que, con oportunas
adaptaciones pudieron devenir en excelentes Tratados de Derecho Civil: basta recordar
aquellas notas y apéndices de KIPP hechas a las venerandas Pandectas de WINDSCHEID y,
por su parte, el pandectista Dernburg, en el curso de pocos años, pudo presentar un impo
nente Tratado de Derecho Civil sobre la base del Nuevo Código"10.
Para comparar la diversa influencia ejercitada por el Derecho Romano en Inglaterra y
Alemania, me permito citar una brillante metáfora de Paul Koschaker: "El Derecho romano
viene, pues, a ser para los juristas ingleses, un venerable anciano de hermosas y luengas
barbas, al cual se le abre cortesmente la puerta cuando llama, a quien se escucha con res
peto y a quien se acompaña hasta la puerta para despedirle. En Alemania, en cambio, es
arrojado con insultos, simplemente porque en los años de su juventud se permitió fumar
sus pipas con excesiva familiaridad en los salones de doña Germania, y el humo de su taba
co ennegreció los muebles y la seda de las tapicerías con tal intensidad, que hasta la fecha,
el procedimiento mejor, no ha podido suprimir el fuerte aroma que dejara"11.
La insurgencia de los germanistas contra los romanistas hizo explosión durante la ne
fanda vigencia del Tercer Reich Alemán y su lema "Deutschland über alies" con el cual se
suprimieron las cátedras de Derecho Romano y se relegó a los romanistas, no obstante
la más o menos pacífica convivencia entre germanistas y romanistas preconizada por la
escuela histórica desde las páginas de la "Zeitschrift für die Geschitliche Rechtswissens-
chaft". Este grave problema que constituyó toda una grave crisis del Derecho Romano en
Alemania ha sido analizado por Betti en su estudio "La crisi odierna delta scienza roma-
nistica in Germania" publicado en la Rivista del Diritto Commerciale e del Diritto Generale
delle Obllgazionl", año 1939, pag. 120 a 128 y por Paul Koschaker en su estudio "Die Krise
der rómischen Rechtswissenschaft" Munich, 1938 y en el Prólogo a la Primera Edición así
LEGALES EDICIONES
como en el capítulo 17 del áureo libro del maestro de Klagenfurt, nacido el 19 de Abril de
1879 y muerto el 1- de Junio de 1951, en el cual replicaba al punto 19 del programa del
partido nazi que establecía lo siguiente: "Exigimos que el Derecho Romano, que responde
a una concepción materialista del mundo, sea sustituido por un derecho común alemán".
La réplica de Koschaker a este planteamiento corre en las paginas 411 y siguientes del
542
F il o s o f ía d e l D erech o
famoso libro del maestro alemán, así como en las ya citadas páginas de Betti, las de Biond
en su estudio "Crisi e sorti dello studio del Diritto Romano", publicadas en el volumer
I, de sus "Scriti Giuridici" pag. 383 y ss.; Schonbauer: "Zur krise des rómischen Rechts"
Weimar, 1939; Cabral de Moneada "Actual crise de romanismo na Europa" en el Boletír
da Facultade do Direito, Coimbra, 1940; Betti: "Falsa impostazione della questione storícc
dipendente da errónea diagnosi dogmática" publicado en los "Studi Arangio-Ruíz", volu
men I, pag. 1-42, Nápoles, 1952, etc.
Es indiscutible el valor educativo del Derecho Romano en la formación del pensa
miento jurídico contemporáneo. Atrás queda como una falacia y como una manipulación
política la consigna nazi de eliminar el estudio del Derecho Romano en los curricula de
las Facultades de Derecho. Atrás queda también como una razón perezosa, la elimina
ción del curso en los curricula. La crisis del Derecho Romano no es en el fondo más que
una tendencia al facilismo y a la simplificación educativa en la formación jurídica del
abogado.
Aún cuando algunos romanistas han sostenido que el Derecho Romano "fue un Dere
cho eminentemente pragmático y casuista porque tendió exclusivamente a satisfacer las
necesidades de la vida" y que "Los jurisconsultos romanos no pretendieron elaborar una
ciencia jurídica y poco se cuidaron de reducir a principios el mundo de sus conocimientos".
"Ignoraron la filosofía de los valores jurídicos y por ello su labor está despojada de conteni
do dogmático". "Empíricos geniales", "Casuistas insignes"; tales son los calificativos de un
notable romanista venezolano en un libro famoso"12.
Grave error, resultante, acaso de enfrascarse en los textos de la masa papinianea en el
Digesto habida cuenta que Papiniano, el más famoso de los jurisconsultos clásicos, dedicó
la más importante de sus obras - los "19 Libri Responsorum" a tratar y responder las más
variadas cuestiones solucionando brillantemente casos concretos.
Empero, no hay más que abrir el Digesto para encontrarnos desde el Libro I, Intitulado
"De Justitia et lure", "De la Justicia y el Derecho", desde el primer fragmento, se empieza
con una definición iusnaturalista del Derecho: "nam ut eleganter Celsus definit, ius est
ars boni et aequi" "Conviene que el que ha de dedicarse al Derecho conozca primero de
dónde proviene la palabra Ius (Derecho). Viene de lustitia, porque, según lo definió ele
gantemente Celso, el Derecho es el arte de lo bueno y de lo equitativo".
Por eso sostenemos que el genio romano se ha manifestado en la organización del
Derecho así como el genio griego en la formación del espíritu científico, del arte y de la
filosofía.
Debemos a Roma la organización del Derecho13; así como a los griegos el estudio del
arte, de la ciencia y de la filosofía14.
Y aún cuando algunos romanistas han sostenido que el Derecho Romano "fue un De
recho eminentemente pragmático y casuista porque tendió exclusivamente a satisfacer las
necesidades de la vida" y que "Los jurisconsultos romanos no pretendieron elaborar una
ciencia jurídica y poco se cuidaron de reducir a principios el mundo de sus conocimientos".
"Ignoraron la filosofía de los valores jurídicos y por ello su labor está despojada de conte- LEGALES EDICIONES
12 HUM BERTO CUEN CA: '‘Proceso Civil Romano”, Pág XXVIII, Ejea, Buenos Aires, 1957.
13 J. D ECLAREUIL: “Roma y la Organización del Derecho”, vol. 2 1 de la colección “La Evolución de la Hu
manidad”, Biblioteca de Síntesis Histórica dirigida por HENRY BERR.- 2a edición, Uteha, México, 1958.
14 LEON ROBIN: “El pensamiento griego y los orígenes del espíritu científico”, vol. 14 de la colección “La
Evolución de la Humanidad”, Biblioteca de Síntesis Histórica dirigida por Henry Berr, Uteha, México,
1956.- Cfr. Además: RODOLFO MONDOLFO: “El genio helénico”, editorial Columba, Buenos Aires,
1960; A. JARDÉ; “La formación del pueblo griego”, vol. 1 1 de la colección citada, véase el Prefacio (In
titulado “El Milagro griego” ) escrito por Henry Berr a esta obra, en las págs. V a XIII de dicha edición,
Barcelona 1926; asimismo, las palabras de A. JARDÉ en la Introducción, en las págs. 5 a 11.
543
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
nido dogmático". "Empíricos geniales" "Casuistas insignes" tales son los calificativos de un
notable romanista venezolano en un libro famoso".15
Grave error, resultante, acaso de enfrascarse en los textos de la masa papinianea en el
Digesto, habida cuenta que Papiniano, el más famoso de los jurisconsultos clásicos, dedicó
la más importante de sus obras - los "19 Libri Responsorum" a tratar y responder las más
variadas cuestiones, solucionando brillantemente casos concretos.
Empero, no hay más que abrir el Digesto para encontrarnos desde el Libro I, intitulado
"De lustitia et lure", "De la Justicia y el Derecho", en el que, desde el primer fragmento, se
empieza con una definición iusnaturalista del Derecho: "nam ut eleganter Celsus definit,
¡us est ars boniet aequi", "Conviene que el que ha de dedicarse al Derecho conozca prime
ro de dónde proviene la palabra lus (derecho). Viene de ¡ustitia, porque, según lo definió
elegantemente Celso, el Derecho es el arte de lo bueno y de lo equitativo".
15 HUM BERTO CUENCA: “Proceso Civil Romano”, Pág XXVIII, Ejea, Buenos Aires, 1957.
544
F il o s o f ía d e l D erech o
ORESTANO, quien nació en Palermo el 26 de mayo de 1909 y murió en Roma en 1988. Fue
profesor de Derecho Romano en las universidades de Cagliari, Siena, Génova y Roma. En
sus clases magistrales nos enseñaba el Derecho Romano a la luz de la Teoría General del
Derecho, de la Historiología, de la Historiografía y de una concepción historícista que se
refleja en sus grandes libros que aquí cito y que me han inspirado:
"L'appello civile in diritto romano”, segunda edición, Turín, 1953.
"Introduzione alio studio del diritto romano”, Societá editrice il Mulino, Bologna, 1981.
Hermoso y fundamental libro es este bello capolavoro de Orestano, del cual hay una
traducción castellana, Madrid, 1998, Coedición de la Universidad Carlos III de Madrid
y Boletín Oficial del Estado, Imprenta Nacional del Boletín Oficial del Estado, Madric,
1998. Traducida en 1997 por Manuel Abellán Velasco.
'‘Diritto Romano", en "Novísimo Digesto Italiano", Volumen V (Cri - Dis), p.p 1024 a
1047, editado por la U. T. E. T., Torino, 1960.
El genio romano consistió, esencialmente, en la belleza de la solución de un caso
litigioso: Es el genio jurídico. La técnica y la filosofía de los juristas romanos consistió,
fundamentalmente, en darle una solución estética, armoniosa y justa a una controver
sia. Este es el legado inmortal del Derecho Romano.
El encanto peculiar de la jurisprudencia romana consistió en una formidable intuiciór
de todas las dificultades teóricas y prácticas y resolverlas genialmente con una elegante f
escultórica frase lapidaria: "Pacta sunt servanda", "Rebus sic stantibus", "Jus est ars bon
et aequi"; "Justitia est constans et perpetua voluntas suum cuique tribuere"; "Secundurr
alegata et probata iudex iudicet decidere debeat", "Nemo iudex sine actore", "Onus pro
bandi incumbit qui affirmat non qui negat", "Actore non probante reus est absolvendus"
"Confessio est regina probationum", etc. Sobre la Brocárdica cfr. supra p. 587-588.
16 PAUL KO SCH AKER nació el 19 de abril de 1879 en Klagenfurt, Austria y murió el 1 de junio de 19 51.
Fué un brillante profesor de Historia del Derecho Romano y Derecho Oriental en las Universidades de
Innsbruck, Praga, Frankfurt, 1908-1915, Leipzig, 19 15-19 36 , Berlín, 1936-1941, Tübingen, 1941-1946.
Fundador de la Historia de la escritura cuneiforme. Fue un notable investigador y escritor de obras dedi
cadas al Derecho Asirio-Babilónico. Pero, creo que el mayor impacto de su producción científica lo pro
dujo su obra cumbre intitulada “Europa y el Derecho Romano”, publicada en 1947, traducida al castellano
por el profesor José Santa Cruz Teijeiro y publicada por la editorial Revista de Derecho Privado, Madrid,
545
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
1955, un volumen de 517 paginas, en cuyo Prólogo a la primera edición nos dice que la Génesis de su
libro se remonta al otoño de 1938 cuando publicó un estudio titulado “La crisis del Derecho Romano y de
la Ciencia Romanística del Derecho". “El deseo de redactar unas adiciones a una proyectada traducción
italiana de esta obra me ofreció la ocasión para ocuparme de nuevo con los problemas propios del tema
que es objeto del citado trabajo”. “Hoy, después de la catástrofe de la segunda guerra mundial, que ha
costado a Alemania el sacrificio de una buena parte de su historia, la traducción a una lengua cualquiera
de la obra de un profesor alemán no puede ofrecer, ciertamente, perspectivas muy halagüeñas”. Perso
nalmente, doy mi voto en disidencia al dictum del gran profesor austríaco porque, sostengo, que las más
brillantes obras de Derecho se han escrito en alemán.
17 OTTO KARLOWA, Profesor en Greifswald y finalmente en Heidelberg. Nació el 1 1 de febrero de 1836
en Bückeburg y murió en Heidelberg el 4 de enero de 1904. Su obra fundamental se intitula: “Romische
Rechtsgeschichte”: “Historia del Derecho Romano”, 1885, 1901.
18 PAUL KRÜGER: Nació en Berlín el 20 de marzo de 1840 y murió en Bonn el 1 1 de mayo de 1926, fue
profesor en Marburgo, Innsbruck, Konigsberg y Bonn. Escribió con Mommsen una famosísima edición
del Digesto y a él se deben las mejores ediciones críticas de las Instituías y del Código de Justiniano. Es
célebre su clásico libro “Historia, Fuentes y Literatura del Derecho Romano”, traducción castellana en Ma
drid por la editorial la España Moderna.
19 LOTHAR ALFRED PERNICE, “Marcus Antistio Labeo. Das Romische Privatrecht in erste Jahrhundert
der Kaiserzeit”, (Labeón. El Derecho Privado Romano en los primeros siglos del Principado) Vol 1 1873,
Vol I I 1878, Vol I I I 1892. PERNICE (18 41-19 0 1), fue un gran profesor de Derecho Romano en las uni
versidades de Halle y de Berlín. Publicó una segunda edición del Vol II, notablemente reelaborada en
1895 y su segunda parte en 1900.
20 RUDOLPH SÓHM, Brillante profesor de Derecho Romano, de Historia del Derecho, de Derecho Civil,
miembro de la segunda comisión redactora del B.G.B. entre 1890 a 1895, fue también, un notable Cano
nista y Germanista. Nació en Rostock el 29 de octubre de 184 1. Murió en Leipzig el 16 de mayo de 19 17.
Libre-Docente en Góttingen (1866-1970) y, luego, profesor ordinario en Friburgo (1870), Strasburgo
(1872) yen Leipzig (1887- 19 17). Citamos, a continuación, una serie de párrafos extractados de sus fa
mosas “Instituciones de Derecho Romano” obra universalmente conocida porque en ella los estudiantes
de todo el mundo hemos estudiado el Derecho Romano, acaso porque las “ Instituciones” de Sohm,
actualizadas y pulidas después de su muerte en 19 17 por otros dos grandes maestros que lo sucedieron:
Ludwig Mitteis y Leopold Wenger, constituyen la mejor exposición de Derecho Romano expuesta por los
más grandes romanistas de la Escuela Alemana. Como ya lo dijera don Wenceslao Roces en el “Prefacio
del traductor” a la 17* edición (1923) de esta obra carismática (traducción castellana Madrid 1936) “el
LEGALES EDICIONES
Derecho Romano sirve de guía a los juristas por los caminos de la Historia explicando a la inteligencia
moderna una de las epopeyas más fecundas y ejemplares de la historia jurídica del mundo. El estudiante
como el ya iniciado, el estudioso, el investigador y el profesional, el civilista y el político que no quieran
moverse por tanteos, mecánicamente, han de volver a cada paso los ojos al Derecho de Roma, para buscar
en sus luminosos horizontes derroteros perdidos”.
“Otro cometido tiene, al lado de éste y acaso consustanciado con él, el Derecho Romano. Es -nos dice
Sohm- el de iniciar el espíritu del estudiante en las teorías y en los conceptos fundamentales del Derecho
Privado, como indispensable preparación para la inteligencia del Derecho vigente. Y esto. Porque las
teorías, principios e instituciones cardinales del Derecho que rige en nuestros códigos; estas instituciones,
principios y teorías que forman el armazón de nuestro sistema de Derecho Privado, tienen todas su en
tronque en el Derecho clásico de Roma, trasvasado al Corpus Iuris justinianeo, y luego, de allí, a las leyes
modernas. Así, historia y dogmática, sistema y genealogía, se aúnan de continuo, y sólo quien posea ideas
claras sobre el ascendiente y el devenir de una institución, de una norma- aun la más leve y elemental-,
546
F il o s o f ía d e l D erech o
y Max Kaser,25 quienes en sus hermosas evocaciones de LABEON nos han hecho ver córr o
este jurista genial "puso claridad y fijeza en la teoría y en la práctica del Derecho, creanco
puede decir que verdaderamente la conoce en sí, y sólo ese acertará a aplicarla sin vacilaciones, certer i-
mente y con la diáfana noción de justicia. Porque la historia, no sólo es maestra del Derecho, más tambit n
de justicia. Dentro de la visión general y armónica del sistema, la historia jurídica nos enseña a conocer,
por su genealogía, las normas que hoy nos rigen”. (“Prefacio del traductor”, pág. XII y XIII).
21 PAUL JÓRS, Otro nombre glorioso entre los grandes maestros de Derecho Romano en la escuela de
los pandectistas alemanes. Discípulo de Windscheid fue profesor en Bonn, Kiel, Giessen y Viena. Nac ó
en Pomerania el 8 de octubre de 1857. Murió en Viena el 26 de setiembre de 1925. Es autor de num
rosas voces del Derecho Romano, como por ejemplo la del jurista Labeón, en la “Real Enzyklopádie
der Klassischen Altertumswissenschaft (Enciclopedia de la Ciencia de la Antigüedad clásica), dirigida
por PAULY-WISSOWA-KROLL que se publica en Sttugart desde 1894. Citamos, a continuación, ui a
serie de párrafos extractados de su formidable “Derecho Privado Romano” edición refundida por WOi
FG AN G KÜNKEL, profesor en Gottingen, traducción al castellano por el profesor de Derecho Proces d
Civil don Leonardo Prieto Castro, editorial Labor, Barcelona, 1936.
22 W O LFGANG KÜNKEL, Es otro de los grandes maestros cuyos nombres desfilan raudamente en las
grandes universidades del mundo. Nació en Odenwald el 20 de noviembre de 1902. Fue profesor en l; ,s
universidades de Freiburg im Brisgau, Gottingen, Bonn, Heidelberg y Munich en donde enseñó hasta s u
muerte. Su refundición del clásico libro de Paul Jórs y su “Historia del Derecho Romano”, traducción c e
la cuarta edición alemana por el profesor Juan Miquel, editorial Ariel, Barcelona, 1973, constituyen ur a
lectura obligada en la Universidad de San Marcos en donde todos lo leemos.
23 OTTO LENEL, Nació en Mannheim el 13 de diciembre de 1849 y murió en Freiburg el 7 de febrero c e
1935. Con Lenel, Gradenwitz, y Eisele llegamos a la cima de la escuela analítica de las interpolaciones
que ha tenido también en Italia figuras destacadas como: Contardo Ferrini, Giovanni Baviera, Hilari o
Alibrandi, Paolo Frezza, etc. OTTO LENEL escribió en 1883 su clásica obra “Das Ediktum Perpetuun ”
que es una excelente reconstrucción del edicto del Pretor. Su otra famosa obra principal se intitula: “Pi -
lingenesia Iuris Civilis”, escrita en 2 volúmenes en 1889, en la que reconstruyó con singular talento k s
fragmentos dispersos de las obras de los jurisconsultos clásicos, que estaban esparcidas en las Pandecti s
y otras fuentes del Derecho Romano.
24 FR A N Z W IEACKER, Nació en Stargard el 5 de agosto de 1908 y murió en Gottingen en 1994. Rom; -
nista, medioevalista, filósofo, teórico general del Derecho y civilista fue profesor en la universidades d é
Leipzig (1937), Gottingen (1946), Freiburg in Brisgau (1949) y nuevamente en Góttingen donde muric >.
Ha sido uno de los más grandes profesores y juristas de nuestro tiempo. Fundador de una nueva ciencia
romanista que es la “Textstufenforschung”, tal como la desarrolla en su obra fundamental “ Textstufe |
klassischer luristen”. Góttingen, 1960. Es una obra de investigación de las interpolaciones pre-justinianer s,
y de los estratos de los textos de la jurisprudencia clásica. La “Textstufenforschung” postula la reconstruc -
ción de los textos originales de la literatura clásica, iluminando la historia de los mismos a través de k s
vicisitudes sufridas en su transmisión, en su reproducción y difusión. La historia del texto-Textges -
chichte- en sus alternativas o mutaciones puede decirnos algo sobre los cambios habidos en la histori I
del Derecho. Así sostiene que alrededor del año 300 d. C. toda la literatura clásica conservada pasó
por el filtro de una reedición mediante nuevos textos que suplantaron a los volúmenes antiguos de 1c s
clásicos y así es como en ese momento se produjeron la inmensa mayoría de las interpolaciones y d ;
las corrupciones de los clásicos hasta la época de la compilación de Justiniano en la que se consagrare 1
las interpolaciones en sentido estricto. Según Wieacker el centro de gravedad de las interpolaciones
LE G A LE S ED IC IO N ES
pre-justinianeas debe retrotraerse de la tarda época post-clásica a la fase inicial de la misma, es deci ,
a la época de Diocleciano e incluso, a épocas anteriores. De allí el interés del profesor W IEAC K E 1 i
para el estudio del Derecho Vulgar o Vulgarrecht que lo ha desarrollado brillantemente en dos her
mosos estudios: “Vulmrismus und Klassizismus im Rómischen Recht der Ausgehenden Antike”. estudii >
publicado en los “Studi in onore di Pietro de Francisci”. volume terzo, pág. 1 1 5 a 138. Milano, Doti.
Antonino Giuffré - Editore, 1956 y su: “ Vulmrismus und Klassizismus im Recht der Spatantike”. 10 5 3 .
Pero, además, el profesor W IEACK ER escribió su: “ Rómische, Rechtspeschichte". München, Beck, 198.",
y su fundamental “ Historia del Derecho Privado de la Edad Moderna”, editorial Aguilar, Madrid, 1957,
reeditada por editorial Comares, Granada, 2000, entre otros estudios fundamentales.
25 M A X KASER, Nació en Viena el 2 1 de abril de 1906 y murió en Ainringel 13 de enero de 1997. Protéso •
en Münster y en Hamburgo, puede ser considerado uno de los más grandes romanistas alemanes de
siglo XX. Es autor de un fundamental libro sobre el proceso civil romano: “Das Rómische Zivilprozes
srecht”, 2da. edición, editorial Beck, München, 1996; “Das Rómische Privatrecht”, 2da. edición, editoria
547
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
c) Las diversas acepciones de! Derecho Romano y el Derecho Romano "strictu sensu"
El Derecho Romano tiene varias acepciones: una primera acepción está referida
al Derecho Romano "strictu sensu" que, en sus comienzos, fue concebido como el "ius
proprium civium romanorum", el derecho propio de los ciudadanos romanos que, luego,
evolucionó gracias al Pretor y a los jurisconsultos clásicos hacia un "Derecho de Juristas" y
que, gracias a ellos, devino en el inmortal Derecho Clásico Romano. Este Derecho Clásico,
apolíneo o inmortal, luego de una época de crisis en la que se vulgarizó dando lugar a un
"Vulgarrecht" o Derecho Vulgar tuvo su resurgimiento o renacimiento gracias a Justiniano
en el siglo V dando lugar al así llamado Derecho Justinianeo que se consagró en el "Corpus
luris Civilis" integrado por el "Codex" o Código de Justiniano, el "Digesto" que es la gran
compilación de la doctrina de los clásicos que ya se estaba perdiendo por el transcurso de
los siglos y, también, "vulgarizando", por las interpolaciones y deformaciones de la época
post-clásica o "vulgarizante". Tenemos también las "Institutas" con las que los compilado
res de Justiniano, léase Triboniano y los grandes profesores: Teófilo profesor en Constan-
Beck, München, 1975; “Rómische Rechtsgeschichte”, 2da. edición, Vandenhoeck & Ruprecht, Góttingen,
1967, traducción italiana: “Storia del Diritto Romano”, ed. Cisalpino, Milano, 1991. Inspirándonos en sus
sabias palabras de la “Introducción”, parágrafo 1, nosotros también decimos que: “El Derecho Romano
ha dominado dos épocas en la historia de la cultura jurídica occidental: en la antigüedad rigió el sistema
de vida del pueblo romano”. .....“Al Derecho Romano le fue aun asignado en suerte después de siglos de
la caída del mundo antiguo, de tornar a nueva vida en gran parte de Europa, durante el medioevo”. ... “El
renacimiento del Derecho Romano en el Medioevo fu e sobre todo el redescubrimiento de la ciencia jurídica
romana.......... *
El profesor Kaser ha escrito además “Zum begrijfdes spatrómischen Vulgarechts” publicado en los “Studi
in onore di Emilio Betti”, volumen segundo, pág. 541 a 572, Milano, Giuffré, 1962; y “ Vulgarrecht” publi
LEGALES EDICIONES
cado en la Realenzyklopádie de Pauly-Wissowa. Este hermoso tema dió lugar a unas conferencias que
el profesor Max Kaser dictara en marzo de 19 6 1 en la Facultades de Derecho de Barcelona, Valencia,
Madrid, Santiago de Compostela, Valladolid y La Laguna las mismas que se intitulaban “El Derecho
Romano Vulgar Tardío” y que fueron publicadas en el Anuario de Historia de Derecho Español, tomo
XXX , Madrid 1960, pág. 6 17 a 630; las mismas que constituyen una lectura obligatoria para todos mis
discípulos en el curso de Derecho Romano que dicto en la Universidad de San Marcos. El maestro es
cribió además cuando ya estaba en el asilo de ancianos de Ainring, en 1993, un último libro, su “canto
del cisne” intitulado “Ius Gentium”, Editorial Comares, Granada, 2004, traducción de Francisco Javier
Andrés Santos.
26 SOHM- M ITTEIS- W ENGER, “Instituciones de Derecho Privado Romano. Historia y Sistema”, pág. 85,
Editorial Revista de Derecho Privado, Madrid, 1936.
27 M AX KASER: “Derecho Romano Privado”, versión directa de la 5ta. edición alemana por José Santa
Cruz Teijeiro, pág. 7, Editorial Reus, S.A., Madrid, 1968.
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F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
en la Universidad de Trieste, publicada en sus "Scritti Giuridici", vol. I, p. 383 a 409; c) En su
reseña bibliográfica al libro de Salvatore di Marzo, intitulada, justamente, "Le basi Roma
nistiche del Códice Civile. (a propósito de un libro recente)" publicada en sus "Scritti Giuri
dici" vol. I, p. 411 a 426; d) En su “Universaiitá e Perennitá della Giurisprudenza Romana",
publicada en los "Estudios en memoria de Paul Koschaker" vol. II, p. 383 a 402 y en sus
"Scritti Giuridici" vol. i, p. 427 a 446 y e) En sus "Aspetti universali e perenne del pensiero
giuridico romano", conferencia dictada en Roma en 1955 y publicada en sus "Scritti", vol.
I, p. 447 a 475.
Es preciso citar algunos precedentes históricos: en primer lugar, la tradición romanista
se remonta a la escuela de Berito y a la de Constantinopla, en las que floreció el Derecho
Bizantino.
549
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
LA ESCUELA DE BEIRUT
volume quinto, pag. 50, ed. cit., nos dice que "la escuela de Beirut impregnó de conceptos
helenísticos a ias teorías jurídicas romanas".
Luego, en su estudio "Los factores de la evolución del Derecho Romano Postclásico y la
formación del Derecho Romano Justinianeo", publicado en su ob. cit., pag. 176 y passim,
el profesor Albertario sostuvo que “desde el año 239 Beirut ya era considerada como una
gran escuela del Derecho o como "la madre del Derecho". Sus grandes profesores fueron
exaltados como héroes y maestros del mundo. Algunos como CIRILO, PATRICIO DOMNINO,
EUDOXIO, LEONCIO, ANATOLIO y DOROTEO eran evocados y siempre recordados durante
siglos en la tradición doctrinal bizantina. A estos maestros les cupo la tarea de interpretar
el Derecho Romano a la luz de un nuevo espíritu y un nuevo método, imbuido de menta-
4 lidad filosófica, teológica y retórica, elaborando generalizaciones, distinciones, controver
tí sias y disensiones".
550
F il o s o f ía d e l D erech o
Por eso es que los maestros de la historiografía romanística han puesto en evidencia
el paralelismo de método entre los profesores de las escuelas de Beirut y ios de la escuel a
de Bolonia. Así, el profesor FRITZ PRINGSHEIM en su estudio "Beryt und Bologna", esti-
dio publicado en el Libro Homenaje a OTTO LENEL por el 50 aniversario de su Doctorado:
"Freiburger Festschríftfür Otto Lenelzum 50jáhrigen Doktorjubilaeum" Leipzig, 1921, pag.
294 y sigs., célebre estudio reeditado en sus "Gesammelte Abhandlungen" vol, I, p. 391 f
siguientes. Se trata de un hermoso estudio en el que el profesor Fritz Pringsheim explica
los métodos de las escuelas de Derecho orientales y los compara con el modo de trabaja ■
de los glosadores de Bolonia.
Véase, además, PAUL KOSCHAKER: "Europa y el Derecho Romano" pag. 106 in fine ■ '
499 (Suplemento) editorial Revista de Derecho Privado, Madrid, 1955.
Entre los investigadores sudamericanos uno de los muy pocos que ha tratado este
tema es el profesor ALFREDO BUZAID. Léase su "A Escola de Direito de Beirute", Sao Paulo
1951; obra de perfil romanístico del gran maestro de Derecho Procesal Civil (1914-1991
y la figura más brillante de la escuela procesal de Sao Paulo, uno de los fundadores de
Instituto Brasilelro de Direito Processual Civil y de la Revista de Direito Processual Civil, qur
se publica desde junio de 1960 por la editorial Saraiva y autor del Anteproyecto de Códigc
de Processo Civil promulgado el 11 de enero de 1973 con los aportes de Luís Antonio dt
Andrade, Luís Machado Güimaraes y de José Frederico Márques.
LA ESCUELA DE BOLONIA
El dramático choque dialéctico entre las dos grandes fuerzas motrices de la historia
jurídica -el Derecho Romano y el Derecho Germánico- tuvo lugar, en el espacio y en el
tiempo, no en Bolonia ni en su época, sino en las escuelas precursoras de Bolonia: Roma,
Ravenna y Pavía, las que absorben, por ello, el temperamento y estilo de uno y otro De
recho: el Derecho apolíneo y el Derecho fáustico dando lugar, precisamente, por ser una
zona de penumbra gótica y de fantasmagorías románicas, a un aquelarre historiográfico
en el que resuenan, cual noche de terror, junto a las cadenas de esta edad de hierro, las
almas en pena de los juristas anónimos, las interpolaciones de los palimpsestos, el olvido,
el prejuicio y el desconocimiento injusto de los jueces, profesores y escuelas cuyas vidas
se extinguieron, dejando solo rastros vaporosos y sutiles de una existencia dlfuminada que
es preciso evocar al conjuro de una época como la nuestra, que es también medieval. .Lo
cierto es que hay un innegable influjo magnético de aquella época encantada sobre nues
tros espíritus v nuestros corazones. A tal punto que bien podríamos hablar de un embrujo
de la historia en nuestras almas v que constituye el alma en pena de la Edad Medioeval.
Hace ya muchos años que PAUL VINOGRADOFF, el gran medievallsta de Oxford, había
dicho que "La historia que oaso a exponer es, considerada desde cierto ounto de vista, la
historia de un fantasma. Se trata de una segunda vida del Derecho Romano, después de la
desaparición del cuerpo con que vio la luz por primera vez. Yo debo presumir un conoci
miento general de las circunstancias en las cuales aquel maravilloso sistema científico sur
LEGALES EDICIONES
gió y se desenvolvió. MI narración comienza en la época de la decadencia, cuando el Impe
rio de Occidente se debatía tras los últimos esfuerzos por sobrepujar las hordas bárbaras.
Era el tiempo cuando nuevas lenguas y naciones de la Europa Occidental nacían, cuando
las estirpes reunidas bajo los confines fijados por Augusto, Trajano y Septimio Severo ya
se habían empapado de la cultura latina, cuando los elementos de la Europa románica y
teutónica comenzaban gradualmente a tomar cierta forma. Tal período se puede estudiar
desde dos opuestos puntos de vista que se caracterizan oor la romanización de las provin
cias v por la barbarización de Roma".28
28 PAUL V INO GRADO FF: Diritto Romano nell'Europa Medioevale, versión italiana de Riccobono y Zu-
loeta, Milán, Giuffré, 1950, p. 16-17.
551
J osé A ntonio S ilva V allejo
29 GUSTAVE COHEN: La gran claridad de la Edad Media, p. 175, Editorial Huemul, Buenos Aires, 1965.
30 GUSTAVE COHEN: ob. cit., p. 54.
31 G IN EVR A ZA N ETTI: Quaestiones de Iuris Subtilitatibus, texto, introducción y aparato crítico. Floren
cia, 1958.
32 G IN EVR A ZAN ETTI: Iustitia, aequitas ed ius nell'allegoria delle “Quaestiones de Iuris Subtilitatibus”,
Milán, 1950; G IN EVR A ZAN ETTI: La determinazione cronológica delle “Quaestiones de Iuris Subtili
tatibus”, Verona, 19 5 1; G IN EVR A ZAN ETTI: Ancora sulla patria e sulla paternitá dele “Quaestiones de
Iuris Subtilitatibus”, Modena, 1952; H ERM AN N KANTOROW ICZ: “The “Quaestiones de Iuris Subtili
tatibus”, a work o f Placentinus? En el volumen Studies in the Glossators ofthe Román Law, p. 181-205.
LEGALES EDICIONES
Reprint of the Edition Cambridge 1938 with Addenda et Corrigenda by Peter Weimar. Reeditado por
Scientia Verlag Aalen, 1969; H ERM AN N FITTIN G: Quaestiones de Iuris Subtilitatibus des Irnerius, Ber
lín, 1894.
33 H ERM AN N FITTIN G: Ueber die sogenannte Turiner Institutionen glosse und den sogenannte Brachylo-
gus. Ein Beitragzu der Geschichte des Rbmischen Rechtes vom Sechsten bis zum Liften Jahrhundert. Halle,
1878. Reedición anastática, Amsterdam, 1967. Cfr., además, del mismo FITTIN G: Glosse zu den Excep-
tiones Legum Romanarum des Petrus, Halle, 1874; léase su fundamental: Zur Geschichte der Rechtswis-
senschaft am Anfange des Mittelálters. Rectorats-Rede, Halle, 1875.
34 Sobre las “Quaestiones de Iuris Subtilitatibus”, las Excepciones Petri, el Brachylogus Iuris Civiles, la Summa
Codicis Trecensis y otras monografías, debe leerse: GUIDO ASTUTI: Lezioni di Storia del Diritto Italiano.
Lefonti. Etá Romano Barbárica, p. 376-422. Cedam, Padua, 1953.- Cfr., además, FRANCESCO CALAS-
SO: Medio Evo del Diritto, p. 285 y ss., 299, 301 y passim, Milán, Dott. A. Giuffré editare, 1954.- BRUNO
PARADISI: Studi sul Medio Evo Giuridico, Roma, 1987.
552
F ilosofía del D erecho
553
J osé A ntonio S il v a V allejo
precisamente Nicolás Berdiaeff nos hable de "una nueva Edad Media";111 pero no quere
mos dejarnos subyugar, aunque la tentación es grande, por el hechizo hipnótico de "lo
medioeval" v de sus cautivantes temas como el de "los reyes malditos",4 42 tales como "el
1
Rey de hierro y la Reina estrangulada" o "el misterio de los templarios"43 y de las órdenes
monásticas, pasando por el ideal caballeresco, el ideal del santo, el ideal del sabio y el ideal
del alquimista... JACQUES LE GOFF, uno de los mayores especialistas en la Edad Media Oc
cidental y director de estudios de la Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales de París
ha escrito, entre otros libros, dos que vienen a nuestro tema, y que deben leerse: "Los in
telectuales en la Edad Media" y "Lo maravilloso y lo cotidiano en el Occidente medieval" 444 5
"y la luz iluminó en las tinieblas..."
(Evangelio de San Juan: 1, 5)
Este fenómeno de luminosidad espiritual irradió en el siglo XII determinando un rena
cimiento estético, cultural e intelectual denominado, según una feliz expresión de Charles
Haskins, “el renacimiento cultural del sialo XII".'15 expresión ya manejada por Solmi en
su estudio II rinascimento delta scienza giuridica e ¡'origine dell Universitá nel Medio
Evo (Roma, 1937) y aun antes, por Hastings Rashdall, al configurar la fundación de las
grandes universidades europeas, tales como París, Bolonia, Oxford, Montpellier, Módena,
etc., como al primer renacimiento cultural de Europa46 hermoso tema, éste, que ha sido
replanteado recientemente por Olaf Pedersen en un notable bestseller: "Thefirst Universi-
ties. Studium Generóle and the Origins of University Education in Europe", Cambridge, Uni-
versity Press, 1997 y por Hilde de Ridder-Symoens: "A history of the University in Europe"
Cambridge, University Press, 2003.
Este fenómeno de luminosidad en las tinieblas o de renacimiento espiritual en la
cultura surge como contraste iridiscente ante las fuerzas oscurantistas que detuvieron,
retardaron y colapsaron la evolución espiritual y cultural en la alta Edad Media, caracte
rizada en la famosa frase de GIBBON como "el triunfo de la barbarie y de la religión" o,
por otros, como "la Edad Oscura" o, por otros, como "la noche gótica".
Hay, pues, una polaridad lumínica y todo un arco voltaico entre dos polos contras
tantes constituidos por la barbarie y su alma dionisíaca: el Derecho Germánico vs. la civi
lización v su alma apolínea: el Derecho Romano, de la cual emerge nuestra propia alma y
nuestro temperamento: el Derecho fáustico. cuyo nacimiento se opera allá en el siglo XII,
con el surgimiento de las universidades.
JOHAN HUIZINGA, gran historiador holandés, profesor en la Universidad de Groninga
(1872-1945), ha dicho al estudiar la vida y el pensamiento de Abelardo, ese gran profesor
de vida trágica, que "el siglo XII fue una época de inigualada capacidad creadora y forma-
dora. El proceso de despertar y desarrollo es mucho más real aquí que en el período que
solemos denominar Renacimiento. Esta transformación es como una melodía transpor
tada a una nota más alta y a un ritmo más vivaz o, como el sol que, de pronto, sale entre
41 NICO LAS BERDIAEFF: Una nueva Edad Media, Editorial Apolo, Barcelona, 1938.
LEGALES EDICIONES
42 M AURICE DRUON ha novelado genialmente el ciclo de los llamados “reyes malditos” en 7 volúmenes:
I: "El rey de hierro”, II: "La reina estrangulada”, III: “La ley de los varones”, etc.; Javier Vergara editor, Bue
nos Aires, 1981.
43 LOUIS CHARPENTIER: El misterio de los templarios; RAFAEL ALARCO N: A la sombra de los templa
rios. Los enigmas de la España mágica. Claves secretas del Camino de Santiago, Ediciones Martínez Roca,
Barcelona, 1986.
44 JACQUES LE GOFF: Los intelectuales en la Edad Media, Gedisa editorial, Barcelona, 1986; Id.: Lo mara
villoso y lo cotidiano en el Occidente medieval, Gedisa editorial, Barcelona, 1996.
45 CHARLES HOMER HASKINS: The Renaissance o f the Twelfth Century, Cambridge, Massachussets,
1927, Reedición Cleveland, Ohío, 1965; Id. Studies in the History ofthe Medieval Science (Harvard Histo-
rical Studies XXVII), 1924; Id.: Studies in Medieval Cidture, 1929.
46 HASTINGS RASHDALL: The Universities o f Europa in the Middle Age, 3 vols., Oxford, 1936.
554
F ilosofía del D erecho
las nubes. En todo caso, aquí podríamos hablar de un nuevo nacimiento. En el siglo XII se
desarrollaron nuevas formas de actividad mental y de vida social, que todavía son colum
nas de la existencia moderna". "Creo que nunca como en el siglo XII tantos y tan variados
elementos culturales fueron creados y formados en una sola época".47
Esta es la época de Bolonia, la gran universidad jurídica que irradia el Medioevo, cuyo
origen y cuyo desarrollo ha sido entrañablemente estudiado por ¡lustres historiadores,
cuyos libros son todo un joyel en nuestra bibliografía; y los cito entrañablemente, em
pezando por el muy apreciado libro del gran jurista de Frankfurt FEDERICO CARLOS DE
SAVIGNY: Historia del Derecho Romano en el Medioevo (Geschichte des Rómischen Rechts
im Mittelalter, 1815-1831. Existe una traducción italiana, muy buena, de Emmannuele Bo-
llatti, 1854-1857).
SAVIGNY nació en Frankfurt (la tierra de Goethe) el 21 de febrero de
1779 y murió en Berlín el 25 de octubre de 1865. Su familia era de
origen francés y provenía de Lorena, de donde había emigrado hacia
Prusia clentocincuenta años antes del nacimiento del gran maestro,
a quien ahora evoco en estas breves líneas. La obra de Savigny cons
tituye la resurrección del Derecho Romano medieval por un espíritu
neo-clásico. "Su actitud espiritual -dice PAUL KOSCHAKER en su áureo
libro- se inspira en el clasicismo y su temperamento repudia todo lo
que signifique violencia o exageración".48 El virtuosismo clásico de Savigny ha sido remar
cado también por FRANZ WIEACKER en su hermoso libro de Historia del Derecho, en el que
compara el estilo y el temperamento clásico de Savigny con la música clásica que va desde
Glück hasta Mozart y con la poesía de Goethe y Schiller y del círculo cultural de Weimar49.
Por nuestra parte, decimos que la Historia del Derecho Romano en el Medioevo de
Savigny es la piedra miliar, el punto de partida obligado de toda investigación medieva-
lística.
El espíritu neoclásico de Savigny, al concentrarse en el Derecho Romano con la visión
y los métodos de la "jurisprudencia elegante" han sido relievados también por CARLOS
AUGUSTO CANNATA y ANTONIO GAMBARO en un bello capolavoro de la escuela histo-
riográfica italiana.50
En suma, érase un "jurista ideal" y un "teórico perfecto" cuya característica principal
fue el ver a lo grande, como dice RICCARDO ORESTANO en su hermosa Introduzione alio
studio del Dirítto Romano.51
Estudiamos con fervor los orígenes de nuestra alma mater studiorum porque los Glo
sadores de Bolonia fueron "los fundadores de la ciencia jurídica moderna" (Erich Genz-
mer) o porque con la Escuela de Bolonia no solo se origina la ciencia jurídica occidental
LEGALES EDICIONES
47 JOHAN HUIZINGA: “Abelardo”, en el volumen Hombres e Ideas. Ensayos de Historia de la cultura, p.
157-158, Buenos Aires, 1960.
48 PAUL KOSCHAKER: Europa y el Derecho Romano, p. 37 1, in fine, Editorial Revista de Derecho Privaao,
Madrid, 1955.
49 FRAN Z W IEACKER: Historia del Derecho Privado de la Edad Moderna, p. 333-334, 335-336-337 y pas-
sim, Editorial Aguilar, Madrid, 1957.
50 GARLO AUGUSTO CANNATA y ANTONIO GAM BARO: Lineamenti di storia della Giurisprudenza
Europea. Del medio evo all'época Contemporánea, p. 28 3,4a Ed., G. Giapicheüi editare, Turín, 1989.
51 RICCARD O ORESTANO: Introduzione alio studio del Dirítto Romano, p. 244-245, Societá editrice il
Mulino, Bolonia, 1987.
555
J osé A ntonio S ilva V allejo
sino, también, la doctrina contemporánea del Derecho y del proceso; de donde resulta,
pues, que los Glosadores son los patriarcas de nuestros estudios. Este capítulo se contrae,
pues, a una historia de nuestros patriarcas, de nuestros ancestros y de nuestra génesis.
Pues bien, la Universidad de Bolonia, "alma mater studiorum”, se convirtió desde el
siglo XI, gracias a este renacimiento espiritual del que damos cuenta, en la meca de los pe
regrinos intelectuales que venían desde toda Europa porque deseaban estudiar Derecho,
convirtiéndose así en los paladines de la verdad y de la justicia. Ultramontani: los pere
grinos que venían allende los Alpes. Citramontani: los que venían de aquende, de cerca.
Ultramontani y citramontani integraban la Universitas Scholarium en la que se funda la
legendaria y mítica tradición universitaria del Studium Bononiensium52.
Ahora bien, como dice Savigny en su luminosa e inmortal obra, "la palabra Univer
sidad" no designa propiamente a la escuela considerada como tal sino, en su verdadero
y primitivo significado, designa: a).- la corporación que dio origen a esa escuela. Así, por
ejemplo, en Bolonia, la expresión más usada era Universitas Scholarium; b).- En París, a
su vez, se utilizaba, la expresión Universitas Magistrorum; c).- Nadie aún pensaba en el
significado que mucho más tarde con esta palabra se designaba a una "universalidad de
las ciencias". La escuela propiamente dicha llamábase Schola; d).- Después del siglo XIII se
empezó a emplear la expresión Studium; más tarde, la denominación especial y honorífica
de las escuelas supremas fue aquella de Studium generóle. Y también esta expresión esta
ba referida a la universalidad de las ciencias; e).- La expresión Studium generóle podía ser
aplicada también a una sola Facultad53.
LEGALES EDICIONES
52 CALCATERRA: Alma mater studiorum (L 'unitversitá di Bolonia nella storia della cultura e della civiltá),
Bolonia, 1948.
53 F. C. DE SAVIGNY: Storia del Diritto Romano nelMedio Evo, Volumen I, capítulo vigésimo primo, Con
clusiones, p. 665, Prima versione dal tedesco por Emmanuelle Bollati. Reimpresión por Multigráflca Edi-
trice, Roma, 1972.
556
F ilosofía del D erecho
Siguiendo una vez más a Savigny, que es la fuente máxima de toda investigación histo-
riográfica, "Según una antiquísima opinión, la Universidad de Bolonia habría sido fundad,)
por el Emperador Teodosio, allá por el año 433"54. Párrafos más adelante, Savigny vuelve a
someter a controversia esta opinión. El ilustre maestro de la Escuela Histórica sostiene que
Azón habría fundamentado esta hipótesis al sostener que Bolonia, como Constantinopla,
debería haber sido fundada por un Emperador, esto es, por Teodosio55. "No diversamente
se pronuncian Accursio y Odofredo quienes en sus glosas a la Constitución Omnem, pará
grafo 7, citan al Emperador Teodosio y, además, a San Ambrosio". Tal es también la opinión
de Bartolo para quien, en ausencia de prueba documental, la historia de la titulación se
inspira en la costumbre y hasta en una supuesta fundación atribuida a un privilegio del
Emperador Lotario"56.
No hay, pues, fecha cierta ni prueba documental cierta, sobre los orígenes de la Uni
versidad de Bolonia. Lo que hay es un claroscuro v hasta un escepticismo sobre los oríee
nes que han dado lugar a la leyenda. Aunque, como he dicho anteriormente, las tinieblas:
de la Edad Media no son sino las de nuestra ignorancia. Pero esta duda v este escepticismc
se ilumina v se trasciende gracias a la fe v a lo que llamo una "reinvindicación de la fuerzi
creadora del espíritu" que nos permite elevarnos de la duda o de lo que Pirrón y los escép
ticos griegos llamaban la epojé o suspensión del juicio hacia el descubrimiento noético
fenomenológico de la esencia del alma medieval y que está en los mismos orígenes de Ii
Universidad de Bolonia, influjo magnético de la penumbra gótica sobre la Historiografía \¡
sobre la iluminación de la fe y el alma medieval.
Así, pues, este descubrimiento gracias a las fuerzas creadoras del espíritu nos muestre
el hontanar de donde emerge la historia, oteando en el mágico v difuminado ambiente
medieval.
Creemos que esta atracción historiográfica obedece a un innegable influjo magnéti
co de aquella época encantada sobre nuestros espíritus v nuestros corazones, cuvo ritme
discurre en una dialéctica de la duración entre aquel ambiente v este, nuestro espacio
tiempo neomedioeval-
Creo haber descubierto la esencia del ritmo historiológico por el cual la Edad Mediz
nos atrae con su hipnótico embrujo. La música de Miklos Rózsa y, especialmente, su bri
llante "Spellbound Concertó" nos lo dice cuando a través del "theremin" nos simboliza e
encantamiento del hechizado o embrujado. Por eso es que, a través de la interpretaciór
musical de Miklos Rózsa, hago una interpretación historiológica del Medioevo, cuyo mun
do es toda una fantasmagoría de autores y de libros como fueron los juristas preirnerianos
a la cabeza de los cuales cito a PEPONE v al anónimo autor de las Quaestíones de iuris
subtilitatibus: y de la no menos célebre obra afin: la Summa Codicis Trecensis -a sí denomi
nada por el manuscrito de la biblioteca de Troyes, que la conserva, conjuntamente con las
Quaestíones-, obra de notable valor por su orden, concisión, claridad y dominio de todas
las partes del Corpus Iuris y que se inspira en la sistemática y doctrinas del Código de Jus-
tiniano -del cual es un compendio-, y que también es obra de un autor anónimo, aunque
Kantorovwicz la atribuyó a Rogerio, el discípulo de Búlgaro. No podría dejar de referirme
LEGALES EDICIONES
también a otras dos obras de la literatura romanística del período preirneriano: las Excep-
tíones Petriy el Brachylogus iuris civilis, obra de otro anónimo autor, aunque ha sido atri
buida por Naber al maestro Pepone, por Fitting a Irnerio y por Kantorowicz a Piacentino.
Así, pues, designo con ei nombre de aquelarre historiográfico a la época en que se
escribieron estas obras de la literatura oreimeriana cuyos anónimos autores yacen en la
fantasmagoría de la penumbra gótica, en la cual están sumergidas las raíces de la escuela
557
J osé A ntonio S ilva V allejo
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F ilosofía del D erecho
LEGALES EDICIONES
tradiciones y conocimientos del Derecho clásico heleno-romano y de la cultura occidental
supérstite en la Italia altomedieval, inmediatamente posterior a la decadencia y barbari-
zaclón de Roma; luego, la Escuela de Bolonia, alma mater studiorum, núcleo y cuna del
pensamiento jurídico mundial y de las mejores tradiciones universitarias de todos los tiem
pos, en cuya sede florecieron los Glosadores, cuyos antecesores o precursores fueron los
patriarcas de la fase legendaria: los ignotos dómines Geminlano, Lambertus y el maestro
Pepone.
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J osé A ntonio S ilva V allejo
59 GIORGIO CENCETTI: Studium fuit Bononie (Note sulla storia dell 'universitá di Bolonia nel primo
mezzo secolo della sua esistenza) en Lo Studio di Bolonia aspetti momenti eproblemi (1935-1970), p. 41,
Alma Mater Studiorum Saecularia Nona, editrice Bolonia, 1989.
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6o GIORGIO CENCETTI: Studium futí Bononie (Note sulla storia dell universitá di Bolonia nel primo
mezzo secolo della sua esistenza) en Lo Studio di Bolonia. Aspetti, momenti eproblemi (1935-1970), p. 41,
Alma Mater Studiorum Saecularia Nona, editrice Bolonia, 1989.
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J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
A! año siguiente, la tesis de Solmi fue desenvuelta por AUGUSTO GAUDENZI, profe
sor en Bolonia (nacido en 1858 en Bolonia y muerto allí mismo en 1916) quien, en su
estudio Appunti per serv. Alia storia delta Universita di Bolonia (p. 163-170), así como en
otro notable estudio, "Lo studio di Bolonia nei primi due secoli del la sua esistenza", en el
Annuarío dell'Universitá di Bolonia (1901, appendice V, p. 115 y ss. del extracto), realzó
la figura de Pepone denominándolo chiaro lume dei Bolognesi y localizó en la Catedral la
sede del primer estudio de Bolonia en los primeros dos siglos de su existencia. Asimismo,
debo citar a UGO GUALAZZINI, profesor en la Universidad de Parma (nacido en Cremona
en 1905), quien escribió un interesante estudio sobre este tema intitulado Ricerche sulle
scuole preuniversitarie nel Medioevo (1943); tema que fue ampliado en otro estudio intitu
lado "L'origine dello 'Studium' bolognese nelle piu antiche vicende delta 'licentia docendi'"
publicado en Dissertationes historicae de Universitate studiorum bononiensi (p. 98 y ss.).
Aún he de citar a PIER SILVERIO LEICHT, otro gran clásico de la escuela historiográfica
italiana (nacido en Venecia el 25 de junio de 1874, muerto en Roma el 3 de febrero de
1956), profesor de Historia del Derecho en Bolonia y, finalmente, en Roma, agudo investi
gador del Derecho preirneriano en su obra II Diritto privato preirneriano (1933). Scritti varii
di storia del Diritto italiano (3 vols.: vol. I, 1943, vol. II, 1948, vol. III, 1949); el desarrollo
sistematizado de sus investigaciones corre en su Storia del Diritto italiano. Lefonti. Lezioni
con appendice di documenti (1956); así como en su otro libro Storia del Diritto italiano. II
Diritto pubblico. Ristampa inalterata delta terza edizione rinnovata con un appendice di
documenti per le esercitazioni (1966).
Nos dice el profesor LEICHT que "Pepone era llamado por el Obispo de Siena Clarum
Bononiensum Lumen v que este elogio sobrevino en el plácito de Marturi de 1076 (opi
nión decisiva en ciertos casos) llevado a cabo en Siena en 1076 en el cual fue considerado
un gran legis doctor". El desarrollo del juicio en el cual se cita al Digesto, indica la presen
cia de un jurista experto en el Derecho Romano, como lo era Pepo di Bolonia. La influencia
predominante del legis doctor es tanto más probable como que en otro plácito llevado
a cabo en el mismo lugar y en el mismo mes, ante la Marquesa Beatriz, el demandante
llamado Sigizone di Florencia se desistió de sus pretensiones, con formas procedimentales
longobardas, a las que Pepone lo habría inducido tras una argumentación pandectista ins
pirada en el Digesto. "Esto demuestra, nos dice el profesor Leicht, cuán importante fue la
influencia ejercitada por el jurista boloñés en el juicio de Marturi y cómo precisamente
por ello se le cita como el inspirador de los estudios romanísticos"61.
En opinión del maestro FRANCESCO CALASSO (nacido en Lecce el 19 de julio de 1904,
muerto en Roma el 10 de febrero de 1965) "Advertimos que el desdibujamiento de Pepo
ne a Irnerio a expensas del primero... reproduce un antiguo fenómeno de concentración
heroica de un determinado personaje dentro de un proceso histórico... Pepone gozaba de
fama en aquel tiempo. Pero nada más sabemos de él. La patente de mediocridad que le
atribuye crudamente Odofredo puede únicamente darnos a suponer esto; que habiendo
surgido en el horizonte un hombre de genio, la potente personalidad de este oscureció
rápidamente el mérito de quien, con anterioridad, habría recorrido ya la misma estrada".
LEGALES EDICIONES
"Mas he aquí una singularidad: que la misma rareza de noticias que deja en el misterio la
figura de Pepone, domina también la misma personalidad de Irnerio".62
Otro ilustre maestro, el profesor de Ñapóles BRUNO PARADISI (nacido en 1909), nos
ha hecho ver, al tratar de los orígenes de la Universidad de Bolonia en las p. 93-95 de
su Storia del Diritto italiano que "no solamente Pepone e Irnerio enseñaron por su pro
pia iniciativa... Se advierte que en la historia del pensamiento escolástico francés también
Abelardo había estudiado v enseñado sin ningún maestro, esto es, sin desenvolver sus
61 PIER SILVERIO LEICHT: Storia del diritto italiano. Lefonti. Lezioni con appendice di documenti, p. 117 ,
IV edizione Riveduta ed accresciuta in collaborazione col prof. C.G. Mor Giuffré, 1956.
62 FRANCESCO CALASSO: Medio Evo del Diritto, p, 505-507, Milán, Giutfré, 19 51.
562
F il o s o f ía d e l D erech o
doctrinas de uno u otro, sin una licentia docendi...".63 Y añade: "el estudio de Bolonia no
había comenzado con Irnerio v ni siguiera con el legendario Peoone, sino que tenía una
larga historia precedente: tal es la tesis de Fitting..."
Y, luego, BRUNO PARADISI nos transporta así a los studiums precedentes de Ravenna
y de Roma que constituyen la doctrina que se conoce con el nombre de traslatione studio,
paralela a la doctrina de la traslado imperíi, según la cual el studium habría "mutato la sua
sede per seguiré /'impero"64.
Y es que la tradición romanista, además de comprender el Derecho Bizantino, se des
envolvió también en Occidente en la Escuela de Ravenna, en ¡a cual se tradujeron al latín
las tradiciones del Derecho Clásico y de la cultura occidental supérstite en la Italia altome-
dieval, inmediatamente posterior a la decadencia y barbarización de Roma. La Escuela de
Ravenna es, pues, anterior a la Escuela de Bolonia; que tuvo desde sus orígenes, una etapa
legendaria.
La escuela de Bolonia, alma mater studiorum, núcleo y cuna del pensamiento jurídico
mundial v de las mejores tradiciones universitarias de todos los tiempos, en cuya sede
florecieron los Glosadores, desde el ignoto dóminus Peoone o. mejor aun, desde los legen
darios maestros Gerniniano y Lambertus, hasta el dóminus Irnerio, todo un "maestro sim
bólico", llamado el "lucerna iuris" y también el "orímus illuminator scientiae nostram".
según refiere en su evocación Odofredo. historiografiado por NINO TAMASSiA en el tomo
II de sus "Scritti di Storia Giuridica" p. 335 a 464, CEDAM, Padova, 1967; pasando, luego,
por los cuatro grandes discípulos y continuadores del maestro Irnerio: Búlgaro, Martina,
Ugo y Jacobo y sus métodos, hasta llegar a la Glosa Magna de Accursio y, luego, proseguir
con los Post-Glosadores o Comentaristas: Ciño da Pistoia, Bártolo de Saxoferrato, Baldo de
Ubaldis, Paulo de Castro, Mascardo, etc.
En la Escuela de Bolonia hubo, en sus orígenes, un personaje legendario: el mítico pro
fesor Pepo o Pepone, maaister in artibus quien, al parecer, no dejó obra escrita: solo una
vaga referencia de sus clases o lecciones legendarias, difuminadas en la penumbra lejana
de la aurora o del espectral amanecer en la Escuela de Bolonia, quien es considerado por
la historiografía como un Clarum Bononiensum Lumen. Me remito, así, al estudio de PIERO
FIORELLI intitulado "Clarum Bononiensum Lumen", publicado en el volumen Per Francesco
Caiasso. Studi degli alievi (1978).
Al maestro Pepone. se le ha atribuido una obra notable de la que voy a dar cuenta en
esta breve referencia al Derecho preirneriano. Aludo al Brachvloaus iuris civilis.
El Brachylogus iuris civilis era un tratado elemental de Derecho Romano que constitu
ye el texto más importante del pensamiento jurídico preirneriano.
No hay unanimidad entre los historiadores del Derecho en torno a quién haya sido el
anónimo autor de este texto, de suerte que algunos profesores como Ficker656y, luego, Sol-
LEGALES EDICIONES
mi—, lo ubican entre las obras propias de la escuela de Ravenna. en tanto que otros, sos-
63 BRUNO PARADISI: Storia del Diritto italiano, p. 93, Liguori Editare, Nápoles, 1962.
64 BRUNO PARADISI: Storia del Diritto italiano, p. 98-99.
65 JULIUS von FICKER, insigne medioevalista alemán, profesor en la Universidad de Innsbruck, nacido
en Paderborn el 30 de Abril de 1826, muerto en Innsbruck el 10 de Julio de 1902. La tesis aquí planteada
la expuso Ficker en su obra “Forschungen zu Reichs und Rechtgeschichte Italiens”, 4 vols., 1868-1874. (“In
vestigaciones sobre el reino y la historia de Italia”).
66 ARRIGO SOLMI, insigne historiador del Derecho italiano, político, Ministro de Justicia o Guardasellos
entre 1936 a 1939 durante el cual planteó los proyectos de reforma que llevan su nombre en materia civil
y procesal, Profesor en las Universidades de Camerino, Cagliari, Siena, Parma, Pavía, Milán y Roma.
563
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
tienen que su autoría debe atribuírsele a Peoone. Tal es la tesis del historiador holandés
Naber62. guien planteó esta hipótesis fundándose en la similitud estilística que existia
entre el plácito de Marturi de 1076 (opinión decisiva en ciertos casos) v ciertos pasos dei
Brachvlaaus. infiriéndose, por tanto, que el autor fuese Peoone. el más antiguo maestro
de Bolonia que se recuerda, anterior a Irnerio.
La denominación de Brachvloaus data dei siglo XVI. dada por su primer editor a un
compendio de Derecho Civil Romano, de carácter sistemático, dividido en cuatro libros
siguiendo el orden de las Instituciones de Justiniano, de suerte que el primer libro trata de
las personas y de la familia, el libro segundo trata de las cosas, de los derechos reales y de
las sucesiones, el libro tercero trata de las obligaciones, de los contratos y de los delitos y
el libro cuarto trata del proceso y de las acciones.
La sistemática del Brachvloaus plantea una tetralogía que difiere de la tricotomía de
Gayo y de las Institutos de Justiniano, con una nota original y es la de que entre sus fuentes
está la Lex Romana Visigothorum y diversos pasos de las Sentencias de Paulo, así como
de un capítulo de Ludovico Pío provenientes del Líber Papiensis el que, como hemos visto
anteriormente, formaba parte del Derecho Longobardo.
El Brachylogus ostenta una serie de notables méritos que deben exaltarse y que, a
juicio del profesor Guido Astuti, son "la exposición clara, ordenada, concisa y precisa, rica
de definiciones y de distinciones; el autor no es un simple transcriptor de las fuentes, que
utiliza y elabora con una notable seguridad e independencia, con una formulación original
de los conceptos jurídicos". "Se trata evidentemente de un manual destinado a la Escuela".
"Su simplicidad y su claridad explican el larguísimo favor del cual el Brachylogus continuó
siendo objeto en la Escuela enriquecido por una serie de glosas: lo encontramos usado en
Francia y, especialmente, en Germanla todavía durante el siglo XVII"**6 68.
7
LAS Q U A E S T I O N E S D E IU R IS S U B T IL IT A T IB U S
Las Quaestiones de iuris subtilitatibus constituyeron "el texto jurídico más interesante
del siglo XII", según la opinión de D'Ablaing, su descubridor69. Según el profesor Hermano
Fitting, cuya investigación es decisiva en este tema, "es uno de los más grandes textos jurí
dicos de todo el Medioevo y la fuente más notable de la Historia General del Derecho de
aquel tiempo"70. Según el maestro Calasso, es "la obra de más alta importancia científica
de la escuela de los Glosadores"71 y, también, según Calasso, "la obra más enigmática que
la Escuela de los Glosadores haya producido"72. Según la profesora GINEVRA ZANETTI,
Nació en Emilia el 15 de Enero de 1873. Murió en Roma el 5 de Marzo de 1944. Escribió muchos libros
pero la tesis aquí planteada está escrita en dos de sus obras fundamentales: “1/ Rinascimento della scienza
giuridica e l'origine delle Universitá nelM edio E v o ’, 1900 y “M anuale d i storia del diritto italiano” 1908.
67 JEA N CHARLES NABER, insigne medioevalista, romanista y filólogo holandés, profesor en la Universi
LEGALES EDICIONES
dad de Utrecht, nacido enHaarlenel 1 1 de Marzo de 1858, muerto en Utrecht en 1950. Sus muchos libros
que escribió están referidos a la Papirología, a las lenguas clásicas en las que era expertísimo, al Derecho
Medioeval y a la dogmática jurídica. La tesis aquí planteada la expuso Naber en su obra Mnemosyne
escrita entre 1925-1930.
68 GUIDO ASTUTI: Lezioni di Storia del Diritto italiano Le Fonti etá Romano-Barbarica, p. 393, Cedam-
Casa Editrice Dott. Antonio Milani, Padua, 1953.
69 Citado por KANTO RO W ICZ cuya cita la reproduzco textualmente: “The “most interesting writing of
the twelfth century”, publicado en “Studies in the Glossators ofthe Román Law”, pag. 18 1, Scientia Verlag
Aalen, 1969. Reimpresión de la edición de Cambridge de 1938.
70 H ERM ANN FITTIN G: “Quaestiones de iuris subtilitatibus de Irnerius", Berlín, 1894.
|., 71 FRANCESCO CALASSO: Medio Evo d d Diritto, p. 537.
* 72 CALASSO, ob. y loe. cit.
564
Iy
F il o s o f ía d e l D erech o
"Todo revela la mano de un gran maestro, sea por el diseño y el fin, sea por la sustancie
y el método, sea por el conocimiento de las fuentes"73.
La obra fue atribuida por Fitting a Irnerio en un célebre estudio publicado en Berlín
en 1894, que llevaba por título Die Quaestiones de iuris subtilitatibus des Irnerius. Este
imputación suscitó una viva controversia en toda Europa que "asumió las proporciones de
la célebre cuestión homérica e inspiró una vasta literatura sobre el tema"74.
Otro notable maestro, cuya evocación fulgura siempre en nuestras clases de Filosofía
del Derecho, de Derecho Procesal e Historia General del Derecho, el profesor HERMANN
KANTOROWICZ, atribuyó las Quaestiones a Placentinus, notable sumista, fundándose en
una serle de testimonios sobre la Interpretación y el estilo de esa otra gran obra de Pía-
centino Intitulada Libellus de actíonum varietatibus: '“Le style cést l'homme’, and the stvle
ofthe Quaestiones is that of Placentinus. We have already considered the similarity of the
references ¡n the Quaestiones to those ¡n the earliest works of Placentinus; but there are
other and more important points. The author speaks through the mouth of a supernaturai
Iuris interpres who obviously stands for jurlsprudentía; and Placentinus introduces Juris-
prudentia as speaking not only in his Libellus but also in his poetical Sermo de Legibus"75.
* ■ "Quienquiera hava sido el autor de las Quaestiones, dice GINEVRA
ZANETTI. la obra es un notable producto de la literatura jurídica ita
liana surgida como una bellísima flor en una primavera todavía inci
piente. un presagio de estaciones más espléndidas”76.
"El autor, culto en los estudios clásicos y dotado de un vivaz talento
artístico, es también, un filósofo de concepciones geniales. Pero, so
bre todo, es un jurista de primer nivel v un notable espíritu de eran
educador, cuva mente estaba iluminada oor altos ideales”. "El autor tiene la idea genial
de recoger los pasos aparentemente antinómicos de las leves iustínianeas para intentar la
conciliación, componiendo así un trabajo paralelo a la literatura bizantina, lo que consti
tuye un reencuentro con la literatura romanística de Occidente". "Sobre todo, él pone en
evidencia la unidad lógica v la armonía de todo el Corpus Iuris. Poniendo las Quaestiones
ante un auditor y las soluciones ante un intérprete, actúa en vivaz forma de diálogo, con
gran sentido del arte, no inferior a su gran instinto jurídico". "La personalidad del autor se
revela notable en el bellísimo Prólogo que se inicia con una alegoría de la Justicia inspirada
por Ulpiano en el Exordio del Diaesto"77.
Pero ha sido el maestro FRANCESCO CALASSO en su notable obra Medio Evo del Diritto
quien ha sintetizado el aporte de las Quaestiones de Iuris Subtilitatíbus haciéndonos ver
que dicho aporte se contrae al axioma o principio de la reductio ad unum, que informa el
sistema jurídico, teológico y filosófico del pensamiento medieval y que se enuncia como
73 G IN EVR A ZAN ETTI. ilustre profesora de Historia del Derecho Italiano en la Universidad de Sassari.
Nadó en Milán el 17 de Febrero de 1906. Murió en Roma el 25 de Febrero de 1966. Aquí citamos su
LEGALES EDICIONES
estudio “ Quaestiones de iuris subtilitatións” en Novíssimo Digesto Italiano, vol. XIV (Prod- Ref), p. 6 11,
U.T.E.T., Turín, 1967.
74 Ibíd, ob. y loe. cit.
75 H ERM AN N KANTOROW ICZ: “The Quaestiones de iuris subtilitatibus, a work of Placentinus” en el
volumen Studies in the Glossators o fth e Román Law. N ew ly discovered writings ofth e twelfth century, p.
203, edited and explained by Hermann Kantorowicz with the collaboration of William Warwick Buc-
kland. Reimpreso por Scientia Verlag Aalen, 1969. Este brillante estudio debe concordarse con otro de
KANTOROW ICZ: “The Poetical Sermo o f a Medieval Jurist. Placentinus and his “Sermo de Legibus”
(editado por primera vez en el Journal o fth e Warburg Institute, II, 1938; reeditado en Rechtshistorische
Schriften, p. 1 1 1 - 1 3 5 , bajo el cuidado délos profesores H ELM UT C O IN G y G. IMMEL, Karlsruhe, 1970.
76 GIN EV R A ZAN ETTI: “Quaestiones de iuris subtilitatibus” en Novíssimo Digesto Italiano, vol. XIV, p.
615. U.T.E.T., Turín, 1967.
77 GIN EV R A ZAN ETTI, ob. cit., p. 612.
565
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
el unum ius del unum imperium73. "Unum ius como contrapuesto al complejo de los iura
propria de cada pueblo y que representa el Ius Commune; es decir, aquella unidad según el
principio profundizado en la filosofía tomista como Omnis multitudo derívatur ab uno"7 79 y
8
que en el Derecho Medieval recibe la expresión clásica de "Derecho común", que es todo
un "concepto dogmático", "una categoría lógica y abstracta" "y que designa, en el sistema,
un determinado complejo de normas"80,
"Precisar el concepto de Derecho común, ha dicho el maestro Calasso en otro de sus
libros, no importa únicamente una definición de orden lógico, sino un fenómeno grandioso
que está al centro de la historia jurídica de Europa"81.
El profesor GIUSEPPE ERMINI, rector y gran maestro de la Universidad de Perugia,
ha dicho que el unum ius del unum imperium debe entenderse en el sentido de que ej
Derecho Romano era la /ex omnium aeneralis de validez universal frente a los derechos
locales, en tanto que el unum imperium significaba que Roma era, como decían las Quaes-
tiones de iuris subtilitatibus, la rerum summa, mundi principatus, singuiare in omnes gen
tes imperium, porque en Roma reside, no hay duda, la autoridad y la potestad de emanar
legitima et spiritualis praecepta";82 y, en otro estudio notable, dijo el ilustre profesor de
Perugia que "la idea de la reductio adunum que anima ai imperio en el esfuerzo de reunir
bajo una única y alta dirección política los numerosos fragmentos de la época feudal y el
Papado está intimamente ligada con el resurgir del derecho imperial romano como dere
cho vivo y por todo el imperio común al constituirse un Derecho Canónico único en todo el
orbe católico igualmente común; tal es el concepto de un Ius comune"83. En otro magistral
estudio, el ilustre profesor y rector de Perugia nos ha sintetizado el tema: "La expresión Ius
comune. en el jareo período histórico que corre entre el siglo XIII v las codificaciones dei
Ochocientos se pueden denominar como la época del Derecho común"84.
Pues bien, a esta época pertenece también la lucha entre los güelfos y los gibelinos,
o sea entre los que seguían al Papa y los que seguían al Rey; enfrentamiento este, que
embargó a todo Occidente, entre los siglos XII, XIII y XIV. Los güelfos estaban a favor del
Papa y los gibelinos seguían al Emperador y negaban, en principio, los poderes de! Papa
en cuestiones temporales. Estas cuestiones inquietaban por igual a juristas y a teólogos.
La tesis de los güelfos era la de que el Señor había transmitido ai apóstol Pedro el do
minio sobre toda la Iglesia y sobre todo el mundo. La tesis de los gibelinos, sustentada por
los juristas imperiales, sostenía que todo poder temporal viene de Dios y reside en el Em
perador. Por tanto, la autoridad del Papa procede del Rey y depende de él para su ejercicio.
En conclusión, las Quaestiones constituyen una fuente de estudio importantísima
para comprender en toda su magnitud la época auroral de la Universidad de Bolonia y su
interpretación del Derecho Procesal y la Justicia.
Un párrafo inmortal de las Quaestiones es el que trata sobre el Unum Ius del unum
imperium. Este paso famoso de las Quaestiones lo dice todo en el breve giro de sus pocas
frases, que determinó e inspiró el triunfo de una teoría unificada del Derecho en la Escuela
de Bolonia.
LEGALES EDICIONES
78 FRANCESCO CALASSO: Medio Evo del Diritto, p. 370-373, Milán, Dott. A. Giuffré Editore, 1954.
79 FRANCESCO CALASSO: Medio Evo del Diritto, p. 373.
80 FRANCESCO CALASSO: Medio Evo del Diritto, p. 375.
81 FRANCESCO CALASSO: “II Concetto di Diritto comune”, en Introduzione al Diritto comune, p. 33 y ss.,
Milán, Dott. A. Giuffré, Editore, 19 51.
82 GIUSEPPE ERM INI: Corso di Diritto comune, Capítulo I: “L ' unum ius del unum imperium” p. 10, M i
lán, Dott. A. Giuffré, editore, 1962.
83 GIUSEPPE ERM INI: “Ius commune e utrumque ius”, en Scritti di Diritto comune, p. 5 y 6, Padua,
C.E.D.A.M., Casa Editrice Dott. Antonio Milani, 1976.
84 GIUSEPPE ERM INI: “Diritto comune” en sus Scritti di Diritto comune, cit., p. 119 .
566
F il o s o f ía d e l D erech o
La luz surgió con Irnerio, quien fue un lucerna iuris, según el dictum de Odofredo (el
primer historiador de la Escuela, nacido en Bolonia en los primeros años del siglo XIII, muer
to el 3 de diciembre de 1265), quien dijo también de Irnerio que fue "¡Iprimus illuminator
scientiae nostra", “H primus cui fecit glossas in libris nostris et priman formularium".85
La Ciencia del Derecho se inició, pues, con Irnerio y prosiguió con sus discípulos: ios
Glosadores. La Escuela de Bolonia se convirtió desde el siglo XI, gracias a este renaci
miento espiritual del que damos cuenta, en la meca de los peregrinos intelectuales que
venían desde toda Europa para estudiar Derecho, convirtiéndose así en los paladines de
la verdad y de la justicia.
El prestigio de los juristas de Bolonia se extendió por toda Europa al enlazar la teoría
jurisprudencial con la Retórica aplicada a un modelo jurídico; más aún, a un texto equi
parable a la Biblia: el Diaesto y, en general, todo el Corpus iuris Civilis era visto por los
Glosadores "con la reverencia estupefacta de quien se acerca a un libro caído del cielo ".86
Los textos justinianeos aparecieron a la devota investigación de Irnerio y sus discípulos
como el condensado de toda la legalis sapientia, era toda una revelación y una sublime
inspiración del Espíritu Santo, como la que fluía de la Biblia para inspirar a los teólogos, a
los Santos y a los Padres de la Iglesia o como la que fluía de la Metafísica y del Organum
de Aristóteles para inspirar a los comentaristas del estagirita.
Por ello, ante los oios de los juristas de Bolonia, el Corpus Iuris fue la autoridad por
excelencia: era la sanctio sancta. como lo fue y lo es la Suma teológica de Santo Tomás de
Aqulno para toda reflexión teológica o, como dijo LUCA DA PENNE, "un conjunto de princi
pios y de definiciones en las que el Espíritu Santo habló y se manifestó en la ley romana";87
o, como decimos nosotros inspirándonos en la Introducción a la Epístola a los Hebreos y
en la Encíclica Dominum et vivificantem de JUAN PABLO II, Dios nos habla por medio del
Espíritu Santo; de la misma manera, siguiendo esta sublime inspiración, bien se podría
concluir que el Corpus Iuris Civilis estuvo en cierta forma bajo la santa inspiración, como
lo ha insinuado BIONDO BIONDI en "El Derecho Romano cristiano".88
LEGALES EDICIONES
85 NINO TAMASSIA: “Odofredo. Studio storico giuridico”, en Scritti di storiagiuridica, volume secondo, p.
397-398, Cedam, Padua, 1967.
86 ADRIANO CAVANNA: Storia del Diritto moderno in Europa. Le fonti e il pensiero giuridico, p. 118 ,
Giuffré editare, Milán, 1982.
87 Confrontar FRANCESCO CALASSO: “II Diritto comune come fatto spirituale” en el volumen Intro-
duzione al Diritto comune, p. 165, Dott. A. Giuffré editare, Milán, 19 5 1; ADRIANO CAVANNA: Storia
del Diritto moderno in Europa. Le fonti e il pensiero giuridico, p. 118 , Giuffré editare, Milán, 1982; R ICA R
DO ORESTANO: Introduzione alio studio del Diritto Romano, p. 186, Societá editrice il Mulino, Bolonia,
1987; véase ahora en la traducción española del profesor M ANU EL ABELLAN VELASCO : Introducción
al estudio del Derecho Romano, p. 207, Madrid, 1997.
88 Cfr. BIONDO BIONDI: “El Derecho Romano cristiano”, p. 256-262, en el volumen Arte y ciencia del
Derecho, prólogo por Juan Iglesias y traducción y estudio preliminar por Angel Latorre, ediciones Ariel,
Barcelona, 1953.
567
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
LA LEYENDA DE IRNERIO
la suavidad del vino. Y nos preguntamos: ¿no estamos ante la traslación de la leyenda
aristotélica a la figura de Irnerio? La causa de la confusión de Aristóteles con Irnerio no es
difícil encontrarla. Filosofía y Derecho se confunden y están estrechamente unidos en los
ordenamientos escolásticos del Medioevo. La tradición filosófica podía, pues, pasar de un
campo a otro con mucha facilidad. La personalidad de Irnerio en la historia del renacimien-
89 (Cfr. NINO TAMASSIA, "Note per la storia del Diritto Romano nel Medio Evo. Un Antico Proemio
de 'Libri giuridici in Oriente e in Occidente. La leggenda d 'Irnerio”, en el volumen segundo, p. 318, de sus
Scritti di storia giuridica, Cedam, Padua, 1967.
9o NINO TAMASSIA, ob. cit., p. 319.
f 91 AULO GELLIO: Noches aticas, libro XIII, cap. 5, citado por NINO TAM ASSIA en ob. y loe. cit.
568
F il o s o f ía d e l D erech o
to del Derecho Romano podía muy bien transplantarse, asemejándola a la del más grane e
de los filósofos, ante el cual se inclinaba la ciencia medieval. Si Irnerio fue llamado lucerna
iurís, illuminator scienza nostra, bien ameritaba, que la leyenda le atribuyera los mismos
méritos que los de Aristóteles".92
Así, pues, la figura de Irnerio está envuelta en la leyenda. Son poquísimos los doci -
mentos que hablan de él. Es uno de aquellos personajes de biografía huraña, críptica o
escondida entre las brumas de la leyenda y el misterio. Su verdadero nombre fue Guai -
nerius o Warnerio, y habría nacido entre el 1055 y el 1060. Los documentos que habla i
de Irnerio hablan de él como un causidicus, es decir, como un abogado en el proceso da
Cornacervina del 28 de junio de 1112; luego, en el proceso de Baviana de mayo de 111?
seguido por la condesa Matilde de Toscana; luego, en el proceso de Padua del 18 de marzo
de 1116 en el que aparece como iudex, como en el proceso de Reggio Emilia del 8 de abr I
de 1116; en el de Governolo del 6 de mayo de 1116 y, en el caso del Monasterio de Sa i
Benedetto di Polirone de fines de 1125, entre otros casos que cita ENRICO SPAGNESI en
su libro Wernerius Bononiensis Iudex. La figura storica d'Irnerio; Leo S. Olschki editore,
Firenze, 1970. Véase, además: CARLO GUIDO MOR: "I giudizi della Contessa Matilde e la
rlnascita del diritto romano"en los Studi in memoria di Benvenuto Donad, pag. 43 y s.s, Bo ■
logna, 1954; GIORGIO CENCETTI: Studium fuit Bononie (Note sulla storia dell'universitá di
Bolonia nel primo mezzo secolo della sua esistenza) en Lo Studio di Bolonia aspetti momen
ti e problemi (1935-1970), p. 41, Alma Mater Studiorum Saecularia Nona, editrice Bolonia
1989; HERMANN FITTING: "Los orígenes de la escuela de Bolonia" ("Die Anfánge der Re
chtsschule zu Bologna"), Berlín y Leipzig, 1888. Los insignes medioevalistas que he citadc
precedentemente a su vez, parten de una célebre fuente: la Crónica Urspergense. Se trate
de una crónica escrita por BURCARDO DE BIBERACH, Preboste de Ursberg (1177-1231) er
cuya Crónica se narran estos hechos fundamentales para los orígenes de la escuela de Bo
lonia. Cfr. además NINO TAMASSIA: "Bologna e le scuole imperiali di diritto", en sus "Scrítt.
di Storia Giuridica", volume secondo, pag. 15 y s.s.; Cedam, Padova, 1967; además NINC
TAMASSIA: "Odofredo. Studio storico giuridico", en sus "Scritti di Storia Giuridica", volume
secondo, pag. 535 y s.s. Cedam, Padova, 1967.
La condesa Matilde de Canossa influyó decisivamente en la vida de Irnerio y, al pare
cer, fue quien lo instigó y le pidió que asumiera la docencia en el estudio de Bolonia. Ello
se explica porque, defensora de los intereses del Papa Gregorio Vil, quería, a través de su
influencia, establecer un centro de estudios de Derecho Romano para formar una escuela
que, en contraposición a la Escuela Imperial de Ravenna, formara juristas defensores del
Papado. Y ya existía un studium de Derecho Romano en Bolonia prestigiado por las cla
ses del maestro Pepone que se hizo famoso en un juicio insigne llevado ante la corte de
Beatriz, duquesa de Toscana, en 1076, en el cual se citaba el Digesto y las doctrinas de los
jurisconsultos clásicos. Esta vez, se pensó en concederle la licencia docendi a Guarnerius,
profesor de Retórica en el ya célebre studium. Es así como Guarnerius comenzó a leer el
derecho en el studium bononiensis. Y sus clases, iniciadas a fines del siglo XI, allá por el
1088, fueron todo un suceso que atrajo estudiantes citra montani y ultra montani. Y el
estilo de esta docencia tuvo siete características que determinaron su metodología.
569
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
los esbirros del emperador Caracalla en el año 212 por haberse resistido a absolver como
jurista la conducta fratricida del tirano. La enumeración papinianea de las fuentes del De
recho fue recepcionada en el Digesto I, 1,7: "Derecho es, pues, el que dimana de las leyes,
plebiscitos, senadoconsultos, decretos de los príncipes y autoridad de los jurisconsultos.
A su vez, el Derecho Pretoriano es el que, por razón de utilidad pública, introdujeron los
pretores, para ayudar o suplir o corregir el Derecho; el cual se llama también Honorario,
habiéndose denominado así por el honor de los pretores".
¿Cuáles fueron las fuentes para Irnerio? ¿Cuáles los libros de autoridad que él mane
jó? ¿Cuáles los libros utilizados para la lectura? Ante todo, digamos que los libros eran ra
ros, dificultad inherente a la misma época y al ambiente. Sin embargo, Irnerio pudo tener
a su disposición los textos del Corpus iuris gracias a la ayuda económica que le proporcionó
la condesa Matilde, que le permitió conseguir los textos para leer los libros venerandos.
La lectura era lo que caracterizó por antonomasia a la metodología escolástica. En base a
la lectura, el profesor brindaba comentarios cuya forma escrita dio lugar a la glosa. Como
dice GIUSEPPE SALVIOLI, "Bastó la noticia rápidamente difundida de que en Bolonia se
leían y se comentaban los libros de Justiniano para atraer miríadas de clérigos y de goliar
dos vagantes".93
¿Quiénes eran los goliardos? Eran los intelectuales de la Edad Media. JACQUES LE
GOFF, uno de los mayores especialistas en la Edad Media Occidental y director de estudios
de la Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales de París ha dicho en un maravilloso libro,
Los intelectuales en la Edad Media, que "Todo se combina para ocultarnos su figura. El ano
nimato que los cubre en su mayor parte, las leyendas que propagaron sus enemigos y los
historiadores, desorientados por falsas apariencias y enceguecidos por los prejuicios, los
entremezclaron con los vagabundos, bribones, juglares y bufones. Eran los bohemios pero
también los que algo querían estudiar, mirados a veces con temor y con desprecio, pues
eran los perturbadores del orden y, por lo tanto, gente peligrosa. Otros, en cambio, ven
en los goliardos una especie de intelligentzia urbana y también un grupo que encarnaba
todas las formas de oposición declarada al feudalismo. ¿Dónde está la verdad? Ignoramos
el origen del término mismo de goliardos y una vez apartadas las etimologías fantasiosas
que lo hacen derivar de Goliat, encarnación del diablo, enemigo de Dios, o de Gula para
hacer de sus discípulos unos glotones o unos comilones, nos quedamos solo con algunos
detalles biográficos de algunos goliardos, colecciones de poemas -Carmina burana- y los
textos contemporáneos que los condenan o denigran."94
Dice Le Goff que: "No hay duda de que los goliardos constituyeron un tipo contra
el cual se enderezaba con complaciencia la crítica de la sociedad establecida. De origen
urbano, campesino o hasta noble, los goliardos son ante todo vagabundos, representan
tes típicos de una época en que la expansión demográfica, el desarrollo del comercio y
la construcción de las ciudades rompen las estructuras feudales, arrojan a los caminos
y reúnen en sus cruces, que son las ciudades, a marginados, a audaces, a desdichados.
Los goliardos son el producto de esa movilidad social característica del siglo XII. El primer
escándalo para los espíritus tradicionales es el hecho de que esas gentes escapan a las
LEGALES EDICIONES
estructuras establecidas. La Alta Edad Media se había esforzado para hacer que cada cual
ocupara su lugar, desempeñara su tarea, permaneciera en su orden, en su estado. Los go
liardos son evadidos. Evadidos sin recursos forman en las escuelas urbanas esas bandas de
estudiantes pobres que viven de varios expedientes, hacen las veces de domésticos de sus
condiscípulos ricos y viven de la mendicidad, pues, como dice Evrard el Alemán: "Si París
es un paraíso para los ricos, para los pobres es una ciénaga ávida de presas", y lamenta
la parisiana fames, el hambre de los estudiantes parisienses pobres. Para ganarse la vida
93 GIUSEPPE SALVIOLI: Storia dell Diritto italiano, 9a ed. revisada, p. 99, UTET, Turín, 1930.
94 IACQUES LE GOFF: Los intelectuales en la Edad Media, p. 39, Gedisa editorial, Barcelona, 1999. Título
del original francés: Les intellectuels au Moyen Age, Éditions du Seuil, París, 1985.
570
F il o s o f ía d e l D erech o
a veces esos estudiantes se convierten en juglares o bufones; de ahí sin duda el nombra
que se les da a menudo. Pero pensemos que también el término joculator, juglar, es e i
aquella época el epíteto con que se designa a todos aquellos que se consideran peligroso:,
aquellos a quienes se quiere separar de la sociedad. Un joculator es, pues, un indeseable,
un rebelde... Esos estudiantes pobres que no tienen domicilio fijo, que no gozan de nir-
guna prebenda ni beneficio se lanzan a la aventura intelectual, siguen al maestro que les
gusta y van de ciudad en ciudad para difundir sus enseñanzas. Forman el cuerpo de esos
estudiantes vagabundos tan característicos también de ese siglo XII. Contribuyen a darle
su porte aventurero, espontáneo y vivo, audaz. Pero esos estudiantes no forman una clase.
De diverso origen, tienen ambiciones diferentes. Evidentemente se decidieron por ei es
tudio antes que por la guerra. Pero sus hermanos sin duda fueron a engrosar los ejércitos,
las tropas de las Cruzadas, merodean a lo largo de las rutas de Europa y Asia y llegan hasta
Constantinopla para saquearla".95
Así que los goliardos fueron los intelectuales de la Edad Media; aventureros y estu
diantes, se sintieron atraídos por el magnetismo que siempre fluye de las Universidades:
así, la Universidad de París atraía a los amantes de la Filosofía y de la Teología; la Univer -
sidad de Bolonia a los estudiosos del Derecho; y la Universidad de Salerno a los estudian -
tes de Medicina; como más tarde lo fueron, en España, la Universidad de Salamanca y en
América, la Universidad de San Marcos. Así se explica, a través de su matiz goliardesco, l;i
bohemia entre los estudiantes universitarios de todos los tiempos.
Por su parte, el profesor MANLIO BELLOMO, en un notable libro, que es un joyel er
la medievalística de nuestros días, La Europa del Derecho común, ha dicho a propósito
de esta vocación aventurera y estudiantil que "Los jóvenes abandonaban la casa paterno
y 'los besos maternos' y se hacían 'peregrinos por amor a la ciencia'. Se encontraban ei
el camino los que venían de Sicilia y los que habían dejado las islas británicas juntándose
con viandantes ocasionales y con expertos y cautos mercaderes. En el encuentro nacía ur
hábito de vida común y de solidaridad y en la discusión se confrontaban usos y costum
bres, mientras se armonizaban hablas 'vulgares' diferentes a través del vehículo lexical y
gramatical de una lengua latina viva, sencilla y dúctil y mientras se alimentaban las razone:
de una unidad cultural que en la ciudad encontraba ya la sede tópica por excelencia".96
Debemos, pues, a Irnerio el magnetismo que atrajo a muchedumbres de goliardos, de
intelectuales, de estudiantes que venían a escuchar sus lecturas y sus comentarios de los
libri legales, como llamaban las fuentes de la época a los textos del Corpus luris. Irnerio, r
diferencia de Pepone, dice MANLIO BELLOMO, no se contentó con poseer una copia de
Codex y de las Institutiones. Animado por la condesa Matilde, poderosa feudataria de
Toscana y, tal vez, no solo con palabras, sino con ayuda económica, renovó los libros de
las leyes, y reconstruyendo el orden en el que habían sido compilados por el emperador
Justiniano, añadió algunas palabras y los dividió ".97
Surgió así la técnica de la interpretación secundum legem, per similia similorum,
restrictiva, extensiva, en suma, la hermenéutica, y en base a la lectura, la glosa. Pero, la
casuística excedía en mucho a las previsiones del legislador, problema eterno que se da
LEGALES EDICIONES
en toda época y en todo espacio-tiempo jurídico. Para resolverlo surgió la creación juris
prudencial o pretoriana del Derecho la que, según Papiniano, se da "para ayudar, suplir
o corregir el Derecho Civil" (Dlgesto, 1,1, 7, parágrafo 1).
Y es que, como ha dicho el profesor Manlio Bellomo, había "casos no previstos expre
samente ni regulados por los libri legales"... "nuevas quaestiones exfacto emergentes: y
571
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
dado que estos casos estaban necesitados de una norma que los regulase, se recogían de
los libri legales todos los motivos y los pretextos plausibles para que, mediante argumen
taciones lógicamente correctas, se pudiera alcanzar el resultado de una solutio razonable
y satisfactoria... Recoger en los libri legales motivos y pretextos plausibles significa evocar
uno o varios textos existentes en el Corpus iuris civilis y, luego, razonar dialécticamente
sobre estos textos, extendiendo su contenido normativo más allá de la previsión originaria
relacionada con el caso textual. Tal extensión se realiza con argumentaciones o maiori, a
fortiori, a simili, etc.".98
Así lo ha entrevisto también el profesor VINCENZO PIANO MORTARI en sus brillantes
libros y estudios: Cultura medievale e principio sistemático nella dottrina esegetica accur-
siana; así como en otro brillante estudio "L'argumentum ab auctoritate nel pensiero dei
giuristi medievali", que constituye el capítulo segundo de un hermoso libro: Dogmática e
¡nterpretazione. I Giuristi medievali (1976). Con esta perspectiva, también deben leerse los
otros libros de PIANO MORTARI: Gli inizi del diritto moderno in Europa (1979); Itinera iuris.
Studi di storia giuridica dell'etá moderna (1991).
El tema también lo ha tratado Piano Mortari en su estudio "Analogía (Premessa stori-
ca)", que corre en las p. 344-348 del volumen II de la Enciclopedia del Diritto (1958).
Así también, ENNIO CORTESE, en La norma giuridica. Spunti teorici nel diritto comune
classico (1962), empieza narrándonos una famosa leyenda del studium de Bolonia en la
que Búlgaro y Martino polemizaron, como era su costumbre, en torno a la interpretación
de una norma del Código, en la que salieron a relucir argumentos inspirados en principios
ético-religiosos, matizados con perfiles personales en la argumentación dirigida a conven
cer al auditorio sobre el valor del juramento.
La supremacía de la ratio aequitatis sobre la ratio stricti iuris determinó el triunfo
de la interpretación extensiva, como nos lo hace ver, también, otro insigne medievalista:
el profesor HERMANN KANTOROWICZ, en uno de sus hermosos estudios: "The poetical
sermo of a medieval jurist. Placentinus and his Sermo de Legibus" (1938; reeditado en
Rechtshistorische Schriften, 1970).
La interpretación en las lecturas, en las clases, en las glosas y en las Summas de
Irnerio y sus discípulos se convirtió, pues, en el éian vital de la técnica de los maestros
de Bolonia hasta llegar a la magna glosa de Accursio, cuyo apparatus glosarum marcó
el zenit de este género literario, hasta su posterior decadencia que determinó, incluso,
la crítica cáustica de los humanistas. Pero, mal grado, las opiniones en contra de Rabe-
lais, Guillaume Budé, Alciato, Cujas, Doneau, Duaren y de los otros maestros de la escuela
culta, hay que reconocer en los glosadores su extraordinario dominio v conocimiento a
fondo del Corpus iuris civilis. su gran técnica interpretativa en el manejo de las fuentes v la
restauración de los libri legales.
Con la depuración de las Auténticas y también del Código de Justiniano -que estaba
reducido a un epítome o a paráfrasis vulgares en el Alto Medioevo- y, sobre todo, con el
redescubrimiento del Digesto, se dio inicio a una nueva era del pensamiento jurídico y
LEGALES EDICIONES
político que fue, como dice el profesor BRUNO PARADISI, "una de las más fecundas y rica
de consecuencias y que brilló en Bolonia con luces fulgidísimas, con lo que llegó a ser una
verdadera ciencia, nuestra ciencia del Derecho Civil".
Una vez más comparo a Pepone e Irnerio y cito a Bruno Paradisi: "el carácter intelec
tual de aquellos primeros maestros y de sus discípulos y continuadores estaba determina
do por una devoción y admiración sin límites por la compilación justinianea. No obstante
que la crítica había sondeado en demasía al pensamiento de Bolonia, nosotros nos queda
mos siempre atónitos frente a su dedicación por el estudio de las fuentes, consecuencia de
una fulguración, de una gran iluminación frente a los textos descubiertos de Justiniano. La
572
F il o s o f ía d e l D erech o
certeza de que en aquellos libri legales estuviese contenida la esencia de un mundo que,
como aquel mundo clásico, fue el modelo jamás Igualado de una civilidad extraordinaria,
de una vida que se creía perfecta y feliz, animó a los juristas de Bolonia a una energía
maravillosa y fascisnante. Su trabajo fue analítico, de un análisis humilde, tenaz, obstina
do e inagotable, testimonio de un ideal al cual habían formulado sus votos con espíritu
sacerdotal"99.
Por su parte, dice el profesor MANLIO BELLOMO que "Irnerio fue el primero que tuvo
el coraje de recomponer los libri legales y de restaurarlos. Por consiguiente, a diferencia
de Pepone, no se contentó con poseer una copia del Codex y de las Institutiones, sino que
él renovó los libros de las leyes y los reconstruyó".100 Y añade que: "La restauración de la
compilación justinianea llevada a cabo por Irnerio no fue un trabajo de erudito aislado
del mundo. Tuvo sus motivaciones profundas, que aseguraron al resultado una vitalidad
extraordinaria. Los textos escritos de nuevo y distribuidos en los cinco volúmenes comen
zaron a ser copiados repetida e incesantemente y numerosos talleres de artesanos y de
mercaderes del libro, trabajan a pleno ritmo y con técnicas cada vez más articuladas y
refinadas para producir en gran cantidad los ejemplares que el mercado demanda. Y es
un mercado abundante: tanto que aún hoy día las bibliotecas europeas y norteamerica
nas guardan alrededor de 2 000 ejemplares (en copia completa o en fragmentos que han
sobrevivido) de las diversas partes de los libri legales. Cada libro (= Codex), de robusto
pergamino elaborado y preparado para la escritura, consta de unos de 200 folios: ¡han sido
necesarias, por tanto, unas cien ovejas para los materiales de base indispensables para
producir un solo libro! El libro, es, pues, una mercancía muy costosa: por el pergamino, por
la misma elaboración, por la escritura confiada a hábiles amanuenses, a veces por las de
coraciones y las miniaturas que lo adornan o por la encuadernación. Es un patrimonio que
hay que custodiar y utilizar con inteligencia, para obtener sus frutos, como de cualquier
patrimonio".101
¿Y cuales fueron las fuentes materiales para la lectura de los libri legales? En primer
lugar, las Institutos de Justiniano, por su claridad, por su simplicidad, por su carácter eter
namente pedagógico de introducción al estudio del Derecho.
Ahora bien, debemos a una célebre Novellae de Justiniano conocida con el nombre
de Pragmática Sanción Pro petitíone Vigilii, del año 554, la aplicación en Italia de toda la
legislación de Justiniano y su vigencia desde el Alto Medioevo.
A partir del 554 rigió, pues, en Italia el Corpus iuris.
Empieza así dicha Novela:
"A petición de Vigilio, venerable obispo de la antigua Roma, hemos considerado que se
debían dar ciertas disposiciones..." ... "XI.- De que las leyes de los emperadores se extien
dan a las provincias de las mismas".
"Queremos que tengan observancia las leyes insertas en nuestros códigos que ya hace
tiempo enviamos en forma de edictos a Italia".... "Y se extienda también a todas partes la
autoridad de nuestras leyes".
Debemos a un insigne maestro, el profesor de la Universidad de Padua quien antes LEGALES EDICIONES
enseñó en Cagliari y luego en Módena, CARLO GUIDO MOR, nacido en Milán el 30 de
Diciembre de 1903 y muerto en Friul el 14 de Octubre de 1990, una notable investigación
sobre la suerte de las fuentes jurídicas romanas de Justiniano a Irnerio: "Appunti sulla sto-
ria dellefonti giuridiche romani da Giustíniano a Irnerio", Milano, 1937.
99 BRUNO PARADISI: “II Diritto e lo spirito nel Medio Evo”, separata de Concetto, storia, miti e immagini
del Medio Evo, a cargo de Vittore Branca, p. 382-383, editorial Sansoni, Florencia, 1973.
100 M ANLIO BELLOMO: ob. cit., p. 68.
ío r M ANLIO BELLOMO: ob. cit. p. 70.
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Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
Otra notable investigación de CARLO GUIDO MOR sobre este tema se titula: "II Di
gesto nell'etá preirneriana e la formazione delta Vulgata", publicada en el libro de autores
varios "Per ¡IXIV Centenario delta Codificazione Giustiniani", Pavía, 1934, pag. 559 a 697,
estudio reeditado en "Scritti giuridici preirneriani", 2 vols., Milano 1935-38, y reimpreso en
Tormo, 1980. La tesis central de este estudio es la de que en el periodo del "Derecho Vulgar
Italiano", situado entre los siglos Vil al X, el Digesto fue poco leído y estudiado debido al
fenómeno de la influencia del Derecho Germánico durante la "Edad Longobarda" y, citan
do a Besta, nos dice que el poco uso del Digesto en la edad pre-irneriana se debió al "in-
gombrante" o voluminoso o aparatoso, peso y extensión del Digesto que "espantaba" a los
juristas medioevales102. Asimismo, nos dice que la llamada "Vulgata" o versión vulgar del
Digesto atribuida a Irnerio y sus discípulos tiene su punto de partida en una compilación
intitulada "Lex Romana" en la que se habrían utilizado como fuentes los cuatro libros de
las "Instituciones", los primeros ocho libros del "Codex"y una cincuentena de las "Novelas"
extraídas del "Epitome Juliani". La literatura romanística del período pre-irneriano tiene
como fuentes: las "Exceptiones Petri", el "Brachylogus", las "Quaestiones de iuris subtilita-
tibus"'/ la "Summa Codicis Trecensis".
Las ‘‘Exceptiones Petri" nos dice otro insigne maestro, el profesor Francesco Calasso,
“han representado un verdadero enigma, sea por su patria-, según algunos, de origen pro-
venzal, y según otros, como Cario Guido Mor, de origen italiano seo por su época de na
cimiento -que para algunos es posterior al surgimiento de la escuela de Bolonia, aunque,
para otros, habría sido anterior"103. Esta obra resulta de la fusión de trabajos más antiguos
que fueron: el "Libro de Ashburnham" y el "Libro de Tubinga". El "Libro de Ashburnham",
llamado así por Conrat, - que lo descubrió en Londres en un manuscrito de la biblioteca
de Lord Ashburnham -, consta de 120 capítulos que reproducen material extractado del
Digesto, del Código y de las Instituciones. El libro de Tubinga fue llamado así por el histo
riador Stintzing, quien lo identificó como obra autónoma en un manuscrito de la Biblioteca
de Tubinga, texto de 133 capítulos que reproducen material justinianeo procedente del
Digesto, del Codex y de las Institutas. Según el profesor Calasso "de la fusión de estas dos
obras nacieron las "Exceptiones legum romanorum Petri"104.
Según el profesor Mor estas obras constituyen "una forma epitomada" elaborada en
los siglos VII-VIII en un esfuerzo por sintetizar el Digesto, el Código y las Instituías. "Esta hi
pótesis puede parecer por ahora "troppo azzardata, troppo piantata sulíarena, una forma
epitomata, un verdadero y propio Epitome Pandectarum"105.
En su estudio sobre las "Exceptiones Petri", publicado en el "Novísimo Digesto Italiano"
volumen VI, pag. 1083, UTET, Torino, 1960, nos dice el profesor Mor que "la importancia
de este texto, constituye, indudablemente uno de los pilares de la historia del renacimiento
romanístico en Europa y desde hace mas de un siglo se discute sobre su patria de origen.
De la solución de este problema puede resolverse la cuestión cronológica. El origen francés
ha sido sostenido por Max Conrat y Hermann Kantorowicz, con lo cual su origen hay que
atribuirlo a la mitad del siglo XII; en tanto que el origen italiano de este texto fue planteado
LEGALES EDICIONES
por Hermann Fitting y la historiografía italiana, con la cual se arriba a la segunda mitad del
siglo XI, lo que justificaría el conocimiento mas antiguo y directo del Digesto. El problema
se complica más aún si se considera como una totalidad unitaria las "Exceptiones Petri"
y sus fuentes: el "Libro de Tubinga" y el "Libro de Ashburnham". Se habría aceptado así,
como un axioma, que todas estas obras habrían nacido en un mismo lugar y en un mismo
lapso de tiempo".
102 CARLO GUIDO MOR: II Digesto nell'etá preirneriana e la formazione della “vulgata”, cit., pag. 562.
103 FRANCESCO CALASSO: “Medio Evo del Diritto”, pag. 297, Ed. Giuffré, Milano, 1954.
104 CALASSO, ob. cit, pag. 298 -299.
105 CARLO GUIDO MOR, ob. cit, pag. 677.
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F il o s o f ía d e l D erech o
"Pero hay un error de impostación que ha constreñido a los estudiosos a hacer acroba
cias que solo el estudio minucioso y directo de los manuscritos puede resolver".
"Que la obra, así como la conocemos y ha llegado hasta nosotros,- sea o no de un in
cógnito e inidentificable "Magíster Petri" -, es un producto francés, está fuera de duda: la
primera cita segura de la obra nos lleva a ubicarnos en la Francia Meridional. Así también
en base a los textos transcritos de su segunda edición (en torno al 1123-25) o, acaso antes,
por lo que podemos argüir que las Exceptiones Petri ya estaban formadas hacia el 1120 en
la zona provenzal situada entre Barcelona y Toulouse".
"El titulo indica con exactitud el significado de la obra: "Excepciones Legum Romano-
rum", esto es, extraídas de las leyes romanas".
"El Libro Primero comprende 65 capítulos y se inicia con textos sobre las Sucesiones.
Luego siguen algunos textos relativos al Derecho Matrimonial. El Segundo Libro trata del
Derecho de las Obligaciones y de algunos contratos reales. El Libro Tercero trata del Dere
cho Penal".
"La obra no es una exposición sistemática del Derecho Romano, como si lo fue el Bra-
chylogus; representa una zona de fricción entre la tradición consuetudinaria de inspiración
canonística y germanística y las nuevas ideas que los juristas estaban resumiendo".
"Las Excepciones, y sus fuentes tuvieron una larga difusión en Francia, tanto en el Sep
tentrión, cuanto en el Mediodía. Todos los manuscritos son franceses y todos proceden de
la segunda mitad del siglo XII hasta la primera del siglo XIII. Y las glosas al Libro de Tubinga,
luego incorporadas al texto de las Exceptiones Petri, consagraron la historia y la fortuna de
sus fuentes"106.
Según el profesor Mor habría que tener en cuenta una fuente mas: el Libro de Graz (así
denominado por un manuscrito del siglo XII, conservado en la biblioteca de la Universidad
de Graz), libro de notable interés, derivado del libro de Tubinga y que el compilador de
las Exceptiones Petri habría usado en la formación del célebre texto al que nos referimos.
Según el profesor Kantorowicz {"Les origines frangaises des Exceptiones Petri", 1937)
el libro de Tubinga que contenía el Prólogo y la Dedicatoria del Ignoto Magíster Petrus a un
tal Odilone de Valence, debe ser considerado no tanto una de las fuentes de las Exceptio
nes Petri, cuanto una primera edición de este legendario texto107.
Pero hay más; el profesor Mor nos ilustró además, con otros dos notables estudios: "I
giudici della contessa Matilde e la rinascita del Diritto Romano" publicado en los Studi in
memoria de Benvenuto Donad (1954), y otro más: "Lefonti giuridiche medievali" en el vo
lumen Lefonti giuridiche medievali (Congresso Internazionale di studi sullefonti) (1954). Y
aún hay más: "Per la storia dei llbri giustinianei neIT etá preirneriana" en Atti del Congresso
Internazionale di Diritto romano e Storia del Diritto, I (1951).
Esta exquisitez historíográfica no podía ser pasada por alto por otros ¡lustres maestros.
Son tantos los que hemos sentido esta atracción historíográfica, que temo ofenderlos si
no los cito a todos. Así, el maestro ERICH GENZMER, gran medievalista y gran romanista,
LEGALES EDICIONES
profesor en Berlín, en Konigsberg, en Frankfurt y en Hamburgo, nacido en Marienwerder
el 22 de julio de 1893 y muerto en 1970. Discípulo y continuador de la escuela de EMIL
SECKELen la Universidad de Hamburgo. Erich Genzmer es toda una autoridad en esta ma
teria con sus estudios "Die justinianische Kodification und die Glossatoren", publicado en
las Actas del Congreso de Derecho Romano llevadas a cabo en Bolonia, en 1933. Además,
debemos citar su Prolusión sobre los glosadores: "I glossatori", de 1937; su conferencia de
106 CARLO GUIDO MOR: “Exceptiones Petri", en Novissimo Digesto Italiano, vol. VI, pag. 1083 in fine y
1084, Unione Tipográfico-Editrice Torinese (UTET), Turín, 1960.
107 Citado por GUIDO ASTUTI: “Lezioni di storia del Diritto Italiano. Lefonti. Etá romano-barbárica”, pag.
388, Cedam, Padova, 1953.
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Trieste en 1954 sobre "II Diritto romano come fattore delta civiltá europea": su conferen
cia de 1958 en Bolonia sobre "Rapporto fra storia del diritto e dogmática giuridica secondo
la nuova conscienza del tempo" e "Infiltrazione del Diritto Romano nell'Europa occidentale
e céntrale dai secolo XII in poi"; sus “Quaestiones de Pillio", 1935; “Distinctíones glosato-
rum", de 1935; "Summula de testíbus”, de 1939; su "De regulis iuris de Azón" de 1957; su
trabajo "Kritische Studien zur Medievalistik", de 1941; y su estudio "Zur Lebensgeschichte
des Accursius", de 1945. Acaso su obra más notable es el legado que nos ha dejado, que
es el conjunto de diversos estudios publicados por varios investigadores: el tus Romanum
Medii Aevi, a cargo de él, auspiciado por la Societé d'histoire des droits de l'antiquité y
editado por la Giuffré de Milán. La Universidad de Bolonia confirió a Genzmer la láurea en
Jurisprudencia honoris causa, emérito de la Universidad de Hamburgo el día lunes 21 de
octubre de 1963, en cuya oportunidad, al agradecer al rector tal distinción, dijo que "él lo
entendía como un homenaje a la escuela de historiadores alemanes del Derecho quie
nes, después de Savigny y de Emil Seckel, han contribuido al desarrollo de una Historia
europea del Derecho".
Así también, quisiera evocar, por ejemplo, a GIAN GUALBERTO ARCHI, profesor en Pe-
rugia, Padua, Pavía y Florencia (nacido en Faenza en 1908) en su Studi sulle fonti nel tardo
Impero romano. Teodosio II e Giustiniano (1987); "Giustiniano e l'nsegnamento del Diritto"
en L'imperatore Giustiniano, storia e mito (1978); y aún quisiera evocar a un gran amigo
mío, un gran profesor, un hombre notable, GUILLERMO FLORIS MARGADANT, a quien
conocí personalmente en la Universidad Autónoma de México, cuando diserté en 1997
sobre la Teoría Pluridimensional del Derecho. Guillermo Floris Margadantfue un brillante
profesor de Historia del Derecho, con quien sentíamos una gran empatia, acaso por haber
nacido el mismo día, aun cuando me llevaba 12 años. GUILLERMO FLORIS MARGADANT
nació en La Haya el 12 de febrero de 1924 y murió el 2 de marzo de 2002. Al evocarlo,
debo hacer cumplida referencia a sus libros fundamentales: Introducción a la historia del
Derecho mexicano; El Derecho privado romano como introducción a la cultura jurídica con
temporánea; Panorama de la Historia Universal del Derecho; El Derecho japonés actual;
La segunda vida del Derecho Romano; El significado del Derecho Romano dentro de la
enseñanza jurídica contemporánea; Los sistemas jurídicos contemporáneos: antecedentes
y panorama actual; Derecho Romano, etc.
Así también, debemos evocar al profesor ADRIANO CAVANNA, quien nació en Alejan
dría el 6 de agosto de 1938 y murió en Milán el 6 de enero de 2002. Fue un notable pro
fesor de Historia del Derecho en la Universidad Estatal de Milán de 1972 a 1974, luego en
Padua y, desde 1980, en la Universidad del Sacro Cuore de Milán, en donde enseñó hasta
el día de su muerte. Tengo a la vista su hermoso libro titulado Storia del Diritto moderno in
Europa. Le fonti e il pensiero giuridico (1982). En la página 112, nos dice el profesor Cavan-
na que: "Como es sabido, la partición del Corpus iuris tal cual fue utilizada por los glosa
dores y tal como se conservó hasta la Edad Moderna en las ediciones glosadas no respetó
la original partición justinianea, así como no concuerda plenamente con la compilación de
LEGALES EDICIONES
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F il o s o f ía d e l D erech o
"¿Cuáles fueron los motivos que explicarían esta singular tripartición del Digesto? he
aquí un problema cuya solución definitiva constituye aún el puzzle de la historiografía del
Derecho común y que ya los glosadores de las generaciones menos recientes no supieron
resolver. Probablemente la tradición consolidada en la primera mitad del siglo XIII, según
la cual la extraña tripartición (o cuatripartición) de las Pandectas no habría hecho más que
reflejar las fases de su descubrimiento, lo que constituye todavía la base más sólida. Segú i
esta tradición se habría exhumado primero el Digestum Vetus y el Digestum Novum (les
que antes del siglo XII eran los únicos citados); en un segundo momento habría reaparec -
do la parte intermedia recogida en el Infortiatum; Irnerio mismo reencontrándola (y aquí
empieza nuevamente la leyenda de Irnerio), regocijándose con este importantísimo desci -
brimiento habría pronunciado la célebre frase: 'ius nostrum infortiatum est’".
"En cuanto a los últimos dos volúmenes del Corpus iuris, el cuarto contiene el Código,
del cual se acogieron solamente los primeros nueve libros a los que se denominaba espec -
ticamente el Codex; el grupo de los libros 10-12, a su vez estaban escritos en el quinto volu
men con el autónomo apelativo de tres libri. Esta disgregación del Codex no hacía más qu ;
reflejar una tradición de la cultura jurídica altomedieval, según la cual el Código circulaba
mutilado de los últimos tres libros, que disciplinaban materias fiscales y administrativas,
menos interesantes."
"El quinto y último volumen (llamado Volumen Parvum) comprendía: 1). los cuatro
libros de las Instituciones; 2). los tres libros finales del Codex; 3). las novelas comprendida ;
en la colección llamada Authenticum (las novelas fueron conocidas en el Alto Medioevo n
través del Epítome luliani). De las 134 novelas del Authenticum, los Glosadores solo acó
gieron 97, descartando las restantes como ¡rrelevantes".
"Tal era la estructura del Corpus Iuris en la fase originarla de la escuela de los Glosa
dores. Empero a comienzos del siglo XIII el Volumen Parvum se integró con algunas Cons
tituciones de los emperadores romano-germánicos, más el tratado de Constanza y, en fin
con el llamado Libri Feudorum, que era una importante colección privada de costumbre:
feudales de origen germánico correspondientes a la mitad del siglo XII."
"Esta inserción en el Corpus Iuris del Derecho Feudal (en un primer momento ignorado
por los Glosadores, por ser extraño al Derecho Justinianeo) transformó los Libri Feudorurr
en fuente del Derecho común. La materia feudal, por otra parte, conservó importancia
general hasta bien entrada la Edad Media".
"No es raro encontrar, inserta en las ediciones glosadas del Corpus iuris correspon
dientes a las épocas del Cinquecento y del Seícento, también, la llamada Lombarda con las
glosas elaboradas por CARLO DI TOCCO, un jurista del siglo XIII"108.
Por su parte, nos dice la profesora ADRIANA CAMPITELLI en su libro Europeenses.
Presupposti storici e genesi del Diritto comune: "Las Institutiones, por sus dotes de simpli
cidad y de claridad, fueron utilizadas y conocidas en el Alto Medioevo, sea en las escuelas
de Gramática y de Retórica, donde se enseñaban los primeros elementos de Derecho que
luego se desarrollaron en las escuelas de los prácticos, sea como texto útil para la práctica
LEGALES EDICIONES
forense, sea en la actividad jurisdiccional en la que constituía fuente de interpretación
segura. De esta difusión es testimonio la amplia tradición manuscrita proveniente de aque
llos siglos".
"El Código no se observaba íntegramente. Los últimos tres libri que se referian al De
recho público se entresacaron de los primeros nueve libros. También la tradición de los
primeros nueve libros del Código fue reducida o abreviada en los textos epitomados. En
la práctica también se eliminaron las Constituciones en lengua griega. El Epitome Codicis
108 ADRIANO CAVANNA: Storia del diritto moderno in Europa. Lefonti e ilpensiero giuridico, p. 112-114;
GiufFré editore, Milán, 1982.
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que se formó en el Alto Medioevo devino en uso hasta casi el siglo XII, así como también el
Epitome Aucta, debido a la fatiga de ignotos compiladores".
"Las Novellae Constitutiones o Novellae, más simplemente, fueron conocidas y difun
didas según una colección privada, el Epitome Juliani, que contenía cerca de 122 novelas.
La colección conocida bajo el nombre de Authenticum, que comprendía cerca de 134 no
velas, fue compuesta probablemente en Italia en el siglo VI y fue utilizada en las cartas de
San Gregorio Magno y en el Edicto de Rotari, para, luego, reaparecer en la tradición de las
obras que encabezó Irnerio".
"El Digesto devino citado en el año 603 en una carta de San Gregorio Magno. Después
de esta fecha no hay noticias de citas directas hasta el siglo XI en el plácito o proceso de
Marturi del 1076".
"Pero en los últimos decenios del siglo X y los primeros años del siglo sucesivo, el
cuadro general de la historia se animó, ofreciendo aspectos nuevos, no solo de vida, y de
organización social, sino también de una más completa exigencia del conocimiento y de las
fuentes de estudio. Y como las nuevas realidades políticas y económicas vinieron a modifi
car los perfiles de las precedentes estructuras, así también el saber se abrió a una serle de
nuevas experiencias destinadas a dar grandes frutos en los siglos sucesivos. Las escuelas
asumieron nuevas dimensiones y la ciudad vino a sustituir al monasterio como centro de
irradiación de la cultura y del estudio".
"Del impulso de las escuelas de artes liberales y particularmente de la renovación de
la filosofía, también el Derecho encontró las vías de un renacimiento".
"La aparición de estos nuevos intereses para los estudios jurídicos corrió paralela
mente con el fenómeno de una más completa y consciente exigencia de interpretar co
rrectamente la realidad jurídica que latía en la praxis y en la necesidad de dar nombres más
técnicos y exactos a las nuevas instancias emergentes del uso. Aparecieron así las primeras
evidencias de este renacimiento en los documentos, en los negocios, en las colecciones de
costumbres".
"Se privilegiaba así a la lex romana, ello determinó así un renovado interés para la
aproximación directa con las fuentes normativas. Se recompuso el lenguaje jurídico. Las
fases graduales de esta concientización jurídica se advirtieron en los documentos com
puestos a fines del siglo XI que, se decía, estaban redactados por los legis doctores o legis
docti. En este reflorecer de una cultura jurídica de inspiración romana se acentuaba el
significado de quien argumentaba y su título".
"En este cuadro va inscrita la figura de Pepone, o Pepo, quien según el recuerdo de
Odofredo comenzó a legere in legibus".
"La narración odofrediana precisa que a aquel cierto dominus Pepo, si bien fue el pri
mero a legere in legibus autónomamente y por su cuenta, todavía esta su scientía no le
reportó mucha fama, pero aún cuando esté en negativo estas primeras trazas de una inves
tigación cultural, encontramos otro personaje que se inscribe en el discurso de Odofredo
LEGALES EDICIONES
con más precisos contornos: Irnerio estaba empeñado en Bolonia en la enseñanza de las
artes liberales y encontró entre sus manos los libri legales (deportados a esta ciudad, y co
menzó, como Pepone, a estudiar las leyes sobre textos más articulados y completos y en la
pasión del estudio jurídico trasladó la enseñanza de las artes, que hasta entonces lo habían
atraído, y comenzó a enseñar las leyes. Y este estudio consagró su fama: 'etfuitprimus illu-
minatorscientae nostrae. Ecco l'ars iuris é trasformata in scientia iuris' e Irnerio, empezó a
'glosar' las normas romanas, iluminándolas con su palabra y con su pensamiento. Por eso,
Odofredo lo llamó lucerna iuris"109.
