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Mi Primita Azucena

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Mi primita Azucena

Mi primita me dejo conocer tanto�.


Como todos los veranos por agosto, al acabar los estudios, me encontraba en
Valladolid para pasar unos d�as con mi abuela. Y como siempre me llevaba a visitar
a la familia.
-Luisito, esta tarde vamos a ver a tu t�a y a tu prima Azucena.
El nombre de mi prima me hizo acordarme de ella. Es m�s peque�a que yo, apenas
nueve a�os. Yo tengo diecisiete. Ten�a gratos recuerdos de momentos pasados con
ella. Recordaba c�mo desde muy ni�a, con cinco a�os, cuando iba a verla me abrazaba
muy cari�osa y cogi�ndone del brazo sal�a a la calle y dec�a a sus amiguitas y a
sus madres que yo era su novio. Presum�a delante de ellas. Siempre est�bamos
jugando, pele�ndonos.En casa de mi abuela, m�s de una vez la pill�, mientras yo
estaba con mi pilila meando, observandome por la ventana del retrete y cuando se
daba cuenta que le hab�a visto, se iba corriendo ri�ndose. En otra ocasi�n que se
qued� a dormir, pretendi� meterse en mi cama a jugar conmigo. Recuerdo tambi�n c�mo
hab�a veces que pas�bamos por el Pisuerga y, aunque no llevabamos ba�ador, nos
desnud�bamos, ba��ndonos ella con su braguita y yo en slip. Nos met�amos en el agua
y nos pele�bamos, nos abraz�bamos, jug�bamos; �ramos ni�os y todo era muy inocente,
o al menos asi lo parec�a. Mi prima Azucena es morena, rellenita sin llegar a
gorda. Tengo un grato recuerdo de ella.
Cuando llegu� con mi abuela a casa de mi prima, ella, alborozada, se ech� con sus
brazos a mi cuello y me abraz�, bes�ndome en la cara. Yo me sent� un poco turbado
por tanta efusividad y me sonroj�. Mi prima me cogi� de la mano y dijo:
-Luisito, vamos a dar una vuelta al parque.
Asentimos todos: mi abuela, mi t�a y yo.
Seg�n �bamos hacia el parque, observ� disimuladamente a Azucena. Hab�a cambiado, de
un a�o para otro. Hab�a crecido. Yo era mucho m�s alto que ella; pero hab�a dado un
estir�n. Me llegaba con su cabeza a la altura de mi pecho. Me fij� en el bonito
vestido blanco almidonado,sin hombreras, que llevaba y admir� la armon�a de sus
brazos. El vestido le llegaba algo m�s de por encima de sus rodillas y pude
contemplar sus piernas, que, a pesar de su ni�ez, estaban empezando a cambiar; se
estaban moldeando y eran hermosas. Seguro que unos a�os m�s tarde tendria unas
esbeltas y preciosas piernas de mujer. Seg�n me iba fijando en ella, intent�
sonsacarle cosas:
-Azucena, �Tienes amiguitas? �Juegas con chicas y chicos?
-Con ni�as s�; con chicos no, porque tengo novio.
-Pero prima, y �Qu� haces con tu novio? -le dije sonriendo maliciosamente y
curioso.
-Pues nos cogemos de la mano y nos damos besos en la cara -dijo, con firmeza.
-Anda mentirosa -. Y Azucena sali� corriendo, en direcci�n al parque, y yo detr�s
de ella.
