Funcionalismo y Estructuralismo en La Adolescencia
Funcionalismo y Estructuralismo en La Adolescencia
Funcionalismo y Estructuralismo en La Adolescencia
Introducción.
Para comprender la vivencia de la adolescencia por medio del funcionalismo y
estructuralismo, se focalizará en la teoría de las emociones, obteniendo un nuevo
panorama de las relaciones durante el desarrollo de las competencias
emocionales en la etapa adolescente.
Se puede decir que conforme con la perspectiva disciplinar que la defina, la
juventud fue vista de posibilidades distintas, entre ellas como: “un lapso de
metamorfosis”; “una entidad semipatológica”; un duelo corporal infantil, un nuevo
cuerpo humano de propiedades inéditas referente a responsabilidades y
creatividad; una fase de crisis; una fase biológica con propiedades concretas por
conjuntos etarios en la cual se alcanza la madurez sexual; el logro de la madurez
sexual y probabilidad de reproducirse o un proceso mundial de cambio con
connotaciones externas particulares de cada cultura.
La primera, en el continente Europeo durante el siglo XVIII, influenciada de una
sección por la revolución industrial, la emergencia de tribunales de “menores” y
legislaciones laborales que lentamente clasificaban a los sujetos por edades para
calificarlos como trabajadores; y de otra, por la iniciativa de Rousseau, que se
apoya en la organización por conjuntos de edad de los individuos que asistían a
las escuelas, lo que rompió con la heterogeneidad en el aula, dio origen a los
conjuntos etarios en la enseñanza e incidió, paralelamente, en el origen de lo cual
en la actualidad se califica por franjas de edad como niñez, juventud, adolescencia
y adultez.
Sus concepciones han transitado históricamente y fueron base importante
retomada por el Estado para generar o adoptar reglas, en especial políticas
públicas, con la pretensión de ofrecer contestación a sus necesidades.
Sin embargo, para ofrecer más grande colaboración a los sujetos y hacer
pertinentes las tácticas planteadas según problemáticas sentidas, surgen las
políticas públicas, en cuya creación se pide una colaboración activa de los sujetos
dañados, quienes aportan a partir de su vida diaria a este diseño. Así, la
integración de la juventud en las discusiones públicas ha tenido un hincapié en el
control, en especial de su salud sexual y “reproductiva”, que ha conducido a que
de manera oficial se establezca como una prioridad para las naciones de América
Latina luego de la Conferencia de Población y Desarrollo del Cairo, en la que la
adolescencia irrumpe como categoría de estudio y como conjunto de acción de
políticas de todo el mundo.
Origen de la adolescencia.
La idea de juventud surge en USA y Europa marcada por eventos importantes
involucrados con la revolución industrial, la categorización de edades para ejercer
un trabajo y para asistir de forma forzosa a las ocupaciones educativas, así como
con la legislación gremial.
Sin embargo, leyes como The Factory Act, de 1833, establecen jornadas laborales
que van clasificando edades y horarios para estas ocupaciones; en esta situación,
la Ley restringe el trabajo para chicos de 9 a 13 años.
Después, frente a la modernización industrial, el despido masivo que devino con la
revolución industrial y la baja recompensa recibida, se inician movimientos de
protesta en la primera mitad del siglo XIX, lo que condujo a la promulgación de
leyes en Francia que acabaron aprobando el ejercicio gremial solo para personas
con edades comprendidas entre los 12 y los 16 o entre los 13 y los 18 años,
quienes además debían aprender y entrenarse para la vida, lo que correspondía a
la categorización etaria que se va configurando como juventud.
Puede afirmarse entonces que el origen de la idea de juventud como una
categoría en el recorrido de vida del hombre pasa a fines del siglo XIX,
influenciado en especial por la necesidad de acomodar a una población chico que
estaba en las calles y en el colegio secundaria. Tal cual, el reconocimiento del
papel de alumno como rasgo distintivo para esta franja de edad instaura el costo
simbólico de la escolaridad y culmina el proceso histórico que crea la juventud: un
conjunto de edad salvaguardado y dependiente, dedicado exclusivamente a
entrenarse para la vida e incitado a posponer de forma indefinida
responsabilidades y compromisos sociales, lo que explica a este conjunto como
ese que está en una etapa de moratoria social.