109 A Olí LANA CAM PITELLI: Europeenses. Presupposti storici e genesi del Diritto comune, p. 12 3-12 5, Ca-
cucci editare, Bari, 1993.
578
F il o s o f ía d e l D erech o
Así, pues, a falta de glosas de Pepone, Irnerio, con sus lecturas y sus glosas, bien pueda
ser llamado el fundador de la Escuela de los Glosadores de Bolonia que, como dice Adriana
Campitelli, "eclipsó a todas las otras y los textos de sus interpretaciones, recompuestos
tras sus manos, iluminaron a las glosas. Por eso fueron llamados glosadores los sucesivos
maestros que desarrollaron la tradición irneriana aplicada a este método y continuadora
de esta técnica"110.
"El gradual redescubrimiento del Digesto y la redacción completa de las Novellae,
según el texto del llamado Authentícum, hizo posible el renacimiento de los estudios da
Derecho. Toda Europa estuvo pronta a acoger los principios generales, las abstracciones /
el método científico que la nueva ciencia proponía y que la nueva sociedad solicitaba. La
renovada cultura jurídica no podía olvidar la espiritualidad y la fuerza moral del cristianis
mo, ni las innovaciones introducidas en la praxis negocial, mercantil, ni la tradición jurídica
germánica infiltrada en los usos y en las costumbres de los territorios, ni las estructuras
feudales. Comprender los antiguos textos trasmitidos fortunosamente y recompuestos por
vías misteriosas suponía asimilar una forma más antigua de aquel lenguaje jurídico que era
todavía familiar. Hacer resurgir la ¡ex romana significaba recomponer aquella tradición que
se transformaba sin morir y que se adaptaba sin perder sus propias connotaciones".
"Se recompuso así armoniosamente un Corpus de normas. En los años del magisterio
irneriano la herencia de Justiniano se remodela. Así los libri legali de la sapiencia jurídico
medieval vinieron articulados en la Escuela de Bolonia en 5 volúmenes: los primeros tre;
contenían el Digesto, repartidos según este orden: en el primer volumen el Digestum ve-
tus, del libro I al libro XXIV, hasta el título 2 incluso; en el II volumen el Digestum inforta-
tium del libro XXIV, titulo III, al XXXVIII, titulo 17; en el tercer volumen, el Digestun Novunr,
del libro XXXVIII, titulo 18, al libro L".
"Debe notarse que la subdivisión en tres partes de los 50 libros del Digesto reflejaba
los tiempos en los cuales el íntegro Corpus de la obra había sido descubierto y recompues
to. Antes el Vetus, luego el Novum y, en fin, el Infortiatum, que según la tradición, venía a
completar la recepción de las primeras dos divisiones, Vetus y Novum, y que, en los prime
ros tiempos, a su vez, estaba subdividido interiormente en dos partes".
"En el cuarto volumen venían colocados los primeros nueve libros del Código de Justi-
niano como habla sido trasmitido por la tradición altomedíeval".
"En el quinto volumen, llamado Volumen Parvum, se recogían los cuatro libros de las
Instituciones, los últimos tres libros del Código (tres libri) y las Novellae Constituciones.
seleccionadas según el Authentícum y distribuidas en nuevas Collationes".
"En el curso del siglo XIII en una décima Collado se agregaron los Libri Feudorum m
algunas Constituciones de los Emperadores romano-germánicos de la época y el texto del
Tratado de la Paz de Constanza".
"Los textos citados, en el orden descrito constituyeron integralmente el Corpus íuri.
civilis. Más la legalis sapientia, según el Hostiense, incluía entre los libri legales, también e
texto de la Lombarda, que era la colección sistémica de las normas edictales longobarda-,
LEGALES EDICIONES
y del Capitulare Italicum que vino compuesto a fines del siglo XI y que había sido excluido
de la primera sistematización de las fuentes".
"Sobre estas fuentes se cimentó la primera interpretación de la Escuela. La exégesii
textual fue la primera aproximación para comprender y recomponer el texto reordenado
Fueron llamadas "glosas" las aclaraciones literales y lecturae las lecciones que los maes
tros daban a sus discípulos siempre más numerosos, provenientes de todas las tierras de
Europa"111.
579
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
"La imponente fatiga exegética no se limitaba a la mera clarificación del texto. Los
glosadores, en su obra interpretativa, reportaban también pasos paralelos o contrastantes,
utilizando todo el material del Corpus iuris y buscando resolver las contradicciones. Ni su
obra podía confinarse o limitarse al análisis, porque a través de las Summae, de las Quaes-
tiones y de las distinctiones, en manera diversa, superaron los límites de una investigación
que podía aparecer a primera vista fragmentaria"112.
He aquí, pues, a la escuela de los Glosadores.
Pero ella solo se explica a partir de su gran caposcuola. Como dice MANLIO BELLOMO,
"Come accade spesso per i 'fondatori', Irnerio é un personaggio leggendario"113. Y añade:
“Per la sua opera d'interprete e di teórico del Diritto, piü che per l'attivitá pratica, Irnerio é
entrato nella leggenda"114.
Así que "personaje legendario", jefe de escuela, lucerna jurís, Irnerio fue no solo il
primus illuminator scientiae nostra y también, según el dictum de Odofredo, ¡Iprímus cui
fecit glossas in librís nostris, sino que por su extraordinario dominio de las fuentes y por
su autoridad en el manejo de los librí legalis y por su depuración de las Novellae, llamadas
a partir de él y sus discípulos, Auténticas, devino, según el decir de PIETRO DA UNZOLA, en
el máximo intérprete de las Auténticas: “Dominum quoque Guarnerium subtilissimum iuris
professorem et Authenticarum interpretationem".
Aquí vemos a Pietro da Unzola, un procesalista muerto en 1312, dando una de sus
clases en el studium de Bolonia:
LAS GLOSAS
LEGALES EDICIONES
580
F il o s o f ía d e l D erech o
El empleo de este método dio lugar a que se designara con el nombre de Glosadores
a los maestros de la Escuela de Derecho que floreció en Bolonia en los siglos XII y XIII. Se
atribuye a Irnerio y luego a todos sus discípulos y continuadores el empleo de este método
para interpretar los textos justiníaneos, comenzando por el Digesto. Ya en las glosas de
Irnerio se puede advertir la consagración de este método, que alcanzaría su máximo es
plendor en la Glossa Magna de Accursio, que fue "el texto jurídico medieval más conocido,
usado y difundido en Italia y en Europa durante muchos siglos: basta pensar en su extraor
dinaria autoridad en la teoría y en la práctica del Derecho desde la época de Accursio hasta
la época de las modernas codificaciones. Todo estudioso de la Historia del Derecho, todo
romanista y todo civilista lo debía citar y consultar, mal grado la docta ignorancia de la
moderna Historiografía Jurídica sobre la glosa accursiana,"116
Las glosas de Irnerio al Corpus iuris se reconocen por el empleo de la sigla G (de Guar-
nerius), o bien Y (de Irnerius). En cambio, nos explica Savigny, "no puede aplicarse a Irnerio
la sigla W (de Warnerio), que es propia de Wilhelm o Guillermo de Cabriano".117 "Tampoco
puede aplicarse a Irnerio la sigla Yr.", ya que esta sigla estaba referida a Enrico di Baila: Pla-
centinus....dixit de domino Henrico di Baila, cuius glossae inveniuntur signatae per Yr."118
Añade el maestro de Frankfurt que "es increíble cuántos errores se hayan derivado de
haber destrozado y distorsionado esta palabra''.119120
Así, pues, con las glosas de Irnerio se da inicio a la metodología con la que los maestros
de la Escuela de Bolonia plantearon sus interpretaciones del Digesto. Así, con la letra B se
designaba a Búlgaro, con la letra M o Ma. a Martino, con la letra la o lac a lacopus, con la
letra U o Ug. a Ugo, etc.
Como dice HERMANN KANTOROWICZ en su áureo libro Studies in the glossators of
the Román Law cap. II, "Irnerius and the earliest Introduction to the Law Boocks": "Aún
cuando no hay evidencia cierta de que Irnerio haya escrito nada más durante su larga vida
(¿1055?-¿1130?) sus glosas no son nada atractivas para el lector promedio o superficial"
... "Casi todas ellas son puramente técnicas y demuestran un amplio conocimiento del
Derecho justinianeo y, sobre todo, de las partes más difíciles del Digesto. Innumerables
referencias ad similia y a contrario sensu demuestran un profundo conocimiento de la
interpretación jurídica y están anotadas en el margen para conectar fragmentos explica
dos con todas las demás partes de las fuentes (excepto el Tres Libri). El estilo de las glosas
es siempre conciso, a veces lacónico y el razonamiento es, normalmente, bastante sutil.
Pocas glosas son de carácter gramatical, dialéctico, histórico o filosófico; pero, aún así, no
se pretende que estén dirigidas a principiantes o diletantes. Por otra parte, es recién, en la
actualidad, que algunas glosas irnerianas han sido editadas; la gran mayoría -varios miles-
siguen escondidas en el Manuscrito londinense o Manuscrito de Londres (The Roya! MSII.
B. XIV ofthe British Museum)".120121
116 GUIDO ASTUTI: “La Glossa Accursiana”, en Atti del Convegno Internazionale di studi accursiani, Bolo
nia, 21-22 de Ottobre, 1963, volumen II, p. 289, Dott A. Giuffré editore, Milán, 1968.
LEGALES EDICIONES
1 1 7 SAVIGNY: Storia del Diritto Romano nel Medio Evo, vol. II, p. 3 1, prima versione dal tedesco por Emma-
nuele Bollati, Multigraflca Editrice, Roma, 197a.
118 Ibid., ob. y loe. cit.
119 Ibid., ob., cit., p. 3 1 in fine y 32.
120 H ERM AN N KANTOROW ICZ: Studies in the glossators o f the Román Law, p. 33, cap. II, “Irnerius and
the earliest Introduction to the Law Boocks”. 1. The Writings of Irnerius”, reimpresión de la edición de
Cambridge, Londres, 1938, por Scientia VerlagAalen, 1969. Con adiciones y correcciones por PeterWei-
mar.
12 1 El Manuscrito londinense o Manuscrito de Londres (The Royal Ms II. B. X IV ofthe British Museum) fue es
tudiado por primera vez con ojos de jurista por Hermann Kantorowicz, quien nos lo describe en el capítulo
I de sus Studies. Y allí nos da cuenta de su contenido: 1.- Rogerius: Summa Codicis Trecensis; 2.- Irnerius:
Exordium Institutionum; 3.- Master G.: Notes A; 4.- Federico I: Tres Constituciones, A.D. 115 8 ; 5.- Rogerius:
581
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
"Solo para un puñado de especialistas fue conocido el gran Irnerio. NI siquiera las
glosas editadas son siempre de fiar. Muchas entre las Glossen des Irnerius publicadas por
Pescatore están firmadas con una grafía como ésta, lo que más adelante fue reconocido
como la sigla de Jacobo, mientras que la verdadera sigla de Irnerio es la Y o la G. En estas
circunstancias no se puede cuestionar que Irnerio haya jugado un rol similar al de Alberto
Durero, a quien las galerías italianas le atribuían cada uno de los viejos lienzos y retratos sin
firmar, lo cual parecería traicionar su origen alemán. No menos de diez escritos anónimos
del siglo XII fueron erróneamente atribuidos a Irnerio en el curso del siglo XIX. No menos
de cinco de estas diez obras apócrifas -y las dos legítimas que han sido mencionadas- es
tán parcial o completamente contenidas en nuestro asombroso Manuscrito de Londres; y
esto, junto con la gran confusión reinante en la literatura sobre este tema, justifica lo que
sigue. Para empezar, Irnerio fue considerado un posible autor de dos obras de la escuela
francesa post-lrneriana: el Brachylogus y el Epitome Exactis Regibus.
"Savigny, Bóecking y Bethmann-Hollweg le atribuyeron la primera y Müther la segun
da. Hacemos mención de estos olvidados obiter dicta de cuatro eminentes juristas, solo
por cuestiones de complemento, pero las siguientes atribuciones fueron propuestas muy
seriamente. El Líber Divinarum Sententiarum, una obra teológica proveniente de un teó
logo desconocido, fue atribuida a Irnerio por Gaudenzi y Martín Grabmann, debido a que
la rúbrica del único manuscrito dice: ‘Quae Guarnerius luris peritissimus ex dictis Augus-
tini aliorumque doctorum excerpsif. Lamentablemente, ellos no cayeron en la cuenta de
que luris peritissimus era, tan solo, una glosa interlineal. El tratado sobre las acciones, al
analizar las cosas pecuniarias Qui de re pecuniaria, estaba contenido en los parágrafos 1 al
30 del llamado Compendium iuris, atribuido a Irnerio por su editor Fitting -quien formal
mente declaró que esta pertenecía a la época justinianea-. Recien ahora se ha podido es
tablecer que se trata de una compilación boloñesa post-irneriana. La atribución de Fitting
se basó principalmente en la concordancia del Compendio con unos pocos fragmentos de
la Summa Codicis Trecensis que él atribuyó erróneamente a Irnerio".122
"Su segundo argumento fue una conocida glosa de un anónimo manuscrito de Erlan-
gen, que ha sido aceptado como si Guarnerio hubiese escrito un tratado de las acciones,
y no meramente una glosa: Primo tractavit de natura actionum G. Pero ¿por qué esto no
debía referirse a una glosa en forma de distinción? Irnerio escribió muchas glosas de este
tipo, por ejemplo: sobre las 'condictiones' o acciones personales en materia de inquili
nato y arrendamiento, sobre las acciones posesorias, y la 'sustitución'. Por otro lado, sus
discípulos y los continuadores de estos escribieron cinco distinciones sobre acciones, las
cuales están parcialmente vinculadas las unas con las otras y pueden remontarse a distin
ciones irnerianas. Las obras más conocidas que Fitting le atribuye a Irnerio son las famosas
Quaestiones de iuris subtiütatibus y la igualmente famosa Summa Codicis Trecensis, las
cuales editó en 1894 como obras de Irnerio. Ambas atribuciones han sido aceptadas por
casi todos los italianos, por la mayoría de los franceses y alemanes y por muchos acadé
micos; pero las razones esgrimidas fueron completamente refutadas por Besta y, recien
temente, por Meijers, en cuanto a la Summa; por Neumeyer en cuanto a las Quaestiones
LEGALES EDICIONES
y por Patetta y Pescatore en cuanto a las dos obras. Ambas fueron escritas en tiempos
Enodationes quaestionurn; 6.- Rogerius: De praescriptionibus; 7.- Búlgaras: Ordo iudiciorum; 8.- Búlgaras:
De iuris etfacti ignorantia; 9.- Martinus: De iure dotium; 10.- Rogerius: De praescriptionibus (continuación);
n .- Rogerius: Quaestiones super Institutos; 12.- Búlgaras: Materia Institutionum; 13.- Búlgaras: Materia
Codicis; 14.- Irnerius: Materia Codicis... Siguen otros títulos, algunos de autores anónimos y otros corres
pondientes a Búlgaro, Hugo, Martinus, Placentinus, Guillermo de Cabriano y Arnulphus que suman, en
total, 37 títulos, en 128 folios.
12 2 H ERM AN N KANTOROW ICZ: Studies in theglossators oftheRomán Law, p. 34-35, capítulo II, “Irnerius
and the earliest Introduction to the Law Boocks”. 1. The Writings of Irnerius”, reimpresión de la edición
de Cambridge, Londres, 1938, por Scientia Verlag Aalen, 1969. Con adiciones y correcciones por Peter
Weimar.
582
F il o s o f ía d e l D erech o
LAS S U M M AS
El segundo gran género literario de Bolonia estuvo constituido por las Summas las que,
en la metodología escolástica, florecieron tanto en la Universidad de París con la inmortal
Summa Teológica de Santo Tomás de Aquino, cuanto en la Universidad de Bolonia, de las
que paso a dar cuenta, no sin antes dejar establecido que la concatenación de Glosas daba
lugar a las llamadas Cadenas, ejemplo: la Cadena del anónimo, entretejida y eslabonada
mediante una serie de conceptos interpretativos elaborados por las escuelas de Constan-
tinopla y la Escuela de Beirut, cuyos juristas comentaron al Digesto allá por el siglo XI.
Estos comentarios o paráfrasis del Digesto fueron obra de comentaristas anónimos cuyos
textos, agrupados en forma de Cadenas, pasaron a la Historia del Derecho con el nombre
de Cadena del anónimo y dieron lugar a que, en 1913, un ilustre romanista alemán, el
profesor Hans Peters, publicara un notable estudio titulado "Los comentarios al Digesto
romano-oriental y los orígenes del Digesto Justinianeo", en el cual se demostró que en las
LEGALES EDICIONES
acotaciones o escolios puestos a las Basílicas (sistematización sintética de todo el Corpus
iuris civilis dividida en 60 libros siguiendo el orden del Codex), se contenía toda una com
pilación de glosas al Digesto redactadas hacia el año 600, las que, a su vez, se inspiraban
en una obra anterior debida a los profesores de la Universidad de Beirut, obra redactada
para la enseñanza de las doctrinas de los grandes jurisconsultos clásicos romanos, cuyos
textos ya se estaban perdiendo, como lo ha demostrado brillantemente el profesor FRANZ
WIEACKER en su notable libro Textstufen Klassischer Juristen (1960), en el que sostiene
que la desaparición normal de los textos clásicos por el transcurso del tiempo determinó
123 HERMANN KANTOROWICZ: Studies in the glossators o ft h e R o m á n Law , p. 35, edición citada.
124 Ibíd,p. 36.
583
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
su renovación, por lo menos dos veces antes de que la comisión compiladora presidida por
Triboniano redactara el Digesto. En ese interregno surgieron las Interpolaciones prejusti-
nianeas. Esta notable investigación de Wieacker fue desenvuelta y desarrollada por ERNST
SCHÓNBAUER en su estudio "Die Ergebnisse der Texstufenforschung und ihre Methode"
("Los resultados de las estratificaciones textuales y su método"), publicado en la revista
IVRA (1961) y por el profesor MAX KASER (1906-1997), quien nos dice en su notable His
toria del Derecho Romano que "la investigación de las estratificaciones textuales pretende
descubrir las vicisitudes a través de las cuales habrían pasado los textos de los juristas
y de las Constituciones hasta la compilación justinianea. Las fases que resultan de este
desarrollo habrían sido cinco: 1) el original clásico; 2) la reelaboracíón proto-postclásica;
3) la vulgarización del cuarto siglo; 4) la enunciación teorética de las escuelas romano-
orientales; 5) la adaptación final en la compilación justinianea (Véase Max Kaser: Storia del
Diritto Romano, p. 290,1991).
Hubo, pues, un pre-Digesto. Esta hipótesis del pre-Digesto permite establecer que an
tes del Digesto Justinianeo los profesores de la Escuela de Beirut ya manejaban un texto
previo que facilitó posteriormente la compilación del Digesto por Triboniano y sus 16 re
dactores. Así, pues, la sistematización de las Cadenas dio lugar a los Florilegios y así tene
mos, por ejemplo, las célebres Flores del Derecho del maestro Jácome Ruiz, llamado Jaco-
bo "el de las leyes", autor de la célebre tercera Partida en el Libro de las Siete Partidas del
Rey Alfonso el Sabio del año 1254, aporte fundamental del pensamiento jurídico español
al medioevo del Derecho y que, según Adriano Cavanna, "pueden ser consideradas como
las Pandectas Castellanas" o "como la razón escrita junto al Corpus iuris".125
A su vez, los Florilegios y las Cadenas se desarrollaron a través del género de las Sen
tencias, entre las cuales brilló con luz propia el famoso Líber Sententiarum del maestro
Pedro Lombardo, insigne teólogo y filósofo italiano nacido en Novara (cerca del Piamonte)
entre 1090 y 1095 y que murió en París el 21 ó 22 de julio de 1160. La obra del magister
sententiarum se caracterizó por la habilidad en la organización y selección de la doctrina,
que solo sería superada años más tarde, en 1267, con la obra inmortal del Doctor Angélico.
Las Summas constituyeron, pues, un género superior y más evolucionado que el gé
nero de las Sentencias. No eran un mero compendio, como algunos historiadores han su
puesto.126
Constituyeron una verdadera obra sistemática en la cual se desarrollaba dialéctica
mente toda la argumentación y la exposición sistemática de un grandioso tema filosófico,
teológico o jurídico.
La iniciación de este género literario en el Alto Medioevo está constituida por una se
rie de obras de autores anónimos, entre los cuales merece destacarse la Summa Perusina,
así denominada porque se conserva en un códice de la biblioteca capitular de Perugia y
que constituye un desarrollo de los primeros ocho libros del Código de Justiniano y que en
su texto originario debió haber comprendido también el desarrollo íntegro del libro IX del
célebre Codex Repetitae Praelectionis.
LEGALES EDICIONES
En la Escuela de Bolonia, la más antigua entre las Summas que desarrollaron toda
una argumentación analítica del Código de Justiniano fue la Summa Codicis Trecensis, así
llamada por el manuscrito de la biblioteca de Troyes que la contiene y que fue atribuida
125 Véase ADRIANO CAVANNA: Storia d el diritto m odern o in Europa. L e fo n t i e ilp en siero giuridico, p. 421,
Dott. A. Giuffré editare, Milán, 1982; Véase, además, FRANCESCO CALASSO: M ed io Evo d el D iritto, p.
616, Dott. A. Giuffré editare, Milán, 1954.
126 Así, por ejemplo, el profesor MEIJERS sostiene que “una Su m m a es un resumen sistemático de una mate
ria destinada a la enseñanza”. “Una Su m m a puede ser más o menos extensa”. .. Y los Glosadores hablaban
de una pequeña S u m m a , de una S u m m u la ”. Véase E. M. MEIjERS: “Sommes. Lectures et commentaires
(1100 a 1250)”, en E tu des d 'h isto ire d u D roit, vol. III, p. 2 11, Universitaire pers Leiden, Leyden, 1959.
584
F il o s o f ía d e l D erech o
por el profesor HERMANN FITTING al mismo Irnerio: Summa Codicis des Irnerius, Berlín,
1894.
La obra citada brilla por su claridad, orden y concisión y revela un conocimiento amplio
y seguro de todas las partes del Corpus iuris. Empero, esta misma brillantez de la obra ha
dado motivo a que la moderna Historiografía la atribuya a una época posterior, mas rio
muy lejana, a los mismos tiempos de Irnerio. El profesor MEIJERS127 la atribuye a Martino o
a alguno de sus discípulos, fundándose en la aequitas martiniana, que sirve de inspiración
a la escuela de Martino.128
De los discípulos de Irnerio, quien desarrolló con brillantez el género literario de las
Summas fue Búlgaro, el primero en la enumeración de aquella frase legendaria atribuida
a Irnerio en su tránsito a la muerte, y según la cual Búlgaro era "os áureum", era de oro o
como el oro, y esta circunstancia lo sindica como el más antiguo y, acaso como el más viejo,
entre todos los discípulos del maestro legendario.
Búlgaro habría nacido, según Bartolo, en Pisa, alrededor del 1080, según otros en Cre-
mona o en Bolonia y, según Paradisi y Kantorowicz, probablemente poco antes del año
1100 y murió el 1° de Enero del año 1166. De aquí resulta que su actividad docente en
la Escuela de Bolonia se habría desarrollado entre el 1115 y el 1165. Tal es la opinión del
profesor Bruno Paradisi,129 para quien Búlgaro fue autor no solamente de un gran número
de glosas sino que fue el primer compilador de un apparatus glossarum escrito sobre el
título De regulis iuris del Digesto. Pero el aporte fundamental de Búlgaro fue el género de
la Summa, antecedente del Tractatus, una forma autónoma y ágil de composición.
A Búlgaro se le atribuyen cuatro grandes Summulae: la Summula de iudiciis, más co
rrectamente llamada De ordine iudiciorum, que fue una obra de Introducción al Derecho
Procesal y al Derecho Romano, en general, con la cual inició su profesorado en Bolonia en
torno al año 1115; la Summula de stipuiationibus, la Summula de dolo y la Summula de
iuris etfacti ignorando. Estas tres últimas summulas fueron descubiertas por Kantorowicz
en el famoso Manuscrito de Londres del que nos da cuenta en su áureo libro, por nosotros
tantas veces citado, publicado en 1938 y reeditado en 1969.
Dice al respecto Kantorowicz, en la p. 42 de sus Studies in the Glossators ofthe Román
Law:
"La Materia Codicis de Búlgaras.- Ninguno de los escritores sobre Bulgarus, el os au-
reum de Bolonia, menciona una obra de este tipo. No hay duda de que tenemos una obra
desconocida de Bulgarus ante nosotros, que escribió como un joven profesor allá por
1125. No hay razones para dudar de la autenticidad del texto y de su composición. Este
texto es fácil de leer, pero está viciado por muchos errores del escribano. La composición
es perfectamente clara y sistemática. La obra es digna de un eminente pensador".
Una segunda Summa Codicis fue escrita por ROGERIO, discípulo de Búlgaro, y una
tercera fue escrita por PLACENTINO en la segunda mitad del siglo XII. Una cuarta Summa
fue de GIOVANNI BASSIANO, discípulo de Búlgaro y maestro del eximio Azón. Esta Summa
LEGALES EDICIONES
se conoce con el nombre de Summa de Ordine Iudiciorum y se conserva en la biblioteca de
la Universidad de Padua con el nombre de loannis Cremonensis de ordine iudiciorum y ha
sido magistralmente estudiada por el profesor Niño Tamassia en su estudio titulado "De
ordine Iudiciorum. Opera inedita di Giovanni Bassiano", que corre en el volumen segundo
de sus Scritti di storia giuridica (1967).
127 EDUARD MAURITZ MEIJERS l (1880-1954), profesor en la Universidad de Leyden, fue un notable
civilista, romanista y medievalista. En 1947, por encargo de la reina Guillermina de Holanda empezó a
redactar el proyecto de Código Civil que sus discípulos culminaron en el C ódigo C iv il holandés de 1992.
128 E. M. MEIJERS: ob. cit., p. 232.
129 BRUNO PARADISI: Storia d el D iritto italiano, p. 317, in fin e , Liguori editare, Nápoles, 1962.
585
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
EL EXORDIO
go, volvía a releer el paso en toda su integridad (perlego); explicaba las razones y los fines
de la ley recurriendo al típico esquema dialéctico de las cuatro causas aristotélicas: causa
eficiente, causa material, causa formal y causa final (do causas) señalando todas las posi
bles deducciones a las que el texto da lugar, incluida la regulae iuris, los pasos paralelos y
la formulación del principio general que lo inspira (connoto); y en base a esta deducción
formula finalmente una serie de tesis con sus respectivas antítesis, esto es, las opiniones
contrarias y objeciones (obiicio); dando lugar así a la discusión de un verdadero castillo de
excepciones, de distinciones, de analogías y de cuestiones controvertidas.130
586
F il o s o f ía d e l D erech o
LA BROCARDICA
LEGALES EDICIONES
"a m a io ri a d m in u s"
O bien, cuando en vía de interpretación analógica, se argüía:
"per similia similorum"
O bien, cuando en vía de interpretación contrafáctica, se argüía:
"a contrario sensu"
O bien, cuando la ley no distinguía con precisión:
"ubi lex non distinguit, nec nos distinguere debemus"
O, en fin, cuando cesa la razón de ser de una ley, cesa el Derecho:
"cessante ratione legis, cessat et ipsa lex"
58 7
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
LAS QU AESTIO N ES
discutían dos veces al año sobre cualquier tema. Y las quaestiones disputatae eran el
resultado de las disputas ordinarias que los profesores de Derecho tenían en sus cur
sos sobre un importante problema jurídico.
Las Cuestiones o Quaestiones constituyeron, en la metodología escolástica, ejercicios
mentales, gimnasia dialéctica, todo un duelo entre espadachines de la argumentación, en
que afloraba, frente a la tesis, la antítesis, la réplica y la dúplica, habida cuenta de que la
verdad era considerada un producto del pensamiento dialéctico.
Las Quaestiones constituyeron, en el estudio de la Teología y del Derecho, tanto en la
Universidad de París cuanto en la Escuela de Bolonia, no solo un genial arte de la argumen-
tación y de la persuasión retórica, sino el género literario y dialéctico por excelencia en los
f siglos XII, XIII y XIV. Así, en el Derecho se tienen, por ejemplo, las célebres Quaestiones de
588
F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
escribir el primer apparatus glossarum que contiene una serie de glosas sobre el conceptc
del Derecho. El apparatus de Búlgaro fue escrito al margen del último título del Digeste
'de regulis iuris' y ha sido siempre reconocido como uno de los productos más finos de la
Escuela de Bolonia".
Pero el aporte fundamental de Búlgaro fue el género de las Summas, antecedente dei
Tractatus, una forma autónoma y ágil de composición.
13 1 SAVIGNY, a su vez, cita a Placentino, a Azón, a Hugolino y a Odofredo, para fundamentar el sobrenom
bre de “Boccadoro”. Cfr.: Storia d el D iritto Rom ano, vol. II, p. 54, cita de pie de página (b); traducción
italiana de Bollati, Roma, 1972.
132 BRUNO PARADISI: Storia d el D iritto Italiano, p. 317, in fin e , Liguori editare, Nápoles, 1962.
589
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
I 133 KANTOROWICZ: Studies in the Glossators o fth e R o m á n L a w , p. 71, reimpresión de la edición de Cam
bridge, Londres, 1938, por Scientia Verlag Aalen, 1969. Con adiciones y correcciones por Peter Weimar.
590
F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
pirantes a tales, discutían dos veces al año sobre alguna dificultad planteada o sobre cual
quier tema. Y las "quaestiones disputatae" eran el resultado de las disputas ordinarias que
los profesores de Derecho, de Teología o de Filosofía tenían en sus cursos sobre algún tema
importante de su curso.
Ahora bien; el problema de la "Escolástica" era fundamentalmente pedagógico y con
sistía en llevar al auditorio a la solución y comprensión de un problema. De allí la impor
tancia de la función docente, y del método pedagógico empleado; método que, como ya
591
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
el uso de la primera persona (por ejemplo 'mihi videtud). Estas anotaciones -quaestiones
reportatae, como propongo llamarlas- fueron luego compiladas por el mismo reportero,
o por otros, en colecciones de las cuales muchas han llegado a nuestras manos. Se le re
cuerda al lector que nosotros estamos hablando solo de las más antiguas colecciones de
quaestiones disputatae, ya que fueron compiladas en los tiempos de los Cuatro Doctores.
El artículo antes mencionado describía cómo este estilo o género literario fue gradualmen
te desplazado por las colecciones del tipo de Pillius, Roffredus y Hugolinus, las cuales ya no
eran más quaestiones reportatae, sino redactatae.
"La gran mayoría de las cuestiones en las colecciones más antiguas eran decididas por
el mismo Bulgarus. Él, no Irnerius, quien nunca escribió nada por el estilo, fue el creador
f de la quaestio disputata. Del Derecho Romano este importantísimo tipo de instrucción uni-
592
F ilosofía del D erecho
LEGALES EDICIONES
y el Vaticano); 2).- Infortíatum, (glosas en los manuscritos de París y Bamberg); 3).- Diges
tum Novum (glosas en los manuscritos de París, Metz y Bamberg); 4).- Código (glosas en
los manuscritos de París, uno en la antigua biblioteca de Notre Dame, otro en Viena, otro
593
J osé A ntonio S ilva V allejo
en Munich y tres manuscritos en Bamberg); 5).- Volumen Parvum (glosas a las Novelas en
los manuscritos de París, Viena y Munich; glosas a los Tres Librí en el manuscrito de París;
glosas a las Instituciones en los manuscritos de París, Viena y Munich); 6).- Instituciones
(glosas en los manuscritos de París, Viena y Munich).
De la vida y el pensamiento de Martinus Gosia nos dan cuenta dos documentos que
lo retratan como un causidicus (juez) en la Corte de Bolonia y en las Crónicas de Otto Mo
rena en las que se da cuenta de él como un asesor de Federico Barbarroja en la dieta de
Roncaglia de 1158. Por otro lado, dice Kantorowicz que Ugo y Jacobus, los otros dos de los
Cuatro Doctores, son siempre mencionados luego de Martinus, de lo que se infiere que
ellos estaban, con respecto a él, en una relación de subordinación140.
Entre los discípulos de Martino hay que dar cuenta de PIACENTINO, nacido en Piacen-
za, profesor en Bolonia y luego en Monpellier, donde murió en el año 1192, autor de un
libro notable titulado De varietate Actionum. Giuseppe Salvioli nos dice en su Storia della
procedura civile e crimínale que "esta era una obra notable, con caracteres más doctrinales
que prácticos en la que se consagraba la libre convicción del juez"141. Atendiendo a este
espíritu y a este estilo es que Kantorowicz atribuyó las Quaestiones de iuris subtilitatibus a
Piacentino fundándose en la identidad o similitud estilística de las "Quaestiones" con las
obras de Piacentino. "Le style cést l'homme", and the style of the Quaestiones is that of
Placentinus"142.
Martino fue también autor de una Summa al Código y a las Instituciones. Fue autor
también de glosas, aunque no muchas, a los Librí Legales.
Con respecto al pensamiento de Martino puede ser brevemente simbolizado como "el
campeón de la equidad", pero en otros casos fue estrictamente fiel a la letra de la ley143.
Fueron célebres las disputas entre Martino y Búlgaro en la interpretación del Corpus iuris.
Para los discípulos de Martino, llamados los "Gossiani", la raido legis se identificaba siem
pre con la equidad, como algo inherente a toda solución jurídica. La eguitas martiniana es
lo definitorio en el pensamiento de este ilustre glosador.
Kantorowicz nos dice que "La impresión que nos dan los escritos de Martinus confirma
lo que siempre se ha dicho de él: él es el campeón de la equidad y como tal se opone a
Bulgarus, el alto sacerdote del ius strictum”144.
La tradición hace de Martino el campeón de la equidad (la equitas martiniana), en
tanto que Búlgaro era el campeón del iusstrictum.
De allí que los discípulos de Martino, llamados los "Gossiani", fueron los interpretes de
la ratio legis y del argumento de legeferenda.
3.- UGO.- El elogio del maestro Irnerio a su discípulo Ugo fue muy alto y elocuente:
"mens legum est Ugo” y, con ello, lo definió magistralmente.
De su vida poco se sabe y, de su muerte, que habría fallecido entre los años 1166 a
1171. Ugo era más antiguo que Jacobo y más joven que Martino y habría nacido a comien
zos de la centuria, habiendo sido discípulo no solo de irnerio, sino también de Búlgaro y
LEGALES EDICIONES
Martino. Por ello dice Kantorowicz que es un error considerar que los Cuatro Doctores
594
F ilosofía del D erecho
habrían sido de calidades homogéneas: Ugo y Jacobo habrían sido los epígonos y, acaso,
discípulos de Irnerio y del mismo Búlgaro. Por ello es que Kantorowicz, en el capítulo quin
to de su brillante libro de estudios sobre los glosadores, lo describe como "una figura elu
siva": "la figura de Ugo parece reflejar a un fantasma a medida que nos vamos acercando
a él"145. Savigny, en su clásica Storia del Diritto Romano nel Medio Evo, nos dice que Ugo
dejó escritas las siguientes obras: 1.- Glosas; 2 - Distinciones; 3 - una Summula de Pugna y
4.- una Summula de Petitio Hereditatis.
Las Glosas de Ugo son aclaratorias del Digestum Vetus, del Digestum Novum, del Códi
go y del Volumen Parvum: a).- glosas a las Novelas y b).- glosas a las Instituciones.
Las Distinciones de Ugo están documentadas en una antiquísima colección: el manus
crito de Bamberg, que comprende 7 folios que comienzan con el título "Incipiunt distinc-
tiones Alberici" y que, según Savigny, obedecen al hecho de que fueron refundidas por
Alberico en una nueva obra en la que casi se repitieron, palabra por palabra, la mayor parte
de las Distinciones de Ugo146.
La Summula de Pugna es una opereta de Ugo que trata del duelo judicial y del jura
mento de purgación como medio de prueba en el Derecho Longobardo. La Summula de
Pugna está reproducida en Savigny (ob. cit., vol. III, p. 412-415). En la Summula de Pugna
se deja establecido que, según la Escuela Palatina y, concretamente, en la Lombarda,'47
el juramento debía preceder al duelo y cita el caso de una acción de injuria en la que el
único medio de prueba era el duelo. Es el caso del mantuano y de la familia Aliprandi,
descendiente de Mantua, en cuya Crónica, editada por Muratori, se dice que la Summula
de Pugna fue escrita por el dómine Ugo de Porta Ravennata, profesor de Derecho Civil.
La afinidad de Ugo hacia el tema tratado en su Summula de Pugna obedece al hecho
de que su propia familia era de origen lombardo, como gran parte de los ciudadanos de
Bolonia.
4.- JACOBUS.- Según la leyenda Irneriana recogida por Otto de Morena, el maestro
Irnerio, reclinado en su lecho y próximo a morir, consideró a Jacobus como igual a él: "Ja-
cobus est quod ego" y, con ello, lo habría designado, implícitamente, como su sucesor en
la Escuela de Bolonia.
Esto es justamente lo que ha hecho dudar de la veracidad de esta leyenda, habida
cuenta de los méritos de los tres Doctores sobre Jacobus y, sobre todo, de la calidad y
cantidad de su producción bibliográfica.
Jacobus nació en Bolonia, tuvo por sobrenombre “de porta Ravennate" y después de
haber enseñado Derecho Romano en la Escuela de Bolonia, murió el 11 de octubre de
1178.
Según Savigny, de Jacobo se conocen solamente algunas glosas esparcidas en los si
guientes manuscritos: 1- Digestum Vetus (en el manuscrito de París); 2 - Digestum Novum
(en el manuscrito de Bamberg); 3 - Código (en los manuscritos de París, Viena y Munich);
4.- Novelas (en los manuscritos de París y Munich)148.
LEGALES EDICIONES
LOS DISCÍPULOS DE LOS "CUATRO DOCTORES"
1.- PIACENTINO- Entre los discípulos de Martino hay que dar cuenta de Piacentino, na
cido en Piacenza, profesor en Bolonia y, luego, en Montpellier donde murió en el año 1192,
autor de un libro notable intitulado, De varietate Actionum. Giuseppe Salvioli nos dice, en
595
J osé A ntonio S ilva V allejo
su Storia della procedura civile e crimínale, que "esta era una obra notable, con caracteres
más doctrinales que prácticos en la que se consagraba la libre convicción del juez".149
Atendiendo a este espíritu y a este estilo es que Kantorowicz atribuyó las “Quaestiones
de iuris subtilitatibus" a Piacentino 15°, como ya lo hemos establecido precedentemente.
2. - ALBERICO- Alberico de Porta Ravennate nació en Bolonia, pero su vida es como
una de esas fantasmagorías que se pierden en la noche del misterio. Solo sabemos que
murió en el año 1194. El epíteto de “Porta Ravennate" también acompaña a los dos maes
tros que lo formaron: Ugo y lacopo. En las glosas aparece su nombre como Albericus, o,
sencillamente, como Al. o como A., o Alb.
De Alberico nos da noticias Odofredo, quien lo sitúa como un contemporáneo de Gio-
vanni Bassiano, y su importancia radica en que se hizo famoso por sus numerosas glosas
y sus distinciones, que lo sitúan tras su maestro Ugo de Porta Ravennate. Acaso su obra
más notable fue \a"Summula de Testíbus, descubierta a comienzos del siglo XX por Seckel
y publicada por Genzmer. La Summula de Testíbus es una obra digna de estudiarse y, por
ello, Alberico ocupa un lugar señalado entre los procesalistas de la Escuela de Bolonia.
3. - JOHANNES o GIOVANNI BASSIANO.- Discípulo de Búlgaro y también de Martino,
nació en Cremona; de allí que era llamado el "C re m o n e n sisNo hay certidumbre sobre la
fecha de su nacimiento ni la de su muerte, como sucede con la mayoría de estos grandes
maestros de la Escuela de Bolonia. Savigny, fundándose en un epitafio en verso que se lee
en la Catedral de Bolonia, fija el año de 1197 como el de la muerte de Bassiano.151 Sabe
mos, sin embargo, que fue el sucesor de Búlgaro y que tuvo brillantes discípulos, entre los
que hay que mencionar a Azón y a Cario di Tocco. Fue un notable maestro de Derecho Civil
y de Derecho Canónico, pero sus obras y su estilo revelan un temperamento procesal, de
manera que hay que citarlo entre los grandes procesalistas de la Escuela de Bolonia. Dice
Savigny que "como profesor y como escritor, Bassiano gozaba de una gran autoridad. Sus
opiniones fueron en su mayoría adoptadas por Azón y por Accursio, quienes fueron sus
divulgadores. Fue célebre no solo por su elevado ingenio, sino también por su pericia en la
argumentación, que era superior a Azón. Como característica de sus escritos hay que decir
que él trató de constreñir sus pensamientos en pocas palabras".152
Sus obras están constituidas por: a) glosas al Digesto, al Código, al Volumen Parvum,
esto es, a las Novelas y a las Instituciones; b) una Summa a las Auténticas; c) un Arbor
Actionum, que es una obra maestra de índole procesal clasificatoria de las acciones; d) la
Summa Quicunque vult, palabras con las que empieza un breve trabajo de Bassiano, repro
ducido por Savigny en el volumen III, p. 439-441 de su Storia. Esta Summa formaba parte
de una obra más vasta escrita para contradecir una opinión de Piacentino sobre el libelo.
Agunos han creído que este trabajo habría constituido una Summa a las Pandectas-, pero
Savigny sostiene que la Quicunque vult constituyó una obra autónoma para sustentar una
opinión contraria a Piacentino y no para comentar las Pandectas. Niega también Savigny
que Bassiano haya escrito alguna Summa a las Pandectas. Se imputa también a Bassiano la
autoría de una Summa Codlcis y de una Summa Institutionum.
LEGALES EDICIONES
Era, pues, un procesalista Giovanni Bassiano y su tratado analiza las fases del juicio.
Ahora bien, el estilo de la Summa de Ordine ludiciorum y el de la Summa Quicunque vult
149 GIUSEPPE SALVIOLI: Storia della procedura civile e criminóle, p. 157, nota 2, Ulrico Hoepli editare,
Milán, 1927.
150 H ERM AN N KANTOROW ICZ: “The Quaestiones de iuris subtilitatibus, a work of Placentinus?” en
el volumen Studies in the Glossators of the Román Law. Newly discovered writings ofthe twelfth century,
edited and explained by Hermann Kantorowicz with the coüaboration of William Warwick Buckland, p.
203. Reimpreso por Scientia Verlag Aalen, 1969.
SAVIGNY, ob. cit., p. 152, vol. II, cita de pie de página (h).
SAVIGNY, ob. cit., p. 153.
596
F ilosofía del D erecho
LEGALES EDICIONES
Acaso la más grande Summa Codicis fue escrita por AZÓN, insigne maestro que escri
bió la obra más insigne del género sumista y que se conoce con el nombre de la Summa
Aurea.5
5. - UGOLINO - Ulamado UGOLINO DEI PRESBITERI, fue otro de los grandes profesores
en el Studium de Bolonia, quien nació a fines del siglo XII en Bolonia y murió allí mismo en
1235.
Fue discípulo de Bassiano y maestro de Roffredo, Odofredo y Jacobo de Ardizzone.
Nos ha dejado sus glosas al Digestum Vetus, al Infortiatum, al Digestum Novum, al
Código y al volumen: Tres Libri e Instituciones; así como Summas: 1).- Summa del Digesto;
2).- Summa al Código y Distinctiones.
597
l
J osé A ntonio S ilva V allejo
Las 151 Distinciones de Ugolino corren en los manuscritos de París, Bamberg y d Cam
bridge.
Pero, además, Ugolino, nos dejó sendas Quaestiones, Dissensiones Dominorum y una
Summa del lus Feudale.
Algunas de las Distinciones de Ugolino se pueden confrontar en ENNIO CORTESE: La
norma giurídica, vol. II, Apéndice V, p. 417-424 (1964).
6. - ROFFREDO.- Nació en Benevento; por eso se le llama también Roffredo Beneven-
tano. Su fecha de nacimiento habría sido en 1170, luego estudió en Bolonia hacia el 1190,
luego profesó en Bolonia, en Arezzo y en Plstoia. Después de haber estado al servicio del
emperador Federico II, pasó a formar parte de la Corte del Papa Gregorio IX, quien lo llamó
"clérigo de la cámara nuestra" y en 1243 narró la elección del Papa Inocencio IV, habiendo
muerto poco después, cuando tendría 73 ó 74 años.
Las obras de Roffredo son:
1.- Glosas, reproducidas en la Glosa Magna de Accurslo.
2 - Prelecclones al Código, en las que estudia los primeros cuatro libros del Código de
Justiniano.
3.- Prelecciones al Digestum Vetus.
4 - De Libellis et ordine iudiciorum. Fue una obra magna que trataba sobre el ordo iudi-
ciarius en el Derecho Civil y en el Derecho Canónico. La parte referente al proceso civil
estaba subdividida en ocho partes: 1.- una introducción en la que trataba del proceso y
de las acciones pretorias; 2.- los interdictos; 3.- los edictos; 4 - las acciones civiles; 5.- el
officium iudiciis; 6 - la bonorum possessionis; 7 - Senatus consulta; 8 - Constitutiones
quibus violentiae puniuntur.
La parte referente al Derecho Canónico, a su vez, estaba subdividida en doce partes:
1.- la eleción y la postulación; 2 - el Derecho Episcopal; 3 - el matrimonio; 4.- la décima;
5.- el patronato; 6.- la expoliación; 7 - los asuntos criminales; 8.- la excomunión; 9.- los
jueces y los arbitros; 10 - la apelación; 11.- la ejecución; 12 - la gracia.
5 - Quaestiones Sabbatinae, llamábanse así en la Escuela de Bolonia las discusiones o
cuestiones que se desarrollaban los sábados, según tenían por costumbre los profeso
res del Studium. Las Quaestiones de Roffredo son 54, cada una de las cuales empezaba
diciendo: Roffredus Beneventanus iuris civilis professor factor operis.
7. - AZÓN, AZZONE, AZZO o AZZOLINO nació en Bolonia hacia la mitad del siglo XII,
murió en 1230 y fue uno de los más grandes profesores del studium, en el cual enseñó
Derecho Civil durante más de 30 años a finales del siglo XII y comienzos del siglo XIII, lle
vando a la Escuela de los Glosadores al punto más alto de su desarrollo científico. Era tal
su prestigio, que de sus libros y doctrinas se enunciaba este célebre brocardo: "Chi non ha
Azzo non vada a Palazzo".
La Summa Aurea de Azón constituyó durante varios siglos la obra clásica por excelen
LEGALES EDICIONES
598
F il o s o f ía d e l D erech o
sobreponen unas sobre otras, sumergiendo a los textos justinianeos en una serie de confu
siones y contradicciones que oscurecían al Derecho Romano clásico y justinianeo. Azón se
dio cuenta de este problema y prometió a sus lectores estudiantes que no encontrarían en
sus páginas "nada oscuro, ninguna duda, ninguna contradicción legal", con lo cual estable
ció su programa de claridad y luminosidad metodológica. He ahí por qué fue fundamental
el estudio y la lectura de la Summa Aurea de Azón, que tanta popularidad adquirió en el
5 Foro y en los ambientes académicos de todo el Medioevo.
La Summa Aurea de Azón fue escrita entre 1208 y 1210 y estaba ya en circulación en
¿ 1211, aun cuando después fue enriquecida con ios aportes de UGOLINO, ODOFREDO y
? GUIDO DE SUZZARA, y luego traducida al francés y publicada por toda una serie de edi
ciones Italianas.
En la Summa Aurea las doctrinas de Azón están planteadas y escritas mediante una se
rie de brocardos, cuestiones, distinciones, definiciones y problemas que, eventualmente,
han sido editados por separado, como los brocarda o brocárdica, como las Quaestíones lla-
madas Sabbatinae, llamadas así porque Azón las planteaba los días sábados en sus clases.
La obra es de tal envergadura que contiene un Tratado de los Intereses, una Summa de
la usura, una Summa de praescriptionibus, una Summa de arbitris, una Summa de acqui-
rendae et retinendae possessione, que constituyen simplemente títulos destacados de la
Summa Codicis de Azón y no obras independientes entre sí.
La Summa Aurea de Azón constituyó el tratado más notable entre todas las Summas
de la Escuela de Bolonia.
8. - TANCREDO.- Nació en Bolonia; es por ello que lo denominaban Tancredus "Bono-
niensis". Fue profesor de Derecho Canónico en tanto que canónico del duomo de Bolonia y
luego fue elegido archidiácono por el Papa Honorio III; fue discípulo de Azón y habría vivi
do más o menos hasta el año 1234. Su obra fundamental se titula Ordo iudiciarius, la mis
ma que constituye un sistema procesal fundado sobre el Derecho Civil y Canónico, dividido
en cuatro libros, reseñados por Bergmann y por Wunderlich, según nos da cuenta Savigny
en el volumen II, p. 501 de su fundamental Storia del Diritto Romano nel Medio Evo (1972).
Tancredo escribió también una Summa de Matrimonio, un apparato a las antiguas
colecciones de las decretales; un catálogo sobre las provinciales, una Summa aurea sobre
el procedimiento y una Summa compendiosa de carácter procesal; aunque, según Savigny,
estas dos últimas obras le han sido falsamente atribuidas.153
9. - BERNARDO DORNA.- Fue un discípulo de Azón quien, a su vez, lo llamaba magisrer
Bernardus, socius et amicus rioster. También fue discípulo de Ugolino. Siguiendo a Savigny,
decimos que es imposible precisar la fecha de su nacimiento y de su muerte; pero nos ha
quedado el gran legado de su obra titulada Summa Libellorum, editada por Ludwig Wahr-
mund en 1905 y reeditada en 1962 por la Scientia Verlag Aalen.
Comienza la Summa de Libellis planteando: I.- Quid sit libellus; II - Quibus modis acá-
piatur libellus; III.- Ubi sit offerendus libellus; IV.- Apud quos debeat offerri libellus; V- In
LEGALES EDICIONES
quibus casibus debeat libellus offerri; VI.- A quo offeratur libellus; Vil.- Cui offeratur libellus;
VIII.- Quae debeant comprehendiin libello; IX.- De causa agendi edenda; X.- De rebus petitis
utrum debeant ed¡ in libello; XI - De actione universali; XII - De actione generali; XIII - De
actione speciali; XIV.- De causa, utrum in singularibus actionibus sit edenda; XV.- Utrum li
bellus mutari possit; XVI - Utrum libellus possit emendan; XVII - De effecta libelli oblad;
XVIII.- Qualiter debeat concipi libellus super qualibet octíone;XIX.- De Publiciana; XX - De
rescissoria actione; XXL- De Serviana; XXII - De quasi Serviana; XXIII.- De útil i in rem actione,
quae superficiario datur; XXIV- De utili ¡n rem actione, quae datur metum passo; XXV.- De
possessoria hereditatis petitione; XXVI - De fideicommissaria hereditatis petitione; XXVII.-
599
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
600
F il o s o f ía d e l D erech o
si eadem possessio dolo malo in alium translata esse dicatur; CXXVIII. De actione in fac-
tum, quae datur adversus falsos tutores vel curatores contrahentibus bona fice cum ei¡;
CXXIX - De actione, quae datur ipsi minori ob hoc damnum passo, et in ea, qualiter possit
concipi libellus, concipias ex superiori; CXXX.- Ex edicto, si quis omissa causa testament ;
CXXXI,- De actione in factum adversus publicanum; CXXXII.- De actione, quae datur advei-
sus eum, qui sciens se liberum venumdari passus est; CXXXIII.- De actione, quae datur in
eum, qui, cum missus esset in possessionem, fructus percepit et non restituit vel rem dete -
riorem fecit; CXXXIV- De actione, quae datur ei, qui in possessionem missus sumptus feci:
et eos repetit; CXXXV.- De actione, quae datur ex edicto, si quis testamento líber esse iussu.:
est; CXXXVI.- De actione, quae datur in eum, cuius dolo dampnum sit turba; CXXXVII.- E/
edicto de incendio, ruina, naufragio; CXXXVIII.- De actione in factum pro sepulcro violato
CXXXIX.- De praetoriis stipulationibus; CXL- De civilibus actionibus et primo de rei vendica
done; CXLI.- De actione in rem confessoria; CXLII.- De actione in rem negatoria; CXLIII.- Dt
praeiudiciali in rem de libértate; CXLIV- De petitione hereditatis; CXLV.- De actione finiurr
regundorum; CXLVI.- De actione familiae herciscundae; CXLVII.- De actione communi divi-
dundo; CXLVIII.- De condictione certi generali; CXLIX - De condictione certispeciali, quae e>
mutuo oritur; CL.- De condictione triticaria; CU.- De condictione ob causam; CUI.- De con
dictione ob turpem causam; CU II - De condictione sine causa; CLIV- De condictione indebiti,
CLV.- De furtiva condictione; CLVI.- De condictione ex lege; CLVII De actione ad exhiben-
dum; CLVIII.- De actione ex empto; CLIX - De actione ex vendito; CLX - De actione locad et
conducd; CLXI.- De actionibus honeris adversi; CLXII - De actione pro socio; CLXIII.- De actio
ne mandad directa; CLXIV.- De actione mandati contraria; CLXV.- De actione deposita direc
ta; CLXVI - De actione deposita contraria; CLXVII - De actione tutelae directa; CLXVIII.- De
actione tutelae contraria; CLXIX - De actione commodati directa; CLXX.- De actione comrno-
dati contraria; CLXXI.- De actione pignoratitia directa; CLXXII - De contraria pignoratitia;
CLXXIII - De actione praescriptis verbis aestimatoria; CLXXIV- De actione praescriptis verbis
ex permutatione; CLXXV.- De actione in factum generali; CLXXVI.- De actione iudicati; CLXX-
VII - De actione ex stipulatu per dotem; CLXXVIII - De actione aquae pluviae arcendae;
CLXXIX.- De actione de pasta pécaris; CLXXX.- De actione ex testamento; CLXXXI.- De actio
ne ex stipulatu vel ex stipulatione; CLXXXII.- De actione furti non manifesti; CLXXXIII.- De
actione tigni iniuncti; CLXXXIV- De actione furtim arborum caesarum; CLXXXV- De actione
rerum amotarum; CLXXXVI - De actione de rationibus distrahendis; CLXXXVII- De actione
legis Aquiliae; CLXXXVIII.- De actione in factum de pauperie; CLXXXIX - De actione iniuria-
rum ex lege Cornelia; CXC - De actione in factum contra magistratum; CXCI.- De actione
ingrati; CXCII - Qualiter in accusationibus concipiatur libellus; CXCIII - De differentia et simi-
litudine Ínter causas criminales et civiles; CXCIV- Qualiter debeant formari sententiae;
CXCV.- De diffinitiva sententia; CXCVI.- De sententia, quae fertur in causa appellationis;
CXCVII - De differentiis Ínter sententiam diffinitivam et interlocutoriam; CXCVIII - Utrum a
praecepto iudicis possit appellari.
10.- ACCURSIO.- El género literario de las glosas y la escuela llamada "de los glosado
res" llegó a su máximo esplendor con Accursio o Accursius, quien nació en Florencia entre
LEGALES EDICIONES
el 1181 y el 1185 y murió en Bolonia entre 1259 y 1263. Muy joven aún empezó a estudiar
Derecho en Bolonia, donde tuvo por maestros al eximio Azón y a lacopo Baldovini. En 1213
empezó a enseñar Derecho Civil, cátedra que continuó enseñando hasta el fin de su vida
y en la que tuvo discípulos brillantes de la talla de Odofredo, a su propio hijo Francesco y
a Sinibaldo Fieschi, quien más tarde sería Papa con el nombre de Inocencio IV. Sus clases
las dictaba en una casa situada en el Palacio de la Comuna, que hoy se conoce con el nom
bre de Palacio de Accursio. Tenemos una estatua de ACCURSIO y una descripción que de
él se ha hecho, como un hombre de alta estatura, grave y de aspecto pensativo, sobrio,
afable, elegante sin afectación; todo un modelo para sus discípulos por sus costumbres
ejemplares, no menos que por su doctrina y elocuencia. De su notable erudición da fe su
gran biblioteca, que ha sido objeto de investigación por Kantorowicz, quien le dedicó un rf.
estudio intitulado "Accursio e la sua biblioteca", publicado en la Rivista di Storia del Diritto V
601
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
Italiano (1929), estudio en el cual se traza una biografía crítica completa del gran maestro
de Bolonia y la descripción de su rica biblioteca, que luego fue vendida por Cervotto, uno
de sus hijos. Se casó dos veces. Todos sus hijos fueron notables juristas, siendo el más
destacado su hijo mayor Francesco; inclusive, su hija llamada Accursia llegó a ser profesora
en la cátedra boloñesa.
Kantorowicz en su estudio citado menciona otras obras menores: 1).- una Summa sobre
los libri feudorum; 2).- un Liber Accursii que comienza con la frase “De sermone debeo", la
mentablemente perdido porque el manuscrito que lo contenía se incendió; 3).- un tratado
154 El podestá era, en las ciudades italianas del Medioevo, un supremo magistrado con funciones políticas
y judiciales, encargado tanto del gobierno administrativo, político y militar de la comuna que lo había
elegido, cuanto de la suprema función judicial en la comuna, cuya autoridad devenía de la summa potes-
tas de la que estaba envestido. La potestas emanaba de la comuna, como una manifestación del espíritu
asociativo propio de la ciudad medieval. Para profundizar esta exquisitez jurídica véase G. M ENGO ZZI:
L a cittá italiana nell 'Alto Medioevo, Florencia, 1930; CARLO GU IDO MOR: L 'etáfeudale, Milán, 1952;
GIOVANNI CASSANDRO: “Comune (Cenni storici)”, en Novissimo Digesto Italiano, vol. III (CAT-
COND), p. 810-823, U.T.E.T., Turín, 1959.
602
F il o s o f ía d e l D erech o
De arbitris; 4),- una glossa al Autentico; 5).- una carta a Pier della Vigna; 6).- "tres opiniones
legales".
Si la Glossa Magna es la obra simbólica de Accursio, este y su obra magna son todo un
símbolo de la escuela de los glosadores de Bolonia. Como ha dicho Kantorowicz: "la histo
ria del Derecho de Bolonia, es la historia del Derecho europeo": "bolognesische Rechtsge:,-
chichte ist europeische Rechtsgechichte"15S. Por ello es que, a los 700 años de la muerte de
Accursio, la Universidad de Bolonia celebró este acontecimiento con un Congreso Interna
cional cuyas actas, intervenciones y ponencias están recogidas en tres volúmenes tituladcs
Atti del convegno internazionale di studi accursiani (Bolonia, 21-26 Ottobre 1963), orgí -
nizadas por el Comitato Organizzatore delle celebrazioni per ¡I settimo centenario della
morte di Accursio, a cargo de Guido Rossi (1968). En el segundo volumen corre el notabla
estudio del profesor GUIDO ASTUTI (1910-1980) de la Universidad de Roma y antes ea
Turín, titulado "La glossa accursiana", en el que sostiene que "la glosa ordinaria al Corpus
iuris civilis es el texto jurídico medieval más conocido, usado y difundido en Italia y e i
Europa durante varios siglos: basta pensar en su extraordinaria autoridad en la teoría y e i
la práctica del Derecho desde la edad de Accursio hasta la de las modernas codificacionei.
Empero este texto, no obstante su importancia universalmente reconocida, es al mismo
tiempo el más superficialmente conocido y menos seriamente estudiado. Todo estudioso
de la Historia del Derecho, todo romanista y todo civilista lo posee en su biblioteca y en
ocasiones más o menos frecuentes lo consulta: pero la moderna Historiografía Jurídica
italiana y europea, durante más de un siglo, no ha dado una sola obra de gran aliento en
caminada a una profundización crítica de los problemas relativos a la formación de la glosa
accursiana, o a una ilustración sistemática de su contenido y de sus doctrinas fundamenta ■
les" ... "Por ello concluyo que alguien debería dedicarse a la no fácil tarea de exponer aquí,
conjuntamente con la propia, la docta ignorancia de la moderna Historiografía Jurídicz
sobre la glosa accursiana"156.
Según el maestro Guido Astuti, "la compilación de la glosa ordinaria fue concebida t
iniciada por Accursio en su edad juvenil y completada en Bolonia durante largo período de
su docencia" ... "Ignoramos, en fin, cuando y cómo la Magna Glossa fue definitivamente
terminada y publicada"157.
"Una tentativa de mayor precisión fue realizada por Neumeyer. Según la sumaria de
mostración ofrecida por Neumeyer, el terminus a quo para la iniciación de la Magna Glossc
accursiana debería ponerse entre los años 1210 a 1215 y el terminus ad quem debería ser
anterior a los años 1234 a 1240 y esto porque una crónica florentina del siglo XIV atestigua
que Accursio publicó en 1228 la glosa al Código. Neumeyer dejó establecido el año 1228
como probable fecha de publicación del íntegro apparato accursiano y estas conclusiones
fueron aceptadas por Kantorowicz sin ninguna reserva en su célebre estudio sobre Accur
sio y su biblioteca".
Después de revisar críticamente las conjeturas de Neumeyer, de Kantorowicz y de
Genzmer, el profesor Astuti concluye que la publicación de la M a g n a G lo ssa debería ser
desplazada de 1228 hasta, por lo menos, el año 1235 ó 38. "A mi parecer, el problema no se
LEGALES EDICIONES
puede plantear en términos puramente cronológicos, sobre la base insegura de un cómpu
to material de la presumible duración en la composición del apparato accursiano". Esta no
fue la fatiga de un amanuense, sino la obra de un jurista, una obra de pensamiento: y no es
posible computarla a razón de tantas glosas por año, mes o día. Accursio debió recoger un
vasto material que representaba el esfuerzo exegético y reconstructivo de cinco generacio-
155 H ERM AN N KANTOROW ICZ: “Leben und Schriften des Albertus Gandinus”, en la revista Zeitschrift
der Savigny stiftungfür Rechtsgeschichte, vol. 44, año 1924, p. 159.
156 GUIDO ASTUTI: “L aglossa accursiana”, en Atti del convegno internazionale di studi accursiani, vol. II, p.
289, Dott. A. Giuffré editare, Milán, 1968.
157 GUIDO ASTUTI: ob. cit., p. 293, in fine.
603
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
nes de juristas durante más de un siglo, seleccionarlo, reelaborarlo según ciertos criterios:
también Kantorowicz es conciente de la fatiga que tal obra habría requerido: "solamente
para presentar las innumerables controversias de sus predecesores, para ponderarlo bien
y adoptar una propia posición como Accursio lo hizo siempre". "Pero, considerando que el
apparato accursiano fue compuesto sobre las bases de materiales ya elaborados, en cuan
to era una compilación de Glosas, Apparatos y Summas anteriores, se debe reconocer que
la empresa debió haber sido el empeño de toda una existencia"158.
En cuanto a la metodología de la Magna Glossa, se debe tener presente que Accursio
tuvo presentes los lugares paralelos y los argumentos a contrario, aun cuando no siempre
se llegara a una conclusión sistemática sobre cada tema. Y es que, como dice Astuti, "La
Glossa ordinaria fue una obra de exégesis más no una obra sistemática"159.
Al afrontar este problema, Astuti nos hace ver que la Glossa ordinaria "no nos ofrecía
una interpretación nueva, original, sino al contrario estaba dirigida al objeto de recoger,
seleccionar, reordenar las glosas que se habían venido acumulando en torno a los Libri Le
gales desde los tiempos de Irnerio y de los primeros doctores boloñeses hasta los tiempos
de Accursio, repetidamente transcritos de maestros a discípulos en las márgenes de sus
Códigos, a modo de presentar ordenadamente el pensamiento de los glosadores de la Es
cuela de Bolonia, ilustrando sus innumerables interpretaciones, opiniones, controversias y
tomando posición sobre los puntos dudosos o en disenso, aportando la interpretación más
segura o probable de los textos del Corpus iuris. Obra de compilación y de reelaboración,
idónea a consolidar en un gran apparatus glossarum, en forma definitiva los resultados del
esfuerzo exegético realizado por varias generaciones de juristas sobre las fuentes del De
recho Romano justinianeo, resultado cuya importancia es en varios aspectos concluyente
de una primera y fundamental fase de desenvolvimiento de la nueva jurisprudencia que
aparecía ya clara a Accursio y a los intérpretes del siglo XIII"160.
"La Glossa accursiana no estaba dirigida solo al fin práctico de ofrecer a los intérpretes
una colección, una antología de las glosas y anotaciones acumuladas en las márgenes de
los Libri Legales, sino que respondía a una precisa exigencia científica, aquella de suminis
trar una segura y clara orientación para la inteligencia e interpretación del Corpus iuris, con
una ordenada y coordinada síntesis del pensamiento jurídico de los glosadores sobre todas
las partes de la compilación justinianea"161.
La Magna Glossa bien podría llamarse el vademécum162 del Derecho Común y se pre
senta como la voz misma del texto el que en la praxis forense se manifiesta solo a quienes
la llevan consigo, como un indispensable aparato hermenéutico para la defensa, para la
acusación y la sentencia.
Sentado ello, las fuentes de Accursio estuvieron constituidas en primer lugar por las
Novelas, cuya depuración a partir de Irnerio se llevó a cabo en el Authenticum, el que
presenta algunas notables particularidades: "es sabido que el conocimiento y el estudio
del Authenticum por parte de los glosadores dio lugar a múltiples motivos de perplejidad.
Por ello resultan comprensibles los motivos por los cuales esta colección de Novelas fue
LEGALES EDICIONES
604
F il o s o f ía d e l D erech o
o útiles y las subdlvidieron en 9 Collationes, quizás por su paralelismo con los primeros 9
libros del Código, separados tradicionalmente de los Tres Libri, pero sin alguna aparente
razón de orden sustancial o sistemático; no sabemos por qué motivo fue abandonada l|
originaria numeración y disposición de las 134 Novelas en el texto del Authenticum; no
sabemos por qué, también en las 97 Novelas vulgatae, algunas partes fueron desechadas
por los glosadores, dejadas sin anotación o no leídas en la Escuela; no sabemos, en fin, po •
qué las llamadas Authenticas inscritas por Irnerio y por sus sucesores en las otras partes
del Corpus iuris -y que podrían ser mucho más numerosas- no fueron sistemáticamente
elaboradas a plenitud. El texto de las Novelas, en las diversas colecciones y especialmente
en el Authenticum, ha sido objeto de profundas Investigaciones, desde aquellas funda
mentales de Biener y de Heimbach, hasta la crítica más reciente. Para resolver este pro
blema será necesario un nuevo estudio de los manuscritos que conservan el Authenticun
con glosas preaccursianas, especialmente aquellas contenidas en las llamadas Autentica'.
'extraordinarias' o 'extravagantes'"163.
Muchos otros motivos de incerteza se presentan si consideramos las fuentes de Is
glosa accursiana, o sea los materiales directamente utilizados por Accursio para la compila
ción de su gran apparatus. "El tema está referido a las siglas de los maestros boloñeses"164
Por otra parte, no tenemos noticias precisas en torno a la biblioteca de Accursio. Kanto-
rowicz creía poderla identificar sobre la base del elenco de un conspicuo número de códi
ces poseídos por los hijos de Accursio y precisamente vendidos por Cervotto a Guillermc
en 1273, pero el examen de los títulos de estos 63 códices no permite una segura identi
ficación sobre los verdaderos textos que Integraban la biblioteca de Accursio, lo que nos
demuestra que estos códices constituyeron solo una parte de esta biblioteca y, ciertamen
te, no la más importante, no la de mayor interés para nosotros, o sea aquella que Accursio
utilizó para la compilación de la Glosa ordinaria. Así, de la literatura anterior a Accursio
solamente las colecciones de Diversitates dominorum y de las Quaestiones de Roffredo, de
Pillio, de Azón, las Distínctiones y Quaestiones insolubilia de Ugolino, las Cavillationes de
Bagarotto y un Libellus de Bernardo Dorna. Todos los otros códices contienen los diversos
apparatus accursianos, las lecturas de Odofredo y los escritos de juristas posteriores a
Accursio, lo que nos demuestra que no fueron utilizados por Accursio en la compilación de
la Magna Glossa.
"Un juicio más seguro en torno a las relaciones entre la Magna Glossa y la literatura
jurídica boloñesa será posible solamente después de trabajos críticos de gran empeño:
solo la edición crítica del Corpus de las glosas preaccursianas y de la Magna Glossa accur
siana, ambas necesarias e ¡nterdependientes, permitirá una definitiva evaluación de los
materiales utilizados por Accursio"165.
LEGALES EDICIONES
nuestro inmortal maestro de San Marcos, denominó en un estudio notable como "La Co
lonia, Edad Media peruana". El Derecho Indiano ha sido estudiado en las obras de Silvio
Zavala, José María Ots Capdequi, Ricardo Zorraquín Becú, Enrique Ruiz Giñazú y Ricardo
Levene, entre otros insignes historiógrafos peruanos y sudamericanos. La jurisprudencia
indiana bien puede estar representada por los tres más grandes tratadistas del Derecho
Indiano, que fueron: JUAN DE SOLÓRZANO y PEREYRA, oidor de la Real Audiencia de Lima
entre 1610 y 1627 e insigne autor de la Política indiana, que constituye el tratado más
605
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
clásico del Derecho Indiano; o también por JUAN DE HEVIA BOLAÑOS, autor de la Curia
philipica, que es el primer Tratado de Derecho Procesal Civil y Comercial escrito en Améri
ca y por JUAN DE MATIENZO, que fue oidor de la Real Audiencia de Charcas y que publicó
en 1567 un estudio sobre el Gobierno del Perú.
Sentado ello, podemos dejar establecido que la influencia del pensamiento de Accur-
sio no se limitó exclusivamente al Derecho Romano ni al Derecho Canónico sino, también,
al Derecho Indiano, cuyas fuentes se remontaban precisamente a Accursio y a la Magna
Glosa, cuyo primer impacto se hizo evidente en las Partidas de! rey Alfonso el Sabio.
Así nos lo ha ha hecho ver un notable estudio del profesor FERMÍN CAMACHO EVAN
GELISTA, de la Universidad de Granada, titulado "Accursio y las fuentes romanas de las
Partidas", publicado en Atti del convegno internazionale di studi accursiani (Bolonia 21-26
ottobre 1963), vol. III (1968), en el que empieza sosteniendo que: "El Vil Centenario de la
muerte de Accursio se corresponde con la conmemoración del Vil Centenario del Código
de las Siete Partidas, código que constituye el cuerpo legal más importante de la historia
jurídica española e hispanoamericana".
Como es sabido, la ley de las Siete Partidas del rey Alfonso el Sabio, promulgada en
1265, ha sido considerada como las "pandectas castellanas" según la hermosa metonimia
de ADRIANO CAVANNA y fue redactada por los maestros JÁCOME RUÍZ, llamado Jacobo
"el de las leyes", quien estudió en la Escuela de Bolonia, manejando como vademécum
la Magna Glossa e inspirándose en el Espéculo, que se publicó en el tercer o cuarto año
(1256) del reinado de don Alfonso.
Pero, además, intervinieron en la redacción de las Partidas el maestro Roldán y el
jurista y canónigo Fernando Martínez de Zamora, quien también estudió en Bolonia y fue
discípulo de Azón.
Uno de los grandes maestros de la Historiografía española, el profesor ALFONSO GAR
CÍA-GALLO (Soria, 5 de enero de 1911; + Madrid, 21 de diciembre de 1992), ha sostenido la
tesis de que las Partidas fueron el producto de varias redacciones consecutivas a un texto
original que se inspiraba en el Espéculo, en el Fuero Real, en la Magna Glossa y en el Cor
pus iuris; de tal modo que la primera redacción se remonta a 1256, la segunda redacción
de las Partidas fue concluida en 1265; la tercera redacción fue llevada a cabo "en fecha
desconocida, pero probablemente bajo Fernando IV entre 1295 a 1312 y por juristas de
gran cultura y formación filosófica cuyos nombres desconocemos"; y la cuarta redacción se
llevó a cabo en 1325, "modificando la tercera redacción, tanto en un reajuste de su plan,
como añadiendo nuevas leyes y, sobre todo, interpolando y modificando casi todas"; "en
una quinta revisión posterior, hacia 1340 se data la redacción de las Partidas entre 1256 y
1263, reduciendo a siete años la larga elaboración de esta obra"166.
Según el profesor FRANCISCO TOMÁS Y VALIENTE (Valencia, 8 de diciembre de
1932-Madrid, 14 de febrero de 1996), catedrático de Historia del Derecho en la Universi
dad Autónoma de Madrid, "El mérito principal de los estudios de García-Gallo consiste en
haber planteado dudas y haber sugerido explicaciones verosímiles sobre hechos que se
admitían como válidos sin haberlos sometido a crítica. Pero de ahí no se infiere necesaria
LEGALES EDICIONES
mente que debamos considerar convincentes las interpretaciones suyas. Parece fuera de
duda que hubo varias redacciones de las Partidas. García-Gallo opina que tales redaccio
nes fueron sucesivas y posteriores a la derogación del Espéculo y a la muerte de Alfonso
X. Otros historiadores que están también investigando el proceso de elaboración de las
Partidas no admiten estas afirmaciones. Así, J. A. Arias Bonet y A. García y García continúan
hablando de las Partidas como obra de Alfonso X"167.
166 ALFONSO GARCIA-GALLO: Manual de Historia del Derecho español, vol. I : “El origen y la evolución
del Derecho”, p. 395 (§. 735); p. 398 (§. 740); p. 398 (§. 741); p. 399 (§. 742).- 4a ed. revisada, Madrid, 19 71.
167 FRANCISCO TOMÁS Y VALIENTE: Manual de Historia del Derecho Español, 4“ ed., p. 238-239, edito
rial Tecnos, Madrid, 1983.
606
F il o s o f ía d e l D erech o
"Por otra parte, Arias Bonet opina que, al menos por lo que respecta a la primera
Partida, las diversas redacciones que conocemos no fueron sucesivas, sino simultánea;,
como resultado de tareas independientes encomendadas a personas de desigual forma
ción intelectual".
"A la vista de las anteriores consideraciones, podemos concluir por ahora con las si
guientes afirmaciones: 1. Que todavía es pronto para establecer con seguridad fecha;
precisas en orden al momento inicial y terminal de la redacción de las Partidas. En este
sentido son aún muchos 'los enigmas de las Partidas'. 2. Que tampoco parece haber razón
suficiente para datarlas después de la muerte del Alfonso X, a quien se le han atribuido
unánimemente hasta ahora. 3. Que la hipótesis de García-Gallo según la cual las Partida.;
fueron una prolongación y reelaboración del Espéculo, aun siendo verosímil y digna de se ■
tenida en cuenta, no puede valorarse como verdad demostrada".
"Además de la de García-Gallo, subsisten otras hipótesis, que sin analizar cuál pudo se
en detalle el proceso de redacción de las Partidas, apuntan interpretaciones coherente:
acerca de la finalidad que con ellas persiguió Alfonso X. Estas interpretaciones coincider
entre sí en dos puntos: atribuyen las Partidas a Alfonso X y no ven en ellas una obra deri
vada del Espéculo, sino independiente de este. Al margen de estas coincidencias básicas
podríamos enunciar estas dos hipótesis globales sobre las Partidas en los siguientes térmi
nos. Según una de ellas, la obra en cuestión debe ser puesta en relación no con la polííicí
legislativa de Alfonso X y con el fracaso de la misma, sino con lo que podríamos denomina!
preocupación culturalista del Rey Sabio"168.
"Dentro de este contexto, las Partidas serían la gran enciclopedia del saber jurídico de
su tiempo, su gran obra dedicada al Derecho. En esta línea, las Partidas estarían conecta
das no con el Espéculo, sino con otra obra iniciada por Fernando III y concluida por Alfonso
X: el Setenario"169.
"Otra hipótesis muy sugestiva y defendida principalmente por Rafael Gibert (y en cier
to modo también por A. Iglesia, quien la desarrolla en términos tan sutiles como atracti
vos, consiste en relacionar las Partidas con el llamado 'fecho del Imperio'... Pues bien, la
composición de las Partidas pudo deberse al intento de Alfonso X de preparar 'un proyecto
legislativo universal ligado al Imperio'. Si Alfonso X hubiera sido elegido emperador, las
Partidas habrían sido el Derecho del Imperio. Precisamente con ese fin el Derecho que en
ellas se recoge no es el de Castilla, sino el romano, canónico y feudal: el ius commune. No
es fácil optar por ahora entre todas estas interpretaciones. Es materia debatida. Puede ha
blarse de resultados generalmente admitidos. Este es, sin más, el estado de la cuestión"170.
En cuanto al contenido y posibles autores de las Partidas, dice el profesor Tomás y
Valiente que: "Ya en su día hizo Martínez Marina dos afirmaciones de las que se ha hecho
eco casi literalmente Gibert y que podemos considerar como verdades incuestionables
e indiscutidas: las Partidas están escritas 'con majestad y elegancia, con lenguaje puro y
castizo', pero lo que ese lenguaje contiene es Derecho común (canónico, romano y feudal)
y no Derecho de Castilla, aunque puedan encontrarse de este algunas adiciones o huellas"
LEGALES EDICIONES
... "Puesto que su contenido es casi exclusivamente el Derecho común bajomedieval, es
lógico que las principales obras de este fuesen directas de las Partidas. En este sentido, po
demos afirmar que se utilizó el Corpus iuris justinianeo y también las Decretales, así corno
los Libri feudorum. Pero también las obras de muchos juristas, tales como Azzo, Accursio,
Godofredo, Tancredo, San Ramón de Peñafort, el Hóstiense, la Summa iuris de Ronaldo,
y otras obras semejantes de Rogerio, Placentino y Odofredo, entre otros glosadores"171.
607
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
Así pues, las Partidas constituyeron la base del Proceso Común Medioeval. El maes
tro NICETO ALCALÁ-ZAMORA Y CASTILLO, hombre simbólico y figura representativa de la
Escuela Procesalista española, quien nació en Madrid el 2 de octubre de 1906 y murió en
el Hospital Ruber Internacional de Madrid el 20 de febrero de 1985, profesor en Santiago
de Compostela, Murcia y Valencia; luego en Buenos Aires y, finalmente, en la Universidad
Autónoma de México de 1946 a 1976, ha dicho que "la Partida III fue la piedra angular del
proceso común medieval". En efecto, "la Partida III va a gravitar durante seis siglos, sobre
la vida española y sobre la vida colonial", de tal modo que "cuando España da su gran salto
histórico y empieza a organizar a su imagen y semejanza la conquista y colonización ame
ricana, las Partidas van a dar los principios fundamentales del Derecho Procesal". "Ello me
llevó a decir, con las naturales reservas, que las instituciones procesales civiles vigentes en
los países americanos de habla española, son hijas de la ley (de enjuiciamiento) de 1855,
nietas del Código alfonsino (la susodicha Partida III) y bisnietas del Derecho Romano". Ade
más, las Partidas, al traducir del latín al castellano, realizaron la consagración jurídica de
este y, crearon una terminología que todavía perdura en gran parte en la esfera procesal
civil hispanoamericana. Vertidas al portugués en el siglo XIV, las Partidas repercutieron
sobre el derecho lusitano a través de las sucesivas Ordenag&es, a saber: las Alfonsinas (de
Alfonso V en 1456), las Manuelinas (de Manuel I en 1514) y, sobre todo, las Filipinas (de
LEGALES EDICIONES
Felipe II de España y I de Portugal, en 1603), que durante toda la época colonial y los pri
meros decenios de la independencia estuvieron vigentes en Brasil"1 173.
2
7
"La Partida III, que constituye un verdadero Código de enjuiciamiento civil, puesto que
de sus 32 títulos, los 27 primeros (con un total de 511 leyes) y parte de 32 (con 26)) regulan
la materia procesal, se ocupa, como es natural, con todo detalle (más aún: con excesiva
17 2 JESÚS LALIND E ABADIA: Iniciación histórica al Derecho español, p. 143, editorial Ariel, Barcelona,
1978.
173 NICETO ALC ALA-ZAM O RA Y CASTILLO: “Introducción al estudio de los procedimientos ordina
rios en primera instancia en los paises iberoamericanos”, en el volumen Nuevos estudios de Derecho pro
cesal, p. 70-71, editorial Tecnos, Madrid, 1980.
608
F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
to de sus padres e hijos.
10. El juez debe guardarse de oír su mismo pleito ni aquel en que él hubiera sido abogado
o procurador.
11. Los jueces deben procurar por todos los medios posibles saber la verdad en los pleitos
que se principiaren ante ellos.
12. Por qué conviene a los jueces concluir los pleitos que se principiaren ante ellos.
13. Los jueces deben cuidar que no comprendan las partes lo que piensan decir hasta que
sentencien" [...].
609
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
175 AGU STÍN D IAZ BIALET: “La fortuna y el valor práctico de la obra de Accursio en el Derecho Común
Americano”, en el volumen Atti del Convegno di studi accursiani, Bolonia, 21-26 ottobre 1963, vol. III, p.
10 16 -10 17 , Dott. A. Giuffré editore, Milán, 1968.
176 Ibíd, p. 10 17 -10 18 .
1 7 7 SAVIGNY: Storia del Diritto Romano nel M edio Evo, vol. II, p. 386, Multigráfica editrice, Roma, 1972.
6 10
F il o s o f ía d e l D erech o
de decadencia sobre los juristas post-accursianos emitido por Savigny fue repetido y au i
amplificado por Schupfer, a cuyas páginas brillantes se debe que tantos escritores reto
maran acríticamente el mismo juicio. Después de Ugolino, en la segunda mitad del siglo
XIII, escribe Schupfer, el carácter esplendido dio lugar a la ampulosidad, a generalidades
indistintas y a pueriles minucias. Odofredo, Guido de Suzzara, Jacopo de Arena, Dino d a
Mugello 'valían poco'; de Odofredo se conservaba la memoria solamente por sus 'narra
ciones e historietas' insertos en su obra 'para solaz de los estudiantes'".178
Así, prosigue Nicolini: "esta afirmación sobre la decadencia de nuestra doctrina jurídi
ca después de Accursio fue generalmente repetida por todos".179
"Aquel juicio que involucra en una misma condena a todos los post-glosadores exige
una revisión".180Y citando a Besta plantea la "necesidad de revisión de aquel juicio total de
condena que Savigny emitió para la jurisprudencia post-accursiana".181
La tesis del profesor Ugo Nicolini se contrae a plantear, en la p. 825 de la obra citada,
que "la verdad es que de decadencia de la doctrina post-accursiana no se puede hablar".
Consecuentemente, un nuevo juicio surge de la reevaluación por Nicolini de Odofre
do, mal juzgado por Niño Tamassia, "quien nos da una descripción deprimente e inefable
mente grave".182 Similar descripción de Odofredo nos da Schupfer, quien nos lleva a una
"errónea generalización sobre la obra de los post-accursianos y de los escolásticos".183 "Jui
ció frívolo, meramente externo".184 BESTA ya había propuesto "rehabilitara los juristas del
mos italicus y de estudiarlos no por su método, sino por el contenido de su pensamiento
En suma, se trata de confrontar a autor con autor para individualizar el pensamiento de
cada uno".185 "Solamente así podremos conocer nuestra doctrina y salir de aquella visiór
aplastada de la jurisprudencia intermedia". "Solamente así podremos liberarnos de aque
lia generalidad que constituye una de las tentaciones más graves para el historiador de
nuestra jurisprudencia".186
Así, a la luz de esta nueva perspectiva, toman un nuevo sesgo la comprensión de la:
obras de SALATIELE sobre el ars notariae, así como la Summa totíus artis notariae de RO-
LANDINO, con la Aurora novísima que la integra y con las adiciones de PIETRO DA UNZO
LA. Así también debemos enjuiciar los aportes de un ALBERTO DA GANDINO, el gran autoi
del Tractatus de Maleficiis, una obra maestra del Derecho y del Proceso Penal, singular
mente de la prueba y, especialmente, de los indicios; de GUIDO DA SUZZARA, de quier
destaco su obra De instrumento guarentigiato, que constituye un valiosísimo antecedente
sobre la historia del Título ejecutivo; al MAGISTER ARNULPHUS, autor de una Summa Mi-
norum, editada por Ludwig Wahrmund en 1905 y reeditada por la Scientia Verlag Aalen er
1962; al MAGISTER DAMASUS, autor de una Summa de ordine iudiciario editada por Lud
wig Wahrmund en 1926 y reeditada por la Scientia Verlag Aalen en 1962; a EILBERT VON
BREMEN, autor de un Ordo Judiciarius editado por Ludwig Wahrmund en 1906 y reeditado
por la Scientia Verlag Aalen en 1962; y a dos grandes profesores de Oxford: RICARDUS
ANGLICUS, autor de una Summa de ordine iudiciario editada por Ludwig Wahrmund en
1915 y reeditada por la Scientia Verlag Aalen en 1962 y a WILHELMUS DE DROKEDA, autor
de una Summa Aurea editada por Ludwig Wahrmund en 1914 y reeditada por la Scientia
Verlag Aalen en 1962.
LEGALES EDICIONES
178 NICOLINI, ob, cit, p. 819.
179 NICOLINI, ob, cit., p. 821.
180 Ibíd, ob. y loe. cit.
18 1 Ibíd.
182 Ibíd, p. 827, in fine.
183 Ibíd, p. 828, in fine.
184 Ibíd.
185 Ibíd, p. 829.
186 Ibíd, p. 831.
611
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
En esta obra de Drokeda me permito citar su interpretación del principio lura Novit
Curia, tratado en la cuestión Lili, p. 53 de la edición de Wahrmund citada, bajo el título de
"De advocatorum defectus suppletione". Y dice así: "Cuando el abogado dice menos de lo
que debe decir o cuando no dice nada, entonces el Juez debe suplir los defectos de omisión
y subsanar los defectos, pronunciándose con arreglo a ley" "quod advocatus minus dicit
quam debeat, aliquando nihil dicit vel omittit, ideo iudex supplere debet eius defectum et
proferre, quod sciat legibus convenire". He aquí desarrollado el principio "tura Novit Cu
ria" consagrado en el Código de Justiniano, libro II, § 15 y comentado ampliamente por el
autor de este libro en su estudio intitulado "El artículo séptimo del Título Preliminar, llave
maestra de la Teoría General del Derecho Civil y Procesal", publicado en el Libro Home
naje a José León Barandiarán, pag. 453 a 493, editorial Cusco, Lima, 1985 y, desenvuelto,
ampliamente en mi otro libro intitulado "La Ciencia del Derecho Procesal", pag. 699 a 798,
Lima, 1991.
Y así ya estamos estudiando la apasionante historia del Derecho Procesal en la Edad
Media, al revisar la obra magna de los grandes procesalistas de esta época, citando, aparte
de la obra tantas veces mencionada de Savigny, el gran maestro de Frankfurt, a WUNDER-
LICH, en su estudio "Beitráge zur Literaturgeschichte des Prozesses im 12 und 13 Jahr-
hundert" ("Contribución a la historia de la literatura del proceso en los siglos XII y XIII"),
publicado en la revista Zeitschrift für geschichtliche Rechtswissenschaft, vol. 11 (1842); a
AUGUST BETHMANN-HOLLWEG en su obra magna Der Civilprozess des gemeinen Rechts
in geschichtlicher Entwicklun, (El proceso civil del Derecho común en su desenvolvimiento
histórico, 1868), así como a ARTHUR ENGELMANN en su A history of continental civil pro-
cedure (1927). Es la edición que seguimos por tenerla a la vista, en defecto de la original
alemana: Geschichte des Civilprocesses (1890); y, por supuesto, a los grandes clásicos de la
Historiografía alemana e italiana, a los que hemos venido citando rigurosamente.
Entre los grandes procesalistas de la Escuela de Bolonia, aún nos hemos de referir a
DIÑO DE MUGELLO, cuyas obras fueron: Scritti esegetici intorno ai libri di jus, De actio-
nibus, De regulis iuris in sexto, De praescriptionibus, De successionibus ab intestato, De
primo et segundo decreto, De interesse, De ordine judiciario, De praesumptionibus, Modus
argüendi, Consilia, Quaestiones seu Disputationes, Singularia, Tractatus quartarum, De cu-
mulatione actionum, Tractatus dictionum, Tractatus substitutionum; a GIOVANNI DE DEO,
autor de un Líber iudicium, que fue un sistema del proceso en cuatro libros; Cavillatíones,
Commentario In loannis Arborem actionum, Breviarium decretorum s. decretum abbre-
viatum, Flos decretorum, Casus decretalium cum canonibus concordante (o concordatas,
Tabula decreti, Apparatus super tota corpore decretorum, Continuazione dell'apparato di
Uguccione, Líber dispensationum, Líber pastora lis, Líber poenitentialis, Líber distinctionum,
Arbor versificata, Líber Quaestionum, Chronica, Liber opinionum, Summa de sponsalibus,
Prelezioni sulle decretan, Commentum super novellis decretalium, Catalogus Haeretico-
rum, Liber primarius de variis iuris pontifica materiis, Summa moralis, De abusibus contra
cánones, Epístola super probatione decimarum; a MARTIN DE FANO, quien fue un discípu
lo de Azón que escribió un sistema del procedimieno titulado Der Ordo iudiciorum, editado
por Ludwig Wahrmund en 1906 y reeditado en 1962 por la Scientia Verlag Aalen; así como
LEGALES EDICIONES
un libro sobre los libelos titulado Das Formularium, editado por Ludwig Wahrmund en
1907 y reeditado en 1962 por la Scientia Verlag Aalen; a EGIDIO DEI FUSCARARI, quien
murió en 1289 en Bolonia, en cuya Universidad fue el primer laico que enseñó Derecho Ca
nónico. Escribió una obra notable titulada De ordine iudiciario, que constituye un sistema
de Derecho Procesal en el que se inspiró GUILLERMO DURANTIIS para escribir su famoso
Specutum iudiciale.
GUILLERMO DURANTIIS, DURANDO o DURANDII nació en 1237 en Beziers, cerca de la
parroquia de Puimisson, y murió en Roma en 1296, después de haber desempeñado altos
cargos eclesiásticos. Es un personaje inmortal en nuestra historia y, especialmente, en la
ciencia del Derecho Procesal, por haber escrito el más grande tratado medieval sobre el
f proceso, titulado Specuium iudiciale, que constituye todo un sistema teórico-práctico de
612
F il o s o f ía d e l D erech o
Derecho Procesal Civil y de Derecho Procesal Canónico. La obra está dividida en cuatro i-
bros: el primer libro trata de los sujetos del proceso; el segundo, del procedimiento civil; el
tercero, del proceso penal; y el cuarto, de casos especiales y de formularlos prácticos sobre
la demanda, sobre las posiciones e, incluso, de formularios de contratos. Esta obra, como
lo admite el propio Savigny, adquirió una gran y durable celebridad por su gran utilidad
teórica y práctica. Esta obra fue de gran utilidad por las adiciones que le hicieron notables
jurisconsultos como GIOVANNI D' ANDREA y BALDO, sobre todo el primero, por la gran
cantidad de referencias históricas y bibliográficas.
El Speculum iudiciale o "Espejo judicial", refleja cual un espejo todo el sistema judicial
y es, como dice SALVIOLI,187 "una obra colosal, enciclopédica, no solo del proceso, sino de
todo el Derecho Privado y Criminal, Civil y Eclesiástico, que influyó en todo el Derecho de
su tiempo, hasta nuestros días", "obra que a Duranti le confirió el nombre de 'el Speculc -
tor', con el cual es frecuentemente citado". FRANCESCO CALASSO, a su vez, dice que él
Speculum iudiciale a través del proceso refleja (Speculum) todo el sistema del Derecho qua
se divide en cuatro partes"188.
KNUT WOLFGANG NORR, por su parte, dice en el Handbuch de Helmut Coing, qua
"toda la sabiduría ancestral del Derecho Procesal encuentra en el Speculum Iudiciale d a
Guillermo Durantiis (muerto en 1296) su culminación (Abschluss)". El Speculum constituya
una obra selecta de la cultura jurídica europea y un original y profundo libro-guía para la
ciencia de su tiempo189.
GUILLERMO DURANTIIS o DURANDO (1236-1296), a nuestro modo de ver, fue el m á;
grande procesalísta del Medioevo. Prelado, liturgista y magistrado, después de graduarse
en Derecho Canónico en la Universidad de Bolonia, dictó cátedra en el célebre studium bo-
noniensis y, posteriormente, en la Universidad de Módena. Luego fue nombrado, en 126C,
auditor; luego, juez comisionado y, luego, vocal de apelaciones en la Sagrada Rota. En el
Segundo Concilio de Lyon de 1274 era uno de los redactores de los estatutos, designado
por el Papa Gregorio X.
En 1278, cuando Bolonia y la Romagna fueron incorporados a los Estados Pontificios
Durantiis fue uno de los primeros comisionados para la administración temporal en la nue
va provincia, llegando a ser Gobernador General en 1283. En 1286 fue consagrado obispe
de Mende, al Sur de Francia, tomando posesión de su cargo en 1291. En Mende publicó
un libro de reglas litúrgicas, Rationale divinorum officiorum, que fue un famoso tratado de
liturgia en el que se inspiraron los obispos, los prelados, el Derecho Canónico, deviniendo
en texto clásico sobre la materia.
Su fama, empero, se debe a su obra fundamental: Speculum Iudiciale, publicada entre
1271-1276, revisada en 1289-1291.
La primera parte trata de los sujetos del proceso y de los actos procesales de las par
tes; la segunda, trata del desarrollo del procedimiento, inspirándose en las doctrinas de!
maestro Tancredus Bononíensis en su Ordo ludiciorum, así como en las doctrinas procesal-
canonistas de Roffredus Beneventanus, Grafía Aretino, Aegidius De Fuscarariís y de las doc
trinas procesal-civilístas del así llamado Ulpianus De Edendo, Búlgaro, Johannes Bassianus
LEG A LES E D IC IO N E S
y de la Summa de Ordine ludiciario de Rlcardus Anglicus, entre otras obras, como el Quia
187 GIUSEPPE SALVIOLI (Profesor en Nápoles): Storia d el D iritto italiano, p. 102, in fin e , 103, Turín, UTET,
1930.
188 FRANCESCO CALASSO (Profesor en Roma): M edio evo d el Diritto, p. 547, Giuffré Editore, Milán,
1954-
189 KNUTT WOLFGANG NÓRR (Profesor en Tübingen). Colaborador con otros profesores en el ya clási
co manual del Profesor HELMUT COING, fundador y director del Max Planck-Institüt para la Historia
del Derecho Europeo de Frankfurt del Meno: “La Literatura sobre el Proceso Civil Medioeval”, “Trabajos
sobre Durante” en H a n d b u ch d er Q uellen u n d Literatur d e r N eu eren E uropaishen Privatrecht-Geschichte,
Band I, (vol. I), p. 394, Verlag C.H. Beck, Munich, 1973.
613
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
ludiciorum u Ordo Bambergensis de autor anónimo, etc.; la tercera parte trata del Proce
so Penal, y la cuarta trata de los modelos judiciales y formularios actuariales y notariales
según los había formulado el maestro Rolandino de Passaggieri (1234-1300), profesor en
Bolonia, que fue el gran sistematizador de la ciencia notarial en su Summa Artis Notariae.
El Speculum iudiciale de Durantiis es, pues, una obra fundamental para la ciencia pro
cesal y para la Historiografía medieval del Proceso. Ha sido editado con adiciones de Jo-
hannes de Andrea y de Baldo de Ubaldis en Roma (1473), Venetiae (1501) y Basilea (1563).
Referencias en el tomo II de Savigny: Storia del Diritto Romano nel Medio Evo (p. 530-
546), Helmut Coing, Handbuch, Band I (p. 394) y hay una edición abreviada de Johan-
nes von Stynna: Speculum Abbreviatum de 1332-1334; confróntese, además, en Theodor
Müther: Historia del Proceso Romano-Canónico en Alemania (1872, p. 1-31).
Otro brillante procesalista medieval fue GIOVANNI D'ANDREA o JOHANNES
D'ANDREAE, quien escribió unas Additiones al Speculum de Duranti.
Giovanni D'Andrea es fundamental en nuestra historia del pensamiento jurídico por
sus célebres adiciones al Speculum iudiciale de Guillermo Durantiis. Nació en 1270, fue
profesor en Bolonia, luego en Padua y finalmente de nuevo en Bolonia hasta su muerte, a
los 78 años, ocurrida el 7 de julio de 1348, con motivo de la gran peste que asolaba Italia
por aquella época.
Las adiciones de Giovanni D'Andrea fueron reproducidas por Savigny en su Storia
del Diritto Romano nel Medio Evo, vol. III, p. 227-231 (1972), las mismas que, en esencia,
aluden muy brevemente, a los siguientes maestros del procesalismo medieval: Tancre-
dus, Richardus Anglicus, Bagarotus, Tancredi, Roffredus Beneventanus, Ubertus de Bobio,
Ubertus de Bonacurso, Joannes de Deo, Gratia Aretinus, Bonaguida, loannes de Blanosco,
Aecidius Bononiensis, Bernardum Dorna, Gilhelmus de Drokeda, Albertus Galeotus, Ne-
pos de Monte Albano, Odofredus, Martinus de Fano, Guido de Suzara, Rolandinum de
Romanciisy Rolandinum Passagerium.
Esta historiografía medieval debe remontarse hasta ODOFREDO, quien nació en Bo
lonia a fines del siglo XII o comienzos del siglo XIII, fue profesor en el legendario Studium,
enfrentándose como antagonista a Accursio, y murió allí mismo el 3 de diciembre de 1265.
La vida y el pensamiento de Odofredo han sido estudiados admirablemente por Niño
Tamassia, uno de los grandes maestros de la escuela historiográfica italiana, en las páginas
336-461 del volumen segundo de sus Scrítti di Storia Giuridica (1967) y ampliado, luego, en
sus "Paralipomeni Odofrediani" que corre en las páginas 462-464 de la obra citada.
Según Odofredo, el primero en enseñar Derecho Romano Civil y Procesal, por su pro
pia autoridad, fue el maestro Pepone. ¿Quién fue Pepone? Esta pregunta la hemos ab
suelto en la p. 1285 de este nuestro volumen Historia del pensamiento jurídico y filosófico.
Empero, la Historiografía no ha llegado a desvanecer aún ni la luz espectral ni la pe
numbra con la que se evoca siempre a todos estos maestros legendarios y autores anóni
mos que yacen en la fantasmagoría del aquelarre hlstorlográfico.
LEGALES EDICIONES
614
F il o s o f ía d e l D erech o
190 E. M. MEIJERS: Etudes d 'h isto ire d u Droit, vol. III, p. 39, Leyden, 1959.
191 Ibíd,p. 95.
192 Ibíd, p. 97.
193 SAVIGNY, ob. cit. vol. II, p. 579, cita de pie de página (b).
194 E. M. MEIJERS, ob. cit., vol. III (“Le Droit Romain au Moyen Age”), p. 186.
615
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
cías en torno a Guillermus de Cúneo"; en la p. 61, Savigny nos dice que "después de haber
estudiado en Bolonia fue profesor en Orleáns y en Tolosa, fue contemporáneo de CIÑO DE
PISTOIA y murió en la gran peste de 1348".195
GUILLERMO DE CÚNEO también profesó la docencia en la Universidad de Toulouse
entre los años 1310 a 1320, en donde brilló como un gran profesor de Derecho Civil. De
sus clases han quedado no solo sus Comentarios referidos a la Lectura Codicis sino, tam
bién, sus Comentarios referidos al Digestum Vetus, al Infortiatum, al Digestum Novum y al
Volumen Parvum.
Dice el profesor MEIJERS que "la influencia de Guillaume de Cunh sobre la evolución
de la Ciencia del Derecho en Italia fue muy grande" y cita, para reforzar su opinión, los
testimonios que sobre el maestro de Cúneo aportaron Paulo de Castro, Baldo de Ubaldis y
Bartolommeo de Saliceto, grandes comentaristas de Bolonia196.
En conclusión, podemos dejar establecido que los maestros de la Escuela de Orleáns
desarrollaron, a través de la dialéctica, el método del comentario. Dice al respecto el pro
fesor Meijers: "Como los juristas italianos contemporáneos de los franceses, estaban in
dudablemente más aptos a juzgar si un nuevo método era aplicable, ¿como fue que ellos
vinieron a considerar a los franceses como los creadores del método dialéctico?. Muchas
circunstancias han contribuido a ello. Hay muchas observaciones puramente especulativas
para explicarnos porqué las obras francesas tuvieron más éxito que las obras italianas. Los
franceses formularon las observaciones dialécticas más adecuadas a los problemas con
finalidad práctica, lo que nos explica una antigua concepción: así como los pasajes que
trataban de la definición y de las distinciones del interés, o de las diferencias de fuentes de
los pactos o de si la acción era de Derecho de gentes o de Derecho Civil, etc. Estas son pre
cisamente las explicaciones que tuvieron una gran aplicación en Italia y que dieron lugar al
nacimiento de los grandes comentarios...En tercer lugar, se debe mencionar la libertad con
la que la escuela francesa manejaba los textos. Estos fueron principalmente los argumen
tos interpretados por analogía de la ley, aplicables a los casos de la vida cotidiana. En fin se
puede considerar al método francés como dialéctico"197.
Grandes comentaristas fueron no solamente los maestros franceses de las escuelas
de Orleáns y de Toulouse. También lo fueron los más grandes maestros de la Escuela de
Bolonia, conocidos comúnmente con el nombre de post-glosadores, expresión errónea
que denota un vacío ontológico, epistemológico, gnoseológico y estilístico que, con más
propiedad, debería llamarse Escuela de los Comentaristas, por el predominio del Comen
tario y de la argumentación dialéctica.
En tal sentido designamos a una brillante tríada, a la cabeza de la cual nos deslumbra
una figura genial, dedicada en cuerpo y alma al estudio y comentario del Derecho: Bartolo.
Lo precedió en el tiempo Ciño da Pistoia y lo sucedió como gran maestro en el género del
Comentario Baldo de Ubaldis. Su época: el "Trecento". Época de advenimiento de nuevos
estilos, de nuevas técnicas y de un cambio en el pensamiento filosófico y jurídico, en el
que predomina una nueva ratio y una nueva interpretado a la luz del pensamiento de Aris
tóteles y de Santo Tomás de Aquino y que es decisiva en el pensamiento jurídico francés
LEG A LES ED ICIO N ES
con los maestros de la Escuela de Orleáns y sus insignes dialécticos Pierre de Belleperche,
Jacques de Révigny y Jean de Monchy, la gran tríada dialéctica que se consagra en una
nueva técnica de la interpretación jurídica: el Comentario, que tuvo en Ciño da Pistoia a su
continuador en la Escuela de Bolonia.
CIÑO DA PISTOIA.- Ciño Sighibuldi nació en Pistoia -nombre con el que pasa a nuestra
historia- alrededor de 1270; se formó en el célebre Studium, teniendo como maestros a
616
F il o s o f ía d e l D erech o
198 FRANZ WIEACKER: H istoria d el D erecho P r iv a d o d e la E d a d M od ern a , p. 46, editorial Aguilar, Madrid,
1957.
199 DOMENICO MAFFEI, ob. cit., p. 1.
6 17
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
Ciño constituye el punto de paso entre las antiguas y las nuevas tendencias y puede decirse
que su espíritu es universal, como universal fue su fama entre sus contemporáneos y la
posteridad"200.
BARTOLO DE SASSOFERRATO nació el 10 de noviembre de 1314 en Venatura, una
pequeña villa de la comuna de Sassoferrato, en el territorio que más tarde sería el ducado
de Urbino, y murió a los 43 años en Perusa, el 13 de julio de 1357.
Mal grado su vita brevis, Bartolo se yergue como un inmortal a lo largo del tiempo y
del espacio. Un maestro y un hombre que es recordado con tanta emoción intelectual en
todo el mundo a seiscientos años de su muerte, es un ser que está, como los grandes espí
ritus, más allá del tiempo y del espacio. Ha devenido un inmortal y yo por ello lo considero
el prototipo del homo juridicus. Un hombre simbólico, como lo llamaría Emerson. Fue un
brillante profesor en las universidades de Pisa y de Perusa, cuya fama fue tan grande que
"no fue superada por ningún profesor de la Edad Media", como lo reconoce Savigny en el
vol. II, p. 638 de su famosa Storia del Diritto Romano nel Medio Evo (1972).
Como ha dicho el maestro Calasso: "Un hombre que puede dar por sí solo el nombre a
un congreso internacional que se celebra seiscientos años después de su muerte, tiene que
ser ubicado fuera del tiempo y del espacio"201.
Y añade luego: "bien poco, en verdad este hombre le pidió a la vida: 43 años fueron
suficientes para su tránsito en el mundo -como habría dicho su contemporáneo Giovanni
d'Andrea: 'per haec transitoria mundana'- mas fueron suficientes para que su obra diera
nombre a un siglo y a una época de la historia del pensamiento jurídico. Esta considera
ción, nos obliga a denominar a su tiempo y a su patria como "el siglo de Bartolo": 77 Tre-
cento italiano"’202.
"Massimofra tutti é Bartolo, dice el profesor Ermini en su Corso di Diritto comune, pro-
fessore a Pisa e a Perugia, malgrado la sua breve vita, scriveva commentari a ogni parte del
Corpus del Diritto Civile, e letture e ripetizioni e questioni e conslgli e una serie di preziosi
trattati, oltre una quarantina, sui piú disparati argomenti; e in ogni suo lavoro -que! che
piú importa- lasciava la chiara impronta del suo genio, che, usando con moderazione dei
nuovi metodi e senza ripudiare il diritto della glossa, indicava con pochi tratti, e spesso
con absoluta originalitá, la nuova dogmática per i piü ardui problemi. Le naturall capacita
construttive si univano in lui con una larghissima conoscenza dei testi e una straordinaria
ricchezza di mezzí di argomentazione"2032 .
4
0
Por su parte, ha dicho el profesor Martim de Albuquerque en su lección de concurso
para asumir la cátedra en la Facultad de Derecho de Lisboa, que "Bártolo simbolizou largo
tempo o Homem de Direito no melhor sentido da expressáo ’nullus bonus iurista nisi sit
b a r t o lis t a " 'm .
Añade el profesor Albuquerque: "Estudar pois Bártolo de Sassoferrato, enquanto ex
pressáo do grande fenómeno jurídico a que emprestou o próprio nome -o bartolismo-,
apresenta incontestável in t e r e s s e p a r a o s ju r is ta s . F e n ó m e n o la r g a m e n t e p r o t r a íd o n o
tempo, com momentos de esplendor e de ocaso, com zonas de claridade e contraste, que
LEGALES EDICIONES
melhor tema de meditagao para os que se destinam a carreira jurídica?... Bártolo constituí
em geral tema de meditagao para o jurista, mas é-o, especialmente, para os portugueses.
200 MARIA ADA BENEDETTO: “Ciño da Pistola”, en N ovissim o Digesto Italiano, vol. III, (CAT-COND), p.
248, U.T.E.T, Turín, 1959.
201 FRANCESCO CALASSO: “L'eredita di Bartolo”, en: B artolo d a Sassoferrato. Stu di e d o c u m en tip er il V I
centenario, vol. I, p. 3, Giuffré editore, Milán, 1962.
202 Ibíd, ob, y loe. cit.
203 GIUSEPPE ERMINI: Corso d i D iritto com une, tomo I, p. 218, Dott. A. Giuffré editore, Milán, 1962.
204 MARTIM DE ALBUQUERQUE: “Bártolo e bartolismo na historia do direito portugués”, en Boletim do
M in isterio d a Ivstiga, N° 304 -Mar90-i98i, p. 14.
618
F il o s o f ía d e l D erech o
Em país algum logrou, na realidade, a projecgao que obteve no nosso. Se na Itália se críoi,
em Pavía, urna cátedra exclusivamente para o comentar -Lectura textus, glossae et Bartoli ■
e urna leí de Francisco II delle Rovere, duque de Urblno (1613) o coloca a cabega das auto
ridades citáveis; se Juan II de Castela proibiu em 1427 a invocagao nos tribunais de autores
posteriores a Joáo André e Bártolo, medida esta que os Reis Católicos fugazmente (de 1490
a 1505) confirmaram e completaram ao incluirem Bártolo ñas autoridades a seguir en>
caso de dúvida e no siléncio legal”205.
La vida y el pensamiento de Bartolo ha sido y siempre será un tema de atracción histo
riográfico para disertar, escribir, evocar y soñar, como todos los grandes maestros que cite
y que han escrito sobre Bartolo subyugados por el magnetismo que irradia el pensamientc
atrayente del inmortal maestro perusino. El primero que sintió el impacto de este hechizo
hipnótico, de esta vis atractiva, fue su discípulo BALDO DE UBALDIS en su obra De Comme
morationibus famosissimorum doctorum in utroque iure, obra lamentablemente peraidí
desde el siglo XVI. La evocación de Bartolo la asumió en 1511 TOMÁS DIPLOVATAZIO, ur
jurista insigne nacido en Corfú en 1468, muerto en Pesara el 29 de mayo de 1541. Mu\
joven hizo sus estudios en Ferrara y se doctoró en 1490; luego peregrinó por toda Italia
y, después de ejercer la abogacía en el Tribunal de Pesara desde 1494, fue profesor de
Derecho en Venecia desde 1517. Diplovatazlo pasa a nuestra historia por haber escrito ur
libro luminoso que también se ha perdido: De praestantia doctorum, pérdida de la cual se
salvó solamente la copia del noveno libro De Claris iuris consultis, uno de los doce que le
componían, en el que la biografía de Diplovatazio servía de introducción para sumergirnos
en la evocación histórica de la Bartoli vita, libro que es un clásico inmortal y que ha sido
fuente de inspiración para Savigny, Kantorowicz, Meijers y para los grandes maestros de la
Historiografía, copia de cuyo original perdido se encuentra en la Biblioteca Oliveriana en la
ciudad de Pesara -allá al Norte de Italia, en las orillas del mar Adriático-, manuscrito casi
ilegible cubierto de una serie de apostillas y anotaciones de muchas manos que han leído,
releído y anotado el manuscrito oliveriano, según nos da cuenta Giuseppe Forchieli en su
estudio titulado "Bartolo ¿canonista?" que corre en el vol. II de Bartolo da Sassoferrato.
Studi e documenti per il VI centenario (1962, p. 248).
De las muchas ediciones de la obra cumbre de Diplovatazio, todas empiezan citando
como fuente al Códice Oliveriano 203, cuya única copia existente es el manuscrito de Pesa
ra de 1511 que, a su vez, ha dado lugar a las varias ediciones publicadas en Venecia a partir
de 1520 ó 1521; Basilea, 1588 y, sobre todo, una edición de Palmieri llamada Thomae
Diplovatatii de praestantia doctorum opus (Bolonia, 1894), edición muy criticada, como
también la edición cuatro años anterior, de Pescatore, editada en Berlín en 1890, siendo
fundamental la edición de Hermann Kantorowicz y Fritz Schultz: Thomas Diplovatatius, de
Claris iuris consultis (Berlín-Leipzig, 1910), de la que hay una traducción italiana con una
notable Premessa de G. Rabotti (1968) en la serie Studia Gratiana, X (véase al respecto:
Mario Ascheri: Saggisul Diplovatazio, p. 123-131: Apéndice: In margine all'edizione del De
Claris Iuris Consultis. Pars Posterior; véase, asimismo, el cap. I del libro de Ascheri: "Adden-
da e corrigenda a Hermann Kantorowicz", p. 9-27 y el cap. II: "Las ediciones de Bartolo",
p. 28-73, Milán: Giuffré, 1971; ediciones estas que han dado lugar a un notable estudio de
LEGALES EDICIONES
Guido Rossi titulado "La Bartolo vita di Tommaso Diplovataccio secondo il códice oliveriano
203", corriente en el libro Bartolo da Sassoferrato. Studi e documenti per il sesto centena
rio, vol. II (p. 441-502).
Aparte de las apreciaciones críticas en este notable estudio de Guido Rossi, corre la
versión misma de la vida de Bartolo según Diplovatazio y que, en esencia, se contrae a
dejar establecido:
I. Nacimiento de Bartolo; sus primeros estudios; el estudio del Derecho bajo la guía
de sus varios maestros.
619
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
II. Su doctorado
III. Su actividad práctica como asesor y su preparación a la enseñanza.
IV. Su profesorado y su fama.
V. Datos somáticos y sus costumbres de vida.
VI. Honores obtenidos.
Vil a IX. Autoridad y vida de Bartolo según el testimonio de sus contemporáneos, de sus
discípulos y continuadores; su grandeza y fama.
X. Fases de su enseñanza y de su pensamiento.
XI. Sus comentarios al Digesto, al Código y a las Auténticas.
XII. Su comentario a las Instituciones. Sus tratados.
XIII. Su Concilio y sus Quaestiones; sus glosas a las Extravagantes.
XIV. Su familia.
XV. Su muerte y su elogio.
3. - De iurisdictione
4 - De citatione
5 - Tractatus praesumptionum
6. - De procuratoribus
7. - Tractatus testimoniorum seu de testibus
8. - Quaestio Ínter virginem Mariam et diabolum.
El pensamiento procesal de Bartolo planteó posiciones de avanzada al sostener una
concepción publicista del proceso y al fundamentar el principio tura Novit Curia, así como
* el principio de dirección del proceso por el juez en sus obras De Jurisdictione, De Citatione,
620
F il o s o f ía d e l D erech o
De Arbitris, De differentiae Ínter ius canonicum et civile; pero, sobre todo, en sus comen -
tarios al Digesto y al Código, en los que sostuvo la doctrina de que: "ex officio supplet in
his quae pertinent ad utilitatem publican)"206. "Supplet defacto pro absente contra queni
petitur ut ventas elucescaf’.207
“Supplet in his quae radicantur in se ipso parte non petente".
"Supplet in suo officio de facto in inquirenda veritate instrumenti in iudicium deducit e:
in inquirenda condiciones testium inductorum",208
Un precedente a la moderna teoría del debido proceso puede rastrearse en su estudie
titulado Quaestio ínter virginem Mariam et diabolum, según el cual la Virgen María es lí
defensora del género humano y Satanás, como siempre, es el acusador.
III - Obras de Derecho Penal:
1.- Glossa in Extravagantes Ad reprimendum et Qui sint Rebelles.
2 - De caree ribus
3. - De percussionibus
4 - De quaestionibus
5.- De cicatricibus
IV.- Obras de Derecho Público:
1- De tyrannia
2 - Tractatus repressaliarum
3 - De insigniis et armis
4. - Tractatus bannitorum
5. - De Guelphis et Gibellinis
6 - De regimine civitatis
7- De statutis
De toda esta imponente obra devino la gran fama de Bartolo que, a juicio de Savigny,
"era tan grande que no fue superada por ningún otro profesor del Medioevo; y esta gran
fama es tanto más notable en cuanto que él murió en una edad en la que tantos otros
comienzan apenas a darse a conocer. La mayor parte de sus contemporáneos y de la pos
teridad recuerdan sus opiniones con profunda admiración".209
Añade Savigny que "la extraordinaria autoridad de Bartolo referida a sus meras pala
bras o a su simple calidad de escritor, se extendía también a los Tribunales e incluso a la
legislación. Sus opiniones tuvieron por largo tiempo valor de ley en España y en Portugal,
donde sus Comentarios al Código fueron vulgarizados en una columna de texto con la
Glosa. En la Universidad de Padua se fundó expresamente una cátedra titulada: “Lectura
Textus, glossae et Bartoli".210
Para sintetizar algo de lo mucho que se ha escrito sobre Bartolo permítaseme remitir
me al índice de los estudios que integran la magna obra Bartolo da Sassoferrato. Studi e
LE G A LE S ED IC IO N ES
documenti per il VI centenario (Milán: Giuffré editore, 1962).
206 BARTOLO: i. 8, parágrafo 2 D igesto, III, citado por GIUSEPPE SALVIOLI, Storia della proced u ra civile
e crim ínale, p. 767, Ulrico Hoepli editore, Milán, 1927, cfr. Además: SILVA VALLEJO: L a ciencia del
D erecho Procesal, p. 750, Lima, 1991.
207 BARTOLO: 1.8, Cod. 7,43, citado por SALVIOLI, ob. cit., p. 767, Además: SILVA VALLEJO: L a ciencia
del D erecho Procesal, p. 751.
208 BARTOLO: 1.4, parágrafo 8, Digesto XXXIX, 2 citado por SALVIOLI, ob. cit., p. 767, Además: SILVA
VALLEJO: L a ciencia d el D erecho Procesal, p. 751.