En el parque hab�a unos columpios, y mi prima se empe�� en subir, y que yo la
empujase. Comenc� a balancear el columpio, y mientras Azucena sub�a y bajaba, el
vestidito se le sub�a algo m�s de sus rodillas y dejaba ver el inicio de unos
tiernos muslitos al tiempo que se re�a y dec�a:
-�Primo, dame m�s fuerte!
Yo, como un juego, me propuse verle completamente sus piernas y con astucia de
adulto, le insinu�:
-Azucena, �A que no eres capaz de subir a lo alto de los tubos aqu�llos?
Era un aparato, que hay en todos los parques, que tiene forma de medio c�rculo con
dos tubos largos metidos en el suelo,por sus extremos, separados por un tubo m�s
peque�o, haciendo como una escalera. Agarr�ndose a uno de los tubos puedes ir
escalando hasta arriba del aparato para despu�s seguir bajando por el otro extremo,
hasta el suelo.
Mi prima no lo dud� un momento y se puso a escalar por los tubos hacia arriba.
Seg�n sub�a yo le miraba las piernas, que cada vez ense�aba m�s.
-Mira lo que hago -me dijo.
Azucena tom� impulso con su cuerpo y teniendo las manos agarradas a uno de los
tubos subi� sus piernas y las dej� enganchadas en otro de los tubos. Seg�n hac�a
esto su vestidito se le subi� hasta la cintura y dej� ver una braguita blanca
bordeada de encaje con calados que hac�a que se le entreviese los puntitos de carne
de su culito; al tiempo que aireaba los muslos de sus piernas, a cada movimiento.
Yo me qued� extasiado mir�ndole el culo y comenc� a notar un calent�n y un
despertar, debajo, en mi entrepierna. Mir� a mi alrededor, por si hab�a m�s gente.
No hab�a nadie en el parque, por el calor que hac�a a esas horas. Me daba verg�enza
que me viese alguien mirando as� a mi prima, pues yo era mucho m�s mayor que ella y
que me llamase la atenci�n, recrimin�ndo mi actitud. Al ver que no hab�a nadie, me
puse completamente debajo de su culo y lo miraba descaradamente, mientras mi prima
se balanceaba. Mi calent�n hizo que mi imaginaci�n trabajase aceleradamente. Pens�
en aprovecharme de mi prima. Eso s�, sin sobrepasarme. S�lo un magreo por su cuerpo
que hiciese que a todo lo m�s mi calent�n acabase con un desahogo corporal en mi
calzoncillo. No se pas� por mi cabeza la idea de tener acceso carnal con mi prima,
ni mucho menos desflorarla haci�ndole perder su virginidad; por varios motivos: me
pod�a traer complicaciones y adem�s no quer�a hacer da�o a mi prima ni f�sica, ni
sicol�gicamente; pues la realidad era que verdaderamente la apreciaba y quer�a como
prima.
Nos sentamos en un banco, mi prima y yo, y le dije:
-Hace mucho calor, �por qu� no compramos unos comics y vamos a leerlos a tu casa en
tu cuarto?
-Vale, primo -contest�, entusiasmada.
Mi idea es que ella sugiriese a su madre lo de ir a su cuarto. Que no pensase mi
t�a que era cosa m�a; y le insinu�:
-Tienes que ser t� quien diga a tu madre, que vayamos a tu cuarto.
-S�, primo. Yo se lo dir� -respondi� sin malicia.

