Literatura y Globalización - Tres Novelas Post-Macondistas
Literatura y Globalización - Tres Novelas Post-Macondistas
Literatura y Globalización - Tres Novelas Post-Macondistas
2002
Citas recomendadas
Mouat, Ricardo Gutiérrez (Primavera-Otoño 2002) "Literatura y globalización: tres novelas post-
macondistas," Inti: Revista de literatura hispánica: No. 55, Article 1.
Available at: http://digitalcommons.providence.edu/inti/vol1/iss55/1
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LITERATURA Y GLOBALIZACIÓN:
TRES NOVELAS PO ST-M ACONDISTAS
las estrategias de “sam pleo.” El acceso a los docum entos y expedientes del
archivo ya no está restringido por ninguna institución ni por ningún nivel
institucional de cultura. Es notable que palabras como expediente, documento
y ficha hayan pasado al dominio de la com unicación electrónica porque
im plica que cualquiera tiene acceso al archivo y lo puede m anipular sin
preocuparse por reclam ar ningún tipo específico de autoridad. La autoridad
cultural que antes garantizaba acceso al archivo se ha desestabilizado y ha
entrado en un proceso de relegitim ación que involucra nuevos discursos
literarios como el de M cO ndo .3 Por eso, la pregunta del crítico antes citado
es relevante para evaluar la em ergencia de nuevos discursos sobre la cultura
y la literatura en la Am érica Latina, justam ente porque pone de relieve una
discontinuidad en la historia de las tradiciones culturales. Para González
Echevarría el archivo contiene las claves de los orígenes históricos y de la
identidad cultural latinoam ericanos. Narrar desde fuera del archivo (o desde
un archivo digitalizado) significaría replantearse los temas más sustanciales
de la narrativa y el ensayism o latinoam ericanos de la m odernidad y superar
las “tram pas de la nostalgia” que conducen al intelectual literario, una y otra
vez, al lugar de los orígenes. De hecho, si es válido hablar de una narrativa
latinoam ericana posm oderna, su condición de base tendría que ser la
reform ulación de ese núcleo discursivo de la m odernidad ,4 y el discurso
M cOndo respeta esta condición. Leemos en el prólogo a M cOndo, por
ejemplo, que los relatos de esa antología “se centran en realidades individuales
y privadas” y que el “gran tema de la identidad latinoam ericana (¿quiénes
somos?) [deja] paso al tema de la identidad personal (¿quién soy?).” (15)
Además, las novelas que estudio en este trabajo están plenam ente
conscientes de operar dentro de los “sistemas de com unicación” globales y
funden (algunos dirían, confunden) el lenguaje literario con los lenguajes
audiovisuales, inform áticos y publicitarios, hasta el punto que los creadores
de ficciones literarias no se dejan distinguir claram ente de los “creativos
publicitarios” o de otras especies que pueblan el im aginario colectivo de la
globalización .5 M cOndo es un buen ejemplo de una narrativa que parece
apoyarse en los m edios de com unicación e inform ación y, a la vez, de una
narrativa que se gesta fuera del archivo (legal, histórico y antropológico).
Las novelas que estudio no recurren a la m ediación del archivo histórico
porque se despliegan en un tiem po corto en que la m em oria tiene dificultades
para sedim entarse. Difícil concebir, en otras palabras, a un autor o narrador
M cO ndista que se proyecte en la figura del historiador. Sí figuran las
p ro y e c c io n e s p e rio d ístic a s , sobre todo si re g is tra n la a c tu a lid a d
m assm ediática. En el planeta M cOndo abundan los entrevistadores, los
críticos de rock, los críticos de cine, y los cronistas de la noche m etropolitana.
Tam poco figura en la ficción M cOndo el antropólogo, contraparte del
historiador en la teoría narrativa de González Echevarría. M cOndo es un
planeta pero es tam bién una ciudad, y una ciudad hom ogénea. El “otro” de
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II. T re s novelas
años) y Dani/Tony, que tiene diecinueve. Elvis y los Beatles son referencias
históricas para este últim o, m ientras que para su m edio herm ano mayor
Dani/Tony es una “criatura catódica” (40) o un “vídeo-herm anastro” (38).
Es justam ente m ediante la incom unicación entre los m edio herm anos que el
tema de la m em oria histórica se articula con y dentro de la sociedad
mediática.
“Dani/Tony era un auténtico hijo de sus tiem pos” (41); “Dani/Tony
había sido entregado por su madre a los estudios de televisión apenas
dom inadas sus funciones corporales” (41); “Dani/Tony era el héroe de
Beatam inas,” una telenovela en que los problem as de los personajes adultos
(incluyendo los afectivos) eran tratados con desprecio por los guionistas,
porque los verdaderos problem as eran “no haber sido invitado a la fiesta de
Vicky..., o haber sido descubierta flirteando con Momo, el pelirrojo con
pecas...” (41) El texto subraya la inm aterialidad de la existencia social, tan
ligada al sim ulacro y a la virtualidad, y lo hace m ediante la retórica del
contraste y el paralelism o, no sólo agrandando el cuerpo ya de por sí
hiperbólico de la M ontaña García sino, además, convirtiendo a este personaje
en un verdadero artista de las heces fecales y de las ventosidades anales.