209 SAVIGNY: Storia d el D iritto R o m a n o nel M e d io Evo, vol. II, p. 638.
210 SAVIGNY, ob. cit., vol. II, p. 639.
621
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
Volumen I :
Francesco Calasso: "La herencia de Bartolo"............................................................. p. 1
Helmut Coing: "Bartolo y el u s u s m o d e r n u s P a n d e c t a r u m en Alemania".................... p.23
W. Ullmann: "Bartolo y la Jurisprudencia inglesa"........................................................p.47
A. H. Campbell: "Derecho escocés y Derecho Romano".................................................p.75
riL íO o u r iA L>bL U tK c k A
G. Wesener: "El influjo de Bartolo en Austria".,...............................................................p.89
M. Andreév: "El Derecho Romano y la égloga eslava".................................................... p.107
L. Legendre: "Francia y Bartolo"........................................................................................ p.131
R. Feenstra: "Bartolo en los Países Bajos"........................................................................ p.173
M. Wyszynski: "Utrum Statutum-consuetudo. Bartoli in ius Poloniae influxum
habere potuerit"................................................................................................................. p.283
M. J. De Almeida Costa: "Romanismo y Bartolismo en elDerechoPortugués"....p. 313
E. H. Kaden: "Bartolo y su influencia en el Derecho Penal deGénova"......................... p.335
G. Kisch: "Bartolo y Basilea"...............................................................................................p.347
V. Vanecek: "La leyenda de Bartolo en Bohemia".........................................................p.369
B. Paradisi: "La difusión europea del pensamiento de Bartolo y la exigencia
actual de su conocimiento"................................................................................................ p.395
Volumen II :
J. Baszkiewicz: "Algunas precisiones sobre la concepción de dominium mundi
en la obra de Bartolo"................................................................................................ p. 7
María Ada Benedetto: "Marca de fábrica y sociedad en Bartolo"..........................p. 27
Emilio Betti: "La doctrina construida por Bartolo en la Constitución Ad reprimen-
dum"............................................................................................................................... p. 37
B. Breschi: "Observaciones sobre la contribución de Bartolo a la teoría de los estatu
tos"................................................................................................................................. p. 49
Aldo Checchini: "Presupuestos jurídicos de la evolución histórica de la
'bartoliana' teoría de los estatutos en el moderno Derecho Internacional
Privado"......................................................................................................................... p.61
F. Crosara: "Dante y Bartolo. Política y Derecho en la Italia del 'Trecento'"......... p. 105
M. David: "El contenido de la hegemonía Imperial en la doctrina de Bartolo"....p. 199
A. Era: "Dos tratados atribuidos a Bartolo: De tabellionibus y Contrarietates iuris
civilis Romanorum et iuris Langobardorum"............................................................ p. 217
G. Ermini: "Bartolo de Sassoferrato, abogado en 1338 de la curia general
provincial de la marca anconitana"................................................................................... p.227
LEGALES EDICIONES
622
F il o s o f ía d e l D erech o
L E G A L E S E D IC IO N E S
estos de exhibirlas en el juicio, a las sociedades comerciales a las que consideró como una
unidad en sí, operante como tal bajo un nombre colectivo. A él débesele la primera doctri
na sobre la cambial que descompuso en sus relaciones aplicándole la terminología romana
del mandatum, de la causa mandad, de la emptio-venditio, de la constituía pecunia. De
allí deriva la división de los Derechos Reales en cuatro figuras: propiedad, servidumbres,
prenda, derechos hereditarios, etc; así mismo trató del franqueo de las cargas que graban
la propiedad (1, 35 Código de Justiniano, de donatione) y del abuso del Derecho, introdu
ciendo un principio de equidad que hizo consistir en una pietas en el cuidado y respeto
del bien público (1, 1, Digesto de uff. praesidis). Sus Concilio muestran su tendencia al uso
práctico, su cuidado de elaborar un Derecho común al servicio de la vida cotidiana. Sus
*«g=*
Comentarios al Libri Feudorum estaban encaminados a mitigar las asperezas del régimen
623
sarrolla la Segunda Parte, titulada "La literatura legística en la época de los Glosadores" (p
129-260). La Tercera Parte es obra del profesor NORBERT HORN y se titula "La literatura
legística de los Comentaristas y el desarrollo del Derecho erudito" (p. 261-364). La Cuarta
Parte es tratada por el profesor KNUT WOLFGANG NÓRR y se titula "La literatura canonís-
tica" (p. 365-382). El mismo profesor KNUT WOLFGANG NORR desarrolla la Quinta Parte
de esta magna obra, titulada "La literatura sobre el Proceso Civil Común" (p. 383-397),
que empieza citando las obras introductorias a nuestro tema, como las de Wunderlich, <L
Agathon: Anécdota quae processum civiles spectant (1841); Bergmann, Fridericus: Pilla, f
629
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
feudal. Elaboró también doctrinas sobre el Derecho Público, sobre el derecho que tienen
los pueblos de gobernarse según una ley propia, porque todo pueblo constituye una uni
dad autónoma. También Baldo, como Dante, fue imperialista y creyente en la perpetuidad
del Imperio Romano y de la Monarquía universal, sosteniendo que la Iglesia y el Estado
forman dos esferas separadas, diversas e independientes".211
Entre sus obras, debemos citar:
I. Sus Comentarios al Digestum Vetus, al Infortiatum, al Digestum Novum, a las Institu
ciones y al Código.
II. Sus "Adiciones" al Speculum iudiciale de Guillermo Durantils, que es una formidable
ayuda para la Historia del Derecho Procesal en la Edad Media (véase Savigny, Storia,
vol. II, p. 537 y p. 578-679; vol. III, p. 227-231, preciosas páginas estas últimas en la
que corre reproducida la Historia Literaria del Derecho Procesal en la Edad Media por
Giovanni D'Andrea).
III. Su Tractatus de Commemoratione famosissimorum doctorum in utroque iure, que ha
bría constituido un aporte formidable a la Historia del Pensamiento Jurídico, tal como
nosotros la entendemos, obra que, empero, se perdió desde la segunda mitad del siglo
XVI, lo que es una tragedia bibliográfica e historiográfica.
IV. Su Practica judiciaria, según la edición de Lugdun de 1515.
V. Sus Comentarios al Libri Feudorum.
VI. Sus Comentarios a la Paz de Constanza.
Vil. Su Lectura a las Decretales
VIII.Sus Concilio
Dice la profesora MARIA ADA BENEDETTO "que BALDO selló la culminación de la Es
cuela de los Comentaristas: con él el Derecho Romano y sus glosas, el Derecho Canónico,
el Derecho Feudal, el Derecho Estatutario, el Derecho Consuetudinario; las opiniones y las
doctrinas forenses debieron plegarse a los acuerdos y a las conciliaciones que permitieran
que una resolución de un caso particular no deviniera en conflicto insanable con el uno
o el otro principio jurídico. Se derrumbó la barrera entre los varios Derechos y la Escuela
Italiana se abocó a la creación de un nuevo jus commune”.212
que forma parte de los grandes procesalistas de esta época, entre los que debemos incluir
a ANGELO GAMBIGLIONI D'AREZZO, muerto después de 1451, famoso por su Tractatus
de maleficiis inquirendis, escrito probablemente en 1437, así como por otras dos obras
procesales: De re iudicata y De appellationibus; PAOLO DI CASTRO, nacido en Castro, en el
Lazio, entre 1360 y 1362, discípulo de Baldo en Perusa, con quien continuó su gran amistad
durante muchos años, profesor en Avignon, más tarde en Siena, Florencia y Bolonia, donde
leyó y comentó el Infortiatum y el Digestum Novum y, finalmente, en Padua, donde murió.
n i GIUSEPPE SA LV IO LI: Storia del Diritto italiano (9a ed. riveduta), p. 107, UTET, Turín, 1930.
2 12 M ARIA AD A BENEDETTO: “Baldo degli Ubaldi”, en Novissimo Digesto Italiano, tomo II, (AZ-CAS), p.
205, U.T.E.T., Turín, 1958.
624
F il o s o f ía d e l D erech o
EL DERECHO CANÓNICO
El Derecho Canónico surgió desde los primeros tiempos de la Iglesia para promover la
vida cristiana y disciplinar a la comunidad eclesial, jerárquicamente estructurada como el
cuerpo místico de Cristo.
Así, el primer Concilio de la historia eclesiástica tuvo lugar bajo la autoridad de San
Pedro, en Jerusalén, en el año 49-50 d. C., según se da cuenta en Hechos de los Apóstoles
15 y en Gálatas 2, 2-10. La historia de los Concilios es una evidencia de la presencia e in
tervención del Espíritu Santo, que es "Señor y dador de vida". Este tema lo ha desarrollado
luminosamente JUAN PABLO II en su Encíclica Dominum et Vivificantem, promulgada en el
Vaticano el 18 de mayo de 1986, que trata sobre el Espíritu Santo: "La Iglesia profesa su fe
en el Espíritu Santo que es 'Señor y dador de vida'. Así lo profesa el símbolo de la fe, llama
do niceno-constantinopolitano por el nombre de los dos Concilios: Nicea (año 325 d. C.) y
Constantinopla (año 381 d. C.), en los que fue formulado o promulgado. En ellos se añade
también que el Espíritu Santo 'habló por los profetas'. Son palabras que la Iglesia recibe de
la fuente misma de su fe: Jesucristo".213
Además de las epístolas paulinas, las epístolas de Clemente de Roma, Policarpo de
Esmirna, Ignacio de Antioquia plantearon el gran tema de la unidad de los presbíteros y de
la disciplina recibida de los Apóstoles. A ellos se deben añadir algunos textos seudoapos-
tólicos como la Didaché o doctrina de los doce Apóstoles sobre el Bautismo, la Eucaristía y
la disciplina. El Pastor de Hermas (año 140) regula la penitencia; la Tradición apostólica de
San Hipólito (218 d. C.) describe la organización de la Comunidad cristiana, La Didascalia
(230 d. C.) presentó las instrucciones de los Apóstoles a los obispos regulando el lugar de
los clérigos y de los laicos.
Así empieza la historia del Derecho Canónico que, a través de las Constituciones apos
tólicas y de los Concilios fue regulando, a través de sus cánones, el conjunto de fuentes
rectoras de nuestra disciplina, hasta llegar a las grandes Decretales de los Papas, cuya auto
ridad legislativa emana de la Biblia, ya que Jesús mismo instituyó a Pedro como su Vicario,
es decir, como su representante en la tierra, según nos lo dice el Evangelio de San Mateo,
LEG A LES E D IC IO N E S
capítulo 16, versículos 18-19:
"Y Yo, te digo que tú eres Pedro,
y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia,
y las fuerzas del infierno no prevalecerán contra ella.
A ti te daré las llaves del reino de los cielos:
lo que atares en la tierra, será atado en los cielos,
2 13 Encíclica Dominum et Vivificantem del Sumo Pontífice Juan Pablo II “sobre el Espíritu Santo en la vida de
la Iglesia y del Mundo” del 18 de mayo de 1986; Introducción, ía -ib.
625
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
2 14 THOM ÁS MERTON: La vida silenciosa”, p. 9, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1958. Léase el
capítulo dedicado a Santo Tomás de Aquino y a Tomás Merton en la pag. 160 del tomo II de nuestro libro.
626
F il o s o f ía d e l D erech o
X, por el cual se nombraba una comisión cardenalicia para la redacción del proyecto, cuyo
secretario fue un gran canonista, el cardenal Pietro Gasparri.
El 15 de septiembre de 1917, en el motu proprio "Cum luris Canonici", el Papa Benedic
to XV creó una comisión cardenalicia para la interpretación auténtica del Codex, estable
ciendo normas generales para orientar la técnica legislativa futura. Las Sagradas Congre
gaciones habrían de abstenerse en lo futuro de publicar decretos generales, limitándose
a una mera reglamentación interpretativa que, finalmente, culminaría en el nuevo Código
de Derecho Canónico promulgado el 25 de enero de 1983 por el Papa Juan Pablo II en
virtud de la Constitución Sacrae Disciplinae Leges, por la cual se deroga el Código de 1917
y se consagra la nueva eclesiología conciliar que fluye del Concilio Vaticano II (inaugurado
por el Papa Juan XXIil el 11 de octubre de 1962 y clausurado por el Papa Pablo VI el 8 de
diciembre de 1965),215 cuyas doctrinas se estructuraron en un nuevo sistema en siete li
bros, que son:
- Libro I: De las Normas generales.
- Libro II: Del Pueblo de Dios.
- Libro III: De la función de enseñar de la Iglesia.
- Libro IV: De la función de santificar de la Iglesia.
- Libro V: De los bienes temporales de la Iglesia.
- Libro VI: De las sanciones de la Iglesia.
- Libro Vil: De los Procesos.
EL DERECHO COMÚN
2 15 Confrontar en este, nuestro libro, las p. 1029 a 1032 del tomo II.
627
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
Otra obra notable que debe ser tenida en cuenta es la del profesor GIUSEPPE ERMINh
Scritti di Diritto comune (1976), en cuyas 666 páginas descuellan sus estudios: "lus Com
mune e utrumque ius", "II Diritto comune pontificio e la sua bibliografía", "Tradizione di
Roma e unitá giuridica europea", "Diritto comune", "Concetto di Studium Generóle”, "La
giurisprudenza della Rota Romana come fattore costitutivo dello lus commune".
El maestro GIUSEPPE ERMINI ha dedicado a este tema su fundamental libro titulado:
Corso di Diritto Comune. i: Genesi ed evoluzione storica elementi constitutivi-fonti (1962).
Una breve lectura del índice nos da cuenta de la masa argumentativa que integra este
profundo tema:
Parte Prima: Genesi ed evoluzione storica del Diritto commune
Cap. I:
a) "Vunum ius dell’unum imperium" (p. 3);
b) Lo lus commune come Diritto della monarchia universale" (p. 17);
c) Lo "lus commune come Diritto della unitá política principesca" (p. 38);
Cap. II: "Diffusione del Diritto commune" (p. 57);
Cap. III: "Crisi e fine del Diritto commune" (p. 95);
Parte Seconda: Elementi costitutivi del Diritto commune
Cap. I: "Gli elementi costitutivi del Diritto commune" (p. 123);
Cap. II: "L'elemento romano e quello canónico: utrumque jus” (p. 143);
Parte Terza: Le fonti del Diritto commune
Cap. I: "Fonti Legislative" (p. 157);
Cap. II: "Fonti Dottrinali" (p. 183);
Apéndice: "Indicazioni Bibliografiche e Mezzi d'indagine" (p. 245).
Entre los grandes clásicos de la Historiografía italiana debo citar las páginas que el
profesor PIER SILVERIO LEICHT, de la Universidad de Roma, dedicó al Derecho común en
su Storia del Diritto Italiano. Le Fonti (1956, p. 152-155).
Creo, de esta manera, haber propiciado la incitación y el reto para que nuestros lec
tores formulen la respuesta y los desarrollos conceptuales pertinentes a la luz de estos
capolavoros formidables, entre los que se deberá incluir además otro libro brillante: el
del maestro ADRIANO CAVANNA titulado Storia del Diritto moderno in Europa. Le fonti
e il pensiero giuridico (1982), cuya Parte Prima está dedicada a estudiar "L'etá di nascita
della scienza giuridica moderna", cuya Sección Primera analiza la "Vicende storiche del
concetto di Diritto comune nella teoría delle fonti fra Medioevo ed etá moderna" (p. 21-
87); cuya Sección Segunda analiza la "Formazione e l'apogeo del Diritto comune (secoli XII-
XV)" (p. 95-187); cuya Parte Seconda está dedicada a estudiar "II Diritto comune nell'etá
dell'assolutismo", cuya Sección Primera analiza "La situazione delle fonti del Diritto positi
LEG ALES E D IC IO N E S
vo" (p. 193-310); cuya Sección Segunda analiza "Le dottrine giuridiche" (p. 319-369); cuya
Parte Terza está dedicada a estudiar la "Tradizione romanistica e Diritti nazionali in Europa
all'alba delle codificazioni", cuya Sección Primera, analiza el "Diritto comune e Diritti nazio
nali nell'Europa continentale" (p. 381-474); cuya Sección Segunda analiza "Le origini e la
formazione storica del Diritto inglese" (p. 479-606).
Debo dar cuenta aún de otro libro fundamental, el del profesor GIOVANNI CASSAN-
DRO: Lezioni di Diritto comune (1981), cuya estructura es la siguiente:
Cap. f: "La genesi del Diritto comune" (p. 7);
Cap. II: "Impero, Cristianitá, Diritto Romano" (p. 63);
Cap. III: "La nuova scienza romanistica" (p. 89);
628
F il o s o f ía d e l D erech o
629
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
Tancredo, Gratiae libri de iudiciorum ordine (1842); Wahrmund, Ludwig: Quellen zur Ges-
chichte des rómisch-kanonischen Processes im Mittelalter l-V (1905-1931).
La doctrina sobre este fascinante tema está constituida por las obras de JOHANNES
ANDREAE, "Additiones zum Speculum des Duranti", inserta en el volumen III (p. 227-231)
de Savigny Storia del Diritto Romano nel Medio Evo (1972); STINTZING, RODERICH: Geschi-
chte der popularen Literatur des rómisch-kanonischen Rechts in Deutschland am Ende des
15 und im Anfang des 16 Jahrhunderts (1867).
STINTZING, RODERICH Y LANDSBERG ERNST: Geschichte der deutschen Rechtswis-
senschaft, Primera Parte (1880); Segunda Parte por Ernst Landsberg (1884); Tercera Parte
por Ernst Landsberg, reeditada por Aalen en 1957.
MUTHER, THEODOR: Zur Geschichte des Rómisch-canonischen Proceses in Deuts
chland wahrend des vierzehnten undzu Anfang des fünfzehnten Jahrhunderts (1872).
BETHMANN-HOLLWEG, M. A. VON: Der Civilprozess des gemeinen Rechts in geschi-
chtlicher Entwicklung, vol. VI, I (1874).
SALVIOLI, GIUSEPPE: Storia della procedura civile e criminóle (Storia del Diritto italia
no, ed. P. del Giudice, III), Parte II (1927, p. 161-162).
KANTOROWICZ, HERMANN: "Kritische Studien. Zur Quellen-und Literaturgeschichte
des rómischen Rechts im Mittelalter", SZRom 49 (1929, p. 81-114).
KUTTNER, STEPHAN: "Les debuts de l'ecole canoniste frangaise", en: Studia et docu
menta historiae et iuris, Romae, volumen 4 (1938, p. 193-204).
NÓRR KNUT, WOLFGANG: "Ordo Iudiciorum und ordo ¡udiciarius, en: Collectanea
Stephan Kuttner I = Studia Gratiana XI (1967, p. 327-344); "Pápstllche Dekretalen in den
ordines iudiciorum der frühen Legistik", en: lus Commune 3 (1970, p. 1-9); y "Pápstllche
Dekretalen und rómisch-kanonischer Zivilprozess", en: Studien zur europaischen Rechts-
geschichte" (1972, p. 53-65).
A continuación, desarrolla HELMUT COING la literatura acerca de GUILLERMO DU-
RANTIIS, el gran maestro del procesallsmo medieval (1236-1296) por su obra fundamen
tal: Speculum iudiciale. Nos da cuenta desde la p. 387 hasta la 397 de las obras que la
antecedieron y la inspiraron, desde TANCREDO, pasando por el así llamado ULPIANUS DE
EDENDO en la edición de GUSTAV HAENEL Incerti auctoris ordo iudiciorum (Ulpianus de
edendo) (Lipsiae, 1838); etc., dándose cuenta a continuación de la amplia y profusa litera
tura procesal en que se Inspira.
La Segunda Parte del tomo I del Handbuch del profesor Coing hace un análisis compa
rado de las Instituciones, por el profesor Gunter Gudian.
La Tercera Parte está dedicada a la codificación, desarrollada por el profesor Armin
Wolf (p. 517-800).
Las fuentes del Derecho Comercial han sido desarrolladas por el profesor Hansjórg
Pohlmann (p. 801-834).
L E G A L ES E D IC IO N E S
El desenvolvimiento histórico del Corpus Iuris Canonici ha sido tratado por el profesor
Knut Wolfgang Nórr (p. 835-845).
La jurisprudencia de la Rota, a su vez, es tratada por los profesores Gero Dolezalek y
Knut Wolfgang Nórr (p. 849-856).
El tomo II del Handbuch de Helmut Coing trata sobre la codificación y la jurisprudencia
del Derecho Privado y del Derecho Procesal, entre los años 1500 a 1800, habiendo colabo
rado el profesor ERNST HOLTHÓFER: "Die Literatur zum gemeinen und partikularen Recht
in Italien, Frankreich, Spanien und Portugal" (p. 103-212).
El extraordinario handbuch del profesor Helmut Coing ha sido recogido y sintetizado
en una obra ya traducida al castellano con el nombre de Derecho Privado europeo, con tra
f ducción y apostillas del profesor doctor Antonio Perez Martín, catedrático de Historia del
630
F il o s o f ía d e l D erech o
La Escuela Humanista, Culta o Elegante, floreció en los siglos XV y XVI en las univer
sidades de Bourges y Orleáns, caracterizándose por su método filológico e histórico para
descubrir las interpolaciones, tribonianismos o e m b le m a ta trib o n ia n a , es decir, los recor
tes, modificaciones y añadiduras efectuadas por Triboniano a los textos originales de los
631
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
obra analizó con ironía muchos de ios textos de las glosas, a las que comparó con "un
maligno cáncer de los textos que había de ser extirpado"; comparación, esta, proseguida
por ULRICH ZÁSY "ZASIUS" (1461-1535), profesor en la Universidad de Freiburg quien, en
sus Lucubrationes (1518) calificó a las glosas y a las obras de los post-glosadores como
"una gigantesca enredadera que había enraizado alrededor de los textos".
Esta fue también la tarea desarrollada por ANDREA ALCIATO, nacido en Milán el 8 de
mayo de 1492, muerto en Pavía el 11 de enero de 1550, quien llegó a ser un brillante profe
sor en las universidades de Bourges, Bolonia y Pavía, desarrollando en sus notables clases
I 216 FERNANDO LÁZARO CARRETER: Diccionario de términosfilológicos, p. 187, tercera edición corregi
da, cuarta reimpresión, editorial Credos, Madrid, 1977.
632
F il o s o f ía d e l D erech o
su predilección por el Derecho, la Historia y las Humanidades, lo que hizo de él a uno de los
más altos representantes de la jurisprudencia culta o humanista y al más ¡fluyente maestro
de la "escuela elegante". Según Alciato, el jurista ha de tener una vasta cultura literaria,
histórica y filosófica para comprender e interpretar mejor la letra y el espíritu de los textos
justinianeos y para llevar al estudioso al conocimiento cabal de los problemas jurídicos.
Estos argumentos los planteó Alciato en su libro "De verborum significatione" (1530); así
como en sus "Adnotatiunculae ad tres posteriori libri del Codex" y en su "Orado in laudem
iuris civilis principio studii habita cum Avenione profiteretur" (1560).
La virulenta crítica desencadenada por la escuela del mos gallicus cobró su máxima
expresión en la literatura con la obra de FRANQOIS RABELAIS (1494-1553), quien en su
libro Gargantúa y Pantagruel, escrita en 1533, atacó duramente a la Magna Glossa de
Accursio, el célebre maestro con el que se cierra la Escuela de los Glosadores. Los epíteto i
usados llegaron a la injuria, tildándose incluso a Bartolo y a Baldo de "ineptos", "pestes del
ingenio", "carniceros de los estudiosos" y al mos itallicus de "una orgía de contumelias".
Pero, aparte del epíteto v de la ironía cáustica, la escuela del mos gallicus analizó coi,
genial profundidad histórica v doctrinaria los textos venerandos del Derecho iustinianeo
y así, además de citar entre los grandes juristas y maestros del mos gallicus iura docendi i
POLIZIANO, a GUILLERMO BUDÉ, a ULRICH ZÁSY y a ALCIATO, evoco a JACOBUS CUJACIUÍ
"CUJAS", el más brillante profesor de la escuela.
JACOBUS CUJACIUS - "CUJAS" nació en Toulouse en 1522 y murió en Bourges er
1590. Fue un brillante profesor en la Universidad de Bourges, donde aún se le sigue ad
mirando como la figura más simbólica del Derecho Civil. Cujacio fue el más grande jurista
francés del siglo XVI y es considerado como el sumo maestro de la Escuela Culta o el prín
cipe del mos gallicus iura docendi. Fue uno de los más grandes analistas y conocedores
de las fuentes romanas, como lo evidencian sus Opera omnia (Obras Completas) en diez
tomos (París, 1658 y Nápoles, 1758).
HUGUES DONEAU o "DONELLUS" (1527-1591) fue otro de los más grandes maestros
de la Escuela Culta, como lo demuestran los veintiocho libros de sus Commentarii iuris
civilis, entre los que destacan su Tratado de las Sucesiones, sus Comentarios al Digesto y
sus Comentarios al Código, escritos como profesor en las universidades de Bourges y Or-
leáns, en donde brilló como uno de los más grandes maestros del Derecho Civil de todos
los tiempos.
LEGALES EDICIONES
Asesinato del Duque de Guisa y de su hermano el Cardenal de Guisa, según un
grabado de la época. Cfr. "Histoire de France", vol. I, pág. 406 y 407, Larousse,
París, 1954.
633
Jo sé A n t o n io S ilva V a l l e jo
protestante, cuyas mansiones y residencias fueron marcadas con una cruz blanca para que
contra ellas se desencadenara el pillaje del populacho y de la soldadesca. Esa noche satá
nica de criminalidad y genocidio no solo tuvo como escenario a París, sino que la ferocidad
y las bajas pasiones se desencadenaron también en casi todas las provincias de Francia, a
fin de masacrar a los protestantes. Los brutales crímenes de la horrorosa "noche de San
Bartolomé" deben ser imputados no solo a la ignorancia y violencia del populacho y al fa
natismo religioso imperante sino, fundamentalmente, a la perfidia de una política inescru
pulosa e intrigante: Catalina de Médicis, nacida en Florencia en 1519 y muerta en París en
1589, hija de Laurent II de Médicis, esposa de Enrique II, madre de Francisco II, de Carlos
IX y de Enrique III. Fue ella la que, tras su ambición de poder y de dominio, tanto de los
católicos como de los protestantes, desencadenó maquiavélicamente la horrorosa heca
tombe, contando, a su vez, con las maquinaciones de los Guisa: el duque de Guisa, Enrique
de Lorena, llamado el "Balafré" (1550-1578), quien ambicionaba el trono de Francia; así
como también contó con las ambiciones de su hermano, Luis de Lorena, Cardenal de Guisa
(1555-1578), quienes terminaron asesinados en su villa de Bloise el 23 y el 24 de diciem
bre de 1578, por órdenes del Rey Enrique III quien, a su vez, también terminó asesinado
el l e de agosto de 1589. Estas guerras religiosas culminaron, finalmente, con la ascensión
al trono de Enrique IV de Navarra (1553-1610) quien, aún cuando era protestante y había
escapado a la nefanda "noche de San Bartolomé", después de abjurar al protestantismo
diciendo: "París bien vale una misa", asumió el poder y firmó el "Edicto de Nantes"; sin
escapar, también, al sino trágico de los reyes malditos, al ser asesinado por Ravaillac.
Así se explica cómo el brillante profesor HUGUES DONEAU, constreñido por la perse
cución y el fanatismo religioso y político, acusado de ser calvinista, tuvo que abandonar
su cátedra y refugiarse en Ginebra, luego dictó clases en la Universidad de Heidelberg, en
Leyden y, finalmente, en Altdorf de Baviera, donde murió a los 64 años. Sus C o m e n ta ra
iu ris civilis, en 5 tomos, fueron editados en Frankfurt (1589-96) y constituyeron una bri
llante elaboración sistemática del Derecho Civil y un modelo fundamental para la doctrina
científica, por la riqueza de su contenido. Sus O b ra s C o m p le ta s u O p era O m n ia fueron
reeditadas en 12 tomos en Florencia (1840-1847).
La Escuela Humanista tuvo tres insignes historiadores: Aymar du Rivail, Duaren y Bau-
douin. AYMAR du RIVAIL nació en Saint-Marcellin (Delfinado) en 1490 y murió en Greno-
ble en 1560. Estudió en Pavía con Alciato y escribió una obra fundamental: "H isto ria Iuris
C ivilis siv e in X II T ab ularum le g e s co m m e n ta riu m lib ri quinqué", publicada en Maguncia en
1527. Era una obra de gran erudición que ha sido considerada como el más grande ante
cedente de la Historia General del Derecho y que, entre otros temas, contiene el primer
estudio sobre la reconstrucción de la Ley de las XII Tablas, cuyo texto se había perdido
(vid. retro, pag. 111, 112 y passim). FRANCOIS DUAREN o DUARENUS (1509-1559), fue
discípulo de Alciato y uno de los mayores exponentes de la escuela francesa del m o s ga lli-
cu s al reinvindicar la historicidad del Derecho, conjuntamente con FRANCOIS BAUDOUIN
(1520-1573). Este último, hlstoricista del Derecho por temperamento, escribió en 1561 un
libro programático titulado D e in s titu tío n e h isto ria e u n iv e rsa e e t e iu s cu m iu risp ru d e n tía
LEGALES EDICIONES
217 Sobre esta tesis debe leerse el hermoso y fundamental libro del maestro RICCARDO ORESTANO: Intro-
duzione alio studio del Diritto Romano, Societá Editrice il Mulino, Bolonia, 1987, p. 200 y passim: “Diritto
e storia -dice Orestano en su bello capolavoro, al citar en la p. 201 al gran humanista francés- sono un tutt
uno, partí indivise di un único carpo (unius corporis indivisae partes), membra di un único organismo che
non possono né debbono essere disarticolate (divelli ñequepossunt ñeque debent)”.
634
F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
establecido que: "El siglo XVII fue una época de crisis en todas las actividades del hombre".
(p. 419).
MIGUEL DE ZÉVACO: Nostradamus y El hijo de Nostradamus (editorial Tor, Buenos
Aires, 1936).
PONSON DU TERRAIL: La noche de San Bartolomé (1957).
GIOVANNITARELLO:"Storia della cultura giuridica moderna. Assolutismo e codificazio-
ne del diritto", pag. 130, Societá editrice il Mulino, Bolonia, 1976.
218 FR A N Z W IEACKER: Historia del Derecho Privado de la Edad Moderna, p. 1 14 ,12 3 ,2 9 1, Editorial Aguí-
lar, Madrid, 1957.
635
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
RICCARDO ORESTANO: Introduzione alio studio del Diritto Romano (p. 70, 71 y passim,
1987).
GUIDO ASTUTI: La giurisprudenza culta e l'interpretazione del Corpus iuris (1940).
VINCENZO PIANO MORTARI: Dogmática e interpretazione. I giuristi medievali (1976)
MARIA ADA BENEDETTO: "Andrea Alciati" en Novissimo Digesto Italiano (1957).
PETER G. STEIN: El Derecho Romano en la historia de Europa (p. 108-109, 2001).
BERRIAT SAINT-PRIX: Histoire du Droit Romain suivi de l'histoire de Cujas (1821).
PAUL GIRARD: "La jeunesse de Cujas. Notes sur la famille, ses études et son premier
enseignement", estudio publicado en la Revue de Histoire du Droit, vol. 40 (1916, p.
429-504 y 590-627).
HELMUT COING: Handbuch der Quellen und Literatur der neueren europáischen Pri-
vatrechtsgeschichte, tomo segundo, C.H. Beck'sche Verlagsbuchhandlung, München,
1977.
LEGALES EDICIONES
i
636
EL PENSAMIENTO FILOSÓFICO
DESDE LO MÍTICO Y LO LEGENDARIO HASTA LA HERMENÉUTICA
CONTEMPORÁNEA
Pero la crítica histórica del siglo XIX ha objetado, a la creencia es una derivación de
la ciencia y de la filosofía griega de la oriental, que las culturas orientales no podían dar
a los griegos aquello que ellas mismas no poseían, es decir, el espíritu científico y el pro
cedimiento rigurosamente lógico de la investigación. La geometría egipcia, permaneció
limitada a una técnica de medidas para fines prácticos, especialmente de agrimensura; las
matemáticas de Egipto y de Caldea se detuvieron en los cálculos empíricos, sin elevarse a
las exigencias lógicas de la demostración. Por lo tanto, todas ellas representarían un estu
dio precientífico, que el genio griego superó, convirtiéndose en el creador de la ciencia y
de la Filosofía.
Las características fundamentales de la filosofía pre-helénica radicaban en la subordi
nación en que se encontraban con respecto a la Mitología, a la Religión y a la Cosmología.
En efecto en el mito conocido por el "mito de Osiris", aquel en que Osiris es muerto por Set
o Tifón y, luego, es vengado por Horus se representa la oposición dialéctica entre el bien
y el mal. La mentalidad antigua, desprovista todavía de los métodos propios del filosofar,
hace filosofía a propósito de un mito. Las tinieblas, que en el mito de Osiris simbolizan a
la muerte y el principio del mal se encarnan en Set y Tifón, en tanto que Isis representa
la piedad, y Horus el triunfo del bien, la vida y el amor. Otro tanto sucede en Persia y en
la antigua civilización irania entre Ahura-Mazda u Ormuz, Dios de bondad y principio del
LEGALES EDICIONES
bien, frente a su antítesis, Ahriman, principio de resistencia y Dios del mal. Pero Ahura
Mazda dirige y perfecciona el mundo que ha formado y los justos son los salvadores que lo
ayudan en la terminación de su obra. Zaratustra y la religión mazdeista preparan el camino
para el advenimiento de un nuevo esplritualismo, de una religión monoteísta y de una
nueva ética.
637
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
Homero pertenece todavía a este misticismo. Los héroes homéricos están todavía im
buidos de mitología, de allí que su concepción de la vida está Impregnada en una filosofía
bélica con la cual también se solazan los dioses en lo alto del Olimpo. En cambio los prime
ros filósofos griegos, las escuelas de Mlleto, los pitagóricos y los eleatas, no se valen tanto
de la explicación mitológica para hacer filosofía, si no que comienzan a emplear la razón, el
"logos", la demostración lógica, aunque sea aún elemental, para responder a la pregunta
sobre el qué y el porqué de las cosas: Esto es lo que se denomina el tránsito de "mithos" al
"logos", en la génesis del filosofar. El asombro y la extrañeza son, pues, el punto de parti
da del filosofar. Ahora bien; en sus orígenes, el filosofar, todavía en ciernes, anduvo de la
mano de sus hermanos mayores, el mito y la leyenda y la madre de estos tres hermanos:
la Religión. Y es que el pensamiento religioso nutre a la filosofía con su propia savia: la Fe,
que se hace Fe razonada para contemplar mejor a Dios.
638
F il o s o f ía d e l D erech o
i HANS GEORG GADAMER: “ Wahrheit und Methode", Tübingen, 1975. Edición española: “ Verdad y
Método”, I, Décima Edición, Ediciones Sígueme, Salamanca, 2003; Volumén Segundo, Sexta Edición,
Ediciones Sígueme, Salamanca, 2004; HANS GEORG GADAM ER: “Antología”, Edicones Sígueme, Sa
L IG A L E S E D IC IO N E S
lamanca, 20 01 ; Hans Georg G ADAM ER t“ T.OS ca m in o s lio WfíiApggm”, .-.-lit.-.t-C-il T4 oi-Uor, B a r c e l o n a , I l a jr a
Georg Gadamer: “Hermenéuitca e Historicismo” en “Verdad y Método”, I, edición citada, págs. 599 a
640; Hans Georg GADAM ER: “El Problema de la historia en la reciente filosofía alemana”, en “Verdad y
Método”, II, págs. 33 a 42; Hans Georg GADAM ER: “La Universalidad del problema hermenéutica” en
“ Verdad y Método”, II, págs. 213 a 224; Hans Georg GADAM ER: “Retórica, hermenéutica y crítica de
la ideología, Comentarios metacríticos a Verdad y Método 1” en “ Verdad y Método”, II, págs. 225 a 242;
Hans Georg GADAM ER: “Réplica a Hermenéutica y crítica de la ideología” en “ Verdady Método”, II,
págs. 243 a 266; Jean GRONDIN: “Introducción a Gadamer”, editorial Herder, 2003; Jean GRONDIN:
“Hans-Georg Gadamer. Una Biografía”, editorial Herder, Barcelona, 2000; J.J. Acero, J.A. Nicolás y otros:
“El Legado de Gadamer”, Universidad de Granada, 2004,- Entre los colaboradores de este precioso libro
me permito destacar el estudio de JEA N GRONDIN intitulado “El legado de Gadamer”, en la págs. 13 a
23. Todo el libro contiene una serie de brillantes estudios sobre la interpretación y la hermenéutica gada-
meriana, a los que me remito in totum.
639
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
EL IUS-NATURALISMO
filósofo, es decir, un hombre sabio, porque ama la justicia que es la base y sostén de todo
el Estado. El mal es simplemente el resultado de la ignorancia. El hombre sabio, el filósofo
no podría desear el mal, ni ser causa de la injusticia.
En su Diálogo "LA REPÚBLICA" Platón se plantea desde el libro primero el problema
de la justicia. Sócrates responde a "Trasímaco", que es su interlocutor, cómo debe enten
derse rectamente la justicia. Pero, además, sostiene en el libro quinto la tesis de que los
filósofos deben ser quienes reinen en los Estados. Esta doctrina o tesis de los gobernan
tes - filósofos sostiene, literalmente, que: "antes que la raza de los filósofos obtenga el
control del Estado, no cesarán los males para el Estado ni para los ciudadanos". Frente a
ia corrupción e impreparación de los políticos la única solución es la de que los filósofos
f gobiernen a los pueblos. Ello es preferible a que quienes nos gobiernan sean los aventu-
640
F il o s o f ía d e l D erech o
reros, los oportunistas, los Ineptos y las argollas de inescrupulosos e Inmorales. Por ello, la
lección que nos dá el Libro V de "La República" es la de que los candidatos a gobernantes
o a congresistas o a jueces es la de que debemos escoger a hombres cultos, amantes de la
sabiduría o filósofos. Es que Platón había vivido una amarga experiencia como espectadc r
de la muerte de Sócrates y de la política ateniense, en lo singular y de la situación griegí,
en lo general; una experiencia que le hizo desistir, a él, un aristócrata, de dedicarse a la pe -
lítica y, en vez de ello, cultivar la filosofía y la cultura para, de esa manera, cultivar la justici a
a fin de que el más justo de los hombres no corriera el riesgo de ser condenado a muerte,
como lo fuera su maestro Sócrates en el 399 a.C.
La ejecución de Sócrates, "el mejor de los hombres de su tiempo" según afirma Pla
tón en el "FEDÓN", "el único estadista verdadero" como se dice en el "GORGIAS", otro d ?
sus grandes Diálogos, fue el traumático espectáculo que Platón no olvidaría jamás. Para
compensarse de su pérdida, hará de Sócrates, en todos sus Diálogos, el personaje inmortal
de la "Philosophia Perennis". Platón considera, que, por encima y más allá de este mundo
de apariencias y de falsas ilusiones, hay otro mundo, un mundo de formas puras que es el
mundo de las "Ideas", en donde se dá el auténtico "Ser" de las cosas y en donde ellas exis
ten en su prístina pureza y en su radiante plenitud. Hay, pues, dos mundos: el mundo de la ;
cosas sensibles y el mundo de las ¡deas o de las formas puras. El mundo de las cosas sen
sibles es ficticio e inauténtico, por cuanto está sujeto a las ilusiones y a los engaños de la
experiencia sensible o de la "Doxa". Platón ilustra su teoría de los dos mundos con el mito
de la caverna que expone en su diálogo "La República". Cuenta allí Platón que a la entrada
de una caverna están encadenados unos hombres que solo pueden mirar lo que sucede:
en el fondo de ella. Pero, por fuera y a espaldas de ellos hay un sol radiante que ilumine
a los seres que viven y existen fuera de la caverna. Pero como los encadenados no tiener
conciencia de estas cosas sólo pueden ver las sombras que se proyectan desde el exterior
sobre el fondo de la caverna. Los encadenados, según Platón son los hombres que viven de
las cosas inauténticas, de las meras sombras de las cosas que capta la doxa o experiencia
sensible. La razón, el "nous", nos libera de esas cadenas y enfrentándonos al sol nos hace
ver las formas autenticas de las cosas que son las ideas. Ahora bien; las cosas sensible;
participan en cierta forma de las ideas. Platón denomina a esta participación la "metaxis"
En virtud de la metaxis las ¡deas reflejan sus características en las cosas sensibles; por esc
es que éstas son el pálido o imperfecto reflejo de las ideas. En suma, la filosofía de Platón
al escindir en dos mundos a las cosas abre la ruta de la metafísica idealista.
Ahora bien; esta reflexión constituye "per se" un pensamiento de "prima filosofía".
La filosofía en cuanto amor a la sabiduría, amor a la investigación, amor a la indepen
dencia y a la libertad, nació en Grecia, con los Pre-Socráticos, aún cuando estos se conside
raban todavía como "sofistas" o sabios. Así, Herodoto hace decir al rey Creso, dirigiéndose
a Solón: "He oído hablar de los viajes que filosofando has emprendido para ver muchos
países" ("Historia, II, 20"). Así, también, Tucídides en su "Historia de la Guerra del Pelopo-
neso" II, 40, cuando hace decir a Pericles de si mismo y de los atenienses que "nosotros...
LEGALES EDICIONES
filosofamos sin timidez". El "filosofar sin timidez" expresa la autonomía de la investigación
racional en que consiste la filosofía. Y esta investigación no es peculiar o propia de una cas
ta, sino, de todos. Así Aristóteles empieza su Metafísica con estas famosísimas palabras:
"Todos los hombres tienden por naturaleza al saber...". Y, párrafos más adelante, nos dice
que el hombre es un animal racional y que "la llamada Sabiduría versa, en opinión de to
dos, sobre las primeras causas y sobre los primeros principios" (Metafísica, Libro I o Libro
A, párrafo 27).
El mismo Aristóteles en su Metafísica nos dice que sus antecesores fueron los "Físicos"
o "Fisiólogos", por haberse ellos dedicado a investigar cual es el ser o el ultimo fundamento
de la naturaleza. En griego, naturaleza se dice "Fisis", de donde procede el nombre de Físi
ca y de Físicos con el que Aristóteles designaba a sus antecesores. También Aristóteles de-
641
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
nominaba a sus precursores "hilozoístas", voz que viene del griego "hile" que significa ma
teria; porque todos ellos, se preocupaban por indagar la causa y el principio de la materia.
El pensamiento pre-socrático estuvo encaminado a indagar el problema de la última
causa y del primer principio. Ellos denominaban a esta cuestión el problema del "arché", o
del "arjé", esto es, el problema del principio y causa de todas las cosas.
El problema del "arjé" fue resuelto de diversa manera por los filósofos pre-socráticos:
1) Según TALES DE MILETO, que vivió desde el último tercio del siglo Vil hasta mediados
del siglo VI a. C., el principio o "arjé" de todas las cosas era el agua y la razón de esto
estaba en que, según él, la humedad que se encuentra en todo el cosmos en las se
millas de las plantas, en el alimento, en los gérmenes de la vida, en las nubes y en los
mares y debajo de la tierra es el principio que anima y vivifica la materia (hilozísmo) y
da sentido a la materia.
2) Según ANAXIMANDRO que, a mediados del siglo VI sucedió a Tales en la dirección de
la escuela de Mileto, y que escribió una obra titulada "Acerca de la Naturaleza", el prin
cipio o "arjé" de todas las cosas era lo indeterminado o lo infinito, esto es, el "ápeiron".
3) Según ANAXIMENES, discípulo de Anaximandro y perteneciente, también a la escuela
de Mileto, el principio o "arjé" estaba constituido por el aire o "pneuma" porque del
aire nacen todas las cosas y a él vuelven cuando se corrompen. Además, el aire enrare
cido es el fuego, más condensado es el agua, o las nubes, la tierra, las rocas, etc. Según
el grado de intensidad.
4) Según PITÁGORAS DE SAMOS, fundador y jefe de la llamada escuela pitagórica (Aris
tóteles siempre se refería a ellos como "los llamados pitagóricos"), los números y las
figuras geométricas son la esencia de las cosas.
5) Según HERÁCLITO DE EFESO, llamado también Heráclito "el oscuro" por su estilo un
tanto sibilino y esotérico, la esencia de las cosas está constituida por el eterno fluir y
devenir: Toda está en movimiento, todo fluye, como fluyen las aguas de un río, en el
que nadie puede bañarse dos veces en las mismas aguas, porque ellas están en eterno
cambio y movimiento. Por eso la realidad es dinámica y fluida como las aguas que
fluyen y son mutables. Pero, además, las cosas constitutivas de esta realidad están en
continua discordia: "La guerra, dice Heráclito, es el padre de todas las cosas" (Pólemos
pater panton). De manera que, la contrariedad, la lucha de contrarios, engendra la
verdad. Y, así, la naturaleza, la "fisis", está como oculta en este fluir constante de las
cosas. Por eso, dice Heráclito: "physis criptesthai filei" (la naturaleza gusta de ocultar
se). La verdad, está oculta por el continuo fluir de las cosas. La verdad es de naturaleza
dialéctica.
6) LA ESCUELA ELEÁTICA opone al movimiento heracliteano, la inmutabilidad y la esta-
ticidad del ente, haciendo irrupción por primera vez en la historia de la metafísica la
noción de "ente".
6a) JENOFANES DE COLOFÓN destaca por primera vez la existencia de un solo Dios,
LEGALES EDICIONES
642
F il o s o f ía del D erech o
LEGALES EDICIONES
6c) ZENÓN DE ELEA, discípulo de Parménides, combatió a los adversarios de la doc
trina de su maestro mediante una serie de argumentaciones, llamadas "aporías"
que consistían en reducir al absurdo, a partir de una hipótesis abstracta y princi
pista, el concepto de la inmutabilidad del ente, de su estaticidad y falta de moví
miento.
Según Zenón no existe el movimiento, y esto lo demuestra con el célebre argu
mento de la carrera entre Aquiles "el de los pies ligeros", como lo llamaba Home
ro, y la tortuga.
Si Aquiles, el atleta más veloz de toda Grecia y el más rápido de todos los hombres
le concede a la tortuga, el más lento de todos los animales, un handicap de ventajé
inicial, jamás podrá alcanzarla.
643
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
Pues mientras Aquiles recorre el camino que la tortuga llevaba avanzando por la
mencionada ventaja inicial, la tortuga habrá recorrido otra porción, aunque más
pequeña del espacio, cuando Aquiles haya llegado a recorrer esta última porción
de camino, la tortuga habrá avanzado otra porción más pequeña, y así la tortuga
irá llevando la ventaja hasta en espacios infinitamente pequeños, de tal forma que
Aquiles no podrá alcanzarla nunca.
El propósito de esta aporía (aporía es una palabra que viene de dos voces griegas:
a=sin, y poros=camino; de modo que aporía es lo que no tiene camino, lo que no
tiene salida; una dificultad) era defender la doctrina de Parménides y negar el
movimiento. El hecho de que Aquiles alcance efectivamente a la tortuga no re
presentaría, pues, para Zenón una demostración de la falsedad de la aporía, pues,
tal hecho, es solo aparente. Por consiguiente, la aporía no queda refutada, con la
simple afirmación de que el movimiento se demuestra andando, sino que hay que
situarse en un plano superior y abstracto; en un mundo de dimensiones situados
en el infinito. Sólo así se puede comprender el sentido de la primera aporía de
Zenón.
La segunda aporía de Zenón es la de la flecha. Zenón considera que el espacio que
circunda a una flecha, que aparentemente está en movimiento, es infinito y, por
consiguiente, que no existe el movimiento de dicha flecha. En efecto no se puede
recorrer un segmento A-B puesto que, para llegar a B hay que recorrer, previa
mente un punto intermedio C y, luego, otro punto intermedio C1 y otro C2 y otro
C3 y, así, sucesivamente, hasta el infinito. Habría, pues, que pasar por una serie
infinita de puntos intermedios y el movimiento sería imposible.
Lo que quería demostrar Zenón es que el movimiento, pensado según el principio
de identidad, el ser es y el no ser no es, resulta ininteligible y como es ininteligible,
hay que declarar que el verdadero ser, el ente en cuanto tal, carece de todo movi
miento.
6d) MELISSO DE SAMOS- Perteneciente también a la escuela eleática, continúa el
pensamiento de Parménides; negando la efectividad del movimiento y continuan
do las posiciones extremas de Zenón.
7) EMPÉDOCLES DE AGRIGENTO- Las exageraciones de la escuela eleática determinaron
una resurrección del pensamiento físico e hilozoísta. Con Empédocles volvemos, nue
vamente, al viejo problema del arjé: ¿cuál es la naturaleza y sustancia de las cosas?
Según Empédocles hay cuatro elementos básicos de la naturaleza y son: el aire, el
agua, el fuego y la tierra. Pero, además, hay dos principios motores que son el amor y
el odio según los cuales se transforman y trasmutan los cuatro elementos fundamen
tales mencionados.
8) ANAXÁGORASDECLAZOMENE.- Para Anaxágoras no hay cuatro elementos, como sos
tenía Empédocles, sino infinitos. Según Anaxágoras "hay de todo en todo". Las llama
"homeomerías". Las "homeomerías" son ciertas partículas pequeñísimas de que están
LEGALES EDICIONES
hechas las cosas y que constituyen el principio universal de todas las cosas. Pero, con
sidera que las cosas animadas tienen como fundamento a un principio sutil que es el
"nous", el "intelecto" y que se encuentra desconectado absolutamente de la materia.
Por ello sostengo que la filosofía de Anaxágoras se inspira en una física de la cualidad,
a diferencia de la física de los atomistas que es una física de la cantidad. Acaso el pen
samiento de Anaxágoras nos pueda llevar a la génesis de una filosofía del espíritu; en
tanto que el pensamiento de los atomistas constituye la iniciación a una física atómica.
9) LOS "ATOMISTAS”.- La palabra "átomo" viene de dos voces griegas-, a sin,- y stomein
cortar, dividir. Los atomistas consideraban que la materia puede dividirse en segmen
tos y partículas, hasta llegar a un último elemento, más allá del cual ya no se puede
dividir más la materia. Este último elemento es el átomo.
644
F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
a ser "luz en el S e ñ o r " e "hijos d e la luz" (Ef. 5,8), y se santificaran "obedeciendo a la
verdad" (1 Pe. 1,22). Mas esta obediencia no siempre es fácil. Debido al misterioso
pecado del principio, cometido por instigación de Satanás, que es "mentiroso y padre
de la mentira" (Jn. 8, 44), el hombre es tentado continuamente a apartar su mirada del
Dios vivo y verdadero y dirigirla a los ídolos (cf. 1 Tes. 1,9), cambiando "la verdad de
Dios por la mentira" (Rom. 1,25); de esta manera su capacidad para conocer la verdad
queda ofuscada y debilitada su voluntad para someterse a ella. Y así, abandonándose
al relativismo y al escepticismo (cf. Jn. 18, 38), busca una libertad ilusoria fuera de la
verdad misma. Pero las tinieblas del error o del pecado no pueden eliminar totalmente
en el hombre la luz de Dios Creador. Por esto, siempre permanece en lo más profundo
de su corazón la nostalgia de la verdad absoluta"... La luz del rostro de Dios resplande
ce con toda su belleza en el rostro de Jesucristo, "imagen de Dios invisible" (Col. 1,15),
645
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
"resplandor de su gloria" (Heb. 1,3), "lleno de gracia y de verdad" (Jn. 1,14): El es "el
camino, la Verdad y la Vida" (Juan, 14,6)".
Mi visión, mi interpretación, mi vivencia de Jesús, es una integración de luz y de fé, de
pureza y santidad, de esperanza y de fuerza interior, a la que se aúna la visión teológica
y académica del Jesús histórico y literario, del Jesús según los Evangelios y las reflexio
nes cristológicas escritas por los maestros del espíritu, empezando por San Pablo en
sus luminosas epístolas "paulinas" y por los grandes "Padres" de la Iglesia; San Agustín
de Hipona, Santo Tomás de Aquino y toda la gran tradición de la cultura, pasando por
la fundamental obra de un gran clásico peruano: Víctor Andrés Belaúnde: "El Cristo de
la Fé y los Cristos Literarios", editorial Lumen, Lima, 1936, obra de la que he hecho una
reseña bibliográfica en la pagina 418 y ss. de este libro; hasta los enfoques recientes
de Edward Schillebeeckx O.P., ("Jesús. La historia de un viviente", editorial Trotta, Ma
drid, 2002); de Joseph Ratzinger Benedicto XVI: "Jesús de Nazareth", editorial Planeta
Colombiana, S.A., Bogotá, agosto del 2007; de Vittorio Messori: "Hipótesis sobre Je
sús". Prefacio de Lucio Lombardo Radice, 4-, edición, ediciones Mensajero, Bilbao, sin
fecha; pero, sobre todo, del Jesús según las luminosas Encíclicas del Papa Juan Pablo II:
"R e d e m p to r H o m in is " del 4 de marzo de 1979, "Dives in misericordia" ("Sobre la mise
ricordia divina") del 30 de noviembre de 1980 y que empieza así: "Quien me ve a mi, ve
al Padre" (Juan, 14, 9): "A este respecto, es digno de recordar aquél momento en que
Felipe, uno de los doce apóstoles, dirigiéndose a Cristo, le dijo: "Señor, muéstranos al
Padre y nos basta"; Jesús le respondió: "¿Tanto tiempo ha que estoy con vosotros y no
me habéis conocido?. El que me ha visto a mi, ha visto al Padre"...."Esto me impulsa a
descubrir una vez más en el mismo Cristo el rostro del Padre, que es "misericordioso y
Dios de todo consuelo"; asi también la Encíclica "D o m in u m e í V iv ific a n te m ", del 18 de
mayo de 1986, que trata sobre el Espíritu Santo; y también la " V e rita tis S p le n d o r " del
6 de agosto de 1993; o la "M a n e n o b lsc u m d ó m in e ", la gran encíclica de Juan Pablo II
del 7 de octubre del 2004: "Quédate con nosotros, Señor, porque atardece y el día va
de caída (Lucas 24, 29). Así como los discípulos cuando reconocieron en el peregrino
de Emaús a la figura del Señor resucitado y así como empiezan las palabras de la gran
encíclica de Juan Pablo II, que estamos extractando, así también nosotros quisiéramos
quedarnos reflexionando sobre este hermoso tema... que no tiene fin...
LEGALES EDICIONES
I
646
EL PENSAM IENTO DE SÓCRATES
i VVEKNER JAEGER: “Paideia: los ideales de la cultura griega”, libro III. Capítulo II: La herencia de Só
crates.- Sócrates educador, pág. 403, in fine; editorial Fondo de Cultura Económica: reimpresión en un
solo volumen, México-Buenos Aires, 1993.
647
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
Desde luego; pero no es eso lo que yo te pregunto ahora, sino ¿qué hombre?, el cual
antes de todo, claro está, deberá conocer las leyes.
Éstos, oh Sócrates: los jueces.
¿Cómo dices, Melito? ¿los jueces son capaces de educar a los jóvenes y volverlos más
virtuosos?
- Así es".
"Y ahora me parece, atenienses, que ya es harto evidente lo que yo decía: que Me
lito jamás se ha ocupado poco ni mucho en esas cosas. Con todo, dinos Melito: ¿de qué
manera, en tu opinión, corrompo a los jovencitos? ¿No lo hago, como claramente dice el
proceso que has presentado contra mí, enseñándolos a no respetar a los dioses que la
648
F il o s o f ía d e l D erech o
ciudad respeta, sino otras divinidades nuevas? ¿No es, según dices, enseñando esas cosas
cómo los corrompo?".
"Sí que lo digo y lo sostengo firmemente.
¿Y es por eso por lo que me traes delante de los tribunales, porque son otros, o porque
afirmas que yo no venero en modo alguno a los dioses y esto enseño a los demás?
Lo que he dicho: que no veneras de modo alguno a los dioses.
¡Oh, admirable Melito! ¿Con qué propósito dices eso? ¿Yo no creo que el Sol ni la Luna
sean dioses, como creen los demás?"
"Pero, dejando a un lado la opinión, ciudadanos, ni me parece justo suplicar al juez, ni
que suplicándole se obtenga la absolución; sino ilustrándolo y convenciéndolo. Que no se
sienta aquí el juez para favorecer con la justicia, sino para juzgar según ella ordena, pues
el ha jurado no hacer los favores que a él le plazcan, sino juzgar de acuerdo con las leyes.
Y no está bien que nosotros nos acostumbremos a jurar en falso ni que os acostumbréis
vosotros. No pretendáis, pues, atenienses, que yo practique con vosotros estas cosas, que
no parecen estar bien, ni ser justas ni santas; y sobre todo, ¡por Zeus!, cuando así me
procesa Melito acusándome de impiedad. Porque es cosa que si yo os convenciese y con
mis suplicas violentara vuestros juramentos, entonces sí que os enseñaría a no creer en
los dioses y, al defenderme, me acusaría a mí mismo de no respetarlos. Pero estoy muy
lejos de hacerlo así; pues yo los respeto, atenienses, más que ninguno de mis acusadores,
y dejo en vuestras manos y en las del dios, el juzgarme de la manera que haya de ser mejor
para mí y para vosotros. (Al llegar aquí, luego de votar los jueces, la mayoría declara que
Sócrates es culpable.)"
El "Crítón" o "Del deber" es el otro gran Diálogo platónico que también versa sobre el
desenlace de la vida de Sócrates. En el "Critón" se plantea el otro gran tema de la Filosofía
del Derecho y del Derecho Civil y Procesal, que es la inejecución de las obligaciones, el in
cumplimiento del deber, la contravención al debido proceso y la trasgresión a la ley y a la
sentencia. Critón, un viejo discípulo de Sócrates, pretende inducir a su maestro a huir de la
prisión, evitando así la injusticia de su muerte. Dícele Critón a Sócrates: "A c u a lq u ie r p a rte
d e l m u n d o a d o n d e tú vayas, se rá s sie m p re qu erid o . S i q u ie re s ir a Tesalia, ten g o a llí a m i
g o s q u e te tra ta rá n c o m o tú te lo m e re ce s. A d e m á s, S ó cra te s, co m e te s un a a cció n in ju sta
e n tre g á n d o te tú m ism o , c u a n d o p u e d e s sa lva rte . Fa lta s ta m b ié n a tus h ijos, p o rq u e los
a b a n d o n a s, c u a n d o h a y un m e d io d e q u e p u e d a s a lim e n ta rlo s y ed u ca rlo s. ¡Q u é h o rrib le
su e rte e sp e ra a e sto s in fe lice s h u é rfa n o s!. M e p a re c e en v e rd a d q u e h a s to m a d o e l p a rtid o
d e l m á s in d o le n te d e lo s h o m b re s, c u a n d o d e b e ría s to m a r e l d e un h o m b re d e co ra zó n ; tú,
s o b re todo, q u e h a ce s p ro fe sió n de no h a b e r se g u id o en to d a tu vid a o tro ca m in o q u e e l de
la virtud. Te confieso, Só cra te s, q u e m e da v e rg ü e n za p o r ti y p o r n o so tro s tus a m ig o s qu e
s e cre a q u e tod o lo q u e está su ce d ie n d o se ha d e b id o a n u e stra co b a rd ía . S e n o s a c rim i
n a rá, en p r im e r lugar, p o r tu co m p a re ce n c ia an te e l trib u n a l, c u a n d o p u d o e v ita rse ; luego,
p o r e l c u rso d e tu p ro c e so ; y en fin , co m o té rm in o de este la s tim o so d ram a, p o r h a b e rte
a b a n d o n a d o p o r te m o r o p o r co b a rd ía , p u e sto q u e no te h e m o s s a lv a d o ; y s e d irá ta m b ién
LEGALES EDICIONES
q u e tú m ism o no te h a s sa lv a d o p o r c u lp a n u e stra , c u a n d o p o d ía s h a ce rlo co n só lo qu e
n o so tro s te h u b ié ra m o s p re sta d o un p e q u e ñ o au xilio . P ié n sa lo bien, m i q u e rid o S ó cra te s;
con la d e sg ra c ia q u e te va a su c e d e r te n d rá s ta m b ié n un a p a rte en e l b a ld ó n q u e va a c a e r
s o b re to d o s n o so tro s. C o n sú lta te a ti m ism o , p e ro y a no e s tie m p o d e co n su lta s; es p re c iso
to m a r un p a rtid o , y n o h a y q u e e sco g e r: e s p re c iso a p ro v e c h a r la n o ch e próxim a". A toda
esta argumentación Sócrates le contesta a Critón:
"¿Crees tú que puede subsistir un Estado cuando en él carecen de fuerza las senten
cias, la 'Cosa Juzgada' y lo que es mas, cuando la sentencias son despreciadas y destrui
das por los ciudadanos?
¿Qué responderíamos, Critón, a éstas y parecidas inculpaciones y a otras grandes
cuestiones como éstas?
649
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
¿Qué de cosas no podrían ser dichas hasta por un retórico acerca de esta destrucción
de esa ley que exige el cumplimiento de las sentencias dictadas?
¿Les diremos acaso que la República ha sido injusta y no nos ha juzgado bien?
¿Eso es lo que les responderíamos?".
Al final, Crltón, entre lágrimas, se ve obligado a admitir las razones de su maestro
para que la sentencia se cumpla. A ningún precio debe ser injusto el hombre, ni siquiera
con aquel que le ha causado Injusticia. Sería injusto huir de la prisión, pues equivaldría a
situarse al margen de las leyes de su ciudad, lo que es jurídica y éticamente reprochable.
Mejor es presentarse en el Hades con la conciencia íntegra del hombre virtuoso, y aun con
la aureola de quien muere injustamente condenado, Sócrates se nos muestra en el Critón
como un maestro sublime, en la cumbre de su grandeza.
El "Fedón" es el diálogo de la muerte. Tenemos que morir a los sentidos y al mundo
sensible para que el espíritu, el alma inmortal, quede libre y vuele al mundo de las ideas,
remontando el vuelo del alma al reino de la belleza pura y de los eternos valores del espí
ritu. El Fedón constituye el maravilloso relato de los últimos momentos de Sócrates y es
probable que Platón haya asistido personalmente a los últimos momentos del maestro,
por la viveza de su narración casi fotográfica y la minuciosidad de sus pormenores:
"Equécrates.- ¿Estuviste tú, Fedón, con Sócrates el día aquél en que bebió
el veneno en la cárcel, o se lo has oído contar a otro?
Fedón - Estuve yo personalmente, Equécrates.
Equécrates.- ¿Yqué es lo que dijo antes de morir?¿Ycómo acabó sus días?
Y ¿cómo fueron las circunstancias de su muerte? ¿qué fue lo qué se dijo o
se hizo? ¿qué amigos fueron los que estuvieron con él? ¿o no les dejaron los
magistrados estar presentes, y acabó sus días solo y sin amigos?
Fedón.- No, estaban allí algunos, muchos, incluso.
Equécrates.- Procura, entonces, relatarnos todo con la mayor exactitud
posible si es que no tienes algún quehacer que te lo impida.
Fedón.- No, por cierto; estoy desocupado y voy a darte gusto porque para
mí no hay placer más grande que recordar a Sócrates, bien hablando yo mis
mo de él, ya escuchando a otros que de él hablen, porque para mí hablar de
Sócrates es lo más agradable de todo.
Equécrates - Pues bien, Fedón, en los que te van ha escuchar tienes a otros
tanto como tú. Es, pues, intenta exponernos todo con la mayor precisión posi
ble sin omitir nada.
Fedón.- Por cierto, dicho espectáculo hizo sobre mí una impresión extraor
dinaria. Pues no se apoderaba de mí la compasión como cuando se asiste a
la muerte de un amigo. Por el contrario, Equécrates, al verle y escucharle, me
parecía un hombre dichoso; tanta fue la firmeza y dignidad con la que murió.
Parecía como si estuviéramos entregados a la filo s o fía ta l y co m o a c o s tu m
LEGALES EDICIONES
650
F il o s o f ía d e l D erech o
651
EL PENSAMIENTO DE PLATÓN
Platón (427-347) descendía, por parte de padre, del rey Codro, y poi
parte de madre, de Solón. Era discípulo de Sócrates en el momento er
que éste fue condenado por la democracia ateniense, y desde enton
ces le quedó la nostalgia de la edad de oro de Pericles y de Sócrates
Abandonó Atenas desilusionado, para pasar un período viajando, y du
rante toda su vida guardó su desconfianza por la democracia, Decep
cionado de los políticos desapareció la última esperanza que conserva
ba de que en esta berra se realizara plenamente la sabiduría política
Pero quedóle la esperanza jus-filosófica que dió impulso a toda su vida: el de la justicia
rigiendo al mundo para el bien común.
En su Diálogo "La República" Platón se plantea desde el libro primero el problema de
la Jusbcia. Sócrates responde a "Trasímaco", que es su interlocutor, cómo debe entenderse
rectamente la Jusbcia. Pero, además, sosbene en el libro quinto la tesis de que los filósofos
deben ser quienes reinen en los Estados. Esta doctrina o tesis de los gobernantes- filóso
fos sostiene literalmente que: "antes que la raza de los filósofos obtenga el control del
Estado, no cesarán los males para el Estado ni para los ciudadanos". Frente a la corrup
ción e impreparación de los políticos la única solución es la de que los filósofos gobier
nen a los pueblos. Ello es preferible a que quienes nos gobiernan sean los aventureros,
los oportunistas, los corruptos, los ineptos y las argollas de inescrupulosos e inmorales.
Por ello, la lección que nos dá el Libro V de "La República" es la de que los candidatos a
gobernantes o a congresistas o a jueces es la de que debemos escoger a hombres cultos,
amantes de la sabiduría o filósofos. Es que Platón había vivido una amarga experiencia
como espectador de la muerte de Sócrates y de la política ateniense, en lo singular y de la
situación griega, en lo general; una experiencia que le hizo desisbr, a él, un aristócrata, un
intelectual, de dedicarse a la políbca y, en vez de ello, culbvar la filosofía y la cultura para,
de esa manera, culbvar la jusbcia a fin de que el más justo de los hombres no corriera el
riesgo de ser condenado a muerte, como lo fuera su maestro Sócrates en el 399 a.C.
La ejecución de Sócrates, "el mejor de los hombres de su hempo" según afirma Platón
en el "Fedón", "el único estadista verdadero" como se dice en el "Gorgias", otro de sus
grandes Diálogos, fue el traumáh'co espectáculo que Platón no olvidaría jamás. Para com
pensarse de su pérdida, haría de Sócrates, en todos sus Diálogos, el personaje inmortal
de la "philosophia perennis". Platón considera, que, por encima y más allá de este mundo
de apariencias y de falsas ilusiones, hay otro mundo, un mundo de formas puras que es el
mundo de las "Ideas", en donde se dá el auténbco "Ser" de las cosas y en donde ellas exis
ten en su prísbna pureza y en su radiante plenitud. Hay, pues, dos mundos: el mundo de ias
LEGALES EDICIONES
cosas sensibles y el mundo de las ideas o de las formas puras. El mundo de las cosas sen
sibles es ficbcio e inauténbco, por cuanto está sujeto a las ilusiones y a los engaños de la
experiencia sensible o de la "doxa”. Platón ilustra su teoría de los dos mundos con el mito
de la caverna que expone en su diálogo "La República". Cuenta allí Platón que a la entrada
de una caverna están encadenados unos hombres que solo pueden mirar lo que sucede
en el fondo de ella. Pero, por fuera y a espaldas de ellos hay un sol radiante que ilumina
a los seres que viven y existen fuera de la caverna. Pero como los encadenados no benen
conciencia de estas cosas sólo pueden ver las sombras que se proyectan desde el exterior
sobre el fondo de la caverna. Los encadenados, según Platón son los hombres que viven de
las cosas inauténbcas, de las meras sombras de las cosas que capta la doxa o experiencia
sensible. La razón, el “nous", nos libera de esas cadenas y enfrentándonos al sol nos hace
ver las formas autenbcas de las cosas que son las ideas. Ahora bien; las cosas sensibles
653
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
participan en cierta forma de las ¡deas. Platón denomina a esta participación la "metaxis".
En virtud de la metaxis las ideas reflejan sus características en las cosas sensibles; por eso
es que éstas son el pálido o imperfecto reflejo de las ¡deas. En suma, la filosofía de Platón
al escindir en dos mundos a las cosas abre la ruta de la metafísica idealista, o mejor dicho,
espiritualista. El espiritualismo es lo que se consagra en los Diálogos Platónicos, en tanto
que exajtan los valores del espíritu; las grandes virtudes como la justicia, la prudencia y
la piedad. Así la justicia, que es la virtud suprema, es investigada por Platón en el libro
primero de su Diálogo "La República" en tanto que el "Laques" el "Cármides" y el "Euti-
fron" son los Diálogos en los que se investiga las otras grandes virtudes como la valentía,
la prudencia y la piedad.
En el Eutífrón, asi como también en la Apología y el Gritón, se trata del proceso se
guido contra Sócrates y sobre el desenlace de la vida del inmortal maestro, cuya muerte
asumida con ejemplar dignidad, es una lección inmortal sobre la fé en el más allá, una
suprema clase magistral de fe filosófica.
En fin, el "Protágoras" y el "Gorgias" exaltan a la Sofística y a la Retórica, respecti
vamente. La Retórica constituye una técnica de la persuasión encaminada a obtener el
aplauso de las masas y a suscitar en ellas emociones de placer (Gorgias, 462 B-D). Se trata
de "persuadir mediante sus discursos a los jueces en los tribunales, a los senadores en ei
Senado, y al pueblo en las asambleas; en una palabra, convencer a todos los que componen
cualquiera clase de reunión política. La Retórica es la obrera de la persuasión. Hablo, Só
crates, de la persuasión que se procura en los tribunales y que versa sobre las cosas justas
e injustas". El "Crátílo" es el Diálogo de la exactitud de los nombres.
En conclusión, estimo que son cuatro los grandes temas en la filosofía de Platón: pri
mero- la Dialéctica, en tanto que metodología para llegar a la verdad. Es preciso distinguir
entre la Dialéctica platónica y la Dialéctica hegeliana. Esta última supone una tricotomía en
la que el espíritu se desenvuelve a través de tres fases: la tesis, en la que se afirma algo; la
antítesis que supone la negación de la tesis y la síntesis, o negación de la antítesis, median
te la cual evoluciona la razón a través de un sistema dinámico. En cambio, en la Dialéctica
platónica se llega a la verdad a través de una serie de definiciones progresivas sustentadas
a través del diálogo o arte dialéctico que es toda una técnica, o, como se dice en griego
dialectich tecnh, la que en el Libro Sexto de "La República" se convierte en el supremo
entrenamiento del filósofo. La Dialéctica deviene en filosofía, en tanto que la Retórica es
una mera técnica de la persuasión judicial o del argumento oratorio que Platón criticó en
el "Gorgias" y en el "Fedro" para recusar a los Sofistas, cuya Retórica argumentativa es una
mera técnica oratoria: "esos doctores mercenarios que el pueblo llama sofista% nos dice
Platón en "La República",1, no hacen otra cosa que repetir a la juventud las máximas que
el pueblo profesa en sus asambleas, la demagogia, y a esto llaman enseñar la sabiduría".
En tanto que "ios verdaderos filósofos, son espíritus elevados, perfeccionados por la educa
ción", cuya tarea es sumamente difícil por cuanto "las cosas bellas son difíciles": calepa ta
kala2; segundo.- la Metáfora en tanto que lenguaje figurado para expresar una idea; es lo
que más abunda en la estilística platónica, ejemplo: el mito de la caverna en el libro VlEde
LEGALES EDICIONES
"La República" o el mito de los gobernantes filósofos, también planteado en el Libro Quin
to de su inmortal diálogo "La República'"1, según el cuál "los Estados actuales están mal*lo
1 “La República”, Libro VI, pág. 283, tomo III de las “Obras Completas de Platón”, Ediciones Anaconda
Buenos Aires, 1946.
2 “La República”, Libro VI, pág. 289, tomo III de las “Obras Completas de Platón”, Ediciones Anaconda
Buenos Aires, 1946. Esta hermosa cita en griego la hace suya ARNOLD TO YNBEE para titular el capítu
lo sexto (en la versión castellana “Las virtudes de la adversidad”) del tomo II de su magistral “Estudio de
la Historia”.
3 “La República”, Libro VII, pág. 3 1 1 y ss., del tomo y edición citada.
4 “La República”, Libro V, pág. 257 y passim., del tomo y edición citada.
654
F il o s o f ía d e l D erech o
gobernados" y, en consecuencia, se hace necesario que los filósofos gobiernen los Estacios
y habida cuenta de la desigualdad natural entre los hombres ya que existen algunas per
sonas idóneas para el trabajo manual, otras, los guardianes, para la guerra y la defensa y
otras para el trabajo intelectual, esta élite, que es una aristocracia (de aristos, los mejores)
es la que debe gobernar, en tanto que se trata de una aristocracia intelectual, por ser ios
mejores, porque la virtud de esta clase superior es la sabiduría; "a ellos debemos entregar
el gobierno de los Estados"; "solo a tales hombres pertenece la cualidad de filósofos y de
magistrados, y todos los demás, ni pueden filosofar, ni deben gobernar" "no hay remedio
para los males que arruinan a los Estados mientras no sean gobernados por los filósofos".
Otras metáforas famosas en el pensamiento de Platón están constituidas por la alegoría
del juicio final a los mortales narrada en el "Gorgias": "elque entre los mortales ha obser
vado una vida justa y santa va después de su muerte a las Islas Afortunadas, donde goza
de una felicidad perfecta al abrigo de todos los males; y, por el contrario, el que ha vivido
en la injusticia y en la impiedad, va al lugar del castigo y del suplicio, llamado Tártaro" s
Y añade en dicho Diálogo "Tengo una fe completa en lo dicho y estoy resuelto a com
parecer delante del juez con el alma tan pura como pueda. Por lo tanto, despreciando lo
que la mayor parte de los hombres estiman, y no teniendo otra guía que la verdad, haré
cuanto pueda por vivir y morir, cuando el tiempo se haya cumplido, tan virtuoso como me
sea posible. Invito a todos, y te invito a ti mismo, para adoptar este género de vida".5 6
Otra muy célebre metáfora de Platón es la del auriga y de los dos caballos, que es
la carrera del alma, cantada por Sócrates en el "Fedro". Y dice así: "Comparemos el alma
con la naturaleza compuesta de un par de caballos alados y un auriga. Los caballos y ¡os
aurigas de los dioses son todos buenos y de buena prosapia, pero los de otras razas son
mezclados; y primeramente el auriga del alma humana lleva un par, y en segundo lugar
uno de los caballos es noble y de noble raza; el otro es lo contrario en estirpe y carácter.
Por consiguiente, en nuestro caso la conducción es a la fuerza difícil y complicada". Según
Platón, "el alma cuando está perfecta y plenamente alada sube y gobierna todo el mundo;
mas el alma que ha perdido las alas es arrastrada hacia el mundo mortal de la Imperfec
ción... Y así, "quien quiera que viva justamente obtiene un mejor destino, y quien quiera que
viva injustamente, otro peor. Porque cada alma vuelve al lugar de donde vino".
Otra gran metáfora platónica es el mito de la igualdad moral planteada en el "Protágo-
ras", que es el gran Diálogo sobre la educación: "¿Paideia Sofística o Paideia Socrática?",
nos pregunta Werner Jaeger en su inmortal "Paideia: los ideales de la cultura griega",
Libro III, capítulo V; o el mito de la desigualdad natural planteado en "La República", o la
metáfora del pastor invisible, que es la alegoría narrada por Glauco al dialogar con Sócra
tes en "La República" poco antes de narrarnos su célebre y muy conocida alegoría de la
caverna; o la fábula de Er: juicio de las almas, narrado también en "La República" como
fábula final al concluir este hermoso Diálogo cuya moraleja es la de que "de tantas opinio
nes como hemos discutido, todas las demás han sido combatidas, y la única que subsiste
inquebrantable es ésta: Que se debe antes sufrir una injusticia que hacerla"7, o el mito de
la muerte sobre la purgación del alma narrado en el "Gorgias"; o el mito de la Atlántida
LEGALES EDICIONES
narrada en el "Timeo", o el mito de Orfeo narrado en el "Banquete", a quien "los Dioses
echaron del Hades sin concederle lo que solicitaba. En vez de devolverle su mujer a quien
venía a buscar, no le mostraron más que su fantasma, porque le había faltado el valor. En
vez de imitar a Alcestes y de morir por la que amaba, se las ingenió para descender vivo a
los Infiernos. Así, los dioses, indignados, lo castigaron por su cobardía haciéndole morir a
manos de las mujeres. Por el contrario honraron a Aquiles, hijo de Tetis, y le recompensa
ron colocándole en las Islas de los Bienaventurados, porque, habiéndole predicho su madre
5 “Gorgias” o “De la Retórica”, págs. 560-561-562 del tomo II de las “Obras Completas de Platón”, ed. cit.
6 “Gorgias” o “De la Retórica”, pág. 565 del tomo II de la obra y ed. cit.
7 “La República”, Libro X, pág. 4 51 y passim., edición citada.
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J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
que moriría en seguida si mataba a Héctor, pero que si no quería combatir regresaría a la
casa de sus padres, donde moriría de viejo, Aquiles no vaciló, y prefirió vengar a Patroclo
antes que cuidar su propia vida, queriendo, así, morir por su amigo. Así, los dioses io hon
raron más que a todos los hombres, por haberse formado tan alta idea de lo que vale un
amigo. De aquí que Aquiles haya sido mejor tratado que Alcestes, colocándole los dioses,
después de su muerte, en la Isla de los Bienaventurados. Termino diciendo, pues, que de
todos los dioses, el Amor es el más antiguo el más augusto y el más capaz de hacer virtuo
sos y felices a los hombres durante su vida y después de su muerte"8, lo que nos muestra
la estilística platónica, tan llena de metáforas y de alegorías, lo que nos revela la sublime
expresión de una fascisnante oratoria, de una finísima Retórica, de una filosofía poética y
del hechizo de la prosa más sugestiva de occidente que hacen del pensamiento de Platón
a uno de los más altos exponentes de la reflexión espiritual de todos los tiempos y un an
tecesor del cristianismo; tercero - la constante presencia del maestro Sócrates, gran edu
cador y eterno interlocutor en todos los Diálogos platónicos para enseñarnos la Mayéutica
que es el gran método socrático; cuarto - La Mayéutica que, según Platón es el arte de en
gendrar los pensamientos en el alma del interlocutor. "Mi arte, dice Sócrates en el Diálogo
"Teeteto", tiene las mismas características que el arte de las parteras. Pero difiere de él en
que hace parir a los hombres y no a las mujeres, a las almas y no a los cuerpos, a la verdad
y no a las apariencias". La Mayéutica consiste en llevar al interlocutor al descubrimiento de
la verdad mediante una serie de preguntas y respuestas encadenadas a través del Diálogo;
quinto.- la Retórica que es el arte de la Persuasión. Dice Gorgias en el célebre Diálogo que
lleva su nombre o "De la Retórica": "Hablo, Sócrates, de la persuasión que se procura en
los tribunales y que versa sobre las cosas justas e injustas". Según Platón "jamás se debe
hacer uso de la Retórica ni de ninguna otra profesión, sino en obsequio a la Justicia. Rín
dete, pues, a mis razones y sígueme en el camino que te conducirá a la felicidad. Sufre que
se te desprecie como a un insensato, que se te insulte, si se quiere, y déjate, con grandeza
de alma, maltratar de esa manera que te parece tan ultrajante. Ningún mal te resultará si
eres realmente un hombre de bien y te consagras a la práctica de la virtud".9
Según Antonio Gómez Robledo (1908-1994), profesor en la Facultad de Filosofía y
Letras de la Universidad Autónoma de México, nacido en Guadalajara, son seis los grandes
temas en la filosofía de Platón: l 9.-La teoría de la virtud, en latín: "virtus" de la que viene,
la nuestra de virtud, la que designa la cualidad propia del varón: "vir", tan propia del varón
como es el coraje o la valentía, en griego: "areté", cuya raíz, el prefijo ari, denota la idea
de "perfección"; entre las cuales destaca, la llamada por Sócrates, "sofrosyne", que es, "el
dominio de sí mismo", en tanto que "templanza" o "dominio sobre los apetitos sensuales",
la libido y la gula, llamada por los latinos "decorum" que es el continente grave y sereno,
que resulta del acuerdo interior del hombre consigo mismo10. Pero, además de la "so
frosyne", Platón enumera en sus Diálogos otras cinco virtudes: la sabiduría,la templanza,
la fortaleza, que es una "fuerza del alma", o también, firmeza, constancia o perseverancia;
pero, además, las dos mayores virtudes que son la justicia y la piedad, como resulta de la
lectura del Diálogo "Protágoras"11.
El segundo gran tema enlafilosofía de Platónes suteoría de las ¡deas, doctrina, ésta,
LEGALES EDICIONES
8 “Obras completas de Platón”, pág. 590, tomo III, Ediciones Anaconda, Buenos Aires, 1946.
9 "Gorgias” o “De la Retórica”, pág. 463 dei tomo II de la obra y ed. cit.
10 ANTONIO GÓ M EZ ROBLEDO: “Platón. Los seis grandes temas de su filosofía”, págs. 92-93-99; Edito
rial Fondo de Cultura Económica, México, 1986.
11 ANTONIO GÓ M EZ ROBLEDO: Obra citada, pág. 10 1.
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F il o s o f ía d e l D erech o
Para terminar, permítaseme recordar a Carlyle cuando dijo en "Los héroes" que "La
historia es la biografía de los grandes hombres"; y también a Emerson, el inmortal clási
co de las semblanzas y el de las biografías de oro, cuando dijo en su áureo libro "Hombres
simbólicos", al hacer la biografía de "Platón" que "Entre todos los libros, solo Platón tiene
derecho al fanático elogio de Ornar para el Corán, cuando dijo: "Quema todas las biblio
tecas, pues todo su valer se encierra en este libro". Las sentencias de Platón contienen la
cultura de las naciones; son la piedra angular de las escuelas; son la fuente original de
toda la literatura filosófica. El representa la disciplina en la Lógica, en la Aritmética, en el
buen gusto, en la proporción, en el lenguaje, en la Retórica, en la antología, en la moral,
en la sabiduría práctica. Jamás hubo en el mundo semejante vastedad de especulación
filosófica. De Platón proceden todas las cosas que todavía se escriben y se discuten entre
los hombres de pensamiento. Gran estrago hace en nuestras originalidades. Hemos al
canzado con él la montaña de donde han sido arrancadas todas estas piedras que amon
tonamos. Él ha sido la Biblia de los sabios durante veintidós siglos".
"Él no tuvo esposa, no tuvo hijos, pero todos los pensadores de todas las naciones
civilizadas son su posteridad y están señalados por su pensamiento".
"Los grandes genios tienen las biografías más breves. Sus parientes no pueden decir
nos nada acerca de ellos. Vivieron en sus escritos, y por eso su vida privada y ciudadana
fue trivial y ordinaria".
"Nació en 430 antes de Jesucristo, por la época de la muerte de Pendes; era de noble
familia de su época y ciudad; y se dice que tuvo en su juventud afición a la vida militar; pero
al cumplir sus veintidós años conoció a Sócrates, renunció a tal propósito, y durante diez
años fue su discípulo, hasta la muerte del maestro. Luego fue a Megara, viajó a Italia, luego
por Egipto, donde estuvo largo tiempo; algunos dicen que estuvo tres años, otros trece.
También se dice que fue más lejos, a Babilonia; pero esto es incierto. Al regresar a Atenas
dio lecciones en la Academia a los que a ella atraía su fama, y murió, como se admite gene
ralmente, mientras se hallaba escribiendo, a la edad de ochenta y un años. La biografía de
Platón es interior. Debemos considerar principalmente la suma elevación de aquel hombre,
en la historia intelectual de nuestra raza; ocurre que a medida que los hombres son más
cultos, se convierten en discípulos de Platón".
BIBLIOGRAFÍA: THOMAS CARLYLE (1795-1881). Fue una gran historiador inglés, Rec
tor de la Universidad de Edimburgo, escribió una obra clásica de Historia: "Los héroes" que
la tengo a la vista en su traducción castellana por la Editorial Aguilar, S.A., Madrid, 1985. En
la pag. 41 sostiene que "La historia es la biografía de los grandes hombres". RALPH WALDO
EMERSON (1803-1882) Es uno de los más grandes historiadores de todos los tiempos cuya
filosofía trascendental aflora en su obra clásica: "Hombres simbólicos", editorial Thor, Bue
nos Aires, 2008, en la que sostiene que "el genio allí donde aparece, concentra las energías
dispersas de su medio". "La historia es la obra individual de los hombres representativos".
DIÓGENES LAERCIO: "Vidas de los filósofos más ilustres", México D.F., 2006. Obra en 10
libros escrita aproximadamente entre el año 225 y el año 250 d. C., por un autor de cuya
LEGALES EDICIONES
vida no se sabe nada. Esta obra escrita en la primera mitad del siglo III d. C., marca el inicio
de las grandes obras dedicadas a la Historia de la Filosofía, sino fuera porque ya el mismo
Aristóteles empezó a musitar o a susurrar una suerte de Historia de los Filósofos en el libro
A (alfa), 1, 5 de su Metafísica. La compilación en diez libros de Diógenes Laercio tiene un
valor inmenso, por las fuentes y fragmentos que allí se recopilan, muchas de ellas perdi
das, como los libros perdidos para siempre de la gran biblioteca de Alejandría. Dentro de
las grandes obras de Historia de la Filosofía, debe consultarse además: THEODOR GOM-
PERZ (1832-1912): "Pensadores Griegos (Una Historia de la Filosofía de la Antigüedad)" 3
tomos, editorial Herder S.A., Barcelona, 2000; tomo II, pag. 259 y sgs; WERNER JAEGER
(1881-1961): El gran maestro de Basilea, de Kiel y de Berlín nos ha dejado seis libros formi
dables sobre la filosofía, la educación, la teología y la retórica griega: 1).- "Paideia. Los ¿
ideales de la cultura griega", Fondo de Cultura Económica, México, Buenos Aires, 1993; *
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2).,- "Aristóteles", Fondo de Cultura Económica de España, Madrid, 1993; 3).- "Semblanza
de Aristóteles", Fondo de Cultura Económica de España, Madrid, 1998; 4).- "La teología de
los primeros filósofos griegos", Fondo de Cultura Económica de España, Madrid, 1977; 5}.-
"Humanismo y teología", Ediciones Rialp, Madrid, 1964; 6).-"Demóstenes. La agonía de
Grecia", editorial Fondo de Cultura Económica, México, 1994; HERMANN DIELS (1848-
1922) la obra del gran maestro de Berlín es fundamental para el estudio de los pre-socrá-
ticos: "D/'e Fragmente der Vorsokratiker", ("Los fragmentos de los Pre-socráticos"), 3 vols.,
1903, 53 edición, Berlín 1934. Existe una traducción al castellano del profesor García Bacca
de la Universidad de Caracas. (Véase "Fragmentos filosóficos de los Pre-Socráticos" por
JUAN DAVID GARCÍA BACCA (1901-1992), Instituto de Filosofía de la Universidad Central
de Venezuela, Caracas, 1955; RODOLFO MONDOLFO (1877-1976) Profesor en Turín, Bolo
nia, Córdoba y Tucumán, el gran maestro italiano, que muriera en Buenos Aires, nos ha
dejado: "El Pensamiento Antiguo", 2 tomos, editorial Losada, Buenos Aires, 1942; y "Sócra
tes", editorial Universitaria de Buenos Aires, Segunda edición revisada por el autor, Buenos
Aires 1959; KARL JASPERS (1883-1969): "Los Grandes Filósofos" vol. I.- "Los hombres deci
sivos: Sócrates-Buda-Confucio-Jesús”, Editorial Tecnos, Madrid, 1993; vol. II "Los Fundado
res del Filosofar: Platón- San Agustín-Kant" editorial Tecnos, Madrid 1995; LEÓN ROBIN
(1866-1947): "El Pensamiento Griego y los Orígenes del Conocimiento Científico", editorial
Cervantes, Madrid, 1926; GIORGIO DEL VECCHIO (1878-1970) Profesor en Bolonia y en
Roma/To Justicia" editorial Depalma, Buenos Aires, 1952; JULIAN MARÍAS (1914-2005):
"Historia de la Filosofía" Prólogo de Xavier Zubiri, Epílogo de José Ortega y Gassett, Vigési-
monovena edición, Revista de Occidente S.A., Madrid, 2007; JULIAN MARÍAS: "Introduc
ción a la Filosofía, Idea de la Metafísica y Biografía de la Filosofía", editorial Revista de
Occidente, Madrid 1962; RAMÓN XIRAU (1924): "Introducción a la Historia de la Filosofía",
México 2000; MANUEL GARCÍA MORENTE (1886-1942): "Lecciones Preliminares de Filoso
fía", editorial Losada, S.A., Buenos Aires, 1938; MANUEL GARCÍA MORENTE Y JUAN ZARA-
GÜETA BENGOECHEA: "Fundamentos de Filosofía", octava edición, Espasa-Calpe, S.A. Ma
drid, 1979; GUILLERMO FRAILE O.P.: "Historia de la Filosofía", Vol. I, editorial Biblioteca de
Autores Cristianos, B.A.C., Madrid, 1974; CLEMENTE FERNANDEZ S.J.: "Los Filósofos Anti
guos", selección de textos, editorial B.A.C., Madrid, 1974; E. PAOLO LAMANNA: "Historia de
la Filosofía. I- El Pensamiento Antiguo", Biblioteca Hachette de Filosofía, Buenos Aires,
1957; ROMANO GUARDINI (1885-1968): "La Muerte de Sócrates" Emecé editores, Buenos
Aires, 1997; Debe leerse el fundamental libro del maestro EDUARDO GARCÍA MÁYNEZ
(1908-1993): "Teorías sobre la Justicia en los Diálogos de Platón". Instituto de Investigacio
nes Filosóficas. Colección "Estudios Clásicos”, serie: Textos Fundamentales. Universidad Na
cional Autónoma de México, México, 1981; 312 págs. Véase además: ANTONIO GÓMEZ
ROBLEDO (1908-1994): "Platón. Los Seis Grandes Temas de su Filosofía", editorial Fondo de
Cultura Económica, México, 1986; ANTONIO GÓMEZ ROBLEDO: "Meditación sobre la Justi
cia", Publicaciones de Dianoia, Fondo de Cultura Económica, México, 1963; JESÚS MOSTE-
RÍN (1941): "La Hélade. Historia del pensamiento", pág, 159 y ss., Alianza Editorial S.A.,
Madrid, 2006; GERARDO VIDAL GUZMÁN: "Retratos de la antigüedad griega", tercera edi
ción corregida y aumentada, editorial Universitaria, Santiago de Chile, 2007; MICHELE
LEGALES EDICIONES
CLAUDIO DEL RE: "L' Eutifrone, difesa stragiudiziale di Socrate dall'accusa di empietá", en
la Rivista Trimestrale di Diritto e Procedura Civile, Anno XV - Numero 3 - Ottobre 1961, pág.
963 a 969; LOUIS DE RAEYMAEKER (1895-1970) Profesor en Lovaina : "Introducción a la
Filosofía", segunda edición ampliada, editorial Gredós, Madrid, 1969; ROBERTO ARAMAYO
(1958): "La Quimera del Rey Filosofo", Taurus, Madrid, 1997; A. E. TAYLOR: "El Pensamiento
de Sócrates", Breviarios del Fondo de Cultura Económica, México 1961; PLATÓN: "Obras
Completas”, ediciones Anaconda, Buenos Aires 1946; PLATÓN: “La República o el Estado",
Introducción de Carlos García Gual, editorial Edaf, Madrid 1998; PLATÓN: "Diálogos. Critón,
Fedón, El banquete, Parménides" Prólogo de Luís Alberto de Cuenca, Biblioteca Edaf, Chile
S.A., 245 edición, Marzo del 2005; J. BRUN: "Platón y la Academia" Eudeba, Buenos Aires,
l961; CENTRO DE ESTUDIOS FILOSÓFICOS DE GALLARATE: "Diccionario de Filósofos", edi
f ciones Rioduero, Madrid 1986; NICOLÁS ABBAGNANO: "Diccionario de Filosofía", Fondo de
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EL PENSAMIENTO DE ARISTÓTELES
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sinónimo de ser dichoso" como está escrito en la "Ética a Nicómaco" Libro I, capitulo II,
intitulado “El fin supremo del hombre es la felicidad" y, también, en el capítulo VIII, cuyo
tema es "La virtud es la verdadera felicidad". Aristóteles distinguió entre virtudes "éticas'
o "morales" y virtudes "dianoéticas" o intelectuales. Las virtudes dianoéticas (de la voz
griega "dianoia" = dianoia, que significa "intelecto") fueron tratadas por Aristóteles en se
"Teoría de la virtud" que constituye el Libro II de su "Ética a Nicómaco". En el capítulo I de
dicho libro al distinguir las virtudes nos enseñó que "las virtudes dianoéticas resultan de
una enseñanza a la que deben su origen y su desenvolvimiento". Las virtudes dianoéticas
i W ERNER JAEGER: “Aristóteles. Bases para la historia de su desarrollo intelectual”, pág. 119 , Editoria
Fondo de Cultura Económica, México, 1997.
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Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
por las cuales el alma posee la verdad, son cinco: el arte (tecne); el saber (episteme); la sa
biduría práctica o "frónesis" {fronesis); la sabiduría teórica o "sofia" (sofia) y la inteligencia,
intelecto o entendimiento (noux).
Entre las virtudes éticas, la justicia o "diké" (dike), es la virtud suprema, en tanto que, la
templanza o sofrosine (sofrosinh) es aquella virtud que regula y domina la vida sensual; y
la educación o "Paideia" (paideia) constituía "el ideal de la vida teórica" según Aristóteles,
"porque la genuina investigación hace felices a los hombres"2; y porque "la paz reinante en
la Academia es como vivir en las islas de los bienaventurados, ese país de ensueño del tras
cender filosófico"34 5Este argumento del "Protréptico", inspirado en los Diálogos Platónicos
y, definitivamente, en la filosofía de Pitágoras, para quien el filósofo vive exclusivamente
para la vida teórica o contemplativa (teorein = teorein), sería desenvuelto, más tarde, en la
"Etica a Nicómaco", Libro I, que trata de la "Teoría del Bien y de la Felicidad", así como en
la "Metafísica", Libro 1 (A), parágrafo 982^, en cuanto establece que "la llamada Sabiduría
versa sobre las primeras causas y sobre los principios"*..."Resulta, pues, evidente que la
Sabiduría es una ciencia sobre ciertos principios y causas".3
Las investigaciones de Jaeger sobre el desenvolvimiento histórico y la cronología del
pensamiento de Aristóteles a partir de sus libros perdidos nos llevan a estudiar las fases en
el pensamiento de Aristóteles y a una perspectiva histórica de sus doctrinas dentro de un
planteamiento distinto al de la dogmática clásica, que nos presentaba el corpus aristoteli-
cum como un sistema cerrado e inmutable, forjado en la madurez del gran filósofo, como
una "Suma" al estilo de Santo Tomás y la Escolástica. El sistema de Aristóteles se desarro
lló, primero, por sus discípulos y comentaristas, los Peripatéticos, cuyas reflexiones, forja
ron un conjunto de verdades intemporales, pasando por el pensamiento medioeval como
el de San Alberto "el magno", quién dió a Aristóteles la autoridad filosófica por excelencia
: "magister d ixit"; Santo Tomás de Aquino, quien convirtió a Aristóteles en el "principe de
los filósofos" en sus clásicas obras "Del ente y de la esencia" "Summa Teológica" "Summa
contra los gentiles" en sus lecciones ordinarias, en sus "Quaestiones" y "Disputationes";
en los demás Doctores y representantes de la Escolástica, como Duns Scoto "el doctor
sutil", como Francisco Suárez, Francisco de Vitoria y todos los profesores de la escuela de
Salamanca; pero, también, los filósofos árabes como Avicenna y Averroes y los profesores
de la Universidad de Paris influenciados por el averroísmo latino, como Siger de Brabante
o, al contrario, aquellos que manifestaron abiertamente su hostilidad contra la filosofía
musulmana y el averroísmo latino, como Raimundo Lulio. El pensamiento de Aristóteles
también subyugó a los traductores y comentaristas romanos como Boecio y Cicerón y a
los comentaristas judíos del estagirlta como Maimónides y Avicebrón. La "cristianización"
de Aristóteles, a su vez, fue el argumento decisivo en la polémica en torno al tomismo, tal
como resulta de la condena contra ciertas proposiciones supuestamente averroístas en
el pensamiento de Santo Tomás, según se lee en los escritos polémicos y condenatorios
como los del Arzobispo de Canterbury Roberto Kilwardby y los franciscanos Juan Peckham,
Guillermo de la Mare y Mateo de Acquasparta, condenando la interpretación tomista de
Aristóteles. Tal fue el "Correctorium fratris Thomae" publicado por Guillermo de la Mare
en 1278 y refutado en 1284 por los discípulos de Santo Tomás en el opúsculo "C o rre cto
LE G A LE S E D IC IO N E S
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F il o s o f ía d e l D erech o
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del Organon Aristotélico, tiene por objeto los razonamientos silogísticos y los argumentos
aparentemente legítimos, pero que, en realidad, son paralogismos, sofismas, falacias o
falsos raciocinios.
LA LÓGICA DE ARISTÓTELES
6 ARISTÓTELES: “Primeros Analíticos ” en “Obras Completas”, tomo III, pág. 443, traducción de Patricio
de Azcarate, Ediciones Anaconda, Buenos Aires, 1947.
7 Ibíd., en ob. y loe. cit.
8 Ibíd., pág. 467, ed. cit.
9 JAN LUKASIEW ICZ: “L a silogística de Aristóteles desde el punto de vista de la lógica form al m oderna”,
pág. 13, Editorial Tecnos, Madrid, 1977.
10 Ibíd., ob. cit., pág. 15.
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F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
D e a q u í se sig u e q u e una c a b a l co m p re n sió n d e l d e sa rro llo d e l p e n sa m ie n to ló g ico en este
a u to r e s de ca p ita l im p o rta n cia p a ra la h isto ria d e los p ro b le m a s de la Ló g ica ".13
Francisco Romero y Eugenio Pucciarelli en su texto clásico de "L ó g ica " han dicho que
"La Ló g ica co m o c ie n c ia a u tó n o m a e s una cre a ció n d e l g e n io griego . E l m é rito de h a b í r
e sta b le cid o p o r p rim e ra vez la d o ctrin a ló g ica co n cla ra c o n cie n cia de su s p ro b le m a s y una
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J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
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F il o s o f ía d e l D erech o
ducir a la verdad. Pero, como toda verdad está encubierta, la cuestión radica en desvelar
la aporía, en resolver una dificultad lógica ya que la verdad es "aletheia", aleoeia, que se
traduce como desvelamiento de lo oculto, pues la verdad siempre está oculta. En esto ra
dica la aporética de la verdad. La aporía (del griego a = sin y poros = camino), literalmente,
sin camino o falta de camino, constituye el transfondo de la dubitación y ésta es la esencia
de toda decisión judicial, en tanto que toda sentencia y todo auto debe resolver una litis
o controversia y ésta supone una duda, una aporía, la que, según el D iccio n a rio de la Rea.
A c a d e m ia E sp a ñ o la d e la Le n g u a se define como una "d ificu lta d ló g ica q u e p re se n ta ur.
p ro b le m a e sp e c u la tiv o " Para un espíritu sistemático el ¡us civile constituye una desilusiór
bastante grande porque las normas están erizadas de dificultades interpretativas lo que e;
objeto de la teoría de la interpretación o hermenéutica.
Sentada esta tesis, la Tópica constituye el fundamento por antonomasia de toda la Ju
risprudencia, de todo el Derecho Procesal y, concretamente, de las resoluciones judiciales
así como también de todo el Derecho en general. La Tópica de Aristóteles concluye con Ir
Sofística llamada "Refutaciones de los sofistas". Dice Aristóteles "El silo g ism o es un ra zo
n a m ie n to en e l que, se n ta d o s cie rto s datos, se sa ca d e ello s a lg u n a co n clu sió n , q u e sa le
n e c e sa ria m e n te de ello s, y qu e e s d ife re n te de lo s m ism o s. La re fu ta ció n , p o r lo co n tra rio
es un silo g ism o con co n tra d icció n de la co n clu sió n . Los so fista s no lo h a ce n re a lm e n te
p e ro p a re c e n h a ce rlo en m á s de un co ncep to, y e l lu g a r m á s n a tu ra l y m á s co m ú n d e tod o.;
a q u e llo s m e d ia n te lo s q u e se p ro d u ce esta a p a rie n cia , es e l q u e d e p e n d e tan só lo de las
p a la b ra s".21
Otra de las obras lógicas es el tratado "PeriHermeneias". Su título quiere decir literal
mente "Sob re la in te rp re ta ció n ". Desde el Renacimiento, el libro ha sido conocido por su
traducción latina "D e In te rp re ta tio n e " En esencia, este tratado se contrae a explicarnos la;
relaciones que median entre el lenguaje y el pensamiento o, como dice Aristóteles "las p a
la b ra s exp re sa d a s, no so n m á s q u e la im a g e n d e las m o d ific a c io n e s d e l a lm a ; y la e scritu ra
no es o tra co sa qu e la im a g e n de la s p a la b ra s q u e la voz exp re sa ".222 3
Los Primeros y Segundos Analíticos consagraron, en su más alta expresión, la silogís
tica de Aristóteles y su teoría de la argumentación.
LEGALES EDICIONES
p a so h a cia e l p la n te a m ie n to d e fu tu ro s tem a s m e ta teó rico s. En las A n a lític a P osteriora ,
a l h a b la r d e la e v id e n cia d e los p rim e ro s p rin cip io s, q u e d a e sta b le cid a g e rm in a lm e n te a
p o s ib ilid a d d e a b o rd a r te ó rica m e n te e l p ro b le m a d e la in d e p e n d e n cia , o tro d e los g ra n d e s
tem a s m e ta te ó r ic o s " P
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J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
24 ARISTÓTELES: “Metafísica”, pág. 86 de la traducción castellana, edición trilingüe por Valentín García
Yebra, 2a edición revisada, Editorial Credos, Madrid, 1998.
25 CARLO S COSSIO: “Teoría de la verdad jurídica", editorial Losada, Buenos Aires, 1954; PIERO CALA-
M ANDREI: “Veritá e verosimiglianza nelprocesso civile”, en la Rivista di Diritto Processuale, 1955, pág.
164 - 192, traducido en “Estudios sobre el Proceso Civil”, págs. 3 17 a 353, E.J.E.A., Buenos Aires, 1962;
M ARIO A LZAM O RA VALDEZ: “La verdad en el Proceso Civil", en “Jurisprudencia Argentina”, Buenos
Aires, 5 de Noviembre de 1952 y en Mercurio Peruano, 1952; “Bases jurídicas de la verdad en el Proceso”en
Revista del Foro, Enero - Marzo de 1967.
26 HANS URS von BALTHASAR: “La esencia de la verdad”, pág. 28, editorial Sud Americana, Buenos
Aires, 1955.
27 SANTO TOMÁS DE AQUINO: “Opúsculos y Cuestiones selectas”, edición bilingüe, tomo I, pág. 227,
Madrid, 2001.
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F il o s o f ía del D erech o
Sentado ello, procede dar cuenta de la dimensión gnoseológica de la verdad que Aris
tóteles formuló en el libro Epsilon o libro VI, parágrafo 25, de su Metafísica al establecer
el teorema de que "la ve rd a d está en e l c o n o cim ie n to y no en las cosas". A partir de este
enunciado de Aristóteles toda la filosofía se desarrolla como una búsqueda del conoci
miento y es por esto que este tema ha sido y sigue siendo el predilecto de la investigación
filosófica de todos los tiempos, desde el poema de Parménides escrito alrededor del año
500 a. C. hasta esta reflexión del suscrito en la mañana de la fiesta de San Pedro y San
Pablo, el 29 de junio del 2010, aún cuando según Heidegger la p re g u n ta q u e in te rro g a p o r
e l S e r está h o y ca íd a en e l olvido . Con estas célebres palabras empieza la hoy ya clásica re
flexión del gran maestro de Friburgo en su áurea, trágica y profunda meditación del "Sein
u n d Z e it " (Ser y Tiempo) para quien n u e stro tie m p o se an o tó co m o un p ro g re so v o lv e r a
a firm a r la m e ta física , aún cuando ello desencadenaría una g ig a n to m a q u ia de co n c e p to s28
habida cuenta que "la p re g u n ta q u e in te rro g a p o r e l se n tid o d e l S e r es una p re g u n ta su i-
g é n e ris ".29
En la Teología la argumentación cristológica de la verdad se consagra en cuatro textos
famosos de San Juan, el primero, cuando Jesús responde a Pilatos diciéndole: "Yo so y te sti
m o n io de la verd ad, y p a ra esto h e n a cid o y h e v en id o a l m u nd o. Todo e l q u e está d e l lad o
d e la ve rd a d escu ch a m i v o z" (Juan, 18, 37).
El segundo texto johánico de la verdad radica en la tarea hermenéutica que Jesús nos
legó al no responder a la pregunta de Pilatos " ¿ Y q u é es la v e rd a d ? " (Juan, 18. 38).
El tercer texto johánico de la verdad está en la respuesta de Jesús a Tomás cuando
éste le dijo: "S e ñ o r no sa b e m o s a d o n d e vas ¿ có m o va m o s a c o n o ce r e l ca m in o ?. Y Jesús le
contestó: Yo so y e l ca m ino , la v e rd a d y la vida. N a d ie va a l P a d re sin o p o r m í" (Juan, 14, 6).
En virtud de una sinécdoque convertimos "Padre" por verdad y encontramos la res
puesta, de donde resulta que, como decía Jesús, "si m e co n o ce n a m í ta m b ié n co n o ce rá n
a l P a d re " (Juan, 14, 7), o sea que en vía de sinécdoque, también decimos, " s i c o n o ce m o s a
Je s ú s ta m b ié n c o n o ce re m o s la ve rd a d ", argumento éste que también fluye de la respuesta
de Jesús a Pilatos en Juan, 18,37 y de la respuesta a Tomás en Juan, 14,6.
El cuarto texto johánico de la verdad está en la respuesta de Jesús a los judíos en un
célebre texto que ha devenido en lema de la Universidad San Martín de Porres de Lima:
"V en ta s lib e ra v it v o s " "La ve rd a d os h a rá lib re s" (Juan, 8, 32).
En mi opinión, la dimensión cristológica de la verdad es la más luminosa y la más
consistente de todas las otras que son meramente intelectuales, retóricas, sofísticas o
vanidosas.
Así, pues, la dimensión cristológica de la verdad resuelve el problema más profundo
de la "p h iio so p h ía p e re n n is " para lo cual cito, en conclusión, una luminosa encíclica escrita
por un sabio y un santo, el Papa más luminoso de todos los tiempos: Juan Pablo II en su
Encíclica "Veritatis Splendor":
LEGALES EDICIONES
luz del rostro de Dios resplandece con toda su belleza en el rostro de Jesucris
to, "imagen de Dios invisible" (C o lo se n se s, 1, 15), "Resplandor de su gloria"
(H e b re o s, 1, 3), "lleno de gracia y de verdad" (Juan, 1, 14): É l es "el Camino,
la Verdad y la vida" (Juan, 14, 6).
H e a q u í la so lu ció n m á s lu m in o sa a l gran p ro b le m a d e la v e rd a d qu e A ristó te
les no lo exp licó sa tisfa cto ria m e n te .
28 M ARTIN H EIDEGGER: “E l Ser y el Tiempo", pág. n , 2a edición Fondo de Cultura Económica, Méjdco
1962.
29 Ibíd., pág. 18.
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J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
En el libro tercero (Beta) Aristóteles nos plantea el problema de la búsqueda del ser y
de los primeros principios, búsqueda a la que se contrae la esencia de la metafísica, según
el pensamiento ontológlco de Heldegger.
El libro quinto (Delta) es el libro de las definiciones. Conceptos tales como los de Prin
cipio, Causa, Elemento, Naturaleza, etc., constituyen la materia tratada. De todos estos
conceptos nos interesa fundamentalmente la teoría de la causa que, para nosotros, tiene
Importancia decisiva en la teoría del delito, al plantearnos la problemática de la causalidad
del acto, de la acción y de la omisión, del dolo eventual, del daño y del peligro, de la autoría
y de la participación en el delito, del "dominio del hecho" y de la "acción finalista", según
los ya clásicos teoremas planteados por la doctrina y la jurisprudencia del Derecho Penal;
especialmente de aquellas sentencias, acusaciones y defensas inspiradas en los plantea
mientos de Welzel y de Maurach los grandes maestros alemanes de la doctrina finalista.
Pero, también, en el Derecho Civil, al analizar la teoría del acto jurídico, al concebirlo
como "un a p r io ri q u e lle va en s í su d e te rm in a ció n o n to ló g ica " según la brillante y clásica
definición de León Barandiarán30 o al argumentar sobre "la crisis d e l a cto ju ríd ico ", como lo
hemos hecho en un estudio publicado en el Libro Homenaje a Fernando Vidal Ramírez31 o
al plantearnos el problema del fin lícito del acto jurídico (art. 140 del C.C.) y del error como
causa de anulación del acto jurídico, así como de! error esencial y del error obstativo y del
dolo causante; asi como la interpretación causal y finalista en la problemática del recurso
de Casación en la que el impugnante debe analizar y evidenciar ante la Corte Suprema cuál
haya sido la causa del error "in iu d ic a n d o " o del "e rro r in iu re " o del "e rro r in p ro c e d e n d o ";
asi como en la teoría del Pago Indebido que, desde el Derecho Romano, brilla con luz pro
pia al plantearse la "co n dictio in d e b iti" en tres de sus variables: la "con dictio sin e c a u sa " la
"con dictio ca u sa d a ta ca u sa non s e c u ta " y la "con dictio ob turpem ca u sa m ".
Aristóteles distingue cuatro clases de causas:
a) .- causa material
b) .- causa formal
c) ,- causa eficiente
d) .- causa final
La teoría de la causa, en griego aitia, es tratada en el Libro Segundo (Alfa Mayor), pa
rágrafo 994, 532, al distinguir la causa eficiente "com o p rin c ip io d e l m o v i m i e n t o la causa
final como "a que llo en vista d e lo c u a l se h a ce a lg o " y la causa formal "en cu a n to es a la
e se n c ia "; argumentos reiterados en 994-9 y 994-1533 y en el Libro V (Delta) (D) donde es
más explícito34: "se lla m a cau sa, en un p r im e r se n tid o - c a u s a m a te ria l-, la m a te ria in m a
n e n te de la q u e a lg o se h a ce ; p o r ejem p lo , e l b ro n ce e s ca u sa d e la esta tua, y la p la ta, de
la copa. En o tro sen tido , es ca u sa fo r m a l la e sp e cie y e l m o d e lo ; y éste e s e l e n u n c ia d o de
la e se n cia y s u s gé n ero s. A d e m á s, ca u sa e ficie n te e s a q u e llo de d o n d e p ro c e d e e l p rin c ip io
p rim e ro d e l ca m b io o de la q u ie tu d ; p o r ejem p lo , e l q u e a co n se jó es ca u sa d e la acción.
A d e m á s, ca u sa f in a l e s lo q u e e s co m o e l f in ; y esto es a q u e llo p a ra lo q u e a lg o se hace".
LEGALES EDICIONES
30 IOSÉ LEÓN BARANDLVRÁN: “Comentarios al Código Civil Peruano", tomo I- Acto jurídico, pág. 7,
segunda edición, Ediar Soc. Anó. Editores, Buenos Aires, 1954.
31 IOSÉ ANTONIO SILVA VALLEJO: “La Crisis del Acto Jurídico y de la Casación Civil", estudio publicado
en el “Libro-Homenaje a Fernando Vidal Ramírez”, Lima, 2010.
32 “Metafísica de Aristóteles”, edición trilingüe por Valentín García Yebra, Segunda edición revisada, tercera
reimpresión, editorial Credos, Madrid, 1998, pág. 88.
33 Ibíd., pág. 92.
34 Ibíd., pág. 218-219.
670
F il o s o f ía d e l D erech o
en su “M e ta física ", libro VIII, 1049b, parágrafo 28 y por Santo Tomás de Aqulno en la "Sum -
m a T eo ló g ica " 1, Cuestión 2, artículo III, párrafo 11.
n av to yvyvousvov yiyvsta i ono tivoi^,35
Todo lo q u e se m u e v e es m o v id o p o r otro.
Todo lo q u e se m u e v e o se g e n e ra lleg a a s e r alg o a p a rtir d e a lg o (Aristóteles, Metafí
sica, libro IX o libro Q, Thita, 1049-28-29).36
N o h a y m o v im ie n to sin ca u sa o no h a y efecto sin causa. (Aristóteles, Física, Libro Vil,
1. 241, b-34).
Los libros sexto y séptimo constituyen un tratado de la "Ontología" cuyo desarrollo ul
terior ha alcanzado las más altas cumbres en la filosofía de Santo Tomás de Aquino, en la fi
losofía de Brentano y en la fenomenología de Hüsserl, Max Scheier, Heidegger y Hartmarm.
La ontoioeía es la ciencia del ser. Su análisis se desenvuelve a la luz de la estática y
de la dinámica, de donde se originan sus dos grandes teorías: La de la sustancia y la del
accidente y la del acto y la de la potencia. La teoría de la sustancia es lo más característico
de la ontoioeía de Aristóteles. La sustancia es el ser que existe en si ("To ontos on"L El
accidente es el ser que existe en otro. Esta visión estática de la ontología se completa con
la visión dinámica de la teoría del acto y la potencia.
La pregunta por el ser del ente "Ti to on (¿qué es el ente?) ha sido la pregunta fun
damental en la ontología de Aristóteles y fue replanteada, una y otra vez en la ontología
de Santo Tomás de Aquino: "D el en te y de la e se n c ia "37 y en la ontología de Heidegger
(1889-1976), aparte de la muy obligatoria lectura de su fundamental "Sein und Zeit" "Ser
y tiem po", traducción de José Gaos, Fondo de Cultura Económica, México-Buenos Aires,
1962. Al respecto léase el notable libro del maestro Alberto Wagner de Reyna (Lima 1915
- + París 2006): "La o n to lo g ía fu n d a m e n ta l de H eid egg er. S u m o tivo y sig n ific a c ió n " segun
da edición, editorial Losada, Buenos Aires, 1945; así como sus otros dos interesantísimos
libros : "E n sa y o s en to rn o a H e id e g g e r" editado por la Universidad Católica del Perú y el
Fondo de Cultura Económica, Lima, 2000 y "El c o n ce p to de v e rd a d en A ristó te le s. Textos y
co m e ntarios", Mendoza, 1951.
Del gran maestro de Friburgo aún es necesario citar, en materia ontológica, su "Ser,
Verdad y Fundamento", Monte Avila editores, Venezuela, 1975, en el cual destaco su es
tudio sobre "La e se n cia de ¡a v e rd a d " (págs. 59 y ss.), en el que sostiene que "La e se n cia
de la v e rd a d s e d e scu b re co m o lib e rta d " (pág. 74) y el de "La no ve rd a d co m o o cu lta ció n ",
(pág. 75), en tanto que "El o cu lta m ie n to n ie g a a la a le th e ia e l d e sv e la r" (pág. 75); pero,
además, léase sus "P ro le g ó m e n o s p a ra una h isto ria d e l co n ce p to d e tiem po", Alianza edi
torial, Madrid, 2006 y "La id e a de la f ilo s o fía y e l p ro b le m a de la co n ce p ció n d e l m undo",
editorial Herder, Barcelona, 2005.
Pero hay un tercer punto de vista para entender al Ser y nos lo dan otras dos grandes
teorías de Aristóteles: a).-La Teoría de la Materia y de la Forma; b).-La Teoría de la Esencia
y la Existencia.
LEGALES EDICIONES
35 Ibíd., pág. 462.
36 Ibíd., pág. 463.
37 Esta obra fué escrita por Santo Tomás en la Universidad de París en 1254 luego de la obtención del titule
de Bachiller Sentenciario. Se trata de ima exposición de los principales temas de la metafísica aristotélica r
de los comentarios de Avicenna y Averroes, comentaristas arabes de Aristóteles, de Maimónedes y Avice
bron, comentaristas judíos y de Boecio, comentarista romano del estagirita. Tengo a la vista la traducciór
del latín realizada por Monseñor Luís Lituma Portocarrero y Alberto Wagner de Reyna, editorial Losada
Buenos aires, 2003,. Otra traducción del latín es la de Manuel Fuentes Benoit, editorial Aguilar, Madrid
1958. Otra traducción del latín es la de Eudaldo Formenter, editorial Eunsa, Universidad de Navarra S.A.,
Pamplona, 2002. También tenemos a la vista la traducción, introducción y notas de Abelardo Lobato,
O.P. que figura en el tomo I de los “Opúsculos y Cuestiones Selectas” de Santo Tomás de Aquino, Ediciói 1
Bilingüe, págs. 29 y sigs., Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 2001, edición bilingüe, págs. 29 y ss.
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Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
un viraje a estribor, o sea, a la derecha, el "e se n c ia lism o " de Etienne Gilson planteado
en "L 'e tre e t l'e s s e n c e " y el de Jacques Maritain planteado en "C o u rt tra ité de l'e xiste n ce
e t de l'e x is ta n t" 1947. Gilson encuentra el pensamiento de Heidegger tan profundamen
te arraigado en el idioma alemán, que le resulta difícilmente inteligible en francés. En el
pensamiento de Gilson al final de la metafísica aristotélico-tomista y de la ontología de la
existencia se llega a Dios, que es el acto puro del existir. En "E x o d o " 3,14, Dios dijo a Moi
sés: "Yo s o y e l q u e soy. A s í d irá s a l p u e b lo : E l q u e Es m e ha e n via d o a ustedes. Y tam bién
les d irá s: Yahve m e ha enviado...". Al discurrir sobre la existencia de Dios y al reflexionar
sobre la esencia del existir, Santo Tomás se retira a orar, en tanto que Heidegger nos dice
que "D a s W esen d e s D a se in lie g t in S e in e r E x iste n z": "La e se n cia d e l e x istir co n siste en su
e x iste n cia " y en vez de invocar a Dios, Heidegger nos dice que el d a se in es un ser para la
muerte y, en todo caso, se retira a reflexionar sobre la poesía de Holderlin.
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F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
a la justicia porque el juez nos representa a la justicia viva y animada. Un Juez es quien
ocupa una posición media entre las partes y por ello se da a los jueces el nombre de me
diadores, como si estuviéramos seguros de haber encontrado el justo medio. Lo justo e¡
pues un medio; puesto que el mismo juez lo es." ("Ética a Nicómaco", Libro V, cap. IV, pág
142 del tomo I de las "Obras Completas de Aristóteles", editorial Anaconda, Buenos Aires
1947, traducción de Patricio de Azcárate).
ARISTÓTELES plantea el problema del Derecho Natural en el libro V de su "Ética z
Nicomaco" en la que sostiene que la justicia es la virtud suprema por ser la más perfecta
3» FRANCISCO M IRÓ QUESADA CANTUARIAS: “El Hombre sin teoría”, en el volumen “Hombre, So
ciedady Política”, págs. 22-23, Lima - 1992.