###

-Mam�, Luisito y yo vamos a mi cuarto a leer unos comics.


-Bueno�pod�is echaros sobre la cama a leerlos, siempre que os quit�is los zapatos
para no manchar. Tambi�n os pod�is quitar la ropa de calle para que no se arrugue y
as� estar�is m�s a gusto -dijo mi t�a Celia.
-S�, mam�.
-Despu�s pod�ais dormiros un rato para descansar, para luego poder salir. Luisito,
p�rtate bien y no rompas nada -agreg� mi abuela.
-S� abuela -contest� modosito.
Azucena y yo nos sentamos sobre el borde de la cama y cogimos un c�mic, cada uno.
Mi primita de Superman y yo de Spiderman. Est�bamos callados.Nos observ�bamos
disimuladamente. Parec�amos meditabundos. No pas�bamos de la portada del comic. No
sab�a c�mo llevar a mi prima al huerto y conseguir mis prop�sitos. Venciendo mi
timidez, quedamente, le dije musitando entrecortadamente:
-Azu�, �por qu� no hacemos lo que ha dicho tu madre y nos desvestimos (astutamente
no quise emplear la palabra desnudamos)?
Azucena, sin mirarme, se levant� y se quit� los zapatos; seguidamente con sus manos
subi� su vestido blanco y se lo sac� por su cabeza, quedando s�lo con una
camisetita, la braga y los calcetines. Yo la mir� y me qued� maravillado de su
lindo cuerpecito.
-T� tambi�n primo -dijo.
Yo ante eso venc� mi indecisi�n y comenc� a quitarme la ropa: la camisa, el
pantal�n, los zapatos y tambi�n los calcetines. Me qued� s�lo con el slip, como si
fuese a praticar nataci�n, que era mi deporte favorito. Azucena me mir� y se qued�
alelada admirando mis musculosos pectorales y mi cuerpo atl�tico. Agarr� los
m�sculos de mi brazo y, apret�ndolos, dijo:
-Luisito�qu� fuerte est�s. Pareces un cachas.
Me fij� en que parte de la tela de su braguita se le hab�a metido en su rajita. Eso
hizo que me envalentonase y para enredar su mente y que hiciese lo que yo quer�a le
propuse:
-Azucena, �a que no me puedes�a que no me derribas sobre la cama?
-Ahora ver�s � y se lanz� con sus brazos sobre m�, apret�ndo fuertemente su cuerpo
al m�o y metiendo una de sus piernas entre las m�as, haciendo fuerza para intentar
derribarme. Yo me re�a y le segu�a el juego; me apretaba a ella y distra�damente
bajaba mis manos por su espalda y furtivamente con suavidad las dejaba caer sobre
las nalgas de su culito. Pens� que esto marchaba bien. Estuvimos forcejeando unos
minutos hasta que hice un movimiento sobre ella y ca�mos los dos sobre la cama.
Azucena qued� encima de mi cuerpo y segu�a luchando; yo la abrac� con fuerza, para
que no se moviera, y descargu� mis manos sobre su redondo culito sob�ndola
descaradamente. Ella se movi� y consigui� que di�semos unos revolcones por la cama;
unas veces ella estaba encima y otras veces debajo de m�. Finalmente yo me impuse y
qued� sobre ella, cubriendo todo mi cuerpo el suyo peque�o. Ella se qued� quieta y
mientras yo presionaba mi paquete contra su vulva, comenc� a besuquearla toda la
cara, recorriendo con mi lengua su barbilla y llen�ndola de saliva. Ella
bruscamente se separ�, empuj�ndome, y me dijo:
-�Guarro�qu� me haces!. Me has llenado la cara con tu babas.
Nos quedamos juntos, con nuestros cuerpos jadeando; ella boca arriba y yo de medio
lado. Azucena miraba al techo. Parec�a que estaba cavilando; como si estuviese
analizando las nuevas sensaciones que deb�a haber experimentado con nuestro
contacto y que desconoc�a hasta ese momento. Volvi� su cara hacia m� y sonriendo me
dijo:
-Luisito, qu� malo eres.
Mir� como la camiseta de mi prima se inflaba y desinflaba a cada movimiento de su
pecho por su alterada respiraci�n. Me fij� en dos bultitos de su pecho que hac�an
sobresalir la camiseta; deb�an ser sus tetitas. Me acerqu� al o�do de mi prima y le
dije con voz meliflua:
-Azu�no tienes calor. �Por que�no te quitas la camiseta y te quedas como yo?
-No, no me deja mi madre. Si lo hago me castiga -contest� mi prima, con firmeza.
Yo pens�: Luis hasta aqu� hemos llegado. Y vaya calent�n que ten�a, estaba
totalmente empalmado.
En esto que se abri� la puerta y asom� mi t�a Celia:
-Nos vamos la abuela y yo a ver unas tiendas, tardaremos como una hora.
-Luisito, p�rtate bien y no rompas nada -apostill� mi abuela.
-Claro abuela.