Todo en la M ontaña es material, incluso su apego por el dinero, que
compensa con su abnegación por el desvalido Esperanto, su mellizo espiritual.
El texto tam bién vincula la inm aterialidad a los “no-lugares” (Augé) de
la superm odernidad: “Las discotecas, al igual que los aeropuertos, los
shopping centers, los hospitales y, sí, los novedosos 24 H oras— son sitios
sim ilares en su núcleo básico... Los cinco santuarios en cuestión... están
íntim am ente relacionados con el movim iento perpetuo... Las discotecas, los
aeropuertos, los shopping centers, los hospitales y los 24 Horas son...
aquellos lugares donde acuden las personas en anim ación suspendida; los
seres atrapados entre un sitio y otro sólo conscientes de su presente” (155).
Esperanto aparece dislocado en estos sitios que él m ism o visita porque es un
ser consciente de su pasado y de la historia, para quien el presente es poco
menos que ilegible. Pero esto no significa que Dani/Tony (representante de
la fauna de los no-lugares) sea un personaje íntegram ente ahistórico. El y su
cofradía se suscriben al M anifiesto del Tercer M ilenio que profetiza la “Era
de los Irrealistas V irtuales” (170): “Esperanto podía verlos, m archando
desde los bordes de la Historia con el orgullo y la inconsciente seguridad de
ser la prim era línea en una nueva página.” (171) Es la historia convertida en
m ística New Age, m istificada por pronunciam ientos sobre su anacronism o,
em belesada por el presente perpetuo de las imágenes m ediáticas.
La rem em oración psicoanalítica de la novela, que supone un cierto
espesor subjetivo negado a las “criaturas catódicas” del presente virtual,
involucra no sólo una m em oria propiam ente histórica sino tam bién una
m em oria literaria alegorizada en el paradigm a proustiano que la novela
pone e n juego. (Ver, por ejem plo, lo referente al cuaderno de A lbertina, en
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las fotos que ha alterado para que un historiador del futuro sepa cómo el
gobierno ha ido reinventando el pasado de la nación.
Es notable la actitud crítica que m antiene esta novela respecto a la
prom esa de un nuevo paraíso tecnológico, actitud cuya base narrativa es el
distanciam iento entre el autor im plícito y el narrador y protagonista
(Sebastián). Este último se deja tentar por el poder y la tecnología, y se
m uestra ineficaz en sus relaciones con las mujeres agresivas y exitosas que
pueblan la narración y que dan fe de un cambio social m ucho más real y
legítim o que cualquier cambio político que las prom esas de integración
global traigan im plícitas. El autor im plícito, por su parte, observa y registra
las contrariedades de un espectáculo posmoderno que se despliega en el
escenario de una ciudad sem idesarrollada y que afectan varios órdenes de la
vida social. Las actitudes m achistas, aunque lim adas por la reflexión,
persisten en un m undo que se quiere renovado y cosm opolita; los temas del
hum anismo tradicional (la muerte, el deber filial, la soledad) sólo reciben
respuestas falsas por parte de las nuevas tecnologías; la corrupción política
se re-entroniza m ediante las técnicas digitales. La perspectiva autorial
estigm atiza más que glorifica la tecnocultura que ostentosam ente se despliega
en el espacio narrativo: la m etamorfosis digital de las im ágenes se vincula
a valores m orales corruptos, la recreación de la identidad en los juegos
virtuales son sintom áticos de una incapacidad psicológica para bregar con
problem as fam iliares, el sim ulacro es sim plem ente lo falso y no una
categoría superior de lo real.
A riesgo de ir dem asiado lejos, me atrevo a afirm ar que las nuevas
tecnologías digitales son asim iladas por el discurso narrativo no sólo a una
cultura de masas m ucho más establecida sino al punto de vista apocalíptico
desde el cual se juzgaba a la cultura de masas a m ediados del siglo XX. Claro
que en la novela este juicio es relativo porque no hay una actitud propiam ente
apocalíptica sino más bien una aceptación generalizada del entorno
audiovisual (y cibernético) en que se mueven los sujetos de las sociedades
contem poráneas y desde el cual emerge la excepcionalidad literaria. La
cultura de m asas tendría el efecto narcotizante del white noise, sería la
interferencia que hace posible, por contraste, la codificación de m ensajes
densos y com plejos. Esto explica que Nikki sea al mismo tiem po lectora de
Javier M arías y devota de las telenovelas nocturnas. Pero junto con la
aceptación pragm ática del mercado de mensajes que entorpece nuestra
razón com unicativa, se perfila en la novela el tópico de la m anipulación de
las m asas (o de la opinión pública) m ediante la tecnología y los medios de
com unicación e inform ación, tópico bastante difundido en el discurso sobre
los medios hasta hace poco tiempo. Toda la actividad de Sebastián en la
novela consiste en m anipular el pasado para reconstruir el presente pero hay
otros niveles y “escenas” de m anipulación en la tram a que hacen pensar al
protagonista que incluso la realidad se puede m anipular para explotarla
publicitariam ente.