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Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
Hay dos clases de justicia; Justicia Individual o Distributiva que consiste a dar a cada uno
lo suyo: ni más, ni menos; y la justicia Social o Conmutativa o Reparadora o Represiva que
regula las relaciones de unos ciudadanos con otros, lo mismo las voluntarlas que las invo
luntarias.
Dice Aristóteles textualmente: "He aquí que siempre que hay contienda se busca el
amparo del juez. Ir al juez es ir a la justicia porque el Juez nos representa a la justicia viva
y personificada. Se busca un juez que ocupe un medio entre las partes, y a veces se da a
los jueces nombre de mediadores como si estuviéramos seguros de haber encontrado la
justicia, una vez que hemos hallado el justo medio. Lo justo, pues, es un medio, puesto que
el mismo juez lo es".39
"El juicio es la decisión sobre lo justo y lo injusto". "Por esta causa atribuimos el poder
no al individuo sino a la razón". "El magistrado a quién está confiado el poder es el guarda
dor de la justicia". "Por lo tanto el magistrado merece una recompensa que debe dársele y
esta recompensa es el honor y la consideración. Los que no se contentan con este oneroso
salario se hacen tiranos".40
"En la justicia civil y en el derecho político se puede distinguir lo que es natural y lo que
es puramente legal. Es natural lo que en todas partes tiene la misma fuerza y no depende
de las soluciones que los hombres pueden dar en un sentido o en otro. Lo puramente legal
es todo lo que, en un principio resulta de los decretos y las leyes".41
Actualidad de Aristóteles: Una notable visión actualizada de Aristóteles nos la ha dado
Héctor Zagal Arreguín, profesor de la Universidad Panamericana, en un estudio publicado
en la revista "Dianoia. Anuario de Filosofía", volumen XL correspondiente al año 1994,
pág. 323 y sgtes., publicado por el Instituto de Investigaciones Filosóficas de la Universidad
Autónoma de México, estudio que constituye una lectura obligada en nuestro curso de
Filosofía del Derecho. El estudio citado se Intitula: "Antonio Gómez Robledo: Lector de
Aristóteles".
Y dice así: "El aristotelismo como estilo de filosofar ha estado vinculado tradicional
mente a la Escolástica y, por tanto, ha tenido siempre un dejo de Cristianismo. El aristotelis
mo se asocia ordinariamente a la Teología Católica, y por tanto, a Santo Tomás de Aquino.
Seminarios y universidades católicas fueron los típicos lugares donde se venía cultivando
esta especie de Escolástica aristotélica. Al fin y al cabo, el dogma católico está enunciado
en terminología de claro corte aristotélico".
"Con mayor o menor suerte, este aristotelismo ha permanecido vigente, sorteando los
embates del empirismo inglés, del racionalismo francés y prusiano y, finalmente, del po
sitivismo francés y del marxismo. No obstante, tal vigencia es muy relativa, pues se debió
sobre todo a factores externos a la sistemática escolástico-aristotélica. Me refiero, en con
creto, al papel que el catolicismo ha desempeñado para mantener vigente la Escolástica.
Esta es, grosso modo, la historia de Aristóteles hasta el siglo XIX".
"Sin embargo, al finales del siglo XIX FRANZ BRENTANO "redescubre" a Aristóteles
como un pensador capaz de aportar soluciones a los planteamientos del idealismo alemán
LEGALES EDICIONES
39 ARISTÓTELES: “Moral a Nicómaco” libro V, Capítulo IV, p.142 en “ Obras completas de ARISTÓTELES”.
Tomo I, pág. 142. Traducción de Patricio de Arzcárate. Editorial Anaconda. Buenos Aires. 1947.
40 Ob. cit., pág. 149.
41 Ibid., pág. 150
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F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
y Obras de Aristóteles"- "Moral a Nicómaco”,- “La Gran Moral"- "Moral a Eudemo"- "L e
las Virtudes y de los Vicios" - "Política"; tomo 2: "Metafísica" - "Tratado del Alma"; tomo
3: "Tratado de la Sensación y de las cosas sensibles- Tratado del Sueño- Tratado de los
Ensueños- Tratado sobre el Principio General del Movimiento-Lógica: Categorías- Peri Her-
meneias-Primeros A n a lít ic o s tomo 4: "Últimos Analíticos"- "Tópicos"- "Refutaciones c e
los Sofistas" y "Resumen General de la Lógica", ediciones Anaconda, Buenos Aires, 194 7;
ARISTÓTELES: “Tratados de Lógica (El Organon)", estudio introductivo, preámbulos a los
tratados y notas al texto por Francisco Larroyo, editorial Porrúa, S.A., México, 1981; SANTO
TOMÁS DE AQUINO: "La justicia" editorial Labor, Barcelona, 1936; FRANCO ANTONIO
CUSIMANO: “El Problema de la Justicia en la Relación Procesal", Cedam, Padova, 195 3;
JAN LUKASIEWICZ: "La Silogística de Aristóteles", editorial Tecnos, Madrid, 1977; I. M. BO- A
CHENSKI: “Historia de la Lógica Formal", págs. 52 a 110, editorial Gredos, S.A., Madrid, »
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Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
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O
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LA FILOSOFÍA HELENÍSTICA
LEGALES EDICIONES
Afrodisia planteó una "teoría pura de Aristóteles", frente a las des-interpretaciones esco
lásticas, tomistas y averroístas del pensamiento del estagirita. Así resulta de la traducción
al latín de Fiierónimus Donato (Venecia 1457-1511) del Libro I del "De Anima" de Alejan
dro de Afrodisia. Según Donato los intérpretes de Aristóteles solo aprovecharon ideológi
camente su pensamiento desviándolo por intereses teológicos y religiosos de su pureza
ortodoxa. La teoría pura de Aristóteles se desarrolló con los "alejandrinistas" en Bolonia /
por ello se ha hablado de una escuela aristotélica de Bolonia en oposición al "averroísmo'
que se desarrolló en Padua, formando la "escuela de Padua" durante los siglos XIV, XV /
i J. M.BOCHENSKI: “Historia de la Lógica Formal”, pág. 1 1 5 in fine; edición española de Millán Brav 5
Lozano, Editorial Gredos S.A., Madrid, 1966.
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Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
XVI. Uno de los que más defendió el pensamiento alejandrista en esta controversia fue
PIETRO POMPONAZZI (1462-1525) nacido en Mantua, profesor en Padua y en Bolonia,
célebre por su enfrentamiento con los profesores averroístas y tomistas, en su Tratado "De
inmortalitate animae" (De la inmortalidad del alma" en el que sostuvo la mortalidad del
alma intelectual y la teoría de la doble verdad, la filosófica y ía teológica, tema y problema
del que hemos dado cuenta páginas más adelante, al tratar sobre el pensamiento de Santo
Tomás de Aquino, el Averroísmo y la Verdad.
LA ESCUELA DE MEGARA fue fundada por EUCLIDES DE MEGARA, filósofo socrático
que vivió entre el 450 y el 380 a. C. y que formaba parte del círculo socrático, asistiendo a la
muerte del gran maestro, para, luego dirigirse a la ciudad de Megara en donde enseñó tra
tando de conciliar el pensamiento de Parménides con el de Sócrates, identificando el Ser
con el Bien planteando, así, una Teología en la que se establece la absoluta negatividad del
Mal, que ha sido muy bien resumida por Diógenes Laercio en su "Vida de Filósofos", II, 106.
Es preciso citar entre los filósofos megáricos a CLIIMÓMACO DE TURI cuyo pensamiento
estaba referido a una incipiente lógica proposicional y de los predicados, a Alexino "el Re-
futador" y, sobretodo, a EUBOLIDES de MILETO, discípulo de EUCLIDES DE MEGARA, quien
vivió a mediados del siglo IV a. C., cuyo pensamiento es célebre por sus famosas paradojas
o dificultades lógicas planteadas en célebres proposiciones como la del "Mentiroso", como
la de Electra, como la del Calvo, como la del "montón", como la de "el cornudo", etc.
La paradoja del mentiroso se enuncia así:
Según Epiménides los cretenses mienten
Epiménides mismo es cretense, luego, miente;
En consecuencia, los cretenses dicen la verdad.
Bochenski sostiene que “la paradoja del mentiroso tiene lógicamente un interés real
mente grande y fue objeto durante siglos de detenidos estudios por parte de los Lógicos,
tanto en la Antigüedad como en la Edad Media y en el siglo XX. El mentiroso es la primera
antinomia semántica real que conocemos".2
Bochenski sostiene que:
Si dices que mientes y en esto dices la verdad: (entonces) ¿mientes o dices la verdad?
Si miento y digo que miento, ¿miento o digo la verdad?
Cuando dices que mientes, y dices la verdad, (entonces) mientes; pero dices que mien
tes, y dices la verdad; luego mientes.
Si mientes, y dices la verdad, mientes.
Digo que miento, y (con ello) miento; luego digo la verdad,
Mintiendo digo el enunciado verdadero de que miento.
Si es verdad, es falso; si es falso, es verdad.
El que dice "miento", miente y dice la verdad al tiempo.
La paradoja de Electra, llamada también del hombre encapuchado o del hombre que
LEGALES EDICIONES
2 I. M. BOCH ENSKI: “Historia de la Lógica Formal”, págs. 142-143, Editorial Gredos, S.A., Madrid, 1966.
3 W ILLIAM y M ARTH A KNEALE: “El desarrollo de la Lógica”, pág. 108, Editorial Tecnos, Madrid, 1972.
4 Ibíd, pág. 108.
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F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
costumbre y la convención gobiernan los actos humanos; porque ninguna cosa singular es
en si misma nada más que eso. Llevaba una vida conforme con su doctrina, no molestán
dose por nada, no tomando precauciones, sino afrontando todos los riesgos como venían,
ya fueran carros, precipicios, perros o cualquier otra cosa, y en general, no dejando nada
al arbitrio de los sentidos; pero lo salvaban de peligros sus amigos que, como nos cuentan
Antígono y Caristo, solían seguirlo de cerca. En cambio, Enesidemo dice que solamente su
filosofía se basaba en la suspensión del juicio, y que no le faltaba previsión en sus actos
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J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
cotidianos. Vivió casi hasta los noventa años. Un día que lo descubrieron hablando consigo
mismo y le preguntaron por qué lo hacía, respondió que ensayaba para ser bueno. En la
discusión nadie lo superaba, porque podía discurrir extensamente y también sostener un
interrogatorio, de modo que el mismo Nausifanes, cuando joven, quedó prendado de él:
por lo menos decía que debemos seguir a Pirrón en la dispocisión de ánimo, y a él mismo
en doctrina; con frecuencia observó que Epicuro, admirando mucho el modote vida de Pi
rrón, le pedía regularmente informes sobre éste; y que su ciudad natal lo respetaba tanto
que lo hicieron sumo sacerdote y votaron que todos los filósofos estuvieran exentos de
impuestos".
" Los escépticos... se ocupaban continuamente de derrocar los dogmas de todas las
escuelas, pero no enunciaban ninguno propio; y aunque llegaran a proponer y exponer los
dogmas de otros, nunca sentaban por sí nada definitivamente, ni siquiera la afirmación de
la nada. Tanto, que hasta se defendían de afirmar la nada, diciendo: 'No afirmamos nada',
porque de otro modo habrían caído en el lazo de afirmar. "Proponemos, dicen, todas las
teorías para indicar nuestra actitud serena, precisamente como habríamos hecho si hu
biéramos realmente asentido a ellas". Así por la expresión: 'No afirmamos nada' indican
su estado de justo equilibrio; que indican similarmente otras expresiones: 'No más' (una
cosa no más que otra); "Todo dicho tiene su correspondiente contrario" y otras parecidas".
Según DIÓGENES LAERCIO "Los discípulos de Pirrón se daban el nombre de escépticos por
que indagan siempre sin jamás encontrar; de efécticos, porque suspenden su juicio; de
aporéticos, porque se encuentran siempre inciertos, ya que no han encontrado la verdad".
Un verso de Timón citado por Diógenes Laercio decía: "La apariencia es reina en todas
partes donde se presenta". "Pirrón dice Enesidemo, citado por Diógenes Laercio, no afir
maba nada dogmáticamente, a causa de la equivalencia de las razones contrarias; seguía
las apariencias".
¿Cuál fue la enseñanza moral de Pirrón? "Él sostenía, dice Diógenes Laercio, que nada
es honesto ni vergonzoso, justo ni injusto, y de igual modo para todo el resto; que nada
existe realmente y en verdad. Fuera de esta fórmula completamente negativa, sabemos
solamente que Pirrón consideraba la afasia y la ataraxia y, según una expresión que parece
haberle sido más familiar, la adiaforia y la apatía. El ideal de Pirrón es la indiferencia abso
luta, la completa apatía; sea lo que sucediere, el sabio, por lo menos el que ha conseguido,
cosa difícil, despojarse del hombre, no se deja conmover.
CARNÉADES DE CIRENE. Nació en Cirene en el 219 a. C., murió allí en el 129. Habién
dose trasladado a Atenas, fue discípulo de Egesino a quien sucedió en la dirección de la
Academia, planteando una amplia y dura crítica contra el Estoicismo con gran erudición y
eficacia oratoria, que logró la admiración de sus mismos adversarios. Carnéades sostenía
que no hay posibilidad de distinguir entre la verdad y la falsedad y que en todo caso a lo
que podemos llegar es a lo meramente probable, a lo verosímil y a lo persuasivo. Fue fa
mosa su actuación en Roma como miembro de una embajada enviada por los atenienses.
Durante la espera para su presentación ante el Senado Carnéades dió un discurso, sobre la
justicia como los otros embajadores, pero al día siguiente defendió la tesis opuesta arran
LEGALES EDICIONES
cando de nuevo aplausos. Carnéades murió tras una larga vejez y afligido por la ceguera.
Su pensamiento y sus doctrinas no constan por escrito. Nos son conocidas a través de
Cicerón y Sexto Empírico
ENESIDEMO, fue otro de los grandes escépticos griegos, quien vivió en la segunda mi
tad del siglo primero antes de Cristo. Nació en Knossos (Creta) y enseñó en Alejandría. Su
obra principal, perdida, se titulaba "Tratados Pirronianos", en 8 libros y en la que sostiene,
en esencia, que es contradictorio sostener que no hay nada cierto y, al mismo tiempo, ha
cer una elección entre los verdadero y lo falso, entre el bien y el mal. Habiéndo opuesto así
las dos doctrinas, Enesidemo termina su libro con el resumen de todo el sistema pirrónico,
bajo el nombre de tropos o argumentos pirrónicos que constituían el bien común de la
escuela escéptica cuya conclusión es la de que hay que suspender el juicio.
680
F il o s o f ía d e l D erech o
Bibliografía:
Diógenes Laercio: "Vidas de los Filósofos Ilustres", Alianza editorial, Madrid, 2007.
Diógenes Laercio es una de las fuentes más completas de la antigüedad para conocer el
escepticismo griego. Presenta los famosos diez tropos o modos utilizados por la escuela
escéptica para negar la posibilidad del conocimiento.
Víctor Brochará: “Los escépticos griegos" Editorial Losada, S.A., Buenos Aires, 1945.
LEGALES EDICIONES
681
EL PENSAM IENTO M EDIOEVAL Y EL IUS-NATURALISM O CRISTIANO
41
El pensamiento medioeval es el resultado de un proceso en el que intervinieron cua
tro factores: 1).- La filosofía griega, 2).- El "Judaismo"; 3).- El pensamiento islámico; 4).- El
Pensamiento Cristiano Medioeval:
1) .- La filosofía griega, estuvo representada, fundamentalmente, por el pensamiento
de Platón y Aristóteles. Empero, el "platonismo" y el "aristotelismo" no se recepcionaron
en su "teoría pura" sino, mezclados con otros ingredientes provenientes del pensamiento
estoico y los escépticos; pero, sobretodo, del pensamiento islámico y del judaismo.
2) .- El "Judaismo".- El pensamiento griego fue recepcionado en Alejandría con FILÓN
el judío, nacido el 25 a.C. y muerto después del 50 d.C., cuyo pensamiento se inspira en
Dios y en su relación con el mundo; pero, sobretodo, el Judaismo está representado por
MAIMÓNIDES (1135-1204) nacido en Córdoba y formado por su padre en la lectura de la
Biblia y el Talmud. Su obra más importante fue la "Guía de los indecisos" en la que, inter
pretando a Aristóteles, plantea una serie de argumentos para resolver las contradicciones
entre la razón y la fe.
El otro gran representante del pensamiento judaico fue SALOMÓN BEN YEHUDAH IBN
GABIROL, llamado por los latinos AVICEBRÓN o AVENCEBRÓN, filósofo, teólogo y poeta
judío nacido en Málaga, España, en el año 1021 o 1022 y muerto en Valencia entre 1050
y 1070.
Escribió una "Selección de Perlas", colección de sentencias árabes y unas "Prescripcio
nes" del Código Bíblico, "Fuente de su Vida" y "Corona Regia". Su pensamiento se inspiró
en Plotino (205-270), el fundador del "neo-platonismo" pero, también, en la metafísica
de Aristóteles y su interpretación de la "sustancia", de la "esencia" y de la creación de la
"materia" y de la "forma".
3) .- El pensamiento islámico.- Su fundamento revelado es el Corán que es el libro que
condene la doctrina revelada por MAHOMA a sus discípulos y que en su forma actual
resulta de la compilación hecha por orden de OMÁN, el tercer califa, que se divide en 114
capítulos o "suras" que se inspiran a su vez en fuentes judaicas y cristianas.
El pensamiento islámico se inspira en los innumerables dichos de MAHOMA referen
tes a los más variados temas de carácter social, religioso, jurídico y filosófico. Así pues
inspirándose en los dichos de Mahoma y en la filosofía de Platón y de Aristóteles los filó
sofos musulmanes han establecido su sistema que ha sido magistralmente tratado por el
profesor MIGUEL CRUZ HERNÁNDEZ, catedrático emérito de "Pensamiento Islámico" en
la Universidad Autónoma de Madrid en un libro brillante: "Historia del Pensamiento en el
mundo islámico", 2 tomos, Alianza Editorial, Madrid, 2000.
Dice en el Prólogo el profesor Cruz Hernández que "La denominación Filosofía árabe LEGALES EDICIONES
que di a mi libro de 1963 es inexacta. Si por árabe se entiende el soporte étnico, ninguna
gota de sangre árabe corrió por las venas de al-Farábí y Avicena; bien pocas por las de
Avempace y Averroes, si se considera el calificativo árabe como vehículo lingüístico, algu
nos pensadores escribieron indistintamente en árabe y persa, y en nuestros días incluso en
francés e inglés. Tampoco la expresión Filosofía musulmana, que empleé en mi viejo libro
de 1957, es más correcta: el Islam, como el cristianismo, no tiene por qué poseer en sentido
propio una filosofía concreta, aunque su pensamiento brote dentro del ámbito social del
Islam. Por tanto, prefiero el término pensamiento, en lugar de filosofía".
"En el mundo islámico han coexistido, y en parte aún coexisten, musulmanes, judíos
y cristianos. Antaño convivieron culturalmente, sobre todo las clases noble e ilustrada, ya
683
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
que las cosas deben decirse sin concesión alguna a modas inexactas y partidistas. Los mu
sulmanes levantan su concepción religiosa, para ellos definitiva y total, sobre el libro sagra
do, el Alcorán, y la tradición o Zuna (sunna). La necesidad social dio origen a un desarrollo
jurídico, el derecho islámico (fiqh), a un análisis teológico, la teología especulativa (Kalám),
y a un despliegue espiritual ascético y místico (tasawwüf). En fin, la filosofía escolástica
(fálsafa) y las ciencias, una y otras con raíces en el saber antiguo, recibieron una impronta
musulmana muy característica", tomo 1, pág. 18.1
En las páginas de este magistral libro desfilan los grandes pensadores del Islam: los
"gadaritas", los "mutazilitas" o independientes, la disensión del año 35 de la hégira entre
ortodoxos y los Carecitas, los creadores de la primera teología especulativa, etc., hasta
llegar a los grandes maestros de la filosofía árabe: los hermanos sinceros o puros o de la
pureza de Basova que tuvieron una gran influencia en el Islam, la escuela de los sufi o del
sufismo, de carácter místico y que consagra la espiritualidad musulmana. Frente a estos
maestros del esplritualismo musulmán están los traductores y comentaristas de Aristóte
les: Al-Kindi, Al-Faravi, Avicena, Algazel, Averroes, Ibn-Jaldün, con sus respectivas escuelas,
discípulos y obras magistrales cuyo pensamiento influyó en el pensamiento cristiano y
cuya tratación de fondo la remito a estas obras fundamentales:
MIGUEL CRUZ HERNÁNDEZ: "Historia del pensamiento en el mundo islámico 1. Desde
los orígenes hasta el siglo XII en Oriente", 2 tomos, Alianza Editorial, Madrid, 2000.
GUILLERMO FRAILE O.P.: "Historia de la Filosofía", II (1^.), Cuarta edición por Teófilo
Urdanoz, O.P., Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1986.
ETIENNE GILSON: "La filosofía en la edad media", Segunda edición, Editorial Gredos
S.A., Madrid, 1965.
4).- El Pensamiento Cristiano Medioeval.- El pensamiento cristiano surgió a través de
la predicación, de la voz griega "kerygma" = predicación. Fué solo más tarde cuando surgió
la reflexión profunda sobre la naturaleza divina y a la vez humana de Jesucristo, sobre el
Espíritu Santo y el dogma de la Santísima Trinidad, etc., cuando el pensamiento cristiano
inspirándose en Platón y en Aristóteles devino en Teología. La Teología católica fue un
producto de la helenización del cristianismo, pero esta reflexión también devino en crisis
del pensamiento cuando irrumpió la herejía, que es un error en materia de fé sostenido
con pertinacia o una renegación de los principios dogmáticos. Los Padres de la Iglesia al
reflexionar sobre Dios, sobre el Espíritu Santo, sobre la "encarnación" del Hijo, sobre el
Espíritu de Sabiduría, sobre la naturaleza de la Iglesia, de los sacramentos y la conciencia
cristiana establecieron los fundamentos de la Teología Católica, no solamente al comentar
los Evangelios sino, también, al refutar las herejías que iban surgiendo en el pensamiento
cristiano como el gnosticismo, como el arrianismo, como el marcionismo, como el mani-
queísmo, como el montañismo, etc. La reflexión teológica surgió así, primero, con los Pa
dres Apostólicos, llamados así porque tuvieron la suerte de ver y escuchar a los Apóstoles
cuya predicación y enseñanzas recibieron y, luego, con los Padres Apologistas, llamados
así porque hicieron la defensa y exaltación de la fé enseñada por el mismo Jesucristo cuyo
LEGALES EDICIONES
pensamiento fue recogido por San Pablo, quien fue el primero en criticar a los herejes,
como cuando dijo en la primera Epístola a los Corintios, 1, 10 : "Os ruego, pues, hermanos,
por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa y que no
haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente
y en un mismo parecer". 1, 11: "Porque he sido informado que hay entre vosotros disiden
cias y contiendas". 1,12: "Y así cada uno de vosotros dice: yo soy de Pablo; otro dice yo soy
de Apolo; y otro yo de Cefas; y otro yo de Cristo" 1, 13: "¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue
crucificado Pablo por vosotros?. ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo?". Por eso
X MIGUEL CRUZ HERNÁNDEZ: “H istoria d el pen sam ien to en el m u n do islámico, i . D esde los orígenes
I hasta el siglo X I I en O rien te ”, pág.
18, tomo i, Alianza Editorial, Madrid, 2000.
684
F il o s o f ía d e l D erech o
dijo muy bien San Pablo en la Epístola a los Gálatas 3, 1: "¡Oh insensatos Gálatas! ¿Quién
osfascisnó para no obedecer a la verdad?. 3;3: "¿Tan necios sois?. ¿Habiendo comenzado
por ei Espíritu, ahora vais a terminar por ¡a carne?". Así, pues, la Teología de San Pablo
devino, luego, en la Teología de los Padres Apostólicos y en la de los Apologistas. Tal fue la
Patrística de los primeros tiempos.
Dice el profesor JOHANNES QUASTEN en un notable libro que debemos leer que2 "es
tamos acostumbrados a llamar "Padres de la Iglesia" a los autores de los primeros escritos
cristianos. Antiguamente la palabra «Padre» se aplicaba al maestro, porque, en el uso de
la Biblia y del Cristianismo primitivo, los maestros eran considerados como los padres de
sus alumnos. Así por ejemplo, San Pablo, en su Primera Carta a los Corintios (4, 15) dice:
"porque, aunque tengáis diez mil preceptores en Cristo, sin embargo, no tenéis muchos
padres, puesto que quien os engendró en Jesucristo, por el evangelio, fui yo", trineo declara
"cuando una persona recibe la enseñanza de labios de otro, es llamado hijo de aquel que
le instruye, y éste a su vez, es liamado padre suyo". Clemente de Alejandría observa que
"las palabras son las hijas del alma. Por eso llamamos padres a los que nos han instruido...
y todo el que es instruido es, hijo de su maestro".
Fuentes de estudio: La colección más completa de textos patrísticos es la "Patrologiae
cursus completus" editada por el sacerdote J. P. MIGNE. (1800-1875). La Patrología de
Migne sigue siendo nuestra fuente primordial. En castellano debe leerse la fundamental
obra del prof. JOHANIMES QUASTEN (1900-1987): "Patrología", 2 volúmenes, Biblioteca de
Autores Cristianos, Madrid, MCMLXVIII. En francés debe citarse las "Sources Chrétiennes"
editada por HENRI DE LUBAC y JEAN DANIÉLOU, París 1941 y sgs. En castellano confrónte
se la obra. "Padres Apostólicos". Edición Bilingüe completa. Versión, introducción y notas
de Daniel Ruiz Bueno. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1985. Confróntese, ade
más: JEAN LAPORTE: "Los Padres de la Iglesia" editorial San Pablo, Madrid, 2004; CARLOS
HALLET S. J.: "Conozca a los Padres de la Iglesia", ediciones Paulinas, Chile 1995, etc.
Los "Padres Apostólicos" es la denominación con la que se conoce a este grupo, desde
1672, en que J. B. Cotelier publicó la "editio princeps" de cinco grandes Padres que flore
cieron en los tiempos apostólicos, y que fueron: BERNABE, compañero de apostolado de
San Pablo; CLEMENTE, tercer sucesor de Pedro y Pablo; el Pastor de HERMAS, discípulo de
San Pablo; IGNACIO, obispo de Antioquía quien conoció a los Apóstoles; POLICARPO, ami
go de San Juan y PAPÍAS, oyente de San Juan y el anónimo autor de una "Carta dirigida a
Diogneto" que es una hermosa reflexión teológica de la que nos da cuenta la "DIDAJE" que
es un conjunto de normas sobre la vida cristiana en el siglo II. Esta obra viene a ser, dice
Quasten, "el Código Eclesiástico más antiguo, prototipo de los cánones con los que empezó
el Derecho Canónico".
Los Padres Apologistas: sucedieron a los padres apostólicos e hicieron la defensa de
los cristianos contra las calumnias del pueblo, mostrando los absurdos e inmoralidades de
la mitología pagana, haciendo al mismo tiempo una filosofía y teología de la vida cristiana
y una crítica de las herejías y blasfemias que, desde entonces, afligen a la Iglesia.
LEGALES EDICIONES
Algunos de los grandes padres apologistas que he de mencionar fueron: SAN JUSTINO,
SAN IRINEO, SAN CLEMENTE DE ALEJANDRÍA, TERTULIANO, nacido en Cartago en el año
155, muerto después del 220, fue el creador del latín eclesiástico y en su obra maestra titu
lada "Apologeticum" sostuvo que "La ignorancia explica el odio y las persecuciones de que
son víctimas los cristianos". Tertuliano tenía una sólida formación jurídica y adquirió gran
fama como abogado en Roma y ORÍGENES, teólogo y exégeta genial, nacido en Alejandría
en el año 185, quien debido a su gran celo religioso y para evitar las tentaciones del sexo,
llegó hasta el extremo de castrarse, tomando al pie de la letra aquella frase que alaba a
2 Prof. JOHANNES QUASTEN: “ Patrología”, volumen I págs n y 12, Biblioteca de Autores Cristianos,
Madrid, MCMLXVIII.
685
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
los que se hacen eunucos por amor al reino de los cielos (Mateo 19,12). La pureza es una
gracia de Dios que solo se consigue con mucha oración y humildad y no con ningún tipo de
corte o ablación. Por eso, los Sacerdotes, desde que están en el Seminario, hacen voto de
castidad, de humildad, de pobreza y de obediencia.
ORÍGENES nació en Alejandría entre los años 185-186 y murió mártir durante la per
secución de Decio a la edad de 69 años o sea entre los años 254-255. Su padre, Leónides,
quien también murió mártir, pues murió decapitado durante el reinado de Caracalla, for
l-IL U O U N M L*CL U t K t U i
mó a su hijo en una doble educación: el estudio de la filosofía griega y el estudio de la
Biblia. El principio y base de sus enseñanzas era e! estudio de la dialéctica, luego el estudio
de las ciencias naturales matemáticas, astronomía y geometría, considerándola a esta últi
ma como el modelo de las demás ciencias. Le seguía después la ética que tenía por objeto
las cuatro virtudes cardinales de Platón y la caridad cristiana. Pero hay que hacer notar
que la filosofía griega tenía en estos cursos un sitio eminente y el punto culminante de él
estaba representado por la teología. La primera preocupación de Orígenes es la de afirmar
contra los herejes la espiritualidad de Dios "Dios no es un cuerpo y no existe en un cuerpo,
su naturaleza es espiritual, indivisible y absoluta".
Para indicar la unidad de Dios, se sirvió del término pitagórico de "mónada", al lado
del cual emplea el término neoplatónico de "enéada", que expresa aún más netamente la
singularidad absoluta de Dios. Respecto al destino del hombre, Orígenes dice: "El hombre,
primeramente, era una substancia racional, una inteligencia; con la caída se convirtió en
un alma. El alma es algo intermedio entre inteligencia y cuerpo: la inteligencia, como pura
vida espiritual es refractaria al mal; el alma, en cambio, es susceptible del bien y del mal
"Como la caída del hombre ha sido un acto de libertad, así será un acto de libertad la re
dención y el retorno a Dios".
Tales son los rasgos fundamentales del sistema de Orígenes, en el cual, por vez pri
mera, el cristianismo ha encontrado una formulación doctrinal, orgánica y completa. Cabe
por lo tanto considerar a su doctrina como el primer gran sistema de la filosofía cristiana.
Como dice el profesor Johannes Quasten la escuela de Alejandría llegó a su apogeo bajo el
sucesor de Clemente, Orígenes, doctor y sabio eminente de la Iglesia antigua, hombre de
conducta intachable y de erudición enciclopédica, uno de los pensadores más originales
de todos los tiempos. Gracias al interés particular que le dedicó el historiador Eusebio,
poseemos más datos biográficos de su persona que de ningún otro teólogo anterior, Eu
sebio consagra a Orígenes una gran parte del libro sexto de su "Historia eclesiástica".3"Un
teólogo controvertido", Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1998.
GUILLERMO FRAILE O.P.: "Historia de la Filosofía", II (le), pág. 127 a 142, Cuarta edición
por Teófilo Urdanoz O.P., Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1986.
JOHANNES QUASTEN: "Patrología", tomo I, págs. 351 a 411 y 432, Biblioteca de Auto
res Cristianos, Madrid, 1968.
JEAN LAPORTE: "Los Padres de la Iglesia, Padres griegos y latinos en sus textos", págs.
441 a 488, Editorial San Pablo, Madrid, 2004.
La ESCUELA DE ANTIOQUIA representada fundamentalmente por SAN JUAN CRISÓS-
L E G A L E S E D IC IO N E S
TOMO (347-407), nacido en Antioquía, llamado "el boca de oro" por sus brillantes homilías
con las que denunciaba los abusos y la corrupción reinante; el pseudo Dionisio Areopagita
y sus éxitos: "Los nombres divinos", "la Teología Mística", etc.
Los grandes Capadocios, expresión con la que suele designarse a los tres Padres más
importantes del siglo IV: San Basilio de Cesárea, San Gregorio de Niza y San Gregorio Na-
cianceno.
Punto culminante de la Patrística lo constituye el genial pensamiento de SAN AGUSTÍN
DE HIPONA. Nació el 13 de noviembre del 354 en Tagaste, Numidia y murió en Hipona el 28
3 JOHANNES QUASTEN: “Patrología ”, tomo I, pág. 351, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1968.
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Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
habían dicho? Acuérdate de mí, Señor, cuando estés en tu reino. Conozco, dice, mis males;
sea yo atormentado hasta que vengas. Y porque todo el que se humilla será ensalzado,
luego, al punto que profirió la sentencia, se le concedió la indulgencia. Hoy mismo, le dice,
estarás conmigo en el paraíso". Mas, con respecto a la dificultad hermenéutica de concor
dar el "hoy mismo estarás conmigo en el paraíso" con el tercero día de su resurrección, San
Agustín nos dice que "hoy, dice, según el alma bajé a los infiernos; en cuanto a la divinidad,
no se alejó nunca del paraíso" (Homilías, pag. 58).
Una cuestión herética de gran actualidad es la que plantean algunos descreídos con
respecto a los supuestos "hermanos" de Jesús. ¿Tuvo hermanos Jesús?. San Agustín parte
de una premisa fundamental: el de la virginidad perpetua de María; "Fue virgen al con
cebir, virgen al dar a luz, virgen durante el embarazo, virgen después del parto, virgen
siempre. ¿Porqué te maravilla esto?. Convenía que fuese así, una vez que Dios se dignó ser
hombre (Sermón 186, l) .4
"Los parientes de la Virgen María se llamaban hermanos del Señor. En efecto, era cos
tumbre en las Escrituras dar el nombre de hermanos a todos los que estaban unidos entre
sí por los vínculos de consanguinidad o de parentesco, contrariamente a nuestra costumbre
y a nuestra manera de hablar. Porque ¿Quién llama hermano al tío o al hijo de la hermana?
La Escritura, sin embargo, llama hermanos a los que tienen ese parentesco. Y así, Abraham
y Lot se llamam hermanos, siendo Abraham tío de Lot; y Laban y Jacob lo mismo, siendo
Laban tío paterno de Jacob. Luego, cuando oís hablar de los hermanos del Señor, pensad en
los vínculos de parentesco que los une a María, no en que ella tuviera algún nuevo hijo. El
vientre de la Virgen, ni antes ni después de la concepción del Señor concibió nada mortal".
(Tratado sobre el Evangelio de San Juan).5
Otra cuestión herética de nuestra época es la referente a la blasfemia contra la divini
dad de nuestro Señor Jesucristo. Dijo al respecto San Agustín: "¡Así, oh impíos,condenáis al
Hijo; así, oh herejes, blasfemáis de ÉL ¿Qué dice pues ¡a fe católica? Que Dios Hijo procede
del Padre; que Dios Padre no recibe del Hijo la divinidad. No obstante, el Hijo es Dios igual
al Padre; igual por nacimiento, no menos por nacimiento; que no ha sido hecho igual, sino
que ha nacido igual. Lo que es el Padre lo es también el Hijo y por nacimiento. Estuvo en
algún tiempo el Padre sin el Hijo, no en modo alguno. Borra eso de en algún tiempo, porque
allí no hay tiempo. Siempre existió el Padre, siempre existió el Hijo. Sin comienzo de tiempo
el Padre, sin comienzo de tiempo el Hijo; nunca el Padre antes del Hijo, nunca el Padre sin
el Hijo; no temamos honrar al Hijo en el Padre, porque la gloria que se le tributa al Hijo
redunda en gloria del Padre, sin mengua alguna para la divinidad del Hijo". (Homilías, ed.
cit., págs. 675-676).
La blasfemia y la herejía son los caracteres constantes de los hombres pervertidos.
Pero hay también los santos, los que tenemos la nostalgia de la Ciudad de Dios. En esta
formidable obra de San Agustín se plantea, no solo una Interpretación del pecado sino,
fundamentalmente, una hermenéutica de la historia en la que se contrapone a la ciudad
de los hombres, todo corrupción, Inmoralidad y desenfreno, que trata de regular la ley
humana, de por sí imperfecta, frente a la Ciudad de Dios, en la que predomina la virtud, a
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aparta de los principios de la Iglesia Católica al negar o al dudar de alguna verdad revelada
6 POS1DIO: “ V ida d e San Ag u stín ”, Prólogo, traducción al castellano en J. Oroz Reta-Galindo Rodrigo: “El
pensamiento de San Agustín para el hombre de hoy, tomo I, La filosofía agustiniana, pag. 37-38, editorial
Edicep, Valencia (España), 1998.
7 SAN AGUSTÍN: ‘‘Las Confesiones”, Libro cuarto, Capitulo primero, pag. 83, editorial Maucci, S.L., Bar
celona, 1962.
8 Ibíd., pág. 84.
9 Ibídem.
10 Ibíd., pág. 84-85.
11 Ibíd., pág. 86.
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F il o s o f ía d e l D erech o
por Dios v enseñada por la Iglesia. La herejía es una falsa doctrina, es un sofisma teológi
co que amenaza con su falsedad el centro mismo del catolicismo. Por eso ha dicho KARL
RAHNER que "La historia del Cristianismo es también una historia de las herejías y una
historia de la toma de posición de la Iglesia frente a ellas, con lo cual viene también dada
una historia del concepto de herejía misma"12. San Pablo fue el primer gran polemista y
refutador de la herejía cuando en su Epístola a los Gálatas, cap. III, los apostrofó diciendo:
"Oh insensatos gálatas: tan necios sois, ¿quién os fascisnó para no obedecer a la verdad?,
¿cómo os habéis dejado seducir por quienes el mismo Cristo Jesús se presentó crucificado?
Tan insensatos sois que habiendo comenzado por el Espíritu acabáis ahora por la carne?".
Después de San Pablo, San Agustín sigue siendo el genio más grande de la cristiandad
y el punto Inalterable de nuestra teología y nuestra fe. Gran orador, gran pensador, San
Agustín casi siempre fue sublime ya que, excepto Jesucristo que tuvo el don de la sublimi
dad continua, el Santo de Hipona, a quien le ruego que siempre me Inspire, tuvo el carisma
genial de la oratoria y de la persuasión, como fluye de sus "Homilías", que las tengo a la
vista en su edición bilingüe por la Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1965. ¿Sabio
u Orador? La oratoria y la estilística agustiniana solo puede compararse con la elocuencia
de San Juan Crisóstomo "el boca de Oro". El paralelo entre uno y otro nos lo ha dado el
Padre Amador del Fueyo O.S.A. en la Introducción a la "Homilías", págs. XXVII y XVIII: "No
puede uno menos de traer a la memoria los celebérrimos discursos de San Juan Crisósto
mo. Nunca, desde, luego, alcanzó San Agustín la magnificencia oriental del orador griego,
pero tiene más brío, mayor contundencia y un conocimiento más hondo de la psicología de
las masas. Si en San Agustín prevalece el doctor sobre el orador; si tiene menos colorido;
menos facundia, y no posee la fascinación oriental del Crisóstomo, tiene, sin embargo, en
compensación, una oratoria con intuiciones y relieves más inesperados y agudos, pensa
mientos más elevados y profundos, y no deja tampoco de alcanzar a veces en sus ímpetus
cordiales y en sus diálogos tajantes, por su atrevimiento y delicadeza, la irresistible gran
diosidad del orador griego. Agustín elimina de la oratoria cristiana todo lo que tiene por
blanco el solo placer del auditorio. No hay escritor ni crítico más enemigo que él de la pala
bra por la palabra, de la cadencia por la cadencia...En esto se halla en antítesis perfecta con
la mayor parte de la corriente literaria de su tiempo y con la enseñanza retórico-sofistica de
muchos maestros contemporáneos".
Un aspecto crucial en la vida de San Agustín es la referente a su etapa de confron
tación con el maniqueísmo. El maniqueísmo fue una religión gnóstica muy difundida en
la antigüedad. Fué un sistema religioso instituido por Manes o Maniqueo (216-277), un
sabio persa fallecido alrededor del año 277 d. C., quien enseño un dualismo radical entre
el bien y el mal, inspirado en el contraste entre la luz y la oscuridad. Adoptando la religión
de Zoroastro, su doctrina se fundaba en la existencia de dos principios opuestos: el bien
(Dios) y el mal (la materia). La moral maniquea, el maniqueísmo, partía de este contraste
y, en consecuencia, se exigía un ascetismo riguroso para repudiar al mal y la materia y así
todo contacto con la naturaleza era repugnante; las mujeres y el matrimonio eran espe
cialmente aborrecibles. El maniqueísmo fue popular en el Oriente y, especialmente, en el
L E G A L E S E D IC IO N E S
Norte de Africa en donde atrajo a muchos intelectuales, entre ellos a San Agustín en su
juventud, antes de su conversión al cristianismo. El maniqueísmo, con su concepto del mal
con su dualismo, dejó en San Agustín una huella inborrable en el fondo de su alma que se
evidencia en su obra cumbre al oponer a la ciudad de Satán frente a "La Ciudad de Dios",
lo que corresponde a la idea maniquea de las dos potencias que se disputan el mundo y
que San Agustín trasciende, no concediendo al mal, ni la eternidad, ni la inmutabilidad,
afirmando que el hombre es libre para resistir al mal, como lo demostró San Agustín desde
el día siguiente de su bautismo, el año 388, con su libro intitulado "Las costumbres de los
12 KARL RAHNER: "¿Q ué es herejía?", en el volumen “Escritos d e Teología”, V, pág. 405, Ediciones Cristian
dad, Madrid, 2003.
691
J osé A ntonio S ilva V allejo
una teología de ¡a historia: pero, también, una profunda metafísica de la historia porque,
uno de los temas más apasionantes que ha inmortalizado la Metafísica de San Agustín es
su reflexión sobre el tiempo v sobre el final de la historia como victoria de Cristo, en tanto
que Cristo es el Señor de la historia y el verdadero Mediador de la historia, tal como lo ha
desenvuelto hermosamente el Papa Juan Pablo II al iniciar su hermosa Encíclica "Redemp-
tor Hominis", que empieza así "El Redentor del hombre, Jesucristo, es el centro del cosmos
y de la historia", que tiene una neta inspiración agustíniana, según resulta de lo escrito en
el Libro XX, capítulo Vil a IX y, especialmente, Libro XX, capítulo XXX, parágrafo 5, de "La
Ciudad de Dios".
La problemática del tiempo que constituye una de las más hermosas reflexiones de la
philosophia oerennis está planteada y explicada maravillosamente en el libro undécimo,
f capítulos XI, XIV y XV de "Las Confesiones". Dice al respecto San Agustín en el capítulo XIV:
692
F ilosofía del D erecho
"¿Qué es, pues, el tiempo? ¿Quién podrá explicar esto fácil y brevemente? ¿Quién
podrá comprenderlo con el pensamiento, para hablar luego de él? Y, sin embargo, ¿qué
cosa más familiar y conocida mentamos en nuetras conversaciones que el tiempo?... ¿Qué
es, pues, el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si quiero explicárselo al que me
lo pregunta, no lo sé. Lo que sí digo sin vacilación es que sé que si nada pasase no habría
tiempo pasado; y si nada sucediese, no habría tiempo futuro; y si nada existiese, no habría
tiempo presente. Pero aquellos dos tiempos, pretérito y futuro, ¿cómo pueden ser, si el
pretérito ya no es y el futuro todavía no es? Y en cuanto al presente, si fuese siempre
presente y no pasase a ser pretérito, ya no sería tiempo, sino eternidad".13
Después de pasar revista en los capítulos XV, XVI, XVII, XX y siguientes del Libro un
décimo a la problemática del tiempo pasado, presente y futuro, exclama San Agustín con
honda congoja, en el capitulo XXII: "Enardecido se ha mi alma en deseos de conocer este
enredadísimo enigma. No quieras ocultar, Señor Dios mío, a mi deseo estas cosas, antes
bien penetre en ellas y aparezcan claras, Señor, por tu misericordia. ¿A quien he de pregun
tar sobre ellas?. ¿Y a quien podré confesar con más fruto mi impericia que a ti... ?.
La pregunta y la reflexión sobre la temporalidad en la Metafísica de San Agustín debe
concordarse con las reflexiones de Heidegger y de Lorenzo Carnelli sobre el tiempo y el
Derecho, que hemos abordado páginas más adelante de este libro.
"La Confrontación de Heidegger con San Agustín y la mística medieval. Nota crítica
en torno a Estudios sobre mística medieval de MARTIN HEIDEGGER".- Así se intitula un
notable estudio de LUÍS CÉSAR SANTIESTEBAN, profesor en la Facultad de Filosofía y Letras
de la Universidad Autónoma de Chihuahua, publicado en la revista Diánoia, volumen Lll,
número 58, Mayo 2007, págs. 177 a 183, en el que se da cuenta del curso que dictó Hei
degger en el semestre de verano de 1921 intitulado "Estudio sobre Mística Medioeval" y
que ha sido traducido al castellano por Jacobo Muñoz, publicado por el Fondo de Cultura
Económica, México, 1997, el que, a su vez, se inicia con la interpretación de Ernst Troeltsch
(1865-1923), quien fuera profesor en Góttingen, en Bonn, en Heidelberg y en Berlín, con
tenida en su libro "Agustín, la antigüedad cristiana y la Edad Media", en conexión con el
escrito "De Civitate Dei" (1915).
En su interpretación de "Las Confesiones" de San Agustín Heidegger reconoce, siguien
do a San Agustín "que hay algo velado al hombre, algo de su propio ser que permanece
sobre un halo de misterio", lo que en el pensamiento de Heidegger se formula en términos
de que "el Dasein no es completamente transparente para sí mismo". "Se ha afirmado
con justa razón -dice el profesor Santíesteban- que la idea de la Sorge la toma Heidegger
de San Agustín, ya que es una traducción del término latino que emplea el santo de la
Cura. Heidegger fue muy sensible a la descripción que presenta Agustín de la existencia en
términos de un intermitente desasosiego: "Nuestro corazón está siempre inquieto hasta
que descanse en ti". De San Agustín procede la imagen de la existencia atenazada por la
angustia de existir. Heidegger hace suyo este motivo fundamental de San Agustín some
tiéndolo por su parte a una ontologización. La Sorge (cuidado de sí, preocupación de sí)
habrá de constituir en "S e r y tiem p o " el existencial de los existenciales; es decir, la estruc
LEGALES EDICIONES
tura fundamental de la existencia". "Retoma Heidegger de Agustín dos nociones que luego
aparecerán en su plena elaboración en "Ser y Tiempo"; a saber, la idea de la dispersión de
la vida y la de existencia como una carga, el auto olvido, la distracción, la dispersión v el
aturdimiento. Todas ellas constituyen modalidades de la Sorge. la única forma de poner
término a ella es la muerte. En ese sentido, la Sorge hunde sus raíces en la finitud". "Ser y
Tiempo da testimonio de este diálogo con San Agustín. La religión tiene que acompañar
como una música santa todo hacer de la vida" (pág.176).14
13 SAN AGUSTÍN: “Las Confesiones”, Libro undécimo, Capitulo XIV, págs. 334-335, edición citada.
14 LUIS CÉSAR SANTIESTEBAN: “La Confrontación de Heidegger con San Agustín y la mística medie
val. Nota crítica en torno a Estudios sobre mis medieval de Martin Heidegger”, publicado en la revista
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J osé A ntonio S ilva V allejo
La filosofía patrística, que culmina en San Agustín de Hipona, ha tenido otros grandes
representantes como SAN ISIDORO DE SEVILLA, clérigo español y obispo de Sevilla, que
nació en el 570 y murió en el 636; autor de una serie de obras que sirvieron de enseñanza
en las escuelas episcopales tales como sus famosas "Sentencias", "De natura rerum" y "De
ordine creaturarum". BOECIO, de ilustre familia romana, nacido en el año 480 y muerto
ejecutado en el 525 por acusaciones y manipulaciones políticas, cuando no; autor de un
estudio intitulado "De la consolación por la filosofía"; otro "Sobre los silogismos hipotéti
cos", otro "Sobre los silogismos categóricos" y unos comentarios a la "Isagoge" de Porfirio
que era una introducción al estudio de las categorías de Aristóteles. BEDA EL VENERABLE,
nacido en Inglaterra en el año 674 y muerto en el año 735, dio al catolicismo inglés el mis
mo material intelectual que San Isidoro diera al español, pues sus obras responden a las
mismas necesidades de reunir extractos de todos los conocimientos humanos.
Después de la Patrística es preciso mencionar a la cultura carolingia y a la filosofía en
el Bajo Medioevo representada por la escuela Palatina, expuesta por los grandes maes
tros ALBERTO ALCU1NO (nacido en York, Inglaterra, en el año 730, muerto en Tours en el
804); el monje Gottschalk, de la abadía de Fulda; RABANO MAURE, discípulo y sucesor
de Alcuino en la enseñanza, nacido en Maguncia en el año 776, y fallecido en el año 856;
JUAN ESCOTO ERIUGENA, nacido en Irlanda en el 810, profesor en París, muerto en el 877,
cuya obra puede ser considerada como el primer gran ensayo medioeval de un sistema
filosófico sobre los dogmas teológicos; es autor de dos obras fundamentales: "De divina
praedestinatione” y "De divisione naturae", que es la exposición metafísico-teoiógica del
proceso de ia creación del mundo a partir de Dios, del cual emanan todas las cosas.
SAN ANSELMO AOSTA nacido en la ciudad piamontesa de Aosta, Italia, en el año de
1033, puede ser considerado como el verdadero fundador de la Escolástica que, en él,
adquiere su perfil definido, siendo sus obras la primera síntesis de ella. Su pensamiento re
presenta en el siglo XI, el máximo esfuerzo para la conciliación de la fe con la razón lógica.
Su principio "credo ut intelligam" ("creo para comprender"), enunciado por San Agustín,
sirve de fundamento a la especulación filosófica y teológica; pues, si los dogmas exigen la
fe, ésta busca la comprensión. Dios permite a quien posee la fe tener la visión intelectual
de su conocimiento. De allí su idea de que por la fe puede el saber, tener plena evidencia
de la verdad. Se comprende entonces por qué la investigación racional supone la fe; toda
la doctrina de San Anselmo es un comentario de la sentencia de Isaías (7,9): "nisi credide-
ritis, non intelligetis", tan frecuentemente citada por Juan Escoto Eriugena y por el mismo
San Anselmo, que de ella ha sacado la célebre fórmula "Fides quarens intellectum". La fe
está en la investigación de la visión completa y llega, por lo menos, a ese esbozo de visión
que es el intelecto. Pero, en ningún caso, el razonamiento precede a la fe: "No trato de
comprender para creer, creo para comprender". En su obra "Prosiogión" expone el famoso
argumento sobre la existencia de Dios conocido con el nombre de "argumento ontológico
de San Anselmo". El argumento ontológico va dirigido contra la negación resuelta de la
existencia de Dios. Parafraseando al salmo XIII de la Biblia, arremete contra la negación
atea: "y dijo el necio en su corazón: Dios no existe". Contra el ateo que niega la existencia de
Dios, se dice que si Dios es lo más infinitamente grande que pueda pensarse, esta grandeza
LEGALES EDICIONES
Diánoia, volumen LII, número 58, Mayo 2007, págs. 177 a 183.
694
F il o s o f ía del D erech o
ontológico), y, en segundo lugar, aun admitido, que se tenga el concepto de Dios como el
de un ser perfectísimo, de este concepto no puede deducirse la existencia de Dios; de la
misma manera que, de la realidad de una isla perfectísima, no puede deducirse el concep
to de la Isla.
San Anselmo replicó con el "Líber Apologeticus". Es imposible negar que no se puede
pensaren Dios: basta, para demostrar esta posibilidad, la misma fe, de la cual San Anselmo
y Gaunilón están dotados, y si se puede pensar en Dios, se le debe reconocer como exis
tente, siendo imposible negar la existencia a aquello que se puede pensar como la mayor
de todas las cosas. De una isla fantástica, aunque se conciba perfecta, no puede decirse
que sea real. De la posibilidad de pensarla no se sigue su realidad; como, en cambio, si se
sigue de la simple posibilidad de pensar en Dios su realidad existencial, como el ser más
perfecto de todos.
Después de San Anselmo, la Escolástica quedó constituida. El pensamiento filosófico y
jurídico del siglo XII se consagró con las grandes "Summas" y las "Cuestiones Disputadas",
algunas de ellas, tan apasionantes, como la célebre polémica en torno a la validez de los
conceptos universales en la que insistieron tanto la escuela de Chartres con Gilberto de la
Porrée, la escuela de los Victorinos con Hugo de Saint-Víctor, Pedro Abelardo, una de las
figuras históricas más descollantes y a la vez más discutidas por su apasionante persona
lidad y por su rebeldía innata; y, luego, los grandes maestros de la Teología escolástica:
Alberto el Magno, Santo Tomás de Aquino y Duns Scoto. A su vez, la escolástica jurídica
en la escuela de Bolonia se inmortalizó con los Glosadores y los Post-Glosadores, grandes
maestros del Derecho, de cuya vida, de cuyo pensamiento y de cuya metodología he trata
do, ampliamente, páginas más adelante.
LEGALES EDICIONES
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EL PROBLEMA DE LOS UNIVERSALES
Uno de los temas más apasionantes de la filosofía Medioeval es el que se conoce con
el nombre de "El Problema de los Universales".
Este problema se remonta ya a Aristóteles, pero fue en el Medioevo donde se originó
una secular polémica que se hizo famosa, entre los Nominalistas, los Realistas y los Con
ceptualistas.
EL NOMINALISMO representa en la Edad Media las tendencias empíricas del espí
ritu humano. Para los "nominalistas" los conceptos generales, o sea, los universales, no
son más que meros nombres, representaciones vacías sin ningún contenido real. Según la
opinión de los "nominalistas", cuyo representante más conspicuo fué ROSCELIN DE COM-
PIÉGNE (muerto después de 1120) no existe nada universal y, por lo tanto, no existen ni
los géneros ni las especies. Solo existen los nombres creados por el hombre para designar
objetos semejantes. Lo único que existe son los seres o las cosas individuales, de manera
que no hay pensamiento puro, sino sólo representaciones sensibles de lo individual.
EL REALISMO representa una doctrina totalmente opuesta al "nominalismo". Los
"realistas", cuyo defensor más decidido fue "GUILLERMO DE CHAMPEAUX" (1070-1121)
creían, apoyándose en la autoridad de Platón, en la realidad objetiva de las ideas, es decir,
de los conceptos universales. Sostenían que los universales estaban presentes esencial
mente y pertenecían a todos los individuos que abarcaban.
Por consiguiente, no habría ninguna diferencia esencial entre los individuos, solo se
distinguen la diversidad de los caracteres accidentales.
Esta doctrina viene, pues, a negar la existencia de lo individual. Es una especie de
panteísmo en que todo ser individual participa de algo real que es la idea, lo universal. Así,
por ejemplo, hay muchos papeles blancos, que se distinguen por su claridad o matiz, pero
todos ellos son blancos, porque todos participan de la "idea" de blancura. La única realidad
sería la "¡dea de blanco" y los objetos individuales tendrían, entre sí, diferencias acciden
tales. La idea abstracta "blancura" existe porque existen objetos blancos. Pero desde el
comienzo ya se hicieron objeciones a esta doctrina. Si el concepto general, vale decir, el
ser sustancial "hombre" se encuentra en Pedro, no puede encontrarse exactamente igual
en Juan y en los demás hombres, porque entonces todos los hombres serían idénticos.
EL CONCEPTUALISMO es una posición media entre el "nominalismo" y el "realismo",
adoptada y propagada por ABELARDO (1079-1142). Según esta opinión, que salió triun
fante en la disputa, lo universal es un mero concepto, pero no una palabra vacía. Todo lo
contrario. Los universales son palabras animadas de sentido, que nosotros al juzgar, enun
ciamos de una pluralidad de objetos. Pero el concepto no es solo un producto subjetivo
LEGALES EDICIONES
de la conciencia. Tiene su realidad objetiva en las cosas mismas porque de lo contrario no
podría ser abstracto. De manera que ya está antes en las cosas: Las ideas generales son,
pues, productos de la abstracción, creaciones o concepciones del espíritu, y no simples
representaciones, ni meras palabras vacías.
Para terminar, diremos que la dificultad del problema surgió de la confusión psicoló
gica acerca del origen y la formación de los conceptos, con el problema metafísico que se
pregunta, si hay en la naturaleza algo real que corresponda a las ideas y a los conceptos,
creados por el espíritu.
LA ESCOLÁSTICA.- Llamase "Escolástica" (del latín "schola", escuela; y del griego "tica",
referente a) al movimiento filosófico más Importante de la Edad Media y con el cual se
designa a una forma de enseñanza universitaria, a un cierto arte de polemizar y discutir,
697
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
luris; y de allí que esta modalidad estilística dió lugar el nombre con el que esta escuela
ha pasado a la posterioridad: "escuela de los glosadores" o "escuela de Bolonia", y está
representada, principalmente por "Irnerio", profesor de Derecho Romano (muerto aproxi
madamente en 1125) y "Accursio" (1184-1258), autor de una magna enciclopedia de más
de 100000 glosas que se la suele denominar la "Glosa ordinaria de Accursio".
El mérito de los glosadores estriba en haber dado forma a un cuerpo de doctrina
jurídica distinguible y separable del "Trivium" y de las artes liberales porque, hasta ese
momento -siglo X I- el derecho estaba mezclado con la Retórica y la Lógica. El mismo Ir-
nerio continuó siendo considerado por algún tiempo como un "Magíster artium", como
un maestro de artes liberales. Después de Irnerio, la fama de la escuela boloñesa como
Í fuente inspiradora del derecho se fue acentuando, desde el siglo XII con Búlgaro, Martín,
698
F ilosofía del D erecho
Jacobo y Hugo, "los quattor doctores", a las que el tópico alegórico de la Edad Media en
salza como "lilla ¡urls". Tanto en la alegoría como en las tiplficadoras características de los
grandes doctores destacaba el modelo del estilo escolástico, a través de las quaestio (a
partir de Irnerio) y las controversias (desde 1152) que suponen una visión dogmática sobre
el conjunto del texto, hasta la exposición sistemática (Summae), que comenta a uno de los
textos jurídicos de Justiniano, como es el caso de la "Summula de pugna" ("Compendio de
la Contienda Judicial") de "Hugo" que es una de las más antiguas monografías en materia
de Derecho Procesal De este modo, los glosadores se convirtieron en los padres de la
literatura jurídica europea.
LEGALES EDICIONES
699
PRINCIPALES REPRESENTANTES DE LA ESCOLÁSTICA
43
PEDRO ABELARDO es uno de los grandes forjadores de la Escolástica cuya persona
lidad se yergue vivaz, apasionada y tumultuosa, encarnando a una filosofía de profundo
sentido humano y a una dialéctica ardorosa e incontrastable.
Este genial maestro, puso todo el significado de su vida en la investigación, a través de
su elocuencia tajante y sutil dialéctica se hizo invencible en las disputas que lo acarrearon
no solo numerosas envidias, sino también la persecución y la condenación.
Nacido en Pollet, condado de Nantes, en 1070, Abelardo siguió en su juventud a los
doctores Roscelín, primero, con el cual tuvo grandes disputas, y luego, Guillermo Cham-
paux, cuyo prestigio pretendió anular con una refutación pública.
Pero sus desgraciados amores con Eloisa lo llevaron a entrar a un convento, donde se
dedicó a la especulación y a la enseñanza, considerándosele entre otras cosas, como uno
de los fundadores de la Universidad de París.
Más tarde, el Concilio de Soissons condenó su "doctrina trinitaria" obligándole a que
mar su escrito "De unitate et trinitate divina", pero sin preocuparse demasiado por lo ocu
rrido continuó sus enseñanzas de dialéctica en Melum, Corbeil y París, hasta que fue lla
mado a comparecer en un segundo Concilio, celebrado en la ciudad francesa de Sens, para
responder por numerosas herejías que se le atribuían. No quiso o no supo defenderse, no
se sabe con exactitud, lo cierto es que fue condenado.
Retirándose entonces, de esa agitada vida, terminó sus días en la Abadía de St. Marcel,
el 20 de abril de 1142, a la edad de 63 años.
Sus obras principales son: "Sic et non", en la que expone su método basado en la
contraposición de las sentencias y doctrinas de los grandes Padres, con vistas a su armo
nía y síntesis ulterior dentro del dogma, y a la fundamentación racional de éste; "Scito te
ipsum", obra de carácter ético en la cual expone la doctrina de que "el acto del delito no
es un pecado en sí mismo" y se impone el deber de analizar el acto según la intención del
agente. Pero la obra donde se relata las vicisitudes de su novelesca y azarosa vida y de sus
trágicos amores con Eloísa es la "Historia calamitatum mearum" ("La historia de mis cala
midades"), que es el primer documento del humanismo medioeval.
Finalmente podemos decir que, el método de Abelardo, consiste en la búsqueda ra
cionalista y libre de la verdad, ejercitada sobre los textos tradicionales. Esta investigación
se entiende como una interrogación incesante. Principia en la duda, porque solamente la
duda promueve la investigación y conduce a la verdad. Siendo los resultados especulativos
de menor Importancia que la investigación necesaria para llegar a ellos.
Ese espíritu investigador en la época del despertar filosófico es el que nos ha conducido
LEGALES EDICIONES
a llamarlo el fundador del método escolástico.
SAN ALBERTO "EL MAGNO" o Alberto de Bollstadt nació en Lavingen Suebia, alrede
dor de los años 1193 a 1207.
De familia noble estudió en la Universidad de Padua, donde por influencias de "Jordán
el Sajón" se hizo dominico; llegando a ser Obispo de Ratisbona.
Dedicado a la enseñanza, fue profesor de Teología en la Universidad de París y final
mente en Colonia; adonde se trasladó después de una serie de controversias que habíanse
suscitado contra las órdenes menores, muriendo en dicha ciudad en noviembre de 1280.
San Alberto fue el hombre que supo dar al "aristotelismo" el derecho de ciudadanía en
la Escolástica, ayudando con ello a la comprensión filosófica de la verdad revelada, dándo
le además, el fundamento seguro a dicha investigación.
701
J osé A ntonio S ilva V allejo
Pero sus obras sistemáticas carecen de claridad y profundidad: debemos ver en Santo
Tomás de Aquino no solamente a su mayor discípulo sino al verdadero continuador y pro-
fundizador de su pensamiento teológico, filosófico y jurídico.
La obra general de San Alberto es muy extensa, no hallándose tampoco ausente la
influencia platónica y neo-platónica. Además, también se extendió a las ciencias naturales,
siguiendo ios precedentes del empirismo aristotélico, trabajando especialmente en la bio
logía, considerando la experiencia como criterio de la verdad de todo aserto concerniente
a lo contingente y particular.
La labor de este autor puede dividirse en series; en una filosofía que abarca la Lógica,
y bajo el título de Filosofía real agrupa escritos sobre Física, Metafísica y Matemática, exis
tiendo además otro grupo denominado Filosofía Moral. En la segunda serie se encuentra
la Teología con los comentarios a las Sentencias de Pedro Lombardo, a los escritos del
Pseudo Dionisio, y finalmente varios escritos místicos y ascéticos-
BIBLIOGRAFIA: SILVA VALLEJO: "Introducción a la Filosofía" págs. 90 a 108; CARLOS
HALLET S.J.: "Conozca a los Padres de la Iglesia" ediciones Paulinas, Santiago de Chile,
1995; JEAN LAPORTE: "Los Padres de la Iglesia. Los padres griegos y latinos en sus textos"
editorial San Pablo, Madrid, 2004 - Sobre la Escolástica debe leerse el libro fundamental
de MARTÍN GRABMANN:"Historia del Método Escolástico"; 2 vols.; MAURICE DE WULF:
"Historia de la Filosofía Medieval”, 2 vols, 1943; M. D. CHÉNU O.P.: "Introducción al es
tudio de Santo Tomás de Aquino", 1950, Cáp. IV; PAUL VIGNAUX: "El Pensamiento en la
Edad Media", Breviarios Fondo de Cultura Económica, México, 1971; JACQUES LE GOFF:
"Los intelectuales en la Edad Media", editorial gedisa, Barcelona, 1999; ETIENNE GILSON:
"La Filosofía en la Edad Media. Desde los orígenes Patrísticos hasta el fin del siglo XIV",
editorial Gredos, S.A., Madrid, 1965; LEOPOLD GENICOT: "El Espíritu de la Edad Media",
editorial Moguer, S.A., Barcelona, 1963; EMIL BRÉHIER: "La Filosofía en la Edad Media",
1959; FRIEDRICH HEER: "El Mundo Medieval" ediciones Guadarrama, Madrid, 1963; SILVA
VALLEJO: "Introducción a la Filosofía. "La Escolástica" págs. 109 a 115.
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t
702
O
hJ
1 JOSÉ EGIDO SERRANO: “ Tomás de Aquino a la luz de su tiempo”, pág. 6o, ediciones Encuentro, S.A.,
Madrid, 2006; RAIM ONDO SPIAZZI, O.P.: “Santo Tomás de Aquino”, pág. 2 1 in fine, Edibesa, Madrid,
2004; Véase además, supra, las citas (7) y (10 bis).
2 THOM ÁS MERTON: “La Vida Silenciosa”, pág. 9, editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1958.
3 THOM ÁS MERTON: “Pensamientos en la soledad”, pág. 7 1, editorial Lumen, Buenos Aires, 2000.
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J osé A ntonio S ilva V allejo
Dos grandes vidas paralelas: SANTO TOMÁS DE AQUINO y THOMAS MERTON, quien
nació en Prades (Francia) en 1915, A los 6 años murió su madre, pur lo que fue enviado a
un internado y, más tarde, cuando murió su padre, su soledad se exacerbó y a los 27 años
decidió ser sacerdote ingresando a la Abadía de nuestra Señora de Gethsemaní, en Ken-
tucky. Allí, en la paz conventual, encontró su felicidad y escribió libros hermosos como "La
vida silenciosa", "Pensamientos en la soledad", "Lo que murmura el viento", “Las aguas de
Siloé", "La montaña de los siete círculos", "Ascenso a la verdad", "Cuestiones Discutidas",
"Místicos y maestros Zen. Ensayos sobre misticismo oriental y occidental", etc.
El 10 de Diciembre de 1968 todos perdimos a uno de los más formidables líderes espi
rituales del mundo entero. THOMAS MERTON, monje cistersiense, murió mientras pere
grinaba en Bangkok, Tailandia. Merton, que antes de su peregrinación escribía en la paz de
su Abadía de Gethsemaní en Kentucky, nos dió una profunda visión espiritual, a través de
sus contemplaciones que hoy evoco, a propósito de escribir sobre la vida y el pensamiento
de Santo Tomás de Aquino. Hoy, a los 38 años de su muerte me inspiro en estos grandes
iluminados, al haber encontrado también el camino hacia la perfección.
Entonces, ¿hay que buscar a Dios?A
Sí. por que esa búsqueda se contrae a nuestra mas profunda necesidad de salir de las
tinieblas v de la angustia en la que todos estamos sumergidos, e ir hacia la luz, porque "Él
es la luz de los hombres.Y la luz en las tinieblas resplandece y las tinieblas no prevalecie
ron contra ella." Asi lo dice el Santo Evangelio de San Juan en su luminosa Introducción,
Capítulo 1, versículo 5. El cuarto evangelio es la obra del discípulo a quien Jesús amaba v.
a diferencia de los Sinópticos, es obra de un temperamento profundo v metafísico, como
nos lo evidencia el texto de San Juan, desde sus primeras líneas.
Así era, también, el temperamento de Tomás, como la contemplación que fluye del
Santo Evangelio de San Juan. Erase un espíritu hecho de luz, nacido para iluminar a los de
más mediante la enseñanza, porque sería un gran profesor, como lo ha dicho San Pablo en
la Segunda Epístola a los Corintios, capítulo 4, versículo 6: "Porque Dios, que dispuso que
en las tinieblas resplandeciere la luz, ha hecho brillar su claridad en nuestros corazones a
fin de que podamos ¡luminar a los demás..."
A los nueve años fue llevado a la Universidad de Nápoles a estudiar el Trivium y el
Quatrivium, que constituían las siete artes de la Cultura Medioeval. El Trivium estaba
integrado por la Gramática, la Dialéctica y la Retórica. El Quatrivium estaba constituido
por la Geometría, la Aritmética, la Astrología y la Música45terminados los estudios en 1243,
ingresó en la Orden de Predicadores cuyos hábitos blancos y cuya "ratio studiorum" im
pactaron en su alma haciendo su noviciado en el Monasterio de Santo Domingo el mayor
de Nápoles, siendo, luego, trasladado al convento de Santa Sabina en Roma, en el que fué
altamente apreciado por el General de la Orden Dominica, Juan el Teutónico, quien decidió
llevarlo consigo a París y, antes, a Bolonia, para perfeccionar sus estudios.
En el camino fué interceptado por sus hermanos en Aquapendente (Mayo de 1244),
quienes lo llevaron al castillo de Roccasecca, donde vivía su madre, quien no quería que
LEGALES EDICIONES
fuera un simple fraile mendicante como los de la Orden de Predicadores, los dominicos,
sino un benedictino, en cuya orden veía el porvenir de Fray Tomás y con él, el de su familia,
ya que con el tiempo sería el Abad de Monte Cassino o, acaso, podría ser "Justicia Mayor",
como su padre.
En el año y medio que duró su obligado encierro por orden de su madre en el castillo
de Roccasecca se aprendió de memoria la Biblia, las Sentencias de Pedro Lombardo y las
704
F ilosofía del D erecho
6 Confróntese: SANTIAGO RA M IREZ O.P., “Síntesis Biográfica de Santo Tomás”, en "Suma Teológica”,
tomo I, págs. 8-9 y ío, edición bilingüe, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, MCMXLVTI Santiago
LEGALES EDICIONES
Ramírez O.P. (Burgos 18 9 1 - Salamanca 1967), Profesor en Friburgo y Rector en Salamanca. Fué uno de
los más brillantes y profundos maestros del tomismo de todos los tiempos. Nos ha dado una extraordi
naria semblanza del gran maestro en el tomo I de la “Suma Teológica”, edición bilingüe, Biblioteca de
Autores Cristianos, Madrid, 1947.
7 Confróntese: M ARTÍN G RABM AN N : “Santo Tomás de Aquino”, pág. 1 1 , Editorial Labor, S. A., Barcelo
na, 1952.
8 Confróntese: SANTIAGO R AM IREZ O.P., obra citada, pág. 12.
9 Confróntese: SANTIAGO R AM IREZ O.P., obra citada, pág. 91.
10 Testimonio de FRAY ALBERTO D E BRESCIA O.P., en el Proceso Napolitano de Canonización, N° 67,
citado por: SANTIAGO RA M IREZ O.P., obra citada, pág. 51.
11 La fuente clásica para la historia de Santo Tomás, en la que se han inspirado todos sus biógrafos, la
constituye el libro de GUILLERM O D E TOCCO, O.P.: “ Vitae Santo Thomae Aquinatis”, editada por
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Jo sé A n t o n io S il v a V allejo
D. PRÜMMER, en una obra ya clásica: “Fontes vitae Santo Thomae Aquimtis. Notis historiás et criticis
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F ilosofía del D erecho
Ontología de Aristóteles compuesta por Santo Tomás en 1254, antes de obtener el título
de “Maestro en Teología" en París y que distingue con claridad magistral la esencia y la
existencia, el ser sustancial y el ser accidental, la forma y la materia, la potencia y el acto,
brindándonos la contemplación o teoría general aristotélico-tomista de la philosophia pe-
rennis. Para ello fue preciso traducir correctamente los textos de Aristóteles, especialmen
te su gran libro sobre la Metafísica, la Tópica, los Primeros Analíticos, el "Peri Hermeneias",
el "De Anima", las "Categorías" y la "Ética a Nicómaco".
Purificó, pues, los errores de las doctrinas de Aristóteles, para lo cual, en primer lugar,
se valió de una traducción efectuada por el gran helenista GUILLERMO DE MOERBEKE,
quien era también dominico y Capellán del Papa. Santo Tomás le suplicó que hiciera una
nueva y perfecta traducción de la obra de Aristóteles a fin de eliminar los errores en los
que solían incurrir los otros profesores que recogían la versión árabe de Averroes (Ibn -
Rosh), Juez y traductor árabe de Aristóteles.
AVERROES nació en Córdoba en 1126. v murió, deportado, en Marruecos en 1198. Es
tudió Filosofía. Teología. Derecho y Matemáticas. Fué el más eminente de los filósofos ára
bes. Se distinguió como Juez en Sevilla v en Córdoba v fuá un gran comentarista de Aristó-
teles. Escribió, entre otras obras, una célebre refutación a Algazel, ¡ntitulada"Destrucción
de la destrucción", en la que sostenía que la Religión debe concordarse con la Filosofía.
De esta obra hay una traducción inglesa "The ¡ncoherence of the incoherence", Londres,
1954, reimpresa en 1978, y una traducción latina: "Destructio destructionum pilosophiae
Algazelis", edición de B.H. Zedler, The Marquette University Press, Milwaukee, 1961. Otra
obra fundamental de Averroes se intitula "Concordia entre la revolución y la ciencia", tra
ducida al castellano por M. Alonso en "La Teología de Averroes", 1947.
La influencia de Averroes en el pensamiento filosófico y teológico era tremenda. Su
esfuerzo principal estaba dirigido a establecer las relaciones entre la Filosofía v la Reli
gión. habida cuenta de que entonces, como ahora, el gran número de sectas en lucha de
unas contra otras era un peligro permanente para la ortodoxia cristiana y musulmana y
la inquietud de Averroes se fundaba en que los textos del Corán se extendían a todos los
ambientes. Averroes atribuyó todo el mal al hecho de que se autorizaba el acceso al pen
samiento filosófico a espíritus incapaces de comprender o prontos para la distorsión con
ceptual y vió el remedio en una exacta definición de los diversos grados en que es posible
entender los textos del Corán.
Ha dicho el profesor Miguel Cruz Hernández, catedrático emérito de Pensamiento is
lámico en la Universidad Autónoma de Madrid, notable especialista en Filosofía Islámica
Medieval, en un libro brillante: "Historia del Pensamiento en el Mundo Islámico", tomo
II, pág. 169, que "el pensamiento de Averroes representa la más lograda labor filosófica
árabe y el final dialéctico de ésta. En el desarrollo histórico del pensamiento filosófi
co, el Cadí cordobés representó la cima del aristotelismo medieval"... . "Averroes fué
también un pensador original"... "cuando el mundo latino cristiano descubrió al brillante
pensamiento helénico y lo convirtió en luminaria de la filosofía"... "en ella Averroes será el
LEGALES EDICIONES
comentador por antonomasia del gran maestro griego; y así hasta bien mediado del siglo
XIX. Esta gloria, le mereció el dudoso premio de su clasificación como escolástico y fanático
del maestro griego."14
Hijo y nieto de juristas, Averroes fué un insigne jurista. Como dice el profesor Miguel
Cruz Hernández en la obra citada, pág. 176, "Los biógrafos árabes resaltaron la formación
jurídica de Averroes"... . "El cadí cordobés se interesó sobre todo por la diráva o "ciencia
O.P. que figura en el tomo I de los “ Opúsculosy Cuestiones Selectas” de Santo Tomás de Aquino, Edición
Bilingüe, págs. 29 y sigs., Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 2001.
14 M IGUEL C RU Z HERNÁNDEZ: “Historia del Pensamiento en el Mundo Islámico” tomo II: “El Pensa
miento de al-Ándalus (siglos IX - X IV )’’, pág. 169, Alianza Editorial, S.A., Madrid, 2000.
707
J osé A ntonio S ilva V allejo
de los principos jurídicos". Pero, aparte de haber sido un notable cadí, o sea, un gran Juez,
fuá, sobre todo, un gran filósofo, un brillante expositor v comentarista de Aristóteles v un
notable teólogo. Criticó el pensamiento de Avicena y fué perseguido, procesado v conde
nado al destierro por quienes lo envidiaban v lo calumniaban. El profesor Miguel Cruz Her
nández en la obra citada, pag. 172 a 175 ha subrayado el sentido político de la persecución
y destierro de Averroes hasta su rehabilitación y su muerte el 11 de Diciembre de 1198 a
la edad de 72 años.
Por otra parte, ha dicho el maestro Étienne Gilson que: "El pensamiento de Averroes
es que cada espíritu tiene el derecho y el deber de comprender y de interpretar el Corán
de la manera más perfecta que sea capaz. El que pueda comprender el sentido filosófico
del texto sagrado debe interpretarlo filosóficamente, porque es el sentido más alto, el
verdadero sentido de la revelación; y cada vez que parezca surgir cualquier conflicto entre
el texto religioso y las conclusiones demostrativas, debe establecerse su acuerdo inter
pretando filosóficamente el texto religioso. De este principio derivan inmediatamente dos
consecuencias. "La primera es que ningún espíritu debe tratar de elevarse por encima del
grado de interpretación de que es capaz; la segunda, que jamás se deben divulgar entre las
clases inferiores de espíritu, las interpretaciones reservadas a las clases superiores. El error
en el que se ha caído consiste precisamente en la confusión y la divulgación intempestiva
de los conocimientos superiores entre los espíritus inferiores; de ahí esos métodos híbridos
que mezclan el argumento oratorio, la dialéctica y la demostración, y son fuentes inagota
bles de herejía. Conviene pues, restablecer en todo su vigor la distinción de los tres órdenes
de interpretación y de enseñanza: en la cima, la Filosofía, que confiere la ciencia y la verdad
absolutas; debajo, la Teología, dominio de la interpretación dialéctica y de la verosimilitud;
en el extremo inferior de la escala, la religión y la fe, que se debe reservar cuidadosamente
para aquellos que resulten necesarias. De este modo se yuxtaponen y se jerarquizan tres
grados de intelección de una sola y misma verdad"... "¿Qué hacer cuando, sobre un punto
concreto, la filosofía enseña una cosa y la fé otra cosa?. Si nos atenemos al esquema pre
cedente, la respuesta seria sencilla: dejemos al filósofo hablar como filósofo y al simple fiel
hablar como creyente. Cierto; pero en semejantes casos Averroes habla como si el mismo
fuese, filósofo y creyente. Por esto, sus adversarios le atribuyeron la doctrina llamada de
la doble verdad7; según dicha doctrina, dos conclusiones contradictorias podrían ser si
multáneamente verdaderas: una para la razón y la filosofía, la otra para la fe y religión"15.
Este es el planteamiento averroísta para la enseñanza de la Filosofía y de la Teología.
Con el nombre de "Averroísmo" se conoce a la filosofía de Averroes v a su escuela
inspirada en la interpretación árabe del pensamiento de Aristóteles. El averroísmo latino
estuvo representado por SIGER DE BRABANTE (1236 - 1284), profesor en la Universidad
de París, quien fué el gran contradictor de Santo Tomás v cuyo pensamiento, altamente
polémico, desencadenó la lucha entre averroístas v tomistas en la Universidad de París.
La vida y el pensamiento de SIGER DE BRABANTE ha dado lugar a una serie de estudios
y de biografías en las que se han puesto en relieve sus doctrinas y su temperamento apa
LEGALES EDICIONES
sionado que dio lugar a su temprana muerte el 10 de Noviembre de 1284, asesinado por su
secretario. Para Mandonnet y Glorieux, Siger de Brabante era el representante por antono
masia del "averroísmo latino"; en cambio, para otro de sus grandes biógrafos, Fernando van
Steenberghen, Siger de Brabante era el representante del "aristotelismo radical"
El Padre PIERRE MANDONNET O.P. (1858 1936) dominico francés nacido en Beau-
mont el 2 de febrero de 1858 y muerto en Bélgica el 4 de enero de 1936 escribió un libro
brillante sobre este tema en su obra "Siger de Brabant et Taverroisme latín au XIII siécle".
Friburgo, 1899, segunda edición en dos volúmenes, 1908 -1911.
15 ETIENN E GILSON: “La Filosofía en la Edad Media”, 2* edición, págs. 335 - 336, Editorial Gredós S.A.,
Madrid, 1965.
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F ilosofía del D erecho
El Padre GLORIEUX ha tratado el tema en un áureo estudio que nos hace ver la dimen
sión altamente polémica en el magisterio docente de Santo Tomás: "Un maitre polémiste:
Thomas d'Aauin". en "Mélanges des Sciences religieuses", 5 (1948), págs. 153 - 174. Otro
estudio brillante del Padre Glorieux es "Les Questions disputées de Santo Thomas et leur
suite chronologique", en Recherches de Theologie anciénne et médiévale, 4 (1932), págs.
5 a 33.
Otro libro notable para la investigación que debe leerse es el de FERNANDO VAN
STEENBERGHEN. "Sieer de Brabante dans l'histoire de l'aristotelisme". 1942. segunda
edición 1977. Otro libro que debe leerse por los investigadores es el de MIGUEL ASIN
PALACIOS; "El averroísmo teológico de Santo Tomás de Aquino" 1904. Y, siempre, como
un libro de cabecera, la fundamental "Historia de la filosofía medieval" de MAURICE DE
WULF (1867- 1947); asi como también "La Filosofía en la Edad Media", segunda edición,
de ÉTIENNE GILSON. Editorial Gredos S. A. Madrid 1965. El maestro Etienne Gilson nació
en París en 1884 y murió en 1978. Es uno de los más preclaros maestros en la enseñanza
de Santo Tomás. Léase su magistral obra: "El Tomismo: Introducción a la Filosofía de Santo
Tomás de Aquino" 1951.
Uno de los temas más fascinantes que surgen de la interpretación de Aristóteles es
la cuestión de la doble verdad: una la obtenida mediante la fé y otra la obtenida a través
de la razón. Esta cuestión está en el centro de la interpretación tomista de Aristóteles
versus la interpretación averroísta. como la que fluye del pensamiento de Siger de Bra
bante quien se inspiraba en la traducción musulmana de Aristóteles y postulaba la tesis de
la doble verdad: en tanto que Tomás enarbolaba la tesis de la verdad única que es la que
mantiene la tradición cátolica. El tema es apasionante y debe consultarse aparte de los
libros del Padre Mandonnet, del Padre Glorieux, de Etienne Gilson y de Miguel Asin Pala
cios ya citadas, las obras de un insigne medioevalista italiano: el profesor BRUNO NARDI,
catedrático de Historia de la Filosofía Medioeval en la Universidad de Roma, nacido en
Spianate (Lucca), el 24 de Junio de 1884, muerto en Roma el 09 de Julio de 1968, en cuyas
obras se plantean tesis formidables. Desde su cátedra en la Universidad de Roma el profe
sor Bruno Nardi nos ha enseñado:
a) "II preteso tomismo di Sigieri di Brabante", estudio publicado en la revista "Giornale
Crítico di Filosofía Italiana", tomo XVII (1936) págs. 26 a 35, y tomo XVIII (1937) págs.
160 a 164;
b) "Sigieri di Brabante nel pensiero del Rinascimento italiano" Roma 1945;
c) "Note per una storia dell' averroismo latino" en la "Rivlsta di Storia della Filosofía"
1947-49.
d) "Sigieri di Brabante nella Divina Comedia e le fonti della filosofía di Dante", estudio
publicado en la "Rivista di filosofía neoescolastiche", 1911-1912;
e) "Studi di filosofía medievale", Roma, 1960.
Además, léase el estudio de Duin: "La doctrine de la Providence dans les écrits de Siger
de Brabante", Lovaina, 1954.
LE G A LE S ED ICIO N ES
El profesor Albert Nader ha escrito "L'lnfluence de la pensée Musulmane sur la Phi-
losophie de Saint Thomas d'Aquin" en el volumen: "II pensiero di Tommaso d'Aquino e i
problemi fondamentali del nostro tempo" págs. 61 a 68, Herder - Roma, 1974.
Entre nosotros deben consultarse dos libros clásicos de un ilustre maestro: ALBERTO
WAGNER DE REYNA, discípulo de Heidegger en Friburgo, diplomático de carrera, nacido
en Lima en 1915, muerto en París el 9 de Agosto del 2006 a los 91 años, autor de dos obras
fundamentales: "La Ontologia Fundamental de Heidegger" (Editorial Losada S.A, Buenos
Aires 1939) y "El Concepto de Verdad en Aristóteles". Mendoza, 1951. Debe leerse, ade
más: MARIO ALZAMORA VALDEZ (1909 - 1992): "Metafísica", editorial Lumen, Lima 1937,
obra en la cual se nos revela a Santo Tomás de Aquino como el artífice de la "philosophia 4
perennis" cuyo pensamiento nos dió un saber no solo de su época sino de todas las épocas k
7 09
J osé A ntonio S ilva V allejo
y también por lo tanto de la nuestra. La Ontología de Santo Tomás es revisada en los capí
tulos 14 al 20 en tanto que el capítulo 21 está consagrado a Dios.
Al evocar el pensamiento de quien fuera mi ilustre profesor de Metafísica en la Fa
cultad de Letras de la Universidad Católica y, luego, en mi Universidad de San Marcos en
los cursos de Introducción al Derecho, Derecho Procesal Civil y de Filosofía del Derecho
rememoro a uno de los más grandes maestros de todos los tiempos en el Perú. Leáse,
además, su estudio "La Filosofía Tomista" publicado en la revista de la Universidad Cátolica
del Perú correspondiente a los meses de Octubre - Noviembre y Diciembre de 1938, págs.
292 - 302; así como también otro brillante estudio del maestro: "El Ser y el Valor en la
Filosofía de Santo Tomás" en el volumen conjunto escrito con el Padre Jesuíta Enrique Ló
pez - Dóriga S.J.: "La aventura intelectual de Santo Tomás", Universidad del Pacífico, Lima,
1975. Dice el Padre Dóriga en la pagina 51 de este hermoso librito que "el aristotelismo
de corte averroísta suscita en la Universidad de París una triple reacción, que llena todo el
siglo XIII: la de quienes, como Siger de Brabante, lo aceptan con entusiasmo y sin reservas;
la de la Escuela Franciscana, de orientación Agustiniano-Platónlca, que se opone en forma
radical (Juan Peckham) o moderada (San Buenaventura) a la innovación doctrinal del Aris
totelismo; y, finalmente, la de aquellos que, en torno a San Alberto el Magno y sobre todo
a Santo Tomás, descubren en Aristóteles (e incluso en Averroes y en otros filosófos arabes
yjudios) grandes valores que se pueden y se deben aprovechar, previa depuración". "Pieza
clave en la depuración y aún cristianización de Aristóteles fué Santo Tomás. Su gran cola
borador en la tarea previa de traducción del griego de los textos originales de Aristóteles
fué Guillermo de Moerbeke. Después, con espíritu abierto, juicio sereno y gran audacia se
adentró en el pensamiento de Aristóteles y de sus seguidores árabes y judíos en busca de
elementos aprovechables para la construcción de su propio edificio filosófico". "La postura
de Santo Tomás en la contienda medieval sobre filosofía y religión es en muchos puntos
demasiado similar a la de Averroes para penasr en una mera coincidencia. Algacel, por
respeto a las doctrinas islámicas, habla negado a la filosofía el derecho a inmiscuirse en el
terreno religioso. Expuso esta tesis en su obra "la destrucción de los filósofos". Averroes,
en cambio admite la autoridad del Corám, pero simultáneamente sale en defensa del valor
cognoscitivo de la razón en su respuesta al teólogo iraní; respuesta que lleva el significativo
titulo de "Destrucción de la destrucción".
"Tomás de Aquino por su parte se alinea con Abelardo (aunque sin sus exageraciones
racionalistas ni sus errores metodológicos) en contra de la tendencia menospreciadora del
quehacer filosófico...'".15
Pero, el gran problema de la verdad v su corolario, el de la doble verdad, no sólo fue
resuelto brillantemente por Santo Tomás quien nos enseña que la verdad es sólo una, sino
que, constituyendo uno de los temas sinfónicos más profundos de la "pilosophía perennis"
ha sido brillantemente resuelto por un sabio y un santo de nuestros dias: Juan Pablo II en
su Encíclica "Veritatis Splendor" y la que continúa su reflexión sobre el tema de la verdad
y la fe: la Encíclica "Fides et Ratio".
LEGALES EDICIONES
"El esplendor de la Verdad, dice Juan Pablo II, brilla en todas las obras del Creador y, de
modo particular, en el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios". El esplendor de la Ver
dad, nos lo dice hermosamente el gran Papa, brilla en lo más intimo del espíritu humano: "La
luz del rostro de Dios resplandece con toda su belleza en el rostro de Jesucristo, "imagen de
Dios invisible" (Colosenses 1,15), "Resplandor de su gloria" (Hebreos 1.3L "lleno de gracia v
de verdad” (Juan 1. 14): El es "el Camino, la Verdad v la Vida" ÍJuan 14.61.
En su otra gran Encíclica nos enseña Juan Pablo II que: "La Fe v la Razón fFides et Ra
tio) son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contempla-
16 ENRIQUE L. DÓRIGA S.J.: “La aventura intelectual de Santo Tomás” págs. 53-54, Universidad del Pací
fico, Lima 1975.
710
F ilosofía del D erecho
ción de la verdad." La Encíclica se contrae a establecer que la verdad es una sola v a ella se
llega a tráves de la reflexión filosófica v de la fe v ésta también da testimonio de la verdad
cuando la razón no alcanza a comprender un tema. El vinculo entre la Fe y la Razón es la
sabiduría que todo lo sabe y todo lo comprende.
Santo Tomás, "el apóstol de la verdad" es evocado por el gran Papa en "Fides et Ratio"
(N2 44):
"Santo Tomás amó de manera desinteresada la verdad. La buscó allí don
de pudiera manifestarse, poniendo de relieve al máximo su universalidad. El
Magisterio de la Iglesia ha visto y apreciado en él la pasión por la verdad; su
pensamiento, al mantenerse siempre en el horizonte de la verdad universal,
objetiva y trascendente, alcanzó cotas que la inteligencia humana jamás po
dría haber pensado. Con razón, pues, se te puede llamar "apóstol de la ver
dad". Precisamente porque la buscaba sin reservas, supo reconocer en su rea
lismo la objetividad de la verdad. Su filosofía es verdaderamente la filosofía
del ser y no del simple parecer."
Asi pues, desde sus inicios, la carrera docente v el pensamiento de Santo Tomás de
Aquino estuvieron marcados por la búsqueda de la verdad. Es precisa la designación que le
hace Juan Pablo II al llamarlo "el apóstol de la verdad". Esta investigación y este "espíritu
de la verdad", marcó su pensamiento del cual hizo su defensa en las grandes polémicas v
en las luchas universitarias de la época. Su comienzo en la docencia coincidió con la lucha
por la libertad de cátedra en la Universidad de París. Los maestros seculares no querían
que los dominicos enseñaran en la gran Universidad v menos que fuera Santo Tomás de
Aouino el regente de la cátedra. Guillermo de Saint- Amour llegó a escribir un opúsculo
intitulado "De los peligros de los nuevos tiempos", encaminado a tachar a los profesores
dominicos. Fray Tomás fué encargado por los superiores de la Orden dominica de hacer
la defensa y contradicción de ese ataque y la respuesta escrita en pocos días se intitulaba
"Contra los impugnantes al culto de Dios y de la Religión". La brillante respuesta de Tomás
determinó su triunfo, a tal punto que el Papa Alejandro IV después de leerla se convirtió en
protector especial de Fray Tomás y exigió que los dominicos continuaran en sus cátedras.
Pero, pronto surgió otro peligro, acaso más grave y fué la irrupción del averroísmo y la
interpretación de Aristóteles y el agustinismo y la interpretación de Platón.
Esto suponía el enfrentamiento con los profesores averroístas que enseñaban la ver
sión musulmana de Aristóteles, como Siger de Brabante y con los profesores franciscanos
que enseñaban el agustinismo, como Juan Peckham.
Estas dos corrientes opuestas fueron enfrentadas por Santo Tomás, el agustinismo de
inspiración platónica, desde el flanco derecho, y el averroísmo latino, representado por
Siger de Brabante desde el flanco izquierdo, quien enarbolaba la bandera del averroísmo
aristotélico. El tema de este enfrentamiento lo ha desarrollado, magistralmente Monseñor
OCTAVIO NICOLÁS DERISI en un notable estudio intitulado "La significación y el alcance de
la revolución aristotélica de Santo Tomás frente al agustinismo y aristotelismo averroísta
de su tiempo", publicado en el tomo II de su notable obra "Filosofía Moderna y Filosofía
Tomista": LEGALES EDICIONES
"Tales las dos corrientes opuestas, contra las que tendrá que enfrentarse el aristote
lismo ortodoxo de Santo Tomás: el agustinismo, por la extrema derecha, y el aristotelismo
averroísta por la extrema izquierda. Y el Doctor Angélico habrá de afrontar la batalla con
tanto más vigor y precisión, cuanto sus enemigos agustinianos tratarán de alcanzar en
un solo ataque su aristotelismo con el aristotelismo heterodoxo de Siger de Brabante". "Y
de esta lucha gigantesca contra dos frentes opuestos, llevada al éxito contra tantos y tan
inteligentes opositores por un solo hombre,Santo Tomás, va a salir purificada, probada y
coherente la verdad de la síntesis aristotélica- tomista". "Y en esta lucha gigantesca y tenaz
durante sus primeros años de enseñanza en París, surgen sus famosos libros de las "Quaes-
tiones disputatae" (Discusiones ordinarias mensuales o quincenales) y las "Quaestiones
711
J osé A ntonio S ilva V allejo
* 17 OCTAVIO NICOLÁS DERISI: “F ilosofía M o d ern a y Filosofía Tomista ”, Tomo II, págs. 126 y ss„ Editorial
Guadalupe, Buenos Aires, 1945.
712
F ilosofía del D erecho
en Tagaste, allá por el año 389 y estaba desarrollado en forma de Diálogo con su hijo
Adeodato, quien por entonces tenía 16 años y que falleció poco después. Santo Tomás de
Aquino replanteó la cuestión en esta célebre disputa académica centrada en problemas
epistemológicos sobre la enseñanza.
La polémica tomasíana "De Magistro" consta de cuatro artículos. En el Articulus Pri-
mus, numeral nueve, dice Santo Tomás: "Si el hombre es verdadero maestro, es necesario
que enseñe la verdad. Quien enseña la verdad, ilumina la mente, ya que la verdad es la
luz de la mente. El hombre, por lo tanto, iluminará la mente, si enseña."... Pero ..."Dios es
quien ilumina a todo hombre que viene a este mundo (Juan 1, 9)".
"11. La ciencia no es otra cosa que la representación de las cosas en el alma".
"12. Dice Boecio, en De Consolatione, que con la enseñanza solo se incita la mente del
hombre a saber".
"13. Requiérese para la ciencia certeza de conocimiento, de otra suerte, no es ciencia;
es opinión o credulidad, como dice Agustín en el libro DE MAGISTRO".13
"16. La culpa está en la mente, como también lo está la ignorancia. Y solo Dios limpia
de culpa la mente, según Isaías 43, 25: "Soy yo el que limpia tus rebeldías por amor de mí"
Luego sólo Dios limpia de ignorancia la mente y, consiguiente, sólo él enseña".
Respondiendo al segundo argumento dice en el numeral tres:
"3. Se lee conjuntamente en Mateo 23, 8: Uno es vuestro maestro y también Uno es
vuestro Padre. Que Dios sea padre de todos no excluye que también el hombre pueda
llamarse verdaderamente padre. Luego no se excluye tampoco que el hombre pueda lla
marse verdaderamente maestro".
Respondiendo al Cuarto argumento dice en el numeral noveno:
"9. El hombre puede llamarse con propiedad verdadero maestro, capaz de enseñar y
de iluminar la mente, no porque infunda la luz en la razón, sino porque coadyuva a la luz
de la razón para llevarla a la perfección de la ciencia por medio de lo que propone exterior-
mente. Esto es lo que se expresa en Efesios 3, 8: A mí, el más pequeño de los santos, se me
ha dado esta gracia de iluminar a todos, etc".
"13. Toda la certeza de la ciencia deriva de la certeza de los principios, pues se conocen
con certeza las conclusiones, cuando se las reduce a sus principios. Por tanto, si se sabe
algo con certeza es en virtud de la luz de la razón".
ARTÍCULO 2
¿Puede llamarse alguien maestro de sí mismo?
Respondiendo al primer argumento dice en el numeral tercero:
"3. El enseñar es más propio de Dios que del hombre, según lo que dice Mateo 18, 8:
Uno es vuestro maestro. Y Dios nos enseña, porque nos da la luz de la razón, por la que po
LE G A LE S ED IC IO N ES
demos juzgar todas las cosas. Luego la acción de enseñar ha de atribuirse principalmente
a aquella luz".
"5. Como uno puede ser incluido a la virtud o por otro o por sí mismo, del mismo
modo, en el aprender, uno es llevado también a la ciencia o por sí mismo o por otro".
En la solución al primer argumento planteado dice:1
8
18 Esta célebre Cuestión Disputada la hemos extractado de: SANTO TOMÁS DE AQUINO: “ Opúsculos y
Cuestiones Selectas”, Edición Bilingüe volumen I, págs. 283 a 33 5, confróntese especialmente la págs. 297,
299, 300, 301, 302, 3 1 1 ,3 1 3 ,3 15 , 316, 318,332 y 335. Traducción de Gabriel Ferrer Aloy, O.P.; Introduc
ción y notas de ANTONIO OSUNA FERNÁNDEZ-LARGO. Biblioteca de Autores Cristianos (B.A.C.),
Madrid, MMI.
713
J osé A ntonio S ilva V allejo
"La enseñanza implica, por parte del docente o maestro, capacidad perfecta de cau
sar la ciencia, por lo cual necesariamente quien enseña, o sea el maestro, debe poseer
explícita y perfectamente la ciencia que causa en otro, pues así es como la adquiere quien
aprende".
ARTÍCULO 4
¿El enseñar pertenece a la vida contemplativa o a la activa?
Respondiendo al segundo argumento dice en el numeral tercero:
"3. Se responde que la visión del docente es el principio de la enseñanza, pero la en
señanza misma consiste más en la comunicación de la ciencia de las cosas vistas que en
su visión. Luego la visión del docente pertenece más a la contemplación que a la acción".
Ya era "maestro" en Teología. Su labor docente se consagra en una obra fundamental:
"Comentario a las sentencias de PEDRO LOMBARDO", cuyo texto lo expuso y comentó en
sus clases en la Universidad de Paris entre 1254 a 1256 y que, luego, lo retocó varias veces,
y diez años más tarde, lo abordó de nuevo en sus clases para los estudiantes romanos de
Santa Sabina y cuyo ejemplar en dos tomos lo tenemos a la vista, edición preparada por
Juan Cruz, ediciones de la Universidad de Navarra, Pamplona, 2002.
El Magíster Sententiarum PEDRO LOMBARDO fué un notable teólogo y filósofo naci
do entre 1090 y 1095 en Novara y que murió en Paris el 21 o 22 de Julio de 1160. Su obra
más famosa se titula "Libri quattuor Sententiarum", destinado a la enseñanza de la Teolo
gía, cuyo texto fuera objeto de los comentarios de Santo Tomás. Empero, la enseñanza de
nuestro maestro, "el apóstol de la verdad" o "el Doctor Angélico", lo llevó a la convicción
de que era insuficiente la metodología del Magíster Sententiarum por lo que, empezó a
preparar una magna tratación sobre esos temas que se convertiría en la "Suma Teológica".
La "Suma" constituyó uno de los grandes géneros literarios de la metodología esco
lástica. Consistía en el planteamiento de un tema que empezaba por una dificultad inicial:
la duda o la negación del principio, a lo que seguía, luego, la cita de los grandes maestros
del pensamiento filosófico o de la Biblia y del pensamiento de San Agustín, las dos grandes
fuentes del pensamiento teológico. A ello seguía una serie de distinciones, de analogías y,
finalmente, se llegaba a la conclusión mediante un riguroso razonamiento lógico-deduc
tivo.
En los siglos XII y XIII florecieron ejemplos luminosos de este género literario. Así, en
la escuela de Bolonia, dedicada a la enseñanza del Derecho, brillaron la "Suma Aurea" de
Azón, la "Suma de Ordine ludiciorum" de Johanes Bassiano, la "Suma arboris actionum"
de Pondo de Ylerda, la "Summula de Pugna" de Hugo, la "Suma Codicis Trecensis", atri
buida a Irnerlo, el gran maestro e Iniciador de la escuela de Bolonia, la "Suma Codicis" de
Piacentino, etc.
En la Universidad de Paris dedicada a la enseñanza de la Filosofía y de la Teología las
obras por antonomasia que representan a este género fueron la "Suma Teológica" y la
LEGALES EDICIONES
714
F ilosofía del D erecho
Lo que debe subrayarse en esta obra es su magna lucidez. Como ha dicho KARL RAH-
NER "cualquiera que haya leído algo de la Suma habrá podido notar su gran estilo: su
tono es suave, casi silencioso; no se preocupa de palabras Impresionantes. No conside
ra necesario el hacer todavía mayor? a fuerza de grandes palabras, el gran asunto del
que habla. No denota ninguna predilección por ciertos temas de la Teología, preferidos
a otros. Lo que resulta importante es la totalidad y, por lo mismo, cada detalle. Por ello
no queda deslumbrado por los detalles; su pensamiento se mueve a partir del todo. Por
que no quiere impresionar, si no que el mismo está impresionado por el asunto; " ... Es
un sistemático que tiene en cuenta lo individual utilizando siempre los últimos principios
claramente aprehendidos."..."En esa objetiva lucidez se muestra o se oculta el anhelo de
la luz eterna"20.
Un Iluminado; sí. Un maestro luminoso cuyo maravilloso Ingenio lo llevó a crear un
magno sistema filosófico, teológico y jurídico, que es la Suma Teológica. Su obra y su bon
dad, su inteligencia y su sabiduría hacen de él a uno de los más grandes maestros del
espíritu de todos los tiempos.
La "Suma Teológica" es un formidable sistema inspirado en la filosofía de Aristóteles, a
la luz del Evangelio, construido en tres partes, sobre 38 tratados, 631 cuestiones, 3 000 ar
tículos y 10 000 objeciones, maravillosamente dispuestas formando un todo y un sistema
orgánico. La admirable arquitectónica y la claridad de su doctrina hicieron que se llamara
a nuestro gran maestro el "Doctor Universal" y, aunque después de su muerte, algunos de
sus planteamientos fueron discutidos, la verdad de su ciencia, de sus enjuiciamientos y de
su metodología se impuso con la Bula de su canonización del 18 de julio de 1323 en la que
se dejó establecido que "Santo Tomás de Aquino resplandece como lucero de la mañana
entre las filas de los bienaventurados" y que el Señor había obrado maravillas en él, tanto
en santidad, como en milagros, en sabiduría, porque, después de los Apóstoles y de ¡os
Padres nadie ha iluminado tanto a la Iglesia como él".21
En 1567, Pío V, en su Bula "Mlrabilis Deus" lo declaró "Doctor de la Iglesia Universal";
Benedicto XIV, uno de los Pontífices más sabios de la Iglesia lo declaró en 1756 "Príncipe
de los Teólogos y honra preclarísima de la Orden de Predicadores" y el Papa León XIII, en
su Encíclica "Aeterni Patris" del 04 de agosto de 1879 proclamó la necesidad de enseñar en
las Universidades las doctrinas de Santo Tomás: "Así, pues por el bien de la sociedad y por
el incremento de todas las ciencias, exhortamos a todos a restablecer la áurea doctrina de
Santo Tomás de Aquino y propagarla en todas partes".
Ahora bien, la Suma Teológica, desde el punto de vista literario, pertenece a uno de los
géneros cultivados fervorosamente por la Escolástica. Deben distinguirse las "Summae" de
las "Sentencias" y éstas de las "Flores" o "Florilegios" y, a su vez, éstas, de las "Glosas"; y,
a su vez, todos estos géneros literarios de las "Quaestiones".
Las "Sentencias" eran colecciones de textos para el estudio de la Teología. Ejemplo: ias
"Sentencias" de Pedro Lombardo. Este género se desarrolló en el siglo XII, en tanto que ¡as
"Glosas" eran breves comentarios o sumarias interpretaciones de un texto determinado.
Las glosas podían ser "marginales", escritas al margen de un texto o "interlineales", escritas
LEG A LES ED IC IO N E S
entre las lineas de un texto determinado que bien podía ser la Biblia o el "Digesto" llarna-
47, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1947. Este dicho nos plantea una paradojal cuestión que
alejándonos de la razón pura nos lleva al conocimiento místico y en el cual San Juan de la Cruz ( 1542 -
159 1), nos susurra: “Quédese lejos la retórica del mundo: quédense las parlerías de la humana sabiduría
y hablemos palabras al corazón”.
20 KARL RAHNER: “ Significado actual de Santo Tomás de Aquino”, en el volumen de Autores Varios,
“Teología y Mundo Contemporáneo. Homenaje a Karl Rahner”, pág. 36, Ediciones Cristiandad, Ma
drid, 1975.
21 Esta Bula fue publicada en 1925 por el Padre ANGEL WALZ O.P. en el volumen XVI de los “Anales de la
sacra Orden de los Hermanos Predicadores” págs. 173-192.
715
J osé A ntonio S ilva V allejo
do por los Glosadores de la escuela de Bolonia la "Biblia bajada del cielo". Tal era la suma
reverencia del Medioevo hacia la obra de Justiniano22. A los ojos de los juristas boloñeses,
el Corpus Juris era la autoridad por excelencia, era "la Biblia del Derecho", todo un "don
de Dios"23, una "sanctio santa" en la que "el Espíritu Santo hablaba"24. Ejemplo típico de
autores y de obras dedicadas a este género literario fué la Escuela de Bolonia, "alma mater
studiorum"25 que constituyó la iluminación de la fe y del alma medioeval26.
La concatenación de glosas daba lugar a las llamadas "Cadenas", ejemplo: la "Cadena
del Anónimo" con la cual la escuela bizantina comentó al Digesto allá por el siglo XI. Estos
comentarios o paráfrasis del Digesto son obra de comentaristas anónimos cuyos textos
agrupados en forma de "Cadenas" han pasasdo a la Historia del Derecho con el nombre
de "Cadena del Anónimo" y dieron lugar a que en 1913 un ilustre romanista alemán, el
profesor Hans Peters, publicara un notable estudio intitulado "Los comentarios al Digesto
romano-oriental y los orígenes del Digesto Justinianeo" en el cual se demuestra que en las
acotaciones o escolios puestos a las "Basílicas" (sistematización sintética de todo el "Cor
pus luris Civilis" dividida en 60 libros siguiendo el orden del Codex) se contiene una com
pilación de glosas del Digesto redactadas hacia el año 600, las que, a su vez, se inspiran en
una obra anterior debida a los profesores de la Universidad de Beirut, obra redactada con
animus docendi y que se conoce con el nombre de el Pre-Digesto. Esta hipótesis del Pre-
Digesto permite establecer que antes del Digesto Justinianeo los profesores de la escuela
de Beirut ya manejaban un texto previo que facilitó posteriormente la compilación del Di
gesto por Triboniano y sus 16 redactores. Así, pues, la Sistematización de las "Cadenas" dió
lugar a los "Florilegios" y así tenemos, por ejemplo, las célebres "Flores del Derecho" del
maestro Jácome Ruiz, llamado Jacobo "el de las leyes", autor de la célebre tercera Partida
en el Libro de las Siete Partidas del Rey Alfonso el Sabio del año 1254, aporte fundamental
del pensamiento jurídico español al medioevo del Derecho y que según Adriano Cavanna
"pueden ser consideradas como las PANDECTAS CASTELLANAS" o "como la razón escrita
junto al Corpus luris"27.
A su vez, los "Florilegios" y las "Cadenas" se desarrollaron a través del género de las
"Sentencias".
El pensamiento filosófico, teológico y jurídico de Santo Tomás se desenvolvió, a su vez,
a través de sus "Comentarios a las Sentencias de Pedro Lombardo" y de sus "Comentarios"
a Aristóteles y a sus comentaristas árabes, judíos y látinos, desarrollo doctrinal que va a
culminar en sus dos grandes Sumas: la "Suma Teológica" y la "Suma contra los gentiles" y
también en su notable opúsculo "Del ente y de la esencia". Pero, además, hay que rastrear
la génesis de su pensamiento en el otro gran género y método de la escolástica: en las
"quaestiones" o "disputationes". Así, pues, será preciso acudir a sus "Cuestiones Disputa
das", así como a los Quod-libeta. Así que, para una investigación cabal del pensamiento de
Santo Tomás de Aquino no basta con leer y estudiar la "Suma Teológica" o la "Suma contra
los Gentiles", sino que será fundamental leer sus "Quaestiones".
Las Cuestiones o "Quaestiones" constituyeron en la metodología escolástica ejercicios
mentales, gimnasia dialéctica, todo un duelo entre espadachines de la argumentación, en
LEGALES EDICIONES
22 RICCARDO ORESTANO: ” Introduzione alio studio del diritto romano” pág. 186, Societá editrice “II
Mulino”, Bolonia, 1987.
23 ADRIANO CAVANNA: “ Storía del Diritto M oderno in Europa ”, pág. 118, Milano, Dott. A. Giuffré, edi-
tore, 1982.
24 RICCARDO ORESTANO: ob. y loe. cit.
25 Sobre esta expresión véase JOSE ANTONIO SILVA VALLEJO: “Historia General del Derecho ” págs. 403
y sigs., 401 y sigs, Universidad Alas Peruanas, Lima, 2005.
26 SILVA VALLEJO: ob. cit págs. 399 y sigs
27 Véase FRANCESCO CALASSO: “M edioevo del Diritto ”, pág. 616, cit.; ADRIANO CAVANNA: ob.cit.,
pág. 421.
716
F il o s o f ía d e l D erech o
los que afloraba frente a la tesis, la antítesis, la réplica y la dúplica, habida cuenta que la
verdad era considerada un producto del pensamiento dialéctico. Así lo consideraba Platón
en sus Diálogos, principalmente en "El Sofista" y en el "Parménides" y Aristóteles en su
"Metafísica" libros IV y VI.
Así lo sostuvo también Santo Tomás de Aquino en una célebre y famosa "Quaestio
Disputatae" intitulada "De veritate" escrita en 1256, cuya traducción al castellano la tengo
a la vista en la edición bilingüe de la B.A.C., Madrid, 2001.
Ha escrito el Padre Dominico Abelardo Lobato, O.P. en la "Introducción", pag. 187, del
volumen I, de la obra citada, que: "El estudio del texto tomista de la primera cuestión de
la serie designada como De Veritate es de gran importancia para entrar en la filosofía y en
el pensamiento de Santo Tomás. Esta cuestión contiene algunas de las páginas geniales
y fundamentales de su pensamiento, como la del concepto de ente y de las propiedades
trascendentales del ser".
"A diferencia de otros tratados como el De ente et essentia, el De unitate intellectus,
esta cuestión implica el pensamiento de Tomás en toda su amplitud. Por ello requiere
una triple lectura del texto: histórica, filosófica y teológica. Esta cuestión ha tenido lugar
en el otoño de 1256, en las aulas universitarias del convento de Santiago de París. Tomás
disputará en diversos lugares otras 67, con un total de 502 artículos. A las 29 cuestiones
De Veritate le seguirán las De Potentia en Roma, y las De Virtutibus en París. Todas ellas de
gran valor, mantienen el estilo y la altura de la primera, en la cual ya se pone de manifiesto
la medida del genio". (Veáse Santo Tomás de Aquino: "Opúsculos y Cuestiones Selectas",
pag. 187, edición bilingüe tomo I, Biblioteca de Autores Cristianos B.A.C., Madrid, MMI,).
"El texto tomista De Veritate puede decirse modelo o paradigma de lo que enten
dían los medievales por una quaestio disputata. Era uno de los ejercicios escolares, el más
complejo exigente, e más comprometido para el maestro. El oficio de explicar implica tres
ejercicios: leer, predicar, disputar. Todo profesor o maestro en la sacra doctrina estaba
llamado al ejercicio de los tres deberes, que en el fondo eran tres modos de penetrar en la
verdad. La Lectio era el ejercicio normal de todo profesor. Su cometido era en primer lugar
leer un libro, es decir no sólo leerlo en alta voz ante los alumnos, sino también tratar de
aclarar su contenido".
"Junto con ese ejercicio la vocación incluía el de predicar. El lector tenía que ser tam
bién evangelizador. El tercer ejercicio era el más exigente: disputar y argüir a los contra
dictores. En realidad de la lectio nace la quaestio. La hermenéutica de un texto da origen
a muchas dudas, a pareceres opuestos, suscita problemas, inpllca investigar. La palabra
quaestio viene del verbo latino quaero, buscar, indagar."
"El hombre por su condición de ser racional, es capaz de afirmar y de negar, necesita
dicurriry deliberar, opinar, y disputar para llegar a la verdad. La disputa nace en la vida y
luego pasa a la escuela. El mismo Pedro Cantor decía que era preciso masticar la verdad
con los dientes de la disputa para que resalte y se imponga por su misma fuerza". (Veá
LEGALES EDICIONES
se Abelardo Lobato O.P. "Introducción" a la Cuestión "De la Verdad", en Santo Tomás de
Aquino: "Opúsculos y Cuestiones Selectas", pag. 189, edición bilingüe tomo I, Biblioteca de
Autores Cristianos B.A.C., Madrid, MMI.).
Las "Quaestiones" constituyeron en el estudio de la Teología y del Derecho, tanto en
la Universidad de París cuanto en la escuela de Bolonia, no sólo un genial arte de la argu
mentación y de la persuasión retórica sino el género literario y dialéctico por excelencia en
los siglos XII, XIII y XIV. Así, en el Derecho, por ejemplo, las célebres "Quaestiones de luris
Subtilitatibus" de un autor anónimo pertenecientes a la escuela de Bolonia y estudiadas
brillantemente por la profesora Ginevra Zanetti en un bello "capolavoro" editado por la
editorial La Nueva Italia de Florencia en 1958, estudio brillante del que ya he dado cuenta
precedentemente en las pags. 564 a 567 de este mismo libro.
717
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
Las Quaestiones de luris Subtilitatibus constituyeron "el texto jurídico más interesante
de! siglo XII", según la opinión de D'Ablalng, como ya lo hemos evidenciado en páginas
anteriores, a las que me remito (cfr. retro., pág. 564 y sgtes.).
El genero de las quaestiones caracterizó a todo el Medioevo y, singularmente, a la
Escolástica. El pensamiento y la metodología de Santo Tomas se identifico plenamente,
con dicho método que constituía el sino de una época dominada por el espíritu dialéctico,
como lo sostenemos, a continuación.
Ahora bien; según Santo Tomas "la verdad es la adecuación entre el entendimiento y la
cosa"; "la verdad es la luz por la que el alma conoce todas las cosas".28
La doctrina y definición tomasiana sobre la verdad dio lugar a que el 5anto Papa Juan
Pablo II, lo llamara "el apóstol de la Verdad" en su encíclica "Fides et Ratio", la que, en mi
opinión, constituye una formidable síntesis de "Introducción a la Teología"
En fin, el pensamiento de Santo Tomas ha planteado en ¡a "Suma Teológica" Parte III,
Cuestión 59, una cuestión polémica que nos interesa fundamentalmente a nosotros los
jueces y abogados de todos los tiempos:
"1- ¿Se le debe atribuir a Cristo el Poder Judicial?- 2 - ¿Le compete en cuanto que es
hombre?- 3.- ¿Lo obtuvo por sus merecimientos?- 4.- ¿Su Poder Judicial es universal res
pecto de todos los hombres?- 5 - ¿Aparte del juicio que realiza en el tiempo presente, hay
que esperarlo para el juicio universal futuro?- 6 - ¿Su Poder Judicial se extiende también a
los ángeles?".
Artículo 1
¿El poder judicial debe atribuirse especialmente a Cristo?
Objeciones. Parece que el poder judicial no debe atribuirse a Cristo.
l.-..."Por eso en la Epístola a los Romanos 14, 4, se dice ¿Quién eres tú para juzgar al
criado ajeno?". Y con mayor énfasis en Romanos 2, 1, se establece: "Por lo tanto no tienes
excusa, oh hombre, quien quiera que seas al juzgar; porque, en lo que juzgas a otro, a ti
mismo te condenas; puesto que tu que juzgas incurres en lo mismo." Por ello está escrito
también en San Mateo 7, 1 "No juzguéis, para que no seáis juzgados. 2. Porque el juicio
que vosotros hacéis, se aplicará a vosotros, y la medida que usáis, se usará para vosotros".
Por ello, Santo Tomás al responder a las objeciones del artículo 42 intitulado: "¿Per
tenece a Cristo el Poder Judicial?", dijo: "Cristo, a pesar de haber sido constituido Rey por
Dios, no quiso, mientras vivió en la tierra, administrar temporalmente un reino terreno.
Por eso, el mismo dice en Juan 18, 36: Mi reino no es de este mundo. E igualmente no
quiso ejercer el Poder Judicial sobre las cosas temporales, puesto que El había venido para
llevar a los hombres hacía las cosas divinas. Como escribió San Ambrosio, a propósito de
ese mismo pasaje: con razón declinó nuestro Señor Jesucristo ocuparse de las cosas terre
nales el que había descendido por causa de las divinas, ni se dignó ser Juez de los pleitos, ni
árbitro de las haciendas, teniendo el poder de juzgar a los vivos y a los muertos y el arbitrio
de los méritos".29
LEGALES EDICIONES
Así, pues, de lo escrito por Santo Tomás, así como de los textos bíblicos citados, pare
ce que no es correcto el juzgar a nadie. El mismo Santo Tomás rehusó todo puesto, toda
dignidad y todo cargo en este mundo, salvo la enseñanza, en la que fué un gran profesor e
incluso un gran polemista. Por eso, para conocer a fondo el pensamiento de Santo Tomás,
es preciso acudir a sus Cuestiones Disputadas, así como a sus Quaestiones quodlibetales.
No basta con leer la Suma Teológica.
28 SANTO TOMÁS D E AQUINO “De la verdad” en el volumen “Opúsculosy Cuestiones Selectas” !, pág.
227, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 2001.
29 SANTO TOMÁS DE AQUINO: “Suma Teológica”, Volumen V, Parte III, Cuestión 59, artículo 4, pág.
501. Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid, MCMXCIV.