Aproximaciones estructural-funcionalistas.
Estas visiones tienen dentro, de una sección, discursos naturalistas que conciben
a la juventud como una fase en la vida del individuo, delimitada por una franja
etaria con propiedades biológicas determinadas y, de otra, discursos psicologistas
en los cuales se estima el individuo como un ser inconcluso, inseguro, que está en
formación y transita por una etapa traumática.
A lo largo de estas perspectivas teóricas que tienden a ver al individuo aislado de
su entorno, la teoría histórico-cultural ofrece que el componente determinante del
desarrollo psicológico está fuera del sujeto, o sea, en su medio externo, en el que,
según franjas de edad, el individuo asimila la vivencia social por medio de las
colaboraciones y después las interioriza.
Estas visiones parten, tal cual, de apreciaciones organicistas, determinantes,
psicológicas, las cuales ven a un individuo carenciado, dependiente, heterónomo e
inconcluso que debería ser salvaguardado, controlado y vigilado para que logre
transformarse en un ser común que conviva con otros una vez que llegue a su
adultez, etapa en la cual se pretende que el individuo es un ser estable,
independiente y sin dependencia.
Conclusión.
Sin embargo, se debería pensar ante la concepción que se hace a partir del
enfoque de periodo esencial como algo exclusivo y determinante en todos los
sujetos, pues no hablamos de una fase fundamental que sea transitada del mismo
modo por toda la gente, sino que es una situación que vive la gente según con
entornos e instantes históricos de forma diversa.
Por lo anterior la conceptualización que pretende homogeneizar, estigmatizar,
invisibilizar, infantilizar, tomando en cuenta a estas personas como “menores”
incapaces, peligrosos o no normalizados debería deconstruirse para configurar
una concepción que posibilite aproximar las políticas públicas a las realidades
sociales de forma amigable, pertinente, diferenciada y eficiente.
La definición de juventud a partir de la mirada biológica y jurídica ha marcado las
primordiales pautas para conceptualizar rutas de atención, custodia, vigilancia y
control sobre este conjunto de la población y, aun cuando se hayan dado pasos
para modificar la concepción de juventud visibilizándola y dando voz a sus
necesidades, ejemplificando con la construcción de tips municipales y
departamentales de adolescencia, y con la integración de sus aportes en el diseño
y evaluación de políticas públicas, se hace primordial seguir hacia
conceptualizaciones que integren otros recursos y permitan caracterizar la
variedad que muestran dichos actores sociales. Lo anterior enriquecería las
políticas públicas y estas tendrían presente la pluralidad de la población.
Dichos hallazgos realizan ver que se tienen que conceptualizar tácticas que
prioricen a esta población púber, reconociéndola como un conjunto de diversos
riquezas sociales y culturales con propiedades distintas, que necesitan, por
consiguiente, novedosas políticas públicas y programas que apunten al
mejoramiento de sus condiciones de vida y que no únicamente se inserten en las
normativas como un conjunto que se califica etariamente, sin que sean famosas
sus magnitudes como personas que sienten y consideran de forma diversa.
Referencias.
Asamblea General de las Naciones Unidas. (1989). Convención Internacional
sobre los Derechos del Niño. Recuperado de http://www.humanium.org/es/ wp-
content/uploads/2012/11/Convenci%C3%B3n-sobre-los-Derechos-delNi
%C3%B1o.pdf
Bordignon, N. A. (2005). El desarrollo psicosocial de Eric Erikson. El diagrama
epigenético del adulto. Revista Lasallista de Investigación, 2(2), 50-63.
Camacho, D. (2015). La nueva familia y adolescencia. Revista de Ciencias
Sociales, 2(148). Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo. oa?
id=15342284001