Otra ocasi�n como �sta en la vida se me va apresentar, pens�. Lo que no sab�a era
como seducir a mi prima y que secundase mis deseos. Deb�a de jugar con su
mentalidad infantil y as� poder conseguir mis prop�sitos. Me acerqu� a su cara y le
dije susurrante:
-Azu, que guapa eres. Qu� ojos y qu� boca m�s bonita tienes. Debes tener loquito a
tu novio.
-Anda calla, zalamero.
Y sin dejarla reaccionar aplast� mi boca a la suya con un apasionado beso. Ella de
la sorpresa no se mov�a. Se o�a sus respiraci�n acelerada. Abr� sus labios y
metiendo mi lengua en su boca toqu� la lengua de mi prima. Despu�s introduje parte
de mi saliva en la boca de ella. Not� que ella se quer�a desasir y quit� mi boca de
la suya.
-�Qu� cochinadas haces, Luisito! �No me lo hagas m�s!
Quise dominar su pensamiento y le dije:
-T� no tienes novio, si no sabr�as que los novios se besan as�. Adem�s no sabes
besar. Tienes que aprender si no quieres que te deje tu novio.
Azucena, colorada como un tomate, acerc� su boca a la m�a y nos fundimos en un
hermoso beso. Juntamos nuestros labios y yo sabore� la dulzura de su boca. Hab�a
veces que met�a toda su boquita en la m�a. Tanto Azucena como yo jugabamos con
nuestras lenguas, met�amos nuestras salivas en nuestras bocas. As� estuvimos cinco
minutos.
Nos separamos y nos quedamos mirando como hipnotizados. Yo deb�a seguir con mi
plan, as� que aposte fuerte:
-�C�mo se llama tu novio?
-Luis -contest� mi prima, indecisa y t�midamente.
-�Como yo!
-Mi novio eres t�, Luisito -dijo quedamente.
-Pero si eres muy peque para m�, Azucena. Yo necesito una novia mayor.
-Yo puedo hacer por mi novio lo que cualquier chica mayor -respondi� decidida.
Esta es la m�a, pens�.
-Pues si quieres ser mi novia, tienes que quitarte tu camiseta.
-Es que si se entera mi madre me castiga y no me deja salir a la calle a jugar a la
cuerda con mis amiguitas.
Vaya preocupaci�n que tiene mi prima por no poder jugar a la cuerda.
-Pero si tu madre no se va a enterar. Si no va a volver hasta dentro de una hora.
Nadie se lo va a decir.
Pareci� pensarlo y con sus manos subi� su camiseta hasta la altura de su cuello. Me
qued� mir�ndola sus tetitas. S�lo eran dos peque�os bultitos a cada lado de su
pecho. Ten�a unas areolas sonrosaditas y en medio de ellas un puntito como
pezoncito. Mi polla crec�a por momentos. Me sent�a muy acalorado contemplando los
pechitos de mi prima. Me acerqu� a ella y volv� a besarla; esta vez si me respondi�
con sus labios. Baj� lentamente mi boca por su cuello, para luego seguir hasta una
de su tetita y metermela entera en mi boca, sabore�ndola dulcemente y succionando
para dentro haciendo que se endureciese su tetita y se empinase su pezoncito. Luego
segu� hacuendo lo mismo con la otra tetita. Mi excitaci�n era muy fuerte, notaba
que mi prima se estremec�a a cada lametazo que le hac�a. Poco a poco yo fui bajando
mi mano hacia su barriguita y empec� a tocar con suavidad el principio de su
braguita; not� que mi prima se pon�a tensa y que colocaba sus manos por encima de
su braga. Yo despacio hac�a movimientos con mi mano tratando de ir baj�ndole la
braga, pero mi prima con sus manos opon�a resistencia.
-Eso s� que no, primo.
Pens� que se hab�a acabado todo, que mi prima se levantar�a enfadada, se vestir�a y
yo me quedar�a con un tremendo dolor por el calent�n que ten�a. Deb�a jug�rmela y
dominar la mente de ni�a de mi prima. Me acerqu� a su rostro y sujetando su cabeza,
con firmeza, la mir� fijamente a sus hermosos ojos negros y le dije seriamente:
-Si no te quito la braga, dir� a tus amiguitas que no soy tu novio y ellas se
reir�n de ti y no querr�n jugar m�s contigo.
Azucena cerr� los ojos y no dijo nada. Yo me puse de rodillas, sobre la cama, a la
altura de su pubis, y con movimientos h�biles y r�pidos de mis manos logr� quitar
la braga de su cuerpo. Pude contemplar el cuerpo de mi prima totalmente desnudo, a
excepci�n de los calcetines blancos que llevaba puestos. Era maravilloso ver el
cuerpo de una ni�a de nueve a�os. Todo en ella era perfecto, dulce, tierno. Sus
tetitas peque�itas, su cintura de pajarito y su conchita cubierta por una fina
pelusilla, sus piernas torneadas.