718
F il o s o f ía d e l D erech o
Y es que la disputa o discusión era el sino de la época -que no solo estaba dominada
por la fe - como lo ha escrito Will Durant, en un hermoso libro intitulado "La edad de la fe"
sino que era una época simbolizada por las luchas caballerescas, el duelo, la "Ordalía" y
los combates entre los intelectuales y entre los señores feudales, como lo ha demostrado
Johan Hulzinga en un estudio clásico intitulado "El Otoño de la Edad Media", capitulo IV:
"El Ideal Caballeresco". El ilustre historiador de Groninga ha meditado muy bien este terna
en otro brillante libro: "Hombres e Ideas" en donde se plantea la gran tesis de Huizinga:
el torneo caballeresco y la disputa escolástica: "en su sentido más autentico el torneo
caballeresco y la disputa escolástica son dos formas intercambiables del noble instinto de
competencia de una época desbordante de fuerza creadora"30.
Y he de recordar aún que en el Derecho Procesal de la Edad Media el Señor Feuaal
retaba a un duelo ordálico a sus jueces cuando desaprobaba la sentencia y provocaba a los
"rachlmburgii" a un duelo ordálico para probar con las armas que la resolución era "falsa,
malvada y desleal" : "Sire, je dis que chis jugement qui est pronuncies contre moi, est faux
et malvés et desloiax". Así se impugnaba la sentencia en el Derecho Feudal a través de un
instituto llamado la "Faussatfon de Jugement" según nos relata Beaumanoir al estudiar
las "Costumbres de Beauvoisis", y del que he dado cuenta en la pág. 380 de mi "Historia
General del Derecho", Lima, 2005, página en la que nos hemos inspirado en las enseñanzas
de un notable profesor italiano: el maestro Piero Calamandrei en el capítulo XIV, pág. 275 y
sigs. de su inmortal estudio "La Casación Civil", tomo I, Buenos Aires, 1945.
Las Cuestiones Disputadas eran, pues, el sino de una época dominada por el espíritu
dialéctico en la que el profesor de Derecho, el profesor de Teología o el profesor de Filoso
fía estaba obligado a sustentar periódicamente discusiones publicas sobre temas contro-
versiales en forma paralela a la "lectio" o explicación diaria y continuada de una determi
nada asignatura. En esta gimnasia dialéctica de espadachines del razonamiento brillaron
los grandes profesores, los grandes maestros de la Edad Media. Tal era la metodología
fundamental de la Escolástica. Estas discusiones tomaban el nombre de "Quaestiones Dis
pútatele" las que podían ser de dos clases: a).- las "Quaestiones ordinarias" que eran
las suscitadas por el mismo profesor ante sus propios alumnos, en plena clase ordinaria,
para ilustrar mejor y a la luz del debate una determinada cuestión o controversia; y b).-las
"Quaestiones quod libetales" (del latín "quod libet" = lo que gustéis, lo que querréis, io
que os apetezca) lo que suponía un desafío, todo un reto, en el que podia intervenir todo
el claustro en pleno de la Universidad y en las que quienes en ellas participaban escogían
un tema propuesto "ad libitum" y sobre él discutían entre ellos o interrogaban al maestro
cualquiera de los asistentes. Estas discusiones se llevaban a cabo dos veces al año por Na
vidad y en la Pascua y en ellas se debatían libremente cuestiones sobre diferentes materias
del Derecho, de la Teología o de la Filosofía.
Santo Tomás de Aquino demostró ser todo un luchador de primera clase en esta cien
cia y arte de la controversia pública.
Las "Quaestiones quod libetales" de Santo Tomás fueron disputadas en tres momen
tos:
LEGALES EDICIONES
Disputas en el primer Magisterio de París entre 1256 a 1259:
De veritate
Quodlibetos Vil a XI.
Disputas durante la enseñanza en Italia entr 1259 a 1268:
De potentia
De ánima
30 JOHAN H UIZIN GA: “Hombres e Ideas. Ensayo de Historia de la Cultura”, pág. 167, Compañía General
Fabril Editora, Buenos Aires, 1960.
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J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
De spiritualibus creaturis
Disputas en el Segundo Magisterio en Paris de 1269 a 1272:
De malo
De virtutibus ¡n communi
De caritate
De correctione fraterna
De spe
De virtutibus cardinalibus
De unione Verbi Incarnati
Quodlibetos I -VI y XII.
Y aún cuando no hay un acuerdo unánime en cuanto al tiempo y lugar de todas las
Cuestiones Disputadas hay, en principio, cierta unaniminidad entre los investigadores to-
masianos, en cuanto a que las cuestiones dedicadas al análisis dialéctico sobre la verdad
("De veritate") fué argumentada dialécticamente durante el primer magisterio de Santo
Tomás en la Univesidad de Paris, entre 1256 a 1259. Un insigne investigador sobre este
tema ha sido el Padre Mandonnet en su estudio: "Introduction á I' édition des Quaestiones
disputatae", I (Paris 1925). Otro notable investigador sobre el tema es el luminoso libro de
Martin Grabmann: "Santo Tomás de Aquino" (segunda edición), pag. 24, editorial Labor
S.A., Barcelona, 1952.
Además de las investigaciones del Padre Mandonnet y de Monseñor Martín Grab
mann estas "Quaestiones" han sido magistralmente estudiadas por:
BELTRÁN DE HEREDIA O. P.: "Estudios Críticos sobre los Quodlibetos de Santo Tomás"
en "La Ciencia Tomista" vol. 29, Año 1924, páginas 371-386.
BELTRÁN DE HEREDIA O. P.: "Miscelánea Beltrán de Heredia’’ (Colección de Artículos
sobre Historia de la Teología Española), 4 volúmenes, Salamanca, 1972 - 1973.
GLORIEUX P.: “Le quodlibet XII de Saint Thomas" en la Revue de Sciences philosophi-
ques et théologiques, vol. 14, Año 1925, páginas 20 a 46.
GLORIEUX P.: "La litterature quodlibétique de 1260 a 1320", Paris, 1925 y 1935.
GLORIEUX P.: "Les Questions disputées de Saint Thomas et leur suite chronologique"
en "Recherches", vol. 4, Año 1932, págs. 5 a 33.
GLORIEUX P.: "Un maitre polemiste: Thomas d'Aquin", estudio publicado en "Melan-
ges des Sciences religieuses", 5 (1948),, págs, 153 a 174.
CHENÚ MARIÉ DOMINIQUE, O.P.: “La Théologie comme Science au XIII. siécle" Paris,
1969.
B. C. BAZÁN, G. FRANSEN, J, F. WIPPEL Y D. JACQUART: "Les questions disputées dans
lesfacultés de Théologie, de Droit et de Médicine”, págs. 13-149, Turnhout, 1985.
LEGALES EDICIONES
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F il o s o f ía d e l D erech o
SANTO TOMÁS DE AQUINO: Cuestión Disputada sobre las Virtudes en General". Estu
dio Preliminar Traducción y notas de Laura E. Corzo de Estrada Ediciones Universidad
de Navarra EUNSA. S.A., Pamplona.
Así, pues, sentado todo lo que antecede y habida cuenta de que la "Suma" y las
"Quaestiones" constituyeron los dos grandes géneros literarios y dialécticos por excelencia
de la metodología escolástica, conviene recordar que la Suma empezaba con el plantea
miento de un tema o, mejor, de una dificultad inicial: la duda o la negación del principio.
Seguía la argumentación, las distinciones y las soluciones.
Ahora bien, el objeto de la Suma Teológica es Dios, quien es tratado desde tres puntos
de vista y de donde nacen las tres grandes divisiones de la Summa:
1) .- Tratado de Dios en sí mismo, como uno y trino;
2) .- Tratado de Dios como creador de todas las cosas;
3) .- Tratado de Dios como fin de todas las criaturas.
El desarrollo de estos tres tratados es el contenido de la Suma Teológica; por ello, San
to Tomás dividió toda su Suma Teológica en tres grandes partes:
En la primera parte antepone el tratado de Dios uno al de Dios trino, toda vez que el
primero, es preámbulo y preparación para el segundo. Acerca de Dios uno va analizando
los atributos de Dios: siplicldad, perfección bondad, infinidad, ubicuidad, inmutabilidad,
eternidad, unidad cognoscibilidad; y, luego, las operaciones inmanentes de Dios, entre las
que están, entre otras, la Ciencia de Dios: Cuestión XIV. De la ciencia de Dios, dividida en
dieciseis artículos.
He aquí la gran reflexión que ha suscitado infinitas especulaciones e interpretaciones
de variada índole: tomistas, neo-tomistas, anti-tomistas, la "nouvelle Theologie", la "Teo
logía de la Liberación", el agnosticismo, etc.
Como dice Xavier Zubiri "Para el ateo no sólo no existe Dios, sino que ni siquiera existe
un problema de Dios. No se trata de la inexistencia de Dios, sino de la inexistencia del pro
blema mismo de Dios en tanto que problema; y estima que la realidad de Dios es algo cuya
justificación incumbe sólo al creyente. Pero esto mismo acontece al Teísta. El Teísta cree en
Dios pero no vive a Dios como problema"...."El hombre actual, sea ateo o teísta, pretende
que no tiene en su realidad vivida un problema de Dios. No piensa que su ateísmo o su
teísmo sean respuestas a una cuestión previa justamente a un problema que subyace"...
"el ateísmo no es menos creencia que el teísmo".31
La cuestión radica en que teísta, ateo o teólogo, hay, pues, una dimensión teológica en
todo hombre que, conciente o inconcientemente, nos angustia o nos consuela, según cual
sea nuestra posición existencial, filosófica o teológica en la vida. Debemos al pensamiento
de KARL RAHNER (1904-1984), el gran maestro jesuíta de las Universidades de Insbruck y
de Münich, acaso por haber sido discípulo directo de Heidegger en Friburgo de Brisgovia,
y de acusar la influencia del Padre MARECHAL S.J. (1878-1944), el conjugar la metafísica
tomista, la teología y la teoría del conocimiento con la filosofía existencial y la visión tras
LEGALES EDICIONES
cendental. El tema, uno de los más apasionantes en la teología contemporánea constituye
uno de los ejes más fascinantes en la teología de KARL RAHNER, planteado, raudamente
desde su Tesis Doctoral intitulada "La metafísica del conocimiento en Tomás de Aquino"
inspirada en "Ser y Tiempo" y en la inversión copernlcana que supone al análisis de "Kant
y el problema de la Metafísica" en la analítica de Heidegger.
La reelaboración de esta notable tesis rahnerlana se publicó en 1939 con el título de
"Geist in Welt" (Espíritu en el Mundo) traducida al castellano con el título de "Angustia y
Salvación", Madrid, 1953.
31 X AVIER ZUBIRI: “El Problema Teologal del Hombre”. En el volumen “ Teología y Mundo Contemporá
neo. Homenaje a KARL RAHNER”. págs. 55 y sigs.; Ediciones Cristiandad, Madrid, 1975.
721
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
carnado.
II- De los Sacramentos:
a) .- en general (cuestiones 60 a 65)
b) .- en particular:
l 9.- del Bautismo
29.- de la Confirmación
32.- de la Eucaristía
42.- de la Penitencia (cuestiones 84 a 90).
Aquí dejó de escribir Santo Tomás.
722
F il o s o f ía d e l D erech o
Hasta aquí llegó la "Sinfonía Inconclusa" del doctor Angélico privándonos a todos sus
lectores de continuar leyendo el magistral texto de Santo Tomás; y este dolor en el lectora-
do universal lo expresó Incomparablemente el anónimo autor de un Inmortal lamento que
corre en un antiguo códice de Oxford del siglo XIII:
"Hic moritur Thomas.
O mors, quam sis maledicta".
(Balliol College 44 pág. XIV):32
El Suplemento a la magna obra inconclusa lo culminó Fray Reginaldo de Priperno O.P.
(muerto entre 1285 y 1295), discípulo, confesor, amigo inseparable, compañero y secre
tario del Santo quien lo acompañó a todas partes durante casi veinte años, el que recibió
la confesión del maestro moribundo y el que dió testimonio después de su muerte de que
lo había encontrado tan puro e inocente como un niño de cinco años33 y a quien el mismo
Santo Tomás le dedicó otra obra suya: su "Compendium Theologíae" con esta dedicatoria:
"Al hermano Reginaldo, el más fiel compañero". Fray Reginaldo fué pues quien concluyó
la Tercera Parte de la Suma inspirándose en el texto del libro IV del "Comentario a las Sen
tencias de Pedro Lombardo".
Esta exposición de Fray Reginaldo de Priperno es la que constituye el Suplemento de
la tercera Parte de la Suma Teológica. Lástima que Fray Reginaldo no nos hubiera dejado
una semblanza del Santo o mejor aún su biografía, a la manera de Carlyle, de Emerson o
de Publio Cornelio Tácito cuando evocaba a Agrícola.
Ahora bien, la Parte Jurídica de la Suma Teológica está constituida por el Tratado de la
Ley y la Justicia contenida en la "Prima Secundae", cuestiones 90 a 108 y en la "Secunda
Secundae" cuestiones 57 a 122 que tratan, respectivamente, de la Ley y la Justicia.
Según Santo Tomás de Aauino ja lev es "rationis ordinatio ad bonum comuna, et ab
eo aui curam comunitatis habet. soiemnitater aromuleata" = "La Lev es la ordenación
de la razón que persigue el bien común y promulgada solemnemente por el Superior
de la sociedad organizada" (Suma Teológica, 1-11-9-90 y siguientes). En similares términos
el "Repertoire Dalloz" nos dice que: "La lol dans le sens jurldique du mot est une régle
soclale edité par la autorité publique et susceptible de étre exécutée par la forcé". (Sobre
esto, nuestro inolvidable maestro, JOSÉ LEÓN BARANDIARÁN ha escrito unos brillantes
párrafos en sus "Comentarios al Código Civil Peruano" (Del Título Preliminar y del Dere
cho de las Personas) Tomo IV, pág. 3, Lima, 1952. Posteriormente, en un estudio notable,
intitulado: "La Concepción de la Ley en Santo Tomás", ha dicho:" Siete siglos no han trans
currido en vano desde que apareció la Suma Teológica. Y en ese lapso se han producido,
naturalmente, una inmensidad de estudios, también de gran valor que en parte confirman,
que en parte contradicen, que en parte complementan y perfeccionan lo expuesto por el
Aqulnate. Mas, las grandes creaciones intelectuales tienen un poder de irradiación", pt.
en el libro escrito conjuntamente con el Padre Jesuíta Enrique López Dóriga SJ. y con el
maestro Mario Alzamora Valdez: "La Aventura Intelectual de Santo Tomás" Universidad del
Pacífico, Lima 1975.)
LEGALES EDICIONES
El Tratado de la Justicia, así como el Tratado de la Ley en general, constituyen una de
las más brillantes elaboraciones de Santo Tomás. Estos temas están abordados en las cues
tiones 57 a 60 y 90 a 97. Es unánime la opinión de que la Primae Secundae y la Secunda
Secundae constituyen las más brillantes elaboraciones doctrinarias de la Suma Teológica.
Las fuentes de la inspiración tomasiana las constituyen el Libro V de la Ética a Nicómaco de
Aristóteles, los escritos de Cicerón y de San Agustín de Hipona. A continuación cito algunas
de las tesis jurídicas más importantes del Doctor Angélico:
32 Citado por SANTIAGO R AM IREZ O.R en su notable Introducción General, “Summa Teológica”, pág.
52, etc. Igual cita hace Martin Grabman en la pág. 50, in fíne, de su ob. cit.
33 M ARTIN G RABM AN : “Santo Tomás de Aquinó”, pág. 20, editorial Labor, Barcelona 1952.
723
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
bre". "La ley Humana es la que es dada por los hombres en tanto tiene razón de ley y se
deriva de la ley natural". "La sociedad Civil tiene su raíz en la misma naturaleza humana y
el fin propio de la autoridad legítima es procurar el bien común y si el régimen se endereza
no al bien común del pueblo sino al bien privado del que gobierne, el régimen será injusto
y perverso". Tal régimen denomínase tiránico y en tal caso la sociedad tiene derecho a
resistirle y a defenderse".
He aquí, en esencia, el pensamiento teológico y jurídico de Santo Tomás de Aquino
expuesto en la Suma Teológica. Para ello fue preciso interpretar correctamente los textos
de Aristóteles, especialmente, el Libro V de la Ética a Nicomaco, la Tópica, la Sofística y
la Metafísica, aparte de los textos de Cicerón, de San Agustín, así como las Instituías y el
Digesto que los debió leer durante su estancia en Bolonia.
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F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
725
LA ESCUELA DE SALAMANCA
Tuvo entre sus grandes precursores a PEDRO MARTINEZ DE OSMA (1420 - 1480) y al
CARDENAL CAYETANO (1468 - 1534); y en la época de su auge o esplendor teológico a los
siete grandes maestros de las cátedras de Prima y de Vísperas de Teología que fueron los
egregios maestros FRANCISCO DE VITORIA (1492 -1546), MELCHOR CANO (1509 - 1560),
DOMINGO DE SOTO (1495 - 1560), PEDRO DE SOTOMAYOR (1511 - 1564), DOMINGO
BÁÑEZ (1528 -1604), MANCIO DE CORPORE CHRISTI (1507 - 1576), BARTOLOME DE ME
DINA (1527 - 1580). Todos estos Insignes maestros en sus comentarios al pensamiento de
Santo Tomás hicieron de la "Suma Teológica" el texto básico y fundamental para el estudio
y la enseñanza de la Teología, como sucede desde entonces hasta nuestros días.
La Escuela de Salamanca nos plantea en los siglos XVI y XVII una renovación en los es
tudios de la teología superando la metodología escolástica y al así llamado "mal dialéctico"
que constituyó el síntoma evidente de la decadencia teológica y de la perniciosa invasión
de la lógica y de la hipertrofia de la dimensión racionalista en el pensamiento teológico.
La crisis de la teología escolástica evidenciada en los albores del siglo XVI se resolvió
mediante una renovación teológica operada en la escuela de Salamanca constituyendo un
fenómeno cultural de gran trascendencia.
El tema lo ha investigado brillantemente el Padre JUAN BELDA PLANS (nacido en Mur
cia en 1945), profesor de Historia de la Teología en la Universidad de Navarra cuya Tesis
Doctoral versó sobre " Melchor Cano y la Escuela de Salamanca" (1972).
Una versión ampliada de su tesis doctoral, que es todo un tratado sobre el tema, lo ha
expuesto el Profesor Belda Plans en un brillante best-seller, cuya lectura es obligada para
todos nosotros, los juristas, los teólogos y los filósofos: "La escuela de Salamanca", B.A.C.,
Madrid, 2000:
"Juan Pablo II en su "Discurso a los teólogos españoles" el 12 de Noviembre de 1982
dijo: "Para encontrarme con vosotros he escogido esta célebre y hermosa ciudad de Sa
lamanca que con su antigua Universidad fue centro y símbolo del período áureo de la
teología en España y que desde aquí irradió su luz en el Concilio de Trento, contribuyen
do, poderosamente, a la renovación de toda la Teología Católica"... "Por eso, en los tiem
pos nuevos y difíciles, que estamos viviendo, los teólogos de aquella época siguen siendo
maestros para nosotros, en orden a lograr una renovación tan creativa como fiel, que res
ponda a las directrices del Concilio Vaticano II, a las exigencias de la cultura moderna y a
los problemas más profundos de la humanidad actual"1.
La decadencia de la Escolástica y la génesis de la herejía de Lutero.- Para comprender
mejor la trascendencia cultural de la escuela de Salamanca es necesario partir de la pro
LEGALES EDICIONES
funda crisis en la que se encontraba postrada la escolástica durante los siglos XV y XVI: de
un lado, la hipertrofia racionalista de la escolástica decadente consistente en el exceso de
la especulación filosófica en sede teológica y de las vanas ficciones metafísicas, lo que con
ducía inexorablemente a su degeneración; de otra parte, el descuido o falta de inspiración
en los luminosos textos de la Biblia y de los grandes Padres de la Iglesia, lo que dió lugar a
la irrupción de la gran herejía de Lutero, antiracionalista declarado, quien llegó a abominar
de la razón diciendo: "la razón no sabe una jota de Dios" o también cuando dijo "...me doy
por satisfecho con la sola palabra de Dios sin que me interese cómo pueda concillarse con
la razón (prostituta diabólica, dice), pues en las cosas de Dios camina con la misma torpeza
JUAN BELDA PLANS: “La escuda de Salamanca”, Introducción, pág. XXIII, B.A.C., Madrid, 2000.
727
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
que un caballo ciego, y todo cuanto comenta y resuelve es falso y erróneo"2 Consecuen
temente tenia que declararse enemigo de los escolásticos de la decadencia tildándolos de
"asnos" y de "bestias" y a las más renombradas Academias Universitarias, como París y
Lovaina, apodándolas "los burdeles de Satanás", porque, "Inspirándose en la filosofía pa
gana de Aristóteles, habían corrompido la palabra de Dios"3. Tenía que ser, pues, enemigo
de la Iglesia, como lo es todo aquel que se deja llevar por las bajas pasiones y, por lo tanto,
procede al insulto y al odio hacia los sacerdotes y hacia la teología dogmática que es su
lógica consecuencia.
Por otra parte la teología escolástica en esa época estaba ligada fuertemente a las
diversas escuelas teológicas, y en éstas se daba un excesivo espíritu de grupo cerrado, o
de gueto. Se seguía ciegamente la doctrina del Maestro de la escuela, por encima de la
búsqueda independiente y dinámica de la verdad, lo cual producía, entre otras cosas, un
anquilosamiento pernicioso en la investigación, se defendía enérgicamente las opiniones
de la escuela casi como si fueran dogmas de fé (tachando incluso, de herejes a los contra
rios); se perdían muchas energías en discusiones interminables de escuela por vanidad
científica de triunfar sobre el adversario (de la escuela rival), más que por amor a la verdad.
Todo lo cual contribuía a la degradación y debilitamiento en que la Teología Escolástica se
hallaba sumida4.
"La realidad era que entre las diversas escuelas teológicas habia una verdadera lucha
dialéctica de unos contra otros, discusiones interminables sobre todo tipo de cuestiones,
al final de las cuales nada se aclaraba. 'Lo que afirmaba un tomista, lo refutaba un nomina
lista; lo que establecía un nominalista, lo negaba un tomista y lo destruía un escotista, o al
revés. De ahí que muchas veces, después de largo disputar, se ignoraba de parte de quién
estaba la razón; no se sabía si se trataba de una verdad dogmática, o solamente de una
opinión escolástica más o menos probable; no se distinguía la Palabra de Dios de la palabra
de los hombres', teólogos pendencieros y sectarios, hay muchos también en la iglesia que
como soldados juramentados ora defienden ora atacan, de forma que toda controversia
suya sobre cualquier cuestión teológica no es sino afán de banderías, rivalidad y discordia,
a los cuales yo ni debo ni puedo aprobarlos. Este exacerbado espíritu de rivalidad y de
secta llevaba consigo, entre otras, una consecuencia grave: el confusionismo o la falta de
claridad teológica (o también: penumbra, imprecisión o vaguedad"5.
"Así pues, el hecho de la pluralidad de escuelas y opiniones teológicas contrapuestas
en el seno de la Teología Escolástica (magnificadas y puestas en su mayor relieve por las
continuas disputas de las escuelas entre sí), en el fondo lo que planteaba era una grave
objeción a la validez misma (científica) de toda la Teología Escolástica. He aquí, en toda
su profundidad, la portada de las luchas entre las diversas escuelas teológicas en el seno
de la Escolástica decadente. Para los mejores teólogos escolásticos (Cano, entre ellos), se
trataba de un defecto de los hombres (teólogos decadentes), no del sistema mismo"6.
"En síntesis, Al hacer un chequeo a la teología bajomedioeval hemos comprobado que
su estado de salud era malo; las principales enfermedades eran: un cierto racionalismo
filosófico (dialecticista o metafíslco), con el consiguiente descuido de las fuentes teoló
LEGALES EDICIONES
gicas (Sagrada Escritura, SS. Padres) y de la temática del trabajo teológico; por la parte
humanista se incurre, al intentar rectificar, en otro tipo de racionalismo crítico-filológico
o gramatical (como consecuencia de un nuevo estilo de estudiar las fuentes), Igualmente
pernicioso. Por el otro lado, como reacción a lo anterior, muchos autores se refugian en
2 LUIS M ARTIN EZ FERNÁNDEZ: “Los Caminos de la Teología. Historia del método teológico”, pág. 75,
B.A.C., Madrid, M CM XCVIII.
3 JUAN BELDA PLANS, ob. cit., pág. 13.
4 Ibíd., pág. 15.
5 Ibíd. pág., 16.
6 Ibíd. pág., 17.
728
F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
emiten voces nuevas que poseen una nueva y especial virtud; de donde, concluye Osma,
queda claro que esta denominación no es en absoluto injuriosa. Ocaña acusa a Osma de
indecoroso (indecente) por hablar de manera salvaje y descarada contra varones agudos y
famosos, como son los formalistas, es decir, los escotistas. A esto responde Osma con una
ironía enormemente significativa: no es verdad que haya injuria contra hombres famosos
(vires famosos); sino más bien contra hombres de humo (domines fumosos), como son los
formalistas, esto es, los humoristas, que con cierto humo de su imaginación se burlan de la
verdad (quienes mezclan la verdad con cierto humo de su imaginación).
7 Ibíd. pág. 2 1 - 2 2 .
8 Ibíd. pág., 43.
729
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
Por donde estos nuevos doctores (o, mejor, perturbadores de toda doctrina), según
lo que les caracteriza, pueden ser llamados decente y propiamente, y sin ninguna injuria,
vociferadores, verbosistas, viles, fumosos o fumosistas, según guste más; e igualmente a
las formalidades mismas se las puede llamar verbosidades o fumosidades"9.
"Así pues para el maestro Martínez de Osma" "frente a la crisis metodológica del ver-
bosismo, se debería volver a las fuentes de la Revelación, ordenar el uso del elemento
racional en teología dentro de sus justos límites, y para ello el mejor modelo a seguir es el
conocimiento y estudio de Santo Tomás"10.
Como se advierte, el libro del que estamos dando cuenta es sumamente útil no sólo
para los teólogos, sino, fundamentalmente, para los juristas.
Yo he visto, como magistrado y como profesor universitario, este juego de luces y de
sombras, estas satanizaciones y falacias, el argumento ad-hominem y hasta el sofisma del
"quaternio terminorum" por parte de quienes han tratado de hundir a jueces y abogados.
Por eso, la lectura de este libro brillante del profesor Belda Plans es, no sólo atractivo sino,
obligatorio.
En el libro que estamos extractando es fundamental (leer páginas 59 y sigs.) la evolu
ción, asentamiento y posterior triunfo de la corriente tomista desde la muerte de Santo
Tomás el 7 de Marzo de 1274 que constituye un proceso largo y complejo.
Dice el profesor Belda Plans que se podría señalar una primera etapa de unos cin
cuenta años (1274 a 1323) caracterizada por las polémicas y las apologías entre Tomismo y
Escotismo; una segunda etapa abarca el resto del siglo XIV, en el que aparece la nueva Vía
Nominalista (o Vía Nova) instaurada por Guillermo de Ockam, y que se extiende rápida
mente. Durante este período, predominantemente defensivo se sigue recomendando en
los Capítulos Generales el estudio de las obras y doctrina tomista, aunque sin sustituir al
texto clásico de las sentencias de Lombardo. Se previene contra algunos disidentes como
Durando de San Porciano, OP (+ 1334) o R. de Holkot (+1349), y contra el peligro del ala
extremista del ockamismo en París (Nicolás d' Autrecourt y Juan de Mirecourt)... En una
tercera fase (siglo XV) se va a producir un paulatino asentamiento y expansión del tomismo
sobre todo en algunas Universidades europeas. La gran figura de Juan Capreolo (+1444) y
su obra "Deffensiones theologiae dividoctoris Thomas Aquinatis" que le valió el título de
Princeps thomistarum; a fines del siglo XV se produce un ambiente propicio a la Corriente
Tomista en diversas Universidades europeas. Por fin, una cuarta parte y definitiva etapa
(que abarcaría el primer tercio del siglo XVI), un ambiente propicio dentro y fuera de la
Orden Dominicana produce un florecimiento claro del tomismo. El punto de referencia
aquí lo constituye el Capítulo General de Milán (1505), bajo el generalato de P. Vicente
Bandeili, que manda ya leer a Santo Tomás en todos los Conventos de la Orden (via et
doctrina Sancti Thomae legatur). Es decir, lo que se hacía esporádicamente en conventos y
Universidades, ahora se va a hacer de manera general y orgánica: la exposición y el estudio
de los textos mismos de Santo Tomás como medio importante de formación teológica en
la orden. Por ello hay que hacer notar que cuando Pedro Crockaert introdujo en Saint-
Jacques de París la praxis de leer la Suma en lugar de las Sentencias, esto se llevó a cabo
LEGALES EDICIONES
9 Ibíd., págs. 4 4 -4 5 .
I 10 Ibíd., pág. 46.
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amplia y abarcante de lo que sea la Teología y su objeto, lo cual les ¡leva a veces a estudiar
muchos temas socio-políticos, jurídicos, económicos, que parecen propios de la ciudad
temporal; sin embargo ello lo estudian desde la formalidad teológica, aplicando la luz de
los principios relevados a las realidades humanas y terrenas; en todo caso la Teología es
como la base de partida o el núcleo impulsor de los estudios en otros campos. Así pues,
originariamente hay que afirmar que es una Escuela Teológica, y sólo derivadamente (o
secundariamente) se la puede calificar de jurídica, filosófica o económica, al estudiarla en
esas perspectivas derivadas".
"Así, respondiendo al interrogante fundamental ¿qué se entiende por Escuela de Sa
lamanca?, o también ¿cuál es su conceptualización en sentido propio (noción crítica)?,
se podría decir que la Escuela salmantina fué: un movimiento estrictamente teológico del
siglo XVI, que se propuso como objetivo primordial la renovación y modernización de la
Teología, integrado por un grupo amplio de tres generaciones de teólogos, catedráticos
y profesores de la Facultad de Teología de Salamanca, todos los cuales consideraron a
Francisco de Vitoria como el artífice principal del movimiento y siguieron los cauces de
renovación teológica abiertos por él, hasta principios del siglo XVII. Todos estos Maestros
encarnaron una respuesta homogénea y acorde con los grandes retos de la teología de la
época, en orden a la renovación de dicha teología. Se trata de un movimiento teológico
con unas características comunes que le confieren un cierto aire de familia, de tal manera
que sus doctrinas y sus métodos van marcados con el mismo sello de identidad. Pero sobre
todo aportan como rasgo esencial un espíritu o un estilo propio de hacer teología que aúna
en sí elementos tradicionales (el ideal científico de la teología, propio de la Gran Escolásti
ca medieval) y elementos modernos (el recurso a las fuentes positivas de la teología, según
los métodos histórico-críticos propios del Humanismo renacentista), hasta entonces diso
ciados y en cierta pugna mutua. O, si se quiere, aporta un cierto idearlo o prograrma con
creto con el fin de hacer frente a la crisis de la teología moderna con soluciones prácticas
y eficaces. Todos estos elementos de renovación teológica los encontramos por primera
vez reunidos, sistemáticamente elaborados y, sobre todo, como regla fija de una Escuela
o grupo de teólogos, transmitida y perfeccionada de generación en generación, formando
un verdadero equipo de investigación, cuyos componentes incorporan su aportación per
sonal al esfuerzo colectivo"13.
¿Quiénes forman parte de la Escuela de Salamanca? A esta pregunta responden las
páginas 162 y sgs. del libro cuya reseña hacemos. La lectura obligada de este texto nos re
miten a las 997 páginas de un hermoso libro. De esta manera, con las citas y las remisiones
pertinentes puntualizo el texto de un magnifico autor y de un gran libro sobre "la Escuela
de Salamanca".
Además del gran libro del profesor BELDA PLANS debe leerse a otro luminoso autor: el
maestro BELTRÁN DE HEREDIA: "Miscelánea Beltrán de Heredia" (Colección de Artículos
sobre Historia de la Teología Española), 4 volúmenes, Salamanca, 1972 - 1973.
LUIS MARTÍNEZ FERNÁNDEZ: "Los Caminos de la Teología. Historia del método teoló
gico", Biblioteca de Autores Cristianos (B.A.C.), Madrid, MCMXCVIII.
LEGALES EDICIONES
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Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
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LEGALES EDICIONES
734
EL NEOTOMISMO Y LA TEOLOGÍA CONTEMPORÁNEA
46
Con esta denominación se designa a una escuela, la más importante de la Neoescolás-
tica o Neoescolasticismo, cuyas doctrinas y reflexiones se inspiran en el pensamiento de
Santo Tomás de Aquino. Hay que distinguir entre los precursores y entre los grandes maes
tros del Neotomismo, como también entre las grandes Universidades e Institutos en don
de se expone el pensamiento de Santo Tomás. Entre los precursores debe citarse a JAIME
BALMES, nacido en Cataluña el 28 de agosto de 1810, muerto allí mismo el 9 de julio de
1848, autor de "El Criterio", "Filosofía Fundamental", y "Filosofía Elemental". Dice Ferrater
Mora que lo que caracteriza a Balmes es una tendencia psicologista en la lógica, según la
cual la verdad o falsedad de las proposiciones es producida en parte por factores de índole
subjetiva y que esta tendencia se advierte en "El Criterio". Su influencia se ha ejercido
sobre el cardenal Mercier y a través de él en la Universidad de Lovaina. Según Klimke "los
primeros intentos de restauración de la escolástica aparecieron en Italia y a ella contribu
yó decisivamente la Compañía de Jesús. Los Jesuítas, expulsados de España en 1767, se
refugiaron en Italia y allí cultivaron la filosofía tradicional en publicaciones tales como "La
Civiltá Cattolica" fundada en Roma en 1850 por MATEO LIBERATORE, S.J. (1810-1892) y
LUIGI TAPARELLI D'AZEGLIO (1793-1862). "Pero a todos supera JOSEPH KLEUTGEN. S.i.
(1811-1883) profesor en la Universidad de Fribureo, quien es el principal redactor de la
Encíclica "Aeterni Patris".
Bajo el pontificado del Pana León XIII (1878-1903) se llegó a la convicción de res
taurar oficialmente la filosofía escolástica y sobre todo el pensamiento de Santo Tomás.
Para ello, y en colaboración con su hermano el cardenal José Peed, fundó la Academia
Romana de Santo Tomás conocida con el nombre de "El Angélico" v promovió en la Uni
versidad de Lovaina la creación de un Instituto de Filosofía Tomista que fue regentado
durante muchos años por el Cardenal MERCIER. S.J. (1851-1926). Pero su obra decisiva
fue la promulgación de la Encíclica "Aeterni Patris" publicada el 4 de agosto de 1879,
fecha simbólica, el día de la fiesta de Santo Domingo de Guzmán, el patrono de la Orden
de Predicadores, o sea de los padres Dominicos, cuyo hijo más ilustre fue Santo Tomás. .La
Encíclica "Aeterni Patris" consta de tres partes: La primera, en la que se plantea la nece
sidad de una filosofía profunda que pueda servir dignamente para el fundamento cientí
fico y metodológico de una auténtica filosofía; segunda, la filosofía de Santo Tomás posee
eminentemente esas cualidades, por ser universal, sin menoscabo de su profundidad y
solidez, así como de su orden y claridad; tercera, es necesario volver a la filosofía de Santo
Tomás, seguirla fielmente y propagarla por todos los medios.
La irradiación de esta Encíclica y del pensamiento neotomista ha propiciado la crea
ción de numerosas escuelas, universidades, revistas, infinidad de libros, maestros y discí LEGALES EDICIONES
pulos. Entre las universidades más destacadas hay que mencionar, además del Instituto
Superior de Filosofía de la Universidad de Lovaina. la creación de la Universidad del "Sacro
Cuore" de Milán (1920), de la Universidad de Friburgo (Suiza), del "Angelicum" en Roma,
del Instituto Católico de París, de la Pontificia Universidad Católica Javeriana de Bogotá,
restaurada en 1931, de la Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín 1936, de la Uni
versidad Católica de Chile, Santiago 1888, de la Universidad Católica de Valparaíso, 1924,
la Universidad Católica Argentina Santa María, 1910, y, entre nosotros, la fundación er,
1917 de la Pontificia Universidad Católica del Perú, cuyo primer Rector fue el Padre JORGE
DINTILHAC, S.S.C.C. (1878-1947) quien se doctoró en Teología en nuestra Universidad Na
cional Mayor de San Marcos.
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Entre las grandes escuelas que surgen del luminoso pensamiento de Santo Tomás des
taco, además de la escuela de Lovaina, a la escuela dominica francesa que inspirada en el
tomismo, se organizó en el centro de Le Saulchoir.
LA ESCUELA DE LE SAULCHOIR fue constituida en 1904 en las afueras de la ciudad
belga de Tournai cerca de la frontera con Francia y, años después, en 1939 se trasladó a
Etiolles, en las proximidades de Paris. La gran escuela de Le Saulchoir estaba dirigida por
la Orden de Predicadores (O. P.), los dominicos, y estaba situada en un antiguo convento
cistersiense ubicado en medio de un bosque de sauces, un saucedal, en francés "le saul
choir", de allí su nombre.
Pero, su inmenso prestigio -era todo un sueño, un inmenso ideal, estudiar en Le Saul
choir- devenía no solo de que allí se estudiaba a fondo a Santo Tomás y a sus doctrinas,
sino que la inmortal teología tomista se analizaba a luz de la historia y de la cultura con
temporánea, lo que devino, paradojalmente, en una profunda crisis, años después, en la
que fueron cesados en sus cátedras dos de los mas grandes maestros de la teología con
temporánea: Chenú y Congar.
Su primer gran rector fue AMBROISE GARDEIL quien nació el 29 de Marzo de 1859 en
Nancy y murió el 2 de Octubre de 1931 en Paris.
En 1903 publicó una obra formidable: ",Los Dones del Espíritu Santo y los Santos Do
miníeos" y su ultima obra se intitula "La Estructura del Alma y la Experiencia Mística" Paris
1927. En 1910 publicó "Le donné révelé et la théologie".
La teología clásica encuentra, pues, en Ambroise Gardeil a su gran exponente, habi
da cuenta que en su diálogo con Santo Tomas, concilio el espiritualismo idealista de Sar
Agustín con el realismo aristotélico de Santo Tomas. Maestros de la teología clásica en Le
Saulchoir han sido también Pierre Mandonnet (1858-1936), Reginald Garrigou-Lagrange
(1877-1964), A. D. Sertillanges, Marie Dominique Chenú e Yves Congar con quienes la teo
logia clásica se iluminó con nuevos horizontes.
Así pues, el primer impulsor de la escuela de Le Saulchoir fue el padre
AMBROISE GARDEIL O.P; pero, sobre todo, el gran teólogo y filósofo,
padre REGINALD GARRIGOU-LAGRANGE O.P. (1877-1964).brillante
profesor de filosofía cuya obra fundamental "La Síntesis Tomista" edi
tada por la editorial Desclée de Brouwer en Buenos Aires, 1947, es un
libro decisivo para el estudio de este tema. Profesor en Le Saulchoir y
desde 1909 en el ateneo "Angelicum" de Roma, hoy Universidad de
Santo Tomás, ha sido profesor de brillantes discípulos, a la cabeza de
LEGALES EDICIONES
los cuales cito, entre los sacerdotes, a Karol Woitvla, v entre los seglares a Jacaues Mari-
tain.
A la misma escuela pertenece el padre MANDONNET de la Orden de Predicadores.
PIERRE MANDONNET O. P. (1858-1936), dominico francés nació en Beaumont el 26 de
Febrero de 1858 y murió en Kain (Bélgica) el 4 de Enero de 1936. Fue profesor en Friburgo
(Suiza), luego, en Paris, y, fundamentalmente, en Le Saulchoir en cuya casa de estudios pu
blicó una serie de investigaciones sobre la filosofía medieval. Obras: "Siaer de Brabant et E
Averroisme latín au Treiziéme siécle". Friburgo. 1899: "Des écrits autentiques de St. Thomas
d' Aquin" 2§ ed., aumentada Friburgo, 1910; "Bibliographie Thomiste" Paris 1921; "Saint
Dominique. L' idée, l'homme et l'oeuvre", Gante, 1921. La obra del padre Mandonnet ha
sido decisiva para fundamentar la critica textual tomista a la luz de la historiografía, de la V
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J osé A ntonio S ilva V allejo
la Orden de Predicadores (O. P.), los dominicos, y estaba situada, como ya lo he dicho
precedentemente, en un bosque de sauces, en un saucedal, con el que se simboliza a esta
escuela, la que constituyó, a través de sus viscisitudes, no solo a una sede de gran prestigio
académico y a una gran biblioteca, en torno a la cual investigaban los religiosos domini
cos, renovando la clasica teología tomista a la luz de la Sociología, de la Psicología y de las
nuevas corrientes culturales de la época en un antiguo convento cistersiense ubicado en
medio de un bosque de sauces, un saucedal, en francés "le saulchoir", de allí su nombre.
Pero, su inmenso prestigio -era todo un sueño, un inmenso ideal, estudiar en Le Saul
choir- devenía no solo de que allí se estudiaba a fondo a Santo Tomas y a sus doctrinas,
4 sino que la inmortal teología tomista se analizaba a luz de la historia y de la cultura con-
H temporánea, lo que devino, paradojalmente, en una profunda crisis, años después, en la
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que fueron cesados en sus cátedras dos de los más grandes maestros de la teología con
temporánea: Chenú y Congar.
MAR1E DOMINÍQUE CHENÚ nació en Soisy sur Seine el 7 de Enero de
1895 y murió el 11 de Febrero de 1990. Su tesis doctoral trató sobre
el "Análisis Psicológico y Teológico de la Contemplación”, la misma que
estuvo dirigida y asesorada por el padre Garrigou-lagrange. Incorpora
do luego al claustro de profesores de Le Saulcholr dictó allí la cátedra
de "Historio de las doctrinas Cristianas". Nombrado maestro de Teolo
gía en el Capítulo General de la orden Dominica en 1932 fue nombrado
luego Regente de estudios de Le Saulchoir y allí, en 1937, escribió un
libro también extraordinario intitulado: "Un école de théologie. Le Saulchoir", el mismo
que fue condenado y puesto en el Indice de Libros Prohibidos por un Decreto del Santo
Oficio en 1942 para, luego, ser destituido de su cargo.
Empero, no obstante sus desventuras personales, escribió sus grandes libros como:
"Introduction á l'étude de Saint Thomas" 1950; "La théologie au XII siécle” Paris, 1957;
"Saint Thomas d ’Aquin et la théologie" "Maitres Spirituels". Paris, 1959; "La parole de
Dleu" "La foi dans l'inteligence", "L'evangelie dans le temps" Paris, 1964; "Theologie de la
matiére" 1967, "Hacia una Teología del Trabajo" Barcelona 1960; "Santo Tomás de Aquino
y la Teología" Madrid, 1962; "La Fé en la Inteligencia" Barcelona 1966; "Los Cristianos y
la Acción Temporal" Barcelona 1968; "¿Es Ciencia la Teología?" 1959; "Santo Thomas in-
novateur dans la créativité d un monde nouveau" en el volumen "II pensiero di Tommaso
d'Aquino e i problemi fondamentali del nostro tempo" Herder - Roma, 1974, págs. 27 a 33.
Según Chenú la teología no puede reducirse a conceptos y fórmulas fijas ni aun cuan
do se trate de conceptos y formulas acuñadas por una personalidad de la envergadura
intelectual de Santo Tomas. La continuidad con Tomas de Aquino no implica, pues, la conti
nuidad con una doctrina cuanto la continuidad con una actitud y un espíritu, lo que supone
resolver en nuestro tiempo los problemas de nuestra cultura, como Santo Tomas lo realizó
en su tiempo. Por tanto, la teología debe ser solidaria con su propio tiempo. Existe, pues,
según Chenú, una profunda conexión entre la Teología y su momento histórico, entre el
evangelio y el tiempo, como dice el titulo de uno de sus libros, tesis ésta, que condujo a
Chenú a ocuparse de las grandes cuestiones socioculturales y sociopolíticas de nuestro
tiempo. La historia, dice Chenú, no es una realidad mostrenca o vacía, sino un proceso
dotado de sentido. Por ello el teólogo debe escuchar las voces de los tiempos y dirigir
hacia ellos su atención para detectar, así, los signos de los tiempos y, en consecuencia,
percibir el ritmo inmanente del acontecer. Es, pues, una teología vibrante, ecuménica, his-
torlológica e historicista, la teología de Chenú, toda abierta a la comprensión de la historia
y a las corrientes culturales de la época. Según Chenú la teología es "la fe solidaria con el
tiempo"; por esto la mentalidad del teólogo debe "estar abierta siempre al propio tiempo
para poder sumergirse en la experiencia actual de la cristiandad". "Retornar a Santo Tomas
significa recuperar la creatividad y la invención con que el espíritu retorna a la fuente siem
LEGALES EDICIONES
pre fecunda, prescindiendo de cualquier conclusión adquirida"1.
El opúsculo, "le petit livre" de Chenú intitulado "Un école de théologie: Le Saulchoir"
nacida de una conferencia pronunciada el 7 de Marzo de 1936, con ocasión de cumplirse
el 662 aniversario de la muerte de Santo Tomás, es un best-seller, todo un clásico, lamen
tablemente aún no traducido al castellano, pero si al italiano (editado por Marietti, Casaie
Monferrato, 1982), en el cual se exponían "nuestras ideas sobre el método histórico", es
crito sin ningún espíritu de rebelión, pero, surgido como corresponde a un gran maestro
"desde lo más profundo del corazón".
i MARIE DOMINIQUE CHENÚ: “U n école d e Théologie: L e Sa u lch oir”, págs. 46, 33 y 52, citados por
Rosino Gibellini, “ L a Teología del siglo X X ” pág. 180, editorial Sal Terrae, Santander, 1998.
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Sucedió con él y con la escuela de Le Saulchoir. Sucedió con sus libros formidable;
como: "Chrétiens désunis. Principes d'un oecuménisme catholique" (París 1937); "Esquís -
ses du mystére de I' Eglise" (París 1941); "Sacerdote et laicat dans l'Eglise" (París 1946):
"Vraie etfausse réforme dans í Eglise" (París 1950); "Le Christ, Marie et í Eglise" (París
1952); "L'Eglise catholique devant la question raciaie" (París 1953); "Jalons pour une théo
logie du laicat" (París 1953); "La tradition et les traditions. Essai historíque" (París 1960)
"Aspects de íoecuménisme" (Bruselas 1962); "Les voies du Dieu vivant Theologie et vie spi
rituelle" (París 1962); "Lafoi et la théologie" (Tournaí 1962); "Vadean II. Le Concite aujour
le jour" (Parísl963); "La tradition et les traditions. Essai théologique" (París 1963); "Pour
une Eglise servante et pauvre" (París 1963); "Chrétiens en Dialogue. Contibutions catholi
ques á l'Oecuménisme" (París 1964); "Jesús-Christ, notre Mediateur, notre Seigneur" (Parí:
1965); “Je crois en l'Esprit Saint. I. L'experience de l'Esprit" (París 1979); Journal d' ur
théologien. 1946-1956" (Paris 2000); "Mon Journal du Concite I" (París 2002).
El padre Congar, teólogo dominico francés, fue un brillante profesor de Teología en la
Facultad de Le Saulchoir. Debe ser considerado como el teólogo de vanguardia en la escue
la de Le Saulchoir y uno de los más grandes eclesiólogos católicos del siglo XX. La filosofía
de la vida y el pensamiento teológico se entrecruzan en sus doctrinas y por ello deviene en
una teología de vanguardia que es la base de la llamada "nouvelle theologie" en la que se
han inspirado los sacerdotes obreros y la así llamada "Teología de la Liberación".
Además ha propiciado los principios del diálogo entre las distintas iglesias cristianas.
Pero, además, el padre Congar ha sido el hombre que "preparó el clima del Concilio Va
ticano II". Como teólogo del Concilio influyó decisivamente en los nuevos enfoques de la
teología y en la redacción de ios documentos del Concilio Vaticano II que dieron a la iglesia
y al mundo cristiano un espíritu nuevo, un humanismo nuevo, una nueva esperanza y una
nueva visión, histórica y trascendente del mundo en que vivimos.
Cito en especial entre los documentos conciliares en los que el luminoso pensamien
to del Padre Congar influyó decisivamente: la "Constitución sobre la Iglesia" del 21 de
Noviembre de 1964 (Constitución "Lumen Gentium cum sit Christus": "Cristo es la Luz de
los Pueblos") y la "Constitución Pastoral sobre la Iglesia y el mundo moderno" del 07 de
Diciembre de 1965 (Constitución "Gaudium etSpes").
Para estudiar a fondo el pensamiento del Padre Congar debe leerse su "Journal d un
theologien 1946-1956", y además su "Mon Journal du Concile 1960-1966" diario que bien
podría llamarse Luces y Sombras del Concilio Vaticano II.
LEGALES EDICIONES
ción y la inspiración "more geométrico" en un mundo de esencias inmóviles.
Los grandes téologos y maestros espirituales de la escuela de Fourviére, en las cerca
nías de la ciudad de Lyon donde funcionaba un Seminario de los Jesuítas, han sido: Henri
de Lubac, Teilhard de Chardin, Gastón Fessard, Flans Urs von Balthasar, Jean Danielou.
HENRI DE LUBAC.- Teólogo jesuíta francés nacido en Cambrai el 20 de
Febrero de 1896 muerto en Paris en 1991, profesor de Teología e His
toria de las Religiones en la Universidad Católica de Lyon y en la Facul
tad de los Jesuítas de Fourviére, es considerado uno de los paradigmas
de la "nouvelle théologie".
La nueva teología o la "nouvelle théologie" surgió con los maestros A
dominicos del círculo de Le Saulchoir, M. D. Chenú e Yves Congar, pero, Xí
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Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
también, con los teologos jesuítas de la escuela de Fourviére: Henri de Lubac, Hans Urs
von Balthasar y el Cardenal Daniélou. Henri de Lubac ha sido considerado como "un pa
radigma teológico del Vaticano II". Así lo ha llamado el Padre Raúl Berzosa en un hermoso
libro reciente "Hacer Teología Hoy. Retos, perspectivas, paradigmas". Y añade que "Sus
escritos están marcados por dos palabras: servicio a la humanidad y fidelidad al termino
"catolicismo": su opción es de abrazar la plenitud, la totalidad, el horizonte más amplio
posible. La teología se concibe así mas como un servicio a la cultura y a la labor pastoral
que como catolicidad. Como consecuencia, la obra de de Lubac es rica en citas y remite
constantemente a la tradición porque quiere inscribirse dentro de la gran tradición ecie-
sial, redescubriendo las fuentes siempre vivas, potentes y fecundas". "En Henri de Lubac,
más que de un teólogo se puede hablar de un escritor espiritual y místico: sabe unir ciencia
y contemplación, lenguaje y adoración. Ciertamente dentro de la obra de de lubac hay op
ciones filosóficas de fondo y una basta cultura y un conocimiento del fenómeno religioso
en general y de las grandes religiones históricas". "De Lubac es un teólogo que utiliza un
catolicismo integral redescubriendo aspectos olvidados en la teología: así en la perspec
tiva histórica y el poder del símbolo en contra del racionalismo barroco y de la lógica aris
totélico- cartesiana el sentido social de la vivencia cristiana en contra del individualismo
burgués. La actualidad de sus escritos no está marcada por el oportunismo, sino por la
inmersión y redescubrimiento de la rica tradición cristiana.
Desde la realidad española, denunciamos nuestra teología no por falsa, sino por insu
ficiente o miope".2
Hans Urs von Balthasar lo llamó "el hombre más sabio de nuestro tiempo"3y, a su vez,
el dominico Juan Bosch lo llama "gigante de la teología católica de nuestros días con una
obra teológica de mas de 50 volúmenes, 20 mil páginas y 200 mil citas".4
Suspendido en su docencia el Papa Juan XXIII lo rehabilitó nombrándolo teólogo del
Concilio Vaticano II y el Papa Juan Pablo II en 1983 lo nombró Cardenal.
Los vaivenes de su vida académica pueden atribuirse al hecho de haberse considera
do sospechoso de desacreditar la Teología escolástica, su racionalismo especulativo y su
metodología clásica, de despreciar a la razón para privilegiar al sentimiento, de seguir a la
línea modernista de la experiencia religiosa inspirada en la psicología y en el subjetivismo,
de sostener ¡deas inaceptables sobre el desarrollo de la dogmática clásica al negar que la
revelación se cierra con la muerte del ultimo apóstol, de minusvalorar las pruebas de la
tradición a favor de las especulaciones teológicas; en suma, de asumir una posición anta
gónica al racionalismo dogmático de la teología clásica que es lo que se conoce como el
nombre de la "Théologie nouvelle" que se caracteriza por una vuelta a las fuentes de la
teología, por la preocupación pastoral de la teología y por el diálogo con la cultura con
temporánea.
Un admirable sintesis sobre el pensamiento de Henri de Lubac nos la ofrece el Car
denal Daniélou en sus "Memorias", pág. 69: "Finalmente, en Fourviére existía una última
tendencia aquella a la que yo pertenezco, la del padre de Lubac que, mas que seguir cual
L E G A L ES E D IC IO N E S
quiera de los sistemas de pensamiento actual, pretendió hallar la continuidad dentro del
pensar de la Iglesia, apoyándose para ello en el estudio de los Padres y ampliándolo con
una reflexión sobre una visión cristiana de la historia. Para mí personalmente, esta teología
de la historia es el aspecto más importante de la teología contemporánea, ya que pone el
acento en lo esencial del cristianismo, que consiste en ser una historia, en estar compro-
2 RAUL BERZOSA: “Hacer Teología Hoy. Retos, perpectivas, paradigm as”, pág. 51-52, editorial San Pablo,
Madrid 1994.
3 HANS URS VON BALTHASAR: “II Padre Henri de Lubac”, Jaca Book, Milano 1978.
4 JUAN BOSCH, O.P.: “Diccionario de Teólogos Contemporáneos”, pág. 274, in fine, editorial Monte Car
melo, Burgos 2004.
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F il o s o f ía d e l D erech o
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J o sé A n t o n io S il v a V allejo
logia", 1965; "Himno del Universo", 1961, y una numerosa correspondencia con una serie
de intelectuales.
"Lo genial del Padre Teilhard de Chardín -dice el Cardenal Daniélou en sus "Memo
rias"-, estuvo en comprender e integrar lo que imponía la ciencia contemporánea: una
concepción evolutiva de la historia cósmica y de la historia de la humanidad, el pensamien
to de Teilhard de Chardín descansa sobre bases científicas, sobre sus propios estudios de
paleontología- fué un gran paleontólogo". "Conocí muy bien al Padre Teilhard. Lo vi por
primera vez en Fourviére, en 1937. Déspues viví durante 4 años con él en París. Era un
hombre exquisito, sumamente atento y cortés, que gozaba de una extraordinaria fuerza de
simpatía y apertura para con los demás."
"Todo lo cual no impedia que fuera al mismo tiempo flexible y rigurosamente fiel a una
visión del mundo". ..."Yo le debo mucho al Padre Teilhard: gracias a él me he interesado por
la historia y sus problemas"... " H a y q u e re c o n o c e r q u e jn t r o d u jo e n la d o c trin a ca tó lic a
la dimensión del tiempo, que no había sido plenamente integrada, puesto que se tendía
mas bien a constituir un mundo abstracto de esencias inmóviles".6
El Pensamiento de Pierre Teilhard de Chardín nos da una visión total del cosmos, de la
historia y del cristianismo acuñando una serie de expresiones tales como las de "biosfera",
"hominización", "noosfera", "esfera del espiritó", "unidad biológica y crística", constituidas
por personas movidas por el altruismo más generoso y por la gracia sobrenatural propia
del cristianismo. El amor perfecto logrado de este modo hace que todo impulso y toda
energía converjan hacia la realización de un punto Omega (p.288), término al que tendía
desde el principio la evolución de la materia primigenia.
La historiología teilhardiana, partiendo de "De la ciencia a la fe", como se intituló uno
de sus más hermosos libros, traducción castellana, Bilbao, 1967 y como lo desarrolla en sus
otros libros ya citados, parte del principio de la creación y de la práctica del amor cristiano,
como la única fuente de salvación en el futuro próximo y en el remoto que es también el
medio divino indispensable para alcanzar la perfección moral a la que todos, personal,
sociológica y jurídicamente aspiramos.
HANS URS VON BALTHASAR.-EI Padre Jesuíta Hans Urs von Balthasar
nació en Lucerna el 12 de Agosto de 1905 y murió allí mismo el 26 de
Junio de 1988. Musicólogo profundo admirador de la música genial de
Mozart, cuya belleza la ejecutaba y conocía de memoria, poeta, filóso
■ f fo y teólogo, "es el hombre más culto que existe en la actualidad" dijo
de él en sus memorias el Cardenal Daniélou, "lo que más me admira
de él es que se halla al mismo nivel respecto a las obras maestras de
la Literatura y de la Filosofía" y nos muestra las implicaciones teoló
gicas en sus notables estudios sobre Shakespeare y Calderón de la Barca así como en sus
paralelismos entre Bertold Brecht y lonesco". En su gran obra "Herrlichkeit" -traducida
parcialmente al fránces bajo el título "La Gloire et la Croix"- que forma su Estética teoló
gica, ha escrito unos capítulos sobre Homero, Shakespeare, Dante y Péguy que atestiguan
un contacto excepcional con todos estos autores. Escribe por igual en alemán y en francés.
L E G A L E S E D IC IO N E S
Ha traducido "Le soulier de satim" de Paul Claudel y los poemas de Eluard. Ama apasiona
damente la música, que él mismo interpreta". "Un hombre de una cultura tan amplia es al
mismo tiempo un filósofo y un teólogo. Recibió una gran influencia de Kart Barth, de quien
fue primero discípulo y más tarde amigo".7
"Von Balthasar poseía una visión unitaria de la teología y de la realidad pero entronca
da con las grandes corrientes de la historia".8
6 C ARD EN AL DANIÉLOU: “Memorias” págs. 65, 66-67, editorial Mensajero, Bilbao, 1975.
7 Ibíd., págs. 71-72.
8 JUAN BOSCH, O.P.: “Diccionario de Teológos Contemporáneos”, pág. 92, Burgos, 2004.
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J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
ces, con Jean Paul Sartre, con Jaques Maritain y con Franqois Mauriac, entre otros. Desde
1945 -casi 20 años antes del Concilio Vaticano II- se preocupó por entablar diálogo con
los representantes de otras tendencias religiosas, como los musulmanes, los judíos, los
protestantes, los ortodoxos y los hindúes. En 1962 el Papa Juan XXIII lo nombró experto del
Concilio y años más tarde el Papa Pablo VI lo nombró Cardenal. Fiel al espíritu del Concilio
ha denunciado enérgicamente los peligros a la que está expuesta la Iglesia: "servir a la
Iglesia no consiste en adoptar una actitud defensiva ni en mantener el statu quo, si no en
renovar perpetuamente las fuerzas vivas de la Iglesia".
"El cristianismo no es una ideología ni una interpretación del sentido del desarrollo de
la humanidad: es la respuesta a los problemas básicos de la humanidad". "Tengo total aler
gia a cualquier intento de reducción; por ejemplo, a la reducción de la dimensión religiosa
para convertirla en una categoría sociológica, o la experiencia mística convertida en noción
psicológica o psicoanalítica. De igual suerte repudiaría la reducción inversa, la absorción
de lo humano dentro de lo divino. Mi universo no es unidimensional, por valerme de la
expresión de Herbert Marcusse, sino multidimensional".
"Existe, en fin, el tercer orden de Pascal, el de la caridad v de la profecía, ei universo
de la dimensión divina del hombre v de la historia, tal como nos lo fue revelada esencial
mente en Cristo. También aquí hay una riqueza inaudita".9
"Siempre que se elimina alguno de los aspectos de lo real, tengo la sensación de que
se produce un estrechamiento en ei mundo, una disminución del pensamiento". "Aquí
radica una de las flaquezas de la inteligencia contemporánea"...."Yo me decanto por la
multiplicación de las realidades, no por su reducción"10.
Así, pues, leyendo estas estupendas reflexiones del Cardenal Daniélou, he venido a
caer en la cuenta que la teoría pluridimensional del Derecho no solamente está constituida
por la dimensión normativa, por la dimensión táctica o de los hechos, por la dimensión
axiológica o dikelógica, por la dimensión del tiempo v del espacio, por la dimensión ideo
lógica. por el mundo de las vivencias que es toda una dimensión virtual, sino, también, por
la dimensión teológica v más precisamente por la dimensión Crística. Pero hay también
además la dimensión del fracaso. La dimensión del fracaso, del error, de la que sov el
único responsable v ante la que tengo el deber de corregir v enmendar. Dice al respecto
el Cardenal Daniélou que "Todo cuanto en mi vida aparece como fracaso o decepción, es
mío, obra de mis errores v fallos: sov responsable de ello... ése no es el mundo tal como se
me ofrece, que siempre me resulta de una riqueza inagotable"11.
En uno de sus más estupendos libros "Ensayos sobre el Misterio de la Historia" (1953)
traducido al castellano en San Sebastián, 1957 sostiene que la teología cristiana de la his
toria se diferencia de la concepción hebrea del tiempo porque introduce el concepto de
progreso. Y se diferencia también del concepto de tiempo de la filosofía moderna porque
no conoce ya el concepto de fin o término que es afirmado por aquella con su concepción
escatológica. Según Daniélou hay una "historia total" en la que confluyen todas las demás:
la historia sagrada "representa la historia auténtica, la que justifica y supera a las demás".
L E G A L E S E D IC IO N E S
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LEGALES EDICIONES
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FILOSOFIA DEL DERECHO / P 48
O
-i
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LEGALES EDICIONES
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EL PENSAMIENTO DE SANTO TOMÁS Y LOS PROBLEMAS DE NUESTRO TIEMPO
Presentazione...................................................................................................................... 7
LOBATO A., Diálogo de nuestro tiempo con Tomás de Aquino....................................... 9
753
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
LOTZ J. B., Das Sein nach Heidegger und Thomas von Aquin................................. 303
CHARLESWORTH M., St. Thomas Aquinas and the Decline of the
Kantian Kierkegaardia Philosophy of Religión........................................................... 323
V. L'UOMO........................................................................................................................ 337
LUYTEN N. A., Anthropologie philosophique et philosophie
de la nature................................................................................................................... 339
CATURELLI A., La antropología y sus problemas en Santo Tomás de
Aquino.......................................................................................................................... 355
WOJTYLA KAROL Cardinal, The Personal Structure of Self-Determination............ 379
VERGOTE A., Liberté et déterminisme au régard de la psychanalyse et de
lon tologie.................................................................................................................... 391
LAGUNA J., La doctrina de Santo Tomás sobre el pecado y su vigencia
ante las concepciones modernas de pecado y de culpa.......................................... 405
I
754
LA EDAD DE LA RAZÓN
EL PENSAMIENTO DE LA ILUSTRACIÓN
755
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
búsqueda de este nuevo método lo que caracterizó la obra de Descartes. Ya Francis Bacon
había sostenido en el Novum organum, publicado en 1620 y cuyo título revela la intención
polémica de la obra, que la lógica aristotélica, entonces en uso, "es inútil para la invención
científica" y "sirve más para fijar y consolidar errores, fundados en nociones vulgares, que
para inquirir la verdad; de tal modo que es más perjudicial que útil". Sostiene que "el silo
gismo no es aplicable a los principios de las ciencias", y solo sirve para imponer "el senti
miento, pero no para aprehender la realidad".
MÉTODO CARTESIANO.- Retomando la posición escéptica, Descartes inicia su pensa
miento filosófico dudando y sintiéndose inseguro de todo lo que le rodea. Para él nada es
merecedor de confianza. La historia de la Filosofía nos muestra un proceso constante de
contradicciones en el que las opiniones más opuestas han sido sostenidas con igual fervor.
Los sentidos nos engañan frecuentemente, por lo tanto no podemos sentirnos seguros de
lo que ellos nos digan.
El mismo pensamiento no merece confianza, porque se comete una serie de crasos
errores al pensar. Las únicas ciencias que nos parecen seguras (la Lógica y las Matemáticas)
no sirven para conocer la realidad última de las cosas. Descartes, pues, se encierra solitario
con su duda, "Flay que poner en duda todas las cosas, siquiera una vez en la vida", dice
Descartes. No ha de admitirse apriorísticamente ninguna afirmación de tipo filosófico sin
antes haberla sometido a un constante bombardeo de interrogaciones y dudas. Descartes
solo acepta aquellas aseveraciones qne no admitan ninguna posibilidad de duda, en las
que no quepa un "tal vez" o un "pero".
La "duda metódica" planteada por Descartes parte de una duda de los sentidos, del
pensamiento, de Dios y hasta de su existencia. Derriba toda la filosofía que le antecedió.
Hasta que llega un momento en que, rectificándose, afirma que de todo dudó, menos de
esa misma duda; luego, para dudar, tiene necesariamente que estar pensando; y para pen
sar, tiene necesariamente que estar existiendo. Pienso, luego, existo. Cogito ergo sun es la
conclusión a la que arriba la duda metódica.
BLAS PASCAL
En medio del racionalismo imperante en el siglo XVII y frente a los altos farallones que
dominaban las cumbres de la inteligencia en la época de la Ilustración, evocar a Pascal es
un contraste, como quien desde un avión, contempla precipicios y alturas, cimas y hondo
nadas abisales para, luego, refugiarse en Shangri-Lá, tranquilizando el alma en el frescor de
las aguas cristalinas, donde murmulla el remanso de la vida espiritual, donde los estados
del alma nos transportan del culto de la razón pura a la espiritualidad del corazón.
"Hay razones del corazón que la razón no conoce". Tal es, en esencia, la filosofía de
Pascal.
BLAS PASCAL nació en Clermont-Ferrand el 19 de junio de 1623 y murió en París a los
39 años, el 19 de agosto de 1662.
Habiendo quedado huérfano de madre a los tres años -ella se llamaba Antoinette
Begon-, su padre, Etienne Pascal, quien era un alto magistrado, presidente del Tribunal
LEGALES EDICIONES
756
F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
La influencia de Pascal en el pensamiento contemporáneo ha sido decisiva, sobre todo
en BERGSON y entre nosotros, en el pensamiento del maestro MARIANO IBERICO, quien
desarrolló sus doctrinas en una célebre conferencia pronunciada en la Universidad de San
Marcos el 11 de agosto de 1923 titulada "La personalidad y la obra de Blas Pascal", publi
cada en su libro El nuevo absoluto (pág. 191 y ss., 1926); ROMANO GUARDINI también se
pronunció al respecto en su estudio titulado Pascal ou le drame de la conscience chrétien
ne (1951; traducción castellana: Pascal o el drama de la conciencia cristiana, 1953); así
como CHARLES BAUDOUIN en su estudio Blaise Pascal ou l'ordre du coeur (1962); JEAN
i J. STEINM ANN: Pascal, pág. 123, París, 1962. Véase también EVANGELISTA VILANOVA: Historia de
la Teología Cristiana, tomo III, Siglos XVIII, XIX, XX, pág. 7 1, editorial Herder, Barcelona, 1992.
757
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
LAPORTE en Le coeur et la raison selon Pascal (1950); H.F. STEWART en The hearth of Pas
cal (1945); J. STEINMANN en Pascal (1962); G. LE ROY en Pascalsavant et croyant (1957);
LUCIEN GOLDMANN en El hombre y lo absoluto (1968); FRAN£OIS MAURIAC en De Pascal
a Graham Greene (1952); M. SCHOLTENS en Le mysticisme de Pascal (1974); F. T. H. FLET-
CHER en Pascal and the mystical tradition (1954); HANS URS VON BALTHASAR en Gloria:
una estética teológica, t. 3 (1993); JOAQUÍN LLANSÓ en De la nada al infinito: metafísica y
tragedia en Pascal (1984); FRAN^OIS MAURIAC en Blaise Pascal y su hermana Jacqueline
(1953); JEAN MESNARD en Pascal. El hombre y su obra (1973); AUGUSTO VALENSIN en
Lecciones sobre Pascal (1963); ALICIA VILLAR en Ámbito de la razón y del corazón en Pascal
(1986); etc.
LEGALES EDICIONES
758
EL RACIONALISMO JURÍDICO Y LA ESCUELA PRUSIANA
51
La Escuela Racionalista prusiana floreció en los siglos XVII y XVIII, teniendo como prin
cipales representantes a Leibnitz, Puffendorf, Wolff, Nettelbladt y su método que se co
noce, desde Wolff, con el nombre de mos geometricus iura docendi y cuyas doctrinas se
consagraron en dos grandes códigos: El A. L. R. y el A. G. O.: AUgemeines Landrecht für die
Preussischen Staaten y Allgemeines Geríchtsordnung, conocidos como el Código Federicia-
no de 1794 y el Ordenamiento Judicial General de 1791.
La Escuela Racionalista prusiana se desarrolló en el Siglo de las Luces, tal como fue
elaborado por los juristas de la Aufklarung-, es decir, por la Escuela Prusiana de LEIBNITZ-
PUFFENDORF-WOLFF-NETTELBLADT. Pero la filosofía de la Ilustración no solo fue la Ideo
logía predominante en Prusia. También Francia recibió su influencia a través de los grandes
enciclopedistas como ROUSSEAU, VOLTAIRE y MONTESQUEU y los "PADRES DEL CÓDIGO
CIVIL" como se llamó a los grandes juristas POTHIER y DOMAT por haber inspirado a los
redactores del Code Napoleón.
GOTTFRIED WILHELM LEIBNITZ fue un gran filósofo, matemático, jurista, teólogo; un
sabio en la cabal extensión de la palabra, quien nació en Leipzig el 21 de Junio de 1646 y
murió en Fiannover el 14 de Noviembre de 1716. Descubridor del cálculo infinitesimal, hizo
de la teoría de los principios lógicos la premisa y el punto de partida de su razonamiento
metafísico y jurídico, que culminó en la Escuela Prusiana, representada por Leibnitz-Pufen-
dorff-Wolff-Nettelbladt, también llamada Escuela del mos geometricus iura docendi.
Genial matemático y metafísico profundo, sus reflexiones filosóficas están consa
gradas en su "Monadología" escrita en 1714. Desde su juventud, sentó las bases de ios
principios generales del Derecho en su tesis de 1667, titulada Nova Methodus discendae
docendaeque jurisprudentiae, "Nuevo método de aprender y enseñar la jurisprudencia"
(hay traducción al italiano por la Editorial Gluffré de Milano en el año 2012), en la que
planteó una nueva ciencia jurídica exacta, lógica y sistemática a partir de ciertos postula
dos axiomáticos: los principios generales del Derecho. El "prlnciplalismo" de Leibnitz ha
sido puesto en evidencia en un brillante ensayo de Ortega y Gasset titulado "Godofredo
Guillermo Leibnitz y la evolución de la teoría deductiva", en el cual sostiene que "Leibnitz
era el hombre de los principios generales".
El prlnciplalismo de Leibnitz ha sido fuente de inspiración para los principio generales
del Derecho que tanta Importancia tienen en el Derecho Civil, en el Derecho Penal, en el
Derecho Procesal, etc.
Al año siguiente de escrita su famosa tesis, Leibnitz publicó, en 1668, otra obra genial:
"Ratio Corporis Juris reconcinnandi" ("Procedimiento para armonizar el Cuerpo Legislati
LEGALES EDICIONES
vo") en la que proponía la redacción de un "nuevo Código, breve, claro y suficiente", capaz
de replantear "con claras luces" el Derecho Romano-Germánico entenebrecido por el pue
blo y por la oscuridad e imperfección de las leyes y por las contradicciones de la doctrina y
de la jurisprudencia. Se imponía pues un verdadero culto de la actividad legislativa y una
verdadera fé en la bondad y en la racionalidad de la creación del Derecho. "En esto radica
la modernidad de Leibnitz -dijo el maestro Adriano Cavanna (1938-2002)1- : "de una parte
su idea de reordenar científicamente el Derecho vigente (y no simplemente de renovarlo
o reformarlo), de otra parte, sus indicaciones metodológicas constituyeron un auténtico
ADRIANO CAVANNA: “Storia del díritto moderno in Europa. Lefonti e ilpensiero giuridico”, pág. 3*7;
Giuffré Editore, Milano, 1982.
759
J osé A ntonio S ilva V allejq
prontuario de técnica legislativa al proponer un nuevo Código que sustituyera a todas las
otras fuentes conocidas".
Esta obra de Leibnitz -dijo Cavanna- se inpiraba en la convicción de que todo el Dere
cho Romano se podía reducir "en un modo completamente nuevo y jamás visto antes, en
una sola foja de reglas generales a través de cuyas combinaciones se pudieren resolver to
dos los casos proponibles". La "sola foja" de Leibnitz era, "como se ve una suerte de cerebro
electrónico del Derecho, el instrumento de una verdadera y propia - ars combinatoria"2.
SAMUEL FREIHERR VON PUFFENDORF (1632-1694) fue profesor en Heidelberg, Lund
y Berlín y es considerado "el Padre de la Parte General", por haber desarrollado en su De
iure nature et Pentium libri octo (1672), el primer sistema de una Teoría General del De
recho, un sistema que se corresponde con el casi contemporáneo sistema ontológico de
Spinoza y con el del físico Newton; su sistema perdura hasta hoy en el Código alemán con
el nombre de Parte General, cuyo núcleo central es la teoría del Negocio Jurídico.3 Tuvo
brillantes discípulos : Samuel von Cocceji (Coccejius) autor de un avanzadísimo Proyecto
de "Corporis luris Frideríciani" que no llegó a promulgarse por la muerte del autor en 1755,
Johann von Carmer que llegó a ser gran Canciller de Prusia quien, con la ayuda de Cari
Gottlieb Svarez y de Cari Ernst Ferdinand Klein promulgó los dos grandes códigos prusia
nos de Federico el Grande: el Código Civil Federiciano o A.L.R. de 1794 y el Código Judicial
Prusiano o A.G.O. de 1791 en el que se consagraron dos principios procesales fundamen
tales: a).- el führer prinzip o principio de dirección del proceso por el Juez y b).- el principio
inquisitorio por el cual el Juez podía abrir un proceso sin demanda y resolver ultra petita
en su sentencia.
CHRISTIAN WOLFF (1679-1754) es considerado "el caudillo de la Filosofía de la Ilustra
ción" y "representa el intelectualismo de la gran tradición aristotélico-tomista de la baja
escolástica".45
Con WOLFF y su discípulo DAVID NETTELBLADT (1719-1791) se desarrolla la dirección
que bien puede denominarse, siguiendo a Paul Koschaker, la escuela del mos geometricus
iura docendiP
A Leibnitz le debemos el poder de remontarnos a la contemplación de los principios
generales; a Puffendorf la génesis en la elaboración de la Parte General, por eso lo lla
mamos "el Padre de la Parte General". A Wolff y a su Escuela el "Wolffismo", es decir, la
ideología o, mejor, la metodología "lógico-matemática" o more geometricus, basada en la
elaboración de un sistema deductivo de conceptos desarrollados a partir de los principios
contenidos en la Parte General. David Nettelbladt fue, acaso, el más insigne representante
del "Wolffismo" y del racionalismo prusiano.
LEGALES EDICIONES
760
EL RACIONALISMO JURÍDICO Y LA ESCUELA FRANCESA HASTA
52
EL CÓDIGO DE NAPOLEÓN
761
J osé A ntonio S ilva V allejo
Demolombe decía que la obra fundamental de Dumoulin, que no sabía qué era lo que
se debía admirar más, si su vasta erudición y la penetrante sagacidad de su lógica, o
la prodigiosa paciencia que le faltó para culminarla, y que no tiene igual; se atreve a
decir que admira más la paciencia de Dumoulin para escribir el libro que la del propio
Demolombe, para leerlo. A entender suyo, Dumoulin exageró la especie de destierro
que aporta en sus deducciones, con las innumerables citas de su Tratado y buscando
conciliar los textos romanos que parecen contradecirse entre si". Para entender a Du
moulin, hemos recurrido a aquellos autores más autorizados sobre la materia. Natu-
i JOSSERAND: “Derecho Civil”, tomo II, vol. I, “Teoría General de las Obligaciones”, pag. 6 31, Bosch y Cia,
| Editores, Buenos Aires, 1950.
762
F ilosofía del D erecho
LEGALES EDICIONES
Pascal y, luego, ejerció la abogacía en Clermont donde tuvo la oportunidad de tener
grandes casos en los que demostró su grandeza, su talento y su genial profundidad
filosófica y jurídica. Luego, se estableció en París donde publicó en 1694 su obra cum
bre "Las leyes civiles en su orden natural" que constituye una obra clásica por su genial
sistematización de todas las materias del Derecho Civil que serviría de inspiración a los
redactores del Código Civil.
7- HENRI FRANCOIS DAGUESSEAU. Nació en Limoges el 27 de Noviembre de 1668y mu
rió en París el 5 de Febrero de 1751. Abogado en el Parlamento de París, Procurador
2 FELIPE OSTERLING Y MARIO CASTILLO FREYRE: “Tratado de las obligaciones”, tomo III, pag. 46,
Universidad Católica del Perú, Lima, 1994.
763
J osé A ntonio S ilva V allejo
General y Canciller, pasó a ser uno de los más grandes juristas en la historia del Derecho
Francés por haber redactado y publicado tres ordenanzas notables destinadas a unificar
toda la jurisprudencia francesa. Las "Ordenanzas" de Daguesseau tuvieron una recep
ción parcial en el Código Civil Francés, especialmente en materia de Donaciones, Testa
mentos y Sustituciones.
8.- ROBERT JOSEPH POTHIER. Nació en Orleáns el 9 de Enero de 1699 y allí murió el 2
de Marzo de 1772. Ha sido llamado "el padre del Código Civil", porque sus obras,
singularmente su hermoso "Tratado de las Obligaciones", sirvió de inspiración a los
redactores del Código Civil, a tal punto que MARCADÉ pudo afirmar que el “Code Na
poleón" no hizo más que numerar en artículos los párrafos del hermoso "Tratado de
las Obligaciones" de Pothier3(3). Hombre genial, profesor en la Universidad de Orleáns
y Magistrado - Consejero en el Presidial de Orleáns - , vivió y murió en su ciudad natal
dedicándose exclusivamente al estudio y a la investigación como Profesor de Obli
gaciones y Contratos y al ejercicio de la magistratura, lo que le permitió profundizar,
como Juez, la teoría y la ciencia del Derecho. Obras fundamentales: "Comentario a la
Costumbre de Orleáns" que fue impreso en 1740 y cuya segunda edición ampliada fue
publicada en 1760; "Pandectae iustinianee ¡n novum ordinem Digestae" París, 1748;
"Tratado de las Obligaciones" publicada en París, 1761, traducción castellana, Edito
rial Atalaya, Buenos Aires, 1947. Según Dupin, que escribió una hermosa semblanza
de Pothler, el "Tratado de las Obligaciones" de Pothier "era el libro más bello de De
recho producido por los hombres". Según Dupin "esta inmortal obra no solamente es
un excelente libro de Derecho, sino, ante todo, un excelente libro de Moral, una obra
para todos los tiempos y para todos los países, que no tiene más libro superior que
el Evangelio que es la palabra de Dios"; "Tratado de los Contratos", I: "Tratado del
Contrato de Venta", Editorial Atalaya, Buenos Aires, 1948; "Traité des retraits" París-
Orleáns, 1762; "Traité du contrat de constitution de rente", París-Orleáns, 1763; "Trai
té du contrat de change", París-Orleáns, 1763; "Traité du contrat de louage" París,
1764; "Traité du contrat de bail á rente" París-Orleáns, 1764; "Traité du contrat de la
societé" París-Orleáns, 1764; "Traité des contrats de louage maritime", París-Orleáns,
1765; "Traité des cheptels"; París-Orleáns, 1765; "Traité des contrats de bienfeance"
2 vols., París-Orleáns, 1766; "Traité du contrat de prét de consomption" París-Orleáns,
1766; "Traité du contrat de dépot et de mandat" París-Orleáns, 1766; "Apéndice du
quasi-contrat negotiorum gestorum" París-Orleáns, 1766; "Traité du contrat de nan-
tissement", París-Orleáns, 1767; "Traité des contrats aléatoires" 3 vols., París-Orleáns,
1767; "Traité du contrat de mariage" 2 vols., París-Orleáns, 1769; "Traité du dona-
don", París-Orleáns, 1770; "Traité du droit d'habitation", París-Orleáns, 1771; "Traité
du droit de domaine et de propriété" París-Orleáns, 1772; "Traité de la possession et
de la prescription", París-Orleáns, 1762; "Traité sur diferentes matiéres de droit civil et
de jurisprudencefrancaise" 4 vols., París-Orleáns, 1773-74.
Nuestro profesor, el doctor León Barandiarán, se inspiró fundamentalmente en el
"Tratado de las obligaciones" de Pothier para escribir y sustentar su tesis dedicada
LEGALES EDICIONES
al error en el acto jurídico. En tal sentido escribió el genial Pothier que "El error es el
mayor vicio de las convenciones, pues las convenciones son formadas por el consenti
miento de las partes; y no puede haber consentimiento cuando las partes se han equi
vocado sobre el objeto de su convención. Es por eso que si alguien entiende venderme
una cosa, que yo creo haberla recibido a titulo de préstamo o de donación, en ese caso,
no hay, ni venta, ni préstamo, ni donación. Si alguien entiende venderme una cosa
por cierto precio, y yo entiendo comprarla por un precio menor, no hay venta; puesto
que en todos esos casos no hay consentimiento. El error anula la convención, no solo
cuando incide sobre la misma cosa sino también cuando incide sobre la cualidad de la
í 3 M ARCAD É V ÍCTO R N.: “Explication du Code Napoléort”, 6a ed., París, 1866, “Prefacio”.
764
F ilosofía del D erecho
cosa. Es por esto que, si queriendo comprar un par de candelabros de plata, compro e
par de candelabros que vos me presentáis para vender, y que yo he tomado por ser dt
plata, aunque no sean más que de cobre plateado, la convención será nula, por cuantc
el error en que yo estaba destruye mi consentimiento". ("Tratado de las Obligaciones"
primera parte, Capítulo I, sección primera, artículo III, números 17 y 18, pag.21, edito
rial Atalaya, Buenos Aires, 1947).
9 - JEAN JACQUES RÉGIS CAMBACÉRÉS. Con Cambacérés entramos, de lleno, a la épo
ca de la codificación, propiamente dicha. Cambacérés nació en Montpellier el 8 de
Diciembre de 1753 y murió en París el 5 de Marzo de 1824. Formó parte de la Con
vención, pero en el proceso a Luís XVI votó por la pena de muerte, voto que años más
tarde le valió para que durante la Restauración de los Borbones fuera considerado
como un regicida y luego fuera exiliado. Antes de este evento se dedicó al estudio
de la codificación escribiendo tres anteproyectos para que fueran aprobados por la
Asamblea Revolucionaria. Se puede afirmar, pues, que con el primer Proyecto de Cam
bacérés empezó la verdadera génesis del Código Civil. Los tres proyectos de Camba
cérés (el primero del 9 de Agosto de 1793, el segundo presentado ante la Convención
el 23 Fructidor del año II y el tercero presentado ante el Consejo de los Quinientos el
24 de Preirial del año IV), no obstante, no fueron aprobados por la Convención, como
tampoco lo fue el cuarto Proyecto sustentado por Jacqueminot. Debemos atribuir a la
ignorancia, a la demagogia y al aventurerismo de los integrantes de la Asamblea el no
haberse puesto de acuerdo sobre la necesaria e impostergable obra de codificación.
Fue necesario el advenimiento de Napoleón, un espíritu fuerte, un genial estadista y
un hombre con ideas muy claras sobre lo que debía hacerse en materia de codificación
para que se lograra el viejo sueño de consagrar un Código Civil. Y esto solo fue posible
con la fuerza y la clarividencia de Napoleón Bonaparte, un soldado a quien no le tem
blaba el pulso para arrojar a cañonazos y a punta de bayoneta a los charlatanes y a los
demagogos, como lo demostró inequívocamente con el golpe de estado llamado "el
18 Brumario" en el que, bajo sus órdenes, el General Murat desalojó a los jacobinos
que gritaban "¡Muera!", "¡Muera!" "¡que se lo declare fuera de la ley!" ante la impo
tencia de su hermano Luciano para poner orden como Presidente en el Consejo de los
Quinientos. El "primer Cónsul" reveló, pues, que era el hombre del destino. La histo
ria de Francia se engrandece ante esta clase de hombres que forman, como escribía
Carlyle "la médula de la historia". "La historia es el campo de acción de las grandes
personalidades". Así el 24 Termidor del año VIII (13 de Agosto de 1800) dictó el si
guiente Decreto: "Los Cónsules de la República decretan: Artículo primero. El Ministro
de Justicia reunirá en el Ministerio a los Señores Tronchet, Presidente del Tribunal de
Casación, a Bigot-Préameneu, Comisario del Gobierno ante este Tribunal, y a Porta-
lis, Comisario ante el Consejo de acuerdos, para conferenciar sobre la redacción del
Código Civil; -Art. 2. A estas conferencias concurrirá el Señor Malleville, miembro del
Tribunal de Casación, quien desempeñará las f u n c io n e s d e S e c r e t a r io r e d a c t o r ; -Art.
3. El Ministro de Justicia entregará, al iniciarse estas conferencias, los tres proyectos
de Código Civil redactados por orden de la Convención nacional, y el presentado por
LEGALES EDICIONES
la sección de legislación de las Comisiones legislativas: -Art. 4. Los Señores Tronchet,
Bigot-Préameneu y Portalis compararán el orden seguido en la redacción de los pro
yectos de Código Civil publicados hasta hoy, y determinarán el plan que estimen sea
más conveniente adoptar; -Art. 5. A continuación discutirán, según el orden adoptado,
las bases principales de la legislación civil; -Art. 6. El Trabajo de esta comisión debe ter
minarse en la última década de Brumario del año IX, y ser presentado, en esa fecha, a
los Cónsules por el Ministro de Justicia: -Art. 7. Los Señores Tronchet, Bigot-Préameneu
y Portalis, asistirán a las sesiones del Consejo de Estado, en las que se discuta el Código
civil".
Malleville dio cuenta en estos términos: "Abrial, entonces Ministro de Justicia, al co
municarnos el Decreto, nos anunció que el Primer Cónsul exigía que esta obra estu-
765
J osé A ntonio S ilva V allejo
viese terminada tan pronto como fuera posible. Nos apresuramos a cumplir su deseo;
desde luego convenimos el orden de los títulos, dividimos las materias y fijamos los
días de reunión en el despacho de Tronchet, nuestro digno presidente, para examinar
el trabajo de cada comisario, y a fuerza de constancia, logramos hacer un Código Civil
en cuatro meses, que se acabó de imprimir el 1 ° Pluvioso del año IX. El proyecto, pre
cedido de un notable discurso de Portalis, fue presentado al Gobierno. Los Cónsules
comprendieron cuán importante era rodearse del mayor número posible de luces, y
por ello, antes de someter el trabajo a la Comisión relativa del Consejo de Estado,
solicitaron las observaciones del Tribunal de Casación y de todos los de Apelación de
Francia: para este efecto se les envió el Proyecto. Las observaciones que hicieron casi
todos los Tribunales fueron impresas por el Gobierno, y en el Consejo de Estado sirvie
ron para mejorar grandemente el proyecto". El discurso de Portalis, contiene toda la
filosofía del Código Civil cuyo texto fue votado por las partes mediante 36 leyes que
luego se reunieron unifícadamente en un Código único por una ley del 30 Ventoso del
año XII (21 de Marzo de 1804), fecha memorable por la cual se derogaba en bloque
todo el antiguo Derecho y se adoptaba como único texto las materias que son objeto
del presente Código Civil,
Luego, se promulgaron:
En 1807 el Código de Procedimiento Civil.
En 1808 el Código de Comercio;
En 1811 el Código de Instrucción Criminal y el Código Penal.
LEGALES EDICIONES
í
766
O
EL EMPIRISMO
La Escuela Empirista inglesa del siglo XVIII estuvo representada por John Locke, George
Berkeley y David Hume.
La tesis fundamental del empirismo, según la cual la experiencia sensible es la única \
real fuente de nuestro conocimiento es la lógica conclusión de una serie de teorías prece
dentes; principalmente el método cartesiano y la inducción Baconiana, método que debe
su nombre a Francis Bacon de Verulam, quien sostenía que, contrariamente al métodc
empleado por Aristóteles, fundado sobre la silogística deductiva, hay que emplear la in
ducción, esto es, aquel método que arriba a conclusiones generales a partir de premisas
de índole singular, fundadas sobre la observación de los hechos y en base a la experiencia
sensible.
La Escuela Empirista inglesa consideraba, pues, que solamente a través de la percep
ción, de la observación de los hechos, por medio de nuestros sentidos, es posible conocer.
De ahí el célebre aforismo que se convirtió en el dogma, en el principio axiomático de toda
la Escuela:
"Nihil est in intellectu quod prius non fuerit in sensu"
o sea:
"Nada hay en el intelecto que previamente no haya pasado por los sentidos".
L E G A L E S E D IC IO N E S
extensión del desconocimiento.
Su obra fundamental puede ser considerada como la precursora de la Crítica de la
razón pura de Kant, y contiene la cuestión del origen de las ideas, en las que observa que
no hay ¡deas innatas, ya que el alma primitivamente es igual a una hoja sin escribir (tabula
rasa). Porque si existieran conceptos Innatos, los principios formados con ellos habrían
de ser conscientes para los niños, los salvajes y los ignorantes. Pero no sucede así, con ios
conceptos más generales, como los de identidad, diversidad, posibilidad, imposibilidad,
precisamente los que se habían considerado como innatos, y mucho menos con los princi
pios fundamentales, como el de identidad, y el de contradicción.
Ahora bien, esta polémica sobre el ¡nnatismo fue tomada entonces muy mal, al extre
mo que Newton declaró a Locke "secuaz de Hobbes", lo que asestaba un golpe a la moral
7 67
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
en su raíz. Lo que no se sabe a ciencia cierta es si esta polémica suscitada se dirigía propia
mente a Descartes o contra algunos filósofos ingleses como Herbert, Cudworth y Clarke.
Para Locke, las ideas pueden dividirse en dos grandes clases:
l 5. Simples, en las que la inteligencia se comporta de un modo meramente pasivo, recep
tor, y que proceden:
a) .- De un sentido, como las sensaciones de color, sonido, etc.
b) .- De varios sentidos: representación de la extensión, figura, movimiento, reposo.
c) .- De la reflexión: los conceptos del pensar o del representar, del desear y del querer.
d) .- De la sensación y de la reflexión: representación del agrado y del desagrado de la
existencia, etc.
Y finalmente:
2e. Compuestas, en las que la Inteligencia se forma activamente por combinación de las
ideas simples.
Locke es, sin duda, un empirista que prosiguió con redoblada eficacia la dirección
empírica de Bacon, pero sin tener el optimismo de este, que esperaba de la experiencia
"madre" de la ciencia la respuesta a todas las preguntas de la humanidad, incluso el des
cubrimiento de la "esencia interna" de las cosas.
Ahora bien, lejos de tener la avasalladora parcialidad de un Hobbes o un Spinoza, in
fluenció poderosamente, en los filósofos de su tiempo por lo moderado de sus opiniones
y por su claridad, tan accesible a todos, influencia que no se limitó a Inglaterra, sino que
llegó hasta Alemania con Leibnitz, y a Francia con Voltaire y Rousseau, entre otros.
GEORGE BERKELEY (1685-1753). Nació en Dysert (Irlanda), donde más tarde se orde
nó de sacerdote, convirtiéndose en el obispo de Cloyne.
Seeún BERKELEY. ser es percibir o, dicho de otro modo, ser es ser percibido (esse est
oercipoi] Esto quiere decir que solo existe todo aquello que puede ser trasmitido por nues
tras percepciones.
En su obra Tratado sobre los principios del conocimiento humano, publicada en 1710,
sostiene Berkeley que es absurdo hablar de ideas abstractas, no solamente en cuantos
entes objetivos sino, inclusive, como productos de la actividad del espíritu. La ciencia, con
inclusión de la Física y la Matemática, debe despojarse de sus tendencias trascendentes y
atenerse a lo dado inmediatamentea la percepción. Pero lo inmediatamente dado es solo
lo percibido, y lo abstracto no entra dentro del marco de la percepción. Las distinciones
entre las ideas como representaciones, tal como fueron elaboradas por Locke, son infun
dadas, pues todo puede reducirse a la simple y originaria intuición sensible, a la percep
ción única. En su Ensayo sobre una nueva teoría de la visión (1709) intenta responder a las
objeciones que, al negar la reducción de toda noción y todo ente a lo percibido, suponen
la existencia de realidades externas y establecen una distinción radical y terminante entre
espíritu y materia. Las mismas ¡deas geométricas no son conceptos abstractos ni entida
L E G A L E S E D IC IO N E S
768
F il o s o f ía d e l D erech o
en la tesis de que todas las cosas son modalidades del espíritu. Todo objeto se compone
de ¡deas, pero toda idea, en el sentido berkeleyano, posee existencia en virtud de su reve
rencia a una percepción. No hay, por consiguiente, otro ser que percibir o ser percibido, y
lo externo es pura y simplemente modalidad de la percepción, forma en que se manifiesta
el acto del espíritu.
769
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EL CRITICISMO
L E G A L E S E D IC IO N E S
teoría kantiana, sino algo que es, en rigor, el lema de su concepción del mundo y de su
modo de entender y practicar la vida".1
Pero, además de sus tres grandes críticas, Kant escribió cerca de 44 obras más, entre
las que subrayo:
Fundamentos para una Metafísica de las costumbres, publicada en 1785 y que respon
de a la pregunta ¿qué debemos hacer?, cuya respuesta se encuentra en dos campos: en
los de la Ética y el Derecho.
i ERNST CASSIRER: Kant. Vida y doctrina, pág. 27, Breviarios del Fondo de Cultura Económica, Colom-
bia, 1997.
771
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
Metafísica de las costumbres, publicada en 1797, obra en la cual nos da esta definición
del Derecho: "es el conjunto de condiciones bajo las cuales el arbitrio de uno puede conci
llarse con el arbitrio del otro según una ley universal de libertad".
¿Qué es la ilustración?, publicada en 1784 y en la que sostiene: "La ilustración es la
liberación del hombre de su culpable incapacidad. La incapacidad significa la imposibilidad
de servirse de su inteligencia sin la guía de otro. Esta incapacidad es culpable, porque su
causa no reside en la falta de inteligencia, sino de decisión y valor para servirse asimismo
de ella sin la tutela de otro. ¡Ten el valor de servirte de tu propia razón!: he aquí el lema
de la ilustración".
Cuentan sus biográfos que, después del domingo 12 de febrero de 1804, día fatal de
su fallecimiento, su entierro congregó a una masiva concurrencia de todos cuantos admira
ban, respetaban y evocaban al maestro, desde el rector, pasando por todos los profesores,
los estudiantes, los ex alumnos, en suma, toda la ciudad. El maestro fue enterrado en la
cripta de los profesores de la Universidad de Konigsberg. Al conmemorarse el centenario
de la Crítica de la razón pura, o sea en 1871, lo ubicaron en un nuevo mausoleo, de estilo
gótico, con un fondo que reproducía "La escuela de Atenas" del gran Rafael Sanzio y, al
frente, grabaron las palabras con las que Kant inicia la conclusión de su hermosa Críti
ca de la razón práctica: "Dos cosas llenan mi ánimo de admiración y de respeto: el cielo
estrellado sobre mí y la ley moral dentro de mí". Dice el profesor Eusebi Colomer S. J., al
hacer la biografía del gran maestro, que "en 1950, después de la Segunda Guerra Mun
dial, el sarcófago indemne bajo las ruinas del mausoleo fue forzado y robado por gentes
desconocidas".2
Véase al respecto:
KUNO FISCHER: Vida de Kant e Historia de los orígenes de la filosofía crítica, inserta en
la traducción española a la Crítica de la razón pura, 1.1, págs. 9-58 (1956).
JOSÉ ORTEGA Y GASSET: "Kant, Meditaciones de Centenario", en el volumen Kant,
Hegel, Dilthey (1958, págs. 3, 4, 34, 35, 36, 37, 43 in fine, 44, 45, y ss. hasta la pág. 57).
JOSÉ ORTEGA Y GASSET: "Filosofía Pura", Anexo a "Kant, Meditaciones de Centenario"
(1958).
- OSTWALD KÜLPE: Kant (1924).
MARTIN HEIDEGGER: Kant y el problema de la Metafísica (1954).
MAX SCHELER: El puesto del hombre en el cosmos (1946).
- MAX SCHELER: Ética, 2 t. (1948).
ERNST CASSIRER: Kant, vida y doctrina (1948).
MANUEL GARCÍA MORENTE: La filosofía de Kant. Una introducción a la filosofía (1975)
y el capítulo correspondiente de sus Lecciones preliminares de Filosofía, aparte de su
propia traducción de la Crítica de la razón pura, en la Editorial Losada, Buenos Aires.
ROBERTO TORRETTI: Kant. Estudio sobre los fundamentos de la filosofía crítica (1980).
L E G A L E S E D IC IO N E S
2 EUSEBI COLOM ER S. J: E l pensamiento alemán de Kant a Heidegger, 1 . 1, pág. 33 in fine, editorial Her-
i der, Barcelona, 1986.
772
F il o s o f ía d e l D erech o
LEGALES EDICIONES
Porque después de tantos siglos de ensayos infructuosos, no ha podido entrar toda
vía la Metafísica en el “seguro camino de la ciencia". Kant cree responder a esta pregunta
diciendo que toda la metafísica del pasado ha sido dogmática: ahí está la razón de su es
tancamiento. El panorama total de la historia déla filosofía se le ofrece a Kant como una
oscilación entre dos actitudes, a la larga igualmente estériles: dogmatismo y escepticismo.
Entre estos dos "escollos" Scila v Caribdis de la Filosofía, ha caminado ésta penosa o te
merariamente. sin conseguir salir a mar abierto. En la Crítica de la razón pura habla Kant
de la doble "tentación" que ronda a la razón: la de la "desesperación" escéptica, v la de la
obstinación o arrogancia dogmática.
Ambas representan la muerte de una sana filosofía aunque, en todo caso, aquella
del esceptismo "puede ser denominada la eutanasia de la razón pura"; al dogmatismo lo
773
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
caracteriza Kant, en frase famosa, como "un sueño de la razón. Un sueño que reposa en
ingenua y desmedida confianza. Pero la razón no puede dormirse, necesita estar siempre
alerta y activa porque siempre la acechan peligros mortales. La metafísica dogmática se
agota en puro espejismo o fantasmagoría. Sus sostenedores, sumidos en interminables
discusiones, se parecen a "esgrimistas en el aire, que se baten con sus sombras". El es
cepticismo. por su parte, aunque tiene un aspecto positivo, que consiste en sacar a la
razón, "de su dulce sueño dogmático", alarmarla y hacerla vacilar en su ilusoria confianza,
quebrantando con ello su terquedad y suficiencia, sin embargo, no pasa de ser un lugar de
pasajero descanso para la razón: la Filosofía no puede demorarse en él, pues le es esencial
la exigencia de una "certidumbre completa" de la razón, que conduce ineludiblemente a la
duda, y se queda en ella. Es. pues, urgente, piensa Kant. superar ambas posiciones, sacar
a la Filosofía de su infecunda oscilación entre ellas e imprimirle un nuevo movimiento y
orientación. Dogmatismo y escepticismo son solamente dos "pasos", insuficientes en sí.
en el camino de la verdadera metafísica. "El primer paso de la razón pura, el cual señala
la infancia de la misma, es dogmático. El segundo paso es escéptico, v muestra la cautela
del juicio, aleccionado por la experiencia. Pero es necesario todavía un tercer paso, que
solamente corresponde al juicio maduro y viril, el cual se funda en máximas firmes y de
probada universalidad, y que consiste en someter a evaluación, no los hechos de la razón,
sino la razón misma en cuanto a su total poder y aptitud para alcanzar conocimientos pu
ros o priori, lo cual ya no es censura, sino critica de la razón".
La actitud crítica constituye, pues, la superación de la antítesis dogmatismo-escepti
cismo, encarnada en tiempos de Kant. según él mismo indica, en las filosofías de Wolff v
de Hume.
Kant parte, desde el primer párrafo del prefacio de la primera edición de su Crítica de
la razón pura, de la siguiente hipótesis de trabajo:
"Tiene la razón humana el singular destino en cierta especie de conocimientos de ver
se agobiada por cuestiones de índole tal que no puede evitar porque su propia naturaleza
las crea, y que no puede resolver porque a su alcance no se encuentran".
Como vemos, hay en este primer párrafo una decidida toma de posición. La Metafísica
es, fatalmente, una natural inclinación del alma humana de la que no es posible escapar
porque, como lo enseñaba Aristóteles al empezar su célebre Metafísica, el hombre es por
naturaleza un zoon metaflsikon, un animal metafísico"; y esto es lo que lo distingue de los
demás animales.
Por otro parte, hay en el mencionado y célebre prefacio condensaciones tan sublimes
del pensamiento de Kant que bien valdrá la pena parafrasear algunos párrafos a modo de
síntesis de nuestra propia exposición:
He aquí el cuarto párrafo, en donde, hablando de la Metafísica v de su reinado, dice
lo siguiente:
"Al principio bajo la égida de los dogmáticos, fue su imperio despótico".
LEGALES EDICIONES
"Pero como sus leyes todavía traían consigo rastros de antigua barbarie, fue poco a
poco degenerando por guerras anteriores en una completa anarquía, y los escépticos, es
pecie de nómadas que detestan toda clase de obra que sobre el suelo aparezca sólida,
demolían lentamente estas fortalezas. Y como por su ventura el número de estos siempre
fue muy limitado, nunca pudieron impedir a los dogmáticos que de nuevo reconstruyeran
lo que acababa de ser demolido, aunque carecieran de unión y de un plan común".
Quinto párrafo:
"Es inútil aparentar Indiferencia por ciertas investigaciones cuyo objeto nunca podrá
mirar así la naturaleza humana. Esos pretendidos indiferentes que tanto cuidan de disfra
f zarse cambiando el lenguaje escolástico por el popular, desde el momento en que discu-
774
F il o s o f ía d e l D erech o
775
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
"El verdadero problema de la razón pura se contiene en la pregunta ¿cómo son posi
bles los juicios sintéticos a priori?".Pregunta fundamental, porque de ella se derivan estas
otras: "¿Cómo son posibles las matemáticas puras?". "¿Cómo es posible la Física pura?.
"¿De qué modo es posible la Metafísica como Ciencia?". Dice Kant:
Pág. 83.- "Si la Metafísica ha permanecido hasta ahora en un estado vago de incerti
dumbre y contradicción, debe atribuirse únicamente a que ese problema, así como tam
bién la diferencia entre el juicio analítico y el sintético, no se habían presentado antes al
pensamiento. La vida o muerte de la Metafísica pende de la resolución de ese problema,
o de la demostración de que es imposible resolverlo. David Hume es, de todos los filó
sofos, el que más se ha aproximado a ese problema; pero estuvo lejos de determinarlo
suficientemente y no lo pensó en toda su generalidad; deteniéndose sólo ante el principio
sintético de la relación de Causa y Efecto (principium causalitatis), creyó poder deducir
que el tal principio es absolutamente imposible a priori y, según sus conclusiones, todo lo
que nosotros llamamos Metafísica descansaría sobre una simple opinión de un pretendido
conocimiento racional, que en el hecho nace simplemente de la experiencia y que recibe
del hábito cierto aspecto de necesidad. Esta afirmación, destructora de toda Filosofía pura,
no se hubiera nunca emitido, "al haber el autor abarcado en toda su generalidad ese pro
blema, porque entonces habría comprendido que, según su argumento, tampoco podrían
existir las Matemáticas puras, pues estas contienen, ciertamente, principios sintéticos a
priori, y su buen entendimiento hubiera retrocedido ante semejante aserto". Con estos
antecedentes, Kant concluye su introducción diciendo:
Pág. 84.- "De todo lo que precede resulta, pues, la idea de una ciencia particular que
puede llamarse crítica de la razón pura, por ser la razón la facultad que proporciona los
principios del conocimiento a priori, de aquí que razón pura es la que contiene los prin
cipios para conocer algo absolutamente a priori. Un Organon de la razón pura sería el
conjunto de principios mediante los cuales todos los conocimientos puros a priori podrían
ser adquiridos y realmente establecidos. La aplicación extensa de tal Organon produciría
un sistema de la razón pura".
Ahora bien, y esto es fundamental, la crítica de la razón pura es sólo una propedéutica,
una mera introducción a la investigación de la Ciencia v de la Filosofía.
Por esto:
"Esta propedéutica no debería llamarse ciencia sino solamente crítica de la razón
pura".
Y, luego:
"Llamo trascendental todo conocimiento que, en general, se ocupe, no de los Objetos,
sino de la manera que tenemos de conocerlos, en tanto que sea posible a priori. Un siste
ma de tales conceptos se llamaría Filosofía trascendental, Pero esta filosofía es demasiado
para empezar, pues como debe contener todo el conocimiento, lo mismo el analítico que
el sintético a priori, entenderíase mucho más lejos de lo que corresponde a nuestro plan".
LEGALES EDICIONES
Finalmente:
Pág. 85.- "Solamente tomando esta crítica como base, se logra una segura piedra de
toque para apreciar el valor de las obras filosóficas antiguas y modernas; sin ellas, el histo
riador y el juez condenan incompetentemente los aserciones de otros, teniéndolas como
infundadas en nombre de las propias, que no tienen mejor fundamento. La Filosofía tras
cendental es la idea de una ciencia cuyo plan debe trazar la crítica de la razón pura de
una manera arquitectónica, es decir, por principios v con la más plena seguridad de la
perfección v solidez de todas las piezas que la componen. Es el sistema de todos los prin
cipios de la razón pura. Si la crítica no toma el nombre de Filosofía trascendental, es solo
porque debería, para ser un sistema completo, contener un análisis detallado de todos
ios conocimientos humanos a priori. La crítica debe, sin duda alguna, poner ante nuestros
776
F il o s o f ía d e l D erech o
ojos una perfecta enumeración de todos los conceptos fundamentales que constituyen el
conocimiento puro".
Visto así, a grandes rasgos, el pensamiento original de Kant expuesto en la introduc
ción de su obra magna, veamos el contenido de la Primera Parte.
La Primera Parte de la Crítica de la razón pura se denomina "Estética Trascendental".
"Llamo Estética Trascendental a la ciencia de todos los principios a priori de la sensi
bilidad" Ahora bien, las formas o oriori de la sensibilidad son dos: el espacio v el tiempo.
Espacio v tiempo son, en la filosofía de Kant, dos intuiciones estéticas:
"El espacio es una representación necesaria a oriori, que sirve de fundamento a todas
las intuiciones externas, es imposible concebir que no existe espacio, aunque se le puede
pensar sin que contenga objeto alguno.
"Se considerará, pues, al espacio como la condición de posibilidad de los fenómenos y
no como una determinación dependiente de ellos: es una representación o priori, funda
mento necesario de los fenómenos externos" (pág. 91).
"Aunque no podemos, pues, hablar de espacio nada más que desde el punto de vista
del hombre, nada significa la representación del espacio si salimos de la condición subje
tiva". (pág. 93).
Con lo cual se introduce una noción subjetiva, antropológica y se abre la puerta a
la concepción relativista del espacio; ya que al fundamentarse en el hombre y, siendo el
hombre, como decía Protágoras, "la medida de todas las cosas habrá tantas medidas del
espacio como hombres en aptitud de medirlo. Así el cielo azul, espacio abierto ante noso
tros, será medido y contemplado de muy diversa manera por un labriego que por Einstein.
De igual modo el tiempo es concebido por Kant como una "representación necesaria
que sirve de base a todas las intuiciones" (pág. 94); pero, también es el tiempo "la forma
del sentido interno" (pág. 95). Además, según Kant, "el tiempo no es real como objeto,
sino solo como el modo que tengo de representarme a mí mismo como objeto" (pág. 97).
Concluye la "Estética Trascendental" sosteniendo que mediante las nociones de tiem
po v Espacio se hacen posibles los juicios sintéticos a oriori en lo que a la experiencia se
refieren, en cuanto los objetos del mundo físico pueden ser ubicados en algún lugar del
tiempo y del espacio.
SEGUNDA PARTE.- LÓGICA TRASCENDENTAL. Se llama Lógica Trascendental, según
Kant a la ciencia que determina el origen, extensión v valor de los conceptos v categorías
del entendimiento puro (pág. 107).
La Lógica Trascendental, a su vez, se divide en Analítica Trascendental y Dialéctica Tras
cendental. La Analítica Trascendental analiza las categorías de la razón pura, que son cua
tro: cantidad, cualidad, relación y modalidad (pág. 117).
Cada categoría de estas agrupa una serie de juicios. Según la cantidad, los juicios pue
den ser: universales, particulares y singulares; según la cualidad, pueden ser afirmativos,
LEGALES EDICIONES
negativos e indefinidos; según la relación, pueden ser categóricos, hipotéticos y disyunti
vos; y según la modalidad, pueden ser problemáticos, asertóricos y apodícticos. Pueden
ser representados en la siguiente tabla (sección segunda del capítulo I de la Analítica Tras
cendental (pág. 114):
777
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
j Afirmativos.... ..................... S es P
Cualidad 1 Negativos....... ...................... S no es P
\ Indefinidos..... ......................S es no P
| Categóricos.... ...................... S es P
Relación 4 Hipotéticos.... ..................... S es P si Q es R
\ Disyuntivos.... ..................... S es P o Q
I Asertóricos.... ......................S es P
Modalidad < Problemáticos ............... ......S es tal vez P
| Apodícticos.... ..................... S debe ser P
Con estos antecedentes, Kant demuestra que mediante las categorías se hace posible
la experiencia. Las categorías son formas a oriori de la sensibilidad o de la experiencia.
Luego, el conocimiento que adquirimos del mundo externo solo es posible merced a la dis
tribución y al acomodo que de esa sensibilidad o de esa experiencia realizan las categorías
a priori del entendimiento:
"Por no haber hecho esta observación, el célebre Locke encontró en la experiencia
conceptos puros del entendimiento que hizo derivar de la experiencia misma y fue, por
tanto, tan inconsecuente, que intentó conocimientos que excedían los límites de la expe
riencia. "David Hume reconoció, que para poder lograr esto último, era preciso que esos
conceptos tuvieran un origen a oriori. Pero, como no pudo explicarse la posibilidad de que
el entendimiento conciba conceptos que se enlacen necesariamente con los objetos, suce
dió que los dedujo, apremiado por la necesidad, de la experiencia".
"Abrió el primero de esos dos hombres ilustres todas las puertas a la exageración, por
que la Razón, una vez de su parte el Derecho, no se deja ya imponer por vagos consejos, de
moderación; el segundo cayó completamente en el escepticismo desde el instante en que
creyó descubrir que lo estimado generalmente como Razón no era más que una ilusión de
nuestra facultad de conocer".
LEGALES EDICIONES
778
F il o s o f ía d e l D erech o
mediante representaciones los objetos situados fuera de nuestro ser a través de lo que
Kant denomina la "apercepción"3 A lo segundo, responde Kant negativamente. La Meta
física como ciencia no es posible; primero, porque los "noúmenos", es decir, los objetos
propios de la investigación metafísica, tales como Dios, la cosa en sí, la libertad, etc., nc
están situados en ningún lugar del tiempo ni del espacio No hay, pues, formas a priori de
la sensibilidad idóneas para captarlos. Segundo, porque tampoco se puede operar con las
categorías del entendimiento puro. De los "noúmenos" nada puede afirmarse ni negarse
ni nada aseverarse categórica, hipotética o disyuntivamente A lo más, una aseveración de
tipo problemático (S es tal vez P) o apodíctica (Dios tiene que ser necesariamente bueno
la Justicia debe ser igual para todos), pero aquí ya se entra en el campo de la voluntad, de
lo que uno quisiera que fuera tal cosa; en el campo de la razón práctica.
En conclusión, Kant considera que la razón pura es incapaz de darnos el conocimientc
de los "noúmenos":
1- Porque no existen formas o priori de la sensibilidad que permitan aprehender la "c o s í
en sí", que está más allá del tiempo y del espacio.
2. - Porque mediante los juicios sintéticos o priori solo podemos obtener un concepto mo
ral de las últimas cuestiones; mas de ninguna manera es imposible intuirlas esencial
mente.
3. - Por las antinomias de la razón pura, que son cuatro:
a - Tesis: El mundo tiene un principio en el tiempo y se haya limitado en el espacio
Antítesis: El mundo no tiene comienzo en el tiempo, ni límite en el espacio; es
Infinito tanto en aquel como en este.
b.- Tesis: Toda sustancia se compone de partes simples, y solo existe lo, simple, o l<
compuesto de lo simple. Antítesis: ninguna cosa compuesta es formada de parte
simples y nada simple existe en el mundo.
c - Tesis: Según las leyes de la naturaleza, la causalidad no es la única de donde pue■
den derivarse todos los fenómenos del mundo. Antítesis: No existe libertad, sino
que todo en el mundo ocurre según las leyes de la naturaleza.
d - Tesis: El mundo supone una cosa que, bien como su parte, bien como su causa, e ;
un ser absolutamente necesario. Antítesis - En ninguna parte del mundo existe un
ser absolutamente necesario, ni en el mundo, ni fuera de él, como su causa.
En conclusión, tal como lo demuestra Kant, la razón pura solo sirve para conocer lo
fenoménico, pero jamás para aprehender lo nouménico, y si la Metafísica tradicional su
basa enteramente en esa razón pura se colige, así como lo dedujo Kant, que "todos lo;
sistemas de la Metafísica y de la Filosofía tradicionales no son más que una mera Ilusión
trascendental".
Kant deia abierta la posibilidad de estructurar una nueva Metafísica, basada en la ra
zón práctica, que es la que en verdad nos puede dar el conocimiento de las esencias puras.
Esta nueva metfísica opera mediante una trasmutación de entidades en que se deia a un
LEGALES EDICIONES
lado la metafísica de la cosa en sí para transformarla en una teoría general del sujeto, e ;
decir, en una "antropología filosófica", captable a través de la razón práctica, mediante el
conocimiento de la ley moral.
Es la Metafísica del hombre, es la Antropología Filosófica, que se debe subdividir en
dos grandes planos o secciones, a saber: la ontología fundamental de la existencia huma-
3 «La representación que puede darse antes de todo pensamiento se llama intuición. Pero esta represen -
tación es un acto de la espontaneidad, es decir, que no puede considerársela como perteneciente a 1 1
sensibilidad. La llamo apercepción pura para diterenciarla de la empírica... Llamo también a la unidad d.;
esta representación unidad trascendental de la conciencia, para indicar la posibilidad del conocimiento j
priori que de allí resulta» (pág. 133).
779
J osé A ntonio S ilva V allejo
na, que es una teoría general de la conducta y la Filosofía del valor, que es la axlología o
estimativa. Esta trasmutación de entidades filosóficas la denomina Kant "la inversión
copernicana". Así como Copérníco invirtió el eie del universo trasladándolo de la Tierra
al Sol, así el gran filósofo de Koniesberg invierte el eie de la Filosofía trasladándolo de
la filosofía de la razón pura a la filosofía de la razón práctica; de la filosofía del Ser a la
filosofía del Deber Ser: de la metafísica de la Cosa en sí. deshumanizada v cerebralizada.
a la metafísica del hombre o Antropología Filosófica que ha sido desenvuelta raudamente
en la filosofía contemporánea por la Analítica existencial de Martin Fleldegger expuesta
brillantemente en el trágico Sein und Zeit del gran filósofo de Frlburgo y por la "metafísica
de la esperanza" y "el puesto del hombre en el cosmos" de Max Scheler, en su formidable
axiología y en las brillantes meditaciones de dos grandes maestros de la filosofía tridimen
sional del Derecho: MIGUEL REALE (1910-2006) en un libro fundamental: A doutrina de
Kant no Brasil: dois ensaios Sao Paulo, Editora Revista dos Tribu na ¡s, 1949 y CARLOS FER
NÁNDEZ SESSAREGO, quién nació en el Callao el 7 de marzo de 1926 y es uno de los más
grandes maestros peruanos de la Filosofía del Derecho y del Derecho Civil. Pero quien más
profundizó el pensamiento de Kant en los últimos tiempos fué el maestro DAVID SOBREVI-
LLA ALCÁZAR, nacido en Huánuco el l 9 de marzo de 1938, muerto en Lima el 17 de Agosto
del 2014. Fué profesor en la Universidad de Lima y en la San Martín de Porres y, antes, pro
fesor principal en la Universidad de San Marcos desde 1971 hasta 1995, quien se recibió de
Doctor en Filosofía en la Universidad de Tübingen con una tesis intitulada Der Ursprung des
Kulturbegriffs. Der Kulturphilosophie und der Kulturkritik. Su libro Escritos kantianos. En
torno a Kant, su obra e influencia (2006) es una de las más notables reflexiones e investiga
ciones sobre el pensamiento de Kant, sobre las escuelas neo-kantianas, sobre la recepción
de Kant en el Perú y sobre la presencia e influencia de Kant en la Filosofía contemporánea.
Se trata de una lectura obligatoria en toda Sección Doctoral.
"El retorno de la Antropología Filosófica" es otro brillante estudio de DAVID SOBRE-
VILLA, profesor en la Facultad de Derecho de la Universidad de Lima, publicado en la revis
ta Diánoia, vol. Ll, número 56 (2006, pág. 95-124).
Autorresumen por el profesor Sobrevilla: "En este articulo planteo que Kant fue el
primero en proponer la Antropología Filosófica como una prima philosophia en la que
desembocan la pregunta teórica por el conocimiento, la pregunta práctica por la acción
moral y política, y la pregunta religiosa por la vida futura. Muestro cómo dicha propuesta
no fue concretada por el propio Kant, sino que hubo que esperar a que la cumplieran a su
manera Max Scheler, Helmuth Plessner y Arnold Gehlen entre 1928 y 1940. Luego explico
cómo posteriormente la Antropología Filosófica entró por diversas razones en un período
de declinación, y cómo hoy retorna remozada en la Filosofía alemana, pero siempre como
prima philosophia, sobre todo en las últimas obras de Ernst Tugendhat".
