Articulo de Opinion - Evaluacion y Control de Riesgos en Mineria
Articulo de Opinion - Evaluacion y Control de Riesgos en Mineria
Articulo de Opinion - Evaluacion y Control de Riesgos en Mineria
I. DATOS GENERALES
Hablar de minería obliga, entre otros aspectos, a hacer referencia al medio ambiente y a los riesgos a que
están expuestas las comunidades locales por las actividades mineras, a los aspectos en que se interrelacionan
y se afectan, aunque algunos sectores de la sociedad tienen una visión forzada de una supuesta dicotomía
entre la minería y los derechos sociales y ambientales de las poblaciones rurales en cuyo ámbito opera.
Hablar de minería nos obliga entre otros aspectos, a hacer referencia al medio ambiente y a los riesgos a que
están expuestas las comunidades locales en nuestro país, el cual se ubica dentro de los primeros lugares en
américa latina en la extracción de minerales, ya que en la mayoría se encuentran en cabeceras de cuenca,
donde existe el líquido vital, que es el agua, para ser más preciso en el departamento en el que vivo,
Cajamarca la Empresa Yanacocha – Newmont, viene laborando las exploraciones mineras desde el año 1992,
hasta la actualidad, si por una parte Cajamarca en el Sector Minero es beneficiado por los puestos de trabajo
el cual realiza un sustento económico, no solo a los pobladores de las comunidades cercanas, sino también
al estado con los impuestos y a las Municipalidades ya sea Distritales, Provinciales y Regionales con el aporte
del Foncomun ( Fondo de compensación municipal).
En la actualidad, se viene reflexionando acerca de los impactos ambientales provocados por la minería y
acercas de las estrategias más adecuadas para limitar estos impactos, desde las comunidades afectadas hasta
los gobiernos locales para diagnosticar el estado actual, los responsables, las medidas de mitigación y
prevención, al igual que los costos y financiación que ellos implica, hablaríamos de una matriz de riesgo el
cual se convertiría en una herramienta fácil de utilizar para definir y emprender acciones concretas.
Sin embargo, para que este proceso tenga éxito deben modificarse y adecuarse los aspectos legales y
normativos sobre el control y fiscalización de esta actividad y sobre la responsabilidad en la reparación de
los daños ambientales. Solo de esta manera se podrá prevenir sus impactos y hacer una gestionar integral
del problema.
IV. ARGUMENTACIÓN
A lo largo de nuestra historia, la minería ha sido uno de los principales motores de la economía, y uno de los
argumentos más poderosos de la riqueza del Perú. De acuerdo con el Ministerio de Energía y Minas (MINEM),
a nivel mundial y latinoamericano, el Perú se ubica entre los primeros productores de oro, plata, cobre,
plomo, zinc, hierro, estaño, molibdeno, entre otros, que tienen gran demanda en el mercado de Estados
Unidos, China, Suiza, Japón, Canadá y la Unión Europea. A nivel macroeconómico, esto representa una cifra
significativa en las exportaciones, tributos y en la generación de empleo en el Perú. De acuerdo con el Banco
Central de Reserva, las exportaciones mineras alcanzaron los US$ 20 545 millones en 2014, lo que representó
el 51.9% del total de exportaciones anuales. Dicho porcentaje se incrementa si se consideran los minerales
no metálicos y otros productos, llegando a US$ 22 789 millones, equivalentes al 57.95%. A pesar de estas
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cifras prometedoras, la actividad minera es también el origen de muchos desencuentros e inequidades
sociales, que han cobrado fuerza en las últimas décadas, y de daños significativos al ambiente.
Un daño ambiental ocurre cuando se produce la pérdida, disminución o degradación significativa de uno o
más de los componentes o compartimentos ambientales (Ghersi, 2004). Estos daños pueden ocurrir de
manera rápida en cortos periodos, o mostrar sus efectos de manera lenta a lo largo del tiempo (Parellada,
2005). Entre ellos, tenemos la alteración de los ríos, lagos y zonas marino costeras, y del aire, suelos, flora,
fauna y paisajes, por el vertimiento o emisiones de residuos minerales y gases con alto contenido de metales
tóxicos; la deforestación de la cobertura vegetal, que pone en peligro la estabilidad de taludes y los procesos
de almacenamiento e infiltración del agua en el suelo; y la eliminación o disposición inadecuada de residuos
minerales y escombreras, que ocupan áreas mayormente expuestas a la intemperie, y que los ponen en
contacto con el entorno y las personas. Si bien el daño ambiental puede ser puntual en términos de áreas
geográficas, es también colectivo, pues las aguas, la atmósfera, la flora y la fauna afectadas, son bienes que
pertenecen a todo un grupo social o colectividad, que ven afectada su capacidad para usar y aprovechar de
manera racional los servicios que les brinda (Brañes, 2000; Wieland & Velarde, 2008).