Pens� que deb�a conformarme con aquella visi�n y no continuar m�s; pero lo que
ten�a duro entre mis piernas se negaba a obedecerme. El paso siguiente era muy
arriesgado y pod�a hacer que rompiese el hechizo que ejerc�a sobre mi prima y que
se acabase todo y de mala manera.
-Azu, �te acuerdas de otros a�os, cuando quer�as ver mi colita?. �Si quieres verla
ahora?
-Si ya te la he visto.
-Pero ahora ha cambiado.
Abri� los ojos y dijo curiosa:
-A ver c�mo ha cambiado.
No dud� m�s y baj� el slip con mis manos surgiedo mi enorme aparato: un pene de 20
cm. y 5cm. de grosor (me lo hab�a medido el d�a anterior). Mi pene vibraba de
excitaci�n y de ansiedad. Palpitaba el glande.
Azucena se qued� con la boca abierta, con cara de sorpresa y asustada y se puso las
manos tapando sus ojos.
-�Qu� grande! Pero si antes era peque�a; es cuatro veces m�s grande y tres veces
m�s gorda, que cuando yo te la ve�a.
-T�cala si quieres -le dije -si no te pasa nada.
Azucena parec�a pens�rselo, pero al final accedi�, baj� su mano a mi polla y lo
agarr�. No era capaz de cubrir con su manita todo mi grueso aparato.
-Es muy suave � dijo, totalmente sofocada.
Me acerqu� a su cara y fui besando su boquita, su cuello, sus tetitas, su
ombliguito y all� me detuve. No quise seguir hasta la conchita, por si ella pensaba
que era obsceno lo que le hac�a y se romp�a la magia del momento. Acarici� con mi
mano su rajita y con los dedos pude notar que estaba muy mojada, muy h�meda, ya
estaba preparada. Toqu� con un dedo el agujero cerrado de su vaginita y not� que
era muy peque�o, no deb�a tener de apertura m�s de un cent�metro.
Lance un �rdago como final del juego en la partida.
-�Quieres pijar conmigo? -le dije, como se habla en Pucela, o sea follar.
-�Qu� es eso? -pregunt�, extra�ada.
-Es lo que hacen los novios que se quieren m�s que los novios normales. Es un
secreto que guardan si lo hacen y que no cuentan ni a sus padres ni a nadie. Se
trata de meter mi colita en tu cosita.
Ella se asust�.
-Eso tan grande no puedes meterme dentro. Me har�s da�o.
-Si se puede con paciencia, adem�s con cuidado no te har� da�o. �Alguna vez tu
primo te ha mentido. Te ha hecho da�o?.
Azucena cerr� los ojos y se qued� callada.
Me ech� encima de ella y la bes� nuevamente con dulzura. Seguidamente cog� con mi
mano mi polla y lo dirig� hacia su vulva, tanteando el orificio de su vagina,
intentando con suavidad que el glande penetrase dentro. Su agujerito era muy
peque�o para tragar algo tan grueso. Tras varios intentos no hab�a forma de que mi
polla entrase. Me estaba poniendo muy nervioso. Enloquecido, arremet� violentamente
con terrible fuerza mi polla contra la vagina de mi prima notando como algo se
romp�a, deb�a ser la telilla del himen y que mi polla se introduc�a en su cavidad
ardiente. Mi prima abrio los ojos, qued�ndoseles en blanco, y solt� un desgarrador
alarido:
-�Ayyyyyyyyyyyyyyyyy!
-�Qu�tate bruto, me haces da�o!
A m� no hab�a ya quien me controlase. Met� hasta el fondo de la vagina de mi prima
toda mi polla y comenc� a culear sobre ella, con gran violencia. Mi prima lloraba y
golpeaba con sus manos mi cara, al tiempo que dec�a:
-�Bestia, me duele! �Se lo voy a decir a mi madre!
Yo segu�a foll�ndola, hasta que me lleg� un grandioso orgamo eyaculando todo mi
semen dentro de ella. Me qued� encima de ella jadeando y agotado. Mi prima no se
mov�a. Luego me separ� y vi a mi prima haciendo pucheros, con unos lagrimones
cay�ndole de sus ojos y unos mocos que le llegaban hasta la boca. Le sal�a de su
rajita todo mi semen ensangrantado. Azucena y yo nos asustamos. Se lo limpi� con mi
pa�uelo.
-Me has hecho da�o, me has enga�ado, ya no eres mi novio, se lo voy a decir a mi
madre lo que me has hecho.
Yo le dije, intentando amedrentarla:
-Si se lo cuentas a tu madre, yo le dire que has sido t� las que me has provocado y
me has obligado.
En esto que se oy� abrir la puerta. V�stete que viene tu madre y la abuela.
-�Os hab�is portado bien? �No habr�s roto nada, Luisito? -dijo mi abuela. Mientras
Azucena y yo nos tap�bamos las caras con el comic de Spiderman y Superman.
-He sido bueno, abuela -contest�.