1 . Introducción
"En este texto -dice el profesor Sobrevilla- presentamos la propuesta de la Antropolo
gía Filosófica y su proceso de auge, declinación y renacimiento actual. Para Ernst Tugend
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780
F ilosofía del D erecho
LEGALES EDICIONES
3.2. Los grados de lo orgánico y el hombre de Helmuth Plessner (ob. cit., pág. 100-
103).
3.3. El hombre. Su naturaleza y su puesto en el mundo de Arnold Gehlen (ob. cit., pág.
103-106).
4. La declinación de la Antropología Filosófica
"El auge del planteamiento de la Antropología Filosófica que se acredita con la pu
blicación de las obras de Scheler, Plessner y Gehlen que acabamos de reseñar, no pudo
781
J osé A ntonio S ilva V allejo
sostenerse; antes bien, se produjo una declinación de la Antropología Filosófica que hay
que atribuir a diferentes factores que aquí queremos mencionar".
4.1. Las circunstancias históricas que propiciaron la declinación de la antropología filo
sófica (ob. cit., pág. 106).
4.2. La crítica de Heidegger a la Antropología Filosófica y la incorporación de esta a su
pensamiento.
"El año 1929 MARTIN HEIDEGGER realizó una crítica demoledora a la idea de la Antro
pología Filosófica en su libro Kantyelproblem a de la Metafísica. El contexto de esta crítica
fue el siguiente: la interpretación neokantiana de la Crítica de la razón pura de Kant había
visto en esta obra un estudio de teoría del conocimiento; en cambio, Heidegger sostenía
que la obra contenía una fundamentación de la Metafísica. Las tres primeras partes de
Kant y el problema de la Metafísica estaban dirigidas a afirmar esta lectura, y en la cuarta
parte el autor trató de repetir la fundamentación de la Metafísica que en su opinión había
realizado Kant. Heidegger veía en El puesto del hombre en el cosmos un intento de funda
mentar la Metafísica en la Antropología Filosófica, intento al que rechazaba, contraponién
dole su propio empeño de realizar dicha fundamentación en la Ontología fundamental".6
4.3. El Essay on Man de ERNST CASSIRER
"Otro filósofo alemán que fue obligado por los nazis a emigrar debido a su origen judío
fue Ernst Cassirer. Nacido en 1874 en Bremen, se había incorporado a la famosa escuela
neokantiana en su rama marburguesa... Obligado a abandonar Alemania, Cassirer enseñó
inicialmente en Gran Bretaña y desde 1940 se radicó en Estados Unidos. Allí publicó, en
1944, su An Essay on Man. An introduction to a philosophy of human culture (traducido
como Antropología Filosófica. Introducción a una filosofía de la cultura). Se puede ver esta
obra como la transformación de la Filosofía de la cultura cassireriana en una Antropología
Filosófica, algo que de alguna manera ya estaba presente en la Filosofía de las formas sim
bólicas. En términos de cultura, sostiene el autor en su An Essay on Man, podemos conce
bir al hombre como un animal simbólico, definiéndolo en forma funcional y no sustancial:
la característica sobresaliente y distintiva del hombre no es una naturaleza metafísica o
física, sino su obra. Es esta obra, el sistema de las actividades humanas, lo que define y
determina el círculo de la humanidad. El lenguaje, el mito, la religión, el arte, la ciencia
y la historia son otras tantas 'constituyentes', los diversos sectores de este círculo. Una
filosofía del hombre sería, por lo tanto, una filosofía que nos proporcionara la visión de la
estructura fundamental de cada una de esas actividades humanas y que, al mismo tiempo,
nos permitiera entendernos como un todo orgánico".
5. El renacimiento actual de la Antropología Filosófica
"En esta parte final deseamos presentar el actual renacimiento de la Antropología
Filosófica que se ha dado en Alemania en los últimos años. Ante todo trataremos algunos
planteamientos de su representante más destacado, ERNST TUGENDHAT, y luego nos re
feriremos a las ¡deas de OTFRIED HÓFFE, a fin de demostrar que la Antropología Filosófica
se encuentra también en otros destacados pensadores alemanes actuales; como sostenía
LEGALES EDICIONES
782
F ilosofía del D erecho
LEGALES EDICIONES
parcialmente al español como Justicia política. Funtamentación de una filosofía crítica de¡
Derecho y del Estado- y Demokratie im Zeitalter der Globalisierung (1987). Nosotros nos
ocuparemos solo de la primera como complemento de la presentación de las ideas de Ernst
Tugendhat. En ella desempeñan un papel fundamental los argumentos antropológicos".9
6 - Consideración final
"Fue Immanuel Kant el primero que propuso establecer la Antropología Filosófica
como una disciplina fundamental en la que desembocan las preguntas teórica por el eo-
783
J osé A ntonio S ilva V allejo
nocimiento, práctica por la acción moral y política, y religiosa por la vida futura. Sin em
bargo, esta propuesta no fue concretada por el mismo Kant, sino que hubo que esperar a
que la cumplieran a su manera MAX SCHELER, HELMUTH PLESSNER y ARMOLO GEHLEN,
entre 1928 y 1940. No obstante, por muchas causas (sobre todo por circunstancias histó
ricas y la crítica heideggeriana de la Antropología Filosófica),, la Antropología Filosófica
entró posteriormente en un período de declinación en Alemania y en el espacio cultural
anglosajón nunca llegó a echar raíces por la fragmentación de los estudios filosóficos en
compartimentos estancos. Actualmente se comprueba que ella retorna vigorosamente en
el pensamiento alemán, sobre todo a través de la obra de ERNST TUGENDHAT". "Se puede
concebii la Antropología Filosófica como prima Dhilosoohiai como la disciplina filosófica
en que convergen todas las otras: pero puede vérsela simplemente como una disciplina
fundamental que aspira, renunciando a las visiones teológica y metafísica, a fijar cuál sea el
puesto del hombre en el mundo por oposición al lugar que tiene el animal no humano. De
esta manera podríamos ofrecer una explicación meramente antropológica y basada en los
datos de las ciencias y de la evolución de las instituciones humanas: el lenguaje, la acción
moral y política, la filosofía y la ciencia, el arte, el Estado, etc., sin tener la necesidad de
verlas como regalos de Dios o como dones del espíritu. Cumpliríamos así la vieja máxima
de la Ilustración: sapere aude tomando entonces la conformación de nuestras vidas en
nuestras propias manos". "Por cierto, la Antropología Filosófica en su versión tugendhatia-
na está expuesta a numerosas dificultades. Una de ellas es la estrecha base sobre la que
está edificada: la estructura predicativo-proposicional del lenguaje humano, dificultad de
la que el autor es consciente. Otra dificultad consiste en que a su planteamiento inaugural
es preciso agregarle numerosos matices y desarrollos; así, por ejemplo, el egocentrismo
inicial que Tugendhat encuentra en el ser humano debe ser diferenciado en las diferentes
culturas existentes, ya que no parece hacer justicia al hecho de que en muchas de ellas se
parte de una percepción del nosotros y no del yo, y que en la misma cultura occidental la
percepción del yo como un individuo separado de la comunidad parece ser un desarrollo
bastante tardío. Una tercera dificultad radica en que no parece fácil que la Antropología
Filosófica albergue a disciplinas como la Filosofía de la Lógica o de las Matemáticas". "No
obstante estas y otras dificultades que enfrenta la Antropología Filosófica de Ernst Tugen
dhat, nos parece uno de los planteamientos filosóficos más revelantes y promisorios del
presente".10
LEGALES EDICIONES
784
EL NEOKANTISM O
LA INFLUENCIA DE KANT EN EL PENSAM IENTO FILOSÓFICO Y JURÍDICO
El retorno a Kant se verificó en Alemania a partir de 1860 con el gran libro de KUNO
FISCHER (1824-1908): Historia de los orígenes de la Filosofía crítica, cuya traducción al
castellano precede a la versión española de la Crítica de la razón pura, tomo I, pág. 37 y
ss., de la editoraI Sopeña Argentina, Buenos Aires, 1952, traducción directa del alemán por
José del Perojo. Pero, además de este estudio brillante de Kuno Fischer, es preciso citar
otro gran libro, el de OTTO LIEBMANN ( 1840 - 1912 ): Kant y sus epígonos, en el que trazaba
el análisis de cada una de las cuatro orientaciones de la filosofía alemana postkantiana
(Idealismo de Fichte, Schelling y Flegel, Trascendentalismo de Schopenhauer, Empirismo
de Friedrich von Fríes -1773-1843- y Realismo de Flerbart).
OTTO LIEBMANN hizo suyo el leit motiv "se debe, pues, volver a Kant", o bien: "volva
mos a Kant"; con lo que se consagró la profecía del propio Kant: que se volvería a estudiar
su obra después de 100 años.
Empero, hay que distinguir, de un lado, la influencia y seducción de Kant sobre los
filosófos posteriores y, de otro lado, la renovación, reinterpretación y profundización del
kantismo por las escuelas posteriores, lo que dio lugar al neokantismo o neocriticismo,
representado por dos grandes escuelas posteriores: la escuela de Marburgo y la escuela
sud-occidental alemana o escuela de Badén.
La escuela de Marburgo representó la tendencia racionalista, conceptualista y logicis-
ta del neokantismo.
Los más notables representantes de la escuela de Marburgo fueron: Hermann Cohén,
Paul Natorp, Ernst Cassirer, Nicolai Hartmann y Rudolf Stammler.
HERMANN COHEN nació en Coswig (Anhalt) el 4 de julio de 1842, y murió en Berlín el
4 de abril de 1918. Fue Profesor en la Universidad de Marburgo y, luego, en Berlín desde
1912 hasta su muerte. En su Sistema de Filosofía, vol. I: "Logik der reinen Erkenntnis" (Lógi
ca del conocimiento puro), (Berlín, 1902); vol. II: "Ethik des reinen Willens" (Ética de la vo
luntad pura), (Berlín, 1904); vol. III: "Ástheitk des reinen Gefühls", (Estética del sentimiento
puro), (Berlín, 1912), consagró sus doctrinas con las que se caracteriza al pensamiento
marburgiano: "el pensamiento determina el contenido racionalista de la conciencia y a la
vez del ser, asi como la Ética es una ciencia formal de las categorías morales y la Estética es
una ciencia formal de las categorías del sentimiento puro".
PAUL NATORP nació en Düsseldorf el 24 de enero de 1854 y murió en Marburgo el
17 de agosto de 1924. Fue profesor ordinario de Filosofía en la Universidad de Marburgo.
LEGALES EDICIONES
Sus primeros estudios estaban dirigidos al pensamiento histórico-filosófico de Descartes:
Descartes Erkenntnistheorie (Marburgo, 1882), estudio que constituye una anticipación
del criticismo; Investigaciones sobre la historia de los problemas del pensamiento en la
Edad Antigua (Berlín, 1884); La teoría de las ideas en Platón (Leipzig, 1903), estudio en el
cual unifica históricamente a las ideas de Platón con el a priori kantiano; Propedéutica a
los principios filosóficos (Marburgo, 1903); Principios lógicos (Marburgo, 1904); Los fun
damentos lógicos de las ciencias exactas (Leipzig, 1910); La filosofía. Su problema y sus
problemas (Góttingen, 1911). Para Natorp, la tarea específica de la Filosofía es el estudio
del proceso del pensamiento desde el punto de vista lógico y no desde el psicológico.
ERNST CASSIRER nació en Breslau el 28 de julio de 1874 y murió en Princeton, Nueva 4
York, el 13 de mayo de 1945. Fue profesor en Hamburgo y, luego, se estableció en los Esta- V
785
J o sé A n t o n io S ilva V a l l e jo
dos Unidos desde 1940, en donde enseñó en las universidades de Yale y Princeton hasta su
muerte. Sus obras fundamentales son El sistema de Leibnitz en sus fundamentos científicos
(Marburgo, 1902); El problema del conocimiento en la filosofía y en la ciencia de la época
moderna, 3 t. (Berlín 1906-20, el 4S volumen se publicó en Stüttgartt en 1957); El concep
to de sustancia y el concepto de función (Marburgo, 1910); Libertad y forma (Marburgo,
1917); Vida y doctrinas de Kant (Marburgo, 1918; traducción castellana en los Brevarios
del Fondo de Cultura Económica, México, 1997); Derecho natural y Derecho popular a la
luz de la historia y del sistema de la filosofía (Berlín, 1919); Crítica de la teoría de la rela
tividad de Einstein (Berlín, 1921); /dea y estructura (Berlín, 1921); El pensamiento mítico
(Leipzig, 1922); Filosofía de las formas simbólicas, 3 vols. (Leipzig, 1925-29); Individuo y
cosmos en la filosofía del Renacimiento (Leipzig, 1927); La filosofía de la Ilustración (Tubin-
ga, 1932); El renacimiento de Platón en Inglaterra y en la escuela de Cambridge (Leipzig,
1932); Descartes (Estocolmo, 1939); Lógica de las ciencias culturales (Goteborg, 1942); Un
ensayo sobre el hombre: introducción a la filosofía de la cultura (New Haven, 1944).
NICOLAI HARTMANN nació en Riga el 20 de febrero de 1882 y murió
en Gottingen el 9 de octubre de 1950.
Fue discípulo de Flermann Cohén y de Paul Natorp. Se habilitó con dos
interesantísimos estudios dedicados a la lógica de Platón y a la filosofía
de Proclo. Fue profesor desde 1922 en Marburgo, desde 1925 en Colo
nia, desde 1931 en Berlín y desde 1945 en Gottingen. En un comienzo
se adhirió totalmente a los planteamientos logicistas de la Escuela de
Marburgo pero, luego, bajo la influencia de la fenomenología y la axio-
logía de Max Schelery del historicismo de Dilthey, desenvolvió sus propios planteamientos
que nos llevan a una ontología, a una axiología y a una concepción del espíritu con las que
investiga la índole del hombre. Debemos leer en castellano la obra fundamental de este
gran maestro, titulada Ontología. I. Fundamentos; II. Posibilidad y efectividad; III. La fábrica
del mundo real; IV. Filosofía de la naturaleza. Teoría especial de las Categorías. Categorías
dimensionales. Categorías cosmológicas (1937-1950; primera edición en español, 1956-
1960).
Una formidable obra de síntesis nos la da el maestro en su libro La nueva ontología
(1954).
Las investigaciones de Nicolai Flartmann han tenido una decisiva influencia en el fina-
lismo juspenalístico de Welzel y su Escuela, que han revolucionado la Teoría General del
Delito. Considero que, también, nuestra Teoría Pluridimensional del Derecho acusa una in
fluencia del pensamiento de Nicolai Flartmann, cuyas doctrinas han sido investigadas entre
nosotros por un brillante profesor de San Marcos: LUIS FELIPE ALARCO, nacido en Lima en
1913, muerto en Lima el 15 de octubre del 2005: Nicolai Hartmann y la idea de la Metafí
sica (Lima, 1943) (segunda edición, Lima, 1950); un libro que debe leerse con avidez, como
lo hice desde que lo compré en 1954. Léase allí las tres clases de metafísica en la pág. 8, el
marco cerrado de los problemas metafísicos en la pág. 12, el elemento ontológico en los
problemas metafísicos en la pág. 14, el pensamiento de una nueva philosophia prima en
LEGALES EDICIONES
la págs. 16 y 17, la metafísica de la historia en la pág. 56, la metafísica del arte y de lo bello
en la págs. 54 y 55, en conclusión, la metafísica como ciencia de los principios en la págs.
77 a 79; en fin, debe leerse del maestro Luís Felipe Alarco sus Lecciones de Metafísica págs.
51 a 65, Lima, 1965.
Dice EMILIO ESTIÚ en la Introducción a la ontología de Nicolai Hartmann (pág. 27)
que: "Según Flartmann, el objeto de la Philosofía prima es el 'ente en cuanto ente', fór
mula aristotélica que, según Flartmann, no puede sustituirse. Sobre ella se fundaron las
restantes investigaciones, las de la 'Metafísica especial', o 'Metafísica de los dominios', que
abarcaba la Psicología racional, la Cosmología racional y la Teología natural. La Metafísica
especial no puede ser comprendida por una sola definición, como la Ontología porque, por
f un lado, considera que existen temas en y por sí metafísicos, tales como el alma, Dios y el
786
F il o s o f ía d e l D erech o
mundo. Pero, puesto que esos objetos no pueden ser dados empíricamente, por otra parce
se entendió la Metafísica como especulación racional, Desde el primer punto de vista se
tuvo en cuenta, pues, el objeto caracterizado por la inteligibilidad-; en el otro, la facultad
que lo conoce -la razón pura-. Kant criticó la última concepción; en cambio, la primera
reapareció, con todas las modificaciones del caso, en su propia teoría de las ideas.
"Hartmann se aparta de esas dos caracterizaciones tradicionales, y entiende que exis
te otra Metafísica, que brota del fenómeno mismo, que tiene sus raíces en el 'problema',
en lo que se enfrenta y es obstáculo para la razón. Según Hartmann, el objeto de la Meta
física no se limita a objetos ni es fruto de la especulación pura, puesto que los fenómenos
mismos la imponen. Naturalmente, despoja al término 'Metafísica' de la dignidad que el
Racionalismo clásico le atribuía. 'Los problemas reales y eternamente inevitables de la
Metafísica... -dice Hartmann- no residen en un más allá del mundo ni tampoco allende
toda experiencia y ser dado (Gege-benheit), sino en la más próxima cercanía: son captabas
en medio de la vida'. 'Sin embargo, los fenómenos mismos se bifurcan en lo que tienen de
cognoscible y de incognoscible, y es lícito preguntarse si esta nueva dualidad no sería la
traducción o la nueva versión de la anterior, es decir de la establecida entre realidad y apa
riencia. Pero lo irracional o incognoscible es una mera determinación gnoseológica: irra
cional es lo que la razón del sujeto no puede alcanzar; desde el punto de vista ontológico
-afirma Hartmann-, hay un aspecto irracional. Pero no por eso es lo que es en sí necesita
ser, sin más, irracional, ni lo irracional ser, sin más, en sí. El objeto de la Metafísica es el de
fijar, en cada caso, el contorno o envoltura irracional que ofrecen los problemas; la Ontoio-
gía, en cambio, investiga sus contenidos cognoscibles, es decir, establece las maneras, los
modos y 'momentos' del ser-realidad, idealidad; posibilidad, realidad y necesidad; esen
cia, existencia-. La Ontología, pues, conduce hasta las eternas interrogaciones metafísicas,
que no son las que el hombre se propone, sino las que la realidad le impone".
RUDOLF STAMMLER nació el 19 de febrero de 1856, en Alsfeld, Hesse, y murió el 25 de
abril de 1938. Fue profesor de Derecho Civil y de Filosofía del Derecho en la Universidad de
Marburgo y luego pasó a las universidades de Giessen, Halle y Berlín.
El pensamiento de Rudolf Stammler es de inspiración neokantiana, se afilia en el lo-
gicismo y conceptualismo puro de la Escuela de Marburgo y se puede condensar en una
fórmula según la cual la esencia del Derecho es el Derecho natural pero de contenido
variable, es decir, es un concepto necesario y a priori, pero que consta de una serie de
elementos: de ingredientes necesarios desde el punto de vista lógico-formal y de institu
ciones contingentes o variables desde el punto de vista de la justicia. Los primeros son ios
que constituyen la armazón lógica del Derecho, sin la cual este no existiría; los segundos,
son los añadidos que sirven para cumplir su finalidad.
Un Derecho sin normas, sin jueces, sin obligaciones ni relaciones sería tan imposible
como una casa sin techos, paredes ni habitaciones; en cambio, es posible un Derecho sin
hipoteca, sin expropiación forzosa o sin letra de cambio, etc.
LEGALES EDICIONES
Las doctrinas de Stammler se han consagrado en sus libros: Sobre el método de la
teoría histórica del Derecho (1896); Tratado de Derecho de Obligaciones (1897); Tratado
del Derecho justo (1902); Teoría de la ciencia jurídica (1911); Teoría del Derecho científico
(1911); Modernas teorías del Derecho y el Estado (1917); El Socialismo y el Cristianismo
(1920); Tratado de Filosofía del Derecho (1922; 2§ ed., 1936); Economía y Derecho según la
concepción materialista de la historia: una investigación filosófico social (1929); Doctrinas
modernas sobre el Derecho y el Estado (1914); Modernas teorías del Derecho y del Estado
(guión para cátedra) (1955); La esencia del Derecho y de la ciencia del Derecho (1958).
Según STAMMLER, "el Derecho natural" es el que, por su contenido, se ajusta a la
naturaleza. "La historia de las teorías sobre el Derecho natural nos enseña que todas ¡as i,
aspiraciones encaminadas a dar una contestación a aquella pregunta se pueden dividir en hi
787
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
dos clases, según que la pauta que se aplica sea la naturaleza del hombre o la naturaleza
del Derecho".1
Añade Stammler que constituye, pues, una misión clara y necesaria para el juez el
asimilarse y ejercitar conscientemente los métodos del pensar jurídico, que a la Filosofía
del Derecho toca exponer. Surge aquí, como tarea especial, la de interpretar las normas
técnicamente plasmadas por la fuente del Derecho y cuyo sentido y alcance no se perciben
siempre a primera vista. Interpretar una voluntad jurídica significa comprenderla en su sig
nificación especial frente a otras voluntades jurídicas. No debe confundirse con la deduc
ción jurídica, la cual no diferencia el contenido de diversas normas jurídicas unas de otras,
sino que considera el caso concreto como encuadrado dentro de una premisa jurídica. El
problema de la interpretación se refiere exclusivamente al Derecho plasmado. No ha sido
una idea feliz la de distinguir entre interpretación gramatical e interpretación lógica. Idio
ma y pensamiento forman una unidad. Quien se apoya en una palabra para esclarecer el
pensamiento que esta palabra expresa, se apoya, en realidad, en el pensamiento por ella
expresado. El problema no está, ni mucho menos, en que, ateniéndose a la gramática y a
las llamadas leyes del lenguaje, se pueda atribuir a ciertas palabras sueltas o a sus distintas
combinaciones un sentido fijo, distinto del pensamiento objetivo de quien las emplea.
Todo lo que sea detenerse en las palabras con que se exprese una voluntad jurídica no pasa
de ser, por tanto, un intento meramente provisional. No es que exista primero un resultado
fijo de por sí de la interpretación gramatical susceptible de ser luego modificado (extensiva
o restrictivamente).2
En otro de sus libros, titulado Modernas teorías del Derecho y del Estado (pág. 123,
Lima, 2006), concluye Stammler refiriéndose a la Escuela del Derecho Libre, y dice así:
"MAGNAUD, presidente del tribunal de Chateau-Thiérry, fue muy conocido en los países
de lengua francesa por sus fallos muy libres y personales (véase Leyret, Las sentencias del
presidente Magnaud, I, 1903). Parte del principio de que la ley debe interpretarse huma
namente y el juzgador se ha de guiar en sus juicios por la solidaridad humana. MAGNAUD
aplica este criterio en cada caso en sus juicios civiles y penales. Para ello se aparta dis
crecionalmente de los artículos de la ley positiva; aunque no como el pretor romano que
durante su período podía adaptarse en sus juicios del ius avile, pero quedaba ligado a las
reglas que él mismo había establecido en sus edictos. Este juez ha sido objeto de grandes
alabanzas como el buen juez, como del repudio de la judicatura.
El llamado Movimiento del Derecho Libre nació en Alemania sin ninguna relación apa
rente con las actividades del juez Magnaud. Pero, en esencia, llegó a los mismos resulta
dos. Los principios fundamentales de esta nueva Escuela no han sido expuestos siempre
con gran claridad por sus representantes; pero traducen dos tendencias dignas de men
ción. La primera es la proposición práctica de que ningún precepto elaborado en nuestra
legislación tenga carácter obligatorio.
"La segunda tendencia del Movimiento del Derecho Libre es de carácter teórico. Aspi
ra a ser el método de encontrar el Derecho justo. Y cree que este Derecho justo se encuen
tra dejando al juzgador en libertad para buscarlo y rechazando la servil sumisión del juez a
LEGALES EDICIONES
788
LA ESCUELA DE BADEN O ESCUELA SUD-OCCIDENTAL ALEM ANA
789
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
En la página 29 de su Filosofía del Derecho, dice Emil Lask: "El punto de partida de
toda moderna especulación jusfilosófica lo constituye la determinación conceptual de que
el Derecho es la regulación exterior de la conducta humana para la consecución de una
situación valiosa por su contenido. Sobre este fundamento común se ha producicdo una
doble posibilidad para la inordinaclón del Derecho dentro de las conexiones del valor. O se
buscaba su fin último... o prevalecía la opinión de que al ordenamiento... le es Inherente
un valor específico".
En la página 30 añade que: "El Derecho como fenómeno social se encuentra en la
esfera de lo valioso".
En esencia, Lask sostiene que el eje de la Filosofía del Derecho es el concepto de valor.
Pero esta idea del valor nos lleva a un "entrecruzamiento del mundo jurídico que se con
creta con la realidad viviente. Lo que interesa de inmediato a la práctica judicial e inmedia
tamente a la ciencia jurídica" (pág. 77).
En la página 87 de este libro, Emil Lask sostiene que: "No la ley, sino el Derecho, cons
tituye el objeto de la ciencia jurídica".
GUSTAV RADBRUCH. Nació en Lübeck el 21 de noviembre de 1878 y murió el 23 de
noviembre de 1949 en Heidelberg. Fue discípulo de Franz von Liszt, el conocidísimo maes
tro del Derecho Penal. Llegó a desempeñar las cátedras de Derecho Penal y Filosofía del
Derecho en las universidades de Konisgsberg, Kiel y Heidelberg. Llegó a ser Ministro de
Justicia en Alemania entre 1921 y 1923, durante el régimen de Stresemann. En 1933 fue
cesado en sus cátedras con el advenimiento del Tercer Reich alemán. En 1945, cuando
terminó la guerra, fue restablecido en su cátedra de Heidelberg, llegando a ser Decano de
la Facultad de Derecho.
Sus obras principales son: Introducción a la Ciencia del Derecho (1910); Filosofía del
Derecho (1914; 3^ ed. traducida al castellano, 1952); Introducción a la Filosofía del Dere
cho (1948; traducción castellana, 1955); El Hombre en el Derecho. Conferencias y artículos
seleccionados sobre cuestiones fundamentales del Derecho (1980). De este último libro
extracto su estudio titulado "El relativismo en la Filosofía del Derecho" (pág, 95): "En un
tiempo como el nuestro se necesita valor para confesarse relativista. Hemos ingresado en
una época de presuntos valores absolutos. Desde la altura de estos valores se testimonia
frente al relativismo un menosprecio general, incluso hasta desprecio. La imagen del es
céptico con su sonrisa ha cesado de representar el ideal del sabio. Se ve en el relativismo
una falta de convicción, una falta de carácter. Para destruir tales malentendidos, debe se
ñalarse aquí que el realtivismo no supone en forma alguna una falta de convicción, sino
que representa una convicción fuerte, incluso agresiva. La teoría del relativismo se ha de
sarrollado como un contrapunto a la doctrina del Derecho natural".
"El relativismo filosófico-jurídico parte, pues, de la tesis de que la concepción mate
rial del Derecho justo solo es válida bajo el presupuesto de un sistema determinado de
valores".1
LEGALES EDICIONES
"El relativismo supone una renuncia, desde el punto de vista de la razón teórica, pero
también una apelación a la razón práctica; pero no una cobardía o indolencia de la volun
tad moral. El relativismo contiene también al mismo tiempo un desafío a la lucha contra la
convicción del adversario" ... "Decisión para la lucha por un lado y tolerancia y justicia, por
el otro. Esta es la moral del relativismo".
"Este también es el método relativista, que está representado en la Filosofía del Dere
cho alemán por Max Webery por Georg Jellinek, por Hans Kelsen y Hermann Kantorowicz".
790
F ilosofía del D erecho
LEGALES EDICIONES
4. - También en los países en los cuales el Derecho Romano no fue jamás un Derecho
vigente, es no obstante objeto de estudio académico, tanto en Inglaterra como en
América. Por ello los conceptos jurídicos romanos y las palabras jurídicas romanas son
un medio apropiado para la inteligencia, para el entendimiento entre las dos culturas
jurídicas; una especie de esperanto del mundo jurídico. Ya por ello debe la ciencia jurí-
791
J osé A ntonio S ilva V allejo
792
F ilosofía del D erecho
"El ethos del iuez debe estar dirigido al logro de la justicia a todo precio, aun el de la
propia vida".12
"El Positivismo, con su convicción de que 'la Ley es la Ley', ha vuelto indefenso el
orden de los juristas contra las leyes de contenido arbitrario y criminal. Por otra parte, ei
Positivismo se halla incapacitado totalmente a fundar por sus propias fuerzas la validez de
las leyes".13
Una buena síntesis del pensamiento de Radbruch nos la ha dado el maestro LUIS RE-
CASENS SICHES en el tomo primero, pág. 228, de su obra Panorama del pensamiento jurí
dico en el siglo XX (1963):
"La Filosofía, en su aspecto más importante, según Radbruch, persigue no el conoci
miento del ser, sino el del deber ser; no el de la realidad, sino del valor, no el conocimiento
de las causas, sino el de los fines, no el de la Naturaleza, sino el del sentido de todas las
cosas".14
"La Filosofía del Derecho Investiga tres problemas: l 9. Noción genérica de lo jurídico;
qué es Derecho pura y simplemente, sin tener en cuenta que sea bueno o malo; a qué
llamamos Derecho, prescindiendo de toda crítica. 29. El fin del Derecho, esto es, la justicia:
el ideal o valor jurídico. 3g. Qué se entiende por validez del Derecho: clases y acepciones
de la misma: cuándo, cómo y por qué impera (obliga) el Derecho. El Derecho natural no
trató más que el segundo de estos problemas; y su solución al mismo la hizo servir como
respuesta a las otras dos cuestiones. El Derecho injusto -d ijo - no es Derecho, ni impera. A
pesar de que los tres problemas son conexos, y de que no pueden resolverse el primero y
el tercero sin ayuda del segundo, urge subrayar que se trata de tres cuestiones completa
mente distintas, a las cuales corresponden tres respuestas".15
Además de la referencia a Radbruch en el libro citado de LUIS RECASENS SICHES, léa
se, del mismo autor, su Tratado general de Filosofía del Derecho (1978); WILHELM SAUER;
Filosofía jurídica y social (págs. 57-58; 1933); LUIS LEGAZ Y LACAMBRA: Filosofía del De
recho (1975); MARIO ALZAMORA VALDEZ: La Filosofía del Derecho (págs. 147-148,1976);
MANUEL LABARTHE: "La Filosofía Jurídica de Gustavo Radbruch", separata de la Revista
del Foro (1954); GUIDO FASSÓ: Historia de la Filosofía del Derecho, vol. 3, siglos XIX y XX
(págs. 185-186 y 270-272, 1981); RODOLFO LUIS VIGO (h): Visión crítica de la Historia de
la Filosofía del Derecho (págs. 177-182,1984); RAFAEL HERNÁNDEZ MARÍN: Historia de la
Filosofía del Derecho contemporánea (1986).
LEGALES EDICIONES
793
EL PENSAMIENTO DE HEGEL
LEGALES EDICIONES
mismo modo que lleva consigo, en general, una verdadera v no puramente externa eleva
ción sobre lo finito" (Enciclopedia de las ciencias filosóficas, N9 811). La dialéctica sistema
tiza en un todo unitario v coherente la evolución histórica de la humanidad, que forma una
sola unidad, va que todas las manifestaciones del espíritu o del saber no son sino partes de
este todo unificado del espíritu absoluto.
La dialéctica encierra el principio de la evolución y del cambio constante, del eterno
fluir y refluir de las cosas En la dialéctica de Hegel. este fluir v devenir de las cosas es de
carácter racional. De allí que las contradicciones dialécticas en la filosofía de Hegel sean
como choques contradictorios del espíritu, mediante los que la idea se despliega, primero,
en su "ser en sí" que es estudiado en la Filosofía de la Naturaleza y, finalmente, en su 'ser
en sí y para sí', en la Filosofía del Espíritu.
795
J osé A ntonio S ilva V allejo
La dialéctica no es, pues, un simple modo de pensar o un simple método. Según Hegel,
la dialéctica es la forma en que se manifiesta la realidad misma. Es la realidad misma que
alcanza la verdad a través de su complejo autodesenvolvimiento.
He allí, justamente, la gran diferencia que podemos establecer entre la dialéctica de
Hegel y la dialéctica de Platón. Esta puede definirse como un método, como una disciplina
intelectual en la que, a través de una serie de definiciones eslabonadas orocesalmente, se
llega, finalmente, al conocimiento de la verdad suprema. No nos olvidemos de que Platón
"dialoga" para llegar a la verdad: en tanto que Hegel llega a la verdad de modo más com
plejo, a través de "un sistema": entendiéndose por “sistema”, según Hegel: la articulación
de cada cosa con el todo; de donde se desprende que solamente lo total es verdadero: v.
puesto que lo parcial es no-verdadero, se concluye que la verdad es esencialmente siste
mática. De allí que, "la verdadera figura dentro de la cual existe la verdad no puede ser
sino el sistema científico de la verdad". El sistema científico de esta verdad es la dialéctica.
Por tanto, la dialéctica, así científicamente concebida, no consiste, como suelen decir
los ignorantes, en una sutil habilidad o en una disquisición de rábula consistente en retorcer
tergirversando los conceptos, sino en un vasto y complejo sistema cuyos mecanismos obe
decen a principios y leyes de validez universal que permiten comprender la verdad absoluta.
Esta verdad absoluta es. según Hegel, de carácter racional. De allí, la identidad que se
establece entre lo real v lo racional. El apotegma "todo lo real es racional v todo lo racional
es real" se encuentra en el prólogo a la Filosofía del Derecho. Y en la Lógica afirma: "Lo que
hay que considerar aquí como método es solo el movimiento del concepto mismo, cuya
naturaleza va se conoce pero, ahora, con la significación de que el concepto es todo v su
movimiento la actividad universal v absoluta, y ningún objeto puede oponer resistencia a
esta fuerza infinita que es la razón, que todo lo penetra". "Todo lo restante es error, turbie
dad. opinión, aspiración, arbitrariedad v caducidad" (Lógica, II. 486 v 484L
El pensamiento de Hegel se convierte, pues, así, en la gran avanzada de la Filosofía con
temporánea. Como ha dicho Ernst Bloch, "es una doctrina tal vez excesivamente manosea
da y peor interpretada; es una doctrina que hay que volver a meditarla, dialécticamente".1
Me permito recordar también lo que ha escrito ALFRED STERN: en su "Filosofía del
Derecho" estampó Hegel su famosa afirmación de que "el búho de Minerva levanta vuelo
solo cuando se congregan las sombras de la noche". Solo post festum, después del hecho,
puede comenzar la Filosofía su erúdita tarea de interpretación. Por eso llega siempre "de
masiado tarde" para influir sobre el curso de los acontecimientos. Mediante estas pala
bras, el ultraconservador Hegel quería desalentar a los jóvenes y entusiastas seguidores de
las doctrinas filosóficas que aspiraban a cambiar las realidades políticas de la monarquía
absolutista de Prusia. Precisamente para realizar esta tarea había sido llamado Hegel a la
Universidad de Berlín en 1818 por el Ministro de Educación de Prusia, Von Altenstein.
"Sin embargo, el punto de vista de Hegel no tomaba en cuenta la verdadera influencia
que ejerce la Filosofía sobre los grandes acontecimientos históricos. Como testigo de la
Revolución Francesa, que admiraba como el triunfo supremo de la razón y de la idea del
Derecho en la realidad política, Hegel había estado, después de todo, en condiciones de
LEGALES EDICIONES
1 ERNST BLOCH: E l pen sam ien to d e Hegel, pág. io, Editorial Fondo de Cultura Económica, México, 19 “
edición, 1949.
2 ALFRED STERN: L a Filosofía d e la Historia y el p ro b lem a d e los valores, pág. 22, editorial Eudeba, Buenos
Aires, 1963.
796
F ilosofía del D erecho
Los discípulos de Hegel, principalmente los del grupo conocido con el nombre de la
"Joven Escuela" o de la "Izquierda Hegeliana", criticaron el super racionalismo y panlogis-
mo del maestro, y consideraron que había incurrido en un gran error al concebir dialécti
camente la razón como el principio y fin de todas las cosas.
LUDWIG FEUERBACH diio: "Hegel ha puesto al mundo de cabeza, por lo que es preciso
ponerlo de nuevo sobre sus pies, considerando que no es la razón, sino la materia, el prin
cipio y fin de todas las cosas".
Con FEUERBACH. pues, se echan los primeros esbozos del Materialismo Dialéctico
(que no es más que la dialéctica desidealizadaL que habrá de servir a Carlos Marx para
fundamentar filosóficamente su sistema.
LEGALES EDICIONES
797
LA IN FLU EN CIA DE HEGEL EN EL PEN SAM IEN TO JU RÍD ICO
L E G A L E S E D IC IO N E S
las lagunas. Por ello el juez está siempre llamado -reconózcalo o no el legislador-, no sol.i
a la aplicación del Derecho sino, también, al desarrollo v creación del Derecho."
"Toda aplicación del Derecho es, en esencia, actividad creadora." (pág. 994 del libro
Philosophie des Rechts).
Estas doctrinas fundamentales las planteó Julius Binder en cinco libros geniales: Ph -
losophie des Rechts (1925); Grundlegung der Rechtsphilosophie (Fundamentos de Filosofía
del Derecho, 1935); Prozess und Recht (Proceso y Derecho, 1927); Die subjektiven Grenzeri
der Rechtskraft (Los límites subjetivos de la cosa juzgada, 1895) y "Zur Lehre vom Rechts-
begriff" ("Sobre la teoría del concepto del Derecho"), estudio publicado en Lagos, Tomo
18 (1929, pág. 1 y ss., especialmente pág. 18 y ss.); Correalobligationen im rómischen un i
heutigen Recht (Las obligaciones correales en el Derecho Romano y en el Derecho actúa.)
799
J osé A ntonio S ilva V allejo
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F ilosofía del D erecho
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J osé A ntonio S ilva V allejo
"Los juristas se ocupan hoy, con renovado fervor, del problema metodológico de la ciencia
jurídica. Fenómeno, este, sin duda, positivo, porque el problema del método surge en los
períodos de gran renovación de la ciencia”.
"La exposición larenziana de la teoría del método, tal como ésta se ha desarrollado
en Alemania desde el siglo XIX, constituye, en el fondo, "una reflexión de la Jurispruden
cia sobre su propio hacer y como expresión de su autocomprensión, de un lado, para
exponerla en su desenvolvimiento histórico y cultural; de otro lado, para transformar
a la Jurisprudencia en una ciencia del Derecho que se comprende a sí misma como una
Jurisprudencia de valores"5
El libro de Larenz estudia la metodología del Derecho aplicado a la Jurisprudencia en
su desenvolvimiento histórico-dogmático. Desfilan, así, en la primera parte de esta gran
obra, llamada "parte histórico-crítica", en primer lugar, la metodología de SAVIGNY, por
cuanto, el Derecho Jurisprudencial, por ser obra de jueces, tiene que ser obra de historia
dores ya que, como acertadamente pensó CALAMANDREI, "el juez, lo mismo que el histo
riador, está llamado a indagar sobre hechos del pasado y declarar la verdad de los mismos;
del juez, como del historiador, se dice que no debe llevar a cabo una obra de fantasía, sino
una obra de elección y de construcción sobre datos preexistentes".6
Ahora bien, el sistema de SAVIGNY nos lleva de la Historia a la Filosofía. "La exposición
de un sistema puramente histórico conduce a una unidad, al ideal en que se funda. Y esto
es Filosofía", dice SAVIGNY en su Metodología jurídica.7 La herencia historicista de SAVIG-
NY se transformó con PUCHTA en una Jurisprudencia de conceptos. PUCHTA encaminó
con firmeza la ciencia del Derecho de su tiempo, de una pirámide de conceptos hacia una
Jurisprudencia formal de conceptos. En esto radica la importancia de PUCHTA para ia me
todología jurídica. PUCHTA ha sido calificado por WIEACKER como el fundador de la clásica
Jurisprudencia de conceptos.8 JHERING la transformó en una "Química jurídica que busca
los cuerpos simples"9 y WINDSCHEID, el príncipe de los pandectistas, fue el último gran
sistemático del Derecho común quien, con soberana maestría, perfeccionó el método de
la sistematización lógica y de la construcción de conceptos10
Pero, he aquí que hacia 1861 JHERING renegó del conceptualismo dominante y se
convirtió en su implacable crítico, a tal punto que llegó a burlarse despectivamente del
conceptualismo jurídico dominante en su opúsculo Jurisprudencia en broma y en serio,
del cual puede leerse una buena síntesis en el excelente libro de LUIS RECASENS SICHES
"Nueva Filosofía de la interpretación del Derecho".
Las nuevas ideas de JHERING se destacan ya más claramente en el Tomo IV de su Espí
ritu del Derecho Romano, del que LARENZ hace una excelente antología en la página 67 de
su Metodología. Las críticas de JHERING culminan en la "Jurisprudencia de intereses", de
la que son principales representantes PHILIPP HECK, HEINRICH STOLLy RUDOLF MÜLLER-
ERZBACH.
"La Jurisprudencia de intereses aspira a un primado de la investigación y valorización
LEGALES EDICIONES
802
F ilosofía del D erecho
LEGALES EDICIONES
ley, apelan con gusto al artículo 1, apartado 2 del Código Civil suizo, que ordena al juez,
en caso de lagunas de la ley, resolver según la regla 'que él habría establecido como le
gislador'. La creación judicial del Derecho tiene que orientarse por los principios jurídicos
que sirven de base al orden jurídico; el juez, al co lm a r las lagunas, ha de 'suponer vlncu-
803
J osé A ntonio S ilva V allejo
¡ante todo el sistema existente'. Él no está llamado a dar 'una decisión jurídico-política
de voluntad'".1*
El pensamiento larenziano se sublima, luego de exponer los empeños metódicos ac
tuales, en la Parte Sistemática de su Metodología en la que, en primer lugar, distingue a la
Jurisprudencia de otras disciplinas jurídicas tales como la Teoría General del Derecho, la
Filosofía Jurídica, la Sociología y la Historia del Derecho. Empero, si bien estas disciplinas
enfocan al Derecho cada cual bajo una perspectiva diferente, esto no significa una yuxta
posición carente de relaciones.1 19 Pero, "mientras que las otras ciencias se ocupan de 'el
8
Derecho' en general, la Jurisprudencia se dedica, en principio, siempre a un orden jurídico
determinado, al que se refieren sus enunciados".202 1
"La Jurisprudencia considera el Derecho positivo como un Intento de transformar las
pautas generales en resoluciones sopesadas. Una crítica de la ley, obtenida de los postu
lados de justicia del Derecho vigente, desemboca en propuestas de reforma legal. De este
modo, la Jurisprudencia entra en el terreno de la política del Derecho".*3
En definitiva, LARENZ define a la Jurisprudencia "como aquella ciencia acerca del De
recho que se ocupa de él ante todo bajo su aspecto normativo y, por ende, del sentido de
sus normas".®
"La Jurisprudencia se entiende a sí misma como un sistema de enunciados sobre
el Derecho vigente" P Pero, además, "la Jurisprudencia separa las relaciones normati
vas de sentido del Derecho en cuanto tales y las convierte expresamente en tema de su
consideración".24
Según LARENZ. la Jurisprudencia es la ciencia de la interpretación. "Interpretar un
texto quiere decir, por tanto, decidirse por una entre muchas interpretaciones. La Ju
risprudencia es. justamente oor ello, una ciencia, ooraue oroblematiza en principio los
textos jurídicos, es decir, los interroga en relación con las diferentes posibilidades de
interpretación".2526
"La Jurisprudencia es. oor tanto, en la esfera práctica (la de 'aplicación del Derecho')
un pensamiento en amplia medida 'orientado hacia valores’P La Jurisprudencia de inte
reses se transforma con WESTERMANN. con REINHARDT v con ESSER en "Jurisprudencia
de valores". La evolución de la metodología del Derecho nos ha llevado de la teoría de la
subsunción a la teoría axiolóaica o de los valores en la Jurisprudencia.
LEGALES EDICIONES
804
EL PENSAMIENTO DE CARLOS MARX
CARLOS MARX es el más brillante autor socialista, creador de la doctrina que lleva
su nombre, "marxismo". Nació en Tréveris, Alemania, en 1818, de una familia judía cor-
vertida al protestantismo. Adquirió una sólida preparación intelectual, especialmente et
materia histórica. Fue hombre de cierta riqueza que llevó al principio una vida acomodt-
da; luego fue perseguido y fue peregrinando por varias ciudades: París, Bruselas Londre:.
Murió en 1883.
En sus comienzos fue periodista y en 1847 publicó su primera obra, Miseria de una
filosofía, con la que surgió la polémica con otro gran escritor: Proudhon, quien había es
crito la Filosofía de la miseria. Fue amigo de Federico Engels y con su colaboración escri
bió en 1848 el Manifiesto del Partido Comunista. Posteriormente, como obras de mayo-
importancia publicó Crítica de la Economía Política (1859) y El capital (1807). Además de
intelectual fue también hombre de acción, fundando "La Internacional".
Fuentes de inspiración del marxismo: Además de los socialistas utópicos y romántico:
citaremos, en Francia: Cabet, Blanc y Proudhon; y en Inglaterra: Godwin y Thomson.
KARL MARX. Vida y obras.- El marxismo es una doctrina con gran fuer
za de penetración. Pronto arrinconó a casi todas las formas de socialis
mo anteriores. El socialismo actual, o pretende ser marxismo puro, c
está influido por él. Durante muchos años, el comunismo ruso ha con
siderado a Marx como una especie de profeta, parece que actualmen
te empieza a admitir que pueda haber errores pequeños en sus ideas.
Se comprende el interés que reviste el estudio de este hombre y de su
doctrina. Estudió Filosofía y Derecho en las universidades de Bonn y Berlín hasta doctorar
se. Se casó con Jenny von Westphalen, perteneciente a una familia de la nobleza, y quiso
dedicarse a la enseñanza universitaria, pero a consecuencia de sus ideas revolucionarias
(en el orden político, no todavía en el social) se le negó una cátedra en Bonn, a la que
aspiraba.
Trasladóse, entonces, a Colonia y allí se dedicó por un tiempo al periodismo: dirigió la
Rheinische Zeitung (Revista del Rhin), de tendencia democrática radical. Suprimida la revis
ta por el Gobierno, Marx se fue a París, en donde el contacto con los socialistas franceses
y, sobre todo, con Proudhom, lo convirtió al socialismo. Allí conoció a Friedrich Engels, rico
industrial alemán, que durante el resto de su vida le ayudó en sus estudios y actividades y
le protegió financieramente.
En 1845 a petición del Gobierno de Prusia, Marx fue expulsado a Francia, trasladán
LEGALES EDICIONES
dose a Bruselas. La revolución de 1848 le permitió regresar a París, y después a Alemania,
y publicó en Colonia la Neue Rheinische Zeitung (Nueva R evista de! R h in). Reprimida final
mente la Revolución en 1849, fue expulsado de Alemania y más tarde de Francia, trasla
dándose en 1850 a Londres, en donde pasó el resto de su vida consagrado al estudio y a
la redacción de sus obras. Jugó un primer papel en la creación y dirección de la Asociación
Obrera Internacional, llamada comúnmente la Primera Internacional Socialista, que pre
tendía agrupar a todos los obreros socialistas del mundo, y que duró de 1863 a 1872. Marx
murió en Londres en 1883.
Su obra fundamental es Das capital, en tres tomos, de los cuales solo el primero fue
publicado en vida del autor, en 1867. Los otros dos fueron terminados sobre sus manuscri- i.
tos, por Engels, y publicados en 1885 y 1894. Antes, en 1847, había publicado La misere de V
805
J osé A ntonio S ilva V a u e jo
SUS DOCTRINAS MÁS IMPORTANTES.- Según Marx, factores económicos son los úni
cos que determinan el desarrollo de la historia: los hombres se mueven exclusivamente
por razones materiales o económicas: la religión, la moral, el derecho, el patriotismo, son
simples palabras con las que se encubren y disimulan sus intereses económicos.
En realidad, todas las guerras y todas las revoluciones han tenido causas puramente
económicas, aunque se hayan esgrimido argumentos patrióticos o políticos. Esta concep
ción es lo que se llama el Materialismo Histórico.
Por consiguiente, en una sociedad cuyos miembros tengan intereses no coincidentes,
se producirá un conflicto entre los mismos: En todas las sociedades históricamente cono
cidas se da esta circunstancia y, por tal razón, en todas ellas ha existido este conflicto; los
miembros de una clase social han procurado mejorar su condición a expensas de las otras.
Esto es lo que se llama lucha de clases, y en el mundo no ha habido, en realidad, luchas
de otra especie: los choques entre naciones o entre partidos políticos no han sido más
que apariencias de choques de intereses. En nuestro tiempo, la lucha de clases se va ha
ciendo cada vez más clara y aparente: los capitalistas combaten por conservar su posición
privilegiada, los proletarios para arrebatársela. En esta lucha Marx no invoca a la justicia,
ni afirma que la situación que ocupan los capitalistas sea injusta y que las reclamaciones
de los proletarios sean justas. La idea de justicia es una simple invención de la burguesía
para hacer más respetables sus ventajas: lo justo y lo injusto son conceptos sin ninguna
validez objetiva. Si queremos, podemos decir que el capitalista tiene derecho a defender
su riqueza, y el proletario lo tiene a conquistarla: hay una moral y una justicia burguesa,
y una moral v una justicia proletarias: pero la realidad es que las palabras justo e injusto
carecen de sentido.
Además, Marx era determinista, negaba el libre albedrío: ios fenómenos históricos
obedecen a principios tan rigurosos como los físicos. La voluntad humana no puede modi
ficar las leves económicas, ni alterar el curso de la historia. La lucha de clases es un proceso
fatal e inevitable.
Marx aceptaba los conceptos económicos fundamentales de la Escuela Clásica, sobre
todo los de Ricardo, y deducía de ellos consecuencias revolucionarlas.
Cuando Marx se llama a sí mismo socialista "científico", y a los socialistas anteriores
"utópicos", quería decir que él aplicaba al socialismo los conceptos científico-económicos
LEGALES EDICIONES
806
F ilosofía del D erecho
LEGALES EDICIONES
de ganar lo necesario para vivir, es decir, dispuestos a vender su "fuerza de trabajo", por
su estricto valor.
Según Marx, este ejército industrial de reserva se va nutriendo con los pequeños em
presarios eliminados por la ley de concentración capitalista, con los obreros desplazados
por máquinas que ahorran mano de obra, con el aumento de población, etc. Su presencia
es constante en el régimen capitalista y es necesaria para su buen funcionamiento.
En la ideología marxista, este régimen fenecerá con la revolución que traerá el triunfo
del Socialismo.
Este sustituirá al capitalismo, de igual manera que el Capitalismo sustituyó al artesa
nado medieval. Se trata de un proceso natural, predeterminado, como el crecimiento de
un árbol o la maduración de un fruto. El artesanado (trabajo individual independiente)
807
J osé A ntonio S ilva V allejo
I
808
BREVE HISTORIA DEL SOCIALISM O EUROPEO
60
El Socialismo en Alemania
En Alemania, las doctrinas de Marx influyeron decisivamente, determinando la crea
ción de un partido político que se llamó la Soclal-Democracia. A la la muerte de Carlos
Marx, acaecida en Londres en 1883, sus doctrinas se Interpretaban muy diversamente. Era
un terreno virgen, que comenzaba a romper la juventud intelectual del Socialismo: ¿Qué
era el Socialismo? ¿Cómo debía ser interpretado? ¿Cómo habría de implantarse? Un joven
checoslovaco nacido en Praga, Carlos Kautski, se propuso esta tarea. La labor en realidad
era bastante ardua, como les constaba a los líderes políticos del partido social-demócrata
que, a la sazón era Bebel y Karl Liebknecht. Ambos se habían ocupado de la cuestión en
una serie de asambleas convocadas especialmente en Gotha y en Erfurt, de las cuales
salieron elaborados sendos programas. Marx todavía tuvo tiempo de apreciar y aun de
criticar muchas de las conclusiones elaboradas en Gotha. Pero en el Congreso de Erfurt
ya no estuvo Marx. El Congreso de Erfurt estuvo orientado doctrlnalmente por los tres
grandes teóricos del Socialismo alemán: Kautski, Bebel y Liebknecht, quienes tuvieron muy
presentes los reparos formulados por el propio Marx al Programa de Gotha.
En Erfurt; el Socialismo alemán se declaró marxista de una pieza. Los comentarios de
Kautski a este congreso hicieron entonces famoso el Programa de Erfurt.
Pero, aun posteriormente, los problemas de doctrina continuaron entreteniendo y
apasionando a los socialistas en todos los congresos sucesivos.
Así sucedió en el Congreso de Berlín de noviembre de 1892, en el que se revela otra
notable socialista alemana: Rosa Luxemburgo.
Pero el problema doctrinario va a ser llevado a su más alta cumbre en los dos con
gresos sucesivos: el de Stuttgart de 1898 y el de Hannover de 1900. El causante de esta
tempestad doctrinaria en torno a la interpretación del marxismo fue un notable escritor,
político y economista, cuyas geniales ideas las habría de recoger más tarde uno de los más
grandes líderes del Partido Comunista, Nikita Khruschev. El escritor al que nos referimos se
llamaba EDUARDO BERNSTEIN. Nacido en 1850 y reclamado por los tribunales alemanes
por ser director del órgano Sozialdemokrat, periódico que hubo de suspender su publica
ción. Bernstein había buscado refugio en Londres. Apartado temporalmente de la lucha
alemana, Bernstein se dedicó a examinar críticamente las principales doctrinas de Marx.
Publicó, así, una serie de artículos con el título general de Problemas del Socialismo, en los
que acusaba a Marx de terrorista, refutaba la teoría de la plusvalía y sostenía que Marx ha
bía exagerado el tempo y ritmo cíclico del desarrollo y crisis del Capitalismo. Afirmaba que
LEGALES EDICIONES
la victoria final del Socialismo no sería el corolario de una política catastrófica y anarquista
practicada por el proletariado, sino la lenta culminación del proceso social en su natural
evolución. El Socialismo triunfaría no mediante la revolución, sino mediante un proceso de
"evolución". Sostenía que el tránsito "dialéctico" suponía prácticamente eso: un proceso
de evolución, una progresión dialéctica y no un salto al abismo, incierto e insondable. La
tarea consistía en organizar concienzudamente la reivindicación de los derechos de la clase
obrera a través de los municipios, del Parlamento y de las organizaciones económicas de
clase. Para Bernstein, lo que importaba, en última instancia, no era el fin, sino el movimien
to, el eterno movimiento dialéctico que, cuando es bien entendido, constituye el principio
y fin de las conductas sociales. Concluía que la Social-Democracia debía ser un partido
reformista y no revolucionario.
809
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
en los periódicos socialistas. Una mujer menuda, nerviosa, sensible, inteligente a la que
aguardaba un trágico fin, ROSA LUXEMBURGO, escribió una serie de artículos: Sozialre-
form oder Revolution {Reforma social o revolución) contra las especulaciones de Bernstein.
La polémica socialista trascendió a la gran prensa, y Brentano escribió que Bernstein había
suscrito brillantemente cuanto reprochaban al marxismo los economistas burgueses.
EL CONGRESO SOCIALISTA DE HANNOVER inició sus tareas en un ambiente tempes
tuoso. El orden del día apenas comprendía otro tema que la réplica al revisionismo. Urgía
poner fuerza de combate a Bernstein. Kautski no intervino. La defensa del marxismo in
cumbió en esta ocasión a AUGUSTO BEBEL, que habló cinco horas seguidas, analizando
meticulosamente la cuestión. Bebel comenzó declarando que el Partido no se adhería a
ningún dogma; en treinta años había modificado tres veces su programa. "Hace tiempo,
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F il o s o f ía d e l D erech o
dijo, que hemos abandonado las teorías según las cuales los salarios están determinados
por una ley de bronce. El trabajo es la fuente de toda riqueza y la burguesía una masa
reaccionaria. También nos hemos curado de la ilusión que considera a las cooperativas
organizadas con ayuda del Estado medio de liberación de la clase trabajadora. Los escrito;
de Bernstein me han defraudado, carecen de precisión y claridad, pero sí está claro que
Bernstein repudia la base del Marxismo, dado que rechaza la concepción materialista du
la Historia, la dialéctica, la teoría del valor, la teoría de la máxima miseria y el derrumba
miento". Bebel salía al paso de la acusación que dirigía Bernstein a Marx y a Engels califi
cándolos de "blanquistas".
"Lo que Darwin descubrió en la historia de la naturaleza, continuaba Bebel, lo que
Darwin afirmó respecto de las leyes que rigen el proceso de la vida, lo ha descubierto Car
los Marx en la sociedad humana y en su desenvolvimiento histórico. MARX ha descubiertc
las leves del proceso social. Ello quiere decir que Marx no creía posible la superación de de
terminadas fases del desarrollo social mediante revoluciones arbitrarias v fuera de razón
Según la concepción materialista de la Historia, la estructura de la sociedad es el cimiente
del Estado v el fundamento de todas las corrientes políticas y sociales e incluso de la vida
moral del pueblo”. "La polémica hubiese ganado en interés si Bernstein hubiera aportado
alguna prueba de que esa teoría es falsa. En todo su libro no hallamos ni una sombra de
realidades".
Documentándose en los enemigos de Marx y en los economistas burgueses, Beoei
trató de poner de relieve que ios ataques de Bernstein no se sostenían. "No hay razón, con
cluyó, que nos aconseje modificar nuestros puntos de vista, ni nuestra táctica, ni nuestro
nombre. Somos lo que éramos".
Después de Bebel habló el doctor David, un intelectual partidario del "mitad y mitad"
y uno de los hombres que, desde su segundo plano, más influyeron en la vida de la Social-
Democracia alemana. El doctor David no era revisionista o, al menos, no quería que se le
considerara como tal. Tampoco era marxista, ni deseaba parecerlo. Opinaba que en :as
proposiciones de Bernstein había algo positivo y, por tanto, aprovechable.
El doctor David tenía su fórmula: "Bernstein dice, comentaba este orador, que es un
error pretender conquistar primero el poder político y más tarde el poder económico. Lo
contrario también es falso. Ambas aspiraciones han de conseguirse al mismo tiempo. Solo
así se llegará a la meta". En definitiva, el doctor David presentaba a nueva luz la frase de
Bernstein: "Para nosotros no es nada lo que se llama el 'objetivo final', el movimiento lo es
todo". El doctor terminó diciendo: "Arriba la bandera de la esperanza No soio por un futuro
mejor, sino por todo y en primer lugar, por un presente más humano".
Los debates doctrinales del Congreso de Hannover duraron tres días y medio, al final
de los cuales quedó aprobada por 26 votos contra 21 la siguiente resolución;
"El desarrollo de la sociedad burguesa obliga al Partido a mantener sus concepciones
fundamentales.
LEGALES EDICIONES
"El Partido se halla, hoy como ayer, en el terreno de la lucha de clases, por virtud de la
cual la emancipación de la clase trabajadora ha de ser obra de la propia clase trabajadora,
considerando como misión histórica del proletariado la conquista del poder político para,
con la ayuda de este y mediante la socialización de los medios de producción y de cambio,
crear el mayor bienestar posible para todos.
"Para alcanzar ese fin, necesita el Partido utilizar todos los medios compatibles con su
ideario. Sin engañarse respecto de la esencia del carácter de los partidos burgueses como
representantes e instrumentos del orden social y del Estado actuales, el Partido Socialista
no rechaza la colaboración circunstancial con aquellos, siempre que conduzca a fortale
cerlo, a mejorar la situación de la clase trabajadora, o por aquello que aconseje la lucha
por el fomento de la cultura popular. Pero el partido ss reserva el derecho de conservarse
811
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
la tribuna parlamentarla para atacar el imperialismo de los "Junkers" (los grandes terrate
nientes de la Prusia Oriental, de cuyas familias salían los futuros generales del ejército ale
mán). Liebknecht quería desenmascarar abiertamente a los "responsables de la guerra".
"No podemos admitir, decía Liebknecht, el imperialismo ni la guerra anexionista. A nuestro
modo de ver, para que la guerra sea lícita ha de tener, exclusivamente, carácter defensivo".
Con estos argumentos y otros similares acentuábanse las disensiones entre el Gobierno y
la Social-Democracia, hasta que un día un grupo de diputados se arrojaron sobre Liebkhne-
cht y lo expulsaron del Parlamento, siendo luego detenido y procesado por incitación a la
rebelión y traición a la Patria. Proscrito el Partido Socialista, los prosélitos de Liebkhnecht y
este mismo, desde la clandestinidad, organizaron y editaron un periódico que fuera el por-
tador de sus ideas, al que le pusieron por nombre Spartakus, según el nombre del caudillo
f de los esclavos romanos.
812
F il o s o f ía d e l D erech o
El Socialismo en Francia
En Francia, el Socialismo está representado por cinco grandes teóricos: Jules Guesae,
Jean Jaurés, León Blum, León Jouhaux, Georges Sorel.
JULES GUESDE.- Nació en París en 1845 y murió en 1922. Perseguido por sus ideas
políticas, residió por varios años en Ginebra. Adhirióse luego a las doctrinas marxistas y,
de retorno a su país, trabajó para la implantación del Partido Socialista francés. Dentro
de este, defendió la corriente marxista contra los "reformistas". Se opuso, por ello, a la
política de Jaurés, quien abogaba por la incorporación de los socialistas a las funciones
de gobierno. Cambió de actitud al estallar la Primera Guerra Mundial y aceptó el cargo de
ministro sin cartera.
813
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
LEÓN BLUM.-Nació en París en 1872 y murió en 1950. Político y escritor, jefe del par
tido socialista, y uno de los creadores del frente popular, Fundó, junto con Aristid Briand
y Jean laurés el diario L'Humanité y dirigió Le Populaire. Ministro y Presidente del Consejo
de 1936 a 1938, estableció la semana de 40 horas y nacionalizó las industrias de guerra.
Prisionero de los alemanes en 1940, fue después liberado al llegar las tropas aliadas y ac
tuó como embajador extraordinario en Estados Unidos para la negociación de un acuerdo
financiero entre este país y Francia. Presidió el Gobierno Provisional en 1940 durante solo
LEÓN JOUHAUX.-Nació en París en 1879 y murió en 1954. Político y uno de los jefes
del sindicalismo obrero. Fue durante mucho tiempo Secretario de la Confederación Ge
neral del Trabajo, desde 1909. León Jouhaux exaltó sobre todo el papel del sindicalismo,
mostrando cómo los sindicatos, después de haber sido instrumentos de la lucha contra la
opresión patronal, podrían convertirse en instrumentos de organización de la producción
en una economía racionalizada y no concurrencial.
al mundo obrero y su moralismo, unido a ciertos defectos de caráter, alejó de él a los jefes
del movimiento sindical. Fue en los cenáculos de intelectuales donde Geórges Sorel supo
imprimir una huella considerable, pero esta se ejerció por caminos muy divergentes. El
panegírico de la violencia podía servir, en efecto, a partidos o grupos muy diferentes, entre
ellos, algunos a los que no inspiraba el pensamiento democrático, como el grupo de la "ac
ción francesa" encabezado por Charles Maurrás. Por otra parte, puesto que la revolución
dejaba de parecer fatal y parecía depender de las voluntades humanas, nuevos problemas
se planteaban: ¿qué género de revolución podía intentar realizarse? La clase obrera, a la
cual se había confiado la tarea de hacer la Revolución, ¿era capaz de ello? Para ella se plan
teaba no solo un problema de poder, sino también de capacidad. De ahí la renovación de
los estudios proudhonianos. P R O U D H O N , como se sabe, había tratado en su última obra la
f capacidad política de la clase obrera. De acuerdo con la respuesta dada a estas cuestiones,
814
F il o s o f ía d e l D erech o
El Socialismo en Inglaterra
Pese a haber sido Inglaterra la cuna en donde nació Das Kapital, el Marxismo, al menos
el "Marxismo ortodoxo", nunca prosperó en Inglaterra. Ante la imposibilidad de referirnos
a la múltiple variedad de socialismos que imperaban en Europa y especialmente en Ingla
terra, nos vamos a referir a un interesante movimiento que agrupó a una élite de intelec
tuales asociados tras la figura heroica y legendaria de un célebre caudillo romano de ias
Guerras Púnicas: Fabio "el Contemporizador".
El movimiento en referencia adoptó el nombre de "Fabian Society", en recuerdo de
la estrategia planteada por el general romano Quinto Fabio en la segunda Guerra Púnica.
Victorioso Aníbal después de una arrolladora campaña en la que las tropas cartaginesas
habían deshecho, uno tras otro, a todos los ejércitos romanos que les salieron al paso,
encontró libre el camino para llegar a Roma. Entonces, el Senado romano se encontró ante
la expectativa vergonzante de tener que negociar una paz humillante con el vencedor car
taginés. Es en estas circunstancias en que surge Fabio, quien propuso entablarle a Aníbal
una guerra de guerrillas. Atacando y retrocediendo, FABIO "el Contemporizador" logró
debilitar a Aníbal haciéndolo retirarse finalmente de Italia. Inspirándose en esta estrategia,
los fabianos consideraban que la mejor manera de lograr las reivindicaciones de los tra
bajadores era mediante una inteligente política parlamentaria, de contemporización y no
de violencia, de guerra móvil y elástica y no de ataques frontales, suicidas e irracionales.
La "Fabian Society" empezó, primero, como un club de intelectuales que senrían aver
sión hacia la clase de vida que llevaba la mayor parte de la insípida sociedad burguesa
contemporánea, tan superflua, tan llena de egoísmo e hipocresía y tan falta de ideales.
Superada esta etapa de desprecio hacia la mediocridad de espíritu de la sociedad bur
guesa la "Fabian Society" se propuso llegar hacia el Socialismo integral eliminando la pro
piedad privada de los medios y bienes de producción, confiando las mismas al Estado y a
los municipios, pero evitando siempre todo transtorno político y a través de procedimien
tos graduales de conquistas parlamentarias por las vías constitucionales. Y es que los fa
bianos ni creían en la lucha de clases, ni eran partidarios de la revolución, porque creían en
que la violencia pudiera instaurar la justicia, la fraternidad y la solidaridad social; sino, a lo
más, un nuevo tipo de dictadura social que como todas las dictaduras, es siempre odiosa,
Los principales representantes de la "Fabian Society" fueron Sidney y Beatrice Webb, LEGALES EDICIONES
Bernard Shaw, FL G. Wells, Bertrand Russell, John Hobson, Ramsay Mac Donald, G. D. H.
Colé, Philip Snowden, Annie Besant, entre otros intelectuales. En realidad, la sociedad fa-
biana nunca se propuso tener muchos miembros. Trabajaba siempre en base a élites y mi
norías escogidas, procurando influir en todos los sectores de opinión a base de un alturado
ejemplo de serenidad y austeridad y nunca sobre locas e irreflexivas precipitaciones ni de
impulsivas actitudes producto de las pasiones, de los resentimientos o de los prejuicios y
complejos.
La "Fabian Society" tuvo una decisiva influencia en el advenimiento y creación del
Labour Party o Partido Laborista inglés, que ha logrado éxitos parlamentarios notables, sin
recurrir en ningún momento a los odios, ni a la lucha de clases, ni a la prédica de ningu-
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J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
El Socialismo en Rusia
En Rusia, el principal teórico del Socialismo Científico, ha sido Lenin, cuyas doctrinas
desarrollan los postulados de Marx y Engels transformándolos en un "instrumento para
la acción política y la lucha de clases", dando lugar a lo que se conoce con el nombre de
"Marxismo-Leninismo".
VLADIMIR ILITCH ULIANOV, "el buen Padrecito", como lo llamaban los mujiks y los
proletarios rusos, o LENIN, como se le conoce mundialmente, nació en Simbirsk el 22 de
abril de 1870 y murió el 21 de enero de 1924 en las proximidades de Moscú, a consecuen
cia del atentado sufrido en 1918 causado por la social-revolucionaria Sofía Kaplan. Es el
más grande teórico e intérprete del Marxismo, fue el fundador del Partido Comunista de
la Unión Soviética y el creador del primer Estado socialista de! mundo. Filósofo, político y
economista, ha dejado una imponente producción de obras que configuran una doctrina:
el leninismo, que representa el ulterior desarrollo del marxismo o, como decía Stalin, "el
mismo marxismo transportado a la época de Lenin, el Marxismo de la época del Imperia
lismo y de la revolución proletaria".
Después de la muerte de Stalin, el Presidium del Soviet Supremo de la U.R.S.S. dispuso
que se conmemorase anualmente el día del nacimiento de Lenin como el día de la festivi
dad nacional. El mundo socialista en su integridad rendía culto al nombre de Lenin dedi
cándole nombres de ciudades, museos, institutos, fundaciones, etc.; y, luego, destruido el
mito de Stalin, Khruschev reinvidicó para su propia política de reformas el mérito de haber
retornado doctrinaria y políticamente a las fuentes de inspiración de la filosofía leninista
(Actas del XXII Congreso del PCUS, 17-30 de octubre de 1961).
Hijo de un inspector de escuelas, Lenin terminó sus estudios colegiales en 1887, el
mismo año en que su hermano mayor, Alexander, era ajusticiado por su participación en
el atentado contra el Zar Alejandro III. Este luctuoso acontecimiento transformó decidida
mente el porvenir del joven Vladimir llitch que, matriculado en la Facultad de Derecho y
Jurisprudencia de la Universidad de Kazan, terminó expulsado de la misma poco después
por haber capitaneado a los revolucionarios estudiantes que él acaudillaba. Confinado en
LEGALES EDICIONES
la Villa de Kokuskino se dedicó allí a estudiar El capital y los escritos filosóficos de Marx
y de Engels. Finalmente, retornando a los estudios, se doctoró en Jurisprudencia en la
Universidad de San Petersb u rgo , luego llamada Leningrado y hoy nuevamente San Peters-
burgo, después de la estruendosa caída y fracaso de la dictadura totalitaria de los soviets,
dedicándose de inmediato a la actividad revolucionaria pero, también, a ia meditación
filosófica y política.
Su primera obra significativa, titulada ¿Quiénes son los amigos del pueblo, y como
luchan con la Social-Democracia?, apareció en 1894 y en ella acusaba a los Socialdemócra-
tas de ser falsos amigos del pueblo, designando a la clase obrera como aquella que debió
conquistar el poder, con la colaboración de la clase ciudadana, para establecer en Rusia la
f dictadura del proletariado. El año siguiente, alternando la actividad revolucionaria con la
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F il o s o f ía d e l D erech o
del estudio y la Investigación creó, la Unión para la Liberación de la Clase Obrera, que I;
moderna Historiografía se inclina a considerar como la primera tentativa de constituir ur
partido proletario revolucionario en la Rusia zarista.
Después de SU arresto (1895.) y la deportación a Siberia (1897), Lenin se refugió er
1900 en el extranjero, donde inició, con la publicación del primer periódico revolucionarle
marxista, titulado Iskrá, su lucha contra el "economismo", considerado el principal obstá
culo en el camino de la constitución de un verdadero partido autónomo. {¿Qué hacer?,
1902).
Un acontecimiento de gran importancia para el nacimiento del nuevo partido Inspira
do por Lenin sucedió en 1903, después de la convocatoria al segundo Congreso del Parti
do Social Democrático Obrero Ruso (PSDOR), que se había constituido en Minsk en 1894
en ausencia de Lenin, deportado por aquella época en Siberia. Al segundo Congreso del
PSDOR Lenin intervino con sus colegas del Iskrá y, sobre la tesis fundamental de la orga
nización del nuevo partido, obtuvo la mayoría. Por esa época, el PSDOR se escindió prác
ticamente en dos partidos: uno, constituido por la mayoría, a quienes se les denominaba
"bolcheviques"; y otro, constituido por la minoría, a quienes se les denominaba "menche
viques". Esta lucha sin tregua prosiguió hasta después de la formación del Estado soviético.
De este período es la obra titulada Un paso adelante, dos pasos atrás (1904), en la cual
Lenin elaboró la doctrina del Partido: o sea, la estrategia v táctica para la conquista del
poder v constituir la dictadura del proletariado, entendida como nueva forma de Estado.
Habiendo pasado luego el Iskrá a poder de los mencheviques, Lenin creó un nuevo órgano
al que se denominó Vperíod (Adelante) y, de regreso de la emigración, empezó en Rusia su
lucha contra los socialistas revolucionarios y los mencheviques.
Habiendo fracasado la revolución de 1905 a 1907, Lenin reemprendió el camino ael
destierro, escribiendo en 1909 su obra Materialismo y Empiriocriticismo, en el cual fustigó
las doctrinas de Mach y Avenarius, fundadas sobre un idealismo crítico de tipo subjetivo,
a lo Berkeley, y planteó los fundamentos teóricos del partido en base al Materialismo His
tórico v Dialéctico.
En 1912 fundó Pravda y, poco después, en los pródromos de la revolución de 1910,
publicó El Imperialismo, etapa superior del Capitalismo, en el cual describió la agonía del
Capitalismo y el advenimiento de la revolución socialista, sosteniendo:
"El Imperialismo se ha desarrollado como una continuación directa de las particulari
dades fundamentales del Capitalismo. Pero el Capitalismo se ha trocado en Imperialismo
capitalista únicamente al llegar a un grado muy elevado de su evolución, cuando algunas
de las particularidades fundamentales del Capitalismo se han convertido en su antítesis,
cuando se han manifestado, en toda la línea, los rasgos de la época transitoria del Capita
lismo a un régimen social y económico más elevado. Lo que hay de fundamental en este
proceso es la sustitución de la libre concurrencia capitalista por los monopolios capita
listas. La libre concurrencia es la particularidad fundamental del Capitalismo y de la pro
ducción de mercancías, en general; el monopolio se halla en oposición directa con la libre
LEGALES EDICIONES
concurrencia, pero esta última se ha convertido, a nuestros ojos, en monopolio, creando la
gran producción, eliminando la pequeña, reemplazando la gran producción por otra toda
vía mayor, llevando la concentración de la producción y del capital hasta tal punto que de
su seno surge el monopolio: carteles, sindicatos, trusts y el capital fundido con los mismos
de una docena escasa de bancos que manejan miles de millones. Y, al mismo tiempo, los
monopolios, que surgen como consecuencia de la libre concurrencia, no eliminan a esta
última, sino que subsisten por encima y al lado de la misma, engendrando, con ello, una
serie de conflictos, contradicciones y roces, particularmente agudos. El monopolio es la
transición del Capitalismo a un régimen más elevado. Si fuera necesario dar la definición
lo más breve posible del Imperialismo, debería decirse que el Imperialismo es la etapa
monopolista del Capitalismo",
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Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
forma estatal del poder político de la clase obrera, fundada sobre una maquinaria política
de violencia, represión y coacción:
"La dictadura del proletariado produce una serie de restricciones a la libertad en el
caso de los opresores, de los explotadores, de los capitalistas. Debemos aplastarlos a fin
de liberar a la humanidad de la esclavitud del salario, su resistencia debe ser quebrada me
diante la fuerza. Es claro que donde hay represión hay también violencia; no hay libertad,
no hay democracia".
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F il o s o f ía d e l D e r e c h o
Al tratar otro punto dijo, con relación al período de transición del Capitalismo al Comu
nismo, "período de derrocamiento y completa abolición de la burguesía", que "este perío
do se vuelve inevitablemente un período de lucha de clases desusadamente violentas, en
sus formas más agudas y, por lo tanto, el Estado debe ser, durante este período, un Estado
democrático en una forma nueva (para el proletariado y los pobres en general) y dictatorial
en una forma nueva (contra la burguesía)".
(ob. cit., págs. 227-228)
"Bajo el Capitalismo teníamos un Estado en el sentido propio del vocablo, esto es, una
maquinaria especial para la represión de una clase por otra. Durante la transición del Capi
talismo al Comunismo, la represión es aún necesaria, pero es la represión de la minoría de
explotadores por la mayoría de explotados. Todavía es necesario un aparato especial, una
maquinaria especial de represión; pero, se trata, ahora, de un Estado de transición, no ya
de un Estado en el sentido usual".
(ob. cit., págs. 284-285)
"El Estado se va extinguiendo en cuanto ya no hay más capitalistas ni clases y, en con
secuencia, no se puede reprimir a ninguna clase".
(ob. cit., pág. 289).
"¿Qué son las clases en general? Las clases son lo que permite a un sector de la socie
dad apropiarse del trabajo de otro sector. Si un sector de la sociedad se apropia de toda la
tierra, tenemos una clase terrateniente y una clase campesina. Si un sector de la sociedad
posee las fábricas y talleres, tiene acciones y capital, y el otro sector trabaja en esas fábri
cas, tenemos una clase capitalista y una clase proletaria" (Discurso pronunciado en 1920).
De esta manera, la lucha de clases, que representaba el fundamento táctico del Socia
lismo Científico -y al cual le era extraña toda ¡dea de "conciliación"- se convirtió así, en el
instrumento mediante el cual el proletariado se apoderó violentamente del poder político
expulsando y liquidando a la burguesía para imponer el Socialismo. Pero conquistado el
poder político, la clase obrera continuó la lucha a través de la propia dictadura.
Dos años después de la conquista del poder, Lenin advertía que las clases no pueden
desaparecer totalmente. Más aun, eran la condición necesaria para imponer la dictadura
del proletariado.
"La dictadura no será necesaria cuando las clases hayan desaparecido";
Pero:
"Las clases no podrán ser destruidas sin la dictadura del proletariado"
(Economía y política en la época de la dictadura del proletariado, 1919)
Al respecto, la doctrina soviética definió la dictadura del proletariado como la conti
LEGALES EDICIONES
nuación de la lucha de clases a través de nuevas formas. Después de la conquista del po
der, la lucha de clases se justificaba para reprimir los atentados, los sabotajes, las guerrillas
de los opositores del nuevo régimen a través del terror como arma de liquidación de la
Ceka, cuya función era liquidar a los "enemigos de clase" (decreto del 5 de setiembre de
1918, "sobre el terror rojo").
La lucha de clases, en su acepción de lucha contra toda oposición a la línea política por
el PCUS, se desarrolló a través del tránsito de las originarias formas de terror masivo hacia
formas disciplinadamente contenidas en las decisiones del Presidium del Soviet Supremo,
como lo demuestran las purgas de Beria y otras más a la muerte de Stalin; luego, la liquida
ción del grupo antipartido representada por Malenkov, Kaganovich y Molotov (decisión del
Plenum del comité Central del PCUS de 1957) y, finalmente, la purga del propio Khruschev.
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J o s é A n t o n io S il v a V a l l e jo
del llamado "informe secreto" de Kruschev en 1956 y de la clausura de los gulags de Stalin,
el régimen ya no podía contar con la coacción pura y simple para aplicar sus decisiones y
tuvo que recurrir de modo creciente a los halagos y al cohecho para conseguir que la gente
aceptara sus decisiones. La supresión del terror puro era inevitable porque nadie podía
sentirse seguro, ni tan solo los jefes de la policía stalinista Yejovy Beria, ambos ejecutados,
ni siquiera su ministro de Relaciones Exteriores, Molotov, cuya esposa acabó en el gulag, ni
su sucesor Kruschev, quien describió vividamente cómo una mirada de Stalin podía hacer
que un miembro del Politburó temiera por su vida... Ni Stalin mismo, constantemente te
meroso de conjuras. El desmantelamiento de un sistema de terror tan mortal para quienes
lo practicaban fue casi obligatorio. Luego, "las declaraciones de Gorbachov pidiendo el
glasnosty la perestroika desencadenaron el final". "El pueblo soviético, humillado por sus
gobernantes y despreciado no solo por el resto de Europa, sino también por sus propios
820
F il o s o f ía d e l D e r e c h o
intelectuales, como pasivo cómplice del autoritarismo... ejecutó la decisión que todos es
peraban. Después de 1989, el pueblo ruso comenzó a reconstruir por sí mismo una nueva
democracia con nuevos sindicatos, nuevos periódicos y diarios, nuevos partidos políticos y
nuevos líderes. La madurez política del pueblo ruso se hizo evidente en su elección de un
Boris Yeltsln como el primer presidente ruso elegido por el pueblo, en vez de un demagogo
semlfasclsta como Milosevlc en Serbia o un demócrata tibio como Gorbachov".1
La verdad es que el Marxismo ha sido combatido y cuestionado desde muchísimos
frentes, tanto en sus temas centrales cuanto en su metodología y estrategia política. Por
ejemplo, el profesor Toynbee ya había planteado la crítica del Materialismo Histórico sos
teniendo que "Contra el determlnismo económico que postula la teoría de que la Historia
se desenvuelve mecánica y fatalmente a impulsos de ciertas fuerzas motrices" que son la
"lucha de clases" y la pugna de intereses económicos, Toynbee considera que esta concep
ción simplista de la Historia olvida la Infinita gama de posibilidades que hay en el espíritu
humano, que se caracteriza por su "libertad creadora" y su "impronosticable espontanei
dad".
El marxismo también ha sido duramente cuestionado por la doctrina social de la Igle
sia. la que desde la encíclica "Rerum Novarum". promulgada el 15 de mayo de 1891 por el
Papa León XIII, había cuestionado la estrategia de la lucha de clases. En la encíclica “Divirti
Redemptoris", promulgada en 1937 por el Papa Pío XI, se afirma que "el Comunismo ateo
es intrínsecamente malo al concebir la vida y la Historia de modo exclusivamente materia
lista. Es ¡lícita e inmoral cualquier clase de participación en él y por ello condena al sistema,
a los autores y a los defensores del Comunismo ateo. Pero fue, sobre todo, en las encíclicas
"Laborem Exercens" de 1981, "Sollicitudo Rei Socialis" de 1987 y la "Centesimus Annus"
de 1991. promulgadas por el Papa Juan Pablo II. en donde la crítica al Comunismo ateo, a
la lucha de clases y a la dictadura de la violencia donde quedaron lapidadas las doctrinas
fundamentales del Marxismo-Leninismo. El mismo Papa Juan Pablo II sufrió un atentado
por un fanático quien, obedeciendo la orden del Partido Comunista, trató de asesinarlo
disparándole dos balazos el 13 de mayo de 1981 en plena plaza de San Pedro. Sin embargo,
el Papa lo perdonó bajo la Inspiración del Espíritu Santo y de San Pablo, quien ha dicho en
la Epístola a los Romanos 12, 21: "No te dejes vencer por el mal, antes bien vence al mal
con el bien." Aludiendo a esto dijo el Santo Padre lo siguiente: "En el transcurso de los años
me he ido convenciendo de que las ideologías del mal están profundamente enraizadas en
la historia del pensamiento filosófico-europeo" ... "Llegados a este punto, conviene dete
nerse un poco en la tradición de la filosofía polaca, particularmente en lo que sucedió tras
la llegada al poder del partido Comunista".
En las universidades se puso todo tipo de obstáculos a cualquier forma de pensamien
to filosófico que no respondiera al modelo marxlsta. Y se hizo de un modo simple y radicai,
actuando contra los que seguían otras corrientes de pensamiento filosófico. Es muy signi
ficativo que entre los destituidos de sus cátedras estuvieran sobre todo los representantes
de la Filosofía realista, incluidos los seguidores de la Fenomenología realista, como Ro
mán Ingarden e Izydora Dambska, esta última de la Escuela de Lvov-Varsovia. La operación
LEGALES EDICIONES
era más difícil con los representantes del Tomismo, porque enseñaban en la Unlversidaa
Católica de Dublín, en las facultades de Teología de Varsovla y Cracovia, así como en los
seminarios mayores. No obstante, en un segundo momento, el sistema tampoco fue con
descendiente con ellos, aunque fuera con otros medios.
"Se recelaba también de otros prestigiosos profesores universitarios que mantenían
posturas críticas respecto del Materialismo dialéctico. Recuerdo en particular a Tadeusz
Czezowski. Naturalmente, no se podían quitar del Ordo académico cursos como los dedi
cados a la Lógica y la Metodología de las ciencias; pero se podía obstaculizar de muchas
i FRAN CIS FUKUYAM A: El fin de la Historia y el último hombre, págs. 53-54 y passim, editorial Mun-
diMedia, Panamá 2006.
821
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
formas a los profesores 'disidentes', limitando con cualquier medio su influjo en la forma
ción de los estudiantes. Lo ocurrido en Polonia tras la subida de los marxistas tuvo conse
cuencias similares a las provocadas anteriormente en Europa occidental por los procesos
desarrollados a partir de la Ilustración"... "Después de la caída de los sistemas construidos
sobre las ideologías del mal, cesaron de hecho en esos países las formas de exterminio
citadas. No obstante, se mantiene aún la destrucción legal de vidas humanas concebidas,
antes de su nacimiento. Y en este caso se trata de un exterminio decidido incluso por
parlamentos elegidos democráticamente, en los cuales se invoca el progreso civil de la
sociedad y de la humanidad entera. Tampoco faltan otras formas graves de infringir ¡a ley
de Dios. Pienso, por ejemplo, en las fuertes presiones del parlamento Europeo para que
se reconozcan las uniones homosexuales como si fueran otra familia, que tendría también
derecho a la adopción. Se puede, más aún, se debe, plantear la cuestión sobre la presencia
en este caso de otra ideología del mal, tal vez más insidiosa y celada, que intenta instru-
mentalizar incluso los derechos del hombre contra el hombre y contra la familia. ¿Por qué
ocurre todo esto? ¿Cuál es la raíz de estas ideologías postilustradas? La respuesta, en rea
lidad, es sencilla: simplemente porque se rechazó a Dios como Creador y, por ende, como
fundamento para determinar lo que es bueno y lo que es malo".2
Cuando el mundo llegó a tener conciencia de los horrores y de los crímenes patrocina
dos por la ideología comunista llegó al repudio de esta ideología, que ya estaba en colapso
por las evidencias provenientes de todos los sectores. El Glasnost v la Perestroika entona
ron el "Reauiém" de esta funesta ideología.
Como una ideología del mal que solo predica el odio, la lucha de clases, la violencia y
la confrontación entre hermanos, ha escrito SERGIO TAPIA en el diario "La Razón" de Lima,
el jueves 28 de Junio del 2012, un artículo que se titula "El amor al odio": "El comunismo
es causa ideológica de confrontación. Instala la guerra donde debe haber paz. Es enemigo
del desarrollo económico y social porque suscita el odio entre unos y otros. El pensamiento
y la metodología provienen principalmente de Marx, Lenin, Mao y Gramsci. No se requiere
iniciación filosófica para ser marxista. Basta verlos quiénes son: Desde terroristas asesinos,
pasando por líderes provincianos fanáticos contra el desarrollo y a favor del narcotráfico,
hasta terminar en los cuadros del cabildeo de las ONG derechohumanistas. El Papa Pío XI
afirmó en la Encíclica "Divini Redemptoris" de 1937 que "el comunismo es "intrínsecamen
te perverso". Así, pues, solo los fanáticos o los que tienen ceguera moral o daltonismo ético
pueden seguir a esta ideología del mal.
Ha sido el filosofo japonés FRANCIS FUKUYAMA (nacido el 27 de octubre de 1952)
quien, en dos libros brillantes que deben ser leídos, nos ha recordado esta evidencia: El
fin de la Historia y el Último hombre (la interpretación más audaz y brillante de la historia
presente y futura de la humanidad, 2006) y El fin del hombre (consecuencias de la revolu
ción biotecnológica, 2002). El análisis contemporáneo que hace Fukuyama de este tema
esencial constituye una fascinante contribución a la Filosofía de la Historia y una reflexión
que incita a pensar en los conflictos más profundos de la sociedad humana y su estilo.
LEGALES EDICIONES
i 2 JUAN PABLO II: Memoria e identidad, pág. 19 y ss., 22 y ss., 24 y 25, editorial Planeta Colombiana S.A.,
Bogotá, 2005.
822
F ilosofía del D erecho
médicos. Esto me hace pensar que tal vez los médicos peruanos tendríamos que identifica,■
a un colega que haga por el Perú lo que Vázquez y Bachelet están haciendo por sus países"
"Por otro lado, están Hugo Chávez, de Venezuela, y Evo Morales, de Bolivia. Comparten
el prurito de cambiar sus constituciones para refundar sus patrias e instituir reelecciones
ad infinitum. Se autodenominan "nacionalistas" y "socialistas"; de hecho, se apoyan en
movilizaciones masivas que recuerdan a las de Mussolini y Hitler (¿nacionalsocialistas -
nazis?). Su demagogia populista-mesiánica incluye términos como "revolución cultural" o
"revolución bolivaríana" sea lo que sea que signifiquen, y han incorporado en su panteón
de profetas a Bolívar, el "Che" y Fidel. Muy cerca de ellos está Correa, de Ecuador, también
reeleccionista y refundador constitucional, aunque más sensato y tranquilo. Todos ellos
deben estar preocupados por la crisis del Capitalismo, ya que dependen de la venta de
hidrocarburos a sus archienemigos imperialistas".
Al centro están Lula, de Brasil, y los Klrchner, de Argentina. Lula es el primer presiden
te obrero votado por obreros. Reelegido para un segundo período, ha dado continuidad
institucional al viejo modelo desarrollista y a la modernización del Estado legados por Car-
doso. Como se dice de los franceses, tiene "el corazón a la izquierda, pero el bolsillo a la
derecha", lo que le ha valido ser acusado de traidor neoliberal. En Argentina, la reelección
se dio por interpósita persona. El peronismo de los Kirchner les ha permitido combinar el
ultrismo montonero con un pragmatismo circunstancial. La visita ritual a Cuba ha tenido
el propósito de subrayar su supuesta filiación izquierdista, pese a que su política econó
mica -salvo zarpazos estatales ocasionales- no está orientada hacia una distribución más
igualitaria.
Ser "de izquierda" no se reduce a tener un discurso igualitario que propugna la justicia
social. Implica también ser democrático, transparente, respetuoso de las instituciones y,
sobre todo, de la alternancia en el poder. El mesianismo, el afán por la refundación cons
titucional y la perpetuación en el gobierno equivalen a populismo fascista, no a ser de
izquierda. ¿Y cómo pintan las cosas en el Perú?
LEGAT.F.S E n i n o w r c
823
O
EL PENSAMIENTO POSITIVISTA
El Positivismo es la doctrina según la cual hay que eliminar sistemáticamente los prc -
blemas referentes, al cómo, al por qué y al para qué de las cosas y abordar únicamente el
estudio de los hechos y sus relaciones. Según esta doctrina, el único método cabal y ve¡-
dadero es aquel que deja de lado todas las elucubraciones y problemas metafísicos para
abocarse de lleno al análisis de los hechos y de los fenómenos.
El Positivismo renuncia a toda clase de conocimiento metafísico y considera que son
los hechos, y solo ellos, el objeto propio del conocimiento metódico.
Hay tres grandes etapas en la corriente positivista en general. Ellas son:
ís - Positivismo clásico propiamente dicho, que tiene en Augusto Comte a su más típico
representante.
22 - Empiriocriticismo, representado por Richard Avenarius y Ernst Mach.
32.- Neopositivismo o Positivismo Lógico, representado por varias escuelas: la Escuela de
Varsovia, la de Viena, la de Berlín, la de Cambridge, la de Oxford y la Anglo-Americana
LEGALES EDICIONES
La función histórica de este estadio es irreemplazable por cuanto constituye la dispo
sición primaria de la mente, que le sirve de antesala para transportarse a las demás
fases del conocimiento. Hay en este estadio tres momentos distintos:
a. - Fetichismo:
En que se le atribuye un poder mágico y divino a las cosas personificadas, que son
los fetiches; este modo de pensar corresponde a las mentalidades más primiti
vas.
b. - Politeísmo:
En este momento el hombre traslada la animación de las cosas materiales perso
nificadas a un conjunto de divinidades representativas, cada una de ellas de una
serie de poderes: las aguas, los ríos, los bosques, etc.
825
J osé A ntonio S ilva V allejo
c.- Monoteísmo:
Momento en el cual todos los poderes divinos se centralizan en un solo personaje,
llamado Dios.
29.- Estadio Metafíslco: Para Comte, esta fase, estadio o ciclo es una especie de puente
intermedio que sirve de nexo entre el estadio anterior y el estadio positivo.
En él, la mente continúa buscando los conocimientos absolutos. Para ello no recurre
ya a lo sobrenatural sino que, a través de la Metafísica, trata de explicarse las ideas o
entidades abstractas que, si bien designan algo diferente de las cosas materiales, son
también inherentes a ellas. Empero, Comte considera que este estadio de raciona
lismo metafísico -de carácter fundamentalmente crítico y negativo-, es un período
anárquico y caótico por los devaneos del intelecto, que se dice y se contradice. Corres
pondería a la llamada adolescencia del hombre en la que, tras haber dejado la etapa
infantil, inicia su marcha hacia la afirmación viril, que va a constituir el tercer y último
estadio.
39 - Estadio positivo: Es el estadio definitivo en el que el hombre abandona las ideas reli
giosas y las abstracciones metafísicas, la imaginación ingenua y el devaneo racional,
para reemplazarlos por la observación e investigación sistemática y científica de los
hechos de la naturaleza. En este estadio al fin la mente se detiene ante las cosas que
la rodean, ante lo positivo, ante lo que ya está puesto o ante lo que duda; buscando ya
no causas y efectos, sino hechos y leyes correspondientes.
Con este tercer y superior modo de pensar adviene una nueva ciencia, que Augusto
Comte denomina la Sociología, encargada de encaminar a la mente hacia el estudio de
los fenómenos sociales.
El estadio positivo se caracteriza por la investigación sistemática de los fenómenos
sociales a cargo de la Sociología, abandonando las abstracciones metafísicas y las in
genuidades religiosas. Como dice Ferrater Mora:
"El último y definitivo estadio se presenta de este modo como el hallazgo de lo que,
en su fondo último, ha sido siempre la aspiración de la Humanidad: la ciencia positiva,
que rechaza toda sobrenaturalización y toda hipótesis y que convierte al filósofo en
un 'especialista en generalidades'; el poder espiritual en manos de los sabios; el poder
temporal en manos de los industriales; el pacifismo, el orden y la jerarquía, y como
atmósfera que lo envuelve todo, una moral de altruismo basada en la estática esencial
de la vida social o, como resume Comte, 'el amor como principio, el orden como base,
el progreso como fin'"1.
i Véase JOSE FERRATER MORA: “Diccionario de Filosofía”, Tercera edición, pág. 164, Editorial Sud
i americana, Buenos Aires, 19 5 1, Voz: COM TE (AUGUSTE).
826
F ilosofía del D erecho
LEGALES EDICIONES
León Chwisteck, todos ellos brillantes y destacados profesores de Filosofía Semántica y de
Lógica.
Esta tendencia filosófica tuvo sus centros de origen en las universidades de Varsovia,
Lwow y Cracovia.
Para la Escuela Polaca, la tarea fundamental de la Filosofía de hoy radica en despojar
al lenguaje de las vaguedades y oscuridades propias que le son inherentes. Consideran que
para ello es necesario el empleo de un método lógico y de una forma superior del lenguaje
con la cual se expresen los contenidos nucleares del pensar. Esta tipología neolingüística
que ellos llaman "metalenguaje" se caracterizaría por su claridad y sencillez, despojada
por completo de las falacias peculiares del lenguaje vulgar. Sostienen estos filósofos que,
en realidad, todos estamos de acuerdo en el fondo de nuestro pensar, pero que las discre-
827
J osé A ntonio S ilva V allejo
aristotélica a la luz del sistema tetravalente de lógica modal inventado por Lukasiewicz en
la etapa final de su vida.
Como dijo en el prefacio a la segunda edición: "para poder dominar tan difícil materia,
hube de construir por mí mismo un sistema de Lógica Modal. Los primeros esbozos de tal
sistema los he desarrollado, en conexión con las ideas de Aristóteles, en mis conferencias
pronunciadas en la Royal Irish Academy durante 1951 y en la Queen's University de Belfast
en 1952. El sistema completo lo publiqué en The Journal of Computlng Systems, 1953. Mi
sistema de Lógica Modal es distinto de cualquier otro sistema de esa índole y, desde su
perspectiva, me fue posible explicar las dificultades y corregir los errores de la silogística
modal aristotélica. Mi libro sobre la silogística de Aristóteles ha encontrado una favorable
§ acogida, que yo sepa, en más de treinta artículos y recensiones publicados por todo el
828
F ilosofía del D erecho
mundo en inglés, francés, alemán, hebreo, italiano y español. Desde entonces me afano
en buscar una oportunidad para discutir algunos de los puntos críticos de mis recensores,
pero en la presente edición ha sido posible tan solo añadir los capítulos de Lógica Modal
(pues el texto de la primera edición estaba ya impreso). Estoy muy agradecido a la Claren-
don Press por haberme brindado la posibilidad de hacerlo así".
J. L.
Dublín, 30 de junio de 1955.
Permítaseme citar lo que escribió a este propósito I. M. BOCHENSKI en su ya clásico
libro La Filosofía actual: "Jan Lukasiewicz en el año 1920 descubrió que junto a la lógica
matemática 'clásica', que no reconoce más que dos valores (verdad y falsedad, simbóli
camente 1 y 0), son posibles otras lógicas, en que se adoptan más de dos valores, que:
pueden desarrollarse sin contradicción alguna y de modo completo. En estas lógicas sue
ien faltar algunos principios importantes de la Lógica clásica, por ejemplo, falta siempre
el principio del tercero excluido. Tales sistemas se construyen con gran rigor axiomático
con lo que se demuestra que, como sistemas formales, son irreprochables. Todavía nc
está aclarado si estos sistemas permiten alguna interpretación que los convertiría en sis
temas lógicos; mientras que algunos lógicos matemáticos esperan resolver con su ayuda
diversos problemas de la lógica de la probabilidad y de la lógica modal, otros opinan, poi
el contrario, que no constituyen ningún sistema lógico... Tenemos que pasar por alto desa
rrollos más recientes de la Lógica Matemática, como, por ejemplo, la Lógica Combinatoria
o las llamadas lógicas naturales. La disciplina es trabajada con ahínco y se van presentando
constantemente nuevas ideas y sistemas".2
KAZIMIERZ AJDUKIEWICZ.- Nació en Tarnopol el 12 de diciembre de
1890 y murió en Varsovia el 12 de abril de 1963. Fue profesor de Meto
dología de la Ciencia en las universidades de Varsovia, Lwow y Poznan,
en la que llegó a ser rector, jubilándose en 1961, a los 71 años de edad.
Fundó en 1954 la revista Studia Lógica y, entre sus principales investi
gaciones, debemos mencionar su Contribución a la metodología de la
ciencia deductiva (Lublin, 1921); Los presupuestos de la Lógica tradi
cional (Varsovia, 1927); Elementos de Metodología y de Lógica formal
(Varsovia, 1928); Compendio de Lógica (3§ ed., Varsovia, 1956); Introducción a la Filosofía.
Epistemología y Metafísica (Madrid, 1986).
En esta última obra citada, sostiene lo siguiente:
"I.- Los problemas clásicos de la teoría del conocimiento: La teoría del conocimiento,
también llamada Epistemología (del griego episteme, sinónimo de conocimiento) o gno-
seología (del griego gnosis, sinónimo de cognición) es, como su propio nombre indica, la
ciencia del conocimiento. Pero ¿qué es el conocimiento? Por conocimiento entendemos
tanto los actos cognoscitivos como sus resultados".3
"II - "El Problema de la Verdad. La definición clásica de la verdad y las objeciones contra
ella.- ¿Qué es la verdad? La respuesta clásica a esta pregunta dice que la verdad de un pen
LEGALES EDICIONES
samiento consiste en su acuerdo con la realidad. 'Ventas est adequatio rei et intellectus’.
Esta fue la respuesta clásica en su formulación escolástica. Pero ¿qué significa este acuerdo
del pensamiento con la realidad? Ciertamente, no consiste en que el propio pensamiento
sea idéntico a la realidad que describe. Para algunos filósofos esta interpretación parece
una ¡dea absurda. ¿Cómo, preguntan ellos, podría ser el pensamiento semejante a algo
tan diferente a él? ¿Cómo puede el pensamiento, que no posee ninguna otra dimensión
2 I. M. BOCHENSKI: L a Filosofía actual, pág. 281-282, 5a ed., Brevarios del Fondo de Cultura Económica,
México, 1965.
3 K A ZIM IER Z AJD U KIEW ICZ: Introducción a la Filosofía. Epistemología y Metafísica, pág. 2 1, ediciones
Cátedra, S.A., Madrid, 1986.
829
J osé A ntonio S ilva V allejo
más que la temporal, ser semejante a algo que es espacial? ¿Cómo puede el pensamiento
parecerse a un cubo sólido o a las cataratas del Niágara?".4
"La verdad como acuerdo con los criterios - La línea de pensamiento esbozada ante
riormente condujo a muchos filósofos a rechazar la definición de la verdad como acuer
do entre pensamiento y realidad y los llevó a sustituirla por otra definición de la verdad.
Llegan a esta definición a través del siguiente razonamiento: consideraremos la manera
en que utilizamos realmente el término 'verdad'. De esta forma estaremos, tal vez, mejor
capacitados para darnos cuenta de lo que realmente significa para nosotros. Indudable
mente, todo individuo está dispuesto a reconocer como verdadera una afirmación en la
que él cree y corresponde, por tanto, a sus convicciones" ... "Por otro lado, nadie se consi
dera infalible y reconoce que existen afirmaciones en las cuales cree y no son verdaderas.
Sabemos que no todas nuestras convicciones han sido obtenidas por medio de investiga
ciones sistemáticas y escrupulosas, sino que llegamos a ellas por la aplicación de métodos,
es decir, criterios, cuya validez debe ser cuestionada y que deben ser confrontados con
criterios más competentes. Reconoceríamos todas nuestras convicciones como verdade
ras si llegásemos a ellas aplicando criterios irrevocables, para los que no existe apelación
posible. Estos similares tipos de argumentación sugieren a algunos filósofos la siguiente
definición de la verdad: una afirmación verdadera es lo mismo que una afirmación que sa
tisface criterios finales e irrevocables. No existe ninguna otra forma de convencerse acerca
de la verdad de una afirmación sino someterla a prueba del criterio final cuyo veredicto es
irrevocable, en el sentido de que el veredicto de cualquier otro criterio debe ceder ante él.
No podemos saber y, como mostraban los escépticos, nunca seremos capaces de saber si
una afirmación que pasa por la prueba de este criterio final se adecúa o no a la realidad.
En consecuencia, cuando distinguimos la verdad de la falsedad, la cuestión no es si una
afirmación determinada se adecúa o no a la realidad, sino más bien si se adecúa a los crite
rios finales. Así, para que definamos el concepto de la verdad de acuerdo con nuestro uso
real de este concepto, deberíamos hacerlo como acuerdo del pensamiento con criterios
finales e irrevocables.
"Las definiciones no clásicas de la verdad.-
"Los diferentes defensores de este concepto de la verdad le dan diferentes formas
según lo que consideran como criterio final... Así, por ejemplo, la teoría de la verdad como
coherencia define la verdad como el acuerdo de los pensamientos entre sí. Los defensores
de esta teoría consideran que el criterio final e irrevocable, el que determina si se debe
aceptar o rechazar una afirmación determinada, es su adecuación a otras afirmaciones
ya aceptadas. Esta adecuación consiste en lo siguiente: que una afirmación determinada
no sea contradictoria con las otras y se armonice con el resto del sistema. Podría parecer
que el veredicto de la experiencia es el criterio final, pero no es así, porque por encima del
criterio de la experiencia existe una instancia superior que es el criterio de la adecuación".5
"La formulación correcta del concepto clásico de la verdad.-
"Hemos hecho hasta ahora un pequeño y nada exhaustivo repaso de los varios con
LEGALES EDICIONES
ceptos de la verdad distintos del clásico. Todos ellos ven la esencia de la verdad en la
adecuación del pensamiento a criterios, es decir, métodos que deciden finalmente si una
afirmación debe ser aceptada o rechazada. Las investigaciones dedicadas al descubrimien
to de los criterios más altos de nuestro juicio son, a veces, interesantes e instructivas,
pero ver la esencia de la verdad en la adecuación del pensamiento a estos criterios es un
concepto falso de la verdad. El contenido de este concepto está mejor expresado en la de
finición clásica, según la cual un pensamiento verdadero es un pensamiento que se adecúa
a la realidad. Al principio de este capítulo fueron analizadas algunas objeciones contra esta
830
F ilosofía del D erecho
definición, indicando que no está claro en qué consiste aquella adecuación del pensamien
to a la realidad. Sin embargo, un intento de comprender la esencia de esta adecuación no
es tan desesperado como lo hacen parecer los críticos de la definición clásica de la verdac.
Si una afirmación se adecúa a la realidad, significa que el estado reai es como lo describo
la afirmación. Así, el pensamiento de que la Tierra es redonda se adecúa a la realidad por
que la Tierra es redonda. El pensamiento de que el Sol es mayor que la Tierra se adecúe
a la realidad porque el Sol es realmente mayor que la Tierra. Consecuentemente, la idea
clásica de la definición de la verdad podría ser expresada de esta manera: el pensamiento
P asegura que tal cosa es así y, efectivamente, lo es. A esta última formulación de la definí'
ción clásica de la verdad están ligadas algunas dificultades de naturaleza lógica, que exiger
mucha cautela en el uso de esta definición. No obstante, no analizaremos aquí este caso.
La objeción escéptica contra esta formulación de la definición clásica de la verdad ya nc
es peligrosa".6
El escepticimo y su refutación.-
Los escépticos llegaron al extremo de afirmar que no podemos saber nada, es decir,
que no tenemos un conocimiento justificable respecto a nada. Para poseer tal conocí
miento, argumentan los escépticos, deberíamos justificarlo aplicando un método, es decir,
siguiendo un criterio. Sin embargo, el conocimiento adquirido de acuerdo con este criterio
sería justificable solo si supiéramos de antemano que el criterio aplicado por nosotros es
digno de confianza, es el criterio que siempre conduce a la verdad y nunca a la falsedad.
Para saber si nuestro criterio es digno de confianza, deberíamos aplicar otro criterio que
debería ser, a su vez, examinado críticamente antes de poder confiar en él, etc. ad infi-
nitum. No es posible, entonces, encontrar un camino que nos conduzca al conocimiento
justificable acerca de algo".7
"Las dificultades presentadas por los escépticos se dirigen no solo a la definición clá
sica, sino también, de un modo igualmente drástico, a las definiciones no clásicas, que
describen la verdad de un pensamiento como adecuación a los criterios. En el caso, como
argumentan los escépticos, de que no pudiéramos obtener un conocimiento justificable
acerca de algo, tampoco podemos obtener este conocimiento respecto al hecho de la
adecuación entre el pensamiento y los criterios. Siendo así, no existe ninguna razón que
nos lleve a tratar de evitar las dificultades originadas en los argumentos de los escépticos
contra la definición clásica de la verdad, para aceptar, en lugar de esta, la definición que
identifique la verdad de un pensamiento con su adecuación a los criterios. Abandonan
do la definición clásica y aceptando cualquier otra, nos exponemos del mismo modo a ia
objeción de la que la verdad, esté como esté definida, es imposible de ser conocida" ...
"¿Justifica el razonamiento de los escépticos esta desalentadora tesis? Si respondiéramos
afirmativamente a esta pregunta y reconociéramos como válido el razonamiento de los
escépticos, entraríamos en una contradicción. Aceptando, por un lado, la tesis escéptica,
aseguraríamos que nada puede ser justificado, y por otro lado, aceptando que el razona
miento escéptico justifica su tesis, admitiríamos, contra la tesis escéptica, que algo puede
ser justificado (a saber, por lo menos, la propia tesis escép tica). Los propios escépticos eran
LEGALES EDICIONES
conscientes de esta dificultad. Para evitarla, alegaban que su tesis acerca de la imposibi
lidad del conocimiento justificado no es afirmada categóricamente, sino que solamente
confiesan lo que les parece, mientras suspenden el juicio en relación a lo que es realmente
el caso. Los escépticos no se sienten autorizados a emitir cualquier opinión que exceda
el conocimiento de lo que pasa por sus mentes, que exceda, por lo tanto, de lo que ellos
sienten, piensan, etc. Se describen como aquellos que buscan la verdad, pero que no la
han encontrado hasta ahora (de ahí su nombre, porque skeptomai significa en griego 'bus
car, examinar'). Sin tener en cuenta esta dificultad de la posición escéptica que acabamos
831
J o sé A ntonio S ilva V allejo
832
F ilosofía del D erecho
32. El método utilizado para conseguir estos objetivos es el análisis lógico de todos os
conceptos y proposiciones. Este análisis lógico se realiza en tres formas:
a) Mediante la sintaxis lógica
b) Mediante la semántica filosófica,
c) Mediante la semiótica.
El Profesor Rudolph Carnap, judío también, estuvo a punto de correr la misma suelte
del profesor Moritz Schlick cuando fue expulsado de la Universidad de Viena donde ejer
cía la cátedra, trasladándose luego a la Universidad de Praga; y hasta allí lo persiguió el
terrorismo antisemita de los nazis, por lo que se vio obligado a refugiarse en los Estadas
Unidos donde, desde 1938 hasta su muerte en 1970, ocupó la cátedra en las universidad as
de Chicago, Princeton y Los Angeles. En esta gran nación, la filosofía de John Dewey, con
la del Pragmatismo, influyó notablemente en el pensamiento filosófico del más notable
representante de la Escuela del Positivismo Lógico.
Nació en Wuppertal, Westfalia, el 18 de mayo de 1891 y murió el 14 c e
septiembre de 1970 en Santa Mónica, California. Fue profesor en Vi e
na, Praga, Chicago, Princeton y Los Angeles. Fue y sigue siendo el grz n
maestro del análisis lógico-sintáctico y lógico-semántico mediante los
cuales se llega a la crítica de la Filosofía tradicional, demostrándose
que la mayor parte de las proposiciones no obedecen a las reglas sin
tácticas, por lo cual es preciso recurrir al análisis de las significaciones
mediante la Semántica.
En 1930 fundó con Hans Reichenbach la revista Erkenntnis (Pensamiento), órgano da
investigación y estudios del Positivismo Lógico. En 1928 publicó su obra La estructura lóg -
ca del mundo, libro en el cual sostiene la necesidad de crear un lenguaje riguroso para la
ciencia y para la Filosofía, reduciendo todas las proposiciones metafísicas a meras afirma
ciones relativas.
Su obra fundamental, La sintaxis lógica del lenguaje, cuya primera edición en alemán
fue publicada en Viena en 1934 y cuya edición inglesa, en la que corrige y aumenta la
edición vienesa, fue un planteamiento de ubicar a la Filosofía bajo el dominio de la Lógica
Según Carnap, "la Filosofía debe ser sustituida por la Lógica de la ciencia, es decir, por e
análisis lógico del lenguaje, que es lo que el maestro llamó la sintaxis lógica del lenguaje
Más tarde, Carnap pasó de un enfoque predominantemente sintáctico a otro semántico
del lenguaje, de lo que dan cuenta sus libros fundamentales.
Las obras principales de Carnap son: DerRaum (El Espacio, Berlín, 1922); Physikalischt
Begriffsbildung (La formación de conceptos en la Física, Karlsruhe, 1926); Der logische Au-
fbau der Welt (La estructura lógica del mundo, Berlín, 1928); Abriss der Logistik (Compen
dio de Logística, Viena, 1929); Die Logische Syntax der Sprache (La sintaxis lógica del len
guaje, Viena, 1934); The logical syntax of language, New York, 1937; Studies in Semantics
(1942-1947); "Ueberwindung der Metaphysik durch logische Analyse der Sprache" ("La
superación de la Metafísica por medio del análisis lógico del Lenguaje") estudio publica
LEGALES EDICIONES
do en la revista Erkenntnis (revista fundada por Carnap con Hans Reichenbach, N9 2, año
1931, pág. 219- 241); "A Basic System of Inductive Logic", Part I, en el volumen Studies in
Inductive Logic and Probability editado por Rudolf Carnap y Richard C. Jeffrey (1971), obra
postuma de Carnap publicada conjuntamente con la de sus colaboradores y discípulos
Richard C. Jeffrey, Jürgen Humburg y Haim Gaifman.
En sus libros. Carnap sostiene que solo mediante el análisis sintáctico y semántico del
lenguaje se pueden eliminar lo que él llama las "seudoproposiciones filosóficas", es decir,
aquellas que carecen de precisión semántica y de orden y coherencia sintáctica.
Dice Carnap que la Historia de la Filosofía nos muestra una serie de incoherencias
lógicas y de proposiciones no ajustadas a la verdad filosófica, de allí que la tarea del au- 4
téntico filósofo es la búsqueda de la certeza y la verdad. Para el mejor cumplimiento de */
833
J osé A ntonio S ilva V allejo
834
F ilosofía del D erecho
LA ESCUELA DE BERLÍN.- Integrada por Hans Reichenbach, Kurt Grelling, Karl Hempel
y von Mises, tiene a su más calificado representante es Hans Reichenbach, quien critica
los métodos vagos de la Filosofía tradicional y postula la necesidad del advenimiento de
una nueva Filosofía, de una Filosofa científica basada en el análisis riguroso del lengua.e.
Su obra fundamental, hoy traducida al castellano por el Fondo de Cultura Económica de
México se titula La Filosofía científica precisamente, y de ella se entresacan las siguientes
citas, que traslucen la concepción positivista de Reichenbach.
"A través de la Historia de la Filosofía encontramos la mente filosófica asociada con la
imaginación del poeta: allí donde el filósofo inquirió, el poeta respondió".
"Los errores perniciosos por falsas analogías, han constituido la enfermedad del filó
sofo en todos los tiempos".
"Una figura del lenguaje se ha convertido así en el origen de una disciplina filosófica
llamada Ontología que, se supone, 'trata de los últimos fundamentos del ser". La frase "úl
timos fundamentos del ser" es en sí misma, una figura del lenguaje. He usado la doctora
de la forma y la materia de Aristóteles como una ilustración de lo que he llamado 'seudo-
explicación'. La Filosofía Antigua nos brinda otro ejemplo de esta desafortunada forma de
razonar: la Filosofía de Platón. Como Aristóteles fue alguna vez discípulo de Platón, hasta
podría creerse que se sentía Inclinado hacia esta forma de pensar por el uso abundan que
el maestro hizo del lenguaje práctico y del analogismo El filósofo habla un lenguaje acier -
tífico porque trata de dar respuesta a problemas en un momento en que aún no se tiene i
a la mano los medios para dar una respuesta científica".
"La Historia de la Filosofía que, hasta Kant, se manifestó en la forma de sistemas filo
sóficos, debe considerarse continuada después de Kant, no por los seudosistemas de lo;
imitadores de un gran pasado, sino por la nueva Filosofía nacida de la ciencia del siglo XIX
y proseguida por la del XX. Dentro del breve período de su existencia, esta Filosofía ha su
LEGALES EDICIONES
frido un rápido desenvolvimiento, marcado por el progreso de la ciencia durante el mismo
período. En particular, los resultados derivados de la teoría de la relatividad de Einstein y
la teoría del quantum de Max Planck...".
Y aquí una última e importante cita, digna de subrayar:
"El filósofo de la escuela tradicional constantemente se ha rehusado a reconocer e
análisis de la ciencia como filosofía, manteniéndose en su empeño de identificar la Filoso
fía con la invención de sistemas filosóficos. No se da cuenta de que los sistemas filosóficos
han perdido su significación y de que su función ha sido asumida por la Filosofía de la
Ciencia; el filósofo científico no teme a este antagonismo. Deja al filósofo anticuado que
siga inventando sus sistemas filosóficos para los que puede haber todavía un lugar dentro
del museo filosófico que lleva el nombre de Historia de la Filosofía y sigue sus trabajos".
835
J osé A ntonio S ilva V allejo
construcciones, por las cuales no hay que entender la derivación de una serie de predi
cados existenciales a partir de ciertos principios, sino la posibilidad de edificar una trama
descriptivo-formal de todas las relaciones, de tal suerte que, entonces, una vez eliminadas
las vaguedades y las hipóstasis metafísicas que infestan el lenguaje, pueda ya precederse
a una descripción de las estructuras correspondientes a los hechos con la ayuda de un
lenguaje ideal, continuamente depurado".
Porque, tal como lo afirma José Ferrater Mora en su Diccionario filosófico: "Lo que
parece común de toda la dirección es la formación de un lenguaje ideal, por medio de la
purificación del 'lenguaje coloquial' o 'conversacional', la creación de una characteristica
universalis de la cual la Lógica Simbólica sería uno de los más eficaces instrumentos".
En los Principia Mathematica formula Russell sus axiomas fundamentales, que son:
836
F ilosofía del D erecho
Tautología pvqp
Adición p pvq
Permutación pvqqvp
Asociación p v (q v r) q v (p v r)
Suma p q (p v r) (q v r)
Mediante estos axiomas lógicos, Russeil considera que se puede determinar el funda
mento último de las Matemáticas, así como también el de todas las ciencias y el del len
guaje filosófico propiamente dicho. De modo que para eliminar las contradicciones lingüís
ticas en que han incurrido los filósofos tradicionales, es necesario aplicar un método lógico
y un metalenguaje especial con el cual se eliminen las oscuridades del lenguaje común y
corriente. Nosotros, pues, podemos alcanzar la verdad ya no mediante una meditación
de tipo metafísica sino, más bien, mediante el empleo del lenguaje lógico y mediante ur
riguroso análisis de las proposiciones.
Las proposiciones, a su vez, son de dos clases: a).- Proposiciones atómicas, son las pro
posiciones resultantes de una observación empírica y se refieren a un hecho particular; b).
Proposiciones moleculares, que son el resultado de una relación entre dos o más hechos.
De este modo, la verdad adquiere un significado sintáctico y semántico, es decir, que a
la verdad solo podemos ilegar a través del análisis lingüístico y metalingüístico.