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desventuras son relatadas por la novela: “El pub congregaba a puros tipos,
botados y solos, de alguna m anera huérfanos...” (378)21 De modo que la
novela culm ina con una suerte de reconciliación paterna (bastante parecida
a la que clausura M ala onda) y con la construcción de un espacio fam iliar
que reintegra al sujeto y lo aísla del ruido m ediático y del calidoscopio de
las im ágenes que interfieren con la construcción de una subjetividad en
regla.
El final de Por favor, rebobinar refleja el “sentido com ún” que posibilitó
en Chile el consenso político postdictatorial. Para los críticos del consenso,
como D iam ela Eltit, el sentido común es una proposición degradada porque
se basa en el “consum o com ún” y crea una cultura que afecta a la institución
literaria “obligando a la industria editorial a auspiciar y prom over
producciones adecuadas al nuevo tiem po” (Eltit 133). Alberto Fuguet es el
adalid de lo que a principios de los noventa se llamó la nueva narrativa
chilena. Su obra constituyó un miniboom en el mercado editorial chileno
justo cuando el país iniciaba la transición hacia la dem ocracia después de los
diecisiete años de Pinochet. Los dos primeros libros del autor (Sobredosis
y La azarosa y sobreexpuesta vida de Enrique Alekán) vieron la luz el año
en que Patricio Aylwin com enzaba su mandato presidencial, m ientras que
al año siguiente, cuando se comenzaban a ventilar los resultados de las
investigaciones de la Com isión Rettig y se procedía a la captura del hielo
antártico que term inaría adornando el pabellón chileno de la Expo Sevilla,
aparecía M ala onda, la prim era novela de Fuguet. Cuando se publicó la
edición original de Por favor, rebobinar (1994) ya la nueva narrativa
chilena se hallaba en marcha, im pulsada en gran m edida por el éxito de estas
prim eras obras, que com parten una misma visión de mundo, un estilo
parecido e incluso algunos de los mismos personajes. (El Enrique Alekán de
las crónicas capitalinas narra el segundo capítulo de la novela de 1994,
donde reaparece junto con otros personajes de las m ism as crónicas y de
M ala onda).
Para los intelectuales críticos del consenso el problem a central que se
deriva de la nueva narrativa es la relación entre literatura y m ercado.
Diam ela Eltit ha elaborado algunos conceptos sobre este tem a que im plican
un antagonism o insuperable entre las políticas del m ercado editorial y una
literatura auténticam ente crítica. Eltit incorpora la nueva narrativa a un
proyecto hegem ónico forjado por una alianza entre la política neoliberal de
los gobiernos de la Concertación, los medios de com unicación, y los propios
lectores de los bestsellers nacionales, ellos mismos clones del sistema,
“sujetos m onetarios” a través de los cuales el mercado editorial se reproduce
y expande. E ste m odelo totalizante produce efectos tales com o la
espectacularización del escritor, la difusión de una sensibilidad light, la
desm em oria histórica y la expulsión hacia los bordes de “las producciones
críticas” y “estéticas no oficializables” (Eltit 26). Produce tam bién un
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NOTAS
1 La Nación de Buenos Aires reprodujo el artículo (19 de enero, 2003) con un
nuevo encabezamiento, irónico y fulminante: “La cultura de McDonald’s llega a la
literatura.”
2 McOndo es un grupo de escritores nacidos en los años sesenta que coinciden
en las varias antologías (cuatro hasta la fecha) organizadas por Alberto Fuguet o por
intereses muy ligados a los suyos. En orden cronológico las antologías son Cuentos
con Walkman (1993), McOndo (1996), Líneas aéreas (1999) y Se habla español
(2000), y se han publicado, respectivamente, en Santiago, Barcelona, Madrid y
Miami. El apelativo “McOndo” aparece primero en un pasaje de Por favor,
rebobinar (deletreado “McCondo”) y luego da título a la controvertida antología
de Fuguet & Gómez. El núcleo del grupo lo componen Fuguet, Paz Soldán y Fresán
pero se pueden añadir nombres como Jaime Bayly, Gabriel Peveroni, Cristina
Civaie, Naief Yehya, Martín Rejtman y otros.
3 Me suscribo a las ideas elaboradas por Jim Collins en el contexto de la
posmodernidad global: “The emergence of new repositories of information such as
the computer network and the living room exemplify the widespread reformulation
RICARDO GUTIÉRREZ MOUAT 25
OBRAS CITADAS
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