###

Ya en casa de mi abuela Lina, pas� toda la noche en vela, no pod�a dormir pensando
en lo que hab�a hecho a mi prima Azucena; le hab�a violado salvajemente, le hab�a
desflorado y quitado su virginidad de una forma brutal. Era un aut�ntico cerdo. No
s� c�mo hab�a podido suceder y qu� consecuencias me podr�a traer. Imagin� que mi
primita le dir�a a mi t�a Celia lo ocurrido y que mi t�a me denunciar�a a la
policia. Me ve�a entre rejas. Me lo merec�a. Adem�s no ten�a muy claro si mi
eyaculaci�n no tendr�a alguna consecuencia posterior, pues mi prima estaba en esos
a�os que se pasa de ni�a a la pubertad y desconoc�a si ella ya lo hab�a traspasado.
De todas formas estaba dispuesto a asumir todas las responsabilidades que se
pudieran derivar de mi actuaci�n con mi prima.
Pasaban los d�as y no ten�a noticias. La policia no me buscaba y mi familia no daba
ninguna se�al����

�����.

-Luisito, tu t�a Celia ha llamado y dice que quiere verte.


Ya est�, esta tarde me encierran, pens�.
-Abuela estoy muy cansado. No tengo ganas de salir.
Pero conociendo a mi abuela me vi en direci�n a la casa de mi t�a, que est� cerca
del Campo Grande de Valladolid. All� estaban mi t�a y mi prima Azucena. Mi prima no
se tir� a mi cuello, ni me bes� como siempre hac�a.
-Azucena, no besas a tu primo -dijo mi t�a.
-Hola, Luis -respondi� Azucena, manteniendose distante de m�.
-Hola, Azucena.
-�Por qu� no dais una vuelta, mientras preparo la cena?. Subid sobre las diez a
cenar.
Seg�n baj�bamos la escalera de la casa, yo quise hacerme el cari�oso con mi prima e
intent� abrazala; pero ella me rechaz� violentamente y dijo:
-No me toques, que me ha dicho mi madre que no deje tocar por los chicos.
-Pero si yo soy tu primo.
-T� eres peor que los dem�s chicos.
En la calle, semianochecido, mi prima no paraba de correr de una esquina a otra de
la calle intentando esquivarme. Yo la segu�a con insistencia. Al fin consegu�, en
una esquina completamente oscura, atrapar a mi prima y apoy� su espalda a la pared
y yo me apretuj� a ella, dominandola con mis brazos para que no se escabullera.
-�Est�s enfadada conmigo?
-S�, me dijo.
-�Has dicho algo a tu madre?
-No, pero le he preguntado que c�mo se hac�an los ni�os y me ha dicho que era con
amor de un chico y una chica, que el chico ten�a que meter su colita en la rajita
de la chica; pero que hab�a que esperar a ser mayores y estar casados. Me ha dicho
que yo era peque�a para preocuparme de esas cosas, que hasta que no tuviese la
menstruaci�n no pod�a tener ni�os. Le he preguntado que qu� era eso y me ha dicho,
que cuando te venga la mentruaci�n ver�s c�mo te das cuenta en seguida.
Con lo que dijo mi prima se me quit� un peso de encima.
-Perd�name, Azucena. No s� c�mo pude hacerte eso.
-No, no te perdono, Luis.
Durante la cena, mi prima no dijo palabra; hasta mi t�a, viuda de militar, que no
paraba de beber para hacer m�s llevadero la ausencia de mi t�o, lo observ�:
-No hablas nada, hija. Parece que no te alegras de que haya venido tu primo.
Vimos la tele, los tres mudos, y despu�s nos acostamos. Azucena ni siquiera se
despidi� de m� y se fue a su cuarto. Mi t�a se fue con la botella de an�s y yo me
dirig� al dormitorio de invitados.