Con ayuda de la Lógica podemos comprender adecuadamente el sentido de la ciencia,
estableciendo rigurosamente cuál es la verdad científica. Russeil considera que ha llegado
el momento en que los filósofos, en vez de discutir un problema, se dediquen a "calcular
lo". Russeil plantea lo que él llama el "Cálculo proposicional" (las proposiciones se deducen
unas a otras con la ayuda de su tabla de operaciones lógicas).
El pensamiento de BERTRAND RUSSELL ha sido brillantemente analizado por Luis Fe
lipe Guerra Martiniere en su tesis para optar el grado de Bachiller en Humanidades en la
Facultad de Letras de la Universidad Católica, sustentada en setiembre de 1958 y publicada
por el Instituto Riva-Agüero en Lima en 1961, con ei titulo de El logicismo en Bertrand Rus-
sell. Esbozo de sus consecuencias filosóficas. Conocí personalmente a Luis Felipe Guerra
Martiniere cuando él era secretario de la Facultad de Letras. Nació en Lima en 1930 y la
mentablemente falleció prematuramente en 1975. Su tesis para el bachillerato en Derecho
trató sobre El Derecho natural en el pensamiento de Hans Kelsen (Lima, 1966). Me han
interesado también sus estudios "Algunos aspectos principistas de un nuevo Derecho",
publicado en la revista Derecho (Lima, 1969, pág. 86-93) y "De la interpretación histórica",
publicado en Humanidades (Lima, 1972-73, pág. 165 y ss.).
LUDWIG WITTGENSTEIN. Es, junto con Bertrand Russeil, el otro pre
a cursor genial de la Escuela de Cambridge. Y mientras la obra funda
mental de este es Principia Mathematica e Investigaciones sobre el sig
nificado y la verdad, la creación máxima de Wittgenstein es el Tractatus
LEGALES EDICIONES
Lógico Philosophicus, publicada en Viena en 1918, en la que manifiesta
que la Filosofía tiene como objeto: "Investigar la realidad del mundo y
de los hechos"; "estos se expresan a través de las proposiciones"
"Cuando las proposiciones no interpretan la realidad del mundo, incu
rren en falsedad, llamándoseles 'seudoproposiciones'. La Filosofía clásica ha incurrido en
el grave error de interpretar indebidamente al mundo mediante proposiciones falsas. Por
eso la tarea de la nueva Filosofía consiste en elaborar proposiciones plenas de sentido y
de significación, que establezcan una conexión lógica rigurosa y precisa entre los hechos y
el pensamiento".
Estas ideas centrales del Profesor WITTGENSTEIN han sido recogidas posteriormente
por la Escuela Austríaca o Círculo de Viena y principalmente por el profesor Carnap, cuya
837
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
ideología se inspira, en gran medida, en las doctrinas de Wittgenstein. Este y Russell han
influenciado notoriamente en las demás escuelas neopositivistas: el primero con su con
cepción lingüística de la Filosofía, y el segundo con su concepción logística fundamental.
En la Introducción al Tractatus de Wittgenstein ha escrito Bertrand Russell que: "Trata
en primer lugar de la estructura lógica de las proposiciones y de la naturaleza de la inferen
cia lógica. De aquí pasamos sucesivamente a la Teoría del Conocimiento, a ios principios de
la Física, a la Ética y, finalmente, a la Mística (Das Mystiche)".9
LUDWIG WITTGENSTEIN fue un notable lógico y filósofo del lenguaje, nació en Viena
el 26 de abril de 1889 y murió en Cambridge el 29 de abril de 1951. Después de estudiar
Ingeniería en Berlín y en Manchester se dedicó al estudio de las Matemáticas y de sus
fundamentos, para lo cual entró en contacto con Bertrand Russell, en cuyas doctrinas se
inspiran las ideas desarrolladas en su Tractatus logico-philosaphicus, que marca la prime
ra fase de su pensamiento desarrollado en la Escuela de Cambridge. Una segunda fase
de su pensamiento lo aleja de los axiomas y principios de la concepción russelliana para
acercarse a la de GEORGE EDWARD MOORE, quien nació en Londres el 4 de noviembre de
1873 y murió en Cambridge el 24 de octubre de 1958 y que en 1903 había publicado en la
revista Mind un artículo crítico contra el idealismo gnoseológico intitulado "The refutation
of Idealism" y que en 1922 publicó en Cambridge sus Philosophical studies. A partir de
esto y conservando la exigencia de conectar la actividad filosófica con el uso correcto del
lenguaje, Wittgenstein renunció al lenguaje realmente perfecto para aceptar las formas
cotidianas de expresión y distinguir los matices del uso y del significado.
Según BERTRAND RUSSELL, "Para comprender el libro de Wittgenstein es preciso
comprender el problema con que se enfrenta. En la parte de su teoría que se refiere al
simbolismo se ocupa de las condiciones que se requieren para conseguir un lenguaje lógi
camente perfecto. Hay varios problemas con relación al lenguaje. En primer lugar, está el
problema de qué es lo que efectivamente ocurre en nuestra mente cuando empleamos el
lenguaje con la intención de significar algo con él; este problema pertenece a la Psicología.
En segundo lugar, está el problema de la relación existente entre pensamientos, palabras y
proposiciones y aquello a lo que se refieren o significan; este problema pertenece a la Epis
temología. En tercer lugar, está el problema de usar las proposiciones de tal modo que ex
presen la verdad antes que la falsedad; esto pertenece a las ciencias especiales que tratan
de las materias propias de las proposiciones en cuestión. En cuarto lugar, está la cuestión
siguiente: ¿qué relación debe haber entre un hecho (una proposición por ejemplo) y otro
hecho para que el primero sea capaz de ser un símbolo del segundo? Esta última es una
cuestión lógica y es precisamente la única de que Wittgenstein se ocupa. Así pues, la Lógica
ha de tratar de dos problemas en relación con el simbolismo: 1- Las condiciones para que
se dé el sentido; 29 Las condiciones para que exista unidad de significado. Un lenguaje lógi
camente perfecto tiene reglas de sintaxis que evitan los sinsentidos. Wittgenstein estudia
las condiciones necesarias para un lenguaje lógicamente perfecto. La función esencial del
lenguaje es afirmar o negar los hechos. Dada la sintaxis de un lenguaje, el significado de
LEGALES EDICIONES
una proposición está determinado por el significado de las palabras que la componen. Para
que una cierta proposición pueda afirmar un cierto hecho, debe haber... algo en común
entre la estructura de la proposición y la estructura del hecho. Esta es tal vez la tesis más
fundamental de la teoría de Wittgenstein".10
Una buena síntesis del pensamiento de Wittgenstein lo encuentro en el ensayo de
Jürgen Habermas referido a su pensamiento y publicado en su libro Perfiles filosóficos-po-
838
F il o s o f ía d e l D erech o
Uticos (2000, p. 195): "El Tractactus, aparecido en 1921, que fue adoptado por la prime a
generación del Positivismo Lógico como una especie de escrito programático, y las Inves
tigaciones filosóficas publicadas en 1958 en Inglaterra, cuya parte principal todavía fie
preparada para la imprenta por el propio Wittgenstein. Esta obra tardía se ha convertico
en el libro fundamental del nuevo análisis filosófico. Rompe con la concepción positivisia
del Tractactus. Sobre este giro a la filosofía lingüística, que Wittgenstein consumó a princi
pios de los años treinta en su círculo de alumnos de Cambrigde, solo nos informaban hasla
ahora apuntes de clase de los años 1933 a 1935. Ahora disponemos ya de un testimonio
auténtico de los años 1929-1930: las Notas filosóficas que Wittgenstein reunió entonces
en un texto multicopiado a partir de sus cuadernos de notas. El segundo volumen de les
escritos contiene ese texto junto con otros apuntes. El editor inglés anuncia la publicación
de otro manuscrito de 1932... Wittgenstein se atuvo durante toda su vida al principio de
que la Filosofía es crítica del lenguaje: su objetivo es aclarar lógicamente los pensamientos
con los que ya nos encontramos. La Filosofía no es capaz de desarrollar sistemáticamente
ni un solo pensamiento propio. La Filosofía ha estado montando hasta el momento teoría
tras teoría para resolver sus problemas, pero es ahora cuando llega a la conciencia de ;í
misma: se da cuenta de que sus problemas son confusiones que se producen cuando el
lenguaje 'corre en vacio'. Por eso tratará, más que de resolver sus problemas, de hacer que
esos problemas acaben esfumándose. Pero con este viejo programa de crítica del lengua
je, Wittgenstein no persigue en absoluto el objetivo de una exorcización abstracta de l;i
Metafísica".11
Los teóricos más representativos del Círculo de Cambridge han sido los profesores
MAX BLACK (1909-1988), ALFRED JULIUS AYER (1918-1989), GILBERT RYLE (1900-1976) y
una serie más de profesores que imparten sus enseñanzas en las universidades de Oxford
Londres, Princeton y, en general, en Inglaterra y los Estados Unidos, inspirándose siempre
en el pensamiento genial de Bertrand Russell y Ludwig Wittgenstein.
CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL MÉTODO.- Las diversas escuelas que hemos estu
diado y, especialmente, el Círculo Vienés, se caracterizan por:
a) .- Un decidido y llano rechazo a toda Metafísica.
b) .- Una investigación rigurosamente científica de la realidad.
c) .- Un empleo constante de la Lógica y del análisis lingüístico de las proposiciones filosófi
cas. Este análisis lingüístico abarca tres grandes partes: La sintaxis lógica, la semántica
filosófica y la semiótica.
Ya en el programa oficial del Círculo Vienés expuesto en 1929 quedaban debidamente
formulados estos principios de la manera siguiente:
Proporcionar un fundamento seguro a las ciencias y demostrar que toda Metafísica
carece de sentido.
El método utilizado para conseguir estos objetivos es el análisis lógico-lingüístico de LEGALES EDICIONES
todos los conceptos y proposiciones filosóficas.
CRÍTICA DEL MÉTODO.- Si bien reconocemos que este conjunto de escuelas tiene el
mérito indudable de querer establecer una Filosofía científica rigurosa y precisa, valién
dose de la lógica del metalenguaje, no es menos cierto que han incurrido en una serie de
inequívocos provenientes, más que nada, de su unilateral enfoque y de sus exageraciones
11 JÜ RGEN HABERM AS: “Ludwig Wittgenstein”, publicado en el volumen “Perfiles ftlosófico-políticos”, cit.
P% 1 96
839
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
en cuanto al análisis lingüístico. Henry Bergson dice bien cuando afirma que hay determi
nadas realidades del espíritu y de la vida que no pueden ser encasilladas en una fría y ra
cional concepción lógica o metalingüística. Nosotros consideramos que no todo es Lógica
ni todo puede ser expresado cabalmente mediante el metalenguaje. Por otra parte, hay
una construcción notable que consiste en rechazar la Metafísica y en postular la necesidad
de un neolenguaje, más claro y más conciso sí, pero que en última instancia no viene a ser
más que un lenguaje metafísico. Consideramos que la Filosofía debe expresarse con mayor
lógica y coherencia; pero también recordamos que hay una serie de cualidades del espíritu
que rehúsan ser encajonadas dentro de un yerto y congelado lenguaje lógico.
Ahora bien; con respecto a las relaciones entre Lógica y lenguaje debemos concreta
mente manifestar lo siguiente:
l s.- Según algunos lingüistas, el lenguaje es, fundamentalmente, vida, energía, efectividad
y espíritu. Así lo ha sostenido Charles Bally en su obra El lenguaje y la vida (existe en
castellano una traducción de la Editorial Losada de la obra original francesa). También
Karl Vossler sostiene este punto de vista en su obra Filosofía del lenguaje (págs. 123 y
ss.). Según estos autores no cabe, pues, una lógica en el lenguaje.
22.- Contrariamente a este criterio, otro lingüista francés, Alberto Sechehaye, sostiene que
no es lícito excluir a la Lógica del lenguaje, pues, tanto el elemento efectivo preconiza
do por Bally como el elemento lógico coexisten en el lenguaje. En su obra Essai sur la
structure logique de la phrase, Sechehaye nos dice que la vida y la Lógica son los dos
polos del lenguaje. Su fuente es la vida, ya que no hay nada en él que no derive de ella,
mas la Lógica es el principio mismo de su organización, puesto que no hay vida activa
sin pensamiento y sin inteligencia.
39.- Nosotros, pues, consideramos que en el lenguaje hay dos factores: a), el factor espiri
tual efectivo, constituido por un conjunto de sentimientos, de intimidades psicológicas
que irrumpen en la poesía y en la prosa y que el lenguaje trata de expresar, aunque
en forma vaga, imprecisa y tumultuosa (se puede consultar este punto en la obra de
Fidelino de Figueiredo: La lucha por la expresión; y confrontar también Vicente García
de Diego: "La afectividad en el lenguaje", capítulo I de su obra Lecciones de Lingüística
española, editorial Gredos); b). el factor lógico, constituido fundamentalmente por las
Investigaciones lógico-lingüísticas de varias escuelas agrupadas bajo el nombre común
y genérico de Positivismo Lógico.
LEGALES EDICIONES
840
LA FILOSOFÍA Y LA VIDA
62
LOS PLANTEAMIENTOS DE HERMANN HESSE
Y finalmente, refiriéndose a este tipo de hombres, cuya vida es similar a la del "lobo
estepario";
Estos hombres tienen, todos, dentro de sí dos almas, dos naturalezas; en ellos existen
lo divino y lo demoníaco, la sangre materna y paterna, la capacidad de ventura y la capaci
dad de sufrimiento, tan hostiles y confusos lo uno junto y dentro de lo otro, como estaban
en Harry el lobo y el hombre. Y estas personas cuya existencia es muy agitada, viven a
veces en sus raros momentos de felicidad, algo tan fuerte y tan Indeciblemente hermoso;
la espuma de la dicha momentáneamente salta con frecuencia tan alta y deslumbrante por
encima del mar del sufrimiento, que este breve relámpago de ventura alcanza y encanta
radiante a otras personas. Así se producen como preciosa y fugitiva espuma de felicidad
sobre el mar del sufrimiento, todas aquellas obras de arte en las cuales un solo hombre
atormentado se eleva por un momento tan alto sobre su propio destino que su dicha luce
como una estrella, y a todos aquellos que la ven, les parece algo eterno y como su propio
sueño de felicidad. Todos estos hombres no tienen realmente, por lo general, una ver
dadera vida, su vida no es ninguna esencia, no tiene forma, no son héroes o artistas o
pensadores a la manera como otros son jueces, médicos, zapateros o maestros, sino que
su existencia es un movimiento y un flujo y reflujo eternos y penosos, está infeliz dolorosa
mente desgarrada, es terrible y no tiene sentido, si no se está dispuesto a ver dicho sentido
precisamente en aquellos escasos sucesos, hechos, ideas y obras que irradian por encima
del caos de una vida así.
Entre ios hombres de esta especie ha surgido el pensamiento peligroso y horrible de
que acaso toda la vida humana no sea sino un tremendo error, un aborto violento y des
graciado de la madre universal, un ensayo salvaje y horriblemente desafortunado de la
naturaleza. Pero también, entre ellos, es donde ha surgido la otra ¡dea de que el hombre
acaso no sea un animal medio razonable, sino un hijo de los dioses y destinado a la inmor
talidad (pág. 53).
Ahora bien: este ideal que nos plantea la novela de Hermann Hesse nos lleva a asig
narle a la vida un cierto sentido, un sentido "vital", que corresponde a dos puntos de vista;
a) .- Primer punto de vista: filosofía de la vida o "vitalismo", propiamente dicho. Posición
optimista.
b) .- Segundo punto de vista: la filosofía "existencial". Pesimismo vital: sentido trágico de la
existencia.
nece al curso de Biología aunque, ciertamente, hay aún aquí algunos temas que confinan
con la Filosofía. Se puede investigar dentro de esta interesante zona de confín con la ayuda
de dos obras formidables: 1).- ALEXIS CARREL (1873-1944), Premio Nobel en Medicina
en 1912: La incógnita del hombre, 2).- JAKOB VON UEXKÜLL (1864-1944): Ideas para una
concepción biológica del mundo (1922).
Pero, por encima de esta concepción "biológica" nos interesa el problema "metafísi-
co" de la vida, que es el que ha originado propiamente el tema del que hoy nos ocupamos:
la "filosofía de la vida"; esto es, la vida como tema y objeto de una investigación que
trasciende y va más allá de un mera concepción organicista. En este sentido, nos interesa
el tema de las investigaciones de varios filósofos que se han ocupado de este problema.
842
LA FILOSOFÍA DE HENRI BERGSON
843
J osé A ntonio S ilva V allejo
tuado a lo largo de una línea ascendente que, por los vertebrados, llega hasta el hombre;
que la facultad de comprender va anexa a la de obrar como una adaptación creciente en
precisión, complejidad y flexibilidad, a las condiciones que le sobran, no tiene más destino
que asegurar la perfecta inserción de nuestro cuerpo en su medio propio, representarse
las relaciones de las cosas entre sí y pensar la materia". "Mostrarlo así es uno de los pro
pósitos de este libro, a cuyo efecto hemos de ver cómo donde la Inteligencia se encuentra
a sus anchas es entre los objetos Inertes, y más especialmente, lo sólido... cómo nuestros
conceptos han sido formados a imagen de los objetos sólidos; cómo nuestra lógica es la
de los cuerpos sólidos e inertes y cómo, finalmente, nuestra Inteligencia triunfa y prospera
en la Geometría. Veremos entonces el parentesco estrecho del pensamiento lógico y la
materia inerte...".
"La consecuencia de todo esto tendrá que ser la afirmación de que nuestro pensa
miento, en su faz puramente lógica, no es capaz de representarse la verdadera naturaleza
de la vida, ni el hondo significado del movimiento evolutivo..."
"En realidad, nos damos cuenta cabal de que ni la unidad, ni la finalidad inteligente,
ni otra cualquier categoría del pensamiento se aplica exactamente a las cosas de la vida".
"Construimos una especie de cuadros lógicos o de categorías; pero en cuanto tratamos
de meter en ellos lo vivo, los sentimos crujir como si fueran a estallar y notamos que son
demasiados rígidos o estrechos para lo que en ellos queremos poner. Nuestra razón, que
con tanta seguridad y desembarazo se mueve entre las cosas inertes, se siente cohibida al
tratar de lo vivo".
"Nunca hubiéramos puesto en tela de juicio el valor absoluto de nuestro conocimien
to a no mostrarnos la Filosofía las contradicciones en que tropieza nuestra especulación
y los callejones sin salida donde nos mete, todo por querer aplicar las formas habituales
de nuestro pensamiento a objetos sobre los cuales nuestra industria no tiene acción que
efectuar y para los cuales consiguientemente no están hechos aquellos cuadros de que
hablamos".
"Aplicado a un aspecto de la materia inerte, el conocimiento intelectual nos presenta
rá su copia fiel puesto que ha querido autografiarlo, pero se hará relativo al querer repre
sentarnos la vida misma, es decir, el fotógrafo".
En suma, BERGSON considera que el mero conocimiento intelectual es incapaz de
mostrarnos la esencia de la vida, que es puro movimiento v evolución, de la misma manera
que una fotografía, al inmovilizar los contornos, no nos puede representar lo cambiante
y fugitivo, que solo nos lo podría captar el cinematógrafo. De la misma manera, el pensa
miento solo es capaz de representar la inmovilidad: "lo que hay de fluyente en lo real se
le escapará en buena parte v lo que hay de propiamente vital en lo viviente se le escapará
por completo". "La inteligencia se caracteriza por una incomprensión total de la vida". Para
captar el ser íntimo de la vida hav que abandonar la inteligencia, el conocimiento intelec
L E G A L E S E D IC IO N E S
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844
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LA FILOSOFÍA DE LA ACCIÓN
MAURICE BLONDEL (1861-1949). BLONDEL es, después de BERGSON, la figura mas
original e interesante de la Filosofía francesa contemporánea. Nacido en Dljon, fue proft -
sor en las universidades de Lille y Aix Marseille.
Las meditaciones de Blondel en torno a la filosofía de la vida se fundamentan en s j
tesis doctoral, escrita en 1893 y titulada L'Action. Essai d'une critique de la vie et d'un ?
Science de la pratique.
El título mismo de su obra capital nos revela el sentido de su filosofía. En efecto, para
Blondel, la vida es acción. Más aun, el tránsito de la vida hacia la muerte se reduce a una
acción o bien a una omisión que, en todo caso, implica una modalidad de acción. Siendc,
pues, la acción el centro de la vida y de la muerte, se hace necesario su estudio y su análisi
a fondo.
La acción, dice Blondel, es el hecho más general y constante de la vida, más que ur
hecho es una necesidad, pues hasta el suicidio y el homicidio son un acto.
Hay que fundamentar, por tanto, una ciencia de la acción que supere tanto al racio
nalismo decadente como al misticismo ciego. Para Blondel entonces, "ser" es "accionar".
Ahora bien; la filosofía de la acción de Maurice Blondel no implica en ningún sentidc
un predominio de la acción sobre la contemplación, tal como sucede, por ejemplo, en la
filosofía "pragmatista" de John Dewey o en la de Ralph Waldo Emerson, o en la de William
James; filosofías, estas, elaboradas en función de lo práctico y en las que el pensamiento
es solo un "instrumento" para alcanzar la verdad o el sentido de la existencia humana.
En cambio, para Blondel, la "acción" es algo que comprende y abarca el pensamiento
sin anularlo; la filosofía de la acción es así, simultáneamente, una "crítica de la vida" y
una "ciencia de la práctica”. Así, pues, la acción entendida en este amplio sentido engloba
al pensamiento, en vez de oponerse a él, si bien señala sus propias limitaciones y defi
ciencias. Por eso, la filosofía de la acción tiene que "impedir al pensamiento idolatrarse",
evitando sistemáticamente todo prejuicio moral o intelectual que le puede servir de punto
de partida.
L E G A L E S E D IC IO N E S
845
hlL U tíU hlA UfcL D fcK fcO nU i F 5 4
LA FILOSOFÍA DE DILTHEY
1 WILHELM DILTHEY: “ Crítica de la razón histórica”, pág. 89, ediciones península, Madrid, 1986.
2 Cfr. FRANCO D IAZ de Cerio Ruiz S. I: “W Dilthey y el problema del mundo histórico”. Libros Pensa
miento, Flors Editor. Barcelona, 1959.
3 Obras de DILTHEY: Emleitung in der Geisteswissenschaft (traducción castellana del Fondo de Cultura
Económica: “Introducción a las Ciencias del Espíritu. Intento de una fundamentación del estudio de
847
JosI A ntonio S ilva V allejo
ciéndonos que "el filósofo tiene que ser, al mismo tiempo, historiador. Solo así se puede
comprender la vida que es, esencialmente, Historia. La vida es un continuo irse haciendo
una elaboración constante en la que el presente se esfuma hacia el pasado".
Según Dilthey, la comprensión de la vida implica, previamente, el comprender la
Historia, puesto que nosotros mismos somos entes históricos. El hombre, dice Dilthey,
es aquel ente que comprende la Historia, pues en sus vivencias se realiza la formación
del mundo histórico. La condición de la posibilidad de las ciencias históricas reside en el
hecho de que nosotros como hombres somos al mismo tiempo entes históricos. El que
investiga la Historia es el mismo que la hace, dice Dilthey. Así, pues, el mundo histórico se
forma a través de las vivencias de los procesos intelectivos del sujeto que comprende que
la Historia se encuentra envuelta en la trama de los procesos de la Historia universal. A las
vivencias fundamentales de este sujeto pertenece el vivir en comunidad con otros sujetos.
De allí que comprender a otro hombre significa para Dilthey "encontrar el yo en el tú".4
La vida es, pues, para Dilthey, Historia, y en este sentido implica un fenómeno de
intercomprensión mutua entre los entes históricos que son los hombres, sujetos y a la
vez objetos de la Filosofía.
La comprensión de la vida como mundo histórico determina en Dilthey una concep
ción del mundo cargada de historicidad.
La Weltanschauung.- Palabra alemana que se traduce al castellano en el sentido de
"cosmovisión" o imagen del mundo o concepción del mundo. Está formada por las pala
bras Welt que significa mundo, universo, orbe, cosmos, y Anschauungs (o bien, su derivado
Aungschauungen) que significa contemplación, intuición, modo de ver. De modo que, en
lo sucesivo, cuando hablemos de Weltanschauung o de su plural, Weltanschauungen ya
sabemos que nos referimos a una determinada concepción del mundo, o "cosmovisión".
Es la palabra técnica con la que se designa este concepto.
DILTHEY Y SU WELTANSCHAUUNG.- En su "Teoría de la concepción del mundo" ("Wel-
tanschauungslehre". Vol. VIII de sus Obras Completas) Dilthey sostiene que "la raíz última
de la concepción del mundo es la vida". Tenemos experiencia de la vida y nos acicatean sus
enigmas (la generación, el nacimiento, la muerte); pero ante la totalidad del mundo y de
la vida caben diferentes posturas dependientes del "temple vital" del sujeto. Optimismo y
pesimismo, pongamos por caso, son ejemplos de actitudes primigenias, temperamentales
ante la vida; en palabras de Dilthey, "temples vitales". Estos temples vitales son los que
determinan el sentido de una concepción del mundo. Para interpretar cabalmente o estas
Weltanschauungen hay que adoptar una posición histórica ante la vida. Esta concepción
historicista ante la vida es, en esencia, la base fundamental de la filosofía diltheyana. De
allí que nosotros decimos que su Weltanschauung está cargada de historicidad.
Asi, pues, para el solitario y olvidado genio de Dilthey, según lo expuesto en la "Intro
ducción a las ciencias del espíritu" y en su "Teoría de la concepción del mundo”, el verdade-
LEGALES EDICIONES
la sociedad y de la historia”. z° “Welfansohauung und Analyse des Menschen zeit Renaissance und Re-
formation (Trad. Hombre y mundo en los siglos XVI y X VII)”. 30.- “Studien zur Geschichte das deuts-
chen Geistes” (De Leibnitz a Goethe).- 4° “Die Jugendgeschichte Hegels und andere Abhandlungen zur
Geschichte des Deustschen Idealismus” (Historia juvenil de Hegel y desenvolvimiento de la historia del
idealismo alemán). 50 y 6o.- “Die geistige Welt” (vol. VII de la trad. cast. “El mundo histórico” ). 70.- “Der
aufbau der geschichtlichen Welt in der Geisteswissenschaften” (La estructuración del mundo histórico
en las ciencias del espíritu), 8 V “Weltanschauungslehre” (Teoría de la concepción del mundo), 90.- “Das
Erlebnis und die Dichtung” (Vivencia y poesía. Traducida indebidamente al castellano como “Vida y
Poesía en el T . IV de las obras de Dilthey publicadas por el F. de C. E.), 10 o.- “Grundriss der Allgemeinen
Geschichte der Philosopie” (Compendio de historia general de la Filosofía).
4 Cfr. GERH ARD FUNKE.- “Investigaciones fenomenológico-trascendentales”, tema “La concepción his
toricista de la historicidad”.- Biblioteca Filosófica de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos,
Lima, 1957, pág. 267.
848
F ilosofía del D erecho
CO N C LU S IO N ES .-
1-.- La filosofía de la vida en Francia está representada principalmente por Henry Bergson
y Maurice Blondel; en Alemania principalmente por Dilthey y los historicistas; y en el
Perú, por Mariano Ibérico.
2°.- La Escuela francesa del vitalismo tiene antecedentes en la Filosofía espiritualista, vo-
luntarista y personalista iniciada por Maine de Biran y continuada por Félix Ravaisson
(1813-1900), Jules Lachelier (1832-1918) y Emil Boutroux (1845- 1921), del que fue
discípulo Bergson.
32.- Para Bergson la vida es esencialmente, transformación, movimiento y evolución crea
dora. La esencia de la vida es el "élan vital" y este no puede ser captado por la razón
-que todo lo estratifica y todo lo congela-, sino por una forma superior del espíritu
que es la intuición de tipo emocional.
4S.- Para Blondel la vida es esencialmente "acción". Pero la acción no desconoce al pen
samiento y al espíritu, sino que, antes bien, los engloba y, por eso, la filosofía de la
"acción" es, simultáneamente, una "crítica de la vida" y una "ciencia de la práctica".
52.- La Escuela francesa ha influido notablemente en todos los ámbitos del pensamiento.
En el Perú, quien mayormente ha sido influido por la Filosofía francesa, y especialmen
te por Bergson, ha sido nuestro maestro, el Dr. Mariano Ibérico Rodríguez.
6e.- La filosofía de Dilthey ha influido, sobre todo, en las concepciones historlcistas de ia
vida, de la cultura y de la Filosofía de la Historia a tal punto que, después de Dilthey,
nadie podrá -sea que lo afirme o que lo niegue- hacer filosofía a espaldas de la "con
ciencia histórica".
7e.- Las influencias historicistas de Dilthey han sido desenvueltas por una serie de discípu
los directos e indirectos. Entre los primeros destacan Ernst Troeltsch, Eduardo Spran-
ger, Erich Rothacker, Hans Freyer, Bernard Groethuysen, Theodor Litt, y Hermann Nohl,
entre otros; entre los segundos destacan José Ortega y Gasset, Mariano Ibérico, Julián
Marías, Eugenio Ymaz, Samuel Ramos, Francisco Miró Quesada Cantuarias y, en cierta
forma, Oswald Spengler, Arnold J. Toynbee, Pitirim Sorokim y R. G. Collingwood.
SaiNLCu^iUd bd i VLid i
849
LA HISTORIA Y LA HISTORIOLOGÍA
LEGALES EDICIONES
Así también para el profesor James Thompson Shotwell, de la Universidad de Colum-
bia, "el historiador era el indagador o buscador de la verdad". "Sin duda con la palabra
"Histor" Homero quería decir el hombre sabio, versado en las costumbres de la tribu y que
puede resolver el derecho del caso indagando en los hechos. Semejantes buscadores de la
verdad se encuentran en todos los pueblos semibábaros".3
1 CICERÓN “D e legibus”, I, i.
2 GILBERT MURRAY; “ Historia de la literatura clásica griega ”, p. 147, editorial Albatros, Buenos Aires,
1947-
3 J. T. SHOTWELL: “Historia de la Historia en el mundo antiguo”, p. 186; editorial Fondo de Cultura Eco
nómica, México 1983.
851
J osé A ntonio S ilva V allejo
La Historia surge, pues, con Herodoto, aunque cabe hablar de precursores y, en tal
sentido, estaban los iogógrafos -y entre estos- Hecateo. Nacido hacia mediados del siglo
sexto antes de Cristo, Hecateo perteneció a la aristocracia griega, y después de largos via
jes escribió lo que había aprendido bajo el título de "Viajes por el Mundo" que empieza así:
"Hecateo de Mileto habla así: Yo escribo lo que creo ser verdad porque las historias de los
griegos son diversas y que me parecen ridiculas", Como dice Shotwell: "Hecateo es el único
de los Iogógrafos a quien Herodoto rinde tributo citándolo como fuente.
HERODOTO TUCÍDiDES
de todos los griegos, sino también en parte de los bárbaros y extraños de otras naciones.
Porque de las guerras anteriores, especialmente de ¡as más antiguas, es imposible saber lo
cierto y verdadero por el largo tiempo transcurrido, y a lo que yo he podido alcanzar por
varias conjeturas, no las tengo por muy grandes, ni por los hechos de guerra, ni en cuanto
a las otras cosas".6
TUCÍDIDES es un clásico de la historia griega ante todo, porque fue un testigo, un
"histor" de los hechos que narra que es la civilización griega y la grandeza ateniense en
852
F il o s o f ía d e l D e r e c h o
el siglo de Pericles que fue su propia época en la que fue contemporáneo de HERODOTC.
Y es que como dice Croce, "Toda verdadera historia es historia del presente, es historia
contemporánea. La historia genuino no es una mera contemplación indiferente de un pa -
sado muerto sino la evocación de un pasado vivo que, como problema, nos interesa o no
conmueve. Este pasado revivido se transforma en presente".7
Así, pues, HOMERO es el narrador de la guerra de Troya, HERODOTO el narrador de
las guerras médicas y TUCÍDIDES, el narrador de la guerra del Peloponeso.
Pero además de ser extraordinarios narradores, Homero y Tucídides fueron notables
retóricos, por los brillantes discursos que intercalan e introducen en sus obras, cuandc
dialogan los héroes griegos, discursos en los que fluyen, raudas, la hipérbole, la metáfora,
la metonimia, la sinécdoque, en suma, los tropos.
JENOFONTE es el otro gran clásico de la Historia griega. Nació en Ate
nas en el año 430 a.C. hacia los comienzos de la guerra del Peloponeso
y murió en el 354 a.C. cuando el poder de Macedonia ya estaba ame
nazando con cerrar la última era turbulenta de la libertad griega y de
la democracia ateniense.
De origen noble, en su juventud fue discípulo de Sócrates y por ello
evoca al gran maestro en los cuatro libros que conservan sus recuerdos
llamados "Memorabilia".
Como fuente histórica es indiscutible su mérito para estudiar la vida de Sócrates, aun
que, vista desde la perspectiva filosófica, el mérito para la historia de la filosofía se los
lleva, de lejos, la "Apología de Sócrates", el "Fedón", ei "Critón", el "Fedro" y el "Banquete",
que son los grandes Diálogos de Platón, el inmortal filósofo discípulo del gran maestro ate
niense en los que se narra inigualablemente la vida, el pensamiento y la muerte de Sócra
tes y su legado para la "philosophia perennis”, así como Romano Guardini (1885-1968), el
gran polígrafo católico y profesor en Berlín, la ha narrado en "La esencia del Cristianismo”
y, sobre todo, en su áureo libro "La muerte de Sócrates", Emecé editores, Buenos Aires
1997, o como Rodolfo Mondolfo (1877-1976), gran profesor de Historia de la Filosofía
en Bolonia, Córdoba y Tucumán, quien ha escrito la vida del gran maestro ateniense en
frentándose a la tesis de Dupréel, según la cual Sócrates era una mera ficción literaria,
hija del nacionalismo ateniense de Platón y Jenofonte o como Werner Jaeger (1881-1961)
profesor de Historia de la Filosofía en Kiel, Berlín y Harvard, quien en su monumental
obra "Paideia: Los ideales de la cultura griega", páginas 389 y siguientes, nos habla del
Inmortal maestro ateniense como una de esas figuras imperecederas de la historia que
se ha convertido en un símbolo"8, o como Pablo da Silveira (Montevideo 1962), profesor
de Filosofía en la Universidad Católica de Uruguay en su "Historias de Filósofos" sostiene
en su primer estudio titulado; "¿Por qué mataron a Sócrates?” Responde que Sócrates,
fue ejecutado porque era un profesor incómodo para la inmoralidad y la mediocridad
de los atenienses. "Sócrates murió con la tranquilidad de espíritu y con la entereza de un
hombre que había buscado la libertad interior. No tenía necesidad de estar en paz con SUS
conciudadanos para estar en paz consigo mismo. Pero, al mismo tiempo, murió porque se
negó a huir de la ciudad durante la noche, tal como le proponían sus amigos. Se negó a huir LEGALES EDICIONES
por fidelidad a la Atenas que lo había condenado; porque, para un viejo ateniense como
él, las resoluciones de la ciudad estaban hechas para cumplirse. Si cada ciudadano decide
7 BENEDETTO CROCE: “ Teoría e storia della Storiografia”, Barí, 1916; CROCE: “La storia comepensiero
e come azione”, Barí, 1938: Id “La Historia como hazaña de la UBertad”, México, 1942; Léase el estupendo
estudio del maestro MARIANO IBERICO RODRIGUEZ: "Elpensamiento histórico de Benedetto Croce’’,
en su áureo libro “LA APARICION HISTÓRICA”, p.194-195 y passim; Universidad Nacional Mayor de
San Marcos, Lima - Perú, 19 71.
8 WERNER JAEGER: “PAIDEIA; Los ideales de la cultura griega”, pag. 389, 393,394,397 y passim, ed.
Fondo de Cultura Económica México-Buenos Aires, 0993.
853
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
qué leyes y qué veredictos merecen ser respetados, ese es el fin de la democracia. Tal ley
o tal decisión pueden ser criticables en sí mismas, pero el respeto de la ley en general es
un valor absoluto. Sócrates no huyó porque quiso recordar una vez más esta vieja idea y
porque quiso rendir un último servicio a su ciudad: la única manera de mejorar que tie
nen los hombres es aprender de sus propios errores. Atenas se equivocaba con él y con
la filosofía, pero si él escapaba, los atenienses nunca lo percibirían. Sócrates es, cuando ya
quedan pocos, un ateniense de pura cepa. Como dice el británico Derek Heater, su muerte
fue un verdadero acto de ciudadanía. Muchos siglos más tarde, el liberalismo completó
la idea griega de democracia con una restricción decisiva: las mayorías no pueden tomar
cualquier decisión; hay derechos que protegen al individuo y deben ser respetados aún
cuando éste pertenezca a una ínfima minoría".9
Jenofonte escribió otro gran libro, que es un hermoso texto para estudiar la lengua
griega: el "Anabasis" que narra brillantemente la retirada de los diez mil griegos que sir
vieron como mercenarios al servicio de Ciro y que comandara Jenofonte elegido como
general para dirigir dichas tropas a la muerte de Ciro.
La retirada en medio de las vicisitudes, y añorando siempre la lejana patria, la narra,
con sugestiva evocación, nuestro gran historiador. Así, "cuando la vanguardia de los diez
mil hubo escalado el monte Teches, los primeros en llegar, descubriendo el mar a lo lejos,
prorrumpieron en exclamaciones; Jenofonte, creyendo en un ataque, corrió velozmente
con la caballería, mientras se renovaban los clamores. "Pronto se oyó gritar a los solda
dos: El mar! El mar!". Se enardecían unos a otros. Entonces corrieron todos, retaguardia,
acemileros, caballería; al llegar a la cima del monte, todos, generales, oficiales y soldados,
se abrazaron llorando. Para estos griegos, perdidos en el continente asiático, ver el mar
representaba volver a ver la patria".10
Hemos visto hasta aquí la concepción de la Historia como una narración de hechos
según la exponen los clásicos: Herodoto, Tucídides y Jenofonte.
Apreciando a Polibio, dice el profesor Murray que "como historiador filósofo, investi
gador de las causas y principios, de las condiciones naturales y geográficas, de las costum
bres y precios, y sobre todo de las constituciones políticas, no es igualado ni si quiera por
9 PABLO DA SILVEIRA: “Historia de Filósofos”, p. 53-54; Fundación Banco de Boston, Buenos Aires,
1997-
10 JENOFONTE: “Anábasis”, IV citado por A. JARD E : “La formación del pueblo griego”, p. 47 editorial
Cervantes, Barcelona M CM XXVI.
11 GILBERT M URRAY: “Historia de la literatura clásica griega”, p. 432, ed. Albatros, Buenos Aires 1947.
12 C. M. BOW RA: “Historia de la literatura griega”, p. 185 in fine 186, Breviarios del Fondo de Cultura
Económica, México, 1996.
854
F ilosofía del D erecho
EL JUEZ Y EL HISTORIADOR
El juez y el historiador según PiERO CALAMANDREI: Análogamente
a esta función que le asigna Polibio a la Historia, Piero Calamandrei,
uno de los más grandes profesores de la Escuela Clásica Italiana del
Derecho Procesal (nacido en Florencia en 1889 y muerto, también en
Florencia, en 1956) ha dicho:
"El juez, lo mismo que el historiador, está llamado a investigar
sobre los hechos del pasado y a declarar la verdad de los mis
mos; del juez, como del historiador, se dice también que no debe llevar a cabo
una labor de fantasía, sino una obra de elección y de construcción sobre "da
tos" preexistentes".
"En la historia y en el proceso, se habla de pruebas, de documentos, de
testimonios, de "fuentes", y de su crítica. Los tratadistas del proceso emplean,
para una cierta categoría de medios de prueba, la denominación de "pruebas
históricas"; y, así como la reconstrucción del hecho, ofrecida en juicio por el
abogado en interés de su diente, se puede asemejar a ciertas tendenciosas
históricas de partido, que para servir a los fines p rá ctico s , presentan una re
construcción de la realidad mutilada y deformada de propósito; así también
la reconstrucción fiel y completa que debe hacer el juez, se alaba, como en
la del verdadero historiador, la imparcialidad y la llamada "objetividad", y se
consagra como sentencia perfecta, sin diferencia de lo que alguno ha podido LEGALES EDICIONES
pensar de la perfecta historia, la que consigue ser, sin más ni menos, que una
copia exacta, podría decirse que un calco obtenido con precisión mecánica, de
una realidad que se encuentra toda ella fuera del juzgador".
"La aproximación entre el juez y el historiador se encuentra también con
frecuencia en los escritores de historia y de filosofía. En toda investigación
histórica, como en toda instructoria procesal, hay un problema a resolver (la
llamada "Frage" de los historiadores), y, por consiguiente, un juicio a formular,
855
J osé A ntonio S ilva V allejo
LA HISTORIA BIOGRÁFICA
LEGALES EDICIONES
14 JUAN IGLESIAS: “Estudios. Historia de Roma - Derecho Romano” Universidad Complutense de Madrid,
1985, p. 23-24.
15 JUAN IG LESIA S: ob. cit., p. 33.
856
F ilosofía del D erecho
857
HISTORIOLOGÍA, HISTORIOGRAFÍA E HISTORICISMO
67
1. LA HISTORIOLOGÍA O FILOSOFÍA DE LA HISTORIA SURGE MEDIANTE LA INTERPRETA
CIÓN TEOLÓGICA DE LA HISTORIA
Frente a esta historia biográfica, surge la interpretación teológica de la historia, cuyo
preludio está en el mito: "los dioses, el hado, el destino, o la fortuna son los construc
tores de la historia". Así, Homero, desde el inicio de "La Ufada", atribuye a los dioses la
cólera del Pélida Aquileo. Tito Livio, aceptaba de lleno esta filosofía mística: "cada desastre
tenía su portento, cada triunfo su presagio", (Shotwell, pág. 33). Cicerón, en su "De Natura
Deorum", atribuye a "la naturaleza de los dioses", el origen de la filosofía y de la historia
cuya primera clave está en la mano de los dioses; cuya voluntad y designio, es necesaric
interpretar, como lo han hecho los profetas, los visionarios, los soteriólogos y la escatolo
gía que empieza con los Profetas del Antiguo Testamento; prosigue con el Apocalipsis \
culmina con "La Ciudad de Dios" de San Agustín de Hipona.
Esta interpretación teológica culmina con el Discours sur l'histoire Universelle, de
Jacques Bénigne Bossuet (1627-1704), traducida al castellano por la editorial Cervantes,
Barcelona, 1940.
2. LA HISTORIOLOGÍA ESCATOLÓGICA
Escatológico: Referente a las postrimerías de ultratumba.
La Escatología que empieza con los profetas del Antiguo Testamento, especialmente
con Ezequiel (en la época de la deportación de los judíos a Babilonia, en 590 a.C), tuvo
una serie de visiones apocalípticas como su elegía sobre Gog y Magog (Véase en el An
tiguo Testamento, Ezequiel, capítulos 38 y 39); y sus vaticinios conminatorios contra las
naciones (Ezequiel, capítulos 25 a 32); Daniel, fue otro gran profeta del cautiverio en Ba
bilonia; amigo de Nabucodonosor, por revelarle el sentido de un sueño misterioso (2,19 y
siguientes), así como por interpretar el criptograma en el Festín de Baltasar (5) sus visiones
sobre Alejandro Magno (11, 3, 4) y las futuras campañas en el mundo antiguo hasta llegar
al fin de los tiempos (11, 40) en el que sobrevendrá un tiempo de angustia, tal como no lo
hubo jamás (12). La visión apocalíptica de Daniel conteniendo el capítulo duodécimo de su
libro profético continúa en el vers. 12 y siguientes del Capítulo 24 de San Mateo. Cuestión
sinóptica es la concordancia con los evangelios de San Marcos, Capítulo 13, v. 19 y Lucas,
Capítulo 21, y. 20-24. ¿Qué es una cuestión sinóptica? ¿Qué quiere decir sinóptico? ¿Cuá
les son los evangelios sinópticos?).
LEGALES EDICIONES
La versión johánica de esta cuestión está en el Libro de la Revelación (en griego Apo
calipsis) que Nácar-Colunga llama "El Evangelio de la Resurrección", (Pág. 1253 de la Biblia
de Nácar-Colunga), en la que representa escalofriantemente el fin de la época contempo
ránea, para dar inicio al reino de Dios.
La historiología escatológica se aplica a las relaciones entre la historia y la eternidad
o, simplemente se interesa por lo que le vendrá al hombre en el fin de la historia. La his
toriología escatológica está representada por Nicolás Berdiaeff (Kiev, 6-lll-1874-Paris, 23-
111-1948): "Una nueva Edad Media", Madrid, 1931 "El sentido de la historia". Madrid 1923.
Martín Buber (Viena, 8 de febrero de 1968, Jerusalén, 13 de junio de 1965): ¿Qué es el
hombre?, México 1950; Jean Danielou (teólogo y filósofo Francés): 1905-1974 "Ensayo
sobre el Misterio de la Historia" París, 1953-1963.
859
J osé A ntonio S ilva V allejo
HANS URS VON BALTHASAR: Jesuíta (1905-1988), autor de "Apocalipsis del Alma Ale
mana" 1937-1939. (Teología de la Historia, Madrid 1959; "Escatología", 1957: "La escato-
logía es el rincón de donde salen las tormentas", el fin de la historia ha sido el motor, el
estímulo o el pretexto de la indagación sobre el devenir humano...)
KARL RAHNER: (Nació en Freiburg im Brisgau el 5 de marzo de 1904, muerto en 1984),
fue un eminente teólogo alemán, inspirado en la filosofía de Heidegger, de quien fue su
discípulo en la Universidad de Freiburg. Su pensamiento filosófico y teológico puede ser
caracterizado atendiendo a una expresión que el propio Rahner empleó en su "Antropolo
gía Teológica", Freiburg, 1957, "Sentido Teológico de la Muerte" en sus "Questiones Dispu
tadas", "Curso fundamental de Fe. Introducción al concepto de Cristianismo".
|y¡ ó,
K. RAHNER R. GUARDINI
860
F ilosofía del D erecho
Pero no podemos dejar de señalar aquí la conciencia de la posibilidad que nos ha dejado
un análisis rigurosamente filosófico en lo que enuncian las profecías reveladas, esto es, el
fin catastrófico de la humanidad.
PIERRE TEILHARD DE CHARDIN: Ilustre pensador francés, nacido en
Auvernia el 1 de mayo de 1881, muerto en New York el 10 de abril de
1955. Su pensamiento está planteado en libros notables como "El me
dio divino", 1926; "El fenómeno humano", 1938: "El grupo zoológico
humano",1949; "La aparición del hombre", 1956; "La visión del pasa
do", 1957; "El porvenir del hombre", 1959; "La energía humana",1962;
"La activación de la energía", 1963; "Ciencia y cristología", 1965; "Him
no del universo", 1961; y una numerosa correspondencia con una serio
de intelectuales.
El pensamiento de PIERRE TEILHARD DE CHARDIN nos da una visión total del cosmos
de la historia y del cristianismo acuñando una serie de expresiones tales como las de "blos
fera", "hominización". "noosfera", "esfera del espíritu", "unidad biológica y crística", cons
tituidas por personas movidas por el altruismo más generoso y por la gracia sobrenatura
propia del cristianismo. El amor perfecto logrado de este modo hace que todo impulso y
toda energía converjan hacia la realización de un punto Omega (p.288), término al que
tendía desde el principio la evolución de la materia primigenia.
La historiología teilhardiana, partiendo de "De la ciencia a la fe", como se intituló une
de sus más hermosos libros, traducción castellana, Bilbao, 1967 y como lo desarrolla en su;
otros libros ya citados, parte del principio de la creación y de la práctica del amor cristiano
como la única fuente de salvación en el futuro próximo y en el remoto que es también e
medio divino indispensable para alcanzar la perfección moral a la que todos, personal,
sociológica y jurídicamente aspiramos.
LEGALES EDICIONES
(París, 1769).
Este pensamiento de Voltaire está influenciado por la filosofía de la Ilustración o de la
Aufklárung o del llumimsmo o de las Luces, que constituyó toda una revolución contra la
hegemonía de la Iglesia y una exaltación del racionalismo cartesiano, entre los que desta
caron Hume (nacido en Edimburgo el 26 de Abril de 1711, murió allí mismo el 25 de agosto
de 1776) en su "Tratado de la Naturaleza Humana" y Eduardo Gibbon en su "History of the
decline and fall of the román empire".
EDUARDO GIBBON: (1737-1794) había escrito una obra fundamental: "History of the
decline and fall ofthe román empire" : "Historia de la decadencia y caída del Imperio Ro
mano", traducción castellana, en 8 volúmenes, imprenta de Antonio Bergmes y Cia, 1842. 4
Según la tesis de Gibbon el colapso de Roma se debió a dos grandes causas: el triunfo de V
861
J osé A ntonio S ilva V allejo
les de libros que aquí no terminaría de citar, a cual más hermosos; pero, entre estos, dos,
entre los muchos: Giovanni Papini: "San Agustín", editora latino Americana, S. A., México
1967; J. Oroz Reta-J.A. Galindo Rodrigo: "El pensamiento de San Agustín para el hombre
de hoy", tomo I, "La filosofía agustiniana", editorial Edicep, Valencia (España), 1998; tomo
II, "Teología dogmática", editorial Edicep, Valencia (España), 2005, etc.
Por otra parte, la vida y el pensamiento de San Agustín de Hipona tienen como fuentes
de estudio principales la propia autobiografía del Santo escrita en sus "Confesiones", de la
cual hay múltiples ediciones en castellano, y la "Vita Augustini", "La Vida de Agustín" es
crita por Posidio de Calama quien fué el primer biógrafo del Santo y quien, por haber sido
discípulo, admirador y evocador del inmortal maestro, escribió su biografía poco después
de la muerte de San Agustín, cuando las invasiones sembraban el pánico entre todos, in-
862
F il o s o f ía d e l D e r e c h o
cluso entre los sacerdotes y, ante esta trágica situación, Posidio escribió la "Vita Augustini"
para hacer escuchar la voz postuma del Santo.
La Ciudad de Dios es una profunda reflexión de historiología, es decir, una meditación
filosófica que trata sobre los grandes colapsos de la historia, en la que también interviene,
decisivamente, una perspectiva teológica; y así, pues, tenemos, tanto una reflexión sobre
el espíritu allende el tiempo, cuanto una teología de la historia; de manera, pues, que "La
Ciudad de Dios" bien puede ser considerada como una filosofía cristiana de la historia o
una teología de la historia y, también, una hermenéutica de la historia en tanto se inter
preta, a la luz de la Cristología, a la ciudad de los hombres y a la Ciudad de Dios, a las leyes
divinas y a las leyes humanas, una teología de la historia como fluye de lo tratado en el
Libro XXII en el que se habla de "el cielo, fin de la Ciudad de Dios", de la "Promesa de una
felicidad eterna para los Santos y de un suplicio eterno para ¡os impíos", en suma, toda
una teología de la historia; pero, también, una profunda metafísica de la historia porque,
uno de los temas más apasionantes que ha inmortalizado la Metafísica de San Agustín es
su reflexión sobre el tiempo y sobre el final de la historia como victoria de Cristo, en tanto
que Cristo es el Señor de la historia y el verdadero Mediador de la historia, tal como lo ha
desenvuelto hermosamente el Papa Juan Pablo II al iniciar su hermosa Encíclica "Redemp-
tor Hominis" que empieza así "El Redentor del hombre, Jesucristo, es el centro del cosmos
y de la historia", que tiene una neta inspiración agustiniana, según resulta de lo escrito en
el Libro XX, capítulo Vil a IX y, especialmente, Libro XX, capítulo XXX, parágrafo 5, de "La
Ciudad de Dios".
La problemática del tiempo que constituye una de las más hermosas reflexiones de la
philosophia perennis está planteada y explicada maravillosamente en el libro undécimo,
capítulos XI, XIV y XV de "Las Confesiones". Dice al respecto San Agustín en el capítulo XIV:
"¿Qué es, pues, el tiempo? ¿Quién podrá explicar esto fácil y brevemente? ¿Quién
podrá comprenderlo con el pensamiento, para hablar luego de él? Y, sin embargo, ¿qué
cosa más familiar y conocida mentamos en nuetras conversaciones que el tiempo?... ¿Qué
es, pues, el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si quiero explicárselo al que me
lo pregunta, no lo sé. Lo que sí digo sin vacilación es que sé que si nada pasase no habría
tiempo pasado; y si nada sucediese, no habría tiempo futuro; y si nada existiese, no habría
tiempo presente. Pero aquellos dos tiempos, pretérito y futuro, ¿cómo pueden ser, si el
pretérito ya no es y el futuro todavía no es? Y en cuanto al presente, si fuese siempre
presente y no pasase a ser pretérito, ya no sería tiempo, sino eternidad".(13)
Después de pasar revista en los capítulos XV, XVI, XVII, XX y siguientes del Libro un
décimo a la problemática del tiempo pasado, presente y futuro, exclama San Agustín con
honda congoja, en el capitulo XXII: "Enardecido se ha mi alma en deseos de conocer este
enredadísimo enigma. No quieras ocultar, Señor Dios mío, a mi deseo estas cosas, antes
bien penetre en ellas y aparezcan claras, Señor, por tu misericordia. ¿A quien he de pregun
tar sobre ellas?. ¿Y a quien podré confesar con más fruto mi impericia que a ti... ?.
La pregunta y la reflexión sobre la temporalidad en la Metafísica de San Agustín debe
LEG A LES E D IC IO N E S
concordarse con las reflexiones de Heidegger y de Lorenzo Carnelli sobre el tiempo y el
Derecho, que hemos abordado en otro libro mío, en mi "Filosofía del Derecho", 2a edición,
Lima, 2012
El tema, vasto, imponente, ha seducido desde siempre a las mentes preclaras. El profe
sor FERDINAND LOT de la Universidad de París, ha dicho por esto que "la caída del mundo
antiguo es el más interesante y el más importante problema de la Historia Universal. Es
el mayor problema de la Historia".1
i FERDINAND LOT: “El fin del mundo antiguo y los comienzos de la Edad Media”, p. 1 52, Uteha, México,
1956. El profesor FERDINAND LOT nació el 20 de septiembre de 1886 en Le Plessis- Robinson y murió
el 20 de Julio de 1952 en Fontenay aux-Roses.
863
J o s é A n t o n io S il v a V a l l e jo
864
EL CONCEPTO DE HISTORIOLOGÍA
1 Cfr. O RTEGA Y GASSET: “La filosofía de la historia de Hegel y la historiología”, en “Obras Completas ”
tomo IV, Biblioteca Revista de Occidente, Madrid, 19 51. Véase, también, en volumen suelto: “Kant, Hegel,
Dilthey”, colección El Arquero, Revista de Occidente, Madrid, 1958, p. 61.
2 ORTEGA: “Kant, Hegel, Dilthey”, p. 63.
3 ORTEGA: “Kant, Hegel, Dilthey ”, p. 64.
4 ORTEGA: “Kant, Hegel, Dilthey”, p. 65.
865
J o s é A n t o n io S il v a V a l l e jo
"Se sospecha del tipo de hombre que fabrica esos eruditos productos: se
cree que tienen almas retrasadas, almas de cronistas, que son burócratas ads
critos a experimentar el pasado. En suma, mandarines".5
"Yo creo, firmemente, que los historiadores no tienen perdón de Dios".6
"Verdad es que las cimas de la historiografía no gozan de gran altitud.
Puede hacerse una experiencia. Los alemanes nos presentan una y otra vez
como prototipo de historiador, como gran historiador, a Leopoldo von Ranke".
"Contra este estado de cosas en el reino de la historia se levanta la histo-
riología. Toda ciencia de realidad -y la historia es una de ellas- se compone de
estos cuatro elementos:
a) Un núcleo a priori, la analítica del género de realidad que se intente
investigar -la materia en física, lo "histórico" en historia
b) Un sistema de hipótesis que enlaza ese núcleo a priori con los hechos
observables.
c) Una zona de "inducciones" dirigidas por esas hipótesis.
d) Una vasta periferia rigurosamente empírica -descripción de los puros
hechos o datos".7
"La historia no es manipulación, sino descubrimiento de realidades:
aAr|0sia (aletheia). Por eso tiene que partir de la realidad misma y mante
nerse en contacto ininterrumpido con ella, en actos de comprensión y no sim
plemente en operaciones mecánicas que sustituyen a aquélla. No puede, en
consecuencia, substantivar sus "métodos" que son, siempre, en uno u otro
sentido, manipulaciones".8
LA HISTORIOLOGÍA DE SPENGLER
pasa por los mismos estadios que el individuo. Tiene su niñez, su juventud, su virilidad,
su vejez".11
866
F il o s o f ía d e l D e r e c h o
'Naturalmente -señala irónicamente Spengler-, el siglo XIX d. C., nos parece incom
parablemente más importante que el siglo XIX a. C. pero también la Luna nos parece m i -
cho más grande que Júpiter y Saturno. El científico naturalista se ha librado a sí mismo
hace ya mucho tiempo, de esta ilusión de la distancia relativa, pero el historiador aún e>
víctima de este fenómeno.
Pero... ¿qué es la historia universal? Una representación ordenada del pasado, la ex
presión de un sentimiento de la forma. Sin duda. Pero un sentimiento, por muy concreto
que sea, no es una forma acabada, y si es cierto que todos creemos sentir la historia uni
versal y creemos vivirla y abarcar con plena seguridad su configuración".121 3
"Edad Antigua, Edad Media, Edad Moderna. Tal es el esquema, increí
blemente mezquino y falto de sentido".11
"No sólo reduce la extensión de la historia, sino, lo que es peor aún,
empequeñece la escena histórica".14
"¿No es ridículo oponer la "Edad Moderna", con sus escasos siglos de ex
tensión, a la "Edad Antigua", que comprende otros tantos milenios?".15
"Este esquema, tan corriente en la Europa occidental, hace girar las gran
des culturas en torno nuestro, como si fuéramos nosotros el centro de todo el
proceso universal. Yo le llamo sistema ptolemaico de la historia. Y considero
como el descubrimiento copernicano, en el terreno de la historia, el nuevo
sistema que este libro propone".16
Otro decisivo núcleo conceptual en la historiología de Spengler que juega a modc
de constante o "leit-motiv" en su brillante estilística, es su doctrina del alma apolínea,
del alma fáustíca, del alma mágica y aún, añadiríamos, del alma dionisiaca; simbología
ésta, que se inspira en la filosofía de Nietzsche y que Spengler la expone en el capitule
III, intitulado "Macrocosmos", p. 264 y ss.:
"En adelante daré el calificativo de apolínea al alma de la cultura anti
gua, que eligió como tipo ideal de la extensión el cuerpo singular, presente y
sensible. Desde Nietzsche es ésta denominación inteligible para todos. Frente
a ella coloco el alma fáustica, cuyo símbolo primario es el espacio puro, sin
límites, y cuyo "cuerpo" es la cultura occidental que comienza a florecer en las
llanuras nórdicas, entre el Elba y el Tajo, al despuntar el estilo romántico en el
siglo X. Apolíneo es la estatua del hombre desnudo; fáustico es el arte de la
fuga. Apolíneos son la concepción estática de la mecánica, los cultos sensualis
tas de los dioses olímpicos, los Estados griegos, con su aislamiento político, la
fatalidad de Edipo y el símbolo del falo: fáusticos son la dinámica de Galileo,
la dogmática católico-protestante, las grandes dinastías de la época barroca,
con su política de gabinete, el sino del Rey Lear y el ideal de la madonna, desde
la Beatriz de Dante hasta el final del segundo Fausto. Apolínea es la pintura
que impone a los cuerpos singulares el límite de un contorno; fáustica es la
que crea espacios, con luces y sombras, y así se distinguen una de otra la
pintura al fresco de Polignoto y la pintura al óleo de Rembrandt. Apolínea
LE G A LE S ED ICIO N ES
es la existencia del griego, que llama a su yo soma, que no tiene idea de una
evolución interna y que carece, por lo tanto, de una historia verdadera, in
terior o exterior; fáustica es una existencia conducida con plena conciencia,
una vida que se ve vivir a sí misma, una cultura eminentemente personal de
las memorias, de las reflexiones, de las perspectivas y retrospecciones, de
867
J o s é A n t o n io S il v a V a l l e jo
la conciencia moral. Y más lejana, aunque medianera entre las dos, aparece
el alma mágica de la cultura árabe, tomando, interpretando y heredando
formas. La cultura árabe, que despierta en la época de Augusto, en el paisaje
comprendido entre el Tigris y el Nilo, el Mar Negro y la Arabia Meridional,
tiene su álgebra, su astrología y su alquimia, sus mosaicos y arabescos, sus
califas y sus mezquitas, sus sacramentos y sus libros sagrados de la religión
persa, judía, cristiana, "antigua decadente" y maniquea.
Ahora ya puede decirse que en el idioma fáustico "el espacio" es algo
espiritual, separado rigurosamente del presente sensible momentáneo;
algo que no sería lícito representar en una lengua apolínea, en griego o en
latín".17
Sentados estos precedentes la conclusión historiológica de "iure condito" es que el
Derecho apolíneo era un derecho estático: "La ciencia antigua del Derecho es una estática
jurídica".
"Pero la voluntad fáustica de duración pide un libro que valga" de hoy en
adelante para siempre" y quiere un sistema que prevea todos los casos posi
bles. Un libro semejante es un trabajo científico, y requiere necesariamente
una casta de hombres sabios. Una casta de sabios es por fuerza ajena al mun
do. Desprecia la experiencia que no procede del pensamiento. Y se produce
así una lucha inevitable entre la costumbre fluyente de la vida práctica y la
"casta de sabios". Aquel manuscrito de las Pandectas ha sido durante siglos
"el mundo" en que vivía el jurista".18
"Lo que hasta hoy llamamos ciencia del Derecho es, pues, o filología del
idioma jurídico o una escolástica de los conceptos jurídicos. La actual ciencia
del Derecho en Alemania representa en gran medida una herencia del escolas
ticismo medieval. Todavía no se ha iniciado una reflexión teórica de carácter
jurídico sobre los valores fundamentales de nuestra vida. Desconocemos por
completo esos valores”.19
"La ciencia antigua del Derecho era una estática jurídica".20
"Los romanos crearon una estática jurídica; nuestro problema de hoy es
crear una dinámica jurídica".21
"Es necesario que el futuro realice en el pensamiento jurídico una revolución análoga
a la física y matemática superior. La vida social, económica, técnica, espera ser al fin com
prendida en este sentido. Necesitamos más de un siglo de pensamiento agudo y profundo
para alcanzar ese fin. Para ello hace falta que la educación de los juristas se rija por nuevos
módulos. A saber:
l e Una amplia experiencia práctica inmediata de la vida económica actual.
2S Un conocimiento exacto de la historia jurídica de Occidente, comparando continua
mente la evolución alemana, la inglesa y la tradición romanística.
LE G A LE S ED IC IO N E S
3e El conocimiento del derecho antiguo, pero no como modelo de los conceptos actuales,
sino como brillante ejemplo de cómo un derecho se desenvuelve pura y simplemente
al hilo de la vida práctica".22
868
F il o s o f ía d e l D e r e c h o
23 WALTER BIGLAVI: “Societá occulta e imprendítore occulto” en los “Studi in onore di Enrico Redenti nel
X L anno nel suo insegnamento”, volume primo, pp. 145 a 176, Milano Dott. A. Giuffré - Editore, 19 51.
LA HISTORIOLOGÍA DE TOYNBEE
871
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
872
F il o s o f ía del D erech o
Toynbee comienza con la tesis de que el campo adecuado para el estudio de la historia,
no es ni una descripción de los sucesos singulares contiguos en el espacio o en el tiempo,
ni una historia de los estados y organismos políticos de la humanidad como una "unidad":
"Los elementos inteligibles del estudio histórico".., son las sociedades,
que tengan mayor extensión en el espacio y en el tiempo que los estados o
las ciudades-estados o cualquier otra comunidad política'1... Las sociedades,
no los estados, son los "átomos sociales"... con los que tiene que tratar el
estudioso de la historia".
Toynbee nos demuestra brillantemente lo erróneo de las concepciones organicistas
(Spengler) y deterministas y mecanicistas de la historia (Marx).
Así lo dice expresamente:
"Spengler, cuyo método consiste en erigir una metáfora y argüir después,
como si fuera una ley basada en fenómenos observados, declara que toda
civilización pasa por la misma sucesión de edades que un ser humano; pero su
elocuencia sobre este tema no sirve de prueba en ninguna parte, y nosotros
ya hemos observado que las sociedades no son en ningún sentido organismos
vivos. En términos subjetivos, las sociedades son los campos inteligibles del
estudio histórico. En términos objetivos, son el terreno común de los respecti
vos campos de actividad de un número determinado de seres humanos indi
viduales, que son ellos mismos organismos vivos, pero que no pueden evocar
un gigante a su propia imagen por la conjunción de sus propias sombras, e
insuflar después a este cuerpo insustancial el aliento de su propia vida. Las
energías individuales de todos los seres humanos que constituyen los llama
dos "miembros" de una sociedad son las fuerzas vitales cuya acción opera
sobre la historia de esta sociedad, incluyendo su tiempo de vida. Declarar dog
máticamente que toda sociedad tiene un tiempo de vida predestinado es tan
absurdo como sería declarar que toda pieza dramática está obligada a tener
un número determinado de actos".
873
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
El tercer problema fundamental del estudio, es cómo y por qué en las civilizaciones,
se destruyen, se desintegran, y se disuelven. Evidentemente ocurrió así, porque, de casi
treinta tipos de civilizaciones, "únicamente cuatro se han malogrado, por veintiséis que
han nacido llenas de vida" y "no menos de dieciséis de estas veintiséis, yacen muertas
y enterradas" (la egipcia, la andina, la china antigua, la minoica, la sumeria, la maya, la
hindú, la hitíta, la siria, la helénica, la babilónica, la mexicana, la arábiga, la del Yucatán, la
espartana y la atomana). De las restantes civilizaciones vivientes.., las civilizaciones poliné-
sicas y nómadas están ahora en su última agonía, y siete u ocho de las otras están aunque
en diferentes grados, bajo la amenaza de su aniquilación o asimilación por nuestra propia
civilización occidental. Además, no menos de seis de estas siete civilizaciones... Llevan las
f señales de haberse agotado y de haber entrado en su fase de "desintegración..."
874
F il o s o f ía d e i. D erech o
875
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
fenómeno más general fue 'el fracaso de la administración y la ruina de la clase media"; cri
ticando la tesis de Eduardo Gibbon dice: "Se ha defendido ampliamente la idea de que las
civilizaciones, como las sociedades primitivas, pierden sus vidas como resultado de asaltos
sucesivos sobre ellas por parte de las potencias externas, y una exposición clásica de esto
la da Eduardo Gibbon en la "La Historia de la declinación y caída del Imperio Romano". El
tema aparece en la frase con que Gibbon resume su historia retrospectivamente: "he des
crito el triunfo de la Barbarie y la Religión". La Sociedad Helénica, encarnada en un Imperio
Romano que se hallaba en su cénit en la época de los Antoninos, es representada como
vencida por un asalto simultáneo de dos enemigos aliados que atacan desde dos frentes
diferentes: los bárbaros nordeuropeos saliendo de la "tierra de nadie", más allá del Danu
bio y del Rhin, y la Iglesia Cristiana emergiendo de las provincias orientales subyugadas,
pero nunca asimiladas. Dice Toynbee que el campo inteligible del estudio histórico que
preocupó a Gibbon no es el Imperio Romano, sino la Civilización Helénica de cuya desin
tegración muy avanzada el Imperio Romano mismo era un síntoma monumental. Cuando
se tiene en cuenta toda la historia, la rápida declinación del Imperio después de la Edad
Antonina, no parece en absoluto sorprendente. Por el contrario, lo habría sido el Imperio
Romano si hubiera durado; Pe este imperio estaba ya condenado a muerte antes que fuera
establecido, Estaba condenado porque si el establecimiento de este Estado Universal no
era más que una reanimación que podía retardar, pero no detener permanentemente, la
ruina ya irreparable de la sociedad helénica. Esta tesis de Gibbon, la del triunfo de la Barba
rie y de la Religión", dice Toynbee, no era el argumento del drama sino el epílogo, no la cau
sa del colapso, sino solo un inevitable acompañamiento de una disolución en que había de
terminar el largo proceso de desintegración que empieza, según Toynbee, en los tiempos
revueltos' intercalados entre el colapso de Pendes y la vivificación de Augusto. "En realidad
Gibbon hubiera retrotraído su indagación al verdadero comienzo de la tragedia, habría te
nido que dar un veredicto diferente. Habría debido informar que la sociedad helénica fue
una suicida que intentó, cuando estaba desahuciada, evitar las consecuencias fatales de
su ataque contra sí misma, y que eventualmente recibió un "coup de grace" de sus propios
males dirigidos y extraviados en una época en que la revivificación de Augusto había dado
lugar a una recaída en el siglo II! y el paciente se estaba realmente muriendo de los efectos
de sus heridas autoinflingidas. En estas circunstancias, el magistrado-historiador no con
centraría su atención sobre el epílogo, sino que trataría de determinar exactamente cuán
do cómo habría comenzado el acto de suicidio, Al buscar una /cha probablemente dirigiría
su atención al estallido de la guerra del Peloponeso en 431 a. de C. : una catástrofe social,
que hablando por boca de uno de los persona/es de su trágico drama denunció Tucídides
en este tiempo como "un comienzo de grandes males para la Hélade". En cualquier caso
declararía que el golpe mortal fue dado seiscientos años antes de lo que suponía Gibbon, y
que la mano que lo dio fue de la misma víctima". Para Toynbee pues, "la causa de los colap
sos de las civilizaciones no se ha de encontrar en la pérdida del dominio sobre el contorno
humano, en cuanto medido por la intrusión de fuerzas extranjeras en la vida de una socie
dad cuyo colapso podemos estar investigando. En todos los casos examinados, lo más que
ha realizado un enemigo extranjero ha sido ciar su "coup de grace" a un suicida expirante".
LEGALES EDICIONES
876
F il o s o f ía d e i. D erech o
es la ley de Dios; lo que ha sido tiene que morir y lo que ha crecido tiene que envejecer".
¿Cuál es la solución de Toynbee? Nuestra indagación sobre la causa de los colapsos de las
civilizaciones nos ha llevado, hasta ahora, a una sucesión de conclusiones negativas. He
mos descubierto que estos colapsos no son actos de Dios, al menos en el sentido que los
jurisperitos asignan a esta frase; tampoco son vanas repeticiones de leyes de la naturaleza
carentes de sentido. Hemos encontrado también que no podemos atribuirlos a una pérdi
da del dominio sobre el contorno, sea físico sea humano; tampoco son debidos a fracasos
en las técnicas industriales o artísticas ni a asaltos homicidas de adversarios extranjeros"...
¿Cuál es la debilidad que expone una civilización en crecimiento al riesgo de tropezar y
caer en mitad de su carrera y perder su élan prometido?
La debilidad tiene que ser radical y, del mismo modo que en la génesis de las civiliza
ciones los "pioneros" tienen fuerzas superiores para superar la adversidad del contorno",
caso de los primitivos volscos y latinos para transformar un gris erial y estéril y un verdoso
pantano palúdico en aquella "campiña romana" que admiraba Tito Livio para reaccionar
exitosamente ante "el estímulo de los golpes", caso de la guerra contra los etruscos y
contra los galos. "Las historias de los fracasados rivales de Roma muestran como una de
rrota aplastante incita a una comunidad a una actividad mejor dirigida". "El estímulo de ios
golpes encuentra su ejemplo más evidente en las reacciones de los desastres militares" -en
cambio, cuando se atrofian éstas que Toynbee denomina, "las virtudes de la adversidad"
cuando se pierde el sentido dinámico del ritmo, ese "ritmo alterno de pausa y movimien
to" que Toynbee denomina el Yin y el Yang por el cual las minorías dominantes pierden
su poder creador y dominante sobre los prole/a nados internos que antaño los seguían e
imitaban; cuando sobreviene un "cisma en el alma" en sus diversas modalidades, sea por
deserción como es el caso de aquellos seudo-gobernantes como el hijo y sucesor de Marco
Aurelio, Cómodo, que nos depara el espectáculo de un desertor imperial que apenas hace
un esfuerzo por soportar la carga de la herencia. Nacido para emperador, prefiere diver
tirse como gladiador aficionado-, sea por estar a la deriva, sea por el sentido de la promis
cuidad que se manifiesta: a) Por la vulgaridad y barbarie en los modales, por los cuales, la
minoría dominante se manifiesta inclinada a la proletarización" y adopta las vulgaridades
del proletariado interno y la barbarie del proletariado externo hasta que en la etapa final
de la disolución su modo de vida ha llegado a hacerse indistinguible de ellos: b) Vulgaridad
y barbarie en el arte; c) "lingüe franche" es decir, promiscuidad y vulgaridad en el lenguaje;
d) sincretismo en la religión, es decir, ama/gama de ritos, cultos y creencias; e) "cuius reglo
eius religio" (el gobernante determina la religión), etc.
En suma, el colapso de las civilizaciones no se debe explicar mediante soluciones De
terministas, tales como la teoría de la senectud cósmica, o como la teoría organicista de
Spengler, o como las teorías cíclicas de la historia sino, más bien, como la "pérdida del
dominio sobre el contorno", o como el fracaso de la respuesta ante el reto o la omisión de
respuesta, es decir, como la "némesis de la creatividad"1^ ) ; así, hay "némesis por la idolí-
zación de un yo efímero". La historia muestra que el grupo que responde triunfantemente
a una incitación rara vez responde con éxito a la siguiente.
LEGALES EDICIONES
Los que respondieron triunfalmente una vez, en la siguiente ocasión suelen "dormirse
en sus laureles".
Hay también "némesis" por la idolización de una institución efímera o por la idoliza-
ción de una técnica efímera en la que se permite que la siguiente innovación fuera hecha
i “Némesis” es un helenismo. Tema que ser Toynhee, un helenófilo, quien introdujera esta expresión en la
lexicología historiológica, locución no registrada en el Diccionario de la Real Academia Española de la
Lengua y que sí figura en el Diccionario Enciclopédico Santillan S.A. 2000, por el diario “El Comercio”,
tomo 9 pg 1899, según el cual en la mitología griega, personificación del sentimiento de la venganza
divina ante lo injusto. Se consideraba que la insolencia o desmesura de los hombres atraía la némesis de
los Dioses”.
877
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
por los enemigos; hay némesis también, ante el "carácter suicida del militarismo" resumi
da en la fórmula griega "hartazgo, conducta desaforada y destrucción". El militarismo es un
ejemplo evidente de ello. Así, los asirios atrajeron sobre sí la ruina, no porque sus armas se
herrumbraran, sino, porque la agresividad los agotó, además de hacerlos Intolerables a sus
vecinos; es el caso, también, de Hitler y del Tercer Reich alemán, de Tamerlán y los tárta
ros, de los terroristas sectarios y del terrorismo de estado con su omnímoda voracidad por
engullirse a todas las institucíones2(17) y que por ello se ha granjeado el desprecio de los p
intelectuales, en tanto que no hayan incurrido en esa famosa "némesis" que denunciara S
Julien Benda en "La trahison des clercs".3(18) j
La reflexión planteada por Toynbee en su magistral "Estudio de la Historia" cuyo vo- S
lumen cuarto analiza "los colapsos de las civilizaciones" es proseguida en "La civilización c
puesta a prueba", Buenos Aires, Emecé, 1949 y en Otros libros más del gran maestro in
gles, entre los que destaco "Escoge la vida", diálogo con Daisaku Ikeda, eminente filósofo
japonés4(19), coordinado por Richard Gage, profesor en Oxford; editorial Emecé, Buenos ~
Aires, 1982. g
La historiología de Toynbee inspirada en la búsqueda de las "unidades inteligibles de la
historia" se desarrolla en el estudio comparativo de la génesis, crecimiento, colapso y des
integración de las veintiún civilizaciones identificados y relacionados entre sí por vínculos
de paternidad-filiación, pruebas de filiación dadas por ciertos productos sociales caracte
rísticos que son una "minoría dominante un proletariado interno "y un 'proletariado exter
no' en que la sociedad paterna se fragmenta en el curso de su proceso de desintegración.
Las minorías dominantes produjeron filosofías que inspiraron a "estados universales" y los
proletariados internos produjeron religiones superiores que dieron forma a "Iglesias Uni
versales". A su vez los “proletariados externos" produjeron "edades heroicas" que dieron
lugar a la tragedia de las hordas bárbaras.
Así por ejemplo, dice Toynbee que "en realidad los bárbaros no fueron los autores
de nuestro ser espiritual. Hicieron sentir su paso por hallarse presentes a la muerte de
la sociedad helénica, pero no pueden ni aun pretender la distinción de haberle ciado el
golpe de muerte. En el momento en que entraron en escena, la sociedad helénica estaba
ya muriéndose de las heridas los tiempos revueltos, siglos antes. Fueron meramente los
buitres alimentándose de la carroña o los gusanos arrastrándose sobre el cadáver de una
sociedad putrefacta. Su edad heroica es el epílogo de la historia helénica, no e/preludio a
la nuestra",
2 Cfr. JEAN FRANCOIS REVEL: “El Estado megalómano. La Grace de I 'Etat”. Editorial Planeta, Barcelo
na, 1982.
3 Este famoso libro de JULIEN BENDA fue traducido por Luis Alberto Sánchez para la editorial Zig-Zag,
de Santiago de Chile, en 1933, con el nombre de “La traición de los intelectuales”. Según Julien Benda los
“clercs”, son los “clérigos” por oposición a los laicos. Los “cleros”, son también, los seminaristas o estu
diantes de la carrera eclesiástica; son, también, los juristas y estudiantes de Derecho, Los “clercs” son los
LEGALES EDICIONES
intelectuales. Pero, los intelectuales y los hombres espirituales han traicionado a los valores del espíritu
que constituyen su razón de ser, degradándose y masifleándose merced a un fenómeno sociológico en
expansión rayano en la inmoralidad, en la deslealtad, en el oportunismo, el maquiavelismo y el aven-
turerismo político, como es el caso de los “tránsfugas” en la política criolla, de los “serviciales” y de los
genuflexos en la magistratura y de los inmorales en la abogacía, así como de los litigantes que actúan con
temeridad y mala fe, como lo he denunciado en mi tesis de 1959 “La mala fe en el Proceso Civil”. A su
vez, la viveza taimada ha sido denunciada por OSWALDO M EDINA en su best-seller “El achoramiento.
Una interpretación sociológica”, Universidad del Pacífico, Lima, junio del 2000.
4 Autor de un libro genial: “E l Buda viviente. Una biografía interpretativa”, Emecé editores, Buenos Aires,
1982 en la que desarrolla el tema de ¿Quién fue realmente Buda?, ¿Cómo vivió?, ¿Cuáles fueron las
circunstancias que lo llevaron a predicar un nuevo credo? IKED A narra brillantemente la vida del gran
iluminado y de su esfuerzo intelectual y moral para llegar a ser un sabio iluminado y cómo se convirtió en
asceta abandonándolo todo en su búsqueda de la iluminación trascendental y su ingreso en el Nirvana.
878
F il o s o f ía d e l D erech o
5 El siguiente califato Abasida del Cairo fue la evocación de una “sombra” del califato de Bagdad, es decir,
un fenómeno del mismo género que el “Imperio Romano de Oriente” y el “Sacro Imperio Romano Ger
mánico”. En todos estos tres casos, una sociedad “filial” produjo o conservó una “sombra” del Estado
universal de su sociedad “paterna”.
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J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
al Califato Abasida como la reanudación del Estado universal que constituyó la última fase
de la existencia de nuestra sociedad aún desconocida, cuya búsqueda se traslada así unos
mil años atrás.
"La sociedad egipcíaca. Esta notable sociedad surgió en el valle inferior
del Nilo durante el cuarto milenio a. de C. Y se extinguió en el siglo i/ de la era
cristiana, después de existir, desde el comienzo al fin, por lo menos tres mile
nios más de lo que nuestra sociedad occidental ha existido hasta ahora. No
tenía sociedad paterna" ni tuvo descendencia; ninguna sociedad viva puede
pretender que sea su antecesora. Lo más triunfador en ella es la inmortalidad
que ha buscado y encontrado en la piedra. Parece probable que las pirámides,
que han sido ya testigos inanimados de la existencia de sus creadores durante
cerca de cinco mil años, sobrevivirán durante cientos de miles de años más por
venir. No es inconcebible que puedan más que el hombre mismo y que, en el
mundo donde no existan ya mentes humanas que lean su mensaje, continúen
testimoniando: "Antes que Abraham fuese, yo soy".
Estas vastas tumbas piramidales, empero testifican la historia de la Socie
dad Egipciaca en más de una forma. Atribuimos a esta sociedad una existencia
de más de cuatro mil años, pero durante la mitad de este período la Sociedad
Egipciaca no era tanto un organismo vivo como un organismo muerto, aunque
no enterrado. Más de la mitad de la historia egipciaca en un epílogo gigan
tesco.
Pasó el cénit y comenzó la decadencia en la transición de la y a la VI di
nastía, alrededor de 2424 a. de C., y en este punto comenzamos a reconocer
los síntomas familiares de la decadencia en el orden en que se han presentado
a nosotros en las historias de otras sociedades. La disolución del Reino Unido
egipcio en un número determinado de pequeños Estados en guerra constan
temente unos con otros lleva el sello inconfundible de unos tiempos revueltos.
Estos tiempos revueltos egipcios fueron seguidos alrededor de 2070 a. de C.
por un Estado universal, fundado por la dinastía local de Tebas y consolidado
por la Dinastía XII alrededor de 2000-1788 a. de C. Después de la Dinastía XII
se hundió el Estado Universal, y el interregno siguiente trajo su wolkerwande-
rung con la invasión de los hycsos. Aquí podríamos ver, pues, el final de esta
sociedad".
En el volumen sexto Toynbee estudia a los Estados Universales que "nacen después y
no antes del colapso de las civilizaciones a cuyos cuerpos sociales confieren unidad políti
ca". "Los estados universales son síntomas de desintegración social pero, ai mismo tiempo
son intentos de contener y desafiar esa desintegración”, Así, el Imperio Romano fue el
estado universal de la civilización helénica.
Pero, estos estados universales tienen "el espejismo de la inmortalidad" y así lo dicen
los poetas como Tíbulo que canta "a los muros de la ciudad eterna", en tanto que Virgilio
canta "del imperio sin fin"; Tito Livio escribe con la misma seguridad de "la ciudad fundada
LEGALES EDICIONES
para la eternidad", Horacio en sus "Odas” alude a "in saecula saeculorum" y el espectro
de la inmortalidad reaparece en el Medioevo con el nombre de "Sacro Imperio Romano-
Germánico" en la sociedad filial de la cristiandad occidental, "Un testimonio universal es
la práctica de invocar sus espectros una vez que aquellos probaron su carácter mortal al
expirar".
Ejemplo de este argumento Toynbeano lo es la tesis del profesor Paul Vinogradoff en
el núcleo de su "Diritto Romano nell'Europa Medievale": "La historia que paso a exponer
es la historia de un fantasma. Se trata de una segunda vida del Derecho Romano después
de la desaparición del cuerpo en el cual por primera vez vio la luz, Yo debo suponer un
conocimiento general de la circunstancia en la cual aquel maravilloso sistema científico
surgió progreso. Mi narración comienza en la época de la decadencia, cuando el Imperio
880
F il o s o f ía d e l D erech o
Romano de Occidente se debatía entre los últimos esfuerzos frente a las sofocantes hordas
de los bárbaros "Tal período se puede estuchar desde dos puntos de vista opuestos carac
terizados por la romanización de las provincias y la barbarización de Roma".6(21)
LEGALES EDICIONES
esa civilización era filial de otra de una generación anterior. Las civilizaciones cristiana or
todoxa y occidental eran, por obra de la iglesia cristiana, filiales de la civilización helénica;
6 PAUL VINO GRADO FF: “Diritto nell'Europa Medievale”, p. 16-17, Milano. Dott. A. Giuffré, Editare,
1950.
7 Cfr. CLEM ENTE HUART: “Persia antigua y la civilización irania” p. 129, Editorial Cervantes, Barcelona
M CM XXX.
8 Cfr, A. MORET: “El Nilo y la Civilización Egipcia”, p. 258, Editorial Cervantes, Barcelona M CX X VI 1.
9 MORET: ob. cit., p. 274.
10 GIBBO N: “History ofthe declin andfall ofthe román empire”.
11 Véase el Tomo VII que trata de las Iglesias universales, y en el compendio tomo II, p. 10 1.
881
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
la civilización de Lejano Oriente era filial, por obra del mahayana, de la civilización cínica;
la civilización hindú, por obra del hinduismo, era filial de la civilización índica; la irónica
y la arábica, por obra del islamismo, eran filiales de la siríaca. Todas estas civilizaciones
tuvieron iglesias como crisálidas y los diferentes fósiles sobrevivientes de civilizaciones
extinguidas que examinamos en una parte anterior de este Estudio, se hallaban todos con
servados en integumentos eclesiásticos; por ejemplo, los fósiles parsis y judíos. En verdad
tales fósiles eran iglesias crisálidas que no habían logrado producir su mariposa.
Del examen de los ejemplos que siguen se puede analizar el proceso en virtud del cual
una civilización llega a ser filial de su predecesora en tres fases que desde el punto de vista
de las iglesias concebidas como crisálidas podemos llamar: fase de "concepción", fase de
"gestación" y fase de "parto". Además, cronológicamente, estas fases corresponden en
términos generales a la fase de desintegración de la antigua civilización, a la fase de inte
rregno y a la fase de génesis de la nueva civilización.
Así pues, sentada la tesis de que el cristianismo fue una especie de crisálida que alber
gó y preservó los gérmenes sobrevivientes de la cultura antigua hasta que pudieran abrirse
camino bajo la forma de una nueva civilización secular, Toynbee nos eleva a una historio-
logia inspirada por la Teología en la que "las civilizaciones son las siervos de la religión" y
la función más útil de la civilización greco-romana, fue la de dar a luz al cristianismo antes
de desaparecer. Comparando la religión con un carruaje piensa Toynbee que "las ruedas
sobre las que se asciende al cielo podrían ser las caídas periódicas de las civilización a la
Tierra". Esta es la tesis planteada en su "civilization on trial", New York, 1948, "La civiliza
ción puesta a prueba", Emece Editorial, Buenos Aires, 1949.
Así pues, las grandes religiones, que son el paradigma del alma, trascienden las limi
taciones de las sociedades y se convierten en la clave para la comprensión de la historia.
De este modo, la historiología de Toynhee culmina en una Teología de la Historia.
Así estaremos en condiciones de entender, perfectamente, a la luz de las revelaciones y
profecías de este singular historiólogo, lo que el Papa Juan Pablo II ha dicho en su primera
Encíclica “Redemptor Hominis" promulgada el 4 de marzo de 1979 de que "Cristo, Señor de
la Historia, es el Alfa y Omega" o "el principio y el fin de la Historia".
La historiología de Toynbee culmina en otro de sus grandes libros titulado "La Gran
Aventura de la Humanidad", Emece Editores, Buenos Aires, 1985, titulo original: Mankind
and Mother Earth (c) Oxford University Press 1976, que es el canto del cisne del gran histo
riador inglés, escrita en 1964, poco antes de su muerte, en la cual acuña nuevas expresio
nes a la lexicología de su "Estudio de la Historia".
Entre tales neologismos introduce la palabra "Biosfera" acuñada por Teilhard de Char-
din y un helenismo, la "oikoumené", que es una palabra griega, de la época helenística cuya
significación literal es: "la parte habitada del mundo", para aludir a las concepciones con
las que ya los griegos se referían a una civilización "hiperbórea", cuya sede estaba en las
pueblos situados "no más allá del viento del norte", o sea, los chinos.
Al incidir sobre el aspecto lexicológico en la historiología de Toynbee, remarco, una
LEGALES EDICIONES
vez mis, ciertas expresiones, ciertos giros estilísticos del gran maestro inglés, tales como el
"reto" y la "respuesta", el "yin" y el "yang", "estado universal", "iglesia universal", "iglesia
crisálida", "volkerwánderung", "proletariado interno", "proletariado externo", "tiempos
revueltos", "sociedades infra-filiales", "sociedades con o sin parentesco", "interregno" y
otros que constituyen todo una serie de palabras "claves" y de frases simbólicas en la
estilística toynbeana.
La bibliografía sobre Toynbee es vastísima hoy en día y el impacto de su pensamiento
en la historiología y en la cultura en general es infinito. Permítaseme señalar en la biblio
grafía nacional el extraordinario enfoque que, desde su perspectiva ha planteado Víctor
Raúl Haya de la Torre en su estudio intitulado "Toynbee frente a los Panoramas de la Histo
f ria (Espacio -Tiempo -Histórico Americano)" Buenos Aires 1957. Véase también en "Obras
882
F il o s o f ía d e l D erech o
Completas" de Haya de la Torre. Volumen 7, página 7 a 195, Librería Editorial Juan Mejía
Baca, enero de 1977.
Pienso que sólo la doctrina social de la Iglesia ha superado a este gran clásico de la his-
toriología y, por ello, paso a exponerla, no sin antes, tratar brevemente de la historiología
de Ortega, la de Miró Quesada Cantuarias y la de Raymond Aron.
LEGALES EDICIONES
I
883
LA HISTORIOLOGÍA DE JACQUES MARITAIN
1 JACQUES M ARITAIN: “Filosofía de la Historia”, p. 17 -18 , editorial Troquel, Buenos Aires, 1960.
2 JACQUES M ARITAIN: ob. cit., p. 18.
3 JACQUES MARITAIN: ob. cit., p. 18.
885
J osé A ntonio S ilva V allejo
dialéctico"9
"La filosofía marxista de la historia no es más que la misma filosofía de
la historia de Hegel que ha crecido atea (en vez de panteísta y antropoteísta)
886
F ilosofía del D erecho
y que hace que la historia avance hacia la divinización del hombre gracias al
movimiento dialéctico de la materia".ld
Falsa y genulna filosofía de la historia - "El sistema hegeliano es el más
brillante, famoso y potente entre los falsos sistemas de filosofía de la historia,
pero está lejos de ser el único".11
"Los buenos historiadores tienen una natural desconfianza por la filosofía
de la historia. Y esta natural desconfianza se transforma en justificado despre
cio cuando ellos se enfrentan con las falsas concepciones que habitualmente
existen en plaza".12
"¿Qué es lo que hace que ellos se pongan enfadados y disconformes
cuando se enfrentan con la noción de la filosofía de la historia? Ellos están
cansados por el intolerable dogmatismo de las filosofías que pretenden ser
disciplinas racionales y que (sea que ellas clamen, con Hegel, salvar la religión
haciendo de la misma una mítica crisálida de su propio "conocimiento absolu
to" o, con Marx, liquidar la religión en nombre de la buena nueva del ateísmo
o, con Augusto Comte, construir una nueva y definitiva religión, la religión de
la humanidad) se presentan al género humano como mensajeras de alguna
mesiánica revelación y utilizan a la historia como un instrumento para conva
lidar sus vacíos reclamos".13
"Además, los historiadores (por ejemplo Henri Marrou) atribuye a la fi
losofía de la historia cuatro pecados capitales: primero, su casi inevitable su-
persimplifícado, arbitrario y extravagante acercamiento en lo que se refiere
a la elección de materias, cuyo valor histórico es asumido por consideración
a la causa; segundo: su autoengañosa ambición de llegar a una explicación a
priori del curso de la historia humana; tercero: su autoengañosa ambición de
llegar a una explicación todo-incluido del significado de la historia humana;
y cuarto: su autoengañosa ambición de llegar a una así llamada explicación
científica de la historia; la palabra científica" usada aquí en este sentido abso
lutamente peculiar, que puede ser derivado de las ciencias naturales, que con
una explicación semejante nuestra reflexión goza de una especie de dominio
intelectual sobre el asunto que nos ocupa".14
"Qué indican todas las observaciones previas? Nos dicen que el historia
dor no puede dejar de sentir la instancia de la filosofía de la historia, y que
en el mismo momento que piensa resistir a esta instancia, por lo general, la
filosofía de la historia se le impone. En realidad, lo que él está detestando no
es la genuina filosofía de la historia, sino el gnosticismo de la historia -este
gnosticismo de la historia que fuera llevado por Hegel a supremas alturas
metafísicas, pero que también es encontrado a otro nivel, en un sistema tan
fascinado por las ciencias positivas y tan decididamente antimetafísico como
es el de Comte".15
LEGALES EDICIONES
"La filosofía de la historia espuria, en este caso, es el gnosticismo de la his
toria en el sentido más general de esta expresión y hasta donde está caracte
rizada por los cuatro "pecados capitales" que acaban de ser mencionados",16
887
J osé A ntonio S ilva V allejo
888
F ilosofía del D erecho
final y es todo lo que pertenece al príncipe de este mundo, jefe de todos los agentes de
mal '..,,23 "En ciertos periodos de la historia lo que prevalece y predomina es el movimiento
de degradación y, en otros períodos es el movimiento de progreso. MI punto de vista e:
que ambos existen al mismo tiempo, en una u otra medida".24
La ambivalencia de la historia
"Esta ley es una consecuencia de la ley del doble movimiento. Si la historia humana
está sujeta a los dos movimientos antagónicos anotados más arriba, entonces podemoí
decir que en cada momento la historia humana nos ofrece dos fases. Una de esas fases
da motivos al pesimista, quien gustaría condenar este período de la historia. Y la otra da
motivos al optimista, quien juzga el mismo período como glorioso".25
"La ambivalencia de la historia puede ser vista en el desarrollo del Imperio Romano;
o en el abrazo mutuo posconstantino entre la Iglesia y el Estado; o en las varias fases de la
revolución Industrial; o en el presente reino de la ciencia fisicomatemática y de la tecnolo
gía... Hoy, un obvlosíslmo ejemplo de esta ambivalencia nos es ofrecido por el advenimien
to de la era atómica, con sus capacidades inherentes para la destrucción de la humanidad
al Igual que para un Inaudito mejoramiento de la vida".26
"Es en una perspectiva cristiana que, por largo tiempo, he cavilado sobre la filosofía
de la historia. Dejadme, entonces, hablar en esta perspectiva. San Gregorio escribió: "Los
hombres deberían saber que la voluntad de Satanás es siempre perversa pero que su po
der no es nunca injusto", porque "las iniquidades que él se propone cometer, Dios las per
mite en toda justicia", Este dicho es de largo alcance. Proporciona un principio Importante
de exégesis histórica".27
"El diablo cuelga como un vampiro al lado de la historia. La historia continúa, sin em
bargo, y continúa con el vampiro. Es sólo en el reino de la gracia, en la vida divinamente
asistida de la Iglesia, donde el diablo carece de lugar, juega su papel en la marcha del mun
do, y en cierto sentido la estimula".28
La ley de las fructificaciones históricas del bien y del mal
"Esta ley trata de las relaciones entre la ética y la política. La he tratado algo extensa
mente en un ensayo Intitulado "El fin de! maquiavelismo". Aquí me limitaré a resumir mis
observaciones de este ensayo".29
"Esto significa que ¡as virtudes de la justicia y la moral no anulan las leyes naturales de
envejecimiento de las sociedades humanas; no impiden la catástrofe física que las destru
ya. Debemos decir entonces, que la justicia y la rectitud (y ésta es la ley que deseo recalcar)
tiende en sí misma a la preservación de las sociedades humanas y a su éxito real; y que la
Injusticia y el mal tienden en sí mismo (dejando a un lado lo que concierne a condiciones
físicas) a la destrucción de las sociedades y, a la larga, a su fracaso real".30
La ley de la significación del mundo y de los hechos que hacen la historia
"Cuando un acontecimiento que hace historia, cuando un gran evento de la humani
dad, un acontecimiento que actualiza potencialidades centenarias y viejas aspiraciones,
LEGALES EDICIONES
ocurre en un punto particular del espacio, en una nación dada y en un pueblo dado, no
ocurre sólo para esta nación o este pueblo, sino que ocurre para el mundo. No es sola-
889
1
J osé A ntonio S ilva V allejo
mente un evento o un cambio para esta nación particular o este pueblo particular; es un
acontecimiento o un cambio para el mundo".31
La ley de "Prise de conscience"
"Ésta es la ley del crecimiento de la conciencia como signo del progreso humano, y
como comprensión, al mismo tiempo, de los peligros inherentes. Pienso que esta ley de
prise de conscience está enlazada con la historia de la civilización en general, pero tiene
lugar muy lentamente. Y mientras tiene lugar en un área, otra área puede ser completa
mente inmune a ella".32
La ley de la jerarquía de los medios
"Aquí tenemos en realidad dos leyes. La primera es la ley de la superioridad de los
medios temporales humildes ("moyens pauvres") sobre los medios temporales ricos, res
pecto a tiñes espirituales. Podemos describir como medios temporales ricos aquellos que,
implicados en la densidad de la materia, postulan un cierto grado de éxito tangible y vi
sible. Tales medios son los medios peculiares del mundo. Sería absurdo despreciarlos o
rechazarlos; son necesarios; forman parte de la sustancia natural de la vida. La religión
debe consentir en recibir su ayuda. Pero es conveniente, para la salud del mundo, que la
jerarquía de los medios sea salvaguarda en sus proporciones adecuadas".33
"La segunda ley que tiene que ver con la jerarquía de los medios puede ser llamada la
ley de la superioridad de los medios espirituales de la actividad temporal y del bienestar
sobre los medios carnales de la actividad temporal y del bienestar. Aquí es una cuestión de
medios respecto de la obra temporal, no respecto del fin espiritual -digamos, respecto de
una obra social o política, que persiga los más altos intereses del hombre, justicia, libertad,
paz, amor fraternal, superando los prejuicios y egoísmos, la voraz ambición y el poder
opresivo. Y añadamos, que testigos de la ley que menciono fue a menudo el autosacrificio
de hombres magnánimos y a la vez ignorados. En otras palabras, la ley en cuestión estuvo
activa en la historia humana de una manera particularmente humilde y escondida, a la
manera de un fermento, nunca en primer plano, excepto en cuanto a unos pocos ejemplos
brillantes de nuestro siglo".34
"Pienso que aquí es interesante examinar el ejemplo y el testimonio de Gandhi, parti
cularmente significativo para los cristianos. De hecho, Gandhi estuvo inspirado tanto por
las Escrituras Indias como por el Evangelio -leyó muchísimo el Evangelio. Su originalidad
consistió en dar primacía a los medios de la paciencia y del sufrimiento voluntario y de
organizarlos sistemáticamente en una técnica particular de acción política. Podríamos
mencionar dicha técnica con la noción tomista según la cual el principal acto de fortaleza
y de virtud no es el acto de atacar, sino el de resistir, soportar, y sufrir con constancia. Un
tomismo asociaría lo que Gandhi llamó con el coraje de resistir. La cuestión sería aplicar
estos medios particulares a un fin temporal a ser alcanzado".35
"Quisiera ahora observar (y esto me parece particularmente importante desde el pun
to de vista de la filosofía de la historia) que Gandhi fue no sólo una figura excepcionalmen
te grande y profética. Tendría, además, que ser considerado el fundador de una escuela de
pensamiento. Dejo discípulos. Estoy pensando especialmente en Vinoba quien tiene ahora
una influencia tremenda en la India. Hay, así, una continuidad en el uso de los medios es
LEGALES EDICIONES
pirituales tendientes a cierta transformación temporal. Vinoba tuvo gran éxito al lograr de
muchos terratenientes cambios considerables en la división y distribución de las tierras a
labradores pobres. Es un real continuador de Gandhi".36
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Este es el "leit-m otiv". Alrededor de esta tesis programática giran los grandes persona
jes de la época: Pedro Abelardo, Grocio y su tiempo, John de Salisbury, la santa de Bernard
Shaw y los "Hombres e ¡deas" que configuran la historia de la cultura en el pensam iento
historiológico de HUIZINGA.
Su otro gran libro es "El Concepto de la Historia", Fondo de Cultura Económica, México,
1992, cuya estructura parte de estas premisas: I. La ciencia histórica adolece de una forniu-
1 JOHAN HUIZINGA: “Hombres e Ideas. Ensayo de historia de la cultura”, pag. 17, Compañía General
Fabril Editora, Buenos Aires, 1960.
2 JOHAN H U IZIN GA: “Hombres e Ideas. Ensayo de historia de la cultura”, pag. 167, Compañía General
Fabril Editora, Buenos Aires, 1960.
891
J osé A ntonio S ilva V allejo
lación mala e insuficiente de los problemas, II. Para el maestro de Groninga, quien fuera
un brillante profesor en la Universidad de Leyden, fueron Wlndelband y Rlckert quienes
siguiendo el camino por el que les había precedido Dilthey, fundamentaron la moderna
teoría de las ciencias del espíritu "Revelaron que la ciencia y la génesis del conocimiento
histórico diferían fundamentalmente de la investigación propia de las ciencias naturales"3.
El concepto de evolución sólo puede emplearse en la ciencia histórica de un modo condi
cionado y sirve muchas veces en ella de traba y obstáculo, III. Sería deplorable para nuestra
cultura que las obras de historia destinadas a las personas de cultura general corriesen a
cargo de historiadores movidos por un sentimiento estético, que escribiesen obedeciendo
a un impulso literario, trabajando con medios literarios y buscando efectos literarios, IV. La
misión fundamental de la historia de la cultura es la comprensión y descripción morfológi
ca de la cultura en su trayectoria específica y real, V. La división de la historia en períodos,
aunque indispensable, tiene un valor secundario siempre imprecisa y fluctuante y, hasta
cierto punto, arbitraria. Lo más conveniente es designar las épocas por nombres incoloros
tomados de cortes externos y fortuitos.
En su estudio "En torno a la definición del concepto de historia" parte Huizinga de esta
premisa metodológica "Una buena definición debe ser concisa, es decir, exponer el concep
to que se trata de definir con toda precisión y de un modo completo, en el menor número
de palabras"
Después de examinar la definición de historia propuesta por Bernheim y por Wilhelm
Bauer, sostiene Huizinga que "La palabra latina historia es sinónima de la alemana Geschi-
chte. El griego rp a io p ia significa "aquello que llega a saberse preguntando". Para Huizinga
"En realidad, lo único que nos ofrece la Historia es una cierta idea de un cierto pasado, una
imagen inteligible de un fragmento del pasado. No es nunca la reconstrucción o la repro
ducción de un pasado dado. El pasado no es dado nunca" (pag. 91).
"El modo como la Historia se sitúa ante el pasado podría designarse sobre todo como
una "rendición de cuentas hecha ante uno mismo" (pag. 93).
"Cada cultura crea y tiene necesariamente que crear su propia forma de Historia. El
tipo de cultura determina lo que es para ella Historia y cómo ha de ser ésta", (pag. 93 in
fine).
"Historia es la forma espiritual en que una cultura se rinde cuentas de su pasado".
"La historia misma y la conciencia histórica se convierten en parte integrante de la
cultura; sujeto y objeto se reconocen aquí en su mutua condicionalidad" (pag. 97).
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I 3 JO HAN H UIZINGA: “El concepto de la historia’’, pag. 25, Fondo de Cultura Económica, México, 1946.
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cance limitado que las ideas pueden tener en el corto plazo, así como en el
mundo de los intereses y las luchas de poder de la política.
Las memorias, que publicó el mismo año de su muerte, 1983, sugieren
que nunca encontró una respuesta satisfactoria a las tensiones entre el inte
lectual y el mundo de la política".4
i SOLEDAD LOAEZA: “ R aym ond Aron. Un historiador desencantado”, en el volumen “Raym ond Aron:
Lecciones sobre la historia”. Cursos del collage de France, p. 1 1 y ss., México, 1989.
2 SOLEDAD LOAEZA: ob. cit, p. 13.
3 SOLEDAD LOAEZA: ob. cit., p. 14.
4 SOLEDAD LOAEZA: ob. cit., p. 15.
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5 RAYM OND ARON: “Introducción a Max Weber: “El político y el científico”, p. 9 Alianza Editorial, Ma
drid, 1972, Tercera edición.
6 Ibid., 9-10.
7 Ibid., p. 10.
f 8 Ibid., p. 11,
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9 Ibid., pp. 1 1- 12 .
ío Ibid., p. 13.
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LA HISTORIOLOGÍA DE COLLINGWOOD
LEGALES EDICIONES
El parágrafo tercero de la Introducción se cierra con una formidable alusión a la con
ciencia histórica en el mundo antiguo, especialmente referida a los sumerios. "Los anti
guos sumerios no dejaron tras de ellos nada que podamos calificar de historia. Si por aca
so tuvieron algo así como una conciencia histórica, no dejaron de ella constancia alguna.
Podremos afirmar que necesariamente la tuvieron, porque, para nosotros, la conciencia
1 R.G. COLLINGW OOD: “Idea de la Historia", Introducción, parágrafo i , pag. 17, Fondo de Cultura Eco
nómica, México, 1965.
2 Ibid, pag. 18.
3 COLLINGW OOD: Ob. cit., Introducción, parágrafo 2, confrontar pags. 17 a 20 de la edición castellana.
4 COLLINGW OOD: Ob. cit., Introducción, parágrafo 3, “Los problemas de las Partes I - IV", pag. 20.
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decadencia". "Desde el punto de vista de la historia Tácito es una figura gigantesca; pero
puede uno preguntarse si Tácito fue un historiador"...
"El propósito confesado por Tácito es que escribe para exhibir ejemplos señalados de
vicio y de virtud en el orden político, a fin de que la posteridad pueda excecrarlos o aplau
dirlos y para enseñar, por medio de un relato, de que modo puede vivir el buen ciudadano
bajo malos gobernantes; y que no es puramente el destino o el accidente sino la entereza
personal y la prudencia, la moderación y la discreción lo que mejor protege en tiempos de
peligro a un Senador encumbrado"..."A Tácito se le ha elogiado por el dibujo de sus carac
teres". "Sin duda encontró apoyo en la filosofía estoica y epicuria de su tiempo"17.
"Es así como Tito Livio y Tácito se levantan el uno junto al otro como los dos grandes
monumentos que atestiguan la esterilidad del pensamiento histórico de Roma"18.
"Roma fue para Tito Livio la heroína de su relato; Roma fue el agente cuyas acciones
describre; Roma por lo tanto, es una sustancia inmutable y eterna. Desde que empieza el
relato, Roma ya está allí fabricada de antemano y completa, y cuando se llega al fin del
libro, Roma no ha sufrido alteración espiritual ninguna. Las tradiciones empleadas por Tito
Livio como fuentes hacían remontar ciertas instituciones, tales como la legión, el senado y
otras, a la época más antigua de la ciudad, todo bajo el supuesto de que desde entonces
habían permanecido iguales. De esta suerte, en Tito Livio, el origen de Roma aparece como
un milagroso y súbito nacimiento de la ciudad tal como era en años posteriores"19.
"Resulta, pues, que la historiografía romana era incapaz de mostrar de que modo ha
bía surgido algo; precisaba suponer que todos sus agentes que aparecen en el escenario
histórico estaban ya hechos con anterioridad a la historia, y su conección con los sucesos
históricos es igual a la conección entre una máquina y sus movimientos". "El alcanze de la
historia queda limitado a la descripción de lo que hacen las gentes y las cosas". "La nemesis
de esta actitud fue el escepticismo histórico"20.
La Segunda Parte de "Idea de la Historia" se intitula "La influencia del cristianismo" y
está contenida en las pags. 53 y ss. de la obra.
Sostiene Collingwood que "Tres grandes crisis han ocurrido en la historia de la historio
grafía europea. La primera fue la crisis del siglo V a.C., cuando surgió la idea de la historia
como una ciencia, es decir, como una forma de la investigación, como totopiri La segunda
fue la crisis de los siglos IV y V d.C., cuando la idea de la historia fue moldeada de acuerdo
con la influencia revolucionaria del pensamiento cristiano"21.
"Según la doctrina cristiana es inevitable que el hombre actúe en la oscuridad sin saber
qué resultados se seguirán de su acción. Esa incapacidad de alcanzar fines claramente con
cebidos de antemano, que en griego se dice apap-ua, no dar en el clavo, ya no se considera
como accidental, sino como un elemento permanente de la naturaleza humana que procede
de la condición del hombre en cuanto hombre. Tal es el pecado original que San Agustín pone
ton d e relieve, y qu e rela cio n ó p sico ló g ica m e n te con la fu e rz a d e l de seo n a tu ra l"222
.
3
"El deseo ya no es el caballo domado de la metáfora platónica; es un caballo desboca
do, y el "pecado" (para usar el término técnico de la teología)"... "es un pecado inherente
y original en nuestra naturaleza. De aquí se sigue que los logros del hombre no se deben a
LEG ALES ED IC IO N E S
sus propias fuerzas de voluntad e inteligencia, sino a algo que está más allá del hombre y
que le provoca desear fines"13.
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F il o s o f ía d e l D e r e c h o
LEGALES EDICIONES
Herder en 1784. Cualquiera que lea la "Filosofía de la Historia" de Hegel, no podrá menos
24 Ibid.pag. 54.
25 Ibid.
26 Ibid.pag. 54, 55 y 56.
27 Ibid.pag. 56.
28 Ibid.pag. 58.
29 Ibid.pag. 59.
30 Ibid.pag. 60.
31 Ibid.pag. 60.
32 Ibid.pag. 61.
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"Esta ¡dea de ¡a astucia de la razón, que engaña a las pasiones para utilizarlas como su:
agentes, es una dificultad famosa en la teoría de Hegel".
"Toda la historia es la historia del pensamiento y muestra el auto-desarrollo de la ra
zón, el proceso histórico es, en el fondo, un proceso lógico".
"La historia no es sino una especie de lógica, donde la relación de prioridad y posteri
dad lógica no es tanto reemplazada como enriquecida o consolidada al convertirse en una
relación de prioridad y posteridad temporal. De ahí se desprende que los desarrollos que
tienen lugar en la historia nunca son accidentales, son necearios; y nuestro conocimiento
de un proceso histórico no es simplemente empírico, es a priori".
"Nada en la filosofía de Hegel ha suscitado más protestas y hostilidad que su idea de
la historia como un proceso lógico desarrollado en el tiempo y de nuestro conocimiento
de él como un a priori".
"La historia consiste en acciones, y las acciones tienen un dentro y un fuera; por fuera
son meros acontecimientos, relacionados en el espacio y el tiempo, pero no de otra mane
ra; por dentro son pensamientos, ligados mutuamente por conexiones lógicas. Lo que He
gel hace es insistir en que el historiador debe trabajar primero empíricamente estudiando
los documentos y otras pruebas históricas; sólo de esta manera puede establecer lo que
son los hechos. Pero luego debe considerar los hechos desde adentro".
"Esta contestación me parece que se aplica incluso al más serio y sistemático de los
críticos de Hegel, es decir, Croce. Croce sostiene que toda la filosofía de la historia de Hegel
es un colosal desatino".
"Croce, no llega realmente al corazón del problema. Supone que al hablar de la histo
ria no deberíamos emplear palabras como oposición o antagonismo, y síntesis o reconci
liación".
"Un quinto punto, por el cual Hegel ha sido acremente criticado, es su doctrina de que
la historia no termina en el futuro sino en el presente".
En esencia, la historiología de Collingwood parte de una "Introducción" en la que sos
tiene que "Este libro es un ensayo sobre la filosofía de la historia. La denominación "filoso
fía de la historia" fue acuñada en el siglo XVIII por Voltaire quien solo quizo significar con
ella la historia crítica o científica, un tipo de pensar histórico en el cual el historiador decidía
por su cuenta en vez de repetir los relatos que encontraba en los viejos libros. Hegel y otros
escritores del siglo XVIII emplearon esa misma denominación; pero le dieron un sentido
diferente usándola para referirse pura y simplemente a la historia universal. Un tercer sen
tido de la denominación se encuentra en varios positivistas del siglo XIX para quienes la
filosofía de la historia consistía en el descubrimiento de las leyes generales que gobiernan
el curso de los acontecimientos".
"El e m p le o que yo le d o y a l té rm in o "Filo so fía d e la Historia" difiere d e los a n te r io r e s y
para explicar que cosa entiendo por tal, diré primero algo acerca de mi modo de concebir
la filosofía".
"La filosofía es reflexiva. La mente filosofante nunca piensa simplemente acerca de un LEGALES EDICIONES
objeto sino que siempre piensa también acerca de su propio pensar en torno a ese objeto".
La Cuarta Parte del libro de Collingwood se intitula "La historia científica" y parte de la
historiografía de Bradley planteada en su obra de 1874 intitulada "The Presuppositions of
Critícal History” cuya tesis fundamental es la de que "el conocimiento histórico no es mera
aceptación pasiva de testimonios, sino una Interpretación crítica de ellos; que esta crítica
supone un criterio; y que el criterio es algo que el historiador lleva consigo a su interpreta
ción, es decir, que el criterio es el historiador mismo"33.
903
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II) Los sucesores de Bradley fueron en Oxford Cook Wilson y el realismo de Oxford; en
Cambridge fue Bertrand Russell y el realismo de Cambridge.
"Los otros escasos filósofos ingleses que han tratado el problema de la historia desde
Bradley, no han contribuido con nada de valor en los últimos años. Bosanquet que estuvo
estrechamente asociado con Bradley, trató la historia con manifiesto desprecio como una
forma falsa del pensamiento tratándola como "la dudosa narración de acontecimientos
sucesivos" ("The Principie of Individuality and Valué", pag. 79, Londres, 1912). Párrafos
más adelante Collingwood se refiere a un libro de texto cuya autora es la señorita L. Susan
Stebbing: "A Modern Introduction to Logic", 2§ edición, Londres, 1933. Este libro contie
ne un capitulo sobre el método histórico que, en sustancia, se deriva de lo que Langlois
y Seignobos exponen la forma pre-científica de la historia que yo denomino historia "de
tijeras y engrudo".
Después de exponer la historiología de Toynbee (pag. 159 a 164) y la metodología de
Windelband (pag. 164) la de Droysen (pag. 165), Rickert (pag. 167), Simmel (pag. 169),
Dilthey (pag. 170 a 174) nos expone la sustentación de Eduard Meyer en su "Teoría y
metodología de la historia" para, luego, tratar la historiología de Spengler, cuya obra "La
decadencia de Occidente" es una doctrina de la historia que "es una sucesión de unidades
autónomas individuales que denomina culturas", las que tienen un ciclo vital idéntico al de
los organismos "Empieza con la barbarie de una sociedad primitiva; procede a desarrollar
una organización política, artes y ciencias, etc., al principio de una manera rígida y arcaica,
que después florece en su periodo clásico y luego se congela en decadencia y finalmente se
hunde en un nuevo tipo de barbarie donde todo se comercializa y vulgariza, y ahí acaba su
vida. Nada Nuevo emerge de esta condición decadente; esa cultura está muerta y su poder
creador se ha gastado".
"El libro de Spengler está cargado de una gran masa de erudición histórica"34.
"Hay similitudes obvias entre Spengler y Toynbee. La diferencia principal es que en
Spengler el aislamiento de las diversas culturas es tan completo como el de las mónadas
leibnizianas".
"Para Toynbee estas relaciones, aunque externas, forman parte de la experiencia de
las civilizaciones mismas. Para Toynbee algunas sociedades se afilien a otras, porque así
se salvaguarda la continuidad de la historia. En la posición de Spengler ninguna afiliación
es posible"35.
En el parágrafo tercero de la Cuarta Parte se alude al esplritualismo de Ravaisson cuyo
tema es el de que la vida espiritual es un mundo cuya realidad es su libertad. Félix Ravais
son (1813-1900) en su libro "Rapportsurla philosophie en France au XlXsiécle", París, 1867
sostuvo que no solo hay un principio de causa eficiente que encadene una parte con otra,
sino también un principio de teleología o causa final, que organize las partes en un todo.
Esta es la concepción de Leibnitz de una síntesis de causas eficientes y finales. Pero hay un
tercer término que es la vida cuya dimensión espiritual nos lleva a la filosofía de Bergson.
En Italia el pensamiento de Croce es fundamental para la comprensión de la historia.
LEGALES EDICIONES
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F ilosofía d el D erecho
obra fundamental de Croce publicada en 1917, en Barí, con el título de "Teoría e Storia de
lta Storiografia" y de su otro gran libro publicado en Barí en 1938 con el título de "La Storia
come Pensiero e come Azione", publicado en español con el título "La historia como hazaña
de la libertad", Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1944"36.
El libro de Collingwood concluye en la Quinta Parte intitulada "Epilegómenos". En
esencia, sostiene nuestro autor en la página 271, en el parágrafo cuarto que "La histoira e:
una re-creación de la experiencia pasada". "Mi revisión histórica de la idea de la historit!
es la de que el historiador tiene que re-crear el pasado en su propia mente" (pag. 272).
"Si suscitamos la pregunta ¿de qué puede haber conocimiento histórico?, la respuestc
es: de aquello que puede re-crearse en la mente del historiador"37.
"El conocimiento histórico tiene, pues, como su objeto propio, el pensamiento: no co
sas acerca de las cuales se piensa, sino el acto de pensar mismo"38.
"La peculiaridad del pensamiento es, pues, que no es mera conciencia sino auto-
conciencia"39.
“El pensamiento histórico es reflexión"40.
"En mi bosquejo histórico de la idea de la historia he tratado de hacer ver cómo la his
toria ha escapado al fin de la condición de pupila de las ciencias naturales"41.
En suma, para Collingwood "el progreso como creación es la esencia del pensar histó
rico" (parágrafo 7, pág. 307 a 319 de la ob. cit).
LEGALES EDICIONES
905
EL HISTORICISMO
74
LA OTRA GRAN DIMENSIÓN DE LA HISTORIA, CONJUNTAMENTE CON LA
HISTORIOLOGÍA Y LA HISTORIOGRAFÍA ES EL HISTORICISMO
LEGALES EDICIONES
ción generalizadora de las fuerzas humanas históricas por una consideración
individualizadora. Esto no quiere decir que el historicismo excluya en gene
ral la busca de regularidades y tipos universales de la vida humana. Necesita
emplearlas y fundirlas con su sentido por lo individual... Por eso despertó un
nuevo sentido".4
907
J osé A ntonio S ilva V allejo
908
LA FILOSOFÍA DEL DERECHO ES INTERPRETACIÓN. SIN INTERPRETACIÓN NO
HAY CIENCIA JURÍDICA. LA BROCARDICA DE LA INTERPRETACIÓN JURÍDICA. LA
MÚSICA ES LA CLAVE DE LA INTERPRETACIÓN
1 EM ILIO BETTI: “ Teoría Generóle della Interpretazíone”, tomo I, pag. XI, Dott. A, Giuffré - Editóte,
Milano, 1955.
