Introducción: Fisiología de La Embarazada y Su Repercusión en Anestesia
Introducción: Fisiología de La Embarazada y Su Repercusión en Anestesia
Introducción: Fisiología de La Embarazada y Su Repercusión en Anestesia
Dr. Anselmo Garza Hinojosa - “Conchita” Hospital para la mujer y el niño. Monterrey, N.L. México
Introducción
El embarazo, trabajo de parto y parto, van acompañados de cambios fisiológicos y anatómicos importantes,
que el anestesiólogo obstetra debe conocer para la adecuada realización de su trabajo.
Debemos recordar, que existen circunstancias que hacen que la paciente obstétrica sea diferente a la no
obstétrica, y que pueden influir directa o indirectamente en la técnica anestésica. Que la influencia hormonal
en la paciente embarazada es responsable de grandes cambios en el organismo.
La deformación de la imagen corporal, la fatiga, trastornos del sueño, temores e inestabilidad emocional,
hacen más difícil el manejo de la paciente embarazada, teniendo en mente, que durante el embarazo,
nuestra obligación es responder por la vida de dos seres humanos.
Muchos de estos cambios son beneficiosos, como el incremento del volumen sanguíneo, que permite o
tolera pérdidas importantes de sangre durante el nacimiento, y puede ser de gran ayuda para que la
embarazada soporte el estrés del nacimiento. Otros, sin embargo, como la compresión aorto-cava, tienen
desventajas y pueden ser riesgosos para la madre y el feto.
Que la elección de la anestesia, depende de los deseos de la embarazada y de las necesidades obstétricas,
tomando en cuenta que la anestesia regional en la mujer embarazada, además de ser un procedimiento a
ciegas, debe vencer obstáculos físicos por el volumen crecido del abdomen, y que además, no hay horario
fijo para su atención la mayoría de las veces.
Cambios Respiratorios
Los cambios respiratorios pueden iniciar a partir de la 4ª semana de gestación y son de especial
preocupación para el anestesiólogo. La ventilación aumenta durante el embarazo, y un acortamiento de la
respiración puede presentarse hacia el término. Congestión nasal, cambios en la voz y síntomas de infección
del tracto respiratorio superior,. son comunes a causa del edema en la faringe nasal y oral y en la tráquea
(debido a congestión capilar de la mucosa).
La vía aérea puede comprometerse, si estos cambios son exacerbados por una infección del tracto
respiratorio superior, por una sobrecarga de líquidos o por edema.
Las mucosas del tracto respiratorio son friables y la colocación de un tubo en la vía aérea y la laringoscopia,
pueden derivar en trauma y sangrado. El edema de la faringe y laringe, puede disminuir el área glótica. El
uso de un tubo endotraqueal pequeño (7.0-7.5) es prudente. Un mango de laringoscopio corto es útil,
cuando los senos crecidos de la paciente impiden la laringoscopia con un mango común.
El diafragma se eleva hasta 4 cm., pero hay un aumento compensatorio de 2cm. en los diámetros antero-
posterior y transverso y un ensanchamiento de las costillas, por lo que la caja torácica se aumenta en 5 a 7
cm.
La etiología del aumento de la ventilación por minuto, es probablemente por estimulación del centro
respiratorio, debido a los altos niveles de progesterona del embarazo. La progesterona, es un estimulante
respiratorio conocido y ha sido utilizada en problemas de hipoventilación alveolar, asociada a la obesidad y
al Síndrome de Pickwick.
Como resultado de la hiperventilación del embarazo, la Pa CO2 baja y usualmente está en el rango de 29-31
mmHg., como resultado, la Pa O2 está frecuentemente arriba de 100. También, como resultado de una Pa
CO2 disminuida, el pH se eleva al rango de 7.43-7.46, acompañado de una pérdida compensatoria de
bicarbonato de sodio a un nivel alrededor de 21 meq./litro.
La disminución del volumen residual (V.R.) y de la capacidad residual funcional (C.R.F.), provocan una
disminución de la reserva de oxígeno y esto, aunado a un aumento del consumo de O2 de un 20-35%,
provocan que la embarazada sea extremadamente sensible a la hipoxia.
La captación de O2 al término del embarazo, aumenta a un significativo 32%, lo que clínicamente explica los
hallazgos de Archer, que indican que las pacientes embarazadas, no toleran la apnea tan bien como las
mujeres no embarazadas durante la inducción de la anestesia.