�����.

Llevaba unos minutos acostado en la cama y con los ojos abiertos no ve�a m�s que la
oscuridad del cuarto. No hac�a m�s que pensar y darle vueltas a c�mo se hab�a
deteriorado la relaci�n con mi primita.
Empezaba a coger el sue�o cuando observ� que, muy despacio, se abr�a la puerta y
aparec�a una figura menuda. Era mi prima Azucena que entraba sin hacer ruido y se
dirig�a a mi cama. Llevaba puesto s�lo una braguita. Se acerc� en puntillas y
levantando con flojedad la s�bana se introdujo entre ella. Yo me hice el dormido y
mi prima se acurruc� al lado m�o y me ech� su brazo sobre la cintura y dijo bajo en
mi o�do:
-�Duermes, Luis?
Yo no contest�, fingi�ndo dormir.
-No estoy enfadada contigo, aunque me hiciste mucho da�o. Quiero que sigas siendo
mi novio. �Qui�res que sea tu novia?.
Yo haciendo c�mo que me despertaba, le dije:
-Pues claro Azu. que quiero que seas mi novia. Si eres una mujer preciosa.
Ella acerc� su cabeza a la m�a y me dio con sus labios un apasionado beso. Luego
apoy� su cabecita sobre mi pecho y se qued� quieta. Su respiraci�n se aceleraba. Yo
me olvid� de todo y cog� su manita y la puse encima del paquete de mi slip; ella no
la retir� y empez� a notar como se iba haciendo de mayor tama�o mi polla.
-Si somos novios, podemos hacer todo lo que hacen los novios. �Sabes primita lo que
llaman el sesenta y nueve?
�Qu� es Luis? -respondi� extra�ada. (Ya no me llamaba Luisito)
Cog� a mi primita y volv� su cuerpo: su cabeza en direcci�n a mi slip y su culito
hacia mi cara. Su boca qued� encima de mi paquete y mi boca debajo de su braguita.
Ten�amos la respiraci�n muy acelerada los dos. Con mis manos baj� su braguita hasta
sus rodillas y met� mi cara entre sus piernas a la altura de su vulva. Ol�a a un
olor delicioso: una mezcla de or�n y de su sexo. Con mis manos baj� mi slip y
apareci� ante los ojos de Azucena mi enorme polla. Azu. dijo: �Ahhhhh! de
admiraci�n. Dej� su cara encima de mi verga sin moverse.
Yo enloquecido ante la visi�n de su precioso co�ito comenc� con mi cara a restregar
su h�meda conchita y a lamer sus peque�os labios vaginales. Notaba como mi prima se
estremec�a a cada leng�etazo m�o. Comenc� a notar que sal�an de la vagina de
Azucena unas gotitas que cayeron dentro de mi boca, eran de sabor muy dulce, me las
tragu�. �Ah�Ah�Ahhh.! Azucena se corr�a, era su primer orgasmo. Mientras se
estremec�a con sus labios comenzaba a darme besitos en el glande de mi polla.
Oprim� su cabeza contra mi verga y le dije:
-Ch�pamela, Azucena�por favor.
Mi prima lentamente abri� su boca y se introdujo la cabeza de mi pene y con su
lengua comenz� a jugar. Yo notaba el calor de su boca y el fluir de su saliva.
-As�, primita�as�.
Presion� con fuerza la cabeza de mi prima y logr� que mi polla entrase hasta la
campanilla de su garganta. Todav�a deb�a quedar unos diez cent�metros de mi polla
fuera de su boca. Cog� con mi mano la manita de mi primita e hice que apretase mi