2 Ob. cit.j tomo I, pág. 2.
3 M ARCAD É VÍCTO R N.: “Exptícation du Code Napoléon”, 6a edición, París, 1866, “Prefacio”.
4 JOSSERAND: “Derecho Civil”, tomo II, vol. I “Teoría General de las Obligaciones”, pag. 631, EJ.E.A.,
Buenos Aires, 1950.
909
J osé A ntonio S il v a V allejo
son más que la boca que pronuncia las palabras de la ley, seres inanimados que no pueden
mitigar ni la fuerza ni el rigor de la ley"), (“Esprit des lois", Libro XI, Capítulo VI).
Calamandrei: "No queremos saber nada de los jueces de Montesquieu, "¿tres ináni
mes" hechos de pura lógica. Queremos jueces con alma, jueces engagés, que sepan llevar
con humano y vigilante empeño el gran peso que implica la enorme responsabilidad de
hacer justicia". ("Proceso y Democracia", pag. 83, E.J.E.A., Buenos Aires, 1960.
Calamandrei: "Hay tiempos de estancamiento social, en los que el Juez puede limitar
se a ser el fiel escudero del legislador, el secuaz que lo acompaña paso a paso; pero hay
tiempos de transformación rápida en los que el juez debe tener el valor de ser su precursor,
su heraldo, su conductor". ("Función sobre la jurisprudencia en el tiempo presente" en "Es
tudios sobre el Proceso Civil", pag. 241, E.J.E.A., Buenos Aires, 1962.
“Dura ¡ex, sed lex"
Adolf Wach: "El Derecho es creación histórica; toda dogmática jurídica que trate el
derecho por sí solo, independientemente de su historia, no es científica". ("Manual de De
recho Procesal Civil" vol. I, pag. 244, E.J.E.A., Buenos Aires, 1977.
Windscheid: "El sistema jurídico, no es un ordenamiento de derechos, sino un siste
ma de acciones judicialmente perseguibles". ["La "actio" del Derecho Civil Romano, desde
el punto de vista del Derecho actual" en el volumen "Polémica sobre la "actio"" pag. 8,
E.J.E.A., Buenos Aires, 1974).
Julius Binder: "La ciencia del Derecho es una ciencia interpretativa". ("Philosophie des
Rechts", pag. 887, año 1925).
Walther Schonfeld: "El Derecho en su objetividad, desligado del intérprete, es una
abstracción muerta y sin esperanza". ("El sueño del Derecho positivo", estudio publicado
en el Archivfür die Civilistische Praxis, Año 1931, tomo 135, pag. 42).
Kart Engisch: "La ciencia jurídica tradicional partía de la ingenua creencia de que los
jueces eran meros aplicadores de la ley. Pero sucede que, frente a la clásica teoría de la
subsunción, la fluida y poliédrica realidad de nuestra vida contemporánea, cada vez me
nos fija y más dinámica, nos lleva in crescendo a un auge del Derecho Judicial. Lo que es
Derecho, solo lo deciden los tribunales; en otras palabras; el juez no es el siervo o la boca
que pronuncia las palabras de la ley, sino que, en definitiva, es el verdadero creador del
Derecho". ("La idea de la concreción en el Derecho y la ciencia jurídica de nuestra época"),
traducción española de Juan José Gil Cremades, Editorial Comares, Granada, 2004.
Karl Engisch: "La relación entre ley y Derecho es un problema eminentemente ius-
filosofico. Es un problema de la concreción". ("La idea de la concreción en el Derecho y la
ciencia jurídica de nuestra época"), traducción española de Juan José Gil Cremades, Edito
rial Comares, Granada, 2004.
Karl Engisch: "Solo en la interpretación se concreta el Derecho" ("ElSueño del Derecho
Positivo", estudio publicado en el Archiv für die Civilistische Praxis, Año 1931, tomo 135,
LEGALES EDICIONES
pag. 43.
Karl Engisch: "La Hermenéutica jurídica ha llegado a ser una verdadera dogmática de
la interpretación". ("Introducción al Pensamiento Jurídico" pag. 105, Ediciones Guadarra
ma, Madrid, 1967.
Kari Larenz: "Toda sentencia es, en el fondo, una tarea de creación jurisprudencial del
Derecho. (“Metodología de la Ciencia del Derecho", pag. 82, Ediciones Ariel, Barcelona,
1980).
Karl Larenz: "La Metodología de la jurisprudencia puede caracterizarse como su auto-
rreflexión a la luz de la hermenéutica" ("Metodología de la Ciencia del Derecho", pag. 239,
Í Ediciones Ariel, Barcelona, 1980).
910
F ilosofía del D erecho
Oscar von Bülow: "Toda sentencia judicial no es solo la aplicación de un norma, sin o
que es, fundamentalmente, una tarea de creación jurisprudencial del Derecho". {"Geseiz
und Richteramt", "La Ley y el Juez" Discurso Rectoral de 1885).
Hans Reichel: "No solo el legislador sino, también, el Juez tiene una actividad creadora
jurídica; la producción jurídica la comparten ambos, de tal suerte que el legislador suminii -
tra el proyecto y el plano, mientras que el juez ejecuta aquel y edifica conforme a este. No
solo la ley, sino esta y la judicatura conjuntamente, suministran al pueblo su derecho. Con
esto, el dogma de Montesquieu se destruye en sus cimientos". ("La Ley y la Sentencia", pag,
31, Editorial REUS, Madrid, 2003.
Hans Reichel: "Completamente errónea es la opinión que sostiene que el juez al aplica ■
la ley solo realiza una actividad deductiva y que es, un mero autómata deductivo. Más biei
el juez emite apreciaciones que brotan de su corazón y de sus apreciaciones éticas". ("Le
Ley y la Sentencia" pag. 31, Editorial REUS, Madrid, 2003.
Institutas de Justiniano: "Obligado est juris vinculum, quo necessitate adstringimui
alicujus solvendae rei, secundum nostrae civitatis jura". "La obligación es un vínculo de
Derecho formado según nuestro Derecho Civil, y que nos obliga a pagar alguna cosa"
["Instituías de Justiniano" Libro Tercero, Título XIII, de las Obligaciones).
Digesto, Paulus: "Obligationum substantia non in eo consistit, ut aliquod corpus nos-
trum, aut servitutem nostram faciat, sed ut alium nobis obstringat ad dandum aliquid, vei
faciendum, velpraestandum". (Digesto.- Libro XLIV: Titulo Vil).
Manuel Augusto Olaechea, Código Civil de 1936, art. 1172: "La sola obligación de dar
una cosa inmueble determinada, hace al acreedor propietario de ella, salvo pacto en con
trario".- El consentimiento, decía Bigot-Preameneu, perfecciona por si solo la obligación
de entregar la cosa y no hay necesidad de tradición para que el acreedor sea considerado
propietario. Por el contrato afirmaba Portalis, se opera una especie de tradición civil. Y
Marcadé agrega: La convención de dar crea obligación; la obligación de dar lleva consigo
la de entregar; la tradición no necesita ser real, porque el consentimiento lleva en si una
tradición fingida que produce el mismo efecto; y esta tradición realiza el desplazamiento
automático del dominio. El sistema del Código francés fue adoptado por el Código Civil
Peruano. El Código de Napoleón presume que existe, una tradición de Derecho implícita,
y como consecuencia de sistema tan espiritualista, la convención pone los riesgos de la
cosa a cargo del acreedor convertido en propietario por el consentimiento".
A la luz de esta brocárdica el Código Civil de 1984, según ponencia del doctor Jorge
Avendaño repite en el 949 lo dispuesto en el 1172 del Código de 1936, estableciendo que:
"La sola obligación de enajenar un inmueble determinado hace al acreedor propietario de
él, salvo disposición legal diferente o pacto en contrario". La Corte Suprema ha estableci
do que: "El Artículo 949° del Código Civil recoge la teoría francesa según la cual el mero
consentimiento tiene la facultad de transmitir la propiedad al adquiriente, con arreglo a
la norma invocada, el sólo intercambio de voluntades, o "solo consensus", perfecciona la
LEGALES EDICIONES
transferencia. El sistema de transferencia de la propiedad en nuestro ordenamiento ju
rídico descarta como elemento constitutivo la inscripción de un inmueble en el Registro
Público". (Casación N° 1617-99-Lima, El Peruano, 01-09-2000, p. 6192).
Felipe Osterling Parodi: Art. 1161 del C.C. de 1984: "El obligado alternativamente a
diversas prestaciones, solo debe cumplir por completo uno de ellas".- En las obligaciones
alternativas son debidas varias prestaciones de modo que realizada una prestación la obli
gación queda cumplida y se extingue ("plures res sint in obligatione, una autem in solutio-
ne"). (Felipe Osterling Parodi: "Las Obligaciones", 8a edición, pag. 79 y 80, Editorial Grijley,
Lima, 2007).
Felipe Osterling Parodi: Art. 1168 del C.C. de 1984: "La obligación facultativa se de- i
termina únicamente por la prestación principal que forma el objeto de ella". La prestación *f
911
J osé A ntonio S ilva V allejo
accesoria está in facúltate solutionis, solo la prestación principal está in obligatione ("Una
res est in obligatione, plures in facúltate solutionis"). (ob. cit, pag. 89).
Marcel Planiol-Georges Rippert-Paul Esmein: "La obligación es facultativa cuando
el deudor debe una prestación única, si bien tiene la facultad de liberarse, realizando otra
prestación determinada en lugar de la debida". ("Tratado Práctico de Derecho Civil Fran
cés", tomo 7°, pag. 365, N° 1052, Cultural S.A., La Habana, 1945).
Felipe Osterling Parodi: "En la obligación indivisible existe prestación única -con plura
lidad de sujetos activos o pasivos- que debe cumplirse en solución única. En tales obligacio
nes hay un solo derecho de crédito y, correlativamente, una sola deuda. En la solidaridad
existe unidad de prestación -a l igual que en la indivisibilidad-, pero, con idéntico contenido,
hay pluralidad de derechos de crédito o de deudas, según se trate de la solidaridad activa
o de la solidaridad pasiva. Esta es la doctrina de Enneccerus y del Código Civil Italiano de
1942, seguida por tratadistas tan eminentes como Barassi y Messineo. Basado en esta
doctrina, el Nuevo Código Civil desecha las soluciones de algunos códigos o proyectos mo
dernos -como el Código Ruso de 1964 o el Proyecto Holandés de 1974- que identifican las
consecuencias jurídicas de la indivisibilidad y de la solidaridad". (Ob. cit., pag. 92).
José Antonio Silva Vallejo: "Solus consensus perficiuntur".- En los contratos consen
súales, como son la compra-venta y la locación-conducción, basta el mero consentimiento
para perfeccionar la obligación. Cuando ambas partes se han puesto de acuerdo sobre el
precio y sobre la cosa ya se ha perfeccionado el contrato, aún cuando no se haya pagado
el precio y no se haya otorgado la escritura respectiva. Podemos, pues, hablar de un "idilio
de las voluntades" para expresar en forma clara la espiritualidad de estos contratos que se
perfeccionan por el mero consentimiento: "Solus consensus perficiuntur". La inscripción no
acredita la propiedad; es tan solo la prueba plena de ella. Como decía don Manuel Augusto
Olaechea "La inscripción no asume más valor que la de un simple aviso que protege a los
terceros que no han intervenido en el acto, pero no lleva en sí misma una verdadera sustan-
tividad". La inscripción no tiene valor ontológico. Por ello concluyo, citando una vez más, a
don Manuel Augusto Olaechea: "Por eso, es imperativo prescindir del sistema germánico
que ha organizado el dominio y los derechos reales sobre las bases de la publicidad y de la
especialidad, atribuyendo a la primera valor y eficacia materiales". (Cfr. Manuel Augusto
Olaechea: "Exposición de Motivos del Libro Quinto del Proyecto de Código Civil", pag. 3 y 4,
Gil, S.A., Editores, Lima, 8 de Octubre de 1936).
Jorge Joaquín Llambias - Patricio Raffo Benegas - Rafael A. Sassot: "Obligaciones
ambulatorias o "Propter Rem": "Se trata de obligaciones concernientes a una cosa, "que
no gravan a una o más personas determinadas, sino indeterminadamente al poseedor de
una cosa determinada". De ahí que la obligación viaje o ambule, tanto activa como pasiva
mente con la cosa". "Son ejemplos de obligaciones "propter rem": la deuda de medianería
y el crédito respectivo; la deuda por expensas comunes en la propiedad horizontal; la con
tribución a los gastos de conservación de la cosa en el condominio". "En esta clase de obli
gaciones es inseparable la calidad de acreedor o deudor, de la condición de propietario de
la cosa en razón de la cual ha surgido la obligación. Por ello es ineficaz cualquier convenio
LEGALES EDICIONES
que implique reservar o ceder esa clase de obligaciones con independencia del carácter de
propietario de la cosa". ("Manual de Derecho Civil. Obligaciones", Novena edición actuali
zada, pag. 15, Editorial Perrot, Buenos Aires, 1991).
La cláusula "rebus sic stantibus" y la teoría de la imprevisión,- La brocardica de la
interpretación jurídica encuentra su más típico ejemplo en la cláusula "rebus sic stantibus"
que surge de la interpretación del principio Pacta sunt servando cuando median circuns
tancias extraordinarias que las partes no han previsto al contratar y que tienen efecto
modificatorio sobre la estipulación. El Derecho Romano ya permitía, mediante una ficción,
que el contrato pudiera ser modificado cuando hubieren surgido hechos imprevistos, así
ia guerra, el terremoto, "el Niño", la "inflación" o cualesquiera otra circunstancia de fuerza
f mayor. Según Otto Lenel, en todos los contratos bona fidei funcionaba la cláusula "rebus
912
F ilosofía del D erecho
sic stantibus" por la cual, se establecía que solo mientras se conservasen las circunstancias
existentes en el momento de la contratación, el pacto surtía sus efectos pero, estos se mo
dificaban cuando surgía algo imprevisto que las partes no habían tenido en cuenta al con
tratar. No admitirlo, daba lugar a un enriquecimiento injusto en su modalidad de condictic
causa data, causa non secuta. Los canonistas de la edad media desarrollaron este tema
formulando la cláusula "rebus sic stantibus". Empero la doctrina francesa y, en especial, los
"Padres del Código Civil", Pothier y Domat, guardaron silencio sobre este grandioso terna.
Esta es la razón por la cual la Corte de Casación no llegó a aplicar esta célebre doctrina en la
célebre sentencia del caso Capronne, en la que la Corte, con fecha 6 de Marzo de 1876, se
pronunció contra la aplicación de esta doctrina declarando que los tribunales no estaban
facultados para modificar los pactos celebrados entre las partes: "La regla que consagra el
artículo 1134 del Code Civil, según el cual: “Las convenciones legalmente formadas tienen
fuerza de ley entre aquellos que las han hecho. No pueden ser revocadas sino por su mutuo
consentimiento o por las causas que la ley autorice. Deben ser cumplidas de buena fe". Esta
regla es general y absoluta y rige para todos los contratos, razón por la cual los Tribunales
no pueden apartarse de ella". Véase el texto total de esta sentencia en Henri Capitant -
Francois Terré - Yves Lequette: "Les grands arréts de la jurisprudence clvlle", pag. 4 0 6,10a
edición, Editorial Dalloz, Paris, 1994.
Contrariamente a lo que sucedía en Francia, en Italia la doctrina, la jurisprudencia y
la ley consagraron plenamente el principio “rebus sic stantibus" como es de verse en el
artículo 1467 del Código Civil Italiano que a la letra dice: “En los contratos de ejecución
continuada o periódica o de ejecución diferida, si la prestación de una de las partes hubiera
llegado a ser excesivamente onerosa por acontecimientos extraordinarios e imprevisibles,
la parte que deba tal prestación podrá demandar la resolución del contrato, con los efectos
establecidos en el art. 1458".
La doctrina italiana se remonta a Accursio, a Santo Tomás de Aquino, quien en la
Summa Teológica, Libro II, 2, quaestío 110, n° 3; a Bartolo, a Baldo y, fundamentalmente,
al insigne profesor de Bolonia Giuseppe Osti (1885-1963), quien ha tratado el tema en
"La clausola "rebus sic stantibus" nel suo sviluppo storico" ("Rivista di Diritto Civile", año
1912, 1 y slgs.); Osti: "Appunti per una teoría delta "sopravvenienza". La cosidetta clau
sola "rebus sic stantibus" nel diritto contrattuale odierno" (Ibid., 1913, 471 y siguientes
y 647 y sigs).
La doctrina y la jurisprudencia alemana han consagrado esta doctrina en la teoría de
Oertmann. Según la teoría de Oertmann, que ha inspirado al Tribunal Supremo del Reich,
los contratos obedecen a ciertas circunstancias, en las que se basa la voluntad negocial. A
partir de esta tesis, la doctrina del Tribunal Supremo del Reich ha desarrollado la jurispru
dencia de la que nos ha dado cuenta el profesor Karl Larenz en un hermoso libro: "Base del
Negocio Jurídico y Cumplimiento de los Contratos", Editorial Revista de Derecho Privado,
Madrid, s/f.
Tercero del Registro.- “Es Tercero del Registro el titular de un derecho inscrito con res
pecto a un acto o contrato en el cual no ha sido parte. Es Tercero del Derecho Común el que
LEGALES EDICIONES
no ha inscrito en el Registro de la Propiedad Inmueble". (Edmundo Ubilluz: "El Tercero del
Registro de la Propiedad Inmueble" pag. 5, Lima, 1944).
Tercero del Registro.- "Solo hay Tercero del Registro cuando media inscripción. Pero el
valor de esta es relativo. Su legalidad se funda únicamente en lo que aparece de los títulos
presentados. La inscripción no acredita la propiedad; es tan solo la prueba plena de ella".
(Edmundo Ubilluz: "El Tercero del Registro de la Propiedad Inmueble", pag. 11, ibid).
Tercero.- "Tercero del Contrato, es aquel que no ha sido parte en el acto o contrato;
Tercero del Registro, es aquel que fundamenta su derecho en la inscripción, oponiéndolo a
cualquier otro que no haya inscrito su derecho o ha inscrito con posterioridad. La nulidad
del acto jurídico no queda subsanada por la inscripción. La publicidad que representa la i.
inscripción, no puede liberar al acto jurídico de los defectos o vicios que contiene. Hay dos V
913
J osé A ntonio S ilva V allejo
clases de Terceros del Registro: Tercero favorecido con la inscripción y Tercero perjudicado
con la misma". (Rubén Guevara Manrique: "Derecho Registra!", 2- edición, pag. 39 a 42,
Lima, 1986).
Bloqueo Registral.- "Es una anotación preventiva que se realiza en la partida de ins
cripción de un inmueble con la finalidad de asegurar y garantizar la efectividad de un de
recho reconocido pero todavía no consumado; es una medida precautoria que asegura la
eficacia de un derecho real, que aún no puede ser inscrito en forma definitiva. El bloqueo
no es más que una anotación preventiva instituida a favor de algunas entidades. El bloqueo
es una medida precautoria". (Ibid, pag. 293-294).
"Ubi eadem ratio, eadem iuris dispositio"
"Inclusio unius, exclusio alterius"
"Qui dicit de uno, negat de altero"
"A maiori ad minus"
"Potius dixit quam voluit"
"Cessante ratione legis, cessat et ipsa ¡ex"
"In Claris cessat interpretado"
"Nemo plus iuris ad alium transferre potest quam ipse habet"
"Pendente lite nihil innovetur"
"In appellatione recepta nihil debet innovare judicium"
"Perpetuatio luridisdictionis"
"Pas de nullité sans texte"
",Pas de nullité sans grief"
ejecutado brillantemente por una de las más grandes concertistas de piano de todos los
tiempos, su esposa Clara Wieck de Schumann (1819-1896).
El domingo 10 de octubre del 2010 tuvimos la suerte de escuchar al maestro Oscar
Vadlllo (nacido en Huancayo en 1939 y Director en Munich) dirigiendo a la Orquesta Sinfó
nica Nacional del Perú en la interpretación de la novena sinfonía de Schumann. El segundo
gran compositor a quien deberíamos también haber homenajeado era Fryderyk Francis-
zek Chopin quien nació en Zelazowa Wola, cerca de Varsovia, el 12 de marzo de 1810 y mu
rió en París el 17 de octubre de 1849 en una modesta vivienda en la Plaza de la Vendóme.
La música genial de Chopin es inmortal por sus Conciertos para Piano y Orquesta (núm. 1
en mi menor, Opus 11 y núm. 2 en fa menor, Opus 21), sus famosas Polonesas (como la fa
mosa Polonesa Militar Opus 40 núm. 1 que, desde sus primeros compases, inconfundibles,
914
F ilosofía del D erecho
anuncian el carácter apasionado de una pieza que, se convirtió en el emblema musical deí
nacionalismo polaco frente a la ocupación de la Rusia zarista), como sus cuatro "Scherzos"
(como el notable "Scherzo" núm. 1 en sí menor, Opus 20, que se inicia con un fulgurante
"Presto con fuoco"), como sus "Valses" inmortales, sus "Mazurcas", sus "Fantasías" y "Noc
turnos", sus "Baladas", sus "Preludios", sus "Sonatas" y sus 23 estudios, Opus 25, entre los
que admiro más al número 1 en Do mayor, al número 10 en La mayor y al número 12, el
"célebre estudio revolucionario" en Do mayor, etc. El lunes 14 de Diciembre del 2015, a las
7:30 pm tuve la suerte de escuchar en el concierto de Laureados en el III Concurso Inter
nacional de Piano llevado a cabo en el Gran Teatro Nacional de Lima una selección de los
mejores concertistas de la música de Chopin, escuchando sus Estudios, sus Nocturnos, sus
Baladas, sus Mazurkas y Sonatas que nos deleitaron durante varias horas.
Así, pues, la vivencia estética es el refugio del espíritu, es su proyección sentimental
frente al estrés de la vulgaridad imperante y frente a la agresión de la ignorancia insolente
y de la huachafería circundante.
El término "vivencia" es un vocablo filosófico de inspiración alemana (erlebnis) desa
rrollado por Dilthey para describir un sentimiento explicado por Ortega en contraposición
a erkentniss (conocimiento científico).
Y aún cuando la reflexión sobre el sentimiento estético y sobre la belleza había sido
ya entrevista por Platón en su Diálogo "Hipias Mayor" y en el "Fedón" distinguió entre los
diversos placeres fue, sobre todo, en "El Banquete", en el que se pronunció sobre la belle
za estética; luego, Aristóteles (384 a. C.-322 a. C.) desarrolló una teoría especial del arte
en su Poética;56debiendo añadirse al anónimo autor del tratado Sobre lo sublime6 (escrito
en el año 40 d. C.)78 . Cicerón trató el tema de la obra de arte al hablar "De los Oradores
Ilustres" y al tratar sobre el tema de la elocuencia en defensa de sí misma, especialmente,
sobre "Brutus"5. El concepto de "estética" fue introducido por Gottlieb Baumgarten en un
famoso libro publicado en 1750 (Aesthetica), a partir del cual se ha desarrollado toda una
reflexión sobre la filosofía del arte y de lo bello mediante la cual llegamos a la vivencia
sublime, y nos enfrentamos a la música "pop", o sea, la música ligera y popular, represen
tativa de lo más superficial y hueco, de la sociedad de consumo, en la que, a cualquier cosa
se le llama concierto, en contraposición a la música clásica, cuyos más altos representantes
fueron y siguen siendo la gran música de Mozart, la gran música de Juan Sebastian Bach y
la gran música de Beethoven que representan los más altos valores del espíritu, en tanto
que expresan lo más bello, lo más puro, lo perfecto y lo sublime. Para profundizar, léase
Raymond Bayer: "Historia de la Estética" Editorial Fondo de Cultura Económica, México,
2003.
La música de MOZART nos obsesiona porque no nos atormenta. La música de Mozart
es pura, sublime y armoniosa. En su música hay una paz perfecta y una gran simetría, pero
también hay una profunda energía vital y hay, además, ritmo y alegría. Yo veo en Mozart la
serenidad celestial de los grandes iluminados, cuya alma ha sido descrita genialmente por
Oswaldo Spengler cuando ha hablado del "alma apolínea" en La decadencia de Occidente.
Creo que ha sido WANDA LANDOWSKA (1879-1959), la gran pianista y clavecinista polaca,
L E G A L E S E D IC IO N E S
la más perfecta ejecutante, no solo de "El clave bien temperado de Juan Sebastian Bach
sino, también, del famoso concierto para piano y orquesta n2 20 en Re Menor, K. 466, de
Mozart, cuya Romanza es maravillosa. (K es la letra con la que se designa el catálogo de
5 ARISTÓTELES: Poética. Texto, noticia preliminar, traducción y notas de José Alsina Clota, catedrático
de Griego de la Universidad de Barcelona, Bosch, Casa Editorial, Barcelona, 1977, págs. 208-327.
6 ANÓNIMO: Sobre lo sublime. Texto, noticia preliminar, traducción y notas de José Alsina Clota, catedrá
tico de Griego de la Universidad de Barcelona, Bosch, Casa Editorial, Barcelona, 1977, pág. 19-207.
7 Sobre el problema de las relaciones entre la filosofía griega y el arte véase el notable estudio de DAVID
SOBREVILLA: “Estética de la Antigüedad Occidental”, Editorial Universitaria, Lima, 2010.
8 CICERÓN: “Bruto: De los Oradores Ilustres”, Universidad Nacional Autónoma de México, 2004.
915
J osé A ntonio S ilva V allejo
Kochel. Ritter von Kochel fue un musicólogo austríaco que tuvo el mérito de catalogar to
das las obras de Mozart; de allí la abreviatura de KV o Kóchels Verzelchnls que, en alemán
significa catálogo de Kochel).
¿Cómo debe ser ejecutada la música para alcanzar el don de la perfección Interpre
tativa, como lo fue PAGANINI (1782-1840) con el embrujo hechizante de su personalidad
magnética o PABLO DE SARASATE (1844-1908) ejecutando, él mismo, sus "Aires Gitanos"
o su inmortal "Zapateado" o EUGENIO YSAYE, el gran violinista de Lleja (1858-1931) ejecu
tando la Sonata en Lá Menor de CÉSAR FRANCK o FRITZ KREISLER (1875-1962), otro gran
interprete del esplritualismo, ejecutando sus hermosas composiciones, como su alado
"Liebesleid" o su hermoso "Sebón Rosmarin", etc. o JASCHA HEIFETZ (1901-19087), el ex
traordinario violinista ruso, ejecutando las "Fantasías" de WIENIAWSKI o el "Prestísimo" y
el "Allegro Vivace" del "Vuelo del Moscardón" de Rimsky Korsakov o a PAU CASALS, el gran
violonchelista español (1876-1973), ejecutando "La muerte del cisne" de SAINT SAENS o la
quinta "Suite" de BACH, con la cual nos Introducimos a la música fáustica.
Fáustica es la gran música de CÉSAR FRANCK, el gran organista de la
Catedral de Santa Clotilde, cuya música nos transporta al cielo. César
Franck nació en Lleja, Bélgica, el 10 de diciembre de 1822 y murió en
París el 9 de noviembre de 1890. La vida de Franck fue la de un santo
y su música constituye una exaltación mística muy singular. Por ello
debemos ver en Franck a uno de los más grandes entre los grandes
músicos. Su música de órgano es tan elevada, tan pura, tan grandiosa,
que dícese que un día fue a escucharlo el propio Franz Liszt a Santa
Clotilde, cuando tocaba el órgano en plena Inspiración. Y, tocado en las más profundas
vivencias de su alma, dijo que parecía estar escuchando la gran música de órgano de Juan
Sebastián Bach. César Franck fue un gran profesor en el Conservatorio de París y escribió
geniales composiciones para el órgano y el piano como sus preludios, corales, fugas y tam
bién notables composiciones como "Les Djlnns", "Les Eolides"; su famosa "Sonata en La
Menor" para violín y piano que dedicó a uno de los más grandes violinistas de todos los
tiempos: Eugenio Ysaye, quien la ejecutó precisamente el día de su matrimonio. Acaso la
música que ha generado más controversia es la profunda "Sinfonía en Re Menor" de César
Franck, escrita en 1888 y estrenada por la Orquesta del Conservatorio de París el 17 de
febrero de 1889. Yo personalmente la escuché por primera vez el 12 de febrero de 1950
cuando uno de mis tíos, que era primer violín de nuestra Orquesta Sinfónica Nacional me
llevó a escuchar su estreno en el Perú, bajo la dirección del maestro Theo Buchwald (gran
director nacido en Viena el 27 de septiembre de 1902, muerto en Lima el 7 de septiembre
de 1960).
¡Qué tiempos aquellos! Theo Buchwald supo darle una prestancia y una extraordinaria
musicalidad a nuestra Orquesta Sinfónica, en la que Bronislaw Mitmann era su gran violín
concertino.
Enesos años cincuenta nos visitarongrandes concertistas. Yoescuché
LEG A LES ED IC IO N ES
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F ilosofía del D erecho
9 RONALD TAYLOR: Liszt, págs. 45- 46, Javier Vergara editor, Buenos Aires, 1986.
10 FEDERICO SOPEÑA: Vida y Obra de Franz Liszt, pág. 85, 2“ ed„ Espasa-Calpe Argentina, Buenos Aires,
1955-
11 Ibíd., págs. 87-88
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J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
a cabo en el Concert Hall de Londres: "el Concert Hall estaba repleto de una bulliciosa
y excitada multitud de estudiantes que ocupaban la galería y el espacio reservado a los
profesores... De repente se hizo un profundo silencio. La presencia de Liszt fue recibida
con un entusiasmo recibido no tanto en honor de su nombradla como pianista sino en
reconocimiento de sus méritos como compositor. Su figura pareció dominar a la concu
rrencia. La serena dignidad de Sir George Macfarren y el porte altivo de Albert Randegger
pasaban inadvertidos ante la reputación y apariencia de Liszt, quien a la edad de setenta
y cinco años presentaba todavía un aspecto imponente, real. El concierto dio comienzo
con la marcha 'Goethe' de Liszt, escrita para conmemorar el centenario del nacimiento del
poeta...". "Todos se encontraban ansiosos de oír tocar al célebre pianista. La gente había
pagado precios fabulosos para presenciar el ensayo con la esperanza de escucharlo, pero
habían sufrido un desengaño. Un frenesí terrible se alzó cuando se vio a Liszt ponerse de
pie y caminar hacia los escalones que conducían a la plataforma. Vaciló un instante como
pensando si debía decidirse por hacer un breve saludo de agradecimiento e interpretar
una pieza; con una sensación de gozo de la concurrencia se volvió hacia el piano y se sen
tó ante él. Preludió un momento y comenzó su 'Cantique d'amour'. Para aquellos que lo
habían escuchado en su juventud, no cabía duda de que en su interpretación se percibían
signos de una fuerza que se desvanece. Para la mayoría de los que presenciaban esa ejecu
ción, en cambio, nada de ello trascendía. Para mí, lo que más me emocionó fue la forma en
que graduaba el tono, que iba de un piano suavísimo a un forte avasallador. No hay duda
de que el efecto de esta ejecución fue obtenido, sobre todo, por su personalidad hipnótica
y las leyendas asociadas a su nombre".12
Hablar de Liszt es hablar de los grandes ejecutantes de su música genial. Por ello, per
mítaseme, al evocar a Liszt, la evocación paralela de un gran concertista chileno a quien
tuve la emoción de escuchar en el Teatro Municipal de Lima. Y cito a Mario Pasi en su evo
cación del gran virtuoso del piano, escrita en Amadeus (N2 7, abril de 1993, p. 28): "Con
Arrau, allá arriba, en las más altas esferas del ser. Según el maestro, fallecido a finales del
91, la primera regla para un intérprete era la de conocerse a fondo a sí mismo. Eso bastaba
para comprender la inmensidad de la música y la personalidad de los grandes composito
res".
"Claudio Arrau, chileno, nacido en 1903, muerto en 1991, no solo fue un gran pia
nista; fue un hombre culto, atento a casi todos los campos de las letras y del espíritu. En
su larguísima carrera aplicó el principio de conocimiento en virtud del cual conquistó un
puesto preciso entre los padres del concertismo del novecientos. Un artista de formación
plenamente germánica. Su entrevista para Amadeus, realizada poco antes de su muerte,
es testimonio de su personalidad y una sincera muestra de su vida y de su arte...
- Usted es una gran intérprete de Beethoven y de Liszt. ¿Cuál es su relación con estos
autores, cómo la expresa? Su maestro fue alumno de Liszt, ¿qué peso ha tenido eso en su
formación?
- Desde el tiempo en que era un joven pianista he sentido una especial afinidad con
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12 RALPH HILL: Liszt, págs. 149 -150, Editorial Schapire S.R.L., Buenos Aires, 1965.
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recursos del piano. Más tarde fui capaz de apreciar la nobleza y la poesía de Liszt y de rela
cionar lo mejor de su música, como la Sonata en Si Menor, con lo mejor de Beethoven. Er
su ansia y su búsqueda faustiana tienen ambos una fuerte semejanza... En la expresión de
su música intento dar la plenitud de los dones de imaginación y de genio de los dos. Para
Beethoven es importante recordar todas las luchas heroicas de su vida, y su ascensión final
hacia la trascendencia. La elevación a la sublimidad y los grandiosos dramas de sus sonatas
y sus conciertos son para mí una dedicación total de alma y cuerpo. No es posible no entre
garse totalmente a su música. Hay que sufrir con él, salir victorioso con él y acompañarle
en la ascensión hacia las más altas esferas del ser... Para Liszt es preciso el virtuosismo de
un Dios, pero también la humildad de usarlo sólo para fines musicales y no para ponerse
en evidencia...
- Usted ha sido un niño prodigio. ¿Cómo ha vivido esa experiencia? ¿Sería la misma
hoy, para un niño de cinco años?
- Recuerdo todos mis días de niño prodigio. Recuerdo mi primer recital a los cinco
años, cuando mi hermana mayor, que tenía siete, tenía que estar detrás de mí para impe
dir que me cayese del asiento. Entonces no habían estos taburetes rectangulares de hoy,
sino asientos redondos de los cuales era fácil que se cayese un niño-con los pies suspendi
dos en el aire-, pero yo fui un prodigio afortunado en varios sentidos. En primer lugar, por
mi madre, que fue mi primera maestra, y por Martin Krause, alumno de Liszt, con el que
estudié en Berlín de los diez a los quince años. Krause era todo para mí: padre, profesor,
mentor y amigo. Después de él ya no quise tener ningún otro maestro. Él fue el mejor.
- Usted ganó varios concursos y ha estudiado en Berlín. ¿De qué cultura se siente hijo?
¿Qué ha significado para usted participar en un concurso?
- Pienso que mi formación ha sido germánica desde el principio. A los diez años habla
ba tan bien el alemán como el español. Conocí la literatura alemana desde mis primeros
años: Goethe, Hoffmann, Nietzsche y todos los poetas, y estuve inmerso en la música ale
mana desde el momento en que llegué a Berlín. He visto "Parsifal" a los nueve años: mi
madre y mi tía se durmieron, yo no. Escuché a todos los grandes artistas de aquel tiempo:
cantantes, pianistas, violinistas, violoncelistas, directores. Los que más me impresionaron,
de niño, fueron Lili Lehmann y María Teresa Carreño y, más tarde, Ferrucio Busoni y, des
pués, Furtwaengler. Sin duda, su arte me ha influenciado mucho. Pero, a despecho de
tantas influencias germánicas, he conservado siempre el espíritu de libertad y de indivi
dualismo típicamente latinos y mi innata voluntad de no ceder a conformismos y modas.
La participación en el concurso de Ginebra en 1929 me reportó el primer e importante
reconocimiento internacional después de los debuts en Londres, Berlín, Nueva York y Chi
cago, entre los diecisiete y los veinte años. Fui afortunado al tener en el jurado grandes
pianistas, personalidades como Artur Rubinstein y Viana da Mota.
- ¿Qué relación ha tenido y tiene su interés por el Psicoanálisis con la música y la inter
pretación que hace de los mayores compositores?
- El Psicoanálisis me ha convertido en un artista más conocedor de mis pulsaciones
conscientes e inconcientes, de la vida interior de los compositores que ejecuto y de las LEGALES EDICIONES
fuerzas que han dadn forma a cu cre a tivid a d . C o n ó ce te a ti mismo, esa debería ser la prí
mera regla en la vida de un intérprete. Si te conoces a ti mismo, conseguirás comprender
mejor los sentimientos, la grandeza del arte y entrar en la osiauis de mentes tan complejas
como las de Beethoven, Mozart y Schubert...".
La gran música de JUAN SEBASTIÁN BACH.- Al hablar de la música no puedo dejar
de reflejar mis vivencias al escuchar la gran música de Juan Sebastián Bach, personaje
simbólico del estilo fáustico, cuya música representa la esencia del arte contrapunti'stico,
profundo, religioso y metafísico, a diferencia de lo que es, en esencia, el romanticismo cho-
piniano y el estilo de Tschaikowsky: sentimiento desbordante, exquisitez, lirismo a ultranza
y galanura del estilo.
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y su ternura para con los instrumentos más defectuosos eran tales, que hasta los órganos
parecían amarle y recobrar su juventud bajo sus manos maravillosas, dándole todo lo que
tenían de mejor y de más puro".15
13 ANA M. BACLL La pequeña crónica, pág. i 1 , editora Zíg-Zag, Santiago de Chile, 1944.
14 Ibíd., págs. 12 -13 .
15 Ibíd., pág. 37.
16 Ibíd., pág. 38.
17 Ibíd., pág. 41.
Ibíd., pág. 42.
Ibíd., pág. 58.
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Es una paradoja bibliográfica que los biógrafos de Bach no citen este hermoso libro
que narra con estilo incomparable la vida del organista inmortal. La bibliografía suele em
pezar citando la biografía de Juan Sebastian Bach por Juan Nicolás Forkel, editada por el
Fondo de Cultura Económica en su traducción al español (México, 1950; quinta reimpre
sión de 1988, que es la que tengo a la vista). Léase además el libro de Christoph Wolff Bach,
el músico sabio, t. I: "La juventud creadora" (2002), t. II: "La madurez del genio" (2003).
20
21 Ibíd., págs. 87 in fine y f
22 Ibíd., pág. 129.
23 Ibíd., pág. 130.
921
J osé A ntonio S ilva V allejo
La edición original de Christoph Wolff, en alemán, se publicó en el año 2000, con motivo
de cumplirse los 250 años de la muerte de nuestro gran maestro y músico inmortal. Citaré
entre los grandes estudiosos de la música de Bach al doctor ALBERT SCHWEITZER.
El doctor SCHWEITZER nació en Alsacia el 14 de enero de 1875 y murió en Lambarené
el 4 de setiembre de 1965. Fue un gran organista, pianista, filósofo, teólogo y musicólogo,
pero también un notable médico, Premio Nobel de la Paz en 1952. Sus vivencias en la
interpretación de la música de Juan Sebastián Bach las expuso en un libro famoso, para
luego renunciar a su ambiente cultural y musical, ofrendando su vida a Dios para ejercer
la medicina en el África, en Lambarené. Su libro genial debe leerse como una de las obras
más profundas de la musicología:!. S. Bach. le musicien-poéte (París, 1905).
Otro profundo conocedor de la música de Bach fue SIR DONALD FRANCIS TOVEY,
quien escribió: A companion to the art offugue ofJ. S. Bach (1931) y "The chamber music",
en la Ciclopedic survey of chamber music, de Cobbett (1931); 48 preludes and fugues of
Bach, en dos volúmenes (vol. 1, marzo de 1924; vol. 2, junio de 1924), con digitación por
Haroíd Samuel, para la Associated Board of the Royal Schools of Music.
Léase también a Charles Sanford Terry: Bach: a biography (1930). De este mismo au
tor: The music of Bach: an introduction (1933).
SIR DONALD FRANCIS TOVEY fue un notable compositor, pianista y director inglés,
nacido en Eton el 17 de julio de 1875, muerto en Edimburgo el 10 de julio de 1940. Desde
niño demostró su talento, empezando a componer a los ocho años, y luego inició su carre
ra de concertista de piano. Fue profesor de Música desde 1914 en la Universidad de Edim
burgo. Editó y completó el Arte de la fuga de Juan Sebastián Bach y numerosos estudios
sobre Bach y sobre Beethoven en la Enciclopaedya Britannica. De él dijo Joachim, el no
table violinista, amigo e intérprete de Brahms, que era capaz de discutir de música con el
mismo Brahms, pero no con un joven inglés, Donald Francis Tovey: "He knows too much".
De él escuché, hace años, una profunda composición suya, la cantata "The storm
cloud". Donald Tovey dedicó su concierto para chelo y orquesta al más grande violoncellis
ta de todos los tiempos, quien era un gran ejecutante al chelo de las suites de Bach: PABLO
CASALS, nacido en El Vendrell, una pequeña ciudad de Cataluña, el 29 de diciembre de
1876 y que murió el 22 de octubre de 1973. Pablo Casals dijo de Tovey que fue "uno de los
más grandes músicos de todos los tiempos". Tovey y Casals unieron su devoción por Bach
interpretando sublimemente las suites v los conciertos del inmortal organista de Leipzig.
Tengo a la vista un escrito de Casals sobre Bach, cuya obra, según decía el gran violon
chelista de El Vendrell, podía ser considerada como "el momento más alto y más puro de
la música de todos los tiempos".24
Otro notable violonchelista de nuestros días, el maestro ruso MSTISLAV ROSTROPO-
VICH (nacido en Bakú, Azerbaidjan, el 27 de marzo de 1927; muerto en Moscú el 27 de
abril de 2007), quien fue el gran sucesor de Pau Casals, al absolver una pregunta que le
formulara Angel Sánchez del Palacio en una entrevista publicada por la revista Amadeos
(Ns 4, enero de 1993, pág. 56), dijo lo siguiente: " -Seguramente le habrán preguntado
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mil veces acerca de quién es el mejor músico de la Historia-, Sí, pero es una pregunta que,
afortunadamente no admite una sola respuesta, es imposible decir un solo compositor.
Probablemente el Himalaya es Bach, pero sería muy limitador y muy triste quedarse tan
solo con él".
24 Cfr. JOSEP M. CORREDOR: Casals, pág. íoo, Salvat Editores, Barcelona, 1987.
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El catálogo es un sistema de numeración usado para identificar las obras de Juan Se
bastián Bach.
También existe el catálogo elaborado por Christoff Wolff, de menor difusión.
Por otra parte, yo veo en la música de Beethoven, la consagración del alma fáustica, ts I
como fluye de sus grandes sinfonías, de sus grandes sonatas para piano, como de la "Apas-
sionata", la "Patética", la sonata "a Kreutzer" para violín y piano o de sus grandes obertura ;
como "Leonora", "Egmont" o "Coriolano" o de sus grandes conciertos para violín y piano,
LUDWIG VAN BEETHOVEN fue bautizado el 17 de febrero de 1770. Se
supone que nació unos días antes en Bonn (Alemania), y murió ei 26
de marzo de 1827 en Viena. Su familia era de músicos, pero tuvo una
infancia difícil porque su madre murió cuando él era aún niño y su pa
dre era alcohólico. Fue su maestro Christian Neefe quien lo hizo estu
diar a fondo El clave bien temperado de Juan Sebastián Bach, obra que
llegó a dominar de memoria y que le permitió iniciar su carrera come
virtuoso del piano, despertando gran admiración por sus brillantes in
terpretaciones. Sin embargo, muy pronto empezó a padecer de la sordera, impidiéndole
que triunfara como un virtuoso del piano, lo que lo sumió en una profunda crisis hasta con
ideas de suicidio. Sin embargo, mostró su genialidad, superando a la adversidad e incluso
las torturas físicas causadas por la imposibilidad de escuchar sus propias composiciones
geniales. Su obra representa, pues, el triunfo del espíritu y de la vocación sobre la adversi
dad y el infortunio hasta que todos llegaron a reconocer la gran profundidad de su música
genial.
Las grandes obras de Beethoven empiezan con sus formidables conciertos para piano.
Así, el Concierto N2 1 en Do Mayor, escrito en 1798; el tercer Concierto para piano en Do
Menor, escrito en 1800, en el mismo año en que escribiera las sonatas "Patética" y "Claro
de Luna", en las cuales se revela el gran genio de Beethoven.
Las sonatas y los conciertos para piano constituyeron la expresión más profunda de su
alma, la de un genio que expresaba lo que ninguno de los demás mortales podría expre
sar en muchos años. Así, la Sonata "Appassionata" en Fa Menor. Qp, 57, escrita en 1804.
constituye la expresión más temperamental de su alma v en la que transcribe a la música,
lo que dijera en una carta singular: "La fuerza es la moral de los hombres que se destacan
de los demás: también es la mía".a O como dijo en otra carta: "Nuestro tiempo tiene ne
cesidad de espíritus fuertes que azoten a esas miserables, viles, tacañas, solapadas almas
humanas".2 26
5
El Concierto N2 3 en Do Menor consta de tres movimientos (allegro con brio-largo-
allegro) y las tonalidades se mueven entre el Do Menor y el Mi Bemol Mayor.
El Concierto N2 5 en Mi Bemol Mayor, llamado "el Emperador", es el más popular y
conocido de todos los conciertos de Beethoven, por ser grandioso, heroico, majestuoso e LEGALES EDICIONES
imponente; tanto es así que la designación de "Emperador" con la que se lo designó por
sus auditores contribuyó no poco a su difusión. El primer tiempo, un allegro, comienza con
una brillante cadencia del piano en la que después se cristaliza el primer tema, heroico si
se quiere, en tanto que el segundo tema surge misteriosamente para, luego, desarrollar
con fuerza la cálida melodía en la que se desarrolla magistralmente la fusión del piano y
25 Carta de Beethoven a Zmeskall, hacia i8oo, citada por ROM AIN ROLLAND: Beethoven. Las grandes
épocas creadoras, pág. 17, Librería Hachette, Buenos Aires, 19 51.
26 RO M AIN ROLLAND: Beethoven. Las grandes épocas creadoras, pág. 18, Librería Hachette, Buenos A i
res, 19 51.
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de la orquesta, hasta que nace el gran tema que dominará el resto de la obra, alegre, im
petuoso, decidido y brillante.
El concierto para violín y orquesta en Re Mayor, Op. 61, es una joya única de todos los
tiempos y constituye el ideal más alto del género, por su belleza y por su melodía.
El primer tiempo se inicia con un allegro ma non troppo: cuatro golpes de timbal que
se repiten después de la primera frase del tema, tras las que, al fin, entra el violinista repi
tiendo el primer tema hasta culminar la gran cadencia en la que el solista debe demostrar
su virtuosismo y técnica impecable.
El segundo movimiento -larghetto- es un diálogo entre las cuerdas, que entonan el
canto, y el solista, que teje sus variaciones tras el canto iniciado por las cuerdas y prosegui
do por los cornos y los clarinetes. También una cadencia de virtuosismo por el violín ha de
llevarnos finalmente al tercer movimiento -rondó y allegro-, en el que el conocido tema
que todos silbamos con alegría concluye hasta que toda la orquesta in crescendo remata
con un tortísimo el tema genial de la obra.
"Fidelio", en su primera versión de 1805, estrenada en Viena, y en su versión final de
1814, fue la única ópera en dos actos de un tema que consagra la fidelidad de Leonora
para liberar a su marido Florestán, un defensor de la verdad. La mujer sospecha que ha
sido encarcelado injustamente por su enemigo, hasta que su esfuerzo triunfa. Esta única
obra operística de Beethoven es sublime y constituye una oda a la libertad y al heroísmo.
La música de "Fidelio" en la inspiración de Beethoven dio lugar a la composición de cuatro
oberturas de gran envergadura: tres de Leonora y una de Fidelio para las distintas versio
nes de su ópera. Esta obra pone en evidencia la naturaleza instrumental de la música de
Beethoven. Acaso la génesis de esta obra se remonta a una cantata escrita por el gran
genio de Bonn cuando solo tenía veinte años. La melodía llega a su clímax cuando Leonora
libera de las cadenas a su esposo. Primero suena el oboe, luego la orquesta entona la me
lodía como un himno y, finalmente, se incorpora el coro de los reclusos en el cual toda la
orquesta entona el tema como una obra sinfónica.
La "Quinta Sinfonía". Es la sinfonía del destino, cuyo comienzo es tan famoso que se ha
hecho célebre en todas las épocas y en todos los lugares del mundo:
Goethe, al escuchar este genial comienzo, dijo: "Así llama el destino a la puerta", frase
insuperable con la cual se empezó a designar a esta inmortal como "La sinfonía del des
tino", porque con estas cuatro notas, tres corcheas de Sol y una blanca en Mi Bemol, se
enunció concisamente el toque del destino.
La Quinta Sinfonía de Beethoven es el triunfo del héroe sobre el destino adverso.
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La "Coral" concluye con un himno tan sublime que marca la culminación del gran pen
samiento y sentimiento genial de Beethoven:
La música de JOHANNES BRAHMS.- Las tres B (Bach, Beethoven, Brahms) han consti
tuido siempre la gran trilogía de la música. También Johannes Brahms constituye uno de
los grandes temas de mi predilección en la música. Huraño y solitario como Beethoven
tenía, sin embargo, un alma llena de amor que expresó en su gran música, tan divina y tan
religiosa como la de Juan Sebastián Bach y tan gloriosa como la de Beethoven.
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R O B E R TS C H U M A N N
"Aquel que debía llegar" ocupó en el hogar de los Schumann un lugar preferencial.
Albert Dietrich, uno de los alumnos favoritos de Schumann, que estaba en Düsseldorf en
la casa de los Schumann a la llegada de Brahms, describió así la llegada del joven Brahms:
"Poco después de la llegada de Brahms, en septiembre, Schumann se me acercó y con aire
misterioso me dijo: 'Alguien ha llegado, de quien oiremos algún día toda clase de mara
villas. Se llama Johannes Brahms'. Poco después, al escucharlo tocar sus composiciones,
Schumann se sorprendió de que ninguna de las obras de Brahms hubiera sido publicada
uii.i, Lu ittunu.ntion: cj|jeuaimciiré <a mis euuuies, uiju, y íes esciuio: se na presentado
recientemente un joven que nos ha impresionado hondamente con su música maravillosa.
Estoy convencido de que causará gran sensación en el mundo musical'".29
LEG A LES E D IC IO N E S
27 MADELEINE GOSS & ROBERT HAVEN SCHAUFFLER: Brahms. Un maestro en la música , 2a ed„ pág.
82, Colección Austral, Espasa Calpe Argentina, Buenos Aires, 1947.
28 M ADELEINE GOSS & ROBERT HAVEN SCHAUFFLER: Brahms. Un maestro en la música , 2a ed., pág.
100, Colección Austral, Espasa Calpe Argentina, Buenos Aires, 1947.
29 Ibíd., pág. 83
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preponderante. Clara Wieck y el joven Brahms tocaban juntos a menudo, mientras Robeit
Schumann escuchaba y luego se levantaba para aplaudir a los ejecutantes.30
El mismo Robert Schumann escribió en la Nueva Revista Musical, que él mismo fun
dara en 1834: "Siempre pensé que alguien debería aparecer de súbito destinado a encar
nar idealmente la más alta expresión de la época, alguien que desarrollaría su maestría
surgiendo de improviso y él ha llegado; se llama Johannes Brahms y viene de Hamburgo.,
Ostenta todos los signos que lo proclaman como a uno de los elegidos... En todas las épo
cas ha habido una misteriosa unión de espíritus afines. Estreche aún más el círculo quier
pertenezca a él, para que la verdad en el arte brille con mayor claridad, derramando alegría
y bendiciones a través del mundo".31
El 29 de julio de 1856, Robert Schumann fallecía en el sanatorio mental de Bonn. Su es
posa Clara Wieck, el gran violinista Joachim y Johannes Brahms, a quien el maestro amara
como a un hijo, se encontraban en el mismo edificio, pero nadie acompañó al compositor
en sus últimos momentos.
La música de Brahms es la música pura, a diferencia de la música de Wagner, que es
una música en una forma altamente escénica y dramática.
Brahms compuso un gran número de hermosas canciones que se conocen con el nom
bre de las "Romanzas de Magelone".
Además de sus hermosas canciones, compuso entre 1852 y 1854 tres sonatas para
piano, en Do, en Fa Sostenido Menor y en Fa Menor, aparte de un scherzo en Mi Bemol
Menor para piano, de cuatro baladas para piano, unas variaciones sobre un tema de Schu
mann; sus dos cuartetos para piano, su quinteto en Fa Menor, sus dieciséis Valses para
piano Op. 39; muchas canciones más y más cuartetos para piano, ocho piezas para piano
compuestas entre 1871 y 1879, tríos y motetes.
De su obra sinfónica es preciso escuchar su "Obertura de festival académico", escrita
en Do Menor en 1880, cuando la Universidad de Breslau lo nombró Doctor en Música. El
tema central es original de Brahms, pero otros se inspiran en canciones estudiantiles uni
versitarias en boga en aquella época.
La "Obertura trágica", escrita en Re Menor, nació de su alma melancólica, y ciertamen
te constituye la exposición musical de una tragedia, acaso constituida por su vida solitaria.
Sus cuatro grandes sinfonías constituyen la expresión del sinfonista más grande desde
Beethoven. La Primera Sinfonía, en Do Menor, Op. 68, se empezó a escribir en 1854 y se
estrenó en Mannheim el 7 de noviembre de 1876, dirigida por el mismo Brahms. Más tar
de fue ejecutada y dirigida por el más grande director de orquesta sinfónica de todos los
tiempos: HANS VON BÜLOW (nacido en Dresde el 8 de enero de 1830, muerto en El Cairo
el 12 de febrero de 1894), quien dijo de esta gran sinfonía que, por su profundidad y bri
llantez, podía ser considerada "la décima Sinfonía de Beethoven". Al escucharla sentimos
que, en efecto, aquí se reanuda la lucha contra el destino que representa la Quinta Sinfo
nía de Beethoven y con la cual esta Primera Sinfonía de Brahms tiene de común la misma
tonalidad en Do menor. Primer movimiento: un poco sostenuto; segundo movimiento: an
dante sostenuto; tercer movimiento: un poco allegretto e grazioso; cuarto movimiento: LEG A LES ED ICIO N ES
que termina con un grandioso himno escrito en una luminosa tonalidad en Do Mayor, de
la misma manera que la Quinta Sinfonía de Beethoven también está escrita en Do Mayor y
la Novena se eleva al cielo con el coro de la "Oda a la alegría" de Schiller.
La Segunda Sinfonía en Re Mayor, Op. 73. fue escrita por Brahms entre julio y agosto
de 1877, frente a un lago en el sur de Austria y, acaso por ello, tiene una similitud con la
"Pastoral" de Beethoven en cuanto representa una feliz serenidad que se trasluce en el
30 Ibíd., pág. 84
31 Ibíd., pág. 87
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primer movimiento, en tanto que el segundo tiempo (adagio ma non troppo) reactualiza
ei pesimismo brahmsiano que, luego, se disipa con el allegretto grazioso del tercer movi
miento, El cuarto movimiento es todo un himno a la naturaleza que la hace popular para
todos quienes ia escuchamos. En el Teatro Municipal de Lima la escuchamos en la tempo
rada de 1981, pero la suelo escuchar en casa en un disco del sello Deutsche Grammophon
ejecutado por la Orquesta Filarmónica de Berlín, bajo la dirección de Herbert von Karajan.
He escuchado también a SirThomas Becham dirigiendo a la Orquesta Sinfónica de Londres
interpretando las grandes sinfonías de Brahms.
La Tercera Sinfonía en Fa Mayor, Qp. 90, ha sido llamada "La Heroica de Brahms" por
su estilo y las vivencias que nos desencadenan. Ello se hace evidente desde el comienzo
con el primer tema: ailegro con brío y sobre todo en el tercer compás, con el cual Brahms
entra al tema grandioso y heroico de su genial inspiración, algunos de cuyos temas son
tan conocidos como aquel del tercer movimiento que incluso ha sido popularizado por
Fausto Papetti, un gran saxofonista de ios años sesenta, ejecutando este aire melancólico
y nostálgico de Brahms:
La Cuarta Sinfonía en Mi Menor Menor. Qp. 98. fue escrita por Brahms en 1884 y estre
nada el 25 de octubre de 1885 cuyo primer movimiento -allegro ma non troppo- nos plan
tea un gran tema amplio y profundo que entono a menudo. El tercer movimiento -allegro
giocoso- nos lleva alegremente en medio de los timbales y el triángulo a una fiesta de
carnaval que se transforma en el cuarto movimiento -allegro enérgico e apassionato- en
un tema monumental que constituye el leit motiv de toda la obra.
El Concierto para violín y orquesta en Re Mayor, Qp. 77. ha sido siempre mi eterno
ideal concertístico. He escuchado su ejecución por Jascha Heifetz y la Orquesta Sinfónica
de Boston dirigida por Serge Koussevitzky y, también, he escuchado la grabación de Fritz
Kreislery la Orquesta Filarmónica de Londres, dirigida por John Barbirolli. El Concierto en
Re Mayor está dedicado a Joachim, que era el gran amigo de Brahms y quien lo ejecutó en
Leipzig el día de Año Nuevo de 1879. Desde entonces hasta nuestros días, este gran con
cierto constituye la predilección filarmónica de las grandes partituras sinfónicas. Allegro
ma non troppo y un arpegio sobre el acorde en Re Mayor constituyen el tema principal
del primer tiempo. En vez de hablar del adagio al que se contrae el segundo movimiento,
prefiero hablar del hermoso rondó dei tercer movimiento, cuyo alleggro giocoso ma non
troppo vivace constituye un hermoso tema sobre el que canta el violín:
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El Concierto Nal para piano v orquesta en Re Menor. Qp. 15. fue estrenado en Han-
nover bajo la ejecución del propio Brahms en el piano y con la dirección de Joachim como
director de la orquesta. No fue muy exitoso aquel debut, razón por la cual el autor intro
dujo algunas reformas para hacerlo más sencillo y menos complicado, que es como se ie
conoce actualmente. Lo estoy escuchando en la grabación de Claudio Arrau al piano y ia
Royal Concertgebouw Orchestra bajo la dirección de Bernard Haitink en un CD impreso
por la Philips Classics Productions. Es indiscutible la gran vocación sinfónica de Johanes
Brahms quien, en su concierto Nel para piano se desenvuelve bajo esta inspiración. Desde
§ el comienzo de su primer movimiento, titulado maestoso. Poco piü moderato, los temas se
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suceden en fortísimo (jf) con melodías largas y extensas que se prosiguen hasta el segund 3
movimiento (adagio ) para devenir en un tercer tiempo que es un brillante rondó (allegri
non troppo piü animato) en el que Brahms desarrolla toda su Inigualable maestría.
El Concierto N92 para piano v orquesta en Si Bemol Mayor, Qp. 83. fue compuest 3
veinte años después del Concierto N^l y fue estrenado en Budapest, con Brahms com n
solista, el 9 de noviembre de 1881. Sigue siendo uno de los grandes conciertos de todos los
tiempos y está dividido en cuatro movimientos: 1. Allegro non troppo; 2. Allegro appassic-
nato; 3. Ándante-Piu adagio; 4. Allegretto grazioso-Un poco piü presto.
Quiero destacar la hermosa melodía entonada por el violonchelo en el tercer m o
vimiento (andante), que tiene un lirismo melódico y sentimental. El violonchelo ejecute
una melodía inspirada en una hermosa canción del propio Brahms: "Cada vez más suavt
se torna mi sueño". Luego, la lírica de Brahms recoge otra canción suya: "Nostalgia de I;
muerte". El cuarto movimiento es un retorno a la vida, bajo cuya inspiración se ejecute; ur
rondó bajo ¡a forma de un allegretto grazioso, con el cual concluye jubilosamente la obra.
L.a música sinfónica de Brahms incluye un doble concierto para violín y violonchelc
como solistas y orquesta en La Menor, Op. 110; las "Variaciones sobre un tema de Haycln"
Op. 56, que constituyen un tema religioso, muy solemne y de gran belleza sinfónica; y
sobre todo, el "Réquiem Alemán" para solo de voces, coro y orquesta en siete partes, cuyc
estreno en Lima lo ejecutó la Orquesta Sinfónica Nacional bajo la dirección del maestre
mexicano Luis Herrera de la Fuente en 1967. Recuerdo los compases solemnes, profundos
y vibrantes del Primer movimiento: "Selig sind, dle da Leid tragen, denn sie sollen getros-
tet werden" ("Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados"; Mateo 5,
4). Luego, irrumpe con un fortísimo de todo el coro el segundo movimiento: "Denn alies
Flelsch, es ist wie Gras" ("Porque toda carne es como hierba"; 1 Pedro 1, 24); tercer movi
miento (Barítono y Coro): "Herr, lehre doch mich, dass ein Ende mit mir haben muss und
mein Leben ein Ziel hat und ich davon muss. Siehe, meine Tage sind" ("Señor, enséñame,
pues, que me corresponde un final y a mi vida un resultado"; Salmo 38 (39), 5-8). El credo
de la consolación divina se convierte en un tremendo pleno sinfónlco-coral, en los versícu
los 16-17: "Der Gerechten Seelen sind in Gottes Hand, und keine Qual rühret sie an" ("Las
almas de los justos están en manos de Dios, y ningún tormento puede dañarlas"; Libro de
la Sabiduría 3,1); cuarto movimiento (Coro): "Wie lieblich sind Deine Wohnungen, Herr
Zabaoth" ("¡Cuán amables son Tus moradas, Señor de las esferas celestes!"; Salmo 83 (84),
2,3,5); quinto movimiento (Soprano y Coro). Desde el principio, el canto de la soprano se
va haciendo más amplio, spianato: "\hr habt nun Traurigkeit; aber ich will euch wieder-
sehen, und euer Herz solí sich freuen, und eure Freude solí niemand von euch nehmen"
("Vosotros estáis ahora tristes; pero yo os veré de nuevo, y vuestro corazón volverá a estar
alegre, y nadie podrá quitaros vuestra alegría"; Juan 16, 22); sexto movimiento (Barítono y
Coro): "Denn wir haben hie keine bleibende Statt, sondern die zukünftige suchen wir" ("No
tenemos aquí una morada estable pero buscamos la que ha de venir"; Hebreos 13, 14).
La gran música de Brahms, sublime, profunda, religiosa y, también, sencilla y alegre,
como sus canciones, nos revelan el sentimiento, la vivencia y el pensamiento de una está
LEGALES EDICIONES
tica y de una filosofía extraordinaria a la que es preciso regresar.
929
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
Allí descubrió su auténtica vocación, en la que llegaría a ser uno de los más grandes genios
de la música de todos los tiempos. Gracias al apoyo de Nicolás Rubinstein, hermano de
Antón, obtuvo la cátedra de Armonía en el Conservatorio de Moscú, que se acababa de
fundar, y allí llegó a frecuentar a la élite de compositores rusos conocida con el nombre
de "Grupo de los Cinco", que estuvo integrado por Balakirev (1837-1910), Aleksandr Boro-
din (1833-1887), César Cui (1835-1918), Modest Müsorgski (1839-1881) y Nikolai Rimski-
Kórsakov (1844-1908).
Alguna influencia ejerció el "Grupo de los Cinco" sobre la estética y la música de Ts-
chaikowsky, como se advierte en la sinfonía N^2 titulada "La pequeña Rusia", y también, en
su opera "levgeni Onieguin", op. 24, que es la ópera rusa más interpretada, por la maestría
de la orquesta y las brillantes arias de sus personajes, que son Tabana y Olga (soprano y
contralto), levgeni Onieguin (barítono), su amigo el poeta Lenski (tenor), el príncipe Gre-
min (bajo), Saretski (bajo), Triquet (tenor), Larina (mezzosoprano), quienes cantan hermo
sas melodías sentimentales, con una instrumentación brillante que ejecuta valses román
ticos y aladas polkas, como las que la orquesta interpreta en la residencia de campo de
Larina al celebrar con un baile el cumpleaños de Tatiana y en la que se nos revela la música
genial de Tschaikowsky, que adoptó como fuente para esta ópera una novela del poeta
ruso Aleksandr Pushkin (1799-1837). He aquí la célebre Polonesa de levgeni Onieguin:
LEG A LES ED ICIO N ES
930
F il o s o f ía d e l D erech o
Pushkin también lo inspiró para la composición de su ópera en tres actos "La Dama de
Pique" aunque el libreto, bajo la inspiración de Pushkin, lo desarrolló Modest Tschaikows-
ky, hermano del compositor.
La influencia nacionalista de los cinco rusos se evidenció, además, en "El Voivoda", de
1 8 6 8 ; "El Opritchnik", de 1 8 7 4 ; "Vákula el Herrero", de 1876; "Mazzeppa", de 1884, que
relata la epopeya de un célebre caudillo de los cosacos de Ucrania condenado a ser ama
rrado desnudo a un caballo que cabalgaría sin fin hasta su muerte por las infinitas estepas
ucranianas. LEGALES EDICIONES
En "La reina de espadas", llamada también "La dama de pique", se condena la pasión
por el juego con un refinamiento musical extraordinario, en cuyo lirismo y sentimentalismo
desbordan la fantasía y la hondura psicológica; como también en su famosa obertura titu
lada "1812", poema sinfónico en el cual se advierte el contraste de la caballería francesa,
simbolizada por los aires marciales de la "Marsellesa". Luego, se da el contraste depresivo
de la noche y la declinación de los aires marciales del célebre himno francés para, luego,
escuchar, entre el retumbar de los cañones, la fusilería, los redoblantes y las campanadas
gloriosas, el victorioso Himno del Zar, con el cual concluye este célebre poema sinfónico
que gráfica musicalmente la invasión napoleónica y su derrota catastrófica a las puertas
de Moscú en 1812, con el que la orquesta describe magistralmente el choque de los dos
931
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
ejércitos simbolizados magistralmente por sus leit motivs musicales: la "Marsellesa", vic
toriosa al principio y que sucumbe, finalmente, bajo el majestuoso repicar de las gloriosas
campanadas del Himno del Zar.
Pero, definitivamente, el estilo de Tschaikowsky estuvo marcadamente influenciado
por la gran música europea, especialmente en el contrapunto y en el vals que, acaso, cons
tituye uno de los estilos más brillantes en la composición de nuestro autor.
En mi opinión, Tschaikowsky ha sido el más notable compositor de valses, los que aflo
ran raudamente hasta en sus sinfonías, como sucede en ese párrafo hermoso del tercer
movimiento de la Quinta Sinfonía en Mi Menor, op. 64, tercer movimiento, que es todo
un vals brillante, claro y alegre, en La Mayor; y este ritmo de vals brillante no suele ser
interpretado cabalmente por los directores de orquesta que ejecutan la Quinta Sinfonía de
Tschaikowsky. Yo tuve la suerte excepcional de escuchar personalmente cómo el maestro
Theo Buchwald, al dirigir los ensayos de nuestra Orquesta Sinfónica Nacional en el Teatro
Municipal de Lima incidía, una y otra vez, en acentuar el compás de tres por cuatro en la
tonalidad de La Mayor y con el aire de dolce con grazia, como se lee en la partitura del
violín primero y que pude leer porque mi tío era violín primero en esos tiempos (1953) y
me llevaba a los ensayos de la sinfónica, que ahora evoco, cuando se ejecutó en Lima esta
extraordinaria sinfonía de Tschaikowsky. El vals aflora, pues, raudamente en las grandes
obras de este compositor genial y constituye una de las producciones más notables en sus
conocidísimos ballets, como "El lago de los cisnes", "La bella durmiente", "Cascanueces",
y en su opera "levgeni Onieguin", en la cual hay que escuchar también, recuérdese, su
famosa polka, tan conocida y tan bailable.
Gracias al apoyo y al amor platónico de una admiradora suya, Nadieshda von Meck,
que era una viuda millonaria, pudo viajar a Europa, en donde llegó a tratar y a escuchar
a Wagner y a Franz Liszt, cuya influencia se evidencia en sus conciertos de piano, con res
pecto ai gran compositor húngaro y la desinteresada protección que concedió a todos sus
amigos. Weimar, se ha dicho, señala una fecha y un capítulo en la historia de la música. Es
la irradiación de su obra artística y de su legendaria personalidad la que confiere a Liszt
un puesto prominente en la historia de la música. "La universalidad y la generosidad de
su genio hacían que se interesara por todas las creaciones y todas las manifestaciones
musicales de su época".32 La influencia de Wagner es la que ejerció un gran maestro sobre
todos los que tuvieron la suerte de oírlo y de tratarlo, como se evidencia, sobre todo, en
la maravillosa música de "Lohengrin", "Tannhauser" y "Parsifal", con su profunda mística
teológica y su doctrina filosófica, que técnicamente se manifiesta en la predominancia de
las cuerdas y de los metales; así, el hechizo embrujado de las cuerdas ejerce su hipnótica
influencia en "Romeo y Julieta", en "Francesca da Rimini" y, sobretodo, en "El lago de los
cisnes", en sus maravillosos valses y en sus hermosos pero difíciles, Pas de deux du cygne
noir, Pas des trois, Pas des quatre, Pas d'action, Pas de six, así como en la exuberante "Po
lonesa", ejecutada por todos los danzantes en la célebre Danse des coupes, que ejecutan
con una copa de vino en la mano, según la brillante coreografía realizada por LEV IVÁNO-
VICH IVANOV (Moscú, 18 de febrero de 1834-San Petersburgo, 11 de diciembre de 1901),
LEGALES EDICIONES
bailarín y coreógrafo ruso, creador, entre otras coreografías, de los actos blancos del ballet
"El lago de los cisnes"; y MARIUS PETIPA (1822-1910), el célebre maestro francés del Ballet
Imperial de San Petersburgo entre 1870 y 1903, cuya escuela fue desenvuelta por SERGEI
DIAGHILEV (1872-1929) y MIJAIL MIJÁILOVICH FOKIN (1880-1942).
"Romeo y Julieta". Obertura Fantasía
Fue escrita en 1869 y estrenada en 1870 bajo la dirección de Nicolai Rubinstein. Empe
ro, este poema sinfónico fue objeto de varias revisiones por el mismo Tschaikowsky, quien
i 32 JOSEP M. CORREDOR: Casals, pág. 108, Biblioteca Salvat de grandes biografías. Salvat Editores, Barce
lona, 1987.
932
F il o s o f ía d e l D erech o
"Francesca da Rimini". La música trágica de esta gran obra maestra, que es otro no
table poema sinfónico de Tschaikowsky, fue compuesta entre el 17 de octubre y el 17 de
noviembre de 1876 y se estrenó el 9 de mayo de 1877 en Moscú, bajo la dirección de
Nicolai Rubinstein.
Este gran poema sinfónico del genial compositor ruso es una fantasía orquestal que se
inspira en un personaje legendario de la Edad Media italiana, Francesca da Rimini, asesina
da en un crimen pasional con su amante, Pablo Malatesta da Rimini, en 1285; cuya leyenda
inspiró también las ilustraciones de Gustavo Doré, el gran dibujante francés que ilustró las
páginas de Don Quijote de la Mancha y de la obra cumbre del Renacimiento italiano; que
constituye uno de los personajes que inspiraron el canto quinto de la Divina Comedia, en el
que Dante Alighieri, en su inmortal poema, canta el tormento de los lujuriosos, cuya pena
consiste en hallarse eternamente expuestos a horribles huracanes, en medio del espacio
borrascoso y lóbrego. Entre los que allí padecen, reconoce a Francesca da Rimini, quien le
refiere la trágica historia de sus desventurados amores:
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Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
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F il o s o f ía d e l D erech o
1 vA - TJ—
rrrr v r........—i
-A ......... ______________ —......- .—
...
Prosigue el autoanálisis de Tschaikowsky en su carta a Nadieshda von Meck:
"Desesperación y tristeza se afinan cada vez más, las torturas aumentan. ¿No sería
mejor abandonarse a los sueños renunciando por completo a la realidad?"
Dice Tschaikowsky:
"¡Oh, qué alegría! Despertase un sueño dulce y cariñoso. Una visión luminosa y feliz
aparece y nos llama hacia la lejanía:"
935
Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
"Y así, dice Tschaikowsky, toda nuestra vida es un cambio interminable de sombría
realidad y sueños fugaces. No hay puerto seguro: las olas juegan contigo hasta que el mar
te envuelve y hunde en sus profundidades. Este sería, más o menos, el programa del pri
mer tiempo. "El segundo tiempo expresa otra etapa de la melancolía. Aquella sensación
de tristeza que nos invade de noche cuando estamos solo, cansados de la labor diaria y
dejando caer un libro de nuestras manos. Los recuerdos acuden de todas partes. Dulces
los que evocan la juventud y tristes si pensamos en lo que se fue para siempre. Lamen
tamos lo pasado, pero ya no tenemos ni valor ni deseo de comenzar de nuevo; fia vida
nos ha molido demasiado atrás! Mucho es lo que recordamos: horas alegres cuando la
sangre era joven y ardiente y hallo sus satisfacciones en la vida. Horas graves, pérdidas
irreparables. ¡Cuán lejos está todo! ¡Qué doloroso y al mismo tiempo, qué dulce es soñar
con los tiempos idos!".
"El tercer tiempo no expresa sensaciones determinadas. Solo se trata de imágenes ca
prichosas, de figuras vagas, de apariciones fugaces que pasan por nuestra fantasía después
de tomar un vaso de vino y como si nos sintiéramos ligeramente bebidos. El corazón no
está ni triste ni alegre. No pensamos en nada concreto, dejamos correr la imaginación, y
esta se place en mostrarnos dibujos extraños. Entre ellos quizá un cuadro olvidado mucho
ha, de campesinos borrachos. Oímos una melodía vulgar; a lo lejos parecen marchar solda
dos en la noche. Trozos rotos e incoherentes vagan por nuestra mente como suele ocurrir
antes de dormir. Nada tienen que ver con la realidad; son raros, abruptos, despedazados".
"¡El cuarto tiempo! ¡Si en ti mismo no encuentras motivos para la alegría, búscalos en
los demás! ¡Mézclate con el pueblo! Mira cómo se divierte y se entrega sinceramente a la
diversión. Estamos en una fiesta popular, en un día feriado. Pero apenas empiezas a olvidar
tus cuitas al contemplar las alegrías ajenas, ya vuelve el destino inexorable y se hace recor
dar. Los demás no se ocupan de ti. Ni siquiera te miran, no reparan en que tú eres solitario
y triste. ¡Ay, qué felices son! ¡Qué dichosos son porque sus sentimientos son simples y ellos
mismos, sencillos! ¡Conócete a ti mismo, no digas que todo es tristeza en el mundo! Hay
alegrías primitivas, pero hondamente sentidas. ¡Vive!"
"Esto es, querida amiga, todo lo que puedo decirle sobre nuestra sinfonía. Desde luego
es muy poco claro y, además, incompleto. Pero la esencia de la música instrumental consis
te precisamente en que no se deja analizar ni explicar...".
En un postscriptum agrega Tschaikowsky: "Antes de remitirle esta carta, acabo de re
leerla y me siento desesperado por la inexactitud y la poca claridad del programa que le
envío. Por primera vez en mi vida he buscado cómo explicar, mediante palabras, pensa
mientos e imágenes musicales. No lo he logrado. En el invierno pasado, cuando nació esta
sinfonía, sufrí en aquel entonces, pero nada más que un reflejo. ¿Cómo podría explicarla
con palabras claras y precisas? No lo sé y no sabría hacerlo. Además, mucho ya lo olvidé. Lo
que quedó no es más que un recuerdo de las pasiones y del terror que pasé..."
Así, pues, nos hemos introducido a lo más profundo del sentimiento patético y exis-
tencial de este gran genio, a quien tanto admiro: Tschaikowsky.
LEGALES EDICIONES
33 KURT PAHLEN: La música sinfónica, pág. 553, Emecé Editores, Buenos Aires, 1963.
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F il o s o f ía d e l D erech o
Al que sigue un allegro con anima; luego, un poco meno animato; luego, un pochettino
piü animato; luego, un molto piü tranquillo; luego, un strlngendo...
El tercer movimiento es un vals. Parece ser una necesidad ineludible del carácter de
Tschaikowsky interrumpir la trágica marcha de sus melodías con el movimiento alado, livia
no y amable del tres por cuatro, cuyo tema principal lo desarrollan los violines primeros.
La segunda sección del vals la desarrollan el oboe y el fagot, después el clarinete; tema
principal que se repite por el clarinete y el fagot; después viene un trío: brillantes dibujos
de escalas, spiccato assai, violines primeros y después violas; repetición del vals por el
oboe, mientras las cuerdas continúan las escalas del trío; y, siempre, la repetición del tema
principal:
Valse
Allegro moderato( = J 138)
/ ají á
.-^r~
rfolce con grazt'a1*
La última sección del vals y la coda conclusiva son desarrolladas por los violines y final
mente la reaparición del motto, con el clarinete y el fagot.
El cuarto movimiento es un andante maestoso y un allegro vivace, cuyo tema se inicia
con un aire marziale, enérgico con tutta forza ejecutado por las trompetas:
LEGALES EDICIONES
Sexta Sinfonía, en Si Menor. Oo. 74.
Es la Sinfonía "Patética" de Tschaikowsky, estrenada bajo la dirección del mismo genial
compositor el 28 de octubre de 1893 en San Petersburgo, dos días antes de tomar un vaso
de agua sin hervir del río Neva, no obstante la grave epidemia de cólera que infestaba la
ciudad. Este hecho ha motivado infinidad de chismes, habladurías y hasta difamaciones
en agravio del genial compositor. No cabe duda de que la maldad y la protervia satánica
es infinita, sobre todo cuando se trata de ensombrecer la vida de un hombre superior.
Tschaikowsky era un hombre tímido; era, si se quiere, todo lo contrario a un "mujeriego",
hasta un ginecófobo, pero no afeminado ni homosexual; ello no está probado y, eventual-
937
J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
mente, es un caso de murmuración entre los que gustan de las habladurías y no juzgan con
sujeción a la verdad y a lo valioso. Por esto está escrito: "No juzguéis y no seréis juzgados"
(Mateo 7,1-5; Romanos 2,1-5). Lo cierto es que, al cabo de una semana de beber un vaso
de agua sin hervir del río Neva, Tschaikowsky murió presa del cólera, en San Petersburgo.
Murió o lo asesinaron, no se sabe, pero su música lo hizo un inmortal. Así que, "¿Dónde
está, oh, muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh, muerte, tu aguijón?" (1 Corintios 15, 55).
La Sexta Sinfonía de Tschaikowsky es, como toda su música, una música inmortal, la
música de un genio. Lo demás es murmuración y obra del diablo. La Sexta Sinfonía es pro
ducto de la soledad, del sufrimiento sin consuelo, de una infinita pena, grave y lúgubre.
Por eso, su hermano la llamó "Patética" y también nosotros la interpretamos como una
sinfonía lúgubre que se evidencia desde el primer compás con los violines:
El sombrío tema se proyecta aun después en el allegro siguiente con el nuevo tema:
Y la obsesión perdura en el andante en el que los violines entonan una hermosa me
lodía:
Con el allegro vivace estalla finalmente el tema con el que las trompetas vibran en su
contrapunto con los trombones y las cuerdas enfortísimo tutti y luego vuelve la melodía
celestial con la que Tschaikowsky pasa a la inmortalidad:
LEGALES EDICIONES
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F il o s o f ía d e l D erech o
El Primer Concierto para piano y orquesta, en Si Bemol Menor, Qp. 23. Este famosc
concierto fue estrenado por Hans von Bülow, el célebre director de orquesta alemán, el 25
de octubre de 1875, en Boston. Sus temas han devenido tan populares y conocidos que
todos los silbamos o tarareamos después de haberlos visto u oído en célebres películas
como "Leven Anclas" y tantas otras:
T ü H an s v o n B u c lo w
C O N C E R T O N o . l
LEGALES EDICIONES
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J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
El tercer movimiento de este gran Concierto Nal para piano y orquesta se desarrolla
con un genial allegro confuoco en el compás de tres por cuatro con cinco bemoles y en el
LEGALES EDICIONES que se canta este hermosísimo tema:
940
F ilosofía del D erecho
El segundo tema constituye otro aire con una melodía sentimental, nostálgica y me
lancólica, tan propia de Tschaikowsky:
LEGALES EDICIONES
El segundo movimiento es un andante, titulado "Canzonetta", cuya melodía principal
es como un lied, una pequeña canción:
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J osé A n t o n io S ilva V a l l e jo
hiLUbUMM U tL utrxtc/í . ^ / P 60
instrumentó su alumno Tanelev. Todas estas obras, aunque poco conocidas, son brillantes,
son obras geniales de uno de los más grandes genios de la música de todos los tiempos.
He aquí, pues, la reseña de la gran música de Tschaikowsky, música
genial, escrita por un genio de la música. Lo demás está en su biografía
y algunos, no todos, felizmente, se han esmerado en envenenar, como
las serpientes del mal, su ponzoña sobre la vida del gran compositor
ruso, inventando, distorsionando, malmformando sobre la vida ínti
ma de aquel hombre genial... Que era, dicen, homosexual... y que lo
condenaron como tai... No nos dejemos influenciar por estos chismes
satánicos, si su música es perfecta, es profundamente genial, como
celestial es la gran música de Juan Sebastián Bach, como fáustico es el divino misticismo
de Lohengrin, de Tannhausery Parsifal que nos elevan al cielo y a la eternidad, con la gran
música de Wagner, en la evocación del Santo Grial de la leyenda y con el reino mágico de
Klingsor; o bien con La cabalgata de las Walquirias, con el amor eterno de Trístan e Isolda
o con El Crepúsculo de los Dioses en la Tetralogía de los Nibelungos.
NICOLAI RIMSKI-KORSAKOV
Marino y compositor ruso nació el 18 de marzo de 1844 en Tijvin, No-
vgorod, y murió a los 64 años en San Petersburgo el 21 de junio de
1908.
Soy un profundo admirador de la música del gran maestro ruso, al ha
ber escuchado "Sadko", "La fábula de Zar Saltan" y, sobre todo, "La
leyenda de la invisible ciudad de Kitezh", "El gallo de oro" y "Schehe-
rezade".
Toda la música de Rimski-Korsakov debería escucharse todos los días, lo que es un
imposible en un país como este que no sabe apreciar la buena música.
"Sadko"
Es una de las primeras obras compuestas por Rimski-Korsakov. La escribió en 1867, la
revisó en 1869 y de nuevo en 1891, lo que demuestra que se ocupó durante mucho tiempo
del tema.
"Sadko" está lleno de seres fantásticos y paisajes mágicos. La música y sus personajes
fueron compuestos por Rimski-Korsakov en medio de sus largos viajes por el mundo y de
su permanencia en tierras extrañas.
LEGALES EDICIONES
Se trata de una ópera romántica inspirada en la leyenda histórica de Sadko, así como
en el cuento del rey del mar y de la sabia Vassilissa. Sadko es un antiguo trovador ruso,
quien sale a recorrer el mundo, poseído por un irrefrenable anhelo de aventuras, después
de decepcionarse del ambiente que lo rodeaba en Novgorod.
La época en la que esta ópera se sitúa es entre los siglos XI y XII y se traslada a un tiem
po mágico en el que el rey de los mares y su bellísima hija, la ninfa Volcova, le muestran a
Sadko los tesoros de los océanos para que sus sueños se hagan realidad. Cuando prepara
una flota con el oro del mar, pide a tres comerciantes que le describan las bellezas de sus
respectivos países: un normando le describe las costas del Norte y su fiero mar siempre
embravecido; un Indio canta una hermosa melodía, que a todos nos ha embrujado y que
f se ha hecho mundialmente célebre con el título francés de "Chanson hlndoue" y que des-
942
F il o s o f ía d e l D erech o
cribe las riquezas de su patria y, por último, un veneciano entona la dulce barcarola vene
ciana que la gran música de Rimsky-Korsakov entona con maestría Inigualable.
En uno de sus viajes a Novgorod, las naves de Sadko se detienen, sorprendidas por una
calma chicha que las inmoviliza sin que el viento asome. Bajo el conjuro al dios del mar,
Sadko recuerda la noche lejana en que él y Volcova se juraron amor eterno.
Al son de su gusli, la lira encantada que lo inspira, Sadko se hunde en el mar tocando
su instrumento para que todos bailen y, bajo el son frenético del gusli, el baile se hace
cada vez más rápido hasta que, de súbito, se detiene todo, bajo la aparición de un anciano
sacerdote que detiene la fiesta y que anuncia el fin del reino subterráneo y el regreso de
Sadko a Novgorod, al lado de Volcova, su mujer.
El estreno de "Sadko" se realizó en Moscú el 7 de enero de 1898 y constituyó todo un
triunfo para Rimski-Korsakov.
He aquí la partitura de la célebre "Chanson hlndoue":
LEGALES EDICIONES
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LEGALES EDICIONES
Es una ópera en cuatro actos que nos describe un reino fantástico y una isla fantástica
en una época mágica. La música consiste en una serie de temas melódicos que se han he
cho mundialmente famosos, como aquel prestíssimo y allegro vivace titulado "El vuelo del
moscardón", que es una pieza de violín para ejecución de alta técnica, digitación perfecta
y entonación de pureza absoluta para todas las posiciones del violín. Lo digo con conoci
miento de causa, porque yo solía ejecutar esta pieza; pero, quien ha sido ei gran maestro
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F il o s o f ía d e l D erech o
"Scheherezade"
Es una hermosa suite sinfónica en cuatro movimientos, en los que sobresalen las cuer
das y la flauta pero, entre los que descuellan por sobre todos son el violín y el arpa, desde
el primer acto titulado "El mar y el barco de Simbad el marino": "Mi plan para Shehere-
zade -dice Rimski Korsakov- eran episodios y escenas de Las mil y una noches, aislados,
dispuestos en cuatro tiempos de una suite; el mar y la barca de Simbad; el fantástico relato
del príncipe Kalender; el príncipe y la princesa; fiesta en Bagdad y el buque que se estrella
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Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
contra las rocas... En vano buscaréis en mi suite leit motivs asociados con las ideas poéti
cas...".
SCHEHEREZADE
SYMPHONIC SUITE
Segundo acto: "La historia del príncipe Kalender", en el cual hay que subrayar el tema
del sultán Shahriar:
Ardaiilfo.. >J ~ A,
LEGALES EDICIONES
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Cuarto acto: "Festival en Bagdad. El mar", que se inicia con el tema del sultán Shahriar
en contrapunto con los brillantes arpegios del violín, cuyos temas sobresalen en la brillante
ejecución del violín-concertino con que culmina esta brillante suite sinfónica:
LEGALES EDICIONES
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Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
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LA VIVENCIA ESTÉTICA EN LA ÓPERA. LA MÚSICA DE VERDI: "RIGOLETTO ’
Y SUS GRANDES ARIAS: "CARO NOME", "QUESTO O QUELLA", "LA DONNA I
MOBILE", "LA TRAVIATA": "EL BRINDIS DE ALFREDO A VIOLETTA", ETC. LA GRAIV
M ÚSICA DE WAGNER: "LOHENGRIN", "TANNHÁUSER", "PARSIFAL", "EL BARCC
FANTASMA", "TRISTAN E ISOLDA", "LA TETRALOGÍA DE LOS NIBELUNGOS"
LA INTERPRETACIÓN MUSICAL EN LOS GRANDES DIRECTORES DE ORQUESTA
VON KARAJAN, FURTWÁNGLER, ARTHUR NIKISCH, HANS VON BÜLOW, ERNS1
ANSERMET, ETC.
M
No es posible tratar de la música sin hablar de los grandes tenores de
0 I
todos los tiempos, como lo fueron Enrico Caruso y, en nuestros días,
I
LUCIANO PAVAROTTI, quien murió el miércoles 5 de setiembre de
H
2007, a los 71 años, en Módena. Lo recuerdo y lo evoco escuchando
■
sus grandes interpretaciones como la del Duque de Mantua en "Rigo-
|
letto", como la del brindis de Alfredo en "La Traviata", como la de Tonio
'J
en "La figlia del Regimentó" de Donizetti y en las hermosas canciones
italianas como "O solé mió", "Torna a Sorrento", "Marechiaro", etc. Ha
blar de la música y de la ópera italiana es hablar del dolce stil nuovo y del alma apolínea
en contraposición a la música y a la ópera alemana que es, en lo fundamental, hablar de
Wagner, en cuya música veo la encarnación del alma fáustica, en contraposición al estilo
italiano representado fundamentalmente por la gran música de Verdi, cuya vivencia musi
cal la siento expresada en aquella arla luminosa de "Nabucco”: "Va pensiero...".
pm -sk> - n>, Uilí'a - ¡i ció - m - te; Va, ti pfjTTsa sai d i - vi, siú coi U, O ve o -
LEGALES EDICIONES
GIUSEPPE VERDI nació el 9 de octubre de 1813 en Le Roncóle, en Bus-
Ü T^ ÉÍII seto (Parma' Italia), y murió el 21 de enero de 1901 en Milán. Su for-
j
mación se la debe al director de orquesta Vincenzo Lavigna. En 1835
compuso su primera ópera, de la que no hay mayores noticias, salvo
que en 1839 se estrenó en la Scala, el gran Teatro de Milán, su ópera
"Liberto". En 1841 compuso su gran obra "Nabucco", ópera en cuatro
actos cuyo argumento se inspira en Nabucodonosor, Rey de Babilonia,
y de cómo Jehová, el dios de los hebreos, se impone sobre la imagen
de Baal, el dios de los babilonios. El triunfo del bien sobre el mal y de la liberación de los
judíos sobre la esclavitud y las intrigas. El trasfondo ideológico en el que se inspira el gran
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J o sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
JOSÉ CARLO S M ARIATEGUI: El alma matinal y otras estaciones del hombre de hoy, pág. 133, Empresa
I Editora Amauta, Lima, 1985.
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F ilosofía del D erecho
Otra aria famosísima es "Questa o quella", que es el aria del duque de Mantua en el
acto primero:
2?, Añadeí duque(acto!j
Otra aria que ha devenido popularísima y que todo el mundo canta es "La donna e
mobile", cantada por el duque en el acto tercero:
Cor-ti-gM-n¡, vil rm-zu dan-m -ta, per quul prezzo ven-de*tteU mto be-m?
Y el gran dúo final de Gilda y Rigoletto:
25, Otio final (Gilda - Rigoletto)
Toda la música y la letra, todas las arias de "La Traviata" son conocidísimas. No las
transcribo más para no devenir en libretista de la gran música de Verdi.
Pero sí me permito, para terminar esta sinopsis, recordar las grandes óperas, aparte de
las ya transcritas, del gran compositor de Le Roncóle: "I due Foscari" (1844); "II Trovatore"
(1853); "Las vísperas sicilianas" (1855); "Un bailo in maschera" (Un baile de máscaras)
(1859); "La forza del destino" (La fuerza del destino) (1862); "Aída" (1871); "Otelo" (1887);
"Falstaff" (1893); "Misa de Réquiem" (1874), etc.
RICARDO WAGNER nació en Leipzig el 22 de mayo de 1813 y murió en Venecia el 13
de febrero de 1883. I
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J osé A ntonio S ilva V allejo
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F ilosofía del D erecho
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AdAffW,
LEGALES EDICIONES
He expuesto así, algunas de mis propias vivencias musicales, que vuelvo a recordar,
en sede hermenéutica, acaso más intensamente, cuando siento, una y otra vez, la ma
gia de la música en las grabaciones inmortales de VON KARAJAN (1908-1989), uno de
los más grandes directores de orquesta del siglo XX, junto a FURTWÁNGLER (1886-1954),
ARTHUR NIKISCH (1855-1922) y RICHARD STRAUSS (nacido en Münich el 11 de junio de
1864, muerto el 8 de Setiembre en Garmisch de 1949) que han sido los más grandes d¡-
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J o s é A n t o n io S il v a V a l l e jo
No puedo dejar de evocar a HANS VON BÜLOW (1830-1894), el más grande director
del siglo XIX, gran conductor y admirador de Wagner y, luego, de la gran música sinfónica
de BRAHMS, cuando su esposa, Cósima Liszt, hija del genial pianista y compositor húngaro,
se fuera hechizada, embrujada, bajo el conjuro de la magia del célebre autor de "Tristán e
Isolda", "Los maestros cantores de Nüremberg", la "Tetralogía de los nibelungos", "Lohen-
grin", "Tannhauser", "Parsifal", etc.
No puedo dejar de mencionar entre los grandes directores a ERNST ANSERMET (1883-
1969), otro de los grandes, conduciendo a la orquesta de la Suisse Romande, que estuvo
a su cargo hasta 1966 y que resumió sus concepciones musicales en un trabajo titulado
Fundamentos de la música en la conciencia humana, escrito en 1963.
Entre los grandes Directores ingleses cito a SIR THOMAS BEECHAM (1879-1961), fun
dador de la Orquesta Filarmónica de Londres, de quien admiro su brillante grabación de la
1- Sinfonía de Brahms; a SIR MALCOLM SARGENT (1895-1967), quien fue un gran director
de la Royal Philharmonic Orchestra, de la Orquesta Sinfónica de la BBC, de la Hudders-
field Choral Society, con la que realizó una formidable versión del "Mesías" de Hándel que
siempre escucho, así como de sus grabaciones de TSCHAIKOWSKY, especialmente, sus
LEG A LES EDICIO N ES
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F il o s o f ía d e l D e r e c h o
poses y las actitudes insoportables de las divas, cuando se creían únicas e insustituible:.
Cuenta RODOLFO BARBACCi en su libro 1 550 anécdotas musicales, que "Dirigía Toscanir i
una temporada de ópera en New York y en ella actuaba una soprano que estaba un poco
'mareada' por el favor que le concedía el público. Creía ella que Toscanini, en vista de este,
debía tenerle consideraciones especiales. En un ensayo, ella se permitió algunas libertades
en el tiempo y en el ritmo. Toscanini la empujaba con la voz y el gesto hacia el tiempo quu
él deseaba dar a la obra. Después de algunos momentos de este antagonismo, la cantante
explota y exclama: '¡Maestro! ¡Usted debe dirigir como yo canto, yo soy una estrella!.
Toscanini interrumpe el ensayo y, en el silencio general, dice secamente: 'Señorita, las
estrellas están en el cielo. Aquí no hay más que artistas, buenos o malos, y usted no es de
las buenas', y volviéndose hacia el empresario, que entraba por la platea, exclama: 'Que
hagan venir otra soprano', y ella quedó despedida".2
Cuenta Rodolfo Barbacci en otra de sus anécdotas, la 1345, que: "Cuando Toscanin
inició la triunfal gira de conciertos que con la Orquesta Filarmónica de New York realizc
en Europa, la primera ciudad donde actuaron fue París, y en el primer programa figurabí
el 'Bolero de Ravel'. Esta obra ya la había dirigido en los EEUU y el autor había sabido que
no acató el 'tiempo' que él había indicado. Toscanini la dirigía mucho más rápido. Sabidc
es que Toscanini siempre ha agilizado un poco todos los tiempos de las obras de esencia
rítmica y ha dado así más vida a esas obras. Por otra parte, es admitido que el autor nc
es necesariamente el mejor intérprete de su obra, tanto menos cuando su opinión nc
concuerda con la de un director como Toscanini. Ravel estaba fastidiado por el 'tiempo' de
Toscanini y su estado de ánimo se agrió aún más porque la empresa se olvidó de enviarle
entrada para el concierto. De todos modos decidió asistir y tomó un palco con algunos
amigos. Vestido de gran etiqueta, estaba en primera fila de su palco, y en cuanto Tosca
nini comenzó su 'Bolero' expresó sin ningún recato y en voz alta su oposición al 'tiempo'
del director. Los amigos de Ravel trataban de calmarlo, pero la cólera del compositor era
incontenible. Tres crescendos, en vez de uno, se oían: el de la orquesta, el de las protestas
de Ravel y el del auditorio que trataba de hacerlo callar. Toscanini sabía que Ravel estaba
presente y oía sus protestas, pero no se dejó impresionar lo más mínimo. Terminó la obra
y la ovación fue estruendosa, interminable. El director, ante tanto aplauso, señaló el palco
donde había estado Ravel, pero este, en cuanto terminó la obra, se había levantado preci
pitadamente y había ido al camarín de Toscanini, donde lo esperó temblando de irritación.
Al llegar el director, exclamó lleno de indignación:
"¡Le prohíbo, señor, que vuelva a interpretar así mi 'Bolero'. Su 'tiempo' está equi
vocado... ¡equivocado!... ¿Cree usted que alguien pueda ser capaz de bailar un bolero a
ese tiempo loco? y ante todos los admiradores que habían pasado al escenario a saludar
al maestro, los músicos de la orquesta que se habían enterado del incidente, se puso a
bailar, acompasadamente y canturreando él mismo el tema de su obra. Toscanini, siempre
callado, lo dejaba hacer. Ravel, después de demostrar, según su opinión, que el tiempo
debía ser ese, con una salida que quiso ser majestuosa, ante las miradas atónitas de los
presentes, salió y no volvió a hablar nunca más a 'Toscamino'. Cuando salió y los ánimos se
2 RODOLFO BARBACCI: 1550 anécdotas m usicales, pág. 342, 3a ed., Casa Mozart, Lima, 1963.
3 Ibíd., pág. 340
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J o s é A n t o n io S il v a V a l l e jo
genio de Bonn; pero Daniel Barenboim no solo es un gran director de orquesta sino, tam
bién, un gran profesor de música y un gran pianista, como lo evidencian sus maravillosas
ejecuciones de las sonatas de Beethoven y de Mozart. Véalo usted mismo enseñando,
tocando y dirigiendo sus brillantes interpretaciones en el canal 67 (Film & Arts) hasta la
primera semana de octubre de 2008; luego, en el canal 81, desde la primera semana de
octubre de 2008, hasta hoy, los domingos a las 8:30 a.m., los lunes a las 3:00 a.m., a las
12:00 a.m. y a las 17:00 p.m. Me permito recomendarle una brillante grabación en 6 DVD
4 FEDERICO SOPEÑA: Introducción a M ahler. M aestro y p recu rsor d e la m úsica actual, págs. 55-56, Edi
ciones RIALP, Madrid, 1960.
5 Ibíd., págs. 36-77
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F il o s o f ía d e l D e r e c h o
Set: "Barenboim on Beethoven: the complete piano sonatas: Uve from Berlin, 8 concert >
dlrected byAndy Sommer; Masterclasses: 6 films directed by Alian millar, EMI Classics".
BARENBOIM es uno de los grandes maestros de la música contemporánea. Su debut a
piano se produjo en el Mozarteum de Salzburgo, Austria, en 1952; luego, dio un concierte
en París ese mismo año; en Londres en 1956 y en Nueva York en 1957, bajo la batuta de
Leopold Stokowski. Luego, grabaría las sonatas para piano de Mozart y Beethoven y con
ciertos de Mozart (interpretando al piano y dirigiendo), Beethoven (con Otto Klemperer)
Brahms (con John Barbirolli) y Béla Bartók (con Pierre Boulez).
Tras su debut como director con la Orquesta Filarmónica de Londres en 1967, recibió
invitaciones de numerosas orquestas sinfónicas europeas y americanas. Entre 1975 y 1985
fue director musical de la Orquesta de París, donde dirigió numerosas piezas de música
contemporánea. Su debut como director de ópera tuvo lugar en 1973, con la representa
ción del "Don Giovanni" de Mozart en el Festival de Edimburgo. En 1981 debutó en Bayre-
uth, donde dirigió con regularidad hasta 1999.
BARENBOIM es el director musical de la Orquesta Sinfónica de Chicago, cargo al que
accedió en 1991 en sustitución de Sir Georg Solti. Es, además, el director musical general
de la Deutsche Staatsoper de Berlín desde 1992. Ha dirigido, pues, las más grandes orques
tas sinfónicas del mundo. El 2 de junio de 2008, el concierto de Daniel Barenboim con la
Staatskapelle de Berlín en el Luna Park de Buenos Aires tuvo un final completamente fuera
de libreto. Sobre el final, el director dio un discurso de fuerte contenido político sobre la
situación del Teatro Colón. Dijo: "No me gusta hablar durante los conciertos, ni antes ni
después, porque pienso que la música dice todo lo que hay que decir. Pero hoy es un día
especial, porque este concierto y otros conciertos deberían haber sido en el Teatro Colón.
Que hoy estemos aquí habla poco positivamente de ese espíritu que sé que se puede tener
en la Argentina". Su discurso fue interrumpido en varias ocasiones por aplausos, gritos y
ovaciones. El director siguió: "Que a una semana de su centenario el Colón no esté abierto
es un indicio de que aquí algo no está funcionando. El Colón es un símbolo de la existencia
de la cultura en la Argentina. Hoy pido a todas las personas, responsables o irresponsables,
de todo tipo, que dejen de lado sus ambiciones personales, su orgullo personal, que son
algo muy pequeño y de poco valor comparado con lo que este teatro representa. En nues
tro Himno -agregó el músico- se habla de los laureles que conquistamos: 'Sean eternos los
laureles que supimos conseguir'. Los laureles no son eternos: hay que reinventarlos todos
los días". Acto seguido, la orquesta alemana comenzó a tocar el Himno Nacional de Argen
tina. Barenboim no lo dirigió como un trámite, sino que lo hizo con especial intensidad,
y lo entonó con el conmovido público del Luna Park. Cuánta falta haría en el Perú Daniel
Barenboim dirigiendo un concierto v luego dirigiéndose al público sobre la indolencia de
todas las autoridades, de todo el periodismo v del mismo pueblo peruano al ver la ruina de
nuestro Teatro Municipal, que sigue aún abandonado, después de tantos años. Indolencia
imperdonable de un pueblo que no tiene amor a la música clásica.
En el Perú, la Orquesta Sinfónica Nacional, fundada el 11 de agosto de 1938, tuvo a un
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O
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Noche chalaco
de luna majestuosa,
ausente y lejos
te veo siempre hermosa.
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J osé A ntonio S ilva V allejo
No puedo dejar de evocar entre los grandes inspirados de ia música peruana a ALE
JANDRO AYARZA MORALES, "Karamanduca" ( Lima, 21 de julio de 1884-31 de diciembre
de 1 9 5 5 ) , cuyo espíritu de bohemia y su genial inspiración aún flota en el ambiente con la
música de "La Palizada":
D e la ja r a n a so m o s se ñ o re s,
y hacemos flores con el cajón,
LEGALES EDICIONES
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F ilosofía del D erecho
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J osé A ntonio S ilva V allejo
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O
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78
Lo
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LA VIVENCIA ESTÉTICA Y LA POESÍA
1 M ARTIN H EIDEGGER: “A rtey Poesía", pag. 108, Fondo de Cultura Económica, México, 1958.
2 LUÍS JAIM E CISNEROS: “Lengua y Estilo ”, pag. 18, Librería Editorial Juan Mejía Baca, Lima, 1959.
LEGALES EDICIONES
3 CHARLES BALLY: “E l Lenguaje y la Vida ”, Editorial Losada, S.A. Buenos Aires, 1957.
4 KARL VOSSLER: “Filosofía del Lenguaje. Ensayos ”, Editorial Losada, S.A., Buenos Aires, 1943; LEO
SPITZER: “Stilstudien’’, München, 1928; LEO SPITZER: “Lingüística e Historia literaria”, Editorial GRE-
DOS, Madrid, 1955; LEO SPITZER: “Estilo y Estructura en la Literatura Española”, Barcelona, 1980;
WALTER PO RZIG: “E l m undo maravilloso del lenguaje”, Editorial GREDOS, Madrid, 1970; DAMASO
ALONSO: “Poesía Española”, Editorial GREDOS, Madrid, 1957; W O LFGANG KAYSER: “Interpreta
ció n y análisis de la obra literaria", Editorial GREDOS, Madrid, 1954; CARLO S BOUSOÑO: “ Teoría de
la Expresión Poética”, Editorial GREDOS, Madrid, 1952; KA RL BÜHLER: “Teoría del Lenguaje", Revista
de Occidente, Madrid, 19 61; PIERRE GUIRAUD: “L a estilística”, Editorial Nova, Buenos Aires, 1960;
JUAN RAM ON CAPELLA: “E l Derecho como lenguaje”, Ediciones Ariel, Barcelona, 1968; D. P. GORS-
KI: “Pensamiento y Lenguaje”, Editorial Grijalbo S.A., México, 1962; EDWARD SAPIR: “E l Lenguaje”,
Fondo de Cultura Económica, México, 1954; CESÁREO ROD RÍGUEZ AGU ILERA: “E l Lenguaje Ju rí
dico”, Bosch Casa Editorial, Barcelona, 1969.
965
J osé A ntonio S ilva V allejo
En el pasadizo nebuloso
cual mágico sueño de Estambul,
su perfil presenta destelloso
la niña de la lámpara azul.
De encantación en un derroche,
hiende leda, vaporoso tul;
y me guía a través de la noche
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F ilosofía del D erecho
Palpitante y jubiloso
como el grito que se lanza de repente a un aviador,
todo así claro y nervioso,
yo te canto, ¡oh jugador maravilloso!
que hoy has puesto el pecho mío como un trémulo tambor.
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Jo sé A n t o n io S il v a V a l l e jo
EPÍLOGO
LITERATURA Y DERECHO5
A LEO SPITZER
-in memoriam-
Decía Leo Spitzer en una genial abstracción de sus "Stilstudien" que el estilo no es otra
cosa que la personal manera de expresar la vida y las peculiaridades subjetivas de cada
uno: "le style c' est I' homme méme". Por lo tanto, los fenómenos psíquicos y la subjeti-
vización lingüística hallan su máxima expresión en la literatura espiritualista; en aquella
como lo es la de Marcel Proust, Jules Romains, Charles Péguy, etc. quienes han llevado al
máximo las posibilidades psicológico-lingüísticas del habla. En Proust, por ejemplo, según
Spitzer la sintaxis se convierte en una expresión onomatopéyica del alma. "En busca del
tiempo perdido", no es otra cosa que la forma evocativa de un sentimiento estético de la
felicidad retrotraída; sentimiento que lo encuentro expresado con geniales similitudes en
la poesía de Nixa, por ejemplo, nuestro chiclayanizado poeta; según lo voy a demostrar en
un análisis que estoy haciendo de sus obras.
Más, en lo que quiero incidir por esta vez, es el análisis del subconciente, en ese mun
do alucinante o en esa expresión maravillosa del alma encantada, dimensiones polarizadas
y en contraste; pero, a la vez expresiones de una sola y única realidad, que es la vida misma
con sus trágicas incomprensiones y sus absurdos fatales a los que sólo el arte ha sabido
comprender.
El Derecho y la Literatura; he aquí, el tema de una afinidad electiva que se trata de
aprehender para captar mejor el alma del delincuente, para resolver mejor un problema
criminológico o una fórmula intrincada del proceso; para intuir mejor la esencia y funda-
mentación de la Justicia. Los problemas judiciales están ahitos de las intuiciones literarias.
Así; los tenebrosos móviles del homicidio, por ejemplo, hallan una explicación clara
y diáfana en la pluma inigualable, alucinada y epiléptica de Dostoiewsky; en los relatos
espeluznantes de Edgar Alan Poe o en los geniales atisbos de la penumbra anímica hechos
por Stendhal, Aldous Huxley, Pió Baraja, J. P. Sartre y André Gide. El conyugicidio pasional
halla su motivación psicológica indiscutible en las páginas de Shakespeare, de Tolstoy y
Ramón Pérez de Ayala. La criminalidad infantil de aspiración pseudo-heroica está explicada
por Leonhard Frank en su novela "La banda de ladrones" y Jean Cocteau en "Les enfants
terribles" describe inigualablemente esa fase caracterizada alguna vez como "Robinsonia-
na", en la que sobreviene el desapego a la familia y los afanes de bastarse a sí mismo.
Los "chicos-monstruos" de André Gide en "Les faux Monnayeurs" falsifican, seducen y se
suicidan, sólo "para saber pues no conocen de la vida otra cosa que los textos áridos de los
libros, el asfalto de las avenidas y los muros enyesados de las aulas. La tiranía de los padres
y de los maestros reprimiéndoles sus impulsos vitales se los ha hecho explotar en la forma
que narra Franz Werfel en su novela "No el asesino, sino el asesinado es el culpable".
LEGALES EDICIONES
Por otra parte, Francois Mauriac, Julien Green, Blaise Cendrars y Marcel Proust regis
tran en sus obras un evasionismo programático, con el cual parece que quisieran evadirse
de la realidad presente, con toda su anárquica lucha entre los planos de la conciencia y
la inconsciencia; lucha que Jeal Paul Sartre ha encarado, resueltamente, a través de sus
personajes de "El Muro", "La Náusea" y "Los caminos de la libertad" y que en su teatro,
especialmente, en su pieza dramática "Las manos sucias", reviste caracteres de especta
cular existencialismo en el análisis de un crimen con duplicidad de móviles. Se trata de un
enigma psicológico detrás de un asesinato político, en el que ni el protagonista, ni el autor,
968
F ilosofía del D erecho
resuelven la incógnita planteada; tal vez, siguiendo las líneas directrices de la filosofía de
Heidegger, para quien el preguntar es la forma más valiosa del saber.
Ya en el campo de esta literatura "enigmática" nada más original que el famoso "José
K f personaje central de "El Castillo" y "El Proceso", obras fundamentales y aún incom
prendidas de Franz Kaffka, quien ha satirizado, con caustica ironía, los males y defectos de
nuestra crisis judicial. "José K". es detenido, procesado y condenado sin saber cómo ni por
qué. Finalmente, muere diciendo: "cómo un perro", y la parodia se ajusta a la realidad de
nuestros procedimientos judiciales.
Muy diferente es la figura de Sancho, quien, administrando justicia en la Insula Barata
ría, en nombre de su señor don Quijote, nos da reglas y máximas de buen sentido, en nada
envidiables a aquellas que ha inmortalizado el Rey Sabio en sus Partidas. También Charles
Dickens en su novela "Aventuras de Pickwick" ha satirizado los procedimientos rudimenta
rios de la justicia inglesa y, Rubén Dario en "Un pleito", ha sintetizado y satirizado, en unos
cuantos versos, todos los alegatos críticos a la condena en costas.
Entre nosotros, Armando Zubizarreta, desde la revista "Sphinx", ha efectuado un tra
bajo sobre "La cárcel en la poesía de Vallejo"; y ya, desde hace mucho tiempo, son innu
merables los estudios que se han hecho sobre diversos tópicos jurídicos de "La Divina Co
media" Lo mismo puede decirse en torno a Goethe, Heine, Ibsen, Tolstoy, Anatole France
e inclusive en el poema “Martín Fierro" sobre todo en ese diálogo de contrapunto entre el
"Moreno" y Martín Fierro, sobre la Ley y la Justicia. Un ejemplo de injusticia procesal y de
sus efectos en el preso lo encontramos en "El caso Maurizius" de Jacob Wassermann; las
frías baldosas de las mazmorras de la isla de If nos las describe "El Conde de Montecristo"
y Emíl Zola nos ha hablado apasionadamente en "J'acusse" sobre los sufrimientos de Dre-
yfus y de todos los presos en la isla del Diablo.
Así, podríamos ir acumulando datos, haciendo un espiral al infinito, pues, no podría
mos detenernos, nunca, en un estudio sobre las relaciones entre el Derecho y la Literatura.
Lo anteriormente dicho no es más que un ensayo, una improvisación literaria con la cual
he querido incidir en una tópica que, tal vez, pocas veces ha sido atisbada entre nosotros.
LEG A LES ED IC IO N E S
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CONCLUSIÓN
grave daltonismo ético, es el colmo del diabólico relativismo de quienes llegan a sostener,
por ejemplo, que "ya no sabemos si son buenos o malos, positivos o negativos" los con
ceptos fundamentales de nuestra religión. Esta falaz argumentación, de índole "folletines
ca" como llamó HERMANN HESSE, a nuestra época y a toda argumentación superficial
caracterizada por su doblez, por su falta de moral y de sinceridad2, me permite recordar
1 ERICH KAH LER: “Out ofthe Labyrinth: Essays itt Clarif¡catión”, New York, 1967. Traducción castellana:
“Nuestro Laberinto", pag. 82, Breviarios de la Editorial Fondo de Cultura Económica, México, 1975.
2 En “El juego de Abalorios”, obra cumbre del gran maestro del espíritu, Premio Nobel de 1946, se dice en
la Introducción que “la época folletinesca no careció de espíritu, ni siquiera fué pobre en ese aspecto. Pero
- poco supo hacer con ese espíritu o, no atinó a darle el puesto y la función apropiados dentro de la econo-
970
F il o s o f ía d e l D erech o
mía vital y estatal ...Fué una época burguesa, fiel a un amplio individualismo”. H ERM AN N HESSE: “El
juego de Abalorios” en “Obras Completas”, tomo I, pag. 547 y passim, especialmente, pag. 549-550-551 f
passim, Editorial Aguilar, Madrid, 1962. Esta obra clásica fue publicada precedentemente por Santiago
Rueda - Editor, Buenos Aires, 1952, cfr. pag. 19, pag. 20 in fine, 21-22-23-24-25 y passim.
971
J osé A ntonio S ilva V allejo
a dominar los hechos. Así, decía Polibio que: "En cuanto un hombre asume la actitud moral
de un historiador, tiene que olvidar todas las consideraciones, tales como el amor de sus
amigos o el odio a sus enemigos.... en ocasiones deberá elogiar a los enemigos y censurar
a los amigos".
En todo caso, el Divino Maestro nos ha dicho que "Mirad que no os engañen; porque
vendrán muchos en mi nombre y dirán : "Ya llegó el tiempo". No los sigáis. Cuando oigáis
hablar de guerras y revoluciones, no os turbéis; esto ha de suceder primero, pero no es en
seguida el fin. Entonces les dijo: "Pueblo se levantará contra pueblo, reino contra reino.
3 POLIBIO: “Cuarenta libros de la Historia”, versión castellana con el título de “Historias”, Libro I, cap. 35,
í Editorial Gredos, Madrid, 1990.
972
F ilosofía del D erecho
Habrá grandes terremotos y, en diversos lugares, hambres y pestes; habrá también prodi
gios aterradores y grandes señales en el cielo. Pero, antes de todo esto, os prenderán; o:
perseguirán, os entregarán a las sinagogas y a las cárceles, os llevarán ante reyes y gober
nadores a causa de mi nombre. Esto os servirá para testimonio. Tened, pues, resuelto, er
vuestros corazones no pensar antes cómo habéis de hablar en vuestra defensa, porque Ye
os daré boca y sabiduría a la cual ninguno de vuestros adversarios podrá resistir o contra■
decir. Seréis entregados, aún por padres y hermanos y parientes y amigos; y harán morii
a algunos de entre vosotros, y seréis odiados de todos a causa de mi nombre. Pero ni ur
cabello de vuestra cabeza se perderá. En vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas":.
(Lucas 21, 8 a 19).
"Si el mundo os aborrece, sabed que me ha odiado a Mí antes que a vosotros" (Juan
15,18).
"En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo" (Juan 16, 33).
Esto nos evidencia que también hay una dimensión crístíca de la historia porque,
como ha dicho JUAN PABLO II en su Encíclica "Redemptor Hominis" "El Redentor del hom
bre, Jesucristo, es el centro del cosmos y de la historia".
Ser católico es ser discípulo de Jesucristo. Es demostrar con hechos la invitación del
Maestro que nos dijo "Tú, ven y sígueme". Ser discípulo de Jesucristo supone llevar Su luz
en el corazón, Irradiar la luz divina y trasmitirla a los demás con toda su espiritualidad y
claridad, con humildad, con sencillez., con amor, con emoción, para ser bienaventurados y
poder decir que ahora somos "hijos de la luz" y ya no más de las tinieblas, porque, ahora,
"somos luz en el Señor" (Efesios, 5, 8).4
Así se explica la luz o la luminosidad en la historia porque, como ha dicho San Juan en
el maravilloso Prólogo a su Evangelio: "La luz en las tinieblas resplandece" ("et lux in tene-
bris lucet"). Así, a partir de Jesucristo que es, "fin de un mundo e inicio de otro, bisagra de
la historia"5, se explican las luces y sombras de la historia, que es también el contrapunto
o la sucesión dialéctica de nuestros pecados y de nuestras bienaventuranzas. Esta es la
historia, historia de luces y de sombras, de tragedias y fracasos. Nuestros errores deben
ser purgados, procesalmente, a la luz de una "Casación histórica". No es "ucrania": lo que
no está en el tiempo histórico; pero si, acaso, es "escatología", un ensueño profético o la
esperanza de la "Ciudad de Dios", tal como la planteó San Agustín de Hipona, o, es el "reto"
y la "respuesta", el "yin" y el "yang" de los que nos hablaba Toynbee....
Nuestro libro es una historia de maestros y de escuelas, de libros y de textos, de prin
cipios y doctrinas, de brocardos y "quaestiones", de incitaciones y recuerdos, que surgen
en la evocación de los maestros, a quienes están dedicadas estas páginas y, también, a
todos mis discípulos, los de ayer, los de hoy y del futuro, con quienes nos hemos integrado
en el claustro y en las aulas de nuestra alma mater studiorum para hacer de la universitas
magistrorum et scholarium un consorcio de investigadores y académicos que hagan vivida
la esencia de la Universidad que es, como decían las antiguas Partidas del Rey Alfonso
el Sabio: "ayuntamiento intelectual que fazen los alumnos e maestros para alcanzar los
saberes".
LEGALES EDICIONES
J.A.S.V
Miraflores, 11 de Noviembre del 2015.
4 SILVA VALLEJO: “Filosofía del Derecho", segunda edición corregida y aumentada, Cap. XX, pag. 221 a
224, Ediciones Legales, Lima, 2012.
5 JEA N DANIELOU: “Ensayos sobre el misterio de la historia”, pag. 258, San Sebastian, 1957.
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F ilosofía del D er ech o ,
de J osé A ntonio S ilva V allejo , se terminó de imprimir en la ciudad de Lim a
en los talleres gráficos de Editorial San M arcos,
Av. Las Lomas 1600, Urb. Mangomarca, S.J.L.