La ventilación durante el trabajo de parto y parto, es incrementada por dolor, ansiedad, aprehensión o por
hiperventilación voluntaria en las parturientas entrenadas en técnicas de psicoprofilaxis.
Todos los factores mencionados, contribuyen a incrementar la transferencia gaseosa entre el aire alveolar y
la sangre materna. Además, la ventilación pulmonar incrementada, en conjunto con la disminución
concomitante de la CRF, permite cambios rápidos en la concentración de gases en los pulmones, por lo que
la parturienta, es más probable que incurra en cambios rápidos en la concentración de gases respiratorios,
durante las complicaciones respiratorias, que las pacientes no obstétricas.
Cambios Cardiovasculares
Corazón.- El útero agrandado eleva el diafragma, que a su vez eleva el corazón y altera su posición, por lo
que en el examen físico, el latido apical está más lateral que de costumbre, y en los rayos X, el diámetro
transverso parece agrandado.
También pueden manifestarse alteraciones en el ritmo, cambios en el ECG y soplos inocentes. Un soplo
sistólico grado I a II debido al estado hipermetabólico del SCV, puede estar presente, así como un soplo
contínuo secundario a ingurgitación de la vena mamaria.
El ECG puede revelar cambios reversibles en las ondas ST, T y Q, éstas alteraciones no necesariamente
indican enfermedad cardíaca.
Volumen sanguíneo
Los cambios funcionales del SCV son dramáticos. El volumen de sangre aumenta un 30-50%. Esta
elevación se inicia en el 1er. Trimestre y continúa elevándose hasta la 30ava semana de gestación, después
de la cual se estaciona por un corto tiempo, y luego disminuye hacia lo normal al final de la gestación.
Se crea una anemia por dilución, ya que la proporción del volumen plasmático con el volumen sanguíneo
total, aumenta proporcionalmente más que el volumen de células rojas. Las concentraciones de
hemoglobina varían de 11-12 gr/100ml. al final del embarazo, comparadas con los valores de 13.5-14
gr/100ml. en mujeres no embarazadas.
La mayoría representa una anemia por deficiencia de hierro. El aumento en el volumen de plasma, no se
relaciona con la edad o la talla de la madre, pero se ha pensado que sí con el tamaño del feto.
Se cree que las glándulas adrenales del feto, pueden iniciar el aumento en el volumen sanguíneo, al
proporcionar dehidroepiandrosterona (precursor del estrógeno) a la placenta, que produce más estrógeno y
estimula al hígado a producir angiotensina, lo que eleva la producción de aldosterona y por lo tanto,
retención de volumen.
Schrier y Briner, recientemente han propuesto que el volumen sanguíneo y el gasto cardíaco aumentado,
son cambios compensatorios que responden a una vasodilatación inicial causada por una sustancia
vasodilatadora, que puede ser la prostaciclina o el factor relajante derivado del endotelio como lo sugiere
Moore.
Este gran aumento en el volumen de sangre, es necesario para suplir las necesidades metabólicas del feto y
para compensar la pérdida de sangre materna durante el parto. Se estima, que la paciente embarazada
puede perder hasta un 20% de su volumen sanguíneo sin un cambio significativo en el hematocrito, mientras
que la no embarazada en circunstancias similares, se hemodiluirá y tendrá un hematocrito bajo.
Gasto cardíaco: Aumenta un 30-50% durante el embarazo, se inicia temprano, llega a su punto máximo
aproximadamente a las semanas 28-32, y luego disminuye un poco durante los últimas semanas.
Usualmente, los valores aumentan de 4.5 a 6.5 l/min.
Ueland y cols., encontraron que el gasto cardiaco, disminuye al acercase el término del embarazo, pero que
la disminución es considerablemente menor en la posición lateral que en la supina.
El gasto cardiaco aumenta aún más durante el trabajo de parto y con cada contracción.
Los efectos de la posición sobre el gasto cardiaco son importantes, tanto para el obstetra como para el
anestesiólogo, porque la posición supina durante el trabajo de parto (sin anestesia), es asociado a un 8% de
incidencia de hipotensión. Además, del 15-20% de las parturientas en posición supina, tendrán compresión
aortoilíaca y de la vena cava.
El retorno cardiaco reducido y el gasto cardiaco impedido, reducen el flujo sanguíneo uterino y esto afecta
adversamente al feto.