pene. Empece con mi mano y la de mi prima a frotar, arriba y abajo, mi rabo. Hasta
que viendo que me iba a llegar el orgasmo solt� mi mano y Azu. segu�a frotando
arriba y abajo, consiguiendo que me produjese un corrid�n brutal y soltando toda mi
leche en la boca de mi primita. �Ohhhhhhhhhhhhhhhhhh! Azu. se separ�. Estaba muy
impresionada por la sensaci�n de su semen en su garganta.
-No sabe muy bueno -dijo.
-La pr�xima vez no lo saborees y te lo tragas.
Y con restos de mi semen en sus labios se aproxim� a mi boca y comenz� a besarme,
poni�ndose encima de m�. Ella con su pubis apretaba mi arrugada polla haciendo que
poco a poco volviese a crecer.
Otra vez se puso dura y Azucena, con miedo por el da�o de la primera vez, fue
aproximando el hueco de su vagina a la cabeza de mi pija y sin dificultad logr� que
entrase. �Qu� calor y qu� sofocados est�bamos los dos! Azucena temblaba. Yo baj� mi
mano hasta su culo y pude notar que le hab�a entrado entera toda mi polla; tan s�lo
mis test�culos quedaban fuera. Ninguno de los dos nos mov�amos. Tan s�lo sent�amos
nuestros cuerpos y nuestra respiraci�n. Era una sensaci�n maravillosa poseernos. Ya
no pod�a aguantar m�s y comenc� a tener espasmos de placer y Azucena como
enloquecida comenz� a mover su culo, arriba y abajo, fren�ticamente, y logramos el
orgasmo los dos a la vez,: �Ahhhhhhhhhhhhhhh! �Ohhhhhhhhhhhhhhh! quedando uno
encima del otro con convulsiones, jadeando y sudorosos.
-Azu. �quieres probar lo que hacen los novios para no tener ni�os?
-Lo que tu quieras, Luis.
Le di la vuelta y qued� boca abajo ofreci�ndome su precioso culito de una ni�a de
nueve a�os sin desvirgar. Su agujerito era tan peque�o que no entraba ni mi dedo
me�ique. Puse mi poll�n en su entradita y arremet� con tremenda fuerza, que provoco
un fuerte: �Ayyyyyyyyyyyyy! de dolor y not� que algo se desgarraba en el ano de mi
prima. Le deb�a haber roto el esfinter. Pero no me detuve, segu� avanzando con mi
polla por el culo de mi prima, hasta que eyacul� dentro.
�Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!
Me levant� y vi como mi prima sujetaba con sus manos la s�bana y mord�a con su boca
la almohada y que dec�a llorando:
-Soy su novia�.es mi novio.
Cog� su cuerpecito en mis brazos y la llev� velozmente al aseo, donde lav� su
culito ensangrentado y eche agua oxigenada para desinfectarlo. Tambi�n le puse una
gasita en su agujerito para que se cerrase su herida.
Volvimos a la cama y ella se durmi� a mi lado con su manita en mi polla.
Cuando amanec�a mi primita sigilosamente se fue a su cuarto.

���.
Al d�a siguiente volv� a Barcelona a estudiar. No volv� a tener m�s relaciones
carnales con mi prima Azucena. Pasaron los a�os y ella se cas�, despu�s yo, y
cuando nos ve�amos en alguna boda o entierro nos qued�bamos mirando, no dec�amos
nada; pero seguro que a ninguno de los dos se nos hab�a olvidado aquellos d�as de
aquel verano en agosto en Valladolid.

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