El numeral 22 del artículo 2° de la Constitución Política del Perú reconoce el derecho fundamental de todo
ciudadano a gozar de un ambiente equilibrado y adecuado para el desarrollo de su vida. Para el ejercicio
idóneo de este derecho, el Estado ejecuta políticas públicas que expresan acciones de prevención y
conservación de los recursos naturales, la diversidad biológica y las áreas naturales protegidas; de
planificación y ordenación territorial; de gestión ambiental de los recursos naturales y las áreas naturales
protegidas; de evaluación del impacto ambiental de las actividades económicas; de fiscalización de las
obligaciones ambientales de las empresas; y de remediación de los impactos ambientales negativos. Al
respecto, el Tribunal Constitucional sostiene que “el derecho a gozar de un ambiente equilibrado y adecuado
comprende la facultad de las personas de disfrutar de un ambiente en el que sus elementos interactúan de
manera natural y armónica; y en el que la intervención del hombre no suponga una alteración sustantiva de
la interacción de dichos elementos. Por su parte, el derecho a la preservación de un ambiente sano y
equilibrado implica que los poderes públicos asuman la obligación ineludible de mantener los bienes
ambientales en condiciones adecuadas para su disfrute. Tal obligación también alcanza a los particulares, y
con mayor razón, a aquellos cuyas actividades económicas inciden, directa o indirectamente, en el ambiente”
(Gómez, 2013).
Las obligaciones expresadas líneas arriba implican que las empresas que están involucradas en la explotación
minera, deben asumir la responsabilidad de los costos de los potenciales impactos en el ambiente. Sin
embargo, estas empresas suelen “externalizar” sus costos ambientales, lo que significa que, sin una
fiscalización apropiada o incentivos tributarios atractivos, no invertirán en el tratamiento y eliminación
adecuada de sus residuos. Por el contrario, los liberarán tal cual al ambiente, ahorrándose el gasto que
supone tratarlos o limpiarlos, el cual trasladarán a la sociedad. Bajo este esquema, una externalidad negativa
aparece cuando el responsable no asume los costos del daño ambiental ocasionado por la contaminación de
la operación minera.
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V. CONCLUSIONES
Después de haber realizado este artículo de opinión de trabajo monográfico e investigativos se puede
concluir lo siguiente.
Una de las principales fortalezas que posee Perú es que la legislación y las políticas en materia minera
son muy estables, se reconoce la garantía de libre iniciativa privada, el sistema de economía social de
mercado y la obligación de promover y vigilar la libre competencia.
A pesar de existir varias metodologías para el análisis de riesgos ambientales, no se dispone de una
que se refiera, específicamente a la minería.
Un factor contextual importante por el impacto que genera es que existirían grupos de interés político
relacionados con la actividad minera que promueven candidaturas.
Dentro de las dificultades para dar una respuesta adecuada a los pasivos ambientales mineros (PAM),
se observa la falta de una precisa definición que sea adoptada por las diferentes entidades
gubernamentales
Se concluye que la matriz de prevención y mitigación de riesgos, debe fundamentarse en la evaluación
de las actividades de control existentes en la minería, al igual que la identificación de sus responsables
a fin de emprender acciones que arrojen resultados concretos, superando así la situación encontrada.
Banco Mundial (2007). Análisis Ambiental del Perú: Retos para un desarrollo sostenible. Unidad de
Desarrollo Sostenible, Región de América Latina y el Caribe. Lima, Perú.
Defensoría del Pueblo (2015). Serie Informes Defensoriales – Informe Nº 171 ¡Un llamado a la remediación!
Avances y pendientes en la gestión estatal frente a los pasivos ambientales mineros e hidrocarburírferos.
Lima.
ENDA, América Latina (2017). Monitoreo comunitario ambiental para acueductos comunitarios
campesinos. Bogotá: ENDA
M. Moscairo, «Operaciones de perforación en la Unidad Palca 11 de la Cia. Minera Regina S.A.», Universidad
Nacional del Altiplano, Puno, 1998.
A. Oblasser y E. Chaparro, Estudio comparativo de la gestión de los pasivos ambientales mineros en Bolivia,
Chile, Perú y Estados Unidos, 1.a ed. Santiago de Chile: Naciones Unidas, 2008.
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