La compensación de los efectos sobre éstos vasos, se lleva a cabo de dos formas. Primero, el retorno
cardiaco es desviado de la vena cava a través de los sistemas vertebral y ácigos hacia la vena cava
superior. Esto agranda las venas epidurales y proporciona una explicación, para la reducida cantidad de
anestésico local necesario para la analgesia espinal o epidural durante el embarazo.
La compresión aorta cava, fue primero reconocida en 1942 por Ralf Hansen, un ginecólogo alemán, el
reportó una marcada disminución en la presión sanguínea braquial, en siete pacientes en su tercer trimestre
de embarazo, cuando las examinó en posición supina en su visita prenatal y que cuando las ponía en lateral
izquierda, sus síntomas desaparecían inmediatamente y su presión sanguínea retornaba a lo normal.
1. Las pacientes deben ser hidratadas en forma aguda con soluciones cristaloides antes de iniciar la
anestesia regional. No se deben utilizar soluciones glucosadas, ya que producen hiperglucemia fetal que
incrementa la secreción de insulina, que después del nacimiento resulta en hipoglicemia neonatal y
acidosis fetal.
2. El uso de una cuña bajo la cadera derecha para desplazar el útero, ayuda para disminuir la oclusión de
la aorta y de la vena cava inferior.
3. Antes de la inducción de la anestesia, debe tomarse la presión arterial en posición supina y lateral.
Marcada hipotensión supina, puede contraindicar el rápido establecimiento de bloqueo simpático de la
anestesia espinal.
4. Si bien, la hipotensión puede ser usualmente tratada con expansión de volumen, en ocasiones, drogas
vasopresoras pueden ser necesarias, y la efedrina, es el mejor vasopresor para elevar la presión
sanguínea materna con menos efectos en el flujo sanguíneo uterino.
Anatómicamente, el útero cambia de un órgano no gestante de 30-60 gr. a un órgano de 700-1,000gr, esto
debido a la hipertrofia e hiperplasia del tejido muscular existente. Este aumento de tamaño, unido a la
necesidad de nutrir sus contenidos, requiere un aumento importante en el flujo de sangre. En el estado no
grávido, el FSU es de aproximadamente 50ml./min. Para la 28ava. semana de embarazo aumenta a
200ml/min. y al final del embarazo es de 500ml./min. Un incremento de 10 veces.
En el estado no grávido, el útero no es uno de los órganos más prefundidos, pero en el estado gravídico,
representa uno de los más dotados en vasos sanguíneos y es posible separar el flujo sanguíneo uterino en
dos componentes distintivos, los que van a la porción muscular del útero y los que van al sitio placentario.
La musculatura uterina, recibe aproximadamente un 20% del flujo sanguíneo uterino total, mientras que el
área de la placenta, recibe el 80%, por lo que la placenta (con peso de 500 gr.), recibe 400ml. de sangre por
minuto, o aproximadamente 80ml. de sangre por 100gr. de tejido por minuto. El hecho de que el cerebro
reciba 40ml./100gr./min., hace aparente que el cuerpo percibe al útero grávido como un órgano vital.
Ambos agentes, son capaces de producir una profunda vasoconstricción de la arteria uterina. Clínicamente,
el dolor durante el trabajo de parto, puede ser muy estresante para la parturienta y ocasionar liberación de
catecolaminas, por lo que se eleva la presión arterial materna y disminuye el flujo sanguíneo uterino.
Cambios Gastrointestinales
La mayoría de los cambios gastrointestinales que ocurren durante el embarazo, representan riesgos
aumentados para el anestesiólogo obstetra y la paciente, y se deben en gran parte al incremento de las
cifras de progesterona.
Durante el embarazo, pueden ocurrir varios cambios en la cavidad oral. La salivación se incrementa debido a
la dificultad para la deglución y en asociación con náusea, el pH de la cavidad oral disminuye, puede haber
caries en los dientes, pero no debido a carencia de calcio en los dientes, ya que éste está estable y no se
mueve durante el embarazo como el calcio óseo.
Las encías pueden estar hiperémicas e hipertróficas, están esponjadas y friables, pudiendo sangrar
fácilmente. Esto puede ser debido a incremento de los estrógenos sistémicos; problemas similares ocurren
con el uso de anticonceptivos orales. La deficiencia de Vitamina C, también puede causar sangrado de las
encías. Las encías retornan a la normalidad en el post-parto inmediato.
La pirosis, común en el embarazo, es debida probablemente al reflujo de secreciones ácidas hacia la parte
inferior del esófago y es probable que el cambio de posición del estómago determine su frecuente aparición.
El tono esofágico y gástrico, están alterados durante el embarazo, con presiones intra-esofágicas menores e
intra-gástricas mayores. Al mismo tiempo, la velocidad y amplitud de las ondas peristálticas esofágicas están
disminuidas. Todas estas modificaciones favorecen el reflujo gastro-esofágico.
El vaciamiento gástrico, se retrasa después de la 12ª semana de gestación y la motilidad gástrica disminuye
durante el trabajo de parto.
Todos éstos cambios gastrointestinales, pueden aumentar el riesgo de regurgitación y aspiración durante la
anestesia general en cirugía obstétrica.
Enfatizando éste hecho, hay datos que indican que la aspiración es una importante causa de mortalidad
materna relacionada con la anestesia, que ha disminuido con la estandarización de la maniobra de Sellick.
Las pacientes que no están en trabajo de parto antes de la operación, no se escapan del riesgo de
aspiración. Roberts y Shirley mostraron que en casi 25% de las parturientas que llegan a cesárea, los
contenidos gástricos son grandes y de un pH suficientemente bajo para permitirles ser clasificadas como en
riesgo de aspiración pulmonar.
En 1946, Mendelson describió el Síndrome Clínico de Pneumonitis por Aspiración en detalle, y reportó los
resultados de sus extensos experimentos de laboratorio. El inyectó contenido de estómago de humano
dentro de los pulmones de conejos. Cuando inyectaba líquido, éste era químicamente neutralizado y no se
producía pneumonitis. Sin embargo, contenido gástrico humano no alterado, producía lesiones pulmonares
similares a las encontradas durante autopsias, en gente que tenía aspiración de contenido gástrico y
después moría.
Las siguientes medidas clínicas, se recomiendan para reducir el riesgo de pneumonitis por aspiración en
parturientas que requieren anestesia:
4. Si la anestesia general es necesaria, hacer una inducción rápida, utilizando desnitrogenización, presión
cricoídea (maniobra de Sellick) para ocluir el esófago e intubación traqueal (2ª Persona entrenada).
5. Considerar la utilización de cimetidina o ranitidina, la noche antes y la mañana del procedimiento, sola o
con un antiácido claro.
Cambios Renales
La pelvis renal, los cálices y los ureteros se dilatan, un estado referido como “Hidronefrosis fisiológica del
embarazo”. Usualmente, el uretero se dilata arriba del borde renal, por lo que una posible etiología es el
efecto mecánico del útero crecido que choca sobre la porción inferior de los ureteros. Pero ésta teoría, no
explica completamente la dilatación, pues ocasionalmente se desarrolla en las etapas tempranas del
embarazo antes de que el útero tenga algún efecto significativo.
Algunos autores, creen que la progesterona produce estos cambios, debido a sus conocidas propiedades
como músculo-relajante.
La capacidad de la vejiga, disminuye conforme avance el embarazo, lo que origina aumento de la frecuencia
de micción. El control de la excreción de orina, también se reduce según crece el útero, y causa pérdida de
orina e incontinencia de esfuerzo.
Cambios Fisiológicos
El flujo sanguíneo renal y el rango o índice de filtración glomerular, se elevan 50 a 60% durante la gestación.
Los niveles de aldosterona, aumentan originando elevación del agua y sodio corporales.
La depuración de creatinina, está elevada debido a un flujo sanguíneo renal y ritmo de filtración glomerular
aumentados, por ello, los niveles séricos de creatinina (0.8 mg/dl) y nitrógeno de la urea (12 mg/dl) están
disminuidos. La glucosuria (1-10 gr/día) y proteinuria (<300 mg/día), no son patológicas en la paciente
embarazada. La excreción de bicarbonato está aumentada en compensación de la alcalosis respiratoria.
Presión Coloidosmótica
Disminuye a través de todo el embarazo, refleja principalmente la caída de la albúmina sérica. Después del
parto, la declinación disminuye por 24 horas y luego empieza a recuperarse. Esto se debe a la infusión de
líquidos, posición supina, pérdida de sangre y al movimiento compensatorio de líquido extravascular hacía el
vascular.
Cambios Hematológicos
La hemoglobina y el hematocrito están disminuidos, siendo sus valores de 11-12 gr. y 32-38%
respectivamente. La cuenta de glóbulos blancos está elevada y usualmente está entre 8,000 y 12,000
células /mm3 y puede llegar hasta 20,000-30,000 (a causa de los granulocitos) durante el trabajo de parto.
Los eosinófilos bajan y los reticulocitos tienen un aumento moderado. Las plaquetas, usualmente están
dentro de límites normales, pero puede haber una disminución gradual al avanzar el embarazo. Los niveles
de proteína son bajos y promedian 6.5 gr/100ml. El fibrinógeno aumenta de 250-300 mg/100 ml. a alrededor
de 400mg/100ml. en el 1er. trimestre y hasta 480 mg/100ml. al término del embarazo.
En general, el embarazo induce un estado de hipercoagulación, con marcado incremento en la sangre total y
niveles plasmáticos de fibrinógeno, factores VII, VIII, X y XII y productos de degradación de la fibrina.
Estos cambios en los factores de coagulación en el momento del nacimiento, representan una protección
cuando los peligros de hemorragia son elevados.
Colinesterasa Sérica
El embarazo, está asociado con una disminución de la actividad de colinesterasa sérica en 60% del normal
durante el 1º trimestre, manteniéndose hasta el término del embarazo, por lo que el tiempo de acción de la
succinilcolina se prolonga. Las condiciones que interfieren con la actitud de la colinesterasa sérica, pueden
disminuir su función y prolongar la recuperación a la succinilcolina; estas incluyen deshidratación, acidosis,
diabetes mellitus, anormalidades electrolíticas, uso de magnesio, trimetafán e inhibidores de la colinesterasa.
Se recomienda monitorizar la contracción muscular en éstas pacientes, para disminuir la incidencia de
debilidad muscular prolongada.
Cambios Hepáticos
Los niveles de albúmina sérica, caen progresivamente y pueden declinar hasta un 30% a un nivel de 30gr/dl.
La paciente embarazada, puede exhibir normalmente signos clínicos de enfermedad hepática, como
angiomas araneos y eritema palmar.
El incremento del líquido extracelular, es característico del embarazo y lleva a desarrollar un edema de
pendiente.
Edema de piernas y brazos, puede aparecer al mismo tiempo, pero el edema de las extremidades superiores
puede ser amenaza para la vida. Esto es particularmente probable en pacientes preeclámpticas.
La pared abdominal y en ocasiones las mamas, presentan estrías. La fase del crecimiento del cabello se
conserva durante el embarazo, pero después del parto hay una pérdida impresionante de cabello (4ª a
20ava. Semana).
La lordosis lumbar, está exagerada durante la gestación, para mantener el centro de gravedad de la mujer
sobre las extremidades inferiores. Esta lordosis, provoca incomodidad lumbar baja y puede hacer la
anestesia regional más complicada.
Se observa relajación ligamentosa (causada por la relaxina), causando hipermovilidad de las articulaciones
sacrococcígea y púbica. La sínfisis púbica, se ensancha. Estos cambios pueden también contribuir al dolor
lumbar bajo.
Durante la gestación, disminuye la presión intraocular, lo que se cree guarda relación con:
Muchas embarazadas sufren visión borrosa. Hay edema del cristalino leve, que produce alteración de la
agudeza visual. Puede haber escotomas por vasoespasmo en la preeclampsia.
El embarazo, causa una disminución en los requerimientos anestésicos. La CAM para los agentes inhalados
está disminuida en un 40% al parecer por influencias hormonales.
La progesterona tiene efectos sedantes y se eleva 20 veces durante el embarazo. La embarazada, requiere
menos anestésico local para producir el mismo nivel anestésico vía espinal o epidural, esto debido,
probablemente a una disminución en el volumen del espacio epidural o bien a un aumento en la sensibilidad
neural a los anestésicos locales. La lordosis lumbar del embarazo, puede aumentar la difusión cefálica de los
anestésicos locales colocados en el espacio subaracnoideo.
También, un incremento en la presión del LCR provocado por el parto, puede contribuir a disminuir los
requerimientos de anestésico local durante la anestesia espinal.
El SNC de la mujer embarazada, está expuesto a dramáticos cambios en la actividad hormonal. Muchas de
esas hormonas, tienen actividad en el SNC o funcionan como neurotransmisores (progesterona, endorfinas).
Un aumento en la labilidad se ve durante el embarazo, que puede ser exacerbada por el stress emocional o
por un parto doloroso. Por éstas razones, la parturienta debe ser tratada con respeto y darle apoyo tanto
como sea posible.
La presión del LCR no cambia durante el embarazo. Sin embargo, durante la 2ª etapa del trabajo de parto,
cuando los esfuerzos de pujar son usados para ayudar en el proceso de expulsión, las presiones aumentan
considerablemente.
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